TAYLORISMO
TAYLORISMO
TAYLORISMO
A la luz de los principios anteriores y de la obra publicada por Taylor en 1911, las
características del taylorismo se resumen en las siguientes:
El objetivo fundamental es producir más con menor coste a través del aumento de
la productividad de la mano de obra.
La producción se realiza en grandes cantidades.
Pretende estandarizar los procesos de producción.
Todos los procesos son analizados para mejorar su eficiencia al máximo.
Para asegurar su correcto funcionamiento se vuelve esencial, la planificación y la
supervisión.
Fomentar la motivación de los trabajadores mediante el pago de primas asociadas
al rendimiento.
En este sentido, el taylorismo no ha estado exento de críticas. Así que, si bien es cierto
que presenta ventajas especialmente destacables para la época, también presenta
desventajas notables. Todo sea dicho, algunos de esos detalles fueron mejorados por
sistemas posteriores como el fordismo o el toyotismo.
A pesar de la crisis del 29, el fordismo vivió una auténtica época de esplendor hasta la
década de 1970. Su crecimiento fue especialmente bien después de la Segunda Guerra
Mundial.
TOYOTISMO
A partir de la década de 1970 la corriente iniciada por el ingeniero de Toyota Taiichi Ohno
empezó a desplazar al fordismo, que apostaba por la producción automatizada en masa.
En cambio, el toyotismo se enfoca en producir solo cuando ya está asegurada la venta.
Para ser más precisos, el toyotismo empezó a ganar terreno a partir de la crisis del
petróleo de 1973 cuando la Organización de Países Exportadores de
Petróleo (OPEP) decidió no continuar exportando crudo a las naciones que hubieran
apoyado a Israel en la Guerra del Yom Kippur. Dicha medida de represalia provocó un
incremento de los precios del petróleo y, en consecuencia, un fuerte aumento de
la inflación. Otros de los efectos de esta crisis fueron el aumento del desempleo y un
bajo crecimiento económico.
CARACTERÍSTICAS DEL TOYOTISMO