Salgado - O Que Significa Anta
Salgado - O Que Significa Anta
Salgado - O Que Significa Anta
el s i g n i f i c a d o d e l a n t a
P l i n i o S a l g a d o
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Caricatura de Plinio Salgado. Herman Lima, Historìa da caricatura no Brasil, 4° volumen, Rio
de Janeiro: Ed. José Olympio, 1963, p. 1583.
188 BRASIL
Quien descubrió el Anta fue Alarico Silveira. Quien la interpretó y lanzó fue Raúl
Bopp. El grupo verdiamarillo adoptó el emblema y lo dotó de una significación que
siempre es útil explicar.
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Lo curioso es que esta cosa profundamente brasileña que, en Brasil, hace falta
explicar, en Italia la entendieron sin ninguna explicación.
Ardengo Soffici y Mino Macari, libres de los prejuicios de nuestras camarillas y
riñas literarias, comprendieron perfectamente nuestros propósitos. Están haciendo en
Italia lo mismo que aquí estamos haciendo con el movimiento del Anta.
Verano Magni escribió en II Nuovo Giornale de Florencia un largo artículo titulado
"L'Anta e il Selvagio" [sic], haciendo ver que nuestra revolución intelectual se corres-
ponde exactamente con la que persiguen los espíritus jóvenes de Italia en el momento
actual. Fue, por lo demás, la primera vez que un movimiento intelectual genuinamen-
te brasileño tuvo repercusión en el extranjero y consiguió interesar.
Pero veamos el significado del Anta.
Tras nuestra renovación estética, que se inició en Sao Paulo con la Semana de Arte
Moderno, en la que Menotti Del Picchia, Gra^a Aranha y Ronald de Carvalho presen-
taron a los escritores, poetas, escultores, pintores y músicos de la nueva generación, en
Brasil nos liberamos de los prejuicios de la cultura clásica.
Con el futurismo de Marinetti y los movimientos dadaísta, cubista, ultraísta, etc.,
liquidamos definitivamente:
- el soneto;
- la métrica de Castilho;
- la colocación de pronombres;
- el parnasianismo;
- la frase académica;
- la retórica;
- la construcción portuguesa.
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I I . E L MODERNISMO 189
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Consideramos, además, que hay mucha técnica en el arte nuevo, el cual consecuen-
temente queda, en sentido e inteligencia, identificado con el arte viejo.
Verificamos que la procesalización del estilo representa cicb final, y no elaboración
creadora.
De donde concluimos que el Arte Nuevo envejeció muy aprisa y su decrepitud
exige un sucesor.
Todo lo cual nos sugirió un movimiento de rebeldía frente a los nuevos academi-
zantes, y la destrucción de los falsos ídolos.
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[En Festa, Rio de Janeiro, año 1, n.° 4, I o de enero de 1928, pp. 13-14, traducido por
Manuel Cuesta.]