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Perfiles Criminales

Historia, evolución y aplicaciones


Luis Guillermo Blanco (*)

SUMARIO: I. Introducción. II. Algunos antecedentes de la perfilación criminal. Su


origen. III. La psicopatía. IV. Asesinos compulsivos, masivos y seriales. Itinerantes
e imitadores. V. Perfiles criminales. a.) Perfiles de agresores conocidos y
desconocidos. b.) Los elementos necesarios para realizar un perfil criminal. c.) La
perfilación deductiva. Su utilidad en la investigación penal.
RESUMEN: Se efectúa una reseña histórica del surgimiento y desarrollo de la
perfilación criminal, entendida como una herramienta complementaria de la
criminología forense, cuyos elementos para su confección se exponen de acuerdo
con los criterios del FBI y las enseñanzas del profesor Garrido Genovés,
ejemplificando con casos reales de asesinos compulsivos, masivos y seriales. Se
destaca la utilidad del perfil criminal para la investigación penal.
ABSTRACT: A historical review is made of the emergence and development of
criminal profiling, understood as a complementary tool of forensic criminology,
whose elements for its preparation are exposed according to the criteria of the FBI
and the teachings of Professor Garrido Genovés, exemplifying real cases of
compulsive, mass and serial killers. The usefulness of the criminal profile for criminal
investigation is highlighted.
PALABRAS CLAVE: Perfil criminal; psicópata; asesinos compulsivos, masivos y
seriales; itinerantes e imitadores; escena del crimen; modus operandi; firma;
victimología; autopsia psicológica; perfil geográfico.

KEY WORDS: Criminal profile; psychopath; compulsive, mass and serial killers;
itinerant and imitators; crime scene; modus operandi; signature; victimology;
psychological autopsy; geographic profile.

Revista Pensamiento Penal (ISNN 1853-4554), agosto de 2021, No. 400 1


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I. Introducción.

a.) La psiquiatría y la psicología (al igual que la criminología) siempre se interesaron


en tratar de averiguar, de conocer, qué es lo que induce a un individuo a delinquir,
qué significado tiene esa conducta para él, por qué la idea del castigo estatal no lo
atemoriza y le hace renunciar a sus conductas criminales (1) -a este respecto, en un
ensayo anterior, nos hemos referido a las ideas de Freud, vinculándolas con las de
Durkheim (2)-, y fue así como, por lo menos a partir de la obra de Cesare Lombroso
(1835-1909), se comenzaron a efectuar diversas clasificaciones descriptivas de tipos
de delincuentes, ello bajo el paradigma del positivismo criminológico, para el cual,
en esencia, la delincuencia está determinada biológicamente, es decir, se trataba de
una teoría de antropología delictiva (3). Si bien sumándole algunas consideraciones
sociológicas propias de su época, José Ingenieros participó de esta postura,
formulando una clasificación psicopatológica de los delincuentes (anómalos morales,
anómalos intelectuales, anómalos volitivos y anomalías combinadas, todas las cuales
admitían subtipos) (4).

(*) Abogado (UBA). Fue docente-investigador de la UBA (Facultad de Derecho) y Miembro del
Comité Hospitalario de Ética del Hospital de Clínicas “José de San Martín” (Facultad de Medicina,
UBA). Es docente del Instituto de Seguridad Pública de la provincia de Santa Fe. A la fecha se
encuentra a cargo de la Tutoría y Prácticas Profesionalizantes de la Tecnicatura Superior en
Investigación Criminal. Contacto: [email protected] –Twitter: @LGBlanco1
(1) Cfr. Marchiori, Hilda: Psicología criminal, Porrúa, México, 2007, p. 1.
(2) Seguridad e inseguridad pública: los discursos y las prisiones. Ficciones, realidades y utopías posibles (2018),
ps. 46/48 http://www.pensamientopenal.com.ar/doctrina/47235-seguridad-e-inseguridad-
publica-discursos-y-prisiones-ficciones-realidades-y-utopias (Último acceso: 11/08/21).
(3) Cfr. Marchiori, Hilda: Criminología. Teorías y pensamientos, Porrúa, México, 2004, ps. 14 y 43/44;
Elbert, Carlos A.: Manual básico de criminología, EUDEBA, Bs. As., 1998, ps. 47 y ss. La clasificación
de los delincuentes que realizó Lombroso comprende: el delincuente pasional, el delincuente
ocasional, el delincuente epiléptico, el delincuente que presenta locura moral, el delincuente loco y
el delincuente nato, diciendo que habían 18 características físicas indicativas de un criminal nato
entre las que se encuentran: desviación en tamaño y forma de la cabeza, la raza y región de
proveniencia del delincuente, asimetría de la cara, dimensiones excesivas de la mandíbula y
pómulos, defectos y peculiaridades del ojo, orejas de tamaño raro o muy pequeño, la nariz torcida,
curvada o con una punta que sube como la cresta de los orificios nasales hinchados; labios
carnosos, hinchados, y destacándose, bolsas en las mejillas.
(4) Ingenieros, José: Criminología, Daniel Jorro Editor, Madrid, 1913, ps. 130 y ss. Ver Elbert, C. A.,
ob. cit., ps. 63 y ss.

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No vamos a abundar sobre estas escuelas, simplemente porque las mencionamos


para señalar que estas clasificaciones no son lo que se entiende por perfiles
criminales.

b.) La perfilación criminal (5), en términos muy generales (y sin perjuicio de sus tipos
-inductivo y deductivo-, que desarrollaremos más adelante), es una técnica que se
utiliza para establecer las características de un delincuente desconocido a partir de
las señales dejadas en la víctima y en la escena del crimen, cualquiera que fuere el
delito cometido (este concepto preliminar corresponde al modelo deductivo).

Sin perjuicio de algunos antecedentes, por cierto muy puntuales (6), la perfilación
criminal no fue internacionalmente conocida hasta que fue puesta en marcha de
manera sistemática por el Federal Bureau of Investigation (FBI) a partir de la década
de 1970 (nos referiremos a ello un poco más adelante).

II. Algunos antecedentes de la perfilación criminal. Su origen.

a.) Con anterioridad a la labor del FBI, cabe hablar de una etapa, que se puede
denominar como la del diagnóstico clínico, que apareció en los años cincuenta y fue

(5) Cfr. Garrido Genovés, Vicente: Perfiles Criminales. Un recorrido por el lado oscuro del ser humano,
Editor digital: epl, 2012 http://www.pensamientopenal.com.ar/miscelaneas/43913-perfiles-
criminales-recorrido-lado-oscuro-del-ser-humano-vicente-garrido) & Instituto Europeo de
Ciencias Forenses y Seguridad (IECFyS): Perfilación Criminal. Manual Forense, Bilbao, 2018
http://ccytem.morelos.gob.mx/sites/ccytem.morelos.gob.mx/files/Perfilacion%20Criminal_%2
0Manual%20Fo%20-%20Instituto%20Europeo%20de%20Ciencias%20F.pdf & Padilla, Arturo:
Perfiles Criminales, Fundación Universitaria del Área Andina, Bogotá D.C., 2018
https://digitk.areandina.edu.co/bitstream/handle/areandina/1380/133%20PERFILES%20CRI
MINALES.pdf?sequence=1&isAllowed=y & Quiñones Urquiza, María L.: Lo que cuentan la escena
del crimen. Muertes violentas, acoso y violencia psicológica, Ediciones B Argentina, Bs. As., 2016; Tapias
Saldaña, Ángela, Avellaneda Castellanos, Luisa, Moncada Muñoz, Melissa y Pérez Puentes, Irma:
Elaboración de perfiles criminales desconocidos con base en la escena del crimen, Asociación Latinoamericana
de Psicología Jurídica y Forense, 2010 https://psicologiajuridica.org/psj7.html & Vaca Cortés,
Jesús y Dzib Aguilar, Paulino: La máscara del asesino, Universidad Autónoma de Yucatán, México,
2012 https://docplayer.es/66627484-La-mascara-del-asesino.html (Último acceso a los sitios aquí
mencionados: 11/08/21).
(6) P. ej., en 1888, el año en que Jack el Destripador cometió (al menos) cinco homicidios en el
barrio londinense de Whitechapel, el patólogo forense George Bagster Phillips (que realizó o
asistió a autopsias de cuatro de las víctimas) y el conferencista en medicina forense Thomas Bond
desarrollaron un estudio en el que expusieron el método “modelo - herida”, el cual radica en la
comprensión de la naturaleza de las lesiones de la víctima como base para la elaboración estadística
de descripciones de personalidad del autor. Ver Vaca Cortés, J. y Dzib Aguilar, P., ob. cit., ps.
106/107.

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protagonizada por médicos psiquiatras y psicoanalistas, quienes elaboraban tal


diagnóstico a partir de los conocimientos obtenidos en la evaluación psicopatológica.

El proceso consistía en definir un tipo de personalidad y una categoría


psicopatológica que encajara con los hechos del crimen en análisis, tal y como los
interpretaba el evaluador. Una vez realizado ese psicodiagnóstico, se pasaba a
describir las cualidades de personalidad y de estilo de vida que se derivaban de los
rasgos que describían los tipos seleccionados. No se trataba de realizar un perfil
criminal, sino de diagnosticar y deducir.

Se dice que el ejemplo más representativo de esta etapa lo protagonizó el psiquiatra


estadounidense James A. Brussel (7), quien realizó un diagnóstico
sorprendentemente exacto de George Metesky (8), conocido como «mad bomber»,
el «bombardero loco» (9), quien entre 1940 y 1956 puso al menos 37 bombas (de
fabricación casera y escasa potencia) en estaciones de trenes y en cines y teatros de
la ciudad de Nueva York, que sólo provocaron destrozos y unos 15 heridos (es de
señalar que, durante la II Guerra Mundial, no puso bombas, es más, avisó que no las
pondría, por lo que Brussel dedujo su patriotismo y respeto por la contienda).

Brussel infería conductas del ofensor comparando sus conductas delictivas con la
conducta de pacientes con desórdenes mentales similares, y el fruto de su
investigación se concretó cuando elaboró dicho diagnóstico. Brussel diagnosticó
que, entre otras características, el sospechoso era un varón extranjero, de origen
eslavo, de aproximadamente unos 50 años de edad, de complexión fuerte, padecía

(7) IECFyS, ob. cit., ps. 29/31; Garrido Genovés, V., ob. cit., p. 22.
(8) https://criminalia.es/asesino/george-metesky/ (Último acceso: 11/08/21).
(9) Un caso muy distinto al de Theodore John Kaczynski (“Unabomber”), quién cometió sus
atentados de 1978 a 1995 (perpetró 16 ataques con cartas bomba que mataron a tres personas e
hirieron y mutilaron a otras 23). Douglas, John E, Burges, Ann W., Burgess, Allen G. y Ressler,
Robert K.: Crime Classification Manual: A Standard System for Investigating and Classifying Violent Crime,
Third edition, Wiley, New Jersey, 2013, ps. 305/306 & https://criminalia.es/asesino/theodore-
kaczynski/ (Último acceso: 11/08/21). Ver Garrido Genovés, V., ob. cit., ps. 96 y ss., donde relata
el análisis lingüístico comparativo efectuado por el agente del FBI James R. Fitzgerald y sus
colaboradores, que fue determinante en cuanto demostró que los textos de Unabomber y Ted
Kaczynski (el manifiesto de Unabomber, titulado “La sociedad industrial y su futuro”, escrito bajo
el seudónimo de «Freedom Club», otros documentos -cartas enviadas a periódicos, etc.- y cartas y
otros documentos familiares, que en esos momentos sumaban 69) tenían “los mismos hábitos
lingüísticos, los mismos patrones de dicción, fraseo, ortografía, accidentes gramaticales y sintaxis”,
incluso una misma distribución de la puntuación, obrando en esos documentos la misma ideología
anarquista y neoludita (el neoludismo es una corriente de pensamiento que promueve frenar o
detener el desarrollo de nuevas tecnologías), y una similar referencia o alusión a muchas de las
mismas fuentes secundarias.

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de un trastorno paranoide, estaba altamente resentido, era obsesivo, pulcro, hábil y


meticuloso en su trabajo, era una persona educada, que probablemente no acabó el
instituto, tenía conocimientos en electricidad, metalurgia y mecánica, era una persona
religiosa, soltera (posiblemente virgen y sin interés en las mujeres), posiblemente
viviría con algún pariente de sexo femenino, sus cartas las enviaba desde
Westchester, que no es donde vivía (ya que no era bobo), viviría en Conneticut (para
ir desde allí a Nueva York hay que pasar por Westchester), tendría una vinculación
probablemente laboral con la Compañía Edison (a la cual mencionaba en sus cartas
y le puso varias bombas), y -lo que más conmocionó al público de la época- gustaba
vestir un traje cruzado de tres piezas, con chaleco abotonado, que era un símbolo de
pulcritud y conservadurismo, y que probablemente usaría cuando lo detuvieran (esto
último, así aconteció).

La investigación se efectuó sobre la base de dicho diagnóstico, y cuando Metesky


fue capturado en 1957, se comprobó que el diagnóstico había sido
extraordinariamente preciso: Metesky era robusto, tenía 53 años de edad, era soltero
y sin compromiso, vivía con sus hermanas, eran católicos practicantes y de origen
lituano. Tenía un taller ordenado de manera impecable, obsesiva. Era electricista y
había trabajado en la empresa Edison. En 1931, a causa de la explosión de una
caldera, sufrió un accidente laboral que lo tuvo varios meses de baja y el cual le dejó
varias secuelas de las que no pudo recuperarse bien. Tras varias semanas de baja, la
empresa lo despidió negándole compensación alguna, y allí afloró su ira y su
desquiciado reclamo, cartas (se calcula que unas 900) y bombas mediante. Fue
detenido en su casa por la noche. Estaba en pijama, y antes de trasladarle a la
comisaría le pidieron que se vistiera; al volver, vestía un traje cruzado perfectamente
abotonado por lo que los agentes se quedaron estupefactos.

Cuando le condujeron a la comisaría, se mostró cortés y educado con todo el mundo.


En su declaración dijo: “Todo esto me parece muy bien. Quería dar publicidad a mi
caso y lo he conseguido. No me arrepiento de nada. Después de colocar mis bombas
rogaba a Dios que no hiciesen daño a nadie, sobre todo los domingos» (10). Metesky

(10) De allí resulta la motivación de sus atentados: dar a publicidad su caso. Cuando le preguntaron
al Dr. Brussel cómo era posible que hubiera acertado tanto, respondió: “Sé que era un paranoico
porque las personas con este trastorno son capaces de alimentar un rencor durante mucho tiempo,
se creen superiores intelectualmente a los demás, son muy limpios, obsesivos y les gusta
exageradamente el orden, de ahí su muy buena caligrafía en sus escritos, que además dan debida
cuenta de una personalidad educada y muy meticulosa, por eso predije que vestía una chaqueta
cruzada abotonada. Su «argot» al expresarse en las cartas es típico de los ciudadanos del este de
Europa, y de allí es común atentar mediante la colocación de explosivos. Su soltería la deduje al
observar que la letra W la escribía inclinada, como si fueran dos U juntas, sugiriendo los senos de
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fue declarado demente e ingresado en un psiquiátrico hasta 1973. No volvió a tener


problemas con la justicia y murió en 1994 a la edad de 90 años.

Por supuesto, el anterior no fue el único caso. Debiendo destacarse, a nuestro


parecer, el diagnóstico psicológico del asesino serial ruso Andréi Románovich
Chikatilo (11) -que no fue el único criminal maníaco ruso (12)-, efectuado en 1987 por
el Dr. Alexander Olimpievich Bukhanovsky, quién, a pedido del forense Viktor
Burakov, que estaba a cargo de la investigación, fue a la escena del crimen y redactó
un retrato psicológico del criminal desconocido, de unas 70 páginas y que coincidió
en un 85% con la identidad real de Chikatilo. Bukhanovsky señaló que el asesino
sería un hombre alto, de unos 40 años, que debía haber tenido una infancia difícil
que lo convirtió en un sádico. Sería soltero o, si estaba casado, debía tener una esposa
sumisa, y probablemente sufría de alguna disfunción sexual. Sólo podía lograr la
excitación matando; el cuchillo, según Bukhanovsky, era un pene sustituto. Mutilaba
a sus víctimas en parte por frustración y también como excitación erótica. Se dejaba
llevar por la compulsión de asesinar, pero no era retrasado mental o esquizofrénico
puesto que tenía la capacidad de planear y efectuar sus ataques. Era un hombre
solitario y el único involucrado en los crímenes.

Cuando Chikatilo, sospechado por la policía, fue detenido, negó todo. Burakov
tomaron la sabia decisión de llamar al doctor Bukhanovsky, para ver que podía hacer
él, que ellos no habían podido. El psiquiatra se presentó a Chikatilo con cortesía y le
habló del estudio que sobre él tenía escrito, y se lo leyó. Chikatilo rompió en llanto
y dijo "Sí, soy yo", para luego confesar sus crímenes. Durante los próximos días,
Chikatilo confesaría, con horribles detalles, treinta y cuatro asesinatos. Más tarde

una mujer, revelando así un problema sexual, que hacía improbable que hubiera contraído
matrimonio”.
(11) Durante aproximadamente 18 años, entre 1978 y 1990, Chikatilo (un psicópata) mató a no
menos de 52 niños, niñas y chicas jóvenes (también solía mutilar los genitales de sus víctimas,
canibalizarlas y beber su sangre). Confesó haber cometido 56 homicidios, se lo juzgó por 53 y se
lo condenó a muerte por esos 52 crímenes. Andrei Chikatilo Soviet serial killer
https://www.britannica.com/biography/Andrei-Romanovich-Chikatilo & Andrei Romanovich
Chikatilo https://estudiocriminal.eu/wp-content/uploads/2017/03/Andrei-Romanovich-Chikatilo.pdf &
https://criminalia.es/asesino/andrei-chikatilo/ & Wille, Germán: Andrei Chikatilo: la terrible historia
del "carnicero de Rostov", el asesino serial más sádico de la Unión Soviética (2020)
https://www.lanacion.com.ar/lifestyle/andrei-chikatilo-terrible-historia-del-carnicero-rostov-
nid2485684/ (Último acceso a todos estos sitios: 11/08/21).
(12) P. ej., ver Manev, Georgy: 5 scariest Russian maniacs (2018)
https://www.rbth.com/history/329511-5-scariest-russian-criminals (Último acceso: 11/08/21).

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admitió a otros veintidós que los investigadores no se habían dado cuenta de que
estaban relacionados (13).

b.) El éxito y la fama que obtuvo el caso de mad bomber estimularon el interés de los
policías del FBI por aplicar los conocimientos de la psicología y la criminología a sus
tareas de investigación criminal. Es con ellos que se inicia la aplicación del perfil
criminológico como una disciplina forense relevante en casos de asesinos en serie,
pronto expandida también a delincuentes sexuales multirreincidentes. De hecho,
hasta finales de los años noventa no empezó a extenderse a otros dominios de la
delincuencia, principalmente a través de los investigadores de la Universidad de
Liverpool (14), si bien los perfiladores del FBI también se ocuparon de los delitos de
incendio intencionado.

(13) Schmemann, Serge: Russian serial killer left ghoulish trail of 53 young victims (1992)
https://www.chicagotribune.com/news/ct-xpm-1992-04-12-9202020622-story.html & Kent,
James: Darkness visible (1999)
https://www.theguardian.com/theobserver/1999/aug/08/life1.lifemagazine & Andrei Chikatilo,
Dr. Alexandr Bukhanovsky and Forensic Psychology (2018)
https://vivifychangecatalyst.wordpress.com/2018/05/30/andrei-chikatilo-dr-alexandr-
bukhanovsky-and-forensic-psychology/ & Perfil de Andrei Chikatilo, asesino en serie (2019)
https://www.greelane.com/es/humanidades/cuestiones/andrei-chikatilo-biography-4176163/ &
Profesor Bukhanovsky Alexander Olimpievich: biografía, logros, familia y hechos interesantes (s/f)
https://spa.agromassidayu.com/professor-buhanovskij-aleksandr-olimpievich-biografiya-
dostizheniya-semya-i-interesnie-fakti-view-707298 (Último acceso a todos estos sitios: 11/08/21).
Dirigido por Chris Gerolmo, con la actuación de Stephen Rea (teniente Viktor Burakov), Jeffrey
DeMunn (Andrei Chikatilo), Max von Sydow (Dr. Alexandr Bukhanovsky) y Donald Sutherland,
en 1995, HBO, Asylum Films, Cita del Entertainment, estrenó el telefilm Ciudadano X, que debido
al éxito que tuvo, se proyectó luego en los cines. Más allá de algunas escenas difíciles de verificar,
el relato es excelente y las actuaciones harto destacables.
(14) Se la considera como la tercera etapa de la perfilación criminal (la aproximación estadística),
que se desarrolló sobre todo a partir de la segunda parte de los años noventa. Se destaca a la escuela
denominada “psicología de la investigación”, en la Universidad de Liverpool, bajo la dirección del
profesor David Canter, quien se interesó por este ámbito después de ser requerido por Scotland
Yard para que les asistiera en la captura de un asesino y violador múltiple. Canter ayudó a
desarrollar el perfil geográfico, interesado en poder determinar el lugar de residencia de un criminal
desconocido mediante el estudio geográfico de las escenas del crimen. No obstante, el perfil
geográfico tuvo también un gran desarrollo en otros lugares, particularmente en Canadá. Se habla
también de una cuarta etapa: el apoyo conductual para la investigación (BIA) que se manifiesta en
que algunos países (como Alemania, Reino Unido u Holanda) buscan el apoyo de los psicólogos y
criminólogos para diversas tareas en el ámbito de la prevención, gestión e investigación de un
crimen. Se trata de un modelo interdisciplinar en el que los conocimientos que los consultores
conductuales de la investigación adquieren se construyen mientras realizan su tarea, trabajando
estrechamente con los policías. En el modelo de la policía alemana se retienen aspectos esenciales
del perfil criminológico clásico (modus operandi y firma, motivo del delito, estructura del delito),
pero al mismo tiempo el perfilador se integra en un equipo. Cfr. Garrido Genovés, ob. cit., ps.
23/26.

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Entonces así, la perfilación criminal (Criminal Profiling) -como herramienta


complementaria de la criminología forense- nació en la década de 1970, con el
trabajo de los agentes del FBI Robert Kenneth Ressler (15) -creador de lo que hoy es
la Unidad de Análisis del Comportamiento del FBI- (16) y John Edward Douglas,
quienes entrevistaron a asesinos identificados (y encarcelados) (17) para detectar
patrones que permitieran hallar a los responsables de crímenes irresueltos, buscando
obtener y organizar datos para resolver casos análogos (comprender, predecir, y en
consecuencia, intentar evitar un siguiente crimen, propendiendo a la captura del
sospechoso) (18), en un principio, referentes a asesinos en serie (19). Denominación

(15) Robert Ressler: el Sherlock Holmes del siglo XXI (Publicado por M.J. Hernández y J.A. Hernández,
2014) http://www.crimenycriminologo.com/2014/07/robert-ressler-el-sherlock-holmes-
del.html (Último acceso: 11/08/21).
(16) Behavioral Analysis Unit (BAU). Se trata de una unidad de apoyo especial del FBI dedicada a
la elaboración y estudio de perfiles criminales. Cuenta con una junta externa de expertos científicos
y académicos (psicólogos forenses y psiquiatras) que trabajan con ella para garantizar que su
investigación sea válida y aceptada científica y académicamente. https://www.fbi.gov/audio-
repository/news-podcasts-inside-bau-profilers.mp3/view (Último acceso: 11/08/21).
(17) Entre ellos, Ted Bundy, Jeffrey Dahmer, John Wayne Gacy, David Berkowitz, Edmund
Kemper, Charles Manson, etc.
(18) Ressler definió a la perfilación criminal como el “proceso de identificación de las características
psicológicas de una persona basándose en los crímenes que ha cometido y proporcionando una
descripción general de esa persona”. La Dra. Ann Wolbert Burgess, una especialista en enfermería
clínica psiquiátrica que se dedicó a la investigación, asesoría y tratamiento de víctimas con trauma
por abuso sexual, colaboró activamente con Ressler y Douglas, encargándose de guiar a los agentes
en la sistematización de sus investigaciones.
(19) Entre los cientos de casos en los que intervino, suele destacarse la participación de Ressler
como perfilador al aportar información clave, en 1981, para lograr el arresto de Wayne Williams,
un joven que por dos años había aterrorizado a la población de Atlanta, en Georgia, al asesinar a
niños (https://criminalia.es/asesino/wayne-williams/). Por su parte, Douglas contribuyó a la
detención de Robert Christian Hansen (https://criminalia.es/asesino/robert-hansen/), quién
había secuestrado, violado y asesinado al menos a 17 mujeres en Anchorage, Alaska y sus
alrededores (Álvarez, Mónica G.: Robert Hansen, el ‘panadero carnicero’ de Alaska que cazaba prostitutas
por placer https://www.lavanguardia.com/sucesos/20210212/6241697/robert-hansen-panadero-
carnicero-alaska-cazaba-prostitutas-placer-caras-mal.html [2021]). Lo perfiló (algunas fuentes
dicen que fue Robert Roy Hazelwood, perfilador de delitos sexuales del FBI) diciendo que sería
un cazador experimentado, con baja autoestima, tendría un historial de ser rechazado por mujeres,
se sentiría obligado a guardar "recuerdos" de sus asesinatos, como ser joyas de las víctimas, y que
podría tartamudear. La policía registró la casa de Hansen el 27 de octubre de 1983 y encontró joyas
pertenecientes a las víctimas, recortes de periódicos sobre los asesinatos y una variedad de armas
de fuego. https://murderpedia.org/male.H/h/hansen-robert.htm (Último acceso a todos estos
sitios: 11/08/21).

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esta última precisamente creada por Ressler (serial killer) (20). De tal modo que un
perfil criminal es una suerte de “mapa” de la mente del criminal, a partir del cual se
inicia su búsqueda.

Por lo antedicho, previo a exponer lo que resta acerca de la perfilación criminal, y


sin perjuicio de que ella puede ser empleada para cualquier delito, dado que su mayor
ámbito de aplicación es en materia de homicidios y/o violaciones seriales, ello
necesariamente nos lleva a referirnos al psicópata -un tema relevante en materia de
psicología criminal y de elaboración de perfiles- (21) y a los asesinos seriales.

III. La psicopatía.

Si bien, para la psiquiatría actual, tanto la sociopatía como la psicopatía son


englobadas, como lo hace el DSM-5®, bajo la nomenclatura general de trastorno de
la personalidad antisocial o asocial (TPA), sin mencionar a las palabras sociópata o
psicópata (22), por un lado, creemos que criminológicamente corresponde distinguir

(20) Con las licencias propias de una producción televisiva, la serie “Mindhunter”, de Netflix, cuenta
esta historia. Cfr. Laura Quiñones Urquiza, en Grosso, Julieta: Los delincuentes son producto de las
sociedades, reflexiona la criminóloga Laura Quiñones Urquiza (2021)
https://www.grupolaprovincia.com/cultura/los-delincuentes-son-producto-de-las-sociedades-
reflexiona-la-criminologa-laura-quinones-urquiza-747919 (Último acceso: 11/08/21).
(21) Cfr. Gómez Padilla, Ildefonso M.: Perfil psicológico criminal. Método. Sujetos peligrosos: los psicópatas.
https://ficp.es/wp-content/uploads/2018/08/G%C3%B3mez-Padilla.-Comunicaci%C3%B3n-
1.pdf (Último acceso: 11/08/21).

(22) El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5®) de la


Asociación Americana de Psiquiátrica, lo denomina "Trastorno de la personalidad
antisocial o trastorno de la personalidad límite", y lo describe así: "Falta de
remordimientos o culpabilidad: No se siente mal ni culpable cuando hace algo malo
(no cuentan los remordimientos que expresa solamente cuando le sorprenden o ante
un castigo). El individuo muestra una falta general de preocupación sobre las
consecuencias negativas de sus acciones. Por ejemplo, el individuo no siente
remordimientos después de hacer daño a alguien ni se preocupa por las
consecuencias de transgredir las reglas. / Insensible, carente, de empatía: No tiene
en cuenta ni le preocupan los sentimientos de los demás. Este individuo se describe
como frío e indiferente. La persona parece más preocupada por los efectos de sus
actos sobre sí mismo que sobre los demás, incluso cuando provocan daños
apreciables a terceros" (los criterios de este Manual son de empleo mundial; en la
Argentina, plenamente).

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al psicópata del sociópata (23) -con el cual se estila confundirlo, y aún describir
tendencias idénticas- (24), y, por el otro lado, advertir que las conductas que se

(23) Si bien los términos “sociópata” (más bien de origen sociológico) y “psicópata”
son anteriores a la psiquiatría actual, para la cual ambas voces se refieren al TPA, es
claro que este último presenta diversos grados y que, en cada caso concreto, requiere
de precisiones, máxime porque del hecho de que alguien presente rasgos
sociopáticos no se sigue que se trate de un delincuente o que pueda llegar a serlo.
Simplemente, puede tratarse de personas que perciben el mundo de manera diferente
a la mayoría de la gente y que no pueden tener la gama de sentimientos que los demás
habitualmente tienen, sino que presentan una aversión moderada a la sociedad y a
algunas y/o todas sus normas y cierto grado de falta de empatía, siendo capaces de
sentir una conexión emocional con un grupo restringido de personas (“empatía
selectiva”). Por lo demás, ser "asocial" (tener dificultades para integrarse a una
sociedad, sino ser un pacífico anacoreta) o tener una caracteropatía sociopática (p.
ej., alguna ausencia de empatía, pero no de ética), otra vez, no implica delinquir ni
ser delincuente. Por otra parte, también se ha estudiado a los llamados sociópatas
funcionales o altamente funcionales (en relación al TPA). Según se ha dicho, ellos suelen
tener una inteligencia superior, poseen impecables habilidades sociales y exudan
encanto (lo cual no obsta a que, en diversos grados, sean arrogantes, engreídos y/o
sarcásticos), son pensantes (extrema concentración), saben lo que quieren, y saben
cómo conseguirlo; son disciplinados y pacientes, y están dispuestos a trabajar con la
gente y las situaciones que se les presenten (aunque pueden demostrar rechazo o
desprecio por los demás), hasta que llegue el momento de actuar, siempre bajo una
fría lógica. Por lo común, pueden encontrarse en situaciones de riesgo, emotivas,
pánico o miedo y no demostrar ningún gesto de emoción o perturbación por lo que
está experimentando, excepto una mirada fría y fija. Suelen carecer de miedo y son
decisivos en momentos de gran presión. Pueden ser excelentes leyendo las
expresiones faciales y tienen una mejor habilidad para darse cuenta si alguien miente
o es emocionalmente vulnerable. Se dice que son rasgos característicos en muchos
ejecutivos, abogados, personalidades mediáticas, soldados, policías y cirujanos.
Retratados, tal vez exageradamente, en la serie británica “Sherlock” (la frase puesta
en boca de Sherlock por Benedict Cumberbatch, “No soy un psicópata, soy un
sociópata altamente funcional”, puede entenderse como que su personaje sabía
quién era y de dónde surgía la confianza en sus propias habilidades).

(24) La palabra sádico o sadismo también es frecuente encontrarla como "adorno terminológico" en
boca o texto de algunos profesionales del análisis psicológico criminal forense, y se la suele usar
erróneamente como sinónimo de crueldad o violencia extrema. No es así, porque el sadismo debe
llevar siempre explícito un componente sexual, pues se trata de una parafilia (antes llamadas

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enuncian como criterios diagnósticos del TPA también pueden hallarse en


individuos que no llegan a ser psicópatas, o que son psicópatas pero no son
delincuentes, y aún en delincuentes que no son psicópatas.

Esto es así porque, si bien puede entenderse que el DSM-5® incluye a los psicópatas
en el TPA, “o, mejor dicho, hace sinónimo este diagnóstico con el de psicopatía”
(25), no tiene en cuenta los rasgos de personalidad de las descripciones clásicas de la

perversiones sexuales) en la que la persona obtiene gratificación sexual mediante el dolor o


humillación de la víctima. Por tanto, la violencia o la crueldad no pueden identificarse con el
sadismo sin que medie esta intencionalidad sexual en el actor. El sádico no busca venganza, no
quiere descargar ira, no proyecta furia, busca excitación sexual, para lo cual usa la violencia. Por
caso, el violador sádico encuentra su satisfacción sexual en el sufrimiento de la víctima por él
causado. Su objetivo no es dar muerte a la víctima sino excitarse con el sufrimiento de la misma.
La muerte, de acontecer, suele sobrevenir por las heridas infringidas. Un sádico no quiere
únicamente el placer sexual del coito, por lo que es probable que los investigadores se encuentren
con víctimas que no presentan penetración o penetración post-mortem. Las mordeduras son
habituales en delincuentes sexuales que actúan motivados por el sadismo, como si fuese un
precursor de una antropofagia inconclusa. La idea en el sadismo es presenciar y perpetuar por el
mayor tiempo posible el sufrimiento y la degradación de la víctima. Un categórico ejemplo lo
constituye David Parker Ray, quién tuvo un remolque de camión insonorizado (al que llamó su
"caja de juguetes") donde torturaba y sodomizaba (y seguramente mataba) mujeres: lo había
equipado con una mesa tipo ginecólogo en el medio, donde las ataba, con un espejo montado en
el techo para que sus víctimas pudieran ver los horrores que se les infligían; el resto de los
instrumentos de tortura sexual que utilizó fueron diseñados y hechos con sus propias manos.
Secuestraba niñas y jovencitas, manteniéndolas cautivas entre tres y cuatro meses. Durante esos
períodos, abusó sexualmente de ellas, a veces involucrando a su perro o su compañera, Cynthia
(Cindy) Lee Hendy (que participó voluntariamente en los crímenes de Ray), y a menudo las
torturaba con instrumentos quirúrgicos. Una vez capturado, fue condenado a 224 años de prisión
por numerosos delitos relacionados con el secuestro y la tortura sexual de tres mujeres (las víctimas
oficiales), puesto que no se pudo probar que hubiese cometido homicidios (se le atribuye haber
matado alrededor de 60 mujeres). Una hija suya, Jesse Ray, también cómplice, recibió una sentencia
de nueve años y Cindy Hendy recibió 36 años de prisión.
https://criminalminds.fandom.com/wiki/David_Parker_Ray &
https://allthatsinteresting.com/david-parker-ray-toy-box-killer & Álvarez, Mónica G.: David
Parker Ray, el asesino que torturaba en una ‘Caja de Juguetes’
https://www.lavanguardia.com/sucesos/20191122/471780480482/david-parker-ray-caja-
juguetes-toy-box-killer-asesino-tortura-sadomasoquista-remolque-crimen-las-caras-del-mal.html
(2019) & Quiñones Urquiza, Laura: La violencia sádica no aparece de un día para el otro
https://www.lanacion.com.ar/sociedad/la-violencia-sadica-no-aparece-de-un-dia-para-el-otro-
nid2120803/ (Último acceso a todos estos sitios: 11/08/21).
(25) Garrido Genovés, V., ob. cit., p. 77. Esta opinión es admisible, pues las conductas con que el
DSM-5® diagnostica al TPA son reiteración de los clásicos conceptos generales, psicológicos y
criminológicos, descriptivos del psicópata. Pero no son todas ni son suficientes para “definir” a
una persona como un psicópata. En este sentido, aludiendo a ediciones anteriores del DSM, dice
Hare, Robert D.: Sin conciencia. El inquietante mundo de los psicópatas que nos rodean (Publicado en inglés,
en 1993, por The Guilford Press, Nueva York y Londres) https://docplayer.es/102359-Robert-d-
hare-sin-conciencia.html (Último acceso: 10/08/21), p. 27, que el TPA “se refiere
fundamentalmente a un grupo de conductas delictivas y antisociales. La mayoría de los criminales
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psicopatía. Por caso, la conceptualización dada por Robert D. Hare (26) “se enfoca
más en factores psicológicos” que exceden a la falta de empatía y de remordimiento,
como lo son las “mentiras frecuentes y un sentimiento de tener derecho a ser así y
llevar un estilo de vida criminal” (27), es decir, en un conjunto de síntomas
interpersonales, afectivos y conductuales relacionados, que conforman una
estructura, un síndrome (28). Luego, TPA y psicopatía no son sinónimos (29).

De allí que, en criminología y en psiquiatría forense, la psicopatía es una categoría


específica que debe ser conservada y empleada (30). Máxime porque muchas personas
que no son psicópatas pueden presentar algunos de los signos diagnósticos del TPA,
pero sólo eso (31).

cumplen los criterios para tal diagnóstico. «Psicopatía», en cambio, se define por un conjunto de
rasgos de la personalidad y conductas socialmente desviadas. La mayoría de los criminales no son
psicópatas y muchos de los sujetos que consiguen vivir al margen de la ley evitando la cárcel sí lo
son”.
(26) Hare, R. D., ob. cit., ps. 9 y 14/15: “La psicopatía es un trastorno de la personalidad que se
define por una serie de conductas y rasgos de personalidad característicos, la mayoría de los cuales
son mal vistos por la sociedad”, y el psicópata es “una persona autocentrada, insensible, sin
remordimientos y con una total carencia de empatía y capacidad para entablar relaciones
emocionales con los demás. Se trata de una persona que funciona sin las restricciones que nos
impone la conciencia. Si piensa en ello, se dará cuenta de que lo que falta en este perfil son las
cualidades que nos permiten vivir en armonía social”.
(27) Dutton, Donald G.: “Psicología forense y testimonio experto en Estados Unidos”, en García
López, Eric (director): Fundamentos de Psicología jurídica y forense, Oxford University Press México,
S.A. de C.V., México, 2016, p. 79. http://www.pensamientopenal.com.ar/doctrina/48135-
fundamentos-psicologia-juridica-y-forense (Último acceso: 11/08/21)
(28) Hare, R. D., ob. cit., p. 27.
(29) Vaca Cortés, J. y Dzib Aguilar, P., ob. cit., p. 76.
(30) Cfr. Rafael Torrubia Beltri, Rafael y Cuquerella Fuentes, Ángel: Psicopatía: una entidad clínica
controvertida pero necesaria en psiquiatría forense (2008) Descargar PDF - Elsevier
https://www.elsevier.es › pRevista=pdf-simple
(Último acceso: 11/08/21).
(31) Hare, R. D., ob. cit., p. 34: “Muchas personas son impulsivas, simples, frías, insensibles o
antisociales, pero eso no significa que sean psicópatas. La psicopatía es un síndrome: un conjunto
de síntomas relacionados”. En similar orden de ideas, dice Marchiori, H., Psicología criminal, cit., p.
111, que “si se parte de la observación de que el delito es una conducta caracterizada por una
acción agresiva (apoderarse de objetos, matar, etc.), y esta conducta implica una insensibilidad hacia
los demás y un apartarse de la norma cultural, es evidente que muchas personas con una conflictiva
antisocial presentan rasgos psicopáticos. Pero debe aclararse que indudablemente es diferente un
rasgo o una conducta psicopática a una personalidad con una estructura básicamente psicopática”.

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En términos generales y en grandes rasgos, puede decirse descriptivamente que el


psicópata es un individuo, por lo general, sumamente astuto (32) (por lo común, son
locuaces, elocuentes y convincentes [33]) que exhibe conductas antisociales extremas.

Este trastorno mental se caracteriza por su profundo egocentrismo y su acentuado


narcisismo (34) (se creen “intocables”, son fríos, manipuladores, impulsivos pero
calmos en situaciones extremas, y se ofenden por todo), la falta de capacidad para
sentir empatía o remordimiento (culpa) y por la continua violación de los derechos
de los demás. Sus relaciones afectivas, cuando las tienen, son escasas, superficiales y
tendientes a la satisfacción de sus propios deseos.

Para un psicópata, los demás seres humanos son objetos (deshumanización del Otro)
que han de ser ignorados o utilizados para lograr sus propios objetivos o la
satisfacción de sus intereses, presentando un ánimo de vivir a costa de los demás
(vida parásita). Son verdaderos predadores en busca de presas, a las que atraen de
forma astuta.

Son expertos en el arte de usar máscaras y en mentir y engañar, aun fingiendo


sentimientos, sino adoptando máscaras de espiritualidad y religiosidad, y, si bien no
todo psicópata “es” un delincuente y no todo delincuente es propiamente un
psicópata (aunque puede presentar rasgos de TPA) (35), en su mayor expresión, los

(32) Suele decirse que todos los psicópatas son “sumamente inteligentes” o frases similares.
Esto no es así. Lo que sí tienen todos es una gran astucia, una gran audacia y una gran capacidad
para el mal. En verdad, no tienen por qué ser particularmente inteligentes: basta con que sean
discretos y adopten unas mínimas precauciones para cometer sus crímenes. Cfr. Garrido
Genovés, V., ob. cit., p. 10; Vaca Cortés, J. y Dzib Aguilar, P., ob. cit., p. 70; Laura Quiñones
Urquiza, en Rojas, Diego: Dentro de la mente de un asesino serial: Ted Bundy, en el análisis de una experta
en criminología (2019) https://www.infobae.com/cultura/2019/02/12/dentro-de-la-mente-de-un-
asesino-serial-ted-bundy-en-el-analisis-de-una-experta-en-criminologia/ (Último acceso:
12/08/21).
(33) Decimos “por lo general”, pues no todos los psicópatas son carismáticos. Muchos son
“mosquitas muertas”, y es por eso es que perseveran con tanto éxito haciendo daño y nadie imagina
que son capaces de ello, ya que son intachables en sus conductas, apocados, pero su “lado B”
puede ser siniestro. Cfr. Quiñones Urquiza, cit. en la nota anterior.
(34) Según Garrido Genovés, V., ob. cit., p. 11, el narcisismo “es característico de los psicópatas
criminales: se consideran legitimados para tomar la vida y las propiedades de quienes se les antoje.
Su yo es grandioso, omnipotente, y por ello buscan ejercer ese control mortífero que alimenta ese
estado psicológico de dominio sobre los demás”.
(35) Ostrosky-Solís, Feggy: “La psicopatía: características biológicas, conductuales y su medición”,
en García López, E., ob. cit., p. 244, dice que “desde una perspectiva clínica, ser psicópata no es
sinónimo de ser criminal. De hecho, muchos individuos que padecen este trastorno de la
personalidad nunca tienen problemas con la justicia. Algunos pueden ser trabajadores informales,
empresarios sin escrúpulos, políticos corruptos o profesionales que actúan con una carencia total
Revista Pensamiento Penal (ISNN 1853-4554), agosto de 2021, No. 400 13
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psicópatas son delincuentes sin escrúpulos u homicidas, son capaces de cometer


crímenes a sangre fría, anhelan el control y se manejan por impulsividad, poseen un
instinto depredador (36), y atacan proactivamente en vez de como una reacción a la
confrontación (37).

Disfrutan con el sufrimiento ajeno y hace de la crueldad una forma de vida, obrando
con perversidad (placer por dañar). A diferencia de otros criminales o asesinos, los
psicópatas hacen sufrir a sus víctimas y aún matan como forma de combatir el

de ética y que utilizan su prestigio y poder para victimizar a sus clientes, a sus pacientes o a la
sociedad en general”. O sea que estos individuos (psicópatas integrados o personas con
caracteropatía psicopática, también se los llama) no suelen llegar a las conductas extremas antes
recordadas. Se presentan habitualmente como personas encantadoras, pero también son
egocéntricos, explotadores, embaucadores y manipuladores, siendo incapaces de sentirse culpables
o de tener remordimientos. Presentan algunas de estas características y aunque pueden no causar
daños físicos, el impacto emocional en sus víctimas puede ser enorme. En ambos casos, negociar
con ellos es imposible. Salvo que la negociación, de algún modo, los favorezca. Como fuera, no
son confiables, se comportan como auténticos “tiranos de aldea” y son propicios a cometer acoso
laboral.
(36) Hare, R. D., ob. cit., p. 11: “Los psicópatas son depredadores que encandilan, manipulan y se
abren camino en la vida sin piedad, dejando una larga estela de corazones rotos, expectativas
arruinadas y billeteras vacías. Con una total carencia de conciencia y sentimientos por los demás,
toman lo que les apetece de la forma que les viene en gana, sin respeto por las normas sociales y
sin el menor rastro de arrepentimiento o piedad”.
(37) Explica Garrido Genovés, V., ob. cit., ps. 9/10, que “los psicópatas «integrados» son otra cosa.
Estos individuos tienen un mejor control de los impulsos, planifican más, y cuando al fin deciden
delinquir tienen muy claro que merece la pena correr los riesgos con tal de lograr sus propósitos.
Puede ser dinero, propiedades, librarse de alguien incómodo, vengarse de un agravio… Nadie se
espera esa violencia porque no tienen antecedentes penales (o al menos éstos no son por delitos
graves), trabajan y muchas veces tienen una familia. Sin embargo, el núcleo de la personalidad de
ambos es el mismo: falta de empatía, emociones superficiales, profundo egocentrismo, acentuado
narcisismo… Las diferencias radican en que el psicópata criminal (no integrado) ha ejercido el
delito desde joven, probablemente porque sus ansias hedonistas, su deseo de gratificación
inmediata y su impulsividad y deseo de vivir situaciones límites le llevaron muy pronto a quebrantar
las leyes y a explotar a los demás. / Los psicópatas integrados manipulan mejor, tienen menos
necesidad de vivir al filo de la navaja y han tenido el suficiente autocontrol como para llegar a
adultos respetando las leyes. / Muchos psicópatas integrados -la mayoría- no son delincuentes, por
más que su compañía sea fuente de dolor para quienes les rodean. Pero algunos, por razones que
aún no se conocen, explotan con un gran acto de violencia en edad ya bien adulta, por una razón
claramente precisa en sus mentes, generalmente buscando algo: dinero, sexo, mayor autonomía y
poder. Si esa explosión violenta exige la muerte sucesiva de varias personas estamos frente a un
asesino en serie”.

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aburrimiento (38). Como la generalidad de los asesinos seriales, más allá de que éstos
últimos pueden llegar a presentar cuadros de psicosis o paranoia (39).

Al igual que todo criminal empedernido, el psicópata cree que tiene derecho a la
riqueza y se apodera de ella de la forma que sea, sin importarle a quién daña, y luego
quiere y va por más (40). “Su inaccesibilidad a toda discusión, su arrogancia,
provienen de una creencia inquebrantable en su impunidad y del sentimiento de que
todo le es debido” (Jean-Pierre Chartier, psicoanalista francés) (41). A diferencia de

(38) Es el caso del asesino serial estadounidense John Wayne Gacy (“el payaso
asesino”: ejercía de payaso en fiestas infantiles, pero ésta era una estratagema para
rodearse de niños y jovencitos, sus futuras víctimas), que asesinaba por diversión. Él
atacó, violó, torturó y mató a 33 niños y adolescentes varones, 20 de cuyos cadáveres
había enterrado en su casa. Antes de ser ejecutado en 1980 dijo que: “Nunca debió
acusárseme de algo más serio que de regentear un cementerio sin licencia”.
https://criminalia.es/asesino/john-wayne-gacy/ &
https://www.biography.com/crime-figure/john-wayne-gacy &
http://murderpedia.org/male.G/g1/gacy-john-wayne.htm (Último acceso a estos
tres sitios: 10/08/21).

(39) P. ej., Edward Theodore Gein, asesino, profanador de tumbas, necrófilo y


antropófago, que mutilaba a sus víctimas, guardaba sus órganos en la heladera, y
fabricaba o “decoraba” objetos -lámparas, ropas, máscaras, un tambor, etc.- con su
piel y otras partes de sus cuerpos. Durante su juicio, los psiquiatras de la defensa y
de la acusación estuvieron de acuerdo en que era psicótico; el diagnóstico
psiquiátrico fue de esquizofrenia crónica y el juez lo envió a un hospital especial para
criminales perturbados. Hare, R. D., ob. cit., p. 26; https://criminalia.es/asesino/ed-
gein/ & http://murderpedia.org/male.G/g/gein-edward.htm (Último acceso a
ambos sitios: 10/08/21).
(40) Samenow, Stanlon E.: Inside the criminal mind, Brodway Books, New York, 2014, p. 7. En el caso
del psicópata, se ha dicho que él carece de capacidad para gozar lo obtenido, lo cual demuestra que
su verdadera intención reside más en el deseo de perjudicar al otro que en beneficiarse a sí mismo.
Una vez obtenido el beneficio, no le interesa, y busca a otro a quién perjudicar.
(41) La psicopatía generalmente está considerada como una combinación de desbalances genéticos
y químicos. Se ha señalado que a los psicópatas les faltan las estructuras neurológicas para
desarrollar un sentido de la ética, por lo cual no pueden ser rehabilitados. Diciéndose que son
peligrosos, tienden a la violencia y la crueldad, y no muestran remordimiento por sus actos,
generalmente debido a una lesión en la amígdala cerebral, o por ser esta más pequeña (la amígdala
o complejo amigdalino es un conjunto de núcleos de neuronas localizado en la profundidad de los
lóbulos temporales de los vertebrados, entre ellos los seres humanos, relacionada con el miedo, la
agresión y las relaciones sociales, o sea que tiene una función que genera emociones). En general,
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los neuróticos, que sufren ellos mismos, estos individuos hacen sufrir a los demás, y
lo disfrutan (42).

En resumen, los estudios sobre psicopatía describen a una persona que es


egocéntrica y motivada por obtener sólo sus propios intereses, utilizando a la gente
como un medio para conseguir sus fines, sin remordimiento alguno por actuar así ya
que carece de empatía. De lo dicho hasta aquí, se entiende que la psicopatía es una
condición estrechamente unida con la violencia, y en particular con los crímenes
violentos (43).

Por caso, como maestros de la mentira que son, nos encontramos con “cuenteros
profesionales”. Como los “manochanta/s”: estafadores, abusadores y proclives a
otros delitos. Abstracción hecha de lo que pueden disponer las normas de los

la Asociación de Psicología de Estados Unidos entiende que la amígdala tiene una relación directa
con la actividad criminal (Cfr. Hernández Cuellar, Jesús: Laberintos de la conducta criminal,
https://www.contactomagazine.com/articulos/conducta-criminal0616.htm#.YRQjnYhKjIU).
Entonces así, ante la eterna pregunta si el psicópata “nace” o “se hace”, dado que, por medio de
diversos estudios se observó que, además de presentar déficits en la amígdala, la corteza órbito-
frontal (que cumple una función inhibitoria y de autorregulación) de los psicópatas presenta
alteraciones o estaba menos desarrollada que en el grupo de control (o sea que tiene menos
actividad) (Cfr. Dutton, D. G., ob. cit., ps. 80 y 82; Muñoz Vicente, José M.: “El constructo
psicopatía en el ámbito de la psicología forense” y Ostrosky-Solís, Feggy: “Neurobiología de la
violencia: tipos y causas de las conductas violentas”, ambos trabajos en García López, E., ob. cit.,
ps. 145/146 y 244, respect.; Ostrosky-Solís, F., “La psicopatía…”, cit., ps. 246/249; Vaca Cortés,
J. y Dzib Aguilar, P., ob. cit., ps. 147/149), esto sería un fuerte argumento de que el psicópata nace
(Véase lo opinado a este respecto por Hare, R. D., ob. cit., ps. 125/126). Por su parte, Garrido
Genovés, aporta un modelo biosocial donde explica la psicopatía a través de la vulnerabilidad
individual biológica de algunas personas mezclada con un singular sistema de aprendizaje social
cargado de egoísmo y otras conductas patológicas propias de la psicopatía: la psicopatía vendría
generada por un déficit inicial de carácter biológico potenciado por factores culturales y sociales.
Otros autores dicen que la psicopatía se desarrolla por una interacción de factores genéticos,
neurobiológicos, socioculturales y de aprendizaje conductual. Es decir, es toda una mezcla de
factores los que pueden llevar a que un individuo devenga un trastorno psicopático y no algo
determinado desde el momento del nacimiento (Fernández, Marina: ¿Un psicópata nace o se hace?
https://www.psicologia-online.com/un-psicopata-nace-o-se-hace-4918.html [2020]). Como
fuera, no se es psicópata de repente, esto se va cronificando y acentuando con los años (Último
acceso a ambos sitios: 11/08/21).
(42) Según Marchiori, H., Psicología criminal, cit., p. 112, los psicópatas manifiestan angustia, pero ella
“está proyectada por la búsqueda constante de una relación de dependencia, por lo común, se
manifiesta a través de sus conductas agresivas y sádicas que le proporcionan un alivio a sus estados
de angustia y ansiedad”.
(43) Ostrosky-Solís, Feggy: “La psicopatía…”, cit., p. 245: “Los psicópatas predominan entre los
asesinos en serie que planifican con frialdad los asesinatos (…). Pero más allá de que se conviertan
o no en asesinos seriales, lo cierto es que los psicópatas abundan entre los delincuentes”.

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códigos contravencionales (44), el art. 208, inc. 1°), del Cód. Penal (desde su entrada
en vigencia hasta hoy, su texto no fue modificado) reprime con prisión de quince
días a un año a quién “sin título ni autorización para el ejercicio de un arte de curar
o excediendo los límites de su autorización, anunciare, prescribiere, administrare o
aplicare habitualmente medicamentos, aguas, electricidad, hipnotismo o cualquier
medio destinado al tratamiento de las enfermedades de las personas, aun a título
gratuito”.

Este inc. 1º), históricamente (y aún hoy), lo fue y lo es en contra del curanderismo
(45), y es también la norma punitiva de los “manochanta/s”, en lo referente al
ejercicio ilegítimo de la profesión (46). Sin perjuicio de que, y máxime de ser

(44) P. ej., el art. 81 del Código de Convivencia de la provincia de Santa Fe dice: “Explotación de
la credulidad pública. El que habitualmente y con ánimo de lucro explotare la credulidad pública o
la fe religiosa interpretando sueños, adivinando el futuro, formulando profecías o predicciones o
pretendiendo en cualquier forma la posesión de un poder sobrenatural, siempre que el hecho no
constituya delito será reprimido con arresto hasta treinta días o multa hasta seis jus”.
(45) Admitiendo que puede considerarse como materia opinable, deseamos dejar en claro que no
consideramos “curandero” (en sentido peyorativo y/o penal) a quienes poseen determinadas
habilidades, naturales o adquiridas, que les permiten efectuar ciertas prácticas benéficas, como los
llamados “curas sanadores”, siendo que, con respecto a estos últimos, se trata de hechos
empíricamente verificados (p. ej., recordemos al sacerdote católico Ignacio Peries, religioso
ceilandés nacionalizado argentino, cura párroco de la iglesia “Natividad del Señor” en el barrio
Rucci, en la ciudad de Rosario). De igual modo, descartamos de plano a la medicina tradicional
indígena (reconocida por la OMS) y a técnicas ancestrales tales como la acupuntura (que mereció
reconocimiento jurisprudencial y ministerial) (Cámara de Apel. y Garantías en lo Penal, Mar del
Plata, 04/12/1988; Ministerio de Salud, Resol. 859/2008), advirtiendo además que, desde Jean-
Martin Charcot y hasta la actualidad, en determinados casos y efectuado por profesionales
expertos, el hipnotismo es empleado como un recurso psicoterapéutico. Tratar acerca de la
parapsicología científica estudiada en una serie de universidades, con prácticas de laboratorio,
excede a este ensayo, al igual que aludir a casos tales como los del clarividente holandés Gérard
Croiset (1909-1980), la psíquica uruguaya María del Rosario Verdum Sierra, o al ingeniero
agrónomo Néstor Vinelli (ex rector y profesor de la Universidad de Lomas de Zamora),
localizando a la máquina fotográfica Nikkon F4 que usaba José Luis Cabezas en el momento en
que fue asesinado mediante la técnica parapsicológica de la radiestesia (o rabdomancia).
(46) Es común que, más allá de pregonar “curaciones” imposibles, ante un desfasaje de pareja y “en
consulta” (vía empleo incorrecto del Tarot o de otras artes adivinatorias), estos delincuentes
“inventen” que hay un tercero -varón o mujer, según quién consulte- que le esta “arrastrando el
ala” a su compañero/a y/o que le hicieron un “trabajo” para que lo abandone, sino que
“engualicharon” al propio consultante, prometiéndole “solucionarlo” por medio de sus
conocimientos “esotéricos” a cambio de una cierta suma de dinero, generalmente abultada.
Intentando dotar de seriedad a su magna labor, pidiendo al consultante (que de ordinario requiere
de consulta y tratamiento psicológico-psiquiátrico urgente, dado el estrés, paranoia, sintomatología
depresiva o trastorno de ansiedad, etc., que de ordinario padece) algún que otro elemento para
comenzar a “destrabarlo” (un cepillo de dientes, ropa interior, tampones usados, etc.).
“Ablandando” a la vez al consultante: “aguas”, dice el Cód. Penal, para que la beba aquél, en la
primera visita y/o luego y asiduamente. Antes, aguas con “yuyos” narcóticos (p. ej., Brunfelsia
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psicópatas, puedan cometer otros delitos, vinculados a sus prácticas “sanadoras”


(defraudaciones, abuso sexual, etc.) (47).

Cabe acotar que, en nuestro país, una línea jurisprudencial, según su interpretación
dada en algunos casos, que consideramos errada, consideró al psicópata como
inimputable (48). Pero este no es el único (ni excluyente) criterio jurisprudencial ( 49).
Esta cuestión fue tratada en detalle por Laino (50), y desde la criminología (51), puede
concluirse que el psicópata no está loco, sino que está completamente consciente de
lo que hace y de las consecuencias de sus actos (52).

uniflora, etc.). Actualmente, empleando clonazepam u otro psicofármaco, en cierta dosis


“relajante”. Drogado y “tranquilo”, sino embobecido, sin saber que es la “poción mágica” que
bebió, un rato después de que le causó efecto, difícilmente el consultante diga que “no”. Y una vez
caído (atrapado) en las redes de este estafador, tal vez más adelante se celebre algún “ritual” a sus
fines (empleo de tierra de cementerio, de aceites, sangre, etc.; viajar al lugar en el cual le hicieron
el “trabajo”, a su costo, etc.). Pues bien, todo seguirá igual para el consultante. Excepción hecha
de que su billetera quedará algo “flaca”. Y su neurosis, sin solución.
(47) P.ej., ver https://www.eltribuno.com/salta/nota/2016-8-23-22-50-0-falso-manosanta-
abusaba-de-menores & Salierno, Julián: Parapsicólogo denunciado por abuso sexual y estafa
https://www.ellitoral.com/index.php/diarios/2013/09/05/sucesos/SUCE-01.html &
https://tn.com.ar/policiales/detuvieron-dos-manosantas-en-rosario-por-abusar-de-una-chica-
que-fue-buscar-la-cura-para-el-mal-de_806559/ (2017) (Último acceso a estos tres sitios:
11/08/21).
(48) P. ej., ver Frías Caballero, Jorge: Algo más sobre la inimputabilidad de las personalidades psicopáticas en
el Código Penal Argentino, http://www.saij.gob.ar/doctrina/dacj890142-frias_caballero-
algo_mas_sobre_inimputabilidad.htm%3Bjsessionid=m5qf0wg6zbc7vn7g5kzui7hd?0&bsrc=ci
(1987) (Último acceso: 11/08/21).
(49) Ver D'Alessio, Andrés J. (Director) – Divito, Mario (Coordinador): Código Penal – Comentado y
Anotado Parte General (Artículos 1º a 78 bis), La Ley, Bs. As., 2005, ps. 215/216, 225/226, 232/235 y
240; Donna, Edgardo A.: Teoría del delito y de la pena, Tº 2, Astrea, Bs. As., 1995, ps. 236/238.
(50) Laino, Nicolás: El dilema acerca de la inimputabilidad de las personalidades psicopáticas (2006)
http://www.pensamientopenal.com.ar/doctrina/30829-dilema-acerca-imputabilidad-
personalidades-psicopaticas (Último acceso: 11/08/21).
(51) P. ej., Criminología III. Psicópatas y asesinos en serie Licenciatura en Criminología. UMU.
http://www.marisolcollazos.es/Criminologia-III/Crimi-III-1.html (Último acceso: 11/08/21).
(52) Según Hare, R. D., ob. cit., p. 16, los asesinos psicopáticos “no están locos, según los cánones
legales y psiquiátricos. Sus actos no son el resultado de unas mentes trastornadas, sino de una
racionalidad calculadora combinada con una incapacidad escalofriante para tratar a los demás
como seres humanos pensantes y sensibles”. Y en las ps. 24/25: “A diferencia de los sujetos
psicóticos, los psicópatas son racionales y se dan cuenta de lo que hacen y por qué. Su conducta
es el resultado de una elección libremente ejercida”.

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Que pueda llegar a padecer un trastorno "límite" (fronterizo: borderline) de la


personalidad (53) o que una psicopatía se "conjugue" con alguna psicosis (54), es otra
cosa. En cuyo caso, si su estado mental encuadra dentro del concepto de alteración
morbosa de las facultades previsto por el art. 34, inc. 1°, del Cód. Penal, y le ha
impedido al psicópata comprender la criminalidad del acto realizado o la dirección
de sus acciones, lo será por dichas enfermedades mentales. Como fuere, es de
considerar que, en defecto de las anteriores, el psicópata, cómo y en cuanto tal, es
plenamente imputable.

IV. Asesinos compulsivos, masivos y seriales. Itinerantes e imitadores.

a.) En lo que respecta a los asesinos seriales, diremos que, al igual que los psicópatas,
siempre existieron, y lo que sigue (sin perjuicio de los casos que se citan como
referencias particulares) es a modo de ejemplo, pues la lista es inmensa.

P. ej., remontándonos al medioevo, podemos recordar a la condesa Erzbét de


Báthory, quién en el año 1610 comenzó a matar metódicamente al menos a 610
doncellas en su castillo de Csejh (Transilvania). Creía que bañándose en su sangre
nunca envejecería. Denunciada por una prisionera que logró huir, sus cuatro
cómplices fueron ejecutados y “la condesa sangrienta” murió confinada en una
habitación de su antro, en 1614 (55). Perfilándola inductivamente, además de ser una
psicópata, se advierte que presentaba rasgos psicóticos: su creencia delirante en la
“eterna juventud”.

Tal vez el más famoso de todos fue el misterioso inglés que se autodenominó “Jack
el Destripador”. De agosto a noviembre de 1888, mató y mutiló a 5 prostitutas en
un barrio londinense (56). Nunca fue descubierto, pero, y por eso no es ocioso hablar

(53) Trastorno límite de la personalidad https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/000935.htm


(Último acceso: 11/08/21).
(54) Psicosis https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/001553.htm (Último acceso:
11/08/21).
(55) Vaca Cortés, J. y Dzib Aguilar, P., ob. cit., ps. 28 y 142/143; Cavendish, Richard: Death of
Countess Elizabeth Bathory https://www.historytoday.com/archive/months-past/death-countess-
elizabeth-bathory (2014) & Elizabeth Báthory. La condesa sangrienta
https://citv.es/fichados/elizabeth-bathory/ & Serra, Alfredo: La horrenda historia de la condesa
húngara que asesinó a más de 600 mujeres para lograr la belleza eterna con su sangre
https://www.infobae.com/america/mundo/2017/12/03/la-horrenda-historia-de-la-condesa-
hungara-que-asesino-a-mas-de-600-mujeres-para-lograr-la-belleza-eterna-con-su-sangre/ (Último
acceso a estos tres sitios: 11/08/21).
(56) Jenkins, John P.: Jack the Ripper English murderer https://www.britannica.com/biography/Jack-
the-Ripper & Jack the Ripper https://www.history.com/topics/british-history/jack-the-ripper &
Revista Pensamiento Penal (ISNN 1853-4554), agosto de 2021, No. 400 19
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de él, fijó los patrones de una forma de actuar que luego se repitió a lo largo de las
épocas. Desafiaba y se burlaba de la policía anunciando su próximo crimen por
medio de notas que remitía a los diarios y que firmaba bajo tal seudónimo (57).

Algo similar hizo el neoyorquino David Berkowitz, “el hijo de Sam”, apodo con el
que rubricaba las cartas que enviaba a la policía informándoles que iba a cometer
otro crimen. Salía de noche a matar mujeres: 6 en total, en 1970, a más de dejar a
varias personas heridas (58).

Berkowitz decía escuchar voces demoníacas que le impelían a matar. “«Sal a matar”;
me ordena papá Sam»”. Según él, cada vez que actuaba lo hacía bajo el influjo del
maligno. Los demonios que lo atormentaban estaban casi siempre relacionados con
los aullidos de los perros. Berkowitz aseguraba que era la forma que tenían los entes
malignos para comunicarse con él y obligarlo a matar. Se comenzó a discutir su
inimputabilidad. El Dr. David Abrahamsen, un eminente psiquiatra forense y
psicoanalista, dictaminó que los delirios de Berkowitz eran situacionales y
transitorios, no constantes o enraizados en su personalidad, y posiblemente
exagerados por él. Afirmó que Berkowitz utilizaba los delirios para excusar los
crímenes que cometía, y que, aunque presentase rasgos de paranoia, no eran lo
suficientemente graves como para interferir en su imputabilidad. No tuvo ninguna
duda de que Berkowitz no padecía ningún trastorno mental grave ni deterioro de su
capacidad de juicio. El 8 de mayo de 1978, en un juzgado de Brooklyn, David
Berkowitz se declaró culpable de todos los cargos de homicidio que se le imputaban.
Se le preguntó si estaba dispuesto a declararse culpable de herir a dos personas, y
respondió que no, puesto que lo que él había pretendido era matarlas, no herirlas.

Posteriormente, Berkowitz ofreció desde la prisión de Attica una rueda de prensa


para comunicar que la historia del perro, los demonios y las voces fueron sólo un
invento para justificar sus crímenes (la simulación de una enfermedad mental es una
“treta” recurrente de los psicópatas). Luego llamó al doctor Abrahamsen para
confesarle todo su plan y pedirle ayuda psiquiátrica. Quería que éste escribiera un

Jack el destripador, el primer asesino en serie mediático de la historia


https://historia.nationalgeographic.com.es/a/jack-destripador-primer-asesino-serie-mediatico-
historia_14042 (2020) (Último acceso a estos tres sitios: 11/08/21).
(57) Entre tantas versiones, se ha dicho que Jack era un médico que odiaba a las prostitutas porque
su hijo había muerto a causa de una sífilis, y que asesinó hasta saciar su sed de venganza.
(58) https://www.biography.com/crime-figure/david-berkowitz &
https://criminalia.es/asesino/david-berkowitz/ &
http://murderpedia.org/male.B/b/berkowitz.htm (Último acceso a estos tres sitios: 11/08/21).

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libro sobre sus crímenes y también sobre su estado mental. En 1982 fue trasladado
a la penitenciaría Sullivan Correctional Facility, en la cual, según él, comenzó su
transformación espiritual. Se convirtió al evangelismo, escribió libros de cuya venta
no recibe dinero alguno, e inició un ministerio en la misma cárcel. Lo cambiaron de
módulo, y puedo trabajar con los presos que tienen “necesidades especiales”,
cuidando de sus problemas emocionales, consolándolos y leyendo la Biblia con ellos.
Pasó a ser “el Hermano David”, obteniendo permiso para predicar en la radio y
escribiendo regularmente en su página web. Contestando a los miles de cartas que
recibe a diario de todas partes del mundo preguntándole por su nueva vida. Ahora
bien, Berkowitz no puede esperar salir en libertad condicional de ningún modo.
Entonces, junto a la hipótesis de la conversión verdadera y la hipótesis de que más
que conversión es una especie de fantasía que ha acogido para subsistir en la cárcel
y hacer más llevadera la condena, Garrido Genovés plantea una tercera a la que llama
“más malévola” (y que nos parece más certera, sino exacta): Berkowitz “se convierte”
porque de esta manera obtiene un poder del que, estando en prisión, carecería por
completo. Lo que anhela el asesino en serie es el poder, la excitación que nutre sus
venas, fantaseando, planificando, ejecutando y luego recordando los crímenes. Sea
cual fuera la motivación específica que lo impulse (el sadismo, el sexo, la venganza,
la ira, el lucro o una combinación de éstos), el control es el común denominador,
formando parte indisoluble de cualesquiera de las motivaciones anteriores, o bien
como motivo principal autónomo. En la cárcel Berkowitz tiene poder (59), el poder
que gustan exhibir los psicópatas. Aquí, la celebridad como satisfacción emocional.

Veamos un ejemplo más que, de algún modo, “contrasta” con el anterior. Jeffrey
Lionel Dahmer, “el caníbal de Milwaukee” (EE.UU.), mató y desmembró a 17
hombres y chicos (algunos homosexuales) entre 1978 y 1991, la mayoría
afroamericanos. Los llevaba a su casa, los drogaba, y luego los ultimaba, para después
mantener relaciones sexuales con los cadáveres y/o masturbarse encima de ellos.
Posteriormente, los descuartizaba, hervía sus restos y comía parte de su carne y bebía
su sangre. Detenido en 1990, la policía encontró en su departamento cráneos
conservados, otros en la heladera, frascos con genitales y una extensa galería de
fotografías de sus víctimas, tomadas en todo momento de su accionar; el esqueleto
completo de una de ellas estaba colgado en el baño. Declaró que empezó a comer
los restos de las víctimas porque quería que esas personas formasen parte para
siempre de sí mismo, y finalmente explicó que le asustaba estar solo y que mataba a
esos hombres porque no quería que se alejasen de él. El jurado entendió que Dahmer

(59) Garrido Genovés, V., ob. cit., ps. 159 y ss.

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era culpable, pero cuerdo, en todos los aspectos (60). Dahmer se adaptó bien a la vida
en prisión, dónde se le autorizó a ser bautizado. Murió asesinado por otro recluso el
28 de noviembre de 1994 (61).

b.) Pese a las investigaciones hormonales y de genética molecular (el estudio de los
procesos bioquímicos y de neurotransmisores), los test con electroencefalograma ( 62)
y el empleo del tomógrafo con emisión de positrones (63), etc., poco se sabe de los
oscuros y secretos laberintos de las mentes de los asesinos seriales (64). Estos
psicópatas, que saben lo que hacen, no demuestran arrepentimiento, algunos
elaboran sofisticadas teorías para justificar sus crímenes (o sea que no lamentan sus

(60) De acuerdo con Quiñones Urquiza (cit. nota [20]), Dahmer disfrutaba no tanto el proceso de
matar, sino que erotizaba los cadáveres, ingería partes y coleccionaba cráneos de sus víctimas como
trofeos. Dahmer tenía un trastorno borderline: sabía que matar estaba mal, pero fumaba marihuana
y tomaba alcohol para darse fuerza y atreverse a hacerlo, es decir, admitía la consecuencia de sus
actos y conocía la diferencia entre el bien y el mal. De allí su condena.
(61) https://www.biography.com/crime-figure/jeffrey-dahmer & Villatoro, Manuel P.: Jeffrey
Dahmer. El necrófilo descuartizador que quería revivir a los muertos https://www.abc.es/historia/abci-
jeffrey-dahmer-necrofilo-descuartizador-comia-cerebros-y-queria-revivir-muertos-
201609200150_noticia.html (2016) & https://criminalia.es/asesino/jeffrey-dahmer/ (Último
acceso a estos tres sitios: 11/08/21).
(62) Como se sabe, un electroencefalograma es una prueba que detecta la actividad eléctrica del
cerebro mediante pequeños discos metálicos (electrodos) fijados sobre el cuero cabelludo. Las
neuronas cerebrales se comunican a través de impulsos eléctricos y están activas todo el tiempo,
incluso mientras se duerme. Esta actividad se manifiesta como líneas onduladas en un registro de
electroencefalograma. Este estudio (que es uno de los estudios principales para diagnosticar la
epilepsia) también puede cumplir una función en el diagnóstico de otros trastornos cerebrales. Se
emplean tanto los test que provienen de la psicometría clásica como los que lo hacen de la propia
neuropsicología (https://www.mayoclinic.org/es-es/tests-procedures/eeg/about/pac-20393875
& https://www.saludemia.com/-/prueba-electroencefalograma). Aquí se trata de una evaluación
neuropsicológica y/o neurocognitiva, pudiendo emplearse test psicológicos, cuyas respuestas
inciden en el trazado de las líneas onduladas de mención (Último acceso a ambos sitios: 11/08/21).
(63) Una tomografía por emisión de positrones (TEP) es un estudio efectivo de evaluar la actividad
química de determinadas partes del cuerpo. Se utilizan pequeñas cantidades de materiales
radioactivos denominados radiosondas o radiofármacos, una cámara especial y una computadora
para evaluar las funciones de tejidos y órganos. Burbano Arrázola, Mauricio: Tomografía por emisión
de positrones: principios y aplicaciones https://www.elhospital.com/temas/Tomografia-por-Emision-
de-Positrones,-principios-y-aplicaciones+8090230 & Exploración por tomografía por emisión de
positrones https://www.mayoclinic.org/es-es/tests-procedures/pet-scan/about/pac-20385078 &
Tomografía por emisión de positrones (TEP)
https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/003827.htm (Último acceso a estos tres sitios:
11/08/21).
(64) En la serialidad, los asesinos o delincuentes sexuales comparten la sensación de omnipotencia
de mención, que se va cimentando en cada ataque: no se equivocan porque quieren ser atrapados,
como nos quiere vender la ficción. En la serialidad la idea es perpetuarse y aprenden con cada
ataque, mientras sostienen un modo de vida adaptado a las normas de la sociedad.

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delitos, sin que los racionalizan para justificarlos) (65) o se jactan de ellos (66), y sus
confesiones son habitualmente crudas y detalladas. P. ej., el alemán Peter Kurten
(apodado “el vampiro de Dusslendorf”), aprovechó los interrogatorios judiciales
para satisfacer de nuevo su enorme ego (antes de ello, lo hacía matando): durante las
sesiones, confesó alrededor de setenta actos criminales entre los que se incluían
agresiones sexuales, asesinatos y actos de piromanía. Lo condenaron a muerte por
nueve homicidios comprobados, y antes de ser guillotinado en 1931, le preguntó al
psiquiatra de la prisión si una vez que le cortasen la cabeza podría llegar a oír el
sonido de su propia sangre saliendo de su cuello (67). Su último placer morboso.

c.) Entre las varias categorizaciones de asesinos que han sido efectuadas (que no
vamos a detallar aquí), adoptaremos, por parecernos clara y preferible, una distinción
entre los asesinos compulsivos, los asesinos masivos y los asesinos en serie (o seriales).

(65) Se trata de “racionalizaciones”, en sentido freudiano. Laplanche, Jean y Pontalis, Jean-B.:


Diccionario de psicoanálisis (bajo la dirección de Daniel Lagache), Paidós, Bs. As., 2004, ps. 349/350.
(66) P. ej., Ian Brady siempre alardeó de los crímenes perpetrados (conjuntamente con su
compañera, Myra Hynes), y, ya recluido en hospital psiquiátrico de alta seguridad de Ashworth
(tras 19 años en prisión, fue declarado mentalmente insano), en una entrevista con periodistas
reconoció el asesinato de otros dos niños (el cuerpo de una de ellas fue encontrado); más adelante,
envió una carta a la BBC, ofreciendo información incompleta sobre cinco "nuevos" asesinatos que
habría cometido, y finalmente, escribió y publicó un libro (Las puertas de Janus: el asesinato en serie y
su análisis, 2001) en el cual analizó los crímenes, metodología y motivaciones de otros asesinos
seriales, distinguiendo entre psicóticos y psicópatas, diciendo que estos últimos no están locos,
señalando que los criminales y asesinos son valientes cuando eligen vivir según sus propios
estándares éticos y ejercer su propia libertad, dejando atrás el “conformismo bovino” de las hordas
humanas (la moral colectiva comúnmente aceptada), con lo cual reverencia a los primeros, y pese
a no hablar de sus propios crímenes, es como sí expresase los puntos en común entre él y todos
aquellos, a modo de autoalabanza. En cuanto a esta siniestra pareja (que, por sadismo y placer,
abusaron sexualmente, torturaron y mataron a cinco niños y jovencitos de ambos sexos,
fotografiándolos y grabando sus llantos, gritos y ruegos de clemencia, pudiendo decirse -
empleando palabras de Quiñones Urquiza- que se trató de una de esas “duplas criminales cuya
dinámica permitirá comprender la mezcla mortífera que surge a partir de dos personalidades
patológicas que se complementan como el cóncavo con el convexo.”), ya que la bibliografía es
inmensa, seleccionamos esta: The stories of the five children tortured and murdered by Ian Brady and Myra
Hindley https://www.thejournal.ie/moors-murders-ian-brady-3393430-May2017/ &
https://news.sky.com/story/the-moors-murders-the-victims-of-ian-brady-and-myra-hindley-
10879310 & Ian Brady, el sádico asesino en serie que conmocionó a Reino Unido al matar a 5 niños con la ayuda
de su mujer https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-39937808 & Ian Brady Crime Files
https://www.crimeandinvestigation.co.uk/crime-files/ian-brady (Último acceso a estos tres sitios:
11/08/21).
(67) https://criminalia.es/asesino/peter-kurten/ & Gavaldà, Josep: Peter Kürten, el vampiro de
Düsseldorf https://historia.nationalgeographic.com.es/a/peter-kurten-vampiro-dusseldorf_15692
(2020) (Último acceso a ambos sitios: 11/08/21).

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1.) Los asesinos compulsivos suelen conocer a sus víctimas y tienen un motivo, real o
imaginario, para matar. Puede ejemplificarse con el odontólogo argentino Ricardo
Alberto Barreda (un psicópata con rasgos paranoides), quién, como se sabe, el
15/11/1992, mató a escopetazos, sucesivamente y en los parámetros de un mismo
horario, a su esposa, a su suegra y a sus dos hijas (68). Tal vez lo mismo pueda decirse
de Marco Exequiel Feruglio (69) y de Facundo Javier Solís (70). Algunos autores
consideran a estos homicidas como asesinos masivos, pero esto atendiendo
exclusivamente a una cierta cantidad de víctimas (tres o más), con lo cual dejan de
lado dicha motivación emocional compulsiva. En este orden de ideas, son
genéricamente masivos, pero específicamente compulsivos.

2.) Los asesinos masivos (71) responden a un acto de momentáneo desequilibrio y salen
a la calle armados a matar a todos los que se les crucen en su camino (p. ej., los

(68) Palacios, Rodolfo: Sangre, horror y sexo con su amante: los espeluznantes detalles de los femicidios de Barreda
(2020) https://www.infobae.com/sociedad/2020/05/26/sangre-horror-y-sexo-con-su-amante-
los-espeluznantes-detalles-de-los-femicidios-de-barreda/ &
https://criminalia.es/asesino/ricardo-barreda & Quiñones Urquiza, Laura: Barreda, el carisma
seductor del asesino de su familia (2020) https://www.perfil.com/noticias/elobservador/barreda-el-
carisma-seductor-del-asesino-de-su-familia.phtml?iframe=true&width=100%&height=100%
(Último acceso a estos tres sitios: 11/08/21).
(69) Condenaron a Marco Exequiel Feruglio a prisión perpetua (2017)
https://mpa.santafe.gov.ar/news/view/condenaron_a_marco_exequiel_feruglio_a_prisi_n_perp
etua & A cuatro años del horror: cómo ejecutó Marco Feruglio el cuádruple femicidio que conmocionó a Santa Fe
(2020) https://www.unosantafe.com.ar/santa-fe/a-cuatro-anos-del-horror-como-ejecuto-marco-
feruglio-el-cuadruple-femicidio-que-conmociono-santa-fe-n2631710.html (Último acceso a estos
tres sitios: 11/08/21).
(70) Condenaron a prisión perpetua a Facundo Solís por el quíntuple femicidio cometido en Santa Fe (2019)
https://mpa.santafe.gov.ar/news/view/condenaron_a_prisi_n_perpetua_a_facundo_sol_s_por_
el_qu_ntuple_femicidio_cometido_en_santa_fe & Nicola, Titi: Perpetua a Facundo Solís por el
quíntuple femicidio (2019) & Tras dos años de hermetismo, el monstruo de la masacre de Santa Fe pide ser
escuchado por la sociedad
https://www.agencianova.com/nota.asp?n=2020_2_4&id=82849&id_tiponota=24 (Último
acceso a estos tres sitios: 11/08/21).
(71) Muchos autores los llaman asesinos múltiples (este criterio de "múltiple" opera por número de
víctimas, no de eventos), y Garrido Genovés, V., ob. cit., p. 106, habla de asesinos múltiples en un solo
acto, diciendo que son tales los que “matan a varias personas en un solo acto o cadena de
acontecimientos, sin que haya separación temporal relevante ni un «enfriamiento emocional»”,
agregando que “el concepto estándar exige que se mate a más de tres personas en una única
acción”. Este autor señala las diferencias entre el asesino masivo “común” y el asesino múltiple
familiar (una expresión extrema de la violencia intrafamiliar), que presenta rasgos singulares. Relata
que algunos autores señalan que existen dos subtipos de asesinos múltiples de familias: el acosador
y el abatido. El acosador es celoso, hostil, muestra constantemente su enfado y tiene un historial
de violencia. El abatido se muestra deprimido y con elevada ansiedad anticipatoria. En tanto que
otros autores plantean una clasificación del homicida múltiple de familia en cuatro subtipos: los
asesinos de familia suicidas, asesinos de familias sin suicidio (matan a los miembros de su familia

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“francotiradores” que solían y/o suelen aparecer en los EE.UU. -algunos de ellos,
veteranos de guerra-, disparando al azar) (72): matan en un mismo momento temporal
y lugar, tal como ha acontecido en algunas masacres -pero aquí focalizadas, no al
azar- ocurridas en iglesias, clubs o discotecas (73), teatros, cines (74), colegios y

al ser objeto de su ira), los asesinos de familias que han sido sometidos, durante años, a abusos
intrafamiliares y estallan en cólera; y los asesinos que matan a sus familiares como medio para
conseguir un fin, como, p. ej., cobrar un seguro de vida.
(72) Habitualmente, se apostaban en algún lugar (p. ej., la terraza de algún edificio), y desde allí
comenzaban a abrir fuego a mansalva, sin víctimas predeterminadas, sino cometiendo sus crímenes
en parques u otros lugares abiertos. P. ej., el 1° de octubre de 2017, un jubilado estadounidense y
hombre de fortuna, Stephen Craig Paddock (un contador de 64 años de edad, sin antecedentes
criminales), mató a 59 personas e hirió a otras 527 al disparar desde el piso 32 de un hotel-casino
de Las Vegas, sobre más de 20.000 espectadores que presenciaban un festival de música country
al aire libre. Fue hallado muerto por el equipo élite Swat que respondió al llamado, posiblemente
luego de suicidarse. Fuera de que se trataba de un hombre cuya salud física y mental se estaba
deteriorando y que estaba planeando el final de su propia vida (tal vez determinante de un suicidio
efectuado por una persona narcisista, detallista y probablemente lo suficientemente harto de la vida
como para planear un ataque que lo haría famoso) y/o que pudo haberse inspirado en su padre,
un ladrón de bancos y fugitivo, quien, en 1968, estaba en la lista de los diez más buscados del FBI
(una suerte de imitación, tal vez, sino una identificación .en sentido psicoanalítico- con su padre,
destinada a morir en la infamia) Paddok no dejó un manifiesto ni una nota de suicidio, los agentes
federales creen que había planeado dispararse fatalmente después del ataque, y el FBI dijo no
encontrar un factor de motivación único o claro de estos asesinatos. Millonario e inversor inmobiliario:
quién era Stephen Paddock, el autor de la masacre de Las Vegas (2017)
https://www.infobae.com/america/eeuu/2017/10/02/quien-era-stephen-paddock-el-autor-de-
la-mayor-masacre-de-la-historia-de-estados-unidos-desde-el-11-s/ & Romo, Vanesa: FBI Finds No
Motive In Las Vegas Shooting, Closes Investigation (2019)
https://www.npr.org/2019/01/29/689821599/fbi-finds-no-motive-in-las-vegas-shooting-
closes-investigation & Vegas gunman Stephen Paddock inspired by criminal father's reputation (2019)
https://www.nbcnews.com/storyline/las-vegas-shooting/vegas-gunman-stephen-paddock-
inspired-criminal-father-s-reputation-n964066 (Último acceso a estos tres sitios: 11/08/21).
(73) P. ej., el 12 de junio de 2016, Omar Siddique Matten asesinó a 49 personas e hirió otras 53 con
un fusil semiautomático, todas ellas varones y mujeres homosexuales que se encontraban en la
discoteca gay Pulse de Orlando, EE.UU. (Florida). Murió ese mismo día en un tiroteo con la
policía. Dijo ser un “soldado islámico” y el grupo terrorista Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS)
reivindicó la autoría de la matanza de Orlando (https://criminalia.es/asesino/omar-mateen/). Sin
embargo, no se lo perfiló como un terrorista, sino como un narcisista homofóbico, incapaz de
aceptar su propia homosexualidad, cuyo componente básico era una ira muy fuerte y reprimida,
ocultada bajo las ideas yihadistas (no había recibido órdenes de ISIS), lo cual nos parece correcto.
Arago, David: ¿Qué pasa en la mente de un asesino como Omar Siddique Mateen? (2016)
https://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-16619949 (Último acceso a ambos sitios:
11/08/21).
(74) P. ej., el 20 de julio de 2012, James Eagan Holmes, de 24 años, un estudiante de ciencia del sur
de California, que había ganado becas escolares y prácticas educativas, graduado con honores de
la Universidad de California-Riverside, irrumpió en un cine Century 16 (condado de Aurora,
Colorado, EE.UU.) en el cual se estrenaba la película The Dark Knight rises (El caballero oscuro: la
leyenda renace) de la saga Batman. Vestía un chaleco antibalas, una máscara de gas y portaba
Revista Pensamiento Penal (ISNN 1853-4554), agosto de 2021, No. 400 25
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universidades (75). Se explica que su gran problema tiene que ver con el control: su
comportamiento homicida es un intento desesperado por recuperar ese control.
Esto implica que previamente ha ocurrido una situación que le ha desestabilizado
profundamente: la pérdida de empleo, el divorcio, la bancarrota o un agravio que le
ha hecho sentirse intensamente humillado o ridiculizado (76).

pistolas Glock, un rifle de asalto Smith and Wesson AR-15 y una escopeta Remington 870 calibre
12. Abrió fuego y dejó doce muertos y otros cincuenta y nueve (o setenta) heridos. Los policías
que llegó al lugar vieron a un joven que, junto a un coche blanco, se quitaba un casco y se
desajustaba un chaleco antibalas. Pensaban que era uno de ellos hasta que dijo: “Soy el Joker”, y
así fue detenido. Fue hospitalizado tras intentar suicidarse varias veces en la cárcel, habiendo sido
condenado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. La policía tuvo que desactivar
docenas de trampas y explosivos improvisados por Holmes en su departamento, encontró un
cuaderno que contendría detalles de cómo Holmes pensaba llevar a cabo la masacre, además de
dibujos e ilustraciones. Una psiquiatra que trató a Holmes, la Dra. Lynne Fenton, al prestar
declaración testimonial, lo describió como una persona antisocial, ansiosa y excéntrica que pensaba
obsesivamente en matar a la gente, ello antes de “la Masacre de Aurora”. Y Miguel Mendoza,
profesor de la Universidad Javeriana, dijo que "la imagen de Holmes en el juzgado es la de quien
no entiende su propia maldad. Se ocultó tras varias máscaras para tratar de encajar: la del estudiante,
la del joven inteligente y finalmente la del Guasón, el villano que creía que a través del asesinato se
iba a redimir". De todo esto, se sigue que se lo pueda perfilar como un psicópata con rasgos
paranoicos. https://criminalia.es/asesino/james-holmes/ & López, Lorena: James Eagan Holmes, el
estudiante que utilizó a Joker para asesinar a 12 personas (2019)
https://www.abc.es/play/cine/noticias/abci-james-eagan-holmes-estudiante-utilizo-joker-para-
asesinar-12-personas-201910041316_noticia.html?ref=https%3A%2F%2Fwww.google.com%2F
& O'Neill, Ann: James Holmes pensaba entre 3 y 4 veces al día en matar, según psiquiatra (2015)
https://cnnespanol.cnn.com/2015/06/17/segun-psiquiatra-james-holmes-a-diario-pensaba-en-
matar/ (Último acceso a estos tres sitios: 11/08/21).
(75) P. ej., el 16 de abril de 2007, un estudiante de la Universidad Politécnica de Virginia (EE.UU.),
Cho Seung-Hui, proveniente de un familia de inmigrantes surcoreana, retraído, con claros signos
de esquizofrenia y víctima de bullying, transitó dos edificios y diferentes aulas del campus hasta
matar a tiros a 32 personas, estudiantes y profesores, dejando heridas a otras 29. Se suicidó ese
mismo día, disparándose en la cara. En este caso de asesinato múltiple podemos encontrar los
antecedentes que caracterizan a estos sucesos, de los cuales basta señalar que con frecuencia vivió
días de humillación, al ser acosado por sus compañeros de escuela, acumulando odio e impotencia
ante el mundo que le rodea. En el vídeo y en las fotografías que subió a la red el día de la masacre
(entre los dos episodios en que se divide su ataque hubo un intervalo de dos horas, tiempo en el
que deja su testamento ante el mundo por medio de ese vídeo) se lo puede ver exhibiendo armas
de fuego, unas veces apuntándose y otras apuntando a los espectadores. En ese tono de amenaza
es obvio que Cho (que se sentía como una víctima de racismo, aislamiento y bullying) quería
mostrar una imagen poderosa de sí mismo, la de alguien que al fin iba a tener el control. Garrido
Genovés, V., ob. cit., ps. 115/116; https://criminalia.es/asesino/seung-hui-cho/ (Último acceso:
11/08/21).
(76) Si bien es posible que se haya visto afectado por algunas de dichas contingencias, parece distinto
el caso de Martín Ríos (un agresor masivo discontinuo), quién efectuó varios ataques en 2003 y
2006 (un homicidio, once tentativas, disparar contra un tren de la línea Mitre cuando circulaba
cerca de la estación Belgrano R, tirotear a una confitería hiriendo a una joven y disparar contra un
colectivo de la línea 67, dejando heridos, empleando un arma de guerra). Fue diagnosticado con

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Sin embargo, también han acontecido matanzas que puede considerase basadas en
motivos de neta discriminación (77) y en actos propiamente terroristas, esto es,

esquizofrenia y declarado inimputable. Declaran nuevamente inimputable al “Tirador de Belgrano”


http://www.saij.gob.ar/jurisprudencia/NV8242-rios_causa-nacional-2014.htm & Cosecha Roja:
El tirador de Belgrano: ¿sabía lo que hacía? (2014) http://cosecharoja.org/el-tirador-de-belgrano-sabia-
lo-que-hacia/ & Sangiorgio, Belisario: El tirador de Belgrano: un "loco" con un arma que atacó hasta matar
(2019) https://www.lanacion.com.ar/seguridad/el-tirador-de-belgrano-un-loco-con-un-arma-
que-ataco-hasta-matar-nid2278072/ & Palacios, Rodolfo: Salió a la calle, disparó a quemarropa y mató
como si fuera un videojuego: el estremecedor caso del tirador serial de Belgrano (2020)
https://www.infobae.com/sociedad/policiales/2020/09/26/salio-a-la-calle-disparo-a-
quemarropa-y-mato-como-si-fuera-un-videojuego-el-estremecedor-caso-del-tirador-serial-de-
belgrano/ Sin perjuicio de su declaración de inimputabilidad, Quiñones Urquiza, Laura: Contra
perfil criminal del tirador de Belgrano (2015)
https://www.researchgate.net/publication/275891027_Contra_Perfil_Criminal_del_Tirador_de
_Belgrano efectuó unas precisiones exquisitas con respecto a Ríos: sus escenas siempre fueron
desorganizadas, no cubría su identidad, su método de ataque era sorpresivo, a plena luz del día y
en espacios abiertos. Estaría loco, pero para él crear pánico general era más importante que matar,
y de allí que su motivación principal consistía en la aserción de poder, de poder elegir cuándo y
dónde crear el terror: la sensación de sentirse poderoso lo que le brinda una satisfacción emocional,
probablemente para compensar otros aspectos en su vida sobre los que no posee control. De allí
que no parece discutible que tenía una base psicopática. Agrega esta autora que la técnica del perfil
criminal deductivo, se aplica a un delincuente desconocido, a partir de toda la información recogida
en la escena del crimen y la víctima. “El contraperfil recorre el camino inverso, consiste en poder
analizar si el sospechoso o culpable pudo haber cometido el ilícito, a partir de las características de
su conducta y circunstancias personales, se va descendiendo y se busca explicar si la persona en
cuestión, fue capaz de cometer el hecho y por qué lo hizo”. (Último acceso a todos estos sitios:
11/08/21).
(77) P. ej., el 22 de julio de 2011, el noruego Anders Breivik, de 32 años, mató a 77 personas, ocho
en el centro de Oslo, mediante una bomba, y 69 en la isla de Utoya, a balazos. Planificó esto
durante un largo tiempo y, pocas horas antes de los ataques, colgó en la Internet un manifiesto de
1500 páginas titulado “2083: Una declaración europea de independencia” (una imitación del
manifiesto de Unabomber [ver nota (9)], del cual tomó partes literales, haciéndole en ocasiones
ligeros cambios de texto), en el cual equiparó al liberalismo y al multiculturalismo con el “marxismo
cultural” (una “guerra de culturas”) y proclamó cómo puede Europa combatir su inexorable
islamizacion. Ya detenido, en su primera vista pública, dijo: “Soy un comandante militar del
movimiento de resistencia anticomunista noruego y jefe de justicia de la orden de los Caballeros
Templarios”, y luego, que su acto fue “atroz pero necesario”, al servicio de una causa: salvar
Occidente de la amenaza del Islam. Se lo suele caracterizar como un asesino masivo y un fanático
extremista. Lo primero es correcto. En cuanto a lo segundo, Garrido Genovés, V., ob. cit., ps. 109
y ss., opina que “esa ideología es sólo una imagen exportable de un narcisista patológico”. El
impacto en la opinión pública mundial es la parte más sustancial de la acción: ha de explicar al
mundo la magnitud de su obra, la importancia y las razones de lo que ha hecho; él es el héroe, el
“caballero templario”. Las víctimas son símbolos del mal que quiere erradicar: “los jóvenes
asesinados representan a la meliflua democracia liberal, a esa que permite que el islam le vaya
comiendo el terreno hasta que un día conquiste Europa”. A diferencia de otros asesinos múltiples,
Breivik “ha matado básicamente porque quería transmitir una idea, no porque estuviera angustiado
y lleno de ira contra esos jóvenes. Pero la idea real es que él es un salvador, un caballero andante:
el mensaje de salvación es el vehículo con el que muestra su patología narcisista”, acompañada por
un desprecio impensable ante el sufrimiento y la muerte de los demás. “La extensión de la violencia
Revista Pensamiento Penal (ISNN 1853-4554), agosto de 2021, No. 400 27
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generadas por gente que, basándose en su ideología, muy bien por cierto saben lo
que hacen (aquí, las citas ejemplificativas huelgan) (78). Las cuales, según el criterio
que uno adopte, podrán o no ser incluidas en esta categoría. El sicario es otra cosa,
y aunque se haya efectuado algunas tipologías de ellos (79), parece claro que todos
ellos presentan un perfil psicopático (80).

3.) En tanto que las víctimas del asesino serial siempre son más de tres, y de allí que
una de las características de esta secuela de homicidios sucesivos consiste en una
individualización de los crímenes en cuanto a que cada víctima puede verse por
separado en momento y lugar. Al asesinar, lo que estos criminales obtienen es una
satisfacción emocional, o sea que su motivación se basa en la gratificación
psicológica que le proporciona matar (sensaciones de poder, dominio, venganza) (81).
Pero esa saciedad es momentánea, y de allí resulta la segunda característica de los
asesinos seriales: entre un homicidio y otro, siempre hay un período de inactividad
(una discontinuidad anímica, llamada período de “enfriamiento emocional”, que
puede ser de días, de meses o incluso de años, aunque eso no quiere decir que no

es tan extraordinaria, la ausencia de una mínima insensibilidad tan profunda, que no podemos
obviar la posible existencia de una profunda psicopatía. Breivik sería, así, un psicópata que buscó
una justificación para hacer lo que hizo, una carta de presentación irracional pero que a él le servía.
Su fanatismo sería simplemente una fachada desde la que poder matar sin piedad. Está también la
cuestión de la naturaleza del objetivo buscado. Se trata de adolescentes en su mayor parte, algunos
casi niños. Hace falta mucha imaginación para radicar en ellos un objetivo relacionado con su odio
a los musulmanes”. https://criminalia.es/asesino/anders-breivik/ & Cordero, Álvaro: Décimo
aniversario de los atentados en Utoya y Oslo, el ataque que conmocionó a Noruega (2021)
https://www.france24.com/es/europa/20210722-atentado-utoya-10-a%C3%B1os-noruega-
breivik & Álvarez, Mónica G.: Breivik durante la matanza en Utøya: “¡Tenéis que morir todos!” (2018)
https://www.lavanguardia.com/internacional/20180720/45967112264/anders-breivik-utoya-
atentado-oslo.html & Quiñones Urquiza, L., Lo que cuenta…, cit., su Cap. “Caballeros Templarios
Anders Breivik”, quién lo considera como un asesino itinerante. (Último acceso a estos tres sitios:
11/08/21).
(78) Ver Douglas, J. E et al., ob. cit., ps. 431 y ss.
(79) P. ej., ver Mata Altamirano, Ana L.: Perfil psicológico del sicario o asesino a sueldo (2020)
https://revistas.juridicas.unam.mx/index.php/hechos-y-derechos/article/view/14235/15426
(Último acceso: 11/08/21).
(80) P. ej., ver El perfil del sicario (2019) https://elnacional.com.do/el-perfil-del-sicario/ (Último
acceso: 11/08/21). Desde lo jurídico, ver Chiappini, Julio E.: El sicariato, Leyer Editores, Bogotá,
2018.
(81) Después de cometer cada crimen el asesino serial siente satisfecha su necesidad de matar y
obtiene sentimientos gratificantes. Pero a veces no les basta con este acto de matar, sino que
también pueden verse en la necesidad de recrear su crimen posteriormente, y para ello es por lo
que se llevan un “trofeo”, que puede ser cualquier objeto que le recuerde a la escena del crimen,
pudiendo ser este cualquier pertenencia de la víctima, o cualquier objeto que se encuentre en el
domicilio donde se ha perpetuado el crimen, etc.

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esté planeando seguir haciéndolo) durante el cual guardan sosiego, hasta que vuelven
a tener la necesidad psicológica de matar. No existe una conexión aparente entre
unas muertes y otras, aunque habitualmente tienen un patrón común: selección de
la víctima, misma dinámica criminal (matar de una determinada manera y no de otra),
factores temporales o situacionales, la práctica sistemática de actos con un fuerte
significado psicológico y el control ejercido sobre la situación.

Su actuación puede prolongarse durante años y, excepción hecha de Alfredo Galán


Sotillo (82) y Edmund Emil Kemper III (83) -quién se entregó-, hasta donde sabemos,
no se conoce a ninguno que haya parado su seguidilla por decisión propia (84).
Aunque por lo general no conocen a sus víctimas, son selectivos (éstas responden a

(82) Un asesino serial español (conocido como “el asesino de la baraja”). Disparaba a quemarropa
con una pistola Tokarev TT-33 del calibre 7,62, y a algunas de sus víctimas (mató a seis personas
y lo intentó con otras tres). Debido a la procedencia del arma y la complexión fuerte del hombre,
se lo perfiló como un ex militar que había realizado misiones en el extranjero. Estado totalmente
ebrio, se entregó en una comisaría en julio de 2003, confesando ser el asesino del naipe. Luego se
arrepintió de ello, pues cambió varias veces su declaración durante el juicio, pero igualmente fue
condenado. https://criminalia.es/asesino/alfredo-galan/#Macabro_juego_de_copas_y_sangre
& Hernández, José A.: El cerebro del 'asesino del naipe' (2004)
https://elpais.com/diario/2004/10/30/madrid/1099135475_850215.html & Ochoa, Marina:
¿Qué fue de El asesino de la baraja?: En prisión con Carcaño, 16 años después de matar y burlarse de la Policía
(2021) https://www.elespanol.com/reportajes/20190603/asesino-baraja-prision-carcano-
despues-burlarse-policia/402739730_3.html#img_27 (Último acceso a estos tres sitios:
11/08/21).
(83) Quiñones Urquiza, Laura: Ed Kemper, el acechador de las carreteras que asesinaba colegialas (2021)
https://www.lanacion.com.ar/seguridad/mentes-criminales-ed-kemper-asesino-colegialas-
nid2557020/ & Álvarez, Mónica G.: Ed Kemper tras matar a su madre: “Le corté la cabeza y humillé su
cadáver” (2019) https://www.lavanguardia.com/sucesos/20190906/47196064278/ed-kemper-
asesino-serie-colegialas-madre-crimenes-victimas-mindhunter-ressler-las-caras-del-mal.html &
https://criminalia.es/asesino/edmund-kemper/ & https://murderpedia.org/male.K/k/kemper-
edmund.htm & https://criminalminds.fandom.com/wiki/Edmund_Kemper (Último acceso a
todos estos sitios: 11/08/21).
(84) Esto es así porque, por caso, se desconocen las razones por las cuales cesaron las carreras
criminales de Jack el Destripador y Zodiac.

Revista Pensamiento Penal (ISNN 1853-4554), agosto de 2021, No. 400 29


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algún patrón determinado) (85) y no pueden parar de matar (86). Y de allí esta
diferencia: El asesino en serie elige víctimas, el asesino en masa, escenarios.

Ahora bien, el temperamento adoptado Ed Kemper (psicópata, asesino serial,


necrófilo, antropófago y matricida) merece una explicación. Sus presas eran
especialmente estudiantes, muy numerosas en su zona de residencia. Se dice que,
estando desilusionado porque en la radio policial que llevaba en su auto no escuchó
ninguna noticia sobre los homicidios que él había cometido, llamó a la policía y pidió
por un agente en especial para confesar que él era el asesino de las universitarias.
Puede pensarse que, dado el egocentrismo y narcisismo de todo psicópata, Kemper
se autodelató por su vanidad y soberbia, para obtener reconocimiento público por
sus crímenes (reconocimiento de su poder, de su omnipotencia: jactancia). También
puede entenderse que, por saberse muy inteligente y en función de lo anterior,
consideraba que la policía nunca iba a poder detenerlo: él era “superior”.

Pero si se repara en que Kemper se entregó después de matar a su madre (y “de


postre”, a una amiga de ella), pudiendo interpretarse que fue el odio acérrimo hacia
su progenitora lo que lo llevó a matar colegialas (el perfil de sus víctimas se
correspondía con la imagen que Kemper tenía de las estudiantes que su madre le
había prohibido frecuentar, o sea que asesinó a mujeres a las que asoció con su
madre, y como ésta trabajaba en la universidad, escogía a estudiantes), de ello se sigue
que los impulsos asesinos que motivaban a Kemper iban dirigidos contra su madre:
las estudiantes la “sustituían”. Por lo tanto, una vez que asesinó a su madre, ya no
sintió la necesidad de volver a matar. Incluso se ha dicho que los asesinatos de las

(85) Para el asesino en serie, la víctima tiene que tener determinado patrón, si no, no le es útil para
recrear su fantasía previa. Pero, por supuesto, en uno o algunos de sus ataques, el asesino serial
puede comportarse o convertirse en asesino spree si lo considerara necesario, p. ej., eliminando
testigos, y luego continuar con la serialidad. En este caso el testigo muere porque podría
identificarlo y obstaculizar su impunidad. Cfr. Quiñones Urquiza, L., Lo que cuenta…, cit., en su
Presentación.
(86) De lo hasta aquí expuesto, se evidencia que Carlos Eduardo Robledo Puch, aunque
erróneamente se lo tilde de ser un asesino en serie (https://criminalia.es/asesino/carlos-eduardo-
robledo-puch/), no lo fue (no responde en modo alguno a su caracterización, y por sobre todo,
sus víctimas carecían de patrones), sino un psicópata que gustaba matar por placer, y que, dentro
de las muy diversas clasificaciones dadas por algunos criminólogos, se lo puede caracterizar como
un asesino múltiple “de varios actos”: mataba cuando entraba a robar en comercios, además de
otros homicidios “sueltos” (una modelo, una prostituta y algunos de sus cómplices). Tampoco lo
fue Mateo Banks https://patagoniaandina.com/tierra-del-fuego/mateo-banks/ (2020) &
http://www.scba.gov.ar/deptohistorico/Caso%20Banks%20I.pdf, pues, en 1922 y durante el
transcurso de un día, mató a seis familiares suyos y a dos peones de su estancia. O sea, fue un
asesino masivo compulsivo. (Último acceso a estos tres sitios: 11/08/21).

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estudiantes fueron una preparación para matar a su propia madre (su “misión”
consistía en destruir a su madre, pero no actuó de manera consciente). Todo esto
surge de las propias declaraciones de Kemper y se evidencia en las filmaciones
tomadas en la cárcel: habló relajado y le describió a la perfección a su entrevistador
(el agente Robert Ressler) cada asesinato, pero, sobre todo, su verdadera motivación:
su madre. Así que cuando acabó con su vida “tenía que parar” (son palabras de
Kemper). Era una especie de “proceso catártico”. Muerta ella, ya no había razón por
la cual seguir matando jovencitas universitarias (87).

4.) Por otra parte, se denomina asesino itinerante (sino asesino relámpago, frenético o
excursionista), a aquel que mata a dos o más personas en un periodo de tiempo
consecutivo, de horas o días, y en dos o más lugares, lo cual implica encontrarse con
diferentes escenas del crimen. El tiempo que transcurre entre un asesinato y otro no
se debe a un periodo de enfriamiento (como en el asesino serial), sino que es el
tiempo que transcurre en encontrar una nueva víctima. Sus víctimas son puramente
casuales y desconocidas, o sea que para estos asesinos no es importante el perfil de
sus víctimas y las eligen al azar, tratándose de una serie consecutivas de asesinatos.
Por lo general son personas que un día deciden salir a la calle totalmente armados y
asesinan en forma indiscriminada a todos aquellos que se cruzan en su camino hasta
que son detenidos, muertos o se suicidan.

Sin embargo, este tipo de asesino puede aparecer combinado con los asesinos
masivos y con los asesinos seriales. Por una parte, podríamos encontrarnos con un
asesino en masa itinerante en los casos en los que el asesino acude a otra localidad
en búsqueda de un nuevo grupo de víctimas. Por otra parte, en ocasiones, podemos
encontraros con el llamado asesino en serie itinerante (spree serial killer), que es una especie
de híbrido entre el asesino itinerante y el asesino en serie, existiendo un menor lapso
de tiempo entre los crímenes (en ocasiones, un lapso de días) y donde las víctimas
pueden no tener un hilo común (88). Así entendido, corresponde descartar de esta
categoría a quienes se desplazan para matar a personas conocidas determinadas.

(87) La entrevista que Ressler efectuó a Kepler puede verse aquí (la traducción es acertada):
https://www.youtube.com/watch?v=-spsFi5nxRc (Último acceso: 11/08/21).
(88) Bort, Lucía: Asesinos múltiples https://www.eicyc.es/asesinos-multiples/ & Asesino itinerante –
spree killer- https://seguridadydefensa.com/definiciones/asesino-itinerante-spree-killer/ (Último
acceso a ambos sitios: 11/08/21).

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5.) Por último, en cuanto a los “Copycat Murderers” (89), es de ver que los auténticos
asesinos imitadores, no son como aquellos que se ven en series de TV o en películas,
sino que son casos extremadamente raros. Existen muy pocos casos de copycat debido
al narcisismo de los psicópatas, dado que ellos quieren diferenciarse del resto de los
criminales, ya que no gustan que los consideren imitadores, sino que quieren ser
“famosos” por sí mismos (90).

A veces pueden verse influidos por otros asesinos sin que necesariamente estén
imitándoles. Y, además, no hay una base teórica firme que nos diga qué crímenes
son más “copiables” y cuáles menos, ni qué es lo que lleva a alguien a copiar modus
operandi e incluso firmas de crímenes (91).

Puede entenderse que la razón de la imitación radica en que se trata de psicópatas


que comúnmente están asociados mentalmente con los agresores seriales -asesinos
o violadores- o asesinos masivos, ello en parte de un conjunto de particularidades en
su modus operandi y rituales conductuales (como requerimientos puntuales). Pero un
asesino imitador no va a tener las mismas necesidades psicosexuales ni las mismas
motivaciones finales que su “modelo” a emular (que también puede serlo un

(89) Bort Lorenzo, Lucía y Ballester González, Mónica: Imitación en la conducta criminal (2010)
https://www.revistaciencia.amc.edu.mx/images/revista/70_1/PDF/ImitacionCriminal.pdf &
Quiñones Urquiza, María L.: La técnica del perfil criminal. Entrevista a: Mark Safarik (2008)
https://www.derechoycambiosocial.com/revista015/entrevista%20a%20safarik.htm & Pomares,
Amelia: Copycat crimes: Criminales de cortapega (2018) https://www.criminalfact.es/copycat-crimes-
criminales-de-cortapega/ & Janos, Adam: Copycat Killers: What Moves a Violent Offender to Emulate
Another? (2020) https://www.aetv.com/real-crime/copycat-killers & Clark , Josh y Dove Laurie
L.: 10 Notable Copycat Killers https://people.howstuffworks.com/5-copycat-killers.htm & Nedim,
Uger y Holmes, Zeb: The Influence of the Media on Copycat Crimes (2018)
https://www.sydneycriminallawyers.com.au/blog/the-influence-of-the-media-on-copycat-
crimes/ (Último acceso a todos estos sitios: 11/08/21).
(90) Años atrás, investigadores de la Universidad Estatal de Arizona han estudiado si los asesinatos
masivos y los tiroteos escolares ocurridos en los EE.UU. (a partir de la década del ’90) pueden ser
el producto del efecto de imitación, y luego de examinar una base de datos de estos eventos,
concluyeron que de hecho hay "evidencia significativa de contagio". El analista de comportamiento
del FBI, Andre Simons, después de estudiar 160 casos de “tiradores activos”, concluyó diciendo
que creía “que estamos viendo más personas comprometidas y marginadas que buscan inspiración
en esos ataques pasados". Pero, de haber tales coincidencias, lo fue para estos casos, por lo cual
estas opiniones no son generalizables.
(91) Uno de los asesinos en serie más imitados ha sido Jack el Destripador. Durante la propia
investigación de los asesinatos de Whitechapel en Londres surgieron muertes provocadas de la
misma forma, que terminaron por desvincularse del asesino “original”. Pero años después, la estela
de aquel misterioso asesino ha continuado. En 2008, Derek Brown, un padre de siete hijos de 47
años, fue condenado a 30 años de prisión por haber matado a dos mujeres jóvenes siguiendo los
relatos que se habían hecho de las muertes a manos de Jack el Destripador.

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personaje de ficción, como el asesino enmascarado de la película “Scream”), del cual


habitualmente se informaron por los medios de difusión.

El que cumpla con alguna característica no servirá, por lo tanto, para considerar a
ese asesino como un copycat killer, ya que podría haber actuado influenciado por ese
elemento concreto, como ocurre con muchos asesinos, pero no estaría tratando de
imitar al otro.

Lo que pretende el asesino imitador es buscar a un predecesor con renombre,


analizar su modus operandi para imitarlo y tratar de no cometer los mismos errores.
Pese a esto, los imitadores suelen ser capturados, dado que, por una parte, no suelen
ser muy imaginativos, y, por otra, aunque tratan de evitar los errores que cometieron
sus mentores, realizan otros que los llevan a ser capturados, tal como, hasta ahora y
hasta dónde sabemos, ha acontecido (92).

V. Perfiles criminales.

De acuerdo con lo dicho en el Pto. I. b.), pasamos ahora a tratar algunas cuestiones
más referentes a la perfilación criminal.

a.) Perfiles de agresores conocidos y desconocidos.

Antes hemos dado un concepto general de ella, y hemos dicho que su origen se
encuentra en la labor desarrollada por los agentes del FBI, Ressler y Douglas, quienes
comenzaron su tarea entrevistando a asesinos identificados y encarcelados, para
luego diagramar su aplicación y sistemática, inductiva primero y deductiva después.
Esto es, los dos tipos básicos de perfiles criminales. A saber:

(1) Perfil de agresores conocidos o método inductivo: Se basa en el estudio de casos


para, a partir de ellos, extraer patrones de conductas característicos de esos agresores

(92) Un ejemplo de este tipo de copycat killer sería Heriberto "Eddie" Seda, quien escogió imitar a un
asesino muy mediático: Zodiac (https://criminalia.es/asesino/el-asesino-del-zodiaco/), aun sin
conocer su identidad (se comprobó que había matado a cinco personas en los años 1968 a 1969 y
nunca fue identificado). Al igual que el Zodiac original, Seda envió notas crípticas y amenazantes
a los medios de comunicación y a la policía. Y al igual que el original, Seda cifró sus mensajes.
Durante los años 1990/93, mató a tres personas, intentó asesinar a cinco más, y en la escena de
cada crimen, dejó notas similares. Y, finalmente, consiguió su propósito, ya que Seda sería
conocido en adelante como “el asesino del zodiaco de Nueva York”, aunque, a diferencia de su
antecesor, no logró evadir a las autoridades. Cumpliendo una condena de 232 años por haber sido
declarado culpable de esos tres asesinatos. https://murderpedia.org/male.S/s/seda-heriberto.htm
(Último acceso a ambos sitios: 11/08/21).

Revista Pensamiento Penal (ISNN 1853-4554), agosto de 2021, No. 400 33


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(93). Se desarrolla básicamente en el ámbito carcelario, mediante entrevistas


estructuradas o semiestructuradas, aunque también se suele usar como fuente de
información las investigaciones policiales y judiciales.

(2) Perfil de agresores desconocidos o método deductivo: Este método se basa en el


análisis de la escena del crimen en cuanto a sus evidencias psicológicas para que
pueda inferirse el perfil del autor de ese crimen. En este método se intenta pasar de
los datos generales a los particulares de un único individuo. Para ellos se analiza la
escena del crimen, la victimología, pruebas forenses, características geográficas,
emocionales y motivacionales del agresor. Y a éste responde el concepto antes dado,
que pasamos a precisar atendiendo a dichos factores, que conforman la técnica del
perfil criminológico.

b.) Los elementos necesarios para realizar un perfil criminal.

Son los siguientes: 1°) La investigación criminal que expresa el cómo, el porqué y el
paraqué, además de que ayuda a entender la fantasía del criminal; 2°) El estudio de
la escena del crimen que revela el modus operandi y la firma del delincuente con base en
sus rituales y necesidades; 3°) La victimología, que también arroja datos para
comprender las necesidades del asesino, y 4°) El perfil geográfico el cual se basa en
las evidencias del comportamiento derivadas de la escena del crimen.

1.) En materia de perfilación criminal, y teniendo en cuenta la faz policial de la


investigación inicial (recolección de indicio, etc.) y sus resultados, la investigación
criminal consiste en recoger hechos mediante entrevistas e interrogatorios. En tanto
que el análisis de la escena del crimen constituye el corazón de la perfilación criminal (94).

(93) O sea que consiste en la caracterización de los agresores conocidos o población carcelaria para
extraer características generales; es decir, se parte de lo particular a lo general.
(94) El FBI es el responsable de la creación de la tipología más popular e implementada (y criticada)
en el mundo, que propone el estudio de las escenas a partir de dos categorías: agresores organizados y
desorganizados. Las escenas organizadas indican la planeación, control y esfuerzo del agresor en el acto
del crimen y para ocultar evidencias. Estos agresores son descritos como más inteligentes,
metódicos, controlados y competentes en su interacción social y sexual, y por todo ello, más
difíciles de capturar. En tanto que las escenas desorganizadas son típicas de personas impulsivas e
incompetentes en su interacción social y sexual, poco inteligentes y que padecen alguna
enfermedad mental. En este caso los agresores no planean sus ataques ni se preocupan por los
rastros que dejan en la escena del crimen, y en su impulsiva sed de matar, no tiene tanto control
y/o cuidado sobre la zona en la que actúa (puede hacerlo en su “zona de seguridad”, de tenerla, o
en un territorio en que su presa cuente con posibilidades de alguna defensa, o que a él le resulte
complicado huir). Posteriormente, el FBI incluyó una tercera categoría que denominó escenas
mixtas, donde se presentan características de escenas organizadas y desorganizadas. Como fuera,
creemos que esta distinción sigue siendo útil.

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Atendiendo al principio de intercambio de Locard (95), según el cual cualquier


persona o cosa que entre en una escena del crimen deja algo en ella, y también se
lleva algo cuando sale, para los perfiladores, lo que el criminal deja son sus decisiones,
sus actos, un “significado” de lo que ha querido decir con el crimen -que hay que
desentrañar-, esto es, huellas de comportamiento o huellas psicológicas. En tanto que
lo que se lleva son los efectos de lo que ha hecho en su vida, en sus emociones, en
su aprendizaje, en sus costumbres, en sus miedos (96).

2.) En la escena del crimen ha de prestarse atención al modus operandi y a la firma del
delincuente, es decir, a la evidencia conductual. El modus operandi es el modo de
proceder seleccionado por el autor para la obtención del objetivo, y más
específicamente, el método que usa el asesino para llevar a cabo su crimen (97) (la
manera de comportarse de un criminal lo constituyen sus elecciones y conductas por
las que pretende consumar un delito), describe las técnicas y las decisiones que el
asesino ha tenido que tomar (o sea que nos informa sobre el modo en que se ha
llevado a cabo un delito). De esta evaluación se saca información sobre cómo mata
y qué características psicológicas se pueden deducir de este método: planificador,
inteligente, profesión que puede desarrollar, descuidado, perfeccionista, sádico, etc.
(98). Se refiere al “cómo” del delito. Esto es diferente del “por qué” y del “para qué”
del delito o motivación del delincuente, lo que se conoce como firma del delincuente
(su “sello personal”). El modus operandi, al contrario que la firma, puede variar a lo

(95) Edmond Locard (1877-1966), licenciado en Derecho y doctorado en Medicina, fue un


destacado criminalista francés, pionero en la ciencia forense y en la criminología. Afirmó que “es
imposible que un criminal actúe, especialmente en la tensión de la acción criminal, sin dejar rastros
de su presencia”.
(96) Garrido Genovés, V., ob. cit., p. 15. Por su parte, Padilla, ob. cit., p. 52, dice que “la búsqueda
de indicios en la escena del crimen se basa en el principio de trasferencia de Locard, en el que se
postula que «todo contacto deja un rastro, todo criminal, sin darse cuenta siempre deja algo de sí
mismo en la escena del crimen y al mismo tiempo también se lo lleva»”.
(97) Según Douglas, J. E et al., ob. cit., p. 23, “es el comportamiento aprendido, lo que el perpetrador
hace para cometer el delito. Es dinámico, es decir, puede cambiar a medida que el perpetrador
progresa en su carrera criminal y se da cuenta de que una acción o técnica funciona mejor para él
que otra”.
(98) P. ej., su forma de matar puede mostrar si se trata de una persona perfeccionista; cuanto tiempo
ha empleado en cometer la agresión nos puede indicar si es un sádico o si por el contrario mata de
un modo rápido.

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largo del tiempo puesto que, como habilidades, pueden aprenderse o evolucionar o
degenerarse (involucionar) con los crímenes posteriores (99).

En el modus operandi se buscan conductas como método de aproximación a la víctima


(por engaño o sorpresa), momento del día elegido para actuar, zonas seleccionadas
para abordar y atacar a la víctima, arma utilizada y fuerza necesaria para controlar a
la víctima (tipología del ataque) (100). También cómo accede el sujeto a la escena del
crimen y cómo la abandona (101). Forman parte también del modus operandi las
llamadas conductas de precaución, que son los actos que realiza el sujeto para evitar
que la víctima se oponga a sus deseos y para que no sea reconocido o capturado por
la policía (llevar una máscara, tapar los ojos a la víctima, amenazarla para que no lo
denuncie a la policía, usar guantes, usar preservativos, evitar las cámaras de
seguridad, etc.). Por lo tanto, el modus operandi tiene tres metas: proteger la identidad
del delincuente, consumar con éxito la agresión y facilitar su huida.

3.) La firma del delincuente es el motivo del crimen, su “por qué” y “para qué” (102).
Refleja la razón por la que el asesino hace lo que hace (es un elemento expresivo que
explica el para qué del acto cometido). Nos da una información más profunda ya
que nos presenta qué quiere decir con el crimen, puesto que nos habla de sus
necesidades psicológicas. El asesino mantiene su firma estable a lo largo de su carrera
criminal, por lo que, aunque cambie su modus operandi podemos relacionarlo por dicha
firma. Esto no quiere decir que físicamente la conducta o conductas que describen
la firma del delincuente no puedan cambiar. El aspecto profundo de la firma no
cambia, la ira, venganza, sadismo, permanece inalterable (puesto que la firma es el
motivo psicológico por el cual se comete el crimen), pero la forma de plasmarla

(99) El modus operandi puede involucionar debido al deterioro mental, al uso de drogas o por un
exceso de confianza en sí mismo de que no lograran atraparlo, puesto que este exceso de confianza
puede llevarle a cometer errores.
(100) Método de ataque: El control inicial empleado hacia la víctima (p. ej., el grado de fuerza
empleado). Métodos de control: Medios empleados para manipular, contener y dominar la
conducta de la víctima durante el ataque. P. ej., armas, grilletes, etc.
(101) P. ej., la utilización de determinadas herramientas o habilidades para ingresar en el lugar del
hecho, empleadas con cierta “prolijidad”, puede dar indicios sobre una persona con experiencia
en ese tipo de hechos o la capacitación en determinado oficio; y al momento del abandono de ese
lugar, las conductas para disimular su individualización o su despreocupación, si, tratándose de una
vivienda, dejó “todo cerrado”, puertas abiertas, etc., y en los extremos, si la incendió antes de huir.
(102) El motivo es, pues, el conjunto de necesidades emocionales, psicológicas y materiales que
impelen a una conducta a realizarse (“por qué”) con objeto de satisfacer tales necesidades (“para
qué”). “Toda acción por muy cruel, odiosa o macabra que nos parezca, es fuente de excitación
para su autor” (Ressler).

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puede evolucionar, incrementar, disminuir o degenerarse en función del propio


desarrollo de la motivación a la que representa (103).

Esta firma constituye los rituales o conductas que revelan las fantasías del
delincuente: es la parte de la escena del crimen que recoge la expresión de las
fantasías del autor. Actos como seleccionar una determinada víctima, el diálogo
establecido con ella (104) (obligar a la víctima a que responda o diga cosas en un
sentido específico o adopte un rol determinado), obligarla a vestir determinadas
prendas, maquillarla, acciones violentas no necesarias para controlar a la víctima (105),
ensañamiento, dejar marcas profundas en el cadáver (p. ej., mediante piquerismo)
(106) o grabar cosas en él (p. ej., “tatuarle” algo a cuchillo), sino extraerles algún

(103) Es excelente el ejemplo dado por Vaca Cortés, J. y Dzib Aguilar, P., ob. cit., p. 125: “un
homicida necrófilo inicia con pocos actos de mutilación después de la muerte en sus primeras
víctimas; pero estos van creciendo a medida que van matando (El caso de Jeffrey Dahmer «El
caníbal de Milwakee» es ilustrativo)”.
(104) P. ej., Según Douglas, J. E et al., ob. cit., p. 24, “un violador puede demostrar parte de su firma
mediante actos de dominación, manipulación o control durante la fase verbal, física o sexual de la
agresión (…). Cuando el agresor comanda a una víctima, exige una respuesta verbal particular de
ella (por ej., «Dime cuánto disfrutas el sexo conmigo» o «Dime lo bueno que soy»)”.
(105) En nuestro país, se dio en llamar, mal por cierto, “overkill” a los crímenes cometidos con
violencia excesiva. Aclarando que overkill no es un connubio idiomático de “over” (sobre, por
encima de, etc.) + “kill” (matar, asesinar, etc.), sino una palabra particular, que se traduce como
“exageración” (cfr., p.ej., https://dictionary.cambridge.org/es/diccionario/ingles-espanol/), lo
antedicho es así porque, en rigor y técnicamente, se trata de un patrón del grado de violencia empleada
(patrón de lesión overkill: en general, gran cantidad de lesiones con mucha más violencia que la
ordinariamente necesaria para causar la muerte). Entre otros, cfr. Vergel, John A.: La relación entre
el tipo de femicidio y el overkill por arma blanca (June 2014)
https://www.researchgate.net/publication/306057192_La_relacion_entre_el_tipo_de_femicidio
_y_el_overkill_por_arma_blanca (Último acceso a ambos sitios: 11/08/21).
(106) El piquerismo es una parafilia que, junto con otras como la flagelación, antropofagia y
necrosadismo, suelen ser asociadas al homicidio por placer. Consiste en la búsqueda del
incremento de placer sexual, teniendo como mecanismo lesivo el deslizamiento, penetración con
el filo y/o punta aguzada idónea, cuyo efecto en el cuerpo humano con cada una de ellas o
combinando ambas a la vez es la punción, separación o distensión en la geografía (exceptuando
lesiones defensivas). Esta multitud de heridas de arma blanca, como una forma de conducta sexual
desviada, con frecuencia, se efectúan en los genitales, glúteos, senos o zona torácica superior e
inclusive el rostro. El tipo de arma habla de su estilo de vida, de conocimientos previos, además
de las elecciones personales de los victimarios, de cómo el cuerpo es tratado cuando ya ha
finalizado el periodo agónico y sigue siendo apuñalado para satisfacer las necesidades agresivo-
sexuales del autor. Es de vital importancia la reconstrucción cronológica y temporal de las lesiones.
El piquerismo en casos de serialidad podría reflejar como el victimario ve su propio cuerpo, como
ha construido su propia imagen e historia personal y el modo de satisfacer su auténtica sexualidad,
quizás, de modo inconsciente, con fantasías sustitutivas de penetración. Cfr. Safarik, Mark y
Quiñones Urquiza, María L.: Piquerismo. Identificando la conducta parafílica en la escena del crimen violento,
Revista Pensamiento Penal (ISNN 1853-4554), agosto de 2021, No. 400 37
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órgano determinado (107), descuartizamientos minuciosos, mutilarlas (llevándose


algún miembro u órgano, también) y/o quemar sus cuerpos (108), introducción de
objetos en órganos sexuales, colocar objetos sobre o en torno al cadáver, dibujar
símbolos en el lugar, dejar notas o algún “elemento distintivo” (109), posicionar el
cadáver de forma que transmita algo en particular, actos post mórtem realizados en éste
o llevarse recuerdos o trofeos de la escena del crimen (110) -que le permiten prolongar

en "Revista de la Policía Federal Argentina. Policía y Criminalística", N° 24, Vol. 383, 2011, ps.
217 y ss.
(107) Fue el caso del, primero estafador y después asesino serial de prostitutas, Charles Frederick
Albright (el “asesino del globo ocular”), quién extraía de sus cuencas a los ojos de sus víctimas.
https://criminalia.es/asesino/charles-albright/ & https://killer.cloud/serial-
killers/show/395/charles-albright & Álvarez, Mónica G: Charles Albright, el “perfecto caballero” que
mutilaba los ojos de sus víctimas (2021)
https://www.lavanguardia.com/sucesos/20210423/7028111/charles-albright-asesino-globo-
ocular-caballero-mutilaba-ojos-victimas-caras-mal.html (Último acceso a estos tres sitios:
11/08/21).
(108) Es el caso del sádico psicópata estadounidense Richard Francis Cottingham ("el asesino del
torso"), que fue condenado por torturar y matar a seis mujeres (aunque confesó ser el autor de
más de 100 crímenes), a algunas de cuyas víctimas (todas marcadas por mordeduras) les cortó la
cabeza y las manos (como se las llevaba, una de ellas no pudo ser identificada), a otra, los senos y
las piernas, rociando algunos torsos (cuatro) con líquido para encendedor u otro combustible y
prendiéndoles fuego, esto último, en moteles. https://murderpedia.org/male.C/c/cottingham-
richard.htm & https://criminalminds.fandom.com/wiki/Richard_Cottingham & Bovsun, Mara y
Domínguez, Robert: JUSTICE STORY: ‘Torso Killer’ Richard Cottingham left a bloody trail of victims 30
years ago - and the body count is still rising (2011) https://www.nydailynews.com/true-crime-justice-
story/ny-true-crime-justice-story-richard-cottingham-20210502-mtau2536ifh2rf6hnjikrga3le-
story.html & Pastrana, Gonzalo: Richard Cottingham 'Torso Killer': El asesino en serie que mordía y
degollaba a sus victimas (2021) https://elcierredigital.com/investigacion/438339954/richard-
cottingham-torso-killer-asesino-serie-mordia-degollaba-100-vicitmas.html (Último acceso a estos
cuatro sitios: 11/08/21).
(109) P. ej., Alfredo Galán Sotillo (ver nota [82]) estilaba dejaba un naipe de copas junto a los
cadáveres. Todas esas cartas estaban marcadas con un punto azul.
(110) Una firma muy particular fue la dejada por el asesino serial de mujeres mexicano Jorge
Humberto Martínez Cortés, quién, después de matarlas, les cortaba el pelo y se llevaba un mechón
como trofeo. Así operaba «El Matanovias», Asesino Serial de Mujeres de la CDMX (2017)
https://www.scenacriminis.com/tag/jorge-humberto-martinez-cortes-es/ & Ibarra, Manuel: "El
Mata Novias": asesino en serie mata a sus parejas y les corta el cabello en la CDMX (2017)
https://www.sdpnoticias.com/nacional/asesino-novias-serie-mata-mata.html & “El Mata novias”:
el asesino serial que cortaba un mechón de cabello a sus víctimas como “trofeo” (2020)
https://www.infobae.com/america/mexico/2020/01/24/el-mata-novias-el-asesino-serial-que-
cortaba-un-mechon-de-cabello-a-sus-victimas-como-trofeo/ (Último acceso a estos tres sitios:
11/08/21).

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Perfiles Criminales: Historia, evolución y aplicaciones

la experiencia y que pueden ser de todo tipo (objetos personales o prendas de las
víctimas, hasta partes de sus cuerpos)-, son ejemplos característicos de la firma (111).

Todo aquello que no es necesario para cometer un delito, para producir el control
y/o muerte de la víctima debería ser registrado como firma. P. ej., una muerte
prolongada en el tiempo es un elemento de la firma: si descubrimos que una persona
tardó en morir, y que esto fue buscado premeditadamente por el asesino, tenemos
que considerarlo como parte de su firma (112). De igual manera, tal como lo
adelantamos, el tipo de víctima es siempre un elemento de la firma, ya que denota la
consistencia de un claro patrón en su selección (p. ej., mujeres jóvenes, guapas y
universitarias, de cabello oscuro, largo y lacio, parecidas a su madre y a su primera
novia, como le gustaban al violador y asesino serial Ted Bundy) (113).

En otros términos, la firma del delincuente “puede definirse como todas aquellas
conductas y actos accesorios al asesinato, que no son necesarios para matar [ 114] y
que nos hablan de la motivación final, del porqué se ha cometido ese crimen. Refleja
las necesidades psicológicas o emocionales que el criminal pretende satisfacer con la
realización de sus crímenes, siendo por lo tanto un reflejo conductual de su fantasía.
Es más estable que el modus operandi (…) que puede cambiar, y aunque su modo

(111) Por razones dramáticas, películas de mucho éxito como “El silencio de los
corderos/inocentes” (1991), hacen uso de firmas muy obvias, como en este caso la polilla en la
boca de las víctimas. En este filme, los patrones de los asesinos seriales fueron bien retratados: la
actuación de Ted Levine como el desquiciado asesino serial “Buffalo Bill” es paradigmática. Al
igual que la de Anthony Hopkins, como el psiquiatra antropófago Hannibal Lecter, al que cabe
caracterizar como un psicópata demente cuyo “estilo” de comisión de homicidios (planificados -
con víctimas conocidas- o espontáneos, p. ej., los policías a los que mata y mutila al huir de la
prisión) no permite considerarlo propiamente como un asesino en serie.
(112) Resumiendo lo hasta aquí dicho, las conductas de la firma suelen tener las siguientes
características: suponen un tiempo extra para su desarrollo en la escena del crimen; esos actos no
son necesarios para completar el crimen ni para matar; están relacionadas con expresiones de
necesidad, emociones, sentimientos o fantasías; hay menos racionalidad, de modo que son más
viscerales; suponen actos de comunicación entre el asesino y la víctima o entre el asesino y otras
personas.
(113) Theodore Robert Bundy, también necrófilo y antropófago. https://criminalia.es/asesino/ted-
bundy/ & Ted Bundy: detrás de la mente de un asesino serial (20y9)
https://www.muyinteresante.com.mx/sociedad/ted-bundy-historia-perfil-y-victimas-del-asesino-
serial-estadounidense/ & http://murderpedia.org/male.B/b1/bundy-ted.htm & Álvarez, Mónica
G: Ted Bundy, del despecho y la pornografía a la violación y el asesinato (2018)
https://www.lavanguardia.com/sucesos/20180629/45423576422/ted-bundy-violador-asesino-
en-serie-estudiantes-crimenes-pornografia-las-caras-del-mal.html (Último acceso a estos cuatro
sitios: 11/08/21).
(114) P. ej., para asesinar no es necesario torturar antes. Esta violencia permite al agresor expresarse,
representa su personalidad e incluye su estilo personal de la ejecución del delito.

Revista Pensamiento Penal (ISNN 1853-4554), agosto de 2021, No. 400 39


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de presentación puede variar, las necesidades que se cubren con ella se mantienen
constantes. Debido a la menor variación de la firma y que se considera un
componente más personal e individualizador de ese criminal, la firma es un
instrumento muy útil para la vinculación sobre todo de casos seriales que pueden ser
de la autoría de un mismo sujeto” (115).

Cuando se analiza esa conducta de firma, conjuntamente con el modus operandi,


podemos llegar a concluir qué es lo que motivó al delincuente a cometer el crimen:
venganza, ira, sadismo, sexo, lucro o mostrar lealtad a alguien (en el caso de
cómplices, generalmente mujeres de asesinos) (116). Y como gran categoría emocional
central, que puede existir como móvil preferente pero que se encuentra en todos los
asesinos en serie (y otros criminales como violadores) está el control, la necesidad de
dominar, de ser alguien diferente mucho más poderoso, de querer trascender la vida
convencional que se lleva y aspirar a ser algo más que un ser humano sometido a la
ética y a las leyes.

Como se advierte, dado que no estamos aquí ante delitos "comunes" (robos, hurtos,
etc.), sino ante crímenes ominosos, nos parece que los criterios generales ordinarios
del análisis delictual (p. ej., los dados en materia de "elección racional", de "patrones"
habituales y de "actividades rutinarias") (117) no resultan aquí de mayor utilidad (118).
Por caso, Clarke y Eck, también refiriéndose a "delitos comunes", han dicho que
"entender cómo los delincuentes cometen los delitos es igual de importante que
entender por qué los cometen" (119). Es correcto. Pero en perfilación el "por qué", al
cual siempre hay que considerarlo conjuntamente con su "para qué", son clave.

(115) Velasco de la Fuente, Paz: Dime como matas... y te diré quién eres (2015) https://cj-
worldnews.com/spain/index.php/es/criminologia-30/perfiles-criminales/item/2870-dime-
como-matas-y-te-dire-quien-eres (Último acceso: 10/08/21).
(116) Valga como ejemplo Cindy Hendy. Ver nota (24).
(117) Sepúlveda Scarpa, Martha: Introducción al Análisis Delictual, en “Conceptos”, Fundación Paz
Ciudadana, Chile, 2009, ps. 9/10 https://docplayer.es/20466666-Edicion-n-o-7-mayo-de-2009-
introduccion-al-analisis-delictual.html (Último acceso: 11/08/21).
(118) Huelga decir que hay delitos “específicos” que requieren de técnicas de investigación (y de
acción) también específicas, lo cual se proyecta, y a la vez concreta, en la perfilación criminal. Por
caso, en los '90 se inició la perfilación de grupos terroristas y de criminalidad organizada. Un
ejemplo concreto lo es el “Manual de Perfiles aplicados a la detección de víctimas y victimarios del
delito de trata de personas” dado por la Organización Internacional para las Migraciones en 2011.
https://www.corteidh.or.cr/sitios/observaciones/11/Anexo19.pdf (Último acceso: 11/08/21).
(119) Clarke, Ronald V. y Eck, John E.: 60 pasos para ser un analista delictivo, Center for Problem-
Oriented Policing & Instituto Nacional de Ciencias Penales, México, D. F., 2008, p. 79. De igual
modo y en esta materia, la llamada “teoría de selección racional”, que “sostiene que los delincuentes

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4.) Como venimos viendo, para realizar un perfil, quién se encarga de ello toma en
consideración, además de toda la información que le proporcionan otros
especialistas (forenses, policías), la escena del crimen, donde examina el modus
operandi y la firma del delincuente, así como el contexto situacional o geográfico del
crimen (120), pero también es muy importante la victimología (121). Al fin y al cabo, las
víctimas constituyen la razón última del asesino en serie. Éste anhela algo de ellas, ya
que le permiten convertirse en alguien mucho más poderoso, al tiempo que le
proporcionan placer sexual, desahogo de la ira o la ansiada venganza (o quizá
también dinero).

La victimología es de suma importancia para el analista porque enseña lo que busca


el asesino, es decir, el para qué o el porqué de sus acciones homicidas. O sea que,
conociendo a la víctima, podemos conocer al autor. Por caso, si se analiza la posible
relación entre las víctimas o características que comparten, con ello se puede tratar
de identificar al autor o a la posible siguiente víctima (dado el riesgo que corre, habrá
que alertarla y seguramente custodiarla).

En el caso de que la víctima esté viva, ella puede dar información relevante acerca
de los hechos ocurridos. La información que siempre se debe obtener es: domicilio,
actividades, reputación en el trabajo y en el vecindario, descripción física hasta de su
ropa el día del incidente, su estado civil, hijos, otros parientes, nivel de educación,
situación financiera, datos y antecedentes de la familia, historial médico y
psicológico, temores, estilo de vida, hábitos personales, hábitos sociales, uso de
sustancias psicoactivas, pasatiempos, amigos y enemigos, cambios recientes en su
estilo de vida, cualquier juicio en tribunales, antecedentes, la última vez que fue vista,
edad, etc.

siempre buscan beneficiarse cuando cometen un delito. Estos beneficios pueden no ser
simplemente materiales, como sucede en el robo, ya que hay muchos otros tipos de beneficios del
delito, éstos incluyen liberación de tensión sexual, intoxicación, emoción, venganza, respeto de los
compañeros y más. Una línea importante de prevención situacional del delito es, por tanto,
entender los beneficios que cada categoría de delito ofrece y encontrar formas de reducirlos o
eliminarlos” (p. 221), es aquí de escasa utilidad, pues lo que “buscan” los psicópatas y los asesinos
de que venimos tratando es la satisfacción de sus alteradas necesidades emocionales.
(120) P. ej., incidentes que ocurrieron en lugares muy próximos unos de otros.
(121) La victimología, en términos muy generales, es la ciencia que estudia a la víctima en todas sus
dimensiones, tanto razones, formas y consecuencias de la victimización, como las formas de
reparación y atención tanto clínicas como gubernamentales. Sin embargo, su implementación
dentro de la perfilación criminal se limita a determinar las características de la víctima y las causas
de su victimización a partir de las cuales se pretende deducir características del autor del delito.

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5.) Pero si la victima está muerta, la escena del crimen y la autopsia psicológica (o autopsia
criminológica) podrán contar la historia. La autopsia psicológica es un análisis
retrospectivo de la víctima (una perfilación suya), que permita reconstruir lo más
ampliamente posible su personalidad y su estado psíquico. Se la emplea para buscar
esclarecer el relato auténtico de los hechos en casos de muertes de origen dudoso,
distinguiendo si éstas fueron producto de fenómenos naturales (p. ej., un fallo
cardíaco) o bien el resultado de un accidente, de un suicidio o de un homicidio.

Dicho en pocas palabras, la autopsia psicológica intenta recrear la personalidad y el


estilo de vida de la víctima, así como las circunstancias que rodearon su muerte. El
procedimiento consiste en visitar el lugar del hecho, entrevistar a amigos, familiares
y compañeros del fallecido, analizar todo tipo de registros y documentos (p. ej., pudo
haber marcado recientemente un pasaje de algún libro, que resulte significativo para
el caso), y cruzar la información resultante para tratar de obtener la información más
fidedigna, que debe abarcar los mismos elementos antes citados para la víctima que
está viva, atendiendo a los datos biográficos y rasgos psicológicos que dejaba la
víctima en cada situación que vivió. P. ej., si la investigación de un supuesto suicidio
se plantea dentro de un contexto en el que se observan en la escena del hecho rastros
de lucha, uñas rotas de la víctima (acciones defensivas), y, en su autopsia psicológica
se descubre que era una persona alegre, sin antecedentes depresivos, con una vida
social y familiar estable, es muy probable que se trate de un suicidio simulado.

6.) En cuanto al perfil geográfico, es sabido que todos tenemos un “mapa geográfico”
en la mente en el que figuran los caminos y rutas que seguimos en el transcurso de
las actividades rutinarias: ir al trabajo, a casa, a los lugares de ocio, etc. Los
delincuentes no son diferentes, y cuando cometen sus crímenes están constreñidos
por los lugares que conforman su vida ordinaria. Los agresores sexuales y asesinos
en serie, cuyos delitos son claramente premeditados y planificados, muestran una
tendencia a actuar dentro de un radio de en torno a los dos kilómetros de su lugar
de residencia, que generalmente es su base para cometer los crímenes. La razón es
que no quieren actuar muy lejos de sus casas porque se alejarían en exceso de su base
de operaciones, donde se encuentran seguros; pero tampoco quieren delinquir muy
cerca de ella por temor a ser reconocidos por gente que luego pudiera dar
información valiosa a la policía. El lugar preferente para cometer los crímenes se
denomina zona de confort (su “coto de caza”), y la distancia que dejan desde su vivienda
hasta el comienzo de esa área de confort se llama zona de seguridad.

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Estos ámbitos hemos de entenderlos como segmentos de una circunferencia en cuyo


centro se halla la residencia del criminal (122). Es alguien que sale a cazar y luego
vuelve a la madriguera. Busca cometer sus crímenes acechando en su zona de
confort, actuando en diferentes lugares a lo largo de una circunferencia imaginaria
que deja en su interior su zona de seguridad.

Ahora bien, determinados criminales prefieren marcharse lejos del lugar en donde
viven a cometer sus crímenes. Se trata de los “viajeros”: consideran a otra población
como su base de operaciones, se familiarizan con ella, localizan lugares donde
sentirse seguros (en su vehículo o en un hotel, o en una calle determinada donde
pasan desapercibidos) y empiezan a seleccionar a las víctimas y a atacarlas ( 123). La
orografía del lugar cuenta. Un asesino que viva en una zona rural puede viajar más
que otro que viva en una ciudad para seleccionar a sus víctimas. La existencia de
medios de transporte rápidos y la posesión de un vehículo también pueden influir
en la decisión de dónde se van a cometer los crímenes, así como en el hecho de si se
desplaza a la víctima antes de ser asesinada (o violada), o si se deposita el cadáver en
un lugar distinto del que se produce la agresión (124).

Ilustramos con dos gráficos tomados del libro de Garrido Genovés (ps. 320 y 301)
que venimos citando.

(122) Cuando se debe analizar y/o se quiere establecer el Perfil Geográfico de un agresor serial, se
debe indicar en un mapa todos los lugares donde ha cometido sus actos. Tomando como referencia
los dos lugares más alejados, se traza un círculo en donde, dentro de este no se haya cometido
ningún acto (no tiene por qué coincidir con el centro) y ahí se encuentra la “zona de seguridad”
del agresor. La “zona de seguridad” en la perfilación criminal puede ser definida como la
delimitación geográfica en la cual el agresor se siente seguro por diferentes motivos. Un perfil
geográfico es de gran ayuda para refinar el perfil de la escena del crimen, ya que lo que se intenta
es generalizar la vinculación de la localización de la escena del crimen con la posible residencia del
agresor, además de ayudar a formular el mapa mental. Teniendo información del mapa mental de
una persona, se puede inferir cuál es su rutina o ruta favorita de transporte.
(123) P. ej., el asesino serial ruso Andrei R. Chikatilo asechaba y elegía a sus víctimas entre la multitud
en estaciones ferroviarias y en paradas de autobús.
(124) El asesino también puede disponer de una residencia móvil, lo que complica más las cosas.
Como fuera, en lo referente a la escena principal del hecho, Gómez Padilla, I. M., ob. cit. en la nota
(21), lo desarrolla como sigue: el criminal puede atrapar a la víctima “en un sitio, torturarla en un
segundo, matarla en un tercero y trasladarla a un cuarto para abandonarla allí. En cualquier caso,
la escena principal es donde la muerte o agresión de mayor importancia y el resto son secundarias.
Generalmente es en la primaria donde hay más transferencia entre el asesino y su víctima, por lo
cual suele ser en la que hay más evidencias psicológicas y físicas”.

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Modelo del círculo en el perfil Perfil geográfico de los crímenes de


geográfico Dennis Rader, alias BTK (125), por lo
que respecta a los sitios donde se
(◊ = residencia del sujeto) hallaron los cuerpos de sus víctimas. Su
residencia estaba en Park City, señalado
con una estrella.

En función de todo lo hasta aquí expuesto, precisando conceptos, y partiendo de un


lema de Douglas (“si quieres conocer al artista, primero debes conocer su obra”) a
los fines de “dar sentido a lo incomprensible” (Russel), en lo que hace a la perfilación
criminal deductiva, podemos ahora conceptualizarla con mayor exactitud, y con ello,
definir su alcance y campo de aplicación.

c.) La perfilación deductiva. Su utilidad en la investigación penal.

La técnica del perfil criminológico es una herramienta complementaria de la


criminología forense, orientada a facilitar la investigación del crimen y a la captura
del culpable. Esta técnica se emplea para establecer las características de un
delincuente desconocido a partir de las señales en la escena del crimen (126)

(125) Garrido Genovés, V., ob. cit., ps. 171 y ss.; https://criminalia.es/asesino/dennis-rader/ &
García, Andrés: BTK: el asesino en serie que sembró el terror en Kansas durante más de una década (2021)
https://www.cope.es/programas/la-noche-de-adolfo-arjona/noticias/btk-asesino-serie-que-
sembro-terror-kansas-durante-mas-una-decada-20210517_1290745 (Último acceso a ambos sitios:
11/08/21).
(126) En lo que respecta a la actuación de los investigadores en tal lugar, lo hemos tratado en nuestro
ensayo Escena del crimen y cadena de custodia. Análisis (comparativo) de parte de la normativa sudamericana y
argentina (2018)

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(atendiendo a su modus operandi y firma, con más el perfil geográfico) y en la víctima,


que se integra con concepciones psicológicas, cualquiera que fuere el delito cometido
(127), requiriendo de una labor inter o multidisciplinaria y de elementos adecuados
(computadora, base de datos, etc.).

Se trata entonces de una estimación acerca de las características biográficas y del


estilo de vida del responsable de una serie de crímenes graves y que aún no se ha
identificado, que intenta proporciona a los equipos de investigación información
específica en torno a la personalidad del agresor, predice sus estilos de vida, y hasta
la edad y el sexo y/o género.

Entonces así, es una técnica probabilística, que persigue cuatro tipos de resultados:
1°) Lo distintivo del crimen o lo que lo hace único; 2°) Estimar la repetición de
crímenes tanto de agresores como de posibles víctimas, fundamentalmente para
intentar evitar nuevos crímenes y lograr atrapar al agresor; 3°) Análisis de la
vinculación entre diferentes crímenes; 4°) Características psico-sociológicas del
agresor, y 5°) Lugar de residencia o base de actuación.

Por lo tanto, se trata de detectar patrones que permitan hallar a los responsables de
crímenes sin resolver, y para ello, dado que se trata de vincular determinados
crímenes semejantes, se entiende que la perfilación criminal únicamente puede
aplicarse con rigor científico en situaciones donde un hecho se ha repetido al menos
tres veces. Y, además, el perfil es dinámico. Es decir, no es inamovible: puede
cambiar, modificarse y/o evolucionar cada vez que se obtengan nuevos datos. O sea
que debe ir absorbiendo la nueva información que va surgiendo en el proceso
investigativo y reelaborase o complementarse a medida que se avanza, propendiendo
a la delimitación de las hipótesis investigativas.

También de lo anterior, resulta que la perfilación criminal sirve para estudiar la


posibilidad de que dos o más crímenes estén vinculados o relacionados. Aquí el

http://www.pensamientopenal.com.ar/doctrina/47102-escena-del-crimen-y-cadena-custodia-
analisis-comparativo-parte-normativa-sudamericana (Último acceso/11/08/21).
(127) Efectuar el perfil de criminales desconocidos consiste en un proceso de interpretación de la
evidencia forense, que incluye observar la escena del crimen (esto también incluye a la evidencia
allí recolectada, y en su caso, peritada; los croquis, etc.), y el estudio individual del agresor y la
víctima: partiendo de los patrones de conducta se deducen las características del agresor, la
demografía, emociones y motivaciones. Es necesario leer todo el expediente, mirar todas las
fotografías, todas las que se tomaron, no sólo las que están en el expediente, sino también las
tomadas en la autopsia. Lo mismo con las autopsias: hay que buscar las lesiones, fijarse en su
naturaleza de acuerdo a lo que escribió antes el perito médico. Las manchas de sangre también son
importantes.

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problema está en ser capaces de afirmar que un asesino o violador (o cualquier otro
tipo de delincuente que actúe de modo serial) muestre un patrón en todas esas
escenas, de tal modo que podamos vincular esas escenas a un único autor (realizar
un perfil sobre el autor de los asesinatos puede ayudar a determinar si estamos ante
un asesino en serie o ante asesinos inconexos). Este presupuesto es el que
fundamenta el llamado “análisis de vinculación”. O sea que la perfilación criminal
permite, mediante el conocimiento del delincuente, dirimir si dos actos
aparentemente inconexos han podido ser realizados por el mismo sujeto. ¿Cómo es
posible? Conociendo la personalidad y el modus operandi así como también
características extrínsecas e intrínsecas del autor (firma, pulsiones [128], etc.) se puede
llegar a determinar si dos o más actos tienen conexión.

El objetivo de la perfilación criminal no es señalar al culpable (como lo harían las


técnicas criminalísticas, como, p. ej., si utilizando la dactiloscopia, se encontrara una
huella dactilar en un arma homicida y por ende se sabría, al menos, quién ha
empuñado dicha arma), sino eliminar sospechosos, de manera argumentada y científica, para
poder disminuir las pesquisas y llegar al verdadero o verdaderos delincuentes. Se trata de
identificar un tipo de persona (no una persona en particular) para orientar la
investigación y la captura. Determinar qué tipo de persona pudo haber cometido el
crimen de la manera en que se efectuó: “quién” pudo haberlo hecho.

O sea que, al terminar el perfil, el objetivo no es encontrar al agresor -con nombre y


apellido (en ocasiones puede que sí, si el perfil es claro y únicamente un sospechoso
encaja en él)-, sino presentar una relación de características conductuales, cognitivas,
personales, geográficas y puede que incluso físicas. Por ello, la perfilación criminal
no resuelve casos por sí misma. Sino que apunta “a quién” buscamos, en aras de que
se pueda llegar a lograr que, en algún momento, ese “quién” sea “alguien” y se
proceda a su captura.

Eliminar sospechosos es, pues, el objetivo principal de la perfilación criminal, pero


existen otros muchos más específicos. Se ha dicho que considerase la posibilidad de
conectar actos violentos es uno de ellos (creemos que esto forma parte de su propia

(128) Pulsiones, en sentido psicoanalítico. Laplanche, J. y Pontalis, J.-B., ob. cit., p. 324: “Proceso
dinámico consistente en un empuje (carga energética, factor de motilidad) que hace tender al
organismo hacia un fin. Según Freud, una pulsión tiene su fuente en una excitación corporal
(estado de tensión); su fin es suprimir el estado de tensión que reina en la fuente pulsional; gracias
al objeto, la pulsión puede alcanzar su fin”.

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técnica). Así como también lo es obtener el análisis psicológico del autor, y dentro
de este, su estado psicológico durante la realización del crimen.

Además, el perfil criminal es una herramienta que ayuda a obtener información


específica del delincuente, encaminando y/o agilizando la investigación, y, después
de su captura, brinda información a los funcionarios acerca de la manera más
adecuada de interrogar sospechosos. Y como el perfil ayuda a conocer ante qué tipo
de personas nos enfrentamos, esto puede usarse antes de su captura, p. ej.,
provocando al agresor en los medios de comunicación, con el fin de que dé señales,
y aún que aparezca en algún lugar que es custodiado.

De allí su manifiesta utilidad en el marco de la investigación penal, esto es -en general


y en términos de Derecho Penal y de Derecho Procesal Penal-, averiguar los hechos
delictivos que fueran denunciados o conocidos y reunir los elementos que permitan
probar la individualización de los presuntos autores, cómplices o instigadores, a fin
de presentar formal acusación y, en su caso, aplicar las penas o medidas de seguridad
que legalmente correspondan.

Y así, de acuerdo con lo hasta aquí expuesto, podemos concluir este ensayo
señalando que “si bien los perfiles son una herramienta útil, no son el resultado de
encantamientos mágicos ni son siempre fidedignos por lo que no se deben tomar
literalmente, es decir, que la investigación no se limitará a las personas que tengan
las características indicadas en el perfil criminal” (129). A cuyos fines, en la tarea de
“dar sentido a lo incomprensible” (130), tal vez resulte útil aquella máxima de Sherlock
Holmes según la cual “cuando se ha excluido lo probable, lo que queda, por más
extraño que parezca, debe ser la verdad” (131).

(129) Vaca Cortés, J. y Dzib Aguilar, P., ob. cit., p. 132.


(130) Se dice que esa es la especialidad de los agentes del Análisis de Comportamiento del FBI (ver
nota [16]), y por extensión, puede decirse, de todo perfilador criminal.
(131) Meyer, Nicholas: Elemental Dr. Freud. Solución al siete por ciento, Emecé Editores, S.A., Bs. As.,
1975, p. 197. Según otra traducción: “Cuando eliminas toda solución lógica a un problema, lo
ilógico, aunque imposible, es invariablemente lo cierto”.

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