Los Tres Pelos de Oro Del Diablo
Los Tres Pelos de Oro Del Diablo
Los Tres Pelos de Oro Del Diablo
1
(Juan y Princesa dan un salto en el sitio. El Rey ni se inmuta).
REY.- Cuntas veces le habr dicho a tu padre que no pruebe las judas para desayunar.
Vamos hija, este ratoncito tiene miedo.
JUAN.- Ir hasta la casa del diablo y le traer tres pelos de oro.
REY.- Y un saco de oro.
PRINCESA.- Mam!
REY.- Hija, pareces una charanga de msica; todo el da con el pap, pap, pap, tarar,
pap
(Suena una charanga de msica).
Silencio!
(Se detiene la msica).
Pues ni una palabra digamos de ms. Y dale recuerdos al diablo cuando le veas. Vamos, hija!
PRINCESA.- Me gustara despedirme de l.
REY.- Cuando regrese de su viaje ya le dirs lo que quieras.
JUAN.- Cuando regrese de mi viaje te querr an ms.
(El Rey coge a su hija de la mano y sale a rastras con ella, que hasta que sale no deja de
mirar a Juan y ste a ella; as es el amor!).
JUAN.- Y ahora hasta la casa del mismsimo diablo. Menudo da!
(Sale Juan. Entra el Presentador).
PRESENTADOR.- Nuestro amigo Juan camin durante varios das. Su misin era ya de todos
conocida, pues ya se sabe que la mala suerte de los dems corre de boca a oreja, an ms
rpido que el viento.
Tanto camin que lleg a la frontera del pas vecino
GUARDIA.- (En off). Tanto hablar, tanto hablar Podras ayudarme con la barrera.
PRESENTADOR.- Bueno, bueno; voy.
(Sale el Presentador y al poco entra con el Guardia y juntos arrastran una barrera roja
y blanca, en la que puede leerse un cartel que pone frontera).
GUARDIA.- Es que me obligan a llevrmela a casa cuando termino el turno, para que nadie
la robe.
PRESENTADOR.- Juan est a punto de llegar. Me voy.
GUARDIA.- Y yo me quedo.
(Sale el Presentador).
(Entra Juan).
GUARDIA.- (Tose para aclararse la voz).
Alto!, nadie puede entrar al Pas del Diablo.
JUAN.- Es que debo pasar.
GUARDIA.- Qu fastidio!, y yo no te puedo dejar pasar; qu hacemos?
JUAN.- Yo paso y usted no mira.
GUARDIA.- Slo si resuelves un problema: dime por qu la fuente de la plaza de mi pueblo,
de la que antes manaba vino, ahora no da ni agua.
JUAN.- Cuando regrese de mi viaje te dar la respuesta.
GUARDIA.- De acuerdo, pero espera a que mire hacia otro lado.
(El Guardia deja de mirar a Juan y observa la lejana).
Pasa ya, antes de que te vea.
(Juan levanta la barrera, pasa por ella y sale de escena).
(En cuanto sale Juan, el Guardia se pone a arrastrar la barrera para sacarla de escena.
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Entra el Presentador y lo ayuda).
PRESENTADOR.- Ms rpido, que Juan est a punto de llegar a la casa del diablo.
GUARDIA.- Malo, eso est en el Valle del Infierno.
(Suena un trueno).
Mal asunto, ya te lo digo yo!
(Salen ambos con la barrera).
(Entra una Bruja que arrastra dos sillas y mientras habla las coloca en escena).
BRUJA.- Una bruja de mi categora sirviendo a un demonio del tres al cuarto.
(Sale y entra arrastrando una mesa con un mantel que llega hasta el suelo).
Mi talento desperdiciado por este diablo que me esclaviza.
(Tocan a la puerta).
Adelante, narices de sapo, que no soy la portera!
(Entra Juan).
JUAN.- Buenas, est el diablo?
BRUJA.- Y para que demonios lo buscas?
JUAN.- Debo arrancarle tres pelos de oro y llevarme un saco tambin de oro.
BRUJA.- Y para qu rbanos quieres los tres pelos?, con el saco de oro te sobra y te basta.
JUAN.- Lo hago para poder casarme.
BRUJA.- Otros le arrancaran los pelos al diablo para no casarse Vaya, una princesa
afortunada!
JUAN.- Cmo sabe que amo a una princesa?
BRUJA.- Ests ciego, o qu?; soy una bruja; y de las mejores!
DIABLO.- (En off).
Bruja tontaina, dnde te metes?
BRUJA.- Te ayudar. Estoy harta de este demonio. Escndete debajo de la mesa y procura
que no te vea.
(Juan se esconde debajo de la mesa y al momento asoma la cabeza).
JUAN.- Ya que estamos, por qu no le pregunta por qu la fuente de la plaza de un pueblo,
de la que antes manaba vino, ahora no da ni agua?
BRUJA.- Esa tontera la s yo. Ya te contar luego. Ahora escndete.
(Juan se esconde debajo de la mesa. Entra el Diablo, su cabello es del color del oro).
DIABLO.- Tienes que darme un masaje en la cabeza. Vengo endemoniado!
BRUJA.- Pon tu cabezn sobre la mesa y te dar un masaje que te har sentirte como un
ngel.
DIABLO.- Cado.
(Pone el Diablo la cabeza sobre la mesa).
BRUJA.- Si hijo, cado; la vida es complicada.
(La Bruja comienza a masajear la cabeza del demonio, hasta que ste comienza a roncar.
En ese momento, de un tirn le arranca tres pelos que ella guarda en uno de sus
bolsillos).
DIABLO.- (Medio dormido).
Ten cuidado, bruja maldita.
BRUJA.- Duerme y ronca; que es lo nico que sabes hacer bien.
(Los ronquidos del Diablo resuenan por todo el lugar).
Jovenzuelo, sal ya, antes de que despierte y te coma.
(Juan sale de debajo de la mesa).
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BRUJA.- (Saca los tres pelos de oro de su bolsillo y se los da a Juan, que se los guarda en
sus ropas).
Aqu tienes los tres pelos.
JUAN.- Es usted muy amable.
BRUJA.- De eso nada, soy una bruja; slo te ayudo para fastidiar a ste.
(Conjurando).
Oro, estoy segura; oro, y no basura.
(Aparece por arte de magia un saco de oro).
Y la respuesta a tu pregunta es sencilla: debajo de la fuente habita un sapo, que lo saquen de
all, luego alguna doncella medio cegata que le de un beso y de la fuente volver a manar
vino.
JUAN.- Gracias.
BRUJA.- De nata. Y vete antes de que me arrepienta, te convierta en chocolate y te coma
cuando est deprimida.
(Juan coge el saco de oro y sale del lugar).
(La Bruja coge las dos sillas y sale de escena con ellas. Vuelve a entrar y agarra la mesa y
la arrastra, llevndosela; el Diablo cae al suelo y mientras se retuerce para levantarse, la
Bruja sale con la mesa).
DIABLO.- Eres una bruja!, menudo batacazo me he dado.
BRUJA.- (En off).
Claro que soy una bruja, qu quieres que sea, la princesita del cuento?; ven aqu, que te estoy
calentando la sopa de rata que tanto te gusta.
DIABLO.- (Mientras sale).
Eres una maldita bruja.
BRUJA.- (En off). Y qu haras tu sin m?, dime. Adems, cada da ests ms calvo.
(Sale el Diablo).
(Entra el Presentador).
PRESENTADOR.- Juan resolvi el problema del Guardia y su fuente, y regres junto a la
Princesa. Fueron felices mientras procuraban que nadie les tocara las narices.
Hasta el rey fue feliz, pues una noche, cogi el saco de oro, desapareci del palacio y nunca
ms se le volvi a ver. Dicen que escap con una bruja.
Deseo que este cuentito os sirva para ser mejores, o al menos para no ser an peores.
Adis, que si espero, me desespero.
(Sale el Presentador).
Fin