Let 012 Unidad IV Material de Lectura (2022)
Let 012 Unidad IV Material de Lectura (2022)
Let 012 Unidad IV Material de Lectura (2022)
Facultad de Humanidades
Departamento de Letras
(Diseñado a partir de los objetivos de aprendizaje del programa oficial de la asignatura por el Mtro.
José Stalin Gavilán Melo)
La Exposición
Objetivo 4.1: Reconocer la exposición como una forma de expresión.
El texto expositivo
El texto expositivo es aquel que desarrolla un tema de manera objetiva y ordenada con el
propósito de que el lector lo entienda o lo conozca.
Objetividad: El autor no expone su opinión directamente, sino que asume una posición
neutral.
Claridad: La estructura de la exposición consiste en una introducción, un desarrollo y una
conclusión, lo cual facilita la comprensión de la información.
Orden: Se refiere a la disposición del contenido, la cual puede ser inductiva o deductiva. Es
inductiva cuando se parte de lo particular para llegar a lo general y es deductiva si sucede lo
opuesto.
Es importante tomar en cuenta que la exposición puede estar combinada con otras tipos de textos
como la narración, la descripción, la argumentación o el diálogo. Sin embargo, lo que determinará su
tipología es la macroestructura del texto.
Existe una variedad de textos expositivos y, a continuación, tenemos algunos de ellos: la circular,
el oficio, el acta, el informe, el monográfico, tesis, el comentario y el ensayo. Los abordaremos para
conocerlos, ver ejemplares de ellos –en algunos casos- y revisar sus características principales.
La circular
Fuente: Taller de Redacción para servidores del Poder Judicial
Escuela Nacional de la Judicatura, 2011
La circular es un texto que dirige la autoridad superior a todos los empleados (o el jefe máximo
de Recursos Humanos) con el fin de informar, dictar normas o comunicar decisiones acerca del
correcto cumplimento de disposiciones legales, reglamentos o sobre la necesidad de una más expedita
administración. El contenido de la circular afecta, directa o indirectamente, a todos los departamentos,
secciones o grupos de funcionarios y empleados.
Estructura de la circular:
o Membrete o Despedida
o Número y fecha o Nombre, cargo y firma de quien la
o Palabra CIRCULAR centralizada envía
o Cuerpo o texto o Iniciales de identificación
o Anexos
Ejemplar de una circular:
“Año Nacional de la Promoción de la Salud”
Núm.:
10 de septiembre de 2018
CIRCULAR
Para el buen desarrollo de las actividades que se ejecutan en esta Consultoría, a partir de la fecha de
recibo de esta comunicación, deberán observar el cumplimiento de las siguientes disposiciones:
Todas las peticiones relacionadas a permisos, vacaciones, etc., deberán ser canalizadas a
través de los Encargados Departamentales.
Todo aquel que utilice el Sistema de Gestión deberá rendir un informe mensual (entre los
días primero y tercero del mes siguiente a su recibo) al Consultor, sobre los trabajos
recibidos y el tratamiento dado a los mismos.
Toda correspondencia que se produzca en esta Consultoría deberá ser remitida a la
Correctora de Estilo para su revisión.
Atentamente,
ARS
JJCV/aol
El oficio
Fuente: Por Arielina Oviedo
Taller de Redacción para Servidores del Poder Judicial
Escuela Nacional de la Judicatura, 2011
Pág. 46
El oficio es la comunicación escrita referente a los asuntos del servicio público en las
dependencias del Estado. Oficiar, según el Diccionario de la Lengua Española significa “comunicar
una cosa oficialmente y por escrito.” La dirige una autoridad emisora a otra receptora de igual nivel
jerárquico, con algunos de los fines siguientes:
Membrete
Número y fecha
Encabezamiento que consta de:
o A: a quien va dirigido (destinatario)
o Vía: a través de quien llega el documento al destinatario
o Asunto: materia de la cual trata el Oficio
o Referencia: asunto al cual se refiere el tema del Oficio
o Anexo o anexos: documentos que se incluyen
Cuerpo o texto
Despedida
Nombre, cargo y firma de quien envía el Oficio
Iniciales en mayúscula de quien envía el Oficio y las iniciales con minúscula de la secretaria
Identificación de las copias
El acta
Se denomina acta al documento que durante una reunión es escrito por una persona presente en la
misma y a través de la cual se registran los temas que han sido tratados, así como las conclusiones y
acuerdos que han resultado adoptados luego de dicha reunión. El acta tiene como finalidad otorgarle
una certificación de qué ha ocurrido durante la reunión y de esta manera, validar dicho encuentro. Las
actas suelen ser archivadas en lo que se llama un libro de actas, el cual recoge las actas labradas a lo
largo de un período de tiempo determinado de manera cronológica. Ese orden está dado por una
enumeración de sus páginas.
Una vez redactada el acta, todos los participantes en la reunión deben dar el visto bueno acerca
de lo que expresa, sobre todo teniendo en cuenta que se especifican cuáles han sido las conclusiones o
los acuerdos a los cuales se ha arribado. Por eso, al finalizar la reunión, cada asistente debe firmarla,
dejado así constancia de su participación y de su conformidad respecto a lo que el acta expone.
El informe técnico
Fuente: Ruth Cuevas (Presentación de Power Point)
El monográfico
Fuente: Santillana S.A.
Una monografía es un trabajo metódico de estudio en el cual se investiga sobre un objeto físico o
abstracto particular, el cual se pueda reconocer y definir. Este escrito debe proporcionar información
novedosa, clara y completa sobre el tema o ampliar el conocimiento previo de que se tenía de él.
También, puede servir para revisar lo que se conoce del tema desde una óptica diferente y en muchos
casos, es requisito indispensable para optar por un título en muchos estudios de pregrado,
especialización o maestría.
Una tesis es un documento de carácter expositivo, donde se presentan los resultados obtenidos
por el aspirante en su trabajo de investigación. Los resultados se deben conducir de forma sistemática,
lógica y objetiva, para la posible búsqueda de soluciones al problema de estudio planteado.
Existen muchas y diversas definiciones de lo que es una tesis. La académica Claudia Gómez
Haro propone esta caracterización:
El comentario textual
El comentario textual es una composición que se produce como reacción a un texto, donde se
comparte la opinión y las consideraciones que se tiene sobre el contenido y otros aspectos del mismo,
siguiendo un rigor metodológico.
Bartolo García Molina sugiere la siguiente estructura de contenido para un comentario textual:
Palabas de ambientación
Síntesis del texto o presentación del tema
Propósito del autor del comentario
Argumentos que utiliza
Validez del enfoque o línea de análisis
Validez de los argumentos
Otros posibles enfoques
Posibles omisiones importantes
Ideas a favor o en contra sustentadas por otros autores (intertextualidad)
Conclusión:
o Méritos (totalmente de acuerdo con el autor)
o Limitaciones (parcialmente de acuerdo con el autor)
o Desaciertos (totalmente en desacuerdo con el autor)
o Beneficios o daños que produciría la aplicación del pensamiento analizado
Estos son aspectos que probablemente haya que variar en la práctica. De hecho, en ocasiones, se
puede elaborar un comentario, incluso, sin ninguno de estos elementos sugeridos. Más adelante, se
mostrará un comentario de ejemplo y la estructura de contenido que contiene, la cual guarda algunas
diferencias con la del esquema propuesto.
El ensayo
Fuente: Santillana S.A.
El ensayo es el género que se caracteriza fundamentalmente por abordar un tema desde una
perspectiva subjetiva con la intención de provocar la reflexión del lector.
Los temas del ensayo son muy variados: pueden ir desde los de tipo metafísico y trascendente
hasta los propios de la actualidad más banal. Lo que permite englobar a los textos ensayísticos dentro
de un mismo grupo no es el tema, sino el carácter marcadamente subjetivo con que se aborda.
Características de un ensayo
Ya que es un género literario libre, no hay reglas específicas para describirlo, aunque sí
ciertas generalidades. El ensayo tiene:
Libertad temática
Voz identificable del autor
Orden argumentativo libre
Extensión variada
Bibliografía y citas si vienen a lugar
Partes de un ensayo
La estructura del ensayo depende de su autor, pero muchos responden a la división clásica de:
Introducción: donde se presenta el tema y la forma en que este será abordado por el autor;
aquí el autor plantea su hipótesis, la contextualiza y expresa su posición al respecto.
Desarrollo: donde yace el contenido principal. Aquí están los argumentos principales que se
desarrollan con comparaciones, datos, ejemplos del tema, etc.
Conclusión: la parte final donde el autor refuerza su punto de vista y se formula, tal vez,
nuevas preguntas al respecto.
Como ya se estableció, el ensayo es un texto muy particular y permite, a sus escritores, un alto nivel
de libertad, tanto temática y estructural como estilística. Sin embargo, posee dos elementos
fundamentales que lo entroncan con los textos argumentativos: la tesis y los argumentos.
El orden y la dinámica entre la tesis y los argumentos es otro aspecto que puede variar, sin embargo,
la relación lógica entre ellos debe permanecer. Algunas posibilidades en este aspecto pueden ser las
siguientes:
A continuación, presentaremos el ensayo Patria de Justicia del gran intelectual dominicano Pedro
Henríquez Ureña. En él, se podrá apreciar tanto su tesis como sus argumentos y la relación lógica
entre ellos. Además, a partir de este texto, revisaremos el proceso de composición de los ensayos y de
la rúbrica que se puede utilizar para su desarrollo y verificación.
Patria de la justicia
Nuestra América corre sin brújula en el turbio mar de la humanidad contemporánea. ¡Y no siempre ha
sido así! Es verdad que nuestra independencia fue estallido súbito, cataclismo natural: no teníamos
ninguna preparación para ella. Pero es inútil lamentarlo ahora: vale más la obra prematura que la
inacción; y de todos modos, con el régimen colonial de que llevábamos tres siglos, nunca habríamos
alcanzado preparación suficiente: Cuba y Puerto Rico son pruebas. Y con todo, Bolívar, después de
dar cima a su ingente obra de independencia, tuvo tiempo de pensar, con el toque genial de siempre,
los derroteros que debíamos seguir en nuestra vida de naciones hasta llegar a la unidad sagrada.
Paralelamente, en la campaña de independencia, o en los primeros años de vida nacional, hubo
hombres que se empeñaron en dar densa sustancia de ideas a nuestros pueblos: así, Moreno y
Rivadavia en la Argentina.
Después . . . Después se desencadenó todo lo que bullía en el fondo de nuestras sociedades, que no
eran sino vastas desorganizaciones bajo la apariencia de organización rígida del sistema colonial.
Civilización contra barbarie, tal fue el problema, como lo formuló Sarmiento. Civilización o muerte,
eran las dos soluciones únicas, como las formulaba Hostos. Dos estupendos ensayos para poner orden
en el caos contempló nuestra América, aturdida, poco después de mediar el siglo XIX: el de la
Argentina, después de Caseros, bajo la inspiración de dos adversarios dentro una sola fe, Sarmiento y
Alberdi, como jefes virtuales de aquella falange singular de activos hombres de pensamiento; el de
México con la Reforma, con el grupo de estadistas, legisladores y maestros, a ratos convertidos en
guerreros, que se reunió bajo la terca fe patriótica y humana de Juárez. Entre tanto, Chile, único en
escapar a estas hondas convulsiones de crecimiento, se organizaba poco a poco, atento a la voz
magistral de Bello. Los demás pueblos vegetaron en pueril inconsciencia o padecieron bajo afrentosas
tiranías o agonizaron en el vértigo de las guerras fratricidas: males pavorosos para los cuales nunca se
descubría el remedio. No faltaban intentos civilizadores, tales como en el Ecuador las campañas de
Juan Montalvo en periódico y libro, en Santo Domingo la prédica y la fundación de escuelas, con
Hostos y Salomé Ureña; en aquellas tierras invadidas por la cizaña, rendían frutos escasos; pero ellos
nos dan la fe: ¡no hay que desesperar de ningún pueblo mientras haya en él diez hombres justos que
busquen el bien!
Al llegar el siglo XX, la situación se define, pero no mejora: los pueblos débiles, que son los más en
América, han ido cayendo poco a poco en las redes del imperialismo septentrional, unas veces sólo en
la red económica, otros en doble red económica y política; los demás, aunque no escapan del todo al
mefítico influjo del Norte, desarrollan su propia vida en ocasiones como ocurre en la Argentina, con
esplendor material no exento de las gracias de la cultura. Pero, en los unos como en los otros, la vida
nacional se desenvuelve fuera de toda dirección inteligente: por falta de ella no se ha sabido evitar la
absorción enemiga; por falta de ella, no se atina a dar orientación superior a la existencia próspera. En
la Argentina, el desarrollo de la riqueza, que nació con la aplicación de las ideas de los hombres del
52, ha escapado a todo dominio; enorme tren, de avasallador impulso, pero sin maquinista . . . Una
que otra excepción, parcial, podría mencionarse: el Uruguay pone su orgullo en enseñarnos unas
cuantas leyes avanzadas; México, desde la Revolución de 1910, se ha visto en la dura necesidad de
pensar sus problemas: en parte, ha planteado los de distribución de la riqueza y de la cultura, y a
medias y a tropezones ha comenzado a buscarles solución; pero no toca siquiera a uno de los mayores:
convertir al país de minero en agrícola, para echar las bases de la existencia tranquila, del desarrollo
normal, libre de los aleatorios caprichos del metal y del petróleo.
Si se quiere medir hasta dónde llega la cortedad de visión de nuestros hombres de estado, piénsese en
la opinión que expresaría cualquiera de nuestros supuestos estadistas si se le dijese que la América
española debe tender hacia la unidad política. La idea le parecería demasiado absurda para discutirla
siquiera. La denominaría, creyendo haberla herido con flecha destructora, una utopía.
Pero la palabra utopía, en vez de flecha destructora, debe ser nuestra flecha de anhelo. Si en América
no han de fructificar las utopías, ¿dónde encontrarán asilo? Creación de nuestros abuelos espirituales
del Mediterráneo, invención helénica contraria a los ideales asiáticos que sólo prometen al hombre
una vida mejor fuera de esta vida terrena, la utopía nunca dejó de ejercer atracción sobre los espíritus
superiores de Europa; pero siempre tropezó allí con la maraña profusa de seculares complicaciones:
todo intento para deshacerlas, para sanear siquiera con gotas de justicia a las sociedades enfermas, ha
significado significa todavía convulsiones de largos años, dolores incalculables.
La primera utopía que se realizó sobre la Tierra así lo creyeron los hombres de buena voluntad fue la
creación de los Estados Unidos de América: reconozcámoslo lealmente. Pero a la vez meditemos en el
caso ejemplar: después de haber nacido de la libertad, de haber sido escudo para las víctimas de todas
las tiranías y espejo para todos los apóstoles del ideal democrático, y cuando acababa de pelear su
última cruzada, la abolición de la esclavitud, para librarse de aquel lamentable pecado, el gigantesco
país se volvió opulento y perdió la cabeza; la materia devoró al espíritu; y la democracia que se había
constituido para bien de todos se fue convirtiendo en la factoría para lucro de unos pocos. Hoy, el que
fue arquetipo de libertad, es uno de los países menos libres del mundo.
¿Permitiremos que nuestra América siga igual camino? A fines del siglo XIX lanzó el grito de alerta
el último de nuestros apóstoles, el noble y puro José Enrique Rodó: nos advirtió que el empuje de las
riquezas materiales amenazaba ahogar nuestra ingenua vida espiritual; nos señaló el ideal de la magna
patria, la América española. La alta lección fue oída; con todo, ella no ha bastado, para detenernos en
la marcha ciega. Hemos salvado, en gran parte, la cultura, especialmente en los pueblos donde la
riqueza alcanza a costearla; el sentimiento de solidaridad crece; pero descubrimos que los problemas
tienen raíces profundas.
Debemos llegar a la unidad de la magna patria; pero si tal propósito fuera su límite en sí mismo, sin
implicar mayor riqueza ideal, sería uno de tantos proyectos de acumular poder por el gusto del poder,
y nada más. La nueva nación sería una potencia internacional, fuerte y temible, destinada a sembrar
nuevos terrores en el seno de la humanidad atribulada. No: si la magna patria ha de unirse, deberá
unirse para la justicia, para asentar la organización de la sociedad sobre bases nuevas, que alejen del
hombre la continua zozobra del hambre a que lo condena su supuesta libertad y la estéril impotencia
de su nueva esclavitud, angustiosa como nunca lo fue la antigua, porque abarca a muchos más seres y
a todos los envuelve en la sombra del porvenir irremediable.
El ideal de justicia está antes que el ideal de cultura: es superior el hombre apasionado de justicia al
que sólo aspira a su propia perfección intelectual. Al diletantismo egoísta, aunque se ampare bajo los
nombres de Leonardo o de Goethe, opongámosle el nombre de Platón, nuestro primer maestro de
utopía, el que entregó al fuego todas sus invenciones de poeta para predicar la verdad y la justicia en
nombre de Sócrates, cuya muerte le reveló la terrible imperfección de la sociedad en que vivía. Si
nuestra América no ha de ser sino una prolongación de Europa, si lo único que hacemos es ofrecer
suelo nuevo a la explotación del hombre por el hombre (y por desgracia, ésa es hasta ahora nuestra
única realidad), si no nos decidimos a que ésta sea la tierra de promisión para la humanidad cansada
de buscarla en todos los climas, no tenemos justificación: sería preferible dejar desiertas nuestras
altiplanicies y nuestras pampas si sólo hubieran de servir para que en ellas se multiplicaran los dolores
humanos, no los dolores que nada alcanzará a evitar nunca, los que son hijos del amor y la muerte,
sino los que la codicia y la soberbia infligen al débil y al hambriento. Nuestra América se justificará
ante la humanidad del futuro cuando, constituida en magna patria, fuerte y próspera por los dones de
la naturaleza y por el trabajo de sus hijos, dé el ejemplo de la sociedad donde se cumple "la
emancipación del brazo y de la inteligencia".
En nuestro suelo nacerá entonces el hombre libre, el que, hallando fáciles y justos los deberes,
florecerá en generosidad y en creación.
Ahora, no nos hagamos ilusiones: no es ilusión la utopía, sino el creer que los ideales se realizan sin
esfuerzo y sin sacrificio. Hay que trabajar. Nuestro ideal no será la obra de uno o de dos o tres
hombres de genio, sino de la cooperación sostenida, llena de fe, de muchos, innumerables hombres
modestos; de entre ellos surgirán, cuando los tiempos estén maduros para la acción decisiva, los
espíritus directores; si la fortuna nos es propicia, sabremos descubrir en ellos los capitanes y
timoneles, y echaremos al mar las naves.
Entre tanto, hay que trabajar con fe, con esperanza todos los días. Amigos míos: a trabajar.
[Publicado originalmente en La utopía de América (La Plata: Ed. Estudiantina, 1925).]
Fuente: https://www.ensayistas.org/antologia/XXA/h-urena/phu.htm
Como se puede apreciar, es un texto muy interesante, el cual expone el pensamiento de Henríquez
Ureña en relación con lo que necesitaba la República Dominicana y los demás países
latinoamericanos para alcanzar y sostener un verdadero desarrollo. Además de la relevancia del tema,
el escrito exhibe delicadeza discursiva, la cual evidencia su matiz literario. Otro aspecto interesante
que podemos ver en el ensayo, lo cual lo enriquece, es el aporte de referencias históricas que
fortalecen su tesis.
Podríamos decir que hay cuatro pasos básicos para la redacción de un comentario textual:
Artículo:
Los científicos buscan una explicación a las experiencias de miles de personas que cruzaron el
umbral de la muerte clínica y volvieron a la vida. Según relatan quienes han vivido este “tránsito”,
tras experimentar una nueva forma de conciencia y una gran sensación de bienestar y sentir que
salen de su cuerpo, repasan su vida y viajan hacia una gran luz. Se quiere comprobar si estos paseos
al más allá son una experiencia real o solo una creación de la mente para enfrentar el miedo a la
muerte.
Una de las primeras referencias sobre el fenómeno, que Platón recoge en su obra “La
República”, es el mito de Er: un soldado muerto en combate, que despertó al arder su pira y relató su
viaje a un país maravilloso. Las publicaciones médicas vienen refiriéndose al tema desde 1930,
cuando el psicoanalista austríaco Oskar Pfister publicó un artículo donde achacaba estas vivencias a
“fantasías agradables, autocreadas como defensas frente al miedo a la muerte”.
En 1987, el médico estadounidense Raymond Moody publicó el libro “Vida después de la vida”,
que batió récords de ventas y recoge las experiencias de numerosas personas que traspasaron el
umbral de la muerte y después regresaron a la vida. Un estudio realizado en Virginia (EE UU) y
publicado en 1990 en la revista médica “The Lancet” confirma las vivencias de quienes dicen haber
sentido mayor claridad mental y sensación de bienestar al cruzar la división entre la vida y la muerte.
En la tercera etapa del trayecto, que solo llegó a cubrir un 23 por ciento de los casos estudiados,
el sujeto se ve rodeado por la oscuridad y siente que algo lo empuja hacia delante. El 16 por ciento
que consigue ver el final del túnel oscuro asegura haber visto una luz “incomparable, vívida, cálida”
e imposible de describir con palabras, pero los llena de paz. Algunos cuentan cómo perciben una
sucesión de imágenes de su vida, que los lleva a evaluarla y un 10 por ciento afirma haber rozado la
luz y comenzado a sumergirse en ella, pero después comprenden de algún modo que deben regresar a
su cuerpo físico.
Todos aseguran que el regreso es desagradable porque vuelven a percibir el dolor y sienten
rechazo hacia quienes les impidieron encontrar la luz, aunque después sienten que su vida ha
cambiado, han perdido el miedo a morir, su personalidad se hace más abierta y se preocupan más
por sus allegados. Los médicos suelen quedar desconcertados por el modo en que sus pacientes
describen con detalles el material que habían usado durante su reanimación, los gestos y palabras.
Michael Bosom, un cardiólogo de Florida que desde hace 12 años investiga la autoscopia
(separación del cuerpo físico) en personas que cruzaron la línea mortal, señala que un paciente
recordaba los indicadores del desfibrilador que habían usado sobre él pese a que su posición le
impedía verlo por completo. La psicóloga suiza Küble-Ross, que ha estudiado más de 20,000 casos,
explica en su libro “La muerte, un amanecer”, que estos acontecimientos se perciben y graban con
una nueva conciencia, cuando no se registra tensión arterial ni pulso ni respiración y, a veces, ni
ondas cerebrales. Kübler-Ross, quien afirma haber tenido una experiencia de este tipo, ha sugerido
una completa transformación –igual muchos que atravesaron un trance similar y dicen sentir la
importancia de amar y estar conectados con todas las cosas – y se dedica, desde hace años, a asistir
a los moribundos.
Pero los expertos coinciden en que por ahora estos fenómenos no se pueden explicar y solo
prueban que “algo le ocurre a la gente cuando está a punto de morir”. Algunos creen que las
vivencias pueden deberse a los fármacos que se aplican al paciente y le producen estados
alucinatorios y engañosos; pueden ser el último grito del cerebro que, durante la muerte clínica, se
queda sin oxígeno; o se deben a mal funcionamiento del sistema nervioso del moribundo. Para los
psicólogos, surgen porque “el consciente miente o el inconsciente embellece lo que percibe” debido
al aislamiento de los enfermos, la necesidad de cumplir sus deseos y fantasías o como respuesta a la
amenaza de la muerte.
Otra explicación, denominada trascendental, indica que estas vivencias predicen lo que nos
espera después de morir.
Comentario del texto “La vida tras cruzar el umbral de la muerte es un enigma”:
Para todo el mundo, es fuente de inquietud, lo que sucede después de la vida (o de la muerte,
depende como se vea). Los supersticiosos, los religiosos, los ocultistas, los científicos, etc. han
tratado de dar una explicación al fenómeno. En el artículo “La vida tras cruzar el umbral de la
muerte”, se enfoca el tema desde el punto de vista de los experimentos científicos.
El enfoque que hace el autor es contundente porque recoge una multiplicidad de experiencias o
experimentos, los cuales despiertan en el lector el interés en el tema. Con su enfoque, el autor logra
que un tema subjetivo, como la experiencia después de la vida, cobre visos de objetividad, pues los
experimentos son incuestionables. Se podría estar en desacuerdo con las diferentes explicaciones del
fenómeno, pero no con el método que se reporta en el artículo.
El autor omite el punto de vista bíblico de ese fenómeno, el cual habría sido interesante,
confrontarlo con los experimentos científicos.
También, se omiten algunas hipótesis interesantes que sostienen que después de la vida, o en el
estado de tránsito hacia la muerte, nuestra alma retiene, como si fuera una memoria de computadora,
todos los actos de nuestra vida. Y que los hechos negativos pueden atormentar nuestra alma.
Hipótesis como esas han sido sustentadas hasta en películas, como es el caso de Línea Mortal.
El autor no formula ninguna conclusión, lo que se podría asumir como una deficiencia de su
discurso o como una estrategia para que cada quien “sea el jurado”.
En definitiva, el artículo es interesante, pues logra captar la atención del lector y sembrarle la
inquietud sobre el enigma que representa la “vida después de la muerte”.
II. Desarrollo
2.1 Explicación del contenido general del artículo
2.2 Valoración de las estrategias discursivas del autor del artículo
2.3 Explicación del razonamiento presente en la argumentación del autor del artículo
2.4 Presentación de omisiones por parte del autor del artículo y de las posibles causas de ellas
III. Conclusión
3.1 Valoración del artículo en general
Por último, la siguiente rúbrica, puede ayudar a quien escribe el comentario a tomar en cuenta
expectativas importantes de toda composición textual y en relación directa con el esquema de
contenido, propio del comentario. Con finalidades de evaluación, los maestros que enseñan a sus
estudiantes a escribir comentarios pueden usar este documento para verificar la calidad de la
composición.
Rúbrica para la composición y verificación de los ensayos (por José Stalin Gavilán
Melo):
Criterios Valoración
-El texto presenta la tesis y los argumentos de manera clara y estos sostienen una buena relación -EXCELENTE
lógica; el desarrollo se corresponde totalmente con el esquema del proceso de redacción; las
ideas están bien desarrolladas y muestran fluidez; la composición general exhibe coherencia y
cohesión a través de signos de puntuación y enlaces bien empleados; la adecuación del
vocabulario y el equilibrio entre el nivel técnico y literario en función del tema tratado son
evidentes.
-El texto presenta la tesis y los argumentos de manera clara y estos sostienen una buena relación -BUENO
lógica; el desarrollo se corresponde adecuadamente con el esquema del proceso de redacción;
las ideas exhiben desarrollo y muestran aceptable fluidez; la composición general exhibe
coherencia y cohesión a través de signos de puntuación y enlaces bien empleados; la adecuación
del vocabulario y el equilibrio entre el nivel técnico y literario en función del tema tratado están
presentes.
-El texto presenta la tesis y los argumentos y los mismos sostienen relación lógica; el desarrollo -ACEPTABLE
se corresponde aceptablemente con el esquema del proceso de redacción; las ideas exhiben
desarrollo y muestran cierta fluidez; la composición general exhibe coherencia y cohesión a
través de signos de puntuación y enlaces bien empleados aunque con algunas debilidades en
este aspecto; la adecuación del vocabulario y el equilibrio entre el nivel técnico y literario en
función del tema tratado están presentes, pero podrían mejorar.
-El texto presenta la tesis y los argumentos y los mismos sostienen una débil relación lógica; el -DEFICIENTE
desarrollo se corresponde poco con el esquema del proceso de redacción; las ideas exhiben un
pobre desarrollo y fluidez; la composición general exhibe poca coherencia y cohesión; la
adecuación del vocabulario y el equilibrio entre el nivel técnico y literario en función del tema
tratado están presentes, pero necesitan mucha mejoraría.