Cagliero

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CATALOGACIÓN

FECHA DE CATALOGACIÓN:

Este libro obtuvo la segunda mención por el Fondo Nacional de las Artes 2014 (Poesía),
teniendo como miembros del jurado a Diana Ballessi; Laura Wittner y Fabián Casas

SELLO EDITORIAL EL OJO DEL MÁRMOL


[email protected]

Proyecto y dirección editorial: Valeria de Vito


Diseño: Valeria De Vito
Arte de Tapa: “como pez fuera del agua”
Diagramación: Patricio Carcani
Germán Arens
C a g l i e r o
INTRODUCCIÓN

Algunas luces en la ruta

Estaba sentado en el patio de la casa de mi abuela cuando empecé a leer estas hojas. Había
llegado a Basavilbaso la tarde anterior aprovechando las vacaciones de invierno.
El patio de la beba es muy grande, es de esos que tienen fondo. Ahí me senté al rayo del sol a leer.
Al principio subrayé los versos que más me gustaban. Me acuerdo que pensaba en la ciencia
ficción, en el viaje de Ramiro a Cagliero; en Alción, sol central de la galaxia, y en la llegada de sus
hermanos.
Cuando volví a La Plata me puse a leer y releer los poemas en distintos lugares de la ciudad. Así,
pasaron la biblioteca de la facultad, la plaza España, el parque Saavedra entre otros.
No es casual que en los libros de Germán se escuchen un sinfín de voces que dialogan en y desde
los poemas.
En la ruta Sergio y Osvaldo se presentaron. Le siguieron Armando, Lorena, Mariana y Ramón.
Cada uno distinguido no solo por su voz sino por su imagen. Sí, este libro tiene dibujos de los
personajes que lo componen.
Más adelante el teniente Mansilla dio las indicaciones pertinentes para llegar al faro.
¿Qué sucede cuando un simple hombre intenta perturbar el orden cósmico?
Conoce gente, emprende un viaje largo y vuelve a su hogar de manera diferente. Es que los viajes
conllevan un cambio.
Ya desde los tiempos en que la literatura se contaba pueden encontrarse los periplos de los
héroes más famosos de la literatura.
Ramiro es un héroe, un héroe argentino común y corriente. Un héroe que se comprende y
disimula para que nadie lo juzgue.
Esta es la historia de una guerra, de un amor, de una familia de camioneros, de un pueblo y sus
habitantes al sur de la provincia de buenos aires, de la pesca, de la llegada al faro, de la
tecnología y sobre todo es una historia de locura.
Lo que me gustó de este viaje es no tener que compararlo con los demás. Este es un viaje
hermoso que incluye dichos populares, datos estadísticos. Situando el lenguaje en un contexto
claro, con voces que aparecen ininterrumpidamente.
Le quiero agradecer a Ramiro por invitarme a moverme por la ruta a Cagliero, porque además
tuve que moverme yo también y finalmente por dejarme escribir todo esto, sentado en la plaza
del barrio, en un día de sol sin viento, junto a los perros, el futbol y el sonido de una murga.

Diego Dovichenko
Agosto, 2014
C a g l i e r o
Me llamo Ramiro

No voy a entrar en detalles en cuanto a mi fisonomía,


prefiero mostrarles este dibujo.
Mi madre decía que en tiempos de crisis
es una constante la aparición de personajes mesiánicos.
Estoy aquí desde fines de septiembre del 2012.
Un ciclo de la humanidad terminaba,
nada está quieto en la vida.
Desde Alción, sol central de la galaxia,
llegarían mis hermanos.
El día en que lo supe
el cielo estaba debajo del cielo.
Un águila inflaba su pecho
sobre un hilo de alta tensión.
Todo hombre, todo animal, toda criatura
recibiría la gran verdad:
Lo conocido dejaría de ser.
Saldría de la Tierra y acabaría
con toda la ficción interplanetaria.
Al fin le quitaría al universo algo de su dominio.
Yo, que había determinado
la luminosidad de tantas estrellas
determinaría la muerte del sol.
Muchos habían escrito sobre esto
y se detenían en el lugar donde comenzaría.

Tenía además de la imaginación disciplinada


la posibilidad de contar con información precisa
para conjeturar sobre la totalidad del cosmos.
Pasé noches enteras contemplando la vastedad del espacio
pero nada ocurrió.
El Faro Segunda Barranca está en zona militar

Para ingresar
contábamos con el permiso
del capitán de fragata Roberto Junca,
marido de la prima de un amigo.

Viajábamos en una Chevrolet S10 - 4x 2,


llevábamos un GPS con las coordenadas del lugar.
El camino mostraba evidencias
de que nadie lo había transitado en los últimos tiempos,
como era de prever nos encajamos.
Tomé la pala de punta y saqué toda la arena que pude.
Osvaldo compactó el suelo con ramas de jarilla.
Sergio bajó la presión de las cubiertas
y sacó la camioneta marcha atrás.

Unos tres kilómetros antes, a la derecha de un guardaganado


habíamos visto un cartel que en letras rojas decía Estancia las Colmenas.
Decidimos volver y averiguar por un camino mejor.
Cinco perros salieron a recibirnos.
Dos hombres trabajaban en la reparación de un molino.
El tercero con las manos en la cintura se dispuso a escucharnos.
Osvaldo dio detalles de nuestra situación
y preguntó si había otra manera de llegar al Faro.
El Alemán, así lo llamaron los otros,
se agachó, tomó una piedra y en la tierra improvisó un plano.
Nos dijo que yendo para San Blas en el cartel que dice Escuelita
nos desviáramos a la derecha, que le metiéramos hasta las vías,
que después de las vías ni se notaba el camino,
que si desde ese lugar veíamos una laguna estaríamos a cinco kilómetros,
que en el Faro salían tiburones.

Antes de despedirnos comentó que tenía un negocio en Cagliero,


que si queríamos comprar cordero lo vendía barato.
La clínica está dividida en cuatro áreas

Una para enfermos peligrosos,


otra para enfermos infecciosos,
la tercera para pacientes tranquilos
y la cuarta, que es en la que he vivido,
para pacientes distinguidos.

El director se llama Leonardo Sharff,


cuando lo nombran me acuerdo de mi padre.
Dice que gran parte de los problemas del presente
tienen su origen en el diseño del edificio.

Mañana mi hermano vendrá a buscarme.


Seis meses ha sido un buen tiempo,
así lo consideró una junta médica.
El necesario para dejar de sentir
que soy parte de un plan salvador.

Campos eléctricos invisibles


rigen la existencia de toda la materia.
Todo está librado al azar.
Mi pueblo es un montón de casas conocidas
y yo un simple hombre
de escasos conocimientos teosóficos.
Un hombre que sufre las consecuencias
de faltas cometidas al intentar
perturbar el orden cósmico.

Vuelvo a mis deberes mundanos.


Vuelvo de lo supremo a lo ínfimo.
Vuelvo a ser una célula viva
en un tubo de ensayo.
Nos recibió un cabo de nombre Pablo

Con amabilidad nos indicó donde dormiríamos.


El teniente Mansilla había viajado a Patagones
y volvería en la noche.
Acomodamos nuestras cosas, comimos y bajamos a la playa.

Caminamos unos doscientos metros


hacia la derecha buscando un lugar sin enganche.
Tiramos con marea baja, la luna estaría menguante.
Nos metimos unos ochenta metros
tratando de embocar la carnada en una canaleta
que por el color supusimos profunda.
El viento venía de la tierra hacia el mar
y cuando es así la corvina se acerca.
La limitante de una buena pesca es la correntada,
eso lo sabe cualquier pescador.
Por más que la noche sea un poema
si el plomo corre no pescás.

El cabo nos había dicho que el cazón estaba furioso.


El tiempo comenzó a pasar.
Tomamos vino; bastante…
Sergio tuvo un pique y no sacó nada.
Hablamos de mujeres, de soledad y trabajo.
Pensábamos en dormir
cuando la chicharra del reel de Osvaldo empezó a sonar:
-¡Dejálo que corra, dejálo que corra!…-le grité.
-¡Es un Tiburcio!... -dijo Osvaldo, prendido a la caña.
La corrida fue eterna, de casi cien metros.
El freno estaba flojo, el Penn se calentaba.
La clavada fue de película…
El Bacota pesó 90 kilos y ni cebamos el mar con sangre seca.
Las manifestaciones de locura son variadas

Aquel que habla animosamente es Ramón.


Fue el último en ingresar, viene de Saldungaray.
Dice que en su domicilio apareció una ambulancia,
que dos hombres de blanco lo inmovilizaron,
que sin necesidad lo ataron a una camilla.
Dice que nunca sintió tanto hambre de aire,
que cuando llegó lo desnudaron,
que le dieron un pijama y un vaso de leche fresca.
Siempre pregunta qué hace aquí…
Un interno le dijo que por su estatura moral está entre nosotros.
El loco muestra una conducta que lo separa de lo normal.
Por ejemplo Armando sufre de trastornos obsesivos.

Armando cree que los alimentos que guardaba en su heladera


debían estar acomodados por colores.
Lorena es bipolar,
está bajo tratamiento ambulatorio.
Muchos de mis compañeros
han sido condenados a la muerte civil.
No pueden casarse, ni tener bienes, ni comprar cosas.
Todo lo que hagan será considerado nulo.

En la mayoría de las artes la representación de la locura


se resume a la distorsión exagerada de las expresiones faciales.

En mis dibujos no es así.


La habitación estaba sucia, los colchones pasados de uso

Hubiera sido mejor dormir en nuestra carpa.


Osvaldo, contento con su primer tiburón dijo que lo cortaría en rodajas,
calentaría la parrilla, sellaría la carne de los dos lados
y en una olla pondría: cebolla bien picada, crema, roquefort y sal.
Al rato se durmió y rechinaba los dientes.

Sergio salió de su cama.


El baño estaba afuera, a dos puertas de la nuestra;
cuando volvió me dijo que al lado del inodoro había dos alacranes.
No pude con mi curiosidad y salí a mirarlos,
después me senté en la galería y prendí un cigarrillo.
El faro emitía dos destellos cada dos segundos.
Entre las estrellas pude ver un satélite;
mi padre lo hubiera llamado ovni,
satélite de reconocimiento ruso o norteamericano
mi abuelo materno.

Pensé en mi niñez, la pesca me gusta desde chico, también cazar.


Matar mataba lo que comía, y era, hoy lo pienso así,
una necesidad instintiva de quedar mano a mano con la naturaleza.
Me gustaba echar un rifle al hombro y caminar por el monte.

Conocía el nombre de todas las plantas.


Identificaba olores, huellas y hasta excrementos.
Con los peces era distinto, todos eran comestibles.
Los pescaba en los remansos del río con cinco metros de tanza,
dos anzuelos y una plomada; siempre buscaba la perca,
aunque me conformaba con anguilas y bagres.
Pasaba mucho tiempo debajo del cielo
y hoy digo con toda certeza
que es en esos lugares donde no habitan los hombres
que las flores son las flores.
Ella es Mariana
Nació en Coronel Pringles,
tiene veintinueve años.
Su familia es dueña del Frigorífico Pauloni,
empresa líder en el abastecimiento
a restaurantes, parrillas y todo tipo de comercios
que requieran productos cárnicos.
Es profesora de literatura
recibida en la Universidad del Sur.
Su vida parecía próspera hasta que una noche
tuvo un encuentro con el Diablo.
Lo describió similar a un gliptodonte,
Días después miraba televisión cuando le dijo a su madre
que la abuela Invención había regresado de la muerte
y estaba sentada a su lado.
Mariana estuvo bajo tratamiento psiquiátrico
sin más resultados que un paulatino empeoramiento.
Transcurrido el tiempo asumió identidades alternativas
entre las que se encuentra una niña de doce años.
Su familia no tuvo más alternativa que internarla.

Mi problema es simple,
traumáticas pueden ser las consecuencias.
Mañana estaré en mi pueblo.
Amanecimos temprano

Hubiéramos preferido bajar a pescar


pero amenazaba de lluvia.
Sergio propuso comer unos sándwiches y pegar la vuelta,
Osvaldo insistía en cocinar cuando apareció el teniente:

-¡Buenos días señores!…-


Nos dio la mano y preguntó cómo estábamos.
Dijo que habíamos tenido suerte,
que el fin de semana anterior nadie había sacado nada.

Osvaldo habló de su tiburón…


Dijo que pensó que el equipo no aguantaba,
que había usado una vara Kónica de acción 8,
un reel Okuma rotativo,
250 metros de tanza 0.60,
brazolada de acero con anzuelo número 10
y una plomada de 360 gramos con agarraderas.

El patio estaba lleno de escarabajos inmóviles.


Mi abuela pronosticaba lluvia cuando las gallinas escarbaban el suelo.

El teniente preguntó si en la playa habíamos visto una cruz.


Estaba en memoria de un tal Esteban Nicoluzi,
mecánico de Punta Alta y pescador de tiburones fallecido en el año 2000.
Respondimos que no, que quizás estuviera unos metros más adelante.

-Seré curioso -dijo el teniente- ¿Ustedes a qué se dedican?


-Docente... -dijo Sergio.
-Desarrollo sistemas de seguridad. -dijo Osvaldo.
-Tengo un vivero. -dije yo- y aproveché la ocasión
para invitarlo a almorzar con nosotros.
Mi hermano llegó a las nueve en punto

Lo noté ansioso.
El ingreso a una clínica psiquiátrica
es una experiencia traumática.

Mis cosas estaban listas,


no son demasiadas:
ropa, un equipo de mate y un MP4.

Me despedí de aquellos internos


con quienes había una relación de conocimiento;
también de mi psicóloga y las enfermeras.
Con Mariana fue diferente…
la extrañaría.

Mi hermano hablaba con el Doctor Sharff,


pude escuchar algunas de sus palabras:
Decía que todos los órganos de nuestro cuerpo
son propensos a enfermar…
desde los pulmones a los ojos
y desde los ojos a la mente,
que de la esquizofrenia poco se sabe,
que se la puede definir como un trastorno
del comportamiento,
que mi sintomatología había disminuido,
que estaba estabilizado y conciente
de mi enfermedad,
que mediante un tratamiento de psicofármacos
evitaría delirios, alucinaciones, hostilidad y desconfianza.
En todo momento creí que estábamos ganando la guerra

Pertenecí a la Compañía "H" del Batallón de Infantería de Marina N° 3,


“Hacha” en la jerga interna.
Hasta el 15 de junio del 82 estuve en la Isla Borbón…
de ahí, como prisionero me trasladaron a Puerto San Carlos en un Chinook.

Fui encerrado por quince días en un frigorífico abandonado.


Éramos unos ciento cincuenta soldados.
Los baños eran tambores de 200 litros cortados por la mitad.

Después nos llevaron a Puerto Argentino y nos embarcaron en el St. Edmund,


ese día cumplí cinco meses de colimba.
Permanecimos quince días anclados a trescientos metros de la costa.
En el barco estaba prisionero el general Menéndez.

Por una normativa del Derecho internacional


destinada a proteger a víctimas de la guerra
nos sacaron cuatro fotos instantáneas:
una para la cruz roja, dos para ellos y otra para el gobierno argentino;
también nos permitieron enviar una carta a nuestras familias
y nos pagaron ocho libras esterlinas como lo establece la convención de Ginebra.
Guardo tres de recuerdo, las demás las gasté
en cigarrillos y golosinas en la cantina del barco.
El trato de los ingleses fue bueno,
no así para los primeros prisioneros.
Los de Puerto Darwin y Pradera del Ganso Verde
cayeron el 28 de mayo en lo mas crudo del conflicto,
recibieron culatazos y unos cuantos fuckin bastards.
A nosotros nos dieron juegos de damas, de ajedrez y una pelota.
Entre ellos no había diferencias entre un cabo y un soldado,
hasta hicimos un póker con los guardias, jugábamos por fósforos.
Les preguntamos si Estados Unidos los había ayudado,
nos dijeron que no sabían.
Nos preguntaron si Rusia nos había ayudado,
tampoco lo sabíamos.

El 14 de julio nos despertaron a las cuatro y media de la mañana.


Desayunamos dos rodajas de pan lactal, un huevo duro, algo de carne,
un vaso de café y un bol con Korn Flakes.
Arribamos a Puerto Madryn a las diez y media.
Las caras de nuestros superiores
nos hacían sentir la responsabilidad de la derrota.
Muy poca gente nos esperaba, el pueblo no estaba.
A los dos meses de terminada la guerra me dieron la baja.
Al año siguiente ingresé en la escuela de oficiales.
Tener cámaras nos hace sentir seguros

aunque es posible dejar en evidencia


lo que queremos proteger.

Si el sistema de vigilancia es por internet


se debe securizar el acceso,
proteger con contraseña el router
y actualizarlo a la última versión de firmware;
también utilizar IP’s fijas en todo el sistema.
Los hackers usan buscadores como Google
para entrar a cámaras mal configuradas.

No es necesario que la instalación


de sistemas de seguridad
sea realizada por profesionales,
podemos incorporar a cualquier lugar
cierto tipo de alarmas sin demasiado trabajo.
Salvo las estaciones de base
que se conectan con una línea a tierra
los sensores y teclados numéricos
usan Wi-Fi u otros tecnologías inalámbricas;
digamos que cualquiera puede colocar
un escudo electrónico alrededor de su casa.

Ahora se trabaja muy bien la sirena barrial comunitaria,


tiene un alcance de ochenta metros en lugares abiertos.
Con equipo adicional puede ampliarse el radio de cobertura
y asociar varias cuadras con el mismo código.
No necesita mantenimiento, solo un cambio de pilas por año.

Según un sondeo de La Nación


el mercado de la seguridad privada
creció un 20 % en el último año.
En la actualidad
casi un millón y medio de casas
cuenta con un sistema de alarma monitoreado.

Miedo, delito e inseguridad


son palabras repetidas a diario
por nuestra sociedad.
Las deficiencias en educación son conocidas

A juzgar por el discurso de nuestros dirigentes


la ejecución de políticas apropiadas
aparenta ser prioritaria, y sin embargo…

Las Naciones Unidas calculan el progreso de los países


en base a cuatro indicadores, de los cuales
taza de alfabetización y taza de matriculación escolar
están directamente relacionados a la educación.

Solo una reevaluación de nuestros valores


podría provocar un giro positivo,
aunque sería imprudente esperar
que por una exhortación al cambio
el cambio se realice.
El hecho que una persona tenga la capacidad de leer
no significa que comprenda lo que lee.

La educación instruye al ciudadano para el ejercicio de sus derechos.


Es esencial para la democracia
aunque nuestros políticos en el intento de impedir
que la sociedad tenga pensamiento crítico
insistan en beneficiarse con su ausencia,

Una de las jactancias de la democracia es la igualdad de oportunidades.


Garantizar que la igualdad sea real es responsabilidad del estado;
también crear las condiciones socioeconómicas necesarias
para posibilitar a todos recibir educación.
Las nanoplantas son plantas muy pequeñas

Las envasamos en recipientes de vidrio


y las vendemos en forma de llaveros.

Hortensias y malvones han pasado de moda,


la gente se desvive por las plantas tropicales.

Además de flores, orquídeas y rosales


tenemos árboles, arbustos y bambúes.
El vivero está ubicado en las afueras,
mi socio es paisajista recibido en Buenos Aires.

También está la opción de llevar plantas carnívoras,


se las riega con el agua de la lluvia.

Anexamos hace un tiempo las acuáticas,


es cuestión de animarse a cultivarlas;
a los peces de colores hacen de refugio
y en verano están en todo su esplendor.
Eran casi las once

Estábamos a pocos kilómetros de llegar a Buratovich


cuando el motor hizo un ruido extraño y se detuvo.
Mi hermano guió el auto hacia la banquina.
Abrió el capot y en apariencias todo se veía normal.
En vano trató de arrancarlo,
supuso que era un desperfecto eléctrico.
Me dijo que se había enterado por un amigo
que el Corsa era un auto problemático,
que si lo hubiera sabido antes no lo compraba.
Tomó su celular y llamó al seguro.
La grúa vendría en una hora y media.
El volvería a Bahía Blanca a dejar
el coche en el taller del concesionario,
previo reclamo de la vigencia de la garantía.
Mientras tanto detuvimos un camión cuyo chofer,
sin antes mirar el motor del auto,
desinteresadamente aceptó llevarme hasta el pueblo.
Dijo que casi con seguridad se había cortado
la correa de distribución, que lo peor que pudo
haber pasado es que al recibir el impacto de las válvulas,
algún pistón se hubiera roto;
que no creía que se hubiera desvielado,
que todos sabían que los Corsa venían
malos de fábrica, que siempre rompen
las bombas de freno y una pieza de plástico
a la que van conectadas la mangueras de agua.
Mansilla nos dijo que en dos meses se festejaría el centenario del faro

No era casual que el bloque de concejales radicales de Patagones


solicitara al Departamento Ejecutivo
que arbitre las medidas necesarias para su puesta en valor,
restauración y mantenimiento.
El deterioro en la estructura se observa a simple vista,
el acceso a la parte alta es prácticamente imposible.
Además de representar un peligro para quienes lo visitan
está en juego el cumplimiento de su función.
Por intermedio de la Dirección de Patrimonio Histórico
se iniciarán las actuaciones para declararlo monumento histórico.
Mientras tanto la Dirección de Turismo
gestionará la incorporación del Faro
en el recorrido turístico del partido.

Para el día en cuestión, el dueño de un campo vecino


donará cuatro lechones de 15 kilos limpios.
Es casi segura la presencia del Director del Servicio de Hidrografía naval.

Nos despedimos con la intención de volver.


La camioneta ya estaba en marcha cuando
Mansilla nos aconsejó salir por Cagliero,
dijo que llegaríamos antes al asfalto y que el camino estaba bueno.
Nos recordó cerrar bien las tranqueras, eran siete.
Ni bien salimos se cruzó un peludo, pensamos en agarrarlo.
Osvaldo preparó mate y dijo que la próxima se traía el 22.
Coincidimos en que Mansilla era un buen tipo
pero que al pobre Pablo lo tenía cagando.
Aprendí a manejar camiones a los doce años.

El Scannia L75 modelo 1969 color naranja


fue el primero que compramos…
y digo compramos porque los Trancamilla somos una empresa familiar.
En ese camión mi viejo dio una vuelta a la plaza del barrio
de una sola maniobra en marcha atrás,
con el acoplado cargado y sin usar los frenos.
Dicen que el camión habló…

El L75ue el primer modelo de Scannia fabricado en Brasil,


tiene dirección hidráulica y caja de sexta.
Mi viejo me contaba que en aquel entonces
lo llamaban el Rey de las rutas,
pasaba un Scannia y temblaba la tierra.

Hizo Bahía Blanca – Misiones durante diecisiete años.


Cargaba sal en bolsa en El Progreso,
una salina que esta a la izquierda de la 154,
como yendo para Bernasconi;
en esa época la ruta era de tierra.
A la vuelta traía madera aserrada en bruto de San Vicente:
guayubira, cedro, timbo,
quebracho, lapacho, loro blanco, loro negro
y tantas más…
Una vez nos llevó a mi vieja y a mí,
yo tenía seis años, en una foto estamos los tres.
Salvo la imagen de mi viejo hablándome de los dorados del Paraná
no tengo más recuerdos.
Quise casarme y vivir con él

hasta que la muerte nos separara,


pero nada es perfecto.

¿Qué iba a saber a mis 22 años de infidelidad,


de insatisfacción, de falta de comunicación?...

Nunca esperé su llamado.


Nunca más escuché las canciones que escuchábamos.
Nunca volví a los lugares por donde solíamos pasear.
Nunca inventé una excusa para pasar por su casa.

Hay heridas que el tiempo no cura.


Somos frágiles, debemos aceptarlo.
El amor no sabe de sutilezas,
solo termina.

Siempre tuve presente


que mi marido no cambiaría.
Los Trancamilla son todos iguales.
Hay que sacar afuera lo que no sirve,
así como cuando arreglamos el ropero.

Soy mujer, estoy llena de amor,


soy capaz de salir adelante sola.
Merezco ser feliz.

Ya aparecerá alguien mejor, un clavo saca a otro clavo.


Se supone que quien pasa por un divorcio aprende la lección
y al casarse por segunda vez no repite errores,

Una pareja no está formada por dos medias naranjas


y es mentira que dos personas pueden entenderse sin hablar.
Según el presidente de la Confederación Nacional de Dueños de Camiones

en enero y febrero la carga por camión se incrementó en un 10 %.


Se movieron treinta millones de toneladas de mercadería por mes.
Hubo muy buena cosecha,
pero aunque fue un buen año
para el transporte faltan choferes.
Hay dos mil camiones parados,
uno es nuestro,
en cualquier momento lo vendemos.
Es un Mercedes 15/17 modelo 77,
tiene todos los papeles al día
y está muy bien de mecánica.
Un camionero del pueblo le tiene ganas,
pero cobrarle al petiso Ponce va a ser más difícil que hacer dieta.
Trabajó para nosotros hasta que se compró un
Iveco 190 - 29 modelo 1995, color rojo…
Flor de personaje el petiso.
Imaginátelo al volante de una máquina de treinta toneladas.
Desde la cabina tiene la visión de un gigante…
Transgrede la distancia que lo separa del cielo.

El tema es que ahora se está complicando.


Con la liberación de precios el gasoil se fue a la mierda,
la Shell lo tiene a $7,24…
Y.P.F. en lo que va del año aumentó cuatro veces:
tres desde que el gobierno se la expropió a Repsol.
Al menos esta vez tuvieron la delicadeza de anunciar el aumento,
la otra vuelta me enteré en el surtidor.
Lo que quieren hacer es disminuir la brecha de precios con el resto de las empresas.
Los gallegos están como locos diciendo que somos poco fiables,
que somos todos delincuentes y qué se yo cuantas huevadas más.

Lo años pasan también para los camiones, Ramiro.


La depilación es el drama de todas las mujeres

Excepto las que se hicieron una láser definitiva


el resto está destinada a los puntitos rojos.
De acá te puedo sacar rubia y con mechas,
pero la depilación es otra cosa.

Se casa la de Urban ¿sabías?...


estuvo acá el otro día y me contó todo.
Tiene la cara llena de vello.
Viste que acá además de peluquera
soy una especie de psicóloga sin título...
Está con muy poco pelo,
supongo que detrás de la caída
se esconde una gran depresión.

Me trajo una revista con una foto


de Angelina Jolie para que le saque el corte.
Me dieron ganas de decirle que en realidad
lo que ella quería era la cara de Angelina Jolie.

Vos en cambio tenés un cabello hermoso.

Bueno, te decía:
Si preferís la Epilady laváte las piernas antes.
Si te depilás con gillette ponéte crema de afeitar.
Si vas a usar blusas sin mangas lo mejor es la cera,
la primera vez duele pero te acostumbrás.
La ruta no es un lugar que te lleva de un pueblo a otro

la ruta es tu trabajo y el camión tu casa.


Uno se cansa de ir y venir con la mirada puesta en el camino.
No es bueno dialogar con la cabeza todo el tiempo,
por eso muchas veces levantamos gente.

Hace unos meses había descargado en La Cruz.


Por una cuestión de seguridad siempre hago noche en las estaciones de servicio.
Estacioné en una ESSO ubicada a doscientos metros del acceso al pueblo.
Los baños estaban limpios, aproveché a ducharme;
comí, fumé un cigarrillo y me acosté.
Estaba casi dormido cuando golpearon la puerta.
Miré por la ventanilla creyendo que era un colega.
No había nadie, solo camiones estacionados.
Pasaron cinco minutos y otra vez los golpes…
Bajé de la cabina y dí una vuelta alrededor del camión.
Busqué a uno de los dos empleados que había en el lugar,
me dijo que era la Trini, una rutera que había muerto hacía siete años.

En julio del año pasado llegué a casa después de quince días.


Cené con mi señora, jugué un rato con mis hijos y me acosté a dormir.
A la mañana siguiente suena el teléfono, era mi viejo.
Tenía que reemplazar a un chofer y cargar para un galpón de empaque.
Tenés que salir ya, hay un contrato de por medio, me dijo.
No sabía como explicarle a mi mujer,
tampoco fue necesario, ella conocía la historia.

Al rato estaba arriba del camión


despidiéndome de mi familia por el espejo retrovisor.
De nuevo mi mujer justificando mi ausencia.
Al año nos separamos, en mi vida cometí muchos errores.
Haberme casado con ella fue una de las pocas cosas que hice bien.
Siempre pienso en cuando recorreré el último kilómetro
manejando el camión que ha gobernado mi vida.
El cielo estaba encapotado, las nubes muy bajas

Habíamos pasado la quinta tranquera


cuando vimos mucha tierra volando hacia el oeste,
después empezó a llover a baldazos.
El viento era fuertísimo, se hacía imposible ver el camino.
A los pocos minutos el granizo cascoteaba la S10.
Inmediatamente frenamos e intentamos cubrir
el capot, el techo y el parabrisas con nuestras bolsas de dormir.
Después decidimos esperar hasta que limpie;
Sergio dijo que de última tenía la póliza contra daños totales.
Osvaldo se acordó de un video que circuló por las redes sociales
en el que un tipo de Mar del Plata, filmado desde un balcón,
se extiende sobre el techo de su auto y empieza como a nadar,
moviendo brazos y piernas tratando de impedir los impactos.
Afuera no se veía ni la distancia, coincidimos en que después del agua
el camino sería una pileta; sin embargo a los pocos minutos la lluvia paró
y nuestro alrededor comenzó a despejarse.

Otra vez en marcha vimos algunos postes del tendido eléctrico caídos:
Los cardos rusos en barricada cubrían todos los alambrados.
Los eucaliptos del casco de un campo parecían esqueletos sin carne.
Las vacas permanecían guareciéndose debajo de los tamariscos
como temerosas de volver a los pastos…
Ellas no saben que después de la tormenta siempre llega la calma.
A unos quinientos metros de llegar a Cagliero
un silo desprendido atravesaba el camino.

El pueblo parecía bombardeado.


Sus habitantes, dispersos caminaban por el barro como zombis,
desconsolados, buscando entre los escombros.
Muchos no estaban en sus domicilios;
habían asistido a la Fiesta de la Soberanía Patagónica
que se realiza en Carmen de Patagones.
Algunos recién se hacían de la casa propia
gracias a la llegada de planes sociales.
De las 20 que se habían levantado
sólo tres quedaron con techo.
Un hombre le dijo a Sergio
que los cuatro molinos de su campo quedaron inhabilitados,
que el arreglo de un molino significaba seis mil pesos,
que nunca había visto una situación igual
en sus cuarenta y siete años y más de treinta
viviendo en el campo,
que el tinglado del club se había volado limpito. El frente de un negocio ubicado en una esquina
estaba destruido por completo.
Un camión se aproximaba a lo lejos.
Este libro se terminó de imprimir en noviembre de 2014,
bajo el cuidado del sello editorial El ojo del mármol.
En los talleres gráficos de TecnoOffset
José J. Araujo3293 CABA

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