Antecedentes Del VÃ - Nculo Obligatorio

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Antecedentes del vínculo obligatorio.

Farlem Portuguez Cerdas

La obligación, como institución fundamental, no solo en el plano jurídico, sino en el cotidiano


incluyendo su vida social y económica, es un asunto que requiere un estudio y análisis detallado, en
la medida en que el derecho, y en particular, la figura de la obligación, son instrumentos para la
consecución de las necesidades del hombre. De esta manera, el concepto o noción de la obligación
repercute directamente en el entendimiento de su teoría general, así como en el plano real y
cotidiano del hombre. Así constatando como el elemento del vínculo jurídico, de amplio progreso
doctrinal y jurisprudencial a lo largo de los años, sumado ciertos aspectos particulares, corresponde
al componente sustancial de la definición de la obligación, el cual es un asunto que involucra lo más
sencillo y complejo del hombre, su relacionar con los demás. Como es sabido, el derecho, antes que
ser una ciencia estática, es sinónimo de dinamismo, ya que la evolución de la sociedad, así como de
sus actividades, es el perfeccionamiento mismo de las instituciones jurídicas que de igual manera se
desarrollan y progresan.

Se dice que la forma más básica de obligación tuvo su origen en los pueblos primitivos en donde,
quien había cometido un delito, podía pagar un precio para "compensar" el daño que había generado
al agraviado. La palabra “obligación” se viene utilizando desde el siglo XII, pero etimológicamente
viene de la voz latina ob ligare (atar a, ligar con).

En el derecho romano, en un inicio, la vinculación jurídica era personal, es decir, el deudor


compromete su persona (y no su patrimonio) para asegurar el pago. Estos llevaron la teoría de las
obligaciones al más alto grado de perfección; los jurisconsultos romanos, interpretando la voluntad
de las partes se dedicaron a desarrollar sus principios con el cuidado debido. Las Institutas de
Justiniano defendieron las obligaciones de la manera siguiente: “es un lazo de derecho que nos
sujeta a la necesidad de pagar alguna cosa conforme al derecho de nuestra ciudad”.

En el derecho romano, las obligaciones sancionadas se califican de un modo general en civiles y


naturales, esta última carece de sanción, sin embargo, cuando se quiere destacar de qué autoridad
proviene la acción, las obligaciones las dividen en civiles y honorarias; las civiles son aquellas que
han sido sancionadas por el derecho civil y las honorarias son aquellas que han recibido su sanción
del edicto de los magistrados Jus honorarium; por el hecho de que casi todas han sido sancionadas
por el pretor se le llama pretoriana.

En el derecho civil las obligaciones se dividen en cuatro clases según las fuentes de donde emanan
que son: de un contrato, de un delito, como de un contrato o como de un delito. Las verdaderas
fuentes de las obligaciones admitidas por los romanos son los delitos y los contratos. Los romanos
entendían que la obligación es una restricción de la libertad del deudor y que este estado de
dependencia solo puede darse en razón de una causa bien determinada.

El castigo de los actos ilícitos que implicaba una pena pecuniaria era una fuente de obligaciones
mucho más abundante cuando Roma entra en relación con otros pueblos, cuando crece la riqueza
privada y el adelanto de la civilización hace nacer nuevas necesidades, trae como consecuencia la
ampliación del circulo de las transacciones. En la parte final de la época republicana se determinó el
número de contratos y se le distingue en cuatro clases según las formalidades que deben acompañar
a la convención; estos son:

a. Los contratos verbis, que se forman con la ayuda de palabras solemnes;


b. Contrato literas, que exige menciones escritas;
c. Los contratos, que se perfeccionan por la entrega de una cosa al que viene a hacerse deudor;
d. Los contratos, formados por el solo consenso del acuerdo de las partes.

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Antecedentes del vínculo obligatorio. Farlem Portuguez Cerdas

La obligación más antigua en Roma fue el nexum, el cual tenía por causa un préstamo de dinero;
este se realizaba mediante cobre y balanza, pesando la cantidad de metal que se prestaba, esto se
hacía por el hecho de que los romanos en esta época desconocían el arte de acuñar la moneda.
Aunque se considere el préstamo de dinero como el modo más antiguo de crear una obligación
civil, puede señalarse que en Roma el préstamo de consumo ha quedado siempre para los
jurisconsultos romanos como el contrato por excelencia, erradicando de esta manera la costumbre
de que el deudor era solo aquel había tomado solo el dinero de otro, sino que se le llamo acreedor a
todos aquellos a los que se le debía alguna cosa. Finalmente, las obligaciones en el derecho romano
tenían mucha similitud con lo establecido en el derecho actual, ya que el derecho romano da origen
al derecho francés y nuestro derecho está basado en el Derecho Francés y romano.

Las obligaciones en Derecho Francés.-

Al hablar del Derecho Civil Francés, predominantemente al código de Napoleón, promulgado por el
emperador Napoleón Bonaparte el 21 de marzo de 1804, el método utilizado se basó en las
institutas de Justiniano, dividiendo los derechos en lo referente a las personas, a las cosas y a las
acciones. La idea se basaba en lograr las mismas leyes en todas las provincias francesas, ya que
algunas de ellas seguían costumbres germánicas y en otras predominaba el derecho romano.

El tema de las obligaciones es tratado en el libro tercero de este código el cual se refiere a los
modos de adquirir la propiedad, comprendiendo las sucesiones, las donaciones, los testamentos, las
obligaciones, los contratos, el contrato matrimonial, las hipotecas y la prescripción; ocupando la
propiedad un lugar destacado en la sociedad, donde el poder de la burguesía exigía el
reconocimiento legal de sus bienes.

El código napoleónico provocó una gran repercusión imponiéndose el movimiento en varios países,
tanto de Europa como en América, tales como Bélgica, Luxemburgo y Holanda en Europa; y en
Bolivia, el estado Lousiana en América del Norte y Haití en 1843. Los códigos de los países
latinoamericanos tienen gran similitud en la reglamentación legal de los contratos y de las
obligaciones. El código civil Francés le ha servido de modelo, con algunas modificaciones
sugeridas por la experiencia y algunas reformas impuestas por la evolución de las ideas y de las
costumbres.

En Estados Unidos de América la situación difiere un poco de los demás, ya que fue conquistada en
su mayor parte por Inglaterra, país que tiene costumbres y tradiciones diferentes a las de España,
que fue la mayor conquistadora del continente americano. La legislación estadounidense difiere de
la legislación de los países latinos, por su origen anglosajón, donde se da marcada importancia a la
costumbres como fuente del derecho.

En el Derecho Romano el de la obligación consiste en un dare, facere o en un praestare. Estas


conductas fueron acogidas de la definición “Obligationum substantia non in eo consist, ut aliquod
corpus nostrum, aut servitutem nostram faciat, sed utalium nobis obstringat ad dandum aliquid, vel
faciendum, vel praestandum” (La substancia de las obligaciones consiste no en que haga nuestra
alguna cosa corpórea o una servidumbre, sino en que constriña a otro a darnos, a hacernos o a
prestarnos alguna cosa). El objeto de estas obligaciones requería de ciertos requisitos como que el
objeto sea lícito, determinado o determinable y valorable en dinero.

a. Dare (Dar): La acción de transmitir la propiedad de un bien u otro derecho real en favor del
acreedor
b. Facere (hacer): Comprendía las conductas distintas de dar, incluso las abstenciones o devolución
de bienes.

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Antecedentes del vínculo obligatorio. Farlem Portuguez Cerdas

c. Praestare: Obligación de garantizar o responder por la propia conducta.

En el Código de Napoleón el objeto de los contratos consistía en dar, hacer o en un no hacer. El


Código reglamenta el objeto en el Título de la regulación general de los contratos. Los requisitos
fueron los mismos que establecieron los Romanos: ser posible, lícito, determinado o determinable y
personal al deudor (conductas propias del deudor y no de terceros).

a. Dar: Consistía en entregar un bien o en su conservación hasta que fuera entregado. La Doctrina
contribuyó a establecer que dar también significaba transmitir la propiedad de un bien.
b. Hacer: Las conductas positivas distintas de Dar se consideran conductas de hacer.
c. No hacer: Las conductas negativas distintas de Dar se consideran conductas de no hacer.

El código Alemán Bürgerliches Gesetzbuch (BGB) estableció el objeto de la obligación únicamente


como praestare. No obstante, la Doctrina sí consideró los demás objetos de la obligación que
establecieron los Romanos y los franceses. Ennecerrus, Kipp y Wolff consideraron que "la
prestación a que el crédito se dirige puede ser positiva o negativa, consistir en un hacer o en un
omitir. El hacer comprende también el dar, el omitir abarca también el tolerar"12. El BGB exigió
que el objeto fuera posible, lícito y determinable o determinado.

En resumen los romanos definieron la obligación como: “Obligatio est iuris vinculum quo
nesessitate adstringimur alicuius solvendae rei secundum nostrae civitatis iura” que se puede
traducir como “una obligación es el vínculo jurídico que nos constriñe en la necesidad de pagar algo
según el derecho de nuestra ciudad.” Posteriormente, la doctrina pandectística alemana del siglo
XIX introdujo la expresión "Schuldverhältniss", luego transmitida a Italia como "rapporto
obbligatorio", y de ahí a España, que ofició, en esta como en tantas otras áreas, de vehículo cultural
para el derecho latinoamericano, donde se habla, desde hace años, de "relación obligatoria".

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