Texto Argumentativo Fake News

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¿Combatiendo o conviviendo con las fake news?

La popularización del internet ha supuesto un cambio dramático en la manera en la que


consumimos e interactuamos con el contenido al que estamos expuestos, especialmente cuando
hablamos de noticias. Vivimos en la era de las redes sociales y a su par se ha magnificado el acceso
a la información instantánea, lo cual ha radicado en el panorama perfecto para la difusión de las
renombradas fake news debido a la facilidad de viralización. Sin embargo, las mentiras no son
nada nuevo ¿Qué es lo distinto en este caso y porqué la humanidad esta tan sorprendida de su
aparición? Tras leer la columna de opinión de el politólogo Victor Lapuente, pude reafirmar mi
posición sobre la problemática, pero también me ha hecho cuestionarme ¿Quién es el verdadero
culpable? Tras largas consideraciones se me hace fácil afirmar que; es nuestra labor como usuarios
el identificar y evitar las fake news. A lo largo del ensayo me encontraré explicando lo
recientemente mencionado basándome en dos principales argumentos, el primero, en el que
comento sobre nuestra responsabilidad en la difusión de las fake news, mientras que el segundo
explica como la manera en la que utilizamos las redes nos hace más o menos propensos a caer en
la desinformación.

En primer lugar, nosotros somos responsables de la difusión. Las fake news comienzan a ser un
problema cuando atraen la atención suficiente provocando una reacción en la sociedad, esto solo
puede conseguirse si es que los usuarios de estos medios propagamos dicha información, según
esta lógica, la simple solución para la creciente problemática es chequear correctamente la
información antes de compartirla, este tipo de noticias son reconocidas por su capacidad reactiva,
basándose en apelar a las emociones, buscando un reacción casi inmediata en el receptor lo que
provoca que este no tenga tiempo para utilizar sus capacidades críticas de lectura y se sienta
obligado a difundir la información, pero existen bastantes maneras de verificar la información y
también programas que lo hacen por ti. No aportemos a la problemática por el simple hecho de no
ser lo suficientemente consientes.

Segundo lugar, la manera en la que usamos los medios. Las redes sociales utilizan distintos
recursos que se supone que ayudan a una mejor experiencia pero en muchos de ellos nos hacen
aún más propensos a las fake news, por ejemplo, el sistema de filtración de resultados, este nos
mantienen en una burbuja en la que estamos rodeados de una misma opinión impidiéndonos
acceder a recursos informativos que podrían desafiar nuestras creencias, pero es nuestra labor el
buscar otros puntos de vista y sus razones para tener una visión completa de los hechos y no
quedarnos con lo primero que nos llega. Las redes sociales nos han acostumbrado al consumo
rápido, estas tácticas han provocado que perdamos el interés si el contenido no es visual, rápido
de ver, más atractivo y simple, pero aunque sea más ameno es necesario comprender que no son
fuentes viables y debemos indagar más al informarnos.
En conclusión, las redes sociales están hechas de una manera que aporta a la desinformación pero
tenemos todo a nuestro alcance para evitarlo, la manera en la que interactuamos con el internet
define que se nos pondrá por delante y aunque el contenido pueda verse fiable y con un título
llamativo antes de compartirlo debemos siempre hacer lo que propone Lapuente, “Solo nos
creemos una noticia tras analizar dos pistas de su emisor: el pasado y el futuro”. Como ya
mencioné al inicio del artículo las mentiras no son algo reciente, siempre hemos tenido que lidiar
con ellas y por eso ahora es nuestra labor aprender a convivir con las fake news.

Bibliografía

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https://es.linkedin.com/pulse/redes-sociales-poder-riesgo-y-escepticismo-alfonso-p%C3%A9rez-li
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https://www.revistaanfibia.com/elogio-del-escepticismo/

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https://elpais.com/opinion/2021-12-07/gacelas-y-fake-news.html

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