Derecho Internacional Publico
Derecho Internacional Publico
Derecho Internacional Publico
Editor
Prefacio
DeD = Democrazia e diritto RC = Recueil des Cours de l' Académie de Droit Inter-
national de la Haye
DI = Diritto internazionale
DSI = Diritto degli scambi internazionali RDE = Rivista di diritto europeo
EdD = Enciclopedia del diritto
RDI = Rivista di diritto internazionale
RDILC = Revue de droit international et de législation
EG = Enciclopedia giuridica (Treccani)
comparée
EJIL = European Journal of International Law
PI = Il Foro Italiano
RDIPP = Rivista di diritto internazionale privato e preces-
suale
GC = Giustizia civile
Giur. Costo = Giurisprudenza costituzionale
RDISD = Revue de droit international et de sciences diplo-
matiques
Giur. It. = Giurisprudenza italiana
GU = Gazzetta Ufficiale della Repubblica italiana
RDP = Rassegna di diritto pubblico
GUCE = Gazzetta Ufficiale delle Comunitá europee REgDI = Revue égyptienne de droit international
GYIL = German Yearbook of International Law
REspDI = Revista española de derecho internacional
Harv ILJ = Harvard: Internationaf LawJ6urnal
RGDIP = Revue générale de droit international public
Hous. JIL = Houstoit joumal-of'Irrremational Law
RIAA = United Nations Repon of International Arbitral
Awards
ICLQ _ Ititernatiohalatld Comparative Law Quarterly
ILM = Intemational 'Legar Materials'
RITD = Revue international de la théorie du droit
ILR = International-Eaw Repdrts
RMC = Revue du marché commun
IndJIL = ItidiatiJoutfial6f Ihtettlational Law
RTDE = Revue tri mestri elle de droit européen
It. YIL = Italiarr'Yeárbook' ófltltettlational Law
RTDP = Rivista trimestrale di diritto pubblico
NDA Nuov6diritto agrario"
Schw. J = Schweizerisches jahrbuch für internationales
Recht
NDI = Nuovo Digest6 iItaliand
NILR = Netherla.ndsIntettlatioliMLa-{.v Review Syr JIL = Syracuse Journal of International Law and Com-
merce
Nord TIR = Nordisk Tiidsktift far Intsrnational Ret
Nss'DI Novissirri6 Digesto Italiah6
TILJ = Texas International Law Journal
NYIL = NetW!rlánsYeatbook'dfItiternational Law
Virg JIL = Virginia Journal of International Law
ODIL = Oceáti Devel6pmetitatid Ihternational Law
Yale JIL = Yale Journal of International Law
OZoRV Oster1:eíchi~che'Zeitséhtift 'fUr offentliclresRecht
YILC = Yearbook of the International Law Commission
urid Volketrecht
PdD = Politita del'diritto
PoI YIL = PóliSliYeárbó6kMIriterhati6nal Law
Rabels'Z; _ Rábels Zeitschrift:fut'á1.isliihdisches und interna!
tionáles Privátrecht
Raccolta di GiustiiiadelleuC6inunita europee. Rác-
cbi~¿ della' Gilitispríldetiiádella Corte
Revlie bélge 'de'droit inteftiátlonal
Introducción
exclusiva de! ordenamiento estatal, mientras que e! derecho interna- Por ejemplo, el artículo 17 dice: "El estado y la capacidad de las perso-
cional se ocupaba fundamentalmente de temas externos (inmunidad nas, así como las relaciones de familia, están regulados por la ley de! Estado
diplomática, alianzas, conducta de la guerra, etc.): e! derecho inter- al cual éstas pertenecen". Esto significa que si la persona es de ciudadanía
nacional era, en definitiva, un derecho, por así decirlo, para diplo- italiana, e! juez italiano aplicará a la capacidad de las personas o a las rela-
máticos. Hoy en día, las cosas son diferentes. Como todos pueden ciones de familia el Código Civil italiano y las otras normas privadas italia-
nas; en cambio, si la persona es extranjera, e! juez aplicará la ley nacional de
constatar, la vida moderna está dominada por e! internacionalismo;
lamisma. [En igual sentido, el artículo? del Código Civil argentino expresa:
en e! plano jurídico, esta característica se traduce en la tendencia a
"La capacidad o incapacidad de las personas domiciliadas en e! territorio de
transferir la disciplina de las relaciones económicas, comerciales, so-
la República, sean nacionales o extranjeras, seráiuzgada por las leyes de este
ciales del plano nacional al de! ordenamiento internacional; estas Código, aun cuando se trate de actos ejecutados o de bienes existentes en
materias están, en efecto, cada vez más reguladas por las convencio- país extranjero"; por su parte el artículo 7 establece: "La capacidad o inca-
nes internacionales, es decir, por las que pueden considerarse como pacidad de las personas domiciliadas fuera de! territorio de la República, se-
la categoría más importante y más numerosa de normas internacio- rá juzgada por las leyes de su respectivo domicilio, aún cuando' se trate de
nales. Para entendernos, e! derecho internacional es cada Vez menos actos ejecutados o de bienes existentes en la República".]
y
un de~ecHopara 'diplomiític~s cada vez ltiás un derecho destinado
a ser administ~adoy aplic~do (a tra~és de c~nales que estudiare- Por lo tanto, resulta claro por qué tiene escaso sentido oponer el
rpos)por losoperadoresjurídicos internOs, en primer lugar por los derecho internacional público al derecho internacional privado. No
juecés n'acidnar~:s. se trata de dos ramas del mismo ordenamiento, sino de normas que
pertenecen a ordenamientos totalmente diferentes: e! primero, al or-
denamiento de la comunidad de Estados en su conjunto y el.segun-
do, al ordenamiento estatal. Es cierto que, como se dijo, el.derecho
Derecho El derecho irítermicionaf es también llamado "derecho internacio- internacional público tiende a regular también las relaciones entre
internacional individuos y también relaciones que son objeto del derecho privado
nal público"; 'én cbntrapósiCión'al derechO' internacional privado. Sin
público y
derecho embargo,' entre estas dos disciplinas no hay demasiada afinidad. En (convenciones internacionales que cO,ntienen leyes uniformes, con-
internacional lo !queha¿e al)derechO internacioríallxivado, no estamos ya en 'e! ni- venciones del derecho internacionalprivado), pero esto significa so-
privado
velsupra~sta'tal, en el ámbito de la comunidád de Estados, sino por lam9nte,comoveremos, que el Estado tien~ la obligación de,traducir
debajo de este ríÍvel, en e! 'ámbito del ordenaltiientb estatal. El dere- en normas internas las normas internacionales que s,eoCUpan de
cho iriternacional privádo está forinado, precisamente, por aquellas tales relaciones (problema de la aqaptacióndel derecho, estatal al de-
n6inias estatalés que delirnitarle! derecho privado de un Estado yes- r~ch,o internacional).
tablécé cuándo sé debe!aplicar dicho derecho privado local y cuán-
do, en caltibio,los jueces de ese Estado deben aplicar normas extran- En e! derecho internacional privado, entendido obviamente en sentido Derecho
amplio, están incluidas todas las normas que delimitan las ramas públicas internacional
jeras de derecho privado. Las normas de derecho internacional privado y
del ordenamiento estatal respecto de otros Estados: por ejemplo, las 'normas derecho
privado italianóestán contenidas en las diposiciones preliminares del
que establecen en qué casos se aplica el derecho penal a delitosconi~tidos público
Código Civil (artículo 17 y siguientes) [mientras que las norinas de fuera del territorio o por extranjeros (cfr. los artículos 3 y siguientes del Có- extranjero
derecho internaCional privado argentino en materia de capacidad de digo Penal italiano), cuándo puede ejercerse jurisdicción civil con relación a
las persónas e~táh cbntenidas en los artÍcúlos 6, 7, 948 y 949 delCó- extranjeros (cfr. e! artículo 4 del Código de Procedimiento Civil italiano),
digo Civil]. etc. A diferencia de lo que sucede en el ámbito privado, en e! sector público
16 BENEDEITO CONFORTI INTRODUCCIÓN 17
queda excluida la posibilidad de aplicar derecho extranjero. En todo caso, pecífica al derecho internacional general, entendiendo a éste como
incluso para: estas normasque delimitan Iassrarnas públicas del ordenamien- costumbre internacional general.]). Estas normas generales son las
to estatal vale 10 que hemos dicho hasta ahora, y por lo tanto se trata de normas consuetudinarias, formadas en el ámbito de la comunidad
normas internas' estatales que no tienen nada que ver, formalmente, con las internacional a través del uso: puede afirmarse la existencia de estas
norma:ss'urgidas de la comunidad deEstados. normas sólo si se demuestra que ellas corresponden a una práctica
constantemente seguida por los Estados. La característica de la cos-
Al no existir homogeneidad entre el derecho internacional priva- tumbre, que podemos considerar como la fuente primaria o de pri-
do y el llamado derecho internacional público, la calificación de pú- mer grado del ordenamiento internacional, es que ha dado lugar a
blico dada al derecho de la comunidad de los Estados no sólo resúlta un escaso número de normas. Como veremos, fuera de las normas
superflua sino inclusive ~rrónea; en realidad, el derecho de la cOl':rm- de carácter meramente instrumental (como lasque regulan los requi-
nidad internacional (que de ahora en adelante llamaremos simple- sitos de validez yde eficacia de los tratados y las que se limitan a dis-
mente derecq.o ínternacional) no es ni público ni privado, puesto que ciplinar una ulterior fuente normativa), no son muchas las normas
esta distinción sólo se desarrolla y tiene sentido en lo que respeCta al materiales, es decir, aquellas normas que imponen directamente de-
ordenamiento jurídico estatal. rechos y obligaciones al Estado.
Aunque también existen costumbres particulares, las normas típi- Acuerdo
cas de derecho internacional particular son aquellas impuestas por
acuerdos (o pactos, convenciones o tratados) internacionales, que
vinculan sólo a los Estados contratantes. A diferencia de las normas
n. Esquema sintéticó de las funciones de producción; determinación consuetudinarias, éstas son muy numerosas y constituyen la parte
.y aplicación coactiva del derecho internacional más relevante del derecho internacionaL En efecto, es a través de tra-
tados que hoy se tiende a regular muchas relaciones de la vida social,
relaciones que trascienden ya casi todos los .límites y las posibilida-
Demos una mirada al conjunto de las características del ordena- des del Estado individualmente considerado. El acuerdo internacio-
miento de la: comunid¡td· de Estados, para distinguir entre función nal está subordinado a la costumbre, así como en el derecho interno
normativ:i, función de determinación del derecho y función de apli- el contrato está subordinado a la ley. En otros términos, la norma
cación coactiva de las normas~ Nos ocuparemos luego de las particu- internacional pacta sunt servandatiene naturaleza consuetudinaria,
laridades correspondientes a cada función. así camota norma según la cual el contrato "es ley entre las partes"
Función En lo que respecta a la función normativa, es necesario distinguir tiene. naturaleza legislativa o estatal. Tienen además, como ya se di-
normativa jo, naturaleza consuetudinaria las normas que regulan los requisitos
entre el derecho internacional general y el derecho particular, es de-
cir, entre las norm~s que se dirigen a todos los Estados y aquellas de validez y eficacia de los acuerdos.
que ~inculan a un número restringido de sujetos, generalmente los El hecho de que los acuerdos internacionales que persiguen la co-
sujetos que han participado ~irectamente de su formación. . laboración entre los Estados (y que,por lo tanto, dependen en todo
Costumbre El artículo JO de la Constitución italiana se refiere a las normas
{ ~','" , , ' '. ;"" " , '" " ' " " " '" ¡ , , " ' , ,
y:para todo de la voluntad de colaboración de cada Estado), sean
de derecho internacional general ("El ordenamiento jurídico italiano mucho más numerosos que. las costumbres demuestra que tanto en
se conforma a las normas del derecho internacional generalmente re- laque hace a las normas jurídicas como a su producción, la comuni-
conocidas". [La Constitución argentina de 1853 no hace mención es- dad internacional tiene características totalmente diferentes a las de
18 BENEDEITO CONFORTI INTRODUCCIÓN 19
las comunidades estatales. En otras palabras, justamente el hecho de las decisiones de la Comunidad Económica Europea, hoy llamada
que el derecho general sea extremadamente limitado y que casi todas "Comunidad Europea"). [Al contrario, el Tratado de Asunción del
la relaciones estén reguladas por convenciones da la idea de una co- 26 de marzo de 1991, que establece un Mercado Común para Amé-
munidad bastante... anárquica. rica del Sur (Mercosur), no prevé, en la etapa de transición, la crea-
Como derivación de los acuerdos (fuente de segundo grado, en ción de órganos comunitarios con capacidad para generar normas
cuanto subordinada a la costumbre) se encuentra otra fuente de nor- directamente vinculantes para los Estados miembros. La Constitu-
mas internacionales: los procedimientos previstos por los acuerdos, ción argentina de 1853, a partir de la reforma de 1994, estableció
llamados también fuentes de tercer grado. Estos procedimientos como atribución del Congreso la de aprobar tratados de integración
constituyen fuentes de derecho internacional particular. Toman su que deleguen competencias y jurisdicción' a organizaciones supraes-
fuerza de los acuerdos internacionales que los prevén, y vinculan so- tatales en condiciones de reciprocidad e igualdad, y que respeten el
lamente a los Estados que adhieren a dichos acuerdos. orden democrático y los derechos humanos (art. 75, inc. 24). De esta
El fenómeno de las fuentes previstas por los tratados reviste parti- manera se prevé la posibilidad de que el Estado argentino participe
cular importancia en el derecho internacional actual porque en él:se de sistemas de integración aceptando que las normas secundarias
pueden ubicar muchos de los actos de las organizaciones internacio- creadas por órganos internacionales de integración sean directamen-
nales, es decir, de las distintas asociaciones de Estados, como la te aplicables en elordenamiento interno, con rango superior al de las
ONU, los organismos especializados de las Naciones Unidas, las Co- leyes de la Nación.]
munidades Europeas (CE, CECA y Euratom), etc., que han ido mul-
tiplicándose a partir del final de la Segunda Guerra Mundial.
Conviene referirnos ahora a estas organizaciones, cuyo examen
será retomado detalladamente más adelante. El problema principal En cu!mto a la función de determinación judicial del derecho in- Arbitraje
que plantean es justamente el de la sistematización de sus actos entre ternacional, es necesario decir que, en el ámbito de la comunidad in-
las fuentes internacionales. En realidad, las organizaciones interna- ternacional, dicha función es principalmente de carácter arbitral. A
cionales generalmente no tienen poderes vinculantes respecto de los diferencia dela jurisdicción, incluso en el campo del derecho estatal,
Estados miembros: el instrumento del cual se sirven normalmente es elarbitraje se apoya sobre el acuerdo de las partes en someter la con-
la recomendación, que tiene, justamente, el carácter de una mera ex- troversia a un determinado árbitro.' Mientras que, sin embargo, en el
hortación. No faltan, sin embargo, casos en los cuales las érganiza- derecho estatal el recurso al arbitraje es un hecho excepcional, en el
ciones promulgan decisiones vinculantes. Además, tienen fuerza vin- derecho internacional constituye la regla, ya que no existen instan-
culante los actos de las Comunidades Europeas. Veremos luego el cias jurisdiccionales institucionalizadas a las cuales pueda recurrir in-
valor de estos actos. Por ahora sólo es importante destacar que las dividualmente un Estado contra otro, amenos que este último haya
decisiones vinculantes de los órganos internacionales se encuentran aceptado de algún modo someterse a ellas.
por debajo de los acuerdos en la jerarquía de las fuentes, en cuanto
cada organización nace, precisamente, de un acuerdo (el llamado
tratado constitutivo). Por lo tanto, el Estado está obligado por la de-
cisión, dado que se comprometió a' respetarla en virtud del acuerdo Finalmente, en lo que respecta a los medios que se utilizan en el Autodefensa
constitutivo de la organización (así, por ejemplo, Italia, por haber derecho internacional, tanto para asegurar coactivamente la obser-
ratificado el Tratado de Roma de 1957, se comprometió a respetar vancia de las normas como para reprimir sus violaciones, es necesa-
20 BENEDEITO CONFORTI INTRODUCCIÓN 21
rio reconocer que, en realidad, pese a los esfuerzos de numerosos au- prevén que el derecho internacional sea igualmente observado que
tores por demostrar lo contrario, tales medios pueden incluirse casi e! derecho interno: en Italia, por ejemplo, el artículo 10 de la Cons-
todos en la categoría de la autotutela. Una vez más, lo que consti- titución compromete e! respeto de las "normas del derecho interna-
tuye una excepción en e! derecho interno (ya que se puede hacer jus- cional generalmente reconocidas"; además, los tratados celebrados
ticia por sí mismo solamente dentro de ciertos límites y en determi- por Italia son normalmente objeto de una ley ordinaria que ordena
nadas condiciones, es decir, cuando no pueden intervenir los órganos su aplicación. [Si bien la Constitución argentina de 1853 no men-
estatales) es la regla en el derecho internacional. De aquí la observa- ciona a la costumbre internacional como generadora de obligacio-
ción siempre recurrente de que el derecho internacional se apoya me- nes vinculantes en e! ordenamiento interno, los tribunales argenti-
ramente en relaciones de fuerza. nos le han otorgado igual valor jurídico que al que se le asigna a
los tratados.] Así las cosas, la observancia del derecho internacional
reposa en la voluntad de los operadores jurídicos internos de utili-
zar, hasta el límite máximo, los instrumentos que el mismo derecho
Obligatoriedad Se ha discutido y se discute aún si, dadas las características que interno ofrece para garantizar tal observancia y, por lo tanto, de
del derecho
internacional hemos señalado, el derecho internacional es, en último análisis, un hacer prevalecer por esta vía las valoraciones internacionales por
verdadero derecho. La defensa del carácter obligatorio del derecho sobre las nacionales. En otras palabras, e! respeto de! derecho in-
internacional y la búsqueda de un fundamento para tal carácter obli- ternacionalestá asegurado en los límites dentro de los cuales los
gatorio comprometieron y comprometen a los especialistas más re- operadores jurídicos internos de los distintos. países determinan la
presentativos en la materia. Frente a estos esfuerzos, subsiste e! es- solidaridad internacional -que tan a menudo falta a nivel de los
cepticismo, que se manifiesta tanto a nivel científico como incluso a Gobiernos-:"""".por efecto de la innegable comunidad de ciertos valo-
nivel del hombre común y que pone el acento en la falta de medios res, básicos entre,los hombres, más allá de las barreras nacionales.
idóneos para obligar a los Estados, particularmente a las grandes po- [En ese sentido; la. Corte. Suprema dela Nación Argentina sostuvo
tencias, a respetar las normas internacionales. Obviamente, no se en el caso Ekmekdjian c/Sofovich (R. 64. XXIII. Recurso de Hecho,
niega -y sería imposible hacerlo- que las normas se formen a nivel sentencia del 7de julio de 1992) que "10 expuesto en. los conside-
supraestatal, ya sea en virtud de la costumbre o a través de la: cele- randos. precedentes .résulraiacorde con laa.exigencias de coopera-
bración de tratados entre los Estados mismos;.lo que se niega es que ción, armonizaciáne integración internacionales que la República
se trate de un fenómeno jurídico, capaz de imponerse (y además, im- Argentina reconoce, y previene la eventual responsabilidad del.Esta-
ponerse de manera continua y eficaz) a cada Estado individualmente do por losractos de sus órganos internos, cuestión a la que no es aje-
considerado. . na la jurisdicción de esta Corte en cuanto pueda constitucionalmen-
Derecho Según nuestra opinión, una solución al problema de la obligato- te evitarla. En este sentido el Tribunal debe. velar porque las
internacional
y operadores riedad del derecho internacional, o mejor aún de la .cap,+cidad de relaciones exteriores de la Nación. no resulten afectadas a causa de
jurídicos que tal derecho se aplique de manera concreta y estable, no puede actos u omisiones oriundas del derecho argentino que, de producir
internos
no pasar a través de los operadores jurídicos internos, es decir, aque- aquel efecto, hacen.cuestión federal trascendente".]
llos que en el ámbito de cada comunidad estatal tienen institucio- Lo que aquí se sostiene no es otra cosa sino una formulación en Observancia
del derecho
nalmente la tarea de aplicar y hacer respetar el Derecho, en primer términos modernos de la tan criticada tesis de la doctrina positivista internacional y
lugar, los jueces. Como veremos, a través de normas que son más o alemana del siglo pasado (Jellinek), que consideraba al derecho in- autolimitación
del Estado
menos parecidas en todos los países, los ordenamientos estatales ternacional como fnuto de una autolimitación de cada Estado. En
22 BENEDEITO CONFORTI
23
Il\TTRODUCCIÓN
realidad, ningún artificio dialéctico está en condiciones de negar tan- cuenta el hecho de que en distintos aspectos, el derecho interno ha
to la eterna verdad ínsita en la teoría de la autolimitación (observa-
avanzado más que el derecho internacional.
da, como ya se ha dicho, también por el hombre común) como el he-
cho de que la comunidad internacional en su conjunto no dispone de
medios jurídicos para reaccionar eficaz e imparcialmente en caso de
violación de las normas internacionales. Es necesario, sin embargo, Aspecto
La cooperación del derecho interno es indispensable para asegu-
superar la idea del libre albedrío de cada Estado (su libertad de des- rarle acabadamente al derecho internacional, a esta masa de normas
"político-
diplomático"
hacerse en todo momento de cualquier compromiso internacional), que se forman a nivel supraestatal, su valor y su fuerza en cuanto del derecho
ínsita también en la teoría de la autolimitación y perfectamente con- fenómeno jurídico. Pero el derecho internacional puede ser también
internacional
forme, por otra parte, a las concepciones políticas en uso en Alema- considerado teniendo en cuenta exclusivamente su existencia en el
nia durante la época en la cual la teoría fue formulada. Por los moti- ámbito de la comunidad internacional, al nivel de las relaciones in-
vos que citábamos, una correcta administración del derecho dentro ternacionales, y por lo tanto sin recurrir de ninguna manera a los
del Estado constituye, desde el punto de vista jurídico, el único freno ordenamientos jurídicos internos. Desde este punto de vista, esto
eficaz contra el ejercicio de un libre albedrío de este tipo. parece más bien un punto de referencia y de base de una sana diplo-
Permítasenos insistir sobre la observación de que los ordena- macia. El Estado que puede demostrar que su comportamiento se
mientos estatales mismos y, en nuestro caso particular, el ordena- conforma a las reglas del derecho internacional tiene un argumento
~iénto italiano [como así también en el ordenamiento argentino],
muy fuerte a su favor. El derecho internacional, en la puesta en
Imponen la observancia del derecho internacional incluso a nivel práctica de una función de este tipo, se presenta como una suerte de
constitucional. Además, la aplicación del derecho internacional por moral positiva internacional (Austin). Se trata de una función cuya
parte de los jueces italianos puede comprobarse dando una ojeada, importancia nadie puede desconocer, más aún ahora que en el pasa-
Jurisprudencia aun superficial, a los repertorios de jurisprudencia. No faltan, cierta- do, sise considera que las relaciones internacionales se desarrollan
mente, lagunas y errores en tal aplicación, a 'veces debidos a prejui- actualmente en-un clima que desalienta. la diplomacia secreta y que
cios nacionalistas pero más a menudo fruto de un escaso conoci- imponea los Gobiernos el deber de dar cuenta de sus acciones fren-
miento tanto de los instrumentos jurídicos internos que pueden
te a la opinión pública mundial.
utilizarse para alcanzar soluciones internacionales como de las nor-
mas internacionales apropiadas.
Debe insistirse aún sobre otro punto. La aplicación del derecho
internacional, que es el recurso más abierto a las fuentes internacio-
Pueden comprenderse a esta alturae1 objetivo y las líneas funda- Enfoque
nales en cuestiones que se susciten en el interior del Estado, no debe ti internista"
meritales de este libro. Se propone estudiar el derecho internacional del estudio del
llegar a comprometer valores fundamentales de la comunidad esta- así como se aplica y es aplicable en el interior del Estado; se dirige a derecho
tal, por 10 general garantizados constitucionalmente. Veremos cómo internacional
los actores jurídicos internos o mejor aún, entiende contribuir a la
se han presentado y se presentan problemas bastante delicados con
formación internacional de los futuros actores jurídicos internos,
respecto a la coordinación entre normas nadonales y normas inter-
particularmente de los jueces. El núcleo central estará constituido,
nacionales, especialmente aquellas promulgadas por organizaciones
por 10 tanto, por los problemas presentados por la adaptación del
internacionales (por ejemplo, las Comunidades Europeas). Y vere-
derecho interno al derecho internacional o, si se quiere, por la coor-
mos justamente que la coordinación no puede dejar de tener en
dinación entre normas internacionales y normas nacionales. Queda
24 BENEDEITO CONFORTI INTRODUCCIÓN 25
claro, por otra parte, que sólo podrá llegarse al tratamiento de tales Según nuestra opinión, la única alternativa útil para indivíduali- Estado-
comunidad
problemas luego de una descripción de las normas internacionales y zaral Estado como sujeto internacional es la distinción entre Estado- y Estado-
de su contenido. comunidad, por una parte, y Estado-organización, Estado-aparato o organización
La óptica "internista" se revelará también en la solución de algu- Estado-gobierno, por otra. Incluso quien no se ocupa de problemas
nas cuestiones atinentes a las relaciones entre los poderes del Estado, jurídicos, al preguntarse qué es el Estado, ante todo se inclina a pen-
particularmente entre el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial, en la saren una comunidad humana ubicada en cierta región de la super-
aplicación del derecho .internacional. Precisamente, el propósito es ficie terrestre y sometida a leyes que la mantienen unida. Es éste,
reaccionar contra la tendencia todavía difundida a afirmar una su- grosso modo, el fenómeno que la teoría general del derecho .llama
bordinación, aunque sea limitada, de los jueces al Poder Ejecutivo, la "Estado-comunidad". Otro fenómeno, evidente también de manera
que ciertamente no contribuye' a reforzarla "juridicidad" deldere- empírica, lo constituye el conjunto de los gobernantes, el conjunto
chointernadonal. de los órganos que ejercen -yen cuanto ejercen- el poder supremo
o imperium sobre cada uno de sus miembros. Siempre hablando des-
de la teoría general del derecho, a este fenómeno lo llamamos" Esta-
do-organización" o "Estado-gobierno". Ambos fenómenos son rea-
les. Pero ¿cuál de los dos resulta más relevante desde el punto de
III. El Estado como sujeto de derecho internacional. vista del derecho internacional?
Otros sujetos. Sujetos presuntos Nos parece que una visión global de la vida de relación interna- Atribución de
subjetividad
cional lleva a avalar la tesis que asigna el carácter de sujeto de dere- internacional
cho internacional al Estado-organización. En efecto, debemos refe- al Estado-
Hemos definido al derecho internacional como el derecho de .la rirnosal conjunto de los órganos estatales cuando, como veremos organización
comunidad de Estados; hemos dicho también que, si bien las nor- enseguida, la subjetividad internacional del Estado aparece ligada al
mas internacionales tienden hoya regular cualquier tipo de rela- criterio de la efectividad, es decir, del efectivo ejercicio del poder de
ción, incluso relaciones internas de cada una de las comunidades es- gobierno. Los órganos estatales son los que participan en la forma-
tatales, formalmente se dirigen a los Estados, es decir, crean ción delasnormas internacionales; a los órganos estatales se refiere
derechos y obligaciones para estos últimos. A esta altura, y a fin de el contenido .de las normas materiales internacionales, dirigidas to-
resolverlo rápidamente, vale la pena llamar la atención sobre uno das a disciplinar y limitar el ejercicio del poder del gobierno (v.p.
de los problemas al cual han dedicado análisis detallados tanto los 255 yss¡); y, por último, los órganos estatales, y sólo los órganos es-
estudiosos del derecho internacional como los de la teoría general tatales, son los que pueden generar con su conducta la.responsabili-
del derecho: nos referimos al problema de la definición de Estado y, dad internacional del Estado (v.p.419 y ss.),
más precisamente, del Estado como sujeto o destinatario de normas Debeql1edar bien claro que, cuando se habla de Órgano~ estatales, Noción de
internacionales o, si se quiere, como miembro de la comuI).idad in- se entiende hacer referencia a todos los órganos y, por lo tanto, a to- órgano
estatal
ternacional. Es necesario también preguntarse si, además de los Es- dos los que participan del poder .de gobierno en el ámbito del territo- para el
tados -que son, sin duda, los principales protagonistas de la escena riolen definitiva, no. se trata sólo de los órganos del Poder Ejecutivo derecho
internacional
internacional- existen otros. entes de los cuales se ocupa formal- (ni.siquierade aquellos órganos del Poder Ejecutivo que se ocupan
mente el derecho iI).ternacional y, por lo tanto, también puedan con- de las "relaciones exteriores") ni tampoco de los órganos del poder
siderarse como sujetos. central solamente. También las administraciones locales y los entes
26 BENEDEITO CONFORTI
INTRODUCCIÓN 27
públicos menores-que tienen generalmente una personería jurídica beración nacional que tengan sede en un territorio extranjero y que
distinta de la del Estado desde el punto de vista del derecho 'inter- hayan constituido en él, desde el primer momento, una suerte de or-
no,--se consideran, en virtud de la costumbre, componentes de la ganización de gobierno (por ejemplo, la Organización para la Libe-
organización del Estado en cuanto sujeto de derecho internacional, ración de Palestina).
como tendremos oportunidad de constatar cuando nos ocupemos de
los problemas relativos a la actividad, a la tutela y a la responsabili- En lo que respecta a la OLP, ésta es regularmente invitada a participar, Organización
dad internacional del Estado. Comúnmente se afirma que al derecho sin derecho a voto, en las sesiones de los órganos de las Naciones Unidas en para la
Liberación de
internacional no le interesa la organización estatal; que cuando tiene los que se debaten cuestiones que le interesan (cfr. Conforti, p. 27 Y p. 86 Y Palestina
necesidad de referirse a la organización estatal, se limita a referirse al ss.); participa además en los trabajos de otras organizaciones internacionales
derecho interno, o incluso que el derecho internacional presupone la y tiene "oficinas" (no representaciones diplomáticas) en varios países, inclui-
organización estatal. Para ser coherentes con lo que hemos dicho, só- da Italia. [En la actualidad, la OLP está negociando con el gobiernoargenti-
lo es posible compartir estas afirmaciones si se tiene en cuenta que la no e! establecimiento de relaciones institucionalizadas a nivel oficina de en-
participación en el poder de gobierno, distinta para cada clase de ór- lace o de representaéÍón con inmunidades y privilegios funcionales.
Argentina reconoce el derecho a la libre determinación del pueblo palestino,
ganos, debe fundarse en el ordenamiento .jurídico estatal o en otro
pero no reconoce un Estado Palestino.] Pero esto no significa que se esté en
ordenamiento que se derive de él.
presencia de un sujeto de derecho internacional.
Según e! Tribunal de Casación (sent. 28-6-1985 N° 1981, en RDI, 1986
p. 884 Y ss.), la OLP, así como todos los movimientos de liberación nacio-
nal -incluso aquellos que no tienen una organización de gobierno instala-
Efectividad Si acordamos que el derecho internacional se dirige al Estado-orga- da en e! territorio de un Estado- gozaría de una subjetividad limitada a la
del Estado-
organización
nización, debe subrayarse que, en tanto se tome en consideración la finalidad "de discutir, sobre bases de perfecta igualdad con los Estados te-
organización mencionada, en tanto ésta sea destinataria de las nor- rritoriales, los modos y los tiempos de la autodeterminación de los pueblos
mas internacionales y como tal pueda pretender que dichas normas se controlados políticamente por ellos, en virtud de! principio de la autodeter-
respeten en lo que a ella se refiera, en tanto y siempre que ejerza efec- minación de los pueblos, considerado tíñanorma consuetudinaria de carác-
tivamente su poder sobre una comunidad territorial, el requisito de la ter imperativo" (sobre la autodeterminación de los pueblos v. p. 37 Y ss.).
efectividad es esencial. Los "gobiernos que no gobiernan" no tienen En cambio, al excluir la subjetividad plena, e! Tribunal niega que al Jefe
pl'O tempore de la OLP, Yasser Arafat, lecorresponda la inmunidad acor-
intereses relevantes que administrar en el plano internacional.
dada por e! derecho internacional a los Jefes de Estado extranjeros '(v, p.
Gobiernos en Se niega, por lo tanto, la subjetividad de los gobiernos en el exi-
e! exilio y 291). Como es obvio, éste es e! núcleo central de la decisión, que aún está
comités de
lio (fenómeno que, si bien se verifica también actualmente, tuvo sus plenamente por aprobarse. En cuanto a la "subjetividad limitada", tiene es-
liberación manifestaciones más significativas durante la Segunda Guerra Mun- caso significado jurídico en los términos indicados por e! Tribunal (térmi-
con sede dial, cuando varios gobiernos de los territorios ocupados por los
en e! exterior nos que resultan interesantes, sin duda, desde el punto de vista de la cons-
nazis se refugiaron en Londres), a pesar de que a sus componentes trucción teórica) ..
se les hayan reconocido unilateralmente, por motivos políticos, cier-
tas prerrogativas soberanas por parte del Estado receptor. Es análo- Además del de ·Ia efectividad, se debe considerar necesario un se- Independencia
go al fenómeno de los gobiernos en el exilio y, por 10 tanto, no pue- gundo requisito a los fines de la subjetividad internacional del Esta- de! Estado-
organización
de ser evaluado de manera diferente desde el punto de vista do: el de la independencia o soberanía externa. Es necesario, por lo
jurídico, el fenómeno de las organizaciones, frentes o comités de li- tanto, que la organización de gobierno no dependa de otro Estado.
INTRODUCCIÓN 29
28 BENEDEITO CONFORTI
puestos en práctica por los Estados más fuertes frente a los más débi-
Estados En cuanto carecen del requisito de la independencia, no pueden considerar-
miembros les? ¿Dónde ubicar el límite más allá del cual no existe la indepen-
se sujetos de derecho internacional los Estados miembros de Estados federales.
de Estados dencia como requisito para la subjetividad y, por lo tanto, no existe
federales A veces, éstos son autorizados por la Constitución federal a estipular acuerdos
con terceros Estados, normalmente con el consentimiento del Poder central subjetividad internacional? A nosotros nos parece que, como regla
(cfr., por ejemplo, el arto 4, sección 10, N° 1 de la Constitución de Estados general, no se puede soslayar un dato formal: es independiente y so-
Unidos o el arto 9 de la Constitución suiza). Pero en esos casos actúan como berano todo Estado cuyo ordenamiento sea original, que tome su
órganos del Estado federal en su conjunto desde el punto de vista del derecho fuerza jurídica de una Constitución propia y no del ordenamiento ju-
internacional, como específicamente demostró Quadri, y de acuerdo con lo rídico, de la Constitución de otro Estado. Esto permite explicar, por
que ya hemos dicho respecto de la persona del Estado. otra parte, por qué se considera normalmente que no influyen sobre
Confederación El Estado federal, que es un Estado único, legislativa y administrativa- la subjetividad las dimensiones del Estado y, por lo tanto, se conside-
mente descentralizado, no debe confundirse con la Confederación, que es ran sujetos internacionales la República de San Marino, Liechtens-
una unión (internacional) entre Estados perfectamente independientes y so- tein, las islas Seychelles, etc. Puede admitirse quizá una sola excep-
beranos, creada con fines de defensa común y caracterizada por un órgano
ción, si accedemos a opiniones manifestadas por otros (Crawford):
de asamblea (a veces llamado Dieta), representativo de todos los miembros,
este dato formal no puede invocarse y debe ceder frente al dato real,
con amplios poderes en materia de política exterior. La Confederación es un
fenómeno que pertenece en gran medida al pasado, y se liga incluso a las Li- cuando en los hechos es total el control y la injerencia de otro Esta-
gas entre las ciudades medievales, como la famosa Liga Hanseática: los do en el ejercicio del poder de gobierno, en definitiva, cuando el go-
ejemplos más importantes están dados por la Confederación de los Estados bierno local es un verdadero gobierno "fantoche".
Unidos de América (1778-1787), por la Confederación Helvética (1815-
1848) Ypor la Germánica (1815-1871). Como se ve en estos tres ejemplos, Gobiernos fantoche, carentes como tales de subjetividad internacional Gobiernos
el estadio confederal puede ser una fase de transición hacia la constitución existieron, por ejemplo, en los territorios ocupados por los nazis durante 1~ fantoche
de un Estado federal. Puede darse, sin embargo, que ocurra lo contrario, es Segunda Guerra Mundial (Gobierno Quisling en Noruega, República Social
decir que un Estado federal se disuelva, sobreviviendo entre sus miembros, Italiana, etc.),
devenidos independientes, un vínculo de tipo federal. Es demasiado pronto
para decir si se desarrollará un vínculo de este tipo entre los miembros de la
novísima Comunidad de Estados Independientes (CEI), surgida a fines de
La organización de gobierno que ejerza su poder de manera efec- Reconocimien-
1991 sobre las ruinas de la Unión Soviética. Es, en cambio, un claro ejemplo to de los
tivae independiente sobre una comunidad territorial se transforma
reciente de co~federación la Confederación entre Senegal y Gambia (sobre Estados
éste cfr. RGDIP, 1982, p. 374 Yss.).
ipso facto en sujeto de derecho internacional. En efecto, no es nece-
sarioque sea reconocida por los otros Estados,
A menudo se oye hablar de'reconocimiento, incluso en lascróni-
El requisito de la independencia debe entenderse cum grano salis.
cascomunes de hechos internacionales: se sabe, .por ejemplo, que
Si se lo quisiera entender como absoluta posibilidad de determinarse
ItaliaixeconocióaJaRepública Democrática Alemana (y viceversa)
por sí mismo, se llegaría a la conclusión de que ningún Estado es un
recién en 1973; que los Estados Unidos y China se reconocieron.recí-
sujeto de derecho internacional (ni siquiera las grandes potencias),
procamente recién a principios de 1979;' queja mayor parte de los
ya que la interdependencia es hoy en día una característica cada vez
Estados Árabes no reconocen a Israel; que. Italia, [Argentina] yalgu-
más saliente de las relaciones internacionales. ¿Qué decir, entonces,
nosotros países han. reconocido, a principios de. 1992, aCroacia y
de los Estados satélites, de la soberanía limitada, de la presencia de
Eslovenia, que se proclamaron Estados independientes después de la
bases y; de tropas extranjeras, y de todos los otros condicionamientos
30 BENEDETTO CONFORTI INTRODUCCIÓN 31
división de Yugoslavia, etc. Sin embargo, todo esto tiene escasa rele- aun cuando estén de acuerdo sobre el valor que actuará como base
vancia jurídica. Según la opinión que nos parece corresponder mejor del reconocimiento, luego suelen tener opiniones divergentes sobre
a la práctica de los Estados, para el derecho internacional el recono- su aplicabilidad para cada caso en concreto (la mayoría de las veces,
cimiento es un acto meramente lícito, así como es meramente lícito por razones políticas).
el no reconocimiento: ninguno de los dos tiene consecuencias jurídi-
cas. En definitiva, el reconocimiento pertenece a la esfera de la políti- La tendencía de los Estados ya existentes acerca de la admisión inclusi- Declaraciones
ca (Quadri); no revela más que la intención de estrechar relaciones ve "s~ ~urocratiza": tal es el caso de las dos Declaraciones emitidas por de Bruselas
amistosas, de intercambiar representaciones diplomáticas y de posi- los MInistros de Relaciones Exteriores de los países de la CE en la reunión sobre el
reconocimien-
bilitar formas más o menos intensas de colaboración a través de la de Bruselas del 16-12-1991. En la primera Declaración, titulada "Directi- to de los
celebración de acuerdos. Por lo general, la mayor o menor intensi- vas sobre el reconocimiento de los nuevos Estados en Europa Oriental y en nuevos
dad que se quiere dar a la colaboración se subraya mediante la fór- la Unión Soviética", los doce países comunitarios se declaraban dispuestos Estados de
Europa
mula del reconocimento de iure, es decir pleno, y la del reconoci- a reconocer a los Estados que se formaran en la región "por medio de un Oriental
miento de (acto, respectivamente. proceso democrático", siempre que cumplieran con determinados requisi-
Vale la pena destacar un aspecto de la cuestión del reconocimiento tos, entre los cuales (y para limitarnos sólo a los princípales) se contarían
(que es un acto en relación al cual han sido sostenidas las más diver- e! respeto de la Carta de las Nacíones Unidas y del Acta Final de la Confe-
rencia sobre Seguridad y Cooperación Europea, en especial en lo que res-
sas teorías). Cuando se le niega valor jurídico al reconocimiento, lo
pecta a las normas sobre el principio de legalidad y sobre derechos huma-
que se está rechazando es, sobre todo, la tesis de que éste sea consti-
nos; el respeto de los principios sobre protección de minorías' la
tutivo de la personalidad internacional. Se está rechazando, enton- observancia de la regla de la inviolabilidad de las fronteras; la aceptación
ces, la tesis según la cual,al afirmarse una nueva organización de go- de las obl~gaciones relativas al desarme y a la no proliferación nuclear, y el
bierno con las características de efectividad e independencia ya compro~lso de resolver pacíficamente las controversias de carácter regio-
mencionadas, los Estados preexistentes pueden ejercer con respecto a nal. En virtud de la segunda Declaración, todas las Repúblicas yugoslavas
ella una suerte de poder de admisión en la comunidad internacional, que "deseen ser reconocidas", eran invitadas a presentar "solicitud" hasta
justamente a través del reconocimiento. Sin embargo, es necesario el 23 de diciembre de 1991, en la cual explicitarían, entre otras cosas, su
admitir que esta tesis tiene el mérito de recoger una tendencia que ha deseo de aceptare! contenido de las directivas mencionadas anteriormente.
estado siempre presente en la práctica internacional, aunque luego Las solicitudes serían evaluadas por una comisión específica hasta el 15 de
no haya logrado nunca traducirse en normas jurídicas precisas. En enero de 1992. Inmediatamente después de estas dos Declaraciones se ex-
efecto, los Estados ya existentes tienden a juzgar si el nuevo Estado tinguía la Unión Soviética y las Repúblicas consecuentemente indep~ndien
tes comenzaban a recibir el reconocímiento de los otros países. En lo que
"merece" o no la subjetividad, y basan su juicio en determinado va-
respecta a Yugoslavia, presentaron su solicitud en los términos establecí-
lor o en determinada ideología: en el pasado se decía quena podía
dos: Croacia, Eslovenia, Macedonia y Bosnia-Herzegovina. Pero solamente
ser reconocido un Estado no cristiano o, inclusive, no monárquico; Croacia y Eslovenia fueron reconocidas por los países comunitarios (ade-
en la época' actual, desde varios ámbitos se tiende a considerar que más d~ ot~os veinte países, entre los cuales no figuraban, por otra parte,
no deben reconocerse como sujetos del derecho internacional los go- potencias Importantes como Estados Unidos, al menos hasta el 16 de ene-
biernos que se han afirmado por la fuerza, los Estados "no democrá~ ro de 1992); Macedonia, cuya solicitud había sido considerada en regla
ticos", los Estados "no amantes de la paz", los Estados que violan por la comisión instituida por la Declaración de! 16 de dicíembre no fue
los derechos humanos, etc. En verdad, todo esto no se tradujo nunca reconocída a causa de la firme oposición de Grecia, oposición fundada so-
en normas internacionales, por' el simple motivo de que los Estados, bre motivos claramente políticos.
32 BENEDETTO CONFORTI INTRODUCCIÓN 33
Esta práctica demuestra claramente la naturaleza política del reconoci- En las ediciones precedentes de este libro indicábamos como única ex- Estados
miento. que practican
cepción la tendencia a negar un locus stand! en la comunidad internacio- el apartbeid
nal a aquellos Estados que practicaran el apartbeid, Agregábamos que, si
Otros Decíamos que los requisitos necesarios para que un Estado sea bien no se podía negar por el momento la personalidad internacional de
supuestos Sudáfrica, no podía tampoco excluirse la posibilidad de que esta tesis ne-
requisitos
considerado automáticamente sujeto de derecho internacional son
de la los de la efectividad y de la independencia. Todavía resta preguntar- gativa fuera sostenible en el futuro, si la mayor parte de los Estados inten-
personalidad
se si estos requisitos son suficientes, o bien si se necesitan otros. Di- sificaban las medidas para marginar a este Estado de la comunidad interna-
internacional cional. Los cambios que se han verificando en Sudáfrica, a partir del
cho de otro modo, estos requisitos (o algunos de ellos), a los que
abandono de la política del apartheid y la asunción del poder de un Go-
condicionan el reconocimiento los Estados ya existentes, ¿son requi-
bierno libremente elegido por el pueblo, hacen que esta previsión haya
sitos objetivos para la adquisición automática de la personalidad in- perdido actualidad.
ternacional, en virtud de principios de derecho internacional sufi- Diferente fue la situación del Gobierno de Rodesia del Sur, otro Gobier-
cientemente consolidados? Dejemos de lado las exageraciones, como no que practicaba elapartheid, y que desde su nacimiento, por separación
la de la Declaración de Bruselas del 16-12-1991 anteriormente cita- de Gran Bretaña en 1965, ha recibido la condena de la mayor parte de los
da, que incluye una larga lista de requisitos sin precedentes en la Estados. Rodesia del Sur fue objeto de medidas de aislamiento total (inte-
práctica. Limitémonos, en cambio, a los dos requisitos que hoy apa- rrupción de todo tipo de relaciones económicas y de todo tipo de comunica-
recen más frecuentemente, esto es, que el Estado nuevo no constitu- ción marítima, aérea, telegráfica, etc.), decretadas por el Consejo de Seguri-
ya una amenaza para la paz y la seguridad internacionales y que no dad de la ONU (v. p.195), luego revocadas en 1979, al desaparecer el
viole los derechos humanos. ¿Es posible decir, efectivamente, que no régimen instaurado por la minoría racista del país. Respecto de Rodesia del
deben considerarse sujetos de derecho internacional aquellos Estados Sur (hoy Zimbabwe) se puede decir que en aquellos años se formó una nor-
ma ad hoc, que negaba la subjetividad internacional del Estado.
que se comporten en contra. de estos principios? En nuestra opinión,
la respuesta debe ser negatiya. En realidad, si desvinculamos estos
requisitos de la cuestión del reconocimiento, si los consideramos pre-
supuestos de la personalidad internacional, antes que condiciones Una vez esclarecido el hecho de que una organización de gobierno Rebeldes
para que un Estado ya existente instaure relaciones de amistad con se transforma automáticamente en sujeto de derecho internacional
un Estado nuevo y, por 10 tanto, si entendemos que en carácter de cuando ejerce de manera efectiva e independiente el propio poder so-
presupuestos deben subsistir no sólo para adquirir la personalidad bre una comunidad territorial, queda también resuelto el problema
internacional, sino también para no perderla, deberemos cbticluir de la subjetividad del Gobierno (o Partido) insurrecional, que ha si-
que tales requisitos no encuentran base alguna en la realidad; En la do sumamente debatido en la doctrina menos reciente. Los insurrec-
comunidad iIiternacional actual no faltan ni son pócos los Estados tos, en cuanto tales, ciertamente no son sujetos de derecho interna-
que, permanente o temporalmente, amenazan la paz o violan los de- cional, sino sólo súbditos rebeldes respecto de quienes el Gobierno
rechos humanos. Más bien es cierto que un Estado está obligado a que se dice legítimo puede realizar las acciones que considere más
no amenazar la paz (v. p. 444) y a respetar los derechos humanos (v. oportunas (salvo que se trate de movimientos de liberación nacional,
p. 313) en. virtud de principios generales del derecho internacional de los cuales hablaremos enseguida, cuando mencionemos el princi-
contemporáneo generalmente aceptados; pero también es cierto que pio de autodeterminación de los pueblos). Ahora bien, si estos insu-
estas obligaciones, en cuanto tales, no condicionan sino que presu- rrectos logran constituir una organización de gobierno que controle
ponen la personalidad jurídica de ese mismo Estado. efectivamente una parte del territorio, aunque sea durante unague-
34 BENEDEITO CONFORTI INTRODUCCIÓN 35
rra civil, entonces nos encontramos frente a una forma, si bien em- se conecta estrechamente a la tendencia del derecho. internacional
brionaria, de Estado, al cual no puede negarse la personalidad inter- contemporáneo, ya mencionada, a ocuparse de cuestiones internas
nacional, independientemente del hecho de que dicha personalidad de cada comunidad estatal, e incluso de las relaciones entre el Estado
esté destinada a extinguirse si, finalmente, la insurreción no tiene y los propios súbditos. Esta tendencia surge, sobre todo, de las nor-
éxito. La doctrina tradicional tendía a limitar la subjetividad del go- mas convencionales que obligan a los Estados a tutelar los derechos
biernoinsurreccional, tanto subordinándola al reconocimiento por fundamentales del hombre (como, por ejemplo, las Convenciones de
a
parte de terceros Estados, comocircunsctíbiéndola las normas del Naciones Unidas sobre Derechos Humanos, la Convención Europea
derecho internacional de guerra. Además de la cuestión del reconoci- de Derechos Humanos, etc.: v. p. 232 y ss.): a tales obligaciones de
miento, para la que vale lo que ya hemos dicho, esta limitación no los Estados corresponderían entonces derechos internacionales de los
tiene sentido (ni encuentra, confirmación en la práctica estadual c:on- individuos propiamente dichos: Debe agregarse que, si no se le reco-
temporánea) dado que, si se controla efectivamente el territorio, se noce el propio derecho, a veces el individuo puede recurrir a órganos
cumplen todos los requisitos para adquirir personalidad jurídica in- internacionales previstos especialmente (como es el caso, por ejem-
ternacional. plo, de la Comisión instituida por la citada Convención Europea: v.
p. 233); de este modo, la titularidad del derecho estaría acompañada
por la titularidad de un poder de acción. Además de los derechos hu-
manos, surgirían en otros campos derechos y obligaciones interna-
La vida del Estado puede sufrir cambios como consecuencia de sucederse cionales de los individuos, en particular cuando existen normas in-
diferentes organizaciones de gobierno en el ámbito de un territorio: un Esta- ternacionales o de origen internacional que toman en cuenta los
do puede desmembrarse en varios Estados, puede ser incorporado por otro comportamientos y: los intereses individuales: pensemos, por ejern-
Estado o fusionarse con él, puede sufrir la secesión de una parte de su territo- plo,en los Tratados Constitutivos y en las Actas de las Comunidades
rio, en la cual puede constituirse una nueva organización de gobierno, con su
Europeas, que tienden a disciplinar muchos aspectos de la vida eco-
consentimiento o luego de una insurrección victoriosa, y así sucesivamente.
nómicaysocialinteriridividual (v. p. 211 y ss.) y que además esta-
De este tema nos ocuparemos cuando hablemos del derecho de los tratados,
blecen que, en determinadas condiciones, las personas físicas o jurí-
dado que los problemas más importantes que suscitán estos asuntos se refie-
ren a la eventual sucesión de ún Estado a otro en el gobierno de un territorio, dicas pueden recurrir a la Corte de Justicia de las Comunidades (v.
a propósito de los derechos y las obligaciones derivadas de pactos celebrados p. 505); por citar otro ejemplo, pensemos en las normas emanadas
por el Estado predecesor (v. p. 149 Ysig.); nos referiremos también a la suce- de las organizaciones internacionales para· regular .las relaciones de
sión de Estados cuando tratemos la soberanía territorial y sus límites, bajo el empleo con sus funcionarios (v.p.310). El derecho consuetudinario
perfil de la sucesión en los derechos y en las obligaciones de derecho interno puede proveer también materia respecto dé la personalidad interna-
(v. p. 268 Y p. 278 Y s.). ciona.l de los' individuos: en este sentido cabría inoluir.. por ejemplo,
las normas sobre los llamados crimina iuris gentium, categoría en la
cual entrarían los crímenes contra la paz y la seguridad de la huma-
nidad (v; p. 27"0) y,por!otanto, aquellos delitos paratas cuales el
Además de los Estados, a los cuales se dirige fundamentalmente el Esrladopuede (yen ciertos casos, debe, al menos según algunos) ejer-
derecho internacional, ¿existen otros sujetos de derecho,internacio~ cer la propia potestad punitiva más allá de los límites habitualmente
nal? Gran parte de la doctrina contemporánea habla de una persona- estaBlecidos. Estas normas no harían otra cosa que imponer a los in-
lidadinternacional de los individuos, aunque limitada. Esta opinión dividuos la obligación de no cometer los delitos previstos por ellas.
36 BENEDETTO CONFORTI INTRODUCCiÓN 37
Negación de la Sin embargo, no resulta generalmente aceptada la tesis que pro- ternacional contemporáneo se ocupa. y preocupa. cada vez más por
subjetividad
internacional
mueve al individuo a la categoría de sujeto de derecho en el ámbito los intereses y los comportamientos individuales; pero también es
de los de la comunidad de Estados. En lo: que respecta a una parte de los cierto que la comunidad internacional permanece todavía estructura-
individuos
derechos y de las obligaciones que estamos considerando, precisa- da como Una comunidad de gobernantee y no de gobernados, que la
mente los que se derivan de los tratados.constitutivos y de las actas colaboración de los aparatos estatales-es aún indispensable para que
de las organizaciones internacionales, incluso los de las Comunida- puedan alcanzarse los objetivos que Se proponen las normas sobre el
des Europeas, no se niega que los individues: sean efectivamente titu- individuo, y que en este tipo de situaciones tiene poco sentido colo-
lares de' esos derechos y obligaciones en la mayor parte de los casos, car al mismo nivel jurídico de los Estádos a entidades cornpleramen-
pero la naturaleza misma de los verdaderos derechos y obligaciones te-sometidas-a éstos.
internacionales se opone a adjudicar la personalidad '.< internacional a
los individuos en virtud-de estas normas, ya que se trataría de situa-
cionesjurí dicas que-pueden considerarse ordenamientos particulares,
a los cuales darían lugar los tratados-constitutivosde cada organiza, Las mismas consideraciones valen para las normas internacionales Minorías
ción;diferentes,por lo tanto, del ordenamiento.de la comunidad in- qüest; ocupan del-individue en cuanto parte de un grupo, en lugar
ternacional. En cambio, en Io.querespectaaolos derechos y a las de ocuparse del individuo en particular. Hay numerosas normas con-
obligaciones no ligados al fenómeno de la organización internacio- vencionales que.peetegen, por ejemplo, a las minorías étnicas; lo cual
nal, se opone la misma titularidadporiparte<deJos individuos..Los no debe llevaraiconduir que las minorías tienen el rango de sujetos
Estados serían siempre .los <únicos destinatarios de las normas con, dederechointélrnacional, aunque sólo sea en cuanto a .los derechos
suetudinarias-o-conveneíonáles que se refieren a la situación del,in- que se .leslreeonocen•.Esto: significa, .simplemente, que el Estado al
dividuo. Las o bligacíonés-dé-los Estados i de tratariaLiridividuode scrnenda una determinada minoría tiene la obligación de
determinadamanerai(porejemplo,··reconocerlelos·.dere<::hos <funda- ordenamiento interno, el tratamiento conve-
mentales de la persona humana, o castigarlo si cometió crímenes con los otros Estados contratantes.
contra la humanidad)subsistiríanisiemprerespectodeotros\ ¡Estados: como también en los textos de los Pueblos
de. todos los: ottosEstádos'isiis~tr<1taidederechoconsllettldinario, O a,<::J!él,l"l:\OS íntemacionaíes, cada. vez más a menudo se habla de los
de los • . otros: Est~dos.'contratantes,<sise trata.déli dere.<::hQco~venciOr derecho de los pueblos ala autodetermi-
nal •. <Las<•• distintas·'situaci~nesjurídicas.correspondiellt~s'~iJas previ. disponer librémentede.Ios propios
sionesdel'plano <interestataLse; producirían.sóloenel<;írnbito .9él< los teClJn¡os.nat\.u:alt~siderecho, de toda . la- humanidad de. explotar los re-
ordenamientos internos de.cada.ullodeJCls<iEstadQs,.si~ll1PfeqHél.és fotl<:!C>silmarin.os, etc. En la mayor parte de estos dere-
tos adapten su propio derecho interno para hacer honorala,s obliga7 W~; .cuares tendremos ocasión de ocuparnos al tratar el con-
ciones mencionadas (v.p.376y ss.)« las normas intemacionales.í el término "pueblo" es usado
¿Qué! se puede decir de esta,.discusión, de.earácreresencialmente manera enfática y: puede ser tranquilamente sustituido por el
teórico? Siaquítambiéri adherimos a.unawisiónglobal de la vida de indicar al titular efectivo del derecho. Por
relación .internácionale no.p()derno.s.evitaralinearnos.CQ~.<lqlJellos compete la soberanía de los recursos natu-
que seniegan aatribuidepersona,lida,9a,L il1dividuQen el cierélFho in.- r1A¡; .... rAt~.A territorio (v, p. 264),asícomo la participación en la
ternacional, •. reservancloesecará¡;terpara Jos ·.ordélnamientosdél los recursos marinos (v, p.351). Claro que aquí
Estados·o de las ascciaoiónes.de.Estados •. Es.cierto que el derecho in- ~~"""AI...I"." puede .subrayarse en términos. jurídicos sólo sise parte de
38 BENEDEITO CONFORTI INTRODUCCIÓN 39
la idea de que e! sujeto de derecho internacional no es e! Estado- miento de la mayoría de los súbditos y sean libremente elegidos por
aparato sino e!,Estado-comunidad, que no se identifica con los go- ellos; o que este avale las aspiraciones secesionistas de regiones o
bernantes sino con los gobernados. Ahora bien, ya hemos criticado provincias autónomas e incluso de regiones étnicamente diferentes
este tipo de ideas, desde un punto de vista general, por considerar- del resto de un país. Estamos lejos de una situación de este tipo, co-
las contrarias a la realidad, incluso respecto de las normas específi- rrío cualquiera puede fácilmente constatar'. El principio de autodeter-
cas a las cuales nos estamos refiriendo. En cambio, se trata de una minación, en cuanto principio ju.rídico que se. extrae de la práctica
cuestión diferente al hablar de derecho de los pueblos en relación efectiva de la mayor parte de los Estados y no en cuanto slogan pu-
con normas que se ocupan de! pueblo en contraposición con el Es- blicitado por ura agrupación u otra, tiene un campo de aplicación
tado, es decir, que se ocupan-de los gobernados por oposición a los más bien restringido. Se aplica solamente a los pueblos sometidos a
gobernantes; en definitiva, que tienden a proteger al pueblo respec- un Gobierno extranjero, en primer lugar a los pueblos (pocos) suje-
to de! aparato que 10 gobierna, como es el caso de las normas sobre tos a dominación colonial, en segundo lugar a las poblaciones de te-
los derechos fundamentales de los individuos. Las normas de este ti- rritorios conquistados y ocupadosporla fuerza (pensemos en los te-
po no son muchas y tal vez se reduzcan a un único principio gene- rritorios árabes ocupados por Israel luego de 1967). Como se lee en
ral, sobre el cual conviene detenerse un momento: el principio de las citadas Declaraciones de la ONU, y como fue confirmado por la
autodeterminación de los pueblos. Corte Internacional de Justicia, la autodeterminación comporta el
Autodetermi- El principio de autodeterminación es hoy una regla de derecho in- "derecho" de los pueblos sometidos a dominio extranjero a indepen-
nación de los ternacional positivo. No sólo está contenido en el texto de distintos dizarse, a asociarse d integrarse canotio Estado independiente,a
pueblos
acuerdos internacionales (por ejemplo, las ya citadas Convenciones elegir libremente el propio régimen político.
de las Naciones Unidas sobre Derechos Humanos), vinculantes sólo
para los' Estados contratantes, sino que ha adquirido carácter con- Precísar con exactitud e! caso previsto por el principio de autodetermina- Autodetermi-
suetudinario a través de una práctica que se desarrolló por obra de ción presenta notables dificultades cuando se trata de territorios en los cua- nación y
presencia de
las Naciones Unidas y que encuentra su base tanto en la misma Car- les .el Gobierno extranjero, aun estando presente masivamente con las pro- fuerzas
ta de la ONU (art. 1, párr. 2 yart. 55) como en ciertas solemnes De- pias fuerzas armadas, se apoya en un Gobierno local del cual tal vez recibió armadas
una solicitud de "ayuda" más o menos fraternal. Se podría decir que en este extranjeras en
claraciones de Principios de la Asamblea General de la Organiza- el territorio de
ción, tal como la Declaración de 1960 sobre la independencia de los caso -incluso cuando la presencia del Gobierno extranjero no llegue a ha- un Estado
. pueblos coloniales y la de 1970 sobre las relaciones amistosas entre cer que e! Gobierno. local parezca un Gobierno fantoche (v. p. 29)- el prin-
cipio de autodeterminación se aplica en e! sentido de imponer a ambos Go-
los Estados (v. p. 79). También la Corte Internacional de Justicia re-
biernos la cesación de la ocupación extranjera. Modificando parcialmente lo
conoció su existencia como principio consuetudinario en dos opinio-
dicho en otro ámbito (v. Conforti, p. 240), consideramos que en este sentido
nes dadas a pedido de la Asamblea General (sobre la función consul- podría interpretarse la práctica de la Asamblea General de la ONU, orienta-
tiva de la Corte: v. p. 499), la opinión 21-6-1971 sobre NatÍlibia da a'condenar, en nombre de! principio de autodeterminación, la presencia
(CIJ, Recueil, 1971, p.31 y ss.) y la opinión 16-10-1975 sobre el Sa- de la Unión Soviética en Afganistán hasta 1989 y la vietnamita en Camboya
hara Occidental (ibidem, 1975, p. 31 y ss:). Es necesario, sin embar- (paraJas referencias a la práctica, ibidem, p..241).
go, evitar dar al principio de autodeterminación un significado que . ,En lo que respecta a los territorios coloniales, e! principio de autodeter~i
Autodetermi-
corresponda exactamente al significado común de esta pálabra. Es ón ha venido adquiriendo e! significado que tiene actualmente, o sea, e!
nación y
necesario evitar considerar que el derecho internacional pretenda ipio que impone la concesión de la independencia, a través de" una prác- descoloniza-
que todos los Gobiernos existentes en la Tierra gocen del consenti- tica que cambió el arto 73 de la Carta de las Naciones Unidas. Este artículo, ción
JlI
en efecto, lejos de prever la independencia de las colonias, se limitaba a solici- gena sino "importada" desde la madre patria (como, por ejemplo, en el caso
tar a las potencias coloniales promover el progreso político, económico, so- de las islas Malvinas o de Gibraltar, sometidas a dominación inglesa). Tam-
cial y educativo de las poblaciones sometidas, proteger a estas últimas contra bién en este caso debemos preguntarnos en qué sentido y hasta qué punto
los abusos y favorecer su autogobierno. El arto 73 pareció a algunos incom- las pretensiones del Estado contiguo deben ser satisfechas. Según una opi-
patible con los citados arto 1, párr. 2 y arto 55 de la Carta, que asignan a la nión que parece bien fundada en la práctica de las Naciones Unidas
ONU la tarea de desarrollar entre los Estados "relaciones amistosas fundadas (Iovane), de la combinación de los dos principios no nace la obligación del
en el respeto del principio... de la autodeterminación de los pueblos". En Estado colonial de transferir e! territorio al Estado contiguo, sino la de acor-
nuestra opinión no existe un problema de compatibilidad, dado que, en la dar una solución orientada hacia la descolonización. En el caso de las Mal-
época de la redacción de la Carta, la autodeterminación tenía un significado vinas, los acuerdos de Madrid de 1989 y de 1990 entre la Argentina y el
diferente y más restringido: no era entendida en sentido positivo, es decir co- Reino Unido -acuerdos que señalaron una suerte de reconciliación entre los
mo obligación de un Gobierno que ocupaba un territorio no propio de dejar dos países luego de la guerra de 1982- han creado por ahora solamente el
que e! territorio mismo decidiese acerca de! propio destino, sino en sentido clima favorable para una definición de los vínculos relativos a estas islas (pa-
negativo, o sea, simplemente como obligación sobre todos los Estados de no ra e! texto de los acuerdos, V. ILM, 1990, p. 1291 y ss.).
interferir, mediante amenazas, acciones coercitivas o presiones eficaces, en las Notemos, finalmente, que, a fin de que sea configurable la obligación del Irretroactivi-
Gobierno que ocupa un territorio no propio de permitir su autodetermina- dad del
elecciones libres, con respecto a gobierno, constitución, leyes, etc., operadas principio de
en el ámbito de Estados extranjeros (pueden encontrarse indicios en este sen- ción (salvo, obviamente, el caso de los territorios coloniales), es necesario autodetermi-
tido también en los trabajos preparatorios de la Carta: cfr. Conforti, p. 240). que la ocupación no se remonte más allá de la época en que el principio de nación
Entendido de este modo, e! principio de autodeterminación venía a coincidir autodeterminación se afirmó en su sentido positivo, o sea más allá de la se-
con el de no injerencia en los asuntos de otros Estados (v. p. 292 y ss.). gunda posguerra. No puede reconstruirse, en efecto, una voluntad de la co-
Siempre a propósito de los territorios coloniales, es necesario también te- munidad internacional de rever todas las situaciones territoriales que se
ner en cuenta una regla que se formó en el ámbito de la ONU y que atribuye crearon en épocas anteriores, luego de eventos bélicos o mediante e! uso de
a la Asamblea General la competencia pata decidir, con efectos vinculantes la fuerza. No puede por lo tanto hablarse, por ejemplo, de un derecho a la
para todos los Estados, acerca de la suerte de los territorios mismos (v. p. autodeterminación de los territorios que fueron objeto de ocupaciones o
193). La Asamblea debe, sin embargo, conformarse al principio de autodeter- anexiones luego de la Primera Guerra Mundial, Tampoco podía hablarse (y
minación así como fue entendido más arriba; de lo contrario su decisión es por los mismos motivos), antes de los acontecimientos que a principios de
ilegítima e ineficaz. Según lo expresado por la Corte Internacional de Justicia setiembre de 1991 llevaron a la independencia de Estonia, Letonia y Licua-
en la citada opinión sobre el Sahara Occidental (CI}, Recueil, 1975, p. 33, nia....,..los tres países bálticos ocupados por la fuerza y anexados a la Unión
párr. 59), la Asamblea puede decidir, si circunstancias "especiales" lo requie- Soviética en 1940~, de un derecho de estos países a la autodeterminación.
ren, incluso sin consultar a los habitantes de! territorio y siempre que se al- Como se sabe, los Estados bálticos adquirieron la independencia con e! con-
cance igualmente e! objetivo de respetar su voluntad. sentimiento de la Unión Soviética; su reconstitución concreta una hipótesis
El principio de autodeterminación de los territorios coloniales debe ade- deformación de nuevos Estados por secesión (v. p. 157).
más coordinarse con e! principio de la integridad territorial, y la necesidad
de la coordinación se impone también a la Asamblea General de la ONU en Por 10 tanto, el derecho internacional general le impone al Estado
sus decisiones. Sobre la base del principio de la integridad territoriales nece- que gobierna un territorio no propio que permita su autodetermina-
sario tener en cuenta los nexos histórico-geográficos de! territorio a descolo-
ción. Puede incluso sostenerse, como veremos, que, frente a la viola-
nizar co~ un.~stado contiguo formado también, quizá precedentemertte, por
ción del principio, los otros Estados deben adoptar sanciones, como
descolonizacióm La esfera de aplicación de este principio es más bien incier-
ta: todo lo que puede decirse es que e! principio de autodeterminación debe el desconocimiento de cualquier efecto extraterritorial de los actos
cederle e! paso sólo cuando la población local no es mayoritariamente indí- de gobierno emanados en el territorio (v. p. 267). Es considerado lí-
42 BENEDEITO CONFORTI INTRODUCCIÓN, 43
cito además, siempre por e! derecho internacional general y siempre Tampoco se le da mayor importancia a los resultados de la Conferencia
de conformidad con una práctica desarrollada por obra de las Na- sobre e! Derecho Humanitario en los conflictos armados, que se llevó a cabo
ciones Unidas, el apoyo a los movimientos de liberación nacional. en Ginebra entre 1974 y 1977 para integrar las cuatro Convenciones de Gi-
nebra de 1949 sobre la protección, respectivamente, de los heridos y de los
Pero, establecido todo esto, ¿puede hablarse de un verdadero dere-
enfermos de las fuerzas armadas en campaña, de los heridos, enfermos y náu-
cho subjetivo internacional a la autodeterminación de los pueblos
fragos de las fuerzas armadas navales, de los prisioneros de guerra y de los ci-
sometidos a dominación extranjera? En realidad, también en este viles en tiempo de guerra (sobre la Conferencia v. The New Humanitarian
caso, e incluso con mayor evidencia que respecto de las normas co- Law 01 Armed Conflicts, a cargo de A. Cassese, Nápoles, 1979, vol. 1 y Ir).
rrespondientes a los individuos, fas relaciones de derecho interna- De acuerdó con e! 1 Protocolo surgido de la Conferencia y abierto a la ratifi-
cional se verifican de manera exclusiva entre los Estados. Es con cación de todOs los 'Estados, las normas contenidas en e! Protocolo mismo co-
respecto a todos los Estados o, como se dice, a la comunidad inter- /no así también en las citadas Convenciones, que son aplicables en caso de
nacional en su conjunto, que subsiste la obligación de! Gobierno ex- guerra entre las Partes contratantes, se extienden a los conflictos armados
tranjero de permitir la autodeterminación; es con respecto a la co- "en los cuales los pueblos luchan contra la dominación colonial y la ocupa-
munidad internacional que los Estados tienen la obligación de negar ción extranjera y contra los regímenes racistas en el ejercicio del derecho de
eficacia extraterritorial a Jos actos de gobierno cumplidos en el te- los pueblos a la autodeterminación... " (art, 1, párr. 4); esta extensión está
rritorio dominado; es en las relaciones entre e! Estado que gobierna condicionada, en primer lugar, a la circunstancia de que e! Gobierno colo-
nial, ocupante o racista, ratifique el Protocolo, transformándose en parte
el territorio y los otros Estados que el apoyo a los movimientos de
contratante de! mismo y, en segundo lugar, a una "declaración unilateral"
liberación no puede ser considerado ilícito. Nos parece arriesgado,
por par,te de I~ "A~to~idad representante del pueblo en lucha" .(art. 96,
en cambio" construir relaciones jurídicas internacionales entre el párr. 3) por la cual ésta se obligue a respetar, a su vez, las Convenciones y e!
pueblo qu~ lucha para liberarse y el Gobierno extr~njero que 10 Protocolo. Claro que el hecho de que se verifique la primera condición es to-
oprime. talmente in1p~obable y hace ocioso, por lo tanto, el argumento del significado
de diChá extensión desde el punto de vista jurídico-formal. Debe ponerse en
Movimientos No puede invocarse, en cambio, la así llamada naturaleza internacional evidencia, de todos modos, que a la "Autoridad representante del pueblo" no
y guerras de se le. atribuye la función de parte contratante (aunque la capacidad de cele-
de las guerras de liberación, siempre que con esto no se quiera insistir en e!
liberación
nacional hecho de que las luchas de los pueblos para la autodeterminacióil'conciernen brar'acuerdos sea un rasgo característico de la subjetividad internacional) y
al der'echo internacional con las limitaciones antedichas, sino sostener que se que esto se explica, una vez más, por la oposici~n de los países oc~i~entale~,
apliquen automáticamente las normas consuetudinarias de! derecho interna- manifestada también en el seno de la Conferencia, contra la automática equi-
cional bélico, válidas para la guerra entre Estados; á estas hichas,cuando paración qe las guerras de liberación a las guerras internacionales. ~sí las c~
sean armadas. Esta tesis fue, en efectO, defendida repetidas veces en sede de S¡lS, sería siempre difícil sosten~r que, incluso en ,e!. caso de que debieran ven-
las Naciones Unidas y fue también recogida en algunas resohiciones no uná- ficarse las condiciones para aplicar las normas de Ginebra a una guerra de
nimes de la Asamblea de la ONU (las resoluciones de la Asamblea no tienen, ¡,¡ c¿i6n; ~~~re ~l pueblo que lucha y elGobierno opresor se instauren ver-
en sí, fuerzayinculanre: v. p. 192); sin embargo,Ia tesis mencionada encon- as r~la~iohes d~ derecho internacional convencional; debería decirse,
tró siempre op~sición en e! grupo de países occidentales. Se trata, por lo tan- m~~ bi~n, que e! Gobi~rno resultaría obligado a respetar dichas normas sólo
to, de una tesis cuyo valor político y mor<il difícilmente pueda desconocerse do de los demás Estados contratantes, Y que la declaración de acepta-
(la aplicación' de las normas internacionales de derecho bélico contribuiría ción por parte de losrepresentantes de! pueblo en lucha, o sea e! compromiso
tanto a dar mayor relieve a los J:Iióvimiento's deliberaCión cocio a húmani- a la reciprocidad, constituiría una condición para que surja dicha obligación.
zar él conflicto), pero, por no contar con e!'consenso de la generalidad de los ¡ Debemos al menos advertir que lo sostenido hasta aquí prescinde de la
Estados, nó corresponde al derecho vigente. hipótesis de que un movimiento de liberación nacional-logre controlar efecti-
44
BENEDEITO CONFORTI
INTRODUCCIÓN 45
ternacional si, eventualmente, son aplicables normas de derecho internacio- so de los dos entes de los cuales se ocupaban estas sentencias- de organiza-
nal general a la relación concreta que se debe regular. Sobre esta materia v ciones internacionales que, dado el número restringido de sus miembros y la
Conforti, en RDI, 1964, p. 566 Yss. yen RDIPP, 1970, p. 229 Yss. . naturaleza de la actividad desarrollada, se limitan a perseguir los intereses, o
Un p~oble~a, ~uy. importante que puede presentarse con respecto a la la suma de los intereses, de los Estados que forman parte de ellas y no fines
personalidad jurídica interna de las organizaciones internacionales es e! de la totalmente autónomos y superiores: no se escapa en este caso de! principio
e.ventual resp~nsabilidad ~olidaria de los Estados miembros por las obliga- cuius commoda, eius incommoda. Es necesario, sin embargo, ser cautos an-
ciones contraídas por los organos de la organización en la persecución de los tes de concluir que la limitación de responsabilidad no deriva de la norma
fines estatutarios. El problema es evidentemente diferente del mencionado de!' tratado constitutivo que prevé la capacidad interna de la organización.
más arriba, que consiste en preguntarse si los acuerdos internacionales cele- Parece, por ejemplo, que una fórmula como la utilizada por el citado arto
b.r:dos por la organización vinculan o no a los Estados miembros, y su solu- 211 del Tratado CE ("la más amplía capacidad jurídica reconocida por las
Clan no puede, por lo tanto, ser deducida de las normas que regulan esta se- legislaciones nacionales") tiende, justamente, a la limitación.
gunda cuestión. Se trata en este caso de un problema que debe resolverse a
la lu~ de las nor~as, internacionales o internas, sobre la capacidad de dere- Otro ente totalmente independiente de los Estados, pero activo en Iglesia
cho mterno: Dos mteresantes sentencias, una de la Cámara de los Lores del el ámbito de la comunidad internacional, es la Iglesia Católica. In- Católica
26-10-1989 (caso j.H, Rayner Ltd v, Department of Trade, en el ILR, vol.
cluso en e! período entre 1870 y 1929, en e! cual desapareció todo su
81, p.679 Y ss. yp. 714 Yss.) y la otra del Tribunal Arbitral 'de la Cámara
de Comercio Internacional del 5-3"1984 (ILR, vol . 80,p'612 Yss)
dominio territorial, siempre se le reconoció por tradición personali-
. ' . se ocu-, dad internacional a la Iglesia Católica. La personalidad de la, Iglesia
pan de! tema: en el primer caso se trataba de decidir si los Estados miembros
d.e la Orgartizació~ Int~rnacional de! Estaño, creada para estabilizar los pre- se concreta no sólo en e! poder de celebrar tratados internacionales
CIOS de esta matena pnma (v. p. 314 y ss.), debían responder parlas deudas (entre los cuales se encuentran, según la opinión más difundida, los
contraídas por la Organización que ésta no estaba en condiciones de pagar; mismos Concordatos), sino también, dada la existencia de! Estado
e~ e! segundo caso, se presentaba la misma duda con respecto a la Organiza- de la Ciudad de! Vaticano, en todas las situaciones jurídicas que pre-
CIÓn para la Industrial~zación. Arabe, creada por algunos Estados árabes pa- ponen e! gobierno de una comunidad territorial.
ra e! desarroll~ de la mdustna de las armas y lúego puesta en liquidación. Con la Iglesia Católica y las organizaciones internacionales, la lis-
Ambas sentencIas se apoyan en la tesis de que la existencia de una norma in- ta de los sujetos internacionales puede considerarse cerrada.
terna sobre la capacidad jurídica de una organización internacional, conteni-
da en su tratado constitutivo, no es decisiva para negar la responsabil'd d Una parte ele la doctrina italiana, seguida por la jurisprudencia de Italia, Orden de
'd' . d I I a
su bSI lana e os Estados miembros, dado que la absoluta limitación de res- retoHoce la calidad ele sujeto interhácional' también a la Soberana Orden Malta
ponsabilidad no es consecuencia necesaria de la personalidad. Pero, mientras Militatde Malta, 'orden religiosa dependiente de la Santa Sede. En éfécto, la
qué la seh~encia inglesa considera que 'río hay normas internacionales aplica- rden tiene como único nexo conlacoiminidadinténlacional el hecho de
bles y decIde e! caso á la luz de! propio ordenamiento, llegando a excluir la aber "gobernado" un tiempo en Rodas y luego, hasta fines de! siglo XVIII,
responsabilidad de los Estados miembros, la segunda considera 'que dada I Malta. Hoy está dedicada a obras de asistencia, función sumamente no-
", dI I "
onusron e tema en e tratado constitutivo, la responsabilidad subsiste sobre
a
le, pero que no justifica la 'posesión de personalidad internacional, la que
la base de un principio g:neral de derecho (como veremos, los principios ge- ormalmente se le excluye incluso a la Cruz Roja Internacional. La atribu-
n.erales de derecho constituyen una categoría de normas de derecho interna- ión de la personalidad a la Orden de Malta no haría mal a nadie si, siempre
~1O~al ge~eral: v. p. 60 y ss;), precisamente del principio según el cual e! caso de Italia, no diese lugar a la justificación para reconocerle a la Or-
quren se, ~om~romete en asuntos de naturaleza económica debe responder en todas las inmunidades que, como veremos, corresponden a los Estados
por las obhgaclOnes que de ellos deriven". Nos parece que debe preferirse el tranjeros y a sus órganos (v. p. 287 y ss. y 292 y ss.). Sobre todo, se le ha
resultado al cual llega la segunda sentencia cuando se'trata -como en e! ca- permitido a la Orden sustraerse al Fisco, en relación con los bienes poseídos
48 BENEDEITO CONFORTI
nera, contra el Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de la Soberana Las normas de derecho internacional general, es de~~r, las !1or'm~s .
Orden de Malta acreditado ante el Gobierno argentino, sostuvo la aplica- que vinculan a todos los Estados, tienen, como ya se dIJO, natu,raleza
ción del artículo 24, iric. 1°, último parágrafo del Decreto-ley 1285/58 a los consuetudinaria. Comenzamos, por tanto, a preg~ntarnos que~é~e
efectos de requerir la conformidad del demandado para ser éste sometido a entenderse por costumbre internacional, reservándonos para· mas .
jUicio por ante los tribunales nacionales. (Radziwill, Carlos s/causa N° 9439, adelante considerar si existen, además de ella, otras fuentes de nor-
Corte Suprema de Justicia de la Nación: R. 96. XXN. Originario Penal, ís
mas generales. . d'f' ' . d
de mayo de 1993.) La Corte en su sentencia confunde inmunidad y franqui- La noción de costumbre en el derecho internacional no 1: Iere. e
cias diplomáticas con inmunidad de jurisdiccióp del Estado. Sobre el parti- noción de costumbre elaborada por la teoría general del der~cho y
'lizada también en el derecho interno. De conformida~ con e~a ~o.-
cular debe recordarse que Argentina reconoció a la Soberana Orden de Mal-
ta como "entidad internacional independiente" y estableció relaciones
. , se considera que la costumbre internacional esta constituida
diplomáticas por Decreto N° 26.588/48. Este hecho no implica el reconoci-
miento de la OrdeJ,1 como un Estado,ni mu~ho menos conceder a sus repre-
Ion~n comportamiento constante y uniforme de los ~stados, es de-
sentantes diplomáticos idénticos privilegios e inmunid~des que a los repre- por la repetición de un determinado comporta~Iento, acompa-
sentantes diplomáticos de los Estados, regulados en la Convención de Viena a por la convicción de la obligatoriedad de ese mismo comporta-
sobre Relaciones Diplomáticas de 1961.J
or '1 o tanto , son dos los elementos que caracterizan. a esta fuen-
. Elementos
a diuturnitas (o mejor, la praxis) y la opinio iuris siue nec:ssrta- de la
costumbre
na concepción de este tipo, llamada dualista, no tuvo, sm ern-
argo, unanimidad de consenso en la doctrina. Se sostuvo, por ot:a
arte, que la costumbre estaría constituida ~~lar.ne~te por la ~ra~rs,
a que si se admitiera la necesidad de la oprmo turtS,. se llegar~a me-
blemente a considerarla nacida de un error. Se dice que SI en el
mento en que se va formando la norma, el Estado cree .que deter-
ado comportamiento es obligatorio, es decir, requerido por el
50
BENEDEITO CONFORT!
LA FORMACIÓN DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 51
derecho, mientras que en realidad el derecho no existe, porque se
halla en formación, es evidente que el Estado está en un error. La cessitatis. La obligatoriedad se confunde así con la nec~s~d,ad, es d~-
opinio iuris no sería, por 10 tanto, uno de los elementos constituti- , la obligación social. Al menos en el m,o mento inicial de for-
Clf,con , d bid
vos de la costumbre, sino más bien el efecto psicológico de la exis- maciónde la costumbre, el comportamiento no se SIente t~n e 1, o
tencia de la norma, presuponiendo por 10 tanto que ésta ya se ha jurídica como socialmente. Debe tamb,ién,observa~seque, ~l ,n,o se m-
formado. sistiese sobre la opinio iuns. ac.necessttatts, faltana, la posibilidad d,e
La crítica a la concepción dualista de la costumbre tiene el defecto istinguir entre el mero "uso", determinado, por ejemplo, por-motr-
de fundarse principalmente en argumentos lógicos. Si bien desde un os de cortesía, de ceremonial, yla costumb~e" p~~ductora de,nor-
punto de vista abstracto dichos argumentos pueden también resultar iuríditeas, Se ha obj erado a esto que la distinción se ba,sana
as jun 1 so-
convincentes, nos parece determinante en sentido contrario la obser- e otros elementos, más precisamente sobre el hecho de que e m,ero
vación de la práctica internacional. o consistiría en asuntos poco importantes desde ,el ~~nto de VIsta
Si se examina la práctica de los Tribunales internacionales, se cial incapacescoino tales de producir normas JUt1dl~as. Pero se
puede confirmar la tesis según la cual ambos elementos deben poner- ed: objetar también que ciertos usos dictados por mO:lvos ~e cor-
se de 'relieve en la deliCada obra de reconstrucción de la Costumbre ía "-por ejemplo, el uso de extender la esfera de las ,1n~umd~des
internacional. Esta orientación ha sido retomada por la Corte Inter- plomáticas- no reviste absolutamente dicha, catacrenstrca.y; SIno
nacional dé Justicia en la sentencia del 20-2-1969 sobre la cuestión concretan en costumbres jurídicas, se debe Justa y solamente ~ la
de la de1imitaCÍón de la plataforma continental en el Mar del Norte rcunstancia de que los Estados no están convencidos de su obliga-
(CI], Recú'eil; 1969;párrafo 76-78), como así también en las sucesi- riédad.
vas sentencias del 3-6-1985 por la delimitación de la plataforma
¿ontihentálentreLibiay Malta (CI], Recueil, 1985, párrafo 17) y Este punto se encuentra tratado en la sentencia del Tribunal de' Casa-
del27':6~1986 sobre las actividades militares y paramilitares contra n Penal, Secciones reunidas, 28-5-1955, en Giur. I~., 1955, Ir, 367, que
NicaragtIa (iaem,' '1986, párrafo 186-186). T~mbién fa jurispruden- la existencia de una norma de derecho internacIO~a,l general que ~x
cia' interna es favorable al recondciinierito de ambos elementos (cfr. las inmunidades diplomáticas al personal de serVICIO de las em,baJa-
Cónforti,Cours général, p: 64'y ss~). Paralelamente ala práci:ica ju- . ~a Corte observa: " ... no puede desconocerse, ciertame~te,la :xIsten-
rispnidencial, los Estados siempre 'se pronunciaron en el sentido de de una costumbre internacional por la cual se acuerda la lllmum~~d de
qÚé la: ópinio iuris era indispensable: para la existeticiade la costuin:.. dicción incluso a las personas del séquito no oficia~ y a la fan;Iha del
breo Es sintomático al respecto el hecho de que, para evitar qu~1a _ mático incluido el personal doméstico, aunque solo sea a 'título de
cortesía. Por otra parte, si se determina el contenido de esta no~ma
praxis de por s{'éree derecho, muy a menudo lds'l:;Sranoneápür~na
etudinaria con el rigor necesario dada la falta de una corresp,ondIen-
déda:rárque UhCierto comportamiento que ellos entienden mantener , resu ltaeú
teie neoéssitatis, - 1ar que 'de ningún 'modo existe una
ta un'1 sena
está dietado pdr meras razones de cortesía, o bien que no puede ser acente obligación internacional de los Estados de observar esta norma
considerado capaz de "crear un precedente» a los firies de la forma:.. ndicionalmente y en cualquier caso". La sentencia e~amina luego al-
ción de tria norma consuetudinaria o de la abrogación de una nor- as prácticas en las cuales queda 'de manifiesto lo annenon ~n cuant~ ~
ma preexistente (desu'etudb). ' , urisprudencia extranjera, y siempre en el tema de la ex~enslO~ ~e las in
Costumbre
y normas de
cortesía
Por Otrá parte, es necesariono'sohrevalorarla objeción segun Iá idades diplomáticas al personal de servicio de los diplomáricos r:
cual, si se admitiera la opinio iuris,la costumbre se basaría sobre el 'emplo, la sentencia de la Corte Administrativa Federal de la Repubh-
'err6r. Eri'ré!alidad se habla y se habló siempre de opinio iuris ac 11e- ederal Alemana 22-1-1971 (en ILR, vol. 70,p. 402) Yde la Corte Su-
ma austríaca del 28-4-71 (ídem, vol. 71, p. 550),
52 BENEDErro CONFORT! LA FORMACIÓN DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 53
Costumbre y
práctica La existencia ano de la opinio iuris: ac necessitatis es el único Finalmente, el elemento dela opinio iuris. ac necessitatis sirve para Transforma-
convencional criterio utilizable para verificar la existencia de una norma consue- ción del
distinguir el comportamiento del Estado tendiente a .modificar el de- derecho con-
tudinaria a partir de la práctica convencional. Si se examina una recho consuetudinario preexistenre.-s-es . decir, el' comportamiento suetudinario
vez más la jurisprudencia interna, se verá que los tratados consti- tiende a modificar o a abrogar una determinada costumbre a
tuyen uno de los puntos de referencia más utilizados en la recons- vés de la formación de una costumbre nueva o simplemente de un
trucciónde una norma internacional consuetudinaria. Pero los suetudo»~ del comportamiento que constituye, en cambio, un
tratados pueden ser interpretados ya sea como confirmación de ro ilícito internacional. El tema es sumamente importante y puede
normas consuetudinarias existentes, o como creación de nuevas rse al vivo debate doctrinario que se desarrolló en Estados Uni-
normas, limitadas sólo a las relaciones entre los Estados contratan- (cfr. AJIL, 1986, p. 913 Y ss. Y1987, .p. 371 y ss.), originado por
tes; en este sentido sólo una indagación sobre la opinio iuris ac ne- unos casos, de jurisprudencia en los cuales se había presentado,
cessitatis, sólo la investigación orientada a establecer si los Estados e otros, el problema de si las Cortes estadounidenses podían cen-
contratantes han-entendido el vínculo contractual en el primer o en surar la eventual violación de normas del derecho internacional con-
el segundo sentido puede permitir o excluir la utilización de toda suetudinario por parte del Gobierno. Si el Ejecutivo, y en particular
una serie de tratados como prueba de la existencia de una norma el Presidente de Estados Unidos -se dijo- no son libres de violar el
consuetudinaria.
erecho consuetudinario, ¿esto no significa excluirlos, precisamente,
el proceso de transformación del derecho consuetudinario, dado
~o puede extraerse un principio consuetudinario de una práctica con- ue dicho proceso parte, justamente, de un comportamiento que só-
vencíonal, aunque sea constante y repetida en el tiempo, cuando es claro puede ser ilícito a la luz del derechoexistente y en el momento ini-
que dicho principio es fruto de las concesiones que hacen parte de los Es- 1 deformación de la nueva nqrma? La pregunta tuvo varias res-
tados contratantes con el único fin de obtener otras concesiones tal vez stas: algunos autores fueron contrarios a atribuir un "poder de
con respecto a relaciones diferentes. Es así como, por ejemplo, el Tribu- lación" al Ejecutivo y otros, partidarios; otros incluso se mostra-
nal Irán-Estados Unidos (Iráll-US Claims Tribullal), instituido por los propensos a requerir "una autorización para violar" por parte
acuerdos de A,rgel del 19-1-1981 para entender en los recursos presenta- ongreso. En nuestra opinión, el problema se resuelve si se tiene
dos por los CIUdadanos respectivos debido a las medidas tomadas en te, en este caso, que el procedimiento de formación del dere-
cuanto a sus bienes, se negó a deducir de la práctica de los llamados consuetudinario necesita de la opinio iurisac necessitatis, es
lump-sum agneemeuts el principio de "indemnización parcial" aplicable
s,de Jaopinio necessitatis. Es claro, por 10 tanto, que el Ejecutivo
a la expropiación y a la nacionalización de los bienes extra~eros. Los
e violar el derecho consuetudinario si demuestra (y si 10 recono-
lum~-sum agreemellts son acuerdos, bastante frecuentes en la práctica,
mediante los cuales el Estado nacional de los sujetos cuyos bienes han si-
Corte eventualmente Uamadaa censurar su actuación) que di-
do expropiados o nacionalizados en el extranjero acepta del Estado ex- 'olación está basada en la convicción de su deber social.
propiante o nacionalizan te una suma global, generalmente inferior a la
que debería corresponder si la indemnización cubriese el valor total de los
bienes (v. p. 276). Según el Tribunal Irán-Estados Unidos, los lump-sum
agreeme11ts serian de hecho fruto de negociaciones (bargaÍlt) y, por lo tan- Jo que respecta al elemento de la diuturnitas. (continuidad en el Tiempo de
to, no resultarían un indicativo de la existencia de norma alguna de dere- po), debe advertirse que el problema del tiempo deformación de formación de
la costumbre
cho internacional general. Para los datos relevantes, cfr. PelIompaa y Fitz- stumbre no se presta a soluciones precisas y unívocas. Si es ne-
rnaurice en NYIL, 1988, p. 108 y ss,
rio que transcurra cierto tiempo para que se forme-la norma, y si
---~------"""''''''''----IIIIIIIIiIIIIIIl!IIIIIIIII--_,.
54
BENEDEITO CONFORTI
LA FORMACIÓN DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 55
es cierto que ciertas normas consuetudinarias -por ejemplo, y como
veremos,las·normassobre la soberanía territorial. y sus corolarios~ ruraleza privada, ha ido formándose a partir de la Primera Guerra
tienencarácterplurisecular, también es cierto que ciertas normas se Mundial por obra, precisamente, de la jurisprudencia de varios paí-
han'consolidado en pocos años """"'"'por ejemplo, la norma que somete ses y bajo el influjo inicial de la jurisprudencia ítalo-belga, derogan-
la ~lataforma' continental al pocfer del Estado ribereño..En realidad do así una vieja costumbre, expresada con el lema par in parem non
el. t¡empopuedesertanto más breve Cuanto más· difundido esté un
j habet iudicium, que sancionaba, en cambio, la inmunidad absoluta
determinado· COmportamiento entre .los ¡miembros de la comunidad de los Estados extranjeros. Ahora, la misma jurisprudencia está e/a-
internaCionaL'Sin embargo, la persistencia en el tiempo sigue siendo rando nuevas normas para regular un aspecto en particular de la
unfabtorineliminablej ya que la.s"costumbres instantáneas"· de las unidad de los Estadbs,el de las relaciones de trabajo con Estados
cuales inc1uso Hegan a ha-blar algunos, no sólo son una contradicción ranjeros (v. p. 298 Yss.). Además, en cuanto a las causas de nuli-
en los términos; sino.también. un. fenómenoque'en 'nuestra, opinión d ode terminación de los tratados (v. p. 171 Yss.) la [urispruden-
no puede generar normas jiu!ídicas, debido a la falta del carácter de a que debe aplicados puede contribuir ala evolución del derecho
estabilidad que está ínsito en el derecho no escrito. suetudinario. Por cierto, una función de' este tipo es desarrollada
especial autoridad por las Cortes Sdpremas. Aun cuando proce-
en defensa de los valores formalmente protegidos por los órde-
ientosinternos pero susceptibles de ser iíceptados también a ni-
Actos del
Estado que ¿(;uáles son los órganos del Estado que concurren en el procedi- internacional, para ser difundidos en la mayoría de los países, las
forman miento de·formación de la norma consuetudinaria? .. tes Supremas pueden tener una influencia; decisiva en la creación
costumbre
.Se,reconoce' generalmente que pueden. participar en él todos los derecho consuetudinario; y su tarea trente a costumbres antiguas
órganos estatales, no solamente los órganos que detentan el.poder e se oponen a'valores constituciónales fúridanier\.tales y difundidos
exterior. ,Ala 'formación de la costumbre pueden concurrir, por 10 promover, aunque con cautela, larevisi6n de tales normas consúe-
dinarias. ' .
tanto, no sólo actos "externos" de los Estados (tratados, notas- di-
plomáticas, comportamientos en los organismos internacionales) si-
no también actos "internos" (leyes; sentencias, actos' administrati-
vos); No existe ningún orden de prioridad entre todos estos actos,
sino que uno u otro reviste, en cada caso, una importancia mayor se'- Como sé dijo, la costunibre crea derecho general y éñrríb.tál se ün- Aplicabilidad
gún el contenido de la norma consuetudinaria de que se trate. á todos lós" Estados, hayan o fio participado en su formación. de la
Papel de la costumbre a
La jurisprudencia interna desempeña Un papel decisivo en la for- n'ló que corriúnmentese eriseña, las normas consuetudinarias se los Estados
jurisprudencia
interna en la mación de'ciertas normas consuetudinarias, precisamente de aquellas néntá'mbién á los Estados de reCiente formación-. Siñ' embargo, nuevos
formación de inéipio ha! sido puesto' eh'discusión por 'elhumerbso: giupode
la costumbre destinadas a recibir mayor aplicación internamente en el Estado.
Pensemos en el campo de las inmunidades de los Estados extranjeros nuevos sUrgidos del proceso de descolonización (¡qtie son la
con respecto a la jurisdicción civil (v, p. 292 y ss.) o de las inmunida- ía délos'riliembrbs actuales dé'la'ébmunidadintemacionál!). El
des de los agentes diplomáticos (v.p. 287 y ss.) Como veremos, la erecho internácionalconsuetudinario ..:.:.-diéen ellbs":':'- sefotmó
normaactuál sobre la inmunidad de los Estados Con respecto a la ju- época colonial, respondiendo a exigencias y a intereses total-
risdicción civil, que prohíbe el. ejercicio de. jurisdicción respecto de e diferentes de los dé nuestrotiempó; nó'puedepretender, por lo
los actos de naturaleza pública pero,loadmite respecto de los de na- , tinculara un Estado qúe nazca hoy, con 'exigencias einteréses
estos. Déáquíla pretensión de los huevos Estádos de respetar 150-
56 BENEDEITO CONFORTI
LA FORMACIÓN DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 57
lamente aquellas normas consuetudinarias preexistentes "aceptadas"
libremente por ellos, y además, como es obvio, contribuir junto a los la consecuente inserción de sus miembros en e! grupo de los ~aí
otros Estados en la formación de nuevas normas. industrializados o en e! de los países en vías de desarrollo~,sIm
Mientras que ciertas normas consuetudinarias preexistentes -por fica las cosas (aunque, como es obvio, pueden fo~marse dIS~llltOS
ejemplo, la de la soberanía territorial (v. p. 261 Y ss.)- no se ponen os y asociaciones de Estados para cierta~ cuestIO~es partlcul~
ni siquiera mínimamente en discusión, la objeción afecta a aspectos P P ro es cierto que, cuando una norma recibe una firme y repetí-
íntegros del derecho no escrito, como, por ejemplo, el del llamado S)~b':ción por gran parte de los Estados pertenecientes a un deter-
derecho internacional económico, en especial las normas internacio- naJo grupo, dicha norma no sólo no puede oponerse aquellos ~
nales para el tratainiento de los intereses económicos de los extranje- 1 bjetan sino que tampoco debe consid.erarse que existe como
ao , 1 " d
a consuetudinaria. Antes de llegar a la conc USIOn· e que un -
de
ros, y el derecho internacional del mar, en particular el régimen de
los recursos marinos. ¿Es aceptable este tipo de objeción que, por nado ámbito no está regulado, o ya no está regulado por nor-
otra parte, encuentra precedentes en actitudes pasadas de los países onsuetudinarias, e! intérprete debe esforza~se en tratar de en-
socialistas, sobre todo de la Unión Soviética luego de la Primera arunmlmm /. o común denomtríador en la actitud de los Est.ados.,
Guerra Mundial, cuando rechazó el derecho internacional consuetu- rr de reconstruir principios· tal vez generalísimos. Como v~ten::os,
dinario por ser "capitalista"?, ¿Dentro de qué límites deben tenerla síntesis de este tipo no debe excluirse tampoco en los ,ambltos
en cuenta quienes tienen que aplicar una norma internacional con- controvertidos, como. aquellos del tratamiento de los mtereses
suetudinaria, por ejemplo, el juez nacional que debe establecer si se nó¡nicos extranjeros y de! derecho de! mar. . , d
aplican o no a una nave de bandera de un Estado de reciente inde- .zá ~ea oportuno señalar desde ahora que los países. en vias e Costumbre y
resoluciones
pendencia las tradicionales normas no escritas relativas al mar terri- llo, aunque objetanel derecho no escrito "coloni~lista", en lo de las
Aplicabilidad
torial, a la jurisdicción deJas naves extranjeras en puerto, etc.P ace~Ja reconstrucción de! derecho general actual t~enden a so- Naciones
Unidas
de la Nos parece que la respuesta a estas preguntas, y más generalmen- lorar la importancia de toda una serie de resolucIO~es (rec~~
costumbre al te, al problema del "rechazo" de una norma consuetudinaria por adanes) de las organizaciones internacionales decaracte~um
objetor
persistente parte de algún Estado, es la siguiente: debe considerarse irrelevante 1 particularmente de la Asamblea General de. las Naciones
la objeción, aislada o repetida, de un solo Estado (llamado persistent '. órgano del cual detentan la mayoría. A este respecto, no es
objector); y, más aún, tampoco es necesario probar la aceptación de ; tanto en la doctrina como en la práctica, que estamos frente
la norll)a consuetudinaria por parte; del Estado con respecto al cual ve:dadero derecho internacional general, o inclusive ~ue, e! pro-
se la invoca. Si esta prueba fuera necesaria, la costumbre debería iento clásico de formación de la costumbre fue sust~tU1do p~r
configurarse como acuerdo tácito, como de hecho. Ja configura una rocedimiento "cuasi legislativo", centrado en las Naciones Uni-
parte de la doc.~rina. Pero de este modo se negaría la idea misma de bi-Saab). Esta opinión debe rechazarse. Como tendremos
un derecho internacional general y común a varios sujetos interna- ad de ver dichas resoluciones no tienen formalmente fuer-
cionales, idea vigente en el ámbito de la comunidad internacional. ante, y. pdrcierto que las .normas contenidas en .ellas sólo
En cambio, no puede ignorarse la objeción cuando.proviene de un dquirir una- fuerza tal si son; transform~dase~ costumbre
grupo de países: se decía en una época todavía reciente que era rele- nal,o sea,' si son 'confirmadas por la dtu~urntt~sypor,la
vante cualquier objeción proveniente del grupo de los países indus- ris,. o bien sirson trartsfundidas. a convencIOnes, internacro-
trializa~os de Occidente, o bien de los países socialistas, o bien de r otra parte, como también tendremos oport,umdad de ver,
los países en vías de desarrollo. La. disgregación del grupo socialista xcluidoque de las recomendaciones internacIOnales, pued~n
algunos efectos jurídicos, rque no implican laoblrgatone-
58
BENEDEITO CONFORTI
LA FORMACIÓN DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 59
dad, del comportamiento recomendado Se.di
de, las organizaciones int ' 1'" e IC(j que las resoluciones ácterregional, sino por el derecho. no escrito que puede formarse
do" ($oft law} término s (jrnaqona es p~rtenec,en al "derecho blan- O'modificación o abrogación de las normas establecidas por un
,. . umamente ambIguo e Imp' 1
por. atraparte se mantiene 1 . . " . recrso, con e cual minado tratado: en otros términos,es posible, y se verifica en
no obligatoriedad,a sa yo sucaractenstlca de base, o sea, su hechos, sobre todo en el caso de tratados constitetivos de organi-
iones internacionales, que las partes contratantes (y los órganos
la organización} den vida a una práctica que modifique las nor-
s pactadas en su momento. La capacidad de las normas consuetu-
arias así formadas de modificar o incluso abrogar los tratados
Si bien se eXcluye que la costumbre deba conf
to, puede compartirse la idea s ' 1 1 rgurarse como acuerdo táci· e suscitar reservas sólo cuando se trate de organizaciones inter-
egun a cua el derecho '
eh o de formación '~espontánea'~ '(Giuliano A ,no escnro es un dere- onales que comprenden un órgano jurisdiccional destinado a've-
usa sobre todo para destacar q Id h' go, Barde), Esta expresión se pOr el respeto del tratado constitutivo, como es el caso de las Co-
ue e erec o no ito dsrl
dera fuente en sentido formal' t 'b' ~ . escnto enva de una verda- nidades Europeas,
.. .. , . " y .am len esto puede com ' S'
go, no hay que exagerar co I " '. partIrse, III ernbar- . anto la costumbre particular como la general son por definición
, ' " ' , n, a espontaneIdad y d ' L di ,
tor, que el derecho no escritd' , . eClr como Ice algun au- fcnórnenode grupo, como tal no descomponible en relación a ca-
», • • ' , ' o nace e manera inconscí re e.t ' .
que vive en la "conciencia"d l' iernh "cIen e e Impensada, o tado.En otros términos, la costumbre regional, o la que se for-
e os miem ros de l 'd'd" "
o, más aún, que el intérprete sól ' ~ ,com ulll. a lllternacional OlUO modificación de un tratado, resulta siempre de los compor-
" ." "" o estaría en condlclOnes d ' 1 1
slIÍllsmandola propia'Cané" " '1" e sacar o a uz en-
, , . lenCla con a de la com 'd'd" ", entes en el seno de un grupo de 'Estados (los Estados de una
ras 'son afirmaciones bastant'" " '" uru a lllternaclOnal. Es-
" e mlstenosas que pro d'd ', ártlageográfica, las Partes contratarttesdeltratado},sin que sea
rnantica del derecho y q:uepud 11 .' ce en e una Vlstón ro-
lacostumbre nace de la di'uf e en egar a compartirs 'l' , '. iend . ioindagar o probar que cada Estado perteneciente al grupo
' 'd e 00 o SI ennen en qúe
urmfas y e la op ,., , ',' . ,
basta no 'olvidar que d corn ' mIO 11Irts. En otros terminas, ntríbuido' tlfectivamente a formarla. No nos parece,en cam-
portamlento uniforme s b ' 1 ue se pueda homologar: a la .figura de' costumbre particular el
costumbre internacional no ésta' ituid o re e que se basa la
COnstltUI o por m t ' 1 d'f
poco lo está en la costumbre de d h' ,a erra I uso (como tarn- deuna uniformidad de comportamientos entre un cierto rtúmero
10sEsrados preciso~ y claramenteindividuali
leyes, las sentencias e t c ' .
bt
, . erec omterno) no , b'
mas ten por actos de
za es, como los trqtados, las
t~dos rto ligados por tratados o por vínculosgeográfitos o de
i' ",), ,'/: ,,';':, ,.
raleza. Es mejor hablar, en estoscasos, de reciprocidad,
Costumbres
particulares Además deJas, normas consuetud' " normas consuetudinarias generales son susceptibles de aplica- Aplicación
habló hasta'.aquI' se f' . . 1 manas generqles, de lascuales..se analógica del
'gica. 'Como se sabe, Ía analogía,qile debe entenderseco-
. , ' , ' a mente l
a Irmagener '
a eXIstencia d' b , orma de' interpretacÍónextensiva, consiste en aplicar una
derecho con-
partIculares .esdecir 'que 'VI' 1 ' , e , costum res suetudinario
, " ncu an a ungr "d
el eJ'emp'10da" . 1 .' " upo restrmgl ode Estados' a un caso que ésta' no prevé peto cuyas características eseri-
" SICo en a matena: esta cons( 'd 1
t
g~Qnales o 10cales,ide las.cuales. se habla ItUl Q;POr s COstumbres re-
CIertas nOJ;h1as,que,se formaron entre los E~~~~se:r~~o,n r~p:cto a
'
son análogas a las del caso previsto. En el ámbito del derecho
tudinarió, y por lo tanto de un derecho no escrito, él recurso a
Debe admitirse,pot ciertola,f' dI" encaatma}. ogía'tiene s'entido,iobviami:mte, sólo con respecto a casos nue-
Su· ¡apliIcaolQnmásrelevante
., " 19ura e· a costumbre
t
está d d', '
'1
. partlcu aro normas consuetildinarias pueden ser aplicadas a relaCiones
a a, no tanto por, las. normas de ida social que nO existían en laépota de la 'formación de la
60
BENEDETTO CONFORTI
LA FORMACIÓN DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 61
a entenderse sobre un concepto nuevo de "civilización", ya que exis- lunla r lae naturaleza internacionalista de aquellos principios,
r:
, ,
ten aún hoy Estados no civilizados (que torturan o que elevan la dis- 'dos universalmente, que apuntan a salvaguardar la digni-
criminación racial a sistema de gobierno). ay a poner, en marcha una mejor justicia social. Como ,ve-
Los principios En nuestra opinión, dos condiciones o requisitos deben subsistir rudiar el contenido del derecho internacional, yen pannou-
generales de para que puedan aplicarse principios estatales a título de principios beranía territorial, en un tiempo se decía -y aúnes cierto,
derecho
reconocidos generales de,derecho internacional. Es necesario, ante todo, que tales que el Estado, aunque tiene una serie de obligaciones ~es
por las principios estatales existan y sean uniformemente aplicados en la ratamiento de los extranjeros, es internacionalmente libre
naciones
civilizadas mayoría de los Estados; en segundo lugar, y esta es la condición más los propios súbditos como mejor le parezca (lo que se lla-
como normas característica, es necesario que sean considerados obligatorios y ne- 'nio reservado del Estado"). Esta opinión corresponde cada
consuetudina-
rias cesarios incluso desde el punto de vista del derecho internacional, es a la realidad de las normas convencionales que, como ya
decir, que defiendan valores, e impongan comportamientos que los sión de subrayar, se ocupan hoy de muchos aspectos de la
Estados consideren que son defendidos o impuestos, o al menos ne- de la comunidad estatal, e incluso de su vida más "ínti-
cesarios, también en el plano internacional. Entendidos así, los prin- te pensaren toda la actividad convencional en defensa de los
cipios generales de derecho reconocidos por las naciones civilizadas humanos (v. p. 312). La misma opinión, sin embargo, es
no son sino una categoría sui generis de normas internacionales con- avía en lo quese refiere al derecho consuetudinario, salvo
su~tudinarias, respecto de las cuales la diutúrnitas. está dada por su excepciones: por ejemplo,y siempre en el cam~o d~ losde:e-
previsión y aplicación uniforme por parte de los Estados dentro de manos "se considera que el derecho consuetudmanoprohlbe
sus respectivos ordenamientos (como se vio, los órganos legislativos las .~iolaciones graves (las llamadasgross violations) de los
mismos pueden concurrir a la formación de normas internacionales manos, tales como el genocidio,e1 apartheid, ,la t~rtura,
consuetudinarias). En 10 que respecta a la opinio iuris ac necessitatis, tratamientos inhumanos y degradantes, etc. Ahora bien, re-
está ciertamente presente en 10 que hemos llamado "antiguas normas s ',principios,generales de derecho reconocidos, por las Na-
de justicia y de lógica jurídica": se trata de normas que son entendi- ilizadaspuede sersumarnente útil para extender la esfera de
das por todos los órganos del Estado como "de valor universal", ne- ones entre el Estado y sus súbditos que están reguladas por el
cesariamente aplicables en cualquier ordenamiento jurídico y, por 10 consuetudinario.
tanto, también en el internacional. Para cualquier otra regla unifor-
i perspectiva que hemos delineado hasta aquí,losprincipio,s
me de derecho interno será necesario, en cada caso, determinar la s de derecho comunes a los ordenamientos estatales terrm-
opinio iuris desde el punto de vista internacional. p~rClersu característi~ade 'ser principios destinados sola-
Senecesitamuého rigor para determinar la opinio iurie a nivel in- brit las 1agun~s.del derecho internacional; su relació~ con
ternacional, de manera de no llegar a la conclusión de que cualquier S consuetudinarias propiamente, dicha~, es,la. rel~ciónnor
uniformidad de normas generales estatales crea derecho internacional reglas de igualgrad? (lanormapo~teriorabroga la ante-
general (menos aún, en este caso, de que la opinio iuris pueda consi- llla especial deroga la norma.generalj. '
derarse implícita en la diutumitas). Con esta reserva, la categoría de
Principios los principios generales de derecho comunes a los ordenamientos es-
que protegen tatales le abre al intérprete nuevas perspectivas de reconstrucción de
la dignidad
humana normas internacionales. Aparte de las antiguas normas de justicia y os dicho que uno de los requisitos para que existaunprinci-
de lógica jurídica, dicha reconstrucción puede ser uno de los caminos eral de derecho común a losdistintós. ordenamientos. estata-
LA FORMACIÓN DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 65
64 BENEDEITO CONFORTI
un principio superior. Lo que, en cambio, no convence y lleva a re- s pertenecientes al grupo de los países industrializados como
chazar a toda la categoría de los principios de Quadri es la posibili- aíses en vías de desarrollo.
dad, por otra parte coherente, de reconstruir, independientemente de
las prácticas, principios materiales, y reconstruirlos hasta sus últimas
consecuencias. De este modo, si disponen de la fuerza necesaria, un
grupo de Estados o incluso un solo Estado -incluso, por ejemplo, cute si la equidad constituye fuente de normas internacio- \ Equidad
sólo Estados Unidos, para referirnos a las pretensiones hegemónicas endiendo por "equidad" el "sentimiento común de lo jus-
que este país ha ido adquiriendo en estos últimos tiempos- podría injusto". En especial, se debate si puede recurrir a la e~~i-
imponer la propia voluntad a todos los otros miembros de la comu- ez internacional o interno llamado a resolver una cuestlOn
nidad internacional. Es evidente que de esta manera podrían multi- ha internacional. Nos parece que, salvo el caso de.la llama-
plicarse los ejemplos de principios; a medida que se aliaran las fuer- ad infrao secundum legem, osea, la posibilidad de utilizar la
zas internacionales dominantes se crearían normas generales. Pero, como un recurso meramente interpretativo, y el caso en el
¿no se llega con esto a legitimar el abuso? Sin duda se cometen abu- tribunal arbitral internacional está expresamente autorizado
sos; pero resulta natural preguntarse cómo es posible legitimarlos exaequo et bono (v. p. 499), la respuesta debe ser negati-
desde el punto de vista jurídico, si, como creemos, existe siempre un quidad desarrolla un papel importante en el ordenamiento
elemento de estabilidad ligado a la idea de derecho. en los ordenamientos que se inspiran en él), en e! cual, por
La concepción de Quadri ya. no puede avalarse desde el punto de rte, tiene las características particulares de ese ordenamiento,
vista de un actor jurídico interno, por ejemplo, del juez que interpre- lo relativo al derecho material como en lo relativo al dere-
ta el arto 10, 1° inc., de la Constitución italiana. Tal como establece cesal.Pero la práctica internacional no avala una rransposi-
el arto 10, al tener que establece» cuáles son las normas internaciona- et simpliciter de la experiencia inglesa al derecho interna-
les aplicables en Italia, el intérprete interno debería preguntarse en ebe excluirse no sólo la equidad contra legem, es decir,
cada caso si no hay "imposiciones" por parte' de las fuerzas domi- ria a normas consuetudinarias o convencionales, sino tam-
nantes en la comunidad internacional, en una determinada materia. equidad praeter legem, que tiende a cubrir las lagunas del
Es cierto que una norma no escrita se basa a menudo en una im- o internacional: si el derecho internacional (incluyendo tarn-
posición y que las grandes potencias tienen siempre un papel prota- n, él los principios generales de derecho reconocidos por las
gónico en la formación del derecho internacional; pero la norma nes civilizadas) tiene lagunas, significa que los Estados no tie-
existe en cuanto se traduce en comportamientos reiterados de los Es- igacionesque observar o derechos que proteger, y la equi-
tados, acompañados del convencimiento del deber social de esos o es capaz de crearlos.
mismos comportamientos. En otros términos, si a la,imposición ini- a vez establecido esto, nos parece que la equidad debe encua-
cial no la sigue este elemento de estabilidad y de continuidad, no es en e! procedimiento de formación de! derecho consuetudina-
posible admitir que exista un principio. Para retomar el ejemplo del efecto, al examinar la jurisprudencia interna e internacional,
principio de la libertad de los mares, éste se basó, ciertamente, en la ue a menudo se recurre a la equidad como a una suerte de
acción y la imposición de Holanda primero y de Inglaterra después, iuris ac necessitatis, es más, de opinio necessitatis, en cuanto
pero finalmente, cobró vida a partir de los comportamientos de to- lugar en el momento en que una norma se está formando o
dos los Estados. Hoy, por otra parte, sería inconcebible unaflorma ificando. En lo que respecta a la jurisprudencia interna, sobre
general que no contara con la adhesión de la mayoría de los Estados, ones de equidad se basan, por ejemplo, los diversos cambios de
LA FORMACIÓN DE LAS NORMAS INTERNACIONALES
71
70 BENEDEITO CONFORTI
vale solamente como acuerdo, podrá ser aplicado en Italia sólo si nuestro
ue falseaba el sentido de la norma internacional pro-
E~tado lo ha ,ratificado y sólo con respecto a Estados extranjeros (o bien, se-
Comisión de Derecho Internacional, enmienda según
gun la mater~a de que se ocupe el acuerdo, con respecto a individuos o gru-
pos pertenccrenres a Esta.dos extranjeros) que a su vez hayan ratificado el 9) parecería quedar completamente al arbitrio del Es-
acuerdo. ejercer o no la propia jurisdicción sobre las naves ex-
1mar territorial.
un tercer motivo· que corresponde muy de cerca a
Si bien está fuera de duda la gran importancia de la contribució arto 13 de la Carta de las Naciones Unidas, el cual
de las Naciones Unidas a la afirmación del derecho en el ámbito dn odificación sino también de desarrollo progresivo
la Comunidad Internacional, mediante esta obra de codificación e~ acional. En efecto, esta expresión fue invocada a
nuestra opinión hay que ser muy cautos al considerar que los ac~er traducir normas, bastante inciertas a nivel del deré-
dos de codificación corresponden al derecho consuetudinario general al general, tanto en el seno de la Comisión como en
y, por 10 tanto, al extenderlos a los Estados no contratantes. y ha erminadas Conferencias.
que ser cautos por varios motivos. y
, se puede afirmar que los acuerdos de codificación
Ante todo, no es el caso de confiar ilimitadamente en la obra de arse de la misma manera que los tratados internacio-
codificación desarrollada por la Comisión de Derecho Internacional ecuencia, vinculan sólo a las partes contratantes, es de-
de las Naciones Unidas. En la obra de reconstrucción de las normas amente para los Estados que los ratifican. Claro, tam-
internacionales no escritas, a menudo influye en gran medida la cuerdo de codificación constituye un punto de partida
mentalidad del intérprete y, por lo tanto, de aquellos llamados a for- intérprete que debe reconstruir normas generales con-
mar parte del reducido círculo de internacionalistas de que se com- en la materia que disciplina dicho acuerdo. Sin embar-
pone la Comisión. No es sólo una cuestión de mentalidad sino tam- e deberá realizar una verificación ulterior, .ya que
bién de la generación a la cual pertenecen. Mentalidad y ~eneración demostrar que las normas contenidas en el acuerdo
p~eden ~er entonces bastante determinantes para considerar que la práctica de los Estados. Y sólo si esta verificación
existen ciertas normas no escritas o para abolir otras.
, podrá aplicar la norma del acuerdo de codificación
En segundo lugar, tal como 10 demuestra, justamente, un exa- derecho general. En tal sentido también se expresó la
men objetivo de los trabajos de las Conferencias de Estados reali- ional de Justicia en la sentencia, ya varias veces citada,
zadaspéira. ~:aminar, aprobar y abrir a ratificación los proyectos sobrela cuestión de la delimitación de la plataforma
de la ComlslOn ~~ Derecho Internacional, se debe considerar que 1 Mar del Norte entre la República Federal de Alema-
los Estados tamblen hacen lo que siempre se hace durante las trata- os limítrofes (v. p. 342). La Corte, que había sido lla-
tivaspara celebrar acuerdos internacionales; es decir, los Estados i el arto 6 de la Convención de Ginebra de 1958 so-
tratan de hacer prevalecer sus propias convicciones y de asegurar- Continental (que establece la equidistancia como
se" sobre :odas las cosas, la salvaguardia de los propios intereses. itación del fondo marino entre Estados adyacentes o
ASl, por ejemplo, los trabajos relativos a la aprobación del texto de bía considerarse norma de derecho general (y que,
la Convención de Ginebra de 1958 sobre Mar Territorial, en lo culaba también a Alemania aunque no hubiera rati-
que respecta al ejercicio de jurisdicción penal y civil sobre naves ención), respondió negativamente. La Corte negó que
extranjeras por parte del Estado ribereño (arts. 17-19 de la Con- ntuviese una norma de derecho internacional general,
vención). En esta ocasión, Estados Unidos logró hacer aprobar una o que el criterio de la equidistancia adoptado por dicho
76
BENEDEITO CONFORTI
A FORMACIÓN DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 77
artículo no correspondía a una práctica de los Estados suficiente y
consolidada. jecimiento" de la convención de codificación se hace
al en un mundo que se desarrolla continuamente,
Para la jurisprudencia italiana, cfr. Trib. Nápoles 7-2-1974 (en It. YIL,
tra lo sucedido en materia de derecho de los tra-
vol. I, 1975, p. 268 Y ss.): la sentencia da por descontada la inaplicabilidad o en lo que respecta a la modificación de algunos
del arto 19, n. 1, letra d, de la Convención de Ginebra de 1958 sobre Mar Te- a~ reservas contenidos en la Convención de Viena
rritorial (que se refiere al ejercicio de la jurisdicción del Estado ribereño sobre de los tratados y que fue realizada en la práctica: V.
las naves extranjeras para reprimir el tráfico de estupefacientes) en una cues- aún más en e! ámbito del derecho internacional de!
tión relativa a una nave chipriota en aguas italianas, por no ser Chipre parte varios principios codificados en Ginebra en 1958
contratante de la Convención. Cfr. también Cons. de Estado (secc. VI), del principio que restringía solamente al mar te.rrito~al
14-11-1969 N° 718 (en RDI, 1972, p. 728 Y ss.), que distingue de manera ca en favor de los ciudadanos de! estado nbereno)
bastante neta las normas de las Convenciones de Ginebra de 1958 sobre De- s por la práctica (en el ejemplo dado, por la práctica
recho del Mar de las normas consuetudinarias en la misma materia. [A con- la Zona Económica Exclusiva: v. p. 344 Y ss.),
trario, Argentina y Uruguay, no siendo partes de la Convención de Ginebra
formalmente sustituidos todavía por otras normas
de 1958 sobre Mar Territorial y Zona Contigua, aceptaron la aplicación del
blecido esto, ¿cuál es e! valor de una norma que ya
artículo 13 de esa Convención en la Declaración Conjunta argentino-uru_
guaya de 1961 sobre el límite exterior del Río de la Plata.] más al derecho internacional general, aunque esté
acuerdo de codificación todavía en vigor? Obvia-
e surgir ninguna duda acerca de la inaplicabilidad de
te tipo a los Estados no contratantes; sólo puede d~
cto que la posible evolución de! derecho consuetudi-
, Un tema l~gado estrechamente a la materia tratada hasta aquí, pe-
Recambio de
las normas
codificadas redacción de! acuerdo de codificación constituye un
ro que se refiere, sobre todo, a los Estados contratantes de un acuer-
rechazar cualquier equiparación simplista de!dere-
do de codificación, es el recambio de las normas contenidas en el
derecho general. ¿Quid en lo que respecta a los Es-
acuerdo; Incluso si se admite que el acuerdo de codificación se co-
ntes? La' falta de una autoridad en e! ámbito de la có-
rresponde perfectamente con el derecho internacional consuetudina-
ernacional impide que aquí se instaure esa relación entre
ri~ .del m~mento de su redacción, es muy posible que más tarde, qui-
suetudinario y derecho escrito típica de los ordenarnien-
za InmedIatamente después, dicho derecho consuetudinario sufra
que consiste en e! valor puramente auxiliar de! prime-
cambios por efecto del cambio de las prácticas de los Estados. Es ne-
es donde existe el segundo. Como veremos al tratar la
cesario decir que los mismos acuerdos de codificación toman escasa-
s fuentes (v. p. 244 Yss.), costumbres y acuerdos inter-
mente en cuenta una eventualidad dé este tipo: todos los acuerdos de
, en principio, derogables entre ellos y nada impide
codificación auspiciados por las Naciones Unidas se celebran con
consuetudinario sucesivo abrogue e! derecho conven-
una duración ilimitada, y sólo algunos de ellos (cfr. por ejemplo, el
: Tampoco parece el caso de apartarse de esta línea en
arto 30 de la Conv. de Ginebra de 1958 sobre Mar Territorial) pre-
'ere a las normas contenidas en los acuerdos de codifica-
vén que puedan ser puestos en marcha por los Estados contratantes
el objetivo principal de dichas normas consiste en cierto
procedimientos para revisar las propias normas, procedimientos que,
o de bloquear la tradición en pos de la certeza de las re-
por otra parte, son sumamente lentos y que constituyen, de todos
icas. Todo lo que se puede sostener es que e! intérprete
modos, la elaboración de un nuevo acuerdo, Sin embargo, el fenó-
extremadamente seguro acerca. de 'la práctica de ·Ia· cual
78
BENEDEITO CONFORT!
LA FORMACIÓN DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 79
entiende extraer la norma consuetudinaria abrogativa: además, en
caso en que no se especifique que el acuerdo de codificación can rimeros años de vida, pero cada vez con mayor fre-
núe aplicándose como derecho especial ratione personarum (v, timos años, la práctica de la Asamblea General ha
245), deb.e demostrar que la costumbre se formó mediante el conc orma más o menos solemne, declaraciones que con-
e normas que a veces se refieren a las relaciones en-
so de los Estados contratantes y que éstos la entienden aplicable
c1uso en las relaciones interse. Pero si se da esta demostración que generalmente se refieren a las relaciones inter-
acuerdo debe caducar. ' comunidades estatales, tal como las relaciones del
ios súbditos o con los extranjeros.
Sobre este punto cfr. la sentencia del 30-6-1977 de la Corte Arbitral, re sasdeclaraciones recordamos, además de la fa- Declaraciones
de principios
lativa a la delimitación de la plataforma continental entre Francia e Inglate niversal de los Derechos Humanos (Resolución adoptadas por
rra (en ILM, 1979, p. 397 Yss., párr. 45-48). La Corte reconoce, en princ. 2-1948), las siguientes Resoluciones: sobre el Geno- la Asamblea
del 11-12-1946), sobre los Derechos del Niño (Res. General de la
pio, que "un desarrollo del derecho consuetudinario puede, en cier
ONU
condiciones, evidenciar el consenso de los Estados interesados en la mod -11-1959), sobre la Independencia de los Pueblos
cación o también en la extinción de derechos precedentes y de obligaciones S14/XV del 14-12~1960),sobre la Prohibición
convencionales", incluso los derechos y las obligaciones derivados de Con- as Nucleares y Termonucleares (Res. 1653/XVI del
venciones de codificación (se trataba, en este caso, de la Convención de Gi- bre la' Soberanía sobre los Recursos Naturales (Res.
nebra de 1958 sobre Plataforma Continental); pero excluye que esto se haya 14-12-1962), sobre la Eliminación de todas las for-
verificado en este caso concreto.
inaciónRacial (Res. 1904/XVIII del 20-11-1963), so-
Para la jurisprudencia interna, cfr. la sentencia de la Corte de Apelacio-
ión de todas las formas de Discriminación contra la
nes de Rennes (Francia) del 26-3-1979 (en ILR, vol. 74, p. 144 Y ss.) que
considera que la Convención de Ginebra de 1958 sobre Pesca y Conserva-
3/XXII del 7-11-1967), sobre el Asilo Territorial
ción de los Recursos Vivos de Alta Mar ha sido abrogada por la costumbre del 14-12~1967), sobre el Progreso y el Desarrollo
sobre la Zona Económica Exclusiva, precisamente en las relaciones entre /XXIV dell1"124969),sobre·Relaciones Amisto-
Francia y España, ambos Partes contratantes de la Convención. ción entre los Estados (Res. 2625IXXV del 24-1 0-
égítnen del Fondo y Subsuelo de los Mares y de los
á de la Jurisdicción Nacional (Res. 2749IXXV del
re la Definición de la Agresión (Res. 3314/XXIX
sobre la No Injerencia en los Asuntos Internos de
VIII. Continuación .361103 del 9-12-1981), sobre la Solucióri Pacífica
(Res. 37/10 del 15"11-1982), sobre la Protección y
os ~iños, cod par~i~ular ~tención a los Niños da-
B) Las declaraciones de principios de la Asamblea General o en Adopción (Res. 41185 del 3-12-1986). Merecen
de la ONU nción,. además, la Declaración y el Program.a de AS-
taumciónde un ;Nuevo Orden EconónlÍcolnternaóo-
También se encuadra en el tema del derecho internacional general y 32Q2-S Vldel1-S-1974), la Carta de los,Derechosy
el problema del yalor de las declaraciones de .principios emanadas de micos de los Estados (Res. 32811XXIX del 12-12-
la Asamblea General de las Naciones Unidas. ación sobre el Derecho al Desarrollo (Res. 411128
la Declaración sobre la "Revitalización" del.Creci-.
E LAS NORMAS INTERNACIONALES
81
80 BENEDEITO CONfORTI AfORMACI 6N D
1
87
DE LAS NORMAS INTERNACIONALES
86 BENEDEITO CONFORTI FORMACI óN 1
de un tratado La opinión universalmente aceptada es que el derecho internaci as aún vigentes en la práctica mterna-
e encuentran , ia d 1Je-
deja la más amplia libertad en materia de forma y de procedimi diISmInUI
. ido la posición de preerrunenciaid e 1
de celebración de tratados y, por 10 tanto, un acuerdo puede res lasra diica 1es modificaciones produci as en dia
de cualquier tipo de manifestación de la voluntad de los Esta los poderes del Estado. Aún hoy el proce 1-
siempre que tengan idéntico contenido y que tengan la finalida eb . , de un acuerdo se abre con las. nego-
racion " ' 1 n-
obligarlos. De este modo, puede llegarse a celebrar un acuerdo s por los plenipotenciarios, quienes genera m~
tantáneamente o bien a través de complicados procedimientos; di e todos modos actúan por mandato) del Po er
acuerdo puede ser escrito u oral; puede estar consignado en un d
mento ad hoc o bien resultar de los procedimientos verbales de al
órgano internacional o de un intercambio de notas diplomáticas d Viena establece, en e1 parro
' 1 , que una persona es
así sucesivamente. Por lo tanto, al describir el "procedimiento V.teed e un Esta do" oo, si presenta los adecuados plenos
"
n e de los trabajos
. preparatorios. de la Convención
. y,
formación" de los tratados, no es posible hacer referencia a nor
rg ios d 1 Comisión de Derecho Internacional de
jurídicas precisas y vinculantes, y tampoco puede darse carácter rabaJos e a 38) 1 lenas
YILC 1959, n, p. 106, y 1962, n, p. ,os p ,
xativo a la descripción de dicho procedimiento, sino que es preci
" 'do emanan de los órganos competentes segun
necesariamente, limitarse a describir aquellos procedimientos que cuan d 1 Et _
roplOs de ca da pals.
. 'En la mayor parte , e os. s a
Estados practican más que otros. Por otra parte, tampoco tiene ~ gentina] la competencia es del Poder Ejecutivo, 1
rácter taxativo la enumeración de los modos de celebración cante yé rue ued~n representar al Estado sin pre~e~tar p e-
da en la: Convención de Viena (arts. 7-16), la que además está limi v \'st;do los Jefes de Gobierno y los Mmlstro~ .de
Procedjmiento
da a los acuerdos "celebrados por escrito." (v. arto 2, inc, a). :specto de todos los tratados; los jefes de las mlslO~
normal o Establecido esto, el procedimiento normal, también llamado s to de los tratados celebrados con el E~tado a~te e
solemne
lemne, de.celebración de un tratado constituye aún hoy un calco ~~os representantes ante organizaciones internaciona-
que se seguía hace varios siglos, en la época de las monarquías ab : tratados celebrados en ellas.
lutistas; En esa época, la celebración de tratados era competencia
c1usivadel Jefe de Estado. Los tratados eran negociados por los e ciación es tanto más compleja cuanto .~~s, nu- Negociación
de tratados
sarios del Soberano, definidos como "plenipotenciarios" por s Estados que participen en dicha negocla~lOn? multilaterales
titulares de "plenos poderes" para la negociación. Los plenipotenci la materia por reglamentar: por eJemp o
tante sea . . los trata-
rios preparaban el texto del acuerdo (el que debía ser aprobado p terales de particular importancia, como ..
unanimidad) y 10 suscribían. Seguía luego la "ratificación" por part ificación, etc., son negociados po~ los plenipoten-
del Soberano, con la cual éste determinaba si los plenipotenciarios se e conferencias diplomáticas regidas por normas
habían atenido efectivamente al mandato recibido. Finalmente, para reviamente acorda das y, amen udo , sumamente
»
que el tratado se formalizara era necesario que la voluntad última ue respecta a la adopción del texto, seg~n una
del Soberano fuese dada a conocer a las contrapartes, es decir, se en- ás frecuente en las conferencias i~ter.n~cIOnales,
contrase con las voluntades de las contrapartes, 10 cual se verificaba animidad va cediendo lugar al pnncipro d~ m~~
a través del intercambio de las respectivas ratificaciones. binan ambas reglas, como cuando se preve q
tación por mayoría sólo después de que se hayan
92
BENEDEITo CONFORTI
ORMACI ÓN D E LAS NORMAS INTERNACIONALES 93
realizado todos los esfuerzos posibles para adoptar un texto por
sentimiento.
de Esta d o sea ta m bién e! Jefe de Gobierno) ,como d
s le isla tivos, en e! caso de amplias cat,e~onas e
Art. 9 de la!Convención de Viena: "1. La adopción del texto de Un t o g I los tratados de naturaleza política ,o q,ue
do se efectuad' por consentimiento de todos los Estados participantes e lomp queo, respec ta al ordenamiento jurídico id italia- Normativa
' , , establece que e!" PreSI ente de la
elaboración, salvo 10 dispuesto en el párr, 2. 2, La adopción del texto d 8 de la Constitución
tratado en una conferencia internacional se efectuará por mayoría de ~f' ' los tratados internacionales, previa autonza
ratificación
en el
tercios de los Estados presentes y votantes, a menos que esos Estados 1 rca
cuando sea necesario; a su vez, e1 ar. t 80 de a
l- ordenamiento
dan por igual mayoría aplicar una regla diferente". jurídico
ues la autorrzacio, . 'n de las Cámaras, que se otorga italiano
Como ejemplo de combinación entre la regla de la mayoría y el prin , cua ndo se trate de tratados Ide natura-
necesana '
de la unanimidad puede citarse el arr, 37 del reglamento de procedimi ' 1 . diciales , o implican, ali teraciones
preven arreg os ¡U
adoptado por la Tercera Conferencia sobre Derecho del Mar (v. p, 323 y
1 obligaciones para las finanzas pu~ teas o rno-
según el cual las decisiones sobre cuestiones de fondó (o sea, todas las dec
Las dos normas se combinan ademas con,la re-
nes sobre las normas a incluir en la Convención sobre Derecho del Mar
C. st segun ' 1 a cua1 "ningún acto de! Presidente, ,
bían tomarse por mayoría sólo después de haberse constatado la imposibil
on ., irmad
ilido si no es contrafirma o por os I rmrustros
'1
de alcanzar un entendimiento general, Un anexo del reglamento reproduc
misma regla, sustituyendo el término entendimiento general por el tér
s vason 1 quienes asumen la responsa bilid 1 1 a d" . Final-
consensas (v, p. 188). Cfr. Treves, en It. YIL, vol. n, 1977, p. 39 y ss. ue, " comú n que la ratificación corresponde
opmron d a
Firma el Presidente de la República no pu: e ne~arse a
Las negociaciones concluyen con la firma (o con e! inicialado) ha a intervenido una delibéi'ációh gu ,er~~-
parte de los plenipotenciarios (cfr. el arto 10 de la Conv. de Vien que ~citar
su reexamen antes de la suscn~c,IOn
En el procedimiento normal, también llamado solemne, de form Est o demuestra que en Italia e! poder de ratifica-
ueda sol 1
d 1Ejecutivo en cuanto a I conteruido y, en as ca-
ooniu~ta de los =~;
ción de tratados -que es el que estamos describiendo_ la firma
comporta ninguna obligación para los Estados; su finalidad es aur .:. :ntes indicadas, es potestad
tlcar e! texto, que de esta manera se establece en forma definitiva Legislativo. [En el sistema argentmo, el Po ,
sólo podrá sufrir modificaciones luego de la apertura de nuevas n y 'finalmente ratifica un tratado, previa
gociaciones. ue negocia y , 11 d 1 Consti-
Ratificación
er Legislativo. El artículo 99, me. ',e ~
En cambio, la manifestación de voluntad Con la cual se compr enuncia las atribuciones de! Poder ,E¡~CUtIVO para
mete e! Estado se obtiene en la fase sucesiva de la ratificación (sobr tratados concordatos y otras negocraciones re~ue
la cual cfr. el arto 14 de la Conv. de Viena). Cada Estado en partic , , it de buenas relaciones con las organiza-
nrenrmren o , I 86 n-
lar reglamenta la competencia para ratificar tratados mediante no les y las naciones extranjeras. El artícu ? .'a
mas constitucionales propias. Desde. un pUnto de vista comparativ e 1994, establecía , en su mc.
' 1 4, las atnbucIOnes
. .
y ampliamente aproximado, puede decirse que la ratificación es un ara concluir y firmar tratados de p~z, de co-
de las atribuciones de! Jefe de Estado, pero que la potestad de est .,P d e a lilanza, de límites , y de neutraltdad,
CIOn . , con- d
órgano, siempre que no se reduzca simplemente a una competencia ' id
negociaciones requen as para e! mantemrruento
ib '0-e
para declarar la voluntad de otros órganos, entra en competencia es Con las potencias extranjeras. Entre lasdatln CUCI
tanto con la potestad del Poder Ejecutivo (obviamente, salvo la hipó- , , 19 ciab
islativo, el antiguo artículo 67, mClSO e a lasons-
de
nal, antes de su reforma de 1994, enuncia a
95
DE LAS NORMAS INTERNACIONALES
FORMACl 6N
94 BENEDETTO CONFORTI Formación de
bi en la "gestión" de un tratado la voluntad del
, nc,alidad de1 G o lerDO , '
aprobar o desechar los tratados concluidos con las demás nacíon eClo d 1Parlamento tiene aplicaciones practl- Estado en el
utOrIza a por e 1 ámbito de las
a, 'de cuestiones (relativas a las reservas, a as
los concordatos con la Silla Apostólica. A partir de la reform de una serte 'd 1 par- relaciones in-
, , de examinar segul amente a ocu ternacionales Y
1994, el artículo 75, inc. 22, expresa que es atribución del Con dremo s ocaSlO n 1
erecho de los tratados. Al reso ver estas responsabili-
el aprobar o desechar los tratados concluidos con las demás naci spectos d e1 d " m- dad del Go-
, ' " a l e s es necesarIO mantener sie
y con las organizaciones internacionales y los concordatos e rl'nclplOS consutuclOn, ,
d I ' ro (y tam len e
bi 1 bierno frente
entre otros, los acuerdos celebrados íntegramente en e! seno nte " ... no constituir un tratado internacional" .En este
organizaciones internacionales, como es el caso de algunas Decl
100
BENEDETTO CONFORTI
RMACI ÓN DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 101
En una zona límite entre los entendimientos no jurídicos y los ac ~s constitucionales propias. En otras p~labras, forma
simplificada
en forma simplificada se ubican los acuerdos sobre aplicación provis e los que comprometen al Estado mediante su
los tratados, que se dan cuando, en el texto mismo de un tratado so rdos son generalmente representantes del
e acue d E dIque
ratificación o en declaraciones separadas, las partes prevean que el 1 derecho constitucional de ca a sta o e
Aplicacion
provisoria dé entre provisoriamente en vigor a lit espera de la ratificación. Los acuer e 1Poder Ejecutivo puede celebrar un acuer-
los tratados aplicación provisoria Son considerados por algúnos autores como e .. ., D esde u n punto de
unto· eiento de la ratificación:
mientos carentes de carácter jurídico (según esta opinión, la aplicaci ced 1m , " ede
y tam bié len aquí con amplia aproximacron, .pu1
visoria Sería una ejecución de hecho que se legitimaría sólo si, ycua 'ibilidad abarca al menos los acuerdos sectona es y
produce la ratificación); por otros, como acuerdos en forma simpli
t' nes técnico-administrativas que se remontan a
por consiguiente vinculantes. Para encuadrar el tema, Picone, en L'ap
laS dilversa s ramas de la Administración, respecto,
zione in uia provvisoria degli accordi internazionali, Nápoles, 1973, p
cap. III (idem, cap. 1, la exposición de las otras tesis) propone la categ
a Administración dispone de p~dere.s no:matt:
nca c¿mo en este caso es imposible Ir mas a a
acuerdos jurídicos no vinculantes (que se debe considerar, justamente,
una categoría límite, que pertenece, sin embargo, al genus de los acuer ación, dado que es poco frecuente que las Car-
forma simplificada). Estos acuerdos, que compartirían con los entendi ntengan normas expresas al respecto (una de
tos sin carácter jurídico incluso la característica de poder ser revocado está dada por la Constitución Holandes~ que,
lateralmente en cualquier momento, deberían considerarse, sin embarg forma simplificada para amplias categonas de
mo acuerdos en sentido jurídico sobre todo dada su capacidad p as competencias . d e1 Poder EJ'ecutivo se . fueron
suspender la eficacia de convenciones precedentes (y plenamente vincul , tica de los Estados en tiempos relativamente
rac I . d '
tes) sobre el misrrio objeto, como así también dada la imposibilidad del , reconsolidando ya que esta ten encia no es
do de anular con eficacia retroactiva, en el momento de la revocació r aun, , id 1 G-
sa de la necesidad de actuar advertí a por os o
medidas de ejecución ya tomadas. La teoría de Picone, que produjo nu . 'a y a la indiferencia de los Parlamentos,
sos desarrollos ulteriores en distintas direcciones, no puede ser profund
a merci dy
en este momento. s límites a la competencia para celebrar ~cuera~s
Tratados d eden variar sensiblemente entre palS y P ,
Según Fois (P.), en RDI, 1990, p. 809 Yss., entre los entendimientos
ue el Ejecutivo ocupe, o haya 1ogra.d o ocu par" en
a pu
secretos
dicamente no vinculantes deberían considerarse también los tratados s
tos. Sin embargo, parece más apropiado considerar que la prohibición na, 1 segu'n la rigidez o no de ese Sistema, . . 1segun
lebrar tratados secretos es relevante en cuanto prohibición de dere con respecto a las normas con,stlt~cl~na es es-
interno y debe encuadrarse, por lo tanto, en el tema de la riulidad de los e respec t a al ordenamiento [úridicó Italiano, . , pa-
d Competencia
para concluir
tados firmados en violación de normas internas de importancia fundame tesis (Cassese) según la cual la celebración e acuerdos
(nos ocuparemos de este tema en breve: V. p. 105 y ss.). En otras palabt implificada debería excluirse de maner: absolu,ta simplificados
según el
los ordenamientos jurídicos internos de los Estados firmantes permiten 11 cuerdo pertenezca a una de las categonas previs- ordenamiento
órganos competentes para celebrar tratados hacerlo en secreto, y si la na ( as recordamos: tratados que tienen naturaleza po jurídico
raleza no. vinculante del acuerdo secreto no consta de otro modo, no par .
arbitrajes o arreglos.i
os JU direta
, 1es, qu e representan
" a l-- italiano
que pueda invocarse el derecho internacional para restarle validez o efica itorio, obligaciones para las finanzas pu?hca~ o
a dicho acuerdo.
e leyes); en todos los otros casos, el Poder Ejecutivo
102
BENEDEITo CONFORT!
tationis omnimodae en las relaciones con los otros Estados, ndres directamente por los plenipo~en
en Lo" d Unidos Gran Bretaña, Italia y
cambio influían en la validez del acuerdo las limitaciones co de Esta os , , 1G -
cionales a la competencia del Jefe de Estado; Es claro tambi' '1' '1 EmbaJ'ador italiano ante e o,
de Ita la, e d ' h
más recientemente, han ido cambiando los términos del probl do entendido entre las partes que, IC, o
, ' d' tamente (el Memorandum,
si aún hoy no debe excluirse la posibilidad de que se presente e or ínrne la l" d f
en VIg , 'd d O imo que regu o e 1-
de un tratado celebrado por un Jefe de Estado más allá de los 1 or el Trata o e SI,' 1
p Italia y Yugoslavia, comportaba e a-
de las competencias que le reconocen las normas constituci
entre , "públicas, modificaciones de
(pensemos, sobre todo, en los países donde el Jefe de Estado ra las f, ¡nanzas , de
, 'd'e obligaciones sobre el tratamIento,
amplio poder de decisión en materia de política exterior, com sene ,',' ' ', d 1 it rio nacro-
Estados Unidos de América), actualmente la discusión se conc " bi n alteracIones e tern o
qUlza tarn le T' t a Italia)' la Declara-
en las relaciones entre Poder Ejecutivo y órganos legislativos y e 'lmente nes e ,
ía sustanCia, del 29-10-1956 sobre la abo-
acuerdos firmados por uno sin la participación de los otros. E ncÍa de Tanger ' 1 d T' er
" ',' n internaclOna e ang
nitiva, la.discusión corresponde a los acuerdos celebrados en f dmlms"a~o o d
a olítica).el intercambIO e notas
simplificada. Si el Poder Ejecutivo se compromete en forma aut claramente p :
o , de la frontera del
ma y definitiva a nivel internacional con respecto a cuestiones e 1 964 sobre la determ¡naclOn "
eración y de aSIstenCIa
cuales la Constitución requiere el concurso del Parlamento (y, e deacuerd~s, de coo~ , 551 nota 36) o de Acuerdos
que sólo formalmente, del Jefe de Estado), ¿qué valor tiene este MarchislO, arto cit., p. , sobre
1es, V. , 1 dos en forma secreta, concesión de
promiso desde el punto de vista del derecho internacional? a veces estIpU a , bases militares
ares, " una base militar a la marma
Casos de El problema reviste mucha importancia en Italia, aunque la si la,conceslO de n 1 b do en 1972 (para los
violación a
ción no es diferente en otros países, porque, como ya se tuvo oca 1 d M gdalena, ce e ra
normas s a', e a ' 5 4 ) ' y otros muchos
italianas dever, no faltan los casos en que el Gobierno italiano escogió la en RTDP, 1980, p. Y s~. 'd' 1979 para la
U' do a partIr e
on Esta os ~l os
sobre ma simplificada, por lo general-adueieado.motivos ligados a-la d as bases de los misiles
isilísticas, preclsam~nte 1 o, " del 19-9-1986,
competencia
para celebrar tica internacional, incluso para celebrar acuerdos que correspo
acuerdos claramente a las categorías previstas por elart. 80 de la Con orándum de "¡ntenClOn , o, '
lMem d ' vestigación clentlftca
eión, para los cuales eran necesarias, por lo tanto, la intervenció alianaal programa ": in tadounidens e (para
Parlamento, en la, forma de una ley de autorización para la rat tiva de Defensa Estrateglc~ es 151 ss.). ¿Qué
ción, y la ratificación por parte del Presidente .de la República. E Il trattato segreto CIt., p. Y dos?
,en , ' 1d destos acuer os.
los ejemplos más significativos recordamos: la solicitud deadmis validez internaclona ~ to o~e la competencia
de Italia en las Naciones Unidas (la Carta de la ONU es darame que se debe dar al pro ema
un tratado de naturaleza política y la participación de un Estad s?
la Organización representa obligaciones financieras deimportanc
que fue realizada mediante un acta del Ministro de Relaciones E eración y asistencia militar Y de
os acuerdos de coop 'd 1 Poder Eje-
rieres de17-S-1947 (y aceptada por la Asamblea General en 19 re ha sostem o e
litares, la tes~s que sle~f¿ad de ratificación Y de la co-
o o
a aplicar tratados firmados por sus respectivos Gobiernos en N° 1 12 'y e " , d 1 Régimen internaclO-
.,. b la AbohclOn e ,
aclOn so re " robó" esta misma
ción a normas internas relativas ~ la competencia para celebra
la Ley del 23 c3-1958 que aPdos hayan resulta c
tados, sin preocuparse en modo alguno por la protección de las ,. estoS acuer
d.ifíctl negar que 1 tl'ml'ento del Parla-
partes contratantes (para una lista de las sentencias, v. Cónf 'd 'de cansen
taHa solo espuesdi fí '1 sostener que cuando no
LabeUa, en EJIL, 1990, p. 52 Y ss. Y Conforti, Cours général, c
ría igualmente I ICI , " en la forma de
párr. 12). Así las cosas, consideramos que el arto 46 de la C , ,.. . se 10 cons1gulO
sent11111ento, o no . , 'oón 'como es el ca.c
ción de Viena responde al derecho internacional general al ca ,. .la Constl tUCI \
stá prescnpto por, ' ). os encontremos frente
e! principio de que es causa de nulidad de un tratado la violaci /
bre las bases mlht~res , n impone respetar. Se
el derecho internaclOnal ~os
las normas internas en materia de competencia que sean de fu
dura11'Y de los
Nulidad de mental importancia. Consideramos que existe una violación de , ... duran mientras
d
e acuer os que do y como lo crea con-
un tratado en tipo cuando, y sólo cuando, no se haya pronunciado sobre el ac
caso de falta libre de deshacerse cuan
de interven- do uno de los órganos a los cuales la Constitución le asigna un e
ción del órga- tivo poder de decisión en el procedimiento de celebración; para m
no dotado del
efectivo poder
tenernos dentro del ámbito del ordenamiento jurídico italia rdos que subor dirnan expresa- ,
de decisión cuando haya faltado el concurso del Parlamento en las cuestio a menudo se dan acue, 1 d pósito de ratificaclO-
l' t rcamblO o a e
enumeradas en el arto 80 de la Constitución. Nos parece, en cam igor, no ya a m e bierno signatario, de que se
~ ,, parte de ca d a go "h cer
que en la parte en que enuncia e! principio de la buena fe (de! cua caClOn, por 1 d cho interno para a
edimientos prevlsístos por e ere
hace, por otra parte, escasa mención en la práctica internacional
arto 46 no merece seguirse, y que manifiesta una concepción est
112
BENEDEITo CONFORT!
IÓN DE LAS N O RM AS INTERNACIONALES 113
aplicable en el territorio del Estado" el acuerdo mismo, Tales acu-
en Italia, cuando tratan de cuestiones comprendidas en el arto 80, d le islativamente por el art, 4
bir, y en efecto reciben, el consentimiento del Parlamento por me
e reglamenta a g 1 Estado las funcio-
o 616 que reserva a .
ley de aprobación o bien de una ley que contenga la orden de ejec 7N 1 ,, '
internaciona l e s en las materras
.
Starace, en RDI, 1977, p. 393 y ss.) no pueden considerarse exacta s re acrones ' , 'o 2 prohíbe a las
y cuyo mcis
mo acuerdos en formá simplificada, dado que no declaran su entr las ReglOnes l exteri " sin
' romocionales en e exterior .
gor por efecto de la sola firma, Se trata de figuras intermedias tivldades p , el procedimue iento para solicitar
b'
acuerdos en forma simplificada y los acuerdos celebrados en forma 1 Go remo; 1 normas de ac-
I d su vez, por as
que confirman, sin embargo, 10 dicho más arriba, o sea el hecho d
Gobiernos, cuando celebran tratados en cuestiones que Son de ca
regu a o, dea la PreSIidenor'a del Consejo de ,
Decreto O N° .106) que, ademas,
de otros órganos, se preocupan de conseguir, tarde o temprano, el c ( GU 17-4-198 ,
miento de éstos, en ' 1 competencia , par a rnarn-.
ia del Consejo a funci s de direc-
1 econoce uncione
ntimie~to, .e ~ , , tivas regionales hacia el
e las dIVersas, lfilC,la 1 Corte Constitucio-
" legIslatIva a ,
tervenClOn "
Su sentencia má s significativa
Conviene detenerse un momento sobre algunos aspectos p 1
bre e 1tema. "
invierte 1a orien
ientación inicial y se
lares del problema de la competencia para celebrar tratados, n la cua se m b ido el previo con-
Acuerdos me está previsto en el ámbito del ordenamiento jurídico italia ' a vez o ten 1
s ReglOnes, un ,
concluidos por Una cuestión que se planteó en los últimos años es la posi 1 gun el.ci rt 4 inc. 2, de
CIt. a , ,
las Regiones rno centra ,se " cuerdos propiamente
. de que también las Regiones celebren tratados internacionales ueden estIpular ... a bilid d del Estado":
cuestión tuvo origen en ciertas iniciativas de diversas Regione la responsa I I a
prometer odrían re feni a las cues-
~: 7: ~onstitución) ~
d emrse
dientes a acordar con otras Regiones u otras circunscripcione
toriales extranjeras distintas formas de colaboración en secto tos t m800
ar ,
se refehrirbílan
ior de las cuales a a e
su respectiva competencia, tales como el turismo, la agricult moción en el ~xten, iento ligado por
organización de ferias y mercados. Se celebraron acuerdos " 1 ter comportam
ente: cua qu ' d e competencia re-
tipo,por ejemplo, entre Umbría y la Región de Potsdam en mental con las matenas lento dirigido al
entre Lombardía y la Región SomaIí de Benadir y entre el V 1 ier comportam l .
ctores, cua quie 1 itorio del ente 10-
Aosta y otra región somaIí, Bajo Shebeli, en 1976; entre el La '1 cultural en e ten
SOCIa y ""debían mantenerse separa-
el Estado de Sonora (México), en 1984; entre las Marcas y la "de promOClon " 1 "de impor-
vincia china de Shandong, en 1986; etc. Cuando la Corte Con ' idades reglona es
orte, las actlvl, id r el "intercambio
cional tuvo. que pronunciarse en ciertos recursos por conflict ' 1" consntui as po ,
naeiona ,. la "prof un diIzaCI'O'n de COnOCI-
~' ' o bien
atribuciones con el Gobierno central, tomó en un primer mo '
una posición drásticamente antirregionalista y, en principio, afi , por 'n" o aun por la "enunciación
rnteres comu territoriales ex-
la incompetencia de los órganos regionales en la "formulació '1 " con entes
dones ana ogas , mente internacional,
acuerdos con sujetos propios de otros ordenamientos", tarea des de importanCla,m~ra del Gobierno cen-
en nuestro sistema constitucional corresponde. excIllsivamente a ' ennmiento
an el prevIO cons , , no darían lugar a
órganos del Estado soberano" (cfr. la sentencia N0 170 de 19 ' id d de prornocton,
as act1Vl a es bT dad del Es-
s que comprometieran la responsa 1 I
~~-----1
1
115
~TORMAS INTERNACIONALES 1
114 BENEDETIO CONFORTI ÓNDELA S ,~
Acuerdos
d los acuerdos entre Regiones de concluidos por 1
tado (pero, como se ve, la diferencia es sumamente difíe' specto e / ara los acuerdos ce1ebra- entes públicos
blecer en cuanto a los contenidos). mayor raZO n, P / bli s tales distintoS de las
1,1
territoriales o entes pu lC~, , Regiones
Con el debido respeto por la Corte Constitucional, nos ~esd des los acuerdos interumverslta-
no puede siquiera plantearse el problema de una compete e C1U a ~eros programas destinados a \1
Regiones para celebrar, o incluso sólo para negociar, acue etr~ta d,~ n de actoS administrativos inter-
nacionales, dado que el mismo no encuentra asidero en nin la a opClO . 'do' se trate de ver- \1
ma constitucional; a diferencia de lo que sucede en algun ta su contem , / 1
do en cuen 1cual se planteara e
federales (v. p. 28), en este caso se trata de competencias q , do caso en e \1I
echo pnva " do de cuál sea la ley aplica-
ponden al Estado y sólo al Estado. Pero podemos pregunta nacional prdlva Les accords conclus entre
te es realmente el problema que surge de la práctica de las " eau, bl' dePaY5 d'¡¡'
un t o v . Bur t"eren t 5, \1
de la cual nos hemos ocupado sintéticamente más arriba; Ou orgamsmes pu tCS
/ 1981 P 103y ss, \1
preguntarnos si las iniciativas regionales orientadas a la r.:glOneS
Pan~, u na's . ~o deben con.fundirse
,
ción con entes extranjeros análogos están efectivamente conc rta la , 1 \
/ te por las Regiones con os
pueden considerarse seriamente iniciativas tendientes a cele ütonomamen . lícita VO"
daderos acuerdos regidos por el derecho internacional. Ten Estados diferentes que, por exp d ini '_
'¡estada en un trata o In el
cuenta las circunstancias, la naturaleza de las partes, las d tratantes rnantl- . .' o tratado
, ción de ese rmsm
nes oficiales y los textos suscriptos, la respuesta nos parece ueión,~' m¡:g~adrid del 21-5-1980 sobre
sin ninguna duda. Por otra parte, no se ve a qué ordenamien venCl0n , los ueden encontrarse en
dico podrían remitirse los acuerdos que estamos examinando, iza; otros eJemp P u fuerza ju-
, de acuerdos toman s
to que úna de las partes consienta sujetarse al ordenamiento j s.).'.: este tipO 1 'f' bles por 10 tanto, co-
de la otra. En realidad, se trata siempre de acuerdos, o mejor / son c aSl lca , ,
s preve Y / 1 1.25 de la Consutu-
18) [El arttcU o
de programas carentes en sí mismos de carácter jurídico y °f (v. P'd e~ 1994, establece, al igual que el
son una ocasión para que las Regiones interesadas adopten re arma a " ueden celebrar tratados
actos legislativos o administrativos, los que, como tales, sólo . "Las provmclas p /
ue. " , " la, de intereses econo-
. / n de JustiC
servir de punto de referencia a los fines de la interpretación admmlstraClo . . ' del Congreso
mismos actos. Creemos, en definitiva, que los únicos actos re idad común, con conoClmlento. .el 0-
. "Las provincias na eJercen P
para el ordenamiento jurídico italiano son exclusivamente ~26 a Sre::c1en celebrar tratados parc~ales de
legislativos o administrativos regionales que, tanto en la on, No p 1 l' al que los Organos
ción" del acuerdo como mediante disposiciones autóno doctrina en genera, a 19U l' f cultad de las
efectividad a la colaboración concordada. Aunque, por los deral,ha inter~retado ~ue li:a1a facultad de
expuestos, no merecen ser considerados ilegítimos por el solo r tratados parclales noS lmp. de que los tra-
, ' as e entlen
de surgir de un acuerdo"con sujetos de otros ordenamientos", potenCias extranJer . , . s han de-
, 'iales Las provmCla
actos deben estar sometidos, obviamente, a todas las norma atados mterprovmc . , . / la potestad
/ d la ConstltuclOn, .'
preceden a las competencias tegionales, incluso a las normas deral, a traves e . Sinembargo, las provm-
las funciones estatales de dirección y coordinación de las activ tratados con Estados. delegaron en el
de promoción de las Regiones en el exterior. do expresamente poderes que no
DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 117
116 BENEDEITO CONFORT!
Acuerdos
gobierno federal. Cabría preguntarse si respecto a esosp con Estados miembros o bien con terce- de las
delegados al gobierno federal, las provincias conservaron confundirse con el fenómeno, ya exarni- organizaciones
dad de relacionarse con potencias extranjeras. Podría tarn la celebración de acuerdos entre Esta- internacionales
guntarse si el gobierno federal, en el manejo de las relacion iones internacionales). El poder para
res, tiene facultades para celebraracuerdos referidos a asu rarse incluso como la manifestación
exclusiva competencia de las provincias. En la práctica, las lidad jurídica internacional de las or-
han celebradoi en reiteradas oportunidades, acuerdos con Es (v. p. 44). Como ya se vio, a tales acuer-
tranjeros, En general, esta situación ha sido formalmente s a convención de codificación, la Conven-
algunos casos, subsumiendo la validez del acuerdo en un trat Derecho de los Tratados entre Estados y
coi preexistente (acuerdos de cooperación) relaciones cultura
les y entre Organizaciones Internaciona-
Estados, erc.). En este sentido, los acuerdos entreunaprovi te la Convención de Viena de 1969.
atuto, es decir al tratado constitutivo Competencia
Estado extranjero serían considerados como una forma de e' para celebrar
o de aplicación por delegación, de aquel tratado marco. blecer cuáles son los órganos compe- acuerdos que
patte,el hecho de que las provincias no tuvieran con anteri cuáles son las materias para las cuales tienen los
órganos de las
1994, capacidad para celebrar tratados con potencias ext ia. Análogamente a lo observado res- organizaciones
e ~ormas constitucionales en la cele- internacionales
en nada obstó a que aquellas hayan celebrado todo tipo
dos con Estados u organizaciones internacionales, no ya re ados, analogía que se justifica amplia-
el derecho internacional sino por el derecho interno. El arn práctica específica (hasta ahora, el
de la Constitución reformada en 1994 faculta alas provin uerdos celebrados por órganos incom-
lebrarconvenios internacionales en-tanto no sean incompati 'nternacionales jamás se presentó con-
la política exterior de la Nación yno afecten las facultades de decirse que una violación grave de
competencia para celebrar tratados
das al gobierno federal oal crédito públicodela Nación.]
uerdo. Dado que las normas conte-
n modificables por la costumbre,
nales (v. p. 59), la competencia pa-
Otro aspecto particular del problema de la competencia p rse también de normas desarrolla-
brar tratados en el ámbito del ordenamiento jurídico italia zación, siempre que se trate de una
fiere a las consecuencias que puede tener en Italia la compe or los órganos institucionales y acep-
los órganos comunitarios europeos para celebrar acuerdos , y siempre que no exista un órgano
cionales, competencia que en ciertos casos excluye la de los respeto del tratado constitutivo, co-
nacionales. Nos referiremos a este tema al tratar las Com unidades Europeas (v. p. 218), caso
Europe~s (v. p. 228) .. ha. ser el factor determinante de la
ncias originarias.
odo, su confirmación en el arto 46 de
de 1986, que reproduce el arto 46
Se halla también difundido en la práctica contemporánea
1969 y considera, justamente, causa
meno de los acuerdos celebrados por las organizaciones inter
1
119 1
IAS INTERNACIONALES
DE LASNOR lV
reoh o l do dere-
ganismos especializados, el Consejo de Europa y otras org drán derivarse de un trata 1
nes, según los arts, 229-231 del propio tratado constitutivo) o po Estados a través de alguna form;
de acuerdos cuya naturaleza jurídica incluso puede poners eros d en dicho tratado. Pue e
terceros Esta os la llamada 1
y que, de todos modos, son intraducibles en términos de d d ' que contenga
obligaciones de las' partes contratantes. Existe, en cambio, t a abierto, es ecir "tamente la posi-
,, 1 ual preve, IUS , ,
1
serie de tratados celebrados por las organizaciones interna ptaclOnde~~s contratantes originales partl-
con los Estados miembros o con terceros Estados que no difi erentes, declaración de vol un-
uerdo medIante una ~ ( 95) la 1
nada de los acuerdos jurídicos internacionales normales. Alg " n de senalar v. p. ,
a"d'
se tuvo ocaSlO dif 'en nada d e la d e
éstos, como los acuerdos que fijan el régimen de la sede del ente no 1 iere
s lun tcam " b n el proceso de 1
nizaciones o que atribuyen inmunidades y privilegios a sus fu dh " se lllscn e e
rios (v.rp, 306 y ssl), se proponen asegurara las mismas orga s; la a es~on f ia que la ratificación
. l mIsma e lcac , 1
nes una necesaria.libertad de acción en los territorios estatale lene a . ' la única diferencIa
ntratantes onglll ales, Y" ' dica en
cuales están destinadas a.operar. Otros, en cambio, tienen po los contratantes onglllanOS ra. / del
reglamentar las relaciones directamente conectadas a las cu Y , . la elaboracI0 n 1
os no partiCIparOn en , 1 d dhe-
de competencia de la organización: de;estos acuerdos, sobre , falte una daus u a e a
aquellos celebrados por las Comunidades Europeas, por eje
camblO, que 1de un Estado 1
" ' 'plena Y farma
partlClpaClOn . / 1 sibilidad de
materia comercial,.·que· no sólo' nos interesan· tnás. de cercas rada por otroS, sino solo aPdo hos a su
, d 'dos erec 1
además presentan aspectos: peculiares y complejos (v.p. 22 ma se denven etermllla , b' én
tendremos ocasión de hablar más adelante; alltratar lasdiv o Ahora bien, tam le
SU
ligaciones a d ~a~g ~odo estoS derechos y 1
ganizaciones internacionales. ostrarse que e a gun
Laque digamos de ahora en más respecto de las distintas n
quereglamentarra los tratados entte Estados (en el tema de las:r 1
1
121
120 BENEDETTO CONFORTI N DE LAS NORMAS INTERNACIONALES
modificarlo, aun en SUs relaciones recíprocas, cuando dic DE LAS N O RMAS INTERNACIONALES 127
cación esté prohibida por el mismo tratado multilateral,
., los Estados por evitar situa- Cláusulas de
judique la posición de las otras partes contratantes, o CUa
e láau sulas que se inclu-
cupacion de CIertas
. "compatibili-
1 .
compatible COn la consecución del objeto y del fin del tr e ref eja en . a fin de salva- dad" o "su-
or frecuencia, bordinación
ez con m~y as de otros acuerdos. Son
)l
hoy e! mstrum
armonizar las normas convencionales in-
los párr. 4 y 5 del arto 30 (especificación con todo importa
referirse a acuerdos derogatorios, aparentemente limitados a 1
ciones entre las partes contratantes). , la de compatibilidad es e! Cláusula de
portante de clausu formulación es "compatibili-
la Comunidad EuropeTa, CtUa~: no perjudican dad" del
. d 1 resente ra Tratado CE
Una norma idéntica a la del arto 30, párr. 4, aparece en el arto 40, siCIOnes e' pd de convenCIiónés celebradas
en el tema de las enmiendas de un tratado multilateral que hayan si aciones denva as o más terce-
das solamente por algunas de las partes de dicho tratado; del mismo parte y uno
miembros por una d en vigor de di-
arto 58 contiene Una norma idéntica a la del arto 41, en el tema de la " ' 'd d a la entra a
con antenon a , n incompa-
sión" de la aplicación de un tratado multilateral mediante acuerdos par l nvenciones sea
a en que ta eS cOI Estados miembros
d e! Esta do o os
<
.. 1
Trata o,l , ten dilen tes a eliminar as,
dIOS <
No hay que dramatizar la situación que puede crearse cu a todos os me . l s Estados miern-
d S· s necesano, o . ,
asumen obligaciones convencionales incompatibles. En realida tata 'as. 1, e a para a lca nzar ese objetivo,
stencra reciproc < ' [El Trata-
"
una lmea
' d e ca nducta comun... .
129
ORMAS INTERNACIONALES
NDELA S N
128 BENEDETTO CONFORTI , iones que no siempre se co-
do a cíertas co nd1C: ' ente con las nor-
CE mas precisa m , ,
do de Asunción de 1991, que establece un Mercado Com Trata d a Y sto Y para síntetl-
(Mercosur), debió inscribirse como un Acuerdo de Alea mún, Tenien::n:~ ~~::t:e~ciones GATT-CE
correspon 1 d ir: que varías puntQs
dentro del tratado marco de la Asociación Latino America , odemo s eCl. ,
nos mteres a, P" d arrolladas en el am-
gración(Aladi), creada en Montevideo en 1980. La ne , .d OC¡actO/ teS es 1
traves e l1eg d 1 Acuerdo General a
compatibilizar los términos del tratado de Asunción con ntratantes e , d
las Fa.r tes ca , lares Y negan ose,
de Montevideo se fundamenta en la observancia de una , nes partlCU
aso sobre cuestlO f id d del Tratado CE
convencional establecida en este último. Los Estados d I na con ormi a
ola vez Ia pe, 'do inicialmente por
ía sido requen ,
miembros de la Aladi- que quieran que sus candidaturas como hab , ' , de respetar 1os comprom l-
sar al Mercosursean consideradas dentro de los cinco pri d' que la obhgaclOn , te del meneio-
, se ún la pnm era par ,
de su entrada en vigor deberán previamente dar por termi ATI _que" g os de la CE Y sobre los orga-
obligaciones respecto a su participación en otros esquema stados mlembr , _ f ue van'as veces afirmada
gración subregional o en una asociaciónextrarregional.] e terceros paises ¡(nea de principio
s Comunidades Euro~e~s e:r uitar gran parte
ráctica, la Corte termmo p las ~eglas del GATI
Tratado CE Hasta ahora, el problema de la compatibilidad del Tratado CE
yGATT de principio Ysostuvo q~ed danos de los Esta-
dos preexistentes se presentó sobre todo en relación con e! GA bl r los CIU a .
Agreemel1t on Tariffs and Trade - Acuerdo General sobre Aran noinvoca es po 1 .también recurre
entoS a os que "
mercio, del 30-10-1947). Este Acuerdo General, de! cual form n ello a arg um '. as "indeseadas
uiere aphcar norm 1
miembros de la CE junto con un gran número de otros Estados, co ndo no q . C Comunítaria, cfr. as
, d la . arte
base del proceso de liberalización del comercio mundial que tuvo 1 nto de vista e vol XVIII,p.1219},
de la Segunda Guerra Mundial. Por una parte, enuncia algunos
/24~72 (en Raccolta, 1972, . } ·16-3-1983,
dem, 1973, vol XIX, p. 1135 Y ss. Y
sustanciales en materia de liberalización, como el principio de la e
983· p. 801 Y ss.). . 'bTdad entre
la nación más favorecida (o sea, de la automática extensión a todas , rte) de mcompatl 11
contratantes de las concesiones hechas a una de ellas) en materia rtido, por otra pa. . 203} incluidas las en-
constitutiva del !TU (v, P'" ' Napoletano, en
aduaneros y de otras tásas o impuestos vinculados con la expo misma convenclOn, v.
d
va d os e la
importación (art. I); el principio de la igualdad de tratamiento fi
entre productos nacionales y productos importados (art: III), aco
por otra parte, de varias excepciones; el de la eliminación de las rest
cuantitativ.as a la importación y a la exportación (art. XI); el princi
discriminación entre los productos provenientes de, o dirigidos a, lo
rios de las otras Partes contratantes, siempre en materia de restriccion
tit¡ltivas (art. XIII), etc. Por. otra parte, en varias normas el Acuer
q~e tengan lugar consultas y reuniones periódic~s entre las Partes, '
cilitar la consecuci6n de 19s objetivos comunes. El Tr~tado CE pres
dables puntos de fricción con los principios del GATT, por estar fun if , una sensibl~ evolu-
s uerra se ven KO
UD:á unión' aduimera (eliminación dé las barreras aduiuleras dentro 11.d apo g . d 1 reservas en los tra-
ernacional en el tema e1a~ , en los artículos
comunitaria, institución de una tarifa aduanera'común ha~ia elexteri
amplio reflejo de esta evo UClOn
cierto, en su art: XXIV, el Acuerdo General reconoce la constitución
nes aduaneras, pero tambiért es cierto que el reconocimiento de dich
130
BENEDETTO CONFORTI 131
E LAS N OR MAS INTERNACIONALES
\
\\
133
INTERNACIONALES
bE LAS NORMAS
132 BENEDEITO CONFORTI "tados artículos sobre las
inspIro" , \o s ya CI 1 de los Trata dos,
no previstas en e! texto del tratado mismo en uno de 10 , obre Derec 10 ,
e VIena s I C nvencÍón tiene co-
indicados. La formulación de reservas no previstas en e te que Ia
Corte, a o
,
,
1" posible en os
1
día, según la doctrina clásica, la formación de! consens , ' , n mas amp la if
artiClpaclO ", de Viena codl lca
C nvenclOn
pone la perfecta identidad de! objeto de ese mismo con todo, 1a o reserva ,mientras
iarse una d
portaba, por lo tanto, un modo absoluto de excluir al puede orn:u'lidad del texto del trata ~
f
de la reserva del conjunto de los Estados contratantes nte esta poslbl t no sea incompatl-,
ue se tra e d
más bien a proponer un nuevo acuerdo. reserva d e q , o (art 19)'' Establece a e-
¿Cuál es la situación hoy? Como ya se vio, se ha ve el tratado mlsm d'l tratado la reserva
notable evolución en la disciplina del instituto, a fin de 1 texto e ' ,
prevista en, e ero agrega que SI
dúctil y, por lo tanto, más apto para facilitar la particip tra parte c, ontra~a~t:, ~entro de determi-
u obJeclO n ",
Estados en los acuerdos multilaterales. Señala una etapa tere ch azo , .la notificaclO n
igulenteS a
tal en esta evolución la opinión de la Corte Internaciona los doce meses s , de que la reserva ha
del 28-5-1951 (sobre la función consultiva de la Corte V. ) se" entlen d 1
contratantes, d la flexibilidad e a
nada a pedido de la Asamblea General y cuyo objeto era r, 5). Como signo e cho la opinión de
ción sobre Represión del Genocidio (esta Convención fue ón que exce de con mu rg de las d'is-
, , I norma que su e
por la ONU, aprobada por la Asamblea mediante Res. d ademas, a , 3' según esta
, " b 21parr.·
y abierta a la ratificación de los Estados). Justamente, la árr. 4\ mo. , Y " ide que ésta pro-
, ,P er va no lmp 1
requirió a la Corte si, aunque la Convención sobre el Ge ción a una res 1 el Estado que a
la form u a y
preveía la posibilidad de formular reservas, igualmente 1 e el Estado que, ' , .-nanifiesta expresa y
1a o bjeClOn no u' " ' ,
podían proceder a formularlas en el momento de la ratift P re, senta , 1, t' do entre en vIgor
, 'd' ue e tra a , ,
efecto, algunos Estados entendían orientarse' en ese sentí ónde lmpe Ir q n otras palabras, SI no
respuesta, la Corte afirmó un principio que fue considera los dos Estados. E " el Esta'doque
cionario, incluso por algunos jueces de la Corte misma que ente teonco,
un valor puram A continuación se con"'
en minoría, pero que hoy se encuentra totalmente consolid eGirlo expresamente. las relativas a la
principio consuetudinario: una reserva -dijo la Corte- bre diversos detalles, como la cual deben re"'
formulada en el acto de la ratificación, aunque la facult as (art. 22) y a la forma en
pondiente no esté expresamente prevista en el texto d , ladisdplina de las
siempre que "sea compatible con el objeto y fin del tra onv,en,ción de Vl~nda, d vez más, "libe-
.' entl o ca a, ' ,
, otras palabras, siempre que ésta no se refiera a cláusulas f donando en un s , l' o bien conf1rma-
" naClOna es 1
tales y características de todo el tratado. De todos modos sivas practicas 20 árr. 4 inc. b, Y 2 ,
la Corte, mitigando el alcance innovador de su afirmación-- de l,os citados arto , P di,' Con,vendón,
armas e a
tado contratante puede rechazar la reserva, planteando jus on important~S n " E,s tado formule
su incompatibilidad con el objeto y fin del tratado. En ese ca cer la pOSI'b'l'd
I l dade , que un d siempre que
if ' , del trata o,
se alcanza un acuerdo sobre el punto, no puede considerars ada la ra,ti lCaClO n bJ'edo nes enra-
resente o
el tratado en las relaciones entre el Estado "rechazante" y e artes contratant es P
autor de la reserva (cfr. CIJ, Recueil, 1951, p. 15 Yss.).
134
BENEDEITO CONFORTI
DE LAS NOR !vj 1\S INTERNACIONALES 135
zón del atraso (para esta y otras innovaciones cfr. Gaja, a
310 y sig). Pero la tendencia innovadora más significativ lpatibles con e1 o bi~e ro y fin de I trata d o, prohi-
al derecho internacional clásico, a la opinión de la Corte I na 1co ns uetudinan o,
nal de Justicia y a la Convención de Viena se desprende d Estado actual
lo que nos parece que es
tada decisión de la Corte Europea de Derechos Humal10s o centrarnos e~ 1 a de las reser- del derecho
di ano en e tern
Belilos: se trata de la tendencia a considerar que, si un E o consuetu
internacional
declara que quiere considerarla como una conditio sine q f del mismo trata , d
y III anifestada en el mo o que
ra su participación en el tratado, la inadmisibilidad de la otro Estado, m i ' s entre el Estado
significa la exclusipn de ese Estado del tratado en cuestió ' d las re aClOne
-oversia e I objeción a una
10 la nulidad de1areserva. Por 10tánto, esta reserva deberá I cepta; que a
tado que a a tual entre el Esta-
rarse no presentada. Claro que, si se sigue esta línea, ya n ' culo contrae ,,
n de und vm e la o b'jeta, sólo si la objeclOn
una simple cuestión de. facilitar la participación en los el Esta o qu id . y que las re-
d i en ese senn o,
multilaterales, ¡sino de reducir casi a la nada los efectos t olunta e ar~, , , del Estado autor en
las reservas! De todos modos, esta decisión de la Corte I PartlClpaclOn ,
n a no e se canso lid 1 e la tendencia que
constituye un caso aislado y, además, limitado a Un de siempre qu autor haya manifestado su vo-
ámbito regional. He aquí porqué hablamos de tendencia dicho Estado
práctica consolidada.
".oo deje ambiguo u oscuro el sentido" o bien "oo. lleve d ás especiíflC amente de los trata- ,
manifiestamente absurdo o irrazonable". En lo que r tl'ata ,os, m,
nes mternaoiona' l e s, estos jueces m-
33, se ocupa del caso de los tratados redactados en cm on los motivos que en se-
todas igualmente oficiales: en ese caso, si la compar eso opuesto, .P suelen interpretar
1 iueces mternos ,
diversos textos revela una diferencia de significado qu , o~ J rámetros que utilizan en la m-
eliminar con los instrumentos interpretativos cons n os pa, Si se examina,' p o r ejempló, la
arrs. 31 y 32 Y si no está previsto que un texto prev ternas, , ió.a.la Segunda
' dI· erío do que siguro a
otros, debe adoptarse "el sentido que mejor concilie es lf e ~ ueda del sentido literal, de la
bida cuenta del objeto y del fin del tratado". una busq o casi nunca el recurso a la
Aparte de recurrir al método objetivo, para la inte ~::tuar
alf" etdc: una interpretación res-
los tratados internacionales valen las reglas que ha el oa im ' .risprudencia ita '1'lana, so/ lo se, ve
d
ría general respecto de la interpretación de las norm o e ' a~ JUrestnctrva
" en el tema de la aplica-
general y que pueden considerarse vigentes más o rnen acron , ma tendencia se encuentra,
47 (esta mis . d 1 e-
ordenamientos jurídicos; en el ordenamiento internacio la .'urisprudencia
J alemana e p
mas rigen en cuanto principios generales de derecho (so da: "' d 1 Tratado de Versailles}; pero
OpOSltO e ..... . 76)
v, p. 60 Yss.), Nos referimos en especial a las normas ecial (sobre el punto v. p. 1 .
tación restrictiva o extensiva, a la norma por la cual, en
terpretaciones igualmente posibles, es necesario elegir la
favorable a la parte más obligada (principio del favor
contratante más débil (por ejemplo, en el caso de Un ac t ahora acerca de los medios normales d Teoría de
s, ~
los poderes
peración económica entre un país en vías de desarrollo I s tratados constitutivos e 01'-
blen par~ 0
implícitos
dustrializado, la más favorable al país en vías de des la Carta de las Na-
01' ejemp 1o, para id d
Interpretación
la que permite asignar una función a la norma, etc. s, p " d e las Cornuni a es
atados consntutrvos . desde
extensiva y Debe darse un énfasis especial a la posibilidad de qu : . io nadie desconoce esto; per.~
analogía
recurra a una interpretación extensiva de un tratado, nmcrp . mas de interpretación par-
reconstrmr nor , U 'das como
aquella especie de interpretación extensiva que consiste e la Carta de las Naciones 111. "
la analogía. Es tiempo, por lo tanto, de abandonar la a
tratados , ,
constitutlVOS d e o rganizaclOnes
~ m-
/n
predominó en una época en la doctrina y en la prácti léi una concepción comun, segu
cual,los tratados siempre debían interpretarse restricti os ref ejan ~l mo trata-
rían ser considerados s~ o co ~ _
cuanto supondrían una limitación de la soberanía y de 1 bre la base del pareCido entre los 01'
los Estados. Esta opinión resulta arcaica y superada si se es, so nizaciones internacionales y los
dato efectivo de que la colaboración entre Gobiernos o~ras o~ga do La Corte Interna-
'nistrativos, del Esta. d . amente
más intensa y que se recurre a los acuerdos como instru '
en esta dirección. / cu an o , .precls
resolver problemas que cada uno de los Estados no pu blemas de interpretación de la Carta
unilateralmente. Es un hecho que la tesis de la interpreta re pro d la Asamblea Gene-
opiniones pres~nta as; 1 llamada "teoría
tiva goza ya de escaso prestigio entre los jueces intetnaci 6 de la Carta), hizo uso e a
144
BENEDEITO CONFORTI 145
DE LAS NO R MAS INTERNACIONALES
de los poderes implícitos". Sobre la base de esta teoría ., n im- Aplicación de
implícitos, que fuera especialmente desarrollada por la 1 C mumida d Europea asurmo gra , , la teoría
a o s imp, 1"ICltOS. En el tratado consti-
35 de los poderes
d
ma de los Estados Unidos de América para extender 1 po ere . resa en 1a materia , el arto 2 . . implícitos al
ciasdel Estado federal en desmedro de las competenci P Tratado CE
.rma
, d exla Comuniida d resulte necesaria .
dos miembros, cada órgano dispondría no sólo de los on e ' d d en el funciona-
.' d 1 Comuríi a ,
atribuyen expresamente las normas constitucionales, si jetlvos e a Tratado hayatpre-
. , ue el presente " d
Aplicación de
todos los poderes necesarios para ejercer esos poderes ,S111 qeqmeren
. al efecto , el Consejo, de-
la teoría de atribuidos. Al aplicar la teoría de los poderes implici e se r . ., y luego e
la Comisión
los poderes nos de la ONU, la Corte Internacional de Justicia inel opues ta de 1 "
implícitos en pr 1 disposiciones de caso .
la Carta de la a ampliar notablemente su alcance y ha terminado po blea, toma as e para atribuir a los
ONU existencia de ciertos poderes de los órganos de la' ONU te de esta ~orma qu 1 Tratado e! único
IStOS por e ,
elusivamente de los fines de la Organización, los que res no prev ., inime de! Consejo, es
por ser indeterminados, como puede deducirse fácilment la deliberación unan t dos los Es-
1 I están represen a
tura superficial del art.! de la Carta, donde se enumera .o en e cu~ no ueden deducirse pode-
con,secuencla'd p mente interpretativa.
La más precisa y amplia formulación de la teoría de.los p . ida mera
deuha . ",acnv
d 1 s Comuni unid a des Europeas ha
tos se remonta a la opinión de la Corte Internacional de }usti
JUStlCIa e a deres implícitos directa-
a la Asamblea General en 1949, en relación a los, daños sufrid 235, recabando po
narios de las Naciones Unidas (opinión del 11-4-1949, en ratado.
1949, p. 174 ss., partic. p. 180: "... los derechos y deberes de
la Organización de las Naciones Unidas dependen de los fin . " d 'las decisiones corres pon-
ciones de ésta, enunciados o implícitos en su acta constitutiva especial,',intenslda en , les que implícita-
d 'nternaclOna ,
"... la Organización posee aquellos poderes que, aun sin estar celebrar trata os I l Srganos comunita-
ib yen a os o
previstos en la Carta, son ... esenciales en el ejercicio de funcio armas que atn u " a excediendo con
'1 " , comumtan ,
ella"); en ese Caso se trataba del poder de la ONU de ejercer de legis a~I,on d l Tratado respecto de la
las dispOSICIOnes e , 229 ss.
tección diplomática que normalmente ejercen los Estados sob
ta d os. Sobre este pun,to v. p. y
ciudadanos en el exterior, en caso de daños sufridos por los
cionarios en un Estado miembro (o incluso no miembro) (sobr
.', eÓ» : e coloca, por lo tanto, en el
v. p. 30,7 Y ss.). Cfr. también la opinión del 13-7-1954 (CJ], eres lmphcltos s, retaci ón restrictiva de
1954, p. 57), que justifica Con el recurso a la teoría deI?s pode d ia.ala interpre
ja ten encía a , limitativos de la
la creación, por parte de la Asamblea General, del Tribunal A anto 111strumentos .
es,' encub h
die a teori'a parece excesiva,
de la ONU para controversias laborales entre los funcionarios
zación (v. p. 310); Yla opinión del 20-7-1962 sobre los gastos
S111 em argo, 1 I transferir al plano
te cautos a, ,
tenimiento de las fuerzas de la ONU en Medio Oriente y en el er sumamen, de derecho consntu-
I doctrinaspartlculares I 'órganos de las
ReClleil cit., 1962, p. 168), opinión que deduce de los fines de "la ' 'nos estata es y
Unidas el poder de la organización para tomar todas las medid gla entre orga di utible si se piensa
l amente ISC ,
y hacer sufragar a los Estados miembros los gastos correspondi iona es es sum 'd' d d ' ponerse a los con-
canzar dichos fines. a efecrivaicapaci a , "~ 170 que respecta más
e los órganos estatales. n
146
BENEDETTo CONFORTI
147
específicamente a la teoría deJos poderes lmpliclt<OS,
utilizada siempre que se mantenga dentro de los límite , de éste, sino también
'0' n(auténtlCa) ' 1 aplicable
pretaciónextensiva, siemprequesÍl"va para garantizar el h internaciona ,
te de derec 0 "otras nor-
bi entre 1as
s". En eam I~, if do de una dispo-
pleno ejercicio de. las funciones que le asigna el tratad
de la organización" Dilatarla más allá de su l11edidan I sigm lea .
a aclarar e de derecho m-
justificable·jurídical11ente,sinotambién susceptible .d '1 las normas ,
no me uye, está prevista
traproducentedesde·.el·puntodeVista·político, ya qUe (ni tampoco
contratante ión) Esta omisión es
reacciones y oposiciones pOr parte de los Estados mi s de la ConvencIdon .'a en una época
organizaciones cuyos poderes se desea reforzar. De h id I ten enci , ,
onsi era a . partes de las JU-
opiniones de la . Corte Internacional de Justicia que. ha fl en diversas ,
aún a ora clave UnI'1 a teral (es decir,
teoría de. los poderes implícitos, las. que, según la Can
nterpretar en 'derecho) los trata-
no. tienen siquiera fuerza vinculante)(v. p. 499), setrans '1 al propio,
io, y so o . En efecto, es ne-
letra mUerta. La cuestión es totalmente diferente .en. elc ídi mternos. d
ico-jun ICOS, 'contra to as
delal>. Comunidades Europeas,.cuyasisentencias sonviri<.: dencia es mas,
tipo de ten , . das a interpre-
c1usosi losórganos.comUrlitariosno disponen de medios I o autoriza
unilatera es n por lo tanto, en
Páraimponerlasalos.• Estadosmiembros.
tratado mismo (y qUJ,eu'stificación en los
. iera una I
entren slqme ,. contra todas as
) f,
de InItIVa, d
tratado, en , ificado a todas y ca a
Interpretación ' 'o sigm I d '
darle un unlc '1' mal po nan
"unilateral" La Convención de Viena no avala interpretaciones " E tendencia
tratado. stas nto de encuen-
do, loprar.do,., ga"re q uo"a,la luz de la Convención; domo unpu
ea del trata o e d contratantes, y par-
c1uir, por 10 tanto, que una norma contenida en un acue d i Esta os I
~ioo.l púeda t;n;r·diferen,e. 'igtúnead~, segun el E,tad luntades e os
entemente e a
d 1 presuncion
., de que la vo un-
obligarse de mo o
d
te al cual, o dentro del cual, deba aplicarse, a menos que id dequerer , , I
en el senn o . , n subjetivista a
obviamente, no disponga 10 contrario. Al respecto result sea, de una interpretaclO
vas dos normas de la Convención. Una es la del arto 33
da, que, en el caso de textos redactados en varios idio
¡\r"i?Ude ténnirtó,' t;e:'~~:;:~, 6tdeo~mien'
•.. , ., 'dica s internos, Interpretación
que no sean concordantes, impone una interpretación q de los
todos esos textos, rechazando así la tesis que sostiene una ·fisadosdiferent~~:~ra~ados. celebrados . en .las
acuerdos de
por separación del territorio de un Estado predecesor se encuentra , " ." .. , 1 caso de los trata os mu 1-
Estado na notificación de sucesion en:, d 1918 ··(art 34) unifica
desmembramiento dé un Estado. Mientras que la separación no i bi También la ConvenclOn e. •.
plica la extinción del Estado que la sufre, la característica del de
. membramiento radica precisamente en el hech que un Estado
~p~::ts~:'enlapa~te destina9a a los Esta,d;:n:Ud:r~e~:e:
erritorios coloniales (es ObViO que el ferió iend a ambas
extingue y en su territorio se forman dos o m radas nuevos. Da to.nos e refiere a la descoloni~ación), sometlen o . '
que tanto en una como en otra hipótesis se verifica una división argo, al principio de la continUIdad de los tratados.
territorio dél Estado y de la población que reside allí, el único crit
apto para distinguir entre estas dos hipótesis (distinción que, por o ratados eh caso de desmembramiento, la
parte, no es fácil) es la continuidad o no de la organización de gobi uanto .a,la' suert:' de, los, t
o' . no faltan algunas manifestaciones
no preexistente: debe admitirse que se está ante un caso de desme respectiva ~s ~as bien mc~:r~:~ablllil rasa. Por ejemplo, cuando se
de lacontlnuldad en vez "AustriaChecoslovaquia
bramiento cuando ninguno de los Estados residuales tiene, ni siquier el Imperio Austro-~úngaro'bml~ntraS, queladas po; los acuerdos ce-
aproximadamente, la misma organización de gobierno, el mismo régi nia declararon no sentirse en a so uta vincu
men del Estado preexistente -por así decirlo, que no esté regido por
163
N DE LAS NORMAS INTERNACIONALES
162 BENEDEITO CONFORT!
RMACl Ó
id ch Conforti, p. 45 Y
d Naciones Ul1l as, .
lebradas por el Imperio, Hungría declaró lo contrario (en realidad, órganOS e 1as
parte de los tratados cayó bajo la previsión de los arts. 234-247 de
de .Saint-Gerrnain y de los arts. 217-230 del Tratado de Trianon).
No parece que, en número y en consistencia, estas manifestac
tales como para llevar a considerar que el derecho consuetudinari Incorporación
',' 'd por la forma-
ca la continuidad, incluso en el caso en que se desmembre un Esta l earaeion segul a , y fusión entre
ertomodo, a as p , d 1 desmembramien- Estados
tario, por ejemplo, un Estado federal. Tampoco parecen pertine
Estado e,n, la parte sepa~~ a/aaprimera se produce
ejemplos contrá el principio de la tabilla rasa que se dan en el, te , " la fUSlon. L 1
membramiento (cfr. YILC, 1974, II, 1, p. 260 Y ss., n; 3 y 7), que s incorp,orac,lon Y l' f parte de otro; a ,se-
d asa a ormar E
a la disolución de uniones entre Estados, como por ejemplo, la unió guirse;un Esta o P, 'uen' originan un sta-
cía y Noruega, disuelta en 1905, y entre Dinamarca e Islandia, di dos o más E"stados, se "ed~tl~g" eYntre las dos figu,ras
, " ,de' lStlnClon
1944. El hecho de que en estos casos los Estados que se separaron " n aquí el cnteno
ble, "f' '1 establecer- no
" siempre es' aCI , d
c1arado sentirse vinculados por los acuerdos celebrados por cad e p'or otra parte, no " d ' b'lerno: la hipótesl s e
ellos en nombre propio o bien por la misma unión (en este caso se tr
, " aClon e go ,
ferirse a la organl'z 1 f ' , n cuando eXlsta, con-
uniones personales o reales, caracterizadas por un Jefe de Estado y , 1 de a USIO d
debe prefenrse a a , de: o de los Esta os
encargados de las relaciones exteriores comunes) se explica más bie " ' d ' gobiernO e un , if
la drgalllZaCLOn e , ulta de la unl tea-
a que cada uno de los Estados miembros había conservado su pro , ' ' d g'obierno que res ,1
laorgalllZaClOn e , , d 1Reino de Itaha en e
rialidad internacional durante el período de la unión. Como otro
a ese , ' 1a form acLOn e , 'n' I de los otrOS E,s-
cnte,no,
contra el principio de la tabula rasa en el tema del desmembramiento opt , , ' corporacLO ,
uecle considerarse una tu 1" eunificación' de las dos
le presentar e! de la República Árabe Unida, disuelta en 1961. Efecti
o de Cerdeña). Igualmente, a r a incorporación de la
te, es un ejemplo que no está a favor de dicho principio. Sin emba
ejemplo remite a la hipótesis de la separación y no de! desmembrami 1990 debe considerarse com~bul~ ',Federal (el Tratado
n , ' l a R e p u tea d
propósito de la separación, ya se habló de ella), .dado que.fue Siria la emo,crática Al,em,anal a 8 1990 celebrado ,por los ~s
" de' 31- - , , ' 1 R pu-
separó de Egipto, ~l cual continuó teniendo la misma wganización d nidad A1emana , "bl' Democratica a a e
"de la Repu tea
"on·
bierno anterior a 1961. Tanto es así, que el problema de la sucesión o ade "adhesl
los tratados (y además de la necesidad o no de una readmisión forma isma norma
ral). , , r a tradicionalmente 1amlS
Naciones Unidas) se presentó, en la práctica, sólo en el caso de Siria. corporación ,se le ,a,P IC , f " 'as de territorios de un Es-,
En lo, que respecta al desmembramiento de la Unión Soviética, es 1.. trans erenCl d 1
Svisto aplicarse a as , 'lidad de las fronteras e, os:ra-
sifÍdo pronto para poder referirse a datos significativos de la práctica,
ro" o sea, la re,gla, de la, mom "tl'ngue cesan de tener vigor
señalarsesóhlmenteque el tonsejo de Seguridad de las Naciones , ,, , E d que se e", ' 'de
consideró 'que uno' de los Estados surgidos del desmembramiento,
os tratadOS del sta o 1E t do incorporante a traves
e sean 'confirmados, P?r. e~:n las otras Partes contratan-
podía suceder a la Unión Soviética en la barica permanente (v. p. 56
trata de una decisión claramente dictada por motivaCiones 'políticas, qu
cuerdos, expresos o taCltoS, , do se leextienclenlostrata~
puede evitar causar perplejidades a nivel jurídico. No es la primera vez, tras: que al terr,it,orio, incor,pora 'd' on',luego de la unidad;
A ' se'exten ler, , ".
otra parte, que los órganos de' las Naciones Unidas toman decisiones c stadoincorporante. ,s~ , r resto de Italia,mientrasque se
trarias al derecho internacional en el tema de los asuntos de Estado, d dos del Reino de Gerdena a, r nos Una vez más, para, los
siones cuya Hegitimidad es luego recompuesta'por el consenso de los Es ieronl a s de los otros Estado; lta~~efi~itiva, el principio de la
dos.miembros dé.Ia organización. Sobre la práctica en la materia; origin s del Estado incorporado va e, e
en deliberaciones correspondientes a la, acreditación de representantes. rasa.
165
DE LAS NORMAS INTERNACIONALES
164 BENEDEITO CONFORTI Incorporación
1 ode la incorporación como en el de la o fusión de
El mismo principio reglamenta los Casos de fusión: e cas , ' 1 .principio de la tabula rasa territorios que
na excepclOn a permanecen
surgido de la fusión, siempre que sea efectivamente un u o fusionadas conser- corno
va, siempre que no presente ninguna continuidad con un , n el ámbito del Estado incorpo- autónomos
Estados preexistentes, en lo que respecta a la organizació dQ<de auto~Omla :omo sujetos internacionales; en
bierno, nace libre de compromisos convencionales (obvi ~ttl1quese extl~gan , , o de la fusión se instau-
excepto .los.acuérdos.Iocalizados). [Un caso interesante pr iiclyspués de lamcorporaclOn Ivo al unas manifesta-
incorporación definitiva .del Estado de: Buenos Aires a la tipo feder~l. E~ ta\ caso;~:ade la ~ovilidad de las
ración Argentina en-l S59 ¡ El Estado de Buenos Aires, al ~riQ·. (por ele~?, o,· :c:~ón integral cuando en 1845
de su incorporación, exigió la no aplicación dentro de su~~
111 ~ratados recibió apl dos Unidos), la práctica esta-
formar parte de los Esta . . .d d de los
de los tratados celebrados por la Confederación con anteri ,i d se ha orientado a la contmul a
la fecha. crítica en la que se produjo la sucesión.de Estado l~lopasf~ Ocia limitada a la región incorporada,o fu-
vencionalmenre, ies> decir por el Tratado de San. José de, El e con e ica ibl el objeto Y
1 li ' .' 'n sea compatt e con .
11 denoyiembre.de1856, se acordó la modificación de 10 feique ta .. ~mlta;lO los .acuerdos celeb~ados por·l~s
ces territoriales de los tratados. celebrados por la Confed •. Así, .por ejernp o" los respectivos límites reo.
con anterioridad .a la fecha de efectiva, sucesión de Estados,.ii s. continuaron en vl~orfedn ... " .Helvética en 18.48;
> .', de la Con e eraClOn ...• ,
bilitandosel.íhaeerse extensivos: al territorio del ex Estado.d $?l:J.stttuclOn . 1 .:de la constitución del Impeno
nos. Aires; tad()sAlelUan~s, uego ;< Honduras,lueg?
Esrecondicionamiénto del, Estado de Buenos Aires déter
71'
......... los del Salvad()r, Nlcara?u~
18 ' ..... , . 1 Gran Repubhca ·C··.elltro·-America-
y.
reforma de la Constitución del añol 860 porla quese.agreg clyesto s paises en a . , .. d 1 s Repúblicas Trans-
tículo. 31 ,.queestablece la. supremacía de la Constitución, .1
i••
.~.•. R,usia blanca, de ugami/u~s; en 1923. rara pasar
dela Nación y los tratados. por sobre las constituciones y leye ego de su incorp~raclOn a di on los acuerdos celebra-
vinciales, "" salvo para la provincia de Buenos Aires.Ios tr }11ásrecientes, l~ ~llSm;g:;~~ ::a:do en 1958 se formó la
ratificados después del pacto del11denóvietnbre de.18 59" . t~rioridad por ma y , Zanzíbar reunidos en
Árabe Unida, o por Tangamca Y ,
En aplicación de este texto constitucional reformado, elEs
República de Tanzania.
argentino se opusoraJa pretensiónbntsileña,exPresada en una
de protesta, .deaplicaren.elRíodeJa Platalas normas •relativa comportó. la reconstitución,
a.J~re~l1ificación alelTI ana ~q~e··l 1Tratado ya mencio-
lib.ertaddenavegación.,acotdada.por eLTratado.·deJNavegación . ' d Alemania Onenta- e.. ....• .... '
~n el .terntopO . e . . . .•. . ... .·1···· .p.. tes "parten d.el prmcI-
de marzo de 1856yr por . 1a Convención Fll1vié'llrdel\20 de novie f'· art 11 que as ar . ... " ' d
990 a IrIlla enRsu)bl: .· • Federal se e~tiendenat territorio .e
.Ó;
jÓ.
de·1857; ·amboscelebradosr.eI1tteArgentíI1~/~lTmperio del ~tratados de la.epu . lea . • id ..... lbrados porésta,encam-
En esaoportunídad elEstadoargentino sostuv() que los. tratad ~l)~lllosráti~a;Piara tos. tts::dr:seexalIlinara '[ímro con las
navegacióriéelebra~ospórJa. C ()ufederaciónArgentina con aní' éstableceque e n~~~o~íSl1 posician acerca de los cursos de
ridadar.18S9 nos~ni~plicablesienelterritoriodela.a ctual prov COhtrata.n.tes y luego Ijar . dov. RGDIP 1991. p. 188 Y
.Ó:-:p.....·ltxtO del trata o v.
.Ó , , .d .
de. Buenos.Aires,ní en el •. Río. de la Plata, queestár·.bajo su ·juri e t~maran. ara e e ..19 el arto 12 implica que los trata os
ción,cQn/anterioridad a(la yfectiva incorporaciqndeBuenos· Ai m, en Clunet, 1991,?" '. 1 d los nuevOS Linder, al
DemC)Cnltlc:a contmuen vincu an o a
la Confederación (v.•nota>del1y1inisterio de Relaciones ExteriQ
Culto de fecha 21 de setiembre de 1976).]
1ACIÓN DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 167
trata~o'
tre: as entidades reunida l no e vmculo de tipo f eza política o ligados estrechamente al régimen
l
continuidad de los en(doS arts. 31-33 adopta e! prin e
di s entro de 11' ' ya se ruvo ocasión de señalar, esta excepción es
pon lentes a varios Est d os rrnrtes territorial
., a os que se ' e hipótesis en las cuales el derecho internacional ad-
tension a todo el territorio di reunen y dejando a salv n de derechos Y obligaciones convencionales. Co-
notificaciones de sucesión} ; e rante acuerdos sucesivos
una vez más, del derecho c~ns:eetstde. mo?o, la Convención s
ijo, más que de una excepción se trata de la aplica-
u mano. io rebus sic stal1tibus en materia sucesoria, por el
e todos modos se extinguen si cambian de manera
to de la Comisión de Derech In s co~respondientes artículos d 1
Como surge del comentario a 10 stancias vigentes en el momento de su conclusión
o ternac 1( f e nqlus es posible sostener que, sobre la base de este
l~
y ss., n. 6 y ss.), la solución ad d iona e r. YILC, 1974 Ir o
mente en la práctica relativa a°fat;n a por ,Convención se ¿nda
erna que nos ocupa termina por establecerse una re-
que hemos citado. Pero se trata de ustaur~~I~n de vínculos de tipo rre
el
número de las normas convencionales que se
ra ~econstruir un principio de ,na practIca sectorial, no utiliz adicalidad del cambio revolucionario de gobierno,
de Incorporación o de fu'sIOn.i , cparacter
or o general
t ' válido para todo s lao ide e! cambio en la estructura del Estado, más mume:
re,con?ce (ídem, p. 259, n. 28)'que lr~ par~e,. en el mismo coment normas que no podrán considerarse compatibles con
poraciónt a, 1a cua l SIempre
si ,a menos
se le consi ' en
. 1o que respecta a la
dad de las fronteras de los t d dero aplicable la norma de 1 n.seque gran partede la doctrina considera que la
, . rata os) 1 luci , am
CrIterIOS de "justicia" y d e-Óccmo d er ida d"
so UCIOn
' adoptada co rrespo tado tan extingue por efecto de. cambios re~
consuetudinario. m a ,mas que al estado de de 1pocos e
de gobierno y que, por .10 tanto, no se trata en este
cuestión de sucesión de un sujeto internacional por
qonvencio nes siguen en vigor, meramente.como con~
e
.s
la continuidad.en la persona del Estado• trata de la
na de tratados cuando se vPr~f' ema de sucesión de Estados en
Cambios . Se presenta también un bl identifica al Estado. conta· comunidad estatal,· según
radicales
en el to d en rca un cambo d 'ón que rechazamOS (v.p. 24 Y ss.), o bien que reC\lfre
e una comunidad estatal . 10 e gobierno en e! á
'ones .superadas, como por ejemplo la configuración
Gobierno
ampliaciones o dismI'nu' ' srn que el território de! Estad
Clones Cu d i O
extralegales y se instaura u~ ' ~n o e cambio se verifica por
mo ente ternario compuesto por pueblo, territorio y
obierno.Es obvio que también la doctrina de la cual
ejemplo, la instauración del ,r:glmen radicalmente diferente
golpe de Estado en Chec l regIt1~en soviético en Rusia en 191
blando no puede negar que el cambioreyolucionariode
roduce la extinción de las normas incompatibles <con; el
Chile en 1973, etc.), debeo;oC::;:UIa en 1948, e! golpe de Estado
men, a través de la puesta en juego de la.cláAsula rebus
uso Desde eLpunto de vista práctico,por)o .tanto, losre~
recho internacional. En efect :rarse que cambia la persona de
de derec l10 mternacional
' se id t'f' que el Es ta d o, en tanto sUJo
o, VImos
antigg~ntaGrseb
p. 24 y ss.}. Es necesario,epren 1 rca con el aparato de gobierno son los mismoS. .
tratados celebrados por el ,entonces qué sucede con l
o o terno . e'0pera aqUI' también
169
LAS NORMAS INTERNACIONALES
168 BENEDETTO CONFORTI MACIÓNDE
Convención
o con otros sujetos de de Viena de
'das por un Estad '
La Convención de 1978 no se ocupa de la materia en examen. Es deudas contral ' t a de las ConvenclO- 1983
, hacer referencIa a o r
se remonta al proyecto preparado por la Comisión de Derecho Int es necesano , d 1983 sobre sucesión de Esta-
" de VIena e b"
de las Naciones Unidas, que justamente justificó la laguna hacien Conven Clon d E do" dispuesta tarn len
hi deudas e sta , ,
cía a las dudas presentadas por diversos sectores respecto de la pert nes are IVOS Y N' s Unidas Yque aun
, . ' 1 de las aClO ne
la cuestión al tema de la sucesión entre Estados y declarando, por recho InternaclOna mente favorables a los
us normas suma , o,
que no quería tomar posición sobre la cuestión teórica de la nat . A causa de s , , ' además neta opOSlClO n
undo, la ConvenclOn encontro su adopción en la
Estado como sujeto de derecho internacional (cfr. YILC, 1974, II, 1 ntra
a1eS, los cuales votaron co
ss., n. 66).
de 1983. , tener que ocuparse de
ón parecena d
ulo, la Conv enCI
o o
1 situaciones jurídIcas e
d Estados en as
la suceSlO n e
o ,
Sucesión Como ya se vio, todavía está en discusión si en situacione dIque respecta a los ble-
de las deudas
cas de derecho interno existe una sucesión impuesta interna dos". Así, en efecto, trat~eu~a~ de Estado, un primiti-
contraídas por
mente. Si bien la discusión se refiere a varios temas, como laa En 10 que respecta a las o o, se ocupaba de toda la
medio de un d la Coml SlOn, 1
acuerdo ción de la propiedad de bienes públicos que ya perteneci odo en el seno e h b' ra sido contraída por e
internacional " sea que u le d
anera ullltana, ya o d bien con Esta os u
predecesor, el respeto de las concesiones administrativas ext , tdicas pnva as, o
nas físicas o jurr l bio tener en cuenta
por éste, etc., el tema más importante y debatido es el de la idi 1 go en cam ,
cionales. Se decI 10 ue "1 a ésta se refiere la Con-
en la deuda pública, dada la tendencia a rechazarla del Esta da categoría de deudas;,Y slo °de la presente parte -es-
sor, que se manifiesta desde siempre en la práctica estadual. d los arncu os
ara los ef ectoS e icada i t mente a tales deudas-
de un tema que no corresponde sistemáticamente al derecho IV dedIca a ¡US a d
ue abre la Parte, " , fi anciera de un Esta o
tratados y del cual nos ocuparemos en el lugar oportuno, q ' d obhgaclOn III 1
euda de Esta d o to a 'zación internaciona
ra con una orgam
de los límites a la soberanía territorial (v. p. 278). Puede suced on otro Esta d o, pa , íonal nacida de con-
o d derecho IllternaCI, 1
embargo, que la deuda no haya sido contraída por el Estado ier otro SUjeto e id t como también surge e a-
o1" Es eVI en e, C
cesar en el ámbito del propio derecho interno -la hipótesis echo interna ciona . h 1 ternacional (v. YIL ,
, "lon de Derec o n , '
es la emisión de títulos suscriptos por personas físicas o ju ajos de la Comls ,, o de ocuparse Ullltana-
1 C nvenClOn entren o
tanto nacionales como extranjeras-, sino que haya sido obje ss. y 81), que a o d edeceso r con otros sUjetos
Pr
as contraídas por el Esta °d d contraídas en el ámbi-
un acuerdo internacional celebrado con otro Estado o con una '1 de las eu as
or lo tanto, no so o E d extranjero puede ser ad-
nización internacional, por ejemplo, el Fondo Monetario Inter cho interno (incluso un sta ~ bl'e'n de las deudas
nalo el Banco Internacional de Desarrollo (v. p. 204). En este s d 'bl') sino rarn
un título de deu a p~ IC~ 'E uanto a esta última par-
do caso no hay motivo para apartarse de lo que hemos te un tratado internaclOna . n P es curioso que -tal
respecto de la sucesión en los tratados, desde un punto de vista ,, n este punto. ero
en consideraclO en " , los artículos relativos a ca-
ral: el principio fundamental también aquí es el de la tabula , d la ComlSlOn a
,, desmembraml en-
o
del comentano e
, ( , 'n separaclO n,
salvo las deudas localizables (o locales), o sea, las deudas contr ambio de soberama cesIO , ,, toda la disciplina
d la ConvenclOn-
con exclusiva referencia al territorio objeto del cambio de saber s luego incorpora os a en de la doctrina Y de
1 b se de un exam 1
por ejemplo, con el fin de financiar obras públicas en el territori á preparada so bre a a ode deuda pública, o sea, en a
bien contraídas por autoridades públicas locales). n el tema de sucesión en matena
171
DE LAS NORMAS INTERNACIONALES
MACI ÓN o
170 BENEDETTO CONFORT] como sería necesano ,163 r ss.), según que el Es-
de tratados (v. p.
o )
matena su autonomía,
gran mayoría de los casos, de doctrina y práctica concerniente ionado mantenga o no
das ... ¡con personas físicas o jurídicas privadas! (cfr. YILC, 19
84 Y ss.)
Una vez establecido esto, la Convención, adoptando una línea
de la Convención de 1978 sobre la sucesión en materia de trata
el principio de la tabula rasa solamente con respecto a los Estado . ión de los tratados
te independencia surgidos de la descolonización. Insiste incluso e lidad y de termmac
pio de la tabilla rasa, hasta el punto de excluir la sucesión en la
deudas localiza bles, salvo acuerdo entre el Estado nuevo y e! p . ., d los tratados interna-
(art. 38). En esta parte la norma parece inspirarse en e! desarrollo pr
n
e nulidad y de termmaclO emás en general, a las
del derecho internacional -y justificarse en consideración de prin d 1 s contratoS y, , d d
ogas a 1as e o S disciplina esta a a
justicia, como así también en razón de las dificultades financieras de rídico s del derecho intedr~o.. u ad hoc, sino por ,esa
ses en vías de desarrol1o- en vez de codificar normas consuetudinar uetu manas , 1
to por normas cons d' 'as que constituyen os
solidadas. En la norma del arto 38 no entran, de todos modos, los ca etu man . .
de normas consu Por lo tanto, a conti-
aparecen sobre todo en la práctica del Banco Internacional de De
es de derecho (v, p. 6,,0 Yl ss.). as de nulidad yde
(v. p. 206), de concesión de créditos directamente al territorio colon . a as caus
de la independencia (yen consideración de la autonomía ya adquiri
ente nOS re f eriremo s ,. común de los con-
territorio con respecto a la madre patria), con la garantía prestada
nO difíeranen nada del ~e,glmelnexarnen'de algunas
, atenClOn a , . . l'
última mediante un acuerdo internacional con el sujeto acreedor. 'dedicaremo s rn,ad s .mternaclOna . les y cuya dlSClP Ir
de este tipo, por cierto que el territorio queda obligado con el Banco 'picas de los trata os . Nos ocuparernos luego
.d r la doctrma., '.,' d
después de la independencia, y la Potencia administradora queda vin tediscutl a po d" t en la rnatena,es e-
a su vez, por el acuerdo de garantía. En tal sentido cfr. el comentari / d . d proce lrnlen o .d d 1
Por ast CClr" e de
h
acerse
,valer la nuli ,a o a
1
Comisión~ eh YILC, 1981,II, 2, p. 102. os con los cua1es pue . ,uestíones atinentes a
En cuanto a las otras hipótesis de cambio de soberanía, con respe bi que vanas c . 1
dvertimos ram le~ d nosotros (por ejernp o,
cesión territorial, a la separación y al desmembramiento, la Convenci n ya fueron conSIdera aS~~~ebrados en violación de
sólo sigue el principio de la sucesión en las 'deudas localiza bies (más pr la validez de los acuerdos" ., ara' celebrar tratados
mente, en las deudas' referentes a los "bienes, derechos e intereses que 1 rnpetenCla P d
al Estado sucesor"), de conformidad con el dereého consuetudinario
iortaless obre a ca. "." de lbs acuerdos luego e
o la de la termmaclOn ., ',,', •consideradas
que prevé también que haya una sucesión "según una proporción eq .- , " , '-'-) o bIen seran
va" en las deudas generales del predecesor. El principio de la sucesió ranía -v. p,' 155 y ss", " ' as 'porejernp,lo, la
./ con otros tern \
gún una proporción equitativa" en la deuda pública a menudo ene ados, en re 1aClO n . . 1 'lmperativa,s,,' ta,les que
. aClOna es "
t t )
aplicación, aunque sólo en el plano puramente convencional, por eje xist,e"n,,' norrnas mtern 11', -v. P,' 24,6 Y sS'-.
t asten con e as 1
los acuerdos entre Estados surgidos de un desmembramiento. No pare u,erdos que con r . '. d a' car,,ácter residua ,
. ., e sIgue ten r. , " . b Causas
cambio,' que a falta de acuerdo, éste se vea impuesto por el derecho cons la exphcaclOn qu , 1 b t con referirse reve- de nulidad
tudinario. sas de nulidad a las cua eS as la más espec,ífica-
.. de 1a va u nt ad
,
En el' caso de la incorporación y de la fusión -hipórcsis que consid emos los clásicos VICIOS d' l' f\onvencióndeViena,so-
unitariamente la Convención, de manera análoga a la Convención .
01' esenetal, que e ar ,
1 t 48 e a \J
1978- el arto 39 prevé que todas las 'deudas de! Estado incorporado o de
Estados fusionados pasen al Estado incorporante o al Estado surgido de
173
LAS NORMAS INTERNACIONALES
172 BENEDETIO CONFORTf MACl 6 N DE
de Estados que coinciden
cuerdos celebrados po: ~rupos ateria de la sucesión de
bre Derecho de los Tratados define como un error acerca de " . roblematlco en m . .
1 úntCO caso p . d cuando nos refenmos a
cho o una situación cuya existencia diera por supuesta ese E hemos examma o
mpo Yque ya . les: 123 Yss.).
el momento de la celebración del tratado y constituyera u re nor ma
s convenClOna es. v. p.
esencial de su consentimiento en obligarse ... "; el dolo (
Conv. de Viena) al que puede remitirse, en relación de especi
nero, la corrupción del órgano que celebra el tratado (art.
Violencia
violencia, física o moral, ejercida sobre el órgano que celebra . dí do junto con los otros sobre el Estado
lid d hemos mica , id
tado (art. 51). En todos estos casos se trata de vicios que no s as de nu l a d 1 )la violencia ejercí a como causa de
cuentes y que, sobre todo en el caso del dolo y de la violencia e la voluntad (error :pu~d~ ~onsiderarse también nulidad
mas específícas se trata de aplicar a hipótesis típicas el mi términos ; la guerra determina sólo la sus-
cipio rebus sic stamibus. tros , , f oo te?
bién los termina de rnmvamen .
Principio rebus
os o tam 1 de la Segunda Guerra
sic stalltibus Muy importante es, además, el papel que puede desempeñar
presentó en Italia resp:clto elart 44 de! Tratado
o, '1 parCIa en o
y tratados
en examen en el tema de la incompatibilidad entre normas conv una soluclOn so o o, dentro de los seis meses
incompatibles
entre sí Frente a un acuerdo en virtud del cual las partes modifican co artículo estableclO que, o encedoras notifica-
1T do las Potencias v o
contraídos respecto de otros Estados, es oportuno preguntarse si r de rata , 'd' "mantener en vt-
d "bilaterales" enten lan o
promisos no desaparecieron a causa del cambio radical de las circu uer ' os dos no'ofo
notr tea dos serían considerados
antes de concluir en la responsabilidad internacional de las partes que acuer ", ' , prendía Jos acuer-
caso, por ejemplo, de los acuerdos con los cuales Italia y Yugosla uede ver,lanorl1'\a nocol1'\, , o' , a-
ron la cuestión de Trieste, procediendo, entre otras cosas, a partir p, 'f' la "mantener en, vigor- o' rest
s y, al usar la or:;u bilaterales debían considerarse
rio de Trieste (Memorándum de Londres del 5-10-1954, Tratado
zgaba si los acue= os dI t e! fin de la guerra y la
del 10-11-1975, incorporado por Italia mediante la L. 14-3-197 idos para e! período e en re
Los dos acuerdos derogan los arrs: 21 y 22 Y anexos VI-X del T
Paz de 1947 entre Italia y las Potencias aliadas y asociadas, que p cación. o o o de la materia según e! derecho
constitución de un Territorio Libre de Trieste administrado bajo la nces la dlsclPI~nad o que la regla clásica, que se
Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, y parten del supue era,l? Se pue e edclr o ación se" fue debili-
I ntido e la termm ,
cambio radical de las circunstancias, debido a la imposibilidad de te en oe se todo en los últimos tiempos. La
miento del Consejo de Seguridad. La constatación de la "imposib de este slg,lo, sobre de las excepcion,es: se " eg,o'
d más en f avor
traducir en acta las cláusulas del Tratado de Paz con Italia corres ca a vez o, los tratados multilaterales; pero,
al Territorio Libre de Trieste" está expresamente contenida en el erra de termma~o , "incluso en la jurispru-
Memorándum de Londres. Sobre el Memorándum cfr. Conforti en la jurisprudencia l~terna, oderar terminadas, so-
1955, p. 576 Y ss, (la tesis, que allí se sostiene, según la cual el e manifestó la tendencI,a a consi 1 za por la materia
dum habría procedido a ~na verdadera partición del territorio o
srcenvencrones que,
por su natura e ,
sean incompati-
losinteréses que protegen,
pan y por os mter~s
entre Italia y Yugoslavia derogando el Tratado de Paz es campa
b a esta altura es conve-
el Tribunal de Casación en la sent, del 6-6-1978, N0 2824, en R d d rra -Sin ern argo, I
ta o egue. do o li de los efectos de a
isma autonomía de la ,1~Clp mbalOertapor la llamada
p. 509); sobre el Tratado de Osimo, cfr. Caggiano, en It. YIL 1976, p.
o, '1 roblemática cu
la cuesnon °b a a pe!, sennido d e que'se deberá verificar
Efectos de la
stantt us, en ono un' cam
icrradetermirió carnbi
10 ra dicalen las circuns-
guerra sobre Se diScute si la guerra es causa de terminación de los trata en e! momento, d e-Ia celebración de! tratado.
los tratados
ma del cUál no se ocupa la Convención de Viena). Es obvio
vo ciertos tratados que son celebrados, precisamente, en raz
o 3-5-1957 N° 1494 (en RDI
guerra (convenciones sobre la conducta de la guerra, sobre dencia italiana, ,cfI. Cass · 971 N0 3147 (en DSI, 1972,
S Umte 8-11- 1 , ,
cambio de prisioneros,etc.) y que pertenece por 10 tanto, al . y Cass., ez. "f
' , ' d i extranjera, e r. 1a s numerosas sentencras
1
derecho internacional bélicb- los acuerdos celebrados por la Junspru ene a , 41 43 [En cuanto a os
' ' 5 8 notas - .
dos beligerantes antes de la guerra no encuentran aplicación m rti y Labella, arto CIt., p. '1 1 1 Malvinas entre Gran
1 fli to por as s as
duren las hostilidades. Pero ¿cuál es su Sllerte una vez restab1e stilidades en e con ,IC l C' '1 Comercial Federal, sala 1,
ntina, la Cámara Naciona IVI y
181
DE LAS NORMAS INTERNACIONALES
Como se ve, las normas de los arts. 65 y ss. de la Conve " efectivamente subsiste es otra cuestión) una de-
80n ,
Viena apuntan a disciplinar la materia de la denuncia de da a un caso concreto en partICular.
dos, En las relaciones entre los países que adhieren a la Co
y aunque en forma limitada a las causas de nulidad y de te
previstas por dicha Convención, el procedimiento de los
ss. sustituye al tradicional acto de denuncia, o sea, a un act
do sin observar formas, términos o modalidades particula das de tratados internacionales.
nos que esta sustitución esté excluida, o no se contemple o s organizaciones internacionales
dimiento en el mismo tratado objeto de la denuncia, dero
la Convención de Viena (v. p. 88 y ss.), Desde el punto de
tico, esta sustitución comporta que cualquiera que sea lla
aplicar el tratado, incluso dentro del Estado que entiende de
de él, nunca podrá considerar verificada una ruptura, nunc o ue los tratados pueden contener no sólo regl~s
considerar eficaz el eventual acto unilateral de la denuncia, ha qb" reglas formales o instrumentales, es . decir,
am len · · d "d
no se satisfagan las condiciones establecidas por los arts. 65 en procedimientos o fuentes de pro UCClOn ,e nor~
por lo tanto, hasta que no se allane cualquier protesta cor 1 ejemplo más importante en esta matena es e
diente a la ruptura misma. oy, e . . d 1 n .que el
, ' 'n internacional: en to os os casos e ,
¿Debe considerarse que los arts. 65 y ss, apuntan a dis IzaclO . ," ' 1 ( ue consti-
'd una organizaClOn mternaclOna Y q
a a ' lantes
también el otro aspecto de la materia que estamos estudiand ) la habilita a emanar decisiones que sean vmcu
la posibilidad de que la causa de nulidad o de terminación se , bros nos hallamos en presencia de .una fuente
s ratemr , d )
vada, con eficacia circunscripta a ese preciso caso concret atado (también llamada fuente de tercer, gra, o. ,
quien debe aplicar el tratado y, en particular, por un juez in examinaremos rápidamente las orgamzaClOnes m-
¿Debe considerarse que en las relaciones entre países que adh importantes que existen y en cad~ caso subraya~e
la Convención de Viena y cuando se trate de causas previstas '. producir normas .internaCIOnales. Ademas,
cm para· . d '
ta, un juez interno no puede dejar de aplicar un tratado, aun bservación preliminar al respecto. Los Esta ~s, m-
termine su nulidad o su terminación? En definitiva, ¿debe ca oficialmente. se declaran dispuestos a pote~Clar las
rarse que la jurisprudencia interna de los países entre los cu , hoz esenCIalmente
ternacionales, se muestran aun . .
encuentra vigente la Convención está también condenada a la de efectivos poderes vinculantes a estas ?rgam~a
sis? Nos parece que la respuesta debe ser negativa. Nos pare consecuencia, la propia soberanía. Es Impres lo-
una solución de este tipo debería surgir de una disposición ex , . sólo algunas de
eorganizaeiones eXIstentes, pero d
que no sería correcto extraerla de un sistema, como el de los a algunos casos- disponen de verdadero poder e
y ss., que claramente se preocupa sólo de las controversias en irlodeunmodogeneral, su tarea no ~~tanto pro-
tados y, por así decirlo, de los aspectos diplomáticos de la mat ernacionales sino facilitar la colaboraclOn entre los
que la posibilidad, reconocida por la Convención, de que tal ello se desprende que la actividad de, las orga-
b ros. De , o / t nte se
troversias se prolonguen hasta el infinito, justamente induce a
1uso d e 1a O N,U la máxima orgamzaClOn exis e ,
1 ' ,di e
ner que no es ilegítima in se (el problema de si luego la causa d r lo general en un estadio de escaso va or juri ICO, qu
189
AS INTERNACIONALES
DE LAS NO RM
Organización
188 BENEDEITO CONFORT[ Unidas fue fundada luego d~ la de las
NaCIO'17e~ d habían combatido Naciones
son los poderes vinculantes de las Comunidades Europeas. de Seguri~add, ~l ~on:e{: C~~te Internacional de
istración Fi UClana, órganos, los que tienen una
No debe subestimarse la importancia de la actividad de tasor qretaría. De entreesto.s . d Seguridad Yla Asamblea Consejo de
nes internacionales, aun cuando no se concrete en decisiones vi o
.a.rnentalson el Gons:l e . t por 15 miembros, Seguridad
P?Ieiemplo, la negoci~ciónde acuerdos Fn el seno de las or~anizá sejo de Seguridad esta com~;~s~ados Unidos, Rusia
ternacionalesrs unfeIlórrl.eno en?rUleUlente relevante, no sólo des on permanentes -se .t,r~ta . 162) China, Gran
t~.de vista cua~tftativo, . Entalesinstancias,.los Gobiernos se ven o s . , ".. U "SovletlCa: v. p. , ..."
negociar abiertamente, en un clima que propicia la superación del !~garde.la .. Ulodn . ' •. del llamado "derecho de ::to
gozan a emas . '. •..•.. .: .'. la a.dOpC10n d,e
rismoéstátal: Gracias ala obra de las organizaciones, en' defihitiv~
, •••••••• y.
de recomendaciones y no de decisiones vinculantes, los Estad UnOS casos, comO veremos, ¡l e por el contrario, tiene General
quieren someterse a las decisiones de otros, no es raro que se b tes.EnlaAsamb¡e~ Ge;::;:eria: (ya
que en la práctica;
c:iáVástísima r,at
tone toda la Organización) pero caSI
alcanzar la unanimidad. Además, de unos años a esta parte,
ido difundiendo la práctica del consensus, que consiste en apro las competenCias de .dtodos los Estados, Y
rvitl~tllante, •. están t~pr~tett:ns~;oEco116micoy Social Económico y
Consensus Consejo
una resolución sin una votación formal, generalmente con una de
ración (no protestada, sino incluso concertada) del presidente d íg.~alderesho:~r~i~~idos por la Asamb.lea fa~a(tqr:: Social Y
Consejo de
gano que certifica el acuerdo entre los miembros. Esta práctic e~tolJor mlem. rr . . ... de Administración Flduclar~a .: Administración
consensus no merece ser considerada absolutamente positiva, ya é~te.Somo el.Sonse¡o .. o~sisteen. controlar la admlUlsbtia- Fiduciaria
termina por dar contenidos vagos y de compromiso alas resolu tando su funclOn,que e ., ··b rdinados a la Asam ea
.... ' l ' les) estan su o. . . di-
nes de los órganos internacionales. os territonos co oUla . -. . antodeben seguir sus
\.(a rt $ •. 60 y 87 de la Carta) por cu
~r .. *.*
191
'N DE LAS NORMAS INTERNACIONALES
RlvIACIOI
asuntos "que son esencialmente de la jurisdicción interna d '1' ..,». v P 513 Y ss.) que sólo se resuel-
n conci latona . . .
tados" (sobre la noción de "jurisdicción interna" de! Estado ción derecomendadones. ,.
y ss.). Tal amplitud e indeterminación en cuanto a sus fine d -e decisiones vinculantes, clasifica-
raros casos ' l
la enumeración del arto 1 de la Carta. De todos modos, y mo fuentes norrnativas previstas por a
ente, ca
como base esta enumeración, pueden identificarse tres gran es Unidas? , Decisiones
tos de competencia de la ONU: e! primero es el mantenimie a a la Asamblea General, un caso muy ~mporta7- vinculantes de
t la Carta es el del art.)7,que atrIbuye a a la Asamblea
paz; el segundo es el desarrollo de las relaciones amistosas
~or . ti los gastos de la Organización propor-
General
Estados "basadas en el respeto al principio de la igualdad
e repar Ir --. - E ro proporcional,
chos y al de la libre determinación de los pueblos"; el terc los Estadosn;uembros, ste repar . - - - -,
cooperación en el campo económico, social, cultural y hum / __de dos tercios de Ios mIembros
por una mayona A
Aun cuando hasta el presente la ONU ha desarrollado activi - t- 18) vincula a todos los Estados. este
es (v. ar . , , d 1 A blea
todos estos ámbitos, puede decirse que en los años inmedi - - bi / 1 de la competencIa e a sam
rse tam len e 1 E
sucesivos al nacimiento de la Organización tuvieron una imp , 'siem re con eficacia·vinculante para os sta-
preponderante los problemas encuadrables en el primero Idlr, d 1Psmodalidades Y los tiempos para conce-
acerca e a o o s bajo dominio colonial. Esta
ámbitos; que entre 1950 y 1960 los resultados mayores se d ncia a los terntono
ron en e! tema de la descolonización y, por lo tanto, enmare e Asamblea General no encuentra su fundamento e~
la _, o _ n debe conSI-
/
.ÓcÓ. ••
retto,?- Woo •s. . OS}, '. '.. virtud de la primera, que en-
Funciones del tiv.e Board), con funciones ejecutiv.as; el Director General. rió dos importantes e~mle~da~e~:chos Especiales.de Giro.. una
Fondo El Fondo. se propone promover la cooperación monetaria ínter en~9,69,~ueroIl ~dos crea oSs' ueden obtener, siempre .en rela-
Monetario
cional, la estabilidad de los tipos de cambi()l el equilibrio de los o~ed~ F~ndo ~~e}os
del
P
E t no es"directamente utilizable pero
d~ c~pltal uscr.l~.:
Internacional
versos balance.s de Pil .etc., y dispone, p¡1ra akat;lzar tales obi tal'qu. e .... u.n.amo..ne.cI.a..' cor.ri.e..n·.·.te en los pa-
a obtener e eqUlva ente aé
ota SI'
. , ... , ' , 'Imente
vos, ,de,.un capital su to pro ,quotq por los Estados miemb l ...¡'I .'1 .. de los Derechos Especiales de Giro, uncia
Cuando tienenne~esidad de obtener divisa extraJ;1je.ril para afro a.es;.e. hva.o.d. r .... 'n do' en. ".
re lacion
"'·'un··a"'canasta".de.cinco
'aloro, es oy e. t~rml a
a
' .. ' ,. ue se efectúa cada cinco
desequilibrios en su balance de pagos, los Estéldos miembros pue d ún una esnmacion q
ue·corresp.o.n en, seg .' ( .ahora dólar marco,libra
recurrir a las reserVíls del Fondo, siempre dentro de ciertos U xportaciones por , ,
que se relacionan C.011 la cuota au« haY(ln su~criPto, según reglas pr
países c.on mayores e. '. d 'da q'ue entró en vig.or en
' ) La segun a enmien ,
anco frances y yen. .' tit a los países en dificul-
entó las posibilidades del Fondo para asís •.
207
. E LAS NORlvlAS INTERNACIONALES
ACION D 1
. bros en as
206 BENEDEITO CONFORT! d 1 EstadOs mlem .
tiene cada uno e os d liberante de la org a-
tades, introdujo innovaciones en la estructura de la organizac en este caso el órganod e está controlado.
o, G b rna ores,
presentó una serie de modificaciones de carácter más estricta Consejo de o e 'ses de la OPEP, que ,
s
rio, que se habían hecho necesarias luego de la crisis de 1971: arrollo (entre ell.os'llo 'pla)1 que disponen cielas
Ita sOcia,. ·d·
sas, esta enmienda sancionó la abrogación del sistema de pari quintoS del cap ;. 'Por ro tanto, se ICe
verificada en los hechos, sobre la base del cual cada Estado mi optar deCISIOnes. . d 1 "n,uevo
para a d . b' el signo e
obligación de fijar oficialmente la propia paridad monetaria e organización p.aclda, )aJo. o no deberíamos ser
oro (o de dólares, entonces convertibles en oro) y de imponerla " ( p 315 , per .. .
ernaciona1 v.' 11 a cabo sus operaclO -
cienes de cambio efectuadas en el propio territorio, manteniend ara evar . de
. pensamos que, P . 1 contribucIOnes
una fluctuación del 1 % en más o en menos. l. debe recurnr a aS
Para una exposición clara y suficiente de la materia véase,
o slempre
Comba, Ilneo !iberismo ilttemaziollale, Milá~, 1987, p. 43 Yss.
ros más ricos.
01PI
El Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento ti . 1de la Propiedad Intelectual)
. . , n InternacIo na
table capital suscripto por los Estados miembros (además, IZaClO 1
. dad intelectua
tener capitales mediante la emisión de obligaciones) y su es roblemas de la prople 1 Unio-
sistemas, de votaciÓn~on sünílares a los del Fondo Monetar ocupa de 1os p . , ministrativa entre as
jetivo principal es la concesión de préstamos a los Estados gur a la cooperacIOn lon
ad P , de 1883 sobre Pro-
., de ans . .
(o bien al sector privad¿, pero cap. garantía de restitucióp.. n este sector (Un 86 sobre Propiedad ~iterana
nión de Berna de 18 . les proporcIOnando
tado miembro) para realizar inversiones productivas, a un dos internacIo na ,
interés variable, entre otros. criterios, según el grado de desa ipa en acuer
egal a los Estados, etc.
lativo del Estado miembro interesado. Existen otros dos or
especializados ton tareas similares que están afiliados al B ONUDI
Corporación Financiera Internacional y la Asociación Inter
para el Desarrollo.
/ subsidiario de la Asam- ,
FIDA 14.'FIDA (Fondo Internacipnal para el Desarrollo Agrícola) era considerado un orga:oda en un organismo e: pe-
ONU fue transform 197·9 que entro en
de 1a ' 1 brado en ' . d
, EíFondo Interna~ional para, él Desarrollo Ágrícola, cuyo t . rud de un tratado ce e
Vlr .d
A
una sam,
blea un ConsejO e
d'
constituti.~o se 'remonta a '1977, es también un ente financiero .E
stá constitul a por
..
. 'pales na son e tl})O
S· t reas prlUCl
p.ío}cional, 'destinado' a ~op.~ril:>uir <]J desarrollo de la agricultur Y
una Secretaría. us a
rogram as y
estudios y hace reco-
, d 1 aí-
los países pobres o dé#cits alimentarios notables, por medo nque promueve p d 1 industrializaóon e .05 P .
ayudas pero princ' ente de préstamos., Si bien su estructur ·bre los problemas e da . proporcionar aSlstenCI~
O . . (eClr, . l'
pia la del Fondo netario Internacional y del Banco Internac 0110) sino operatiVO es de las innovacionestecno ogl-
de Reconstrucción y Fomento (Consejo de Gobernadores, Ca esoramiento en el tema
de Administración, Presidente del Consejo de Administració
FIDAse contrapone claramente a estas organizaciones en lo
208
BENEDEno CONFORT!
209
OlEA AsNOR M AS INTERNACIONALES
Debe mencionarse aquí también el OIEA (Organis
d' "como un siste-
e esta blecio
Energía Atómica), que promueve el desarrollo y la dif cto An mo s, ' , Latino Americana
nes pacíficas de la energía atómica, El OIEA no tiene 1 de la ASOClaClO El Acuerdo de
nísrno especializado por cuanto tiene lazos tanto con 'deo e 1n960
n, 1
Montevl , d 1987. En reemp azo
el Consejo de Seguridad en raZÓn de los aSUntos de 1 1 d Q Uito e "
toco ' d e Integración
' o' , eInteramencana
como los organismos especializados, con la Asamblea oClaClOn
ca y Social. Sin embargo, ha celebrado un acuerdo d
Naciones Unidas en 1957, que 10 coloca en una situaci de libre comercio sobre
al' una zon,a ser implementa-
cho de la de los organismos especializados del sistema d es automáticas para
lombia, Ecuador, Perú y VeneZuela. El Pacto, que fue rno . ; que tam le~ ue E la EURATOM en
ces (para lá última versión v: ILM, 1989, p, 1169 y ss.); e n 1,951, en Par, IS; l,a C y on doce Estados:
' . t gra d as p .
áduanera entre los Estados contratantes y, Como las Común] e Roma. Estan In e . ' Italia, Luxem-
' ,(B' 1 'aFranCla, ,
también tiene objetivos de integración económica. Los ór rinciplO' e gIC, , ) los otros (Ingla-
Andino son similares a los órganos comunitarios, pero están d bUca Federal Alemana y 1) adhirieron
. España y<Portuga
a, GreCIa,
210
BENEDEITO CONFORTI
todas lasditectivas) entran en vigor, 'del mismo modo que órganosc<;>m.u.mtanos.p, 'o décisiories. En este
mentas, por el sólo efecto de su Publicación en el BOletín io •de reg ame~ I t
~
o.s " directivas. . '. " . de.ta-
. 'idad' de la directiva'
las Comunidades:' Las directivas qUe rigen para un' solo b.·. e. .r:,ía admitirse la legltldm,.; todos.lo..s Estados
' . d·'·· se mja a I
Directivas cambio, se notifican sólo al estado destinatario. ctiva..... detaIla, a que. I .' ge..n.eral (que es o que
detalladas S de a cance .... ,'. ,... .
e establezca norma .. .... icasos) es, en esencia, un
Se desprende claramente de la fórmula usada por el art,
la directiva de'bería limitarse a enunciar principios y criterio
.t.i.v,.as en la mayor
d
part~de ,o.s..·d·etallada que se dirija. a.
directiva . . ,
/", normas finales ("el resultado a áleanzar") destinadas a se 1 mismo mo O, una ,. hablando-enesencia,
. I es; stempre inaí , t
cidas en normas de detalle por cada Estado. Pero la práctic ' m'b ro en parncu
le " ar .d d '..cuan·ddo Se trate , .preclsam.en. .e,
6rganos comtinitarios " ha ido O,;eotando e/ammente en el De aquí su legltln:l a diante reglamentos o m~-
contrarío. Las directivas son cada vez más detalladas. Los ó ue puedan disciplmar. se incl ., .de este' tipo la. tests
1
es'Podría ava ar una conc . . USlOn ' . ida d-, es
~ostenido J~stlclean'te
de la CE maniSestan d"'ididameme una rendencia a indicar e " de las Comum
h
cisión las .normas internas que deben adoptar los Estados. a la Corte de y" Según la cual la
íamos antériorm , ,
~~to d~~';,jeto
contenido extremadamenre det¡¡jJado dda directiva, muy a m la que nos referíamos id e! órgano comunitano
la discre<ionalidad del Estado" reduce solamente a elegir la f :n del tipo de produci ydei contenido del
jurídica interna (legislativa, administrativa) que le dará a esa n del nomen utilizado, sm~ d d . ue podía presentars,e
' Iugar. '. La únicas u ala qpromoclOn . , d e u na "dl-
ya' estabI'Cida en el plano COmnn1' nr!0. Y esta discrec;ona en pnmer . de
auo ' 'do de Maastricht respecto , f ma de publicación
ata
reglamento' ierne laa sudiferente or
concierne
223
MAS INTERNACIONALES
¡ACIÓN DE LASNOR
222 BENEDEITO CONFORTl
1 directiva detallada es, en
r, el hecho de ~~e, a En definitiva, nos par~~e
que, como ya se vio, prescribía el Tratado para los regl ntO o una decl slOn. or subordinaclO n
una parte, y para las directivas, por otra. En el primer , bl cer una men
a quendo esta e" determinada mate-
blicación consistía en la aparición del reglamento en el unltanO en
oal órgano com , 1 directiva respecto
cial de las Comunidades y, en el segundo caso, en la n tenza a a l' .
nte lo q,ue carac, ' ( t 189) no es ict-
Gobierno o a los Gobiernos interesados. Pero podríam , ltano S' at . ,
os de actoS comun 'luntad expresada en
nos si realmente la argumentación fundada sobre la dis P " sos 1aye esta va
omunitano
ción era idónea en sí misma para hacerle una condena ir última ins-
. d sostener que, en "
ilegitimidad a la directiva detallada. Por otra parte, esta resultaría arne~ga o 11 d deriva de la practlca,
ha perdido importancia práctica, dado que -como hemo ad de la directIVa deta a a ncontraría, según es-
Tratado de Maastricht ha unificado el régimen de publica ormaconsuetu mar,
di ia que se e ' .como se decla ,
an-
reglamentos y de la mayor parte de las directivas. d Es Cierto que,
n cim a del Trata o. frecuentemente a es-
, ios recurren , '
órganos comumtano d 'do a nivel comumtano
Una vez establecido esto, es necesario recordar que no en tod
h pro UCl h
tiva; que no se an os Estados; Y que hasta a ?ra,
tos de acción el Consejo de la CE puede emitir otra clase de act cativas por parte de ~, la Corte de las Comunlda-
de las directivas, Esta posibilidad subsiste, por ejemplo, en el sec mas nunca se recurnO a ., n de ilegitimidad de una
(art. 43, N° 2: "... el Consejo ... establece reglamentos o directivas , . na cuestlO -
cisiones..."); también en los casos en que el Tratado no habla d
ar a que resolVIera u reguntarnos si todo esto se sos'
da . P ero podemos" p "sacnece 'ss/'tatis , necesana
ni de reglamentos u otros actos, sino que usa expresiones genér
mente en una opmlO tur~traparte, como ya se tuvo
mo "el Consejo delibera", "el Consejo establece normas", et
me una costumbre. por p 59) parece dudo-
:lar al hablar de la costumbre ~:~ ~orm~s de tratados
plo, el arto 75 en el sector de transportes). Por el contrario, en cier
-por ejemplo, el del derecho de establecimiento (cfr. los arts, 5
N° 2 Y57, N~ 2 del Tratado) o el de la política social (cfr. el art.
co~tuml del tipo de los trata-
Ser modificadas , porrnaClOna es,
Única Europea)-, la directiva es el único instrumento vinculant e organizaciones mte ,e caracterizan por la pres en-
ción del órgano comunitario; respecto de estos ámbitos, entonce es decir, de tratados que s es velar por el respeto
, , ano 'udicial cuya tarea
ce planteado el problema de la legitimidad de la directiva detallada dadero org J
arto 100 del Tratado, una de las cuestiones más importantes de las estatutarias. , " se ún la cual las directivas de-
es convincente la Opl~lOn g guirían vinculandoa~ Es-
mente podían ser objeto de directivas era la armonización de las r
legislaciones; ahora, con el Acta Única Europea (art. 18) esta arm
también puede ser objeto de cualquiera de las demás clases de act
a serían ilegítimas, s~fo r: :~cto, en este tipo de d~rec;
e respecta a ,los de~a eS~ncontrar una precisa regla f~na,~
algunas excepciones, que, por otra parte, no siempre son fácilme
dualizables. Cfr. sobre este punto, Rossi, JI buon fu1tzionamento d d1'f'icil,'
si no ImpOSIble,
" por enCIma
' d e las normas lild,1
1
o "resultado por alcanzar , '¡, gano comunitario, que en a
to comtme, Milán 1990, p. 19 Y ss.
de detalle formuladas ~or e on delo s completos de normaS
los casosconstltuyen mo'1 luntad del órgano co-
te de h de que a va ,
Directivas 'En cambio, nos parece que en los casos en que la directi ustamente por el he~ o disciplina particularizada, sen~
detalladas único acto vinculante que puede adoptar el órgano comunit
ilegítimas o se exprese a través , e,una la tarea del intérprete que qUl-
debería negarse legitimidad a las directivas detalladas. Al re modos mClerta
ay de to do S
to, nos parece bastante decisivo el argumento que indicáb
225
N DE LAS NORMAS INTERNACIONALES
RMACI Ó d
224 BENEDEITO CONFORTI , d la Corte e
f 1 sentenCia e «-
dos miembros, e r. a 141/78 en FI,
siera identificar, en medio de una disciplina de este tip a unidades del 4-10~19¡~~,'r::o~::ión" de La Ha-
que ésta se propone. y ss., que se ocu~~d e conservación de los re-
de
Saneamiento La única solución para atenuar la tesis sostenida po relativa a las me 1 as
de las te es, que en ciertos casos la directiva detallada es il
directivas
ilegítimas sea la siguiente: se puede sostener que dicha ilegitimid tEstados miembros fuera
s
sanada en el momento en que el Estado haya ejecuta tOS acuerdos celebrados po: °d 'ncidir en el funcio-
" destma os al , d tI
dentro del propio ordenamiento jurídico. En otras pal s comunltanOs, pero. d' d ti Statimembn e e
F' Gtl accor t . eg
sostener que la producción de actos internos de ejecució o común, v. OlS, RDIPP 1982, p. 694 Y ss.
tiva detallada comportac una renuncia, por parte del Es ilán 1968; lI)., en ,
cultadde elegir las formas y los medios, de los cuale
189, ya que es justamente dicha elección la que queda e
Relaciones
en la disciplina particularizada que contiene la directiva e Comunidades exteriores
, nacionales, 1as
las organizaciones lfiter dos internacionales de la CE
* ~} * , d d lebrar acuer " 1
la capaclda e ce E 1 cual se limitaran as
En lo que respecta a ,l~ C :c~rdos está ya prevista
d:
Actos A los reglamentos, decisiones y directivas (que son lo ue siguen, la celebraclO~, tanto especificas para
comunitarios
cos de la legislación comunitaria) y a las recomendacio rmas del 'tratado constltutlVO~d d corno de carácter
atípicos , id d d la Comunt a , '1
nes (que, como ya se dijo, carecen de eficacia vinculante) d s de la aCt1V1 a e 228 que en el parro ,
re d t ca el arto '
garse una serie de actos atípicos, algunos previstos por 1 estas últimas se es a 'dad competentes para
la Com unt , '
tratados, otres: afirmados en la práctica, que escapan a u on los órganos de ta a las negoclaCIO-
, lon,
" n 10 que respec 1
clasificación y a los cuales no siempre puede atribuírseles s (la Comls e 1 os casos- con a
, 1 Y -en a gun ,
dito. Este tema no puede ser profundizado aquí. Nos limita 'o preVia conSU ta specta a la rnant-
, bl en lo que re 1
ñalar aquellos actos qu.e adoptan los representantes de lo ab le" de la Asam' ea, ) esta bl' eelen
do además que a
miembros en su carácter de tales (fuera de los procedimient oluntad de ob lIgarse , d r llamada a dar, en
V
id d s pue a se d
nitaríos) y no' en cuanto componentes del Consejo, actos , de las Comunt a e 'b'l'dad de! acuer o
la b 1 compatl I 1
aprobados por unanimidad y que, como se deduce explícita va una opinión so re a , " de la Corte fuera ne-
, d (' la oplfilO n ,,
cítamentede su contenido, entienden tener fuerza vinculant dones de! 'trata o SI , 1 de una modlftca-
, en vIgor uego
características se encuentran en algunas "decisiones de los rdo sólo podra entrar , 2 del arto 228 agrega ~ue
tantes de los Gobiernos de los Estados miembros reunid 1 mismo 'tratado). El pa,r~. 'd'cadas más arnba
1 dlClO nes in I 1
Consejo" .(por ejemplo, en las llamadas "decisiones de acele celebrado~ e~ a~ con d las Comunidades y par~ o,s
con las cuales los Estados se comprometíeron a acelerar el r' s. para las lfiStltuClOnes: na excepción al prll1CI-
e sanClOna u . 'l
eliminación de las tarifas aduaneras en la etapa inicial de la c bro. s". Con estO, s.. . , iones internacl0na es, se-
d 1 rganlZaClo . '
ción del mercado común) y en otras resoluciones tomadas tan 1 v.álido para to asb asd os por una org anización internaclo-
. ' b
seno del Consejo como del Consejo Europeo (v. p. 214 y s.) 1los acuerdos cele ra o, 'd' de los Estados rmem ros
actos se consideran acuerdos en forma simplificada (v. p. 98 'leno s a la esfera }un ica
anecen a
celebrados entre los Estados miembros. Acerca de su eficacia
227
NORMAS INTERNACIONALES
CI6N DE LAS
226 BENEDETIO CONFORTI
. . rdos sobre productos básicos,
aso de va~lOs acu~e numerosos acuerdos comer-
(v. p. 44). Esta excepción hace que los acuerdos la comumd.ad, y en esencia, verdaderos
Comunidad constituyan, en cierto modo, una nue artIcular que son,
íses en P
tos comunitarios con eficacia vinculante. Convención
. 1 mención las Conven- de Lomé
., ecen especIa d 1
Acuerdos de Como se decía anreriorrnentecoiertas disposiei ociacl on, mer d e1 nte (la última es e
asociación
Tratado CE prevén la celebración de acuerdos. Se dieron desde 197~ enEa ;os africanos, del Ca-
d n varios sta d L
talmente, de las convenciones de asociación (arr, 2 elebr~ as ca ACP"). Las Convencione.s . e 0-
dad puede celebrar acuerdos que constituyan una a ados Estados d los prinCIpIOs del
. . , de algunos e
rizada por derechos y obligaciones neoíprocosj de apltcaclOn ). tre otras cosas,
315 Y ss.. en
rnaciona1 (v. p. . 1'requisito de la reci-
común y por procedimientos particulares,' tanto co 1 tanto srn e .
encia 1 (por o 'P' ACP' un mecam s-
do, con una unión de Estados<o con una organiz . de los alses ,
s provementes , fl' regular de finan-
Acuerdos nal"), y támbién de los acuerdos que corresponden . t s paIses un UlO
comerciales 'garantlzar a es o b" (mecanismo que se
mercial común y que, según la enumeración, ejem d cros aSlCOS ,
ción de los pro u d 1 Comunidad), como aSI
taxativa, contenida en el arto 113, comprenden los a arte e a .
ayu d as por P . 1 f anciera transferencIa
rios y comerciales, como así también los acuerdos liga cooperación industria y m ,
das de liberalización, a la política de exportación y
defensa comerciaL Los acuerdos de asociación y los Carácter
ciales ya forman una densa-red de relaciones convenc ran acuerdos internacionales, exclusivo
la CE para celeb d tiene carácter exclusivo. de la
ceros Estados, bajo la guía de laConiunidad. dos por el Trata o, , b1'lgados a no cele- competencia
. bros estan o . para celebrar
tados mlem , Dicha exc1USI- acuerdos
ismas matertas.
Segun la opinión 4-10-1979 N° 1/78 de la Corte Comun enta en esas mI' d 1Tratado; es una con- de la CE
ta 1979, p. 2871 y ss.), segun el arto 113 y, por lo tanto, seg , .ue de la etra e " d 1
mas q tl de la creaClOn e
cia para celebrar tratados de que goza la CE, en la política c u objetivo de qu~, a par I~ a la de los Es-
generalmente entran también los acuerdos sobre los pro I Comuilldad sustituya .
d
n e a d en varias ocasl O-
este caso, se trataba del acuerdo sobre caucho natural}, que
odos modos, f~e ,~xp~:~al1~11_1975N° 1175,
la cooperación al desarrollo y que, a través de mecanismos
'taria (cfr. la OpllllOn . " del 4-10-1979
tales como la forma<;ión de vigilancias, se proponen que 1 a citada OplillO n . .
gestionadas por un organismo interna~ional especialme 1355, y a Y bargo esta exc1USIVI-
. 2 871) S.III e m , .
otras cosas, para mantener el precio de las materias primas 1979, p.. . . ' ra los propios inte-
, t Y nOCIVO pa
tante, que sea remunerativo para los países exportadores cto para1Izan e d no contratar
Estado preten a
los países importadores (v. p. 316). cuando un tercer .d d o bien cuando en el
La distinción entre acuerdos de asociación y acuerdos e o no so'1 o ca n la Comuill d a 'ario l para '
rea Izar
1 uer o neces
fíeil de establecer y en la práctica puede considerarse super o se alcance e ac , rica que entra en
ros deberían diferenciarse de 'lós segundos por no sólo pre omún. De esto sur.. g e una pracue consiste' en que
obligaciones relativos' a los interca,mbios comerciales entre l a comercial comuilltarta'dY q 'embros prind-
, 1 Esta os mi ,
tambiéh "acciones en comun y procedimientos particulares", utorizaclon es a os E dos De aquí surge
citado arto 238. Sólo, que tales acciones comunes y procedirnis rar acuerdos con terceros sta .
lares a menudo también se hallan previstos en acuerdos cele
229
s NORMAS INTERNACIONALES
CIóNDE LA
Ampliación de
228 BENEDEITO CONFORTI
rte es la que se siguió en 10s la competencia
ue por otr;e~:ría ser negativa (recuérdese de la CE para
también otra práctica, la de los acuerdos mixtos, q la CE, d 1 tú de vista general
celebrar
o . linar des e el pun acuerdos por
do por su contenido, el acuerdo no corresponde, o lSClp fO lOS casos en que obra de la
so que corresponda enteramente a la competencia d s se re iere a 1
rar trata o , 1 lebración de jurisprudencia
d prevean a ce comunitaria
(esto ocurre, por ejemplo, en las convenciones de sente T rata o o ' , ha carn-
," or ue hoy la SlwaClO n o
celebración del acuerdo participan tanto la Comuni ebena P q o d 1 Corte comunitana
los Estados miembros. ua iurisprude~Cla fe::osa en el tema de la
una sentenCla ya a 22/70 en
o d 1 31-3-1971, causa ,
Es oportuno preguntarse qué consecuencias tiene este c
entenCla o~ luego por otras varias sen-
Consecuencias
en el derecho
de la competencia de la CE por sobre la competencia para ss.), segUl a b d la opinión del
interno de la
competencia que tienen los órganos de los Estados miembros. En otr o if t'va so re to o,
ita Slgm ica 1 , 741 Y ss.), que sostiene
de la CE para sucede si un Estado celebra por cuenta propia un acuerdo
celebrar Raccolta, 1977'0 P:, d la Corte se funda
acuerdos
una materia de competencia de la Comunidad, sin estar , t la opmlOn e o
Consejo? ¿Debe resolverse e! problema como un mero pr lcamen e, 1 competenClas co-
e un paralelismo entre as, n que la CE
patibilidad entre normas convencionales (v. p. 123 Y ss . odas las matenas e ,o
sostenerse la plena validez del acuerdo, manteniéndose, si xternas. en t d 1 '1ación comumtana
ponsabilidad de! Estado por haber violado e! derecho co ra em~na~ act~s ~ci~~:ente tiene también
puede dar lugar a un juicio de determinación ante la Cort constltutlvO, Imp Estados (sobre
rdos con terceros
la base de los arts, 169-171 del Tratado (v, p. S04)? ¿O bie brar acue " de tratados, v . p.
narnos, como hace una parte de la doctrina, por la nulida el tema de interpretaclO n e la corn-
, 1 C rte una vez qu
sobre qué bases? Hasta donde sabemos, este problema no s iempre segun a ?d 'oer'cida dentro de la .
hasta ahora en la práctica, pero no resulta inverosímil, sob . haya sr o el
a matena d 1 Tratado CE
ne en cuenta la tendencia que se aprecia en las jurisprudenc , chas normas e
e ha VIStO, m~ o ueden transformarse
dos miembros, de colocar al derecho comunitario en un niv o y programatlco, Y p de legisla-
ley. En Italia, esta tendencia se funda en el,art. 11 de la ducen en actos
práctica no se traunidad haya celebrado un
conferiría rango constitucional o cuasi constitucional al pr
na vez que la Com cia externa se hace
munitario. Claro que, si se llevara esta tendencia a las últ . t competen o
rentes consecuencias, debería deci~se que se ha modificado
a matena, es a , b En otros térml-
E t dos miem ros.
tucional interno en e! tema de la competencia para celebrar a de los s a l b acuerdos interna-
"b de ce erar
lo tanto, que un acuerdo celebrado por los órganos naciona ros son 11 res do a nivel interno o
omunidad no haya actua
teria de competencia exclusiva de la Comunidad es tambié
cionalmente, por hallarse en violación de normas constituc o o or tratarse de
o/ d la Corte comumtana, P
portancia fundamental (v. p. 105 y ss.). Ion e . . e de una Corte su-
o , que proVIen ,
ter vmcUlante o olspru d encía o d e la Corte
. m-
Además de los acuerdos cuya celebración aparece que actuar Ia., L
1
a lur , o'
las dlSpOSlc1one
s del Tra-
presamente en disposiciones específicas, es decir, ade or así declr o, con n podemos
,P b 1 ma en exame ,
acuerdos comerciales o de asociación, ¿puede la Comu al menos so re e te , les de mayor
brar acuerdos en cualquiera de las (tantas) otras materia prudencia comunitaria alcance mve
por ,el Tratado? La respuesta más conforme a una inte
230
BENEDETTO CONFORT[
ACIÓN DE LAS NORMAS INTERNACIONALES
231
certeza. En efecto, quedan varias Zonas OSCuras. Por ci
importante, resulta difícil entender cuáles son los límit
teriae de la competencia externa exclusiva, en relación
tencia ya ejercida: si la segunda cubre parte de un sect
plo, parte de la política de transportes, parte de la p pa y los organismos europeos de protección
libre competencia, erc.), la primera ¿se extenderá o no a os
tor? y; si la respuesta es negativa, ¿cómo dividir part
eventualmente vinculadas entre sí? Estas dudas son muc espués de la Segun d a . Guétra :M. un d I'a l, en el
. d s org anizaciones
ves en Cuanto es necesario tratar con terceros Estados y 't yeron o
pretender que los terceros Estados se transformen en fi ccidental se con~:1 u fortalecimiento de los
otablecontribuclOn al 'reageográfica: (1) la
de la jurisprudencia de la Corte para, saber hasta dónde p
dar con un Estado miembro. íses pertenecientes a e,s~ aEconómica (OECE),
1 Cooperación ,, el
Participación ea para a la Cooperación y
O
de la CE en la
Así se explica, por 10 tanto, la extensión y la complejidad d 60 en la rgamización .para . . mplió' a vanos 'OCDE
Convención oca a poco se a . '
tivas llevadas a cabo en el seno de la Tercera Conferencia de la ico (OCDE), que P d las relaciones econo-
no europeos (en el mdarco ~'Países de la OCUE"
sobre Derecho
del Mar Unidas sobre el Derecho del Mar, a fin de definir la partici
1 l
CE en la Convención de Codificación elaborada por la Confe hasta ahora. e grupo . e os . los p.aíses en vra , s
go adoptada en Montego Bay en 1982 (v. p. 324). La partici 'dente industria ' l'IZ ado opuesto a. tualmente cuenta Consejo de
CE era necesaria debido a la comp~tencia de la Comunidad en l. d E pa, que ao
(2) el Consejo e urolos' ue se cuentan los paises
,Europa
las materias del derecho internacional del mar, Como por ejem dos miembros, entre qd di .ar algunas palabras
d . 1 d en-'
ca. A<i" ,xplk, '""b;'n 1, compI¡ood, dl,dplin, que ,dop,ó, No se pue e meno s que e" IC , de la cua
la Convención de Montego Bay y que está contenida en el Ane ste. d la orgaruzacion " ,
Europa, por tratarse e" internacional orgamca, m-
ese mismo téxto. En síntesis, ese Anexo prevé que una organi ' de proteccion
xpenmento 1 d has humanos.
cual los Estados miembros "les hayan transferido competencias
er jurisdiccional, de os. er~~ el arto 1 del Tratado
del Consejo de Europa - I~~ .. entre sus miembros
rias regidás por esta Convención" (1éase:.1a CE) pueda transfor
una parte contratante; pero dicha organización debe declarar c ' . strecha umon . t'
las materias de su competencia, tanto en el momento de la firma btener una mas e id 1 los principios que cons l-
el de. la ratificación () adhesión. Análogamente, los Estados miem ar yprornover los I ea es y o reso económico y so-
se transformen en partes contratantes de la Convención deben de ' .común y favorecer su pr g 1 art 3~deben
amo .. ' . agrega e .
1 S Miembros del Consejo - h.y aquel en virtud
qué materias han transferido competencias ala organización. Lu s o . . " del Derec o d
ro la organización como los Estados miembros deberán notificar ' , -de la preemmenc.la
nClplO id . .juns isdicci
ICClOn 'debe gozar.·· e
modificaciones que se produzcan en el reparto de competencias uier persona some~1 a a;ufundamentales?? Com~ se
~
rado, Como así también deber¿n responder cualquier requerimi humanos y de las liberta. es t' uesto en que la ms-
en Ia m""" 1" P"'~n"" E",do 'On"at,nt, '''P''to de 00 uno y otro artículo, el acento el~:pPrincipios del Estado
C~mo
0"0
pecíficós. se puede ver, todo este Sistema se basa sobre el a ún d.e los paises' m iembros . son
. ., 1es 01' ga-
. los principa »Ó.
.
Órganos del
entre la CE y
va competencia. Estados miembros acerca de las materias de su res
los su estructura,
. En lo que respecta a "d Ministros, que es e organo Consejo de
. 1'
rganizacíó.nsort:. el Comité e 01' los Ministros de Rela- Europa
Sobre esté tema v. Gaja, en Ir. YIL, 1980-81, p. 110 y ss, d
ayores po eres, compuesto .p'. bros o por sus . sustitu-
'
nares de t~dos los Estados miem ,
232
BENEDEITO CONFORTI
FORMACl 6 N DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 233
tos; la Asamblea consultiva (denominada en la práct'
parlamentaria), que expresa votos y recomendaciones a .. , C rte Europea de Derechos Hu-
la Comisión y la o,., d 1 Consejo de Euro-
Ministros, yen la cual, a partir de una reforma de 1951, ' . éd Ministros e
o con el Cor:ute e llano internacional el respeto
representantes de los Parlamentos nacionales (la Asambl os a garantizar en e P, d nvencionalmente.
va, primer órgano internacional Compuesto por losrepre lib d sanciona as co ,
de las I erta es , de la Comision y
los pueblos de los Estados miembros, no de los Gobiern .
s interesan so'1o las competencias
confundirse con el Parlamento Europeo,que es un órgan Corte, v. p. 506). H os está compuesta
munidades Europeas); la Secretaría,a cargo de un Secre d D echos uman ,, Comisión
uropea eE er de la Convención Europea de
ral. Acerca de sus funciones (quena dan lugar a actos d contratantes
ros como sta os, d ' dadano del mismo Derechos
fuera de 10 que diremos sobre las decisiones del Comité d d mas e un cm Humanos
ede compren er 1 id s por un período de
sobre el tema de los derechos humanos), debe destacarse Los miembros son e egcl o , de Europa (arts.
. " d e l onselo
ción de convenciones, sobre todo convenciones en materi I Comité de Ministros I e no representan a los
cas", tales como las relativas al derecho y alprocedimi a título personal, por o qu , funciones de ins-
(hay una serie que abarca desde la ConvenciónEuropead 23) E t órgano tiene
nales (art. . se que le son presen-
ción de 1957 hasta la Convención Europea para la Represi ', f te a los recursos d
conciliaclOn ren ,, arte de un Esta o
rrorismo de 1977 y la Convención Contra la Tortura de 19 laciones a la conven~lO~d~:rp;r otro Estado con-
derechos humanos, tanto económicosysociales como civiles s que pueden ser pro UCI l' dividuo o el grupo
cos.A estos últimos está dedicada la famosa Convención
sobre Derechos Humanos. 4) o bien direc~ame~tep~: e2;~ Los recursos indi-
víctimas de la violación ~a c~racterístico del sistema
nstituyen el aspecto mas roblemática de la per-
a vimos, se e~cu~d~an e~ a p 34 Y ss.), están condi-
l
Convención rnacional del mdlvldu~, ( . p. ífi a de la competen-
Europea de
La "Convención Europea para la Salvaguarda de los Dere 1 ptacrón especI IC
Derechos mbargo, a a ace d do ya sea por una
Humanos Hombre y de las Libertades Fundamentales", elaborada en d I Esta o acusa , li
isión por parte e inad ríodo: en la actua I-
del Consejo de Europa, fue solemnemente firmada en mitada o por un e
d terrnma o p e , if
h procedido a rnaru es-
1950; sucesivamente, le fueron agregados varios Protocolos os los Estados contratantes an
tre otras Cosas, aumentan el nÚmero de los derechos reco
ación. 1 d 'nadmísi isibles, por ejemplo, cuando no
Actualmente, son partes contratantes de la Convención los os son dec ara os I , (280) (art, 26) o, en
miembros del Consejo de Europa. internos v. p. ,
gotados los recursos, d d s anónima o maru-
Las normas de la Convención pueden dividirse en dos pa ' di id 1 s SI la eman a e 1
e.cursos m IVl u..a. e '. bi acepta el recurso, a
primera de carácter Sustancial (aás. 1-18) y la segunda de e 27) En cam 10, SI se
infundada (art.. , 1 partes o sea con
procedimental (arts. 19-56). En la primera está contenido el c ntencioso con as ,
struye. la causa en co indi id os parte en la controver-
de los derechos y de las libertades fundamentales, que cada 1 E d os y los m IVl u '" ,
o con os sta d f . " amistosa istosa-d e Ia misma , inspira-
Contratante se Compromete a asegurar a "todas las personas s e llegar a una e uucion mbre" (art.28). La concilia-
das a la propia jurisdicción" (art. 1); sobre el1a volveremos eto de.losd.. erechos de.1 hO . " que puede tener la
rarnos del contenido del derecho internacional. La segunda 1 'ica so l UClOn ,, 1
partes es . a un . . 1 la conciliación, a
la ante la Comisión; sino se a canza .
RMACIÓN DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 235
234 BENEDEITO CONFORTI
derecho intemaCional general "una norma aceptada y ente ~ro~e, e íbe el uso de la fuerza en JIIS cogens y
art, 103 de
por la comunidad internacional de Estados en su con n el pnnclpIO que proh, "que reflejan re- la Carta
, 1 con los pnnclplOS
norma que no admite acuerdo en contrario y que sólo pu rnaclOna es o l ' h'b' 'o'n de la éscla- de las
lati a pro 1 ICl
dificada por una norma ulterior de derecho internacio , como los re, atIVOS a indica un criterio NacionesUnidas
que tenga el mismOca'rácter". Como resulta evidente, se inación raCIal, et~.), pero no de normas perte-
ermita homogeneIZar el grupo do las ob-
'artículo que no se destaca precisamente por su redacci " , y retoman
hace otra cosa que' repetir una y otra vei'el mismo con gens, En nuestra OPl,~O;'S hay que identificar
taaonü pueCl¿'detogar normas impúativas de derecho i as en otras oport~m a ;03 de la Carta de las
géneraL En efecto: es evidenté que una norma impeiativ as sobre la base"de arto d conflicto entre las
, 1 cual en caso e id
in'ternaci¿nal general no puede ser otra cosá sino una s, segun e iernb de las Naciones Uni as
c~an~ Co~unidad i~ternacional le atribq.ye ca~ácter i traídas por los mIembl~o:ciones contraídas en vir-
es lógico, además, que si la norma es imperativa y, por esente Carta y sus, o. g 'lpreva1eceran . , las
t o convenio InternaclO na , .
puede Se1¡ mo!iW<;adaporun tratado, sin.embargo; pued o r Carta" Ahora bIen, a pro-
cada o abrogada por una norma imperativa posterior! estas por la presente ... d . n'tro-
, nta un ato meo
la Convención también se ocupa delius cogens,a prop' 3 es necesano ,tener en cue fue desarrollando a
causas de terminación de los tratados; dicho artículo afir áctica internaclOnal, que se 'ente en el
. iste , preclsam ,
surge una nueva norma imperativa de derecho iriternacio da p osg uerra y que consi 'omportaron
do los Estados no sIempre se c
todo tratado existente que esté en oposición con esa nor n cuan U de diferentes maneras,
vettiráen nulo o terminará" , los órganos de la ON y, d ' d de la Carta,
las obligaciones enva as
raerse a , ibilid d y la superioridad de
Como rase tuvo ocasión de señalar cuando hablamos de l sto en duda la llltangI 1 1 a
procedimentales de la nulidad y de la terminación de los tratad
249
AS NORMAS INTERNACIONALES
248 BENEDEITO CONFORTI CIÓND E L
Para un análisis detallado de todos los . obre la llamada cláusula rebus sic stantibus, etc.: v.
COn conclusiones diferentes, d I ' '. acuerdos menClon o no son derogables? ¿Los Estados pueden decir en
.' , , e as sostemdas aquí R '.
traria liarme imperative CI't' 227 ur, v. onzlttl, tado que incluso siendo éste fruto de violencia, de-
, " p, y ss.
erfectamente válido? ¿Los Estados pueden estable-
les Ean dreallidad, sólo si se desciende del nivel de los prin lícitamente en un tratado que cualquier cambio en
l e as normas que '. s no será considerado causal de terminación (por
, , ' aunque se InSpIren en ello
sos mas cIrcunscriptos y detallados, es posible d ;' re do, como a veces se hace, que la ulterior adaptación
Concreto a la cuestión del arÍ: 103 'E . ar e u uevas circunstancias de hecho sólo pueda ser objeto
este tipo, esto es n o r m ' . e xrsren en la Car negociada entre las partes)? Resulta evidente que nos
los Estados~ I i as ~e las cuales se deriven obli
quí frente a normas inderogables, El hecho de que es-
de la Carta . esn~, u;odexamInando superficialmente las
erales reglamenten la estructura del acuerdo y no su
bitos de c' aCI. arse cuenta de que el único de lo
, ompetenCIa de las Naciones U id aloca obligatoriamente en un nivel superior al del tra-
puede responder afirmativamente a esta m as respect cuanto a su fuerza en el plano formal. Toda cláusula
miento de la paz' en los de ' .pregunta es el e estableciera la derogación de estas normas siempre
ración económic~ y social 7:~:~::pe~Ia~ en el ámbit vez, sujeta a ellas (por ejemplo, una cláusula que pu-
de los órganos de la ONU d h e rrruta a reglame ntualmente, que todo cambio de las circunstancias no
éste esu d ' . e acer recomendaciones
•. . n po er que carece de eféctos vincula sa de la terminación de ese mismo tratado siempre
oblIgaCIOnes respecto de las cu'ales pa' , ntes). En jeta al principio general rebus sic stantibus).
," ' rece mas sus
CIon esta preeminen'cia de la'C ' .. . cept
, ' arta en VIrtud del t
. 11 as 1Igadas al poder de decisión del .. , ar .
por el ca VII dí" . Consejo de Segur
deCI'd" Ir me
P'd''d' e a Carta y, principalmente, al poder
1 as que n ' l' .. . especta a los actos de las organizaciones internaciona- Relaciones
ss) De . . . . o I~p Iquen el uso de la fuerz entre actos
., este modo, se veran afectados por el arto 10 lverse caso por caso el problema de los límites de las de las
cho, por la norma consuetudinaria correspondiente e estos actos de derogar las normas de los tratados organizaciones
mente, los que prevén su producción. En todo trata- internacionales
plo,IQs acuerdos comerciales celebrados con d
eter y sus tratados
contr,a l?s cuales el Consejo de Seguridad h d de una organización internacional pueden encontrar- constitutivos
economICas e incluso' t aya ecreta as derogables como imperativas. Entre estas últimas
incluidos en'las s ' en onces, en forma limitada a lo
anCIones. rarse las normas que prescriben las mayorías necesarias
los actos de la organización. La necesidad de que los
rganización se conformen al tratado constitutivo no
enderse en lo relativo a los actos propiamente clasifica-
254
BENEDETTü CüNFüRTI
Adquisición existe este tipo de territorios, ni puede adquirirse soberaní , "d d 'de ocuparse en vanas ocaSIOnes
de la portunI,f ;
rial en el espacio cósmico descubierto o por descubrir. E ticia, v' Contorti? p, 243 Y ss,
soberanía
en violación, reviste actualidad elproblemadela adquisición de territo
de normas tlladáen violación de normas itlternacionalesde fundám li dos desde e! período de entregue-
fundamentales
poitahi::ia: 'Pensemos en aquellos tetiitori6sadqiJ.irido~en tante los esfuerzos rea l~a , , de efectividad Y desconocer
limitar el alcance de! pn~cllplO,
internacionales
de graves violaciones a
del arto 2;pa~t.4, de la Carta delaONU,queprohíbe el , '1 f uto de ViO encía o " , "
fuerza (por ejemplo, los territorios árabes ocupadosl'0r ón terntona r ' 1 11 d " doctrina Stimson ,
, ' 1 ( famosa a ama a
19671 0i en violación del principio de autodeterminaci rnaClOna es es , 1 Se'cretario de Estado
" n 1932 por e ,
en estoS termmo s e , ' nal parece esénclal-
pueblos,como en el caso de territorios coloniales cuya ind , h 1 ' tica mternaclO
cia ha sido declarada por la Asamblea General de las 'cano), aun oy ,a p~~c fectivo y consolidado del poder
tada a que el eJercIcIO e , ist do del modo que
Unidas, en ejercicio de competencias que le han sido asig " ' incluso conqUls a
o' sobre un terntono, /" l: Tratando de
virtud de normas consuetudinarias específicas formadas e , ' . / n d 1 oberama terntona . .
de la Organización (v. p. 193 l. da la adqUlslclO / , a s d 1 Naciones Unidas, rddó 10
r a partir de la practica e ads normaconsududina-
, . ' e ha forma o una , ' " '
Cuestión de Este ha sido el caso del Sq.doeste Africano, también llamado sostenerse es que s ' 1 ' 'f ti'vidad extraternto-
, ' '1' 'E d s a negar a e ec ",
Namibia ex colonia alemana transferida a Sudáfrica después de la Prime iga a todos os sta o 'b n territorio adqulfl-
,.. b' llevados a ca o en u
Mundial, bajo mandato de la Sociedad de las Naciones, y prá ctos de go ierno s r d' "1 ción del principio de
anexado por el gobierno de Pretoria algunos años después' de 1 " " "b' cupa o en VIO a
mamente (o len o ' p que esa adquisición se
Guerra Muridial. Frente a la p~rsistente negativa de Sudáfrica d , " d 1 pueblos) siern. re " 'd d
" mmaclOn e os
p rte 'd'¡ íembros de la comU111 a,
e os nuem
cori la Organización para que Namibia no permaneciera al marg zada por, la mayor a stad d / negarle su reconOCl-
cesó de descoloriizaci6n, la Asamblea General decidió, por medi , lo los Esta os po ran li
nal. Por eJemp, , d di ho territorio o no ap 1-
soludón N° 2145 (XXI) del 27,10 cl966, poner fin al mandato sud , onunCla as en lC ,
las sentenCias p~ d d echo internacional pnva-
y asignó a las Naciones Unidas la responsabilidad de la administra rtud de las propias normas e er ,
territorio con vistas a su independencia. A continuación (por medi eyes emanadas en e! mismo, etc.
Resolución N° 2248 S-V del 19-5-1967) se creó un órgano de gobier
269
EL CONTENIDO DE LAS NORMAS INTERNACIONALES
268 BENEDETIO CONFORT!
, es desarrollados, De todos mod~s,
de los museos de 10spals f . ' a adopte la mencIO-
Sobre las resoluciones de los órganos de la ONU que obligan s d ue la Con erenCl ,
n votado en contra e q ' 1 mente incierto el destl-
dos a desconocer los actos de gobiernos realizados en territorio vuelve partlCU ar , '
ón (v. p. 169), 1o q u e . 'dad meramente teonca
ilegítimamente, v, Conforti, p. 191 Yss. , , ya que le ha c.onfendo una enti
cIOn,
contenida en el arto 15.
, '", .' • I
, \
280 BENEDErro CONFORTI
EL CONTENIDO DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 281
(de entre las normas relativas a la libre circulación de las pers
'tica, sacrificar el interés del ciudadano lesionado en razón de
las normas sobre el derecho de establecimiento contenidas
tereses, transigir con el Estado agresor, etc.
arts. 52 y ss. del Tratado CE, que tienden a lograr una casi
equiparación entre los propios ciudadanos y los extranjeros d
del área comunitaria, entendiendo por tales, obviamente, a los blema es otro si, desde el punto de vista del derecho interno, el Go-
danos de los Estados miembros. o está obligado a ejercer la protección diplomática respecto de .sus
s, En caso de silencio de las normas legislativas o reglamentarias,
rudencia interna se orienta en sentido negativo. Sirva a título de
para Italia, Cass., Sez. Un., del 8-10-1965, N° ?0~8 y ~el.12.-7
Protección ° 2452, en Picone y Conforti, La giurisprudenza italiana di dir. int.
diplomática Si el Estado no respeta las normas sobre el tratamiento de 1 o Repertorio 1960-1987, Nápoles, 1988, p. 128 Y ss., donde, en una
tranjeros, incurre en un ilícito internacional frente al Estado del ¡va más general, se consideran plenamente discrecionales y total-
es nacional dicho extranjero. Además de todo lo que se dirá a era de control tanto jurisdiccional como administrativo aquellos ac-
de,las consecuencias de los actos ilícitos en general (v. p. 439 ados por el Estado para regular las relaciones internacionales; en el
es importante mencionar aquí la figura de la "protección dipl entido en Francia, Cons. de Estado del 25-3-1988, en RGDIP,
ca", que es un instituto característico de la materia que estam 258. Menos drástica es la decisión de la Corte de Apelación de la
tando. 22-11-1984, en NYIL, 1986, p. 299 Y ss., según la cual para el de-
andés subsistiría la discrecionalidad del gobierno, pero podrían in-
El Estado del extranjero "maltratado" podrá ejercer la pro
as Cortes si la asistencia prestada al propio ciudadano fuese menor
diplomática, o sea, asumir la defensa del propio ciudadano en
a de la que razonablemente pueda preverse.
no internacional: podrá actuar a través de protestas, propues
arbitraje, amenazas de (o recurso a) represalias (v. p. 449 Y ss.)
tra el Estado territorial, con el fin de obtener el cese de la violac "que destacar que, en el ámbito de las relacion~~ ec~nómi~~s Doctrina
Calvo
olucran a extranjeros, el instituto de la protección diplomáti-
el resarcimiento del daño causado al propio ciudadano. Sin e
bjeto de oposición por parte de los Estados en desarr~llo. E~
go, antes de que el Estado ejerza la protección diplomática, es
basan en la doctrina Calvo, que toma su nombre del diplomá-
sario que el extranjero haya agotado todos los procedimient
internacionalista argentino que la enunció en el siglo pasado
ordenamiento jurídico del Estado territorial que tenga a su
Agotamiento
ción a fin de obtener justicia (ésta es la llamada "norma de reacción contra la pretensión de los Estados europeos de in-
previo de los
recursos militarmente en los países de América Latina con el pretexto
agotamiento de los recursos internos»). Es decir, es necesario
internos ger a sus propios ciudadanos), según la cuallas.controver-
acción, el proceder internacionalmente ilícito del Estado ter
tivas al trato de los extranjeros serían de excluslva compe-
sea definitivo o que, al menos, no exista un remedio adec
efectivo frente a ese proceder ilícito. de los Tribunales del Estado local. En una doctrina similar se Cláusula
Calvo
spirado casi siempre los Estados latinoamericanos, que ade-
Como se señala comúnmente, el Estado que ejerce la pr
diplomática ejerce un derecho del cual es titular él mismo , n elen incluir en los contratos celebrados con empresas extran-
na cláusula de renuncia por parte de estas últimas a la protec-
dadano, desde el punto de vista del ordenamiento jurídico in
ciona!. El Estado no actúa como mandatario o representante
propi~ Estado (la llamada cláusula Calvo). Enla misma
dividuo. Este hecho implica la posibilidad de que, en cu a se inspira el tantas veces citado arto 2 de la Carta d,e .Dere-
Deberes Económicos de los Estados, cuando, a propósito de
momento, el Estado pueda renunciar al ejercicio de la protecci
ionalizaciones de bienes extranjeros, establece (párr. 2, inc. c)
282
BENEDEITo CONFORTI
LCONTE NIDO DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 283
que "oo. en cualquier caso en que la cuestión de la campe
motivo de controversia, ésta será resuelta conforme a la 1 t favor de la parte contratante o de una
odo efecto legal, a tf de seguro contra
an . dido una garan la
del Estado que nacionaliza y por sus Tribunales, a meno es que hubiera conce d uno de sus inversores
. fectua as por
los Estados interesados acuerden libre y mutuamente qu ciales por inversiones e f t do pagos en base a la ga-
h biera e ec ua . b
a otros medios pacíficos [de solución de controversias] s e la otra parte y u
' 1 7 d 1Trata o entre
d Argentina e Italia so re
. 1
(
de la igualdad soberana de los Estados". Para nosotros, n conf. artícu o . e s) ] En esa conv ención está prevista a
matizarse, como se ha hecho, el alcance de este tipo d tección de InversI,one. . d '1izado al particular, en
d haya m emn
nes, de la oposición al instituto de la protección diplomát tado exporta or que , dí haber propuesto
( . ) ue este pu lera
de derecho mterno , q os tendientes a
curso a la doctrina Calvo. En efecto, nadie puede o g, d Otorgar estos segur ,
a inversión as.e ura a. , 11 (demás de asistir a esos
Estado acusado de haber violado las normas sobre el tra 1 ' e n desarro o a .
rsiones en 1os paises , l' f vorablea las inversiones
los extranjeros a tratar esta cuestión a nivel internacion ear un CIma a 1 1
ara ayudar os a cr . la Garantía de as n-
verla mediante el recurso a un arbitraje, si dicho Estad I M IGA (Agencia para
objetivo de a " adoptada en 1985
mido previa y libremente ciertas obligaciones convenci . runa Convención ,,
aterales), prevista po , 1 de Reconstrucción
pecto. Pero, por otra parte, nadie puede negar al E d 1B o Internaciona
e Gobernadores e ,anc ,1978 (sobre ella trata Shihata,
nacionalidad del extranjero el derecho de protestar, de 206), que entró en vlgo~~IPP 1987, p. 1 Y ss.). Hay que
arbitraje o de amenazar con represalias (incluso si exist P · 95 y ss.; Treves, en,
. '" d d 1 ICSID (Centro'1 n ternacional para el arre-
la Calvo, dado que, como ya se ha dicho, por medio de 1 én la activida latí e a Inversiones iones) , co nstituido por la Conven- h
diplomática el Estado hace valer Un derecho que le es pro troversias re atrvas . igor entre unos oc en-
g 65 e se encuentra en v ,
ta de comportamientos referidos a la etapa de compraba ton. de 19 y qu1 l' [Argentina " aun'no e.s parte]: a traves
cación coactiva del derecho internacional y esa etapa, ta los que se cuenta ta la. " ' S do ti en RDIPP, 1969,
( 1h ferencia acer , d
mas en su motnento,se caracteriza por las iniciativas sobre el cua ace re lyss.) articula un sistema e
" , 1981 29 y ss. se .
reacciones de los Estados interesados. rnardim, .idem; 'P', - los inversores privados
1
rbitraje para a~ con ,ro . El ICSID hace uso de los .mstru-
t verstas entre .
Nuevos e reciben esas mverslOne~. . de tratamiento a los
instrumentos De todos modos, es cierto que tiende a desaparecer el institu " bi ale en materia
para de conciliación y ar rtr . , Tribunales -'que en
tección diplomática, siempre hablando en relación con la d . id por Comisiones y 1
garantizar e,stán constitui os . dos ntender en los rec a-
tereses económicos y, en particular,. de las inversiones en I ' " bil 1 s-e-.destina os a e
eactierdos 1 atera e . d 1 s Partes contratantes.
1'1'0110. En la práctica (yen un clima que poco a poco va m -, 1 iudadanos e a 1
directamente por os CI entra innumerab es
respecto de la época inmediatamente posterior a la descoloniz . tos que encu
iente de estos mstrum,en , d 1 brinda el tantas veces
tán difundiendo distintos instrumentos destinados a garanti ' , del Siglo pasa o, o ,,
cuIares contra los riesgos por inversiones ,en elextr~njero, l.,a pr..a'" c.t,IC,a a partir
'" "'d
1 Irárt-Estad,o"s. Um o s , .
..• l··'. t dos. sobre p,romocion y
[En' os tra a
;, on Estados desarro-
tra posibles nacionalizaciones, y a evitar una ra . b d or la Argentma c '" ,.
vers"i.o,n.es ce,le ra os p '11 tablecen meca 1lI.s.m.os
conflictos, en él plano internacional, tanto en interés d • " 'd desarro o se es d
n Estados en vías e., .. ,.. '. los mismos Esta os
dores como importadores de capitales. Uno de los instru ' . .,' surgieren entre
de c()ntroverslas que. ,.,' E t do parte y un inversor
es, por ejemplo, Una Suerte de seguro acordado" a los prop para las que surgieren entre un s a
Estado ~xportador, que funciona en coordinación con un
lebrada con el país importador. [En la mayoría de los trata ' , " tre un Esta lío y . un inversor del otro, la
las controversras en sIa.b ' ueda de soluciones a tra-
tía de inversiones celebrados por Argentina se contempla la ' a todos los tratados es la ,usq ,
u n , entre lal
tas 'amistosas as p artes en la controversia.
EL CONTENIDO DE LAS NORMAS INTERNACIONALES
285
284 BENEDEITO CONFORT!
ratificada por un número relevante de Estados, entre ellos Itali iolabilidad personal consiste también, y de un modo ?rinci-
Ley N° 804 del 9-8-1967) [y Argentina (ratificada el 10-10-63 en no hacer objeto al diplomático extranjero de lll.n~~na
bada por Decreto-Ley N° 7672 del 13-9-63)], sin lugar a du e policía (detención, arresto, allanamiento, etc.) dirigida
rresponde al derecho consuetudinario,. tal como Jo ha afir persona.
Corte Internacional deJusticia en.la sentencia del 24-5-19
caso de los diplomáticos norteamericanos mantenidos como labilidad del domicilio
en Teherán (CIJ, Recueil, 1980, p. 3 y ss.).
La llamada
Las inmunidades se otorgan a los agentes diplomáticos a nde por domicilio tanto la sede de la misión diplomática " extraterrito-
dos ante un Estado territorial y acompañan a dicho agente ivienda particular del agente diplomático. Antiguamente se rialidad"
a que la sede de la misión era "extra,territorial", o, sea, de la sede
momento en que entra en el territorio de ese Estado a fin de diplomática.
cabo sus funciones hasta. el momento en quejo abandona. C ba parte del territorio del Estado acreditante. En r~ahdad,
de cualquier extranjero, la presencia del agente está subordi de extraterritorialidad en sentido estricto (por ejemplo,
todo y para todo a la voluntad del Estado territorial, la que uo nacido en la sede de la. Embajada de Francia en Roma
Aceptación sa a través de la a¡:;eptClción (que precede a la acreditación), e rará nacido en Italia): la sede de una misión diplomática
se refiere a la admisión, y, en lo que se refiere a la expulsión, sigue siendo territorio del Estado rece?t~r, pero éste no
Retiro del del llamado retiro del pasaporte y. la orden de abandonar el rcer allí actos coercitivos sin el consentImIento del agente
pasaporte
un determinado lapso.
En síntesis, las inmunidades diplomáticas son las siguiente
unidad de jurisdicción penal y civil
a) Inviolabilidad personal
caso es necesario distinguir entre los actos realizados por
Protección El agente diplomático debe estar protegido contra posibl ático en su carácter de órgano del Estado al que representa
de la persona
del agente
sas a su persona mediante especiales medidas preventivas y s realizados como particular.
La llamada
diplomático vas. En este punto, la obligación del Estado receptor de gar 'meros no son imputables al agente diplomático, sino al Es- "inmunidad
inviolabilidad personal del agente diplomático se confund itante. El agente no puede ser sometido a juicio para :es- funcional"
deber genérico de proteger a los extranjeros, protección q nalo civilmente, no porque se le reconozca una determina-
veremos, debe ser adecuada a las circunstancias y, por lo t idad, sino porque no se trata de actos propios. Incluso una
tiva a la importancia del extranjero. Por otra parte, es ca a cesado en sus funciones, el diplomático nunca puede ser
que en nuestra época la persona del agente haya perdido ara responder por dichos actos. Por ejernploc.si un, ~g~nte
rácter de "cuasi sacralidad" que tuvo en otros tiempos y tico presenta una nota verbal que contenga insultosdmgldos
que la falta de protección a un agente diplomático parecie receptor o a sus órganos, el juez del Estado receptor nunca
las máximas ofensas que se podían inflingir a un Estado e meterlo a ningún tipo de procedimiento penal, no p~rque ~l
Hoy en día, herir, tomar en calidad de rehén O asesinar a u oce de inmunidad (aunque comúnmente se hable de mrnuru-
dar, todos ellos hechos perpetrados en condiciones de grav ás específicamente de inmunidad funcional, esto es, relativa
lidad por parte del Gobierno local, en la mayoría de lo os cumplidos en ejercicio de sus funciones), sino porq~e se
provocan ni siquiera la ruptura de las relaciones diplomátic un acto del Estado acreditante. Así como tampoco podra ser
290 BENEDETTO CONFORTI EL CONTENIDO DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 291
sometido personalmente a juicio un agente que ha ya adquirid iénes corresponden las inmunidades diplomáticas? Se ha ha- Personas que
tos par~ la embajada y no los haya pagado, o que haya tenid gozan de
asta aquí de agentes diplomáticos. Con frecuencia se adopta inmunidad
porterruenros a consecuencia de los cuales se haya desenca ominación para referirse a los jefes de misión (Embajadores, diplomática
una controversia de carácter civil (en este caso se examinará s Plenipotenciarios y Encargados de Negocios). Pero las in-
bilidad d~ llevar a juicio al Estado extranjero, que es un pr es se extienden a todo el personal diplomático de las misio-
que exammaremos cuando nos refiramos, precisamente,a la . njeras (Ministros, Consejeros, Secretarios de Embajada,
dad de los Estados extranjeros en materia de jurisdicción civil . ismo, estas inmunidades se extienden a la familia de los
Inmunidad
por los actos Precisamente en relación con los actos que el agente reali de todos los que forman parte de dicho personal diplorná-
privados carácter de particular, está prevista la verdadera inmunidad onvención de Viena (art. 37), con una norma que dudamos
dicción civil y penal. L.a ratio de esta inmunidad se expresa en 1 ponda al derecho internacional consuetudinario, extiende
ma j.urídica "ne impediatur legatio": el agente debe poder eje nidades incluso al personal técnico y administrativo de la
funCIones con la máxima libertad y en las condiciones más favo a excepción de los empleados que sean ciudadanos del Esta-
Exist~n excepCiones a la inmunidad de jurisdicción civiL toria!'
ellas se mcluyen: las acciones reales y posesorias respecto de .
~les sit~ados en el territorio del' Estado receptor; las acciones I
nas abIertas en dicho territOrio; las demandas de reconvenció
acci~ne~ relativas a eventuales actividades comerciales o prot 'deramos que, para el derecho internacional consuetudina- Inmunidad de
otros órganos
les ejercidas por el agente diplomático. nniunidades descriptas alcanzan también a los Jefes de Esta- fuera de los
Naturaleza do se encuentren en el exterior en forma oficial, a los Jefes agentes
procesal de la Una cuestión fundamental es que la inmunidad de jurisdicci
diplomáticos
inmunidad por n~l (absoluta) y Civil (con las excepciones consideradas) es una erno y a los Ministros de Relaciones Exteriores.
los actos
privados ll1~~ddeprocedi1niento,nounainmunidad de ley: el agente
~atlc~ no está exceptuado de observar la ley del Estador las inmunidades de los Ministros de Relaciones Exteriores v. re-
silla SImplemente es inmune a su jurisdicCión mientras see te Trib. Roma, ard. 18-2-1987 (en RDIPP, 1988, p. 359 Yss.), que
que existen "por costumbre" y por "extensión analógica" de las
en el territorio del Estado receptor y esté ejerCiendo sus tunc
bre inmunidad diplomática. El Tribunal, aplicando en este caso
plomáticas. Por lo tanto, una vez que haya desaparecido su
pios válidos para los diplomáticos, excluye la posibilidad de que la
de.diplomátic.o, podrá ser sometido a juicio incluso por los
ad de jurisdicción penal pueda invocarse una vez que la función ha-
d.eIrt~s. cometIdos cuando era diplomático, mientras que dur o, incluso en lo relativo a los actos privados realizados por el órga-
eJerCICIO de susfunCiones'no podrá ser sometido a proceso, ni nte el ejercicio de sus funciones (en ese caso, se trataba del Ministro
ra por los actos o delitos cometidos con anterioridad al peri aciones Exteriores de la República de San Marino).
sus funciones.
erecho internacional no prevé inmunidades especiales para nin- Cónsules
d) Inmunidad fiscal tro órgano estatal. Ni siquiera los cónsules gozan de las inrnuni-
diplomáticas (se considera que solamente es inviolable el archi-
Es válida exclusivamente para lós impuestos personales dire sular, mientras que no se asigna ninguna extraterritorialidad o
ilidad a la sede del Consulado). Por 10 demás, es obvio que
odos los órganos de un Estado extranjero vale lo que corriente-
292
BENEDEITO CONFORTI
EL CONTENIDO DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 293
mente se denomina inmunidad f ' 1
unCIOna y que .como vi
te en 1a inimputabílidad del individ 1 l' vvunos, c el tratamiento de los extranjeros y el tratamiento de los ór-
, uo a cua se le asrgn '
órgano estatal, por las actividades qu ' a cara ales extranjeros, nos ocuparemos ahora de las obligacio-
Para los ór ano ' e Son propIas de su Estad do en el tratamiento de los Estados extranjeros mismos.
cialmente en ~ te s ,ext~andJeros que se encuentren oficiala e cipio, podemos preguntarnos cuáles son los límites al po-
rntono e un Estado 1 1
;::~~ntt~:~::~:~ ~:;:;ee~~:~;,o~:t~;"~:é:na:~l:~r;~:rc
tado territorial que se derivan de un principio frecuente-
[izado en el lenguaje diplomático y también en el lenguaje
bajo las que opere. organo y a as ClrCUnst s decir, el principio de no intervención en los asuntos ínter- No
intervención
maciana les de otro Estado. Este es un principio cuyo exac- en los asuntos
Inmunidad
de los
La Convención de 1969 sobre M' , , . ido, en cuanto principio jurídico, es difícil de precisar, ya de otro Estado
miembros
Naciones Unidas (v p 72) iend tSI~nes EspecIales, promovida eneral, los Estados lo enuncian sólo a fin de realizar propa-
de misiones los órganos y a las ~er~ona; ::~:~a~a:s~:m~~idades dip~omáticas d lítica. No se desprende ninguna claridad sobre este tema de
especiales enviados por un Estado ant t mISIOnes especIales, que
e o ro para trata d t inad ación de Principios de la Asamblea General de las Naciones
particular, cfr. los arts. 29 y 31 b ' , r, , e ermma as cuestion
v. p. 78) dedicada a la materia y contenida en la Resolución
nidad de jurisdicción, respectiv~;~n:: m;lOl
ablhdad
personal y sobre
la Convención que hasta hoy h 'd)' I,n embargo, no parece que e
03 del 9-12-1981: esta Declaración se ocupa de casi todos
, a SI o rati f,Icada p , tos reglamentados por el derecho internacional, desde la au-
tre ellos por Argentina, ratificación del 13-10-72 or ubnos pocos país
N° 19.802 del 23-8-72J ,apro ada por Decre inación de los pueblos hasta los derechos humanos, la insta-
, se corresponda ca 1 d ho !
ral. En el caso Tabatab;i l í d l " ,n ,e ~rec o mternacion e bases militares en territorio extranjero, etc. En realidad, el
' er
Alemania y acusado de haber introd ido cipo meo tran¡ envIad ' " o de no intervención en los asuntos fuera de las propias fron-
uCI ,o en rrusron es
torio de la República Federald Al o,cl erta cantIdad de opio en ido perdiendo paulatinamente su propia esfera de aplica-
, e ernarua la Cort S d
que mtervino luego dé largas y corn Ieías " ~ ~~rema e est medida que se afirmaban otras normas generales más "urgen-
-prescindiendo de la ConLar id 'dP ¡dmanlObras judiciales, conclu ue, en cierto modo, absorbieron el principio en cuestión. La No
l' rm a o no e la C ' 'd
eho internacional general la' id d d onvenclOn e 1969 a portante de estas normas-s-eque de todos modos no interesa
intervención y
- mmuru a e l ' d ' prohibición de
resultar de un acuerdo, aunque sól f ' , os envía O'S especlale caso, ya que se refiere a los límites al uso de la fuerza interna- la amenaza o
el Estado receptor lo q '" °d luer~ taCIta, entre el Estado de uso de la
, ue a JUICIO e Tnbun 1 d b' f' de los Estados- es la prohibición de la amenaza o el uso de la fuerza
(esta sentencia del 27-2-1984 _ a e la a irmarse en
, , aparece resenada en ILR, vol. 80, p. 418 (v. p. 444): las intervenciones en los asuntos internos o inter-
nales. de otro país, realizadas a' tra vés .de la amenaza o del uso
erza de tipo bélico, hace un tiempo eran las principales figuras
isciplinaba este principio del que estamos hablando.
XXVI. Continuación
respecto, es sintomático lo que afirma la Corte Internacional de Justi-
n la ya citada sentenciade127-6-1986 en el caso de las actividades mili-
C) El tratamiento de los Estados ext ranjeros
' y paramilitares contra Nicaragua (v. p. 249), a propósito de una de las
as comúnmente relacionadas con el principio de no injerencia, esto es,
Siguiendo con el tema de los límites istencia prestada por un Estado a fuerzas rebeldes que actúan en el terri-
torial para el' " d que encuentra el Estado t de otro, bajo la forma de provisión de armas, de asistencia logística,
eJerCICIO e su poder de imperio, después de haber c
A pesar de que la Corte no considera que dicha figura esté incluida en el
294 BENEDETTO CONFORTI EL CONTENIDO DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 295
principio que prohíbe la amenaza o el uso de la fuerza, sin embargo ca iones de condena o de crítica al sistema político o régimen eco-
dera "salomónicamente" que la asistencia a este tipo de fuerzas reb social, etc., de un Estado extranjero; pero cuando se trata
es contraria tanto a uno como a otro principio (cfr. CIJ, Recueil, 1 ~ortamientos más incisivos, como la ?~~paganda subv::siva,
par. 205; cfr. sin embargo, par,228, donde la Corte establece que e alación de mensajes de radio y televlSlon, la preparaclOn de
vía de fondos a los rebeldes constituye una violación al principio d terrorismo, etc., las opiniones son disímiles y la práctica in-
intervención). nal resulta tan confusa, que es imposible separar en ella los
jurídicos de los políticos. Para nosotros.' ~o es po.si~le enun-
No En cuanto a las posibles aplicaciones del principio de no inte norma general que rija este tipo de actividades similares; lo
intervención y ción que interesan en este punto, o sea, las aplicaciones que det excluye, obviamente, que puedan haberse formad? o se f~r-
medidas de
presión nan límites al poder de gobierno que ejerce el Estado en el á n el futuro normas particulares relativas a determmadas cir- Preparación de
económica de su territorio, tienen una relevancia particular las intervencion ncias. Probablemente, la única norma consuetudinaria cuya actos
terroristas
un Estado con el fin de condicionar las opciones de política inte cia puede afirmarse con seguridad es laque impone la prohi- dirigidos
internacional de otro Estado. Pensemos, en particular, en las de preparar actos de terrorismo dirigidos contra otros Esta- contra Estados
extranjeros
das de carácter económico, ya que se trata de medidas efectiva do el resto pertenece a la esfera del derecho convencional.
capaces de incidir sobre dichas opciones. Es difícil determinar
do ocurren estas intervenciones. Según la Corte Internacional d
ticia, que ha tenido oportunidad de pronunciarse también sob Jurisdicción
punto en la tantas veces citada sentencia de 1986 relativa a 1 el tema del tratamiento de los Estados extranjeros, el proble- sobre Estados
extranjeros
troversia por las acciones de Estados Unidos contra Nicaragua 's interesante es si éstos pueden someterse a la jurisdicción civil
interrupción de un programa de ayuda al desarrollo, ni la red tado territorial. ¿Puede un Estado ser sometido a juicio en los
o prohibición de las importaciones del país al que se pretende p nales de otro Estado, por ejemplo, por incumplimiento de un
nar alcanzan para concretar una hipótesis de intervención ilíc ato o porque ha despedido a un empleado contr~tado para t,r,a-
los asuntos de otro Estado (CI], Recaeil; 1986, par. 244). Para n una de sus representaciones diplomáticas, o bien en relación
tras, sin embargo, si estas medidas se adoptan contemporáne alquier otra cuestión privada? , .
Inmunidad
temáticamente, y además tienen como único fin influir sobre l siglo pasado, y aun en los inicios del nuestro, la teoria uní-
absoluta e
ciones del Estado extranjero (es decir, que no sean una re ente aplicada en relación con el tratamiento de 108 Estados inmunidad
jeros, que se inspiraba en el principio "par in parem non habet relativa de la
frente a comportamientos ilícitos de ese Estado extranjero), jurisdicción
No considerarse prohibidas. Pero incluso en este caso debemos en 1" se mostraba favorable a la inmunidad absoluta de los Es- civil de los
intervención y
que el principio de no intervención no tiene autonomía propi xt:anjeros respecto de la jurisdicción civil. Las j.urisprude~ Estados
autodetermi- extranjeros
nación de los que se encuentra contenido en el principio de la autodetermi liana y belga del período inmediatamente postenor a la Pri-
pueblos de los pueblos, entendido en sentido negativo (v. p. 40). Guerra Mundial (aunque no faltan sentencias promulgadas ya
Resta finalmente por preguntarse si la obligación del Esta del siglo pasado) dieron inicio a una inversión de esta tenden-
impedir que dentro del propio territorio se realicen acci e llevó luego a la revisión de la norma de la inmunidad abso-
puedan perturbar, indirectamente, el orden público o el dicionalmente sostenida y a la elaboración de la teoría de la
normal de la vida de un Estado extranjero deriva del princi idad restringida o relativa. Hoy en día, esta teoría puede con-
intervención. Nadie duda de que son perfectamente lícitas la se generalmente admitida y correspondiente al estado actual
297
EL CONTENIDO DE LAS NORMAS INTERNACIONALES
296 BENEDETTO CONFORT!
N° 3803, en RDI, 1975, p. 597 y ss.); auxiliares (v. Casse, Sez. e entró en vigor el 11~6-1976. Esta Convención, que se rnspira
istinción iure tmpetii y iure gestionisen otras materias, para el
300 BENEDEITO CONFORTI EL CONTENIDO DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 301
caso de las relaciones laborales (art. 5) adopta el criterio de la n al Supremo volvió a su primitiva orientación (Cass. Sez. Un.
nalidad del trabajador, sumado al del lugar de la prestación: si e 90 N° 145, en RDI, 1990, p. 402 Y ss.). Por último, en una
bajador tiene la nacionalidad del Estado extranjero que lo con sentencia el Tribunal de Casación ha reconocido nuevamente
se mantiene la inmunidad de jurisdicción en todos los casos; si e bilidad de que se ejerza jurisdicción en cuestiones patrimonia-
bajador tiene la nacionalidad del Estado territorial, o reside cuando aporte una limitación a dicha posibilidad, negando
tualmente en él aunque sea ciudadano de un tercer Estado, lmente que el juez nacional pueda entender en las reivindica-
trabajo debe ser realizado en el territorio del Estado receptor, , incluso de carácter patrimonial (como, por ejemplo, la in-
ces está excluida la inmunidad de jurisdicción. También de ción por un despido ilícito), que impliquen una investigación
mencionado el Proyecto de Convención propuesto por la Or volucre en modo directo los poderes públicos del Estado ex-
ción de los Estados Americanos (v. p. 490), que es aún más f o relativos a la organización de sus oficinas y servicios ... "
ble a los intereses del trabajador, ya que, en su arto 6, inc, a, e ez. Un. 28-11-1991 N° 12.771, ined.). ¡Debemos esperar que
incluso la inmunidad de jurisdicción cuando el trabajo se prest a orientación se consolide! Es de esperar, además, que la dis-
territorio del Estado acreditante (para el texto, V. ILM, 1983, p entre los aspectos patrimoniales y no patrimoniales de las re-
y ss.). Otro dato digno de mención es que la norma del arto 5 es laborales reemplace por completo 1<1 distinción entre relacio-
Convención Europea ha sido retomada -si bien es cierto que c re imperii y iure gestionis, con el fin de superar, con vistas a la
gunas limitaciones atinentes al personal diplomático y con ción de una mayor justicia social, los criterios de la ciudadanía
por el ya citado State Immunity Act inglés de 1978, que preten a residencia habitual del trabajador (v, sobre el punto Gaja, arto
ner vigor frente a todos los Estados extranjeros y no sólo frente RDI 1991). [V. asimismo la jurisprudencia argentina citada
Estados firmantes de la Convención. Finalmente, en algunos a: Caso Samue1 Gómez C. Embajada de Gran Bretaña y "Pa-
como España, que no están obligados .convencionalmente y lau, C.S. Gil de e/Embajada de la República Sudafricana" .]
que este problema no está resuelto legislativamente, de todos
la jurisprudencia va orientándose en este mismo sentido (v. 1 e la base de las consideraciones expuestas, y desde el punto de vista
I,¡I tencias citadas por Cataldi, arto cit., p. 702). Es claro que, arrollo progresivo del derecho internacional, parece criticable el arto
dentes motivos de justicia, todas estas manifestaciones de 1 citado Proyecto de la Comisión de Derecho Internacional de 1991.
rompen con la tradición, así como rompieron con ella las j a parte, este artículo prevé que no pueda invocarse inmunidad de ju-
dencias itaUana y belga de la primera posguerra; creemos que ón si se trata dé trabajadores que tenganla ciudadanía del Estado 10-
menío es propicio para que todos sigan este ejemplo. ue. residan habitualrhenteen su territorio, pero,· por otra,: renace la
'n entre relaciones iure imperii y relacionesiure gestionis, al estable-
En 10 que respecta a la jurisprudencia italiana, una senten
no puede ejercersejurisdicción cuando el trabajador haya sido em-
Tribunal de Casación de 1989 se alineó con esta nueva tenden
para tareaS "estrÍctamente lígadas al ejercicio del poder dé gobierno
negarse a conceder la inmunidad de jurisdicción en relacíón
nce publiqúe)" .Es correcta, por el contrario, la excepción a la inmií-'
trabajo prestado en Italia por ciudadanos italianos (Cass. Se de jurisdicción, prevista por ese mismo arto 11, para las acciones no
15-5-1989 N° 2329, en RDI, 1989, p. 687 y ss.); de todos ol1iales.
esta decisión se refirió solamente a los aspectos patrimoniale almente, queremos destacar que todo lo dicho hasta aquí se refiere al
relacíón laboral (retribución, indemnización por despido, etc actual del derecho internacional. Otra pregunta que se plantea es si el
exclusión, por lo tanto, de las acciones que tuviesen por obj cimiento de la inmunidad de jurisdicción de los Estados extranjeros
obtención o reincorporación al puesto de trabajo. Posteriormen ateria de relaciones laborales atenta contra principios fundamentales de
302 BENEDEITO CONFORT[ EL CONTENIDO DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 303
la Constitución italiana, y con qué consecuencias. Este problema, corn ey N° 1621 del 30-8-1925, convertido en Ley N° 1263 del
todos los casos de inmunidad de jurisdicción civil, se refiere al tópico d 26, sobre la base del cual "no se puede proceder al secuestro
relaciones entre derecho consuetudinario y derecho constitucional; so go y en general a actos ejecutorios sobre bienes muebles o
tema v. p. 394 Y ss.
es, naves, créditos, valores o cualquier otra cosa pertenecien-
Estado extranjero sin la autorización del Ministro de justi-
s disposiciones antedichas se aplican sólo a aquellos Estados
Inmunidad de
iten la reciprocidad, la cual debe ser declarada a través de
las personas
Dentro de los límites que le prevén los Estados, también se reto ministerial". La disposición agregaba: "contra el rnencio-
jurídicas nace inmunidad de jurisdicción civil a los entes territoriales y ecreto y contra aquel que rechace la autorización no se adrni-
públicas fuera personas jurídicas públicas. Esta es una prueba más de que n
del Estado so ni por vía judicial ni por vía administrativa".
los órganos del poder central,. sino todos aquellos que ejerci ste modo, la ley ponía en acción una dependencia (hoy inad-
poder de gobierno en el ámbito de una determinada comunida ) del Poder Judicial respecto del Poder Ejecutivo: el derecho
tal, forman la persona del Estado, desde el punto de vista del acional, como todo el derecho en general, debe ser aplicado, de
cho internacional (v. p. 24).
, directamente por el juez, y no por el Poder Ejecutivo, en to-
s casos de juicios internos.
r lo tanto, hay que congratularse por la tarea de desmantelar la
Inmunidad del e 1926, que ha sido desarrollada progresivamente entre 1963 y
Estado
La teoría de la inmunidad restringida se aplica tanto al pr por la jurisprudencia italiana, tanto de la Corte Constitucional
extranjero en miento de conocimiento como a la ejecución forzada de los bie del Tribunal de Casación, y por la cual se les han devuelto a
materia de
ejecución
Estados extranjeros: debe admitirse esta ejecución forzada si se eces las funciones que les son propias.
forzosa ce sobre bienes que no estén destinados a una función pública, ió esta tarea la Corte Constitucional, en la sentencia N° 135
ejemplo, sobre inmuebles adquiridos a título privado por un Es -7-1963, que anuló aquella parte de la ley que excluía la.posi-
extranjero para realizar una inversión, etc.
de actuar por vía jurisdiccional contra el decreto del Ministro
ricia, por considerarla contraria al art.l13de la Constitución,
No siempre es fácil establecer si .un bien está destinado o no a un
el cual todos los actos de la Administración Pública pueden
ción pública. Un cuestión que se ha pre~entad9 ~uchas veces ante. los
narse siempre, en razón de la protección de derechos o intere-
nales internos es si pueden pedirse medidas de ejecución sobre dinero
sitado en cuentas corrientes bancarias: en ausenc;ia de un destino esp ítimos.
para la cuenta, la jurisprudencia se orienta a considerar que esa cu rvino luego el Tribunal de Casación, con dos decisiones en Se-
inejecutable, ya que, en principio, se supone que está destinada a fin onjunta(cfr.laya mencionada sentencia N° 2085de14-5-1989
fines institucionales. Cfr., por ejemplo, en la jurisprudencia italiana, entencia N° 2502 del 25-5-1989, en: RDI, 1989, p. 692 y ss.),
Sez. Un. 4-5-1989 N° 2085, en RDI, 1989, p. 416,y ss.; en otras ju s cuales la Corte consideró que no debía solicitarse autorización
dencias: Corte Constitucional alemana del 13-12-1977 en ILR, vol. itipa1 en los casos de bienes destinados a la función pública,
146 y ss.; Corte Suprema de Austria de13-4-1986, idem, vol. 77, p. 48 o que para estos bienes, el derecho internacional general-men-
nado en el arto 10, inc. 10, de la Constitución-e- prevé sin ninguna
Sobre la ejecución forzada de los bienes de Estados extranj da la inmunidad y, por ende,un acto-ministerial no puede quitar
existía una disposición legislativa acuñada en Italia. Se trata del ueconcede el art.l0 de la Constitución.
304 BENEDETTO CONFORTI EL CONTENIDO DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 305
Después de ·la toma de. posición de la Corte Constitucio ¡Ol1lanC¡a política en la época de las nacionalizaciones cuba"
1963 y del Tribunal de Casación en 1989, la ley de s años sesenta, debido a que la posición de la jurispruden-
mantenía por la parte referida a la autorización para ava eamericana fue negarse a controlar la legitimidad interna-
bre bienes de carácter privado, que el Ministro podía deo esas nacionalizaciones y, en consecuencia, a reconocer los
no inmunes, según la reciprocidad. Sin embargo, ésta era sde las sociedades norteamericanas expropiadas. Es famoso
tuación claramente ilegítima, por oponerse a derechos gae temad caso Sabbatino, resuelto por la Corte Suprema en
dos por la Constitución (en primer lugar, el-derecho a la AJIL, 1964, p. 9 yss.}, que dio lugar a una reacción del le-
ción jurisdiccional de todo acreedor .de: un-Estado extn onel fin de exceptuar a las nacionalizaciones de la aplica"
fijado en el arto 24dela Constitución)yqueno se justific doctrina del Act ol State (la Ilamada Second Hichenlooper
por lo menos,yano.sejustificaba) según el. derecho intern ¿ltt).Tambiénel1otros países la doctrina aflora esporádi-
general, Cada vez más contrario a la inmunidad absoluta. en la jurisprudencia (para el caso de Italia, cfr. por ejem-
cltovesta parte de -Ia ley ha terminado por derogarse y ha si S¡,Sez. Un., 10-11..1976 N° 4116, en RDIPP, 1978, p. 98 Y
claradainconstiruciortal,· justamentepórlos motivos que calidad, más que una doctrina impuestaporelderecho in-
indicado, •en la seritencia N° 329 de ·laCorte Constitucioh i(jrtal (imposición que de todos modos habría que negar, por
15-7-1992. De este modo se convirtieron en derecho norma é>deuna tendencia que no está difundida. en la generalidad
cierto, anacrónicas. países), esta posición es considerada como una suerte de
io. (de derecho interno) de autolimitaciónde.los Tribunales,
::. ada por la necesidad de no crearle problemas al propio Go-
el1 sus relaciones con los Gobiernos extranjeros. y es preci-
Doctrina del Además de los límites a la jurisdicción civil que hemos con e por esto que dicha tesis es condenable, ya que se resuelve
Act of State Ita de aplicación del derecho internacional por parte de los
do hasta aquí -los que, como hemos visto, se refieren excl
mente al caso en que un Estado extranjero sea llevado a juici locales.
jurisdicción del Estado territorial no encuentra ningún otro lí
materia de tratamiento a los Estados extranjeros. No tiene f
mento en el derecho internacional la doctrina del Actol State;
cual un Tribunal local no podrá negarse a aplicar una ley u otr
de soberanía extranjera, por ejemplo, una ley derivada de nor
derecho internacional privado (v. p. 15), por ser contraria al d
internacional ni tampoco por haber sido promulgada ilegítima
según los principios de su ordenamiento de origen: en otras pal tratamiento de las organizaciones internacionales
los Tribunales de un Estado, incluso en los juicios entre particu
no podrán controlar la legitimidad internacional o interna de 1 plímite a .la soberanía. territprial del Estétdo surge. de las .nor-
yes, sentencias y actos administrativos extranjeros que de un mo obre el tratamiento. de las. organizacionesinternacionales, que
otro intervengan en los juicios en cuestión. yrnenprincipalmente>alEstadoen el que tiene su sede la .orga-
La doctrina del Act al State surgió y es aceptada sobre tod ión, pero que pueden aplicarse también a problemas> surgidos
los países del common law; en Estados Unidos, esta doctrina tros .Estados, .toda vez que .Ios órganos de una organización in-
306 BENEDETTO CONFORT!
EL CONTENIDO DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 307
ternacional deban operar ocasional o permanentemente en s
ecuentemente, este tipo de normas se refieren a funcionarios de
torios.
ción da lugar al ejercicio de la llamada protección diplomá ediador de la ONU entre árabes e israelíes, había sido asesina-
parte del Estado de la nacionalidad (v, p. 280 Yss.). un colaborador por obra de extremistas judíos en 1948 en je-
¿Se mantiene también esa obligación de protección de! ecretario General había acusado abiertamente al gobierno is-
rio respecto de la organización a la que pertenece? Consecu aber adoptado las medidas destinadas a prevenir los dos
te, ¿la Organización puede ejercer la protección diplomátic Asamblea General deseaba saber si la ONU podía actuar in-
de que el Estado territorial no adopte las medidas para pre nte para exigir el resarcimiento de los daños, en caso de que
primir las ofensas conferidas al funcionario? otorgado protección a un funcionario. La Corte respondió
Resarcimiento En realidad, no se puede decir que en este tema exista u nte, sosteniendo además que la organización tenía derecho a
de los daños el resarcimiento de los daños infligidos a la función, sino tam-
conferidos a consuetudinaria consolidada, ya que son contados los cas
la función
fridos por el propio individuo. Con todo respeto, la tesis de la
que se ha presentado este problema. En e! estado actual
rece escasamente y mal motivada; se basa fundamentalmente en
tión, se puede afirmar que la obligación de proteger al func ad internacional de la ONU, que no era un tema que tuviera
mantiene respecto de la organización, pero que ésta sólo n este caso, y no intenta profundizar el tema de la posibilidad de
tuar contra el Estado territorial en el ámbito internacional Italógicamellte la obligación de protección que existe en las rela-
ner e! resarcimiento de los daños que se le hayan conferido los Estados extranjeros a las organizaciones internacionales, y
nización (la llamada "protección funcional"), no de los qué límites (para encontrar una crítica más detallada sobre esta
hayan infligido al individuo como tal. Normalmente, e! E r. Conforti, p. 111 Yss.).
cional que ejerce la protección diplomática de un individu
más, actúe como un órgano suyo, puede accionar por la tot
los daños sufridos, tanto los conferidos al individuo como l
hayan ocasionado a las funciones, a través de los daños a ganizaciones internacionales son inmunes a la jurisdicción Inmunidad
ra bien, es posible extender por analogía las normas sobre de las
Estado territorial. con las mismas limitaciones que losEsta- organizaciones
a los súbditos extranjeros a las organizaciones internacion njeros. La inmunidad de jurisdicción de las organizaciones a la
que circunscribiéndolas a los eventuales daños ocasionados a aplicarse en virtud de una interpretación extensiva de la jurisdicción
civil
ciones que desarrollen los individuos (esta analogía es posi bre la inmunidad de jurisdicción de los Estados, pero puede
e! individuo desarrolla una función por. cuenta del propi arse hoy en día que está prevista por una norma consuetudi-
que es equivalente al hecho de que, la ejerza por Cuenta de tónoma, y hay numerosas sentencias de distintos Estados
, I nización internacional); por e! contrario, no es posible exte a han admitido. Esta norma también está expresada (con el
Resarcimiento
de los daños lógicamente dicha norma de modo que e! Estado quede ob ramente declarativo del derecho consuetudinario) en nume-
conferidos a la te la organización a resarcir los daños ocasionados al indi rrnas convencionales (por ejemplo, e! arto 105, párr. 1, de la
persona del
funcionario este sentido, la sumisión sobre la que se basa la protección la ONU, o e! arto 28 de! citado Tratado de 1965 sobre Fu-
tica normal, ciertamente no puede considerarse equivalente los Poderes Ejecutivos de las Comunidades Europeas).
ción laboral que existe dentro de una organización internac
munidad de jurisdicción de las organizaciones internacionales
La Corte Internacionalde Justicia se ocupó de esteproblema, a proclamada muchas veces por los tribunales internos, incluso los
Caso
Bernadotte la Asamblea Generalde la ONU, en una famosísima opinión del 1 s, respecto de las controversias laborales entre la organización y
a propósito del caso Bemadotte (Cl], Recueil, 1949, p. 174 Y ss.). sana!. Sobre este punto valgan las consideraciones desarrolladas
310
BENEDEITO CONFORTI EL CONTENIDO DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 311
masa, el trato cruel y degradante a prisioneros políticos y eptúa el tema de tratamiento de los extranjeros (v. p. 269
les comunes, y otras por el estilo. Todos los Estados conc sea el derecho internacional económico la rama del de-
afirmar que estas prácticas son contrarias al derecho inte acional en la cual se verifique menos la formación de
general, más aún, al ius cogens internacional (v. p. 249). suetudinarias. Se trata de un aspecto regulado princi- Cooperación
para el
ha pronunciado en este sentido, aunque sólo sea incidenta normas convencionales. En lo que respecta específi- desarrollo
Corte Internacional de Justicia (en su sentencia del 5-2-1 s relaciones entre países industrializados y países en
caso de la Barcelona Traction, Light and Power Co., Lt s cierto que la Asamblea General de las Naciones Uni-
Recueil, 1970, p. 32), y, además, existe una práctica sign TAD (v. p. 190) u otros órganos tanto de la ONUco-
a?~ndante de las Naciones Unidas. Por 10 tanto, no queda s organizaciones internacionales de carácter universal
bilidati más que acordar con estas afirmaciones. ado esporádicamente una serie de principios, como los
en la Declaración sobre el Nuevo Orden Económico In-
En 10 que se refiere a la práctica de las Naciones Unidas, cfr. 1, en la Carta de los Derechos y Deberes Económicos de
p. 147 Y ss. Y p. 231 Y ss. y en la Declaración sobre el Fortalecimiento del Creci-
Obviamente, no se debe confundir la obligación que tiene e nómico de los Países en Desarrollo, que son todos ellos
respetar los derechos humanos con el poder que tienen todos s de la Asamblea General (v. p. 79). También es cierto
para castigar a los individuos que hayan cometido gross violati laración sobre el Derecho al Desarrollo,igualmente
chos derechos humanos, ya sea que formen o no parte de órgano la Asamblea General de la ONU (v. p. 79) considera
(v. p. 270).
echo es un tipo especial de derecho del hombre, referido
uellos individuos que componen el pueblo de un país
Entre las normas consuetudinarias sobre derechos huma llado. Pero también es cierto que -a excepción de las
se corresponden con las normas convencionales establecid examinadas sobre relaciones entre el Estado territorial y
dos Pactos de las Naciones Unidas sobre Derechos Civiles y ros y del principio muy general que prohíbe al Estado
y sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales (art; 'ones que puedan producir una crisis en laeconomía de
bién debe incluirse el principio de la autodeterminación d 1cual ya hablamos en su momento (v.p. 249)-la pro-
blos (v. p. 38). Por imponerle el deber de retirarse a todo derecho al desarrollo no se ha traducido en normas
g?~ierne una comunidad territorial que no sea la propia, d inarias que generen derechos y obligaciones concretos
CIpIO representa la limitación máxima, más aún, constituy tados. En definitiva, todos estos documentos enuncian
decirlo, la negación de la soberanía territorial. de carácter programático, que describen el modo en que
lamentarse convencionalmente las relaciones económicas
países en desarrollo y los países industrializados. Justa-
bre la base de estos principios se apoya toda una serie de
Derecho
Existen numerosísimos límites a la soberanía territorial ilaterales y multilaterales orientados a brindar coopera-
internadonal
económico do en aquella rama del derecho internacional denominada e el desarrollo aunque aún no resulten suficientemente
internacional económico", cuyo aspecto más interesante e s, los que han venido planteando límites a la libertad de
mativa de las relaciones entre países industrializados y país o de reglamentar sus relaciones económicas recíprocas del
sarroIlo. lo crean más conveniente.
316
BENEDETTO CONFORTI
EL CONTENIDO DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 317
Acuerdos
sobre materias Al respecto, recordemos: los acuerdos sobre materias prim
primas S, que en materia económica, el pod~r d~ gobierno del
plo, los acuerdos de 1982 sobre el yute, de 1976 y 1983 sobr
1977 y de 1984 sobre el azúcar, de 1986 sobre cereales) que ti cuentra límites de derecho consuetudinario fuera de los
bilizar el precio del producto, por breves períodos de tiempo y n al tratamiento de los extranjeros o de los Estados ex-
versos mecanismos (algunos muy simples, como la consulta ent efecto, la doctrina hizo varios intentos de individuali-
y otros más sofisticados, como la restricción o el control del itesde carácter general, fuera de las normas sobre el
exportaciones, la formación de stocksreguladores, erc.), de m los intereses extranjeros. Los más interesantes de es-
precio estable sea tanto remunerativo para los países productQ n los que se refieren a las sanciones aplicadas en vir- Legislación
neral son países en desarrollo, cuanto justo para los países consu slación antitrust (por ejemplo, sanciones contra las e~- antitrust y
Sistema de legislación
preferenel., convenciones comerciales basadas en el principio de! tratamien celebren acuerdos para establecer una competencia sobre comercio
cial a los países en desarrollo, por e! cuallasconcesiones tarifari la legislación referida al· comercio internacional (~or internacional
quier otro tipo que se otorguen a estos países no quedan sujeta
medidas de boicot, o sea, medidas coercitivas para im-
dad conel Estado desarrollado que las concede ni se extienden
ortaciones o las importaciones hacia o desde determina-
a través de la cláusula de la nación más favorecida (por el ca
cláusula, que implica que todos los Estados firmantes del acuer De este modo (y repitiendo las fórmulas de algunas sen-
está contenida tienen la obligación de extender sucesivamente a t ribunales internos), se ha afirmado que el Estado no
más Partes e! eventual tratamiento más favorable que le conce rir en los intereses económicos esenciales de Estados ex-
ellas o a terceros. Estados, es la regla de las relaciones comerci uzzatto), o que dichos intereses deben ser "ponderados"
países de igual desarrollo económico relativo, que, además, que os, si se considera que merecen más protección que los
da en e! GATT: v, p. 128); los acuerdos que prevén conceder a ci~nales (Meessen), o que cada Estado debe ejercitar su
nica, ayuda, financiamiento, etc., a países en desarrollo. Ade eren materia económica dentro de 1Imites , · " razona bl" es
otros sectores en los que hasta hoy no se ha logrado consolidar ; Se" ha dicho todo esto: como reacción contra la preterí-
vencionales, o bien se ha logrado sólo en una mínima parte, per ados Unidos (manifestada en su legislación antitrust y en
por el contrario, abundan iniciativas, proyectos de regulacione el comercio proveniente de países enemigos) de imponer
nales y actos no vinculantes de orgimizaciones internacionales,
Transferenda es a las empresas de todo el mundo, utilizando, obviamen-
de tecnología. te de las Naciones Unidas. Nos referimos, por ejemplo, a las in
za de bloquear sus bienes e intereses en territorio esta-
Actividad de dientes a facilitar la transferencia de tecnología (licencias,
las sociedades experiencia técnica de cualquier tipo) de las empresas de los paíse . Por cierto, semejante pretensión -que en algunos casos,
multinadonales mente en el caso del embargo aplicado en razón de la
lizados a las de los países en desarrollo. No es e! mismo caso e! d
tivas para establecer "códigos de conducta" para las actividades 'n del gasoducto siberianoentrdaURSS y Europa (198~
presas multinacionales. después de las protestas de la CE y de o~ros E.st~dos OCCI-
es condenable por ser un fenómeno de imperialismo; por
n lo jurídico; pero en este oaso.rdicha condena puede e~
Además de lo que ya hemos dicho en otras partes de es
bre la base de (y, por lo tanto, se justifica sólo en la rnedi-
incluso dejando de lado los acuerdos de cooperación para e
dicha pretensión'contraría)' normas consuetudinarias: que,
lIo, la libertad de los Estados en materia económica está lim
s, prohíben ejercitar la autoridad estatal sobre los.extran-
numerosísimos acuerdos comerciales, aduaneros, de inte
las respectivas economías, etc., sobre los cuales no hace f do no existe un contacto adecuado con la comunidad te-
. En cambio, ninguna de las expresiones que hemos mencio-
nerse. En cambio, vale la pena discutir algo que afirmába
's arriba puede considerarse' apoyada en la práctica.
318 BENEDEITO CONFORTI
EL CONTENroO DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 319
Lo que hemos dicho hasta ahora coincide con la tesis (Picone) q si existe responsabilidad (que deba tomar forma de resar-
ne que en lo referente a las medidas de! Estado en materia económ por daños causados fuera de los propios límites territoria-
recho internacional general sólo tendría (y simplemente como ten
sponsabilidad aparece en caso de la comisión de un acto
. rácter instrumental y se limitaría a imponer a los Estados obli
existe también en los casos en que la actividad nociva sea
información y consulta respecto de esas medidas. Como ejempl
obligaciones, señalemos e! acuerdo sobre cooperación en mater ente, si la responsabilidad tiene carácter absoluto o pre-
entre Estados Unidos y Australia de 1982 (en AJIL, 1982, p. 86 lpa del Estado territorial.
Memorándum de Entendimientoen esa misma materia entre Esta mas el tema de la responsabilidad del Estado en el lugar
y Canadá de 1984 (ídem, 1984, p. 659 y ss.), destinados a evita en este punto, simplemente interesa ver si el derecho inter-
en la aplicación de las respectivas legislaciones sobre protecció suetudinario impone la obligación de no realizar áctivi-
petencia. Por otra parte, el Memorándum entre EE.UU. y Cana as. Claro que, si la respuesta es positiva, la responsabili-
acuerdo internacional propiamente dicho (v. p. 100). deriva de violar esta obligación se entenderá como
idad (ya sea absoluta o al menos por culpa) por un ilícito;
sta es negativa, quedará por establecer si puede configu-
nsabilidad a partir de actos lícitos.
En este punto, merece al menos una mención una clase de a cipio, el problema que estamos considerando surgió en el Relaciones
cada vez más afecta a las distintas ramas del ordenamiento estat de vecindad
las relaciones de vecindad, en especial, referido a la utiliza-
so, en el derecho civil y comercial, de los acuerdos sobre dere s ríos internacionales que modifique el caudal de las aguas
uniforme, sobre propiedad industrial, literaria y artística, etc.; e hacia el Estado limítrofe y a las emisiones de gases y sus-
financiero, los acuerdos para evitar la doble imposición fiscal; e icas por actividades industriales realizadas en zonas fron-
laboral, las convenciones establec.idas por la üIT (v. p. 148); etc
to se plantea hoy con particular agudeza respecto de la Contaminación
atmosférica
ción atmosférica que se deriva de actividades ultrapeligro-
s de producir daños incluso a distancia considerable: por
actividad- de las centrales atómicas (pensemos en el inci-
Usos nocivos También es muy actual el tema de los límites a la lib hernobyl en 1986), los experimentos nucleares, las indus-
del territorio plotación (mejor dicho, de la regulación de la explotació 'cas, etc. A este tipo de actividades se refiere el principio
cursos naturales del propio territorio del Estado, en es la Declaración adoptada en Estocolmo en 1972 por la
dos a las actividades contaminantes. Es' innecesario sub a de Estados sobre Ambiente Humano, convocada. por las
libertad de explotación de los propios recursos naturale Unidas, según el cual" ... los Estados tienen el derecho so-
los contenidos más importantes de la soberanía territorial explotar sus recursos naturales de acuerdo con su política
Comenzaremos por preguntarnos si esta libertad de tienen la obligación de asegurar que las actividades rea-
encuentra límites en el derecho internacional cOl1suetudi ro de los límites de su soberanía o bajo su control no
¿Es cierto, como se sostiene comúnmente, que el Esta - s ambientales a otros Estados ... ". La Declaración de Es-
obligación deievitar que su territorio sea utilizado para c atiene, de por sí, carácter vinculante. La obligación que
. al territorio (o a las naves y aeronaves que navegan o so (¡no sin antes haber puesto el énfasis en el derecho a la ex-
alta mar) de otros Estados? Normalmente el problem de los recursos!), ¿puede decirse que corresponda al dére-
desde la óptica de la responsabilidad del Estado territoria rnacional consuetudinario?
320 BENEDETTO CONFORTI EL COl\'TENlDO DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 321
Para nosotros, es bastante riesgoso plantear limitaciones muy circunscripto, y no es posible derivar de él una obliga-\
zación del territorio a partir del derecho internacional gen requeriría de muchas más pruebas, especialmente dada la',
bablemente pueda exceptuarse el caso específico de las agu importancia que tienen hoy los fenómenos relacionados con
nes (ríos, lagos), en el cual puede considerarse prohibida inación, sobre todo a causa de la utilización de la energía
utilización que pueda perjudicar a los demás usuarios (de De hecho, y justamente en lo que respecta a la utilización
sustracción, emisión de sustancias contaminantes). En est gía atómica, los Estados se han mostrado. siempre reacios
existe una práctica internacional difundida y significativa, s ir 1u propia responsabilidad por daños, y si alguna vez han
falta alguna antigua manifestación en contrario, como la indemnizar a las víctimas (como en el caso de los daños a
ción del Procurador General Harmon, en 1895, sobre el pI res japoneses, causados en 1954 por los experimentos nu-
cho de Estados Unidos de desviar las aguas del Río Gran de Estados Unidos en las islas Marshall), al mismo tiempo
juicio de México, o como una sentencia reciente del C garon de subrayar el carácter voluntario de dicha indernni-
Estado francés del 18-4-1986 (en Revue juridique de fe Además, hay que tener en cuenta la posición de los países
ment, 1986, p. 296 Yss.) relativa a la contaminación del Rin rollo, que adhieren fuertemente al principio de la sebera-
blemente pueda decirse también que en la actualidad, el der anentesobre los recursos naturales (v. p. 264), principio
ternacional consuetudinario prevé la obligación de info tolera interferencias con el pleno aprovechamiento de los
demás Estados sobre inminente peligro de accidentes (o s . Finalmente, es necesario no confundir las obligaciones del
dentes que estén ocurriendo), de modo que puedan adopta 'a nivel internacional con las de los individuos, personas fí-
sarias medidas de prevención. Pero... jhasta aquí! Por 10 de jurídicas, oen última instancia, del mismo Estado, a nivel
tan puntos de referencia que permitan justificar la conc1usió : si una industria, pública o privada,provoca daños en el te-
los Estados están efectivamente obligados a impedir el uso de otro Estado, puede ser llamada a responder ddantede
Arbitraje su territorio. En realidad, el único caso que se puede citar es de este Estado '-siempre que se cumpla con el debido
en el caso
de la hecho siempre se cita- de este tipo de obligación es la sen y que lo permitan las reglas sobre responsabilidadcivil-e-
Fundlcíén de bitral emitida para el diferendo entre Estados Unidos y C arco del normal ejercicio de la soberanía territorial; o bien
"
Trail
1941, por la Fundición de Trail, fundición canadiense que ustria puede ser llamada a responder, siempre cumpliendo
próxima a la frontera y que, por sus emisiones de gases, h reglas procesuales y de acuerdo con las normas sobre res-
do seriamente los cultivos de campesinos estadounidens idad civil, frente a los jueces del Estado de cuyo territorio
los principios del derecho int.ernacional, y según el ordena la contaminación'.
rídico de Estados Unidos -observó la Corte- ningún Est
el derecho de usar o permitir que se use el propio territorio
anta a la tesis de que el derecho internacional general prevé la obli-
tal de provocar daños por emisiones de gases al territorio d e informar a los demás Estados en caso de accidentes o de peligro
tado o a las personas y a los bienes que allí se encuentre accidentes, cfr. Gaja, en RDI, 1986, p. 828 Y ss. Y también la sen-
RIAA, vol. III, p. 1965). La importancia de esta sentencia la Corte Distrital (Amtsgericht) de Bonn, del 29-9-1987, confirma-
una nueva dimensión si se considera que, como surge de los sentencia de la Corte Provincial (Lal1dgericht) de la misma ciudad,
del compromiso arbitral (idem, p. 1907 Y ss.), Estados Uni vol. 80, p. 377 Y ss.
nadá ya estaban de acuerdo en que correspondía efectuar u distinguir entre responsabilidad internacional y responsabilidad in-
miento, al menos por un cierto tiempo. De todos modos, s es ilustrativo el caso resuelto por la Corte Distrital de Rotterdam
322 BENEDETTO CONFORTI
EL CONTENIDO DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 323
(sentencia del 1~c12-1983, en NYIL, 1984, p. 471 Y ss.) Y despu
Corte de Apelación de La Haya (sentencia del 10-9-1986, idem, 19 entes nucleares (que el Estado al que se reclama decide si es-
y ss.), La Corte Distrital entendió que la responsabilidad de u iciones de prestar o no).
fr~ncesa en la contaminación del Rin -contaminación que prove os mencionar además las convenciones sobre responsabili-
rritorio francés- existía tanto en virtud del derecho holandés co
ontaminación (v. p. 475) que, por lo dernász'no se ocupan
rech.o internacional; por el contrario, la Corte. de Apelación co
onsabilidad internacional de los Estados, sino que se limi-
pertmente la referencia al derecho internacional, afirmando la exi
onera los Estados contratantes la obligación de disponer
responsabilidad únicamente sobre la base del derecho holandés.
cuado sistema de responsabilidad civil a nivel de su legisla-
Cooperación
contra la
. ,Sin em~argo, y siempre dentro del tema que nos Ocupa,
contaminación cron eambiá en lo que respecta al derecho internacional e
na l. En los últimos años se han ido multiplicando los acue
1'0 bilaterales como multilaterales en materia de cooperaci
la contaminación. Rara vez estos acuerdos establecen es 1 derecho internacional del mar. La libertad de los mares.
mente la prohibición de realizar determinadas actividades de los estados ribereños sobre los mares adyacentes a sus
nantes (un eíemplo de este tipo de acuerdos es la Conve
Bonn del 3-12-1976, sobre Protección del Rin contra la Co
ción, que prevé, entre otras cosas, dos listas de sustancias
d~ contaminar las aguas del río y que impone la obligació aquí hemos descrito lasriormas sobre soberanía territorial
mmal' la contaminación por las sustancias de la primera 1 mitaciones.¡. respecto de la tierra firme. Ahora debemos
reducir la que se deriva de las sustancias de1a segunda li ral' las normas (sobre todo, las normas consuetudinarias)
general, estos acuerdos se limitan a establecer obligaciones itan el poder de gobierno de los Estados en los espacios rna-
peración (en especial, en forma preventiva), de informaei ablaremosdespués de las normas sobre los espacios aéreo
consulta entre las Partes contratantes. Cfr. por eíemp o.
marco de la Comisión Económica de las Naciones Unidas ámbito del derecho internacional del mar existen, como ya Codificación
del derecho
ropa (v. p. 191), la Convención de 1979 sobre Contaminac .p. 72), cuatro convenciones de codificación adoptadas en internacional
mosfé.rica a Distancia, que prevé una obligación genérica de en 1958. Sin embargo, cada una de ellas ha sido ratificada marítimo
cambIO. de información, consulta, investigación y contro pequeño número de Estados: la Convención sobre Mar Terri-
combatIr la contaminación (art. 3) Y una obligación espe Zona' Contigua, la Convención sobre Alta Mar, la Conven-
consulta entre las Partes contratantes interesadas cuand bre Pesca y Conservación de los Recursos Vivos de la Alta
". " " " "
mas Partes se vean períudicadas o gravemente amenazada Convención sobre Plataforma Continental. Dejandórde lado
contaminación atmosférica que provenga del territorio de o ntade si todas lasnorrhas contenidas en estas convenciones
(art: 5); ene! marco de la OIEA (v. p. 208), las dos Conve ndenefectivamente al derecho internacional general, y de-
del 26-9-1986 que tratan, respectivamente, sobre la inmedia e lado el irrelevante número de Estados que las han ratifica-
ficación de los accidentes nucleares (con obligación de infor e puede omitir el hecho 'de que entre 1974 y 1982 se desarro-
y consulta a través de la misma OIEA) y sobre la asistencia e hueva Conferencia de las Naciones Unidas (la tercera) para
codificar el derecho del mar; que de estaConfeténciasurgió
324 BENEDEITO CONFORT! EL CONTENIDO DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 325
una nueva y única Convención (compuesta de 320 artículos ión y explotación económica de la zona, tal como la produc-
anexos) firmada en Montego Bay el 10-12-1982, Y que, h ergía derivada del agua, de las corrientes y de los vientos.
depositado el décimo sexto instrumento de ratificación nto a la plataforma continental, la Ley 23.968 determina
Convención de Montego Bay, entró en vigor en noviembre adoejerce "soberanía" y no meramente "derechos sóbera-
A pesar de que persisten divergencias respecto de la seccié la exploración y explotación de recursos vivos y no vivos"
a fondos oceánicos (especialmente por parte de Estados expresa en el texto de la Convención de Montego Bay. La
América), la gran mayoría de las normas contenidas en las a continental comprende el lecho y subsuelo de las áreas
tes de la Convención han sido aceptadas en la práctica por as que se extienden más allá de su mar territorial ya tOdo
gobiernos.] Por ende, el estado actual del derecho del mar e la prolongación natural de su territorio hasta el borde ex-
dinario sólo puede reseñarse a través de un esfuerzo de sínt 1margen continental, o bien hasta una distancia de 200 mi-
viejas y nuevas posiciones. [Argentina, si bien firmó la Co . as medidas a partir de las líneas de base desde donde se
de Montego Bay, aún a mediados de 1994 no la había ratifi nchura del mar territorial,en los .casos en que el borde ex-
embargo, la Ley 23.968, publicada en el Boletín Oficial llega a dicha distancia;
ciembre de 1991, incorpora las reglas básicas para las distin establece asimismo que, en los espacios marítimos sobre los
marítimas sobre las que el Estado argentino ejerce su jurisdi isla, el Estado
. conserva el derecho exclusivo de construir,
plena conformidad con la Convención de Montego Bay. y reglamentar la construcción, el funcionamiento y la utili-
Por la Ley 23.968 se establece un mar territorial de 12 todo tipo de instalaciones y estructuras, ejerciendo sobre
didas desde las líneas de base rectas o normales definidas e as su jurisdicción exclusiva, inclusive en materia de leyes y
ma ley. El artículo 3° expresa que la Nación Argentina po tos fiscales, aduaneros, sanitarios y de inmigración.
soberanía plena sobre las aguas, lecho y subsuelo y espaci 23.968, si bien confirma respecto de las bahías históricas
reconoce el derecho de paso inocente a los buques de ter vigencia del Decreto-Ley 17.094 de 1966, modifica sustan-
dos de conformidad con el derecho internacional y las le su contenido.
mentos que la Argentina dicte en su condición de Estado ri reto-Ley 17.094 establecía la soberanía argentina sobre el
Esta ley extiende la zona contigua a 24 millas, medida cente a su territorio hasta una distancia de 200 millas rnari-
líneas de base rectas o normales desde donde. se mide la a rvando en dicha zona la libertad de navegación y sobrevue-
mar territorial. El Estado podrá en esta zona prevenir y san el' Ejecutivo se reserva el derecho de reglamentarIas for-
infracciones a sus leyes y reglamentos en materia fiscal, ndidones .en que podrán desarrollarse .las actividades de
aduanera y de inmigración que se cometan en su territo . / n yexpldtación de losrééursos naturales del mar por par-
mar territorial. ques extranjeros, dentro de esta zona de 200 millas (ver
Se establece por el artículo 5° una zona económica exclu N° 5106 publicado en el Boletín Oficial elA de enero de
extiende más allá del mar territorial y hasta una distancia de pesca N°17.500 de1.25 de octubre de 1967; Decreto
llas marinas medidas desde las líneas que definen el límite i /67 del 22 de noviembre de 1967; Ley 20.136 del 15 de.fe-
mar territorial. El Estado ejerce derechos soberanos para 1 1973; Ley2L514 yLey 22.018 del 28'de junio de 1979).
ción y explotación, conservación y administración de los eto_Leynodefine esta zona como. mar territorial, a pesar
rurales, tanto vivos como no vivos, de las agllas supraya egislación posterior hace reiteradas referencias al "mar te-
cho del mar, y con respecto a otras actividades con m establecido por aquel Decreto-Ley. Así,por ejemplo, el Có-
EL CONTENIDO DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 327
326 BENEDETTO CONFORTl
sobre el mar territorial. Al respecto, el arto 1 de la Convenci óndeGinebra de 1958, cuyo arto 24 establece: "En una zo-
nebra establece: "La soberanía del Estado se extiende m' mar contigua a su mar territorial, el Estado ribereño pue-
. . d ' as el control l1ecesario con vistas a: a) prevenir la violación
terntono y ~sus aguas internas, a una zona de mar adyac
costas denominada mar territorial". ias leyes de policía adual1era, fiscal, sanitaria o· de inmi-
b) reprimir la violación de esas mismas leyes, haya sido
, Al admitir la existencia del mar territorial a la luz del derec en su territorio o en su mar territoriaL ..". El mismo arto 24
cional consuetudinario,
. estamos abandonando
. una p OSIClOn
" , q 12 millas marinas la. extensión máxima de la zona conti-
mosencar~Izada~ente en varios estudios anteriores, comenzand o a que dicha extensión es la que hoy se le reconoce al
bro JI regm:e gltl.rí~~co dei marí, Nápoles, 1957, cap. V. S rial, a la luz del arto 24 debe entenderse que la zona conti-
e~tonces la ImpOSIbIlIdad de equiparar el mar territorial al t 'do absorbida por el mar territorial. Sin embargo, el arto 33
d Iii ., b er
CIen o ; I~caple, so re todo, en la falta de acuerdo entre los Esta rtvención de Montego Bay... restablece las distancias ante-
to del Ir,mlte externo del mar territorial (la misma Convención
lleva la zona contigua hasta las 24 millas. Pero, ¿cuál es la
no ~ontlene ~eg!a alguna al respeCto), que ciertos Estados desea
efectiva, desde el punto de vista del derecho internacional
tuviera restringido a 3 millas desde la costa; otros, extendido a
15... ¡hasta llegar a las 200 millas marinas! Nos parecía realme
bl~ o al menos extremadamente contradictorio describir un terri e hemos sostenido y continuamos sosteniendo que, según Vigilancia
aduanera
rmtes, Y sosteníamos entonces que en los mares adyacentes internacional consuetudinario, en materia de vigilancia
costas el Estado ejercía un poder que no estaba limitad p ~ el poder del Estado ribereño encuentra un límite funcional
'1 f ' o es acta
so o unclOnalmente y que, por lo tanto, podía ejercerlo en e cial: el Estado puede hacer todo lo que es necesario (y sólo
en el luga~ donde ,tuviera que garantizar el desarrollo pacífico d necesario) para prevenir y reprimir el contrabando en las
las comumdades ribereñas. yacentes a sus costas. La distancia desde la costa al lugar
El motivo de nuest~o cambio de posición es, precisamente, realiza la represión del ilícito es escasamente significativa:
T nos llevaba a defenderla en su momento'. uno de 1os resu lta
que ede ser superior a las 12 o 24 millas, mientras que no se
erce:a Confer~ncia sobre Derecho del Mar, presente ya en los
a distancia tal que diluya toda noción posible de adyacen-
las primeras sesiones, fue la aceptación general del límite de las
ra el mar territorial. ue se necesita es que subsista algún contacto entre la nave y
que puede ser: el trasbordo de mercaderías de contrabando
Límite exterior e a embarcaciones locales; que la carga esté destinada a ser
del mar Sobre la base de un principio que debe considerarse co
territorial y que está contenido incluso en la Convención de M rcada en el territorio' del Estado ribereño o se dirija a él; o
la particular "peligrosidad social" de la mercadería (como es
(a~t. 3), el, mar territorial puede extenderse hasta un má
millas marinas desde la costa. las drogas), etc; Enrealidad, la práctica de todos los tiem-
tra una clara tendencia a no tener en cuenta las distancias
nterés en la represión del contrabando; mejor dicho, esta
ráctica .internacional revela la tendencia a reglamentar las
S~gún ~na doc~rina surgida en el período de entreguerras
Zona contigua s en función de este interés.
do ribereño tendna el derecho de ejercer poder de vigilanc'
ra en una "zona contigua" al mar territorial. Esa doctrina bio, con respecto alarepresión del tráfico: de drogas no puede ci-
tada ---:y extendida a la vigilancia sanitaria y de inmigración atto 17 de la Convención de Viena del 19-12-1988 (ratificada por va-
332
BENEDEITO CONFORTI
EL CONTENIDO DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 333
rios Estados, entre los que se encuentra Italia [y Argentina]) sobre
del Tráfico Ilícito de Drogas y Sustancias Psicotrópicas. Es cien las de soberanía. Por Io tanto,mas ~ qeu una . . ~ del. CÓ-
. modificación e
arto 17 subordina al previo consentimiento del Estado de la ban e hace Ia Ley 2"..J. 968 es redefinir los
. ~ espacios de aplicación, p ro
CJ,ue la visita o captura de naves que ejerzan dicho tráfico, pero, uro de una zona de idéntica extensión.]
párr. 11 se dejan expresamente a salvo los derechos y obligacione
tados ribereños, esta disposición debe considerarse aplicable sola ~¡. ~:. ::-
La importancia de determinar las líneas de base no consist ia adoptó ~I sistema de las líneas de base rectas a lo largo de Límite
interno del
utilidad para delimitar el mar territorial sino las zonas cuyos las costas peninsulares y de las islas mayores con el Decreto mar territorial
esidente de la República N° 816 del 26-4-1977, enGU N° 305
336
BENEDEITO CONFORTI
EL CONTENIDO DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 337
del 9-11-1977. [Argentina adoptó en la Ley N° 23.9G8 de
sistema de líneas de base rectas para su frente marÍtimo,inc e cualquier Estado, ya sea para atravesarlo como para entrar
las islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sud, y reservan uas interiores de dicho Estado o para salir de ellas (art. 14,
neas de base d~l Sector Antártico Argentino para una poste 2). El arto 14, párr: 4, dice que el paso es inocente "si no
nición, Las línelas de base rectas adoptadas siguen los pará la paz, el buen orden o la seguridad del Estado ribereño".
" bl \ ieh, si el paso no es inocente, entonces el Estado ribereño
cntenos esta eddos por la Convención de Montego Bay. (
ces de las líneas de base rectas en "Cheog Yang Fisheries C ornar todas las medidas necesarias para impedirlo (art. 16).
otros el Prefectura\Naval Argentina", Corte Suprema de la mas sobre paso inocente rigen para todo tipo de naves y, por
sentencia del 6 de aBril de 1993 ).] iente, se aplican también a las naves de guerra, con la salve-
que para hacer uso de este derecho al paso inocente, los.sub-
s extranjeros tienen la obligación de navegar en superficie.
egunda limitación se refiere al ejercicio de la jurisdicción pe- Jurisdicción
Poderes del
Estado Con respecto a los poderes que se reserva el Estado ribere 1 Estado ribereño sobre naves extranjeras. Puede considerarse penal sobre
naves
ribereño en el mar territorial, podemos afirmar que, en términos generales, te límite aún hoyes respetado en la práctica (no sólo en la extranjeras
mar territorial
mismos poderes que ejerce en el ámbito del territorio, obv' a europea, sino también en la anglosajona, aunque sea más
con las mismas limitaciones de la soberanía territorial que co otivos de cortesía que jurídicos). No puede ejercerse jurisdic-
mas en su momento. Y decimos "en términos generales", por penal en relación con actos internos de la nave extranjera, es
de las limitaciones del poder de gobierno del Estado ribereñ , actos que no tengan repercusión externa alguna ó que, en
el mar territorial son características del régimen del mar terr palabras, no sean capaces de perturbar el normal desarrollo de
sirven para distinguirlo del régimen de las aguas interiores. a de la comunidad territorial del Estado ribereño.
este punto, la Convención de Ginebra sobre Mar Territorial
Incluso esto sólo es válido hasta cierto punto, ya que, como ve taun poco del derecho internacional cdrtsuetudinario; Dado
seguida, la limitación al ejercicio de la jurisdicción penal del Estad e hecho, el arto 19 de laConverttiónselimita a prescribir que
sobre naves extranjeras se aplica también a las naves en puerto. do ribereño "no deberÍa"ejercer jurisdicción sobre actos in-
parece dejar al arbitrio del Estado ·la decisión deejercet ono
Derecho
de paso La primera limitación es el llamado derecho al paso ino±: piopoder punitivo: Sin' embargo, el ptoyectoptesentaddpór
inofensivo paso inQcente de las naves extranjeras, que es el último resa misión de Derecho Internacional en la Conferenáa de Ginebra'
por eso menos importante-,- de una época. en que se consid a en este punto el derecho internacional consuetudinario, pero
diferencia de lo que se entiende hoy en día, que en las agu a adopcioh, profundamente discutida por cierto, de una en-
centes el principio general era la libertad de los mares y que a propuesta por la delegación de Estados Unidos,la expre-
chos de los Estados ribereños, por el contrario, eran excepcio condicional "no debería" pasó al texto definitivo' de la Con-
Los arts: 14 al 17 de la Convención de Ginebra se ocupan
recho al paso inocente. Luego de establecer que toda nave extr
tiene la obligación de cumplir las leyes y reglamentos del Es lo que concierne al ejercicio de la. jurisdicción penal, la jurisprudencia
bereño, en especial los relativos a la navegación (art. 17), se na se atiene ala distinción entre actos externos y actos internos: cfr.
el derecho de las naves extranjeras al paso inocente por el mar ncia del Tribunal de Casación del 30-10-1969 enMassimariodella
s.pena/e, 1971, p.161 Y ss, (también Senr. del .Trib. de Cas.: deI29-2~
338
BENEDEITO CONFORTI EL CONTENIDO DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 339
1951,28-10-1953 Y 15 41955 ' d as uminio y pequeñas cantidades de níquel, cobre y cobalto, así como
del 30-10-1985 en PI ;9~6 JI' cl ibidem); cfr. Sent. del Trib.
o , , : ' " va.lta1 y ss. equeñísimas cantidades de otros varios elementos.
Esta dlstmcIOn también se aplica a las naves en uerto
es más difícil pensar en revueltas que t P , ' aunque en
rrera por acaparar recursos marinos determinó la tendencia
válido, sin embargo, para el caso d:olaen~an rePoercusIO~es, e~tern
miembros de la tripulación) Pa 1 o o s mdfrac~¡~ne~ d¡sc¡plmari tados con litoral a extender su control más allá de su propio
S dIo' . ra a junspn¡ encra italiana efr itorial, e incluso más allá de las aguas adyacentes a sus cos-
ent, e Tnb. de Nápoles del 7-2-1974 I YOl , . por
1 o odi o ,en t. n, 1975 p 268 Y o ya se ha señalado (v. p. 328), esta tendencia ha determi-
ga a jurrs iccióri local sobre el delito d t ia d "o ss.
, e enencJa e estupefac¡ent ceptación general de la doctrina de la plataforma continen-
ve e;t~:nJera e~ puerto italiano; Trib. Trieste 3-5-1988 RDIPP 1;~;
ss., n . Venecia 21-6-1989 RDI 1990 168 " ás recientemente, la institución de la llamada "zona
del 26-1-1990, N° 11, RDIPP 1990 ,p. y ss., y Tnb, de Caso ica exclusiva": puede decirse que tanto la primera (que fuera
clusión respecto a la tenencia 'de ar~~' ~~s~~y ss., que lIe~a~ a la mi da por primera vez en 1945, en una Declaración de! Presi-
parte de la tripulación del buque. adas a la policía de a b orteamericano Truman) como la segunda (de origen más re-
ya que fue aceptada por la Tercera Conferencia sobre Dere-
Mar, iniciada. en 1973) se encuentran avaladas por el
internacional consuetudinario.
a delimita
,
ción deHímite terrestre, sobre todo por motivos de oportu r porque emama, . ' de Gihebra
te contratante de la Convención l , se opuso a que se utili-
está avalado por la costumbre y, por lo tanto, no puede im
urlEstado que no 'sea parte de la Convención de Ginebr e criterio.I' ' , la delimitación fron t a I, el criterio de la equidis-
o , , ,
... yen la
consecuencia de que,en ese caso, la delimitación sólo podrá uso en re aciori con , . d ejemplo, si uno de .los delimitación
d dar lugar a efectos distorsiona os, por _ de
entre Estados
por' acuerdo entre los Esta.dos interesados, el cual, según la pue e , bre una isla o un pequenogrupo
enfrentados
enfrentados posee soberanía s() ' d l otro Un caso de este tipo
deberá inspirarse en el principio dda equidad. También la ' dades de las costas e " .
o , '
uadas en las proxlml <. " 1 '1 '(en la Sentencia del 30-6-
ción de Mbiltego Bay(art. 83) se remite expresamente al crit I C t A bitral Franco- ng esa , ,
cidido por a or e ~97 r Y ss) encarga da de delimitar la plataforma
acuerdo entre los Estados interesados y ala equidad, Y, aun 979
, en lLM, 1 , p. J • , d I Canal de la Mancha donde
motivos particulares inherentes al caso la. sentencia de 1969, n I d aíses en ese sector e ,
nental entre os os P, , I 1 l Normandas) se encuentran pro-
sidereesté plmto,se debe entender que, hasta que se celebre el . d b 'a británica (as s as , lcu-
s Islas e so erarn
f La Corte trazo'1 a Iíriea de equidistancia, ca cu-
do de, delimitación, en sus relaciones con los Estados vecinos a las costas rancesas. 1I N andas sino de las costas
' d I tas de las s as orm ,
Estado puedepreterider el uso exclusivo de las plataformas o . a no a partir e as cos. , I . I sólo una pequeña porción de
madre patria; la Corte atnbuyo a as IS as
forma.
344 BENEDEITO CONFORTI EL CONTENIDO DE LAS NORMAS INTERNAcrONALES 345
En ulteriores decisiones (por ejemplo, en la sentencia ciaron a favor .de esta zona en el marco de la Tercera Con-
delimitación de la plataforma continental entre Túnez y s obre Derecho del Mar; además, numerosos países (entre los
24-2-1982, en CIJ, Recueil, 1982, p. 18 Yss.; en la sentenci figura Italia) han procedido a instituirla por ley, íntegra-
plataforma (y sobre la zona de pesca) entre Estados Unidos lo con respecto al control de los recursos ictícolas, sin en-
en el Golfo de Maine, del 12-10-1984, idem, 1984, p. 246 osición. [Argentina legisló sobre su zona económica exclu-
sentencia de delimitación de la plataforma continental enr Ley N° 23.968 de 1991. Con anterioridad a la sanción de
Malt~, del 3-6-1985, ibid, 1985, p. 13 y ss.), la Corte Il1te s jueces argentinos aplicaban las leyeS nacionales de pesca
de Justicia confirmó la tesis según la cual la delimitación oscientasmillas (Decreto-Ley Ni ·17.094/67) entendiendo
f~rma continental debe realizarse por acuerdo entre las part ,ti jurisdicción sobre la zona.ecqitórnica exclusiva, aceptan-
dicho acuerdo debe inspirarse en el principio de equidad. forma la distencia de una norma consuetudinaria general
hemos negado ~odo carácter vinculante al criterio de la equi para el Eltado argentino (v. sentencia de primera Instan"
no podemos dejar de estar de acuerdo en el primer punto. P aso Cheog.Yang Fisheries Ca. Ltd, y otro e/Prefectura Na..
Irrelevancia
del recurso
sentido tiene subordinar dicho acuerdo al principio de la do Nac.jde Primera Irist..en lo Contencioso Administrativo
a la equidad Prácticamente ninguno. Una vez que se celebra un acuerdo Por ello podemos-decin que hoy en día nos encontramos
tación, éste sigue siendo válido, sean o no equitativos los cri 'nstitución de derecho consuetudinario. La Convención de
se h~ya:n aplicado; a menos que se cOnsidere que en este cas Bay se ocupa de ella en losart. 55 y ss.
dad opera como una norma de ius cogens (v. p. 246), opini económica puede extenderse hasta las 200 millas marinas Límite
duda nos parece que debemos dejar de lado. Y es difícil ima s desde la línea de base del mar territorial y corre, por los exterior
de la zona
los Estados ya estén obligados a llegar a determinada soluc ya expuestos (v. p. 333 y ss.), a lo largo de esta línea.
de cel~brar ,e! acuer.do. Ademá~, h¡ly que reconocer que, al
la'lequl~ad: y: al te~er, en cuen,ta las particularidades geogr que es tan extensa, en el caso de la zona económica exclusiva tam-
pueden incidir, en dl1itmta medIda en la delimitación, la CA me gran importancia la delimitación entre Estados enfrentados o ad-
po~ indicar una serie. de criteriqs prácticos (tales como la. que, como en el caso de la plataforma continental, queda sujeta al
nalrdad entre la extensiórt de plataforma atribuida a cada. tre ambos Estados (cfr.. e1 art, ·74 de. la CQnvención.deMontego
Estados y la extensión de sus respectivas costas; la e1imin idéntico al citado arto 83 sobre la plataforma),
di~torsión provocada por la presencia de islas pertenecien
otro Estado; ladivisiónel1 partes iguales de las zortas de oder puede ejercer. e! Estado en la zona econémicaéxdlusi! Poderes
que se superponen; 'etc;)'quepueaen Ser tenidos en cuenta ientación prevaleciente en la TerceraConferencia,'quecon~ del Estado
ribereño
cho (¡lunquenó obligatoriamente) por aquel -árbitro apoyo especial de los países en desarrollo y que ,informa esa en la zona
dor- que deba realizar la delimitación'
;,-¡' ;; • órt interna ala que hacíamos referencia más arriba,. es-atri-
¡Estado ribereño; el control exclusivo sobre todos los recure
ómicos i de .la zona; tanto biológicos como sminerales; provéií-
Zona uelo, del subsuelo .0 de las -aguas supnayacentes.Estepoder
económica En los últimos años, a este derecho del Estado ribereñ se le .reconoceal Estado ribereño incluso en lo i referente, a
exclusiva plataforma continental se le ha ido superponiendo el que sos de mayor importanclaviesrdecirc-la pesca: como-estable-
cer en el ámbito de la zona económica exclusiva. Todos los art. 61y 61 de la' Convención. de Montego Bay, que. éoincil
346 BENEDETTO CONFORT!
EL CONTENIDO DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 347
den con las leyes' internas que se han promulgado hasta el
le compete al Estado ribereño fijar la cantidad máxima exp s casos en los que sea necesario decidir sacrificar los inte-
recursos ícticos; determinar su propia capacidad de explot uno o de los otros: por ejemplo, decidir si en un área que
se: la de sus nacionales) y, sólo si esta capacidad está por e una ruta usual de las naves debe primal' el interés del Es-
máximo explotable, permitidepescar a los extranjeros,' sob ño de establecer pozos petroleros o el del resto de los Es-
de acuerdos celebrados con los Estados desu nacionalidad. ue el área quede libre). Por otro, tambiénhay quien con-
trata de los países en desarrollo,que el poder del Estado
Vale la pena destacar que la Tercera Convención de Gi y, po~ lo tanto, su soberanía) es la regla y la "libertad" de
1958 sobre Derecho del Mar estaba dedicada a la pesca fuera s la excepción.
mitesdelmar ttencieoniai, pero que resta: Convención tuvoesc u~stra opinión, resulta difícil definir la situación de los otros Zona
económica
tados;ya que sólo fue ratificada por una treintena de Esta n la zona económica en términos de la libertad de los ma-
e • . exclusiva y
Convención no fijaba límites precisos de las zonas adyacentes ecesario reconocer que al establecerse una zona econorruca libertad
de los mares
rritoríal, dentro-de las cuales les atribuía, commucha cautel a, se .r;ompe definitivamente con la normativa tradi<;:ional de
ciones, ciertos poderes de control a los Estados ribereños. De iones entre el.Estado ribereño y los demás Estados que hacen
dad con lo que decíamos sobre las relaciones entre los ac mar. Efectivamente, esa normativa se caracterizaba por el ca-
codificación y el derecho general sobreviiüente (v. p. 76), de cepcionalque tenía la protección de los,intereses del Estado
derse que esta Tercera Convención de 1958 se ha extinguido y por la aplicación del principio de la lrber:ad de. los mares
Estados contratantes que hayan instituido o reconocido la exis del principio según el cual todo Estado podfa usar los espa-
la zona económica exclusiva. 'rítimos como mejor creyera,con el único límite. de preservar
bertad para los demás), incluso en los mares pró~imosa l~
. p. 327). En la actualidad, la situación está cambIando. ra~I-
te y todo lo que se puede decir es que en la zona econorruca
Poderes de los
¿Qué queda en el ámbito de la zona económica exclu ' alece una norma sobre otra. Por un lado, está el derecho del
Estados que no
sean el Estado otros Estados que no sean el Estado ribereño? La opinión ribereño. de explotar total, exclusiva y racionalmente los re-
ribereño blemente defendida por las potencias de tradición marítima, marinos; por el otro, se mantiene la posibilidaddelosdel11ás
ha sido rechazada por la mayor parte de los Estados, es que s de navegar, sobrevolar, tender claves submarinos, en una
buirle los recursos al Estado ribereño no debe perjudicar la a,usar la zona económica exclusiva segúnlo e:ldgen las comu-
pación de otros Estados en el resto de los usos posibles de ones y el tráfi<;:omarítimo y aéreo. No obstante, se trata de u~
Se.afirmá que todos los demás Estados continuarán gozan en que no se encuadra ni en la libertad de todos los Estados III
"libertad" de navegación, de sobrevuelo, de instalación de soberanía del Estado ribereño. Tanto los derechos del Estado
tos y de excavaciones submarinas. Sin embargo, existe una ño como los del resto de los Estados tienen carácter funcional,
diferencia en 10 que podría llamarse la jerarquía de las norma e tanto a uno como a otros se les permiten sólo aquellas activi-
cables en la zona económica. Por un lado, hay quien sostiene indispensables para la explotación de los rec~rsos y para las
viejo principio de la libertad de los mares debe seguir siendo nicaciones y el tráfico marítimo y aéreo, respectivamente.
ma primera y fundamental, aplicable como tal, en caso de
las relaciones entre el Estado ribereño y los demás Estados ( c1usive, la Convención de Montego Bay no adopta ni el principio de la
tad de los mares ni el de la soberanía del Estado como norma funda-
348 BENEDETTO CONFORTI EL CONTENIDO DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 349
mental, aplicable en caso de duda. La Convención se limita a establ impulsaron esta tendencia, obtendrán efectivamente un be-
59), sólq respecto de las lagunas de la Convención: "En los casos e sus propios actos, dado que, por el momento, no disponen
Convención no atribuya derechos o jurisdicción al Estado ribereño dios necesarios para explotar autónoma e intensivamente
Estados en la zona económica exclusiva, y surja un conflicto entre
ctivas zonas económicas. En realidad" la posición de estos
ses de! Es~ado.ribereño y los de cualquier otro Estado o Estados, e
eceestar determinada por su necesidad de al menos reali-
debería ser resuelto sobre una base de equidad y a la luz de ro
specie de "secuestro conservacionista" de los recursos de
c~nstancia.s pertülentes, teni~ndo en cuenta la importancia respect
vistan los intereses deque se trate para las partes, así como para I adyacentes a sus costas y es una reacción justificada contra
dad internacional en su conjunto". en, como el de la libertad de los mares, del cual, en definiti-
beneficiaban los Estados desarrollados.
cuando era impensable ue dí libertad de sobrevuelo...". Una norma más o menos similar está
rrol del Est d 'b - q p~ rese extenderse a 200 mill
a o n ereno, que solo se cont '1 n el arto 87 de la Convención de Montego Bay, aunque debe con-
territorial y que, en la actualidad ha rapoma a alta ma las disposiciones de la Convención relativas a la Autoridad Inter-
e importancia, por ejemplo, del Mar ~~~res ~nteros, de 1 los Fondos Marinos, de la que hablaremos a continuación.
totalmente absorbidos por las z e Ite,rra,neo, que s
Estados ribereños Ad' onas economlcas exc1u
,, . emas, creemos qu ' ipio de la libertad, en el aspecto negativo que señalába- Los recursos
sron "mar libre" ( e es equIVoco us del fondo
aunque sea c1ás'lca, ) d d riormente, asume una importancia especial en lo que res-
la libertad de los mares (d h d a o que ciertos marino
erec o e tod 1 E s recursos minerales del fondo y subsuelo del mar interna- internacional
establecer conductos y bl b ,os os sta dos a COlno
ca es su rnan )' ue, hasta donde alcanzan los conocimientos científicos
so, dentro de la zona e " nos, etc. tIenen e patrimonio
conomlca exc1 ' D bi consisten casi exclusivamente en los nódulos de manganeso común de la
bablemente ha llegad I usrva, e Ido a tod humanidad
, , o e momento de b d os sobre los fondos oceánicos. Debido a que, a diferencia
c1aslca y hablar de " , , a an onar la te
mar mternaclOnal" 1 ecursosbiológicos,estos recursos minerales son agotables, a
se corresponde con la SI'tu ' , ,1 ' que es a expresi
aCIOn rea y qti d f 1 e ese mismo principio de libertad no puede admitirse que
mos fuera del control tot 1 '1 e e me os espad
Libertad ' , a o parcIa, de un solo E d stados (leáse: ciertos Estados industrializados que dispongan
del mar
El mar mternadonal es la ' . sta o.
' unica zona en la Ii ología necesaria) se apropien de los mismos a su antojo: es-
internacional 1
e antIguo principio de la l'b d d I q u e se ap 1 e apropiación automáticamente representaría excluir a los
dos los Estados tienen igu:1 ~:::choe /s mares. dEsto signi tados del acceso a esos mismos recursos. Desde este punto
todos los b f e extraer el mar i
ene IClOS que les pueda f debe entenderse que no se aparta del derecho internacional
pesca, el tendido de cabl h 1 o recer, desde la na
, ,
1OgICOS es, asta a explot ' , d 1 inario la famosa Resolución de la Asamblea General de la
y minerales etc C _ acion e os r
' , . orno ya senalamos ( 32 °27491XXV del 17-12-1970, en cuanto declara que los re-
d e 1a lIbertad tiene rambí , v. p. 7),
len un sentido ne ' , , de los fondos marinos y oceánicos fuera de los límites de la
tado no puede utilizar 1 ' gatlvO: ImplIca
, os espacIOS rnarfn h ión nacional son "patrimonio común de la humanidad" (cfr.
rmnar toda posibilidad d '1' " Irnos asta el pu
, e UtI rzacion por d el arto 136 de la Convención de Montego Bay). Por otra
ejemplo, no puede agot parte e otros
tícolas, o acaparar tod arlO comprometer la existencia de 1 principio de patrimonio común (¡res aommunis on1nium!),
, os os recursos m' 1 d do por los países en desarrollo, ha sido aceptado en líneas
area, En defin 't' mera es e una d
1 rva, se trata de lo qu d ' 1 por todos los Estados, incluso con las diversas interpreta-
derar al mar (a todo e l ) e ecian os antiguos,
mar como res communis omnium. e enunciaremos más adelante.
rgido precisamente de esta Resolución de las Naciones Uní- Autoridad
internacional
El principio de la libertad de I del principio del patrimonio común de la humanidad- una de los fondos
os mares qued' , a que, si se aplicara, representaría una notable evolución, si
cuatro Convenciones de G' b d o sancIOnado en o marinos
me ra e 1958 1 C "
Según el art, 2 de dI'cl C ', ,a onvenCIOn sobre 1 revolución, del régimen del mar internacional. Nos referimos
, la onvenclon' "L 1
naciones y ningún Estad d ,. a a ta mar está abiert a, que se afirmó rápidamente en el. seno de 1;1 Tercera, Confe-
, , o pue e pretender 1 '(
rariía cualquier parte de él L l'b ,egl Imamente som "de constituir una organización internacional (la ll;1mada "Au:
, . alertad de la alta '
ClOnes establecidas parlo' , mar se eje d Internacional de los FondosMarinos") destinada a supervi-
del derecho internacional E s presentes artIculo' 1
' 1 s y por e resto de 1
. n especIa esa l'b d' , explotación .de los recursos del fondo y subsuelo del mar
navegación; 2) libertad de p . 3) l'b' I erta ImplIca ...: 1) 1
esca, I ertad de tender tuberías y cional. Por 10 tanto, la Autoridad Internacional debía asegu-
352
BENEDEITo CONFORTI
EL CONTENIDO DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 353
rar que dicha explotación se realizara en beneficio de lah
'C' ~ Al·' . U strializados. También se reglamentan en detalle (art. 159 y ss.) las
é amo. unque a competencIa normativa de la Autoridad la estructura de la Autoridad, cuyos órganos principales son: la
ha discutido, en cambio ''fn el seno de la Conferencia se l Consejo, la Secretaría y la Empresa. Se trata de un diseño muy
fuertes oposiciones sobre ~os aspectos operativos de este atribuye a una organización de carácter universal poderes que
me? Por un lado, los país~s en desarrollo querían reservar recedentes en organizaciones de carácter regional, como las Co-
tondad. I~ter~~cional toda actividad de exploración, exp Europeas. Cuando la Convención entre en vigor en 1994, esto
comerclahzaclOn de los recursos de los fondos marinos y n presentar problemas, aunque sólo sean de caráct~r, formal:. por
lo; por el otro, los Estados económicamente desarrollado un cierto número de Estados no ratifica la Cónvencíón y no mte-
pedmos, son ·los únicos que por ahora disponen de la te nsiguiente, la Autoridad, ¿cómo podrá ésta ejercer sus poder:s,
. cn
cesarnrpara explotar los fondos oceánicos) insistían e initiva consisten -y tienen sentido en cuanto consisten- en adju-
régimen mucho más laxo, en el cual el papel de la Autorid el suelo que subyace al mar internacional?
jera ala distribución de permisos y licencias de explotaci '
distintos Estados o empresas públicas o privadas con sed:
Sistema de
explotación a la recaudación de impuestos. Finalmente se impuso una
de c~mpromiso, que figura en la Convención de Montego
paralela nsecuencia los recursos de la zona internacional de los fon- Explotación
unilateral de
rinos han sido declarados patrimonio común de la humani-
conslsteen dividir "salomónicamente" cada área explota los recursos
partes iguales,. una asignada al Estado que hubiera ide el consenso de todos los Estados. Decíamos poco antes que, del fondo
rse de recursos agotables, sería ilegítimo que un determina- marino
área' de explotación y la otra, explotada· directamente po internacional
dad .a t~~vés de s~ órgano operativo,la Empresa, proba
o (industrializado) realizara una explotación ilimitada de
aSOClaCIon con parses: en desarrollo. Sin embargo, todavía os precisamente a la luz del principio de la libertad de los
er;, ¿qué significa esto? ¿Cuáles son los límites dentro de los
do superadas las diferencias surgidas en el seno de la Terce
r~ncia,· sobre to~o· en cuanto a la composición' de los órg de considerarse lícita una explotación unilateral? ¿O hay que
r que los recursos de los que estamos hablando sólo pueden
srsrema de voracíoaes dentro de ellos;másaún, ciertas dec
de los gobiernos de países industrializados (algunos de los se. mediante el establecimiento (y el control por parte) de la
a Autoridad Internacional? Esta es la posición asumida por
mo, por ejemplo, Estados Unidos, ni siquiera han firmad
vención)le dejan la puerta abierta a cualquier especulación blea General de la ONU, sometida a la presión de los países
'.
que se termine por revisar esa parte de la Convención que s
, de desarrollo, en la citada Res. N° 2749/XXV y, más especí-
te en la Res. N° 2574/XXX D del 15-12-1969, que declara
este temajaun estando envigar la Convención para dete , ". .
Estados. mente: " ... a la espera de que se establezca un regimen mter-
1 [caracterizado por la presencia de la Autoridad] ... los Esta-
s personas, físicas o morales, están obligados a abstenerse de
La .?onvención (art. 150 y ss. y Anexo III) reglamenta el régi ier actividad de explotación de los recursos ... " (la llamada
p!ota~lOn en paralelo (que aquí hemos descrito en términos por de ria). Se opone a esto el hecho de que los países ind~strializa Moratoria
X¡matlvos); además, se preocupa por evitar que la explotación de
Occidente incluso habiendo votado por la moratona,se ha-
sos d~ los fondos marinos comprometa la explotación de esos
gado siempre a reconocerla y hayan llegado a crear leyes in-
recursos en tierra y trata de asegurarle a la Autoridad la transfe
tecnología que necesita para explotar la parte que le corresponde, s (por otra parte, que no han sido aplicada.s todavía) ;ue
tten una explotación unilateral (en el caso de Italia, la Ley N 41
354
BENEDETTO CONFORTI
EL CONTENIDO DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 355
del 20-2-1985). Para Occidente; este principio del patrimoni
de la humanidad tendría sólo un carácter programático y c de los intereses generales que persigue el principio de. pa-
meramenteuná base de máxima para negociar un régime ;gcoomún de la humanidad y hacer participa~ a la comuill~,ad
cional debidamente acordado; si fracasara la negociación, . 1 su con]' unto de los beneficios de dicha explotación,
lOna en , . . , de la
o menor medida cada Estado podría retomar su propia sde el punto de vista econormco (por ejemplo, a tra:es
acción.
De la n de parte de lo obtenido a las organizaciones destmadas, a
explotación En nuestra opinión (que difiere hoy en dí~ d~ la que he . y al desarrollo) o técnico, teniendo en cuenta, además,
unilateral
sadq en ocasiones precedentes)'<llo existeningún fundamen cla·ones que puede tener esta explotación sobre la produc-
efectuada en el
interés de la para la tesis tercermundista según la cual debería considera c~:ercio mundial, en especial sobre la estabilidad y la renta-
humanidad lada toda explotación de recursos de los fondos marinos i de los precios de las materias primas, etc.
nales, a la espera de que se establezca la Autoridad. Si es c
esos recursos son patrimonio común de la humanidad segú
cho internacional general, si es cierto que deben ser explotad
neficio de todos, eso no significa que la (eventual) celebrac'
tratado constitutivo de una organización internacional s l. La navegación marítima
medio para alcanzar ese fin (que sea el mejor, nadie 10 dud
estructura de la comunidad internacional, esto' es, de una
que no está organizada institucionalmente, que no dispon
nos propios que puedan imponerse a los Estados y que, en
les confía a los Estados la aplicación de sus normas, habla e
contrario. Por otra parte, tampoco se puede compartir la tesi
cidente, que pretende que una vez que se constate la imposibi Nacionalidad
constituir. el ente gestor internacional, cada uno de los Est de la nave
tatis mutandis, son obligaciones análogas a las que limitan e exista ese derecho; no se puede decir con certeza que deri-
nía territorial). ráctica de los Estados y, si existiera, sería fuente de graves
a que todo podría justificarse sobre la base de los intereses
El arto 6 de la Convención de Ginebra de 1958 sobre Alta M les" o "vitales". Sólo hay un caso, al que suelen referirse
"Los buques navegarán bajo el pabellón de un solo Estado y, es que defienden la tesis de la self-defence, en el que puede
casos excepcionales previstos de modo expreso en los tratados i
ue el derecho internacional córisuetudinario admite el dere-
les o. en esta Convención, estarán sometidos, en alta mar, a la
isita o de captura de buques extranjeros fuera de los límites Contrabando
exclusiva de dicho Estado". Idéntico es el arto 92, párr. 1, de la de guerra en
de Montego Bay. pia jurisdicción. Este caso puede llamarse "contrabando de tiempo de paz
Tanto la Convención de Ginebra (art. 10) como la de Mont tiempo de paz". El Estado en cuyo territorio tiene lugar
94) prevén una serie de obligaciones del Estado del pabellón: llev rra civil puede visitar y capturar, incluso en aguas interna-
tro de buques, en el que figuren los datos de las naves; y adopta , cualquier buque que se proponga brindar ayuda a los insu-
medidas necesarias para garantizar la seguridad en la navegación n armas o en tropas). En este sentido se orienta la práctica
respecta a la construcción de los buques, a las condiciones de tr ional.
tripulación, a las señales a bordo, etc.
ras dos excepciones que hemos indicado aquí, la Convención de Gi-
Excepciones bre Alta Mar prevé sólo la relativa a la piratería, en los arto 14-21
al poder
De acuerdo con la zona en que se encuentre, el princi
exclusivo del metimiento de! buque a la jurisdicción exclusiva del Estad 107 de la Convención de Montego Bay),
Estado llón encuentra varias excepciones, que son más numeros ién es digno de recordarse el arto 22 de la Convención de Ginebra Derecho de
nacional de la Conv. de Montego Bay), que admite, para los buques de visita
que el buque avanza hacia las costas de otro Estado y di
n limitado derecho de visita de los buques en alta mar. Ese artícu-
ción se enfrente con los derechos, cada vez más amplios
ece que, salvo en los casos previstos por tratados, "un buque de
ribereño en materia de ejercicio de jurisdicción.
Piratería
ue'encuentre en alta mar un buque extranjero no tendrá derecho de
Comencemos por la hipótesis de que el buque Se e menos que haya motivo razonable para sospechar que el buque: a)
aguas internacionales. Una excepción firmemente arraiga aa la piratería; o b) se dedica a la trata de esclavos; o e) tiene en
recho internacional consuetudinarió, pero que en la act la misma nacionalidad que el buque de guerra, aunque enarbole
una importancia limitada, es la que se refiere a la pira ter 'n extranjero o se niegue a izar su pabellón ¡ . . Si las sospechas no
pirata, es decir, e! buque que comete actos de violencia c fundadas, y siempre que el buque visitado.no haya cometido nin-
buq'ues con fines de saqueo o con otros fines que no sea que las justifique, dicho buque será indemnizado por .todo perjui-
puede ser capturado por cualquier Estado y sometido a o sufrido",
presivas, como la detención y castigo de los miembros de tres casos en los cuales el arto 22 acuerda el derecho de visita, a sa-
ción o de los que han participado en el acto de piratería, la de esclavos, piratería, uso f~audulento. de pabellón extranjero, el
ción de! buque o de la carga, etc. yel tercero no tienen mucha importancia: la posibilidad de visitar y
Self-defence apturar un buque pirata o un buque de la misma nacionalidad que
La doctrina, sobre todo los autores 'anglosajones, disc
e guerra que lo Capture se deriva de las normas ya indicadas sobre
excepción, esto es, si es lícito, en tiempos de paz, e! derec
sobre sometimiento de la comunidad naval al poder de gobierno
y de captura de buques fuera de los propios límites, por del pabellón. En cambio, se debe subrayar el primer caso, el de la Trata de
'self-defence oself-protectiol1, es decir, para defender intere esclavos: en este caso, a la luz del derecho internacional consuetudi- esclavos
ciales" de! Estado. En líneas generales, la mayor parte de 1 se debe negar el derecho de visita reconocido por la Convención. De-
358
BENEDETTO CONFORTI
EL CONTENIDO DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 359
be destacarse que el buque de guerra que procede a visitar un b
do a transporte de esclavos noestá autorizado a caprurarln en ~qu ateria de recursos vivos, el arto 73 de la Convención de Montego Bay
22· ' , d b ' . vrrtu
. " mas au~, e e negarse toda posibilidad de captura debido a "1, El Estado ribereño, en el ejercicio de sus derechos de soberanía
cion exclUSIva que se le reconoce al Estado del p b 11' l ploración, explotación, conservación y administración de los recur-
. C ., ae on en e art
misma onvencion de Ginebra, respecto de la trata de esclavos . en la zona económica exclusiva, podrá tomar las medidas que sean
te. Toda vez que, luego de la visita, se comp,ruebe la existen . 'dP para garantizar el cumplimiento de las leyes y reglamentos dicta-
bordo Iícar» , . " cla e
, se ap reara ulllcamente, aunque sea por analogía 1 nformidad con esta Convención, incluidas la visita, la inspección, el
13 ' l t ' "1 ' , a no
,u . parr., se,gun a cual "el esclavo que se refugie en un bu u iento y la iniciación de procedimientos judiciales. 2, Los buques
ra sea su pabellon, quedará libre ipso (acto". q y sus tripulaciones serán lib~rados con prontitud, previa constitu-
El arto 109 de la Convención de Montego Bay prevé ad ' na fianza razonable u otra garantía, 3. Las sanciones establecidas
Estados distintos del Estado del p'abellón b . " " ~n:as, tado ribereño por violaciones de las leyesy los reglamentos de pesca
' . , , ' ajo ciertas condlclOn
I~tervelllr en alta mar en los casos de buques que difunda ., na económica' exclusiva no podrán incluir penas privativas de liber-
dIO t i " ' . n errnsm
o e eVISlOn no autOrIzadas (las llamadas "r di . o acuerdo en contrario entre los Estados interesados, ni ninguna otra
a lOS pIratas")
nos parece que esta norma se corresponda con el derecho' t .. e castigo corporal. 4. En los casos de apresamiento o retención de bu-
t di . Cf m ernac¡
sue u mano. r., en este sentido, la sentencia de la Cort S tranjeros, el' Estado ribereño' notificará con prontitud' al Estado del
desa del 24-1-1984 , en NYIL" 1985
p. 380
. e upre 'n, por los conductos apropiados, las medidas tomadas y cualesquiera
Otra exce?ció~ al principio del control exclusivo del Estado del es impuestas subsiguientemente".
e~ la lcosntbammaclOn producida por accidentes ocurridos en el ma materia de recursos minerales, el arto 60 de la Convención de Mon-
cronaí, o re el punto v: p. 366. ay, en el párr, 4, autoriza.al Estado ribereño a establecer zonas de
ridad alrededor de las, instalaciones construidas sobre e! fondo de!
Situación y luego, en el párr. 6, prevé: "Todos los buques deberán respetar di-
de la nave Cuando un buque e~tra enla zona económica exclusiva onas de seguridad y observarán las normas internacionales general-
extranjera Estado, a estas excepCIOnes al principio de la jurisdicción
en la zona
aceptad¡¡s cOn respecto a la navegación en la vecindad de las islas
económica va del Estado del pabellón que hemos considerado hasta iales, instalaciones, estructuras y zonas de seguridad... ". Si bien, a
exclusiva les agregan las que favorecen el control del Estado rib _ cia del citadO arto 73, e! arto 60 no prevé expresamente la capaci-
zo » 1 I eren
na econormca exc usiva, el Estado ribereño puede ejerc el Estado ribereño de adoptar medidas coercitivas en caso de que no
su poder de reglamentar la explotación de 1 speten estas zonas de seguridad, dichas medidas deben considerarse
" os recursos s
ques extranJer,os: por ejemplo, puede visitar y capturar bu e ipsa,
su correspondIente carga; o aplicar sanciones penales a los
bros de la tripulación por haber cometl'do inf ' n cuanto al mar territorial, ya tuvimos ocasión de precisar las li- Situación
b . In raCCIOnes a su
so re pesc~ Y, s~bre cO,nservación de los recÍlrsos vivos; así
de la nave
acianes al ejercicio de la jurisdicción del Estado ribereño respecto
extranjera en
puede reprtml~ InfraCCIOnes en materia de explotación de 1 buques extranjeros, a saber, el derecho de paso inocente (v. p. el mar
cursos submarInOS, por ejemplo, no respetar las zonas de s ) Y la excepción a la jurisdicción penal del Estado ribereño en e! territorial
dad establecidas alrededor de determinadas inst 1 ' o de los actos puramente internos a la comunidad naval (que vi-
T d ' " a actortes
o o esto Sigue el prInCIpio funcional que consideramos en que rige aun en e! caso de buques en puerto) (v. p. 337). En re-
men~o (v. p. 347), sobre la base del cual no se J'usti'f' 'n con dichos actos se mantiene, por ende, la jurisdicción de! Es-
med d ' . Ican aqu
i ~dS coerCitivas que sean desproporcionadas a las infracci o del pabellón.
come tI as.
360
BENEDETTO CONFORTI
EL CONTENIDO DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 361
Derecho de
persecución Es tambi~n ~n~ excepción al principio del someti .
~~ql~es ada JUrISdICción exclusiva de! Estado del pabe~~en encia fue afirmada por la Corte Internacional de Justicia
osa decisión del 6-4-1966 en el caso Nottebohm, en Cl],
ama o derecho de persecución que de al ú n
todos los espacios marítimos. Los bu' g n modo, s 955, p. 4 y ss.) que prevé la necesidad del genuine link pa-
funciones públicas (vigilancia aduaner;u::n7t:~~er:a )0 des r nacionalidad a los individuos. Inclusive, esta norma apa-
can al Estado ribereño odrán '. ' e c. qu 1arto 91 de la Convención de Montego Bay y fue especifica-
haya violado las leyes d:es Est:;rse~ulr un buque extr riormente por la Convención de las Naciones Unidas sobre
e
ya comenzado en las aguas interio;;ssIempre que la ~ers.e ones de Matriculación de Buques, de 1986 [Argentina no es
ser en e! mar territorial, en la zona c~n:~:~~a;~errItotI . que (en sus arts. 7-9) requiere que tengan parte en la propie-
p. 330), ya condición de que dicha per " e stado n 1 buque un número de ciudadanos del Estado de matricula-
P id o. So bre e1 b uque capturado podránsecucion
.
no se haya
,<
suficiente" como para asegurarle a este último un efectivo
petencias que se pueden ejercer en 1 ejercerse solo. aque 1 sobre el buque, o bien que una cuota «satisfactoria" de la
cución. Por lo tanto, esta persecució: ~:na en qu~ se mició ción sean ciudadanos o residentes habituales del Estado de
el mar territorial de otro Estad be cesar SI e! buque lación.
o.
Con la institución de la zona eco ' . . o qué sucede si el Estado de matriculación no respeta la nor-
debe admitirse e! derecho de per n?~lca exclusIva, por bre el genuine link? La única solución seria a este problema
. seCUCIOn también . tiría que, en ese caso, los demás Estados queden autorizados a
zona y siempre en ejercicio de aquellas comp t . a partIr
rnos vist· 1 e encías que ocer el carácter «nacional" de dicho buque y a ejercer juris-
o, se e reconocen al Estado ribereño. '
sobre él. Sin embargo, ésta es una solución sin fundamento
ráctica, que también resulta desmentida si se examinan las
Sobre el derecho de persecución cfr l
nebra de 1958 sobre Alta M S· b l' e arto 23 de la Conven ciones mencionadas. Al respecto, es sintomático que al re-
ar. o re a exte ., d
na económica exclusiva, cfr. el arto 111 ~slOn2 e ese derec el citado artículo 5, la Conferencia de Ginebra de 1958 haya
Montego Bay. ' parr. ,de la Con do un inciso del primitivo proyecto de la Comisión de Dere-
ernacionalde las Naciones Unidas (v. p. 71 y ss.}, que se pro-
~:. ~:. * a a favor de la desnacionalización del buque en ausencia del
e link; tampoco existe ningún indicio del tema en la Conven-
PabelIón e Montego Bayo en la Convención de 1986.
"faotasJna H al tos Estados, ¿son libres de conceder su nacionalidad s
. uque que deseen? Sobre este tema el art S d 1 C" este sentido, de que la falta de un genuine link no comporta la posibi-
Gmebra sobre Alt M ' . . e a on
. a ar establece que todo Estad foo 1 e intervenir sobre buques extranjeros en alta mar, cfr. la Corte de
nes de matrIculación de buques e .. () IJa a
ro agrega que «d b " , n sus PropIOs registros n iones de La Haya, en su sentencia del 29-5-1986, en NYIL, 1989, p.
el Estado y el bueq:e~,Xylstlr ~n vmcu!f~ sustancial (genuine ss. (en este caso, se trataba de la captura, por parte de autoridades ho-
. , mas espeCI lcamente 1E sas, de un buque panameño que efectuaba radiotransmisiones "pira-
ejercer efectivamente su poder d bí ' que e st rente a las costas de los Países Bajos).
. . e go ierno y su contr 1
co, a dmmlstrativo y social" sobre el b D b o a III necesario distinguir del problema que estamos examinando, respecto
ta norma se corres d uque. e e entenders intervenciones en zona de mar internacional, el problema del ejercí-
que de todos pon e con el derecho internacional gen la jurisdicción del Estado territorial sobre aquellos buques extranje-
, modos, puede deducirse por analogía de la nor
e pabellón «fantasma" que se encuentren en sus puertos. Este problema
362
BENEDETTO CONFORT!
EL CONTENIDO DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 363
-especialmente agudo en materia de intervenciones del Estado
por razones de seguridad y de sanidad a bordo- puede resolvers gentina es parte: instrumento de aceptación de! 30-2-76, aprobada Acuerdos
r 1 "
21.353 de! 8-7-76] y enmendada varias veces; a Convención so- universales y
do con los principios sobre trato a extranjeros y sobre jurisdicción regionales para
nal respecto de buques extranjeros (v. p. 337). En cambio, hay ción de la Contaminación Marina por la Descarga de Residuos y la protección
que pueda ejercerse jurisdicción por el solo hecho de tratarse de I teriales, del 18-12-1972 [Argentina es parte: aprobada por Decre- del medio
ambiente
"fantasma". A menos que existan obligaciones especiales en vír 21.947 del 6-3-1979]; la Convención de Londres sobre Preven-
marino
dos en la materia: por ejemplo, e! arto 4 de la Convención N° 14 Contaminación causada por Buques, del 2-11-1973 [Argentina es
(v. p. 200) prevé que el Estado de! puerto pueda tomar "todas la strumento de adhesión del 31-8-1993, aprobada por ley N° 24.089
necesarias para poner fin a cualquier situación a bordo que constit 1992]. Entre los acuerdos regionales, para nosotros es mu,>' im?or-
mente un peligro para la seguridad y la salud". Convención de Barcelona sobre Protección del Mar Mediterráneo
Contaminación, del 16-2-1976 (Ley italiana N° 30 del 25-1-1979),
mbién un marco nOIIllativo, pero que se completa con una: serie de
os tanto simultáneos como sucesivos.
XXXIV. La protección del ambiente marino ás de la obligación de brindar cooperación, muy importan~e Inexistencia de
obligación de
punto de vista social pero de escaso interés jurídico, la pn- no contaminar
regunta que puede plantearse en relación con la protección según el
derecho con-
io ambiente marino es si el derecho internacional impone la
La lucha contra la contaminación del mar, es decir, con suetudinario
n de no contaminar las aguas de mares y océanos, y en qué
gradación de mares y océanos, que cada día se torna más dr
no puede encontrar otro fundamento que la estrecha coope
'que respecta al derecho consuetudinario, nos parece que la
nivel internacional. Esto explica porqué dedica al tema del
esta no es otra que la negativa que dimos en su momento,
minación más de cuarenta artículos (Parte XII, art.192 y ss.
o hablamos de la existencia o no de la obligación de no produ-
vención de Montego Bay, que en otros temas pretende bri
os por contaminación al territorio de otros Estados (v. p. 318
un marco normativo y dejar los detalles para aquellos acue
En realidad, no existen elementos de la práctica internacional
se ocupen específicamente de cada una de las materias. N
rmitan afirmar que exista este tipo de obligación, tampoco en
se destacan entre esos artículos, justamente, los que compro
alosespaeios marinos. Por lo tanto, cuando el artículo 192
los Estados (art, 197-206) a cooperar entre sí y con las orga
(ÉonvencióndelVrontego Bay,que es la introducción de la Parte
nes internacionales competentes en la formulación de norm
dicadaa la contaminación, declara que "los Estados tienen la
protección del medio ambiente marino; a mantenerse recípr
ción de proteger y preservar el dmbiente marino"; no está ca-
informados sobre los datos científicos relativos a la contami
ndo sino estableciendo' un principio, tendiente al desarrollo
disponer programas comunes de lucha; a asistir a los países
rrollo a nivel científico y técnico, etc. ivo del derecho internacional. Por lo demás, no parece que ni
a la Convención le otorgue a este prindipio unvalorfundacio-
esde el punto dé vista jurídico, ya que en el art: 235 sobre la
Son numerosos los acuerdos tanto universales cuanto regiona
!nsabilidad de los Estados !porcontaminación,despuésde hacer
protección del medio ambiente marino. Entre los primeros, reco
Convención sobre Preservación de Aguas del Mar contra la Cont ímida referencia ala responsabilidad de los Estados "conforme
con Hidrocarburos (que es la más antigua), firm,ada en Landre recho internacional'\ el texto de la Convención se preocupa so-
todo por establecer que sean los sistemas jurídicos internos de
364
BENEDEITO CONFORTI
EL CONTENIDO DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 365
los Estados los que ofrezcan los recursos que permitan ind del Estado ribereño estará circunscripta a aquellas activida-
adecuadamente los daños ocasionados Tambl'e' ,
. n aqui, ca taminantes que sean susceptibles de dañar los recursos natu-
cas~, de la contaminación fuera de las propias fronteras, se nque en la práctica, dado que los recursos vivos son los más
capte en la responsabilidad civil de derecho interno. y esto os por la contaminación, el Estado ribereño estará capacitado
da con las Convenciones que reglamentan, específicamente optar medidas análogas a las que puede adoptar en el mar te-
de la responsabilidad por los daños derivados de la e t '
'( ... on a 1.
man~a, v. p. 475), que hacen referencia exclusiva a la resp
dad civil.
onvención de Montego Bay presenta normas distintas para limitar,
Con respecto a,l derecho convencional, más precisame amente, la jurisdicción del Estado ribereño y del Estado del pabe-
a~uerdos t~nto umversales como regionales que ya tuvimos general, aparece mucho más limitada la jurisdiccióndel Estado ribe-
nielad de CItar, es obvio que contienen toda una serie de pr materia de prevención y represión de la contaminación de la zona
nes de contami~~r ,las aguas del mar, en algunos casos muy ica exclusiva, el Estado ribereño sólo puede legislar, según el arto 211,
das. Estas ,prohIbIcIOnes están referidas principalmente a los de acuerdo con las normas y los criterios internacionales "general-
pero tarnbién a los individuos, personas físicas o J' urídicas :ceptados" (¿cuáles?), y puede aplicar medidas coercitivas sólo si el
tr t d '" , cu se detiene en uno de sus puertos (art. 220, n" 1), a menos que se trate
a a e contamlllacIOn de origen terrestre. Paralelamente a
ocu~re en el tema de la responsabilidad, estas prohibicione s graves (art, 220, n" 5 y 6). En compensación, en ciertos casos y ba-
tas condiciones, la Convención le reconoce al Estado del puerto la po-
destinadas a actuar a nivel de los ordenamientos jurídicos '
d~ los Estados contratantes y en la medida en que dichos ad de intervenir sobre un buque que se detenga en él, aunque la activi-
ntaminante no se haya desarrollado en zonas sujetas a su jurisdicción
mlen,tos se adecuan a las Convenciones que prevén las prohib
refendas.
nldady com~rornete a.losEstadosaprestarles todo tipo n de los recursos por parte de un-Estado, en régimen de libett~d,
encaso. de accIdente, pelIgro. o aterrizaje de emergencia puede llegara suprimir toda posibilidad de ~tilizac,ión·. ulten~r
parte de otros Estados. Este límite asume partícular unportancra
370
BENEDETIo CONFORTI
EL COl\.1TENIDO DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 371
cuando se trata de recursos limitados, cuya utilización no
pirarse en e1criterio de que "el primero que llega recíb d rmern ros. v. p204)
, bros: . , se ha desarrollado
d progresiva-
li y
os,
normatIva sumamente d etallada que tien e a Imitar
parte" (prior in tempare, potio¡ in iure), sino que necesari
s actividades de los Estados.
be coordinarse con la utilización que realicen los demás.
las radio iytelecomunicaciones se entiende. que actualm
, múnmente se produzcan confusio-
limitado (jsi no agotado!) tanto el espectro de ondas de ra rio difere. nciar -aunq~e ca I . aciones y el problema de
' I radio y te ecornuruc
nos en el estado actual del progreso técnico, que no, perm del espacio
' , , para as , mensajes de radio
, del espaCIO .e o televisión al
plotación integral) como la llamada órbita geoestacionar dde dirigir, a traves . ,.'.. .Esteproblema aludea.la no
d ' consennrmento.
la órbita circular en torno del ecuador en la cual rotah 1 otros Esta os sin s u , ' 1 de otros Estados, de la
n los asuntos internos e mternaciona es
siguiendo el mismo período de rotación de la Tierra y ma os en su momento (v. p. 293 Y ss.)
se prácticamente fijosrespectode ella. La órbita geoestacio
se estima puede "COntener" un máximo de' 1800 satélites
tualidad existen sólo unos Cientos) es la indicada para las
mcaCIOnes.
Iássnormas del,derecho.:nt:::~:,:.;~~~:::~~::!;:nb'~Il
dudas acerca de su exacta. interpretación..Si quien emitió
terna (en e! caso más común de las normas legislativas, el
mo.veremosmejoren se uida
adaptación a todas las n~rma; ~:e~~r:~pr?ceaimi~nt~.
' . reco
~n elcaso de reglamentos u otros actos administrativos; el
pordo. inistrativo) no interpretóexaetaniente la norma interna-
, tantota , m. b..rerua
, l..as normas
. consuetudinari
e o mternacIO.Il. ..•.•. debía introducirse en el ordenamiento estatal; si hizo réfe-
ve.r, elc. onstituyente no-refórmul •. 1.. . nas (co
.. 1 • 1.. . . . a as normas de derech hormas internacionalesjl1rídicamente inexistentes (por
~aL.rne~a,smo que reenvía a ellas al ordenar su.aplí) <tuna decisión de un organismo internacional que· sea ilegí-
e ~ta o) [en el derecho argentino existen le ....••••. cuerdo con el tratado constitutivo de la organización); si la
reenvlanalderechointernacionalgeneral. J yes na
~hointernacionaLconsuetudinarib form' pero as nor~ ternacionals e extinguió; todo esto no tiene relevancia,ya
t:érprete se encuentra siempre frente a una simple norma in-
Internointleperídientemented... .••.• . ,anparte del or
yarn sido formuladas. en coste eseree~VI~j en ,tanto yen
umbres intérnacionales e
pletamente formulada y,por lo tanto; no le queda más que
". J . La situación es diferente en el caso de! prdceaimiento espe-
partlCIpauo"-=act' . '. . '. n
~rgentI
.•.. .•.••. .• . .. rva ojpasivamente-ecel-Estado ..' ila norma interna realiza simplemente un reenvío a lanor-
10sB.J
..,..Y. 6.•.•. .de,la,Le
..... y... N?...2 3986)].·
'. ,o .1a>.ordenaee
" . .
'C' lasnormasinternacional~s.Aquí el constituyente, ellegisla-
:~r,.e~(1amIsma
tauo,quegeneralmenteseda... .1 ... .. .. ¡eCUCIO
ratificaciónde!tbtradó) Y> .. leyqJ-le 6rgano' administrativo no formulan normas' completas, sino
;j,~l:'ra,~dd'f¡'e~be,"fi~~:,~~Q:~:::;l;:e:~:~:s
(No debeconfunalrseestaúltI·ma·· ··s't·· .,
'niitana ordenar la observancia de ciertas normas internacio-
or ejemplo, las normas consuetudinarias, las normas conteni-
, .•.. . , . . . . 1 uaCIOn que se d liüatadb, las:normas corítenidasendeterminada .decisiónde
rrneruo ltalnmo;conlbsiefed:bs aeunaJe ) . ... . ' ".. aen
el sistema 'atgentino: la' ley/qiiea· ruéb' y ug qu.e~prueba anizacián internacional), de! modo en que rigen y mientras
'gentes en e! ordenamientoillternacionaLEI centro .deaplica-
altratadoaprobadoender .h .'P .... a n,o mcorpora-nr.•
.. '.. . . . ...' ec omterno,smoques' 1 elanormainternacionabsedesplaza de! legislador (o de! cons-
'rIza alPoaerEjecutivo a ratif'1car•.. , ese..... . Imp e
tratado. Aun
382 BENEDEITO CONFORTI LA APLlCACION DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 383
expresamente. un mec~nismo para la incorporación o adapta etc.). Según los límites dentro de los cuales consideremos que
la costumbre internacional dentro del derecho interno. efectivamente estas otras categorías de normas, será necesa-
A pesar de esta omisión, los tribunales argentinos han c rir también a ellas el arto 10. Con lo cual se ve cuán delicada
do a las normas consuetudinarias que vinculan internaciona ea del intérprete en esta materia.
Estado co~o parte del derecho directamente aplicable pa o se puede apreciar, la adaptación automática al derecho in-
controversias (v. fallos de la Corte Suprema de Justicia de 1 ional general ha quedado sancionada expresamente en la
fallos 19:108; 98:338, 107:395; eres), Ta misma Constitució itución republicana italiana. En la época del Estatuto Albertino
rirse al derecho de gentes (artículos 116 y 118) reconoce la o sideraba que existía una norma constitucional tácita de adap-
dad de las normas consuetudinarias· dentro de suordenam : en todo caso, la jurisprudencia italiana de la época no dejó
terno, implicando la adopción tácita de un procedimiento es icán el derecho internacional general. Por otra parte, existe una
adaptación.] expresa o tácita de adaptación al derecho internacional gene-
Naturaleza El arto 10 de la Constitución Italiana prevé unprocedi odos los ordenamientos jurídicos estatales; en los de tipo an-
especial del
procedimiento adaptación especial o por reenvío. Con él, el constituyente , se enuncia con la frase: "International law is a.part cf the
de adaptación do re~!tir al intérprete interno, en todo, el relevamiento y tbeLand'' ("El derecho internacional es parte del derecho es-
al derecho
consuetudi- pretacren de las normas internacionales generales,limitándo
nario mente/a. afirmar ~apropiavoluntad de que esa adaptac'
automatIca,es decir, completa y continua: las normas intern
les generales son válidas dentro del Estado (fuera de una re
l/a q~e hablaremos· e~ bre.ve) mientras permanezcan vige ntémonos ahora cuál es el rango. que tiene el derecho ínter- Rango del
derecho
átnbiro de la comunidad lllternaciona!. Según la afirmaci 1 general, así incorporado, dentro del sistema de jerarquías consuetudi-
gran internacionalista desaparecido, Perassi (al cual se de rientes normativas italianas. Se puede considerar que, ya que nario en el
derecho
riiulacióhedeloart, 10 en el seno de la AsambleaConstituy tación a las normas internacionales está prevista por la interno
trata de un "transformador permanente" del derecho inter ción,dichas normas se encuentran en un nivel superior al
Relaciones con
general en derecho interno. y ordinaria. Una ley ordinaria contraria al derecho interna- la legislación
• Es, por lo tanto, el intérprete -y sobre todo, el juez- qui ónsuerudiáarió será, por 10 tanto, ilegítima desde el punto ordinaria
resolver todos los problemas relativos a la existencia y al co constitucional, por cuanto violará indirectamente el arto 10
de las normas internacionales generales. A él le corresponde, onstitución, y podrá, por ende, ser anulada por la Corte
mer lugar (naturalmente que con una eficacia limitáda al ucional. La jurisprudenciaconstituc.ional italiana está neta-
crero que debe resolver) establecer cuáles son las normas in rientadá' en este sentido. En diversas sentencias, la Corte
~ales gen~rales. Vimos en su momento que esa investigaci cionalsepreguntó si ciertas normas legislativas contraria-
sImple. VImos que, para nosotros, las normas generales sea erechointernacionalgeneral y afirmó claramente, como
las normas consuetudinarias, incluyendo ese caso particular o, la necesidad de anularlas si ese fuera el caso. Digamos
mas consuetudinarias que son los principios generales de der rincipio", porque hasta ahora, en todos los casos concretos
conocidos por las naciones civilizadas; pero vimos también sometieron, una vez afirmado el-principio; la Corte 'sostu-
chos autores sostienen con autoridad la existencia de otros ti que no existía contrariedad en el caso en cuestión y que,
normas generales (principios, Declaraciones de la Asamble t¡lllto, no había motivo para anular la norma interna.
394 BENEDEITO CONFORTI LA APLICACION DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 395
Cfr. por ejemplo, en este sentido, las sentencias citadas en su zaciones internacionales: la consecuencia de reconocer estas
N°67 del 22-12-1961 en materia de vigilancia aduanera (v. p. 38 ades y, por consiguiente, de que exista una imposibilidad de
del 13-7-1963 sobre inmunidad de los Estados en materia de juri mparecer en juicio a los individuos o a los entes que se bene-
vil (v. p. 303); N° 48 del 18-4-1967 yN° 69 del 8-4-1976, ambas e ellas es la parálisis de la protección judicial de los derechos
la contrariedad del arto 11, 10 y 2 0 punto, del Código Penal italian ados por la Constitución italiana (art. 24). ¿Cuál es enton-
pretendido principio internacionalne bis in idem (v, p. 65 Yss.), tos casos, la solución del conflicto?
eramos que el arto 10, 10 punto, de la Constitución italiana,
Relaciones con Una vez establecido que, de todos modos, las normas int o prescribe la adaptación al derecho internacional general
las normas
nales generales nacionalizadas a través del arto 10 se sitú enamiento jurídico italiano"y, por 10 tanto, del derecho ita-
constitucio-
nales nivel superior al de la ley, O'uede llegar a considerarse q su totalidad, entiende excluir en términos generales que (co-
pleno rango constitucional, esto es, que se comporten e lenen diversos autores) el derecho consuetudinario estésubor-
mo normas constitucionales? O bien, ¿debe considerarse al derecho constitu~ional; con la consecuencia de que el
dan sometidas a la Constitución y que no pueden de nin prevalecerá normalmente sobre el s~gundo por ser un dere-
derogar las normas constitucionales? Y en este caso, ¿c cial (sobre el concepto de la especialidad del derecho interna-
suerte reservada a las normas consuetudinarias "consti r comparación con el derecho interno volveremos a propósi-
mente ilegítimas"? tratados: v. p. 405 y ss.), Nos parece, sin embargo, que si es
Digamos inmediatamente que no existen muchas posibil ado sistemáticamente, dicho arto 10, 10 punto, contiene una
implícita de salvaguarda de los valores [undamentales que Cláusula de
que surja un conflicto concreto entre normas internacionalé salvaguarda
les y normas constitucionales. Y esto es así, porque las pr la C6nstitución italiana (y sólo de éstos); en otros términos, de los valores
ocupan de otras relaciones, distintas de las que son regla ce que e! arto 10 no puede ni quiere disponer que la ejecu- constitucio-
nacional que respectivamente se benefician d.e la inmunidad, idéró a los tratados y a la costumbre internacional en igualdad
ten procedimientos de solución de controversias del tipo de 1 ica respecto a las leyes de la Nación (v. en cuanto a los tra-
ciados en esta norma.
el novedoso esquema aceptado por la Corte Suprema a par-
992). La Constitución reformada en 1994 establece qu<;: los
.La Corte Constitucional italiana tuvo ocasión de ocuparse de la s tienen jerarquía superiora las leyes. A pesar de que nada
nes entre derecho internacional consuetudinario y Constitución, j respecto a la costumbre, es posible inferir que ésta tendrá el
con respecto al tema de las inmunidades. En la sentencia N° 48 del
otorgado a los tratados. En el mismo sentido, la costumbre
(en RDI, 1979, p. 797 Yss.), la Corte, que había sido llamada a
acional, al igual que los tratados, están subordinados a la
se sobre la compatibilidad de la inmunidad de jurisdicción civil
'tución~con excepción de los tratados de Derechos Humanos
tes diplomáticos con el arto 24 y con otras normas cohstitucíóf
guió en línea general dos tipos de costumbres, las preexist ué se eles ha reconocido, o se les reconozca a futuro, jerar-
sucesivas a la entrada en vigor de la Constitución. A su juicio, únstitucional.
bres preexistentes -entre las cuales se contaba Iá costumbre relat rtícul021de la ley N° 48, coloca al derecho de gentes -en-
munidad de los diplomáticos- prevalecerían sobre cualquier nor o cornol derecho consuetudinario internacional- en el último
tucional, a título de derecho especial. En lo que respecta al de precedencia normativa. Se ha sostenido que una ley de la
sostuvo en cambio un punto de vista casi idéntico al quehem no puede fijar un orden jerárquico de aplicación de normas,
más arriba, afirmando que "... el mecanismo de adecuación auto al previsto por la Constitución Nacional. En los hechos, el
visto por el arto 10 Const., no podrá en ningún modo permiti 21 de la Ley N°48 no ha sido observado por los tribunales
de los principios fundamentales de nuestro ordenamiento co ·cia. Por otra parte, en el caso Washington Cabrera, la Corte
tuando en un sistema constitucional que tiene sus bases en 1
a de la Nación hizo propio el voto en minoría que expresaba
pular y en la rigidez de la Constitución...", ¡Sólo para las
mada de las normas consuetudinarias vinculadas al derecho
recientes actuaría, en definitiva, el límite constituido por 1
ensa en juicio, por sobre las normas de un tratado bilateral,
mentales protegidos constitucionalmente! Francamente, la a
criterio temporal (si bien ofreció una coartada para "salvar" aquéllas laexpresión de una norma de ius cogens.]
des diplomáticas) parece sumamente criticable incluso a nive
formal, que e~ en el que nos parece que se basó la Corte: el arto
una adaptación automática alderedio internacional general, le
e1tiempo su esfera de acción, no puede dejar de otorgarles
miento a todas las costumbres que existan en el momento en
te debá examinarlas. Es cierto que el problema no es form
y que la protección de los valores constitucionales fundamen
tar asegurada siempre, aun con las adaptaciones que indicá
ba (o con otras que pueden implementarse: ¡,;fr. Condorelli', a
stituci<sn: italiana no contiene una norma general que pre-
Costo 1979,1, p. 462, nota 13).
lo hac¡;:el art, 10, 1o punt(), con el derecho coIlsuetudina-
aptación del derecho interno italianÓ\.a Losrratados (y a
[Los tribunales argentinos; al aplicar una norro tes que derivan de tratados, como los actos de las organi-
ria internacional le han asignado a ésta el mismo r , ternacionales). Enla doctrina, un intento válido fue preci-
que a los tratados. Tradicionalmente la Corte Suprem el de Quadri, que sostuvo que elart.lü, 1° punto, también
398
BENEDEITO CONFORTI
LA APLICACION DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 399
implica la introducción de las normas convencionales en el de
'tildón y las leyes de la Nación, subordinan a las constituciones y leyes
interno. En síntesis" este intento se funda en el siguiente argu
ciales.]
dado que una de las normas internacionales generales es el pri
pactasuntservanday que este principio significa que los t
deben cumplirse, la previsión constitucional de adaptar el a vez establecido lo anterior, digamos que en Italia la adapta- Orden de
ejecución del
interno italiano al derecho' internacional general manifestaría derecho interno II las normas internacionales convencionales Tratado
luntad d,el' Constituyente de que dicho ordenamiento jurídico i fica en un acto ad hoc para cada tratado en particular. Este
se conformara también a todos los acuerdos celebrados po la orden de ejecución que, como el procedimiento automático
En contra de este argumento, que es puramente racional, pue ptación a las normas consuetudinarias prev!sto por el arto 10,
tarse: a) que el Constituyente claramente se pronunció por li o es un procedimiento especial ode reenvío; por lo tanto, se
alcance del arto 10, 10 punto, al' derecho internacional gene ;xpresar la voluntad de que se ejecUte y aplique el tratado a
mó surge de los trabajos preparatorios, le dio a este artíeul terno sinreformular sus normas pero remitiendo su recons-
rnulación que tiene actualmente, justamente a fin de limita n e in~erpretación al intérprete interno. Habitualmente, la or-
'. normas generales materiales; b) que, dado el enorme númer ejecución se expresa mediante la fórmula "Se da ?!ena y total
tadosque,se celebran actualmente sobre las más diversas ma n al Tratad, X... ", acompañada de la reproducción del texto
impensable introducidos todos en el ordenamiento jurídico ado. [Como ya ,se expresara, esta orden de ejecución prevista
con,rango de normas constitucionales (que, como ya se,hll rdenamiento italiano no debe confundirse con la ley por la
el ,rangó que tienen las, normas internacionales consuetudi aprueba un tratado en elordenamiento argentino:]
troducidas en virtud del art.10):de otro modo, sería muy s' eralmente la orden de ejecución se.da por medio de una ley
tetarlas garantías constitucionales por medio de acuerdos c ría (puede' darse también por medio de un acto administrati-
Estadós. Por atraparte, tanto la jurisprudencia de laCar ndo el acuerdo se refiera a asuntos que pueden ser reglamen-
tucional como de la Corte de Casación o de los Tribunal iscrecionalmente por la Administración Pública, y por 10
mera Instancia considera de manera unívoca que el arto 1 se considere que sea suficiente darle a dichas normas conve:r-
to, no se refiere a los tratados internacionales. Se trat el rango de normas administrativas). Normalmente, la mis-
jurisprudencia tan copiosa que no vale la pena citar algunas ue,envirtud del arto 80 de la Constitución, autoriza al Jefe
cías en particular. o a ratificar el tratado contiene la fórmula de la "plena y
cución". De ese modo, la orden de ejecución precede a la
En cambio, las Constituciones de muchos otros países, ca en,vigor del tratado,. que, según sea su naturaleza,. se ,verifi-
Unidos de América, Argentina, México y otros Estados de Am 1 momento del intercambio de las ratificaciones o del depó-
Francia, los Países Bajos, varios Estados africanos, erc.; prevén 1 n cierto número de ratificaciones (v. p. 96). Esto no tiene
del derecho interno a los tratados internacionales. Para un e cia, ya que la orden de ejecución es justamente un procedí-
do, cfr. Cassese, Módem Constitutions, cit.,p. 401 y ss. CA d de adaptación por medio de un reenvío y, por 10 tanto,su-
falta de reglas concernjentes a la incorporación y jerarquía d
la aplicación de la norma internacional a su efec~iva existen-
internacional, el artículo 31 de la Constitución argentina
o norma internacional, la que deberá ser determinada por el
tratados al igual que las leyes de la Nación y la Constitución,
ma de la Nación. Esto no significa otorgarles a los tratados ra
te. Además, es inútil repetir lo que ya se ha dicho, en forma
cional, sino que como ley suprema de la Nación, conjuntamen eral sobre los procedimientos de adaptación por medio de
,es decir, que determinar que una norma existe significa te-
400
BENEDEITO CONFORTI
LA APLICACION DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 401
n~~ en cuenta todo su trámite: en el caso de los tratados no só n el caso de los tratados celebrados en forma simplificada (v. p. Valor del
nifica establecer si el tratado entró en vigor y cuá d ' , tratado ante
'1 1 ' an o, SInO ss.), así como en todos los casos en que un tratado vincule a Ita- la falta de la
cua ~s son os Estados partes en el momento en que se debe
ivel internacional, pero no se haya procedido a darle ejecución orden de
10; SI algun~s Estados presentaron reservas, cuáles fueron y q ejecución
linterna.
~os s,e opusreron (v. p. 129 Y ss.); si algunos Estados efectuar jurisprudencia considera de manera unánime que, si falta la
ÚcaclOnes de sucesión, y cuáles fueron (v p 160)' ' h E
h d ' '. , SI ay sta de ejecución, el tratado no tiene valor para e! ordenamiento
ayan enuncIado el acuerdo y cuáles son y ' ,
, aSI sucesIvament 'ca interno. Por ejemplo) e! Tribunal de Casación se pronunció
Fuentes ente en este sentido en algunas sentencias de las cuales tuvi-
oficiales de T"?do esto -junto con la proliferación de los tratados en
Pa casión de ocuparnos, cuando tratamos la competenciá para ce-
información multIlaterales- agudiza mucho el problema de la 'd' d d
sobre tratados
, d f necesi a e r tratados internacionales (v. p. 102 Y s.) (cfr. Trib. de Cas.,
apropia as uentes oficiales de información dent d 1
h id ro e aparato e Un., N° 867 de! 23-3-1972; N° 1196 del 17-4-1972 y N° 1773 del
ya a ~I o puesto en evidencia en diferentes ocasiones. Este pro
;uydleJos de resolverse en muchos países (cfr. para una visión ca 972, en RDI, 1973, p. 856 y ss.). En ese caso se invocaban
pru zs, Treaty Sourcesin Legal aiid Political R h T . dos en forma simplificada entre el gobierno italiano y ciertos Es-
A' P esearc, Ucson
rlzon~, ress, 1973, cap, n), En Italia, donde hasta hace algunos ~ extranjeros; estos acuerdos, cuya ejecución no había sido orde-
formaclO~ no era de las mejores (el Boletín Oficial se limitaba a p preveían beneficios fiscales para la importación de mercaderías
manera dIs~:rsa las leyes que autorizaban la ratificación y la e nientes del territorio de las otras partes contratantes) a través
~om? tamble~ los Comunicados del Ministerio de Relaciones E cláusula de la. nación más favorecida. Dado que dichos acuer-
. dre, l;terca~~lOs y depósitos de ratificaciones, mientras que la ún o habían recibido ejecución en Italia, el Tribunal de Casación
e 1D ?r~ac~on sobre el trámite de los acuerdos era un servicio tele deró que debíqn negarse esos beneficios,' incluso a costa de que
ese MInIsterIO), el tema ha quedado reglamentado en la Ley N0
ierno italiano, incurriese en responsabilidad a nivel internacio-
12-1984. Esta ley fortalece el sistema de publicación d l
bl . e os trata or violar las obligaciones contraídas en virtud de esos acuerdos.
e,cer, entre otras cosas, que se publiquen en el Boletín Oficial
acuerdos celebrados, en forma simplificada, yen el art.9 prevé términos generales, es posible concordar con la tesis sostenida
anualmente al BoletIn Oficial un volumen sobre "1 it " la jurisprudencia, aunque también es posible corregirla, en e!
ci , , l .. a SI uaclOn
IOnes Internac,lOna es en vigor para Italia, con indicación de 1 do de. que a nivel interpretativo, puede ilsignársele una función
ra los cuales rigen estas convenciones y de las r iliar al acuerdo válido a nivel internacional, pero sin ejecución
Para ulterioresdatos v, Gaja, enRDI 1984 Se~4ervas corr tro· de! Estado. Esto es, e! acuerdo no podrá oponerse a normas
Bol tf Of' 11 " p. y ss. [En A
e In . icia so amente publ~ca las leyes por las que se aprueb rnas que le sean contrarias; sin embargo, podrá invocárse!o al in-
dos y los decretos del Poder Ejecutivo pór los que se ratifican: retar normas internas, a fin de darles una interpretación que sea
de Tratados de la CancilIeríaes la úúica fuer/te de información arme a dicho acuerdo 10 más posible. [Este problema no surge
constatar la entrada en vigor de un tratadó, los Estados firmant 1 ordenamiento argentino en razón de que el Poder Ejecutivo, al
cantes, las reservas efectuadas, las denuncias, etc.].
icar un tratado, manifiesta el consentimiento del Estado en obli-
se por ese tratado. Por lo tanto, existe coincidencia temporal en-
el momento en qué el tratado entra en vigor internacionalmente y
omento en que entra en vigor internamente.]
¿Qué valor tiene un tratado dentro del arde . .
l' '. . namIento
lana si no eXÍste orden de ejecución? Puede presentarse est
402
BENEI:>ETTO CONFORTI
LA APLICACION DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 403
Rango de
los tratados en Pasemos áhora al problema del rango de las normas conve
el derecho ' 1 d e S u "ámbito de operatividad" (cfr. Sent, N° 188,
UClOna,
interno les introducidas en el ordenamiento italiano por medio de un
2-1980, en RDIPP, 1982, p. 611).
de ejecución. En general, y como ya hemos señalado, de
que su rango es el que ocupa en el sistema de fuentes el acr o o del art 10, según el cual "la con- Relaciones
stión varía respecto del 2 punt d l' ley en conformidad con con las leyes
tivo en el cual está contenida la orden de ejecución. Por lo
extran~ero
1 ' stá regula a por a ,
rídica de e, 1" Dada la formulación de esta nor- ordinarias de
el caso más frecuente, el de una orden de ejecución dada en los tratados
as y los tratados Interna crona es. , ' 1 de cualquier ley que
nar~a, 'las normas convencionales tendrán valor de ley ord I '1 " 'dad corrsntucrona
ede negarse a ¡ egmnu , 'd n los tratados vi-
sobre la
condición del
embargo, este último punto merece un examen más detall ' " d I t amero SIn concor ar co
nte la condiciór; e ex r id ¡'d" comúnmente por la doc- extranjero
que respecta a las relaciones de dichas normas convencion 'E t 's ha SI o sosten <\ ,
n la materia. sta eSI N0 120 de la Corte ConstitucIOnal
con las normas de otras leyes ordinarias como con las nOr rge implícitamente de la Sent. de la Ley Aduanera N0 1424 del
titucionales.
Tratados y 1-1967, respecto del arto 1~9 t do por el delito de contra-
O, que Impone a ro ~,
legislación Acerca de las relaciones entre normas internacionales c ' d extranjero arres a '1
ara lograr la excarcelación; a
ordinaria
nales y' normas provenientes de leyes ordinarias, ¿son éstas
tí
f
obligación de la caucion o g,ara~ la d la norma la Corte encuen-
ramente relaciones entre normas del mismo rango, por 10 t rse por la legitimida~ constItuclO~a e viola un' derecho humano
lrI~ar
f' e dicha norma ... no d
das por el principio según el cual la ley posterior deroga la oda de a qu art 2 de la Consto y por las normas de e-
la ley especial deroga la generál (ratione pérsonarum, por ntal, garantl~ado por el . laZO unto, de dicha Constitución, co-
un círculo más' restringido de personas, o bien ratione mm ternacional citadas en el arto , ,~ Europea [sobre Derechos Hu-
tan de los arts, 5 y 6 de la ConvenCIon
reglamentar una materia más específica)? O bien, ¿en algun
puede reconocérsele al tratado o, mejor dicho, ala ley de e . i todo acuerdo internacional que surja
bargo, resta preguntarse s , cae en la esfera del arto 10,
del tratado, una preeminencia sobre otras leyes ordinarias, a " 'lucre a· extranjeros, , ,
cuestron que InVOd d 'ere preemmencra sobre las leyes ordinarias.
"
do sean posteriores? No es posible afirmar que exista este
preeminencia sobre la base del arto 10, 10 punto, de la e
~
0, y de ese mo o qur , or la doctrina y la que se desprende
ante ser ésta la tesis sostenida p h citado (que en realidad, re-
italiana. A este respecto, aun sin adherir totalmente a la de la sentencia de la Corte que emods hacerse 'una distinción y
, do) nos parece que ebe
tesis de Quadri, según la cual el art.l0, 10punto, prevería asrado apresura, d b ferirse a los tratados que se
I 10 2°punto e e re
adaptación del derecho interno a los tratados, y aun consi ecíficamente, e art., ,' .: onen exclusivamente
• dé I xtrattleros que rrnp
indispensable la orden de ejeCUción, parte de la doctrina o exclUSIVamente e os e d' , s En efecto nos parece
'd iento e extranjero . ,
una vez ejecutadas, el legIslador no podría derogar las no ones en marena e tratarme
-
la tesi egún la cual lo normal es
herente con a tesis s .
vencionales sin violar indirectamente el arto '10, 10 punto; te extrano. -y 'poco ca so bre Ias Ieyes ordinarias- considerar que
1 zcan
palabras, el arto 10, 10punto, no obligaría a ejecutar los tea tratados no preva e , lo un tratado so-
'" , mo tratado -por eJemp , ,
lebradas por Italia ... ¡sino que, en honor a la norma de d ituclOn le asigne a un mis
chos humanos"'- una fuerza arma
f I diferente según que deba apli-
ternacional general pacta sunt servanda, obligaría a cumpl os extranjeros o a los italianos, , " de 1853 antes de
I ordenamiento Interno arge~/n~, n forma expresa la jerarquía de
acuerdos ya ejecutados! Se trata de una tesis que la jurispruden ' ti la ConstItuclOn ,
comparte y que queda desmentida también por 10 que hemos a de 1994, solamente esta eCI~ e , , n y las leyes de la Nación, por
vado anteriormente, es decir, que el arto 10, 10punto, tiene la tados, conjuntamente con la ~on,stItuclO
lación que tiene, justamente porque se pretendió excluir a los " leyes pnovineiales. I
as consntueiones y ha i tado tradicionalmente a
dos de su esfera de aplicación o, para usar las palabras de la d I N ión a mterpre
Corte Suprema e a ac 1 d I Nación al no existir funda-
dad jerárquica entre tratados y eyes e a ,
404
BENEDEITo CONFORT!
;ento
LA APLICACION DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 405
normativo algunq que justifique un orden de precedencias
seo~e~ t~n~o, ~~~nte aLcada caso particular planteado, la Corte esr en licación de los tratados en el derecho interno del Estado son ajenas,
, era eCI Ir conwrme al principio general de la le os ' ipio, a la jurisdicción de los tribunales de justicia internos (v, Fa-
Y
terrores priores contrarias abrogant}, V caso S A M P ,tenor :99, considerando 9° y Fallos: 271:7), Como ya se ha visto, a par-
elAd " ,, '" artm &
mllllstraclOn general de Puertos s/ repetición de pagoC reforma c()nstitucional de 1994, el arto 75, inc. 22, de la Consritu-
Fa119S:257: 99. ' ort blece la superioridad jerárquica de los tratados por sobre las leyes
1 :A diferenc,i~ de la jurisprudencia de la Corte Suprema estad ción.]
ou
a ,mt~r?retaclOn de textos similares, la Corte argentina ha dado
prmClplO d~ la ley posterior por sobre el de la ley espe ' 1
Esta t '1 ' ciar, los ordenamientos jurídicos de otros países -incluso de
. ranqu¡ a y rel~erada jurisprudencia 'de la Cort S
c:da en 1992, .a pa~tir, del caso Ekmekdjian, al estable~er~~r~ma s cuya Constitución, como la de Estados Unidos, contiene
tlcul027 de la Convención de Viena sobre el Derecho ort de adaptación del derecho interno a los tratados interna-
a~re~onocimiento judicial de la supremacía de los trata~:~oso~r:ta es- sólo raramente los tratados adquieren una fuerza [ormal
e o Interno. Recordamos ,que el artículo 27 de'la Ca P, ~ or a la de las leyes. De manera que, en principio,seconside-
1969 exp "U ' nvenClOn
r~sa: , na parte no podrá inVocar l di , , las relaciones entre un acuerdo y las leyes se rigen por las
interno c~mo justifi~ación del incumplimiento a~e ~~~:~:::~~de s sobre sucesión de las leyes en el tiempo, en especial por la
terp~etac~on c~locanaa .los tratados, por sobre todo el derecho según la cual la norma posterior deroga a la anterior¡ Deci-
gentmo, mcluslVepor sobre la Constitución Nacional.
principio porque, portnedio de distintos .inshiumentos de .
1 Cabe re,~ordar que el artículo 27 de la Constitución Nacional r interpretativo, la.jurisprudencia «le todos los países, incluí-
b~'celebra~lOn de tratados a su conformidad con los principios d alía, intenta garlmtizar,un cierto predominio de los tratados
d~:: ~: ~o:e:~re~~dosl' Parlo tanto, al encontrarse los tratados e las leyes posteriores. Para llegar a concederle este predomi-
s 1 UClOn, e tratado que se opone " ,
podrá ser declarado inconstitucional. a un prmclplO ca criterio más, frecuentemente utilizado es el de 1<i presunción
Asimismo pi'u ede ' ormidad de las normas internas con el derecho internacio-
, ,argumentarse en contra de 1 ' "
Corte en el caso Ek kd" . a POSlClOn asu Sobre la base de este criterio se considera que,. si la ley poste-
d f ' , , " .' ~e ,jlan que un tratado no tiene entidad sufi
e lUirJetarqUlas no cOhtempladas por la Constit ' , es ambigua, debe interpretársela de suerte de permitirle al Es-
sostenido ue u . te' " 'in' ,uclOn, como, tao
,q . ,na y"~~ oes el caso del artículo 21 de la le ,. cumplir. con las obligaciones internacionales que hubiese
p~co esta, habIlitada para ~stablecet jerarquías por sobre 10 y ido anteriormente. A veces, para salvar la norma internacio~
Vistos en la Constitución. se
e rechaza esta presunción de conformidad, al punto de consi-
. La Corte Suprema., en el caso Fibraca delimitó los 1 r ambiguas normas internas que evidentemente no lo son.
gumentos expresados en el caso Ekm kd~' l.rei atea
. e Jlan a . reiterar la pri criterio consiste en considerar al tratado como derecho espe-
trata d o por sobre las leyes de la N ' , , ,
la ade ', ' aClon, pero esta vez tentend ratione materiae. Este fue un criterio ampliarnenteaplicado
CuaClOn del tratado a los principios de arde ' 'bl'
Est 'lt' .. , ' n pu ICOC la jurisprudencia italiana en lo relativo a las relaciones entré el
au nna POSIClOn de la Corte confirmarl'a el p' ' . '
nt ' 'd d ' nnclplO ya ,e igo de Nayegación y. el Código de Procedimiento en,:Materia
a erlOr¡ a por eUa (Fallos: 257'99) 'd 1d "
, 1d h' . e que e erecho mtetn 1,y las Convenciones sobre Derecho del Mar y sobre Asistencia
:Ila a ere~, o Interno para la determinación, tanto de los me
mcorporaclon o adaptación de los:tratados como de su 'cial previamente celebradas por Italia. Pero este criterio no
rang
dent~o del ordenamiento jurídico dé cada Estado L c S prees aplicable, ya que una ley interna puede regir una mate-
gentlJ;la h . .d • a arte u
a sostem o que las cuestionésde orden internacional vi más específica que un tratado internacionaL Finalmente, tam-
n existe el.criterio, aplicado principalmente por, los Tribunales
406
BENEDEITO CONFORT!
LA APLlCACION DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 407
norteamericanos y suizos según 1 1 ' .
valece si hay una clara i~dicació~ ;u~ una ley posteno~ sól egundo caso, ¿hasta qué punto se puede buscar la voluntad im-
conttavenir la norma ántéii e a voluntad del leglsl del legislador, sin caer en afirmar una mera incompatibilidad
Es evid ' . enor; con pleno conocimiento
s normas?
plio y e~:~;~:~;;as~,:cepta este ~ltim~ Criterio, que es el sideramos que la voluntad de/legislador de repudiar una obli-
recurrir a los dos Criterl'oasla preedmmencta del tratado, se hac internacional preexistente sólo puede estar implícita cuando
'. prece entes.
E? nuestra opinión, el surco trazad 1" en perfectamente e/ objeto de la obligación y el de la norma
teaníericana y suiza es el ue ha o por ~ ]unspruden , tanto en lo que respecta a la materia reglamentada como en
preeminencia del tratado ;obre ra;~e pr~fundlzar para ase respecta a los sujetos a los que se dirige esa reglamentación.
por ahora sólo a nivel interpretativo.e~e:s~:t;~n~s, aun pos os, por ejemplo, la legislación de Estados Unidos entre 1971
se de que una vez ue el d . III ay que co de 1976, que autorizó las importaciones de "cromo de Rode-
Estado del q trata o adquIere validez formal de Sur": no hay duda de que se les impuso esta legislación a los
a manera que sea qued id
miento J'urI'd" ., a Sostem o dentro del jurídicos norteamericanos, con la clara intención de violar la
lCO lllterno por d b/
lado, la voluntad de ,una o e voluntad normativ n del Consejo de Seguridad de 1968 relativa al bloqueo eco-
tern~cional y, por ot~uelaclert,as reldacdiones se rijan por la n o total de Rodesia del Sur (Y. p. 195), que hasta ese momento
. , vo unta e que se . 1
mlSoS asumidos con otros Estados. Por 1 respeten os caba en Estados Unidos.
ne una ley posterior, es necesario o tanto, para que p
necesario que la norma;po teri an/ular esas dos volunt mos preguntarnos si no debe limitarse ulteriormente incluso la hipó-
l ' s ertor reve e la volu t. d ' que exista una perfecta identidad entre los casos regidos por la nor-
as·mtsmas relaciones se riian de .. n a no so
nacional y por la interna. En especial, si no debe negarse el predo-
repudiar obligaciones inte:na . m:nera diferente, sino ta
e una norma interna posterior cuando se pueda demostrar que,
cia, es.inadmisible toda d Cto~~ es ya contraídas. En c
erpretando erróneamente las obligaciones internacionales de su
de él.daptáción d 1 d h erogaclOn .
o modif ., d
lcaClOn e la
. e, erec o lllternoal trat d ' stado, el legislador no entendió derogarlas. De un caso así se ocu-
a su incompatibilidad 1 . a o lllternacion rte del Distrito de Nueva York (Juez Palmieri) en una sentencia del
misible que un intérpr;i~~:~:z:: posterIor. E.~ definitiv 88 emitida sobre una controversia surgida entre el Gobierno de
partir de una le ult ' . esa abrogaclOn o modi Unidos y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), y
de suspender eT tra::~~ qU;, ~;n proponerse el objetivo d ual ya tuvimos ocasión de detenernos con otros fines (v. p. 259).
este tipo.de normativa' ' es, a, :z:a una normativa dife decidió que la oficina de la OLP ante las Naciones Unidas no debía
d . . . coexlstlra sIempre la voluntadd como lo había pedido el Gobierno de Estados Unidos, dado que
e ;que se ejecute el tratado: e
·Pero 'C ' d d' contrario al acuerdo de sede entre Estados Unidos y la ONU celebra-
gislado; ~eu:~d~;p:~re I~entifi~arse cla~amente la volu 947 e introducido regularmente en el ordenamiento jurídico nortea-
voluntad 'd b IgaclOnes ·lllternaclOnales ya con por medio de una ley. En cambio, la Cort~ se rehusÓ aaplicar la
. . ' e e e estar expresamente declarada -1 orism Act de 1987 (ATA), aunque ésta prohibiese expresa y única-
se verIfIca en la práctica' (áu q '. o que e se establecieran y mantuvieran oficinas (o cualquier otra activi-
N° 84 del 26-3-1983 'd n ue, por ejemplo, v. el arto
, que eclara q e '; d d la OLP en Estados Unidos, aunque el Congreso hubiera declarado
la Convención de Varsovia de 192; preten e erogar e omento de promulgarla que el objeto de la norma legal era oponerse
sobre este artículo la Sent N0 323 ~obre Transporte A istencia de una Oficina de la OLP ante las Naciones Unidas, y aunque
nal, del 6-6-1989) b" ' parr. 4, de la Corte momento de la promulgación de la ley la única oficina existente de la
- o len puede manifestarse implícita
uese la Oficina de Nueva York.
408
BENEDEITO CONFORTI
LA APLlCACION DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 409
La sentencia no negaba que los fines de la ATA f 1
dos, pero no obstante sostenía que sobre la b d lueran bO: Tratados y
. l' , a s e e os rra al ca de las relaciones de la Constitución italiana con los trata-
tor.I~S, e Congreso había actuado sobre el supuesto (erróneo) hay motivo para apartarse de los principios sobre jerarquía
normas
Of¡c~na de la ?LP no se le aplicaban las disposiciones del acue es. Por lo tanto, las normas convencionales incorporadas al
constitucio-
nales
relatl:as a la hbert.ad de tránsito y de permanencia de las el'
nterno podrán ser sometidas a control de constitticionali~
~adasant~ la~NaclO~es Unidas: al no haber una voluntalde
.~mpromlso mternaclOnal precedente, este últim d b' . nuladas si violan normas ele la Constitución. La jurisprúden-
mmente y aplicable. o e la conSI a Corte Constitucional confirma esto, al declarar en número-
¿Qué ~ecir como comentario dé ésta sentencia? Está f s que puede ejercer <:ontrol constitucional sobre las leyes de
que este .tIpO de posiciones señala, justamente el1ímit uera n, incluso sobre las leyes de ejecución de tratados que regla-
pasar elmtérprete. , e que no p la condición. del extraQ.jero. Frente a casos análogos, la Corte
cionalalemana también se co¡nportó de la misma manera.
En concl~sión, ,nos parece que en la materia que esrarn
n,andodebe mvertlrse el punto de partida normal d S sentencias de la Corte Constitucional italiana N° 20 del 10-3-1966
ción-del " ' d ,eSe
,lOn e :prmcIplO e la 1ex posterior a las relaciones entr que figura en el Tratado de Paz, respecto de la renuncia a la posi-
mternaclOnales y las ulteriores normas internas: más b' e hacer valer los créditos de los prisioneros de guerra italianos
~o sea co.nmero,carácter interpretativo, el principio es l:~ potencias aliadas y asociadas); N° 109 del 26-5-'1971 (sobre el
l~terna~lOnal es, f?r1llalmeilfe válida: para el ordenaq Ítalo-libio de '1957, relativo a las pensiones de los trabajadores ita-
predotpma so~re las 110rmasinternas' mientras no se Libia); N° 54 del 21-6-1979 (sobre el Tratado de Extradición entre
lunta~. del. le,glslador. de eludir los compromisos '
.' ' . ' mter
rancia de 1870). En este último caso, la Corte se pronunció por la
asumid os. Como qUien n, por considerar constitucionalmente ilegítima la orden de ejecu-
• .• • . . '. escn'b e estas 1"'"
• . ' ,'. .l meas slempr,
Principio de tratado, en la parte en que permitía la extradición para los deli-
especificidad trata de un principio~e,r;specialidad.st(igeneris,de u
ona dos con pena de muerte. En efecto, es posible que esta dispo-
de los tratados q4 e no debe :<:o,nfundIrse con la ratione materiae o 1'. 1 Tratado de 1870 se hubiera extinguido a niveliritérnacional
rum:,la especlahdad <:onsiste en que la norma inter del priricipio reb~Js sic stantibus (v, p, 176 Y ss,), dado que se ha-
apoya en ~a voluntad de que ciertas relaciones se rij en elTratado de' Extradición en el supuesto de que aníbas par-
manera,
" . smo también en la voluntád de que se Cum derasen admisible la pena capital. Cfr. además la sentencia N° 132
ClOnes mternacionales: Si 10 entendemos así _ ' 985, que declaró constitucionalmente ilegítima la norma deejecu-
h . '". . ye
u .a ~p~mo~ expre~a~a en las ediCiones precedentes rt, 2, párr. 1, de la Convención de'Vars6vja de 1929 sobreTrans-
pnnCIpIO . •.•de especIáhdad'de
. , .. , .. lbs 'trata':do's. 's'Igue "sien
' ea Internacional, por e~tablecer la responsabilidad limitada del
cuando la adaptacÍon del derecho interno al a Sent. N° 128 del 15-4.1987, que declaró ilegal la Ley N°.632
~aya hech~ por medio' de un' procedimiento ordi 4, "en la parte en q~e, ratificando (mejor dicllo, ejecutando)"
sIe¡npre que~ea posible determi~ar, de la mane' de E:l,Ctradición entre It¡¡lia y EE.UU., celebr'Jdo ,en Roma el
que se ~~yan retormulado las nor¡nasinternas de permitía la extradición de cualquier imputado mayor de catorce
~o, la norma. de reformulación se ha Pro¡nulgado r de dieciocho, aun en los casos en que el ordenamiento de la
nte no lo c~nsidérara menor. .
fin de respetar los compromisos internacionales.
urisprudencia dé la Corte Constitucional alemana, v. Canniz-
p. 71 y-ss;
fuera expresado, en el ordenamiento: argentino, los tratados
derados al igual' que la Constitución y las leyes de la Nación, como
410 BENEDEITO CONFORTI LA APLlCACION DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 411
ley suprema de la Nación frente a las constituciones y leyes provinci o, no puede ponerse en duda que en estos casos se verifica una
tículo 31 C.N.). poración automática de las normas emanadas de los órganos in-
Por su parte, el artículo 27 de la C.N. subordina la celebración cionales al derecho interno.
dos por parte del gobierno federal a su conformidad con los prin cambio, cuando el tratado constitutivo de la organización no
derecho público establecidos en la Constitución., 'Por lo tanto, en
..
,; " : ' "', ',' , " :: ne nada en la materia, como sucede por lo general, hay que re-
ción de estos textos constitucionales, los tribunales nacionales ha
el problema solamente a la luz del ordenamiento interno. En
la supremacía de la Constitución por sobre los tratados.
ra opinión, se equivocan aquellos autores que, incluso en estos
En el caso Fibraca, la Corte Suprema le asigna primacía a los tra
te un eventual conflicto con cualquier norma interna contraria, ". , tratan de resolver el problema a la luz del tratado constitutivo
asegurados los principios de derecho público constitucionales... " organización; o bien que, justamente en razón de la falta de
mo, .Corte Suprema, caso Alfonso Chanfrain, Fallos 208:834; evisión sobre la directa aplicabilidad de las normas de la orga-
Química Argentina S.A., Fallos: 211:162). Esta relación ha sido 'n, o tal vez en razón de que existan en el tratado referencias a
porla reforma de 1994.La supremacía de los tratados por sobre 1 igatodedad de las decisiones para los Estados miembros (no
afecta la subordinación de aquellos a la Constitución. En cuanto o de los Estados miembros), o a la obligatoriedad toutcourt,
dos de Derechos Humanos a ·Ios que se les- asigna jerarquía .cons en que los actos de la organización requieren específicos actos
no derogan artículo alguno de la primera parte de la Constitució os de adaptación. En realidad, todo 10 que puede deducirse del
entenderse complementaríos de los derechos y garantías por ella re o es la voluntad y la esperanza de que se respeten y ejecuten
(art. 75, inc. 22).J
cisiones vinculantes de los órganos. Es competencia del ordena-
o jurídico interno de cada Estado el modo como dispone que se
*** da al cumplimiento y ejecución de la decisión.
a vez establecido esto, debemos reconocer que la práctica ita-
Adaptacióna ¿L~ adaptación del derecho interno a un tratado impli al igual que la de la mayoría de los otros países, tiende a
los actos de las
organizaciones su adaptación a las eventuales fuentes que se deriven de é ar una orden de ejecución para cada una d,e las decisiones de
internacionales camente, la orden de ejecución de un tratado constitutiv rganis.Qlos internacionales que sean vinculantes para Italia. Es-
gani~ación internacional, ¿implica la adaptación del dere rdenes de ejecución, que generalmente se emiten en forma or-
alas decisiones de la organización que sean vinculantes p ia, es decir, mediante la reformulación de las normas interna-
do italiano (p'or ejemplo, a las decisiones del Consejo de les, a veces consisten en una Ley (por ejemplo, la Ley N° 1188
de la ONU segúnelart. 41 de la Carta, a las decisiones d -11-1968 por la cual se ejecutaron las medidas contra Rode-
nismos especializados, como la OACI, la OMS, la ITU, 1 Sur decretadas por el Consejo de Seguridad: v, p. 195; .la
197 Yss.)? O bien, ¿hace falta un acto interno específico ( ° 298 del 19-10-1990, relativa a las medidas decretadas por
especial) para adaptar el derecho interno italiano a cada un nsejo de Seguridad 'contra Irak: v, p. 196), pero más frecuen-
decisiones? nte, en decretos legislativos o reglamentos administrativos,
En principio, puede darse que el tratado prevea expre o se trata de deciSIones reiteradas (cfr. por ejemplo, la Ley
directa aplicabilidad de las,decisiones de los órganos en lo 3 del 13-5-1983, que le delega al Gobierno la ejecución de
miembros. Al menos en lo que respecta a las organizacio exos a la Convención constitutiva de la OACI y el O.P.R.
nacionales de las cuales es .miembro Italia, esta situac;ión s 1 del 4-7-1985 que, '~su vez, delega esta ejecución en el Mi-
respecto de los reglamentos de las Comunidades Europeas. de Transportes).
412 BENEDEITO CONFORTI
LA APLlCACION DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 413
Sin embargo, no nos parece que este tipo de prácticas sean e los órganos internacionales y que, como e! del control de constitucio-
vas para concluir (como se hace por lo general) que, hasta d sobre los tratados, debe responderse afirmativamente,
promulgan los actos específicos de adaptación, las decisiones ualmente debían considerarse aplicables las normas self-exewting de la
órganos internacionales no tienen valor alguno para el ordena eón de! Consejo de Seguridad de 1977, relativas a la prohibición de ex-
jurídico italiano. En cambio, nos parece que la orden de e armas a Sudáfrica (v. p. 196). Sobre la actuación de la resolución
del tratado constitutivo de una determinada organización, p ia, o mejor dicho, sobre la falta de actuación, v. Gaja,en RDI, 1987,
car también esa parte del tratado que prevea la competencia d Yss,
ganizatión parllemanar deeisiones vinculantes, ya les atribuy
fuerza jurídica interna a las mencionadas decisiones. La pro
tesis que sostenemos aquí no es criticable desde el punto de
ción de cada uno' de 'los aceos de adaptación en la forma or
constitucional. En cambio, no son aceptables al respecto! cier-
sirve, por' una parte, para darle mayor certeza y, por otra,
siciones rígidas de una parte deja doctrina segúnJa cual una
grar el contenido, no siempre autosuficiente (no siempre s
inaria, como la de ejecución del tratado constitutivo de una
ting) de la decisión internacional. Ahora bien, en lo que re
izacióninternacional, no. podría legítimamente ordenar pto
fuerza formal de las decisiones, dicha promulgación es super
que en Italia, se cumplan [os actos que emanen ulteriormente
otra parte, como· ya se vio, son numerosos los ejemplos d
ha, organización: de ser así, la orden de ejecución instituiría
internacionales .en vigor en Italia en virtud de protedimi
ocedimiento legislativo diferente de los previstos por la-Cons-
cia!es de adaptación y que~ aun así, son objeto de sucesivos
(Ley del Parlamento, Decreto~Ley, IJecretoLegislativo). Es-
mientos ·ordinarios: pensemos en las nOrmas de derecho con
rina no tienelen cuenta que de este modo condena.a-todas las
nario sobre el mar territorial, vigentes en Italia en virtud de
legales ordinariasque<reenvían a ordenamientos jurídicos
1°puhto, de la Constitución y en su reforinulacíónen el
oeros o extraños, como por ejemplo, Ias normas de derecho
Navegación (v; pi 332 y ss:). Pensemos también en la prá
oidnal privado que figuran en las disposiciones preliminares
rantemucho tiempo frecuenteenltalia, que consiste en re
digo.Civilyquedeterminan la aplicación, dentro de ciertos
en' actos legislativos internos específicos los mismos regla
, de las disposiciones legales de Estados extranjeros; .lasnor-
munitaríos que aUn por expresa disposición del Tratado C
bre reconocimiento de lséntencias extrllnjeras (art. 796)': ss.
"directa aplicabilidad" en el país.
d. Proc.Civ. italiano [y arto 517 y ss. del Cod.Prac¡ Civ, .ar-
J); las normas sobre reconceimientorde-actos administrativos
; Por lo tanto, debe considerarse que la decisión internacional
aun antes, y con iltclependencia del acto específico de ejecución, .eros y así" sucesivament.e.. Nos;. parece que no tiene sentido
dentro delos límites. en los que se completa la norma.conteni 'rle,a!la (Jons'titucióniuna voluntad de cerrar herméticamente
sión. Por eje~plo, nos parece que en Italia era aplicable la me namiento jurídico italiano .hacia el exterior; Por otra parte,
defr~~tera~ 'p!ar!l los resideltt,es de Rodesja de! Sur, previ~ta por e respectaa:las organizaciones intennacionales; también se
~es,cltad~, y ya derogada, decisión del Consejo de.Segl\ridad d ecurrir (como. hace la Corte Constitucional en el: caso de la
1tS), no,obstante que, al reformular dicha decisión, la Ley N0 óncomunitaria) alart.J Lde.la Constítuciórí, según el cual
~len d~rogada, del, 19-~ 1-1968, hubiese omitido mencíonarla. .consiente¡.., aquellas .limitaéiones de.su soberanía que sean
diferente es<déterminar'sien el caso dé los residentes italiálto .as para alcanzar un ordenamiento que garantice la pazy la
esta decisión del Consejo no contrariaba elait.16~ 2°punt~, d entre las Naciones; promueve, y, favorece das. organizaciones
ción: este problema atañe al control de constitucionalidád sobre 1
ionales-dedicadas a este fin"; se puede, sostener entonces
LA APLICACION DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 415
414 BENEDEITO CONFORT!
elemento. subjetivo
deJa responsabilidad extracontractual,.según .el cual aquel os estatales. Sólo los órganos estatales con los cuales s~ identi- miento de uno
o más órganos
sione a otros un daño injusto debe repararlo. En cambio, cu l Estado son autores posibles de violaciones al derecho interna- estatales
trata de construir un régimen de responsabilidad pará todas 1 1.. La PriI11era Parte del..Proyecto, luego de indicar, en su ar~., 3
bles violaciones del derecho internacional, aparecen dificu os elementos del acto. ilícito..son: a) un •comportaIl1leI;1to( aC~lOn
tante. serias,. tanto porque la práctica. se .hace sumamente. frag ¡si<sn) atribuible al Estado y b)la ilicitud deesecoIl1Port~m~ell
peeifica' en el arto 5 que el primer elemento (elemento subjetivo)
LA VIOLACIÓN DE LAS NORMAS INTERNACIONALES
421
420 BENEDEITO CONFORTI
que la causa de l,a e~clusión de la ilicitud es la existencia todos los demás Estados de la comunidad internacional (con
a~uerdo, en esencia srernpre se trata de un acto unilateral nsecuencias que discutiremos y profundizaremos al examinar el
cial de una autorización, del Estado que de otraman ,e de la responsabilidad por crímenes internacionales: V. p. 363y
d 'fd eras
amm ICa o, autorización que desarrolla sus efectos en v que, por lo tanto, el consentimiento del Estado invadido es ine-
una norma ad hoc de derecho internacional general. Esto q al rrienoscon respecto alas relaciones entre invasor y terceros
~ostr~d~ por el hecho ~e que en todos los casos en los que os. Esta ineficacia deriva de.la.norma reproducida en el párr. 1
tIO ~ractlcan:ente la ~~J¡dez del consentimiento (son típicos l 29, según la cual el consentimiento excluye la ilicitud sólo en
d~ Inte~vencIOnes m~lltares en territorio extranjero permín laciones entre Estadoautorizantey Estado autorizado.
violencia m,oral, o bien las de órganos que son incompetent
e~ ,derecho Interno), la discusión se centró siempre en la m .iUnade las más importantes causas de exclusión: de' ilicitud es Autodefensa
CIOn ~e la voluntad del Estado autorizante, ¡nunca en la d tod.,eflÚlsa, o sea; las acciones tendientes a reprimir el ilícito de
autonzado! Por otra parte, el texto mismo del arto 29 ' s y que, 'justamente por' esta función,' no pueden ser considera-
f 1 ' parro
~a por con iornar a naturaleza unilateral del consentimiento ntijurídicas, aun cuandé.consisran en violaciones de normas
nr claramente a éste el requisito de la validez. nacionales;" De la' autodefensa. se ocupan los arts.30, sobre
Consentimien-
to del Estado Como ya, s~ dijo, el párr. 2 del arto 29 sustrae a la ope amedidas (represalias) y 34, sobre legítima defensa, de la' Pri-
~Partedel Proyecto. Sobre este tema volveremos al tratar las
damnificado y del consent,lmlento del Estado damnificado las violacion
ius cogens
normas de tus cogens. En principio, esta norma es irrefuta secuencias del ilícito (v..p: 444 y ss.).
la a,bsoluta inderogabilidad de las normas de ius cogens, a
guran~ose,el consentimiento como un acto unilateral. Por ot 31 mcluye. entre las causas de exclusión de ilicitud la Fuerza mayor
las aplIcacIOnes práctica,s~o son muchas, ya que los ejempl zamayohy el caso fortuíto.·pero la cuestión-debe más·bien'en·
y caso fortuito
~ueden extraer de la practIca (y que figuran también en el rarseenelproblemade la culpa comoelemento delilfcito.inter-
no al arto 29, párr. 2: V. YILC, 1979, rr, 2, p. 115, N° 22) ional] sobre el cual nos detendremos más adelante.
fundamentalmente a las normas sobre agresión (v. p. 44
normas sobre ~utodeterminación de los pueblos (v. p. 38). hEs objetoldeeontreversia establecer, si en el derecho interna.. Estado de
c~sos, un GobIerno extranjero que invade y se instala e al, 'como sucede en el.derechopenal interno (cfr., por ejemplo;
necesidad
no se apoya generalmente en un Gobierno local "amigo" t¡ 54,C6d.Petl. italiano [yrartfculo 34, inc .•3, del Código Penal
o
antes o después de la invasión, y de éste obtiene el cons: tino]); puede invocarsecomo causa de exclusión de ilicitud el
(son t~ntas,! tan conocidas las manifestaciones de esta prác ode neáJsidad, es' decir,' habec.cometido: un acto ilícito .para
de la mvasron de Hungría por la Unión Soviética en 195 rUn peligro grave, inminente' y no voluntariamente causado.
de Camboya por Vietnam en 1979 o de Grenadapor Est aremos. que nadie duda 'de que pueda invocarse la necesidad
en 1983, que no es necesario citarlas todas). Ahora ndb.esté-en peligro la vida del individuo·órgano que ha 'cometi-
P:á~ti~amente inútil sostener en estos casos que el consenti 'el ilícito o de los individuos confiados a él (el llamado' dist'ress), Distress
ta VIcIado, dado que quien debiera poner en evidencia di oen el]ejemplo c1ásico ide, la nave que se. ~efugia'en un 'puerto
frente al Gobierno extranjero es, precisamente, el Gob' ranjero sinrprevia autorización del Estado costero,para huir de
fantoche. Tampoco puede objetarse
lo tanto, nadie .puede dudar de la perfecta' con»
de normas de ius cogens, de cualquier )rIl1llO<110 al derecho consuetudinario del arto 32dela'Primera Par-
430
BENEDEITO CONFORTI
Estado de LA VIOLACIÓN DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 431
necesidad e te del Proyecto, dedicado al distress, En cambio, aparecen i
intereses
vitales del dumbres respecto de la necesidad referida al Estado en su ca Compartimos la opinión absolutamente negativa ,acerca de qu~ ,la
Estado to, es decir, el caso de las acciones ilícitas que se realicen par 'dad configure aun a escala reducida, un medio de proreccion
eSl, , .. iohal
tar que se comprometa el interés vital de! Estado. Por otra tereses vitales o esenciales del Estado. La practica Internacl,
incluso en este caso la doctrina repudia unánimemente la an tremadamente incierta al respecto, y si bien es cierto que e~ls::n
tesis de tipo jusnaturalista, aún en boga a fines del siglo p as sentencias arbitrales -sobre las cuales se funda la OPInIO~
que vinculaba la necesidad con un pretendido "derecho de e va- que en principio no han excluido el recurso ~ la necesi-
vación" de! Estado y que, sobre esa base, terminaba por jus también es cierto que, por Una parte, estas sent~ncIas se pro-
no sólo cualquier tipo de abuso (es famoso e! ejemplo de la 1 , iaron siempre por que dicho principio no era aplIcab:e al c~so
dehapto de las Sabinas: cfr. Vatte!, Le droit des gens ou pri uestión y que, por otra parte, nunca aclararon en que co~stste
~e la loi naturelle, Neuchate!, 1773, t. 1, Liv. II, Chapo IX, p. turaleza vital o esencial de un interés del Estado. En realidad;
SInO, sobre todo, fenómenos tales como la conquista y la expa vez eliminado del derecho internacional imperativo e! ~so de la
territorial a expensas de otros Estados. En definitiva, la di en todas sus manifestaciones, incluso las llamadas Interven-
-que alinea a la doctrina en dos campos Opuestos- se re . z: humanitarias o para proteger a los propios c~nc~u~adanos en
punto si, además de! distress, además del repudio de la tesis erior (v. p. 445), los espacios para aplicar el prIn~IplO de la ne-
recho. de conservación, y aun excluyendo,. más en general, dad se reducen a la nada. Tampoco debe confundIrse el :ecurso
necesidad pueda invocarse para. violar impunemente normas nérico- a la necesidad con la aplicación de normas partlcula~es
cogens, en especial la norma que prohíbe e! uso de la fuerza pedficas, consuetudinarias o convencionales, qu~ se hallan VIn-
444), puede admitirse una esfera de operatividad, aun limitad das a la idea de necesidad: en especial, nos re~erImos a ~as, ~o:
estado de ·necesidad. El arto 33 de la Primera Parte de!Proye s del derecho internacional' del mar que autonzan u~ eJenCICIO
pronuncia en sentido favorable; esforzándose por. expresarse cional excepcional del poder de gobierno, como po~ ejemplo, las
manera más restrictiva posible y adoptando, además, una fa mas sobre represión del contrabando de guerra en tIempo, de paz
ción negativa: "1. El estado de necesidad no puede ser invo . p. 357) o las normas sobre intervenciones en naves extranjeras ~n
por un Estado -dice-como causa de exclusión,de,Ja ilicitu so de peligro de catástrofe o de daños graves de naturaleza ecolo-
un hecho de. ese. Estado quena estéen'conformidadcon un ca (v. p. 366);
gación internacional, a menos que (a) ese hecho haya sido el
me.dio para proteger. un interés esencial del,Estado contra u' 5. Respecto de las causas que excluyen la ilicitud, y no obstante Recomenda-
ciones
gro grave e inminente.y: (b) ese hecho no haya afectado.grav la Primera Parte del Proyecto no diga nada al respecto, debe ~e del órgano
un interés esencial del Estado pata con e! que existía lao . darse el efecto de licitud de· fas recomendaciones de .Ios orgarus- internacional
2. Eh todo caso el estado denecesidádnoipuede invocarse•. s internacibnales,:delas cuales ya hemos hablado (v. p. 241).
la obligación internacional a la cual no se .conforma eLhec
Estado se deriva de una norma imperativ,tde derecho interna . Quizá' no sea demasiado arriesgada la tesis seg~n ·la cu~1 no Respeto de los
principios
generaba.•, (c) si el Estado en cuestión ha contribuido a iste ilicitud cuando el cumplimiento de una norma internacional constituciona-
produZca el estado de necesidad". Queda por preguntarse, ~i siempre que no se trate de una norma de ius cogens- sea can- les del Estado
bargo, si las Cosas son efectivamente así para el derecho inter ario a principios fundamentales de la Constituc~ón, del Esta~o.
nal consuetudinario.' imos en su momento que la Corte Constitucional I~alIana ~nulo a
veces las normas internas de ejecución de normas internacionales
432
BENEDEITO CONFORTI
LA VIOLACIÓN DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 433
convencionales contrarias a principios constitucionales (sobre
dición por delitos castigados en el exterior con la pena de
sobre limitación de la responsabilidad del vector) (v, p. 40
diendo que el resto de los órganos del Estado italiano p
elementos controvertidos: la culpa y el daño
cumplir dichas normas internacionales. Las Cortes Supre
otros Estados también han adoptado, o se reservaron de a
mismo criterio. Queda por preguntarse -o por comenzar emás de los dos elementos considerados hasta aquí, es necesa-
tarse- si el derecho internacional no avala este tipo de guntarse si se requieren otros elementos o condiciones para
no pretende ser aplicado a punto de que se quiebren los val verifique un acto ilícito internacional.
damentales (y sólo los valores fundamentales) de la Constit te respecto, se ha debatido durante mucho tiempo si hay o ~o
tatal, al menos cuando son los órganos jurisdiccionales s ad de que subsista la culpa del órgano estatal autor de la VlO-
del Estado los que determinan si se produce ese quiebre. A
to, es sintomático que no se hayan producido protestas de 1 amos de algunos conceptos de teoría general.
dos interesados en ocasión de los mencionados pronuncia randes trazos, con referencia al problema de la culpa pue-
de la Corte Constitucional italiana. [La Corte Suprema arge stinguirse tres tipos de responsabilidad. Ante todo existe la Responsabili-
dad por culpa
el caso Fibraca e/Como Técnica Mixta de Salto Grande (s nsabilidad por culpa, que se da cuando el autor del ilícito lo
del 7 de julio de 1993) sostuvo que la aplicación del artícu metido intencionalmente (dolo) o al menos con negligencia,
la Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados' , ha dejado de adoptar las medidas necesarias para impedir el
los órganos del Estado argentino asignar primacía a los tra doloso (culpa en sentido estricto, graduada como culpa l~ve
te. un eventual conflicto con cualquier norma interna c a grave, según el grado de celo que requiriera la norma VIO-
"una vez asegurados los principios de. derecho público con Como se sabe, en el derecho privado éstas Son las caracte-
nales".] s típicas de la responsabilidad extracontractual o "aquilia-
Es inútil decir que, en este caso, la tesis que subyace no origen romano. Existe luego una responsabilidad ala cual
se funda en las normas de la Primera Parte del Proyecto s darse el nombre de responsabilidad objetiva relativa, para Responsabili-
dad objetiva
circunstancias que excluyen la ilicitud, sino que además se la doctrina anglosajona usa generalmente el término de relativa
ta con una de las normas generales de dicho documento liability" (y que, en el derecho civil italiano [y argentino],
cisamente, con el arto 4, según el cual el derecho int~rno eriza a la responsabilidad. contractual): ésta se produce por
tener influencia alguna sobre la ilicitud internacional. E o de la simple comisión del ilícito pero, para sustraerse a la
respecta a los tratados, choca también con el arto 27 de onsabilidad .el autor puede invocar una causa de justificación
vención de. Viena de 1969, que niega que pueda invocarse consista en-un hecho externo que le haya hecho imposible res-
cho interno como justificación del incumplimiento dI:: no la norma (fuerza mayor, imposibilidad de la prestación, Act
vencionales. Pero, ¿no es ésta una posición extremadame di etc.). En la responsabilidad objetiva relativa no sólo la
-aunque esté basada en una opinión antigua y difundida nsabilidad se ve agravada -y su agravamiento depende del
necesario rever a la luz de una visión moderna y realista roy de la naturaleza más o menos excepcional de las causas
stificacióh admitidas-, sino que existe también un desplaza-
cho internacional que conjugue los valores internacionalist
los internos? to de la obligación de la prueba de la víctima al autor del ilí-
. no es el primero quien debe probar la existencia de la culpa,
434
BENEDETTO CONFORTI
LA VIOLACIÓN DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 435
s~~o el, ~egund~ quien debe probar la existencia de la Ca s (v. p. 273) o de los órganos extranjeros (v. p. 287 y ss.)
tlfIcaclOn. EXIste finalmente un tercer tipo de res
ResponsabíJi_ bi bi pon teda lugar a una responsabilidad por culp~, ya, que esa
dad objetiva tam len o jetrva, que tanto en los sistemas continenta1e
consiste, justamente, en que el Estado, o mejor dicho, los
absoluta los del ,common
, law es llamada absoluta y que , adem'as
estatales no han tenido la debida diligencia en proteger a
a~tomatlcamente del comportamiento contrario a una
~Ica, no admite ninguna causa de justificación. En cu
tIpO de responsabilidad, prevista o supuesta en tema d
os parece aceptable el célebre argumento de Anzilotti para s~st~
activi~ades peligrosas o socialmente dañinas, y amen
aun en el ejemplo dado, la responsabilidad del Estado no dejarla
da a SIstemas de seguro obligatorio (pensemos en el se
bjetiva. Justamente porque la diligencia const~tuye el contenido
torio contra los ,daños por accidentes automovilísticos), la norma violada :-dijo el insigne jurista-, Justamente porque
na se pr,egu~ta SI es oportuno seguir hablando de respo o la culpa no es un elemento que se agrega a la violación, la res-
y no ~as bien de garantía. Es cierto además que,a ad es siempre objetiva. En cambio, nuestra opinión es: que la
~os aleJamos de la responsabilidad por culpa hacia la r odas los casos en que se requiere, no es sino un elemento del ca-
lIdad absoluta, la idea -basada en concepciones moral to por la norma m~terial; que su naturaleza no desapa:~ce ni aun
dualistas':- ,d~ que el autor del ilícito es responsable po sea req'Jerida por una norma general ad hoc y en rélación con. to-
de manera InJUsta cede el lugar a la idea -solidaria_ materia; y que, por lo tanto, cuando se requiere culpa y no ,e~l~te,
sidad de la protección de la víctima. e tampoco configurarse una violación de la norma. En defImtlva,
Volviendo al derecho internacional; sobre la base de que se puedé observar, partiendo de la tesis de Anzilotti, es que
~onor a la tradición romana, durante mucho tiempo la el derecho internacional requiere que exista culpa y no la hay, no
lIdad del E~tado (en relación. con la violación de las n
xiste responsabilidad del Estado, sino que tampoco existe ilicitud
nducta. Por ésto se dice que si se requiere culpa, ésta es un elemen-
tratamiento de extranjeros y, más específicamente co
~ausados por los nacionales a individuos, órganos /Esta
a condición del ilícito.
Hasta el presente, la C<~misión ha adoptado provisional emás de constituir, como la pena y la ejecución forzada, una
solamente cinco artículos sobre las consecuencias del ilícito ( contra el ilícito (no centralizada sino descentralizada, por
UN General Assembly, Official Records, 45th sess., Supp rada al mismo sujeto ofendido), no serían asimilables exacta-
41.5); de ellos, tiene cierta importancia el arto 5, correspond . a una ni a la otra.
ción de "Estado damnificado" y, por lo tanto, de Estado e y duda de que las ideas de Kelsen se deben, en gran medida,
tuar contra el Estado agresor. La Comisión recibió luego a epción fuertemente imperativa del derecho, que, como es
del relator especial Arangio-Ruiz, dedicados principalmente
lo lleva a considerar que el momento de la sanción es lo que
de ofrecer una reparación. Sobre la base de estos informes, ,riza a todo ordenamiento jurídico. Sin embargo, aun -presan- .'
to para aquellas formas de reparación que consist ecir hacer justicia por propia mano. Esto, que en el derecho
"satisfacción", o seá, en la presentación de excusas, en o co~stituye un hecho excepcional, admitid~ sólo den~ro de
presentado a los símbolos del Estado ofendido, etc. En c s límites en ciertos campos y en presencia de circunstancias ex-
que respecta a la otra forma de reparación que tien nales,e; hoy en día la regla en el derecho internacio~a~, donde
práctica, es decir, al resarcimiento del daño, no nos pare iste un sistema centralizado que garantice el cumplrmlen:~ de
rrnas, Ni siquiera las Naciones Unidas han logrado modificar
444 BENEDEITO CONFORTI
LA VIOLACIÓN DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 445
esta situación, como veremos. Por lo tanto, queda defin armas, de asistencia logística, etc. Esta asistencia implicaría sola-
confirmada la opinión que hemos expresado en tanta una posibilidad de que se viole la prohibición de injerir en los asun-
acerca de la escasa eficiencia y credibilidad de los medio s y, al mismo tiempo, una posibilidad de que se produzca una
nales de implementar coercítivamente el derecho, y de la minoris generis de la prohibición de la amenaza o del uso de la
necesidad de prevenir el ilícito internacional con los instr que como tales no justifican una respuesta armada (ibid., p. 103 Y
propio ordenamiento jurídico interno del Estado que t 95 y p. 107 Y ss. N° 205).
en violar determinada norma internacional. osibilidad de responder con la fuerza a un ataque armado está indi-
Prohibición de o "legítima defensa" en los textos oficiales de la Carta de las Na-
la amenaza o Puede decirse que se ha logrado algo en el derecho i
del uso de la moderno: que la autodefensa no puede consistir en la a nidas; en la traducción (no oficial) italiana, a cargo de Perassi y
fuerza
el uso de la fuerza, prohibidos tanto por el arto 2, párr. prefirió hablar de "autodefensa", refiriéndose así al género y no a la
de las Naciones Unidas como por el derecho internacio
dinario, como lo estableció definitivamente la Corte Inte
rohibición del uso de la fuerza, repetimos, no tiene otras ex- Interveuciones
Justicia en la Sentencia del 27-6-1986 sobre el diferend armadas
fuera del arto 51 de la Carta de las Naciones Unidas. Hay con fines
ragua y Estados Unidos en el caso de las Actividades M
stiene que son admisibles intervenciones armadas para pro- humanitarios
ramilitares contra Nicaragua (Cl], Recueil, 1986, p. 88
vida de los propios ciudadanos en el exterior, como sucedió,
Y ss.). El principio que prohíbe recurrir a la fuerza tien
plo, en los casos de la intervención anglo-francesa en Egipto
rácter imperativo, como se vio en su oportunidad (v. p.
de la intervención de Bélgica en el Congo en 1960, del raid
ca excepción a esta prohibición es la respUesta a un at
Respuesta a la , Entebbe en 1976, del raid egipcio en Larnaca en 1978, del
agresión
(o agresión armada) ya iniciado: en efecto, el arto 51 de 1
de Estados Unidos de liberar a los rehenes norteamericanos
armada en la mencionada sentencia la Corte Internacional de J
s en Teherán en1980 (sobre estosy otros casos V. Ronzitti,
deró, con toda razón, que corresponde al derecho c
g Nationals, cit., p. 26 Y ss.). Existe incluso quien sostiene
(cfr. Cl], Recueil, 1986, p. 92 Y ss., N° 193), recono
ede intervenir con la fuerza contra aquellos Estados que co-
inmanente de legítima defensa, individual o colectiva,
.olacíones graves de los derechos humanos con respecto a
que armado contra un miembro de las Naciones Unida
ios ciudadanos (las llamadas "intervenciones humanitarias")
Nociones de
El "ataque armado" (según el texto inglés del arto 51) 01
a un Estado que practique el contrabando de droga, como en
agresión
armada mada" (según el texto francés) se produce no sólo cuando e la invasión de Panamá por Estados Unidos en 1989 y la
regulares de un Estado, sino también cuando el Estado agre ente destitución del general Noriega. Es forzoso rechazar es-
vés de bandas irregulares o de mercenarios contratados por ones, ya que sólo un restringido grupo de Estados, espe~ífí
equivalentes. En ,este sentido se pronuncia el arto 3, inc. g algunos Estados occidentales, son partidarios de la liCItud
ción de la Asamblea General de las Naciones Unidas N0 intervenciones. También debe negarse que'sean lícitos los
14-2-1974 sobre Definición de la Agresión (v. p. 79). Tam armados contra los Estados que fomentan el terrorism?: pa-
ró que la norma contenida en este artículo corresponde a icar el bombardeo de Libia por Estados Unidos en 1986, se
nacional consuetudinario en la citada sentencia de la Cor o que, según el arto 51 de la Carta de las Naciones Unidas, el
de Justicia (CI], ReClteil, p. 103 Y ss.; N° 195). La Corte (i rno es un "ataque armado" cuando asume proporciones sig-
que, en cambio, no constituye agresión armada la simple asiste
as, como es el caso del terrorismo en Medio Oriente. Pero el
.zas rebeldes que actúan en el territorio de un Estado, bajo for
nto no es convincente y la posibilidad de encuadrar la acción
446 BENEDETTO CONFORTI LA VIOLACIÓN DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 447
de Estados Unidos en la legítima defensa fue rechazad del Protocolo 1 (1977), a los Convenios de Ginebra de 1949, extiende
muchos Estados como por diversos estudiosos. Final hode legítima defensa que tienen los Estados a los pueblos que Iu-
condenarse, por estar circunscriptos a un número restr' ntra la dominación colonial y la ocupación extranjera y contra los
tados, los intentos de legitimar el uso preventivo de I 1 s racistas, en el ejercicio del derecho de los pueblos a la libre deter-
más, esta legitimación quitaría contenido a la proh'b' a
, 1 1 1
... ".]
recurrir a a fuerza, dado que es imposible determin
contra el cual se actúa se prepara efectivamente a e ha de que hoy en día exista un principio de carácter general
ataque.
híbe el uso de la fuerza hace plausible y coherente, al menos
1 punto de vista jurídico, un estudio de las medidas de auto-
La prohibición de la amenaza o el uso de la fuerza que s' con el fin de establecer qué formas de reacción le están per«
id " . . , 1ll
tI a como irnperanvn en el ámbito de la comunidad inter 1 sujeto damnificado, y dentro de qué límites. No puede de-
debe enfrentarse desgraciadamente con la ineficiencia del sist mismo para el pasado, cuando se consideraba que la
do .de seguridad colectiva previsto en el cap. VII de la Carta
bélica era siempre lícita desde el punto de vista del derecho
Urudas (v. p. 476.y ss.) y, por 10 tanto, con el hecho de que
'onal, ya que podía ejercerse tanto para proteger derechos
.cuenrra casi su única efectivización en la autodefensa. Se deri
cuando se usa la fuerza en gran escala entre dos o más Esta
ra afirmar simples intereses del Estado. Esta opinión -que
desencadena la violencia bélica, es difícil y además estéril . ante destacar que se aplicaba exactamente a la realidad de
do los acontecimientos en términos rigurosamente jurfdi iones internacionales- predominó sin oposición hasta la
momento se abre una fase de acciones y reacciones de a Guerra Mundial; pero incluso en el período de entreguerras,
ques absolutamente incontrolables, que por lo ta~to n presencia de convenciones que contenían una limitada con-
. d" ' . , se
~ente ~mlllada por las relaciones ele fuerza, cualquiera la guerra, como el Pacto de la Sociedad de las Naciones y el
nene razon o el equivocado. La guerra se ubica en defin' 'and-Kellog de 1928, no dejó de mantenerse, al menos en lo
Derecho
bien ydel. mal jurídico, en cierto sentidd. Sin embargo, haylq al der~cho consuetudinario y, por lo tanto, para los Esta-
de guerra te q~e exrsre todo un cuerpo de normas, tanto consuetudina inculados por obligaciones convencionales. Claro que, es-
venclOnales-por ejemplo, las Convenciones de La Haya de las cosas, le faltaba en gran medida admisibilidad y cohe-
-sobre la guerra terrestre; las Convenciones de Ginebra de 19
planteo de la autodefensa: ¿qué sentido tenía, en efecto,
res Prot~:olo~ ~obrelas víctimas de la guerra (heridos, prisio
rse qué podía o qué no podía hacer un Estado para reaccio-
y poblacIon civil), las normas consuetudinarias sobre salv
cio d~ los Estados neutrales, en la guerra en el mar, etc.-
los ilícitos de otros, si luego ese mismo Estado tenía la posi-
llama,do derecho de. guerra y que' están destinadas .~ mit recurrir en última 'instancia a la violencia bélica? Es cierto
pueden, las asperezas de la lucha entre los beligerantes a una gran desorientación en la organización de esta mate-
co~o.así también a proteger a los países ajenos al conf que incluso en los escritos de autores del siglo pasado y de
munm~nte que, desde este punto de vista, el derecho in del áctual~ las represalias, las presiones y otras formas de
un rostro más{"númo q)le el derechointerno, que no di sa, tuvieran o no carácter violento, eran consideradas más
guno, y ~enos humaniza, lá guerraciYil(esto explicaría por os extralegales o "vías de fac,to" para hacer justicia y que,
que ~a.sldo una conquista de los grupos insurrectos (v. p.3 , se remitía la autodefeq.sa en su conjunto o alguna de sus
~OYIml~ntos de liberación (Y. p. 42) el qúe se aplique a su 1 por ejemplo, la reacción contra la agresión o la amenazade
InternacIOnal de guerra. [En esti: sentido se ha sostenido que ) al llamado "derecho de conservación" .
449
LA VIOLACIÓN DE LAS NORMAS INTERNACIONALES
448 BENEDETIO CONFORT!
de! Estado: e! empleo de la fuerza por parte del Estado dentro de los lí-
Naturaleza Por último, es necesario entendernos acerca de qué si nif de su territorio y de los otros espacios sujetos a su soberanía es siern-
internacional
de la fuerza tamente, la prohibición del uso de la fuerza, en otras p:l a acción de policía interna si no tiene por objeto elementos bélicos
es la "fuerza " a la cua 1no puede recurrirse ni siquiera e a encuentren en su territorio por autorización suya (naves o aviones de
fensa, salvo en respuesta a un ataque armado. En nuestr fuerzas armadas extranjeras); al contrario, el empleo de la fuerza por
debe tener siempre bien presente que el derecho internac el Estado contra comunidades o medios de otrosEstados fuera de su
be usar (o amenazar con) la llamada "fuerza internac io o de los espacios sometidos a su soberanía implica el uso de la
comprende cualquier acción de carácter militar contra internacional.
p. ?S6). ~n, cam~io, el derecho internacional no prohíb
dna prohibirlb srn abolir el derecho de soberanía territo
de la fuerza interna, o sea, la que corresponde al normal especie más importante del género autodefensa es la re~resalia,
Contramedida
poder de gobierno del Estado. Es rnás;» una teoría mo o se dice hoy en día usando un término más apropIado, la
formas no violentas de autodefensa debe basarse, justa
hecho de que todo Estado gobierna una comunidad d medida.
ún el concepto más común, la represalia consiste en un com-
de la cual incluso los extranjeros forman parte y en la ientodelEstado damnificado, que sería ilícito en sí mismo,
día, se entrelazan numerosas relaciones que involucran ue se hace lícito por ser reacción frente a un ilícito de terce-
Estados, de individuos y de sociedades extranjeras: pre otras palabras,para reaccionar contra el Estado agresor, el
razó~ ,de haberse lesionado estos intereses, puede pr
o damnificado puede, a su vez, violar las obligaciones deriva-
reaecion de terceros frente a violaciones del derecho in e normas consuetudinarias (por ejemplo, de las normas sobre
aun dentro de ciertos límites que veremos a continuación. tamiento cielos extranjeros O de los Estados extranjeros), de
as convencionales o de normas contenidas en las decisiones de
Dado que también una acción del Estado encuadrable en nismos internacionales,' obviamente que sólo respecto de dicho
fuerz.a interna -específicamente, una acción de policía- puede o agresor. Incluso la regla inadimplenti non est. adimplendum
ter vl~lento, en ciert?s casos límite se hace difícil distinguir ent 1arto 60 de la Convención de Viena sobre Derecho de los Tra-
ternacl?~al ~fue~za mterna. Por cierto que no se presenta ning
s), en la parte que autoriza la suspensión temporal de la aplica-
de c1a~l{¡caclOn SI un policía dispara contra un delincuente, aun
de.untratadd respecto del Estado que lo haya violado y que,
extranjero. Pero, ¿cómo hay que encuadrar las acciones violenta
o tanto, se propone asegurar que cese dicha violación,debe
contra grupos o comunidades extranjeras? Por ejemplo, ¿debe c
uso de la fuerza internacional o uso de la fuerza interna la dete
, erarse una especificación de los principios sobre represalias;
henes extranjeros perpetrada por (o con la connivencia de) un en cambio, en la.pante que atribuye al incumplimiento la po-
como fue, e! caso de! secuestro de! personal de la embajada no adde poner fin al tratado, caso en el cual esta misma regla
en Teheran en 1979 (v. p. 175)? De la misma manera 'cómo cuadrarse entre los principios relativos a las causas de extin-
d erarIa'm,tercepclOn
" o Ia destrucción de un avión extranjero
', q e lostiatados(v. p. 172).
un determmado territorio sin autorización del Estado local? .y to el' derecho internacional general como especial prevén dis-
una nave privada extranjera en alta mar, cuando la situaci¿n n limitaciones a la aplicación de represalias; Nos reservamos pa-
uno de los casos permitidos por el derecho internacional consu tar los; límites del derecho internacional especial más adelante
convenéional? Aunque pueda parecer simplista, e! liÍnico crite pi 450 Y ss.). Señalemos ahora que el límite más importante entre
parece e! indicado por Ronzitti, es decir, e! de! lugar donde se pro
450
BENEDEITO CONFORTI
Límite de la LA VIOLACIÓN DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 451
proporciona_ los de carácter general es la ro ' ,
lidad frida y la violación comet'd p porclOnalIdad entre la violac de los agentes diplomáticos, tanto consuetudinarias como con-
'1 , l a en represal' .
VIO acrones deban corres d' la. no se trata de que ionales. Quizá todo lo que pueda decirse es que, ya que estas
Pon
mente se puede reaccI'on erse perfectamente, dado que as protegen situaciohes y valores totalmente especiales e im-
" ar contra el i ' l ' ,
cron (por ejemplo e 'd ncump Imlento de un antes, el Estado sólo puede violarlas como reacción frente a
. , n matena e tratam' d
quebrantamiento de una bli ', lento e extranjero s violaciones exactamente correspondientes, es decir, cuando
n,
plo, con la suspensión d o IgaclO totalmente diferente (p ciudadanos y sus agentes diplomáticos hayan sufrido la infrac-
e un tratamIento e ' 1
que, más que proporcionalidad el d om~rcla ). Por el de estas mismas normás; en definitiva, todo lo que puede de-
que no haya una desprop ," ,erecho Internacional es que, fuera de estos casos, no existe el requisito de la pro-
orcion exceSIva 1 d
normas internacionales el ,entre as os vio1ac ionalidad:
, . aroquesleX't d
medIda se hace ilícita e 1 IS e esproporción, 1 considera, finalmente, que no se puede recurrir a la represalia Límite de los
, n a parte excedente' , medios de
que, SIse quiere estar seguro d I ' y es tamblé r ser una medida unilateral- si antes no se agotaron todos los
d e que a reac " solución de las
na a, el camino más f' '1 h cien no sea desp ios(conciliación, .arbitraje, etc.) de llegar a una solución acor- controversias
, , aCI es aceda " ,
oblIgacIón violadap 1 consIstIr en Infringir de la controversia (v.p. 4513 y ss.). En realidad, esta norma no
Límite del or a otra parte
respeto del Otro límite que se les así . absoluto rígida y nada puede impedir que un Estado que deba
derecho salias es la imposibilidad deg;a ge~eralmente hoy en día ntar una situación de emergencia-e-pon ejemplo, una violación
imperativo
nacional imperativo (v 24~~u~nr a violaciones del der del derecho internacional con respecto, a sus ciudadanos; a sus
contra este tipo de viola'cPI'" d 'II cuando se deba oa sus órganos de.igobierno-e-i.aplique las contramedidas ne-
, ' o n e s e dnc1usoere h . ,
VIO, Y como veremos' , e o InternacIOnal. e as.
,, mejor ensegUIda t 1
cepclon.enla posibilidad de ' es a reg a encuentr
mado. usar la fuerza para repeler un a
Límite del ntra la tesis que se ha sostenido' en este texto, respecto de la posibilidad
respeto de los Dado que entre las normas de ' , pueda producirse un eventual incumplimiento de las normas sobre in-
derechos protege la dignidad h tus cogens eXIste tam
des diplomáticas a título de represalia, no puede invocarse la ya men-
hnmanitarios dentro del derecho' uma~a (v. p. 250), entonces que
ImperatIvo el lf , d l da sentencia de la Corte Internacional de Justicia del 24-5-1980 en el
humanitarios que la d ' . ImIte e respeto de los del Personal Diplomático)' Consular de Estados Unidos en Teherátt, La
, octrIna VInculó .
que consisten en no cumplir las obli ,sIempre con las r e rechaza el argumento de Irán, según el cual la larga y mortificante de-
los extranjeros Por 10 t 1 gacIOnes del Estado r 'n de los diplomáticos norteamericanos en la embajada norteamericana
. anta e der h ' ,
mente el ámbito dentro dI' 1 ec o ImperatIvo se herán y l¡lconsiguiente violación de las normas sobre inmunidad esta-
l os Estados pueden d e cua se hac '1 ,. stificadas por los "crímenes" perpetrados por Estados Unidos contra el
e l egltlma la r
erogat norm' . iraní y por la continua injerencia de Estados Unidos en los asuntos in-
acuerdo, no vemos p , as InternaclOnale
or que -a falta d ' . iraníes. Enrealid~d, la Córte (CI], Recueil, 1980, pp. 37-41, N° 80-
exprese en sentido Cont . e una practlC
rano- no pu d d ocupa de la cuestión sólo' bajo el perfil de la injerencia en los asuntos
represalia. DeJ'ando 1 1 e en erogar ot
. a sa va e resp t 1 d' . os del Estado'receptór por parte de los agelités diplómdticosextrallje-
prohIbición de recurrir a 1 l' f,~ por a Igmda
'limita a observar qúe, según la Convención de Viena de 1961 sobre
gradantes no nos con al ap I~aclOn de tratos'
, vence a tes! d . nes Diplomáticas (v. p. 72) Y según el propio derecho consuetudina-
ción de l' . s e qUIenes exti
ap tcan represalIas que . ico remedio contra este tipo de injerencia es la expulsión del agente
normas internacional b dconsIstan en violar ático o, a lo sumo, la ruptura de las relaciones diplomáticas. La sen-
es so re erechos humanos o
no se refiere, por lo tanto, al caso en que un Estado suspende las inmu-
452
BENEDETTO CONFORT!
nidades diplomáticas para reacci ' LA VIOLACIÓN DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 453
trada Contra él. Debe agregars anal' contra Una idéntica suspe
' e que en el ca '
se trata ba sQlamente de 1 ., so exammado por 1 -1986 (Cl], Recueil, 1986, p. 103, N° 194). También es cierto
d~i~aní, sino de la aplica;i~~s~:~~on de ~as inmunidades por mayor parte de la doctrina tiende a distinguir la legítima de-
marIcas norteamericanos. . . trato Inhumano y degradan de la represalia; pero la distinción se funda en argumentos (co-
objetivo puramente defensivo de la legítima defensa, por con-
Decíamos que el término sición al objetivo de causar perjuicio reparador de la represalia,
sión de Derecho Inter . clontramedida -utilizado echo de que la legítima defensa no presuponga, como es obvio,
naclOna sobr
arto 30 de la ya varias vece . d e una propuesta de tamiento previo de los medios de solución pacífica de contro-
, 1 s CIta a P . P
t/~u os sobre ResPonsabilidad de 1 rtrnern arte del Proy as) que han sido superados por las consideraciones expuestas
mas apropiado que el clásico té ,os Estados)_ debe co arriba. En realidad, e! mismo término "legítima defensa", aun
cambiando las palabr 1 ermI?O represalia. Es obvi o incorporado en e! uso común, es utilizado de manera impro-
d escnpto ' as, a SustancI a legítima defensa tiene esencialmente carácter preventivo y,
hasta ahora' p , a no cambia y es la
, , . ero nos par
InSIsta en que el carácter de 1 ece que -no obstan tanto, esta calificación de las acciones armadas tenía sentido
(v: p. 44 O), así corno u as contramed'd 1 as es causar u do se quería subrayar que no sólo era legítimo rechazar los ata-
1as represalias_ este nue na parte de 1 d ' en curso, sino también prevenir la agresión de los otros. Hoy en
' , a ocrrtna SOstenía e
vo termInO ' justifica poco usar este término, dada la prohibición de! uso
que no subraya ese cara'ct ' se recomIenda, justa
d er SInO q 'd' tivo de la fuerza.
erecho internacional que '1' lue In ica cualquier infra
E d rea Ice e Est d d ' , ra concluir, es inútil insistir en que el tema de las contrámedi- Contrame-
sta o agresor a fin de r t bl. a o amnlflcado res
t . es a ecer el o d ' , omoe! de la autodefensa en general, queda absorbido casi en- didas no
, ,UVlmos ya ocasión de b r e n Jundico viola violentas
'1' ,
de1 lICItO o servar cuand ente por las medidas de autodefensa no violentas, o sea, por las
desde el punr de.»: o tratarnos las con
. o e VIsta general ( 4 rácter legislativo o administrativo que e! Estado adopte en e!
nes. contra el ilícito tamb" v, p. 41), en 1
, , len pued "
perJUIcIO, pero es total e eXIstIr un objetivo de ito de su propia comunidad y que consisten en violar normas in-
d mente secund ' ir acionales como reacción a las violaciones de otros.
ce ora,tendiente a que cese 1'1" ano ente a su funció
Legítima
Entre las' contramed 'd e ' lICItO y 1"
defensa . se e lmInen SUs efe
, " l a s aSl entend'd 'd ' .
InCUmplImIento de lapr'oh'b' " d 1 as, ebe mcluirse
. 1 IClon el u ' d '1 f
so en que es admisible .d ' ,so e a uerzaen e
1a Carta ' . ,es ecrr en e l ( '. .
de lá ONU 11 d."" caso preVIsto por él ebe considerarse también una especie de! género autodefensa la Retorsión
. , , ama o legltld.'.~ .
practica y en los mismos te' . , ,:n~ el ensa en la doCt sión, que se distingue de la represalia porque no consiste en un
sario rechazar un ataqu xtosdoflclales dd arto 51) en qu rantamiento de normas internacionales, sirio solamente en un
esenCIa , 1es que hemo "e arma o (v. p. 444)" . Todos los e portamiento inamistoso, como e! debilitamiento o la ruptura de
s VISto que car '
cuentran en esta reaccio'n actenz~n a las represali elaciones diplomáticas (no existe ninguna obligación internacio-
pUed a c9meter' en e : contra
1 el .m'as grave lICIto'1' , que U de mantener estas relaciones), o bien e! debilitamiento o la ruptu-
, ,speCla , en este ',
mlte de la proporcionalidad . caso tamblen se veri ' e la colaboración económica y comercial (obviamente, cuando
corno también ha expresado ~:tre ataque sufrido y Contr héiya tratados que la impongan). Se dice que la retorsión no es
la ya mencionada sentenc'" Corte Internacional de]u forma de autodefensa, dado que un Estado puede siempre man-
1", entre Ni
caragua y Estados Unid n un comportamiento inamistoso hacia otro Estado, aun sin ha-
sufrido un ilícito. Esta opinión no nos parece convincente, por-
454
BENEDEITO CONFORTI
LA VIOLAcróN DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 455
que, en el ordenafuiento internacional, que carece de •... .. i ••,
tra~~adod·quegarantice el cumplimiento del derechu~isl obligaciones internacionales preexistentes. Sobre el sistema de se-
me lOS e Presión quedos Estados.. "o,no d.colectiva de la ONU, v. p. 476 Yss.
falta son del.rodo '1 ' .. pueden utdlzarpél.
o.s. un ~sjaunque,sean lícitos Corno s
mente dea.practICa,es
l . ' '. '.
cierto, que las retorsiones. .....,e
t~ hablando, los Gomportamientos:inamistosos ,ymasi
~Ica •.,para ,reaccionar:indiferentemen te. tanto. 'f;~:/u~ táaqlIísiempre hemos considerado la hipótesis de que el que Autodefensa
;::;~'"::~:e~:~~~::~~:o~~:;F;;~;~;'~:::'~~~~ól
río adquirido mediante la fuerza y niantenidosinrespetar el
id de autodeterminación de los pueblos (v. p. 255 y ss.).
'adanos o de violaciá d I ' ,r e ra a contra los pro isino modo, se puede recordar la norma (v: p. 41) que autori-
pueblos). . n e pnncIpio de autodeterminació odos los Estados a ayudar militarmente a los movimientos
Señalemos adern.í l chan para liberara su territorio del dominio extranjero y,
' mas, que a cuestión d
nbols. teóricos o formalistas. No se pue;o Xu~ e resolverse tanto, que luchan contra la violación del principio de auto-
e clr ininación de los pueblos en ese mismo territorio. Fuera deesta
0 Ig)aciones erga omnes o (en el caso de la: que, ?or t
1
ra es asumidas en relación Con un ci t ,convencIones tesis, estas ayudas serían ilícitas, porque contravienen la prohi-
uno de ellos tiene el derecho absoluto ~r o nU~ero de Est de la' ameriaza y del uso de la' fuerza.
das de autodefensa en caso de que s ~ rleacclO nar utiliza ernás, y pasando ahora del nivel del derecho consuetudinario al
del interés común. Si se tiene en cu e v~o e una norma y éfecho convencional] es posible que un tratado multilateral pre-
la, comunidad internacional y la na~~::l a es~ructura "aná of sí mismo'lel'Iderecho de cada Estado contratante de aplicar
nomeno de la. autodefensa, nada niega eza astante recie onés encaso de quebrantamiento de una de las normas del
desprovistas (o provistas d f que se trate de ob tdo, aun sin haber' sido damnificado' directamente. En realidad,
palabras, nada excluye e ormas atenuadas) de sanciones' ~ta de!una hipótesis ,más 'bientéórica' dado'que,' como veremos
nal, no tenga como cO:~~U:~~i:u::~osubsista el ilícito i;t uida, el derecho convencional tiende más a limitar que a exten-
~~::;:~::;t~;10I'práetica ¡oter""¡¡~~:'I~;~;~~~::~:
lejefcicidde il3.ia'utOdefensa.En cambio, es característica de al-
s trátadosmultilatúales(ycontribuye' a darle cierta importan-
Normas
especiales de Dicho esto, es innegable que en n ' aliHtetéscomún)' lá'simple creación de mecanismos
autodefensa
tudinarias particulares está prevista I:rma~~~~dernacionales ituciorialesde contt6l que pueden ser puestos en práóticapor ca-
gan terceros E s t a d o d ' POSI lIad de que i stadoi coHtfatailte,á veces demasiado débiles, otras veces más
bl ' , s, con rno alrdades 'f'
o IgaclOnes internac' 1 ' , espeCI rcas y cu ces, pe'rb'que de 'todos' modoscáreceri'de poder' de sancionar: en
el de la legítima defe~~:ac:;e~:fv~I:~ca:. El caso más impo
Legítima
defensa
so de losmecanisrhosmásdébiles, pensemos en las competen-
colectiva mente reconocida por el t 51 d n ra ataques armad de!Ía ComisiÓn de··Derechos" Humanos.' instituida' por e! Pacto
das, y hoy admitida '1 al' . e la Carta de las Naci e'Derechos CiViles yPolítícos de las 'Naciones Unidas (v.p.
, . lilC uso por el derech' .
segun. la 0Plilión expresada o lllternaclona )yy en el ¿asO de l()sI11ecanismos más eficaces,en la Comisión
pea de' Derechos'Húmaríos (v.p. 233);
458
BENEDEITO CONFORTI
LA VIOLACIÓN DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 459
Final~ente, deb~ reservarse una mención especial para e
de segundad colectIva de las Naciones Unidas C d 1 onvencer, sin embargo, a los países en vías de desarrollo... Has-
' . uan o ogr e esto no se dé, no es posible identificar principios generales so-
nar, ~ste ststema c~nsti~uye, como veremos, un sistema d
focalIzado e~ las violacione, internacionales que pueden tema que prescindan del sistema de las Naciones Unidas.
en la categona de los crímenes internacionales (v. p. 476 Y
Inexistencia
Cuando n~~ ?reg~ntamos si los terceros Estados pued
sentido contrario a lo hasta aquí sostenido parece expresarse el arto 5,
de un régimen
general de ~ar frente a IlIcltOS Internacionales, resulta evidente que , de los artículos adoptados provisionalmente por la Comisión de
autodefensa Internacional de las Naciones Unidas en el tema de las consecuen-
colectiva nene un val~r residual respecto de los casos aquí indicado
los ilícitos (v. p. 440). En efecto, el párr. 3 establece que cualquier
de lado el sistema ~~ las Naciones Unidas, dejando de la puede considerarse "damnificado" en caso de crímenes inrernacio-
que ?uedan prescnblr las simples normas consuetudinar Decimos parece expresarse, porque todavía la Comisión no redactó
~enclOn~les, se trata de establecer si existen principios g artículo en el cual se aclare qué puede y qué no .puede hacer el Es-
e permItan a un Es:ado intervenir en defensa de un int amnificado para reaccionar contra un ilícito. De todos modos, siern-
mental de la comumdad internacional o de un inter / e tenerse presente que entre las tareas de la Comisión no sólo está
nuestr " / d es c
~ opuuon, y e acuerdo con el estado actual de la ficación sino también el desarrollo progresivo del derecho interna-
ternacIOnal, debemos negar la posibilidad d d 1 (v, p. 75).
, ea~~
co~tran:edtdas, o sea, la posibilidad de suspender la e
oblIgaCIOnes del tercer Estado respecto del Est d nque hemos negado la posibilidad de que los Estados no direc- Aurodefensa
bi , a o agres colectiva y
len es CIerto que a part!r de los años setenta, los Estad te interesados adopten contramedidas, debemos decir que la retorsiones
les comenzaron a recurnr a sanciones de carácter econó ón es diferente en lo que respecta a la adopción de comporta-
ellas, a la suspensión de los acuerdos comerciales- os sólo inamistosos, es decir, de retorsiones, ya que, por una
sos, como reacción contra violaciones graves de los ;;e , se trata de comportamientos lícitos, por lo tanto siempre
no~, cont~a a~:os de agresión o contra atentados al princ tables, Y' por otra parte, son medios de presión que pueden ser
tO etermmaClOn de los pueblos: nos referimos a los es para hacer cesar el ilícito (pensemos en las retorsiones eco-
re h enes ~etenidos en la embajada norteamericana en T s) y que, como tales, pueden encuadrarse en la autodefensa
ley marcia] en Polonia, .de Afganistán, de u laeG r r a de iva). Aquí aparece, justamente, lo que decíamos antes acerca
b
etc. (so re estos casos cfr. Carella, op cit., p. 200 Yss) aturaleza ambivalente -entre lo "político" y lo "jurídico"-
se trata de casos prácticos en un mismo sentido que ~i~ retorsiones, ya que justamente estos dos aspectos estuvieron
ron las protestas, no sólo de sus destinatarios si~o tamb fuertemente entrelazados en todas las manifestaciones con-
rosos Estados socialistas y del Tercer Mundo E . iolación de los derechos humanos y contra los crímenes ínter-
/, . n especI
res~ecta a. l~s cnmenes Internacionales (que, por cierto, nales y, por lo tanto, difícilmente resultan separables.
g~na admItIda por los países socialistas y del Tercer Mu
CIOn con normas sobre agresión, sobre ápartheid sobre c
y, sobre autodeterminación de los "pueblos) , 1a t', eSIS so
sIe~pre por.estos países es que el órgano internacional como la hemos descrito, la autodefensa es un instituto del de-
aplIcar sanCIOnes es la ONU y sólo la ONU D . ternacional consuetudinario. Naturalmente, el Estado puede
/ . l' . eJemos
paises SOCIa istas, que no existen ya como grupo; .todavía rse mediante un tratado a no irecurrir a medidas de autodefen;
a recurrir a ellas dadas ciertas condiciones. Este tipo de obliga-
460
BENEDEITO CONFORTI
LA VIOLACIÓN DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 461
Normativa de
la autodefensa ciones pueden aparecer, sobre todo, en los tratados e '
en los las " , Onstlt cambio, no existe una norma análoga al mencionado arto 88 en el Autodefensa
orgal1lZaClOnes ll1ternacionales. Antes que nad d b en la CE
s~, que se halla implícita en el vínculo de solidari~:d e ~ c
estatutos de las
o de la CE. Este se limita a prever, en los arts. 169-171, que el incurn-
organizaciones
internacionales
clO~,entre los Estados miembros de cualquier organi~ci~ nto de un Estado puede ser denunciado ante la Corte de Justicia y ge-
por lo tanto, una sentencia condenatoria; pero no dice nada respecto
c?,n ~e mucho c~n la adopción de medidas unilaterales)
so en que el Estado incumplidor no se conforme a la decisión. Según
croa e no recurrir a la autodefensa en especial d
co 1 " " e no r te ~omunitaria, no se consentirían nunca medidas unilaterales de re-
n e ~roplO ll1cumplimiento frente al incumplimiento a en el sistema CE (cfr. Sent. N° 232/78 del 25-9-1979, en Raccolta,
parte, S1l10 como extrema ratio y sólo después de hab p. 2739, sobre medidas tomadas por Francia contra la importación de
eventualmente todas las vías a disposición d 1 ' ovina de Gran Bretaña, justificadas por el Gobierno francés C01110 me-
b " , e a rrusrnn o
para o tener justicia, Todo esto vale eVI'dent de defensa contra prácticas británicas análogas). Es así que a veces,
dI' ,emente, cua
e a ~atura~eza d~ la infracción que la ha ocasionado la r o existía una sentencia condenatoria de la Corte y, sin embargo, se
n,ecesIta ser ll1medIata (como sí puede suceder en el c~so de nía el incumplimiento por parte del Estado condenado, se ha preferido
crones en legítima defensa, según el arto 51 de la C d una nueva presentación ante la Corte para obtener una declaración de
nes Unidas). ,arta e limiento (cfr. por ejemplo, las sentencias N~ 48/71 del 13-7-1972, en
Puede darse aderná , ,IV, col. 221 y ss., con nota d'e Tizzano; N° 69/86 del 12-2-1987 y
'. ' as, que esten expresamente prevista
que [imiten la autodefensa Por' 1 -230/85 del 14-1-1988). Nos parece que, dado que el sistema comu-
, .. eJemp o, una norma de na dispone .de medios coercitivos propios, debe admitirse la posibili-
aparece preCIsamente en el art 51 de 1 C ,"
. Iezf ' . . a arta, segun el recurrir a contramedidas como extrema ratio -o sea, luego de inten-
ejercerse, egitrma defensa frente a un ataque armado"
ructuosos de hacer entrar en razón al Estado recalcitrante a través de
el Consejo de Seguridad haya tomado las medidas n te~, justamente para salvaguardar el funcionamiento del sistema.
mantener la paz 1 id d . ece
de h y a segun a ',ll1ternacionales"
.' . C uan
rec aZar un ~taque armado, las medidas "necesarias
~or el arto 51 solo pueden ser las establecidas por l' r
~;:lCarta, ~s decir, las medidas militares directam:nt: temad~
r C<;>l1~eJo (v. p. 482) o, al menos (y según las circu
as q.ue no Impliquen el uso de la fuerza del que h bl
la autodefensa, en. especial de las medidas no violentas
odefensa (v. p. 449), tiene. sus reflejos en el derecho estatal: an-
llegar a la conclusión de que determinada ley o acto adminis-
Autodefensa
y derecho
interno
l~ r:l1sma Carta (v. p. 482). De todos modos el Ca a, o son contrarios a normas materiales de derecho internacional,
cídir lh h ',' onseJ raer las consecuencias de este hecho sobre la base de los princi-
-como o a echo durante la crisis del Golfo
(v. p. 484)- que en determinado caso, no se apliqu 1 e adaptación examinados en el Cap. m, el operador jurídico
puesto por el arto 51. ee o deberá preguntarse si dicha ley o acto administrativo hose
Otro ejemplo es el arto 88 del Tratado de la CECA can, sobre la misma base del derecho internacional, por consti-
que, frente al incumplimiento de un Est d . b ' que r ontramedid;ls.Por ejemplo, el juez constitucional llamado a
d d . a o miem ro, los otr
os pue en dejar de cumplir las obligaciones fundamental nciar la ilegitimidad de una ley contraria al derecho interria-
tas por el arto 4 de dicho Tratado, pero sólo después de u consuetudinario, según el arto JOde la Constituciónitaliana
so pro~es~, en el curso del cual también puede 1 91),0 bien, sygúnel arto 11, de una ley que impida o perjudi-
pro,nu~~Iamlento de la Corte de Justicia comunitaria y me 1 cumplimiento del Tratado CE en cuanto al sistema o núcleo
torrzacron de la Comisión. ' ial de sus .principios, deberá preguntarse, entre otras cosas, si
'po, de ley no se justifica como medida de' autodefensa,dentro
463
LA VIOLACIÓN DE LAS NORMAS INTERNACIONALES
462 BENEDEITO CONFORTI
utivo: los órganos ejecutivos pueden regirse sobre la base de cri-
de los límites que indicábamos más arriba en especial en 1 de oportunidad política, lo que hace que la reciprocidad pier-
1 .., ' o re
a as'organrzaciones
1 rnternacionales. Del mismo mod o, e1'J das sus características de mecanismo automático (y jurídico) de
nano que sea 1amado a hacer prevalecer las normas de u defensa. Por lo tanto, se debe aprobar el hecho, que ya se vio en
p~r sobre la~ ~ormas de una ley ordinaria, sobre la base d omento, de que se haya declarado parcialmente inconstitucional
pIO de especIalIdad (v. p. 405 y ss.),.podrá negar ese predo arcialmente inaplicable la norma de la Ley italiana N° 1263 del
ley puede 'encuadrarse
. , como actuación. de la autodefensa. 7-1926, que requería que el Poder Ejecutivo acatara la recipro-
acto
d a d mInIstratIvo ' , / . a un tratado que se ejecute
contrario ' d en casa de ejecución forzosa de bienes de los Estados extran-
e.un~ orden de eJeCUCIOn legislativa (es decir, de una ley q s (v. p. 303 Y ss.). Incluso la norma, ya mencionada, del arto 55
' las normas de dicho tratado sólo si y en 1a me di1
ne /aplIcar a Constitución francesa se interpretó en la jurisprudencia de ese
e,sten ~Igentes ~omo normas internacionales) podrá conside a falta de alguna otra norma específica que así lo requiriese,
nmo SI se cons~dera adoptado en carácter de autodefensa. sentido de que 16s jueces no podían decidir de manera autó-
Condiciones El ordenamIento jurídico interno támbién 'puede d' a sobre la existencia o no de reciprocidad en cuanto a determi-
de . . d'" / Ispon
~eca~I;mos e cara~tet general que posibiliten automática convenci6n,debiendo someterse a las decisiones del Ejecuti-
reciprocidad
V!OlaCIOn de normas. Interriacionales por parte de órganos Sin. embargo, incluso en Francia hoy la situación parece (algo)
tltul~ de contramedlda. Este tipo de mecanismo puede mas 'pta,d~spués de quetlna Setltencia del Tribunal de Casación
en CIertos casos, como la condición de reciprocidad según 1 6_3_1~84),¡;n.Revuecritique de droit. internationalprivé, 1985,
acuerda determinado tratamiento a los Estados , aos
l 'org . 09 Yss., conJ;1otasdeI;)roz)precisélque debesuponeJ;.seque exis-
bi "
terno y a lo~ CIUdadanos e?Ctr~nieros, con la condición d ciprocidadhasta que un Estado parte denuncie la convención.
acu:rde el rrusmo tratamiento al Estado nacional, a sus Ó cambio, en Argentina la reciprocidad señalada por el Poder Eje-
Reciprocidad gobierho ~ a sus ciudadanos. En la medida en que el cum o (Dcto; 60115163) se .halla ya prevista en la inmunidad del Esta-
en la
observancia de
de d~termInadas normas internacionales esté subordinado ranjero dentro de su jurisdicción.}
normas procldad :' por 10 tanto, en la medida en que la reciproci
internacionales demás de constituir la base para eventuales contramedidas, la condición
llevar a VIOlar estas norinasj precisamente dicha recipr
tuyela base jurídica interna para adoptar contramedi
~ciprocidad, tal como laéonsideramos aquí, tiene también una función
entiva, por así decirlo, en cuanto considera que los ilícitos de terceros
plo, el art'o 55 de la Constitución francesa, establece que { supuesto para los iÚcitos propios y tiende a prevenirlos. Sobre esta
dos 0, acuerdos regularmente· ratificados o. aprobados tie ; n hemospuesto particular énfasis en ediciones precedentes de este Ji-
aut~n~~d superior a la de las leyes, con reserva, en cad n las que considérábarnos que la reciprocidad era una suerte de me¿i~
aplIcacIOn por la atraParte"; según la: interpretación d
legítimadefensa.
presenta una parte de ~a jurisprudencia (cfr. Regourd, Reciprocidad
1983, p. ?SOy ss.), el mcumplimiento de un tratado p a condición de reciprocidad puede resultar especialmente útil en y derecho
consuetudi-
otro Estado contratante no sólo elimina la primacía de dich aso de ciertas normas internacionales consuetudinarias cuyo con-
nario en
por so~re las leyes, sino determina incluso su no aplicación. oes incierto o se halla claramente en evolución, como es el.caso evolución
Segun lo q~e hemos sostenido en repetidas oportunidade en día de buena. parte del derecho internacional del mar. La reci-
to "de las relaCIOnes entre Poder Judicial y Poder E'Jecu idad constituye entoncesla base jurídica interna para la eventual
'"
mmIs:raclOn.~ del d:recho internacional; esta reciproci fensa frente a los Estados que, por así d¡;cirlo,anúópan la conclu-
debena estar determmadapor el juez y no por los órganos d
465
LA VIOLACIÓN DE LAS NORMAS INTERNACIONALES
464 BENEDETIO CONFORT!
, d d rotección de la persona Y de
sión del proceso evolutivo del derecho consuetudinario, con 1 normas que reqUieren la a ecua a p esfera mucho más arn-
, (.. 273) na una .
ción de normas que, aunque alineadas con la dirección de di bienes del extranjero v. p. " ' 1 no impone la
" ueel derechol11ternaclOna
ceso, parecen excesivas en el estado actual de las cosas. de protecclOn, ya q 1 . d daí H'ori su parte la Cons-
., d 1 . con e cm a ano. l '
que mejor puede utilizar en ese caso todo Estado que quie paraclOn e extranjero '1 de todos losdere-
. a los extranjeros e goce
derse.por medio de la reciprocidad, parece ser adoptar élta ión argentl11~ otorga art 20 e N.). La doctrina, en general, ha
normas más duras, pero declarando su inaplicabilidad conr civiles del cIUdadano ( . , . 1" los extranjeros supera los
iderado que el "trato de naClOna. a..... .
aquellos Estados que se atengan al derecho preexistente. . .d el derecho l11ternaclOnal.]
ards mlínim~s eXl.~ ~se~;esupuesto de actos de cortesía y, por
Si se quiere dar un ejemplo, se puede recurrir a la cuestión de la ando a reClprocl a . ' .. . tosinamistosos en reac·
,1 de originar comportamlen . , . . . ....., ' . .
base del mar territorial, en especial, del "cierre" de bahías y.go nto, so o pue. . . . , . S "J.l"E'st·a'dó extr<lnler.o,' es.. ta se.
tos inamlstoSO ue
334). Hemos visto en su momento que varios Estados, incluso 1 aI com.. poj
. r.ta.m ..
l
••.. '
en s
. , lt .' de las retorsIOnes. Y'.'J·.usta.me.nte...·.C..o-
. .' .... " . . ,
ron golfos y bahías de apertura superior a 24 millas, en contra iona mas bIen c~n. e~ma." 'f" "da de manera·¿Yid.enternente
internacional general actual, de la Convención de Ginebra de ormaoe retorsión estaua con 19ura ." ' " . 1
Mar Territorial y Zona Contigua y de la Convención de Monteg ' '.' por la doctrina clásica del derecho I11ternaClOna .
a da,
de acuerdo con la tendencia a extender cada vez más el poder d
, de eventual adopción de contramedidas pre-
del Estado ribereño. Frente a este tipo de medidas, bien podría tro ejemplo de me~am~~o d Estados Unidos, y más precisamente, el
que en la actualidad se rija por la norm~ de las 24 millas, procede n.
p.o..r leyes la leglslaclO e., 1l. "P' 'he'r' y Conservatíbii m.ldMa.'1i:.lg.e.-
de sus propios golfos y bahías dejando a salvo la reciprocidad, o ,;
. . . ' d' 1 t al'Magl1ltS0 15 . '. ' ..
timod Amen me 1 . ' . • . . ' .. t'vo'a imponer sancIOnes a
yendo del mencionado cierre a las naves de aq'uellos Estados que ct de 1.. 982, qu.e autoriza al Poder EJec~ I 1 sobre Caza de Ballen.a,s
estrictamente a la regla de las 24 millas en sus golfosy bahías. , , . l' C' ción InternaclOna
ados·que vIOle.IT . a .onven , '. t'Al.v' Anteríál Cetacean
.Wh {' g AS50clatlon et i ., •
. Ehe!ca,soJapan a 111 E. d JJnidos(en,su Scmtenda del
Reciprocidad Téngase en cuenta que la reciprocidad no se utiliza exc etAl.¡ la. cprteSuprema,de s.ta.. os...'. . ...poder. discrecional de!
ta ley comporta un ,. . '
y retorsión
te como presupuesto para observar el derecho internacion 986) hainwmreta d.o ql,lees . .. . . , . . b' . en este mis-
.,. , ..' no estas sancl.ones;. en cf\rp. 10, '.' •
tanto, como base para adoptar eventuales contrarnedidas, Eje~utlV;opf\ra ado~ta,r o , r, d Instanci.a .seh,abíanexwesa4o en
• .•• ,
solamente constituye e\presupuesto de concesiones dicta las Cortes ~kPnm.era,.y Sfg~na ,,';
so"..;"., ..,.. ,. . '86 1587 Yss.
ros motivos de cortesía: como sucede, 'por ejemplo, si o contrarlO. Cfr. ILM, 19 Ll?: , j'
nacional e incluso por la Corte Intern ' , , n de excusas o de expresiones de arrepentimiepto del Estado agresor, v,
tencia del 9-4-1949 1 " acional de JUstIcIa IP, 1985, p. 460 (investigaciones realizadas por ¡lgentes italianos del
en a cuesnon del E t h d
cueil, 1949 .' 35)
, p.
,
, que ha sIdo retomad
s rec o e Corfú
1 d en territorio helvético) y 1986, p, 668 Y ss. (p~rsecución deladropes
también podría constituir un . 'f " a por a octrin i~orio extranjero, por parte, de la policía suizaen suelo francés),Se
unttibtinaniltetnadonál deaq:a:lhs accI~n'dlasimple cons e casos recurrentes en la práctica, Caso del
,',. .,' a exisn o una vial ' presentación oficial de excusas incluso puede combinarse ~o~ al resar-
norma mternacional; con lo '1
se dé la obligáci6n de dar' cu~ n~ t .' ac
e,~~leride cómo pu
nadie sostiene ue el' . una .sans accióñ, teniendo en
to del daño, Así, por ejemplo, 'en el ya mencionado acuerdo del 9-7-
entre Francia y Nueva Zelanda, respecto delirH;idente del Rail1bow
Rainbow
Warrior
.' .' q. ,,+utor (o presunto aut) d 1 '1" ' or, Como ya se tuvo ocasión de ver, este acuerdo respondía a'lma deci-
ters y, aun juicio arbitral (v. p. 493): , ,or e lICItO d el Secretario General de lasNacionesUriidas previamente aceptada por
rtes, y preveía,'entreotras cosas, la preserttaciónde "excusas formales y
.'Ep. el artículo spbre 'la satisfacción ( , servas" del Primer Ministro francés al Primer Ministro neocelandés, ca-
Deresho Intérnacional por el reja arto 1?) propuesto a la C
AJCN 4/4i5/Add l ' ., tor ~speclal Arangio-Ruiz ( sítambién e! depósito de siete millones de.dólares en concepto de resar-
',' , " " parr, 189) entre las for d di h . nto de daños. Para e! acuerdo v. RGDIP, 1986, p. 993 y ss.; para la de-
ran las excusas, e1'depósito l' 'd'" rm~s e IC a satis
, " . . e sumas e dinero ("1 inal. de! Secretario General v , AJIL, 1987, p. 325 y ss.
ges '),el castigo de losind"d" '. ., :lomlna or pun
. ' , "IVI uos responsables 1 íad
petIrá el ilícito y ladecl i .ión d ' , ' ,a garantía eq
. ", araclOn e la eXIste . d 1 .
norma por parte de un td~ 1" ' , " ricia e a mfracc
" " 1, una intérnaciona],
Resarcimiento
~n .realidad, sise tiene en cue~ l ' ~'. , definitiva, la única forma verdadera de reparación es el resar- del daño
temporánea desde 1 . 'd ", ta.',~ practIca mternac to del daño producido por el acto ilícito internacional. Sin
. . , . e punto e vIsta Jurídico todo 1 '
cirse go, podemos preguntarnos si cualquier tipo de yiolación de
, es que la presentació ' no. f'ICla
'l'd e excusas
' , o que '
racter sirnból ico , o bilen e1 ar biit ' (. 1, una prestacl s internacionales orig~na, la obligación de efectuar un resarci-
too Sin duda, se ~xpresa en este sentido la práctica referida a
Daños
determinar un resarcimiento en diner. mero me ' uso
bóli el arbitr a los
que sean aceptados por el Estado dam~i :lm o IC~ ~ no), ciones de normas sobre tratamiento de extranjeros·y al consi- extranjeros
emama en las col esencia de ilícito de la responsabilidad sin culpa y aún más, de
I' 'm valen ' , y ss.); Una ex
a" 0,/1,e, Una nave can d' , . 'h
o, 1
cepClOn a constituv onsabilidad objetiva, tanto relativa como absoluta (v. p.433 y
a rense und d T
o •
o I
nort,ea,m,erícanas'en"el, ' d ' 1 al, ICltamente por las r ejemplo, incluso admitiendo -aunque no compartiendo-
marco ela re ' o, d
la época de' la llamad ,1, preslon el Contrabando
rÓ,
a ey seCa' el1este ' '1 ' bre la base del derecho consuetudinario.el Estado deba res-
maide'QS,OOOdólares a C " d ~ cas~, os a,rbltr,osatrib
o
,
., d ana a a tItulo d.' d . r por las actividades peligrosas que se desarrollan en su territo-
slOn, elilícít,O (cfr. ,RIAA 1, 1 " ,e In emmza,ción sól
'" , voi: JI p.1618) E o difícil establecer si este deber, se origina en un hecho lícito, o
SI tamblen está l'éferida 1 .' , . n carnbío; no es
o. a resarclmlentod 1 d - una norma internacional que obliga a no causar daños. al te-
cretarlOGeneral de las' N' " , e ano moral la dec
, ' , aClOnes Unid i 1 " de otros países con las propias actividades peligrosas..Quizá
Warrlor (v. p. 467), respecto del' as, en e ya citado caso
9-7-1986: el Secretarl'o G l' acuerdo", entre, Francia y Nueva lo que pueda decirse es que la responsabilidad objetiva puede
enera 'ac 'd' N carse además como responsabilidad sin presencia de ilícito
millones de dólares como o, or o a ueva Zelanda la' su
.
(v,;, &JI,L, reparaclOn "d t d 1
1987 P 326) r d o d e o, os os daños sufrid o el Estado es llamado a responder no por las.actividades desa-
d,o N ueva Zelanda " , e ucien o en dos¡ '11 '
en' res " , o s rm ones la suma que as por sus órganos de gobierno, sino.por las actividades de in-'
" ' ' ,<\rClmlentQ tanto d 1
Investlg<\cióncomo ,deJod _ ' e, os costos admínistr s que se encuentran bajo su control; en una palabraj.cuando
,5 , anos mor<\les suf¡¡idos.
ividad queda lugar ala responsabilidad no sea imputable al
o; Tomemos, por ejemplo, el arto II de la Convención de 1972
la Responsabilidad Internacional por Daños causados por O b~
Espaciales, según el cual el Estado que lanzó el objeto espacial
XiLV ' nde por los daños causados por sus objetos espaciales en la su-
;.. ,I:,.a llamada responsabTd d '
,11 a. POI; actos lícitos
ie terrestre o sobre las aeronaves en vuelo. Yaevimos que esta
a prevé una forma de responsabilidad obietivacabsoluta] en.el
Responsabi_
lídad en las Es materia' de discusión . o de que el Estado "responde, incluso shel daño se produce sin
actividades ~onsabilidad internaciof1ál SI :: algu~oscas~sp~~dederiv suya y aun cuando pueda probar que se debió a razones .inevi-
peligrosas y nos, eh' tazón' de actos ,/, ,y, espeCIal, obhgaclOn de re y ajenas a su voluhtad-t«. p. 435y ss.). Ahora podemos agre-
Contaminantes , , .' ',' . , lettoS. En este e .d I '
en conSIderación 'espri' '1' ' , s rrn o, e sector qu ue-esa misma norma afirma claramente la responsabilidad del
"'1'" . nClpa mente el de 1 ' id do incluso en el caso de lanzamientos que no hayan sido efectua-
p~ Igrosas y contaminant .! l' , as activ¡ ades
v . " •. ,es,
tnas qUImIcas etc P d' ',,' • . . como as centl ' 1 ' directamente, por' órganos estatales," sino, por particulares' desde
ra es nuc eares 1
. '. ", .' '. o ernos preguntarn' ,
Estado sea libre de d J 1'1 '" os? por 10 tanto si rritorio u otro espacio sujeto a su soberanía. Dado rque uniéle-
·
"! '. esarro ar o h d '
d, aq, incluso las más ' l ' ,acer , esarroIlar cualq to esencial del hecho ilícito internacionales. su imputabilidad al
' ,.'. pe Igrosas dent d
d, e los espac;ios sUJ·etos·" ' b ' , rOe su territorio do (v. p. 419), se hace realmente difícil entender que-los, larizae
1os daños causados ..' " '+ su so eranía d b 1
tos de objetos espaciales efectuados por particulares configuren
al t , ' , " no. e e uego resp
erntono (o 1 '
d e otros Estados. a as naves, a los avio cto ilícito del Estado.
Es difícil desde 'el punto di , . icho es~p,y fuera' dtlFégi¡:nen convencional t?m~¡:nentey~pycí
aún 'más difícil desde él e VIdsta ~e la teoría general del quehemps reci~n cycordado, n().qosp:¡l.~ecyqueeI4erecho.in-
.' , punto e VIsta d d
como el derecho internaci
I 11 ..e ~n erecho tan pr ácional.actual reconozca un tipo de respcmsabiliq¡ld tanso~isti
ona, ograr dIstlIlguir la responsa y tan inclinado, a la solidaridad como-laresponsabtlidad por
tos lícitos. Por otra parte, es significativo que justamente en el
474
BENEDEITO CONFORTI
LA VIOLACIÓN DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 475
sector en el que / h bl d
, mas se a a e responsabilidad por a t' be señalarse, finalmente, que existen numerosos acuerdos que se
citas, e~to es, en el sector de las actividades alt e1
contamlllantes, sólo suelen invocarse a uella ame~te pe del resarcimiento por daños producidos por actividades peli-
la práctica internacional (como el /1 bq s manlfest . Sin embargo, y dejando de lado la Convención sobre respon-
Trail) , ce e re caso de la Fu ad en materia de lanzamientos espaciales que hemos recordado
. ,¡ue: como VImos al considerar los límites a la s b
riba, estos acuerdos no se refieren a la responsabilidad interna-
~:l:~~~a de en d~e tase para eS,tablecer la verdadera ob~
s::
, sino a la responsabilidad de derecho interilO. Est?s acuerdos
/ 'f pe '" os usos nOCIVOS de su territorio (v itan a imponer a los Estados contratantes la obligación de orga-
;;;as marn estacIOnes que en su momento consideram'o
sistemas apropiados de responsabilidad civil a nivel'de su dere-
para probar la existencia de este tipo de oblí ,
lo tanto, se prestan todavía menos a co f IgacIOnes terno.
dad sin presencia de ilícito Adem; n izualm una res
U id
n:
los trabajos de la Comisión' de D aS'hso¡n rgua ente sig
erec o nternacIOnal d
re los diversos acuerdos sobre responsabilidad (civil) por contarni-
o por actividades peligrosas .cfr., por ejemplo: Convención de París
nes ~I as, que desde 1980 está estudiando la "re e responsabilidad civil en materia de energía nuclear del 29-7-1960,
~::ap~~nalldPor lh ~onsecu~ncias perjudiciales de :~;o~sa
as letada por la Convención de Bruselas del 31-1-1963 y por el Proto-
e erec o lllternaclonal" y dicíonal del 28-1-1964; Convención de Bruselas sobre responsabili-
1 b'l'd ' que se ocupa en p
a responsa 1 I ad por los daños derivad d " vil por daños derivados de la contaminación por hidrocarburos,.del
sas; Basta considerar al respecto e ,os e actlvldade -1969, complementada por la Convención del 18-1-1971 que crea el
presentaron hasta ahora una dec~n: xn.m: lugar, que si
r
.C.F. ilnternatíonal Oil Pollution Compensation Pundi, que es un Ion-
d; 11 / e 111lOrmes a la Co
1 ~vla no se ego a concluir estos trabajos' en segund e interviene cuando la entidad de los daños supera cierto techo; Con-
eJos de atenerse al tema de la responsabTd' d' ~ ón sobre responsabilidad civil en materia de transporte marítimo de
sultad "1 d 1 I a rnternac¡ iales nucleares, del 17-12-1971; Convención sobre responsabilidad ci-
oblíga~i:::~c~~;ón:r::~s;nforr~es ha sido. identificar un r daños derivados de la contaminación con. hidrocarburos que resulte
1 . , e caracter matenal o procedim investigación y aprovechamiento de .los recursos minerales del fondo
se e Im~onen al Estado bajo cuyo control se efecni
o, del 17-12-1976.
que ocaslOnael,daño (esto es la oblI' '; d ,a la
d - .d . ' gacIOn e eVitar o
an~, . e cooperar con el Estado-víctima de' inf 1
por' ultlmo'q '1 / ' ,ormar
, ue a unrca·norma en mate iaxl '
se.h a h na e responsa
propuesto asta ahora es que el r " ,
.. d esarClmlento po o norma que contemplaría una forma de responsabilidad por actos
SIOna os poe actividades peligrosas sea det . d r .e indica también el arto 22 de la Convención de Ginebra de 1958 so-
de las partes. ermll?a o p
ta Mar (trasladado al art. 110 de la Convención de Montego Bay de
, cuya correspondencia con el derecho internacional general, por otra
Nos estamos refiriendo a l ' inf ' es dudosa (v. p. 357), Dicho art. 22, en sus párr. 1 y 2, autoriza ex-
nientó por elrel~tor e ,os cm~o m armes presenta~os en un nalmente la visita de naves mercantiles extranjeras en alta mar cuando
1984 JI 1 55' )speclal. Quentm-Baxter (respecto del último specha de que estén practicando la piratería, la trata de esclavos,
! ' ,p. y ss, y varios otros inform .
por 'el relátóréspeci~l Bhtboza. Cfr. el¡"Qili::óp;e:ental~~s, a pa ero, en el párr. 3 agrega que, si la sospecha se demuestra infundada, y
7-15 {en VNG .' A l ' n arme de este re que la nave visitada no haya cometido ningún acto que pueda haber
en. ss., I1t. Law Comm D c. AJCN'
en el tem<l de las obligaciones y la. ., °h , ,4/423, del rada esa sospecha, dicha nave debe ser indemnizada. Como ya se ha se-
norma que emos mdicado recién. ado (Quadri), se trata claramente de una responsabilidad por un ilícito,
476
BENEDEITO CONFORTI
LA VIOLACIÓN DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 477
que consiste en haber viol d I ' , ,
, a o a prohIbICIÓ d "
eXIstan sospechas fundad as. n e VISItar una naVe c acional general (v. p. 444). En cambio, en lo que respecta al
Recordemos, a,demás, que la ya vari ' de seguridad centralizado ~que, según quienes idearon la
yecto de Artículos de la C ", as veces cItada PrimeraPar
ebería representar la contracara natural de la prohibición del
declara no querer preJ'uzgaOmISIlon de ~erecho Internacional en
' , . ,.
d. ~mmzaClón 1', en a CUestIón l' Ian , , a fuerza-e hasta ahora ha funcionado 'poco y mal, debido al
los daños c d ' e atIva a SI pueden
, " ausa os por la ac " d de veto que se les ha reconocido a.las grandes potencias (v.
CIertas circun'stanciasqu ' 1 '" CWn e un Estado cua
, ., ' e meguen a ¡JICItud d di h a la división del mundo en bloques contrapuestos y a la gue-
c()mo e1Consenso del Esr d d ' , e IC o comporta
t 1 di a o ammf¡cado 1 f Como es bien sabido, una vez desaparecidas estas dos últi!
o, a tstress y el estad 01 de '. ' a. uerza mayor y el
tículo (v. YILC 1980 1 2 necesIdad (v. p. 429). En el comentad unstancias,se están abriendo nuevas perspectivas a la acción
1ohs trabajos " ' " p. 61, N° 4) s ' 1
de codificación sobre respo e r~~l:dte da solución del sejo de Seguridad. En los próximos años se verá si este órga-
a ora no pareceqúe 1, nsa 1 1 a por actos líd ra activarse efectivamente, pero esto sólo podrá ocurrir si me-
,; en e curso de e t ' b'
esta materia. En todo casot d lS ~s tra ajos (v. p. 479) se h s reformas esperables, de las cuales se comenzó a hablar re-
rro 11 o progresivó" del d ' o
h' a so UCIón
. po '( se definiría e
SIlva
d d erec o Internacwnal 1 rtirde la crisis del Golfo (v.p.484). Rebus sic.stantibus, es
a ,o en repetidas' ocasiones d, . -a que, como ya abledar una ojeada a la materia tal como está reglamentada
Comisión de Derecho 1 t ,p~e: tender la codificación prepa
, n ernacIonal_ en V d ente.
normas generales efectivament' ez e ser una repro
e eXIstentes. competencias del Consejo de Seguridad en materia de acoio-
defensa de la paz están establecidas en el cap. VII de la Carta,
y ss.
dos~~::t::~~:;~sC;n::j:~~lo
Corea
ién el arto 48, párr. 1), a medida que se presentara la necesi-
h; autorizado el uso de 1 según los arts, 46 y 47, la concreta utilización de los diferentes
sión armada El" as, rente a situaciones clar ngentes nacionales habría debido estar en manos de un Comité
. primer caso corresponde 1
la Resolución N° 83 del 27-6-1950 1 a ~ cuestión tado Mayor, compuesto por los Jefes de Estado Mayor de los
tados miembros Socorrer a Corea del Conseja recomen ~iembros permanentes y bajo la autoridad del Consejo de Se-
realizado por Corea d 1 N e Sur para rechazar d. Como se puede ver, entonces, el presupuesto y la base del
e arte' en una-de-: "
del 7-7-1950, se felicitó or 1' ~a eCISlOn ~lterior, a eran los acuerdos especiales que se celebrarían entre los Es-
mendación del 27 6 ? a acogida que habla tenid
- en CIerto número de '
s miembros de la ONU yel Consejo, que, por otra parte, serían
mando de las fuerzas ' patses, aceptó to de una verdadera obligación de contrahendo para los prime-
id que operanan contra Corea d 1 N ; es más, durante el período de redacción de la Carta se insistió
asumr o por los Estados Unidos de Amé ' e
bandera de la ONU. enca y autorizó e ay expresamente en que el Consejo de Seguridad nunca podría
Guerra del
oP:;t::~~ac:,7u:;:r~:p~n;:raa~a
Golfo
nerles a lbs Estados prestaciones en armas o en tropas que no
crisis del, ?olfo en 1990-9 iesen previstas por dichos acuerdos especiales. Ahora bien, da-
(v p 196)·
:.
gunas declslOnes en virtud
para tratar de inducir a Irak b d lle nunca se concluyerón estos acuerdos y que nunca se hizo na-
sejo de Segurid d d ' a a an onar Kuwa or concluirlos por falta de coincidencia entre las grandes poten-
la e l ' a a op~o la Resolución N° 678 del 19-1 s, debe considerarse que tanto los arts. 43 y ss. como la
ua, SI Irak no se retIraba hasta el 15-1-1991 '
Estados miembros a usar "t d 1 di ' se auton ación de contrahendo para los Estados miembros han caído en
o os os me lOS nece ' "
zar este objetivo y restablecer la ,sanos p tudo.
Golfo. Entre los "m d' , paz y la segundad en e te.es el marco normativo de las medidas que implican el uso de
e lOS necesanos" estab 1
la fuerza que se T' a, natura me erza. En lo que respecta a la práctica internacional, es necesario
otra art~ ~en ,ICO puntualmente en la guerra de er en evidencia (y no hay necesidad de repetir las consideracio-
p , ya habla SIdo autorizado un u Ii , d
la pr d 1 so mura o de 1 e siempre sobre laimpotencia del Consejo de Seguridad) que la
ece ente reso ución, N° 665 del 25-8-199
queo de las costas de Irak y de K iti.d 0, que pre titución de fuerzas armadas para realizar acciones de policía se
, uwalt, e manera de . icóen taras ocasiones, con enorme cautela y, obviamente, con
merclO con la costa (Re érd tm
la posibilidad de de~ . cuer e~e que el bloqueo naval, alidades diferentes de las aquí tratadas. En particular, se remi-
ener naves mcluso de ba d d
es una medida de tipo bélico.) n era e otr al arto 42, aunque con un pocódebuena. voluntad, los casos del
Modalidad de
Pasando a las modalidades con ue 1 ' o (196Ó~61), de Chipre (1964), del MedioOriente (desde
las acciones
del Consejo de de iniciar acciones armadas en d f q de C onsejo de Segu ) y,tras el fin d~.la guerra fría, los de la ex Yugoslavia y de
Seguridad h d e ensa e la paz es nec Ha.
que ay eben considerarse letra muerta 1 ' e
de ellas; esto es los arts 43-47 d 1 C as normas. qu
Los 43 44 '. e a arta de las Nacio
de ce~:~;ar' Yd 45 prev~n la obligación de los Estados I caso' del Congo; frente al estado de anarquía y de guerra civil en el Intervención
en el Congo
acuer os especIales Con 1C io d e debatía el país luego de haberse independizado de Bélgica, y a causa
tes posible" (jestábamosen 1945 1) : O~~~jOd e Segurida tuerte importa'ncia internacional que había asumido la crisis interna, el
ro, el grado de preparación la b.' o~ e m e establecer
, u rcaerón, etc., de las fuerz
'o"mediante laRes; N° 143 del14-7cl960,"autorizó"al Secretario
eral a proporcionarle al Gobierno congoleño la asistencia militar necesa-
487
LA VIOLACIÓN DE LAS NORMAS INTERNACIONALES
486 BENEDETTO CONFORTI
I os que estamos examinando; que
ria hasta el momento en que lograse mantener el orden interno p ttdahan estado presentes en os cas , "análoga es decir, en
'. 'J' a civil o en una sltuaClon , "
mo; luego, una vez constituida la Fuerza de las Naciones Unidas ( ervenclon en una guerr '.' 'combatir la presenCia 111-
I csi siempre es necesano ,,
da en la ONUC: Organización de las Naciones Unidas en el tu'ación e.n.·· Ia cua a. ' . I so cierto carácter de sanclOn
d t [eros asume me u ,
contingentes voluntariamente ofrecidos por los Estados miembr ta"de Esta o.s ex ra.n , 1 C· en las interferenc.las
a ' s belgas en e ongo y ,
autoridad del Secretario General, y habiéndose verificado, por emo S en los mercen n o ' ' a fuerza de policía in-
. hi ) fnalmente que SI a un
varios acontecimientos muy graves, corno el asesinato del dirigen as y turcas en C. lpre.; Y., 1 . 'd 1 . mas sólo para defencler-
1 d d hacer uso e as ar
ba, la secesión de la provincia de Katanga y fa muerte del enton cibnal se le da· a or e~. e . " S así como no las pierde e! cuerpo
rio General Hammarskjóld, en otraS decisiones ulteriores e! Cons p.ie.r.de p.or esto sus carlac~ens~dlcad' 'sparar contra manifestante.s. p.or
, ." l' al'se elmpl e 1
en los objetivos de la Fuerza, autorizando el recurso a las armas cía mterna a cu . . · · · · b u do encuadrar, como se
'motivos parece a s r
dir la guerra civil (Res. N° 161 del 21-2-1961) y para eliminar I atté,P.or' estos· mismos 11 d s en el Congo Y en Chipre entre
'. . mo las desarro a a , 1
de mercenarios extranjeros en el país, en particular en la provinci ho,' acclO.ne.s co. ' '. f a'acciones militares, por eJemp o.'
d 1 C t que no se re reren 1 f
ga (Res. N° 169 de! 24-11-1961). rmas e a ar a .' .' la normas relativas a a un-
las normaside!cap, VI, eS decir, entre as
Intervención La primera decisión en elcasode Chipre se remonta a14 c3- Intervenóones
en Chipre se consideró que la lucha entre las faccion~s inrernas chipriotas onciHatoria (v, p.S13), idé 1 de las Fuerzas de las Na- en Medio
d ' enos 1 entlcas a as d
en peligro la ~eguridad internacional y se "recomendó" al Secret n modalida es mas o m . ..,..." la UNEF (Fuerza e Oriente
· . . en Chipre se constituyo
constituir también allí, durante tres meses, una Fuerza de la ON I C.o...n.goy e
Unidas e.n·.e.· .' " d' '1 Res N° 340 del 25-10-
N ..... Unidas) me rante a '
da del mantenimiento de la paz e,n Chipre", con con~ingentes geneia de ·las· aClones. , . ". " d'las Naciones Unidas) mediante
los Estados miembros; posteriormente, primero por tres'meses , laUNDOF (Fuerza de Ob~er~~;~L (~uerza Interina de las Naciones
. seis meses, en ulteriores disposiciones se ha ido prorrogando eS. N 350 del 31-10-1:74 y a 19-3-1978 N° 425 Y 426 del 19-Y
miento de la FuerzaenIa isla. en el Líbano) mediante las,Res.,. ' .. cu' o mandato ya ha sido re-
ueoperantodaseh el MedIO Onente Y, Yrecordar laUNPROFOR,
El elemento que caracteriza a las acciones en el Congo y e .. D " ste modo eS necesano . .r
que, en ambos casos; él Consejo ha delegado err e! Secretario Ge variaS veces: e e. .' . ' 1 oNUSOM que actúa en Soma la
a la ex Yugoslavia en 1992, y a '
la decisión, a traVés de 'acuerdos con los Estados miembros, com
do de las fuerzas internacionales. A diferencia de lo que hemos 92.
tb de la delegación de competencias en los Estados, no nos
delegación de competencias en el Secretario .Generalsea contra Incompetencia
. . .. '. ..'. '. cesarias
de! arto 42, dado que la acción llevada a,cabo por .el Secretario " , . '·.de la Citttacentraliza las aCCIOnes ne .. de la Asamblea
forme a las directivas de! Consejo es siempre una acción de 1 on.sec.u.en.era, el cap, VII . . . . . , d S guridad. En e.l pas..a.do.. s.e General en
• " , .' .' del ··pazen el Consejo e e . 'd materia de
objetividad eimparcialidad se presume. m
.. an.t.en,..1.m
... lent.o e a ' . l' '. bi . t nía la' competenCia de .e-
'1' 'A' ,. blea Genera tarn len e , acciones en
Para rebatir.q~e l;s ac~iones'llev~d~sa cabo ~n el Congo.y e ó mucho SI a s.a.m ..' ,. . en l" . VII Algunos sostuvle-
."d'dprevlstas e cap. ' defensa de la
tuvieran encuadradas eit el arto 42, ~e apeló' al hechp de que dic a.·.a.'dopc.ió..n. de 1as me I as ia d l' A' bleaGeneral a .la. luz.. 'de la paz
, d ,. mpetenCla e a sam ' di
no se desar~oJiaron en contra sino dentro de un Estado; que eXlstehCla e esta co
b d ormas que se
h b ían formado consuetu 1-
a r . ;
zadas con e! consentimiento del gobierno local; y que las fu Carta.., s.obr.e, Ia '. as.e ,. e .ó
n. objeto
' de'encen .' di'das discusiones doctrma- ,
ONU sólo fueron autorizadas a servirse de las armas (por otra ent.•..e. Este te.ma.constltuy . 'l" .' l' l' Asitinblea Gen:eral, bajo la .m-
1960 ép'oca en a cua a . .. "
en e! primer momento-en e! caso del Congo) para,defenders tre 1950y·., .... ' f " ta tendencia a sustituir al ConseJo
extrema necesidad .. En sentido contrario, puede observarse: a.d.e. E.s.ta.·.d.osUn.idos,mam es;o,cle,r .. d· la paz ·po.r hitberc.ons.t.ata"..
"de! mantemmlento e '. . ..' ,
ur.id.aden 1 ..funcron
utiliza expresiones bastante elásticas como para .poder hacer:,ref .,..a.... '····d b'doa" 1 eJerCICIO
.: , 'del' derechO de v.eto.' suce.S.IC.
,tuaciones ,internas cle. significación internacional;, que elobjet ar.álisisde eS 7organo e.,1 .. ' ' d I temáenrazóndeHI incapa"
h 'do' atenua.ndo la ImportanCia e ,
de! arto 42 es confiar al Consejo funciones ,de. policía interna ' tese al
488
BENEDEITO CONFORT!
LA VIOLACIÓN DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 489
cidad de la Asamblea de continuar el camino q ue h '
al enorme aumento de! número d 'b abfa emprendi en 1973 Y sobre la cual v. p. 487), de cuya constitución -a partir de
b d e sus miem ros (todos los E
ros e la ONU están representados en la Asamblea G I S ingentes ofrecidos por los Estados miembros- se encargó el Secretario
que las g r a n d ' enera . v ral, tuvo la tarea de "asegurar y vigilar" el cese de hostilidades entre
, , e s potencias se negaron a permitir la puesta e .
orones eficaces por parte de un órgano tan ampliado y d n p to, por una parte, e Israel, Gran Bretaña y Francia, por la otra (cfr. las
trolable por ellas. ca a ve N° 998~ES IdeI4-11-1956, N° 1000-ES I del 5-11-1956 y N° 1001-ES I
Aclaremos que la Asamblea tiene la más am li 11~1956).
t~: recom~~daciones sobre e! mantenimiento de ~a ap::mpelte~ci amo decíamos, parte de la doctrina sostiene que, aun sin tener funda- Competencia
cion conCiliadora en e o en la Carta, esta competencia de la Asamblea para recomendar san- de la Asamblea
que, como veremos, expresamente le
s~bre la base de la cual contribuye a la solución de I recon s que no impliquen uso de la fuerza o para emprender acciones milita-
en base al
derecho
s
cionales (v. p. 519). El problema es si frente a un: c?~tr?v ncontraría su base en la práctica y, por lo tanto, estaría prevista por consuetudi-
Asamblea pu d d ' crisrs III nario
e e a optar específicamente medidas r " norma consuetuClinaria. Al respecto, se suele pártir de una famosadeci-
que no impliquen e! uso de la fuerza o bien medida p o:lsl~~al de la Asamblea, laRes. N" 377~V del 3-11-1950, denominada Uniting
la fuer~a, de modo similar a lo que prevén los arts.s4~ue4l;yp ~q2U Péace. Esta resolución, promulgada durante la crisis de Corea en el pe-
respectivamente. ' a más agudo de la Guerra Fría, estableció explícitamente que, en el ca-
En nuestra opinión, no puede haber dudas acerca de e inercia del Consejo de Seguridad frente a un quebrantamiento de la
Carta) la Asamblea es plena b 1 ' que, o a un acto de agresión, le correspondería a la Asamblea decretar todas
díd y a so uta mente Illcompetente
me 1 as como las de los arrs 41 42 (1 ', medidas adecuadas, incluso la constitución de fuerzas armadas de las
d'd' . y a cuestión varía en el
1 as provlsionales, dado que como éstas n ' ca iones Unidas (cfr. la Parte A dela.Resolución, en especial, N° 1 Y 8); y,
se superp 1 d o presentan carac
1 onen a as me idas para e! arreglo pacífico de las ca e. el punto de vista procedimental, previó que, ata! fin, la Asamblea
por o tanto, pueden entrar en la función conciliato ' era ser conv;ocadade urgencia en sesión extraordinaria, a pedido de!
Asambdlea)). Esta incompetencia para adoptar (e inclu:~a s:pe l~mue ejode Segu,ridad (por votación sinderecho de veto) o de la mayoría de
comen ar medidas '1' iembros de la 0r,ganización. Segúnla doctrina de la cual estamos ha-
, que no intp rquen e! uso de la fuerza
acciones armadas surge d o par o, la plena competencia de la Asamblea para recomendar y para
d I C e una expresa reserva contenida en e! arr
e a art~ que, luego de prever que la Asamblea puede di . renoe'r acciones en defensa de la paz, enunciada en la Ul1it/lIg for Peace,
comendaclOnes sobre cualquier cuestión relativa al manl:eCu,t abría consolidado definitivamente en virtud de la costumbre por medio
pa~, agrega: "Toda cuestión de esta naturaleza con res m Iteriores manifestaciones prácticas, cómo la acción en Suez de 1956,
quiera acción será referida al Consejo de Segurid d ,fe~to a as' decisiones sobre medidas que no implicaran uso de la fuerza adopta-
rresponde perfectamente can e! hecho de qu 1 a "'VI' sta r contra Sudáfrica, Israel, etc.
, 1 . e e cap. I -q
ca¡ntu o. que prevé las medidas de las cuales estamos habland o obstante, nos parece que nunca se consolidó una norma consuetudi-
re erencla, de manera exclusiva, al ConseJ'o de Seg id d 'a sobre la competencia de la Asamblea. En los años cincuenta, e incluso
samente" ., un a - se
, accton en caso de amenazas a la paz b' tarde, esta competencia encontrófirme, 9Posición en los Estados socia-
o actos de agresión". ,que rantamle ; posteriormente, incluso aquellos países, con Estados Unidos a la cabe-
Intervención
en Suez
Debe sostenerse, por lo tanto que a la 1 d 1 C ' ue hapían impulsado la adopción de la Uniting for Peace y se habían
decisiones adoptadas por la A ' uz e a arta son ti ado decididamente en favor de la competencia de la Asamblea (cuyo
1956 (' . ", samblea General durante la crisis
, d umca O?e:aclOn lmportante llevada a cabo por la Asambl 01, que hoy en día no tienen, tenían en ese momento), terminaron por
n~ e mantemmlento de la paz), sobre las que se basó 1 . r sus posiciones.
fnIl)era Fuerza de Emergencia de las Naciones Unidas (~~;;tlt ara las referencias a la práctica internacional, cfr. Conforti, p. 209.
f
no con undir con la UNEF que sería constituida por e! Consejo d
491
, N DE LAS NORMAS INTERNACIONALES
LA VIOLACIO '
490 BENEDETTO CONFORTI Organizacio-
" un ataque
, ' íbilidad de que la reacClon a nes regionales
Organizacio- También forman parte del sistema de seguridad colectiv o por esta ultima la pOSI l i d 'o también de ter- y legítima
nes regionales
, del Estado ataca o, sin defensa
control del Consejo de Seguridad las organizaciones r do no solo provenga ' 1 1 'tima defensa colectiva fue colectiva
creadas con el fin tanto de desarrollar la cooperación e Estados (v. p. 457); es mas, a egl eventualidad de que se
, amente para la 1
tados miembros e impulsar la solución de las controv ida en la Carta precls I . I De esta manera, as
f . a esca a regio na .
ellos, como --'-y es lo 'que nos interesa-'- con el de pro an alianzas d e ensivas d coereitivamente contra un
. nes .lOna.I pue en actuar )
[ensa común hacia el exterior. Estas organizaciones soñ: nizaclO reg es " del Consejo de Seguridad (art. 53 Y
los Estados Arabes, que data de 1945; [el Tratadolilte do sólo con autonzaclOn . ' , en caso de respuesta a
. di de dicha autonzaClOn
de Asistencia Recíproca de 1957 (TIAR) vinculado a] la Pueden prescm Ir 51)
ue ya se haya iniciado (art. .
dón d~ Estados Americanos (OEA), quenació en 1948 taque arma do q
ta de Bogotá y que reúne a Estados Unidos, Canadá, a o
de América Latina y a los Estados del Caribe; la. Unión
Occidental (DEO), constituida ta,mbién en 1948; la .Org
del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), creada en .t94
potencias occidentales; la A.NZ.US, surgida en 1951 ent
lia, Nueva Zelanda y Estados Unidos (pero desde 1986,
landa ha dejado de formar parte de ella a causa de la di
cididamente padfista de su Gobierno); la Organizaci
Unidad Africana (OUA), constituida en 1963; y la Orga
los Estados del Cáfibe Oriental que reúne, désde 1981
Estados de la zona. También debía considerarse una: or
de este tipo a la Organización del Pacto de Varsovia,qu
los países del Este europeo antes de la disolución del blo
Estados socialistas.
La pertenencia de estas organizaciones al sistema de seg
lectiva de la ONU se funda en el arto 53 de la Carta, que
que el Consejo de Seguridad utilizará los "acuerdos u organ
gionales, si a ello hubiere lugar, para aplicar medidas coerc
jo su autoridad" y agrega que "no se aplicarán medidas c
en virtud dé acuerdos regionales ... sin autorización del C
Seguridad..:'. Como yá se hadichóeon toda justicia, y cons
• sobre todo la necesidad de que exista una "autorización d
de Seguridad en virtud del ~encionado arto 53, las orgánt
regionales parecen casi "órganos descentralizados de las N
Unidas" (Quadri).
El arto 53 debe coordinarse con el arto 51, que, como ya
admire la legítima defensa tanto individual como colectiva, e
"1'
normas: internacionales
controversias entre Estados
cur;onlnbunallmt~rnacio
~os Estados son libres de remitir a ' . ponlo tanto, aclarar el significadqde lascláusul"s porlascua-
excluyen determinadascat~gorías.ele cOl1troyersias(hoy sobre
quier controversia que surja en el
tant~ es que estén de acuerdo en som t ~ sus re aciones; in,dic:ad,as como controversias relativas a la..domestic .jurisd,ic-
tancra jurisdiccional int ' 1 e el' a controversia
. errtacroria acepta d 1 d .
como vincuiante. En ef Ios.f ' n o a ecisi
risdiccional internacio eclto,la lOS fm,es del ejercicio de la f
da como célebre, que ~:ev;a~aap:~c~:ncde copntroversia, ta se refíereIl alascOIltrovel:sías jl1rídíeass e en-
Internacional (vp 499) 1 orteo ermanente d erad! 36,' párr. 2, del Estatlltoddá Corté Internacíonal de J usticia,
Mavrommatis (CPjI, Rec:;its~::e~ci~~~ 30-8-1929 en
osobte la base del Estatuto de laantígua Corte Permanente de Justí-
acíonal, constítuídacen la época de la Sociedad delas Naciones,Co-
"dnttov:,:,:~~a~~n~l ,~~ ~h
mada por la actual Corte 1 '' , p. 11), y q
os enseg\oúda, el. arto 36, páq. 2, prevé que losiEstados que acepten
plígatoría lajurísdícción de l"f=orte poqnedíode una dr~laracióIlad
W62,' 1" '328 h "'ba' j usticia ,(
sobre un puntó de hechO d d e a orte- es un ~de1} serdel11a1}d"do~ ante dicha Corte por cualqj1íerqt rR .Es\ad~que
rn 4R(esa rnisl11"de<;la,ray~é¡n; Y esta.bleceqlle dicha..declaFacíóp( de
de tesis jurídicas ode i t o e erecho, un contraste, una
' ,,
f Inltlva; controversias '~justiciable"
n ereses entre dos ' ."
sujetos,'. No existe ción podrá referirse" a todas las controversiasc~e orden.jurídíc~ ~~e
iti
bles'~J
oo'
b
dado que el derechoi.í s y controversias "n
erec o internacional. d' ~gbm ~)la.c ínterBF(;t~cióp
. d.e .u~tr~tado; cualq~íer
b)•. cuestióp dr dere-
so re cualquier relación entre Estad .' . es capaz e pr gp.~cion~l;c) la. e~istrncí~id(;todoh;dlO que, si fuere. establ;cído,
::;~~:::~0~:~~,:~:~:~:::::,~::~:e:l~~:,nl~lsoet~af~:~~e uirf~.~i~la~i~r de unt obli~~cíór ínter.n~cíonal; d) la naturaleza.o e~
d~l~rep'~racíón que ~a de hacerse por el quebrantamíento de una
el compiomisode someterse a un t 'b a~ ~ua es las part
n íónínternacíonal" . Ahora bíen, no existen casos que la Corte Interna-
dejustícía sehay'a negado ajuzgat eh tazón del "carácter polítíco"de
y controversias en las cuales no se asu una mternacional e s
tuahsolución queda e me este' compromiso l:ovétsíá;'excepcíóndeclarada, respectívameni:e, por Irán y por ES,tado
, ' omo veremos rechazada. por la Corte) enel.asuntodel.PersQtraldiPlomátieQ y
ricas" (v. p. 508 y ss.). cteJmasia',dodiaada llar de.EstadQs Uttidos en Teherál1 ($ent,c\el 24+19&0 en f=IJ ,Recrteil
496
BENEDEITo CONFORTI
DETERMINACIÓN DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 497
1980, p, 20, N° 37) Yen el asunto de las A 't/id. .,
en Nicaragua)' contra Nicar. ctiui ades n~llttares y p
p, 439, N0 105), agua, competenCIa y admIsibilidad ntre dos o más Estados, se celebraba un acuerdo, el llamado
romiso arbitral, con el cual se nombraba un árbitro (por ejern-
Otro instrumento referido a las e '.
ma exactamente la enumeración d 1 o~t;verslas Jurídicas, que
n Jefe de Estado) o un colegio arbitral; eventualmente, se esta-
Corte Internacional de ]ust' , el CIta o arto 36, párr, 2, del n algunas normas de procedimiento y, finalmente, las partes se
P f . lCla, es a Convención E ban a respetar el laudo que se dictara (el que a menudo cons-
ací ica de Controversias de 1957 . , uropea par
que vincula también a Ir '1' El ,auspIcIada por el Consejo sólo de una parte dispositiva, ya que el árbitro no estaba obli-
., . a la. arto 1 de esta C ',
cron de someter las controversias' 'd' onvenClOn pre a dar a conocer sus motivaciones). Como es fácil de ver, esta
cia; en el caso de las contr . jun .lca: ~ la Corte Internad forma más rudimentaria y aproximativa de la determinación
"d " oversias no jUndlcas (art 4 y 19)
cI~n e recurrir a la conciliación (v, . 509 . . "pr ial del derecho (a la cual, por otra parte, se recurre también hoy
tnbunal arbitral ad hoc, p y ss.) y, SI esta f a,aunque más raramente y sin ciertas óaracterfsticas, como la
de<motivación de las sentencias arbitrales). Y decimos que se
de una forma aproximativa y rudimentaria de determinar judi-
ente el derecho, no sólo en razón del procedimiento sumario
Por 10 tanto el p . . e sigue, sino también porque, dado que el compromiso arbitral
raleza arbitral, ~orq::~~:~:t::~~~IOnal tiene Sustancialm recedía sino que sucedía a la aparición de la controversia, sólo
t~nto, en el acuerdo de todos los E~~~;~ apoya en la volu a ocuparse de asuntos minoris generis.
SI no existe tal voluntad' 1 s partes de una co artir del arbitraje ocasional, este instituto se ha ido desarro-
, , SI no se ogra e t d
obligar a un Estado a someterse a' " s e acuer o, no , tanto en lo que respecta a las características del acuerdo
' .
El InStItuto del arbitra'e ' JUICIO.
, los Estados partes de la controversia, que es el presupuesto
partir de la segunda mita~ ~n~er?~cIOnal evolucionó notab pensable para que se dicte un laudo, cuanto en la institucio-
ción no modificó el f d e SIg o pasa~o: aun cuando e
ación cada vez mayor del colegio arbitral que dirime la con-
nal, aun cuando hoy ~~u:~::oe~olu?t~n~ta del proceso i rsia. Grosso modo, en el desarrollo de este instituto pueden
que exista acuerdo entre tod 1 prmclpIO por el cual e guirse dos fases sucesivas:
b as as partes en una co t
o tener una sentencia internacional h ,n r e 1: Ya a fines del siglo pasado (sobre todo en el continente
canismos para favorecer tanto la fo;~:c' ~n :revlsto acc 'cano) y a comienzos del presente (en el continente europeo) se
como la institucionalización de la f " ,IOn :. acuerdos nzó a recurrir a determinados artilugios para facilitar la cele-
mente en qué sentido. unCIOn ar Itra1. Veam , 'n de los acuerdos interestatalés necesarios para instaurar un
Arbitraje
ocasional El punto de partida de la evolucí; di' , so internacional: así han aparecido aquellas cláusulas compro- Cláusulas
arbitraje ocasional En el ial IOdn e InStItuto del ar ias y tratados generales de arbitraje, a los que llamaremos "in- compromiso-
, . SIg o pasa o de d rias y tratados
mternacional que se había ido e l'd' dacuer o con letos" para distinguirlos de las cláusulas compromisorias y tra-
, ,, onso 1 an o pa l l generales de
so1IdacIOn de la soberanía de 10s,E d r a ,e ame s generales de arbitraje "completos", de los que nos ocuparemos arbitraje
ero Imperio Romano (ya que en sra os tras la dIsgreg "incompletos"
Compromiso
uida. La cláusula compromisoria (incompleta) se agrega a cual-
arbitral
la época comunal habl'a sid epocas precedentes, por e tratado y crea la obligación de los Estados signatarios de recu-
, 1 o mayor la pr ',
misos arbitrales amplios y li OpenSIon a asumí arbitraje en todos los casos futuros en que surjan controver-
desarrollaba de 1 " genera Izados), a menudo el ar
a SIgUIente manera: una vez surgida una co respecto de la aplicación e interpretación de dicho tratado; es
'loga la función de un tratado general de arbitraje (incompleto)
499
DETERMINACIÓN DE LAS NORMAS INTERNACIONALES
~o~rnas
a mtenclOn, o están de acuerdo, en servirse .de ellos emás de su jurisdicción en materia contenciosa, de la cual hemos ha- Función
de/,"wlimiento (conteocioso, régimen de):Cue hasta aquí, la Corte también tiene una función consultiva: sobre la ba- consultiva de
a o no e. presentar la motivación del juez en la sent arto 96 de la Carta de las Naciones Unidas y de los arto 65 Yss. de su la Corte
Internacional
.que
d sean . aplIcables
d en cualquier c1asede proce ditrnrento
. Estatuto, puede dar su opinión respecto de cualquier cuestión jurídi- de Justicia
etermma. ~. Fuera de algunos precedentes en el continen edido de la Asamblea Generala del Consejo de Seguridad, o también
n.~, s~ v~nfIca esta tendencia a la institucionalización en 1 os órganos del Sistema ONU, aunque con autorización de la Asamblea
Corte cron e a Corte Permanente de Arbitraje, que existe tod l.' Si bien sus opiniones no son vinculantes, Y aunque, de hecho, mu-
Permanente
que fuera creada por las Convenciones de La Haya sob eces no han sido tomadas en cuenta, sin embargo, resulta significativo
de Arbitraje
rrestre, de 189~ y ?907, respectivamente. Por otra Par:: rte de la actividad consultiva de la Corte tanto en lo que concierne a la
,inación de la existencia de normas internacionales generales, cuanto a
de la Corte
, . d' la institucionalización es mínim a. D e h ech o
pretación de la Carta de la ONU. Por ejemplo, pensemos en la Opi-
unad nomma
i' e arbitros
.' actualizada pe no
. 'd'icamente entr
onsultiva del 28-5-1951 respecto de la Convención sobre Represión
pue
I en e egIr los Estados para conformar el col egio
o'
. ' ar b'It nocidio, que marcó una etapa fundamental en la reglamentación de
as n~rma~ pr~~edlmentales a las cuales deben atenerse 1 ervas a los tratados (v. p. 132), o en las Opiniones del 21-6-1971 sa-
que an SIdo fIjadas por las Convenciones de La H o mibia o del 16-10-1975 sobre el Sahara Occidental, en el tema de la
chas y, de cualquier modo, no subsisten frente a l::a,u erminación de los pueblos (v. p. 38 y ss.). En lo que respecta a la
mente establezcan las partes. q inación de la existencia de normas internacionales generales, la acti-
f Fase
di II: 'En esta segunda fase, que o se .miera,
. . grosso mo onsultiva de la Corte quizá pueda ser considerada, como ya vimos,
m
. eIi a Pnmera
., Guerra M undila, 1 tuvo 1ugar un proceso lila manifestación de la opillio juris ac Ilecessitatis y, más específica-
ClOna IzaClOn aún ro ayor, en pnmer . lugar con la creación e, de la equidad;
Permanente de Justicia Internacional, en el período de la So
501
DETERMINACIÓN DE LAS NORMAS I1'.TTERNACIONALES
500 BENEDETIO CONFORT[
mas de la Convención c~yaa;~~er~;:~c~¿nd~:epcI~~ari~" seg mbién se remiten a esta categoría de medios diplomáticos los
Función
"conciliadora II
Para una descripción completa de 1 ta de la llamada función "conciliadora" (en sentido amplio) de
conciliación, a partir de fin del-si 1 os tratados que crean co
es e slg o pasado VIl ' rganizaciones internacionales, que reviste particular impOrtancia
La tipificación de los medios di 1 , , ' V. I aru, op. cit.,
caso de la ONU o de las organizaciones regionales, como vere-
que hemos reseñado aquí (en c f p ornaticos de solución de c
común), es bastante esquemátic: ormld~d c~n el resto de la
n
enseguida.
la práctica formas atípicas híb id, aproxnnanva, No es raro q a función conciliadora de las organizaciones internacionales corn-
nombres que hemos indl'caod 1': as, ?bbien formas llamadas ca
o mas arri a pe
de estos mismos procedimientos (buenos oficios, investigación,
correspondiente. Por ejem lo d ',ro que no se confo ación, conciliación) que hemos examinado hasta aquí; pero tiene
conciliación prevista en elP, 'b~uede clonslderarse como una fa
Formas
atípicas de los am ItO e a CA f ' b
característica fundamental el hecho de que se ejerce en un mar-
medios de peradón Europea (v p 99)
'. . ..
, n erencra so re Segu
enmatenadepr t " d l
stitucional. Esto implica que elprocedirniento de la conciliación,
solución de nos, que últimamente h id o eccion e os del' filado, debe estar de conformidad con las normas estatutarias
controversias mana" d l d ,a SI o reglamentada en el capítulo "D'
, e ocumento final de la reunión de la CSC . 1 ias de Cada organización y, por otro, debe dar origen a actos
espeCIal, este documento ' E en Viena, uetivos, cuyos efectoS serán peculiares por tratarse. de actos de
osint'efnacionales.Normalmente, dichos actos s~n recomenda-
caso de violación de 10sP drevehquehsi un Estado parte de la CSCE
erec os umanos b d
controversia sea exarnin
" a d a y diISCUtIida (nad por 'o ra e otro Est ,o sea, actos que aun. sin ser vinculantes, como tampoco loson
da) primero a nivel bilateral 1 a mas que examinad
la Conferencia (dr R " y uego, eventualmente, durante una os típicos de los procedimientos no institucionalizados de solu-
T 1 , ' , enzirn; enRDI, 1989, p. 59 ss) de controversias, a diferencia de éstos producen un cierto efecto
a vez exista CIerta confusión entre 1 ,y . .-
lantes y los medios vincula t deci os medios dIplomático itud (v.p. 241 )'ss.).
n es, es eCHO los m di ' isdi
cas'o, por ejemplo de la 1 "d' l' e os Juns iccionales
, . so ucion e a co t '
Zelanda en la primera etap d l d n :oversla entre Francia
, a e caso el Rainbo Iv. ' Obligación de
cnpto en su oportunidad ( 467) .' w arrtor, que he
. v. p. En ese m 1 n los medios diplomáticos y los medios jurisdiccionales se ago- los Estados de
comprometido a aceptar y 1 . omento, as partes resolver con
, vo cal' en un acue d 1 los medios pacíficos de solución de controversias. En su arto 2,
nvamente-s- la decís" 1S . r o -que uego se medios
, , e ecrerano Gener l d 1 N ' 3, la Carta de las Naciones Unidas establece que los Estados pacíficos sus
deúmdo esta soluc t . a e as aciones m
an o como una m d' . , controversias
do se puso el acen la 'd d d e ración o una conciliaci bros tienen la obligación de resolver sus controversias utilizan-
necesi a e que se p d'
entre las partes) cuanto e bi ro ujera un ulterio ediospacíficos. y el arto 33,pátr.l,dedicha Carta corrobora
amo un al' ItraJe d d I '
tuvo la decisión del Sec t 'G ' a o e caracter vincu bligación de las partes de una controversia que sea capaz depo-
re ano eneral (drA ólli
y ss.)..Claro que si se examina el fondo d' e la pIS:
cuesnon,,en RGDIP, 19 es
la segunda
513
DE LAS NORMAS
512 BENEDEITO CONFORTI
. . a1- entrar
.1 ilctica ll1ternaclOn,
íesuso en lac. Pr , .
ue este límite ha caléo en e e ' . que para las partes sea llnpo-
ner en peligro la paz y la seguridad internacionales de ale " d a controversIa, a menoS .
solución "mediante la negociación, la investigación, la me r el mento .e un, d' evistos en el arto 33.
esolverla con uno de los me lOS pr
conciliación, el arbitraje, el arreglo judicial, el recurso a o
o acuerdos regionales u otros medios pacíficos de su elecci
Función
1 1 "soll1-
. . 'das le dedica un capítn o a a , conciliadora
Carta de las NaCIOnes U,O!" el Caítulo VI (art. 33 aI38). ~~li
Nada le quita o le pone a este arto 33, párr. 1, la Declaració del Consejo de
pios sobre Solución Pacífica de Controversias, que fuera adop
. ~
Seguridad de
acífica de las con.troverslas, 'y detallad.as, la (unción la ONU
Asamblea General en 1982 (Res. N° 37 del 15-11-1982). Dicha R P as bastante preCisas 'd
que, por otra parte, es bastante prolija, reenumera los medios in glamenta, con o?rm .' .' .. ,. 'del Consejo de Segunda . poder de
'dora (en sentido amplio) .' 'f'camente del arto 34, investigación
el arto 33 de la Carta y retoma las disposiciones de la misma Car la .: . , C'" íf loVI y espeCl 1 . '
'b. re laba.se de dicho apl u ' d ' '. poder de investtg a- del Consejo
función conciliadora de! Consejo de Seguridad y de la Asamblea . n er 1 gar e u n . . ,
la cual nos ocuparemos enseguida), invitando a los Estados a recu nsejo dispone, en pru u ta~entecomo crean~o un or-
d.lr ec
La Resolución insiste también en la libertad de elección de los me t que puede ejercer tanto d rmalmente: ese órgano puede
lución pacífica, haciendo suya, de este modo, una preocupación con 'J es corno suce e no " ., esta por al-
oad 10C, que .' .. , de investiaaClon compu. . d 1
los Estados socialistas, compartida por los países en vías de desarr . 1 un a comlSlo n . b .. • 'lOS e a
Por eJemp Oi 'd d .por funCIOnar
salvaguardar la igualdad soberana de los Estados. , brosdelConsejo de Segun a ,
s mlem
etc.
En la práctica internacional, a menudo se cita el arto 33, , '. hayan constituido una
de la Carta que, en opinión de la Corte Internacional de eJ' emplos de decisiones del co~~eloN~~~ del 19-124 946, por la
orno " . f. la Resol uclOn id . n la
pertenece al derecho internacional general (cfr. la Sente , .de investigaclOh c r.. .. ' "n.por 10sincI entes e
nCla . ' SlOn
"delhvestlgaclO . 'N° 132
27-6-1986 sobre el caso de las Actívídades Mílítares y Para se constituye una coml .' '1 de este país; la Resol uclOn
contra Nicaragua, en CIJ, Recueil, 1986, p. 145, N° 290): po rera griega durante la .guerra ~~:I acíones de guerrilleros en Laos;fla Re-
pIo, en las cláusulas de los tratados internacionales que se re 9_1959,respeeto'de ciertas II1 I r 4' sobre los incidentes en \a ronte-
ónN0189·(párr..5),.d..e.14 .. -6-19\6:, N0 304 (párr; 2) del 14-5-1%5
la solución de las controversias, y también en la jurisprudenci b la Reso ucion . ,', N° 29S
re Vietnam Y Cam oya; .: ".Dominicana; la Resoluclo~
la situación interna de la Re~~~hc~e tres miembroS del ConsejO de Se-
Corte Internacional de Justicia. El valor político y moral de
tículo. de la Carta es muy alto. Pero, ¿cuál es su importancia d -1971 'que nombra una ITIlSIO~ dei tigar las incursiones portu-
punto de vista jurídico? En razón de su carácter genérico, que , , f I n e Il1ves , id t s
ad paraehviarlo s a GUIl1ea" a ..... del 28-5-1974 sobre los 1I1Cl en e
deduclr de él obligaciones precisas para cada uno de los med . 1 Resolucíól1.N° 348 (parr. S) 1 ., N0404 del 2-7-1977, q.ue
solución de controversias enumerados, consideramos que se Ji as, a l' l ' la Reso UCIO n '. 1 ac
frontera el1.tr.e Ira < eran; "b 'd 1 Consejo para investlgar os -
insistir, con otras palabras, en la prohibición del uso de la fuer , " d' tres rUlem ros e . '. desembar-
oró a ul1.a I11ISlOn . e .' B nin por mercenariOS ,
previsto tanto en el arto 2, párr. 4, de la Carta de la ONU, así .. , ." . tld s' en CotonoU, e , " '. 'ovemente
e violén cta come 1 o '. .' d 'allí sin autOrlZac!on y pr d
en el derecho internacional general (v. p. 444). sde ünavión que habí~ atern~a, dO 14A-1983 (que fue el result~do e
" '... ' t -laDehberaCIOn e 'f' h . r consIgnada
la reglon remo a, ..... . ' ,1. 'alizada en esa ec a y ,
Por otra parte, debe señalarse que e! arto 33, párr. 1, tiene también e eclatacÍÓn del Secretario, Genera re, ba al Secretario General :eah~ar
cuencias procedimentales en el marco de la función conciliadora desar 1 docurnehtóS/15680)q.ue le ,~nc;,rg':nasiva en algunos territorIOS ara-
por e! Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Sobre la base del uestassobre t6scaso s de 1I1toXICac on
de la Carta, el Consejo de Seguridad no debe -o mejor dicho, no de s ocupados por Israel.
DETERMINACIÓN DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 515
514 BENEDETTO CONFORTI
de la Res. N0 1811III, del 29-11-1947)' ~ ~or ~~samblea la Asamblea puedan perjudicar el bienestar gerteral o las relacio-
és amistosas entre Naciones...". Esta fórmula, d,Il generica, permite
arreglo del paso de los beduin ',a es. 89, del 17-1
N0 95, del 1-9-1951 (recome:~a:i~:v:sEd~ las zonas desmilitarizadss cuadrar en la función conciliadora de la Asamblea todas aquellas
Re~ %~ ~:ra
nes al tráfico por el Canal de Stíéz); la que
edidas que vimos que podía, adoptar el Consejo de Seguridad, en
i~tud del Cap. VI. De .manera bastante paradójica, y a diferencia de
caba algunos puntos generales ara l ." 2, del
te, tales como el retiro de Isra~ l:ss~~u~IOn.
de del,problema que el Cap. VI prescribe en el caso del Consejo de Seguridad, la
guerra relámpago del d rrrtorros ara bes ocupados samblea no está obligada a cumplir normas procedimentales deta-
, verano e 1967 o la obli ' ,
Integridad territorial I lib ' igacron recíproca das; su única limitación de procedimiento, que de todos modos es
de la región, étc.) AX a, 1 ertad ~e navegación por las aguas
portante, está en el arto 12 de la Carta, según el cual la Asamblea
no d . ernas, en vanas oportunidades se
picios de la ONU, a India y aP;S~,II, ad de realizar un plebiscito con
S e arreglo, en especial la ibilid ' be abstenerse de intervenir en cuestiones de las que se esté ocupan-
~::a~::~e~ot
d1e el Consejo de Seguridad.
territoriales (efr, por ejemplo, 1: 2 ordenar sus cont
~;1~~~~,I~~~:~';::ri~~~,ddf30-3~~9.\1 ; 1: R~:4~?~~h~ad~'~~ Como ejemplo, efr.las siguientes Resoluciones: N° 1947/xV del 31-10-1960
ro ~: las tropas rusas del ter~i~:;i~~;a~;~~~ ~:·t38°
la 3, del 4-4-1 (recomendación a Italia y Austria de negociar una solución a la cuestión
tacron a. Israel a ofrecer a la Argentina 'una,~;~ " ' ddel23-6-1 üel Alto Adige); N° 1599/XV del 15-4-1961, sobre la presencia de tropas
normas mternacionales"h b paracion e acuer Sctranjeras en el Congo; N° 1616/XV del 21-4-1961 (conflicto entre Cu-
E' h ,por a er apresado '
IC mann en territorio argent' ) 1 agentes Israelíes al cri a y Estados Unidos); N° 1855/XVII del 19-12-1962 (sobre la reunifica-
del 15-11-1967 (pedido a Por;:;~ :e~~~ ~ 226 deI114-10-1966 y n deCorea); N° 1964/XVIIIdel13-12-1963 (ibidem);N°2077/XXdel
o~tara g3'1~6í 1",p"9 451~ '8¡'5,,~n\a ,mi'?'iaI45 Chip",;lf21
53
na~os ~
ra que su territorio no fuera la base de opa de medidas op Il\XnI,
por el Congo); la Res. N0 264 d I eracrones
renrarse del territorio de N ibi
los mercenar'
e 20-3-1969 (Invitación a S
f~.,~,~51}1-12-1?6~! (,~(~'ii!~ de l»(di? ?d(n"h';'" ~504IXX~ d(1
711-1969 (sobre el acuerdo entre Indonesia ylos PaísesBajos porel caso
cual se hace propio el Inf amdllla); la Res. N° 278 del 11-5-19 la Irían occidental); N° 2516IXXIV del 25-11-1969 (sobre la reunifica-
.órrd orme e Secretario G I
SIOn e la plena independencia 1 . I d enera que favorecía Óllde Corea); N0 2535/XXIV, letraB, del 10-12-1969 (sobre lacw:stión
a
zo a las pretensiones de G B a IS_ a e Bahrein, con el consecuent ¿MedióOrÍellte);N° 3160/XXVIII del 14"12·1973 (sobre la controversia
eJerce~ al,gu~a
" ran retana de Ir' d .
protección" sobre la isla; la Res. N0 348 d an _ e f treGran Bretaña YArgentina por las Islas Malvinas); N° 3333/XXIX del
a Iralk a hacer efectivo el acuerdo celebrad;lp28 5-1:975 .(InVltaclón 7-'12-1974 YN0 3390 A-XXX üel18-11-1975 (nuevamente sobre la reuni-
rdeso ver sus controversias limítrofes)' la R ~r5e73os mismos con lcación. de Corea); N° 3395/xXX del 20·11-1975 (negociaciones por Chi-
ere~aración de los daños provocados p;\ 1 del 4-10-198 pre);.N0 34/38 del 21-11-1979 (negociaciones entre el Reino Unido y Gua-
tunecIno); la Res. N0 607 del 5 5 r srae en su ataque al t tiérn.al por Be1ice); N° 34/412 .cle1 21-11- 1 9 79 (negociaciones por
Res. N0 694 del 24-5-1991 (det:n;i:8~~~:s~es. N° ~08 del 14-11- a
ibraltar); N° 37/9 del 4-11-1982 (Malvinas); W 38/12 del 16-11-1983
nos por parte de Israel); la Res. N0 687 eportaciones de civile (idem); N0 38/10 del 11-11-1983 (apoyo al grupo de Contadora por su acti-
parte de Irak y Kuwait d 1 f :.parte A, del 3-4-1991 (res Idad de mediación en América Central); N° 39/6 del 1-11-1984 (Malvinas);
e as ronteras fijadas en 1963 ,
° 41/31 del 3-11-1986 (ejecución de la sentencia de 1986, de la Corte In-
':. '; ':.
520 BENEDETTO CONFORT!
t
~hroMltghhAdgreement. RePlac.ing War With Non- Violent DisPllte-R
/011 et o s; NuevaYork, 1990.
Corte de Justicia de las Comunída- formación de la'-: 54 y ss., 292 y Denegación de justicia: 273 líticos, Pacto de las Naciones Unidas
des Europeas ss., 298 .y.ss, Denuncia: v , Tratados sobre Derechos Económicos, Socia-
competencia de la -: 503 y ss. tiempo de formación de la -: 53 y Derecho de conservación: 430 les y Culturales.
Corte Europea de Derechos Humanos ss,
Derecho de persecución: 360 Derechos especiales de giro: v. Fon-
competencia de la -; 506 transformación y extinción de la -: Derecho espontáneo: v; Costumbre do Monetario Internacional
normativa de las reservas según la 53 Derecho humanitario: 71,446 Descolonización
jurisprudencia de la -: 130,134 u, también Adaptación, Codifica- Derecho internacional de la econo- poderes de la Asamblea General de
Corte Internacional de Justicia ción,jus cogens; ONU, Tratados. mía: 314 y ss. la ONU en el tema de -: 40, 193
cláusula de aceptación de la juris- Crímenes individuales contra la paz y
Derecho internacional privado v. también Autodeterminación, Gue-
dicción de la -: 501
la seguridad de la humanidad: v, Cri- - y derecho internacional: 15 rras de liberación nacional, Movi-
composición de la -: 499 mina iuris gentium interpretación de las convenciones mientos 'de liberación nacional, Su-
función arbitral de la -: 499 y ss. Crímenes internacionales del Estado de __ uniforme: 147 y ss. cesión de Estados.
función consultiva de la -: 499 y ss, responsabilidad de -: 455 y ss;
Derechos del Hombre Diplomáticos: v. Agentesdiplomáticos
Corte Permanente de Arbitraje: 498 Crimina iuris gentium acuerdos colectivos sobre- que Directivas comunitarias
Corte Permanente de Justicia Inter- - y ejercicio de la jurisdicción penal vinculen a Italia: 232, 312 y ss. características de las -: 220 II
nacional: 499
sobre los extranjeros y. sobre los - y competencia interna: 62, 312 Y ss. - detalladas: 220 y ss.
Costumbre
órganos extranjeros: 270 -y principios generales de derecho Distress
aplicación analógica de la -: 59 - ypersonalidadiílternacional de reconocidos por las naciones civi- -como causa de exclusión de la ili-
-como fuente de normas interna- lo~ individuos: 35 lizadas:62 citud: 429
cíonalesgenerales: 16,49 Y ss. Culpa: v, Ilícito internacional,. Res- grossviolatio1ls de.los __: 62, 313 Domestic [úrisdictioni v, Dominio
-y derecho espontáneo: 58 ponsabilidadinternacional órganos internacionales para la tu- reservado
-y normas de cortesía; 50 y ss, Cumbres europeas: 215 tela de los' -: 231 y ss., 234 y ss., Dominio reservado
-y principios generales de derecho
506 y ss. -y derechos del hombre: 312y ss,
reconocidos por las naciones civi- Daño: v.Ilícito internacional,Con-
tutela de los - y ius cogens: 250 - y j urisdicción.internacional» 498
lizadas: 62 y ss,
taminacíón, Responsabilidad movimiento convencional. a: favor -y contaminación del ambiente:
-y resoluciones de las Naciones nacional, Reparación
de los -: 312 y ss. 318 y ss.
Unidas: 57 y ss., 81 y ss, ' Decisiones comunitarias tutela de los _. en el derecho.ínter- -y relaciones económicas: 314y ss.
-y Estados de nueva independen-
nacional general: 313 y ss. -en el ámbito de la ONU: 191
cia: 55
violación de los - como-crímenes objeto .del-: 311 y ss,
-iparticular: 58 y ss.
internacionales: 455
elementos de la -: 49 y ss.
u. también Comisión Americana de Equidad
flexibilidad de la -: 76 y ss., 245 y ss. y s. Derechos Humanos, Comisión euro- -como fuente de normas interna-
formación de la - y praxis conven- -y derecho consuetudiríarío. pea de Derechos Humanos, Conven- ciones: 69 y ss.
cional: 52 y ss. valor de las -: 80 ción Americanade DerechosHumanos, -y delimitación de la plataforma
formación de - y recurso a la Declaración Universal de los
Convención Europea de Derechos continental: 341 y ss,
equidad: 70 chos Humanos Humanos, . Declaración Universal de -y régimen de la zona económica
relaciones entre - y tratados: 58, valor de la -: 80, 312 los·.DerechosHumanos, Dominio exclusiva: 348
76 y ss, 223,244 y ss. Declaraciones interpretativas: reservado, Pacto- de las Naciones -y sentencias de la Corte Interna-
papel de los jueces nacionales en la servas en los tratados
Unidas sobre Derechos Civiles y Po- cional de Justicia: 499
574 BENEDETTO CONFORTl ÍNDICE ANALÍTICO 575
Espacio atmosférico Estado de necesidad versiones, Denegación de justicia, valoren el derecho italiano de la
navegación del - y responsabilidad Protección diplomática,' Responsabi- cláusula del tratamiento nacional
-como causa de exclusión del ilíci-
del vector: 365 to: 430 y ss, lidad internacional. previsto por el-: 385 y ss,
régimen del - sobre el territorio: Estados: extranjeros: v: Dominio re- Gobierno
367 y ss. servado, No intervención, Inmuni- FAO: 199 - fantoche: 29, 39
Régimen del - sobre altamar y te- dad delajurisdicción Fondo Internacional para el Desa- -insurrecciona!: 33
rritorios res Illtllius: 367 Euratom rrollo Agrícola (FIDA):206 - en exilio: 26 y ss.
-y zonas de identificación: 367 actos del-: 218 y ss. Fondo Monetario Internacional (FMI) -de [acto: 420
recursos del : 366 y ss, órganos del...!:213 y ss. derechos especiales de giro creados cambios. revolucionarios de - y su-
Espacio' extra-atmosférico u. también Consejo de Europa, por.el-..: 205 cesión de Estados: 166 y ss.
convenciones multilaterales sobre te de Justicia de las Comunidades enmiendas al Estatuto del ~: 205 Guerra
el-: 368 y ss. Europeas, Decisiones coniunitarim cartas de intención solicitadas por derecho de -: 446
libertad del -: 368 Directivas comunitarids¡ Parlamento - como acuerdos en-forma simpli- v. También Autodefensa, Derecho
-- Ysatélites geoestacionarios: 369 Europeo>,Reglamentos comunita- ficada:205 humanitario, .Guerras. de liberación
régimen de los recursos del -: 368 rios, Tribunal de. Primera I/l!st~rncia estructuras y función del-« 204 Y ss. nacional, Tratados, uso de la fuerza
y ss, de las Comtmidades.Europeas. Fondo y subsuelo .marinomás allá internacional.
Estado Extradición:270:y22 de los límites de las jurisdicciones Guerras de liberación nacional
formación del - por separación: Extranjeros nacionales aplicabilidad del derecho interna-
157 y ss. adaptación del derecho irauano autoridad internacional para la ex- cional humanitario. a las -:42. y ss.
formación del - por fusión: 163 y ss, plotación.de los recursos del-:351
identidad del - Y cambios revolu- yss; Iglesia Católica: 47
cionarios de gobierno: 166 y ss, recursos.ídel .., como patrimonio Ilícito internacional
incorporación del -: 163 y ss. común de la humariidad:351 y ss. causas de exclusión del---:.427 y ss,
noción de órgano del - según el explotación unilateral. de losrecur- caso fortuito y fuerza mayor co-
derecho internacional: 25 y ss., 53, sosdel.e-: 353 y mo -r-.v-; 429, 433 yss.
105 y ss., 302,420 y ss, Fronteras consecuenciasdel-:.439 y ss.
personalidad internacional del -: respeto de las~:153 consenso '. del Estado damnificado
24 Fuerza mayor como causa de exclusión del-:427
desmembramiento del-: 160 y ss, como causa de exclusión de la.ilici- y ss.
- federal: 28 tud: 429, 433 distress corno causa de' exclusión
-comunidad: 25 Funcionarios internaciones del-: 429
-miembro de un Estado federal: inmunidad dedos- deIa jurisdic- elementos. constitutivos •del r-; 417
28, 163 ción: 309 y ss.
- organización: 25 y ss: protección de.los l..:.3Q7y ss. elemento objetivo del-:.424 y ss.
- satélite: 28 elemento. subjetivo. del -: 417 y ss.
v. también Autodeterminación, Jefes GATT el daño en el-: 438, 465 y ss., 472
de Estado, Fronteras, Gobierno, cláusula de la nación.más favorecí- yss.
Responsabilidad internacional, Su- daren.el ámbito del-: 316 -por acción: 419 y ss.
cesión de Estados, Territorio. relaciones entre - y Tratados .CE: 128 - constituido por la violación de
577
íNDICE ANALÍTICO
576 BENEDETIO CONFORT!
Mar internacional
obligacionesvde resultado" o por -de los miembros de misiones ese lus cogens: 246 y ss
libertad de navegación en el -: 350
_ y consenso del Estado víctima de
la violación de obligaciones "de peciales: 292 y ss., 356 y ss.
un ilícito internacional: 427 Y ss.
medios": 425 - de las organizaciones internácio- libertad de pescaenel..,.: 350 y ss,
prohibición del uso de la fuerza co-
-de duración e - instantáneo: 426 nales: 309 y ss. libertad de tender tuberías y,cables
mo norma de -: 247, 249, 444 Yss.
y ss. -de la Orden de Malta: en el -: 350 y ss.
-por omisión: 419)y ss. ..,. de 'los -representantes de' los Jefes d'e Estado
libertad de sobrevuelo del -: 350 y
inmunidad de los -: 291
la culpa en el ....: 319, 433 y ss., dos en el seno de las organizacio- ss., 366
poderes de los - en materia de ne-
472 y ss. nes internacionales: 307 u, también Fondo y subsuelo mari-
gociación de tratados: 91
observancia de los principios funda- -y medidas cautelares y ejecutivas no más allá del limite de. las juris-
mentales de la Constitución como obre los bienes de Estadosrex- , Jefes de Gobierno
dicciones nacionales, Contamina-
, inmunidad de los, -: 291
causa de exclusión del-« 431 y ss. tranjeros: 302yss. ción, Nave.
poderes de los - en materia de ne-
reacción al - por parte •de terceros - en. materia de, controvérsias.rde Mar territorial
gociación de tratados: 91
Estados: 455 yss. trabajo: 298 y ejerciciocie ,la jprisdicción penal en
'Jerarquía de las normas internacio-
estado de riecesidadcomocausade v. también Archivo consit/ar, Jefes el -: 337 y ss., 359
exclusión-del -: 429 y ss. nales: 244 y ss.
de Gobierno,fefes de Estado, Minis- límite externo deI--:3 30 yss.
Jurisdicción internacional: v. Arbi-
tiempo de comisión del ....: 426 tros de Relaciones Exteriores, Misio] línea de base del -:)33 yss.
traje, Corte Internacional de Justicia
v. tambiéltAutodefensa, Contrame- nes diplomáticas. _ - italiano: 335
dida,Denegación de justicia, -Legiti- Insurrectos: v. Gobierno Júrisdicción penal paso inofensivo en (':1 -: 336, 359
límites internacionales al ejercicio
maidefehsa, Responsabilidad interna- Interpretación: poder del Estado ,costerqen, el -:
cional, Reparación, Retorsión, Uso -de los estatutos de las organiza- de la -: 270 y ss., 337
JurÍsdiction toenforce: v. Uso de la 329 y ss.
de la fuerza internacional. ciones internacionales: 143 yss: v. también Bahía,J)erecho de.pers e-
fuerza interna
Individuos ........ yteoríade los cucién, Cql1taminaciQl 1.
Jurisdiction to prescribe: Uso de
personalidad internacional de los citos: 143 y ss. Mediación: 509, 520
.... delos-tratadoss 140 y ss. la fuerza interna Mercado Común del5U¡- (M(':r(;9-
v. también Derechos del hombre, - - de cooperación sur): 18,209
Responsabilidad internacional vías de desarrollo: Legislación antitrust Ministros de Relaciones Exteriores
, acuerdos de cooperación en mate-
Inmunidad de jurisdicción - - de derecho uniformes 147 y ss, inmunidad de los -: 291
-de los agentes diplomáticos: 289 - - de paz:"143, 176 ria de -: 100 ' poderes de Jos __ en .mateda de, ne-
aplicación extraterrit~rial de la -:
y ss. método objetivo de ....: 141 y gociaciónde tratados: 91
-de los funcionarios internaciona- método subjetivo de -: 141y ss, 317 y ss.
Minorías
les: 306 y ss. v. también Analogía. Legítima defensa
tutela de las,
_ colectiva: 456 Yss,
-y Constitución italiana: 395 y ss. Intervención: v. Dominió-reservados u. también Autodeterminación, De-
Contaminación, Legislación antitrust. _ individual: 452
-de los Estados extranjeros: 295 y ss. rechos del.bomote.
noción de -: 452 y ss,
-- absoluta y relativa: 295 y ss. No intervención, Uso deI~fuerzain Misiones diplomáticas
Libertad de los mares:326 y ss,349 Yss.
Convención Europea sobre - terna, Uso de la fuerza internacional inmunidad de las -:289
Inversiones Liga Árabe: 490
Misiones especiales: 292
codifjca~ión de las normas Movilidad de las fronteras de los
sobre - - : 297 y ss., 301 Maastricht
tratados: 157, 163
- de los organos extranjeros: 291 y ss, tratado de -:
579
íNDICE ANALíTICO
578 BENEDEITO CONFORTI
Navegación aérea: 366 y ss: Consejo de Seguridad de la -: 189 Organismo Internacional de Energía
las -: 306
Navegación cósmica: 368 y ss, discrecionalidad del - - en la de- Atómica (OlEA): 208 inmunidad de las -de laj urisdic-
o o
Navegación marítima: 355 y ss, claración de amenaza o violación Organismos especializados de las Na-
ción civil: 309 y ss.
Negociación de la paz: 478 ciones Unidas: 197y ss, interpretación de los estatutos de
o
-como medio de solución de las con- función conciliadora del - -' acuerdos de vinculación entre - y
las -: 143 y ss:
troversias intermiéionales: 508 513 Y ss. . ONU: 197 y ss. negociación de tratados en e! seno
No intervención medidas del - - que implican el funciones normativas de los -: 199
de las -: 72,91,199 Yss,
- y actos terroristas contra Estados uso de la fuerza: 482 y ss: funciones operativas de los -: 199
personalidad internacional de las
extranjeros: 295 medidas de! - - que no implican Organización de Estados America-
o
-: 44 y ss.
-y autodeterminación de los pue- e! uso de la fuerza: 194 y ss.; 248 nos (OEA): 235, 490 protección de los funcionarios de
blos: 294 454,482 ' Organización de la Aviación Civil
las -: 307 Y ss.
- y medidas de presión económica: medidas provisorias del para Internacional (OACI): 202
o - -
relaciones de trabajo con las -: 309
294 la tutela de la paz: 480 Organización de Liberación Palesti-
relaciones de los actos de las - con
- y uso de la fuerza internacional: Consejo Económico y Social de la -: na (OLP): 27,259,407 el derecho consuetudinario: 254
293,444 y ss. 189 Organización Internacional de la
580
BENEDErro CONFORTI
CUarta parte
La violación de las norinas internaCionales y Sus consecuencias
Quinta parte
Determinación de las normas internacionales
y solución de conttovétsias el1tte Estados'
Se terminóde imprimiren
ImpresionesAvellaneda S.A.
Manuel Ocantos253. Avellaneda, Bs. As.
en el mes de marzode 1995