La Biblia y Los Extraterrestres - Sixto Paz Wells
La Biblia y Los Extraterrestres - Sixto Paz Wells
La Biblia y Los Extraterrestres - Sixto Paz Wells
Con todo el respeto que nos merecen las Sagradas Escrituras, y los Libros Sagrados de
otros pueblos y Religiones, al ser la Biblia un registro en gran parte histórico del pueblo de
Israel a lo largo de casi cuatro mil años, en él se encuentra una gran cantidad de
referencias a la presencia de extraterrestres llamados «ángeles» en nuestro mundo. El tema
de los Objetos Voladores no Identificados (ovnis) es menú cotidiano en la prensa mundial.
Recientemente fue en China donde detectaron objetos que se movían en el espacio y que no
correspondían a una identificación determinada. Lo mismo sucedió posteriormente en
Inglaterra. Las apariciones de estas supuestas naves han sido numerosas y sobre las
mismas se han escrito volúmenes y se han producido películas incontables. Un interés
adicional sobre este tema es su relación con La Biblia y la teología cristiana.
Preguntas y Respuestas.
Interpretación:
Sabemos que los designios de Dios son extraños y más extraños los medios
que él utiliza. No nos debe sorprender que la divinidad muchas veces actúa
de una manera indirecta pero eficaz («Dios puede escribir derecho en
renglones torcidos»). La palabra Elohim con que empieza la Biblia judía,
como expuse antes, se traduce como «nosotros», o los «dioses», en plural.
Tomando en cuenta este pequeño detalle, pregunto ¿qué pasaría si
aceptamos que otras galaxias, sistemas y soles surgieron antes que el
nuestro?, y que en algunos de estos otros hogares cósmicos se desarrollaron
civilizaciones, que no son mejores que nosotros, sino que están adelantadas,
en un diferente momento de evolución; como el hermano mayor en la
universidad y nosotros, en el jardín de infantes. ¿Podrían algunas de estas
culturas extraplanetarias, de acuerdo a su capacidad tecnológica, llegar
hasta nosotros? Puede ser que sí… Algún día, nuestra tecnología nos
permitirá llegar a otros mundos y gracias a los conocimientos diversos,
entre ellos genética, podremos acelerar a discreción (pero con ética), el
proceso de la vida, sembrando allí nuestra simiente o lo que nosotros
conocemos y somos. Y cuando surja vida inteligente en esos mundos, para
esos seres seríamos como sus dioses, por lo cual tendríamos que hacerles
entender de que no somos dioses, simplemente seríamos colaboradores con
la naturaleza. Entonces, para no crear dependencias, nos marcharíamos,
prometiendo volver algún día; de lo cual resulta en la creación de los mitos
y leyendas de todos nuestros pueblos.
Toda esta argumentación podría ayudarnos a comprender el por qué
estamos hechos a imagen y semejanza de Dios, como citan las escrituras.
Genesis 1:26. Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen,
conforme a nuestra semejanza. (Genesis 2,22)
Y Jehovah Dios dijo:
—He aquí que el hombre ha llegado a ser como uno de nosotros,
conociendo el bien y el mal. Ahora pues, que no extienda su mano, tome
también del árbol de la vida, y coma y viva para siempre.
Mas allá del simbolismo de la imagen espiritual de un Dios con sus
valores (capacidad creativa y capacidad de amar), de la que nosotros
también seríamos un reflejo, planteémonos la posibilidad de que fuese esta
una aseveración directa y tácita: «Hagamos al hombre a imagen nuestra»…
Dios no tiene apariencia física, y en el universo la regla es la variedad, por
lo que estaríamos hablando de una siembra a imagen y semejanza de seres
de otros mundos de apariencia humanoide (aunque los hay totalmente
diferentes unos de otros, como los chinos de los negros o los blancos), pero
que por cierta similitud mantienen una cierta relación estrecha con nuestro
ambiente y clima.
¿Llegaron a nuestro mundo varias tripulaciones extraterrestres a hacer
labores específicas?
«Cuando Elyón repartió las naciones, cuando distribuyó a los hijos de
Adan, fijó las fronteras de los pueblos según el número de los Beni´El, más
la porción que le correspondió a Yahvéh fue Israel».
(Deuteronomio 32, 8-9).
Elohim se yergue en la asamblea divina, en medio de los dioses juzga:
Hasta cuando juzgaréis injustamente y guardaréis consideración a los
malvados.
Yo me dije: «¡dioses sois, e hijos de Elyón todos vosotros! Sin embargo
moriréis como hombres y, como cualquiera de los príncipes caeréis.»
(Salmo 82, 1-7).
Interpretación:
La misma Biblia en el Deuteronomio y en sus Salmos, nos aclara el
panorama con relación a la naturaleza colectiva de Elohim, y de cómo
corresponde este nombre a un rango jerárquico inferior a lo que uno se
hubiese imaginado. En cuanto a los Beni´El, son estos los hijos de Dios o
los dioses (ángeles), llamados también en los apócrifos como: Vigilantes y
Guardianes de Mundos.
El pueblo hebreo originalmente no era monoteísta sino «monólatra»,
que significa, que reconocían la existencia de otros dioses, pero a la vez uno
principal con el que se identificaban, llamado «Elyón». (El Absoluto).
Según esto, habríamos confundido a las jerarquías intermedias y a los
intermediarios con el Creador de todo. Y también nuestro mundo habría
sido escenario, desde sus inicios, de un sistemático proceso de
intervenciones extraterrestres a manera de un laboratorio genético. Pero no
seríamos para estos seres, ratas de laboratorio, sino algo así como «bebes de
probeta»; y nuestro mundo no sería visto como una granja, sino más bien
como una casa cuna o un jardín de infantes (parvulario), en dónde estarían
experimentando con nosotros formas y procesos de aprendizaje, debiendo
ellos crear las condiciones como para aprender o recordar cosas a través
nuestro; cosas que en su proceso de evolución han olvidado o han
descuidado.
¿Hubo extraterrestres rebeldes a un Plan Superior?
«Tú dijiste en tu corazón: El cielo escalaré, por encima de las estrellas
más altas elevaré mi trono y me sentaré en la montaña del encuentro, en los
confines del septentrión; escalaré las alturas de las nubes, me igualaré a
Elyón»… (Isaías 14,13).
Interpretación:
Se suponía que los «dioses» (Elohim o Beni´El) se reunían periódicamente
en un lugar llamado la «Montaña de la Asamblea», en los confines del
monte Safón. Allí debían rendir cuenta a Yahvéh de la marcha de su
gobierno, pudiendo ser castigados sino cumplían con las instrucciones. Pero
al parecer, desde el principio hubo disidentes.
¿Fue la tierra un gran laboratorio genético?
«Entonces formó Elohim al hombre del polvo del suelo, e insuflando en
sus narices aliento de vida, quedó constituido el hombre como alma
viviente». (Gen 2,7).
Interpretación:
A pesar de no pretender ser histórico, ni un tratado antropológico, el
Génesis acierta en señalar (lo que la evolución ha demostrado), que después
de todo lo creado apareció el hombre y no fue al revés. El ser humano es el
último en la cadena evolutiva.
Según las escrituras es confeccionado a partir de la materia prima del
planeta (polvo del suelo); pero no solo es materia, también posee un alma
individual, y un espíritu, que es trasmitido de otra manera. En nuestro
mundo se habrían dado ambos procesos, el de evolución, como el de
intervención foránea… a veces paralelos, y en otros coincidiendo
(simultáneamente).
Así pues, tomó Elohim al hombre y le instaló en el vergel de Edén, para
que lo cultivara y guardara. Luego dio Elohim orden al hombre, diciendo:
«De todo árbol del vergel podrás comer libremente, pero del árbol de la
ciencia del bien y del mal no has de comer, pues el día en que de él comas
morirás sin remedio». (Gen 2, 16-17).
«Y empezaron a pecar contra los pájaros y contra las bestias, los reptiles
y los peces, después ellos se devoraban la carne entre ellos, y se bebieron la
sangre. Entonces la tierra acusó los violentos». (Enoc 7,5-6).
Interpretación:
El Mito del Génesis no es de origen hebreo sino sumerio. Recordemos que
Abraham vivió en Ur de los Caldeos junto con su padre Teraj, y allí, él fue
educado en el legado cultural de este pueblo ancestral, donde como lo
señalan las tablillas de arcilla sumerias, ya se hablaba de un jardín, del
árbol, de la serpiente, del fruto prohibido (la inmortalidad) y de los «dioses»
creadores.
Imaginémonos por un instante una nave laboratorio aterrizando en algún
punto de la Mesopotamia o del África. Era una nave invernadero, donde
siete ingenieros genéticos llamados «Sembradores de Vida o Jardineros
Cósmicos» (los Elohim), habrían sido enviados por el gobierno de nuestra
Galaxia, conformado por Veinticuatro Venerables Ancianos Sabios
(Consejo que agrupa a todos los mundos más evolucionados en capacidad
de ayudarse y de ayudar), porque habrían considerado el momento oportuno
para acelerar el proceso de la vida en este planeta de categoría Ur (de un
sistema de una sola estrella), conocido como la Tierra. Según esto, se
continuaría e incrementaría el grado de intervención, pasando de
esporádicos experimentos genéticos, a la acción directa de seguimiento y
observación de los colectivos generados. Para lo cual a un grupo de
antepasados nuestros (Adan), se les introduce en esta nave laboratorio,
advirtiéndoles que deben ser vegetarianos (se insiste mucho sobre esto, en
el libro apócrifo de Enoc), y que deben evitar consumir directamente de
ciertas plantas contraproducentes al proceso evolutivo (plantas
alucinógenas), porque dañarían el organismo (neuronas del cerebro), y
afectarían los vehículos sutiles, afectando también todo el proceso
(bloqueando el desarrollo natural del potencial psíquico).
La serpiente dijo a la mujer:
—No moriréis por supuesto: es que Elohim sabe que el día en que
comáis de aquel (árbol) se abrirán vuestros ojos y os haréis como dioses,
sabedores del bien y del mal (tendréis discernimiento)”. (Gen 3,4-5).
Interpretación:
Es natural que nos preguntemos que si Elohim era Dios, y Dios, todo lo
sabe, ¿por qué permitió que la serpiente estuviese allí en el jardín y tentara a
la mujer? A menos, que, Él mismo hubiese preparado la trampa.
Obviamente esto no puede ser. ¿Pero por qué podrían haber temido que el
ser humano desarrollara su discernimiento? ¿De qué tenían miedo
realmente? ¿Qué era lo que no debíamos saber? ¿Por qué tanto temor por
parte de ellos?
Nada tiene que ver ni Dios ni la serpiente en el hecho real, que habría
ocurrido de manos de visitantes estelares hace cientos de miles de años (o
millones), por tanto dejemos a los ofidios en paz. Aquí nos encontramos
con un relato que estaría mencionando que uno de los siete sembradores,
identificado con el símbolo de la «serpiente» (símbolo del conocimiento y
la sabiduría, pero también de la medicina), se habría comportado como un
médico extraterrestre (quizás una versión antigua del Dr. Frankestein o el
Dr. Jeckyl). Este ser habría priorizado la investigación científica para
evaluar que pasaría con el consumo de aquellas plantas, pero a costa del
futuro de nuestros antepasados.
Tú eras sello de perfección, lleno de sabiduría y de acabada belleza; en
el Edén, jardín espléndido habitabas: toda suerte de piedras preciosas eran
tu vestido, y oro era el galón de tu hombrera y de tu escote.
Tú eras un querubín consagrado como protector, Yo te había establecido
tal; estabas en la santa montaña de Elohim (eras uno de los nuestros), y te
paseabas en medio de las piedras de fuego. Tú has sido perfecto en tu
proceder desde el día de tu creación, hasta que se descubrió en ti la
iniquidad. Por la intensidad de tu tráfico has henchido tu interior de
violencia y has pecado, y te he arrojado de la montaña de Elohim…
(Ezequiel 28, 11-16) «… es Gadriel:…, él es quien sedujo a Eva»
(Enoc 59,6).
Interpretación:
Este infausto personaje llamado Gadriel se habría prestado al juego de otras
entidades, ubicadas tras bambalinas, para cometer una intromisión que
frustró un proyecto cósmico. Existirían para esto, extraterrestres habitantes
de otros planetas, y también «Ultraterrestres», que serían seres que
pertenecen a otras dimensiones, e incluso a universos paralelos (recomiendo
consultar el libro: «Guardianes y Vigilantes de Mundos», editorial Errepar,
Buenos Aires).
Es curioso cómo la descripción del vestuario de Gadriel coincide
muchísimo con el que posteriormente vestirían los sacerdotes levitas por
encargo de Yahvéh.
Entonces oyeron ruido (de pasos) de Elohim, que se paseaba por el
vergel a la brisa de la tarde, y el hombre y su mujer se ocultaron de la
presencia de Elohim por el interior de la arboleda del vergel. Elohim
entonces llamó al hombre, diciéndole:
—¿Dónde estás?… ¿Has comido acaso de árbol de que te ordené no
comieras? (Gen 3, 8-11).
Interpretación:
El relato sugiere la presencia manifiesta de alguien que ocupa espacio y que
esta ajeno, o no sabe necesariamente todo cuanto esta ocurriendo a su
alrededor, lo cual demuestra que no se esta hablando de Dios, sino de estos
visitantes, quienes ven fracasar el proyecto que tenían previsto, por el mal
proceder de uno de sus compañeros…
¿Nos tienen miedo los extraterrestres por algo que nosotros
desconocemos, pero que podríamos llegar a saber?
«Entonces Elohim dijo: ¡Ahí tenéis al que ha llegado a ser como uno de
nosotros (el hombre) conociendo el bien y el mal! ¡No vaya ahora a largar
su mano y tome también del árbol de la vida, coma de él y viva
eternamente! Le expulso, pues Elohim del vergel de Edén, y lo puso a
trabajar la tierra de la cual había sido formado. Después de haber sacado al
hombre, puso al oriente del jardín unos seres alados y una espada ardiendo
que daba vueltas hacia todos lados, para evitar que nadie llegara al árbol de
la vida.» (Gen 3, 22-24).
Interpretación:
Los extraterrestres llegan a temer las consecuencias de la trasgresión y de
nuestro carácter y curiosidad; y también nos temen a nosotros, por cuanto
somos una versión corregida y mejorada de ellos mismos. Deciden
entonces, abortar esa parte de la misión, expulsando a nuestros antepasados
del laboratorio genético. El proyecto es dejado de lado y la humanidad de la
Tierra, abandonada a su suerte, en un mundo agresivo e inestable. Y tanto
es el temor que se nos tiene, o la desconfianza, que se acordona la zona con
guardias (¿robots?), y con armas inteligentes.
¿Qué conocimiento temían ellos que pudiéramos llegar a conocer? ¿En
qué los podría perjudicar a ellos?
«Entonces Elohim puso a Caín una señal para que no lo hiriera nadie
que le hallase. Luego partió Caín de la presencia de Elohim y se asentó en
el país de Nod, al oriente de Edén. (Allí) conoció Caín a su mujer…»
(Gen 4, 15-17).
Interpretación:
Si Adan y Eva, Caín y Abel eran los únicos sobre la faz de la tierra, quien
podría encontrar a Caín que no fueran sus padres; y ¿de dónde sale luego la
mujer de Caín? Además, ¿cómo puede ser posible que Caín se aleje de la
presencia de Dios, si Dios esta en todas partes? Evidentemente no se esta
hablando de Dios sino de otra entidad mal interpretada como tal, y que se
ubica en algún lugar determinado del paisaje.
Al salir fuera de la nave laboratorio, nuestros antepasados sujetos al
experimento (ahora indefensos), se encontraron con muchos otros homínido
al margen del mismo, con quienes empezaron a mezclarse.
Según enseñanzas recibidas por los grupos de contacto extraterrestre:
Hace unos 25 000 años de los nuestros dos grandes civilizaciones: los seres
de Orión y los de las Pléyades habrían sido enviados a nuestro mundo en
calidad de Vigilantes y Guardianes, para retomar las cosas, pero a la vez
impidiendo que nadie interfiriera el proceso silvestre de evolución en que
habría caído la humanidad. Pero uno de estos Vigilantes de Orión llamado
«Satanel» (Satán o Satanás, que no hay que confundirlo para nada con
Lucifer o Luzbel que sería un ultraterrestre), quiso interferir (pero no
precisamente para bien), siendo el desencadenante de una tensión tal, que
terminó convirtiéndose en lo que conocemos como: «la Guerra de los hijos
de la luz, contra los hijos de las tinieblas» o también llamada la «guerra de
los ángeles». La cual, culminó con la deportación a nuestro planeta de los
líderes de la disidencia, quienes acostumbrados a vivir miles de años fuera
de nuestro mundo, envejecieron prematuramente aquí y murieron,
quedando atrapados en otra dimensión. Aunque no todos los oriones
participaron de la disidencia, los que se mantuvieron fieles al Plan fueron
reemplazados por los seres de Sirio (Can Mayor), permitiéndoseles a los
oriones, establecerse en las lunas de Júpiter y radicar allí en colonias
mineras, quedando en actitud de observadores distantes del proceso
planetario.
Enoc, los vigilantes y los ángeles caídos
¿Fue Enoc el primer caso de abducción conocido?
«Como Enoc vivió de acuerdo con la voluntad de Elohim, un día
desapareció porque Elohim se lo llevó». (Gen 5,24).
Interpretación:
Aquí nos encontramos con el caso más antiguo que se conocería de
«abducción» por parte de seres extraterrestres, aunque me atrevería a
afirmar, que más bien fue una invitación a acompañarles, aunque no hubo
retorno.
¿Hubo hibridación y mestizaje con extraterrestres en el pasado como
cuentan todas las leyendas de los pueblos antiguos?
«Existían por aquel tiempo en la tierra, gigantes, e incluso después de
esto, cuando los hijos de Dios (los ángeles del cielo) se unieron a las hijas
de los hombres y les engendraron hijos, que son los héroes, desde antaño
varones renombrados». (Gen 6,4).
Interpretación:
La Biblia recoge aquí una serie de afirmaciones muy fuertes como son la
existencia de gigantes, permanentemente mencionados en la mitología
Griega y de muchos otros pueblos; además, reproduce el tema ampliamente
extendido de las relaciones sexuales de los seres divinos o celestiales con
mortales humanos. Porque si los ángeles son seres inmateriales con cara de
niña y alas en las espaldas —como se nos ha hecho creer—, cómo se
explica que aquí se diga abiertamente que tuvieron contacto sexual, cual si
fueran marineros que van dejando su familia de puerto en puerto. Este
contacto sexual no podría ser posible sino fuesen seres físicos, ni podrían
haber hijos si la genética no fuera compatible.
Como reiterando lo anterior en el libro Apócrifo de Enoc dice:
Así, pues, cuando los hijos de los hombres se multiplicaron, les
nacieron en esos días hijas hermosas y bonitas; y los ángeles, hijos de los
cielos, las vieron, y las desearon, y se dijeron entre ellos: «Vamos,
escojamos mujeres de entre los hijos de los hombres y engendremos hijos».
Entonces, Semyaza, su jefe, les dijo: «Temo que quizá no queráis
(realmente) cumplir esa obra, y yo seré solo, responsable de un gran
pecado».” (Enoc 6,1-4).
«Así, pues, todos ellos eran doscientos, y descendieron sobre Ardis, la
cima del monte Hermon (frontera de Siria y Líbano)»… (Enoc 6,6).
«Estos y todos los otros con ellos (ángeles), tomaron mujeres; cada uno
escogió una, y comenzaron a ir hacia ellas y a tener comercio con ellas, y
les enseñaron los encantos y los encantamientos, y les enseñaron el arte de
cortar raíces y (la ciencia) de los árboles». (Enoc 7,1).
Interpretación:
Se nos llega a dar los nombres del líder de los Vigilantes (Pleyadianos), que
es «Semyaza»; y el número de los involucrados en la terrible trasgresión:
¡doscientos cosmonautas! Pero también, se nos indica los inicios de la
magia, la hechicería y el chamanismo, que recayeron originalmente en las
mujeres. Aquí encontramos una explicación interesante, porque al ser estos
sus orígenes, nos resulta más fácil entender la aversión y el miedo irracional
que ha llevado al fanatismo a perseguir y matar de la manera más brutal a lo
largo de la historia, a quienes han conservado y trasmitido estas artes y
conocimiento, llevando siempre las mujeres, la peor parte.
«El Señor dijo aún a Rafael: Encadena a Azazel, de pies y de manos, y
arrójalo en las tinieblas; y abre el desierto que está en Dudael, y lánzalo
allí».
«Y a Miguel el Señor le dijo: Ve, encadena a Semyaza y a sus
compañeros que se han unido a las mujeres para mancharse con ellas en
toda su impureza». (Enoc 10,4 y 11).
Interpretación:
La idea de los ángeles caídos, no sería solo la de aquellos que se habrían
rebelado al Plan Cósmico o al Gobierno de la Galaxia, sino también, la de
un grupo de transgresores que tuvieron contacto sexual con terrestres, cosa
que estaba prohibida por los visitantes.
Esto del contacto sexual, podría haber sido promovido a la distancia,
por aquellos exiliados que requerían de cuerpos híbridos o mestizos en
donde encarnar, ya que ellos, directamente no podrían haberlo gestionado; y
así, habrían abandonado su prisión en la medida que fueran muriendo y
naciendo, aunque estarían sujetos a un olvido similar al nuestro de sus
procesos anteriores (reencarnación).
«Destruye pues, todas las almas voluptuosas y los hijos de los
guardianes, pues ellos han oprimido a los hombres». (Enoc 10, 15).
Interpretación:
Al parecer, no todos los hijos de extraterrestres con humanos resultaron
heroicos, por cuanto aquí se menciona que hubo algunos que oprimieron a
los seres humanos, aprovechándose de su situación de ventaja, quizás por el
conocimiento que manejaban.
«Allí vi siete estrellas del cielo, encadenadas juntas en ese lugar,
parecidas a grandes montañas, y ardiendo como el fuego».
«Estas estrellas son las que han transgredido la orden del Señor y ellas
han sido encadenadas aquí hasta que pasen diez mil siglos, número de los
días de sus pecados». (Enoc 21,3 y 6).
Interpretación:
Aquí se menciona nuevamente que los seres castigados serían de origen
pleyadiano.
Naves y mas naves
¿Qué era lo que se veía en el cielo en los tiempos de los patriarcas bíblicos?
Y llegó, tras eso, que vi otro ejército de carros (naves), sobre los que
había hombres montados; y ellos iban sobre los vientos (en el cielo), de
oriente y de occidente hasta el mediodía.
Se oía el rodar de sus carros… (Enoc 57,1).
Interpretación:
Hay aquí una clara descripción de la aparición de naves tripuladas
procedentes del cielo llegando a la Tierra.
¿El diluvio o una catástrofe cósmica?
Dijo, pues Elohim a Noé: «He decidido el fin de toda criatura, ya que por su
causa la tierra está llena de violencia, y he aquí que voy a exterminarlos con
la tierra». (Gen 6,13).
Interpretación:
Qué extraño que siendo el «No Matarás» entre los mandamientos más
importantes de Dios, se diga que se va a acabar con la violencia, pero
utilizando una mayor y más terrible violencia. Además, ¿qué culpa tienen
los animales por ejemplo, si su actuar es meramente instintivo y natural? ¿Y
tendrá acaso el diluvio de Noé que ver con la legendaria destrucción de la
civilización de la Atlántida?
Elohim percibió el grato olor, y dijo en su corazón: «No volveré a
maldecir el suelo por causa del hombre, pues la inclinación del corazón
humano es mala desde su mocedad; no volveré a herir a todos los seres
vivientes, como he hecho». (Gen 8,21).
Interpretación:
Este tipo de reflexiones son más propias de alguien muy humano y
temperamental, que se arrepiente después de haber metido la pata,
destruyéndolo todo en un ataque de rabieta. Y se contradice en todo con el
Dios de amor que nos enseñó Jesús, y que siendo justo y compasivo ama a
la vida, y al ser humano sin menospreciarlo.
La torre de Babel y el conocimiento perdido
¿Tenía la humanidad desarrollada la Telepatía en el pasado?
Pero Elohim bajó a ver la ciudad y la torre que los hombres estaban
construyendo, y pensó: «Ellos son un solo pueblo y hablan un solo idioma;
por eso han comenzado este trabajo, y ahora por nada del mundo van a
dejar de hacerlo. Es mejor que bajemos a confundir su idioma, para que no
se entiendan entre ellos.» (Gen 11,5-7).
Interpretación:
De lo temperamental pasamos al sabotaje malévolo, mal intencionado e
incomprensible de alguien (un colectivo extraterrestre) que teme el progreso
del ser humano, y que hace lo indecible por evitarlo, llegando hasta hacerle
olvidar facultades y capacidades. Al parecer el ser humano dominaba en
aquel entonces un mismo idioma: «la telepatía»; de tal manera que no solo
trasmitíamos ideas sino también emociones, por lo cual no había engaño, ni
mentira ni hipocresía; y ello nos hacía conocedores en profundidad de las
cosas.
La disculpa que se da en el relato, de que el ser humano unido ofendía
al cielo porque estaba construyendo una torre a manera de escalera al cielo,
no es mas que eso: una simple excusa. La escalera era mental y espiritual, y
había quienes querían impedir que llegáramos quizás más alto y más rápido
que ellos. Además el gran temor que la humanidad inspiraba al parecer en
los visitantes, era que estuviésemos integrados en un mismo propósito, con
una actitud de cooperación sin competencia y con ello, fuésemos capaces de
ser independientes.
Los zigurat en la mesopotamia era torres de observación astronómica, y
centros de la cultura y expansión del conocimiento.
Las analogías que encontramos con mitos y relatos similares en otras
partes de la Tierra, nos hacen tomar con mayor interés lo de la Torre de
Babel. Por ejemplo, en Puebla (México), se menciona una antigua leyenda
que hablaba de siete gigantes que se salvaron del diluvio porque se habían
refugiado en una elevada montaña. Una vez que descendieron al valle,
decidieron edificar una pirámide muy grande y alta que llegara hasta el
cielo, para que los protegiera ante futuros desastres. Además, que dicha
estructura les serviría para rendir homenaje al dios Tlaloc (dios de las
aguas), y como una escalera al cielo, ascender y poder hablar directamente
con los dioses. Mas los dioses se sintieron ofendidos y lanzaron fuego sobre
el edificio, dispersando a sus constructores, quedando la pirámide
inconclusa hasta nuestros días. Esta pirámide sería la de Cholula.
Abraham el contactado
¿Fue Abraham un contactado con extraterrestres?
Un día Elohim le dijo a Abram: «Deja tu tierra, tus padres y la casa de
tu padre, para ir a la tierra que yo te voy a mostrar. Con tus descendientes
voy a formar una gran nación por medio de ti bendeciré a todas las familias
del mundo» (Gen 12,2).
Interpretación:
Abraham era un semita del Clan de Heber, y es llamado por parte de los
visitantes a cumplir una misión; para ello, debe movilizarse por su propio
esfuerzo hacia Canaán, con todo el trabajo que esto supone. Llegara a
engendrar más de un pueblo (hebreo y árabe), los cuales serán
comprometidos a orientar espiritualmente a la humanidad (¿corrigiendo los
desaciertos anteriores?), porque como dice la Biblia, el mensaje beneficiaría
a todos.
«Abram atravesó toda esta región (de Canaán) hasta llegar a Siquem,
donde esta la encina sagrada de More. Los cananeos vivían entonces en
aquella región. Allí el Señor se le apareció y le dijo: “Esta es la tierra se la
voy a dar a tu descendencia”.» (Gen 12, 6-7).
Por aquel entonces hubo una gran escasez de alimentos en toda aquella
región, y Abram se fue a vivir a Egipto durante algún tiempo, pues no había
nada de comer en el lugar donde vivía. Cuando ya estaba llegando a Egipto,
Abram le dijo a su esposa Sarai: «Mira, yo sé bien que tú eres una mujer
hermosa, y que cuando los egipcios te vean, van a decir: Esta mujer es la
esposa de este hombre». Entonces a mí me matarán, y a ti te dejarán con
vida para quedarse contigo. Por eso para que me vaya bien y no me maten
por causa tuya, diles por favor que eres mi hermana. (Gen 12, 10-13).
Interpretación:
Hoy por hoy las religiones que se precian de ser descendientes del Patriarca
Abraham, destacan en él su fe y disposición para acatar la voluntad del
Señor, siguiendo propiamente a ciegas un camino hacia una tierra
prometida, que según lo anunciado: manaba leche y miel… Pero al poco
tiempo de haber llegado tiene que partir hacia Egipto porque hay una gran
hambruna. ¿No es extraño que si fuese Dios quien estaba involucrado, no se
hubiese enterado de que la región estaba pasando por un pésimo momento
antes de enviar a su escogido? ¿Por qué si las relaciones con el jefe estaban
tan buenas y estrechas, Dios no solucionó las cosas enviando lluvias,
alimento, etc? ¿O es que acaso no era Dios?
Al parecer los visitantes lo necesitaban en el lugar ya, y como fuese.
¿Pero por qué ese lugar? ¿Qué de especial tiene?
El territorio de Canaán (actualmente Israel), es un puente natural entre
Asia y África. Con una visión hacia el futuro se sabía que por allí era paso
obligado para las más importantes civilizaciones expansionistas, de tal
manera que era un buen lugar como para ubicar a un grupo humano
programado genéticamente, para influenciar la mentalidad de los otros
pueblos. También Abraham era una persona especial, además de ser muy
inteligente, era también un psíquico nato, de tal manera que podía entrar
con relativa facilidad en comunicación mental (contacto) con los visitantes.
Pero esta persona (Abram o Abraham), ejemplo de la fe, basta
conocerlo bien como para que inmediatamente nos sintamos defraudados.
Por ejemplo: cuando le pide a su esposa que finja que era su hermana, para
que en Egipto no lo maten. ¿Cómo lo podrían matar si es un elegido?
¿Dónde esta su fe? ¿Cómo es capaz de exponer a su esposa a la prostitución
con tal de no salir perjudicado él? Además, por muy simpática o bella que
fuese Sarai (toda cubierta de gruesas telas oscuras como las mujeres
beduinas de hoy, oliendo a todo, con la piel resquebrajada por el polvo y el
sol), ¿cómo podría compararse con las bellísimas, delgadas, jóvenes y
sensuales damas de la corte y del harén del faraón, quienes mostraban
libremente sus firmes pechos, y vestían túnicas vaporosas que no dejaban
nada para la imaginación, y que olían a perfumes de loto? ¡Bueno!… Entre
gustos y colores no han escrito los autores. Y gracias a Sara, Abraham se
hizo rico o más rico de lo que era, pues recibió cantidad de regalos del
faraón.
Decía que lo extraño es que Abraham haya llegado a sentirse
desamparado, al grado que tuvo que abandonar la tierra prometida… Y
cuando no estaban cerca, no había forma sencilla de solicitarles ayuda y
protección; o simplemente se demoraban en llegar y actuar… ¡Muy extraño,
no!
«He aquí que mi pacto es contigo —dijo Elohim—, y serás padre de
multitud de naciones. Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será
tu nombre Abraham, porque te he puesto por padre de multitud de naciones.
Y te multiplicaré en gran manera, y haré naciones de ti, y reyes saldrán de
ti». (Gen 17,4-6).
Interpretación:
Abraham como decíamos fue seleccionado, y programada su genética por
los extraterrestres, de tal manera que a través suyo debía surgir un grupo
humano que actuara en el futuro como guías espirituales de una buena parte
de la humanidad. Por ello más adelante nos vamos a encontrar con
recomendaciones para evitar mezclar la raza, y hasta nuevas
manipulaciones con embarazos impensables.
En el libro apócrifo el «Testamento de Abraham», se expone el grado de
familiaridad y de simpatía que alcanzó Abraham con los visitantes, por
cuanto se dice que antes de morir el patriarca recibió la visita de un
mensajero de Elohim, quien lo invitó a un carro de fuego con querubines,
transportándolo al cielo pudiendo contemplar el espacio. Luego lo
regresaron a su tienda.
“El Señor se le apareció a Abraham en el bosque de encinas de Mamre,
mientras Abraham estaba sentado a la entrada de su tienda de campaña,
como a mediodía. Abraham levantó la vista y vio que tres hombres estaban
de pie frente a él. Al verlos, se incorporó rápidamente para recibirlos, se
inclinó hasta tocar el suelo con la frente, y dijo:
—Mi señor, por favor le suplico que no se vaya en seguida. Si a usted le
parece bien, voy a pedir un poco de agua para que se laven los pies y luego
descansen un rato bajo la sombra del árbol. Ya que han pasado por donde
vive este servidor suyo, les voy a traer algo de comer para que repongan sus
fuerzas antes de seguir su camino.
—Bueno, esta bien —contestaron ellos.
… Abraham les ofreció cuajada y leche, y estuvo atento a servirles
mientras ellos comían debajo del árbol.
Al terminar de comer, los visitantes le preguntaron a Abraham:
—¿Dónde está tu esposa Sara?
—Allí, en la tienda de campaña —respondió él.
Entonces uno de ellos dijo:
—El año próximo volveré a visitarte, y para entonces tu esposa Sara
tendrá un hijo.
Mientras tanto, Sara estaba escuchando toda la conversación a espaldas
de Abraham, a la entrada de la tienda. Abraham y Sara ya eran muy
ancianos, y Sara había dejado de tener sus períodos de menstruación. Por
ello Sara no pudo aguantar la risa, y pensó: ¿Cómo voy a tener este gusto,
ahora que mi esposo y yo estamos tan viejos? Pero el Señor le dijo a
Abraham:
—¿Por qué se ríe Sara? ¿No cree que pueda tener un hijo a pesar de su
edad? ¿Hay algo tan difícil que el Señor no pueda hacerlo?…”.
(Gen 18,1-14).
Interpretación:
¿Abraham recibe al Señor? ¿Cómo puede ser esto posible, si en la misma
Biblia se dice que nadie ha visto a Dios, ni ha vivido para contarlo? Alguien
podría argumentar que no se le ha visto como es, porque nadie podría
soportar dicha visión. Pero si Dios es todo, a Dios lo estamos viendo
siempre en su creación. Pero esto es diferente, delante de Abraham habían
tres individuos, uno de los cuales se atribuía ser el Señor o Elohim. Habría
que preguntarse ¿cuál señor? Además, comen, beben y descansan como
cualquier hijo de vecina, y no tenían un buen sentido del humor lo cual los
hace muy humanos. Diría: ¡sospechosamente humanos!
¿Qué paso en Sodoma y Gomorra?
“La gente de Sodoma y Gomorra tiene mala fama, y su pecado es tan grave,
que ahora voy para allá, para ver si en verdad su maldad es tan grande como
se me ha dicho. Así lo sabré.
Dos de los visitantes se fueron de allí a Sodoma, pero Abraham se
quedó todavía ante el Señor. Se le acercó un poco más a él, y le preguntó:
—¿Vas a destruir a los inocentes junto con los culpables?
(Gen 18,20-22).
«En seguida comenzaron (los habitantes de Sodoma) a maltratar a Lot
(sobrino de Abraham) y se acercaron a la puerta para echarla abajo, pero los
visitantes de Lot (los ángeles) alargaron la mano y lo metieron dentro de la
casa; luego cerraron la puerta, e hicieron quedar ciegos a los hombres que
estaban fuera…». (Gen 19,9-11).
«Ya son muchas las quejas que el Señor ha tenido contra la gente de esta
ciudad y por eso nos ha enviado a destruirla». (Gen 19,13).
… El Señor hizo llover fuego y azufre sobre Sodoma y Gomorra; las
destruyó junto con todos los que vivían en ellas, y acabó con todo lo que
crecía en aquel valle…
Al día siguiente por la mañana, Abraham fue al lugar donde había
estado hablando con el señor; miro hacia Sodoma y Gomorra, y por todo el
valle, y vio que de toda la región subía humo, como si fuera un horno”.
(Gen 19,27).
Interpretación:
¿Quién le habrá llevado el chisme al cielo de que Sodoma era como ciudad
en carnaval pero todo el año? ¿Cómo puede ser posible que sean tan
humanos y limitados estos seres celestiales? ¿Acaso Dios mismo tiene que
apersonarse al lugar para constatar los hechos? ¿No confía en sus
observadores celestes? Él mismo, ¿no es acaso capaz de ver a la distancia,
ya que todo lo sabe y todo lo ve? O es que la imagen de Dios que nos dan es
la de alguien anciano, corto de vista y algo escéptico. Evidentemente y sin
ánimo de ofender, este «señor» no es mas que algún empleado de segunda
categoría o de las ligas inferiores.
¿Y cómo es eso de destruir las ciudades? ¿Qué pasa nuevamente con el
mandamiento de «no matar»? ¿O solo es aplicable a los humanos o qué?
Tomemos en cuenta un hecho interesante, y es que estos seres portaban
armas que produjeron ceguera por deslumbramiento en la gente de Sodoma.
Además, la lluvia de fuego que se abatió sobre la zona, tiene muchos
elementos similares a los de una explosión nuclear con su respectiva
radiación atómica.
Puede ser que para los planes extraterrestres ciudades como Sodoma y
Gomorra fueran una mala influencia para la descendencia de Abraham
(Canaán debía transformarse en un faro de luz al mundo); pero de allí a
destruirlas directamente, es una contradicción a los valores espirituales y a
las leyes universales. ¿Y dónde esta la promesa hecha a Noé de no maldecir
ni destruir nuevamente la tierra?
Estos seres cometen también errores y arbitrariedades, prometiendo
algunas veces cosas que no se apuran a cumplir, o no vacilan en incumplir.
Pero cuidado que hay de todo allí arriba como aquí abajo, y me consta que
hay seres muy derechos y correctos entre los extraterrestres.
Una descendencia programada
“Después de algún tiempo, Dios puso a prueba la fe de Abraham. Lo llamó
por su nombre, y él contestó:
—Aquí estoy.
Y Dios le dijo:
—Toma a Isaac, tú único hijo, al que tanto amas, y vete a la tierra de
Moriah. Una vez allá, ofrécelo en holocausto sobre el cerro que yo te
señalaré.
Pero en el momento de tomar el cuchillo para sacrificar a su hijo, el
ángel del Señor lo llamó desde el cielo:
—¡Abraham! ¡Abraham!
—Aquí estoy —contestó él.
El ángel le dijo:
—No le hagas ningún daño al muchacho, porque ya sé que tienes temor
de Dios, pues no te negaste a darme a tu único hijo”. (Gen 22,2 y 9-12.)
Interpretación:
Cuando Abraham llegó a Canaán, se encontró que los pueblos cananeos
tenían la muy mala costumbre de sacrificar sus hijos primogénitos en lo alto
de los cerros a sus dioses, algo que Abraham inmediatamente rechazó. Sin
embargo, cuando se cumple la promesa del nacimiento del hijo, al parecer
el patriarca se sintió en deuda con el cielo por semejante bendición. Este
sentimiento puede haber producido el típico mentalismo por un juego de su
ego. ¿Sí los pueblos que poseen dioses falsos son capaces de sacrificar lo
que mas aman?, él, que amaba al Dios verdadero, ¿no sería capaz de hacer
lo mismo? ¿Hasta que punto no fueron estos seres los que empujaron a
Abraham a arriesgar la vida de su hijo, sino él mismo? ¿Si Dios conoce el
corazón de las personas cómo va a estar probando o tentando como si fuese
un diablillo, poniéndonos a los seres humanos entre la espada y la pared,
angustiando a sus hijos?
No era Dios, ni creo que fuesen los extraterrestres lo que hicieron
semejante pedido. Pero si estoy convencido que los ángeles (Ets), actuaron
desanimando a Abraham en el monte Moriah para que no consumara
semejante crimen. Además, les había costado tanto programar a ese hijo que
no podían permitir que se frustrara su plan.
«Rebeca no podía tener hijos, así que Isaac le rogó al Señor por ella. Y
el Señor oyó su oración y Rebeca quedó embarazada». (Gen 25,21).
«Y se le apareció Elohim aquella noche (a Isaac), y le dijo: Yo soy el
Elohim de tu padre; no temas, porque yo estoy contigo, y te bendeciré, y
multiplicaré tu descendencia por amor de mi siervo Abraham»
(Gén 26, 24).
Interpretación:
Los encuentros continuaban involucrando a la descendencia del Patriarca, y
manteniendo la línea de comunicación o conexión. Además, seguían los
nacimientos con ayuda o intervención superior.
Jacob y el ángel ¿una lucha desigual?
¿Fue testigo Jacob del descenso de extraterrestres a la Tierra?
«… Y he aquí una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo
tocaba en el cielo; y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por
ella». (Gen 28,12).
Interpretación:
Si esto que es narrado, solo constituye un sueño, no tiene más que su
relevancia simbólica espiritual; pero si ocurrió como una visión de algo
real, y que la impresión hizo creer al testigo que podía ser un sueño,
tenemos el testimonio de una observación del descenso de seres a la tierra.
Jacob siguió su camino, y unos ángeles de Dios le salieron al encuentro.
Cuando Jacob los vio, dijo: «Este es un ejército de Dios». Por eso llamó
Mahanaim a aquel lugar. (Gen 32,1).
Interpretación:
Al parecer era muy frecuente encontrarse con los visitantes, hasta el punto
de que pudiese tomarse ello como algo relativamente normal.
Quedóse entonces Jacob solo, y un hombre (un ángel) estuvo luchando
con él hasta rayar el alba. Como viese que no le podía vencer a Jacob, le
pegó en la articulación del muslo, y se la dislocó. Entonces le dijo:
—Déjame marchar, pues raya el alba.
Más respondió Jacob:
—No te dejaré marchar sin que me hayas bendecido.
El personaje le preguntó:
—¿Cuál es tu nombre?
Contestó:
—Jacob.
Dijo él:
—Ya no se dirá tu nombre Jacob, sino Israel, por cuanto has luchado
con Elohim y con hombres, y has vencido.
Jacob entonces le preguntó y dijo:
—¡Declárame, por favor, tu nombre!
Respondió:
—¿Por qué me preguntas mi nombre?
Luego el hombre lo bendijo allí mismo. Y Jacob llamó a aquel lugar
Penuel, porque dijo: «He visto a Elohim cara a cara, y sin embargo todavía
estoy vivo». (Gen 32, 22-30).
Interpretación:
Ahora resulta ser que uno se las puede agarrar a trompazos con los ángeles
y hasta con Dios y vencerlos, sin generar felizmente con ello, consecuencias
nefastas cósmicas. ¿Pero qué es lo que ocurre realmente? ¿Están faltos de
entrenamiento en las altas esferas? ¿Ya no hacen a los ángeles como antes?
Una vez más, lo obvio es que estos seres malinterpretados como Dios o
como ángeles (aunque sí eran mensajeros), no son todopoderosos y no
siempre están protegidos o apoyados por su parafernalia. Pero no dejan de
tener algunos de ellos «clase» (a pesar de los golpes), como para mantener
la atmósfera de misterio, hablando sin decir mucho, con una actitud
críptica. De todas maneras estos personajes tenían comportamientos muy
peculiares, o eran malinterpretados en muchos aspectos por la ignorancia de
aquella época.
La zarza y la columna de nube
¿Tuvo Moisés un encuentro cercano del tercer tipo en el monte Horeb?
Llegó Moisés hasta el monte de Dios, que se llama Horeb. Allí el Ángel
del Señor se le apareció en una llama de fuego, en medio de una zarza.
Moisés se fijó bien y se dio cuenta que la zarza ardía con el fuego pero no
se consumía. Entonces pensó: «¡Qué cosa tan extraña! Voy a ver por qué no
se consume la zarza».
Cuando el Señor vio que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la
zarza:
—¡Moisés! ¡Moisés!
—Aquí estoy —contesto Moisés.
Entonces Dios le dijo:
—No te acerques. Y descálzate, porque el lugar donde estas es sagrado.
Y añadió:
—Yo soy el Dios de tus antepasados. Soy el Dios de Abraham, de Isaac
y de Jacob.
Moisés se cubrió la cara, pues tuvo miedo de mirar a Dios, pero el
Señor siguió diciéndole:
—Claramente he visto cómo sufre mi pueblo que está en Egipto. Los he
oído quejarse por culpa de sus capataces, y sé muy bien lo que sufren. Por
eso he bajado, para salvarlos del poder de los egipcios; voy a sacarlos de
ese país y a llevarlos a una tierra grande y buena, donde la leche y la miel
corren como el agua. Es el país donde viven los cananeos, los hititas, los
amorreos… (Éxodo 3,3-8).
Interpretación:
Las apariciones de los visitantes suelen estar rodeadas de manifestaciones
luminosas o de fuego, de ruidos extraños y demás; pero en esta ocasión, nos
encontramos con un fenómeno natural, real y vigente. El tipo de zarza en
cuestión tiene una concentración de aceite en sus ramas que hace que bajo
ciertas circunstancias, incluso hoy en día, se encienda en fuego pero no se
consuma. ¿Podría haber sido esto aprovechado por los Elohim para atraer
de una manera sencilla la curiosidad de Moisés, y para que una vez que
estos seres se marcharan, cada vez que se volviese a producir el mismo
fenómeno, la gente sintiera el consuelo de la compañía celestial?
El pueblo de Israel estaba viviendo hacía cuatrocientos años en Egipto,
de los cuales una buena parte, la habían pasado en la esclavitud, y sin
merecerlo. La pregunta del millón es: ¿por qué se permitió que el pueblo
elegido fuese esclavizado y maltratado tanto tiempo, habiéndose mantenido
fieles a su Dios? ¿Cómo puede ser posible que ese «Dios» (que no puede
ser —reitero— el verdadero Dios), le diga a Moisés que ha visto claramente
la aflicción del pueblo? ¿Es que antes no estaba claro? ¿Por qué se demoró
tanto en darse cuenta y en actuar? Además, ¿cómo es eso de que ha bajado?
Si es Dios, esta en todas partes; y no tiene que descender cual si fuese un
cosmonauta que se encuentra orbitando el planeta a la espera de las mejores
condiciones. Pero si fuese un extraterrestre, sí se explicaría que ellos
dejaran a buen recaudo hace cuatrocientos años al pueblo; y como el tiempo
no pasa para ellos igual que para nosotros, vuelven al poco rato (para ellos),
y encuentran en crisis lo que dejaron.
Los extraterrestres sabían que ya no debían intervenir directamente
(pueden pero no deben); por cuanto las cosas cambian. En el pasado lo
hicieron y fue más dañino que constructivo. Pero vemos que en ciertos
aspectos siguen con las mismas arbitrariedades, por cuanto para ayudar a
uno van a perjudicar al otro; como por ejemplo quitarle la tierra a unos para
dársela a otros. Esto no es nada justo ni espiritual, porque ¿cómo se nos
puede pedir después que hagamos lo que ni las jerarquías celestes cumplen
o hacen?
Ellos me van a preguntar: «¿Cómo se llama?». Y entonces ¿qué les voy
a decir?
Y Dios le contestó:
—Yo soy el que soy. Y dirás a los israelitas: El Señor, el Dios de los
antepasados de ustedes, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, me ha
enviado a ustedes. Este es mi nombre eterno; este es mi nombre por los
siglos”. (Exodo 3, 13-15).
Interpretación:
Como en un juego de palabras los Elohim no contestaron directamente, sino
que lanzaron un enigma: «Yo soy el que soy»… Hasta ese momento, como
ya había dicho antes, se había utilizado el plural «nosotros» para referirse a
la divinidad o a los Vigilantes (Elohim); ahora se hablaba de la primera
persona del singular, pero no se aportaba un nombre (Yahvéh o Jehová no
es un nombre, es como decir «El que es» o «Él es»). Quizás con ello se
estaban librando ingeniosamente de tener que mentir o aportar algo
novedoso y contundente, para lo cual no estaban preparados nuestros
antepasados; y así, salían bien parados de la situación problemática en la
que Moisés los había metido exigiéndoles definiciones.
¡Ay, Señor! —respondió Moisés—. Yo no tengo facilidad de palabra y
esto no es solo de ayer ni de ahora que estás hablando con este siervo tuyo,
sino de tiempo atrás. Siempre que hablo se me traba la lengua.
Pero el Señor le contestó:
—¿Y quien le ha dado la boca al hombre? ¿Quién sino yo lo hace mudo,
sordo o ciego, o que pueda ver? Así que, anda, que yo estaré contigo
cuando hables, y te enseñaré lo que debes decir.
Moisés insistió:
—¡Ay, Señor, por favor, envía a alguna otra persona!
Entonces el Señor se enojó con Moisés y le dijo:
—¡Pues ahí está tu hermano Aarón, el levita! Yo sé que él habla muy
bien…
Tú le hablarás a Aarón como si fuese yo mismo, y Aarón a su vez lo
comunicará al pueblo… (Exodo 4,10-16).
«—Cuando llegues a Egipto, pon toda tu atención en hacer ante el
faraón las maravillas que te he dado el poder de realizar. Yo, por mi parte,
voy a hacer que él se ponga terco y que no deje salir a los israelitas».
(Exodo 4, 21-22).
Interpretación:
Moisés recibe la misión de dirigirse a la gente, pero había un pequeño
problema: él no hablaba hebreo. Había sido educado en la casa del faraón y
era ajeno al idioma. La Torah y el Talmud (Libro de los comentarios de los
rabinos judíos) tratan de salvar la situación argumentando, que el problema
mayormente era que Moisés era «tartamudo» (qué penoso resultaba en su
ego nacionalista para los rabinos, tener que plantearse que su liberador no
hablaba el idioma sagrado del hebreo). Nada más ridículo argumentar que
tenía dificultad de palabra. Además si realmente era Dios quien estaba
involucrado, podía solucionarle el problema en fracciones de segundo. Mas
bien la idea de usar a Aarón como traductor, no creo que le haya gustado
mucho a los Elohim tampoco, por cuanto ellos sabían que podía ocurrir (y
de hecho pasó) que la cosa se transformara en un teléfono malogrado. Al
final uno era el mensaje que Moisés recibía de los Elohim, otro el que él
entendía, otro el que él compartía con Aarón, otro el que Aarón entendía y
otro el que llegaba a trasmitir al pueblo (manipulándolo muchas veces de
una manera conveniente, por cuanto no era Aarón una persona muy
confiable, y tenía muchas debilidades demostradas).
¿Por qué este doble juego de presionar a un pobre Moisés que tenía
precio sobre su cabeza en Egipto (por más que le aseguraban que habían
muerto los que lo perseguían), para sacar al pueblo con señales y prodigios,
y luego endurecer el corazón del faraón? Como que no tiene sentido esta
situación, mas aún, cuando lo que se necesitaba no era báculos que se
convirtieran en serpientes, ni rebuscadas plagas estacionales que
martirizaran a la gente y a los animales (inocentes de toda culpa.), sino mas
bien y con sentido común, predisponer positivamente a las personas no
poniéndolas en contra.
«Durante el camino, en el lugar donde Moisés y su familia iban a pasar
la noche, el Señor salió al encuentro de Moisés y quiso matarlo. Entonces
Séfora tomó un cuchillo de piedra y le cortó el prepucio a su hijo».
(Exodo 4, 24-25).
Interpretación:
Nuevamente nos encontramos con un personaje que poco tiene de divino, y
más de demoníaco. El comportamiento es típicamente esquizofrénico. Por
un lado Elohim lo envía a cumplir una misión, y a mitad de camino
(¿cambia de opinión?), le sale al acecho él mismo para matarlo. Realmente
una cosa de locos… No será que como la palabra o el término Elohim
suponía varios tipos de seres y tripulaciones, con colectivos que muchas
veces no estaban de acuerdo entre sí en su actuación, habían en tal sentido
opiniones encontradas entre ellos. Esto podría explicar las contradicciones,
y muy peligrosas para los humanos que se encontraban en medio de sus
decisiones.
“—Dile a Aaron que tome su bastón y que extienda su brazo sobre los
ríos, arroyos, lagunas y depósitos de agua de Egipto; sobre todo lo que
tenga agua, para que se convierta en sangre”. (Exodo 7,19).
Interpretación:
Como el relato del Exodo fue escrito varios siglos después de que los
hechos ocurrieron, no es extraño que haya variado con el tiempo.
Precisamente los escribas de Salomón solo recordaban vagamente lo que
había sido la vida del pueblo de Israel esclavizado en Egipto. Porque, eso
explicaría el énfasis que se hace en las diez plagas con las que se castigó el
país. Estas plagas en su mayoría, eran eventos periódicos que se daban
normalmente como consecuencia de las lluvias en el corazón del África y
las crecidas del Nilo, lo cual suponía su fertilidad, al empantanarse todo el
territorio. Todos los años, seis meses al año, esto siempre ocurría. Por tanto,
podemos asegurar que Moisés nunca le dijo al faraón que el río se le iba a
convertir en sangre (era el limo y la tierra roja del desierto arrastrada por la
crecida); ni que habría plaga de ranas, mosquitos, etc., por cuanto ello era
cosa común y frecuente. Lo que Moisés realmente le habría dicho
enfrentando al faraón, era que ese año se adelantaban o se atrasaban las
lluvias, lo cual supondría la hambruna de Egipto. Y esto lo tendrían que
haber sabido previamente los meteorólogos de aquel entonces, que eran los
sacerdotes de los templos, que hacían sus mediciones astronómicas
observando el cielo (las estrellas, entre ellas «Sothis» o Sirio) o el río con su
famoso «nilómetro». Pero no lo supieron advertir y ocurrió tal cual dijo
Moisés, lo cual produjo temor en el rey quien comprobó que detrás de él
había un conocimiento y poder superior.
Entonces el Señor le dijo a Moisés y a Aarón:
—Tomen puñados de ceniza hacia arriba, en presencia del faraón. La
ceniza se convertirá en polvo y se extenderá por todo el país, produciendo
llagas en todos los hombres y animales de Egipto. (Exodo 9,8-9).
Interpretación:
¿Será acaso que como medida extrema los Elohim (extraterrestres) se
vieron presionados a utilizar algún tipo de arma química que produjo llagas
u ampollas en la gente? Evidentemente esta plaga no pudo ser algo natural,
como tampoco la muerte de los primogénitos. Se les había pasado la mano
en el jueguito.
¿Era la Gloria de Dios una nave nodriza extraterrestre?
«De día, el Señor los acompañaba en una columna de nube, para
señalarles el camino; y de noche, en una columna de fuego, para
alumbrarlos. Así pudieron viajar de día y de noche». (Exodo 13, 21).
Interpretación:
Típico caso de avistamiento ovni, de nave del tipo nodriza o madre, quizás
en forma de tubo o gran óvalo, envuelto en un camuflaje a manera de una
nube. Muchos han sido los casos de pilotos militares y comerciales que han
tenido este tipo de encuentros.
«Pongan sus campamentos enfrente de este lugar, junto al mar. Así el
faraón pensará: “Los israelitas no saben a donde ir. Andan perdidos en el
desierto”. Pero yo voy a hacer que el faraón se ponga terco y los persiga;
entonces mostraré mi poder en él y en todo su ejército, y los egipcios sabrán
que yo soy el Señor». (Exodo 14,2-4).
Interpretación:
Nuevamente este doble juego muy peligroso haciendo sufrir a unos y a
otros, no tenía sentido alguno. Era mucho más sencillo ablandar el corazón
de los perseguidores para que nadie sufriese, o lanzar algún espejismo que
hiciese que unos fuesen por un lado y otros por otro; o una tormenta de
arena que alejara sin mayores víctimas a los perseguidores.
En ese momento el ángel de Dios y la columna de nube, que marchaban
al frente de los israelitas, cambiaron de lugar y se pusieron detrás de ellos.
Así la columna de nube quedó entre el ejército egipcio y los israelitas; para
los egipcios era una nube oscura, pero a los israelitas los alumbraba. Por eso
los egipcios no pudieron alcanzar a los israelitas en toda la noche.
Moisés extendió su brazo sobre el mar, y el Señor envió un fuerte viento
del este que sopló durante toda la noche y partió el mar en dos. Así el Señor
convirtió el mar en tierra seca, y por la tierra seca lo cruzaron los israelitas,
entre dos murallas de agua, una a la derecha y otra a la izquierda.
(Exodo 14, 19-22).
Interpretación:
De nuevo se hace referencia a la protección que suponía para el pueblo
hebreo la presencia de la sospechosa nube o nave camuflada. Ciertamente
algo vieron, y algo los acompañaba guardando sus distancias; lo interesante
es verificar que el mismo fenómeno se sigue dando en diferentes partes del
mundo, pudiendo en la actualidad, investigarlo como el fenómeno Ovni.
Pero en cuanto al pasaje bíblico, nos encontramos que en el texto hebreo no
se dice que cruzaron por el Mar Rojo, sino por el «Mar de Cañas»; y es que
en aquel entonces no había canal de Suez, por lo que el Mediterráneo no
estaba unido con el Mar Rojo. Mas bien existía una franja de tierras bajas
inundables y pantanosas, conocida como «Mar de Cañas», por el tipo de
vegetación que la cubría y que con fuertes vientos que allí a veces se
producían, abrían un paso en gran parte seco, por donde se podría pasar a
pie, pero no con los carros del faraón. Aquí volveríamos a encontrarnos con
la posibilidad de la exageración y la distorsión producto de la lejanía con la
que ocurrieron los acontecimientos; o también la alternativa del hecho
histórico, con la participación de una alta tecnología extraterrestre capaz de
producir lo que se afirma que aconteció.
Allí en el desierto, todos ellos comenzaron a murmurar contra Moisés y
Aarón. Y les decían:
—¡Ojalá el Señor nos hubiera hecho morir en Egipto! Allá nos
sentábamos junto a las ollas de carne y comíamos hasta llenarnos, pero
ustedes nos han traído al desierto para matarnos de hambre a todos.
Entonces el Señor le dijo a Moisés:
—Voy a hacer que les llueva comida del cielo. La gente deberá salir
cada día y recogerá solo lo necesario para ese día… (Exodo 16,2-4).
“En el momento en que Aarón estaba hablando con los israelitas, todos
ellos miraron hacia el desierto, y la gloria del Señor se apareció en un nube.
Y el Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
—He oído murmurar a los israelitas. Habla con ellos y diles: Al
atardecer, ustedes comerán carne, y por la mañana comerán pan hasta
quedar satisfechos. Así sabrán que yo soy el Señor su Dios.
Aquella misma tarde vinieron codornices, las cuales llenaron el
campamento, y por la mañana había una capa de rocío alrededor del
campamento. Después que el rocío se hubo evaporado, algo muy fino,
parecido a la escarcha, quedó sobre la superficie del desierto. Y Moisés les
dijo:
—Este es el pan que el Señor les da como alimento.” (Exodo 16,10-15).
Interpretación:
Aunque es verdad que en el desierto del Sinaí suele darse con frecuencia la
aparición del «Maná», como una secreción de la planta Tamaris manífera
(con la que aún hoy en la actualidad los beduinos fabrican unas tortas
dulces), el que apareciera en la proporción suficiente para la gran cantidad
de gente que suponía el pueblo de Israel no puede dejarnos de maravillar.
Al igual la aparición de las codornices, que también ha ocurrido en la zona.
Pero que fuese justo en ese momento de gran tensión e inconformidad, y
que continuara indefinidamente por cuanto la necesidad seguía (de
alimentar diariamente a toda esa gente) nos debe llevar a la reflexión.
Hubiese sido quizás relativamente fácil para civilizaciones espaciales, abrir
las bodegas de sus naves y hacer caer paquetes de comida, como en la
actualidad se sueltan alimentos desde aviones en zonas empobrecidas o
afectadas por alguna catástrofe. ¿Por qué hacerlo desde una perspectiva tan
sencilla y práctica? ¿Y si no hubiesen sido en este caso los extraterrestres
sino el verdadero Dios que también sabe escuchar y ayudar en los
momentos más duros de nuestra vida en los que la fe empieza a
tambalearse? Porque una cosa no niega a la otra. Dios existe, como existiría
vida en otros mundos y civilizaciones visitándonos. Todo es una cuestión de
sentido común y lógica, pero desde una perspectiva abierta.
«Ahora estoy convencido (Jetro, el suegro de Moisés) de que Yahvéh es
más grande que todos los dioses». (Exodo 18,11).
Interpretación:
El pueblo hebreo originalmente no era monoteísta, llegó a serlo con el
tiempo, pasando de reconocer la existencia de otros dioses, a centrar su
atención en el Dios principal para ellos y su protector Yahvéh. Pero también
esto de la existencia de muchos dioses tenía que ver con la continua visita
de diferentes tripulaciones de seres en calidad de Vigilantes y Guardianes,
lo cual se sabía que ocurría…
El encuentro cercano en el Horeb
Al amanecer del tercer día hubo relámpagos y truenos, y una espesa nube se
posó sobre el monte. Un fuerte sonido de trompetas hizo que todos en el
campamento temblaran de miedo. Entonces Moisés llevó al pueblo fuera
del campamento para encontrarse con Yahvé, y se detuvieron al pie del
monte. Todo el monte Sinaí echaba humo debido a que Yahvéh había
bajado a él en medio de fuego, y subía su humo como el humo de un horno,
mientras toda la montaña temblaba reciamente. El sonido de la corneta iba
haciéndose cada vez más intenso: Moisés hablaba y Elohim le respondía
por una voz y como llamase Yahvéh a Moisés hacia la cumbre del monte,
Moisés subió.
Luego dijo Yahvéh a Moisés:
—¡Baja, conjura al pueblo no sea que irrumpan hacia Yahvéh para
observar y caigan de aquel muchos!” (Exodo 19,16-21).
«Todo el pueblo percibía los truenos, los relámpagos, el sonido de la
corneta y la montaña humeante: el pueblo temió y, temblando se
mantuvieron lejos.» (Exodo 20,18).
Interpretación:
Estamos ante el primer caso difundido de un descenso de una nave madre
anunciado previa cita, y con un récord de testigos. Hoy por hoy de la lectura
de las tablillas sumerias a cargo de investigadores orientalistas, se deduce
que los descensos en el pasado en la Mesopotamia, eran algo común y
corriente. Aunque la parte más espectacular del contacto estaba reservada
para muy pocos, no permitiéndose curiosos. ¿Sería acaso que estos seres
(los Elohim) no querían ser descubiertos demostrándose de que eran tan
humanos y mortales como nosotros?
Lo que sí hay que tomar muy en cuenta que la precaución de alejarse a
cierta distancia de la montaña, podía deberse a la necesidad de evitar la
radiación, como se produce en los encuentros cercanos, cuando uno debe
esperar a que lo inviten a acercarse, como fue con el caso de Moisés.
«No te postrarás ante ellas (las imágenes) ni las servirás, pues Yo
Yahvéh, tu Dios soy un El celoso, que castigo la iniquidad de los padres
sobre los hijos hasta la tercera o cuarta generación respecto a quienes me
odian, y en cambio trato con misericordia hasta la milésima a quienes me
aman y guardan mis mandamientos». (Exodo 20,5-6).
Interpretación:
Dice «soy un “El” celoso». La palabra El se utilizaba para denominar a los
dioses mesopotámicos en la antigüedad. Al decir soy un dios, estaría
reconociendo que existen otros (es uno entre varios dioses o guardianes),
colocándose a la vez en la categoría de los otros; pero a la vez marcando su
territorio. Yahvéh no se nos presenta como el verdadero Dios de amor,
Padre del Hijo del hombre, sino, inmediatamente se nos desenmascara,
mostrándose como un ser egocéntrico, celoso, rencoroso, amenazador y que
condiciona su aprecio y ayuda. Al parecer, había habido un reparto de
responsabilidades entre los extraterrestres que actuaban en la tierra como
vigilantes, dándose el caso que de entre los que fueron asignados al
proyecto de contacto con Abraham y con su descendencia (el pueblo de
Israel); habría habido uno que se lo habría tomado muy a pecho,
subiéndosele rápidamente los humos, y perdiendo rápidamente la
perspectiva y la proporción de las cosas. Queriendo educar llegó a imponer
un orden de terror.
«Mira yo enviaré mi ángel delante de ti, para que te cuide en el camino
y te lleve al lugar que te he preparado. No te alejes de él; obedécelo y no le
seas rebelde, porque él actúa en mi nombre y no perdonará los pecados de
ustedes». (Exodo 23,20-21).
Interpretación:
Si el mensaje de Dios al mundo y a su creación es el amor, y el amor en su
exaltación suprema es el perdón, ¿cómo puede ser posible que se nos diga
que si la humanidad no se portaba bien no sería perdonada? ¿Y por qué
nosotros sí debemos perdonar? Da la impresión de que se nos estuviese
aplicando la ley del embudo.
«Luego Moisés subió con Aarón, Nadab y Abihú y setenta de los
ancianos de Israel, y contemplaron al Dios de Israel: bajo sus pies había
como un pavimento de baldosa de zafiro y semejante en claridad al mismo
cielo». (Exodo 24, 9-10).
«Dicho esto, Moisés subió al monte, el cual quedó cubierto por una
nube. La gloria del Señor vino a posarse sobre el monte Sinaí, y durante
seis días la nube lo cubrió. Al séptimo día el señor llamó a Moisés desde la
nube. La gloria del Señor se presentó a los ojos de los israelitas como un
fuego devorador, sobre la parte más alta del monte. Moisés entró en la nube,
subió al monte, y allí se quedó cuarenta días y cuarenta noches».
(Exodo 24,15-18).
Interpretación:
Moisés es invitado a entrar directamente en el área inmediata a la nave,
contemplando hasta el piso, y el pueblo era testigo de ello. Pero la nave
permanecía cubierta para evitar de que la gente viese la forma que tenía, y
luego se confundieran pensando que la forma divina de Dios es la de una
astronave en forma de disco u ovalo.
Un arca copiada de otra
«Haz un cofre de madera. Recúbrelo de oro puro por dentro y por fuera, y
ponle un ribete de oro alrededor. Hazle también cuatro argollas de oro, y
pónselas en las cuatro patas, dos de un lado y dos del otro. Haz también
travesaños de madera de acacia, recúbrelos de oro, y pásalos a través de las
argollas que están a los costados del cofre, para que pueda ser levantado con
ellos y coloca en el cofre la ley que te voy a dar. Haz una tapa de oro puro,
que mida un metro y diez centímetros de largo por sesenta y cinco
centímetros de ancho, con dos seres alados de oro labrado a martillo en los
dos extremos el uno frente al otro, pero con la cara hacia la tapa, y sus alas
deben quedar extendidas por encima de la tapa cubriéndola con ellas.»
(Exodo 25, 10-20).
Interpretación:
Cuando uno recorre los antiguos templos egipcios se encuentra con la
representación en los muros de la procesión de la barca solar, en la que los
sacerdotes egipcios llevaban en andas el «Naos»; que era una arca dorada
con dos seres femeninos alados en la tapa (la diosa Isis, guardiana de los
velos del conocimiento oculto). Según el ocultismo egipcio, en el interior de
esta arca se guardaban las «Tablas Esmeralda de Thot el Atlante», herencia
de la sabiduría traída a Egipto por Thot.
El pedido de hacer un Arca de la Alianza hebrea similar al Arca egipcia,
podría haber sido un plagio de lo observado en Egipto, o un genuino pedido
de confeccionar algo similar, por parte de los Elohim, quienes serían los
mismos seres que han actuado antes y ahora con los distintos pueblos.
Sabemos que Moisés es un nombre egipcio, significa «hijo de». Todos los
faraones egipcios solían utilizar el nombre Moisés, como por ejemplo
Amosis (Amon-moisés, el hijo de Amon), Thutmosis (Thot-moisés, el hijo
de Thot) y hasta Rámses o Ramoses (Ra-moisés, el hijo de Ra). Moisés
había sido educado en la casa del faraón, y probablemente iniciado en el
sumo sacerdocio de Amón, frecuentando los santuarios de los templos
donde existía el Arca egipcia. Será realmente que Elohim o Yahvéh le pidió
que mandara a hacer el Arca hebrea, o simplemente fue una ingeniosa
copia. Recordemos que el pueblo hebreo vivió un largo proceso de
transculturizacíón a lo largo de su historia, llegándose a detectar por
ejemplo que algunos salmos atribuídos al rey David (930 a. C.), se
encuentran casi textuales en los Papiros que conforman el Amenenope
(libro) del faraón Amenofis III (1450 a. C.). Quizás lo que ocurría era que al
no existir el copyright, era sabiduría popular que era copiada y
retransmitida fuera de su contexto original o con ligeras variaciones.
También encontramos que en el Deuteronomio y en Levítico se hace
constancia expresa de que no deben hacerse imágenes de ningún tipo. Y con
el Arca se contraviene esto mismo. No se debía representar para nada, ni lo
que hay en el cielo ni lo que hay en la tierra. Entonces, si eran tan estrictos,
viene la pregunta: ¿por qué se pide que el arca hebrea lleve los dos
querubines en la tapa, si ello de por sí es una trasgresión a las mismas leyes
dadas por la misma fuente?
Pero de todas maneras, el Arca no era un mero artefacto de culto o
adorno (decorativo), tenía una carga eléctrica. Precisamente en
universidades norteamericanas se ha buscado reproducirlo aplicando las
instrucciones bíblicas, resultando una tensión eléctrica de centenares de
voltios. El condensador estaba formado por las láminas de oro, una positiva
y otra negativa. Por tanto se ha especulado sobre las posibles aplicaciones
incluyendo (entre los investigadores más liberales) el que fuera parte de un
radio trasmisor.
Ánimos cambiantes y poca paciencia
“Mas viendo el pueblo que Moisés tardaba en bajar de la montaña, se
congregó en torno a Aarón, y dijeron le:
—Ea, haznos elohim (dioses) que marchen delante nuestro (a la usanza
de Egipto); pues ese Moisés, el hombre que nos sacó de Egipto, no sabemos
que ha sido de él.
Respondióles Aarón:
Arrancad los zarcillos de oro que penden de las orejas de vuestras
mujeres, de vuestros hijos e hijas, y traédmelos.
El lo tomó de sus manos, le dio forma con el buril y lo transformó en un
becerro de fundición. Entonces exclamaron. «¡Estos son tus elohim, Israel,
que te han sacado de Egipto!». Cuando Aarón vio esto, construyó un altar
delante de aquel y echó un pregón, diciendo: «Mañana habrá fiesta en honor
a Yahvéh». Al día siguiente levantaron se temprano, ofrecieron holocaustos
y presentaron víctimas pacíficas; luego sentóse el pueblo a comer y a beber,
y después se levantaron para divertirse”. (Exodo 32,1-6).
—Me he fijado en esta gente, y me he dado cuenta de que son muy
tercos. ¡Ahora déjame en paz, que estoy ardiendo de enojo y voy a acabar
con ellos! Moisés entonces trató de aplacar el rostro de Yahvéh, su Elohim,
y dijo:
—¿Por qué, ¡oh Yahvéh!, se ha de inflamar tu cólera contra tu pueblo, a
quien has sacado de Egipto con gran potencia y mano fuerte? Por qué han
de poder exclamar los egipcios, diciendo: Con malicia los ha sacado, para
matarlos en las montañas y exterminarlos de sobre la faz de la tierra.
Acuérdate de Abraham. Y Yahvé se arrepintió del mal que había indicado
que haría a su pueblo. (Exodo 32,9-14).
Interpretación:
Verdaderamente era desalentador el grado de ignorancia de la gente, que era
muy propensa a los desenfrenados cultos primitivos, pero también tenía
muy poca paciencia y mal humor el tal Elohim Yahvéh; y lo peor es, que
era cambiante y temperamental, por lo cual a veces no se sabía a que
atenerse con Él. Cualquier lector podrá darse cuenta que quien es tan
cambiante de actitudes y opiniones, obviamente no lo sabe todo, ni lo puede
todo, y por tanto no puede ser de ninguna manera confundido con Dios. Nos
encontramos con un ser, quizás muy avanzado en ciertos aspectos, y con un
gran apoyo tecnológico para la época, que talvez con la mejor buena
intención jugaba a ser dios, tratando de imponer en la gente una cultura de
vida y un orden moral, pero creando dependencia hacia su ególatra y
maníaca personalidad.
Otro dato es la actuación tan desastrosa de quien después sería
nombrado el sumo sacerdote de Israel. ¿Es que acaso influyó el ser hermano
del líder Moisés, y eso lo salvó de una muerte segura? Pero de allí a llegar a
ser el sumo sacerdote a pesar de ser una veleta al viento, muy acomodaticia,
nos muestra que hay una tendencia general a que las máximas autoridades
eclesiásticas tengan estos defectitos. Sino recuerden la actuación de Anás y
Caifás en el Nuevo Testamento.
Trajes aislantes y cristales para conectar
Harás a Aarón tu hermano, vestiduras sagradas para honor y ornamento…
Estas serán las vestiduras que habrán de hacer: pectoral, efod, manto,
túnica de malla, tiara y cinturón. Harán vestiduras sacras para Aarón tu
hermano, y para sus hijos; y utiliza el oro, la púrpura escarlata, el carmesí y
el lino fino.
Además, harás el pectoral del juicio, será cuadrado, doble, de un palmo
de anchura. Lo guarnecerás de una guarnición de pedrería con cuatro filas
de piedras.
En el pectoral del juicio pondrás el Urim y el Tummin, para que estén
sobre el corazón de Aarón…” (Exodo 28,2-30).
«Entonces Moisés mandó acercarse a Aarón y sus hijos y los lavó con el
agua. Luego puso sobre él la túnica, le ciñó con el cinturón, le vistió con el
manto, púsole encima el efod y ciñole con la faja del efod, envolviéndole en
él. Sobre él puso el pectoral, y en el pectoral colocó el Urim y el Tummin.
También puso sobre su cabeza la tiara y encima de la tiara, colocó en su
parte anterior la lámina de oro, la diadema de la santidad, tal como Yahvéh
había ordenado a Moisés». (Levítico 8,6-10).
Interpretación:
Siendo el Arca un objeto tan especial y peligroso, y los contactos con ella y
con la Nube experiencias que exigían sumo cuidado, nos encontramos con
la exigencia de ornamentos especiales por parte de los Elohim, tanto para
mantener aislados a los sacerdotes, como para aprovechar las energías allí
liberadas, entrar en conexión y hasta poder tener expansiones de conciencia
o captaciones más profundas. Para esto nos encontramos con las piedras de
Urim y el Tummin, que son para la adivinación, y que van en un peto en el
pecho.
El rostro de Dios
Moisés tomó la tienda de campaña y la puso a cierta distancia fuera del
campamento, y la llamó Tienda del encuentro con Dios. Cuando alguien
quería consultar al Señor, iba a la Tienda, la cual estaba fuera del
campamento. Y cuando Moisés iba a la Tienda, toda la gente se levantaba y
permanecía de pie a la entrada de su propia tienda de campaña, siguiendo a
Moisés con la mirada hasta que este entraba en la Tienda. En cuanto Moisés
entraba en ella, la columna de nube bajaba y se detenía a la entrada de la
Tienda, mientras el Señor hablaba a Moisés…
Dios hablaba con Moisés cara a cara, como quien habla con un amigo, y
después Moisés regresaba al campamento. Pero su ayudante, el joven Josué,
hijo de Nun, nunca se apartaba del interior de la Tienda. (Exodo 33,7-11).
¡Déjame ver tu gloria! —suplicó Moisés.
Pero el Señor contestó:
—Voy a hacer pasar toda mi bondad delante de ti, y delante de ti
pronunciaré mi nombre. Tendré misericordia de quien yo quiera, y tendré
compasión también de quien yo quiera. Pero te aclaro que no podrás ver mi
rostro, porque ningún hombre podrá verme y seguir viviendo.
Dijo también el Señor:
—Mira, aquí junto a mí hay una roca. Cuando pase mi gloria, te pondré
en un hueco de la roca y te cubriré con mi mano hasta que yo haya pasado.
Después quitaré mi mano, y podrás ver mis espaldas; pero mi rostro no
debe ser visto. (Exodo 33, 19-23).
Interpretación:
Los encuentros que Moisés tenía eran muy directos, ya sea con las
manifestaciones de Yahvéh (la nube, el fuego, resplandores, etc) o con el
mismísimo Elohim dentro de la nave o al pie de ella. Pero este ser a pesar
del grado de confianza y amistad (aprecio) que empezó a sentir por este
hombre, no quería mostrarse tal cual era, para no descubrirse; por lo que
recurre nuevamente a la espectacularidad. Imaginémonos por un momento
un helicóptero moderno o un avión haciendo evoluciones delante de un
indígena amazónico para alardear de su poder y alentar en el ignorante la
fascinación…
¿Radiestesia espacial?
¿Por qué nos has hecho subir de Egipto, para traernos a este mal lugar? No
es lugar de sementera, de higueras, de viñas ni de granadas; ni aún de agua
para beber…
Tomad la vara, congregad a la comunidad, tú y Aarón, tu hermano;
luego hablad a la peña a vista de ellos, y ella dará agua, y le sacarás aguas
de la peña, y darás de beber a la asamblea y su ganado. (Números 20,5-8).
Interpretación:
Hacer hallazgos insólitos, pero especialmente de corrientes de aguas
subterráneas es conocido mundialmente como radiestesia. Suele ser una
facultad síquica que se manifiesta en personas muy sensibles, o
sensibilizadas a propósito. En cuanto a la vara que suele usarse de madera u
orqueta, es opcional porque la capacidad está en uno mismo. Según el Dr.
Yves Rocard de la Facultad de Ciencias de París: «El agua que se filtra por
un medio poroso por la acción de una diferencia de presión, hace nacer
potenciales electrocinéticos. Estos potenciales hacen circular en la tierra
unas corrientes eléctricas».
Estas corrientes eléctricas generan un débil campo magnético,
percibible por la sensibilidad humana. Por tanto el haber hallado el agua en
el desierto es algo real, y propio de los fenómenos de la naturaleza; pero
necesariamente alguien debió haber instruido a Moisés al respecto.
Gigantes y bolas de fuego
«Porque únicamente Og, rey de Basán, había quedado del resto de los
gigantes. Su lecho, era de hierro, ¿acaso se conserva en Rabbath de los
ammonitas? Su longitud es de nueve codos, y su anchura de cuatro codos,
según el codo de un hombre». (Deuteronomio 3,11).
Interpretación:
Una cama de cuatro metros y medio de largo era algo impresionante, y a
menos que a la persona le gustara la holgura o dormir muy acompañado,
realmente era para alguien gigantesco. Pero no es el único caso mencionado
en la Biblia.
«En su equipo deberán llevar siempre una estaca, para que cuando
tengan que hacer sus necesidades, hagan un hoyo con la estaca y luego,
cuando hayan terminado, tapen con tierra el excremento. Porque Elohim
anda entre ustedes, en el campamento, para protegerlos y darles la victoria
sobre sus enemigos; por tanto, el campamento de ustedes debe ser un lugar
santo (limpio), para que Dios no vea ninguna cosa indecente en él, pues de
los contrario se apartaría de ustedes». (Deuteronomio 23, 13-14).
Interpretación:
A parecer Elohim visitaba el campamento hebreo de incógnito, y le
molestaba mucho los malos olores y la inmundicia, a tal punto que
amenazaba con marcharse si no instalan baños portátiles… (¿habrá pisado
algo?). Pero ¿cómo eran esas visitas? Uno de los fenómenos ovni más
frecuentes en la actualidad son las «Canéplas», «Ojos de Gato» o esferas
luminosas inteligentes, que suelen ser cámaras de televisión controladas a
distancia desde las naves extraterrestres para observarlo todo. Suelen medir
unos treinta centímetros y las más grandes un metro y medio o tres metros
de diámetro. Son de color plateado, rojo, naranja, verde, amarillo o hasta
totalmente transparentes. Suelen estar alojadas en la base de las naves de
corto alcance (llamados comúnmente platillos voladores), y son soltados a
gran altura en forma de racimo, pudiendo llegar a entrar por la ventana de
una casa o por una puerta.
“Yahvéh vino del Sinaí,
les fulguró desde Seir,
resplandeció desde el monte Parán,
y llegó a Meribá de Qadesh,
con la ley de fuego a su mano derecha.” (Deuteronomio 33,2).
Interpretación:
¿Bolas de fuego? ¿Espadas de fuego? ¿Qué es aquello que resplandece e
ilumina más allá de toda posible mención simbólica?, ¿quizás la
observación de ovnis o naves espaciales en las que venían los Elohim, o en
las que se transportaba aquel que era conocido como Yahvéh?
Estando Josué cerca de Jericó, alzó sus ojos y vio un varón que estaba
delante de él, el cual tenía una espada desenvainada en su mano. Y Josué,
yendo hacia él, le dijo: «¿Eres de los nuestros, o de nuestros enemigos?». Él
respondió: «No, mas como Príncipe de los ejércitos de Yahvé he venido
ahora». Entonces Josué, postrándose sobre su rostro en tierra, le adoró; y le
dijo: «¿Qué dice mi señor a su siervo?». (Josué 5, 13-14).
Interpretación:
Aquí el relato nos menciona un encuentro cercano del tercer tipo con un ser
(extraterrestre infiltrado en las líneas hebreas) que está armado, y que va a
tomar partido, o sea que va a participar apoyando del lado de las huestes de
Josué, lo cual demuestra que les costaba a estos seres mantenerse al margen
de acciones concretas que favorecieran a tal o a cual.
Victimas de una tecnologia extraterrestre
«Nadab y Abihú, hijos de Aarón, tomando sendos incensarios, pusieron en
ellos fuego, sobre este colocaron incienso y ofrecieron ante Yahvé un fuego
irregular que Él no les había ordenado. Entonces salió fuego de delante de
Yahvéh y los devoró; y ellos murieron»… (Levítico 10, 1-2).
Trasladaron, en efecto, el Arca del Dios de Israel. Pero en cuanto la
trasladaron, la mano de Yahvéh originó en la ciudad enorme perturbación e
hirió a las gentes de la ciudad, del chico al grande, y les salieron tumores…
(I Samuel 5, 8-9).
Entre las gentes de Betsémes (hubo tristeza), porque habían curioseado
el arca de Yahvéh, y mató de entre ellos a setenta hombres. Entonces el
pueblo se lleno de duelo por haber inflingido Yahvéh a la población
semejante castigo. (I Samuel 6, 19).
«Mas cuando llegaron a la era de Nakón, Uzzah alargó la mano hacia el
Arca de Dios y la agarró, pues los bueyes la iban a volcar. La ira de Yahvéh
se encendió contra Uzzah e hirió le Yahvéh allí por tal negligencia,
muriendo allí mismo…» (II Samuel 6,6 —7).
Interpretación:
Las propiedades radioactivas del Arca de la Alianza y el voltaje que era
capaz de producir hicieron que hasta el mismo rey David le temiera.
El templo como central de telecomunicaciones
«Y vació dos columnas de bronce; la altura de cada una era de dieciocho
codos, y rodeaba a una y otra un hilo de doce codos. Hizo también dos
capiteles de fundición de bronce para que fuesen puestos sobre las cabezas
de las columnas. Había trenzas a manera de red, y unos cordones a manera
de cadenas, para los capiteles que se habían de poner sobre las cabezas de
las columnas; siete para cada capitel» (I Reyes 7, 15-17).
«Y los sacerdotes metieron el arca de la Alianza de Elohim en su lugar,
en el santuario de la casa, en el lugar santísimo, debajo de las alas de los
querubines». (I Reyes 8, 6).
«He escuchado la plegaria y la súplica que ante Mí has formulado: he
santificado esta Casa que has construido, asentando Yo allí mi Nombre por
siempre, y mis ojos y mi corazón estarán allí todos los días.» (I Reyes 9, 3).
«Los sacerdotes no podían entrar en la Casa de Yahvéh, porque la
Gloria de Yahvéh había henchido la Casa. Todos los hijos de Israel al ver
descender el fuego y la Gloria de Yahvéh sobre la Casa, se inclinaron rostro
en tierra»… (II Crónicas 7,2-3).
Interpretación:
A la muerte del rey David, gobernó el espléndido, justo y sabio rey
Salomón, lanzándose a la afanosa tarea de construir el templo que en vida
proyectó su padre, pero que no pudo concretar. Salomón resulta un
personaje fascinante y fuera de serie; mucha de su historia está rodeada de
hechos y situaciones extraordinarias. Según la literatura rabínica, entre sus
innumerables tesoros y posesiones tenía una extraña y gigantesca águila,
con la que podía remontar vuelo hacia los cielos a velocidades pasmosas.
En cuanto al templo que mando a edificar en honor a su padre fallecido,
tenía forma cúbica, siendo enchapado por dentro con láminas de oro,
colocando dos impresionantes columnas de bronce envueltas por cuerdas
metálicas, a manera de bobinas. Dentro del cubo, el rey mandó colocar el
Arca de la Alianza que empezó a comportarse como un aparato de radio a
través del cual, había una comunicación fluida con Elohim. En el templo se
producía una presencia física o quizás solo un holograma gracias a la
interacción del Arca con el local, pero de ello eran testigos muchos. Pero en
cuanto a la trascendencia del Templo en sí, vale la pena una pequeña
reflexión: si el templo hubiese sido realmente para Dios, y Él lo hubiese
bendecido, hoy todavía estaría en su lugar, y nadie ni nada lo habría podido
destruir. Pero en la actualidad es una ruina, epicentro de los mayores odios
encontrados y de lamentables fanatismos.
Aquel extraño ruido
«Y cuando oigas ruido como de marcha por las copas de las balsameras,
entonces te moverás; porque Elohim, saldrá delante de ti para batir el
campamento de los filisteos». (II Samuel 5, 24).
«Y he aquí Elohim que pasaba, y un grande y poderoso viento que
rompía los montes, y quebraba las peñas delante de Elohim. Y tras el viento
un terremoto. Y tras el terremoto un fuego. Y tras el fuego un silbo apacible
y delicado. Al escucharlo Elías se cubrió el rostro con una capa, y salió y se
quedó a la entrada de la cueva…» (I Reyes 19,11-13).
Interpretación:
La presencia o llegada de los Elohim (o de las naves) suele venir precedida
de un ruido como de una marcha, o de ruedas en movimiento, o como de un
viento fuerte. En estas citas nuevamente nos encontramos con la
descripción del sonido y las manifestaciones en el ambiente que delatan la
cercanía de ciertos tipos de naves de los visitantes. Pero esta vez quien es el
testigo es el profeta Elías.
Elias arrebatado al cielo
«Y sucedió que iban ellos hablando, y he aquí que un carro de fuego y unos
caballos de fuego también se interpusieron entre ambos, y subió Elías en un
torbellino al cielo. Eliseo lo veía y gritaba: “¡Padre mío, padre mío, carro de
Israel y su caballería!”. Y no le vio más.» (II Reyes 2, 11-12).
Interpretación:
Elías pasa de ser testigo de una experiencia del segundo tipo (avistamiento
cercano y de alguna manera, concertado), a ser parte de un encuentro del
quinto tipo, cuando es arrebatado fuera de este mundo por una nave como
en el caso de Enoc…
Ángeles exterminadores y armas mortíferas
Y aconteció que aquella misma noche salió el ángel del Señor. Y mató en el
campamento de los asirios a ciento ochenta y cinco mil; y cuando se
levantaron por la mañana, he aquí que todo era cuerpo de muertos.
(II Reyes 19,35).
«Pero el rey Ezequías y el profeta Isaías, hijo de Amós, oraron con tal
motivo y clamaron al cielo. Y Yahvéh envió a un ángel, que aniquiló a
todos los guerreros valientes, a caudillos y jefes, en el campamento del rey
de Asiria, quien hubo de volverse». (2 Crónicas 32, 20-21).
Clamó en mis oídos con gran voz, diciendo: «Los verdugos de la ciudad
han llegado, y cada uno trae en su mano su instrumento para destruir». Y he
aquí que seis varones venían del camino de la puerta de arriba que mira
hacia el norte, y cada uno traía en su mano su instrumento para destruir.
(Ezequiel 9,1-2).
«En lo recio del combate se aparecieron desde el cielo a los adversarios
cinco hombres distinguidos, sobre caballos con bridas de oro, que se
pusieron al frente de los judíos. Dos de ellos tomaron en medio al Macabeo,
y, protegiéndolo con sus armaduras, le preservaron ileso, lanzando en
cambio a los adversarios, flechas y rayos…» (2 Macabeos 10, 29-30).
Interpretación:
Cuando se mencionan ángeles exterminadores podríamos pensar que es una
forma romántica de mencionar epidemias y terribles plagas, que siempre
han diezmado al ser humano. ¿Pero y si realmente se hubiese dado el caso
de ángeles de la muerte, actuando por encargo? Además esta el caso, ya
mencionado antes de cuando se describe la presencia de seres de aspecto
humano utilizando algún tipo de arma. Estos instrumentos para destruir no
sugieren algo simbólico sino algo real y concreto, ¿acaso armas de alta
tecnología?
A pesar de que como ya hemos dicho antes, no es ético tomar partido
efectivo por uno u otro (podemos evitar la injusticia y el abuso, pero no
abusando de la fuerza en el intento; sino, mantendríamos la cadena de la
injusticia), hay momentos en que la acción directa escapó en mucho a los
límites de intervención por parte de los extraterrestres, afanados en lograr la
supervivencia de un grupo humano programada genéticamente para cumplir
una complicada labor.
Naves espaciales que inspiran temor
«Con solo ver a Leviatán, cualquiera se desmaya de miedo. Si alguien lo
provoca, se pone furioso; nadie es capaz de hacerle frente. ¿Quién que se le
enfrente, saldrá sano y salvo? ¡Nadie en todo el mundo! No dejaré de
mencionar sus patas y su fuerza sin igual. ¿Quién puede quitarle el cuero
que le cubre, o atravesar su doble coraza protectora?, ¿quién puede abrirle
el hocico, con su cerco de terribles dientes? Sus lomos son hileras de
escudos cerrados y duros como la piedra. Tan apretados están unos contra
otros que ni el aire puede pasar entre ellos. Tan unidos y trabados están que
nadie puede separarlos. Sus estornudos son como relámpagos; sus ojos
brillan como el sol cuando amanece. De su hocico salen llamaradas y se
escapan chispas de fuego. De sus narices sale humo como de calderas que
hierve al fuego…» (Job 41, 9-20).
«De nuevo alcé mis ojos y miré, y he aquí cuatro carros que salían de
entre dos montes: y aquellos montes eran de bronce. En el primer carro
había caballos alazanes, en el segundo carro caballos negros, en el tercer
carro caballos blancos, y en el cuarto carro por caballos tordillos».
(Zacarías 6, 1-3).
Interpretación:
L a serpiente Leviatán o el dragón nos hace recordar a Kukulcan la
serpiente emplumada; su presencia produce miedo, su estructura es como
una doble coraza (metálica); sus flancos o lomos son como escudos (naves
pequeñas en forma de discos bruñidos). Es la típica nave nodriza alargada
en forma de cilindro. Y también en este pasaje como en el siguiente,
nuevamente se cita el avistamiento de naves de diferentes colores
conteniendo o saliendo de una nave madre.
«Entre tanto, el Señor había dispuesto un enorme pez para que se
tragara a Jonás. Y Jonás pasó tres días y tres noches dentro del pez».
(Jonás 1, 17).
Interpretación:
Estamos frente a un caso de un «Osni» (objeto submarino no identificado).
Jonás no ha querido hacer caso, rechazando el pedido del Señor de ir a
predicar a Ninive la conversión de la gente; y tratando de huir de Yahvéh, es
tragado por una nave que tiene tanto autonomía de vuelo en el cielo como
de movimiento en el agua. Y durante tres días tratan de convencerlo, de que
es él (el propio ser humano representado en Jonás), el que elabore su propio
cambio, a través de la entrega y la renuncia. Hay momentos en que —en
comparación con otras actuaciones—, se ve que los extraterrestres se tornan
muy escrupulosos en sus intervenciones, no queriendo crear dependencia, ni
restarle méritos al ser humano (¿será que vienen distintos con actitudes
diferentes?). Pero siguen presionando.
Si hubiese sido una ballena o cachalote el que se tragara al profeta, los
jugos gástricos del animal lo hubiesen matado.
«Porque el Señor llega en medio de fuego, sus carros parecen un
torbellino; va a descargar el ardor de su ira y las llamas ardientes de su
castigo». (Isaías 66, 15).
“Entonces vi que del norte venía un viento huracanado; de una gran
nube salía un fuego como de relámpagos, y en su derredor había un fuerte
resplandor. En medio del fuego brillaba algo semejante al metal bruñido, y
en el centro mismo había algo parecido a cuatro seres con aspecto humano.
Cada uno de ellos tenía cuatro caras y cuatro alas. El aspecto de los seres
era como de carbones encendidos, o como algo parecido a antorchas que
iban y venían en medio de ellos, el fuego era resplandeciente…
Miré a aquellos seres y vi que en el suelo, al lado de cada uno de ellos
había una rueda. Las cuatro ruedas eran iguales y, por la manera en que
estaban hechas, brillaban como el topacio. Parecía como si dentro de cada
rueda hubiera otra rueda. Por encima de sus cabezas se veía una especie de
bóveda, brillante como el cristal. Encima de la bóveda vi algo como un
trono que parecía de zafiro y sobre aquella especie de trono había alguien
que parecía un hombre”. (Ezequiel 1, 4-26).
Yo soy Rafael, uno de los siete ángeles que asisten y entran ante la
gloria del Señor.
Los dos se turbaron y cayeron de bruces llenos de miedo. Pero les dijo:
«No temáis, la paz con vosotros; alabad a Dios por todos los siglos.
Cuando yo estaba con vosotros, no estaba con vosotros por mi favor, sino
por voluntad de Dios». (Tobías 12, 15-18).
«Vi descender del cielo a otro ángel fuerte, envuelto en una nube, con el
arco iris sobre su cabeza…» (Apocalipsis 10,1).
«Y oyeron una gran voz del cielo, que les decía: Subid acá. Y subieron
al cielo en una nube; y sus enemigos los vieron». (Apocalipsis 11,12).
Interpretación:
La vinculación de ángeles con nubes, luces, resplandores y fuego que llega
a intimidar a enemigos como hemos visto, se ha repetido como una
constante a lo largo de toda la Biblia. Pero acá nos encontramos con pasajes
que advierten el retorno de las naves, pero para una acción como más
radical o para un contacto más directo.
La visión de Ezequiel, un sacerdote deportado en Babilonia, a orillas del
río Quebar, llevó al científico Joseph Blumrich (asesor de la NASA en
diseño de naves espaciales) a diseñar, cómo debió haber sido la nave que
contempló el profeta. Y lo más curioso es que una nave similar al modelo
confeccionado por el científico, tipo módulo de comando, fue visto al poco
tiempo (1980), sobrevolando la zona de Cocoyoc en México.
Supervisando la descendencia
En Zora, de la tribu de Dan, había un hombre que se llamaba Manoa. Su
mujer nunca había tenido hijos porque era estéril. Pero el ángel del Señor se
le apareció a ella y le dijo: «Tú nunca has podido tener hijos pero ahora vas
a quedar embarazada y tendrás un niño». (Jueces 13,2-3).
«Cuando el fuego subió del altar, Manoa y su mujer vieron al ángel del
Señor subir hacia el cielo en medio de las llamas». (Jueces 13,20).
«Yahvéh visitó, efectivamente, a Ana, la cual concibió y parió tres hijos
y dos hijas.» (I Samuel 2, 21).
Y un ángel del Señor, en pie a la derecha del altar del incienso, se dejó
ver de él. Zacarías se asustó al verlo, y el miedo lo sobrecogió. Pero el
ángel le dijo: «No temas, Zacarías, porque ha sido escuchada tu plegaria; y
tu mujer Isabel te va a dar un hijo, al que podrás por nombre Juan»…
(Lucas 1,11-13).
En el sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de
Galilea cuyo nombre era Nazaret, a una doncella desposada con un varón
cuyo nombre era José, de la casa de David; y el nombre de la doncella era
María.
Mira, concebirás en tu seno, y darás a luz un hijo al que pondrás por
nombre Jesús. Él será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le
dará el trono de su padre David, reinará sobre la casa de Jacob eternamente,
y su reino no tendrá fin.
María dijo al ángel:
—¿Cómo será eso, puesto que no conozco varón?
El ángel le respondió así:
—El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cobijará
bajo su sombra; por eso lo que nacerá se llamará santo, Hijo de Dios.”
(Lucas 1, 26-35).
Interpretación:
Desde Abraham su descendencia fue contactada, intervenida, supervisada, y
hasta reorientada una y otra vez. Encontramos en el camino de la historia
del pueblo de Israel muchas concepciones imposibles como: el nacimiento
de Isaac, Esaú y Jacob, José y Benjamín, Sansón, Samuel, María la Virgen,
Juan el Bautista y hasta el propio Jesús. Si la intención era mantener el
programa genético original, tuvieron que hacer grandes esfuerzos, porque a
pesar de que se advirtió que no mezclaran la sangre, siempre hubo mestizaje
de los israelitas con los pueblos vecinos. El mismo Abraham su primer hijo
lo tuvo en Agar la esclava egipcia; Moisés estaba desposado con Séfora,
una madianita (entre árabe y egipcia) con quien tuvo hijos; la esposa de
José, Virrey de Egipto, era egipcia y tuvo hijos con ella; hay pues muchos
otros ejemplos.
Pero el propósito de semejante programación apuntaba a crear las
condiciones para que al final de un largo proceso naciese Jesús.
El nacimiento del Mesías
Precisamente en aquella tierra había unos pastores que pernoctaban a la
intemperie, para guardar de noche a su rebaño; y un ángel del Señor se les
presentó, y el esplendor del Señor los envolvió en luz, y temieron, con un
miedo enorme. Pero el ángel les dijo:
—No temáis, pues os doy una buena noticia, una gran alegría, que lo
será para todo el pueblo: os ha nacido hoy en la ciudad de David un
salvador, que es Cristo Señor. Y tenéis esta señal: encontraréis a una
criatura envuelta en pañales y acostada en un pesebre.
Y de repente se unió al ángel una muchedumbre del ejército celestial,
que alababan a Dios y decían:
—¡Gloria a Dios en las alturas! Y en la tierra, paz entre los hombres de
buena voluntad.
Y se dio el caso de que, cuando los ángeles se separaron de ellos hacia
el cielo, los pastores se decían unos a otros:
—Hala, vamos hasta Belén, a ver este acontecimiento que el Señor nos
hizo conocer. (Lucas 2, 8-15).
Interpretación:
El nacimiento de Jesús fue un acontecimiento trascendental dentro de su
simplicidad y humildad, que involucró tanto a la gente más sencilla de ese
tiempo, como eran los pastores, así como a las altas jerarquías celestes
(extraterrestres). Recordemos este importante simbolismo, por cuanto
Abraham y su descendencia eran originalmente pastores, seleccionados por
extraterrestres y continuamente se repite en Jesús la figura del «Buen
Pastor», quien mantiene contacto permanente con ángeles. El que hoy
podamos relacionar muchas de las apariciones angélicas con seres de otros
mundos, no niega la existencia real de seres de otras dimensiones, o
verdaderos ángeles que no poseen una corporeidad física, y que también se
manifiestan.
El ovni de belén
«Se pusieron en camino (los Reyes Magos); y de pronto la estrella que
habían visto en oriente iba delante de ellos hasta que, al llegar, se detuvo
encima de donde estaba el niño. Cuando vieron la estrella sintieron una
alegría enorme». (Mateo 2, 9-10).
Interpretación:
La estrella de Belén que guió a los sabios astrónomos y astrólogos de
Caldea no tenía un comportamiento normal. No podía ser una estrella por
cuanto se movía y hasta se detuvo; además, era vista indistintamente de día
y de noche, lo cual descarta que fuera un cometa, una conjunción planetaria,
o un fenómeno celeste. Nos encontramos delante de un avistamiento Ovni
típico, en el que incluso hay una propósito: la señalización directa por parte
de estos seres de un lugar y de un acontecimiento; ya que condujo a los
Reyes Magos al sitio preciso, y hasta lo marcó con el juego de sus
movimientos y su estacionamiento.
Informaciones importantes
«No hay nada secreto que no llegue a descubrirse, ni nada escondido que no
llegue a saberse». (Mateo 10,26).
«En la casa de mi padre hay muchos lugares donde vivir; si no fuera así,
yo no les hubiera dicho que voy a prepararles un lugar». (Juan 14, 2).
«También tengo otras ovejas que no son de este redil»… (Juan 10,16).
Interpretación:
Los Evangelios advierten que llegará un momento en que serán esclarecidos
todos los misterios y debelados todos los secretos, de tal manera que la
humanidad verá la vida con otra visión. También se dice claramente que
hay otros mundos y que tenemos hermanos allí, lo cual le da a la vida un
hermoso y maravilloso consuelo.
La transfiguracion en el monte Tabor
Seis días después Jesús se llevó a Pedro, Santiago y Juan, su hermano, y a
solas los subió a un monte alto (Tabor). Y se transfiguró ante ellos, y su
rostro relumbró como el sol, y su ropa se volvió blanca como la luz. Y de
pronto se dejaron ver de ellos Moisés y Elías, conversando con él. Tomando
Pedro la palabra, dijo a Jesús:
—Señor, más vale quedarnos aquí; si quieres, podré aquí tres tiendas:
una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.
Todavía estaba él hablando cuando de pronto una nube luminosa los
cubrió. Y de pronto sonó una voz desde la nube, que decía:
—Este es mi Hijo querido, en el que me agradé, ¡escuchadlo!
(Mateo 17,1-5).
Interpretación:
Un nuevo encuentro cercano que rememora las experiencias del Exodo (la
luz y la nube), pero ahora los testigos son tres de los apóstoles, que ven
cómo Jesús entra en contacto con dos personajes que desaparecieron entre
ocho y trece siglos antes llevados fuera de este mundo. A partir de ese
momento se oficializa que Jesús es el que culminará lo iniciado a través de
esos personajes.
Profecías que involucran a las naves
En seguida, después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá,
y la luna no dará su resplandor; las estrellas caerán del cielo, y las fuerzas
de los cielos se tambalearán.
Y entonces aparecerá en el cielo la «señal del Hijo del hombre; y se
verán al Hijo del hombre que llega en las nubes del cielo con gran poder y
esplendor. Enviara a sus ángeles con trompeta sonora, y se reunirán a sus
elegidos desde los cuatro vientos, de extremo a extremo del cielo».
(Mateo 24, 29-31).
«Y habrá señales en el sol, la luna y las estrellas, y en la tierra serán
presa de angustia las naciones, perplejas ante el fragor del mar y el oleaje;
mientras que los hombres enloquecerán por el miedo y la ansiedad ante
todo lo que va a venir sobre el orbe, pues las fuerzas de los cielos se
tambalearán. Y entonces verán al Hijo del hombre que llega en una nube
con gran poder y esplendor. Cuando comience a suceder esto, poneos en pie
y levantad la cabeza, porque ha llegado vuestra liberación».
(Lucas 21, 25-28).
Interpretación:
Sabemos que las profecías siempre son una advertencia de cuanto puede
ocurrir si es que no hacemos nada para evitarlo. Pero hay ciertas profecías
que por el contrario, debemos hacer lo imposible para darles cumplimiento.
En este sentido vemos que se habla de un panorama futuro muy sombrío,
que estaría involucrando el regreso de Cristo sobre las nubes o naves,
acompañado de los ángeles o extraterrestres. ¿Será acaso que el incremento
de los cambios climáticos y planetarios, así como de los avistamientos ovni
en el mundo esta anticipando este momento de definición? El tiempo lo
dirá…
¿Qué paso cuando murió Jesus?
Ya era hacia la hora sexta cuando hubo oscuridad en todo el país hasta la
hora nona, al eclipsarse el sol. Y la cortina del santuario se rasgó por en
medio. Dando una gran voz dijo Jesús: «Padre, en tus manos encomiendo
mi espíritu» (Lucas 23,44-46).
Interpretación:
Se ha especulado mucho con relación al supuesto eclipse que acompañó la
muerte del Rabí de Galilea, injustamente crucificado. Pero ¿y si fue algo
localizado de tal manera que solo ocurrió sobre esa zona? (como en el caso
de Fátima, donde la «danza del Sol», un ovni gigantesco que asemejaba al
Sol, fue avistado por más de 70 000 personas en 60 Km a la redonda).
Podría ser que una nave de gran tamaño, ubicada entre el Sol y la Tierra
aportara en ese momento su sombra sobre todo Jerusalén y alrededores.
Esto no nos debe extrañar, recordemos que han sido detectadas hasta naves
de 450 Km de diámetro sobrevolando la Patagonia chilena.
La nube o nave que recogió a Jesus
«Por su parte el Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado al cielo y se
sentó a la derecha de Dios»… (Marcos 16,19).
«Los sacó afuera hasta cerca de Betania; y alzando sus manos los
bendijo. Y se dio el caso de que, mientras los bendecía, se separó de ellos y
era llevado al cielo. Y ellos después de adorarlo, se volvieron a Jerusalén
con gran alegría» (Lucas 24,50-52).
“Y después de decir esto se elevó mientras ellos miraban, y una nube lo
recogió ocultándolo a sus miradas. Y según estaban mirando fijamente al
cielo mientras él se iba, se les presentaron de pronto dos hombres con
vestiduras blancas, que dijeron:
—Galileos, ¿por qué estáis parados mirando al cielo? Este Jesús elevado
desde vosotros al cielo, volverá así como lo habéis visto ir al cielo”.
(Hechos 1,9-11).
Interpretación:
Los apóstoles fueron testigos de la elevación en cuerpo físico (regenerado
con la resurrección) de la persona de Jesús hacia una nube (nave), y
también contactaron inmediatamente con algunos de los tripulantes de ese u
otro aparato (los dos ángeles).
Lo que vio Juan en Patmos
«Yo me volví para ver la voz aquella que hablaba conmigo. Y al volverme
vi siete candelabros de oro, y en medio de los candelabros alguien parecido
a un hijo de hombre, revestido de larga túnica y ceñido con un cinturón de
oro a la altura del pecho; su cabeza y sus cabellos, blancos como lana
blanca, como nieve; sus ojos, como llama de fuego; sus pies, parecidos al
bronce bruñido, como en la forja, incandescente; su voz, como estruendo de
océanos; tenía en la mano derecha siete estrellas, de su boca salía una
espada aguda de dos filos, y su aspecto era como el sol cuando brilla con
toda su fuerza.» (Apocalipsis 1,12-16).
«En cuanto al misterio de las siete estrellas que has visto en mi mano
derecha, y los siete candelabros de oro: las siete estrellas son los ángeles de
las siete Iglesias y los siete candelabros son las siete Iglesias».
(Apocalipsis 1, 20).
“Después de eso, vi una puerta abierta en el cielo; y la voz primera que
yo había escuchado, como de una trompeta que hablaba conmigo, estaba
diciendo:
—Sube aquí, y te mostraré lo que tiene que venir después de esto.
En seguida entre en éxtasis: resulta ser que en el cielo estaba puesto un
trono con alguien sentado, y el que estaba sentado era de aspecto parecido a
la piedra de jaspe y cornalina; y alrededor del trono había una aureola de
aspecto como la esmeralda. Alrededor del trono, veinticuatro tronos, y
sentados en los tronos veinticuatro ancianos vestidos con vestiduras blancas
y ante el trono había como un mar transparente, parecido al cristal.”
(Apocalipsis 4, 1-6).
Interpretación:
Juan el discípulo amado, fue deportado por el emperador romano
Diomiciano a la pequeña isla de Patmos, en la costa turca allá por el año 94
de la era Cristiana. En ese lugar, el único sobreviviente de los doce
apóstoles, tuvo más que una visión, vivió un tremendo encuentro cercano;
primero del tercer tipo (ve al tripulante); y luego pasará al del cuarto tipo,
ingresando a esa otra realidad a través de una puerta interdimensional
(Xendra). Cuando le informan sobre los siete ángeles de las siete
comunidades cristianas (Iglesias), le estaban explicando que había sido
asignado un ser extraplanetario a cada una de esas comunidades para que
las guiara y protegiera, como suele ocurrir en la actualidad con los grupos
de contacto extraterrestres. Digo esto, sin que con ello quiera comparar los
movimientos contactistas con una religión. Pienso que hay suficientes
religiones sobre la faz de la Tierra como para inventar una nueva, y menos
aún, a la luz de seres que siendo materiales… no son mejores que nosotros,
y que también tienen mucho que aprender.
En su experiencia, Juan el Evangelista es llevado delante del Consejo
mismo de los veinticuatro ancianos, o gobierno de nuestra galaxia, donde es
instruido y advertido de cuanto puede ocurrir y de cuanto ya ha ocurrido en
nuestro mundo. La intención siempre será advertir para corregir.
A manera de conclusión final
Desde que el ser humano existe sobre nuestro planeta ha habido contacto
con otras realidades, y ese contacto no tiene por qué terminar jamás. Pero
solo podrá restablecerse la mejor relación con las jerarquías superiores, si
restablecemos el contacto, primero con nosotros mismos, la naturaleza y
luego con los demás. Hay todo un Plan Cósmico, que ha ido variando en la
medida que la humanidad ha ido madurando y labrando su propio futuro;
pero que también involucra a esos otros seres y dimensiones, por tanto
llegado es el momento en que asumamos definitivamente nuestra
responsabilidad, y enfrentemos el conocimiento profundo de quiénes
somos, por qué existimos y hacia dónde vamos. Pero la respuesta, como
todo en la vida, esta dentro de cada uno, en esa… otra realidad.
SIXTO JOSÉ PAZ WELLS nació el 12 de Diciembre de 1955 en Lima, la
capital del Perú. Hijo de un conocido investigador del fenómeno Ovni,
Carlos Paz García, creció en un ambiente familiar muy propicio a la
investigación de la vida extraterrestre. Siguió estudios primarios y
secundarios con los hermanos Maristas, culminando sus estudios en el
primer lugar en el Orden de Méritos. Siguió luego estudios universitarios en
la Pontificia Universidad Católica del Perú, en las facultades de Historia y
Arqueología. Esta casado con Marina Torres Puglianini y tiene dos hijas,
Yearim y Tanis, ambas profesionales en la actualidad.
Notas
[1] Ángeles caídos o gigantes. <<
[2] Actual Líbano. <<