Textos Bloque II - 2019
Textos Bloque II - 2019
Textos Bloque II - 2019
“Cómo hemos apuntado, la tecnología electrónica en general y la informática en particular nacen con
la pretensión de servir a las necesidades concretas de comunicación, de mejora del nivel de vida, de
resolución de complejos problemas científicos. (…) Frente a estas tecnologías se da una paradoja:
viéndose necesariamente implicada una gran parte de la sociedad en este entramado tecnológico, sin
embargo, permanece al margen de la responsabilidad que de ella se deriva. Todo el peso de las
decisiones humanas y sociales que hay que tomar en este entorno se delega en el grupo de los
“especialistas”, en el ámbito de los “expertos” de dicho sistema. Pero, ¿qué sucede cuando estos
tecnólogos depositan en las tecnologías unas esperanzas a las que éstas no pueden responder si no
van acompañadas de la responsabilidad del que investiga?”
Giancarlo Cesana
TEXTO 2
“Hace al menos cincuenta años mi profesor de ciencias naturales decía, paseando por el aula de
enseñanza media: “la vida no es más que un proceso de combustión…, un fenómeno de oxidación.”
Me lancé sin pedir la palabra y le lancé impetuosamente la pregunta: “¿Entonces, qué sentido tiene la
vida?, yo soy este grito…”
(V. Frankl)
TEXTO 3 TEXTO 4
TEXTO 6
“La ansiedad por consumir es una ansiedad de obediencia a una orden no pronunciada. Cada uno
en Italia siente la ansiedad, degradante, de ser igual a los demás en el consumir (…): porque ésta es
la orden que él ha recibido inconscientemente, y a la cual “debe obeceder”, o de lo contrario se
sentirá diverso. Jamás la diversidad ha sido una culpa tan espantosa como en este periodo de
tolerancia (…)”.
TEXTO 8
“Vivimos en una sociedad donde se nos enseña que esta carencia no es problema: que podemos
hacer lo que queramos, que somos capaces de lo que nos propongamos. Pero, a medida que crecen
los obstáculos, que nos cansamos, tratamos de escapar. La droga es el modo de huir. Pero droga no
es sólo la cocaína y la heroína…, también el poder, el dinero, o la banalidad. Lo que nos falta es
más verdadero que lo que tenemos; lo que nos falta es el sentido de nuestro destino, el por qué
estamos en el mundo: es la verdad. La auténtica libertad es seguir esta verdad. La guerra contra la
droga comienza con la búsqueda de la verdad (…) No hay que asustarse: hace falta tener ánimo y
coraje para desear, encontrar, vivir la única cosa por la que merece la pena vivir. Lo verdadero, si lo
encontráis, seguidlo”
Giancarlo Cesena
TEXTO 9
“En nuestra sociedad y en nuestro pueblo parece que todos, niños grandes, jugamos al mismo juego,
con las mismas reglas y los mismos fines. Se trata de una partida que tiene dos fases. En la primera
hay que acumular, amontonar, almacenar, y para ello no se ahorran sacrificios, sudores ni desleales
competencias. Todo vale. En la segunda fase, con todo lo reunido, hay que comprar y gastar. Se
puede hacer frenéticamente o de un modo racional, se puede adquirir moda o vacaciones, casa o
coche, manjares o tecnología, clases particulares o una nueva cocina, el Plus, una copa con los
amigos… Todo vale, si es confort y bienestar lo que se obtiene.
Para poder jugar se estudia o se trabaja, se sufre y se padece, se vota y protesta, se ama y se
desprecia. Toda la realidad se valora según las reglas de este juego. Porque la vida así no es más
que un juego, y como tal nadie pretende nada más que entretenerse y distraerse, evadirse.
Gana quien más aparenta seguridad y dominio. Pero no todo el mundo puede seguir jugando.
Aquellos que no son capaces de disimular que el tiempo hace avanzar el desierto de soledad y
tristeza han de ser apartados. Aquellos que sufren porque no saben educar a sus hijos, ven marchito
el amor preferido, todos los que no sienten la utilidad de lo que hacen aunque esté bien pagado, los
que temen a la enfermedad, todos esos tienen que ser retirados de la circulación. Están fuera de
juego.
Pero algunos de estos, también náufragos como todos, se encuentran a la espera. Su audacia y su
coraje, su tesón y rebelión consiste en esperar que algo acontezca. He aquí la grandeza y la dignidad
del ser humano. Su impotencia se hace súplica, su herida lágrimas de niño.
TEXTO 10
«Todos debemos fingir ser enormemente dichosos porque ese es el nuevo y tiránico mandato social.
Por eso, no es de extrañar que proliferen esos tontos libros de autoayuda que prometen soluciones
mágicas. El problema es que todos esos manuales se basan en hacernos creer en otra ficción
moderna. La de que ser feliz es solo un acto de voluntad: quiero ser feliz y lo soy, yo todo lo puedo,
abracadabra. Sin embargo, lo que se consigue con esta creencia no es más que una nueva fuente de
infelicidad. Como es mentira que ser feliz sea un acto de voluntad y la realidad es tozuda, el 80 por
ciento de las personas no solo no logra su objetivo, sino que, además, se ve obligada a fingir que sí lo
ha logrado; por tanto, más impostura y más fracaso. ¿De veras vale la pena tanto autoengaño? ¿No
sería mejor dejar de buscar la felicidad donde todos sabemos de sobra que no se
encuentra?». (03/06/2019. ABC. El imperativo de la felicidad, por Carmen Posadas)
TEXTO 11
«Mírennos. Ahí estamos. Dándole cuartelillo a un café en los centros comerciales haciendo que
esperamos a alguien que no llega. Escrutando la pantalla del móvil como si viéramos la luz primera.
Sudando una clase de zumba con tal de formar parte de un grupo, aunque sea de riesgo de ridículo
espantoso. (...) Henos ahí a tantos. Solos como la una. Un día, un mercachifle nos llamó singles y
fuimos nosotros y nos lo creímos. Íbamos a ser súper libres, dueños de nuestro tiempo,
hiperconectados, digitales, modernísimos. No dijo que la soledad era también esto. Sentirse esclavo
de ti mismo. Hacer tiempo en ninguna parte para llegar a casa tarde y nunca. (...) Esta semana la
hormigonera de la actualidad se tragó una noticia que debía haber abierto los medios que aspiran a
contar qué pasa aquí y ahora. Porque además de lo de Cataluña, sucede que cuatro millones de
españoles se sienten solos. Y no solo esos viejos que van al médico solo por hablar con alguien. No
solo esos desempleados que ven pasar el año sin más cita que la del Inem. También gente
con pareja, trabajos de éxito, recursos para comprar todos los sucedáneos de la compañía, pero no la
verdadera. Esa ni se compra ni se vende ni se busca en Google ni se tuitea. Solo se encuentra. Y no
todos y no siempre. (...) Todos ansiamos sentirnos únicos. Especiales para alguien. Vivos».
(01/10/2015. El País. Estamos solos, por Luz Sánchez-Mellado)
TEXTO 12
«Con el actual estado de cosas en el planeta y el número de majaderos en posiciones de poder en
aumento, parece más que plausible que la inteligencia artificial se plantee como una opción, tan
buena como cualquier otra, para llevar las riendas del mundo. Un Alpha Zero inmune a los celos, las
envidias, las pasiones, las obsesiones, la vanidad y la avaricia. Un Alpha Zero ecuánime, ético, justo,
concentrado, libre de presiones y prejuicios y que contemple como único objetivo impedir que los
humanos destrocemos el planeta y nos destrocemos entre nosotros. (...) Si tuviéramos el robot con el
que yo sueño, nadie tendría que tirarse al mar porque Alpha Zero ya habría eliminado hace años,
limpiamente, al presidente de Siria. Y los niños no necesitarían protección de la ONU porque Alpha
Zero detectaría al instante a cualquiera que pudiera atacar a un niño (o a un adulto) y lo separaría de
este. También suspendería inmediata e irrevocablemente cualquier acto vandálico contra el planeta.
Soñar con ovejas eléctricas siempre es fácil». (18/06/2019. ABC. Alpha Zero, por Isabel Coixet)
TEXTO 13
«Necesitamos hacernos amigos de gente fascinante que conoce a otra gente fascinante, sin saber
cuál es exactamente el punto de la fascinación ni dónde acaba el carisma y empiezan los
desperfectos mentales, hasta llegar al lugar en el que los likes y los followers pierden valor porque se
ha desvelado de la que está hecha esa vida moderna: la percepción que los demás tienen de ti,
dentro o fuera de la pantalla, y la necesidad de que lo expresen continuamente para que, como una
droga, te mantenga enganchado a tu propia autoestima, cuidándola como una vida a tu cargo. Sin
likes hay que calcular a ojo; con ellos, tenemos la medida exacta de lo que vales socialmente. De lo
que crees valer. De lo que los demás creen que vales». (25/05/2019. El País. Dime que te gusto, por
Manuel Jabois)
TEXTO 14
«Los niños consumen porno desde el primer instante en que se les da un móvil conectado a internet.
Por curiosidad, porque todos lo hacen o incluso por adicción, pueden llegar a consumir hasta cinco
horas de porno al día. Se esconden para hacerlo en la escuela, en las extraescolares y, por supuesto,
en su habitación. Sean aún niños con su sexualidad y madurez emocional por descubrir o
adolescentes a medio hacer, ¿qué es lo que ven? Horas y horas de vídeos donde en el 89% de los
casos hay agresiones físicas, habitualmente contra mujeres. Además están representadas las
apetencias sexuales más extremas, que los niños normalizan como lo más habitual, lo que hay que
hacer cuando empiezan a tener sexo de verdad. Por cierto, cada vez más jóvenes. Se llega a
normalizar el sexo extremo por empacho: cada vez se buscan emociones más fuertes». (19/05/2019.
La Vanguardia. Pornotativos, por Glòria Serra)
TEXTO 15
“Las personas voluntarias que están en el escenario caen ahora en brazos del hipnotizador, dormidas
como bebés. Una tras otra. Los cuerpos se desploman sin resistencia. Mientras duermen, o lo que
sea que estén haciendo en ese trance misterioso, reciben instrucciones locas, que después cumplen
al dedillo. Cantan o bailan sin ningún pudor, creen y sienten que vuelan, o que viajan en una montaña
rusa delirante. Sus cuerpos y sus emociones reproducen estas vivencias imaginarias con la destreza
de un actor inusitado. Desde nuestras butacas de personas cortas de sugestión, asombra observar la
cantidad de voluntarios que desean y logran entregar sus mentes a los mandatos de otra persona.
Un
tercio del aforo. Se percibe en ellos un deseo encendido de vivir experiencias nuevas, de alto voltaje
emocional. La necesidad casi desesperada de escapar de su realidad. Volar. Un inmenso anhelo de
libertad, que se estrella, paradoja pura, con la obediencia absoluta a las instrucciones de un
hipnotizador». (21/09/2018. La Vanguardia. Hipnotizados para la libertad, por Clara Sanchís)
TEXTO 16
«Lo que me une un poco a la humanidad en días así es la certeza infantil de que todos estamos
esperando algo. Lo noto caminando por la calle, lo veo en las caras de la gente. Resisten porque
creen que algo se acerca, que algo va a pasar: es impreciso, pero esta convicción resulta necesaria
como lubricante anual. Hablo de algo obviamente extraordinario, algo hermoso y sin grietas. Un
regalo porque sí. Algo que se parezca un poco a lo que creemos que merecemos y no a esta
carcoma con ratitos de éxtasis, no a esta mediocridad celebrada, no a la felicidad conformista de los
otros, a este “psé”, a este “bueno, va”. Lo está esperando todo el mundo –también la legión de
escépticos en la que milito–, lo estamos amasando en silencio aunque no sepamos bien qué es, o
quién es, o de dónde viene, o qué forma tiene, o cómo hará para manifestarse. Algo está moviendo
sus engranajes. Algo se alinea. Algo se activa en alguna parte. Algo está viajando furiosamente hacia
aquí. Algo radicalmente bueno». (29/12/2018. El Español. Algo radicalmente bueno, por Lorena G.
Maldonado)
TEXTO 17
«Así las cosas, le voy pillando el sentido al penúltimo prototipo desarrollado por el MIT, una especie
de reloj de pulsera capaz de detectar si estamos tristes o alegres. Dicen los ‘sabios’ que puede ser útil
para mejorar la comunicación, para ayudar a personas con ansiedad o a quienes padecen el
síndrome de Asperger. Ni una pega. Es más, sugiero que incorporen una alarma que avise al menor
signo de falta de urbanidad. Pero no me llena, sigo teniendo hambre: de espíritu, de aliento, de
fuerza, de sustancia, de sensibilidad, de sentido común, de alma. Llámenlo como quieran, pero
¡hambre!» (23/03/2017. El País. Hambre de alma, por Maite Nieto)
TEXTO 18
“La eliminación de la pregunta fundamental sobre el sentido de uno mismo y del mundo es lo que
persigue nuestra sociedad. La nuestra, en efecto, es una sociedad nihilista, enmascarada de
hedonismo: se quiere hacer vivir al hombre en un permanente estado de juventud, de belleza, de
diversión, de exaltación vitalista.
A pesar de todo estoy convencido, sin embargo, de que la voluntad de borrar la pregunta existencial,
la voluntad de aceptar totalmente el nihilismo, no sólo no se podrá conseguir, sino que en cierto
modo, irá incrementándose. En nuestra sociedad se intenta bloquear la pregunta, pero esta renace
continuamente, incluso en forma de desesperación: pensemos en los suicidios, en la droga, en las
formas de misticismo oriental, en el erotismo, (que es una búsqueda desesperada del éxtasis y de la
otra persona).
La pregunta del hombre no se puede borrar, no se puede convertir al hombre en un animal vividor, él
sigue siendo un animal “enfermo” de trascendencia…”
Oliver Climent