Documento de Marco Sectorial de Agua y Saneamiento
Documento de Marco Sectorial de Agua y Saneamiento
Documento de Marco Sectorial de Agua y Saneamiento
DIVULGACIÓN SIMULTÁNEA
DICIEMBRE 2021
Este documento fue preparado bajo la supervisión de Sergio Campos (INE/WSA), Jefe de
División, por un equipo liderado por Henry A. Moreno (INE/WSA) y compuesto por María Julia
Bocco, Manuela Velásquez y Diana Carla Champi (INE/WSA), quien asistió en la producción del
documento. Se contó con la colaboración de María Eugenia de la Peña, Magda Correal, Cristina
Mecerreyes, Alfredo Rihm, Marcello Basani, Javier García, Kléber Machado (INE/WSA) y Lourdes
Alvarez (consultora), con los insumos de los especialistas de la División de Agua y Saneamiento
y con la contribución de las autoridades sectoriales de los países, de revisores externos y de
especialistas de CSD/CCS, CSD/HUD, CSD/RND, IFD/CMF, IFD/CTI, IFD/ICS, IFD/FMM,
INE/ENE, INE/INE, INT/RIU, KIC/KLD, KIC/URC, SCL/EDU, SCL/GDI, SCL//LMK, SCL/SPH,
VPS/VPS, VPC/002, DSP/SPK y LAB/IEN.
De conformidad con la Política de Acceso a Información, el presente documento se pone a disposición del
público de forma simultánea a su distribución al Directorio Ejecutivo para su información.
ÍNDICE
RESUMEN EJECUTIVO
SIGLAS Y ACRÓNIMOS
Este Documento de Marco Sectorial (SFD por sus siglas en inglés) está estructurado en
cinco secciones. En la Sección I se define la temática y el alcance de este SFD, así como
su alineación con las principales políticas del Grupo Banco Interamericano de Desarrollo
(Grupo BID o “el Banco”). La Sección II presenta, cómo a pesar de los avances de la
región en los últimos años, aún persisten desafíos importantes relacionados con la
equidad en el acceso a AyS (poblaciones rural, indígena, afrodescendiente y periurbana),
rezago en el servicio de saneamiento, calidad de los servicios (potabilidad, continuidad y
presión del agua suministrada), eficiencia operacional y sostenibilidad financiera de los
prestadores, marco de gobernanza y articulación intersectorial, gestión de las
vulnerabilidades (e.g. riesgos climáticos, de desastres naturales), planificación de largo
plazo, disponibilidad de información, y la adopción de una agenda de innovación y
digitalización en todos los aspectos del sector.
La Sección III presenta evidencia empírica internacional y regional sobre las principales
políticas y programas que han sido exitosas y las buenas prácticas a tener en cuenta al
momento de diseñar intervenciones en el sector. Los principales aspectos que se resaltan
y se desarrollan en este capítulo son: (i) el incremento en el acceso y el mejoramiento de
la calidad de los servicios, incorporando las expectativas de los usuarios sobre las
soluciones y sobre la valoración de los servicios; (ii) la sostenibilidad financiera, soportada
en un flujo estable y suficiente de recursos provenientes de tarifas (ajustadas a la
capacidad de pago de los usuarios) y de fondeo de recursos públicos (con subsidios
focalizados), y el fortalecimiento de la gobernanza sectorial y la regulación del monopolio
natural; (iii) el aumento de la eficiencia en la gestión de los servicios, incluyendo cuando
las condiciones lo hagan factible, la asociación con el sector privado; (iv) la consideración
de aspectos de sostenibilidad ambiental y gestión del riesgo de desastres (especialmente
aquellos generados por el cambio climático); y (v) la incursión del sector en una agenda
de innovación para incrementar la eficiencia, mejorar la planificación sectorial y la
gobernanza, responder a las expectativas de los usuarios e incrementar la resiliencia
frente a eventos de riesgo y contribuir a reducir la generación de Gases Efecto
Invernadero (GEI). En cada uno de estos aspectos deberán abordarse las
consideraciones sociales asociadas para considerar la sostenibilidad de las
intervenciones. Asimismo, resalta los vacíos que enfrenta el sector en temas de
investigación, especialmente en temas de gobernanza sectorial y regulación.
Por último, la Sección V describe las líneas de acción que guiarán las actividades
operativas y de investigación del Banco. Este SFD propone que las actividades del Grupo
BID en AyS contribuyan a la eliminación de inequidades, logrando la universalización de
servicios eficientes, asequibles, sostenibles y de buena calidad. Se priorizan las
siguientes cinco líneas de acción: (i) promover acceso universal a los servicios de calidad
de agua y saneamiento; (ii) mejorar el marco de financiamiento y de gobernanza;
(iii) hacer más eficiente la gestión de los prestadores y promover la participación del
sector privado para lograr servicios sostenibles; (iv) incorporar consideraciones de gestión
de riesgos de desastres, cambio climático y promover la seguridad hídrica, en la definición
de políticas y programas para el sector; y (v) impulsar la innovación en el sector.
I. EL DOCUMENTO DE MARCO SECTORIAL DE AGUA Y SANEAMIENTO EN EL
CONTEXTO DE LAS REGULACIONES VIGENTES, LA ESTRATEGIA INSTITUCIONAL Y
ACUERDOS INTERNACIONALES
1.2 Para fines de este SFD, agua y saneamiento se entiende como un sector
económico que comprende la provisión de los servicios públicos de agua potable
(captación, aducción, tratamiento, almacenamiento y distribución, incluyendo la
gestión integral del recurso hídrico necesario para la provisión del servicio y como
receptor de residuos contaminantes) y de saneamiento para generar condiciones
de salubridad pública adecuadas mediante el manejo de aguas residuales
(recolección, tratamiento y disposición adecuada de aguas residuales) y la gestión
integral de residuos sólidos (recolección, transporte, transferencia, reciclaje,
valorización y disposición final). Este enfoque parte de análisis amplio del sector,
en el que su disponibilidad aporta al desarrollo urbano y rural, y exige la
preservación del agua, en la fuente y en la descarga, no obstante, la mirada
integral del agua como recurso no hace parte de este SFD 1 . Adicionalmente,
implica un cambio en el enfoque tradicional de considerar la dotación de
infraestructura como objetivo final, para incorporar aspectos relacionados con la
satisfacción de las expectativas y necesidades sociales sobre el servicio, el marco
de política y gobernanza, la eficiencia de los marcos regulatorios y el
financiamiento, los impactos y relaciones con el medio ambiente y el recurso
hídrico, la eficiencia en la gestión de los servicios y la incorporación de nuevas
tecnologías (en la parte de la infraestructura, en la gestión de los servicios, el
manejo de la información y la interacción con los usuarios).
1.5 Sin acceso a AyS de calidad no se cumplen muchos de los Objetivos de Desarrollo
Sostenibles (ODS). El sector de AyS aborda el Objetivo 6 de los ODS, cuya meta
es “garantizar disponibilidad de agua, gestión sostenible, y saneamiento para
todos”, con el ODS 11 (ciudades y comunidades sostenibles, a través de la gestión
de desechos municipales) y el ODS 12 (producción y consumo responsables,
aumentando la tasa de reciclaje). Adicionalmente, contribuye directamente con
ocho de los 16 ODS (Recuadro 2) e indirectamente con otros seis (Recuadro 3).
2.3 Lograr acceso universal a servicios de AyS de calidad es clave para reducir
desigualdades y el desarrollo económico y social de los países. Con la
convicción de que el objetivo no es solamente proveer infraestructura, sino
también servicios de calidad, equitativos y asequibles (DIA, 2020), el estándar
mínimo de servicio que el Banco propone impulsar incluye (i) para el servicio de
agua, aspectos como continuidad del servicio, potabilidad y presión del agua, y la
ubicación de las instalaciones; (ii) en saneamiento, disponibilidad de un baño en
la vivienda, que no se comparta con otros hogares y donde las aguas residuales
(AR) no ponen en riesgo la salubridad de las personas; y (iii) en residuos sólidos
(RS), la continuidad de la recolección, la disposición final en rellenos sanitarios de
residuos no valorizados, y el aumento progresivo del reciclaje y la valorización.
Este estándar mínimo ha sido establecido por las Naciones Unidas (UN) en los
ODS a alcanzar al 2030, tras reconocer el impacto de los servicios de AyS en la
calidad de vida y bienestar (salud y ambiente), la equidad (de género, regional,
socioeconómica y étnica), la reducción de la pobreza (educación, productividad,
empleo e ingresos) y, por lo tanto, en el desarrollo económico. Lograr estos
objetivos representa un gran desafío para muchos países de LAC, dado que no
solo se requieren esfuerzos de priorización y comprometer mayores recursos
financieros a los históricamente canalizados, sino también de coordinación política,
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2.4 Bajos niveles de acceso de calidad de servicios de agua. Desde que se adoptó
el estándar de servicios de los ODS en el 2015, la región se ha mantenido en el
mismo nivel de cobertura de acceso a servicio de agua gestionada de manera
segura. De acuerdo con el Joint Monitoring Programme2 (JMP, 2020), 75% de los
hogares en LAC tienen acceso a este servicio, lo que implica que más de 160
millones de personas aún carecen del mismo. Acceso a agua segura implica que
todos los hogares tengan una fuente de agua in situ (en la vivienda, patio o
parcela), disponible cuando se necesita (hay agua suficiente disponible al menos
12 horas al día) y libre de contaminación (que cumpla las normas de
contaminación microbiológica y de sustancias químicas prioritarias). Con el
cambio del estándar de servicio establecido en los ODS, la región pasó, en
promedio, de una cobertura de acceso básico a agua potable (AP) de 97%, que
contabiliza “con servicio” a aquellas personas que tienen que caminar hasta 30
minutos para proveerse de agua3, a una cobertura de 75% de acceso a agua
segura. Debido a la falta de potabilidad del agua y a la baja continuidad del
servicio, 60% de los sistemas no ofrece servicio permanente, racionamiento que
afecta principalmente a poblaciones periurbanas y rurales4, que adicionalmente
disponen en menor proporción servicio de agua in situ y potabilización.
2.5 Gran heterogeneidad entre países. Sólo 11 países reportan al JMP acceso a
agua gestionada de manera segura (Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador,
Guatemala, México, Nicaragua, Paraguay, Perú y Surinam) con coberturas
cercanas al 100% en Chile y bajas como del 43% en México. En Brasil y Costa
Rica, las coberturas están por encima del 80%, y en Paraguay, Colombia y
Ecuador, las coberturas están entre 64% y 75%. En Nicaragua, Guatemala,
Surinam y Perú, las coberturas de acceso a agua gestionada de manera segura
están entre 50% y 55%. Mejorar la información de las variables de calidad en la
provisión del servicio (continuidad, potabilidad y ubicación de las instalaciones),
las cuales no están disponibles en todos los países5, es un gran reto asociado a
este nuevo estándar de calidad de acceso. Las coberturas de acceso básico a AP
las reportan los 26 países (Gráfica 1). Al comparar las estadísticas sobre
coberturas de acceso básico y acceso gestionado de manera segura, se evidencia
la importancia de pasar a medir variables de calidad. Por ejemplo, en México, la
cobertura de acceso básico es de 100%, mientras que la de acceso seguro es de
43%, y en Guatemala estas coberturas son de 94% y 56%, respectivamente.
2 El Programa Conjunto de Monitoreo (JMP) para el AyS de la OMS y UNICEF es el mecanismo oficial de las
Naciones Unidas encargado de monitorear el progreso hacia el ODS 6 desde 2016.
3 En acceso básico, el agua proviene de una fuente mejorada si el tiempo destinado a conseguirla no es mayor
a 30 minutos. Fuentes mejoradas incluyen: agua corriente, pozo excavado protegido, manantial protegido,
agua de lluvia, agua envasada o agua suministrada (carro cisterna o carreta con tanque pequeño).
4 En Brasil, 40% de la población con conexión de agua sufre cortes. En Nicaragua, 37% recibe agua menos
de seis horas por día y en Perú el promedio es 20 horas por día. (Cathala y Nuñez, 2016). En zonas rurales,
el 53% en Panamá no tiene servicio las 24 horas; uno de cada tres habitantes en Paraguay no recibe agua
las 24 horas (Cathala y Nuñez, 2016) y en Honduras el promedio es 16 horas diarias (BID y CEPAL, 2018).
5 En respuesta, el Banco ha venido analizando la información de encuestas de hogares en cada país e
identificando mejoras al reporte de datos para el adecuado monitoreo de los ODS (ver Apéndice 1).
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sea por falta de cobertura en sus comunidades rurales remotas o por la deficiente
infraestructura en los barrios urbanos más pobres a los que han emigrado.
2.9 Los hogares gastan más si no tienen acceso a un servicio formal, y afecta
de manera desproporcionada a mujeres y niñas. La falta de acceso seguro a
AP perjudica principalmente a las poblaciones vulnerables, dado que tienen que
buscar fuentes alternativas para abastecerse como carro tanques, agua
embotellada o caminar hasta un pozo o agua superficial. En zonas urbanas, los
hogares sin conexión pagan entre 10 y 20 veces más por abastecerse de agua,
que hogares de altos ingresos con conexión a la red (UN, 2019). De otra parte,
cuando no hay agua, o el acceso es limitado, son las mujeres quienes cargan con
la responsabilidad de proveer agua para el hogar. A nivel mundial, se calcula que
las mujeres y niñas son responsables del 72% de la recolección del agua para uso
doméstico (OMS y UNICEF, 2015), y que dedican un total de 125 millones de
horas al día a recolectar agua en recipientes que llegan a pesar hasta 20 kg
(water.org, 2015).
2.10 Bajo acceso a saneamiento. Hay una gran brecha de acceso entre el servicio de
agua y el de saneamiento, explicada principalmente en: (i) mayor expansión de
AP por facilidad de construcción y mayor priorización por la población; y (ii) falta
de capacidad técnica de los prestadores del servicio (WWAP, 2017). En LAC, 67%
de los hogares tiene acceso a alcantarillado, 17% a pozo séptico, 9% usa letrinas,
5% tiene acceso no mejorado10 y 2% practica defecación al aire libre. Acceso a
saneamiento seguro exige contar con una instalación hidrosanitaria no compartida
con otro hogar y tratar las excretas in situ o en otro lugar, sin poner en riesgo la
salud. La región pasó de 28% en 2015 a 34% en 2020, con lo cual más de 430
millones de personas carecen de este servicio, principalmente por el bajo
Tratamiento de Aguas Residuales (TAR). La medición de acceso seguro es
compleja por la poca información sobre manejo de AR en el hogar y TAR; sólo
trece países lo reportan al JMP. Chile es el país con mayor cobertura (79%),
seguido por Paraguay (60%) y México (57%). Brasil, Honduras, Argentina, Perú,
Bolivia y Ecuador tienen coberturas entre 40 y 50%, mientras que Venezuela,
Colombia, Surinam y Costa Rica están por debajo de 30% (Gráfica 3). Con el
estándar de calidad anterior a los ODS, que solo considera la disponibilidad de
soluciones básicas11 (no el TAR), la cobertura es 86% para LAC. Por ejemplo, en
Colombia, el acceso a saneamiento básico es de 94%, mientras que a
saneamiento seguro es de 18%. Para cumplir el ODS no es necesario tratar todas
las AR en plantas de tratamiento de aguas residuales (PTAR), sino que las
soluciones no convencionales pueden ser una opción si se acompañan de una
correcta operación y mantenimiento (OyM); no obstante, tampoco existe
información sobre la calidad de las soluciones individuales, por lo que valores de
acceso como el indicado para Paraguay podrían ser inferiores. En el Caribe, la
situación de TAR es crítica por su impacto sobre las playas, pero únicamente dos
países lo estiman, aunque no lo reportan (Barbados con 3% y Jamaica con 8%).
12 Un análisis del BID en Argentina, Ecuador, Paraguay y México encontró que 12 meses después de instaladas
las redes de alcantarillado, sólo el 23% de los hogares se conectaron y 48 meses después pasó a 33%.
13 Una evaluación de impacto del programa de conexiones intradomiciliarias en Colombia (DNP, 2016)
encontró que estas intervenciones reducen en 33% la probabilidad de diarrea en niños menores de 5 años.
14 Los ODS definen tres niveles de servicio para higiene: (i) servicio básico si hay disponibilidad de una
instalación de lavado de manos en la vivienda con jabón y agua; (ii) servicio limitado si existe una instalación
de lavado de manos, pero sin jabón o agua; y (iii) hogares sin instalación de lavado de manos.
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2.14 Acceso precario a AyS fuera del hogar. La OMS identifica el saneamiento
inadecuado de entidades públicas como hospitales, centros de salud y escuelas
como una de las principales causas de enfermedades diarreicas en LAC. En la
región, 78% de las escuelas tienen niveles básicos de saneamiento y 61% de
higiene15. Estudios regionales estiman en 59% la cobertura de AP en escuelas
rurales para nueve países analizados, con 35 puntos de diferencia con las
escuelas urbanas (UNICEF y OMS, 2018). Pese a la poca disponibilidad de
información se puede concluir que, incluso en aquellos casos en que las escuelas
acceden a servicio de agua, hay baja disponibilidad de materiales de higiene y
lavado de manos. La falta de acceso en escuelas a WASH implicó que los
estudiantes no pudieran retornar presencialmente a clase durante el COVID-19
(¶2.22). No se dispone de datos representativos sobre instalaciones de higiene en
los centros de salud. Estimaciones del JMP concluyen que solo el 15% de los
centros de salud en Paraguay disponen de instalaciones para lavado de manos,
siendo este porcentaje 26% para Honduras y 74% para Perú.
2.16 La deficiente gestión de RS genera altos riesgos para la salud pública (Zibara et
al., 2016), impactando con mayor intensidad a las poblaciones más vulnerables.
Estos riesgos provienen de la contaminación del aire (emisiones de GEI,
partículas y gases tóxicos), del suelo y de las aguas superficiales y subterráneas.
Los vectores sanitarios, como insectos y roedores, pueden propagar
enfermedades como cólera y dengue (Goorah et al., 2009). La deficiente gestión
de los RS es parcialmente responsable de las inundaciones y bloqueos de
sistemas de drenaje urbano, debido a las prácticas de algunos generadores de
desecharlos en cuerpos de agua y cañerías o a la falta de servicio de recolección
y de barrido de vías y áreas públicas. Asimismo, la creciente contaminación por
residuos plásticos acumulados en los cuerpos de agua y en los océanos derivan
de una falta o una mala prestación de los servicios de manejo de RS (BID, 2020a).
Asimismo, la gestión inadecuada de los RS presenta un limitante para el
crecimiento del turismo (Plan Maestro de Turismo de Belice, 2030).
2.18 La zona rural no ha sido priorizada. Las brechas se deben a: (i) aislamiento
geográfico y bajas economías de escala; (ii) falta de priorización de inversiones
en especial en áreas dispersas y remotas; (iii) menos formalización y capacidades
para prestar los servicios, y acceder a financiamiento; y (iv) debilidad o ausencia
de instituciones y poca información y asistencia técnica. Hay retos adicionales a
nivel ambiental y social (Carrasco, 2011), con consecuencias en sostenibilidad
(USAID, 2020). El uso de soluciones convencionales (redes de alcantarillado con
TAR), aún en poblaciones concentradas, ha demostrado baja sostenibilidad ya
que suponen altos costos de OyM 18 y conocimientos técnicos no siempre
presentes localmente, conduciendo a su rápido abandono19. En el otro extremo,
la aplicación generalizada de soluciones sanitarias individuales simples (como
letrinas), sin considerar preferencias y aspectos culturales no siempre ha sido
exitosa. Por tanto, las soluciones para LAC deben considerar las expectativas de
la población, su disposición y capacidad de pago 20 , y el uso de soluciones
innovadoras que consideren aspectos culturales, de género y sostenibilidad.
24 Río Tietê en São Paulo, río das Velhas en Belo Horizonte, río Bogotá en Bogotá, río Rímac en Lima, ríos
Reconquista y Matanza-Riachuelo en Buenos Aires, entre otros.
25 En México, entre el 10% y 30% de los sitios monitoreados contiene agua contaminada (Romero-Lankao et
al., 2014), situación que amenaza la disponibilidad del recurso, especialmente en zonas de estrés hídrico.
26 Una fracción significativa de los acuíferos en el norte y centro de Brasil, en Chile y el norte de Argentina y en
México son de poca profundidad, lo que les hace más susceptibles a la contaminación motivada por recargas
agrícolas o intercambios con fuentes de agua superficial contaminada.
27 La contribución podría llegar hasta cerca del 10% si se cuantifican efectos de otros componentes (como el
carbón negro) generados en las quemas incontroladas de residuos (Reyna et al., 2019).
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PIB y para 2019 bajó a 0,31% 28 , con marcadas diferencias entre países
(InfraLatam, 2019). Estimaciones del Banco indican que al ritmo que se viene
invirtiendo, apenas en el año 2075 se estarían cumpliendo los ODS. Universalizar
el acceso a AyS en el 2030 requeriría cerca de US$27 billones anuales29, lo que
implica multiplicar casi por cinco la inversión de 2019. La necesidad de recursos
aumenta en US$14 billones por año al considerar las metas en RS (Faleiro, 2020).
Las fuentes de pago del costo de los servicios (inversiones y OyM) provienen de
los aportes públicos (fundamentalmente subsidios) y las tarifas. Un primer desafío
es incrementar la disponibilidad y estabilidad de largo plazo de los aportes
estatales, principalmente para ampliar el acceso, aún en momentos en que la
situación fiscal y macroeconómica de los países está fuertemente golpeada por
los impactos del COVID-19 (Informe Macroeconómico del BID, 2021).
2.27 Subsidios poco focalizados. Los gobiernos subsidian los servicios de AyS para
permitir que los hogares de bajos ingresos incrementen el acceso y/o aseguren
un consumo mínimo30 (Andres et al., 2019), con una variedad de subsidios a la
demanda, donde se financia parte del consumo, o a la oferta, donde se financia la
infraestructura o costos de OyM (se estima que 22% de los subsidios cubren
costos operacionales). Países como Chile, Colombia y Perú tienen subsidio a la
demanda para poblaciones vulnerables. A excepción de Chile, en la región
predomina la utilización de subsidios cruzados, y en general se observa un amplio
margen de mejora en el diseño, focalización y transparencia de los subsidios31. La
mala focalización está medida por errores de inclusión (se incluyen hogares que
por su ingreso no deberían subsidiarse) y errores de exclusión (no se incluye
hogares que sí deberían recibirlo). En Colombia se encontraron errores de
inclusión de 51% y de exclusión de 0,7% (Fedesarrollo, 2004). Los subsidios en
zonas rurales usualmente financian las inversiones y aunque, en general, se
promueven tarifas para recuperar costos de OyM, normalmente son insuficientes
para cubrir reparaciones mayores o expansiones. En RS, los subsidios otorgados
oscilan entre el 50% y 80% total del costo en la mayoría de los países, dado que
las tasas municipales son inferiores a los costos del servicio, los niveles de
recaudo son bajos o hay una alta porción de usuarios exentos de pago, como por
ejemplo en Chile donde el 80% de la población está exenta del pago de tasas para
el manejo de residuos (UNEP/ISWA, 2015). El desafío está en diseñar esquemas
de subsidio eficientes y equitativos, con fuentes suficientes y estables en el largo
plazo, sobre la base de tarifas que contemplen los costos totales del servicio.
2.28 Costos y tarifas de los servicios. La sostenibilidad de los servicios debe estar
en la tarifa, pero muchas empresas carecen de recursos hasta para operar. Países
como Chile, Colombia, Ecuador y Perú tienen modelos tarifarios nacionales que
permiten cubrir costos de inversión, OyM, y subsidios a población vulnerable,
buscando acceso y asequibilidad. En otros países la regulación tarifaria es
estadual (Brasil y Argentina), o local. En general, las tarifas envían señales
28 La inversión en AyS cayó de unos US$10.737 millones en 2012 a unos US$5.623 millones en 2019.
29 Gerencia de Infraestructura y Energía del BID con datos de cobertura del JMP y costos unitarios promedio
de la región. Estos datos no incluyen el costo del reemplazo de la infraestructura.
30 El tope de consumo mensual subsidiado es: en Chile 15 m3, en Colombia 20 m3 y en Lima (SEDAPAL)
10 m3. En el caso de la Companhia de Saneamento Básico do Estado de São Paulo, el cargo fijo da
derecho a un consumo mensual de 10 m3, y similar criterio se aplica en AySA (Área Metropolitana de
Buenos Aires), pero solamente para la categoría residencial con medición (Ferro y Lentini, 2013).
31 Un análisis a 10 países en el mundo encontró que 56% de los subsidios en promedio van al quintil más rico,
mientras que solamente el 6% van al quintil más pobre (Andres et al., 2019).
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2.29 Asequibilidad. Se considera que los servicios de AyS son asequibles si el gasto
por hogar no supera el 5% del ingreso total (DIA, 2020) y del 1% para el servicio
de manejo de RS (UNEP/ISWA, 2015). La asequibilidad a estos servicios en LAC
difiere enormemente entre los usuarios conectados y no conectados a un sistema
formal. Para el primer grupo, gran parte del problema de asequibilidad proviene
del sobrecosto que deben pagar por abastecerse de formas alternativas (¶2.9 y
¶2.12). Para el segundo grupo, está determinada por varios factores: (i) la relación
entre consumo y gasto por hogar, ya que el consumo por hogar puede ser inferior
al mínimo necesario si las tarifas son elevadas, o ser excesivo, e ineficiente, y por
ello destinan más del 5% de sus ingresos a gastos en AyS; y (ii) la calidad
deficiente de los servicios (real o percibida), que genera sobrecostos de auto
provisión, que muchas veces no son contemplados. Esto es especialmente
palpable en el uso de agua embotellada para beber o, cuando por falta de
continuidad de servicio, se tiene que almacenar o bombear agua, o a pozos. En
la región existe una brecha de conocimiento debido a la falta de información sobre
el real nivel de las tarifas, la eficiencia y equidad de los sistemas de subsidio, el
consumo en los hogares y los costos de auto provisión, y la homogenización de
metodologías para realizar comparaciones entre ciudades o países. Por ejemplo,
la tarifa de agua en Bogotá puede ser más alta que en Tegucigalpa (según el DIA,
2020), el costo mensual puede llegar a ser casi cuatro veces más alto), pero en
Bogotá el servicio es continuo y de calidad, no hay necesidad de abastecerse de
fuentes alternas y existe un esquema de subsidios que busca que los hogares de
bajos ingresos puedan consumir lo que necesitan a un precio que puedan pagar.
focalización en las zonas más rezagadas, como áreas periurbanas y zonas rurales
o de pueblos indígenas, o para equilibrar la brecha de acceso a saneamiento y
RS frente al de agua. En un relevamiento realizado por el BID se encontró que
solo la mitad de los países tiene un instrumento formal de planificación nacional
del saneamiento. En RS existe una marcada tendencia hacia la exigencia de
formular planes municipales de gestión integral de RS, sin embargo, éstos no se
implementan en una gran cantidad de casos y no se cuenta con planes nacionales
que orienten la definición de metas locales.
2.33 Regulación Sectorial. Las empresas de AyS necesitan una regulación de precio
y calidad cuando el mercado no es competitivo, por lo que un eje de las reformas
fue crear marcos regulatorios con entidades independientes 35 . Algunos con
alcance nacional como los de Costa Rica, Honduras, Ecuador, Paraguay, Perú y
Uruguay, y otros de jurisdicción provincial, como en Argentina y Brasil. No
obstante, varios países, como El Salvador, Guatemala, México y República
Dominicana no cuentan con entes de regulación. Algunos marcos se han
complementado con contratos o convenios entre el regulador y los prestadores,
con metas y mecanismos de monitoreo (Argentina, Brasil, Paraguay y Perú). Si se
mide por el avance de la región en los niveles de acceso y calidad, el modelo
regulatorio no ha tenido un desempeño eficiente. A pesar de los avances para
establecer tarifas, aún es necesario asegurar que las mismas se fijen sin injerencia
política y con criterios de racionalidad y eficiencia económica, con un horizonte de
largo plazo, incentiven el uso racional del recurso y con subsidios que garanticen
acceso y asequibilidad. Una brecha de conocimiento en la región es la falta de
información por parte de los reguladores sobre los costos de los servicios y de
instrumentos para su cálculo homogéneo entre empresas.
35 Los casos más exitosos en regulación son los de Chile, Colombia y Perú; crearon, entre 1990 y 1992,
entidades que regulan empresas públicas y privadas y recopilan y divulgan información.
36 En Colombia por ejemplo se disponen los residuos del 86% de los municipios del país (969) en 65 rellenos
sanitarios regionales, con lo cual se aprovechan las economías de escala de esta actividad.
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37 La falta de datos desagregados por sexo que permita dimensionar las brechas en acceso es imprescindible
para realizar diagnósticos, proponer políticas públicas y proyectos con perspectiva de género.
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2.39 Participación del sector privado (PSP). El rol del sector privado en AyS es
relevante para varios objetivos de política sectorial, como el mejoramiento de la
eficiencia y el aporte de recursos. Los operadores privados pueden ser más
efectivos para reducir las pérdidas de agua, mejorar el cobro de facturas y elevar
la productividad laboral43. En los años noventa, la PSP se vio como posibilidad
para aumentar inversiones y mejorar la eficiencia de los servicios, pero la
distribución y manejo de riesgos en algunos casos no permitió obtener los
resultados esperados, con excepción de Chile. Procesos de privatización se
revirtieron en Argentina, Bolivia y Uruguay, y la participación privada aun genera
38 En Brasil, por ejemplo, 75% de la provisión del servicio está en manos de empresas estatales, Ferro et al.
(2014). En el otro extremo, en Chile sólo el 5% del mercado urbano está en manos de una entidad pública.
39 En 11 empresas de AyS en el Caribe se encontraron márgenes de EBITDA que varían entre -237% y 38%.
Cuando las empresas no obtienen márgenes de EBITDA suficientes, normalmente dependen de subsidios
de la administración pública para cubrir los déficits operativos (BID, 2020).
40 Ferro y Lentini (2013). Un análisis realizado por el BID (2021) sobre empresas del Caribe, encontró que el
ANC va desde un 23% hasta un 75%, con un promedio del 46% de ANC.
41 Si bien el porcentaje de micromedición es relativamente alto en la mayoría de los operadores, existen amplias
dispersiones, con mínimos de 19,0% y máximos de 100%.
42 Lentini (2015) encontró, de 63 operadores de la región, un promedio de 3,3 empleados por cada 1.000
conexiones, con un rango de entre 1 y 7,4 (ambos valores de Brasil), independientemente del tamaño de los
prestadores. En países del Caribe esta cifra puede llegar a 12 empleados por 1.000 conexiones.
43 A mejor servicio y operación más eficiente los clientes están más dispuestos a pagar su factura y aumenta
el flujo de caja. Con más ingresos y mejor calidad crediticia se puede expandir el servicio (BM, 2009).
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diferentes niveles de aceptación (Ballestero et al., 2015), a tal punto que en cuatro
países se han incorporado cláusulas constitucionales o legales que
específicamente prohíben la privatización del servicio (Bolivia, Ecuador,
Nicaragua y Uruguay). Según Ferro (2017), las intervenciones se hicieron con
deficiente base informativa, expectativas irreales, necesidades excesivas de
inversión para capacidades o disposiciones reducidas de pago, escasa
consolidación de la regulación y politización del entorno, entre otros problemas.
No obstante, en varios países la PSP está en aumento bajo distintos modelos. En
Brasil hubo un cambio regulatorio en el sector en 2020 que abre la puerta a una
mayor participación del sector privado (actualmente en el 6% de la participación
del mercado y el 20% de las inversiones)44. En Ecuador el sector privado cubre al
18% de la población urbana (por la concesión en Guayaquil). En México, Bahamas,
Trinidad y Tobago y Jamaica, la PSP se ha orientado a contratos de servicios
especializados para control de ANC con muy buenos resultados. Adicionalmente,
grandes proyectos de desalación se han desarrollado en los últimos años bajo
esquemas APP que han despertado un elevado interés entre sponsors
internacionales, la banca comercial y los bancos de desarrollo 45 . Del total de
inversiones privadas en infraestructura en la región, las destinadas a AyS son de
15% por número de proyectos o de 6% por monto invertido (BID, 2021a).
44 Más de 34 millones de personas en Brasil no tienen AP y se debe invertir US$139 billones al 2033.
BNAmericas IntelligenceSeries. Opening Floodgates Private Investment in Brazil’s WaterSector. Ener, 2021.
45 Chile y Perú son ejemplos de estas inversiones. Para desarrollar estas obras, aumentar la eficiencia y el uso
de aguas subterráneas hay una tendencia de modalidades de APP (CChC, 2018 y BNAmericas, 2020).
46 Del total de países con planes de nacionales de AP (95), 14% cuenta con recursos humanos suficientes para
llevarlos adelante y en el caso de saneamiento urbano (94), solo el 11% (GLAAS 2019, ONU-Agua, 2019).
47 Según el Plan Nacional AyS, se requiere invertir US$6.000 millones hasta el 2030 para universalizarlos. Las
inversiones se han duplicado en los últimos dos años, pasando a US$648 millones.
48 En la rama de la ingeniería, la cantidad de egresados anuales es aproximadamente un 80% inferior a lo que
se estima requieren las necesidades de infraestructura del país.
- 20 -
2.44 El sector AyS a nivel global está regulado debido, entre otros, al alto impacto que
estos servicios tienen en la sociedad. En consecuencia, el sector ha adoptado
históricamente un carácter conservador, en relación con otros sectores, ante los
cambios, y es notoriamente lento para implementar innovaciones, dado que se
inclina por la tradición y métodos probados para lograr sus objetivos (Minatta y
Basani, 2020). En un contexto de alta regulación, los prestadores de servicios
dirigen su esfuerzo a garantizar en primer lugar la salud pública cumpliendo los
requisitos reglamentarios, luego mantener los servicios en funcionamiento y en el
marco de las habituales restricciones financieras; así la innovación queda
rezagada en un cuarto orden de prioridad.
53 La adopción de una tecnología en agua puede requerir más de 10 años (O’Callaghan et al., 2018).
- 22 -
2.48 Desafíos asociados a la prestación de los servicios de AyS. Los desafíos que
enfrentan las empresas para innovar y adoptar tecnología (digital) tienden a
relacionarse con temas de cultura empresarial, gestión gerencial, capital humano
y capacidad financiera, que se traduce en: (i) escasa cultura innovadora que se
refleja en baja actividad de innovación y bajas tasas de adopción tecnológica54;
(ii) falta de incentivos internos para promover actividades de I+D (reconocimiento
al personal); (iii) baja gestión de la innovación como un proceso de negocio;
(iv) fuerza laboral con bajos niveles de capacitación en tecnología digital
(Cespedes and Peleg, 2017); y (v) insuficiente financiamiento55 y baja asignación
presupuestal56 a actividades de innovación.
2.49 En la región se observa una tendencia a reducir las fallas de mercado que
inhiben la generación y adopción de soluciones y prácticas innovadoras.
Esto particularmente desde el lado de la oferta, a través de acciones de política
pública que promueven la coordinación entre actores, generan regulaciones y
forman agencias para impulsar la investigación (becas de estudiantes y patentes,
entre otras acciones), el desarrollo (financiando equipamiento y centros
tecnológicos, por ejemplo), la promoción del emprendimiento (brindando
asistencia técnica y capacitación, apoyando concursos científico-tecnológicos)57,
mecanismos de financiamiento (como subsidios, capital semilla y fondos de
inversión), y al sector productivo (pilotos y su escalamiento), como en los casos la
Agencia Nacional de Investigación e Innovación de Uruguay, Corporación de
Fomento de la Producción en Chile, e Innóvate Perú a través del Ministerio de la
Producción de dicho país (Minatta y Basani, 2020). De otro lado, intervenciones
desde el lado de la demanda vienen siendo impulsadas en las políticas de
innovación implementadas en la región (Ospina et al., 2021). Entre estos
54 Menos de un 40% respecto al umbral internacional de referencia en el sector (Cubillo et al., 2019).
55 A nivel global, la inversión en innovación en agua es más baja que la del sector eléctrico (Ajami et al., 2014).
56 Nueve de los operadores que revelaron el monto que invierten anualmente en proyectos de innovación,
indicaron US$30 mil anuales o menos; cuatro afirman invertir US$100 mil o más (Cubillo et al., 2019).
57 En Brasil, SABESP impulsó el programa PITCH SABESP, el cual es un llamado público para seleccionar
las tecnologías más innovadoras que contribuyan a resolver los desafíos de la empresa.
- 23 -
3.2. Agua, saneamiento y salud. El agua –para beber, preparar alimentos e higiene–
y el saneamiento son clave para la vida, y su deficiencia eleva la propagación de
enfermedades (Howard et al., 2020), en particular en niños. Según estimaciones
(Prüss-Ustün et al., 2019), 1,6 millones de muertes al año en el mundo son
atribuibles a acceso inadecuado a WASH58; de ellas, 829.000 por diarrea, 297.000
de las cuales corresponden a niños menores de cinco años (5,3% de las muertes
para ese grupo de edad) 59 . La falta de AyS adecuados explica 60% de los
episodios de diarrea, 13% de infecciones respiratorias agudas y 16% de la
malnutrición infantil (Prüss-Ustün et al., 2019). A nivel global, proporcionar acceso
a AP en el hogar reduciría los episodios de diarrea en 75% (Wolf et al., 2018). Las
intervenciones en saneamiento que logran una cobertura alta (superior a un 75%
de la comunidad) reducen el riesgo de diarrea en 45%, y las soluciones por red
tienen un impacto mayor que las soluciones a nivel hogar (40% versus 16%). El
impacto positivo en salud se incrementa al contemplar medidas de higiene60 y de
educación sanitaria y comunicación (sobre lavado de manos e higiene menstrual,
personal y de los alimentos). La percepción sobre la importancia del lavado de
manos ha crecido dado que es una de las principales medidas para prevenir el
contagio del COVID-19, entre otras enfermedades (WHO-UNICEF, 2020). Los
impactos en salud del acceso a AyS tienen consecuencias en el largo plazo,
afectando la estatura, la masa corporal, los años de escolaridad, los salarios
58 Además de las diarreas infecciosas, la falta de agua segura se asocia a una larga lista de enfermedades.
Arnold y Colford (2007); Barreto et al. (2007); Galdo y Briceno (2005); Galiani et al. (2005); Rasella (2013);
Waddington et al. (2009); BM (2013); Setty et al. (2017); Brown et al. (2013) y Gyorkos et al. (2013).
59 Rocha y Soares (2015) encontró que el acceso a AyS ayudan a reducir la mortalidad infantil.
60 Estudios evidencian que el lavado de manos con jabón previene entre 30% y 47% de las diarreas infantiles
(Curtis et al., 2009), el 23% de las infecciones respiratorias (Rabie y Curtis, 2006), y que la promoción de la
higiene, incluyendo el lavado de manos con jabón, es la intervención más costo efectiva (Jamieson, Bremen
y Measham, 2006). En LAC, Gyorkos et al. (2013) hallaron que intervenciones en educación sanitaria e
higiene en escuelas primarias de Perú disminuyeron las infecciones por Ascaris lumbricoides en un 58%.
- 24 -
3.4. Agua, saneamiento y productividad laboral. Existe también una relación entre
disponibilidad de AyS, productividad e ingresos. La falta de AyS implica una
pérdida de productividad de origen laboral como consecuencia del ausentismo por
enfermedad o por la necesidad de cuidar a los niños enfermos. También, el tiempo
destinado a obtener agua desde alguna fuente distante de la vivienda impacta el
potencial de generación de ingresos. En zonas de baja densidad y rurales, el
mayor beneficio económico de la disponibilidad de agua está dado por el ahorro
en el tiempo de acarreo que puede ser destinado a actividades productivas
capaces de generar ingresos para el hogar67.
3.5. Impactos económicos y empleo. El AyS resultan esenciales para las economías
de los países, al impulsar actividades productivas que favorecen la generación de
ingresos (y empleo). En LAC, por cada mil millones de dólares invertidos en
proyectos de infraestructura se pueden generar, en promedio, unos 35.000
empleos directos asociados a dicha inversión (Pastor et al., 2020)68. Sin embargo,
61 Zhang y Xu (2016) hallaron que los jóvenes de zona rural de China con acceso a agua tratada en la primera
infancia experimentaron más niveles de escolaridad que aquellos que obtuvieron acceso en etapas
posteriores. Bhalotra y Venkataramani (2013) encontraron impactos en estatura y la escolaridad en México.
62 En el mundo la incidencia de dengue creció un 700% en las últimas dos décadas y LAC es una de las
regiones más afectadas (Howard et al., 2020). AFD (2014), PAHO (2012), Magrin et al. (2014).
63 En Egipto, intervenciones en AyS en escuelas redujo el ausentismo por enfermedades similares a la
influenza, diarrea, conjuntivitis e influenza en 40%, 30%, 67% y 50%, respectivamente (Talaat et al., 2011).
Resultados similares se encontraron en Trinies et al (2016) y Nicholson et al (2014).
64 En Kenia, intervenciones de WASH en escuelas redujeron en 58% la probabilidad de ausencia de las niñas
(Freeman et al., 2014).
65 En Brasil, los niños en un hogar conectado a un sistema de AyS están dotados de 0,7 y 0,8 años escolares
más, respectivamente, en comparación con niños que carecen de estos servicios (Ortiz Correa et al., 2016).
66 Bleakley (2007) encontró que la desparasitación de niños en América del Sur tuvo efectos positivos en
resultados educativos. Bundy et al. (2006) hallaron que los programas de salud en escuelas pueden
aumentar la productividad durante la vida adulta no solo por mejores habilidades cognitivas, sino también
por su efecto en la participación escolar y años de educación alcanzados.
67 Galiani et al. (2005) encontraron que la expansión del servicio de “Aguas Argentinas” provocó una reducción
de la distancia recorrida para llevar agua al hogar, lo que se traduce en una mejora de productividad. Hutton
y Haller (2004), Pickering et al. (2012) y Aiga y Umenai (2002) encontraron resultados similares.
68 En Estados Unidos, se estima que por cada US$1 millón invertido en servicios de AyS se generan entre 10
y 20 puestos adicionales de trabajo, y por cada puesto de trabajo en empresas a nivel local se generan 3.7
puestos indirectos de trabajo que contribuyen a la economía nacional.
- 25 -
3.9. Mayor foco en la zona rural. Una de las medidas de mayor impacto promovidas
por países con grandes rezagos de acceso ha sido dar prioridad a la formulación
de políticas, planes y programas orientados a atender a la población rural, tanto
concentrada como dispersa (WHO, 2016). La experiencia internacional indica que
se deben considerar los siguientes aspectos: (i) el usuario debe tener injerencia
en elegir la solución más apropiada, y el enfoque de género es fundamental; (ii) las
soluciones efectivamente demandadas por la población, considerando la
capacidad de pago, son sostenibles y efectivamente utilizadas (BID, 2017) 73 ;
(iii) debe aplicarse un enfoque intercultural, con información sobre las
características socioeconómicas, culturales, conocimientos, actitudes y prácticas
de las comunidades sobre las soluciones que se pretende introducir
(UNICEF, 2012); y (iv) para el caso de saneamiento, la creación de demanda, la
educación en higiene y la promoción de oferta local de soluciones son clave
(WSP, 2016; ECOPSIS, 2014). Existen modelos de financiamiento que han
probado ser exitosos en el sector rural, como el uso de microcréditos para la
construcción de soluciones individuales (WSP, 2016). Diversos estudios han
demostrado que incluso soluciones individuales de bajo costo (como filtros de
agua) han sido efectivos para reducir tasas de prevalencia en enfermedades74.
3.10. La calidad del servicio es tan importante como el acceso. Invertir en mejorar
la productividad, eficiencia y calidad de los servicios de infraestructura en un
5% adicional respecto de los estándares actuales puede impulsar el crecimiento
regional en 3,5% del PBI en los próximos 10 años (BID, 2020). Entre las prácticas
más efectivas para mejorar la calidad se destacan: (i) definir en reglamentos y
marcos regulatorios los estándares de calidad esperados, diferenciando entre lo
urbano, periurbano y rural; (ii) disponer de herramientas técnicas, legales y
administrativas para asegurar que los operadores cumplan estándares de
calidad75; (iii) pasar de un enfoque orientado a inversiones en obras a uno de
prestación y calidad de los servicios (BID, 2020); (iv) implementar sistemas de
información y seguimiento de indicadores de la calidad del servicio; (v) incorporar
sistemas y tecnologías innovadoras en las inversiones y en la gestión de los
servicios; y (vi) desarrollar planes de mitigación de riesgos y la adopción de un
enfoque de resiliencia en la provisión de los servicios.
3.12. Saneamiento como negocio. Las grandes inversiones que requiere la región,
especialmente en asentamientos informales, abre una oportunidad para
generar oportunidades laborales y de negocios para poblaciones vulnerables,
con enfoque de género, tanto en la fase de obra como de prestación de los
servicios. En diferentes casos, el impulso privado ha llevado a contribuir en
toda la cadena de saneamiento, por ejemplo, mediante la creación de
mercados en la generación de fertilizantes, de metano o en la limpieza de
letrinas (Mara et al., 2010). Según Rosenboom y Ban (2017), para un hogar
de bajos ingresos la decisión de adoptar un adecuado saneamiento depende
en gran medida de la oferta, es decir, del diseño, el costo, la disponibilidad y
la variedad en las alternativas que ofrece el mercado. En muchas ciudades se
ha desarrollado de manera espontánea un mercado para la recolección y
transporte de lodos fecales domiciliares generados en soluciones individuales
de saneamiento, que necesita de instalaciones para su tratamiento y una
regulación, estandarización, formación y monitoreo para asegurar que la
gestión de lodos sea segura (casos de éxitos en Bolivia, Haití y Nicaragua).
3.17. Economía Circular en AyS. La EC está cada vez más presente en las agendas
de política pública de LAC82, en la agenda multilateral e incorporándose, aunque
de manera incipiente, en operadores de AyS. En el mundo hay experiencias que
demuestran la viabilidad del reúso de AR tratadas para fines agrícolas (caso
Israel, EPA, 2019), industrial (México, Sudáfrica, Brasil) (Rodriguez et al., 2020),
e incluso como AP (Namibia). También, hay experiencias en recuperación de
energía proveniente de lodos del TAR (Chile, Estados Unidos, Suecia, México83 y
Japón) (NSF, 2015), y recuperación del fósforo como fertilizante (Estados Unidos,
Países Bajos y Dinamarca) (IWA, 2016). Hay potencial de generación de nuevos
mercados, y oportunidades de empleo y recursos en torno al saneamiento, para
contribuir a su autosuficiencia (Toilet Board Coalition, 2016). En general, la
transición a una EC requiere: (i) fomentar la participación de la población,
trabajando en cambio de hábitos y comportamiento, en racionalizar consumos,
cultura de pago, reducción, reutilización y entrega de RS separados desde la
fuente; (ii) cambiar la percepción de los usuarios respecto al uso de agua de reúso
para actividades productivas y de soluciones basadas en la naturaleza para TAR;
y (iii) fortalecer marcos normativos (como la Hoja de Ruta de EC de Chile (MMA
Chile, 2020), instituciones, el control y monitoreo, y promover nuevas tecnologías.
para hacer frente a estos eventos (OECD, 2013), la mayoría de operadores aún
responde de manera "ad hoc" con poca planificación (Buurman et al., 2016).
Algunas líneas son: (i) desarrollar herramientas de diseño de proyectos que
considere el CC en variables hidro-meteorológicas, mejore la información para
pronosticar riesgos, frecuencia e intensidad de eventos extremos (Hallegatte et
al., 2017); (ii) emplear nuevos enfoques para planificar infraestructura (e.g. Diseño
Robusto y Rutas dinámicas de políticas de adaptación) (Roson y Sartori, 2012);
(iii) comprender mejor el impacto físico y económico de los riesgos por desastres
y de CC, y de medidas de adaptación y mitigación85, a nivel territorial y por sector
económico86; (iv) incorporar la gestión del riesgo en las normas, planes maestros
y diseño de infraestructura (OECD, 2013); (v) definir indicadores de resiliencia
climática a nivel de proyecto y generar lecciones sobre las medidas
implementadas (Grunwaldt et al., 2021); y (vi) implementar medidas no
estructurales como sistemas de alerta temprana, planes de contingencia y gestión
de riesgos de desastres (incluyendo sequías), y fortalecimiento institucional87.
3.20. Reforzar los mecanismos de fondeo sectorial de largo plazo. Existe consenso
internacional sobre la importancia de incrementar la inversión en AyS,
especialmente en saneamiento (¶2.1-¶2.3). Obtener los recursos necesarios para
alcanzar los ODS depende de la canalización efectiva de aportes del Estado (vía
recursos propios, de financiamiento de fuentes multilaterales y bilaterales o
privadas, o de donantes) y de los usuarios (vía el pago de tarifas). No obstante, el
llamado a mejorar la estabilidad y suficiencia de los subsidios públicos, evitando
que induzcan comportamientos e incentivos no deseados en las decisiones de las
empresas e injerencia política directa (Ducci y Krause, 2013), es clave adoptar
políticas tarifarias orientadas a cubrir por lo menos los costos de OyM. La
evidencia internacional muestra que la estabilidad y suficiencia de los aportes del
Estado dependen de: (i) prioridad del sector en las políticas de gobierno;
(ii) situación macroeconómica; (iii) capacidad de los prestadores y autoridades de
rectoría para planificar eficientemente las inversiones y desarrollar programas y
proyectos; (iv) capacidad de ejecución eficaz de los recursos; y (v) inclusión de
medidas de transparencia en el manejo de los recursos.
3.22. Mejor focalización de los subsidios. La mayoría de los subsidios están dirigidos
a agua, zonas urbanas y servicios por red. Un mejor balance entre servicios (agua
y saneamiento), zonas geográficas (urbano y rural) y tipos de servicio
incrementaría los beneficios de los subsidios, mientras que la incorporación de
innovación tecnológica permitiría mejorar su focalización (Andres et al., 2019). Las
mejores prácticas en su diseño sugieren que89: (i) deben focalizarse en familias
con dificultades efectivas para pagar su factura (en comunidades indígenas se
recomienda focalizar por zona geográfica para no generar efectos adversos en el
tejido social); (ii) los mecanismos de focalización deben ser transparentes,
objetivos, definidos por actores externos al operador y actualizarse
periódicamente para minimizar errores de inclusión y exclusión; (iii) la
determinación del subsidio debe ser simple y comprensible para los usuarios;
(iv) los costos del sistema deben ser eficientes (por ejemplo, utilizar bases de
información y criterios de uso general para políticas públicas); (v) el financiamiento
debe ser suficiente y estable, pudiendo provenir tanto de usuarios de mayor
capacidad de pago (subsidio cruzado), o de presupuesto gubernamental (subsidio
directo a la demanda); y (vi) los mecanismos de financiamiento directo a la oferta
sólo son deseables si pueden focalizarse territorialmente (por ejemplo para zonas
rurales o peri-urbanas) o en aquellos casos en que se tengan externalidades por
problemas ambientales o de salubridad (programas de financiación basada en
resultados han demostrado mejorar el impacto de la inversión estatal
(SWA, 2020), como el Programa de Incentivos Municipales de Perú.
3.24. Mejor gobernanza para el sector. Las brechas de gobernanza son una de las
barreras más comunes en la implementación de políticas de AyS (Menard et al.
2018). En esa línea, Bayu et al. (2020) identificaron que, en países en desarrollo,
las dimensiones sociales y políticas de la gobernanza (por ejemplo, la efectividad
de los gobiernos), influyen en la desigualdad de acceso a saneamiento, mientras
que la desigualdad en el acceso a agua está fuertemente influenciada por
aspectos económicos de la gobernanza (como la absorción de fondos domésticos
o de recursos de donación). Ello ha ocasionado una priorización desigual entre
agua y saneamiento en los países en desarrollo. Por otro lado, los mecanismos
establecidos por la sociedad y los gobiernos para gestionar y manejar los RS no
se han desarrollado al mismo paso que los relacionados a AyS (Nichols y Smith,
2019). Un paradigma en la provisión de servicios públicos es la separación de
funciones y competencias del Estado, en diferentes entes; que los operadores se
concentren en la prestación de los servicios, y que otras entidades se encarguen
de formular políticas, dictar normas y regular los servicios94. La experiencia indica
que este concepto no ha sido exitoso en todos los casos, y que cada país debe
contemplar un modelo ad-hoc de organización, con ciertos elementos básicos95:
(i) respaldar el marco institucional en leyes sectoriales; (ii) lograr recursos
permanentes definidos en normativas de alto nivel; (iii) contar con programas de
formación de capacidades; y (iv) disminuir la injerencia de intereses particulares
(sindicatos, gremios, burocracias, políticos, contratistas, etc).
3.25. Fortalecer la rectoría y la regulación. Entre las funciones centrales del Estado
se encuentran las de establecer directrices para el desarrollo del sector, fijar
políticas y normas, planificar nacionalmente, establecer sistemas de
información96, asignar recursos y definir modalidades de gestión de los servicios.
Los países exitosos97 e ilustrativos de buenas prácticas del sector cuentan con
entidades bajo un marco jurídico y mandato claro, significativos y periódicos
92 El total acumulado desde su inicio en 2007 es de US$754.000 millones.
93 Aguas Andinas realizó en 2019, por segundo año consecutivo, la emisión de bonos verdes en moneda local,
por un monto de US$83 millones, con un plazo de 25 años a una tasa del 2%.
94 Este modelo ha sido exitoso, por ejemplo, en Chile, Colombia, Brasil, Perú y Jamaica.
95 Ver Hantke-Domas y Jouravlev (2011). Para reformas en Europa del Este y Asia Central ver OECD (2011).
96 Según OECD (2017), mejorando la calidad de la información disponible se mejora la eficiencia laboral.
97 Casos exitosos de rectoría sectorial son los de Colombia y Perú. En el caso de Chile las decisiones se
canalizan con éxito por el ente regulador o de la Empresa Concesionaria de Servicios Sanitarios, S.A.
- 33 -
3.31. Participación del sector privado. Potenciar la PSP en estos servicios es crucial
para incrementar el acceso y mejorar su calidad y eficiencia (incorporando nuevas
prácticas y tecnología)113. A pesar que en las décadas pasadas la PSP en AyS no
cumplió la expectativa inicial de financiamiento de las inversiones 114 , su
participación sí mostró mejoras de eficiencia y calidad115 de los servicios de AyS
(BID, 2021a). Las APP pueden ser eficaces para implementar tecnologías
innovadoras (por ejemplo, para reducir ANC). A nivel institucional, la existencia de
un marco regulatorio y de política claro e instituciones con alta capacidad de
supervisión son condiciones necesarias para el éxito de estos procesos (BID,
2021a). De las experiencias exitosas se extrae que su estructuración debe
considerar (BID, 2021a): (i) las fuertes demandas de capital en cortos períodos de
tiempo y las reales posibilidades para su aporte, bien por el Estado o el privado;
(ii) la volatilidad política, por el carácter descentralizado de estos servicios; (iii) la
percepción social, la capacidad económica y disposición al pago de la población,
especialmente en saneamiento y TAR; (iv) la adecuada distribución de
responsabilidades y riesgos entre los actores público y privado; y (v) niveles de
servicio e indicadores de desempeño medibles. Finalmente, estudios indican que
la PSP aumenta cuando se reduce la corrupción, con la vigencia del estado de
derecho y con la calidad de las regulaciones (Kogan y Bondorevsky, 2016). Más
allá del marco institucional y la adecuada estructuración del contrato, la
experiencia, confiabilidad y capacidad técnica y financiera del socio privado son
clave para cumplir las obligaciones contractuales y estándares de desempeño.
112 Empresas líderes en el mundo emplean del orden de un empleado por 1.000 conexiones, tercerizando una
gran cantidad de actividades. Se considera que entre dos y tres empleados/1.000 conexiones es razonable.
113 Con datos de más de 1.200 operadores de agua y electricidad en 71 países en desarrollo, Gassner et al.
(2009) encontraron que los operadores con PSP incrementaron en 12% y 19% las conexiones de agua
residenciales de AyS, respectivamente y un 41% las horas diarias de servicio.
114 Ver detalles sobre la actuación y salida de los operadores internacionales de América Latina en Ducci (2007).
115 Bonifaz e Itakura (2014) encontraron que las empresas de AyS privadas obtienen mejores resultados que
las públicas. Barrera-Osorio et al. (2009) encontraron efectos positivos de las privatizaciones en Colombia
para el bienestar del consumidor. Lambert (2019) estudia la privatización de AyS en Guayaquil, Ecuador.
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E. Innovación
(Sarc et al., 2019). Los sistemas con reciclaje inteligente están contribuyendo al
desarrollo de nuevos mecanismos para financiar la infraestructura y la gestión del
agua126. Otras innovaciones ocurren en tecnologías probadas y en uso, como es
el caso de la desalación, donde se esperan avances tecnológicos que podrán
resultar en una disminución significativa en los costos de producción de AP por
reducciones en consumo de energía (en 20 a 35%), y de los costos de capital (en
20 a 30%), mejorando la fiabilidad del proceso y flexibilidad (Glenn et al., 2019).
3.39. La fuerza laboral digital. La región debe entender cómo la fuerza de trabajo
digital se incorporará a las empresas de AyS (Abbatiello et al., 2017). Robótica e
inteligencia artificial no implican desplazar trabajadores; la automatización
inteligente puede aumentar la productividad laboral (Glenn et al., 2019). Para
contribuir a desarrollar las habilidades que serán demandadas por los operadores,
de acuerdo con el BID (2020c), las tutorías, mentorías y el acceso a información
sobre trayectorias educativas y profesionales, oportuna y adaptada a la edad,
pueden ser muy valiosas. Los talleres intensivos de formación se han señalado
como un modelo prometedor para contribuir a superar de forma eficiente y
rentable los retos de perfeccionamiento y reconversión de aptitudes digitales.
4.3. Los programas deben incluir medidas orientadas a mejorar la calidad de los
servicios. La mayoría de los programas en AyS incluyen intervenciones
orientadas a mejorar la calidad de los servicios, lo cual debe realizarse a través
de la rehabilitación de sistemas junto acciones para el fortalecimiento en la
gestión. La potabilidad es uno de los aspectos clave en el acceso seguro a los
servicios de agua, especialmente en programas rurales, por lo que es fundamental
incluir medidas específicas en este tema.
4.6. La educación en higiene y la sensibilización social son clave para lograr los
impactos positivos de la inversión. Los programas tradicionales de educación
ambiental o sensibilización a los usuarios han evolucionado hacia programas de
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4.8. Invertir en mejorar la resiliencia de los servicios es cada vez más crítico. El
apoyo a los operadores en la gestión de riesgos es clave, lo que normalmente
incluye la elaboración de planes de emergencia o contingencia y la capacitación
del personal en aspectos técnicos que contribuyan a mejorar la gestión en eventos
y de inseguridad hídrica.
4.9. Existe un fuerte vínculo entre gestión adecuada de AyS y cambio climático.
Cada vez más, los países están desarrollando líneas de trabajo sobre CC y
adaptación en el sector AyS. Estas acciones deben incluir la elaboración de leyes
para la protección ambiental que consideren aspectos de CC (como en Bahamas),
el diseño de regulaciones específicas para mitigar sus impactos, y la
consideración de estos aspectos en el diseño de las obras. En este aspecto, el
Banco ha tenido un rol central en apoyar a los países tanto en el análisis de los
impactos del CC como en su incorporación en la planificación de inversiones.
4.14. Los aspectos de fondeo y financiamiento sectorial deben ser parte central
en el diseño de las intervenciones. Muchos de los programas han apoyado
estudios para la definición de esquemas de tarifas y subsidios que contribuyan al
autofinanciamiento de los servicios y, al mismo tiempo, aseguren su asequibilidad
por parte de la población más vulnerable. Es importante explorar alternativas de
recuperación de costos (tasas, por ejemplo) para el servicio de gestión de RS, así
como otorgar apoyo para su implementación. A su vez, el uso de instrumentos
financieros estructurados y bajo leyes y moneda locales ha demostrado que
facilita el financiamiento a operadores.
5.1. Este SFD propone que las actividades del Grupo BID en AyS contribuyan a la
eliminación de inequidades, logrando la universalización de servicios eficientes,
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5.6. Infraestructura que mitiga emisiones de GEI y es resiliente frente al CC. Las
empresas deben incorporar en su gestión medidas para mitigar emisiones de GEI
en sistemas de recolección, tratamiento y disposición de AR y RS, y para su
adaptación a los impactos del CC. En materia de adaptación al CC, LAC debe
incluir en los proyectos ejecutivos y planes maestros (y durante la OyM), las
medidas necesarias para incrementar la resiliencia de los servicios y de la
infraestructura a los riesgos de sequía, inundaciones y elevación del nivel del
mar131, a través de adopción de soluciones basadas en la naturaleza, entre otros
mecanismos innovadores. El Banco promoverá el desarrollo de sistemas de alerta
temprana y planes de contingencia para cubrirse adecuadamente de eventos
extremos, y acciones de fortalecimiento institucional en: (i) manejo de datos
hidro-meteorológicos, de calidad de agua y de clima que apoyen la GIRH;
(ii) identificación y análisis de riesgos de desastres y CC; (iii) plataformas para la
diseminación del conocimiento en la gestión del CC y coordinación con otros
sectores; y (iv) uso de métodos innovadores para apoyo en la toma de decisiones
y planificación del RH. Con la implementación de estas medidas se contribuirá
además a cerrar la brecha de conocimiento en relación a los efectos del CC y las
medidas para hacerle frente.
5.10. Los marcos de regulación y transparencia del sector deben fortalecerse para
ganar eficiencia. Las normas, regulaciones y políticas deben generar incentivos
adecuados para acelerar el acceso, calidad y asequibilidad a los servicios para la
población más pobre, para concentrar la estructura de mercado y para aumentar
la participación del sector privado en el sector de AyS. Las regulaciones deben
tener visión de largo plazo y ser estables para dar seguridad a los distintos agentes
(prestadores, usuarios, inversionistas) y para atraer de manera eficiente la
participación privada. Es necesario mejorar el conocimiento sobre la efectividad
de los diferentes modelos institucionales, esquemas de subsidio (focalización y
beneficiarios), metodologías tarifarias y asequibilidad (para usuarios conectados
y no conectados), para poder ajustarlos a las necesidades específicas de cada
país, desarrollar instrumentos financieros y comerciales considerando la
- 47 -
5.11. LAC debe fortalecer el empleo en el sector. Las inversiones en AyS dinamizan
la economía por su aporte a la generación de empleo, gran parte de mano de obra
no calificada, y tienen el potencial de promover empleos con equidad de género
(mayor participación de mujeres en puestos directivos) y actividades de desarrollo
productivo local mediante negocios de servicios de OyM de la infraestructura,
mantenimientos de las facilidades y desarrollo de emprendimientos de plomería y
construcción en conexiones domiciliarias, entre otras. Se deben mejorar las
habilidades de los trabajadores del sector (con enfoque de género y diversidad),
tanto a nivel nacional (en agencias de rectoría sectorial, regulación y control) como
en los prestadores de los servicios, las firmas constructoras y de consultoría, con
el fin de acelerar la transformación tecnológica del sector y la inserción del sector
en la agenda de economía verde. Se deberá incrementar el conocimiento sobre
las causas de la falta de personal adecuado y suficiente, involucrando a la
academia para el mejoramiento de los programas de formación.
5.12. Las empresas prestadoras deben mejorar sus niveles de eficiencia. Las
inversiones en expansión deben acompañarse por una gestión integral enfocada
en la eficiencia, promoviendo una mentalidad empresarial y de responsabilidad
corporativa en los operadores de los servicios. El control de ANC, el uso eficiente
de la energía, la gestión comercial y atención al cliente, la planificación técnica
(gestión de activos) y financiera a mediano y largo plazo, la gestión de riesgos,
ciberseguridad, la productividad laboral con enfoque de género y diversidad, y la
transparencia e integridad (con apoyo de herramientas digitales), entre otros, son
aspectos centrales para el logro de elevados estándares de desempeño. Se
promoverá la gestión del cambio y transformación empresarial eficiente y
sostenible, utilizando herramientas como AquaRating. Se promoverán buenas
prácticas de gobierno corporativo que contemplen mecanismos de transparencia
y de rendición de cuentas en los operadores de los servicios y agencias
sectoriales, mecanismos de participación ciudadana, comunicación y encuestas
de opinión pública sobre la calidad de los servicios, y de coordinación entre las
distintas entidades del sector.
Cobrtura (%)
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Fuente: JMP, 2020. Datos para Argentina son de 2016 y de Bahamas de 2019 (últimos datos reportados).
Gráfica 2. Diferencia de acceso básico a agua potable entre el quintil más rico versus el más pobre
(puntos porcentales)
70
60
50
40
30
20
10
-10
Cobertura (%)
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Fuente: JMP, 2020. Datos para Argentina son de 2016 y de Bahamas de 2019 (últimos datos reportados).
Población
2,067,651
2,000,000
1,450,026
1,500,000 1,315,569
1,143,176
1,000,000 859,859
646,453
449,925 413,636
500,000 362,539
244,337
180,928 159,683
124,364
24,485 23,618 19,289 7,441 7,154 6,448 4,799 2,264 - -
-
Gráfica 5. Diferencia de acceso básico a saneamiento entre el quintil más rico versus el más pobre
(puntos porcentales)
80.0
70.0
60.0
50.0
40.0
30.0
20.0
10.0
0.0
Cobertura (%)
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Haití Bolivia República Colombia Surinam Guatemala Guyana Paraguay Costa Rica Ecuador México Belice El Salvador
Dominicana
Fuente: JMP, 2020. Datos de Guatemala y México son de 2019 y de El Salvador y Guyana de 2018 (últimos datos disponibles).
ANEXO
Página 6 de 15
VERTEDERO
Generación Generación TASA DE RELLENO VERTEDERO
COBERTURA COBERTURA A CIELO
Indicador RSU RSU VALORIZACIÓN SANITARIO CONTROLADO
URBANA (%) RURAL (%) ABIERTO
ppc (kg/hab-día) (M Ton/año) (%) (%) (%)
(%)
Trinidad y Tobago 1.5 0.75 99% 89% 1% 0% 12% 87%
Uruguay 1.04 1.31 99% 78% 0% 59% 19% 22%
Venezuela 0.55 6.45 99% 99% 5% 53% 15% 29%
Total Países 0.97 215.3 95% 74% 4% 56% 12% 28%
Fuente: Faleiro (2020)
Tabla 2. Operaciones de préstamo con garantía soberana analizadas para las lecciones aprendidas
Número de Operación Nombre de la Operación
AR-L1025 Solid Waste Management Program for Touristic Municipalities
AR-L1031 CCLIP: Water and Sanitation for Small Communities
AR-L1122 Water and Sanitation for the Buenos Aires Metropolitan Area
BH-L1028 WSC Support Program - New Providence Water Supply and Sanitation Systems Upgrade
BO-L1028 Drainage in the Municipios of La Paz and El Alto
BO-L1034 Water and Sewerage Program in Peri Urban Areas Phase I
BO-L1065 Water and Sanitation Program for Small Localities and Rural Communities
BO-L1200 Policy reform program for the water, sanitation, solid waste, and water resources sectors in Bolivia
BR-L1006 Macambira-Anicuns Urban Environmental Program
BR-L1081 Porto Alegre Integrated Socio Environmental Program
BR-L1166 Tiete River Cleanup Program, Stage III
BR-L1216 Tietê Várzea Program
BR-L1314 Mauês Integrated Sanitation Program - PROSAIMAUÉS
CO-L1028 Water and Sanitation Program for the Municipio of Pasto
CO-L1034 Medellin River Sanitation Program - Phase II
EC-L1081 Rural Sanitationand Water Infrastructure Program
ES-L1046 Rural Water and Sanitation Program
GY0055 Georgetown Solid Waste Management
GY-L1025 Georgetown Sanitation Improvement Program
HA-L1007 Rural Water and Sanitation Program
HA-L1039 Water and Sanitation for Intermediate Cities (II)
HA-L1044 Port-au-Prince Water and Sanitation Project
HO-L1207 Central District Water and Sanitation Services Reform Program
ANEXO
Página 8 de 15
Gestión de los servicios Algunas de las áreas con más debilidad son las de AR-L1122 y GY-L102 (calidad del agua).
monitoreo de la calidad del agua, el desarrollo de
BH-L1028 (ANC).
estrategias a largo plazo para disminución de ANC, y los
planes de eficiencia energética. (¶4.15) NI-L1029 (planes de eficiencia energética).
La adopción de buenas prácticas de gobierno corporativo
en los operadores trae importantes beneficios, ya que
Ver operación de SABESP -13069-01- con BID Invest.
puede incrementar su acceso a opciones de
financiamiento (¶4.15)
Desarrollo y la implementación de Aquarating (¶4.15) RG-T2883, RG-T2456, CO-T1417.
ANEXO
Página 14 de 15
En 2019 la División de Agua y Saneamiento decidió armonizar las encuestas de hogar más
recientes disponibles de los países de la región con el propósito de mejorar la disponibilidad de
información sectorial. Para hacerlo, se unió a la iniciativa de datos que las divisiones del sector
social habían emprendido con el fin de armonizar las encuestas de hogares que los gobiernos de
la región emprendían. Se decidió utilizar estas encuestas ya que tienen una periodicidad constante
anual o bianual, permiten desagregar datos por variables sociales y económicas y son
representativas de cada país.
Metodología
Se analizaron las 18 encuestas de hogares más recientes disponibles realizadas por los institutos
censales de cada país. En primera instancia se estratificaron de acuerdo con las metodologías
estadísticas de cada encuesta y se validaron comparándose con datos censales. Una vez hecho
esto, se clasificaron las preguntas de área geográfica (urbana y rural), ingreso del hogar, género
del jefe de familia y en los casos donde estuvo disponible etnia o cultura.
Posteriormente se clasificaron las preguntas de agua y saneamiento con el fin de poder crear las
siguientes variables:
a. Agua entubada al hogar: en esta categoría se clasificaron las viviendas que tenían agua
proveniente de la compañía de agua, una cooperativa rural o una empresa privada,
distribuida al hogar por medio de tuberías y con destino a una llave dentro del hogar. Si
bien, esta no es una categoría que internacionalmente se mida se encontró que era una
brecha importante entre los hogares más ricos y más pobres de la región. 16 de 18 países
permitían clasificar esta dimensión.
b. Agua entubada al terreno: en esta categoría se clasificaron las viviendas que tenían agua
proveniente de la compañía de agua, una cooperativa rural o una empresa privada,
distribuida al hogar por medio de tuberías y con destino a una llave fuera del hogar, pero
dentro del terreno. En este tema se encontró que muchas estadísticas internacionales
publicadas no clasificaban correctamente la fuente del agua y únicamente tomaban como
criterio si el destino era dentro del terreno. Todas las encuestas estudiadas permiten
clasificar esto.
c. Fuentes de agua mejorada no entubada: en esta categoría se clasificó el agua proveniente
de un pozo protegido, perforaciones, agua de lluvia y manantiales protegidos. En muchos
casos se encontró que las encuetas no distinguían correctamente entre fuentes protegidas
y no protegidas. Por ende, de tomaron dos intervalos de datos: uno donde todas las
categorías que no especificaban si eran protegidas o no se tomaban como mejoradas y
otra donde se tomaban como no mejoradas, con el fin de estima run intervalo de esto.
Sólo 3 encuestas clasificaban correctamente todas las fuentes.
d. Alcantarillado: en esta categoría se mide si el hogar contiene un sanitario conectado al
drenaje o alcantarillado. Sin embargo, no podemos estimar si el agua es tratada
correctamente una vez que se va del hogar de la persona. 17 encuestas permitían
clasificar esto correctamente.
e. Fosa séptica: en esta categoría se mide si el hogar contiene un sanitario conectado a una
fosa séptica. 17 encuestas permitían clasificar esto. Sin embargo, en 15 de estos países,
no podemos estimar si dicha fosa está recubierta o se le da el tratamiento adecuado.
f. Letrina mejorada: estima la proporción de hogares que no encuentran con un sanitario,
pero tienen una letrina recubierta, y cuyo destino final de excretas se encuentra protegido
o recibe algún tipo de tratamiento. Sólo 5 países permitían clasificar esto correctamente.
APÉNDICE 1
Página 2 de 3
En los países donde esto no se podía se estimó un intervalo de acceso donde se tomaron
como mejoradas todas las letrinas donde no se especificaba su cubierta o destino de
excretas y donde se tomaron todas como no mejoradas.
g. Baño compartido: en esta categoría se calcula si las instalaciones sanitarias son de uso
compartido entre varios hogares. Sólo 12 países permiten estimar esto.
h. Defecación a cielo abierto: en esta categoría se clasificaron los hogares que reportan no
tener ninguna instalación sanitaria ni utilizar instalaciones prestadas lo cual es un
problema en ciertas zonas rurales de la región. 17 de los países permitían estimar esto.
i. Continuidad del servicio: si el hogar recibe agua los 7 días de la semana. 7 países tenían
datos al respecto y uno más medía si se tenía agua las 24 horas del día, pero sin
especificar número de días.
Validación
Una vez calculadas todas estas variables se compararon contra datos oficiales publicados,
estadísticas internacionales y otras fuentes con el fin de determinar si los datos calculados eran
correctos y podían ser validados. Esto se hizo por dos consultores de forma independiente con el
fin de constatar la calidad de los datos.
Estadísticas de desigualdad
Una vez creadas estas variables se crearon dos dimensiones sociales y una geográfica con el fin
de entender mejor las brechas de acceso. En este caso se separaron los hogares de acuerdo con
el ingreso per cápita del hogar en 5 quintiles, así como por el género de su cabeza de hogar. Y se
separaron también de forma urbana y rural. Esto permitió entender mejor las estadísticas de cada
país de acuerdo a sus contextos.
Tamaño de la
País Año Encuesta Agencia muestra de Representatividad
hogares
Instituto Nacional de Estadística y 39.980 Urbana
Argentina 2018 Encuesta Permanente de Hogares
Censos (INDEC)
Instituto Nacional de Estadística 11.195 Urbana-Rural-Nacional
Bolivia 2018 Encuesta de Hogares
(INE)
Pesquisa Nacional por Amostra de Instituto Brasileiro de Geografia e 163.386 Urbana-Rural-Nacional
Brasil 2019
Domicílios Contínua Estatística (IBGE)
Encuesta de Caracterización Ministerio de Desarrollo Social y 70.948 Urbana-Rural-Nacional
Chile 2017
Socioeconómica Nacional Familia
*En Uruguay la encuesta toma áreas rurales como aquellas con menos de 5 mil habitantes y no 2 mil como lo hace el censo.
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