Tema-9.

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Daniel2811

Administración y Legislación Ambiental

2º Grado en Ciencias Ambientales

Facultad de Ciencias
Universidad de Málaga

Reservados todos los derechos.

No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
 - Tema 9 - La preservación ambiental de las aguas -

9.1 Introducción
En este tema se tratan los instrumentos con los que cuenta el derecho para evitar la
degradación del Agua. Teniendo presente que la normativa que regula la calidad del agua,
aire y suelo están sectorizadas. En este sentido la prevención de la contaminación tiene
doble propósito, una pretensión estrictamente ecológica en la medida en que los elementos
naturales sirven de soporte para la vida de manera que sin agua, aire y suelos limpios, no
es posible que pueden existir comunidades animales y vegetales adecuadas. Y por otro
lado el segundo propósito de la prevención de la contaminación responde a la dimensión
antropocéntrica, pues no se puede olvidar que las personas dependemos de estos
elementos.

9.2 Régimen jurídico de las aguas continentales de España

Se reconoce el acceso al agua y al saneamiento como un derecho humano. cuándo un
determinado bien pertenece al estado y es para satisfacer las necesidades públicas, se dice
que ese bien es de dominio público o de manila. De ahí precisamente que a las aguas se
les llame el dominio público hidráulico, el estado asume la propiedad de las aguas y con ello
es encargado de mantener un dominio racional y debe tener presente los medio hídricos
con los que cuenta y cuales son los recursos existentes. Y con ello debe haber una
planificación previa del trato de las aguas, ello aparece en el plan hidrológico nacional, el
cual es aprobado por la ley 10/2001 del 5 de julio, y para garantizar una mejor gestión de las
aguas estas se dividen en cuencas hidrográficas, al frente de cada cuenca hidrográfica
encontramos unos organismos autónomos denominados confederación hidrográfica. Cada
cuenca cuenta además con su propio plan hidrológico de demarcación hidrográfica. Debido
a que el estado es el propietario de las aguas, será la administración la encargada de
controlar el uso de las mismas, si es un uso que no causan daños y no limitan o impiden los
usos por los demás, estos no estarán limitados. En cambio si el uso implica una gran
cantidad de agua o implica una deterioración de la misma, y muy especialmente si alguien
se pretende apropiar en su propio beneficio de las mismas, se va a requerir por la
administración que esa persona obtenga una autorización o concesión, o que se presente
una declaración responsable.

9.3 La tutela ambiental de las aguas continentales.

Encontramos una serie de problemas que plantea en la actualidad la gestión de las aguas
en España:
-Sobreexplotación de los acuíferos
-Contaminación de las aguas.
-Falta de depuración.
-Malas prácticas agrícolas.
-Invasión de los cauces públicos.
-Exceso de regulación hidrológica.
-Impacto de las industrias hidráulicas.
La aparición de estos problemas requiere una nueva cultura del agua. Uno de los objetivos
más importantes que se persiguen con la normativa que regula las aguas, es salvaguardar
sus condiciones ambientales, se trata de garantizar que los recursos hídricos sean
saludables de manera que puedan ser usados por el ser humano como que puedan seguir

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 siendo el sustento de vegetales y animales. A nivel comunitario esta temática ha sido tema
de preocupación por parte de la UE, que viene legislando por algunas décadas en esta
materia, destacando la directiva 2000/60 del 23 de octubre, marcó en materia de aguas.
Con esta directiva la UE pretende impulsar una política en materia de aguas que vele por el
respeto ambiental. Esta normativa comunitaria conforma la normativa de los estados
miembros, y en el caso de España se cuenta con normas que han respondido a la
transposición de los estados miembros, destacando el real decreto legislativo 1/2001 del 20
de julio, aprobando el texto refundido de la ley de aguas.
Medidas e instrumentos de la tutela ambiental de recursos hídricos:
En control de vertidos, se entiende por vertido cualquier evacuación al dominio público
hidráulico de agua que contengan sustancias contaminantes o hayan estado en contacto
con ellas. Cuando se trata de vertidos líquidos la normativa exige una autorización de
vertidos, la cual ha de concederla el organismo de cuencas. En el caso de sustancias
sólidas existe una prohibición expresa de acumular vertidos sólidos, escombros o
sustancias contaminantes que constituyan o puedan constituir un peligro de contaminación
o de degradación del dominio público hidráulico. En la autorización de vertidos se deben
fijar entre otros aspectos: los valores límites de emisión de cada materia química
contaminante o peligrosa, el caudal y punto de vertido, la necesidad o no de depurar
previamente las aguas residuales, el plazo de licencia de la autorización, y el
establecimiento del importe del canon anual de control de vertidos (este canon tienen
carácter finalista, debido a que lo recaudado se debe emplear en acciones de protección
ambiental que eviten o subsanen el impacto contaminante de los vertidos). En cada cuenca
ha de existir un censo de vertidos para su contabilización y este censo es de acceso
público. La competencia de la concesión de posibilidad de realizar vertidos en Andalucía es
la dirección general en competencia de vertido dominio público. Excepto fosas sépticas y
vertidos municipales los cuales son competencia del ayuntamiento. En cuanto a depuración
de las aguas la autorización de vertido puede exigir que las aguas sean previamente
depuradas, y en el caso de las aguas residuales urbanas existe una regulación específica,
Real Decreto Ley 11/1995 del 28 de diciembre, que es desarrollado por el Real Decreto
509/1996 del 15 de marzo, estableciéndose en esta normativa la obligación por parte de los
ayuntamientos de depurar sus aguas residuales con carácter previo a su vertido ya sea en
aguas continentales o en aguas marítimas. Es una obligación correspondiente a las
aglomeraciones urbanas (aglomeraciones formadas por uno o varios municipios que
pueden ser focos de generación de aguas residuales necesarias de tratamiento de forma
unitaria, estas aglomeraciones son determinadas por las comunidades autónomas, en
Andalucía viene establecido en el decreto 310/2010 del 4 de noviembre en el que se
establecen una serie de aglomeraciones inter municipales, considerándose las demás
aglomeraciones de municipios independientes). La autorización de la estación depuradora
de aguas residuales implica en el caso de Andalucía el establecimiento por parte del
ayuntamiento del canon oficial de depuración de aguas residuales, el cual es abonado a la
junta de andalucía y se paga por los propios usuarios, y además de este canon el ente local
puede cobrar también los costes que suponga para el ayuntamiento los costes de la
depuración.
El ciclo integral del agua es el ciclo que sigue el agua desde que se encuentra en el medio
natural, se extrae, se transporta, se potabiliza y se distribuye a los consumidores para los
distintos usos, y finalmente una vez utilizada el agua la mayoría se devuelve a la naturaleza
depurada y sin contaminantes que perjudiquen la calidad del medio, y otra parte del agua se
reutiliza para otros usos, este ciclo por lo tanto comprende ese momento en que el agua

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 está en la naturaleza hasta que es usada y consumida y finalmente es devuelta a la
naturaleza.
Control de calidad de las aguas: El texto refundido de la ley de aguas en su artículo 92 bis y
el artículo 35 del reglamento de la planificación hidrológica, citan cuales deben ser los
objetivos medioambientales de las aguas, indicando en términos generales y entre otros
aspectos que estas deben estar en buen estado, la normativa está representada para las
aguas superficiales para el Real decreto 817/2015 del 11 de septiembre, a las que también
sufren aplicación del reglamento de planificación hidrológica, y lo que se refiere a las aguas
subterráneas, la normativa que las regula es el Real decreto 1514/2009 del 2 de octubre, en
esta normativa se fijan y se establecen unas normas de calidad ambiental y por lo tanto el
que las aguas se encuentren en un buen estado o no radica en que se ajusten a esas
normas de calidad ambiental, es decir en que no superen la concentración de un
determinado contaminante. En estas normas también se fijan unos criterios específicos de
calidad de las aguas destinadas a las zonas de baño, las aguas aptas para la vida de los
peces (Real decreto 927/1998), se prevee tambien un criterio específico para el agua
potable y el agua de bebida envasada.
Regeneración de los cursos hídricos degradados, este instrumento de tutela no solo debe
prevenir a futuro sino que también se trata de regenerar espacios como consecuencia de
años de desidia y descontrol se encuentran degradados. Dentro de este objetivo entraría el
plan de gestión sobre acuíferos sobreexplotados, esta declaración le corresponde al
organismo de cuencas y en tal supuesto, se aprobará un plan de acción que tendrá como
objetivo la recuperación de ese acuífero y se puede contener en este plan, limitaciones de
uso de las confesiones y de las autorizaciones y también se puede impedir la autorización
de nuevas concesiones y autorizaciones.
La EIA de las actividades hidráulicas, determinadas actividades relacionadas con el dominio
público hidráulico, antes de llevarse a cabo se deben someter a EIA, la LEA en el Anexo I
detallan las que deben someterse a evaluación ordinaria y en el Anexo 2 concretamente en
el apartado 8 las que deben someterse a EIA simplificada, algunas se tratan de grandes
obras hidráulicas, como las grandes presas, los trasvases con determinado volumen, las
plantas de tratamiento de aguas residuales de determinada capacidad, los proyectos de
nuevo regadío cuando afecten a una superficie superior a X hectareas, entre otros.
Protección de zonas concretas: Se realiza la protección de zonas de interés hídrico
denominándose zonas azules. Dentro de esta protección encontramos los humedales, antes
eran concebidos lugares insalubres como focos de enfermedades y plagas, y por ello la
política tradicional consistió en su desecación para uso agrícola y ganadero. Concretamente
la ley CAMBO de desecación y saneamiento de lagunas y terrenos pantanosos de 1918, la
cual seguía esta línea y ha sido más recientemente cuando se ha comprendido que los
humedales son lugares esenciales para el equilibrio ecológico y la tendencia actual por lo
tanto es que tengan un lugar destacado en la protección ambiental. De hecho a nivel
internacional los humedales se encuentran protegidos por el convenio de Ramsar de 1971,
del que España es parte. A nivel interno también la normativa en materia de aguas contiene
referencias específicas a su preservación, por ej. El artículo 111 de la ley de aguas o el Real
Decreto 435/2004 del 12 de marzo, el cual aprueba el inventario español de zonas
húmedas. En Andalucía la valoración ambiental de los humedales ha llegado a declarar
muchos de ellos como espacios naturales protegidos, ej. Doñana. Espacios protegido
fluviales por razones ambientales, se trata de una nueva figura de protección que tiene
como objetivo preservar aquellos tramos de río con escasa o nula intervención humana y en
muy buen estado ecológico, la reserva puede implicar la suspensión o prohibición de usos,

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 de autorizaciones, de concesiones, vertidos o de infraestructuras, y es importante como
punto de partida crear un registro de masa de agua que contengan dichos valores, lo que se
ha hecho con el catálogo nacional de reserva hidrológica.
Serán los planes hidrológicos de las demarcaciones hidrográficas los que deberán
incorporar un registro de aguas protegidas, señalando las aguas de especial protección y
las que se propongan como reserva hidrológicas. Siendo el Gobierno el que toma la
decisión.
Respeto de los caudales ecológicos en los cursos fluviales: (volumen mínimo de agua que
debe discurrir por un curso fluvial para que esto se mantengan en buen estado y cumplan
su función ecológica) si los caudales se reducen por debajo de un mínimo determinado,
dejan de cumplir su función ecológica lo que conlleva el deterioro de los ecosistemas y la
pérdida de biodiversidad. Para evitar esto deben realizarse los estudios pertinentes en cada
cuenca para calcular el caudal ecológico en cada caso y en consecuencia mantener el
caudal siempre por encima del mismo. Estos caudales ecológicos deben aparecer en los
planes hidrológicos de las demarcaciones hidrográficas.

9.4 El régimen jurídico de las aguas marítimas en España.

Las aguas marítimas son propiedad del Estado, entendiéndose como agua marítima, todas
aquellas aguas costeras que están bajo la jurisdicción del Estado español y que por lo tanto
forman parte de su territorio. Estas aguas se denominan aguas jurisdiccionales y estas se
extienden dos millas náuticas desde la costa mar adentro, a esto se le llama el mar
territorial. Además España tiene el derecho a explotar los recursos naturales de la zona
económica exclusiva y de la plataforma continental, que como regla general se prolonga
200 millas náuticas desde la línea de base recta o desde la línea de costa. La propiedad del
estado se extiende también hacia bienes adyacentes a las aguas como las playas,
marismas, islotes, dunas, acantilados, puertos, etc.
Todos estos bienes a los que se ha hecho referencia tienen la consideración de dominio
público marítimo terrestre y así lo expresa la propia constitución en su artículo 132.2 la
regulación de estos bienes se encuentra contenida esencialmente en la ley 22/1988 del 28
de julio de costas.
Las competencias en estas materias son asumidas en su mayoría por el Estado que las
ejerce a través de las demarcaciones de costas que dependen del MITECO. No obstante en
el caso de Andalucía esta ha asumido desde 2011, los usos del dominio público marítimo
terrestre y los ayuntamientos también tienen competencias como por ejemplo la limpieza de
las playas. El hecho de que sean de dominio público implica la potestad del Estado para
proteger estas áreas, conservarlas y racionalizar su uso, igualmente encontramos unos
usos comunes generales como puede ser tomar el sol, bañarse o pasear, usos especiales
como los vertidos, las competiciones deportivas, las moragas. También encontramos usos
privativos como podría ser la extracción de arena, las desaladoras, los puntos de atraque,
cada uno de estos usos tendrá un régimen diferente. Pues la gestión del mar debe
responder a una planificación previa y a estos efectos la ley de protección del medio marino,
es la ley 41/2010 del 29 de diciembre, divide el mar español en 5 demarcaciones marinas y
establece que el gobierno aprobará mediante Real decreto las estrategias para cada una de
estas demarcaciones, garantizando en todas ellas el buen estado ambiental del medio
marino, esta estrategia marina debe ser respetada por los planes de ordenación de los
espacios marítimos que debe aprobar el gobierno para cada una de las demarcaciones
marinas.

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 9.5 La preservación ambiental del dominio público marítimo-terrestre.
En España tenemos una ley que vela por evitar las agresiones a la zona marina,
denominada ley 41/2010, de 29 de diciembre, de protección del Medio Marino. Esta ley
ocupa todo aquello a lo relevante a:
● Control de los vertidos y la contaminación.
○ Vertidos desde embarcaciones, preocupa el transporte de mercancías
peligrosas, especialmente hidrocarburos, capaces de causar mareas negras.
Garantizando que los barcos estén bien construidos y estableciendo rutas
seguras para reducir los riesgos de accidente, además se exige un seguro
para que sea este el que responda por los posibles daños causados por la
embarcación.
○ Vertidos desde tierra, para realizar estos vertidos es necesario de una
autorización de vertidos, otorgadas por las comunidades autónomas. Si por
ejemplo se trata del vertido de aguas residuales procedentes de los
ayuntamientos, requerirán de su depuración previa para su vertido.
● Calidad de las aguas. La UE es la que marca los requisitos químicos y ecológicos de
las aguas marinas, y se centra especialmente en las aguas de baño para garantizar
la seguridad sanitaria. También se presta atención a las aguas de cría de moluscos.
● EIA. Cuando los proyectos pueden suponer un gran impacto deben someterse a una
EIA de carácter ordinaria y superarla, un ejemplo son los puertos, que producen una
gran destrucción de la zona ecológica.
● Protección de zonas concretas, las zonas de costa de un especial valor ambiental,
deben ser protegidas por la administración, estableciendo protecciones especiales
que eviten la degradación de la zona, creando así espacios naturales protegidos.

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