Nietzsche y La Critica A La Cultura Occidental-2
Nietzsche y La Critica A La Cultura Occidental-2
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NIETZSCHE Y LA
CRÍTICA A LA CULTURA
OCCIDENTAL
I.E.S
SÉNECA
DEPARTAMENTO DE
FILOSOFÍA
JUAN MANUEL RUIZ
GARCÍA
TEMA 10
CONTEXTO FILOSÓFICO
La gran fuente de la filosofía nietzscheana la constituye la relectura del
pensamiento griego, y en especial de los autores trágicos, en los que Nietzsche
constata la contraposición entre el ideal apolíneo (la racionalidad normativa) y el ideal
dionisiaco (el impulso perturbador del orden normativo, que desea el retorno al uno
primordial -lo originario- de donde procede todo ordenamiento racional). Nietzsche
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constata que ese «pathos trágico», que se encuentra aún presente en la filosofía de
Heráclito de Éfeso (pensador que Nietzsche respetó durante toda su vida) la filosofía
occidental lo abandonó muy pronto: concretamente con la obra del gran «traidor»:
Sócrates, quien decididamente optó por el ideal apolíneo, en detrimento del dionisiaco.
También influye en Nietzsche, I. Kant (1724-1804), que es el punto de
referencia de todos los autores germánicos posteriores. En Nietzsche influye el Kant
que crítica con rigor las pretensiones racionales de la metafísica, no el que luego
acepta un nuevo planteamiento de la moral y de la religión, aunque sea sobre unas
bases más autónomas e interiorizadas.
La “izquierda” hegeliana, como movimiento
reaccionario a la culminación de la razón encarnado
en el estado prusiano, y las tesis ateas de
Feuerbach, en La esencia del cristianismo, que
presentan a dios como una proyección de la
naturaleza humana, también influye.
El 17 de octubre de 1865, llegó a Leipzig,
alojándose en casa del librero Rohn, y descubrió
una obra que influyó notablemente en la vida de
Nietzsche: El mundo como voluntad y
representación. Una influencia muy importante de
nuestro autor, nos la proporciona
Schopenhauer(1788-1860), con el concepto de
“voluntad de vivir”. Esta es lo absoluto, lo que no
tiene condiciones, y está presente en toda la realidad. La vida es “lucha constante”,
concepto heredado de Heráclito. La diferencia se marca con los conceptos de
pesimismo y renuncia. En Schopenhauer la voluntad de vivir se da como principio
universal, pero que nunca puede ser satisfecha, ya que la muerte siempre acaba por
destruir las aspiraciones humanas, y la felicidad humana es imposible. Schopenhauer
propone una liberación del dolor, mediante el ascetismo y la renuncia. Nietzsche se
desvincula de esta actitud afirmando la vida por encima de todo.
El vitalismo surge, por otro lado, influenciado por el auge que en el siglo XIX
tomó la Biología con nombres tan importantes como Lamarck, Darwin, Mendel,
Pasteur, etc. con nuevas teorías sobre la vida y su evolución. Desde la biología,
ciencia emergente en el XIX frente al predominio absoluto de la física en el siglo XVIII,
surgen nuevos modos y temas para la reflexión filosófica centrados en el instinto, la
evolución de las especies, la supervivencia del más fuerte, etc.
Para finalizar, hacemos una breve valoración de algunas obras de nuestro autor.
En “El origen de tragedia”, recurre al legado presocrático y mitológico para afirmar la
vida por encima de todo. (Dionisos, Heráclito y los trágicos). En “Así habló Zaratustra”,
desarrolla los cuatro grandes temas de su filosofía: la muerte de Dios, la voluntad de
poder, el eterno retorno y el superhombre. En “El crepúsculo de los ídolos” es una
declaración de guerra contra todos los moralistas, los científicos, los filósofos
dogmáticos etc,. Crítica sobre todo el mal uso que los filósofos han hecho de la razón,
el lenguaje y los sentidos. Esta actitud ha tenido gran influencia en la filosofía posterior
del siglo XX, Heidegger, Deleuze, Derridá. También en movimientos como la
“posmodernidad”, que abarca la arquitectura el arte la filosofía. El término
“deconstrucción” designa la tarea del filósofo de hoy, que propone Derridá, para dudar
de los grandes conceptos Alma/cuerpo, Ser/devenir etc., y los prejuicios de la cultura
occidental.
Dioniso Apolo
Noche, oscuridad Día, luminosidad
Voluntad irracional Razón
Cosa en sí Apariencia-fenómeno
El uno primordial impersonal Principio de individuación
Embriaguez Ensueño
Sufrimiento. Alegría
Música,danza, Palabra.
En efecto, como primer paso de este recorrido, hay que decir que
nuestros sentidos, en presencia de una realidad singular y concreta como
puede ser una rosa, elaboran una imagen singular y concreta, que ya no es la
rosa que hirió nuestros sentidos, sino su representación. Al elaborar la imagen
de la rosa, en el conocimiento sensible, estamos operando no con la realidad,
sino con su metáfora (1ª metáfora, primera forma de olvido), pues la imagen
alude a la cosa, pero no es la misma cosa. Pero es que además esa imagen
concreta, para poder transformarse en concepto, ha de poder ser usada para
referirse a una multiplicidad de realidades, a una multiplicidad de rosas, que no
son idénticas a la primera; ha de perder la imagen la fuerza sensible y concreta
de la que surgió, para transformarse en algo intelectual y abstracto.
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Es decir, también es nihilista la filosofía que intenta mostrar cómo los valores dominantes son una pura
nada, una invención; la filosofía nietzscheana es nihilista en este sentido.
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o Lineal: pasado-
presente-futuro.
o Circular: Visión
cíclica del mundo
donde los
acontecimientos se
repiten.
Significado Cosmológico.
Está basado en la
concepción cíclica. Quiere
restaurar la visión
presocrática frente a la
cristiana que considera el tiempo jalonado de momentos
irrepetibles-creación-pecado-redención-fin de los tiempos. Esta
tesis se nos presenta el eterno retorno como una forma del
universo.
Los escritos donde trabaja el sentido de la moral son. Más allá del bien y
del mal, Genealogía de la moral, y el concepto de “autosupresión de la moral”
desarrollado en Humano demasiado humano y en Aurora.
En Más allá del bien y del mal, nos habla de dos tipos de moral: “la moral
de los jefes y la moral de los esclavos”. Estos dos elementos se encuentran en
las civilizaciones y en los hombres. La “moral de los jefes o aristocrática”, los
términos “bueno” o “malo” se corresponde a “noble” y ”plebeyo”, aplicado más a
las acciones que a los hombres. La “moral de esclavos”, tienen la norma, la
simpatía, la bondad o la humildad, como algo beneficioso y virtuoso para la
sociedad. Es visto como malo y peligroso todo lo contrario a esto.
LA «RAZÓN» EN LA FILOSOFÍA
Crítica al aspecto ontológico de la metafísica. Nietzsche critica la creación de categorías (que no
1 son más que momias del conocimiento) como un medio para aquietar el devenir incesante de la
realidad.
Los filósofos han negado el devenir afirmando la quietud; han negado la pluralidad afirmando la
unidad; ... En una palabra, han negado el conocimiento sensitivo por considerarlo engañoso, porque
nos ofrece una realidad que no queremos asumir porque no permanece. Y así se acaba negando la
realidad, negando al cuerpo y afirmando otra realidad donde habitan los conceptos o categorías
(fijos y permanentes).
2 Para Nietzsche, el único filósofo que no falseaba la realidad fue Heráclito. Ya dijimos que el único
punto de coincidencia entre Parménides y Heráclito es que ambos son racionalistas (Heráclito
también renegaba de los sentidos), porque mantienen que la razón es la única que puede
desentrañar lo que en realidad son las cosas. Pero lo que capta la razón era distinto para ambos:
Para Parménides capta la quietud: el devenir es mera ficción, mera apariencia.
Para Heráclito la realidad es puro devenir, cambio y multiplicidad.
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Para Nietzsche los sentidos no nos engañan, nos engañamos nosotros mismo al interpretarlos.
Nosotros, por nuestra inseguridad, por el miedo, transformamos su testimonio en mentira.
3 La ciencia ha rescatado del rincón ignominioso a los sentidos, valorándolos como los órganos que
necesita para capturar la realidad. Todo lo demás es metafísicamente no-ciencia. Hay otras ciencias
que no necesitan de los sentidos: la lógica y la matemática.
4 Los conceptos surgen de una experiencia originaria, única, irrepetible. De esa experiencia surge
una metáfora (totalmente abierta, con posibilidad de admitir distintas interpretaciones); cuando se
olvida el origen metafórico, esa experiencia se convierte en algo inamovible: se petrifica en el
concepto. Pero la realidad no se puede petrificar, encerrar, capturar, ... Por lo que los conceptos
acaban siendo vacíos. Lo último, por tanto, son los conceptos y, de entre ellos, el concepto de Dios.
Dios surge del miedo, de la impotencia que siente el hombre en sí mismo. Por eso, ninguna
religión ha contenido jamás una verdad. Y Dios, lo último, lo superior, no puede provenir de lo
inferior, el hombre, así que, se acaba convirtiendo en lo primero, en la causa primera. Todas las
cosas superiores tienen que tener una procedencia distinta, no pueden proceder del mundo
cambiante, por lo tanto, proceden del mundo superior, el mundo inteligible.
Los inventores de la religión son enfermos mentales y crean un remedio que es peor que la
enfermedad misma.
5 Estamos necesitados del error de las categorías porque en ellas encontramos seguridad y reposo.
El lenguaje (como producto de la razón) es el responsable de que permanezcamos en el error, de la
misma manera que el «ojo» parece ver el verdadero movimiento de los planetas y no es más que
una ilusión.
Nietzsche realiza un recorrido histórico de cómo aparece el lenguaje y cómo se produce la
categorización de la realidad:
La génesis del lenguaje es la misma génesis del hombre. El lenguaje se convierte en un
fetiche (algo digno de adoración).
Consciencia del yo como causa y como sustancia.
Del concepto «yo» surge el concepto «ser» (en el sentido tradicional del término).
RACIONALISMO: el criterio de certeza es el sujeto utilizando las categorías (palabras sólo)
de la razón. Concluyeron que las categorías (únicas) no pueden surgir de la experiencia
(múltiple).
El hombre (su alma, lo más importante) ha habitado en otro mundo (alusión al mundo inteligible
de Platón) y en ese contemplamos la verdad.
Nietzsche afirma que no hay otro mundo ni otra verdad más que ésta. Las categorías no son
más que palabras persuasivas, engañadoras palabras. La más persuasiva, la más grande y más
engañadora es «Dios». Mientras sigamos confiando en la gramática, la idea de Dios permanecerá.
6 Cuatro tesis que sintetizan su crítica a la invención de otro mundo y la calificación de éste como
mundo aparente:
1. Las razones que los filósofos aducen para tachar a este mundo de aparente son las que
justifican su realidad.
2. Los calificativos asignados al ser son los que designan al no-ser, y por oposición al mundo real
se construye el mundo verdadero (Falso: sólo es una ilusión óptica).
3. La invención de otro mundo es fruto del sinsentido, del empequeñecimiento, de la huida de la
vida, de una venganza contra la vida.
4. La división de la realidad en dos mundos es síntoma de decadencia. Alusión a las formas
dionisíacas: actitud de los griegos (antes de la tradición socrática y platónica) en la que lejos de
rechazar y darle la espalda a la vida, se funde con la vida, con todo su dramatismo y toda su
desesperación, pero también con toda su grandeza.
8.2) EL TEXTO:
La «razón» en la filosofía
ANOTACIONES:
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¿Me pregunta usted qué cosas son
idiosincrasia en los filósofos?... Por ejemplo, su falta
de sentido histórico, su odio a la noción misma de
devenir, su egipticismo. Ellos creen otorgar un
honor a una cosa cuando la deshistorizan, sub
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exista (es decir, es imposible que no sea real). A este ser se le llama Dios, el
ser Perfecto y, por lo tanto, necesario.
Egipticismo. Se trata de la idiosincrasia propia de los filósofos consistente en
matar y petrificar la realidad plural y cambiante, momificándola mediante los
conceptos racionales en los que pretenden encerrar “encerrar la esencia”
(universal y fija) de todo lo que existe. Se trata de una actitud ridícula y
mentirosa que nace del resentimiento y fruto del miedo al devenir que provoca
en los hombres débiles el “testimonio de los sentidos”: a saber, que la realidad
es un flujo continuo de creación y destrucción de entes en los que la vida se
expresa.
Devenir. Este término viene a significar “llegar a ser”, “ir siendo”. Con
“devenir” Nietzsche pretende expresar el modo de ser de la realidad, una
realidad que continuamente está creándose y destruyéndose, una realidad
considerada “aterradora” para el hombre débil, porque no se deja atrapar,
porque es imprevisible e impredecible. Es el río heracliteano que fluye
continuamente y que impide bañarse en las mismas aguas. Por su concepción
de la realidad, Heráclito es salvado del martillo Nietzscheano.
Frente a la noción misma de DEVENIR, los filósofos han creado otra: el SER, la
esencia, lo real de las cosas frente a la “apariencia” cambiante y devenida. El
ser es lo quieto, lo predecible y lo que nos proporciona seguridad en medio de
este caos que es la vida. El devenir es el río y el ser los diques que pretenden
contenerlo y que son continuamente burlados porque el agua busca caminos
para seguir siendo río.
Ser / “Realidad” / “Esencia” (y términos similares). El término ser para
Nietzsche no es más que una ficción creada por la vanidad de la razón y por la
gramática. Tradicionalmente, el ser de las cosas es lo quieto, lo permanente y,
por tanto, lo cognoscible. Para Nietzsche todas las categorías metafísicas
(sustancia, ser, esencia, unidad, coseidad,…) son puras invenciones para
encontrar en ellas el reposo y la regularidad que no encuentra en el único
mundo existente, el que ofrecen los sentidos. El ser, un “concepto supremo” en
principio vacío, se carga de valor ontológico y se convierte en la realidad en “lo
que es” (Idea); y así, se va creando la oposición con el no ser, lo que cambia
(lo aparente, falso, sensible). La creación y valoración de esos conceptos no es
más que un síntoma de decadencia y resentimiento ante la vida.
Testimonio de los sentidos. Lo que los sentidos nos dicen, nos informan de
la realidad. La facultad de los sentidos ha sido vilipendiada a lo largo de la
historia del pensamiento occidental. Para Nietzsche, cuando el hombre débil se
enfrenta a la realidad, la imagen que recibe (cambio, decrepitud y muerte) no
se corresponde con la imagen racional (unidad, eternidad, esencia). ¿Dónde
está el engañador? En los sentidos. Por esa razón se descalifica el
conocimiento sensible, porque incomoda, disgusta. Los sentidos nos ofrecen lo
que hay, no nos engañan de ningún modo. Se engaña el hombre débil cuando
no cree lo que dicen sus sentidos, lo que “le grita” su cuerpo. Es precisamente
el testimonio de los sentidos el que provoca el “mecanismo de defensa” de la
negación de esta realidad y la invención de una mentira fraguada “en el interior
de la caverna de Platón”.