Historia de Los Drone
Historia de Los Drone
Historia de Los Drone
¿Qué es un Drone?
Estructura del Drone Rc: Parte donde se montan y se apoya el resto de componentes. La función
principal de la estructura es conseguir reducir al máximo las vibraciones producidas por los
motores al hacer girar las hélices.
El mejor material para la estructura de un Drone es la fibra de carbono. La gran mayoría tienen la
estructura de plástico.
Motores de un Dron Rc: Van conectados a las hélices y se encuentran justo debajo de estas, en la
parte exterior de la estructura.
Desde el siglo XIX hasta el 2016: evolución y surgimiento del drone moderno.
La idea del avión no tripulado es antigua. A pesar de que a menudo asociamos los drones con los
robots militares de hoy, los aviones no tripulados, de una forma u otra, se han utilizado durante
décadas. Uno de los primeros usos registrados fue por los austriacos en julio de 1849 después de
que se pusieran en marcha alrededor de doscientos globos aerostáticos no tripulados montados
con bombas en la ciudad de Venecia. Menos de dos décadas después de la Guerra Civil en EE.UU,
fuerzas de la Confederación y de la Unión volaban globos para misiones de reconocimiento. En
1896 Samuel P. Langley desarrolló una serie de aeronaves a vapor, aviones sin piloto que fueron
trasladados con éxito a lo largo del río Potomac, cerca de Washington DC. La práctica de la
vigilancia aérea más tarde surgió en la Guerra Hispano-Americana de 1898, cuando los militares de
EE.UU. equiparon una cámara a una cometa, dando lugar a una de las primeras fotografías de
reconocimiento aéreo.
Se utilizó ampliamente la vigilancia aérea. Los militares utilizaban estas cometas para obtener
fotografías aéreas y seguir los movimientos del enemigo formando mapas de situación. Así, este
sería uno de los pasos en la evolución de los aviones no tripulados.
En cualquier caso, las aeronaves no tripuladas no hubieran sido posibles sin grandes avances
tecnológicos como la radio. Antes, llegaría el telégrafo, comienzo de la revolución en el campo
de las telecomunicaciones. En 1858, el primer telégrafo trasatlántico se completó, marcando una
etapa clave en las comunicaciones. El primer mensaje oficial se lanzó el 16 de agosto de 1858 y
decía: “Europa y América están unidos por la comunicación telegráfica. Gloria a Dios en las alturas,
y en la tierra paz y buena voluntad para los hombres“. El planeta se había convertido de repente
en más pequeño. Sin embargo, el cable submarino era frágil y lento, y la comunicación se ceñía a
los límites físicos del terreno y la distancia del cable. La radio, sin embargo, podía viajar a través de
la atmósfera. El espectro electromagnético ofreció una liberación total para el intercambio en las
comunicaciones humanas.
Nikola Tesla demostró por primera vez el mando a distancia o radio control de un vehículo al final
del siglo XIX. En un estanque en el Madison Square Garden de Nueva York en 1898, el inventor
y showman controlaba a distancia un barco con una señal de radio. Esta fue la primera aplicación
de ondas de radio en la historia, fue la cuna de la robótica moderna. En esa masa de agua flotaba
un enorme posible avance militar.
A lo largo de la década de 1920, se utilizaron varios buques controlados de forma remota para la
formación de unidades de artillería. La década de 1930 vivió una oleada de interés militar en
vehículos controlados a distancia, entre los cuales surgió la segunda generación “Bug“.
Sin duda fue muy importante en esta carrera histórica de los drones para ser lo que son hoy en
día. El conflicto dio a luz el programa más sofisticado de vigilancia con aviones no tripulados en la
historia de la aviación. Por otra parte, la guerra de Vietnam fue la primera “guerra tecnológica” de
la historia, una guerra llevada a cabo de acuerdo con principios técnicos, modelos estadísticos y
sistemas electrónicos. De particular importancia fue el aumento en el campo de batalla de los
dispositivos electrónicos. Durante la década de 1960 el Departamento de Defensa de los EE.UU.
comenzó a automatizar e informatizar el campo de batalla con sensores remotos y
superordenadores para escuchar los movimientos del enemigo o manejar aviones no
tripulados Firebee a través de los cielos de la selva vietnamita.
Década 70 al 90.
En 1970 se decidió que era el momento oportuno para los vehículos teledirigidos (RPVs). La Fuerza
Aérea puso en marcha un programa para aumentar las capacidades de alcance y de vigilancia
electrónica de las RPV. El programa consistió en la financiación de las compañías Boeing y Ryan
para desarrollar aviones no tripulados resistentes que volaran a gran altitud. Estos prototipos
fueron los más ambiciosos aviones teledirigidos de vigilancias no tripuladas en la historia de la
Fuerza Aérea, capaces de volar más de 24 horas, siendo pilotados desde el suelo. Al mismo tiempo
que los aviones no tripulados, se desarrollaron una serie de “mini-RPV” como los
prototipos Praeire, que eran capaces de llevar láser y cámaras de video. Además de aviones no
tripulados de vigilancia, la Fuerza Aérea comenzó a experimentar con Firebees armados.
Solo fue con el profundo desarrollo en computación y sistemas de control electrónico durante los
años 80 y 90 que los drones del presente fueron tomando forma. Y no sería hasta finales de los 90
que las fuerzas aéreas americanas comenzaron a tratar los aspectos técnicos que llevaron a dotar
a estos de drones de misiles.
Si bien los avances en aviones no tripulados fueron impulsados por las exigencias de la inteligencia
cartográfica, estos objetos no tripulados estaban muy ligados a una serie de objetos legales que
permitieron su despliegue. En otras palabras, la relación entre la tecnología y la ley es
extremadamente importante en el trazado de la escalada del avión no tripulado; ambos
elementos van de la mano en la adquisición de conocimiento geográfico y vigilancia,
consecución de objetivos, y en última instancia la toma de decisiones sobre la eliminación de
objetivos. Esta relación entre tecnología y ley se materializa en dos figuras que alimentaron los
motores del imperio del Predator: un ingeniero israelí de nombre Abraham E. Karem y
un yihadista saudí llamado Osama bin Laden.
Nueva Era.
Y llegamos a la historia contemporánea de los drones, marcada sin duda por un hecho acontecido
hace ya catorce años, concretamente en Febrero de 2002, que es cuando la CIA usara por primera
vez el drone Predator para eliminar un objetivo de inteligencia. El Pentágono empezó a estar en el
ojo informativo y así es como comenzó la larga década del drone.
Y hasta aquí llega nuestro paseo por la historia de las aeronaves no tripuladas o drones, artefactos
que se llevan usando por los ejércitos de los países desde el siglo XIX, tanto para estrategia e
información como para el puro enfrentamiento bélico, y que tras tanta evolución tecnológica, hoy
en día se han convertido en el paradigma táctico del siglo XXI. Afortunadamente la guerra, aun
siendo el motivo de su éxito y desarrollo, no es el único uso que podemos dar a los drones ya que
existen un sin fin de buenas y positivas aplicaciones para investigación, conservación, salvamento,
infraestructuras, rescate y búsqueda de víctimas entre otras muchas.
Este mini drone o nano drone o uno de los modelos similares que podemos encontrar bajo
nombres como Floureon FX-10 o Cheerson CX Stars, ha sido considerado para el libro Guinness de
los Records como el cuadricóptero más pequeño del planeta.
Este modelo DHD D1, como decimos es muy pequeño, muy similar en diseño al también
conocido Cheerson CX-10A, pero 2/3 el tamaño de este último. Las luces son azules en
la proa (parte delantera) y rojas en la popa (parte trasera), suficientes para volar con poca luz. El
transmisor alberga un hueco en el medio en el cuál se inserta el mini drone DHD D1 haciéndolo
muy fácil de transportar. El tamaño del transmisor es de 11 x 7 x 4.5 cm, ideal para llevarlo en
cualquier bolsillo.
El mini drone pesa 7.6 gramos y tiene un botón de encendido y un puerto de carga para la batería
de 80mAh.