Delincuencia Organizada en Honduras Ensayo 4

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ASIGNATURA: CRIMINOLOGIA

TEMA: DELINCUENCIA ORGANIZADA EN HONDURAS.

NOMBRE:

NOMBRE DEL DOCENTE: ABOGADO: NERY ORDOÑEZ

LUGAR Y FECHA:11/4/22
ÍNDICE
Introducción.......................................................................................................................................2
Objetivos............................................................................................................................................2
LA DELINCUENCIA ORGANIZADA........................................................................................................3
Fuerzas de Seguridad.........................................................................................................................8
La policía de Honduras es una de las más corruptas de la región......................................................8
Sistema Judicial..................................................................................................................................9
MUNICIPIOS MAS VIOLENTOS..........................................................................................................16
Conclusiones....................................................................................................................................19
Bibliografía.......................................................................................................................................19

Introducción
Honduras es uno de los centros de operaciones del narcotráfico más importantes entre
Suramérica y México. Azotado por problemas de corrupción en todos los poderes del
Estado y en la fuerza pública, Honduras ha evolucionado de ser un país de tránsito a uno en
que los grupos criminales, protegidos por el sistema político, han desarrollado la capacidad
de producir clorhidrato de cocaína en laboratorios locales.

Desde finales de la década pasada, la protección política permitió que la delincuencia


organizada florecieran y se apoderaran del país llegando hasta a ser presidentes de la
republica.

Objetivos
Identificar los factores sociales e intelectuales que afectan para que se genere la
delincuencia.
Demostrar el aumento en la delincuencia en honduras.
LA DELINCUENCIA ORGANIZADA.
Desde un punto de vista legal, nos basamos en la Convención de Palermo
de la

Organización de las Naciones Unidas, que definió “grupo delictivo organizado” como: “un

grupo estructurado de tres o más personas que existe durante cierto tiempo y que actúe

concertadamente con el propósito de cometer uno o más delitos graves o delitos tipificados

con arreglo a la presente Convención con miras a obtener, directa o indirectamente, un

beneficio económico u otro beneficio de orden material”.

Desde un punto de vista académico, nos basamos fundamentalmente en Joseph Albini y

Jeffrey McIllwain, quienes escribieron que el crimen organizado es:

Una forma de actividad criminal en un sistema social conformado por una red (o

redes) social centralizada o descentralizada de por lo menos tres actores

involucrados en una empresa criminal en proceso, cuyo tamaño, alcance, liderazgo

y estructura de la red están determinados por la meta última de la empresa misma

(es decir, cómo se organiza el crimen). Esta meta aprovecha las oportunidades

generadas por leyes, regulaciones y costumbres y tradiciones sociales, buscando

beneficio financiero o la obtención de alguna forma de poder que tenga efectos en el


cambio o la movilidad sociales mediante el aprovechamiento y la negociación del

capital social, político y económico de las redes. Los integrantes de la red pueden

venir del mundo del hampa o de la alta sociedad. En ciertas formas, se emplean la

fuerza o el fraude para explotar o extorsionar a las víctimas, mientras que en otras

los miembros de la red proveen bienes y servicios ilícitos a clientes del mercado,

donde suele permitirse dicha actividad mediante el establecimiento de prácticas que

promueven la conformidad o la aquiescencia de funcionarios corruptos de los

sectores público y privado, quienes reciben su remuneración en la forma de favores

políticos o en la forma de contraprestaciones directas o indirectas.

Nuestra amplia interpretación de crimen organizado nos permite explorar el tema desde una

perspectiva académica y política. Nos permite ver el crimen organizado como una
presencia

Honduras es un importante centro del crimen organizado. Cada día, por Honduras,por el
país , pasan grandes cantidades de drogas, armas y bienes de contrabando. 

Su puerto está a poca distancia de la capital del departamento, San Pedro Sula, y de la
frontera con Guatemala, lo que lo convierte en un importante punto de tránsito para
productos ilícitos, como la cocaína y las armas ilegales, o los bienes de contrabando que
entran al país por mar. 

San Pedro Sula es el centro de operaciones de varios grupos criminales involucrados en el


tráfico de drogas y armas, trata y tráfico de personas. 

Actores criminales

Mara Salvatrucha (MS13): La MS13 cuenta con lugares donde pesa y prepara drogas para
la venta local en las afueras de San Pedro Sula. Tanto la MS13 como sus rivales de Barrio
18 han establecido fronteras invisibles en barrios como Chamelecón. Las pandillas han
instalado puestos de control en las entradas a las comunidades, utilizados para monitorear
estas divisiones. La MS13 ejerce influencia principalmente en la parte sur de Chamelecón y
en los barrios de Morales, San Juan, San José y San Isidro. 

Barrio 18: Esta pandilla controla territorios en el norte de Cortés y en los barrios de Suyapa
y San Antonio.  

Economías criminales

Tráfico de armas: Cortés es un importante punto de tránsito de productos ilegales, dado que


allí se encuentra el principal puerto comercial de Honduras, y las pandillas más importantes
del país —la MS13 y Barrio 18— tienen presencia permanente en la ciudad industrial de
San Pedro Sula. Estos grupos son grandes consumidores de armas legales e ilegales, lo que
incluye armas de fuego de alto calibre. Por lo tanto, calculamos que al menos la mitad de
las 500.000 armas ilegales que circulan en Honduras pasan por Cortés, por lo que el tráfico
de armas es una economía criminal lucrativa en el departamento. 

Cocaína: Cortés alberga el principal puerto de Honduras, y todas las principales rutas de


tráfico de cocaína del país pasan por el departamento. Los grupos de narcotráfico están
presentes en Cortés, o bien tienen emisarios allí, y utilizan la ciudad de San Pedro Sula
como centro operativo. Si bien en los últimos años la policía ha incautado solo pequeñas
cantidades de cocaína en Cortés, nosotros estimamos que la economía de la cocaína es
grande y lucrativa.

Cannabis: Los principales actores criminales involucrados en la venta de cannabis —la


MS13 y Barrio 18— tienen una presencia significativa en Cortés. Las pandillas cultivan
variedades caras de cannabis en el departamento y también lo importan de otros países. Por
eso consideramos que esta economía criminal genera ingresos significativos en el
departamento. 

Delitos ambientales: Puerto Cortés y San Pedro Sula son utilizados como puntos de
almacenamiento, tránsito y venta al por menor de especies animales traficadas, así como de
madera extraída de manera ilegal. Esto sugiere la existencia de una economía de delitos
ambientales cuyo tamaño puede ser, por lo menos, mediana. 
Trata de personas: Cortés hace parte de una ruta de trata y tráfico de personas. En el
departamento existen diversos negocios, como salas de masajes y bares, que se utilizan
como centros de prostitución. La mayor parte de los principales actores criminales del país
tienen cierto grado de presencia en San Pedro Sula, sobre todo la MS13 y Barrio 18. Por lo
tanto, estimamos que la trata de personas es una economía criminal mediana en el
departamento, lo que genera ingresos que pueden llegar a los millones de dólares. 

Tráfico de personas: En 2019, aproximadamente 20.000 migrantes hondureños fueron


devueltos a Cortés tras ser deportados de Estados Unidos y México, lo que representa un
porcentaje de quienes iniciaron el viaje migratorio. Teniendo en cuenta el precio de
contratar a un coyote en la zona (aproximadamente US$10.000), esta parece ser una
economía criminal muy lucrativa, que llegaría a los cientos de millones de dólares. Además
de los migrantes hondureños, otros ciudadanos centroamericanos, suramericanos, africanos
y asiáticos también transitan por Cortés en su camino a Estados Unidos. 

Extorsión: La extorsión abunda en el departamento, generando ingresos que llegan a las


decenas de millones de dólares. Entre las víctimas se encuentran propietarios de hoteles,
taxistas, trabajadores del transporte, empresas de autobuses, negocios pequeños,
propietarios de apartamentos, entre otros.  

Grupos Criminales

Los grupos criminales tradicionales de Honduras han sido, en su mayoría, desmantelados


en la última década, ya que sus líderes fueron arrestados y extraditados a Estados Unidos.
No obstante, los testimonios de estos capos dieron durante sus juicios han arrojado
evidencia sobre las estructuras criminales que continúan operando en el país y que penetran
hasta las esferas más altas de poder político.

El exlíder del Cartel de Los Cachiros, Devis Leonel Rivera Maradiaga, testificó que su
organización presuntamente había contado con la protección y complicidad de varias
élites políticas y económicas. Incluso mencionó haber sobornado a Tony Hernández.

La organización narcotraficante de Los Valle, que presuntamente traficaba varias toneladas


mensuales de cocaína a Estados Unidos desde la frontera con Guatemala, también ha sido
casi desmantelada y varios de sus miembros fueron enjuiciados en Estados Unidos. No
obstante, las investigaciones que realizó InSight Crime en la zona durante 2019 y 2020
confirmaron que todavía operan remanentes de la red de este grupo.

El Cartel del Atlántico fue otro grupo importante a principios de siglo. Se presume que
contó con la protección de agentes militares, de la policía y jueces. Su líder, Wilter Neptalí
Blanco, fue arrestado en Costa Rica en noviembre de 2016 y desde julio de 2017 acordó
colaborar con la justicia estadounidense.

Por supuesto que los hombres siguen constituyendo la inmensa mayoría de las víctimas de
homicidio, principalmente porque es más probable que se involucren en conflictos de
pandillas o que sean objeto de reclutamiento. No obstante, la tortura y la mutilación no son
tan usuales en esos homicidios como en el caso de los asesinatos de mujeres.

Las mujeres y las niñas también están siendo reclutadas cada vez más a menudo por las
pandillas y las organizaciones criminales para vender drogas en Honduras. Se calcula que
dos de cada diez pandilleros en el área de San Pedro Sula ahora son mujeres, algo que era
inusitado no hace mucho. Las pandillas creen que es más posible que los hombres le
compren drogas a una mujer que coquetea y que es menos probable que la policía sospeche
de que sea traficante.

Algunas mujeres se unen a las pandillas de manera voluntaria; desde 2012 muchas de las
fábricas de Choloma se han mudado a Nicaragua porque la mano de obra es más barata, y
la gente busca empleo con desesperación. Hay tantos trabajadores desempleados
disponibles que las fábricas advierten que no contratarán a nadie mayor de 35 años.

Otras mujeres son forzadas a unirse. Algunas niñas le dicen a Reyes que reciben una
advertencia: “Si no le entras, te vamos a quebrar”.

Pero ya están quebradas. Las matan por no cumplir con la cuota de la venta de drogas, por
no pagar el dinero que le deben al cartel, por rechazar las insinuaciones sexuales de un
delincuente o porque son novias de un pandillero que se cansa de ellas. “Ven a las mujeres
como una propiedad”, afirma Regalado.
Por otro lado, varios políticos a nivel local –en su mayoría asociados al Partido Nacional–
han sido ligados a estas estructuras, y se presume que pudieron haber heredado el negocio
del narcotráfico en sus territorios una vez que los capos tradicionales fueron extraditados.
En El Paraíso, Copán, por ejemplo, el exalcalde Alexander Ardón controlaba el paso de
droga desde su municipio hacia Guatemala. En la alejada región de La Mosquitia, un clan
político formado por los hermanos Paisano Wood operaba una red de narcotráfico para
recibir cargamentos de cocaína y enviarlos hacia la frontera con Guatemala. Este tipo de
ejemplos, de colusión entre políticos y actividades criminales, se repiten en varias zonas del
país, como en Yoro, Lempira y Olancho.

Finalmente, las principales pandillas de Honduras son la MS13 y el Barrio 18, que operan
principalmente en zonas urbanas como Tegucigalpa o San Pedro Sula o en zonas rurales
cerca de la frontera con El Salvador, donde buscan refugio. Ambas pandillas se dedican
principalmente a la extorsión y al microtráfico y tienen un control importante dentro de los
centros penitenciarios.

Fuerzas de Seguridad
Honduras tiene un cuerpo nacional de policía bajo la vigilancia de la Secretaría de
Seguridad, que en 2016 tenía menos de 14.000 agentes, y ambiciosos planes de duplicar su
pie de fuerza para 2022. La policía nacional es la encargada de evitar e investigar los
delitos en Honduras, y está conformada por la Policía Preventiva Nacional y diferentes
unidades especiales centradas en operaciones antipandillas y antinarcóticos,
investigaciones, inteligencia y policía comunitaria. La policía también trabaja en
coordinación con una fuerza de tarea contra el crimen, conocida como FUSINA, que
incluye a fiscales y soldados.

La policía de Honduras es una de las más corruptas de la región. Los


agentes de policía hondureños han sido acusados de una gran variedad de actividades
criminales, que incluyen corrupción, entrega de información a grupos criminales, dejar
pasar cargamentos de drogas sin inspeccionar, y la presunta participación en operaciones
criminales violentas, e incluso la dirección de estas. A comienzos de 2016, Honduras creó
una comisión de depuración de la policía, luego de revelaciones de que miembros de la
cúpula policial habían participado en el asesinato en 2009 del zar antinarcóticos de
Honduras. Al contrario de anteriores tentativas de depuración, la comisión
hizo avances tempranos, pasando revista a cientos de oficiales de alto rango, y con el retiro
de miles de agentes de la institución. Su mandato sigue vigente y hasta enero de 2020 ya
habían sido depurados más de 6.000 agentes. No obstante, escándalos sobre relaciones
entre el crimen organizado y la cúpula de la policía han puesto en duda la legitimidad de la
comisión.

Honduras ha progresivamente militarizado la lucha contra el crimen organizado en años


recientes, con el otorgamiento de facultades de vigilancia policial a los soldados en 2011 y
con la creación de una fuerza élite de policía militar en 2013. La administración del
presidente Hernández ha desplegado miles de efectivos de policía militar desde 2014, lo
que según denuncias ha motivado violaciones a los derechos humanos, incluyendo
el secuestro.

Para 2015, el ejército de Honduras, regentado por la Secretaría de Defensa Nacional, tenía
alrededor de 24.000 miembros activos en su ejército, fuerza armada, marina y policía
militar. Según la constitución de Honduras, la Secretaría de Seguridad puede convocar al
ejército para cooperar en operativos contra el terrorismo y el tráfico de armas y narcóticos.
Ha habido acusaciones de colusión de altos oficiales con grupos criminales para traficar
narcóticos.

Sistema Judicial
El órgano judicial supremo en Honduras es la Corte Suprema de Justicia, que incluye salas
para casos constitucionales, laborales, penales y civiles. Por debajo de estas se encuentran
la corte de apelaciones, juzgados de primera instancia para casos penales y civiles, y
juzgados de paz municipales y de distrito. Honduras tiene una Fiscalía General que
funciona como parte del Ministerio Público independiente, y maneja investigaciones
penales.

La percepción general sobre el poder judicial en Honduras es que es débil, ineficaz y


corrupto. Los procesos de designación de magistrados para la Suprema Corte y de fiscal
general han sido objeto de manipulación por parte de diputados del Congreso, muchos de
los cuales se han visto implicados en escándalos de corrupción. El Índice de Estado de
Derecho 2020, del proyecto World Justice Project, clasificaba a Honduras como uno de los
países con los sistemas de justicia penal más corruptos y menos efectivos del mundo.
Debido a la debilidad del sistema judicial en Honduras, se ha extraditado a Estados Unidos
a muchos sospechosos de alto perfil en casos de narcotráfico.

La MACCIH, organismo con aval internacional, apoyó las investigaciones sobre corrupción
de la Fiscalía General de 2016 hasta finales de 2019, cuando una decisión del
Congreso resultó en la terminación de su mandato.

Prisiones

El saturado sistema penitenciario de Honduras está a cargo del Instituto Nacional


Penitenciario (INP) y es administrado por la Policía Nacional y –en algunas cárceles– las
Fuerzas Armadas. Para septiembre de 2019, las cárceles en Honduras operaban al 204 por
ciento de su capacidad, a pesar de las reformas de 2014, que pretendían reducir el
hacinamiento. Los detenidos en prisión preventiva representan más de la mitad de la
población carcelaria y muchas veces enfrentan abusos y se les niega el debido proceso. Los
centros carcelarios hacinados y faltos de presupuesto del país se ven afectados
por revueltas, homicidios y condiciones deplorables, y esa disfunción crónica ha hecho
posibles las fugas de presos. De octubre de 2019 a agosto de 2020, por ejemplo, habían
muerto por lo menos 50 privados de libertad durante riñas y motines, así como
por asesinatos selectivos.

Las prisiones se han convertido en centros de actividad criminal para las pandillas, debido a
la falta de control de las autoridades en muchas instalaciones. El gobierno de Honduras
intentó combatir el poder de las pandillas dentro de las cárceles en 2017 al trasladar a
cientos de pandilleros a prisiones de máxima seguridad recién construidas, que
supuestamente contaban con mayores controles. No obstante, casos de violencia dentro de
estos centros en 2020 dejaron en evidencia que las dinámicas carcelarias se reproducen y
que aún con los mayores controles, los pandilleros pueden seguir corrompiendo a guardias
de seguridad para pasar contrabando como drogas y armas de alto calibre.

La violencia muestra picos con énfasis en determinadas zonas de Honduras. Solo este año
ya se cuentan 20 masacres en 10 departamentos, que además se matizan con los cruentos
feminicidios e interminables ataques a los empleados del transporte público.
– Más de una decena de homicidios diarios se registran en Honduras, de acuerdo con
datos oficiales del OV-UNAH.

– Ya se contabilizan una veintena de masacres ocurridas en 10 departamentos.

En 2020 Honduras cerró con 38 homicidios por cada 100 mil habitantes, solo superado por
Jamaica (46.5) y Venezuela (45.6) en el continente americano. A esto hay que agregar que
por ser año pandemia el país estuvo prácticamente confinado.

A los factores tradicionales que disparan la violencia como las disputas entre bandas
criminales, convivencia ciudadana, microtráfico, narcotráfico y extorsión, ahora se suman
otras aristas como la inseguridad alimentaria crónica, violencia de género, cambio climático
y desempleo generalizado agravado por las consecuencias económicas de la COVID-19.

Con más de 10 homicidios diarios y la muerte violenta de una mujer cada 30 horas, es la
cifra que no permite en el país bajar las estadísticas mortíferas, pese a las inversiones en los
renglones de seguridad y defensa.

El Foro Social de la Deuda Externa de Honduras (Fosdeh) ha registrado que, en el


presupuesto de 2018, por ejemplo, la Secretaría de Seguridad recibió 6 mil 680 millones de
lempiras. En siete años, la asignación de recursos se duplicó para esta oficina del Estado,
según los datos de la Secretaría de Finanzas. Mientras que, en el mismo período, la
Secretaría de Defensa percibió 7 mil 958 millones de lempiras y su presupuesto se triplicó.

La impunidad desbordó el crimen

Julieta Castellanos.

La exrectora de la UNAH y hasta hoy directora del Instituto Universitario en Democracia,


Paz y Seguridad (IUDPAS) Julieta Castellanos, aseguró que el fenómeno de la criminalidad
en Honduras tiene varias dimensiones, entre ellas mencionó el tema de la impunidad, en
que operan muchos grupos criminales que se dedican al sicariato en el país.

“Lamentablemente, el criminal sabe que el costo de cometer un crimen, tienen muy poca o
nulas probabilidades de pagarlo, por lo tanto, es una forma de vida, que, aunque generen
dolor en las familias, lo ven como un trabajo, por deshumanizado que sea y donde prima la
impunidad”, dijo Castellanos.
En conversación con Proceso Digital, señaló que quienes se dedican a ese repudiable
negocio, tienen un poder enorme, cuentan con sicarios a su disposición, que son personas
sin escrúpulos “y no se puede olvidar que estos criminales en su momento pertenecieron a
la Policía Nacional”.

Investigación criminal débil

Castellanos, socióloga de profesión, considera que la extensión desmedida de la impunidad


en Honduras hizo que el crimen haya avanzado a niveles casi insostenibles, que ha
evidenciado la incapacidad del Estado para someter a estos sectores por sus fechorías
cometidas.

Además -apuntó la exrectora-, hay un déficit muy fuerte de investigación en cuanto a


inteligencia policial, porque se trata de sucesos cuya autoría se desconoce, ante ello es
necesaria una unidad especializada con alto desempeño investigativo que resultados
distintos a los obtenidos hasta ahora.

A juicio de Castellanos, solo se puede afrontar como corresponde, un flagelo de esa


magnitud, si se conjugan elementos como la reducción de la impunidad y la ampliación de
la capacidad investigativa del Estado y que, para ello, se necesita voluntad política de
quienes toman decisiones en Honduras.

Crimen opera con recursos inagotables

Las cifras de muertes que deja el crimen en el país solo evidencian el desbordamiento del
problema y ante ello, se debe ponderar metodologías fuertes para poder investigar los
hechos, identificar las bandas para saber cuál será la línea de acción para esos temas.

Castellanos concluyó que otro serio problema para Honduras es que “el crimen organizado
maneja fortunas inagotables, tiene una estructura de poder y hasta tecnología, esos recursos
lo han posicionado como organizaciones que se acostumbraron a delinquir libremente”.

Suben los homicidios

La encargada del Observatorio de la Violencia de la UNAH, Migdonia Ayestas, dijo que


hasta la fecha hay 136 muertes violentas más que en el mismo periodo que el año anterior.
Señaló que muchos de los hechos violentos tienen relación con el crimen organizado y la
delincuencia común.

Interpretó que las masacres no dan tregua por la ineficiente investigación criminal. “Es un
panorama desalentador porque sube la tasa de homicidios que el año pasado fue de 38 por
100 mil habitantes. Cuando no hay investigación y no nos damos cuenta quién y por qué les
quitan las vidas a las personas, los delincuentes siguen actuando al margen de la ley”,
reforzó.

¿Cuándo será?

En su mensaje de la homilía dominical, el cardenal Óscar Andrés Rodríguez, lamentó que


no cese la violencia en Honduras y se preguntó: “¿cuándo será la semana que no haya
asesinatos en el país?”.

El líder religioso expresó: “cómo necesitamos en nuestra sociedad hondureña, crecer


verdaderamente en la fe y si decimos que somos cristianos, si decimos que somos
seguidores del maestro, no hay sitio para el odio, no hay sitio para el rencor, no hay sitio
para la venganza, no hay sitio para ninguno de los pecados, especialmente el pecado del
asesinato y de la muerte que pareciera que aquí en Honduras se olvidó el mandamiento de
la ley de Dios que nos dice claramente, no matarás”.

Acentuó: “Cuándo será la semana en que no haya asesinatos en nuestro país, entonces
empezaremos a ser verdaderos cristianos”.

30 municipios, 70 % de la incidencia delictiva

Por su parte, el teniente de la Policía Militar de Orden Público (PMOP), Mario Rivera,
explicó que las fuerzas de seguridad ejecutan la Operación Morazán que consiste en la
intervención de 30 municipios.
Amplió que estos 30 municipios son los lugares donde se reportan más del 70 % de la
incidencia delictiva a nivel nacional y la intención es reducir esos dramáticos números
rojos.

“Se ha reforzado con recurso humano y logístico, se están intensificando los operativos de
seguridad, se están realizando patrullajes, retenes, registros, puntos de control, saturaciones,
allanamientos, de igual forma labores de investigación para identificar a responsables de
ilícitos en esos sectores”, comentó a Proceso Digital.

Los 30 municipios intervenidos son: Distrito Central, San Pedro Sula, Choloma, El
Progreso, La Ceiba, Olanchito, Comayagua, Catacamas, Juticalpa y Tocoa.

Igualmente, están incluidos Yoro, Siguatepeque, Quimistán, Villanueva, Choluteca,


Gracias, Tela, Puerto Cortés, La Lima, Trujillo, Sabá, La Paz, El Paraíso, Danlí, Patuca, La
Iguala, Esparta, Roatán, La Unión y Villa de San Antonio.

Señaló que tienen la colaboración del primer batallón canino en los puntos de control para
el decomiso de armas de fuego y sustancias prohibidas.

El portavoz de la PMOP remarcó que la Operación Morazán combate las estructuras


criminales vinculadas a la extorsión, distribución de drogas, sicariato y otros.

Apuntó que las operaciones se mantendrán en estos municipios hasta que se establezca la
paz y tranquilidad.

Rivera especificó que participan en la operación la Fuerza de Seguridad Interinstitucional


Nacional (Fusina), Ejército, Fuerza Aérea de Honduras (FAH), Fuerza Naval de Honduras,
Policía Militar, Policía Nacional, Fuerza Nacional Anti Maras y Pandillas (FNAMP), y la
Dirección Policial de Investigaciones (DPI).
MUNICIPIOS MAS VIOLENTOS

Cultura misógina

La directora de la ONG, Grupo Sociedad Civil (GSC), Jessica Sánchez, dijo que el nudo de
la problemática de la violencia y criminalidad contra las mujeres es la cultura misógina que
descarga su odio contra las mujeres.

Agregó que las mujeres se han convertido como una forma de territorio de venganza, donde
solo los hombres tienen la razón y donde se satisfacen su ego.
A criterio de Sánchez, la violencia ejercida contra mujeres y niñas se debe de manejar de
una forma diferente desde los medios, porque son figuras reales que sufren de misoginia y
feminicidio orientado a un exterminio en masa.

Señaló que Honduras debe de trabajar con los grupos interesados en acabar con los
feminicidios y evitar que sigan subiendo los índices de la impunidad.

Agregó que la denuncia oportuna y la investigación a tiempo y adecuada a cada una de las
denuncias puede ser útil en bajar estos índices.

“Si estos tipos siguen matando a mujeres ya sea pareja, por trata, o porque se les ocurrió
mutilar a las mujeres, se seguirá en esta cultura machista que solo genera luto y dolor entre
los hijos que se quedan sin una madre y un padre”, arguyó.

El Estado debe de hacer acciones más potentes no solo con estos hombres, sino con las
redes criminales, puntualizó.

Narcotráfico, extorsión y narcomenudeo

Para el abogado y criminalista Gonzalo Sánchez, el rebrote de violencia en Honduras en los


últimos días está altamente ligado al narcotráfico, extorsión y narcomenudeo.

“Estos rebrotes de violencia, no nos queda duda, que en más del 95 % tiene que ver por
actividades de narcotráfico, extorsión y narcomenudeo”, señaló el experto a Proceso
Digital.

Sobre las masacres, dijo obedecen a rivalidades entre organizaciones criminales. Esos
repuntes que se están dando en Olancho y otros sectores del país es lo que se denomina
“efecto cucaracha”, refirió.

“El “efecto cucaracha” se produce cuando los delincuentes están siendo atacados en las
principales ciudades del país como Tegucigalpa y San Pedro Sula, ellos (criminales) buscan
otras zonas y como las cucarachas se refugian en otros lugares”, apuntó.
El error es creer que atrapando al cabecilla se acaba la violencia y no es así, cuando se
arresta a un cabecilla otro asume su lugar dentro de la estructura criminal que ya ha
penetrado el Estado, reflexionó.

“Una vez que ellos (criminales) penetran las estructuras del Estado y particulares es
sumamente difícil combatirlos, esto es un flagelo que no lo pueden erradicar en ningún país
del mundo”, arguyó.

Desplazamiento por violencia

El titular del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras (Codeh),
Hugo Maldonado, lamentó que vaya en incremento el desplazamiento forzado desde ciertas
comunidades, ya sea por amenazas o atentados vertidos por organizaciones criminales.

“Cuando estos grupos solicitan a los dueños de una vivienda que la abandonen, les dan un
tiempo prudencial para que se vayan y si no deben atenderse a las consecuencias”, dijo.

Maldonado ahondó que este desplazamiento forzado concluye en el traslado hacia otras
comunidades o en el peor de los casos hasta tomar la ruta migratoria.

África soporta ocho de las diez crisis de desplazados más olvidadas del mundo, según
informó la semana pasada el Consejo Noruego para los Refugiados (NRC), que sitúa en esa
lista a Venezuela y Honduras en el cuarto y quinto lugar, respectivamente.

En la clasificación entra por primera vez Honduras, “devastada por dos tormentas tropicales
en 2020” que se sumaron a “años de inseguridad alimentaria crónica, bandas criminales,
violencia de género, cambio climático y desempleo generalizado agravado por las
consecuencias económicas de la COVID-19”. (PD)
Conclusiones
Que el problema de la criminalidad es una de las preocupaciones principales de los

ciudadanos, que claman que se adopten nuevas medidas para combatir el crimen y

la delincuencia en Honduras.

El Gobierno debería de proponer la utilización de fórmulas diferentes a los

esquemas tradicionales de intervención y funcionamiento.

Bibliografía
Salomón Leticia. Situación y desafíos de la delincuencia en honduras,

marzo 2017.

Arriagada, I, Godoy, L (1999) Seguridad ciudadana y delincuencia en

Honduras.

Ramírez, Genaro (2019), Delincuencia en Honduras.

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