Unidad1 El Romanticismo
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LA PINTURA ROMÁNTICA
Es fácil de comprender que en muchos países, en particular en Inglaterra y en Alemania , el
paisaje (que hasta este momento solo era el fondo sobre el que desarrollaba la escena principal) se
convirtiera en el tema preferido de la pintura, ya que en él la naturaleza aparece como escenario
de fuerzas superiores. La infinitud del mar, el sublime mundo montañoso, la vista panorámica
hasta el horizonte lejano y la soledad del bosque, parecen simbolizar la divinidad de la naturaleza
elemental, que se refleja en el observador contemplativo. Pero también puede expresar el
abandono y la soledad humana frente al universo. En último término, no se representa a la
naturaleza por sí misma, sino que refleja lo que sucede en el interior del sujeto.
En este sentido, el tema representado aparecerá bajo el aspecto de dos conceptos
contrapuestos que marcarán las líneas de trabajo de los artistas:
• Para lo “pintoresco”, la naturaleza es un ambiente variado, acogedor, propicio, que
favorece en los individuos el desarrollo de sentimientos sociales.
John Constable, El valle de Dedham, John Constable, La catedral de Salisbury, vista desde el jardín
1802 del palacio arzobispal, 1828
En Inglaterra, la transición al Romanticismo se hizo por cauces más tranquilos, que primero
subrayaban solo el estado de ánimo sereno. En este campo destacó John Constable, cuyas obras de
pincelada suelta entusiasmaron a Delacroix y a Géricault, y que acabarían influyendo a los pintores
de Barbizon e incluso a los impresionistas.
Pero el pintor más sobresaliente es William Turner (1775-1851) que apostó por unas
imágenes descompuestas en color y luz. Aunque en un principio se orientó hacia la pintura
paisajística clásica en acuarelas de gran éxito entre la crítica, sus viajes a la Europa continental le
abrieron nuevas vías experimentales para su arte. Desarrolló una reproducción revolucionaria de la
luz y un colorido que se intensificaron hasta llegar a estructuras impresionistas e incluso de
carácter abstracto. Turner consideraba la naturaleza ilimitada como un enigma irresoluble. Por eso,
partiendo de los polos de luz y oscuridad, relacionó formalmente el aparecer y el desaparecer del
ser humano y sus obras en la naturaleza. Sus representaciones sublimes de naufragios y siniestros
naturales, presentan una mezcla de realidad y fantasía a través del color, que se convierte en
metáfora de las fuerzas naturales.
Eugène Delacroix (1798-1863) también fue un característico dandy romántico. Admiraba a los
grandes pintores barrocos, como Rubens, Rembrandt o Velázquez. Viajó a Londres, donde estudió
la obra de los paisajistas contemporáneos ingleses, en especial de Constable, y al norte de África
(abriendo la puerta al “orientalismo” de moda a lo largo del S. XIX), que le fascinó por su carácter
«pintoresco». Y como ya se ha dicho a propósito de Ingres, protagonizó con este un polémico
debate como defensor del color frente al dibujo clasicista.
La barca de Dante, 1822 La Libertad guiando al pueblo, 1830
Siguiendo la moda que se había impuesto entre las clases elevadas europeas en el último tercio del siglo XVIII,
los cartones que Goya elaboró para la Real Fábrica de Tapices representaban en su mayoría escenas de ambiente
popular, protagonizadas por majos, manolas, vendedores ambulantes, niños jugando. En general, ofrecían una visión
pintoresca, alegre y desenfadada, con una técnica de colores ricos y luminosos, y un dibujo preciso, necesario para la
realización posterior del tapiz. El quitasol, pintado al óleo en 1777, es uno de los más famosos y estaba destinado a
una zona elevada del comedor del Príncipe de Asturias, el futuro Carlos IV, en el Palacio de El Pardo. En él Goya
muestra su conocimiento de la pintura clásica (composición piramidal, dominio de la luz, perspectiva de abajo arriba
por la posición elevada del tapiz), así como la influencia de la pintura galante del Rococó.
RETRATOS
LOS CAPRICHOS
Goya fue uno de los grandes grabadores del arte europeo,
junto con Durero, Rembrandt, Ribera y Picasso. «Los Caprichos»
es su primera serie de grabados y consta de ochenta estampas
al aguafuerte, publicadas en 1799. Son auténticas sátiras de la
sociedad y la condición humana en las que Goya se muestra
irónico y combativo con la corrupción de las costumbres, la
superstición, la inmoralidad del clero o la ignorancia popular.
Pero su intención, como la de los críticos ilustrados, era
denunciar las malas prácticas y creencias, para acabar con ellas.
El Capricho titulado El sueño de la razón produce
monstruos iba a ser en su proyecto inicial el frontispicio de la
serie, pero fue relegado finalmente al número 43.
Las criaturas de la noche (murciélagos y lechuzas) rodean a
un hombre que duerme sobre una mesa de trabajo y que tiene
a sus pies a un vigilante lince.
Como a menudo ocurre en la obra de Goya, su carácter
enigmático y ambiguo, para eludir posibles represalias políticas
o de la Inquisición, da pie a múltiples interpretaciones.
Hasta la muerte Tú que no puedes Ya van desplumados
LA FAMILIA DE CARLOS IV
Goya había sido nombrado Primer Pintor de Cámara en 1799, un año antes de la realización
de este óleo sobre lienzo, que es su obra maestra como retratista. Para su composición dispuso a
los trece miembros de la familia real como en un friso, al modo neoclásico. Sin embargo, este
cuadro nada tiene que ver con los principios del Neoclasicismo europeo, ya que la luz y el color se
imponen sobre los elementos lineales del dibujo, y la pincelada obedece a toques de gran libertad,
con una gama cromática muy variada, todo ello aprendido de Velázquez, cuya huella es clara en
este cuadro en concreto.
La visión de los personajes es realista y, al contrario de lo habitual en los retratos regios, sin
concesiones a la idealización, plasmando la psicología de cada uno de ellos a través de gestos y
actitudes que muestran sin rodeos su verdadera naturaleza: soberbia y altanera la de la reina
María Luisa, en el centro y como figura dominante; débil y bondadosa la del rey; taimada la del
futuro Fernando VII, a la izquierda. Pero es absurdo pensar que Goya pretendiera caricaturizarlos,
como se ha dicho a veces.
Lo que sí pretendió fue establecer una relación con «Las Meninas» de Velázquez mediante
algunos inequívocos detalles: se autorretrató a la izquierda y pintando de cara al espectador,
colocó a la reina en la misma postura y posición que la infanta Margarita en el cuadro velazqueño,
y tal vez simuló que todos miraban hacia un espejo, pero en este caso, al contrario que en Las
Meninas, situado frente a ellos, fuera del cuadro.
LA TAUROMAQUIA
La Tauromaquia es su tercera serie de grabados, compuesta de treinta y tres estampas
realizadas hacia 1815. Es quizás la serie de menor trascendencia en cuanto a contenido y en ella
Goya recrea los orígenes y el arte del toreo de su
tiempo.
Carlton House
Características:
• Se copian los muebles representados en las vasijas antiguas Griegas y se decoran con
motivos clásicos como máscaras de leones, hojas de acanto y dibujos jónicos, o egipcios
como leopardos, leones, grifos y hojas de palmeras .
• Estaba de moda reclinase en vez de sentarse, y como resultado se hicieron chaise-longues o
divanes, otomanas, banquetas y los famosos sofás de estilo griego con cojines redondos y
patas de garra. También las características sillas estilo Klismos griegas con patas curvadas.
ESTILO NAPOLEÓN III O SEGUNDO IMPERIO
Estilo artístico que se desarrolló en Francia durante el reinado del emperador Napoleón III
que va de 1852 a 1870. Es este estilo un verdadero caos de tendencias muy dispares entre sí.
Características:
• Se difundió entre la clase alta el deseo de poseer muebles que fueran lo más parecido
posible a piezas originales antiguas; como consecuencia, se produce un elevado numero de
copias casi perfectas de épocas pasadas. En esto coincide con el estilo Regency y se aprecia
un gusto por lo egipcio y la antigüedad clásica.
• Siguen en boga otros estilos de etapas anteriores, como el estilo Luis XIV, que se distinguía
por el uso de riquísimas marqueterías, el estilo Luis XV, con motivos decorativos rococó
muy fantásticos; y, finalmente, el Luis XVI, muy del gusto de la emperatriz Victoria Eugenia.
• Renacimiento de la moda china, que incluye el regreso de muebles lacados; y una efímera
pasión por el estilo morisco y por el neopompeyano, que se desarrollan durante el último
decenio del reinado de Napoleón III.
A pesar de todo lo expuesto no se puede decir que el segundo imperio no haya aportado
nada nuevo. Durante este período, el salón adquiere una gran importancia, y con él los asientos,
divanes, sillones y sillas que no son la decoración principal, y precisamente es en estos muebles
donde se manifiestan las nuevas tendencias.
CLAVES ESTILÍSTICAS EN LA INDUMENTARIA DEL ROMANTICISMO
Desde la segunda mitad del setecientos, en Inglaterra se puso de moda el uso de diversos
conjuntos de diario que contrastaban con los lujosos conjuntos a la francesa. Consistían estos en:
chaquetas de paño sin bordados ni adornos, pantalones de cuero o de otro género de carácter
duradero. Este traje simple del ciudadano inglés se propagó paulatinamente en el continente y
antes de 1789 era conocido como “traje burgués” en oposición al caro y recargado atuendo
cortesano.
Para la simplificación del traje masculino y dar el primer paso para la vestimenta burguesa
se tuvo que renunciar a los atributos del “buen vestir” masculino (peluca empolvada, calzón corto
y tejidos lujosos) y sustituirlos por los de las clases pobres, se daba paso al concepto del hombre
burgués, en oposición al que respondía a un régimen al que ya designaban como “antiguo”.
Se define la indumentaria del nuevo hombre burgués. Más adelante se refinará en el
“dandi”, un personaje atento a la moda que concede igual importancia a su mente y a su aspecto.
Se tratará de una nueva forma de ser en la indumentaria y en el comportamiento. Será también
una posición individual contra las conveniencias sociales y el aburrimiento de lo convencional.