Dios Como Fuente de Conocimiento y de Lo Bello
Dios Como Fuente de Conocimiento y de Lo Bello
Dios Como Fuente de Conocimiento y de Lo Bello
Juan Bolívar
Introducción
“Arte Cristiano es el arte religioso del Cristianismo, las obras de arte inspiradas por
sentimientos religiosos cristianos, o creadas para ilustrar, suplementar y representar en
una forma tangible el mensaje cristiano” (es.wikipedia.org).
De esta manera, en un tiempo que transcurrirá entre los primeros cinco siglos de la
Iglesia Católica como institución eclesiástica aliada al poder político romano, la concepción
artística que se tenía de Dios quedó convertida en canon; esto es direccionado desde el
Clero a través de las rectorías de los Obispos que fueron definiendo la forma en que los
hombres deberían dibujar o expresar, desde el punto de vista estético, su concepción de
Dios. Este control de la Iglesia Católica sobre la forma de expresar este cristianismo, fue
regulada por el alto Clero hasta el punto que muchas expresiones que terminaron después
en la franmasonería y otras corrientes de pensamiento espiritual, no fueron aceptadas por
la iglesia como elementos estéticos oficiales de toda la imagenería creada por la Iglesia
Católica Romana. Tal es el caso por ejemplo de los triángulos sobre las coronas de la
Santísima Trinidad y que fueron asociados más a la Franmasonería y el Nosticismo, toda
vez que la iglesia fue seleccionando y fue reorganizando, bajo la organización de los
Obispados, las manifestaciones artísticas que generaron cada uno de los artistas por
distintas vías para complacer la catequesis desde el púlpito reflejando en sus obras
artísticas (esculturas, tallas, óleos, vaciados en bronce).
Durante el medioevo, con la concepción del pensamiento qué se va teniendo de
Dios al surgir nuevas corrientes religiosas, especialmente a partir de la revolución dentro
de la iglesia alemana con la irrupción de Martín Lutero como un pensador disidente del
Catolicismo, se generaron otras formas no sólo de mirar a Dios, sino de expresarlo en el
arte. A través del tiempo, esta corriente que se inició con Lutero se amplía aún más con la
iglesia ortodoxa rusa y otra serie de transmutaciones que la iglesia fue sufriendo a lo largo
de la historia. Después de 1000 años de catolicismo mundial y con las nuevas ideas,
muchas de ellas consideradas disidentes del papado que se centró en Roma, se fue
generando una visión cada vez más heterogénea del pensamiento de Dios y su expresión
de manera estética en las artes plásticas.
Durante los siglos previos al Renacimiento (Siglos XV y XVI), en la medida que fue
cambiando en el hombre la vision de Dios, fue cambiando de manera simultánea su
representación. Si en un principio los primeros artistas del cristianismo primitivo podían
demostrar con sus obras que Dios era el centro de inspiración que los motivaba a realizar
obras de distinta índole en las artes plásticas, con el tiempo, en la medida que el
conocimiento se fue ampliando no sólo a diversas corrientes religiosas, sino también con
la invención de nuevos instrumentos científicos para comprender el cosmos y la visión que
el mismo hombre iba teniendo sobre su mundo, se fue transformando de manera
inevitable la primigenia Concepción de que Dios es el inspirador de todo lo posible, no
sólo en las artes plásticas sino también en la poesía.
Todo lo que significaron las poesías de los Santos, o las visiones creadas en la
poesía de Sor Juana Inés de la Cruz, posterior al renacimiento la expresión estética que
inicialmente se le podía atribuir en el hombre a la inspiración de Dios, sufrió una
transformación avasallante que fue cambiando en la mirada de los artistas plásticos la
forma de expresarse. Antes se consideraba la inspiración como el origen de la fuente
divina en el corazón del hombre para que éste reflejara en sus obras toda la mirada que se
tenía sobre Dios; tal es el caso de Miguel Angel Buonarroti (1475-1564) quien pintó los
frescos de la Capilla Sixtina por orden del Papa Julio II, quien hizo todos los decorados de
la Cúpula del principal templo de Roma.
Todas esas eran maneras de explicar a Dios en las artes plásticas y en la medida
que el hombre se va dando cuenta que la inspiración no es de origen divino con
exclusividad, los artistas plásticos cerca de 1000 años antes empezaron a demostrar que la
inspiración es sólo un proceso creativo qué fluctuaba o avivaba en el hombre la forma de
poder expresarse y realizar representaciones no sólo de la visión que se tenía de Dios, sino
de todo el mundo complejo en el que el hombre se fue despertando ante el conocimiento
y la invención de instrumentos que cambiaron la manera de pensar y de hacer del
hombre.
Conclusión
En conclusión, tendrá que decirse sin lugar a dudas que Dios en principio sirvió
como fuente de inspiración para la estética y lo bello en el hombre a través de los artistas
plásticos de su momento, pero mirado dentro de una realidad más completa, Él no es el
centro de inspiración sino el que cada artista le imprima a su obra, a través de la forma en
la que desee expresarse ante el mundo que le rodea.
Fuentes Consultadas
PORTER, J.R. La Biblia: Las Sagradas Escrituras hebreas, los Libros Apócrifos, la llegada de
Roma (Palestina en tiempos de Cristo) y el Nuevo Testamento. Editorial Blume: 2007