Resumen de Filosofía Tema 8
Resumen de Filosofía Tema 8
Resumen de Filosofía Tema 8
1.3 ‘’LA ESTÉTICA TRANSCENDENTAL’’. LA SENSIBILIDAD (CÓMO SON POSIBLES LOS JUICIOS
SINTÉTICOS A PRIORI EN LAS MATEMÁTICAS)
Para Kant sensibilidad es la capacidad de recibir representaciones. En estas representaciones podemos
distinguir una materia y una forma. La materia del fenómeno es lo que corresponde a la sensación, y la
forma ‘’aquello que hace que lo diverso del mismo pueda ser ordenado en ciertas relaciones’’.
En el caso de los objetos que representamos como exteriores a nosotros, como una mesa o una casa,
podemos prescindir de cualquier representación sensible. Por lo que respecta a la intuición de los estados
internos del sujeto podemos prescindir de todas sus características excepto de representárnoslo en
relaciones de tiempo.
¿Qué son el espacio y el tiempo?
Espacio y tiempo son formas puras a priori de la sensibilidad (no son conceptos y no tienen ningún
contenido empírico). Con ‘’a priori’’ quiere decir que son independientes de la experiencia y que, en cierto
sentido, la hacen posible.
Las matemáticas tratan las determinaciones del espacio y el tiempo, en la geometría y en la aritmética,
respectivamente. De este modo todos los conocimientos de las matemáticas han de ser universales y
necesarios, puesto que todos los fenómenos han de darse en el espacio y en el tiempo. Así, son posibles
los juicios sintéticos a priori en las matemáticas. Y son sintéticos pues nos dan una información nueva.
1.4 ‘’LA ANALÍTICA TRANSCENDENTAL’’. EL ENTENDIMIENTO (COMO SON POSIBLES LOS JUICIOS
SINTÉTICOS A PRIORI EN FÍSICA)
Si la sensibilidad nos ofrece los datos de la realidad, el entendimiento suministrará los conceptos.
El entendimiento es la actividad de pensar, pura actividad, frente a la receptividad de la sensibilidad. Esa
actividad se identifica con la formación de conceptos: cuando decimos que esto es una casa o una mesa,
lo que ocurre es que bajo el concepto ‘’casa’’ o ‘’mesa’’ el entendimiento ha unificado una pluralidad de
elementos procedentes de la sensibilidad bajo dichos conceptos, y esa conjunción es lo que produce el
conocimiento.
Si con el entendimiento separamos la materia de la forma, podremos distinguir dos tipos de conceptos: los
conceptos empíricos y los conceptos puros o categorías.
Los primeros son el resultado de generalizaciones tomadas de la experiencia. Los segundos no dependen
de la experiencia, son las estructuras a partir de las cuales se generan los conceptos empíricos y
podemos, por lo tanto, formular juicios.
¿Cómo podemos distinguir cuáles son esas categorías o conceptos puros del conocimiento? Pensar
equivale a formular juicios. Ahora bien, si determinamos cuáles son las formas del juicio, podremos
identificar cuáles son las categorías.
Todos los juicios pueden reducirse a los cuatro tipos siguientes, cada uno con tres posibilidades:
- Atendiendo a la cantidad: universales, particulares y singulares.
- Atendiendo a la cualidad: afirmativos, negativos e infinitos.
- Atendiendo a la relación: categóricos, hipotéticos, disyuntivos.
- Atendiendo a la modalidad: problemáticos, asertóricos y apodícticos.
Estamos ahora en condiciones de comprender cómo son posibles los juicios sintéticos a priori en las
ciencias naturales. El ejemplo que nos pone Kant ‘’Todo cambio ha de tener causa’’ es un juicio
sintético, ya que la noción de cambio no incluye la de causa; y es un juicio a priori, independiente de la
experiencia, y por tanto universal y necesario porque se funda en la categoría de causalidad y
dependencia.
Dado que las categorías unifican toda diversidad de la realidad ‘’fenoménica’’, no hay nada en ella que
no dependa directamente de las categorías. Cuando descubrimos en la realidad una ley o una regla
universal buscamos su causa, sin darnos cuenta de que esa regularidad se encuentra en la realidad
porque la hemos puesto nosotros, al configurar la realidad a través de las categorías.
Si la ética debe proponer unas leyes universales (a priori) no puede fundarse ni en la naturaleza humana ni
en las circunstancias humanas, sino que ha de ser a priori. De ahí la crítica de Kant a los sistemas morales
fundados en contenidos empíricos: éticas materiales. La crítica por 3 razones:
1. Todas ellas son a posteriori: todas ellas identifican el bien con la felicidad, y dependiendo de cómo
interpreten la felicidad la identifican con uno u otro bien. Además de no ponerse de acuerdo sobre lo
que es el bien, al estar basadas en la experiencia carecen de universalidad y necesidad.
2. Las normas que proponen tiene un carácter hipotético condicional: si quieres alcanzar la felicidad
has de comportarte de acuerdo con una norma. Al estar sometida esta norma a una condición solo
tiene validez si se acepta dicha condición, lo que significa que se activa por interés.
3. Estos sistemas éticos son heterónimos, el hombre recibe la ley moral desde fuera de la razón por lo
que no está actuando libremente, perdiendo la autonomía de la voluntad.
Por otra parte, la posibilidad de conocer los noúmenos, las cosas mismas, quedaba rechazada en la
dialéctica trascendental ante la imposibilidad de construir la metafísica como ciencia, por lo que la
posibilidad de conocer algo acerca del alma quedaba eliminada.
Sin la libertad de la voluntad, la moral quedaría arruinada, y esto no es posible, por lo que Kant postula
que el hombre es libre.
Aunque ninguno de los objetos de la metafísica puede ser el objeto de demostración teórica, la razón
práctica exige su existencia. El hombre ha de ser libre para poder poner en práctica la moralidad; ha de
disponer de una vida futura como garantía de realización de la perfección moral; y ha de existir un Dios
que garantice todo esto (en el terreno de la ética Kant abre camino a la religión)