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La contraprogramación y la desprogramación
en España (1989-1994). Definiciones,
desarrollo y ejemplos
Javier MATEOS-PÉREZ
(Universidad Complutense de Madrid)
[email protected]
RESUMEN
Se estudia la técnica televisiva de la desprogramación que se desarrolla durante el nacimiento de las televi-
siones privadas. Este periodo es importante porque supone un cambio de ciclo en el modelo televisivo nacio-
nal, considerado como el embrión del panorama audiovisual que hoy tenemos. En este contexto, la despro-
gramación es una muestra indicativa de la encarnizada batalla librada entre emisoras por conseguir la mayor
audiencia posible, es decir, la mayor inversión publicitaria.
El estudio no sólo describe el nacimiento y la tipología de la desprogramación, sino que además aporta mate-
rial inédito obtenido de los medios de comunicación y revistas especializadas en televisión que ejemplifica
el desarrollo de la práctica durante los primeros años. A ello se une la recopilación de opiniones de los pro-
gramadores de las televisiones en competencia, que condensan los diferentes enfoques que ofrecen los pro-
fesionales de la televisión, empeñados en legitimar una práctica de programación, cuyos efectos perniciosos
se dejaron sentir en diferentes sectores próximos a la televisión, especialmente en el espectador de los pri-
meros años noventa
mente la lucha de TVE y Tele 5 primero, y TVE y Antena 3 después. Estas tres
emisoras consiguen, alternativamente, posiciones de liderazgo en la tabla de
audiencias por meses, siendo la televisión pública la más vista al final del periodo,
por una exigua renta.
Entre las armas que utilizaron las emisoras para luchar entre ellas destacamos
la desprogramación.
Las cadenas que más incurrieron en esta práctica fueron las generalistas, Tele
5, TVE1 y Antena 3 fundamentalmente, y en menor número, La 2. Pero no todas
ellas lo reconocieron abiertamente.
Desde la televisión pública en ocasiones se negaban estas acusaciones, excu-
sando los movimientos de programas por razones técnicas y contraatacando hacia
la competencia: "TVE1 no hace contraprogramación, sino que en ocasiones tiene
que alterar algunos de sus programas. Contraprogramación es lo que hace Tele 5,
que cambia toda su rejilla en busca del hueco que TVE deja desasistido"26. Pero
con el paso del tiempo se fue admitiendo la práctica27, llegando incluso a realizar
una contraprogramación entre cadenas aliadas28. Y todo ello a pesar de que el
director del canal estatal reconocía que había que impedir, en todo lo posible,
entrar al juego de este tipo de prácticas: "Hay que evitar los excesos de contrapro-
gramación, ya que en algunas cadenas no se sabe bien cuál es la programación del
día, y por qué hacen sufrir al espectador. (…) terminaremos emitiendo un concurso
sobre adivine qué programación ponemos esta noche"29.
Por su parte, Antena 3 estuvo ajena a esta tendencia en el inicio de sus emisio-
nes. En la primera época su programador, Ramón Pradera, sostenía que el canal no
practicaba la contraprogramación, porque a la hora de programar algo no se guia-
ban por lo que programaban otras cadenas30. A pesar de ello, Antena 3 tuvo quejas
por la sustitución espacios de cine sin notificarlo con antelación31. En la segunda
época del canal privado, Manuel Campo Vidal, director general de la emisora,
mantuvo esta misma política32 frente a los micrófonos, pero lo cierto es que los
cambios de programación se iban produciendo con mayor frecuencia en su emi-
sión conforme pasaba el tiempo.
En Tele 5 existieron opiniones divergentes sobre el tema. Mientras que el
director general, Valerio Lazarov, mantenía un posicionamiento claro33, para su
programador no se realizaba nunca contraprogramación, sino que intentaban ofre-
cer una oferta alternativa para que el espectador no se encontrara ante la disyunti-
va de tener que elegir entre los espacios similares. "Lo que nunca se nos ocurría es
programar un Alfredo Landa con Alfredo Landa, como hizo TVE1 a la misma
hora"34.
En cualquier caso, las acusaciones de contraprogramación —la mayor parte de
las ocasiones se referían a la desprogramación— entre las cadenas estaban a la
orden del día. Tanto TVE como Tele 5 se cruzaron acusaciones de forma
constante35. Al poco tiempo de generalizarse esta práctica de programar en función
de la competencia, fue TVE quien acusó a Tele 5 de contraprogramar sus espacios.
Alejandro G. Lavilla, entonces director de marketing de la cadena pública, aseguró
que su cadena no tenía en cuenta la programación de otras cadenas para alterar su
rejilla porque las decisiones tenían que ser aprobadas, previamente, por el Consejo
de administración de RTVE. A pesar de ello, se observaron varios ejemplos que
demostraban que la cadena estatal había levantado filmes antes anunciados por
otros en el último momento36.
Dejando al margen las justificaciones de los programadores, lo cierto es que la
práctica se llevó a cabo en repetidas ocasiones a lo largo del año. Los ajustes de
horario eran continuos en todas las cadenas y no siempre estaban justificados por
Los anunciantes fueron el último sector que mostró su malestar por el constan-
te cambio de programas en televisión. Centrales de medios, agencias y anunciantes
se quejaron de los cambios después de conocer un informe publicado por la revista
Ciudadano, editada por las asociaciones de consumidores, en donde se denunciaba
que durante el mes de marzo de 1994, más de un tercio de los programas emitidos
por las cadenas no habían sido previamente anunciados en los avances de progra-
mación publicados en las revistas especializadas52. Estos cambios de programa-
ción distorsionaron la rejilla ocasionando que el anunciante no conociera qué tipo
de programa —y por tanto qué tipo de espectador— se iba a asociar con su spot,
con la consiguiente indefinición de cara a la planificación de las campañas.
Para los anunciantes emitir un anuncio de televisión fuera del lugar previsto
resultaba contraproducente, al no llegar al tipo de audiencia al que previamente
había señalado el anunciante para su producto. Esta situación se agravaba en 1994,
ya que las televisiones no podían garantizar el tipo de público al que llegaban los
anuncios de televisión.
100
50
0
TVE1 Antena 3 Tele 5
Canales objeto del estudio
El problema para los anunciantes era importante porque la mayoría de los cam-
bios que se producían en pantalla eran totales, lo que significaba que el espacio
alternativo no coincidía ni en el título, ni en el género, ni en la especialidad del que
había previsto inicialmente. Tan sólo un pequeño porcentaje de los cambios fueron
parciales, en los que al menos se mantuvieron el género o la especialidad.
Para los anunciantes, desde el momento en que cambiaba un programa mudaba
también el tipo de audiencia, con lo que no servía de nada que compensaran las
televisiones estos cambios con más pases del mismo spot, porque habitualmente
no llegarían al público que requería la campaña54. Porque al anunciante le intere-
saba que su marca o producto saliera junto a algún programa concreto, y no con
otro distinto, aunque éste pudiera tener más audiencia.
Los anunciantes ya arrastraban el aumento de la saturación publicitaria en las
televisiones, lo que iba en contra de sus intereses, puesto que los constantes cortes
de publicidad provocaban cansancio en el telespectador y propiciaban el uso del
mando a distancia para cambiar de canal y sortear los mensajes comerciales. A esta
circunstancia se le añadía la molestia de los cambios de programación, lo que
ARCHIVOS
Archivo del Congreso y Senado. Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados
(1989-1994).
BIBLIOGRAFÍA
FUENTES HEMEROGRÁFICAS
ABC
Ciudadano
Diario 16
El Mundo
El País
Teleindiscreta
Fundesco, Comunicación social 1989-1994. Tendencias, Madrid.
1 Es una decisión del Legislador y un desarrollo legislativo que el Tribunal no puede suplir".
Sentencia del Tribunal Constitucional 12/1982, de 31 de marzo (Pleno). Recurso de amparo núm. 227/1981.
"Su implantación no es una exigencia jurídico-constitucional, sino una decisión política que puede adaptar
se a la Constitución por la vía de una ley orgánica". Sentencia del Tribunal Constitucional 74/1982, de 7 de
diciembre de 1981 (Sala Segunda). Recurso de Amparo núm. 390/1981.
2 Ley Orgánica 10/1988, de 3 de mayo de 1988 (BOE nº 108 de 5 de mayo de 1988).
3 Las cadenas privadas estaban obligadas a emitir un mínimo de horas, estableciéndose además
algunas condiciones en lo referente a la producción. Por ejemplo, se establecieron unos mínimos de produc-
ción propia de las cadenas (15 por ciento), de producción europea (40 por ciento), en expresión originaria
española (55 por ciento), películas comerciales emitidas de producción europea (40 por ciento), y dentro de
éstas últimas, películas comerciales emitidas en expresión originaria española (50 por ciento de las europe-
as). Las cadenas tenían que difundir gratuitamente los comunicados que el Gobierno estimara necesarios o
archivar su emisión durante seis meses para posibles inspecciones. Además, la emisión de publicidad tam-
bién se marcaba de forma concreta. Se prohibía contratar espacios de publicidad electoral, situándose unos
tiempos máximos de publicidad: no podían superar el 10 por ciento de programación anual, y 10 minutos de
cada hora de emisión.
4 Ministerio de Cultura, 1993. www.mcu.es
5 Federación de Organismos de Radio y Televisión Autonómicas, fundada el 5 de abril de 1989.
6 Los consumos medios diarios de televisión fueron: 1989-174 minutos; 1990-184 minutos; 1991-
187 minutos; 1992-193 minutos; 1993-202 minutos y 1994-209 minutos. Fuente Sofres A.M.
7 Los responsables de las televisiones privadas denunciaron que TVE reventaba el mercado pagan-
do por los productos audiovisuales precios por encima del mercado. El programador de Antena 3, Ramón
Pradera: "El verdadero problema es que se está tirando con pólvora del rey y no importa reventar el merca-
do, porque luego con pedir una subvención de 20.000 millones de pesetas, que pagamos todos los españoles,
se puede seguir comprando." ABC, 28 de agosto de 1990. También Valerio Lazarov, director y consejero dele-
gado de Tele 5 se quejaba de esta misma situación: "es malo para todos, sobretodo para los pequeños y la pro-
ducción nacional. Las ofertas alcistas de TVE consisten en que por 30 minutos de dibujos animados, paga-
dos en el mercado americano a 3.500 dólares, la televisión pública ha ofrecido desde 7.000 hasta 10.000 dóla-
res". El País, 4 de agosto de 1990.
8 En 91, 92 y 93 el crecimiento fue nulo, e incluso negativo en valor constante, sólo en 1994 ya se
apunta el comienzo de una recuperación. BUSTAMANTE, E.: Radio y televisión en España. Historia de una
asignatura pendiente de la democracia, Gedisa, Barcelona, 2006, p. 130.
9 Según señaló Manuel Palacio, la contraprogramación obligó a las televisiones españolas a rebajar
sus tarifas de publicidad entre el 52 por ciento y el 80 por ciento. Esta circunstancia explicaría en parte que
aunque las cadenas triplicaron el número de anuncios, no mantuvieron estables sus ingresos por publicidad.
El País, 8 de febrero de 1994.
10 El propio Manuel Villanueva con experiencia en buena parte del panorama audiovisual español
(TVG, Tele 5, Antena 3 y Canal Plus) denominaba a los programadores como "acertantes de quinielas del
lunes por la mañana" en alusión a la continua competencia entre cadenas. En PALACIO, M. Y CONTRE-
RAS, J.M.: La programación de televisión. Madrid, Síntesis, 2003, pp. 144.
11 Se trata de buscar el mayor número de audiencia y así privilegiar en cada una de las bandas hora-
rias los programas dirigidos a los grandes consumidores de televisión. Se abandona por tanto el deseo de
crear una dieta equilibrada para todos los segmentos sociales y se pretende lo que se llama la maximización
de las bandas horarias. PALACIO, M.: Historia de la televisión en España, Barcelona, Gedisa, 2005, p. 167.
12 La pantalla amiga de Tele 5 fue la primera en contraprogramar buscando diferenciarse de la com-
petencia. Utilizó una contraprogramación específica para hacer frente al Mundial de fútbol de Italia, retrans-
mitido por TVE. Para ello incluyó en su rejilla de programas la retransmisión de conciertos, películas y seria-
les. ABC, 5 julio de 1990.
13 La publicidad de Tele 5 en la prensa escrita de esta nueva programación buscaba desmarcarse de
la tendencia común de ofrecer deportes. Incluso resaltaba esta confrontación con el texto: Las olimpiadas del
corazón, la mejor manera de no pasar por los aros.
14 Con esta programación, Tele 5 ofertaba un catálogo de cine comercial que pretendía enganchar a
la audiencia femenina e infantil con los siguientes títulos: La fuerza del cariño (James L. Brooks, EEUU,
1983); El cartero siempre llama dos veces (Bob Rafelson, EEUU, 1981); Falso testigo (Curtis Hanson,
EEUU, 1986); La nueva Cenicienta (George Sherman, EEUU, 1964); o Casada con todos (Jonathan Demme,
EEUU, 1988). También programó con esta intención programas musicales como el dedicado a Elton John,
Rocío Jurado o Peret.
15 Tele 5 cambió en ocho ocasiones su programación prevista y el primer canal de TVE, cuatro. El
Mundo, 28 de enero de 1993.
16 La contraprogramación también se realizaba en casos concretos. Si Tele 5 ofrecía el reality show
La máquina de la verdad bajo el tema del asesinato de los marqueses de Urquijo, Nieves Herrero entrevista-
ba en directo después a la principal protagonista del caso, Myriam de la Sierra, hija de los difuntos, en su pro-
grama De tú a tú, otro reality de Antena 3. ABC, 6 de marzo de 1993.
17 ABC, 23 de julio de 1992.
18 ABC, 20 de septiembre de 1991.
19 Esto sucedió durante la campaña electoral a la presidencia del Gobierno de 1993, cuando las tele-
visiones se lanzaron a las primeras elecciones de ámbito nacional en concurrencia. Manuel Campo Vidal,
director de Antena 3, comentaba al respecto: "se ha utilizado la contraprogramación incluso con los debates,
que es lo más absurdo. TVE sabía que nosotros los pondríamos los lunes y los colocó ese mismo día dos horas
antes, aprovechando que tiene dos cadenas". ABC, 23 de mayo de 1993.
20 Javier Arenas denunció que el adelanto del programa Quién sabe dónde (TVE1) al martes era en
realidad una maniobra de TVE para "boicotear" la aparición de José María Aznar en Antena 3: "Televisión
Española hace contraprogramación con fondos públicos. Ya sólo falta que ahora se dedique a boicotear los
programas de José María Aznar en las cadenas privadas". Desde TVE se dijo que "el cambio se debió a razo-
nes estrictamente comerciales y no políticas". El País, 28 de enero de 1993.
21 Diario 16, 23 de agosto de 1992. "Nadie puede pedir a los responsables de la programación que
no cambien la parrilla, si con ello garantizan buenos resultados de audiencias y, consiguientemente, benefi-
cios empresariales". El Mundo, 18 de septiembre de 1993.
22 Ley 25/1994, de 12 de julio, por la que se incorpora al ordenamiento jurídico español la directiva
89/552/CEE, de "Televisión sin Fronteras".
23 De hecho se amplió. Según un estudio de la Unión de Consumidores de España (UCE), los cam-
bios realizados durante la semana sobre las programaciones anunciadas previamente en las revistas fueron
en1995 superiores a un tercio del total de emisiones de los dos canales privados abiertos (38 por ciento
Antena 3 y 37,8 por ciento Tele 5). Esta lógica competitiva basada en la respuesta inmediata que en promo-
ver una estrategia de programación autónoma, también se extendió en gran medida a las televisiones públi-
cas (28,6 TVE1 y 20,3 por ciento La 2). GIORDANO, E. Y ZELLER, C.: Políticas de televisión. La confi-
guración del mercado audiovisual, Barcelona, Icaria, 1999, p. 73.
24 CONTRERAS, J.M. Y PALACIO, M. op. Cit., 2003, p. 198.
25 Aludiendo a la contraprogramación, algunos autores sitúan el desarrollo de la desprogramación en
1992. "La contraprogramación se configura como práctica habitual a partir del segundo semestre de 1992.
Los directivos de los canales de televisión coinciden en señalar las navidades de 1992 y el inicio de la tem-
porada televisiva de 1993, alrededor de la segunda quincena de septiembre, como las fechas en que más con-
traprogramación existe en las pantallas españolas". ROEL, M.: TV en libre concurrencia: una perspectiva, A
Coruña, Agrove, 1999, p. 245.
26 Tele 5 respondió a estas acusaciones denunciando en un comunicado las veces en que el canal
público había realizado contraprogramación contra su emisora: "El espacio Caja de risa que TVE1 habitual-
mente se emite los miércoles pasó, sin explicación al viernes, volviendo de nuevo, la semana siguiente, a su
día y hora. También levantó de la programación el ciclo Nuestros detectives (lunes a las 22.50 horas) emi-
tiendo en estas dos últimas semanas una película española y la repetición de la clausura de los Juegos
Olímpicos, para regresar de nuevo a la emisión de la serie. Además, la serie Generaciones (20 horas) fue sus-
tituida por la repetición de Curro Jiménez, dejando a Generaciones en horario de madrugada. Por último, el
Ciclo Alain Delon (martes, 22 horas) cambió de día (viernes, 23 horas) y el pasado viernes, a esa misma hora,
emitió la película El soplagaitas (Mariano Ozores, España, 1980), una película de Pajares y Esteso. ABC, 28
de agosto de 1992. ABC, 28 de agosto de 1992.
27 Jordi García Candau también confirmó que el canal público contraprogramaba: "nos hemos can-
sado de poner la mejilla y también contraprogramamos para evitar agresiones de terceros". Diario 16, 16 de
diciembre de 1993.
28 El estudio Carat España avisaba que los dos canales de TVE se estaban perjudicando al emitir
espacios similares. Los aumentos de audiencia de La 2 coincidieron con pérdidas en TVE1. Las dos cadenas
privadas practicaban una contraprogramación total, ocultando la información de sus programas y películas
hasta el último momento. El Mundo, 17 de diciembre de 1992.
29 Ramón Colom, director de TVE, reconoció que las dos emisoras de TVE habían realizado contra-
programación en algún momento, durante una conferencia dentro del curso de verano de El Escorial: Tv, la
conquista de un espacio. ABC, 26 de agosto de 1992.
30 Con el tiempo, Ramón Pradera suavizó su opinión al respecto sin dejar de quejarse por la compe-
tencia desleal realizada desde la televisión pública. "El fenómeno de la contraprogramación se solucionará
cuando todas las televisiones juguemos con las mismas normas. Mientras tanto tenemos que utilizar todas las
armas para llegar a la mayor audiencia posible". El País, 9 de febrero de 1994.
31 Como sucedió la noche (29-X-91) en que la emisora privada sustituyó en los últimos momentos
El guateque (Blake Edwars, Reino Unido, 1968). La centralita de la televisión se bloqueó de llamadas de pro-
testa. Desde la dirección se sostuvo que la no emisión fue debida a los problemas técnicos y no obedecía a la
estrategia de contraprogramación.
32 Entrevista a Manuel Campo Vidal, director de Antena 3. "No creo en la contraprogramación. Creo
más en la identidad. La contraprogramación es como jugar a la defensiva. La batalla televisiva es larga. La
calidad es más lenta en su asentamiento, pero terminará imponiéndose". ABC, 23 de mayo de 1993.
33 Entrevista a Lazarov. "¿Usted importó la contraprogramación? Valerio Lazarov no trajo la contra-
programación, trajo la idea de que la televisión es veloz como el mercurio, y se necesitan reflejos, movi-
mientos rápidos. Yo importé la programación, la desprogramación y la reprogramación. Si hay alguna pelí-
cula que gusta más a los hombres, damos un filme de amor para las mujeres." El País, 6 de marzo de 1993.
34 El día al que se refiere el programador, Tele 5 emitió Los días de Cabirio (Fernando Merino,
España, 1971) y TVE a la misma hora Viva la banda (Ricardo Palacios, España, 1987). Los largometrajes
coincidían en que su personaje protagonista era el mismo actor: Alfredo Landa. ABC, 10 de marzo de 1991.
35 TVE y Tele 5 entraron en una especie de lucha particular, porque a este caso le siguió el de Lina
Morgan mencionado al inicio del artículo. Parece ser que la primera causa que llevó a estas televisiones a
enconar su lucha tuvo que ver con que Televisión Española contraprogramó con una gala a la italiana, con
un formato similar a las que solía realizar Tele 5. Concretamente, las dos cadenas coincidieron en que ambas
realizaron sus respectivas galas de presentación para los espacios de otoño-invierno. TVE no acostumbraba
en los últimos años a iniciar las temporadas de programación con un espectáculo similar, hasta que se dio en
Tele 5. Esta lucha entre los dos operadores les llevó a contraprogramarse algunos espacios mutuamente e,
incluso, a ampliar el campo de batalla a los tribunales de justicia.
36 Por ejemplo, unos días antes de realizar estas declaraciones, la cadena estatal desprogramó Carrie
(Brian de Palma, EEUU, 1976), y lo sustituyó por Ruta suicida (Clint Eastwood, EEUU, 1977). ABC, 10 de
marzo de 1991.
37 Dominado por el miedo a la contraprogramación, sin especificar fechas y ni horarios de emisión,
Ramón Colom, director de TVE dio a conocer las directrices de la nueva oferta de septiembre 1992. de la
misma forma, Martí Perarnau, portavoz de Antena 3 durante la presentación de la temporada de otoño de
1993 no precisó el día y la hora de los espacios en prime time "ya que queremos evitar la contraprograma-
ción". El País, 23 de septiembre de 1993.
38 Ley General para la Defensa de Consumidores y Usuarios, 26/1984.
39 El largometraje conserva un notable atractivo para la programación por su metraje, su adecuación
a la contraprogramación, e incluso la desprogramación, y sus resultados medios de público. BUSTAMAN-
TE, E.: La televisión económica. Financiación, estrategias y mercados, Barcelona, Gedisa, 2004, p. 113.
40 Debido al éxito que tuvieron determinadas películas españolas entre el público de televisión, TVE
emitió varios ciclos dedicados a actores españoles, como Gracita Morales y José Luís López Vázquez. Antena
3 pasó un ciclo dedicado a Sara Montiel, formado por películas que en su mayor parte ya habían sido emiti-
das por la televisión estatal.
41 Entre las películas españolas más vista figuraban Biba la banda (Ricardo Palacios, 1987); Vaya
par de gemelos (Pedro Lazaga, 1978); Estoy hecho un chaval (Pedro Lazaga, 1977) o la obra de teatro tele-
visada protagonizada por Lina Morgan Celeste no es un color (Víctor Andrés Catena, 1993). Lo que lleva a
plantear dos cuestiones. La primera es el tratamiento comercial diferente que se concede al cine español y al
cine norteamericano en las salas de exhibición de cine. La segunda es la diferencia de audiencia que una
misma película tiene en cine y en televisión.
42 Mientras que las dos cadenas de TVE presentaban su oferta con varias semanas de antelación, los
dos canales privados dejaban abierta la suya hasta un día antes de la emisión. Y, por ejemplo, los espacios
cinematográficos de Tele 5 o Antena 3, Cine 5 estrellas o El Peliculón, nunca especificaban los títulos de sus
filmes. En las revistas contenían un explícito Título sin determinar, mientras que TVE sí que desglosaba el
título de la película a emitir. ABC, 7 de noviembre de 1993.
43 La utilización de este servicio ofrecido por la cadena no era gratuito. El precio de cada llamada era
de 43 céntimos de euro por minuto, y 30 céntimos en noches y fin de semana, IVA incluído, en Teleindiscreta.
44 Según Tele 5 TVE continuó quebrantando el acuerdo los días siguientes: "La táctica de contrapro-
gramación fue repetida el miércoles 25, TVE volvió a modificar toda su programación nocturna ante la emi-
sión en Tele 5 de la película La caja de música (Costa-Gravas, EEUU, 1989) y el éxito de La máquina de la
verdad con el estreno precipitado de Ay Carmela (Carlos Saura, España, 1990) a las 22.15 horas alteró la
parrilla inicialmente prevista". ABC, 28 de noviembre de 1992.
45 La revista Tele Indiscreta publicó una nota de la redacción en sus páginas interiores para informar
a sus lectores de que Tele 5 llevaba a cabo esta práctica, y por tanto los horarios que se anunciaban en sus
páginas, así como sus programas, podrían sufrir variaciones que se achacaban a la cadena privada.
46 Este titular iba acompañado del siguiente texto: "Cuando las programaciones que publicamos los
medios de comunicación no se cumplen, la culpa no la tenemos nosotros, sino las cadenas de televisión que,
o no han facilitado la información, o la han falseado para engañar a sus competidores. Queremos que quede
claro: los errores en la programación son su grandísima culpa, no la nuestra. Para defenderle a usted, que es
el telespectador, a partir de esta semana publicaremos regularmente un espacio de denuncia bajo el título de
Programas Falsos, informando sobre la cadena que más incumple". El texto iba firmado por Medios que
informan sobre la programación de TV. 20 millones de lectores.
47 Tele 5 remitió una carta a todas las revistas especializadas en información de televisión denun-
ciando que la campaña emprendida era es "una agresión a la libertad de gestión y programación". La cadena
privada pretendía libertad de acción para satisfacer los gustos de la audiencia: "cualquier cadena de televi-
sión del mundo, sea pública o privada, debe de gozar de la más amplia libertad, para programar sus emisio-
nes en la forma que estime conveniente, y para modificar, con el fin de mejorar su oferta a los telespectado-
res". ABC, 23 de enero de 1993.
48 Tele 5 interpuso una demanda ante el juzgado de primera Instancia de Madrid, contra las revistas
especializadas de televisión por la campaña que estas publicaciones iniciaron para denunciar la contrapro-
gramación y con la que pretendían "denigrar y desacreditar a Tele 5". Para la cadena que dirigía Lazarov, las
revistas imputaban "a las cadenas de televisión en general, y a Tele 5 en particular, el incumplimiento de una
pretendida obligación de informarles sobre la programación y, sobre todo, de no variar la programación por
ellas publicada". ABC, 30 de enero de 1993.
49 ABC, 22 de enero de 1993.
50 El seguimiento que las revistas le dispensaron a la campaña fue desigual. Algunas dejaron de
publicarlo a la semana siguiente, como Teleindiscreta. Otras continuaron algunas semanas más, como
Lecturas, que antes de eliminar la página de su revista publicó una entrevista con Juan del Real, director de
la Organización de Consumidores y Usuarios, denunciando la "guerra de la contraprogramación". Ch.
Borque, "Las televisiones juegan con el espectador", Lecturas, enero de 1993.