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TRABAJO INDIVIDUAL

Kathia Pamela Minchón Vizconde

1. ¿Deberían ser arbitrables los adicionales de obra sin autorización, total o


parcial, de la Entidad y/o de la Contraloría General de la República?
Sustente su opinión.

Sí, considero que los adicionales de obra aprobados o no por la entidad y/o de
la Contraloría General de la República deben ser materia arbitrable porque en
principio cumplen con el presupuesto que la Ley de Arbitraje establece para ser
considerada como materia susceptible de arbitraje, esto es ser de libre
disposición (o tener contenido patrimonial); tal es así que, la misma Ley de
Contrataciones con el Estado permite que los adicionales de obras que no
superen los porcentajes señalados en dicha ley, sí sean arbitrables.

En efecto, como sostiene Arrarte y Paniagua, “si se asume que los fondos que
solventan las obras públicas son del Estado, es claro que no solo aquellos que
excedan esta valla porcentual tendrán la calidad de fondos públicos, sino que
esto ocurre, en realidad desde aquel primer centavo comprometido en la obra,
sin que por ello se pueda afirmar que estamos frente a un bien indisponible”
(como se citó en Castillo Freyre y Sabroso Minaya, 2011, p. 330)1.

Además, la condición de materia no arbitrable que la ley le ha otorgado a los


adicionales de obra, obliga a los contratistas a acudir a la vía judicial para
discutir dicha controversia, desnaturalizando así la cláusula obligatoria de
solución de controversias, por la cual el Estado somete obligatoriamente al
arbitraje las controversias suscitadas en los contratos que celebra con
particulares; lo cual resulta poco coherente si se tiene en cuenta que el Estado
es quien se obligó voluntariamente a someterse al arbitraje.

Asimismo, esta excepción a la regla, en muchos casos ocasiona conflictos con


otras materias que guardan relación a la condición de adicional, pues quedará
en cada caso particular, al criterio del ábitro único o tribunal arbitral determinar
su procedencia en el arbitraje; lo cual genera solo incertidumbre jurídica.

Y, si bien existe una posición referida a que es adecuado que no sea arbitrable
porque involucra presupuesto público, considero que, si se tiene como válida
esta premisa, ninguna controversia que se suscite de la ejecución de un
contrato celebrado con el Estado podría ser arbitrable.

Finalmente, considero que, lo más adecuado es establecer otro tipo de


garantías y medidas de transparencia al procedimiento interno de aprobación
de los adicionales de obra, a fin de evitar actuaciones irregulares, o de ser el
caso, por ejemplo, habilitar en estos casos, la intervención de la Contraloría
General de la República en el proceso arbitral.

2. ¿Considera una medida acertada que existan plazos específicos de


caducidad para determinadas materias? ¿El plazo de caducidad previsto

1
Castillo Freyre y Sabroso Minaya. (2011). El arbitraje y los adicionales de obra. Revista de Facultad de
Derecho, (66), 319-333.
en la normativa es adecuado? ¿Por qué sí o por qué no? Sustente su
opinión.

En cuanto a la primera interrogante, considero que si bien resulta necesaria la


regulación de plazos de caducidad en nuestra legislación arbitral, a fin de no
mantener en el tiempo incertidumbres jurídicas o situaciones inciertas,
especialmente porque están relacionadas con recursos públicos y con la
satisfacción de necesidades públicas; el establecer en la vía arbitral, plazos de
caducidad específicos para determinadas materias genera confusión al
momento de computar plazos en cada situación particular que, finalmente,
quedará a discrecionalidad del tribunal arbitral determinar o no si la demanda
arbitral fue o no interpuesta dentro del plazo de caducidad.

Ahora bien, en cuanto a la segunda interrogante, considero que los plazos


específicos previstos no resultan adecuados ni razonables, pues son
demasiado cortos, y perjudican principalmente a los contratistas, cuando de lo
que se trata es buscar un equilibrio entre el interés público y privado.

Una inadecuada aplicación de la caducidad perjudica los intereses de las


partes, así como la seguridad jurídica y el derecho fundamental de acceso a la
justicia arbitral; por lo que, resultaría pertinente establecer un plazo de
caducidad general, que sea razonable y adecuado a la complejidad que
caracteriza a las materias arbitrables.

3. Explique los alcances de la no arbitrabilidad de indemnizaciones por


enriquecimiento indebido a la luz del numeral 45.4 del artículo 45° de la
Ley. Sustente su opinión.

El numeral 45.5 del artículo 45 de la Ley de Contrataciones hace referencia a la


no arbitralidad de indemnizaciones por enriquecimiento indebido relacionados a
los adicionales de obra.

Esta disposición normativa se sustenta en que, está relacionada al pago de


adicionales de obra (efectuados antes de ser autorizados); por lo que, de
manera indirecta se estaría sometiendo a arbitraje una materia que no puede
ser dilucidada en esta vía. Los especialistas lo han incorporado como un
“supuesto de fraude a la ley”.

Sin embargo, estoy de acuerdo con lo sostenido en la lectura de Campos


Medina, respecto a que, esta materia también debería ser considerada como
arbitrable, en tanto se trata de una causa de libre disposición que, además,
tiene naturaleza contractual y, además, como ya se expresó, no debe ser
apartada de la vía arbitral por el solo hecho de guardar relación con los
adicionales de obra, sino que amerita un análisis más profundo en cada caso
concreto. Pero, sobre todo porque considero que el arbitraje posee grandes
ventajas frente al proceso judicial, especialmente en contrataciones con el
Estado.

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