Bien Jurídico protegido-TA

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Bien jurídico protegido

En el presente capítulo analizaremos el bien jurídico protegido en relación a los delitos contra
la administración pública, aquello supone el peligro de la organización del Estado, por lo que,
resulta fundamental la protección esta función pública para mantener el bienestar general.
Asimismo, este delito se puede llevar a cabo desde dos posiciones, desde un punto externo
cuando lo realizan particulares y, el delito cometido de manera interna cuando lo efectúan
funcionarios públicos.

Ahora bien, en nuestro país el Código Penal se establecen una serie delitos contra la
Administración Pública en el título XVIII, donde se pueden encontrar los delitos cometidos
tanto por particulares, así como, los efectuados por funcionarios públicos. La Ley contempla
diversas conductas delictivas, y de este modo, protegen los intereses de la Administración
Pública. Es en este punto donde surge la pregunta ¿Cuáles son los bienes jurídicos protegidos
en los delitos contra la Administración Pública?

Sin lugar a dudas existen varios que podemos mencionar, sin embargo, nos centraremos en los
siguientes:

1. Principio de publicidad: Hace referencia que toda la acción del aparato Estatal debe
servir intereses públicos, es decir, que la autoridad que tienen los servidores públicos
debe efectuarse para beneficio de la sociedad y, no, para provecho propio. En caso sea
empleado para obtener un beneficio particular esto será sancionado.
2. Principio de autoridad: La Administración pública es indispensable para nuestra
convivencia en armonía dentro de la sociedad, es por esto, que debe reconocerse a la
autoridad Estatal. Ésta debe llevar el orden y puede emplear un poder coercitivo de las
normas; sin embargo, no puede excederse con este poder, por ello, se emplean
diversas formas de control.
3. La buena marcha de la administración pública: En este sentido, se debe emplear un
uso correcto de la administración pública para que la sociedad sea quien se beneficie
de las normas establecidas para la convivencia en sociedad.

También, se pueden encontrar otros bienes jurídicos protegidos, desde un punto de vista, de
delitos cometidos por funcionarios públicos, dentro de ellos tenemos:

4. La probidad, dignidad, integridad, rectitud y lealtad del funcionario público. En este


caso se habla acerca del bien jurídico de una manera más subjetiva, debido a que, se
centra en las competencias que debe tener un funcionario para trabajar como servidor
público.
5. Las expectativas, basadas en las normas, que se tienen respecto de la actuación de
los funcionarios estatales y aquellas sobre el rol que estos deben cumplir en nuestro
sistema social. Es decir, al no cumplir con su deber los funcionarios públicos, las
expectativas normativas se ven defraudadas, ya que, no se sujetan a la ley; en otras
palabras, no siguen las normas descritas en el ordenamiento jurídico.

No cabe duda, que la Administración Pública y las actividades que realizan los funcionarios y
servidores públicos son un papel fundamental para el Estado Constitucional y de Derecho
puedan cumplir con su rol prestacional. Es importante mencionar que, se protege a la
Administración Pública en un sentido funcional, en relación a los objetivos constitucionales
que persigue, y no, a la Administración en sí misma o como un órgano institucional.
En este sentido, el Derecho Penal vela por la eficiencia en la Administración Público, para que
ésta, no solo beneficie a unos pocos, sino por el contrario, debe guiarse por criterios objetivos,
legales, prestacionales característicos de una gestión democrática. Por lo que, una adecuada
gestión pública se basa en los principios y valores propios de la constitución, y debe asegurarse
de brindar un sistema social, equitativo y democrático. Debido a esto, el numeral 3 es
fundamental “la buena marcha de la administración pública” para una correcta utilización de
los recursos del Estado y el cumplimiento de los fines constitucionales.

Asimismo, la importancia de este punto ha sido respaldado por Acuerdo Plenario N°


1-2010/CJ-116de las Salas Penales de la Corte Suprema de Justicia:

(…) no todos los delitos comprendidos allí [capítulo del Código Penal referido a los
delitos funcionariales] tienen contenido patrimonial, por lo que en cada tipo penal se
tiene que analizar si se cumple con el presupuesto establecido para prolongar el plazo
de prescripción en función de la afectación de los bienes jurídicos tutelados vinculados
directamente con el patrimonio público o sólo con el correcto funcionamiento de la
administración pública (…)

Como se expresa en la cita, la buena marcha de la administración pública o su correcto


funcionamiento es supraindividual, es decir, su titularidad es compartida por la sociedad en
conjunto, además, es indisponible por un sujeto privado. Por lo cual, será ineficaz el
consentimiento respecto de la lesión o puesta en peligro del bien jurídico en cuestión.

Ahora veamos un caso, por ejemplo, si un fiscal acepta dinero por parte de un abogado para
archivar un caso contra el imputado que representa, se estaría cometiendo un delito de
cohecho y, con ello, principalmente, se vulnera la buena macha de la administración pública.
En un segundo lugar, existe la vulneración del derecho al debido proceso en materia civil, y el
principio de imparcialidad, lo que repercute en el derecho a la igualdad de armas al momento
de efectuar su defensa, en este punto, los derechos vulnerados corresponden a los principios
específicamente afectados de la buena marcha de la administración pública.

Por tanto, el bien jurídico corresponde al correcto desempeño de los deberes y funciones que
asumen los servidores, funcionarios y empleados públicos con el fin de administrar al Estado.

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