Declaraciones Derechos y Garantías

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Declaraciones Derechos y Garantías

El constitucionalismo clásico, iniciado a fines del siglo XVIII tuvo como


característica fundamental de limitar al Estado y dar seguridad al individuo
frente a él como reacción contra las formas de organización política que fueron
propias del absolutismo monárquico y colocó como eje a la libertad y los
derechos civiles, calificados como individuales.
En sus orígenes, las declaraciones de derechos invistieron de derechos al
hombre frente o contra el Estado. Se los llamó derechos subjetivos. La
obligación del Estado consistió en omitir dañarlos. Paulatinamente el horizonte
se fue ampliando hasta considerar que los particulares son sujetos pasivos
junto al Estado, obligados también a respetar los derechos del hombre y con
posterioridad añadir a la obligación de omitir violaciones la de dar o hacer a
favor del titular de los derechos.
En nuestra Constitución, la primera parte, denominada dogmática,
resuelve el status de las personas del Estado, en sus relaciones con éste y entre
sí. El capítulo I de la primera parte distingue tres tipos de normas:
DECLARACIONES: Son manifestaciones, enunciados solemnes acerca de
cuestiones políticas, religiosas, económicas, sociales y culturales que configuran
y perfilan la Nación (Arts. 1, 2, 3, 5, 6, 15, 16, 22 y 25 CN)
DERECHOS: Son facultades o prerrogativas reconocidas fundamentalmente a
los hombres. Se identifican con el obrar, no hacerlo, y de exigir el proceder u
omisión del Estado y de terceros para lograr el disfrute de los derechos
personales y sociales reconocidos en distintas etapas de la historia
constitucional. Originariamente han solido denominarse derechos individuales,
actualmente se habla de derechos humanos, aludiendo a la persona humana y
no al individuo. Los derechos humanos imponen una exigencia de su
plasmación y vigencia sociológica en el derecho constitucionales que una vez
positivizados parte de la doctrina los apoda Derechos Fundamentales
GARANTIAS: Son instituciones o procedimientos de seguridad creados a favor
de las personas para que dispongan de los medios que hacen efectivo el goce de
sus derechos.
Los derechos se pueden hacer valer ante el Estado y el resto de los
hombres. Las garantías sólo dan origen a pretensiones que el hombre puede
hacer valer frente al Estado exclusivamente. Los derechos son oponibles erga
omnes mientras que las garantías exclusivamente ante el Estado.
La Constitución formal originaria (1853/60) contiene una declaración de
derechos. Entre ellos se encuentran los enumerados o explícitos y los no
enumerados o implícitos. Todo derecho considerado fundamental puede y debe
considerarse incluido en la Constitución esté reconocido o no expresamente.
En la actualidad el plexo de derechos, se divide en tres categorías según el
orden cronológico en que fueron constitucionalizados.
Primera generación Surgen junto con el fenómeno histórico de declaración
de derechos como reconocimiento constitucional del derecho natural. En la
primera etapa se reconocían los derechos civiles y políticos
Segunda generación Las transformaciones sociales y las valoraciones
colectivas dieron lugar a la segunda etapa, la del constitucionalismo social que
tiene inicio en 1917 (México) y 1919 (Weimar – Alemania) alcanzando su auge
después de la segunda posguerra (Italia, Bonn-Alemania, España etc.) A los
clásicos derechos individuales se les agregan los sociales, que ahora se
desglosan en económicos sociales y culturales.
Los derechos ya no van a quedar satisfechos solamente con el deber de
abstención u omisión a cargo del sujeto pasivo sino que much0os de ellos van a
ser derechos de prestación de crédito y de solidaridad, en reciprocidad con
obligaciones de dar y de hacer por parte del sujeto pasivo. El estado además
deberá promoverlos. En nuestro país fueron tratados en la Constitución de
1949, y definitivamente, con la reforma de 1957, que incorpora la base mínima
del constitucionalismo social
Tercera generación: Comienzan a aparecer formalmente a fines del siglo XX,
son los denominados derechos colectivos o de incidencia colectiva.
Limitación y reglamentación de los derechos

Los derechos que la Constitución reconoce no son absolutos sino relativos


porque son susceptibles de reglamentación y limitación. La relatividad de los
derechos surge del Art. 14, 19, 14bis, 18 y 28 CN
La declaración y reconocimiento de derechos y libertades, admiten la
limitación en su ejercicio por medio de la reglamentación legal o poder de
policía. La atribución reglamentaria de derechos del Congreso Federal es lo que
la doctrina y jurisprudencia ha denominado como poder de policía.

PRINCIPIO DE LEGALIDAD: Basado en el principio de que no gobiernan los


hombres sino la ley, este principio es una manifestación de la juridicidad
objetiva del estado moderno, cuando se manda a hacer o se prohíbe por ley.
Plasmado en nuestra constitución en la segunda parte del Art. 19. Se asienta en
la legitimidad formal: una norma es legítima si ha emanado del órgano
atribuido para dictarla, conforme la ley jerárquicamente superior y bajo el
procedimiento establecido por esa ley. Cuando una norma se ha dictado
incumpliendo el principio de legalidad, se ve afectado el debido proceso
adjetivo.
PRINCIPIO DE RAZONABILIDAD: Una norma puede cumplimentar los
requisitos del debido proceso adjetivo y aún así ser inconstitucional. Ello sucede
cuando el contenido de la norma, carece de Razonabilidad, es decir afecta o
vulnera el debido proceso sustantivo o material.
Funciona como un límite al ejercicio del poder de policía o competencia
reglamentaria de los derechos y garantías constitucionales.
El Art. 28 fija los límites a la competencia reglamentaria del Congreso,
establecida en el Art. 14; las leyes no deben alterar los derechos y garantías que
reglamentan. Del Art. 28 se sigue una amplia garantía institucional derivada de
la división de poderes, que implica controles entre ellos y fronteras en el
ejercicio de sus atribuciones.
La Razonabilidad exige que el medio elegido para alcanzar un fin sea válido y
guarde proporción con éste último. Si lo razonable es lo opuesto a arbitrario, es
decir carente de sustento, una ley, reglamento o sentencia son razonables
cuando están motivados e los hechos y circunstancias que los impulsaron y
fundados en el derecho vigente.
Este principio importa una relación proporcionada entre los medios y los fines.
Radica en advertir si las restricciones a la libertad individual son indispensables
y proporcionadas para alcanzar los fines de interés general

La CS ha elaborado pautas de Razonabilidad para examinar la


constitucionalidad en el ejercicio del poder de policía. Según doctrina de la CS,
ésta no tiene atribuciones para analizar la oportunidad, conveniencia o eficacia
de las normas pues es una atribución propia de los poderes políticos.
Cabe examinar por un lado si el medio resulta desproporcionado aunque
obtiene el fin perseguido o si el medio guarda relación de causalidad con el fin.
En materia de derechos no económicos, la CS ha intensificado el control ,
empleando el criterio de relación de causalidad y proporción entre medios y
fines.
FALLOS
INCHAUSPE: El tribunal considera que el análisis de la eficacia de los medios
arbitrados para alcanzar los fines propuestos, la cuestión de saber si debieron
elegirse esos u otros procedimientos son ajenos a la jurisdicción y competencia
de la CS
CINE CALLAO: A la Corte, sólo le está permitido analizar la Razonabilidad de
los medios previstos por el legislador, o sea el grado de adecuación existente
entre las obligaciones que la ley impone y los fines cuya realización procura. El
análisis del mérito o eficacia de los medios arbitrados para alcanzar los fines
propuestos, es ajeno a este Tribunal

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