Análisis de La Cultura Del Emprendimiento
Análisis de La Cultura Del Emprendimiento
Análisis de La Cultura Del Emprendimiento
Director:
Dimas Santibáñez Yáñez
ii
Agradecimientos
A mi profesor guía por las concretas correcciones y las ayudas precisas para
mejorar.
Y a todos los que de alguna u otra forma tuvieron que ver en este proyecto.
iii
ÍNDICE
I. INTRODUCCIÓN ........................................................................................................ 1
a) La actualidad del emprendimiento y su evolución en el sistema capitalista ............. 2
b) El emprendimiento y el emprendedor: un problema semánticamente decidor. ........ 5
i. Emprendimiento .................................................................................................. 5
ii. Emprendedor ....................................................................................................... 8
c) La aproximación cultural al emprendimiento ......................................................... 12
d) El caso de estudio: el emprendimiento en Rancagua. ........................................... 21
e) El problema ........................................................................................................... 22
f) Objetivos ............................................................................................................... 26
g) Aspectos metodológicos ....................................................................................... 28
h) La cultura de emprendimiento en Rancagua. ........................................................ 32
II. DIMENSIONES DEL TRABAJO EMPRENDEDOR ................................................... 35
a) El capitalismo social y la importancia del trabajo. .................................................. 35
b) La cultura del trabajo ............................................................................................. 41
c) Trabajo y cultura del emprendimiento en Chile...................................................... 48
d) Dimensiones del emprendimiento en Rancagua y la comprensión del trabajo. ..... 51
III. TIEMPO ................................................................................................................ 63
a) El tiempo como dimensión cultural ........................................................................ 63
b) Tiempo de trabajo y emprendimiento .................................................................... 66
c) Apropiación del tiempo .......................................................................................... 69
d) El valor del tiempo emprendedor. .......................................................................... 76
IV. COOPERATIVISMO Y COLABORACIÓN ............................................................. 86
a) Dos son mejores que uno ..................................................................................... 87
b) La expresión de las redes sociales........................................................................ 90
i. Instrumentación mediante medios digitales ....................................................... 96
ii. Colaboración con la competencia, integración del cliente. ............................... 102
V. CONCLUSIONES ................................................................................................... 112
a) Resultados destacados ....................................................................................... 112
b) Un hallazgo en el tiempo ..................................................................................... 115
c) Un modelo para armar ........................................................................................ 116
d) Perspectivas y oportunidades ............................................................................. 119
REFERENCIAS ............................................................................................................. 121
VI. ANEXOS ............................................................................................................. 131
I. INTRODUCCIÓN
6 Esto no siempre ocurre, pues en la moda emprendedora se puede “vender cualquier cosa”.
7
Otros componentes del trabajo que son trascendentales y transversales son la previsión en salud
y el sistema de ahorro para la vejez, los cuales tienen diversas formas de ejecutarse en los distintos
países, remarcando que en Chile el sistema de salud es público (FONASA) o privado (ISAPRE),
mientras que el sistema de ahorro para la vejez corresponde en mayor medida a las Aseguradoras
de Fondos de Pensiones (AFP), con otros que permanecen de regímenes anteriores al año ochenta
y los que son únicos para los trabajadores de la defensa nacional (Cárdenas et al, 2012).
8Aravena et al (2019) resumen el discurso idóneo de la siguiente manera: “Emprender apela a las
características particulares de las personas para definir el éxito o fracaso del desarrollo de un
proyecto económico que constituye una fuente laboral o de ingreso, homogeneizando las
condiciones sobre las que éste se establece”.
de subsistencia para sobrellevar los gastos de sobrevivencia (Aravena et al, 2019).
Los emprendedores de Rancagua provienen de una desilusión inicial del modelo
basado en el hastío del horario de trabajo y el cumplimiento de objetivos ajenos de
producción, lo cual suma la incomodidad de estar bajo jefaturas. Esa situación les
permitió utilizar sus propias herramientas para iniciar una actividad rentable de
manera artesanal para luego dar paso a un negocio con inserción y reconocimiento
local. Estas herramientas se vieron destacadas en el desarrollo de habilidades con
perfeccionamiento técnico, apropiación del tiempo como recurso y la capacidad de
interactuar bajo redes informales de emprendimiento que permiten afianzar y
mejorar continuamente a las empresas. Si bien la mitad de estos emprendedores
se han adjudicado algún fondo de ayuda, reconocen que en corto tiempo se
nivelaron de tal manera que estas ayudas carecieron de peso específico para ser
significativas. De hecho, en la última década el emprendimiento ha sido un objetivo
fundamental de las políticas públicas en el país, donde la promoción para la
formación de nuevas empresas se ha relacionado con el crecimiento, el nivel de
empleo y la innovación (Atienza et al, 2016).
i. Emprendimiento
14Sus resultados mostraron mayor interés por dinero en mujeres que en hombres (que asociaron
más el conceto de responsabilidad). Comparativamente esto se contradice con estudios previos que
mostraron que el interés por dinero en mujeres era secundario, centrándose más en la independencia
y autogestión. Aparte, el mercado “machista” sería un aliciente a la búsqueda de independencia
económica.
El emprendimiento se asocia entonces, a personas propietarias de su negocio o
autoempleados, siempre que contraten trabajadores para el logro de objetivos a
mediano plazo, mientras que, en la visión instrumental, el emprendimiento
corresponde a nuevas empresas que introducen innovaciones removiendo
paradigmas15 (Ascencio, 2014). Desde la mirada de los negocios, se considera
esencial la existencia de una oportunidad, el descubrimiento o detección de esa
oportunidad y la creación de una organización para explotarla. (Villalobos et al,
2007).
ii. Emprendedor
Al hablar del emprendedor clásico, se asume que este lo intentará mil veces hasta
lograr su cometido, actitud ampliamente valorada en el mundo económico (Santos
& Muñoz, 2018). Ciertos contrastes en la actitud de “reemprender” se presentan a
medida que el origen del emprendedor se aleja de la idoneidad moderna, mostrando
otra clase de emprendedores (de zonas rurales y alejadas del centro urbano)
carentes de confianza en sí mismo y, por tanto, animados a depender de trabajos
asalariados (Williams & Williams, 2011). Retomando la aseveración previa, el
emprendimiento sin un “colchón” económico que amortigüe el fracaso, genera
mayor desilusión del formato (Zúñiga et al, 2015). Cuando el emprendedor se
cataloga bajo la arista social (el lucro está ausente), el éxito vuelve a basarse en los
objetivos, esta vez, enfocado en generar un aporte a la comunidad. El
emprendimiento social requiere una enorme cantidad de contactos o bien, ser
naciente desde un estrato que ya posee recursos suficientes. Es por esta razón que,
ante los nuevos estándares de ser un aporte social con el negocio, los
emprendimientos sociales tienden a estar coartados por el aspecto filantrópico y el
realce de esto como una característica del emprendedor en sí. El resultado ha sido
20 Hoy se sabe que el número de fracasos disminuye a medida que, al arriesgarse, el emprendedor
ya posee mejores herramientas de sostén económico.
21 Tecnologías de Innovación y Comunicación.
22 Que en rigor no existe. Más se da el caso de modas pasajeras de vocabulario, sobre todo en
tecnicismos en inglés.
movilizar a una aristocracia emprendedora a impulsar, auspiciar y trasmitir en los
nuevos emprendedores un espíritu social dentro del emprendimiento, fomentando
a su vez el marketeo de las actividades beneficiosas23 (Santos-Ortega & Muñoz-
Rodríguez, 2018). El emprendedor es trasversal a la clase social, idealiza un modelo
de soberanía económica y asume la innovación como disruptiva de modelos
imperantes. (Schumpeter, 2003).
23 Un ejemplo macro y con matices sería la Teletón, pero a nivel específico y actual, la empresa
chilena Green Glass mezcla los aportes sociales con campañas publicitarias, pese a que aún se
consideran emprendimiento.
24 La cual nace con la “ciencia” del trabajo de Frederick Taylor, que se adoptó como el taylorismo
Con estas consideraciones, Chu propuso que el fenómeno emprendedor puede ser
estudiado desde cuatro aristas: la sicológica, la sociológica, la económica y la de
gestión. La teoría del emprendimiento resulta como base en una de ellas sumando
tintes de alguna otra, como también pueden hacerse estudios mixtos de estas áreas
(Chu, 1998).
El antropólogo social Norling Solís considera que la cultura donde se desarrolla una
persona es una influencia directa en su proceso de creatividad. Al mismo tiempo
toma las consideraciones de Maslow26 donde las necesidades básicas se satisfacen
por actividades derivadas de la creatividad de las personas. Según él, la cultura27
25Como autor, he visto reflejado este punto en mis labores de asesoría emprendedora.
26El mismo que propone la pirámide de necesidades a cubrir con tal de elevar el nivel de satisfacción
personal.
27 La definición de cultura en la cual se basa el autor es la de Berdichewsky: conjunto de
En nuestro país primaría algo que la OCDE ha denominado cultura “fisiocrática 30”,
la cual es resultante de la ganancia debida a la explotación de recursos naturales
bajo leyes ambientales livianas, alejamiento de la investigación científica y el
centralismo estatal (OCDE, 2013). En ese sentido, Hamuy menciona como una
escasez de la “cultura” de la innovación y el emprendimiento en Chile, en donde el
Estado en los últimos años31 buscó (y busca, con mayor o menor medida
dependiendo del gobierno) transformar la tradición empresarial desde la ganancia
neta a gestiones económicas del cooperativismo y el uso de las TIC’s (Hamuy,
2014). Se logró esto en alguna medida durante los primeros momentos de la década
del 2000, pero se frenó en seco con la crisis de 2008.
30 Referente a la fisiocracia, menciona una economía país que no depende intervención estatal, sino
que su éxito viene dado por una naturaleza económica reguladora. Es la base de lo que Smith
propondrá como la mano invisible.
31 Dentro de la década 2004-2014.
32 Entendido como la capacidad del lenguaje para realizar una acción.
33 Estas dimensiones podrían considerarse parte de la cultura emprendedora.
movimiento no permite visualizar otros estilos o modos posibles para ser exitoso,
evitando prácticas socioculturales diferenciadas (o al menos coartándolas) y
excluye otros modos posibles, otros significados y, por tanto, otras prácticas
sociales. Todo esto ocurrió notoriamente durante el primer gobierno de Sebastián
Piñera y la inversión o cambio de las expresiones políticas asociadas al
emprendimiento. En el segundo gobierno de Bachelet se mantuvo la ola de
ayudas económicas y de preparación de competencias emprendedoras, basadas
en la construcción ideologizada de la cultura de emprendimiento, tomando este
como un real sostén económico y una real posibilidad de nuevas oportunidades de
surgimiento (Aravena et al, 2019; Atienza, 2016; Guerrero & Vega, 2015). Uno
problema de esto, es que, si asociamos el emprendimiento dentro de los formatos
de trabajo, encontraremos dos principales clasificaciones34: los asalariados y los
independientes (Márquez, 2004). Los primeros pueden tener asociado un contrato
(lo formal o lícito) o un acuerdo (informal e ilícito), donde esto último suele ocurrir en
los dependientes de negocios pequeños y en menor medida en trabajos de oficio35
(Acuña & Pérez, 2006). Los trabajadores independientes por su parte pueden ser
agrupados de la siguiente forma (Chamorro, 2008):
36Algunos ejemplos son: Capital Semilla y Abeja, Mujer Emprende, Fondos regionales de innovación,
programas de apoyo de universidades, fondos concursables municipales, entre otros.
d) El caso de estudio: el emprendimiento en Rancagua.
La primera aproximación a una cultura del emprendimiento muestra la
interacción entre el emprendedor y su entorno, pues las percepciones sobre su
aporte al sistema laboral se diferencian de otros trabajadores al ser de diferentes
categorías y trayectorias laborales, lo cual se visualiza en la heterogeneidad de
personas (Gaete & Soto, 2012). Si acaso las conductas laborales motivadas por el
conocimiento adquirido y los valores individuales (propios de cada uno) de los
trabajadores representaran una cultura del emprendimiento (Reygadas, 2002); esta
última sería observable como una subcultura del mundo del trabajo. Las
dimensiones de la cultura del emprendimiento podrían ser vistas en el propio
emprendedor (como sus prácticas y conocimientos) o bien, mediante interpretación
de un observador externo (Araujo & Martuccelli, 2012; Gaete & Soto, 2012).
e) El problema
Si hasta los años noventa se hablaba de negocio propio, antes de atribuir este
concepto como una moda en su uso, sería importante dilucidar cómo es entendido
desde los propios emprendedores y si en su defecto, afecta en sus prácticas de
trabajo o en la convivencia social de estos (Carmen & Viveros, 2011). Muchas veces
esta atribución casi mágica que incluye competencias inherentes del emprendedor
genera confusiones en el mundo inicial del emprendimiento, pues inicialmente,
todos se consideran emprendedores e intentan abarcar la mayoría de las ayudas
gubernamentales al respecto. Sería interesante la construcción de una definición de
emprendimiento y de cultura de emprendimiento en cuanto a su significado a nivel
general en Rancagua y cómo puede ser este entendido por los sujetos
emprendedores (Ascencio, 2014; CORFO, 2014; GEM, 2016).
37Estos datos fueron obtenidos por experiencia en reuniones con los personajes en cuestión, dado
que no se encuentran publicados por las entidades. En parte, pertenece al incentivo de mostrar
cuándo los negocios son exitosos, aunque sea temporalmente.
Como se destacó en los antecedentes, las políticas públicas impulsan el
emprendimiento caracterizado por el esfuerzo de caer y levantarse, propiciando
ganar ciertas competencias que se ganen a medida que se realicen varios cursos
de capacitación. Un detalle es que los distintos gobiernos se sienten satisfechos con
los indicadores, donde la cantidad supera la calidad38. Desde la década del 2000 el
discurso de las autoridades trata de impulsar el emprendimiento como elemento de
independencia económica, esperando el mínimo porcentaje de empresas que darán
más trabajo y dinamizarán la economía local. Esto ha implicado una incesante
búsqueda y apoyo por la formalización de las empresas, dejando al emprendimiento
como el período de prueba para el negocio. Al comparar esta denominación
económica del emprendimiento, los aprendizajes deben demostrarse casi en
exclusividad con el éxito de ganancia capital, evitando ver otras ganancias dentro
de un espectro completo del capital humano. El camino de los emprendimientos
puede dirigirse a tres cuestiones: quedarse eternamente en el período de prueba,
formalizarse o morir. Respecto al éxito del negocio, ciertas contradicciones se ven
entre los informes internacionales (como el GEM) o estudios académicos del
emprendimiento y los informes realizados por los gestores del emprendimiento, con
su principal ejemplo en CORFO. Si por un lado los emprendedores casi rozan la
necesidad, para CORFO los emprendedores son mejores personas con
competencias en desarrollo y compromiso con la mejora económica del país en
virtud de elevar la competencia del mercado.
Además, Taylor & Bogdan indican que “…las entrevistas en profundidad son
reiterados encuentros cara a cara entre el investigador y los informantes, encuentros
éstos dirigidos hacia la comprensión de las perspectivas que tienen los informantes
respecto de sus vidas, experiencias o situaciones, tal como lo expresan con sus
propias palabras siguiendo el modelo de una conversación entre iguales y no de un
intercambio formal de preguntas y respuestas...” (Taylor y Bogdan, 1986). Sumado
a esto, este tipo de entrevistas es diferente a las entrevistas estructuradas, lo cual
permite que la conversación sea flexible y bajo la guía del mismo entrevistador. Por
lo tanto, la entrevista en profundidad o abierta, es una conversación entre dos
personas, un entrevistador y un informante, con el propósito de favorecer la
producción de un discurso conversacional, continuo y con una cierta línea
argumental. Esta herramienta capta información verbal de los temas que
interesaban, lo que es indispensable para comprender las representaciones
sociales. Más aún, como indica Rodríguez, los elementos diferenciadores de una
entrevista en profundidad son la existencia de un propósito explícito; la presencia
de explicaciones al entrevistado; y la formulación de algunas cuestiones. El primer
elemento diferenciador, tiene relación con el hecho que la entrevista parte de un
objetivo específico, que a pesar de lo distendida que resulte la conversación, es un
hecho que no se puede olvidar para obtener la información esperada. El segundo
elemento, tiene relación con que el entrevistador debe ofrecer las veces que sea
necesario explicaciones al informante respecto a la finalidad y orientación general
del estudio (Rodríguez, 1996). Para esta investigación, los principales términos que
requirieron explicación estuvieron bajo la interpretación del concepto de
emprendedor, pues se referenció como un adjetivo que nunca necesita de
explicación por parte de los emprendedores.
Existe en Rancagua una cultura emprendedora que opera según los valores de
los emprendedores, bajo conceptos como la competencia, la colaboración, el
aprendizaje constante por autoformación y la mejora continua.
52 Se vuelve a destacar que el tipo de ayuda que se les ofrece es para que se conviertan rápidamente
en empresas.
53 Como ocurre en la actual presidencia de Trump en USA, que al rebajar impuestos levantó la
la opción del “cartón” de título, dándoles un carácter de únicas formas de desempeño. Más aún, toma
al emprendimiento como un concepto renovado por el neoliberalismo como excusa para lo que no
pueden ejercer o surgir económicamente, esto es, todos pueden emprender, independiente de sí el
apoyo a la microempresa sea suficiente o no. En rigor, siempre el individuo es culpable de su fracaso.
emprendimiento promovida en el discurso público, proceso que debe tomar un
tiempo largo para implementarse como cambio cultural (Aliaga & Schalk, 2018).
Una de las dimensiones que se ha estudiado en Chile para la búsqueda del trabajo
emprendedor (bajo su entendimiento general) es reconocerlo como una necesidad
por parte de los jóvenes para la búsqueda de la independencia económica, pero en
rigor, es la forma de mantener las deudas a raya. Cuando son parejas jóvenes
autónomas, el complemento de la vida en pareja les permite (complementando un
trabajo asalariado) emprender “nuevas estrategias económicas utilizando su fuerza
laboral fuera de los espacios de trabajo, su tiempo libre y postergando sus proyectos
familiares y económicos” (Pérez-Roa, 2019). El emprendimiento como verdadera
opción económica requeriría una maduración de lo entendido como cultura del
emprendimiento, rescatando al sujeto detrás del negocio o visto por otro lente,
visualizando a la persona detrás del trabajador.
62 Creencia: firme asentimiento y conformidad con algo. La creencia es la idea que se considera
verdadera y a la que se da completo crédito como cierta. Valor: Cualidad que confiere a las
personas, cosas o hechos una estimación. El término se utiliza para nombrar a las características
morales que son inherentes a un sujeto (la piedad, la responsabilidad, etc.). Fuente: RAE.
63 En lo que respecta a cultura organizacional, esta se entiende como un nicho propio del ambiente
laboral, que genera su propio sistema de operación. Su utilización puede ser como una cualidad o
característica de la humanidad, para caracterizar a un conjunto de individuos y para señalar procesos
y cualidades individuales que resultan de la interacción con otro (Gómez, 2003).
laboral, el comportamiento se asocia a la capacidad de demostrar competencias y
en donde los patrones de conducta, las variables sociodemográficas o el nivel
educativo, son claves para entenderlo (Dakduk et al, 2008).
Podríamos visualizar una cultura del trabajo como las prácticas y conductas
laborales dado el conocimiento adquirido y los valores de los sujetos como
trabajadores; por cuanto el trabajo sería un marco donde ocurre el accionar,
mostrándose variaciones dependiendo de la sociedad donde se desenvuelve el
sujeto (Correas, 2009; Reygadas64, 2002).
La cultura del trabajo está constituida por un conjunto de comportamientos,
valores, creencias e interacciones presentadas en las relaciones laborales, que
resultan permeadas desde sus propias vivencias. Se suman los resultados
esperados de acuerdo con la tipificación del trabajo ejercido y el conocimiento
general acumulado de ese desempeño laboral, por cuanto incluiría las
declaraciones de operación de una empresa/organización (políticas, misión, visión,
etc.) y las respuestas que los propios individuos generan ante ellas (Álvarez &
Urbano, 2013; Gintis, 1983; Mancilla & Amorós, 2012).
Godelier propone que las fuerzas productivas65 se ven sólo en la práctica de las
relaciones sociales que son determinadas (o impuestas) según la división del
trabajo, el cual les da valor a las tareas/actividades y asigna categorías sociales
64 Reygadas cita en forma textual: “por cultura del trabajo entiendo la generación, actualización y
transformación de formas simbólicas en la actividad laboral”.
65 Como parte de la infraestructura. Godelier la define como “la combinación de diversas condiciones
materiales y sociales que permite a los miembros de una sociedad producir y reproducir los medios
materiales de su existencia social”.
(clasificaciones) para estas tareas, dependiendo del contexto cultural66. Estas
asignaciones de valor y categoría poseen un componente ideal que las legitima,
para luego ser transmitidas (porque no quedan como ideas abstractas) mediante el
lenguaje, a través de formatos endoculturales que permiten la expresión de estas
ideas en la sociedad (Godelier, 1989).
Otro aspecto de la permeabilidad cultural en los individuos se da a la inversa, desde
su trabajo a su vida diaria (pues la idea siempre está centrada en que la formación
cultural permea hacia el comportamiento laboral). Reygadas establece que:
68 Martucelli aduce este término bajo la premisa de ser significados subjetivos de la propia persona.
desde el trabajo asalariado). Se produce un intento por dominar los recursos
necesarios para operar en tal independencia (Acuña & Pérez, 2006).
Entonces, ¿cuál es la relación entre cultura de trabajo y cultura del emprendimiento?
Dada las acepciones sobre una cultura del trabajo dependiente de la cultura general
del sujeto, la cultura de emprendimiento es una variante de la cultura del trabajo (tal
vez como una subcultura), pero esta visión no es diferenciada en los sujetos, puesto
que siempre están trabajando, de tal modo que la cultura de emprendimiento, para
ellos es simplemente la cultura de trabajo; la cual, optimizada, modificada o validada
en sus propios recursos, que opera en sus prácticas cotidianas. Dejo en claro esta
visión de los propios sujetos, pese a que fueron enfrentados a una pregunta abierta
(según metodología) sobre la existencia de una cultura de emprendimiento en
Rancagua. Las referencias de estos no califican para otorgarles algún grado de
territorialidad. Si agrego la visión como investigador, la cultura de emprendimiento
en Rancagua mostró parámetros de independencia económica con mejora
sustancial de la capacidad financiera, optimización del uso del tiempo y
búsqueda de vínculos para externalizar el propio negocio. Si nuestra cultura de
trabajo deja como una minoría el trabajo independiente, desde donde aprontamos
el emprendimiento por competencias, entonces los valores, tradiciones, los
aprendizajes, las experiencias y las ideas sobre el trabajo se superponen a las del
emprendimiento. Los contantes quiebres con lo establecido muestran que la cultura
del emprendimiento es al mismo tiempo, una categoría de la cultura del trabajo y
una búsqueda de identificación donde el emprendimiento va rompiendo paradigmas
asumidos del trabajo asalariado.
La cultura del emprendimiento rancagüino es propia por los tipos de personas que
la conforman más que por el territorio y sus condiciones socioculturales. Pese a la
dificultad de saber si los emprendedores se comportarían de la misma manera en
otro lugar, sus características e ideas los sitúan como individuos en constante
búsqueda de asociatividad, que asumo como una característica permanente y
permeable, ganada por las interacciones “naturales” del diario vivir.
c) Trabajo y cultura del emprendimiento en Chile
Ahora la discusión se centra en el emprendimiento y su característica como
un modelo cultural. En algunos casos, la conceptualización de cultura sigue siendo
la misma que se utiliza para la cultura del trabajo, a pesar de que el emprendimiento
puede entenderse como un fenómeno cultural, y como tal, “encierra conductas,
valores, creencias y modos de actuación, con la intencionalidad de generar
bienestar social en una comunidad”, mientras la cultura toma una importancia “tanto
para el proceso de desarrollo de la idea emprendedora como para la acción o puesta
en marcha” (Correas, 2009). Estas construcciones de prácticas culturales se reflejan
en el diario vivir del individuo, ya sea que se manifiesten en lo social, lo laboral, etc.
Cuando se manifiestan en lo laboral, las prácticas culturales se ven influenciadas
por la institucionalidad, sobre todo cuando el modelo de gobierno quiere reflejar al
emprendimiento como un pilar económico y laboral. Organizaciones como la
ASECH69, se plantean mostrar y generar una cultura emprendedora en todos los
niveles de la sociedad, con tal de “forjar un país con estructuras proclives al
emprendimiento” (ASECH, 2014). ¿Cómo es posible eso? En ese discurso se sobre
entiende que la cultura es vista como una forma de operar mediante el traspaso de
cosas o como si la cultura fuera un objeto cultivable (independiente de la etimología
del término). Se nota un aire de otorgar un ambiente emprendedor que se adecue
al nuevo trabajador que busca emprender, sumado al extraño sentimiento de que
cualquiera (aunque no sepa o no tenga las competencias) puede emprender.
Es bueno recordar que desde la implantación del modelo liberal y las crisis
económico-laborales desde los años ochenta, el trabajo por cuenta propia ha tenido
un aumento y actualmente un auge sin detenimiento y con todas las herramientas
posibles para que las personas se arriesguen, de tal manera que “todos tenemos
iguales posibilidades de tener éxito al realizar un emprendimiento” (Aravena et al,
2019). CORFO también se apropia del discurso emprendedor asociando la cultura,
señalando que:
El problema es que al unir este discurso con el de la ASECH, lo único que se puede
encontrar son frases sobre el emprendimiento y donde prácticamente todo tipo de
trabajo por cuenta propia que signifique formalización y venta de producto/servicio
es un emprendimiento, sumando que el emprendedor debe ser creativo e innovador.
La mirada es como si existiere un espíritu genuino y natural en los trabajadores, que
se verá premiado por la perseverancia y la meritocracia. El detalle es que la
idealización del personaje emprendedor debe sustentarse en un emprendimiento
por oportunidades, aun cuando el emprendimiento por necesidad esté bordeando la
mitad de estos (ya sea por necesidad de aumentar ingresos o por estar
desempleado). Cerca del 45% de los emprendimientos son por necesidad (GEM
2016; Universia, 2017), y dentro del restante, el emprendimiento por oportunidad,
ubico al emprendimiento por competencias70 que es el asumido para los
emprendedores rancagüinos de esta investigación. Esta idealización que comienza
en el discurso público decanta como falsas expectativas de emprendedores que
terminan viviendo de ferias, concursos y apoyos esporádicos en tiempos de crisis.
De ahí este modelo emprendedor o “cultura” de emprendimiento entendido por las
autoridades; como el resultado de una cierta cantidad de individuos que por
necesidad deben recurrir a trabajos atípicos e independientes, divagando entre un
posible éxito y una precariedad laboral (Aravena et al, 2019; Moya & Molina, 2017;
Zúñiga et al, 2015).
Es bueno visualizar como las instituciones a cargo del emprendimiento en Chile,
terminan definiendo (¿entendiendo?) la cultura del emprendimiento. Para la
ASECH, el emprendimiento “es el motor de la economía, fuente de movilidad social
71 https://home.asech.cl/pagina-estatica/nosotros
profesora.
Se produce en el trabajador una tensión entre obligación y satisfacción, la cual
parece ser mejor llevada en el modelo independiente del emprendimiento76, pues el
sujeto emprendedor se siente satisfecho con una libertad en dimensiones del
horario, el autoaprendizaje y la revaloración de las relaciones sociales. Aduzco que
el nivel de identificación con el trabajo y ver frutos de la preparación para el
desarrollo emprendedor son aristas para producir este bienestar. Para tomar la
comparativa respecto a este tema, se ha visto en el trabajo dependiente que si la
identificación sicológica con el trabajo es elevada (se trabaja en lo esperado y en lo
que se preparó), pero la obligación al cumplimiento es alta, la satisfacción no se
afecta de manera significativa y cuando el nivel de identificación es baja, mezclado
a un sentimiento de obligatoriedad, la satisfacción es elevada, incluso si se presenta
alto estrés (López et al, 2007). En el trabajo independiente del emprendedor, existe
alta identificación sicológica con el trabajo y que la obligación no es un sentimiento
en los sujetos, por tanto, el grado de satisfacción sería elevado con baja frustración
por el quehacer laboral. Es una mejora continua que estimula el crecimiento de la
persona en sus prácticas emprendedoras y por ende estimula el negocio, como se
puede observar en el “está sacando lo mejor de mí”.
Uno de los conceptos más asociados en el ámbito de cultura emprendedora (como
también en la cultura del trabajo en general) es la gestión77. Esta es impulsada como
un carácter propio del ambiente laboral y su desarrollo a gran escala, permite que
los individuos generen una capacidad de autogestión, que sería clave para las
decisiones de emprendimiento y para generar prácticas de trabajo acordes al
objetivo de la organización, de tal forma que la expectativa para el trabajador es
cumplir con los niveles de gestión esperados, los cuales se contienen por la
capacidad propia de elevar las competencias de trabajo y por la intención de la
organización por implementar modelos de gestión que se internen en las ideas y
prácticas de los trabajadores (Zangaro, 2011).
76 Si bien forma parte del imaginario social del emprendimiento, es cierto que forma parte también
del discurso del emprendedor.
77 En administración está fuertemente asociada a la mejora continua y la calidad.
Hasta aquí la visión general del trabajo se toma como elemento de la praxis diaria
emprendedores, con tal de entregarle una importancia a este o para otorgarle un
valor más allá de lo económico. Por ello, la satisfacción y libertad se acompañó de
la responsabilidad del trabajo:
78 Empresa gráfica con altos y bajos desde hace ocho años. Trabaja en paralelo como director de
carrera en Inacap.
79 Cafetería con local establecido. Se desempeñó antes como diseñadora gráfica asalariada.
mismo momento en que se genera ganancia por la actividad, permitiendo que la
satisfacción de la responsabilidad esté enmarcada en el desarrollo personal.
La interpretación cultural que se le da al trabajo puede estar centrada en el
intercambio, entendiendo que el valor que se le entrega a un servicio o producto es
intercambiado por dinero. Se visualiza la noción de un tiempo “ocupado” para esto
y cómo la carga mensual está implícita en la respuesta, aun cuando la
emprendedora P37 llevaba casi dos años dedicándose exclusivamente a su
negocio.
Lo cultural permea desde el entorno hacia el trabajador, que se leería como un
aspecto de la cultura del emprendimiento insertándose en el modo de producción
de la persona80.
“El trabajo como actividad en general, para mí trabajo es una forma
de adquirir tu… salario o tu renta o tus cantidades monetarias
mensuales o en un periodo X para poder tener cubiertos tus gastos
o tus necesidades… y trabajo en sí lo puedes ir aplicando en
distintas áreas, distintas actividades o distintos formatos de obtener
ese recurso, básicamente eso sería para mí el trabajo”. (A3581)
El trabajo es visto como la utilidad del acto ejercido, bajo la premisa de ser una
creencia clásica del trabajo como método de obtención de capital. Se recalca el
trabajo que toma un valor dentro de “ser útil para otros” (2do objetivo específico82).
¿Cambia la visión del trabajo al emprender? Esta pregunta está canalizada desde
el hecho de que cada uno de los entrevistados provenía del mundo asalariado y su
entendimiento del trabajo puede estar definida o asumida desde la cultura general
del trabajo. Para la muestra estudiada, a mayor tiempo de desempeño laboral,
existe una posibilidad de que el trabajo sea asumido como una forma de valorización
de la persona, sobre todo en un trabajo independiente, sumándose el alejamiento
80 Insistiendo que la cultura es una sola, aquí sería la interacción de una práctica en un ambiente
distinto.
81 Emprendimiento textil. Mujer. Trabajó antes como ingeniera informática (7 años).
82 Describir los valores (económicos, sociales, culturales) otorgados al trabajo emprendedor, según
los emprendedores rancagüinos, observando las prioridades dentro del entorno laboral.
del sentimiento de obligación y el dominio del horario de ejecución del trabajo (como
una libertad restringida, pero más “liberal” que los formatos clásicos del trabajo
dependiente).
¿Esta libertad está ligada a las expectativas y/o a “ser feliz” trabajando?
La felicidad o bienestar subjetivo, está asociada a la expectativa que genera el
trabajo. La expectativa positiva en la disposición del trabajo eleva el desempeño
laboral y viceversa. Esta disposición optimista es clave en cómo se espera que la
expectativa sea cubierta en la práctica. Si lo económico mejora, la felicidad está
tibiamente afectada, mientras que las pérdidas económicas tienen un fuerte
remezón en lo que a felicidad se refiere (Ahn & Mochón, 2010). Si bien estos
resultados se vieron en trabajadores asalariados, cabe indicar que los entrevistados
en Rancagua no destacaron en demasía lo ecnomómico, salvo lo mencionado como
un carácter cultural del trabajo: la programación de las ganancias no rutinarias 83 y
la dificultosa diferenciación entre los recursos del emprendimiento y del hogar. Si lo
analizamos desde el imaginario social de los emprendedores y el dominio de su
tiempo/espacio, esto es medianamente visible en el emprendimiento rancagüino,
pues el dominio del tiempo84 de trabajo es sólo una forma de no tener ataduras
horarias, pudiendo formarse nuevas ataduras desde la dependencia del horario de
los clientes o de lo proveedores. Se espera que en cualquier trabajo (dependiente
o independiente) uno sea capaz de ser juez de su propio bienestar y satisfacción.
Una dimensión de este punto es lo que la institucionalidad deja para los trabajadores
en cuanto a legislación y derechos, que en el emprendedor se traduce a las políticas
de emprendimiento que se generan para su desempeño. Las urgencias o estados
de catástrofe pueden mostrar si el camino del emprendimiento va en la dirección
que espera la autoridad, el cual se enmarca en la formalidad y la generación de
impuestos. Pero en casos como el de México, la respuesta ha sido contraria a esto,
pues el emprendimiento “puede tener características destructivas, es decir, que no
contribuye a la innovación y la generación de fuentes formales de empleo que
83 Aunque igual buscan “mensualizarse” con tal de coordinar mejor con su entorno.
84 Se analizará al detalle en un capítulo III.
fortalezcan la competitividad” (Charles et al, 2019). De esta manera, la explosión
del emprendimiento se da en negocios informales, situación que en Chile 85 es de
esperar si es que las políticas de emprendimiento se mantienen bajo la lógica del
discurso bonito y conciliador. La construcción de políticas a favor del
emprendimiento que consideren las características del entorno local, estarían
centradas en
85Ya se está viendo en la pandemia actual (2020), un estado similar al descrito en México.
86Y como se remarcó en la introducción, para el SII sólo existen empresas, no emprendimientos.
87 Trabajadores que no venden su fuerza de trabajo, pero que presentan algún grado de
subordinación al capital.
de los hogares con proveedor principal percibe ingresos de hasta 2 salarios mínimos
(datos 201388) y donde un 21% logra sobrepasar los 8 salarios mínimos. Asume
que, pese a la dependencia del capital, evitan de buena forma la precariedad, lo
cual es contrario al compararlo con los cuentapropistas (no encadenados a
empresas). Más aun, Sáez considera también que los mismos emprendedores
generan subempleos de informalidad/formalidad, dependiendo exclusivamente de
las variables del capital generado (Sáez, 2013), conduciendo a un alto grado de
autonomía en los emprendedores, la cual no se exime de trabajar en demasía o en
tener un dominio auténtico del horario.
88 $210.000 al 01 de agosto.
89 Cafetería móvil (carro). Se desempeñaba antes como profesor de música.
color y más trabajo que otros, porque da lo mismo es como todo
igualito cuando tú eres emprendedor o cuando tú trabajas solo tu
tiene una meta, tienes el tiempo…” (P6490)
Los entrevistados asumieron el trabajo como una oportunidad que entrega felicidad
(bienestar subjetivo) y lo eleva (sin quitar lo personal) dentro del marco social de la
familia. Para P64 las metas dirigen el camino emprendedor (más allá del capital) y
estas podrían mutar sin problema si no está en conformidad con la satisfacción. En
F38, lo llamativo es la frase posterior, pues el emprendimiento como un acto laboral
cae dentro de las oportunidades de estar en el sistema como de servir socialmente:
92 Thévenot (2016), lo analiza desde la propuesta de John Elster sobre el Homo Sociologicus vs
Homo Economicus.
93 Insisto que esta categorización la propongo dentro del emprendimiento por oportunidad.
con la identificación de este como un trabajador parcial o totalmente dependiente
del emprendimiento. Los valores personales que permiten la integración de los
saberes emprendedores fueron mostrando como la creencia de la libertad horaria y
de aprendizaje lograba la obtención de resultados en lo laboral. Los emprendedores
rancagüinos (y de otras latitudes, según bibliografía) parecen otorgarle más valor al
trabajo o al menos otros grados de importancia en paralelo a la obtención de capital
de sobrevivencia:
94Fue subgerente con oficina internacional para una empresa agrícola. El cambio al emprendimiento
fue drástico y cortante, sin ejercerlo en paralelo.
empresas el interés de la autoridad, que contrasta con la búsqueda de nuevos
caminos por parte de los trabajadores, sin dar crédito al éxito monetario o la posición
social.
95Al menos cuatro de los ocho entrevistados venía de un nicho donde emprender era posible y se
estimulaba.
Resumo que se han visto diferentes representaciones del trabajo como un carácter
cultural, centralizadas en la tensión satisfacción/obligación y en el intercambio de
valores entre lo producido y lo ganado. No es ánimo de esta investigación centrar
los análisis en la felicidad respecto del trabajo, pero a través de esta interpretación
se pueden ver aspectos que mostrarían que la cultura del trabajo, ampliamente
estudiada en los formatos dependientes asalariados, no es aplicable en un ciento
por ciento para el emprendimiento. Existiría una cultura del trabajo propia por cada
ambiente o nicho, como en el caso de Rancagua. Arteaga y colaborares encontraron
dentro de la relación de posicionamiento social y trabajo, tres formas de discurso
asociadas a su interpretación: una para moverse en el estrato social (no presente
en el discurso emprendedor de los entrevistados en Rancagua), una para la
construcción de un proyecto de vida social y diferenciado de lo clásico (esto sí
coincidiría con los entrevistados) y otra donde el trabajo sólo es un medio de
subsistencia que te mantiene en una posición social, sin generar aspiraciones
(Arteaga et al, 2016), lo cual difiere de los discursos de los emprendedores
entrevistados.
Los emprendedores rancagüinos revaloran el trabajo como una búsqueda constante
de oportunidades, ganancia de satisfacción personal y capacidad de desempeñarse
con libertad, todo bajo el prisma de la creencia que el emprendimiento presenta sus
propias prácticas, saberes y quehaceres, tomando principios de libertad individual,
mejoramiento de lazos sociales y por qué no, la diversión de ejecutar un trabajo.
III. TIEMPO
histórico, el cual debe ser considerado a la hora de evaluar la actuación de una sociedad.
De igual forma se reconoce que la interpretación del tiempo se guía por estándares
“objetivos”, como la cronología por astros, la cual es similar para todos los miembros
de una sociedad, así como también por estándares subjetivos, dotados de una
percepción diferenciada por cada individuo. El primero corresponde, justamente, al
tiempo cronológico y el segundo tiene varios matices, desde tiempo psicológico,
tiempo histórico, cualitativo (asociando que su contraparte, el cronológico, es
cuantitativo), entre otros, dejando incluso espacio para el tiempo efectivo, que es el
interpretado por el individuo dentro de los propios límites del tiempo cronológico, a
la vez que las temporadas de actividad social, como las cosechas, siembras o
festines, son otro tipo también de tiempo que particularmente puede ser resumido
como tiempo ambiental o natural (Blázquez, 2015; Elias, 1989; Torre, 2007).
En cuanto a las ideas y la interpretación del tiempo por parte de los individuos, estas
son creadas en el desarrollo de la persona, lo cual iría en conjunción con la madurez
o la toma de responsabilidades (pauta de conducta) en las etapas de la vida. Esto
haría notar la subjetividad de la interpretación del tiempo cronológico en cada
persona y que a su misma vez tiene diferentes formas de la idea del tiempo en
diferentes edades (Piaget, 1969). Además, la conceptualización del tiempo puede
cambiar según el tema tratado. La religión o los modos de reflexión tienen sus
formas de significado del tiempo que varían respecto al aspecto económico, sin
dejar de lado el carácter ambiental/entorno, del tiempo respecto a las variaciones
del clima (Elias, 1989; Evans, 1994).
El tiempo ha tomado su forma más cronológica en la actualidad al evolucionar
como concepto a la par del capitalismo, pasando desde nociones religiosas hasta
interpretar el valor de tiempo máximo, pero sin la pertenencia (dominio) del mismo
por el sujeto100. Básicamente es depender del capital y este se logra por la
dependencia del tiempo, dado que el tiempo de los seres humanos se debe ajustar
a la producción (Cladellas, 2009; Foucault, 2003).
100 Recalcando que algunas entrevistadas señalaron lo contrario, esto es, manejar y controlar el
tiempo.
En el sentido de la propiedad o del tiempo propio, los emprendedores pueden
generar su propia estructura temporal. Desde lo social, un discurso sobre el
emprendedor; como un imaginario social de los externos a él, corresponde a una
ventaja sobre el “libre albedrío” del horario. Esto se corroboró como una idea según
las entrevistas analizadas y quedó como una percepción en la práctica, incluso si
no es coincidente con el tiempo cronológico. Pareciera ser que la libertad horaria
fuese interpretada como control o manejo del tiempo lo que a su vez se identifica
como uso libre del tiempo. El emprendedor va estructurando su propio tiempo social
(subjetivo), donde el actor compara sus propias temporalidades con otros actores y
en donde lo estático/dinámico101 se racionaliza funcionalmente en el
aprovechamiento máximo del tiempo (Beriain, 2009; Torre, 2007). El tiempo; junto
al espacio, son dimensiones donde ocurren las experiencias y en donde en
particular el tiempo parece irremediablemente caer en una categoría social
(Durkheim, 1986). Es en ese espacio de dominio donde el tiempo se ejecuta con
libertad. Beriain propone esto como un habitus liberador de continuidad (Beriain,
2009), mientras que Ramos, reivindicándolo como un recurso, lo señala como una
politización que permite ejecutar poder para administrar el tiempo (Ramos, 2007).
La forma clásica del tiempo en la sociedad moderna puede plantearse de la
siguiente manera, restando el tercio del día correspondiente al sujeto dormido:
101 Particularmente, Berain asume que existe un entorno estático que corre a distinta velocidad
(tiempo entorno) y que el sujeto presupone un ritmo sobre eso (dinámico).
De acuerdo con esto, ocupar el tiempo (un tiempo cedido, prestado) dentro de un
tiempo total, asociaría un manejo cambiante en su connotación dada las
transformaciones según la utilidad.
“Algo que se asumió y sabían que iba a ser así y yo también; por lo
tanto, tratamos de adaptarnos y acomodarnos al sistema nuevo,
todos los tiempos tienen otra… hay otros tiempos ahora”. (F38)
102 Las ideas están expresadas bajo el objetivo específico “Estudiar los conocimientos e ideas de
los emprendedores rancagüinos, a través del análisis de las prácticas y conductas de estos”.
de pertenencia (Foucault, 2003), lo cual implicaría esta búsqueda interior del sujeto
que desea independizarse laboralmente, con tal de satisfacer la distribución horaria.
También el tiempo pareciera un bien fijo en nuestra sociedad, repartido de distintas
maneras por los actores. En el marco de los emprendedores, serían ocupantes de
cierta parte de un tiempo “económico” cronológico. Esto fue señalado hace mucho
tiempo de forma directa por Weber como “el tiempo es dinero”, provocando una
escasez crónica de tiempo libre ya que se entregaba al tiempo de trabajo (Weber,
2001); sin olvidar lo asociado por Marx del tiempo cedido como capital de trabajo.
Adam consideró al tiempo cronológico como una dimensión que permite orientar,
regular y controlar al actor, de tal forma de establecer el tiempo como algo
indisociable del individuo. El trabajo entonces se traduce en dinero y cualquier
incertidumbre asociada al riesgo, se transforma en seguros, ahorros, planes de
salud, etc. El no trabajo103, debe ser un complemento del “tiempo vivido, donado y
generado, con un componente difícilmente cuantificable y, por tanto, no traducible
en dinero” (Adam, 2001). Ramos asume esto como el valor y tiempo empleado como
recurso, donde moralmente se hace un “sacrificio a cambio de”, mientras Beriain
interpela al tiempo capitalista-métrico y cualitativo, de manera que la racionalización
sociocultural del tiempo cae en diferentes hitos que pueden ser visto como pautas
de conducta. Estos hitos son el tiempo sagrado, el tiempo como ritmo diario de
actividad omnipresente, el tiempo impreso/plasmado y el tiempo como trabajo y
disciplina (Beriain, 1997). Este último se considera como el que rige las pautas de
conducta actualmente en nuestra sociedad, dejando de lado los tiempos sagrados
y centrándose más en el cumplimiento de metas y objetivos. A este símbolo de
eficiencia, Ramos lo considera bajo el tiempo como recurso, el cual es un bien
escaso pero satisfactorio, pues la escasez es interpretada en forma diferente a la
metáfora mercantil; esto es, la escasez impide más desarrollo, variantes y
aprendizajes en lugar de “menos dinero.”
“el respaldo que digo para poder avanzar con la idea y seguir
colocándole recursos dedicándole tiempo… sobre todo mucho
tiempo y buscando opciones
de mercado…”. (A35)
104Cabe señalar que ninguno de los entrevistados mencionó en forma literal el concepto de ocio, el
cual tiene acepciones dependiendo de su interpretación: Ocio neto (hacer nada); ocio en desarrollo
(pasatiempos, artes, etc.); ocio social, etc. En rigor se toma como el uso del tiempo cronológico fuera
de los estándares normativos (horario de trabajo, familiar, etc.).
reparte el día entre vivir y ganar dinero, lo cual, como se dijo, es una aseveración
que ha acompañado desde siempre al capitalismo y sus cambios históricos (Ramos,
2007; Marx, 2011).
La interpretación del tiempo que se guía por estándares “objetivos”, como la
cronología por astros, es una forma de asentar el tiempo cronológico, la cual es
similar para todos los miembros de una sociedad. Se subraya nuevamente que el
estándar subjetivo está dotado de una percepción diferenciada por cada individuo.
Para A35, el tiempo es un recurso que satisface la necesidad de un consumidor
(cliente). La dedicación del tiempo para lograr una idea que se traduce
inmediatamente en un cálculo de entrega de tiempo, que de seguro involucra los
momentos de creación, de diseño y la búsqueda de clientes. El trabajo intelectual
(la idea para algo) goza de un libertada que la práctica no entregaría con eficiencia
en el trabajo asalariado, pero sí (tal vez) en el formato emprendedor. En el tiempo
como recurso no importaría el proceso, sino el resultado, obligado por el objeto que
debe crearse, sin valorar la creación de este y donde el tiempo libre no genera
productividad. El “trabajo y no trabajo… se encuentran en una oposición dada e
irreductible, natural y eterna” (Rieznik, 2001). Barajaría que en los emprendedores
no se ha perdido el tiempo como un recurso, pero quizás no es tan absolutista como
la interpretación de Rieznik, pues una práctica para recalcular ese recurso y
aprovecharlo de mejora manera, sería romper el estereotipo del horario fijo,
volcándose a un horario de domino propio.
105Dentro de los análisis que se hicieron en esta investigación, se obtuvieron resultados que
estuvieron acorde a la construcción de una pauta de entrevistas basadas operacionalmente en los
objetivos específicos propuestos (ver anexo 1).
“Estábamos hablando de lo que era la libertad, la responsabilidad y
el agobio… entonces la libertad (de) que yo podía manejar mis
tiempos… De repente que está enfermo el niño y tení’ que faltar al
trabajo. Yo dispongo de mis tiempos y coordinamos con mi socia
para aquello”. (A37)
“…el manejo del tiempo, cuánto tiempo tienes que trabajar, cuánto
tiempo no tienes que trabajar, cuándo te puedes ir de vacaciones,
cuando no te puedes ir de vacaciones, esa cuestión para mí es de
vivir la vida… yo trabajo para vivir no vivo para trabajar…” (P64)
Bajo la premisa de “mi” tiempo, visto como una posesión absoluta, este se consideró
perteneciente al individuo. ¿Podría entonces entenderse el préstamo del tiempo a
entidades superiores que disponen de este o justamente al revés? Esta pregunta la
planteo en virtud de que, según el sistema de trabajo, el tiempo podría manejarse
(controlarse) más o menos. Ante lo mismo, P37 estimó que es responsable de sus
libertades junto con el tiempo, poniendo de manifiesto la posesión de este en función
de la libertad. A la vez, P64 (galletas veganas) toma el manejo del tiempo como el
control de los momentos y la libertad de sobrecargar la balanza del trabajo y la
calidad de vida dependiente del tiempo. Esto sería, ¿libertad para controlar el tiempo
o libertad para seleccionar acciones dentro de un patrón obligado dentro de un
tiempo106 total establecido? Es interesante ver que, si conscientemente
registráramos nuestras actividades diarias, veríamos un sinfín de anotaciones que
106Dos acepciones de la palabra tiempo en la RAE: 1) Duración de las cosas sujetas a mudanza. 2)
Época durante la cual vive alguien o sucede algo. La significancia aquí estaría centrada en el
tiempo como patrón donde selecciono acciones, pero a su vez, este “tiempo” es creado durante el
evento.
nos parecerían engorrosas y difíciles de seguir. De hecho, las actividades diarias
realizadas nos distinguen como personas mientras seamos sujetos despiertos107
(Heras, 2010). Estas actividades ocupan tiempos dentro del tiempo108, siendo este
último resultado de un intento pragmático de control por parte de una autoridad,
mostrando la ilusión del control (asociando el “manejar mi tiempo”). Históricamente
es en el trabajo (lo laboral) donde se ha intentado un mayor control global del tiempo,
en donde los sujetos pueden ocupar los espacios sobrantes. Este control dejaría
espacios propios para el tiempo libre de un trabajador, en virtud de que “se trata de
un control más difuso, que no se establece en base a líneas de mando y a jerarquías
formalmente establecidas, con sus tiempos rutinarios y previsibles, sino a través de
una cooperación más autónoma y participativa… Pero que exigen también una
vigilancia y una supervisión continua de los trabajadores, a veces incluso por parte
de los propios compañeros de los equipos en los que se integran” (Vázquez &
Duque, 2019).
La institucionalidad no se queda fuera de la discusión, pues existe una tendencia
proveniente de países europeos a reducir el horario de trabajo para otorgar más
empleo a más cantidad de personas109. Si bien la sociedad lo considera positivo, la
problemática estaría en la real aplicación de esto y las posibles implicancias
sociales. Es lo remanente del tiempo de trabajo (primario en el tiempo total) lo que
aumentaría su horario, pero sería usado bajo los mismos parámetros de quienes
controlan el tiempo (se imponen; por ejemplo, pautas de consumo). Entonces
cambiarían las percepciones del trabajo/no trabajo al cambiar las condiciones
materiales de estos. Y dado que “el tiempo y el espacio son los dos parámetros en
los que se mueve la vida personal y colectiva. De ahí la importancia de quién los
controle” (Blanco, 1999).
107 Heras distingue entre sujetos despiertos y sujetos dormidos, aduciendo que estos últimos son
una categoría única para todos.
108 Entiéndase como tiempos subjetivos dentro del tiempo cronológico macro.
109 Trabajar menos para trabajar todos.
Es la experiencia vivida en los trabajos asalariados la que podría interpretarse como
una acumulación de prácticas que condicionan y dirigen la decisión de emprender.
O sea, los turnos de trabajo, la dependencia de jefaturas y el salario solamente
aceptable por su rutina pagadora, no son suficientes ni eficientes en otorgar grados
de libertad a la persona, entonces se tendría un “culpable” que usurpa el tiempo, el
cual serviría para acumular experiencia y fomentar habilidades. Por cuanto lo
mínimo es tener flexibilidad en las condiciones laborales. De esta manera, la
incertidumbre laboral decae mientras se envejece, y ejercer una actividad
productiva pasa a ser una responsabilidad de control propio del emprendedor
(Manzano, 2017). Se produciría así, una apropiación del tiempo110, la cual
significaría a su vez, un imaginario de libertad respecto a la imposición capitalista
del trabajo. La libertad dentro del modelo capitalista asume dos razones principales
según Amartya Sen: una de evaluación donde “el progreso ha de evaluarse
principalmente en función del aumento que hayan experimentado o no las libertades
de los individuos”; y otra de eficacia, en donde “el desarrollo depende totalmente de
la libre agencia de los individuos”. El autor propone que es el progreso industrial y
la modernización lo que contribuye a “expandir la libertad del hombre” (Han, 2000:
citado en Pico, 2017). La apropiación del tiempo no toma estas causales y gracias
a estas razones propuestas, el imaginario de libertad sería interpretado fuera del
canon capitalista, pese a seguir siendo “prisionero” de las temporalidades de los
otros actores que comparten con el sujeto, donde en el emprendedor puede
significar familia, amigos, clientes, proveedores, etc., es decir, afecta sus vínculos.
Si nos centramos en el tiempo productivo, podríamos considerar que se pasa el
control del tiempo total de trabajo al sujeto, pero como se señaló, este nuevo tiempo
de control pasa a ser dependiente o demandante de otros individuos. A35 señaló
esto en la comparación asalariado dependiente-emprendedor independiente:
110Aquí parece prudente asociar que esto es independiente de toda categorización, es simplemente
tomarse el tiempo.
“…el tiempo, el manejar tu tiempo, el poder hacer rendir, quizás, tu
tiempo de una forma más eficiente que cuando estás con un trabajo
dependiente, (en el) que entras a un horario fijo y no
necesariamente sales a tu horario establecido en el contrato. Puede
ser una o dos horas después, horas extras, que problemas de último
minuto…” (A35)
Se puede ver un sentido de no alienación del tiempo. Al parecer debe darse una
forma menos común que el trabajo asalariado para lograr la desalienación. Lo más
cercano para los emprendedores fue el derecho a cambiarse de trabajo negociando
mejores salarios, creando el espacio necesario para el riesgo de la
independencia. Aun así,
“pareciese que hasta los menos afortunados en términos de ingreso
estuviesen convencidos de las enormes ventajas de la competencia
en el trabajo, pues permite cambiarse rápidamente de empleador si
la paga es mejor” (Díaz, 1999).
112Los autores citan a Boulin sobre el punto de la organización social. Boulin, J.-Y. (1997) "From
working time to city time: the case for a single approach to time policies". Transfer, 4/97: 723-736.
d) El valor del tiempo emprendedor.
Observar cómo C51(Galletas del mundo), estimó que la propia definición de
un emprendedor está en la valorización del tiempo a un nivel donde asocia mayor
libertad personal al contratar tiempos ajenos (Bauman, por ejemplo, siempre ha
hablado de tiempo invertido como recurso monetario en el capitalismo), sin hacerlo
sentir como una forma de coartar a otros, sino más bien como una derivación del
tiempo productivo.
Esta valorización del tiempo es bajo la premisa de que el tiempo productivo involucra
más de ocho horas (comúnmente aceptado para culturas como la nuestra113), pues
sumamos tiempo de viaje desde y hacia, más los tiempos cronológicos de
preparación para el trabajo.
Me atrevo a establecer que el tiempo productivo total puede ser 24 horas como una
alegoría de que el tiempo de descanso (sujeto dormido), está desligado de la
acepción clásica de 8 horas continuas nocturnas114.
La segmentación de los “subtiempos” está en indeterminados115 números de
clústeres de actividades, donde lo productivo es mayoritario, pero con una
constante decisión (y usabilidad) en aspectos sociales y de ocio. En la figura 3
aparece una representación de esta propuesta.
“Lo que pasa es que por cada hijo es un tiempo en gestión que
cronológicamente se va sumando, digamos un tiempo de gestión
que tení’ que hacer por cada niño… Básicamente, cómo haces la
magia”. (A37)
Entre ambas opiniones se visualiza que mejoran las condiciones para causas
distintas. En un caso es aprender el uso del tiempo como mejora de la gestión y en
otro es la libertad ganada (que toma sentido con lo discutido en el apartado anterior).
Pero también se observa una incompatibilidad si asociamos ganancia neta de algo
positivo. Para A37 el tiempo nuevo escasea y para C51 el tiempo nuevo permite
nuevas actividades. Es potente observar que en ambos casos se producen nuevas
prácticas y nuevos aprendizajes, lo cual queda en línea con el cambio cultural, o
dicho directamente, formaría parte de la cultura del emprendimiento 116. La
incompatibilidad se refleja, a mi juicio, porque el tiempo ganado de libertad por
sobre el sistema capitalista de trabajo, tiene distintas formas de expresión. Si
aceptamos que la satisfacción laboral depende, entre cosas, del manejo de los
tiempos, el sentimiento del logro de objetivos sería clave en los emprendedores para
esta aceptación más allá de lo económico, incluyendo que mayores niveles de
satisfacción generan mayor productividad y, por tanto, en estos trabadores ya viene
implícito un sentimiento de logro dado que son dueños de las decisiones
(Saldarriaga & Vargas, 2018). Si a nivel general el manejo del tiempo es parte del
beneficio, el cómo se ocupa muestra un grado de independencia entre los
116De paso, se topan tópicos de los 3 objetivos específicos, ya sea asociando creencias sobre el
trabajo y el no trabajo, las prioridades dentro del entorno laboral y los aprendizajes e ideas del
emprendimiento.
individuos, lo cual es un carácter identificatorio y marca al emprendimiento como
una actividad difícil de estandarizar desde la mirada del actor.
En los emprendedores rancagüinos el tiempo productivo y el tiempo libre están
mezclados y se transforman en varios momentos de elección diarios que juegan
entre la producción, el aprendizaje, la gestión familiar y el negocio. Esto mismo da
una pequeña luz sobre la forma de percibir el tiempo. Tal vez sabiendo que no hay
un peso de control externo sobre el horario, el sujeto emprendedor se empodera del
mismo, como si pudiera manejarlo por fuera del sistema o, mejor dicho, como si
usara el tiempo en diversos “subtiempos” continuos del día. Usando la relación del
tiempo y la responsabilidad, se habla de la temporalidad como una “aprehensión o
interiorización de una forma del tiempo en torno a la cual se tejen todos los
elementos que conforman las representaciones de individuos y colectivos acerca de
nuestra realidad próxima” (Jiménez, 2009).
Si volvemos a la discusión sobre el tiempo prestado por la sociedad o si bien, cada
uno de nosotros construye sus patrones de tiempo, el rol de la cultura se hace
importante, pues justamente el tiempo responde a interpretaciones culturales que
dejarían un espacio interpretativo donde el sujeto genera un sentimiento de dominio
sobre el tiempo, tangible para su persona y sin necesidad de tener una lectura
“objetiva” por parte de la sociedad. El imaginario de libertad es potente para el
individuo y se siente dueño del tiempo, se apropia de este (“mi tiempo”).
118
La mayúscula es propia de los autores en el estudio original. Futuro (F): denota una orientación
hacia la planificación y el desplazamiento de gratificaciones en función del logro de objetivos, y la
evaluación de las consecuencias futuras de las acciones en el presente.
119 Las cuales resumo en su contexto del “tiempo invertido en” como lo social.
120 Centro de Investigaciones Sociológicas de Madrid. El barómetro del uso del tiempo es una
encuesta del año 2008, que evaluó las nuevas formas de redistribución del tiempo diario.
121 No se diferenciaron en el estudio tipos de trabajo, pero la mayoría fue asalariado dependiente.
¿Es una ilusión o un imaginario el nuevo tiempo conseguido desde el horario creado
socioculturalmente? La respuesta no es sencilla, pues se debe tomar en cuenta las
percepciones del otro interactuante con el emprendedor. Socialmente, todos los
demás sujetos ajenos al individuo generan y perturban el espacio y tiempo, en
dependencia del tipo de actividad o comportamiento. Por ejemplo, si bien el tiempo
de trabajo ya no es dependiente de un horario asignado, el cliente del
emprendimiento podría estar al mismo tiempo, reemplazando esa necesidad de
cuadrar la temporalidad. Pienso que se producen percepciones en ambos sentidos;
es decir, el emprendedor percibe de una manera el tiempo en la cual se desprende
de lo cronológico, pero a su vez interactúa con sus vínculos, regido en mayor estado
por el tiempo cronológico. El siguiente esquema muestra esto desde el
acercamiento a un clúster temporal:
La vida social se consideró escasa y redundante (sin dar una connotación negativa
a esta palabra). La subjetividad de la estimación horaria da al tiempo un carácter
posesivo y resultante de lo cronológico. Se observa una variable sobre el poder del
tiempo o del manejo del tiempo, lo cual se transforma literalmente en un tiempo
metafórico, imposible de estimar, pero rápidamente idealizado en una necesidad de
control:
“… pa´ disponer del tiempo… tenemos que trabajar doce horas
porque hay que hacer mil weas’… pero ya dentro de esas doce
horas podemos redistribuir lo que es más o menos…”. (C51)
No es discutible lo del “mil weas” porque sabemos que es una exageración, pero es
interesante ver que las doce horas parecen una estimación más concreta,
reivindicada en la misma opinión y luego usado como una base redistributiva.
Ramos hace una observación sobre esto:
Bajo el riesgo de la pérdida del cliente, es este último que asume una calidad de
servicio sin importar el tiempo cronológico extra que deba suponer en el sujeto
emprendedor. Si bien faltarían estudiar otras variables como la negociación misma
122Y esta pareciera una paradoja que suena bastante asertiva si se reflexiona la frase.
123Portafolio es algo normal en el mundo del diseño. Corresponde al catálogo de trabajos realizados
en algún formato de fácil visualización. Actualmente se usa la misma página web del negocio o las
RRSS.
o las condiciones del trato, recalco la figura del “no tiempo” y como en la interacción
con el cliente, la dependencia temporal adquiere otros matices. Otro ejemplo:
Finalmente, quiero resumir los aspectos analizados en una metáfora temporal que
muestra la relación de lo productivo con la posesión del tiempo:
124 O también podría tomarse como un manejo más libre del tiempo social.
IV. COOPERATIVISMO Y COLABORACIÓN
De igual manera, el agua se congela a cero grados Celsius, sin embargo, tanto el oxígeno como el
hidrógeno son gases a esa temperatura.
128 Esto tributaría el objetivo específico 3: Estudiar los aprendizajes e ideas del emprendimiento de
los emprendedores rancagüinos, a través del análisis de las prácticas y conductas de estos.
contraparte y la calidad de los derechos de propiedad que se están
intercambiando; así como establecer el contrato de transferencia y
prever la ocurrencia de diferencias y resolución de altercados”
(Viego, 2004).
“Con ellos (otros emprendedores del rubro) nos pasa que es como
bien colaborativo nuestra forma de trabajar… no ando sólo
pensando en mí negocio, sino que es una cuestión como… una red
media espontánea de la gente que voy conociendo … creo que la
colaboración entre emprendedores de este tamaño, del tamaño
nuestro, es fundamental y se pueden hacer mil cosas así”. (C51)
Si bien para el rubro de los comestibles (C51) las combinaciones con otros
productos son mayores que los imaginados para la cerveza (C42), me gustaría
reconocer la existencia del interés de colaboración dentro o fuera del rubro, pues en
el ejemplo de C42, generar un trabajo conjunto con embutidos, si bien no es
descabellado ni poco frecuente, la interacción se busca desde la producción
misma131, no desde la venta; es decir, se asumen riesgos inherentes de probar
(aumentando la incertidumbre) productos o servicios para el complejo campo
económico de la oferta-demanda.
130 “Incluir la conceptualización de sistemas para hablar de redes es necesario, ya que solo tomando
en cuenta la interacción constante de los individuos y su interconexión con sistemas mayores; así
como, el manejo de sus propios subsistemas hace entender la necesidad de encontrarse inmerso
en redes, las cuales en muchos casos surgen de forma natural o espontánea como el caso de las
relaciones familiares, mientras que otras se van creando y fomentando con el tiempo en el medio
donde se desenvuelva el individuo” (Granadillo, 2015).
131 Charcutería cocinada en la cerveza del emprendedor y ofrecidas con ambos logos.
Los emprendedores, como trabajadores independientes, no están sujetos a realizar
sus actividades en solitario, sino que forman parte de una o más agrupaciones de
las cuales se nutren con información, conocimiento, recursos capitales, influencias
de poder, etc. Estas agrupaciones colaborativas, son asociaciones informales o
podrían ser a su vez, redes de contacto, con las cuales, lo integral es pertenecer y
ser parte de ellas, pues podrían definir (en alta probabilidad) el éxito del negocio.
De esta manera, “un emprendedor que participa de una red más desarrollada (en
términos del número y la calidad de los lazos creados), tendrá mayor posibilidad de
acceder a recursos escasos, incrementando la probabilidad de éxito del
emprendimiento” (Herrera, 2009).
132La economía de escala es un modelo empresarial que se emplea en diversas áreas o sectores
de la industria, principalmente si la apuesta estratégica de una compañía es la producción masiva o
de muchas piezas a la vez.
proveedores, acuerdos con grandes clientes, etc., donde el individualismo pudiera
demostrar resultados ineficientes e incapacidades de reflexión respecto a lo que se
debería mejorar en la gestión. Existe una búsqueda de realización individual
mediante el aporte a estas redes informales y la revaloración de la asociatividad se
fortalecería por las ganancias capitales (más allá de lo económico, sin dejar de ser
vital), y en la complicidad no arbitraria de los individuos, pues eso retribuye el
comportamiento asociativo y disminuye la aflicción de la incertidumbre (Molina,
2010: Savall et al, 2020). Con todo, pudiera no ser suficiente para considerarlo una
red formal porque se necesita, más allá de las relaciones culturales de los individuos
emprendedores, la generación de estructuras de apoyo institucionalizadas, las
cuales “trascienden las acciones de los sujetos” y sus “formas de integración, que
se entienden como los marcos contextuales en los que se realizan los intercambios
de bienes, servicios y personas…” (Molina, 2010).
En estos niveles, son las redes sociales de tipo personal las conducentes a redes
económicas y a la posterior generación de redes de empresarios fundamentadas en
la asociatividad. De esa manera, las relaciones socioeconómicas levantarían la
formación de una red social general. (Dubini & Aldrich, 1991). Estas redes no son
fijas y mutan con el contexto sociocultural de los emprendimientos dada las
necesidades locales, donde la asociatividad, expresada en redes económicas, se
adaptará a esas necesidades, teniendo presente el beneficio colectivo por sobre el
individual y dominando las interacciones con la institucionalidad. Estos aspectos
definen al sujeto emprendedor como un actor socioeconómico que optimiza los
recursos en virtud de las redes que forme (Ostrom, 2000). Si adosamos la
característica de la zona donde opera la actividad emprendedora y cómo se
desarrollan estas interacciones recíprocas, se puede inferir que
Ante esto, la contingencia requiere que más que ver las redes como organizaciones
jerárquicas, deben ser analizadas en su sentido práctico, el cual muestra que las
redes articulan el territorio mediante una activa interacción, incluso evitando a la
institucionalidad. De esta manera, las redes como núcleos de sistemas en una
ciudad se caracterizan por “el permanente intercambio de actividades, materiales,
energía, etc.” (Mascareño, 2013). En otra perspectiva al concepto red está la teoría
del actor-red, la cual, sin la intención de profundizar en una conceptualización
basada en ella, sirve para entender el acercamiento hacia las redes de
emprendimiento o, mejor dicho, redes del emprendedor rancagüino. La teoría del
actor-red proviene en parte desde los postulados de Bruno Latour dentro de una
sociología de asociaciones, que relaciona en el mismo nivel de participación a los
individuos, su entorno y la tecnología. El orden social depende de los propios
actores y no de un observador secundario.
En esta teoría se permite hablar de una simetría del actuar de los seres humanos,
las tecnologías, los artefactos y los objetos; por tanto, la red se comporta como un
accionar redistribuido. Esta teoría es una visión que privilegia las acciones de los
individuos por sobre el actuar conjunto de la sociedad la red misma, en un juego de
sujeto-entorno constante donde se fortalece el entramado de los componentes de
la red (Day, 2019). Como última arista y en una contraposición a Latour, aparece
Castells situando a la red como un conjunto interconectado de nodos, que muta y
varía dependiendo de la red y esta misma tiene tantos niveles como interacciones
puedan crearse, generando su propio lenguaje. Para Castells, la red opera como un
modelo de resistencia de la agencia respecto a las estructuras sociales 133, si bien
para el autor tanto la agencia como la estructura se construyen como red en sí
mismas (Day, 2019). Se formaría una red que evoluciona desde una red asociativa
de crecimiento a una red de relaciones socioeconómicas (Granadillo, 2015). En un
contrapunto sobre la red como forma de expresión de la asociatividad, son las
relaciones constantes del emprendedor las que se mezclan en su operatividad
diaria. Por ejemplo, los factores familiares, pueden presentarse positiva o
negativamente (bajo visión emic), significando en beneficios o ventajas para el
negocio:
133
Vale considerar que, en Chile, la CORFO tiene un fondo regional denominado Red Asociativa, en
donde se prometen estas mejoras, basadas en la transferencia de tecnologías, la innovación y el
mercadeo.
pues durante el período poscrisis (o en cambios de gobierno) las redes de apoyo
formal suelen reestructurarse o mutar dependiendo del enfoque de la ayuda. La
trascendencia de la red informal es la que determina la continuidad de los negocios
(Savall et al, 2020). Más aún, pareciera que la no valoración de una red por parte
de A37 (pese a que la resume en sólo un concepto) radica en un aspecto de
confianza sobre otras personas.
134 “Un vínculo fuerte puede ser un puente, por tanto, sólo si ninguna de sus partes tiene otros
vínculos fuertes, poco probable en un sistema social de cualquier tamaño (pero pequeño en un
pequeño grupo). Los vínculos débiles no sufren tanta restricción, aunque ciertamente no son
automáticamente puentes. Lo que es importante, más bien, es que todos los puentes son vínculos
débiles” (Granovetter, 2003).
135 Un puente proporciona la ruta donde la información o influencia transcurre en doble sentido entre
136 Una especie de “élite” cultural que posee grandes conocimientos y dominio del mundo
tecnológico.
que “la comunicación ha cambiado nuestra forma de producir, consumir, gestionar,
informar y pensar. Las actividades estratégicamente dominantes están organizadas
en redes globales de decisión e intercambio” (Villacis et al, 2018). Estas redes
sociales interpretan o usan como instrumento de comunicación las plataformas
digitales que consideramos como RRSS. Las RRSS son, al mismo tiempo que una
ventaja competitiva, complicaciones por el estrecho tiempo de respuesta
mensaje/receptor entre los clientes y los emprendedores.
En esta frase quise mostrar la relación entre las Redes Sociales (RRSS) y las redes
sociales en general. El emprendedor abordó una desventaja en función de recibir lo
que llamaríamos funa137 o la discriminación del producto ofrecido. Lo tomé desde la
desventaja en un comienzo, pero luego, el mismo emprendedor fue viendo las
ventajas asociadas a la expansión de la red de contactos, clientes y proveedores;
es decir, el aumento de relaciones sociales tuvo un aumento gracias al puntapié
inicial de del instrumento digital de comunicación (Facebook, Instagram). El detalle
radica en el trabajo extra que puede significar esto, más allá de las ventajas, pues
“las redes sociales muestran sus bondades de impactos para los emprendimientos
y esto abre el campo a los Community Managers138 quienes son responsables de
137 De moda hoy por hoy, las funas corresponden a descalificación subjetiva principalmente de un
personaje, pero también puede ser de un producto, servicio o institución. Es algo característico de
las RRSS, aprovechando su velocidad de difusión y efecto. Se considera subjetiva porque puede
iniciar como una red en el mar, sin todos los antecedentes y tomando como mal menor equivocarse.
138Son los responsables de construir y administrar la comunidad online y gestionar la identidad y la
imagen de marca, creando y manteniendo relaciones estables y duraderas con sus clientes
(iebschool.com).
manejar adecuadamente los recursos de información interna como ofertas de
productos o servicios proporcionados por los emprendimientos y la información
externa generada por las plataformas de comunicación en línea o Social Media
donde el contenido es creado por los propios usuarios mediante el uso de las
tecnologías de la Web 2.0139” (Villacis et al, 2018). Este trabajo de mánager digital
no necesita ser expresado por un algún agente externo, más bien, siempre
comienza como un nuevo desdoblamiento profesional para los propios
emprendedores.
Se destaca el hecho del aprendizaje que le significó entender el rol del manejo de
las RRSS para su negocio y como ese impulso le llevó de un pensamiento abstracto
del trabajo a un pensamiento centrado en la rentabilidad y estabilidad. Lo referente
a “tranzar un poco sus dogmas” me pareció interesante por la relación vocacional
del trabajo, pues su emprendimiento está íntimamente ligado a su profesión, lo cual
se dio sólo en tres de los ocho emprendedores entrevistados, siendo su caso el más
notorio (Agencia de diseño-diseñador gráfico). Esta responsabilidad no es ajena de
Esa necesidad del recurso digital acá se destaca como una necesidad o como un
tiempo extra de administración y que requiere también un esfuerzo extra de
aprendizaje. Ante esto, es interesante la siguiente declaración:
Por su formación (ingeniera informática), parece ser más dócil ante el hecho de
adecuarse a estas formas de marketing digital140, pero se notó como la presencia
en la red social extendió la captación del cliente y genera un vínculo que hasta ahora
no podríamos diferenciar desde otras formas de clientela como la cartera de clientes
o el compartir experiencias en directo con estos. Por esto es por lo que me llamó la
atención analizar lo de las RRSS como instrumento, porque dentro de la muestra
existen emprendedores que dependen en forma directa del contacto con el cliente
y las plataformas digitales pudieran significar una ganancia de valor del negocio
emprendedor, como una especie de validación.
140Marketing digital no es precisamente marketing para los entendidos clásicos del concepto y
prefieren denominarlo “difusión”.
“…después de tres años de trabajar en ferias y tener seguidores, las
redes sociales en estos tiempos me sirvieron mucho, al ver la
cantidad de seguidores que se seguían sumando sin estar presente
en un lugar fijo, me llevó a tomar la decisión de dejar lo establecido,
renunciar y tomar mi propio contrato, mi propio rumbo económico”.
(F38)
Una experiencia de interacción a través de las redes sociales permitió validar una
decisión con tal de probar un sistema estático de venta (café en carro) luego de ver
positividad en la aceptación del producto y posterior al inicio quisquilloso de la
opinión por la competencia. Este período de prueba del negocio es común en las
construcciones de empresas para emprendedores que dependen en paralelo de
otro sustento (sea este un trabajo formal, dinero acumulado, por convención de la
pareja, etc.). Si bien el riesgo es una consecuencia inherente de emprender,
mantener estos recursos de sustento paralelo aliviana el riesgo, pero a mi juicio
también entrega un espacio suficiente para analizar las consecuencias y decidir
sobre el negocio a ejercer. Sería un pre-momento de emprendimiento que,
endosado en los paradigmas actuales, se corresponde en gran medida con los
análisis de comportamiento del negocio en RRSS. De esta manera, el uso de las
plataformas digitales se transforma en un recurso fundamental. Hernán Herrera
expone sobre este punto:
Insistiendo con la suplencia, este asunto ocurre dentro del plano de complementar
las relaciones sociales y facilitarlas, de tal forma que todo el tiempo disponible141
quede para el emprendimiento y su contexto. El reemplazo de la interacción física
ocurre tanto individual como colectivamente. Pareciera ser que aun cuando implique
más trabajo en la interacción misma, ya sea por escribir, aprender nuevos recursos
digitales o generar multi cuentas de acceso, la masificación del medio de contacto
como una RRSS radica en la inmediatez o la aceleración del mensaje. Esto está
asumido con un nuevo entorno de relación “donde existen canales (Web, e-mail,
voz IP, vídeo) y soportes (sitios webs, blogs, wikis, comunidades, banners, etc.)
…Nunca había habido un medio capaz de integrar al resto” (Rosales, 2010). La
integración es una referencia necesaria, pues las habilidades de manejo en RRSS,
consideradas vitales para establecer relaciones de compra/venta, se deben sumar
La percepción del cliente por parte del emprendedor también radica en qué se está
mostrando a este, pues la calidad del producto será un vínculo esencial para
generar un lazo de fidelidad, si bien también se habló sobre la generación inicial de
interacción mediante medios de comunicación en redes sociales. Una forma de red
que está íntimamente relacionada a la interacción de emprendedores (pero no es
exclusiva de estos) es el trabajo entre profesionales de áreas diversas, lo cual en el
emprendimiento se radica en asociaciones temporales no formales de negocios de
distinto rubro. Se denominan Coworking, y han explotado como usabilidad casi
obligatoria para los negocios que tengan pretensiones de crecimiento acelerado. La
relación construida con el entorno emprendedor radicaría en el aumento del capital
social144. En una investigación realizada sobre la relación entre capital social y el
coworking en la región de Valparaíso, se estableció que el capital social genera
espacios de trabajo colaborativo el cual fue proporcional a las mismas variables del
capital social, lo que significa “que en la medida que dentro de estos espacios de
trabajo colaborativos (coworking) se genere más confianza, se establezca más
comunicación y se creen más redes sociales, el capital social aumentará
144 “El capital social sería diferente al financiero y al de recursos materiales, donde la diferencia pareciera
estribar en que este capital social tendría una existencia etérea mientras que los otros una "concreta" y, en
aras de un realismo empírico pareciera ser adecuado darle la concreción del capital a las asociaciones
humanas” (Bolívar & Elizalde, 2011).
proporcionalmente al aumento de estas variables” (Zamora et al, 2017). ¿Es el
capital social un concepto entendido por los propios emprendedores de Rancagua
como algo crucial para ejercer su negocio y relacionarse con el entorno? No. Al
menos en su forma integrada de varias dimensiones145, no es visualizado, pero la
importancia de las formas de interacción estaría por sobre los beneficios
económicos y de posicionamiento de marca del coworking y bordearían los aspectos
que trascienden en un negocio. Así, el “coworking no sólo es compartir gastos y
romper con el aislamiento, también se trata de pertenecer a una comunidad de
individuos que están abiertos a intercambiar ideas, proyectos, conocimiento,
comunicarse, generar confianza crear redes y trabajar colaborativamente,
generándose así, capital social” (Zamora et al, 2017). Si bien no fue mi intención
abordar el tema de la relación coworking-capital social, ambos conceptos son
utilizados en los estudios del entorno emprendedor y me pareció importante para
interpretar las necesidades y los esfuerzos realizados por los emprendedores.
“No, no, no siempre, siempre tengo un horario igual fijo, más porque
la gente se acostumbra también a respetar un horario… Cuando
cierro siempre es organizado, entonces tiendo a avisar en las redes
sociales o acá, tampoco pa’ que se genere una incertidumbre a la
gente, porque uno también tiene esa responsabilidad”. (P37)
147 La relación entre los valores mencionados se puede resumir en que “el cliente adquiere productos
y servicios sobre una base emocional más que científica, al menos, en la mayoría de los casos. Es
decir, existe en toda venta, un involucramiento emocional que es el factor dinamizador en la
adquisición o no de un producto o servicio. Si un representante de ventas provee nombres y números
de teléfonos, estaría personalizando la relación comercial y eso es apreciado por el cliente” (Cabana
et al, 2017).
148 Recursos humanos, innovación, Tecnologías de información y comunicación (TICs), aspectos
149El término lo acuñó Ray Noorda: “Uno tiene que competir y cooperar al mismo tiempo”.
150 La coopetencia pertenece a las tendencias del análisis estratégico, que en su conjunto son
paradigmas estratégicos orientados a la competitividad, que son la base para lograr la diferenciación
en el mercado por medio de la identificación eficiente de los elementos contribuyentes al éxito o
fracaso de una empresa.
competencia es necesaria para mantenerse a flote, mientras que la colaboración151
permitiría conocer mejor a esa competencia y obtener los beneficios de una red
socioeconómica destacada por la espontaneidad más que por la obligación. Con
estas consideraciones, pondría a la coopetencia como una estrategia para cimentar
el ecosistema emprendedor a nivel del intercambio económico local, en donde estos
emprendimientos logran competir en mercados de la zona y donde la “innovación
es fundamental para la generación de acciones conjuntas, trabajo en equipo y
establecimiento de alianzas, las cuales buscan captar nuevos mercados para
mejorar la rentabilidad e incrementar la productividad” (García et al, 2018).
Igualmente, la comparación entre los negocios atraviesa ambos conceptos
(competencia y colaboración), de tal forma que deberíamos agregar la comparación
como una posible herramienta; por ejemplo, en el reconocimiento de la competencia
y la comparación del nivel de los emprendimientos:
Existe una valorización general del negocio, como un ecosistema (ganar un espacio)
que apuntaría a la perfección y al mejoramiento continuo; o sea, el entorno
emprendedor debe estar en un constante flujo de crecimiento, esperando que esa
competencia les empuje. En una de sus opiniones, D37 (Piola Estudio) asoció a
clientes y otros emprendedores dentro de un rubro, un comportamiento que habla
a) Resultados destacados
Primeramente, tomaré en cuenta que el gran objetivo de esta investigación fue
analizar la cultura emprendedora de Rancagua a través de la observación de sus
prácticas y del modo en que los propios observadores observan sus prácticas. A
partir de ahí, los objetivos específicos se resumieron en las distintas dimensiones
de la cultura, viajando entre la cultura del trabajo y una cultura del emprendimiento
más allá del uso indiscriminado del concepto. La importancia del trabajo
emprendedor está en un cumplimiento que, mediante el sentimiento de utilidad
social, transita entre la obligación y la satisfacción. Es el hecho de alejarse de la
obligatoriedad (remarcado por un trabajo asalariado), lo que radicaría en la decisión
de jugar con el riesgo socioeconómico y aceptar la incertidumbre de una nueva fase
laboral. No es liviano el hecho de jugar con el riesgo, pues el emprendimiento fue
entendido como un juego/viaje en su intento de búsquedas de nuevas
oportunidades, las cuales permitan la autorrealización y la mejora del capital de
trabajo, todo bajo el alero de la libertad (sin jefaturas, sin horario). El sentido
libertario de emprender es una creencia arraigada en los emprendedores
rancagüinos, pero cabe destacar que todos provienen del trabajo dependiente, lo
cual abriría una puerta para realizar estudios comparativos153. Esta creencia nace
de la idea de dominio de las prácticas laborales y está timbrada por la satisfacción
del trabajo personal y la baja frustración por los posibles errores o pérdidas en el
negocio.
En esa misma presión por la mejora, los hallazgos mostraron que el tiempo es un
recurso valioso en los emprendedores, aun sabiendo que la dependencia
cronológica de este está en una contraposición al sentimiento de dominio que
estos individuos parecen demostrar. Así, en el emprendimiento de Rancagua se
da una ventaja de control del tiempo, pero está centralizada como una idea de la
fragmentación del tiempo cronológico total. Es muy importante ese control porque
quita el peso de la rutina de trabajo, uno de los elementos que causa mayor
desilusión a nivel laboral. De hecho, la rutina es una especie de gatillo negativo que
permite a un sujeto tomar la decisión de emprender, bajo la responsabilidad de
entenderse a sí mismo en sus capacidades teórico-prácticas para levantar y
sostener ese emprendimiento (Tarrats et al, 2015). Y el campo donde ocurrirá el
cambio para evitar la rutina es el tiempo y las prácticas que se ejercen dentro de
este. La sensación de dominio temporal parece una idea recurrente entre los
emprendedores rancagüinos, pero se diferencia en el valor otorgado. Para algunos
la escasez de tiempo es una realidad nueva y desafiante, mientras que, para otros,
el valor del tiempo radica precisamente en el dominio horario, pero, aunque se tome
como desafío o se sienta como una carencia del tiempo, el emprendedor se apropia
de este y lo moldea bajo sus apreciaciones de cómo fragmentarlo. La satisfacción
vuelve a ser un aliciente del emprendimiento al darse la creencia del manejo de
tiempo. Estos emprendedores saben que operan bajo denominaciones distintas el
concepto temporal con sus vínculos, especialmente el de los clientes. Esa
sensación de dominio estaría carente en los trabajos asalariados, especialmente si
existe un horario fijo, culpable de la mala administración del tiempo (bajo la mirada
del sujeto emprendedor). Es una primera búsqueda de flexibilidad laboral, la cual
evita el aburrimiento de la rutina, pero requiere gran capacidad mental para
buscarla, puesto que la mente se acostumbra rápido a la repetitividad de las
actividades (Cárdenas & Stillerman, 2012). La libertad de emprender permite una
apropiación del tiempo, donde adueñarse implica reestructurar, administrar,
gestionar y actuar gracias a la independencia del horario estructurado.
Ya viendo los usos del tiempo, podríamos considerar que la formación de vínculos
y la búsqueda de asociatividad estaría en algún grado de prioridad para la práctica
diaria de los emprendedores. La decisión de emprender permite la no alienación del
trabajo, evitando una fuente de sufrimiento por la obligatoriedad del trabajo
asalariado, donde existe “un impedimento para la formación humana integral y para
el fortalecimiento de los vínculos humanos sanos, provocando el aislamiento social
del individuo” (Aranha, 2000). Veo que ese aislamiento no sólo es evitado, sino la
convergencia social de las interacciones diarias del sujeto emprendedor estimula
más colaboración, más intención de asociarse y genera redes informales de
emprendimiento para sostenerse en un grado lo suficientemente cercano para el
beneficio y lo suficientemente lejano para la operatividad personal. Por tal motivo,
se ve que el emprendedor puede controlar el proceso de producción, manejar la
propiedad de sus productos y en la libertad ganada por estas prácticas, el
emprendedor se desarrollaría mejor como persona logrando la satisfacción personal
del trabajo realizado (Gomes & Elizalde, 2009).
Para los hallazgos del entorno emprendedor y las interacciones con los cercanos al
sujeto emprendedor, la investigación reveló la importancia de generar
asociatividad para el éxito154, mediante el acomodo de grupos de interés que se
hacen independientes de las redes formales, pero que igualmente generan redes
informales o pequeñas, operando bajo lineamientos de colaboración con un campo
abierto para la competitividad no destructiva, que se denomina coopetencia. Esta
coopetencia es una estrategia que permite la inserción a mejores
oportunidades de negocio en el mercado, ampliar la búsqueda de clientes,
conocer nuevos proveedores y en virtud de depender de la programación del tiempo
por parte del emprendedor, ayudaría a conocerse a sí mismo con tal de
aumentar las competencias socioeconómicas.
b) Un hallazgo en el tiempo
En los análisis realizados se destacó el factor del tiempo en su variabilidad de
usos: como recurso, como variable a superar, como bien escaso. En la discusión al
respecto se estableció cómo los emprendedores se apropian del tiempo y lo utilizan
como un recurso de acción para sobrellevar sus diferentes prácticas diarias. Como
esa gestión es resultante de la experiencia emprendedora, es la apropiación la que
permite subdividir el tiempo total (pudiera entenderse como cronológico) en
subtiempos. Estos fueron segmentados en cuatro tipos de tiempo, a su haber:
familiar, productivo, de ocio y social no familiar. Todos estos subtiempos operan
como un clúster que funciona durante el día en repetidas formas de dominio en
paralelo al tiempo cronológico. Por esta razón, la apropiación del tiempo es una
idea en los emprendedores, la cual también favorece la satisfacción y libertad
reflejado en un trabajo bien hecho. También les refuerza la idea laboral de
sentirse útil. Cualquier tiempo extra por sobre el tiempo total de estos clústeres,
termina adaptándose a estos en lugar de reemplazarlos o desplazarlos.
155Entiéndase esto que el enfoque al cliente mediante comunicación directa data de no más de
veinte años, dentro de toda la historia del comercio.
cuales tienden a estandarizar y generalizar todos los proyectos de apoyo y
educación socioeconómica, incorporando talleres de diversas competencias y
fortaleciendo en gran medida la red formal de emprendedores formalizados
dispuestos a moverse en las aristas del gobierno de turno. En el capítulo de
cooperativismo y colaboración se consideró que el aspecto de la trascendencia es
fundamental para el camino emprendedor, y es esa trascendencia prevaleciendo
más fuerte en las redes informales la exitosa en tal asunto. Los apoyos
institucionalizados son lábiles a desaparecer, transformarse o cambiar de
exigencias si el gobierno de turno cambia o se ve presionado por cambios
socioculturales156. A medida que el emprendedor incorpora conocimientos desde
estos entes, valora más el apoyo económico, sobre todo al entender su rol como
punto extra de buena gestión para la institucionalidad. A su vez, los apoyos del
aparataje estatal pueden chocar con los valores de los emprendedores,
principalmente en las categorizaciones de empresa y la formalización, además de
ser un constante sentimiento de defraudación al no ganar postulaciones a concursos
o solicitudes crediticias.
d) Perspectivas y oportunidades
A mi entender y dado los hallazgos considerados, existirían dos grandes deudas
o aportes para que la investigación tome una fuerza representativa mayor a nivel
regional y sirva de insumo para el interés nacional.
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