Chias Silvestres y Cultivadas
Chias Silvestres y Cultivadas
Chias Silvestres y Cultivadas
Artículo
Alberto Calderón-Ruíz1§
Salvador Montes-Hernández2
M. Antonio García-Perea1
Jorge Covarrubias Prieto1
Cesar L. Aguirre-Mancilla1
Juan Carlos Raya-Pérez1
1
Tecnológico Nacional de México-Instituto Tecnológico de Roque. Carretera Celaya-Juventino Rosas km
8, Celaya, Guanajuato. CP. 38110. ([email protected]; [email protected];
[email protected]; [email protected]). 2Campo Experimental Bajío-INIFAP. Carretera
Celaya-San Miguel de Allende km 6.5, Celaya, Guanajuato. CP. 38010. ([email protected]).
§
Autor para correspondencia: [email protected].
Resumen
Es un cultivo anual de ambientes templados y semicálidos con suelos arcillosos y arenosos. Existen
poblaciones silvestres en México que en tiempos precolombinos permitieron seleccionar plantas
con fruto más grande que no dispersara la semilla. Las variedades domesticadas, comparadas con
las silvestres, tienen semillas de mayor tamaño, inflorescencia más compacta, cálices cerrados, flor
más larga, dominancia apical, uniformidad en los periodos de floración y maduración. La chía
contiene entre 9 y 23% de proteína, 26-41% de carbohidratos y de 30 a 33% de aceite, 40% de fibra
dietética y calcio y un alto contenido de antioxidantes. Ha adquirido gran importancia porque se
considera un alimento funcional. Existe consenso sobre la importancia del estudio y conservación
de los recursos fitogenéticos. El objetivo de esta investigación fue caracterizar la diversidad
morfológica de 31 genotipos de chía con base en las variaciones identificadas entre poblaciones
silvestres y domesticadas. Se observó que la presencia de antocianinas es característica de plantas
silvestres, así como la presencia de cáliz abierto, que está relacionado con la dispersión de las
semillas; estas fueron más pequeñas y oscuras y sus cálices fueron cortos y se abrieron al madurar.
El tamaño de la semilla y el peso de mil semillas están altamente correlacionado con el rendimiento
por planta. Las plantas domesticadas presentaron cáliz cerrado, sin coloración por antocianinas,
reducción de la pubescencia en la mayor parte de la planta, inflorescencia más grande, mayor
número de floretes, mayor peso de semilla, mayor rendimiento. Se caracterizaron y agruparon
poblaciones domesticadas, semidomesticadas y silvestres. Las silvestres presentan cáliz abierto.
Las semidomesticadas son semejantes a las cultivadas pero presentan cáliz abierto. Las
domesticadas tuvieron dominancia apical, mayor tamaño de espiga y cáliz cerrado.
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Introducción
La chía fue utilizada por civilizaciones precolombinas de Mesoamérica como alimento y medicina
(Ayerza y Coates, 2004), es la fuente más importante, de origen no marino, de la ácidos grasos
poliinsaturados (AGPINs o PUFA’s en inglés) Omegas-3 y 6, proteínas, aceite y fibra, para el
hombre (Baginsky et al., 2016; De Souza et al., 2015; Ullah et al., 2017). La semilla contiene entre
9 y 23% de proteína, 26-41% de carbohidratos no fibrosos y de 30 a 33% del peso total de la semilla
es aceite. En la actualidad ha adquirido gran importancia porque se considera como un alimento
funcional (Olivos-Lugo et al., 2010; Oliveros y Paredes, 2013). Cahill (2005) afirma que la
capacidad para dispersar la semilla, los tamaños y colores difieren según el nivel de domesticación.
Este autor menciona que existe una gran diversidad genética entre poblaciones silvestres de chía;
las divergencias en el grado de domesticación se deben, probablemente, a que tiempos
precolombinos se seleccionaron plantas únicas con frutos más grande y productivos. Mao et al.
(2000) mencionan que la pérdida de mecanismos de dispersión se produce cuando se pierde la zona
de abscisión de la espiga o de la parte de interés antropocéntrica. Por su parte, Cong et al. (2002)
señalan que el efecto de gigantismo en plantas, normalmente es un carácter marcado en plantas
cosechadas a mano, pero muchas veces hay efectos correlacionados en otras partes de la planta.
Los pimientos domesticados no solo tienen frutos más grandes que los silvestres, sino que también
hojas, flores y semillas (Medina-Santos et al., 2019). En relación con la especie S. hispanica, Cahill
(2005) describe que el sistema de polinización es autógamo en las silvestres con alta heredabilidad
de características fenotípicas. Respecto a las características morfológicas y fenológicas que se han
identificado en variedades domesticadas comparadas con las silvestres son: semillas de mayor
tamaño, inflorescencia más compacta, cálices cerrados, flor más larga y dominancia apical,
uniformidad en los periodos de floración y maduración. Hernández y Miranda (2008) encontraron
como diferencias entre las poblaciones domesticadas y silvestres: flores más grandes, corolas que
sobresalen del cáliz, inflorescencias más compactas debido al mayor número de verticilos y una
menor distancia entre ellos, ciclo biológico más tardío y mayor tamaño de semilla.
Materiales y métodos
El trabajo se realizó en el Campo Experimental Bajío (CEBAJ), perteneciente al Instituto Nacional
de investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), ubicado en el km 6.5 de la carretera
Celaya-San Miguel de Allende, Celaya, Guanajuato, en 20º 34’ 49’’ latitud Norte y 100º 49’ 31’’
longitud oeste, a una altitud de 1 768 m. La obtención de las 31 poblaciones (Acc), fue por medio
de recolección directa, adquisición con productores e intercambio institucional.
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Las semillas de las poblaciones estudiadas con fecha de recolección 2014 y 2015 se incrementaron
en invernadero en el ciclo primavera-verano 2015. Con la finalidad de asegurar el establecimiento
del cultivo, las plántulas se obtuvieron en invernadero, se usó sustrato tipo turba y lombricomposta
estándar en una proporción de 50% (V/V) en charolas de poliestireno expandido de 200 cavidades
para la germinación. El trasplante de los materiales (Acc) a campo se realizó el 24 de junio de 2016,
mediante un diseño de bloques completos al azar con tres repeticiones, a una distancia de 20 cm
entre plantas, la unidad experimental consistió en dos surcos de 5 m de largo por 0.8 m de ancho.
Se realizó una aplicación foliar (Bayer, Bayfolan) en la etapa vegetativa (25 de agosto de 2016).
La toma de datos se realizó desde la aparición del botón floral y la caracterización de las 57
variables se hizo cuando se tenía 50% + 1 de la floración. Se usó una regla graduada y un vernier
de metal para las variables cuantitativas. Las cualitativas se basaron en el descriptor de la UPOV,
caracterizando tres plantas en cada repetición. La prueba de germinación se realizó a, temperatura
constante de 25 ºC, sobre papel con cuatro repeticiones de 50 semillas (Rovati et al., 2009). Para
estimar la velocidad de germinación se realizó el conteo cada 12 h, durante 96 h. Con los datos
obtenidos se realizó una prueba de valores atípicos en donde se eliminaron todas aquellas que
registraron el mismo valor, por lo que se entiende que ese carácter evaluado no mostró diferencias
entre las poblaciones caracterizadas. Los datos se corrieron en el Software XLSTAT versión
2017.02 en paquete Excel Office versión 15.3.
Resultados
El porcentaje de germinación a las 96 horas en todas las poblaciones fue mayor al 80%. Estos
resultados concuerdan con Cahill y Provance (2002), quienes señalan que las poblaciones silvestres
y domesticadas tienen un buen porcentaje de germinación; en las silvestres el periodo de
germinación se extendió hasta diez días para que la semilla germinara. La variable altura está
altamente correlacionada con la densidad de brotes y el número de espigas, Por lo que, entre más
alta sea la planta, la densidad de brotes es mayor, al igual el número de espigas, lo cual concuerda
con Sosa et al. (2016) (Cuadro 1).
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La presencia de antocianinas esta correlacionada con el tipo de cáliz (abierto) y el tiempo que le
tomó llegar a floración (tardío), las plantas con presencia de antocianinas son característico de
plantas silvestres, así como la presencia de cáliz abierto, que está relacionado con la dispersión
de las semillas (Cahill, 2005). La pubescencia del tallo se correlacionó con la pubescencia adaxial
de la hoja, esta característica fue reportada por Fernald (1907) en una descripción de variedades
de chía, la pubescencia también se correlacionó con el tipo de cáliz abierto y el retraso en el
inicio de la emisión del botón floral, por lo que las plantas con estas características fueron más
tardías (Cuadro 1).
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El tamaño de la semilla y el peso de mil semillas están altamente correlacionado con el rendimiento
por planta (Cahill y Provance, 2002; Cahill, 2005; Cahill y Ehdaie, 2005; Hernández y Miranda,
2008; Sosa et al., 2016b). Las características que difirieron entre poblaciones silvestres y
domesticadas fueron: cáliz abierto, coloración de antocianinas, pubescencia en la mayor parte de
la planta, reducción de la inflorescencia, menor número de floretes, menor peso de semilla, menor
rendimiento. Las plantas domesticadas presentaron cáliz cerrado, sin coloración por antocianinas,
reducción de la pubescencia en la mayor parte de la planta, inflorescencia más grande, mayor
número de floretes, mayor peso de semilla, mayor rendimiento (Cuadro 2).
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El CP1 contribuyó con 29.55% de la variación y entre las variables que contribuyeron con mayor
proporción se encuentran: coloración de antocianinas y pubescencia del tallo, pubescencia en la
hoja, longitud de la inflorescencia y su entrenudo, la longitud de la bráctea y cáliz, la longitud del
tubo de la corola, el ancho del labio inferior, tipo de cáliz, colores de semillas en accesión, el
rendimiento por planta, días a inicio del botón floral y días a inicio de la floración (Cuadro 3).
El CP2 explicó 11.75% y las variables que se le atribuyeron mayor peso fueron: ancho de la planta,
tamaño de semilla, número de colores en la semilla y color principal y el patrón del color secundario
en la semilla. El CP3 aportó 9.4% y las variables importantes para este componente fueron la
densidad de brotes y el peso de mil semillas. Estos tres componentes explican 50.7% de la
variabilidad total obtenida. La proporción de la varianza explicada con un bajo número de
componentes nos permite una mejor interpretación en este tipo de análisis (Cuadro 3).
En el dendrograma (Figura 1) el grupo A está dado por la integración de las poblaciones (P, K, L,
H, O, I, E, DD, D, FF, BB, GG, II, y B), este grupo se encontraron poblaciones con características
de tipo silvestres y domesticadas y fueron semejantes fenológicamente. Las poblaciones P y K
mostraron cáliz abierto y toda la planta presentó pubescencia abundante. Las demás poblaciones
presentaron coloración de antocianinas y una reducción de la pubescencia, hasta mostrar el cierre
total de cáliz en las poblaciones B, DD, D, FF, GG. En este grupo con las 28 variables evaluadas
no se pudo contrastar, por lo que se dedujo que están muy emparentadas (Figura 1).
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Se aprecian tres grandes grupos (Figura 1). El grupo B, conformado por las poblaciones CC, V,
EE, C, HH, Q, A, blanca 1 y R presentaron características propias de las poblaciones domesticadas,
como el cierre de cáliz, disminución de la pubescencia e inflorescencia más grande. El grupo C
constituido por: G, F, S, AA, J, X y M, sólo las poblaciones G y X presentaron cáliz abierto, y el
resto presentó características de plantas domesticadas.
Discusión
Las plantas silvestres presentaron semillas pequeñas y oscuras y sus cálices fueron cortos y al
madurar se abrieron para la dispersión de la semilla mediante el movimiento debido al efecto del
viento o los animales, lo que concuerda con Cahill (2005). Las plantas silvestres tuvieron un menor
número de verticilos al compararse con las cultivadas; la separación de los floretes es más
conspicua, dando como resultado espigas poco compactas y flor más pequeña, como lo reportan
Cahill y Provance (2002).
De acuerdo con Cahill y Provance (2002), el cáliz cerrado es un carácter recesivo y el gen o genes
que controlan este rasgo posiblemente tienen patrones de expresión que son influenciados por el
ambiente. La chía domesticada de Guatemala, Nicaragua y el Salvador mostró un aumento en la
densidad y la longitud de la pubescencia del cáliz en comparación con las silvestres (Cahill, 2005).
Los genotipos de Nicaragua expresaron estos rasgos y fueron uno de los materiales más tardíos. El
aumento en longitud y densidad de la pubescencia en cáliz se asocia con la adaptación a un
ambiente con mayor humedad, ya que, en ausencia de la pubescencia, los cálices secos (maduros)
absorben agua de lluvia provocando que las semillas se hidraten y liberen mucilago (fibra soluble)
lo que resulta en un revestimiento pegajoso que se endurece afectando la propagación de la semilla.
En la chía de México no se presenta comúnmente este problema, pero en zonas con mayor
humedad, como Nicaragua, se requiere protección contra la precipitación pluvial (Cahill, 2005).
Las variedades domesticadas también presentaron una inflorescencia compacta, definida por un
pequeño espacio entre los glomérulos y el número de flores por verticilo. Las poblaciones silvestres
tienen gran variación con respecto a este rasgo. La inflorescencia más larga incrementa el
rendimiento, pero este carácter siempre aparece junto con la dominancia apical, de modo que sólo
la inflorescencia más cercana al ápice aumenta de longitud y las ramas secundarias con sus
respectivas inflorescencias permanecen normales o con ligeras atrofias (Cahill, 2005).
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púrpura puros, mientras que en otros la pigmentación sólo apareció en la mitad de la parte exterior
de cada cáliz. Maduran al mismo tiempo, las hojas senescen y se caen dejando sólo el tallo y las
inflorescencias. La falta de follaje facilita la cosecha, particularmente si se realiza de forma
mecánica (Cahill, 2005).
Conclusiones
La caracterización de las poblaciones de chía permitió diferenciar entre las poblaciones silvestres,
semidomesticadas y domesticadas. Las silvestres se caracterizaron por presentar cáliz abierto,
coloración por antocianinas en el tallo, pubescencia en la hoja, no presentaron dominancia apical.
En el estado de semidomesticación, toda la estructura de la planta es semejante a las cultivadas y
presentó coloración por antocianinas estriada en tallos con un cáliz abierto semejante a las
silvestres. Por otro lado, las poblaciones domesticadas presentaron dominancia apical, mayor
tamaño de espiga, cáliz cerrado y coloración en tallo. El tamaño de la semilla de las poblaciones
domesticadas fue mayor que en las silvestres, lo que confiere mayor productividad en las primeras.
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