Derecho Romano I
Derecho Romano I
Derecho Romano I
DERECHO
ROMANO I
LECCION IV:
LA JURISPRUDENCIA
CLASICA
Presentado por:
Fany Johana Verdun Cuenca
Griselda Careaga Valdez
Rocio Natalia Sosa Paredes
Al profesor:
Abg. Pedro Aristides Lopez Escobar
Curso:
Primer Año Segundo Semestre
2022
INDICE
Presentación………………………………………………………………….1
Índice……………………………………..………………………………….2
Introducción………………………………………………………………...3
Investigación……………….......…………………………………………4-18
Conclusión………………………………………………………………….19
Bibliografía………………………………………...………………………18
INTRODUCCIÓN
EL CONCILIUM PRINCIPIS.
Otra prueba de la intervención del poder imperial en la jurisdicción está
en la costumbre establecida desde Augusto de reunir alrededor a los
magistrados de mas categorías y a los senadores para que informaran sobre las
consultas que se hacían, proyectos del Senado Consulto y resoluciones que
dictaba el emperador Adriano regulo el CONCILIUM PRINCIPIS que
adquirió con el gran importancia por las personas que lo integraban
generalmente los juristas más distinguidos de la época.
El consilium principis es un órgano consultivo compuesto por leales
asesores del emperador; el prefecto de Roma, cuya tarea era velar por el orden
de la ciudad en ausencia del emperador, y el prefecto de la vigilia, encargado
de la seguridad.
El Consilium Príncipis, o Consejo Imperial, es uno de los órganos de
gobierno más importantes. Estuvo integrado por personas de confianza del
emperador. Actuaba en toda clase de asuntos como la administración de
justicia, cuestiones militares, política exterior e interior, finanzas, etc.
Creado por Octavio con carácter consultivo y no permanente, para
conocer materias fundamentalmente judiciales (relativas al procedimiento
extraordinario), y que era, normalmente, presidido por el príncipe.
Bajo los sucesores de Augusto el consilium principis, constituido para
casos especiales y concretos por familiares y amigos del emperador, adquiere
creciente importancia, transformándose en permanente durante el gobierno de
Adriano, y se le agrega funciones administrativas y políticas (además de las
jurídicas), al que se llaman a formar parte a altos funcionarios y juristas, en
calidad de consiliarii retribuidos. Lo que no impide que modificara su
composición de acuerdo a la materia llamada conocer.
El consilium principis acaba por convertirse en la máxima expresión
de la burocracia imperial, y termina por sustituir al Senado como órgano
consultivo del emperador en toda cuestión de interés público.
Escuela Sabiniana:
Se apoyaron en el firme terreno de la historia son escépticos por
naturales, antes de decidirse examinar y conforta sus criterios con las que se
encuentran datos de la tradición jurídica aunque consideran los factores
actuales para subsumirse en la medula de la época histórica, adopta un criterio
histórico-evolutivo, estos caracteres opuestos de ambas escuelas fueron
determinando el progreso del derecho romano abriéndose a los otros
jurisconsultos de la edad clásica que no pertenecían a ninguna escuela.
La escuela sabiniana tomó el nombre de Mausirius Sabinus, el cual obtuvo de
Tiberio el ius respondendi y vivía aun en tiempo de Nerón.
Fueron más tradicionales en su actividad jurídica y más cercana al
poder político. Los sabinianos fueron conservadores, metódicos, defensores de
la autoridad imperial; apegados a la tradición, orientados al derecho estricto,
naturalistas y fundaban sus resoluciones en autoridad de lo histórico y
transmitido, por eso son conservadores; antes de decidir examinan sus
criterios dados en la tradición jurídica pero tomando en cuenta los factores
actuales.
La escuela Sabiniana era considerada la escuela oficial. Algunos
sabinianos prestigiosos, fueron: Cayo Casio Longino, Javoleno Prisco, Salvio
Juliano, Sexto Pomponio, y Gayo
HIPÓTESIS. CRÍTICA.
La escuela proculeyana se distinguió por su independencia política y
su no sometimiento a las autoridades imperiales pues eran críticos de Augusto;
fueron además sumamente innovadores en materia política, defendiendo las
libertades de la época; eran republicanos, progresistas, con principios de
equidad, idealistas y que partían de principios absolutos por lo que sus
razonamientos eran deductivos provenientes de la razón.
Pero la verdadera diferencia entre sabinianos y proculeyanos estaba
mayormente referida a una cuestión de orgullo de pertenencia y reivindicación
de la personalidad de los fundadores de las respectivas escuelas que a una
verdadera razón científica.
En la práctica lo que existía eran dos conjuntos de juristas, cuyo
enfrentamiento se evidenciaba por sostener sobre algunas opiniones e
hipótesis opuestas al otro, las cuales entre otros eran:
1. La edad para ser púber
Mientras que los sabinianos fijaban la pubertad del hombre mediante un
examen corporal en cada caso (inspectio corporis), los proculeyanos sostenían
que tal edad debía iniciarse para los hombres a los catorce años y para las
hembras a los doce años. Justiniano acogió a este respecto el punto de vista de
los proculeyanos.
2. En cuanto a la compra-venta
Para los sabinianos existe contrato de compra -venta siempre que el trabajador
o empresario entregue materiales suyos; para los proculeyanos en este caso
existe arrendamiento de obra.
3. En cuanto al precio de la compra-venta,
Para los sabinianos el precio podía consistir en otra cosa que no fuese dinero,
de modo que confundían la permuta con la compra-venta; los proculeyanos
exigían que el precio debiera ser siempre en dinero.
4. Juzgar la viabilidad del recién nacido,
Los sabinianos juzgaban necesario cualquier señal de vida, en tanto que los
proculeyanos exigían un grito emitido cuando el aire ingresa por primera vez a
los pulmones (llanto). La relevancia práctica de esta determinación es que, a
efectos sucesorios, puede ser interesante si el feto llegó a vivir unos instantes.
La solución que tomo Justiniano fue la de los sabinianos.
5. Los sabinianos juzgaban que quien abandona voluntariamente sus bienes,
los pierde en el momento mismo del abandono, los proculeyanos creían que la
propiedad de las cosas abandonadas sólo se perdía cuando había ocurrido
ocupación por otras personas.
Independientemente de los pensamientos de estas dos escuelas de
jurisconsultos, merece ser destacado el mérito principal de los jurisconsultos
romanos, el cual consiste en la manera de concebir, determinar y aplicar los
conceptos y relaciones jurídicas.
Bajo este punto de vista todos los jurisconsultos son semejantes y no
obstante sus diferencias individuales, son en cierto modo personalidades
fungibles y en esto consiste, que en medio de los detalles infinitos de su
casuística, encontramos siempre en sus escritos, un sistema admirablemente
lógico.
Donde son más interesantes los trabajos que estoy analizando es en
punto a las causas de los derechos: la enumeración de ellas y la generalización
de las circunstancias que deben acompañarlas, aun siendo incompletas como
en efecto lo son, suponen crecida reunión de datos, de suerte que su perfección
no puede detenerse hasta después de repetidas tentativas; hicieron estas y sin
embargo se hizo más de lo que podía esperarse del poco tiempo de progreso
que los sucesos políticos del Imperio permitieron a la jurisprudencia y en ello
hay una inmensa deuda de la moderna hacia la antigua