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ENFOQUE FORMATIVO DE LA

EVALUACIÓN
La evaluación de los aprendizajes es una de las tareas de mayor complejidad
que realizan los docentes, tanto por el proceso que implica como por las
consecuencias que tiene emitir juicios sobre los logros de aprendizaje de los
alumnos.

Además de lo establecido en el Plan de estudios 2011, la frase “evaluar para


aprender” remite a la posibilidad de que todos los que participan en el proceso
de evaluación aprendan de sus resultados.

No sólo hace referencia a los alumnos y sus aprendizajes, también se dirige a


las educadoras, las maestras y los maestros, quienes con los procesos de
evaluación tienen la oportunidad de mejorar la enseñanza, al adecuarla a las
necesidades de aprendizaje de sus alumnos. En este sentido, la evaluación
también es una herramienta para mejorar la práctica docente
En la actualidad la evaluación es un tema importante en el ámbito educativo.
La mayoría de los actores educativos están conscientes de las implicaciones
de evaluar o ser evaluado en el proceso educativo. En este sentido, la
evaluación verifica lo que los alumnos aprenden y cómo lo aprenden, lo que
los docentes enseñan y cómo lo enseñan, qué contenidos y mediante qué
estrategias. Es decir, la actividad educativa de alumnos y docentes está
orientada en algún grado por la evaluación para mejorar el aprendizaje (De la
Orden, 1989)

Evaluar mediante el enfoque formativo implica reconocer que existe una


cultura de evaluación que no se limita a la escuela. Tradicionalmente, la
evaluación se aplicaba para conocer el desempeño escolar de los alumnos en
un nivel cognoscitivo: referir conceptos, hechos, principios, etcétera,
adquiridos por ellos en los procesos de enseñanza y de aprendizaje.
ENFOQUE FORMATIVO DE LA EVALUACIÓN DE LOS APRENDIZAJES
Evaluar desde el enfoque formativo

¿Qué significa evaluar?

En el campo de la evaluación educativa, la evaluación es un proceso integral y


sistemático a través del cual se recopila información de manera metódica y
rigurosa, para conocer, analizar y juzgar el valor de un objeto educativo
determinado: los aprendizajes de los alumnos, el desempeño de los docentes, el
grado de dominio del currículo y sus características; los programas educativos
del orden estatal y federal, y la gestión de las instituciones, con base en
lineamientos definidos que fundamentan la toma de decisiones orientadas a
ayudar, mejorar y ajustar la acción educativa.
La medición en el contexto formativo de la evaluación

Se define como la asignación de un valor numérico a conocimientos,


habilidades, valores o actitudes, logrados por los alumnos durante un periodo de
corte, particularmente en primaria y secundaria.

Para evaluar no sólo se requiere contar con una evidencia numérica, además se
necesita comparar ese puntaje con elementos de referencia que se establecen
previamente para conocer el desempeño de los alumnos. En el caso de
Español, como en el resto de las asignaturas de primaria y secundaria, los
aprendizajes esperados constituyen dicho referente.

La acreditación

Consiste en tomar la decisión respecto a la pertinencia de que un alumno


acceda al grado escolar o nivel educativo siguiente o termine la Educación
Básica, en función de las evidencias cualitativas y cuantitativas que se tienen
sobre el logro de los aprendizajes esperados de cada alumno.
La medición en el contexto formativo de la evaluación

Se define como la asignación de un valor numérico a conocimientos,


habilidades, valores o actitudes, logrados por los alumnos durante un periodo de
corte, particularmente en primaria y secundaria.

Para evaluar no sólo se requiere contar con una evidencia numérica, además se
necesita comparar ese puntaje con elementos de referencia que se establecen
previamente para conocer el desempeño de los alumnos. En el caso de
Español, como en el resto de las asignaturas de primaria y secundaria, los
aprendizajes esperados constituyen dicho referente.

La acreditación

Consiste en tomar la decisión respecto a la pertinencia de que un alumno


acceda al grado escolar o nivel educativo siguiente o termine la Educación
Básica, en función de las evidencias cualitativas y cuantitativas que se tienen
sobre el logro de los aprendizajes esperados de cada alumno.
LA EVALUACIÓN DESDE EL ENFOQUE FORMATIVO

• La evaluación desde el enfoque formativo, además de tener como propósito


contribuir a la mejora del aprendizaje, regula los procesos de enseñanza y
de aprendizaje.

FUNCIONES DE LA EVALUACIÓN

• Identificar las necesidades del grupo de alumnos con que trabaje cada
docente, mediante la reflexión y mejora de la enseñanza y del aprendizaje.

• La función social de la evaluación está relacionada con la creación de


oportunidades para seguir aprendiendo y la comunicación de los resultados
al final de un periodo de corte, y también implica analizar los resultados
obtenidos para hacer ajustes en la práctica del siguiente periodo.
Momentos y tipos de la evaluación
.

La evaluación diagnóstica se realiza de manera previa al desarrollo de un


proceso educativo, cualquiera que sea, con la intención de explorar los
conocimientos que ya poseen los alumnos.

La evaluación formativa se realiza para valorar el avance en los


aprendizajes y mejorar la enseñanza y el aprendizaje. Su función es mejorar
una intervención en un momento determinado y, en concreto, permite valorar
si la planificación se está realizando de acuerdo con lo planeado.

Las modalidades de evaluación formativa que se emplean para regular el


proceso de enseñanza y de aprendizaje son: interactiva, retroactiva y
proactiva.
Regulación interactiva. Son las evaluaciones que están completamente
integradas al proceso de enseñanza. La regulación suele ser inmediata
gracias a los intercambios frecuentes y sistemáticos entre el docente y los
alumnos, a propósito de una actividad o tarea realizada en el aula.

Regulación retroactiva. Son las evaluaciones que permiten crear


oportunidades de aprendizaje después de realizar una medición puntual al
término de una situación o secuencia didáctica; de esta forma, permiten
reforzar lo que no se ha aprendido de manera apropiada.

Regulación proactiva. Son las evaluaciones que ayudan a hacer


adaptaciones relacionadas con lo que se aprenderá en un futuro cercano.

Por otra parte, la evaluación sumativa promueve que se obtenga un juicio


global del grado de avance en el logro de los aprendizajes esperados de
cada alumno, al concluir una secuencia didáctica o una situación didáctica.
Asimismo, la evaluación sumativa se basa en la recolección de información
acerca de los resultados de los alumnos, así como de los procesos, las
estrategias y las actividades que ha utilizado el docente y le han permitido
llegar a dichos resultados.

¿Qué se evalúa?

El objeto de evaluación. respecto al cual se toman decisiones en función de un


conjunto de criterios establecidos. Con base en el Plan de estudios 2011.

¿Para qué se evalúa?

Toda evaluación que se lleve a cabo durante el ciclo escolar,


independientemente de su momento (inicio, durante el proceso o al final del
proceso), de su finalidad (acreditativa o no acreditativa), o de quienes
intervengan en ella (docentes, alumnos), se hará desde el enfoque formativo
de la evaluación; es decir, evaluar para aprender como se señala en el
séptimo principio pedagógico del Plan de estudios 2011, y en consecuencia
mejorar los procesos de enseñanza y de aprendizaje.
¿Quiénes evalúan?

El docente frente a grupo es el encargado de evaluar los aprendizajes de los


alumnos. Para ello, planifica y conduce procesos de evaluación en diferentes
contextos y con diversos propósitos y alcances para el aseguramiento del
logro de los aprendizajes de sus alumnos.

Desde el enfoque formativo, existen tres formas en las que el docente puede
realizar la evaluación: la interna, la externa y la participativa.

Cuando el docente involucra a sus alumnos en el proceso de evaluación,


propicia que ellos aprendan a regular sus procesos de aprendizaje; para lo
cual pueden promoverse los siguientes tipos de evaluaciones formativas que
son complementarias a las que realizan los docentes:
¿Quiénes evalúan?

El docente frente a grupo es el encargado de evaluar los aprendizajes de los


alumnos. Para ello, planifica y conduce procesos de evaluación en diferentes
contextos y con diversos propósitos y alcances para el aseguramiento del
logro de los aprendizajes de sus alumnos.

Desde el enfoque formativo, existen tres formas en las que el docente puede
realizar la evaluación: la interna, la externa y la participativa.

Cuando el docente involucra a sus alumnos en el proceso de evaluación,


propicia que ellos aprendan a regular sus procesos de aprendizaje; para lo
cual pueden promoverse los siguientes tipos de evaluaciones formativas que
son complementarias a las que realizan los docentes:
Autoevaluación: es la evaluación que realiza el propio alumno de sus
producciones y su proceso de aprendizaje.

Coevaluación: es la evaluación que realiza el propio alumno en colaboración


con sus compañeros acerca de alguna producción o evidencia de desempeño
determinada.

Heteroevaluación: es la evaluación que el docente realiza de las producciones


de un alumno o un grupo de alumnos.

Desde el enfoque formativo de la evaluación, tanto en la autoevaluación como


en la coevaluación es necesario brindar a los alumnos criterios claros, precisos
y concisos que deben aplicar durante el proceso, con el fin de que éste se
convierta en una experiencia constructiva y no en la emisión de juicios sin
fundamento.

Para que la evaluación tenga un sentido formativo es necesario evaluar usando


distintas técnicas e instrumentos para la recolección de información; además
de aplicar criterios explícitos que permitan obtener información sistemática
¿Cómo se emiten juicios?

Los docentes emiten juicios en torno al logro de los aprendizajes esperados


señalados en los programas de estudio. Las evidencias obtenidas a lo largo de
un periodo previamente establecido permitirán elaborar los juicios respecto al
desempeño de los alumnos, es decir, en sus aprendizajes y no en sus
características personales.

¿Qué se hace con los resultados de la evaluación?

Generalmente, las madres y los padres de familia son quienes esperan que se
evalúe a sus hijos y se les retroalimente acerca de su progreso. La sociedad en
general también está a la expectativa de los resultados de los alumnos. Sin
embargo, los resultados de las evaluaciones no se utilizan como un insumo para
aprender y en consecuencia mejorar el desempeño del alumno y del docente en
las escuelas.
El docente que evalúa con base en el enfoque formativo

Durante los procesos de enseñanza y de aprendizaje, el docente es el


responsable de crear experiencias interpersonales que permitan a los alumnos
convertirse en aprendices exitosos, pensadores críticos y participantes activos
de su propio aprendizaje.

En este sentido, se espera que el docente:

a) sea un mediador entre el conocimiento y el aprendizaje de sus alumnos;


b) sea un profesional reflexivo que de manera crítica examine su práctica, tome
decisiones y solucione problemas pertinentes al contexto de su clase;
c) analice críticamente sus propias ideas;
d) promueva aprendizajes significativos;
e) preste ayuda pedagógica ajustada a las necesidades y competencias del
alumnado; y
f) establezca como meta educativa la autonomía y la autodirección de sus
alumnos.
• Retroalimentar facilita el aprendizaje; sin ésta es probable que el alumno
siga cometiendo los mismos errores. En este sentido, uno de los
mecanismos que puede establecerse como andamiaje de la enseñanza es
la retroalimentación.

• La ética le da a la evaluación la posibilidad de constituirse como un


ejercicio profesional equilibrado.

• Para que el docente identifique si evalúa con enfoque formativo, se sugiere


emplear una lista de verificación en la que se puntualicen las
características, los atributos y las acciones deseables que debe reunir un
docente que evalúa los aprendizajes de sus alumnos, con base en el
enfoque formativo.

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