5 Libro Disputa

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(12047)

México, 1855
MÉXICO Y EL MUNDO
HISTORIA DE SUS RELACIONES EXTERIORES
(Mapoteca Manuel Orozco y Berra, SAGAR).
Fotografía: Jorge Moreno Cárdenas

Participaron:
Miguel Ángel Covién G.
Rogelio Aguirre Vilchis

111
TOMO
Myriam Caballero Mabarak
Rocío Castañeda Quiroz
Francisco Contreras Rodríguez
Francisco de Casas Parada
Francisco del Bosque García
Roberto González Vallejo
Ma. Eugenia· Castañeda Quiroz La disputa por la soberanía
Responsables de la investigación iconográfica:

Adela Pinet Plasencia Patricia Galeana


Evangelina Villarreal Murueta

Agradecemos a las siguientes personas e instituciones las facilidades otorgadas


para la utilización de su acervo a fin de ilustrar la presente serie:

Acervo del Senado de la República


Archivo General de la Nación
Dr. Edmundo O' Gorman
Arq. Fernando Abascal Sherwell
Biblioteca Nacional de Antropología e Historia
Biblioteca Nacional, UNAM
Biblioteca del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM
Biblioteca del Instituto Anglo Mexicano de Cultura
Biblioteca Miguel Lerdo de Tejada de la SHCP
EL COLEGIO DE MÉXICO
Biblioteca Daniel Cosío Villegas de El Colegio de México
Acervo Histórico Diplomático de la SRE
Hemeroteca Nacional, UNAM
Mapoteca Manuel Orozco y Berra, SAGAR
Museo Nacional de Historia
Museo Nacional de las Intervenciones
Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística

Segunda edición aumentada, junio 2000


© D.R. Senado de la República
Impreso en México
ISBN 968-6512-85-2 Obra Completa
ISBN 968-6512-78-0 Tomo III

Edición del Senado de la República, a cargo


de la Comisión Editorial y su Secretariado Técnico.

SENADO DE LA REPÚBLICA
LVII LEGISLATURA

Cámara de Senadores
Junta de Coordinaci6n política

María de los Ángeles Moreno Uriegas


PRESIDENTA

Gabriel Jiménez Remus


GRUPO PARLAMENTARIO DEL PAN
,
.

Héctor Sánchez López Indice


GRUPO PARLAMENTARIO DEL PRD

EduardoAndrade Sánchez Introducción....................................................................................... 9


GRUPO PARLAMENTARIO DEL PRI
Con el territorio cercenado (1848-1853) ........................................... 13

Rodolfo Becerril Straffon Gobierno sin Constitución (1853-1855) ............................................ 55


GRUPO PARLAMENTARIO PRI Una revolución reformista (1855-1860) ............................................ 79

Juan de Dios Castro Lozano S uspensión de pagos e intervención


extranjera (1861-1863) ................................................................. 115
GRUPO PARLAMENTARIO DEL PAN
República y Monarquía en busca
de reconocimiento (1864-1867) .................................................... 171
Adalberto Carnpuzano_Rivera
SECRETARIO GENERAL DE SERVICIOS ADMINISTRATIVOS El Estado Nacional (1867-1872) ....................................................... 209

La continuidad (1872-1876) .............................................................. 237


Graciela Brasdefer Hernández
TESORERA Anexos ............................................................................................... 269

Bibliografía ........................................................................................ 311

Índice Onomástico ........ ..................................................................... 322

Ilustraciones ....................................................................................... 335


Introdncción

Algunos especialistas en el tema de las relaciones exteriores consideran


que México no tuvo una verdadera política exterior sino hasta la época
contemporánea, cuando su presencia en el mundo y ·su acción en los foros
internacionales está siendo más intensa.

Tal visión, parte de un concepto muy restringido de la política exterior,


desconociendo Ja obra creadora de los mexicanos del siglo pasado,
forjadores del Estado nacional. Pero si entendemos a la política exterior
en su sentido más amplio, como Ja actitud y actividad que desarrolla un
país frente al exterior, todos los estados tienen necesariamente que asumir
una posición en el contexto internacional.

Por tanto, a pesar de que México vivió un largo y dificil proceso para
consolidar su Estado nacional, en el que se pasaron diversas etapas y se
experimentaron diferentes formas de gobierno, en cada una de ellas existió
siempre una actitud explícita frente al mundo exterior.

Para que exista una linea defmida de política exterior, es requisito sine
qua non que haya Estado (y, por ende, instituciones políticas y juridicas);
que haya sociedad civil, que haya conciencia individual y colectiva. Fra­
guar todo esto les llevó centurias enteras a Jos países considerados "para­
digma"; a nosotros apenas décadas, que fueron de lucha y de conforma­
ción de Ja identidad nacional.

En las páginas que siguen, trataremos de hacer una presentación suma­


ria de Ja política de México en materia internacional en Jos afios que me­
dian entre 1848 y 1876.
Como necesariamente la política exterior está condicionada por su polí­ debe y puede evitar es la parcialidad. La historia concierne a los hombres,
tica interna, no podríamos comprenderla desvinculada de la otra, sin correr la mitología a los dioses. Al hacer historia se investigan hechos, no se
el riesgo de tener una visión fragmentaria de las relaciones de México. Por erigen mitos.
ello hemos hecho una revisión conjunta de la política interna y externa de
estos años, a efecto de lograr su comprensión integral. Uno puede tener sus héroes, y ver sus lunares sin vergüenza, y puede
uno también tener sus antihéroes y observar en ellos sus bondades sin
Por lo anterior, el lector encontrará en cada capítulo, dentro del marco empacho. Se requeriría un intenso esfuerzo para encontrar seres absoluta­
de la política interna de México, a los responsables de la gestión diplomá­ mente buenos y seres absolutamente malos; esto, en todo caso, no toca a
tica y los efectos y consecuencias de sus acciones en el exterior, así como la historiografía, sino a la hagiografía.
la imposición de la política exterior de otros países en la escena interna
mexicana. Ni fueron fáciles aquellos tiempos ni lo son los actuales; hay también
puntos de referencia en el tiempo y en el espacio; pero sí hay una diferen­
Al inicio de la vida independiente, la política exterior de México estu­ cia grande: en aquel tiempo se partía de cero. En otras palabras, hoy nos
vo condicionada por la necesidad de obtener el reconocimiento de su in­ inspira la seguridad del pasado, mientras que ayer sólo los movía la espe­
dependencia. Tuvo que convertirse en una política defensiva que luchaba ranza del futuro. Aquéllos fueron constructores, nosotros somos conti­
por salvar al país de los .convenios ruinosos que querían imponerle las nuadores.
grandes potencias a cambio de otorgarle su reconocimiento. Después, los
hombres que conducían las relaciones diplomáticas tuvieron que enfren­ Estos años constituyen el eje de la historia de México en el siglo de su
tar las agresiones armadas que diversos gobiernos extranjeros perpetra­ formación; no es de extrañar que su política exterior oscilara entre la clau­
ron en nuestro país bajo distintos pretextos, con el ím de conquistar terri­ dicación y el heroísmo.
torio o de dominar sus instituciones para imponer un gobierno acorde a sus
intereses. Es menester un gran esfuerzo para no irrumpir en el pasado como ase­
\
sores de los muertos, como redentores de los tiempos. Lo que pasó, pasó.
Después de la intervención más larga que el país ha sufrido, se dio un Y así hay que verlo y entenderlo.
cambio significativo en materia de política exterior: se tomó la decisión
de no fümar convenio alguno que no conviniera a México, aun cuando se La mayoría de los hombres que, como líderes, participaron en los años
pasara por un periodo de aislamiento. En especial, no se buscarían rela­ aquí repasados, nacieron antes que México. Fueron, pues, hijos póstumos
ciones con los países que acababan de agredir la soberanía nacional, bajo de la colonia. No fueron educados como clase política. Más bien fueron
la divisa de que entre debilidad y fortaleza, más vale un desierto de por autodidactas que para poder ser actores, primero tuvieron que construir el
medio. Una vez consolidado el Estado nacional, paulatinamente se fue­ escenario.
ron restableciendo sus vínculos internacionales en un clima de respeto a
la dignidad de la nación mexicana. Veamos los resultados.

Estudiaremos pues, en este volumen, uno de los períodos con más vici­
situdes de nuestro desarrollo histórico. Con diversas actitudes, desde la
más duramente condenatoria hasta la más vehementemente laudatorio,
todos los que hayan estudiado historia mexicana tienen una posición frente
a los cruciales acontecimientos que se produjeron entre la quinta y sépti­
ma décadas del siglo XIX.

Todo esfuerzo de objetividad es importante, pero la historia acaba por


ser valorativa. Y esto porque no es posible evitar el rechazo o la identifi­
cación con los personajes y con las definiciones de una época que, desde
todas las perspectivas, es crucial para México. Lo que en todo caso se

10 11
Con el territorio cercenado
(1848-1853)

1848 fue un aílo de revoluciones en Europa. Calamidades agrícolas hicie­


ron perder las cosechas, el desempleo y las bancarrotas se recrudecieron y
provocaron una crisis que se propagó por todo el continente. En respuesta
a los problemas sociales provocados por la industrialización surgió la
doctrina comunista. Mientras, el liberalismo seguía su lucha contra las
monarquías absolutistas de la vieja Europa, en Alemania, en Italia y en
otros dominios austriacos cobraban fuerza los movimientos nacionalistas.

En Francia, la Revolución triunfante provocó la caída de Luis Felipe y


la proclamación de la Segunda República, con Luis Napoleón Bonaparte
a la cabeza. En Austria, fue derrocado Metternich, ministro de Asuntos
Exteriores y jefe del gabinete desde la Restauración de 1 8 1 5 y creador del
sistema intervencionista contra los brotes liberales y nacionalistas. En
Prusia, el ejército reprimió sangrientamente a los sublevados, mientras
que los checos y los italianos eran sometidos por los austriacos, y los hún­
garos, por los rusos.

Inglaterra, bajo el reinado.de Victoria, y con John Russell como primer


ministro, iba a la vanguardia de la era industrial; muy pronto mostraria al
mundo los resultados de los nuevos descubrimientos en la exposición de
mayo de 185 1, realizada en el Palacio de Cristal, que dio albergue al "pro­
greso" alcanzado en el orbe a mediados del siglo. La mayoría de los paí­
ses todavía poseía una industria artesanal. Sólo Francia mostró sus avan­
ces con el daguerrotipo.

Los gobiernos europeos no tenían tiempo de pensar en América en ese


momento, mientras que las antiguas colonias norteamericanas habían
aprendido la lección de conquista de su antigua metrópoli, y la pusieron en de la presidencia de la República por segunda ocasión, del 8 de enero al 3
práctica con sus vecinos del sur.La organización política de Estados Unidos de junio de 1848.
daba ejemplo de federalismo. Su Constitución reflejó el compromiso entre
las necesidades de una defensa común y las particularidades locales y re­ En su discurso de toma de posesión, en enero de 1848, De la Peña y
gionales. Para la época, contaban con un caudal humano más conside­ Peña había señalado que por la grave situación que atravesaba la nación
rable que todas las demás tierras. La población llegaba ya a los 23 mi­ en manos de los extranjeros "estaba dispuesto nuevamente al sacrificio de
llones entre 1846 y 1850.' Las enormes posibilidades de su desarrollo acabar con su tranquilidad para servir al país, dentro de los cauces le­
constituían un poderoso atractivo para los europeos. Todo ello animó los gales" .3
anhelos expansionistas que llevaron a los anglosajones norteamericanos a
conquistar el sur, convencidos de su hipotética superioridad social e inclu­ En esos momentos, mientras el gobierno de la República residía en
so racial. Querétaro por estar ocupada la capital, en la zoua de Puebla, Antonio
López de Santa Anna intentaba organizar una guerra de guerrillas contra
los invasores. Y aunque tomó Puebla, y combatió con éxito en diversas
Relaciones con Estados Unidos durante la posguerra escaramuzas, pronto sus soldados desertaron. Empero, ese fue uno de los
momentos en que el llamado héroe de Tampico recibió el repudio de la
Sombrío y triste se presentó para los mexicanos el año de 1848. La capital opinión pública, que lo consideraba en connivencia con los norteamerica­
de la República y el camino a Veracruz, habían sido tomados por las tro­ nos. El mismo De la Peña y Peña le quitó el mando del ejército y lo con­
pas norteamericanas. Después de los desastres bélicos, el gobierno mexi­ signó al gran jurado de la ciudad de México.
cano tuvo que ceder ante el ejercicio de la fuerza y el desconocimiento
del derecho. Condenado por las autoridades mexicanas y perseguido por los inva­
sores, Santa Anna se refugió en Tehuacán y salió al destierro, lanzando,
Con profunda amargura se expresaba ante la derrota el secretario de como era su costumbre, un manifiesto, en el que aseguraba que había ver­
Guerra y Marina, don Pedro María Anaya, frente al Congreso el 8 de mayo tido su sangre para defender los derechos de México y que era su más leal
de 1848: "Por una serie no interrumpida de calamidades, hemos venido a servidor.4
parar a una posición social verdaderamente azarosa para lo presente, y de
funestos amagos para el porvenir si no nos apresuramos a dirigirnos por Si Santa Anna entabló tratos con los norteamericanos, ciertamente no
otro sendero. Trabajada la Nación por la discordia civil, desorganizados fue el único. Hay que recordar que las diferentes facciones políticas al
todos los ramos de la Administración Pública, y desmoralizado el ejército interior del país quisieron valerse del invasor para lograr prerrogativas
por las continuas revueltas, la República ha aparecido a los ojos del mun­ sobre su oponente.' El estado de derecho estaba aún por consolidarse y
do, en los momentos más solemnes y difíciles, como un pueblo que ni cono­ la conciencia nacional no se encontraba presente en gran parte de la po­
ce sus derechos, ni sabe defenderlos". blación.

Anaya denunciaba también cómo los hombres pensantes habían visto Antonio López de Santa Anna fue un caudillo militar sin ideología de­
"con escándalo el atentado de un Gobierno, que, titulándose amigo, rom- finida, copartícipe de la inestabilidad política que vivió el país. Ocupó el
,
pió los pactos más solemnes de las sociedades".' poder 1 1 veces en 22 años entre 1833 y 1855, bajo un régimen práctica­
mente preestatal, en el que las corporaciones o estamentos compartían la
Don Manuel de la Peña y Peña, a la sazón Presidente de la Suprema
Corte y anterior ministro de Relaciones Exteriores, se había hecho cargo
3 Lospresidentes de México ante la nación. México, XLVI Legislatura dela Cámara de Diputados,
tomo 1, 1966,p. 342. .
1 Robert Schnerb, El SigloX/X, Historia de las civilizaciones, obra dirigida por Maurice Crouzet, 4 José C. Valadés, Orígenes de la República Mexicana. México, Editores Mexicanos Unidos,
Barcelona. ed. Destino, vol. VI, 1960, p. 353. 1972, p. 555.
2 Antonio de la Pefia y Reyes, Algunos documentos sobre el Tratado de Guadalupey la situación s Carlos Bosch García, Documentos de la relación de México con los

Es ados Unidos (1o. de
de México durante la invasión americana. México, SRE, Colección Archivo Histórico diciembre de 1843-22 de diciembre 1848), tomo IV, De las Reclamac1ones, La Guerra Y la
Diplomático Mexicano, (AHDM), núm. 31, 1930, pp. 52 y 53. Paz, México, Instituto deInvestigaciones Históricas, UNAM, 1985, pp. 31�32, 173174, 724-726.

14 15
soberanía con el estado. Santa Anna se convirtió en el árbitro de la política ron Nuevo México e invadieron Santa Fe. A continuación, Keamy inició la
del país. Fue el resultado de aquella época en que los asuntos políticos se avanzada sobre California, complementada por John Drake Sloat que ocu­
dirimían con las armas en la mano, al margen de un régimen de derecho, y pó Monterrey, por John B. Montgomery que se estableció en la bahía de
donde el ejército ocupaba un lugar decisivo en la política nacional. San Francisco y por Robert F. Tockton, que se posesionó de Los Ángeles,
concluyendo así el despojo a México de la Alta California,' de esta mane­
La situación política se agravaba porque México vivía en constante ban­ ra, independientemente de la toma de la ciudad de México, los Estados
carrota desde su nacimiento como país independiente. Cuando el 1 4 de Unidos se habían adjudicado de hecho todo el territorio que querían anexarse
noviembre de 1847 De la Peña y Peña entregó el gobierno al general Pedro en ese momento.
María Anaya, declaró: "Mi Gobierno provisional no recibió ninguna clase
de Tesoro".' Durante todo el siglo xix el erario nacional se encontró ex­ Una vez invadido México, derrotado su ejército y tomada la capital de
hausto. La inestabilidad política dio una imagen negativa del país en el la República, el 14 de septiembre de 1847, a sugerencia del secretario de
extranjero, que unida a la leyenda sobre la riqueza mexicana hizo de él Estado Buchanan, fue nombrado Nicholas P. Trist para llevar a México la
botín apetecible y vulnerable. propuesta de un tratado de paz. Podía ofrecer hasta 30 millones de dólares
como indemnización si México cedía a sus pretensiones: Alta y Baja
Desde su independencia, México vivió bajo la amenaza de las potencias California, Nuevo México y el derecho de tránsito por el istmo de Tehuan­
extranjeras, primero de España, después de Francia y de Estados Unidos. tepec.
La invasión norteamericana fue evidentemente la tragedia más grande que
vivió el país. En Estados Unidos se temía que en México se produjeran levantamien­
tos y que cayera el gobierno moderado, lo que impediría la firma del trata­
Cuando James Knox Polk asumió la presidencia de Estados Unidos, do de paz. Buchanan señalaba: "Si la oportunidad presente no se toma de
comisionó a John Slidell para tratar con México la compra ''hasta por 40 mi­ manera inmediata, todas las oportunidades de celebrar cualquier clase de
llones, del territorio entre el Nueces y el Bravo, más el norte de Nuevo tratado se habrán perdido por un periodo indefmido y probablemente para
México y California".' Al no haber logrado su objetivo, la guerra fue el siempre".
camino a seguir para adquirir el territorio deseado.
El gobierno mexicano, temeroso de que la catástrofe lo llevara a la pérdida
Antes de iniciar la guerra de conquista, el gobierno de Polk definió su de todo el territorio, inició las negociaciones con los invasores. De la Peña
frontera norte con Inglaterra. Aceptó la pretensión del Ministro de Rela­ y Peña, desde su cargo de ministro de Relaciones Exteriores durante el
ciones Exteriores británico de establecer la división fronteriza en el río gobierno del presidente Anaya comisionó para las neg? ciaciones d� paz
.
Columbia a la altura del paralelo 49 y la permanencia de la isla de Van­ con Tris!, a Bernardo Cauto, Luis Gonzaga Cuevas y Miguel Atnstám.
couver en manos de los ingleses. Para dicho efecto el Senado de Estados
Unidos redactó un tratado en junio de 1846 en que quedó establecida la Nicholas Philip Trist había sido secretario privado de Andrew Jackson.
actual frontera entre Estados Unidos y Canadá en el noreste. Así, se afian­ También fue cónsul en La Habana, donde se le acusó de participar en el
zaron las relaciones entre la Gran Bretaña y su ex colonia y se impidió que tráfico de esclavos. Posteriormente fue enviado a México con instruccio­
­
la primera interviniera en los asuntos del sur americano. nes de "cohechar''9 a los mexicanos y de arreglar "la paz" más convenien
te a su país. En un principio no tuvo éxito en sus gestiones, pues � or otro
El 1 3 de mayo de 1846, Polk pudo conseguir del Congresonorteameri­ lado el general en jefe del ejército invasor Winfield Scott, formalizaba la
cano la declaración de guerra contra México.Poco antes, había hecho avan­ firma de un armisticio con Santa Anna en el mes de agosto, por lo que
zar sus ejércitos hasta Matamoros con el fm de provocar un enfrentamien­ Trist fue llamado a Washington.
to. Después de la batalla de La Angostura, entre el general Taylor y Santa
Anna, los generales Stephen W. Keamy y Alexander W. Doniphan ocupa- México inició las negociaciones exigiendo el retiro de los norteameri­
canos al norte de los ríos Nueces y Gila, y propuso se sometieran a arbi-

6 Lospresidentes ,, tomo I, p. 340.


..

1 Josefina Z., Vázquezy Lorenzo Meyer, Méxicofrente a Estados Unidos, un ensayo histórico, 8 Jbidem, pp. 42-43.
1776-1980. México, El Colegio de México, 1982, p. 43. 9 José C. Valadés,Orígenes,pp. 51 9-524.

16 17
el país agredido y que México había comenzado la guerra. Como sefiala
Roa Bárcenas, se hizo aparecer "como invasores a los invadidos".10

La vieja tesis religiosa de que la guerra podía ser justa cuando se dirigía
contra pueblos infieles, había pasado al puritanismo norteamericano. El
Destino Manifiesto como doctrina política recogió la tradición mesiánica,
que dio fundamento a la concepción de que Estados Unidos de América es
el pueblo escogido por Dios para crear el modelo de sociedad perfecta
que debe extenderse a todo el mundo. Esta filosofia justificó la apropia­
ción del territorio que estaba, desde su punto de vista, mal gobernado por
los mexicanos y les llevó a extender sus dominios de lado a lado del conti­
nente.

Dicha tesis contiene por tanto la obligación de decidir e intervenir


sobre quienes no viviesen social y económicamente estables, sobre los que
en el uso y empleo de su tierra no cumplieran con la disposición divina.
Al respecto, El Hera/d de Nueva York decía en 1847: "La nación univer­
sal. . . puede regenerar y emancipar al pueblo de México en unos pocos
afias, y creemos que constituye una tarea de nuestro destino histórico el
civilizar a ese hermoso país y facilitar a sus habitantes el modo de apreciar
y disfrutar algunas de las muchas ventajas y bendiciones que nosotros go­
zamos"11

Bernardo Couto, uno de los La política expansionista había constituido parte importante del pro­
comisionados del gobierno grama de campaña de Polk, como candidato demócrata. El pueblo norte­
mexicano para las negociaciones americano imbuido en la tradición mesiánica, votó por ''Polk, Texas y
de paz con Nicholas Tris!. '
Oregon" a pesar de qne el presidente saliente, John Tyler, en 1! " procedi­
.
miento inconstitucional, hizo que las cámaras votaran la anex10n de Texas
para arrebatar a Polk una bandera de su campaña en 1845. 12
traje internacional las exigencias territoriales de Jos Estados Unidos. Pero
los diplomáticos mexicanos tenían todo en contra, eran obligados a nego­ Los detalles de la guerra de conquista norteamericana ya han sido trata­
ciar después de que había sido invadido el país, derrotados sus ejércitos y dos con maestría por la doctora Josefina Vázquez, en el tomo anterior de
tomada la capital del país. esta colección. No obstante, queremos reiterar la importancia del tratado
con el que se dio fm a la invasión y que aún está en vigor.
Aturdidos por los resultados militares, los representantes de México
tenían que enfrentarse a Ja diplomacia intransigente de los norteamerica­ El 2 de febrero de 1848 se ftnnó el llamado Tratado de Paz, Amistad Y
nos, empeñados en lo que llamaron "derecho de guerra", en virtud del Límites por el cual México perdió más de la mitad de su territorio. Los
cual consideraban tener las facultades para posesionarse de los territorios comisionados mexicanos, en su exposición de motivos para la ftnna de
elegidos.

10 José María RoaBarcena, Recuerdos de la invasi6n norteamericana, (1846-1848). México,


El presidente Polk era un violento y apasionado miembro del Partido
ed. Porrúa, Colección de Escritores Mexicanos, 46, 1947, pp. I 9�24.
Demqcrata. Siempre había tenido el deseo de adquirir territorio mexica­
11 The Herald de Nueva York, 1847, mayo 15.
no. Decidió invadir México siguiendo arraigados principios puritanos, 12 John Tyler, "Fourth Annual Message",Messagesand Papersofthe Presidents, Washington,
aunque a los ojos del mundo insistía en asegurar que Estados Unidos era Bureau ofNational Literature, vol. III, 1912, pp. 2194, 2206 y
ss.

18 19
dicho tratado, consideraron que después de 36 años de revueltas civiles era no sin rentas ni recursos, a uu Gobierno sin porvenir, y que por necesidad
imposible derrotar a la potencia invasora, por lo que era urgente firmar el debía disipar profuudamente todos los fondos". ' 16
armisticio para detener los "rápidos progresos de la ocupación militar".
Destacaba De la Rosa la triste situación del país en el ámbito interna­
Couto, Gonzaga Cuevas y Atristáin justificaron la firma del tratado cional:
�ues señalab'.111 que la obra que les encomendó el supremo gobierno, fu �
en substauc1a la de recoger los restos del naufragio". Para ellos, la pérdi­ Antes de convenir en hacer cesión alguua, se procuró . . . que se some­
da del territorio mexicauo era inevitable, ya que "los convenios de esta tiese al arbitraje de alguuas potencias; pero esto fue imposible, ...
Fraucia e Inglaterra, habíau trausigido sus propias diferencias con
clase reahn�nte se vau formaudo en el discurso de la campaña según se
los Estados Unidos de América, por no comprometerse a uu rompi­
gauen o se p1erdau las batallas", y "no hacen sino reducir a formas escritas
13 miento. Por otra parte, la España, que es sin duda la nación que toma
el resultado final de la guerra".
más interés en la suerte de México, no era bastaute poderosa por sí
sola para mediar en la contienda.17
Reconocían que el territorio mexicano sufrió una disminución,.conside�
rabie, que alguuos compatriotas "quedarau fuera de nuestro país", (y que
ciertamente "estas pérdidas son de las más sensibles que puede tener uu Finalmente, y con respecto a la indemnización por la guerra, el ministro
pueblo"). Sin embargo, les consolaba saber que México aún poseía "uu de Relaciones refería:
grau territorio", (solamente -señalaron- "Baja California es igual en
. . . ella parecerá mezquina (la indemnización) si se considera como
t�maño a Inglaterra y Sonora a la mitad de Fraucia", por lo que "la desgra­
. si fuese el precio del territorio cedido, pero no es sino uua pequeña
cia de México no provendrá de falta de territorio"). Lo importante, con­
. . compensación de las calamidades que México ha sufrido por la gue­
clmau, es que se conservó la mdependencia nacional.14
rra. No se ha vendido uua parte del territorio nacional por quince ni
por veinte millones de pesos a que equivale la indemnización, sino
El ministro de Relaciones, Luis de la Rosa, defendió en el Congreso la
que cediendo esa parte del territorio, se recobra con la paz cmmto la
firma del tratado. Coincidía �on los comisionados al considerar que Méxi­
nación había perdido por el mal éxito de la guerra; se recobran nues­
co se encontraba aute el pehgro de perder "la independencia y nacionali­
tros puertos, nuestras ciudades, nuestras fortalezas; nuestra artillería
dad, por la imposibilidad de sostener la guerra"."
y uu inmenso material de guerra; se recobra y redime la capital d':' la
.
Nación que ha sido víctima de tautas calamidades, y cuya poblac1on
"Por humanidad y por política se debe poner término a las calamidades
ha hecho tau grandes sacrificios en defensa de toda la República.18
y desastres de que son víctimas los pueblos", concluía De la Rosa.

El gobierno mexicauo consideró que para detener a las huestes invaso­


Por otra parte, De la Rosa daba uua explicación dolorosa de la bauca­
ras y evitar la ocupación militar de todo el territorio, era urgente firmar las
rrota del gobierno: "quién sería pues, el que especulase en prestar millones
negociaciones de paz con los invasores.
a uu Gobierno prófugo y erraute como debía serlo durante la guerra a uu
Gobierno cuya existencia estaría perpetuamente amenazada, a uu G bier- � La decisión de aceptar la paz bajo las condiciones que impuso el agre­
sor fue duramente censurada. Se culpó al gobierno de haberse apresurado a
iniciar y terminar las negociaciones. Acerca de esto último, el ministro de
13 "Exposición de Motivos presentada por los comisionados de México". Antonio de la Pefia y Relaciones destacó el hecho de que las negociaciones empezaron meses
Reyes, op. cit., p. 139. después de la ocupación de México por el ejército norteamericauo. "Estos
14 lbidem,p. 168. cuatro meses -señalaba De la Rosa-, parecerán quizá nada para algu-
15

Don uis de la Rosa, distinguido periodista y orador impetuoso, quien fuera Secretario de

Relac1ones del 9 de enero 3 dejunio de 1848, fue partidario de una paz honrosa con Estados
� .
nidos. En 1847, en Queretaro, preparaba las negociaciones con los norteamericanos cuando
vmo el cambio de gobierno al designarse a Pedro María Anaya Presidente de ta República No
16 "Exposición de Motivos . . ", op. cit., p. 178.
obstan�. De la Rosa int�rvino con plenos poderes en la firma del tratado con Estados Unidos.
Po�t�nonnente fue enviado como representante de México al país del norte. De esta última 11 Jbidem, p. 188.
. is
actividad nos deJÓ sus memorias. Jbidem, p. 189.

21
20
nos que no examinan el fondo de las cosas; pero esos cuatro meses han sido
siglos para un Gobierno, que durante ellos ha luchado con obstáculos y
dificultades indecibles".19

Otra de las acusaciones contra el gobierno fue en el sentido de que, al


disolverse el ejército se dejó al país inerme, en una posición poco respeta­
ble durante las negociaciones, ya que el 29 de febrero de 1848 se había

firma o un conveni � para la suspensión de las hostilidades, con lo que se
impedia que los mexicanos tomaran las armas contra los invasores, conde­
nándolos a ser juzgados por las "leyes de guerra".

De la Rosa respondió que el gobierno no licenció al ejército, sino que


éste desertó: " . .. no fue el gobierno el que disolvió o dispersó al ejército de
Oriente, ya que cuando llegó a manos del general Santa Anna la orden en
que se le prevenía que dejase el mando, ya el ejército no existía, ya no
había de él sino algunos restos que escaparon de la deserción y del des­
orden".20

La polémica fue intensa. Al hacer alusión a opiniones de ciudadanos


mexicanos· que afirmaban que en ninguna circunstancia debía haberse ce­
dido parte alguna del territorio nacional, por pequeña que fuese, De la
Rosa explicó que:

La Constitución autoriza al Gobierno para celebrar tratados de paz,


no obstante, "la aprobación del Congreso, es, pues, la que va a san­
cionar la cesión de territorio" que se ha hecho ''necesaria" para lo­
grar "la paz".

El 7 de mayo de 1848 se reunió el Congreso en Querétaro. No asistieron


todos los diputados y senadores elegidos. Tras enconadas discusiones, el
Congreso mexicano aprobó el tratado por 5 1 votos contra 3 5 en la Cámara
de Diputados y con 4 votos en contra y 32 a favor en la Cámara de Senadores.
Fueron fundamentalmente los moderados quienes, por sus afanes pacifis­
tas, y ante un hecho consumado, aprobaron el llamado Tratado de Paz.

El presidente De la Peña y Peña reiteró nuevamente sobre la firma del


tratado: "El que quiera calificar de deshonroso el Tratado de Guadalupe­
Hidalgo por la extensión del territorio cedido, no resolverá nunca cómo
podrá terminarse una guerra desgraciada. Los territorios que se han cedi­
do por el tratado no se pierden por la suma de quince millones de pesos,

19 Jbidem, p. 171.
Ocupación de la capital de la República por las tropas norteamericanas. 20
Ibídem, p. 174.

23
sino por recobrar nuestros puertos, por la cesación defmitiva de toda clase social y la falta de conciencia nacional en una gran parte de la población,
·

de males".21 los ideales patrióticos de Ocampo pudieran realizarse.

El ilustre historiador don Justo Sierra coincide en que, con la frrrna del Los mexicanos que rehusaban firmar el tratado por considerarlo igno­
tratado, se perdió lo que ya se había perdido en la guerra, y que la indem­ minioso tenían razón. Firmarlo significó la legalización del despojo terri­
nización de guerra fue un pago de lo que ya habían tomado " ... porque no torial más grande de la historia. En este sentido, hubiera sido preferible
se dejó a los americanos nada que no tuvieran ya, y sí se obtuvo la devolu­ que quedara al descubierto la arbitrariedad y que no se sancionara. El que
ción de mucho que creían haber ocupado defmitivamente".22 México recibiera dinero a modo de indemnización empeoró la penosa si­
tuación.
El territorio mexicano quedaba lamentable y terriblemente reducido.
Muchos de los mexicanos de entonces no estaban conscientes de la magni­ En oposición a la firma del Tratado de Guadalupe-Hidalgo, varios dipu­
tud de la pérdida. Para el presidente De la Peña y Peña era "verdad ... que tados dirigieron a la Suprema Corte de Justicia una exposición que pedía
se cedía una parte de nuestro hermoso suelo, pero también advertía que se sometiera al examen de las legislaturas de los estados el convenio cita­
éste -afortunadamente--, tenía una extensión considerable" .23 No sabía do, considerándolo "oneroso, inconveniente y degradante para la Repú­
en realidad cuánto se había perdido y menos imaginaba qué tan ricos eran blica".
los territorios arrancados a sangre y fuego a nuestro país.
La lealtad a la patria de De la Peña y Peña es innegable, pero también es
El presidente de los Estados Unidos, al presentar al Congreso el Tratado cierto que " ... no tuvo la capacidad del gobernante para aquellas horas
de Paz, señaló: conflictivas y decisivas".25 No era ni político ni estadista. Su temor lo
convirtió en el instrumento 'jurídico" que permitió a Estados Unidos cre­
Los extensos y valiosos territorios cedidos por México a los Estados cer dos y medio millones de kilómetros cuadrados. El despojo se cubrió
Unidos forman una indemnización por lo pasado, y los brillantes he­ con un manto de legalidad, gracias a la firma del tratado y a la interpreta­
chos y triunfos señalados de nuestras armas serán una garantía de ción norteamericana del "derecho de guerra".
seguridad para el porvenir, pues convencen a todas las naciones que
deben respetarse nuestros derechos. Estados Unidos, además de agrandar elterritorio del estado de Texas,
La guerra se ha hecho con mucha humanidad y clemencia, ya que cuya modificación de fronteras había servido de pretexto para la guerra,
hemos triunfado completamente, la paz se ha celebrado bajo condi­
ciones muy liberales y magnánimas para con México. Se cree que si
los territorios cedidos hubieran permanecido en su poder, habrían
quedado abandonados y serían de ningún valor para él, o para otra
nación, mientras que haciendo parte de nuestra Unión, servirán de
mucho a los Estados Unidos, al mundo comercial y a los intereses
generales del género humano.24

El tratado provocó indignación y repudio. fucluso hubo quienes quisie­


ron levantarse en armas. Don Melchor Ocampo, como otros, se resistía a
creer que todo estaba perdido y que no había forma de seguir la guerra;
creía firmemente que debía lucharse hasta que las condiciones permitie­
ran el triunfo. No obstante, parecía imposible que dada la desorganización

21 Los presidentes.. . , tomo I, pp. 347-349.


22 Justo Sierra, Juáre:;, su obray su tiempo. México, UNAM, Nueva Biblioteca Mexicana, 32, Melchor Ocampo mostró indignación y repudio hacia el Tratado de Guadalupe.
1972, pp. 69-72.
23 Los Presidentes. . . , tomo I, p. 349.
25 José C. Valadés, Orígenes. . . , p. 563.
24 James R. Polk,MessagesandPapers .. , op. cit., vol. IV, p. 2439.

24 25
formaría paulatinamente siete estados más, uno de ellos el más próspero de de la incorrecta y muy deficiente carta de los Estados Unidos Mexicanos
la Unión Americana, el estado de California. publicada por H. Disturnell".28

Para la ratificación del tratado, Estados Unidos envió a México a su El llamado Tratado de Paz, Amistad y Límites y arreglo definitivo entre
procurador general, Nathan Clitford y a Ambrose H. Senier, senador por la República Mexicana y Estados Unidos de América, ciertamente no fue
Ohio Y presidente del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara Alta. un arreglo definitivo ni siquiera en la frontera. No se cumplió más que la
El 30 de mayo de 1848 se dieron las ratificaciones del convenio. parte que afectó a México, es decir, la pérdida de dos y medio millones de
kilómetros cuadrados; pero ni se respetaron las garantías que se debían
Como señala el historiador José C. Valadés: "Amargas, muy amargas, otorgar a los mexicanos que quedaron en el territorio conquistado; ni se
han de ser siempre las épocas en que las patrias son derrotadas por agre­ evitó la incursión de indios salvajes, que desposeídos de sus tierras eran
sivos Y superiores enemigos, y en las que aquéllas pierden solares de su empujados al sur; ni se puso en práctica la pactada neutralidad para impe­
herencia y linaje" .26 dir el paso de filibusteros, así como tampoco se hizo caso de las reclama­
ciones presentadas por parte de los mexicanos. En cambio se daba prefe­
Diez meses había permanecidoel ejército invasor en la ciudad deMéxi­ rencia a las que presentaban los estadunidenses.
co; el 12 de junio de 1848 se arrió la bandera estadunidense y se evacuó la
capital. El presidente don José Joaquín Herrera entró a ella la noche del Uno de los asuntos discutidos inicialmente en las negociaciones para
mismo día. dar fm a la invasión norteamericana fue lo referente a la apertura de una
vía de comunicación por el istmo de Tehuantepec, que por fortuna para
Herrera había ocupado anteriormente la presidencia; tenía una larga tra­ México no quedó incluido en el tratado, pero fue objeto de todo tipo de
yectoria en la administración pública. Fue Secretario de Guerra en 1823 y presiones posteriores por parte de los norteamer icanos.
en 1833, había ocupado los e argos de diputado y gobernador. En 1844 , por
. . .
a�senc1a del pres1de�te mtermo Valentín Canalizo, se hizo cargo de la pre­ El interés de Tehuantepec se remonta al inicio de la época colonial
.
sidencia por unos dias y después, por segunda vez, la asumió de 1844 a cuando Cortés buscó en el istmo un paso interoceáuico. El barón de
1845. Su gestión, durante esta tercera vez, sería de junio de 1848 a enero Humboldt también mencionó esa posibilidad. En la época independiente
de l85 1 . hubo diversos proyectos que no llegaron a cristalizar, hasta que en 1842
se le otorgó la concesión de construir una vía de com� icación P?r el
Sus gestiones siempre se caracterizaron por s u honestidad, así como por istmo a José de Garay, condicionáudola a que la construcc1ón se realizara
un tono conciliador y áuimo pacifista. Puso su mayor esfuerzo en gobernar en un plazo perentorio. De Garay pasó la concesión a los ingl�se_s Manning,
al país con eficiencia �� �stos difíciles años de la posguerra. Inició su pre­ Mackintosh y Scheneider. Por lo que, cuando en las negociac10nes sobre
. el Tratado de Guadalupe-Hidalgo se insistió nuevamente en la demanda
s1�encia c �n la xped1c10n de la �ey de Imprenta que declaraba ilícito pu­
� .
blicar escntos , contra la vida pnvada y contra el honor de cualquier par­ de establecer el derecho de paso por Tehuantepec, la petición fue negada
ticular". 27 argumentando que la concesión pertenecía a los ingleses.

Diversos errores se cometieron al realizar la nueva delímitación fronte­ Desde 1848, el representante norteamericanoNathan Clifford había ad­
riza, ya que "grande era el abandono en que se encontraba el estudio de la vertido al gobierno mexicano que debía respetar la cesión de derechos a
geografía y estadística. Tan marcado era aquel abandono que para el Tra­ ciudadanos estadunidenses, ya que los ingleses habían traspasado la c? n­
tado de Límites entre México y los Estados Unidos echó e Ínano en 1848 ; cesión otorgada a De Garay al norteamencano Hargous, a lo que el gobier­
no respondió que la concesión y� había sido cancel� da en vis!a de no ha­
berse cumplido el plazo establecido a pesar de las diversas prorrogas.

26
José C. Valadés, Breve historia de la guerra con los Estados Unidos. México ed Diana
, . , No obstante haber sido informado el gobierno norteamericano de la
1981, p. 220.
11 improcedencia de la concesión, el Secretario de Estado norteamericano,
�anuel J?ublán Y Jos� María lozano, Legislación mexicana o Colección completa de las
.
d1spos1_ �1ones legzslauvas desde la Independencia de la República. México,
Imprenta del
Comercio a cargo de Dublán y Lozano Hijos, tomo zs Antonio García Cubas, El libro de mis recuerdos. México, ed. Patria, 1942, p. 593.
V, 1876, p. 387.

26 27
John Clayton, instrnyó al nuevo embajador de Estados Unidos en México,
Robert P. Letcher, para realizar todos sus esfuerzos con el objeto de lograr
un convenio sobre el paso de Tehuantepec. En las instrucciones le seílala­
ban que hiciera ver a los mexicanos las ventajas del paso interoceánico y
que se asegurara de que la empresa estuviera a salvo de todo capricho por
parte del gobierno de México, así como de actos de violencia, tanto del
extranjero como de las autoridades locales o federales de la República
Mexicana.

Clayton, seguro de que el gobierno mexicano firmaría el convenio, en­


vió un proyecto, al cual se le harían los cambios necesarios según convi­
niera a ambas naciones. En él se establecía que el gobierno de. Estados
Unidos auxiliaría al de México en la vigilancia y protección de la vía de
comunicación, siempre que fuera solicitado por las antoridades mexica­
nos, concediendo privilegios de tránsito a los norteamericanos.

Letcher y Gómez Pedraza firmaron el "Convenio entre la República


Mexicana y los Estados Unidos de América, para proteger una vía de
comunicación por el Istmo de Tehuantepec", en junio de 1850. Ef conve­
nio no satisfizo al gobierno norteamericano porque no reconocía los dere­
chos de los herederos de la Concesión de Garay. La lncha por el paso a
través del istmo de Tehuantepec no cesaría. Se prolongó durante todos es­
tos aílos en que los gobiernos mexicanos se vieron acosados por el estado­
unidense que logró la firma de diversos tratados; después del Letcher-Gómez
Pedraza se firmaron el Corwin-Tornel-Del Castillo, el Gadsen-Díez de
Bonilla y el Mac Lane-Ocampo, que veremos posteriormente. 29
Las relaciones con Estados Unidos prosiguieron con los mismos pro­
blemas. Robert P. Letcher trató de demostrar que su gobierno no apoyaba
las invasiones filibusteras, una de las cuales ocurrió en 1852 en Matamoros.

Después de haber visto cercenado su territorio, México siguió viviendo


bajo la amenaza del exterior; ahora vendría de Europa la nneva invasión.

México tuvo que abdicar sus derechos en favor del vecino del norte legalizando
' el Relaciones con Enropa en la posguerra
despojo con un tratado.

El representante de México ante la monarqnía inglesa era don José María


Luis Mora, quien trató con los ingleses primero el conflicto de la República
con Estados Unidos y después el asunto de la Guerra de Castas en Yucatán.

29 José Femando Ramírez,Memorias, negociacionesy documentos para servir a la historia, de


/as diferencias que han suscitado entreMéxicoy Jos Estados Unidos, los tenedores del antiguo
privilegio, concedido por la comunicación de los mares Atlánticoy Pacífico, por el Istmo de
l'ehuantepec. México, ed. Ignacio Cumplido, 1853, pp. 162-165.

29
El ideólogo de la primera reforma ocupó aquella representación de 1847 Evidentemente, a los ingleses les importaba estar bien con Estados Unidos
a 1850, y como historiador que era, nos dejó una pormenorizada relación y no con México. El representante de nuestro país tuvo que constatar que
de la actitud asumida por la Gran Bretaña durante Ja invasión a México lamentablemente México no pudo defender lo que él había asegurado y
por Estados Unidos. que el país sí tuvo que abdicar sus derechos en favor del vecino del norte,
legalizando el despojo con un tratado.
Frente al conflicto que enfrentaba, México el doctor Mora señaló enfá­
ticamente en todas sus notas al gobierno británico que su país no estaba Sobre la actitud de los franceses respecto al mismo asunto, Mora escri­
dispuesto a perder ni un centímetro de su territorio y le declaraba que "si bió al Ministro de Relaciones de México, el 3 1 de enero de 1848:
necesario fuere a todo el mundo civilizado, que México en la triste suposi­
ción de que se habla, jamás acordaría este abandono en favor de los Esta­ En cuanto a la ayuda que pudiera prestarnos Francia en nuestra peno­
dos Unidos de América, ni haría acto ninguno que pudiera servir de tributo sa situación, todo me hace creer que será nula, pues como tengo di­
legal al Gobierno de dicha nación para poseer parte alguna del territorio cho a V.E., repetidas veces, la causa de los Estados Unidos es y será
que ha sido reconocido mexicano por el Tratado de las Floridas, celebrado en todas épocas preferente a la nuestra para los intereses, gusto y
con España en 1819, y reconocido más tarde en favor de México por el designios de la Francia. Sin embargo, de tiempo en tiempo se advier­
Gobierno americano''.3º te y muy especialmente en estos dos meses últimos, que las miras
americanas de predominio y supremácía sobre México, empiezan a
En particular, Mora especificó que México defendería "más viva y enér­ producir inquietudes en el gobierno francés."
gicamente a la costa del Oeste, y en especial los puertos de Monterrey y
San Francisco, y de que en la triste situación de no poder defender esa El canciller Luis de la Rosa, en su exposición de motivos para la cele­
parte interesante de su territorio, . . . le sería muy satisfactorio poder contar bración del Tratado de Paz con Estados Unidos, había señalado que Fran­
con las simpatías del Gobierno de S.M., sobre esta regla de conducta, . . . su cia había sido hostil a México, "pues apoyó hasta donde pudo en la presen­
apoyo moral y material (se) pide y solicita formalmente"." te guerra, por lo menos con su aprobació n, las pretension es d e
Norteamérica". Por otra parte denunció que "no era y a u n secreto que el
Ante la dificil situación por la que había atravesado la nación mexicana, gabinete intentaba establecer en México una monarquía", asegurando, sin
so-
el doctor Mora requirió la intermediación de la corte inglesa a través del embargo, que el gobierno mexicano tenía "cuantos datos pueda haber
d'o en em bº' aio
non "'rtunadamente'"'
.
vizconde Palmerston, ministro de Negocios Extranjeros de aquel país. En bre la existenc ia de un proyecto que que
una nota dirigida el 22 de abril de 1847, Mora le expuso la grave situación
de México y pidió que el gobierno británico fuera garante de las obligacio­ Mora también informó de la gestación del plan monárquico en Europa.
nes que resultasen del Tratado de Paz; al menos de las que fueran relativas De la Rosa pidió informes al encargado de negocios mexicano en Francia,
a los límites territoriales que en dicho tratado se pudieran establecer. Fernando Mangino, respecto a la posición de aquel país. Mangino había
sido por muchos años secretario de la Legación cuando Máximo Garro era
El ministro mexicano creyó que con la intermediación de los ingleses el ministro plenipotenciario, lo que le facilitaba obtener los datos reque­
cualquier tratado con la nación norteamericana, obtendría solidez y esta­ ridos.
bilidad."
Mangino señaló al secretario de Relaciones que la prensa f� ancesa a­ �
El gobierno inglés, obviamente, respondió de manera n50gativa a la soli­ bía estado en favor de los Estados Unidos en la guerra con México, debido
citud del representante mexicano. Gran Bretaña no quiso mediar en el con­ al interés que Francia tenía en contar con la ayuda de la marina e ? 'liden.se ��
flicto de México con Estados Unidos, arguyendo que el gobierno norte­ en caso de futuros conflictos con Inglaterra. Para conocer la pos1c1on oficial
americano podía ver dicha mediación como una actitud intervencionista. francesa ante el conflicto de México con Estados Unidos, el representante
mexicano en Francia se entrevistó con el Ministro de Negocios Extranjeros
30 Luis Chávez Orozco, La gestión diplomática del doctorMora. México, ed. Porrúa, 1970, de aquel país, Alphonse de Lamartine. Manglno pidió al ministro francés
(A1IDM, primera serie, segunda edición, núm.35)p. 24, Nota diplomática al vizcondePalmerston,
abril 22 de 1847, Londres.
31 lbidem, p. 25. n Jbidem,p. 50, nota núm. 4, e�ero31 .d� 1848. .
, ", op. cit., p. 188.
32 Jbidem, p. 24. 34 Discurso de Luis de la Rosa, Expos1c1on de Motivos..

30 31
wia explicación sobre los rwnores que circulaban acerca de que ese gobierno
se había opuesto a la entrega del dinero que el gobierno norteamericano
debió pagar a México como indemnización por los territorios "cedidos" en
el Tratado de Paz, ya que los créditos concedidos a la República mexicana
por los súbditos franceses no habían sido todavía saldados definitivamente.

Lamartine negó que su gobierno hubiera asumido semejante actitud, que


en su concepto habría sido una "vileza" que no cometerían con ninguna
nación pero menos con México, "atendiendo al estado político en que se
encontraba". Sobre el mismo asunto, Mangino remitió una lista, que exis­
tía en el Ministerio del Exterior francés, de las cantidades de dinero que
reclamaban los comerciantes galos que se hallaban en territorio mexicano,
cuya suma total ascendía a 1 180 274 pesos."

Por otra parte el repres¡:mtante mexicano informaba que ante la posibili­


dad de que se estableciera un gobierno aparentemente mexicano por las
fuerzas norteamericanas, los gobiernos europeos que tenían relaciones
"directas y seguidas con México", como Inglaterra, Francia, España, Prusia
y Bélgica, estaban "de acuerdo en no reconocer a otro Gobierno que el
verdaderamente nacional mientras exista y no sea disuelto por revolucio­
nes armadas; y que están conformes en mantener agentes diplomáticos cer­
ca del Gobierno verdaderamente mexicano".36

Mora también dio cuenta de la posición que guardáron otras naciones


respecto a México en sú conflicto con Estados Unidos de quienes nada se
podía esperar:

"En cuanto a los otros países que tienen pocas o ningunas relaciones
con el nuestro, están, a lo que he podido alcanzar, por comunicaciones extra­
oficiales con diferentes agentes de los expresados gobiernos en Francia e
Inglaterra, conformes en los principios siguientes: lo. México no ha sido
agresor en la presente contienda; 2o. La guerra de los Estados Unidos es
injusta en su principio y exagerada en sus pretensiones; 3o. El equilibrio
político del mundo civilizado está interesado en mantener la nacionalidad
de México, atacada hasta cierto punto por la presente guerra, a pesar de las
protestas oficiales del pueblo americano y de las autoridades que lo gobier­
nan. Entre estas últimas potencias la más visible es la de Austria; las de­ La simpatía de Luis Felipe de Orleáns por el establecimiento de una monarquía en
México preocupaba al canciller De la Rosa.
más son de segundo orden, y así éstas como aquéllas nada harán cierta­
mente en favor de los Estados Unidos, pero tampoco darán el menor paso
directo, a lo menos por lo presente en favor de México. La adopción de los

35 Carta de Femando Mangino al Secretario De la Rosa,en Valle Rafael Heliodoro, Un diplomático


en París. México, sRE,AIIDM,2a. serie,núm. 6, 1948,p. 6.
36 Luis ChávezOrozco,op. cit., p. 51,notanúm. 4.

32
El coloso que nos amenaza con su intervención monárquica no existe
principios expuestos es, pues, en las expresadas potencias estéril y pura­
ya y todo hace temer una guerra y un trastorno universal del orden y
mente especulativa. "37
la paz establecidos en Europa a costa de tantas penas .
Respecto a la preocupación del canciller De la Rosa en el sentido de que . . . Ya no es de temer esa coalición del poder de la Francia con el
se estaba trabajando "con ahinco en Europa y especialmente en Francia de los Estados Unidos en la presente cuestión, ( . . . ] pues bastante
para el establecimiento de una monarquía en México y las simpatías que tendrán que hacer los franceses en defenderse y hacerse aceptar de la
por ese plan tenía Luis Felipe", Mangino desechó tal posibilidad, asegu­ Europa, para peusar en lo que pasa a 2 000 leguas al otro lado del
rando que quien daba esas noticias desconocía la situación de.Francia, Atlántico. 41
puesto "que el gobierno de Luis Felipe tenía que luchar con mil cuestiones
vitales, que absorbían todo su tiempo, toda su tranquilidad"." Además, Mora consideró que esta situación dejaría más libre a Inglate­
rra en todos sus movimientos con respecto a México.
En efecto, por la revolución de febrero de 1848, Francia no tenía posi­
bilidades de intervenir en México en ese momento; no obstante, hay que El representante mexicano en Londres se dirigió nuevamente el 3 1 de
recordar que aún antes del frustrado intento de 1838, en aquella nación se mayo de 1848 al ministro del Exterior británico, señor Pahnerston, para
habían organizado empresas monárquicas con esa intención." reiterarle su solicitud de apoyo para asegurar la ejecución plena del tratado
por parte del gobierno norteamericano. Pahnerston denegó de nueva cuen­
Según el representante mexicano, los artículos que en este sentido se ta el apoyo requerido, aunque se permitió aconsejar al ministro mexicano:
publicaban en la prensa francesa sobre México eran "emanaciones es­ que urgiera a su gobierno a firmar la paz para "hacer cesar la invasión".42
pontáneas de Michel Chevalier, colaborador del Diario de los Debates,
dictadas por sus simpatías o por sus convicciones personales, sin que las Gran Bretaña era el acreedor más importante de México. El represen­
opiniones o la influencia de Luis Felipe hayan tenido la mayor injerencia".40 tante mexicano en Londres se esforzó por hacer ver a Pahnerston lo injus­
De igual forma, nuestro representante en Londres coincidía en que la re­ to de las exigencias de los súbditos ingleses: "Los interesados, o al menos
volución había inhabilitado de momento a los franceses. los que pretenden representarlos, son demasiado impacientes -escribía
Mora el 6 de septiembre de 1848-, y sin contar con las necesidades que
En cuanto a la mediación de Francia hoy las cosas han cambiado aquejan al gobierno por todos lados, en presencia de un erario exhausto,
enteramente de naturaleza. Una revolución asombrosa por la rapirlez pretenden que los primeros y únicos ingresos que están a su disposición
de la marcha y el vigor de los resultados, y por el porvenir funesto para ponerse en marcha, le sean exclusivamente aplicados. Estos ingresos
que anuncia a la Europa, se acaba de verificar en París, de donde se provenientes de las sumas que deben recibirse por pago de indemniza­
ha propagado ya a una gran parte de la Francia. El trono ha sido ción de las cesiones territoriales, consisten en tres millones de pesos anuales
demolido; las Cámaras atropelladas y disueltas, la familia real se ha pagables por cinco años a la orden del gobierno mexicano, y que a lo que
dispersado, habiendo desaparecido algunos de sus miembros princi­ parece no Jos hará suyos sino al momento del pago. El Gobierno ha rehusa­
pales del sexo femenino. Se ha proclamado la República con preten­ do y rehusará Ja aplicación de esta suma al fondo consolidado, fundado en
siones de ninguna manera disfrazadas de agregar la Bélgica a la Fran­ la ley más estrecha que existe que es la de la necesidad"."
cia, una gran parte de la Suiza y del Piamonte, en una palabra, de
establecer por términos el Rhin y los Alpes en la parte este. Posteriormente, Mora informó al gobierno mexicano sobre el resultado
de sus gestiones ante los ingleses: no se insistiría en aplicar al pago de la
Mora consideraba que por la ''terrible revolución", la posible amenaza deuda consolidada el todo o parte de la indemnización americana; se reno­
de que los franceses planearan una intervención monárquica en México vaban las instancias para que fueran pagados todos los créditos y reclama­
prácticamente desaparecía: ciones particulares pertinentes a súbditos británicos a la mayor brevedad

37 Jbidem, p. 5 1 , nota núm. 4, enero3 1 de 1 848.


n Rafael Heliodoro Valle, comp., op. cit., docu1nento número uno, p. 22.
39 Francisco de Paula Arrangoiz,Apuntespara la historía delSegundoImperio mexicanc. Madrid, 41 Luis Chávez Orozco, op. cit., pp. 55R56, nota núm. 6, febrero 29 de 1 848.
Imprenta de Estereotipia de M. Rivadeneyra, 1 869, pp. 8w l O. 42 Jbidem, p. 73, nota núm. 1 1 , mayo3 1 de 1848.
4° Femando Mangino, informe sobre Jos ataques de Michel Chevalier en la página editorial del 43 Jbidem, p. 107, nota al vizconde Palmerston, septiembre 6 de 1 848.
Journal Des Debates. París, lo. de marzo de 1848, en Rafael Heliodoro Valle, op. cit., p. 22.

35
34
posible, aplicando para ellos las cantidades que fuesen necesarias de la C�uenta Y salvaj � fue la guerra contra los indios mayas. La muerte del
..
indemnización americana.44 �audillo Ceciho Chi, �n ':'ªYº de 1849, aplacó sus ánimos de lucha, pero
esta seguirá hasta casi el micio del siglo xx.
Lamentablemente, desde el inicio de la vida independiente de México
Dura:ite, este periodo la atención internacional sobre México había gi­
sus relaciones internacionales habían dependido en buena parte de su den­
rado, pnmero, ei; tomo a la cuestión texana, y después al resultado de la
da extema.
guerra de conquista de Estados Unidos. Desde 1840 los conflictos con
T�xas habían coi:iplica�o las relaciones intemacional�s de México. El go­
Otro conflicto de importancia que tensaba las relaciones con Gran Bre­
bierno de Francia habia otor!1:ado su reconocimiento a los separatistas
taña era el de la llamada Guerra de Castas en Yucatán. Los mayas eran
texanos, Y como puede apr�c1arse en los informes diplomáticos mexica­
explotados por los descendientes de familias españolas dedicadas al co­
nos, nunca cesaron las presiones de los países europeos (Francia' España
mercio con La Habana. Durante el gobierno de Herrera los indígenas se
e Inglaterra) sobre nuestro país.
rebelaron contra los criollos y éstos pidieron ayuda a Europa y Estados
Uni?o� a título de defender la "raza blanca". En particular, Gran Bretaña
se vio mvolucrada en el asunto, porque los ingleses vendían armas desde Don Genaro Estada resmnió en un solo párrafo la situación de la políti­
Belice a los indios subleyados. ca exterior de esos años: "Acallada por la guerra la importancia de los
demás temas exteriores, la vida internacional se deprime hondamente y
El d?ctor José María Luis Mora había solicitado a Palmerston que las apenas sí surge después el enfadoso tópico de las eternas reclamaciones.
tropas mglesas cooperaran con las autoridades de Yucatán para evitar los Después del Tratado de Guadalupe-Hidalgo, la baja de nuestras relacio­
desastres de las invasiones indígenas en la península. Mora creía conve­ nes internacionales es evidente". Por otra parte estima que los informes
presidenciales presentaban ante los legisladores "un torpe optimismo de
niente "echar y alejar" (de la línea inglesa de Belice) a los indios, y así lo
la eficacia de la misión diplomática"."
hizo saber en comunicado oficial. En una declaración abiertamente racis­
t�, desafortunad�ei;te común en esa época, quería "Hacerles una guerra
sm cuartel (a los md1genas), y . . . regalar los terrenos . . . a las familias es­
Relaciones con el pontificado
pañolas que en ellas quisieran establecerse". Su objetivo fmal era: "Echar
fuera de la Península a todos los elementos de color, multiplicar en ellas
Asunto aparte, y de una importancia capital para la política interna de
los de la raza blanca y tener el más grande cuidado de que los de esta raza
México, fueron en estos años las relaciones con la silla apostólica, cuyas
en la línea divisoria sean exclusivamente españoles"." gestiones siempre ocuparon un lugar primordial en la política exterior del
país, dada su población eminentemente católica.
i:ambién el presidente no�eamericano quiso íntervenir en la península;
habia declarado que las relaciones con Yucatán eran "de carácter peculiar"
Desde que se consmnó la independencia, todos los gobiernos mexicanos
y en. plena guerra con México, Polk amenazó con ocupar el estado: "si
enviaron una representación a Roma para conseguir que se aceptara la fir­
contmuase la guerra, ocuparíamos y tomaríamos posesión militar de este
ma de un concordato, mediante el cual el gobierno de México pudiera ha­
terreno y defenderíamos a la población blanca contra las incursiones de los
cer uso del Regio Patronato. La iglesia católica siempre señaló que el Pa­
indios, en la misma forma que hemos empleado fuerzas en otros estados de
tronato era una concesión que el pontificado había dado a los Reyes
la República Mexicana".46
Católicos para facilitar la evangelización, pero que se había otorgado en
una situación especial y que ya no estaba dispuesto a concederlo en esa
Ante la posibilidad de una intervención extranjera, el gobierno de Herrera
época, de condiciones totalmente distintas.
apoyó a Yucatán y esta entidad se reincorporó al país por decreto del go­
bernador Barbachano el 17 de agosto de 1848.47
El argumento presentado por el gobierno mexicano para la firma de un
44 Ibídem, pp. 119-120, nota núm. 27, septiembre 30 de 1848. concordato se basaba en el concepto de soberanía del Estado moderno, que
4' Ibidem, pp. 158-159,notanúm. 9, octubre30de 1849.
46 Correspondencia de JamesPolk al Senado, Washington, abril 29 de 1848, en Messages . . . ' 48 Genaro Estrada, La política exterior de México a través de los infonnespresidenciales. México,
tomo IV, p. 2431. SRE,AHDM, prímera serie,núm. 39, 1935,p. 17.
47 José C. Va1adés, Orígenes. . , p. 569.
.

37
36
la iglesia católica se negaba a aceptar. El gobierno consideraba que el ejer­
cicio del Patronato era un derecho inherente al Estado. Por medio de él las
autoridades debían reglamentar los asuntos del culto.
En todos los regímenes constitucionales y en los diferentes gobiernos
siempre se señaló como asunto prioritario el arreglo de la cuestión de Roma.
Desfilaron por la "ciudad eterna" todo tipo de representantes mexicanos,
laicos y religiosos, sin lograr solución al problema, no obstante que el Es­
tado mexicano había declarado a Ja religión católica como religión única,
sin tolerancia de ninguna otra.
El papa
Pío IX
El presidente Herrera señaló en su Primer Informe de Gobierno que por acordó
·ser la Nación mexicana esencialmente católica, uno de los primeros objeti­ con el
vos de su administración seria estrechar relaciones con la Santa Sede, y gobierno
"restituir a la Iglesia mexicana todo su esplendor".49 de
México la
Para 1848 el papado se encontraba en plena crisis política por los conflic­ designa­
tos causados durante la lucha por Ja unidad de Italia. Las discrepancias ción de
entre el Parlamento italiano y Pío IX exacerbaron a tal punto a la población, nuevos
que las masas sitiaron su palacio: " . . . las balas llegaron hasta sus habita­ obispos.
ciones. En el alboroto, concedió lo que se pedía, pero ni por ello pudo El presidente Herrera procuró cubrir Ja falta de obispos. El Congreso
aplacar al pueblo".50 Apoyado por los embajadores extranjeros, el papa se expidió el 16 de abril de 1850 la ley que regl":111ei;t�ba la ocupación de las
fugó de Roma refugiándose en Gaeta, Nápoles. En 1850 regresó Pío IX al mitras vacantes mientras se solucionaba el ejercicio del patronato con la
barrio del Vaticano en Roma, bajo Ja protección de las armas francesas. Santa Sede. La ley señalaba que "el cabildo de la Iglesia den:ro de .los
quince días después de las exequias del prelado di. !'°'.1�º' formara una hsta
Con motivo de estos acontecimientos, Herrera hizo pública Ja solidari­ de los eclesiásticos beneméritos en quienes, a su JUICIO, puede proveerse
dad del gobierno de México con el pontificado: "las desgracias del actual la vacante, y Ja remitirá desde Juego al Gobierno Supremo".52 Finahnei:te
pontífice presentaron una ocasión para que las Cámaras de México, el el papa aceptó la propuesta del gobierno de Herrera y empezaron a desig­
Gobierno, el pueblo y el clero, diesen muestras de adhesión" a Jajerarquía narse nuevos obispos.
eclesiástica.51
"Vuelto el Sumo Pontífice a su silla", los mexicanos esperaban conce­ Los gestores de la diplomacia
diese una dignidad cardenalicia a uno de sus prelados; el escogido fue don
Juan Cayetano Portugal, obispo de Michoacán, pero su muerte el 4 de abril Respecto a Ja política exterior de. su gobierno.' el presidente Herrera desta­
de 1850 impidió su ascenso. Muchos obispados quedaron vacantes en Ja có en sus informes que "las relaciones extranjeras presentan hoy un aspec­
República mexicana, porque Jos obispos habían abandonado el país por las to satisfactorio . . . sin ninguna dificultad grave que puede alterar las bue­
guerras o habían muerto de viejos sin que nadie ocupara sus sedes. Esto nas relaciones que tenemos con las pot�ncias extranjeras":" Es� m�era de
último se debió a que el pontificado quería nombrar obispos inpartibus; es pensar de Herrera se demostró en la practi.�� al no p_roducirse n.mgun cam­
decir, aquellos enviados a las tierras consideradas de infieles, cosa que Jos bio en Ja composición del cuerpo diplomatico nacional acreditado en los
católicos mexicanos no aceptaban. países extranjeros durante este periodo gubernamental.
49 Los presidentes. . . , op. cit., vol. I,p. 357. 51 Manuel Dublán y J. Ma. Lozano, op. cit., pp. 690-691.
so Leopoldo Von Ranke, Historia de losPapas. México, FCE, 1963, pp. 588w589. sl
Lospresidentes . . . , op.·c:it., vol. l. p. 330.
51 Los presidentes. . . ,op. cit., vol. I,p. 357.

39
38
Por otra parte, Herrera trató de ordenar la Hacienda Pública, pero los territorio n�cional la prolongación del conflicto, fue partidario de firmar la
ingresos no bastaban para cubrir las obligaciones de su gobierno. La inci­ paz para evitar mal�s mayores. Couto y Atristáin compartieron el punto de
piente industria y el pequeño comercio se habían visto afectados por la V!Sta de Cuevas, asi como su postura conservadora de la política mexicana,
guerra. No obstante estas dificultades, el gobierno de Herrera logró con­ los tres firmaron como comisionados el Tratado de Guadalupe.
cluir su gestión pacíficamente, situación que no se había dado desde el
gobierno de Guadalupe Victoria. Ello se debió no sólo a que las diferentes Del 3 al 9 de mayo �e 1849 se encargó del Despacho de Relaciones el
facciones quedaron exhaustas después de la invasión norteamericana y a oficial mayor don Jose María Ortiz Monasterio. Administrador del Mi­
que los liberales no contaban con una cabeza visible, sino también a que nisterio por d�s décadas, su labor está aún por estudiarse, pero no puede
Herrera tuvo una buena administración. pasar madvert. ida.su constanc
. ia al servicio de la Cancilleria mexicana ni
'
su !>'an expen�ncia en cu7st10nes internacionales. Se hizo cargo del Minis-
Los mexicanos de las primeras décadas del siglo xrx tuvieron la convic­ teno de. Relac10nes Exter:ores en 14 ocasiones entre 183 2 y 1851, durante
ción de que con la estabilidad política se lograría el progreso económico y los gobiernos de An�stasio Bustamante, Miguel Barragán, Antonio López
la situación social mejoraría por añadidura. El gobierno de Herrera fue de Santa �a, Mari�o Paredes, Gómez Farías, Herrera y Arista, por lo
demasiado breve para lograr tan altos objetivos. A pesar de su corto pero que le toco enfrentar diversos conflictos, desde la separación de Texas has­
ta la invasión de Estados Unidos, pasando por el bloqueo francés.
estable mandato, en los cuatro ministerios existentes (Relaciones Interio­
res y Exteriores; Justicia; Guerra y Marina, y Hacienda) hubo diversos 1
cambios. El Ministerio de Relaciones Interiores y Exteriores fue ocupado De mayo de 1848 a enero de 1851 ocupó la cancillería José María .1
por Mariano Otero, Luis Gonzaga Cuevas, José María Ortiz Monasterio y Lacunza, quien fue más conocido por su gestión en el imperio de Maxi-
José María Lacunza, sucesivamente. 1
Mariano Otero fue secretario del ramo del 4 de junio al 14 de noviem­
bre de 1848. Abogado y político jalisciense, liberal moderado y periodis­
ta de combate, don Mariano había sido diputado sin tener la edad requeri­
da para estar en la Cámara. Su meteórica carrera lo llevó al Ministerio de
Relaciones a los 3 1 años, donde tuvo una breve gestión. Murió en 1850 a
los 33 años. Nos legó un importante Ensayo sobre el verdadero estado de
la cuestión social y política que se agitan en la República y un sinnúmero
de artículos en El Siglo XIX ¡j

Luis Gonzaga Cuevas sucedió a Otero. Cuevas había entrado en el Mi­


nisterio de Relaciones como oficial octavo en 1826; fue un hombre dedica­
do al servicio exterior. Encargado de la Legación ante el reino de Prusia y
'l
el gobierno de Francia, defendió con pasión en esos países los derechos de
México sobre Texas. Ministro de Relaciones en los gobiernos de Anastasio
Bustamante, volvió a hacerse cargo de la Cancitlería durante los mandatos
del General Herrera. Diez años después ocuparía esta cartera, por quinta

1
ocasión, bajo el régimen del general Félix Zuloaga.
Brillante abogado de ideas conservadoras, Cuevas entendió con dari­
dad la política expansionista de Estados Unidos. En sus Memorias de 1838,
cuando al frente del Ministerio del gobierno de Francia, señaló las tenden­
cias que en Estados Unidos indicaban movimientos preparatorios a una
invasión. Esta preocupación fue reiterada en sus Memorias de 1845. Des­ Luis Gonzaga Cuevas, nuevamente a cargo de la
pués de que ésta se consumó, por considerar peligroso para el resto del cartera de Relaciones en el gobierno de Herrera.

40 41
mili an o y s us acti vi dades intelectuales que por s u ges ti ón dip lomática en el
Mari an o Y áfi ez fue el p ri mero en ocupar la Can ci llería en el gobi erno
gobierno del gen eral Herrera.
de Aris ta. Abogado capi talino, ocup ó después elMinisterio de Haci enda, y
volvió al de Relaci on es del 23 de octubre al 1 O de di ci embre de 1852.
En este p eriodo Mé xi co tenía relaci on es con varios p aís es de Europ a
Luego, J osé O rtiz Monas teri o se encargó delD esp ach o interin amente, en
-España, Francia, Gran Bretaña, Prusia y Bélgi ca-, con Es tados Uni ­ tanto fue designado Mari an o Macedo como secretario. Macedo era ori­
dos y con algun os p aís es d eAméri ca Latin a.
gin ari o de Guadalajara y h abía tenido un a gran exp erienci a en los negoci os
extran jeros ; dedi có s u vida al s ervici o dip lomáti co. Había sido mi nistro
En lo que s e refiere a Centr o y S udamérica, las relaciones dip lomáticas extraordinari o y p lenip otenci ari o en Colombi a y Centroamérica des de el
no eran muy activas en estep eriodo. José María Lacunz a in formó en 1 8 5 1 afi o de 1833 y de junio a s ep ti embre de 1 8 5 1 fue ministro de Relaci on es y
q u e las relaciones eran "muy cortas " y q u e es taban reduci das casi única­ Gobernaci ón. Al li cenciado Macedo le s ucedi ó José Fem andoRamírez del
mente a las comerci ales, "para las que bas tan l os cóns ules ". Si bien en
1 1 de s epti embre de 1 8 5 1 al 2 de s ep ti embre de 1852, s alvo el p eri odo del
algun as n aciones "ni aún esto ten emos" y con cluía: "Ni es n ecesario que s e 4 al 30 de marz o de es te último año en que diri gió es ta carteraJosé Fonseca.
es trech en más ". En términos gen erales, en es ta época h ubo escep ti cismo
C on resp ecto a las n aciones latin oamericanas.
Distinguido oficial mayor fue don José Mi guelArroyo, q ui en se en car­
gó del D espach o deRelaci ones Exteriores en n umeros as ocasiones durante
Latinoamérica no s e veía a s í mis ma, s in o que mi raba h aci a Estados
es tos años.
Unidos o Europ a y s e relaci onabapoco en tre ella. Las di ctaduras ais laban
a los p aís es en s us confli ctos internos y sólo abrían s us fronteras con s us
Ramí rez era ori ginari o deCh ihuahua, y fu e unhombrep olifacéti co. Como
vecinos, para debatirse en guerras por p roblemas fronterizos .
his tori ador s e inició en el p eri odis mo, y comoj urista ejerci ó la docen cia,
llegando a ser rector del Colegi o de Abogados.
Un ejemplo de las limitadas relaciones de Méxi co con Améri caLatin a,
durante esos años, es Brasil. En mayo de 1834 s e iniciaron lazos diplomá­
D on José Fem ando continuó el p roceso de reglamentación de las p u­
ti cos, cuando llegó a Méxi co el en vi ado dip lomáti co brasilefi o, s efior
blicacion es y documentos de la Secretaría, ini ci ado p or José María
D uarte dePontoRibeiro. D esp ués de es e s uceso, las relaci on es entre ambos Lafragua. Ramírez es tableci ó la p eriodicidad mens ual del Diario Oficial,
gobi ernos " entraron en un p eriodo lan gui decente, h asta 1848, en que ces a­ e integró la ofi cin a de Archi vo, P':' blicaciones y Mu� eo, antecedente del
ron p or comp leto". 5 4 .
actual Acervo His tóri co Diplomático de la Can c1llena.

En cuanto a las relaci ones de Méxi co con Guatemala, aún es taba en Ramírez habíasido Secretari o deRelaci ones Exteriores durante el gobier­
dis cusi ón la an exi ón del S oconusco a Chi ap as y la defmi ción de la fronte­ no de Valentín Gómez Farías en 1846. Posteri orm�nte, colaborarí� a gua!
.
��
ra. Además, s e daban frecuentes p roblemas por la in vasión de indígenas a �
queFons eca, y muchos li berales m� d� rados, con eln_np eno de axuniliano,
nuestro territeri o. donde fungi ó n uevamente como mm1s tro deNegoc10s Extranj eros de 1864
a 1865.
Aunque el gobi erno de Herrera repres entó a los moderados y s e regía
por la Cons tituci ón de 1824, p ronto los conservadores p resi on aron para �
A lo largo de la his tori a de Méid co, h � p as� do p or !� anci llería h� m­
que Mari an o Arista fuera el s uces or de Herrera. El Partido Conservador bres des tacados no sólo en el ámbito p ohtJ co, s mo tamb1en, n; uy esp ec: aI ­
había aumentado s u fuerz a. mente en el terren o intelectual. Es interes ante obs ervar como h an i do
án
altern dos e p olíticos y dip lomáticos como O tero y Gonzaga Cuevas o
D uran t e la p resi den ci a del general Mari an o Arista h ubo s eis can ­ José Fem an do Ramírez y Macedo.
cilleres y tres ofici ales mayores en cargados del D espacho en un lapso de
dos años. Entre 1848 y 1853, la S ecretaría de Relaciones Int� ri ores y Ex� eri ores
s e rigi ó por el Reglamento de 1826. S us fun ci on es se vi eron reducidas p or
los efectos de J a guerra.
s4 J.M. González deMendoza y Américo JacobinaLacombe,Relaciones diplomáticas entre México
y Brasil. México, sRE, AHDM, segunda serie, núm. 18, 1964, p. 231.

42 43
El Museo, el Jardm Botánico, el Colegio de Minería, la Sociedad de
Geografía, l�s Obras Públicas y la Academia de San Carlos, quedaron
bajo inspección de la Sección de Registros, centralizándose funciones
que se encontraban dispersas en la propia Secretaría de Relaciones.

Por otra parte, se responsabilizó al Ministerio de las Publicaciones Ofi­


ciales, de la colección de leyes y decretos expedidos por las autoridades de
la Federación y de redactar el Periódico Oficial, así corno llevar su cuenta
y cuidar su distribución; también quedaría bajo la competencia de Relacio­
nes el cuidado del Archivo General de la Nación," que debía estar organi­
zado de acuerdo con el origen y la procedencia de los documentos tal y
corno se había establecido desde el Reglamento de 1 826.

El nuevo Reglamento del 12 de octubre de 1852 constaba de 72 artícu­


los y confirmaba al ministro corno responsable de la torna de decisiones.
Mientras, el oficial mayor se haría cargo de las funciones administrativas:
el registro de trámites, el resguardo documental, los nombramientos, pagos
Don José Femando
y recaudaciones y podria sustituir al ministro en su ausencia.
Ramírez, tercer canciller
durante la presidencia
del general Mariano La precisión en las funciones de la Oficialía Mayor era importante para
Arista. garantizar una continuidad administrativa y la estabilidad institucional ante
los constantes cambios del titular. Seis presidentes tuvo el país entre el 1 2
de noviembre de 1 847 y el 1 9 de abril d e 1853, con los que colaboraron, en
En los gobiernos de Herrera y Arista la administración pública tenía diferentes momentos, 19 ministros o secretarios y oficiales mayores encar­
otras prioridades. La ley del 24 de noviembre de 1849 determinó la reduc­ gados del Despacho de Relaciones Exteriores.
ción de gastos de la Administración Pública y la fijación del presupuesto a
cada ministerio. Posteriormente, el 24 de enero de 1851, se emitieron nue­ En cuanto a las representaciones diplomáticas, el reglamento establecía
vos decretos que organizaron los horarios de trabajo en las oficinas públi­ los lineamientos a seguir para aquellos que regresaban al país; reconocía
cas y dieron algunas medidas disciplinarias para los servidores del Estado. su derecho a continuar integrados a la Secretaría, pero no establecía fun­
ciones ni jerarquía.
El Decreto del 24 de agosto de 1852 determinó la planta del personal y
dictó las competencias de las secretarías de Relaciones y de Justicia. En lo
que se refiere al Ministerio de Relaciones, la plantilla se redujo de 2 1 a 17
Relaciones con Europa en el gobierno de Arista
empleados.
Las reclamaciones diplomáticas continuaron a la orden del día, ya fuera

La nueva reglamentación exigía requisitos a los aspirantes a laborar en


por falta de pago a los acreedores extranjeros, por r� ale� o supuestas ? li­
. .

gaciones contraídas por el gobierno, o por rndernmzac1ones a perJmc1os
la Secretaría, con el objeto de lograr mayor eficiencia y dar autonomía
causados en los constantes cambios de autoridades mexicanas. Mientras
burocrática a la administración evitando favoritismos. Se determinaba que
tanto el país seguía asolado por los ataques filibusteros.
el ingreso del personal se haría mediante concurso de méritos. De esta
manera, se buscaba impedir que los cambios políticos trastornaran la ad­
El presidente Arista tuvo que enfrentar las exigencias de los acreedores
ministración pública. A partir de ese momento, el Ministerio de Relacio­
ingleses, así corno las reclamaciones de indemnización de sus connacionales.
nes se encargaría de las actividades diplomáticas y de la administración
de obras en la capital. H Martha Bárcena, Historia de la Secretaría de Relaciones Exteriores. México, SRE, AHDM, (en
prensa).

44 45
El representante británico, Percy W. Doyle, envió una nota en la que pedía nes posteriores a lo convenido en el tratado de 1836, el convenio no fue
"justicia para los súbditos de su majestad". Dicho requerimiento fue apo­ sometido a Ja aprobación del Congreso.
yado por el ministro español Salvador Bermúdez de Castro.
En 1849 el encargado de negocios de España, Ramón Lozano de Arrnenta,
Finahnente, el gobierno mexicano tuvo que ceder ante las presiones in­ abrió nuevas negociaciones que no culminaron en ningún acuerdo, por lo
glesas, por lo que el 4 de diciembre de 1851 se firmó con el gobierno de la que el representante español declaró que las reclamaciones de su país ante­
Gran Bretaña un convenio sobre reclamaciones. Fue signado en la ciudad riores a la independencia que no hubiesen sido reconocidas por el gobierno
de México por José Femando Ramírez y Percy W. Doyle. Dicho convenio de la República, quedarían en suspenso.
indicaba que el gobierno mexicano se obligaba a pagar anualmente 5% de
amortización del fondo consolidado, y 3% de interés anual calculado sobre En 1851 los ministros de Relaciones Exteriores, primero Lacunza y des­
la disminución progresiva ocasionada por la amortización. El gobierno pués José Femando Ramírez, entraron en pláticas sobre el particular con
garantizaba dichos pagos con el producto de los derechos de importación Juan Antonio y Zayas, ministro de España. Como resultado de las negocia­
cobrados por las aduanas establecidas en los puertos de la República. A ciones "celebraron un nuevo arreglo que fue duramente atacado en el Con­
pesar de que no fue ratificado, Jos acreedores británicos recibieron, de la greso y en la prensa, entre otras cosas, porque en él, como en los anterio­
aduana de Veracruz, algunas cantidades de dinero." res, se le daba carácter de deuda extranjera a lo que constituía parte de Ja
deuda interior de la República"," y también porque se aceptaban aclama­
Gran Bretaña, una vez resuelto su problema de límites con Estados Uni­ ciones posteriores al tratado de 1836.
dos, mantuvo una actitud indef'mida e indiferente hacia México. Cuando
Tomás Murphy ocupó la representación de México ante Jos ingleses, ocho Dicho tratado se firmó el 14 de noviembre de 1 8 5 1. Este convenio tam­
años después de la muerte de Mora, advirtió que Inglaterra nunca ayudaría poco se sujetó a ratificación. En términos generales planteaba que �espués
a México, ni aunque se Je cediera parte de Califomia.57 . al examen, reconocmuento
de dos meses a partir de su firma, se procedena
y liquidación de las reclamaciones españolas contra el gobierno mexicano
También con España había problemas. Según el Tratado de Paz, en el que procedieran de ventas contraídas sobre las Cajas de Nueva Esp�a
que f'malmente la antigua metrópoli reconoció la independencia de Méxi­ antes de su independencia conforme al Artículo 7o; del Tratado de Madrid
co, nuestro país aceptó como deuda propia toda Ja contraída por el gobier­ de 1836, o las que provinieran de circ\lllstancias posteriores. Todas las
no virreinal, tanto la pública como la privada, y sus herederos y sucesor:o>, reclamaciones se considerarían con derecho de un mterés de 5% anual. El
de común acuerdo, desistían de toda pretensión y reclamación mutua que importe de las reclamaciones se garantizaba con bonos del tesoro mexica­
pudiera suscitarse en el futuro." no al portador y con un interés de 3% anual.
No obstante, en julio de 1847 se había acordado un convenio con los Ramírez fue acusado ante la Cámara de haber firmado un tra�do ruino­
ministros de Relaciones y Hacienda de México, Juan Ramón Pacheco y so, pero resultó absuelto, según <liria años más tarde Diez de Bomlla, porque
Juan Rondero, por una parte, y el representante de España, Salvador en el protocolo número 5 del 1 8 de febrero de 1852, figuraba un ac�erdo
Bermúdez de Castro, por otra, para crear un fondo con 3% de derechos de adicional y secreto, en el que se establecía que todas las reclan_iac:ones
las aduanas, a f'm de pagar las reclamaciones españolas presentes y futu­ dudosas serían resueltas de conformidad con la ley del 28 de JUmo de
ras. En vista de la oposición que provocó el planteamiento de reclamacio- 1824.60

s6
Convenio sobre reclamaciones con Gran Bret.afia, fumado el 4 de diciembre de 1851, en Tratados
Ratificadosy Convenios Ejecutivos celebradosporMéxico. México, Senado de la República, �9 Convenio para el pago de los acreedores españoles a1 Tesoro Mexicano entre México Y el Reino
1972, pp. 241-245. de España, finnado el 14 de noviembre de 1851,ASREM, ESP-3 (�I). .
n La gestión diplomática del doctorMora, prólogo de Luis Chávez Orozco. México, ed. Ponúa, 60

"El soberano congreso general constituyente d los Estados Un1 os Mex1c o , uen d dar
� � � �
.

� � .
1971, p. XXI,AHDM, primera serie, segunda edición, núm. 35. �
testimonio de su respeto a la fepública y de su ngurosa observancia de os p�c1p1os deJusticta,
ss Tratado definitivo de paz y amistad con Espafia, flnnado el 28 de diciembre de 1836, en Tratados � ecre13:f
para arreglar y afianzar sobre bases sólidas el cr dito nac.ional, ha tenido � bien d :
y Convenios Ejecutivos celebrados porMéxico. México, Senado de la República, l 972, vol. I, a) Se reconocen las deudas contraídas en la Nación mexicana por el Gobierno de los vtrreyes,
pp. 233-239. hasta el 17 de septiembre de 181 O.

46 47
No obstante, ni el Gabinete de Madrid ni el gobierno de México ratifi­
caron el convenio, por lo que el asunto quedó nuevamente pendiente hasta
que en el último gobierno de Santa Anna, en 1853, se llegó a un acuerdo.
En cuanto a las relaciones con Francia, éstas tampoco eran buenas. Vale
la pena recordar un penoso incidente ocurrido con el embajador francés
Alleye de Ciprey en 1845, que es una viva muestra del desprecio que los
extranjeros tenían por los mexicanos: el embajador armó un escándalo por­
que su caballo había sido mordido por un perro en el famoso Baño de las
Delicias y aseguró que los trabajadores del establecimiento provocaron el
suceso, por lo que protestó ante el gobierno mexicano y exigió la repara­
ción del daño. El gobierno de México consideró injustificada y exagerada
la reclamación. El barón hizo gala de grosería y prepotencia en éste y otros
sucesos, como el haber insultado y agredido físicamente a Mariano Otero,
porque el escritor lo había criticado en sus artículos. Finalmente, pidió su
retiro dando por suspendidas las relaciones por estos incidentes de carácter
estrictamente personal.
El 29 de abril de 1848, Coury de Roslan presentó credenciales como
encargado de negocios y en diciembre fue enviado André N. Levasseur A fines de 1851
como Ministro Plenipotenciario. Durante todo este tiempo, Francia hizo llegó a México el
nuncio papal Luigi
todo tipo de reclamaciones como la de Juan B. Blanc sobre el importe de un Clementi.
bergantin y mercancías que le decomisó el gobierno de Tabasco.61 También
de los sefiores Preliev, Robin, Dupeciur y Bartiere que exigían el pago de Durante este periodo, el canciller Y áfiez destituyó a Mangino como re­
indemnizaciones pendientes. La mayoría de las reclamaciones eran exage­ presentante de México en Francia, por no haber desempeñado satisfacto­
radas o definitivamente injustificadas. No obstante el gobierno mexicano _
namente la comisión de adquirir armamento. En su lugar fue nombrado
no tenía elementos para hacerles frente. Ni para defenderse demostró la Francisco Serapio Mora, como encargado de negocios adlnterim de 1 8 5 1
improcedencia de los mismos, ni para cubrir sus pretensiones, por lo que se a 1853. Mientras las reclamaciones seguían acumulándose.
encontraba arrinconado en un callejón sin salida.
El 12 do noviembre de 1851 llegó a México el nuncio papal Luis
Clementi, y aunque no traía carácter diplomático, el arzobispo de México,
Lázaro de la Garza y Ballesteros, exigió que fuera rnconocido por el Su­
b) Son créditos contrata Nación las deudas que acrediten haberse contraído para su servicio por
los gobiernos reconocidos en la ley de premios, y por los generales declarados beneméritOs de
premo Gobierno antes de acatar su mandato.62
laPatria.
e) Asimismo la Nación reconoce los créditos contraídos en ella con los mexicanos por el Gobierno El presidente Arista no se atrevió a dar su reconocimiento sin la autori­
de los virreyes, desde el 17 de septiembre de 181O hasta !a entrada del ejército tri garante en zación del Congreso por lo que se la solicitó en octubre de 1852: "Los
esta capital, siempre que se acredite no haber sido voluntarios. respetos que merece el Santo Padre como principe temporal y como Jefe de
d) Reconoce igualmente la Nación todas las deudas que para su servicio contrajeron, así los
jefes deindependientes desde el grito de Iguala hasta su entrada en esta capital, como los del
la Iglesia han obligado al Gobierno a incluir en los asuntos designados
ejército libertador hasta la ocupación de la misma para e! propio objeto. para estas sesiones, el reconocimiento de monseñor Clementi, como Dele�
e) Se reconocen finalmente todas las que han contraído los gobiernos establecidos desde Ia primera gado Apostólico, pues la política no puede permitir que por más tiempo
época de las que habla el artículo anterior". En: Manuel Dublán y José María Lozano, permanezca indecisa la representación de aquel enviado en la República,
LegislaciónMexicana . , tomo I, p. 709.
..

61
Antonio de laPeftayReyes,E! BarónAlleye de Cipreyyel Baño de lasDelicias. México, SRE, 62
AHDM,primera serie, núm. 18, 1926, pp. XII-XV. Joaquín Ramírez Cabail.as, cmnpilador, Las relaciones entreMéxico y el Vaticano. México•
SRE, AHDM, primera serie, 27, 1928, p. LXXV

48
49
supuestas las relaciones que México mantiene con la Silla Apostólica". El
3 1 de diciembre de 1852, Arista reiteraba: "está pendiente . . : la admisión
del Delegado Apostólico"."
Los diputados liberales Ocampo, Lerdo de Tejada y Prieto, se oponían a
que se le diese el reconocimiento de nuncio apostólico, pues no contaba
con la representación adecuada. Además señalaban que el pontificado de­
bía solucionar primero el viejo problema del Regio Patronato, y, finalmen­
te, se oponían a su reconocimiento porque consideraban que el represen­
tante pontificio tenía la pretensión de intervenir en los asuntos internos de
México.
De la Garza había pedido el reconocimiento oficial de Clementi, a pesar
de que existían diferencias entre ellos. Estas consistían en que "Su Santi­
dad no mostrase ya la buena disposición para conceder el capelo de carde­
nal a un prelado mexicano" y a las facultades extraordinarias del nuncio
que afectaban los intereses del arzobispo." Finalmente, t.i asunto del reco­ Hacia 1852, el
nocimiento de Clementi quedó pendiente hasta el gobierno de Lombardini, gobierno de Mariano
mientras que el Papado pospondría indefmidamente el cardenalato y la fir­ Arista se ellcontraba
ma de un concordato con México. acosado por
múltiples
dificultades
Las relaciones de Arista con el gobierno de Estados Unidos también internacionales.
fueron difíciles, pues éste seguía presionando al de México para la firma
de un tratado sobre el istmo de Tehuantepec. El asunto había quedado pen­
diente porque los norteamericanos insistían en que se precisara su control admitiría socios extranjeros a condición de que no se estableciera la posi­
político y militar sobre el camino que se construyera en el istmo, así como bilidad de reclamaciones por sus respectivos gobiernos. Además fijó Ja
la vigencia de los derechos de la concesión De Garay. neutralidad del paso por el istmo y el derecho de tránsito a todas las nacio­
nes. Tocaría akmevo gobierno mexicano y a otro representante de Estados
El 25 de enero de 1 8 5 1 se firmó un nuevo proyecto de tratado en el que Unidos, Alfredo Conkling, proseguir las negociaciones.
se especificó precisamente lo contrario y no se reconocía ningún derecho a
los sucesores de De Garay. En mayo del mismo año el Congreso declaró El informe del presidente Arista en 1852 fue deprimente. México se
formalmente la caducidad de la concesión De Garay y de los derechos encontraba acosado "por los trapaceos de las potencias". Se multiplicaban
resultantes de la misma. las dificultades internacionales, que iban "desde Belice hasta las Cámaras
del Vaticano"; cobraba fuerza "el proyecto de abrir un canal de comunica­
En estas condiciones, el presidente Millard Fillmore, en carta de marzo ción en Tehuantepec" y el tema más socorrido era "el de las exigencias del
de 1852, amenazó directamente a Arista con que las relaciones entre los dos dinero; el pretexto más baladí fue objeto de reclamaciones diplomáticas
países se turbarían si México no permitía la construcción del paso por el frecuentemente ignominiosas y rapaces, y la hacienda pública, del todo
istmo, reconociendo los derechos de los herederos de la concesión De Garay. exhausta", completaba "este paisaje desolador de la vida pública"." Mien­
tras tanto, continuaban las asonadas, los motines y los cuartelazos, los je­
El gobierno mexicano no cedió. A través del ministro Ramírez se esta­ fes militares se habían convertido en los árbitros de la vida política del
bleció que la empresa que construyera el paso por el istmo sería mixta, que país. Por su parte, el proyecto monárquico permanecía latente y cobraba
fuerza.
63 Los presidentes. . . , tomo 1, p. 383.
64 Joaquín Ramírez Cabañas, op. cit., p. LXXV. f>s Genaro Estrada, op. cit., p. XVII.

50 51
1

Dadas las tensiones existentes, Arista pretendió ablandar al cuerpo di­


no era sumamente rico, lo que había despertado la codicia tanto de los
plomático, haciendo una serie de afirmaci?nes �n su informe, sobre '?l
. vecinos del norte como de los europeos que veían en la fragilidad de los
apoyo que los representantes extranjeros hab1an bnnda�o al gob1�mo mexi­ gobiernos mexicanos la oportunidad de sacar el mayor provecho, hasta que
cano en los tiempos dificiles. En vista de que en la realidad la actitud de los
se decidieron por intervenir de manera más directa y decisiva.
diplomáticos había sido contraria a todas estas afirmaciones, las mismas
parecen irónicas. Arista expresaba sus buenos deseos, hablaba de mues­ El acecho de las potencias sobre el tenitorio nacional y sus habitantes
tras de "adhesión, simpatías" y de "anhelo por la dicha y prosperidad de la fue constante desde su independencia. Primero, España se resistió a perder
?
República", y agregaba que los diplomáticos �bían "ayudado (� la repú­ su joya más preciada e intentó la frustrada reconquista de 1829. Luego,
blica) eficaz y poderosamente a salvar su cred1to y la paz extenor, tem­ acabando ese país de reconocer la independencia de México, los franceses
plando las exigencias de sus acreedores hasta conducirlos a aceptar las intentaron una primera intervención en. 1838. Luis Felipe, por su lado, tam­
modestas proposiciones, bajo las que se ha arreglado su pago"." bién alentaba la idea de que un heredero suyo ocupara el trono mexicano.
Acto seguido, los norteamericanos se anexaban Texas e intentaban ocupar
Lo cierto es que en estos tiempos dificiles México se vio obligado a el espacio que España había dejado vacío. Bajo el signo del Destino Mani­
transigir frente a las presiones extranjeras, al pago de sumas �xageradas 1 fiesto, transformaron la doctrina Monroe de defensa del continente ameri­
negociaciones ruinosas. En el momento que nos ocupa, el gobierno del prus
cano frente a Europa, en la concepción de América para los norteamerica­
aceptó la propuesta del representante inglés, consistente en el cambio de
nos, creyéndose poseedores de la verdad universal. De esta manera, México
bonos de deuda nacional a deuda extranjera. Con este tipo de transaccio­ se convirtió para ellos en el cuerno de la abundancia que les proporcionó la
nes, los extranjeros hicieron pingües negocios a expensas de la precaria mitad de su actual tenitorio. Muchos abusos más tendría que soportar nues­
situación del erario mexicano. tro país antes de que lograra consolidar su estado nacional y se hiciera
respetar por las naciones extranjeras.
Había diversas concepciones políticas para solucionar la situación del
país. Mientras unos consideraban útíl tener buenas relaciones con Estados El trauma que causó la invasión y pérdida del territorio nacional con­
Unidos, otros preferían estrechar sus relaciones con Europa. tribuyó, paradójicamente, a formar una nueva generación que llegó al
poder con una visión más clara de la realidad del país y del camino a
Por su ubicación geográfica, México, desde su nacimiento, tuvo que seguir en las relaciones internacionales. Esta generación fue la que acabó
ubicar entre las prioridades de su política exterior las relaciones con el con el caudillo militar Antonio López de Santa Anna, que hizo su última
vecino país del norte. Los liberales siempre vieron en Estados Unidos un aparición en la escena política nacional en 1853.
ejemplo a seguir, por su práctica del liberalismo. En diversos momentos
de nuestra historia, los mexicanos tomaron como ejemplo a instituciones
estadunidenses.

Al iniciarse la vida independiente del país, los yorkinos fueron partida­


rios de estrechar los vínculos con el norte liberal para contender con los
conservadores. La iglesia católica se opuso a este modelo, pues rechazaba
el avance sajón protestante. El clero y los conservadores buscaban afian­
zar sus relaciones con Europa como la única forma posible de. no verse
engullidos por el coloso del norte. Además, en la búsqueda de dicho equi­
librio, esgrimían la a!midad cultural y sobre todo religiosa con España.

Es claro que la inestabilidad política debilitó la imagen de México en el


exterior. Por otra parte, continuaba la creencia de que el territorio mexica-

66 Los presidentes. . . , tomo 1, p. 367.

52 53
Gobierno sin constitución
(1853-1855)

Al inicio de la quinta década del siglo pasado, surgía un nuevo imperio en


Europa. Luis Napoleón había dado un golpe de Estado a la República
francesa, coronándose emperador. Mientras imponía poco a poco una polí­
tica autoritaria en el interior de Francia, seguía en el exterior una política
activa. Intervenía en todos los conflictos con el objeto de cambiar las con­
secuencias del Congreso de Viena. Participaba junto con Inglaterra en la
guerra de Crimea, apoyando a Turquía contra Rusia por dominio de los
Balcanes, que fmalmente entraban en la esfera de influencia francesa. Por
un lado, apoyaba a los nacionalistas y por otro, trabajaba en la creación de 1
1
un imperjo colonial.
En América, como consecuencia de su expansión hacía el oeste, se agra­
vaban en Estados Unidos las diferencias entre el norte y el sur. En ese
momento los sureños tenían el poder, primero con Franklin Pierce y des­
pués con James Buchanan. En 1854 se formaba un nuevo partido republi­
cano, resueltamente antiesclavista. El panorama del próspero y estable país
norteño se descomponía. En el estado de Kansas, se desataba la violencia y
se empezaba a vislumbrar la guerra civil.
México seguía siendo presa de la inestabilidad política. Los motines y
las sublevaciones eran cada vez más frecuentes, hasta que llegaron a pre­
sentarse todos los días. Desde el mes dejulio de 1852, lo mismo en Jalisco
que en Veracruz, Sinaloa y Michoacán, la calma de algunos años cedía
paso nuevamente a la violencia.
En Jalisco, el ex comandante de las Guardias Nacionales promovió la
caída del gobernador Jesús López Portillo. De este conflicto local surgió

___: ¡
un plan nacional que pedía el desconocimiento del presidente Arista y el raba ?ún que el caudillo militar era el único capaz de establecer la paz en
regreso del general Santa Anna. Primero se pensó en conservar la Consti­ el pais.
tución Federal de 1824, pero después se optó por convocar a un Congreso
Extraordinario para reformarla. El plan, elaborado por el santanista Carlos �anta Anna desembarcó en el puerto de Veracruz el viernes primero de
SánchezNavarro, se conoció como Plan del Hospicio y cundió por todo el abnl de 1853 . Las crónicas de la época señalan que fue recibido por las
país consiguiendo su objetivo: la caída de Arista y el regreso de Santa auto�1dades de la plaza en medio de la aclamación popular. Por undécima
Anna, después de los interinatos del presidente de la Corte Juan B. Ceballos, ocasión llegaba a la presidencia. Fue Lucas Al3lllán el impulsor intelec­
y del general Manuel María Lombardini. tual de �ste n�ev� ;egreso, pues consideraba que el general era homhce de
lucha e 1magmac1on, a pesar de sus cualidades "negativas".2
La convocatoria lanzada el 6 de febrero de 1853 para elegir presidente,
establecía que podían ser candidatos quienes tuvieran la capacidad para Para Alamán, la llegada de Santa Anna tenía que resolver el problema
, lograr la estabilidad política y el entendimient con
fundamental del pais:
desempeñar el cargo "sin exclusión de los ciudadanos mexicanos que no o
estén en el territorio nacional". Se hacía una clara alusión al general A. la Santa Sede, para dar esplendor al culto católico,' Sin embargo, era in­
López de Santa Anna, quien cumplía su destierro voluntario en Cartagena, dudable que nada podría lograrse sin resolver la bancarrota del erario, Los
Colombia. Después de conocerse el resultado de las elecciones, una co­ apremi?s de �a Hacie?da Pública eran graves y complicados, Lucas Al3lllán
misión viajó a ese país para comunicarle que había sido electo presidente impulso vanas medidas para resolver la situación: se centralizaron las
de la República. A su favor votaron 1 8 estados y la capital. 1 Se conside- rentas de la nación a partir del 14 de mayo de: 1853; el 20 de ese mismo
mes, se decretó la reducción del ejército y el 2 de junio se restablecieron
las alcabalas,

Cancilleres y diplomáticos

Alamán fue el artífice, durante varios años, de la política exterior mexica­


na. Había ocupado el Ministerio de Relaciones Exteriores cuando se cons­
tituyó el Supremo Poder Ejecutivo a la caída del Primer hnperio, así como
durante la primera República Federal, y después con el gobierno de Anto­
nio Bustamante, Le tocó iniciar la negociación para lograr el reconoci­
miento de la independencia por parte de España y del pontificado. Por su
concepción universalista, fue un gran promotor de las relaciones interna­
cionales del país. Su pens3llliento, esencialmente monárquico, representó
los intereses de la clase alta y culta de la sociedad de la época.

Hispano3lllericanista convencido, Alamán había promovido desde 1823


la idea de establecer un bloque con los demás estados de Ibero3lllérica y de
constituir una asamblea general que sirviera de consejo en los grandes con­
flictos comunes,
Por undécima ocasión, llegaba a
la presidencia el general Antonio Aguascalientes; Chihuahua votó por su gobernador, el general Trias, y Nuevo León por Ceballos.
López de Santa Anna. Enrique Olavarría y Ferrari. México a través de los siglos. México, Ballesca y Comp. ed.,
Barcelona, Espasay Comp. ed., (s.f.), tomo IV, cap. XXVI, p. 805.
Lo� estados � favor de Santa Anna fueron: Coahuila, Chiapas,Durango, Guanajuato, Guerrero, 2 Arturo Arnaiz y Freg, A lamán semblan=.as e ideario. México, UNAM, 1963, pp. 140�142
,

Jalisco, México, Oaxaca, Querétaro, San LuisPotosí, Michoacán, Tamaulipas, Sinaloa, Tabasco, (BEU, 8).
Veracruz, Yucatán, Tlaxcala,Puebla. Por el general Anaya votaron: Zacatecas, Colima y 3 José C. Valadés, A/amán, estadista e historiador. México, UNAM, 1977, p. 528.

56 57
Desde 1 83 1 advirtió Atamán la amenaza que para México representa­ mero fue minfatro plenipotenciario en Centroamérica y Colombia en 1831,
ban los Estados Unidos. "Los estados del Norte -decía-han ido apode­ después fue titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores bajo el go­
rándose sucesivamente y sin llamar la atención pública de cuanto ha co­ bierno del presidente Miguel Barragán y más tarde fue enviado ante la
lindado con ellos; así vemos que en menos de cincuenta afios han llegado Santa Sede par� negociar el Patronato en 1836. Se encargó de la política
a ser duefios de colonias extensas pertenecientes a varias potencias euro­ extenor del gobiemo de Santa Anna hasta su caída, y volvería a ocupar la
peas".' Tambiéntuvo conciencia de las maniobras de los norteamericanos _
cartera de Relac10nes en el gobierno de Miguel Miramón.
para apoderarse de Texas, pues observó cómo poc? a .�oco se iban
aduefiando de su territorio violando las leyes de colomzac10n. Por lo an­ Como secretario durante el gobierno de Santa Anua Díez de Bonilla
terior, buscó estrechar los �ínculos de México con Europa. prosiguió las reformas y modificaciones a la Ley de R;lacion Exter
es io­
res que había iniciado Atamán. El Decreto de 28 de junio de 1853 sobre
Ideólogo del conservadurismo mexicano y cabeza de gobierno, Alamán, la planta de personal de la Secretaría y el Reglamento Interior
ocupó por última vez la Secretaría de Relacione� Exteriores �on Santa agosto de ese afio son prueba de su labor. del 8 de
. fue brev1s1ma,
Anna. Fue el virtnaljefe del Gabinete, pero su gest1on . poco
más de un mes, ya que el 2 de junio murió, dejando a la nave conservado­ En el decreto se establecieron las características que debía tener el per­
ra y al gobierno de Santa Anna a la deriva. sonal, atendiendo a la capacidad y conocimiento de los aspirantes, ya que
" . . . no se conferirá plaza (de relaciones) sin el conocimiento de los idio­
No obstante, Alamán tuvo tiempo de iniciar una reorganización general mas inglés, francés e italiano".' Se disponía, además, que los secretarios y
de Ja administración pública que dio nueva estructura, denominación y com­ oficiales de las representaciones en el exterior conocieran también el idio­
petencia a las oficinas de gobierno. Así, el Ministerio de Relaciones, Go­ ma del país de su destino (Artículo 7o).
bernación y Policía se transfonnó en Secretaría de Relacíones mediante
Decreto del 12 de mayo de 1853. Sus funciones comprendían, además de lo Se precisaban también las responsabilidades concretas del personal: la
relativo a las relaciones diplomáticas, la coordinación de los consulados, Oficialía Mayor y las secciones de América, Europa y Cancillería y Re­ 1 i
la designación y conservación de los límites de la República, la expedición gistros tendrían, cada una, un jefe responsable y oficiales primero y se­ '

de cartas de seguridad y naturaleza, la emisión de pasaportes y el manejo gundo, además de los escribientes; de esta manera, la plantilla quedó com­
de los establecimientos literarios, de historia y del "lenguaje castellano"; puesta por 20 individuos. Días después, el 25 de agosto de 1853, se decretó
El Archivo General, Biblioteca y Museo Nacional, la Academia de Bellas la Ley Orgánica del Cuerpo Diplomático Mexicano, que definía las re­ 1
1 .
Artes, San Carlos, la Colegiata de Nuestra Sefiora y otros. glas para el nombramiento, sueldos y gastos de las legaciones, así como
pensiones y retiros de los empleados. Se establecieron, asimismo, las je­
Fue entonces cuando se adjudicó a la Cancillería la custodia del Gran rarquías para el personal en el exterior.
Sello de la Nación, debiéndose estampar en "todo diploma, despacho o
nombramiento por el cual se recibió algún emolumento de cualquier clase, Disponía la ley que habría enviados extraordinarios; ministros plenipo­
y que lleve la finna del Excelentísimo sefior Presidente de la República". 5 tenciarios; ministros residentes; encargados de negocios; secretarios de le­
gaciones y oficiales. En el Artículo II se estableció por vez primera que la
Con la muerte de Alamán, el país perdió a uno de sus más claros y prelación de los diplomáticos en sus respectivas clases sería de acuerdo a
brillantes talentos. Se encargó momentáneamente del Despacho el oficial la antigüedad de sus nombramientos.
mayor José Miguel Arroyo, en tanto se designaba nuevo titular. Fue nom­
brado Manuel Diez de Bonilla, también conservador, destacado dirigente Se dispuso también en el Artículo IV que los enviados extraordinarios y
de su partido y principal discípulo de Atamán, Diez de Bonilla, había teni­ los ministros residentes deberían ser mexicanos por nacimiento o naturali­
do igualmente una amplia experiencia en las actividades diplomáticas. Pri- zación.' De igual fonna, se establecían las responsabilidades y la orga­
nización interna de las legaciones, los salarios y viáticos, así como la for-
4 Política exterior de México. 1 75 años de historia. México, SRE,AHDM, cuarta serie, 1985, vol.
!,p. 175. 6 Ibídem.
s Martha Bárcena, coordinadora, Historia de la Secretaría de Relaciones Exteriores. México, 1 Jbidem, el Artículo 65 disponía que" . . a ningún empleado le es pennitido fumar en presencia
sRE, AHDM, (en prensa). de sus respectivos jefes".

58 59
ma de entrega de las mismas. No sólo en la organización de la Administra­
ción Pública fue Díez de Bonilla un digno continuador de Alamán, sino
también en sus lineamientos de la política exterior, como se verá más ade­
lante.

Relaciones con América

Desde el 6. de julio de 1849 se había reunido la Comisión Internacional de


Limites, encargada de demarcar la nueva frontera norte entre. M�xico y
Estados Unidos. Dicha comisión estaba integrada por un com1sar10 y un
agrimensor nombrados por ambos países. Por Estados Unidos fue nombra­
do como comisario, John B. Weller y como agrimensor el ingeniero Andrew
B. Gary; México nombró como comisario al general Pedro García Conde y
como agrimensor a José Salazar Ilaregui. Muchos problemas enfrentaron
los comisionados: el clima, la distancia, las complicaciones de una zona Al asumir la presidencia de
inexplorada hasta entonces y los riesgos de ataques indios. Poco más tarde Estados Unidos, el general
Franklin Pierce anunció tllla
hubo cambios en la Comisión. Weller fue sustituido por John B. Bartlett,
política de expansión
en tanto que muerto García Conde, su lugar fue ocupado por el astrónomo territorial "en defensa de su
Francisco Jiménez. país".

El trabajo fue lento ya que, como se dijo en el capítulo anterior, se basa­


ron en el mapa de J. Distumell,' que tenía varias inexactitudes. Esto oca­
sionó una serie de problemas, pues el mapa no incluía 1 5 410.5 km', de
Las quejas presentadas por México sobre violaciones e incmnplimiento
territorio, que era en su mayor parte estéril, excepto la zona llamada La
de los Artículos VIII y IX del Tratado de Paz, Amistad y Límites se refe­
Mesilla, recién colonizada. La Comisión de Limites resolvió que.todo ese
rían a las propiedades de los mexicanos en los territorios perdidos, a las
territorio correspondía a México, pero el Senado de Estados Umdos des­ incursiones de indios sobre territorio mexicano, a las invasiones de los
conoció el acuerdo y el gobernador de Nuevo México, W. Carlane, pro­ filibusteros. El tratado no fue respetado por los norteamericanos más que
clamó en marzo de 1853 que el territorio en disputa pertenecía a ese esta­ en lo que afectaba a México.
do. Como consecuencia, se dio la posibilidad de una acción bélica, que
quedó en suspenso hasta la llegada a la presidencia de Estados Unidos del Después del trauma político e histórico que significó la pérdida �e más
general Franklin Pierce, quien desde su discurso de toma de posesión anunció de la mitad del territorio nacional a causa de la guerra de conqutsta de
una política de expansión territorial en "defensa de su país".' Estados Unidos, durante la última administración política de Santa Anna
nuevamente el territorio nacional se vería disminuido por un nuevo tratado
Como ya dijimos en el capítulo anterior, el Tratado de 1848 no resolvió mediante el cual se acordó la venta de La Mesilla en 1853.
los problemas entre México y Estados Unidos. Para 1853, la Comisión
Mixta de Reclamaciones tenía ya ochenta reclamaciones de ciudadanos
estadounidenses contra México; entre ellas, violaciones al tratado, en el Como quedó dicho en el capítulo anterior, el asunto del paso por el ist­
mo había quedado en suspenso durante el gobierno de Arista, gracias a la
Artículo XIX, sobre derechos aduanales eximidos y otros atentados.
labor de José Femando Ramírez. Al caer su gobierno, el oficial mayor,
encargado del Despacho, Miguel Arroyo, había dado un contrato a la em­
presa Sloo y a los señores Manuel Payno y José Joaquín Pesado para la
$ Edición revisada en Nueva York en 1847. construcción de la obra, de acuerdo con lo establecido por Ramírez de no
9 Franklin Pierce, "Inaugural Address". Messages andPapers ofthe Presidents. Washington, dar la comisión únicamente a extranjeros.
Bureau ofNational Literature, vol. IV, 1912, pp. 2730 y ss.

61
60
En el interinato del general Lombardini, el ministro norteamericano, tener la posibilidad de hacerlo en cualquier otro momento, dada la debili­
Conkling, había logrado firmar un convenio con José Ma. Torne! y Joa­ dad del país. Ese momento había llegado y ahora lo mínimo que deseaban
qum María del Castillo, sobre las bases que había establecido el gobierno era obtener el terreno necesario para el ferrocarril sudpacífico.
mexicano de crear una empresa mixta para construir el camino y declarar
la absoluta neutralidad del mismo, con lo cual se ratificaba el contrato Por la compra de La Mesilla pagarían a México quince millones, y
Sloo. No obstante que el Convenio Conkling-Tornel-Del Castillo era ven­ cincuenta millones de dólares ofreció Gadsden al gobierno mexicano por
tajoso para Estados Unidos porque permitía el paso de tropas norteameri­ casi h mitad de Tamaulipas, los estados de Nuevo León y Coahuila, parte
canas por el istmo, al gobierno norteamericano le pareció insuficiente. Ade­ de Chihuahua y Sonora y toda la Baja California. Santa Auna rechazó la
más de revivir la concesión De Garay, Estados Unidos tenían más propuesta y el ministro Diez de Bonilla tomó la ofensiva exigiendo de Es­
aspiraciones territoriales. tados Unidos las reparaciones correspondientes a las depredaciones come­
tidas por los ciudadanos estadounidenses en el norte de México.
La política expansionista de Pierce pronto se puso en práctica, otra
v�¿, a costa de México. Para llevar a cabo este nuevo negocio fue comisio­ Gadsden insistió en La Mesilla, mientras que, en actitud amenazante, se
nado ante el gobierno del general Santa Auna el general James Gadsden, concentraban en la frontera tropas americanas al mando del general Garland.
en sustitución de Conkling. Gadsden era poseedor de grandes intereses Parecían los inicios de una nueva guerra con Estados Unidos; el riesgo era
en el sur de los Estados Unidos; era presidente de la empresa "Ferrocarri­ perder todo lo pretendido por los norteamericanos, por lo que el ministró de
les de Carolina del Sur" y amigo personal del Secretario'de Guerra norte­ Relaciones accedió a firmar un nuevo tratado sobre fronteras el 30 de di­
americano, Jefferson Davis, colonialista enemigo de los mexicanos. 10 ciembre de 1 853.
El nuevo representante norteamericano había recibido instrncciones El Tratado de La Mesilla o Gadsden Purchase consta de nueve artícu­
del presidente Pierce en el sentido de proponer la adquisición de los esta­ los que modifican el Tratado Guadalupe-Hidalgo. El primero recorre la
dos fronterizos del país. Esta nueva oferta de compra obedecía a que se frontera al sur. México perdió 76 845 km2 en vez de 100 000 km', como
construiría un ferrocarril transcontinental desde la desembocadura del río se había planteado originalmente, ya que al ratificarse por el Senado, la
Bravo hasta las costas del océano Pacífico, y como parte de la línea fronte­ precisión que se hizo sobre el curso de frontera favoreció a México.11
riza obstaculizaba ese proyecto era necesario moverla nuevamente hacia el
sur. En caso de que el gobierno mexicano se negara a dar cumplimiento a Al modificarse la frontera quedaban derogados los Artículos V, VI y VII
los requerimientos del gobierno norteamericano, se instruyó a Gadsden del Tratado de Guadalupe. Con la venta de La Mesilla, se afectaron los
para que obtuviera por lo menos el territorio necesario para la construcción territorios de los �stados de Sonora y Chihuahua.
de la línea férrea y que liberara a Estados Unidos de la obligación de impe­
dir las incursiones de los indios al territorio mexicano, que le imponía el En el Artículo ll se anuló el XI del Tratado de Guadalupe-Hidalgo y
Artículo XI del Tratado de Guadalupe-Hidalgo. Estados Unidos quedaron eximidos de la obligación de impedir las incur­
siones de indios bárbaros en territorio mexicano, con lo cual podían seguir
No obstante no haber recibido instrucciones para tratar el caso de empujando a los indígenas hacia el sur.
Tehuantepec, Gadsden incluyó en las pláticas el tema. Para ello envió un
memorándum al secretario de Estado norteamericano reviviendo el asunto, En el Artículo III se fijó el monto del pago que Estados Unidos harían a
a mediados de 1853. México po'r la cesión del territorio mencionando. El gobierno norteameri­
cano pagó finalmente sólo 1 O millones de dólares de los 1 5 ofrecidos origi­
Gadsden vino a México en actitud amenazadora. Sus exigencias esta­ nalmente. Siete millones al canje de las ratificaciones del tratado y tres
ban fundadas en las urgencias económicas de nuestro país. Mucho se ha millones al fijarse la línea divi.soria.
especulado sobre por qué Estados Unidos no se posesionó de más territo­
rio desde la guerra del 47, y la respuesta puede encontrarse en que creían Francisco de Paula Arrangoiz, representante Je México ante Washing­
ton en 1854, recibió, enjulio de ese año, los siete millones restantes del
10
José C. Valadés, Orígenes de la República mexicana. México, Editores Mexícanos Unidos,
l!
1972, p. 655. Vid Tratado de La Mesilla, AHSREM, Documento EUA 11w(II).

62 63

). .. .
pago por la compra Gadsden; Arrangoiz tomó para sí diez por ciento Con. nuestro vecino del sur también se presentaron problemas de limi­
como comisión, por lo cual fue cesado de inmediato por el general San­ tes, comunes entre países fronterizos. La línea definitiva entre México y
ta Arma. Guatemala quedaría establecida hasta 1895, pero durante casi todo el si­
glo pasado muchas fueron las disensiones y acciones de ambos países por
En el Artículo IV se otorgó a los buques norteamericanos el libre trán­ de:fmirlas : " . . . era una línea divisoria extensa, accidentada y que, lejos de
sito por el Golfo de California y el Río Colorado. expri:sarse en un trazo material sobre el terreno mismo, quedaba confiada
a Vl«JOS documentos, en gran parte desaparecidos' a la tradición oral o la
El Senado estadounidense ratificó el tratado el 25 de abril de 1854 y memoria de los moradores".13
añadió un nuevo Artículo, el VII, referente a la construcción de un camino
de madera y lin ferrocarril a través de la cintura territorial del istmo de En 1853. el ministr� de Guatemala, Felipe Neri del Barrio, se presentó
Tehuantepec, resolviendo que se harían los arreglos para el libre tránsito ante el gobierno de Mex1co para aclarar la pertenencia del Soconusco.
de norteamericanos. No habría para ellos aduanas, ni tropas a lo largo del
camino. Dicho artículo fue derogado hasta 1937. Afortunadamente los Despué� �e que en 1838 quedó roto el Pacto Federal de la República de
derechos de Estados Unidos estaban condicionados a la construcción de Centroamenca, el 15 de agosto de 1841 la región del Soconusco se rein­
un camino, y como la condición no se cumplió, los derechos no existieron. corporó al territorio mexicano como integrante del Departamento de
Chiapas. El gobierno guatemalteco pretendía, no obstante, que México
Gadsden concluyó exitosamente su misión, consiguiendo el territorio aceptara que el Soconusco les pertenecía. Afios más tarde, el 14 de junio
para el ferrocar;�l transcontinental Nueva Orleáns-San Diego y la modifi­ de 1853, Santa Anna envió a Guatemala a Juan N. Pereda como ministro
cación de los artículos del Tratado Guadalupe-Hidalgo que incomodaban plenipotenciario, con la disposición de concluir un arreglo de límites que
a Estados Unidos. Dejaba, asimismo, asegurado el paso por Tehuantepec. terminara con los graves problemas que se suscitaban en la zona.
El único punto favorable a México del nuevo tratado era que no se consi­
deraban como obligatorías ninguna de las concesiones hechas con ante­ En ese mismo año, tropas guatemaltecas al mando del general Irigoyen
rioridad que no hubieran sido reconocidas debidamente por México (Ar­ invadieron el territorio mexicano llegado a Tapachula. Las invasiones
tículo VI). causaron pérdidas materiales y humanas.

De esta forma quedaron eliminadas las reclamaciones en tomo a la Complicada sería la actividad diplomática de Pereda en Guatemala; la
concesión De Garay. Es importante hacer un reconocimiento a la labor de cuestión de límites llevaría aparejada la de la deuda de este país con la
Díez de Bonilla, así como a la de los diplomáticos mexicanos que antes y Corona española correspondiente a su Capitanía General. Pretendían que
después siguieron defendiéndose de las pretensiones norteamericanas, ya México pagase a España la parte proporcional de la deuda que contrajo
que el revisar la serie de pretensiones a las que estuvieron sometidos re­ Guatemala cuando, como Capitanía General, Chiapas le pertenecía. Las
sulta sorprendente que aún conservemos los territorios de la frontera nor­ dificultades continuaron varios años hasta el 29 de septiembre de 1858 en
te y la codiciada peninsula de Baja California. que Pereda pidió su retiro; como no se llegó a ningún acuerdo, el gobierno
mexicano tomó la resolución de clausurar su legación en Guatemala.
Con el Tratado de 1853, se cierra el periodo de despojos territoriales.
México había perdido casi dos millones y medio de kilómetros cuadra­ El asunto del Soconusco ha sido causa de resentimiento del pueblo gua­
dos, 5 5% del territorio que tenía en el momento de la independencia y que temalteco con respecto a México. Se le ha llegado a comparar con la pérdi­
constituyó la totalidad de los estados norteamericanos de Texas, Nuevo da de Texas. No obstante, es importante recordar que la región del Soconusco
México, Arizona, Utah, Nevada y California, además de algunas partes pe1teneció a la Audiencia de México desde 1553, y si bien después perte­
que se añadieron a los de Wyoming, Nebraska, Arkansas, Oklahoma y neció a Ja de Guatemala, a partir de entonces formó parte de la provincia
Colorado. "Esto pesa fuertemente en las relaciones entre ambos países y de Chiapas. En 1824, los pueblos de Chiapas y Soconusco se unieron a
su recuerdo no es fácil que sea olvidado por los mexicanos".12

13 Daniel Casio Vi llegas, Historia moderna de México. El porfiriato, vida política exterior,
12 Modesto Seara Vázquez. Política exterior de México. México, UNAM, 1985,p. 45. primera parte. México, ed. Hennes, 1960, p. 27.

64 65
México, haciendo constar que no se reconocía a la República de Cen­
troamérica derecho alguno sobre el Soconusco. No obstante estos antece­
dentes, el asunto fue debatido por Guatemala hasta que en 1882 se firmó el
Tratado de Límites defmitivo.

Con el resto de Hispanoamérica no hubo reclamaciones activas entre


1 8 � 1 y 1853, tanto por la situación interna de México, como por la de los
paises hermanos. En 1853, Santa Anna nombró al colombiano Federico
Flaqués como representante de México en la región, pero éste murió el
mismo año de su nombramiento. En su lugar, el gobierno de México nom­
bró enviado extraordinario y ministro plenipotenciario a Francisco Serapio
Mora, quien a fines de 1854 se encontraba en Londres con licencia.

El nuevo ministro presentó sus credenciales en febrero de 1855. Se le


encomendó obtener el pago de la deuda que los tres países que habían
formado la Gran Colombia: Nueva Granada, Venezuela y Ecuador, con­
trajeron con México en 1826 cuando Vicente Rocafuerte, ecuatoriano que
fungía como representante de México en Londres, aceptó otorgarles un
préstamo para el pago de su deuda con la Gran Bretaña. El gobierno mexi­
cano desautorizó la gestión porque había sido hecha sin su consentimiento.

El trabajo de Serapio Mora fue complicado debido a la división entre


esas naciones y a las escasas relaciones de años anteriores; así, por ejem­
plo, Nueva Granada presentaba un contracrédito por los gastos de una
escuadra colombiana que auxiliaría a México en la toma de San Juan de
Ulúa en 1825, y que finalmente nunca llegó.

La gestión del representante mexicano se redujo a cobrar el adeudo, que


ascendía a sesenta y tres mil libras esterlinas.14 Su negociación fue poco
afortunada y hubo quejas por su brusquedad. En 1857 Ignacio Comonfort
retiró a Mora, siendo ésta la última Legación de México en Colombia dn­
rante el siglo x1x.

14 También se descontaba una cantidad que, se decía, había recibido nuestro Primer Ministro en
Durante casi todo el siglo x1x, México intentó definir su frontera sur. Nueva Granada, don Anastasio Torrens, otra por impuestos al cacao de Maracaibo y Guayaquil,
retenidos en las cajas reales de México, después de declarados exentos por Real Cédul� una
más por el valor de una presa del corsario colombiano Zulmé, que se remató en Campeche� más
los gastos de la escuadra de aquel país para venir al Golfo de México a cooperar en el asedio de
San Juan de Ulúa, escuadra que finalmente nunca vino; así como una cantidad por auxilios en
Guayaquil al barco "Congreso Mexicano", que había sido antes "Asia", de banderaespafiota.
Francisco Serapio Mora, Crédito de México contra la República, que compusieron la de
Colombiay contestaciones que sobre él se han ensayado entre la Secretaria de Relaciones
Exteriores de Nueva Granada y la Legación de Méjico residente en Bogotá. Bogotá, 1 855,
pp. 49-52.

67
Antes de salir de Bogotá, Mora informó de su última entrevista con el El canciller del gobierno santanista presentó varias propuestas para re­
ministro de Relaciones colombiano, Lino de Pombo, el 2 de enero de 1856. solver las reclamaciones españolas; pero los acreedores, que en las prime­
La razón por la cual no llegaron a ningún arreglo, fue que la proposición ras negoci. acmnes se contentaban con el tres por ciento, y despué con el
s
del ministro colombiano reducía el crédito a quinientos cincuenta y tres mil cuatro, ahora exigían el doce por ciento de intereses, Jo cual
era imposible
quinientos cinco pesos, en tanto que Mora proponía la suma de cuatrocien­ d� aceptar para México, tanto por derecho, como por las precar condi­
ias
tas cuarenta mil cuatrocientas sesenta y cuatro libras esterlinas. La gran cmnes económicas del pais.
diferencia entre ambas cifras se debía a que la proposición colombiana
descontaba previamente diversas contrareclamaciones. Mora no aceptó las fü1 iirotesta por la reclamación de nulidad de los acuerd
os con Espafia,
contrareclamaciones y exigió el pago del capital originalmente prestado. el mm1stro de es� país eu México, arqués De Ja Riber
� a, suspendió rela­
c�?nes con el gob1ern? mexicano, e hizo entrega de los archiv de Lega­
. os la
En vista de la grave situación económica del país en los afias de 1855- c1on al secretar10 de esta, José López de Bustamante.
1856, el ministro de Hacienda, Miguel Lerdo de Tejada, vendió el crédito
contra las repúblicas sudamericanas que antes formaban la Gran Colom­ _Diez de Boi;illa hizo ver al representante ibero la razón que le asistía a
bia. La operación de venta se hizo a favor de Martínez del Río y Herma­ Mex1co, ademas de que el Convenio de 1 8 5 1 no podía subsist porque
ir
nos el 16 de agosto de 1856, quienes entregaron al gobierno la cantidad de los contratantes no tenían la personalidad jurídica para celebrarlo ni el
ochocientos mil pesos en créditos del antiguo fondo de veinte por ciento, o consentimiento de sus representados. Como se recordará, dicho convenio
bonos consolidados del tres por ciento, y sus réditos vencidos y no paga­ nunca fue objeto de ratificación.
dos, más la suma de treinta mil pesos en dinero efectivo.
El ministro mexicano le señaló también la incongruenéia de hacer nue­
En 1857, los herederos de la casa Martínez del Río celebraron con Co­ vas reclamaciones cuando en el Tratado de Paz de 1836 se establecía
lombia un convenio para el pago de 50% del crédito que había quedado a expresamente en el Artículo VII que España se desistía de toda. reclama­
cargo de esa nación, incluyéndose en la liquidación respectiva los intereses ción posterior. Finalmente, tampoco era aceptable porque el arregío de Ja
devengados desde el 6 de octubre de 1 827, fecha del vencimiento. Sorpren­ deuda interior de un país no puede ser materia de convención con una
de ver cuán pronto se solucionó la cuestión con los nuevos acreedores, potencia extrafia.
mientras al gobierno de México se le pusieron tantos obstáculos. Hay quie­
nes consideran que pudo haber influido en el ánimo de los deudores, el que Una vez recibida por el gobierno de México la notificación del ministro
ahora los acreedores fueran de nacionalidad inglesa. 1 5 La finiquitación de de Espafia relativa a Ja suspensión de relaciones entre los dos países, ésta
la deuda se daría hasta 1903, después de que las negociaciones favorecie­ fue puesta en conocimiento del representante de México en aquella nación,
ron a México. que era entonces un espafiol, Buenaventura Vivó, y se le instruyó para que
enterase del asunto al ministro de Estado haciéndole ver el derecho que
tenía nuestro país . 16
Relaciones con Europa
El ministro de Estado, Ángel Calderón de la Barca, manifesté la mejor
Al sector conservador siempre Je interesó una política exterior orientada voluntad para que se llegase a un arreglo, ofreciendo que sería removido
hacia Europa. En especial, por razones religiosas, históricas y culturales, el marqués De la Ribera. Este, por su parte, se dirigió a Santa Anua dán­
les importaba Ja relación con Ja Santa Sede y con Espafia. No obstante, el dole cuenta de todo lo ocurrido con el secretario de Relaciones Exteriores,
canciller Diez de Bonilla reclamó la nulidad de Jos acuerdos que los go­ y pidiéndole que interpusiera su influencia comojefe de Ja nación para que
biernos de México habían celebrado con Espafia en 1847 y 1851, porque el asunto se resolviera satisfactoriamente. De esta forma y en una junta, a
en ellos había sido introducido el pago de créditos anteriores a Ja indepen­ la que concurrieron todos los secretarios del Despacho, se reanudaron las
denci•
16
El secretario de Relaciones Exteriores, Manuel Díezde Bonilla, hace del conocimiento de algunos
ministros extranjeros en México, la ruptura de relaciones diplomáticas entre México y Espafia
debido a no haber existido un acuerdo justo y equitativo entre las diferencias que sobre créditos
1� Jbidem, pp. 40w42. de súbditos españoles se hallaban pendientes en 1853. AHSREM 1 �3-806.

68 69
de !ntereses de cinco por ciento desde el 24 de septiembre de 1821, garan­
t1zandose ese pago con ocho por ciento de los ingresos aduanales. Las re­
clam�ciones ascend�an a cinco millones ciento setenta y dos mil pesos. Se
exclman del convemo las reclamaciones procedentes del saqueo o demoli­
ción del Parián.
En cuanto a las relaciones con el pontificado como se recordará había
quedado pendiente el reconocimiento del nunclo Luis Clementi �zobis­
po d� J?amasco, ya q�e el gobierno de Arista le negó el pase d�bido a la
. del grupo liberal de
opos1c10n la Cámara. La sitllación también se había
complicado porque la designación como arzobispo de Lázaro de la Garza
y Ballesteros había molestado al alto clero y Clementi traía amplias facul­
tades de Roma para mediar en esta cuestión.

El delegado �ontificio venía investido por Pío IX, de facultades para


poner �n entredicho, fallar en las instancias superiores en los casos de
apelación, conceder conforme a derecho restitución in integrwil contra sen­
tencias y contratos, aprobar y confirmar las enajenaciones de bienes ecle­
siásticos y nombrar treinta protonotarios.

En 1853, siendo presidente el general Lombardini, el Senado dio el pase


Comunicación del secretario respectivo al enviado apostólico, debido al dictamen favorable de los con­
Manuel Díez de Bonilla sobre la servadores Bernardo Couto, José H. Elguero y José Joaquín Pesado, pero
ruptura de relaciones restringiendo sus poderes. Entre las facultades exceptuadas estaba la que
diplomáticas entre México y se refería a la enajenación de bienes eclesiásticos, que el gobierno mexica­
España. no consideró improcedente, ya que las propiedades en territorio mexicano
debían juzgarse de acuerdo a las leyes de la República.
negociaciones con el representante de Espafia, cediendo el general presi­
dente a la solicitud de De la Ribera. La situación del nuncio no satisfizo al alto clero; por este motivo, Cle­
mente de Jesús Munguía que era virtualmente el jefe de la iglesia católica
El 12 de noviembre de 1853, se firmó por Manuel Díez de Bonilla y el mexicana, renunció a la presidencia del Consejo de Estado durante el go­
marqués De la Ribera un nuevo convenio sobre reclamaciones espafiolas bierno de Santa Anna.
que modificó el del 14 de noviembre de 185 1 . Fue ratificado por el gobier­
no mexicano el 22 de noviembre de 1853 y por el de Espafia el 24 de enero El presidente Santa Auna pidió al Papa, por medio del enviado extraor­
de 1854. En México se promulgó por decreto del 30 de mayo de 1854. dinario en Roma, Manuel Larrainizar, que se diese a Clementi carácter de
internuncio en la República mexicana. El representante de México volvió
Dicho convenio modificó las negociaciones de 1851: el gobierno mexi­ a insistir en la firma del Concordato, pero la caída de Santa Auna dejaría
cano reconocía como deuda legítima todas las cantidades reclamadas por nuevamente en suspenso la cuestión de Roma.
los súbditos espafioles, que presentadas en el término hábil sefialado en la
Convención del 14 de noviembre de 1851, estaban desde entonces pen­ No obstante la intolerancia religiosa que predominó en la nación desde
dientes de liquidación. su nacimiento a la vida independiente hasta 1857, el pontificado no quiso
pactar con un gobierno débil como el de México, mientras que precisamen­
Con esta nueva Convención el gobierno santanista solucionó el proble­ te en estos afias, fümó un concordato con Espafia. Durante este periodo el
ma de los créditos anteriores a la fudependencia, pero comprometió el pago clericalismo determinó la vida privada y pública del país, pues la Iglesia

70 71
controlaba conciencias y subordinaba derechos. Paradójicamente, mien­ �
la residencia de la República, cayó en las redes de la adulación y aceptó
tras la región había sido lazo de unión entre los mexicanos a falta de una el titulo d� Alteza Serenísima, según Decreto del 16 de diciembre de 1853.
conciencia nacional generalizada, la Iglesia se volvió el easus belli que En el Articulo ID del Decreto se aclaró que dicho tratamiento sería en lo
.
llevó a la polarización total de la sociedad mexicana. sucesivo anexo al cargo de presidente de la República. Engolosinado por el
boat�, Santa Anna había revivido la Orden de Guadalupe, creada por
Obviamente el tardío reconocimiento de la independencia de México lturb�de, Y aceptado la Gran Cruz de Carlos III que le envió la reina de
por parte del pontificado y el conflicto en tomo al Regio Patronato, obsta­ Espana, Isabel II. Para agradar a la Iglesia realizaba todo tipo de suntuosos
culizaron las relaciones entre México y la silla apostólica. Después, al actos político-religiosos.
triunfo de la reforma liberal, se consolidó el Estado nacional laico y dejó
de ser necesario el establecimiento de relaciones con el pontificado, remi­ Estas actividade ,junto con las facultades discre
� cionales que se le otor­
niscencia viviente de la época medieval. Fue así como se estableció la cos­ garon par� reorgan1zar todas las ramas de la
administración y elegir a su
tumbre de entablar comunicaciones sin mayores formulismos. sucesor, ICie�_ .on
' creer q�e Santa Anna acabaría por establecer un régi­
men monarqmco. El propio general desmintió posteri
ormente tal asevera­
Por otra parte, el interés por las relaciones con Europa llevó al gobierno ción en el manifiesto de Elizabethport de 1866: "Para
ceñirme la Corona
de Santa Anna a celebrar nuevos tratados. Con los estados alemanes se Imperial, hubiérame bastado alargar la mano; pero jamás
la púrpura de los
.
suscribió el Tratado de Amistad, Navegación y Comercio, firmado en la ' eyes ha deslumbrado mis ojos, y si alguna vez hubiera soiiado con ella, la
ciudad de México el 10 de julio de 1855. Fue ratificado por el Reino de nnagen ensangrentada de lturbide me habría despertado
a tiempo, para huir
Prusia el 22 de octubre y por el Reino de Sajonia el 17 de octubre de ese del seductor y pérfido halago". 18
mismo año. Al tratado se adhirieron el Reino de Baviera, el Reino de
Wuntemberg, el Gran Ducado de Baden, el Gran Ducado de Hesse, y el Lo que es un hecho es que las ideas monárquicas proliferaron baj o su
Gran Ducado de Olderburg, entre o.tros. Fueron en total 19 estados los que impulso . El primero de julio de 1854, escribió a José María Gutiérrez de
otorgaron a Emilio Carlos Enrique barón de Richtofen, ministro residente Estrada confiriéndole amplios poderes para que "cerca de las cortes de
ante el gobierno de México, plenos poderes para su celebración. Londres, París, Madrid y Viena, entrara en arreglos e hiciera los debidos
ofrecimientos para alcanzar de todos estos gobiernos o de cualquiera de
Dicho tratado establece libertad de comercio y trato económico prefe­ ellos, el establecimiento de una Monarquía derivada de estas potencias". 19
rente. Se incluyen detalles referentes a los nacionales que vivieran en uno
u otro de los países firmantes. Es de notar que se establecía igualdad de Al gobernar Santa Anna sin Constitución, técnicamente estableció una
trato económico a extranjeros y nacionales e igualdad de trato legal y dictadura. No obstante no tenía las características propias de un dictador,
religioso. También se estipulaba que si alguna de las partes contratantes ya que carecía de las dotes propias para la administración. Sin embargo,
concedía a otras naciones alguna gracia particular en materia de comercio al fin caudillo militar, Santa Anna intentó reorganizar al ejército, expidió 1
1
y navegación, se extendería a la parte contratante. una ley para acabar con los conspiradores y organizó una policía secreta. 1
No obstante todas estas medidas de control político, el gobierno se le iba
También con Cerdeiia se firmó un Tratado de Amistad, Comercio y Na­ de las manos; no sólo continuaban los problemas internos, sino también
vegación, el 1° de agosto de 1855. Manuel Díez de Bonilla había pro­ los ataques de filibusteros que obligaban al país a distraer sus exiguos
movido este acuerdo para asegurar las relaciones económicas que ya se recursos para defenderse de los atracos.
tenían con ese Reino. El tratado establecía libertad de comercio exceptuan­
do el correspondiente a escala y cabotaje, el cual reservaba México a sus El oro encontrado en la Alta California aumentó el apetito extranjero.
nacionales. 1 7 El tratado se hizo extensivo al Principado de Mónaco. Los buscadores del metal suponían la existencia de otras vetas al sur, por
lo que querían posesionarse de un pedazo del territorio mexicano. A Sono­
Desde el Plan del Hospicio se había pedido que se diera un poder discre­ ra llegó el conde Gastón de Raousset-Boulbon el primero de julio de 1854,
cional a Santa Anna; el general que tantas veces había entrado y salido de

18 Correspondencia secreta de los principales intervencionistas mexicanos. México, Librería


11 Tratado de Amístad, Comercio y Navegación con el Reino de Cerdeña. AHSREM, Documento de la Imprenta de Ch. Bouret, tomo III, 1905, p. 139.
CER•i-(!). 19 lbidem, vol. II, P- 65.

72 73
Un pronunciamiento contra el gobierno, a mediados de 1853 en la Cos­
ta c.hica de Guerrero, sofocado por el general Juan N. Álvare�, mostró al
gobierno santanista el poder absoluto que este militar ejercía en el Depar­
tamento de Guerrero, por lo que pronto empezó a disponer la remoción de
empleados civiles y militares en el lugar.
Santa Anna envió tropas de su confianza a Acapulco con el pretexto de
proteger :; este puerto de un posible ataque del filibustero Walker. El caci­
que sureno entendió .
. que el verdadero objetivo de la maniobra era reducir
Caricatura de la su fue:za y, Junto con el general Tomás Moreno e Ignacio Comonfort, se
época que compara levanto en armas contra el gobierno. El primero de marzo de 1854 el coro­
la trayectoria de nel Florencio Villarreal proclamó el Plan de Ayutla en la hacie�da de la
Santa Anna con las Providencia, propiedad de Álvarez.
cuatro fases de la
luna.
En el mencionado plan, se acusaba a Santa Anna de haber "falseado en
su espíritu Y objeto" el Plan de Jalisco; de oprimir al pueblo "recargándolo
con cuatrocientos aventureros. Raousset quería apoderarse de Sonora des­ de contribuciones onerosas" y de emplearlas en gastos superfluos; de hacer
de 1850. El conde francés había intentado obtener autorización del gobier­ "tomar la fortuna, como en otra época, de unos cuantos favoritos" y de
no de Santa Anna para colonizar la región, sin lograrlo. Finalmente, al haber "ve�dido una parte considerable" del territorio de la Repúblic�, por
atacar los cuarteles mexicanos en Guaymas el 13 de julio de ese afio fue lo que debrn cesar en sus funciones, al igual que los demás funcionarios de
derrotado, aprehendido y fusilado el 12 de agosto de 1854. Aunque hubo su gobierno (Artículo Primero). También, según el Plan, sería nombrado
peticiones de clemencia, Santa Anua ratificó la pena de muerte, que fue un presidente interino (Artículo Tercero) investido de amplias facultades.
ejecutada.20 En él se invitaba a los generales "Nicolás Bravo, don Juan Álvarez y don
Tomás Moreno" para que al frente de las "fuerzas libertadoras", " . . . sos­
En diciembre de 1853 el filibustero norteamericano Williarn Walker, tengan y lleven a efecto las reformas administrativas que en él se consig­
quien pretendió crear la República de Sonora y Sinaloa, invadió La �az. nan".21
Se estableció en Ensenada y se dedicó al asalto a rancherías. Los mexica­
nos lograron derrotarle en mayo de 1854. Se le consignó a la Corte de Santa Anna personalmente intentó sofocar la revolución aunque todo
Estados Unidos, pero fue absuelto. Después se autoeligió presidente de fue inútil, por lo que ya de regreso en la capital, emitió una ley de amnis­
Nicaragua. Estados Unidos estuvo a punto de reconocerlo corno un estado tía y expidió un estatuto con el propósito de tranquilizar al país.
esclavista más de la Unión Americana, poco antes de que cayera, en 1 857.
Finalmente fue fusilado en Honduras en 1860. La revolución creció rápidamente. Ignacio Comonfort hizo modifica­
ciones al Plan de Ayutla el 1 1 de marzo en Acapulco; en ellas se especifi­
De menor importancia fue la incursión del también norteamericano caba que "las instituciones liberales (republicanas) son las únicas que con­
Eulogio Gautier Valdomar en Tamaulipas, realizada entre el �O de ag.osto vienen al país". La oposición al gobierno se generalizó. En Michoacán se
y el 25 de septiembre de 1854. El aventurero se apoderó de Ciudad Victo­ rebeló Gordiano Guzmán, quien fue fusilado el 1 1 de abril. A éste le suce­
ria; después, fue derrotado, aunque volvería en 1856. dieron Santos Degollado, Epitacio Huerta y Manuel García Pueblita.

El país no tuvo un momento de tranquilidad en la última administra­ Mientras tanto, en Nueva Orleáns, un grupo de mexicanos proscritos
ción de Santa Anna, hasta que estalló la revolución que acabaría con su por el santanismo esperaban el momento oportuno para regresar a Méxi­
dictadura. co. En Brownsville organizaron una junta revolucionaria. En ella figura-

2n Maurice Soulié, La Grande Aventure, L 'Epopée du Comte de Rausset�Boulbon Au Mexique


(1850-1854). París, Payot, 1926, p. 253. 21 EnriqueOlavarría y Ferrari, op. cit., tomo IV, cap. XXVIII, p. 832.

74 75
ban Melchor Ocampo, Ponciano Arriaga, José María Mata y Benito Juárez. Era d�n Juai; Álvarez un hombre de notables virtudes, pero también de
Este último se trasladó a Guerrero para unirse a los revolucionarios. muchas Ii;n1tac1ones. De setenta y cinco años de edad, creyó que el gobier­
no del pa1s ;ebasaba �us capacidades, por lo que en cumplimiento del plan
La guerra civil fue larga y difícil (del primero de marzo de 1854 al 12 de que lo llevo a �a presidencia, fümó la convocatoria al Congreso Constitu­
agosto de 1855). Doce departamentos se rebelaron contra el gobierno y y�i;te Y entrego el poder a Ignacio Comonfort, quien tomó posesión el 1 1 de
cientos de hombres intervinieron en la lucha. d1c;i;mbre de 1855 �orno presidente sustituto. El nuevo gobierno se enfren­
tar1a a la guerra civil y a una nueva intervención extranj era.
Santa Anna salió de la ciudad de México el 9 de agosto de 1855 rumbo
a Perote, Veracruz. Antes de su partida, nombró un poder Ejecutivo inte­
grado por Mariano Salas, Martin Carrera e Ignacio Pavón, quienes entre­
garon la presidencia al general Rómulo Díaz de la Vega. El 12 de ese mes,
Santa Anna expidió un manifiesto, en el que "devolvía a la nación" la
autoridad que lo investía, y se embarcó en el vapor Jturbide el 16 del mis­
mo mes en dirección a Colombia.

Santa Anna llevaba consigo todas las acusaciones. Se le llamó dictador,


porque recibió facultades extraordinarias en el último periodo de su presi­
dencia y las ejerció con autoritarismo; se le llamó traidor, porqne convenía
a Estados Unidos y a los propios mexicanos, responsabilizarlo de la pérdi­
da del territorio qne nos arrebataron y no pudieron defender. Se le tachó de
usurpador, pero fueron los liberales y los conservadores, los políticos mexi­
canos y todas las clases sociales en general, las que le llamaron a ocupar
11 veces la Presidencia de la República.

Se iba el "Rayo de la Guerra" con la confianza de que sería una más de


sus salidas estratégicas y que volvería a regresar. Después, ofreció su es­
pada lo mismo al imperio que a la República, sin que ninguno aceptara sus
servicios. Todavía el secretario de Estado norteamericano, Seward, lo visi­
tó en La Habana para ver si podía representar una opción en caso de que
Juárez no se sostuviera. Como el mismo Santa Anna escribió: el mundo no
ignoró su nombre, fue el más amado y el más odiado. Dejó tradiciones que
aún subsisten, como el Hiumo Nacional, al que sólo se quitaron las estrofas
santanistas.

Luego del retiro del general, en el interinato de Martín Carrera, se en­


oargó de la Secretaría de Relaciones el oficial mayor, José Miguel Arroyo.
El triunfo del Plan de Ayutla llevó a Juan Álvarez a la Presidencia interina
ie la República y Melchor Ocampo a la Cancillería, qué ocupó por 24
fías, del 6 al 30 de octubre de 1855. Le sucedió Miguel María Arrioja, del
l l de octubre al 10 de diciembre de 1855. Con experiencia en el servicio
'xterior; el paso de Arrioja por Relaciones fue muy corto, como conse­
:uencia del cambio del Ejecutivo.

76 77
Una revolución reformista
(1855-1860)

La Exposición Universal de París, de mayo a noviembre de 1855, así como


el Congreso de la Paz, para crear un sistema de unidad europea con unión
aduanera, derecho marítimo y alianza de neutralidad, mostraron Ja pujanza
del Segundo Imperio Napoleónico. Como producto de la guerra de Crimea
y de su intervención a favor de Jos italianos y en contra de Austria, Francia
siguió ampliando su zona de influencia en Europa. Por otra parte, extendió
su imperio colonial en Asia, se unió a Inglaterra para someter a China,
ocupó Ja Conchinchina, Saigón y Tourane; y apoyó en Africa la construc­
ción del Canal de Suez.

El Imperio británico consolidó su poder en la India y avanzó en Asia,


tomando Pekín y obligando a China a abrir sus puertos. Mientras, en Amé­
rica se establecían los límites territoriales de la colonia británica de Belice
con Guatemala.

Estados Unidos terminaba la construcción del ferrocarril en el Istmo de


Panamá y trabajaba en el proyecto del canal interoceánico, y Colombia le
otorgaba condición federal a esta zona.

En estos aftos moría el autor del Ensayo político sobre el reino de la


Nueva España, Alejandro von Humboldt. Sus estudios sobre las riquezas
potenciales de esta región americana alentaron a propios y extraftos.

No obstante, México, en su vida independiente todavía no había podido


gozar de sus productos. Había terminado su actuación política una genera­
ción que no logró consolidar el Estado mexicano. La imagen del país en el
extranjero seguía siendo de extrema debilidad. Del 28 de septiembre de
1821 en que se fornió la Junta Provisional Gubernativa al 12 de agosto de
1855 en que renunció Santa Auna, en 33 años, se habían sucedido 52 go­
biernos en la República mexicana.

Al triunfo de la Revolnción de Ayutla llegó al poder una nueva genera­


ción de políticos que, sacudida por la invasión norteamericana y habiendo
snfrido las aventuras fmales del santanismo, asimiló las experiencias pasa­
das, definió el proyecto liberal y se inipuso en la presidencia. Si exceptnamos
los intentos de los gobiernos conservadores de 1858 a 1867, con los libera­
les, en 55 años, México tnvo solamente 1 1 regúnenes entre 1855 y 1910.

Las primeras generaciones de políticos mexicanos habían probado diver­


sos sistemas hasta terminar en la constitucionalidad del gobierno de Santa
Al triunfo
Anna. La nueva generación hizo una revolnción apoyada en ideas de libertad
de la
y defensa de la Constitnción. Una vez en el poder, se volvió conservadora Revolución de
de la paz y del orden, al margen de la propia Constitnci\Ín. Como escribió Ayutla, el
Emilio Rabasa en La Constitución y la dictadura, se cuidó tanto la ley general Juan
suprema de 1857, que se le guardó en una vitrina y no se le puso en práctica. Álvarez
asumió la
El proyecto liberal de nación implicaba la creación de un Estado nacio­ Presidencia.
nal de derecho: republicano, federal y laico. Los dirigentes del liberalismo
mexicano aspiraban a sacar al país de la bancarrota quitando a la Iglesia su La rebel!ó fue sofoc

/
;1 s aconte�llllien
fuerza económica y política. En el aspecto social, pretendían acabar con � ada por el geueral Comonfort en Puebla A raíz
tos, e! Gobi��o Liberal confiscó en esta ciudad i de
los privilegios coloniales liquidando a la sociedad estamental. En materia e ª Iglesrn, Y xpulso �e Mex1 0 a los clérigos os bienes
. � involucrados, entre ellos a
cultural, el Estado tomaría en sus manos la educación y se establecería por pe agio Antomo Labas tdª y Da� alos, obispo de
vez priniera en el país la libertad de creencias. '. � Puebla, quien se trasladó
a R�ma, don�e se co vu 10 ··
. n_ -: en discípulo de prinlera fila de Pío IX. El mo-
v1m1ento clerical contumo en pie de lucha, pero los libera
El ideólogo de este nuevo liberalismo, Melchor Ocampo, influyó en la les sigu·1eron ade-
!ante con Ja reforma.
organización del gabinete del general Juan Álvarez. Entre los intelectuales
que se incorporaron al nuevo gobierno estnvo Guillermo Prieto, en Hacien­
".'-1 dejar Álva�ez el gobierno, Ignacio Comonfort se hizo
da; y dentro de los políticos sobresalientes Ponciano Arriaga, en Fomento, . cargo del E;e-
'
cut1vo y contmuo la obra reformista.
y Benito Juárez en Justicia y Negocios Eclesiásticos.
El 2.5 de abril de 1856 fu ro derogadas las leyes civile
El gobierno de Juan Álvarez inició la reforma del Estado con la Ley de � � s que imponían
cualquter géne;o de coacc10n direct a o indirecta para el cumpliniiento de
Organización de la Administración de Justicia en el Distrito Federal y Te­ .
lo� votos monast1cos, y el 7 de junio se suprinlió la Comp
rritorios, elaborada por Benito Juárez y promulgada el 25 de noviembre de añía de J u
i;,s i
·

1855. Dicha ley constitnyó un prinler intento para lograr la igualdad jurídi­ �rns después, �1 25 de junio de 1856, se emitió la Ley Lerdo, con el r �
sito de h�cer ctrcu�ar las propiedades raíces del clero. Se
ca de los mexicanos, pues suprimió parcialmente los fueros y quedaron llas que strvier� dtrectamente al objeto de la institución eclesi
! �
exceptnó aq é­
abolidos los tribunales especiales para delitos del fuero común. ástica, como
conventos, �osp1tales y casas de beneficencia y los terren
os pertenecientes
a las poblaciones destmados al servicio de éstas Luego
En oposición a la Ley Juárez, qne supuestamente vnhleraba los senti­ · • el 27 de enero de
· ·
1857, se decreto• ¡a Ley 0rgan1c a de.! Registro Civil, que permitía controlar
mientos religiosos, el clero, al grito de "religión y fueros", se rebeló y fue .
las funciones que asumía la Iglesia en cuanto a nacim
secundado por los militares conservadores. ientos, decesos y

80 81
1

matrimonios, además de secularizar los cementerios. Se pretendía acabar nera. interina. Mientras, los conseivadores reconocieron a Zuloaga como
con el estado organizado en estamentos y crear un Estado verdaderamente presidente: De 1858 a 1867, México tuvo dos gobiernos que se dísputaron
soberano. el reconoc1m1ento mtemacional.
Con anterioridad, en febrero de 1856, de acue'.do con los postulados de La situación en que se encontraba el gobierno liberal no era halagüeña.
la Revolución de Ayutla, se habían iniciado las ses10�es del Congre.so C?ns­ La mayor parte de los militares de carrera y el grueso del ejército estuvie­
tituyente. Este Congreso estuvo integrado por 15 5 d1pu�dos propietarios � ron al l�do de los cons�n:adores, lo que provocó grandes derrotas para las
igual número de suplentes y entre ellos hub? homb'.es bnll8;11tes c01'.10 Jose trop�s hber�les, const1tu.1?as casi en su totalidad por civiles que, en la lu­
Maria Mata, Melchor Ocampo, León Guzrnan, Ponc1ano Arriaga, Gmllenno cha, 1mprov1saron otro ejercito.
Prieto, Ignacio Ramírez, Francisco Zarco, Ignacio Vallarta, S8;11tos Dego­
llado, Joaquút Ruiz, Vicente RivaPalacio, Isidoro Olvera, Castillo Velasco Esta guerr.a civil fue la má� sangrienta que sufrió el país después de la
y Simón de la Garza, entre otros. .
mdepe ndenc1a. Durante el pruner año las victorias estuvieron del lado de
los conservadores, pero en el segundo se logró el equilibrio de fuerzas y
El punto más debatido en el Constituyente fue el establecimiento de la ambos bandos recurrieron al extranjero en busca de apoyo. Hasta el tercer
libertad de cultos, que no cabía en la mente de la gran may?ría. ?e los año la balanza se inclinó del lado de los liberaJes' que fmalmente vencie-
católicos de la época. No se incorporó textualmente a la Const1tuc10n por ron al ejército conservador.
65 votos contra 44. Sin embargo, al no prohibirse la tolerancia religiosa,
quedó implícita la libertad de cultos. La Constitución de 1857 dio faculta­ Juárez decretó en medio de la lucha las llamadas leyes de Reforma, con
des al poder federal para legislar en materia de cultos. Además, el Artículo base en el Artículo 123 Constitucional, que daba facultades al gobierno
Tercero estableció la libertad de enseñanza; el Quinto, prohibió cualquier federal para legislar en materia de culto.
contrato que impidiera o limitara la libertad del hombre por causa de traba­
jo, religión o voto religioso, y el Séptimo proclamó la libertad de prensa, La iglesia católica en pleno condenó a la legislación, considerándola
de pensamiento y opinión. Mientras que los conservadores rechazaron la herética. No obstante, Juárez y sus_ colaboradores eran creyentes y no per­
Constitución, y la Iglesia la condenó lanzando la excomunión a todo aquel mitían ninguna persecución religiosa. Los conservadores se erigieron en
que la jurara, los liberales puros hubieran querido ir más lejos. defensores de una religión que no era perseguida. A ello contribuyó en
buena medida la política pontificia, ya que Pío IX en diversas aJocuciones
Comonfort consideró que el país no se podía gobernar con una cü;1sti­ condenó la libertad de conciencia, el matrimonio civil y la educación laica.
tución unicameral que dejaba maniatado al Ejecutivo y la desconoció. Buscó
apoyo en el ejército por conducto de Zuloaga y se unió al Plan de Tacubaya. Antes de llegar a la silla pontificia, Pío IX se había considerado un
Este plan rechazaba la Constitución de 1857 y pedía la celebración de un clérigo liberal; pero al enfrentarse a las luchas por la unidad de Italia se
nuevo Congreso Constituyente, así como facultades omnímodas para radicalizó en defensa de la potestad eclesiástica y su dominio de Roma,
Comonfort. El golpe de estado se consumó el 17 de diciembre de 1857. A tornándose intolerante y reaccionario.
él se sumaron los conservadores de Puebla, San Luis Potosí y Tampico,
mientras los gobernadores de Guanajuato, Michoacán, Jalisco y Veracruz La Iglesia vivía fuera de su época y pretendía conservar su status me­
se unieron para fonnar un ejército de coalición en defensa de la Carta Magna. dieval en pleno siglo xrx, cuando Marx y Engels ya habían publicado el
Se inició así la llamada Guerra de Reforma, que se prolongaría por tres Manifiesto Comunista y Darwin había escrito La evolución de las espe­
años. Poco tiempo después, el lo. de enero de 1858, las guarniciones de cies. Empezando por la Francia liberal y acabando con la tradicionalmente
México y Tacubaya desconocieron a Comonfort y se pronúncjaron a favor católica España, existían leyes que ponían a la Iglesia bajo la autoridad del
de Zuloaga. Dos años y días duró el mandato del sucesor de Alvarez. Estado; pero en las nuevas naciones latinoamericanas el pontificado quiso
defender un último bastión de su poder político.
Antes de partir rumbo a Estados Unidos, Comonfort dejó en libertad a
los liberales aprehendidos durante el golpe de estado, entre ellos al presi­ Los intentos del gobierno mexicano por finnar un concordato con la
dente de la Suprema Corte, Benito Juárez quien, de acuerdo con lo dispues­ Santa Sede se habían interrumpido con la Revolución de Ayutla. Aunque al
to en la Constitución de 1857, asumiría la titularidad del Ejecutivo de ma- triunfo de ésta comenzaron a promulgarse las leyes refonnistas, Comonfort

82 83
1
envió un nuevo representante a Roma, que fue don Ezequiel Montes. Ello
con el objeto principal de tranquilizar al clero que se encontraba en
efervescencia contra el gobierno.
Como era de suponerse, Montes encontró un ambiente hostil. La corte
romana aplazó su recibimiento y se rehusó a entrar en discusiones previas
que facilitaran el arreglo de un concordato.
Después de un tiempo Montes logró entrar en conversaciones con el
ministro de Estado del pontificado. Éste se manifestaba dispuesto a aceptar
algunas de las leyes reformistas promulgadas, como la que se refería a la
extinción de las comunidades religiosas, de cuya relajación estaba al tanto;
pero exigía se devolviera al clero el voto pasivo y su derecho a adquirir
propiedades. A cambio, ofrecía retirar las excomuniones fuhninantes que
se habían lanzado contra los adjudicatarios de bienes del clero y contra los Veracruz, sede del
que habíanjurado la Constitución de 1857. gobierno liberal
durante la guerra
Montes explicó que tales pretensiones eran imposibles porque iban en civil.
contra de las leyes de la República y que no podían ser aceptadas como
base de ninguna negociación.1
.
Luego del desconocimiento de Comonfort como titular del Ejecutivo, el
��s pres.iones del exterior eran incesantes. La inestabilidad política de
M�x�co estm:mlaba una vez más los apetitos extranjeros. Juárez temía que
general Félix Zuloaga envió a Ja silla apostólica una carta en la que se Mex1co se vie_ra envuelto en un conflicto internacional por las reclama­
declaraba presidente de la República. Zuloaga nombró al obispo de Pue­ c10i:es de las diversas potencias extranjeras. Ello influyó para que el gobier­
bla, Pelagio Antonio de Labastida y Dávalos, como ministro plenipoten­ no hberal buscara urgentemente el reconocimiento estadounidense.
ciario en misión ad hoc cerca de la Santa Sede. Como se recordá!á el
obispo de Puebla había sido expulsado de México por Comonfort debido a
su actitud de rebeldía frente al gobierno liberal. A pesar de las buenas Gestores de la diplomacia
relaciones de Labastida con la Curia no se llegó a concretar ningún con­
cordato. Para estar en mejor aptitud de atender los negocios extranjeros, desde 1856
se había separado al servicio exterior del presupuesto de la Secretaría de
En el bando conservador surgieron rivalidades por el poder. En diciem­ Relaciones Exteriores, haciéndolo depender del presupuesto del Gobierno
bre de 1858, los generales Echegaray y Robles desconocieron a Zuloaga Federal. Con ello se pretendía asegurar la continuidad de la acción interna­
como presidente y se pronunciaron a favor de Miguel Miramón. A pesar de
cional, sin que ésta fuera afectada por los cambios de Secretario, que eran
estos c�bios, durante toda la guerra fueron dueños de la capital, situación tan frecuentes. Sólo de diciembre de 1855 a enero de 1858 en dos años se
que fac1htó a los conservadores conseguir el reconocimiento de los países
extranjeros acreditados en nuestro país.

dieron doce cambios con seis distintos secretarios que ocu aron el Des a­ �
cho. Sin embargo, la medida tuvo sus inconvenientes' pues restó a la Secre­
taría influencia sobre los enviados acreditados en el extranjero.
El gobierno liberal se estábleció en Veracruz, punto estratégico para
mantener comunicación con el exterior y recibir pertrechos de guerra. Con la Constitución de 1857, la Secretaría de Relaciones mantuvo sus
funciones de representación y conservó la estructura que se Je había
1 Las Relaciones entre Méxicoy el Vatica?º: Compilación de �ocumentos, estudio preliminar y dado en 1853, pero durante la Guerra de Reforma su acción quedó desarti­
, Raro.frez Cabañas. MexlCO, SRE, (AHDM, primera serie núm 28) 1928 pp
notas de Joaqutn , . ' ' culada.
LXXV-LXXVIII.

84 85
Hacia 1 856 México mantenía legaciones en Inglaterra, Francia, Espa­ a la firma del Tratado de MacLane-Ocampo en 1859 y por su valiente
ña, Roma, Prusia, Estados Unidos, Guatemala y Colombia. L�s relaciones defensa de México en Francia.
con Europa habían tenido desde déc�da� atrás rul?turas s11?'11ficativas. Al
presentar su informe al Congreso al m1c10 del venodo ordmar10 de ses10- Miguel.L.erdo de Tejada ocupó la Cancillería entre el 13 de noviembre y
nes en octubre de 1 857, el presidente Ignacio Comonfort señalaba que en d 14 d� d1c1embre de 1856. Veracruzano de origen, fue uno de los pocos
"Relaciones Exteriores conservan todavía su carácter de gravedad las .cues­ hberales que apoyo. el regreso de Santa Anna en 1853. Después de haber
tiones pendientes con Españ�".Y agreg�ba: " . . . r�specto de l�s demas go­ sido oficial mayor en el Ministerio de Fomento, se le nombró ministro de
biernos con quienes el de Mexico mantiene relac10nes de armstad ellas se Hacienda, cargo que desempeñó del 20 de mayo de 1856 al 3 de enero de
conservan generalmente en un estado satisfactorio".' 1857. Promovió la ley que lleva su nombre, de desamortización de fincas
rústicas y urbanas, de las corporaciones civiles y eclesiásticas. Ministro de
Distinguidas personalidades ocuparon la .se�retaría de Re�aciones en Hacienda nuevamente con Juárez, estuvo en desacuerdo con la suspensión
los años a que nos referimos. Comonfort designo a don Ezeqmel Montes, de pagos de la deuda extranjera decretada por el presidente oaxaqueño, por
primero como encargado del. Despa�h? y después como secretario ant�s de lo qu� r�nunció a su ministerio. Murió poco después, en 1861, en la ciudad
que fuera enviado como Plempotenciano ante la Santa Sede. Leal al gobierno de Mex1co.
liberal se negó a entregar los archivos de !ª Legación al rep!esentante del
gobierno conservador.' Unos años despues, en 1861, fue Diputado y �es­ Después de Miguel Lerdo de Tejada ocuparon Ja Cancillería, en 1857,
pués nuevamente se le nomb�ó ministrop l�nipotei;.ci� io para :onclmr el el oficial mayor Lucas de Palacio y Magarola, y nuevamente Ezequiel Mon­
tratado pendiente con el gobierno de Belg1ca. Emigro de México �nte la tes y Juan Antonio de la Fuente. También fue secretario Sebastián Lerdo de
invasión francesa; intentó regresar pero fue desterrado por las autondades Tejada. Hermano de Miguel, había trabajado como fiscal de la Suprema
imperiales. Al fm del imperio volvió a la patria y murió en 1883. Corte al fmal del gobierno de Santa Anna, en 1855. Su gestión fue destaca­
da. Defendió dignamente la integridad territorial y la soberanía nacional
Durante el gobierno de Comonfort, Luis de la Rosa ocupó por últim.a oponiéndose a las pretensiones norteamericanas de comprar Baja California
vez la Cancillería del 13 de diciembre al 29 de agosto de 1856. Fue susti­ y obtener contratos de tránsito. Después, en la guerra de Tres Años, se
tuido por Juan Antonio de la Fuente (del.30 de agosto al 13 deno� iembre apartó de la política activa, ocupándose del rectorado del Colegio de San
de 1856), el distinguido abogado coahmlense que mas . tarde sena repre­ Ildelfonso. Regresó a la política como diputado en 1861. Ocupó la Canci­
sentante del gobierno jnarista en Europa. llería por unos meses en 1857, y después de 1863 a 1870.
De la Fuente destacó como político tanto en su localidad como en el Como ya se dijo antes, a partir del inicio de la guerra civil de Tres Años
ámbito federal. Como diputado en el Congreso Constituyente de 1856-1857 (de enero de 1858 a diciembre de 1860), subsistieron dos gobiernos. Am­
había defendido a Coahuila para que no formara parte del estado de Nuevo bos realizaron múltiples y continuos ajustes en sus respectivos gabinetes,
León. Como legislador redactó la llamada Ley Fuente del 4 de diciembr� como producto de las presiones. Durante la guerra, la Secretaría de Rela­
de 1860, que establecía la libertad de cultos, posteriormente complemento ciones tuvo por parte del gobierno liberal seis cambios y cinco distintos
la legislación (el 6 de septiembre de 1862) disponiendo que cuando s� sa­ secretarios, a pesar de lo cual se mantuvo la continuidad, gracias a la per­
caran los objetos del culto religioso de Jos templos, se tomaran las medidas manencia del Ejecutivo.
necesarias para evitar que se provocaran manifestaciones públicas a favor
0 en contra de Ja Iglesia. Su figura adquiere relevancia por haberse opuesto Por su parte, los conservadores tuvieron cuatro cambios en el Ejecutivo
(Zuloaga, Miramón, Pavón y Miramón nuevamente) y ocho cambios minis­
teriales; ocuparon Relaciones seis distintos secretarios. Del gobierno liberal
fueron ministros de Relaciones Exteriores: Manuel Ruiz, Melchor Ocampo,
2 Lospresidentes de México ante la nación, 1821 -1894. México, LIILegislaturade la Cámara
Juan Antonio de la Fuente, Santos Degollado y José Manuel Emparán. Y
de Diputados, tomo 1, 1985, p. 400. . . .
3
.
Don&eqtúelMontes fungió como encargado del Despacho del 1 1 dedíc1embre al 1 3 de diciembre del conservador Luis Gonzaga Cuevas, Joaquin Castillo y Lanzas; José
de 1855, y como secretario del 8 de enero al 30 de abril de 1 857, en Secretariosy E_ncargad�s Miguel Arroyo (oficial mayor encargado del Despacho), Manuel Diez de
del Despacho de Relaciones Exteriores, 1821-1873. México, SRE, (AHDM, tercera epoca, sene Bonilla, Octaviano Muñoz Ledo y Teodosio Lares. Igual que el ejército, la
documental, núm. 2), 1974, pp. 46-47. mayor parte del personal de carrera se adhirió al gobierno conservador.

86 87
Manuel Ruiz se destacó fundamentalmente en el Ministerio de Justicia Relaciones con Europa
y en la redacción de las leyes de Reforma emitidas en Veracruz. En Rela­
ciones estuvo sólo unos días. En cambio, Melchor Ocampo tuvo la respon­ A fin�s de 1856 �arios españoles fueron asesinados en las haciendas de
sabilidad de la Cancillería en tres ocasiones. San V1cent� Y Chiconcu�c en el Distrito de Cuernavaca. La concentración
de las propiedades agranas en esta región propiciaba la existencia de ban­
Después de una bríllante trayectoria en la que Ocampo destacó como doleros: La ?�che del 15 de septiembre de 1856 y al grito de "muer
, an los
hombre de ideas y de gobierno, como Secretario de Relaciones hubo de gachupmes , una cuadnlla asaltó las haciendas dando muert cinco ciu­
ea
enfrentar la etapa más conflictiva de la república y la füma del discutido dadanos esl.'añoles acusados de enriquecerse con el sudor del puebl Este
o.
Tratado de Tránsito y Comercio entre los Estados Unidos Mexicanos y los mcidente d10 por r7sultado el rompimiento de las relacio
nes diplomáticas
Estados Unidos de América el 14 de diciembre de 1859, conocido como con �spañ� a part!f del 23 de enero de 1857. A raíz de este conflicto,
Tratado MacLane-Ocampo. A su renuncia fue sustituido por Juan Antonio espanoles, mglei:es Y franc�ses hicieron causa común en sus deman para
das
de la Fuente. presmnar al gobierno mexicano.

El general Santos Degollado, forjador del ejército liberal, también fue Ade�ás de los sucesos anteriores, los gobiernos de Álvarez y Comonfort
Secretario de Relaciones unos meses.4 Degollado había sido diputado del suspendiero� el pago de. los créditos a españoles. En 1855 y en abril de
Constituyente de 1856 a 1857, gobernador de Michoacán y secretario de 1856, el mm1stro de Hacienda, Manuel Payno, había dado órdenes de que
Guerra. Con la idea de acabar la sangrienta contienda, al margen de Juárez, l�s acreedores españoles entregasen a la Tesorería General los bonos reci­
entabló pláticas con el ministro inglés para pacificar al país, por lo que fue bidos para la amortización de sus créditos; como se rehusaron les fueron
.
destituido de su cargo. Murió fusilado por una gavilla conservadora en embargados sus bienes por el valor correspondiente. En respuesta, el 28 de
1861. A Degollado lo sustituyó José de Emparán, del 26 de marzo al 30 de mayo d� 1857 el gobierno español envió una escuadra a Veracruz y nom­
septiembre de 1860. Abogado y gobernador veracruzano, Emparán ocupó, bró a .Miguel de los Santos Alvarez enviado extraordinario. El represen­
también bajo el gobierno de Juárez, la Secretaría de Fomento y de Gober­ tante ibero adoptó una actitud conciliadora y admitió un convenio, que fue
nación. Ninguno había tenido nunca antes un cargo diplomático. posteriormente rechazado en España. Por otro lado, ante los asesinatos de
los hacendados de Chiconcuac y San Vicente, España exigió el 10 de enero
En cambio, Luis Gonzaga Cuevas ocupaba por quinta ocasión la Secre­ de 1857, a través del encargado de negocios Pedro Sorela, la captura de los
taría de Relaciones. Había colaborado en los gobiernos de Anastasia asesinos. Al vencimiento del plazo, Sorela se retiró de México.'
Bustamante y de José Joaquín de Herrera (en dos ocasiones con cada uno),
en el mismo ministerio. El autor del Porvenir de México, volvió a Relacio­ Posteriormente a otro interinato de José Miguel Arroyo en el gobierno
nes por última vez con el gobierno de Zuloaga. Después no aceptó colabo­ de José Ignacio Pavón, Miramón nombró al secretario de Justicia Teodosio
rar con el imperio. Lares, encargado de Relaciones por unos días, en ausencia de Juan
Nepomuceno Almonte, quien se encontraba en Europa ratificando el trata­
José María del Castillo y Lanzas, sucedió a Cuevas del 10 de julio al 22 do firmado con España, que se conoce como Tratado Mon-Almonte.
de diciembre de 1858. De formación europea, inició su actividad burocrá­
tica desde el imperio de Iturbide. Había sido ministro plenipotenciario ante La situación politica, militar y económica del Gobierno Federal era apre­
el gobierno de Estados Unidos para tratar los acuerdos relativos al istmo miante en el año de 1859. La nacionalización de los bienes del clero no
de Tehuantepec y ministro de Relaciones en el gobierno de Mariano Pare­
des Arrillaga.
Francisco de Pauta Arrangoiz, México desde 1808 hasta 1867. México, ed. Ponúa, Colección
En el gobierno de Miramón, luego de un interinato del oficial mayor, Sepan Cuántos, núm. 82, 1958, p. 428.
6 Pedro Sorela, Encargado de Negocios de España, so pretexto de queel gobierno del presidente
José Miguel Arroyo (del 3 al 14 de febrero de 1859) nuevamente ocupó la
Comonfort no ponía empeño en sancionar a los culpables de los asesinatos de españoles en San
Cancillería Manuel Diez de Bonilla y más tarde Octaviano Muñoz. Vicente, exigió que en un plazo de ocho días se castigara a los responsables. Como no se aceptó
su pretensión, rompió relaciones diplomáticas y abandonó el país. Jorge L. Tamayo, Benito
4 Don Santos Degollado fue titular de Relaciones del 23 de enero al 23 demarzo de 1 860. lbidem, Juáre=, documentos, discursosy correspondencta. México, ed. Libros de México, S.A, l 974,
pp. 48-49. vol. V, p. 1 1 46.

88 89
había resuelto el problema económico del gobierno juarista; en el terreno primero de 1858, bajo el �obierno de Comonfort. Después continuó en el
de las armas, la guerra no se decidía. El presidente Jnárez se encontraba m1s�o encargo con el gobierno conservador de Félix Zuloaga. Al final del
prácticamente aislado en Veracmz. Se intentó infructuosamente obtener �
gob1erno de Com�nfo , y por haber renunciado Francisco de Olaguível -
.
préstamos de Estados Unidos. Enviad� Extraordm�no y Ministro Plenipotenciario de Grecia-, Ahnonte
.
fue des1gnado mtermamente también en aquella representación. Ya con
_ .
La existencia de los dos gobiernos hacía terriblemente vulnerable al Zulo �ga dueno de la capital, Almonte pidió doble sueldo por tener doble,
país frente a las potencias extranjeras que no tuvieron ningún miramiento trabajó. Como su salud se q�ebrantó, acabó por ser sustituido por Tomas
_
para sacar ventaja de la situación. El que los conservadores tuvieran la Murphy en Gran Bretana, mientras que él se hizo cargo de las relaciones
capital daba a éstos importantes ventajas, ya que en principio fueron reco­ con España.
nocidos por las potencias extranjeras acreditadas en el país. Además, mien­
tras el gobierno errante de Jnárez mantuvo la Secretaria de Relaciones sólo .

L�s negoc aciones se prolongaron hasta el mes de
septiembre del año
en la persona de su secretario, sin ningún personal de apoyo, el conserva­ s1gmente d��1do a la enf rrnedad de Almonte. El
� gobierno español creyó
dor contó con la planta general de la Cancillería. Los dos gobiernos recu­ en la estabilidad del gobierno conservador en México por
las sucesivas
rrieron al extranjero en busca de apoyo para lograr la victoria sobre s:i �
victorias mil tares de ese año. Finahnente, el 26 de septiem
bre de J 859, se
opositor. El liberal recibió, después de dificiles negociaciones, el reconoci­ firmo. en Par1s el tratado entre el representante del gobiern conserv
o ador
miento de Estados Unidos, mientras que el conservador estrecharía sus !
mex cano Y el del g?bierno español. Alejandro Monhabía exigido
la satis­
vinculos con España. facción de los asesmatos de españoles y como ya habían
sido capturados
los asesinos de San Vicente, juzgados y sentenciados a pena de
muerte, no
Con la misión de solucionar el problema entre los dos países salió a restaba más que castigar a los criminales de San Dimas, Durango,
lugar
España José María Lafragua en calidad de ministro plenipotenciario. El ocupado por los liberales.
gobierno español le presentó las siguientes exigencias: que se castigara a
los asesinos de San Dimas, Durango y de Chiconcuac y San Vicente; que El Tratado Mon-Ahnonte constó de ocho artículos. En ellos, el gobierno
se indemnizara a las familias y que se cumpliera la Convención de 1853. conservador aceptaba las peticiones españolas, a saber:
Lafragua aceptó los primeros puntos y repuso que en cuanto a la Conven­
ción, ésta se cumpliría en las reclamaciones justas, para lo cual debían l . México se comprometía a perseguir y capturar a los asesinos de
revisarse los créditos. El gobierno español rechazó la contrapropuesta y españoles que estuvieran prófugos.
Lafragua se retiró de Madrid.
2. México no era responsable de estos asesinatos; sin embargo, con­
En el mes de octubre de 1858, se tensaron aún más las relaciones entre venía en indemnizar a las familias de las víctimas de Chiconcuac
el gobierno juarista y el español por haberse exigido un préstamo forzoso a y San Vicente.
los comerciantes de Tampico, entre los cuales había muchos peninsulares.
i

i
3. El anterior punto se hacía extensivo a las familias de las víctimas
Por su parte, el gobierno conservador buscó el reconocimiento de los
de San Dimas.
países europeos, ya que el liberal había logrado ser reconocido por Estados
Unidos. Juan N. Ahnonte fue nombrado ministro plenipotenciario conser­
4. Se aclaraba que las indemnizaciones no podían servir de base para
vador para concertar relaciones diplomáticas con España.
otros casos de igual naturaleza.

Juan Nepomuceno Ahnonte fue un personaje singular. Hijo natural de


¡1
¡11
Morelos, se había educado en Nueva Orleáns. Se dedicó a la vida diplomá­
5. Los gobiernos de Francia e Inglaterra como mediadores, sancio­
n ,
narían la indemnización.
tica, primero en Sudamérica y después en Gran Bretaña. Fue ministro de
Guerra con Anastasio Bustamante y con el general Paredes Arrillaga y
6. Se restablecía el Tratado de la Convención de 1853 entre México
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1
representante de México en Estados Unidos. Al principio de su vida políti­
ca fue federalista, pero después se afilió al Partido Conservador Clerical. y España "como si nunca hubiera sido interrumpido" y se con-
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Ocupó la representación en Gran Bretaña, de noviembre de 1855 a agosto
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servaría mientras que "por otro acto de igual naturaleza no fuese


de común acuerdo derogado o alterado".7
Los otros artículos se referían a nuevas reclamaciones y a las ratifica­
ciones del tratado.

Posteriormente Juárez �e negaría a reconocer dicho Convenio por haber


. firmado por lll'.ª facción
sido y no por el gobierno legítimo, además de que
presentaba anomahas, como la de exigir indemnizaciones económicas al
país en asuntos puramente civiles.
A los confli�tos con España se agregaron los que surgieron con Inglate­
rra. Esa potencia europea conservaba sus dominios coloniales en las islas
del Caribe Y en Belice. Sin embargo, para ejercer su dominio comercial,
ch?caba con los intereses norteamericanos, reflejados en la doctrina Monroe,
bajo la cual se pretendía una América republicana sin injerencia europea y
en contraposición con la posibilidad de una América monárquica arni a la
Gran Bretaña.'

Gran Bretaña tenía grandes intereses en México por ser su acreedor


más importante. La deuda inglesa ascendía a 52 744 496 pesos, suma
incrementada por las contingencias de la guerra.'

El representante inglés en México al inicio de la guerra era Loftus Car­


los Otway, quien no tuvo una actuación definida durante la misma ya que
se había precipitado a reconocer al gobierno conservador sin comulgar to­
talmente con sus ideas.

El ministro norteamericano se quejaba de que no se hubiera unido deci­


didamente a la protesta que él encabezó contra el gobierno conservador,
por la disposición de exigir una contribución extraordinaria a los comer­
ciantes, que en general eran extranjeros. El ministro francés, Jan Alexis de
Gabriac tampoco estaba de acuerdo en que el representante norteamerica­
no llevara la voz cantante.'° Otway se mantuvo a la expectativa; tampoco
siguió las iniciativas de Gabriac, argumentando que debía esperar instruc­
ciones de su país.

7 El Tratado Mon-Almonte, Colección de documentos e introducción de Antonio de la Pefia y


Reyes. México, sRE, (AH DM, primera serie, segunda edición, núm. 13), 1971, pp. 130-133.
s Antonio de Ja Peña y Reyes, LordAberdeen, 11.?xasy Calif ornia, Colección de documentos e
introducción de. . . México, SRE, 1970, pp. 1-XXII.
9 Jan BaZant, Historia de la deuda exterior de México, ( 1 823-1946). México, El Colegio de
México, 1968, p. 86.
10
Nota diplomática de John Forsyth a1 Secretario de Estado norteamericano Lewis Cass,junio lo.
de 1858, en Jorge L. Tamayo, BenitoJuáre::., Documentos . . . , op. cit., vol. III, p. 423.

93
católico a lo que Russell respondio ' que Inglaterra
· ·

Entre tanto, los comerciantes extranjeros hacían su agosto mediante el era ltberal y por tanto
apoyab� la libertad rel "ig1os
.
a en todas partes."
contrabando. Una de las tantas cuestiones que tomaron tensas las relacio­

���������f��� �
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nes con Gran Bretafia fue el caso Barron y Forbes, cónsul de Inglaterra en
George B. Mathew se había negado a reconocer
Tepic, que junto con el cónsul de Estados Unidos y Chile, fue desterrado al gobierno de Miramón

::' :�:
por Degollado, al haberse encontrado pruebas de que se dedicaban a esa uccio s de su gobierno, pero al mismo tiempo


t a c10s. .
actividad ilícita. 1 1 . gobierno conservador se negaba a hacer
cual uier trámite i �as no fuera reco ocido, por lo que
� todos los asun-
tos d su interés s g ionaban por medio de Murphy
Por su parte, el gobierno liberal, por intermediación de Jos Estados Uni­ en Londres
.
dos, buscaba que el imperio británico le diera su reconocimiento, quitán­
Las relaciones con Francia se habían reanudado en

�� �1�
doselo al conservador. " Por otra parte, esperaba que Ja guerra entre Aus­ 1853 cuando André

�:�� ��f��:.: �� �
Levasseur entregó sus credenciales al presidente Ma
tria y el Piamonte obligara a los europeos a quitar sus ojos de México." riano Arista La ll -
da de Napoleón m al po?er a mediados de siglo, tuvo
. e grandes r ercu -
Entre tanto, ingleses, franceses, alemanes e italianos se unieron para �o J. Como se ha se�alado, el n�evo e perador,
.
na e 1anzar una política mtema

defenderse de las posibles exacciones de los gobiernos en pugna. �
c1onal ajena a sus
rronte . .
ras naturales. La conquista del mundo que había mic1a
· .
. do y consol.1-
dado Inglaterra sena esttmulo para el nuevo imperalisme. El imperi
Como es natural, la existencia virtual de dos gobiernos complicaba la , o fran-
ces, con su fl�ante emperador, se convirtió en el árbitro de la
situación de las representaciones de México en el exterior. Así, los envia­ . política de
su !tempo. Sus mtereses le llevaron a tener injerencias en los cinco
dos de ideas conservadoras reconocían al gobierno affo, por lo que el gobier­ conti­
nentes.
no juarista nombró otros representantes. Melchor Ocampo fue designado
enviado plenipotenciario y ministro plenipotenciario en Gran Bretafia en
1860. Ocampo nunca llegó a Gran Bretafia y su lugar lo ocupó Juan Anto­ J�n '."Jexis de C'.abriac fue Enviado Extraordinario y Ministro Plenipo­
nio de la Fuente, que también representó al gobierno liberal en Francia; tenc�ar�o de Francia desde diciembre de 1854 a mayo de 1 860, en que fue
.
mientras, Almonte y Murphy sirvieron al gobierno conservador. sustttuido por Dubois de Saligny. Los franceses reconocieron al gobierno
conseiyador, c�n el que tuvieron buenas relaciones, primero con Zuloaga y
Murphy informó desde febrero de 1859, del estado poco satisfactorio en despues con Mtramón.
que se encontraban las relaciones "entre Inglaterra y el gobierno de ia ca­
pital". 14 Tanto así, que prefirió salir a Bélgica para no asistir a la apertura Hay versiones distintas sobre si Jos conservadores pidieron desde ese
del Parlamento. Según informó posteriormente, el gobierno británico no momento el apoyo militar francés. El propio Altnonte aseguró que Miramón
l� había tra?'itado. No obstante, el joven general lo negó, sefialando que
quería contraponerse al de Washington, que había dado su reconocimiento
solo se habia hablado de gestionar un préstamo usando como garantía los
al encabezado por Juárez. También comentaba la simpatía que desperta­
bienes eclesiásticos, previo consentimiento del papa.
ban en el gabinete inglés los principios liberales de aquél. Por lo mismo,
Murphy se esforzó por explicar a Lord Russell la situación de México,
desde luego en defensa del gobierno conservador, y pedía el cambio del Lo que es un hecho es que Gabriac tenía relaciones muy estrechas con
nue".o encargado de negocios inglés en México, George B. Mathew, por su Miramón, al punto que el representante norteamericano Churchwell lo con­
hostilidad al gobierno instalado en la capital. Además, trató de justificar la sideraba consejero del presidente conservador.
intolerancia religiosa, arguyendo que México era un país,eminentemente
Por otro lado Gabriac ofreció al gobierno liberal su mediación para lo­
11
grar la paz, la cual desde luego fue rechazada por el gobierno juarista."
Notadiplomáticaextraoficial de John Forsyth a Lewis Cass, Secretario de Estado norteamericano,
abril 10 de 1857, Jorge L. Tamayo op. cit., vol. III, p. 361.
12
Carta de Santos Degollado a Melchor Ocampo, el lo. de febrero de 1860, en Jorge L. Tamayo,
op. cit., vol. U, pp. 643-644.
13 Carta de Juárez a P. Santacilia, Vera,cruz, mayo 21 de 1 859, en Archivos Privados de D. 1'
lbidem, p. 44.
B. JuárezyP. Santacilia, Pról. J. M. PuigCasaurant. México, SEP, 1928,p. lo. 16
Carta de don Jase de Emparán al sefior don Julio Doasau' donde precisa la parcialidad del
14 Delia Hidalgo, Representantes deMéxico en la Gran Bretaña, 1 822-1980. México, SRE, (AHDM,
ministro francés, abril 21 de 1860, en Jorge L Tamayo, op. cit., vol. II, p. 740.
cuartaépoca, núm. 8), 1981,p. 44.

94 95
cionarios Y hace desaparecer de la ciudad de México ese titulado
Gobie�o que no l? es ni de hecho porque se encuentra repugnado,
contradicho y remiti. do por la gran mayoría de la República.1
8
En efecto, l?s representantes de los países extranjeros empez
aron a re­
con?cer al gobierno co�servador establecido en la capita y a desco
. l nocer al
gobi��o de Juarez. Asi, en 1858, el ministro norteameric
ano John Forsyth,
ex�hco a Melc�or Ocampo su actitud sobre el reconocimie
. nto de Estados
Umdos en los siguien tes términos:

Cuarenta y nueve días han trans urr��o, sin ue en todo esetiemp


. � <_1 o se
me haya hecho nmguna comunicacion oficial anunciándose la exis­
tencia d� otro Gobierno de la República en lugar del que se había
pronunciado, exceptuando el que en 21 del corriente se anunció como
establecido en esta capital. Al mismo tiempo recibí una comunica­
ción del Ministro de Relaciones de este último Gobierno (el conser­
.
vado'.), mformándome de su organización. Me vi precisado a obrar, y
la ún!ca pregunta que determinó mi acción fue: "¿En dónde existe el
Gobierno de facto de la República?" Yo sabía sólo de uno' mientras
Alphonse Dubois de Saligny, . .
que untcamente me había llegado el rumor vago e incierto de la exis-
representante del gobierno
tencia de otro (se refiere al Gobierno Republicano). Mi deber no me
francés.
dejaba alternativa y el 27 del corriente contesté a la comunicación
del Sr. Cuevas, en una nota formal de enterado equivalente a un reco­
Relaciones con Estados Unidos nocimiento.
a !o
Melchor Ocampo había informado a John Forsyth, envi�do ext�aordin _r Forsythjustificó su posición argumentando "que siempre ha sido la cos­
y ministro plenipotenciario de Estados Unidos en Méxic o, �a mstalacion tumbre del cuerpo diplomático reconocer al Gobierno de la capital"; de
1
del Gobierno Constitucional de la República fuera de la capital: 7 otra manera, argüía, se hubiera podido interpretar que estaba interviniendo
en los asuntos internos de México. Por otro lado, reclamaba a Ocampo que
El Exmo. sefior Presidente espera que a los sefiores representantes de el gobierno republicano hubiera abandonado la capital a su suerte, "pues
las naciones amigas no se les sorprenderá con las relacione� �alsas de no se llegó a enviar un hombre ni un cafión (republicano) para ayudar a la
la llamada prensa oficial de México y que una ason�da mihtar Y � sofución de tan importante punto, que el pueblo del interior dejaba que la
hecho reconocido y consumado únicamente en esa ci�dad, no podra capital fuese el campo de batalla en que se decidiera cuál sería el Gobier­
ser nunca considerado superior, ni igual a la expresión de la gran no, conformándose con el resultado".19
mayoría del país, legítimamente representada por las a;itoridades cons­
titucionales. Así es que, fundándose en la Ley y en el derecho,. este Ocampo refutó la argumentación de Forsyth, sefialando que el cuerpo
Gobierno se dirige a S.E., el sefior Ministro de los Estad�s Umd?s, diplomático acreditado en nuestro país no siempre había reconocido al
confiando en que seguirá entendiéndose únicamente con el mfrascnto gobierno establecido en la capital. Sefialó concretamente el ejemplo re­
para continuar las buenas relaciones de amistad que por su parte de­ ciente: "al triunfar la Revolución conocida con el nombre de Ayutla, el
sea conservar con los Estados Unidos y con su digno representante,
entre tanto el Supremo Gobierno Constitucional somete a los revolu-

Jbidem, ff29-30.
11 30 de 1858, AHSREM, 19
Melchor Ocampo notifica a Forsyth la legalidad del gobierno liberal, enero El ministro estadounidenseForsyth contesta la nota diplomática de Ocampo, enero 30 de 1858,
· Expediente H/1 1 0 (73-0) "858-59"/I ff29-30. en AHSREM, Expediente Hit t O (73-0) "858-59"/1 ff31-32.

96 97
representante de los Estados Unidos (Gadsden) fue el primero en marchar asegurara adquirir privilegios sobre Tehuantepec, así como la construcción
a Cuernavaca para felicitar y reconocer en su carácter oficial, al Exmo. Sr. de un ferrocarril que, partiendo del oeste de Texas, entrase por Chihuahua
Gral. Don Juan Álvarez. . . Los demás señores que componían entonces el y Sonora para terminar en el Golfo de California.
Cuerpo Diplomático imitaron y siguieron el ejemplo del señor representan­
te de los Estados Unidos". 20 En un acto de ingenuidad, Mata propuso a Juárez celebrar dicho tratado
basado en principios de justicia y conveniencia para ambos países "si en
Para el gobierno liberal era indispensable lograr el reconocimiento del ellos se obliga al Gobierno de los Estados Unidos a reconocer y mantener
vecino del norte, no sólo por el aspecto politico, sino por el económico, ya en esas vías la soberanía de México". Consideraba que con esos tratados
que· era urgente obtener un préstamo. En ese sentido, Ocampo, en su carác­ se podría ''poner coto al espíritu filibustero de los estados del Sur"" y pen­
ter de secretario de Relaciones, dio instrucciones a José María Mata, en­ saba que el gobierno norteamericano otorgaría el préstamo de 25 millones
viado extraordinario y ministro plenipotenciario del gobierno republicano a un interés de cinco por ciento anual, pero no fue así.
cerca del gobierno norteamericano, para que negociara un empréstito por
la cantidad de 25 millones de pesos, otorgando como garantía los bienes Entre las filas liberales había el temor de que a la guerra civil se sumara
del clero regular y secular. una guerra con el exterior. En un mensaje dirigido a la nación el mes de
octubre de 1858, Juárez asumió una actitud firme y decidida ante las
Cabe destacar que además de solucionar las urgencias económicas del presiones externas que sufría su gobierno: "los amagos de la fuerza deben
gobierno liberal, Ocampo quería arrebatar a la Iglesia sus recursos para contestarse con la fuerza, aunque la guerra no esté declarada de acuerdo al
acabar con su fuerza política: "destruir el pernicioso influjo que el clero Derecho Internacional, México debe prepararse para rechazar toda
ejerce con las varias coacciones de su doctrina y su riqueza sobre las ma­ agresión".24 No obstante, como sus recursos eran tan precarios, el gobierno
sas, dóciles por ignorancia y blandas por carácter", es el objetivo del grupo liberal sabía que tenía que evitar cualquier confrontación extranjera.
liberal, pues la experiencia ha demostrado "que son sus bienes terrenales
los que principalmente causan la insolencia y obcecancia de esta clase que Al iniciarse 1859 arribó al puerto de Veracruz el agente confidencial
se da por bendita". 21 norteamericano William M. Churchwell. Después de reunirse con Juárez y
algunos miembros de su gabinete, envió al secretario de Estado, Lewis
En cuanto a las condiciones para negociar el préstamo, las instrucciones Cass, un informe muy particular en el que se hacen explícitas las intencio­
del gobierno liberal fueron precisas en el sentido de defender la integridad nes del gobierno de los Estados Unidos con respecto a México. Churchwell
del territorio nacional, no vender ni enajenar parte alguna del país, no mez­ planeaba la adquisición "del derecho perpetuo de tránsito desde El Paso
clar la nueva deuda con ninguna de las que ya se tiene y no ofrecer térmi­ hasta Guayrnas en el Golfo de California y de un punto del Río Grande a
nos de pago que superen el ingreso de las rentas.22 otro punto de dicho golfo . . . para construir un ferrocarril a través de los
estados de Sonora y Chihuahua, así como el derecho perpetuo de vía a
Pese a los esfuerzos de José María Mata en Washington dirigidos a través del Istmo de Tehuantepec"." De igual modo, se mantenía el interés
obtener el referido empréstito, éste no fue otorgado por la desconfianza por adquirir la Baja California como parte del estado de Alta California ya
que existía hacia el triunfo del gobierno republicano. que, según el enviado norteamericano, no tenía valor para México. Indica­
ba que la adquisición de la península aseguraría a Estados Unidos en el
No obstante, Estados Unidos vio la oportunidad de aprovechar la situa­ futuro, el control del comercio con los países de Australia, China, Japón, ·

ción de México y expresaron su interés por celebrar un tratado que les Hawai, Filipinas, etcétera.

2{!Melchor Ocampo replica la nota diplomática del ministro Forsyth, febrero de 1858, en AHSREM,
Expediente Hll 10 (73-0) ''858-59"/1 ff35-36. 23 Carta de José Maria Mata aJuárezen la que propone la finna de un tratado. Washington,julio
21
Carta de Melchor Ocampo a José María Mata, enviado extraordinario ante el gobierno de los
Estados Unidos para negociar un préstamo, marzo 3 de 1 858, en AHSREM, Expediente H/1 1 O
2 de 1858, en Jorge L. Tamayo, op. cit., v9L II, p. 399. . ¡
24 Manifiesto de Juárez a los mexicanos, en Angel Pota, Miscelánea, BibliotecaRefonnista, vol. 1
(73-0) "858-59"/1 ff 1 0 y SS. VIII, México, 1906, pp. 78 y ss.

1
22 Guillermo Prieto señala a José Maria Mata las condiciones en que debe negociar el préstamo, is
Nota diplomática de Robert MacLane aLewis Cass, Secretario de Estado, abril 4 de 1 859, en
marzo 2 de 1 858, enAHSREM, Expediente H/1 10 (73-0)"858-59"/1 ff14. Jorge L. Tamayo, op. cit., vol. III, p. 536.

98 99

1
1:
El presidente
estadounidense
James Buchanan
reconoció al
gobierno de Juárez ... . .. e inmediatamente designó a
Robert Me. Lane como
representante de esa nación en
México.
El presidente estadounidense James Buchanan reconoció al gobierno de
Juárez en abril de 1859, pero quiso cobrar su reconocimiento al gobierno Ante la cada vez más difícil existencia del gobierno liberal, como ya se
liberal, poniendo en práctica el Plan Churchwell. dijo, Juárez expidió, a partir del 1 2 de julio de 1859, las leyes de Reforma.
Teniendo como garantía los bienes del clero nacionalizados, el secretario
Un nuevo representante de los Estados Unidos, Robert MacLane, llegó de Hacienda Miguel Lerdo de Tejada fue a Estados Unidos para negociar
al puerto de Veracruz el primero de abril de 1859. El dia 6 presentó sus el préstamo personalmente. MacLane se opuso a que se otorgara préstamo
credencíales ante el presidente Juárez: En su discurso MacLane se pronün­ alguno a México, para que éste se viera obligado a vender Baja California.
ció por estrechar las relaciones entre ambos países para lograr "el triunfo En efecto, el préstamo no se obtuvo. Al mismo tiempo, el ejército liberal
completo de la libertad constitucional"." En el mismo acto, Juárez expresó sufría importantes derrotas.
que el reconocimiento al gobierno liberal por parte del gobierno norteame­
ricano significaba el fortalecimiento de la moral republicana. Como se recordará, Estados Unidos había estado interesado en Tehuan­
tepec desde las pláticas previas a los tratados de paz, al firmarse el armis­
José María Mata quedó formalmente acreditado como representante de ticio, en septiembre de 1 847, si bien desde tiempo antes habían manifesta­
México ante Estados Unidos y nuevamente se le instruyó y apremió para do su deseo de un paso interocéanico.
tramitar el otorgamiento de un préstamo.27 Estados Unidos se encontraba
en vísperas de elecciones presidenciales y Buchanan, buscando su reelec­ Argüían como precedentes: el Tratado de Amistad, Comercio y Navega­
ción, quería dar una compensación por la compra de Baja California, en ción del 5 de abril de 1 83 1, firmado por :Alamán como secretario de Rela­
,
vez de otorgar un préstamo. ciones del gobierno de Bustamante, que establecía la posibilidad de un
convenio entre los gobiernos de México y Estados Unidos para garantizar
el tráfico comercial aun con la protección de la fuerza militar;" el Conve-
26 Discurso del ministro de�dos Unidos RobertMacLane al presentar sus credenciales, en Jorge
2ª José Femando Ramirez, Memorias, negociacionesy documentosparaservir a Ja historia de
L. Tamayo, op. cit., vol. ti, p. 468.
27 El gobiei;io estadounidense en vísperas de elecciones presidenciales y buscando "la reelección", las diferencias que han suscitado entre Méxicoy los Estados tenedores del antiguoprivilegio,
estaba dispuesto a dar una compensación a cambio de la cesión de Baja California, Jorge L. concedidopor la comunicación de los mares Atlánticoy Pacíficopor el Istmode Tehuantepec.
Tamayo, op. cit., vol. II, p. 505. México, Imp. de Ignacio Cumplido, 1 853, pp. 162-163.

101
100
nio Letcher-Gómez Pedraza que pretendió establecer derechos de los nor­ en que, cuando la fuerza armada de Estados Unidos se empleara para pro­
teamericanos sobre el paso del istmo, y el Tratado de La Mesilla que en su teger los privilegios del tránsito, debía haber un consentimiento previo de
Artículo VITI cedía a Estados Unidos el derecho de tránsito de personas y parte de México. Consideraba que el uso de tal fuerza sólo tendría lugar en
·mercancías por el istmo de Tehuantepec, comprometiendo un arreglo sobre caso de violencia no prevista. En el Artículo TI del proyecto proponía que
el tránsito de tropas.29 Estados Unidos y México consintieran en garantizar la neutralidad de las
rutas del istmo y de valerse de sus influjos para incitar a otros gobiernos a
Originalmente Maclane, al iniciar conversaciones con Ocampo, retomó hacer lo mismo." El gobierno de Estados Unidos no aceptó que intervinie­
el "Proyecto de Tratado referente a Tehuantepec", según las instrucciones ran otros gobiernos en el asunto.32
que habían sido dadas a Forsyth el 1 7 de julio de 1857. Adjunto al Proyec­
to, el ministro norteamericano puso a consideración de Ocampo dos ar­ A principios del mes de agosto de 1859 Melchor Ocampo renunció al
tículos adicionales sobre derechos de tránsito a perpetuidad a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, y el nuevo secretario Juan Antonio de
territorio de la República de México. Uno de ellos establecía: "La Re­ la Fuente, se hizo cargo de continuar las negociaciones del tratado con
pública Mexicana cede por el presente, a los Estados Unidos, a perpe­ MacLane.
tuidad, y a sus ciudadanos y bienes, el derecho de vía y tránsito al través
·del territorio de la República de México, desde la Ciudad de Camargo, o Las discusiones entre MacLane y De la Fuente versaron únicamente
cualquier punto conveniente del Río Grande (Bravo) en el estado de sobre el contraproyecto de Ocampo, que nunca fue aceptado por el repre­
Tamaulipas, por la vía de las ciudades de Monterrey, Saltillo y Durango sentante del gobierno norteamericano. Por su parte, el ministro mexicano
hasta el puerto de Mazatlán a la entrada del Golfo de California, en el defendió firmemente los derechos de México.
estado de Sinaloa, y desde el rancho de Nogales o cualquier punto conve­
niente de la línea fronteriza entre la República de México y los Estados El representante del gobierno conservador establecido en Nueva York,
Unidos, cerca del 1 1 1 de longitud oeste de Greenwich, por la vía de Mag­ Gregorio Barandiarán, informaba que hasta el mes de octubre no se había
dalena y Hermosillo, hasta la ciudad de Guaymas en el Golfo de California, concertado ningún tratado entre el gobierno liberal y Estados Unidos debi­
en el estado de Sonora".3º do a la cláusula de cesión de territorio, pero que aun cuando se llegase a un
acuerdo, éste sería un acto ilegal.
Uno de los puntos en que más insistió Estados Unidos, aparte del dere­
cho de paso por algunos estados del norte de la República y por Tehuantepec, Al fmalizar el año de 1859 la situación del gobierno liberal seguía sien­
fue en la adquisición de Baja California. Lewis Cass instruyó a Maclane do crítica. Vidaurri se insubordinó en Nuevo León y Miramón derrotó a
para que convenciera al gobierno mexicano de la conveniencia de la cesión Santos Degollado en la batalla de Estancia de las Vacas. MacLane aprove­
de Baja California, por la cual Estados Unidos estaba dispuesto a pagar chó el momento y volvió a la carga. El primero de diciembre de 1859 retor­
diez millones de dólares, que consideraban serían de gran ayuda al gobier­ nó a Relaciones Melchor Ocampo, quien continuó oponiéndose a perder
no republicano, en tanto que, decían, aquella península le era de poca utili­ territorio mexicano.
dad a México.
El gobierno liberal no cedió ante las presiones norteamericanas y no
Mientras se estudiaban proyectos y contraproyectos, la guerra civil con­ aceptó vender Baja California. MacLane informó al Departamento de Es­
tinuaba. Se produjeron los fusilamientos de Tacubaya, en los que dos ciu­ tado que el gobierno liberal consideraba que "la cesión de territorio es el
dadanos norteamericanos fueron victimados. Ello acentuó el rechazo del acto más grave e importante de lesa soberanía que pueda ejecutar un Go­
gobierno estadounidense por el de Miramón. bierno''. Además, el representante norteamericano se preguntaba, ¿quién
respondería por el tratado de compraventa en una guerra civil? No obstante
El 9 de julio de 1859 Ocampo presentó un contraproyecto en el que se estas consideraciones de MacLane, Buchanan insistía en no firmar un con­
rehusaba totalmente a tratar sobre cualquier cesión de territorio e insistía venio que no incluyera la cesión de la Baja California, por lo que el minis­
tro de Estados Unidos seguía presionando a Ocampo.
¡
29 Vid Tratado de La Mesilla, en AHSREM, Documento EUA-11-(Il).
30 Proyecto de tratado propuesto por Robert MacLane el 20 dejunio de 1859 aMelchor Ocampo, 31 Jbidem, pp. 73 y ss.
en AHSREM, Expediente III/352 (72:73)/4 ff73 y ss. 32 Jbidem, pp. 73 y ss.

1 02 103
Finalmente, Ocampo finnó el tratado el 14 de diciembre de 1859, con cas fueren arriesgados dentro del territorio de la otra y que el gobierno
.
leg1tuno
las siguientes concesiones: no pueda, por cualquier motivo, ejecutar tales estipulaciones o
prevenir tal resguardo y seguridad, será obligación de aquel gobierno soli­
- Estados Unidos obtiene el derecho de tránsito a perpetuidad por el citar el socorro del otro para mantener la debida ejecución de ellas" que
istmo de T�uantepec, para paso de ciudadanos y bienes. "si el desorden sucediere sobre la frontera de las dos repúblicas, las a tori­ �
- Las dos repúblicas convienen en proteger los caminos que existen o da?es de ambas . . . más inmediatas al lugar adonde el desorden exista, obra­
existieron en el futuro, además de garantizar la neutralidad de los rán de acuerdo por el arresto y castigo de los criminales"." Obviamente,
mismos. tal Convención también exponía al país a la pérdida de su soberanía.
- Se abrirán dos puertos de depósito en los dos océanos.
- México eximirá del pago de derechos a los efectos y mercancías nor- Días después de la finna del tratado se envió a José Maria Mata la
teamericanas que pasen por el istmo y por los puertos de depósito. copia del documento y las instrucciones para entrar inmediatamente en re­
- Se pennitirá la entrad.a de fuerzas militares norteamericanas para la laciones con los miembros más prominentes del Congreso norteamericano,
protección de sus nacionales en dicha zona. para lograr cuanto antes su ratificación.
- Se pennitirá a los Estados Unidos el tránsito de sus tropas de Guaymas
a Nogales. Aunque el gobierno del presidente Buchanan contaba con la mayoría
- Se autorizarla a perpetuidad el paso de ciudadanos norteamericanos del Congreso, la Constitución de Estados Unidos sefialaba que la aproba­
y sus propiedades de Tamaulipas al Puerto de Mazatlán, vía Mon­ ción de un tratado internacional, debería efectuarse por dos tercios de los
terrey; y de Nogales a Gnaymas. individuos que confonnaban el Senado. Mata hizo todas las gestiones posi­
- Los productos industriales o manufacturados de cualquiera de las dos bles porque tanto él como el gobierno liberal estaban persuadidos de que
repúblicas quedarán libres de derechos (se anexó lista de produc­ "de la aprobación del tratado" dependía ganar la guerra y "la pacificación
tos)." del país". Sin embargo, su aprobación tuvo importantes obstáculos en el
- Se establece que los ciudadanos norteamericanos podrán ejercer li­ interior del gobierno norteamericano.
bremente su religión.
- En compensación de las rentas a las que renunciaba México, por el Por su parte, el secretario de Relaciones del gobierno conservador,
libre tránsito de mercancías, los Estados Unidos pagarían al gobier­ Octaviano Mufioz Ledo, envió al secretario de Estado norteamericano una
no de México la suma de 4 millones de pesos, pero retendría dos para airada protesta contra el tratado con el propósito de influir en la opinión
el pago de reclamaciones. del Senado.

El Tratado MacLane-Ocampo fue resultado de la política imperialista Es importante llamar la atención sobre el hecho de que unos días des­
norteamericana y de la inestabilidad política de México. Síntesis de un pués de haberse finnado el tratado, sin tener aún conocimiento del mismo,
largo proceso de presiones sobre los diversos gobiernos mexicanos hasta el presidente Buchanan solicitó al Congreso norteamericano penniso para
que, en medio de la crisis política que implici:1>a la posibilidad de que el invadir México, apoyado en la doctrina del Destino Manifiesto:
gobierno liberal desapareciera, Ocampo aceptó, d� los males, el que consi­
deró el menor, y convirtió un Tratado de Cesión Territorial en un Convenio El pueblo de los Estados Unidos debe tener un interés profundo y
de Tránsito Comercial. ardiente en la realización de este resultado (la invasión). México debe
ser una República rica, próspera y poderosa. Posee un territorio ex­
Junto con el tratado se finnó una Convención para conservar el "orden y tenso, un suelo fértil y un depósito considerable de riqueza mineral.
la seguridad en los dos territorios". En ella se estipulaba que, dada la gue­ Ocupa una posición importante entre el Golfo y el Océano para rutas
rra civil, si "el resguardo y seguridad de los ciudadanos de las dos repúbli- de tránsito y para el comercio. ¿Es posible que un país pueda estar

33 Modificaciones al tratado propuestas por el Senador J. F. Simmons, en Matías Romero,


Correspondencia de la LegaciónMexicana en Washington, durante la intervención extranjera 34 Convención entre la República Mexicana y los Estados Unidos de América fechada el 14 de

ji
enMéxico ... 1860-1868. México, Imprenta del Gobierno, 1870-1892, Expediente Hll 10 (73:0) diciembre de 1859 en Veracruz. Folleto publicado por el 360. Congreso de los Estados Unidos
"860-68"/l pp. 68 yss. deAméricaenelaft.ode 1914,núm. 98en JorgeL. Tamayo, op cit., vol. III, pp. 763-766.
.

104 105

1
'
entregado a la anarquía y a la ruina sin un esfuerzo por parte de
alguna vecindad (que vele) por libertad y seguridad? ¿Permanecerán
las naciones comerciales del mundo, que tienen tantos intereses co­
nectados con él, enteramente indiferentes a un resultado semejante?
¿Pueden especialmente los Estados Unidos, quienes deben participar
más ampliamente de esa vida comercial, permitir a su vecino inme­
diato que de tal modo se destruya a sí mismo y nos ofenda? Además,
sin el apoyo de alguna nación, es imposible comprender cómo pueda
México recuperar su posición entre las naciones y seguir una carrera
que le prometa algunos buenos resultados. La ayuda que necesita, y
que los intereses de todos los países comerciales exigen que tenga, le
corresponde a este Gobierno dársela, no sólo en virtud de nuestra
vecindad con México a lo largo de cuyo territorio tenemos una frontera
ininterrumpida de cerca de mil millas, sino también en virtud de nuestra
política establecida, que es incompatible con la intervención de cual­
quier potencia europea en los asuntos domésticos de la República . . .
Debemos penetrar al interior para alcanzar a los ofensores y esto
únicamente puede hacerse pasando por el territorio ocupado por el
Gobierno Constitucional. . . si no, nuestra obligación para proteger a
nuestros ciudadanos en sus justos derechos por medio de un Tratado
no sería menos imperativo. Por estas razones recomiendo al Congre­
so que dicte una ley autorizando al Presidente, bajo las condiciones Última página del original del
Tratado Me. Lane-Ocampo.
que parezcan más convenientes, para que emplee una fuerza militar
suficiente para invadir México con el propósito de obtener indemni­ También se le instruyó para "pedir al Excmo. Sr. Buchanan las explica­
zación por lo pasado y seguridad para lo futuro. 35 ciones convenientes al decoro y buen nombre del Gobierno Constitucional
de México, acerca de los puntos de su mensaje último en que se qutja de
El tratado calmó los ímpetus intervencionistas del presidente Buchanan, agravios hechos a ciudadanos americanos, para que quede claramente es­
que coincidía con Poli< no solamente en que ambos fueron demócratas, sino tablecido que tales agravios proceden solamente de parte de los rebeldes al
por sus afanes imperialistas e intereses sureños. Gobierno legítimo, sin culpa ni aun disimulo de parte de éste, que con la
mayor sinceridad ha prometido castigar a los culpables tan pronto como
La firma del Tratado MacLane-Ocampo provocó una crisis interna en el recobre su autoridad en toda la extensión de la República Mexicana".36
gabinete de Juárez: Ocampo se vio obligado a renunciar al Ministerio de
Relaciones Exteriores y fue sustituido en la cartera por Santos Degollado. El Senado norteamericano sesionó el 3 1 de enero de 1860 y los republi­
canos miembros de la Comisión de Relaciones Exteriores cuestionaron, en
Don Melchor Ocampo fue designado representante del gobierno de Juárez primer lugar, si el gobierno constitucional tenía "facultades para concluir y
ante Gran Bretaña. Al mismo tiempo, a su paso por Washington, debería ratificar el Tratado que ha celebrado con los Estados Unidos, cuyas facul­
gestionar la aprobación y ratificación del tratado en cuestión: En sus ins­ tades le niega la protesta de C. Octaviano Muñoz Ledo"."
trucciones se le recomendó se valiera "de la prensa y de las relaciones
amistosas que tuviera en aquella República". Las siguientes sesiones del Congreso donde se discutió el tratado estu­
vieron llenas de dificultades por la rivalidad política entre los grupos re-

36 Carta de Santos Degollado a Melchor Ocampo para su misión en Washington, febrero lo. de
1s
El presidente J. Buchanan solicita al Congreso permiso para invadir México, diciembre de l 859, 1860, enAHSREM, Expediente H/13 1�2405, ff22 y 23.
en Jorge L. Tamayo, op. cit., vol. II, pp. 602�603. 31 Correspondencia de Ja Legación mexicana en Washington, vol. 1, p. 29, febrero 3 de 1860.

106 107
publicano y demócrata; se discutierou una serie de cambios al mismo para
dos artículos fueron considerados por la mayoría del senado como ina­
ser aprobado. Fue el senador Simmons, de filiación republicana, quien for­ ceptables.
muló Jos cambios de forma y contenido. Cuatro puntos fueron el blanco de
las modificaciones: El tratado fue nuevamente discutido el 3 1 de mayo de 1 860 con las
modificaciones respectivas. Hecha la votación fue rechazado no sólo por
¡0 Reducir a un plazo de diez años las estipulacioÍJ.es del Tratado en los senadores republicanos, sino también por algunos demócratas. Las cau­
la parte que se refiere a la reciprocidad de i portación l�bre de las sas fundament!'les del rechazo fueron las siguientes: a) Porque en el trata­
'.:' .
mercancías especificadas en el artículo 8º; 2 Hacer dos hstas, dife­ do se legislaba sobre ramos de comercio, que es atribución del Congreso
rentes de dichas mercancías, poniendo en una las que los Estados Federal; b) Por la inconveniencia de que Estados Unidos se obligara a no
Unidos pueden importar libremente en los Estados Unidos; 3º E'.'ten­ legislar por diez años sobre un punto tan importante, principahnente en el
der el derecho de importación libre a todos los puertos de México Y caso de que sobreviniera una guerra u otras circunstancias que hicieran
los Estados Unidos, habilitados al comercio de altura; 4º Expresar necesario imponer derechos a los artículos cuya admisión se declara libre
claramente que México sólo concede a los Estados Unidos ese privi­ en el Artículo 8° del tratado.
legio en virtud de la índemnización que se le ha dado, y que no será
extensivo a nínguna otra Nación sino en el caso de que ésta pague a El tratado fue rechazado por 27 votos contra 18. Fueron los representantes
México una suma proporcional a la que pagan los Estados Unidos, y antiesclavistas del norte los que se opusieron a la ratificación, por estar en
que será determínada por el monto total del comercio que dicha Na­ desacuerdo con la política expansionista de los esclavistas sureños.
ción tenga con México."
Finiquitado el asunto, en septiembre de 1 860, se ínformó a Robert
Simmons consideraba "que el Gobierno de una Nación no tiene derecho MacLane de la decisión y se le instruyó para expresar los deseos del presi­
para obligarla a tratados comerciales de una duración perpetua, que priva­ dente norteamericano y el interés del gobierno de Estados Unidos en que se
rían al pueblo de la facultad de mudar sus leyes fiscales según lo exijan sus restaurara el orden y la tranquilidad en México. Manifestaban su reconoci­
intereses. Por este motivo todos los tratados de comercio que celebran las miento y apoyo al gobierno de Juárez en la convicción de que lograría la
naciones entre sí, tienen siempre una duración limitada".39 estabilidad, "que constituye el mejor medio para lograr la prosperidad en
el país". Esperaban que se renovaran los esfuerzos para que de manera
Mientras el tratado se discutía en el Senado norteamericano, el presi­ amistosa se llegara a un convenio para establecer un gobierno estable y
dente Juárez autorizaba a José María Mata "a aceptar las modificaciones liberal de preferencia con la Constitución en vigor, sometiendo el resultado
que se hagan al tratado pendiente entre México y los Estados Unidos, con a la decisión del pueblo mexicano. Aseguraban que Estados Unidos se opon­
objeto de facilitar su aprobación, siempre que dichas modificaciones no dría a cualquier intento de íntervención por parte de potencias ajenas a la
importen concesiones mayores para este país, que las que en dicho pacto se política ínterna mexicana, "salvo que tengan un fin legítimo".41
tienen hechas".40
En las instrucciones a MacLane se especificaba que debía transmitir
El 1 5 de mayo de 1 860, ante una complicada oposición parlament"l:ia estas ideas a los representantes de las potencias extranjeras acreditadas en
contra el presidente Buchanan, se discutieron los Artículos 8º y 10°, re­ México.
ferentes a la "reciprocidad perfecta", por la que quedaban libres de dere­
chos los productos de ambos países, y en la que Estados Unidos pagaría a Al interior del país hubo una ola de protestas en contra del tratado, tanto
México 4 millones en compensación de las rentas a que renunciaba. Estos de conservadores como de liberales. Una minoría de estos últimos, entre
quienes se encontraba Manuel Doblado, hubieran preferido un arreglo con
los conservadores antes de aceptar tan grave responsabilidad. Estos conde-
3s Carta de José María Mata al Ministro de Relaciones Exteriores, abril 17 de 1860, en
Correspondencia de la Legación mexicana en Washington, AHSREM, Expediente H/1 1 O (73 :O).
"860-68"/J pp. 60 y SS.
39 Jbidem,pp. 60 y ss.
4G Carta de José de Emparán al ministro mexicano en Washington, mayo 1 O de 1 860, en 41 El secretario de Estado Lewis Cass gira instrucciones a Robert MacLane sobre la política que
Correspondencia de la Legación mexicana en Washington, vol. 1, p. 216. debe prevalecer en el país, septiembre 20 de 1860, Jorge L. Tamayo, op. cit., vol. IV, pp. 84�88.

108 109
naron la negociación por considerarla indigna del honor y contraria a los
intereses de México, un atentado contra su independencia política y la uni­
dad religiosa, que provocaría la ruina del comercio y de la industria mexi­
canos.

Los conservadores no sólo condenaron al MacLane-Ocampo sino que


como racionamos anteriormente, señalaron al Senado norteamericano las
faltas legales en que incurría dicho convenio, ya que éste tendría que ser
ratificado por el Congreso mexicano que no estaba reunido. Gregorio
Barandarián envió al gobierno conservador una nota eufóríca por el recha­
zo del tratado en la que afirmaba que el Senado norteamericano no lo había
aceptado porque Juárez no representaba más que a "una facción que vende
a su país para llenar sus miras de rapiña".42

La política exteríor de Juárez fue tan censurada como su legislación


reformista.

Larga ha sido la discusión e interminable será la disputa de los mexica­


nos en tomo al Tratado MacLane-Ocampo; pero es indudable que visto a la
luz de la época, bajo las circunstancias en que se dio y ante la presión Miguel Miramón, jefe del
norteamericana y por todos los antecedentes del mismo, el convenio mere­ gobierno conservador
ce ser entendido. Ante lo que se pretendía, se daba lo menos. No obstante, establecido en la capital.
es evidente que el tratado ponía en grave riesgo la soberanía de México.

Pese a todo, y dadas las condiciones del gobierno liberal y las pretensio­ En tanto, la guerra continuaba. Durante los meses de marzo y abril
nes norteamericanas de adueñarse de más territorio nacional, en particular Miramón intentó por segunda ocasión capturar Veracruz, sede del gobier­
de Baja California, se logró un Tratado de Tránsito, que si bien habría sido no republicano. Para bloquear y bombardear el puerto, Miramón contrató
perjudicial para México, era preferible a la pérdida de más territorio. Por en Cuba dos barcos, "El Marqués de La Habana" y "El general Miramón".
otra parte hay que recordar que en esos años eran comunes los tratados de El bloqueo impediría la entrada de barcos mercantes de aquellos países
vía. A pesar de la clara desventaja del gobierno liberal, se conservó Baja con los cuales el gobierno liberal tenía relaciones.
California, muestra de la habilidad de los políticos mexicanos.
Ante el posible bombardeo del puerto de Veracruz, los gobiernos de
En 1860, cuando la situación militar había cambiado en México, Juárez Estados Unidos e Inglaterra instruyeron a sus respectivos representantes
"corrigió grandemente la falta que había cometido en momentos verdade­ diplomáticos acreditados en México, para proteger los intereses comercia­
ramente dificiles y rechazó el Tratado MacLane-Ocampo, que se proponía les de sus ciudadanos y desconocer el bloqueo marítimo. El capitán del
de nuevo para su aprobación", según afirmación de Juan Antonio de la buque de guerra inglés Valorous, Comwallis Aldham, comunicó al diri­
Fuente, quien siempre se opuso al mismo.43 gente conservador su protesta por la deplorable situación en que se hallaba
la población y los comerciantes extranjeros residentes en Veracruz; le re­
plicó que esa forma de hacer la guerra era bárbara y contraria a las normas
observadas por las naciones civilizadas; a todo sentimiento de humanidad
e indigno de un soldado que decía defender los principios cristianos. El
mismo capitán Aldham y el ministro francés Thouvenel ofrecieron ser me­
42 Gregorio Barandarián informa al gobierno conservador sobre el rechazo del tratado, junio 1 O de
1860, en AHSREM, Expediente Ill/352 (73:73)/4 ff147-1 50. diadores en el conflicto civil. El gobierno conservador aceptó el ofre­
43 Archivo Matías Romero, folio 1 59. cimiento, pero el gobierno liberal lo rechazó por considerar que existía

110 111
parcialidad por parte de ambos representantes para sacar provecho de la
situación.44

La segunda tentativa de Miramón por apoderarse de Veracruz también


fracasó gracias a la intervención de una escuadra norteamericana, que im­
pidió que los buques conservadores llegaran al puerto. Juárez solicitó la
intervención de la corbeta norteamericana Saratoga para que fueran apre­
hendidos los dos buques, declarándolos piratas.

De nueva cuenta, esto fue motivo de una ola de ataques contra el gobier­
no de Juárez a quien se acusaba de traición por haber aceptado la inter­
vención extranjera. El gobierno conservador protestó ante el gobierno de
Estados Unidos; éste declaró que los jefes de la escuadrilla norteamerica­
na, el comandante Tumer y el capitán Jennis, habían actuado por cuenta
propia.

Como los recursos escaseaban y la guerra seguía, liberales y conserva­


dores recurrieron ese año a expropiaciones ilegales, tanto de particulares
nacionales como extranjeros. González Ortega se apoderó de la plata de la
catedral de Durango y Santos Degollado incautó más de un millón de pesos
del mismo material a particulares de San Luis Potosí, cantidad de la cual
tuvo que devolver cuatrocientos mil pesos que pertenecían a ingleses.

Por su parte, Miramón entró en negocios con el banquero suizo Jecker,


de dudosa reputación, y reconoció una deuda de 1 5 millones de pesos a­
cambio de un préstamo de 700 mil. Jecker se nacionalizó francés y recla­
mó que los bonos fueran parte de la deuda de México a Francia. Posterior­
mente, los llamados Bonos Jecker servirían al gobierno francés para inflar
la deuda de México y justificar su intervención armada. Además, el joven
general conservador se apoderó de una conducta de plata perteneciente a la
Legación inglesa, con un monto de 660 mil pesos. Todo ello contribuyó a 5

t
aumentar la deuda exterior de México.

En vísperas de llegar la guerra a su fin, la situación con las potencias


extranjeras acreditadas en México cambió. El gobierno británico rompió
relaciones con el gobierno de Miramón. Mathew, encargado de negocios
británicos explicó que ambos gobiernos rechazaron su intermediación para
firmar la paz y que no "pasa un solo mes sin que se cometan nuevos ultra­
jes contra los súbditos ingleses, por lo que ha recibido instrucciones de
romper relaciones con el Gobierno de Miramón y retirarse de México,. . .
hasta que sea establecido un Gobierno con un programa fundado de estabi-

44 José de Ernparán rechaza mediación de Thouvenel, en AHSREM, Expediente H/1 1 O (73-0) "58-
59"/l fl69.

112
lidad" ."El británico Mathew se estableció provisio
nalmente en la ciuda ?
o
de Jalapa para esperar los acontecimientos. Posteri _ � �
?
nn n e entr en pláti­
como ya se mencio no, mtento lograr la
cas con Santos Degollado quien,
pacificación del país buscando una soluciónll_t
termed ia r
que dejaba uera a
de la deses� er�c1ón del
Juárez y a Miramón. Dicho plan nos da una idea
obviam ente fue dest1tmdo de su
general en jefe del ejército liberal, que
cargo ante este acto de flaquez a.

También Pacheco, el representante español, deseaba ser intermediario


en una avenencia entre liberales y conservadores. Para tal efecto planteaba
que fuera el Congreso, declarado soberano, quien en última instancia deci­
diera la reorganización del gobierno y la reforma de la ley� damental. El
.
gobierno liberal no accedió a ningún arreglo ya que era el �1co legal de Suspensión de pagos e intervención extranjera
acuerdo a la Constitución de 1857, de la cual emanaba su autondad. Pacheco
acabó externando que México estaba condenado a la ruina. (1861-1863)

El 22 de diciembre de 1 860, en la batalla de Calpulalpan, fue derrotado


el ejército conservador por el general González Ortega, dándose por termi­
nada la Guerra de Reforma y un periodo más de la política exterior don e,? El imperio británico y el francés seguían en ascenso. Las potencias euro­
pese a todo, México defendió su s<; beranía fren�e � las potencias peas, arguyendo derechos incontrovertibles, se habían apoderado de terri­
. torios, dominando pueblos y conquistando mercados. Leopoldo de Bélgica
imperialistas y pudo conservar la mtegr1dad de su temtono.
justificó así la empresa imperial europea: "El objeto de todos nosotros es
regenerar, material y moralmente, a unas razas cuya degradación e infortu­
nio no es fácil comprender".1

América Latina vivía los conflictos internos de su organización. Su te­


rritorio se abría como una nueva opción a los gobiernos europeos con afa­
nes imperialistas. La organizada América anglosajona de momento se veía
impedida de intervenir debido a su Guerra de Secesión.

Para el México de 1 8 6 1 reorganizar al país después de la guerra civil


más sangrienta desde la independencia no era una tarea fácil. La bancarro­
ta en que había vivido desde su nacimiento se acrecentó. Los conservado­
res no admitían haber sido derrotados, por lo que el primer problema del
gobierno liberal fue el restablecimiento de la paz.

Los restos del ejército conservador continuaban en pie de lucha, llegan­


do a amenazar la capital. En marzo Leonardo Márquez, haciéndose llamar
jefe del Ejército Nacional, condenó a Juárez y "hasta el último de los indi­
viduos que lo obedecen o reconocen como Gobierno, así como todos los
que bajo cualquier pretexto y con cualquier carácter les presten auxilio de

1 Robert Schnerb, "El Siglo xrx", Historia de las civilizaciones, director Maurice Crouzet,
Barcelona, ed. Destino. 1960, vol. VI, p. 353.
" lbidem, pp. 169-170.

114
cualquier clase, por insignificante que sea", a ser pasados por las armas Juan Antonio de la Fuente propuso que los cabecillas fueran juzgados y
por considerarlos traidores a la patria, "en el acto y en el mismo lugar de su castigados conforme a las leyes, mas no desterrados. Al no haberse acepta­
aprehensión, sin más requisito que la identificación de la persona".' Con do su propuesta, De la Fuente renunció a su Ministerio.'
base en semejante decreto serían asesinados Melchor Ocampo, Santos
Degollado y Leandro Valle, causando la indignación de la República.
.
C:
En vísp�r�� de que d ?ngreso �ombrara �uevo presidente de la Repú­
blica, se p1d10 la dest1tuc1on de Gmllermo Prieto como secretario de Ha­
La Guerra de Reforma había desquiciado la vida nacional; era necesa­ cienda, en virtud de considerarse que no había aplicado las medidas ade­
rio restablecer el orden en todas las actividades del país. A esa tarea se cuadas para sacar al país de la crisis económica, pues para este momento
abocó el gobierno juarista. Como primera medida se procedió a sacar de la se tenía una desproporcionada deuda exterior e interior a la que el gobierno
administración pública a los funcionarios que habían servido a la causa no había podido dar salida.
conservadora. Por órdenes de Juárez, Ocampo emitió una circular el 2 de
enero de 1861, en la que se dispuso que "todos los empleados de la lista La renuncia que presentó Guillermo Prieto exponía los puntos que de­
civil que hayan servido al Gobierno conservador sean separados inmedia­ bían llevarse a cabo para solucionar en parte la crisis económica que vivía
tamente de sus empleos". 3 el país: "No basta, por desgracia, el arreglo de la deuda externa, sino que
es a la vez forzoso el de la interior, conocida con el nombre de flotante", y
Como el gobierno necesitaba recursos para funcionar, Melchor Ocampo agregó: "Es necesario que los Estados acaten y obedezcan al Gobierno
también dispuso la intervención de los ingresos de la Iglesia, pues "habien­ general: que no dispongan a su arbitrio de rentas de la federación; que no
do sido el clero el principal promovedor, sostenedor e instigador de la rebe­ llamen atentados a su soberanía los actos en que se trata de moderar sus
lión de Tacubaya y de la desastrosa guerra que de ella se ha seguido; ha­ exigencias; que, en lo relativo a los bienes del clero, limiten sus percepcio­
biendo tal guerra ocasionado a naturales y extraños multitud de gravísimos nes al 20 por ciento que les señaló la Ley; que no pongan embarazo sino
perjuicios, siendo responsables, conforme a nuestras leyes, con su persona antes bien cooperen a hacer efectiva una contribución general". Asimismo,
y bienes los autores de las revueltas, el clero pagará con sus bienes los señalaba que de los productos de las aduanas marítimas debía quedar por
perjuicios ocasionados al país por la última guerra. En consecuencia se lo menos 50% para el Gobierno Federal.'
intervendrán los diezmatarios, e igualmente los emolumentos que los pá­
rrocos saquen de sus curatos exigiendo el 20% de los rendimientos que irá Juárez tuvo que hacer de nuevo cambios en el gabinete: el general Igna­
iguahnente abonado a la misma cuenta de daños y perjuicios".' cio Zaragoza se encargó de Guerra y Marina y José María Mata sustituyó
a Guillermo Prieto en Hacienda. Mata a su vez dejó el cargo cuando prin­
El 1 1 de enero Juárez entró a la ciudad de México; el primer problema cipiaron las sesiones del Congreso.
político al que tuvo que enfrentarse fue el referente a la composición del
gabinete, pues se dio una fractura en el propio grupo liberal que pedía su Como acto inicial respecto a su política exterior, el gobierno juarista en
remoción. El presidente en un principio no aceptó, ya que consideró injusto Ja capital expidió el 1 2 de enero una circular en la que notificaba la expul­
prescindir de los secretarios que habían servido con lealtad al gobierno sión de los señores representantes de los gobiernos de España, Joaquín
liberal durante días tan difíciles como los que había vivido el país. Sin Francisco Pacheco; de Guatemala, Felipe Neri del Barrio; de Ecuador, Fran­
embargo, la discusión sobre la Ley de Conspiradores fue el detonante que cisco de P. Pastor, y del delegado pontificio, Luis Clementi, arzobispo de
hizo que finalmente el gabinete de Juárez renunciara. Damasco, por su intervención en la guerra civil.' Asimismo, se desterró a
los miembros de la Iglesia que habían participado en la guerra: al arzobis­
Los principios de esa ley contemplaban el destierro de los obispos, la po Lázaro de la Garza y a los obispos Clemente de Jesús Munguía, Pedro
expulsión de algunos representantes extranjeros e incluso la ejecución de Espinoza Dávalos, Barajas y Madrid, añadiéndose a éstos, de manera vo­
algunas personas, como Isidro Díaz Lombardo, concuño de Miramón. luntaria, el obispo Luis Verea.

� Jorge L. Tamayo, BenitoJuárez, documentos, discursos y correspondencia. México, ed. Libros


2 Leonardo Márquez, El imperio y los imperiales, Manifiesto. México. ed. F. Vázquez, 1904, de México, tomo IV, 1972, p. 144.
p. 112. ' Ibídem. vol. !V,pp. 337-341 .
3 Melchor Ocampo, Obras Completas. México, ed. Vázquez, 190 l , vol. III, p. 627. ' Expulsión del ministro espafiol, AHSREM, Expediente Hl323 (46:72)21 � 30. Expulsión del ministro
4 lbidem, vol. 111, p. 239. de Guatemala, El Siglo XIX México, martes 1 5 de enero de 1861, p. 3.

116 1 17
E:' febrero se revocó el acuerdo tomado contra el ministro ecuatoriano, qu� al presidente le faltaba iniciativa para solucionar los problemas del
en virtud de haberse aclarado que no había intervenido en la política inte­ pa1s, per? lo 1'.lás gra:-'e es que lo acusó de antipatriota: "El actual encarga­
rior de México. d? del Ejecutivo olv1�ó el decoro nacional hasta el punto de ponerlo a los
pies de los �orteamer!canos por medio del Tratado MacLane, en el que se
. la mtroducc1ón de tropas extranjeras al territorio nacional y se
perrmtia
Al abrirse las sesiones ordinarias el 9 de mayo de ese mismo afio, Juárez
compareció ante el Congreso para informar de sus actividades a partir de la autorizaba al Gobierno de Washington para el arreglo de los aranceles
funesta noche del 1 7 de diciembre de 1857. mexicanos". ;o

El presidente Juárez explicó que "El Gobierno se vio en la necesidad de Los diputados Manuel Ruiz y Juan José Baz defendieron vehemente­
hacer salir al Embajador de Espafia, al Delegado Apostólico y aJ Ministro mente a Juárez; don Manuel Ruiz explicó los antecedentes del Tratado
de Guatemala, por la parte que habían tomado en nuestras contiendas civi­ MacLane-Ocampo. Finalmente, el Congreso pidió el expediente del con­
les y el apoyo que habían prestado a la acción rebelde". venio para analizarlo. Este fue sin duda uno de los momentos más difíciles
para el gobierno de Juárez en tiempos de relativa paz.
Aclaró que la medida no representaba "un rompimiento con Espalla y
Guatemala" y que "en cuanto a la expulsión del Delegado Apostólico, no La delicada situación del presidente quedó de manifiesto cuando el 1 1
había en ella cuestión diplomática, ni ataque a la libertad religiosa". Asi­ de junio, el Congreso, constituido en Colegio Electoral, aprobó por sólo 61
mismo, informó a la nación que se restablecieron las relaciones diplomáti­ votos contra 55 ratificar a Benito Juárez como presidente constitucional, a
cas con la Gran Bretaíla, Francia y Prusia. 8 pesar de haber obtenido en las elecciones la mayoría absoluta de los votos
de los electores.
De igual forma señaló que estaban "en vía de arreglo las dificultades
pendientes" aclarando que "Todo pacto que el Ejecutivo celebre para aUa­ Juárez fue declarado Presidente Constitucional. No obstante, el mismo
narlas será revisado conforme a la·Constitución, por el Congreso, que cui­ Juárez describió lo precario de su situación en carta dirigida al general
dará, sin duda, de la honra y del decoro de la Nación". Por lo demás, reite­ Ignacio Mejía: "El Gobierno está en una situación desesperante, tiene en
ró el interés de México en conservar buenas relaciones con todos los países sus manos todas las facultades y no logra hacerse obedecer". La dificil
del mundo y de proteger la seguridad de todos los extranjeros en el país,
donde siempre "encuentran fraternal acogida".

Por lo que respecta a la Hacienda Pública, destacó la "lamentable situa­


ción" en que ésta se encontraba, que no pudieron "remediar las Leyes de
Reforma ni la nacionalización de los bienes de manos muertas", "por ha­
berse dado en medio de las circunstancias apremiantes del momento y de
urgencias que no admiten demora". A continuación hizo un recuento de las
"estrictas economías, buena fe y severidad en la distribución de los fondos
públicos". No obstante, reconocía la necesidad de dictar "medidas enérgi­
cas y de un carácter demasiado grave para arreglar la deuda pública y
contar con alguna parte de las rentas para cubrir los gastos precisos
"' de la
administración". 9
El gobierno del
Juárez fue impugnado fuertemente en la Cámara. El diputado José Ma­ presidente Juárez
debía restablecer la
ría Aguirre se opuso a que se le diera un voto de confianza; consideraba
paz y reorganizar al
país.
ª Discurso de Juárez en la Apertura de Sesiones del Congreso de la Unión, Documentospara la
historia de México, Colección Lafragua. vol. 1519, p. 851.
w Historia del lo. y 2o. Congreso Constitucional. Imprenta Poliglota, 1874, pp. 79-81.
' lbidem, vol 1 519,p. 851.

1 18 1 19
situación política del gobierno se reflejó en los constantes cambios en su un depar;amento d� gobernación.13 Con pocas variantes, esta estructura se
gabinete, la prensa exigía la pacificación del país, y como ésta no se logra­ conservo hasta el tnunfo de la República. También se decidió disminuir el
ba, se empezó a tachar a Juárez y a su gabinete de ineptos. Paradójicamen­ salario de l�s funcionar!os (a?ril 1861), empezando con el del presidente,
te, mientras unos lo llamaban débil, otros lo acusaban de dictador, le echa­ que se redujo de una as1gnac1ón anual de 36 mil a 3 0 mil pesos.1'
ban en cara no gobernar con la Constitución. El jefe del Ejecutivo tuvo que
reconocer que desde el inicio de la guerra había tenido que actuar de acuer­ Durante el periodo que transcurrió de enero de 1861 a abril de 1862
do a su propia conciencia, y que había que alcanzar el triunfo para que la hubo ocho cambios en Relaciones con seis diferentes secretarios. Juan d�
Carta Magna tuviera vigencia. Dios Arias fue oficial mayor encargado de Despacho del 1 7 al 20 de enero
de 1 86 1 y del 17 de noviembre al 1 O de diciembre del mismo año. Arias
A continuación, Francisco Zarco, en su calidad de secretario de Rela­ había sido militar, periodista y diputado al Congreso Constituyente' así
ciones Exteriores, encargado interinamente de Gobernación, expidió una como secretario de Legación de México en Washington.
circular dirigida a los gobernadores, en la cual se establecían las líneas de
gobierno. En cuanto a la política ínterna, indicaba el cese del estado de Francisco Zarco se encargó de Relaciones del 2 1 de enero al 1 1 de mayo
sitio, pero se precisaba que "el Ejecutivo, sin ejercer la dictadura, no para­ de ese año de !861. Hombre de gran cultura, conocedor de varios idiomas
lizará su acción ante las dificultades por respetar formalidades legales". brillante político y periodista, Zarco había sido oficial mayor en Relacio'.
No obstante, garantizaba el respeto al sufragio, "convencido de que sólo nes. Fue también director del periódico El Siglo XIX, y diputado del Cons­
una elección libre puede producir una reconciliación sincera entre los mexi­ tituyente cuyos brillantes debates recopiló.
canos y reafirmar la paz". Asimismo señalaba que "el Gobierno dictaría
medidas prontas, severas y enérgicas en el orden económico y administra­ Lucas de Palacio y Magarola fue oficial mayor encargado del Despacho
tivo" para evitar la "disolución social" y reiteraba que las reformas socia­ en dos ocasiones, del 12 al 1 7 de mayo y del 1 8 dejnnio al 12 de julio de
les decretadas en Veracruz no estaban en pugna con la Constitución. En 1861 y León Guzmán fue secretario del 18 de mayo al 1 7 de junio de ese
cuanto a la administración dejusticia, manifestaba que se había desechado año; Guzmán fue también miembro del Constituyente y gobernador de
el proyecto de crear "un jurado político y arbitrario para los delitos de la Guanajuato.
reacción", que por su respeto a la ley no se habían querido ínstituir tribu­
ll
nales revolucionarios. Manuel María de Zamacona desempeñó el puesto de ministro de Rela­
ciones Exteriores de julio a noviembre de 1 8 6 1 . Escritor y político miem­
Respecto a la política exterior, el documento manifestaba la preocupa­ bro del Constituyente, rumó un discutido.tratado con los ingleses con la
ción del gobierno por las relaciones internacionales de la República, las idea de conjurar la intervención extranjera. A su renuncia a la cartera de
cuales "llamarán preferentemente su atención". El gobierno se comprome­ Relaciones, ocupó nuevamente su curul en la Cámara de Diputados y su
tía a hacer valer los derechos de México "con moderación y dignidad".12 puesto de redacción de El Siglo XIX Desde ambas tribunas y restablecida
la República, combatió al presidente Juárez.
Ante la crisis económíca que vivía el país, pues los bienes del clero
nacionalizados no habían rendido los frutos esperados, Juárez tomó la de­ Zamacona fue sustituido por Manuel Doblado, quien mástarde partici­
terminación de reducir a cuatro las Secretarías de Estado: Relaciones Ex­ pó en las negociaciones de los Preliminares de La Soledad para evitar la
teriores y Gobernación; Justicia, Fomento e Instrucción Pública; Hacienda guerra con las potencias aliadas, unidas por la Convención de Londres.
y Crédito Público, y Guerra y Marina; el ramo de Negocios Eclesiásticos
quedó suprimido.
Relaciones con Europa
La planta de personal de Relaciones conservó su división de América y
Europa, con una sección de Cancillería y registros y otra de archivo, más En el mes de febrero de 1862, el barón Enrique de Wagner presentó sus
cartas credenciales como ministro de Prusia enMéxico. Al recibirlas, Juárez
11 Circular de FranciscoZarco, Ministro de Relaciones, Documentospara la historia de México, 13 Martha Bárcena, Historia de la Secretaria de Relaciones Exteriores. México, SRE, AfIDM, (en
ColecciónLafragua, vol. 396, Documento 139. prensa).
12 lbidem, vol. 396, Documento 139.
14 Ibídem.

120 121
'

señaló lo que sería la tónica de su mandato en las futuras �el�cio°:e� �º? las afonunado si, al esforzarme así en llenar las intenciones del Emperador'
potencias extranjeras: "El Gobierno legítimo de la Repu?hca dmgir� sus llega a conciliarme la confianza y la aprobación de V.E."17
esfuerzos a satisfacer con equidad y justicia las reclamac10n�s e'.'tranJeras
fundadas en Derecho, sin establecer preferencias entre los subditos de las El 25 de febrero se nombró a Juan Antonio de la Fuente enviado ex­
naciones amigas".15 traordinario y ministro plenipotenciario ante los gobiernos de Napoleón III
y de la Corte Española. Cuando Juan Antonio de la Fuente explicó al mi­
El 26 de febrero Juárez recibió el reconocimiento del gobierno d� Gran nistro Thouvenel el retiro del general Almonte como enviado del gobierno
Bretaña por medio de su representante George B: l\lathew. El presidente conservador en aquel país se sintió la rigidez en la relación, ya que pese a
mexicano manifestó que esperaba que "el reconoc1m1e?to que la Gran Br�­ dicha explicación, el ministro francés solicitó a De la Fuente las cartas de
taña hace del orden legal de la República sea un auguno· de paz Y J?rospen­ retiro de Almonte, a sabiendas de que era un representante del depuesto
dad y una muestra de la rectitud y justicia que presiden los consejos de su gobierno conservador.
Augusta Soberana".16
Como consecuencia de la suspensión del pago de la deuda externa, que
La representación de Francia fue formalizada el 1 6 de i;narzo por Alphons se tuvo que decretar a partir del 1 7 de julio de este año, De la Fuente
Dubois de Saligny, quien hizo entrega de sus creden�iales al pres1�ente desempeñó un papel de extraordinaria importancia ante aquellos gobier­
Juárez en señal de reconocimiento por parte de Napoleon III. En el discur­ nos, ya que también se encargaría de la Legación en Londres. Por otra
so acostumbrado, Saligny hizo votos porque Juárez lograra "asentar .su parte, Francisco Serapio Mora fue enviado a Prusia.
Gobierno sobre bases sólidas y duraderas, restablecer el orden ?' la propie­
dad en el país y hacer imposible toda tentativa que tenga P.°� objeto sumer­ Como se recordará, las relaciones con Francia habían sido poco afortu­
gir de nuevo a la República en los horrores de la guerra civil, para lo. cual nadas. Después del intento frustrado de intervención en 1838, los repre­
contará con el apoyo del Emperador de los franceses", ?' agregó: ":t:'ada sentantes de aquel país se habían caracterizado por su actitud arbitraria.
omitiré para mantener y estrechar cada día más las rel�c1ones de arn�stad
que tan felizmente subsisten hoy entre la Francia y México y me tendre por Las relaciones con España quedaron interrumpidas por diez años a par­
tir de la expulsión del embajador español. No obstante, el gobierno de Juárez,
a través de una nota diplomática emitida el 27 de abril de 1 8 6 1 , y firmada
por Francisco Zarco en su calidad de encargado del Despacho de Relacio­
nes, dejó abierta la posibilidad de restablecerlas con un acuerdo digno y
decoroso." En ese momento el representante de Francia, Dubois de Saligny,
quedó encargado de los negocios de España en México.
Durante todo ese tiempo España se limitó a hacer reclamaciones pecu­
niarias al gobierno liberal y a exigir el cumplimiento del Tratado Mon­
Almonte.
Por su parte, el representante del gobierno mexicano en el país ibero,
En 1862, Gran
Juan Antonio de la Fuente, informó al Canciller Zarnacona de los proyec­
Bretaña y Francia tos intervencionistas de la monarquía española en México, que pretendía
otorgaron su "organizar un Partido que pidiese un príncipe de la familia reinante en
reconocimiento al España, el cual no sería don Juan, como se había creído antes, sino don
gobierno de Juárez. Sebastián, el tío de la Reina". Por ello, el representante mexicano conside-

is 17 El Siglo XIX, México, marzo 1 6 de 1861, p. 3.


El Siglo XIX México, febrero 3 de 1861,p. 3.
1 6 El SigloXIX México, febrero 27de 1861,p. 3. 1ª Archivo de la Embajada de Espafia en México, Caja 108, Leg. 3, Documento 4.

122 123
Las relaciones con representantes extranjeros se volvían día a día
raba que debía declararse la guerra a la antigua metrópoli y daba los si­ . tensas. Saligny, allos
mas exigir que el gobierno mexicano reconociera los
guientes argumentos:
compromisos contraídos con el gobierno español, criticaba la inestabilidad
l. El Gobierno de esa Nación aprobó el rompimiento de su Encarga­ política del pais a la que consideró causa de todos los males. En nota en­
do de Negocios Sr. Sorela, que hizo al Gobierno demandas mons­ viada a Zamacona señalaba:
truosas y reproches acerbos, cuya injusticia vino a comprobar el pro­
ceso concluido contra los asesinos de San Vicente, en tiempo de la La España, que tantos motivos tiene para sentir una viva y sincera
reacción favorecida por España. simpatía hacia la Nación mexicana, no puede ver sino con pena la
II. Sin articular contra el Sr. Lafragua una sola queja, hizo a la situación cada día más aflictiva de la República y la prolongación de
Nación mexicana el insulto de no recibir este Ministro suyo. una lucha que, volviéndose más y más sangrienta y encarnizada,
III. En la Guerra de Tres Años, no obstante sus protestas de neu­ hace imposible el establecimiento de un poder duradero y regular
tralidad, concluyó con un Gobierno rebelde para la Nación y parcial oponiendo así un obstáculo casi insuperable a un arreglo permanent�
para todo el mundo, un Tratado, inicuo por su propio contexto, en que con un país presa de una Revolución perpetua y donde el Gobierno que
se concedió el arrojo de dar por obligada la Nación toda por un tiem­ está en posesión momentánea del Poder, puede, a cada instante, ser
po indefmido". reemplazada por uno o por varios gobiernos de opiniones diferentes.21
IV. En esa misma guerra y siempre bajo el embozo de gobierno
neutro, mandó o permitió a su Capitán General de Cuba que dejase El Secretario Zamacona se limitó a señalar a Saligny que De la Fuente
armar una escuadrilla, explicita y evidentemente destinada a hacer la est�b� encargado de la representación de México en España y vería la
guerra contra el Gobierno Constitucional residente en Veracruz. pos1b!l;_dad de un arreglo con aquella nación. Sin embargo, tal arreglo nun­
V. Durante la misma guerra mandó un embajador al llamado Go­ ca se d10 en vista de que España se unió a la Convención firmada en Lon­
bierno de Miramón, que lo reconoció cuando todo el Cuerpo Diplo­ dres en octubre de 1 8 6 1 .
mático lo había desconocido, conducta irregular, hostil y perjudicial
sobremanera, pues contribuyó a la prolongación de una guerra El representante de España en Estados Unidos, Gabriel García y Tassara
devastadora y bárbara por parte de la reacción." presentó a Francisco Serrano, gobernador de Cuba, un análisis de la situa­
ción de México, que pinta con claridad la perspectiva española. García
Al igual que Juan Antonio de la Fuente, Matías Romero consideraba Tassara tenía sus dudas con respecto al éxito de la empresa monárquica en
que la mejor política del gobierno mexicano era la de aislar a España de las México, pues aunque desde su punto de vista este país es el "más necesita­
otras potencias y precipitarla a obrar contra México, confiando en que de­ do de Gobierno del mundo ... aún falta saber si. .. está ya suficientemente
rrotada España militarmente, las otras potencias se abstendrían de inter­ preparado para tal transformación" y, (aunque) "sea grande la fuerza de
venir. Esta medida no sólo contribuiría "a levantar el espíritu público en el tres potencias, una de las cuales ha dejado tan hondas tradiciones en el
interior, sino que también produciría la mejor impresión en el exterior, en pueblo que se pretende organizar, yo no sé si a tan largas distancias, con
donde tanto necesitamos hacer para recobrar nuestro buen nombre. Si su­ tan diferentes elementos y tratándose de una población numerosa y de te­
cumbimos en la empresa no nos puede acontecer nada de lo que nos pasará rritorios inmensos, sería obra muy fácil constituir en México una de esas
si desde luego nos sometemos pacíficamente a los dictados de nuestros Monarquías". García Tassara concluía que España carecía de los medios
enemigos; si la fortuna nos favorece, los resultados serán tan ventajosos para hacer triunfar una candidatura, ya que en ese caso tendría que enfren­
para nosotros, que no sería demasiado caro cualquier sacrificia-que se haga tar a Gran Bretaña.22
por obtenerlos".20 La propuesta de los diplomáticos mexicanos era alta­
mente patriótica; no obstante, es evidente que e) gobierno juarista no la Una vez establecido en la ciudad de México el gobierno liberal, vendría
consideró viable. el ajuste de cuentas con el gobierno británico. Gobierno y súbditos de Gran

21
19 Archivo de la Embajada de México en Francia, Documento 1 6225, en Jorge L. Tamayo, op. Labor diplomática de don Manuel María de Zamacona como Secretario de Relaciones
cit., vol. V, pp. 144-148. Exteriores. México, SRE, (AHDM, primera serie, núm. 28), 1 928, pp. 137-138.
" AHSREM, Expediente H/1 1 0 (73-0) "862"/1 ff 1 9 1 - 1 93. 22 Jorge L. Tamayo op cit., vol. V, pp. 789-793.
, .

124 125
Bretafia tenían el mayor número de reclamaciones por la Guerra de Tres
Afios, además de que la deuda inglesa era la más cuantiosa que el gobierno
mexícano tenía con país alguno.

Aparte de dicho adeudo, establecido mediante las convenciones ingle­


sas, Miramón había sustraído de la Legación británica en México la canti­
dad de 660 mil pesos, cantidad de la que los ingleses querían que responsa­
bilizase al gobierno de Juárez. También quedaban reclamaciones pendientes
de las expropiaciones que habían hecho generales liberales, durante la de
Santos Degollado en Laguna Seca

Durante la guerra, eljefe del Ejército Liberal, Santos Degollado, ante la


falta de recursos, había autorizado, en septiembre de 1 860, la ocupación de
una conducta de caudales pertenecientes a particulares, en su mayoría ex­
tranjeros. Estos acudieron inmediatamente a sus representantes, quejándo­
se de tal acción; Degollado tuvo que regresar 400 000 pesos a los súbditos
ingleses, y Juárez se vio obligado a pagar el resto, con el producto de los
El ministro Juan Antonio de la
conventos no vendidos. Fuente, representante mexicano
en España y encargado también
El ministro inglés, John Russe� ordenó a Mathew que entrase inmedia­ de los asuntos ingleses.
tamente en comunicación con el gobierno de Juárez "informándole que, en
caso de que su Gobierno estuviera dispuesto a hacerse responsable por las
pérdidas causadas a los acreedores británicos por los varios partidos, el su sucesor, Charles Lennox Wyke, presentó a Juárez las credenciales res­
Gobierno de S.M. reconocerá al de Juárez", bajo la consideración de que pectivas, como enviado extraordinario y ministro plenipotenciario.
el Gobierno que estuviera en po�esión de la capital debía responder a las
reclamaciones de los representantes extranjeros. Wyke manifestó al presidente Juárez que la reina Victoria deseaba que
su gobierno lograra la estabilidad política de México: "Que todas las hue-
En consecuencia, el 22 de marzo de 1861 Mathew comunicó al entonces 1las de esta cruel contíenda se borren prontamente por el establecimiento
secretario de Relaciones de México, Francisco Zarco, que "Para reanudar de un gobierno firme y justo, dispuesto a cumplir sus compromisos, a poner
las relaciones debían liquidarse en un arreglo mutuo las reclamaciones de término a los desórdenes y a hacer practicables los principios de libertad
los ciudadanos ingleses contra México". Zarco contestó a Mathew que el civil, política y religiosa".24
gobierno mexicano daba "todo género de garantías para el pago de los
compromisos contraídos", los que tiene interés en liquidar y "conocer per­ El representante del gobierno conservador ante la Gran Bretafia, Tomas
fectamente su monto", pero que apelaba a la comprensión de ese gobierno Murphy, continuaba en Londres; en enero de 1 8 6 1 , Francisco Zarco, en su
ante la situación que guarda el país debido a la guerra civil. 23 calidad de secretario de Relaciones, había enviado a Murphy la orden de su
destitución. El representantes del triunfante gobierno liberal, don Melchor
Mathew simpatizaba con los liberales, pero se encontraba resentido Ocampo, nunca llegó a Londres, pues en 1861 fue asesinado por los con­
porque Juárez no aceptó sus buenos oficios en favor de un avenimiento servadores. México todavía no estaba en paz. El ministro De la Fuente se
entre el partido liberal y el conservador. El encargado de negocios británi­ hizo cargo también de los asuntos ingleses.
co escribió al ministro.de Estado de la Gran Bretafia, que juzgaba inevita­
ble la desmembración de México y su bancarrota nacional, si no había una Otro país europeo con el cual tuvo relaciones México en este periodo
intervención extranjera. Salió del país en mayo de 1861, y en el mismo mes fue Bélgica. Desde 1838 el rey Leopoldo I había enviado un representante

" AHSREM, Expediente llI 242 (42:72) (09)12 ff6-8, Topográfica28- l -2. 24 AHSREM,EXpediente H/323 (42:72)146.

126 127


a México. Posteriormente, durante el gobierno del presidente Herrera se cho a mi Gobierno en su afán de sostener el orden y la ley y de desarrollar
había convenido en la firma de un tratado. las grandes principios de libertad consignados en nuestras instituciones".21

Enjulio de 1861, se nombró a Ezequiel Montes Ministro Plenipotencia­ En esos días el representante de México en Estados Unidos, Matías
rio para concluir con el representante belga Augnste T'Kint, un Tratado de Romero, se .entrevistó con el presidente electo de los Estados Unidos. Di­
Amistad, Navegación y Comercio; en él se estableció que los belgas ten­ cha conversación, el 1 9 de enero de 1861, sirvió a Romero para manifestar
drían los mismos derechos que otras naciones en el paso interoceánico que sus simpatías y esperanzas, así como sus quejas. El representante mexica­
se construyera en México, que como sabemos, debido a la falta de recursos no expresó a Lincoln que "el Gobierno Constitucional había visto con sa­
propios, y a los peligros de dar a los extranjeros la concesión, nunca se tisfacción el triunfo que las ideas republicanas obtuvieron recientemente
realizó." en este país, por que tales ideas están más en armonía con los principios
profundamente arraigados en el corazón de los mexicanos y porque Méxi­
La bancarrota constante había hecho al erario mexicano presa de sus co espera que la política de la administración republicana respecto de él
acreedores, que exageraron siempre desmesuradamente sus intereses, así sea verdaderamente fraternal y no guiada por los principios egoístas y
como las indemnizaciones para sus nacionales afectados por los constantes antihumanitarios que respecto de México han seguido las administraciones
movimientos armados, por lo que, en términos generales, los representan­ demócratas, reducidas a despojar a la República de su territorio para ex­
tes de estos países extranjeros limitaban su gestión diplomática a exigir la tender en él la esclavitud" -"
satisfacción de sus reclamaciones.
Con respecto a la política interna de México, Romero hizo saber al pre­
En un discurso pronunciado el 1 5 dejunio, Juárez se refirió a las tensas sidente republicano que "la única razón de las constantes revoluciones que
relaciones de México con el exterior: "En las relaciones con las potencias. han destrozado a la República desde su independencia, ha consistido en las
amigas hay dificultades que allanar; hay compromisos que obsequiar; hay maquinaciones del clero y del ejército que, por conservar sus privilegios e
derechos que fijar y garantizar".26 imponer su yugo a la Nación, han derrocado todas las Constituciones y
mantenido al país en constante transtorno". Además, le manifestó el deseo
del Gobierno Constitucional de mantener las relaciones más cordiales y
Relaciones con América amistosas con Estados Unidos y que los ciudadanos norteamericanos goza­
rían de todas las garantías en México. a lo que añadió que se darían "todas
Las relaciones de México con Estados Unidos estuvieron sujetas en estos las facilidades al desarrollo del comercio y demás intereses de ambas Re­
años a la situación interna de aquel país. En noviembre de 1860, Abraham públicas". Finalmente, Romero le expresó que México adoptaría los mis­
Lincoln había obtenido el triunfo electoral representando al Partido Repu­ mos principios de libertad y progreso de los norteamericanos, "a fin de
blicano, al mismo tiempo que en México el gobierno liberal consiguió el l legar por el mismo camino.que este país ha recorrido al engrandecimiento
triunfo militar sobre los conservadores. y prosperidad".29

El último enviado de la administración de Buchanan fue John Weller, El futuro presidente norteamericano manifestó a Romero que su gobier­
quien había presentado sus cartas credenciales al presidente Juárez el 30 no "lejos de poner obstáculo alguno a la consecución de estos fines, hará lo
de enero de 1 8 6 1 . En el discurso acostumbrado, el presidente mexicano le que pueda por coadyuvar a ellos; México debe estar seguro de que mien­
expresó su satisfacción por recibir a un "representante de una República tras yo esté en el poder, se hará entera justicia en todas las cuestiones que
con la que tan estrechos vínculos de amistad unen a mi Patria, que está hubiere pendientes o que ocurran en lo sucesivo entre las dos Repúblicas y
dispuesto a cooperar a la consolidación del régimen constitucional a tanta que en todo se le tratará con sentimientos de la más alta consideración y
costa restaurado por el pueblo mexicano. Esa cooperación servirá de mu- verdadera simpatía".:m
21 El Siglo XlX, enero 3 l de l 86 1 , p . 3 .
:!11 Emma Cosío Vi llegas, Diario personal de Mat{as Romero. México, El C o legio ele México,

25 Tratados Ratificadosy Convenios Ejecutivos celebradospor México. Méxie-0, Senado de Ja 1905, p. 378.
República, 1972, vol. I, pp. 295-304. 29 AHSREM, Expediente H/ 1 lO. (73:0)/ l ff 5-9.
26 Documentospara lahistoriadeMéxico, ColecciónLafragua, vol. 1519,p. 8S5. '11 lbidetn.

1 29
128
En enero de 1 86 1 , Matías Romero informó a Ocampo, cuá1 parecería
ser Ja política del futuro gobierno republicano encabezado por Lincoln. La
cuestión mexicana sería tenida como de seguridad nacional, por lo que se
hacía necesario garantizar la tranquilidad política en México con una ayu­
da moral y económica al partido liberal; sólo así se podía asegurar una
expansión del tráfico comercial. Finalmente buscarían firmar un tratado en
que se establecieran principios de reciprocidad. Estas previsiones no se
concretaron como consecuencia del inicio de la Guerra de Secesión en Es­
tados Unidos.

El nuevo mandatario norteamericano designó como enviado extraor­


dinario y ministro plenipotenciario cerca del gobierno mexicano a Thomas
Corwin. Los informes de Matías Romero sobre Corwin eran favorables:
"En 1847 tomó en el Senado la defensa de México y se opuso a Ja prose­
cución de la guerra que Jos Estados Unidos estaban haciendo a la Repú­
blica". El nuevo ministro, señalaba Romero, pretendía "establecer la in­
fluencia de Jos estados del norte en Ja República y despertar en ella un
sentimiento hostil contra los del sur, ofrecer el auxilio de los Estados Uni­ Corwin presentaría
dos para el caso de que Jos estados separados invadan nuestro territorio y nuevamente la oferta
oponerse a la apertura del camino de Tehuantepec por la compañía de Ja norteamericana de
Lousiana".3 1 adquirir Baja California.

Thomas Corwin salió de la ciudad de Nueva York hacia México el 8 de


abril de 1 86 1 . Corwin traía instrucciones del Departamento de Estado en
el sentido de "celebrar con México un Tratado de Alianza; celebrar un La Confederación, a través de su Secretario de Estado Roberth Tooms,
Tratado de Comercio; influir para que México no reconozca la Indepen­ envió a John F. Pickett con Ja misión de concertar una alianza con el gobierno
dencia de la Confederación del Sur, ni permitiera que dicha confederación mexicano, bajo la consideración de que "si los Estados Confederados tu­
ejerza ninguna influencia en la República" .32 vieran que defender a México contra cualquier invasión extranjera, es ob­
vio que podrían hacerlo con mayor eficacia, y rapidez que cualqui�ra otra
Aún existían intereses expansionistas entre los norteamericanos y Corwin Nación distante". 34
presentaría nuevamente la oferta norteamericana de adquirir Baja Cali­
fornia "si, de esa manera, se evitaba que cayera en manos de los confede­ En las instrucciones que Jefferson Davis dio � Pickett, se señalaba que
rados" .33 "ambos pueblos se ocupan principalmente en labores agrícolas y mineras,
siendo por lo mismo homogéneos sus intereses. Por otro lado, la institución
La guerra civil dividió a Estados Unidos; los dos gobiernos surgidos de de la esclavitud doméstica de un país, y Ja del peonaje en el otro, establecen
la pugna interna se hicieron representar en México. El presidente provisio­ entre ellos tales semejanzas en sus respectivos sistemas de trabajo, que
nal de Jos Estados confederados, Jefferson Davis, pretendía fortalecer su bastarán para evitar que se propenda, de una u otra parte, a descuidar los
posición buscando el reconocimiento de su gobierno por las principales intereses o sentimientos de la otra" .35
potencias europeas, sobre todo de Francia e Inglaterra.
Claro está que Ja principal razón por la que Jos confederados buscaban
la alianza o cuando menos la neutralidad mexicana era para evitar que "los
'1 José Fuentes Mares, "La Misión de Mr. Pickett", Historia mexicana, vol. X!, 1 962, núm. 4,
abril-junio, p. 494.
J2 AHSREM, Expediente H/100 (7:30) l f. ! 8 . '4 José Fuentes Mares, op. cit., p. 494.
�:i lbide1n. 3$ Jbidem, p. 494.

130 131
yanquis pudieran atacar a los confederados por la espalda, atravesando confederados en las regiones limítrofes.3¡¡ En ese momento no se llegó a
territorio mexicano''.36 concretar ninguna alianza. No obstante, cuando Vidaurri rompió relacio­
nes con el gobierno de Juárez, brindó apoyo a los sureños.
El 26 de julio Manuel María de Zamacona recibió de manera extraofi­
cial a Pickett. Este le planteó los objetivos de su misión: participar el deseo Matías Romero informó desde Washington que los estados confedera­
del pueblo y gobierno de los estados confederados de mantener, con Méxi­ dos tenían la intención de crecer territorialmente a costa de México. Para
co, re.Iaciones estrechas y amistosas, hasta el extremo de firmar una alian­ tal propósito los demócratas ,h_�bían aprobado una Constitución en la cual
za ofensiva y defensiva. En el caso de que esto último no fuera posible, se establecía que "Los estad6$:ponfeóerados pueden adquirir nuevo territo­
pedir que el gobierno mexicano observara una estricta neutralidad en :ela­ rio y el Congreso tendrá fa�'i\.���es
para legislar y establecer gobiernos
ción con la guerra civil. En este sentido era fundamental para los confede­ para los habitantes del ternttírrd que, pertenezca a los estados confedera­
rados que los norteños no tuvieran permiso de utilizar el territorio de México dos'', de manera que pudieran "organizar nuevos estados para ser admiti­
para desplazar sus tropas. En ese momento no se reclamaba el reconoci­ dos en la confederación". Se estrthfecía también que se extendería a todos
miento oficiál de la independencia de los estados confederados, aunque sí estos territorios -"la institución de la esclavitud de los negros", protegida
se confiaba que las estipulaciones y privilegios contenidos en los tratados por el Congreso.39
celebrados entre México y Estados Unidos, se harían extensivos a ambos
beligerantes en igualdad de condiciones.37 Finalmente, se buscaba nego­ La situación para México era difícil y "se qeclaró por la neutralidad",
ciar que se permitiera el embargue del algodón sureño por los puertos mexi­ pero en agosto de 1861 se dio permiso a las tropas unionistas para que
canos. pasaran por Guay1nas rumbo a Arizona. El Congreso mexicano, en sesión
secreta, había autorizado dicho paso el 29 de junio de 1 8 6 1 .4º
Como no obtuvo respuesta a esta tentativa, el representante confederado
propuso al gobierno mexicano una última carta: la devolución de Jos terri­ Además se firmaron dos convenios con Estados Unidos el 1 1 de diciem­
torios adquiridos por los Estados Unidos en la guerra de 1 848. Pero como bre de 1 86 1 . El primero consistió en un tratado para la extradición de de­
el gobierno juarista tampoco hizo caso de tal oferta, Pickett sugirió a su lincuentes que se refugiaran en las fronteras, que excluía a los refugia­
propio gobierno diversas estrategias: que tropas confede.radas tomaran dos políticos y a los esclavos. El segundo era un convenio postal para el
.
Monterrey y las orillas del Río Grande para controlar la región; que hubie­ libre tránsito �e la correspondencia.
ra un entendimiento con las potencias interventoras, o bien que se buscara
concertar acuerdos por separado con los estados norteños como Nuevo León, El curso de los acontecimientos y el entendimiento entre el gobierno de
Sonora y Chihuahua, pero sobre todo con el. gobernador del primero, Juárez y Lincoln hizo que las gestiones de los confederados se- vinieran por
Vidaurri, que se había distanciado de Juárez. tierra.
Para tal efecto, el gobierno de Davis envió al coronel James Reily a
entenderse con el cacique neoleonés S. Vidaurri, así como con Ignaéio Suspensión de pagos
Pesgueira y Luis Terrazas, gobernadores de Sonora y Chihuahua, respecti­
vamente. Sus objetivos eran lograr que los gobernadores se comprometie­ Todos los renglones de la economía se habían paralizado como resultado
ran a no dejar pasar las tropas de la Unión por los territorios de sus estados, de la guerra. La nacionalización de los bienes de la Iglesia no había dado
aunque el Gobierno Federal lo hubiera consentido, y conseguir, por otra los beneficios que en otro tiempo hubiese vertido. Los pocos recursos del
parte, la autorización para que soldados del ejército confederado pudieran Estado estaban agotados y aunque Juárez propuso medidas de ahorro, como
acantonarse en dichos territorios. Argüían que esto les permitiría prevenir la reducción de las fuerzas armadas y de los aranceles para estimular el
las incursiones indias, aunque en realidad les interesaba garantizar, con el comercio, o la supresión de las alcabalas para hacer más efectivo el siste-
consentimiento y apoyo de los mismos gobernadores, la compra de toda
clase de víveres dentro de sus estado para el sostenimiento de los efectivos
1" Alfred H. Hanna y K.A. Hanna,Nap¡1feónlll y México, traducción de Ernestinade Charnpoucin.
México, FCE, 1 973, pp. ! 39- !42 ;.
36 lbidem, p. 501. 1'1 A1!SREM, Expediente H/ 1 10 (73:0) "86"/ l ff 26-27.
J7 lbidem, pp. 502-503. 4" José Fuentes Mares, op. cit., p. 503.

132 1 33
ma tributario, la situación financiera no mejoraba, por lo que decidió sus­ pública, antes de cercenar en un centavo ios depósitos destinados a
pender el pago de la deuda pública. las convenciones diplomáticas y a la deuda inglesa por la fe prÜmeti­
da a las otras naciones, (pero) no han sido ni podfan ser eficaces
El 1 5 de julio se. envió al Congreso la iniciativa del Ejecutivo para Ja (tales medidas) y se ha venido por fin al punto por donde se debió
suspensión de la deuda interior y exterior. El Congreso sesionó tres días, co1nenzar y es la resolución firme e inflexible de reorganizir la Ad­
de manera secreta, examinando la iniciativa del Ejecutivo, y el 1 7 de julio ministración Pública y de poner en práctica un sistema regular de
de J 8 6 1 fue aprobada Ja suspensión de la deuda externa e interna por dos rentas que vigorice la acción del Gobierno y permita abolir para siem­
años. pre las exacciones vej atorias.
. . . el actual Gobierno de la República se ha encontrado entre fa
El decreto establecía que el Gobierno Federal centralizaría todos Jos sociedad y Ja civilización por un lado, que le piden paz, orden y ga­
ingresos de aduanas, y que con estos recursos, entre otras urgencias, se rantías y los acreedores extranjeros que le exigen casi todas las rentas
pagaría a Ja fuerza armada en campaña y a los inválidos de guerra. Ade­ públicas. Ningún Gobierno, colocado en estas circunstancias, vaci­
más, se ordenaba la reducción de la planta de empleados públicos. Era laría en la elección. México no puede realizar la revolución adminis­
obvio que México no desconocía sus deberes con sus acreedores, pero que trativa que su,situación exige, al mismo tiempo que establece en su
requería de un pequeño respiro para sacar adelante al país después de la seno Ja paz y la seguridad pública y llevar sobre sus hombros el peso
guerra civil. enonne de la deuda nacional. Para que de una vez por todas acaben
esos motivos de reclamación que ocupan sin cesar a los representan­
El 21 de julio, el gobierno mexicano explicó a los representantes diplo­ tes de las naciones y al Ministerio de Relaciones . . . para que la Na­
máticos la ley de suspensión de pagos. Transcribimos los principios funda­ ción no se vea obligada contra los principios de la economía liberal a
mentales por la importancia de sus conceptos: regravar los iinpu�stos sobre la importación extranjera, . . . es preciso
un corto intervalo de reorganización; es preciso que el Gobierno pue­
La República quiere estimar sus recursos, organizarlos para sacar de da, durante algunos días, disponer de· sus rentas y emplearlas metódi­
ellos todo el partido posible, y colocar las obligaciones de la nación ca y económicamente en restablecer la paz y Ja seguridad pública. El
sobre una base sólida e inalterable. deudor, cuando es honrado y tiene propósito firme de llenar sus com­
Por guardar la fe debida a los pactos internacionales, el Gobierno promisos, puede tomar un actitud digna al presentarse a su acreedor
de México ha hecho esfuerzos sobrehumanos, que han dado lugar a para declararle su impotencia temporal.4¡
resultados tan poco comunes, como el de que el papel que representa
la deuda mexicana no haya sufrido baja notable en virtud de la larga Una vez que los ministros de Francia e Inglaterra conocieron la decisión
y profunda Revolución que acaba de obrarse en el país. Durante esa del gobierno mexicano de suspender por dos años el pago de la deuda,
crisis sólo mejoró la condición de los acreedores extranjeros; la Na­ pronunciaron airadas protestas ante el Canciller Zamacona, exigiendo la
ción, en medio de los mayores conflictos, llevó la condescendencia derogación de la ley en cuestión. El gobierno mexicano mantuvo su deci­
hasta aumentar las asignaciones para el pago de la deuda pública, sión a pesar de las presiones.
desprendiéndose de los medios con que habría podido abreviar la
sangrienta lucha que el país ha tenido que sostener o, lo que es lo A la actitud intransigente de los represe_ntantes extranjeros, Zamacona
mismo, pagando el oro de sus acreedores extranjeros con la carne y respondió de manera decorosa pero firme: reiteró que México, no obstante
la sangre de los mexicanos. hallarse en dificultades y complicaciones sin precedente, no eludía sus com­
Después del triunfo de la Revolución, la República ha sentido ham­ promisos internacionales. Pero señalaba que también por eso mismo ha
bre y sed de paz, de orden y de seguridad y el Gobierno tiene la habido "condescendencias . . . que han contribuido en gran parte a las difi­
conciencia de que podría proporcionárselos si contara con medios cultades con que hoy brega el Gobierno". Por otra parte reiteraba que "la
eficaces de acción, ha dudado mucho tiempo antes de poner la mano Nación reconoce cuantos derechos derivan de sus pactos internacionales,
sobre los recursos destinados al pago de la deuda extranjera, llegan­ pero se ve obligada a declarar que esos derechos no podrán, durante cierto
do su respeto hasta el grado de sacrificar primero las garantías de los periodo, seguir cebándose sobre los productos de las aduanas marítimas,
mexicanos, de encarcelar a los ciudadanos más respet:lbles y poner
precio a sus personas para adquirir recursos con que comprar la paz 41 AHSRf:M, Expediente H/ l ! O (73:0) "862"/ J ff26-37.

134 1 35
porque éstos constituyen el único recurso expedito e inmediato del gobier­
.
J?l 24 de julio el ministro francés amenazó al gobierno mexicano con
no y no bastan para atender a los peligros graves, aunque pasajeros, de que utilizar el recurso inmediato de la fuerza si no se derogaba la ley en un
está amagada esta sociedad y para los réditos y amortización de Ja deuda plazo de 24 horas: "Al Gobierno de V.E. toca decidir si deja las cosas
pública" .42 llegar a ese extremo. Al esperar su resolución, tengo, señor Ministro un
últi1no deber que llenar y es el de protestar sole1nnemente en nombre de la
La reacción de Saligny ante la Ley de Suspensión de Pagos de la deuda Francia, como lo hago aquí, contra el decreto de 17 de julio, declarando
exterior fue abrupta a pesar de la actitud prudente de Zamacona. que hago a la República responsable de todos los daños que pueda causar a
Jos súbditos de S.M.!., y, en fin, que si esta medida no se suspende y anula
El canciller 1nexicano hacía ver al representante francés que en el de­ en el término de 24 horas, contadas desde este momento, romperé todas las
creto de suspensión "no hay una sola palabra que revele tendencias relaciones oficiales con vuestro Gobierno".46
expoliatorias; no es sino una declaración de parte del pueblo mexicano en
los mismos términos en que lo hacen diariamente los mercaderes y nego­ Como no recibiera respuesta a esta agresiva comunicación, el 25 de

1
ciantes que se hallen en imposibilidad material de llenar sus compromisos. julio el 1ninistro francés Saligny rompió relaciones con el gobierno mexi­
La sola diferencia es que entre individuos, las querellas de acreedor a deu­ cano, argum�n.tando que "El término fijado por mi nota ha expirado sin
dor se llevan en tal caso a los tribunales y, entre Naciones, se llevan al que haya rec1b1do de V.E. una respuesta satisfactoria; debo ver su silencio !
Tribunal Supremo de la Justicia y de la Equidad. El Excmo. Sr. de Saligny, co1no una negativa a mi demanda. En consecuencia, tengo el honor de ad­
en su última nota, declara que declina esa jurisdicción y que prefiere llevar vertirle, que desde este momento todas las relaciones oficiales están rotas
el negocio ante el tribunal cte la fuerza".43 entre la Legación de S.M.I. y vuestro Gobierno".47

Za1nacona manifestó a Saligny su extrañeza ante su incomprensión: "Que En virtud de la situación se giraron instrucciones reservadas a don Juan
el Excmo. señor Ministro de Francia, a cuya ilustración deben ser familia­ Antonio de la Fuente, ministro de México en París, para que explicara al
res las reglas que presiden a las revoluciones humanas, vea como un rasgo gobierno francés las razones que tuvo el gobierno mexicano para suspen­
excepcional la de México", y que en vez de "oír Ja voz de Jos que preten­ der temporalmente el pago de Ja deuda exterior.
den organizarla y disciplinaria, declare al pueblo mexicano indigno de toda
consideración equitativa",44 era de todo punto ofensivo e intolerable. No obstante los esfuerzos de De la Fuente por conservar las relaciones
con el gobierno 'francés, el ministro Thouvenel no quiso escuchar las expli­
El canciller mexicano le recordó a Saligny lo beneficiados que habían caciones dadas por De la Fuente, por lo que éste se vio obligado a suspen­
sido los franceses por 1a situación de México, y la mezquindad de sus re­ der las relaciones diplomáticas con el gobierno de Napoleón III el 4 de
clamaciones: "fuerza es que retlexione el Excmo. Sr. de Saligny, en que septiembre de 1 86 1 , no sin antes dejar constaricia reiterada de que el gobier­
lejos de haber acarreado perjuicio a los intereses franceses, es proverbial no mexicano no quería romper con el francés.
que sus compatriotas han sido los más beneficiados, en lo que el Excmo.
Señor Ministro de Francia llama las prodigalidades de la revolución". "Pues que en vuestra conferencia de ayer V.E. me ha declarado que no
escucharía de 1nodo alguno la explicación que por orden expresa ·de mi
Finalmente Je reclamaba su "lenguaje violento'', indigno "del noble país Gobierno estaba yo encargado de darle, a propósito de la ley mexicana
que representa y en cuyos sentimientos es imposible que quepa el deseo de relativa a la suspensión en el pago de Ja deuda nacional en cuanto afecta a
abusar de su carácter de acreedor . . , por una cantidad relativamente mez­ los súbditos franceses; pues que V.E. ha añadido que el gobierno de S.M.
quina", y concluía "que la pobreza y las dificultades de México no pueden había aprobado cornpletamente la conducta de M. de Saligny, que en virtud
afectar la dignidad de la Francia", que según Saligny, se habían visto lesio­ de esta Ley declaró interrumpidas las relaciones oficiales con mi Gobier­
nadas por el decreto aludido.45 no, pues en fin, que según lo que V.E. me ha anunciado, obrando de acuer­
do con el gobierno de la Gran Bretaña, se han dado órdenes para que el
Ministro de Francia en México y el Almirante de S.M. se entiendan con mi
42 Labor diplomática de . . , pp. 2 1 -26.
4:i/bidem, pp. 26-29.
44 lbidem, p. 28. 411 Al!SR!1V1, Expediente H/ 1 1 0 (73:0) "862"/ 1 ff 49-50.
4� lbidem, p. 28. 41 Labor diplomdth:a de . . . p .3 1 .

136 137
Gobierno, V.E. verá como muy natural y muy digno de mi parte, que acepte El representante br!tánico, Charles Lennox Wyke, también hizo gala de
la realidad de esta situación por dura e inesperada que sea y que deduzca .
1ntoleranc 1a '! altanena en sus notas d1plomát1cas; así, por ejemplo, en la
como consecuencia necesaria, que está impedido el objeto principal de mi _
del 19 de JUho señalaba:
misión, que es la comunicación regular con el Gobierno del Emp erad�r, a
fin de mantener y cultivar la paz, sobre todo, cuando se han su sc1tado drfe: Según las palabras de este documento (el decreto de suspensión de
rencias a propósito para t.urbarlá.s; que, por tanto, � º soy ya o, :gano de mi pagos), aparecería que el Congreso ha tenido a bien hacer una donación
gobierno para el de S.M. y, por fin, que la suspens1on .
� de relac10nes diplo­ libre de la propiedad de otros individuos ajena al Gobiérno de la Repú­
máticas entre Francia y México y el carácter de las que van a reemplazar­ blica, suspendiendo por espacio de dos años el pago a todas las asig­
las, me ponen en la penOsa, pero necesaria extremidad, de declarar como naciones, así como el de los tenedores de bonos de Londres y el de los
un hecho independiente de mi voluntad-hecho que veré desaparecer con interesados en las convenciones extranjeras. Hasta que no tenga noticia
íntima satisfacción- que esta Legación suspende sus relaciones con el V. E. de lo contrario, estoy obligado a considerar este anuncio como
gobierno de S.M. hasta que el de México le dé instrucciones que le prescri­ una falsedad, pues no puedo creer que un Gobierno que se respete
ban una conducta diferente" .411 Cofi?O puede constatarse por la nota ante­ pueda sancionar así una violación tan grande de las obligaciones más
rior, De la Fuente se esforzó hasta lo indecible para evitar la guerra con sagradas para con las otras naciones". Wyke protestaba también por
Francia. haberse enterado de la noticia por los "papeles" que circulaban en
las calles, con lo que no se había dado su lugar a "los representantes
Analizando la situación existente, el ministro mexicano en París sugirió de naciones interesadas" que fueron así "menospreciados e injuria­
que se derogara la Ley sobre Suspensión de Pagos y se buscaran los recur­ dos". Finalmente señalaba que un "Gobierno que ha repudiado sus
sos suficientes para pagar los intereses y para hacer frente a las necesida­ co1npromisos, es tan extraño como es la política que pudo dictar una
des más apremiantes de la administración. medida igualmente fatal a la reputación y al crédito de la República.49

Zamacona replicó a Wyke en nota diplomática del 2 1 de julio, que el


decreto no podía ser "una violación de las obligaciones más sagradas que
ligan a México con las otras Naciones porque toda obligación lleva por
condición tácita, la posil;>ilidad de cumplirla", cosa que en este caso era
imposible.50

A partir de este momento se inició una polémica entre ambos ministros,


que culminó con la suspensión de relaciones el 25 de julio de 1 86 1 . Sin
embargo, Wyke conservó contactos extraoficiales que le permitieron se­
guir discutiendo los problemas diplomáticos con Zamacona. Cuando el re­
presentante inglés se enteró de que se estaba en pláticas con Corwin, para
obtener un préstamo de ese gobierno, se dispuso a estudiar un proyecto de
arreglo a la deuda inglesa.

El 20 de noviembre el ministro británico envió una nota a Zamacona en


la que le propuso un plan tendente a solucionar los problemas del débito
El representante británico Charles
mexicano con Gran Bretaña:
Lennox Wyke reclamó contra el
Decreto de Suspensión de Pagos y
negoció el arreglo de la deuda. lo. Pagar el dinero robado en la Legación Inglesa, que ascendía a la
suma de 660 mil pesos, así como de lo que se tomó de la conducta de

43 Notas de donluanAntonio de la Fuente, ministro de México cerca de Napoleón 111. México, 49 AHSREM, expediente H/ J !O (73:0) "862"/ l ff 23-25.
SRE (AHDM, primera serie, núm. 10), l 924, p. 29. 511 AHSREM, Expediente H/1 !O (73:0) "862"/t ff 35-39.

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138 1 39 1

11
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di
Laguna Seca, que originalmente ascendía a 400 mil pesos, parte del Zamacona hizo declaraciones en el sentido de que la Cámara debía apro­
cual se ha devuelto después a sus legítimos dueños. 2o. Pagar todo lo bar el tratado firmado con Wyke. Esta situación motivó una acusación en
atrasado que se debía a los tenedores de bonos por la suspensión de su contra "por hacer pública una nota cuyo contenido debía ser reservado;
pagos de los derechos aduana!es, que les están consignados por los (y) por haber querido extraviar la opinión pública, al presentar al Congre­
convenios Duhlop y Aldham, así como a la convención inglesa, in­ so como culpable de la intervención extranjera y de la pérdida de la Inde­
cluyendo el pago de las cantidades depositadas en las aduanas al tiem­ pendencia".54
po de la suspensión de pagos y que todavía no se habían entregado.
3o. Pagar el interés de las sumas especificadas arriba, desde la fecha La acusación pasó a Ja sección de Gran Jurado de la Cámara para for­
en que fueron tomadas o detenidas, como compensación a los dueños marse el proceso respectivo. Zamacona argumentó en su defensa la inten­
de las pérdidas e inconvenientes que han sufrido. 4o. Autorizar a los ción patriótica de su conducta y presentó su renuncia irrevocable. Es claro
agentes consulares i ngleses en los puertos, a examinar los libros y que su acción fue motivada por los angustiantes problemas del país y no
dar noticia de las entradas de las diferentes aduanas marítimas, reci­ por falta de patriotismo.
biendo directamente esos agentes de los importadores, las asignacio­
nes para los tenedores de bonos, de la manera que después conven­ El canciller Zamacona había querido conjurar, por medio del tratado
dremos:5 1 con los ingleses, un posible conflicto armado. Tenía el fin de evitar un mal
mayor, ante la imposibilidad de resistir una agresión armada. Aún así, sin
A raíz de esta propuesta, el 2 1 del mismo mes de noviembre, se firmó la él saberlo, sus gestiones fueron vanas y extemporáneas; poco antes, el 3 1
Convención Wyke-Zamacbna.52 En ella se establecía la reanudación de las de octubre, se había formalizado la Convención de Londres para exigir el
relaciones diplomáticas y la forma de cubrir la deuda. El día 22 se presentó pago de las reclamaciones inglesas, españolas y francesas.
al Congreso, pero fue rechazada por considerársele incompatible con el
honor y la independencia de la República. La Comisión Dictaminadora El canciller difería de la política adoptada. Sus convicciones íntimas
estuvo constituida por los diputados Sebastián Lerdo de Tejada, Aldai­ "nunca estuvieron de acuerdo con la decretada suspensión de pagos".
turriaga y Manuel G. Lama.53
El gobierno norteamericano también fue invitado por las tres potencias
El rechazo de la Convención disgustó profundamente a Wyke que, el 24 aliadas para hacer conjuntamente las reclamaciones a México, pero con­
de noviembre, envió un ultimátum al gobierno mexicano, en el cual plan­ testó que aun cuando también tenía que reclamar, el presidente de los Esta­
teaba tres puntos principales; exigía, además de Ja inmediata· derogación dos Unidos opinaba que era inoportuno buscar en estos momentos una sa­
de la ley, el establecimiento de comisionados ingleses en las aduanas de los tisfacción a los agravios recibidos . a través del reconocimiento de l a
puertos mexicanos, con el objeto de que se cobraran las sumas que debían Convención "que los Estados Unidos . . . prefieren sujetarse a la .política
serles pagadas. Entre ellas se incluía el monto de la conducta de Laguna tradicional recomendada a ellos por el Padre de su patria y confirmada por
Seca y los fondos extraídos de la calle de Capuchinas. Por otra parte, pre­ la feliz experiencia que les prohibe aliarse a Naciones extranjeras"; añadía
tendía una reducción en el pago de los derechos arancelarios para los comi­ que "siendo México un pafs vecino de los Estados Unidos en este Conti­
sionados y si dichas condiciones no se cumplían, saldría del país. En tono nente y teniendo un sistema gubernamental similar al nuestro en muchos
arrogante concluía que el gobierno de México se atendría a las consecuen­ aspectos importantes, Estados Unidos, habitualmente, mantiene sus mejo­
cias en caso de no aceptar las condiciones del ultimátum. res deseos hacia esa República y un vívido interés por su bienestar, prospe­
ridad y seguridad . . . y que ya ha autorizado a sus ministros residentes en
Convencido Zamacona de que la anulación del tratado por parte del dicha República para negociar un Tratado con la República Mexicana, por
Congreso haría inevitable la guerra, propuso la derogación de la ley del 1 7 medio del cual se le concederá ayuda material y algunas ventajas que pue­
de julio sobre suspensión de pagos, en lo relativo a las convenciones diplo­ dan auxiliar a dicha República a satisfacer las reclamaciones y demandas
máticas y a la deuda contraída en Londres. de los mencionados soberanos (de España, Francia y Gran Bretaña), y 1
poder así, evitar una guerra que ya ha sido decidida por dichos soberanos •
I!
1

51 El Siglo XIX, suplemento. México, noviembre 22 de ! 86 1 . en contra de México. No necesitan los soberanos que se les informe que
52 El Siglo XIX, suplemento. México, noviembre 25 d e ! 86 1 .
�J Archivo de la Cámara de Diputados, Actas de !as Sesiones Secretas, libro 5 1 . .>� lbide1n. libro 5 l .

140 141
esta propuesta a México ha sido hecha, no con vistas a hostilizarlos, sino todo i m procedente � inconveniente, ya que no "es justo que 50 ciudadanos
con el conocimiento de los procedimientos que formalmente les han sido � el voto libre de la mayoría de la Nación".57
contranen
comunicados y con )a esperanza de que puedan encontrar, a· través de la
creciente habilidad de México, que resulte del Tratado el medio para hallar El 16 de septiembre, al i niciarse las sesiones ordinarias del Congreso el
con justeza los términos que eviten las hostilidades y que han sido objeto presidente Juárez se refirió al frustrado intento de golpe de Estado, car;c­
de la formulación de la Convención que está a consideración". 55 �eriza�do a sus protagonistas como "Espíritus bien intencionados, pero
1mpac1entes o de poca fe, que se alarman por las ligeras fluctuaciones que
Las potencias aliadas habían invitado a Estados Unidos fundamental­ suele experimentar aún la nave de la Revolución nss . . .

mente para obtener su neutralidad en el asunto. La Guerra de Secesión


impidió que los estadounidenses tomaran acción alguna eh ese momento en En ese mismo informe, el presidente comentó la reacción de los re­
que, además, tanto el gobierno del Norte como el del Sur, querían mantener presentantes extranjeros sobre la suspensión del pago de la deuda. "Los
las mejores relaciones con el gobierno juarista. La guerra civil norteameri­ representantes de las naciones, cuyo interés material resultaba pasajera­
cana se prolongó hasta 1 865 e impidió durante esos años la intervención de mente afectado por aquel decreto, no hicieron justicia, ni a las circunstan­
los Estados Unidos en los asuntos de México. No obstante, es menester cias que lo hacía necesario, ni a las miras que extrañaba y suspendieron a
mencionar que hubo simpatía por la causa mexicana en algunos sectores causa de esa disposición, sus relaciones con el Gobierno de la República.
norteamericanos. El soberano Congreso tuvo conocimiento de este incidente antes de decla­
rarse en receso y nada ha alterado posteriormente el estado de esta cues­
En el interior de la República, después de decretada la Ley de Suspen­ tión. Se está tratando de arreglarla con los gobiernos respectivos y el de
sión de Pagos se agravó la crisis política por la que atravesaba el país. El 7 México tiene razones para creer que terminará con una solución satis­
de. septiembre de 1 86 1 , tres diputados en representación de la mitad de la factoria."59
Cámara pidieron la renuncia de Juárez a la Presidencia. Su argumento esen­
cial era que dada la "desorganización" y la ruptura "casi absoluta de los Las esperanzas del gobierno mexicano no se cumplieron. Como ya men­
lazos federativos y el peligro de que faltara dentro de poco la unidad nacio­ cionamos el 3 1 de octubre se firmó en Londres la Convención que formali­
nal", consideraban que Juárez era un obstáculo para lograr la paz. zó la alianza entre España, Francia e Inglaterra pri.ra exigir la satisfacción
de sus reclamaciones. El documento respectivo establece que:
''La Revolución -argumentaron- necesita que el nombre de Juárez no
pase a la posteridad con las notas que sobre él arrojaría la historia, si apa­ Su Majestad la Reina del Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda
reciera como el del hombre que sofocó los gérmenes de una gran Revolu­ (Victoria Alejandrina), Su Majestad la Reina de España (Isabel Il) y
ción. Para salir airosos en los conflictos interiores y exteriores que nos Su Majestad el Emperador de los franceses (Napoleón Ill) conside­
amenazan . . . Le pedimos se separe temporal o absolutamente de la Presi­ rándose obligados, por la conducta arbitraria y vejatoria de las auto­
dencia de la República, en la que sus virtudes son estériles y en la que ridades de la República de México, a exigir de esas autoridades una
sacrifica, con su propia reputación el porvenir de la República.';56 'protección más eficaz para las personas y propiedades de sus súbdi­
tos, así como el cumplimiento de las obligaciones que la misma Re­
No obstante, 52 diputados pidieron que Juárez permaneciera en la Pre­ pública tiene constituidas para con ellas, han convenido en concluir
sidencia, refutando a los opositores su desconocimiento de la voluntad y entre sí una Convención con el fin de combinar ·su acción común",
soberanía popular ya que " . . . sin tener en cuenta que el ciudadano Juárez para "enviar a las costas de México fuerzas combinadas de mar y
es el escogido del pueblo, olvidando que ni siquiera hay un Presidente Cons­ tierra, . . . ocupar las diversas fortalezas y posiciones militares, . . . para
titucional de la Suprema Corte", se atrevían a hacer semejante petición, del garantizar la seguridad de los residentes extranjeros.

s5 Respuesta de Wí!liam H. Seward a los representantes de la Convención de Londres, en copia �7 El SiMlo XIX. septiembre 10 de 1 8 6 1 , p. 2.
fotostática del.Archivo Nacional de Estados Unidos en Washington, Grupo59, citado por Jorge ss
"Discurso del presidente Benito Juárez en la apertura de las Sesiones Ordinarias del Congreso
L. Tamayo,op. cit., vol. V, p. 322-326. de la Unión". El Siglo XIX. México, septiembre ! 7 de 1 8 6 1 , p. 3.
�6 El Siglo XIX, .septietnbre 7 de 1861, p. 3 . �'1 lbide1n. septiembre l 7 de 1 8 6 1 , p. 3

142 143
En dicha convención los países firmantes se comprotnetían "a no buscar
para sí" . . . ninguna adquisición del territorio ni ventaja alguna particular, y
a no ejercer en los asuntos internos de México ninguna influencia que pue­
da afectar el derecho de la nación mexicana de elegir y constituir libremen­
te la forma de su gobierno.60

Respecto a las reclamaciones de España, la deuda ascendía a 9 460 986


pesos, de los que 7 9 1 1 423 eran de capital. La reclamación francesa era la
menor; tenía a cuenta de capital 2 430 9 J 7 y 429 000 a cuenta de réditos.

El caso de Jecker se había resuelto entre Saligny y el ministro mexicano


de Relaciones, Francisco Zarco, otorgando a la familia del cónsul francés
asesinado en Tepic, 20 mil pesos y el acuerdo de pagar seis millones en
cuatro plazos.

Ante la amenaza de la guerra y sin conocer todavía los acuerdos toma­


dos en la Convención de Londres contra México, el Congreso derogó la
Ley de Suspensión de Pagos el 23 de noviembre. El gobierno mexicano
pondría "inmediatamente en vía de pago las asignaciones respectivas con­ i

1
forme a las disposiciones y reglamentos anteriores a dicha Ley". 6 1 No obs­
Jurién de la Graviere, comandaba
tante, la maquinaria imperial estaba en marcha y no se detuvo, por lo que la
la escuadra francesa que invadió
derogación del decreto de suspensión fue extemporáneo no sólo porque ya
Veracruz en 1862 como parte de
se había formado Ja Alianza Tripartita en Ja Convención de Londres, sino la Alianza Tripartita.
porque Ja situación de México había dado pie para que Napoleón III pusie­
ra en práctica sus propósitos imperialistas. 1
1
En vísperas de concretarse la intervención tripartita contra México, los gobiernos europeos, cuyo juicio han procurado extraviar los enemigos de
ciudadanos españoles, italianos y suizos fueron puestos bajo la protección nuestra libertad, con respecto a la situación de Ja República, lleguen a ver
del ministro de Prusia. En diciembre de 1 86 1 , una nueva crisis ministerial en los que alegan como agravios, una consecuencia inevitable de una Re­
motivó a Juárez a rehacer de nuevo su gabinete. Manuel Doblado ocupó volución altamente humanitaria que el país inició hace ocho años y que
Relaciones Exteriores y Gobernación; Jesús Terán fue asignado a Justicia, comienza a realizar sus promesas, no sólo para los mexicanos, sino para
Fomento e Instrucción Pública; Pedro Hinojosa, a Guerra y Marina y José los �ismos extranjeros."62
González Echeverría, a Hacienda.
No todos los aliados tenían las mismas pretensiones. La primera escua­
En la clausura de sesiones del Congreso, el 1 5 de diciembre, Juárez dra de Ja Alianza Tripartita que desembarcó en Veracruz, fue la de España
con 5 600 hombres, en diciembre de J 86 J . Los comerciantes españoles '!
reiteró la buena disposición de su gobierno para zanjar cualquier diferen­
cia con las potencias extranjeras. "El Gobierno mexicano permanece fiel a que controlaban la mayor parte de la actividad mercantil del puerto mexi­
sus sentimientos de paz y de simpatía para con los otros pueblos y de leal­ cano, estaban de plácemes porque la bandera española volvía a ondear en
tad y moderación para con sus representantes, y espera conseguir que los México. . En pocos días, en enero 7 de 1 862, arribó el jefe de Ja fuerza
ibérica, Juan Prim, conde de Reus y marqués de Castillejos, con 734 hom-

62
60 Manuel Santibáñez, Reseña histórica del Cuerpo de Ejército de Oriente. México, Tip. de la Discurso del presidente Benito Juárez en la clausura de Sesiones del Congreso, Archivo de la
Cá1nara de Diputados de la Unión. Historia del lo. y 2o. Congreso Constitucional 1857 y
oficina. hnprenta del Timbre, vol. I, 1 892, pp. 8- 1 l .
( ,¡ Archivo de In Cá1nnra de Diputados, Actas de las sesiones secretas, libro 5 ¡ . 1 8 6 1 -62-63, vol. ll, pp. 79-80.

144 145
bres más. Se trataba de un distinguido general de brillante trayectoria, que Una vez reunidos los contingentes de la Alianza Tripartita en Veracruz,
destacó en la guerra de Marruecos. En el mismo mes de enero, llegaron se integró una comisión que vino a la ciudad de México a entregar al go­
también las escuadras británica y francesa. Al mando de los ingleses venía bierno republicano la nota de protesta de sus respectivos gobiernos. La
Charles Wyke con 700 hombres, y los franceses con 2 400 hombres, en el comisión estuvo integrada por: capitán Edward Tathan, de Gran Bretaña;
primer desembarco, venían comandados por Jurién de la Graviere. capitán Thornasset, representando a Francia, y brigadier Lorenzo Millans
del Bosch, en nombre de España.
La situación era de gran emergencia; el gobierno de Juárez obró con
cautela. Las posibilidades de enfrentar a los ejércitos de tres poderosas Los comisionados fueron recibidos por el presidente Juárez y por el se­
naciones eran prácticamente nulas; la cuestión debía resolverse en el terre­ cretario de Relaciones, Manuel Doblado, el 2 1 de enero.
no de la diplomacia y no en el de las armas. Juárez ordenó no disparar
contra los invasores. Para las fuerzas expedicionarias era indispensable salir del puerto de
Veracruz, ya que las enfermedades tropicales de la costa menguaban a sus
Hizo un llamado a la unidad nacional invitando a sus detractores a ocu­ ejércitos. Prim se había visto obligado a embarcar para la isla de Cuba a
par puestos importantes. Incorporó a José María Aguirre, que lo había acu­ 800 enfermos, y los franceses tenían 335 hombres en el hospital. Por lo
sado de traidor a fa patria; a León Guzmán, que lo había insultado desde la mismo, las fuerzas de la Alianza Tripartita solicitaron al gobierno de Juárez
tribuna parlamentaria; a Manuel Gómez, enemigo declarado y a los dipu­ que les permitiera ingresar a territorio mexicano.
tados Careaga y Montellano, que encabezaban a la oposición.
El 23 recibieron respuesta de Doblado; invitaba a los representantes
El 9 de enero, ya en el puerto de Veracruz, los plenipotenciarios aliados aliados a trasladarse a la ciudad de Orizaba para discutir las reclamacio­
enviaron un ultimátum al gobierno mexicano. En él justificaban su inva­ nes y llegar a un arreglo:
sión por haberse dejado de cubrir "deudas sagradas y reconocidas por los
tratados" y para proteger la seguridad individual de sus connacionales que Satisfactorio es para el Gobierno de la República que las intenciones
habían sufrido "exacciones Violentas, secuestro y muerte." Por ello venían de los aliados sean tan benévolas como aparece en la nota citada,
a exigir no sólo reparaciones de lo pasado, sino también garantías para el porque así bastará llamar su atención sobre el estado que hoy guarda
porvenir. el país para hacerles comprender que ya no es necesario el apoyo de
la fuerza armada ni para consolidar el gobierno existente, ni para
Los aliados, aseguraban no tener intenciones de intervenir en los asun­ obtener justicia en las cuestiones internacionales actualmente pen­
tos internos de México: dientes.
En cuanto a las reclamaciones de las naciones aliadas, el Gobier­
El pueblo mexicano tiene su vida propia, tiene su historia y su nacio­ no mexicano manifiesta estar dispuesto a entrar en arreglos con todas
nalidad; es pues, absurda, la sospecha de que entre los planes de las y cada una de ellas, porque tiene voluntad y medios de satisfacer
potencias aliadas está el de atentar contra la Independencia de Méxi­ ampliamente sus justas exigencias", además de "reparar su crédito
co. El lugar que ocupan entre las naciones de Europa y su acreditada lastimado por faltas involuntarias". Externaba que el gobierno mexi­
lealtad las ponen a cubierto de semejante imputación; vienen a pro­ cano "está resuelto a hacer todo género de sacrificios para acreditar
curar que tan ricos dones no se extingan en estériles y continuas lu­ a las naciones amigas que el fiel cumplimiento de los compromisos
chas que acabarían por consumar la ruina de Ja República.63 que contraiga será, en Jo sucesivo, uno de los principios invariables
que caractericen a la administración liberal".64
Las potencias extranjeras erigidas en jueces supremos, señalaban que
"Harto tiempo ha sido la República Mexicana presa de continuas convul­ El imperio de la fuerza cambiaba el tono del gobierno mexicano. La
siones; ya es hora de que a:I desorden y la anarquía suce'da un Estado nor­ nota de Doblado distaba mucho de la nota de Juárez, cuando explicaba la
mal basado en la ley y en los derechos de los extranjeros."

M Ultimátum de los plenipotenciarios aliados, Archivo de !a embajada de R<;paña en México, caja r"' Archivo de Ja Etnbajada de España en México, caja 1 1 0, leg. 1, Documento 23, Jorge L. Tamayo,
1 1 0, Jeg. 1 . op. cit., vol. V, p. 698.

146 147
al interior del país para poder protegerse de las enfermedades tropicales.
Los franceses se establecerían en Tehuacán, los ingleses en Córdoba y los
españoles en Orizaba. México reconocía, en principio, las reclamaciones
económicas que hacían las potencias, en tanto que los convencionistas se
Por Jos Acuerdos de comprometían a no intentar ninguna acción contra la soberanía e integri­
la Soledad, los dad de la República Mexicana.
convencionistas
extranjeros
El Artículo So. de los acuerdos preliminares estableció que en caso de
reconocían al
que por desgracia se rompieran las negociaciones, "las fuerzas de los alia­
gobierno juarista y se
comprometían a no
dos desocuparían las poblaciones antes dichas y volverían a colocarse en la
atentar contra Ja línea que está delante de dichas fortificaciones en rumbo a Veracruz".66
soberanía de la
República. A pesar de haber empeñado su palabra en los Acuerdos de La Soledad,
de no intervenir en la política interna del país el emperador de los franceses
tenía otros planes para México.
suspensión del pago de la deuda, por no querer satisfacer "el oro de sus
acreedores . . . con la carne y sangre de los mexicanos".
La intervención francesa
Por la vía diplomática Manuel Doblado debía convencer a los firmantes
de la Convención de Londres que Méx"ico no pretendía desconocer sus deu­ En marzo llegaba el general Charles Ferdinand Latrille, conde de Lorencez,
das y de que era necesario llegar a una solución pacífica de los asuntos al mando de 47 1 1 soldados más, con órdenes de invadir el país. Gran fama
pendientes, sin permitir ninguna intromisión extranjera en los asuntos in­ tenía el conde Lorencez. Egresado de la Academia Militar de Saint Cyr, i

1
ternos. había combatido en Africa de 1 832 a 1 852 y en la Campaña de Crimea en
1 853- 1 854, donde obtuvo el grado de general. Con él venía Juan
Entre tanto, el gobierno republicano se aprestaba para la defensa del Nepomuceno Almonte, uno de los mexicanos que había trabajado en Euro­
país; además de tomar ciertas medidas militares, se dictó una ley para cas­ pa para el establecimiento de una monarquía en México. Era Alrnonte ene­ .,¡

1
tigar los delitos contra la nación, el 25 de enero de 1 862. Con ella se llegó migo declarado de J uárez. Como se recordará, había servido a la Cancille­
a juzgar en 1 867 a Maximiliano, Miramón y Mejía. ría mexicana en diversos cargos. Colaboró con la república como secretario
de Guerra y Marina y de Hacienda, llegando a ser candidato a la presiden­
El 6 de febrero el canciller Doblado dio respuesta a la solicitud de avan­ cia en tres ocasiones ( 1 845, 1 849 y 1 856); afiliado al grupo conservador,
ce de las fuerzas aliadas al interior del territorio mexicano, advirtiendo que Al monte llegó a Francia como su representante, y durante los gobiernos de
el gobierno "no puede permitir el avance de las fuerzas invasoras, si antes Zuloaga y de Miramón hizo gestiones en pro de la intervención europea en
no se fijan con claridad y precisión bases generales que den a conocer las México.
intenciones de los aliados".65
El gobierno de Juárez protestó por el amparo que se daba a Almonte
Los representantes extranjeros se reunieron con Doblado en el pueblo bajo la bandera francesa, pues constituía una intervención en los asuntos
de La Soledad, estado de Veracruz. Los países invasores reconocían con internos de México y, por lo tanto, una flagrante violación a los prelimina­
este hecho al gobierno juarista, único con quien podían negociar en ese res de La Soledad.
momento. El generar Prim representó a los aliados en las negociaciones.
No sólo la fuerza extranjera estaba en contra de Juárez. También entre
El 1 9 de ese mismo mes de febrero se firmaron los llamados acuerdos la población existía simpatía por el establecimiento de un régimen monár-
preliminares de La Soledad; en virtud de éstos los aliados podrían avanzar
66 Discurso del presidente Benito Juárez en la apertura de las Sesiones Ordinarias del Congreso de
"� Jbidetn, vol. V. p. 768. la Unión,ElSiglo X/X, abril 1 6 de !862.

148 149

/
quico. El sector mayoritario del pueblo, manejado por la Iglesia, lo apoya­ Los acuerdos pacíficos a los que se llegó con Inglaterra y con España
ría. En Jalapa se proclamó un plan para derrocar al gobierno. En él se fueron exitosos en la inedia en que pactaron por separado con los aliados,
propuso a Almonte como jefe c�n facultades "para entrar en un avenimie�­ pero es indudable que dichos convenios fueron signados por los repfe­
to con los jefes de las fuerzas aliadas que actualmente se hallan en el terri­ sentantes europeos al encontrar que el único gobierno establecido en México
torio de la República y para convocar una asamblea nacional que tomando era el de Juárez y, por lo tanto, constituía la única posibilidad real, por el
en consideración la deplorable situación en que se encuentra el país, decla­ 1nomento, de negociar el pago de la deuda mexicana. Se concertaron
re la forma de gobierno que sea más conveniente establecer en él para acuerdos particulares con representantes de Inglaterra y España. Con In­
cortar, de raíz, la anarquía y proporcionar a los mexicanos la paz y el orden glaterra, el Tratado Wyke-Doblado, firmado en Puebla el 28 de abril de
que hace tiempo desean". 1 862; con España, una convención que el general Prim no llegó a firmar,
por retirarse rápidamente a Cuba una vez roto el pacto de la Alianza
El 9 de abril se reunieron Jos tres plenipotenciarios extranjeros en la Tri partí ta.
ciudad de Orizaba, pues querían llegar a un acuerdo con respecto a los
principios de la Convención de Londres. En dicha reunión, Saligny no mostró Prim envió al Ministro de Guerra de su país, Leopoldo O'Donell, un
ningún respeto por los Tratados de La Soledad. Los representantes de Es­ informe de lo sucedido entre los firmantes de la Convención. Le refirió
paña e Inglaterra, que no eran partícipes de los planes de Napoleó� lll, cómo Francia desconoció todos los tratados, por lo que tomó la decisión de
negociaron por separado los asuntos con Mex1co, y rompieron la Alianza no comprometer al gobierno de España en seguir los pasos de los france­
Tripartita que les había traído a Veracruz, regresándose a sus países. ses, que querían "levantar un trono para la casa de Austria". También ma­
nifestaba su convicción de que México "ni es ni será monárquico", pero su
En la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso de la Unión, el _I 5 principal motivación para retirarse, era que no consideraba conveniente
de abril de 1 862, Juárez se refirió a la situación existente con las potencias para la política española entrar en discrepancias con los ingleses y los nor­
acreedoras. El gobierno abrigaba la esperanza de que las ·diferencias pen­ teamericanos.
dientes con España y Gran Bretaña se arreglaran por medio de negociacio­
nes pacíficas: "Hay una garantía de ello en la conducta reciente de los Por otro lado, el general Prim retiró a sus tropas arriesgándose a ser
dignos representantes de esas dos naciones y en el propósito del Gobierno censurado en España, como en efecto lo fue. El Senado de su país lo atacó,
de llevar con ellas el espíritu de conciliación y deferencia hasta donde la atribuyéndole .intereses personales en la cuestión mexicana.68
razón y la dignidad nacional lo permitan". Con Francia no había posibili­
dad de arreglo. Dichos ataques fueron injustos. El conde de Reus entendió la situación
de México. Profetizó que la monarquía que pretendían establecer los fran­
Por otra parte, el presidente informaba que las relaciones con las demás ceses en este país se sostendría transitoriamente y que caería en cuanto le
potencias amigas no habían sido alteradas durante el receso de la Cámara, faltara el apoyo del ejército intervencionista, el cual sólo sería dueño del
por lo que esperaba que en "la prueba gue se prepara a la República, no le terreno que pisara, ya que los mexicanos no aceptarían un gobernante ex­
faltarán las simpatías y acaso el concurso de otros pueblos. Las Repúblicas tranjero. Los sucesos de México debieran recordar a Prim la reacción es­
americanas dan muestras de comprender que los sucesos de que México pañola ante la intervención francesa en l 808.
está siendo teatro, afectan algo más que la nacionalidad mexicana y que el
golpe que contra ella se asesta, heriría no sólo a una Nación, sino a todo un En enero 27 de 1 862, el primer ministro inglés, John Russell, envió una
Continente. La República del Perú se ha servido de una misión especial nota a Wyke diciéndole que el Archiduque Fernando Maximiliano sería
para expresar su simpatía eficaz por México, con motivo de la crisis que invitado "por un gran número de mexicanos a que se coloque en el trono de
atravesamos", y concluía: "El Gobierno se propone seguir cultivando México", a lo que agregaba que "si el pueblo mexicano coloca en el trono
empeñosamente las relaciones cordiales de que algunas de ellas le están al Archiduque de Austria por un movimiento espontáneo, nada hay en la
dando pruebas".67 Convención que lo impida", pero que tampoco tomaría "parte en una inter-

m Don Juan Prim y su labor diplomátü;a en México, Introducción de Genaro Estrada. México, 6" La Gran Bretaña no apoya a Maximiliano, sólo quiere cobtar su deuda,AHSREM, Expediente H/
SRE, (AHDM, pl'imera serie, núm. 25) l 928, pp. 1 4 1 - !45. 252 (00:72) "86 1 "/! ff 176- 177.

150 151

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,,
vención armada que tuviera aquel objeto" .69 Por lo tanto los ingleses tam­ Vicente, Chiconcuac Y el mineral de San Dimas; así como de " . . . los gastos
bién se retiraron. ocasionados por los arrestos militares de la expedición . 12 . . ..

El gobierno inglés aprobó la firma de Charles Wyke en los Convenios Ingleses y españoles quedaron a la expectativa, esperando la consolida­
de La Soledad y el retiro de sus tropas. Españoles e ingleses recibieron la ción del gobierno de Juárez o bien del instituido por los franceses, aunque
seguridad de que México no desconocía sus compromisos y reanudaba el en principio ya había dado la seguridad de satisfacer sus demandas.
pago de su deuda, que de hecho ya se había restablecido desde noviembre
del año anterior, al abolirse el decreto de la suspensión de pagos. Final mente, las verdaderas intenciones del imperio francés quedaron al
descubietto: el l 6 de abril sus representantes Alphonse Dubois de Saligny
Wyke y Doblado firmaron el 28 de abril en Puebla, un tratado para el y Jurien de la Graviere declaraban la guerra al gobierno de México. Su
arreglo de la deuda. Dicho convenio establecía que México pagaría las acción era desde todos los puntos vista injustificable ya que argumentaba
reclamaciones británicas con el préstamo de los dos millones que Estados que México los había agredido con el Decreto de Suspensión de Pagos ya
Unidos otorgaría a México. En caso de no efectuarse el préstamo norte­ abolido: "El Gobierno mexicano ha respondido a la moderación de nuestra
americano, se harían efectivos los mismos bienes que México hipotecaría conducta con medidas a las que nunca hemos estado dispuestos a prestar
en garantía a Estados Unidos, para pagar la deuda inglesa. Además, se nuestro apoyo moral y que el mundo civilizado nos reprocharía sancionar
autorizaba que los agentes británicos pudiesen ocupar aduanas y puertos con nuestra presencia. Ahora la guerra está declarada entre él y nosotros,
mexicanos. pero nosotros no confundimos al pueblo mexicano con una minoría opresi­
va y violenta. El pueblo mexicano sie1npre ha tenido derecho a nuestras
No obstante, dicho convenio fue .suspendido por órdenes del ministro 1nás vivas simpatías. A él le toca mostrarse digno de ellas".73
británico, John Russell, quien notificó a Sir Charles Wyke que: el gobierno
inglés no ratificaría el Convenio de Puebla, hasta ver el resultado de la Días después los monarquistas mexicanos se adhirieron al plan subver­

1
contienda (entre Francia y México) y estar en condiciones de proponer un sivo de Córdoba, que desconocía al gobierno de Juárez. El general Almonte
nuevo Convenio "si llegara a presentarse el caso". También le daba ins­ actuaba ya co1no jefe supremo del grupo conservador. El ejército francés
trucciones para que no siguiera a Juárez si éste salía de la ciudad y de que avanzó hacia las Cumbres de Acultzingo derrotando, el 23 de abril de 1 862,
exigiera "de cualquier Gobierno mexicano de facto la consideración debi­ con el apoyo de los grupos conservadores, al ejército republicano al mando

i
da y . . . la reparación de agravios inferidos a los súbditos británicos".70 de Ignacio Zaragoza. Ante el avance del ejército invasor el Congreso rati-

En cuanto al acuerdo particular con España, Manuel Doblado recibió el


proyecto presentado por Prim. En él se pedía el nombramiento de un repre­
sentante del gobierno mexicano que debía trasladarse a Madrid, "con el

ni
expreso encargo de dar satisfacción a S.M., la Reina de España, por la �
expulsión del Embajador, don Joaquín Francisco Pacheco''.71
Caricatura de la
De igual forma se exigía la vigencia del Tratado de 1 853, "como si orquesta que ; ��
nunca se hubiera dejado de cumplir" (Art. 3), y el pago de la reclamación representa e!
de una embarcación española apresada por el vapor mexicano Constitu­ momento en que
ción. También se añadía en el proyecto la exigencia del pago de indem­ Almonte es
nizaciones tantas veces reclamado a raíz de los crímenes cometidos en San destituido del cargo
de jefe supremo

<N Instrucciones del gobierno británico a Wyke, Archivo General de la Gran Bretaña, Expediente
F.O. 50-363 11 298 y SS. 72 Proclama de Alphonse Dubois de Saligny y Jurién de la Graviere, anunciando Ja guerra a México,
711 Proyecto de Tratado de Prim, Archivo de la Embajada de España en México, caja 109, leg. 3 A cíen arios del 5 de mayo de 1862. Méxi'co, SHCP, 1 962, pp. 291-292.
71 Jbide1n, caja 109, leg. 3 . 7·' AMSREM, Expediente H/! 10 (73:0) "862"/l ff90-9 l .

1 52 1 53
ficó las facultades extraordinarias concedidas a Juárez, al mis1no tiempo Cuando Manuel María de Za1nacona ocupó la Secretaría de Relaciones
que restringía algunos actos de poder judicial. no cre�o, q ue �stados Unidos volvería a hacer proposiciones sobre compra
d� terntono,. sino que en todo caso la negociación "giraría más bien sobre
La angustiante situación de México ante las exigencias que las potencias hi poteca de los valores de que pueda disponer el Gobierno o de terrenos
europeas, motivó al gobierno de Lincoln.a ofrecer ayuda económ ica por bal¿íos con condiciones para su venta y colonización que previniese todo
cinco millones de pesos al gobierno de Juárez, estableciéndose en garantía peligro para nuestra nacionalidad". En sus instrucciones a Romero hacía
los bienes de la Iglesia y los terrenos baldíos. En este sentido se iniciaron ver a éste la urgencia de que "un subsidio pecuniario en estos momentos
las negociaciones que finalizaron con la firma del Tratado Corwin-Doblado. sería la solución de cuantas dificultades presenta la política interior y exte­
rior del país", que "aseguraría la paz y la prosperidad de la Nación". Za-
El secretario de Estado, William H. Seward, había autorizado a Thomas 1nacona exhortaba a Matías Rqmero a lograr un acuerdo con Estados Uni­
Corwin a negociar un tratado con la República de México sobre las si­ dos, "impresionando" al gobierno norteamericano "con los amagos de una
guientes bases: intervención europea en México'", así corno "con Jos que hay también, de
parte de los estados confederados".7$
Que el Gobierno de Estados Unidos asuma el pago del interés, al tres
por ciento, de la deuda consolidada que aquel país tiene con los tene­ Ante la desesperada situación del gobierno, Zamacona pidió también a
dores de bonos mexicanos, cuyo capital se calcula ser de cerca de 62 su representante en Estados Unidos, que explorara con toda discreción los
millones de pesos, por el término de cinco años desde la fecha del térrninos en que se podría negociar con los banqueros norteamericanos "un
decreto recientemente expedido por el Gobierno de México, suspen­ empréstito desde uno hasta l O millones sobre la garantía de terrenos bal­
diendo tal pago, con tal que aquel Gobierno empeñe su fe a los Esta­ díos, o del derecho del Gobierno en Ja empresa de Tehuantepec, o de los
dos Unidos para el reembolso del dinero que así fue pagado, con el valores procedentes de la nacionalización"76 "este negocio, empero -re­
interés del seis por ciento sobre el mismo, asegurando con el dere­ calcaba el Canciller-, demanda, como usted comprenderá, mucho tacto y
cho la retención específica sobre todas las tierras públicas y los retenti va".77
derechos sobre minas en los diversos estados mexicanos de Baja
California, Chihuahua, Sonora, Sinaloa, llegando a ser propiedad En vi sta de que no se pudo concretar el préstamo con la banca norte­
así empeñada absoluta de los Estados Unidos al expirar el término a1nericana, se continuaron las negociaciones con el gobierno de aquel país.
de seis años, contando desde que el Tratado tenga su cumplimiento si En este sentidÜ, el representante mexicano en Francia, Juan Antonio de la
tal reembolso no hubiere sido hecho antes de aquel tiempo. Fuente, notificó a Matías Rotnero que Francia no aceptaría el pago de la
deuda de México por Estados Unidos, "alegando que su deuda no gana
Concluía el documento señalando que las circunstancias, que se presen­ intereses, sino que debería amortizarse en abonos parciales con la parte de
taban tan nuevas como extraordinarias, hacían necesaria esta determina­ las rentas mexicanas que se les habían consignado en garantía".78
ción, pues la crisis mexicana no admitía demora; por lo mismo, el presi­
dente Lincoln aceptó la responsabilidad de someter su acción sobre este Los franceses no querían perder el pretexto para realizar su proyecto de
asunto a l a consideración del Senado de Estados Unidos tan luego como intervención en México. Algunos unionistas llegaron a temer que Francia
aquél cuerpo se hubiera reunido para la sanción constitucional, sin la cual también tuviera interés en intervenir en la guerra norteamericana apoyan­
el tratado, suponiéndolo hecho, no sería de ningún, efecto.74 do a los confederados. Frente a esta situación se estrecharon los vínculos
entre el gobierno de Lincoln y el de Juárez.
El gobierno de México, por su parte, había recomendado a Matías Ro­
mero investigar las posibilidades de conseguir un préstamo del gobierno Al referirse a la intervención europea en América y concretamente en
norteamericano antes de decretarse la suspensión del pago de la deuda. El México, Seward hizo una interesante confesión a Romero, que explica en
representante mexicano debía buscar condiciones distintas a las que pro­
70 /f;idem, ff 1 ! 3 - 1 1 4 .
ponían Seward y Thomas Corwin, que como puede verse eran muy peligro­
11' lbidem , ff l ! 3 - J 14.
sas para México y terriblemente ventajosas para Estados Unidos. 17 Matías Romero, Correspondencia de la Le1:ación mexicana. en Wasllin;:ton, vol. 1 1 , pp. 1 59-
160.
74 AHSREM, Expediente H/ l 10 (73:0) "862"/ 1 ft 1 [ 3-1 1 4 . iN
/l;frfem , va!. 1 1 , pp. ! 5 9 - 1 60.

1 54 1 55

1:
¡!¡
parte la actuación norteamericana en su anterior guerra con México, al En relación al rumor sobre Corwin, Romero dijo que se trataba de una
tiempo que da esperanzas a1 gobierno mexicano de librarse de los fran­ calumnia que no tenía más objeto que predisponer a Ja opinión pública
ceses: contra �1 tratado, pero que para mayor seguridad, si el Senado lo creía
c?nven1e ?te ' podía enmendar�o póniéndol � una cláusula en que se previ­
No hay cuidado: en Europa disponen de nosotros a su arbitrio y hasta .
niera que ,ninguna parte del dinero que en el se conviene prestar a México
se dividen ya nuestros despojos; pero todos esos planes se vendrán se emplee en pagar reclamaciones atrasadas de ciudadanos de los Estados
abajo con nuestros esfuerzos. Nuestra situación mejora cada día más, Unidos".82
y espero que lo mismo suceda con la de México. Los aliados llevan
ya más de cuatro meses de estar en el país y hasta ahora no han hecho No obstante, la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado rechazó
nada, si ocupan la capital habrán adelantado poco y les pasará lo el tratado, fundamentalmente por no querer tener problemas con Francia
que a nosotros, que no sabíamos cómo desembarazarnos de ella en dada la situación por la que atravesaba. Aún así, en atención a México, no
1 847.79 se desecharía definitivamente, sino que se dejaría pendiente, Jo cual a la
larga fue mejor para el país. De haberse firmado el tratado, México habría
Con estos antecedentes Y ante Ja ocupación militar del territorio nacio­ acabado por perder los territorios de los estados del norte del país dados en
nal, Doblado, en su calidad de secretario de Relaciones, acordó un tratado garantía Y aun con el préstamo aludido no se habría conjurado la interven­
con el ministro estadounidense Thomas Corwin, el 6 de abril de 1 862. En ción francesa.
él, se establecía que Estados Unidos otorgaría lfn préstamo de 1 1 millones
para el pago de las reclamaciones europeas, hipotecando territorios baldíos El sistema monárquico que pretendían imponer los franceses en México
en la zona de Baja California, Chihuahua, Sonora y Sinaloa. no era ajeno al pensamiento de muchos mexicanos de la época. Trescientos
años de monarquía española habían dejado profundas raíces la idea de
El tratado fue discutido en el Senado norteamericano hasta el primero instaurarla estuvo latente en los grupos conservadores, que a la caída del
de julio. La principal objeción para ratificarlo fue que complicaría las rela­ Primer Imperio habían intentado el establecimiento de una República cen­
ciones de los Estados Unidos con Francia; además, circuló la idea de que tralista; al no consolidarse ésta, volvieron sus ojos a Europa en busca de un
se trataba de un negocio de Corwin. Respecto a las relaciones de Estados monarca que garantizara estabilidad.
Unidos con Francia, Romero señaló que el Convenio no tenía por qué ser
considerado hostil a ese país, ya que su objetivo era únicamente dar a México La empresa fue apoyada y auspiciada por la iglesia católica. La pode­
los recursos necesarios para que pudiera satisfacer las reclamaciones de rosa institución política salió en defensa de sus intereses, afectados por la
los tres países aliados, que beneficiarían a los acreedores franceses. Agre­ Reforma. Como tenía en su poder el control ideológico de la población,
gaba que "no habiendo declaración ninguna de guerra entre México y pudo influir para que se recibiera. a las tropas francesas como a los sal­
Francia, que hubiera sido debidamente notificada a los Estados Unidos, vadores de la religión "perseguida". El grupo conservador se aglutinó en
éstos estaban todavía en aptitud de auxiliar a México, sin que la Francia torno al clero que constituyó su guía, a falta de dirigentes de la talla de
pudiera considerar tal auxilio como un casus belli conforme al derecho de Al amán.
gentes".l:!º
Pelagio Antonio Labastida y Dávalos, en su calidad de representante de
El representante mexicano señalaba que su país necesitaba el préstamo la más alta jerarquía eclesiástica, fue el principal promotor del Imperio y
"de la manera más imperiosa" para conservar su "organización actual y formó parte de la Regencia que establecieron los franceses como gobierno
que sin é1, los males que se seguirían a México serían sin cuento y de los provisional, antes de la llegada de Maximiliano. Junto a Labastida, ocupó
cuales precisamente se resentirían los Estados Uni<los".81 un lugar fundamental el padre Francisco Javier Miranda, quien trabajó
arduamente para los fines imperialistas después de haber sido ministro de
Justicia de Zuloaga.
79 Matías Ro1nero lucha para que el Tratado CorwinMDoblado sea aprobado por el Senado
estadounidense, AHSREM, Expediente III/352 (72:73)/9 ff 104M108.
M lbide1n, ff 104M!08. �1 José C. Va!adés,José Ma. Gutiérrezde Estrada. México, Enciclopedia Yucatenense, 1944, vol.
�1 lbide1n, ff 104�108. VII. pp. 177-183.

156 157
Esaurrizar que había servido en las legaciones de Londres, Roma y Ma­
En Europa, un grupo de mexicanos había trabajado en torno al �stabl �­ drid, formaba parte de los monarquistas.
cimiento de la monarquía. Entre sus impulsores se �ncontraba Jose Mana-
el mo
Gutiérrez de Estrada, quien desde 1 840 se pronunció por proye.cto Hidalgo había tenido trato en España con Eugenia de Montijo, antes de
, · · f'1c1enci· a de la repúb lica para lograr la estabi lidad del
narquico ante ¡ a 1ne ·

o que fuera emperatriz de Francia. Esta relación le dio acceso a la corte


da había decla rado que el pa1s, carec 1a
, de h � b res
I 'rrez de Estra
, Gut'e
pa1s. . . .
, 1 Estado, y que "una cons t1tuc1
· · on
, por mas ' .
sabia que francesa, donde buscó el apoyo de los emperadores para poner en práctica

��� ����
capaces de d1ng1r a a o pue- el proyecto imperial mexicano.
documento muerto, si no hay ho1nbres que sepan, quier �
sus benéf icas dispo sicion es". Por ello consid eraba
r en práctica Otro miembro de este grupo monárquico fue el conservador de ideas
en la person a de un
que debía hacerse "un ensayo de verdadera monarquía clericales, Fancisco de Paula y Arrangoiz quien, como se recordará, había
, . . " :n
pnnc1pe extranjero . sido cesado por Santa Anna al sustraer, a título de comisión personal, el 10
Desde J 84 1 Gutiérrez de Estrada se encontraba exiliado en Europa, .
ah '. por ciento del pago que los Estados Unidos hícieron a México por la com­
se dedicó a buscar a un príncipe que ocupara e� trono ? e México , � 1'
on pra de La Mesilla. Arrangoiz llegó a trabajar directamente en Miramar con
diplom ático Jase Manue l Hidalg o Maximiliano, y se separó posteriormente del Imperio debido a la política
anuencia de Santa Anna. También el liberal de Maximiliano. Completa el grupo Juan Nepomuceno Almonte,
que había regresado a México bajo la protección de la bandera francesa
para preparar el advenimiento del Imperio. Por ambición personal, más
que por tener ideas conservadoras, Almonte sirvió al Imperio. Sus ideas
liberales le hicieron ser un buen interlocutor de Napoleón III y del mismo
Maximiliano.

Este grupo de emigrados dio a Napoleón III la oportunidad que espera­


ba para poner en práctica sus proyectos colonialistas en América. De,sde
un principio la empresa quedó fuera del control de los monarquistas mexi­
canos que se pusieron en manos del Emperador.

Rompiendo todos los tratados firmados, el de la Convención de Londres


y Jos Preliminares de La Soledad, los franceses avanzaron sobre el territo­
rio mexican·o rumbo a la capital. En el camino tuvo lugar un enfrentamiento
con el ejército mexicano en la ciudad de Puebla. El general en jefe del
ejército francés, Carlos Fernández Latrille, conde de Lorencez, sufrió una
estrepitosa derrota ante un ejército que él consideraba inferior en- todos
aspectos.

El general mexicano, Ignacio Zaragoza, hizo un buen trabajo, sobre


todo si se cons'ideran las limitaciones de recursos humanos · y materiales de
José Manuel Hidalgo su ejército y la hábil estrategia con que atrajo al ejército francés al único
miembro del grupo que punto fortificado de la ciudad. Además, logró impedir que los habitantes de
buscó el apoyo de la Puebla, profundamente clericales y partidarios de la intervención, auxiliaran
corte francesa para
a los invasores. El invicto ejército francés era humillantemente rechazado.
implantar la monarquía
en México.
La victoria mexicana en la Batalla del 5 de Mayo tuvo importantes sig­
�J Manuel Tello, (comp.), Vocesfávorables a México en el cuerpo le¿.:islativo de Franda, 1862-
nificados para la causa republicana. Desde un punto de vista estratégico
1867. México, Senado de !a República, torno 1, 1967, pp. l 23-132.
detuvo la invasión francesa por un año. Moralmente, la noticia de la derro-

1 58 1 59

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El destacado general .!!<
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logró la victoria sobre las tropas o
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francesas en Puebla. "'

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ta francesa sirvió de estímulo a los mexicanos para infundirles confianza s



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en el triunfo final. ,g

El comandante del ejército invasor había pensado que la ocupación de


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México sería una empresa fácil y rápida, pues así lo pregonaron los monar­ �
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quistas en Europa, quienes creyeron también que el pueblo, dirigido por el .!l
clero, abriría automáticamente las puertas del país a los "salvadores" de la ¡;¡

religión. V

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El vanidoso conde de Lorencez recibió una lección. Antes del 5 de mayo ¡;¡
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había escrito a Napoleón III que tomaría la ciudad de México a fines de �
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mayo. Después del fracaso en Puebla, rectificó sus apreciaciones, magnificó "' je !
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el número de sus enemigos y pidió refuerzos. o

L.

En Francia aumentó la oposición al Emperador, los diputados Ju les Favre ,¡


y Edgar Quinet condenaron la invasión; denunciaban los fines personalistas
de Napoleón III que "quería brillar; pretendía un Imperio universal para '1
"
. ,
sobresalir en el concierto europeo" .84 No obstante, el congreso francés au­ e

torizó a Napoleón "disponer de los recursos suficientes para vengar el ho­
nor mancillado de la Francia".

En la apertura de sesiones de la nueva legislatura, en octubre de 1 862,


Juárez expresó la decisión de su gobierno de resistir vigorosamente "al

l<4 Martha Bárcena (coordinadora), flistoria de la Secretaría de Relaciones Exteriores. México,


SRE, (en prensa).

160
enemí oo". El secretario de Relaciones, Manuel Doblado, había renunciado
el 1 3 de agosto, pero no por desavenencias con el president� Juárez, sino
para combatir a las fuerzas de Tomás Mejía, que asolaban Jahsco. Su lugar
fue ocupado interinamente (del 1 4 al 24 de agosto) por el �f1cial mayor,
Juan de Dios Arias, y el 25 de agosto fue nombrado Secretan o de Relac10-
nes Juan Antonio de la Fuente.

Durante ese año de l 862 la guerra obligó a cambiar la estructura admi­ Derrotado el
nistrativa. La Secretaría de Relaciones y Gobernación perdió el papel polí­ ejército
tico interno que se le había otorgado en el Decreto del 1 6 de abnl de 1 86 1 mexicano,
Juárez se vio
y fue asumido por la Secretaría d e Guerra.
obligado a
trasladar su
Después de Ja Batalla del 5 de Mayo, el ejército republicano sufrió va­
gobierno al
rias derrotas en diversas poblaciones del estado de Veracruz. Muerto Igna­ norte del país.
cio Zaragoza, Jesús González Ortega ocupó su lugar y se aprestó a comba­
tir a ]os franceses.
El último comunicado de Relaciones Exteriores durante la Guerra de
En septiembre y octubre de l 862, cerca de veinte mil hombres desem­ Intervención, fue emitido por el canciller Juan Antonio de la Fuente el 22
barcaron en Veracruz al mando de los generales Federico Forey Y Aquiles de julio de 1 863. Estaba dirigido a los ministros extranjeros y era una
Bazaine, quienes unidos al contingente de los monarquistas mexicanos � a­ denuncia contra el emperador de los franceses cuyo "designio era arruinar
cían un total demás de 30 mil hombres. El ejército republicano se posesio­ en México a las instituciones republicanas y su Gobierno, levantando un
nó de los promontorios de Puebla para hacerles frente con casi 22 mil hom­ trono para el Príncipe Maximiliano de Austria".86
bres al mando de González Ortega, más otros dos mil hombres al mando de
Comonfort, quienes además de combatir a los sitiadores debían proveer de El general Forey hizo su entrada triunfal en la ciudad de México el l O
víveres y municiones a los sitiados. Tras una resistencia heroica de 62 días, de junio de , 1 863 los habitantes le dieron una apoteósica recepción, sólo
la superioridad numérica francesa obligó al ejército me�icano a rendir la superada por la que le darían a Maximiliano un año después. Los soldados
plaza. Como los oficiales y soldados que fueron aprehendidos se rehusaron fueron cubiertos de flores y el general Forey asistió a un Te Deum en cate­
a jurar que no volverían a tomar las armas contra los franceses, fueron dral, bajo palio, en compañía de las autoridades eclesiásticas.
deportados a Francia y a Martinica. Muchos lograron escapar, como el
general Porfirio Díaz, quien se destacaría posteriormente por sus acc�on�s En Francia, la noticia de la victoria en Puebla y la triunfal entrada de los
militares; otros pasaron años fuera del país. Es el caso del gener�l Ep1tac :o soldados franceses en la ciudad de México, fue recibida con gran júbilo.
Huerta, quíerí quedó como comandante de los desterrados. Un ano despues Napoleón confiaba en que la empresa mexicana sería un éxito económico,
de la sonada victoria mexicana frente a] ejército francés, los .invasores se ya que el país poseía ricas minas de oro y plata.
convirtieron en dueños de Puebla. El siguiente paso era tomar la capital.
El señor Billaut, ministro sin cartera, señaló en un discurso pronunciado
Al tener noticias de la derrota, el gobierno de Juárez se trasladó a San en 1 862 ante el congreso francés que "el representante diplomático de una
Luis Potosí, iniciando su peregrinar por el norte del país; no pudo regresar nación amiga había comunicado a Europa que el pueblo de México acepta­
a la ciudad sino hasta cuatro años después. Otra vez el aparato guberna­ ba con aplauso la intervención francesa". El legislador francés se refería al
mental saldría de la capital con lo mínimo posible. Sólo nueve personas ministro prusiano en México, Wagner. Ignacio Manuel Altamirano, enton­
integraron el personal de Relaciones que emprendió la marcha.fts ces Diputado al Congreso de la Unión, publicó un artículo en El Monitor,
el l I de agosto de l 862, en el cual impugnaba la afirmación del represen­
tante europeo.
K5 Nota diplomática de A. de Ja Fuente a !os gobiernos de las naciones con las que se tenían
reclamaciones en legislación Mexicana, vol. !X, pp. 62 Y ss. �1' El Pájaro Verde. México, junio 22 de l 863, p. l .

162 163
En represalia, el señor Wagner mandó golpear al escritor mexicano a su
propio domicilio; como éste se defendió de la agresión, el barón presentó
una protesta ante la Secretaría de Relaciones Exteriores la cual, como otras
anteriores, mostraba la impertinencia del representante prusiano y su falta
de respeto por los mexicanos. Posteriormente, Altamirano denunció a
Wagner por dar refugio en su casa a los� traidores a México.
Caricatura de
La euforia con que fueron recibidos los franceses poco a poco se torna­ Constantino
ría en. rechazo. La Iglesia había �poyado la Intervención," pero sus relacio­ Escalante
nes con los.franceses prpnto se iban a empañar. aludiendo il.J
apoyo que la
Una vez establecido en la ciudad capital el comandante en jefe del ejér­ Iglesia dio a la
cito francés, general Forey, lanza sendas proclamas el 2 1 de junio de 1 863 intervención
que habrían de poner coto al triunfalismo clerical. En ellas señala que " . . . francesa.
La religión católica será protegida y los obispos serán puestos de nuevo en
sus diócesis", pero que el Emperador vería con placer que fuera posible al
gobierno proclamar la libertad de cultos, "este gran principio de las socie­ el arzobispo Pelagio Antonio La�astida y Dávalos; Jos segun
dos, el obispo
dades modernas . . . " Además, anunció que la Ley de Nacionalización de Juan B. Orrn<1, echea e Ignacio Pavon. Orrnaechea tuvo que
suplir a Labastida
los Bienes de la Iglesia, decretada por Juárez, no se derogaría, asegurando que se encontraba en Miramar. '
, '.
que "los propietarios de los bienes nacionalizados que hayan sido adquiri­
dos regularmente y conforme a la ley, no serán de ninguna manera La Asamblea de Notables se reunió el J O de julio de 1 863
con el fin de
inquietados, y quedarán en posesión de sus bienes, sólo las ventas fraudu­ dec1d1_ r la forma de g?bierno que debía adoptar el país. En esta
junta, sus
lentas podrán ser objeto de revisión".!!7 2 1 5 miembros resolvieron que: "lo. La Nación Mexicana
adoptará por for­
n;� de Gobierno la Monarquía Moderada, hereditaria con un Prínci
pe ca­
Los franceses protegían a los adjudicatarios de los bienes de la Iglesia tohco. 2o. El soberano tornará el título de Emperador de
_ México. 3o. Ja
nacionalizados que en su gran parte eran extranjeros. c".rona irnperi �l de México se ofrecerá a S.A.!. el Príncipe Fernan
do Maxi­
mihano, Archiduque de Austria, para sí y sus descendientes. 4o.
en el caso
Tales proclamas fueron una sacudida para la Iglesia que apoyó la Inter­ que. : . El Archiduque no llegase a tener posesión del Trono . . .
La Nación
vención francesa con la intención de que se derogara la legislación mex 1cana se remite a la bene�olencía de S.M. Napoleón 111, Emperador
. _ de
reformista. Se armó tal revuelo que el propio Forey declaró que prefería un los franceses, para que le 1nd1que otro príncipe católico. . . "88
nuevo sitio de Puebla, a asumir el papel de conciliador en semejante situa­
ción. Esta declaración condujo a que más adelante Napoleón lo relevara El Emperador de los franceses había elegido a Maximiliano al margen
del mando. de los "Notab le_s" y del pueblo mexicano. No obstante, ]a prensa conser
_ les como Francis va­
dorn y los cronistas clerica co de Paula y Arrangoiz, de­
Entre tanto, Forey procedió a organizar un gobierno provisional. Se re­ fend iero� la mdependencia de la elección.; a la que consideraban un "hecho
_ o aprobado de
glorios
unió primero una Junta de Gobierno, constituida por 35 personas, junta manera unánime y con muestras de júbilo por todos
que a su vez designó a un Poder Ejecutivo y convocó a una Asamblea de los asistentes.89
Notables para decidir la forma definitiva de gobierno que se establecería
en el país. El Poder Ejecutivo se organizó en forma de cuerpo colegiado ?.'-simismo, ·:con lág.rimas en lo� ojos", al decir de Arrangoiz, se acordó
denominándose Regencia. Estuvo integrado por tres propietarios y dos su­ enviar una copia del dictamen al Santo Padre" para -que diera su bendi-
plentes. Los primeros fueron Juan Nepornuceno Al monte, Mariano Salas y
�� ?
Francisco e Paul � y Ai;angoiz,Méxic:o desde 1808 hasta 1867. México, ed. Porrúa, Colección
Sepan Cuantos, nurn. 82, 1968, p. 543.
�1 Sesión de Ja Asamblea de Notables, julio 10 de 1 863, Jorge L. Tamuyo, op. cit., vol.-Vll, pp. �9 A r:untes para la historia del Sef{undo Imperio. Madrid, Imprenta y Estereotipia de M ·
758-759. R1vadeneyra, 1 869, p. 163.

164 165
ción al nuevo gobierno. Después, se formó
. una comisión para que hiciese Las relaciones diplomáticas de México con los países de América Lati­
el ofrecimiento formal del trono a M ax1m1· 1 ·1ano.90 na habían sido armoniosas, exceptuando el caso del vecino país del sur con
quien, corno se ha mencionado, habí� diferencias limítrofes.
En octubre Napoleón ascendió a Forey, relevándolo del mando del ejér­
cito francés en México, con el pretexto de que un mariscal de la Francia Después de la Guerra de Reforma, el gobierno juarista tuvo que expul­
era demasiado importante para "intrigas y detalles de administración". sar a los ministros extranjeros que intervinieron en los asuntos de política
interna, como fue el caso del embajador de Guatemala, señor Felipe Neri
El general Bazaine fue ascendido a comandante de las fuer�as invasoras del Barrio, que apoyó a los rebeldes del Plan de Tacubaya.
desde entonces hasta la salida de los franceses en 1 867. Bazarne era hom­
bre de carácter y mantuvo al clero bajo control, a pesar de que el arzobispo El ministro de Relaciones de Guatemala, P. de Aycinena, rechazó la
Labastida se le opuso con decisión. Cuando los clérigos decidieron cerrar acusación que se hacía a Del Barrio, de haber sido el primero en reconocer
las puertas de los templos en son de. protesta po; la política liberal pue:ta al gobierno emanado del Plan de Tacubaya. Argumentaba el ministro que
en práctica por los franceses, Baza1ne amenazo con abnr los templos a Del Barrio se encontraba fuera de la ciudad de México cuando se dieron
cañonazos e hizo que se destituyera a Labastida de su cargo en la Re­ los acontecimientos y que en vez de ser él quien indujera al cuerpo di­
gencia. plomático acreditado en México al reconocimiento, fue el último en ha­
cerlo.
Para los conservadores esto era más antirreligioso que lo ocurrido en los
tiempos de la República. Los obispos manifestaron su protesta . Labastida No obstante, lo cierto es que Guatemala había manifestado su apoyo al
.
declaró que ratificar lo hecho en tiempos de Juárez, era anucatóhco y gobierno conservador y después reconoció al imperio. Por sugerencia de
antipolítico. Pero Napoleón había dado órdenes expresas de no hacer con­ José María Gutiérrez de Estrada a Felipe Neri del Barrio, el presidente
cesiones de ninguna especie al clero. Los conservadores cien cales se ha­ guatemalteco, Rafael Carrera, 1nanifestó sus simpatías a Maximiliano.
bían olvidado del origen liberal del Bonaparte.
El gobierno de Juárez recibió diversas muestras de apoyo de los países
hermanos. Salvo este caso, al igual que en tiempos de la Independencia de
Relaciones con América Latina España, la adversidad despertó nuevamente la solidaridad panamericana.
Mientras las tropas invasoras avanzaban sobre el territorio del país, di­ Como se recordará, el gobierno juarista había revocado la expulsión del
versas naciones latinoamericanas manifestaron su apoyo solidario a Méxi­ 1ninistro ecuatoriano, señor Francisco de P. Pastor, que había reconocido
co. Los representantes de las repúblicas de Chile, Perú y El Salvador, se en un principio por error, al igual que otros agentes diplomáticos, al go­
pronunciaron contra la intervención francesa y el establec1?11ento de u�a bierno de la capital, pero se constató que rectificó su posición y observó
monarquía en México. Por otra parte, Guatemala apoyó al s1ste� a monar­ "una conducta circunspecta, neutral y prudente . . . sin injerir en manera al­
quico y planteó su posible anexión a México en caso de que trmnfara el guna en las cuestiones domésticas del país".9 1
imperio.
Por su parte, El Salvador manifestó expresamente su repudio al esta­
Durante la vida del México independiente del siglo XIX, hubo varios blecimiento de una monarquía en México. Su representante en Estados
intentos para lograr el viejo sueño de Alamán y de Bolívar: un�ficar a los Unidos, Antonio José lrrizari, pidió apoyo al gobierno norteamericano para
.
países latinoamericanos para oponerse a los intereses expans1on1stas de los preservar las instituciones republicanas y la autonomía del continente.
Estados Unidos. Pero estos intentos no fructificaron, fundamentalmente
por la situación interna de cada una de las naciones de Latinoamérica, La República de Chile no sólo se pronunció contra el establecimiento de
cuyos estados se encontraban en proceso de consolidación. una monarquía en México, sino que propuso hacer una demostración de
fuerza para manifestar la indignación de los países americanos ante la in-

'Xl Revocación del Acuerdo de Expulsión del ministro de Ecuador. El Siglo XIX. México, febrero 91 Gcnaro Estrada, Las relaciones entre México y Pertí. La misión de Corpancho en México.
lo.de 1 8 6 1 , pp. 1 -2. México, SRE (AHDM, primera serie, segunda edición, núm.4), 197 \ , pp. 193-196.

166 167
tervención europea. J. S. Asta Buruaga, encafgado de negocios de . la Repú­
blica de Chile en Washington, manifestó a Matías Romero que por instruc­
ciones de su gobierno propondría a los Estados Unidos encabezar dicha
demostración para manifestar l� condena de todo el continente contra el
establecimiento de una monarquía en México. Consideraba el representan­
te chileno que Estados Unidos era el único país americano que podía con­
tribuir, en ese momento, a la salvación de la América hispana.

Aun_ada a esta determinación, el gobierno chileno ordenó al señor Ra­


món Sotomayor Balde el cambio de su residencia a San Luis Potosí, donde
se encontraba Juárez, para dejar de residir cerca del gobierno de los trai­
dores.
Manuel Nicolás
También de los venezolanos recibió México muestras comprometidas Corpancho,
de solidaridad. Matías Romero notificó al Secretario de Relaciones Exte­ representante de la
riores que el general José Antonio Páez, quien había luchado al lado de República del Perú,
apoyó la liberación del
Bolívar por la independencia de Venezuela y que fue varias veces presi­
gobierno mexicano
dente de ese país, manifestó "las más vivas simpatías por la causa de Méxi­ contra la invasión
co", ofreciéndose desinteresadamente a luchar por la misma. Para ello, tripartita.
pondría en tan noble objeto "sus rel'aciones, sus recursos y su persona mis­
ma junto con otros rnilitares que estaban en la mejor disposición de tomar
partido contra los franceses". En reciprocidad, y como reconocimiento hacia el gobierno peruano por
su apoyo solidario a México, la bandera del Perú fue enarbolada al lado de
Otro caso ejemplar de la fraternidad latinoamericana fue la actuación la bandera mexicana en las festividades patrias.
del ilustre representante de l a República del Perú, Manuel Nicolás
Corpancho. Ante la invasión tripartita, el ministro sudamericano entabló El ministro Corpancho continuó su actividad diplomática en apoyo de
relaciones con Matías Romero en Washington y le externó su indignación nuestro país, usando sus buenos oficios para lograr la reanudación de las
ante la intervención. Consciente del peligro que representaba esa acción relaciones entre México y Guatemala.
para todo el continente, se abocó a trabajar al lado del gobierno mexicano
para lograr su liberación. Hizo extensiva su decisión al gobierno de los Gran simpatía despertó en la república el representante de Perú, cons­
Estados Unidos, indicando que Perú había expedido una circular a los go­ ciente de la injusticia que sufría el país con la invasión, no cesó en hacer
biernos hispanoamericanos en que, después de señalar el peligro que co­ todo lo que estuvo a su alcance para ayudar a la causa 1nexicana.
rrían estas naciones, les invitaba a unirse a fin de enfrentar esta agresión
común. Por lo anterior, el subsecretario de Estado y Negocios Extranjeros de la
Regencia, José Miguel Arroyo, le obligó a salir de la ciudad y del territorio
Nicolás Corpancho presentó a consideración del gobierno mexicano un mexicano en el plazo perentorio de tres días, porque " . . . su presencia se
tratado en el que se fijaban las bases de la Unión Americana y que había considera incompatible con los deseos que envían a la Regencia de mante­
sido firmado primeramente en la capital de Chile por los plenipotenciarios ner buenas relaciones con la República de Perú".92 Lamentablemente, don
de Ecuador, del Perú y del país anfitrión, siendo aprobado por sus respec­ Nicolás Corpancho murió al hundirse el barco en que fue expulsado.
tivos gobiernos. Dicho tratado de Unión sirvió de base para el signado en
el mismo sentido de la Liga Fraternal, por el representante del gobierno
�1 C'orrespondenciu. entre la Legtu:iifn de lu. República Mexicu.na en Washington, .el
mexicano nombrado para tal fin, Manuel Doblado, y Nicolás Corpancho
Departlunento de Estu.do de íos Estados Unidos y el gobierno de Méxü:o, con relación a la
en representación de Perú . El tratado fue formalizado en Palacio Nacional exportacüín de annas y municiones de ¡.;uerra de los Estados Unidospara puertos de naciones
de México el 1 1 de junio de 1 862. beli¡.;erantes. Nueva York, 1866, p. 108.

168 !69
No todos los países acreditados en México repudiaron la intervención
francesa. Cada gobierno trataría la cuestión de acuerdo a sus relaciones
con Francia; así por ejemplo, mientras el Secretario de Estado William H.
Seward daba ánimos a Matías Romero, ministro de México en Washing­
ton, también permitía que los consorcios norteños vendieran armas y
bastimentas a los imperiales.

En México el ejército francés y los restos del ejército conservador con


sus generales Miramón, Márquez y Mejía, ocupaban casi sin resist�ncia
las principales poblaciones del país. Al finalizar el año de 1 863, los mva­
sores eran dueños de la ruta de Veracruz a la capital, así como de las ciuda­
des de Pachuca, Toluca, Querétaro, Morelia, Guanajuato, San Luis Potosí
y Tampico. Mientras tanto, el presidente Juárez continuaba su éxodo por el
norte del país, manteniendo viva a la República. República y monarquía
en busca de reconocimiento
(1864 -1867)

Los movimientos nacionalistas avanzaban en Europa. El poderío prusiano


se consolidaba gracias a la política decidida de Otto von Bismarck. Víctor
Manuel Il, Rey de Cerdeña, había sido coronado Rey de Italia y continuaba
trabajando en la unificación de la península.

Ambos países se enfrentaron primero al Imperio austriaco y después al


francés para consolidar su unidad.

Napoléon III había dado inicialmente su apoyo a los italianos en contra


de los intereses de Austria y después sostuvo a los Estados pontificios en
contra de los italianos.

El sobrino de Napoleón I quería demostrar que no era Napoleón el pe­ '

queño. Además de intervenir en todos los conflictos europeos, llevaba la


'1
bandera de Francia a los cinco continentes.

En América, el emperador de los franceses ofreció su intermediación a


los norteamericanos en la Guerra de Secesión, mientras en México preten­
día realizar su obra magna: establecer un imperio que formara un dique de
contención al avance anglosajón-protestante de los Estados Unidos, cons­
ciente de que este país podía dominar todo el continente.

Napoleón III quería escribir la página más gloriosa de su reinado: lo­


grar la unión de la raza latina con Francia a la cabeza.

170
i
11
ses de México y considerando, por último, la necesidad de pedir nuevas
instrucciones a sus respectivos gobiernos sobre el cambio de residencia" . 1

El gobierno republicano. se abocó a organizar la resistencia para lo cual


requería armamento y, desde luego, el lugar para adquirirlo era Estados
Unidos. Los trámites para comprarlo se dificultaron pues en ese momento
el gobierno norteamericano declaró su neutralidad respecto de los asuntos
de México.

En este sentido, el Secretario de Estado, William H. Seward, manifesta­


ba, paradójicamente, el respeto de su gobierno por Ja autodeterminación de
los mexicanos: "Los Estados Unidos profesan respecto a México los mis­
mos priricipios que respecto a Jas demás naciones. Ni tienen derecho ni
tampoco voluntad de intervenir con la fuerza en los negocios interiores de
dicha República, ya sea para establecer y sostener el sistema republicano
. u
otro Gobierno de carácter nacional o bien para derribar una administración
imperial o extranjera, si es que en México Hegara a establecerse o a acep­
tarla. Los Estados Unidos ho tienen derecho ni voluntad de intervenir en
esa lamentable guerra entre Fran.cia y México. Por el contrario, practican
respecto a México, en todas las fases de dicha guerra, la no intervención
Napoleón 111 pretendía lograr la
que exigen a las potencias extranjeras en los negocios de los Estados Uni­
unión de la raza latina, con
Francia a la cabeza.
dos."' Quedaba de manifiesto que, dada su guerra civil, los norteamerica­
nos no querían complicar su situación entrando en conflicto con Francia.

Por otra parte, es reconfortante encontrar que hubo solidaridad de Jos


Relaciones internacionales mexicanos residentes en San Francisco, quienes ofrecieron al gobierno de
Juárez "promover el envío de armas y también gente a nuestra Patria, nos
El 3 1 de mayo de J 863, ante el avance del ejército francés haci a la ciudad hemos reunido creyendo en esto hacer un servicio a la América y a la noble
de México, Juárez clausuró las sesiones en el Congreso y salto _ , rumbo a causa de México". 3
San Luis Potosí donde estableció su gobierno. El Congreso otorgo_ faculta­
des extraordinarias al presidente, vigentes hasta 30 días después de la próxi­ El 7 de agosto de ese mismo año de 1863, el ejército francés ocupó
ma reunión de la Cámara en sesiones ordinarias, o antes en caso de termi­ Tampico, privando al gobierno republicano de una importante fuente de
narse la guerra con Francia. Dichas facultades establecían que lo relativo a recursos. Ahí se recaudaban los derechos aduanales producidos por la acti­
tratados convenios o convenciones diplomáticas que el gobierno _ celebra­ vidad comercial con el exterior, ya que el puerto de Veracruz se encontraba
se, se te � dría entendido que no se admitiría ninguna intervención y cual­ bloqueado desde enero de 1862.
quier arreglo debía ser sometido a la aprobación del Congreso.
En el mismo mes de agosto Juárez declaró traidor a la patria a todo
Frente a la ocupación inminente de la ciudad de México, el gobierno aquel que colaborara en cualquier forma con la intervención, con sueldo o
republicano invitó al cuerpo diplomático para que se trasladara a San Lms
_
Potosí. Pero Jos diplomáticos se rehusaron esgrimiendo razones atendibles: 1 Genaro Estrada, Las Relaciones entre México y Perú, México, ed. Porrúa, 1 9 7 1 , pp. 149-1 50,
sRE, (AHDM, primera serie, 1921), nú1n. 4.
"Vista J a dificultad de entenderse con sus respectivos gobiernos desde la
nueva Capital y considerando que en los primeros tiempos de la ocup�c�ón
Matías Romero, Correspondencia de la Legacüín Mexicana en Washington durante la
intervencühi extranjera, 1860-1868. México, Imprenta del Gobierno, vol. IV, 1 870-1 892, pp.
de la ciudad de México por las fuerzas francesas puedan prestar serv1c1os 17-18.
eficaces a sus respectivos nacionales y en especial a los verdaderos intere- .1 Archivo Juárez, Biblioteca Nacional, Documento 552.

172 173

il
que r�?unciara con la idea de c�nseguir Ja paz. Pero el presidente se man­
_
tuvo firme en su puesto, rephcandoles que la Francia no buscaba la des­
trucción de la perso �� sino la del ?obierno y que su separación empeoraría
las cosas para la nac1on, que caena en un caos político. Mientras tanto, las
tropas francesas seguían conquistando diferentes plazas. El 22 de enero de
1 864 se apoderaron de Campeche y un mes después de Yucatán.

Al tiempo que los franceses controlaban una mayor porción del territo­
. mexicano, surgían nuevos pronunciamientos
rio contra la Constitución de
1 857 Y a favor del nuevo gobierno que, supuestamente, venía a proteger a
. ,
la '.ehg1ón catohca, como el de Juan Ortega, en San Cristóbal las Casas,
Chiapas".5

L�s conservadores, convencidos de que la caída del Primer Imperio se


deb10 a que Iturb1de era un improvisado, sin origen real, confiaban en que
,
un pnnc1pe de ?��1m1ent? , de estirpe, podría encauzar al país. En octubre
de 1863 la com1s10n mexicana llegó a Miramar para hacer el ofrecimiento
formal del trono al príncipe austríaco Fernando Maximiliano.
Dentro del nuevo Gabinete de
Juárez, Manuel Doblado ocupó
Era Maximiliano hijo de los archiduques Sofía y Francisco Carlos, de la
Jos ministerios de Relaciones y Casa de Habsburgo, que reinó en Austria del siglo xm hasta principios del
Gobernación. xx, Y en España y Alemania entre los siglos xv1 y xvn. Al recibir el ofreci­
miento de la Corona mexicana, contaba Maximiliano con 3 1 años de edad.
sin él, así como a "los funcionarios y empleados públicos que permanez­ C�sado desde 1857 con la princesa Carlota Amalia, hija del primer Rey de
can sin permiso del Supremo Poder correspondiente en lugares sometidos a Belg1ca, Leopoldo I, Maximiliano había sido contralmirante y comandante
Ja intervención". Asimismo, condenaba a los "extranjeros que quebrantaren, en jefe de la marina austríaca. Viajó por el Mediterráneo y por el Atlántico
en daño de la República o de su legítimo Gobierno, la neutralidad a que hasta Brasil.
están obligados".'
Poca experiencia política había tenido el futuro emperador de México.
nados por la Francisco José le había enviado a Francia para interiorizarse de los planes
El gobierno republicano, además de todos los males ocasio de Napoleón respecto de Italia. En ese año de 1857 lo nombró gobernador
s. En septiembre
Guerra de Intervención, tenía que enfrentar crisis interna de las provi ncias Lombardo-Venecianas. Ahí vivió la lucha por la unifica­
Gabine te: en Relaci ones y
de 1863, Juárez tuvo que integrar un nuevo t1án
, de !taha
c1on . y para contrarrestarla, estableció medidas liberales que fue­
Dobla do; en Justici a y Fome nto, Sebas
Gobernación quedó Manuel o ron muy mal vistas por los militares austriacos, que de inmediato las repor­
Hacie nda, José Higin io Nuñez , y en Guerr a, Ignaci
Lerdo de Tejada; en ca­ taron al Emperador, quien desaprobó la conducta de su hermano y lo relevó
bre en una embos
Comonfort. Este último fue asesinado el 14 de noviem del cargo.
da en la población de Chamacuero, Guanajuato.
e foárez se Maximiliano se encontraba relegado en su castil1o de Miramar al mar­
Empujado por el avance del ejército francés, el president_ gen de la política, cuando fue elegido por Napoleón III Emperador de Méxi­
rrey en d1c1em bre d�
refugió en el norte del país. De San Luis pasó a Monte co. Por ello aceptó la empresa, además de que era proclive a la aventura y
grupo de gober nadore s le p1d10
1 863. Durante su estancia en Saltill o, un al exotismo.
4 Manuel Dublán y José María Lozano, Legislación 1nexicana, colecci:í" co1npleta de las
. 5 Carlos J. Sierra, Documentos sobre la intervención y el /Jnperio en Ca1npeche, Acción
disposiciones legislativas desde la independencia de la República. México, vol. IX, pp. 652
Gubemainental en Campeche, l 857-1950 (S.E) pp. 83-84.
y SS.

175
174
Luis Napoleón Bonaparte, desde su prisión en Ham, después del frus­ �ue :ra �n América del. �orte, imposibilita a los Estados Unidos para
trado intento por derrocar a Luis Felipe, había pensado en la necesidad de 1n1n1scu1rse en la cuestion y sobre todo los insultos del Gobierno mexi­
establecer un gobierno en México. Consideraba necesariq para el equili­ c �no, ha � venido a dar razones legíti mas a Inglaterra, España y Fran­
brio de las fuerzas políticas en el mundo detener el avance norteameriano. cia para 1nterven1r . en México.
Ya como Emperador de los franceses, se abocó a poner en práctica su idea. . . . Por lo que he sabido, desde el momento en que las escuadras
La suspensión del pago de la deuda por parte del gobierno de Juárez y la aparezcan en Veracruz, un partido considerable en México estará
solicitud de intervención de los conservadores facilitaron la realización de pronto a apoderarse d�l poder, a convocar una asamblea nacional y a
su empresa. proclamar la monarqu1a. Se me ha preguntado confidencialmente' cuál
sería mi candidato en este caso. Declaré que no tenía ninguno. pero
Por lo anterior, el ofrecimiento del trono a Maximiliano por parte de la que en c �so dado, habría que escoger un Príncipe animado del espíri­
comisión mexicana, fue sólo un acto formal. El Archiduque había sido tu de la epoca, 9otado de la mtehgencia y firmeza suficientes para
electo por el emperador de los franceses, patrocinador de la empresa, por­ _
fundar en un pa1s, trastornado por tanta revolució_n , un orden de co­
que convenía a los intereses de su gobierno dism'inuir la tensión que existía s_as duradero, que finamente sería necesario que esa elección no las­
con el imperio austriaco debido al apoyo que había brindado anteriormente timase las susceptibilidades de las grandes potencias marítimas y
a los italianos en la lucha en contra de éste. propuse el nombre del Archiduque Maximiliano. Esta idea fue acep­
tada con gusto por el pequeño comité residente en Francia. Las cua­
La carta enviada por Napoleón IIl al conde Flahuat desde octubre de lidades del Príncipe, su alianza por su esposa con el Rey de los Bel­
1 8 6 1 no deja lugar a dudas; por su importancia, la transcribimos: gas, vínculo natural entre Francia e Inglaterra, el hecho de pertenecer
a una potencia no marítima, todo esto me pareció reunir todas las
. . . Es inútil extenderme sobre el interés común, que tenemos en Eu­ condiciones deseables. Y yo por mi lado, lo confieso, creí que era de
ropa, de ver a México pacificado y dotado de un Gobierno estable. buen gusto de mi parte, proponer como candidato eventual a un Prín­
Este país, dotado de todas las ventajas de la naturaleza, no solamente cipe perteneciente a una dinastía con la cual estuve recientemente en
ha atraído muchos de nuestros capitales y de nuestros compatriotas, guerra.
cuya existencia se encuentra amenazada sin cesar, sino que por me­ . . . Yo no tengo en toda esta cuestión más que un fin, el de ver los
dio de su regeneración, formaría una barrera infranqueable a las in­ inte�eses franceses protegidos y salvaguardados para el porvenir, por
vasiones de la América del Norte, ofrecería un mercado importante medio de una organización que arrancaría a México de una devasta­
para el comercio inglés, español y francés explotando .sus propias ción india o de una invasión americana . . . cambio que yo deseo de
riquezas, y en fin prestaría grandes servicios a nuestras fábricas al todo corazón, porque es en interés de la civilización entera. "6
extenderse sus cultivos de algodón. El examen de sus muchas venta­
jas así como el espectáculo de uno de los más bellos países del mundo Como puede apreciarse en el documento anterior, el emperador de los
librado a la anarquía y amenazado por una próxima ruina, son las franceses estaba consciente de la importancia geopolítica de-México y ade­
razones que siempre me han interesado vivamente, en la suerte de más convencido de su gran riqueza. Por ello invertiría todo su esfuerzo
México. Hace ya varios años vinieron a verme algunas personas pro­ para llevar adelante la empresa que consideraba podría ser la obra más
minentes de ese país para pintarme su triste situación y pedirme ayu­ importante de su imperio.
da, diciendo que sólo una monarquía podría establecer el orden de un
país destrozado por las facciones; también se dirigieron a Inglaterra La República parecía desvanecerse, adelgazándose el cuerpo del Esta­
según creo, pero en esa época no podía yo hacer más que votos es­ do por sus luchas internas, sus precarios recursos y la persecución extran­
tériles. jera. El presidente Juárez sólo contaba con José María Iglesias y Sebastián
A pesar de mi simpatía. les respondí que no tenfa yo ningún pre­ Lerdo de Tejada. El primero quedó encargado de Hacienda, Justicia e Ins­
texto para intervenir en México, y que en América sobre todo, mi trucción Pública, y el segundo de Gobernación y Relaciones Exteriores,
conducta estaba estrechamente ligada a la de Inglaterra; . . . que co­
rreríamos el peligro de disgustarnos con los Estados Unidos, y que de 6 Correspondencia ca1nbiada entre el éinperador Napoléon ///, Íí1 Emperatriz Eugenia, el
consiguiente más valdría esperar mejores días. Actualmente aconte­ Archiduque Maximiliano y la Archiduquesa Carlota, de octubre de 1861 a 8 de novie1nbre
cimientos iinprevistos han venido a catnbiar la faz de las cosas. La de 1866, copias, Archivo J.C. Valadés, carta núm. 1 .

176 177
T cometería viniendo a gobernar un país que tenía autoridades legales y esta­
blecidas.

Terán informó al presidente Juárez sobre su entrevista con el archiduque


austriaco, refiriendo que en ella le había dado_una visión pormenorizada de
la verdadera situación de México: "En mi conversación procuré dar una
idea del estado pasado y presente del país que, en general, no se tiene en
Europa, para deducir de ahí la imposibilidad de sostener un trono en Méxi­
co. Al efecto le expliqué la naturaleza, fin e historia de nuestra revolución,
las dificultades generales para gobernar hoy en México y las particulares
que al Archiduque se han de presentar tanto dentro como fuera de l a Na­
ción. Le hice ver lo odioso de un Gobierno impuesto por enemigo extranje­
ro, i njusto y pérfido y le demostré que su elección por los notables y las
actas posteriores no han sido más que mentiras falsas de que sólo debe
inferirse que la opinión pública rechaza cuanto se ha hecho para la Monar­
quía. Concluí por aconsejarle la renuncia."7
José María Iglesias quedó como
encargado de Hacienda, Justicia e Una vez que el Archiduque se ciñó la corona de México, Terán no des­
Instrucción Pública del gobierno mayó en su esfuerzo y dedicó el resto de su vida a la defensa de la causa
republicano. republicana de México en Europa.

En esos días el comandante francés Aquiles Bazaine, condenó a todo


jefe patriota que fuera sorprendido con las armas en la mano, a ser fusilado
además de Miguel Negrete que sustituyó a Comonfort en el Ministerio de en el acto.
Guerra. El Gobierno de la República hacía esfuerzos extraordinarios para
explicar lo perjudicial que resultarían, tanto para Francia corno para Méxi­ Por otra parte las relaciones entre el ejército francés y los monarquistas
co la intervención y el imperio. mexicanos se iban deteriorando. A fines de 1863 había circulado en la
ciudad de MéxiGO un manifiesto anónimo contra la intervención francesa.
Desde el 3 de noviembre de 1 863, el presidente Juárez había nombrado Este fue atribuido al arzobispo Labastida. Así lo denunció Niegre, coman­
a Jesús Terán enviado extraordinario y ministro plenipotenciario ante los dante del ejército francés en la ciudad de México. El anónimo condenaba
gobiernos de España e Inglaterra. Aunque iba con el carácter oficial de la política de la intervención por no tener más objeto que apoderarse del
representante de México, Terán, en algunos casos, actuó como particular, país sin responder a las expectativas de acabar con las llamadas Leyes de
pues consideraba que de esta manera su misión podría ser más productiva. Reforma. Labastida no aceptó haber elaborado el documento, pero recono­
ció que era fiel a los sentimientos populares y precisó que México no se
El ministro Terán era hombre de experiencia política. Abogado de for­ encontraba preparado para recibir a las instituciones europeas. El docu­
mación, fue gobernador de Aguascalientes y Ministro de Gobernación en mento concluía con la siguiente sentencia:
el gobierno de Comonfort. Con Juárez había estado como encargado del
Despacho en Relaciones y ocupó la Secretaría de Justicia. Agobiado por el Júzguese como se quiera eso que se llama conquista de la revolución
trabajo en Europa y las enfermedades, murió el 25 de abril de 1 866 en la y marcha del siglo en el antiguo mundo, pero en el nuevo, una y otra
ciudad de París. cosa son, de todo punto, diversos. La revolución aquí lo ha sacrifica­
do todo a la rapacidad y en ella figuran la impiedad y la inmoralidad
La n1isión confidencial de Jesús Terán en Europa tenía varias facetas:
con· discreción habfa logrado concertar una entrevista con Maximiliano, 1 Jorge L. Tamayo, Benito Juárez, documentos, discursos y correspondencia. México, ed. Libros
antes de que éste acepara la corona de México. Le hizo ver el error que de México, To1no VIII, 1972, p. 845.

178 179
>

i'1
j/
H


co1no medios de acción y, en cuanto al siglo, andamos por el que
corre, pero sólo cronológican1ente; del siglo no tiene México más
que la fecha, esto es todo. Querer, pues, establecer aquí un orden
después de nuestra revolución, co1no los que se han restablecido en
Europa, es querer lo que no se debe pretender, es, lo diré claro, dar
incremento y vigor al desorden permanente que se había querido des­
truir. "8

El di rigente eclesiástico estaba convencido del atraso del país, pero es


evidente que prefería conservarlo así para poder mantener las prerrogati­
vas 1nedievales de la Iglesia.

El grupo clerical, no obstante haber constatado sus profundas discre­


pancias ideológicas y políticas con los intervencionistas franceses, conti­
nuó envuelto en su creencia de que Maximiliano pondría en práctica una
política distinta, la que ellos esperaban: conservadora y clerical, por ser un
príncipe católico. En un acto de fe ignoraron la realidad: las · ideas liberales
tanto del archiduque elegido como del empresario del proyecto.

Las supuestas actas de adhesión del pueblo de México al imperio cubri­


rían una última formalidad para que Maximiliano ocupara el trono mexica­
no. Fue entonces cuando el emperador de Austria, le exigió la renuncia a
sus derechos eventuales al trono de Austria, como condición para dar su
consentimiento a su aventura.

Después de, grandes titubeos, Maximiliano accedió a la exigencia el 9


de abril de 1 864. Al día siguiente, aceptó el trono imperial mexicano ante
los apremios de Napoleón III, la presión de su a1nbiciosa esposa y su pro­
pia debilidad. Acto seguido finnó los Tratados de Mirarnar que dejaban
1naniatado al naciente Imperio. En ellos se estipulaban las responsabi lida­
des del gobierno de Napoleón III en la ernpresa mexicana, así como su
retribución por el gobierno imperial de México.

En el aspecto 1nilitar Jos franceses se cornprometían con el imperio a


1nantener en México a 25 000 hombres hasta que se hubiera constituido un
ejército irnperial propio. Por otra parte, la legión extranjera permanecería
durante seis años rnás en el país, si bien quedaba a discreción del Imperio
cuándo prescindir de sus servicios. En el tratado quedaba establecido un
mando bicéfalo del ejército, ya que las decisiones tendrían que tomarse de
1nanera conjunta entre el emperador y el co1nandante francés. Además, en
todos los contingentes que hubiera franceses éstos tendrían el mando sobre
los inexicanos .
El arzobispo Pelagio Antonio de Labastida y Dáva!os, uno de los principales prOmotres
.� !hide111, voL VIII, p. 637.
del imperio para tnantener !as prerrogativas medievales de la Iglesia.

181
Por su parte, el imperio mexicano debía pagar al de Francia por gastos
de la expedición hasta julio de 1 864, 270 millones, más un interés de 3 %
anual; de ahí en adelante, debía pagar l 000 francos anuales por cada sol­
dado de Napoleón III en México. En el aspecto financiero el imperio mexi­
cano entregaría inmediatamente .a su promotor 66 millones en títulos del
empréstito; 54 correspondientes a los gastos de la ex pedición y 1 2 en �bo­
_
no a las indemnizaciones francesas. Además, el gobierno de Max1m1hano
se comprometía a pagar .anualmente abonos de 25 millones para cubrir
tanto los gastos de la expedición, como los intereses y el capital de la deuda
mexicana. Quedabatambién estipulada la creación de dos comisiones mixtas
para arreglar las reclamaciones. Una trabajaría en México y la segunda en
París; esta última revisaría los acuerdos de la primera. Finalmente se acor­
daba una amnistía a los prisioneros de guerra mexicanos a la entrada del
emperador al país.

El documento incluía tres artículos secretos. En ellos, el emperador de


México se comprometía a seguir en su gobierno los lineamientos liberales
que había anunciado Forey en sus proclamas, decisión que daría a conocer
en un manifiesto en cuanto pisara suelo mexicano. Además, se fijaba el
contingente militar francés de ocupación por un año: de 38 mil hombres Juan Nepomuceno Almonte figuraba
que había en 1 864, quedarían 28 mil en 1 865, 25 mil en 1 866 y 20 mil en como lugarteniente de Maximiliano
1 867. Y respecto a la legión extranjera se establecía que sus miembros en 1 864.
conservarían, en su calidad de franceses, derecho al ascenso.

Los tratados partían de una premisa falsa: la fabulosa riqueza de Méxi­


co, en la que creyó firmemente Napoleón. Éste había persuadido a mencionada creencia que tenía el emperador de los franceses de que el
Maximiliano de que le entregaba un trono situado sobre un filón de oro. territorio 1nexicano era un cuerno de la abundancia.
Pero aunque tal riqueza hubi�ra existido, las condiciones que se imponían
al imperio eran ruinosas. Por otra parte, el mando bicéfaleo del ejército Al aceptar el trono del imperio mexicano, Maximiliano expresó que
imperial crearía innumerables conflictos. En conclusión, los términos del sólo lo conservaría el tiempo preciso para crear un orden regular y para
tratado contribuyeron al fracaso de la empresa. establecer instituciones sabiamente liberales. Por eso mismo, dijo, se apre­
suraría a colocar la monarquía bajo la autoridad de leyes constitucionales,
Maximiliano gestionó diversos préstamos de Francia e Inglaterra que se en cuanto se hubiese pacificado el país.
distribuyeron de la siguiente manera: 8 millones de francos para liquidar
deudas personales y gastos de viaje; 24 millones de francos para pago de En México se conoció la noticia de la aceptación del trono mexicano
intereses de la deuda inglesa, 50 millones de francos deducidos del capital por parte de Maximiliano y el nombramiento de su lugarteniente Almonte,
de los empréstitos para asegurar el pago de los intereses; 34 millones en el 1 5 de mayo de 1 864.
compra de rentas francesas para garantizar la amortización; de utilidad,
gastos y comisiones bancarias 29 millones, y para el gobierno francés 75 El archiduque, desatendiendo las recomendaciones de Napoleón III, que
millones de francos destinados a indemnizaciones y gastos de guerra. no quería compromisos con Pío IX, sé dirigió a Roma para entablar pláti­
cas con el Papa antes de viajar a tierras mexicanas para de esta manera
A México se le remitieron sólo 46 millones de francos de un total de tranquilizar a los conservadores clericales. Estos se encontraban terrible­
220. Es inverosímil que Napoleón pensara que el imperio mexicano pudie­ mente alarmados por la política liberal de los intervencionistas franceses.
ra sobrevivir atado a semejantes deudas; ello sólo se explica por la ya Aparentemente Maximiliano no adquirió ningún compromiso, peroPío IX

1 82 1 83
'i
aprovechó la reunión para recordarle que la potestad eclesiástica estaba no1nbrar representantes diplomáticos. En prüner lugar designó a Tomas
por encima de toda potestad civil y pidió al archiduque que no olvídara sus Murphy, José M. Hidalgo y Francisco Arrangóiz ministros plenipotencia­
obligaciones como príncipe católico. Con Ja bendición papal, Carlota y rios de México en Austria, Francia, Bélgica y Gran Bretaña respectiva­
Maximiliano se erríbarcaron hacia México. mente. Asimismo envió representaciones a Rusia, Dinamarca, Suecia, No­
ruega, Turín, la Confederación Helvética, España, Portugal, el Imperio
Durante la travesía, el futuro emperador escribió a Juárez invitándolo a Otomano y Grecia. El segundo Imperio fue reconocido por toda Europa,
unirse a su gobierno, y elaboró el protocolo de su corte, que consideraba 1nientras que en América, sólo Brasil y Guatemala reconocieron a Maxi-
indispensable para investir a la autoridad. Desde su perspectiva, venía car­ 1niliano.
gado de buenas intenciones, seguro de que su presencia uniría al pueblo
mexicano. Al desembarcar en Veracruz, el 28 de mayo, fue recibido con En todos los casos los enviados notificaban el adveni miento del
frialdad: archiduque al trono de México. Los soberanos enviaban su reconocimiento
y parabienes. Así, por ejemplo, Francisco Serapio Mora se presentó ante el
Maximiliano organizó, su gobierno con un Gabinete particular, un Mi­ Zar de Rusia; Pablo Martínez del Río ante el Emperador Otomano,9 y Pe­
nisterio, un Consejo de Estado y nombró Regente del Imperio a Carlota. El dro Escandón entregó sus cartas de acreditación como enviado extraor­
gabinete particular estaba integrado por extranjeros de toda confianza del dinario y plenipotenciario en Brasil ante el emperador Pedro I en agosto de
emperador, que pretendieron estar siempre por encima de los ministros mexi­ 1 864.'"
canos. Giraban órdenes y contraórdenes, duplicaban funciones y provoca­
ban problemas políticos y administrativos, contribuyendo a la debilidad de A pesar del despliegue de relaciones internacionales, éstas no ayudarían ,,
su gobierno. al Imperio, ni a consolidarse ni a evitar su caída. "

Solamente algunos liberales moderados respondieron a su llamado y Por otra parte, Maxirniliano envió fuera del país a los generales más
entraron a formar parte de su primer ministerio, en el que hubo contados distinguidos del conservadurismo para 1nantenerlos al margen de su gobierno
conservadores. La actitud abiertamente liberal del emperador desconcertó y evitar cualquier oposición a su política liberal. Miguel Miramón fue a
al grupo que lo había apoyado. Sorprendido, veía que Maximiliano no usa­ Prusia a estudiar ciencia militar y Leonardo Márquez a Tierra Santa como
ba su nombre católico, Fernando, que no firmaba "por la gracia de Dios" y Ministro Plenipotenciario. El Archiduque quería conquistar a los liberales,
que no aparecía la "Santa Cruz" en el escudo imperial. Pero sobre todo, le con quienes tenía mayor afinidad ideológica, pues no se entendía con los
molestaba que incluyera entre sus colaboradores a liberales como José conservadores ,ni con la Iglesia. Consideraba a los clericales fuera de su
Fernando Ramírez, quien se había negado a adornar los balcones de su época. Además, creyó que éstos no tenían más opción que estar con él
casa para dar la bienvenida a los emperadores el día de su entrada a la fuera cual fuera su política, pues habían apoyado de manera muy compro­
capital. metida el advenimiento del imperio.

Ramírez ocupó el Ministerio de Negocios Extranjeros del imperio, de Mientras Maximiliano trabajaba para organizar el nuevo gobierno, el
julio de J 864 a octubre de 1 865. Era un liberal moderado de larga trayec­ ejército francés conquistaba nuevas plazas. El 6 de julio se apoderó del
toria política. Había sido Diputado en 1 842 y miembro de Ja Junta de No­ puerto de Acapulco. Posteriormente de las plazas de Durango y Zacatecas,
tables de 1 843, Senador y Ministro de Relaciones Exteriores entre el 24 de defendida ésta última por Jesús González Ortega.
diciembre de 1 846 y el 27 de enero de 1 84 7. Luego ocupó este mismo
cargo en el gobierno del general Arista, del 4 de septiembre de 185 l al 3 de Ante Ja crítica situación militar por la que pasaba el gobierno republica­
marzo de 1 852. Fue elegido miembro de la Junta de Notables del Gobierno no, éste ofreció tierra a los extranjeros para que se presentaran a servir al
de la Intervención, pero declinó el puesto. Destacado intelectual, cultivó el ejército mexicano: "A todos los extranjeros que se presenten armados con
Derecho, la Historia y Ja Arqueología. Como se verá, su labor diplomática
fue de gran importancia para el imperio. 9 Carta de! Sultán de! Imperio Otomano a Maximiliano,Diario del Imperio, vol. I, núm. 17, p.
66, 1865.
El reconocimiento internacional resultaba de vital importancia tanto para m Relaciones diplomáticas entre México y Brasil. México,sRE, (AHDM, 2a. serie, núm. 18), 1964,
la República como para el imperio, por lo que éste de inmediato procedió a vol. J, p. 45 [ .

1 84 1 85
las armas necesarias para infantería o caballería, a se: vir al Gobi� rno Co� s­ a me?iados de octubre, �l papa Pío IX envió a Francisco Meglia como
.
titucional en la defensa de la Independencia de México y de sus 1nst1tuc10- nuncio �postól1co. ante el imperio de Maximiliano. El Emperador presentó
nes republicanas, se les dará a más de los sueldos asignados por ley �1 al n � nc10 un pro�e�to de concordato de nueve puntos, entre los cuales se
. . pedia el establec1m1ento del Regio Patronato, al que consideraba tener de­
ejército, un premio en terrenos al término de la guerra o cuando se 1nut1h­
zaran en campaña". 1 1 recho por ser un príncipe católico.

Santiago Vidaurri y Julián Quirog� :econocieron a M aximili�no como En el proyecto de concordato, quedaba implícita la ratificación de las
. Leyes de Reforma de Juárez, pues se planteaba la libertad de cultos la
legítimo soberano de México, sor;iet1endose a su autondad. J� arez tuvo
que dejar Monterrey y se traslado a Chihuahua, a donde llego el 16 de negociación del fuero eclesiástico y la ratificación de la nacionalizaciód de
octubre de 1864; desde ahí envió a su familia a los Estados Umdos. los bienes de la lglesi a. Asimismo, se proponía la aceptación del estableci-
. . y la seculariza
1n1ento del registro civil ción de cementerios. Como liberal
La política interna del imperio tuvo tres etapas. De un� ? o lítica. co� ci­ que era, Maximiliano veía en la libertad de cultos un hecho natural. Pensa­
liatoria pasó a la liberal radical, para terminar con una � ol�t1ca clen� a� 1sta ba qu � la Igksia debía darse por satisfecha con que su gobierno diera a la
.
de salvación. En cuanto a la política exterior, sus dos pnnc1pales O�Jet1vos relig1on católica la categoría de religión de Estado.
fueron lograr un concordato con el pontificado para ejercer el Regio Patro­
nato y obtener el reconocimiento de Estados Unidos, único apoyo del go­ Pero las instrucciones que traía el nuncio eran precisas: revocar toda la
bierno republicano. legislación reformista, la reparación de los daños ocasionados a Ja Iglesia
Y la devolución de todos sus bienes; así como, el reconocimiento legal de
En esos momentos los Estados Unidos mantuvieron una política ambi­ sus derechos a poseer y adquirir propiedades y la absoluta independencia
gua respecto a la República Mexicana, ya que otorgaron todas las facilida­ entre Iglesia y autoridad civil.
des a los franceses para comprar armas y municiones, mientras oponían
diversos obstáculos a los representantes del gobierno republicano para lle­ Posiciones tan opuestas hicieron imposible llegar a una conciliación.
var a cabo la misma operación. Las negociaciones se rompieron y el representante pontificio salió del país
causando alarma en la población católica. El emperador envió de inme­
Mientras tanto, el Ministro de Estado francés, Thouvenel, envió ins­ diato una comisión a Roma encabezada por Ignacio Aguilar y Marocha.
trucciones a Montholon, su representante en Estados Unidos, para que se Maxi1niliano estaba persuadido erróneamenre de que, como el Papa ne­
lograra el reconocimiento del nuevo imperio por aquel país. cesitaba el apoyo francés para defender a los estados pontificios frente a la
unidad italiana, no podía dejar de aceptar un concordato que era propuesto
Maximiliano realizó una gira de trabajo por el interior de México. En la por un imperio sostenido precisamente por Francia. Además, creía que
población de Dolores, el 1 5 de septiembre, de manera p aradójica, fue el los clericales habían predispuesto al pontífice respecto de su política ecle­
Emperador traído por los franceses qmen desde el balcon _ de la casa del siástica.
cura Hidalgo pronunció un discurso sobre la independencia y la hbertad:
"El germen que Hidalgo sembró en este lugar debe ahora desarrollarse Maximiliano se equivocó. Pío IX dependía en ese momento del ejército
victoriosamente y, asociando la Independencia con la unión, el porvenir es francés, pero ello hacía aún más odiosa su recomendación según manifestó
nuestro. ¡Mexicanos, que viva la Independencia y la memoria de sus hé­ al representante mexicano el secretario del pontificado, Monseñor Antonelli.
roes !" 1 2 Por otra parte, no convenía al pontificado ceder ante el imperio de Maxi-
1niliano, que todavía no se consolidaba, y sentar así un precedente de debi­
En este primer viaje reprendió al obispo de Querétaro por descuidar su lidad ante el resto de América Latina. El Papa no aceptó el proyecto de
diócesis, con lo que de hecho estaba ejerciendo el Regio Patronato al in­ concordato propuesto por el representante del emperador y se mantuvo a la
tervenir en asuntos internos de la Iglesia. Con el objeto de arreglar los expectativa hasta ver el curso que tomaban los acontecimientos, lo cual
asuntos pendientes entre la Iglesia y el Estado mexicano, un mes después, contribuyó al debilitamiento del imperio en el interior del país.

11 Manuel Dub!án y Jo�é María Lozano,op. cit., vol. IX. pp. 691 -692.
Entre tanto, el emperador decidió poner en práctica las medidas re­
12
El Pájaro Verde. México, septiembre 1 9 de 1 864, p. 2. formistas que su espíritu liberal Je dictaba. El 27 de diciembre de 1864

186 187
T
decretó la nacionalización de los bienes del clero y suprimió el pago de las � ue el gobi�er.no de los Estad<;>s Unidos lo reconociera como presidente legí­
observaciones parroquiales. Después, prohibió la publicación de la Encíclica tl rno de Mex1co . Pero el gobierno norteamericano reiteró su reconocimien­
Pontificia que condenaba la libertad de cultos, la formaci.ón de Estad? s to al de Juárez.
laicos y el principio de soberanía de los pueblos. Con antenondad, Napole:'n
III había prohibido la circulación de dicha. enc '.clica en Francia, Y e? !taha Poco después se confirmó la prórroga del mandato presidencial
. "por
fue quemada en las calles, pues se le considero � n ;iocumen�o. retrogrado,
.
todo el t1 �mpo necesano hasta que se termine la guerra y pueda ser elegido
que implicaba el regreso a la época de la !nqu1S1c10n. Parad:i11camente; al ?tro P:es1dente, si� más restricciones que las de salvar la Independencia e
triunfo de la república en México, los documentos pont1f1c1os c1rculanan integndad del terntorio nacional, la reforma de Gobierno establecida en Ja
con mayor libertad. Constitución y los principios y Leyes de Reforma".1 6

Maximiliano decretó además, la libertad de cultos y de prensa. Todas .


Al finalizar el año de 1 864 la situación de la causa republicana era
estas leyes quedaron est�blecidas en el capítulo de.la� garant�as individua­
, capacidad para
d1fíc1l. Solamente teman retener parte de los estados de
les del Estatuto Provisional del Impeno. Se orgamzo, tamb1en, el registro Sonora, Sinaloa, Chihuahua, Tabasco y Oaxaca. No obstante la guerrill a
civil e incluso se pretendió convertir a los sacerdotes en asalariados al proliferaba en Jos sitios ocupados por las tropas francesas �ausándoles
'
servicio del Estado.13 serios daños.

Días antes, el 30 de noviembre de 1 864, terminó el periodo presidencial A principios de 1 865, los franceses y Maximiliano creyeron que esta­
de Juárez. Jesús González Ortega, en calidad de presidente de la Suprema ban a punt� de sofocar la resistencia republicana. El 15 de febrero, Napoleón
Corte de Justicia, presentó a Sebastián Lerdo de Tejada, ministro de Rela­ lII anuncio, en la apertura del periodo de sesiones del Congreso francés,
ciones Exteriores y de Gobernación, un documento en el cual señalaba que 9 ue "En México, el nuevo trono se consolida, el país se pacifica y sus
por haber concluido el periodo presidencial de Juárez y de. acuerdo con la inmensos recursos se desarrollan", y agregaba: "Todas nuestras expedicio­
Constitución vigente, le correspondía ocupar la presidencia en su calidad nes tocan a su fin: nuestras fuerzas nacionales bastan para resguardar nues­
de presidente de la Corte, cargo para el que había sido electo "por el voto tros establecitnientos en Conchinchina; nuestro ejército de Africa sufriría
de los pueblos, única fuente de autoridad entre nosotrosn.14 una reducción, el de México va a volver a Francia, Ja guarnición de Roma
regresará pronto". 17
El presidente Juárez y su secretario Lerdo de Tejada no �onsidera:on
conveniente para la causa de la república que hubiera un cambio de �ob1er­ Pero la que Napoleón creyó iba a ser la página más gloriosa de su reina­
no en ese 1nomento. En estas condiciones, aprovecharon la salida de do, se convirtió en el inicio de su caída. Et país no se pacificaba y, como
González Ortega a Estados Unidos para declararlo fuera de la ley y prorro­ había vaticinado el general Prim, los franceses en México sólo fueron due­
gar el mandato de Juárez. ños del terreno que pisaban.

De igual manera pensaba Matías Romero quien escribió a Juárez que El año de 1 865 se tornó igualmente difícil para el imperio, que no había
era necesario declarar que "los altos funcionarios de la Nación elegidos logrado el reconocimiento de Estados Unidos ni el concordato con Roma.
popularmente continuarán desempeñando sus funciones hasta que sea posible El enfrentamiento con el clero mexicano se intensificó. Además, de acuerdo
_
hacer otra elección. Esto me parece que es no solamente racional y funda­ con los Tratados de Miramar, deberían empezar a salir las primeras tropas
do, sino absolutamente necesario para la salvación de nuestra Patria" . 1 5 francesas del país. Por otra parte, la guerra civil en Estados Unidos llegaba
a su fin quedando este país en posibilidad de ocuparse de la cuestión mexicana.
En el mes de julio, en un último intento por ocupar el poder, González
Ortega llegó a entrevistarse con el secretario de Estado Seward, pidiendo El 7 de enero el emperador expidió un decreto por el cual los breves,
bulas, rescriptos y despachos del Vaticano tendrían que presentarse a "nos
13 Colección de leyes, decretos y reglamentos que interinamentejónnan el sistema político Y
judicial del Imperio. México, Imprenta de Andrade y Escalante, vol. !, 1I Y III, 1865.
14 Periódico Oficial del Gobierno Constitucional de la República Mexicana, Chihtiahua, 16 Manuel Dub!án y José Mada Lozano,op. dt., vol. IX, pp. 7 1 8-719.
diciembre 3 de 1864, núm. 46, vol. !, p. 2 17 Emilio Olivier, La intervencfrín.fi·ancesa y el bnperio de Maxilniliano en México. México, ed.
15 Archivo Juárez, Biblioteca Nacional, Docrnnento 1325. Centenario, l 963, p. J 59.

1 88 1 89
T

por nuestro Ministro de Justicia y N�goci? s Ecle� iásti cos, � ara obt� ner el de 1 5 7 1 90 735 francos. La Comisión Mixta de Reclamaciones estableci­
. __
.
d� conforme al Tratado de Miramar, se dedicó a revisarlas. Aunque tales
pase respectivo".rn El Mariscal Baza1.ne h1z? I.a s1tuac1on aun más tirante,
pues creó una policía secreta con el fin de v1g1lar a los conservadores que ,
ª' regl ?s debian ser aprobados en la Comisión de París, se firmó la Con­
se oponían a la política de Maximiliano. vencion de Al phonse César Dano, en julio de l 866, fijando el monto de las
mismas en 250 millones de francos.19
Para estas fechas, Francisco de Paula y Arrangoiz escribió � ! archiduque
una carta en la que le manifestaba su dolor, porque no habia seguido la En la Convención firmada por Maxiiniliano con Jos franceses se les
. . c? ncede la mitad de las entradas de todas las aduanas marítimas dei impe­
línea política conservadora que de él se esperaba, al mismo tiempo que
renunciaba a las legaciones de Bruselas y Londres. r�o; pero como las aduanas del Pacífico ya estaban comprometidas ante­
normente en sus tres cuartas partes, solamente podía dárseles el 25 por
neg�ti­
La empresa imperial empezó a rendir dividendos cad� vez. más ciento que quedaba, con lo cual el imperio mexicano no recibiría ni un
ente crecía la opo ición poht1ca � oterna, sino centavo de las mismas.
vos para Napoleón. No solam � . resultó
que financieram ente, contra todas las expec tativas , la exped 1c1ón
xp rtos e�
un pésimo negocio. El emperador f:ancés .envió .toda clas� ,de e. : ra los En uno de los artículos secretos de la misma Convención, se estableció
del 1mpen o y que este nnd1e que las aduanas de los puertos de Veracruz y Tampico quedaban bajo la
finanzas para organizar la econom1a , de los franceses. Cuando el gobierno imperia.1 a través de Arro­
a Méxic�
frutos esperados, dada su supuesta riqueza. Así vinieron . d1recc1on
Corta, y Langla is, sin lograr poner en orden la hacien da, m yo, �u?secretario de Relaciones, intentó diferir la entrega de las aduanas
Bonnefond,
siquiera para la mínima subsistencia imperial. el m1n �st:o Dano :�s�ondió autoritariamente que el emperador de Franci�
era el un1co que Í'I. Jana la fecha de ocupación de las mismas.in
El imperio de Maximiliano estaba endeudado antes de nacer. Debía sa­
_ que supuestamente ha­
tisfacer las reclamaciones pendientes con Francia El imperio pagó caro su reconocimiento pues concertó un arreglo onero­
bían provocado la intervención de este país como se había estipulado en los so con los ingleses y ajustó la deuda con los tenedores de bonos en Lon­ · "

_
dres, cap1tali
Tratados de Miramar. �ando réditos que se les �ebían hasta esa fecha, Jo que incre­
mentó el capital de la deuda en 50%;-' por tanto, la deuda inglesa subía
h ast� 76 l 36 5,08 pesos. A mediados de 1 866, el i mperio de Maximiliano
Como se recordará el emperador había solicitado un empréstito a Fran­
cia en 1 864 y tuvo que solicitar dos en 1 865, todos sumaban 534 millones
.
firmo una nueva Convención concertada por Tomás Murphy con el repre­ :J
, Í,
de francos, de los cuales sólo recibió menos de la mitad, pues lo demás se se�tant� inglés Peter Scarlett CampbelL En ella se estableció una Comi­
retuvo por réditos, comisiones y gastos. s1on Mixta d: reclamaciones, que sólo tomaría en cuenta los asuntos pro­
?ed:n�es segun el Derecho Internacional. La inminente caída del imperio
De igual manera, lo recibido se utilizó para pagar los rédüos de la deu- 1mp1d1ó la reunión de la Comisión.22 No obstante, tanto la Convención in­
da inglesa; en el pago de las tropas y gastos de guerra a los franceses, asi, glesa como la francesa fueron parcialmente pagadas.

¡
como en indemnizaciones a reclamaciones injustas de las mismas; en el
transporte de austriacos y belgas; en gastos personales de los emperadores �aximiliano firmó, además, un Tratado de Amistad, Comercio y Nave­
y en un donativo a la familia de lturbide. gac1on con Gran Bretaña y otro con el Imperio Otomano. ii

Mientras los franceses se quejaban del despilfarro del emperador de Desde �hihuahua, Juárez analizaba l a situación del país. Consideraba
México, éste los acusó de quedarse con todo el dinero. que la pohtica llevada a cabo por Maximiliano no podía "ser más compro-

Según el propio ministro de Negocios Extranjeros de Franóa, Thouv�nel,


en 1 862 las reclamaciones eran 34 y se valuaban en 1 2 millones de fran­
i<J Matías Romero, Correspondencia de la le¡.:ación Mexicana en Washinoton vol
o ' . YH!' pp

cos. Para l 865 ya habían aumentado a 1 200 reclamaciones con un valor


345-347.
10 lbide1n, pp. 345-347.
2J r¿
anuel Payno, Cuentas, ¡.:astos acreedores y otros asuntos del tiempo de fa intervención
1� Genaro García, Correspondencia secreta de los prindpales intervencionistas niexicanos. .francesa y del Imperio. México, SliCP, 2a, edición, 198 ! , pp. 757-829.
n lbide1n, pp. 757-829.
México, Imprenta de Ch. Bouret, 1907, vol. 111. pp. 257�260.

190 191
metida". Había traicionado al clero adoptando "a medias',', 1 Le yes de �
Reforma y no había logrado "Atraerse al partl do nac1<:na1 , o ob stante
los avances militares de los imperialistas, que ya habian lograd? tomar
Oaxaca, consideraba difícil que pudieran disponer de fuerzas suficientes
para pacificar por lo menos a los pueblos conquistados hasta ese momento.23

Los representantes del gobierno juarista en el exterior realizaron una


.
magnífica labor diplomática. Mantenían informado al gobierno de todo lo
que acontecía con gran oportunidad, lo que ayudaba a la correcta interpre­
tación de los sucesos. Para constatar lo anterior, basta leer los excelentes
informes de los diplomáticos mexicanos de la época, así como La� Revi.;�
tas Históricas de la Reforma e Intervención Francesa de don Jase _rv; ana
Iglesias. Este órgano oficial del gobierno juarista no sólo estaba al d! a de
los acontecimientos internacionales, sino que con base en ellos hacia un
profundo análisis del momento, y sacaba conclusiones q�e _resultaron
proféticas. En este sentido, sorprende ver ! ª ceguera d� Maximihano Y de
sus coláboradores, que evidentemente ten1an mas _ facilidades para acceder
a la información internacional. El ministro de México en Estados
Unidos don Matías Romero,
realizó una ejempl ar labor en pro

La diplomacia de la república de la diplomacia de la República.


¡
í
El gobierno republicano requería apoyos i �t�r� �cionale� , morales � mate­
riales. En ese sentido Matías Romero rec1b10 1nstrucc1ones precisa� d� I rebeldes apoyados por una potencia extranjera, "no .está en el caso de de­
canciller Lerdo de Tejada para que los auxilios que gestionara no pequdi­ ber abstenerse de admitir un auxilio de otra nación".26
caran los intereses y el honor nacionales. Las instrucciones del gobierno
mexicano establecían que el pago de la deuda podría garantizarse con ' '. �1- El cancillerLerdo de Tejada especificaba que sólo se recibiría este auxilio
.
guna parte de las rentas de la Repúbli� a o de J_os productos de enaienaci�n si el gobierno de Estados Unidos garantizaba que "no atentará contra Ja
de bienes nacionales y terrenos bald1os, debiendo siempre evitarse_ cual­ 'Independencia y autonomía de México, ni contra la integridad de su terri­
quiera hipoteca o compromiso sobre una parte del territorio que pudiera torio, ni contra sus instituciones, ni contra el Gobierno establecido en la
acarrear alguna cesión futura del mismo: '.24 La cantidad de º?tas turnadas República".27 Afortunadamente, el auxilio militar no se llegó a concretar'
entre el canciller y el representante mexicano en Estados Unidos es abun­ si bien se continuaría trabajando para conseguir el préstamo requerido.
dante sobre esta materia.25
Entre tanto Jesús Terán seguía en Europa desarrollando su admirable
Matías Romero informaba el 29 de marzo de 1 865 sobre la posibilidad labor. Desde Florencia en abril 20 de 1 865, Jesús Terán propuso a Juárez
del envfo de un ejército auxiliar norteamericano. Ante esa ev�ntuahdad.' el cambiar los lineamientos de la futura política exterior de México en un
gobierno de la república llegó a considerar que sí era necesano combatir a documento singular: "El triunfo que el Gobierno obtenga sobre las fuerzas
extranjeras que han invadido a México, es a mi ver la ocasión más oportu­
na y quizá la única que puede presentársele para modificar los antiguos

2.l Archivo Privado dedon Benito Juárezy don Pedro Santadlia, Biblioteca Nacional, Docuinento
núm. 120.
2(' Instrucciones a Matías Rornero sobre la posible creación de un ejército auxiliar nortemnericano
'.!4 Sebastián Lerdo de Tejada,AHSREM, ExpedienteAEMEUA, vol. 269, ff79-83.
2.� Antonia Pi-Suñer, Sebastiári Lerdo de Tejada, Canciller/Estadista. México, SRE, AHOM, 1989. de ayuda a México, 1narzo 29 de 1865, AHSREM, Expediente AEMEUA, tomo 269, ff258�263.
21 Nota diplotnática de Sebastián Lerdo de Tejada a Matías Romero, mayo 29 de 1865,AHSREM,
p. 29.
ExpedienteAEMEUA, tomo 2.69, ff258-263.

192
193
tratados con los gabinetes europeos, que tanto han perjudicado a la nación. posibilidad de ceder en algunos puntos con la reforma, en favor de la paz y
Visto ya lo que cuesta a una nación europea una guerra contra México, , respondió que el gobierno de Juárez sería
la tranquilidad, a lo que Teran
debemos estar seguros de que ninguna nos la hará, sino por motivos muy 1ntrans1gente en los puntos fundamentales .
poderosos en que se interesara su conservación. Como, por otra parte, ellas
han desconocido al gobierno nacional cuando el derecho de gentes no las En aquellos día� resultaba estimulante para la república recibir mues­
autorizaba para ello, creo que aquél está en su derecho dando por termina­ tras de apoyo de d� versas parte� del mundo. La corporación Flamenco­
dos los tratados antiguos". Democr�t1ca de Belg1ca, a traves de un escrito, felicitó a Juárez por su
c?nstanc1a en la lucha sostenida contra el invasor. Al mismo tiempo, le
Mi opinión, en consecuencia, es que el Gobierno se abstenga de toda hizo saber su condena contra el gobierno belga, por haber reclutado tropas
relación con las potencias europeas, limitándose a cumplir lo mejor p�ra servir a un usurpador extraniero. Le informaba, además, que los 1 600
que le sea posible los compromisos pecuniarios que están pendientes, JOVen :s b':lgas enviados a México habían sido engañados creyendo que
esperar a que ellas reclamen la observancia de los antiguos tratados y se �v1 nan un1camen �e como guardias de honor a la titulada emperatriz de
. .
manifestarles entonces que habiéndoles dado ellas mismas por termi­ Mex1co, Carlota, h1ia del Rey de Bélgica, La comunicación concluía de­
nados, México no entrará con ellas en relaciones diplomáticas sino seando que los mexicanos echasen de su territorio a Jos usurpadored ex­
mediante otros nuevos, prometiendo entretanto una estricta obser­ tranjeros.29
vancia de las leyes y del derecho de gentes con los extranjeros.2�
Por otra parte, el l'.der italiano Giuseppe Manzzini propuso a Juárez la
, de una leg1on
creac1on _ repubhca _ na con un núcleo
Lerdo de Tejada contestó la comunicación de Terán manifestándole que . garibaldiano italiano,
compartía su opinión. Al triunfo de la república, tanto durante el gobierno una verdad�ra al 1anza de �odos aquellos que, en los dos continentes, creye­
. .
ran en el pnnc1p10
de J uárez como después en el de Lerdo, se pusieron en práctica las suge­ republicano. Aunque el proyecto no se realizó, es mues­
rencias de Terán, llevando a cabo una política exterior independiente y tra de la indignación que había causado la intervención imperialista, en
digna. todos los hombres respetuosos de la libertad. 3"

Con gran ahínco se dedicó don Jesús Terán a desmentir las falsas noti­ En lo que respecta a América Latina, José María Iglesias señala en sus
cias que se publicaban en los periódicos europeos sobre la situación en Revistas Históricas que "llama desde luego Ja atención que para nada se
México. La prensa extranjera aseguraba que el gobierno republicano o haya acordado Maximiliano de la América (Latina), lo cual consiste indu­
estaba en vías de extinguirse o ya había desaparecido, y que el emperador dablemente en la seguridad que tiene de la oposición que en toda ella, con
se -encontraba en México de una manera pacífica. Las cartas que enviaba excepción acaso del Brasil, ha de encontrar en su usurpación del trono
Terán a los periódicos no tenían el efecto que se proponía; o llegaban tarde mexicano. Con el olvido completo de las Naciones Americanas, forma con­
o eran incomprendidas, aunque algunas veces lograron influir en la opinión traste el empeño manifiesto de entrar en relaciones diplomáticas hasta con
pública de Londres y de Madrid. las más remotas naciones europeas".3l

No obstante los continuos intentos de Jesús Terán para ser aceptado o Aunque el gobierno guatemalteco de Rafael Carrera también había re­
recibido por los gobiernos de Ingfaterra y España, no consiguió su cometi­ conocido al imperio, se retractó de su propuesta anterior de anexarse a
do. Estos gobiernos habían reconocido la administración imperial. territorio mexicano en caso de establecerse una monarquía en México.

La labor de Terán se extendió incluso hasta la Santa Sede. Los proble­ Fuera de Brasil y del vecino del sur el gobierno republicano mantuvo el
mas surgidos entre ésta y Maximiliano facilitaron que el ministro de Esta­ reconocimiento y la solidaridad de los demás países latinoamericanos. El
do del Papa, Cardenal Antonelli, aceptara hablar con el enviado mexicano.
El representante del gobierno republicano manifestó la imposibilidad de
que el Imperio se sostuviese en México. El cardenal por su parte ofreció la 29 Perüfdico (�fir.:ial del gobierno c:onstitucional de /.a República mexicana, septie;nbre 28 de
! 865, núm. 1 1 5 , p . l .
·1º Archivo Juárez, Biblioteca Nacional, Docurnento núm. 1282.
JI José Maria Iglesias, Revistas históricas sobre la intervenciónfrancesa en México. México,
w Libro de minutas de don Jesús Terún, citado por Jorge L. Tamayo, op. cit., vol. X, p. 29. Colección Sepan Cuántos, núm. 47, ed. Porrúa, 1966, pp. 568-57 1 .

194 195
1

!
ministro de Relaciones del Perú, José G. Paz Soldán, presentó al congreso El 5 de agosto el gobierno republicano se estableció
en Paso del Norte
de su país un reconocimiento al gobierno de Juárez: "México ha sufrido hoy Ci udad Juár?z. Desde ahí en una carta dirigida a
. . su yerno Pedr�
una transformación política habiéndose constituido allí un Imperio, a cuyo Sa� t�cil1a, el presidente Juárez analizaba con gran realism la
o situación de
frente se encuentra el Archiduque Maxirniliano, quien ha asumido el ca­ Mex1co en el contexto internacional: "Sólo sería posibl una colisió
e n (de
rácter de Emperador de esa rica y poderosa sección del continente. Aún no los Estados Urndos) con la Francia si Maximiliano o Luis Napol
eón pro­
está absolutamente terminada la pacificación de ese país, porque el Presi­ vocaran a los Est�dos Unidos co alguno o algunos actos hostile
� s; pero es
dente Benito Juárez sostiene todavía al Gobierno Republicano, del que es lo que i:nen ?s haran porque tendnan que habérselas con coloso
un a quien
una personificación y un símbolo y, a su torno, se hallan huestes y entida­ se hum1l lanan para complacerlo en todo, prescindiendo
sin rubor de la in­
des sociales que lo ayuQan en su causa".32 solencia y del orgullo con que tratan a los débiles. Poco hay,
pues, que
esp�rar de los po�erosos, porque éstos se respetan, p
orque se temen y los
El gobierno de Uruguay envió una medalla de reconocimiento al presi­ t.!ebzles son los únlcos sacrificados, si por sí solos
se procu
ran escarmen­
dente Juárez.. Los gobiernos de Colombia y Venezuela plantearon la nece­ tar a sus op;esores. Nada de ��to me sorprende porque hace mucho
tiempo
sidad de recomendar una solemne declaración por parte de sus respectivos te ?go la mas fue�te conv1cc1on de que todo lo que Méxic no haga
o por sí
poderes legislativos, en el sentido de que ambos países jamás reconocerían 1n1smo p�ra ser libre, no d� be esperar ni es conveniente que espere
que
el establecimiento de monarquías· en América apoyadas en fuerzas exterio­ otros gobiernos u otras naciones hagan por él '.•.J6
res·, ni gobiernos análogos sostenidos por otras naciones, ni mucho menos,
protectorados. Se pronunciaron por una alianza de ambas Américas opues­ �
l 3 de octubr<;. ampa_rad� en la supuesta salida de Juárez del país,
.
ta a los conservadores que conspiraban diariamente contra el progreso de Baz,u �e convenc� o a Max1m1hano de decretar una ley que declar
aba a los
la libertad verdadera. 33 republ '?anos gavillas de criminales y bandoleros; por lo que "serán juzga­
.
dos militarmente � or las Cortes Marciales y, si se declarase que son culpa­
Los representantes de Chile, Colombia y Venezuela ejercían presión sobre bles, aunque sea solo del hecho de pertenecer a la banda, serán condenados
el gobierno de Estados Unidos para que juntos hicieran causa común y a la pena c�pital que se ejecutará dentro de las primeras 24 horas después
solicitaran a Francia el retiro de sus tropas del suelo mexicano, a lo c;ual de pronunciada la sentencia".37 La medida fue acom pañada con una expe­
.
Seward siempre contestó con evasivas. El ministro venezolano afirmó al dición exhau �tiva que dirigió el general en jefe del ejército francés para
presidente de los Estados Unidos que su país estaba dispuesto a unirse al dominar al pa1s, al mismo tiempo que se ofrecía una amnistía que pretendía
gobierno de éste cuando tomara la decisión de declarar la guerra al gobier­ acabar con la guerrilla republicana.
no francés.
Con base en esta ley fueron ejecutados muchos generales republicanos.
En Colombia hubo manifiestos, de adhesión a la causa juarista; estas La medida causó tal indignación, que se llegó a firmar que hasta Miguel �'
¡1
expresiones culminaron con la declaración de que Juárez "merecía el bien Mi ramón ofreció sus servicios al gobierno republicano para luchar contra
de América" (2 de mayo, 1 865).34 También fue declarado benemérito por el imperio.3ll
. .
la república dominicana, mientras en Chile se organizaron colectas para
auxiliar a los soldados republicanos heridos en la guerra. En tanto, el con­ En la opinión pública norteamericana y en el congreso estadounidense j
greso de Argentina aprobó dar el nombre de Benito Juárez a un poblado de hubo quienes se manifestaron en diversas ocasiones a favor de prestar una ¡..
la provincia de Buenos Aires.35 ayuda efectiva para acabar con la intervención francesa. Se consideraba
como prioridad para la seguridad nacional de Estados Unidos que desapa­
reciera la amenaza monárquica en el continente; en f!.bril de 1 864 el Dipu­
tado Henry Winter Davis, presidente de la Comisión de Relaciones Exte-
.n Las relaciones entre México y Perú. La misión de Corparu:ho, Introducción de Genaro Estrada.
México, SRE (AHDM, primera serie, segunda edición, núm. 4), 1 9 7 1 , pp. 203-204.
33 Uruguay envía una medalla a Juárez, Correspondencia de la Legación Mexicana en x, Archivo Privado de don Benito Juárez y don PedroSantacilia, Biblioteca Nacional, Documento
Washington, tomo IV, p. 449 núm. 7 ! .
34 Archivo Juárez, Biblioteca Nacional, Docutnento 7o. ·'7 L a Sociedad. México, octubre 4 de !865, sección oficial.
35 El Congreso Argentino pone a un poblado el nombre de Benito Juárez, Jorge L. Tamayo, op. �� Gabriel Saldívar, La 1nisián confidencial de don Jesús Tercín en Europa, 1 863- 1 866. México,
cit., vol. XII, p., 620. SRf;, (AHDM, segunda serie, núm. !), l943, p. 45.

196 197
liar la opinión pública de los Estados Unidos sin tener ningún interés real
de apoyar al gobierno de Juárez en la resolución de sus dificultades."

. En febrero de 1 866 el presidente mexicano comentaba a Santacilia: "He


visto en el Periódico Oficial de Washington que ha sido nombrada otra
persona para �inistro, a consecuencia de l a no aceptación del general Logan.
.
Esta 1ns1stenc1a .
del Gobierno americano, o mejor dicho, del Gobierno de
los Estados Unidos del Norte dará en qué pensar al lobo grande de las
Tuilerías y lo obligará a retirar de México sus fuerzas . . . como usted dice
in u y bien, no es Napoleón el que ha de emprender una guerra con ese Go­
bierno. Los lobos no se muerden, se respetan".42

. En 1 867 füe designado Lewis D. Campbel! enviado extraordinario y


mm1str� plempotenci ano de Estados Unidos en México, quien tampoco
�resent? sus cred���iales por I a situación del país.43 No obstante estas con­
_
t1ngenc1as, Ja dec1s1on del gobierno norteamericano de enviar un represen­
El gobierno de Lincoln esperó el
final de su guerra civil para tante ante el gobierno de Juárez mostró un cambio favorable en la política
pronunciarse contra el imperio de aquel país.
francés.
En diciembre 23 de 1 865, José A. Godoy, cónsul de la República mexi­
riores de la Cámara, presentó una moción que condenaba la intervención cana en San Francisco, California, se había quejado de que Estados Uni­
.
dos faltaba a su compromiso de neutralidad y permitía que se vendieran
francesa y al imperio de Maximiliano.39
ar � as ª .las tropas francesas. Por otra parte, reiteraba que ''ha sido muy
.
perJud1c1al para la causa republicana de México, que varias veces se hayan
El gobierno de Lincoln reconoció al de Juárez y dio a entender su
inconformidad por la intervención, pero no se pronunció decididamente en aplicado los principios de neutralidad en los Estados Unidos, para prohibir
contra del imperio francés sino hasta el fin de su guerra civil. la exportacióh de armas y municiones, de que no necesitaban los franceses,
y sí necesitan los republicanos de México; mientras que no se han aplicado
Desde mayo de 1 864, con el advenimiento del imperio, la unión había dichos principios de "neutralidad, y se ha permitido exportar medios de trans­ '

retirado a Corwin, con el decidido propósito de desentenderse de los asuntos porte de guerra, y reparar en los puertos de los Estados Unidos buques o
mexicanos. Ahora, los Estados Unidos se decidían a reafirmar sus relacio­ transportes de guerra, de lo cual han necesitado los franceses, y no han
nes con la república, por lo que nombraron al general John A. Logan como necesitado Jos republicanos de México''. 44
enviado extraordinario y ministro plenipotenciario de los Estados Unidos
en México. Su nombramiento fue muy bien recibido por los mexicanos, ya Posteriormente, Matías Romero, al ser recibido por el nuevo presidente
que en varias ocasiones Logan había pronunciado discursos a favor del Andrew Johnson, manifestó su preocupación porque hasta ese momento
gobierno republicano y consideraba que la paz no podría quedar consolida­ "los Estados Unidos habían aparecido auxiliando más bien a Francia, su­
da en los Estados Unidos si el gobierno de Maximiliano no desaparecía.•• puesto que le habían permitido sacar de este país lo que necesitaba para
hacernos la guerra: carros y mulas, mientras que a nosotros no nos habían
No obstante, Logan rechazó el nombramiento al enterarse de que su
misión carecía de significado, pues lo único que Seward buscaba era aca-
41 Archivo Juárez, Biblioteca Nacional, Documento nú1n. 1370.
4� Archivo privado de don Benito Juárez y don Pedro Snntacilia, Documento 1 0 1 .
.-w E! Presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, Winter Davis, condena la intervención
4-1 Jorge L. Tamayo, op. cit., vol. XII, p. 434.
francesa y el itnperio, Correspondencia de la Legación 1nexicana en Washington, voL lV, pp.
44 Nota diplomática de J. A. Godoy a Sebastián Lerdo de Tejada, Jorge L. Tamayo,op. dr., voL X,
122-1 23.
pp. 491 -530.
40 Matías Romero, Correspondencia de la Lef.:acirín mexicana en Washington, vol. V, p. 789.

198 199
dejado sacar armas, las que necesitábamos irnperiosamente para continuar nes que hacían al imperio inviable: la bancarrota en que vivía por los rui­
Ja defensa de nuestra Patria y nuestras instituciones". 45 nosos Tratados de Miramar; el mando bicéfalo que hacía imposible su. con­
solidación; la oposición de los Estados Unidos, libre de la guerra civil, a la
Una vez terminada la guerra de secesión, en mayo de l 865, el gobierno intervención francesa en América; la posibilidad de una contienda en Eu­
norteamericano permitió la exportación de armas desde los Estados Uni­ ropa que obligaría a Francia a retirar su Ejército de México; la resistericia
dos.46 El gobierno de Juárez conéertó un préstamo de dos millones 925 mil republicana y la prolongación indefinida de la guerra; todo ello aseguraba
450 dólares para compra de armamento, préstamo que se redujo un millón la victoria. Sólo faltó que Napoleón muriera, como ¡0 había pronosticado
por pago de gastos y comisión. Estos recursos facilitaron dar el tiro de Iglesias, situación innecesaria al darse todas las demás.
gracia a los franceses.47 Además después de que el congreso de los Estados
Unidos había analizado los derechos de Juárez y de González Ortega a la Desde el inicio de 1866 varios fueron los acontecimientos internacionales
Presidencia de la República, ratificó su reconocimiento al primero. que dieron un nuevo giro a la situación de México. Además, la condición del
gobierno republicano mejoraba, ya que el ejército francés no había logrado
El 17 de enero de 1 866, William H. Seward, reiteró a M. Bertheny, vencerlo y perdía ya las esperanzas de hacerlo. Al respecto Juárez opina­
Ministro Plenipotenciario de Francia que los Estados Unidos reconocían ba: "Por nuestra terquedad en no dejarnos subyugar, ya pelean sin porve­
como gobierno legítimo al del presidente Juárez, que no iban a cambiar su nir, sin esperanza de ganar . . . el que no espera vencer, ya está vencido".5º
actitud y que esperaban que el presidente de México recuperara el poder
suficiente para ejercer su autoridad constitucional, "necesaria a la pacifi­ Sumados a la desmoralización de las tropas francesas y al alto costo de
cación del país y a la restauración del orden, cuando las tropas francesas la expedición que aún no redituaba nada, Napoleón III tenía otros proble­
habrán terminado la evacuación". Y agregaban que, "no han intervenido mas debido a presiones internas y externas. Por un lado, la oposición_a la
más por no obrar de una manera injuriosa acerca del Gobierno Republica­ aventura mexicana había crecido en el cuerpo legislativo francés; por otro,
no existente y de no hacer nada que sea contrario a su autoridad".48 el peligro de una guerra europea provocada por el creciente poderío prusiano
que, dirigido por Bismarck, acababa de derrotar a Austria en ese año. Ello
Poco después, el Presidente de la República manifestó a Matías Romero hacía necesario que las tropas francesas regresaran a Europa. Además, una
cuáles deberían ser los principios de la política de México ante el gobierno vez terminada la Guerra de Secesión , el gobierno de Estados Unidos mani­
de los Estados Unidos: "al Gobierno americano, como amigo, no se le debe festó que la intervención francesa en México dañaba sus relaciones con
cansar con lo que es sólo de nuestro interés y, como a poderoso, se le debe Francia y protestó contra el imperio de Maximiliano que abría sus puertas
tratar con tal delicadeza que nada debemos hacer en lo más mínimo que a los inmigrantes esclavistas sureños. Ante esta situación, Napoleón deci­
indique algo de humillación de nuestra causa "49 dió retirar a su ejército de México.

El 15 de enero el emperador francés escribió una carta a Maximiliano


El fracaso de la intervención francesa comunicándole su decisión; al mismo tiempo envió a México al harón
Saillard para que éste acordara con el mariscal Bazaine la fecha de re­

¡
Los vaticinios de don José María Iglesias se empezaban a cumplir, el triun­ patriación de las tropas. Según las instrucciones de Napoleón III, entre
fo de la causa republicana ya se vislumbraba. Con asombrosa capacidad de ambos deberían hacer todo lo posible para que la obra que se "fundó" no se
'
análisis de la situación internacional, Iglesias había pronosticado las raza- derrumbara. El emperador de Francia enviaba recomendaciones a Bazaine
en el sentido de que la repatriación se hiciera de la manera menos perjudi­
cial al gobierno del emperador Maximiliano, "a quien deseo sostener tanto
4.s
cuanto sea posible. Para ello, es necesario que, hasta la partida de las tro­
Matías Romero, Correspondencia de la Legación Mex.icafl{l en Washington, vol. V. pp. 259-26 1 .
4r. /bide1n, voL V. p . 289.
47 El único préstamo que concertó el gobierno deJuárez en el exterior fue el Carbajal-Corlies, de pas, toméis con M. Langlais, abiertamente, la dirección de los negocios
tnenos de dos mi1lones, que contrasta con los préstamos contraídos en Paris por Maximiliano, de públicos, es decir del ejército y de las finanzas; porque, para que el Impe­
más de 100. Jan Bazant, op. cit., p. 95 e Informe de Matías Romero, noviembre 21 de !867, en rio mexicano pueda sostenerse, es necesario que las finanzas y la fuerza
Jorge L. Tamayo, op. cit., vol. XII, pp. 734-735.
4x "Docu1nentos oficiales recogidos en la secretaria privada de Maximiliano", citado por Jorge L.
Tamayo,op. cit., vol. XI, p. 733. .1n Archivo privado de don Benito Juárez y don Pedro Santacilia, Biblioteca Nacional, Docu­
49 Archivo de Juárez, Biblioteca Nacional, Documento nú1n. 1788. mento 96.

200 201
Ante tan adversos acontecimientos, Maximiliano se aferró a una última
tabla salvadora, optando por abandonar por completo su política liberal,
, _
cldud1cando ante. �! proyecto conservador. De inmediato trató de establecer
por todos los medios el concordato con Roma, disponiéndose a modificar el
proyecto antenor que era totalmente liberal, por el que acordara un sínodo.
Sus esfuerzos fueron vanos y quedarían tan sólo en proyecto pues muy
'
pronto sobrevendría la caída del imperio.s3

De acuerdo con su nueva política, Maximiliano modificó su Ministerio


.
incorporando ª los conservad ores: Martín Castillo y Cos sustituyó a José
,
Fernando Ramirez, .
en el_ M rnisteno de.Negocios Extranjeros, desde el 1 8
de octu �re de 1 865. En 1uho_ de 1 866 Castillo y Cos salió a Europa para
aco1n �anar a la emperatnz en la d�licada misión de retener el apoyo de
. cargo de los negocios extranjeros el subsecretario Luis de
Francia Y s� hizo
Ante la pérdida del patrocinio
francés, Maximiliano optó por Arroyo, quien a su vez fue : ustituido por Juan N. de Pereda el 25 de sep­
abandonar su política liberal y tiembie de 1 866. Este espanol, que durante muchos años se dedicó al co­
modificó su Ministerio mercio en M�xico fue, al igual que su alltecesor, miembro de la junta de
incorporando a los conservadores. notables que instauro, el Segundo Imperio. Su labor en el ministerio fue
bre�e, pues dejó el car,go el l 6 de enero de 1 867. A la caída del imperio ¡ !
,
sallo desterrado del pais, al que habna de volver después de concedida Ja \ !
armada sean organizadas de modo que ofrezcan al Emperador Maximíliano amnistía de 1 87 1 .
' '

un apoyo seguro".51 ¡ !

El último ministro de Negocios Extranjeros del imperio fue Tomás


La pérdida del patrocinio francés fue un golpe mortal para Maximiliano Murphy _(hiJO), entre el 1 7 de enero y el 1 8 de junio de 1 867. Este veracru­
quien, desconfiando de la habilidad de José Manuel Hidalgo, su represen­ zan� ' htJO del, español del mismo nombre, sirvió a México como agente
tante en Francia, lo sustituyó por Almonte para que en su nombre pidiera al . _ en Francia y fue desde muy temprana edad encargado de ne­
confidencial
emperador Napoleón III la permanencia de su ejército en México· por tres ,
goc10s de Mex1co en Londres en 1 846, en Bélgica, Sajona y la Confedera­
años más a fin de consolidar su gobierno. Almonte también fracasó, por lo ción Germánica en 1 864.
cual partieron a Europa ccin el mismo propósito, sus consejeros Eloin y
Loysel, quienes tampoco consiguieron nada. Ante la negativa, Maximíliano También, con la intención de salvar al imperio, Maximiliano cambió su
pensó en abdicar, pero la emperatriz lo disuadió.52 g�bi nete particular. Intentó retener a los franceses asignando �l cargo de
.
ministro de Guerra al General D ' Osmont y el de Finanzas al intendente
Como los Estados Unidos habían advertido que considerarían un agra­ Friant. 1
vio la l legada de más tropas europeas a América, Maximiliano no pudo '

obtener ayuda. En Austria se detuvo el envío de un grupo de 1 O mil volun- · En marzo de 1 866 el ejército republicano inició una serie de triunfos
tarios, al manifestar el gobierno norteamericano su más alta protesta ante q�e cul minaron con la toma de Querétaro en mayo de 1 867 . El primer
esa nación y su reconocimiento al gobierno republicano como el único le­ _
triunfo importante tuvo lugar en Santa Isabel, Coahuila, cuando los france­
gítimo en México. Por su parte el rey de Bélgica, cuñado del Archiduque ses fueron derrotados por el general Gerónimo Treviño. Después, el ejérci­
austriaco, no quería saber nada del imperio mexicano, por lo que, abando­ to republicano recobró Ciudad Hidalgo y luego Chihuahua con las fuerzas
nado por Francia, el emperador no tenía posibilidades reales de sobrevivir. del general Terrazas.
51 Paul Gaulot, Sueño de ilnperio. U1 verdad de la expedición a México. Trad. Enrique Martínez
Sobra!. México, A. Pola, 1905, p. 175.
·�2 Agustín Rivera y San Román, Anales mexicanos. La Reforma y el Segundo Imperio. México, 5.i Andrew N. Cleven, "The Bclesiastica\ Po!icy of Maximilian of Mexico". The Hispanic American
Cámara de Diputados, 1972, p. 234. Historical Review. Duke University Press, agosto de 1929, pp. 3 17-360.

202 203
Para el imperio de Maximiliano, la crisis se agudizaba en todos los sen­
tidos. Militarmente, surgieron problemas entre lo.s diferentes grupos que
conformaban el ejército imperial; el emperador tenía conflictos con Bazaine
por no haber terminado de controlar las diferentes plazas republicanas,
además de haber impedido, por desconfianza a los conservadores, que el
imperio formara su propio ejército.

En el terreno económico, el imperio se encontraba en quiebra y Napoleón


no estaba dispuesto a concederle más préstamos, además de negarse a cum­
plir los Tratados de Miramar confirmando la retirada del ejército francés.

Ya en Europa, Carlota pidió al emperador Napoleón que mantuviera


hasta fines de 1867 a 20 mil hombres de su ejército, comprendiendo la
división auxiliar extranjera, y que diera al gobierno imperial mexicano un
subsidio de 500 mil pesos por mes, hasta fines de ese mismo año. Napoleón

: 11
le negó todo tipo de ayuda. Luego, la emperatriz sufrió una crisis que alte­ i
ró sus facultades mentales por el resto de sus días.


Al finalizar octubre se inició la debacle del ejército imperial. El día 3 1
Porfirio Díaz tomó la ciudad de· Oaxaca. Los hechos motivaron que
Napoleón enviara a la capital mexicana al conde Francisco Castelnau. El
propósito era convencer a Maximiliano de que abdicara. Castelnau junto
con Bazaine y Davo, llegaron a explorar la posibilidad de establecer un
gobierno de transición que fuese bien visto por los Estados Unidos y al il
mismo tiempo favorable a Francia. Se pensó en Jesús González Ortega,
pero como la información que se recibió de Washington fue en el sentido
de que Estados Unidos respaldaba a Juárez no siguieron adelante con el
i
i
proyecto.

En noviembre, el gobierno juarista expidió un decreto que establecía que


los ciudadanos que sirvieron al imperio serían considerados traidores a la
patria. Con la intención de abdicar, Maximiliano salió para Orizaba. Sin
embargo, a petición de su consejo de ministros, permaneció en el país. 54

Bazaine inició a fines de 1 866 el retiro de las fuerzas francesas en el


norte. Requeridos por Maximiliano, retornaron a territorio nacional Mira­
món y Márquez para organizar el ejército imperial. Las poblaciones des­
ocupadas por los franceses eran recobradas por las fuerzas juaristas. Al
mismo tiempo que Juárez se trasladaba de Chihuahua a Durango, de la
ciudad de México salía la primera sección del ejército francés.

•14 Archivo de la embajada de México en Francia, Legajo XLI, Documento 16914, citado por
Jorge L. Tamayo, op. cit., vol. XI, p. 634.

204
Mientras tanto, el ministro Seward proponía a Matías Romero que el
gobierno republicano celebrara un armisticio con los ejércitos francés e
ímperíal y que se suspendieran las hostilidades para que la evacuación de
1
los ejércitos fuera lo más pronto posible.

El 3 de febrero de 1867 Bazaine lanzó una proclama de despedída con


sus "mejores deseos para la felicídad de la caballerosa .r:< ación me�icana".
Acto seguído, el día 5 de ese mes, el comandante frances abandono �a crn­
dad de México y, el 1 1 de marzo, dejaba, a bordo del Soberano, ultimo Miguel Miramón, Maximiliano y
barco francés, las playas de Veracruz. Tomás Mejía fueron juzgados por
un Consejo de Guerra y fusilados

Maximiliano todavía no tenía concíencía de la realidad. El 5 de febrero el 1 9 de junio de 1867.

decretó el fusilamiento de Juárez y sus ministros; no fue sino hasta el 9 de


ese mismo mes que reconoció su derrota y pidió que ya no hubiera derra­ republicano se mantuvo firme en su decisión de escarmentar a los que ha­
mamiento de sangre. No obstante, la intervención de sus ministros le llevó bían violado la soberanía nacional.
a sostener la lucha en Querétaro, donde el Imperio contaba con numerosos
partidarios. Maximiliano se puso al frente del ejércíto y designó una regen­ Al regresar a la capital el 1 5 de julio, Juárez declaró: "El Gobierno ha . )¡
cía pensando en que pudiera morir en la batalla. Los miembros d� dicha cumplido el primero de sus deberes, no contrayendo ningún compromiso en
regencía fueron Teodosio Lares, José María Iacunza y Leonardo Marquez. el exterior ni en el interior, que pudiera perjudicar en nada l a Independen­
cia y Soberanía de la República, la integridad de su territorio o el respeto
El 6 de marzo se inició el sitio de Querétaro. En Puebla, Porfirio Díaz debido a la Constitución y a las leyesl>.56
derrotó a Leonardo Márquez en la batalla del 2 de abrí!, permítiendo con
esto el avance del ejércíto republicano a la ciudad de México.

Entre tanto, el emperador austriaco Francisco José solicitaba a Seward


que gestionara ante Juárez el "respeto a los prisioneros de guerra, bajo la
consideración de que gracías al apoyo moral del Gobierno norteamericano,
el partido líberal había logrado su tríunfo".55 También el senador por el
estado de Maryland, Reverdy Johnson, presentó una moción para que el
presidente Johnson ofreciera la mediacíón de los Estados. Unídos a los be­
ligerantes de México, bajo la condición de que Max1m1hano abdicara Y
saliera del país.

El 15 de mayo de 1867 cayó la cíudad de Querétaro. Tras haber sido


juzgados por un Consejo de Guerra, Maximiliano, Mejía y Míramón fue­
ron condenados a muerte y fusilados el l 9 de junio.

Hubo un sinnúmero de solicítudes de indulto para el frustrado empera­


dor; entre ellas destacan la de Garibaldi y Víctor Hugo, pero el gobierno

5.� Correspondencia entre la legación de la República mexicana en Washington, el


Departa1nento de Estado de los Estados Unidos de América y el gobierno de México, con
relación a la exportación de armas y 1nuniciones de guerra de los Estados Unidos para
_% Manifiesto de Benito Juárez al volver a la capital de la República el 25 de julio de 1 867, en
puertos de Naciones beligerantes, pp. 447-448.
Manuel Dublán y José María Lozano, Legislación 1nexicana, vol. X, pp. 26-28.

206 207

d
11
1-

El Estado nacional
(1867 -1872)

Mientras en toda Europá se producía una conmoción por la muerte de


Maximiliano, en Francia los defensores de Napoleón lo eximían de cual­
quier responsabilidad. Se tachaba a los mexicanos de incivilizados y acha­
caban el fracaso de la empresa a la ineptitud del propio archiduque austriaco,
responsabilizando al Papa de haber contribuido a la caída del imperio por
no darle su apoyo decidido. Por su parte, los detractores del emperador
francés lo responsabilizaban del trágico fin del romántico Habsburgo. El
gobierno de Juárez no podía perdonar a quienes violaron la soberanía de
México y empeñaron todo su esfuerzo en la desaparición de la república.

México conseguía su segunda independencia y el imperio napoleónico


iniciaba su descenso. Los Estados Unidos, libres de su guerra civil, com­
praban Alaska a Rusia. Canadá obtenía su plena autonomía y Cuba inten­
taba lograr la suya.
'
En México se iniciaba una nueva etapa. La capital de la República reci­ 1
bió en silencio la llegada de Juárez el 1 5 de julio de 1 867. Temía represa­
lias, conocía su responsabilidad, había sido imperialista, había aplaudido
al emperador y disfrutado de su corte.'

Para Juárez la situación era distinta en relación a su primer regreso a la


capital en 1 8 6 1 . Tenía toda la experiencia acumulada a costa de innumera-

José C. Yaladés, flistoria del pueblo de México. México, Editores Unidos Mexicanos, S.A.,
1967,p. 1 1 3.
bles sacrificios; se encontraba en la plenitud de su madurez, consciente de
la inmensa tarea que había necesidad de emprender para la reconstrucción
l
del país, después de más de una década de guerra civil e intervención ex­
tranjera.

El panorama nacional en esta nueva posguerra era desolador: con la


economía paralizada, el pueblo sumido en la pobreza, los caminos infesta­
dos de salteadores, y los gobernadores que se habían convertido en verda­
deros caciques que no respetaban a la autoridad federal. No obstante eso,
Juárez y sus colaboradores tenían un proyecto definido de gobierno, así
como la voluntad e imaginación suficientes para instrumentarlo.

Había graves problemas en los diversos estados del país. En Yucatán


seguía la Guerra de Castas; en los estados de la frontera norte los indios
salvajes continuaban incursionando en el territorio nacional, y desde Gua­
temala había atagues a la población chiapaneca. En Puebla, Sinaloa, Jalisco
y Guerrero se organizaban insurrecciones contra los gobernadores . Entre
1 868 y 1872, cuatro rebeliones intentaron derrocar al gobierno.

Con motivo de la inseguridad que había en el país y las dificultades para


controlarla, surgió la crítica al gobierno acusándolo de incapacidad. Para
Zamacona, los plagios, robos y desesperanza, se debían '"no a nuestra ino­ Al ser restablecida la Suprema
cente y calumniada Constitución", sino "al letargo" del "poder".2 Corte, Manuel María de
Zamacona figuró entre Jos
magistrados.
Para combatir los rnotines y las asonadas, Juárez pidió al congreso fa­
cultades extraordinarias para perseguir y castigar el plagio y el asalto a
mano armada. Después de acres discusiones en la cámara, Ja mayoría aceptó misma a Sebastián Lerdo de Tejada como presidente y como magistrados a
la iniciativa dado el estado de excepción en que se encontraba la nación. Pedro Luis Ogazón, Manuel María de Zamacona, Vicente Riva Palacio,
José María Lafragua, Mariano Yáñez, Pedro Ordaz, Guillermo Valle,
El gobierno juarista redujo los efectivos del ejército de 80 mil a 2 mil Manuel Z. G6mez, Joaquín Cardoso y Rafael Dondé.
hombres. Los militares veteranos se ocuparían del combate al bandolerismo.
Aunque la ley de plagiarios fue considerada contraria a la constitución, se Para conseguir la reorganización del país, el gobierno juarista creyó
aplicó y se prorrogó su vigencia. Se restableció el cuerpo de rurales y facultó necesaria la reforma de la constitución. Con este objeto lanzó un plebiscito
a los gobernadores y jefes policíacos para condenar a muerte a los ladrones el 14 de agosto de 1867.
y asaltantes capturados en flagrante delito. Facultades peligrosas en tiem­
pos de paz, que en ese momento se consideraron indispensables.'.' El plebiscito proponía aprobar los siguientes cambios constitucionales:
establecimiento del Senado de la República; veto suspensivo del presiden­
El primero de agosto se expidió un decreto en donde se restablecía la te a las resoluciones del Poder Legislativo, anulable sólo por la votación
Corte Supre1na de la Nación, nombrando miembros provisionales de la contraria de dos tercios de los diputados; restricción a la diputación perma­
nente para convocar a sesiones extraordinarias; que las comunicaciones e
Daniel Cosío Vi llegas, flistoria mínima de México. México, Fondo de Cultura Económica,
informes del Ejecutivo al Congreso fueran por escrito y no verbales; que se
1 9 8 1 , p. 253.
determinara el procedimiento para prever la forma de substituir provisio­
1 Paul J . Vonderwid, Los rurales ntexicanos. Traducción de Roberto Górnez Ciriza. México, nalmente al Presidente de la República cuando faltara a la vez el Presiden­
Fondo de Cultura Económica, 1982, p. 46. te de la Corte Suprema de Justicia.

210 21 l
Con estas medidas Juárez y el ministro Lerdo querían acabar con el aportaciones a la cancillería está el código de extranjería, que fue de gran
sistema unicameral, dando la razón a Ignacio Comonfort, quien había di­ utilidad en esos años.
cho que Ja Constitución de 1857 maniataba al Ejecutivo. Las reformas
constitucionales propuestas generaron un alud de protestas entre lo� dipu­ Sebastián Lerdo de Tejada, cuya brillante trayectoria ya ha sido referida
tados por la violación de la Constitución de .18 57, pues el sistema en el capítulo anterior, renunció a Relaciones en enero de 1871, debido a
,
plebiscitario era anticonstitucional y violaba el A1ticulo 137 de la Carta sus aspiraciones presidenciales. Fue sustituido por Ignacio Mariscal, quien
Magna, que establecía como atribución exclusiva del Congreso toda refor­ ocupó la secretaría de marzo de 1871 a junio de 1872. Mariscal había sido
ma a la Ley Suprema. constituyente y colaborador de Juárez en Veracruz. Tenía experiencia en
relaciones internacionales. Fue oficial mayor en 1863 y se desempeñó como
De esta manera, Juárez tuvo que dejar intacto el texto constitucional. secretario de la Legación Mexicana en Washington. Posteriormente presi­
Pero estableció a lo largo de su mandato otros mecanismos para fortalecer dió el Tribunal de Justicia del Distrito y Territorios Federales, cargo que
la acción del Ejecutivo. Al margen de la constitución escrita surgió otra ocuparía nuevamente con Porfirio Díaz, al igual que el de canciller, res­
constitución real. ponsabilid ad que llegó a cumplir por más de 27 años.
A pesar de loS' conflictos ge.nerados p�r .es:as decisiones, en las elec­ A Mariscal le sucedió José María Lafragua, quien desempeñó el cargo
ciones del 8 de diciembre de 1867 Juárez tnunfo por gran margen sobre los en dos periodos: el primero, del 13 de junio al 18 de julio de 1872 con
otros candidatos, que eran Porfirio Díaz y Lerdo de Tejada. La reelección Juárez, y el segundo, del 18 de julio al 15 de noviembre de 1875 en el
provocó levantamientos en la propia capital, pero todos fueron sofo­ gobierno de Sebastián Lerdo de Tejada. Como se recordará, Lafragua ha­
cados. bía ocupado el puesto de Relaciones durante el gobierno de Comonfort y la
representación de México en España en 1857.
Juárez organizó su gabinete con Sebastián Lerdo de Tejada en Rebcio­
nes Exteriores y Gobernación; Antonio Martínez de Castro en Justicia e Después del triunfo republicano, el país vivió aislado del mundo euro­
Instrucción Pública; Bias Balcárcel en Fomento; José María Iglesias en peo. La muerte de Maximiliano y la inflexible política exterior de Juárez
Hacienda e Ignacio Mej(a en Guerra y Marina. llevaron a los países del viejo continente a no reconocer al gobierno de la
República. La nueva política mexicana en materia de relaciones intern 11-
cionales estableció la insubsistencia de los tratados y convenciones firma­
Una nueva política exterior dos con los países que nos invadieron y que apoyaron al imperio. Era un
acto de justicia y de soberanía, lo mínimo que podía hacer el gobierno para
Días antes de que Juárez fuera reelecto se había iniciado la re?rganización ser respetado en el extranjero.
administrativa del gobierno. El 29 de noviembre de 1 867 se dispuso que se
reformaran las ramas de Relaciones Exteriores y Gobernación, que habían Así lo señaló Juárez el 8 de diciembre de 1867 al abrirse las sesiones
venido operando conjuntamente dadas las condiciones de guerra que pade­ del primer periodo del Cuarto Congreso de la Unión. En su discurso de
cía el país; ahora tendrían distintos titulares. inauguración, el presidente marcaba los lineamientos a seguir en política
exterior, continuando la digna línea iniciada en I 861:
El gestor de Ja política exterior de Juárez de 1863 a 1 871 füe Sebastián
Lerdo de Tejada, con un breve intermedio en 1868, en que el oficial mayor, En su mensaje, reconoci6 la solidaridad brindada por las naciones ame­
Manuel Azpiroz, quedó encargado-del despacho. Azpiroz era un poblano ricanas: "El intento de la intervención monárquica europea hizo que sólo
liberal que había sido constituyente en 1857. Luchó en Puebla contra la conserve México buenas relaciones de amistad con las Repúblicas Ameri­
_
intervención y en Querétaro contra el impeno. Fue fiscal del Conse10 de canas, por la identidad de los mismos principios e instituciones democráti­
Guerra que juzgó a Maximiliano. Después, ocupó diversos cargos diplo­ cas. Durante nuestra lucha, aquellas Repúblicas demostraron sus simpa­
máticos y fue el abogado de México ante la Comisión Mixta de Reclam a­ tías por la causa de la independencia y de la libertad de México". Más
_
ciones con Estados Unidos. Estuvo al frente efe! consulado en San Francis­ adelante particularizaba, mencionando en primer lugar a los países lati­
co, California y fue representante en Washington, donde murió. Entre sus noamericanos: "Los pueblos y los gobiernos de algunas de las Repúblicas
Sudamericanas hicieron demostraciones especiales por los defensores de

212 213
la causa de México y por su Gobierno. Recientemente ha venido un envia­
do de Bolivia en misión especial; para presentar a la Repúbllca cordiales
felicitaciones por su triunfo" .4
En efecto el gobierno boliviano, encabezado por Mariano Melgarejo,
comisionó a Quintín Quevedo como enviado extraordinario para felicitar
al pueblo de México y establecer los "vínculos de unión que deben eslabo­
nar a todas las Repúblicas del continente, para su seguridad y para Su co-
1nún engrandecimiento".5 Para corresponder al gesto boliviano Juárez se­
ñaló que "animado México de muy cordial interés por la prosperidad y
engrandeci1niento de Bolivia, desea que se cultiven y conserven las más
a1nistosas relaciones entre las dos repúblicas, así como entre todas las del
continente americano" 6 .

El presidente destacó la buena relación que en ese momento existía con


el vecino del norte: " . . . con los Estados Unidos de América conservamos
las mismas relaciones de buena amistad que existieron durante nuestra lu­
cha. Las constantes simpatías del pueblo de los Estados Unidos y el apoyo
1noral que su Gobierno prestó a nuestra causa, hari merecido y merecen
justamente las simpatías y la consideración del pueblo y del Gobierno de
México".

Por último, Juárez hizo referencia a Europa: "A causa de la interven­


ción quedaron cortadas nuestras relaciones con las potencias europeas. Tres
de ellas, por virtud de la Convención de Londres, se pusieron en estado de
guerra con la República. Luego, la Francia sola continuó la empresa de la
intervención; pero después reconocieron al llamado Gobierno, sostenido
por ella, los otros gobiernos europeos que habían tenido relaciones con la
República, a la que desconocieron, separándose de la condición de neutra­
lidad. De este modo, esos gobiernos rompieron sus tratados con la Repú­
blica y han mantenido y mantienen cortadas con nosotros sus relaciones''.7

La nueva política exterior que debía asumir México como resultado de


su experiencia histórica buscaba establecer relaciones bajo condiciones
justas y convenientes para México y no a costa de los intereses del país.
Así lo reiteró Juárez en este importante documento: "La conducta del Go­
bierno de la República ha debido normarse en vista de la de aquellos go-

El Siglo XIX. México, diciembre 9de l867.


"El Etnbajador de Bolivia saluda al Pueblo me;.;icano", El Monitor Republicano. México, octubre
9 de 1 867, p. 3.
6 "Contestación de! Presidente de la República al Embajador de Bolivia en México'', El Monitor

El constituyente y colaborador de Juárez, Ignacio Mariscal fue nombrado ministro


Republicano, p .3.
7 El Siglo XIX. México, diciembre 9 de ! 867.
de Relaciones.

215
•iernos. Sin haber pretendido nada de ellos, ha cuidado de que no se haga con el exterior para poder ocupar sus exiguos recursos en la reconstrucción
.ada que pudierajustamente considerarse como motivo de ofensa y no opon­ del país. '
rá dificultad para que en circunstancias oportunas puedan celebrarse nue­
os tratados, bajo condiciones justas y convenientes, con especialidad en La política exterior puesta en práctica por el gobierno de Juárez encon­
J qucy se refiere a los intereses del comercio" . 8 traría su continuidad en el régimen que presidió Lerdo de Tejada, su anti­
guo canciller.
Se especificaba por lo demás que México no buscaría el reconocimiento
e ninguno de estos países, si bien estaba dispuesto a reanudar relaciones
uando ellos lo solicitaran. Relaciones con América

Finalmente se reiteraba la seguridad de que gozaban en México los ex­ Como ya mencionamos, las relaciones de México con Estados Unidos se
·anjeros de todos los países, como debía corresponder a un régimen de encontraban en un buen momento, incluso en el orden personal. Juárez
erecho: "El Gobierno ha cuidado también de que estén bajo la protección estaba agradecido con Seward por las atenciones que el secretario había
e las leyes y las autoridades, los súbditos de aquellas naciones residentes dispensado a su familia, 1 1 cuando ésta tuvo que trasladarse a ese país con
n Ja República. La eficacia de esa protección ha sido bastante para que no motivo de la guerra. El presidente consideraba que las relaciones con el
aya Jugar a quejas. Prácticamente se ha demostrado que, por la ilustra­ vecino del norte "se conservan en los mejores términos". 12
ión de nuestro pueblo y por los principios de nuestras instituciones libera­
�s. los extranjeros residentes en México, sin necesidad de la especial pro­ A pesar de tales consideraciones, el 14 de agosto de ese año, Seward,
!Cción de los tratados, son considerados con igualdad a los mexicanos y sin informar oficialmente a México o al menos al representante en Was­
isfrutan de los derechos y las garantías otorgadas por las leyes".9 hington, Matías Romero, acreditó a Marcos Otterbourg como ministro de
los Estados Unidos ante el gobierno de México, con la instrucción de pro­
Congruente con la línea política de gran dignidad, el presidente Juárez teger a los súbditos franceses y prusianos en el país.13 Aún con estos ante­
iró sus instrucciones para que no hubiera ni siquiera agentes confidencia­ cedentes, Juárez recibió oficialmente las credenciales de Otterbourg el 1 9
>S en los países que no reconocían a la república. En este sentido, comuni­ d e agosto. 14
) al vicecónsul de los Estados Unidos en La Habana que:
En su discurso de presentación Otterbourg señaló que los Estados Uni­
Como la República Mexicana no está en relaciones oficiales con Es­ dos habían sostenido la integridad de México: "El Gobierno del pueblo
paña ni con ninguna Nación europea, suplico a usted tenga particular americano, fiel a sus deberes internacionales y a las obligaciones que tiene
cuidado en no aparecer jamás como autorizado ofici !mente por el para con sus propios ciudadanos y para con las demás naciones, ha soste­
Gobierno de esa isla (de Cuba), pues no quiero tener 1 aun simples nido con una fidelidad, un honor y una integridád que le aseguraron el
agentes confidenciales en lugares en que no se reconoCe a la Repú­ respeto del mundo civilizado, la causa del republicanismo y con ella la
blica. rn integridad de México."" A lo que el presidente Juárez le contestó, diplo­
máticamente, que México libremente había mantenido su integridad:
Esta nueva política daba a México un margen para evitar el pago de
1tereses de su deuda exterior -naturalmente se desconocían la deudas Los Estados Unidos han dado la fuerza de su apoyo moral a la causa,
nperia!es y las de los gobiernos de Zuloaga y Miramón-, y aunque se del republicanismo en todas partes y a su libre conservación en Méxi­
:conocía la deuda anterior de México, por lo pronto, sin relaciones con los co, sosteniendo los principios justos del derecho internacional.16
iíses de Europa, su pago quedaba suspendido. De esta manera, el gobier­
) aplazaba por algún tiempo el cumplimiento de sus obligaciones crediticias
11
Archivo Matías Ro1nero, Biblioteca Nacional, folio 2039, caja 6.
12
Ibídem. folio 2039, caja 6.
lbiden1. i:i Biblioteca Nacional, Archivo Juárez, Docu1nento 39 !2.
lbide1n. 14 El Siglo XIX. México, agosto 21 de I 867, p.3.
Carta de Juárez al Sr. H.R. de Ja Reintrié en La Habana. México, febrero 9 de 1868, Archivo 1$ lbide1n.
Juárez, Biblioteca Nacional, Documento 5717. ii> lbidem.

216 217
Poco después, Matías Romero presentó una protesta ante e! gobierno
estadounidense porque Otterbourg, siendo cónsul de los Estados Unidos en
México,�abía manifestado públicamente su simpatía por el imperio. Por
eso mismo,. el Senado de los Estados Unidos rechazó su nombramiento y
Otterbourg se retiró sin hacer ninguna notificación oficial.

En septiembre de 1 867, a falta de ministro, Edward Plumb fue nombra­


do secretario de la Legación y encargado de negocios norteamericano.

No era la primera vez que ocurría algo semejante; como se recordará, a


principios de 1 867 Estados Unidos había designado a Lewis D. Campbell
como su representante ante el gobierno republicano, pero Campbell tam­
bién había hecho gestiones en favor de Maximiliano. Poco más tarde tuvo
que presentar su renuncia. Luego fue nombrado el general McClelland,
pero el senado norteamericano rechazó su nombramiento.

En enero de 1 868, Matías Romero dejó la embajada de México en Esta­


dos Unidos para regresar a México a ocupar la Secretaría de Hacienda. El
destacado diplomático oaxaqueño, quien fuera secretario de Ocampo y el
único empleado público que viajó con Juárez a Veracruz, llevó Jos asuntos El afán expansionista de Estados
de la Legación mexicana ante los norteamericanos de 1 859 a 1 868, prime­ Unidos quedó de manifiesto en
ro como secretario, luego como encargado de negocios ad interim y final­ diversos trat::idos.
mente como ministro. La correspondencia de la Legación mexicana en Was­
hington durante la intervención ( 1 860-1 868), que publi.có en 1 O volúmenes, De 1 865 a 1 867, los vecinos del norte vieron la conveniencia de sacar a
es una obra capital para conocer la historia no sólo de la política exterior Francia de México, asumiendo una posición más firme frente a los impe­
de México, sino de los Estados Unidos, gracias a la completa relación de rios europeos; el gobierno norteamericano solicitó el fin de la intervención
los aconteci1nientos y al minucioso análisis que don Matías hizo de los a Napoleón III y la neutralidad del gobierno austriaco. No obstante, fue
hechos. hasta que se estaba derribando el imperio, que los Estados Unidos tornaron
una acción más firme de apoyo al gobierno de Juárez, no sólo frente a la
En la política exterior de Estados Unidos respecto a México, en los años intervención europea, sino en asuntos de política interior, como en el con­
objeto de nuestro estudio, se distinguen tres momentos diferentes: desde la flicto con González Ortega.17
guerra de conquista hasta 1 862 Estados Unidos continuó su política
expansionista activa, obteniendo La Mesilla y logrando la firma de conve­ Una vez terminada la intervención francesa y el imperio, Jos Estados
nios ventajosos como el de Letcher-Górnez Pedraza, el MacLane-Ocampo Unidos se abocaron a tramitar las reclamaciones correspondientes por da­
y el Corwin-Doblado. Si bien es cierto que estos tratados nunca se llegaron ños y perjuicios ocurridos durante este periodo, reclamaciones cuyo monto
a ratificar, mostraban aún insatisfechas sus des1nedidas ambiciones terri­ el gobierno mexicano hizo público y para cuyo pago se dictaron las dispo­
toriales sobre México. siciones correspondientes.
De 1 86 1 a I 865 la política norteamericana se tornó expectante y ambi­ Antes de abandonar la misión diplomática en Washington, Matías Ro­
gua. Fue permisivo frente a las potencias europeas, debido a la Guerra de mero firmó con el secretario de Estado, Seward, una convención que fue
Secesión. Según Marías Romero, al presidente Lincoln le había faltado
carácter, titubeaba ante la torna de decisiones y en algunas ocasiones ac­
tuaba obligado por la opinión pública. 1"1 Mutíus Roinero, Correspondencia de la Lexación mexicana en Washington durante la
inrervencirín, ! 860-1868. México, Itnpl'enta de! Gobierno, vol. VII, pp. 441 -442.

218 219
prontamente ratificada por el senado de los Estados Unidos. La Conven­ población de nuestro magnífico país, sino para la continuación y progreso
ción estipulaba que para el arreglo de las reclamaciones pendientes de ciu­ de la civilización."2º
dadanos de una república contra el gobierno de la otra, se reuniría en Was­
hington una comisión mixta compuesta de un comisionado de cada país y Rosecranz pretendió influir en el presidente mexicano. Le envió una
que se recurriría a un árbitro para los casos en que no se llegaran a poner carta privada aconsejándole que no se aislara de los pueblos civilizados,
pue� con ello retrasaría el progreso de México. Le hacía hincapié en que
de .acuerdo los comisionados. Dicha convención fue ratificada en mayo de
deb1a 1ncorp?rar�e a Ios adelantos de la época; hacer vías ferroviarias y
1 869. _
Promover la 1nm� g:ac1ón.2i Recomendaciones tan obvias deban la impre­
. � en un pobre concepto a los mexicanos y a su
sión de que el. m1n1stro tenia
El día 13 de julio de 1 868, Matías Romero presentó sus cartas de retiro
en Washington. En esta ocasión, el presidente Andrew Johnson.manifestó presidente.
su reconocimiento por la lucha que había librado .México: "Las dificulta­
des domésticas de la República Mexicana, durante los cinco años, han sido El canciller Lerdo de Tejada, con gran dignidad, le contestó, también en
tales que habrían podido poner en grande peligro a la más fuerte y a la más carta privada que " . . . sus indicaciones están en consonancia con los senti­
firme de las naciones . . . " y ratificaba la unión entre Estados Unidos y Méxi­ mien �os que animan al pueblo y al Gobierno de México, existiendo actos
co: "La historia . . . de las relaciones entre nuestros dos países, durante ese repetidos que demuestran de un modo satisfactorio, que no los domina el
periodo, está ya escrita" y "como aliados sinceros y amistosos de la Repú­ espíritu de aisla'.se de los pueblos civilizados, y que nadie puede, con fun­
blica hermana de México, no hay necesidad de dar ahora nuevas segurida­ damento, atnbmr a los miembros del Gabinete del Gobierno actual de la
des de amistad y simpatía. . "18 .
Repúblic,a la idea de oponerse secretamente al progreso liberal, a Ja frater­
md�d practica de los pueblos y a todos Jos grandes adelantos que traigan
_
los ferrocarriles y la 1nm1gración."22
El 10 de diciembre, el general William Starke Rosecranz presentó sus
credenciales como enviado extraordinario y ministro plenipotenciario de
los Estados Unidos de México. El general se había distinguido en la guerra Además de su poco tacto, Rosecranz tenía intereses personales en con­
civil norteamericana. seguir concesiones ferroviarias.23 Pocos meses estaría en México, pues en
junio 26 fue sustituido por Thomas H. Nelson. Ello se debió al escándalo
En su presentación de credenciales el 10 de diciembre de 1868 pronun­ que se suscitó en torno a una nueva compra de territorio mexicano por
ció el discurso habitual, de buenos deseos por el bienestar de México, y Estados Unidos. El World de Nueva York publicó que el gobierno mexica­
con gran desenfado puso coino ejemplo de país a seguir, a Estados Unidos: n.o estaba dispuesto a vender territorios de los estados de Sonora y Sinaloa
para salir de sus apuros económicos, mientras que el Times atribuyó la
Anhelamos y esperamos que el pueblo de esta República, hermana propuesta a Rosecranz. Los artículos fueron reproducidos en México y el
nuestra, comience bajo los auspicios del Gobierno de V.E. una carre­ canciller Lerdo de Tejada desmintió categóricamente tal posibilidad.
ra tal de paz, de prosperidad, de libertad y de progreso, que las gentes Rosecranz fue removido no sin antes decir que había sido calumniado. No
de todos los climas puedan venir tan francamente a México como van obstante, dados sus antecedentes, es claro que sí hizo tal proposición y que
a los Estados Unidos . . . 19 ésta fue rechazada por el gobierno mexicano.24

Rosecranz concluía ofreciendo sus buenos oficios para "cooperar, siem­ Sebastián Lerdo de Tejada envió también una nota diplomática al cón­
pre que sea practicable oficial y privadamente, con el Gobierno de V.E. en sul de México en Nueva York, reiterando la .falsedad de la afirmación de
todo aquello que tenga por objeto remover cualesquiera causas (que alte­
ran las relaciones) y ayudar a. nuestro Gobierno para que pueda establecer
los medios de comunicación interior, y dar las seguridades de vida y pros­ 20 lbide1n.
21
Jorge L. Tamayo,Benito Juárez, documentos, discursos y correspondencia. México, ed. Libros
peridad que son esenciales, no sólo para el desarrollo de los recursos y de México, S.A., vol. XIIl, 1 974, pp. 960-96 1 .
22 Curta de Sebastián Lerdo de Tejada a William S. Rosecranz, Archivo Juárez, Carta Suplementaria

488.
2
J Jorge L. Tamayo, op. cit., vol. XIII, p. 960.
1ª El Siglo XIX, agosto 2 de 1868, p.3.
24 Citado por Jorge L. Tamayo, lbidetn, vol. XIII, p. 897 y ss.
19 lbide1n. México, diciembre 1 J de 1868, p. 2.

221
220
que el gobierno de México, para allegarse dinero, cedería al de los Estados El gobierno mexicano, a su vez, designó en julio de 1 869 a Ignacio
Unidos territorio mexicano situado frente al Golfo de Cahforma. Mariscal como su representante ante Estados Unidos. En la presentación
de sus cartas credenciales ante el presidente Ulises S. Grant, Mariscal pro­
El Gobierno de la República hizo repetidas declaracione� durante la nunció un discurso obsecuente, calificando a la política norteamericana
guerra contra la Intervención, sobre su inmutable propos1to de no hacia México como "prudente, a la par que desinteresada con que contri­
acogerjamás ningún pensamiento de enajenar la parte m�s pequeña buyó a la salvación de México". Destacaba además su profunda admira­
del territorio nacional. Juzgó siempre co1no el deber r:i as sagrado ción a Estados Unidos por "su colosal grandeza y el mérito indisputable de
estar más bien dispuesto a perecer, antes que consentlr en que se sus libres instituciones", así como su reconocimiento al "pueblo de los Es­
.
perdiera parte alguna del territorio, o se menoscabase n1ngu.no d� los tados Unidos (que) dio su valioso apoyo moral a mis compatriotas que
derechos soberanos de la Nación. Estos principios que ha temdo siem­ lucharon solos contra una de las principales potencias de Europa". Final­
pre el Gobierno' aun en las más graves circunstancias, no podría de mente declaraba que se "han estrechado las relaciones que ligan a (los) dos
ninguna manera cambiarlos en el presente ni en el porvenir.25 países, llamados por su vecindad y la semejanza de sus instituciones políti­
cas, a ser siempre amigos verdaderos . . . El Gobierno y el pueblo mexicano
Asimismo, Lerdo negó que el gobierno norteamericano hubiera hecho no olvidan, ni podrán nunca olvidar, cuan noble fue la simpatía y cuan
semejante propuesta: "También ha declarado antes el Gobierno, como de desinteresada la política con que se les ayudó a salvar los bienes más pre­
nuevo puede declararlo ahora, que ni en aque� las circunstancias ni des­
. ciosos para ellos, su independencia y sus instituciones republicanas."27 Cabe
pués, se ha hecho ninguna propuesta en ese sentido, por parte del Gobierno
destacar que el discurso fue duramente criticado por los políticos mexica­
de los Estados Unidos. La noticia a que se refirió usted en su nota, ha nos de la época.
carecido en efecto de todo fundamento, pues ni por ese Gobierno, ni por
ningún representante o agente suyo, ni en lo oficial ni en lo privado se h a Ese mismo año, al ocupar la presidencia de los Estados Unidos el gene­
hecho ninguna propuesta al Gobierno de la República, sobre compra o hi­ _
ral republicano Ulises S. Grant, Seward dejaría la Secretaría de Estado
poteca de alguna parte del territorio, ni tampoco sobre ningún préstamo
con cualesquiera otras condiciones." El canciller mexicano no quería que
se enturbiaran las relaciones de México con Estados Unidos en ese mo­
mento y por eso, aunque se hubiera hecho semejante propuesta, tenía que
desmentirla.

Sin embargo los rumores continuaron. Todavía en noviembre de 187 1


Juárez volvió a dar un mentís a la versión sobre la cesión del estado de
Sonora a los Estados Unidos y señalaba que tenía la esperanza de que
México jamás volviera a tener un gobierno degradado que consintiera vo­
luntariamente en ceder a ninguna nación extranjera ni una sola pulgada de
territorio nacional.26
En 1869,
El 26 de junio, en ceremonia poco común, se presentaron al mismo tiempo William Henry
en palacio nacional el embajador saliente de los Estados Unidos, William Seward fue
S. Rosecranz y el nuevo ministro Thomas H. Nelson . Nada nuevo dijeron relevado de la
ambos representantes, sólo reiteraron deseos de paz y prosperidad para Secretaría de
México. Estado que había
ocupado por
nueve años.

2� Archivo Juárez, Biblioteca Nacional, Carta Suplementaria 488.


17 Presentación de cartas credenciales de Ignacio Mariscal como ernbajador de México en
'(, ArchivoJuárez, Biblioteca Nacional, copiador 1, p. 8 1 .
Washington, El Si¡tlo XIX. México, septiernbre 1 6 de ! 869, p. 1 .

222 223
que había ocupado por nueve años. Fue sustituido primero por Elihu B.
Washburne, y después por Hamilton Fish. Quedaban atrás los. malos re­
cuerdos de la política sewardiana hacia México, propia de la defensa de Jos
1
1
adjudicadas 167, por un valor de 150 mil dólares, o sea, el 0.02 por ciento
de las acciones reclamadas.

intereses norteamericanos. Hubo desde luego muchas reclamaciones norteamericanas fraudulentas,


como el caso de Weil y de la Abra.31 En la comisión se ventiló el asunto del
Después de su renuncia, Seward visitó el país de octubre a diciembre. Fondo Piadoso de las Californias, aunque su solución, contraria a México,
Fue recibido con toda consideración por el gobierno de J uárez. En esta fue dictaminada por el Tribunal de La Haya hasta 1902.
ocasión el ex ministro de Estado norteamericano hizo grandes elogios de
México y a su presidente, al que llamó " . . . uno de los hijos beneméritos de Los resultados generales de la comisión son una prueba excelente de
la América".28 A la esposa del presidente mexicano, Doña Margarita Maza que las reclamaciones hechas a México de 1848 a 1868 "estaban casi en su
(quien empezaba a enfermar), en una carta fechada en Veracruz, le pidió totalidad infundadas" y contribuyen a "confirmar el desprestigio de estos
que lo recordara " . . . como un amigo leal y reconocido por toda la vida".29 cuerpos arbitrales".32
Finalmente, Seward reiteró que los Estados Unidos fueron "los primeros
en darle (a México) la bienvenida en su ingreso a la familia de las na­ Los conflictos y las reclamaciones entre México y los Estados Unidos
ciones".30 han, sido recurrentes a través de su historia. En sus informes, Ignacio Ma­
riscal informaba de nuevas expediciones de filibusteros contra México;"
De acuerdo a la convención que Seward y Matías Romero habían firma­ de violación del territorio mexicano por los texanos del coronel Mackenzi;34
do el año anterior, en agosto de 1 869 se integró la comisión mixta para de mexicanos asesinados en Texas, etcétera. Fueron continuos los informes de
revisar las reclamaciones existentes entre México y Estados Unidos. Cuando invasión y depredaciones de los indios apaches de la tribu de Cochise en
dicha comisión inició sus trabajos existían solamente 330 reclamaciones Sonora y las solicitudes de las tfopas norteamericanas pafa entrar a Méxi­
de norteamericanos_contra México, pero en los meses posteriores se pre­ co en persecución de indios hostiles. Aunque en menor medida, también se
sentaron primero otras 564 y después 123 reclamaciones adicionales, con daban problemas a la inversa. Por ejemplo, el cónsul de México en
lo que salta a la vista que la comisión de reclamaciones, en Jugar de resol­ Galveston, temía que las relaciones entre los dos países pudieran alterarse
verlas, propició que se fabricaran más, lo que hacía dudosa su veracidad y por causa de los robos que cometían algunos mexicanos en territorio norte­
pertinencia. americano. 35 Otros asuntos ventilados por los dos países en esos años, fue­
ron las solicitudes de permiso para que buques norteamericanos pasaran a
De las reclamaciones de México a Estados Unidos, fueron rechazadas aguas mexicanas; en especial, se pedía la entrada a Bahía Magdalena. 36
de entrada 366 que se referían a daños causados por los indios bárbaros, ya
que, como se recordará, en el Tratado de La Mesilla los Estados Unidos se El problema del Chamiza!, iniciado desde 1864 como consecuencia del
habían eximido de toda responsabilidad en este sentido, al quedar suprimi- cambio del cauce del Río Bravo, que se desbordó sobre tierras de México
do el Artículo XI. . en la zona de Ciudad Juárez modificando la geografía de la frontera norte,
continuaba sin solucionarse. La alteración restaba a México 177 hectá­
Romero tuvo que asesorarse de un funcionario del Departamento de reas, o sea un millón setecientos setenta y siete mil metros cuadrados. El
Estado norteamericano para que redac�ara el proyecto de acuerdo. Era no­ conflicto sobre esta nueva delimitación fronteriza se solucionaría sólo cien
toria la falta de experiencia de los comisionados mexicanos en la materia, años después.
no tenían elementos para llevar a cabo una negociación exitosa.

Después de más de siete años de trabajo, de 998 reclamaciones >1 Dos recla1naciones internacionales.f'raudulenta.1· contra México. Los casos de
Wei l y De la
serie,
mexicanas, que sumaban un total de 87 millones, sólo fueron aceptadas y Abra, J 868-192, estudio prelüninar de César Sepúlveda. México, SRE, (AHDM, segunda
núm. 17). 1965, pp. 163-177 y 178- 190.
28 Reconocimiento de Seward a Juárez,El Renacimiento, periódico literario. México, diciembre ·'2 Ibídem, p. 30.
1 8 de 1 869, to1no III, pp. 209-2 l 1 . n AHSREM, AEMEUA T-3 12-721 ff y AEMEUA T-3 13-242 ff.
29 Seward invita a la familia Juárez a visitarlo en los Estados Unidos, Archivo Juárez, Biblioteca 34 AHSREM, AEMEUA T-3 1 3-242 ff y AEMEUA T-324-350ff.
Nacional, Documento 895 1 . ,\i AHSREM, AEMEUA T-309-561 ff y T-312-721 ffyT-317-261 ff.
30 Ibídem. 36 AHSREM,AEMEUA T-309ff.

224 225
En cuanto a la frontera sur, no había relaciones con Guatemala desde
que el gobierno de Vicente Cerna había reconocido al imperio. En 1 87 1
estalló una revolución liberal en ese país encabezada por Miguel García
r lo solicitaran sobre la base de nuevos y justos tratados."' El viejo mundo
parecía haber cerrado sus puertas a México después de la ejecución de
Maximiliano; sin embargo, debido a los cambios políticos de aquellas na­
Granados y J. Rufino Barrios. ciones, poco a poco se fueron restableciendo las relaciones con nuestro
país.
En marzo de ese año, los liberales guatemaltecos solicitaron apoyo a
Juárez para poder derrocar al dictador Cerna. El presidente de México les De los países que habían formado la alianza tripartita contra la repúbli­
contestó que lamentaba profundamente la situación imperante en Guate­ ca, sólo Gran Bretaña conservaba el mismo gobierno que tenía en 1 86 1 .
mala pero que su gobierno no podía intervenir en los asuntos internos de Los de España y de Francia habían cambiado. Isabel II y Napoleón III
otras naciones. Había la impresión en el vecino del sur de que " . . . México habían sido derrocados. Los nuevos gobiernos no tenían ninguna objeción
había provocado todas sus revoluciones intestinas", por lo que Benito J uárez en reanudar relaciones con México siempre que se reconocieran las recla­
previó como principio de su política exterior el "no . . . intervenir en los maciones pendientes.
negocios de otro país''. 37
El primer país europeo en enviar un representante a México fue la con­
El 1 1 de septiembre de l 87 1 , envió una carta al nuevo mandatario gua­ federación de la Alemania del Norte. Con gran satisfacción, Juárez lo anun­
temalteco, Miguel García Granados. En ella se congratulaba por la reanu­ ció al congreso: "Una nueva y grande potencia europea ha comenzado ya
dación de las relaciones diplomáticas con aquel país y resaltaba la impor­ sus relaciones diplomáticas", dijo. A partir de entonces se firmó con esa
tancia de que se estrechasen vínculos entre los respectivos gobiernos, en nación un Tratado de Amistad, Comercio y Navegación, al tiempo que el
beneficio de los pueblos de las dos naciones. señor Schloezer presentaba sus credenciales.

El problema más importante existente entre México y Guatemala era el Por otro lado, los reinos de Italia y España usaron como intermediario al
de la cuestión de límites. Debido a ello, Juárez sometió al Congreso una gobierno de Estados Unidos para el restablecimiento de relaciones diplo­
iniciativa para enviar una legación a nuestro vecino del sur, que procurase máticas con México. El Secretario de Estado norteamericano, Thomas H.
"un avenimiento justo y equitativo para las dos naciones".38 No obstante el Nelson, comunicó al canciller Lerdo de Tejada los deseos que tenían esos
asunto no se resolvería sino hasta 1 882. países de reiniciar relaciones con el nuestro. En respuesta a tales intencio­
nes, el secretario de Relaciones recordó al ministro estadounidense que el
También en este año se reanudaron las relaciones con la república de gobierno mexicano consideraba insubsistentes los antiguos tratados con
Paraguay. Al término de la guerra de aquel país con los uruguayos, argentinos las naciones europeas que se pusieron en estado de guerra contra la repú­
y brasileños, Juárez recibió la notificación del establecimiento del gobier­ blica, pero que, cuando España quisiera, México estaría dispuesto a cele­
no de Cirilo Antonio Rivarola, a quien poco después felicitaba por "la brar nuevos tratados, sobre bases justas y convenientes.
regeneración del Paraguay", asícomo por "darse un Gobierno popular". El
presidente mexicano hacía votos porque se mantuvieran siempre las relacio­ En el país ibérico la batalla de Alcolea había dado el triunfo a la revolu­
nes de amistad y comercio entre los dos países, para su engrandecimiento. w : ción que destronó a la reina Isabel II; el gobierno provisional, presidido
por el general Francisco Serrano, y que tuvo como ministro de Guerra al
general Juan Prim y Prats, se había promulgado una nueva constitución de
Relaciones con Europa corte liberal en la que se establecía la libertad de culto. A partir de junio de
l 869 el general Prim acabó por dirigir el nuevo gobierno español, y el 6 de
En cuanto a las relaciones con los países europeos, el gobierno de México julio escribía al presidente de México para decirle que "desde el momento
había reiterado en diversas ocasiones que se reiniciarían cuando aquéllos mismo en que triunfó la Revolución española, mi pensamiento constante,
mi más vehemente deseo ha sido restablecer las interrumpidas relaciones
31 No se acepta la intervención de México en otro país, Archivo Juárez, Biblioteca Nacional,
Documento 8979.
Ja Discurso del presidente Benito Juárezen la apertura de! VI Congreso de la Unión, el !6 de 411 Nuevos lineamientos de la política exterior de México, discurso del presidente Benito Juárez en
septiembre de 1 87 1 , El Sil{lo XIX. México, septiembre 18 de 1 87 1 . la apertura del Congreso de la Unión, de diciembre 8 de 1 867. El Siglo XIX. México, diciembre
:w Jorge L. Tamayo, op, cit., vol. XV, p . 106. 9 de 1867.

226 227
mexicana de aquellos años y en las actitudes del propio presidente Juárez y
de su yerno Pedro Santacilia, q uien fungía como comision�do cubano.

En la sesión del congreso del 5 de abril , un grupo de diputados solicitó


al Ejecutivo que reconociera a los insurgentes cubanos como grupo belige­
rante. La petición se aprobó por 97 votos contra 11 por lo que en la misma
sesión se reconoció a la bandera dé Cuba como la "de una nueva y legítima
nacionalidad".43

La esposa del presidente, doña Marcrarita


e
Maza de Juárez, asistió a la
conmemorac1. on ,
del aniversario del inicio de la guerra independentista cu-
bana. Connotad?s mexicanos se expresaron con entusiasmo por la libertad
.
de la isla: Ignacio M. Altamirano, Guillermo Prieto, Hilado Frías y Soto y
Julio Zárate, entre otros.44 Yucatán acogió a los emigrantes cubanos que
buscaban refug10 como resultado de la guerra. El gobernador de la entidad,
José Ceballos, consideraba "un deber de todos los pueblos generosos y
civilizados el ser hospitalarios y benévolos"."
La presencia del general Juan
Prim al frente del gobierno
Tanto por la cercanía física como moral de nuestro país con Cuba, Espa­
español emanado de la revolución
de 1868, facilitó la reanudación
ña se apresuró a restablecer relaciones con México para neutralizar su
de las relaciones· con México.
apoyo a la independencia.

El restablecimiento de relaciones encontró diversos obstáculos. Prime­


ro, la situación interna de España, que se encontraba ocupada en la suce­
entre esa República tan dignamente presidida por V.E."41 El presidente sión de la corona, la que finalmente fue aceptada por el Príncipe Amadeo
Juárez le contestó, el 16 de agosto de ese año, que " . . . El Gobierno de de Sabaya. Después, el asesinato del general Prim dejó en suspenso los
México tiene la mejor disposición para restablecer sus relaciones de cor­ trámites. Aun así, a principios de 1 87 1 , el nuevo Rey reiteró el interés de
dial amistad con España, reconociendo al Gobierno que el pueblo español España en la reanudación de relaciones con México.
ha constituido . . . "42
Ignacio Mariscal fue el encargado de las negociaciones, primero como
La presencia del general Prim al frente del gobierno español emanado embajador en Estados Unidos y después como canciller. Cabe destacar la
de la Revolución de 1 868 facilitó la reanudación de relaciones. Era notoria participación de Lerdo de Tejada en el asunto; dadas sus simpatías por
la simpatía que el conde de Reus tenía hacia México; pero había además un España, dio un fuerte impulso a la cuestión.
interés específico por parte de España en la pronta reanudación de relacfo­
nes con México: la guerra de independencia de Cuba. Las ideas liberales El 30 de abril, el Rey de España envió al señor Feliciano Herreros de
del nuevo régimen español lo inclinaban a abolir l a esclavitud, pero no a Tejada como enviado extraordinario y ministro plenipotenciario ante el go­
perder la isla antillana. bierno de Juárez. A partir de ese momento quedaron restablecidas las rela­
ciones díplo1náticas entre ambos gobiernos.
En México tanto el pueblo como el gobierno tenían gran simpatía por la
causa cubana. Ello puede constatarse en las notas aparecidas en la prensa

4' El Siglo XIX. México, abril 5 de 1 869, p. l .


44 lbide1n, p. 1 .
41 Carta del conde Reus aJuárez,julio 6 de 1 869, AHSREM, Expedientet.,-E- 1 4 ! 2 ff 10-12.
45 "Hospitalidad Yucateca",El Siglo XIX. México, 1nuyo 2 6 de 1 869, p . 2.
42 lbide1n, ff 10-12.

228 229
¡ i
Herreros era un liberal, hijo de madre mexicana, por lo que estaba incli­ cano también debía presentar reclamaciones por los daños sufridos durante
nado a fungir como un buen interlocutor del gobierno juarista. Sólo faltaba la intervención tripartita. Fue hasta 1 874 cuando el gobierno de México
precisar las bases de estas nuevas relaciones. envió a Ramón Corona como ministro plenipotenci ario ante el gobierno
español.
Las instrucciones que traía el representante ibero era en el sentido de no
r:nencionar al principio las. reclamaciones pendientes. Confidencialmente El restablecimiento de relaciones con Francia era necesariamente el que
se acordó que se arreglarían pasado un par de años, una vez que el gobierno presentaría más dificultades. Juárez había expresado sus esperanzas de
mexicano se hallara más desahogado.46 Aunque reconocía sus deudas, de­ que un nu�vo gobierno en esa nación, pudiera " . . . reparar los males de
seaba examinar su legitimidad, y concertar convenios en asuntos consulares toda especie que causaron las locuras del Imperio", y reiteraba su ferviente
y culturales. 47 Claro que lo fundamental para los españoles era que México deseo de "que el resultado de la guerra entre los reyes sea la conquista de la
se comprometiera a mantener estricta neutralidad en el caso de Cuba. libertad para Jos pueblos".511 Por otra parte, el gobierno mexicano esperaba
que el nuevo gobierno francés reparara los daños causados por la interven­
En su discurso del I 6 de septiembre de 1 87 1 , Juárez anunció: ción de México.

La España, constituida bajo una nueva dinastía, tiene ya acreditado Napoleón III se había enfrentado al poderío prusiano apoyando a los
en México un representante de su Gobierno. Los términos en que con estados del sur de Alemania que querían ser independientes de la Confede­
él se han establecido relaciones de amistad, auguran favorablemente ración de Alemania del Norte. El ejército francés fue derrotado por los
acerca de su conservación, tan conveniente para los países por el prusianos en Sedan y ello precipitó la caída del imperio. Se formó un go­
esmero de españoles que entre nosotros contribuyen con su industria bierno de defensa nacional que firmó el Tratado de Franckfort (mayo 1 O de
a robustecer Jos intereses de la paz y el orden público.48 1 87 1 ) por el cual Francia perdió la Alsacia y la Lorena.

Para México era importante diversificar sus relaciones internacionales Al establecerse la Tercera República Francesa, subieron al poder los
para no depender de los Estados Unidos, manteniendo su·política digna de hombres que se habían opuesto a la intervención en México cuando perte­
no acceder a tratados ruinosos. necieron al cuerpo legislativo así cor1.o a la prensa. El nuevo ministro de
Negocios Extranjeros; Jules Favre, consideraba que "importaba a la digni­
Las limitaciones económicas del país retrasaron el envío de un repre­ d?� de Francia" la reconciliación con el país que el imperio napoleónico
sentante mexicano a España, así como a Alemania e Italia. El representan­ había agredido.51
te español exigió a México reciprocidad en este sentido y llegó a amenazar
con retirarse, con lo cual sól6 hubiera quedado el representante alemán,49 Durante Ja guerra franco-pru�iana, el ministro norteamericano Elihu
ya que el de Italia y el de Estados Unidos se habían ausentado temporal­ Benjamin Washburne, dio pasaportes a algunos ciudadanos mexicanos que
mente del territorio mexicano. carecían de protección oficial por la ausencia de relaciones diplomáticas.
Con este motivo, el representante norteamericano consultó a Favre,sobre la
La situación política también influyó para que la cámara no aprobara el posibilidad de que Francia restableciera sus relaciones con México. El
presupuesto necesario destinado al envío de nuestros representantes. ministro francés señaló que no había obstáculo alguno por parte de su go­
Zamacona encabezaba la oposición al gobierno juarista y también se opo­ bierno y consideró conveniente que el norteamericano actuara como inter­
nía a la forma en que se reanudarían las relaciones con España. Argumen­ mediario para el restablecimiento de relaciones.
taba que no eran claras las condiciones de este país y que el gobierno mexi-
El Secretario de Estado de los Estados Unidos, Hamilton Fish, comuni­
46 Instrucciones diplo1náticas a Feliciano Herreros de Tejada, AEEM, AHSREM, caja 156, leg. 2, có el 8 de diciembre de 1 870 a Ignacio Mariscal, ministro de México en
Documento 2.
47 Jbide1n, caja 156, leg. 2, Documento 2. .in
Carta de Juárez a Montluc en octubre JO de 1 870, Correspondencia de Juárez y Montluc.
48 Discurso del presidente Benito Juárez el 16 de septie1nbre de 187 l , El Siglo XIX. México, México, 1905, p. 265, citado por Jorge L, Tam ayo, op. cit, tomo XIV, p. 545.
septiembre 1 8 de 187 !, p. 2. 51 Nota diplomática de Emilio Velasco, agente confidencial en Paris, a Julio Zárate, Oficial M áyor
49 Nota diplornática de Feliciano Herreros de Tejada al conde de Reus, junio de 1 87 1 , AEEM, caja encargado del Despacho de l a Secretaría de Relaciones Exteriores, DocumentoARE-L-E�20 f
157, leg. l , Documento 8. 233.

230 231

"
Washington, el deseo del gobierno francés de restablecer relaciones. Ma­ Como la negociación de Burdel no prosperó, el nuevo ministro Remusat
riscal a su vez lo comunicó al ministro de Relaciones Exteriores, Sebastián volvió a usar la intermediación de Estados Unidos, Remusat pidió a
Lerdo de Tejada, quien respondió de acuerdo con la política planteada por Washburne que convenciera a México para que aceptara reanudar las rela­
Juárez: que México "Estaría dispuesto a reanudar sus relaciones con el ciones y tratar el asunto de las reclamaciones a cambio de un envío simul­
Gobier.no de la República francesa bajo condiciones justas, convenientes y táneo de representantes.
decorosas para la República".52
Fish comunicó la proposición de Remusat a Thomas H. Nelson, minis­
En marzo de 1 871 Washburne escribió a Fish, diciéndole que "Favre se tro de Estados Unidos, el 24 de febrero de 1872, para que lo pusiera en
mostraba muy halagado ante la perspectiva de reanudar relaciones con conocimiento del ministerio mexicano de Relaciones Exteriores. 57La pro­
México, y que le había ofrecido escribirle pronto para proponerle alguna puesta francesa era incompatible con las condiciones de la nueva política
medida concreta".53 exterior mexicana, por lo que el asunto quedó nuevamente pendiente.

Armand Montluc, agente comercial privado de México en Francia, con­ Los cambios internos de Francia contribuyeron a retrasar el arreglo.
firmó a la Secretaría de Relaciones la intención del gobierno francés de Los gobiernos franceses, apoyados por Jos republicanos, fueron más acce­
reanudar relaciones con México.54 Asimismo, comunicó al gobierno de sibles que los de los monarquistas. La negociación duró diez años. En ella
México que el señor Carlos Gutiérrez, enviado extraordinario de Costa intervinieron seis ministros de Negocios Extranjeros en Francia: Favre,
Rica y Honduras en Francia e Inglaterra, ofrecía su mediación para lograr Remusat, Broglie, Decazes, Waddington, Freycinet, y siete ministros de
la reanudación de relaciones entre los_ dos países. Relaciones Exteriores de México Lerdo, Mariscal, Lafragua, Romero Ru­
bio, Vallarta, Mata y Ruelas.58
El gobierno mexicano contestó a Montluc solicitándole que agradeciera
al señor Gutiérrez su ofrecimiento, pero que le hiciera saber que "era polí­ También las relaciones con los ingleses presentaron grandes dificulta­
tica invariable de la República no tomar nunca la iniciativa en esta ma­ des para restablecerse. Como se recordará, Gran Bretaña no había tenido
teria".55

Favre prefirió manejar la cuestión directamente a través del encargado


de los archivos del gobierno francés en territorio mexicano, Ernest Burdel,
a quien envió instrucciones para que hiciera la gestión en marzo de 1 87 1 .

Burdel, sin haber consultado a l ministro de Relaciones Exteriores de


México, contestó a Favre que este país -exigiría que Francia renunciara a
presentar reclamaciones y que se le otorgara el tratamiento de la nación
más favorecida. Al parecer, tales condiciones desanimaron a Favre. El mi­
nistro francés vio en esta actitud desconfianza hacia Francia. El asunto se
quedó pendiente al dejar Favre el ministerio el 2 de agosto de 187 1 .56

Al ministro de Relaciones
52 Nota diplomática de Sabastián Lerdo de Tejada a Ignacio Mariscal, ministro de México en Exteriores José marca Lafragua le
Washington, enero 1 4 de 1 8 7 1 , AHSREM, Documento ARE-L-E- 1 8 f 3 .
correspondió negociar con
53 Nota diplomática d e E.B. Washburne, 1ninistro d e Estados Unidos e n París, a Hamilton Fish,
Estados Unidos los asuntos de la
Secretario de Estado, Docu1nento, ARE-L-E- l 8 f 1 3 .
frontera.
54 Nota diplomática d e Armand Mantluc, agente comercial privado de México en Paris a Ignacio
Mariscal, Ministro de Relaciones Exteriores, AHSREM, Documento ARE-L-E- 18 f 2 l.
� � Nota diplomática de Ignacio Mariscal, Ministro de Relaciones Exteriores, a Armand Montiuc,
agente comercial privado de México en París,AHSREM, DocumentOARE·L-E- 18 f24. :17 Nota diplomática de H. Fish, Secretario de Estado a Tho1nas H. Nelson, ministro de los Estado,'\
5<1 Reconciliaci6n de México y Francia, 1870-1880, textos, notas y prólogos de Lucía de Robina. Unidos en México, febrero 24 de l 872, AHSREM, Documento ARE-L-E-18 f 32 .
México, SRE, (AHDM, segunda serie, núm. 16), 1963, p. 19. .�.� Reconciliación de México y Francia, 1870-1 880, op. cit., pp. 13-39.

232 233
cambios en su gobierno y seguía bajo la misma línea establecida desde Las relaciones entre México y el pontificado quedaron definitivamente
1861. Inglaterra sería el último país de los tres firmantes de la convención suspendidas con la separación de los asuntos eclesiásticos de los civiles.
de Londres, con quien se reanudarían relaciones. pues fueron restablecidas Al triunfo de la causa liberal republicana, en congruencia con las leyes de
hasta 1885. Reforma y en vista de que la Iglesia católica ápoyó primero a los oposito­
res al gobierno legítimo de México y después la intervención extranjera y
El gobierno británico se negaba a satisfacer las condiciones mexicanos al Segundo Imperio, nunca se pensó siquiera en la posibilidad de estable­
de dar el primer paso y solicitar oficialmente el restablecimiento de rela­ cer relaciones con el papado; relaciones que por otra parte siempre habían
ciones. sido unilaterales, desde el punto de vista de las ventajas para la Iglesia y
las cargas para el Estado.r�J Además, la persistencia de privilegios e inmu­
Hubo incluso incidentes desagradables que enfriaron más la relación nidades para el clero que había traído consigo el restablecimiento de rela­
entre los dos países, como el ocurrido en las costas mazatlecas entre el ciones con el pontificado eran contrarias a una sociedad civil y a un Estado
capitán Guillermo W. Bridge y el general Ramón Corona. El incidente se democrático. Finalmente, el Estado mexicano se había liberado de "todo
debió a la arrogancia e insolencia de un marino inglés que indebidamente yugo teocrático y la religión de todo poder secular"."'
patrullaba las costas mexicanas. El mencionado capitán se rehusó a pagar
la cuenta correspondiente al pago del piloto mexicano que guió su buque al Por su parte la Iglesia seguía en actitud desafiante ante el gobierno.
puerto sinaloense. Como las autoridades locales tomaron medidas para co­ Excomulgaba a los que registraban sus actas civiles y se negaban a casar
brarle lo que debía, el capitán inglés decidió bloquear el puerto y amenazó por la iglesia a quienes habían celebrado el matrimonio civil. Ello probaba
con bombardearlo. El general Corona, jefe militar de la zona, no quiso la necesidad de aplicar firmemente las leyes de Reforma.
hacerle frente, por carecer de los instrumentos bélicos necesarios; no obs­
tante, su actitud fue muy criticada.Los representantes de Estados Unidos y A fines de 1868 Pío IX designó seis obispos para cubrir otras tantas
Prusia interpusieron sus buenos oficios para hacerle ver el capitán que no sedes vacantes por el fallecimiento de sus titulares. Circuló la especie, in­
podía bombardear a un puerto inerme. Bridge no consumó su amenaza, cluso en periódicos franceses, de que Juárez había solicitado al Papa tales
pero mantuvo bloqueado Mazatlán en flagrante violación de la soberanía designaciones. La versión fue desmentida por la propia curia. Si bien el
nacional. Finalmente, parece que el almirante Hoskis de la flota británica clero sí consultó al gobierno para saber si no había oposición del gobierno
desautorizó su proceder y le ordenó retirarse de Mazatlán.59 para realizar este trámite eclesiástico. El gobierno mexicano no se opuso, y
por ello, Pío IX' hizo las designaciones referidas. El l 1 de julio se permitió
Mientras Pío IX declaraba la infabilidad pontificia, en esos años la re­ al obispo de San Luis Potosí, Pedro Barajas, volver a su estado natal bajo
pública francesa decretó la separación de la Iglesia del Estado, situación protesta de obedecer y respetar a las autoridades constitucionales y de no
que también se daba en Irlanda; en Prusia Bismarck reprimía los excesos perturbar el orden público.
del púlpito, y ponía en vigencia las "Leyes de mayo": reorganizaba al cle­
ro, suprimía el departamento católico del Ministerio de Instrucción Públi­ El 20 de julio el secretario de Gobernación Ignacio L. Vallarta, envió
ca, anulaba en la Constitución la protección a la Iglesia, impedía la ense­ una circular a todos los gobernadores haciendo referencia a la actitud hos­
ñanza de la religión en las escuelas, expulsó del imperio a los jesuitas, e til del clero contra la Ley del Registro Civil. La circular indicaba que la
instituyó el matrimonio civil obligatorio. Al mismo tiempo en Venezuela se Ley del 12 de julio de 1859 declaraba una perfecta independencia de los
disolvieron los conventos y se rompió con l a Santa Sede y en Chile se negocios del Estado y los de la Iglesia y que el gobierno había cuidado de
suprimió el fuero eclesiástico. Juárez y los liberales de su época habían no intervenir en manera alguna en los asuntos puramente eclesiásticos, ga­
puesto a México a la vanguardia en este sentido, estableciendo la separa­ rantizando al clero la más amplia libertad en el ejercicio de sus funciones
ción entre Iglesia y Estado desde 1859. espirituales. Diversas leyes y circulares posteriores habían consignado aquel
precepto, y en todas se procuró quitar a la autoridad civil la injerencia que

M Joaquín Rarnírez Cabañas, comp. Las Relaciones entre México y el Vaticano. México, SRE,
w
. Incidente en el puerto de Mazatlán por el capitán inglés Guillermo W. Bridge, El Siglo XIX. (AHDM, prirnera serie, núm. 27), 1928.
México, julio 7 y agosto 20 de 1868, Archivo Juárez, Biblioteca Nacional, Documento 5460- M Comentario de Francisco Zarco sobre la actitud de los nuevos obispos.El Siglo X/X. México,
4826-4827. agosto 19 de ! 868, p. ! .

234 235
r

ejercía en los asuntos eclesiásticos conforme a las antiguas leyes. La circu­


lar concluía que de la misma manera el clero estaba obligado a respetar las
leyes de la república.
1
Los mismos conservadores clericales reconocían que la Iglesia gozaba
de m ayor libertad en la república restaurada de Juárez que en tiempo del
imperio. Fuentes eclesiásticas han concluido que la separación entre la Igle­
sia y el Estado de México ha sido benéfica para la propia institución ecle­
siástica.62

Cuando el gobierno de Juárez estaba por terminar su periodo constitu­


cional, Sebastián Lerdo de Tejada y Porfirio Díaz lanzaron su candidatura.
No obstante, el presidente se reeligió por segunda ocasión y Lerdo de Tejada
volvió a su cargo de presidente de la Suprema Corte de Justicia. La continuidad
(1872 -1876)
El gobierno de Juárez se impuso a las corporaciones eclesiástica y mili­
tar, con ello se dio paso a la sociedad civil. También se resolvió la lucha
entre federalismo y centralismo. En teoría, la Carta Magna consagró el
sistema federal, mientras que en la práctica se llegó a la consolidación de
un sistema centralizado y se crearon las bases del sistema presidencial En los años que nos ocupan, mientras España se debatía entre la república
mexicano. Y la monarquía, la tercera república francesa vivía constantes cambios po­
líticos. Los italianos habían ocupado Roma, el imperio alemán se había
convertido en nuevo árbitro de la política europea, en tanto que el británico
tomaría nuevos ímpetus colonialistas al pasar la administración de Gladstone
a Disraeli.

En los Estados Unidos, el presidente republicano Ulysses Grant se re­


eligió el mismo año que el presidente Juárez, sólo que .Grant sí terminaría
su mandato.

Durante tres días se escucharon en la ciudad de México los estruendos


del cañón que anunciaban el luto de la República. El presidente Juárez
había muerto. "Un día triste y memorable para la historia de nuestra patria
será el 1 8 de julio de 1 872'', consignó El Monitor Republicano.

Con Juárez había llegado al gobierno un grupo de políticos sin parangón


en la historia de México del siglo x1x. Dos generaciones de hombres bri­
llantes se reunieron en la lucha por la Reforma y l a República. En el grupo
liberal de la reforma se encontraron: Ocampo, Lerdo, Iglesias, De la Fuen­
te, Lafragua, Degollado; a él se incorporaron después Escobedo, González
Ortega, Díaz, Corona. Entre ambas generaciones existía una diferencia de
i
veinte a treinta años de edad. Juárez le llevaba 27 años a Porfirio Díaz.1 1

62
Vid, José Gutiérrez Casillas, Historia de la Iglesia en México, ed. Porrúa, 1974, p. 509.
1 Daniel Cosfo Vil l egas, Historia tnoderna de México, "La República Restaurada", (La vida
Política). México, ed. Hermes, 1959, p. 95. 1
236
Las virtudes y experiencia
política de Sebastián Lerdo de
Tejada fueron definitivas para el
triunfo de la causa republicana.

El grupo conservador estaba derrotado. Ahora la división no se daba


por principios políticos; como suele suceder después de toda revolución
surgía la escisión en el grupo triunfante, en la lucha por el poder. Se enfren­
taban también las generaciones; aunque la constitución de 1857 era l a lí­
nea política de todos, se opusieron a la reelección de Juárez. Después de la
muerte del jefe del Ejecutivo, se abrió una tregua. De acuerdo con la norma
constitucional, Sebastián Lerdo de Tejada, como Presidente de la Corte, se
convirtió en el sucesor legal de Juárez y en continuador de su política en
todos sentidos.

Los detractores del presidente muerto decían que Lerdo de Tejada había
sido su cerebro. Tal afirmación es inexacta e injusta; ambos formaron un
equipo político y se complementaron espléndidamente.

Lerdo de Tejada era un hombre ilustrado. Su erudición y cultura, así


como la energía y firmeza de su carácter, fueron de gran utilidad para el
gobierno de la República, sobre todo en las críticas circunstancias que vi­
vió. Pero el temple, la perseverancia, 1'1 pragmatismo político y la visión de
estadista del presidente oaxaqueño fueron definitivos para el tri\lflfo de la
causa republicana.
La muerte del presidente Juárez llenó de luto a la república

239
Como ya mencionamos. don Sebastián tenía formación originalmente
eclesiástica, renunció a la carrera sacerdotal cuando había tomado las ór­
denes menores, para dedicarse a estudiar leyes. Intelectual y político de
vocación, fue rector de San Ildefonso por más de diez años. Como parla­
r
mentario se destacó por su dialéctica impecable y contundente.

De Lerdo de Tejada decfa Justo Sierra que era un "orador nuevo . . . enfá­
tico, sus discursos eran bajorrelieve de bronce. De bronce era la lógica,
una inflexible lógica de que se servía a maravilla para conservar los textos
y para desarmar y vencer a las personas. No envolvía su idea en grandes
metáforas sonoras como los retóricas o los poetas de tribuna, iba al gra­
no . . Y no era frío" .2
.

Lo mismo destacó en la Cámara que en la Corte como jurista· o en el


Ejecutivo como hábil político, donde encontró Ja forma de prorrogar el
mandato de Juárez. Llegó a concentrar en su persona el conocimiento y el
manejo de los tres poderes: como diputado, como secretario de Relaciones
y de Gobernación y como presidente de la Corte. Fue en síntesis, un hom­
bre de Estado. John Forsyth, ministro
norteamericano, pretendió

En política exterior siempre se caracterizó por su nacionalismo. Fue modificar la frontera y obtener

firme e intransigente frente a las ambiciones territoriales de los norteame­ paso por Tehuantepec.

ricanos. Desde 1857 rechazó las pretensiones del ministro norteamericano


Forsyth de modificar la frontera y tener el paso por Tehuantepec. En 186 l obr� emprendida por el gobierno juarista. Don Sebastián dejó intacto al
se opuso al tratado Wyke-Zamacona que pretendía dar concesiones a los gabmete, aunque el hecho provocó la desilusión de los lerdistas.
ingleses para conjurar la intervención tripartita. Fue el gestor de la política
.En su disc�r�o de toma de posesión como Presidente
exterior del gobierno de Juárez que rompió con la actitud suplicante de prnnero ?e diciembre de 1872 , planteó su programa Constitucional el
de
pedir el reconocimiento a cambio de tratados ruinosos para México. 3 como objeti.vo d� su mandato "la buena y pronta admin gobierno; señ;ló
istración de justicia
el orden Y morahdad en la administración, el respeto inviol
En julio 27 de 1872 se expidió el decreto para la elección de Presidente able a la propie�
dad Y a tod�s las ¡;;ar�tías individuales, el constante empe
Constitucional y fue decretada una amnistía a los presos políticos. Tres ño para mante­
ner la segurtda� ?ubhc , el mayor desarrollo de la educación
candidatos se presentaron a la elección, el propio Lerdo de Tejada, José � del pueblo, y
toda la proteccion posible al comercio, a la industria y
María Iglesias y Porfirio Díaz. a la agricultura'
fuentes de la riqueza y prosperidad social".'
El resultado fue aplastante: Lerdo obtuvo 10 502 votos a su favor contra
680 de Díaz. Incluso en su propio estado, don Porfirio fue derrotado ��� su Rrogrru;ia, el fm principal de su administración en materia de
drásticamente pues sólo tuvo 48 votos, mientras Iglesias elevó sus simpa­ pol�'.1ca mtenor sena el de "conservar la más perfecta armon
ía entre Ja
tías a 1 064 votos. Umon Y �os Estados". fa1 realidad era partidario de un federalismo
unitario
o centrahsta que conci,bio. en tanto que él mismo había sufrid
o el exceso de
A Ja muerte de Juárez, fueron exaltados sus aciertos y olvidados sus poder acumulado por los gobernadores, convertidos en verda
deros caci­
errores. Ello favoreció a Lerdo, quien representaba la continuidad de la ques, durante la época de guerra.

Justo Sierra, Juárez, su obra y su tiempo. México, UNAM, Nueva Biblioteca Mexicana núm. 32,
1 972, p. 334. 4 Lerdo .de �ej ad� "Dis�urso de �ama de P?Sesión del 1 o. de diciembre de J 872 como Presidente
'.I AHSRa.t-AEMEUA, T-269 f 1 26. Cons�1tuc1onal .' en Vicente Riva Palacio,Historia de la administración de Sebastián Lerdo
de Te;ada. México, Imprenta y litografía del Padre Cobas, 1 875, pp. 9 1 M92.

240
241
En cuanto a su relación con los partidos políticos, estaba consciente de
que el jefe del gobierno debía estar por encima de todos para mantener el
equilibrio de las fuerzas nacionales.
1
!
Pero el mis�erio no es tal, si se entiende que se está frente a un intelec�
tual que ocupo su energta , más para poner en práctica sus ideas que para
permanecer en el poder, que no tuvo el pragmatismo político suficiente
para mantenerse.en el .gobierno; que prefirió seguir una política impopular
Tuvo buen cuidado de operar dentro de las formas de la ley, y en caso de y hace'. la.s mo�1ficac1ones necesarias a la constitución. Optó por la con­
intervención del ejército en algún estado, era el congreso el responsable de gruencia 1deolog1ca y no pudo contender con el caudillo militar, Porfi­
tomar la decisión respectiva. .
rio Dtaz.
Por otra parte, consideraba indispensable el equilibrio de poderes, por Al dar ��g� constitucional a las leyes de Reforma, concluyó Ja obra de
lo que no descansaría hasta que no se estableciera el senado y de esa mane­ la revoluc10n hberal y, al crear el senado, consolidó el sistema presiden­
ra acabar con el sistema unicameral establecido en la constitución del 57. cialista en el que creía firmemente.
Era un vehemente defensor de las garantías individuales y sobre todo de El 29 de mayo de 1873, se aprobaron las adiciones a la constitución que
la libertad de prensa que, según él mismo decía, garantizaba a todas las elev��n las leyes de Reforma a principios constitucion_ales. Se prohibió
demás. defi:iltr�ramente .e� establecimiento de órdenes monásticas, así como que
mstltuc1ones rehg10sas pudiesen adquirir bienes raíces,
Para su principal biógrafo, Frank Knapp, "ningún presidente mexicano
ha sido más calumniado, mal comprendido y tergiversado que Sebastián En noviembre se discutieron y aprobaron las reformas a la constitución
Lerdo de Tejada".' que crearon a la Cámara de Senadores. Estas últimas comenzarían a regir
a partir del 16 de septiembre de 1875.
Vicente Riva Palacio es un buen ejemplo de sus detractores:
La lib�rta� fue el principio rector de su gobierno. El respeto a las garan­
Lerdo no es un hombre de iniciativa, ni se distingue tampoco por su , const1tuc
tias 10nales fue preocupación constante de su administración. To­
demasiada actividad; gusta de ciertos placeres y de una vida descan­ leró.a la p;ensa, a la disidencia; aceptó la calumnia y la difamación; pero
sada y tranquila; pero no se lanza a desbaratar las cosas añejas para . al cumplimi
fue �flex.1ble para obhgar ento de las leyes de Reforma. Así,
establecer otras mejores, habrá sido, como no puede dudarse, un te­ se v10 obhgado a expulsar a los jesuitas extranjeros el 23 de mayo de 1873,
naz revolucionario, pero como hombre organizador es completamen­ Y a exclaustrar a las Hermanas de la Caridad el 15 de diciembre de 1874.'
te nulo; acaso no nació para ello; acaso su carácter político se formó Por estas medidas adquirió la imagell' de radical y perseguidor de la re­
en la revolución, que es la antítesis de la organización, de la recons­ ligión.
trucción.6
Los conservadores clericales perdieron sus expectativas. Creían que por
Por otra parte, Cosío Villegas considera que "es un gran misterio de la su formación religiosa y por su trayectoria como rector de San Ildefonso,
historia mexicana. . . porque Lerdo, un hombre estupendamente dotado para Lerdo podía asumir una política conciliadora con la Iglesia. Por el contra­
las artes del gobierno, con una experiencia política apenas inferior a la de rio, fue durante su gestión cuando se abrieron las puertas a los protestantes
Juárez, y que ascienda . . . en mejores condiciones que ninglm otro Presi­ bajo el principio de la libertad de credos. Este hecho contribuyó a aumen­
dente de la historia moderna del país, fracasa en su gestión hasta el grado tar la impopularidad de Lerdo.
de no poder concluir su periodo constitucional y de tener frente a sí dos
revueltas liberales, la de Díaz y la de Iglesias, más una conservadora, la En abril de 1873 el embajador de los Estados Unidos en México, Thomas
cristera". 7 H. Nelson, presentó al presidente con seis ministros protestantes. Ante la
inquietud que le manifestaron, sobre las garantías que existían en el país
$ Frank Knapp, Sebastián Lerdo de Tejada, Traducción de Francisca González A. México,
para el libre ejercicio de su culto, el presidente Lerdo refrendó enérgica­
Universidad Veracruzana, Biblioteca de la Facultad de Filosofia y Letras, tomo II, 1962, p. 265.
mente la plena vigencia de las leyes del país que establecían la libertad de
6 Vicente Riva Palacio. op. cit., p. 1 6 1 .
1 Daniel Cosía Villegas, op. cit., p . 99. ' Frank Knapp, op. cit., pp. 340-34 1 .

242 243
creencias: "La Constitución de México garantiza de la manera más abso�
Juta e incuestionable la tolerancia y protección de todas las opiniones reli­
giosas. Aunque el fanatismo de otras formas de religión puede a veces
suscitar disturbios populares contra los protestantes, estoy seguro que la
opinión de todas las clases ilustradas de nuestra sociedad es ardientemente
en favor de la completa tolerancia, y yo responderé por la conducta de
todas las autoridades que dependen directamente del Gobierno Federal", y
añadía que "Además de la obligación constitucional de proteger la libertad
religiosa, tengo el placer de decir que los predicadores de la doctrina pro­
testante en México, se han distinguido por su conducta como ciudadanos
que obedecen a las leyes, sin que un solo caso de lo contrario haya llegado
a mi conocimiento".9
La política exterior del gobierno de Sebastián Lerdo de Tejada no varia­
ría respecto a la sostenida por Juárez. La época en que México buscaba el
reconocimiento y la aprobación de las potencias extranjeras había quedado
atrás. México no tomaría más la iniciativa de buscar el restablecimiento de
relaciones con los países europeos que lo habían agredido, pero estaría
abierto a llevarlo a cabo siempre y cuando fuesen esas potencias las que lo
solicitasen. Por el momento, las relaciones seguirían interrumpidas con In­
glaterra y con Francia.
Lerdo de Tejada continuó la política finne e independentista que él mis­
mo inició como canciller. El presidente se proponía "cultivar las buenas
relaciones que nos unen con las potencias amigas estando dispuesto a res­
tablecerlas con las demás naciones que lo deseen, por medio de nuevos
tratados en que sobre bases justas y convenientes, se resguarden todos los
.10
derechos y todos los intereses de la República"
José María Lafragua fue ratificado como secretario de Relaciones de
Lerdo. Lafragua había ocupado el cargo desde junio de 1872 al renunciar
Ignacio Mariscal, y seguiría al frente de la Cancillería hasta su deceso en
noviembre de 1875. Anteriormente había fungido como un digno represen­
tante de México en el extranjero, en donde tuvo bajo su responsabilidad l.a
defensa de la posición del gobierno liberal frente a la Corona española, en
los años en que ésta reconoció al régimen conservador. Don José Maria
había estado en Francia, en donde por problemas fmancieros tuvo que ce­
rrar la legación en 1 8 6 1 .
Lafraguahabía destacado como intelectual y politico. Su gestión al frente
de la cancillería fue sobresaliente por su inteligencia y patriotismo.
9 Diario Oficial. México, agosto 9 de 1 873.
rn
Martha Bárcena, (coordinadora), Historia de la Secretaríade Relaciones Exteriores. México,
sRE, AHDM, (en prensa).

245
En la Memoria de la Secretaría de Relaciones Exteriores de 1873 se
ordenaba la publicación en los periódicos de "más circulación en Europa,
los nombres de los verdaderos agentes".11
Por otra parte, la política exterior del presidente Lerdo de Tejada,
.
mstrumentada por Lafragua, estuvo encaminada al desarrollo de vínculos
m_er�antiles Y comerciales indispensables para reanimar el desarrollo eco­
nom1co, con el mcremento del comercio y el turismo.
Por tanto, además de sus labores diplomáticas, la secretaría de Relacio­
nes se abocó a impulsar las actividades económicas. En las Memorias de
la S �cretaría puede ap�ecia;se el trabajo r�alU:ado en este sentido para
_ a la cristalización de las metas económi­
reumr los datos necesarios, ut1les
cas, como el saber cuáles eran los puertos extranjeros de donde venían más
buques de pasajeros a la república, etcétera." Los diferentes agentes co­
merciales se dedicaban a dar información sobre México a posibles
inversionistas y viajeros.
Don Manuel Romero Rubio ocupó la
Cancillería durante el gobierno de
Lerdo de Tejada.
Asimismo, México recibía periódicamente información sobre la situa­
ción de los tenedores de bonos mexicanos en Londres por medio de una
agencia comerdal privada establecida en Liverpool.13 En Francia, agen­
cias comerciales de Marsella, Saint Nazaire y Le Havre remitían a México
los informes correspondientes a aquel país.14
Al morir el canciller Lafragua, Juan de Dios Arias quedó encargado del
Despacho. Arias, periodista y poetapoblano, había sido miembro del Cons­ En 1872 el canciller Lafragua ordenó al diplomático Ángel Nuñez Ortega
tituyente de 1857. En su calidad de oficial mayor de la Secretaría se encar­ que realizara una historia de los consulados de México desde 1823 hasta
gó del despacho de noviembre de 1875 a agosto de 1876. ese año. Ello habla de la importancia que para la nueva política exterior de
México tenían las relaciones comerciales. A los consulados y viceconsulados
Los últimos meses de su presidencia, Lerdo cambió su gabinete con que anteriormente existían, se añadió, en 1872, el viceconsulado de la Guaira
miras a su reelección, ocupándose de la cancillería ManuelRomero Rubio, en Venezuela.15
militante liberal que participó en la revolución de Ayutla, en la. Guerra de
Reforma y contra la intervención fran:esa. D�putado del. Constituyente de El gobierno de Lerdo de Tejada pudo fmalmente contar con la antoriza­
57 Romero fue también parlamentario en diversas legislaturas. Jefe del ción del congreso y los recursos necesarios para establecer legaciones en
partido lerdista, fue después secretario de G�bernaci�n d� Porfirio Díaz. Alemania, España, y Guatemala. El discurs9 de clausura de la sesión ex­
Con el presidente Lerdo, don Manuel ocupo la cancillena de agosto de . traordinaria del 1 5 de diciembre de 1872, pronunciado por el señor Lemus,
1876 a noviembre del mismo año. presidente del congreso, señalaba la conveniencia de tal medida: "no sólo
11
Memoria quepresentó al Séptimo Congreso de la Unión en elprimerperiodo de sus sesiones
Política internacional José María La.fragua, Ministro de Relaciones Exteriores. México, imprenta del Gobierno en
palacio, 1873,p. 7.
12
Los primeros Consulados de México, 1823-1872. México, sRE, AHDM, tercera época, serie
Una de las primeras medidas que tuvo que tomar el c�ciller �afrag�a fue documental núm. 7, 1974,pp. 8-14.
la de desautorizar públicamente a los agentes comerciales .del 1mper�o que 13
Ibídem, pp. 8-14.
todavía seguían ostentándose como representantes del gobierno mexicano. 14 lbidem, pp. 8-14.
1�
lbidem, pp. 8-14.

246 247

1 i
1
la reciprocidad de atenciones para con aquellos gobiernos, que habían acre­ Para füies administrativos se le daban indicaciones de que, en caso de
ditado representantes cerca del nuestro, sino el interés mutuo de sus res­ su ausenc1a de la Legación, "quedaría el secretario como encargado de
. .
pectivos países y de la República. El Congreso ha mostrado con este acto , negocios, mientras que el oficial podrá quedar sólo a cargo de los archivos
estar dispuesto a dar su consentimiento para que se reanuden y estrechen d� la Legación \;en caso de que la Legación se retirara sin poder condu­
con otras potencias, siempre que éstas lo soliciten, las relaciones desgra­ cir sus archivos, éstos quedarán encargados al representante de alguna de
ciadamente interrumpidas, conciliando así la dignidad de la nación con la las naciones amigas de México, prefiriendo las de la América del Sur si no
necesidad de la civilización internacional moderna".16 hubiere algún agente comercial mexicano que los deposite, pues habifudolo
no deberán dejarse a ninguna otra persona".22
El gobierno mexicano envió a Francisco Gómez Palacio c�mo encarga­
do de negocios ante el imperio alemán y posteriormente a Angel Nuftez En marzo de 1873 Thomas H. Nelson, embajador de Estados Unidos en
Ortega, en septiembre de 1874, 17 tocó informar a los diplomátic�s mexica­ México, estableció contacto con José María Lafragua, para comunicarle
nos sobre la política alemana de rearme, 18 así como de las reacciones des­ los deseos que Francia tenía de enviar un representante diplomático si el
favorables que ésta había tenido entre los ingleses. Los representantes de gobierno mexicano aceptaba reiniciar relaciones formales. Como se recor­
México tuvieron que enfrentar el disgusto alemán ante los atentados que dará, los primeros intentos del gobierno francés para la reanudación de
sufrieron en esta época, 1875, ciudadanos de aquel país que vivían en di­ relaciones diplomáticas con México se habían hecho precisamente a través
versas partes de la República mexicana.19 del gobierno de Estados Unidos.

En marzo de 1 874, el canciller Lafragua dio instrucciones precisas y Al mismo tiempo, el nuevo ministro francés en Estados Unidos Mar­
pormenorizadas al general Ramón Corona para su gestión como Ministro qués de Noailles, propuso al embajador de México en Estados nidos U
l'lenipotenciario en Madrid. Debía informar a la cancillería mexicana de I�acio Mariscal, la firma de un protocolo. La propuesta especificaba qu �
loda "conversación respecto a México", enviar 4'mensualmente . . . una re­ dicho protocolo se suscribiera en Washington. El gobierno mexicano re­
seña política con datos de interés para el comercio". En el caso de recibir chazó la iniciativa, ya que consideraba que cualquier acuerdo debía fir­
una propuesta de tratado, lo debía remitir al Ministerio "sin contraer el mars 7 en Méxic? . Eran las �ondiciones de respeto que exigía la política
menor compromiso" y responder "en términos generales" a cualquier cues­ extenor establecida. Con qmen menos se podía ceder era con Francia.
tión que se planteara. El gobierno mexicano no estaba interesado en la
"inmigración y concesiones para industrias", para lo cual Corona debería Además, México prefería mantenerse a la expectativa ante el cambio de
proporcionar "los datos . . . procedentes".20 Debía avisar a todos los cónsu­ gobierno de aquel país. Había necesidad de saber qué rumbos tomaría la
les que pasaban a "depender de dicha Legación". nueva diplomacia francesa. Como el nuevo Gabinete no sólo siguió la mis­
ma línea política del anterior, sino que se mostró más rígido, el gobierno
Además, Lafragua recomendó al nuevo ministro en España, usar la vía mexicano mantuvo invariable su posición.
privada y confidencial en los casos de protección a nuestros nacionales y la
vía oficial después de "haber formado juicio sobre la justicia del caso". � � !
El �ob erno de Lerdo es aba ab erto a establecer relaciones, pero
. .
Los reclamos tendrían que ser debidamente atendidos por el gobierno es­ condic10nandolas a queFrancia lo sohcitara oficialmente, enviando prime­
pañol, teniendo presente el "principio seguido por el Gobierno de México ro � �u representante, � aceptara la firma de nuevos tratados justos para
.
de no admitir reclamaciones sino por denegación y conforme al Derecho Mexico. Fue más accesible el gobierno de Thiers, apoyado por los republi­
Internacional".21 canos, que el del mariscal Mac Mahon apoyado por los monárquicos. No
obstante, hubo diferentes gestiones por parte de Francia para el restableci­
15 Lospresidentes de México ante la nación, México, Cámara de Diputados, LII Legislatura, miento de relaciones, pero sin acceder a las condiciones del gobierno mexi­
tomo !, 1985, p. 519. cano.
17 Los primeros consulados de México, op. cit., pp. 17-25.
18
Jbidem, pp. 17-25.
Posteriormente, en 1878, ya en el gobierno de Porfnio Díaz don Gabino
19 Jb1dem, pp. 17-25.
w Instrucciones dadas al general Ramón Coronapara su gestión diplomática en Madrid, marzo �
Barreda, en calidad de representante de nuestro país en Alem nia, entró en
de 1874, AHSREM, L·E-1042 ff25-29.
21 Jbidem, pp. 25-29. 22
lbidem, pp. 25-29.

248 249
negociaciones extraoficiales con los franceses con motivo de la firma de la
Convención de la Unión Postal Universal en París. Su contacto con el gobier­
�n tono insultar_ite, am�nazaba a México con hacerse cargo directamente
e1 problema, si el gobierno mexicano no lo solucionaba."
no francés fue duramente censurado en México y le costó dejar su cargo .
diplomático." Este hecho nos muestra el justificado resentimiento que to­ E'! su respuesta Lafragua hace una enérgica defensa de la posición de
davía existía entre los mexicanos hacia aquel país. México rev1rt1en�o la acusación. En primer lugar, el secretario mexicano
.
ieclamaba al gobierno británico la impunidad con que gavillas de bandole­
La reanudación de relaciones con Francia quedópendiente hasta que el ;os cruzaban .la froi;tera mexicana, y después de cometer todo tipo de pilla­
secretario de Relaciones de Díaz, Ignacio L. Vallarta, en 1877 manifestó a J � en temtorio nacional, se refugiaban en la colonia británica' quedando
su agente confidencial en París, Emilio Velasco, que el gobierno mexicano l1bres para cometer nuevos delitos.
consideraba "que había llegado la hora de llenar la laguna que creaba la
falta de relaciones con la nación que había herido el sentir de México . . . En cu�to a las incursiones de indios, don José María argumentaba que
pero que tenía una importancia cultural, política y económica para que no se rodia acusar a nuestro gobierno de tolerar los atentados, porque las
México permaneciera ajeno a ella".24 ,
autoridades federales, en colaboración con las de los estados de Yucatán y
Por lo mismo, se reiniciaron las negociaciones en tomo al restableci­

de ampeche? se habían empeñado constantemente en "reprimir y casti�
gar tales acciones, �?r lo que "conforme a los principios del derecho de
miento diplomático de las relaciones, tomando como centro el problema de gentes, la re�ponsabihda? de los gobiernos cesa cuando para impedir los
las reclamaciones. El gobierno de Díaz asumió una actitud más flexible males Y castigar a los crimenes han puesto por obra los elementos de su
que el gobierno de Lerdo. P?der; porque no pueden extenderse más allá de las obligaciones interna­
cionales".28
No obstante, se mantuvo la insubsistencia de los antiguos tratados, el
gobierno francés pidió oficialmente a México la reanudación de relaciones V.E. profundamente versado en el derecho de gentes, sabe muy bien:
y renunció a todas las reclamaéiones que lo habían llevado a la interven­ q�e los gobiernos no son responsables de los actos de sus súbditos'
ción. México, por su parte, renunció también a toda reclamación.25 smo cuando no impiden el crimen, pudiendo serlo cuando lo toleran
o cuand? no lo ca�t!gan. Pero si el crimen se ejecuta sin conocimient�
El Barón Boissy d 'Anglais, ministro francés, llegó a México el 26 de del Gobierno, o si este no logra castigar al culpable habiendo puesto
noviembre de 1880 para presentar al titular de Relaciones Exteriores la al efecto cuantos medios están en su poder, el he¿ho será digno de
nota francesa en que renunciaba a toda reclamación, haciendo lo mismo el lamentarse como una gran desgracia; pero no podrá fundar una queja
ministro mexicano, Emiljo Velasco, un mes después.26 mtemac1onal.29
También las relaciones con Gran Bretaña permanecieron rotas durante, Además, el ministro Lafragua culpaba a los ingleses de Belice de ven­
el gobierno del presidente Lerdo. No obstante, en 1873, el ministro de Re­ der armas a los indígenas, lo que demostraba que la responsabilidad de los
laciones de esa nación, Granville, reclamó a nuestro país las incursiones de hech�s recaía en el gobierno británico y no en el mexicano, ya que "las
mexicanos al territorio de las Honduras Británicas. autoridades p�estan apoyo a los criminales; y este es el caso en que res­
Independientemente de los hechos, la nota de Granville era improceden­ pecto de Mexico se enc�entran los vecinos y el Gobierno de Belice. No
pui;den desconocer el objeto con que los indios compran las armas y demás
te en virtud de la inexistencia de relaciones; además de que estaba escrita
artic�los de. guerra; puesto que éste es un hecho que pasa a su vista todos
residente de los
los dtas y sm embargo les venden esos objetos siendo testigos de los in-
23 Carta del general Porfirio Díaz que acredita a Gabino Barrera como ministro
abril 12 de 1878,
Estados Unidos cerca de Su Majestad el emperador alemán Rey de Prusia,
AHSREM
a Emilio Velasco, 27
24 Nota diplomática de Miguel Ruelas, Ministro de Relaciones Exteriores Nota diplomAtica de Granville al secretario de Relaciones Exteríores' José Ma· Lafragua, en
encargado de negocios en Roma. México,julio 22 de 1879, ARE L-E-20 f l
. Diario Oficial, marzo lo. 1873.

25 Nota diplomática de Emilio Velasco, agente confidencial en París, a Miguel Ruelas,


Ministro de 211 "Contestación de J. �a i;t
La agua a �nanota del Ministro de Negocios Extranjeros de la Gran
Relaciones. París, marzo 7 de 1880, ARE-L-E-20, f375. 8:5 _ .
Bret a acerca de las mcurs1ones de 1nd1os mexicanos en el territorio de Honduras Británicas"'
_
_ Ofic1almarzo
26
Nota que el ministro de Francia en México dirigió al Ministro de Relaciones
Exteriores de en Drarro lo. de 1 873, Af!SREM 4 1 - 14� 17. \
1
México, ARE L-E-20 f477. w Ibidem.

250 251
numerables males que los bárbaros causan en la penfusula de Yucatán. Es Relaciones con América
'
por lo mismo un hecho indudable, que los colonos de Belice han fomentado

l
la guerra, contribuyendo así a la misma; a la muerte de las familias y de los To�ó al Secretario Lafragua continuar las negociaciones con los Estados 1
ciudadanos pacíficos y a la devastación de un rico territorio mexicano". 30 Umdos sobre las reclamaciones presentadas por aquel país en los asuntos
de la frontera norte.
El canciller mexicano demuestra ampliamente en su documento la cul­ ,,

¡
pabilidad de los fugleses de la desolación en que habían sumido a la región Coro". se vio en el capítulo anterior, la Comisión Mixta de Reclamacio­
mexicana, por lo que exigió la reparación de los daños. Además refiere la nes Méx1co�Estados Unidos, constituida desde el 4 de julio de J 868, siguió
.
parcialidad del ministro inglés, porque mientras hace al gobierno de la su dehberac1ón durante todo el gobierno de Sebastián Lerdo de Tejada. Las '
.
República tan airada reclamación, al del imperio nunca le mencionó el quejas norteamericanas habían ascendido a 1 O 1 7 y a 998 las mexicanas.
problema. Fueron aceptadas para su discusión 186 reclamaciones estadounidenses y
167 de México.34
El gobierno mexicano, a través del Diario Oficial, difundió ampliamen­
te el asunto, lo que según algunos autores31 demostraba la precariedad de A media�os de 1873 se estancaron las negociaciones ante la negativa de
las relaciones internacionales del país en ese momento. Estados Umdos de aceptar compromisos contraídos en el Artículo XN del
1:ratado de Guadalupe'. alegando incompetencia porque "los daños habían
Evidentemente la ruptura de relaciones con Gran Bretaña tenía conse­ sido causados por particulares y por las autoridades norteamericanas"."
cuencias en la economía mexicana. De esta forma, la London Corporation
ofForeign Bondholders, notificó al gobierno mexicano que no podía hacer El resultado fmal de las reclamaciones fue terriblemente desfavorable
uso de los mercados europeos para obtener capitales.32 No obstante, el go­ P.ara M�xico, ya que del total de lo reclamado, que ascendía a ochenta y
. se falló a favor de México ciento cincuenta mil dóla­
siete. millones, solo
bierno de Lerdo mantuvo inalterable su posición y no buscó el reconoci­
miento inglés. res, o sea el 0.02% de lo reclamado."

En este sentido, el canciller Lafragua reiteró al representante de México Entre ambos países continuaban los habituales problemas fronterizos:
en España la posición del gobierno mexicano respecto al restablecimiento incursiones �dígenas, abigeato en kls dos territorios, contrabando y asesi­
de relaciones con Francia e Inglaterra: "Como no es remoto, sino muy pro­ n�tos de mexicanos. Durante el gobierno de Lerdo, México presentó a tra­
bable, que ia presencia de usted en Madrid dé motivo para que surjan nue­ ves de su canciller una queja oficial ante el gobierno de los Estados Unidos
vas sugestiones sobre el restablecimiento de relaciones entre la Francia y por los asesinatos de mexicanos en Texas .37
la Inglaterra con México, se recomienda a usted tenga presente que el Go­
bierno está resuelto a no variar en materia alguna su decisión, tiempo ha De igual forma se t;ató e� asunto de las tribus de me�caleros, kikapúes,
manifestada, de que no sea México quien directa o indirectamente promue­ apaches y otras, que mcurs10naban en los Estados Umdos o en México
va la renovación de relaciones, y para todo caso, en toda vez, y sean quie­ protegiéndose en su huida en cualquiera de las fronteras. Ni el gobierno d�
nes fueren los funcionarios de que tal asunto traten, se manifestará que el Juárez ni el de Lerdo aceptaron la persecución de estos grupos por fuerzas
gobierno de México está dispuesto a restablecerlas con las naciones que lo n?rteamericanas en territorio nacional. Pero a nivel estatal, entre los go­
deseen y lo expresen directamente al mismo Gobierno, por medio de trata­ biernos de Texas y de Chihuahua, se acordó que "en casos urgentes" las
dos en que sobre bases justas y convenientes, se resguarden todos los dere­ tropas de ambos países pudieran penetrar en territorio extranjero en perse­
chos y todos los intereses de la República." cución de delincuentes."

� Dos reclamaciones internacionalesfraudulentas contra México (Los casos de Weily de la


Abra, 1868-1902), estudio preliminar de César Sepúlveda México,SRE, AHDM, (segunda serie,
30 lbidem. núm. 17), 1965, p. 50.
31 Diario Oficial, marzo lo. de 1873, 31 Ibidem, p. 48.
.
32 FrankKnapp, op cit., O. 3 1 3 . 36 Ibidem, p. 30.
33 Instrucciones dadas al general Ramón Corona para su gestión diplomática en Madrid, marzo de J1 AHSREM, L-E-2272.
1 874, AHSREM, L-E• l 042, ff25-29. 3ª AHSREM,L-E-38, L-5-31, L-E-3Ú, L-E-29.

252 253
Enjwlio de 1873, terminó la misión de Thomas Nelson como represen­
tante de Estados Unidos en México, Fue sustituido por John Watson Foster.
T ca herm.ana". Al analizar la situación política mexicana, Foster llega a la
conclusión de que los vicios de ésta son producto de la falta de educación
de las masas, Refiere que no puede haber democracia por la ausencia total
El nuevo ministro estadounidense declaró que la responsabilidad de su de cultura política de los ciudadanos que están acostwnbrados a dirimir los
nuevo cargo era la "misión más elevada y difícil en el hemisferio america­ asuntos públicos en las batallas armadas y no en las electorales. Para el
no", ya que como defensor de los intereses norteamericanos su �'pei:manen­ representante estadounidense, el retiro de los conservadores de la arena
cia oficial en México" podría ser conflictiva, sobre todo en lo relativo a las política nacional al triunfo de la república y la desconfianza en que el voto
reclamaciones de particulares de su país contra el gobierno mexicano. Ade­ fuera respetado, eran elementos que favorecían el abstencionismo. Así, en
más los ingleses residentes en nuestro país lo consideraron como su "Mi­ vez de lucha de partidos, se daba lucha de personas. Foster reproduce en
nist;o de facto", lo cual complicaba aún más su gestión diplomática. sus memorias la opinión que al respeto tenía su colega alemán, coincidente
con la suya,40
Foster era un j oven y distinguido abogado egresado de Harvard
antiesclavista y republicano. Su trabajo político en la campaña elect?ral Foster estaba convencido de que la política exterior mexicana iniciada
del general Grant le valió el reconocimiento del presidente norte�menca­ al triunfo de la república había permitido acabar con la intromisión extran­
no, quien a través del senador Morton, lo invitó .ª ��coger el trabajo .�ue le jera y que la aplicación de tal política se debió a la decisión de Lerdo,
gustaría desempeñar en el gobierno. Foster sol!cito l a representac10n en llevada a cabo por el canciller Lafragua, de quien tenía un alto concepto.
Suiza por ser la de menór jerarquía dentro del escalafón diplomático. Con
gran �orpresa de su parte, se le comunicó su designación para México. Respecto a .los conflictos presentados durante su gestión en México,
Foster consideró que ésta era una posición muy complicada para su falta relata que en vista de no haber relaciones entre el gobierno mexicano y el
absoluta de experiencia diplomática y su desconocimiento tanto del dere­ francés, intervino en favor de que se diera una prórroga a las Hermanas de
cho internacional como del idioma español. la Caridad, de nacionalidad franéesa, para su salida del país, ya que habían
sido expulsadas conforme a las leyes de Reforma. Foster comenta al res­
No obstante, cuando después'le quisieron cambiar su adscripción a Ja­ pecto lo accesible que se mostró el gobierno de Lerdo. Esa ocasión fue
pón, no quiso aceptar el cambio y prefirió el reto de �enir a. México. Fo�ter aprovechada por el representante norteamericano para manifestar al gobierno
fue sin duda el representante norteamericano mejor mtencionado que vmo de México Ja felicitación de la administración estadounidense por haber
a México en los años que estudiamos en el presente volumen. elevado a rango constitucional las leyes de Reforma, a las que calificó de
"un gran paso en la senda del progreso de México", Señala que la expe­
Hombre honorable, vio con desconfianza a muchos de los reclamantes riencia de Estados Unidos en ese sentido, prueba que estas medidas no
contra el gobierno de México, como a su antecesor, general Butler, que debilitan "los justos intereses de la religión".41
exigía supuestos derechos de colonización en Baja California y , que el
gobierno mexicano había desconocido por considerar que en real!dad se También se refiere a los motines religiosos contra los misioneros pro­
trataba de un proyecto de filibusteros para anexar la península a los Esta­ testantes, que tuvieron lugar durante su estancia en México y en los que
dos Unidos. murió un norteamericano. Resalta nuevamente el apoyo decidido que Ler­
do dio a la libertad de cultos y su simpatía por los maestros protestantes,
Foster realizó una ejemplar labor diplomática, pues trató de solucionar cuya obra de capacitación era considerada por el presidente objeto de utili­
amistosamente los conflictos "convencido de que el Gobierno de Washing­ dad pública.42
ton comprendía mal la situación de México". 39
Acerca de los problemas fronterizos, Foster indicaba que eran provoca­
El representante norteamericano escribió sus memorias sobre México, dos por los indios salvajes de la zona, perjudicando a ambos países. Soste­
así como otras obras sobre la diplomacia americana y la práctica de la nían que el gobierno mexicano, como consecuencia de las grandes distan-
mismá. En sus escritos se refiere a nuestro país como a la "vecina Repúbli-
40 !b1dem, p. 44.
l9 Las memorias diplomáticas de Mr. Fostersobre México, prólogo de Genaro Estrada. México, 41 Jbidem, p. 42.
sRE(AHDM, primera serie, núm. 29 1970), p. XV. 42 lbidem, p. 48.

254 255
cias, de los problemas internos, la falta de recursos y la deserción del ejér­
T!
cito, no podía controlar el problema. No obstante, refiere la oposición ter­
. minante del gobierno de Lerdo al paso de tropas norteamericanas a territo­
rio mexicano para perseguir a los merodeadores.
Un asunto de gran importancia en la gestión diplomática de Foster fue
su actuación frente a la rebelión de Tuxtepec. En sus memorias narra que
el presidente Lerdo protestó ante los Estados Unidos por considerar que el
gobierno del vecino del norte había violado la neutralidad al permitir que
Porfirio Díaz estableciera su cuartel general en Brownsville, pero que su
queja no prosperó.
Al triunfar la rebelión de Díaz, Foster informó a su gobierno de la esta­
bilidad del mismo, pero Estados Unidos prefirió retardar su reconocimien­
to oficial para presionar a México, con objeto de lograr nuevas cesiones de
territorio dada la situación económica de éste. Incluso se llegó a la amena­
za de una posible nueva guerra. No obstante, el gobierno de Díaz no cedió
a las presiones.
Por otra parte, los norteamericanos condicionaban el reconocimiento a
la firma de un tratado sobre las reclamaciones, a lo que el gobierno mexi­
cano contestó que no firmaría ningún tratado hasta haber sido reconocido
oficiahnente, lo cual era un derecho que no debía ser sujeto a condiciones.43
Al comentar el hecho, don Genaro Estrada concluye: "en fm, toda la harto
conocida maquinaria de amenazas, bloqueo económico, intriga internacio­
nal, notas altisonantes, exacciones, pretendidos derechos, etc., etc., que
han servido cómodamente, en ocasiones posteriores, para normar el trato a
nuestro país por parte del vecino del norte".44
Por ello es más significativa la labor de Foster, pues no se empeñó en
defender a su país sin razón.
La política exterior de este periodo se caracterizó por su nacionalismo.
Como se recordará, desde que el propio Lerdo de Tejada ocupó el Ministe­
rio de Relaciones, inició las reclamaciones oficiales del Chamiza! en 1 866.45
Ya como presidente, abrió nuevamente las negociaciones sobre los cam­
bios de curso del río Bravo (Grande) en el Paso del Norte (Ciudad Juárez),
fundamentando su reclamación en el Artículo V del Tratado de Guadalupe­
Hidalgo.46
43 Ibídem, p. 91.
44 lbidem, p. XX.
4� Memoria documental deljuicio sobre el Chami.zal, celebrado el 27 dejunio de 191 O. México,
Talleres de Artes Gráficas, vol. 11, 1 9 1 1 , pp. 387-388.
" lbidem, pp. 387-389.

256
Desde septiembre de 1 874, Lafrag�a dio instru�c\�nes p�ra que nue�tro

representante en Washington promo:'iera la de mcion de hmit.es en vista
l México, despnés de haberse emitido un laudo internacional favorable des­
de 1 9 1 1 , que Estados Unidos se había negado a aceptar.
de la variante del Bravo, en el entendido de que esos cambtos v�ole?-tos de
Ja corriente de dicho río, si bien hasta hoy parece que han perJudi�ado a
No obstante, Lerdo se esforzó por mantener las mejores relaciones con
México es fácil de prever que pueden perjudicar a los Estados Umdos Y .
que co; tal motivo se produzcan quejas y dificultades como Jas que ya el ve�mo del �orte. En 1876, con motivo de la celebración del primer cen­
,, tenano de su mdependencia, el gobierno de Estados Unidos invitó al de
ofrecen los casos a que se refieren 1as copias ad'Juntas .47
.

México para que presentara Wia exposición de "artes, manufacturas y pro­


Lafragua señalaba que debía tenerse también presente que al trazar�e ductos agrícolas y minerales" en Filadelfia.51
los lúnites se "señalaron astronómicamente los puntos por donde debia El presidente Lerdo estaba consciente de
la potencialidad de Estados
pasar, lo cual indica la voluntad de ambas naci?rn:is de que no hubiera nun­ Umdos Y la admi.raba a la vez que la temía. Por
ca aumento de territorio" y se pensó que "los lunites que quedaron ma:ca­ ello se esforzó en buscar el
equilibrio de las relaciones internacionales
de Méx'ico ' estrechando las re­
dos al celebrarse el tratado constituían líneas matemáticas que se conside­ laciones con las nuevas naciones de Europa
rarían como invariables", por lo que nada se previó para el �as? de que los España. ' Alemania e Italia' así como en
ríos cambiaran de curso y se internaran en uno o en otro temtono, lle�ando
.
a desmembrarlos "de tal manera que los lúnites llegasen a ser md�fimdos e
En este sentido cabe mencionar que los empresarios norteamericanos
únagínarios, con irreparable perjuicio de alguna o de las d�s na�iones, cu­
yos derechos territoriales estarían a merced de un trastorno musitado en las estaban al !mal de su lista. El que los antiguos ministros de Estados Unidos
en México, Rosecranz y Plumb hayan sido de los más insistentes en lograr
corrientes de los ríos".48
concesiones para los ferrocarriles, fomentaba la desconfianza de Lerdo.
De ahí su cautela ante el capital extranjero en general, y norteamericano en
Finalmente Lafragua indicaba a Mariscal que "si no creyere convenien­
particular. Su propósito era fomentar el capital mexicano y unirlo al ex­
te una declaración entablara Vd. una negociación formal a fin de que se
tranjero. Tenía la preocupación de que quedaran sujetos a la ley mexicana
fijara claramente ;ste punto, que tanto importa a la armonía de ambos paí­
todos los extranjeros y de evitar toda reclamación internacional posible. Su
ses" .49
cautela era ampliamente justificada.
En abril de 1875 Ignacio Mariscal envió a la cancillería mexicana un
Las verdaderas dotes diplomáticas de los mexicanos y norteamericanos
proyecto muy general del Tratado de Lúnites en�e los ríos �:HI� y Bravo. El que llevaron a cabo las negociaciones entre México y Estados Unidos,
secretario Lafragua, por instrucciones del presidente, le mdicaba que se evitaron que hubiera un conflicto mayor. Nelson y Foster por un lado, y
deberla incluir en el mismo la regla de: Lafragua y el propio presidente Lerdo, por el otro, superaron los muchos
conflictos fronterizos que se dieron en esta época tanto de abigeato, de
que si, por cambios violentos del curso de las corrientes se despren­ contrabando, de depredadores indios, así como de problemas que se susci­
den terrenos de una de las dos orillas, los que por esa causa queden taran en el río Grande.
en uno u otro territorio separados por la nueva corriente se considera­
rán como pertenecientes respectivamente a la Nación que correspon­ Entre los logros de su administración, Lerdo anunció en septiembre de
dían antes de ser separados por el cauce del río. 50 1876el f'm de los trabajos de la Comisión Mixta de Reclamaciones y la
reducción del monto total de éstas por parte de los norteamericanos, que de
A pesar de tener la razón el gobierno mexicano �n dicha :eclamación,
550 millones se redujeron a "una centésima parte".52
ningún acuerdo se logró sobre el asunto hasta despues de un siglo de nego­
ciaciones en que, en 1964, excepcionalmente se acató el fallo a favor de
El gobierno de Lerdo también atendió lo concerniente a los límites de la
frontera sur, respecto de la cual, si bien no se llegó a una solución def'miti-
47 Jbidem, pp. 387�389.
" Ibídem, pp. 387-388.
49 Jbtdem, p. 400.
51 Los presidentes de México . tomo I , p. 547.
. .
so lbidem, p. 400.
52 Lospresidentes de México . . tomo II,p. 4 .
.

258 259
va con Guatemala, su actuación propició que se adelantaran las negocia� ber realizado una investigación minuciosa en los gobiernos de Jos estados
ciones. 53 colindantes con aquel país, y de haber formado una nueva carta especial de
la frontera, le envió una pormenorizado historia acerca de la cuestión, que
El canciller Lafragua hizo una brillante defensa de Jos derechos de Méxi­ deJ aba perfectamente claros los derechos de México sobre el Soconusco. 57
co sobre el Soconusco, al tiempo que exigió que se respetai;a la voluntad de
sus habitantes, quienes habían solicitado su anexión a Chiapas. Lafragua empieza su documento refiriéndole que en octubre de 1873 ya
había enviado una nota a su antecesor, Manuel García Granados, en Ja que
Uriart�,
En agosto de 1874 el ministro guatemalteco en México, Ra�ón d�claraba qu� México no aceptaba poner a discusión su legítima pertenen­
el gobiern o mexi­
envió una nota al canciller mexicano, quejándose de que cia sobre Chiapas y el Soconusco, y que no obstante, él volvía a abrir la
cano culpaba al de Guatemala de haberse rehusa do a firmar un tratad o de cuesti�u proponiendo una división territorial en Ja que México no sólo
ar alguna vez el estado de Chi �pas, perdena el Soconusco, sino parte de Chiapas, además del pago de la deuda
límites, con la esperanza de poder recobr
ro guatem alteco, era ine acto, ya que su gobiern o correspondiente a ese estado. Por eso creyó necesario hacer la historia del
¡0 cual, según el minist ::
en 1832 Guate­
había estado dispuesto a llegar a un acuerdo. Senalaba que asunto de manera que pudiera quedar clara, de una vez por todas' cuál era
ue en 1 � 54
mala propuso un arbitraje �temacio�al .que México desechó; '! c¡ la posición de México.
mdrnp utable s der ch os sm mdenm 1za­
estuvo dispuesto a renunciar a sus � .
se negó a acepta r el recono cimien to y pago de la La historia que hace Lafragua se remonta hasta 1525. Concluye su deta­
ción pero que México
'
· .
deuda de aquel estado con el antiguo remo d e G ua tema 1a. 54 ll�da relación de los hechos con la afirmación de que, si alguna duda pu­
diera haber de todos los argumentos vertidos, bastaba constatar que Chiapas,
Asimismo, señalaba que habían quedado pendientes los tratado� de 1831 por 5 1 años, y durante 33 años el Soconusco, nunca, ninguno de los dos
y 1850, sobre convenio y extradición de criminales, porno haber sido ap�o­ había expresado su arrepentimiento por haberse unido a México; a pesar
bado por el gobierno mexicano. Proponía '.ºmai: como punto de partida de que, debido a guerras internas y a intervenciones extranjeras, aquellos
. Y Pereda
para las nuevas negociaciones el proyecto discutido entre Pavon pueblos pudieron separarse de la nación mexicana en múltiples ocasiones,
en 1854, o sea, aquel en el que Guatemala reconocía la incorporación d.e ya que el gobierno de México no habría podido siquiera intentar retener­
.
Chiapas siempre y cuando el gobierno mexicano aceptara la responsab1h­ los.
dad de Ja deuda que aquella provincia tenía con Guatemala, pero se �ehu­
saba a perder el Soconusco, protestando porque "la fuerza °;º constln:ye La parte esencial del alegato Lafragua se encuentra en Jos siguientes
derechos" y porque la "violación de la neutralidad �ue se hab1a com:emdo párrafos:
hacer guardar a aquella provincia, no puede ser Jamás para Mex1co . un
título de dominio"." Los argumentos del Gobierno de Guatemala son dos. Primero: que
Soconusco era provincia suya. Segundo y principal: que así como
más
Finalmente proponía una demarcación de Ja frontera .e�.una. lín�a lo México sostiene que Chiapas fue libre para separarse de Guatemala,
arse una co 1s1on c1ent1fi�a qne así debe reconocer que Soconusco Jo fue para separarse de Chiapas.
recta posible, para Jo cual debería nombr n;i
Ja realización posterior de reunio nes que anahza ran El primer fundamento es inexacto, porque si bien Soconusco fue
la verificara así como
un conven id de comerc io, extradición de reos y conven ción postal." Gobierno del antiguo reino de Guatemala, en 1821 era solo un parti­
do de Chiapas, y éste es el nombre que se Je da en el Acta de 24 de
El canciller Lafragua respondió que el gobierno de México no podía julio; por consiguiente, no era tan idéntica la posición social de am­
aceptar Jos puntos que Uriarte citaba en su memorándum. Después de ha- bas fracciones, como se necesitaba, para que fueran unos mismos sus
derechos, pues admitido este principio, debería consentirse en la se­
paración de cada pueblo, de cada ranchería, Jo cual sería causa de
" Notay memorándum del sefior.ministro d� �uatemala

al gobierno de éxi� y contestación del
. males incalculables. Más aún, dando por supuesta esa absoluta liber­
Ministro deRelaciones de México, enPatricia Galeanade Valadés,J
ose ManaLa.fragua. México, tad, aún permitiendo que Soconusco podía separarse de Chiapas, la
Senado de la República, LJII Legislatura, 1987, pp. 305-340.
� lbidem, p. 306.
ss
Jbidem, p. 307.
S6 s7 lbidem, p. 308.
Jbidem, p. 308.

260 261

1
!J
verdad es que no lo hizo en 1821, que no lo hizo en 1823, cuando la
separación de las otras provincias de Guatemala y la anarquía de
Chiapas le presentaron la ocasión más oportuna, y que lejos de sepa­
rarse, unió más su suerte a la de Chiapas, contribuyendo a la forma­
ción de la Junta Suprema. Por tanto, no habiendo hecho uso del dere­
cho que se le permite, el primer fundamento de Guatemala quedaba
enteramente destruido.
Del mismo modo lo queda el segundo si se considera que del ver­
dadero, el único origen de la constitución de una sociedad es el voto
legal de los pueblos que lo forman. Soconusco aceptó, obedeció y
sostuvo a la Junta Suprema; fue legítimamente representado en ella;
ejerció de la manera más solemne su derecho de elección, decidién­
dose el 3 de mayo de 1824 por la agregación a México; en suma,
desempeñó todas las funciones que corresponden a un pueblo libre y
dueño de sí mismo. ¿Qué más podía pretender? Había hecho lo que
los demás partidos de Chiapas, lo que acababan de hacer las demás
provincias de Guatemala, lo que antes habían hecho las que compo­
nían la Nueva España; lo que se ha hecho y se hace en todas partes;
lo único que es posible hacer una vez reconocidos como sagrados los
principios democráticos y establecido el sistema representativo como
el Gobierno más conveniente al interés de la sociedad."
Por otra parte, el canciller Lafragua ofreció todo tipo de pruebas sobre
la voluntad que ha tenido México de concluir con la demarcación de la
frontera, a lo que siempre ha dado dilaciones el gobierno guatemalteco con
el objeto de "recobraralgún día estos pueblos u obtener una compensación
pecuniaria", pretendiendo hacer otros tratados que no pueden celebrarse
mientras no estén defmidas las fronteras. Finalmente, Lafragua resume en
1 9 puntos los argumentos de México y propone una nueva linea fronteri­
9
za..s

En su alegato, don José María seguía la línea política establecida desde


el triunfo de la república en defensa del territorio nacional, la que Lerdo
había establecido como primera prioridad para la política exterior. En la
lectura de los documentos históricos que dan cuenta de su actuación, se
puede constatar la sólida argumentación del canciller de México y su
acendrado patriotismo. No obstante, el asunto quedó pendiente hasta
septiembre de 1882, en que se firmó un tratado de límites entre los dos
países.60

ss Jbidem, p. 3 17.
s9 Ibidem, pp. 343-344.
60 Alberto Amador, Memoria de la cuestión de límites entre México y Guatemala. México, SRE.
El canciller Lafragua defendió brillantemente los derechos de México sobre el
tomo I, 1931.
Soconusco.

263
Respecto a las relaciones con hispanoamérica, Lerdo de Tejada fue un Se estaba preparando el terreno a la dictadura. Los liberales dejaron de
escéptico total. Se rehusó a formar una alianza para ayudar a la mdepen­ ser revolucionarios y se convirtieron en conservadores de la paz y del or­
dencia de Cuba, puesto que no tenía fe en las pr? cJamas �e ayuda mutua, den. L � estabilidad política tan anhelada por todos fmahnente había llega­
no quería romper nuevamente con E�p�a. Su h1sp'!"ofiha lo llevó a me­ d? . Juarez puso �as bases, Lerdo la continuó, pero Díaz, al prolongarla, la
.
nospreciar Ja raza indígena y al mest1za3e, cons1derandolo como causa de hizo cada vez mas imperfecta, pues para mantenerla acabó con las liberta­
Ja flaqueza de los pueblos latinoamericanos. Se refería. � ella como "la des. Al fm caudillo militar, Díaz diferiría de los estadistas civiles, Juárez y
. . Lerdo. No ob�tante, po� v�z primera en sn historia, el país entraría en una
ligereza de Ja raza".61 Por Jo mismo, consideró que Ja Umon Latmoam-:�1-
cana no se realizaría nunca, fue éste sin duda el punto negro de su acc1on era de prospendad �conom1c� y desarrollaría una política exterior más flexi­
internacional. ble que la del canciller estadista, tan necesaria en la posguerra.

El año de 1 876 se inició con un pronunciamiento d<:� coronel Sarmiento El 16 de noviembre en el poblado de Tecoac, la batalla dio la victoria al
en Tuxtepec. En él se desconocía al presidente Sebast1an L�rd? de Tejada, gru�o de Tuxtepec y Lerdo entregó el poder a Protasio Tagle, saliendo de la
y se Je acusaba de todo: de dilapidar Jos fondos del t�soro p�bhco; d". pros­ capital el 20 de ese mes. Don Sebastián se exilió en Estados Unidos hasta
tituir Ja administración dejusticia, de abandonar la mstrucc1ón pubhca, de su muerte en 1889. Su legado político fue de inteligencia y dignidad.
favoritismo ' de extorsión, de provocar miseria, de vender la deuda a Esta­
dos Unidos "de hacer de las elecciones una farsa criminal". Esto se firma­ Todavía el 2 de junio de 1877, desde Nueva York, lanzó una enérgica
ba el 15 de �nero, y para �121 de marzo, Porfirio Díaz aceptaba la jefatura protesta por la orden del gobierno norteamericano para que sus fuerzas
del movimiento como general en jefe del ejército regenerador," enarbolan­ persiguieran en el territorio mexicano a Jos delincuentes fronterizos. Lerdo
do nuevamente Ja bandera de Ja no reelección que había levantado también se dirigió a sus conciudadanos en calidad de presidente constitucional de
contra Juárez. México, para hacer un llamado sobre la gravedad de tal resolución' inad-
misible para México.
El mandato de Lerdo no había estado exento de dificultades. A fmales
de 1873 un movimiento clerical en contra de Ja expedición de las leyes de En el documento recordaba cómo su gobierno, ante problemas semejan­
Reformase inició en Michoacán; en 1875, Guanajuato, Jalisco, Morelos y tes, nombró dos comisiones de investigación en 1 872, una para los estados
el Estado de México se unieron a Ja rebelión. En octubre de 1876, el presi­ de Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas y otra para los estados de Chihuahua
dente de la Suprema Corte de Justicia, José María Iglesias, abandon� la y Sonora. Los resultados de la investigación demostraron que se habían
. causado más daños del lado mexicano que del norteamericano, que había
capital declarando ilegal Ja reelección de Lerdo, y estableciendo un gobier­
no paralelo en Guanajuato. un mayor número de malhechores no mexicanos y que éstos se organiza­
ban en Estados Unidos; por lo que no había Jugar a ninguna queja interna­
El 26 de octubre de 1874 la Comisión de Puntos Constitucionales de la cional, ya que ni el gobierno norteamericano, ni el mexicano, habían podi­
Cámara de Diputados había propuesto una reforma al Artículo 78 de la do vigilar la zona por su extensión y cantidad de áreas despobladas. Dicho
Constitución, la cual señalaba que "el Presidente entrará a ejerce� sus fun­ informe fue publicado en inglés y en castellano y el representante del go­
ciones el lo de diciembre y durará cuatro años en el encargo, pudiendo ser bierno mexicano lo entregó a Washington.
reelecto para el periodo siguiente, y para que pueda serlo en adelante debe­
rá transcurrir cuando menos un periodo de cuatro años, contando desde el Lerdo se refería también a la protesta de su gobierno ante el de Estados
término de sus funciones".63 Unidos por la incursión de un jefe de la fuerza de ese país a México, a Ja
que el gobierno norteamericano respondió satisfactoriamente que el suceso
no había sido autorizado por el gobierno de aquel país. No se volvió a
repetir una acción semejante.
, Correspondencia de la Legación
<>1 Carta de Sebastián Lerdo de Tejada a Matías Romero
mexicana, vol. VI, p. 539. Don Sebastián informaba que, cuando confidencialmente se solicitó a
62 la Torre Villar, et. al.,Historia docwnental su gobierno celebrar un convenio que autorizara recíprocamente el paso
Plan de Tuxtepec, 21 de marzo de 1876, en Ernesto de
vol. II, l 984, pp. 364-367 .
de M éxico. México, UNAM, por el río, se respondió negativamente, ya que la Constitución no autoriza
8 57, en Felipe Tena Ramirez, Leyes
63 Reformas al Articulo 78 de la Constitución de 1
Fundamentales de México, 1808-197J. México, ed. Porrúa, 1971, p. 705.

264 265
al gobierno a celebrar tales tratados, que serían objeto de mayores peligros
y dificultades. �:';.1�
de Y ·
vist� ti�mpos de fundación. Los héro
1°S prmctpms de ahora fueron
es de hoy fueron los líderes
las prácticas de antes. Las realida­

,f�m?� p�sado re".ista somera a los acontecimientos de una época que


i
des actua es fueron los sueños pasados.
Además, hacía notar que el mismo congreso norteamericano en 1876
había desechado un proyecto para autorizar al Ejecutivo a que sus fuerzas
cruzaran el río en persecución de malhechores. porque "estando en paz con se e mm mas P?r la 1;11spiración que por el
México, tal autorización no sería conforme al Derecho Intemacional".64 .
por la experien saber, más por la voluntad que
cia, mas por el heroísmo que por la clau
dicación.
Lerdo terminó su argumentación manifestando su deseo de que los Esta­
dos Unidos, atendiendo a todo lo expuesto, no tomaran ninguna acción . H��os asistido al laboratorio de la política de donde emergieron los
prmc1p'.�s de los que ahora nadie duda: auto
determinación, no intervención
agresiva a la nación mexicana, sino que buscaran la cooperación, ya que y soluc10� paci,fica de las controversias En
"según los precedentes referidos no podría México consentir en que una . pocas palabras· el respeto al
·
d
erecho aJeno.
fuerza de los Estados Unidos entrase en su territorio, porque con esto vio­
laría sus derechos de Nacjón soberana e independiente". 65

Concluía su documento recalcando que, ni siquiera por el interés de


restablecer el gobierno constitucional deja de cumplir sus deberes de de­
fender "la autonomía o los derechos de México . . . mirando siempre como
lo más sagrado el honor, la integridad y la Independencia de la Patria".66

Sebastián Lerdo de Tejada, en su política exterior, siempre puso la inte­


gridad nacional por encima de los pragmatismos económicos. A través del
Diario Oficial, donde siempre explicó sus acciones, señaló que la política
exterior no debía regirse por algo tan bajo como el dinero, sino por valores
y principios, como el honor y la dignidad, para defender los derechos de la
nación.67

La política exterior de Lerdo dejó una honda huella en la diplomacia


mexicana ''y sus conceptos reflejaron admirablemente el orgullo del pue­
blo mexicano d�ante la intervención extranjera y después de la misma.""

En este periodo, a partir del triunfo de la república, se establecieron los


cimientos de la tradicional política exterior mexicana, toda vez que se crea­
ron los conceptos que hoy sustenta México como principios constituciona­
les: no intervención, autodeterminación de los pueblos e igualdad de las
naciones.

64 Protesta de Sebastián Lerdo de Tejada desde Nueva York por las instrucciones comunicadas al
general Ord, sobre la necesidad de que las tropas norteamericanas ejerzan mayor vigilancia
fronteriza, junio 2 de 1877, en El Federalista, julio 14 de 1877.
6' Ibidem.
66 lbidem.
67 Diario Oficial, julio 28 de 1877.
63 Frank Knapp,op. cit., p. 319.

266
267

, ¡1
' '

11!
T

ANEXOS
REPRESENTANTES DIPLOMATICOS DE PAISES
EUROPEOS EN MEXICO
1848 - 1876

ALEMANIA

Fernando Seifart Ministro Residente. 22 de septiembre


de 1 846. Presenta cartas credenciales.
26-12-95. 15 de mayo al 12 de agosto.
Se ausenta del país, deja Encargado al
Cónsul Esteban Benecke de los asuntos
internos de la Legación y .al Ministro
de Francia Andrés N. Levasseur de los
asuntos diplomáticos. !bid. 12 de agos­
to de 1851. Fin de misión. !bid.

Emilio Richthofen Ministro residente. 13 de agosto de


1 85 1 . Presenta cartas credenciales. 26-
12-98 s.f. 13 de octubre al 12 de no­
viembre de 1 853. Carlos Preschel se
encarga de Ja Legación. !bid. 5 de ene­
ro de 1854 al 10 de febrero de 1855.
Esteban Benecke y Andrés N. Levasseur
quedan encargados de los asuntos de la
legación. !bid. 11 de febrero de 1856.
Esteban Benecke y el Ministro de Fran­
cia Alexis de Gabriac se encargan de
los asuntos de la Legación. !bid. 17 de
enero de 1858 al 3 de febrero de 1860.

271

!
Gabriac se encarga de los asuntos di­ !bid., f. 9. 27 de septiembre de 1848.
plomáticos. Ibid. J O de julio de 1959. Fin de misión 42-30-19 ff. 1-2.
Se le expiden sus cartas de retiro 26-
12-101 F. 2, 6. Juan de Antaine y Zayas Enviado Extraordinario y Ministro Ple­
nipotenciario. Mayo de 1 849. Presenta
E.D. Wagner Ministro residente. 4 de febrero de 1860. cartas credenciales 42-30- 19 s.f. (ppsi­
Presenta cartas credenciales 26-12-1O1 ble presentación). 22 de abril de 1853.
f. 10. 18 de febrero de 1863. Se ausenta Fin de misión. !bid.
del país, deja como Encargado de Ne­
gocios a Esteban Benecke. !bid., f. 104. Juan Jiménez de Sandoval
1 863 a 1869. Con motivo de la interna­ (Marques de la Ribera) Enviado Extraordinario y Ministro Ple­
ción francesa se interrumpen las rela­ nipotenciario. 22 de abril de 1853. Pre­
ciones diplomáticas. senta cartas credenciales 42-30-21 ff. 3-
4. 17 de abril de 1 854. Fin de misión.
Kurd De Shoezer Encargado de Negocios. 4 de mayo de Ibid., f. 9.
1 869. Presenta cartas credenciales. L­
E-8 f. 23. 27 de marzo de 1871 al 5 de José López Bustamante Secretario y Encargado de la Legación.
mayo de 1 872. Se ausenta del país, deja 17 de abril de 1854. Se hace cargo de la
Encargado de los asuntos de la Lega­ Legación por el fin de misión del En­
ción a Esteban Benecke. 1-F-S-F. 44. viado de España por el fin de misión
del Enviado Extraordinario y Ministro
Gustavo de Ensenberg Ministro residente. 6 de mayo de 1 872. Plenipotenciario Juan Jiménez de
Presentó credenciales L-E-l f. 27. 8 de Sandoval. !bid., f. 9.
noviembre de 1875. Fin de misión. Que­
da como Encargado de Negocios Este­ Ramón Lozano y Armenia Enviado Extraordinario y Ministro Ple­
ban Benecke !bid., ff. 37-38. nipotenciario. 22 de junio de 1 854. Pre­
senta cartas credenciales 44-20-9 f. 16.
Rodolfo Federico Le Maistre Ministro residente. 7 de enero de 1 876. 6 de agosto de 1855. Fin de misión
Presentó credenciales L-E-4 f. 35. 22 AEMESP libro 74 s.f.
de mayo de 1 879. Fin de misión. !bid.,
f. 62. Juan de Antaine y Zayas Enviado Extraordinario y Ministro
Pleniotenciario. 8 de agosto de 1855.
Presenta cartas credenciales 42-30-1 9
ESPAÑA s.f. 8 de febrero de 1856. Fin de mi­
sión. !bid.
Salvador Bermúdez de
Castro Enviado Extraordinario y Ministro Ple­ Miguel de los Santos Alvarez Enviado Extraordinario y Ministro Ple­
.
nipotenciario. 22 de septiembre de nipotenciario. 12 de julio de 1856. Pre­
1 864. Ramón Lozano y Armenia fue senta cartas credenciales 42-30-23 f. 14.
acreditado como Encargado de Nego­ 6 de octubre de 1 856. Fin de misión.
cios Ad interim. 42-30-1 8 f. 5. 22 de Queda Pedro Sorela a cargo de la Lega­
agosto de 1 84 7 Ramón Lozano y ción como Encargado de Negocios.
Armenta queda nuevamente al frente de Ibid., f. 18.
la Legación en calidad de E.N. A.!.

272 273
Joaquín Francisco Pacheco Enviado Extraordinario y Ministro Ple­ Presenta cartas credenciales 42-30-27
nipotenciario 22 de agosto de 1 860. Pre­ f. 8-12. 15 de noviembre de 1881. Se le
senta cartas credenciales 24-23-36 f. 29. expiden sus cartas de retiro. Ibid., f. 25.
12 de enero de 1861 . El Gobierno de 4 de enero de 1882. Fin de misión. Ibid.,
Benito Juárez no lo reconoce por consi­ f. 24.
derarlo enemigo a su Gobierno y le pi­
den que salga del país. Ibid., f. 30. 1861
a 1871. Las relaciones quedan interrum­ FRANCIA
pidas.
Coury de Roslan Encargado de Negocios. 29 de abril de
Feliciano Herreros de Tejada Enviado Extraordinario y Ministro Ple­ 1848. Presenta cartas credenciales.
nipotenciario. 30 de junio de 1871. Pre­ AEMF legajo 26 exp. 303 doc. 9346.
senta cartas credenciales. 37-1 5-90 f. 12 de diciembre de 1 848. Fin demisión.
21. 2 de abril de 1873. Sale del puerto AEMF legajo 27 exp. 337 doc. 9928.
de Veracruz y se hace cargo de la Lega­
ción Justo Pérez Ruano E.N. A.I. Ibid., Andres N. Levasseur Enviado extraordinario y Ministro Ple­
f. 44. lo. de agosto de 1873. Fin de mi­ nipotenciario. 1 3 de diciembre de 1848.
sión. ibid., f. 46. Presenta caras credenciales. AEMF le­
gajo 27 exp. 337 doc. 9928. lo. de julio
Justo Pérez Ruano Encargado de negocios Ad. interim. 2 de 1853. En su ausencia queda Encar­
de abril de 1873. Se hace cargo de la gado de Negocios Alfonso Dano. !bid.
Legación 37-15-90 f. 44 15 de marzo doc. 9933. 26-12-127 f. 12. 13 de di­
de 1875. Fin de misión. 44-30-26 f. 5. ciembre de 1854. Fin de misión. 24-23-
16 de marzo al 20 de octubre de 1875. 35 f. 5.
Durante este periodo se interrumpen las
relaciones por el cambio del Gobierno Vizconde Stan-Alexis de
español, de República a Alonarquía. La Gabriac Enviado Extraordinario y Ministro Ple­
República había acreditado como Mi­ nipotenciario. 14 de diciembre de 1854.
nistro a Juan Blanco del Valle quien por Presenta cartas credenciales 24-23-35
este cambio no pudo presentar creden­ ff. 12-14. 8 de mayo de 1 860. Sale del
ciales. Memoria S.R.E. 1 875 p. 9. país por licencia de seis meses; ya no
regresa a México 3-3-3865 f. 2. 28 de
Bernardo Jacinto de junio de 1860. Fin de misión al nom­
Cologan Encargado de Negocios Ad interim. 21 brarse al Conde Dubois de Saligny. En­
de octubre de 1875. Presenta cartas que viado Extraordinario y Ministro Pleni­
lo acreditan como Primer Secretario de potenciario encargado de la dirección
la Legacion. Encargado de Negocios Ad temporal de la Legación Imperial en
interim Memoria S.R.E. 1875. p. 9. 21 México. 26-12-128 f. 3. 18.
de diciembre de 1875. Fin de misión.
42-30-27. Conde Dubois de Saligny
Jean Pierre-Elisidore­
Milio de Muruaga y Alphonse Enviado Extraordinario y Ministro Ple­
Vildosola Enviado Extraordinario y Ministro Ple­ nipotenciario. 1 6 de marzo de 1861.
nipotenciario. 23 de diciembre de 1875. Presenta cartas credenciales 26-12-128

274 275
f. 19. Diciembre de 1863. A finales de presentante en Londres, solicite el reti­
este mes Saligny se retira del país. 3-4- ro del Sr. Doyle. Ibid. 4 de mayo de
4122 f. 47. 1855. Sale de la capital rumbo a Euro­
pa. William G. Lettsom queda como En­
cargado de Negocios Ad interim. 26-
12-82. 5 de abril de 1858. Fin de misión
DIPLOMATICOS DE FRANCIA ACREDITADOS 26-1 2-76 s.f.
ANTE EL IMPERIO DE MAXIMILIANO
Loftus Carlos Otaway Ministro Plenipotenciario. 1 9 de mayo
de !858. Presenta cartas credenciales
Marquez de Montholon Enviado Extraordinario y Ministro Ple­ 26-12-78 f. 20. 25 de septiembre de
nipotenciario. Enero de 1 864. Presentó 1859. Sale de la capital por licencia.
cartas credenciales 3-4-4122 f. 89. 7 de Deja de Encargado de Negocios a Jor­
junio de 1865. Fin de misión. AEMF ge. Fin de misión. !bid., f. 73.
leg. 41 exp. 622 doc. 16832.
Carlos Lennox Wyke Enviado Extraordinario y Ministro Ple­
Alfonso Dano Enviado Extraordinario y Ministro Ple­ nipotenciario. 25 de mayo de 1861. Pre­
nipotenciario. 7 de junio de 1865. Pre­ senta cartas credenciales. 26-12-83 f 19.
sentó cartas credenciales. AEMF leg. 41 1 2 dediciembre de 1861. Sale de Méxi­
exp. 622 doc. 16832 junio de 1 867. A co rumbo a Veracruz y deja al Cónsul
la caída del Imperio se termina su mi­ Glennie encargado de los archivos de
sión. la Legación. Además ha solicitado al
E.N.A.I. de Bélgica que en caso de que
aumenten las hostilidades se haga car­
INGLATERRA go de los intereses británicos en la Rep.
L-E- 1500f. 125. 1 863 a 1884. Con mo­
Carlos Bankhead Ministro Plenipotenciario. 26 de mar­ tivo de la intervención Francesa se in­
zo de 1 844. Presenta cartas credencia­ terrumpen las relaciónes.
les. 26-12-77 s.f. 1 8 de octubre de 1 847.
Sale del país y deja Encargado de Ne­
gocios a Eduardo Thorton. Mientras lle­
ga Percy Doyle como Encargado de Ne­ DIPLOMATICOS DE INGLATERRA
gocios. !bid. 2 de noviembre de 1850 ACREDITADOS ANTE EL IMPERIO
Bunkhead regresa a Europa por moti­ DE MAXIMILIANO
vos de salud. Acredita a Doyle como En­
cargado de Negocios Ad interim. !bid.
Pedro Campbell Scarlett Enviado Extraordinario y Ministro Ple­
24 de diciembre de 1851. Fin de mi­
sión. Ibid. nipotenciario. 8 de febrero de 1 865. Pre­
senta cartas credenciales. Diario del Im­
Ministro Plenipotenciario. 9 de marzo perio 9 de febrero de 1865, 1 867. No se
Percy Doyle encontró información sobre el fin de su . I'
de 1852. Presenta cartas credenciales
misión, es posible que a la caída de
26-12-76 s.f. 22 de enero de 1855. El
Maximiliano haya concluido la referi­

i1·
Gobierno de México instruye a su re-
da misión.

276 277

1:
�i
ITALIA
12-145 s.f. 31 de enero de 1861. Sale
del país. A partir de la fecha quedan
Carlos Cattaneo Encargado de Negocios. 17 de diciem­ suspendidas las relaciones. 26-12-145.
bre de 1869. Presenta cartas credencia­ lbid.
les. L-E-14 ff-4- 16. 22-12-46 ff. 5. 24
de febrero de 1871. Se ausenta del país
con licencia de seis meses. Deja encar­
gado de la legación a Kurd Schlozer.
DIPLOMATICO DEL VATICANO ACREDITADO
26-12-146 3 ff. 20 de diciembre de
1872. Fin de misión por nombramiento ANTE EL GOBIERNO DE MAXIMILIANO
de Guiseppe Biagi. L-E-1600 f.

1
Guiseppe Biagi Cónsul General y Encargado de Nego­ Monseñor Meglia Enviado Extraordinario. 10 de diciem­
cios, 6 de febrero de 1873. Presenta car­ bre de 1 864. Presenta cartas credencia­
tas credenciales L-E-1600 ff. 2. 3 de oc­ les AEMESP. Libro 101 ff. 172-174. 10
tubre de 1876. Se ausenta del país y deja de junio de 1865. No se encontró el fin
encargado a Rodolfo Le Maestre y Es­ de su misión, sólo rumores de que el

1
teban Beneke. 26-12-147 ff. 2. 26 de Nuncio Apostólico se embarcó de regre­
abril de 1879. Fin de misión. 26-12-147 so a Europa. D.I. 10 de junio de 1865.
ff. 15-16.

LOS PAISES BAJOS


1
Auguste F. Kint de Roo­
denbeek Encargado de Negocios. 1 1 de junio de
1861. Presenta cartas creenciales. 42-
30-62 s.f. 17 de septiembre de 1 862.
Queda encargado de los asuntos Belgas.
El Ministro de Prusia, Barón E. de
Wagner. !bid 1 863 a 1 879. Con motivo
de la Intervención Francesa se suspen­
den las relaciones diplomáticas y se re­
anudan en el año de 1 879.

EL VATICANO

Luis Clementi Delegado Apostólico ante el Gobierno


mexicano. 8-9-22 f. 24. 1 2 de noviem­
bre de 1851. Fue recibido por el Presi­
dente de la República. 8-9-22 f. 51. 12
de enero de 1861. El Gobierno de Méxi­
co dispuso su salida de la república. 26-

278 279

..

REPRESENTANTES DIPLOMATICOS DE PAISES


AMERICANOS EN MEXICO 1848 · 1876

BOLIVIA

Coronel D. Quintin
Quevedo Enviado Extraordinario y Ministro Ple­
nipotenciario en .misión especial. 7 de
octubre de 1867. Presenta cartas creden­
ciales 42-29-39 f. 6. 5 de noviembre de
1867. Se le expide el pasaporte para em­
barcarse en Veracruz de regreso a su
país. Ibid. f. 30. De 1867 a 1900 Boli­
via no acredita a ningún ministro ante
el Gobierno de México. Fue hasta el 8
de octubre de 1901 en que se acredita a
Fernando E. Guachalla Enviado Ex­
traordinario y Ministro Plenipotencia­
rio. 44-14-159 s.f.

CIDLE

Rarnon Sotornayor Valdez Encargado de Negocios. 19 de mayo de


1863. Presenta cartas credenciales 4-7-
60 f. 5. 23 de agosto de 1863. Queda a
cargo de los intereses peruanos en Méxi­
co. 4-7-60 f. 12. No se encontraron do­
cumentos sobre el fin de la misión de

281
este Ministro. Cabe destacar que a la 21 y 22. lo. de octubre de 1849. Fin de
salida del Gobierno de Juárez a SanLuis misión 6-9-51 f. 48.
Potosí, dicha Legación se quedó en
México. Según nota de Matías Romero Robert P. Letcher Enviado Extraordinario y Ministro Ple­
del 1 3 de noviembre de 1863, comuni­ nipotenciario. 7 de febrero de l 850. Pre­
caba que el Gobierno de Chile había ins­ senta cartas credenciales, 25 de enero
truido a su ministro trasladarse a San de 1 851 al 1 7 de septiembre de 185 1 .
Luis Potosí y que por ninguna circuns­ Buckingharn Sarn Smith acreditado
tancia continuara residiendo cerca del como Encargado de Negocios Ad
Gobierno Imperial. 4-70-60 f. 1 8. 1 863 interim 42-30-127 f. 3. 42-30-126 f. 14.
a 1881. El Gobierno de Chile no acre­ 20 de agosto de l 852. Fin de misión
dita a ningún diplomático. En el afio 42-30-127 f. 7 bis.
de 1 882 fue acreditado Domingo Glma
como Enviado Extraordinario y Minis­ Alfredo Con Klin Enviado Extraordinario y Ministro
tro Plenipotenciario quien presenta car­ Plenipotenciario. 30 de noviembre de
tas credenciales el 30 de agosto de 1 882. 1 85 1 . Presenta cartas credenciales 42-
42-29-40 f. 35. 30- 1 28 ff. 1 1 y 12. l 7 de agosto de
1853. Fin de misión 42-30-128 ff. 44,
27 y 3 1 .
GUATEMALA
James Gadsden Enviado Extraordinario y Ministro Ple­
Felipe Neri Del Barrio y nipotenciario. 1 7 de agosto de 1853.
Larrazabal Enviado Extraordinario y Ministro Ple­ Presenta cartas credenciales 24-23-43
nipotenciario. 6 de septiembre de 1 848. ff. 16-1 y 20. 3 de enero de 1854 al 5 de
Presenta cartas credenciales. 42-30-75 junio de 1854. John S. Cripps acredita­
f. 22. 21 de enero de 1 861. Sale del país. do corno Encargado de Negocios Ad
En nota del 1 2 de enero de 1 86 J . interim 24-23-43 ff. 43, 47. 3 de mayo
Melchor Ocarnpo le solicita su salida de 1856 al 22 de julio de 1856. John S.
del país por haber intervenido en los Cripps acreditado como En cargado de
asuntos internos de México. 42-30-75 Negocios Ad interirn 42-30- 1 3 1 f. 3. 23
ff. 39-40. de octubre de 1856. Fin de misión. 24-
23-43 ff. 63, 67 y 80.
Ramón Uriarte Enviado Extraordinario y Ministro Ple­
nipotenciario. 30 de junio de 1 874. Pre­ John Forsyth Enviado Extraordinario y Ministro Ple­
senta cartas credenciales 42-30-78 ff. 7, nipotenciario. 23 de octubre de 1856.
10. 24 de abril de 1 879. Fin de misión. Presenta cartas credenciales 42-30- 132
lbid. f. 6. f. 32. 31 de agosto de 1858. Fin de mi­
sión 42-30- 132 f. 35.

ESTADOS UNIDOS Robert W. M. McLane Enviado Extraordinario y Ministro Ple­


nipotenciario. 6 de abril de 1859. Pre­
Nathan Clifford Enviado Extraordinario y Ministro Ple­ senta cartas credenciales 24-23-38 ff. 2,
nipotenciario. 2 de octubre de 1 848. Pre­ 3 y 4. 1 0 de febrero de 1 860 al 21 de
senta cartas credenciales 6-9-51 ff. 17. marzo de 1860. Ausencia por firmar la

283

li
282

líll
L
¡
ratificación del tratado 24-23-38 ff. 23
y 24. 1 1 de julio de 1 860 al 28 de enero
de 1861. Carlos Ledona Elgce acredi­
r Thomas H. Nelson Enviado Extraordinario y Ministro Ple­
nipotenciario 26 de junio de 1869. Pre­
senta cartas credenciales 42-30- 141 f.
tado como Encargado de Negocios Ad. 35, 42-29-1 f. 18. 1 6 de junio de 1873.
interim 24-23-38 f. 27, 42-30-135 f. 10. Fin de misión 42-29-1 ff. 59 y 60.
22 de diciembre de 1860. Fin de mi­
sión 24-23-38 ff. 34 y 35. John W. Foster Enviado Extraordinario y Ministro Ple­
nipotenciario. 1 6 de junio de 1873. Pre­
Jobn B. Weller Enviado Extraordinario y Ministro Ple­ senta cartas credenciales 2-19-65 f. 60.
nipotenciario. 30 de enero de 1861. Pre­ 2 de mazo de 1880. Fin de misión 2-
senta cartas credenciales 42-30- 139 ff 1 9-65 f. 180.
4, 5, 1 1 y 14. 14 de mayo de 1861. Fin
de misión 42-30-139 ff 24, 25, 27, 30
y 31. PERU

Tomas Corwin Enviado Extraordinario y Ministro Ple­ Dr.Manuel Nicolás


nipotenciario. 21 de mayo de 1861. Pre­ Corpancho Encargado de Negocios y Cónsul Ge­
senta cartas credenciales 24-23-40 f. 29. neral. 17 de marzo de 1 862. Presenta
19 de diciembre de 1865. Fin de mi­ carias credenciales 42-29- 31 ff. 25 y 30.
sión por renuencia a su cargo 24-23-40 25 de agosto de 1863. Fue expulsado
f. 46. de Ja ciudad de México por el Gobierno
Imperial. No se encontraron documen­
Lewis D. Campbell Enviado Extraordinario y Ministro Ple­ tos que prueben también haya salido del
nipotenciario. 5 de diciembre de 1 866. país. El Encargado de Negocios de Chi­
No presentó cartas credenciales por pro­ le queda al cuidado de los asuntos pe­
blemas internos de México, presenta su ruanos. 2-7-60 ff. 12 y 13; 1863 a 1900.
renuncia el 17 de junio de 1 867. El Pre­ El Gobierno de Perú no acredita a nin­
sidente de los Estados Unidos de Amé­ gún diplomático. En el año de 1901 fue
rica nombra al Gral. Sseadman como acreditado Manuel Alvarez Calderón
Ministro en México el 17 de junio de como Enviado Extraordinario y Minis­
1 867, 24-23-VI ff. 34, 35, 36 y 65. tro Plenipotenciario, quien presenta
cartas credenciales el 30 de octubre de
Marcus Otterbourg Enviado Extraordinario y Ministro Ple­ 1901. 44-14-15 0.
nipotenciario. 1 9 de agosto de 1867.
Presenta cartas credenciales 24-23-42
ff 30 y 53. 9 de septiembre de 1867.
Fin de misión 24-23-42 f. 60.

William S. Rosecranz Enviado Extraordinario y Ministro Ple­


nipotenciario. 1 O de diciembre de 1868.
Presenta cartas credenciales 42-30-141
f. 16. 26 de junio de 1869. Fin de mi­
sión 42-30-141 ff. 35.

284 285
REPRESENTANTES DE MEXICO EN EUROPA
1848 - 1876

ALEMANIA

Fernando Mangino Encargado de Negocios. Se le expide


nombramiento el 28 de noviembre de
1 846. L-E-1725 f. 61 . El 20 de enero
de 1847 comunica haber recibido las
credenciales, pero no informa nada so­
bre su presentación. Ibid., f. 62. El 3 de
febrero de 1851 se le destituye del car­
go que tenía ante el Gobierno de Fran­
cia, por lo cual es probable que tam­
bién su misión en Alemania haya
concluido. Ibid., ff. 74-76.

José López Uraga Enviado Extraordinario y Ministro Ple­


nipotenciario. Se le expide nombra­
miento el 13 de abril de 1853. L-E-1212
ff. 23, 76, el 3 de septiembre de 1853
presentó cartas credenciales. Ibid., ff.
61 , 63. El 27 de marzo de 1855 se Je
destituye del cargo. Ibid., ff. 93-96. El
25 de mayo de 1855 presenta su carta
de retiro. Ibid., ff. 99-100. El 1 8 de agos­
to de 1855 se le repone nuevamente en
el cargo. Ibid., f. 103. De este segundo
periodo no se encontró información so-

287
bre el fin de su misión en Alemania.
REPRESENTANTES DEL IMPERIO DE
Sólo se encontraron referencias de que
en el año de 1857 estaba residiendo en MAXIMILIANO
Nueva York y se le otorgaba permiso
para regresar al país con la condición
de que debía residir en Saltillo. 44-23- Tomas Murphy Enviado Extraordinario y Ministro Ple­
24 f. l J . nipotenciario. En 1 864 fue nombrado
por Maximiliano, pero no residió en
Miguel María Arrioja Enviado Extraordinario y Ministro Ple­ Alemania sino en Viena ya que también
nipotenciario. Se le expide nombra­ estaba acreditado en Austria. No se en­
miento el 15 de septiembre de 1857. L­ contró información sobre su presenta­
E- 1 1 72 (3) f. 47. No se encontró ción de credenciales y fin de su misión.
documentación sobre la presentación de Probablemente de Austria se trasladó a
credenciales sólo sabemos que salió de Alemania pero regresó inmediatamen­
México el 2 de diciembre de 1 857. Ibid., te. El Ministro del Imperio en Francia
f. 55, L-E- 1794 (3) f.46. El 2 de agosto el 3 de septiembre de 1864 le envía a
de 1858 considerando el gobierno mexi­ Viena los Archivos de la Legación de
cano de ninguna utilidad la Legación México en Alemania. AEMF. leg. 45
en ese país, dispuso su cancelación y exp. 693 doc. 18941. Su misión debió
dio por terminada la misión de Arrioja. haber terminado en junio de 1865.
L-E-1 1 72 (3) f. 68.
Gregario Barandiaran Enviado Extraordinario y Ministro Ple­
Francisco Serapio Mora Enviado Extraordinario y Ministro Ple­ nipotenciario. Estuvo acreditado en Ale­
nipotenciario. El 4 de marzo de 1861 mania y también en Austria, pero su re­
Francisco Zarco, Secretarip de Relacio­ sidencia estuvo en Viena. Presentó
nes Exteriores le expide su nombra­ credenciales ante el Gobierno Austriaco
miento. L-E- 1225 f. 174. No se encon­ el 20 de junio de 1865, es probable que
tró información que demuestre que por esa fecha también haya presentado
Mora se haya acreditado ante dicho go­ en Alemania. El término de su misión
bierno. Posteriormente fue nombrado posiblemente haya sido a la caída del
por Maximiliano Ministro en Alema­ imperio de Maximi!iano. AEMF, leg.
nia y presentó credenciales el 30 de 45 exp. 687 doc. 1 8834.
agosto de 1864, también se le acreditó
con el mismo carácter ante el Gobierno
de Suecia y Noruega. Ibid., ff. 178-179,
190-197. Con motivo de la intervención REANUDACION DE RELACIONES DIPLOMATICAS
Francesa se suspenden las relaciones di­
plomáticas.
Rafael Benavides Ministro Residente. El 19 de enero de
1874 se le otorga nombrantiento. L-E-
1208 f. 2. El 10 de marzo de 1 874 se le
expiden credenciales. Ibid., ff. 22-23.
El l O de julio del mismo año desde Pa"
rís renuncia al cargo por motivos de sa-

288 289
lud, sin haber llegado al Imperio Ale­ ya el 1 O de abril se habfa hecho cargo
mán. lbid., ff. 38-39. de la Legación, y en este mes presentó
sus cartas credenciales. AEMF. Leg. 45
Encargado de Negocios ad lnterim. Se exp. 687 doc. 18830. Termina su mi­
Angel Núñez Ortega
le expide nombramiento el 22 de agos­ sión en la primera o segunda semana
to de 1874. L-E-389 bis (2) f. 2. El 27 de junio de 1865.
de septiembre del año referido presenta
sus cartas credenciales Ibid., ff. 7, 9. El Gregorio de Barandiaran Enviado Extraordinario y Ministro Ple­
1 6 de abril de 1878 se le remite su carta nipotenciario. Probablemente fue nom­
retiro. Ibid., f. 35. brado en mayo o en los primeros días
de junio de 1865. Presenta credencia­
les el 20 de junio del referido año.
AUSTRIA AEMF. Leg. 45 exp. 687 do. 1 8834. Es
posible que su misión haya terminado
Juan N. Almonte Enviado Extraordinario y Ministro Ple­ a la caída del Imperio. Pues la única
nipotenciario. Se le expide nombra- . referencia que encontramos, se remon­
miento el 19 de octubre de 1854. L-E- ta al 21 de noviembre de 1866 e indica
302 B f. 1 1 5. El 20 de noviembre de que todavía está en Viena. lbid., doc.
1854 se le remiten sus cartas creden­ 18843.
ciales. Almonte no presenta credencia­
les ante el gobierno austríaco, por con­
tinuar desempeñando en Washington el BELGICA
cargo de Ministro, hasta el año de 1856.
Ibid., ff. 126-155. A pesar de que Méxi­ Juan Nepomuceno Pereda Encargado de negocios. El 20 de octu­
co no tiene representación diplomática bre de 1 846 se le otorga nombramiento,
en este país, durante la intervención L-E-396 ff. 24-25, 28. (No se encontró
francesa se rompen relaciones diplomá­ información sobre la presentación de
ticas. credenciales. El 23 de diciembre de
1 848 se da por concluida su misión.
!bid., f. 95.

REPRESENTANTES DEL IMPERIO DE Andrés Negrete Encargado de negocios. Se le expide


nombramiento el 21 de mayo de 1853,
MAXIMILIANO L-E- 1 165 ff. 3, 8 8, 107. Presenta cartas
credenciales el 28 de octubre del mis­
mo año. !bid., f. 1 1 3. Del 27 de agosto
Tomas Murphy Enviado Extraordinario y Ministro Ple­ de 1858 al 28 de enero de 1 859 se au­
nipotenciario. No se cuenta éon datos senta por cinco meses, deja a Ignacio
precisos sobre la fecha de su nombra­ Algara Encargado de la Legación, !bid.,
miento, presentación de catas creden­ ff. 1 59-160, 1 81 . El 28 de enero de 1861
ciales y fin de misión. Por lo cual dare­ se le sustituye de su cargo. Entrega los
mos datos más o menos aproximados. archivos al Vicecónsul en Bruselas y se
Probablemente fue nombrado durante despide del Gobierno belga el 27 de abril
los primeros días de abril de 1864, pues de 1861. !bid., ff. 1 85-186. En 1859 el

290 291
Gobierno mexicano decidió cerrar esta
su misión el 1 2 de mayo de 1857. !bid.,
misión y ordenó que Negrete, que ha­
ff. 14 1-142.
bía sido nombrado Encargado de Ne­
gocios y Cónsul General en las ciuda­ José María Lafragua Enviado Extraordinario y Ministro Ple­
des Anseáticas, se llevase los archivos
nipotenciario. Fue nombrado el 23 de
para Hamburgo. !bid .. f. 1 8 1 . Con mo­ enero de 1857, L-E-369 (4) ff. 68, 70.
tivo de la Intervención francesa se inte­ El 30 de junio de 1 860 considerando el
rrumpen las relaciones y se reanudan Gobierno de México que no tenía obje­
en el año de 1879. El Gobierno mexi­ to mantener una Legación en España
cano nombra a Angel Núñez Ortega dispuso su cierre y ordenó el regreso de
Ministro Residente quien presenta sus Lafragua, L-E-370 (2) ff. 1 5 4- 1 5 5 .
cartas credenciales el 6 de diciembre de Lafragua no fue recibido por el Gobier­
1 879, L-E-388 f. 303.
no español en su carácter oficial, por lo
cual residió desde el mes de marzo en
París, L-E-369 (4) ff. 144-146.
ESPAÑA
Juan N. Almonte Ministro Plenipotenciario Ad hoc. El
Ignacio Valdivielso Enviado Extraordinario y Ministro
gobierno Conservador le expide nom­
Plenipotenciario El 27 de marzo de bramiento el 3 de marzo de 1858 para
1847 se le ratifica en el cargo, L-E- arreglar las diferencias con España, L­
1205, ff. 138, 1 4 1 . El 10 de julio de E-302 B ff. 279-281 , 295. El 26 de sep­
1848 se le comisiona en Francia para tiembre de 1859 se firma el Tratado
comprar armamento. 2-1-1 887, f. l . El Mon-Almonte, L-E-302 c ff. 240-241 .
29 de agosto de 1 848 llega a París. Ibid., El 7 de noviembre del mismo año se le
f. 1 O. Manuel Eduardo de Gorostiza nombra Enviado Extraordinario y Mi­
queda como Encargado de Negocios a nistro Plenipotenciario, !bid., f. 250. A
partir de esta fecha. Termina su en­ Ja caída del gobierno conservador, el 3
cargaduría el 1 5 de febrero de 1 853. de enero de 1861 queda sin efecto su
Que,da encargado de los archivos de la nombramiento.
Legación Ramón Ceballos. L-E-1220
(5) ff. 3-4. Jesús Terán Enviado Extraordinario y Ministro Ple­
nipotenciario. Fue designado el 28 de
Buenaventura Vivo Enviado Extraordinario y Ministro Ple­ noviembre de 1 863, L-E-305 f. 34.
nipotenciario. El 1 3 de abril de 1853 se Terán no fue recibido por el Gobierno
Je expide nombramiento, L-E-1779 f. español.
103. Presenta credenciales el 7 de agosto
de 1853, !bid., f. 138. Termina su mi­
sión el 1 6 de diciembre de 1855 y deja
Encargado de Jos archivos a José Hi­
dalgo, !bid., f. 154.

José Hidalgo Encargado Interino de Negocios. Se le


expide nombramiento el 23 de enero de
1857, L-E-1774 ff. 133-134. Termina

292 293
T

REPRESENTANTES DEL IMPERIO DE FRANCIA


MAXIMILIANO
Juan N. Almonte Enviado Extraordinario y Ministro Ple­
nipotenciario en Misión Extraordinaria.
Enviado Extraordinario y Ministro Ple­ Se expide su nombramiento el 23 de
Francisco Facio marzo de 1 846. L-E-302 A f. 92. El 8
nipotenciario El 27 de Junio de 1 864
Maximiliano comunica a los reyes de de mayo desde La Habana Almonte re­
nuncia al cargo de Ministro. !bid., ff.
España y Portugal la designación de
Facio AEMESP. Libro 68 ff. 1 1 9- 1 20. 125-126. El l l de marzo de 1848 se
Presenta credenciales el 1 o. de septiem­ nombra a Fernando Mangino Encarga­
do de Negocios Interino. L-E-172 (1)
bre de 1 864. Ibid., f. )22. EL 1 8 de di­
ff. 65-66. El 3 de febrero de 1851 se
ciembre de 1865 presenta su carta de
retiro, Ibid., f. 141. destituye a Mangino y se le recomienda
acredite como Encargado ad Interim a
Francisco Serapio Mora lbid., ff. 74-75.
Ignacio Aguilar Enviado Extraordinario y Ministro Ple­
El 17 de marzo de 1851 Mangino acre­
nipotenciario. Se le expide nom­
dita a Mora como Encargado de Nego­
bramiento el 9 de septiembre de 1865,
cios, ante el Ministro de Negocios Ex­
AE-MESP. Libro 64 f. 5. Presenta cre­
tranjeros. L-E- 1725 f. 22.
denciales el día 2 de enero de 1 866.
Ibid., f. 13. El día 6 de diciembre de
José Ramón Pacheco Enviado Extraordinario y Ministro Ple­
1 866 presenta su carta de retiro, L-E-
1686 f. 289. nipotenciario. Se expide su nombra­
miento el 19 de abril de 1853. L-E-369
(2) f. 146. El Presidente Antonio López
Fernando Elías Encargado de Negocios. El 7 de diciem­
de Santa Anna confirma este nombra­
bre de 1866 Ignacio Aguilar comunica
miento el lo. de junio del mismo año.
al Ministro de estado español que su
L-E-1225 f. 58. Presenta credenciales
Majestad Imperial ha dispuesto quede
el 8 de agosto de 1853. AEMF. Leg. 32
interinamente Encargado de negocios
exp. 417 doc. 1 2760. El 16 de diciem­
el señor Fernando Elías AEMESP. Li­
bre de 1855 presenta al Rey de los fran­
bro 68 f. 57. Termina su misión prácti­
ceses sus cartas de retiro. Ibid., doc.
camente a la caída del Imperio, sin em­
12770, L-E-369 (2) ff. 47-48.
bargo hasta el 8 de julio todavía estaba
acreditado ante el Gobierno español.
Francisco Modesto de
Ibid., f. 80.
Olaguíbel Enviado Extraordinario y Ministro Ple­
nipotenciario. Fue nombrado el 20 de
Ramón Corona Enviado Extraordinario y Ministro Ple­
octubre de 1855. L-E-1219 (Il) exp. 8
nipotenciario. Es designado el 19 de
f. 3, L-E-369 (2) ff. 168-169. En nota
enero de 1 874. L-E-1042 (I) f. 2. Pre­
número 6 del 27 de enero de 1856 co­
senta credenciales el 25 de mayo de
munica que el día 6 de enero presentó
1 874. Ibid., f. 43. El 2 de julio de 1886
sus cartas credenciales AEMF. Leg. 34
se da por terminada su misión. Ibid.,
exp. 465 s. f. El 31 de octubre de 1857
(Il) f. 363.
renuncia al cargo que desempeñaba y
el 2 de octubre del mismo año es acep-

294 295
tada su renuncia L-E-1219 (8) f. 47, 52. REPRESENTANTES DEL IMPERIO DE
El 20 de diciembre de 1857 se despide
MAXIMILIANO
del emperador. AEMF. Leg. 34 exp.
465. s. f.
José María Hidalgo Enviado Extraordinario y Ministro Ple­
Juan N. Almonte Enviado Extraordinario y Ministro Ple­
nipotenciario (no se encontró fecha de
nipotenciario. El 2 de octubre de 1857
su nombramiento). Presentó cartas cre­
fue nombrado con este cargo inte­
denciales el 17 de abril de 1 864 AEMF.
rinamente, L-E-302 B f. 206. Presenta
Leg. 44 exp. 662 doc. 1 8175. El 24 de
cartas credenciales el 20 de diciembre
octubre de 1865 se le ordena regrese a
de 1857. AEMF Leg. 36 exp. 514 doc.
México y deje Encargado de Negocios
14567. El 25 de mayo de 1858 el Go­
ad interim a Francisco Ruz. Ibid., doc.
bierno conservador designa a Ignacio
18798. Hidalgo comunica el 30 de no­
Valdivielso Enviado Extraordinario y
viembre del mismo año que saldrá para
Ministro Plenipotenciario y exhonera a
México a mediados de diciembre. !bid.,
Almonte de su cargo, AEMF. Leg. 37
doc. 1 8202. El 9 de marzo de 1866 se
exp. 538 doc. 14947, L-E-302B ff. 218-
acepta su renuncia. Leg. 50 exp. 8 1 6
219. Valdivielso incapacitado por en­
fermedad no se hizo cargo de la Lega­ doc. 22474Leg. 41 exp. 622doc. 16864.
ción por lo cual Almonte continuó en
Juan N. Almonte Enviado Extraordinario y Ministro Ple­
dicha misión. Ibid., doc. 14948-14950.
nipotenciario. Fue designado el 8 de
El 28 de enero de 1861 el Secretario de
marzo de 1866 AEMF. Leg. 50 exp. 8 1 6
Relaciones Exteriores Francisco Zarco
doc. 22474. Presenta cartas credencia­
comunica a Almonte su destitución. L­
les el 20 de mayo de 1866. Ibid., doc.
E-1774 (3) ff. 205-206. El 7 de abril de
22483. El 26 de julio de 1 8670 presen­
1861 Almonte se despide del empera­
ta sus cartas de retiro. !bid., doc. 22509.
dor francés. AEMF. Leg. 36 exp. 514
doc. 14599.
INGLATERRA
Juan Antonio de la Fuente Enviado Extraordinario y Ministro Ple­
nipotenciario. Fue designado el 27 de
José María Luis Mora Ministro Plenipotenciario. Con fecha 20
febrero de 1861. AEMF. Leg. 39 exp. 7
de diciembre de 1846 se le comunica
doc. 1 5774. El 8 de agosto de 1 86 1
oficialmente su nombramiento. L-E-
Manuel Doblado participa a De la Fuen­
1772 ( 1 1 ) ff. 60-60. 28 de marzo de
te que ante la actitud de los gobiernos
1847 solicita audiencia para presentar
Inglés y Francés lo más digno para
sus cartas credenciales a la reina. (No
México es que solicite su pa$aporte y
se encontró información sobre la refe­
regrese a México, L-E- 1317 (9). f. 240.
rida presentación). L-E-1655 f. lv. El
El 7 de marzo de 1862 De la Fuente
14 de julio de 1 850 el Ministro de Méxi­
solicita al Ministro de Negocios Extran­
co en Francia comunica el fallecimien­
jeros de Francia sus pasaportes y le co­
to de Mora en París. José María
munica que deja encomendados los in­
Mendoza queda como Encargado de
tereses de México al Ministro de Perú.
Negocios ad Interim. 3 de abril de 1851.
AEMF. Leg. 39 exp 594 doc. 1 5945.

296 297
Mendoza renuncia al cargo y se desig­ cha Jo. de junio de 1858 le comunica
na a Manuel Payno para sustituirle L­ su nombramiento. L-E-395 (2) f. 1 8 1 .
E-1769 f. 198. 21 de mayo de 1 85 1 20 de agosto de 1858 entrega copias de
Payno entrega a Lord Palmerston los sus cartas credenciales al Subsecretario
documentos que lo acreditan como En­ de Estado. !bid., f. 185. 29 de octubre
cargado de negocios ad interim. L-E- de 1858 presenta cartas credenciales.
1582 f. 27. 30 de junio de 1851 renun­ Ibid., f. 197. 28 de enero de 1861 al
cia al cargo. !bid., f. 28. 26 de julio de triunfo de juárez queda separado defi­
1851 se le comunica que ha sido desig­ nitivamente de todo cargo oficial. L-E-
nado Francisco Facio para sucederle en 1774 (3) ff. 203-204.
el cargo. !bid. f. 43. 27 de octubre de
1851 es recibido en calidad de Encar­ Melchor Ocampo Enviado Extraordinario y Ministro Ple­
gado de Negocios ad Interim, L-E-2102 nipotenciario del Gobierno de Juárez y
f. 132. 9 de julio de 1853 Facio entrega Ministro ad Hoc en los Estados Unidos
la carta que pone fin a su encargaduría. de América. Con fecha 25 de enero de
L-E-2104 f. 234. 1 860 Santos Degollado le comunica su
nombramiento. L-E-1792 (7) ff. 1 1-13.
Joaquín María del Castillo Ocampo por cumplir su misión en los
y Lanzas Enviado Extraordinario y Ministro Ple­ Estados Unidos no llega a Londres. 1 7
nipotenciario. Con fecha 29 de mayo de de julio de 1861 Juárez expide el decre­
1853 se le otorga nombramiento. L-E- to que suspende los pagos de la Deuda
2104 ff. 234, 237. 8 de agosto de 1853 Exterior. Con motivo de este decreto
presenta cartas credenciales. !bid., f. Inglaterra decide suspender sus relacio­
129. 31 de octubre de 1855 cesa en el nes con el gobierno mexicano. 29 de
cargo, y deja Encargado de negocios ad julio de 1861 se designa a Juan Anto­
Interim a José María González de la nio de la Fuente Ministro Plenipoten­
Vega. L-E-2107 f., 285. 6 de diciembre ciario Interino en Inglaterra para el arre­
de 1855 González de la Vega comunica glo de la cuestión a que dio lugar el
haberse encargado de la Legación. L­ decreto del 17 de julio. De la Fuente
E-1770 (8) f. 76-77. con motivo del desaire a que fue objeto
por el Ministro de Negocios Extranjeros
Juan Napomuceno Almonte Enviado Extraordinario y Ministro Ple­ de Napoleón III, decide no ir per­
nipotenciario. Se le expide nombra­ sonalmente a Londres, comisiona la Se­
miento el 2 de septiembre de 1 856. L­ cretario de la Legación Andrés Ose­
E-302 B f. 164. 13 de diciembre de 1 856 guera, quien viaja a Londres sin poder
es recibido con el carácter de Enviado entrevistarse con el Ministro de Nego­
Extraordinario. !bid., ff. 196- 197. 14 de cios Extranjeros inglés. L-E-1212 (2)
febrero de 1857 presenta cartas creden­ f. 66-67. 28 de diciembre de 1861 el
ciales. Ibid., f. 209-210. 9 de agosto de Presidente de la República da por con­
1858 fin de misión, Ibid., f. 225. cluida su misión. L-E-1317 (9) f. 240.

Tomas Murphy Enviado Extraordinario y Ministro Ple­


nipotenciario. Luis G. Cuevas, Secre­
tario de Relaciones Exteriores, con fe-

298 299
REPRESENTANTES DEL IMPERIO DE ITALIA
MAXIMILIANO Gregorio Barandiaran Enviado Extraordinario y Ministro Ple­
nipotenciario. Fue nombrado por
Maximiliano en misión especial para
Francisco de Arrangoiz Enviado Extraordinario y Ministro Ple­
notificar al rey de Italia Víctor Manuel
nipotenciario. 5 de agosto de 1 864 fue su exaltación al trono de México. El 28
enviado por Maximiliano para lograr el de agosto de 1 864 fue recibido oficial­
reconocimiento del imperio. El 10 de mente por el Rey de Italia. AEMF. Leg.
agosto de 1 864 Ja reina Victoria parti­ 45 exp. 687 doc. 1883 1 . El 6 de sep­
cipa a Maximiliano haber recibido la tiembre del mismo año fue recibido por
carta autógrafa en Ja que le informa de el Presidente de Ja Confederación
su ascenso al trono de México. Diario Helvética Ibid.
del Imperio, 8 de febrero de 1865 p. 135.
4 de agosto de 1865 José Fernando Alonso L. Peón de Regil Fue nombrado Enviado Extraordinario
Ramírez comunica a los soberanos de y Ministro Plenipotenciario ante el Rey
Bélgica, Inglaterra y Países Bajos Ja de Italia. El 22 de octubre de 1865 fue
dimisión de Arrangoiz al cargo. L-E- recibido por el Rey de Italia. En esta
1795 f. 438. misma fecha queda establecida la Le­
gación Imperial. AEMF. Leg. 45 exp.
José María Durán El 9 de octubre de 1865 se le designa 687 doc. 18837. No se encontraron do­
Enviado Extraordinario y Ministro Ple­
cumentos sobre elfin de su misión.
nipotenciario. Diario del lmperio, 10 de
octubre de 1865, P. 357. (No se encon­ Jesús Castañeda Encargado de Negocios. Se Je expide
tró datos sobre Ja presentación de cre­ nombramiento el 17 de diciembre de
denciales). El lo. de febrero de 1867 se 1 874. L-E- 1209 f. 7. Presenta creden­
envía al señor Almonte las cartas de ciales ante el Rey de Italia el 1 6 de sep­
retiro de Durán, AEMF. Leg. 5 1 exp. tiembre de 1875. !bid. f. 42. Con esta
826, doc. 22814. El l O de enero de 1 867 misma fecha queda instalada la Lega­
Angel Núñez Ortega es reconocimien­ ción, Ibid., f. 49. El 27 de diciembre de
to como Encargado de Negocios Ad J 877 se le exonera del cargo y se desig­
Interim. L-E-1501 f. 42. na a Emilio Velasco Encargado de ne­
gocios !bid., f. 54. El 29 de marzo de
Juan N. Almonte El lo. de febrero de 1 867 fue nombra­ 1878 Velasco entrega las cartas de reti­
do Enviado Extraordinario y Ministro ro de Castañeda. L-E-141 1 f. 46v.
Plenipotenciario y en la misma fecha
se le envían sus cartas credenciales.
AEMF. Leg. 5 1 exp. 826, doc. 22814. VATICANO
Almonte permanece en Londres del 25
de abril al 29 de mayo de 1 867, y regre­ Ignacio Valdivielso Enviado Extraordinario y Ministro Ple­
sa después a París a donde también es­ nipotenciario en misión especial. El 1 l
taba acreditado como Ministro, Ibid., de noviembre de 1848 Ja Secretaría de
doc. 22817. Relaciones comunica a Valdivielso se
traslade a Italia para ofrecer al Papa, el

300 301
apoyo del Gobierno mexicano. 2-2-2023 ladados al Ministerio de Relaciones
ff. 25-26. El 20 de diciembre de 1848 Exteriores de México. 14-9-19 f. l .
presenta sus cartas credenciales 5-1 -
7519 f. 8 . El 29 de marzo de 1849 pre­ Pelagio Antonio de
senta a José María Montoya, al Secre­ Labastida
tario de Estado y los acredita como (Obispo de Puebla) Ministro Plenipotenciario Ad hoc. El 29
Encargado de Negocios ad Interim y da de agosto de 1 859 el Gobierno de
por terminada su misión. L-E-1205 (2) Miramón lo nombra Ministro en misión
f. 150. Montoya venía desempeñando especial. L-E-1218 (8) F. l . El 21 de
este cargo desde el año de 1839. El 30 noviembre de 1859 es recibido por el
de marzo de 1 849 reasume sus funcio­ Papa en audiencia no oficial, por care­
nes. Ibid. El 22 de noviembre de 1853 cer de instrucciones escritas del Gobier­
presenta su carta de retiro. L-E- 1201 ff. no. Ibid., f. 220. Al triunfo del Gobier­
75-78. no de Juárez el 3 de enero de 1861 se
expidió una circular, por la cual se or­
Manuel Larrainzar Enviado Extraordinario y Ministro Ple­ denaba la destitución de todos los re­
nipotenciario. Se le nombra el 29 de presentantes en el exterior nombrados
abril de 1853, L-E-1201 f. 44. El 28 de por el Gobierno de Miramón. AEMF.
noviembre del mismo año presenta car­ Leg. 39 exp. 603 doc. 16016. L-E-1774
tas credenciales. Ibid., f. 79. El 2 de (3) ff. 138-139.
enero de 1856 termina su misión, Ibid.,
f. 150. Ignacio Aguilar Enviado Extraordinario y Ministro Ple­
nipotenciario del Imperio de Maxi­
Ezequiel Montes Enviado Extraordinario y Ministro Ple­ miliano. El 21 de mayo de 1 864 comu­
nipotenciario. Se le comunica su nom­ nica haber instalado la legación en el
bramiento el 21 de abril de 1857. 5-1- Palacio de Braschi. AEMF. leg. 45 exp.
7543 f. 10. Llega a Roma el 24 dejunio 688 doc. 1 8844. El 1 1 de junio de 1866
de 1857. (No se encontró información renuncia al cargo, L-E-1686 (22) f. 276.
sobre su presentación de credenciales), El lo. de septiembre del mismo año se
L-E-1786 (11). f. 128. El l o. de febrero le expide su carta de retiro. Ibid., f. 284.
de 1858 el gobierno conservador lo des­
tituye del cargo y se le ordena entregue
los archivos a José María Montoya Ibid.,
f. 132. Posteriormente el Gobierno de
Juárez le expide nuevas credenciales
ante la Santa Sede. Renuncia al cargo
el 23 de septiembre de 1858, por moti­
vos de salud, Ibid., ff. 137, 139. Manuel
Castillo y Portugal se hace cargo del
archivo de la Legación. Ibid., f. 146. El
3 de agosto de 1859 Melchor Ocampo,
Ministro de Relaciones Exteriores, co­
munica a Castillo el cierre de la Lega­
ción y ordena que los archivos sean tras-

302 303
í

REPRESENTANTES DE MEXICO EN AMERICA


1848 - 1876

ESTADOS UNIDOS DE AMERICA

Luis de la Rosa Enviado Extraordinario y Ministro Ple­


nipotenciario. Con fecha 1 3 de septiem­
bre de 1848 se le comunica su nombra­
miento. L-E-373 f. 9. Presenta Cartas
Credenciales el 22 de diciembre de
1848. Ibid., ff. 29-32. Solicita permiso
para retirarse de la legación por haber
sido electo Gobernador de Zacatecas. Se
otorga autorización el 2 de octubre de
1851. lbid., ff. 41-43. El 1 0 de enero de
1852 presenta a José Ma. González de
la Vega, como Encargado de Negocios
ad Interim. lbid., ff. 51-53. El 25 de fe­
brero se envía al Sr. González de la Vega
la carta de retiro de De la Rosa. lbid.,
ff. 57-58.

Manuel Larrainzar Enviado Extraordinario y Ministro Ple­


nipotenciario. Con fecha lo. de marzo
de 1852 se le comunica su nombramien­
to. L-E-1201. f. 5. Presenta Cartas Cre­
denciales el 22 de mayo de 1 852. Ibid.,
f. 32. Presenta sus Cartas de Retiro el
3 1 de mayo de 1853. lbid., f. 43.

305
Juan Napomuceno Almonte Enviado Extraordinario y Ministro Ple­ L-E- 1036, f. 39. El 26 de mayo de 1 862
nipotenciario. Con fecha de 26 de abril presenta sus cartas credenciales, Ibid.,
de 1853 se le comunica su nombramien­ ff. 46-49. El 29 de octubre de 1 862 so­
to. L-E-302 B f. 76. El 7 de julio de licita autorización para trasladarse a la
1853 presenta sus Cartas Credenciales. república para combatir a los extranje­
Ibid., ff. 93-94. El 28 de abril de 1854 ros, el 23 de marzo de 1863 se le auto­
solicita licencia por 6 meses, la cual es riza regresar al país. Ibid., ff. 53-55, 57.
concedida en los términos solicitados. Los Archivos de la Legación e intere­
Ibid., ff. 102-105. El 27 de mayo de ses mexicanos quedan bajo la protec­
1854 se le solicita acredite á Francisco ción del Ministro del Perú. Ibid., ff. 58-
de Arrangoiz como Encargado de Ne­ 59. El 16 de julio de 1 863 renuncia al
gocios ad Interim. Ibid., f. 105. El 29 cargo. Ibid., f. 73.
de noviembre de 1855 se le expiden sus
cartas de retiro. Ibid., f. 144. El 6 de Matías Romero Enviado Extraordinario y Ministro Ple­
febrero de 1856 acredita ante el Gobier­ nipotenciario. El 2 de septiembre de
no de Estados Unidos a Angel de 1863 se le comunica su nombramiento.
Iturbide como Encargado de Negocios L-E- 1036 f. 76. Presenta sus cartas cre­
Ad Interim y se despide de ese Gobier­ denciales el 29 de octubre de 1863. Ibid.,
no. AEMEUA. leg. 48, exp. 1 s.f. f. 97. El 1 o. de mayo de 1867 renuncia
al cargo por razones de salud, se le con­
Manuel Robles Pezuela Enviado Extraordinario y Ministro Ple­ cede licencia el 28 de agosto del mismo
nipotenciario. Con fecha 29 de noviem­ año. Queda como Encargado de Nego­
bre de 1855 se le comunica su nombra­ cios ad interim Ignacio Mariscal, Ibid.,
miento. L-E-1783 (10) f. 139. Presenta 106-107, 1 14. Mariscal renuncia a su
cartas Credenciales el 1 6 de abril de cargo y es aceptada el 23 de diciembre
1856. Ibid., ff. 170- 171. El 3 de agosto de 1867, el 7 de abril de 1868 se le ex­
de 1858 se ausenta de la Legación y deja piden sus pasaportes y deja a Cayetano
como Encargado de Negocios a Gre­ Romero Encargado de los Archivos de
gario Barandiarán. Ibid., ff. 178- 1 8 1 . la Legación. AEMEUA. t. 289 f. 403.
t. 290 f. 140. El 1 3 de julio de 1868
José María Mata Enviado Extraordinario y Ministro Ple­ presenta su carta de retiro. L-E-1036 ff.
nipotenciario. Se le expide nombra­ 174-178.
miento el 2 de marzo de 1858. L-E-396
(2) f. 3. Presenta credenciales el 28 de Ignacio Mariscal Enviado Extraordinario y Ministro Ple­
abril de 1859. Ibid., f. 10. El 20 de ene­ nipotenciario. Con fecha 3 de junio de
ro de 1860 presenta su renuncia, pero 1869 se le otorga nombramiento. L-E-
no es aceptada. Ibid., ff. 21-25. El 14 377 ff. 146-147. Presenta cartas creden­
de agosto del mismo año sale rumbo a ciales el J I de agosto de 1 869. Ibid., ff.
Veracruz y deja Encargado de Negocios 168- 1 69. El 26 de junio de 1877 cesa
ad Interim a Matías Romero. Ibid., f. en sus funciones. Presenta su carta de
42. L-E- 1036, ff. 13-14. retiro el 4 de mayo de 1878 y acredita a
José T. de Cuéllar como Encargado de
Matías Romero Encargado de Negocios "en propiedad" Negocios ad Interim. lbid., ff. 347, 356-
Se le designa el 28 de marzo de 1862. 361 .

306 307
GUATEMALA 1 874 se le expide nombramiento L-E-
1864 f. 12. Presenta cartas credencia­
Mariano Macedo Enviado Extraordinario y Ministro Ple­ les el 17 de abril de 1875. !bid., f. 43.
nipotenciario. Se le otorga nombra­ El 20 de diciembre de 1877 se le retira
miento con fecha de 30 de marzo de del cargo. !bid., f. 61 .
1833. L-E-366 f. 223. El 6 de agosto de
1834 con motivo de las dificultades para
terminar las negociaciones en torno al PERU
problema de límites, aunado a la agita­
ción en ese país, el Gobierno mexicano Manuel Crescenso Rejón Enviado Extraordinario y Ministro Ple­
le envía sus cartas de retiro y dispone nipotenciario. Fue nombrado el 8 de
el cierre de la Legación. !bid., f. 245. enero de 1842. También se le acredita
El 18 de enero de 1835 Macedo recibe en Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador,
sus cartas de retiro y comunica que sal­ Nueva Granada, Uruguay, Venezuela y
drá vía El Salvador. !bid., f. 255. A par­ Centroamérica. L-E-369 (1 ) f. l . Es
tir de esta fecha a 1852 México no ten­ probable que de Caracas haya enviado
drá representación diplomática en este sus cartas credenciales a Perú en sep­
país. tiembre de 1842. El 1 8 de marzo de
1843. José María Bocanegra, le comu­
Juan Napomuceno Pereda -Enviado Extraordinario y Ministro Ple­ nica a La Habana la disposición del
nipotenciario. Se le otorga nombra­ Gobierno mexicano de que regrese a
miento el 1 1 de junio de 1833. L-E-396 México, aunque no haya concluido su
f. 56. Presenta cartas credenciales el 28 misión, !bid., ff. 52-53. De 1853 a 1876
de diciembre del mismo año, !bid., f. México no tiene representación diplo­
99. El 29 de septiembre de 1858 se cie­ mática en este país, solamente conser­
rra la referida misión L-E-396 f. 121. va representación Consular.
El 11 de diciembre de 1858 presenta sus
cartas de retiro, !bid., f. 123. De 1 858 a
1873 no habrá representación diplomá­ VENEZUELA
tica. Durante el Imperio en el año de
1864, Maximiliano nombra a José Vi­ Manuel Crescencio Rejón Enviado Extraordinario y Ministro Ple­
cente García Granados. Enviado Ex­ nipotenciario. Es nombrado el 8 de ene­
traordinario y Ministro Plenipotencia­ ro de 1842 para representar a México
rio, sin embargo no se encontraron ante las Repúblicas de Argentina, Boli­
documentos que prueben qué esta per­ via, Chile, Ecuador, Nueva Granada,
sona se haya acreditado ante el Gobier­ Uruguay, Venezuela y Centroamérica.
no de Guatemala. L-E-1686 (16) f. 244. L-E-369 (1) f. l . Presenta credenciales
Las relaciones entre ambos países se el 27 de septiembre de 1 842. !bid., ff.
reanudan en el año de 1 872, pero Méxi­ 47-48. El 2 de enero de 1843 se despi­
co hasta el año de 1 874 nombra repre­ de del Gobierno venezolano. !bid., ff.
sentación diplomática. 50-5 1 .

Juan José de la Garza Enviado Extraordinario y Ministro Ple­ Federico Falques Enviado Extraordinario y Ministro Ple­
nipotenciario. El 1 4 de diciembre de nipotenciario. Se le expide nombra-

308 309
miento el 14 de junio de 1853, y se le
acredita con el mismo carácter ante los
gobiernos de Venezuela. Nueva Grana­
da y el Ecuador. L-E- 1215 (1) ff. 1,5,17.
El 1 O de enero de 1851 el Gobernador
de la provincia de Cartagena comunica
el fallecimiento de Falques en el trán­
sito para Bogotá. !bid., f. 69.

Francisco Serapio Mora Enviado Extraordinario y Ministro ple­


nipotenciario. Su nombramiento se le
expide el 9 de febrero de 1854 y ade­
más de Venezuela se le acredita ante las
repúblicas de Nueva Granada y Ecua­ Bibliografía
dor. L-E-1793 (13) f. 235. El 8 de fe­
brero de 1855 desde Bogotá envía nota
a los Ministerios de Relaciones Exte­
riores de Venezuela y Ecuador, acom­ A cien años del 5 de mayo de 1862. México, SHCP, Talleres Gráficos de la
pañando copia de sus credenciales. Nación, 1 962, p. 572.
!bid., f. 10. En nota del 10 de mayo de
1855 el Gobierno de Venezuela lo acepta Amador Alberto, Memoria de la cuestión de límites entre México y Gua­
en el referido cargo. !bid., f. 37. En nota temala. México, SRE, 1 93 1 , t. l.
del 9 de marzo de 1856 dirigida al mi­
nisterio de Relaciones Exteriores de Arnáiz y Freg, Arturo,Alamán semblanzas e ideario. México, UNAM, 1963,
,

Venezuela Mora participa su regreso a (BEU, 8), p. 175.


México. !bid., f. 99. El 28 de agosto de
1856 se le retira del cargo de Ministro. Arrangoiz, Francisco de Paula, Apuntes para la Historia del Segundo Im­
!bid., ff. 235-236, L-E- 1796 (11) f. 13. perio Mexicano. Madrid, Imprenta de Estereotipia de M. Rivadeneyra,
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Archivos

Archivo Juárez en Biblioteca Nacional.

Archivo Histórico Genaro Estrada de la Secretaría de Relaciones Exterio­


res.

Archivo Matías Romero de la Secretaría de Relaciones Exteriores.


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Periódicos

Diario Oficial Índice onomástico


El Federalista

El Monitor Republicano
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El Pájaro Verde Aguirre, José María pp. 1 1 8-146
Alamán, Lucas pp. 57-58-59-60-101 - 1 57-166
El Siglo XIX Aldaiturriaga p. 140
Aldham, Cornwallis p. 111
The Herald de Nueva York Almonte, Juan Nepomuceno pp. 89-90-91 -94-95-123-149-150
153-159-164-183-202
Altamirano, Ignacio Manuel pp. 163-164-229
Alvarez, Juan N. pp. 75-76-77-80-81-82-98
Alvarez, Miguel de los Santos p. 89
Amadeo de Saboya p. 229
Anaya, Pedro María pp. 14-16-17
Antonellí pp. 187-194
Arias, Juan de Dios· pp. 121-162-246
Arista, Mariano pp. 41 -42-43-44-45-49-50-51-52
56-61-71-95-184
Arrangoiz, Francisco de Paula pp. 63-64- 185
Arriaga, Ponciano pp. 76-80-82
Arrioja, Miguel María pp. 76-77
Arroyo, José Miguel pp. 43-58-61-76-87-88-89-1 69-1 9 1
Arroyo, Luis de p. 203
Asta Buruaga, J.S. p. 168
Atristáin, Miguel pp. 17-20-41
Aycinena, P. de p. 167
Azpiroz, Manuel p. 212
Balcárcel, Bias p. 212
Barajas, Pedro pp. 1 17-235
Barandiaran, Gregario pp. 103-110

322

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w
Barbachano p. 36 Cass, Lewis pp. 99-102
Barragán, Miguel pp. 41-59 Castel nau, Francisco p. 204
Barreda, Gabino p. 249 Castillo, Velasco p. 82
Barrio, Felipe Neri del pp. 65-167 Castillo y Cos, Martín p. 203
Barrios, J. Rufino p. 226 Castillo y Lanzas,
Barrón p. 94 Joaquín María del pp. 62-87
Bartiere p. 48 Castillo y Lanzas, José María del p. 88
Bartlett, John B . p. 60 Ceballos, Juan B. p. 56
Baz, Juan José p. 119 Ceballos, José p. 229
Bazaine, Aquiles pp. 162-166-179-190-197-201-204 Cerna, Vicente p. 226
206 Chevalier, Michel p. 34
Berrnúdez de Castro, Salvador p. 46 Chi, Cecilia p. 37
Bertheny, M. p. 200 Churchwell, William M. pp. 95-99
Billaut p. 163 Ciprey, Alleye de p. 48
Bismarck, Otto von p. 171-201-234 Clayton, John p. 29
Blanc, Juan B. p. 48 Clementi, Luis pp. 49-50-7 1 - 1 1 7
Bolívar, Simón pp. 166-168 Clifford, Nathan pp. 26-27
Bonaparte, Luis Napoleón pp. 1 3-55-95-1 22-123-137-143 Comonfort, Ignacio pp. 67-75-77-81-82-84-86-89-91
144-150-159-160,165-166-171 162-174-178-212-213
175-176- 1 8 1 - 1 82-183-188-189 Conkling, Alfredo pp. 51-62
197-201-202-219-227-23 1 Corona, Ramón pp. 231-234-237-248
Bonaparte, Napoleón pp. 163-164-166-171-175-182-189 Corpancho, Manuel Nicolás pp. 1 68-169
190-199-201 -204-209 Corta p. 190
Bonnefond p. 190 Cortés p. 27
Bosch, Lorenzo Millans del p. 147 Corwin, Thomas pp. 130-139-154-156-157-198
Bravo, Nicolás p. 75 Cosío Villegas, Daniel p. 242
Bridge, Guillermo W. p. 234 Couto, Bernardo pp. 17-20-41-71
Broglie p. 233 Cuevas, Luis Gonzaga pp. 17-20-40-41-43-87-88-97
B uchanan, James pp. 17-55-100-103-105-106-107 Dano, Alphonse Cesar p. 191
108-128 Darwin p. 83
Burdel, Ernest pp. 232-233 Davis, Jefferson pp. 62-130- 1 3 1 -132
Bustamante, Anastasia pp. 40-41 -88-90-101 Davis, Henry Winter p. 197
Bustamante, Antonio p. 57 Davo p. 204
Butler p. 254 Decazes p. 233
Calderón de la Barca, Angel p. 69 Degollado, Santos pp. 75-82-87-88-94-103-106-1 1 2
Campbell, Peter Scarlett p. 191 1 14-116-126-237
Campbell, Lewis D. pp. 199-218 Díaz, Porfirio pp. 162-204-206-212-213-236-237
Canalizo, Valentín p. 26 240-242-243-246-249-250-256
Cardoso, Joaquín p. 211 264-265
Careaga p. 146 Díaz de la Vega, Rómulo p. 76
Carlane, W. p. 60 Díaz Lombardo, Isidro p. 116
Carlota, Amalia pp. 175-184-195-204 Diez de Bonilla, Manuel pp. 47-58-59-60-63-64-68-69-70
Carrera, Martín p. 76 72-87-88
Carrera, Rafael pp. 167-195 Disraeli p. 237

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Disturnell, H.J. pp. 27-60 García Pueblita, Manuel p. 75
Doblado, Manuel pp. 109-121-144-147-148-152-156 García y Tassara, Gabriel p. 125
1 62-168-174 Garibaldi p. 206
Dondé, Rafael p. 2 1 1 Garland p. 63
Doniphan, Alexander W. p. 16 Garro, Máximo p. 31
Doyle, Percy W. p. 46 Garza, Simón de la p. 82
Duarte de Ponto Ribeiro p. 42 Garza y Ballesteros, Lázaro de la pp. 49-50-71 - 1 1 7
Dubois de Saligny, Alphonse pp. 95-122- 1 23-125-136-137-144 Gladstone p. 237
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Dupeciur p. 48 Gómez, Manuel Z. pp. 146-2 1 1
D ' Anglais, Boissy p. 250 Gómez Farías, Valentín pp. 41-43
D'Osmont p. 203 Gómez Palacio, Francisco p. 248
Echegaray p. 84 González Echeverría, José p. 144
Elguero, José H. p. 7 1 González Ortega, Jesús pp. 1 12-1 14-162-185-188-200-204
Eloin p. 202 219-237
Emparán, José Manuel de pp. 87-88 Grant, Ulysses S. pp. 223-237-254
Engels p . 83 Granville p. 250
Escandón, Pedro p. 185 Graviere, Jurien de la pp. 145-153
Escobedo p. 237 Gray, Andrew B. p. 60
Espinosa Dávalos, Pedro p. 117 Gutiérrez, Carlos p. 232
Estrada, Genaro pp. 37-256 Gutiérrez de Estrada, José María pp. 73-158-167
Favre, Jules pp. 1 60-231-232-233 Guzmán, Gordiano p. 75
Fernando Maximiliano pp. 1 5 1 -165-175 Guzmán, León pp. 82-121-146
Fillmore, Millard p. 50 Hargous p. 27
Fish, Hamilton pp. 224-231-232-233 Herrera, José Joaquín de pp. 26-36-38-39-40-41-42-44-88
Flaques, Federico p. 67 Herreros de Tejada, Feliciano pp. 229-230
Fonseca, José p. 43 Hidalgo Esaurrizar, José Manuel pp. 158-159-185-1 86-202
Forbes p. 94 Hinojosa, Pedro p. 144
Forey, Federico pp. 162-163-164-166-182 Hoskis p. 234
Forsyth, John pp. 96-97- 102-240 Huerta Epitacio pp. 75-162
Foster, John Watson pp. 254-255-256-259 Humboldt, Barón Alejandro von pp. 27-79
Francisco, Carlos p. 175 Iacunza, José María p. 206
Francisco, José pp. 1 75-206 Iglesias, José María pp. 177-192-195-200-201 -212-237
Freycinet p. 233 240-242-264
Friant p. 203 Irigoyen. p. 65
Frías y Soto, Hilaría p. 229 Irrizari, Antonio José p. 167
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Gabriac, Jan Alexis de pp. 93-95 Jecker pp. 1 1 2-144
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Garay, José de pp. 27-50-62-64 Jiménez, Francisco p. 60
Garcia Conde, Pedro p. 60 Johnson, Andrew pp. 199-220
García Granados, Manuel pp. 226-261 Johnson, Reverdy p. 206

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1 10-1 12-114-1 15-116-1 17- 1 1 8 López de Santa Anna, Antonio pp. 15-16-17-23-41-48-53-56-57
1 19-120-121-122-123-126-1 27 58-59-61-62-63-64-67-69-71
128-132-133- 142-143-144-146 72-73-74-75-76-80-87-158-159
147-149-150- 1 5 1-152-153-154 López Portillo, Jesús p. 55
155-160-162-164-166-167-168 Lorencez pp. 149-160
170-172-173-174-176-177-178 Loysel p. 202
179-184-186-187-188-189-191 Lozano de Armenia, Ramón p. 47
193-194-195-196-197-198-199 Luis Felipe pp. 1 3-34-53-176
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222-224-226-227-228-229-230 Mackenzi p. 225
23 1 -23 2-234-235-236-237-239 Mackintosh p. 27
240-242-245-253-264-265 McLane, Robert M. pp. 100-102-103-104-109-1 1 9
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Knapp, Frank p. 242 Manning p. 27
Labastida y Dávalos, Pelagio Manzzini, Giuseppe p. 195
Antonio de pp. 8 1 -84-157-165-166-179 Mariscal, Ignacio pp. 213-223-225-229-23 1 -233-245
Lacunza, José María pp. 40-42-47 249-258
Lafragua, José María pp. 43-90-124-211-213-233-237 Márquez, Leonardo pp. 1 15-170-185-204-206
245-246-247-248-249-251 -252 Martínez de Castro, Antonio p. 212
253-255-258-259-260-261 -263 Martínez del Río, Pablo pp. 68-185
Lama, Manuel G. p. 140 Marx, Carlos p. 83
Lamartine, Alphonse de pp. 31-32 Mata, José María pp. 76-82-98-99-100-105-108-117
Langlais, M. pp. 190-201 233
Lares, Teodosio pp. 87-89-206 Mathew, George B. pp. 94-95-114-122-126
Larrainizar, Manuel p. 71 Maximiliano pp. 148-157-159-163-165-166-167
Latrille, Carlos Ferdinand pp. 149-159 175-176-177-178- 1 8 1 - 1 82-183
Lemus p. 247 184-185- 186-187- 1 88-189-190
Leopoldo de Bélgica p. 115 191-192-194-195-196-197-198
LeopoldoI pp. 127-175 201-202-203-204-206-209-212
Lerdo de Tejada, Miguel pp. 68-87-101 213-21 8-227
Lerdo de Tejada, Sebastián pp. 50-87-140- 174-177-188-192 Maza de Juárez, Margarita pp. 224-229
193-194-21 1 -212-213-217-221 Mac Clelland p. 218
222-227-229-232-233-236-237 Meglia, Francisco p. 187
239-240-241 -242-243-245-246 Mejía, Ignacio pp. 1 19-148-212
247-250-252-253-255-256-259 Mejía, Tomás pp. 162-170-206
263-264-265-266 Melgarejo, Mariano p. 215
Letcher, Robert P. p . 29 Metternich p. 13
Levasseur, Andre N. pp. 48-95 Miramón, Miguel pp. 59-84-87-88-89-95-102-103
Lincoin, Abraham pp. 128-129-130-133-154-155-198 1 1 1- 1 12-114-1 16-124-126-148-
218 149-170-185-197-204-206-21 6
Logan, John A. pp. 198-199 Miranda, Francisco Javier p. 157
Mon, Alejandro p. 91 Paula y Arrangoiz, Francisco de pp. 159-165-190
Montellano p. 146 Pavón, José Ignacio pp. 76-87-89-1 65-260
Montes, Ezequiel pp. 84-86-87-128 Payno, Manuel pp. 61-89
Montgomery, John B. p. 17 Paz Soldan, José G. p. 196
Montholon p. 186 Pedraza, Gómez p. 29
Montijo, Eugenia de p. 159 Peña y Peña, Manuel de la pp. 14-15-16-17-23-24-25
Montluc, Armand p. 232 Pereda, Juan N. de pp. 65-203-260
Mora, José María Luis pp. 29-30-31 -32-34-35-36-46 Pesado, José Joaquín pp. 61-71
Mora, Francisco Serapio pp. 49-67-68-123-185 Pesqueira, Ignacio p. 132
Morelos p. 90 Pickett, John F. pp. 1 3 1-132
Moreno, Tomás p. 75 Pierce, Franklin pp. 55-60
Morton p. 254 Pierce p. 62
Munguía, Clemente de Jesús pp. 71-117 Pío IX pp. 38-183- 184-1 87-234-235
Muñoz Ledo, Octaviano pp. 87-88-105-107 Plumb, Edward pp. 21 8-259
Murphy, Tomás pp. 46-91-94-95-127-185- 191-203 Polk, James Knox pp. 16-1 8-19-36-106
Negrete, Miguel p. 178 Pombo, Lino de p. 68
Nelson, Thomas H. pp. 221-222-227-233-243-249-254 Portugal, Juan Cayetano p. 38
259 Preliev p. 48
Neri del Barrio, Felipe p. 117 Prieto, Guillermo pp. 50-80-82-1 17-229
Niegre p. 179 Prim y Prats, Juan pp. 145-147-148-151-1 52-1 89-227
Noailles p. 249 228-229
Núñez, José Hig}nio p. 174 Quevedo, Quintín p. 215
Núñez Ortega, Angel pp. 247-248 Quinet, Edgar p. 160
Ocampo, Melchor pp. 24-25-50-76-80-82-87-88-94 Quiroga, Julián p. 186
96-97-98- 102-103-104-106 Rabasa, Emilio p. 80
1 16-127-130-21 8-237 Ramírez, Ignacio p. 82
Ogazón, Pedro Luis p. 211 Ramírez, José Fernando pp. 43-46-47-50-61-184-203
Olaguíbel, Francisco de p. 91 Raousset-Boulbon, Gastón de,
Olvera, Isidro p. 82 Conde p. 74
Ordaz, Pedro p. 211 Reily, James p. 132
Ormaechea, Juan B. p. 165 Remusat p. 233.
Ortega, Juan p. 175 Reus, Conde de pp. 1 5 1 -228
Ortiz Monasterio, José María pp. 40-41-43 Ribera, Marqués de la pp. 69-70
Otero, Mariano p. 40-43-48 Richtofen, Emilio Carlos Enrique,
Otterbourg, Marcos pp. 217-218 Barón de p. 72
Otway, Loftus Carlos p. 93 Riva Palacio, Vicente pp. 82-21 1-242
O'Donell, Leopoldo p. 151 Rivarola, Cirilo Antonio p. 226
Pacheco, Juan Ramón pp. 46-114 Roa Bárcenas p. 19
Pacheco, Joaquín Francisco pp. 1 17-152 Robin p. 48
Páez, José Antonio. p. 168 Robles p. 84
Palacio y Magarola, 'Lucas de pp. 87-121 Rocafuerte, Vicente p. 67
Palmerston, Vizconde pp. 30-35-36 Romero, Matías pp. 124-129- 130-133-154-155-157
Paredes Arrillaga, Mariano pp. 41-88-90 168-188-192-199-200-206-217
Pastor, Francisco de P. pp. 1 17-167 218-219-220-224-233-246
Romero Rubio, Manuel pp. 233-246 Uriarte, Ramón p. 260
Rondero, Juan p. 46 Valadés, José C. p. 26
Rosa, Luis de la pp. 20-21-23-31-34-86 Valdomar, Eulogio Gautier p. 74
Rosecranz, William Starke pp. 220-221-222-259 Vallarta, Ignacio L. pp. 82-233-235-250
Roslan, Coury de p. 48 Valle, Leandro p. 116
Ruelas p. 233 Valle, Guillermo p. 211
Ruiz, Joaquín p. 82 Vázquez, Josefina p. 19
Ruiz, Manuel pp. 87-88-1 1 9 Velasco, Emilio p. 250
Russeli, Lord John pp. 13-94-95-126-151-152 Verea, Luis p. 117
Saillard p. 201 Víctor, Rugo p. 206
Salas, Mariano pp. 76-164 Víctor Manuel II p. 171
Salazar Ilaregui, José p. 60 Victoria, Guadalupe p. 40
Sánchez Navarro, Carlos p. 56 Victoria Alejandrina pp. 13-127-143
Santacilia, Pedro pp. 197-199-229 Vidaurri, Santiago pp. 103-132-133-186
Sarmiento p. 264 Villarreal, Florencio p. 75
Scheneider p 27 Vivo, Buenaventura p. 68
Schloezer p 227 Waddington p. 233
Scott, Winfield p 17 Wagner, Enrique, Barón de pp. 121,163-164
Senier, Ambrose H. p. 26 Walker, William pp. 74-75
Serrano, Francisco pp. 125-227 Washburne, Elihu Benjamín pp. 224-23 1-232-233
Seward, William H. pp. 76-154-155-170-173-188-196 Weller, John B. pp. 60-128
198-200-206-217-219-223-224 Wyke, Charles Lennox pp. 127-139-140-141-145-151-152
Sierra, Justo pp. 24-240 Yáñez, Mariano pp. 43-49-21 1
Simmons p. 108 Zamacona, Manuel María de pp. 121-123-125-132-135-136-139
Slidell, John p 16 140-141-155-210-21 1 -230
Sloat, John Drake p 17 Zaragoza, Ignacio pp. 117-1 53-159-162
Sorela, Pedro pp. 89-124 Zárate, Julio p. 229
Sotomayor Balde, Ramón p. 168 Zarco Francisco pp. 82-120-121-123-126-127-144
Tagle, Protasio p. 265 Zayas, Juan Antonio y p. 47
Tathan, Edward p. 147 Zuloaga, Félix pp. 40-82-83-84-87-88-91-95-149
Taylor p. 16 157-216
Terán, Jesús pp. 144-178-179-193-194-195
Terrazas, Luis pp. 132-203
Thiers p 249
Thomasset p 147
Thouvenel pp. 1 1 1 - 123-137-186-190
Tockton, Robert F. p 17
Tooms, Roberth p 131
Torne], José María p. 62
Treviño, Gerónimo p. 203
Trist, Nicolás P. p. 17
Turner, Comandante p. 112
Tyler, John p. 19
T'Kint, Auguste p. 128
Ilustraciones

PÁGINA DESCRIPCIÓN

18 Bernardo Couto, en: .Cuevas, Mariano, Historia de la


naci6n mexicana, México, Talleres Tipográficos Mode­
lo, 1 940.

22 "Entrada a México de los norteamericanos" Litografía


de Carlos Nebel, en: "La Litografía Mexicana del siglo
XIX" en: Artes de México, México, vol. III, año IV, núm.
14, nov. y dic. de 1956.

25 Firma de Melchor Ocampo, en: de los Ríos, Enrique M.


(director). Liberales ilustres mexicanos de la Reforma y
la Intervenci6n, México, Daniel Cabrera editor, 1890.

28 "Plano Corográfico del terreno eu que se ha trazado la


línea divisoria de ambas Californias según el tratado de
paz celebrado en la ciudad de Guadalupe, Hidalgo", en:
Mapoteca "Manuel Orozco y Berra".
33 Luis Felipe de Orleáns, Rey de Fancia, en: Pijoan, José,
Historia del mundo. México, Salvat Editores de México,
r 85 "Veracruz desde San Juan de Ulúa", Óleo por Eduardo
Pingret, en ; "Veracruz, 450 aniversario",Artes de Méxi­
1 970. co, México, año XV, núm. 1 1 6, 1969.

39 Papa Pío IX, en: México a través de los siglos, tomo 5 . 92 "Ejecución de los asesinos de españoles en las haciendas
de San Vicente y Chiconcuac", Litografía, en: Cuevas,
41 Luis G . Cuevas, en: Cuevas, Mariano, Op. cit. Mariano, Op. cit.

44 José Fernando Ramírez, en: Cuevas, Mariano, Op. cit. 96 Alphonse Dubois de Saligny, en: Pruneda, Pedro, Histo­
ria de la Guerra de México desde 1861 a 1867, Madrid,
49 Arzobispo Luigi Clementi, en: Cárdenas de la Peña, En­ Editorial Elizalde y Cía., 1 867.
rique. Mil personajes en el México del siglo x1x, Méxi­
co, Banco Mexicano Somex, tomo l. 100 James Buchanan, presidente de los Estados Unidos, en:
México a través de los siglos, tomo 5.
51 Marianp Arista, en: Centro de Información Gráfica del
Archivo General de la Nación. 101 Robert McLane, en: Cárdenas de la Peña, Enrique, Op.
cit., tomo 2.
56 General Antonio López de Santa Anna, en: México a tra­
vés de los siglos, tomo 4. 107 Ultima página del original del tratado McLane-Ocampo,
en: Fuentes Mares, José, Juárez y los Estados Unidos,
61 Franklin Pierce, en : Spencer, J.A. Op. cit. México, Libro Mex editores, 1 960.

66 Mapa de Chiapas 1 856-1 889, por Secundino Orantes. 1l l General Miguel Miramón, presidente de la República en:
Levantado por disposición del Gobernador Angel A. Corzo Lombardo de Miramón , Concepción, Memorias, Méxi­
en 1856 y reformado por acuerdo del gobernador Manuel co, Porrúa, 1980.
Carrascosa en 1 889, en: Mapoteca "Manuel Orozco y
Berra". ll3 Batalla de Calpulalpan, en: Historia de México, México,
Salvat Editores de México, 1 974, 1 1 tomos, t. 7.
70 Documento: "El Secretario de Relaciones Manuel Dfez
de Bonilla hace del conocimiento de algunos ministros 119 Benito Juárez, presidente de México, en: Archivo Gene�
extranjeros en México, la ruptura de relaciones diplomá­ ral de la Nación.
ticas entre México y España debido a no haber existido
un acuerdo justo y equitativo entre las diferencias que 122 Caricatura "Reconocimiento del Gobierno de México" por
sobre créditos de súbditos españoles se hallaban pendien­ Francia e Inglaterra, en: La Orquesta, tomo 1 , núm. 104,
tes en 1 853", en: Archivo Genaro Estrada del Archivo junio 18 de 1 868.
Histórico de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
127 Juan Antonio de la Fuente, en: de los Ríos, Enrique M.,
74 . Caricatura: "Las cuatro fases de la Luna", en: La Or­ Op. cit.
questa, t. II, núm. 49, julio 1 1 de 1 866.
131 Thomas Corwin, en: Cárdenas de la Peña, Enrique, Op.
81 General Juan Alvarez, en: México a través de los siglos, cit.
tomo s.
138 Charles Lennox Wyke, en: Cuevas, Mariano, Op. cit.
145 Jurien de la Graviere, en: Pruneda, Pedro, Op. cit.
193 Don Matías Romero, en Historia de México, México,
148 Caricatura "Mr. Saligny después de abrir la primera bre­ Salvat Editores de México, tomo 8.
cha descansa sobre sus armas" en: La Orquesta, tomo IV,
nóm. 27, abril 1 8 de 1 863. 1 98 Abraham Lincoln, en: Spencer, J.A., Historia de los Es­
tados Unidos desde su primer periodo hasta la adminis.­
153 Caricatura "El Gral. Almonte en el momento de hacer su tración de Jacobo Buchanan, Barcelona, Montaner y
renuncia 'voluntaria' al cargo de Jefe Supremo de la Na­ Simón editores, 1870, tomo 3.
ción", en: La Orquesta, tomo IV, nóm. 7, febrero 7 de
1 863. 202 Maximiliano. Litografía de Iriarte y Cía., en: De Miramar
a México, Orizaba, Imprenta de J. Bernardo Aburto, 1 864.
158 José Manuel Hidalgo, en: Cuevas, Mariano, Op. cit.
205 Batalla del 2 de abril de 1867; en el Museo Nacional de
1 60 Gral. Ignacio Zaragoza, en: La Orquesta, tomo U, nóm. Historia.
8 1 , mayo 5 de 1 869.
207 Miguel Miramón, Maximiliano y Tomás Mejía, en: Ca­
161 "Desembarco de tropas francesas en Veracruz", en: lendario Histórico de Maximiliano para el año de 1868,
"Veracruz, 450 aniversario". Op. cit. México, Imprenta de la Galería Literaria, 1 867. Publica­
do por Miguel González.
1 63 Caricatura "Los velocípedos", en: La Orquesta, tomo II,
núm. 82, mayo 8 de 1 8 69. 211 Manuel María Zamacona, en: Cuevas, Mariano, Op. cit.

1 65 Caricatura "Cierto es que Francia no ha podido tomar a 214 Don Ignacio Mariscal, en: La Patria Ilustrada, México,
Puebla; pero en cambio Puebla ha tomado a los france­ 1 885, en Centro de Información Gráfica del Archivo Ge­
ses", en: La Orquesta, tomo IV, nóm. 26, abril 1 5 de 1 863. neral de la Nación.

169 Manuel Nicolás Corpancho, en: Cárdenas de la Peña, 219 Caricatura "Los Tratados", en: La Orquesta, tomo IV,
Enrique, Op. cit. núm. 6, febrero 4 de 1 863.

172 Luis Napoleón Bonaparte, /bid. 223 William Henry Seward, en: Spencer, J.A., Op. cit.

174 Manuel Doblado, en: Sierra, Justo, México y su evolu­ 228 General Juan Prim, en: Valadés, José C., Maximiliano y
ción social, México, J. Ballescá y Cía., 1900, tomo l . Carlota historia del segundo imperio, México, Editorial
Diana, 1976.
178 José Marfa Iglesias, en: De los Ríos, Enrique M., Op. cit.
233 José María Lafragua, México,a través de los siglos,
1 80 Arzobispo Don Pelagio Antonio de-Labastida y Dávalos, tomo 5 .
eri: Ei.'Mundo Ilustrado, tomo U, nóm. 13, octubre 6 de
1 895. 238 "Entierro del Presidente Juárez", en: El Americano, Pa­
rís, octubre 1 4 de 1872.
1 83 Juan Nepomucemo Almonte, en: Centro de Información
Gráfica, Fondo Enrique Díaz, en el Archivo General de 239 Sebastián Lerdo de Tejada, presidente de México, en: de
la Nación. los Ríos, Enrique M. Op. cit.

24 1 John Forsyth, en: Cárdenas de la Peña, Enrique. Op. cit.


244 Mural de Jorge González Camarena, en el edificio del
Senado de la República.

246 Manuel Romero Rubio, en: México a través de los si­


glos, t. 5.

257 Carta General de la República Mexicana, 1863, de Anto­


nio García Cubas, en: "Mapoteca Manuel Orozco y
Berra".

262 Croquis de los terrenos fronterizos entre México y Gua­


temala desde la Encantada, hasta el Cerro de Isbul, le­
vantado por el Ing. Alejandro Prieto para servir al estudio
de la línea divisoria entre ambas repúblicas. Julio 1 5 de
1876, en: Mapoteca "Manuel Orozco y Berra".
Para esta edición colaboraron:
Juventina Bahena
Gilda Castillo
Eleonora Espinoza
Alicia García Cortés
María Rosa López
Alma Mendiola
Felipe Ugalde

MÉXICO Y EL MUNDO
HISTORIA DE SUS RELACIONES EXTERIORES

se terminó de imprimir enjunio de 2000 en la ciudad de México.


La tipografía y la formación estuvieron a cargo de Pedro Luis
García y la producción de Pinacoteca Editores. La preprensa fue
hecha por Sigma Color de México y la impresión por Lito-Grapo.
La presente edición consta de 1.000 ejemplares.

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