Dentro Del Laberinto Acto 1.2 PDF

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DENTRO DEL LABERINTO

ACTO I

NARRADORA: (Aparece entre el público buscando a Ágatha, gritando su nombre)


¡¡¡Ágatha, Ágatha!!! Pero dónde se habrá metido? Nunca viene cuando la necesito.
(dirigiéndose al público) Quizá la habéis visto. Es una perrita Dálmata, blanca con
manchas negras, como todos los dálmatas, claro... ¿Ha pasado por aquí? ¿La habéis
visto?
¡Venga! Ayudadme a llamarla. ¡¡Ágatha!! ¡¡Ágatha!!

(Al ver que no aparece la narradora sube al escenario y pide silencio con gestos)

Bueno parece que no va a venir, tendré que contar la historia yo sola. Porque habéis
venido a escuchar una historia, ¿verdad?

PÚBLICO: ¡¡¡Síiiiiiiii!!!

NARRADORA: (sentándose en el borde del escenario) Vale, ¡bien! A ver... ¿cuál toca
hoy? Ehhh sí, ya sé, la del laberinto. “Dentro del laberinto” así se llama.

Bien , Pues... Érase una vez, una chica llamada Sarah...

(en ese momento se escucha a Ágata desde fuera rascando la puerta con mucho énfasis)

NARRADORA: ¡Un mometo! (mirando hacia la puerta) Ya está, es Ágata.... siempre


tan oportuna (mientras se levanta y se dispone a ir a abrir la puerta)

¡¡¡Ágatha!!!

ÁGATHA: (muy excitada y un poco mojada) ¡¡¡Hola, hola, hola, hola!!! (mientras
monta sus patas a los muslos de la narradora) Está lloviendo, hace frío y esta tronando...
ayyyy ¡¡qué miedo!!

(acto seguido se dirige corriendo hacia el público y se restriega con ellos para secarse.
También se revuelca en el suelo de espaldas)

NARRADORA: (Algo enfadada) Ágatha, ¡¡ven aquí ahora mismo!! ¡¡¡Ágatha!!!

(Ágatha y la Narradora se sientan en su rincón)

ÁGATHA: ¿Sabes? Es que me dan mucho miedo los truenos...

NARRADORA: ¿Y para que sales si sabes que está lloviendo?!!

ÁGATHA: Pues porque me gusta mojarme, es divertido.

NARRADORA: Ya. Y después me ensucias toda la casa...

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ÁGATHA: (Hace un larga mueca mirando a Narradora y público)
NARRADORA: Mira que teee... (con la palma de la mano amenazante y
conteniéndose)

ÁGATHA: Bueno... Historia, historia, historia, historia, historia, historia, historia....


(mirando al público tratando de que lo digan también)

NARRADORA: (Calmando al público con gestos) Sí, historia. ¿¿Sabes que ya había
empezado sin ti??

ÁGATHA: ¿¿Síiii?? Noooo...

NARRADORA: Pues sí. Bueno, solo un poco...

ÁGATHA: ¿Qué historia es? ¿cuál toca hoy?

NARRADORA: La del laberinto.

ÁGATHA: ¿La de Sarah?! (haciendo palmas con las manos)

NARRADORA: Sí, esa misma.

ÁGATHA: Me gusta, muuuy chula. (con convicción), aunque creo que ya no me


acuerdo mucho, pero bueno da igual.... ¡¡Venga, sigue, sigue!!

NARRADORA: Bueno, tú me ayudas en lo que puedas.

ÁGATHA: (asiente fuertemente varias veces)

NARRADORA: Ok, a ver como era... A sí, íbamos por el principio.

Érase una vez una chica llamada Sarah que vivía con su padre, su madrastra y su
hermana pequeña Luna.
A Sarah le encantaba leer, sobretodo novelas de fantasía como el Magö de Oz, Harry
Potter o el Señor de los anillos. Pero últimamente andaba un poco enfadad porque sus
padres le hacían quedarse a cuidar de Luna casi todos los fines de semana y claro, ella
también quería quedar con sus amigos.

ÁGATHA: ¡¡Claaaro!! (mirando a la Narradora y al público)

NARRADORA: Claro. Pues un día iba Sarah por el parque recitando el papel de uno de
sus personajes preferidos cuando... ¡Mira! Por ahí va... (señalando a Sarah que sale de
entre el público)

(Ágatha gira su cabeza hacia el público con curiosidad)

SARAH: (con una diadema similar a las que suelen llevar las princesas, aparece desde
el público caminando algo distraída. Saca del bolsillo trasero de su pantalón un libro y
empieza a recitar)

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“Dame a la niña, dame a la niña... Por increíbles peligros e innumerables fatigas, me he
abierto camino hasta el castillo más allá de la ciudad de los goblins, para recuperar a la
niña que me has robado. Porque mi voluntad es tan fuerte como la tuya y mi reino igual
de grande...” (se queda pensativa tratando de recordar y en voz más baja repite)
“porque mi voluntad es tan fuerte como la tuya y mi reino igual de grande...”

¡Vaya, nunca consigo recordar ese fragmento! (enfadada. Se rinde y mira el libro. Lee)
“No tienes pode sobre mí” (con tono derrotista)

(De repente suena el reloj que hay en una plaza cercana. 7 toques)

SARAH: ¿¿Qué?? ¡¡Ooooh no!! ¡Es imposible, ya son las 7??!!!

(Sarah sale corriendo dando un vuelta entre el público diciendo “déjame pasar que
llego tarde por favor” hasta que llega a la subida de la escalera del escenario. Allí la
espera su madrastra con cara de enfado)

MADRASTRA: (enfadada y de brazos cruzados) ¡Llegas una hora tarde!

SARAH: Lo siento, estaba en el parque y no me di cuenta.

MADRASTRA: Ya, pero es ya la tercera vez. Siempre te pasa lo mismo

SARAH: Ya, ¿y por qué no le pedís a otra persona que cuide de Luna?! Siempre tengo
que ser yo.

MADRASTRA: Sabes que solo te lo pedimos a veces, cuando no trastoca tus planes

SARAH: ¿A veces? ¡Pero si salís todos los fines de semana! ¡¡No es justo!!

MADRASTRA: Bueno, pues si has quedado con alguien nos lo puedes decir. De hecho
a tu edad deberías salir con alguien...

SARAH: (subiendo enfadada las escaleras y dirigiéndose a su habitación) ¡Sí, claro... y


qué más?!! Nunca hago nada bien hecho, ¿verdad?!!! (se tumba en su cama boca abajo)

MADRASTRA: Pero... ¿qué he hecho ahora?

PADRE: (saliendo a escena con gesto de sonrisa forzada y bajando las escaleras para
unirse a la Madrastra) Pero ¿qué ocurre ahora?? Siempre peleando jejjeje

MADRASTRA: Yo no sé, haga lo que haga me trata como a una horrible madrastra de
cuento de hadas.

PADRE: Dale tiempo, se le pasará. (Alzando la voz) ¡Sarah!! Ya hemos dado de cenar a
Luna y la hemos acostado, regresaremos hacia media noche, ¿de acuerdo?!!! (Pausa)
¿Sarah?!!!

SARAH: (gritando enfadada) ¡¡Vale, vale, sí!!! ¡¡Te he escuchado!!


(Los padres salen por la puerta bien orgullosos y altivos)

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ÁGATHA: Madre mía... ¿Siempre le toca a ella quedarse con su hermana??

NARRADORA: Sí, más o menos...

ÁGATHA: ¡Pos no es justo!

NARRADORA: Ah, ¿no es justo? Y ¿qué sería lo justo?

ÁGATHA: Pos no sé, pero yo me iría con mis amigas.

NARRADORA: ¿Y dejarías sola a Luna? Es un bebé

ÁGATHA: Pos...

NARRADORA: No se dice pos. Se dice pues.

ÁGATHA: (Algo excitada) Vale, vale, sí. Pueeees invitaría a mis amigas a casa para no
estar sola. Sí, ¡ya está! ¡¡Es un plan perfecto!! Vamos, vamos a contárselo a Sarah.
(haciendo un ademán de acercarse a Sarah)

NARRADORA: (Agitada) Pero, ¡espera! ¡¡Quieta!! Es una historia, no debemos


interferir en ella. Relájate un poco anda. Vamos a ver que hace Sarah.

ÁGATHA: Pero se lo pasaría muy bien y no estaría sola...

NARRADORA: (Con decisión) Ni peros, ni nada. ¡Vamos a contar la historia como es!
¡¡Hombre!!

ÁGATHA: (conformándose) Vale, sí, tienes razón, mejor no cambiar el cuento. Pero si
fuese yo habría...

NARRADORA: (mandando callar a Ágatha mientras Sarah cambia de posición en su


cama) ¡¡¡Ssssssh!!! (y a continuación señala a Sarah)

SARAH: (Colocándose boca arriba en la cama y mirando su muñecos) ¡¡Smaug!!


¿Dónde está Smaug?! ¡Lo odio, odio que toquen mis cosas! Dónde puede estar... (se
acerca a la cuna de Luna) ¡Aquí! Ahhh, pero por qué tocas mis cosas, a ver, ¿por qué?!
(Coge a Smaug de un fuerte tirón y se abraza a él)

(Luna se despierta llorando a causa de los gritos de Sarah y del tirón)

SARAH: Ahh. Muy bien y ahora toca llorar un rato, ¿no?! ¡Anda calla y duérmete!

(Luna sigue llorando y con más intensidad)

SARAH: ¡He dicho que te calles! ¡Ya está bien! Ya tengo suficiente con tener que
quedarme aquí obligada.

(sigue llorando)

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SARAH: (Deseperada) A veeer... ¿qué quieres?! ¿Quieres escuchar una historia?
¿Ehh?? ¿Eso es lo que quieres?
Pues resulta que había una vez una jovencita cuya madrastra la obligaba siempre a
quedarse en casa cuidando de su hermana. Su hermana era una niña mimada, lo quería
todo para ella y la jovencita era prácticamente una esclava. Pero lo que nadie sabía era
que el Rey de los goblins se había enamorado de la chica y le había dado ciertos
poderes. Así que una noche cuando ya estaba demasiado cansada de escuchar llantos de
bebé, llamó a los goblins pidiendo ayuda.

(XUMBO, WUMBO, TRINA, TUNA Y LUPO se encuentran entre el público escondidos


bajo mesas)

TRINA: ¡Escuchad!

SARAH: (poniendo un gesto intrigante y atemorizador) Di las palabras correctas dijo el


goblin, nos llevaremos al bebé a la ciudad de los goblins y tú serás libre.

LUPO: Creo que va a decir las palabras...

SARAH: Pero la chica sabia que el Rey de los goblins se quedaría al bebé en su castillo
para siempre, para siempre, para siempre. Y lo convertiría en un goblin. Y por ello la
chica sufría en silencio. Hasta que una noche cuando la chica estaba cansada después de
un largo día de trabajo en casa y herida por las duras palabras de su madrastra, no tuvo
más fuerzas para aguantar... (acercándose a la cuna de Luna)

(luna llora con más fuerza)

SARAH: (Sacando y/o cogiendo a Luna de la cuna en brazos) Vale, está bien, de
acuerdo... ¡Basta, basta ya! ¡O digo las palabras!
Noo, no debo hacerlo, no debo decirlas...
Ojalá... ojalá...

XUMBO: ¿Lo ha dicho ya??

WUMBO: (es un poco bobo) ¿El qué??

TRINA: ¿Las palabras?

TUNA: ¡Sí, las palabras!

WUMBO: ¿Qué palabras?

LUPO: ¡¡¡Callad!!! ¡Va a decir las palabras!

(Luna sigue llorando)

SARAH: ¡¡Ya no puedo más!!(levantando a Luna hacia arriba) Rey de los goblins,
Rey de los goblins, si estás por aquí, llévate a esta niña bien lejos de mí.

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XUMBO: (decepcionado) ¡¡No es así...!!

TRINA: Pero, ¡dónde ha aprendido esa idiotez!

TUNA: Sí, la frase no empieza por “Rey de los goblins...”

WUMBO: (bobo) ¿¿Ya lo ha dichooo...??

TODOS (4): ¡¡¡Cállate!!!

(Wumbo se tapa la boca con las dos manos)

SARAH: Luna, ¡¡¡basta!!! (bajando a Luna) Ojalá supiera que decir para hacer que los
goblins se te llevaran.

LUPO: ¡Ojalá vinieren los goblins y se te llevaran ahora mismo!

TRINA: Síiii, ¡no es tan difícil!!

TUNA: Nooo, nada difícil. Facilísimo...

XUMBO: Que lo diga, que lo diga...

TODOS (4): (Animando al público a que lo diga) que lo diga, que lo diga, que lo diga....

LUPO: (Mandando callar a todos, sobre todo al público) ¡¡¡SSSHHHhhhhh!!!

WUMBO: (bobo) ¿¿¿Ya lo ha dichoooo...???

TODOS (4): ¡¡¡Cállate!!!

SARAH: (vuelve a dejar a Luna en su cuna y se aleja hacia el interruptor mientras


Luna sigue llorando) (con actitud derrotista) Ojalá vinieran los goblins y se te llevaran.
Ahora mismo

(apaga la luz y el llanto de Luna cesa).

(Sarah se asusta se asusta y trata de encender de nuevo las luces)

SARAH: (preocupada) ¿¿Luna?? ¿Luna?!! ¿¿Luna estás bien??

(Sarah se acerca a la cuna y descubre el edredón para ver que Luna ya no está. En ese
momento suena una música “Wizard” y una luz empieza a revolotear por la sala hasta
que se posa en la ventana, justo antes de que aumente el volumen de la música. La luz
que revoloteaba desaparece y en su lugar vemos a Jareth, que acaba de entrar a escena
con dos linternas pegadas a sus antebrazos que al mover realiza un juego de luces en
zig- zag. La música termina y Jareth deja de mover sus brazos)

SARAH: (atónita) Eres tú. Tú eres el rey de los goblins.

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JARETH: ¡Así es!

SARAH: Devuélveme a mi hermana por favor, no hablaba en serio...

JARETH: Lo dicho, dicho está.

SARAH: Pero si no hablaba en serio...

JARETH: (con ironía) ¿No me digas? Sarah vete a tu cama juega con tus juguetes y tus
disfraces y olvídate de la niña.

SARAH: No puedo...

JARETH: Te he traído un obsequio (sacando un bola de cristal su bolsillo)

SARAH: ¿Qué es?

JARETH: Es un bola de cristal, pero si miras atentamente en su interior te mostrará tus


sueños. Pero claro, este no es un regalo para una chica corriente que se preocupa por
una niña llorana. ¿Lo quieres?? (se produce una pausa en la que se ve dudar a Sarah)
Pues olvídate de la niña...

SARAH: No puedo. No es que no aprecie lo que intentas hacer por mi. Pero quiero que
vuelva mi hermana, debe estar muy asustada.

JARETH: (Subiendo el tono de voz) ¡Sarah! ¡¡No me desafíes!! No eres rival para mi.

SARAH: (muy asustada) Pero tengo que hacer que vuelva mi hermana...

JARETH: (Señalando a la ventana) Está allí, en mi castillo (Sarah se acerca a la


ventana para ver mejor el castillo y el laberinto) ¿¿Aún quieres ir a buscarla??

SARAH: (más sosegada) ¿Es ese el castillo más allá de la ciudad de los goblins?

JARETH: Regresa Sarah... regresa antes de que sea demasiado tarde.

SARAH: No puedo, no entiendes que no puedo...

JARETH: (sarcástico) Qué lástima...

SARAH: No parece estar tan lejos...

JARETH: Está más lejos de lo que crees. El tiempo es breve... Tienes 13 horas para
cruzar el laberinto antes de que tu hermanita se convierta en una de nosotros para
siempre. Una auténtica penaa... (Jareth sale de escena)

SARAH: (concentrada) El laberinto... No parece tan difícil... (y sale de escena por el


lado de la ventana como dirigiéndose a las puertas del laberinto)

ÁGATHA: Madre mía, qué miedo da el Jareth ese, ¿¿nooo??

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NARRADORA: Sí, él da miedo para que los demás se asusten y le hagan caso, ¿sabes?
Es su forma de ser.

ÁGATHA: Pues lo consigue, lo consigue... sí, sí.... al menos a mí me ha dado mucho


miedo, con sus trucos y todo eso... ¿Y ahora qué va a pasar? No me acuerdo, ¿sabes?

NARRADORA: Normal, se te olvida todo

ÁGATHA: No, todo no (enfadada de brazos cruzados)

NARRADORA: (con tono cariñoso y acariciando a Ágatha) Bueno, todo no... solo
algunas cosas...
Pues ahora Sarah entrará al laberinto e intentará llegar al centro, que es donde se
encuentra el castillo. Y por el camino se encontrará con... ¡¡Ehhh!! Espera, creo que
estoy empezando a hacer spoiler, mejor lo vemos ¿no?

ÁGATHA: Sí, sí, ¡claro!

NARRADORA: (dirigiéndose al público) ¿¿Lo vemos?? ¿Sí? ¿¿O no??!!

PÚBLICO: ¡¡¡Síiiiiiiiii!!!

FIN DEL ACTO I

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