El documento presenta una lista de 5 integrantes y luego discute los conceptos de legitimidad del poder y sus diferentes tipos según Max Weber, incluyendo la legitimidad racional, tradicional y carismática. También explica conceptos como poder legítimo, de referencia, de recompensa, coercitivo y experto, así como la pre-legitimidad.
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El documento presenta una lista de 5 integrantes y luego discute los conceptos de legitimidad del poder y sus diferentes tipos según Max Weber, incluyendo la legitimidad racional, tradicional y carismática. También explica conceptos como poder legítimo, de referencia, de recompensa, coercitivo y experto, así como la pre-legitimidad.
El documento presenta una lista de 5 integrantes y luego discute los conceptos de legitimidad del poder y sus diferentes tipos según Max Weber, incluyendo la legitimidad racional, tradicional y carismática. También explica conceptos como poder legítimo, de referencia, de recompensa, coercitivo y experto, así como la pre-legitimidad.
El documento presenta una lista de 5 integrantes y luego discute los conceptos de legitimidad del poder y sus diferentes tipos según Max Weber, incluyendo la legitimidad racional, tradicional y carismática. También explica conceptos como poder legítimo, de referencia, de recompensa, coercitivo y experto, así como la pre-legitimidad.
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INTEGRANTES:
➢ Amaya Palomino Pierina Antonella
➢ Cutimango Román Eduardo Jair ➢ Olivero Munaya, José Alexander ➢ Rivas Arteaga Melany Cristal ➢ Rivas Mendoza Karol Yiuliana
CHINCHA – 2022 ARTÍCULO SOBRE LA LEGITIMIDAD LEGITIMIDAD DEL PODER
En países democráticos tiene como sustento la legitimidad otorgada por el pueblo
mediante el voto popular (elecciones), pero se le suele considerar abusivo cuando se excede en el ejercicio de sus funciones, en materias que están dentro del ámbito de los otros poderes (intromisión de poderes). Y estos se dividen en poderes como : Poder legítimo: Surge de la autoridad formal que tienen los directivos sobre las actividades laborales. Los miembros de una organización suelen aceptar cumplir con las normas y las órdenes de los líderes a cambio de los beneficios de pertenecer a la organización, pero este acuerdo suele ser una comprensión implícita mutua, más que un contrato formal. De hecho, este contrato social entre empleador y empleado evoluciona constantemente, siendo hoy en día por ejemplo patente, que no busca tanto la seguridad en el empleo como pasaba en épocas pasadas, sino la empleabilidad. Poder de referencia: Se basa en las relaciones personales entre agente y objetivo y se basa en el deseo de dicho objetivo de complacer a un agente hacia el que tiene un fuerte sentimiento de afecto, admiración y lealtad. La gente suele estar dispuesta a hacer favores especiales a un amigo y es más probable que satisfaga las peticiones de una persona a la que admira. Sin duda es el basado en la identificación personal: para conseguir y mantener la aprobación y el cumplimiento del agente, la persona objetivo hace lo que el agente le pide, imita su comportamiento y desarrolla actitudes similares a las que este expresa. Poder de recompensa: El poder de recompensa se basa en la percepción por parte de la persona objetivo de que el agente tiene control sobre recursos y recompensas deseados por la persona objetivo. El poder de recompensa se basa, en parte, en la autoridad formal que el directivo tiene para asignar recursos y recompensas. Esta autoridad tiene una gran variabilidad entre organizaciones y cargos. Poder de coerción: El poder de coerción de un líder sobre los subordinados está basado en el control que este ejerce sobre los castigos. La humanización imparable que ha experimentado el entorno laboral en las últimas décadas (especialmente en el mundo occidental) ha producido un declive general de la utilización de esta fuente de poder. Poder experto: El conocimiento y las habilidades necesarias para realizar un trabajo son una importante fuente de poder en las organizaciones. El conocimiento exclusivo, sobre la mejor manera de realizar una tarea o sobre la manera de resolver un problema importante, proporciona una gran influencia sobre los empleados, pero también sobre los superiores. Poder coercitivo: El poder coercitivo es la aplicación de acciones negativas. Incluyen la capacidad de degradar o de retener recompensas. El deseo de recompensas o el miedo a que las retengan garantiza la obediencia de quienes están bajo el poder. El poder coercitivo tiende a ser la forma de poder más obvia pero menos efectiva, ya que genera resentimiento y resistencia por parte de las personas que lo experimentan. La legitimidad: Según Max Weber, la legitimidad de un orden como la calidad o el prestigio de un conjunto de mandatos que se consideran válidos y obligatorios. La legitimidad es una creencia que refuerza la obediencia; por lo que toda dominación aspira a alcanzar ese prestigio. Se entiende que el concepto es complejo e incluso confuso. Es una especie de cualidad, atributo que generalmente se aplica al poder político, aunque también se puede aplicar a otras cosas, como las decisiones judiciales o la acción o decisión de alguien sobre algo. A menudo se escucha en política, debates y mítines. También existen desacuerdos sobre la legitimidad del comportamiento del poder político en las democracias. Por un lado, habrá ciudadanos que, en base a este principio, crean que la actuación de todas las fuerzas políticas es legítima. Pero, por otro lado, también hay personas que no aceptan esta afirmación. De hecho, muchas de las acciones perpetradas desde sistemas democráticos se consideran como ilegítimas, aunque sean legales. Según Max weber, en el origen hay tres tipos de legitimidad:
Legitimidad racional: Descansa en la creencia en la legalidad de ordenaciones estatuidas
y de los derechos de mando de los llamados por esas ordenaciones a ejercer la autoridad. Legitimidad tradicional: "Descansa en la creencia cotidiana de la santidad de las tradiciones que rigieron desde lejanos tiempos y en la legitimidad de los señalados por esa tradición para ejercer esa autoridad."
Legitimidad carismática: Se obedece al caudillo calificado por razones de
confianza personal. Por otro lado, "La legitimidad va precedida por un estado preparatorio que podemos llamar pre-legitimidad. La pre-legitimidad es la legitimidad en pañales".
Este es el momento del primer gobernante en el nuevo sistema, o de los primeros
gobernantes. Durante todo este período el poder se apoya más en la fuerza que en el consentimiento. La convicción que los dirigidos tienen del derecho a mandar de los gobernantes no es completa. En este caso, "el principio de legitimidad. en lugar de sostener al poder, tienen necesidad de ser sostenido por él contra las oposiciones abiertas y ocultas con que tropieza ". Eso sucede en efecto. En la etapa de los primeros gobiernos de un nuevo sistema, muchos ciudadanos pueden resistirse a cumplir con las órdenes del gobernante, esta adhesión se producirá luego -en caso de asentarse dicho criterio- o dejará el sistema paso a otro mayor que cuente con un más extendido predicamento. El gobierno pre-legítimo es, en consecuencia, un gobierno en el cual el poder es conferido y ejercido de acuerdo con reglas y principios que el pueblo no acepta todavía, pero que el gobierno respeta".Vale decir, hay una nueva lógica que quien manda sigue fielmente y de cuya bondad quiere convencer al resto de la sociedad para que ésta preste su aceptación. La pre-legitimidad es un camino hacia la legitimidad. Hay una minoría que se esfuerza para plasmar desde el poder toda una concepción de las relaciones al interior del Estado y de vida en sociedad. Ese fin lo sigue con unas más o menos cierta fidelidad. El pueblo, aunque perciba fallas en la concreción, repara también que estas fallas no son atribuibles al sistema mismo, sino a la falencia humana. Ademas, la legitimidad política es como representación justificadora del poder político, bien sea como concreción de un consenso a partir de un proceso electoral o como necesidad, en términos de funcionalidad del poder. La legitimidad contiene el reconocimiento del ejercicio del poder político por parte del llamado a ejercerlo, no de otro, es decir, de quien ostenta la titularidad del poder político, dado que esa titularidad aparece como consecuencia de la asunción al cargo que demanda el ejercicio del poder político y de la correspondiente aceptación del mismo por parte de los asociados al Estado.
La relación legitimidad-poder sobre el fondo de la dominación, encuentra en Max Weber
uno de sus autores más importantes. Para Weber la legitimidad corresponde a una creencia de los dominados en hacerse sumisos a la autoridad, lo cual asegura la capacidad de ésta para hacer cumplir sus decisiones. En Weber el concepto de dominación corresponde a "la probabilidad de encontrar obediencia dentro de un grupo determinado para mandatos específicos (o para toda clase de mandatos)". Este autor identifica tres tipos de dominación legítima: a) Dominación De Carácter Racional, que se refiere a la creencia en la legalidad del orden estatuido y del derecho de mando de las autoridades por virtud de la legalidad ; b) Dominación De Carácter Tradicional, que corresponde a la creencia de la santidad de las tradiciones y de los señalados por esas tradiciones para ejercer autoridad c) Dominación De Carácter Carismática, que se refiere a la creencia en la santidad, heroísmo o ejemplaridad de una persona para ejercer autoridad . El devenir conceptual de la legitimidad política aparece como representación justificadora del poder político, bien sea como concreción de un consenso a partir de un proceso electoral19 o como necesidad, en términos de funcionalidad del poder. La legitimidad contiene el reconocimiento del ejercicio del poder político por parte del llamado a ejercerlo, no de otro, es decir, de quien ostenta la titularidad del poder político, dado que esa titularidad aparece como consecuencia de la asunción al cargo que demanda el ejercicio del poder político y de la correspondiente aceptación del mismo por parte de los asociados al Estado. Igualmente, el concepto de legitimidad aparece, pues, ceñido al de poder político, en tanto que se representa como justificación de su ejercicio. En términos de Bertrand Russell, el poder aparece como un concepto cuantitativo que se puede definir como la producción de los efectos pretendidos. No se puede hablar de legitimidad sin hablar de poder, ni se puede hablar de poder sin hablar de política, dado que la política se define a sí misma a partir del ejercicio del poder, por ello la legitimidad suele presentarse con un carácter justifica torio, verbigracia, en Guglielmo Ferrero, para quien ésta aparece como una necesidad de justificación del poder político, el cual va ligado, también, al concepto de dominación, entendiendo por éste el derecho de unos hombres de mandar sobre otros hombres. Para el autor la legitimidad aparece como necesidad, dado que "entre todas las desigualdades humanas, ninguna es tan importante por sus consecuencias ni tiene tanta necesidad de justificarse ante la razón, como la establecida por el poder". Por tal motivo este autor encuentra cuatro principios de lo que él denomina principios de legitimidad como justificaciones del poder, los cuales se han ido entremezclando en la historia. Esos principios son el electivo, el democrático, el aristocrático-monárquico y el hereditario. En el pensamiento de Ferrero, los principios de legitimidad no son más que ensayos de justificación del poder, explicaciones que pretenden fundamentar el derecho del gobernante a mandar y el deber de los gobernados a obedecer. Es así como Ferrero considera que el ejercicio del poder en las democracias modernas se justifica sobre dos principios de legitimidad mezclados: el democrático y el electivo, en tanto que el primero se refiere al reconocimiento de la soberanía popular y el segundo se funda sobre las elecciones libres de los representantes del pueblo. Esa relación entre soberanía y legitimidad también aparece en Kriele, para quien, la soberanía del Estado depende de su legitimidad, y la legitimidad fundamenta su soberanía". Más aún, podría decirse que "el problema de la legitimidad es el lado interno del problema de la soberanía". El mismo López Hernández, líneas abajo, es claro en señalar: "por tanto, la soberanía y la legitimidad son las propiedades esenciales del poder político estatal. Pero la legitimidad se refiere sobre todo a la cuestión interna del título y ejercicio del poder. Y, por último, los efectos de la captura de estado en el Estado Social de Derecho, en una democracia, donde debe primar el bien común por encima de los intereses individuales, las políticas públicas no deberían contribuir a aumentar la pobreza o la desigualdad, ni limitar los derechos de la ciudadanía. Esta situación sucede cuando un Estado, en vez de trabajar para la mayoría de la población, privilegia a una élite a través de sus políticas fiscales. Estamos hablando de Democracias Capturadas en un Estado de derecho las leyes organizan y fijan límites de derechos en que toda acción está sujeta a una norma jurídica previamente aprobada y de conocimiento público (en ese sentido no debe confundirse un Estado de derecho con un Estado democrático, aunque ambas condiciones suelan darse simultáneamente). El Estado es garante de la ley, para la vigencia de los derechos, incluso si es necesario contra el poder estatal, y bajo pena de deslegitimación. La lógica de la democracia se contrapone a la lógica de la dominación y de la autocrática, nos dice que la captura del Estado es el ejercicio de influencia abusiva por parte de élites económicas y políticas, para que las leyes y los gobiernos funcionen de acuerdo a sus intereses y prioridades, y en detrimento del interés general de la población. Estas acciones contribuyen a aumentar la brecha de la desigualdad y perjudican la democracia.