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NIÑA DE CRISTAL a mi padre, como siempre.

Me decía que papá lo hacía por mi bien y que a él nada le dolía


más que el que yo estuviera así, pero que tarde o temprano me daría cuenta de que era lo
Era muy temprano. El sol me despertó cuando entró con sus primeros y débiles rayos por mejor para mí y que se me pasaría. ¿Que se me pasaría? Como si esto fuera un simple
mi ventana, colándose con facilidad por la textura de esas cortinas. Eran unas cortinas capricho. No me entendían en absoluto. Por eso decidí matricularme sin decirles nada.
ligeras de un color rosa pastel que dejaban traspasar la luz, pero nada sencillas, ya que Jacob me buscó varias opciones, pero al final me decanté por el instituto de Forks, el
estaban rematadas con unas caídas y unos bordados muy elaborados en un rosa más fuerte mismo al que habían ido mis padres. Jake se tronchó de la risa cuando le dije mi elección.
que les daba un aspecto elegante y antiguo, como de otro siglo. Por supuesto, las había - ¡Ya verás cuando se enteren tus padres! – dijo entre risas - ¡No sé por qué me da que se
escogido la tía Alice hacía cuatro años. Antes de que mis padres decidieran que la van a cabrear! – como siempre, todo lo que fuera enfadar a mi padre le encantaba.
habitación que me había puesto Esme ya no era adecuada para mí porque yo ya no era tan Pero yo lo tenía todo pensado. La gente de la misma promoción de mis padres ya ni
pequeña y que había que cambiarla, aparecieron todos los muebles y complementos en el siquiera vivía en Forks, a mí no me conocía nadie, podía decir que era sobrina de Carlisle,
cuarto como por arte de magia, edredón y cortinas incluidas. A mamá y a mí no nos o incluso de mi propio padre, de ahí mi apellido; y Jacob no iba a ser un problema si lo
gustaba nada, y menos las cortinas y el edredón a juego, pero nunca le habíamos dicho veían por ahí. Él no tenía que esconderse, aunque aparentaba unos veinticinco años, tenía
nada, porque no queríamos herir sus sentimientos y, además, ella era muy buena haciéndote veintidós y quedaba totalmente natural; y la gente de Forks estaba acostumbrada a verle
sentir culpable. Alice, en cambio, estaba muy orgullosa de su decoración y, para mi cuando iba a visitar a Charlie o pasaba por el pueblo. Nadie iba a sospechar nada. Era
desgracia, decidió dejarla así todos estos años, cosa rara en ella. Pero hoy era la última perfecto. Yo me matricularía en el segundo curso. En realidad, a mis seis años era como si
mañana que me iban a despertar esas horribles cortinas. Seguía con los ojos cerrados y una ya tuviera unos dieciséis o diecisiete. Mi nivel académico era superior, pero quería disfrutar
pequeña sonrisilla curvó mis labios sólo de pensarlo. Ya no tendría que soportarlo más de mi vida en el instituto al menos dos años; lo de la universidad, ya se vería. Además,
tiempo. Esa noche ya dormiría en mi nuevo cuarto: la que había sido la habitación de mi Charlie estaba cerca y así podría ir a visitarle de vez en cuando, eso sin mencionar lo mejor
padre en la casa grande. No era una independencia total, pues el resto de mi familia vivía de todo y más importante: que La Push estaba a un paso y podría ir a ver a Jacob, a Billy y
allí, pero por lo menos estaría a salvo del continuo escáner mental de mi padre y tendría a los chicos cuando quisiera. Sólo me faltaba un detalle. No tenía vehículo ni carné, pero
algo más de intimidad. Ya sabía que papá no lo hacía adrede, que no lo podía evitar, que le éste último ya me lo sacaría y el coche… bueno, seguro que Jake encontraría alguna
resultaba duro que hubiera crecido tan rápido en sólo seis años, pero una vez que se metía solución. Podía arreglarme uno de segunda mano o algo. A papá casi le da
en mi cabeza y se ponía en ese plan sobreprotector, ya no había nada que hacer. un patatús cuando Jake y yo se lo dijimos, mejor dicho, cuando nos leyó la mente. Si no
La sonrisa de mi cara desapareció cuando recordé el día en que le había dicho que iba a ir fuera porque ya es blanco de por sí, juraría que se había quedado pálido y todo.Cuando
al instituto y que ya me había matriculado. Jake me había hablado de su instituto de la entramos por la puerta de la casa, donde estaban todos, y vi su rostro y su expresión severa,
reserva muchas veces. Me había relatado todas aquellas divertidas historietas y anécdotas me aferré a la mano de Jake, como siempre hacía cuando estaba asustada, y tragué saliva.
suyas junto con sus amigos Quil, Embry y el resto de los chicos de La Push, de las bromas, Era la primera vez que desobedecía a mi padre. Su mirada era una extraña mezcla de
la camaradería, los profesores raros. Y claro, como siempre, mi padre tildaba a Jacob desilusión e ira, hasta creí escuchar un ligero gruñido de su garganta, y ni agarrando la
de bocazas, no con esas palabras, por supuesto, y le echaba la culpa de que yo me hubiera mano de Jacob se me quitaba el miedo. No era miedo físico, por supuesto, sabía que papá
empeñado con tanto ahínco en ir al instituto. Quería seguir dándome él mismo las clases. nunca me haría daño. Era el típico temor que le tiene un hijo a su padre cuando le
No quería que me ocurriera nada malo, ni que nadie me hiciera daño. Según él, no había desobedece y le ha pillado, sólo que, en este caso, tu padre, aunque aparenta tu misma
ninguna razón para que no diera las clases en casa hasta que dejara de crecer tan rápido, edad, es un vampiro y los ojos dorados le van cambiando de color conforme se va
con esos cursos a distancia, bajo su vigilancia y protección, tanto académica, como enfadando, cosa que da bastante terror. Tenía la garganta tan seca, que creí que mis cuerdas
personal. Pero mi crecimiento ya se había estancado mucho y él no quería verlo. Sabía que vocales no iban a poder emitir ni un sonido. Me planteé entonces no decirle nada. Total,
no tendría un profesor mejor que papá - de hecho, iba muy adelantada en mis estudios -, para qué, si ya se había enterado, pero cuando miré a Jacob y vi su postura totalmente
que lo decía porque creía que era lo mejor para mí, pero él no me comprendía ni me despreocupada y su sonrisa alegre, me relajé un poco. Si no fuera porque le sujetaba la
entendía, como sí lo hacía Jake. No era que Jacob me hubiera hablado del instituto para mano, se hubiera sentado tan tranquilo en el sofá. Me apretó la mano una vez para darme
convencerme, ni nada por el estilo. Lo había hecho porque yo se lo había pedido, y él se ánimos y me lancé. Decidí que, aunque ya lo supiera, lo mejor era contárselo yo
había dado cuenta de lo sola que me sentía en casa, sin compañeros, sin anécdotas ni igualmente, dejar que las palabras salieran de mi boca. Además, mi madre y el resto de mi
historias. Me sentía un bicho raro, como uno de esos niños de cristal que no pueden salir de familia nos miraban con preocupación y seguro que también se querían enterar de qué iba
su burbuja para que no les afecte el mundo exterior. Quería vivir como una adolescente el asunto. Mi madre nos miraba a papá y a mí con el rostro desconcertado y un tanto
normal, sin perderme nada, con sus problemas de adolescentes, exámenes y todo. Y papá lo asustado, intentando leer nuestras expresiones. La verdad es que la de mi padre daba
sabía, por supuesto, sólo tenía que meterse en mi cabeza, pero luego me daba uno de esos mucho miedo, sobretodo cuando miraba a Jake, en cambio éste estaba tan normal. Me di
discursos suyos sobre mi seguridad y la de la familia y ya no se podía hablar con él. Y cuenta de que el toque de ira de su mirada iba más bien dirigido a Jacob. Alice tenía el ceño
mamá estaba entre dos aguas. Por una parte, decía que me entendía, pero por otra, apoyaba fruncido y se mordía el labio con desesperación. Llevaba muy mal el no poder vernos el
futuro ni a Jacob ni a mí, le ponía de los nervios. Siempre me pregunté por qué yo había trataba de estudiar sus gestos mientras él mismo leía a la vez mi mente. Una ráfaga de
tenido tanta suerte, y le daba gracias a Dios de ser inmune por lo menos a uno de los alivio recorrió mi estómago cuando mamá me miró a los ojos y vi en los suyos la
poderes de mi familia, y además al peor de todos. Era un alivio estar libre de ser vigilada comprensión. Me acarició la cara con su fría mano, exhaló y me sonrió, asintiendo. Me
las veinticuatro horas del día, ya tenía bastante con tener que pensar en otras cosas cuando entendía, por supuesto que me entendía. El semblante de mi padre era un collage de
estaba cerca de mi padre. Jasper estaba en alerta por si tenía que usar sus dotes de expresiones indescriptibles: incredulidad, enfado, desilusión, pena, más enfado… Después
relajación, Carlisle, Esme y Rosalie permanecían a la espera, expectantes, con un tono de de un rato, le retiré la mano de la cara y me acerqué a Jake para cogerle la suya de nuevo.
preocupación en los ojos, y Emmett estaba con los brazos cruzados y era el único junto con Miré a mamá, a la espera.
Jacob que sonreía de oreja a oreja. - Bella, es peligroso – gruñó papá.
- ¿Ya es oficial? – espetó Em, sonriendo y guiñándole el ojo a Jake. La tía Rosalie le dio un - ¿Qué opinas, Carlisle? – preguntó ella, ignorándole.
codazo, enfadada, y Emmett se carcajeó. Los demás no dijeron nada, se limitaron a mirar Entonces, se giró para mirar al resto y lo explicó todo con un tono objetivo, casi como si
con precaución a mi madre, que tenía una cara de espanto, como si hubiera visto un estuviera dando las noticias. Les relató mis razones y mis planes. Eso me alivió un poco,
fantasma o algo parecido. Ahora oscilaba la mirada de Jake a mí y de mí a Jake. El único pues así no tenía que contarlo todo con palabras, cosa que me resultaba más difícil que lo
que permanecía con la misma expresión era mi padre. Yo no entendía nada. ¿Que si era de la mano, pero tampoco me apetecía ir uno por uno con la manita y pensar una y otra vez
oficial el qué? Me imaginé que se refería a mi matricula. Mi padre debía de habérselo lo mismo. Una vez que mi madre acabó su exposición, se hizo un pequeño silencio. Papá
contado todo al resto de la familia. seguía enfadado y yo apreté otro poco más la mano de Jake, a la espera de la decisión.
Jacob miró a mi madre, puso los ojos en blanco y suspiró. Necesitaba ese apoyo para no acobardarme y echarme atrás. Menos mal que era un hombre
- No, no tiene nada que ver con eso. Aún es pronto – dijo, sonriendo. Mi madre pareció lobo y no le hacía daño, si hubiera sido un chico normal, se la hubiera roto. Durante ese
relajarse un poco. Luego, miró a mi padre más serio –. En primer lugar, quiero que te intervalo, en el que Carlisle adoptó un gesto pensativo, me di cuenta de que no había
relajes, ¿vale? Nessie ya no es una niña, es como si ya tuviera unos diecisiete años y ya es ninguna decisión. Jake tenía razón. Como siempre me decía él, la última palabra la tenía
bastante mayorcita como para elegir su vida y vivirla como le dé la real gana – le soltó a mi yo. Eran mis estudios, mi futuro, mi vida. Si no estaban de acuerdo, me daba igual, yo iba a
padre, que seguía con cara de pocos amigos –. Además… ir al instituto, a ese instituto, dijeran lo que dijeran. Me daba igual si no me apoyaban, eso
- No, Jake, deja que me explique yo – le interrumpí. Si seguía hablando él, iba a empeorar no me detendría. Sería un poco más difícil y me daría mucha pena, pero no me detendría.
las cosas. Tragué saliva una vez más para proseguir……pero mi padre alzó la mano para Aquí no servía el típico argumento de que era menor de edad. ¿Quién decía si yo tenía
detenerme antes de que pudiera abrir la boca y mi madre le miró enfadada. dieciséis o dieciocho años? Era imposible de verificar, así que no podrían detenerme con
- ¡¿Qué está pasando?! – bufó ella. esa excusa. Tenía el apoyo de mi mejor amigo y eso era mucho más que suficiente. Jake
- Renesmee se ha matriculado en el instituto – la expresión en el rostro de mi padre rellenaba con creces cualquier hueco. Estaba decidida a ser una adolescente normal, no
mientras me miraba era indescriptible. una niña de cristal. Quería empezar a vivir mi vida. Y papá tendría que aceptarlo. Al que se
- ¿Qué? – mamá me miró también cabreada, aunque había una nota de alivio que no le pasaría sería a él. Sabía que mamá me entendía perfectamente, que me apoyaba. Ella
comprendí en sus pupilas. había escogido esta vida, había luchado por ella, a pesar de tener tantos problemas como
Jake puso los ojos en blanco otra vez. había tenido. ¿Qué hubiera pasado si ella se hubiera echado atrás? Yo ni siquiera habría
- Y lo peor no es eso – siguió mi padre –. ¡Lo peor es que se ha matriculado en el instituto nacido. Ahora ella era feliz. Y yo iba a serlo porque tampoco me iba a rendir, éramos
de Forks! ¡Es lo más imprudente que podía haber hecho! demasiado parecidas. Tenía su ejemplo y lo iba a seguir. Me di cuenta de que mi padre ya
Una paleta de emociones pareció dibujarse en el rostro de mamá. Yo creo que pasó del sabía mi decisión en cuanto pensé todo esto. ¡Qué frustrante era no poder tener intimidad,
asombro a la perplejidad y del horror a la furia en una décima de segundo. En ese ni siquiera mentalmente! De pronto, Carlisle levantó la vista y me miró. Alcé la cabeza con
momento, deseé no ser mitad vampiro para no darme cuenta de tales reacciones. orgullo y determinación. Mi decisión estaba tomada. Después de mirarme un minuto, se
- ¡Escúchame, mamá! ¡Por favor! giró hacia mis padres y habló con voz tranquila.
Sabía que si convencía a mi madre, el resto estaba hecho, mi padre nunca le negaba nada. - Creo que podría ser factible. El rostro de mi padre era un poema, mi madre me miró y me
Además, él era más duro de pelar. Ella había sido humana hacía poco tiempo, en esta dedicó una ligera sonrisa cómplice.
época, y podía comprenderme mejor. Nos parecíamos demasiado, lo entendería. Aunque - Carlisle… - se lamentó papá.
prefería no hacerlo porque me sentía más segura de mí misma, me solté de la mano de - Escucha, Edward – le interrumpió él, sonriendo como quitándole importancia –. Creo que
Jacob y me acerqué a mi madre con los ojos llenos de súplica. esto es lo más normal del mundo, se veía venir. Quiero decir, que Nessie ha crecido muy
– ¡Deja que te lo explique todo con detalle! ¡No es un simple capricho! – alcé la mano para rápido, todos nos hemos dado cuenta. En seis años ya es toda una mujercita y a todos nos
ponérsela en el rostro. Mamá me miró todavía enfadada y suspiró. Cogió mi mano y se la cuesta asimilarlo algunas veces. Pero tienes que darte cuenta de que no la podemos
colocó en la mejilla. Mientras le dejaba internarse en mi mente, el resto de mi familia encerrar en casa de por vida. Su crecimiento ya se ha estancado bastante. Cualquier cambio
permanecía inmóvil, parecían estatuas de mármol. Mi padre no le quitaba ojo a mi madre, en su cuerpo ya no es tan evidente y no creo que los humanos sospecharan nada. Es joven
y, como dijo Jacob, tiene que vivir su vida como le dé la… ¿cómo era…? – Carlisle se giró - No es lo mismo – replicó él -. Allí estarías continuamente rodeada de humanos, encerrada
hacia Jacob. con ellos en sitios cerrados.
- Como le dé la real gana – ayudó Jake con un tono un tanto chulesco mientras miraba a mi - Yo no soy como vosotros – intervine, un poco molesta -. No me cuesta nada, puedo
padre sonriendo. Éste suspiró, cansado. controlarme perfectamente y lo sabes.Mi padre iba a abrir la boca para refutármelo, pero no
- Creo que Carlisle tiene razón – espetó la tía Alice –. Y sólo serán unos pocos años de le quedó más remedio que cerrarla, sabía que era verdad.
estudios, Edward. ¡Unos pocos años de su larga vida! ¿Cómo vamos a quitarle eso? - ¿No crees que ella también tiene derecho a elegir si quiere vivir como un vampiro o como
Además, no creo que haya ningún peligro, pero si lo hubiera, estaríamos vigilando y una humana? – contraatacó mamá.
actuaríamos al instante. - Mírala – dijo mi padre, señalándome con gesto de agonía -. ¡Es tan joven! ¿Cómo va a
- ¿Cómo? – bufó papá -. ¿Huyendo de Forks de repente y dejándolo todo atrás? saber qué es lo que quiere?
- Sabes de sobra que no vamos a estar aquí eternamente. De hecho, no nos quedan muchos - ¿Acaso no sabía yo lo que quería a su edad?
más meses en este pueblo. Yo ya he tenido que cambiar de hospital para no levantar - Bella, tú tenías diecisiete años reales, vividos. Ella, en cambio… - se quedó mirándome,
sospechas – la voz de Carlisle se había tornado seria y le lanzó una mirada fugaz a Jacob pensativo.
con una nota de pena. - Ella es más lista que yo y es muy madura. Sabes que, aunque sólo han pasado seis años
- Por eso mismo. Es totalmente innecesario que haga amigos aquí, se encariñe con ellos y desde que nació, su cuerpo y su mente, su cerebro, han madurado lo mismo que si hubieran
empiece una vida en Forks. Dentro de unos meses tendremos que marcharnos y dejarlo pasado esos diecisiete años. Mi padre me miró durante otro rato, pensando.
todo atrás – papá me miró apenado -. Más separaciones… - dejó la frase inconclusa -. No - Lo sé – suspiró al fin. Miró a mi madre durante un instante con resignación, sabiendo que
quiero que tenga más sufrimientos añadidos. había perdido la batalla, y sonrió levemente –. Sois igual de cabezotas.
Noté un ligero temblor en la mano de Jake y entrelacé nuestros dedos con fuerza. Sólo - Lo sé – ella le sonrió y le dio un beso en los labios. Ya empezaban…
pensar en estar separados, nos hacía temblar a los dos. No le gustaba nada la idea, y cada Esa era otra de las razones por las que me quería trasladar a la casa grande. No soportaba
vez que salía el tema, tenía que tranquilizarle. Yo también odiaba ese pensamiento y todas estas ñoñerías. No se daban cuenta de lo incómodo que me resultaba. Antes no me
también temblaba, aunque yo de pánico ante la idea de vivir sin mi mejor amigo, sin su importaba verlos besándose y abrazándose, hasta me gustaba, pero desde hacía un tiempo,
compañía, su sonrisa, su calor, su alegría. Estábamos tan unidos, que no recordaba ni un me resultaba incómodo, como si yo estuviera fuera de lugar.
minuto de mi vida sin estar a su lado. Éramos como dos hermanos gemelos que no se - Bueno, qué, entonces, ¿eso quiere decir que la apoyáis? – intervino Jacob oportunamente.
separan nunca. Imaginarme el estar sin él y él sin mí… Inconscientemente, miré la pulsera ¡Cómo me conocía! Menos mal.
que me había regalado en Navidad cuando era pequeña. Me encantaba, y no me la quitaba - Sí – dijo mi padre, mirándole con ganas de matarle por interrumpirlos. Los dos nos
ni para dormir. La notaba en la muñeca como si fuera de fuego, casi parecía que vibrara y observamos sonrientes y triunfantes –. Pero – prosiguió, sin darnos tiempo de abrazarnos,
me llamara. Intenté pensar en otra cosa. Si Jake me notaba preocupada, él también lo como una especie de venganza –, primero tenemos que hablar de ciertos detalles, ciertas
estaría, y no soportaba verle angustiado ni triste. Ya encontraríamos alguna solución para pautas y reglas que tendrás que cumplir a rajatabla, eso sin mencionar los toques de queda,
vernos todos los días. Me concentré de nuevo en la conversación. etcétera. No te creas que te va a ser tan fácil, jovencita. Uy, eso me recordaba
- Por favor, papá – supliqué –. No es por hacer amigos. Es sólo que… yo… bueno, quiero el pequeño detalle de mi media independencia. Y ahora, ¿cómo se lo decía yo?
ser normal, o al menos parecerlo. Aunque fuera por unos años. Lo necesito. Sabes que voy - Tendrás que esperar – espetó mi padre de repente. Otra vez se había metido en mi cabeza
a ir igual, pero sería mucho más feliz si tú y mamá me apoyarais y me ayudarais un poco. –. Alice te preparará la habitación y tardará unos días hasta que esté lista, ya sabes cómo es
Mi madre, que se había quedado pensativa todo ese tiempo, se giró para quedar frente a mi tu tía - Alice estaba entusiasmada, ya que había visto el futuro gracias a la decisión de papá
padre. y ya lo sabía todo –. Creo que a nosotros también nos vendrá bien un poco de intimidad –
- Edward – le susurró, mirándole a los ojos –, creo que deberíamos dejar que Renesmee mi madre y los demás le miraron sin comprender –. Ya os lo explicaré luego. Me quedé
fuera al instituto – mi cara se iluminó, pero la de mi padre pasó del enfado a la decepción, estupefacta. Mi padre había pasado de ser el muro inquebrantable a ser la pértiga para
entrecerrando los párpados. Mi madre le cogió la mano y siguió hablando -. ¿Te acuerdas saltarlo.
cuando yo era humana? Me decías que no me querías transformar tan pronto para que antes - Sí, ya verás como va a quedar preciosa – dijo Alice con voz cantarina, aunque luego le
viviera todas las experiencias humanas posibles y así pudiera elegir si quería seguir siendo cambió el tono -. Bueno, no sé si te va a encantar, porque, claro, como no te veo… Frunció
humana o vampiro. el ceño otra vez y Jake me elevó por el aire como signo de victoria mientras ambos nos
- Nessie es medio vampiro – alegó con voz suave, más relajado –. Es más complicado. reíamos…La sonrisilla volvió a mi rostro cuando recordé el final de la historia. Abrí los
- Es medio humana – le corrigió –, y no es tan complicado. Sólo hay que explicarle unas ojos y me levanté de la cama de un salto.
pautas a seguir. Es muy inteligente y las entenderá enseguida. Estaba muy nerviosa. Era mi primer día en el instituto y el primero también de mi nueva
- Puedo controlar mi sed con los humanos – alegué, un poco a la desesperada -. Ya tengo vida. Brinqué hacia la ventana, corrí las cortinas de un solo tirón y subí la hoja del marco
experiencia con Charlie, Sue, Billy y más gente de La Push que no son lobos. con rapidez para asomarme, como hacía todos los días. Miré bajo mi ventana, el lugar
donde siempre se echaba a esperarme mi gran lobo rojizo desde hacía seis años, pero no Aunque ahora la comida humana me gustaba más y era la que solía comer, aún prefería la
estaba. Tal vez se había ido a dar un paseo. Me apoyé en el marco con las manos y saqué sangre y de vez en cuando nos íbamos a cazar. Jake se había vuelto a transformar en
más el cuerpo para mirar entre el bosque, a derecha e izquierda. Hice un recorrido en humano para poder charlar conmigo. Yo me había puesto mi sudadera y él llevaba sus
redondo con la vista, escudriñando las sombras de entre los árboles. Nada. Jacob no estaba vaqueros cortados y una camiseta gris, aunque seguía yendo descalzo. Mientras
por allí. Ni siquiera le olía cerca. Qué raro, pensé. Puede que tuviera que irse a hablar con caminábamos y él me contaba anécdotas de la manada, gesticulando efusivamente, me
su manada o algo. Seguro que viene después, me dije a mí misma. Me parecía raro, porque quedé mirándole un rato, pensativa, y él se dio cuenta. Agaché la cabeza y me mordí el
podía haberse comunicado con ellos como lobo, pero seguro que tenía una buena razón labio.
para eso. Intenté no darle más importancia. Volví a meterme dentro, cerré la ventana, corrí - ¿Qué pasa? – preguntó.
las cortinas de nuevo y me dirigí al armario, sonriendo ante la certeza de que sería la última - ¿Cómo lo haces? – levanté la mirada y le miré de nuevo. Jacob entornó los ojos y sonrió.
vez que abriría ese horrible mueble. Sin embargo, me equivocaba. La última había sido - ¿El qué?
ayer, porque la tía Alice ya me había preparado la ropa y me la había colocado sobre el - Hace un momento eras un lobo y ahora eres humano. ¿No te resulta raro?
baúl de madera, junto a la ventana. Seguramente, había entrado a hurtadillas por la noche - No, estoy acostumbrado – dijo, encogiéndose de hombros. Luego, de repente, se paró en
sin que yo me diera cuenta y la había colocado allí. Normalmente, odiaba que hiciera eso. seco y me miró con los ojos llenos de preocupación -. ¿Es que a ti sí?
Me gustaba escoger mi propia ropa, muy a su pesar, puesto que mis gustos y los suyos eran - ¿Cómo? – de pronto, me di cuenta de que me estaba malinterpretando -. No, no, por
totalmente diferentes. Pero cuando vi la blusa y la chaqueta de lana a juego de color azul supuesto que no, Jake. No me refiero a eso. Que seas un lobo, me gusta - él sonrió,
cielo y los pantalones vaqueros, cambié el gesto inicial de desaprobación. La blusa era aliviado, y yo seguí hablando -. Es sólo que me gustaría saber cómo te sentiste cuando
sencilla, tan sólo tenía unas coquetas puntillitas sobre el pecho, y los pantalones eran unos cambiaste tan de repente. Me refiero al… cambio físico... No pude terminar la frase. Por
vaqueros pitillo un poco ajustados, pero no me disgustaban del todo. Alice había escogido primera vez en mi vida, sentí un poco de vergüenza al hablar de algo con Jacob. Nunca
un estilo medio entre el suyo y el mío, y había acertado. Además, yo estaba tan nerviosa, antes me había parado a pensar en que él era un chico y yo, ahora, una chica, y hablar con
que no habría sido capaz ni de distinguir los colores. Ya me había duchado por la noche, él de un tema como ese, tan femenino, tan íntimo… Empecé a sentir mucho calor en las
así que coloqué la ropa encima de la cama y me quité el camisón de algodón gris, de mejillas, cosa que jamás me había sucedido. Jake se percató de mi rubor y se quedó
tirantes, con ese dibujo de Snoopy. Cuando revolví entre los ropajes, me di cuenta de que mirándome durante un minuto. Me miraba de forma extraña, fijamente, como embobado,
Alice también me había preparado la ropa interior. ¡Ay, no!,grité en mi fuero interno. Eso maravillado. No era como cuando me miraba de pequeña. Había algo raro en sus ojos, era
me daba una vergüenza horrible. Cogí con dos dedos el sostén y lo levanté a la altura de los una mirada nueva. Sin saber por qué, mis mejillas se encendieron aún más ante su reacción.
ojos con cara de desaprobación. Lo miré durante unos segundos. - ¡Ay, Jake, basta! – le di un pequeño empujón en el brazo, molesta -. ¡No me mires así!
Era también de color azul cielo, de esos de lencería fina, con puntillas y todas esas cosas. - ¿Por qué no? – me dijo, sonriendo.
Hice una mueca de dolor. ¿Es que no podía haberme buscado uno más normal? ¿De esos - Porque es muy incómodo.
cómodos y prácticos? Tiré el sujetador encima de la cama, resoplando, y me dirigí a la - ¿Es que ahora te sientes incómoda cuando te miro? – su sonrisa se ensanchó todavía más.
cómoda para coger uno de los míos. Me quedaba pequeño. Lo tiré también sobre la colcha - Si me miras como un tonto, sí.
y volví a coger otro. Lo mismo. ¡No puede ser! ¡Otra vez no!,gritó una voz en mi interior. Ladeé la cabeza al lado contrario al que estaba él y me crucé de brazos, enfadada. Se quedó
Cogí todo el montón del cajón, los puse encima de la cómoda y me los probé uno por uno, callado un rato.
mirándome de refilón en el espejo. Terminaron todos en una pequeña montaña, encima de - Vale, perdona – dijo finalmente.
la cama. Los observé durante un rato mientras me mordía el labio y me giré poco a poco Giré la cabeza de nuevo en su dirección y vi que sonreía, pero que ya no estaba de broma.
hacia el espejo para mirarme. Observé tímidamente lo que reflejaba. Cuando solté los brazos, me cogió de la mano y empezamos a caminar.
¿Esa era yo? Mi crecimiento siempre había sido más rápido de lo normal, pero había sido - No tienes de qué preocuparte, es algo natural. Te acostumbrarás enseguida - al parecer, ya
constante y progresivo en todos estos años. Incluso mi temperatura corporal había se había dado cuenta de lo que me tenía en vilo, y de que también me daba vergüenza,
descendido unos grados paulatinamente, aunque seguía siendo más alta que la de una porque miró para otro lado mientras me hablaba para que no tuviera que mirarle y me
humana. Sin embargo, este último mes había sido una especie de explosión. Mi vertiginoso pusiera colorada. No le veía bien la cara, pero parecía un poco más serio que antes -. Lo
desarrollo ni siquiera había esperado al 10 de septiembre, mi sexto cumpleaños. Había único que tienes que hacer es no pensar tanto en ello, ni darle tanta importancia. Sonreí.
pasado de ser una niña de doce años a ser una mujer de diecisiete en apenas mes y medio. Jacob siempre daba en el clavo. A veces, parecía que también él podía leerme el
Y eso era muy confuso para mí. Todos los días me pasaba lo mismo, no me reconocía. pensamiento sin que le pusiera la mano en el rostro.
Cerré los ojos ante el espejo, como venía siendo habitual en este mes, preparada para - ¿Eso es lo que hiciste tú cuando empezaste las transformaciones?
darme la vuelta y vestirme corriendo. Entonces, recordé la conversación que había tenido - Bueno, mi caso es un poquito diferente al tuyo, ¿sabes? - dijo en tono de broma -. Yo me
con Jacob el día anterior. La rememoré en mi mente como si estuviera viendo una película: transformé en un lobo y tú… - me miró con su sonrisa burlona - te has transformado en la
Paseábamos por el bosque, cerca de la cabaña de mis padres. Habíamos estado de caza. bonita Caperucita Roja - y me puso la capucha que llevaba mi sudadera de ese mismo
color. Le di un codazo mientras me la quitaba y nos echamos a reír. quiero mirarme en el espejo. Cada poco hay algo nuevo. Cuando ya empiezo a asimilar
- No te rías de mí – me quejé entre risas -. Lo estoy pasando bastante mal. algo, viene otro cambio. No sé cuándo parará esto. Jake apoyó el brazo en la rodilla, se
- Pero, ¿por qué? Tú no te has convertido en un bicho raro como yo – bromeó. Tan pronto inclinó, girándose hacia mí, y me echó una lenta mirada descarada de arriba a abajo. Una
como mencionó las últimas palabras, se me subió un nudo a la garganta y fui incapaz de sonrisa burlona curvó sus labios.
hablar. Si lo hacía, se me saldrían las lágrimas de los ojos. - Pues, como sigas así, nena, voy a tener que acompañarte hasta la puerta de clase para
Jake se dio cuenta enseguida. ¿Seguro que no podía leerme el pensamiento? abrirte paso en los pasillos del instituto. Puede que hasta tengamos que ir nadando entre las
- Eh, eh… - me susurró mientras se ponía frente a mí y me cogía de los hombros -. No irás babas. Aunque tú no sabes nadar, ¿no?
a llorar, ¿no? Me caí sobre su pecho y empecé a sollozar como una tonta. Él me abrazó y - ¡Jake, por favor! – estaba que echaba humo. No me lo podía creer. Yo me estaba
nos quedamos así un rato. abriendo, contándole un asunto tan serio e íntimo, y él se limitaba a reírse de mí. Si este iba
- Oye - me cuchicheó al oído, al final -. Me estás mojando la camiseta, y es la única que a ser su comportamiento (ahora se estaba carcajeando) no le iba a hablar de esto nunca más
tengo aquí. Voy a tener que ir a buscar otra como sigas empapándomela de esa manera. -. ¡No volveré a contarte nada jamás!
Alcé la vista para ver su blanca y perfecta sonrisa. Respiré hondo y asentí. Me cogió la - ¡Era una broma! ¡Sólo lo hice para quitarle un poco de hierro al asunto! – se rió un poco
barbilla con su mano caliente, me enjugó las lágrimas y levantó mi rostro. más, pero al ver que yo no cambiaba el gesto, carraspeó y se puso un poco más serio -.
- Ahora, dime, ¿qué es lo que te preocupa tanto? Todavía estaba algo compungida y no Vale, vale - me miró con los labios fruncidos, pensando -. Ahora voy a ser bueno, ¿vale?
podía hablar, así que le puse la mano en la mejilla……y se la quité de inmediato. ¡Menos Lo que te voy a decir va en serio - hizo una pausa antes de hablar de nuevo, como
mal que me había dado cuenta a tiempo! Si le dejaba leer y, sobretodo, ver mis esperando a que yo dijera algo. Me limité a asentir -. Creo que deberías mirarte más en el
pensamientos, seguro que vería las imágenes que veía yo todas las mañanas reflejadas en el espejo, enfrentarte a él. Tal vez si lo hicieras e intentaras mirarte con buenos ojos, siendo
espejo. Otra vez el fastidioso asunto de chico – chica y otra vez el cambio de color de mi más positiva, te aceptarías y te acostumbrarías primero. Aunque tú no lo creas, te entiendo
rostro. Jacob frunció el ceño y se quedó con la boca entreabierta, perplejo y confundido por perfectamente. Por supuesto que me entendía. Él había tenido que pasar por algo parecido.
mi extraña reacción. Nunca antes había hecho eso. Nunca me había hablado de ello con detalle, pero por lo que sabía, me imaginaba lo que
- Mejor te lo explico yo - le dije antes de que le diera tiempo a hablar, mientras me había tenido que pasar. Me sentí un poco culpable por enfadarme algo con él, tan sólo
separaba de él y paseaba de aquí para allá con el fin de disimular. intentaba animarme. Nos miramos a los ojos y me sonrió con dulzura al ver mi cara de
Y de paso, para que me diera un poco el aire. Con el calor que desprendía su cuerpo, no se arrepentimiento. Le correspondí la sonrisa y ambos agachamos la cabeza para mirar al
me quitaría el color en la vida. suelo. Se hizo un pequeño silencio.
- Vale, de acuerdo – asintió, sonriendo de nuevo y levantando la mano hacia mí -. Te - ¿Tú te enfrentaste al espejo?
escucho. Ya no notaba el rubor en mi cara, así que sentí cierto alivio. Caminé hacia el - Bueno, sí – se rió -. Una cosa así. Mi espejo fue tu madre.
rincón donde estaba el tronco en el que siempre nos sentábamos. Jacob me siguió en - ¿Mi madre? – pregunté, extrañada. Jacob levantó la mirada del suelo y miró al horizonte.
silencio.Era el tronco de la parte superior de un viejo árbol enorme que se había caído, - Cuando empecé con las transformaciones, me veía a mí mismo como un mounstro –
grueso, envejecido por el tiempo y el sol. El gran árbol debía de haberse partido debido a explicó con el tono de voz más bajo -, y no sabía si tu madre me vería del mismo modo.
una tormenta, ya que lo que quedaba de él todavía tenía las señales del rayo que lo había Sam me prohibió verla y también contarle nada porque decía que era peligroso, que podía
seccionado. Lo que antes había sido la copa se extendía en el suelo y ahora no tenía hojas, hacerla daño. Luego, vi que así la hería más y decidí hacer todo lo posible para que supiera
se perdía entre los helechos y la vegetación, y lo que sobresalía de las gruesas y torcidas mi secreto. Cuando por fin lo adivinó, tuve que enfrentarme a su veredicto. Si me veía
ramas estaba cubierto de un musgo de color verde intenso, ya que siempre estaba en como a un mounstro, seguramente no volvería a verla en la vida y yo me odiaría a mí
sombra. El resto del tronco reposaba sobre un montículo natural de tierra, rocas y mismo para siempre, pero tenía que ser valiente, pasara lo que pasara. No hay nada peor
vegetación y, aunque se encontraba rodeado de más árboles inmensos, el sol conseguía que la incertidumbre. Y si, por el contrario, me aceptaba como era, ¿por qué no iba a
penetrar por un pequeño claro que quedaba entre las copas cuando se dignaba a salir, y lo hacerlo yo? – giró la cabeza para mirarme -. Ya sabes cómo acabó la historia. Me mordí el
hacía muy agradable. En primavera, la vegetación y la hierba de alrededor florecían, labio y me quedé pensativa.
quedando bajo nuestros pies una alfombra de diferentes flores de color blanco, amarillo y - ¿Qué pasa si no me gusta mi veredicto? – susurré, mirando a los helechos del terreno -.
malva. Solía cogerle flores silvestres allí a mi madre. Siempre me había parecido un lugar ¿Qué pasa si…?
como de hadas, un rincón mágico dentro del bosque. Me senté en nuestro tronco y Jacob Jake interrumpió mi frase y me obligó a alzar la vista.
hizo lo mismo. - Si no te miras, nunca lo sabrás - me miró a los ojos y me habló con un susurro -. No seas
- Últimamente me siento rara - suspiré y miré al frente para que me fuera más fácil hablar -. tonta y mírate al espejo, Nessie. Mírate y verás que sigues siendo tú misma. La misma
He cambiado tanto en un solo mes, que cuando me miro al espejo, no me reconozco, y… es Nessie de siempre. La Nessie que yo adoro y que siempre adoraré, sólo que más mayor.
difícil para mí - conforme lo iba soltando, me sentía un poco más aliviada -. Yo sí que me - ¿Ese es tu veredicto? – pregunté con una sonrisa.
siento como un bicho raro. Se está convirtiendo en una especie de trauma, ni siquiera - Por supuesto - me respondió él con otra -. Nessie, la mujercita. La película se desvaneció
en mi mente como si una ráfaga de aire se llevara un castillo de arena seca. Suspiré. Sabía donde estaba mi madre.
que no podía seguir huyendo de mi misma. Había culpado a mi padre de tenerme en una - Buenos días, cielo – me saludó mientras me besaba la frente.
especie de burbuja como si fuese una niña de cristal, sin darme cuenta de que yo misma - Buenos días – le di un beso y me dirigí a la ventana del saloncito que daba al lado opuesto
estaba haciendo lo mismo en este tema. Me metía yo sola en la burbuja todas las mañanas. al que daba la de mi habitación -. ¿Sabes dónde está Jake? – pregunté, echando un vistazo
Si quería ser una adolescente normal, tenía que aceptar que ya no era una niña, enfrentarme al exterior.
a los cambios de mi cuerpo y asumirlos de la manera más natural posible. Las demás niñas - Sí, te lo iba a decir ahora. Me giré hacia ella, impaciente.
tenían más tiempo para eso, pero yo tenía que ser fuerte y hacerlo en dos meses. ¿Cómo iba - ¡¿Le ha pasado algo a él o a la manada?! De repente, me asusté un poco. Era la primera
a hacer cosas tan normales como, por ejemplo, cambiarme en un vestuario con otras chicas, vez que no venía a buscarme y me pareció muy raro.
si me asustaba de mi propio cuerpo? Quería integrarme bien, y eso incluía esas cosas. - No, no, tranquila. Estuvo aquí anoche y se marchó con Carlisle a La Push. A Emily se le
Tenía que mirar mi cuerpo de forma positiva y reconocerlo como mío. Nessie, la mujercita, adelantó el parto y rompió aguas a las dos de la mañana. Él tuvo que sustituir a Sam, que le
me repetí a mí misma, sonriendo. Respiré muy hondo, solté el aire poco a poco y abrí los tocaba turno de noche, y Carlisle estuvo supervisando el parto – empezó a pasarme los
ojos. Miré fijamente la imagen del espejo, mi imagen, sin apartar la vista. Me miré de dedos por el pelo -. Nos pidió que no te despertáramos y que te lo dijéramos por la mañana.
arriba a abajo, lentamente. Una, dos, tres veces. Empecé mi propio examen, intentando Sabía que estarías muy nerviosa por lo de hoy y que te iba a costar dormir.
poner todo de mi parte en ser positiva. Observé que mi pecho había vuelto a crecer. Esos Suspiré, más relajada.
sujetadores me los había comprado la semana pasada y ya no me servían. ¿Es que esto no - ¿Sabes cómo ha salido todo? ¿Emily y el bebé están bien?
iba a parar nunca? Bueno, no es que me molestara especialmente, pero tendría que volver a - Sí, Carlisle llegó por la mañana temprano. Fue un parto natural, muy rápido, y todo salió
comprar más. Era un poco molesto, sin embargo, y esforzándome en ser positiva, supuse a las mil maravillas. Los dos están estupendamente – mi madre rió entre dientes -. Los
que me acabaría acostumbrando y al final puede que hasta me gustase. También percibí niños de La Push son fuertes como robles. Era el segundo hijo de Emily y Sam, otro niño.
que era un poco más alta, ahora medía más que mi madre, ya llegaría al 1,70. Pasé de Se habían casado hacía tres años y esos críos sólo se llevaban dos años de diferencia. Como
medirme, tenía buen ojo para eso. Mis piernas eran largas y bien contorneadas, bonitas, mi siguieran así, esa casa se llenaría de lobos. Me reí hacia mis adentros al imaginarme la
cintura, estrecha, mis caderas eran un poco más anchas, en total consonancia con los escena. Pero pronto la alegría fue barrida por los nervios. Jake era el que me iba a llevar al
hombros, y mi cara seguía siendo más o menos la misma, sólo que un poco más femenina y instituto y ahora tenía que ir sola. Sabía que el turno de noche de Sam era hasta las diez de
menos redondeada. Según me iba fijando, me fui dando cuenta de que había cosas en mí la mañana y que Jacob no iba a poder llevarme.
que no habían cambiado tanto. Eso era un alivio y me sentí un poquito mejor. Me acerqué - ¿Por qué tuvo que ir Jake? – inquirí, algo irritada -. ¿No podía ir cualquier otro?
un poco más al espejo y empecé a buscar esas cosas. Mi pelo seguía siendo casi igual. Era - Es el otro Alfa – se encogió de hombros -, tendría que ir.
largo y de color bronce, como el de mi padre, lo único que había cambiado es que ya no lo - Pero son dos manadas. Sam es el Alfa de una y Jake el Alfa de la otra. ¿No podían
tenía tan rizoso como de pequeña. Ahora el rizo empezaba a la altura de las mejillas, era buscarse la vida en la manada de Sam?
mucho más abierto y el pelo parecía más suelto, con más movimiento. Hice una mueca de Mamá se quedó algo pensativa y después se encogió de hombros otra vez.
aceptación, eso me gustaba. Ahora entendía por qué la tía Rosalie se empeñaba siempre en - Supongo que alguien tiene que supervisar las dos manadas – dijo. Algo no me encajaba.
hacerme peinados. Mi piel seguía siendo igual de impenetrable, si bien era muy suave al - Pero, ¿Sam no tiene un segundo al mando? Jake no está a todas horas patrullando con su
tacto y su temperatura había descendido hasta los 40º, y seguía teniendo esa luminosidad manada sólo para supervisar – enfaticé esa palabra con rabia -, tiene a Leah como segundo
especial, aunque podía pasar por la de una humana perfectamente. Mis ojos también eran al mando bajo sus órdenes que lo hace por él cuando no está. Ambas nos miramos,
los mismos. Del mismo color marrón, igual de brillantes y expresivos. Hasta conservaban frunciendo los labios. Mi madre sabía que yo tenía razón.
un pequeño matiz infantil que me gustó y me hizo sonreír. Incluso mi sonrisa era la misma - Bueno, le diré a tu padre que investigue cuando vea a Jacob.
de siempre. Había hecho bien en contárselo a Jake. Gracias a su consejo, ahora estaba más No me gustaba que papá le leyera los pensamientos a Jake, por mucho que gritara, como
relajada. Me alejé unos pasos del espejo y eché una última ojeada para hacer mi veredicto: decía él. Además…
La misma Nessie de siempre, pensé. Sólo que más mayor. - Papá estaba aquí cuando Jacob vino a avisar, ¿no?
- Sí – mamá se dio cuenta de mi intención en cuanto formulé la pregunta -, y no me contó
nada, así que lo que nos dijo Jacob tiene que ser verdad.
COMIENZO
Seguía siendo raro, pero, aún así, seguro que Jake no había mentido. ¿Por qué iba a
hacerlo? Él nunca mentía. No me encajaba, pero seguro que había alguna otra razón.
Me sentía más animada. Y nerviosa. Me puse la ropa que Alice me había preparado - la
- Bueno, ya me lo contará Jake – sentencié. Mamá asintió con una sonrisa.
interior incluida, ya que ahora no tenía sujetadores -, ordené un poco aquel embrollo e hice
- Por cierto, ¿dónde está papá ahora?
la cama. Me asomé de nuevo a la ventana para ver si ya había vuelto Jacob, pero seguía sin
- Ha ido a la otra casa para hablar con Alice.
aparecer por allí. Fruncí el ceño, preocupada. Salí de la habitación y llegué al saloncito,
- ¿Para hablar con Alice? – repetí.
- Sí, como Jacob no puede llevarte al instituto, lo hará ella. Están discutiendo el tipo de de los chicos de las dos manadas. Muchas veces, nos quedábamos en su garaje y me
coche adecuado. Genial. Ya no iba a ir sola. No iba a tener la mano de Jake, pero… enseñaba cosas de mecánica o jugábamos con las piezas. Me encantaba observarle trabajar,
- Vale – señalé la puerta de la cabaña con el dedo -. Entonces, voy para allá, a desayunar y el sitio, la grasa, el olor. Otras, nos íbamos a la playa a jugar con la arena y con el agua. En
eso. verano, solía llevarme a hacer excursiones por los bosques y acantilados de los alrededores,
- Voy contigo. Salimos de la cabaña gastándonos bromas y riéndonos, sin embargo, se me a recorrer a pie las sendas que había en parte del cauce del caudaloso río Quillayute, a
hizo raro el caminar hacia la casa sin Jacob. pescar, a pasear por las marismas cercanas a la playa para observar las charcas llenas de
Desde que era pequeña, venía todos los días de madrugada de La Push en su forma lobuna vida que se formaban con la bajamar, y a las fiestas tradicionales quileutes, en las que había
y se echaba a dormir un rato bajo mi ventana mientras me esperaba. Le resultaba más fácil juegos. Eran los únicos momentos de mi vida en los que jugaba con otros niños, aunque
dormir a la intemperie como lobo y, aunque no era necesario, ya que en caso de emergencia con mucho cuidado, claro, Jake y yo seguíamos las pautas de mis padres a rajatabla.
estaba con mis padres, se sentía más seguro en esa forma si tenía que protegerme. En los También me llevaba a visitar a Charlie, que cada vez que me veía abría los ojos como
últimos años, después de nuestro encuentro con los Vulturis, nos visitaban de vez en platos, aunque prefería no hacer preguntas y se limitaba a hacer su papel de abuelo, a
cuando algunos vampiros curiosos que querían verme como si de un mono de feria me abrazarme y besarme.
tratase, y no todos eran de fiar, por lo que mi familia y Jake siempre estaban en alerta. Esa Pero hoy no estaba a mi lado y, mientras caminaba con mi madre, se me escapaba la vista
era otra de las razones por las que mi familia se quería mudar. para ver si lo veía… Alice conducía el Volkswagen marrón metálico de mi padre a toda
Cuando me levantaba, me asomaba a la ventana para avisarle y tirarle una de sus camisetas velocidad por la carretera que conducía al pueblo. Papá la había convencido para que me
tenía unas cuantas guardadas en la cómoda de mi habitación para que pudiera cambiarse llevase en este coche, y menos mal, porque ella quería hacerlo en el flamante y caro Ferrari
y cuando salía por la puerta, ya me esperaba como humano, vestido y todo. Después, rojo que Jasper le había regalado. Ya llamaba bastante la atención este coche de gama alta
desayunábamos juntos en la otra casa y charlábamos animadamente. Cuando mi padre me y yo quería pasar desapercibida como otra estudiante más, cosa que no casaba mucho con
daba las clases en la enorme mesa de cristal del salón, él se sentaba a mi lado y me ayudaba la tía Alice. La música estaba altísima y retumbaba en todo el vehículo, pero a ella no
con los deberes, casi parecía mi compañero de pupitre. A mi padre no le hacía mucha parecía importarle demasiado. Cantaba alegremente, igual de alto. Resoplé y bajé el
gracia, porque decía que me distraía, pero Jake no le hacía ni caso. A menudo se volumen.
enzarzaban en alguna discusión sobre algún punto de la lección que estuviese dando, - ¿Qué pasa? – preguntó mientras cambiaba de marcha -. ¿No te gusta la ópera?
sobretodo en Historia, sin embargo, mi progenitor enseguida lo solucionaba diciendo que - Es que estoy un poco nerviosa y esta música me pone histérica – le respondí, apoyándome
mi padre era él y que era el que decidía mi educación y formación. A Jake no le quedaba en el reposacabezas a la vez que miraba por el parabrisas.
otro remedio que aguantarse en este asunto, aunque seguía protestando e interviniendo, - Ya – hizo una mueca -. Te falta Jacob. La verdad es que sí. Estaba nerviosa por mi primer
para desgracia de mi padre. día en el instituto, mi primer contacto real y continuado con humanos completos, y
Excepto en las clases de piano. Jake solía quedarse mudo e ensimismado cuando me veía necesitaba su apoyo y su calor. Pero también estaba preocupada por él y por la manada.
tocar. La verdad es que siempre se me había dado muy bien, al parecer, había heredado esa Esos vampiros… ¿y si le había pasado algo, o a los chicos? ¿O a alguien de la tribu?.
habilidad de mi padre. Cuando era más pequeña, muchas veces tocábamos juntos en el Rodeé la muñeca derecha, donde tenía la pulsera, con la otra mano.
enorme piano de cola blanco que había en la esquina del salón. Me encantaba sentarme a su - Espero que te guste tu habitación – espetó Alice de repente, seguramente para cambiar de
lado y jugar a competir con él para ver quién tocaba más rápido, o a copiar la pieza que tema y relajarme -. Lo he decorado de acuerdo a tus gustos. Ah, y también te he llenado el
interpretaba, mejor dicho, intentar copiar, porque mi padre era insuperable. Otras veces, me armario – dejó caer; yo puse los ojos en blanco y resoplé -. No empieces a poner caras raras
sentaba al piano sola y les dedicaba canciones a mis padres, a mi familia y sobretodo a antes de verlo – me advirtió antes de que yo pudiera acabar de resoplar -. He metido de
Jake; todos me observaban engatusados, sin embargo, con él era diferente, su sonrisa era todo un poco y creo que te gustará – me miró y frunció los labios -. Bueno, y tu madre
especial, siempre me hacía sentir la persona más importante del mundo. Incluso le grabé un también me ha ayudado – admitió.
CD para uno de sus cumpleaños con temas clásicos populares tocados por mí. Lo guardaba Si mamá la había vigilado, seguro que la ropa me gustaría un poco más.
como oro en paño y era la única música clásica que escuchaba. Ahora a mí también me - Gracias – le dije con una sonrisa -, debió de costarte un triunfo no dejarte llevar. Suspiró.
gustaba más otra clase de música, aunque seguía tocando de vez en cuando. Los vampiros - Tu madre también es muy cabezota y puede ser muy persuasiva algunas veces.
curiosos que nos visitaban no eran vegetarianos y algunos alargaban sus visitas hasta el Cuando empezamos a adentrarnos en el pueblo, aminoró la velocidad a una normal. Nos
punto que decidían quedarse una temporada. Eso implicaba que salían de caza, así que quedamos en silencio y, después de un rato, me miró, traviesa.
también afectaban a la tribu de Jake, por lo que a media mañana se transformaba de nuevo - ¿Quieres que te coja la mano y te acompañe hasta tu clase? - le puse cara como de no,
e iba a La Push con la manada y no regresaba hasta la tarde. Cuando lo hacía en su forma gracias y se echó a reír con esa risa de duendecillo -. Creo que deberías de dejar esa manía
lobuna, yo salía en su busca, corriendo por el bosque; se transformaba y pasábamos el resto de aferrarte a la mano de ese perro – empezó a hablar tan deprisa, que casi parecía que se
de las horas juntos, jugando o charlando entre los árboles o en nuestro rincón. En cambio, iba a quedar sin aliento cuando empezaba la siguiente frase -. Eres como esos niños que
otras veces volvía en su Golf rojo y me llevaba a La Push para que viese a Billy y al resto siempre se agarran a su peluche y no lo quieren soltar y van con él a todas partes. Bueno,
ahora eres mayor, empiezas al instituto y tienes que separarte un poco de él. Ya sabes que Era morena, de pelo más bien castaño oscuro, largo y cardado. Iba entera de negro: la
no dejan llevar mascotas a clase. Además, querrás que se te acerque la gente, ¿no? Si él sombra de ojos, la línea dibujada bajo ellos, los labios, la ropa y hasta las uñas. Tenía
fuera pegado contigo a todas horas… un piercing de aro en la nariz y era bastante pálida. Su camiseta negra tenía la foto de un
Cuando me dio tiempo a asimilar todas las palabras que iba soltando por esa boca, me grupo heavy que yo no conocía y llevaba unas botas con hebillas por encima de los
aparté del reposacabezas para mirarla fijamente. pantalones.
- ¿Qué quieres decir? – la interrumpí. Aunque lo había dicho en tono de broma, no sé por - Eres nueva, ¿no? – me preguntó ella de repente mientras masticaba un chicle.
qué había algo que no me gustaba nada en todo ese discursito, sobretodo lo de separarme - Sí – asentí.
de él. Ya la conocía bastante bien y cuando hablaba así de atropelladamente, escondía algo. - Me lo imaginaba – suspiró. Al girarse y mirarme me percaté de que tenía los ojos dorados
Me miró con esos ojos dorados abiertos de par en par y puso cara de niña buena. y me llevé una sorpresa, pero enseguida me di cuenta de que eran lentillas. Además, olía a
- Nada, sólo era una broma – me dijo con una inocencia sobreactuada. Fruncí el ceño y abrí humana.
la boca para hablar, pero antes de que me diera tiempo, paró el coche. - Me llamo Helen Spencer – y me extendió la mano. Me pareció un nombre muy normal
- Ya hemos llegado – su sonrisa delataba alivio. para una chica como ella, casi hasta demasiado dulce.
- Salvada por la campana – mascullé mientras abría la puerta para bajarme. Me apeé del - Nessie Cullen – rodeé su muñeca con las dos manos por encima de su chaqueta a modo de
coche y saqué la mochila del asiento de atrás. Cerré la puerta trasera con un suave portazo saludo, para que no notase mi temperatura.
y suspiré. El señor Berty entró por la puerta y posó su maleta encima de la mesa. Todo el mundo se
- Gracias por traerme – dije, sincera. quedó en silencio y prestó atención a su puesta en escena. Nos dio la bienvenida y empezó
- De nada, cuando quieras. Estoy aquí, por si tienes problemas. Asentí y la despedí con la su discurso de primer día de clase, presentándonos las lecciones que íbamos a dar y los
mano, después, me encaminé hacia el edificio. libros que tendríamos que leer.
Ahora sí que empezaba mi nueva vida. Era mi comienzo. El olor de la sangre humana era - ¿Qué horario tienes? – me preguntó Helen en voz baja mientras el señor Berty seguía su
bastante fuerte y mis oídos se veían rodeados por cientos de latidos de corazón más lentos disertación.
que el mío que bombeaban a diferentes ritmos y que provenían de todas partes. Nada que Saqué el papel del bolsillo de mi pantalón y lo extendí en el pupitre.
no pudiera controlar, al menos, al aire libre. Me giré y le levanté el pulgar a Alice en señal - Mi siguiente clase es la de Cálculo – dije, poniendo el papel en el medio de las dos.
de que todo iba bien. Mi tía me sonrió, pero no se movió de su sitio. - ¡Anda! Es el mismo horario que el mío – sonrió con entusiasmo -. Si quieres, puedes
Me percaté de que la gente me miraba mientras caminaba hacia el centro, pero me imaginé sentarte conmigo en las otras clases – de pronto, cambió el semblante y bajó la mirada -,
que, siendo nueva y en un pueblo pequeño como Forks donde se conocen todos, era aunque, bueno, si no te apetece…
normal. Respiré hondo y me adentré en el pabellón. - Claro, no conozco a nadie – le correspondí la sonrisa de antes y ambas nos reímos por lo
Jacob y yo habíamos recogido el horario con mis clases la mañana anterior y mis padres se bajo.
habían empeñado en hacerme un plano a mano alzada del edificio que me había estudiado Me extrañó que nadie se quisiera sentar con ella, me parecía una chica muy abierta y
en casa, con lo cual ya sabía a dónde tenía que dirigirme. habladora. Me cayó bien. El resto de la clase continuó con un poco más de discurso y
Los pasillos y las aulas eran tan cual me los habían descrito mis padres. Ahora el efluvio concluyó con la introducción de la primera lección. Las demás clases fueron más de lo
que emanaba de la sangre humana era más intenso y también estaba más concentrado. mismo: sermones de bienvenida, esquemas de las lecciones, etc. A medida que escuchaba
Comencé a notar la acidez caliente de la sed al final de mi paladar, justo donde se junta con los discursos de las futuras lecciones, me fui dando cuenta de que este curso iba a ser muy
la garganta. Sin embargo, y como yo había esperado, tampoco se diferenciaba mucho de lo fácil para mí académicamente, ya que había dado la mayor parte del contenido del curso
que sentía cuando estaba con mi abuelo o el resto de humanos que conocía. Era la misma con mi padre. A la hora del almuerzo fui con Helen a la cafetería, donde se iba a encontrar
sensación, sólo que un poco más fuerte, y, como me había pasado en el exterior, no era con sus tres amigas. Me había contado que, cosas del destino, no habían coincidido en
nada que no pudiera controlar perfectamente. Respiré aliviada y seguí caminando más ninguna clase. Insistió en que comiera con ellas y yo acepté, ya que no conocía a nadie más
tranquila, aunque otra cosa empezó a incomodarme, por vergüenza. El resto de alumnos se y no quería comer sola. Cuando llegamos a la mesa donde se solían sentar, me sorprendió
giraban a mi paso y se quedaban claramente boquiabiertos, así que aceleré un poco hasta lo distintas que eran las unas de las otras. Dos de ellas eran gemelas. Eran las típicas
que llegué a mi primera clase, que era la de Literatura. Cuando entré en el aula, ya había pelirrojas de ojos marrones con pecas, de pelo liso que les llegaba hasta los hombros,
muchos compañeros en sus asientos, así que eché una ojeada rápida para ver dónde me delgadas. Tenían la blanca piel llena de esos puntitos marrones, incluso las manos. La
podía sentar. Con mis ojos de medio vampiro enseguida vi una silla vacía al lado de una única diferencia entre ellas era que una llevaba flequillo y la otra no. Vestían muy diferente
chica morena de estética gótica y me dirigí hacia ella para preguntarle si estaba libre. a Helen, más bien era un estilo más parecido al que llevaba yo ese día.
Me di cuenta de que nadie se sentaba ahí en el momento en que me acerqué y todos se La otra era una chica con el pelo teñido negro azabache, ultra-liso, capeado y largo. Era
giraron para mirarnos, luego me senté directamente. Ignoré a los demás. muy guapa y llevaba bastante maquillaje, cosa que la hacía aparentar más edad. Estaba de
Por el rabillo del ojo observé con más atención a la chica que se sentaba a mi lado. pie, posando la bandeja de comida, y pude advertir que tenía muy buena figura, para ser
una humana. Ésta vestía mucho más sotisficado que las demás chicas del instituto, con empecé a echarlo lentamente encima de mis patatas para darme tiempo a pensar. Cuando
tacones de aguja incluidos. Sus ojos eran de color marrón oscuro y su tez era normal. Le terminé, ya tenía la respuesta.
habría encantado a Alice. - Bueno, nací aquí en Forks, pero he llegado hace poco de Denali.
- Hola, chicas, os presento a Nessie Cullen – Helen me señaló con la mano mientras Había estado allí hacía dos semanas con mis padres para ver a Tanya y a su familia, así que
hablaba. no era mentira. Otra vez recordé a Jake, en lo muchísimo que lo había echado de menos
- Hola – dije tímidamente. durante mi estancia en Denali. No había dejado de pensar en él en toda esa semana, en si
- Hola, nosotras somos Jennifer y Alison Jonson – dijeron las gemelas a la vez. estaría bien, en qué estaría haciendo en cada momento, en si me echaría tanto de menos
- Bueno, la del flequillo es Jennifer y la otra Alison – matizó Helen, riéndose las tres. como yo a él... Y eso que nos habíamos llamado todos los días y hablábamos durante horas.
- Y yo soy Brenda Miller – ésta me sonrió con educación, pero me pareció que lo hacía Todavía recordaba el larguísimo abrazo que nos habíamos dado a mi regreso, cuando él ya
sólo por eso. me esperaba en el porche de la casa grande.
- Bueno, ahora que ya las conoces, vamos a por nuestra comida o nos quedaremos sin nada Helen se quedó pensativa durante un rato, pero no tardó en preguntarme.
en un abrir y cerrar los ojos – Helen me empujó suavemente hacia la cola -. No sabes cómo - Tu apellido me suena mucho. Tu padre no será el famoso doctor Cullen que estaba en el
come aquí la gente. hospital hacía unos meses, ¿no?
Cogimos las bandejas y nos pusimos a la cola. Mientras esperábamos y avanzábamos Esto ya era otra cosa. Seguí mi plan al pie de la letra.
lentamente, me di cuenta de que Brenda no dejaba de mirarme de arriba abajo. - No, en realidad es mi tío. Vivo con él y su mujer – seguí contando mi historia para evitar
- Sólo te tiene envidia – me dijo Helen cuando se dio cuenta y vio mi cara de extrañeza. el interrogatorio -. Mis padres se quedaron en Denali, pero yo me vine porque aquí tengo
- ¿Envidia? ¿A mí? – ahora sí que estaba sorprendida. mis raíces y a mis amigos – eso lo improvisé.
- Claro, mujer - se rió -. A ella le encanta ser el centro de atención, y ahora llegas tú, y se lo - Ese hombre se conserva muy bien – me dijo Helen -. No sé cuántos años tiene, pero
quitas. Es buena tía, pero tiene ese defecto – se encogió de hombros -. No te preocupes, aparenta unos treinta y poco.
pronto se le pasará y le caerás bien, ya lo verás. - Ni siquiera yo sé cuántos tiene en realidad – eso era verdad -. Y él no lo dice nunca, es
Llenamos las bandejas de comida y nos sentamos a la mesa. muy coqueto y se cuida mucho.
- Menuda lata – se quejó Brenda, dirigiéndose a Helen -. Estamos todas separadas en todas - Los famosos Cullen – masculló Brenda -. Entonces, tus primos son los Cullen que
las clases. vinieron a este instituto. ¿Mis primos? No me había dado cuenta de ese detalle. Ahora mis
- ¡Nosotras no! – exclamaron las gemelas al unísono. padres y mis tíos eran mis primos, y mis abuelos eran mis tíos, qué enredo más gracioso.
- Nos ha tocado a las dos juntas en todas las asignaturas, excepto en Cálculo – siguió - Pues sí – se hizo un pequeño silencio y cambié de tema, no quería más preguntas -. Así
Alison. que os ha tocado separadas a todas.
- ¡Qué suerte! – Brenda se acicalaba el pelo con la mano y hablaba a la vez – Yo tengo un - Eso parece – suspiró Brenda -. A todas, excepto a estas dos – y señaló a las gemelas.
compañero diferente en casi todas. - Nosotras siempre estamos juntas – dijo Jessica.
- Pues yo me siento con Nessie en todas las clases – contestó Helen, mirándome -. - Somos una – continuó Alison.
Tenemos el mismo horario. - ¡Nadie nos puede separar! – exclamaron las dos a la vez, levantando los tenedores al aire.
Brenda me observó mientras se comía su ensalada de lechuga, tomate y poco más. Las dos se miraron y se echaron a reír. Su complicidad y sincronización me recordó una
- Tienes un nombre bastante raro, nunca lo había oído – me dijo, pinchando las hojas de vez más a Jacob, a nosotros. De pronto, la palabra separar hizo que me acordara del
lechuga con el tenedor. atropellado discurso de Alice de esta mañana mientras me traía al instituto, y noté un
- Bueno, en realidad es una especie de diminutivo. pinchazo en el estómago. Se me fue el apetito al instante. ¿Por qué lo habría dicho?
- ¿Y de dónde viene? – preguntó Jessica. Durante el resto del día - después del almuerzo -, ya no podía prestar atención al resto de
- De Renesmee. Se quedaron boquiabiertas durante unos segundos. A Brenda se le cayó el disertaciones de bienvenida y presentaciones de las lecciones de las clases que me
trozo de tomate que había pinchado, mientras me miraba con cara de espanto, y las otras quedaban, aunque no me perdía nada, casi me los sabía de memoria, eran más de lo mismo.
tres seguían con la boca abierta. Me dio un poco de risa. En lugar de eso, no podía dejar de hacerme preguntas y de pensar en Jake. ¿Qué había
- Sí, lo sé – suspiré -. Es un nombre rarísimo. Por eso me llaman Nessie, es más sencillo y a querido decir Alice? ¿Es que me estaban ocultando algo? ¿Tendría algo que ver con que
mí me gusta. Jacob no me viniera a buscar esta mañana? Entonces, un estremecimiento me recorrió el
Eso me hizo recordar a Jacob, puesto que había sido él el que me había puesto ese nombre. cuerpo cuando una vaga ocurrencia se me pasó por la cabeza. Vaga, porque incluso mi
- Renesmee – repitió Alison, sacándome de mis pensamientos. cerebro se negaba siquiera a insinuarlo. Me subió de los pies a la cabeza, rápido como el
- Mi madre tuvo la feliz idea – maticé esa palabra con sarcasmo - de juntar los nombres de chispazo que sale al encender una cerilla, sólo que este era frío, helado. A… Jake… le…
mis abuelas: Renée y Esme – me encogí de hombros. ha… pasado… algo, tuve que obligarme a pensar las palabras una por una. La profesora de
- ¿De dónde eres? – quiso saber Jessica. Eso no estaba dentro del plan. Cogí el ketchup y Historia seguía escribiendo las lecciones del curso en la pizarra, cuando me levanté de
sopetón del pupitre, arrastrando conmigo la silla. Me levanté tan deprisa, que la silla salió Smith había terminado de escribir, cuando sonó el timbre de la que era mi última hora. La
despedida hacia atrás y chocó con la mesa posterior, produciéndose un ruido metálico por gente empezó a levantarse ruidosamente de su sitio, a excepción de algunos rezagados que
el deslizamiento de las patas. Toda la clase, incluida la maestra, se giraron después del seguían copiando.
sobresalto inicial. Helen me miraba con el rostro aún más pálido de lo que lo tenía Helen y yo salimos al pasillo, donde nos fuimos encontrando primero con Brenda y
normalmente, seguramente porque ni siquiera se había dado cuenta de que me había después con Jessica y Alison. A medida que nos acercábamos a la puerta de salida mientras
levantado, dada la velocidad con que lo había hecho. charlábamos sobre las clases, se notaba una suave brisa que discurría por el pasillo y que se
- ¿Señorita Cullen? – preguntó la señora Smith con un tono claramente irritado en la voz. iba haciendo más y más intensa. Aunque no habíamos salido todavía, mi olfato detectó
El nudo de mi garganta me hacía daño. Intenté que mi voz pareciera lo más segura posible. enseguida un olor familiar que se mezclaba con el aire otoñal de fuera y con todos esos
- Tengo que llamar por teléfono. Es urgente – susurré al final. efluvios humanos. Ese aroma que me encantaba y que tanto había echado de menos esa
La señora Smith se quedó mirándome durante unos segundos, analizando mi rostro de mañana. Jake había venido a buscarme. A mí me encantaba su olor, desde siempre. No me
súplica, y asintió. Cogí el móvil que mi padre me había metido en la mochila y salí olía a perro mojado, como decía mi familia. Aunque su sangre no era humana del todo y
disparada, como lo haría una humana, hacia el pasillo. Siempre había odiado esos trastos, estaba mezclada con algo animal, olía extremadamente bien. Era extraño, porque su olor
pero en ese momento me pareció el mejor invento del mundo. Todos siguieron mis pasos me parecía realmente delicioso, más que el de ningún otro ser, incluso lobo, pero no me
con las cabezas. Una vez fuera de la clase, cerré la puerta y marqué el teléfono de Jacob a daba sed, como sí me ocurría con los animales que cazábamos, o con los demás lobos, o
la velocidad de un cohete. Si llamaba a mi casa y había pasado algo, seguirían con la farsa con los humanos que ahora mismo me rodeaban. Jacob parecía estar en un lugar aislado y
y no me enteraría de la verdad. El tono del teléfono sonó cinco veces y nadie lo cogía. Seis. único, a salvo, al menos de mis colmillos. Su aroma me llamaba de otra forma, de un modo
Siete. Ocho. Nada. Me enganché el pelo de raíz con la mano mientras daba cortos paseos imposible de explicar. Su maravilloso efluvio, además, estaba vinculado al bosque, también
de acá para allá con nerviosismo. Once. Doce. Trece… olía a madera, a naturaleza, y su piel tenía algo aromático que me gustaba muchísimo.
Estaba a punto de colgar, ya desesperada, cuando alguien descolgó el teléfono. Tuve que reprimir mis ganas de salir corriendo en su busca y tirarme a sus brazos. Después
- ¡¿Jake?! – de un brinco, me puse contra la pared, con la cabeza gacha, y apoyé la mano del susto de antes, era lo único que me apetecía hacer. Pero ahora ya sabía que estaba bien,
con el brazo estirado. y no podía dejar a mis nuevas amigas allí tiradas sin despedirme ni nada. Se habían portado
Me temblaban las piernas. muy bien conmigo. Seguimos caminando despacio – a mí me pareció una eternidad – y al
- No, soy Billy. ¿Eres tú, Nessie? fin salimos al exterior, donde el olor se hacía más intenso y me indicaba hacia dónde tenía
- Sí, ¿está Jake? que mirar para verle: a la izquierda. Giré la cabeza súbitamente en esa dirección y, por fin,
- No, no está aquí. ¿Qué te pasa? Pareces nerviosa. le vi. Estaba apoyado en su Harley Sprint, con las manos metidas en los bolsillos del
Tal vez Billy no supiera nada. Tenía que ser cauta y actuar con sutileza. pantalón, sonriéndome con esos dientes blancos suyos que resaltaban sobre su cobriza piel
- No, nada – intenté relajar el tono de mi voz -. ¿Sabes dónde está? y mirándome con sus centelleantes y alegres ojos negros. Una ola de alegría invadió mi
- Está en su garaje. ¿Te ha pasado algo? ¿Quieres que le llame para que se ponga? cuerpo nada más verle. Aunque volví el rostro para despedirme de mis compañeras, no
Cerré los ojos y respiré aliviada. Me di la vuelta y me apoyé, más calmada, en el pude evitar echar fugaces vistazos a Jacob a cada instante.
paramento. - Bueno, chicas – comenzó a despedirse Helen -. Mañana nos vemos…
- No, no te preocupes, tengo que ir a clase. Era una chorrada de las nuestras. - ¡Hey, mirad a ese tío! – exclamó Brenda en voz baja antes de que Helen terminara su
Billy se rió entre dientes. Ahora ya no había razón para preocuparme ni para molestarle y, frase. A las cuatro se les cayó la mandíbula y permanecieron así unos segundos mientras
además, tenía que entrar en el aula. miraban a alguien. Brenda estaba frente a mí y su cabeza miraba hacia su derecha, que era
Nos despedimos y colgué el teléfono. Cuando entré en clase, todos volvieron las miradas mi izquierda… Volteé mi cara y vi a varios chicos en el aparcamiento, junto a sus coches.
hacia mí hasta que me senté de nuevo. - ¿Cuál? – pregunté con curiosidad.
- ¿Era algo grave? – me preguntó la señora Smith desde la pizarra, bajando un poco sus - El chico de la moto – cuchicheó Brenda sin quitarle ojo.
gafas de pasta verdes. Un chico con moto… Miré de nuevo y sólo estaba… ¿Jacob? Todas le estaban mirando a
Mis compañeros de clase se giraron para mirarme, expectantes ante la perspectiva de un él…
nuevo cotilleo para el almuerzo de mañana. Genial, pensé. Yo que quería pasar - ¿Qué le pasa? – miré a Jake sin comprender. ¿Es que tendrían prejuicios? Porque si era
desapercibida, ahora era el centro de atención de toda la clase. Seguramente, al día así, tendría que buscarme nuevas compañías. No me gustaba ese tipo de gente.
siguiente lo sería de todo el instituto. - ¿Estás ciega? Es muy guapo – mascullaron las gemelas al unísono entre risitas tontas.
- No, era una falsa alarma, gracias – esta última palabra la dije bajito, entre dientes. - ¡Está como un tren! – exclamó Brenda con entusiasmo. ¿Qué? ¿Cómo? ¿Jacob guapo?
La profesora asintió, subiéndose las gafas de nuevo, y se giró para seguir escribiendo su ¿Mis nuevas amigas pensaban que Jake estaba como… como un tren? Me quedé
interminable lista de lecciones. Empecé a copiar lo que me había perdido y el resto de la observándole y por primera vez mis ojos miraron de una forma extraña. Su pelo negro lucía
clase transcurrió sin más problemas. Habían pasado diez minutos desde que la señora corto, a la moda, y hacía juego con sus expresivos y grandes ojos del mismo color. Su piel
rojiza era de aspecto suave y hacía resaltar aún más sus dientes blanquísimos y perfectos. - Bueno – Jacob me soltó para ponerse a mi lado y me pasó el brazo por los hombros. Nos
Llevaba una camiseta marrón de manga corta que marcaba sus músculos y dejaba al aire apoyamos en la moto y vi que ellas seguían en el mismo sitio, echando un vistazo de vez en
sus enormes y poderosos brazos, y unos oscuros vaqueros largos que no es que fueran cuando. Giré la cabeza para mirarle -. Verás, no sé si te has fijado, pero no hacía más que
ceñidos, pero, al igual que le pasaba con la camiseta, a él le quedaban algo ajustados. La insinuárseme.
verdad, era bastante… ¿guapo? Yo diría más bien muy guapo, guapísimo. Tal vez sí que ¿Que si no me había fijado? Hasta yo, que había tenido doce años hacía un mes y medio, lo
estaba un poco ciega, porque nunca me había fijado de ese modo. había notado. Me miró con una mueca sonriente, una de esas sonrisas torcidas suyas. Para
- Nos está mirando – por su tono de voz, me percaté de que para Brenda ese nos era como mi asombro, parecía muy satisfecho. Fruncí el ceño de tal manera, que casi me hacía daño,
un me -. Tiene una sonrisa preciosa. Brenda le lanzó un guiño de ojo descarado a Jacob y le y apreté tanto los dientes, que me rechinaron. A Jacob parecía encantarle mi reacción.
sonrió, cosa que me molestó bastante. ¿Qué fue eso? Le hubiera dado un puñetazo allí - Mira – siguió sonriendo, disfrutando -, vas a tener que pararle los pies, o mañana se me
mismo, de no ser porque yo no era agresiva. Bueno, y porque le podría arrancar la cabeza tirará al cuello a morderme. Algo parecido a fuego me atravesó el cuerpo.
de cuajo sin querer. - A lo mejor es lo que quisieras tú – le solté mordaz. Se carcajeó y me atrajo con fuerza
- No es de por aquí, debe de ser de la reserva – adivinó Helen –. Parece más mayor que contra su pecho. A mí no me hacía ni pizca de gracia. Le aparté y me crucé de brazos,
nosotras, ¿cuántos años tendrá? Aparenta unos veinticinco. enfadada.
- Me gustan mayores – espetó Brenda, jugueteando con el pelo sin apartar la vista de él. Se quedó en silencio, mirándome con su sonrisa torcida.
Apreté el puño con fuerza. - No te preocupes, no me gusta nada.
- Parece un jugador de la NBA – añadió Jessica, mirándole boquiabierta. - Pues bien que te diste cuenta de sus insinuaciones – dije con sarcasmo.
- Me encanta la NBA – siguió Brenda, haciendo lo mismo. - Soy un hombre. Cualquiera se hubiera dado cuenta. Se rió como si fuera lo más normal
Rechiné los dientes. del mundo y le miré boquiabierta, con la ceja levantada.
- Me pregunto si vendrá a buscar a alguien – dijo Alison. Mi oportunidad. - Claro, si una chica guapa se te insinúa…
- Sí, a mí – intervine, adelantándome a Brenda, que ya estaba apuntito de decirlo para hacer - No es tan guapa, lleva demasiado maquillaje.
la gracia -. Así que tengo que irme, chicas. Gracias por todo. - Veo que te fijaste poco en ella – seguí con mi sarcasmo.
Empecé a trotar de camino a Jacob y las dejé atrás con los ojos abiertos por la sorpresa y la - No me fijé, es que la estoy viendo desde aquí – me cogió la barbilla y giró mi cabeza en
boca colgando. Por el rabillo del ojo pude ver que Brenda parecía pálida por primera vez. dirección a mis amigas.
Solté una risilla maquiavélica. - Ah – me empezó a dar un poco de vergüenza.
- ¡Os veo mañana! – grité, alejándome trotando mientras me despedía con la mano. - Cuando estabas con ellas, te estaba mirando a ti – ahora hablaba más serio -. Sólo aparté
Ahora ya no me importaba salir corriendo hacia Jake, es más, lo iba a hacer para darle una la vista cuando me guiñó el ojo porque me hizo gracia, eso es todo – alegó, encogiéndose
lección a esa descarada de Brenda. Tiré la mochila junto a la moto. De un salto, me arrojé a de hombros. ¿Pero a mí qué me importaba? ¿Por qué me tenía que dar explicaciones?
sus brazos para abrazarle y me elevó por el aire, dando una vuelta mientras nos reíamos. Comencé a sentirme culpable.
Me posó en el suelo, apoyé mi mejilla en su cálido pecho y le rodeé el cuerpo con los - Bueno, no me importa, Jake. No me tienes que explicar nada, puedes hacer lo que quieras.
brazos, apretándolo. Jake hizo lo mismo con los suyos, acercó su rostro a mi cabeza y me - Eso es lo que estoy haciendo – sonrió. Se hizo un tímido silencio que rompió al cabo de
olió el pelo. A él también le encantaba mi olor. un rato.
- Qué efusiva. Veo que tú también me has echado de menos – susurró. - ¿Qué? ¿Nos vamos? – preguntó, dándole un golpecito a la moto con la mano. Me aparté
- Sí, mucho – hundí la cara en su pecho e inspiré para olerle. de la máquina de un salto, con una sonrisa de oreja a oreja.
- Qué, ¿no has intentado comerte a alguien? - ¿En la moto?
- Muy gracioso – le respondí con retintín. Jacob se rió. - Sí, quiero compensarte por lo de esta mañana. ¿Te parece bien? ¿Que si me parecía bien?
- Bueno, prueba superada – entonces, su voz sonó más seria y muy cálida -. Estoy muy Llevaba años queriendo subirme a la moto, pero ni siquiera Jake me dejaba porque era muy
orgulloso, aunque siempre he confiado en ti. pequeña. Le abracé de nuevo.
- Lo sé – apreté mi abrazo -. Gracias, Jake. - ¡Claro, Jake! ¡No sabía que me ibas a llevar en la moto!
- Así que ya has hecho amigas – cambió de tema. Me aparté un poco de él para mirarle. - ¿Y qué te creías, que la traía de adorno para apoyarnos en ella? Mi mejor amigo se subió
- Sí, al menos, lo son de momento. a la moto y yo me monté detrás, después de ponerme la mochila a la espalda. El motor
- ¿De momento? – me miró extrañado -. ¿No te caen bien? rugió con fuerza cuando la arrancó, haciendo que todos los que aún quedaban alrededor se
- Sí – hice una mueca -. Bueno, casi todas. La morena guapa – maticé esa palabra con giraran para mirarnos, incluidas mis nuevas amigas.
intención - no me cae muy bien. Es un poco… creída. - ¡Agárrate fuerte! – gritó, a la vez que aceleraba. Me aferré a su cintura y salimos
- Ah, ya. disparados del aparcamiento en dirección a la carretera.
- ¿Cómo que ya? – me aparté un paso de sus brazos para ver mejor su rostro.
puso de parto y tuve que sustituir a Sam en su turno de noche.
- Esa es otra de las razones por las que me pareció raro que no vinieras, y me preocupara –
TAHA AKI le miré a la cara para ver su reacción -. ¿Por qué tuviste que sustituir tú a Sam? ¿No tiene
un segundo al mando?
El viento templado de finales de septiembre me golpeaba la cara con velocidad, arrastrando - Claro que lo tiene, es Paul – se encogió de hombros sin comprender.
hacia atrás mi pelo, y, aunque yo podía correr tan rápido como la moto negra, la sensación - Y entonces, ¿por qué tuviste que ir tú y no dejó a Paul al cargo?
de libertad era enorme. Tal vez porque sólo tenía que centrar mi atención en el viento y no Jacob bajó la mirada al suelo y se quedó pensativo durante un rato, con las cejas fruncidas.
tenía que fijarme en otras cosas, como ir por dónde iba. O tal vez era el hecho de ir junto a - La verdad es que no lo sé – contestó al fin -. Simplemente me lo pidió a mí y yo le hice el
Jake. Siempre me sentía más libre a su lado. favor, nada más. Torcí el gesto, pensando. La explicación no me convencía del todo, pero
- ¿A dónde quieres ir? – me preguntó. Jake era sincero. ¿Qué motivo tendría Sam para pedírselo a Jacob y no a Paul? ¿Es que
- A La Push. Quiero ver a Emily y al niño. tendría algún problema con este último? Bueno, con ese carácter que tenía… ¿O acaso Paul
- ¡A la orden! – exclamó, haciendo el saludo militar. no podría ir tampoco? En ese caso, habría un tercer al mando…
Seguimos por el pueblo, pasando por delante de las tiendas, de donde salía la gente a - Mira, ahí están los chicos – anunció Jake, interrumpiendo mis cavilaciones.
nuestras espaldas para ver el por qué de ese ruido estrepitoso. Cuando llegamos a la Frente a nosotros, a unos metros, se encontraba la casa de Emily y Sam, y delante estaban
carretera que daba a La Push y ya no había peligro para los viandantes, Jacob aumentó la Seth, Jared con Kim, y Embry.
velocidad. Me aferré a su cuerpo con más fuerza y él volvió a acelerar. Giró la cara medio La casita era la misma de siempre, sólo que rejuvenecida, ya que la habían pintado no hacía
segundo para observarme, tiempo suficiente para que pudiera ver que sonreía con mucho. Habían respetado los colores y seguía siendo de color gris – ahora más alegre -, con
satisfacción. su ventana estrecha junto a la puerta de color azul intenso y las jardineras luciendo sus
- ¿Te gusta? – me preguntó, entusiasmado. caléndulas naranjas y amarillas.
- ¡Me encanta! – exclamé entre risas. Se carcajeó y yo apoyé mi alegre mejilla en su - ¡Buf! ¡No sé si entraréis en esa casa! – exclamó Seth cuando nos acercamos -. Está
espalda mientras observaba el paisaje de los acantilados de las islas y la playa, que ya se abarrotada de gente.
extendían a nuestro lado. Aunque la sensación térmica del aire era fresca cerca del mar, yo - Sí, tío. Nosotros hemos tenido que salir a tomar un poco el aire – siguió Embry.
no tenía ni pizca de frío pegada a Jacob. Nos detuvimos al llegar frente a su casa. Nos - ¿Quiénes están? – preguntó Jacob.
bajamos de la moto y la condujimos hasta el garaje. Mientras caminábamos hacia casa de - ¿Tengo que decirte todos los nombres? – Seth empezó a gesticular como contando con los
Emily y Sam, Jacob me contaba efusivamente la batalla de la noche anterior. Habían dedos.
avistado a uno de esos vampiros curiosos y me hablaba de cómo lo habían acechado y - No, gracias. No tenemos todo el día – Jake le dio un suave puñetazo en el brazo,
arrinconado hasta partirlo en trocitos. Gesticulaba con las manos y la cara, imitando los siguiendo su broma -. Probaremos a entrar.
movimientos de la pelea con real entusiasmo. Recordé lo mal que lo había pasado hacía Saludé con la mano suelta a los chicos y a Kim, que me correspondió con una sonrisa
apenas unas horas. A él, en cambio, parecía encantarle todo eso. tímida, mientras Jake me conducía a la casa.
- ¿Qué pasa? – preguntó cuando se dio cuenta de mi gesto. El interior del hogar de Emily y Sam parecía un enjambre de personas: unas, moviéndose
- Nada, es que parece que te lo pasaste muy bien cazando a ese vampiro. apretadas de aquí para allá por el pequeño salón-cocina y subiendo y bajando la estrecha
- La verdad es que sí – dijo, sonriente. escalera que daba a las habitaciones del bajocubierta, peleándose por pasar; otras, paradas o
- Pues yo lo pasé fatal, ¿sabes? Metió una mano en el bolsillo del pantalón y cogió la mía sentadas, charlando. Ni siquiera había un hueco en la encimera para apoyarse. El barullo
con la otra. era tal, que no podía distinguir las voces de aquellos a los que más conocía: los chicos que
- ¿Por qué? – giró su semblante, ahora serio, hacia mí. componían las dos manadas. La mayoría de los que allí estaban eran los metamorfos con
- Pensé que te había pasado algo – susurré, bajando la mirada. sus respectivas familias. Conocía a todos los lobos de las dos manadas y no estaban al
- ¿Por eso llamaste a mi padre? – sonrió de nuevo. completo, por supuesto, ya que las transformaciones lupinas habían aumentado con la
- Bueno, en realidad te llamaba a ti. Cuando Billy cogió el teléfono, estaba a punto de aparición constante de vampiros y ahora, juntando los dos grupos, eran ya veinticuatro,
colgar. Tardó tanto, que ya estaba histérica. Alfas incluidos1. No habrían entrado en la pequeña casa. También había gente allí de la
- Lo cogió de milagro. Acababa de llegar de casa de Emily y Sam - volvió la mirada al reserva de los makah, de dónde era Emily, que nunca había visto.
frente -. A ver, ¿y por qué iba a pasarme nada? Resoplé al ver todo aquel lío. Era imposible entrar. Tan sólo en la puerta, había dos de los
- Como hoy no viniste a buscarme por la mañana… - no era sólo por eso, por supuesto, chicos de espaldas que bloqueaban el paso con sus enormes corpachones, no hubiera
pero dejé la frase ahí, no quería contarle lo que Alice me había dicho en el coche -. Me podido pasar ni una hormiga. Parecían porteros de discoteca y sólo tenían catorce años.
pareció raro. Es la primera vez que me dejas sola y estaba preocupada. Aún así, Jake consiguió traspasar el umbral cuando uno de los porteros le vio y le dejó
- Ya, perdona – me apretó la mano -. Fue una emergencia. Bueno, ya sabes que Emily se entrar. Me arrastró con él sin soltarme de la mano – me pegó tanto a su espalda, que yo no
quitaba ojo al suelo para no tropezarme con sus pies - y logramos abrirnos paso entre la lugar con tu alma gemela, que esas dos personas estaban hechas la una para la otra, que el
multitud. Me asombré de la habilidad de Jacob para conseguir progresar con tanta maestría. imprimado pasaba a pertenecer, de algún modo, a la otra persona y que siempre estaría a su
Según adelantábamos, la gente se fue acallando hasta que sólo se oyó un suave murmullo. lado de buena gana de la forma que eligiera ella, fuera como fuera, para hacerla feliz.
Jake aflojó un poco su amarre, de manera que ahora ya caminaba mejor y podía levantar la Sonaba muy bonito, pero en casos como el de Leah y Sam, me parecía de lo más injusto.
vista. Fue entonces cuando me percaté de que no avanzábamos por la destreza de Jacob. La - ¿Qué tal tu primer día de instituto? – me preguntó Emily.
gente lo dejaba pasar, haciéndole un pasillo con suma amabilidad. Miré alrededor para - Genial. Ya hice amigas y todo – de momento, incluí en el término amiga a Brenda.
saludar a las personas que conocía, pero todas le observaban a él con admiración y - Qué bien… Sin que terminara la frase, alguien llegó al lecho para hablar con ella y ver al
fascinación, y también como con sumisión. Le tenían respeto. Me quedé tan maravillada, niño, así que me aparté hacia los pies de la cama.
que hasta yo empecé a sentirlo. Jake no pareció darle importancia. Subimos las escaleras Ahora, desde mi nueva posición, a través de la puerta de la habitación podía ver a Jake, que
tranquilamente, sin empujones, y llegamos al bajocubierta, donde ya habían despejado el seguía hablando con Sam. Tenía los brazos en jarra y asentía, mirando al suelo, mientras
pequeño vestíbulo y nos esperaba Sam en la puerta de la habitación. Nos saludamos, éste hablaba. Agucé el oído para ver si podía escuchar algo, pero cuando puse atención a la
felicitándole, y nos condujo hasta Emily, que reposaba en la cama con el bebé en brazos. conversación, se encaminaron hacia el dormitorio. Jake se colocó a mi lado y Sam corrió
Nos acercamos para darles un beso a los dos y ella insistió en que lo cogiera en brazos. Por con Emily. Nos quedamos mirando la estampa que teníamos enfrente. La verdad es que
supuesto, yo nunca había cogido a un bebé y me daba miedo que se me cayera al suelo, así parecían tan felices. Sí, realmente lo eran. Sobretodo ella. ¿Cómo no iba a serlo? Tenía a su
que lo cogió Jake. Era un bebé precioso, de piel cobriza, aunque clara, moreno y con lado a ese hombre con su entrega total e incondicional. Él era suyo. Pero había algo más.
bastante pelo. No podría decir a quién se parecía de los dos, era tan pequeño. Jake le Había amor verdadero. Sólo había que ver la forma en que se miraban el uno al otro. Sam
acarició la cara delicadamente con su dedo mientras le hacía carantoñas y el niño se lo estaba imprimado, pero ella había elegido amarle. Según Jacob, si Emily no estuviera
atrapó con su pequeña manita. Se notaba que había tenido experiencia conmigo, aunque enamorada, ahora Sam estaría a su lado como un amigo o lo que ella quisiera. Eso sí, Sam
fuera corta. no amaría a ninguna otra mujer durante el resto de su vida.
- ¡Este crío va a ser fuerte! – exclamó Jacob cuando el niño le apretó el dedo. - ¿Nos vamos? – me preguntó Jake, sacándome de mi mundo.
- ¿Cómo se llama? ¿Ya le habéis puesto nombre? – pregunté, mirando a Emily. Asentí y le cogí la mano para iniciar la marcha.
- Sí, se llama Ethan. Me acerqué a los dos para unirme a las carantoñas y a las caricias. Le Jacob se despidió de Emily y Sam levantando la mano y este último confirmó con la
estaba tocando la pequeña y chata nariz, cuando también me agarró el índice. Ethan nos cabeza. Al bajar por las escaleras, pasó lo mismo que cuando entramos y subimos. Y, una
tenía agarrados y acercó los puñitos de tal modo, que nuestros dedos se quedaron juntos, vez más, Jake no le dio importancia.
con las yemas tocándose. Jacob estiró un poco su dedo y empezó a acariciar el mío. Salimos al exterior, donde seguían Jared con Kim, Embry y Seth.
Entonces, los dos levantamos la mirada tímidamente y nos quedamos así, con Ethan en - No era para tanto – le murmuró Jake a Seth al pasar a su lado, sin pararnos.
medio, en los brazos de Jake. Sin querer, me quedé mirándole embobada, como si nunca lo Éste se rió, cruzando los brazos y negando con la cabeza.
hubiera visto, parecía que no hubiese nadie alrededor. Ahora recordaba lo que habían dicho - Bueno, no todos tenemos los privilegios que tienes tú – se oyó decir a Seth a nuestras
mis nuevas amigas. Sus ojazos negros, con su profunda mirada, parecía que me llamaban… espaldas - ¡Oh, su majestad!
Un carraspeo nos espabiló, haciéndonos pegar un pequeño brinco, y separamos los dedos Me giré un poco mientras lo decía, y estaba haciendo reverencias burlonas. Jared le dio una
inmediatamente. colleja cuando se incorporaba de una de ellas.
- Jake, ¿puedo hablar contigo un momento? – preguntó Sam. - Payaso – bufó Jacob, riéndose. Me quedé observándole durante un rato mientras
- Claro. Toma, cógelo un momento – sin que me diera tiempo a abrir la boca, Jake me lo caminábamos hacia la playa. Lo que había pasado en casa de Sam y Emily me había dejado
colocó en mis vacilantes brazos -. Sujétale bien la cabeza, ¿vale? – dijo, ya alejándose junto impresionada. Él se dio cuenta.
a Sam. Salieron al pequeño vestíbulo de la escalera y yo me quedé con Ethan en brazos. - ¿Qué? – me preguntó, mordiéndose el labio.
¿Qué se supone que iba a hacer con ese bebé? Miré a Emily y se lo di. Seguro que ella - ¿Qué ha pasado ahí dentro?
estaba ansiosa de tener a su cachorrito a su lado. Me acordé de su otro retoño de dos años. - No sé a qué te refieres – disimuló, encogiéndose de hombros.
- ¿Dónde está Joshua? – le pregunté. - Vamos, Jake – le azucé, dándole tirones de la mano -. Sabes de sobra de qué estoy
- Con Leah en la playa. Aquí había demasiado jaleo. hablando. Cuéntamelo.
- Ah - fue lo único que se me ocurrió decir. Me daba mucha pena de ella. La eterna - No hay nada que contar. Esa gente está un poco chiflada, nada más – y me tocó la punta
enamorada de un amor imposible, que fue abandonada por su amado al imprimarse de su de la nariz con el dedo.
prima, y que, para encima de no poder tener hijos, cuida y trata como tales a los de ellos Caminé normal de nuevo, pero no estaba dispuesta a darme por vencida.
dos. Sólo por hacer eso, se merecía el cielo y el universo entero. No acababa de entender - ¿Por qué dices eso? – inquirí para intentar sonsacar.
eso de la imprimación. Jake me había hablado de ello en alguna ocasión cuando era - Creen demasiado en las leyendas – suspiró.
pequeña, pero no me había contado mucho. Me había dicho que la imprimación sólo tenía - ¿Qué leyendas? ¿Es que formas parte de alguna de ellas?
Jake me miró sonriendo, exhalando el aire de repente. llevas tus auriculares puestos, ¿me sigues? – me miró para ver si le entendía -. Bueno, no
- ¡Eres demasiado rápida para mí! ¡No se te escapa nada! – rió, negando con la cabeza. sé. Es un rollo un poco raro y difícil de explicar. Ya te digo que ni yo sé cómo lo hago.
- En eso salí a mi padre. Ya sabes, soy hija de Edward Cullen – bromeé. - Qué guay. ¿Y desde cuándo te pasa eso?
- Ya veo. Menos mal que no puedes leer la mente y todo eso – se rió otro poco y siguió - Me vino hará unos tres meses, más o menos. Fue de repente. Me uní a la manada para
hablando -. Bah, te lo voy a contar. Me da un poco de vergüenza, pero bueno. patrullar, como otro día más, y, de pronto, todos se quedan como patidifusos. Luego, me
- Conmigo no tienes por qué. dijeron que no podían oír algunos de mis pensamientos, que era como si hubiera
- Ya lo sé, pero aún así… - frunció los labios -. Bueno, es una chorrada. No te creas ni una interferencias o algo así. En ese momento creí que me estaban tomando el pelo.
palabra de esas historias, ni nada. Son cosas de viejos. A veces la gente se creé cosas… Mis ojos se abrieron como platos otra vez.
- ¡Ay, venga, Jake! ¡Cuéntamelo ya, no seas pesado! – exclamé, riéndome y tirándole de la - Entonces, mi padre tampoco te podrá leer la mente – solté toda emocionada.
mano otra vez. - No te hagas ilusiones – me pellizcó la mejilla con una sonrisita pícara -. Solamente me
- Vale, vale – se rió. Cogió aire y empezó a hablar un poco más serio -. Verás, bueno, ya funciona con la manada, cuando estoy en mi forma lobuna.
conoces toda la historia de nuestro antepasado Taha Aki. - Pero cuando eres un lobo, a lo mejor mi padre tampoco puede.
- Sí – y comencé a vocalizar como si fuera la narradora de una obra de teatro -, fue el - Sí, sí que puede, créeme – suspiró -. Esto sólo pasa con los otros lobos. Para tu padre sigo
primer Espíritu Jefe que usó su espíritu, metiéndolo en un lobo, para salvar a la tribu de la pensando muy alto.
codicia de Utlapa, un espíritu guerrero malvado que le había robado su cuerpo y fingía ser Resoplé, desilusionada. Ya se divisaba First Beach. Caminamos por la senda que conducía
él. al espigón de madera de la playa, en el extremo norte.
- Veo que te sabes la lección. - ¿Y por qué dices lo de las leyendas? ¿Qué tienen que ver contigo?
- Edward Cullen – volví a bromear. Hizo una mueca y siguió contando todo de carrerilla. - Ya sabes que nosotros somos descendientes de Taha Aki, llevamos sus genes de
- Bueno, pues se dice que Taha Aki tenía una gran fuerza espiritual y que era capaz de metamorfo – después de aquella visita de los Vulturis y de la aclaración que había hecho
dominar su mente y sus pensamientos como nunca antes había visto nadie. Era el único que mi padre, todos los quileute habían cambiado el término licántropo por el de metamorfo -.
podía ocultar los pensamientos que no quería que los demás espíritus guerreros oyeran, Uno de esos genes es el que ocasiona lo de los pensamientos, pero sólo lo tenía activo Taha
después de lo que había pasado con Utlapa. Sin embargo, mientras hacía eso, él seguía Aki. Este gen fue pasando de generación en generación, sin embargo, nunca se le había
oyendo los de los demás. Nadie sabe cómo lo conseguía, porque nunca se vio algo igual. activado a nadie más. Hasta que llegué yo. Y ahora agárrate, esto es lo más fuerte de todo.
Fue el primer lobo de todos, el Alfa de los Alfa, y se considera como el mayor de los Es la mayor chorrada que he oído en mi vida – hizo una pequeña pausa para darle emoción
Espíritus Jefe, como si fuera una especie de… rey o algo así. a la historia -. Ahora los ancianos, incluido mi padre, están convencidos de que yo soy una
- Espera, espera – me detuve y él hizo lo mismo - ¿Y qué tiene eso que ver contigo? especie de copia o de… - dudó, pero luego siguió con una mueca de escepticismo
Me observó, mordiéndose el labio con el rostro algo avergonzado, y se quedó pensando. – reencarnación de Taha Aki. Dicen que sólo a mí se me activó ese gen y que lo hizo
- ¿Jake? cuando alcancé la madurez necesaria – empezó a carcajearse, llevándose la mano a la
- ¡Bah! Es que es tan absurdo… Sólo son bobadas - intentó iniciar la marcha, pero tiré de cabeza -. ¿Te imaginas? ¡Es ridículo! ¡Dios, cómo son esos viejos! ¡Y lo peor es que los
su brazo hacia atrás. Miró hacia arriba y suspiró. demás se lo creen! – exclamó, gesticulando con el brazo mientras se reía. Yo no me reí
- Está bien, está bien. Si no me lo quieres contar… - empecé a caminar de nuevo. Esta vez nada. Me quedé de piedra, estupefacta, clavada en el suelo mientras miraba a mi mejor
fue Jacob el que me detuvo. amigo deslumbrada. Él se dio cuenta.
- A mí me pasa lo mismo – soltó de sopetón. Mis ojos casi se salían de sus órbitas. ¿Que - Vamos, Nessie. No te lo irás a creer tú también, ¿verdad? No me digas que tú crees en eso
podía ocultar sus pensamientos? de la reencarnación.
- ¿Cómo? – me quedé boquiabierta. - Mis padres y mi familia son unos vampiros, yo misma soy mitad humana, mitad vampiro,
- No sé por qué ocurre, ni cómo lo hago – se encogió de hombros y empezamos a caminar y mi mejor amigo es un metamorfo u hombre lobo cuyos antepasados eran personas que
de nuevo -. Tampoco me pasa todo el tiempo, sólo algunas veces. Los ancianos dicen que sacaban a su espíritu fuera para luchar. Así que, ¿por qué no? ¿Es que tú no te crees las
terminaré perfeccionando la técnica y que lo haré cuando quiera – se echó a reir -. ¿Te lo leyendas de tu tribu? Le seguí mirando pasmada y él puso los ojos en blanco.
puedes creer? Esos viejos me hablan de técnicas cuando yo ni siquiera sé cómo se hace. - Por supuesto que sí. Me transformo en lobo todos los días, ¿cómo no voy a creerlas?
- ¿Cómo es? – estaba maravillada. - ¿Entonces?
- No sé. Simplemente, cuando no quiero que oigan algunas cosas, puedo pensar en otras a - Las leyendas son ciertas, pero esto sólo son suposiciones y conjeturas de los ancianos,
la vez, como para tapar, ¿sabes? Como cuando vas por la calle escuchando música con el creencias. Nunca antes ha habido una reencarnación, ni nada parecido. No se conoce
mp3. Escuchas la música, pero, a la vez, cruzas la calle, miras que no vengan coches, ningún caso. Esta gente siempre ha esperado a que algún día el espíritu de Taha Aki se
caminas por donde tienes que ir, y puedes hacer todo eso escuchando la canción que reencarne, es otra creencia más, como el que cree en Dios, Alá o Buda. Lo del gen del
quieres tranquilamente, poniéndola atención. Los demás no escuchan la música, porque pensamiento, por llamarlo de alguna manera, puede que sea verdad, pero lo otro… Y
además, suponiendo que fuera cierto, ¿por qué iba a reencarnarse Taha Aki en mí? Lo más - Pues… es como magia - de pronto, se quedó ensimismado, mirando al horizonte -. Es
seguro es que se hayan equivocado. El que yo haga eso de los pensamientos, no quiere como los movimientos gravitatorios de los planetas en el espacio. Una vez que la ves, lo
decir nada. Es absurdo. Me quedé pensando un rato. dejas absolutamente todo y empiezas a girar a su alrededor, pasa a ser lo que más te
- ¿De qué color era el pelaje de Taha Aki? – le pregunté. importa. Harías cualquier cosa y serías cualquier cosa por ella, sin dudarlo ni un segundo.
- Rojizo – contestó él automáticamente. Le hice un gesto con la mano como de ahí lo Su amigo, su hermano, su amante…, todo, lo que ella quiera. Cuando la encuentras, te
tienes y se corrigió a sí mismo -. Dicen que era rojizo – matizó. sientes completo, porque ella es parte de ti, de entre todos los millones de personas del
- A ti siempre te ha resultado más fácil transformarte en lobo que a los demás, eso tiene que planeta, ella es tu alma gemela, la pieza perfecta que te complementa. Ella es única, y es
ser por algo. como si tú hubieras nacido sólo para ella y ella para ti, por eso cuando estás con ella, tu
- Uno, que tiene maña. espíritu está completo del todo y sientes una paz interior inmensa. Es genial. Lo decía con
- Taha Aki era un macho Alfa – apunté. tanto entusiasmo, que, no sé…
- También Sam lo es – me recordó. - ¿Tienes… tienes ganas de que te pase a ti? – murmuré.
- Hace un momento, dijiste que sólo Taha Aki tenía activo el gen del pensamiento, pero tú En un segundo, el semblante de Jacob cambió. Primero al color pálido y después al color
también lo tienes. Son muchas coincidencias. Suspiró, cansado. sonrojado. Agachó la cabeza y me miró tímidamente. Nunca lo había visto así y me chocó.
- Vale, vale. Tú ganas – me pasó el brazo por el hombro y empezamos a caminar de nuevo - Verás – tragó saliva -, es que yo…
hacia la playa -. Puede que sea la reencarnación de Taha Aki, ¿contenta? - ¡Nessie! – gritó una voz a lo lejos, interrumpiendo su frase.
- Así está mejor – le sonreí -. Deberías creértelo más, ¿sabes? A veces eres demasiado Era Charlie junto a Sue, que paseaban por la playa de arena gris y piedras lisas, con Leah y
humilde. Joshua.
- No es humildad, es la realidad – refutó -. Seguro que hubo, hay y habrá hombres mucho - ¡Abuelo! – exclamé, alejándome de Jacob para ir a abrazarle.
mejores que yo. No creo que Taha Aki se fijara en mí y me escogiera. - ¡Demonios, niña! ¡Cada vez estás más… más…! – Charlie me miró de arriba a abajo y
- Pues yo, si fuera él, lo haría sin pensarlo. No hubo, hay ni habrá nadie tan bueno como tú. parpadeó. Se limitó a abrazarme y a darme un beso en la frente. Sue me dio otro abrazo.
Eres… - me quedé sin habla al volver la vista hacia él. Ya no caminábamos, me miraba - Hola, Nessie – me saludó Leah - ¿Qué tal tu primer día en el instituto?
fijamente, como aquel día en el bosque cuando le iba a contar lo de mi desarrollo y, como Leah era muy simpática y amable conmigo, aunque a mi familia, y sobretodo a mi madre,
en aquella ocasión, me ruboricé. Pero, esta vez, esos ojos profundos me llamaban, era no los podía ni ver. A mí, en cambio, siempre me trataba como a una más.
como si me hipnotizaran, y tenía la cara tan cerca, que sentía su caliente respiración en la - Bien, gracias. Creo que no me va a costar mucho adaptarme.
mía. Tragué saliva y seguí la frase a trompicones y con un susurro, que era lo único que me - ¿Y cómo permites que este idiota te dejara tirada esta mañana en un día tan importante? –
salía -, la… la persona… más… maravillosa… del… mundo, Jake – dije cada palabra señaló a Jacob, que estaba a su lado, y éste frunció el ceño –. Si yo fuera tú, no le hablaba
lentamente. en un mes o más. Jake le dio un pequeño empujón, como regañándola, y ella se carcajeó.
Empezó a acercar su rostro al mío y mi corazón metió la quinta. Colocó su mano suelta en Joshua se escapó corriendo y Sue y Charlie se pusieron a jugar con él en la arena.
mi nuca y… … me besó en la frente. - Bueno, no sé si aguantaría tanto sin hablarle, la verdad – admití, riéndome.
- Gracias – susurró. Apartó el rostro, retiró la mano de mi cabeza y comenzamos a caminar Jacob y yo nos miramos y nos sonreímos tímidamente.
de nuevo. Pestañeé, confundida, con la cara tan roja, que si hubiera habido un faro en la - ¡¿Ya se lo has dicho?! – le preguntó Leah a Jake después de observarnos.
playa para guiar a los barcos, yo le habría hecho sombra. Carraspeé para aclararme la voz. Parecía muy contenta, como si le hubieran dado una buena noticia.
- ¿De qué hablaste con Sam? – le pregunté para distraerme. Éste apartó la vista de mí rápidamente y le hizo una mueca mientras le daba un pisotón que
- Va a tomarse un pequeño descanso estos días para ayudar a Emily y quería que yo me pretendió disimulado, pero que yo vi perfectamente.
encargara un poco de su manada. Nada, una semana o así. - ¿Decirme el qué? – miré a Jake.
- Pero, ¿no vino su familia de la reserva de los makah? Pensé que habían venido para
ayudarla. CONFESIÓN
- Sí. Pero a Sam le apetece, y así está con ella y con los niños. Ya sabes, la imprimación y
todo eso. En ese momento, el pequeño Joshua llegó trotando, hundiendo sus diminutos pies en la
- Ah, ya – asentí. Me pareció lógico. De pronto, me acordé de otro tema que me interesaba arena torpemente, y se enganchó a la pierna de Jacob.
bastante. - Tito Yei, quello, quello – pidió, alzando los bracitos.
- Hablando de imprimaciones – empecé -, podías contarme un poco más de eso. Jake se - ¡Qué niño! – exclamó Charlie, que había corrido detrás del crío y llegaba con la lengua
puso rígido, como nervioso. fuera - ¡Menuda energía! Creo que ya no estoy para estos trotes…
- ¿Qué quieres saber? – inquirió, mirando al frente. - Ah, quieres ser un gigante, ¿eh, campeón? – dijo Jake al niño, inclinándose un poco sobre
- ¿Cómo es? Se quedó en silencio un rato, pensando las palabras que tenía que decir. él, mientras me miraba a mí con una cara de evasión que no se tenía con ella.
Me crucé de brazos y le miré con el ceño fruncido. - Cómo fue toda la historia. Para que no haya malentendidos entre nosotras – comenzó a
- ¡Sííí! ¡Iante, iante! – chilló Joshua, todo emocionado, saltando y levantando los brazos de explicarme, a la vez que sus piernas se movían de aquí para allá y sus manos se convertían
nuevo. en un revoltijo de dedos -. De esto hace seis años. La verdad es que yo y Jake no nos
- Pues, venga. ¡Aúpa! – y lo cogió para sentarlo en su cuello. El niño empezó a reírse llevábamos demasiado bien, bueno, en realidad, yo no me llevaba bien con ninguno de los
solamente con ver la altura y se sujetó a su frente con entusiasmo –. Agárrate fuerte, ¿eh? chicos, estaba amargada por lo de Sam, lo reconozco. Así que cuando Jacob dejó la manada
Oye, pero no me tapes los ojos, que no veo… Se quitó las deportivas con los mismos pies, de Sam y Seth se fue con él, vi el cielo abierto y me uní a esos dos idiotas. Solamente lo
sin desabrocharlos, y comenzó a alejarse hasta la orilla, mirándome como antes, con Joshua hice para estar con mi hermano y para librarme de Sam por fin. Y resultó. Por primera vez,
tronchándose de la risa. Resoplé. Bueno, ya se lo sonsacaría más tarde. empecé a sentirme libre, ya no tenía que escuchar los pensamientos de Sam continuamente,
- Yo creo que me voy a sentar un rato – suspiró Charlie, dirigiéndose a uno de los troncos ni él era testigo directo de mi amargura. Sí, eso era lo que me ponía más enferma. Con
blanquecinos de la playa. Sue se rió entre dientes y le acompañó. Metí las manos en los Jake, no tenía que dar explicaciones, él no es como Sam, no impone sus reglas, siempre te
bolsillos de mi cazadora y me quedé observando a Jake, junto a Leah. Mi labio cambió su da opción a elegir lo que quieres. Con Jake, me sentía libre por primera vez en mi vida, y,
curvatura y se inclinó hacia arriba al ver cómo Jacob se metía en el agua y se doblaba hacia además, ambos estábamos pasando por algo parecido, nos entendíamos – pero, ¿a qué
delante, fingiendo querer tirar al niño, mientras éste se reía con esa voz chillona y se venía todo esto? Me quedé callada sólo para ver a dónde me llevaba todo este incómodo
enganchaba a su cara para no caerse en el agua. Las olas rompían con tanto ímpetu, que sus relato -. Así que, justo antes de que nacieras, empecé a sentir algo hacia él sin darme
pantalones vaqueros se mojaron hasta las rodillas. Cuando volvía a incorporarse y Joshua cuenta. Al principio, pensé que sólo era una amistad que comenzaba a surgir entre
estiraba las manitas hacia arriba, intentando alcanzar las nubes, noté algo que me hizo girar nosotros, pero pronto descubrí que, por mi parte, iba más allá. Por mi parte, claro, porque él
el rostro. Pillé a Leah oscilando la mirada de Jake a mí, mordiéndose su labio inferior con estaba demasiado preocupado con el embarazo de tu madre y no veía más allá. Jacob tenía
preocupación, pero, lejos de disimular o algo, su cara se quedó fija en la mía y se pensado vivir como lobo y largarse en cuanto tu madre diera a luz, bueno, ya sabes que él
transformó en una extraña determinación. estaba totalmente en contra de que ella se convirtiera en un vampiro, ¿no? – por vez
- Quiero hablar contigo, ¿damos un paseo? – espetó de pronto. primera, levantó la vista para mirarme, esperando a que yo dijera algo. Suspiré, cansada.
- ¿Eh? – su tono decidido me sorprendió un poco -. Sí, claro… - Sí, ya me lo contó – le respondí -. Sabía que ella no lo superaría y que mi padre la iba a
Antes de que terminara de pronunciar la última vocal, su pie ya estaba iniciando la transformar en cuanto yo naciera. A él le dolía mucho perder a la que entonces era su mejor
andadura. Tuve que dar una zancada bien grande para comenzar a caminar y poder amiga, porque pensaba que ella ya no sería la misma. Aunque luego nací yo y decidió
ponerme a su altura. Mientras mis piernas se movían junto a las suyas, me giré y le eché un quedarse.
vistazo a Jake. Éste se había quedado quieto, con el niño aún dando botes en su cuello, y - Ese idiota tampoco le ha contado eso – me pareció que mascullaba para sí, aunque lo dijo
nos observaba con cierta extrañeza. Volví a girarme y la que se extrañó entonces fui yo. tan bajito…
Leah tenía la mirada clavada en la alfombra de rocas lisas que se extendía por la arena, - ¿Qué? – inquirí, extrañada.
estaba enfrascada en sus pensamientos, y parecía nerviosa, se frotaba las manos sin parar, - No, nada, cosas mías – dijo -. Bueno, pues eso, Jake se iba a marchar y yo le pedí que me
como pensando las palabras que quería decirme. ¿Qué le pasaba? dejara largarme con él. No estaba muy de acuerdo al principio, pero luego me dijo que se lo
- Bueno, ¿qué pasa? – le pregunté al ver que ella no hablaba. La quileute se paró de iba a pensar.
repente, otra vez con decisión, y me miró a los ojos del mismo modo. - ¿Ibais a… marcharos… juntos? – volví a sentirme molesta, muy molesta.
- Quiero que sepas que hubo un tiempo en el que sentía algo por Jacob – me confesó con - Sí, pero, escúchame – se quedó frente a mí con las pupilas llenas de una redención que
un tinte de remordimiento en la voz que no comprendí. seguía sin comprender -. Lo único que quería entonces era alejarme de Sam. Vale que me
- Oh – al igual que me había pasado con Emily, fue lo único que se me ocurrió decir. empezara a gustar Jake, eso también influyó en mi decisión, de acuerdo, pero lo que más
- Pero te juro que eso se acabó, te juro que ya no siento nada por él – siguió en el mismo me urgía era separarme de Sam para siempre y olvidarme de él. Y Jake tenía pensado ir a
tono. ¿Qué? ¿Cómo? ¿Que había sentido algo por Jake…? Sin saber por qué, cuando su bola, no hacía más que repetirme eso, no quería que yo le molestase ni que supusiera
terminé de digerir esas palabras, empecé a sentirme bastante incómoda y molesta, como me una carga para él, me lo dejó muy claro, y yo sabía dónde me metía, sabía que él no sentía
había pasado en el aparcamiento con Brenda. Y además, ¿por qué me decía esto a mí? nada hacia mí, tal vez esa amistad que empezaba a surgir, pero nada más, podía verlo en
Aunque él era mi mejor amigo, no era de mi incumbencia. Y tampoco entendía por qué me sus pensamientos. Además, como has dicho, luego naciste tú y todo se quedó en agua de
lo contaba con esa preocupación y desahogo, era como si se estuviese excusando conmigo. borrajas.
- ¿Y por qué me lo cuentas a mí? – critiqué, sin poder evitar que mi voz delatara mi ››Fue entonces cuando todo dio un giro de ciento ochenta grados. Jake se… - su frase
inexplicable molestia. quedó colgando en el aire durante dos segundos -. A Jake le pasó una cosa muy importante
- Bueno, es que las noticias aquí corren como la pólvora y no quería que te enterases por que lo cambió todo, incluso mis propios sentimientos – fruncí el ceño, sin comprender,
boca de otra persona, prefería decírtelo yo para aclararte bien las cosas. pero a ella pareció darle igual y siguió con su extensa explicación, aunque esta vez lo hacía
- ¿Aclararme el qué, Leah? No lo entiendo. atropelladamente -. Me di cuenta de que él solamente me iba a ver como a una amiga toda
la vida, era totalmente inútil luchar contra eso, y yo no quería tropezar dos veces con la de esas fiestas en las que se cuentan las leyendas quileutes, pero aún se quedaba blanco
misma piedra, así que desistí y me olvidé de él de ese modo. Además, yo ni siquiera podía cuando veía a los chicos como lobos. Se alejaba un poco de ellos, como el que le tiene
odiarte, no sé qué es lo que tienes, pero tienes un aura, algo, no sé, que embauca a todo el miedo a los perros y guarda una distancia de seguridad por si tiene que echar a correr. Era
mundo, incluida a mí. Siempre me has caído bien, de verdad, eso también ayudó a que me muy gracioso. Por supuesto, no sabía que las transformaciones eran debidas a la verdadera
olvidase de él. Te lo juro, Nessie, ya no siento nada por él, sólo amistad, te lo juro, tienes existencia de vampiros, porque si no, sí que le hubiera dado un ataque. Además, mis padres
que creerme. ¿Pero por qué me decía esto como si se disculpase conmigo? No entendía se lo tenían prohibido a Sue. Ella le decía que esa parte de las leyendas eran sólo eso,
nada. Sin embargo, tenía que reconocer que sentí cierto alivio por eso último, aunque otra leyendas, y él no preguntaba más. Creo que tampoco quería saber demasiado.
duda enseguida sustituyó ese sentimiento… Jacob y yo nos quedamos en la playa el resto de la tarde, charlando y bromeando con la
- ¿Qué le pasó a Jake que fue tan importante? – quise saber. arena y el agua hasta que empezó a anochecer. No me quiso contar eso que me tenía que
- ¡Ah! – exclamó, haciéndose la tonta -. Bueno, eso mejor que te lo cuente él, es que es tan decir, me entretenía con otras cosas y era imposible sonsacarle nada. Cogimos su coche
largo de explicar… - se excusó -. Anda, mira, creo que están esperando por nosotras – dijo, para la vuelta a mi casa, de noche ya hacía bastante frío para la moto. Mientras él conducía,
saliéndose por la tangente, señalando con el dedo en dirección a Jake, al crío, Charlie y Sue yo miraba por mi ventanilla, ensimismada en mi mundo. Todavía me sentía un poco
-. Diablos, es verdad, tengo que llevar a Joshua a casa. Y empezó a deshacer el camino que molesta por la confesión de Leah, no entendía por qué me había dicho eso a mí. Hasta que
habíamos hecho, a toda prisa. Resoplé, todavía sin entender nada, y la seguí, qué remedio. llegó un momento en que sentí que tenía que soltarlo, si no, iba a reventar.
Joshua ya estaba en tierra, gateando sobre la arena de la orilla al lado de Charlie y Sue. - Leah me ha confesado que hace tiempo le gustabas – revelé de sopetón, sin dejar de
Jake esperaba mi llegada, con las manos metidas en los bolsillos de su pantalón mojado. Su observar por la ventana.
rostro seguía llevando la misma extrañeza que cuando me marché con Leah a pasear. Se hizo un pequeño silencio que pronto se rompió.
- ¿De qué hablabais tan concentradas? – le preguntó a su hermana de manada con un aire - Así que era eso – murmuró; parecía aliviado.
desconfiado y de enfado a la vez. Giré el rostro para verle.
- De esa cosa tan importante que te pasó cuando nací – le respondí yo, visiblemente - ¿Tú lo sabías? ¿Sabías que ella…?
molesta. - Podemos vernos los pensamientos, ¿recuerdas? – me cortó.
- ¿Cómo? – su mirada se cruzó con la de Leah y en ella se podían ver sus ganas de matarla. - Entonces, toda tu manada lo sabe.
- Oh. No le he dicho nada de eso, tranquilo, no iban por ahí los tiros. Eso mejor se lo dices - Claro. Pero de eso hace mucho tiempo, Leah ya no piensa en eso nunca.
tú de una vez – contestó ella nerviosamente -. Bueno, tengo que irme, voy a llevar a Joshua - ¿Y también saben que os ibais a marchar juntos como lobos? – no pude evitar un timbre
a casa, ya se hace tarde. Me alegro de verte, Nessie, cada vez estás más guapa y más de retintín en mi voz.
mayor. A ver si me das la receta, ¿eh? – me guiñó el ojo y se marchó disparada a recoger al Ahora fue el rostro de Jake el que se giró hacia mí.
niño mientras Jacob seguía mirándola con cara de malas pulgas. - ¿Qué es lo que te preocupa realmente? – inquirió.
Entonces, mi mejor amigo volvió la vista hacia mí y su rostro cambió. - ¿Qué?
- Bueno, ¿nos vamos a mi casa a ver un poco la tele? – propuso con una sonrisa forzada, - ¿Por qué te pones así por algo que pasó hace tanto y que no tiene importancia? – siguió,
pasándome el brazo por los hombros. echando vistazos cortos al trayecto.
- ¿Qué es eso que me tienes que decir? – interrogué, bastante irritada al percatarme de su - No me pongo de ninguna manera – me defendí, aunque mi ceño seguía clavado sobre los
intento de distracción - ¿Y qué es esa cosa tan importante que te pasó? – repetí. ojos.
Charlie carraspeó y Jake retiró el brazo. - Sí, le das demasiada importancia – y, para mi asombro, le salió esa sonrisa torcida
- Yo también tengo que irme – dijo mi abuelo -, ¿quieres que te lleve a casa? suya.Comencé a notar el calor en mis mejillas sin saber por qué.
- Ah, no. No te preocupes, Jake lo hará. Gracias. - No le doy importancia. Es sólo que…, bueno, no entiendo por qué ha tenido que contarme
Charlie miró a Jacob y éste hizo lo mismo con una sonrisita. Mi abuelo no pareció quedarse eso. Y, además, con esa cara de cordero degollado. Es como si me estuviese pidiendo
muy tranquilo, pero asintió después de un rato. perdón o algo así.
- Vale, cielo – aceptó, dándome un beso -. Dile a tu madre que ya iré por allí un día de - Eso es porque Leah siempre ha creído que te debía una explicación – declaró, llevando la
estos, ¿de acuerdo? vista al frente.
- Sí, ya se lo digo. - ¿Una explicación? ¿A mí? – ahora sí que no entendía nada.
Sue me dio otro beso, se despidieron de nosotros y se alejaron. - Bueno, tú eres mi mejor amiga. Sabe que te ibas a enterar tarde o temprano y querría darte
Charlie parecía muy feliz al lado de Sue, y Leah y Seth lo habían aceptado muy bien. su versión para quedarse más tranquila.
Aunque vivían separados, parecía que Charlie lo hiciera en La Push. En cuanto salía de - Pues no sé de qué iba a tener que preocuparse.
patrullar, se venía corriendo hacia aquí para estar con ella y con Billy. Ahora ya conocía - Cosas suyas, yo qué sé – se encogió de hombros.
toda la historia de los metamorfos. Sue le había explicado todo y le había llevado a alguna - Además, está claro que si me enteraba, no iba a ser por ti. No comprendo por qué nunca
me has hablado de esto, la verdad. Tantos secretitos… - otra vez ese retintín. -. ¿Qué ha pasado?
- No son secretitos – se rió. - No lo sé – se giró y miró por la ventanilla -. Quédate aquí y no salgas del coche. Voy a
- ¿Ah, no? Ah, claro, es verdad, toda tu manada lo sabía – mi ironía iba creciendo por mirar.
momentos. - Ten cuidado, por favor – le susurré, inquieta -. Puede que sea uno de esos vampiros
- Iba a contártelo. curiosos.
- Sí, claro. Mañana. - No te preocupes, si es un chupasangres de esos, no sabe con quién se las tiene que ver.
- Bueno, Nessie, hasta hace sólo un mes y medio eras una niña – empezó a alegar -. Tu Soy la reencarnación de Taha Aki, ¿recuerdas? – me sonrió y salió del coche.
crecimiento no te ha pillado desprevenida solamente a ti, ¿sabes? Para mí también ha sido Yo estaba asustada. Me daba igual Taha Aki, Alá o lo que fuera. Mi mejor amigo estaba
poco rara esta nueva situación. Bueno, es decir, eras una niña y en apenas dos meses te has ahí afuera solo, en su forma humana y sin su manada, enfrentándose a un posible ataque
convertido en una mujercita. Yo también he tenido que adaptarme y no me ha dado tiempo vampiro. Sólo de pensar que le pasara algo… Me agarré la pulsera, que ya era una especie
a contarte toda mi vida con detalles. Pero te la contaré, en serio. Dame tiempo. Genial. de amuleto para mí.
Ahora me sentía culpable, y egoísta, por haberme preocupado sólo de mí durante todo ese Jacob caminó con cautela, mirando a su alrededor, preparado por si se tenía que
tiempo. transformar en lobo. Se pegó al coche y rodeó el capó, observando el suelo y los
- Perdona, Jake, no me había dado cuenta de eso. No sabía que esto fuera tan difícil para ti. alrededores casi a la vez. Me mordí el labio, nerviosa.
Yo… - ¡Jo-der! – exclamó de repente.
- Para. Yo no he dicho que fuera difícil – me interrumpió con una sonrisa -. Solamente he
dicho que he tenido que adaptarme, nada más – Luego, volvió la vista hacia delante y habló DORMIR
más serio -. Si te digo la verdad, me encanta que hayas crecido por fin – murmuró. Le
sonreí, aunque cuando sus ojos se encontraron con los míos, mis mejillas se ruborizaron de - ¡¿Qué pasa?! ¡Jacob! – me disponía a salir del coche, cuando, en un segundo, lo tenía en
nuevo y tuve que agachar el rostro y llevarlo hacia la ventanilla otra vez. mi puerta, empujándola para que no la abriera.
- Entre Leah y yo nunca ha habido nada y nunca lo habrá – empezó a explicarme -. Y ella - ¡No salgas, Nessie! ¡Ni bajes la ventanilla! No puedes ver esto – Jake miraba algo en el
ya no siente nada por mí, te lo aseguro. suelo con el semblante horrorizado. Me asusté al ver su reacción, ya que él estaba
Como en el aparcamiento del instituto, volví a preguntarme por qué tenía que aclararme acostumbrado a ver muchas cosas desagradables, como desmembrar vampiros y cosas de
nada. En realidad, no era asunto mío. esas. Tenía las palmas de las manos apoyadas en el cristal de la ventanilla.
- Bueno, Jake, ya te dije que no tienes que darme explicaciones y que puedes hacer lo que - ¡¿Qué pasa, Jake?! – apoyé mis manos donde las suyas, como si así pudiera hacer algo
quieras, de verdad. para aliviarle. Volvió el rostro hacia mí, aún pálido. Giré la manivela y bajé un poco la
- Y yo te repito que es lo que estoy haciendo – me sonrió. ventanilla para poder oírle, todo lo que me dejó él.
Esta era la mía. - Es una cabeza humana. Está totalmente desfigurada y la sección es reciente, de hace unos
- Bueno, si es lo que quieres, entonces, dime, ¿qué es esa cosa tan importante que te pasó? minutos – agachó la cara y exhaló todo el aire de repente. Sí, yo también podía oler la
– le pregunté por enésima vez. sangre, ahora que había bajado algo el cristal. Me quedé sin aliento. Un vampiro había
Y por enésima vez, tampoco me lo reveló. Se limitó a darme largas en ese asunto en asesinado a alguien delante de nuestras narices. Quien quiera que fuese, tiró la cabeza justo
particular y a explicarme cada uno de los puntos y detalles de su relación recíproca de cuando estábamos pasando nosotros con el coche. Habían matado a una persona y nosotros
amistad y hermandad con Leah. Sí, ella tenía razón. Fuera cual fuera la razón, Jake sólo la no habíamos podido hacer nada para evitarlo. Sabía que esto podía afectar mucho a Jacob,
había visto y la iba a ver como una amiga, de eso no me quedó ninguna duda. También me los lobos eran los guardianes contra los vampiros.
contó que Leah seguía teniendo a Sam en su corazón, aunque ya no le guardaba ningún - Yo… ni siquiera… olí al vampiro… - me lamenté.
rencor. Toda la manada podía ver sus sentimientos cuando ella observaba a su primer y - Esto no es obra de una sanguijuela – ahora habló más concentrado -. Ni siquiera se puede
frustrado amor. Al final, volví a sentir lástima por ella. reconocer si es un hombre o una mujer, los vampiros no descuartizan a sus víctimas de este
Terminamos cambiando de conversación y encendiendo el estéreo para poner un CD de 30 modo – hizo una pausa y suspiró -. Déjame tu teléfono, tengo que llamar a Charlie. Luego
seconds to mars. Íbamos por la carretera de La Push, casi llegando a Forks, escuchando la llama a Edward y dile que vamos a llegar un poco tarde, seguro que tendremos que prestar
música y discutiendo sobre qué grupo de rock era el mejor, cuando una cosa alarmó a Jake. declaración o algo. Cogí el móvil de mi mochila y, con las manos temblorosas, se lo pasé a
Frenó en seco, algo chocó y rodó por el capó, y yo no me estampé en el parabrisas gracias Jake por la rendija de la ventanilla. Cuando estaba a punto de girarse para llamar, se paró y
al cinturón de seguridad. Me dio tal tirón, que casi me quedé sin respiración. me miró.
- ¡¿Estás bien?! – me preguntó, alarmado, agarrando mi rostro entre sus manos y mirando - No se te ocurra mirar, ¿vale?
que no estuviera herida. Negué con la cabeza y se dio la vuelta, alejándose dos pasos del coche.
- Sí, sí, sólo ha sido el tirón, nada más. No te preocupes, estoy bien – Jake suspiró aliviado Pero no hay nada peor que decirle a alguien como yo que no mire algo que no debe. Y
nunca me arrepentiría más de nada como de lo que hice entonces. -. Me pone nerviosa. Jake hizo rebotar la pelota en la frente de Rose y a mí me salió una
Mientras Jake estaba abstraído, hablando por teléfono con Charlie, y con los nervios de risilla. Ésta nos dedicó una mirada asesina a los dos. Emmett aguantaba la sonrisa por si
punta, a mí no se me ocurrió otra cosa que asomarme un poco a echar un vistazo. Bajé un acaso. Mi padre se relajó un poco al verme un poco más alegre.
poco más la ventana, vigilando a Jacob, me asomé y… …metí la cabeza ipso facto otra - Es un crimen horrible, pero lo más seguro es que haya sido un asesinato… común –
vez, espantada. Subí la ventanilla, rezando para que Jake no me hubiera visto, intentando Carlisle no encontró otra palabra para decir que había sido obra de uno o varios humanos -.
controlar el temblor de mis manos antes de que él llegara. Alice no ha visto nada.
La imagen duró medio segundo, pero fue suficiente para aterrarme. La cabeza yacía junto - Nada de nada – afirmó ella -. Fue una casualidad.
al coche, cerca de la rueda delantera del lado derecho. Estaba seccionada, pero no era un - De todas formas, la policía lo está investigando – dijo Jake, con su pelota subiendo y
corte limpio. Había sido desgarrada y todavía le colgaban de lo que quedaba del cuello los bajando mientras Rosalie suspiraba cansada -. Ya nos enteraremos de lo que sea.
tendones, arterias y trozos ensangrentados de carne y piel. Como había dicho Jacob, el - Por si acaso, estaremos atentos – apuntilló mi padre.
rostro estaba terriblemente desfigurado. Le faltaban los ojos y la nariz, la boca estaba - ¿Cómo ha ido tu primer día de clase? – preguntó mamá para cambiar de tema.
partida y le faltaban la mayoría de los dientes. Lo que quedaba de cara estaba morada y - Muy bien. Ya tengo cuatro amigas – volví a incluir en ese término a Brenda.
tenía algunos cabellos pegados por la sangre que la bañaba. El pelo, castaño oscuro, no era - ¿De verdad? – mi madre sonreía de oreja a oreja.
ni corto ni largo. Era una media melena, por lo que no se podía afirmar si era de un hombre - ¿Qué te creías? Nessie no es tan sosa como lo eras tú – afirmó Jake en tono burlón. Mi
o de una mujer. madre le dio un pequeño empujón y los dos se rieron.
- Ya he llamado yo a Edward - estaba tan sumida en mis horribles pensamientos, que - Cuéntamelo todo – siguió ella. Empecé la disertación de mi primer día de clase con todos
cuando Jacob se sentó a mi lado, pegué un bote en el asiento. Me observó preocupado -. mirándome atentos en el salón. Les hablé de Helen, Jennifer, Alison y Brenda, lo que
Ven aquí – me susurró, al verme pálida y temblando. Me pasó el brazo por el hombro y me hablamos en el almuerzo, cómo habían sido las clases… y, por supuesto, omití todo lo
acurrucó en su cálido pecho, abrazándome con el otro brazo. Nos quedamos así hasta que relacionado con el susto que me llevé con Jacob y el babeo de mis amigas por él, aunque
se oyeron las sirenas y la carretera se llenó de coches de la policía. Abrí la puerta de la que mi padre ya estaba al corriente. Papá no dijo nada, sabía que eso me lo quería guardar en el
ahora era mi nueva casa. Cuando entramos en el salón, todos nos esperaban en el sofá cajón de mi vida privada. También les conté que habíamos ido a La Push a ver a Emily y a
blanco. Ethan – Jake me dio un pisotón disimulado cuando iba a contar lo que pasó en la casa, así
- ¿Cómo estás? – mamá se levantó y llegó hasta mí en una milésima de segundo. Me que también me lo tuve que callar y, otra vez más, mi padre lo respetó - y que en la playa
acarició la cara con ansiedad, estudiando mi rostro con sus ojos ambarinos muy abiertos. habíamos estado con Charlie, Sue, Leah y Joshua. Les di a mis padres el mensaje del
- ¡¿Cómo has permitido que ella lo viera?! – le bramó mi padre a Jacob, furioso. abuelo.
- ¿Qué? – Jake estaba perplejo - ¡¿Qué dices, idiota?! ¡Yo nunca haría eso y lo sabes! - Mamá se quedó un poco triste, seguramente al acordarse de Renée. Se llamaban por
entonces, se quedó quieto, comprendiendo lo que mi padre había visto en mi mente. Se giró teléfono casi todos los días, pero no se habían vuelto a ver desde la boda de mis padres. Eso
hacia mí lentamente y me miró con los ojos entrecerrados y el ceño fruncido -. Genial, le afectaba bastante. Luego, mi familia se puso a hablar sobre el instituto, los compañeros
Nessie. Te dije que no miraras. de clase y los profesores, entre risas. Al cabo de un rato, se hizo una pausa y nos quedamos
- Lo siento, Jake. Es que no lo pude evitar – musité, mordiéndome el labio. todos en silencio, hasta que mi padre lo rompió con un carraspeo.
- ¡Tienes que tener más cuidado, Jacob! ¡Ahora está muy asustada! – gritó mi padre, - Bueno, nosotros nos vamos a la cabaña a… descansar – irrumpió, alzando la vista hacia
cogiéndome la cara también entre sus frías manos. Jake resopló, con los brazos en jarra. mi madre con una mirada llena de intenciones. Ésta se la correspondió y le cogió la mano.
- ¡¿Y qué quieres que haga?! ¡Estaba llamando por teléfono a Charlie! ¡Yo no tengo rayos - ¡Uf! Ya empiezan. Sí, sí, a descansar – resoplé yo.
x en la cabeza como tú! – soltó, enfadado. Luego, murmuró algo ininteligible. - ¿Seguro que estarás bien? – me preguntó mamá, acariciándome el pelo.
- ¡Si no eres capaz de cuidar de ella, entonces…! - Que sííííí – alargué la última palabra, cansada -. Iros tranquilos. Sonrió y me besó la
- ¡Vale ya! – interrumpí a papá, deshaciéndome de las cuatro manos heladas que tenía por frente.
la cara y poniéndome al lado de Jacob -. Él no tuvo la culpa, fui yo. Además, él no tiene - Hasta mañana, hija – papá también me dio un beso – Ah, y, Jacob – éste dejó de lanzar la
que cuidarme, ya no soy una niña. Mi padre no pudo decir nada, ya que sabía que la culpa pelota para mirarle -, la próxima vez que la lleves en moto, que se ponga el casco. Jake
era mía, aunque mi madre seguía mirando a Jake con mala cara. puso los ojos en blanco y suspiró mientras mis padres ya salían como relámpagos de la
- No os preocupéis, estoy bien – suspiré. casa. Ni siquiera vi la puerta moverse. A veces, me daba la sensación de que eran como
- No creo que haya sido el ataque de un vampiro – intervino Carlisle, levantándose del sofá. fantasmas y que las podían traspasar.
Jake cogió una pelota de tenis que había en la mesita junto al sofá y empezó a jugar con - Bueno – exhalé -. Me voy a mi habitación. ¿Vienes, Jake? Alice saltó como un resorte del
ella, lanzándola arriba y abajo. níveo sofá y se puso a nuestro lado en un abrir y cerrar de ojos, no nos dio tiempo ni a
- Eso mismo pienso yo – afirmó mientras tanto. levantar el pie del suelo.
- ¿Por qué no os lleváis al chucho a jugar afuera? – protestó Rosalie con los ojos en blanco - Creo que te va a gustar – manifestó, a la vez que daba saltitos delante de nosotros hacia
las escaleras. alivio. Me arrepentí de juzgar a Alice antes de tiempo. Se había esforzado tanto por mí.
- Me parece que sabemos llegar solos, Alice – le dije con sarcasmo. Alice comenzó a subir - Muchas gracias, Alice. Todo me encanta – la abracé de nuevo.
los peldaños, ignorando mi indirecta. - De nada. Ya sabes que estoy a tu entera disposición – hizo una reverencia. Miré a mi
- Me ha llevado bastantes días encontrar la decoración adecuada a tus gustos, he tenido que alrededor.
visitar a varios decoradores. ¡No veas qué de vueltas he tenido que dar! - ¿Jacob va a dormir en mi cama? A Jake se le cayó la pelota al suelo y se alejó rodando
El día había sido bastante largo y, con el broche final de la noche, estaba cansada. Sabía por el pasillo. La oí botando escaleras abajo. Cuando volví la vista hacia Alice, ésta estaba
que le hacían mucha ilusión todas estas cosas, pero yo no estaba de ánimos para dar con la boca colgando.
elogios. Aún así, me vino un ramalazo de piedad, seguro que era verdad que le había - ¿Cómo has dicho, cielo? – inquirió, pestañeando sin parar.
dedicado mucho tiempo a lo de mi nueva habitación. Como siempre, Alice era única - No veo otro sitio – volví a mirar en redondo - ¿Dónde va a dormir, si no?
haciéndote sentir culpable. Suspiré y la seguimos. Mientras caminábamos por el pasillo de - Pues… en su casa, como siempre – miró a Jacob con cara de pocos amigos y éste se
la tercera planta, Jacob iba rebotando la pelota en la pared, ensimismado en sus encogió de hombros con una mueca de desconocimiento.
pensamientos. Me pregunté en qué estaría pensando. Puse los ojos en blanco.
- Tu dormitorio – mi tía había abierto la puerta y estaba esperando a que yo entrara. - Ya, pero cuando me viene a buscar de madrugada, siempre duerme un par de horas, y
Cuando lo hice, me quedé asombrada. Era la misma habitación de siempre, pero más aquí no veo ningún sitio para él – señalé con la mano el interior del dormitorio -. El único
alegre. Seguía la colosal cama – que ahora tenía otro edredón de tonos azulados y a la que sitio que veo es la cama y, como es tan grande, pensé que…
le habían añadido dos mesillas con unas lamparitas y un corto cabecero de madera que iba - ¡De eso ni hablar! – me interrumpió ella, nerviosa -. ¡Si tu padre se enterase, y por
a juego con los paneles de las paredes – y ya no había sofá en la pared norte. En su lugar, supuesto que lo haría, me mataría!
había un enorme escritorio que ocupaba casi todo el paramento, junto con baldas llenas de - Creo que lo mejor es que a partir de ahora duerma en mi casa toda la noche – declaró
libros, el estéreo de mi padre y muchos de sus CDs. La cara sur seguía siendo de vidrio, Jacob -. Cuando te levantes, ya me tendrás abajo para desayunar, ¿de acuerdo? Ya no hace
con cristales de espejo que ocultaban la vista desde el exterior. Habían colocado la cama falta que vigile tanto, aquí estás muy protegida – matizó con segundas. Alice le dedicó una
contra la cristalera, frente al escritorio, y a la izquierda, según se miraba, un largo banco- mueca de odio. Me quedé pensando. Tenía tantas ganas de tener mi media independencia,
arcón de madera clara - de la misma tonalidad que el cabecero y las paredes paneladas - que no me había dado cuenta de este pequeño detalle. Ahora no dormiría tan tranquila
decorado con cojines a juego con la colcha, para poder observar las vistas del bosque, las como cuando sabía que Jacob iba a estar afuera bajo mi ventana a las cuatro de la mañana.
montañas y el río. En el resto de las paredes habían distribuido cuadros con dibujos Muchas veces, lo oía cuando se echaba en el suelo y eso me hacía sentir como si durmiera
actuales y vanguardistas a diferentes alturas. Todo estaba al detalle. conmigo, me sentía mucho más relajada. Era una tontería, puesto que mis padres siempre
- Guau – exclamó Jacob, apoyándose en el marco de la puerta. habían estado en la casa para protegerme si algo malo pasaba, pero con Jake me sentía más
- ¡Es genial, Alice! protegida, aunque nos separara la pared. Cuando era pequeña, solía verle como mi ángel de
- ¿Te gusta? Dime la verdad. Si no te gusta algo, la cambiamos. la guarda. Y ahora iba a tener que dormir sola, con él muy lejos. Percatarme de eso tan de
- ¡No! Me encanta, en serio – le di un abrazo. repente y recordar lo sucedido en el trayecto de vuelta a casa, hizo que me diera un
- Por fin tienes un dormitorio en condiciones – dijo Jacob, sonriendo con malicia, mientras escalofrío de miedo.
seguía jugando con la bola entre sus manos. - ¿Puedes dormir conmigo esta noche? – le pedí a Jake -. Es que lo que pasó en el coche me
Alice le fulminó con la mirada. Reparé en la puerta que antes no había en la pared este y la asustó un poco. Éste tragó saliva audiblemente y por la boca de Alice se podían ver hasta
señalé con el dedo. las amígdalas.
- Le añadimos una puerta que comunica con el pequeño cuarto de al lado para hacerte el - Si… si es lo que tú quieres – susurró él.
vestidor. Antes era un trastero. - ¡No, no, no y no! – exclamó Alice, alzando los brazos al aire y agitándolos sin parar -.
- ¿Vestidor? – pregunté, sorprendida. ¡¿Pero qué rollo os traéis vosotros dos?! Escúchame bien, jovencita. Reza para que tu padre
- Sí, te hablé de ello esta mañana en el coche, ¿recuerdas? no se entere de esto. Me extraña que no esté aquí ya, debe de estar muy ocupado, porque si
- Me hablaste de un armario – me dirigí hacia la puerta. no…
- Bueno, armario, vestidor… Qué más da, ¿no? – dijo ella en tono falso. - Me refiero a dormir como lobo – mi rostro ya había empezado a cambiar de color al
El vestidor era un cuarto rectangular y tenía un pequeño lucernario en el techo, aunque darme cuenta de que me había malinterpretado -. Puede dormir al lado de la cama como
también estaba muy iluminado por óculos. Las zonas de armarios se dividían a cada lado de lobo. El semblante de Jake me pareció una mezcla de vergüenza y desilusión, pero
las paredes más largas, quedando un pasillo en el medio, justo donde la puerta. Al fondo enseguida lo cambió por una sonrisa pícara.
del pasillo había un puf de estilo moderno con un pequeño tocador y un espejo, todo - Lo malo es que no entro por la puerta como lobo – afirmó con su sonrisa torcida -. Así
iluminado por el lucernario. Lo que me había dicho en el coche era verdad. La ropa era que, una de dos: o duermo como humano, o me transformo dentro de la habitación, con lo
muy variada y de varios estilos, aunque la que más predominaba era la del mío. Sonreí del cual me tengo que desnudar para hacerlo. Alice y yo nos quedamos tiesas en el sitio, las
dos con los ojos abiertos como platos, pero yo, además, tenía la cara tan roja como un de algodón gris, de esos cómodos que tanto me gustaban. Era de tirantes y tenía un dibujo
tomate. de Mafalda. Me lo puse, me metí en la enorme cama y apagué la luz. Era tan grande, que
Mi tía expulsó el aire por la nariz, enfadada. tardé un rato en calentarla, y si me movía de mi sitio, tenía que templarla de nuevo, así que
- Los perros duermen fuera de la habitación – espetó -. Ya está. Dormirás como lobo – me quedé quieta en la misma zona. Con lo friolera que era, como para moverme. Aunque
acentuó - en la puerta, fuera del dormitorio. Más o menos es como hacíais antes, ¿no? estaba bastante cansada, pasó mucho tiempo hasta que se me empezaron a cerrar los ojos y
- De acuerdo – asentí yo. me dormí. En mi sueño corría y corría, pero no me movía ni un centímetro. Era como si lo
- Puede quedarse a dormir, pero sólo por hoy. A partir de mañana tendrá que dormir en su hiciera por la cinta de una de esas máquinas de correr. Aunque era de noche, había bastante
casa, como dijo antes. luz. La luna llena iluminaba el claro nevado como si hubiera un foco encima de un
- Vale – la sonreí para darle las gracias, aunque la perspectiva que se abría ante ese mañana escenario. Quería alcanzar algo. No. Era a alguien.
no me gustaba nada. Jake, en cambio, no parecía muy conforme. Miraba a Alice con rabia, - ¡Jacob! – grité. Pero él parecía no oírme. Mi colosal lobo rojizo estaba luchando con una
con las cejas y los labios fruncidos. bestia feroz y extraña que no conseguí ver bien. Sólo podía escuchar sus escalofriantes
- Bueno – suspiró ésta -. Me voy abajo, Jasper me está esperando para marcharnos. gritos y rugidos, que retumbaban en las montañas. Intenté alargar el brazo para llegar a él.
- ¿Os vais a algún sitio? – quise saber. Fue cuando me percaté de que no estaba en mi cuerpo. Miré hacia abajo y me vi echada en
- Sí. Emmett, Rosalie, Jasper y yo nos vamos de caza a las montañas, Em tiene antojo de la nieve. Yacía como si estuviera dormida, por eso Jacob no podía escucharme. Me sentía
oso – se encogió de hombros. Luego, le dedicó una mirada con intención a Jacob -. Carlisle como Taha Aki cuando Utlapa le había robado su cuerpo y se hallaba impotente, sólo que
y Esme se quedan en casa - me dio un beso en la mejilla y se dirigió a la puerta, donde era yo la que no podía entrar en él. De pronto, se oyó un aullido de dolor terrible, el alarido
seguía Jake –. Espero que te portes correctamente, por tu bien – le dijo con ojos de espantoso de un lobo malherido. La criatura le había clavado los colmillos.
advertencia. Cuando Alice salió, a Jacob le cambió la cara. Entró sonriente y cerró la - ¡Jacob! Jake estaba entrando casi volando en la habitación cuando abrí los ojos.
puerta. Se dejó caer en la cama, boca arriba, con los brazos cruzados en la cabeza. - Ya estoy aquí, pequeña – se sentó a mi lado y me acarició la cara con impaciencia,
- ¡Esta cama es comodísima! Es una pena que no me dejaran dormir aquí, estoy hecho secándome las lágrimas -. Sólo ha sido una pesadilla. Ya pasó todo, ¿ves? Estoy aquí. Me
polvo. Caí en la cuenta de que Jake había estado patrullando con la manada durante toda la incorporé rápidamente y le abracé con todas mis fuerzas. Todavía tenía el alarido metido en
noche y no había dormido desde que se había tenido que marchar a casa de Emily y Sam. la cabeza.
Llevaba unas veinte horas en pie. Me sentí mal por hacerle dormir en el suelo del pasillo - Ha sido horrible – sollocé, hundiendo el rostro en su cuello.
por mi estúpido y merecido miedo. - Ya pasó – me susurró. Estuvimos abrazados unos minutos hasta que me calmé un poco.
- Lo siento. Por mi culpa tienes que dormir en el suelo. - ¿Estás mejor? – me preguntó mientras me separaba, sujetándome por los hombros, y me
- Bah, no te preocupes. Esto no es nada para mí – declaró entre bostezos. secaba la cara con una mano.
- Creo que lo mejor es que durmamos ya – le dije al ver que se le cerraban los ojos. - Sí - asentí con la cabeza. Me apartó el pelo que tenía en el rostro y después metió los
- Si quieres, puedo quedarme para charlar un rato – abrió un ojo para mirarme. dedos entre mi cabello para peinarme. Me gustó tanto, que me quedé mirándole embobada,
- Me parece que por hoy ya hemos hablado bastante – respondí, riéndome. Él también se sólo me faltaba ronronear.
rió. - Bueno, ahora ya puedes dormir – murmuró, y me dio un beso en la mejilla.
- Bueno, entonces me marcho al pasillo – anunció, bostezando de nuevo mientras se - Espera – le cogí por el hombro para impedir que se levantara y entonces me di cuenta de
incorporaba. que iba sin la camiseta. Había entrado tan deprisa, que no le había dado tiempo a ponérsela,
- Ojalá pudieras dormir en la cama. Se quedó sentado a los pies del camastro, frente a mí, solamente llevaba esos vaqueros largos. Fijé mi vista en su rostro para no prestar
observándome, y me rozó la mejilla con el dorso de la mano. Era tan caliente y suave, que demasiada atención a esa parte de su anatomía -, ¿puedes dormir aquí?
me estremecí un poco. - Entonces tendré que transformarme dentro. ¿Podrás aguantar la tentación y no mirarme? –
- Creo que tu tía la medium tiene razón – murmuró -. Es mejor que me quede fuera. Se cuchicheó con su sonrisa burlona.
levantó y salió por la puerta, pero, antes de cerrarla del todo, asomó la cabeza para - Idiota – le di un pequeño empujón en el brazo, riéndome -. No quiero que te transformes.
mirarme. Esta cama es enorme, puedes dormir a mi lado y ni siquiera nos encontraríamos – le dije en
- Estaré justo aquí. Si tienes miedo o algo, sólo tienes que llamarme, ¿vale? voz baja.
- Vale – le sonreí. Se quedó mirándome otro rato y suspiró, sacando el aire por la nariz y - ¡Uf! Si la Bruja Doña Colmillos se entera, soy hombre muerto. No creo que sea buena
frunciendo los labios. idea. Además, Carlisle y Esme están abajo.
- Hasta mañana, Nessie. - Por favor, sólo hasta que me duerma – le susurré, cogiéndole la mano a modo de súplica
- Hasta mañana, Jake. Y cerró la puerta. Observé la habitación durante unos minutos. -. Luego, si quieres, te puedes ir al pasillo. Es la primera vez que estoy en esta habitación, y
Ahora mi nueva vida ya había empezado a abrirse paso. Encendí una de las lámparas de las después de lo del coche y la pesadilla, no creo que pueda coger el sueño. Y por mis abuelos
mesitas y apagué la luz del techo. Después de rebuscar en el vestidor, encontré un camisón no tengas miedo, ¿no ves que ni siquiera han subido? Saben de sobra que estás aquí, pero
no me dicen nada. Carlisle y Esme, a pesar de ser los más mayores, eran los más padre ya tenía que estar enterado. Hundí la cabeza en su pecho, preparándome para lo peor.
permisivos de todos conmigo. Se notaba que la vida había sido muy larga para ellos y ya no Le empujé, esta vez un poco más fuerte, y funcionó.
se asustaban por nada. Todo lo veían natural, no como el resto. Jacob me miró pensativo Jacob se despertó, me liberó súbitamente y saltó de la cama, aturdido y confundido.
durante un minuto y suspiró. - ¿Qué? ¿Qué? – preguntó en estado de alerta, mirando hacia los lados. Por lo menos, él no
había advertido la manera en que dormíamos. Estaría a salvo del escáner y posterior juicio
- Tu padre me va a matar por esto, lo sabes, ¿no? Va a pensar mal seguro – me dijo con un de mi padre.
cuchicheo.Le abracé con alegría. - Buenos días, Jake. Estás en mi habitación. Te quedaste a dormir, ¿recuerdas?
- Gracias – le besé en la mejilla y me aparté a mi lado izquierdo para hacerle sitio. - Ah, sí, claro – bostezó y se desperezó -. ¿Has dormido bien?
Me tapó y se echó encima de la colcha, boca arriba. La habitación estaba bastante - Sí, sí. Muy bien – la verdad es que había dormido genial entre sus brazos. Otra vez tuve
iluminada, había luna llena. La pálida luz creaba sombras en las paredes, dibujando las que desviar la atención a su rostro -. Muchas gracias por quedarte.
formas de los árboles que había en el exterior. - Nah, de nada – me miró el camisón -. Esto… Me voy afuera para que te cambies y eso,
- Hoy hay luna llena, como en mi sueño – susurré. No me contestó. Giré la cabeza para ¿vale? Te espero abajo.
verle y ya estaba completamente dormido. Inspiraba profundamente, y no pude evitar echar - Vale. Jacob salió de la habitación y, en cuanto cerró la puerta, me levanté de la cama. Salí
un vistazo a su enorme pecho. Se movía al ritmo de la respiración, arriba y abajo, al vestíbulo y entré en el baño, que estaba frente a mi habitación. Era un baño muy grande,
pausadamente. Me incorporé y me acerqué para verlo mejor. La luz de la luna también como no. Tenía toda la equipación necesaria para relajarse allí un día entero. Había un
inventaba sombras en su torso, haciendo que se apreciaran mucho más todos sus músculos. enorme jacuzzi, una ducha cuadrada de un metro de lado con hidromasaje, un bidé e
Me parecieron impresionantes, nunca me había fijado. Pero, por alguna razón, no me inodoro que colgaban de la pared y dos enormes lavabos encastrados en una meseta de
conformaba solamente con mirar. Me mordí el labio. Una voz en mi interior me incitaba, mármol con un bajo mueble y un gran espejo. Todo estaba decorado en un estilo actual.
me moría de curiosidad, quería comprobar cómo eran. Tragué saliva y levanté la mano para Una de las ventajas de llevar genes de vampiro es que no te tienes que depilar, así que
tocarlos. La acerqué despacio y, con dedos trémulos, rocé el pecho con precaución. Si después de estrenar el inodoro, cogí unas toallas del mueble del lavabo, me desnudé, me
Jacob se despertara y me pillara, me moriría de la vergüenza, a ver cómo se lo explicaba metí en la ducha y cerré la mampara de cristal. Al abrir el grifo, casi me ahogo. En vez de
yo. Sin embargo, no pareció notarlo, así que esta vez le acaricié con la palma de la mano. salir el agua por la ducha, salieron chorros helados con una fuerza increíble por el
Su pecho estaba muy caliente y los músculos eran fuertes y tersos, en cambio su piel era hidromasaje. Bajé el monomando y me restregué el agua de los ojos con las manos.
increíblemente sedosa y olía tan bien. Miré al rostro ahora angelical. Mis nuevas amigas Cuando por fin fui capaz de abrirlos, vi que el botón del hidromasaje estaba conectado. Lo
tenían razón, qué guapo era Jacob, y estaba como un… desconecté y abrí el agua de nuevo, cogiendo la ducha con la mano para no congelarme
Soltó un leve ronquido y me eché en la cama como una exhalación, con el corazón hasta que saliera caliente. Al final, pude ducharme tranquilamente. Me enrosqué la toalla al
latiéndome a mil por hora. Suspiré aliviada al comprobar que seguía durmiendo y no se cuerpo y me dirigí a mi habitación otra vez para vestirme. La ropa interior era punto y
había enterado de nada. aparte, todo eran encajes y puntillas, muy del gusto de Alice, pero pude elegir unos
Yo también estaba agotada y los leves ronquidos de Jake me arrullaron como si me sencillos vaqueros, una camiseta de tirantes blanca y una chaqueta con capucha de color
cantaran una nana. Se me fueron cerrando los ojos poco a poco, hasta que por fin me verde pino. En cuanto salí del vestidor, picaron a la puerta.
dormí. En el sueño que tuve a continuación volvía a salir Jacob, solo que, en esta ocasión, - ¡Ya salgo, Jake! – exclamé mientras me desenredaba el cabello -. Me queda el pelo, pero
fue un sueño precioso: caminábamos felices de la mano por la playa de La Push. lo seco en un momento. La cabeza de Rosalie asomó por la puerta.
- Soy yo, Nessie. Y vengo precisamente a arreglártelo.
PRESENTACIONES - ¡Pero si es mi peluquera! Pasa, Rose.
- No, lo tengo todo preparado en el baño.
Noté el calor en mi mejilla, en mi pecho, brazo y espalda. Me acurruqué, arrimándome un ¿Ya? Pero si acababa de salir de allí, prácticamente. El baño parecía un salón de
poco más a la fuente de ese calor. Ya no tenía frío, olía muy bien y se estaba tan a gusto… peluquería. Rosalie había puesto una silla giratoria enfrente del lavabo para que me viera
De repente, me di cuenta y abrí los ojos de sopetón. Estábamos de lado, mirando el uno en el espejo y la encimera se asemejaba a un puesto de venta de productos de belleza
hacia el otro. Yo estaba entre sus brazos, con la mejilla apoyada en su pecho, y le abrazaba capilar. Como siempre, mientras me secaba el pelo y me peinaba con el cepillo, casi no le
por la cintura. Levanté la cabeza para verle la cara y seguía durmiendo profundamente. Me veía las manos, de lo deprisa que lo hacía, sin embargo, lo único que notaba eran suaves
percaté de que Jake no se había movido de su sitio y que había sido yo la que me había tirones y que mi cabello se iba colocando en su sitio como por arte de magia.
acercado a él, probablemente para paliar mi frío nocturno. Intenté desencarcelarme de sus - ¿Qué te parece? – me preguntó cuando terminó, girando la silla y dándome un espejo de
brazos, pero me tenía tan abrazada, que era imposible. No me quedaba otra que despertarle. mano para que me mirase por detrás.
- Jake, despierta – le empujé con mi cuerpo, ya que tenía las extremidades atrapadas. Jacob - ¡Guau, está perfecto!
no se despertaba, y como Alice nos descubriera así, era el fin. Aunque, pensándolo bien, mi Rosalie siempre me sorprendía con sus peinados. La mayoría de las veces no la dejaba
improvisar mucho, porque si no, se emocionaba demasiado y salía de allí como Sissí ¡Uf! La cosa empezaba a ponerse fea. Jacob no sabía nada y lo estaba empeorando.
Emperatriz. Pero ya me conocía bien y sabía lo que me gustaba, así que me solía peinar - ¡¿Cómo dices?! ¡No te hagas el inocente, Jacob! – siseó mamá.
más o menos igual, muy a su pesar. Hoy me había dejado el pelo suelto, tan sólo me había - No ha sido él, Bella – espetó mi padre con un tono monocorde para tranquilizarla.
puesto dos prendedores a ambos lados de la cabeza que despejaban mi rostro, con una ¡Oh, no! Hubo un momento de parálisis colectivo en la cocina. De pronto, mamá y Jacob
suave cascada ondulada que por poco llegaba hasta mi cintura, demasiado sencilla para me miraron a la vez. Una con decepción e incredulidad, el otro con sorpresa.
ella, pero ideal para mí. - ¿Qué? – cuestionó ella.
- Gracias, Rose – le abracé y le di un beso. - ¿Cómo? – preguntó Jake con el labio apunto de curvarse hacia arriba. Papá se había
- De nada, cielo – me dijo con una sonrisa -. Ya sabes que me encanta peinarte. Ve a pasado de la raya.
desayunar mientras yo recojo esto – de pronto, le cambió el rostro y suspiró -. Ese idiota te - ¡Basta! – chillé. Ya no tenía sangre, la tenía toda en la cabeza, era imposible que me
está esperando en la cocina, y como no bajes, nos va a acabar con la despensa. pusiera más roja. Intenté relajarme. No serviría de nada discutir con ellos, lo único que
- Vale, pero no le llames idiota – le regañé. conseguiría es que me pusieran más en evidencia. Así que respiré hondo. Cogí dos cuencos
- Perdón. Se me ha escapado, lo siento – se encogió de hombros. y la caja de cereales del armario y los puse en la mesa.
- Está bien – exhalé -. Te veo abajo. Salí del cuarto de baño y bajé las escaleras para - Me vine a vivir a esta casa para tener más intimidad y no hacéis otra cosa que meteros en
dirigirme a desayunar. Escuché las voces de mis padres en la cocina y cerré los ojos, mi vida.
preparándome para lo que me esperaba. Tomé aire y entré. - ¿Más... más inti…intimidad para qué? – mamá oscilaba la mirada entre Jake y yo.
- Buenos días – fingí mi alegría dándoles un beso a los dos como si no pasase nada. Pero no - Para lo que yo quiera – contesté con determinación, mientras sacaba la leche de la nevera
funcionó. Jacob estaba sentado en la mesa y, por la cara que tenía, adiviné que ya le habían -. Papá tiene que procurar no leernos tanto la mente ni a Jake ni a mí.
echado el sermón a él. Ahora me tocaría a mí. - Pero sabes que no lo hago a propósito. Esto es algo que no puedo evitar – se lamentó él.
- No es ningún sermón. Lo hacemos por tu bien – me dijo mi padre, visiblemente enfadado. Vertí la leche en los cuencos y la volví a guardar en el frigorífico.
- Ya os he dicho que no pasó nada – se quejó Jacob -. Sólo estuvimos durmiendo. Ella tenía - Pues entonces tendrás que ignorar lo que veas, y si no puedes, por lo menos respetarlo –
miedo y… me senté en la mesa y le di dos palmaditas a la silla de al lado para que se sentara Jake.
- No tienes por qué dar explicaciones, Jake – le interrumpí, mirando con ojos acusadores a Mis padres se quedaron observando mientras Jacob y yo empezábamos a desayunar juntos.
mi progenitor –. Es mi vida privada. A mi padre no le pillé desprevenido, pero mi madre se Nos miraron mientras me echaba los cereales en el cuenco y luego se los pasaba a él para
quedó aún más pálida, con los ojos casi saliéndose de las cuencas y la boca abierta. Lo que hiciera lo mismo. No sé lo que vio papá.
sentía, pero las cosas tenían que cambiar. Mi padre tendría que controlarse y no meterse - De acuerdo – exhaló al fin.
tanto en nuestras mentes. - Pero… pero, Edward – mamá intentó quejarse, pero mi padre la interrumpió poniéndole
- Sabes que no puedo… el dedo en los labios.
- Deja que hable ella, Edward – le cortó mi madre, enojada -. Si no, no me entero de nada – - Aunque siempre habrá cosas que no podré pasar por alto – esta vez miró sólo a Jacob con
se dirigió a mí y me cogió la muñeca -. O si lo prefieres, puedes contármelo con la mano. ojos de advertencia.
Empezó a subirla hacia su rostro y la retiré bruscamente, como un rayo. Éste le devolvió la mirada y siguió comiendo los cereales.
- ¡No! – exclamé, apurada, a la vez que bajaba la vista y me ponía colorada. Si la dejaba - Gracias – suspiré.
entrar en mi mente, vería que le había tocado el pecho a Jake mientras éste dormía y me Papá inspiró profundamente y soltó el aire, cansado. Antes de que Carlisle le llamara, le dio
moriría de la vergüenza. Mamá comenzó a mirarnos a los dos con una cara de espanto. un pequeño beso a mi madre y salió de la cocina. Ésta se quedó apoyada en la encimera y,
- ¡¿Qué ha pasado ahí arriba?! – le gruñó a Jacob, rechinando los dientes. aunque no miraba para ella, notaba su vista fija en nosotros mientras bromeábamos con los
- ¡Nada! – gritó éste, levantándose y apoyándose con las manos en la mesa -. ¡Ya os he cereales. Algo me hizo sentir incómoda, no sabía qué era, así que la miré de reojo. Un aire
dicho que no pasó nada! ¡Edward, díselo! ¡Tú lo sabes! helado recorrió mi cuerpo cuando vi sus ojos. Nos observaba con la mirada perdida, como
- Cálmate, Bella, no ha pasado nada. Sólo han sido unas inocentes… caricias – la última sin darse cuenta, con un matiz triste y algo melancólico en sus pupilas. Nunca la había visto
palabra la vocalizó mirándome a mí, con un tono entre agonía y disgusto. así. Pero sabía el por qué de esa mirada. Me di cuenta de que yo había crecido tanto y tan
No me esperaba el chivatazo de mi padre y me quedé como una piedra. Toda la sangre me deprisa, que sólo había tenido seis años para disfrutar de su niña, su única hija. Me hizo
subió a la cara. sentir culpable. Nessie discutiendo sobre su intimidad y su vida privada, y no había
- ¡¿Qué?! – mi madre giró el rostro súbitamente hacia Jacob, encolerizada -. ¡¿Qué le has reparado en que ella lo estaba pasando mal. Además, también estaba el tema de Renée.
hecho a mi niña?! – ya empezaba a caminar hacia él y mi padre la sujetó. Terminé mi cuenco y me levanté de la mesa para meterlo en el lavavajillas. Me acerqué a
- ¡No hubo caricias! – bramó Jacob, enfadado, con la confusión dibujada en su cara, mi madre y le di un abrazo y un beso.
alejándose de mi madre -. ¡Puede que nos rozáramos sin querer mientras dormíamos, pero - Te quiero, mamá – le susurré.
si a eso lo llamáis caricias! - Y yo a ti – me abrazó con fuerza.
- Sabías que esto iba a pasar tarde o temprano. Ya sé que no es fácil, que todavía me ves - ¿Y ahora qué pasa? – pregunté, cansada -. ¿Vas a seguir riéndote de mí?
como a una niña, pero tienes que entenderlo – me separé para mirarla. - No, ya tuve bastante por hoy – me dijo con su sonrisa burlona. Entonces, cambió la cara -.
- Lo sé – suspiró, cerrando los ojos y asintiendo con la cabeza. La besé de nuevo y me Es que… tengo que reconocer que tu tía la Barbie no te ha dejado mal. Estás muy guapa, la
acerqué al fregadero para recibir el pase de siempre. Jacob me lanzó su cuenco como verdad.
un frisbee y yo lo encesté en la parte superior del lavavajillas. - Gracias. Rosalie hace milagros – dije, riéndome, mientras me tocaba el pelo.
- Nos tenemos que ir, o llegaremos tarde – me dijo Jake. - No – me atrapó con sus profundos ojos, esos que ahora me llamaban y me hipnotizaban -,
- Sí – me volví de nuevo hacia mi madre, pero ya no estaba. eres preciosa – susurró. Me acarició la mejilla como la noche anterior, con el dorso de la
- ¿Qué vas a hacer hoy? – le pregunté a Jake mientras me disponía a cambiar de canción en mano, sólo que, en esta ocasión, sus dedos temblaban levemente, casi con miedo a tocarme.
el estéreo de su coche. Esta vez, no pude evitar cerrar los ojos cuando me estremecí. Todo el vello de mi cuerpo se
- Tengo que ocuparme de las dos manadas. Patrullaré unas cuantas horas y luego me puso de punta. Los sentí deslizarse por mi rostro, rozándome el cuello hasta que se
dedicaré a arreglar el abollón del capó – al mencionar abollón puso una mueca de dolor. perdieron en mi pelo.
Con lo del capó, me acordé de la imagen de la cabeza que vi la noche anterior y me entró Abrí los ojos, todavía alelada. Jacob me sonrió y miró por mi ventanilla.
un escalofrío. Jake se dio cuenta. - Tus amigas te están esperando – anunció, señalándolas con la cabeza.
- Lo siento. No quería recordártelo. Me giré hacia atrás y vi a mis nuevas amigas esperándome a unos metros del coche.
- No importa. Además, si te hubiera hecho caso y no hubiera mirado, no me pasaría esto. A - Sí – aún estaba atontada. Me volví hacia Jacob, bajando la vista para no tener que
veces soy demasiado curiosa. encontrarme con sus ojos otra vez -. Tengo… tengo que irme – cogí la mochila del suelo de
- Sí, ya me he dado cuenta – me dijo con una sonrisita socarrona. mi asiento y salí del coche.
Sin duda, estaba hablando de mis inocentes caricias. Menudas palabras había encontrado - ¡Hey! – exclamó, estirándose para bajar la ventanilla del copiloto. No me quedó otro
mi padre. Nos paramos en un semáforo en rojo, que parecía el reflejo de mis mejillas. remedio que mirarle -. Te vendré a buscar, ¿vale? – me recordó con su sonrisa.
- Si querías tocarme, sólo tenías que habérmelo pedido – susurró con su voz ronca, - Vale – y se la devolví.
mofándose – Si quieres, puedes hacerlo ahora mismo. Sabía que él no se iría hasta que no me viera entrar por la puerta del edificio, así que me fui
Empezó a subirse la camiseta. con mis amigas. Todas me saludaron efusivamente, excepto Brenda. Ésta tenía la cara
- ¡No, para, Jake! – le agarré las manos, tirando de ellas hacia abajo, con la cara ya echando desencajada, alicaída, parecía más larga de lo normal. Pensé que igual estaba enferma o
humo. Jacob se carcajeó, pero yo lo estaba pasando fatal. En ese momento me daban ganas algo, así que traté de no agobiarla. Entramos en el pabellón y las chicas se fueron
de matar a mi padre. Seguramente, este era su castigo. distribuyendo por el camino en sus diferentes aulas, todas menos Helen y yo, que llegamos
- La verdad es que estoy un poco enfadado contigo, Nessie – ahora hablaba serio -. Estaba juntas a nuestra clase de Trigonometría. Por supuesto, al pasar por el pasillo de entre los
durmiendo, no tenías que haber hecho eso. pupitres escuché algún cuchicheo sobre mi casi huída del día anterior en la clase de
- Lo siento. Yo… Historia. Para un oído humano habrían pasado desapercibidos, pero para el mío… Cuando
- Me tenías que haber despertado, así no me hubiera perdido la fiesta – me interrumpió, el señor Varner entró por la puerta, se hizo el silencio absoluto. El profesor se puso a dar
carcajeándose de nuevo. Le dediqué una cara de odio y apreté los dientes. Los coches que clase enseguida. En un abrir y cerrar de ojos, la pizarra estaba llena de triángulos
nos seguían empezaron a tocar el claxon cuando el semáforo se puso en verde y no nos rectángulos, razones trigonométricas y circunferencias con sus radios y radianes. Aunque
movíamos. tomé algún apunte, me aburría mucho, puesto que ya me lo sabía, sin embargo, Helen no
- Creo que esa gente de atrás te agradecería mucho que me soltaras las manos para que paraba de tomar notas, su bolígrafo iba a ponerse a soltar chispas de un momento a otro.
pudiera iniciar la marcha de nuevo – me cuchicheó, sarcástico. Le solté con brusquedad y Mientras fingía apuntar en mi cuaderno, me sumí en mis pensamientos. Con
me crucé de brazos mientras se seguía riendo. Por fin, empezamos a avanzar. tanto seno y coseno, la imagen de Jake tumbado sobre mi cama, semidesnudo, a la luz de la
- Eres un idiota – bufé. luna, vino a mi mente irremediablemente. Una curva tonta empezaba a elevarme el labio.
- Eres tú la que te morías por acariciarme. Ahora atente a las consecuencias – sonrió Me espabilé a mí misma e intenté prestar atención a la lección. Miré a Helen. Seguía
satisfecho. concentradísima en los triángulos, al igual que el resto de la clase. Me puse a copiar lo que
- No te lo tengas tan creído. No eres… - de repente, la imagen de su torso bañado por la había escrito de nuevo el señor Varner. Las otras clases fueron más amenas. En Gimnasia
luna vino a mi mente -, para… para tanto. La sonrisa de Jacob se ensanchó. lo pasé muy bien, aunque me tuve que controlar al lanzar el balón medicinal. Si lo lanzara
- Bueno, pero por lo menos, ¿te gustó? con todas mis fuerzas, como me decía el profesor, hubiera salido como un torpedo a través
- Para nada – mentí con un tono lo más creíble que pude. Se rió, mordiéndose el labio y de la pared del gimnasio. Y encima era el de tres kilos. Me limité a imitar lo mejor que
negando con la cabeza. Seguimos en silencio - para mi alivio -, escuchando la música, y al pude las débiles fuerzas de mis compañeras. En Historia la señora Smith me sacó a la
cabo de un rato estábamos en el aparcamiento del instituto, con el coche estacionado. Jacob pizarra para que le hiciera los esquemas del tiempo. Parecía una especie de venganza por
se quedó mirándome. haberle mentido el día anterior. Mientras hacía una línea temporal casi perfecta, volví a
escuchar los cuchicheos de algunos de mis compañeros. Por fin llegó la hora del almuerzo. presentarles a Jacob. Mi Jacob, dijo una voz para mis adentros tan bajita y tímida, que casi
Helen y yo habíamos quedado con el resto de las chicas en la misma mesa del día anterior, no la oí.
al parecer, siempre se sentaban ahí. - Está bien – suspiré -. Os lo presentaré al salir de clase.
- ¡Madre mía! – exclamó Helen -. ¡Menuda clase te ha dado la señora Smith! Se ha pasado - ¡Gracias! – Brenda me dio un beso, que luego me limpié, y se puso a dar palmitas toda
un poco, ¿no? emocionada; lo estaba tanto, que ni siquiera se percató de mi temperatura. Las otras tres
- Ya ves – contesté, comiéndome una patata. también se rieron con el mismo entusiasmo y yo intenté concentrarme en acabar mi
- ¿Qué pasó? – preguntaron las gemelas a la vez. comida. El final de las clases llegó antes de lo que a mí me hubiera gustado. Sin apenas
- Ayer Nessie tuvo que salir a hacer una llamada urgente en mitad de la clase y a la señora darme cuenta, ya las tenía a todas en el pasillo arrastrándome hacia la puerta. Iban tan
Smith le ha sentado fatal. Ya sabéis cómo es esa mujer. Piensa que le ha mentido. rápido, que si no fuese por su olor, hasta hubiera dudado de que eran humanas. En el
- Me ha tenido toda la clase en la pizarra dibujando esquemitas – recalqué la última palabra exterior, el ambiente era templado y una llovizna casi invisible caía del cielo como si de
con rabia. Las gemelas se rieron al unísono. Hasta sus risas iban acompasadas. una cortina se tratase. Sin llegar a salir del pasillo, ya me llegó el efluvio de Jacob. Éste se
- Sí, no le gustan nada esas cosas – dijo Alison. apoyaba en su Golf rojo, con las manos en los bolsillos del pantalón y con su sonrisa de
- Siempre piensa que se están riendo de ella – siguió Jessica. Se hizo un pequeño silencio siempre puesta. Por lo que vi, ya había arreglado el abollón del capó. Vestía una camiseta
que aprovechamos todas para meternos algo en la boca. Todas excepto Brenda, que negra sin mangas y unos vaqueros cortos, y en cuanto mis amigas lo vieron, empezaron a
pinchaba su ensalada con el tenedor una y otra vez, con el mismo rostro de primera hora de babear de nuevo. ¿Por qué se había tenido que poner esa camiseta? A medida que nos
la mañana. Me daba un poco de pena, porque ninguna parecía hacerle caso. acercábamos hacia Jake, mis amigas aminoraron la marcha, tímidas. Salvo Brenda, cómo
- ¿Qué te pasa, Brenda? – le pregunté -. ¿No te encuentras bien? Ésta me contestó no. Ésta se acercó rauda y veloz para colocarse frente a él. Apreté los dientes y el paso,
cabizbaja. obligando al resto a seguirme casi corriendo.
- No, no es eso. Es que estoy tan avergonzada por mi comportamiento de ayer al salir de - Hola, me llamo Brenda – se presentó, comiéndole con la mirada.
clase… Bueno, por lo menos, lo reconocía. Tal vez la había juzgado mal. - Jacob – dijo él, sonriendo y saludando con la cabeza. Brenda parecía deslumbrada por sus
- Nosotras también – agregó Helen -. No sabíamos que el chico de la moto era tu novio, blancos dientes al verlos tan de cerca. Pero esa preciosa sonrisa se ensanchó nada más ver
perdona. ¿Novio? ¿Cómo iba Jacob a ser mi novio? que yo ya había llegado. Brenda tuvo que recular cuando Jacob estiró su brazo con el fin de
- No, no es mi novio, es mi mejor… amigo – antes de pronunciar la última palabra, ya me atraerme hacia él para abrazarme. Me reí con malicia en mi fuero interno. Le cogí de la
estaba arrepintiendo de haberla dicho. Conforme iba diciendo la frase, el rostro de Brenda mano y empecé con las presentaciones. Ninguna, incluida Brenda, pudo evitar fijarse en
cambiaba radicalmente. Iba cogiendo color hasta que se le iluminaron los ojos, que ahora le nuestro amarre, aunque los cuatro pares de ojos enseguida volvieron a clavarse en Jake.
brillaban otra vez descarados. - Bueno, os voy a presentar – empecé a señalarlas con la mano, con desgana -. Jacob, estas
- Oh, perdona. Nos dio la sensación… son Jessica, Alison, Helen y…, bueno, a Brenda ya la conoces. Chicas, este es Jacob.
- Entonces, ¿está libre? – interrumpió Brenda a Helen -. Quiero decir, ¿sale con alguien? Mi Jacob, volví a oír muy bajito en mi cabeza.
¿Salir… con alguien? Bueno, aunque siempre estábamos juntos, no era salir en ese sentido - Hola, ¿cómo estáis? – saludó él.
ni nada, pero... Aquí faltaba algo. Empecé a sentirme rara, como cuando se te olvida una - ¡Cómo estás tú! – le cuchicheó Brenda a Helen al oído.
cosa y no te acuerdas de qué es. ¡¿Sería…?! Si yo lo había escuchado, seguro que Jake también. Le estaba empezando a
- Pues… no – mascullé. coger verdadera manía a esta chica, y eso que sólo la conocía de dos días. El resto de mis
- ¿Cómo se llama? – siguió preguntando descaradamente. Pestañeé, confusa. No amigas se habían quedado mudas. Helen se sacudió la cabeza y carraspeó.
encontraba lo que se me había olvidado. - Hola. Nessie nos ha hablado mucho de ti y teníamos ganas de conocerte – dijo
- ¿Eh? – todas me miraron expectantes -. Jacob – contesté al fin. tímidamente. ¡Menuda mentirosa! Todo valía para entablar conversación, ¿no?
- Jacob – se quedó pensativa un segundo -. Es un nombre precioso, le pega. Pues qué mal le - ¿Ah, sí? – Jake sonrió aún más -. ¿Y qué es lo que os ha contado?
quedaba a ella tan sólo el pronunciarlo. Se rió con una risa tonta mientras mordía el - Nada – interrumpí -. Que me venías a buscar y todo eso.
tenedor. No me había equivocado con Brenda para nada. - No quería presentarte – le soltó Brenda a la cara.
- Nos lo tienes que presentar – al igual que el día anterior, advertí que para ella - ¿No? – el rostro de Jacob se puso un poco más serio mientras giraba la cabeza para
ese nos significaba un me. mirarme. Me encogí de hombros con una sonrisa tonta. Fue lo único que se me ocurrió
- ¡Sí, hoy mismo! – exclamaron Jessica y Alison al unísono. hacer. ¿Cómo le iba a explicar que no quería presentarle porque… porque…? De pronto, el
- Le hemos oído decir que te viene a buscar, así que no tiene escapatoria – dijo Helen, entendimiento barrió mi cerebro como un huracán. Porque estaba… ¿celosa? Celosa, me
guiñándole el ojo a las gemelas. Genial, ahora también las otras tres. repetí, asombrada. Me miré a mí misma. Me fijé en cómo mi mano se había aferrado a la
- Bueno, no creo que sea buena idea… suya. La sujetaba con fuerza, casi con autoridad.
- ¡Por favor! – exclamaron las cuatro, interrumpiéndome. No iba a tener más remedio que - Me parece que tu mejor amiga – matizó Helen con intención -, tiene miedo a que le quiten
el puesto y está un poco celosa – volvió a apuntillar, mirándome con cara de saber más que - Hola, mamá.
yo. Me cambió el color del semblante en cuanto escuché la palabra en los labios de mi -¿Qué hacéis? – preguntó con una sonrisa.
compañera. Brenda le clavaba la mirada con los ojos a punto de cerrarse y la boca y el ceño - No estábamos haciendo nada malo, si es lo que quieres saber – le contestó Jake, enfadado.
fruncidos, mientras negaba con la cabeza. - Sólo he venido a saludar – le replicó mi madre -. Luego podéis seguir a lo vuestro. ¿O es
- ¿Estas celosa? – me preguntó él con su media sonrisa. que he interrumpido algo?
- Por supuesto que no – mentí. Le solté la mano bruscamente y me volví hacia mis amigas - Pues mira, sí – le espetó Jacob con cara de malas pulgas. Mamá arrugó las cejas de su
-. Ya os he dicho que sólo somos amigos, nada más. Jacob giró el rostro hacia el otro lado, cara nívea y perfecta, pero su enojo iba dirigido solamente a Jacob.
así que no pude vérselo. Murmuró algo que no fui capaz de entender bien. - Ya me voy, tranquilo.
- Hoy es jueves y trabajo esta noche, si te apuntas a tomar algo, te invito – le propuso - Demasiado tarde – gruñó él. Hizo una pausa y suspiró -. De todos modos, ahora tengo que
Brenda, guiñándole el ojo. ¡Esto era el colmo! Mis dientes rechinaron y la cara se me entrar para hablar con Carlisle.
encendió, aunque no de vergüenza precisamente. - ¿Con Carlisle? – preguntó ella.
- Ah, ¿y dónde trabajas? – le preguntó Jacob con un tono que no me gustó nada. - Sí, esta mañana hemos encontrado un rastro extraño en el bosque.
- Soy camarera en el Ocean – contestó ella con una sonrisa de oreja a oreja. Genial. - ¿Un rastro extraño? No me habías dicho nada – le eché un poco en cara.
El Ocean era el club de moda de Forks, bueno, de hecho era el único que había en todo el - No me dio tiempo – Jake miraba otra vez a mi madre con cara de pocos amigos.
pueblo, y ella trabajaba allí de camarera. Alice me había hablado de él. Podía imaginármela - ¿De quién? - siguió ésta, haciendo caso omiso.
súper sexy detrás de la barra, con todos los chicos amontonados, esperando a que les - No lo sabemos. Nunca habíamos encontrado una peste como esa, y mira que la vuestra es
sirviera la copa. insoportable - mi madre puso los ojos en blanco -. Por eso tengo que hablar con Carlisle.
- Bueno, no sé – Jake me miró para estudiar mi reacción y se mordió el labio, sonriente. Puede que él lo sepa.
Intenté fingir indiferencia, pero me salió un cruce de brazos, con los dientes apretados -. La Jacob salió del coche y yo hice lo mismo. Corrí a su lado y él me pasó el brazo por el
verdad es que no suelo salir nunca, pero ya veré. hombro. Cuando nos disponíamos a subir las escaleras del porche, mi madre me llamó.
- ¿Nos podemos ir ya, Jake? – le pedí, enfadada. - Renesmee, ¿vienes a dar un paseo conmigo?. Jake y yo nos miramos extrañados.
- Si no puedes venir hoy, también trabajo los viernes – siguió Brenda. - ¿No quieres entrar para ver de qué va todo esto? – le pregunté.
- Ya veré – repitió él. Mi cabeza empezó a llenarse de insultos innombrables en honor a - No importa, tu padre me lo contará después. Ahora me apetece pasar un rato contigo.
esa arpía. Estaba apunto de estallar, como no nos marcháramos de allí. Me acordé de lo triste que había estado esa mañana y no me pude negar.
- Jacob, quiero irme a casa – le apercibí, echando fuego por las pupilas. - Luego te veo, ¿vale? – le dije a Jake.
- Sí, vamos – dijo por fin -. Bueno, chicas, adiós. - Te espero en nuestro tronco.
- Hasta luego. Ha sido un placer – contestó Brenda. Las demás se despidieron con la mano. - Más te vale contármelo todo después – le regañé en broma.
No habían prestado atención a nada de la conversación, con Jake, ya debían de tener - Descuida. Me aparté de él y me fui con mi madre.
bastante. El viaje de vuelta fue silencioso, ni siquiera me apetecía poner música, y él - De acuerdo. Vamos a dar un paseo – acepté, cogiéndola del brazo.
tampoco habló. Parecía preocupado y pensativo, como la noche anterior de camino a mi
habitación. Al verle así, se me pasó todo el cabreo. Aparcó el coche delante de la casa, REACCIONES
como solía hacer, y cuando abrí la puerta para salir, se incorporó sobre mí para cerrármela.
- Espera. La débil lluvia se había convertido en niebla sin darse cuenta. Se colaba entre los rojos
- ¿Qué pasa? Se sentó de nuevo en su asiento, con las manos y la mirada aferradas en el árboles otoñales como si fuera un humo espeso y pesado y hacía del bosque un sitio
volante. tenebroso. Apenas se podía ver nada, pero a mamá no parecía importarle. Quizás ella sí
- Tengo… tengo que decirte algo - su voz y su rostro denotaban nerviosismo, y me pareció podía ver más allá de esa densa cortina.
que un ligero sonrojo coloreaba sus mejillas. De pronto, empezó a reírse, levantando la - ¿Qué tal te ha ido hoy en el instituto? – me preguntó.
vista hacia el techo -. Dios, no pensé que esto fuera tan difícil – masculló. - Bien, me parece que me va a ser más fácil aprobar de lo que creía. Mamá se rió con su
- ¿El qué? – pregunté, confundida. Se hizo un silencio. Respiró hondo y giró el rostro para voz musical.
clavar sus pupilas llenas de determinación en mí. Su mirada era tan penetrante, que, sin - Eres tan lista como tu padre.
querer, mi corazón empezó a acelerarse. - No. Es que papá me ha enseñado demasiado, tuvo mucha prisa – me reí.
- Nessie, estoy… - Bueno – ahora hablaba más seria -, él no pensaba que te fueras a matricular en el instituto
Alguien picó en el cristal de la luna trasera y le interrumpió. Jacob puso los ojos en blanco, y quería que tuvieras una buena formación académica. Además, has crecido tan
resopló y volvió la cara hacia su ventanilla. Miré hacia allí para ver quién era, pero el rápidamente, que nos has pillado un poco desprevenidos.
repiqueteo se oyó en la mía. Al darme la vuelta, la vi y bajé el cristal. - Sabíais que lo iba a hacer pronto. Aunque me imagino que si hubiera sido por vosotros,
no habría crecido nunca - suspiré. vengativa y rebelde. Estaba harta de que mis padres quisieran saberlo todo, incluso mis
- No es eso. Es que todo esto de Jacob… - dejó la oración en el aire. pensamientos más íntimos. ¿Quería verlos? Pues se tendría que atener a las consecuencias.
- ¿Qué pasa con Jake? – pregunté, extrañada. Mamá se quedó pensativa, parecía estar Continué mostrándole mis recuerdos, pero esta vez también dejé ver todo lo que sentía
buscando las palabras adecuadas a lo que me tenía que decir. como si lo estuviese reviviendo intensamente en ese mismo momento. Cerré los ojos y me
- Deberíais de cortaros más – soltó finalmente. concentré, sumiéndome yo misma en mi mente.
- ¿Cómo? - no entendía nada. Recordé los fuertes brazos de Jacob cuando me lancé a abrazarle después de la pesadilla, y
- Tu padre puede verlo todo a través de vuestras mentes – mamá hablaba de una forma un de lo segura y protegida que me hacían sentir. Le mostré cómo él me apartaba los cabellos
tanto irritada -. Sé que a mí no me lo cuenta para evitarme el mal trago, pero él lo pasa del rostro y me pasaba los dedos entre la melena para peinarme mientras yo le miraba
fatal. Lo de anoche… atontada, de lo que eso me gustaba. Pasé a revelarle lo mucho que me costaba apartar los
No me lo podía creer. Lo único que había hecho era tocarle el pecho a Jacob por ojos de su pecho desnudo cuando no le dejé que se marchara para que se quedase a dormir
curiosidad, y ellos hacían una montaña de un grano de arena. en mi cama. Rememoré sus músculos iluminados por la luz de la luna llena, lo que me
- No sé por qué – le repliqué, enfadada -. Fue algo totalmente natural, sólo quería apetecía tocarlos, sentirlos. Cómo los rozaba con mis dedos temblorosos, bajando hasta los
comprobar cómo era. Mi madre se paró de repente y se quedó muda. abdominales, pero que eso no me bastaba. Mamá estranguló más mi muñeca. Le mostré
- ¿Comprobar… cómo era? – se apartó con rudeza de mi lado y empezó a pasear de aquí cómo entonces subía hacia su pecho, acariciando cada uno de los músculos con la palma de
para allá nerviosamente, con las manos en la cabeza y mirando al suelo con los ojos mi mano, lentamente, sin querer perderme ninguno, y lo tersos, sedosos y calientes que me
perdidos -. ¿Hasta dónde llegasteis? – interrogó con un tono que rozaba la histeria. habían parecido, lo bien que olía su piel. Me acordé de lo angelical que me parecía Jacob
- ¿Qué? – mi cara fue fiel a toda la confusión que tenía en la cabeza -. Sólo le toqué… mientras dormía, su hermoso rostro, su pelo azabache, su aterciopelada piel cobriza, sus
No me dejó terminar la frase. Se abalanzó hacia mí, furiosa, hasta que quedó a un paso y apetecibles labios... La mano de mi madre ya casi me cortaba la sangre, de lo que apretaba
me clavó sus ojos ya oscurecidos por el enfado. ahora. Pero mi mente no hizo ningún caso. Tanto me interné en mis pensamientos, que se
- ¡Tienes que tener cuidado con Jacob, sobretodo en lo relativo al… sexo! – le costó soltar sumió en una especie de profunda inconsciencia, casi en estado hipnótico, que ni yo podía
la palabra -. ¡Ya deberías saberlo, Renesmee, puedes hacerle mucho daño! ¡Para él no es un controlar. Me llevó a otros recuerdos, imágenes como diapositivas animadas, ignorando por
juego, es algo muy serio, y si luego tú no le…! completo la compañía que tenía. Ya casi no sentía su mano apresadora. Sólo podía sentir
- Espera, espera, espera… – le corté –. ¡¿Que debería saber el qué?! ¡¿De qué me estás las diapositivas que pasaban a toda prisa por mi subconsciente. Lo primero que apareció
hablando?! Jake y yo no… - me empecé a poner colorada sólo de pensarlo -. ¡No hemos fueron los intensos ojos negros de Jacob, que me atrapaban y me llamaban, cuando se
hecho nada! clavaban en mí, no podía ni moverme. No. Era yo la que no quería hacerlo, quería seguir
- ¡Renesmee Carlie Cullen, no me mientas! ¡Ya te he hablado de eso y sabes de sobra que mirándolos, quería perderme en ellos. La imagen se fue deprisa y otra la sustituyó con la
los… tocamientos forman parte del sexo! ¡Así que no disimules! misma rapidez. Estábamos parados de camino a la playa. Jacob tenía su rostro muy cerca
- ¡Por Dios, ¿qué tocamientos?! – mi cara de indignación disimuló algo mi terrible del mío, tanto, que notaba su ardiente aliento. Cuando vi cómo lo acercaba, mi corazón se
vergüenza –. ¡No hubo ningún… tocamiento! – a mí también me costó decir el vocablo. volvió a acelerar sin poder evitarlo. La diapositiva cambió otra vez hasta esta misma
Mi madre pareció calmarse un poco y su semblante volvió a su estado de piedra impoluta. mañana. Estábamos en el coche. Jacob acariciaba mi mejilla con el dorso de sus dedos
- ¿En serio? – ahora parecía avergonzada -. Pero tu padre vio… Puse los ojos en blanco y le suaves y calientes mientras me cautivaba con su penetrante mirada, se deslizaban rozando
coloqué la mano derecha en la mejilla. No me apetecían más explicaciones verbales, mi mi cuello hasta perderse en mi pelo. Me estremecí de nuevo y el vello se me puso de punta
cara ya había aguantado demasiadas invasiones de sangre. una vez más.
Le dejé ver desde que Alice había salido de la habitación. No pude evitar recordarlo, así Entonces, justo en ese momento, sucedió algo repentino e inesperado que me hizo salir
que se me escapó que Jacob me había acariciado la mejilla. Ella puso su mano sobre la mía disparada de mi hipnosis. Mi pulsera trenzada vibró y rechazó a mi madre. Cuando abrí los
y sonrió. Le mostré que había salido a dormir al pasillo como lobo y luego pasé a mi ojos, apenas lo había visto, todo sucedió en una milésima de segundo. La pulsera había
pesadilla. Vio cómo Jake entraba corriendo en mi dormitorio, ya humano, y yo le abrazaba. convulsionado con fuerza una sola vez, pero fue suficiente, lo hizo con tanto ímpetu, que
Cómo intentaba no fijarme en su torso desnudo cuando le pedía que se quedara a dormir. desató una energía increíble. Produjo una especie de onda expansiva invisible en miniatura
Le enseñé que él se había echado boca arriba, sobre la colcha, a mi lado y que se había que se extendió vertiginosamente como si de una bomba atómica se tratase, haciendo que
quedado dormido enseguida, de lo cansado que estaba. Empecé a mostrarle cómo le rozaba su mano se soltara con brusquedad. La honda expansiva fue tan grande, que la obligó a
el pecho con los dedos… retroceder un paso al empujar su brazo hacia atrás, sin embargo, a mí no me movió ni un
De pronto, mi madre me sujetó la muñeca con fuerza. La agarraba tan fuerte, que me hacía centímetro.
daño. Tenía una expresión muy extraña, parecía fría. Me asusté un poco e intenté quitar la Mamá se quedó paralizada y perpleja, con los ojos muy abiertos, asustados.
mano, pero no me dejó. Ella quería seguir viendo, quería saber qué venía después, si había - ¿Qué… qué ha sido eso? – preguntó con un hilo de voz.
pasado algo más. No se fiaba de mí. Accedí, pero lo iba a hacer de una forma un tanto Su instinto le hizo ponerse a la defensiva y retirar el labio hacia atrás, pero se controló al
momento y sus labios volvieron a quedar en su estado perfecto. apareciendo a mi lado como por arte de magia. Se presentaban de repente a medida que
- No lo sé – susurré, aturdida, mirándome la pulsera. avanzaba y desaparecían de nuevo a mis espaldas. Empecé a darle vueltas a todo lo que
- ¡¿Qué clase de pulsera mágica te ha regalado ese chucho?! – masculló, matizando el había pasado e intenté contestar a las preguntas que yo misma me había hecho antes, pero
insulto con rabia. lo único que conseguía era formularme más.
- No le llames chucho – protesté, enfadada -. Tú eres su amiga. ¿Por qué había reaccionado así la pulsera? ¿Por qué había rechazado a mi madre? La
- Sí, claro – se rió con amargura -, y le ha puesto una pulsera mágica a la niña de su mejor pulsera era quileute, ¿sería porque ella era vampiro? Bueno, yo era medio vampiro, ¿por
amiga para que no la pueda tocar. La pulsera vibró de nuevo, aunque esta vez más suave, qué no lo había hecho conmigo? ¿Lo haría con más gente de mi familia? ¿De qué me había
como llamando mi atención. Algo estalló en mi subconsciente de repente y no pude avisado y por qué respondí de ese modo? ¿Por qué me habían gustado tanto mis recuerdos?
pararlo, subió por mi garganta y me obligó a hablar. Las palabras salieron de mi interior ¿Por qué no podía recordar los últimos? Mi madre sí podría, los había visto. ¿Y ella? ¿Por
solas, no me hizo falta ni pensarlas. qué ese afán por saberlo todo? ¿Tanto me quería proteger? ¿Es que no podía entender que
- He dicho amiga – escupió mi boca con furia retenida. ya no era una niña, no lo entendería nunca?
- ¿Cómo? – inquirió mi madre sin entender, ahora hablaba con cautela. Me paré en seco al percatarme de que no iba por el camino correcto. Con ese revoltijo de
- Yo soy su mejor amiga – puntualicé, con los dientes apretados. preguntas en mi cerebro, no me di cuenta de que me había perdido. Genial. Para encima, ya
Se quedó como una piedra delante de mí, mirándome, estudiándome con sus ojos confusos. era casi de noche y Jacob estaría esperándome preocupado. Eso sin mencionar a mis
Su semblante se serenó al cabo de un minuto. padres. Le había dicho a mamá que iría a cenar, si no aparecía, se pondría histérica otra
- Sí, es cierto – susurró al fin. Bajó la mirada hacia mis manos. Eso me llamó la atención y vez. Comencé a buscar algún árbol o señal conocida, algo que me diera alguna pista de
yo hice lo mismo. Las tenía en puños, tan apretados, que me hacía daño a mí misma con las dónde estaba. Nada, no se podía ver nada. Ni siquiera había olores, sólo olía a niebla y
uñas. Los abrí poco a poco, hasta que las manos me quedaron colgando de los brazos. No tierra mojada. Era como si la niebla hubiera borrado todo rastro a su paso. Empecé a
sabía qué hacer con ellas, así que las metí en los bolsillos de la chaqueta. ponerme nerviosa a medida que pasaba el tiempo y no encontraba ni la más mínima señal.
- Lo siento mucho – me dijo con la voz pausada -. La culpa ha sido mía, no tenía que Reinaba un silencio absoluto, tan sólo oía mis pisadas sobre las hojas húmedas, la niebla
haberme metido tanto en tus recuerdos. No tenía derecho. también se había llevado los sonidos. No parecía el mismo bosque alegre y con vida de
En ese momento estaba hecha un lío. ¿Qué me había pasado? ¿Por qué había reaccionado siempre, este estaba muerto. El miedo me hizo correr para buscar la salida de ese laberinto
de ese modo? ¿Y la pulsera? Nunca había hecho eso. ¿Es que ahora tenía poderes o algo de árboles. Casi me chocaba con ellos, aparecían de pronto como si alguien los clavara
así? ¿Por qué no podía recordar mis últimos pensamientos? justo cuando yo iba a pasar. El bosque no quería dejarme salir. Me paré y giré sobre mí
- No importa – inspiré hondo y me tranquilicé -. Además, yo también tengo mi parte de misma para mirar alrededor, tenía que encontrar un recoveco, una rama que me indicara la
culpa. Creo que te enseñé demasiado. salida. De repente, algo pasó a mi lado como una exhalación, rozándome el brazo, y me
- Entonces, ¿me perdonas? – murmuró. Parecía realmente arrepentida, y yo también lo asusté. No podía ver nada. No podía oler nada.
estaba, por tener esa extraña reacción con ella. - ¿Jacob? – apenas me salió un susurro. El roce volvió a repetirse, pero esta vez fue más
- No hay nada que perdonar, mamá – le sonreí lo mejor que pude, aunque con lo fuerte. Pude sentir algo peludo.
atolondrada que me había quedado, no sé lo que me salió. Mi madre se aproximó para - Jake, no tiene gracia – mascullé con la voz temblorosa.
darme un abrazo, pero, de pronto, se quedó quieta, mirando la pulsera con recelo. Entonces, por fin pude oír algo. Era una respiración que se acercaba a una velocidad de
- Ya no vibra – le dije, levantando la muñeca para que la viera. Se acercó con los brazos vértigo. La respiración de un animal salvaje y las pisadas de cuatro patas al galope. Me giré
vacilantes y finalmente se atrevió a abrazarme. Esta vez, no pasó nada raro. en esa dirección. Estaba aterrada. No sabía lo que me iba a encontrar, ni qué podía hacer.
- Sabes que te quiero – me susurró al oído. Papá y Jasper me habían enseñado a defenderme, pero no se gana una pelea sólo con eso.
- Sí, lo sé. Yo también te quiero – no me dejaba, y yo quería estar un rato a solas para poner Me acuclillé, preparada para saltarle por encima a lo que fuera que venía. Por lo menos,
en orden mi destartalado cerebro -. Tengo que irme, he quedado con Jake en nuestro tenía que intentar mi huida. Si chillaba lo suficientemente alto, quizás Jacob o mis padres
tronco. Por fin se despegó y me dio un beso. lo oyeran y vinieran a rescatarme. Las pisadas de las patas fueron reduciendo de velocidad
- ¿Sabrás llegar con esta niebla? hasta que se convirtieron en un suave trote, y la respiración pasó a ser un olisqueo de
- Ese sitio lo encontraría con los ojos cerrados, no te preocupes. rastreo. Estaba muy cerca. Tensé los músculos de mis piernas a la espera y, cuando la
- Claro, me lo imagino – me sonrió. criatura empezó a distinguirse de entre la niebla, salté. Mientras le volaba por encima, pude
- Bueno, os veo después, cuando vaya a cenar y eso. verle con claridad. Era mi precioso lobo de pelambrera rojiza.
- De acuerdo. Hasta luego. Me despedí con la mano y me alejé de mi madre, dejándola - ¡Jacob! – grité, ya bajando. Éste se acercó al trote cuando aterricé en el suelo, se inclinó
detrás de la espesa niebla. Ni siquiera noté cuándo se marchó. Seguí caminando por el sobre sus patas delanteras y me arrimó el hocico para olerme y darme pequeños lametones
bosque. El terreno estaba cubierto de las hojas bermejas que ya habían caído de los árboles. en la cara. Abrí los brazos para abrazarle…… y me aparté de repente, nada más tocarle.
Estaban mojadas por la débil llovizna de antes y la niebla de ahora. Los árboles iban - ¡Puaj, estás todo mojado! – me quejé.
Jake profirió un aullido ahogado entre dientes, se estaba riendo. Se incorporó y empezó a tallado que Jacob le había hecho para el día de su graduación, y ahora me enteraba de que
sacudirse justo a mi lado, empapándome con el agua que salía de su pelaje. también sabía trabajar el cuero.
- ¡Jacob! – protesté, separando los brazos del cuerpo. - Casi toda la tribu sabe hacerlas.
Ahora lo que salía de su enorme garganta era su inconfundible carcajada burlona, unos - ¿Ah, sí? – esta era la mía. Era el momento de saber si era para ahuyentar vampiros -. ¿Es
sonidos sordos y profundos. que es una especie de tradición o algo así? Jacob se puso rígido y sus manos se separaron
- ¡Ya está bien de bromas, Jake! – me crucé de brazos, enfadada -. ¡Menudo susto me has para caer sobre la colcha.
dado antes! Mi lobo se agachó y me acarició la cara con el hocico otra vez, emitiendo un - Algo… algo así – contestó, nervioso.
lamento desde la faringe. - ¿Y de qué va la tradición? Se quedó en silencio mientras seguía mirando al techo.
- Vale, vale. Te perdono. ¿Qué te parece si nos vamos a casa? – suspiré -. Estoy muy Me erguí para verle mejor. Cuando se dio cuenta de que me fijaba en su rostro algo
cansada. Se alzó y asintió con la cabeza. Él nunca se perdía, era como llevar una brújula sonrojado, se incorporó de sopetón y se quedó sentado en la cama, con las piernas
conmigo. Incluso la niebla parecía menos densa. Con Jacob, el bosque ya no me parecía tan entrelazadas. Me senté del mismo modo, junto a él. Miró para el otro lado, respiró hondo y
tenebroso. Jake se fue a cambiar de fase detrás de los primeros árboles del bosque mientras soltó el aire impetuosamente, como si estuviera enfadado consigo mismo.
yo le esperaba frente al porche. Cuando salió, se iba poniendo la camiseta negra sin mangas - ¿Qué pasa? – quise saber.
por el camino para no tenerme demasiado tiempo sola. Estuvimos de acuerdo en no contar Giró la cara hacia mí y me miró, mordiéndose el labio, pensativo.
a mi familia que me había perdido. Era preocuparles para nada y sólo había sido un - No te asustes ni nada, ¿vale? – dijo al fin.
pequeño susto que Jacob había solucionado fácilmente. - ¿De qué me tendría que asustar?
Al entrar en la casa, mi padre no dijo nada. Se limitó a asentirle a Jake en gesto de - Esto que te voy a contar es un poco raro, pero te juro que tiene su explicación – hablaba
agradecimiento. Carlisle se había marchado al hospital en el que trabajaba, por una despacio, como previéndome de lo que me tenía que aclarar -. Primero tienes que escuchar
urgencia. Jacob se sentó a ver un partido que echaban en la televisión con Emmett y yo toda la historia para que lo entiendas, ¿de acuerdo? Luego, si quieres, puedes hacer lo que
hice lo mismo en el brazo del sofá, a su lado. Jacob y Emmett se llevaban increíblemente quieras con la pulsera. Ahora sí que estaba asustada. ¿Es que también me afectaría a mí?
bien, parecía que habían sido amigos toda la vida. Emmett hasta le reía las bromas que Jake se quedó en silencio de nuevo, esperando a que yo dijera algo.
Jacob solía hacerle a Rosalie, cosa que a ella no le hacía ni pizca de gracia. Ahora discutían - Bueno, habla – le azucé.
y comentaban las jugadas dudosas entre risas. - Es una de las leyendas más bonitas – volvió la vista al frente, inspiró profundamente y
Una vez que el partido terminó, nos fuimos a la cocina para hacer la cena. Jake me ayudó a empezó a hablar -. Verás, al principio, los espíritus guerreros abandonaban su cuerpo y se
cocinar y puso la encimera perdida. Alice vino a echar un vistazo al oír el jaleo que marchaban para proteger a la tribu, dejando atrás a sus esposas y amadas - ¿de qué iba
estábamos montando mientras nos hacíamos bromas. Ya cenando - yo a toda prisa porque esto? Dejé que continuara la historia para ver a dónde me llevaba -. Ellas cuidaban de los
me moría de ganas de subir a mi habitación con Jake para preguntarle sobre la pulsera -, cuerpos y notaban la presencia de sus hombres. Pero cuando las transformaciones
mis padres vinieron para despedirse. Se iban a pasar el rato a su cabaña. Me dieron un beso empezaron, todo cambió. Taha Aki observó que los metamorfos ya no podían dejar su
en la coronilla y se marcharon a la velocidad de la luz. No tan rápido, pero también muy cuerpo con las mujeres, por lo que ellas empezaban a sentirse solas y, en algunos casos,
deprisa, subimos a mi dormitorio después de acabar la cena, fregar la cocina y dar las cuando la ausencia se hacía demasiado larga, se sentían abandonadas. Así que creó una
buenas noches al resto de mi familia. Jacob se echó en mi cama de un salto. Se quedó boca pulsera que impregnó con su amor, de doble trenzado, que simbolizaba los lazos y el
arriba, con los dedos cruzados en el estómago, y yo me coloqué de lado junto a él, compromiso con la persona que amaba. La hizo de cuero, que era fuerte como su amor, y
apoyando mi cabeza en mi mano izquierda y reposando el peso en el codo. Antes de que se del mismo color que su pelaje, para que su esposa siempre pudiera notarle con ella, lo
pusiera él a parlotear, me lancé yo al tema de la pulsera. recordara y no se sintiera sola. Los demás vieron que la idea funcionaba y crearon sus
- Quería preguntarte algo – empecé. propias pulseras – me miró de reojo una vez y volvió la vista al frente para seguir con su
- Dime – ya tenía los párpados cerrados. relato -. Con los años, esas pulseras se convirtieron en un símbolo, quiero decir, que…,
- Es sobre la pulsera. Abrió los ojos de repente y se quedó con la vista fija en el techo. bueno… - bajó la mirada, mordiéndose el labio otra vez.
- ¿Qué… qué quieres saber? - ¿En qué, Jacob? No entiendo nada – protesté -. ¿Para qué sirven estas pulseras?
- ¿De dónde la sacaste? – pregunté, mirando mi muñeca derecha. - Hoy en día son pulseras de compromiso – espetó.
- De ningún sitio – se encogió de hombros -. La hice yo. - ¿Mi pulsera… es una pulsera de…? Me quedé tan perpleja y sorprendida, que no pude
- ¿Tú? – le miré asombrada -. Nunca me lo habías dicho. articular más palabras. Antes de que me diera tiempo a sobreponerme, empezó a explicarse
- Bueno, nunca me lo has preguntado. atropelladamente y con nerviosismo.
- Está muy bien hecha – observé el intrincado trenzado del cuero marrón rojizo, complejo, - Pero no te asustes, yo no te la regalé en ese sentido. ¿Cómo iba a regalarle a una niña algo
bien apretado y perfecto -. No pensé que también supieras hacer pulseras. Ya me había así? – se levantó de la cama, la bordeó en mi dirección y comenzó a dar paseos frente a la
sorprendido cuando, de pequeña, mi madre me había enseñado la pulsera con el lobito cristalera, mirando al suelo y gesticulando con las manos mientras hablaba -. Todos
estábamos muy preocupados por lo de tu crecimiento, no sabíamos cuántos años podías - No me la quitaré nunca. Giró el rostro tan deprisa para contestarme, que, sin darse cuenta,
vivir, ni nada… Y para encima, nos perseguían aquellos viejos decrépitos, los Vulturis casi lo pegó al mío. Fue tan inesperado, que nos quedamos los dos paralizados. Me quedé
esos, y ni siquiera sabíamos si sobreviviríamos. Así que se me ocurrió hacerte una pulsera embobada, de lo cerca que lo tenía, mi frente ya rozaba la suya. Sus ojos se encontraron
de compromiso. No en ese sentido, claro, sino como algo que nos uniera de algún modo… con los míos, otra vez la misma mirada. Sentí un intenso cosquilleo en mi estómago y mi
– se paró y se giró hacia la ventana -, para que, pasara lo que pasara, siempre estuviéramos corazón empezó a latir atropelladamente, puede que incluso lo oyera él, de lo fuerte que lo
juntos – murmuró. Bajé la mirada lentamente hacia la pulsera. hacía. Pero lo que se escuchó entonces fue el repiqueteo de unos dedos tocando a la puerta.
- Si la llevo…, todos en La Push pensarán que estamos… Nos apartamos el uno del otro bruscamente y Jake se puso de pie, nervioso, con los brazos
- No tienes por qué llevarla, si no quieres – se sentó en la cama, dándome la espalda -. Si te en jarra, murmurando algo incomprensible.
sientes incómoda, puedes quitártela. Lo entenderé. Acaricié la pulsera con los dedos. No - Pasa – dijo él al cabo de unos segundos, al ver que yo era incapaz de hablar; yo seguía
sabía lo que tenía, pero me gustaba tanto. Y después de saber que me protegía, más todavía. parpadeando como una tonta. La puerta se abrió y una cabeza se asomó entre la abertura.
¿Qué tenía de malo llevarla? Al fin y al cabo, Jacob y yo teníamos una especie de Era Carlisle, que ya había llegado de la urgencia.
compromiso. Él sería mi mejor amigo para siempre, y lo que pensaran los demás no me - Ah, Doc, ¿qué quiere? – habló Jacob otra vez.
importaba. Además, ya la había llevado todo este tiempo, así que, ¿qué iba a cambiar si - Quería hablar contigo sobre ese rastro que me comentaste esta tarde… – Carlisle me miró
seguían viéndomela puesta? Observé el tramado de las fibras, ya las había mirado muchas -, si es que no estáis muy ocupados, claro. No sé lo que vio, pero juraría que sus labios se
veces, pero ahora veía algo nuevo. Las finas tiras de cuero que conformaban el trenzado habían curvado un poco hacia arriba. Me espabilé a mí misma pellizcándome la mano
tenían cada uno de los matices de la gama cromática de su pelaje. Iban del rojizo oscuro, disimuladamente. Con todo lo que había pasado en el bosque y lo de la pulsera, me había
casi marrón, al ocre más claro que cubría sus patas y ciertas partes de su rostro lobuno. La olvidado por completo del tema del rastro.
había hecho con sus propias manos para mí, y desde luego estaba completamente de - ¿Ya sabe de qué es? – preguntó, atónito.
acuerdo con lo que simbolizaba esa pulsera para Jacob. Ahora lo simbolizaría para mí - No, aún no. Por eso venía a hablar contigo. Necesito que me traigas pruebas.
también. Me acerqué para sentarme a su lado. - ¿Pruebas?
- La voy a llevar siempre – le dije. Jacob me miró sorprendido. - Sí, del sitio donde encontrasteis el rastro. Si me trajeras helechos, hojas, ramas…
- ¿En serio? ¿No te importa que la gente piense…? - Vale, vale – le interrumpió Jake -, no hace falta que nombre todas las plantas del bosque.
- Me da igual – le corté -. Con que nosotros sepamos la verdad, es suficiente. Se abalanzó ¿Tiene alguna sospecha de qué puede ser?
hacia mí y me abrazó con tanta fuerza, que casi me deja sin respiración. - La verdad es que no. Pero con todas esas pruebas, tal vez pueda encontrar una muestra de
- Jake… me ahogas… Se rió y me liberó. Hubo un breve instante de silencio y me lancé a ADN que la pueda cotejar para ir descartando posibilidades, así podré tener más pistas de
preguntar de nuevo. Todavía no me había aclarado lo que quería saber al principio. por dónde tengo que empezar a buscar.
- ¿Esta pulsera es mágica? – le pregunté sin rodeos. - ¿Es que ahora también es forense, doctor? – cuestionó Jake con una sonrisa un tanto
- ¿Qué? – frunció el ceño, extrañado -. ¿Mágica? burlona.
- Bueno, si es una especie de amuleto o protector contra vampiros o algo. - Llevo unos pocos siglos investigando, Jacob – le contestó Carlisle con otra más ingenua.
- Claro que no – dijo, riéndose -, solamente es una pulsera. Los únicos protectores contra - Ya, claro – Jake asintió con una mueca -. Está bien, veré lo que podemos hacer, aunque le
vampiros somos nosotros, los lobos. advierto que los lobos no nos ponemos guantes, ni nada de eso. Igual se encuentra una baba
- Ah – me quedé pensativa. No era la respuesta que yo esperaba. de Paul o algo.
- ¿Por qué? – Jacob había reconocido mi expresión y ahora hablaba más serio. - Trataré de apartarla – mi abuelo le dio una palmada en la espalda mientras Jake se reía de
- Es que… - de repente, me di cuenta de que no podía contarle lo que había pasado con mi su propio chiste -. Gracias de todos modos.
madre esa tarde en el bosque. ¿Cómo le iba a decir que le estaba mostrando esas inocentes - No, gracias a usted – dijo Jacob, más serio -. Es usted el que nos está ayudando a saber
caricias? Si lo hacía, seguro que él también quería mirar y luego se reiría de mí. O peor, si qué corre por nuestros bosques.
veía lo que ella había visto, después no habría quién le aguantase, seguro que se le subía a - Veremos qué pasa – Carlisle me observó de nuevo y carraspeó -. Bueno, ya os dejo solos
la cabeza -. Bueno, como es tan perfecta, creí que igual se había hecho ella solita. No creo - nos miró con los labios curvados en una sonrisa que juraría que era un poco pícara y yo
que con estos dedazos pudieras hacerla tú – me inventé sobre la marcha, entrelazando sus me puse colorada. Jacob, en cambio, se quedó encantado –. Hasta mañana, que descanséis.
dedos con los míos y levantándolos para mirarlos. - Hasta mañana – me despedí mientras Carlisle salía por la puerta y la cerraba. Jake bostezó
- Ja, ja, me parto de la risa – vocalizó con sarcasmo, bajando nuestras manos. Se me escapó y se desperezó.
una risilla. - Creo que yo también me voy.
- No, de verdad, me encanta – le dije, más seria. - ¿Ya? – pregunté, extrañada, poniéndome de pie –. Pero si todavía es temprano.
- Entonces, ¿la vas a llevar? – masculló en voz baja, observando la pulsera de la muñeca - Bueno, es que tengo cosas que hacer y he de prepararme.
que tenía pegada a la suya. Me acerqué a su oreja y le susurré. - ¿Qué cosas? – de pronto, me acordé de Brenda y su invitación al Ocean. Un leve
calambre empezó a revolverme el estómago -. No irás a ver a Brenda, ¿verdad? - Mañana no sé si te vendré a buscar, igual estoy durmiendo – masculló sin mirarme. Y
- ¿Qué Brenda? Ah, sí, tu amiga – me dijo en tono burlón. salió, cerrando de un portazo.
- No es mi amiga – le corregí -. ¿Vas a ir?
- ¿Es que te importa mucho? – Jake acercó su cara para mirarme de cerca, mostrando su ATRACCIÓN
sonrisa torcida. Se la aparté, enfadada, empujándola con una mano, y me crucé de brazos.
- Para nada – mentí -. Es que no quiero que te emborraches. Mañana me tienes que llevar a Esa noche no pude pegar ojo. Era la primera vez que dormía sin la compañía cercana de mi
clase y la resaca es muy mala para conducir. lobo y, encima, cuando cerraba los ojos, podía ver la imagen de Jacob en la barra tonteando
- Ah, por eso no te preocupes. Yo no bebo alcohol – siguió con su tono socarrón. con Brenda mientras ésta se le insinuaba descaradamente. Intenté pensar en otras cosas,
- Puede que no lo bebas normalmente, pero en esa clase de sitios es muy fácil caer en la pero todas terminaban en el mismo punto: Jacob. No podía quitármelo de la cabeza. Y para
tentación – observé. colmo, me sentía culpable. Él nunca se había enfadado conmigo y lo había provocado yo.
- No. Yo no – afirmó. ¿Por qué no había podido simplemente reconocer que estaba celosa? Era evidente, lo
- Tú, como los demás – rebatí. estaba. Tenía que haberle dicho la verdad, que tenía celos porque no quería que lo
- Lo mío es distinto, puedo explotar. separaran de mi lado, porque era mi mejor amigo y quería que estuviera conmigo para
- ¿Explotar? ¿Es que te pones demasiado meloso? – inquirí de forma sarcástica. Mi mejor siempre. Pero eso era tan egoísta. Cuando me levanté de la cama, me sentía fatal. Tan sólo
amigo se empezó a carcajear. pensar que no le iba a ver esa mañana, hacía que el día se pareciese al bosque entre nieblas
- No le veo la gracia, la verdad – protesté, irritada. de la tarde anterior. Después de ducharme y arreglarme, salí de mi dormitorio, desganada,
- Me refiero a que si bebo algo de alcohol, puedo entrar en fase de repente – aclaró entre para ir a desayunar.
risas. Me empezó a cambiar el color de la cara una vez más -. Es más difícil controlarlo si Mi corazón saltó como un resorte y empezó a latir a trompicones en cuanto le olí y escuché
bebemos. Imagínate la que se armaría si me transformara en medio del local. O peor – su voz en la cocina. Con una alegría desbocada, comencé a bajar las escaleras, pero cuando
volvió a acercar su rostro y me cuchicheó en voz baja -, imagínate si luego cambiara de llegué al primer piso, se me ocurrió pensar en qué le iba a decir. Me quedé quieta, agarrada
fase otra vez y me quedase desnudo en mitad de toda esa gente. Le aparté la cara y me a la barandilla. ¿Y si me contaba lo bien que se lo había pasado con Brenda? ¿Cómo se
crucé de brazos otra vez. supone que tenía que reaccionar? ¿Me atrevería a decirle la verdad? Y lo peor iba a ser
- Sí, eso sería peor que lo primero – le confirmé. cuando ella me lo contara en el instituto, porque claro que lo haría, vamos, seguro que me
- Lo que pasa es que no quieres que vaya porque estás celosa – soltó sin cortarse un pelo.m lo restregaría por la cara. Me apoyé en la barandilla, en mitad de la escalera. No entendía
Empecé a notar las mejillas candentes. por qué me molestaba tanto. Al fin y al cabo, algún día Jake encontraría a una chica que…
- No… no estoy celosa – mentí, girando la cabeza hacia el otro lado. Jake ladeó su cuerpo El alma se me cayó al suelo sólo de pensarlo. Pero tenía que asumir la realidad. La cruda y
hasta que tuvo mi cara a la vista. horrible realidad: Jacob no podía estar conmigo para siempre, como yo quería. Algún día se
- Sí, sí que lo estás, reconócelo. Sin saber por qué, me puse tan nerviosa, que me imprimaría o se enamoraría de alguien y me dejaría. Me dio un puntazo en el corazón tan
empezaron a temblar las manos; si hubiera sido humana del todo, también se hubieran grande, que pensé que me había dejado de latir. Y pensar en que esa chica pudiera ser
puesto a sudar. Un temor invadió mi mente como un meteorito. El temor a que sospechara Brenda, me ponía mala. Él se merecía a alguien mejor, una chica que le entendiera, que le
algo que ni yo misma entendía, que no podía explicarle, y la reacción que se produjo en mi quisiera por cómo es, no por cómo está. Y esa Brenda… ¿por qué le gustaba a Jacob? No lo
cerebro fue el de ponerme a la defensiva. comprendía.
- ¿Y por qué iba a estarlo, Jacob? – le escupí, mordaz -. ¡No digas tonterías! - No estuvo con ella, tranquila. Pegué un salto al oír la voz de mi padre.
- Vamos, Nessie. No me digas que no te molesta, aunque sea un poco, que vaya a esa cita – - ¿Qué…? ¿Cuánto llevas ahí? – inquirí, nerviosa.
insistió, algo enfadado. La palabra cita retumbó en mi cabeza, produciendo eco, y me - Acabo de llegar – mintió.
rechinaron los dientes. - ¡Papá! – protesté.
- Si quieres, puedes ir a tu cita tranquilamente. Por mí, como si sales con todas las chicas - Bueno, vale – dijo, levantando las manos - Lo siento, no lo pude evitar. Es que a veces tú
de Forks – le bufé, enojada -. ¡No me importa lo más mínimo! también piensas un poquito alto, hija. Resoplé y me repantigué en uno de los peldaños. Mi
- ¿Ah, sí? – ahora parecía cabreado -. Pues no iba a ir, pero ahora puede que vaya. padre se sentó a mi lado. Nos quedamos un rato en silencio, lo cual me sirvió para
- ¿Por qué no te largas ya? – le espeté, mirándole furiosa -. Llegarás tarde, y no querrás que tranquilizarme.
se te adelante otro y te la espante, ¿verdad? - ¿Cómo sabes que no fue? – le pregunté con un susurro, mirándome las manos -. ¿Te lo
Mis palabras rabiosas hicieron que el rostro de Jacob se enojara aún más. Sus cejas se dijo él o le leíste la mente?
arquearon tanto hacia abajo, que produjeron una profunda sombra en sus ojos. - Lleva pensando en que te lo iba a decir toda la mañana – me pasó el brazo por el hombro
- ¡De acuerdo, me voy! – gruñó. De dos zancadas, llegó hasta la puerta y la abrió, pero -. Está muy arrepentido por haberse enfadado contigo.
cuando estaba pasando, se paró. - ¿Él? – alcé la vista para mirarle -. Pero si fue por mi culpa.
- Pues él piensa que se excedió. Además, odia estar enfadado contigo. Bueno, no te voy a pasaba, pero una fuerza maravillosa y mágica me llevaba a él irremediablemente, como si
reproducir sus palabras exactas, pero no lo soporta. los dos fuéramos dos imanes que se atraen, me incitaba a acercarme a él, y cuanto más me
- Sí, yo también pienso que es una… - miré a mi padre, que ya estaba poniendo mala cara -, perdía en su mirada, más sentía esa fuerza. Mientras él también se aproximaba, adiviné a
asquerosidad – rectifiqué. dónde me llevaban sus pupilas y bajé la mirada a sus labios. Ahora me guiaban ellos. Podía
- Pues baja ahí y arregla las cosas con él – dijo, incorporándose para levantarse. notar el calor de todo su cuerpo, que ahora estaba más adosado al mío. Su frente tocó la
- Espera – le agarré del brazo para que no lo hiciera. mía; miles de mariposas empezaron a agitarse en mi estómago y mi corazón comenzó a
- ¿No me dijiste que no me metiera en vuestras mentes? – me recordó, después de oír mi latir cada vez con más fuerza, casi se me salía del pecho. Cerré los ojos, mi cerebro ya
pensamiento. sabía lo que quería y no me hacían falta, no necesitaba guía. Cuando sus manos se
- Sólo por esta vez, por favor – le supliqué -. Dime si esa chica le gusta, solamente eso. deslizaron por mi espalda para aferrarse a mi cintura y su tórrido aliento acarició mis
- ¿Y por qué no se lo preguntas tú? – me instó con una sonrisa -. En realidad, creo que labios, todo mi cuerpo se estremeció y un suave jadeo se me escapó de los pulmones,
deberíais hablar de todo esto, me parece que tendríais que aclarar… algunas cosas. haciendo que me quedara sin aire. Sólo tenía que acercarme otro centímetro y tendría esos
Cosas que tenéis que hablar vosotros dos y en las que yo no me debo meter – atajó, labios… De repente, un carraspeo inesperado irrumpió en la cocina y nos despertó de
dándome palmaditas en la rodilla mientras se ponía de pie. Me quedé sentada, hecha un lío. nuestro profundo sueño. Me aparté de Jacob del sobresalto, nerviosa y avergonzada. No me
La verdad es que tenía que aclararle lo de mis celos. Por lo menos, ahora sabía que no dio tiempo ni a estar confusa, ni siquiera vi quién había entrado en la cocina. Como no
había ido a esa cita con ella. Una repentina sensación de alivio y de alegría empezó a sabía qué hacer con las manos y no quería que me vieran la cara, me puse a disimular,
extenderse por todo mi cuerpo. abriendo y cerrando las puertas del armario. Al ver los cuencos del desayuno, se me ocurrió
- Es mejor que bajes ya – advirtió mi padre, interrumpiendo mis pensamientos -. Está revolver con ellos. Él apoyó su cabeza en la pared, murmurando algo entre dientes que no
empezando a ponerse nervioso por tu tardanza. Piensa que estás enfadada y que no quieres entendí del todo, aunque sí que distinguí un par de palabrotas.
verle. ¿Que no quería verle? ¿Cómo podía pensar eso? No había cosa en el mundo que me - Maldita sea, Seth, ¿qué haces aquí? – bufó al final -. ¿Es que no te podías esperar?-
apeteciera más. Estaba cansado de esperarte en el sofá. Y además, tengo un poco de hambre, la verdad –
- Gracias, papá. Me levanté deprisa, le di un beso a mi padre y bajé las escaleras al trote noté su mirada examinadora en mi espalda -. Buenos días, Nessie. Hoy se te ve con un
hacia la cocina. Cuando entré allí, le vi cabizbajo, con los brazos en jarra, esperando por brillo especial en los ojos – bromeó. Jacob le dio una colleja como reprimenda.
mí. Levantó su angustiada mirada y corrí a abrazarle sin pensármelo dos veces. Lo hice con - ¡¿Quieres hacer el favor de largarte?! – le espetó, enfadado.
tanto afán, que su espalda chocó con la pared que tenía detrás. No pareció hacerle daño, ya - No, tengo hambre – contestó Seth, sentándose a la mesa -. Y Edward me dijo que podía
que me rodeó con sus brazos efusivamente. venir ahora a desayunar con vosotros.
- Lo siento. He sido un idiota – murmuró. Me separé un poco de su cuello para mirarle. - Maldito chupasangres, siempre está en medio – gruñó Jake, apretando los dientes y
- La culpa fue mía – le corregí -. Me porté como una tonta. mirando hacia la puerta con cara de odio. Genial, papá lo sabía todo y Seth nos había
- Bueno, no empezaremos ahora con el rollo ese de culpa mía, culpa mía, ¿no? – bromeó pillado. ¿Qué más se podía pedir? Mi cara había recuperado su temperatura normal y mi
con una sonrisa. corazón ya latía a la velocidad de siempre, así que respiré hondo y cogí tres cuencos para
- No – le correspondí con otra. Me quedé mirando esos ojos negros que ahora eran ponerlos en la mesa. Jacob puso los ojos en blanco y resopló cuando los vio.
brillantes y vivos. Cómo me gustaban esos ojos. A medida que los miraba, me iba - Quítate de ahí, ese es mi sitio – le exigió de malas formas, dándole un pequeño empujón
quedando más y más hechizada. Jacob también los clavó en los míos con esa mirada en la espalda. El otro quileute se levantó y se sentó en la silla de enfrente sin rechistar.
profunda, hipnotizándome como ya solía ser habitual. Él también parecía estarlo. De - ¿Quieres cereales, Seth? – le ofrecí, colocando los cuencos en la mesa.
pronto, la pulsera vibró, aunque esta vez fue como un cosquilleo suave que no me asustó, y - Sí, sí. Bueno, y unos huevos con beicon tampoco estarían mal.
una de las diapositivas que le había enseñado a mi madre apareció ante mí sin darme - ¡De eso nada, chaval! – le volvió a gruñir Jake -. ¡Seguro que ya has desayunado en tu
tiempo a reaccionar. La rememoré al mirar los ojos negros que me observaban, clara como casa!
el agua cristalina. Era la primera que mi mente me había mostrado. Los intensos ojos - Está bien, está bien. Hay que ver cómo te pones, tío.
oscuros de Jacob, que me atrapaban y me llamaban, y que cuando se clavaban en los míos, - Sí, ¿por qué será? – le insinuó Jacob. Después de servir la leche y guardarla en la nevera,
no me dejaban moverme. Pero, por fin, recordé que no eran ellos los que me apresaban, era me senté junto a Jake.
yo la que no quería apartarme, la que quería seguir mirándolos, la que quería perderme en - ¿Qué te trae por aquí? – le pregunté a Seth.
ellos. Entonces, me pregunté qué pasaría si seguía mirándolos, qué tenía de malo si me - Se me acopló cuando iba a coger el coche – protestó Jake.
dejaba hipnotizar del todo. Tal vez averiguara lo que querían de mí. La pulsera vibró de - Vengo de visita – se metió una enorme cucharada de cereales en la boca y siguió
nuevo, otro cosquilleo. Sí, tengo que saberlo, le contesté para mis adentros. hablando -. No tenía nada que hacer y se me ocurrió venir a veros.
Me perdí en la inmensidad de sus ojos y me dejé guiar por ellos. Me lo pidieron, y comencé - Eso tiene arreglo. Te puedo mandar a patrullar ahora mismo, si quieres – le dijo Jacob.
a acercar mi rostro al de Jacob lentamente, sin apartar la vista de ellos. No sé qué me Me remangué las mangas de la chaqueta y alargué el brazo para coger los cereales. Jacob
me lo agarró, sorprendido. - Ayer por la noche estuvimos buscando pruebas para Carlisle – volvió a bostezar, tiempo
- ¿Qué te ha pasado? – me preguntó, mirándome la muñeca más de cerca, con cara de suficiente para que la lava de mi cabeza fuera barrida de repente por un glaciar que se me
preocupación. clavó en el cerebro: Jacob no había ido al Ocean porque había tenido que salir con la
- ¡Menudo moratón! – exclamó Seth. No me había fijado en mi muñeca hasta ese manada -. Según Jake, iba a ser un momento, pero se nos alargó más de la cuenta. Así que,
momento. La tenía tan morada, que mi pulsera de color marrón rojizo hacía contraste sobre si no hubiera sido por eso, habría ido a su cita con Brenda. Ahora lo veía todo claro. Por
la piel. eso papá no me había querido decir si ella le gustaba. Por eso me dijo que teníamos que
- Ah, te refieres a esto… No es nada, es que ayer me caí en el bosque cuando me perdí – aclarar algunas cosas. Y yo casi le había dado un beso, ¿sería estúpida?
me encogí de hombros para restarle importancia. Mentir a Jacob era lo que más odiaba del - ¿Ah, sí? – me volví y miré a Jacob con cara de malas pulgas, pero él interpretó mal mi
mundo, pero, ¿qué le iba a decir? ¿Que había sido mi madre la que me lo había hecho gesto.
mientras le mostraba lo que le mostraba? No podía contarle la verdad, y menos delante de - No me mires así, yo no tuve la culpa – se defendió -. Tuvo que venir la policía y todo se
Seth. Jake observaba mi muñeca extrañado, como si no se lo acabara de tragar. Dibujó con nos complicó.
su índice la marca que habían dejado los dedos de mi madre y levantó la vista para mirarme - ¿La policía? – ahora esto llamaba un poquito más mi atención.
a los ojos. Tuve que bajar la mía y retirar poco a poco la muñeca de sus manos, me conocía - Sí, es que encontramos un… cuerpo.
demasiado bien. Tendría que contarle la verdad más tarde. En ese momento, mi madre - Era sólo el torso – le corrigió Seth.
entró por la puerta y yo me bajé las mangas de la chaqueta con rapidez. No quería que ella - Maldito niñato, ¿no estabas durmiendo? – gruñó Jake.
lo viera, ya se sentiría bastante culpable como para que encima descubriera lo que me había - Casi.
hecho su dura mano. Pero a Jake no le engañé. En cuanto lo vio, le rechinaron los dientes. - ¿Un… un torso? – mascullé, tragando saliva.
Ahora ya sabía quién había sido. Le cogí la mano y se la apreté una vez para avisarle de - Sí, estaba todo rajado – volvió a hablar Seth -. Bueno, más bien desgarrado. Le faltaban
que no dijera nada, mientras le miraba con ojos de súplica. Respiró muy hondo y se metió todos los órganos, las vísceras y todo. Casi no tenía ni sangre, y las costillas…
una cucharada de cereales en la boca para concentrarse en otra cosa. Durante el resto del - ¡¿Te quieres callar de una… vez?! – le cortó Jake -. ¿No ves que la estás asustando,
desayuno Seth y yo charlamos con mi madre, pero Jacob no abrió la boca. Ni siquiera la bocazas? No hacía falta dar tantos detalles. Mientras Jacob empezaba a mascullar para sí,
miró. Se limitó a comer con cara de pocos amigos, clavando la vista en el cuenco de yo me empecé a poner pálida sólo de imaginarme la descripción.
cereales, y cuando los tres nos marchamos, tampoco se despidió. - ¿La cabeza del otro día pertenece a este torso? – conseguí preguntar.
- ¿Por qué tienes que venir con nosotros? – le preguntó, molesto, a Seth, ya en el coche. - No lo sabemos – me contestó Jake, más calmado -. No me quedó otro remedio que llamar
Estaba claro que quería saber lo que me había pasado con mamá y que intuía que, con Seth a la policía y tuvimos que salir por pies, bueno, por patas, mejor dicho. Menos mal que
presente, no iba a obtener la respuesta. Charlie nos tapa todo lo que puede. Pobre hombre, el otro día ya vomitó lo suyo con lo de
- Por dar una vuelta – le contestó éste, encogiéndose de hombros. Jake suspiró, cansado. la cabeza. Ya me imagino cómo le sentaría esto otro. Igual le voy a hacer una visita más
Hubo un instante de silencio en el que sólo se oían los limpiaparabrisas cuando pasaban por tarde y, de paso, que me cuente lo que han averiguado – me miró para ver si había
la luna delantera y el repiqueteo de la lluvia en el techo. recuperado mi color. Debía de ser así, porque volvió la vista a la carretera y siguió
- Esta revista de coches mola – dijo Seth de repente, con la publicación en las manos. hablando -. Lo que sí sabemos es que había el mismo rastro que encontramos ayer. Esa
- Luego ponla en su sitio, ¿me oyes? Siempre andas en mis cosas y después no encuentro peste estaba por todas partes.
nada – protestó Jacob. - ¿Era un hombre o una mujer? – interrogué con voz queda.
- ¡Pero si lo tienes todo tirado por aquí! – exclamó Seth, mirando el asiento trasero en el - ¿Qué?
que estaba -. ¡Casi no tengo sitio ni para sentarme! - El… cadáver… El torso, ¿era de un hombre o de una mujer?
- Bueno, yo sé dónde lo tengo todo, así que no te la juegues. - De un hombre – contestó.
- ¡Vaya un humor de perros que tienes hoy, tío! ¡Parece mentira que antes en la cocina - ¿Y la cabeza?
casi…! Jake le echó una mirada fraticida por el espejo retrovisor y Seth se calló al instante. - No se sabe. Charlie la mandó a los forenses de Seattle, porque aquí no tienen medios para
Yo me puse colorada y me giré hacia la ventanilla para disimularlo. ¿Por qué habia este tipo de casos. Tardarán unos días hasta que lo averigüen. Y me imagino que el torso
intentado besarle? Ahora la confusión que me había ahorrado en la cocina empezaba a salir también tendrán que enviarlo, así que no saldremos de dudas hasta dentro de una o dos
de mi cabeza como la lava de un volcán. semanas.
- ¡Uf! Estoy cansadísimo – dijo el Clearwater, después de soltar un monumental bostezo. - A lo mejor es un asesino en serie que utiliza algún perfume raro o algo para tapar las
- ¿Por qué no te echas ahí y duermes un rato? – le sugirió Jake de malos modos. pruebas, o como sello – conjeturé -. Incluso puede que haya enterrado el resto del cadáver
- Puede que lo haga. por el bosque.
- Sí, tienes cara de cansado, la verdad. ¿Qué hiciste? – le pregunté, girándome un poco para - Puede, no sé. Ya se verá. Aunque nosotros no hemos encontrado sangre ni rastro alguno
mirarle. del cuerpo por ningún sitio, aparte de donde lo encontramos, claro.
- Es muy raro – me quedé pensativa. dicho que no es mi novio. Helen puso los ojos en blanco y estuvo un rato escribiendo. Pero
- Bueno, tendremos que esperar al resultado de los forenses – concluyó. Nos quedamos apuesto lo que quieras a que te gustaría. He visto cómo le miras y lo celosa que te pusiste
callados un momento. Mi atención se volvió a centrar irremediablemente en el tema de cuando Brenda se le insinuó. Es imposible que no te guste. Eso de “mejor amigo” no se lo
Brenda. Tenía que saber la verdad, aunque me doliera. Bajé mi parasol y miré por el espejo cree nadie. Además, creo que tú también le gustas, sólo hay que ver cómo te mira.
al asiento trasero. Seth parecía estar profundamente dormido. Ésta era la mía para aclarar si Cuando acabé de leer la nota, me quedé estupefacta. Helen se dio cuenta y me quitó el
a Jacob le gustaba. papel para escribir algo más. Los “mejores amigos” no se cogen de la mano, ni se abrazan
- ¿Hubieras ido a la invitación de Brenda – me negué a llamarla cita delante suyo - si no como lo hacéis vosotros. Estás loquita por él, reconócelo. Me parece que él está esperando
hubieses tenido que salir con la manada? – le solté de sopetón. Si me paraba a pensar en a que tú des el primer paso. Me pasó la nota de nuevo y siguió haciendo los ejercicios tan
cómo preguntárselo, se me pasaría toda la mañana, y ya estábamos llegando al instituto. tranquila. ¿Pero a ella qué le importaba? Aún así, le contesté. Es mi mejor amigo desde que
- ¿Cómo? ¿Todavía sigues dudándolo? era pequeña, y lo de la mano y los abrazos siempre ha sido así entre nosotros. Aún así, creo
- O sea, que sí – intenté que no se me notara el nudo que empezaba a formarse en mi que te gustan demasiado. ¿Y las miraditas? Reconócelo, te gusta tu mejor amigo.
garganta -. Ella… ella te gusta. Jacob suspiró y se mordió el labio, sonriendo. Bienvenida al club. Le miré sorprendida y ella asintió con la cabeza. Me volvió a quitar la
- ¡Pues claro que no! – exclamó, riéndose como si fuera lo más evidente del mundo. nota. Sí, estoy loquita por mi mejor amigo. Pero en mi caso, creo que yo a él no le gusto del
- ¿No? – mi voz sonó con una mezcla de sorpresa y alegría. mismo modo. Por eso me parece una pena que perdáis el tiempo de esa manera, pudiendo
- ¿Cómo me va a gustar? Es imposible – afirmó, más serio. Entramos en el aparcamiento y estar juntos. ¿Perder el tiempo? ¿Estar juntos? La señora Smith empezó a sospechar y se
estacionó el coche en el primer sitio que encontró. levantó para dirigirse en nuestra dirección. Escondí la nota en el cajón del pupitre y puse la
- ¿Y por qué iba a ser imposible? Odio reconocerlo, pero es bastante guapa – sí, odiaba x en unas cuantas preguntas más con mi velocidad de medio vampiro. Cuando llegó, ya
reconocerlo. tenía los ejercicios casi terminados. Bajó sus gafas de pasta verdes para examinarlos, me
- Porque sólo tiene ojos para ti, Nessie – espetó Seth de repente, dándonos un susto a los miró a mí y a mi compañera, y se dio la vuelta silenciosamente para volver a sentarse.
dos -. Como está im… Con una velocidad increíble, Jacob sacó el ambientador de la rejilla Helen sacó el papel de mi cajón y escribió de nuevo. Se le escapó una risa muda que no
de ventilación y se lo lanzó a su hermano de manada a la boca para acallarle. No hizo falta entendí, hasta que lo leí. Cuando estáis juntos, se nota en el ambiente mucha tensión
llegar a tanto, Seth consiguió cogerlo a tiempo, pero cerró la boca igualmente. sexual, saltan chispas. Hasta yo, que sólo os he visto dos veces, me he dado cuenta.
- ¡Tú no te callas ni debajo del agua, ¿no?! – le bramó Jacob. Seth empezó a abrir la boca –. ¡¿Qué?! ¡¿Tensión… qué?! Me puse tan colorada, que la señora Smith volvió a bajar sus
Como no cierres esa bocaza, te juro que te voy a poner a patrullar durante tres días gafas para mirarme otra vez. Helen se rió entre dientes. ¡¿Estás loca?! Jacob es como mi
seguidos – le gruñó con tono amenazador, haciendo que su amigo pegara los labios hermano mayor. Me parece que lees mucha novela rosa.¡Pero no sois hermanos! ¡Y Jacob
inmediatamente. Me quedé paralizada por la frase de Seth. Ya tenía asumido que mi cara te gusta! ¡Reconócelo de una vez! Y ahora voy a seguir con esto, que no me va a dar
había cambiado de color, así que no le di importancia. Además, las palabras se repetían en tiempo. Piensa en lo que te he dicho. Helen se concentró como si nada en los ejercicios y
mi cabeza como si éste se hubiera metido dentro y las dijera una y otra vez, podía escuchar yo me quedé mirando la nota. La volví a leer con más atención y me la guardé en el bolsillo
hasta el timbre de voz que había usado. Noté otro fuerte cosquilleo en el estómago. de la chaqueta. Terminé lo poco que me quedaba del test. No quería ser la primera en
- Vas a llegar tarde – me avisó Jake, sacándome de mi estancamiento. entregarlo, así que disimulé mientras esperaba. Miré a mi compañera, que estaba
- Ah, sí – respondí, todavía parpadeando. concentradísima en la hoja que tenía delante, y bajé la vista a la mía. Me quedé pensando
- Hasta dentro de tres días – se despidió Seth con pesadumbre. en la nota. ¿En serio pensaba que me gustaba Jacob? También decía que yo le gustaba a él.
- O puede que más, mira a ver – le contestó Jacob. De pronto, Seth se volvió a meter en mi cabeza para repetirme sus palabras: sólo tiene ojos
Empezaron otra pequeña discusión y no me quedó otro remedio que reírme. Era muy para ti, Nessie. Pero, ¿lo diría en ese sentido? ¿O lo diría porque Jake siempre se
gracioso verlos así todo el día. Desde luego, con ellos no me aburriría nunca. Me despedí preocupaba por mí como un hermano? Recordé la frase de Helen como si la estuviese
de los dos con la mano al salir del coche y ellos me correspondieron con lo mismo, aunque leyendo en ese mismo momento. Era verdad, Jacob no era mi hermano. Los hermanos no te
Jake también me sonrió. Me pareció que le echaba una bronca monumental a Seth en abrazan, ni te acarician, ni te miran como lo hacía él. Y las hermanas no se ponen celosas,
cuanto me alejé corriendo del coche para no mojarme. Se me escapó otra risilla por el ni le tocan el pecho por muy espectacular que éste sea, ni le intentan besar... Un flash saltó
camino. Mis amigas ya estaban en sus aulas y tuve que trotar por el pasillo para alcanzar a en mi cerebro. Me sentí como una idiota que tiene algo delante todo el tiempo y no lo ve
Helen. Entramos en clase de Historia y la señora Smith nos entregó unas hojas con unos hasta que se choca con ello. Jacob no me veía como una hermana, y yo tampoco lo veía
ejercicios para tantear el nivel de los alumnos. Era tipo test, así que me resultaba más fácil. como un hermano. Lo cierto es que si Seth no hubiera entrado en la cocina… Noté las
Mientras ponía la x en la quinta pregunta, Helen me entregó un papelito doblado por la famosas mariposas en el estómago otra vez. Habíamos estado apunto de besarnos. Mi
mitad. Lo abrí y lo leí. Tienes que tener cuidado con Brenda. Va a por todas con Jacob. estómago casi iba a explotar de mariposas al acordarme de lo que sentí en ese momento,
Como te descuides, te lo quita. Escribí en el mismo papel y se lo pasé. ¿Por qué dices eso? cuando sus labios estaban a un centímetro de los míos. El vello de los brazos se me puso de
A mí no me va a quitar nada. No es el primer novio que le levanta a alguien. Ya os he punta sólo con evocarlo. ¿Por qué me había gustado tanto? ¿Por qué sentía esas mariposas?
¿Qué hubiera pasado si lo hubiéramos hecho? ¿Por qué me estremecía cuando su mano me - Muy… clarificador – contesté -. ¿Y el tuyo? ¿Dónde has estado? Tienes el pelo empapado
rozaba la mejilla y el cuello? ¿Por qué me parecía tan guapo? ¿Por qué me llamaban tanto – le dije, acariciándole la cabeza con los dedos.
sus ojos negros? ¿Y su cuerpo? La respuesta era tan obvia, que me sorprendí a mí misma - Acabo de estar con la manada y no pude secarme. Tenía el tiempo justo para ir corriendo
con el ceño fruncido y la boca abierta, de lo ciega que había estado. Helen tenía razón, a casa y cambiarme de ropa – cogió aire y siguió hablando -. Oye, Nessie, si me sigues
Jacob me gustaba. Me atraía mucho físicamente. haciendo eso, voy a quedarme dormido al volante – murmuró con su sonrisa torcida.
Sin embargo, el darme cuenta de eso también me hizo sentir muy confusa. Esta mañana me - ¿Tanto te gusta? – cuchicheé. A mí, desde luego, me encantaba, tenía que reconocerlo.
había levantado pensando que estaba celosa porque no quería que me separaran de mi - Ya sabes que sí – susurró. Casi le salía ese ronroneo lupino suyo -. Me chifla que me
mejor amigo, y unas horas después me daba cuenta de que también lo estaba porque me acaricies, aunque nunca lo habías hecho en mi forma humana. Retiré la mano de su pelo en
gustaba. ¿Por qué todo en mi vida pasaba tan deprisa? El timbre sonó y pegué un bote en el cuanto lo escuché. Si sospechara algo, me moriría.
asiento. Todavía aturdida, me di cuenta de que los demás, incluida mi compañera de - ¿Por qué paras? – protestó con una sonrisa y los ojos suplicantes.
pupitre, estaban entregando los ejercicios. Me levanté y me puse a la fila para entregar los - Bueno, querías conducir, ¿no? – bromeé.
míos. Me pasé el resto de las clases pensando en mi revelación, en cómo me tenía que - Puedo detener el coche aquí mismo – sugirió con el mismo tono de imploración -. Así
comportar con Jake a partir de este momento. ¿Cambiarían las cosas entre nosotros? ¿Se lo puedes acariciarme tranquilamente.
debía decir? ¿Y si yo no le gustaba a él? Pensé en el casi beso, en que al final no lo había - Si te transformas, sí.
sido, en que si de verdad yo le gustase, él podía haberme besado primero y no lo hizo. Tal - ¿Por qué?
vez, solamente sentíamos una simple atracción, después de todo, él era un chico y yo una - Porque cuando eres lobo, estás lleno de pelo y tengo más donde acariciar – concluí.
chica. Me dije a mí misma que lo mejor era esperar, darme tiempo, y que las cosas - Aquí hay mucho que acariciar, nena. No te imaginas cuánto – me soltó en un tono
siguieran por su cauce de siempre. Si ese cauce nos llevaba a algún sitio, ya se vería. vacilón, con su sonrisa torcida otra vez.
Aunque ni siquiera quería pensar en eso por el momento. Pero la hora del almuerzo llegó - ¡Jacob Black, no empieces con tus bromas! – exclamé, empujándole el brazo, enfadada,
más deprisa que los dos días anteriores. Jessica, Alison y Brenda ya estaban en la mesa mientras él se partía de la risa. Ya notaba la sangre bombeándome la cara.
cuando llegamos, y, antes de que me diera tiempo a sentarme y a rumiar todas mis - Además, dentro del coche no entro como lobo – añadió.
conclusiones, ésta última ya me estaba preguntando por Jacob. - Pues por eso. No puede ser.
- ¿Sabes si va a venir esta noche al Ocean? – me preguntó sin cortarse un pelo. Para - Ay – suspiró, intencionadamente alto. Cogí el estuche de CDs del asiento trasero y saqué
encima, Helen me echó una mirada con intención, instándome a saltar a escena, y funcionó. uno de esos de rock que nos gustaba a los dos. Lo puse y, cuando estaba apartando la mano
Sí, llevaba razón, Brenda iba a por todas. Ahora que ya sabía que me gustaba Jake, algo en del reproductor, me fijé en que Jacob estaba mirando mi muñeca. Su cara pasó del alegre
mi interior me decía que no se lo pusiera tan fácil. No pude evitarlo. Me daba igual que socarrón al cabreado en un segundo.
sólo fuera atracción, eso era suficiente para pararle los pies. - Sólo un vampiro podría marcar sus dedos en tu piel de ese modo. Ha sido tu madre, ¿no?
- No, no va a ir – le dije, tajante. - Sí – mascullé, bajando la mirada. ¿Cómo iba a mentirle a Jacob? Odiaba hacerlo.
- ¿Cómo lo sabes? ¿Te lo dijo él? – quiso saber, un tanto irritada. Además, era mi mejor amigo y necesitaba hablar con él, desahogarme.
- Hemos quedado – le contesté con el mismo tono. En realidad, no era mentira. Jake solía - Pero lo hizo sin querer – continué. Jacob respiró hondo y exhaló.
quedarse conmigo hasta bastante tarde. Brenda se quedó pensativa, con el gesto - Lo sé. Lo último que haría Bella sería hacerte daño, por eso me pareció tan raro – hizo
contrariado. Me reí para mis adentros y Helen me hizo el signo de la victoria mientras se una pausa -. ¿Qué pasó? Aquí venía la parte escabrosa que tenía que contar. Giré la
disponía a beber su refresco de cola. manivela y abrí un poco la ventanilla para que me diera algo de aire en el rostro.
- Fue en el bosque. Me empezó a interrogar sobre lo que había pasado en mi habitación el
LA VISITA día que te quedaste a dormir. Le dije la verdad, pero no se lo creía, así que le puse la mano
en la mejilla para mostrarle... – miré a Jake de reojo y tragué saliva -, cuando… cuando…
Las clases terminaron y seguía lloviendo a mares. Jake me esperaba dentro del coche, lo - Cuando me toqueteaste – agregó con una sonrisa de oreja a oreja. Bajé otro poco la
cual me alegró. Brenda no tendría oportunidad de abordarle, no quería mojarse los zapatos. ventanilla.
No estaba en el aparcamiento, había parado a unos pocos metros de la entrada del edificio, - No te… toqueteé – le corregí -. Fue una… inocente caricia – lo único que se me ocurrió
obstaculizando el paso al resto de alumnos que se marchaban. Me despedí de mis amigas en ese momento fue el término con el que lo había bautizado mi padre. Su sonrisa se
después de hablar con ellas un rato en el vestíbulo, me puse la capucha de la chaqueta y salí ensanchó aún más.
corriendo hacia el vehículo. Cuando llegué, Jacob ya me había abierto la puerta desde el - Y ahora que te doy la oportunidad, la desperdicias.
interior. El abrazo que nos dimos nos salió espontáneo a los dos, era tan habitual, sólo que, - Bueno, ¿quieres saber lo que pasó o no? – protesté mientras bajaba el cristal hasta abajo.
para mí, empezaba a adquirir un matiz algo diferente. - Vale, vale. Sigue.
- ¿Qué tal el día? – me preguntó mientras arrancaba el coche. - Le enseñé lo inocente que había sido – maticé, si bien no era del todo cierto - y ella no se
fiaba igualmente, así que me agarró por la muñeca para que le siguiera mostrando lo que de cuero para simular lo que había pasado -, parecía una explosión, pero sin fuego, que
pasó después. No midió bien las fuerzas y apretó más de la cuenta. Por supuesto, también produjo una especie de energía, una onda expansiva que arrastró su mano y la empujó hacia
omití que yo me había rebelado un poco mostrándole todo lo que había sentido cuando atrás. Fue tan fuerte, que le llevó el brazo y todo, aunque no la hizo daño, simplemente la
estaba entre sus brazos, cuando me fijaba en su pecho desnudo o cuando le había apartó. A mí ni siquiera me rozó. Volví la cara para observarle. Jacob miraba a la carretera
acariciado, eso no hacía falta que lo supiera. Y, desde luego, tampoco le iba a contar la con un gesto de extrañeza en el rostro, pero me había creído.
visión casi hipnótica que había tenido, aunque sólo me acordaba de la primera diapositiva - Es una pulsera mágica, por eso te lo preguntaba ayer – le recordé.
gracias a que la había visto esa mañana, cuando habíamos estado apunto de besarnos... - Pero, ¿cómo…? Yo mismo la hice. Yo no puedo… - hizo una pausa en la que se quedó
- Se le fue un poco la mano, pero fue sin querer – ratificó, sacándome de mi mundo -. Le confuso y pensativo -. Tengo que hablar con el Consejo, tal vez ellos lo sepan…
cuesta mucho reconocer que ya no eres una niña y quiere protegerte. Para ella es muy duro - Creo que me protege de los vampiros completos. En ese momento, mamá me hacía daño
que hayas crecido tan rápido. y la pulsera reaccionó.
- Por eso no quería que viera lo que me había hecho. No quería que se sintiera culpable, ya - Una pulsera mágica… - repitió para sí -. ¿Y por qué ahora? ¿Por qué nunca había hecho
tiene bastante. eso? – Jacob aún seguía con la confusión en los ojos.
- Menos mal que no me dejaste decirle nada esta mañana. A veces me puede mi - Bueno, nunca un vampiro me había tocado de ese modo, y supongo que cuando pasó, la
temperamento. pulsera se activó. Silencié también la otra vibración de aviso con mi madre que me hizo
- Sí, lo sé – me reí. hablar y el cosquilleo de la pulsera en la cocina cuando me había recordado la visión. No
- ¿Y qué pasó después? – espetó de pronto. tenía explicación para eso. Se hizo un mutismo en el que Jacob se quedó pensativo, con esa
- ¿Cómo? expresión de confusión y perplejidad en el rostro.
- ¿Qué hiciste cuando me sobaste? – me miró sonriente. Puse los ojos en blanco. De - ¿Qué tal con Charlie? – interrogué para cambiar de tema -. ¿Fuiste a verle?
repente, me acordé de que también le tenía que contar otra cosa. - ¿Qué? – parpadeó como si le hubiese sacado de sus pensamientos –. Ah, no. Al final no
- Cuando le estaba mostrando todo eso a mamá, la pulsera hizo algo muy raro. pude, Rachel y Paul me llamaron para que fuera por su casa. Es verdad, casi se me olvida.
- ¿La pulsera? – preguntó, extrañado -. ¿Cómo que la pulsera? Tengo que darte una noticia.
- Vibró. - ¿Buena o mala?
- ¿Que vibró? – soltó una carcajada -. ¡Muy bueno, Nessie! - No sé qué decirte – hizo una mueca de dolor y suspiró -. Rachel y Paul se casan. Jacob
- ¡No es broma! – me quejé. Al verme el rostro tan serio, Jacob cambió el suyo, aunque no tenía cara de resignación, pero la mía se iluminó de la alegría.
podía evitar una pequeña curva en sus labios. - ¿Se casan?
- ¿Ahora mi pulsera es un vibrador? – se mofó finalmente. Me crucé de brazos, enfadada, a - Sí, ahora esa bestia va a ser mi cuñado – destacó la última palabra con mal humor y
la espera de que terminara de carcajearse de su propio y pésimo chiste. resopló.
- ¡Jacob, esto es totalmente en serio! ¡No sé por qué te cuento nada! – me giré hacia la - Bueno, ya se sabía que tarde o temprano se iban a casar.
ventanilla con el ceño clavado en los ojos. Si no llega a ser por el cinturón, le hubiera dado - Sí, pero, ¿tan pronto? – exhaló con agobio.
completamente la espalda. Dejó de reírse y se quedó callado unos segundos. - Jake, llevan cuatro años viviendo juntos, yo creo que no ha sido tan pronto – le contesté
- ¿Me lo estás diciendo en serio? – dijo, por fin sin un ápice de burla -. ¿No me estás con ironía.
tomando el pelo? ¿La pulsera… vibró? Seguí mirando por la ventanilla sin decir ni una - Lo cual me indica que esos dos se van a poner a tener críos enseguida – dijo casi con
palabra. amargura -. Lo cual quiere decir que voy a tener a un montón de bestiales Pauls en
- Vamos, Nessie – me presionó el hombro con la mano -. Ahora no estoy riéndome. Es que miniatura todos los días corriendo por mi casa. Lo cual significa que jamás en mi vida me
es la primera vez que lo oigo. Mi intención era no contarle nada más, estaba que echaba quitaré a Paul de encima.
humo, pero mi determinación se quebró por completo cuando metió la mano entre mi pelo - También puedes tener a pequeñas Rachels corriendo por tu casa – le corregí -. Y a Paul
y empezó a acariciarme la nuca con los dedos. Volví a recuperar el aire cuando la quitó no te lo ibas a quitar nunca de encima, de todos modos.
para cambiar la marcha del coche. Respiré hondo y me giré hacia él. - Gracias por los ánimos – me respondió con sarcasmo, sonriendo. El coche pasó los
- Prométeme que no te vas a reir, ¿vale? – me arriesgué a mirarle fijamente a los ojos para últimos árboles del sendero y se detuvo frente al porche. Seguía lloviendo, aunque había
que viera que hablaba en serio –. Esto que te voy a contar te juro que pasó. Jacob entendió bajado de intensidad.
mi mirada perfectamente. - ¿Y cuándo es la boda?
- Sí, te lo prometo. Me alejé de sus ojos para mirar por el parabrisas. El coche tomó la - El seis de febrero. Rachel me ha pedido que seamos los padrinos, pero si tú no quieres, no
salida que iniciaba el trayecto hasta mi casa. pasa nada. Puedes ir de invitada simplemente. Había ido con Jacob a la boda de Sam y
- Mamá me tenía agarrada por la muñeca derecha. La pulsera vibró fuerte una sola vez, Emily hacía tres años y me había encantado. Por aquel entonces, yo ya tendría como unos
como si le diera una convulsión o algo así – empecé a gesticular con la mano sobre el aro nueve años, por eso me acordaba perfectamente. Las bodas quileute siempre me habían
parecido más bonitas que los bodorrios tradicionales. Se celebraban en la zona sur de la - No, no es eso – Alice me quitó la mochila, la tiró al suelo y me cogió por los hombros,
media luna de la playa que conformaba First Beach, al atardecer, justo en la puesta de sol, empujándome hacia la enorme mesa de cristal –. Alguien muy especial ha venido a verte,
al abrigo de una enorme hoguera y con las islas, el mar, el bosque y los acantilados que la mira. Cuando alcé la vista, estaban todos sentados a la mesa. Todos, menos uno. Jacob dejó
rodeaban como testigos. El astro rey que se ponía simbolizaba el fin de una vida para la bolsa en el suelo y se puso a mi lado.
comenzar otra con la persona que se amaba, y las llamas eternas de la hoguera, el amor - Hola, cielo. ¿Te acuerdas de Nahuel? – presentó mi madre. Era el chico semivampiro que
incombustible y poderoso que puede arrasar con todo lo que se pone por delante, al igual nos había ayudado hacía casi seis años, cuando los Vulturis habían venido para terminar
que hace el fuego; también simbolizaban la pasión necesaria para la fertilidad, o algo así. con todos nosotros. Mi familia le estaba muy agradecida a él y a Huilen, su tía. Si no fuera
Todos iban descalzos, pero muy elegantes, estilo quileute, por supuesto. Los hombres iban porque habían venido con Alice y Jasper desde Suramérica para dar su testimonio, mi
de camisa y pantalón largo, sin corbatas ni pajaritas, y las mujeres llevaban sus mejores familia estaría muerta y Jacob y yo estaríamos escondidos en algún lugar recóndito del
vestidos. La ceremonia, la cena y la fiesta se hacían en la arena, siendo el elemento mundo. Seguía llevando su pelo moreno en una larga coleta y su semblante era tostado y
protagonista la enorme pira, que permanecía en el centro de todo el meollo de la bastante atractivo.
celebración y siempre la mantenían con las llamas en alto. En aquella boda, en la que más - Hola, Renesmee – me saludó -. Vaya, cuánto has crecido. Estás realmente preciosa.
me había fijado era en Emily. Con nueve años, casi me había parecido una princesa, ni - Hola – contesté. Se había puesto de pie nada más verme y no apartaba sus ojos de color
siquiera había reparado en la cicatriz de su cara, de lo bonita que me había parecido. teca de mí. Se quedó mirándome fijamente, de un modo que me hizo sentir muy incómoda,
Todavía la recordaba como si la estuviera viendo. Su vestido - de escote recto, de manga mientras los demás seguían con su conversación. Algo saltó solo y me hizo agarrarme a la
corta que cubría sólo el hombro y largo hasta los tobillos - era de un blanco roto que mano de Jake. Éste entrelazó los dedos y la aferró con más fuerza. De pronto, sus ojos se
resaltaba sobre su piel india. No sabía qué tipo de tela era, pero se le ceñía al cuerpo y a mí movieron y fijaron su objetivo en Jacob. Su mirada cambió. Era casi imperceptible, pero
me había parecido precioso. También iba descalza y llevaba una pulsera de plata en uno de pude distinguir una nota de repulsión en sus pupilas. Miré a mi mejor amigo para ver su
los tobillos. Pero lo que más me había llamado la atención era su corona de flores, formada reacción y me quedé perpleja. Había levantado la cabeza con una actitud claramente
por calas blancas, que llevaba en la cabeza sobre su melena negra suelta. El fuego de la chulesca, apretaba los dientes con fuerza y sus intensos ojos negros estaban clavados en
hoguera le daba un toque mágico y romántico a toda la ceremonia. Todo en las bodas Nahuel con una mirada provocadora. Nunca le había visto así.
quileute era tan sencillo y mágico, que me parecían maravillosas.
- ¡Pues claro que quiero! – exclamé. - ¿Cómo te va, Jacob? – le preguntó Nahuel, serio.
- ¿De verdad? ¿No te importa venir conmigo de madrina? – preguntó, mirándome con sus -Genial – le respondió él, echándole una mirada de arriba abajo con una media sonrisa
centelleantes ojazos negros. arrogante. Mi padre carraspeó, dirigiéndose a Jacob con cara de pocos amigos, y Nahuel se
- ¿Estás de broma? Una boda quileute no me la pierdo por nada del mundo – le contesté, sentó para centrar su atención en la mesa. Jake en cambio, no interrumpió su conducta.
agarrándome a su brazo y apoyando la cabeza en su hombro -, sobretodo si estoy en el altar - Nahuel se va a quedar una temporada con nosotros – anunció mi madre, palmeando la
conti… Dejé la palabra colgada al darme cuenta de lo que estaba diciendo, y las mariposas mano del interpelado. La sonrisa de Jacob se esfumó, aunque siguió con la misma actitud.
de mi estómago volvieron a revolotear. Nos quedamos los dos inmóviles, sin decir nada. - Sí, he dejado a Huilen con mis hermanas.
- Quiero… quiero decir…, que le digas a Rachel que me encantará ser la madrina de… su - Yo ya lo sabía, pero no os dije nada porque él quería darnos una sorpresa – manifestó
boda – murmuré. Alice con una voz cantarina.
- Claro – susurró –. Esto… Tengo… tengo que entrar para darle a Carlisle las pruebas que - Creía que no podías verle, como a Renesmee – dijo mamá, extrañada.
recogimos anoche. - Bueno, a Nessie no la veo nunca, pero parece ser que a Nahuel le puedo ver algo, aunque
- Ah, sí. Le liberé el brazo y me volví a mi asiento. Jacob también se quedó quieto en el muy poco. Nessie tiene un filtro tupido, opaco, que no me deja ver nada, sin embargo,
suyo un par de segundos, hasta que abrió la puerta y salió. Mientras él rebuscaba algo en el Nahuel tiene una malla semitransparente que me permite visionar algo, aunque ya os digo
maletero, cogí mi mochila del suelo, me puse la capucha y me bajé del coche. Me quedé al que es muy poco. De momento, sólo he podido ver esto – y le sonrió, a lo que Nahuel le
pie de las escaleras para esperarle. Sacó una enorme bolsa, bajó la puerta trasera del Golf y correspondió. Mamá se quedó mirando a Jacob, pensativa, como si estuviese buscando en
caminó hasta mí. Me quedé mirando sorprendida. él algún tipo de respuesta.
- Nos hemos empleado a fondo – me explicó, encogiéndose de hombros. - ¿Y a qué se debe tu visita? – inquirió Jasper.
- Un poco más y le traéis el bosque entero – bromeé. Subimos las escaleras, retiré mi - Quería conocer mejor a Renesmee, ahora que ya ha crecido – respondió sin cortarse un
capucha y entramos en el salón de la gran casa. pelo, observando a Jake con provocación. ¿A mí? Automáticamente, todos llevaron la
- ¡Nessie! – saludó Alice mientras se acercaba hacia mí dando saltitos y me cogía de la vista hacia Jacob con diversas caras, esperando su respuesta. Mi madre se mordía el labio,
mano –. Ven, tenemos visita. preocupada, mi padre estaba en alerta, escuchándole los pensamientos, Alice le miraba con
- ¿Visita? – pregunté, poniéndome en alerta. Jacob se envaró al instante. No le gustaban aire petulante, Rosalie sonreía abiertamente, Jasper se concentraba para influenciar en su
nada esos vampiros curiosos que luego se iban a cenar a la reserva de La Push. ánimo, Emmett estaba de brazos cruzados, pero, raro en él, serio, Esme se había llevado la
mano a la boca, alarmada, y Carlisle tenía el rostro sereno. ¿Es que era yo la única que me - Completamente – afirmó mi padre, mirándola a los ojos.
preguntaba qué estaba pasando? - Está tramando algo. Mi instinto me lo dice – masculló Jake con la vista clavada en la
- Yo que tú, no jugaría con fuego – le espetó Emmett al invitado de repente. escalera de nuevo.
- Déjalo Em – le paró Jacob, antes de que se intercambiaran una mirada de complicidad -. - Jacob, por favor – discutió mi madre, molesta -. Nahuel y Huilen nos salvaron la vida
Debemos tratar bien a nuestro invitado – soltó, sarcástico. Nahuel le dedicó una mirada hace seis años, ¿cómo puedes dudar de él? Deberíamos estarle agradecidos. Además,
despectiva y de hastío, y después le sonrió de un modo extraño, como si estuviera muy Edward no ha visto nada raro y yo me fio de él al cien por cien. Creo que esto tiene más
seguro de sí mismo. A Jacob le dio un respingo y noté cómo el calor quería subirle por la que ver con el hecho de que ha venido a ver a Renesmee y con tu…
espalda. - No es sólo eso – le cortó -. Aquí hay algo más, lo sé. Hay algo en su mirada que no me
Carlisle se levantó de la mesa con el semblante pacífico e instó a Nahuel con un gesto de la gusta ni un pelo.
mano a que hiciera lo mismo. - Por Dios, Jacob. Has sido muy maleducado y grosero con él, ¿cómo quieres que te mire?
- Te enseñaré tu habitación. Acompáñame por aquí. – le replicó ella, irritada.
- ¡¿Es que va a dormir en esta casa?! – protestó Jacob, nervioso. - Yo no veo nada malo en que duerma arriba – interrumpió Emmett en defensa de su amigo
- Jake, ¿qué te pasa? – le pregunté, extrañada -. Es nuestro invitado. -. Si hay peligro, él estará ahí el primero, y si no lo hay, ¿qué molesta que duerma en la
- Por supuesto que sí – le replicó Alice, mirándole por encima del hombro mientras puerta?
acompañaba a Carlisle y a Nahuel. - Pero, ¿qué peligro? – protestó papá con incredulidad -. Em, ya he dicho que no hay nada
- ¿En qué planta? – exigió saber. malo. Y Alice vio que sólo venía de visita. ¿Qué más pruebas necesitas?
- En la primera – dijo Carlisle, que era el último que subía -. Alice ha habilitado mi - Los animales tienen un sexto sentido para el peligro – afirmó éste, señalando a Jacob con
despacho para hacerle el dormitorio – y se perdió escaleras arriba. el dedo.
- No lo veo necesario, Jacob – mi padre se levantó después de leerle la mente. - Hombre, muchas gracias por el cumplido – le dijo Jake con ironía. Emmett le sonrió y
- Pues yo sí – contestó éste, tajante -. Y nadie va a impedírmelo. Mi madre también se puso siguió hablando.
de pie y se cogió al brazo de papá. - Créeme, Edward. Te podría contar muchas experiencias de cuando yo era cazador en mi
- ¿Qué pasa, Edward? – preguntó, preocupada. vida humana. Te sorprenderías de lo que pueden hacer los animales – Jacob puso los ojos
- ¿De qué estáis hablando? – me dirigí a mi padre. en blanco al ver cómo Emmett lo volvía a señalar -, hasta son capaces de predecir
- Quiere dormir en tu puerta. tormentas y catástrofes mucho antes de que pasen.
- ¿En mi puerta? ¿Por qué quieres…? Intenté soltarme de su mano para ponerme frente a - ¡Pero, ¿qué estás diciendo?! – exclamó Rosalie -. No me puedo creer que estéis tan
él, pero me fue imposible. Me aferraba con fuerza, aunque no me hacía daño, así que me ciegos. ¡Lo único que quiere este chucho es aprovechar la ocasión para dormir con Nessie!
puse de frente igualmente, con las manos unidas. Se armó una algarabía terrible en la estancia a la vez que mi rostro era invadido por una
- ¿Por qué quieres dormir en mi puerta? Jacob ni siquiera me miró. Estaba tenso, y tenía los oleada de sangre.
ojos clavados en las escaleras con una mirada agresiva y amenazadora. Me hubiera - ¡Basta! – bramó mi padre, haciendo que se callara todo el mundo –. Carlisle y Alice están
asustado de no ser porque enseguida distinguí algo más que me atravesó la cabeza como si apunto de bajar con nuestro invitado – matizó -, y no quiero que se sienta incómodo por
fuese un balazo frío. Una mota de tinta teñía de preocupación sus ojos negros y, entonces, este lío – hizo una pequeña pausa en la que suspiró -. Está bien, aunque sé que no hay
pude ver con claridad que la agresividad no era amenazante ni ofensiva, sino más bien ningún peligro, no quiero problemas mientras Nahuel esté en esta casa, así que voy a
defensiva. Me estaba protegiendo. Pero, ¿de qué? dejarte que duermas en la puerta de Renesmee como lobo – apuntilló de nuevo,
- Jake… Jake, mírame, por favor – le susurré mientras le acariciaba la cara con la otra dirigiéndose a Jacob con cara de advertencia -, si es que así vas a estar más tranquilo y no
mano. Mis escasas palabras parecieron surtir efecto y sus ojos se despegaron de la escalera vas a montar jaleo. Aunque no entendía muy bien el por qué de este conflicto, la idea de
para fijarse en los míos, mostrándose de nuevo cálidos y adorables. tener a mi lobo durmiendo cerca no me disgustaba nada de nada.
- Jacob, no hay peligro – le dijo papá, confirmando mis pensamientos -. Te estás - Es todo lo que pido – asintió Jacob con gesto serio.
equivocando, te lo aseguro. Su mirada se escapó otra vez, pero ahora para mirar a mi padre. - ¡Pero, Edward! – se quejó mamá.
- Sabes que si sospecho de algo, por pequeño que sea, tengo que protegerla. Dormiré arriba - Bella, creo que es lo mejor para todos, sobretodo para la convivencia de la casa. Él está
hasta que se vaya – insistió Jake con los dientes apretados. decidido y va a dormir ahí queramos o no. Es mejor así, que no por las malas – mi madre
- ¿Crees que yo pondría a mi propia hija en peligro si no estuviese completamente seguro? no parecía muy conforme, así que mi padre se volvió a dirigir a Jake con la mirada
- Edward, por favor, ¿qué pasa? – mamá ya estaba al borde de la histeria. amenazante -. Pero escúchame bien, perro. Si se te ocurre entrar en su habitación por la
- No se fía de él. Cree que me está engañando – explicó -. Jacob, eso es imposible. Puedo noche como humano y tocarla un solo pelo, te juro que te arrancaré de cuajo las patas
ver hasta sus recuerdos. delanteras. Ahora mi madre parecía más tranquila.
- ¿Estás totalmente seguro? – quiso saber mamá. - ¡Papá! – voceé en protesta.
- ¿Y si me lo pide ella? – soltó Jacob con chulería mientras levantaba la comisura de los - Jacob – imploré con ojos suplicantes. Cogió aire lentamente y lo exhaló del mismo modo.
labios. - Está bien. Me comportaré lo mejor que pueda solamente porque me lo pides tú. Pero sigo
- Jake, ¿qué haces? Cállate – le cuchicheé, acercando mi rostro rojo como un tomate a su sin fiarme – sentenció.
pecho. - Gracias – le sonreí y le di un beso en la mejilla. Mis padres, Esme y mis tíos se sentaron
- ¡Ja! ¡Sigue soñando, idiota! – exclamó Rosalie, riéndose. en el sofá con Nahuel para charlar con él. Jacob cogió la bolsa con las pruebas y se acercó a
- ¿Cómo dices? – preguntó mi madre, enfadada. Carlisle - que estaba parado al principio de la escalera, leyendo el correo -, llevándome con
- No soy yo precisamente el que aprovecha para tocar mientras uno está dormido – le él de la mano.
estampó a la cara a mi padre -. Si ella quiere otra vez, sabes que no me puedo negar. - Tome, Doc. Espero que estas pruebas sean suficientes. Carlisle abrió los ojos como platos
- ¡Qué calladito te lo tenías! – aulló Emmett entre risas. Rosalie me miró totalmente al ver la enorme mochila.
decepcionada, con la mandíbula colgando, y yo escondí mi rostro del todo en el objeto de - Sí, creo… que me servirán, gracias – afirmó, asiéndola.
mi pecado, esperando a que la tierra se abriera o algo para poder colarme dentro. ¿Por qué - Las hemos separado y metido en bolsitas de plástico, como en las pelis – le contó, todo
se había tenido que enterar Jacob? Ahora ya lo sabía todo el mundo. orgulloso.
- ¡No juegues conmigo, perro! – chilló mi madre, envarándose. - Vaya, estoy impresionado – reconoció mi abuelo al ver el interior de la bolsa -. ¿Y cómo
- Cálmate, Bella – habló mi padre con voz serena, aunque extrañamente amenazadora y lo habéis hecho? Lo cierto es que no me imagino a unos enormes lobos haciendo eso.
temible, poniéndole el brazo por delante -. Si lo que quieres es dormir en su puerta, más te - Unos como lobos, otros como humanos – y se encogió de hombros como si fuera
vale cambiar de actitud y cerrar el pico. Si me provocas más, no volverás a verla en tu vida, evidente.
¿me has entendido? Mi corazón saltó en respuesta a esas horribles palabras e - Ah, claro – asintió Carlisle.
instintivamente le pasé el brazo suelto por la cintura para abrazarle, aferrando los dedos a - ¿Sabe ya lo del torso?
su camiseta. Jake puso su mano en mi espalda y me apretó un poco más contra su pecho. El - Sí, fue el rumor de todo el día en el hospital. Lo encontrasteis vosotros, ¿no?
calor le recorrió la columna vertebral y un rugido empezó a vibrar desde su cavidad - Sí. En la bolsa también hay pruebas del escenario del crimen – contestó Jake. Puse los
torácica hasta su garganta, aunque no llegó a salir. ojos en blanco, sonriendo. Ahora resulta que hablaba como si fuera un detective. Me
- Nunca podrás separarme de ella – escupió con furia retenida, apretando los dientes. Se pellizcó en broma en la cintura y pegué un bote, riéndome -. Encontramos el mismo rastro
hizo un silencio incómodo y sepulcral en el que se notaba la influencia de Jasper. Duró en la zona.
unos segundos, pero parecieron minutos. Escuché el suspiro nasal de rendición de mi - Oh, qué interesante – afirmó Carlisle con la mano en la barbilla. Le intenté pellizcar yo,
padre, sin duda, había escuchado cada uno de los pensamientos de los dos. pero su cuerpo era tan terso, que no podía. Sin embargo, le hice cosquillas y soltó una
- Lo sé. Para mi desgracia – dijo al fin. Jake se relajó un poco, aunque seguía abrazándome risilla sorda -. Tengo que ponerme ahora mismo a investigar esto. ¿Y se sabe si la cabeza
y aferrándome la mano con fuerza. Mi padre le pasó el brazo por el hombro a mi madre y le pertenecía al torso? – le preguntó a Jacob, que estaba muy entretenido conmigo,
besó en la cabeza. Ésta también se tranquilizó, pero no parecía muy satisfecha. sujetándome las manos para que no le hiciera más cosquillas.
- Lo único que te pido es que te comportes, Jacob. - ¿Eh? Ah, la policía lo ha mandado todo a Seattle para que lo examinen los forenses de
- Haré lo que pueda – respondió éste con insolencia. Mis padres pusieron los ojos en blanco allí.
a la vez que negaban con la cabeza. En ese momento, Carlisle asomó la pierna por las - Ya. Carlisle se rindió y subió a su habitación - ahora también despacho - cuando logré
escaleras, seguido de Alice y Nahuel. Mi padre respiró tranquilo al ver que no se habían zafarme de las manos de Jake. Conseguí hacerle algunas cosquillas y éste se empezó a
enterado de la bronca, sobretodo éste último. Jacob no le quitó ojo a Nahuel mientras éste revolver y a carcajear sin control. Mientras nos reíamos, me dejé atrapar las muñecas y me
pasaba a nuestro lado. Me separé un poco de él para verle mejor el rostro, aunque no me las retuvo detrás de mi cinto para que no pudiera hacerle más.
soltó de la mano. - No sabía que tuvieras cosquillas – murmuré.
- Por favor, Jake, pórtate bien – le rogué -. Es nuestro invitado. - Si lo vas diciendo por La Push, te mato – bromeó.
- No me fio de él – gruñó. - ¿Taha Aki también las tenía? – cuchicheé, riéndome.
- Ya has oído a mi padre. Y mamá tiene razón, deberíamos estarle agradecidos por - Pues claro que no. Ahí tienes la prueba definitiva de que no soy su reencarnación – afirmó
habernos salvado la vida. Apartó su mirada de Nahuel para mirarme a mí. con una sonrisa de oreja a oreja. Me quedé mirando su perfecta sonrisa. Ver feliz a Jacob
- Ya lo sé – reconoció a regañadientes -. Pero aún así, no me fio. producía mi propia felicidad.
- Por favor, hazlo por mí – le susurré -. Si papá se enfada, no te dejará dormir conmigo. - Pues yo creo que sí las tenía – le rebatí. No quería mirarle a los ojos, pero fue inevitable.
Intenté convencerle con ese argumento, a ver si así entraba al trapo. En realidad, lo que me Me di cuenta de que estábamos muy cerca el uno del otro, pero que no me importaría
aterraba era que nos separaran, pero no quería que se enfadara otra vez, ni que se estarlo un poco más…
preocupara. - Renesmee, ven aquí un momento. Di un pequeño bote al oír la voz de mi padre. Se me
- Dormiría arriba, de todos modos – afirmó. había olvidado por completo que estaban todos sentados en el sofá, incluido nuestro
invitado. Jacob me soltó y nos acercamos a ellos. Esta vez no me cogió de la mano, pero su un par de deportivas. Salió del baño silbando, sólo con la toalla enroscada a la cintura. Lo
actitud de antes resurgió al instante. metí a empujones en el vestidor para que hiciera lo propio allí dentro, aunque antes no pude
- ¿Qué pasa? – inquirí. evitar echar un buen vistazo a su cuerpo todavía mojado. Recé para que mi padre no
- Mañana vamos a ir a jugar al béisbol con Nahuel, Alice dice que va a haber una fuerte hubiera llegado aún de la cabaña y le diera tiempo a leerme la mente. Desde que me había
tormenta – me dijo. dado cuenta de que Jacob me atraía tanto, esos pensamientos revoloteaban a sus anchas por
- ¿Tú no lo notaste, animal? – le apuntó Rosalie con intención a Jacob. mi cabeza.
- No pensé que tuviera tanta importancia, rubita. ¿Qué pasa, no quieres que se te vaya el Una vez que estábamos duchados y arreglados, bajamos a la cocina para desayunar.
tinte con el agua? Ésta le siseó y Emmett sonrió. Respiré tranquila cuando vi que mi padre no había llegado todavía. Jacob sonrió de oreja a
- ¿Quieres venir? – continuó mamá. La verdad es que la idea se presentaba apetecible para oreja, porque Nahuel tampoco estaba por allí. Al parecer, nuestro invitado había preferido
un sábado por la tarde y, además, hacía mucho que no organizábamos algo en familia. desayunarse un puma y mis padres lo habían acompañado. Se puso a freír los huevos y el
- Claro, por qué no – respondí -. ¿A qué hora? beicon, silbando alegremente, y yo me dediqué a poner la mesa, contenta también por la
- La tormenta empezará sobre las cinco de la tarde – informó Alice. ausencia de mi progenitor, o sea, libertad de pensamientos. Después de desayunar, nos
- ¿Sabes jugar, Renesmee? – me preguntó Nahuel con su voz impoluta y celestial. fuimos a casa de Charlie para hacerle una visita. Jacob se repantingó en el sofá para ver la
- Sí, mi padre me enseñó todo lo que sé, ¿y tú? tele con mi abuelo y yo me senté al lado de Sue, que también estaba allí. Charlie insistió en
- Por supuesto. En Suramérica se lleva mucho el béisbol – me respondió con una sonrisa que nos quedáramos a comer y accedí gustosa. Llamé a papá desde mi aborrecido móvil
blanca y brillante como la porcelana. para avisarle y quedé con ellos en el claro donde solíamos jugar al béisbol.
- Yo también voy – soltó Jacob de repente. Éramos cuatro, pero la pobre Sue tuvo que cocinar como para seis, ya que Jacob comía por
- Debí imaginarme que tú también querrías venir – suspiró papá. tres, aunque con dos lobos en su casa, estaba más que acostumbrada. Jake y yo la
- ¿Tú? Pero si tú no sabes jugar – le dijo Alice con aire crítico. ayudamos un poco en la cocina, pero a Charlie no le dejó ni pelar una patata, tal era su
- Soy norteamericano, por supuesto que sé. En realidad, soy el más norteamericano de los torpeza culinaria y con los utensilios de cocina. Así que éste se dedicó a poner la mesa,
que hay aquí. cosa que le llevó bastante rato también. Durante la comida, me fijé en cómo miraba Sue a
- No es lo mismo si se juega con vampiros – apostilló Nahuel. Jacob cuando hablaba con él. Era la misma mirada de admiración y respeto con que le
- No creo que sea tan difícil, si sabe jugar cualquiera – espetó, mirando a éste con su gesto observaba toda aquella gente en casa de Sam y Emily. Eso hizo que yo clavara la vista en
arrogante. Jake mientras éste conversaba. Había una grandeza en él, algo especial que no tenían los
- Jacob – le advirtió mi padre entre dientes. demás chicos quileute. No era porque fuera mi mejor amigo, pero incluso como lobo había
- ¿Quieres dormir en el felpudo? – amenazó Rosalie. una majestuosidad en él que el resto no tenía. Era el más grande con diferencia y el más
- ¿De verdad vas a venir? – exclamé, contenta por la noticia; al parecer, era la única que lo fuerte, y también el más rápido. Sólo su presencia, ya te abrumaba. Hasta Sam le tenía
estaba -. ¿No tenías que patrullar? respeto. Jacob no quería verlo, pero estaba claro que tenía que ser la reencarnación del
- Pues claro que voy, preciosa, soy el Alfa de mi manada – respondió, sonriéndome; Gran Lobo, Taha Aki. Al menos, yo, no tenía ninguna duda. ¿Cómo no iba a escoger a este
también yo era la única a la que le sonreía -. Además, tengo castigado a Seth, así que irá él hombre tan maravilloso y especial? Charlie carraspeó cuando me preguntó algo y yo seguía
en mi lugar. Mañana me tomaré el día libre. mirando a Jake absorta y fascinada. Me di cuenta de que todos habían terminado su plato -
- ¿A Seth? ¿Qué ha hecho para que lo castigues? – interrogó mamá, extrañada. sus platos en el caso de Jacob - y yo acababa de empezar el mío.
- Mejor no te lo digo – murmuró Jacob, observando con cara de malas pulgas a mi padre. - Si no te gusta, puedes dejarlo, cielo – me propuso Sue con amabilidad.
Yo disimulé, mirando hacia el otro lado mientras ponía el pelo por la cara y hacía como - Claro que me gusta, está buenísimo – le contesté, sincera -. Es que estaba esperando a que
que lo acicalaba un poco. se enfriara – me inventé, metiéndome un bocado en la boca.
Terminé de comer y por fin nos pudimos levantar de la mesa para recoger la cocina.
HOMERUN Después de ver un poco la tele para que Jake reposara un poco toda la comida que se había
tragado, nos despedimos de mi abuelo y de Sue, no sin antes prometer que lo repetiríamos,
La mañana de ese sábado pasó bastante rápido. Mi familia me dejó dormir hasta bien y nos marchamos. Ya en el coche, le dije a Jacob que había quedado en el claro y nos
entrada la mañana y me levanté completamente fresca y descansada. Por supuesto, el hecho dirigimos hacia allí. A medida que nos acercábamos al final del camino donde había que
de que mi lobo durmiera en la puerta de mi habitación a pocos metros de mí, influyó dejar el coche, se nos iban echando encima los nubarrones negros que anunciaban la
bastante para que esa noche enseguida cogiera el sueño. Seth apareció en casa con una tormenta. Jacob aparcó al lado del brillante Ferrari rojo de Alice. No pudo evitar la mirada
mochila con ropa para Jacob, al parecer, también lo había puesto a hacer recados. Mientras de comparación entre el coche de ésta y el suyo, y suspiró con resignación.
Jake se duchaba, la doblé bien y la coloqué en mi vestidor. No tuve que hacer mucho - Prefiero el tuyo – le dije mientras salíamos de su Golf.
espacio, ya que no había traído demasiada, tan sólo algunos pantalones cortos, camisetas y - Sí, claro – contestó con ironía, cerrando su puerta -. Bueno, al menos, se parecen en el
color. sopetón, cogió la prenda de las manos de Alice.
- Pero el tuyo lo hiciste tú mismo. Para mí tiene más valor. Además, nunca te ha dado ni un - Veo que tú estás en el equipo rojo – le contestó con arrogancia, observando su camisa
solo problema, por algo será. blanca de rayas rojas -. Te voy a demostrar cómo juega un quileute.
- Visto así – asintió con una sonrisa. - Ah, ¿pero los perros saben coger un bate? – preguntó Nahuel con altanería.
- Te echo una carrera hasta el claro – le reté. - Si te refieres a si sabemos conectar una bola, pues sí, algo sabemos. No me gustaba nada
- ¡Vale! Y comenzó a correr a toda velocidad sin esperarme. el tono que estaba adquiriendo esta conversación.
- ¡Eh! ¡Eso es trampa! – chillé mientras ya le perseguía. En salto y agilidad le ganaba, pero Jake me pasó el uniforme y se quitó su camiseta. Por supuesto, los ojos se me fueron solo
Jacob siempre había corrido más deprisa que yo. No tenía esa velocidad ultrasónica de mi sin necesidad de que mi cerebro les diera la orden y todos los pensamientos que había
familia vampiro, por supuesto, pero en su forma humana podía igualar a un coche que tenido por la mañana, cuando lo vi mojado con la toalla, se plantaron sin pedir permiso en
circulara por una carretera convencional perfectamente, sin cansarse. Siempre me pregunté mi cabeza. Mi padre ya estaba en su puesto de exterior derecho y central, pero pude notar
por qué era así, ya que yo era mitad vampiro y tendría que correr más rápido que él. Se su mirada decepcionada y dolorida. Le di la camisa de béisbol y la extendió para ponérsela.
empezó a reír mientras sorteaba los enormes pinos a toda mecha y yo aceleré el paso. - Este uniforme es de Emmett, ¿no? – quiso saber mientras miraba la prenda con pesar.
Cuando se dio cuenta, ya me tenía pegada a su espalda. Ahora que había crecido, podía - Claro, es la única talla que te vale – le respondió Alice -. Por eso juega en el otro equipo,
correr casi tan rápido como él. porque tú tienes su camisa azul – se giró hacia mí -. Toma, cielo. Ponte la tuya.
- ¡Ya eres mío! – grité, saltando un tronco del suelo. - Genial. Aparte de que huele fatal, me queda enorme – protestó Jacob cuando terminó de
- ¡Ni en tus sueños, nena! Sus piernas empezaron a moverse más rápido y, con dos abrochársela -. Si me pusiera una gorra del revés y empezara a rapear, daría el pego.
zancadas, se alejó de mí en un segundo. Agaché la cabeza para no darme con una rama y - Pues, hala, empieza a practicar – le dijo ella, dándole una gorra.
metí la quinta marcha. Le alcancé, pero me quedé otra vez detrás de él. Empecé a sentirme - ¿Estás de coña? ¿También tengo que ponerme esto?
algo frustrada, ya que mis piernas no daban a más y él parecía tan tranquilo. ¿Por qué no - Sí, todos la llevamos. Además, el béisbol se juega con gorra y queda muy bien
podía correr más que él? Yo era un semivampiro, y se supone que tendría que correr más estéticamente. Jacob puso los ojos en blanco, pero se la puso.
que un metamorfo en su forma humana, ¿no? Con la distracción, mi pie se tropezó con la - Menudo calor que voy a pasar – farfulló.
raíz de un árbol. Sin pararse, de espaldas y sin ni siquiera mirar, Jacob extendió su brazo - ¿En qué equipo juegas tú, Renesmee? – me preguntó Nahuel.
hacia atrás y me cogió de la mano justo en el momento en que se iniciaba mi descenso. - En el azul – le contesté, levantando mi camisa para mostrársela.
Tiró con la inercia de la carrera para incorporarme, como si estuviera cogiendo un relevo, - Vaya – hizo una pausa en la que fijó sus ojos en Jacob -. Bueno, algún día jugarás en mi
pero a toda velocidad, y pude seguir corriendo. Se notaba que solía galopar con más gente, equipo.
bueno, en este caso, lobos, y que siempre estaba pendiente de todo. Seguimos corriendo - Por supuesto que no – le aseguró éste con una media sonrisa chulesca -. Ella siempre
cogidos de la mano. Me llevaba casi en volandas mientras esquivábamos todo a nuestro estará en mi equipo, más te vale que te vaya quedando claro eso. ¿Pero de qué estaban
paso y la coleta de mi pelo se agitaba enérgicamente, dándome latigazos en el cuello y en la discutiendo ahora? Suspiré, un poco cansada, y me quité la chaqueta del chándal para
espalda. Sí, tenía que reconocerlo, era más rápido que yo, él era el Ferrari y yo el Golf. ponerme la camisa del uniforme. En cuanto Jacob me vio con la camiseta de tirantes
Cuando divisamos el claro entre los árboles, empezó a aminorar la velocidad poco a poco, ajustada que llevaba debajo, no pudo evitar que se le escapara una sonrisita de satisfacción,
hasta que nos quedamos en un simple trote. Pasamos la última fila de pinos y salimos al pero, a la vez, se colocó estratégicamente delante de Nahuel con los brazos en jarra para
campo abierto, donde ya nos esperaban todos. Aferró más fuerte mi mano y nos pusimos a que éste no pudiera ver ni un ápice. Se notaba que en ese momento estaba contentísimo de
caminar hacia mi familia, que ya había formado los dos equipos. que su camisa le quedara grande.
- ¿Dónde os habíais metido? – nos regañó Alice al llegar. - ¿Cómo están repartidos los equipos? – le pregunté a Alice cuando me ponía mi gorra.
- Tranquila, la tormenta empezará dentro de unos cinco minutos – le contestó Jake -, así - Edward, Bella, Rosalie, Emmett y Nahuel están en el equipo rojo – explicó -. Carlisle,
que hemos llegado a tiempo, ¿no? Jasper y nosotros tres estamos en el azul. Esme arbitra, como siempre. Nos giramos todos
- Toma, póntela – le respondió ella, arrojándole una camisa de béisbol gris con rayas azules hacia la citada y ésta saludó con la mano mientras hablaba con Carlisle y Jasper en el otro
a la cara. extremo del claro.
- ¿Qué es esto? - gruñó Jake, mirando la prenda con desagrado. - ¿Y los puestos?
- La camiseta de nuestro equipo, ¿qué va a ser? – le explicó con un tono como si fuera lo - Como somos insuficientes, tenemos que cubrir dos puestos. Rosalie es la lanzadora y
más evidente del mundo. cubre la zona entre el home y la segunda base, Emmett está de catcher, Bella está
- ¡Puaj! Yo paso de estas pijerías – exclamó él, lanzándole la camisa a la cabeza. cubriendo la zona entre la segunda base y el home, Edward está de exterior derecho y
- ¡Si no te la pones, no juegas! ¡Tú verás! – bufó mi tía, toda ofendida por el rechazo. central y Nahuel está de exterior izquierdo y central.
- No te preocupes, Alice - intervino Nahuel -. Es que tiene miedo a jugar porque no sabe, - Yo quiero ese – exigió Jacob, mirando a Nahuel con una mirada provocadora.
por eso pone la excusa de la camisa. Jacob le clavó la vista con cara de pocos amigos y, de - ¿Quieres el mismo puesto que el mío? – se rió éste.
- ¿Por qué no? – contestó Jake, riéndose también con arrogancia. - Guau – exclamó Jacob -. Quién lo iba a decir, tu tía la Barbie lanza unos misiles
- Requiere bastante potencia física, rapidez y muchos reflejos. increíbles. No sé si podré darle. Rosalie curvó la comisura de su labio hacia arriba de forma
- A mí me sobra de las tres cosas – fanfarroneó él sin vacilar ni un momento. Yo tampoco pretenciosa, sin duda, había oído el comentario de Jake.
lo dudaba, la verdad -. En cambio, a ti, no estoy tan seguro. - Sí, ni siquiera Alice ha conseguido batear, y eso que ya sabe cómo le va a lanzar – añadí
- Apuesto a que no pararías uno de mis homeruns – le retó Nahuel -. Has de saber que con un suspiro -. Es muy buena.
cuando fijo mi objetivo, soy imparable en todo – matizó con segundas -. Donde pongo el - La verdad es que se pone tan sexy, que no sé si podré fijarme en la pelota – cuchicheó,
ojo, pongo la bala. Jacob se acercó, poniéndose en un cara a cara, mientras Alice y yo guiñándome el ojo, justo cuando ésta lanzaba. El estruendo del bate de aluminio sonó como
estábamos confundidas por el matiz que había en la discusión. Solamente les separaba la si de un trueno se tratara. Alice salió disparada y Rosalie siseó a Jacob. Todo sucedió
distancia que dejaban las viseras de las gorras. Papá estaba en alerta, por si se tenía que demasiado rápido incluso para mis ojos de medio vampiro, aunque gracias precisamente a
acercar. ¿Qué estaban haciendo? eso, pude distinguir algo la jugada. La bola se dirigió rauda hacia la zona que cubría mi
- Pararé tu homerun y lo que me pongas por delante. Te pararé a ti, te lo aseguro – afirmó padre. Éste corrió como si de un guepardo se tratara y atrapó la pelota en el aire de un
Jacob, muy irritado. enorme salto.
- No creo que puedas. Abre los ojos, Jacob. Hay cosas que no son para los perros y que no - ¡Eliminada! Mi tía se acercó al banquillo con el rostro disgustado, murmurando algo por
pueden ser. La naturaleza es sabia – declaró el invitado con una intención que no lo bajo. Jasper se colocó en el puesto de bateo. Su postura perfecta era mejor que la de un
comprendí. profesional. Se quedó inmóvil como una estatua, a la espera del lanzamiento. El borrón que
- ¡¿Qué quieres decir?! – bufó Jake, encrespándose, a la vez que sonaba el primer trueno. lanzó Rosalie fue interceptado por el bate de aluminio con otro estallido y salió disparado a
- Vale, vale, vale – interrumpí, interponiéndome entre los dos mientras ellos seguían ras del suelo hacia la tercera base. Jasper ya estaba pasando la primera cuando mi madre
mirándose fijamente -. No sé de qué va esto, pero ya está bien, ¿no? atrapó el rebote de la pelota. Se la lanzó como un rayo a Rose, que se había colocado para
- Perdona, Renesmee – Nahuel se dirigió a mí, cogió mi mano y la besó, al mismo tiempo cubrir la segunda base.
que miraba a Jake con prepotencia. - ¡Eliminado! – chilló Esme.
- Juega tus cartas, maldita garrapata, que yo ya jugaré las mías – murmuró éste, rechinando - Rara Bella – murmuró Jake. Mi madre le oyó y le sacó la lengua.
los dientes con furia. Al coger mi mano, me di cuenta de que la temperatura de Nahuel era - Esto no es justo – lloriqueó Alice -. Tienen mejor equipo.
más alta que la mía. Nuestro invitado también se percató de esto, aunque él no pareció - ¿Qué dices? – protestó Jacob.
darle más importancia. Su piel no llegaba a ser tan caliente como la de Jacob, pero sí más - Su equipo está formado por cuatro vampiros y un semivampiro. El nuestro, en cambio, lo
elevada que la mía. ¿Por qué? ¿Es que yo no era un semivampiro normal? Empecé a integran tres vampiros, un semivampiro y un chucho. ¿Cómo vamos a ganar así? – explicó
sentirme un bicho raro una vez más. ella con pesadumbre.
- Bueno, ¿podemos seguir? – suspiró Alice, barriendo mis pensamientos -. La tormenta ya - Ya veremos – gruñó Jacob, ofendido.
ha empezado. Nahuel se marchó corriendo a su puesto de exterior izquierdo y central - No le hagas caso, Jake. Bueno, me toca – dije, levantándome.
mientras Jacob le gruñía. Carlisle y Jasper se sentaron en una roca a modo de banquillo y - Ánimo, pequeña – me alentó él. Me acerqué al trote a la zona de bateo y Jasper me chocó
Esme se colocó detrás del home para arbitrar. la mano al cruzarnos por el camino. Me coloqué en posición y observé a Rose con
- Estas son las posiciones: Jasper juega de catcher, Carlisle está de exterior derecho y atención. Pensó la jugada durante un segundo y lanzó. La bola chocó casi instantáneamente
central, Jacob se pondrá de exterior izquierdo y central, tú, Nessie, estarás en el puesto que en la mascota de Emmett.
tiene tu madre y yo como Rosalie. Empezamos bateando nosotros. El orden de bateo es el - Vaya, sí que es rápida – musité.
mismo que el de las bases. ¿Está todo claro? - No tenéis nada que hacer – me advirtió Em con una sonrisa orgullosa de su novia.
- Perfectamente – afirmó Jake, ansioso por empezar el partido. Comenzamos a caminar Empecé a tener un sentimiento de desaliento. Darle a la bola de un vampiro que iba a la
hacia el banquillo. velocidad de la luz, me pareció de repente una tarea más que imposible.
- Relájate y trata de pasártelo bien, ¿vale? – le di un beso en la mejilla para que lo hiciera y - ¡Venga, Nessie! – bramó Jacob, que se había puesto de pie sobre la roca -. ¡Tú puedes!
me adelanté. Cuando nos sentamos en la roca, el beso ya había hecho efecto. Se apoltronó a - ¿Dónde se cree que está ese idiota? ¿En un estadio de verdad? – criticó Rose desde el
mi lado totalmente relajado, parecía otra persona. montículo. Rosalie se podía reir lo que quisiera, pero a mí me infundó algo de confianza.
- Vaya mierda. Me toca batear el último – se quejó. Agarré el bate con fuerza y tensé los músculos de los brazos y las piernas. Mi tía se colocó
- Sólo somos cinco, no creo que te mueras – me reí. Alice era la primera en batear. Se en posición para impulsarse y, en una décima de segundo, soltó su segundo balazo. Sin
colocó en posición con una postura muy refinada, casi de ballet. El bate parecía que flotaba saber cómo, mi bate golpeó la pelota y la empujó a ras del suelo hacia la zona que cubría
en sus manos. Rosalie lanzó la bola estilo softball, pero a una velocidad de vértigo, tan sólo mi madre. Como mi fuerza no era igual que la de Jasper, la pelota se quedó un poco corta y
se veía un borrón. mamá tuvo que correr para atraparla. Cuando se la lanzó a Rose, yo ya estaba en la primera
- ¡Strike! – gritó Esme. base.
- ¡Base! – gritó Esme. movimientos al lanzar. Ella levantó la pierna y la bola chocó casi instantáneamente con la
- ¡Genial, Nessie! – volvió a bramar Jake, aplaudiendo y aullando desde el banquillo. mascota del catcher.
Rosalie resopló, con los brazos en jarra. El siguiente en batear era Carlisle. Rose parecía un - ¡Strike! – repitió Esme.
poco tocada y le lanzó una piedra – en este caso meteorito - que, por supuesto, mi abuelo - Te voy a eliminar ahora mismo – amenazó Rosalie con la postura preparada -. Ni siquiera
no desaprovechó. En cuanto oí el estruendo, salí disparada hacia la segunda base. Vi cómo puedes ver la bola, idiota.
la pelota volaba alta y chocaba contra un árbol. Nahuel agarró la bola y la lanzó con - Puede que no la vea – murmuró Jake mientras Rose levantaba la pierna y se impulsaba -,
velocidad hacia mi madre. Ésta ya estaba cubriendo la segunda base, pisándola con su pie. pero puedo oírla. Esta vez no sonó un estruendo, fue un clinck bastante parecido al que
- ¡Base! – escuché que gritaba Esme. Carlisle ya había conseguido la primera. Yo tenía que hace un bate de aluminio con un humano cualquiera, sólo que mucho más fuerte. Yo y
llegar a la segunda y la bola estaba apunto de llegar hasta mi madre. Carlisle empezamos a correr. La bola salió disparada hacia arriba completamente en
- ¡Tú puedes, pequeña! – gritó Jake de nuevo. Metí el pie a la desesperada. Cuando pisé la vertical, como un cohete, muy alta, hasta que disminuyó de velocidad y se paró. Hubo un
almohadilla, la bola se estampó casi a la vez contra el guante. momento en el que casi parecía que se iba a quedar flotando en el aire. Mamá y Rosalie se
- ¡Base! quedaron mirando a la pelota con los guantes preparados, esperando a que bajara. En el
- ¡Lo conseguí! – exclamé con los brazos al aire, dirigiéndome a Jake, mientras éste aullaba descenso, la exasperación acumulada de antes hizo que Rose se abalanzara ansiosa hacia la
y se carcajeaba. bola y tropezara con mi madre, que también se dirigía a cogerla. La pelota cayó y rodó por
- ¡Bravo, Nessie! – se unió Carlisle. el suelo. Jake salió despedido del home. Cuando mamá la atrapó y Rose voló hacia la
- ¿Tú también? – se quejó Rose con los ojos en blanco. Jacob cogió su bate, silbando, y se primera base para cubrirla, Jacob ya esperaba sonriente con un pie sobre ésta y Carlisle ya
acercó lentamente - a su paso humano - hacia el home. Iba tan despacio, que Rosalie estaba en la segunda. Mi madre se giró repentinamente hacia la tercera base, pero yo ya
suspiró exasperada. Se quedó a un metro de lo que se suponía que era el cajón de bateo e llevaba un buen rato sobre la almohadilla.
hizo unos cuantos swings, bateando al aire. - ¡Base!
- ¿A qué esperas, idiota? – se quejó Rose, ya histérica -. A este paso, se pasará la tormenta. - ¡Genial! ¡Las bases llenas! – aulló Jacob, dándole un codazo a Rosalie.
- El béisbol es un arte, una forma de ver la vida, y requiere concentración, ¿vale? – le - He de reconocer que me has engañado – admitió ésta -. Pero esta vez has tenido mucha
respondió él -. Mi bate y yo necesitamos conocernos mutuamente – afirmó, señalándose a suerte. La próxima no será igual. Rosalie se marchó con altanería a su montículo, mientras
él y al palo con la otra mano libre. Rosalie puso los ojos en blanco de nuevo. que Alice ya estaba preparada para batear de nuevo. Los tres strikes zumbaron en el aire y
- Como te lleve el mismo tiempo que con Nessie, lo llevamos claro – me pareció que se estrellaron con rabia en el guante de Emmett. Se agitó el pelo y se marchó hacia el
cuchicheaba ella, aunque lo dijo tan bajito, que apenas lo entendí. Me salió una risilla al banquillo, orgullosa.
observarle, ahora que lo veía de lejos y de frente. Estaba muy gracioso con sus pantalones - ¡Tres eliminados, cambio! – gritó Esme.
cortos, esa enorme camisa de béisbol y la gorra que le hacía sombra en los ojos y apenas - Estupendo, Alice – reprochó Jasper a su novia.
dejaba ver su cara. Parecía un rapero de esos de la tele. Pero hasta así lo veía guapo. Se - Chuchos: uno, vampiros: cero – le aguijoneó Jacob al pasar por su lado mientras se dirigía
colocó en el supuesto cajón de bateo y puso el bate en vertical, con el brazo estirado, como a su puesto de exterior izquierdo y central. Mi tía le dedicó un mohín de odio. Acompañé a
si estuviese midiendo algo. Rosalie empezó a dar golpecitos con el pie en el suelo, con los Jake hasta que me coloqué en la tercera base para cubrir mi zona. Alice lanzaba con la
brazos cruzados. Jake chocó el bate con los pies como si se estuviese sacudiendo algo de elegancia de una bailarina. Cuando alzaba la pierna, la estiraba completamente, en vez de
las deportivas, separó las piernas tranquilamente, dando pisotones en el suelo, allanándolo, jugar al béisbol, parecía que estuviera siguiendo una coreografía de ballet. Lanzaba
flexionó las rodillas y se inclinó hacia delante, agarrando el bate con las dos manos. Se rapidísimo, aunque no tanto como Rosalie. Eliminó a ésta y a mi madre, pero Emmett y mi
quedó inmóvil, con la vista clavada en Rosalie. padre consiguieron dos bases. Nahuel se colocó en el cajón de bateo y observó a Jacob.
- Ya puedes tirar – dijo al fin. - Mándala aquí si te atreves, estúpida garrapata – escuché que murmuraba Jake. Alice lanzó
- Aleluya – escuché murmurar a mi madre. la bola y otro clinck la mandó altísima en dirección a Jake. Nahuel se quedó clavado en el
- Recuerda que le tienes que dar con el bate, no cogerla con la boca – se mofó Rosalie -. A sitio, observando con vanagloria su homerun.
saber qué podrían hacer tus mugrientas babas si se quedasen en la pelota y rozaran mi piel. - ¡No tan deprisa, parásito! – exclamó Jake, iniciando su carrera.
- Cuando termine el partido, me transformaré y te daré un buen lametón para que lo - ¡Déjalo, Jacob! ¡Es un homerun! – gritó Jasper desde su puesto de catcher. A una
compruebes, rubia – le espetó sin moverse ni un milímetro de su postura. Emmett se rió por velocidad de vértigo, Jake corrió hacia uno de los pinos que delimitaba el claro y, con una
lo bajo y Rose puso cara de repugnancia, chistándole enfadada. Ésta tomó impulso y lanzó habilidad increíble y acrobática, saltó hacia él, colgándose de una rama con el brazo
una bola rapidísima que se estampó con estrépito en el guante de su novio. derecho. Voló con las piernas por delante y se impulsó con otro árbol, lanzándose como
- ¡Strike! – cantó Esme. una bala hacia la pelota. Atrapó la bola en el aire con una facilidad pasmosa, como si
- Ya la has puesto de mal humor. Ahora sí que te va a ser imposible darle – le avisó estuviese cazando una mosca. Hizo una pirueta en el aire para caer de pie y aterrizó en el
Emmett. Jacob no dijo nada, se limitó a seguir mirando a Rose fijamente, estudiando sus suelo con suavidad. Jasper se quedó boquiabierto.
- ¡Tres eliminados, cambio! – gritó Esme. con el ojal y el botón, me percaté de que estaba muy cerca de su cuello y de su cara. Estaba
- Parece un mono salido del circo – masculló Rosalie. Jacob y Nahuel se cruzaron en el sudado, y su maravilloso olor era más fuerte que nunca. El efluvio de su cuerpo me llegaba
momento en que ambos se intercambiaban los puestos. con mucha intensidad y empecé a desconcentrarme. Aún así, conseguí desabrocharle el
- Ya te dije que te pararía los pies – le recordó Jake con arrogancia. botón.
- Eso ya lo veremos – le contestó Nahuel. A partir de ahí, el partido se convirtió en un - ¡Uf! Gracias – exclamó. Subió sus manos hacia el siguiente ojal, pero ya estaba ocupado
continuo duelo entre Jacob y Nahuel. Era tanta la competitividad, que parecía que por las mías, que en ese momento se dejaban llevar por un instinto extraño.
jugábamos en partidos distintos. Cuando alguno de los dos conseguía llegar a la tercera - Ya… ya sigo yo. No hace falta que… Le quité la camisa despacio, arrastrándola hacia
base, se notaban las chispas que salían de las miradas que se dedicaban el uno al otro al atrás para acariciar sus hombros. Se quedó paralizado cuando mis manos se deslizaron
girarse. Cada vez que les tocaba batear – Jacob hacía el mismo ritual en cada turno al bate hasta su nuca y su cuello y me pegué a él para olerle mejor, lentamente. Quería inhalar bien
para poner de los nervios a Rosalie -, lanzaban la bola al mismo sitio para intentar hacer un esa fragancia que me engatusaba, casi lo necesitaba como una droga. Al hacerlo, mis labios
homerun, pero ninguno lo consiguió. rozaron su cuello y pude sentir la humedad y la textura de su ardiente piel. Pude notar
Observé que en fuerza se igualaban, pero que Nahuel era más veloz que Jacob - aunque mi cómo se estremecía, y los fuertes latidos que hacían vibrar su yugular y que retumbaban en
mejor amigo siempre se las ingeniaba para llegar a la tercera base -, y volví a frustrarme. mi pecho en contacto con el suyo desnudo. Recorrí toda su garganta, rozándola con mi
¿Por qué Nahuel, que era un semivampiro como yo, podía correr tan deprisa y yo no? No lo boca y respirando su fascinante esencia.
entendía. ¿Es que a mis piernas les pasaba algo raro o qué? Eso sin contar con la - ¿Me… me vas a morder? – se atrevió a preguntarme con un hilo de voz.
temperatura de mi piel, que ya había comprobado que era más baja que la de nuestro
invitado. Y tampoco era tan fuerte como ellos dos. Me pasé casi todo el partido con el ceño PERSECUCIÓN
fruncido, pensando. La tormenta terminó pronto y tuvimos que dejarlo antes de lo previsto,
para disgusto de Jake. Después de charlar un rato, mi familia empezó a marcharse con ¿Morder? ¿Era eso lo que quería?
rapidez por el bosque, hacia los coches. Nahuel y Jacob se dedicaron una última mirada - No lo sé – susurré a duras penas -. Tu olor… me vuelve loca.
de afecto mientras mi mejor amigo se interponía de nuevo cuando empezaba a quitarme la - ¿Es… mi… mi sangre?
camisa de béisbol, y nuestro invitado se perdió entre los árboles. - Tu sudor… Hueles muy bien – musité mientras mis labios seguían rozando su garganta.
- Nosotros nos vamos ya – me dijo mamá - ¿Qué vais a hacer vosotros? - ¿Tanto… como para… comerme? ¿Comerle? La parte minúscula de mi cerebro que en
- Pues, no lo sé. Ya os llamo con lo que sea, ¿vale? Aunque lo más seguro es que vayamos ese momento todavía era capaz de pensar se dió cuenta de que podría hacerlo si quisiera.
a casa – le contesté, quitándome la gorra. Estaba acostumbrada a cazar animales de gran tamaño que se movían y se resistían con
- De acuerdo – me dio un beso en la frente -. Cuida de ella y pórtate bien, Jacob. mucha fuerza, sería muy fácil con una presa quieta e indefensa. Pero no era eso lo que
- Yo siempre me porto bien – le contestó éste con una sonrisa angelical, tirando también su quería. Su sangre no me daba sed, quería comérmelo de otro modo. Le deseaba. Le deseaba
gorra al suelo y revolviéndose el pelo. Mi madre suspiró y se alejó como el viento con mi con ansia. Deseaba acariciarle y besarle, sí, incluso morderle.
padre, hasta que desaparecieron entre los árboles. - Quiero morderte… - ronroneé, besándole el cuello muy despacio. Jacob se estremeció de
- ¿Dónde está mi chaqueta? – pregunté mientras miraba a mi alrededor, buscándola. nuevo, aunque continuó petrificado.
- Estaba ahí, junto a mi camiseta – me ayudó él, señalando con la mano. Miré y solamente - ¿Quieres… quieres morderme? – preguntó, un tanto asustado.
estaba la camiseta de Jacob. - Seré muy suave, te lo prometo – le imploré con un susurro. Se quedó un momento en
- Pues ahora no está. silencio, sin moverse ni un centímetro.
- Bueno – empezó a desabrocharse los botones de la camisa y se entretuvo con uno -, a lo - No me… no me muerdas la yugular… ni me chupes sangre, ¿vale? – accedió al fin, con
mejor te la cogió Alice o algo… ¡Arf! ¡Mierda! Puse los ojos en blanco ante tanta falta de voz temblorosa.
pericia. Su corazón pegó un salto cuando rocé su piel con mis dientes, pero, aún así, permaneció
- Ven, que te lo desabrocho yo - se acercó sin quitar ojo al botón mientras seguía inmóvil. Metí mi mano entre su pelo mojado y empecé a acariciarle el cuello con delicados
intentándolo -. Hay que ver – suspiré, quitándole las manos -, tan hábil haciendo pulseras y y sutiles mordiscos, recorriéndolo muy despacio de arriba a abajo, bordeándolo entero. Su
tallando figuritas de madera, y tan torpe para desabrocharse un botón – me burlé. respiración comenzó a agitarse conforme le mordía y le besaba y su aroma también se
- Se ha enredado con un hilo del ojal, ¿no lo ves? La verdad es que a mí también me estaba intensificó. Su hálito impetuoso y el aumento de su penetrante fragancia hicieron que el
costando lo suyo. El botón se había atascado bien con un hilo en el ojal roto y la escasa deseo que sentía por él se multiplicara por mil. Repté desenfrenadamente por su húmeda
visibilidad del anochecer no ayudaba nada. Me acerqué más para ver por dónde se había piel, resollando con ansia, y por fin sus manos se movieron hasta mi espalda más baja para
metido la fibra. apretarme contra él. Un sordo gemido se escapó por mi boca con ese contacto y todas las
- No sé cómo has abrochado esto para que se enrede de esta manera – protesté a la vez que células de mi organismo se excitaron el doble. Él también se estremeció y nuestros jadeos
desenredaba el hilo. Algo me hizo alzar la vista y la bajé al instante. Mientras me peleaba se volvieron más fuertes. Escalé, besándole con avidez por el cuello, para seguir la línea de
su mandíbula. hizo que la sangre que se concentraba en mi chichón bajase ipso facto para unirse a la del
- Espera – dijo de repente, con voz seca. ¿Que esperase? Ya era demasiado tarde para eso, resto de mi cuerpo, que ya estaba en mi rostro. ¿Por qué había hecho eso? Bajé la
mis cinco sentidos estaban puestos en él y no podía parar. Lo siguiente que iba a morder ventanilla del todo para que me diera el aire.
eran sus labios. Se despegó de mí bruscamente, agarrando mis muñecas para separarlas de - ¿Estás mareada? – me preguntó, alarmado.
su cuello, y, sin darme tiempo a reaccionar, echó a correr a toda velocidad hacia el bosque, - No, no. Sigue, ¿qué pasó cuando… - tragué saliva otra vez -, bueno, eso?
arrastrándome de la mano. Su ritmo era demasiado acelerado y yo todavía estaba aturdida. - ¿Tú no lo oliste ni lo escuchaste? Lo único que yo podía oler y escuchar en aquel
Mis piernas no conseguían moverse como deberían y mis pies casi se levantaban del suelo momento era esa fragancia suya y su apasionada respiración, que me habían vuelto loca.
por su carrera. Tardé un buen rato hasta que me despejé del todo. Casi me sentía ofendida porque a él no le hubiera pasado lo mismo, aunque de ser así, a
- ¡Corre lo más rápido que puedas, Nessie! – gritó mientras nos adentrábamos entre los saber qué nos hubiese ocurrido. Ahora su piel ya estaba seca y ese aroma había bajado
árboles. bastante de intensidad, pero algo me decía que si me acercaba a él, todavía olería
- ¡¿Qué pasa?! – pregunté, asustada. demasiado bien...
- ¡Tú sólo corre! ¡Tenemos que salir de aquí ya! Aseguró mi mano con fuerza y aceleré - No – le contesté sin más.
todo lo que mis piernas eran capaces para igualar mi ritmo al suyo. El efluvio de Jacob me - Me vino ese olor asqueroso y cuando levanté la vista, escuché un gruñido en el otro
había embaucado tanto, que hasta ese momento no me había dado cuenta de lo que había extremo del claro. Entonces, vi una sombra entre los árboles que nos estaba observando.
anochecido y del extraño hedor que había por todo el bosque. Era un olor parecido al - ¡¿Un… mirón?! – exclamé con repugnancia.
amoniaco y me quemaba la nariz. Un gruñido ansioso y jadeante se oyó a unos metros de - No era humano. Tenía los ojos amarillos, gruñía y era demasiado grande. Y desde luego
nuestras espaldas y después desapareció. Los árboles pasaban a nuestro lado a toda ese hedor es suyo, no tengo ninguna duda. El aire venía de su dirección y traía su efluvio.
velocidad y Jake los esquivaba con facilidad, apartando las ramas con el brazo libre para Después, echó a correr hacia nosotros. Me dio muy mala espina, por eso no me transformé.
que yo pudiera correr sin problemas. Entre la negrura del bosque, atisbamos el claro que Si hubiera estado solo, no me habría importado, pero tenía que traerte al coche para ponerte
daba al coche. Atravesamos los últimos árboles que lo delimitaban y llegamos volando a salvo. ¿Que no le habría importado? Si le llegase a pasar algo, me moriría. Sólo de
hasta el Golf. Jacob me abrió la puerta del lado del conductor a toda prisa y me empujó pensarlo, mi cuerpo ya temblaba.
hacia dentro para que me sentara en mi asiento. Mi cabeza chocó contra el borde de la - Entonces, ¿qué es? ¿Un neófito? – le pregunté para quitarme la idea de la cabeza.
ventanilla y él se subió al coche, cerrando de un portazo. Arrancó el motor y bajó los - Un neófito no. Ya he luchado con unos cuantos y te aseguro que no son así.
pestillos con la mano. - ¿Y por qué nos perseguiría?
- Abróchate el cinturón – me ordenó con voz firme, y acto seguido se giró para dar marcha - No lo sé, pero corría como enloquecido. Suspiré y me mordí el labio con desasosiego.
atrás. No me dio tiempo a abrochármelo. El vehículo se movió con tanta velocidad, que me - No te preocupes, ya no hay peligro – me alentó, cogiéndome la mano.
fui hacia delante y tuve que poner las manos en el salpicadero para no volver a golpearme. Nos detuvimos en el stop y salimos a la carretera asfaltada, esta vez con más calma, aunque
Las ruedas derraparon con la gravilla, formándose una gran nube de polvo. Mi espalda se tratándose de Jacob, nunca era de ese modo. Me volvió a coger de la mano cuando ya no
estampó contra el respaldo cuando Jacob metió primera y salimos disparados de frente. Me iba a meter más marchas, y entrelacé mis dedos con los suyos. La afianzó, apretándomela
abroché el cinturón cuando la fuerza de la inercia cesó. La cabeza me dolía y me llevé la más fuerte, y nos dedicamos alguna mirada en silencio. De pronto, unas luces aparecieron
mano al muy posible futuro chichón. Noté cómo empezaba a emerger un bultito y me lo de la nada, deslumbrándonos por el espejo retrovisor, y se escuchó el rugido de un tubo de
toqué con los dedos para corroborarlo. escape. Miré hacia atrás y vi cómo se acercaba un coche verde metalizado a toda velocidad.
- Vaya, me está saliendo un chichón – mascullé. El primer chichón de toda mi vida. Jacob - Ten cuidado con ese, Jake. Es mejor que dejes que te adelante, parece que tiene
me miró de refilón con gesto preocupado. demasiada prisa. Jacob miró por el espejo y se apartó un poco hacia la derecha. Pero el
- Mierda, ¿te has hecho daño? Bajé el parasol y me miré en el espejo. Un minúsculo bulto coche no se movió hacia la izquierda de la carretera, se pegó al Golf y aceleró,
sobresalía en el límite lateral del pelo de mi frente. embistiéndonos por detrás. El cinturón hizo su trabajo y no me estampé contra el
- Bah, no es nada. Es un chichón pequeño, no te preocupes. salpicadero, aunque me dejó sin aliento un par de segundos. Jake miró por el retrovisor,
- Se me fue un poco la mano empujándote, lo siento – murmuró, acariciándome la nuca. furioso, escupiendo toda clase de palabrotas y maldiciones, y, de repente, se quedó mudo.
Tragué saliva para poder coger aire de nuevo. - ¡Mierda! ¡Es él! – bramó. El coche se fue otra vez hacia delante bruscamente cuando el
- No importa, en serio – saqué un paquete de pañuelos de la guantera y presioné el chichón vehículo de atrás nos volvió a golpear. Jake pisó a fondo el acelerador y las ruedas
con uno doblado –. ¿Qué ha pasado? ¿Qué era ese olor y ese gruñido que nos perseguía? El chirriaron en el asfalto, un olor a neumático quemado nos invadió al entrar por mi
coche se movía rapidísimo por el estrecho camino sin iluminar que daba a la carretera. Sólo ventanilla. Miré de nuevo hacia atrás para ver si lo habíamos perdido, pero el coche seguía
los faros del Golf nos ayudaban a abrirnos paso entre la negrura. persiguiéndonos.
- Es la misma peste que el rastro que encontramos en el bosque. Cuando tú y yo - ¡Haz algo, Jake! ¡Sigue ahí! – grité, aterrada.
estábamos…, bueno, ya sabes… Recordar de repente lo que había estado apunto de hacer, - ¡Ojalá tuviera ese Ferrari ahora! Mi pelo se mecía violentamente con el viento que
entraba por la ventana y los cabellos de mi coleta se me pegaban en la cara, impidiéndome - Ya lo sé. No te preocupes, sé lo que me hago – dijo con determinación. Yo no estaba tan
ver bien el interior del vehículo que nos acosaba. Me aparté el pelo y un escalofrío me segura, las luces volvían a verse por el espejo. A lo lejos empezó a divisarse una montaña
atravesó los pulmones cuando por fin lo avisté. No era humano. Como había dicho Jacob, que cortaba la calzada y el coche verde se pegaba cada vez más a nosotros. Jacob aumentó
era muy grande, más incluso que Emmett, y sus ojos eran amarillos, brillaban en la la velocidad y el perseguidor hizo lo mismo.
oscuridad como si fueran reflectantes. Me quedé petrificada cuando reparé en que los tenía - ¡Jake, la montaña! ¡Nos vamos a estrellar!
clavados en mí con una mirada alocada, obsesiva, y su boca salivaba como si quisiera - Calma, preciosa. Confía en mí. ¿Qué le pasaba? ¿Era la adrenalina, que le gustaba? La
comerme. Jacob también se dio cuenta al mirar por el espejo y un rugido retumbó en su montaña se acercó a nosotros vertiginosamente cuando Jake pegó un acelerón.
pecho. - ¡Jacob! – chillé. Frenó repentinamente y tiró del freno de mano, girando a la vez el
- ¡Mira para adelante, Nessie! – me mandó cuando vio mi cara horrorizada. Le hice caso volante para que el coche hiciera un trompo en el gran arcén que había en el lado izquierdo
inmediatamente y me pegué al respaldo, agarrándome con fuerza al asiento. Me acordé de de la carretera. El estridente chirrido de los neumáticos produjo una humareda que olía a
mi móvil. Si llamara a mi padre, vendrían en nuestra ayuda. Palpé los bolsillos de mi goma quemada e inmediatamente después se escuchó el violentísimo choque del coche
pantalón de chándal, pero no encontré nada. Entonces, recordé que lo había dejado en la verde contra la piedra. El Golf giró sobre sí mismo varias veces, hasta que el lateral
chaqueta para poder jugar más cómoda. El coche que nos perseguía nos embistió de nuevo, izquierdo del vehículo quedó mirando al paramento rocoso embestido. Levanté la cabeza
levantando la parte trasera del Golf, y la luna de atrás saltó en mil pedazos. El estruendo de mis manos temblorosas, expirando con dificultad, giré mi níveo semblante y vi el coche
fue ensordecedor y ahora el viento entraba por todas partes, atronaba al atravesar el coche. verde estampado en la pared de roca, con un humo gris oscuro saliendo por lo que quedaba
- ¡Cierra tu ventanilla! – exclamó Jake. Mis manos temblorosas se aferraron como pudieron del capó. La parte delantera estaba completamente destrozada y su descomunal ocupante
a la manivela y la giré a trompicones mientras hiperventilaba del susto. El aire cesó al no yacía sobre el volante.
haber corriente, aunque se oía escupir el tubo de escape de nuestro opresor desde la ventana Nos quedamos en silencio, respirando agitadamente, y nos miramos. Él seguía ahí, junto a
trasera sin cristal. Cerré los ojos e intenté tranquilizarme haciendo ejercicios de respiración. mí. Mi corazón empezó a acelerarse y el nudo de mi garganta saltó sin que pudiera evitarlo.
- Tranquila. Te sacaré de aquí, te lo prometo – me dijo con voz firme. Abrí los ojos ante la Las lágrimas que antes habían rebosado de mis ojos ahora salían a borbotones. Me
clarividente imagen que se presentó en mi cabeza de repente y le miré. ¿Y si era la última desabroché el cinturón y me lancé a sus brazos, que me rodearon con fuerza y seguridad.
vez que le veía? El terror invadió mi cuerpo, me atravesó el corazón como si fuese una - ¿Estás bien? – me susurró, apretando su abrazo -. Siento haberte asustado.
estaca y me quedé sin respiración. Si a Jacob le pasaba algo, no podría superarlo nunca, no - Sí – contesté entre sollozos. Con él a mi lado, por supuesto que estaba más que bien,
podía vivir sin él, lo sabía. Él era lo más importante para mí. Las lágrimas brotaron sin estaba feliz. Me apartó un poco para enjugarme las lágrimas con los dedos, mirándome con
control por mis mejillas mientras negaba con la cabeza. Una explosión en el tubo de escape sus penetrantes ojos negros, y acercó sus cálidos labios a mi mejilla para darme un beso
del coche hostigador me asustó y me hizo salir de mis horribles pensamientos, cortando tierno y dulce. Cerré los ojos cuando mi cuerpo palpitó en respuesta. Se quedó con el rostro
mis lágrimas. Mis ojos se movieron en su dirección inconscientemente. Vi cómo se movía pegado al mío y me decidí a girarlo, pero él lo retiró antes de que me diera tiempo.
hacia la izquierda y aceleraba hasta ponerse a nuestra altura. - Te llevaré a casa – volvió a susurrar mientras me metía el pelo que se me había soltado
- ¡Cuidado! – chillé. Pero ya era demasiado tarde. Aunque Jake ya se había percatado y detrás de las orejas. Asentí con la cabeza, embobada y confundida por todo lo que sentía
trató de esquivarlo, el coche nos empujó brutalmente hacia la derecha y el Golf se salió con él. Me agarré a su brazo, apoyando la cabeza en su hombro, y Jacob se puso en marcha
hacia el arcén. Jacob pudo controlarlo a tiempo, evitando el inminente choque con los otra vez. Sin saber por qué, miré por el espejo retrovisor, y pegué un bote en el asiento al
árboles que limitaban con el asfalto, y se dirigió furioso hacia la carretera para embestirlo. ver cómo el ocupante del coche verde abría la puerta. Alertado por mi reacción, Jake se fijó
- ¡Sujétate bien! Chocó su vehículo contra el lateral del verde y éste perdió la dirección por también y nos alejamos a toda velocidad de la pesadilla.
un momento, derrapando en una curva. - ¡¿Estás bien?! ¡¿Qué te ha pasado en la cabeza?! Nada más abrir la puerta de casa, mi
- ¡No! ¡Un coche! – grité al ver que venía otro de frente. madre ya estaba tocándome la cara ansiosamente con sus heladas manos.
- ¡Mierda! – gruñó Jake. Hizo sonar el claxon con ímpetu y le dio las luces largas. El coche - No es nada, estoy bien – murmuré, cansada. El día había sido largo. Con todo el ejercicio
se apartó a su arcén justo cuando el otro se le echaba encima. y la pesadilla vivida en el coche, lo único que me apetecía era irme a mi habitación y
- ¡Bien, Jake! tumbarme en la cama. Papá miró a Jake y asintió en gesto de agradecimiento, aunque con
- Ahora se va a enterar ese hijo de puta – murmuró, apretando los dientes –. Prepárate, el rostro serio.
nena, que esto se va a menear un poco. Me aferré a la asidera sobre mi ventanilla y Jacob - Es el asesino del bosque - dijo Jacob, dirigiéndose a Carlisle y a mi padre -. Tenía el
metió la quinta marcha otra vez. El coche aceleró en dos segundos en la recta y vi por el mismo olor que el rastro que encontramos.
espejo lateral que el coche verde continuaba siguiéndonos, aunque estaba más lejos que - Ojos amarillos, grande y alocado, ¿qué opinas, Carlisle? –preguntó mi padre. Por
antes. Redujo para seguir una curva muy abierta y las ruedas del coche volvieron a chirriar. supuesto, ya lo había visto todo en nuestras mentes de la que llegábamos y mi familia
Salimos a otra recta y Jake se desvió por una carretera en construcción. estaba al tanto.
- ¡Esta carretera está cortada! – le advertí, asustada. - No estoy seguro, pero creo que podría ser un Hijo de la Luna.
- ¿Un licántropo? – matizó mamá. desalojar el salón, dejándonos solos con mis padres, mientras que Jake se cruzaba de
- Pero hoy no hay luna llena – rebatió Jake. brazos. No, no, no, no… Me concentré en pensar en lo del licántropo, muy a mi pesar, para
- La hubo hace tres días, cuando encontrasteis la cabeza – afirmó papá. Me dio un que no viera lo que no tenía que ver. Mi padre se acercó como una exhalación y se puso a
escalofrío al recordarla. un palmo de Jacob.
- No era muy peludo, se-se parecía más a un humano gigante – tartamudeé. Antes ya estaba - Dime que eso que gritas en tu cabeza todo el tiempo, desde que entraste por esa puerta, es
muy asustada, pero este nuevo dato hizo que hasta me destemplara y tuviera frío. Ni producto de tu imaginación – le exigió papá, rechinando los dientes. Mi madre se unió a él.
siquiera me salían bien las palabras. Mi padre y Carlisle se quedaron pensativos. Jacob puso los ojos en blanco y se metió las manos en los bolsillos. Bordeó a mis padres y
- Lo investigaré – habló este último, subiendo hacia su dormitorio -. Si no encuentro lo que se dio un paseíllo por el salón hasta que se apoyó en la pared tan tranquilo, con las piernas
busco en mis libros, tal vez vaya a Francia a hacerle una visita a mi amigo Louis. Él sabe cruzadas.
mucho de licántropos, ya que tuvo que enfrentarse a unos cuantos hace unos siglos. Esme - Pues sí. ¿Qué pasa, no puedo tener intimidad ni para imaginar? Mi concentración se vino
siguió a su marido por las escaleras. al traste cuando, al caminar por delante de mí, me di cuenta de repente de que Jacob estaba
- ¿Y qué demonios quiere? – gruñó Jacob, mirando a Alice para que le diera la respuesta -. semidesnudo. De lo asustada y confusa que había estado, no me había percatado hasta ese
¿Por qué anda por nuestros bosques? momento de que iba sin camiseta. Aunque era tan leve como en el coche, todavía seguía
- Yo… no vi nada – contestó ésta con los dedos en las sienes y el gesto contrariado. oliendo igual de bien que en el claro y el recuerdo saltó como un resorte en mi mente,
- Alice tampoco puede ver a los licántropos – intervino Jasper -. Parece ser que son tan cristalino y nítido.
inestables como vosotros – dijo con un poco de sorna. Jacob le dedicó una mueca -. - Entonces, dime por qué ella está imaginando lo mismo que tú – gruñó mi padre mientras
Tendremos que permanecer en guardia, es lo único que podemos hacer por ahora. giraba la cara lentamente para mirarme.
- Los licántropos son muy territoriales – explicó mi padre -. Una vez que cazan en una Sin duda, era un gruñido de dolor y decepción, más que de enfado. Mis mejillas se
zona, la consideran su territorio. encendieron.
- ¡Y una mierda! – exclamó Jake, enfadado -. ¿Me estás diciendo que ese bicho quiere - ¡¿Qué ha pasado?! – bramó mi madre, haciéndose ya media idea al buscar respuestas en
seguir por mis bosques matando excursionistas? ¡Lo liquidaremos en cuanto se nos ponga a el torso desnudo de Jake y en mi escasa camiseta de tirantes. Seguramente, estaba
tiro! ¡Yo me encargaré personalmente por lo que ha intentado hoy! encontrando demasiadas.
- No es tan fácil, Jacob – le contestó papá -. Hasta Cayo tuvo problemas para acabar con - Nada – contesté, enfadada y cansada.
ellos, y es el día de hoy que no los extinguió del todo. - Edward, cuéntamelo. Tengo derecho a saberlo, soy su madre – le ordenó, cabreada.
- Ese bicho es uno y nosotros veinticuatro, no creo que nos sea muy difícil pillarlo – replicó - Es mejor que no lo sepas – suavizó con una mueca de auténtico dolor. Mamá se quedó
Jake con un punto de sarcasmo. más nívea de lo que era y se giró hacia Jake, furiosa.
- No es eso. Son muy inestables, no siguen un patrón determinado, ni se rigen por reglas. - ¡Jacob, ¿qué has hecho?! – le gritó.
Se mueven por instintos muy primitivos y actúan alocadamente, aunque son bastante - ¡Bueno, ya está bien, ¿no?! – bufó éste, poniéndose a mi lado -. ¡¿Qué es esto, un juicio o
inteligentes. Además, está el hecho de que sólo se transforman cuando hay luna llena y el algo así?! ¡Creo que ya somos todos mayorcitos!
resto del tiempo parecen humanos normales, lo que dificulta el encontrar su paradero y - ¡Por Dios, Renesmee sólo tiene diecisiete años! ¡Es menor de edad! – le reprochó ella.
cogerles - mi mejor amigo apretó los dientes de la rabia -. Si es cierto que es un licántropo, - ¿Ah, sí? ¿Y dónde pone eso? ¿En ese carné que te hizo ese tal J en el que escribió la edad
no entiendo qué hace por estos bosques ahora. Normalmente, no suelen salir de su que tú quisiste? – le escupió Jake con ironía -. Además, te recuerdo que tu marido también
territorio. tiene diecisiete y tú prácticamente diecinueve – le soltó, mordaz. Mamá le siseó con rabia.
- Puede que se le hayan acabado las presas y esté buscando nuevas reservas – intervino No le gustaba nada que le recordaran ese dato.
Nahuel -. O tal vez sea un licántropo recién contagiado que acaba de llegar a la zona. - No ha empezado él, Bells – se chivó papá. Entrecerré mis ojos para mirarle con cara de
- Podría ser, no lo sé. Tendremos que estar en alerta, como dijo Jasper, hasta que Carlisle lo odio -. Aunque él también podía haberlo evitado – el rostro de piedra pulida de mi padre
averigüe todo – finalizó papá. Se hizo un momento de silencio en el que hubo un suspiro era imperturbable y, por supuesto, censurador. Jacob colocó los brazos en jarra y suspiró,
general y todos nos quedamos inmóviles en el sitio. Tenía tanto miedo, que estaba muerta poniendo los ojos en blanco.
de frío. ¿Cómo iba a conseguir dormirme en esa cama tan grande, si estaba aterrada y - ¿Has… has empezado tú? – me preguntó mi madre, atónita y claramente decepcionada.
helada? Una luz iluminó mi cerebro cuando se me ocurrió la idea. Si Jake durmiera a mi - Me voy a la cama – dije, cansada. No me apetecía nada tener que dar explicaciones de mi
lado… vida privada. Estaba rendida y muerta de miedo. Me acordé de ese posible licántropo y me
- Ni se te ocurra, señorita – me cortó mi padre antes de que acabara de pensarlo. Oh, oh… dio un escalofrío. Todavía tenía su mirada clavada en mi cabeza, con esos ojos reflectantes
- ¿Qué pasa? – quiso saber mamá. y obsesivos. Otro temblor recorrió mi cuerpo al recordar que podía haberle pasado algo a
- Es que me acaba de recordar un tema que quiero hablar con Jacob – le respondió, Jacob y el nudo se agarró a ni garganta otra vez. Aferré mi mano a la suya cuando empecé
señalando a éste con su pálido rostro, imperturbable. El resto de mi familia empezó a a marearme.
- ¿Te encuentras bien? – me preguntó Jake, preocupado, al ver que mis piernas flaqueaban me pasaba con él -. Y no le veo a todas horas. Cuando estoy en el instituto, no estoy con él.
y mis ojos empezaban a lagrimar. Y ya me costaba bastante.
- Sí, sí, no te preocupes, es que estoy agotada – medio mentí, tragando saliva para cortar el - Es que… os miráis de esa forma tan… - se paró a pensar la palabra –, con esa adoración
nudo –. Me voy a dormir. mutua, que, no sé, me asusta un poco, la verdad. ¿Adoración mutua? Nunca lo había
- Espera un momento, Renesmee, quiero hablar contigo. Jacob, ¿puedes dejarnos a solas, pensado. Pues, de ser así, a mí no me asustaba nada, más bien todo lo contrario.
por favor? – le pidió mamá. - ¿Y por qué te asusta? – quise saber.
- Claro – se puso frente a mí para mirarme fijamente con esa profundidad suya -. Te - ¿Qué? – por un momento, me pareció que se había puesto nerviosa, pero enseguida
esperaré en tu habitación, ¿vale? – me susurró, acariciándome la mejilla. Se me puso el cambió la actitud -. Bueno, ya sabes que Jacob al estar…
vello de punta sólo con ese roce y me quedé mirándole embobada. Mi padre carraspeó y - No sabe nada – le paró papá con un cuchicheo casi inaudible. Mamá se quedó estupefacta,
Jake soltó mis ojos para empezar a caminar hacia las escaleras. extrañada, y yo más. No entendía nada.
- Jacob – le llamó papá. El aludido se giró cuando ya había puesto un pie en el primer - ¿No se lo ha dicho? – me pareció que decían sus labios cuando articulaban las palabras
peldaño -. Dúchate antes de entrar en su dormitorio – le mandó. Mi mejor amigo frunció el para mi padre, aunque se movieron tan deprisa, que apenas pude descifrarlas. Éste negó
ceño. con la cabeza. Empecé a sentirme molesta ante tanto secretismo que no comprendía. Mi
- ¿Por qué? A Nessie le encanta mi olor. madre se quedó mirando al suelo, pensativa.
- Por eso mismo – le contestó en tono de advertencia mientras dirigía hacia mí una mirada - Tu madre se está liando – ésta le dio un codazo en broma -. Lo que intenta decirte es que
acusadora – Ah, y ponte una camiseta. Jacob puso los ojos en blanco y suspiró antes de sólo será una cita, ni siquiera eso. Míralo como un paseo con un amigo para conoceros,
subir la escalera. nada más. – me incitó papá -. Por conoceros, no pasa nada. Lo pensé durante un rato. No
- ¿Qué pasa? – pregunté, mosqueada y colorada. No pensaba contar nada de lo que había me gustaba nada la idea de estar casi un día entero sin Jake, y tampoco entendía ese interés
pasado en el claro, y mucho menos ponerle l mano en la cara para que lo viera. de mis padres por que saliera con Nahuel, si no le conocía. Pero me acordé de que Jacob
- Nahuel quiere que salgas con él mañana – me soltó mamá de sopetón, con un tono muy tenía que irse con la manada a medio día. Podía salir con Nahuel durante ese intervalo y
amable. Me quedé cortada, no era la conversación que yo pensaba. luego me reuniría con él. Así mis padres no me molestarían más y quedaría bien con
- ¿Qué? ¿Salir… con él? ¿Como una…? nuestro invitado. Mi padre ya estaba sonriendo antes de que yo hablara.
- Sólo para conoceros – me cortó ella. - Está bien – suspiré -. Quedaré con él a mediodía, cuando se marche Jake.
- Es que yo… tenía pensado ir con Jacob a La Push. Tendrá que arreglar el coche y quería - De acuerdo – mi madre también sonrió de oreja a oreja -. Entonces se lo diré a Nahuel.
ayudarle. - Me voy a mi habitación – suspiré de nuevo, dirigiéndome a la escalera.
- Vamos, Renesmee. A Jacob le ves todos los días. Nahuel ha venido desde muy lejos para - Que duermas bien – me despidió mamá.
tener una oportunidad contigo – me dijo mi padre. - Y descansa – siguió mi padre. Dije adiós con la mano y subí las escaleras hacia la tercera
- ¿Una oportunidad? – inquirí, extrañada. planta, donde estaba mi dormitorio.
- A Nahuel le gustas mucho – me reveló él. ¿Que le gustaba mucho? Pero si me acababa de
conocer y apenas habíamos hablado. CITA
- Se ha quedado prendado contigo – siguió mi madre con una sonrisa pícara -. ¿A ti no te
parece que es muy guapo? Cuando entré en mi cuarto, Jacob estaba sentado en el escritorio, leyendo una vieja revista.
- Bueno, es bastante atractivo… - aunque al lado de Jake…, pensé -. Pero, no sé, salir con Se había duchado y tenía puesta una camiseta de manga corta marrón, con un dibujo
él, así de repente… amarillo de esos tribales raros.
- ¿Por qué no le das una oportunidad? Puede que acabe gustándote. Además, ¿no te has - Esta revista es mía – me recordó con una sonrisa, levantándola.
parado a pensar que es el único semivampiro como tú? – me azuzó ella. Por alguna razón, - Ah, sí – me senté en la silla de al lado -. Te la cogí el otro día en el garaje y se me olvidó
eso me molestó un poco. devolvértela – me mordí el labio, mirándole con cara de cordero degollado.
- ¿Y qué tiene que ver? - Puedes quedártela, si quieres, no hace falta que me pongas esa cara – me contestó,
- Nada. Sólo digo que es una bonita coincidencia, nada más – corrigió. Se quedó dándome un golpecito con la revista en la cabeza.
mirándome, pensativa, y siguió hablando -. Sé que estás muy unida a Jacob, pero me - ¿Me la das? – pregunté, sorprendida -. Es tu favorita, la de los coches clásicos.
gustaría que salieras con otros chicos. Siempre estás con él, estáis juntos a todas horas, y - Bueno, si no la quieres…
eso tampoco es bueno, hija. ¿Y me lo decía ella, que iba a estar pegada a mi padre por toda - ¡Claro que sí! – exclamé, riéndome, quitándosela de las manos -. También es mi favorita.
la eternidad y que se había vampirizado para ello? Intenté calmar mi mal humor. Seguramente lo era porque era la suya.
- Jake es muy especial para mí - ahora esa palabra tenía una connotación muy distinta de la - Ahora ya tengo una excusa para colarme en tu habitación por la noche – bromeó con su
que tenía antes, se quedaba corta y todo, pero ni siquiera yo era capaz de describir lo que sonrisa torcida.
- Tú no necesitas excusas para eso – se me escapó. Me ruboricé en cuanto me di cuenta, y paró frente a la pared del vestidor, mirando al suelo. Apoyó el peso de su cuerpo inclinado
se hizo un minuto de silencio en el que nos miramos tímidamente. sobre las manos, con los brazos estirados, y se quedó inmóvil, sin decir nada. Verle así,
- ¿Qué… qué hubiera pasado en el claro si no hubiese aparecido ese licántropo…? – me después de lo que me había confesado antes, me rompía el alma en mil pedazos. Ahora
preguntó de repente, con un susurro. Me levanté de sopetón de la silla con las mejillas entendía todas las reacciones que había tenido con Nahuel. Me dieron unas punzadas en el
coloradas, haciendo que la revista se cayera al suelo, y miré hacia el ventanal. estómago, de lo mal que me sentía.
- No… no habría pasado nada – murmuré, incómoda, frotando mis manos con nerviosismo. - No es una cita – le maticé después de unos segundos de silencio que se me hicieron
Jacob también se puso de pie y me giró con suavidad para que le mirase, sujetándome por eternos -. Sólo vamos a comer juntos para conocernos mejor. Se separó del paramento y se
los hombros. giró para mirarme.
- Pues yo creo que sí, Nessie – me clavó su profunda mirada con determinación -. Sé que te - ¿Y para qué quieres conocerle mejor? – me preguntó, extrañado.
gusto, y yo te… Tú también me gustas. No te imaginas cuánto. El corazón comenzó a - No soy yo. Él les dijo a mis padres que quería salir conmigo mañana y ellos estaban
latirme atolondradamente al oír esas palabras, se me iba a escapar por la boca de un empeñados en que lo hiciera para conocerle. Jacob miró hacia la puerta con los ojos
momento a otro, y las mariposas aleteaban alocadas en mi estómago. Cuando me empezó a entrecerrados. Frunció el ceño y los labios, pero cambió la expresión al dirigirse a mí.
faltar el aire, me quedé paralizada sin poder reaccionar. Me di la vuelta para evitar sus - Sin embargo, tú aceptaste – me reprochó con un tinte de decepción en su mirada. Me
hipnotizadores ojos, a ver si así podía seguir respirando. acerqué para abrazarle, pero me quedé anclada frente a él. Mis piernas y mis brazos no se
- No sabes lo que dices – logré musitar. Se acercó a mí por detrás, cogiéndome de las atrevieron a moverse.
caderas, y me susurró al oído. Mi cuerpo tembló cuando le noté. - Sólo lo hice para que mis padres me dejaran en paz y no me insistieran más con este tema
- Lo sé muy bien… - arrimó su frente a mi sien -. Me gustas demasiado, Nessie. Y él a mí. – le expliqué -. Además, quedaré con él cuando tú estés con la manada. Cuando regreses,
Empezaba a pensar que esto era más que una simple atracción. Esto era más intenso, sólo ya estaré en casa, te lo prometo – mi mano se alzó sola para acariciarle la mejilla. Se
con rozarme, conseguía ponerme todo el vello de punta. Jacob me gustaba tanto, que me apartó, paseando otra vez nervioso, con las manos en su cintura y la cabeza hacia abajo,
volvía loca. Tanto, que no podía resistirme. exploraba el suelo como si estuviera buscando algo.
Me quitó la goma del pelo con suavidad y mi larga melena cayó en cascada. Me la colocó - No me gusta – gruñó al fin, sin dejar de moverse -. No me fio de él. Vas a estar a solas
al otro lado de mi cuello, rozándomelo con el dorso de su mano, y me la echó hacia con esa garrapata y yo no voy a estar para protegerte.
delante. Mientras hiperventilaba, la pulsera vibró, haciéndome cosquillas como aquel día - Jake, no va a pasar nada. De ser así, mi padre lo habría visto. Se paró de repente y se
en la cocina. Ya sabía lo que me decía. Me giré levemente hacia él, muy despacio, para que quedó delante de mí.
sus labios llegaran a los míos, y me clavó sus pupilas de nuevo. Me quedé atrapada en sus - Hay cosas que no se pueden ver, pero que están ahí. El no verlas, no significa que no
ojos y mi corazón y las mariposas se aceleraron otra vez, de lo cerca que lo tenía. existan – afirmó con seguridad. Luego, empezó a hablar con una grandeza que me dejó
- Nessie… - susurró mientras su rostro se pegaba al mío lentamente -, que quowle1… impresionada -. Hay cosas que no se ven porque son invisibles, y hay otras que, aunque lo
Que quowle (pronunciado cue cuoule): te amo, en quileute. parecen, siempre están ahí. Es el ejemplo de la luna o las estrellas. De día no se ven,
No sabía lo que significaba, pero todo mi cuerpo se estremeció al escucharlo, y al sentir parecen invisibles, sin embargo, cuando la noche llega y miras al cielo, te das cuenta de su
esas abrasadoras palabras cerca de mi boca… Alguien picó en la puerta y los dos pegamos impresionante existencia. Por otro lado, las cosas que sí son invisibles, como el viento o el
un bote. Jacob se apartó de mí, aunque se quedó a mi lado. La puerta se abrió y Nahuel calor o el frío, se sienten y actúan sobre ti, aunque, por mucho que abras los ojos y te
apareció tras ella. Jake gruñó, molesto. concentres, nunca las verás. Pero existen. De igual modo ocurre con el alma. Todo ser tiene
- Hola, Renesmee. ¿Estás ocupada? – saludó con sus dientes de porcelana deslumbrando espíritu, no se puede tocar ni ver, aún así, todos sabemos que lo tenemos – de pronto,
sobre su tostado rostro. cambió el tono de su discurso -. Y ese asqueroso parásito tiene su alma negra. Tu padre no
- Pues sí – Jacob me rodeó la cintura con su brazo -. Estamos muy ocupados – contestó, lo puede ver, pero yo puedo sentirlo. Me quedé estupefacta, hasta que mi mente reaccionó
irritado. y pude pestañear. ¿Podía ser verdad lo que me decía Jake? Pero, ¿cómo me iba a poner mi
- Sólo venía a hablar con ella para concretar a qué hora vamos a quedar mañana – le replicó padre en peligro? Eso era imposible.
Nahuel con una sonrisa altanera. - Tengo que ir, Jake, si no, mis padres se enfadarán mucho. Ya he aceptado y no me queda
- ¿Cómo que quedar mañana? – preguntó Jake, un tanto descolocado, con el ceño fruncido. otro remedio – dije con resignación -. No tienes de qué preocuparte, cuando vuelvas de
- Sí, tenemos una cita – le respondió Nahuel con arrogancia. La mano de Jacob se soltó de patrullar, estaré esperándote en nuestro tronco.
mi cintura y se giró para mirarme con los ojos llenos de preguntas. - No sé, Nessie – farfulló con el rostro lleno de dudas.
- Nahuel, ¿puedes dejarnos a solas un momento, por favor? – le pedí. - Te lo prometo. Tienes que entenderlo, por favor – le rogué -. Si mis padres se cabrean, no
- Por supuesto – dijo, sonriéndole a Jacob con aires triunfales antes de salir y cerrar la te dejarán dormir en mi puerta. Se quedó pensativo, mirando al suelo, y luego levantó la
puerta. cabeza para mirarme.
Jake comenzó a pasear intranquilo por la habitación, con los brazos en jarra, hasta que se - Está bien – aceptó a regañadientes -. Pero si se le ocurre hacerte el más mínimo daño, le
mataré con mis propias manos – murmuró, apretando la mandíbula con rabia. más. ¿Es que el curso de mi vida tenía que ser siempre así de rápido? El viernes me había
- Eso no va a pasar, ya lo verás – me senté en el escritorio -. Además, se irá pronto y mis dicho a mí misma que me daría tiempo, que dejaría que las cosas siguieran su cauce, y
padres dejarán de molestarme. ayer, sábado, en el claro casi... Un gemido sordo de vergüenza salió por mi garganta
- No lo creo. Este ha venido para quedarse – gruñó -. Es como una garrapata, se enganchará mientras me llevaba el extremo de la almohada a la cara para tapármela. Aun estando sola
aquí todo el tiempo que pueda. y a oscuras, me ponía colorada. ¿Qué iba a pensar Jacob? Bueno, en realidad, él había
- ¿Por eso le llamas así? – no pude evitar que se me escapara una risilla. Sabía que no debía seguido el juego. Y tenía razón, si no hubiera sido por culpa de ese licántropo o lo que
reírme, pero los motes de Jacob siempre me hacían mucha gracia. Él sonrió por fin, fuera, habríamos tenido algo más que unas inocentes caricias. Desde luego, yo me habría
contagiado por mi gesto. entregado a él sin pensármelo dos veces, sólo recordar ese aroma suyo, ya me ponía el
- Sí – reconoció. Se echó en mi cama, boca arriba, con los brazos cruzados bajo su cabeza vello de punta.
-. ¿A que le queda bien? Me sorprendí yo misma de pensar en nosotros dos respecto a ese tema de esa manera tan
- Bueno, no sé – me levanté de la silla y me dirigí al camastro -. Lo veremos con el tiempo natural. Me pregunté qué pensaría Jake de todo eso, aunque ya me hacía una idea, por lo
– le contesté. Me acosté a su lado, boca abajo, apoyándome sobre los brazos. que me había dicho antes y porque me había confesado que yo le gustaba mucho. Las
- Ya lo verás – dijo, riéndose y mirando al techo -. A este no le echamos ni con ácido, ha mariposas volvieron a hacer de las suyas al recordar su susurro en mi oído: me gustas
venido a por ti – terminó con un rastro de amargura en la voz. demasiado, Nessie. Dejé caer la almohada en su sitio para volver a respirar cuando mi
- Pues ya puede esperar – afirmé, acomodándome sobre su cómodo y calentito pecho -. corazón empezó a latir con fuerza. Y tú a mí, pensé. ¿Por qué no era capaz de decírselo?
Nadie nos separará jamás. Jacob bajó el brazo y empezó a acariciarme la cabeza, jugando Mi pregunta se respondió sola en mi cerebro. Era porque no me atrevía. No me atrevía
con mi pelo. Eso me gustaba tanto y estaba tan cansada, que los ojos comenzaron a porque eso suponía un cambio y yo quería que todo siguiera igual entre nosotros, por lo
cerrárseme. Podía escuchar los rítmicos y tranquilos latidos de su corazón mientras su menos una temporada, hasta que yo aclarara mis propios sentimientos. ¿Y si sólo era
pecho subía y bajaba. Mi cuerpo se relajó solo. Intenté pelearme con mis párpados para que atracción física y nada más? No quería hacerle daño. Pensé en seguir el mismo plan que el
no cayeran, quería disfrutar un poco más de su compañía, como si no hubiera tenido viernes: darme tiempo e ir con calma. Me giré y me aovillé para entrar en calor. Me acordé
bastante viéndole todo el día, pero un bostezo logró salir y sucumbieron sin poder de Jake durmiendo con el hocico entre las patas y sonreí. Hasta de lobo me gustaba, era tan
remediarlo. Esta vez me desperté entre jadeos. Me quedé observando el techo, diciéndome impresionante. Con la imagen de mi lobo durmiendo en mi puerta, el sueño vino solo y al
a mi misma que había sido una pesadilla, y después miré a mi lado. Jacob no estaba, me cabo de unos minutos conseguí dormirme otra vez. Jacob se marchó a La Push en su
había puesto una manta por encima y se había ido a dormir al pasillo. Por una parte, me destrozado Golf, para patrullar con las dos manadas, nada contento. Antes de salir por la
alegré de no haber gritado y haberle despertado, pero, por otra, hubiera dado un brazo por puerta, le dedicó un sonoro gruñido de advertencia a Nahuel al pasar junto a él. Le
tenerle junto a mí para abrazarle como el otro día. Me sequé las lágrimas y, con las manos acompañé hasta el coche y me dio un intencionado abrazo y un beso en la mejilla como
aún temblorosas, cogí el despertador para mirar la hora. Las cuatro y diez de la mañana. Lo despedida.
posé en la mesilla y me tumbé boca arriba de nuevo. Tenía las imágenes de la pesadilla - Te veo en nuestro tronco a las cinco – me recordó desde la ventanilla cuando se subió a su
grabadas en la cabeza, si cerraba los ojos, todavía podía verlas nítidas. Esos ojos amarillos coche.
reflectantes, alocados y obsesivos, que me perseguían y que luego se lanzaban a Jake para - Sí, allí estaré, no te preocupes. Arrancó, me echó una última mirada preocupada e
atacarle y morderle. Respiré hondo y me obligué a mí misma a tranquilizarme. intranquila y empezó a avanzar hasta que se perdió entre los árboles, por el sendero.
Me levanté de la cama a oscuras, con la tenue luz que entraba por la cristalera se veía de Cuando me di la vuelta, Nahuel me esperaba en la puerta de casa con mis padres. Suspiré
sobra, me dirigí a la puerta de puntillas y me quedé quieta con la mano en la manilla. La para mis adentros y me acerqué a ellos. Por supuesto, Alice le había prestado su flamante
giré muy despacio hasta que hizo tope y tiré suavemente de la hoja. Saqué la cabeza por la Ferrari rojo. Tuve que poner cara de contenta – más por educación y cortesía hacia Nahuel,
abertura y entonces vi a mi montaña de pelo rojizo frente a la puerta. Dormía con el hocico que por otra cosa – y despedirme de mis padres con la mano mientras les miraba por la
metido entre las patas delanteras y roncaba levemente. Se me escapó una risilla silenciosa. ventanilla, pero lo único que deseaba era llegar lo antes posible a nuestro destino para
Me acerqué a él y le di un beso en la cabeza, entre las orejas. Volví a meterme dentro y bajarme de ese escaparate. Nahuel no era tan hablador como Jacob y no dijo ni una palabra
cerré la puerta con el mismo cuidado que para abrirla. Después de ponerme el camisón de hasta que no salimos del camino que daba a la casa de mi familia y llegamos a la carretera
algodón, me metí en mi enorme y fría cama. Pensé en lo calentita que estaría si Jake asfaltada. Yo tampoco sabía de qué hablar con él, así que aguanté ese silencio incómodo. A
durmiera a mi lado. Me lo imaginé junto a mí como esa vez que había dormido conmigo, pesar de circular con un Ferrari, iba bastante despacio, se notaba que era muy prudente. Si
pero las mariposas de mi estómago revolotearon como locas cuando me lo imaginé como ese coche lo llegara a coger Jake, ya estaríamos volando por el asfalto.
cuando nos habíamos despertado, sólo que dentro de la cama. ¿Qué me estaba pasando? - ¿A dónde vamos? – le pregunté para romper un poco el hielo. Ese silencio me estaba
¿Por qué no podía dejar de pensar en él, y además de esa forma? ¿Y qué me había pasado poniendo de los nervios.
en el claro? ¿Por qué ahora me atraía tanto, si le conocía desde que era niña? Debería estar - Había pensado en ir a Port Angeles a comer y después ir al cine o a dar un paseo por el
acostumbrada a verle y a estar con él, sin embargo, esa atracción crecía y crecía cada día puerto, si te parece bien.
- Sí, claro. El cine está bien – le contesté -. Hace mucho que no voy a ver una película. - ¿Te gustan las comedias románticas? Ponen una muy buena de Sandra Bullock – propuso.
- Entonces, perfecto. Se hizo otro momento de silencio y esta vez fue Nahuel el que lo - Sí, aunque prefiero las de acción. Pero si quieres, vamos a esa, como tú quieras – soplé y
rompió poniendo música. me metí otro poco de lasaña.
- Tus padres me han dicho que tocas el piano. ¿Te gusta la música clásica? – inquirió. - Bueno, ya veremos qué más ponen en la cartelera y lo decidimos allí.
- Sí, bueno, toco de vez en cuando. Aunque ahora prefiero el rock y todo eso, ya sabes – de - Vale – contesté, metiéndome el tenedor en la boca. Nahuel apartó un poco su plato
repente, me vi a mí misma hablando como Jacob. Nahuel se paró en el arcén para rebuscar cuando todavía le quedaban algunos macarrones.
entre los CDs que guardaba Alice en el departamento que había entre los dos asientos. Sí, - ¿No comes más? – le pregunté, extrañada.
era muy prudente. Desde luego, Jake no se hubiera parado. - Estoy lleno – se encogió de hombros.
- Lo siento, pero no veo ninguno de rock. - Ya, te gusta más la otra comida, ¿no? – apunté.
- No importa. Podré soportarlo – bromeé. Se rió con una risa elegante y musical y volvimos - Me has pillado – se rió. Luego, habló con una voz muy baja para que solamente pudiera
a iniciar la marcha. El trayecto hasta Port Angeles se hizo un poco más ameno cuando escucharlo yo -. Bueno, en realidad, me cuesta más comerme esto estando rodeados de
Nahuel se abrió un poco y me contó que vivía con su tía Huilen en una casita en la selva, tanta sangre fresca. ¿A ti no te pasa lo mismo? ¿No tienes sed?
cerca de la que había sido la tribu de ella, los mapuches, en Chile. También me explicó - No. Bueno, sí, un poco, pero lo controlo perfectamente – admití en su mismo tono.
historias y anécdotas de su vida en Suramérica y todo lo que había sucedido cuando Alice y Entonces, me fijé en sus ojos. Su iris marrón oscuro estaba reducido por un pequeño aro
Jasper dieron con ellos hacía casi seis años. Nos adentramos en la ciudad y aparcó en el escarlata que lo bordeaba -. A ti, en cambio, parece que te cuesta mucho – se me escapó.
puerto. Por supuesto, la gente se quedó mirando al coche y yo tuve que salir con todas las - Es difícil resistirse cuando ya la has probado y has comprobado lo deliciosa y
miradas puestas en mí. Dimos un corto paseo por el puerto y llegamos a un pequeño extremadamente placentera que es. No hay nada mejor.
restaurante italiano con vistas al mar. Me sorprendió un poco que no me llevara al típico - ¿Tú… has probado sangre humana? – musité.
restaurante de pescadores, pero luego me confesó que no le gustaba el pescado. El local era - No es algo de lo que me sienta orgulloso, pero, sí, hubo una época en la que me alimenté
un saloncito rectangular y estaba lleno de gente. Cuando entramos, nos dirigimos a la de sangre humana. Fueron unos años un poco difíciles, justo cuando empecé a madurar. Me
derecha, donde había una barra en la entrada, a lo largo de una de las paredes más cortas. sentía diferente a todo, no encajaba en ningún sitio y me sentía muy solo. Huilen fue la que
Nahuel habló con la encargada para que nos dieran la mesa que había reservado. Todo el me ayudó a salir de todo aquello y a darme cuenta de que no iba por el camino correcto –
frente izquierdo por donde entramos y la esquina siguiente era cristalera, y daba al puerto y observó mi rostro y sonrió -. Debo de parecerte un monstruo, ¿no? Tenía que reconocer que
al mar. Las mesas cuadradas, con sus manteles de cuadros verdes y blancos, se distribuían el hecho de que Nahuel hubiese tomado sangre humana y, por tanto, matado a personas,
metódicamente por toda la estancia. Nos sentaron en una de las mesas pegadas al ventanal fueran inocentes o no, me horrorizaba profundamente. Sin embargo, una parte de mí se
que daba al puerto. Me apartó la silla para que me sentara y me ayudó a arrimarla, luego se identificaba un poco con él. Yo también me sentía un bicho raro, diferente, y eso me
sentó enfrente. La camarera nos entregó las cartas y, después de mirarlas un rato, Nahuel horrorizó aún más, porque me di cuenta de que yo misma podría caer algún día en esa
pidió macarrones a la carbonara y yo lasaña. El chico no hablaba mucho, pero era muy horrible tentación. Aunque había una diferencia entre nosotros que podía salvarme. Yo no
educado y cortés, a pesar de haberse criado en la selva. Se notaba que Huilen le había me sentía sola en absoluto. Tenía a Jacob, y él también me comprendía, aparte de que
enseñado muy buenos modales. Cuando nos trajeron los platos, se desplegó la servilleta en siempre me animaba y me hacía sentir como la mejor persona del mundo. Eso ayudaba
las piernas y se remangó las mangas de la camisa con un meticuloso cuidado. Le imité, bastante, la verdad. Además, también estaba mi familia.
pero sólo para no quedar mal, ya que yo estaba acostumbrada a comer con Jake todos los - Yo no soy quién para juzgar a nadie – sentencié finalmente en voz alta, también para él -.
días y no nos andábamos con estos refinamientos. Mi propia familia está como tú. Aunque tengo que reconocer que, al igual que me pasa con
- ¿Qué tal en el instituto? – me preguntó. ellos, me choca un poco y no me siento cómoda con ese pasado. Por eso no suelo pensar en
- Ah, bien. Bueno, solamente llevo tres días, así que ahora mismo no puedo contar mucho. ello, ni les hago preguntas.
- ¿Y tienes pensado ir a la universidad? - ¿Nunca te has planteado siquiera probarla para ver cómo sabe? – espetó de pronto con
- No sé. De momento, creo que voy a terminar el instituto y luego ya se verá – me reí. una voz un tanto insinuante.
Nahuel sonrió y se metió un pequeño bocado de macarrones en la boca. - Ya la he probado. Cuando era pequeña, me alimentaba de las reservas de sangre que
- ¿Y tú? ¿Has ido al instituto? Carlisle conseguía del hospital.
- Hace ciento cincuenta años era un poco difícil, sobretodo para un nativo como yo – me - Me refiero caliente y fresca – matizó en el mismo tono. El bocado de lasaña que me
sonrió de nuevo. Claro, ¿sería idiota? No me había acordado de su edad. acababa de meter en la boca se me quedó atravesado en la garganta y tuve que beber un
- Sí, es verdad – me reí otra vez. poco de agua.
- Todo lo que sé me lo enseñó mi tía. Se esforzó mucho para conseguirme libros, en aquella - No. Nunca – afirmé sin un atisbo de duda.
época era bastante complicado. Asentí mientras masticaba mi lasaña. - ¿Y no te gustaría probarla? – insistió -. Hay muchos asesinos que andan sueltos, no nos
- ¿Qué película tienes pensado que veamos? – inquirí cuando tragué mi bocado. sería difícil encontrar alguno para…
- Jamás probaré sangre humana de ese modo – le corté, tajante y ahora molesta -, sean hizo que me levantara de la silla de repente, arrastrándola. Los mirones hicieron de las
asesinos o no. suyas otra vez. Paseé inquieta entre mi silla y las de al lado con el fuerte presentimiento de
- Esos humanos han asesinado a seres de su misma especie, no se merecen vivir – alegó, que tenía que salir urgentemente de allí para verle, metiendo mi mano en el pelo que nacía
serio -. No haríamos nada malo si los quitáramos del medio, en realidad, le haríamos un de mi frente y clavando la vista llena de dudas en el suelo, como si éste fuera a darme una
favor al mundo. respuesta o algo. Bajé la mano al pecho para que no se me saliera el corazón y apoyé la
- Nos convertiríamos en asesinos como ellos – le repliqué con firmeza -. Eso no es lo que espalda en la cristalera.
me han inculcado mis padres. Además, te recuerdo que yo tengo amigos humanos, mi - Pensé que no había secretos entre vosotros – dijo Nahuel. Algo me llamó la atención en
propio abuelo lo es. Jamás lo haría. También me vino a la mente la imagen de Jake, lo esa frase y salí de mi nube.
decepcionado y horrorizado que se quedaría… - ¿Qué? – conseguí murmurar al fin.
- Está bien. Perdona, no quería ofenderte ni molestarte – se disculpó con afabilidad -. - No entiendo por qué no te lo ha contado. Y yo tampoco lo comprendía. ¿Por qué no me lo
Tienes razón. Solamente era una idea tonta que se me ocurrió. A decir verdad, yo nodebería había dicho nunca? Creía que siempre me había dicho la verdad, que era sincero conmigo.
probar ni una gota – de pronto, se echó a reír -. Soy como un alcohólico. Me parece que Siempre nos lo habíamos contado todo, o eso pensaba yo. La noche anterior me había
estar rodeado de tantos humanos, me ha trastornado un poco, lo siento. Genial. Ahora me dicho que le gustaba mucho, ¿por qué no me había dicho la verdad, que estaba imprimado
sentía culpable y todo, ya que, sin darme cuenta, le había llamado asesino a la cara. de mí? ¿Es que me escondía algo? El primer sentimiento se empezó a transformar en
- No importa – dije con una sonrisa para quitarle hierro al asunto, aunque más bien por mí enfado y decepción. Me senté en la mesa, todavía desconcertada.
-. ¿Sabes? Deberías probar esta lasaña. Está increíble, de veras – y me metí un enorme - ¿Tú lo sabías? – quise saber, con un hilo de voz.
bocado en la boca. - Sí, Alice nos lo contó cuando vino a buscarnos por vuestro encuentro con los Vulturis.
- Veo que a ti te gusta bastante esta comida – sonrió. Nos dijo que íbamos a estar rodeados de enormes lobos, pero que no nos asustáramos,
- Sí. Bueno, cuando era pequeña, no me hacia mucha gracia, pero Jacob me fue metiendo el porque uno de ellos estaba imprimado de ti y eran aliados. Luego, nos explicó un poco todo
gusanillo de la comida sólida poco a poco y ahora me gusta mucho. Aunque de vez en eso de la imprimación para que lo entendiéramos. En cuanto vi a Jacob, supe que era él.
cuando prefiero un buen bistec poco hecho, ya sabes, que sangre un poco y todo eso. Se ¿Ya estaba imprimado de mí hace seis años? Me acordé de Quil y Claire, y lo vi claro.
quedó mirándome un rato, pensativo, con los codos apoyados en la mesa y las manos Jacob se había imprimado de mí cuando yo era un bebé, por eso siempre había estado
entrelazadas, sujetándole la barbilla. conmigo. De pronto, mi cabeza se llenó de recuerdos. Yo sólo tenía tres días, pero mi
- ¿Por qué haces eso? – me preguntó de repente. Dejé de comer, extrañada por su pregunta. cerebro proyectó aquella escena en la que mi madre se lanzaba hacia Jake para atacarle y
- ¿El qué? era interceptada por Seth, afortunadamente. La tenía en la cabeza grabada, porque, ya en
- Hablar como él. Los colores se me subieron a la cara de sopetón y mi mano empezó a aquel entonces, no me había gustado nada ver a Jake en peligro, y menos por culpa de mi
clavar el tenedor en la lasaña con nerviosismo. propia madre. Y eso era lo que había hecho que yo centrara mi atención en el ataque y no
- ¿Como… como quién? – aunque sabía de sobra a quién se refería, tuve que preguntarlo reparara en el por qué de éste. La verdad es que era tan pequeña, que no me había fijado en
para darme tiempo a reaccionar. la discusión anterior. Ahora me daba cuenta y me acordaba. Mamá le había atacado al
- Ya lo sabes. Hablo de Jacob. Las mariposas iniciaron el vuelo sólo con oír su nombre. enterarse de su imprimación. Esa frase salió de lo más recóndito de mis recuerdos para
- Yo… no… no hablo como él – cogí mi vaso de agua y me metí un buen trago. sonar alta y clara. ¿Cómo has osado imprimar a mi bebe?, le había gritado ella en ese
- Claro que sí. No te das cuenta, pero hasta tienes gestos suyos. Posé el vaso vacío en la altercado. Y yo ni siquiera le había prestado atención, tan sólo observaba con angustia a mi
mesa. Jacob, indefenso y desprotegido. También recordé las palabras de Leah, cuando me había
- No sé…, su-supongo que es porque siempre estamos juntos y algo se me pegará de él – confesado que había habido un tiempo en el que había sentido algo por Jake. Me había
murmuré, jugando con el tenedor. dicho que ella había desistido cuando a Jacob le había pasado una cosa muy importante y
- ¿Y eso te gusta? Quiero decir, ¿no te agobia? se dio cuenta de que él sólo la iba a ver como una amiga toda la vida. Esa cosa muy
- ¿Agobiarme? – le miré sin comprender. importante era su imprimación de mí. Entonces, me di cuenta de otra cosa. Si Alice se lo
- Bueno, tener un amigo imprimado de ti debe de ser un poquito agobiante – respondió, había contado a Nahuel y Huilen…
apoyándose en el respaldo. - Lo sabían todos menos yo – seguí mis pensamientos.
- ¿Impri…? No pude terminar la palabra. La pulsera me hizo cosquillas y todas las - Lo siento mucho, Renesmee. He metido la pata hasta el fondo – se lamentó.
mariposas se multiplicaron por cien en mi estómago. El tenedor se me resbaló de la mano, - No, no pasa nada. Gracias a ti, me he enterado. Tendré que hablar con Jake, eso es todo.
cayó sobre el plato de pie y luego rebotó de lado en la mesa. El ruido fue tal, que toda la - Espero no causarte muchas molestias. No tenía ninguna gana, pero, aún así, le sonreí para
gente se giró para mirarnos. que se sintiera mejor.
- ¿No lo sabías? – interrogó, sorprendido. Pestañeé, confusa, con el corazón a mil por hora. - No te preocupes, de verdad. Es que ha sido un poco de shock, nada más – eso se quedaba
La pulsera volvió a vibrar, haciéndome cosquillas en la muñeca, y un extraño sentimiento muy, muy corto. Me eché agua en el vaso y me lo bebí de unos pocos tragos -. ¿Qué te
parece si damos un paseo antes de ir al cine? – le propuse para cambiar de tema. pronto de la cuenta. No pude decir ni una palabra en el coche, estaba demasiado
- De acuerdo – aceptó, encantado, con una sonrisa. ensimismada pensando en el secreto de Jacob. Me dediqué a escuchar de fondo la
Nahuel pagó la cuenta y nos marchamos, con una retahíla de ojos observándome curiosos. agobiante ópera que Nahuel llevaba en el Ferrari, mientras miraba por la ventanilla. Nada
Después de dar un largo paseo por el puerto, en el que me siguió contando historias de su más bajarme del vehículo, me llegó el efluvio de Jake. Parece ser que él también se había
país mientras yo le sonsacaba para que hablara de algo – así me era más fácil no pensar en adelantado. Sin embargo, su olor no venía de la casa, venía del bosque. Ya me debía de
el tema de Jake -, fuimos al cine. Para mi desgracia, no había ninguna película de acción estar esperando.
que mereciera la pena, así que entramos a ver esa comedia romántica que me había - Me lo he pasado muy bien, gracias – le dije a Nahuel.
comentado él. Insistió en pagármelo, pero al final conseguí comprarme yo una de palomitas - ¿Quedarás conmigo otro día?
pequeña para mí, ya que a él no le gustaban, y un botellín de agua. Cuando iba al cine con - Claro, por qué no. Al fin y al cabo, me había gustado su compañía, y ahora sabía que Jake
Jacob, teníamos que comprar el combo grande y lo pagábamos a medias. Me enfadé hablaba mal de él influenciado por su estado.
conmigo misma por caer en la tentación. No pienses en él, Nessie, me dije, no se lo merece, - Muy bien, ya hablaremos entonces – Nahuel sonrió satisfecho.
por mentiroso. Agarré mis palomitas y mi agua y empecé a caminar por el pasillo hacia - Entra, si quieres – le señalé la casa -. Yo he quedado en el bosque con Jacob.
nuestra sala, con Nahuel a mi lado. La película no estaba mal, aunque apenas le presté - Ah, de acuerdo. Nos vemos luego.
atención, ya que ésta enseguida me hizo recordar a mi mejor amigo. El tema iba sobre los - Sí, hasta luego. Nahuel se giró y subió las escaleras del porche para meterse en casa. Yo
líos que se formaban entre los protagonistas por una disparatada mentira de él. Por hice lo mismo para adentrarme en el bosque.
supuesto, con ese argumento era imposible no acordarme de Jacob, con lo cual, en la Mientras caminaba entre los enormes pinos y abetos, volví a rumiar todo el asunto y mi
segunda escena me perdí en mis pensamientos. No dejaba de preguntarme por qué no me lo enfado aumentó. Lo único que me apetecía era agarrarle del pescuezo y hacerle hablar. Me
había contado. Me había tenido engañada todos estos años, diciéndome que era mi mejor puse a correr para encontrármelo lo antes posible y pillarle desprevenido. Empecé a
amigo. Yo creía que era por mí, no porque estuviera obligado a serlo por estar imprimado. olisquear su efluvio, oteándolo para ver de dónde venía. Al parecer, todavía no estaba en el
Me invadió el desengaño cuando me di cuenta de que todo lo que había hecho por mí era tronco, el olor venía de otro sitio. Me dirigí hacia allí, echando humo por la nariz. Me
sólo por esa razón. Era igual que con Quil y Claire. Se podía ver a Quil dándole todos los percaté de que estaba cerca del río, ya que se escuchaba el sonido del agua. Estaba ahí,
caprichos habidos y por haber que ésta le pedía. Incluso una vez Claire se había empeñado podía olerle. Divisé el río entre la vegetación y aceleré. De pronto, mis ojos se abrieron
en un helado rarísimo que salía en la tele y Quil tuvo que llevarla de noche a Seattle para como platos cuando le vi a través de los dos últimos y gruesos abetos. Mis piernas se
comprárselo porque era el único sitio cercano que lo tenía. Y lo mismo pasaba con Jacob, detuvieron en seco, derrapando con las hojas caídas en el suelo, y me escondí detrás del
siempre me había dado todo lo que yo quería. ¿Cómo no me había dado cuenta antes? Si gran árbol que estaba en primera línea, con el corazón retumbándome en la garganta. Recé
hasta se iba a dejar morder en el claro y todo. Si yo le hubiera pedido que se tirara de un para que no me hubiera visto, hasta que el ruido del agua sonó de nuevo y respiré aliviada.
puente, lo habría hecho. Se me clavó un nudo en la garganta, de la enorme desilusión, y Me di cuenta de que tenía el viento a favor y que por eso no podía olerme. ¿Sería verdad lo
tuve que tomar un trago de agua para no llorar. Le gustaba, sí, pero no como yo quería; le que había visto? ¿Jacob estaba… desnudo? Mi estómago estaba invadido otra vez por esos
gustaba porque no tenía más remedio. Volví a beber de mi botellín. Y lo peor de todo era insectos que ya empezaban a ser parte de mí. Me quedé un rato quieta, apoyada en el
que, aún sabiendo eso, le echaba muchísimo de menos. ¿Sería tonta? tronco en silencio para ver si me tranquilizaba y me podía ir de ahí sin que me oyera. Me
Cuando me di cuenta, las luces se encendieron y la gente empezó a levantarse de sus concentré en el ruido de la corriente del agua, en los pájaros, en el viento que mecía las
asientos. Me fijé en que había algunas personas emocionadas en la sala por la película. Eso hojas y……en el chapoteo de Jake mientras se bañaba desnudo.
hizo que me alegrara, podía disimular mis ojos humedecidos. Inevitablemente, miré el Mi cuerpo se giró solo y me encontré a mí misma tras el árbol, con la frente y las manos
reloj. Eran las cuatro y había quedado con Jake a las cinco en nuestro tronco. ¿Qué le iba a puestas en el tronco, preparada para moverme hacia un lado. ¿Qué tenía de malo si le
decir ahora? ¿O sería mejor hacer como que no sabía nada y esperar a que me lo contara él echaba otro vistazo? Después de todo, ya le había visto… un poco. Sí, casi no le había visto
algún día? No, me dije, enfadada, me lo tiene que decir hoy. Ahora que se aguante y que nada. Me mordí el labio, indecisa, y se oyó otro chapoteo. Mi cabeza empezó a ladearse
me diga la verdad. Necesitaba saberla. hasta que pude tener visión. Cuando mi mandíbula se cayó, apoyé mi boca en la mano y me
- ¿Nos vamos a casa? – le propuse a mi acompañante. arrimé bien al tronco para que no me descubriera. Ni siquiera le hice caso a las mariposas
- Claro, te iba a llevar ahora – me contestó con una sonrisa. histéricas, ni a mi corazón a punto de estallar, ni a mis mejillas encendidas, cuando observé
lo que tenía delante.
DESNUDO Jacob estaba sentado de frente, tan tranquilo, en una roca de la orilla más alejada,
descansando el peso de su espalda sobre sus manos y con los pies metidos en el agua,
Nahuel me parecía un chico muy educado y agradable. No entendía por qué Jake decía eso jugando con la corriente, mientras miraba algo a su derecha, a lo lejos. De repente, se fijó
de él, aunque, estando imprimado, todos los chicos que se me acercasen le caerían mal, por en el río y se arrastró hasta que se metió de un salto en el agua. Me escondí de nuevo detrás
supuesto. El trayecto a casa duró menos de lo que me había esperado y llegamos más del árbol, aunque no tardé mucho en volver a ladearme para mirar. El agua le llegaba por
las rodillas y caminaba en mi dirección, hacia la orilla, sacudiéndose el pelo con la mano. - No, claro que no. Es un chico muy educado y agradable – le reproché, cruzándome de
Casi parecía que lo hacía a cámara lenta. El sol hacía brillar su cobriza piel mojada y brazos. Se quedó en silencio, mirándome pensativo y con el ceño fruncido.
creaba destellos en el agua que se reflejaban en su cuerpo, en su cara y en sus ojos negros. - Entonces, ¿qué te pasa? Todas las preguntas y frases que me había dado tiempo a trazar
Su desnudez era hermosa y perfecta, todo él era músculo, fuerte y proporcionado. Le pude en mi mente, se me borraron de repente.
ver de espaldas cuando llegó a la orilla y se dio la vuelta. Se quedó quieto, con los brazos - No sé, dímelo tú – fue lo único que se me ocurrió soltarle.
en jarra, esperando para secarse a tres metros de mí. Lo tenía muy cerca, pero mi cuerpo no - ¿Que te diga el qué? – Jacob me miró sin comprender.
se podía mover del sitio, mis pupilas no se podían alejar de él. Se volvió a revolver el pelo - ¿No tienes nada que decirme? – quise saber, dándole la oportunidad de que me lo contara
mientras se giraba para coger sus pantalones vaqueros cortos y su camiseta negra, que él mismo.
estaban colgados de una rama del enorme abeto en el que yo me ocultaba. En cuanto - ¿Decirte el qué? No te entiendo, Nessie. Como no te expliques…
empezó a vestirse, me giré para esconderme. Me había quedado tan absorta y fascinada, - Tu secreto – dejé caer, señalándonos a los dos con la mano.
que no me había dado cuenta de que me tenía que ir de allí ya. Si Jacob pasaba la frontera - ¿Mi… mi secreto? – preguntó, inquieto. Ajá. Ahora parecía que ya lo había pillado.
del árbol, me olería y me descubriría. - Sí, ya sabes de qué secreto te hablo. ¿Por qué no me dijiste que estabas imprimado de mí?
Aproveché cuando se daba la vuelta y se ponía la camiseta, para alejarme del tronco – le espeté, enfadada, dejando caer los brazos a los lados. Jacob se mordió el labio inferior
lentamente. Me cercioré de no pisar ninguna rama seca y de no hacer ningún ruido, casi ni y empezó a pasear nervioso, llevándose la mano a la nuca, escudriñando el suelo. Me quedé
respiraba, por si acaso. En cuanto me distancié lo suficiente para que no me oyera, eché a de brazos cruzados, esperando a que terminase la caminata.
correr entre el resto de los árboles. Después de galopar un rato, me paré a descansar. No era - ¿Cómo… cómo te has enterado? ¿Te lo ha dicho alguien? – interrogó sin dejar de
que estuviera cansada, sino que necesitaba asimilar todo lo que habían visto mis ojos. moverse de aquí para allá.
Estampé mi espalda en un pino y apoyé mi liada cabeza, mirando a las copas de los - Eso no importa. Lo que importa de verdad es que me has mentido, Jacob – mi tono se tiñó
árboles. Toda mi determinación se había roto con la imagen de Jacob saliendo del agua. Ni de indignación.
siquiera me acordaba de lo que había ido a decirle, y lo peor es que tenía que ir a nuestro - Sí, sí que importa. Porque no tenías que haberte enterado de esta forma, quería contártelo
tronco dentro de unos minutos. Cuando lo tuviera delante, seguro que no podría ni respirar, yo. Quería decírtelo de otra manera, en otra situación.
en ese mismo momento no podía ni pensar. Se hizo un placentero silencio en mi cabeza - ¿Y por qué no lo hiciste? Me has tenido engañada todos estos años – mi garganta volvió a
que me llenó de paz durante un instante. El aire bailó con mi largo pelo, elevándolo y anudarse como en el cine -. Creía que era tu mejor amiga porque te gustaba estar conmigo,
haciendo que se meciera al son de las ramas y las hojas que observaba. Me relajé un poco y no porque estuvieras obligado – sólo pude terminar la frase con la voz rota. Se paró en seco
empecé a recapacitar con más claridad. Había venido para hablar con Jake de su y se giró para ponerse frente a mí con el gesto extrañado, pero parecía contento. No me lo
imprimación, quería saber por qué me había mentido durante estos años. Tomé aire y me podía creer.
separé del pino para caminar en dirección a nuestro rincón. No tardé mucho en llegar y - ¿Es eso todo lo que te preocupa? – preguntó, ilusionado.
sentí cierto alivio. El tronco estaba vacío, Jake todavía no había llegado. Eso me daría - ¿Es que te parece poco? – le contesté, enfadada, casi sin voz -. ¿Crees que no me duele
tiempo para pensar en cómo se lo iba a soltar. Empecé a pasear algo aturullada, ideando las que tus abrazos o cuando me coges de la mano no sea por mí, que lo hagas porque lo tienes
frases que le tenía que preguntar. que hacer? Su rostro se puso serio y se acercó un paso para mirarme con los ojos llenos de
- ¡Nessie! – exclamó Jake a mis espaldas, haciéndome pegar un bote del susto. Nada más decisión.
girarme, le vi trotando hacia mí para abrazarme, mientras se reía. Su pelo mojado me - Por supuesto que es por ti – me aseguró, agarrándome la mano -. ¿Ves? Ahora te cojo la
recordó a la escena del río y mis mariposas se agitaron, nerviosas. De dos zancadas, me mano porque yo quiero, no me lo ha mandado nadie, ni siquiera tú. El que yo esté
alcanzó y me envolvió con un abrazo. Me apretó contra él y me olió el pelo. Me pilló tan imprimado, no quiere decir nada. Tú sigues siendo la persona más maravillosa del mundo
desprevenida, que el instinto actuó solo y, sin poder evitarlo, le devolví el abrazo. Mis para mí – alcé mis ojos llorosos tímidamente para fijarlos en los suyos -. No estoy
brazos se engancharon a su espalda y mi mejilla descansó en su pecho. Nuestros cuerpos se obligado, como dices tú. Claro que tengo la necesidad de estar contigo por mi imprimación.
amoldaban tan bien, que parecía que estuvieran hechos para quedarse así para siempre. No estar junto a ti, me costaría muchísimo, sería casi imposible; para los que estamos
- Te he echado mucho de menos – me susurró, posando sus labios en mi cabeza. Tuve que imprimados es como una especie de droga, pero al final, siempre tendría elección. Aunque
luchar conmigo misma y obligarme a recordar que eso me lo decía porque estaba eso me haría el ser más desgraciado del mundo, podría escoger no estar a tu lado, si
imprimado. quisiera – colocó mi mano en su corazón y me habló entre susurros -. Pero estoy aquí
- Lo sé – le contesté mientras forzaba a mis obcecados brazos a despegarse de su cuerpo y contigo, Nessie. Porque te he conocido y he elegido quedarme, estar junto a ti es lo mejor
me apartaba de los suyos. del mundo, me siento el hombre más afortunado del universo cuando estoy a tu lado. Y doy
- ¿Qué te pasa? – me preguntó, extrañado por mi reacción. De pronto, cambió la expresión gracias a Dios todos los días por haberme imprimado de ti y no de Rosalie – terminó con
de su rostro -. ¿Es que te ha hecho algo esa garrapata? Se acercó a mí de nuevo y me cogió una mueca burlona. Le sonreí el chiste y me lancé a abrazarle mientras mis ojos se rendían
de la barbilla para examinarme la cara. Le quité la mano y me alejé. y dejaban caer las lágrimas contenidas. Nos quedamos abrazados durante un par de
minutos. otra vez y tuve que ponerle la mano encima para que parase -. Pero no sé si sólo es eso, y
- Todavía sigo enfadada porque no me lo hayas contado antes – le susurré, hundiendo el no quiero hacerte daño si luego no surge nada más. Por eso necesito darme tiempo y que
rostro en su pecho. nos tomemos las cosas con calma - aunque ahora mísmo me lanzaría a tus brazos, pensé
- Estuve apunto varias veces, pero siempre me interrumpían - me acordé entonces de todas para mis adentros. Apreté mi muñeca para retener mis manos -. No te imaginas lo especial
esas veces en las que Jake me intentaba decir algo, como aquella vez en el coche cuando mi que eres para mí, y sé que es muy egoísta por mi parte, pero no quiero perderte. Estar sin ti,
madre nos había interrumpido picando en la luna trasera; por eso se había enfadado tanto me aterra. Mi mundo estaría vacío si no estuvieras conmigo.
con ella -. Luego, pensé que era mejor esperar y decírtelo más adelante. Separé mi frente de - Eso ya es un gran paso – me dijo, sonriente. Posteriormente, su rostro cambió y me clavó
su pecho para mirarle. su penetrante mirada -. Sea lo que sea lo que elijas, yo siempre estaré contigo, no tienes de
- ¿Por qué? – quise saber. Jake me secó las lágrimas con el dedo y me miró durante un rato, qué preocuparte – me acarició la mejilla y murmuró con voz firme -. Te prometo que nunca
pensativo. Se despegó de mí y me llevó de la mano hasta el tronco. Pasó la pierna por me iré de tu lado. Peleé con todas mis fuerzas, pero fue imposible, mis brazos actuaron por
encima para sentarse y dio unas palmaditas en la madera para que yo hiciera lo mismo. Nos su cuenta. Se alzaron solos para rodear su cuello y, sin querer, mi frente se acercó
quedamos sentados frente a frente y me volvió a coger la mano. Seguidamente, me clavó demasiado y se quedó rozando la suya. Empecé a respirar con dificultad al tener esos ojos y
sus ojazos negros y me habló con entereza. esos labios tan cerca.
- Ya sabes lo que significa que yo esté imprimado de ti, ¿no? Quiere decir que somos almas - Si haces esto muy a menudo, me costará mucho tomarme las cosas con calma, Nessie –
gemelas, que estamos hechos el uno para el otro, que tu espíritu y el mío se complementan me susurró con su sonrisa torcida -. Ahora mismo sólo me apetece besarte. Y yo me moría
para que sean uno - empecé a notar las palpitaciones en el pecho a medida que me daba de ganas de que lo hiciera, pero sabía que tenía que ser fuerte y resistirme. Aún así, mi
cuenta de lo que me estaba diciendo. Estaba tan enfadada porque me lo había ocultado, que cuerpo no hizo amago de apartarse de él. Palpité cuando sus manos se colocaron en mi
hasta ahora no me había parado a pensar en lo que eso suponía para él. La pulsera comenzó cintura, y empecé a quedarme sin aire. La pulsera me hizo cosquillas de nuevo, aunque esta
a hacer de las suyas -. Significa que yo estoy en este mundo para ti de la forma que tú vez lo hacía como loca, parecía que se iba a poner a dar vueltas en mi muñeca. Cállate, no
quieras – sus ojos me dieron un respiro y miraron hacia abajo -. Por supuesto, yo querría le puedo besar, le contesté en mi mente. Empezaba a pensar que estaba chiflada, ¿por qué
que fuéramos algo más que mejores amigos, ya te he dicho que me gustas demasiado. hablaba con una pulsera? Para encima, no me hacía ni caso. Seguía vibrando,
Me quedé petrificada, sin saber qué decir, apenas podía respirar cuando sus pupilas empujándome hacia sus labios.
volvieron a sujetar las mías. Noté otro cosquilleo en la muñeca a la vez que las mariposas - Si quieres, puedes besarme y probar a ver qué pasa – murmuró con la misma sonrisa -. No
de mi estómago se multiplicaban como en el restaurante cuando me había enterado de la me importa, es más, estaría encantado.
noticia. Mandé a mis ojos que se despegaran de los suyos y que miraran al suelo, para que - Jake, no… no voy a hacerlo – intenté que la voz pareciera lo más creíble posible.
mi cabeza pudiera trabajar de nuevo. Me obligué a mí misma a recordar lo que había - Entonces…, ¿por qué sigues ahí? – me rebatió. Esperó a mi respuesta, pero yo no podía
decidido esa misma noche: darme tiempo. Mi corazón imploraba que me lanzara a sus articular ni una palabra. Otra vez sentía esa fuerza hechizante que me llevaba a él sin
brazos y a sus labios, pero mi cerebro me decía que me lo tomara con calma. Ahora más remedio. Al ver que no me movía, sus manos me empujaron hacia él y me arrimó a su
que nunca tenía que ser cauta. Si hacía caso a mi corazón y luego sólo era atracción lo que cuerpo, haciendo que nuestros rostros ya se tocaran. Las mariposas casi no entraban en mi
sentía hacia él, le haría mucho daño. Me acordé de las palabras de mi madre en el bosque estómago -. Lo siento, pero no puedo evitarlo - me dijo entre susurros, acariciando el lateral
cuando me decía que para él no era un juego, cuánto significado tenían en este momento. de mi nariz con el suyo -, la tentación es demasiado fuerte para mí. Si no quieres que te
- Jake, no sé qué decir… Yo… No me dejó concluir la frase. Me soltó la mano para alzar el bese, tendrás que apartarte tú. No me alejé de él ni un milímetro. Me apretó contra él con
dedo y me lo puso en la boca para silenciarme. firmeza y noté su abrasadora respiración en mis labios. Mi cuerpo se estremeció, haciendo
- Déjame terminar – me levantó el rostro para que le mirase y me habló despacio -. que por mi boca saliera un jadeo tan suave como un susurro, y noté cómo toda mi voluntad
Después de pensarlo mucho, me propuse contártelo más tarde, porque no quería que esto se hacía añicos, las mariposas explotaban para extenderse por todo mi organismo. Ahora
influyera sobre nosotros. Si decidieras llegar a más y estar conmigo, quería que fuera por sólo quería que me besase, lo deseaba con todas mis fuerzas, casi con urgencia. La pulsera
mí, no porque yo estuviera imprimado, ¿entiendes? Quería que lo hicieras libremente. dejó de vibrar al rendirme.
Además, no tengo prisa, esperaré lo que haga falta hasta que tú estés preparada. Aunque - Te gusto más de lo que crees… - me susurró en los labios.
tampoco soy tonto, lucharé hasta el final para que estés conmigo, porque sé que por lo - Jake… - le supliqué con un hilo de voz, para que me besase de una vez, atrayendo con
menos te gusto. No lo haría si no fuera así y viera que te agobiara. Como siempre, Jake fuerza su cuello y pegando más su rostro al mío. De repente, se oyó un fuerte chasquido y
parecía que también me podía leer la mente. Así que, ¿qué sentido tenía ocultárselo? Él me giramos levemente nuestras caras para mirar en esa dirección, alertados, aunque ninguno
había abierto su corazón y tenía derecho a que yo hiciera lo mismo. No sólo le había visto tuvo intención de apartarse. Me quedé helada cuando vi de dónde venía el crujido, y me
desnudo en el río, ahora también había desnudado su alma. separé de Jacob inmediatamente. Mi madre estaba detrás de un árbol, observándonos con el
- Sí, tú me… me gustas mucho. Tengo que reconocer que me atraes muchísimo – le semblante horrorizado, y tenía una rama bastante gruesa en la mano. La había roto, de ahí
confesé en un susurro con las mejillas ruborizadas. La pulsera empezó a hacerme cosquillas el chasquido.
- ¡Mamá, ¿qué haces ahí?! – le pregunté, enfadada a la vez que sorprendida y algo apurada que entender que ya he crecido – miré a Jake de reojo y cuchicheé -, y que hay cosas que
-. ¡¿Es que… es que nos estabas espiando?! ¡¿Cuánto llevas aquí?! Mi cara se iba poniendo no te puedo contar ahora mismo. Tomó aire, más tranquila, y empezó a hablar.
roja a medida que hacía las preguntas y yo misma me daba cuenta de la situación. - Vale, no hace falta que me des explicaciones. Tienes razón, a veces me da la sensación de
- Fue sin querer – empezó a explicar ella mientras Jacob se cruzaba de brazos y miraba al que todavía eres mi pequeña y no me doy cuenta de que eres toda una mujercita. Pero tú
otro lado con el ceño clavado en los ojos -. Nahuel me dijo que estabais aquí y vine para también tienes que entender que tener una hija de seis años que es adolescente, es un poco
ver qué tal te había ido el día. Cuando me acerqué y vi que estabais… ocupados, me quedé difícil – le salió una sonrisa forzada, aunque sirvió para que yo le sonriera de verdad.
detrás del árbol para no molestaros. Ya me iba a marchar, pero me apoyé demasiado en la - Sí, debe de ser todo un coñazo, la verdad – añadió Jake con otra burlona. Le dediqué una
rama y se rompió. mueca.
- Vamos, Bella – se quejó Jake, mirándola con ojos acusadores -. ¿Un vampiro que se - En fin, me voy, ya os veo en casa – me dijo mamá, dándome un beso en la frente –. No
apoya en una rama y la rompe? A mí me parece que lo has hecho adrede para que no la vengáis muy tarde, mañana tienes clase.
besara – soltó sin cortarse un pelo. Mamá pareció ponerse nerviosa con la recriminación y - Sí, hasta luego – me despedí mientras mi madre se daba la vuelta y Jake decía adiós con
yo me puse como un tomate. la mano. Me quedé de pie hasta que se perdió entre la espesura del bosque, en dirección a
- ¿Por… por qué iba a hacer yo eso? la gran casa. Jacob dio otras palmaditas en el tronco para que me sentara a su lado, y así lo
- Está más claro que el agua – siguió hablando Jacob mientras mamá me miraba con gesto hice.
preocupado, mordiéndose el labio y frotándose las manos con nerviosismo -. No quieres - Vaya, tu madre qué oportuna. Bueno, ¿por dónde íbamos? – me insinuó con un tono
ver que Nessie ya no es una niña. Mi madre movió sus ojos extrañados rápidamente hacia pícaro, cogiéndome de la cintura.
Jacob al oír esas palabras, como si discutieran de temas diferentes, y luego se relajó un - ¡Jake! – me quejé, despegándole las manos mientras se reía.
poco. - Vale, vale. Lo siento, pero tenía que intentarlo. Es que no lo puedo evitar, ya sabes, la
- Eso ya lo veo, pero… Jake se levantó y se acercó a ella, mirándola de frente. imprimación y todo eso.
- Sé que esto es difícil para ti, pero tienes que aceptarlo. Ahora es una mujer, Bella, mírala - Me parece que lo que a ti te pasa es que tienes mucho morro – le acusé, cruzándome de
– me señaló con la mano y mi madre giró la cabeza para hacerlo -, prácticamente, brazos con el ceño fruncido.
aparentáis la misma edad. Mamá se quedó un rato en silencio, mirándome pensativa, y - Está bien, perdona. Tiempo, tiempo – se recordó con su sonrisa torcida. Suspiré, con los
luego se volvió hacia él. labios curvados hacia arriba sin poder evitarlo -. ¿Qué tal tu cita con esa garrapata?
- Por eso mismo, Jacob – dijo con inflexibilidad -. Deberías tener cuidado, y más en lo - No estuvo mal, la verdad es que me lo pasé bastante bien – le restregué un poco como
referente a tu…, ya sabes. venganza -. Vamos a quedar otro día.
- Puedes decirlo abiertamente, acabamos de hablar del tema. Ya sabe que estoy imprimado - No me fastidies, Nessie – protestó, visiblemente molesto -. Sabes que ese tío no es de fiar.
de ella – le contestó él, mirándome con el labio curvado hacia arriba. No me quedó otro - Pues a mí me parece un chico muy agradable y educado. Hasta me apartó la silla para que
remedio que corresponderle con una sonrisa tímida. me sentase…
- ¿Ya… ya se lo has dicho? – mi madre se puso nerviosa otra vez y empezó a pasear de - ¡Por favor! – se rió -. Eso te lo puedo hacer yo a partir de ahora, si quieres. ¿No me digas
aquí para allá, con las manos haciéndose un lío -. Pero… pero os ibais a… ¿Eso significa que vas a quedar con él solamente por eso?
que… ella y tú…? - Y porque me parece un buen chico.
- Eso no es asunto tuyo, mamá – le corté, enfadada, mientras me ponía de pie. Ya estaba - ¿Lo dices en serio? ¿Vas a volver a quedar con él? – preguntó, incrédulo.
más que harta de que mi vida privada pareciera un tablón de anuncios con mis padres. ¿Es - Sí. Se cruzó de brazos y miró al horizonte con las cejas hundidas sobre los ojos.
que también me tenía que desnudar yo, en sentido figurado, delante de ellos? - Ese tío no me gusta ni un pelo, tiene el alma negra – murmuró, enfadado.
- Tienes que confiar en mí, sabes que yo nunca le haré daño – le respondió Jake –. Y - Lo que te pasa es que estás celoso, por eso no le puedes ver – le achaqué, poniéndome de
también tienes que confiar en ella, ya es mayorcita. Lo siento, Bells, pero tienes que pie y quedándome frente a él.
asimilarlo, no te puedo decir más. Mi madre deambulaba a toda velocidad, mirando al - Por supuesto que lo estoy – admitió, mirándome fijamente -. Pero, además, ese parásito
suelo como si hubiese perdido algo. ha venido para llevarte con él a la selva. ¿Crees que no lo sé? No pienso permitírselo.
- No quiero hablar más de este tema – sentencié -. Es algo entre Jacob y yo, punto – agarré - Yo no me voy a ir a ninguna selva – afirmé, riéndome.
a mi imprimado de la mano y me dirigí al tronco -. Ahora, si nos disculpas… – le sugerí - Por eso quiere hacerlo a la fuerza – explicó, apretando los dientes con rabia.
mientras me sentaba y tiraba de él para que hiciera lo mismo. Cuando mi madre levantó el - ¿A la fuerza? ¿Qué estás diciendo, Jacob? – interrogué, escéptica.
rostro, me di cuenta de que tal vez me había pasado. - Piensa lo que quieras, pero a mí no me engaña. Lo presiento, sé que trama algo – gruñó -.
- Sí, claro… - me contestó con la voz temblorosa y sus dorados ojos, vidriados -. Tengo… Veo cómo me mira, con esa cara de asco. Quiere separarte de mí porque piensa… - se llevó
tengo que irme. Genial. Ahora me sentía culpable. la mano a la nuca, nervioso.
- Mamá, espera – suspiré. Me levanté y me acerqué a ella -. Sabes que te quiero, pero tienes - Jake, ¿qué pasa? – inquirí, ahora preocupada, sentándome en su pantorrilla derecha y
agarrándome a su cuello con un brazo. Me sujetó por la cintura y miró al suelo, pensativo, descubrimiento. La pulsera me protegía de los vampiros completos, pero también me unía a
con cara de malas pulgas. Jacob.
- Es asqueroso, no quiero que lo oigas – dijo, sacudiendo la cabeza -. Sólo te diré que - Bueno, no me ha vuelto a tocar ningún vampiro - le contesté, encogiéndome de hombros,
piensa que somos especies diferentes. para evitar contarle lo que acababa de esclarecer mi mente y que me daba tanta vergüenza
- Qué tontería. ¿Por qué iba a pensar eso? Además, de ser así, mi padre lo sabría – le sonreí confesarle.
para que se relajara -. Sigo diciendo que te dejas llevar demasiado por tus celos. Tardó un - De todos modos, mañana le preguntaré al Viejo Quil – afirmó. Me cogió de la mano otra
poco, sin embargo, mi sonrisa pareció funcionar. Jake me cogió la mano derecha y vez y suspiró -. Tenemos que irnos a tu casa, está oscureciendo.
entrelazó mis dedos con los de su mano izquierda. - Sí, es verdad. Me puse de pie y tiré de él para levantarle, pero pesaba tanto - y encima él
- No me creas, si no quieres. Pero ya lo verás, algún día toda la verdad saldrá a la luz. Nos hacía fuerza para el contrapeso -, que ni lo moví. Se empezó a carcajear cuando lo agarré
miramos durante un instante y suspiré, cansada. de las dos manos, apoyé el pie en el tronco para hacer más fuerza y, aún así, no podía con
- ¿Qué has hecho tú hoy? – le pregunté para cambiar de tema. él. Otra vez me sentí un semivampiro raro. Nuestras fuerzas eran equivalentes, pero él
- He ido a patrullar con las dos manadas. Ya tengo ganas de que vuelva Sam, no soporto seguía siendo más fuerte que yo; además, esa no era una de mis cualidades, precisamente.
cómo me tratan todos – resopló -. Tanto respeto me pone de los nervios. Al final, me reí yo cuando me lancé a su costado para hacerle cosquillas y se levantó de un
- ¿Cuándo va a volver? brinco. Me pasó el brazo por el hombro y nos dirigimos a mi casa dando un tranquilo paseo
- Dentro de tres días, más o menos. entre bromas.
- ¿Y por qué no te gusta cómo te tratan? Que te respeten, mola.
- ¡Uf, qué va! No puedo estar tranquilo. Levanto una pata y ya los tengo a todos detrás de VÍNCULO
mí esperando una orden o algo. Imagínate a veintidós lobos mirándote con cara de alelaos.
- Eso es porque una orden del Gran Lobo es un gran honor – declaré con una risilla. La verdad es que Nahuel no puso muy buena cara cuando nos vio entrar en casa agarrados.
- Sí, lo sería si yo fuera el Gran Lobo, pero como no lo soy… Por supuesto, Jacob le gruñó al pasar a su lado de camino a la cocina y yo tuve que
- ¡Qué pesado! – exclamé, riñéndole -. El único que no lo ves eres tú. regañarle un poco, pero en cuanto traspasamos la puerta de la misma, mi mejor amigo se
- ¿Y tú sí lo ves? – murmuró, sonriéndome. puso a silbar y empezamos a preparar la cena como si nada. Le pregunté a Nahuel si quería
- Ya te he dicho muchas veces que sí – le correspondí la sonrisa a la vez que le acariciaba cenar con nosotros, con el correspondiente medio enfado de Jake, aunque volvió a sonreír
la nuca con los dedos. en cuanto escuchó a nuestro invitado decir que prefería ir de caza por la mañana. Cuando
- ¿Y qué te parece que el Gran Lobo se haya imprimado de ti? ¿También es un gran honor? uno prefiere la sangre fresca, se puede aguantar mucho sin comer otra cosa, así que no me
– me preguntó, flirteando. extrañó. Después de cenar y recoger la cocina, subimos a mi habitación. Me puse mi
- Por supuesto – afirmé sin pensármelo dos veces. De pronto, yo misma me di cuenta de camisón de Snoopy y, mientras yo hacía unos deberes que había dejado para última hora,
que así era y me quedé mirándole embobada, como una tonta -. Es el mayor de todos – Jake se puso a ver esa vieja revista de coches antiguos que ya había visto quinientas veces
susurré, al hilo de mis pensamientos. pero que le seguía encantando. Me dio un poco de pena quedármela, sabiendo que era su
- Entonces, creo que a partir de ahora me empezará a molar – me contestó, satisfecho. favorita, aunque él insistió en que lo hiciera. Cuando Jake se quitó la camiseta para irse a
Nos sonreímos y acerqué mi frente al pelo que nacía de la suya mientras él me daba una dormir al pasillo, me percaté de que se tendría que desnudar para transformarse – si no
palmada en la cintura. quería destrozar su ropa – y la imagen del río barrió cualquier otro pensamiento de mi
- Por cierto, no me ha dado tiempo de preguntarle a los ancianos lo de tu pulsera – me dijo, mente. Le pregunté tímidamente, por curiosidad más bien, si se quitaba la ropa en pleno
soltándome la mano para acariciar el aro de cuero y darle vueltas con el dedo. Retiré mi pasillo y se rió a carcajadas. Después de hacerme enfadar con sus típicas bromas, me
frente de su cabeza para mirar la pulsera, sosteniendo la palma en el aire -. ¿Ha vuelto a explicó que se quitaba los pantalones en el baño y que se transformaba saliendo por la
vibrar o algo? – quiso saber. Su pregunta, y que fuera formulada por él, me hizo caer en puerta por si a mi tía la Barbie se le ocurría pasar por allí.
ello. Nunca me había parado a pensarlo hasta ese momento. Me di cuenta, con absoluto Por la noche, ya en la cama, me costó mucho conciliar el sueño. No dejaba de pensar en la
asombro, de que la pulsera producía dos tipos de vibraciones y que eran completamente imagen de Jacob caminando desnudo por el río, en su imprimación, en la pulsera… Al
diferentes. Cuando había vibrado con mi madre, un vampiro, lo había hecho fuerte, como final, me dormí por puro agotamiento. Jake me llevó al instituto en la moto, aprovechando
un móvil; era un aviso, aunque todavía no entendía de qué, y si notaba peligro, soltaba esa que había pocas nubes en el cielo. La había traído el día anterior, ya que tenía que reparar
especie de explosión. Sin embargo, siempre que vibraba muy suave, como un cosquilleo, su coche. Me encantaba ir en su Harley Sprint negra, agarrándome a su cuerpo calentito y
tenía que ver con Jacob. Lo había hecho hacía un rato, y podía sentirlo, la entendía sintiendo la sensación de libertad, aunque en esta ocasión mi padre me obligó a ponerme el
perfectamente; la pulsera me pedía que me acercara a él, que me dejara llevar, que le casco y ya no era lo mismo. Me despedí de él cuando vi a mis amigas y, por supuesto,
besara. Me pregunté si sería porque era una pulsera de compromiso, aunque él no me la Brenda no le quitó ojo hasta que entramos en el recinto. Por alguna razón, ese día se me
hubiera regalado exactamente en ese sentido. Yo misma me quedé perpleja ante mi hicieron las clases larguísimas. Hasta que llegó la hora del almuerzo, casi me parecía que
ya había pasado una semana entera. Hablamos de lo que habíamos hecho el fin de semana, de lobos. Normalmente nunca llegamos tan lejos, pero no tuvimos otro remedio que
aunque yo tuve que maquillar muchas cosas, como el partido de béisbol, y omitir otras, hacerlo así. Ese vampiro no hacía más que perseguirme, me quería a mí, así que me puse
como la persecución de un posible licántropo. A Brenda casi se le cerraban los ojos de la como cebo para que los demás le cogieran. Un temblor empezó a recorrer mis piernas
rabia cuando le dije que había pasado toda la tarde del domingo con Jacob a solas, si le solamente con el flash de la imagen en mi cabeza.
llegara a decir que le había visto desnudo y que estaba imprimado de mí, me hubiera - ¿Como… como cebo? – murmuré, parándome de nuevo.
clavado el cuchillo. Me reí con malicia en mi fuero interno. Por fin, las clases terminaron, y - Ya te digo que nunca lo hacemos, pero como me perseguía a mí y no ponía en peligro a
cuando salí del centro con mis amigas y me despedí de ellas como era debido, me acerqué a nadie, se me ocurrió engañarle y tenderle una emboscada. Cuando creía que me tenía,
Jake corriendo para abrazarle y olerle. Me di cuenta de que eso era lo que había estado ¡zaca! – gesticuló con el brazo libre -, mis hermanos salieron y se lo ventilaron – comenzó
esperando durante todo el día. Podía sentir la mirada de odio de Brenda clavada en mi a reírse con malicia -. ¡No veas la cara que se le quedó a ese chupasangres! Y la mía en ese
espalda, eso hizo que lo abrazara más fuerte, para gusto de él – y mío, para qué negarlo -. instante debía de ser todo un poema.
- He hablado con el Viejo Quil sobre tu pulsera y quiere verte – me anunció mientras me - ¡No lo vuelvas a hacer nunca más, Jacob! – le regañé, deshaciéndome de su brazo y
daba el casco. poniéndome frente a él -. ¡Te has puesto en peligro a ti, ¿te parece poco?! ¡Podías haber
- ¿A mí? – pregunté, extrañada. muerto! – al oír mis propias palabras, me invadió la misma sensación que el sábado en el
- Sí, quiere hacerte algunas preguntas, nada más. No te importa, ¿no? ¿O tenías algún plan? coche cuando nos perseguía ese licántropo, y tuve que darme la vuelta para apoyarme en un
- No – me encogí de hombros -. En realidad, me apetecía ir a La Push para ayudarte en tu árbol y ocultar mi rostro. Jacob se quedó detrás de mí, en silencio -. Ya sé que cazar
garaje, así que... vampiros es peligroso y que arriesgas tu vida todos los días – murmuré con voz queda -. Y
- Genial – contestó él con una sonrisa. Me puse el casco y me subí a la moto después que sé que es algo que tienes que hacer, has nacido para eso, lo acepto. Pero no acepto que te
él. Brenda se moría de la envidia cuando me arrimé todo lo que pude a Jacob y le rodeé con arriesgues innecesariamente hasta ese punto, me niego – susurré con rabia, girándome
mis brazos, palpándole el pecho con las manos. Esta vez no me reí, me carcajeé con hacia él para mirarle a los ojos -. Me niego a perderte, y mucho menos por eso.
maldad en mi interior. El casco me tapaba el rostro enrojecido pero lleno de satisfacción, y - Lo… lo siento – musitó, acercándose a mí.
además Jacob estaba disfrutando de lo lindo. ¿A quién le iba a amargar un dulce de vez en - Prométeme que nunca más lo volverás a hacer – le pedí con firmeza.
cuando? - Te gusto más de lo que crees – me soltó de sopetón, con una sonrisa.
Salimos a toda velocidad del aparcamiento del instituto y nos encaminamos hacia La Push. - ¡Jake! – protesté.
Enseguida divisamos la casa de Jacob, para mi desgracia; el viaje se me había hecho - Vale, vale. Te doy mi palabra – me respondió, serio, levantando la mano.
demasiado corto. Llevamos la moto al garaje y nos dirigimos caminando a casa del Viejo - Bien - resoplé.
Quil. Mientras paseábamos, me fijé en una cicatriz curada, pero de un reciente color Le cogí de la misma y tiré de él para iniciar la marcha. Anduvimos un rato en silencio por
rosado, en el brazo de Jacob. el camino que daba a la casa del anciano. El Viejo Quil vivía cerca de la playa y enseguida
- ¿Qué te ha pasado aquí? – le cogí el brazo y se la señalé. la divisamos al iniciar la senda que daba a la arena. La casita era la típica edificación
- Ah, nada. Hoy casi me muerde un vampiro – me contestó tan tranquilo. Yo me paré en quileute hecha de madera. Era de una sola planta rectangular - como la de Jacob -, bastante
seco y él tuvo que detenerse. vieja, y tenía un color verde apagado por los efectos del mar y el tiempo. Tenía un pequeño
- ¿Cómo que casi te muerde? – le pregunté, asustada. porche que daba a la playa en una de las paredes menos cortas, salvado por dos escalones,
- Sí, bueno, sólo me rozó un poco – dijo, encogiéndose de hombros mientras miraba su y albergaba la puerta de entrada y dos pequeñas ventanas a cada lado sin adorno alguno.
cicatriz. Jacob dio dos toques a la puerta y me llevó de la mano al interior de la casita sin pedir
- ¿Que te…? ¡¿Que te rozó?! – mi voz empezaba a teñirse de miedo histérico. permiso al propietario. Después de pasar por un diminuto vestíbulo que sólo constaba de un
- Nessie, tranquila – se puso frente a mí y me sujetó por los hombros mientras yo seguía estrecho taquillón de los años sesenta para dejar las llaves y un espejo, pasamos a la salita,
con la boca abierta y la cara horrorizada –. Al final no ha sido nada, ¿ves? donde nos esperaba el Viejo Quil sentado en una butaca tan vieja como él, junto a Billy,
- Jake, si te llega a morder… te hubiera… envenenado… y habrías… - mi boca se negaba a Sue y Sam, que también se encontraban allí. Me empecé a poner nerviosa al ver demasiada
pronunciar la palabra. gente, ya que solamente contaba con el anciano Quil Ateara, aunque acto seguido fue
- ¿Crees que soy idiota? – me respondió con una sonrisa -. No me iba a dejar morder, sustituido por el asombro. Los tres miembros del Consejo que podían caminar se
además, gracias a eso le cogimos y acabamos con él. No te olvides de que tengo a veintidós levantaron nada más ver a Jacob, y Billy se quitó del medio para dejarle paso, lo cual me
lobos a mi disposición. Me pasó el brazo por el hombro y me obligó a caminar. sorprendió el doble, tratándose de su padre. Me di cuenta de que esto no iban a ser unas
- ¿Qué quieres decir con gracias a eso? – algo me decía que no era nada bueno. Jacob se simples preguntas. Algo pasaba con mi pulsera, que levantaba tanta expectación entre el
mordió el labio, pensativo, sin dejar de mirar al frente -. ¿Jake? – le azucé. Consejo, y eso no era nada habitual. Miré a Jake para ver si su rostro me explicaba algo y
- Está bien, pero no te asustes ni nada, ¿vale? – sólo esa frase ya me daba miedo. Me miró lo único que vi es que él estaba tan perplejo como yo.
para ver si decía algo y volvió la vista al horizonte para seguir hablando -. Son estrategias - ¿Qué pasa? – preguntó -. ¿Por qué estáis todos aquí?
- Sentaros – nos invitó Billy, señalando el sofá. Jacob asintió y me llevó con él hasta el - Eso no me lo habías dicho – me recordó Jake -. Ayer me dijiste…
asiento. - ¿Cómo que de dos maneras? – le cortó el Viejo Quil con los ojos abiertos de par en par
- ¿Os apetece tomar algo? – nos ofreció Sue. por la sorpresa, casi parecía que le habían desaparecido las profundas patas de gallo. No me
- ¿Quieres algo? – me preguntó Jake. quedaba otro remedio que decir la verdad. Ahora tendría que tragarme la vergüenza con
- No, gracias – les contesté a los dos mientras me sentaba. Jacob y decirlo delante de toda esa gente.
- Nah, pues yo tampoco – le dijo Jacob, haciendo lo mismo. Me percaté de que los demás - ¿Me… me puedes traer un vaso de agua, por favor? – le pedí a Sue.
no tomaron asiento hasta que él lo hizo. Estaba alucinada. Sue, miembro del Consejo, y - Claro, cielo. Todo el mundo, incluido Jake, se quedó en silencio, con la mirada fija en mí,
Sam, jefe de la tribu, nos habían dejado el sofá y habían cogido unas banquetas de la cocina esperando a que yo hablase; hasta que Sue volvió con el vaso de agua. Le di dos buenos
para sentarse. Los cuatro estaban frente a nosotros con ojos intrigados y expectantes. tragos, lo posé en la pequeña mesita de madera que había delante del sofá y respiré hondo
- Nessie, cuéntanos lo que puede hacer tu pulsera de compromiso, por favor – me pidió el para hablar.
Viejo Quil con suma amabilidad, pronunciando las palabras lentamente. Me arrepentí - Vibra de dos formas: una fuerte, como un móvil, y otra muy suave, como un cosquilleo –
enseguida de no pedir un vaso de agua o algo. Sólo escuchar compromiso de boca del admití. El Viejo Quil se quedó pensativo, con la mano en la barbilla.
Consejo, ya hizo que se me subiera la sangre a la cara y me latiera el corazón a mil por - ¿Cuándo vibra fuerte? – preguntó al fin.
hora, puesto que esa pulsera tenía un significado algo diferente para ellos que para - Pues, también fue en una sola ocasión. Fue después de que la pulsera rechazara a mi
nosotros. Para encima, el hecho de que yo estuviera sentada junto a Jacob con nuestras madre empujando su mano - Jacob me miraba alucinado, no se podía creer que no le
manos unidas, lo empeoraba. Pero era más la curiosidad que tenía de saber qué les pasaba hubiera contado nada de esto -. Mi madre estaba cabreada con Jake por haberme regalado
con la pulsera, que todo lo demás, y no tenía fuerzas para soltar su mano, necesitaba tenerla una… pulsera mágica y dijo algo de él que me molestó. Luego, la pulsera vibró como un
aferrada para no salir corriendo. Al menos, Billy sabía que me la había regalado cuando era móvil.
pequeña y que no había sido en ese sentido. Intenté no darle importancia. Tragué saliva y - ¿Qué sentiste cuando lo hizo? Me empezaba a sentir como en un psicólogo o en un juicio
me concentré en el resto de la petición. de esos de la tele.
- La pulsera… - miré a Jake y éste me acarició la mano, infundiéndome confianza. Tomé - No… no sé. Me… enfadé, creo. Me enfadé mucho. Sin levantarse de la butaca, el anciano
aire y hablé -. La pulsera vibra y me protege de los vampiros completos cuando siente que Quil Ateara colocó el bastón entre sus frágiles piernas y apoyó sus manos en él, con el
estoy en peligro. El Viejo Quil me observó con sus arrugados ojos, pensativo, mientras los gesto reflexivo otra vez.
demás se miraban unos a otros un poco perdidos. - Bien, esta parte la tengo clara, pero hay algo que no comprendo aún. Me gustaría saber
- ¿Cuántas veces lo hizo y cómo? – me preguntó con la misma tranquilidad. Su manera de cuándo vibra suave – dijo. ¡Uf! Ahora venía la parte de la que no quería hablar mucho.
hablar lenta y pausada hizo que me sintiera más relajada. Pensé que, después de todo, Cogí el vaso y bebí otro poco de agua.
solamente era una conversación entre amigos y, de paso, yo me enteraría de por qué mi - Cuando… cuando estoy con Jake – murmuré con las mejillas ruborizadas.
pulsera levantaba tanta curiosidad. - ¿Ahora está vibrando? – me preguntó Billy mientras todos se acercaban a la pulsera para
- Bueno, sólo lo hizo una vez – comencé a explicar -. Estaba en el bosque con mi madre, mirarla.
mostrándole con la mano unas… - dudé - imágenes - lo mejor era soltarlo todo seguido, así - No, no – contesté con una risa nerviosa, negando con las manos -. Y nunca vibra
no me costaría tanto –. Ella me sujetó la muñeca demasiado fuerte sin darse cuenta y me literalmente – le aclaré -. Creo que es algo que solamente noto yo, no sé, simplemente
hizo daño. Entonces, la pulsera reaccionó y vibró una sola vez, pero lo hizo con tanta puedo sentirla. Aunque no estoy segura, cuando rechazó a mi madre, sí que pegó un bote
energía, que produjo una especie de onda expansiva que le empujó la mano y el brazo hacia de verdad – pensé en voz alta.
atrás. Se hizo un mutismo. - Dices que ahora no está vibrando. Entonces, cuando estás con Jacob, ¿cuándo lo hace? –
- Dime, ¿esas imágenes que le mostrabas a tu madre eran de Jacob? intervino el Viejo Quil. Nunca imaginé que iba a pensar esto, pero echaba de menos la
- Sí… - reconocí, un poco avergonzada y extrañada de que lo supiera. lectura mental de mi padre, así no tendría que explicarlo todo yo.
- Y dices que ella, cuando las vio, te hizo daño al apretarte la muñeca – me repitió para - No sé… - cogí el vaso de la mesa -. Cuando… cuando está muy cerca.
ratificar lo que yo había dicho. - Es cuando te toca o te besa, ¿verdad?
- Sí – volví a afirmar. Se hizo un murmullo generalizado que no comprendí y miré a Jake, - Puede ser, no sé… - contesté, murmurando las palabras muy rápidamente. Jacob dio un
éste se encogió de hombros. El Viejo Quil permanecía con su rostro imperturbable mientras brinco en el sofá de la emoción y yo me tragué lo que quedaba de agua.
asentía con entendimiento. - ¿Y te advierte de él o te acerca?
- ¿Qué más hace la pulsera? – preguntó el anciano a la vez que todo el mundo se callaba - ¿Advertir de qué? – preguntó Jake, indignado.
para prestar atención -. Dices que vibra, ¿verdad? - Me… me acerca – respondí con un susurro.
- Ajá, de dos maneras diferentes, ¡uy! – me tapé la boca con la mano inmediatamente al - ¿Ves? Esa es mi pulsera – mi mejor amigo se puso a frotar el aro -. Chica lista – la dijo.
darme cuenta de que se me había escapado. Quil Ateara se quedó meditando un minuto en silencio.
- Bueno, quiero hacer una prueba para comprobar una cosa – propuso finalmente. pulsera, y tengo que hacerlo, es muy importante!
- ¿Una prueba? – repetí con ignorancia. - Venga, hijo. Ahora no dejes mal el apellido. Un Black siempre cumple – le pinchó Billy.
- Sí, para ver si vibra y por qué. Jacob, bésala – le mandó el anciano. Pasé del pálido al Qué bien, y ahora el otro. Jake resopló y se giró de nuevo hacia mí.
rojo absoluto en cuanto terminé de digerir esas palabras, y lo peor es que no me quedaba ni - A veces estás mejor calladita – me cuchicheó al oído muy bajito mientras se arrimaba a
una gota de agua en el vaso. mí y disimulaba que se ponía cómodo –. Ahora cree que estamos prometidos, así que no
- Bueno, es que nosotros no… - intentó decir Jake. puedo negarme y tengo que besarte. No sabes cómo es este viejo cuando se cabrea.
- Todavía no son novios, Quil – le interrumpió Billy con un cuchicheo. ¿Todavía? Iba a - Tendrás morro – murmuré entre dientes.
hablar, pero Jake me pisó el pie con intención para que no abriera la boca. - Si quieres, voy a por Emily y te enseño cómo se hace – le sugirió Sam, mofándose, al ver
- ¿Cómo que no? Ella lleva la pulsera de compromiso – contestó el Viejo Quil, incrédulo, que tardaba.
señalándome con el báculo. - Vosotros haced como que no estamos – azuzó Billy, guiñándonos el ojo. Jake les echó
- Sí, pero ya sabes que se la regaló cuando era una niña pequeña. No tiene el mismo una mirada asesina de reojo mientras colocaba la mano en mi mejilla. ¿Si rezaba mucho, se
significado para ellos que para nosotros – le explicó Billy, para mi total agrado. abriría la tierra para que pudiera meterme dentro y pudiera salir huyendo de allí? Seguro
- ¡Tonterías! – bramó el anciano, golpeando con el bastón en la mesa y haciéndonos saltar a que el centro de la tierra estaba menos caliente que mi cara. ¿De verdad me iba a besar
todos en los asientos, incluido a mi vaso, que estaba posado en el mismo mueble. Aunque delante de toda esa gente?
estaba muy mayor, tenía una voz de lo más potente -. ¡Me imagino que ahora ella sabe de Dos, cuatro, seis, ocho. Podía notar los ocho pares de ojos puestos en nosotros,
sobra el significado que tiene esa pulsera, ¿no?! ¡Si la sigue llevando, será por algo! observándonos con suma atención. Iba a levantarme y salir corriendo de allí, pero Jake me
¡¿Verdad?! – me interrogó con los ojos furiosos. clavó su decidida y penetrante mirada y me quedé paralizada. Entonces, ya no pude sentir
- ¿Eh? Ah, sí… Sí, claro – le contesté, sonriéndole con nerviosismo. Jacob me miró como nada más que la llamada de sus pupilas y su mano tocando mi cara. Era esa fuerza
si me fuera a matar, pero cualquiera le llevaba la contraria a ese anciano, ahora entendía atrayente otra vez, me hechizaba y me dominaba por completo. Empezó a aproximar su
que me hubiera pisado el pie antes. rostro al mío y noté las taquicardias y las mariposas de siempre. La pulsera comenzó a
- ¿Lo ves? – le reprochó Ateara a Billy; éste puso los ojos en blanco -. Bien – se volvió a hacerme las cosquillas, animándome a seguir, pero cuando su frente me rozó, vacilé un
acomodar en la butaca, más tranquilo -, ahora, bésala – le dijo a mi mejor amigo, poco y me aparté unos centímetros. Me daba demasiada vergüenza que nos tuviéramos que
invitándole con la mano. dar nuestro primer beso delante de todas esas personas. Nuestro primer beso, me dije,
- Esto… Es que yo no… - Jacob se llevó la mano a la nuca, incómodo -. Todavía… todavía asombrada por mi propio pensamiento. El aro de cuero rojizo me hizo cosquillas de nuevo
no la he besado nunca – soltó finalmente. A Sam se le escapó una risa cortada mientras y las personas que nos rodeaban empezaron a desaparecer una por una, hasta que quedamos
intentaba ponerse serio y Jake le sacó el dedo corazón, con cara de malas pulgas. él y yo, los dos solos. Ya no había nadie con nosotros, así que me pude perder del todo en
- Bueno, pues aprovecha ahora para hacerlo – le instó Quil Ateara -. Dale tu primer beso, mis adorados ojos negros. Seguí el impulso de esa fuerza mágica y me dejé llevar. Rodeé
eso será aún mejor para lo que quiero comprobar. Sam ya casi no podía aguantar la risa y su cuello con mis brazos y pegué mi rostro al suyo con vehemencia. Jacob deslizó la mano
estaba contagiando a Billy, que empezaba a curvar la comisura de su labio hacia arriba, hacia mi nuca y empezó a acercar sus labios a los míos…
aunque no sabría decir si era más bien alegría de que su hijo tuviera la oportunidad tan a - Bueno, ya es suficiente para ver lo que quería ver – nos interrumpió el Viejo Quil. Su
tiro. Sue era la única que se comportaba como si fuera lo más normal del mundo. Le di un repentina y alta voz hizo que los ocho pares de ojos aparecieran de pronto y con ellos sus
codazo a Jake para que hiciera algo. propietarios. Me aparté de Jacob instantáneamente, con toda la sangre en la cara.
- Es que aquí… delante de todo el mundo… - Podías haber esperado un poco más, ¿no? – gruñó Jake, molesto.
- ¡Que la beses ya, demonios, no tengo toda la tarde! – le bufó Ateara, alzándole el bastón - Nunca he visto nada igual en toda mi vida – murmuró el anciano Quil Ateara,
-. ¡Hay que ver qué juventud, unos mucho y otros nada! levantándose con el semblante sobrecogido, sin hacer caso de la queja -. Es cierto – se
- Vale, vale – le contestó Jake, intimidado. Se giró hacia mí y carraspeó. Antes de que me dirigió a mí -, no vibra a ojos de los demás, nosotros no la hemos visto, pero todos hemos
diera tiempo a abrir la boca para protestar, me dio un pico en los labios rapidísimo que ni observado cómo tú sí la sientes y, sobretodo, hemos notado la energía que desprendéis – se
noté, para estupor de los allí presentes y mío, y volvió a su posición en el sofá. Sam no llevó la mano a su cabello blanco -. Es increíble, esto último es impresionante, nunca había
pudo aguantar más y se le escapó la risa. Tuvo que agachar la cabeza y taparse con la percibido una energía igual. Pestañeé, estupefacta a la vez que muerta de vergüenza. ¿Ellos
mano, mientras negaba y se carcajeaba en voz baja. también habían notado esa fuerza, energía o lo que fuera, que me empujaba hacia a él?
- ¡Por el amor de Dios, chico! – exclamó Ateara, enfadado - ¡¿De verdad tú estás - Ya sabes lo que significa todo esto – le dijo Billy con el rostro sobrio.
imprimado de ella?! - Sí, es la prueba definitiva – confirmó el Viejo Quil.
- Sí, por supuesto – respondió Jake, un poco ofendido por la duda. - Es Taha Aki, ya no hay ninguna duda – ratificó Sam, levantándose de su banqueta. Los
- ¡Pues dale un beso como Dios manda, diantre! – volvió a gritar el Viejo Quil, cuatro semblantes se giraron para mirar a Jake llenos de admiración y profundo respeto. De
amenazándole con el cayado -. ¡Si no la besas en condiciones, no podré comprobar lo de la pronto, todo mi sofoco se vio sustituido por la misma sensación.
- ¿Vais a empezar otra vez con eso? – protestó Jacob. - Sabes que lo es para mí, pero el único al que le corresponde es a ti, no pienso quitarle el
- Hijo, la pulsera la hiciste con tus propias manos, yo mismo lo vi. Y esa energía es la puesto a nadie. Ni siquiera quería ser el Alfa de ninguna manada, así que mucho menos
prueba definitiva de tu gran poder espiritual – le explicó Billy, visiblemente impresionado. esto.
- Tú llenaste esa pulsera de tu amor – intervino Sue, maravillada. - No me estás quitando nada, estás cogiendo lo que es tuyo – insistió Sam.
- La única pulsera que tenía poderes era la que Taha Aki le hizo a su esposa – siguió el - Eres el heredero legítimo de Ephraim Black y el Gran Lobo, por lo tanto, serás el jefe de
Viejo Quil -, y ahora la tuya también. Ya son demasiadas coincidencias, sólo que esta tiene la tribu a partir de ahora mismo – decretó el Viejo Quil, dando por zanjado el asunto. Jake
incluso más poder que la original. Es asombroso. rechinó los dientes y observó al anciano con gesto disconforme. Me tendió la mano para
- ¿Cómo? Yo no… - Jacob se puso de pie mientras se llevaba la mano a la cabeza y miraba que me levantara; se la cogí y me puse en pie de inmediato.
al suelo; se quedó pensativo, con una expresión de confusión y perplejidad en el rostro. Me - Bien, se supone que ahora soy yo quien da las órdenes aquí – les dijo.
quedé muda ante lo que estaba viendo. Mis fascinados ojos estaban siendo testigos de parte - Por supuesto – le contestó Ateara. Miró a Sam a los ojos y habló con tono de mando.
de la Historia quileute y de sus leyendas. Estaba viviendo una, quizás la más importante. - Te ordeno que sigas siendo el jefe de la tribu. Me aferró la mano con fuerza y echamos a
El Viejo Quil volvió a su semblante imperturbable del principio y habló pausadamente de andar hacia la puerta del vestíbulo.
nuevo, dando muestras de su gran sabiduría. - ¡Tienes que serlo tú, Jacob! – rebatió Sam a nuestras espaldas.
- El Gran Lobo le hizo una pulsera a su tercera y última esposa, de la que estaba - ¡No puedes negarte! – exclamó Billy.
imprimado, para que ésta no se sintiera sola cuando él se tenía que ir con los demás - ¡Es una orden! – gritó Jake, furioso, dándose la vuelta para mirarles fijamente.
guerreros – el anciano Quil Ateara empezó a explicar la historia que Jake me había contado A Sam se le doblaron las piernas y cayó sentado en la banqueta, con el rostro impresionado
hacía unos días -. La hizo de doble trenzado, que simbolizaba los lazos y el compromiso por el poder de su voz de Alfa.
con ella, de cuero, que era fuerte y resistente como su amor, y del mismo color que su Jacob se dio la vuelta otra vez y seguimos la marcha hacia la puerta principal, hasta que por
pelaje, para que su esposa siempre pudiera notarle con ella, lo recordara y no se sintiera fin salimos. Hicimos el camino de regreso a su casa en silencio. Él estaba demasiado
sola. Tal era su poder espiritual, que la impregnó de su amor y la dotó de magia, casi nadie confuso y contrariado, y yo estaba demasiado alucinada por todo lo que había pasado.
sabe esto último. Cuando entramos en su garaje, me soltó la mano y se sentó en las cajas de refrescos vacías
››La pulsera servía para que su esposa no se sintiera sola, pero, además, la protegía de todo y apiladas que utilizábamos como banco, apoyando la cabeza en la pared de bloque de
aquel que quería separarlos, de toda amenaza a su profundo amor – Ateara giró su viejo hormigón. No me gustaba nada verle así, parecía tan preocupado. Me acerqué con paso
rostro para mirarme -. La pulsera vibraba fuerte para avisar a la esposa de que había algo o ligero y me quedé frente a él, mirándole. Sus angustiados ojos, que estaban observando las
alguien que los quería alejar, de algo que afectara a la pareja, con el fin de que ella pudiera planchas de chapa del tejado, se movieron y se quedaron fijos en mí. Curvé mis labios
responder o actuar; y lo hacía impetuosamente, descargando su energía, cuando ya se hacia arriba y empecé a acariciarle la cabeza con una mano, metiendo mis dedos entre su
convertía en un peligro claro. Me quedé helada por lo que estaba escuchando, mientras que corto pelo azabache. Cerró los ojos y por fin sonrió con una mueca.
sus ojos hundidos me hablaban con seguridad. ¿Eso iba por mi madre? Pero, ¿por qué? - ¿Qué te parece si le arreglamos algo a tu precioso Wolkswagen Rabbit del 86? – le
- Ante todo y sobretodo es una pulsera de amor, pues está llena de él – continuó el Viejo propuse. Abrió un ojo para mirarme.
Quil -. No utiliza la violencia, tan sólo en esas ocasiones especiales usa su poder como - Prefiero seguir así, la verdad – lo volvió a cerrar y se cruzó de brazos -. Se está muy a
protección. Pero no protege de vampiros, ni de nada más – volvió a mirar a Jacob, que gusto.
seguía con el rostro contrariado -. La vibración suave es un poder único, nunca se ha visto - Si te sigo acariciando, te quedarás dormido, y luego, ¿quién me llevará a casa? – le
nada igual. No sé por qué vibra de ese modo, pero todos hemos notado la energía que pregunté de broma.
desprendéis cuando os miráis - de repente, me vino a la cabeza aquella frase de mi madre: - Te puedes quedar aquí a dormir – murmuró, sonriendo.
“Es que… os miráis de esa forma tan…, con esa adoración mutua, que, no sé, me asusta un - No hay camas – repliqué.
poco, la verdad” -. Eso quiere decir que vuestro vínculo es increíblemente fuerte. Tal vez - Puedes dormir en la mía – sugirió.
por eso la pulsera le hace cosquillas, para acercarla a ti, aunque no estoy seguro. Se verá - ¿Y tú? Jacob abrió los ojos y sonrió abiertamente.
con el tiempo, si es que alguna vez sois novios y os besáis de una vez. - En la mía, por supuesto. Retiré la mano de su pelo y me eché hacia atrás.
Estupendo, el Viejo Quil había sabido desde el principio que no estábamos prometidos ni - Muy tentador, pero no, gracias – le respondí con sarcasmo. Se puso de pie y se
nada y, aún así, nos había engañado para que nos besáramos. Reprimí mis ganas de pegar desperezó.
un puñetazo en la mesa y decirle cuatro cosas. - Qué pena – suspiró, sonriente -. Bueno, nena, tú te lo pierdes. Ya volvía a ser el de
- Tienes que aceptarlo de una vez, Jacob – le dijo Sam -. Ahora te corresponde a ti ser el siempre, cosa que me alegró. Cogió dos refrescos tibios de la nevera portátil sin hielo y me
jefe de la tribu. Jacob levantó la vista súbitamente del suelo para fijarla en él. pasó uno. Los abrimos y les dimos unos buenos tragos. Este ritual me encantaba.
- De eso ni hablar – masculló, apretando los dientes con indignación. - ¿Por dónde vamos a empezar? – le pregunté, posando mi lata en una de las estanterías y
- Es un deber y un honor, tienes que aceptar – le respondió su hermano con firmeza. acercándome al vehículo para mirarlo.
- Lo primero es limpiar el coche por dentro, está lleno de cristales. Pero tengo que quitar - Yo creo que ya está bastante reluciente – contestó con su también reluciente sonrisa; le
los restos que quedaron en la ventana, espera – y dejó su refresco junto al mío. Se fue hacia tiré el cepillo y se carcajeó.
su arcón de metal y sacó una camiseta vieja que dobló muchas veces sobre sí misma para - Pues ahora tienes que pasar la escoba – le mandé mientras salíamos del coche.
retirar los trozos de cristal que habían quedado enganchados en la ventana trasera. - Oye, creo que Taha Aki no era un calzonazos, ¿sabes? – se burló.
- Puedes usar ese recogedor y uno de esos cepillos – me dijo, indicándomelos de lejos con Agarré una tuerca de la estantería y se la lancé a la cabeza. No le di porque le dio tiempo de
el dedo. Cogí el recogedor de mano, dos cepillos de la caja y le lancé uno que atrapó sin sobra a agacharse.
ningún esfuerzo. - Bueno, vale – resopló, riéndose -. A sus órdenes. Jacob agarró la escoba y se puso a barrer
- Tú también puedes usar uno – le critiqué. el suelo del garaje, alrededor del Golf.
- Era para ver si colaba, pero ya veo que no. Abrí la puerta del conductor, corrí el asiento - Ahora me toca a mí preguntarte – dije, reclinándome sobre el lateral del capó.
hacia delante y me metí en el coche para limpiar el asiento trasero y el suelo. Le pasé a - Dime.
Jacob las alfombrillas traseras para que hiciera lo mismo con ellas y él sumó también las - ¿Por qué no quieres ser el jefe de la tribu?
delanteras. - Porque ya lo es Sam – contestó sin dejar de barrer.
- Dime una cosa, ¿me habrías besado? – me preguntó de repente, sin pelos en la lengua, a - Pero él dice que te corresponde a ti. Y Quil Ateara tiene razón, eres el heredero de
la vez que sacudía las alfombras. Me empecé a poner colorada y le di más fuerte al cepillo. Ephraim Black y…
- Jake, no empieces – le advertí. Las dejó en el capó, apoyó las manos en el techo del Golf, - El jefe de la tribu es Sam – me cortó, molesto.
se inclinó y asomó la cabeza por la puerta abierta del copiloto para mirarme. - No lo entiendo. Dejó de barrer y me miró después de soltar un largo suspiro.
- Sí, ibas a hacerlo – afirmó con su sonrisa torcida. Arrastré unos cuantos cristales en su - A Sam le gusta serlo, le encanta, disfruta con ese trabajo, y a mí no me apetece nada.
dirección para que se apartase, pero sólo dio un saltito hacia atrás y luego volvió a su ¿Cómo voy a quitárselo? No lo haré nunca – concluyó, pasando la escoba otra vez.
posición. - Tú eres el Gran Lobo, el Alfa de todos los Alfa, no creo que le estés quitando nada –
- Sabías que el Viejo Quil conocía la verdad y te ibas a aprovechar de la ocasión – le acusé, discutí.
mirándole con los ojos entrecerrados. - Eso es lo que dicen ellos - cogió el recogedor con palo que había en la esquina y empezó
- Qué va, no lo sabía, en serio, pero por supuesto que iba a aprovecharla, no soy tonto. a amontonar los trocitos de cristal con la escoba.
- No, ya veo que eres demasiado listo – le achaqué, retirando los trozos de vidrio de la - ¿Es que no has tenido suficientes pruebas todavía? – le corregí. Jake se quedó en silencio,
bandeja trasera por la ventana sin cristal. Se sentó en el asiento del copiloto y apoyó los observando los cristales con una mirada distinta. Yo conocía muy bien esa mirada.
brazos en el respaldo para mirar hacia atrás. - Lo sabes – exhalé con asombro -. Sabes que lo eres, Jake – me separé del coche y me
- ¿De verdad te hizo cosquillas? – volvió a preguntar. puse frente a él para mirarle a los ojos.
- A ti qué más te da. - Sí, vale, puede que lo sea – admitió al fin, aunque a regañadientes.
- O sea, que sí. Me puse de rodillas en el asiento, ya limpio, y le di la espalda para seguir - ¿Y por qué no lo quieres reconocer delante de ellos? – le pregunté, desconcertada.
despejando la bandeja. Se levantó, corrió el asiento del copiloto hacia delante y se sentó - Ya lo has visto – se quejó, señalando la puerta del garaje con la mano -. Quieren que sea
detrás, a mi lado. el jefe de la tribu.
- ¿Y qué sientes cuando te hace cosquillas? - Pero… La voz de Billy a lo lejos nos interrumpió. Me llamaba a mí desde su casa.
- Pues, cosquillas, qué voy a sentir – le contesté, impasible. Salimos del garaje y nos dirigimos allí. Billy nos esperaba en el porche.
- El Viejo Quil dice que lo hace para acercarte a mí, porque nuestro vínculo es - ¿Querías algo? – inquirí.
increíblemente fuerte – insistió -. A lo mejor, lo que quiere la pulsera es que me beses – - Acaba de llamar tu padre – en un principio me extrañó que no me hubiera llamado al
adivinó con un tono de flirteo, poniendo los codos sobre el respaldo. Me bajé del asiento y móvil, pero enseguida recordé que lo había perdido el sábado junto con la chaqueta del
salí por la puerta. Corrí el del conductor a tope hacia atrás y me senté en el hueco, chándal -. Dijo que fuerais hasta tu casa, quiere hablar con vosotros. Jake y yo nos miramos
escondiéndome de su vista, para pasar el cepillo por el suelo y arrastrar los cristales que sin comprender.
habían llegado a esa zona dentro del recogedor.
- Eso sólo son conjeturas del Viejo Quil – alegué. LOBOS
- Entonces, lo de Taha Aki también – afirmó, inclinándose hacia delante para asomar la
cabeza por el lateral del asiento. Toda mi familia y Nahuel nos estaban esperando en el salón de mi casa con gesto grave.
- No, eso es cierto – le contradije, mirándole -. Eres el Gran Lobo. Cerramos la puerta y nos quedamos frente a ellos, sin entender nada.
- Si eso es cierto, lo demás igual – me refutó con una sonrisita de autosuficiencia. Ahí me - ¿Qué pasa? – pregunté, preocupada.
tenía pillada. - Alice ha tenido una… especie de visión – me dijo papá. Miré a Alice extrañada.
- ¿Vas a limpiar, o tengo que hacerlo yo todo? – le reproché. - ¿Una especie de visión? No entiendo.
- No son visiones completas – empezó a explicar ésta -. Son más bien como flashes en mi como si acabara de descubrir algo obvio.
cabeza, fogonazos que no tienen mucho sentido y que cambian de uno a otro sin control ni - Los lobos – contestó.
orden… - Sí, se quedó impresionado con ellos – recordó Emmett. Ahora era yo la que mantenía la
- Espera – le corté -, ¿visiones? mano de Jake aferrada con fuerza para tranquilizarme a mí misma.
- Alice lleva una temporada viéndolas – desveló mi padre. - ¿Cómo? – Jacob se quedó perplejo.
- ¿Y tú lo sabias? ¿Por qué no lo dijisteis antes? – quise saber, sorprendida. - El don de Renesmee no les es útil, y ya comprobaron que no había peligro en ella. Sin
- Nosotros también acabamos de enterarnos de todo esto hace un momento – declaró embargo, una manada de enormes lobos leales a su servicio es algo muy tentador para Aro
mamá, mirando a mi padre con los ojos llenos de reproche. – explicó mi madre.
- No sabíamos lo que querían decir y no dijimos nada para no preocuparos – se defendió él, - Probablemente no se lo ha quitado de la cabeza, aunque ya le advertí de que eran
acariciándole la mejilla con dulzura. independientes y que actuaban por su cuenta – ratificó papá, llevándose la mano al pelo de
- ¿Y ahora ya lo sabéis? – preguntó Jacob. su frente mientras caminaba inquieto.
- Más o menos – contestó mi padre. - Aún así, seguramente querrán convencerles para que les sirvan – siguió ella.
- ¿Qué quiere decir más o menos? – protestó él -. ¿Lo sabéis o no? - ¿Servir? – se rió Jake -. Pueden venir y esperar sentados.
- He visto a Aro decidiendo algo – respondió Alice, mordiéndose el labio. Jake y yo nos - Bella – mi padre se paró y la miró a los ojos con el rostro serio, sujetándola por los
quedamos mirándola para que siguiera. hombros -, no vienen para convencerles. Vienen para llevárselos a la fuerza. Un relámpago
- Bueno, ¿y qué es? – la azucé, al ver que no hablaba. gélido recorrió mi cuerpo de arriba abajo y las piernas me empezaron a temblar. Envolví mi
- Ese es el problema, Alice no puede verlo – siguió mi padre. estómago con el brazo al sentir un agudo pinchazo que me dejó sin respiración. Jake se dio
- ¿Y para qué nos llamáis entonces? – se quejó Jake. cuenta y me sujetó por la cintura. Mis padres me observaban afligidos.
- Porque si Alice no puede ver bien las visiones, es porque se trata de Renesmee – soltó - No te preocupes, cielo – me susurró Jake en el pelo -. No podrán con nosotros.
papá -. Recuerda que no puede verla. Se hizo un incómodo silencio lleno de alarma. Noté - No se lo permitiremos – afirmó Emmett, levantando la cabeza con decisión –. Si lo que
cómo a Jacob le subía el calor por la espalda y le cogí de la mano para tranquilizarle, quieren es pelea, van a tener una buena. Rosalie le cogió de la mano, secundando la
aunque yo también me había asustado. decisión de su novio. La miré extrañada. ¿Rosalie ayudando a Jacob y a los lobos? Ella se
- Creemos que quiere venir a ver a Nessie, ahora que ya ha alcanzado la madurez – habló dio cuenta de mi expresión.
Alice, interrumpiendo el mutismo. Miré a mi madre, que permanecía callada, con el - Sólo lo hago por ti – me aclaró, ladeando la cara como quitándole importancia.
semblante pensativo y preocupado. - Tenemos que planearlo bien – dijo Carlisle -. Habrá que llamar a nuestros aliados de
- Si vienen a por ella, no se lo permitiré – gruñó Jacob con los dientes apretados. nuevo.
- Lo más seguro es que solamente vengan a verla para verificar que no es peligrosa y - No hace falta que nos ayudéis – interrumpió Jake con gesto serio -. No quiero que corra
después se marchen – le dijo mi tía. peligro nadie más.
- Alice – susurró mi madre. - Jacob, ¿qué dices? – desaprobó mamá.
- ¿Cómo lo sabéis? – siguió Jake -. Ni siquiera puedes ver la decisión que ha tomado. - No podréis con ellos vosotros solos – intervino Alice -. En uno de mis fogonazos vi a su
- ¿Para qué otra cosa iba a ser? – le replicó Alice -. La otra vez se quedaron con las ganas y ejército, como aquella vez en el claro. Creo que vendrán todos de nuevo.
quieren venir a comprobarlo de nuevo. Pero verán lo mismo que hace seis años y se - Eso no lo sabes – respondió él -. Tú misma has dicho que tus visiones son muy confusas y
marcharán. que cambian sin orden ni control.
- Alice – repitió mamá. - Lo sé, pero vale más que nos fiemos de lo poco que veo, que no hacer caso de nada, ¿no
- ¿Qué pasa si se la quieren llevar a Volterra para aprovecharse de su don? – rebatió mi te parece? – replicó, enfadada.
mejor amigo. - Déjanos ayudaros, Jacob – le pidió papá -. Déjanos pagaros la deuda que tenemos con
- Llamaremos a nuestros aquelarres amigos. Si eso es lo que quieren, no se la podrán llevar. vosotros.
- Nosotros también estaremos – apuntó él, severo. - No hay ninguna deuda que pagar – entrelazó sus dedos con los míos y apretó mi mano -.
- Alice, tú tampoco puedes ver a los lobos – intervino mi madre, haciendo que todos se He ganado mucho más de lo que podía pedir.
giraran para mirarla -. A Renesmee no la puedes ver porque está muy vinculada a Jacob, de - Pues no lo pierdas por tu orgullo – le criticó mi padre con su rostro de mármol más tenso.
un modo u otro, siempre estarán unidos. Y tanto que estábamos vinculados. Según el Viejo - Si Alice tiene razón, os atraparán o moriréis todos – le advirtió Jasper -. No menosprecies
Quil, increíblemente vinculados. a los Vulturis. Ir solos es un suicidio.
- ¿Qué? – Alice parecía confusa. Me dio otro escalofrío y un nudo se agarró a mi garganta al escuchar esas palabras.
- ¿Qué es lo que más le llamó la atención a Aro cuando vinieron hace seis años? – preguntó - Jake, por favor – murmuré, poniéndome frente a él -. Creo que tienen razón. Es mejor que
mamá, mirando a mi padre con intención. Éste se quedó boquiabierto, con una expresión vayamos todos con vosotros.
- No, no. Tú no irás – me contestó, nervioso, apretando los dientes -. Si vienen a por asintió, suspirando. Me separé de Jacob y le cogí de la mano.
nosotros, nos enfrentaremos a ellos solos. No voy a poner a nadie más en peligro, y mucho - Está bien, acepto vuestra ayuda – dijo Jake, sesgando el mutismo general.
menos a ti. - Sí, ya lo habíamos escuchado – señaló papá en un tono un tanto burlón.
- ¡Y yo no quiero que te pase nada a ti! – vociferé, angustiada. Se quedó mudo cuando vio - Pero lo haré como cobro de ese favor que dijiste antes, no quiero que se convierta en uno
las lágrimas que ya se deslizaban por mis mejillas, al igual que los demás. Nadie se atrevió que después os debamos nosotros – siguió Jacob, haciendo caso omiso de su comentario.
a moverse cuando rodeé su cuello con mis brazos y pegué mi frente a la suya. Nos Mi familia al completo puso los ojos en blanco.
clavamos la mirada el uno al otro y deslizó sus manos hasta mi cintura. Nos quedamos así - Bien, de acuerdo – contestó mi padre -. Con eso quedaremos en paz.
unos segundos, con mi estómago a punto de salir volando de la revolución de alas - ¿Sabes cuándo tienen pensado venir, Alice? – preguntó Carlisle.
revoloteando que tenía dentro. Noté esa energía hechizante y las cosquillas en la muñeca, - Por el flash que vi de su ejército, creo que podría ser en primavera o verano, aunque no
pero no las hice caso, éste no era el momento -. Por favor, no vayáis solos – le rogué con estoy segura. Lo único que sé es que no había nieve y los árboles tenían hojas. Carlisle se
un hilo de voz -. Sé que tienes que ir por tu condición de Gran Lobo, por eso no te pido que quedó pensativo.
te quedes conmigo. Pero deja que mi familia os ayude. Si ellos están a vuestro lado, - ¿Qué más viste en tus visiones? – quiso saber mamá.
tendréis más posibilidades de vencer. Sólo con el escudo de mamá, ya estaríais muy - No demasiado – suspiró Alice con decepción -. Creo que pude ver que Aro había decidido
protegidos. algo porque nosotros también estamos implicados indirectamente, pero, al estar junto a los
- Nessie… - protestó con un susurro. metamorfos, esos fogonazos no son nada concretos y me complica mucho las cosas. En las
- Me prometiste que no te ibas a poner en peligro a propósito nunca más. Esto es lo mismo, visiones nunca veo a los lobos, pasan de unas a otras descontroladamente y sin cronología
es como ponerse de cebo – musité. ninguna. La única que tengo clara es la del ejército, pero tampoco se ve nada específico,
- Lo sé, pero… tan sólo un montón de encapuchados grises y negros y que, por los árboles, me parece el
- Hazlo por mí, te lo suplico – susurré con los ojos llorosos -. Si te pasara algo, yo me… Yo claro.
no querría vivir… Las lágrimas volvieron a rodar por mis mejillas y Jacob quitó las manos - Si es así como dices, Aro se preparará bien – declaró Carlisle.
de mi cintura para secármelas. - Por lo menos, sabemos que como mínimo tenemos unos seis meses, ¿no? – dijo Jacob -.
- Eso no lo digas ni en broma, ¿me oyes? – me regañó en voz baja mientras me sujetaba la Nosotros también nos organizaremos.
cara con sus calientes manos. - Por supuesto – respaldó Emmett con una sonrisa de oreja a oreja -. Les daremos una
- Eres lo que más me importa del mundo, ¿cómo voy a vivir sin ti si te pasara algo? Me paliza.
prometiste que nunca te irías de mi lado – sollocé, mirándole fijamente a los ojos. - Sí – continuó Jake con idéntico gesto -. Se marcharán con el rabo entre las piernas.
- Nessie… - susurró, al tiempo que empujaba mi nuca y me arrimaba a él para abrazarme -. Ambos se carcajearon al unísono. Increíble. ¿Por qué le gustaba tanto la adrenalina y las
De acuerdo - accedió por fin -. Tú también eres lo que más me importa y no puedo verte sensaciones temerarias? Y yo muerta de miedo y de preocupación por él. A Jacob seis
así. Aceptaré su ayuda. Me aferré con fuerza a su cuello y él también apretó su abrazo. meses le parecían suficientes, a mí se me pasarían volando, seguro.
- Gracias – le bisbiseé al oído.Me aparté un poco y le di un beso en la mejilla. Iba a - Habrá que esperar a ver si Alice puede ver algo más en sus visiones – concluyó mi abuelo
separarme de su cara, pero entonces Jake la giró un poco para clavarme esos penetrantes -. No podemos planificar algo si no sabemos nada.
ojazos suyos, haciendo que nuestras frentes volvieran a rozarse, y ya no me pude separar de Hubo asentimiento y un suspiro general. Al cabo de un momento, el ambiente se fue
él. Lo único que quería ahora era estar más cerca… Hasta que me dio por mirar de reojo a volviendo cada vez más distendido y mi familia se fue dispersando por las diferentes partes
mi alrededor al percatarme de tanto silencio. Todos los colores se me subieron a la cara. No de la casa.
me había dado cuenta hasta ese momento de que mi familia había estado ahí mirando y - Bueno, entonces, ¿ya es oficial? – le preguntó de repente Emmett a Jacob con una sonrisa
escuchando toda la conversación. Esperaba encontrar en el rostro de mi padre el reflejo de que casi se le salía de la cara. Empecé a ponerme colorada al darme cuenta de a qué se
la decepción y el dolor de siempre por vernos tan juntos, pero, para mi sorpresa, estaba refería.
sonriendo, casi diría que con regocijo, y nos miraba con el mismo semblante deslumbrado - Más o menos – contestó Jake con otra.
que el resto de mi familia. En cambio mi madre tenía una cara de desencanto que me - ¿Cómo que más o menos? – protesté.
extrañó un poco. No me dio tiempo a pensar en ello, al observar fugazmente a Nahuel. Me - Tienes razón, es más que menos – aseguró con una sonrisa torcida.
quedé helada cuando vi su mirada de repugnancia. Eso me hizo recordar lo que Jacob me - ¡Jake! – le di un manotazo en el brazo y se echó a reir. Rosalie se cruzó de brazos a la vez
había dicho la tarde anterior en nuestro rincón sobre lo que pensaba de nosotros. Según él, que negaba con la cabeza. Se sentaron en el sofá y yo me quedé de pie, descansando mi
Nahuel pensaba que éramos especies diferentes. ¿Sería eso verdad? ¿Por eso nos miraba espalda en la pared, mirando a Jacob mientras bromeaba y se reía con Emmett y Rose.
con esa cara de aversión? Papá se giró para mirar a Nahuel, después de leerme la mente, y Adoraba su sonrisa, verle feliz y contento, pero mi cabeza no podía olvidar esos seis meses
éste cambió de expresión al instante. Mi padre se volvió de nuevo y me negó ligeramente de plazo. ¿Qué pasaba si las cosas salían mal? Me empecé a sentir un poco culpable por
con la cabeza con total seguridad. Tal vez Jacob se equivocaba con él por sus celos. Papá haber apoyado la intervención de mi familia. Ellos también iban a estar en peligro, y si les
ocurriera algo, sería como arrancarme el corazón, sobretodo si era a alguno de mis padres. - Supongo que querría el trofeo más grande.
Sin embargo… Mi Jacob. Mis ojos no podían apartarse de Jacob. Entonces, me sorprendí - Puede ser – asintió con un movimiento de cabeza. Se hizo un silencio corto en el que los
yo misma de lo que mi mente no dejaba de repetir en lo más profundo de mi subconsciente. dos nos quedamos pensando.
Me lo decía una y otra vez, muy bajito, como si fuese un secreto inconfesable: mi corazón - Ah, otra pregunta – dijo de pronto. Volví a ponerme rígida ante la posibilidad de otra
se quedaría destrozado por algo tan terrible como la pérdida de alguien de mi familia, pero cuestión sobre Jacob y yo -. ¿Por qué tienes el móvil apagado? – me regañó. Se me había
no podía separarse de Jacob jamás. Sí, tenía que admitir que, mejor o peor, con todo el olvidado por completo el tema de la chaqueta.
dolor de mi corazón, aunque me costara casi la vida, podría sobrevivir sin alguien de mi - Es que no sé dónde está – confesé con cara de remordimiento -. El sábado me lo dejé en
familia, pero no sin mi Jacob. Eso hacía que me sintiera fatal, hasta una mala hija. Desde la chaqueta del chándal, debió de quedarse sin batería…
luego, no me merecía una familia como la que tenía. Sin embargo, ¿qué otra cosa podía - Alice no se llevó tu chaqueta – se adelantó, después de leer mis recuerdos -. Nadie te la
hacer? No podía dejar que Jake se fuera solo con su manada y se los llevaran o los mataran. cogió, así que la debiste de perder en el claro – exhaló, enfadado -. Tendré que ir mañana a
Esto me convertía en una persona horrible y en una egoísta, pero no podía vivir sin Jacob, buscarla. Me mordí el labio, extrañada. Estaba segura de que la había dejado junto a la
lo sabía, lo sentía. Sólo imaginarlo, ya hacía que me quedara sin aire, mi propio cuerpo se camiseta de Jacob, ¿cómo la iba a perder?
negaba a respirar si no era a su lado. El anciano Quil Ateara tenía razón, ahora podía sentir - Eres medio humana, no te extrañes de esos pequeños defectos – me achacó con sarcasmo.
lo fuerte que era nuestro vínculo. Nuestras vidas estaban entrelazadas para siempre, hasta el Le hice una mueca.
punto de no poder vivir el uno sin el otro, literalmente. - Bueno, tengo que hacer los deberes – zanjé, dándole un beso en su mejilla pétrea.
Un brazo frío y duro como la piedra me envolvió el hombro, haciéndome volver de mi - Me parece muy bien – me pellizcó la mía suavemente -. Yo llevaré a tu madre a la cabaña
nube. Papá me arrimó a él y me dio un beso en la cabeza. para… Puse los ojos en blanco antes de que acabara la frase.
- Que lo paséis bien, hasta mañana – y me alejé de él para ir junto a Jacob. Mamá se acercó
- No tienes que preocuparte por nosotros – me cuchicheó muy bajito -, y tampoco por tu a mí para darme un beso y salieron disparados por la puerta como meteoritos. ¿Es que no se
Gran Lobo - me echó una mirada llena de intención con una mueca a modo de sonrisa y yo cansaban nunca? Me senté en el brazo del sofá, al lado de Jake, y éste me abrazó por la
empecé a notar cómo mis mejillas pasaban del color rosado al rojo -. He de reconocer que cintura.
me tiene impresionado, la verdad, nunca pensé que fuera a encontrar esa grandeza en él. - Eh, Doc – Carlisle, que en ese momento estaba pasando por delante, se paró y se giró para
- Sí, no entiendo por qué no quiere ser el jefe de su tribu – le respondí sin quitarle ojo a mirarle -. ¿Sabe algo de la cosa esa que nos persiguió el otro día?
Jake. - En realidad, no mucho – admitió -. Todo lo que he leído de los licántropos es lo que ya
- Quiere estar contigo el mayor tiempo posible – me reveló -. Ser jefe de la tribu conlleva sabíamos, más o menos. Me desconcierta que no hubiera luna llena cuando os topasteis con
muchas responsabilidades y le quitaría horas. Además, cree que no se merece el puesto y él. He llamado a mi amigo Louis y va a investigarlo. Creo que el fin de semana pediré
que no lo haría tan bien como Sam. Un lector de mentes era muy útil de vez en cuando. permiso en el hospital y me iré a hacerle una visita para ver qué ha encontrado.
- Es demasiado humilde – suspiré. - Si ese tío sabe algo, cuanto antes nos lo diga, mejor – exigió Jacob -. No quiero a ese
- Por cierto, algún día me tendrás que explicar qué es eso de vuestro vínculo, aunque ya me bicho rondando por nuestros bosques, ya tenemos bastante con todos esos estúpidos
lo imagino por cómo os miráis. Mi cara se volvió a encender. ¿Él también habría notado chupasangres.
esa energía de la que había hablado el Viejo Quil? - Veré lo que puedo hacer – le contestó Carlisle con resignación. Menos mal que mi abuelo
- La hemos notado todos – dijo con agrado, haciéndose eco de mis pensamientos -. Desde ya estaba acostumbrado a sus maneras. Se marchó haciendo mutis hacia su habitación.
que creciste, siempre os habéis mirado de una forma especial, pero últimamente hay algo - ¿Es que van muchos? – le preguntó Emmett con curiosidad.
diferente y asombroso. Estamos alucinados, sinceramente. Menos mal que mi padre estaba - ¡Buf! ¡Últimamente no paran de venir! – exclamó Jake -. Cada día aparecen más, pero
helado y apagaba un poco el fuego de mi rostro, si no, hubiera salido volando como un tendrías que ver la cara que se les queda cuando nos ven – se empezó a reír con maldad y
cohete. yo me puse a reflexionar -. ¡Corren como conejos!
- ¿Puedo hacerte una pregunta? – soltó de repente. - Hay algo que no me encaja – intervine. Los tres se giraron para mirarme -. Hace mucho
- Papá – me quejé. que nadie viene a visitarnos, a excepción de Nahuel, claro, ¿cómo es que van tantos
- Sólo es una cosa – me calmó. Saqué el aire, cansada -. ¿Por qué se tuvo que poner como vampiros a vuestro bosque?
cebo? Respiré con alivio en mi fuero interno y papá sonrió. - Está claro que se ha corrido la voz – respondió -. Ya sabes, hay algunos a los que les
- Le perseguía un vampiro y al muy idiota no se le ocurrió otra cosa que engañarle para gustan las emociones fuertes y quieren medir sus fuerzas con nosotros.
tenderle una trampa. Rememoré la conversación de esa misma tarde, en la que Jacob me - Seguramente – afirmó Emmett -. Enfrentarse a veinticuatro lobos tan grandes como
contaba lo que había pasado, para que mi padre la viera. Qué fácil era así. Se quedó callado caballos es muy tentador – se quedó mirando al frente, fingiendo que lo estaba
unos segundos. considerando.
- ¿Por qué perseguiría sólo a Jacob? – preguntó con gesto reflexivo. - Ni lo pienses – le avisó Jake, siguiéndole la broma -. Te haríamos picadillo en un abrir y
cerrar de ojos. - Soy más dura de lo que piensas – le contesté.
- ¡Ja! – se rió Em. - ¿Ah, sí? Eso quiero verlo ahora – insinuó con un murmullo, mirándome fijamente sin
- En serio, tío. Ya nos hemos enfrentado con varios a la vez y los destrozamos. Imagínate cortarse un pelo por la compañía. Me puse colorada y Emmett carraspeó.
lo que haríamos contigo – Jake se quedó mirándole con una sonrisa maquiavélica. - Os dejamos solos – dijo, levantándose junto con Rosalie -. Nosotros también tenemos
- ¿Con varios? – pregunté, un poco alarmada. cosas que hacer – anunció. Mi tía le dio un manotazo, sonriéndole, y él la cogió en brazos
- ¿Con cuántos? – interrogó Emmett en el mismo tono socarrón. para subirla como una auténtica bala a su dormitorio. ¿Pero qué pasaba en esta casa? ¿Ellos
- Han venido grupos de hasta doce vampiros y los pulverizamos fácilmente. Jacob se reía, igual que mis padres?
pero a mí no me hacía ni pizca de gracia. Emmett y Rosalie pusieron los ojos como platos. - Genial – resoplé -. Con lo ruidosos que son esos dos, ya no puedo ir a mi cuarto para
- ¡¿De doce?! – espeté, asustada -. ¡Esos… esos son muchos! hacer los deberes. Será imposible concentrarse.
- Vaya, sí que despertáis expectación – declaró mi tío, más serio. - Podemos quedarnos aquí, así, hasta que acaben – sugirió Jacob.
- Tranquila – Jake apretó un poco su abrazo -. Estamos muy organizados, somos como un - Así estoy incómoda. Quiero sentarme. Retiró de mi espalda uno de sus brazos y lo pasó
ejército de lobos. Con unas cuantas estrategias, terminamos con ellos. por debajo de mis piernas con rapidez, obligándome a sentarme en las suyas.
- ¿Y desde… desde cuándo van tantos? – quise saber. - ¿Así mejor?
- Desde hace un mes o así – me respondió tan tranquilo -. Pero no te preocupes, está todo - Me siento como una niña pequeña – objeté.
controlado – aseveró, dándome unas palmaditas en la cintura. - Bueno, conozco otra manera – se mordió el labio, sonriente -. Puedes ponerte mirándome
- ¿Y por qué van aquelarres tan grandes sólo para pelearse con un ejército de lobos? – de frente, las niñas grandes se sientan así. Demasiado tentador.
pregunté, confusa. - Ni lo sueñes – le repliqué, intentando que mi voz sonara firme, aunque mis mejillas ya me
- No son aquelarres – matizó él -. Creemos que son nómadas, y vienen de distintos sitios delataban.
para enfrentarse a nosotros. Son grupos que se conocen de hace poco tiempo. No confían - ¿Por qué no? – preguntó con una mirada penetrante -. ¿De qué tienes miedo? No te voy a
los unos en los otros, por eso no nos cuesta nada engañarlos. Lo más seguro es que comer, Caperucita.
coincidan en algún punto y decidan unirse para pelear, nada más. - Eso ya lo sé. Te daría un puñetazo, si lo intentaras.
- ¿Y por qué quieren enfrentarse a vosotros? - ¿Entonces?
- Terminar con una manada tan grande de lobos que se dedica a acribillar vampiros, - Te recuerdo que esta casa está llena de gente. Podrían vernos y pensar lo que no es.
supongo que debe de ser algo así como una medalla para ellos – se encogió de hombros. - Ahora estamos solos – rebatió con una de sus mejores sonrisas torcidas.
- Los nómadas suelen buscar ese tipo de emociones fuertes, por eso vagan por el mundo – - Puedo quedarme así, no estoy tan incómoda – afirmé.
me explicó Rosalie -. Cuando se les presentan oportunidades como esta, no las - Ya, pero estarías mucho más cómoda de la otra manera - discutió.
desaprovechan. Cualquier cosa vale para un chute de adrenalina, y ese tipo de peleas les - Estaría mejor sentada en el sofá, como las personas normales.
encanta. Tu perro tiene razón – Jacob le dedicó una mueca -, lo más seguro es que se haya - Vamos, ¿no te gusta estar cerca de mí? – cuchicheó. Ese era el problema, que me gustaba
corrido la voz. desmesuradamente.
- Por lo que veo, últimamente la gente está muy encaprichada con los lobos – opinó - Venga, no voy a intentar nada – imploró al ver que mi máscara empezaba a
Emmett. resquebrajarse -. Solamente quiero charlar contigo y me gusta tenerte de frente. No me veía
- Sí, ya ves. Es lo malo de ser tan guay – afirmó Jake con una enorme sonrisa. Me daban encima de Jacob solamente charlando. Seguramente mi cuerpo se lanzaría sobre él cuando
ganas de arrancarle la cabeza. Mientras yo estaba que me moría de los nervios, él parecía la pulsera se pusiera a hacerme cosquillas como una loca, y a saber cómo terminaba la
que estaba encantado. cosa. Sólo pensar en la escena, ya me ponía mala. Tiempo, Nessie. Tómate las cosas con
- Bueno – suspiré, cansada, mientras me levantaba -, me voy a la habitación. Tengo que calma, me obligué a decirme a mí misma.
hacer los deberes. Cogí a Jake de las manos y tiré de él para que se pusiera de pie, pero, al - Pero yo no puedo charlar, porque tengo que hacer los deberes – le contesté, reteniendo
igual que el día anterior en nuestro tronco, no fui capaz de levantarlo. toda la amargura que me quemaba por dentro al tener que perder tal ocasión -. Voy a mi
- ¿De verdad tienes sangre de vampiro? – cuestionó él, riéndose -. No tienes nada de habitación a por la mochila – dije, bajándome de sus piernas.
fuerza. - Ay – suspiró con un tono deliberadamente elevado -. Bien, como no ha colado, me pondré
- Te vas a enterar – le respondí, también entre risas. Tiré con todas mis ganas y lo levanté a ver la tele.
un poco del sofá. Sin embargo, mi impulso no fue suficiente, Jacob se cayó de nuevo en el - Sí, mejor – asentí mientras empezaba a subir las escaleras. Cuando bajé de mi cuarto, él
asiento, tirando de mí a propósito. Mi cuerpo se estampó contra el suyo y me encarceló con estaba viendo un partido, repantigado en el sofá. Me senté en la enorme mesa de cristal y
sus brazos. Apoyé las manos sobre sus hombros y me aparté todo lo que me dejó, para saqué mis libros para hacer los deberes. Esa noche no dormí mucho. Tuve una pesadilla en
mirarle enfadada. la que salían los Vulturis. Los lobos estaban en el claro, junto con mi familia,
- ¿Te has hecho daño? – preguntó con su sonrisa burlona. enfrentándose al poderoso ejército de túnicas grises y negras, pero no estaba mi Gran Lobo,
y yo tampoco. De pronto, me vi otra vez en el suelo, sobre la nieve, paralizada, sin poder del cristal. Lo que más rabia me da es que te tengas que mojar tú también.
moverme, y temblaba de frío. Entonces, mis ojos se quedaron aterrados con la escena que - No pasa nada. Tengo el casco, y a tu lado no creo que pase mucho frío – le sonreí.
presenciaron. Mi colosal lobo rojizo se enzarzaba en una pelea a muerte con un monstruo - No, eso seguro – me ratificó con otra sonrisa -. Venga, será mejor que nos vayamos o sí
de ojos amarillos, afiladas garras y enormes colmillos. Jake entró en mi dormitorio que te mojarás – dijo, despegándose de mí para darme el casco.
apresuradamente cuando grité su nombre. Me incorporé para abrazarle con fuerza y me - ¿A dónde vamos? – le pregunté mientras me lo ponía.
desahogué llorando sobre su cuello. - A casa de Emily y Sam. Tengo que hablar con las manadas sobre la visita de los Vulturis.
- ¿Ya estás mejor? – me preguntó con un susurro al cabo de un rato mientras seguía - ¿Están todos ahí?
peinándome el pelo con los dedos. Asentí con la cabeza y me separé un poco de él para - Casi. Cheran, Thomas e Ivah estarán vigilando el bosque, por si acaso. He convocado una
tocarle el rostro, cerciorándome de que estaba allí conmigo de verdad -. ¿Podrás dormir? reunión para organizarnos – de repente, se quedó mirándome con el rostro un tanto
- Si duermes conmigo, sí. arrepentido -. Perdona, es que no he tenido tiempo de hacerlo antes. Si lo prefieres, puedo
- Nessie… - empezó a objetar. llevarte a tu casa y después ya voy yo.
- Por favor – imploré entre sollozos, abrazándole de nuevo -, esa pesadilla ha sido horrible. - No, vamos. Así veré a los chicos – le contesté con alegría. Jacob también sonrió y se
Soñé que te enfrentabas a esa criatura que nos persiguió el otro día. Necesito tenerte cerca, subió a la moto después de secarme el asiento con la mano. Me monté y me agarré fuerte,
por favor, por favor… Se quedó unos segundos en silencio y luego expulsó un suspiro de adosándome bien a él para no pasar frío. Arrancó con el estrepitoso estruendo de siempre y
rendición. salimos a toda mecha hacia la reserva. Cuando entramos en casa de Sam y Emily, ya
- Vale, hazme un sitio - me separé con júbilo, dándole un beso en la mejilla, y me moví estaban las dos manadas esperando. Shubael – el cuarto más joven junto con los otros tres
hacia mi izquierda para dejarle hueco -. Tus padres van a terminar echándome de esta casa que Jake había puesto de guardia – se encontraba en su forma lobuna, seguramente para
– murmuró. Como la semana pasada, me arropó y se echó boca arriba, encima de la colcha. hacer de transistor con sus compañeros del bosque. El resto: diecisiete enormes chicos,
Pero esta vez yo no me conformaba con eso, así que me acerqué a él, me incorporé y le Sam y Leah, se sentaban repartidos entre la mesa del comedor y la barra de la encimera,
cogí de la mano derecha. Tiré de ella para que se girase hacia mí y me acomodé en su apretujados. Parecían un equipo de baloncesto al completo. La silla del anfitrión estaba
pecho desnudo, entre sus brazos. Inspiré su más que agradable efluvio y sonreí de felicidad. vacía, preparada para que se sentara Jacob. Nada más que pasamos la puerta, se hizo un
- Vaya, cuando decías cerca, no pensaba que te refirieras a esto – cuchicheó con mi adorada silencio y todos se pusieron en pie. Jake resopló y yo me quedé fascinada otra vez por esa
sonrisa torcida -. ¿En el sofá no querías, y ahora sí? sensación de profundo respeto que flotaba en la pequeña estancia. Me di cuenta de que,
- Cállate y duerme – le contesté, achuchándole otro poco. Me olió el pelo y también apretó además de Emily, también estaban Kim, Rachel y otras cinco chicas que no conocía. Por lo
su abrazo. Jacob me esperaba apoyado en la moto. Lloviznaba levemente, pero el coche menos, tendría con quien hablar. Me acerqué a ellas en cuanto saludé a todo el mundo con
aún no estaba en buen estado, todavía le faltaba la luna trasera, así que no le quedó otro un hola. Jacob se sentó en su silla y los demás le siguieron. Emily estaba en el tresillo junto
remedio que venir a buscarme en su Harley Sprint. a Kim y otra de las chicas. Las otras cinco se encontraban en el suelo, haciendo una especie
- Bueno, chicas. Mañana nos vemos – me despedí de mis amigas. de corrillo. Sabía que si podían estar aquí, se debía a que eran las parejas de los
- Espera, Nessie – me paró Helen cuando ya tenía el pie preparado para salir disparada imprimados. Me acomodé en la alfombra al lado de Rachel, entrelazando las piernas. Todas
hacia Jake -. Se me olvidó decirte que mañana después de clase vamos de compras a Port tenían los ojos puestos en mí. Seguramente sabrían que yo era un semivampiro, pero, para
Angeles, ¿te apetece venir? mi asombro y agrado, sus miradas no eran de cautela o miedo, en realidad, no parecía
- Sí, vente – me animó Jessica -. Lo pasaremos bien. importarles mucho ese detalle, sino que más bien me observaban con curiosidad. Era la
- Puede venir Jacob, si quiere - Brenda le saludó con la mano y le guiñó el ojo. chica nueva.
- Vale, iré – maticé. - Mira, Nessie, te presento a Eve, novia de Aaron, Ruth, novia de Brady, Sarah, novia de
- Genial – mi compañera de pupitre sonrió, contenta. Luego, miró a Jake -. Será mejor que Canaan, Martha, novia de Daniel y Jemima, novia de Jeremiah – me dijo Emily,
te vayas ya. Se está cogiendo una buena mojadura – me aconsejó, señalándole con la señalándome a cada una con la mano.
cabeza. - Hola, encantada – les hice un gesto con la cabeza.
- Sí, es verdad – me reí -. Hasta mañana. Me marché, diciéndoles adiós con la mano, y troté Todas eran chicas de la reserva y, por tanto, tenían el pelo negro, la tez cobriza y los ojos
hacia Jake. En el momento en que nos abrazamos, me di cuenta de que Helen tenía razón. oscuros. No eran unas chicas extraordinariamente hermosas, sin embargo, las cinco tenían
- Estás empapado – le dije, aunque no me despegué de él, lo justo para mirarle y pasarle los algo que las hacía bellas. Eve se sentaba al lado de Kim. Llevaba el pelo liso, por la
dedos por el pelo. barbilla, era bastante delgada, si bien no la afeaba para nada, y era muy alta, mediría 1,80,
- Bueno, es que llevo un rato aquí esperándote – me contestó con su adorable sonrisa. como poco. Aunque estaban sentadas, podía calcular la longitud de sus piernas
- Lo siento, me he entretenido un poco con mis compañeras. perfectamente. Ruth era la más baja, tenía una melena recta, lisa, y era menuda. Sarah
- Nah, no importa, esto no es nada para mí. Además, ya me había mojado viniendo en la mediría 1,70 más o menos, como yo, y su pelo largo lucía un rizo de permanente. Era una
moto. Me parece que tendré que arreglar el coche lo antes posible, por lo menos el asunto mujer ancha, pero proporcionada, y su rostro era bastante agraciado. Martha era un poco
más baja que Sarah, tenía el pelo corto, a la moda, era la única que tenía unas mechas - de - ¿Cómo? Yo, no sé… - empecé a jugar con mi pelo con nerviosismo, ruborizada otra vez.
color caoba - y sus facciones eran perfectas. Jemima mediría lo mismo que la anterior, - Venga, puedes decírnoslo – me animó Rachel con un cuchicheo -. No saldrá de aquí, te lo
tenía el pelo liso, por los hombros, llevaba un tupido flequillo que le tapaba hasta las cejas prometo. Vamos, sé que te gusta mi hermano. Oh, no. Mi cara ya iba a explotar.
y sus pestañas sobresalían larguísimas. También era bastante bonita. Me fijé en que todas - ¿Cómo es eso de la energía cuando os miráis? – quiso saber Sarah, con los ojos muy
llevaban sus pulseras de compromiso, con los colores de sus correspondientes lobos. abiertos del entusiasmo.
- Así que tú eres la chica del Gran Lobo – me comentó Sarah con una blanca sonrisa y los - Sí, eso. ¿Cómo funciona? – azuzó Eve.
ojos iluminados de la emoción. - ¿Qué sientes? – siguió Ruth. Por fin, se quedaron mudas. No obstante, fue para mirarme
- Bueno, no… no soy su… chica – desmentí, llena de vergüenza. expectantes, esperando mi respuesta con fervor. Llegados a este punto, me pareció una
- ¿No eres la semivampiro que imprimó a Jacob? – me preguntó Martha, extrañada, tontería disimular más, sabían demasiadas cosas y, además, sabían que eran ciertas. Sus
mirando mi pulsera. novios les debían de haber contado todos los pensamientos que Jacob les había dejado oír o
- Sí, es ella – le confirmó Rachel, mirándome de reojo con travesura -, pero todavía está en que no había podido ocultar. Me lo tomé como una especie de terapia de grupo de chicas de
la primera fase, ya me entendéis. Las demás asintieron con un aaaah generalizado. imprimados, total, me venía bien hablar de esto con gente que hubiera pasado por lo
- ¿Primera fase? – quise saber. mismo. Tragué saliva, cogí otro mechón y me lancé.
- Es la fase de la negación – declaró Eve -. Casi todas hemos pasado por eso. - Pues… yo… noto una energía que me atrae hacia él. Bueno, es más bien como… magia,
- Todas menos Kim – matizó Jemima. Ésta se puso tan roja como yo y bajó la mirada un hechizo, no sé. Como si me quedase hipnotizada – reconocí tímidamente con un susurro
tímidamente. bajísimo para que Jacob no lo oyera, aunque estaba muy ocupado hablando, con un plano
- Sí, a mí ya me gustaba Jared en el instituto – admitió. enorme encima de la mesa -. Me… me cuesta mucho apartar la vista de sus ojos y…
- Yo no estoy pasando ninguna… negación, ni nada – les contradije, riéndome. despegarme de él. Miré a Rachel de soslayo y ésta me cogió del brazo, sonriéndome
- Oh, ya lo creo que sí – siguió Ruth -. Pero al final caerás, como todas. Empezaron a orgullosa por mi confesión.
reírse, llamando por un momento la atención de los metamorfos, que enseguida volvieron a - ¿Tan fuerte es? – exclamó Jemima, impresionada.
su discusión. - A mí nunca me ha pasado eso – dijo Ruth con una mueca.
- Ya hemos oído lo que pasó en casa del Viejo Quil, así que no disimules – cuchicheó - ¿No? – me sorprendí -. Pensaba que a vosotras os pasaba lo mismo.
Rachel, guiñándome el ojo y dándome un codazo. Fenomenal. Que eso saliera de boca de - Yo me quedé alucinada cuando vi por primera vez a Canaan – intervino Sarah, sonriendo
la hermana de Jake, me daba el triple de vergüenza. Ahora mi cara parecía un tomate. Leah al recordar -, y me enamoré de él, porque claro, es mi media naranja, pero nunca me he
tenía razón. Al parecer, en La Push las noticias corrían como la pólvora. Miré a Jacob un quedado hipnotizada de esa forma al mirarle.
tanto enfadada, seguramente esos pensamientos no se los había ocultado a sus hermanos, lo - Yo tampoco, la verdad – admitió Eve, echando un vistazo a Aaron.
que no me quedaba claro era si había sido a propósito o no. Aunque también podía haberlo - No seáis tontas – intervino Emily -. ¿Cómo os va a pasar lo mismo? Jacob es el Gran
contado Sam o Billy. Lobo y sólo él tiene ese poder espiritual. Las demás asintieron al unísono, observando a sus
- Yo ya me di cuenta el día que viniste a conocer a Ethan – afirmó Emily, sonriendo con respectivas parejas, incluida Kim, que lo hizo como con encogimiento. De pronto, sus
convicción -. Cuando Jacob lo tenía en brazos, se quedaron atontados, mirándose como rostros cambiaron de expresión. Pasaron de la alegría a la preocupación en dos latidos de
tortolitos – les explicó a las demás. La sangre volvió a invadir mi cara al acordarme de corazón.
aquello. Hubo otra risotada y los chicos se volvieron a girar para mirarnos durante dos - ¿Saldrá todo bien? – preguntó Jemima con el desasosiego pintado en sus ojos de color
segundos. Leah estaba en la mesa con ellos y se mordía el labio como con envidia. Se chocolate.
notaba que le hubiera gustado más sentarse a cotillear con nosotras, que estar ahí hablando - No os preocupéis – afirmó Emily, otra vez adoptando el papel de madre de todas ellas -.
de emboscadas y estrategias. En ese momento, yo daría un brazo por todo lo contrario, ya Sam y Jacob saben lo que hacen. Además, contamos con la ayuda de los Cullen. Todas se
que el chismorreo iba sobre mí. giraron para mirarme. Me empecé a sentir un poco responsable por todo lo que estaba
- ¿Dónde están Joshua y Ethan? – le pregunté a Emily para iniciar otra conversación. pasando. Sabía de sobra que era una tontería, puesto que yo no tenía la culpa, pero lo cierto
- Con sus abuelos, pero no me cambies de tema – se incorporó hacia las que estábamos es que si Aro se había encaprichado con los lobos, era porque ellos estaban allí para
sentadas en el suelo, todavía con las molestias por su reciente parto. Kim y Eve hicieron lo defenderme a mí.
mismo y se arrimaron a ella para escucharla. El círculo se cerró más. - Lo siento – murmuré, agachando la cabeza -. Si no hubierais tenido que enfrentaros a los
- Mira, al principio cuesta asimilarlo – bisbiseó muy bajito -. Un día estás tan tranquila y al Vulturis hace seis años…
día siguiente te enteras de todo esto de los lobos porque uno de ellos está imprimado de ti. - Jake se imprimó de ti y, desde ese mismo momento, formas parte de nuestra gran familia
Aunque en tu caso es diferente, tú ya estabas al corriente de todo y le conoces de toda la – me cortó Emily, levantándome la cara con suavidad -. Nadie tiene la culpa, excepto esos
vida. Vulturis. Rachel me acarició el brazo para animarme y darle la razón a Emily. Asentí,
- ¿Qué sientes cuando te mira Jacob? – me preguntó Martha, toda emocionada. intentando sonreír, pero sólo me salió una ligera curva hacia arriba. Aunque yo no era la
novia de Jacob, podía identificarme perfectamente con ellas. Le observé mientras debatía Jacob giró el rostro para mirarme. Lo tenía tan pegado al mío, que empecé a notar las
con Sam y el resto de sus compañeros. Podía adivinar lo que sentían ellas al mirar a sus fuertes y aceleradas palpitaciones en mi caja torácica.
lobos. Yo con mirar al mío, ya me temblaban las piernas solamente con imaginármelo - ¿Cómo de a gusto? – quiso saber, con una sonrisa. Ya sabía por dónde iba, y no quería
enfrentándose al ejército de los Vulturis, y eso que era mi mejor amigo, si fuera mi novio… arriesgarme a mantener mi mirada con la suya para no caer en la tentación, así que me
En ese preciso instante, mi corazón pegó un bote cuando me di cuenta de que si fuera mi obligué a mirar hacia abajo.
novio, sentiría exactamente lo mismo, por eso las comprendía tan bien. Me quedé - Pues lo mismo que con mis amigas del instituto – le señalé. Mientras él suspiraba
mirándole fijamente. ¿Qué pasaría si fuéramos novios? Escuchar la palabra, dicha por mí audiblemente y miraba al techo de nuevo, me acordé de algo.
misma en mi mente, hizo saltar las mariposas de mi estómago. ¿Por qué siempre le - Por cierto, mañana después de clase voy a ir de compras a Port Angeles con ellas.
llamaba mi lobo? La pulsera empezó a hacerme cosquillas y me quedé de piedra, ya que - Vale, me parece bien. Así podrás renovar tu pequeño vestuario – me dijo con su sonrisa
me las hacía ahora y no estaba pegada a Jacob. Entonces, recordé que también me las había burlona.
hecho en el restaurante cuando a Nahuel se le había escapado que Jake estaba imprimado - Ja, ja – le respondí con sarcasmo –. Pues puede que me compre algo, no sé.
de mí. ¿Qué me intentaba decir la pulsera? Ahora no me pedía que le besara. ¿Es que me - Podías comprarme algo a mí, ¿no? Ya sabes, como tu familia es rica y eso… – me
decía que fuera la novia de Jacob? Mi aro de cuero vibró suave otra vez para propuso.
confirmármelo. Por supuesto, eres la pulsera de Jake, qué me vas a decir, le critiqué para - Claro, ¿qué quieres? Volvió a girar el rostro para mirarme, sonriendo.
mis adentros. Sentí las cosquillas de nuevo en mi muñeca. ¿Qué me dices ahora? No te - Tonta, era una broma – miró al techo otra vez y habló más serio –. Nunca aceptaría el
entiendo, la contesté. Ya estaba hablando con la pulsera una vez más, me estaba volviendo dinero de tus padres. Me coloqué boca abajo y me apoyé en su torso para verle mejor la
loca de verdad. cara.
- Todo va a salir bien, ya lo verás – me dijo Martha, interrumpiendo mis chaladas - ¿Y si te quisiera hacer un regalo? – le pregunté por curiosidad.
cavilaciones. - Ya me los haces en mi cumpleaños.
- Sí – le respondí, aunque yo no las tenía todas conmigo, y eso que conocía el poder de mi - Sí, pero todavía queda mucho para el catorce de enero. ¿Y si quisiera regalarte algo antes?
familia y de sus aliados. Las chicas empezaron a contarme cómo se habían enterado de la Sería con la paga que me dan mis padres.
imprimación de sus novios para cambiar un poco de tema. Algunas historias y situaciones - Podrías hacérmelo tú o regalarme algo más personal, no tendrías por qué gastarte dinero
eran realmente divertidas. Como había dicho Emily, es un poco fuerte descubrir que el en mí – respondió, sin dejar de peinarme la melena -. Ese tipo de regalos me encantan.
chico del que te has enamorado se puede transformar en un enorme lobo, aunque, como Aunque, bien pensado, tú no sabes tallar figuritas, ni hacer pulseras, ni nada de nada – se
habían mencionado antes, todas sucumbieron finalmente. Mientras charlábamos, miré a mi mofó -, así que igual sería mejor que me lo compraras, siempre y cuando no fuera muy
alrededor y me sorprendí de lo integrada que me encontraba en ese grupo que acababa de caro, claro – afirmó, sonriéndome abiertamente -. Bueno, pensándolo bien, si lo que
conocer. Era muy cómodo y fácil no tener que esconder ni fingir nada. quisieras fuera regalarme un Ferrari, tampoco le haría ascos para nada. Y si quisieras
Sin embargo, y aunque sí fingíamos estar tranquilas, todas volvíamos la vista de vez en regalarme una Harley Davidson…
cuando hacia nuestros lobos, pensando en los seis meses que quedaban para la llegada de la - Vale, vale – le corté, taponándole la boca con la mano -. Veo que tendría muchas
batalla. opciones. Se la destapé y nos reímos.
- En serio – siguió, ya sin reírse -, podrías regalarme lo que quisieras, mientras no te costara
ACORRALADA mucho dinero – la mano que acicalaba mi pelo se quedó en mi espalda y la otra la subió
para acariciarme la mejilla con sus sedosos y cálidos dedos -. Viniendo de ti, me encantaría
Se hizo tarde y Jacob me llevó a su casa para cenar allí. Billy no contaba con nosotros y él seguro – susurró, enganchándome con sus pupilas.
ya lo había hecho, así que nos preparamos algo rápido y lo comimos en la cocina los dos Mi voluntad y mis ojos cedieron al notar cómo mi vello se levantaba, no pudieron evitar
solos. Después de llamar a mi casa y recogerlo todo, nos fuimos a su pequeño cuarto para cerrarse, y mi rostro rotó ligeramente por sí solo para rozar la punta de sus dedos con mis
tirarnos un rato encima de la cama, puesto que no había otra cosa para sentarse. Jacob se labios. Todas sus ardientes yemas tomaron la iniciativa y tocaron mi boca, una por una, de
echó boca arriba y levantó el brazo para que yo me acurrucase junto a él. Me eché de lado y su dedo meñique al pulgar, haciéndome quedar sin el poco aire que mis pulmones se
me acomodé en su costado de buena gana, colocando mi mano sobre su torso. acordaban de inspirar. Alcé un poco la cabeza en el momento en que sus dedos comenzaron
- ¿De qué os reíais todas? – me preguntó mientras empezaba a pasar los dedos entre mi a deslizarse por mi mandíbula y bajaron, acariciando mi garganta lentamente,
pelo. estremeciéndome de punta a punta. Mi respiración se agitó aún más cuando se abrieron
- De nada. Cosas de chicas lobo – le contesté con una risilla al recordar algunas de las paso por el escote de mi blusa, hasta que se detuvieron en la parte superior de mi pecho.
anécdotas. Volvieron a reptar, pero esta vez hacia arriba. Pasaron por mi cuello y se quedaron en mi
- Veo que te lo has pasado bien. nuca. La pulsera ni siquiera tuvo que vibrar. Abrí los párpados y clavé mis pupilas en sus
- Sí, son todas muy simpáticas. La verdad es que me sentí muy a gusto con ellas – admití. intensos ojos negros, que también me miraban fijamente. Rocé sus labios con las yemas de
mis dedos, del mismo modo que había hecho él. Eran muy suaves y calientes. Su viaje. Se la notaba emocionada por tener la oportunidad de saquear todas las tiendas que
respiración también se aceleró cuando bajé la mano, palpando todo su torso, y la metí por pudiera. Acabó haciéndome gracia y todo cuando empezó a contar sus anécdotas con sus
debajo de su camiseta para acariciar sus músculos con los dedos, sintiendo su tórrida y innumerables ex-novios y chicos que iban a verla al Ocean, pero la sonrisa me desapareció
tersa piel. Billy picó a la puerta, sobresaltándome. Saqué la mano de allí inmediatamente y de sopetón cuando me preguntó si Jacob iría ese jueves por allí.
me tumbé boca arriba, un poco más lejos de Jacob, con las mejillas más que ruborizadas. Por fin, llegamos a la ciudad y Jessica consiguió aparcar el coche en una calle cercana a
- Hasta mañana, chicos. Me voy a la cama – voceó desde fuera. Jacob se puso de pie de un Webster Park. Nada más salir del vehículo, Brenda localizó unas cuantas tiendas en las que
salto y se acercó para abrir la puerta. quería echar un vistazo. La seguimos, ya que empezó a desfilar delante de nosotras
- Nosotros nos vamos ahora – le oí decir con un cuchicheo. meneando las caderas sin parar, y entramos en la primera tienda a la que nos llevó.
- Como queráis. Hasta mañana, Nessie – se despidió, asomando la cabeza. Todas nos repartimos por el local, como si del despliegue de una tropa se tratase, y
- Hasta mañana, Billy – le respondí, incorporándome hasta quedarme sentada. empezamos a buscar prendas. Brenda lo hacía como loca, a los cinco minutos, su brazo ya
- Mañana estaré por aquí más tiempo – le anunció Jake -. Nessie se va de compras a Port no podía aguantar más trapos. Helen no ponía muy buena cara, su estilo era muy diferente
Angeles con sus amigas después de clase. al tipo de ropa que se vendía allí.
- De acuerdo – oí las ruedas de la silla de Billy alejándose -. Hasta mañana, hijo. - Voy a probarme esto, chicas – proclamó Brenda, alzando el montón de vestimentas que
- Hasta mañana – le contestó Jacob, cerrando la puerta. Se giró hacia mí, me miró durante portaba. Cogí dos camisetas y dos pantalones a juego y entré en el probador de al lado.
unos segundos y después suspiró con desilusión -. Bueno, ¿nos vamos? Ahora ya me había acostumbrado por completo a mi cuerpo, incluso me gustaba. Me alegré
- Sí – le contesté, levantándome de la cama. Me cogió de la mano y me llevó hasta la cuando probé los conjuntos que había elegido y me quedaban bien.
puerta de la entrada, apagando las luces a su paso. Salimos al exterior y caminamos en - Toma – me dijo Helen, metiendo la mano entre la cortina para pasarme un vestido cuando
silencio durante un rato, en dirección al garaje. estaba a punto de vestirme -. Pruébalo, creo que te quedará guay.
- Estoy pensando que mañana te puedo ir a buscar al instituto cuando vuelvas de Port - ¿Y tú? – le pregunté, agarrándolo -. ¿No te quieres probar nada? Metió la cabeza para
Angeles – me dijo, ya llegando -. Así tus amigas no se tendrán que desviar tanto para hablar conmigo.
llevarte a casa y yo me quedaré más tranquilo, ¿qué te parece? - Este tipo de ropa no me va, pero he visto este vestido y creí que te quedaría bien – me
- Es buena idea. Te llamaré después del almuerzo para decirte una hora. miró de arriba abajo y pestañeó -. Sí, definitivamente te quedará de lujo con ese cuerpazo.
- Vale – aprobó, pasándome el casco. Pruébalo. Sacó la cabeza y yo pude ponerme colorada tranquilamente.
Jake sacó la moto, la llevamos hasta la carretera y nos montamos para encaminarnos hacia - Luego iremos a otra tienda que te guste a ti – le sugerí.
mi casa. Helen y yo salimos de la última clase y esperamos al resto en el pasillo. Las - Eso espero – exhaló. Extendí la prenda roja, desabroché la cremallera y me lo puse. El
primeras que aparecieron de entre el bullicio fueron las gemelas, que estaban litigando para cierre estaba por el lateral del vestido, así que no me hizo falta llamarla para que me
ver quién de ellas conducía en la ida y quién en la vuelta, pues íbamos a hacer el viaje en su ayudara. Me miré bien por delante y por detrás. La tela era imitación a la gasa, el pico del
coche. Brenda tardó un poco más en llegar. Estaba en el servicio, se había retocado porque escote se formaba al cruzarse en el pecho y se unía a la espalda por medio de unos gruesos
sabía que Jacob me vendría a buscar a nuestra llegada. Salió como un pincel del baño, con tirantes que dejaban al descubierto los hombros. Iba ceñido hasta la cintura, cayendo
su ropa ceñida y sus tacones de aguja. Ahora me explicaba la bolsa que había traído, lo después natural sobre los muslos, y llevaba un cinturón ancho de color negro que resaltaba
había hecho para cambiarse, la muy descarada. la figura. Me quedaba bastante bien, tenía que reconocerlo.
- Bueno, ¿nos vamos ya? – protestó Helen -. Si tardamos tanto, no nos dará tiempo a nada. - ¿Te gusta? – Helen volvió a introducir su cabeza por la ranura de la cortina para mirar
- Tranquila, las tiendas no se van a mover – le replicó Brenda, taconeando hacia la entrada. cómo me quedaba -. ¡Guau, te queda de cine! – exclamó -. Tía, pareces una top model. Te
Helen y yo pusimos los ojos en blanco y las gemelas resoplaron a la vez. Salimos al lo llevarás, ¿no?
aparcamiento y nos dirigimos al coche de Alison y Jessica, que también lo compartían. Qué - No sé si me atreveré a ponérmelo – reconocí, mirándome en el espejo y mordiéndome el
vacío me parecía ese aparcamiento sin la presencia de Jacob. Ya le había echado de menos labio, indecisa -. ¿No es un poco atrevido?
desde el mismo momento en que le dejé en su moto por la mañana y esto me recordaba que - Por Dios, Nessie – resopló -. Solamente enseñas un poco las piernas y casi no se te ve
no le iba a ver hasta la noche, demasiado tiempo. El vehículo era un Ford Explorer estilo nada de canalillo. Además, las que tenemos bastante pecho tenemos que lucirlo de vez en
Ranger verde metalizado, de segunda mano y con cinco puertas. Por su aspecto, parecía cuando, ¿no te parece? Tendrías que ver algunos de los míos – miró a su lado y se metió
bien cuidado. conmigo en el probador -. Piensa en la cara que pondría Jacob si te viera con este vestido –
Finalmente, Jessica tomó el mando y Alison se tuvo que conformar con ser el copiloto en el me cuchicheó al oído –. Seguro que lo dejas boquiabierto y ya no se despega de ti. No pude
viaje de ida. Me senté la primera, junto a la ventanilla, detrás de Alison, y después de una evitar sonreír ante esa idea.
pequeña discusión, Helen consiguió la otra, así que Brenda se sentó a mi lado, para mi - ¿Tú crees? – murmuré.
desgracia. Se había puesto mucho perfume y el olor era muy fuerte para mi sensible olfato. - Si no tienes cuidado, puede que hasta te lo arranque – me soltó en un tono pícaro. Me
Abrí un poco la ventanilla para poder respirar. Brenda no dejó de hablar durante todo el puse tan roja como el vestido.
- Helen – la regañé, empujándola suavemente mientras se reía con una risa traviesa que me resto se reía y seguían con sus piropos. Seguí caminando sin alterar lo más mínimo mi paso
contagió sin que lo pudiera evitar. y giré a la otra calle. Ya me empecé a irritar de verdad cuando escuché que los pasos
- Venga, llévalo – cogió la etiqueta y miró el precio -. Además, como no es de temporada, continuaban detrás de mí. Esto ya pasaba de castaño a oscuro. Le iba a dar una lección a
está rebajado, mira. ese tipejo. Le quitaría las ganas de meterse con nadie más haciéndole una llave que me
- Está bien – suspiré con una risa -. Me lo voy a llevar, pero tendré que comprarme una había enseñado Jasper para este tipo de situaciones. Me giré con rapidez para pillarle por
chaqueta y unos zapatos a juego, ¿no crees? sorpresa, sin embargo, la que se quedó con los ojos como platos fui yo cuando le vi. La
- Voy a buscártelos ahora mismo – se ofreció, saliendo disparada del probador. Empezó a bolsa se me cayó al suelo de la impresión y un escalofrío se me incrustó en el estómago,
recordarme a Alice, en estilo gótico, y me reí. No me podía creer que me fuera a llevar el dejándome paralizada. Sus ojos amarillos reflectantes estaban clavados en mí, de igual
vestido sólo por ese argumento. En realidad, yo no debería seducir a Jacob, sino más bien modo que en mis peores pesadillas. Brillaban como el iris de un gato en la oscuridad y me
todo lo contrario, sobretodo porque no quería hacerle daño. Pero la imagen de Jake observaban obsesivos y depredadores. Su monstruoso cuerpo y su desfigurado semblante
rozándome con sus dedos mientras llevaba este vestido, se me antojó más que apetecible, estaban bastante cubiertos de un vello largo y negro, pude verlo a través de su camisa y sus
casi como un deseo imparable que inundó mi mente y barrió cualquier otro pensamiento. pantalones rasgados, aunque seguía teniendo el aspecto más parecido al de un humano
Helen era muy buena, enseguida me encontró una chaqueta negra que combinaba peludo y descomunal. No podía olerle por la brisa marina que él tenía a su favor, había
perfectamente con mi vestido. Salí con las dos camisetas, los dos pantalones, el vestido y la esperado bien el momento para intentar atacarme por la espalda. Abrió su boca y me
chaqueta. En la primera tienda, ya me había gastado más de la mitad del presupuesto que enseñó sus enormes y puntiagudos dientes mientras salivaba hambriento. Avanzó un paso
me había fijado. Ahora tendría que reprimirme en el resto de los locales, había hecho bien hacia mí con su gigantesco pie descalzo y yo retrocedí automáticamente. Cuando volvió a
en traer el dinero justo para no gastar demasiado. pisar en mi dirección, eché a correr por instinto. Galopé lo más deprisa que pude, pero
Hicimos una ruta con las tiendas que nos gustaban a todas. Empezamos con las que le estaba tan aterrorizada, que lo hacía sin rumbo ni dirección, ni siquiera sabía dónde me
gustaban a Brenda, seguimos con las que nos gustaban a Jessica, Alison y a mí y encontraba. Las calles estaban vacías y algo oscuras, podía escuchar sus pasos muy cerca
terminamos con las que le gustaban a Helen. Cuando nos marchamos de la última, de de los míos y sus gruñidos se me metían por el oído, horrorizándome más. Sin saber cómo,
estilo gótico, íbamos todas cargadas de bolsas. Terminé comprándome un par de sudaderas me encontré de frente con un callejón sin salida. Me di la vuelta y le vi acercándose a mí a
y unos zapatos de tacón negros a juego con el vestido, para exprimir lo que me quedaba de toda velocidad. Mis piernas decidieron solas y tomaron impulso para saltar por encima de
presupuesto. Mientras caminábamos, ya llegando al coche, me di cuenta de que me faltaba él, dejándole otra vez a mis espaldas. Eso le enfadó y me persiguió de nuevo, resollando
una bolsa. Al final mi padre iba a tener razón con eso de mis pequeños defectos de medio con ansia. Conseguí alejarme un poco de él y salir de esa calle. Sin embargo, todo se me
humana. vino abajo cuando me topé con otra cerrada. La escapatoria en esta era casi imposible, dada
- Genial. Me he dejado la bolsa de los zapatos en la última tienda. Tengo que ir a buscarla. su estrechez y los altísimos muros lisos que la cercaban, sin un relieve ni saliente para
- ¿Te acompaño? – se brindó Helen. poder escalar. Estaba acorralada. Apreté los dientes y me giré para hacerle frente. No tenía
- No, no hace falta, gracias – le contesté, dándole mis otras bolsas -. Vengo enseguida, otro remedio. Si quería sobrevivir, tenía que defenderme y luchar. Estaba sola y muerta de
esperadme en el coche. miedo, pero, desde luego, no tenía pensado ser el aperitivo de ningún licántropo o lo que
- ¿Estas segura? Ya es de noche, no deberías ir tú sola – me dijo mientras me alejaba. fuera. Se abalanzó sobre mí, estampándome la espalda contra la pared. El impacto fue tal,
- ¡No te preocupes, sé defenderme! – voceé sin mirar atrás. Giré la esquina corriendo a que el estruendo hizo eco en los paramentos colindantes y el muro se agrietó,
velocidad humana y aceleré a lo semivampiro cuando no vi a nadie. Llegué a la vacía calle desparramándose en el suelo trozos del enfoscado y la pintura blanca. Me quedé sin
de la tienda gótica, que estaba a punto de cerrar, y entré. La dependienta ya estaba con las respiración durante unos segundos, del golpe, y me mareé, tiempo que él aprovechó para
llaves en la mano. sostenerme por el cuello y deshacerse de mi cazadora de pana; quería abrirme el torso para
- Disculpa, creo que me he dejado aquí una bolsa con unos zapatos hace cinco minutos. comerse mis órganos y la prenda era un estorbo. La rasgó con sus afiladas uñas con
- Ah, sí – la chica se acercó al mostrador y sacó mi bolsa -. ¿Es esta? impaciencia, reduciéndola a unos retales que cayeron sobre la calzada, y empezó a olerme
- Sí – suspiré, aliviada, cogiéndola -. Gracias. con voracidad mientras jadeaba como un animal.
- De nada. Salí contenta de la tienda y la dependienta cerró la puerta con llave a mis De repente, mi pulsera vibró. Lo hizo fuerte, como un móvil, y entonces me espabilé como
espaldas. Inicié la vuelta caminando – había llegado demasiado pronto a la tienda con mi si me hubieran echado un cubo de agua helada. Intenté zafarme con todas mis fuerzas, pero
velocidad de semivampiro, para que me diera tiempo antes de que cerrasen, y ahora tenía me apresó otra vez contra la pared. Aunque luché para impedirlo, sus manos eran tan
que hacer un poquito de tiempo, para que no me vieran hacer un trayecto de cinco minutos enormes, que le bastó una para sujetarme las muñecas. Lo hizo con tanta presión, que no
en uno – y avancé tranquilamente hasta que crucé la esquina. Pasé por delante de un grupo podía moverme. Noté su asquerosa y agitada respiración en mi cuello mientras me
de chicos que me importunaron y me dijeron guarrerías de toda clase, pero ni me inmuté. Si arrancaba el primer botón de mi blusa. La pulsera vibró de nuevo para avisarme y, de
a alguno se le ocurriera intentar algo, lo alzaría con una sola mano y lo lanzaría a los cubos pronto, me acordé de por qué lo hacía. Comprendí, horrorizada y asqueada, lo que ese
de la basura. Uno de ellos llegó a levantarse y me siguió durante unos metros mientras el horrible monstruo quería en realidad. No quería comerme. Quería separarme de mi lobo
tomándome por la fuerza, creyendo que así me haría suya. Una explosión de fuego me haciendo fuerza con mi hombro y mi espalda, y le puse la mano derecha en la cara para que
atravesó entera de la cabeza a los pies y la lucidez se presentó en mi cerebro con absoluta no se arrimara más y no me echara su aliento de amoniaco. Pero era imposible, yo seguía
certeza. No sabía de qué forma ni por qué era así, pero todo mi ser, cada célula de mi sin ser un vampiro completo y él estaba fuera de sí; me clavaba su mirada obsesiva y
organismo, cada parte de mi cuerpo, le pertenecía a Jacob. Yo era solamente de Jacob, toda alocada mientras resollaba salvajemente, luchaba con mi otra mano para intentar rajarme
de Jacob. Mi fuerza vital respondió instintivamente a la llamada de mi aro de cuero de una los pantalones. En ese momento, entendí por qué el poderoso Cayo no había podido
forma salvaje y feroz. Sentí cómo el calor desaparecía de un ramalazo, mi sangre de exterminar a los licántropos.
vampiro se hacía con mis venas y se volvía helada. Mi corazón ralentizó al máximo el - ¡NOOOOO! – le chillé con todas mis ganas. Entonces, la pulsera reaccionó de nuevo.
número de latidos y cada músculo de mi cuerpo se tensó hasta volverse duro como el Vibró una sola vez con una energía extraordinaria e impresionante. En esta ocasión, la onda
mármol. Por primera vez en mi vida, era casi vampiro y apenas humana. Por supuesto, expansiva fue colosal, ardiente como el fuego, y estalló en su cara, haciéndole salir
lucharía por mí, pero sobretodo iba a hacerlo por Jacob. Él me daría fuerzas, en cierto despedido de espaldas hasta que se estrelló en una de las paredes con otro ruido atronador.
modo, siempre estaba dentro de mí, incluso ahora me parecía olerle. Ese monstruo no me Mientras seguía en el suelo retorciéndose y gimiendo, con las manos en su cara quemada,
tocaría, jamás, no tocaría lo que no era suyo. Mi labio superior se retiró como un acto yo eché a correr a toda velocidad. Ahora mis piernas no corrían, volaban. Lo único que
reflejo para mostrar mi implacable dentadura y un potente rugido retumbó en todas las escuchaba era el zumbido de los edificios pasando a la velocidad del sonido a mi lado.
paredes de alrededor cuando salió por mi garganta. Percibí el leve golpeteo de varios latidos de corazón y me dirigí hacia allí. Llegué
- ¡Déjame! – le escupí con un gruñido agresivo. Se paró en seco cuando iba a arrancarme el rápidamente a una calle más iluminada y con gente, estaba llena de restaurantes y locales.
tercer botón, y me miró con sus ansiosos ojos amarillos. Los observé fijamente con una Me apoyé en una farola con mis manos temblorosas e intenté relajarme respirando
mirada llena de odio y le enseñé mis dientes de forma amenazante para ver si se rendía, sin profundamente. Seguí mi avance a un trote humano. Un olor familiar se me metió por la
embargo, en vez de apartarse, eso le entusiasmo más y se echó sobre mí. nariz y lo seguí durante varios metros. Cuando giré la esquina, encontré a mis amigas, el
Con un movimiento enérgico y enfurecido, separé mis muñecas de su garra y conseguí aroma del perfume de Brenda era inconfundible.
apartarlo hacia atrás, empujándolo con una inusitada fuerza. Permaneció quieto, - ¡Nessie, ¿dónde estabas?! – exclamó Helen -. ¡Estábamos buscándote preocupadas!
mirándome de una forma maníaca y neurótica, emitiendo unos sonidos profundamente - Lo… lo siento – murmuré, confundida y desorientada. Se quedaron mirándome atónitas,
guturales. Ese monstruo no había contado con esta transformación que a mí también me en silencio.
había dejado perpleja, aunque no tenía tiempo para pensar en ello. Desplacé mi cuerpo - ¿Qué te ha pasado? – me preguntó Helen, acercándose a mí para tocarme la cara. Me
unos pasos lateralmente y él hizo lo mismo para quedarse delante. Estaba claro que no iba a atusé el pelo para que no lo hiciera y se detuvo a observarme -. Estás muy pálida, ¿te
dejarme marchar. Me puse en posición de ataque, agazapándome, y se quedó frente a mí encuentras mal?
para esperarme, sin dejar de jadear. Era repulsivo. Tenía que salir de allí como fuera, - Sí, me… me he desmayado – me inventé -. Si no os importa, me gustaría irme a casa, por
aprovechar cada oportunidad, así que corrí hacia él y me lancé a su cuello con un salto más favor.
grácil y preciso de lo normal. Aulló de dolor cuando le clavé los dientes con saña, pero no - Claro – contestó Alison con el rostro todavía perplejo.
pude engancharle la yugular. Me alejé de un brinco y volví a intentarlo con extremada - Espera – dijo Helen, obligándome a pararme para no tocarla -. ¿Dónde está tu bolsa con
rapidez, tomando impulso con el muro que tenía a mi izquierda. Esta vez se retorció con un los zapatos? ¿Y tu cazadora? La esquivé y empecé a caminar hacia el coche, si ese
rugido estremecedor cuando hinqué mi dentadura y le rompí el hueso del brazo. Tuve que monstruo me había seguido, mis amigas estarían en peligro.
esquivar su gigantesco puño, ya que lo arremetió contra mi cabeza, saltando a un lado. Se - La tienda estaba cerrada, y la cazadora la perdí cuando me desmayé – volví a mentir.
abalanzó, furioso, sobre mí. Finté el ataque de sus fauces con un movimiento veloz y ágil y - ¿Cómo que la perdiste? – quiso saber Brenda, intrigada.
me arrojé hacia él de nuevo. - Sí, me la quité cuando me empezó el sofoco, y cuando me desperté, ya no estaba – abrí la
Aunque le asalté con toda mi potencia, era una presa demasiado grande para mí incluso puerta y me subí al coche -. Creo que me la han robado, así que mañana tendré que ir a
como vampiro, y consiguió agarrarme por el cuello. Me incrustó contra el paramento, poner la denuncia. A diferencia de mi madre, a mí se me debía de dar muy bien mentir,
sujetándome por la garganta con una sola mano y me levantó del suelo. Se disponía a porque todas se tragaron la sarta de mentiras.
rasgar mi blusa, pero no le di opción. Enganché mis manos a la suya y tiré de sus dedos - ¡Pues menudo susto nos has dado! – se quejó Brenda, sentándose a mi lado.
hasta que oí el crujido de sus falanges. Me soltó súbitamente, gimiendo por el daño, y caí - La próxima vez, no vayas tú sola – me regañó Helen, cerrando su puerta -. Has tenido
de pie en la calzada. Levanté mi pierna, girando con un movimiento vertiginoso para suerte de que sólo te hayan robado la cazadora. No te imaginas la de depravados que hay
hacerle una de las llaves que mi padre me había enseñado, y lo lancé hacia el muro de por ahí sueltos. Y tanto que lo sabía. Todavía me temblaba el cuerpo entero, incluso
enfrente. Inicié la huida, sin embargo, saltó enloquecido en mi dirección y, de un empezaba a sentirme débil. Alison conducía en el viaje de vuelta, así que se sentó en el
manotazo, salí despedida de frente hacia la pared, colisionando estrepitosamente y asiento del conductor y, por fin, arrancó el coche para iniciar la marcha. No me quedé
produciendo un enorme boquete. No me dolió, pero antes de que me diera tiempo a tranquila hasta que salimos de la ciudad, anduvimos algunos kilómetros y comprobé que
reaccionar, me aplastó contra el paramento y se pegó a mí por detrás. Le separé un poco, esa bestia no nos seguía en coche.
Sin embargo, mi cuerpo no dejaba de temblar, y cada vez me notaba más y más débil. De Entonces, le vi por la ventanilla de Helen y mi corazón saltó de nuevo; todo mi cuerpo
pronto, algo llamó mi atención, quemándome la garganta. Se clavó en mi cerebro como un exprimió lo que le quedaba de energía, tenía que intentar llegar a él.
cuchillo candente. - ¿Es que ese chico nunca tiene frío? – preguntó Alison, sorprendida de que sólo llevara sus
Brenda estaba hablando de algo, pero ni siquiera presté atención a su voz. Tan sólo podía pantalones negros cortos y su camiseta verde oscuro, en este último día de septiembre.
escuchar el bombeo de la sangre que pasaba por su cercana yugular. Y no solamente el de - La verdad es que no – logré contestar con una sonrisa apagada.
ella, podía oír y oler a la perfección los cuatro flujos de sangre que me rodeaban. Distinguía - Te acompaño – se ofreció Brenda, acicalándose y mirándose en el espejo retrovisor de
los ritmos cardíacos, los latidos, la tensión arterial. La boca se me hizo agua y la garganta delante.
me quemaba por la sed, parecía que me la estuvieran raspando por dentro con un palo. Mi - No hay tiempo – le avisó Alison -. Se nos ha hecho muy tarde y nos tenemos que ir ya.
cuerpo estaba muy debilitado y necesitaba sangre, tenía que beber, apagar toda mi sed. - Sí, nuestros padres nos van a matar – se quejó Jessica.
Pero la pequeñísima parte de mí que aún era humana consiguió hacerme ver y me di cuenta - Bueno, ya… me voy, entonces – dije con un hilo de voz, abriendo la puerta del Ford.
de que no las tenía que hacer daño, eran mis amigas, mis compañeras. Luché con todas mis - Nos vemos mañana – se despidió Helen.
fuerzas contra ese deseo asesino que me atraía como un potente imán. Bajé mi ventanilla y - Sí – murmuré con un nudo en la garganta ante esa imposible perspectiva. No tenía fuerzas
miré por ella para inhalar el aire del exterior, tenía que entretener mi olfato con otros para despedirme, parecía mentira, pero en los pocos días que las conocía, ya las había
olores. cogido cariño. Me puse en pie como pude, cerré la puerta y les dije adiós con la mano
- ¡Nessie, por Dios! ¡Cierra esa ventanilla, qué frío! – me pareció que exclamaba Brenda. mientras se alejaban.
- Déjala, ¿no ves que no se encuentra bien? – escuché que decía Helen. Empecé a Espero que te haya gustado
marearme y se me nubló la vista. Mis manos temblaban de debilidad y de frío, tenía
muchísimo. Apoyé la cabeza contra el respaldo y vi cómo todo me daba vueltas. Pom, DONACIÓN
pom, pom, pom…Pom, pom, pom, pom... … sonaban los cuatro órganos acompasados
como si de cuatro bombos se tratasen. Cuatro flujos bombeados, danzando la misma Cuando me giré y lo vi de cerca, mi corazón consiguió latir a trompicones muy lentos y
canción. Tragué saliva y cerré los ojos, apretando mis párpados. Mi corazón latía cada vez torpes. Eso hizo que pudiera moverme y caminar hacia él. Por supuesto, enseguida notó
más y más lento, se iba parando como un reloj que se queda sin cuerda, podía sentirlo, y que me pasaba algo y se acercó a mí corriendo. En cuanto llegó, impulsé mis brazos para
también cómo mi propia sangre apenas fluía por mis venas. rodear su cuello con mis pocas fuerzas y me sostuve en su cuerpo. Ya era feliz.
El esfuerzo de mi organismo al transformarme en casi vampiro había sido extremo, eso - ¡Nessie, ¿qué te ha pasado?! – exclamó, apartándome la cara de su pecho y sujetándomela
añadiendo la energía perdida en la pelea con el licántropo y que llevaba mucho tiempo entre sus suaves palmas para mirármela -. Mierda, tus ojos… Y estás helada – murmuró,
alimentándome de comida humana. No tenía reservas de sangre y mi cuerpo estaba alarmado, con las pupilas llenas de preocupación y ansiedad.
consumiendo la suya propia a un ritmo brutal, igual que le había hecho a mi madre en su - Jake… - susurré a duras penas mientras me acariciaba el rostro impacientemente con sus
vientre. Y parte de mí seguía siendo humana, no era un vampiro completo, mi organismo cálidas manos y me metía el pelo detrás de las orejas; ahora su tacto era más tórrido que
no disponía de ponzoña para transformarme del todo y no viviría. Si no aliviaba mi sed nunca.
pronto, mi corazón acabaría sucumbiendo al quedarse sin sangre para bombear y me - Tu propio olor es diferente, pero… - de repente, se quedó paralizado. Frunció el ceño y
moriría sin remedio. Y lo estaba haciendo. Mi corazón seguía apagándose a cada minuto, empezó a mascullar con furia creciente -, este otro efluvio… ¡es de esa cosa! ¡¿Te ha hecho
cada vez más. Respiraba con fatiga, el aire me hacía daño en los pulmones y el mareo algo?! – escupió, apretando la dentadura, a la vez que el calor le subía como un rayo por la
aumentó. Mi cerebro quería centrarse sólo en no morirse, pero ya era demasiado tarde. Ya espalda mientras estudiaba mi rostro. Entonces, bajó la mirada y se fijó en mi blusa. Su
ni siquiera podía oír ni oler los flujos de sangre, mis sentidos se embotaron. Mi organismo mandíbula se cerró audiblemente y sus dientes rechinaron cuando comprendió el
ya no luchaba por sobrevivir. Estaba apunto de desfallecer, cuando mi mente proyectó la significado de mis botones arrancados. Su semblante cambió y pasó de la furia a la ira
imagen de Jacob frente a mis párpados. Mi corazón pegó un salto y me espabilé un poco, lo incontrolada en una fracción de segundo. Pude notar cómo su cuerpo se erguía para mirar
justo para no desmayarme. Pensé en él, en que si me tenía que morir, por lo menos tenía al horizonte y empezaba a temblar, desprendiendo fuego por todos sus costados. Su
que verle una vez más. Tenía que aguantar hasta el aparcamiento del instituto, si moría respiración se aceleró cada vez más hasta volverse en amenazantes gruñidos y sus ojos
entre sus cálidos brazos, besándole, viendo su rostro por última vez, sería una muerte dulce, negros se llenaron de odio y agresividad, clamando venganza. Sin embargo, antes de que le
la mejor de todas. Podría despedirme de él, decirle que fuera feliz por mí, y mi alma dejaría diera tiempo a levantar un pie para ejecutarla, mis piernas cedieron y se doblaron. Jacob me
este mundo en paz para velar por él desde el más allá para siempre. Aguanté gracias a esa sujetó por la cintura, me alzó y me apoyó en su cuerpo, sosteniendo de nuevo mi cara entre
idea el resto del viaje. sus manos.
- Ya hemos llegado al aparcamiento, Nessie – oí la voz lejana de Jessica. - ¡Nessie! ¡¿Qué te pasa?! ¡¿Qué te ha hecho?! – exclamó, alarmado y angustiado,
- Jacob te está esperando – me dijo Helen. Al escuchar su nombre, mis células y neuronas mezclado con la furia que aún había en su mirada.
se llenaron de adrenalina para cumplir su última misión y pude incorporarme. Los ojos se me cerraban y apenas podía respirar, podía oír los silbidos de mis bronquios
cuando intentaban coger oxígeno. fijamente -. Vas a chupar mi sangre. Me quedé más helada de lo que estaba.
- No… no ha podido… tocarme – murmuré a duras penas entre la fatiga -. Me… - ¿Qué…?
transformé… en vampiro… y pude… escapar – cogí aire y descansé un par de segundos - Tu organismo está absorbiendo su propia sangre porque tu lado vampiro la necesita. Lo
para seguir hablando -. Pero ahora… mi cuerpo… consume… mi sangre…, como… hice… veo en tus ojos, son rojo escarlata. Tienes que tomar sangre para que tu cuerpo no tenga
con mamá – pude abrir mis párpados y las lágrimas rodaron por mis mejillas cuando por fín que hacer eso. Pues bien, vas a beber de la mía.
observé mis adorados ojos negros, que me miraban desesperados. Arrastré mi mano de su - No, Jake… - mis ojos volvieron a cerrarse.
nuca a su rostro para tocarlo -. Jake…, mi corazón… está… dejando… de latir… Me… - Mírame – me ordenó, meneando mi cara. Así lo hice -. No hay tiempo, Nessie – acarició
estoy… muriendo - jadeé, aproximando mi rostro al suyo para besarle. mi rostro con vehemencia -. Ya he buscado presas, pero de noche es muy difícil
- ¡No! ¡No lo permitiré! – murmuró con rabia contenida. Deslizó sus manos hacia mi nuca, encontrarlas, lo sabes. Necesitarías un animal considerable, y lo único que encuentro son
entre mi pelo, y acercó sus ardientes labios a los míos -. Yo también me niego a perderte, alimañas y animales nocturnos. Yo estoy aquí, soy grande y fuerte, y mi condición de
¿me oyes? – me susurró -. Te quiero. Sus palabras se clavaron en mi alma en el mismo metamorfo me permitirá recuperarme pronto. Puedes sacarme un par de litros
momento en que mi organismo empezó a desvanecerse, y no me dio tiempo a contestarle; tranquilamente, con eso será suficiente para que te recuperes y pueda llevarte a casa. Allí
me escurrí y no pude llegar a su boca para cumplir mi último deseo. Carlisle te dará más sangre.
- Sé feliz por mí – fue lo único que conseguí exhalar con un hilo de voz mientras caía. - Pero… si empiezo…, no… no podré… parar… - musité casi sin aire, asustada -. Nunca…
- ¡NO! – gritó, tomándome en brazos. he tomado… sangre… humana… así de… fresca...
Echó a correr a toda velocidad, con mi cuerpo ya casi inconsciente colgando. Me levantó - Bueno, la mía es un poco animal – bromeó, en un intento de relajarme. Al ver que no
un poco para arrimarme a él y mi cabeza cayó sobre su hombro. Me la sujetó, poniéndome surtía efecto, pegó su frente a la mía y me habló con un susurro, clavándome sus intensas
la mano en la mejilla, y aceleró. Su cuerpo caliente y cómodo me reconfortó, podía pupilas con determinación -. Sé que puedes hacerlo. Confío en ti. Mi corazón quería latir
morirme allí y sería muy dulce. Pero Jacob era muy rápido. Al cabo de un minuto, con fuerza al tenerlas tan cerca, lo intentó, pero no pudo.
estábamos en el bosque que había cerca del instituto, podía oler la tierra húmeda y la - Si… te muerdo…
vegetación mojada. Se adentró otro poco y me dejó con sumo cuidado en el suelo, sentada, - No pasará nada, tú no eres venenosa. De lo único que tienes que preocuparte es de no
con la espalda y la cabeza descansando en un árbol. Se quitó la camiseta y se alejó veloz abrirme la yugular del todo y de parar a tiempo. - ¿y le parecía poco? Mis manos
entre los grandes pinos y abetos. empezaron a temblar y me acarició la cara otra vez -. Te he visto atacar desde que eres
- Jake… - le llamé sin apenas voz. Me quedé sola en el bosque, acompañada solamente por pequeña, sé que puedes ser muy cuidadosa y precisa, yo te lo he enseñado. Luego la
los sonidos típicos de la naturaleza en la noche. Mi corazón apenas latía ya, mi cuerpo no tendrás que tapar con los dedos para que no salga la sangre a borbotones y pueda curarse
podía moverse y estaba congelado, temblaba, tenía muchísimo frío. Mis ojos se cerraban, pronto. Con que la tapes un minuto, servirá. Pero recuérdalo bien, la herida no se cerrará si
rindiéndose a lo inevitable. Un ruido de pisadas hizo que mis párpados se levantaran. Era es un torrente continuo y me moriré desangrado. Con tanto rajar, borbotón y torrente mi
Jacob en su forma lobuna. Corría de aquí para allá a toda velocidad, buscando algo con su instinto de vampiro se despertó de su agonía y empecé a oler su sangre.
nariz. Se paraba a rastrear y después sólo se veía un borrón marrón bermejo que se alejaba - No puedo… No puedo… hacerlo, ni… beber… tu… sangre – sólo con decirlo, ya se me
como una exhalación. Cuando volvió a aparecer ante mi vista, le llamé de nuevo. hacía la boca agua. Podía escuchar el potente latido en su cuello, pero la idea de tomar el
- Jake… Levantó del terreno su enorme cabeza y se acercó a mí, raudo. Me acarició la cara plasma de Jacob me asustaba, olía demasiado bien. Demasiado -. No… estaría… bien –
con su hocico y me dio varios lametones. resollé ya con ansia.
- Quédate… conmigo… hasta… el final – jadeé, afónica. Me lamió y me frotó con su - Sí, sí que puedes. Tómatelo como una donación de sangre para una transfusión - Jacob
cabeza, emitiendo unos profundos y agudos gimoteos. Sus expresivos y llorosos ojos observó mis ojos sedientos y acercó del todo mi rostro al suyo para susurrarme en los
negros se clavaron en los míos y me observaron durante un rato, angustiados. Quería labios con seducción -. Vamos, nena. Seguro que mi sangre es muy caliente y apetitosa.
acariciarle, pero no tenía fuerzas para levantar la mano. De pronto, su expresión cambió. Se Con un jadeo salvaje, me lancé a su cuello, haciendo que su cabeza chocara contra el
incorporó y se puso a dar vueltas, nervioso, con la mirada en el suelo, moviendo la cola con tronco. Le hice una pequeña muesca en la yugular con mi colmillo y le clavé los dientes
ansiedad. Se paró frente a mí para mirarme de nuevo y dio un pisotón en el suelo con su alrededor de la herida para fijarme y empezar a succionar. Jacob apretó la mandíbula y se
inmensa zarpa para girarse y adentrarse una vez más entre los árboles a la velocidad del retorció un poco, agarrándose a las raíces del árbol con tensión; emitió un gemido sordo,
viento. pero no se movió ni se quejó más. Empecé a beber su sangre en sonoros tragos, estaba
- Jake… - sollocé al ver que se había ido. En unos segundos, se presentó ante mí a dos muy, muy caliente y extremadamente deliciosa, era lo mejor que había tomado en mi vida.
piernas. Se sentó a mi lado, giró el torso para agarrarme de la cintura y pasó mi pierna por Tan pronto como me llegó al estómago, éste empezó a absorberla y su vida se mezcló con
encima suyo para ponerme de frente, sobre él. Estaba tan débil, que parecía una muñeca de mi escasa sangre. Todo mi cuerpo se revitalizó al instante y sentí cómo cada célula de mi
trapo. Tuvo que sostenerme la cara con sus manos para que pudiera mantenerla erguida. cuerpo se volvía vigorosa y fuerte. Me arrimé todo lo que pude a él para sorber más,
- Vale, esto es lo que vamos a hacer – me habló con decisión, mirándome a los ojos aferrando sus hombros con mis manos para que no se moviera ni un centímetro. La energía
me subió como un chute de adrenalina y la excitación que su sangre me producía me suavemente hacia él y mi pecho se unió al suyo, fundiéndonos en un abrazo. Notar su
dominó, su sangre me volvía loca. Mis vísceras y mi propio plasma, mezclado con el suyo, tórrida y sedosa piel pegada a la mía me estremeció e hizo revivir a todas mis mariposas y
ardían, de lo hirviente que estaba su líquido; todo mi organismo entró en calor, noté cómo mis taquicardias. El nudo saltó y se escaparon las lágrimas que había intentado contener
mi corazón renacía, latiendo con vigor y potencia, y cómo mis músculos se volvían blandos delante de Jacob; las descargué sobre su hombro y él apretó frágilmente su abrazo. Nos
y carnosos, medio humanos. quedamos así unos minutos, en silencio, sintiendo el pálpito de nuestros corazones en
- Nessie…, me estoy… mareando… - murmuró sin apenas voz. Pero yo no podía parar, aún nuestros pechos y escuchando los sonidos del bosque nocturno.
no. Tenía que tomar un poco más, lo necesitaba como un drogadicto necesita su dosis. - Lo siento – sollocé cuando ya fui capaz de hablar.
Tomé unos cuantos tragos mas… hasta que sus manos dejaron de sujetarse a las raíces y su - Lo has hecho muy bien – murmuró. Me despegué para mirarle.
cabeza cayó sobre mi clavícula. Entonces, un chispazo de discernimiento emergió en mi - Pero si casi te mato – me lamenté.
cerebro humano; recordé que era mi Jacob al que le estaba quitando la vida y me aparté de - La verdad es que casi me dejas seco – intentó bromear con entusiasmo, pero se quedó a
su cuello urgentemente. las puertas -. Te dije un par de litros y tomaste mil por lo menos. No pude evitar sucumbir a
- ¡Jake! – chillé, angustiada, a la vez que un chorro de sangre salía disparado hacia mi su gran esfuerzo de quitarle hierro al asunto.
blusa, poniéndomela perdida. Me apresuré a taparle la yugular con los dedos, presionando - Tengo que reconocer que tu sangre me vuelve loca – admití con una sonrisa.
la raja bien para que no se escapara ni una gota de sangre más. Un minuto, un minuto, me - Eso ya lo sé. Todo yo te vuelvo loca – sonrió como pudo. Pues sí, pero eso no tenía
indiqué nerviosamente a mí misma en mi mente. Le levanté la cabeza con la otra mano y se pensado reconocérselo.
la sostuve contra el árbol. - De momento, sólo tu sangre – entonces, mi rostro cambió y se puso serio -. Te has
- Jake, por favor… - supliqué entre lágrimas mientras le acariciaba la frente y la sien. Me arriesgado demasiado.
cercioré de que había pasado más de un minuto y retiré mis dedos con mucha prudencia, - Paraste a tiempo y tú estás bien, que es lo que realmente importa – afirmó con un
por si acaso la herida no se había curado del todo. Cual fue mi sorpresa cuando vi que sólo murmullo, acariciando mi mejilla con el dorso de su mano -. Además, yo confiaba en ti,
tenía una pequeña cicatriz rosada, incluso mi mordisco casi había desaparecido. El corte se sabía que lo conseguirías. Me eché sobre su hombro y le abracé de nuevo, se estaba tan
había cerrado completamente. bien ahí.
- ¡Jake! ¡Jake! - le imploré, llorando, acariciando su rostro ansiosamente con las dos manos - ¿Te das cuenta de que me has salvado la vida? – musité.
-. ¡Aguanta! ¡No me dejes, por favor! Su cuerpo yacía en la tierra sin un atisbo de vida y su - Bueno, tú salvaste la mía – me respondió con un susurro.
rostro estaba completamente pálido y manchado por la sangre que había en mis manos. Me - ¿Yo? ¿Cuándo? – quise saber, extrañada.
eché sobre su pecho desnudo a llorar desconsoladamente, rezando para que no fuera - Cuando me imprimé de ti – confesó -. Tú eres mi ángel. Mi garganta se vio bloqueada por
demasiado tarde. un instante.
- Tengo… que… comer algo – balbuceó casi mudo. Levanté la cabeza súbitamente, con el - Y tú el mío – murmuré finalmente, apretando mi abrazo -. Siempre has sido mi ángel de
corazón latiéndome, por fin, a mil por hora. la guarda. Sus brazos me estrecharon aún más y estuvimos así otros pocos minutos, sin
- ¡Jake! – me arrojé a su cuello, pero esta vez para abrazarle. Rodeó mi espalda con sus hablar.
debilitados brazos. Me separé y le toqué la cara con inquietud, atestiguando que estaba bien - ¿Ves cómo estás más cómoda así? – espetó de repente.
de verdad; ya tenía algo de color. - ¿Así? – me separé para mirarle sin comprender.
- Lo conseguiste, pequeña – susurró apenas, sonriendo con una frágil sonrisa torcida. - Sentada como las niñas grandes – me contestó, mordiéndose el labio, sonriente. Me fijé
- No. Lo conseguimos – le corregí, correspondiéndole la sonrisa y pegando mi frente a la en nuestra postura. Yo estaba despatarrada sobre Jacob, en sujetador, rodeándole el cuello
suya. con mis brazos frente a su pecho desnudo mientras él me sujetaba por la cintura. Mi nueva
- Sí – aceptó. Abrí mi blusa de un tirón y me la quité para limpiarle la cara con la parte de sangre se me subió de golpe a la cara.
tela que estaba limpia, quedándome en sujetador. - Ya veo que te has recuperado del todo – le reproché, poniéndome de pie al instante.
- Guau – quiso exclamar, aunque sólo le salió un murmullo sin brío. - Todavía estoy un poco mareado – alegó, quejumbroso.
- Cállate – murmuré, escapándoseme una sonrisilla. Mientras le limpiaba el rostro, me - ¿Puedes levantarte? – le pregunté, preocupada, agachándome en cuclillas.
repasó de arriba a abajo y después se quedó mirándome a los ojos, maravillado. - Sí, creo. Pero necesito comer algo para recuperarme.
- Eres tan preciosa… – susurró a duras penas. - Hay una hamburguesería por aquí cerca – recordé -, podemos ir ahí. Se quedó mirándome
- Shhhh, no hables – le contesté en voz baja. Seguí frotando su cara ansiosamente durante y me echó otro repaso.
un buen rato, aunque ya estaba limpia, como si borrando su inexistente sangre también - Será mejor que te limpies – me señaló el pecho con el dedo y me miré sorprendida. Yo
fuera a eximirme de mi culpa. Tenía un enorme nudo en la garganta que no se iba, casi también tenía algo de sangre que había traspasado la tela -. Luego puedes ponerte mi
había matado lo que más me importaba del mundo. Después de observarme otro poco, me camiseta. Agarré mi blusa y me limpié a fondo. Si entraba en mi casa llena de vampiros
sujetó la muñeca y me quitó la blusa de la mano para que dejara de limpiarle. Tiró con la sangre de Jacob… Me froté bien hasta que me cercioré de que no quedaba ni un
rastro y recogí su camiseta del suelo. - Eres una buena enfermera – murmuró con un amago de sonrisa, mirándome atontado.
- ¿Puedes traerme las deportivas? – me pidió mientras me la estaba poniendo -. Están detrás - Antes me diste de comer tú y ahora te doy de comer yo – le susurré -, así que come y
de aquel abeto de allí. calla. Se rió sin fuerzas y le dio otro mordisco a la comida. En unos segundos, se la terminó
- Claro. Me dirigí a ese sitio y las vi tiradas en la tierra. Se las cogí y me acerqué a él para de cuatro mordidas, así que le saqué otra, con la que hizo exactamente lo mismo. A la
ponérselas. Le ayudé a levantarse, poniendo su brazo por encima de mis hombros, y él se cuarta hamburguesa, ya levantó los brazos para sujetarla él mismo. Me senté a su lado, más
apoyó en el tronco para no caerse. Aún así, se tambaleó y no me dio tiempo a sujetarle. Se tranquila, y le observé mientras comía una tras otra. Ya no tenía ni una señal de cicatriz,
echó encima de mí, estampándome en el árbol que tenía detrás. pero verle en esa situación por mi culpa me dolía como si me clavaran un cuchillo en el
- Lo siento, ¿te he hecho daño? – me preguntó, alarmado, separándose un poco de mí para corazón y le dieran vueltas.
mirarme. Si supiera que en ese momento estaba en el cielo… Tuve que obligarme a - ¿Te hice daño? – le pregunté con un hilo de voz, avergonzada.
respirar. - Bueno, no es agradable, la verdad – me contestó, ya más reanimado. Se metió otro trozo
- No…, no te preocupes – sólo me salió un susurro. Asintió y se despegó de mí para iniciar de hamburguesa y lo tragó, masticándolo muy poco -. El mordisco duele lo suyo, pero lo
la marcha de nuevo. Volví a poner su brazo sobre mis hombros y empezamos a andar. que más cosa da es la succión, me dejaste el cuello machacado – le dio un respingo -. ¡Uf!
Parecía que estuviera sosteniendo a un borracho, no tenía fuerzas ni para aguantarse en pie. Sólo de acordarme, ya me produce escalofríos y todo – comió otro bocado y siguió
Caminábamos haciendo eses por el bosque, hasta que finalmente vimos la carretera. hablando -. Y luego está cuando tragabas mi sangre como si fuera agua, menos mal que
- Espérame aquí – le dije, asistiéndole mientras se sentaba detrás del primer pino del tengo un buen estómago – paró de comer para mirarme -. Después, me llegó tu olor de
bosque, junto al asfalto. Me quedé de rodillas a su lado -. Voy a por las hamburguesas, siempre y ya no me importó nada, fue entonces cuando me desmayé – se encogió de
¿cuántas quieres? hombros como si fuera lo más normal del mundo y abrió la novena hamburguesa -.
- ¿Invitas tú? – me preguntó con una sonrisa. ¿Quieres? – me ofreció. Mi cuerpo vibró de felicidad cuando le vi tan recuperado, casi
- Por supuesto. Es lo menos que puedo hacer, ¿no te parece? – le sonreí, acariciándole la parecía que me habían invadido unos fuegos artificiales. La comida había funcionado.
cabeza con los dedos -. ¿Cuántas? - No, gracias. Estoy llena – bromeé, palmeando mi barriga.
- No sé. Diez o así – propuso, encogiéndose de hombros. - No me extraña – contestó, dándole un bocado a su comida.
- ¡¿Diez?! – exclamé, alucinada. - Es que estás muy rico, bueno, quiero decir, que sabes muy bien – admití con una sonrisa,
- Dobles – especificó con otra sonrisa. Pestañeé, perpleja, aunque no sé de qué me siguiendo la broma.
sorprendía, con lo que comía él. Además, con tal de verle esa sonrisa suya para siempre, - No disimules – se rió, esta vez con más brío -. Tú lo acabas de decir, estoy muy rico. Lo
sería capaz de comprarle la hamburguesería entera, si quisiera. has dicho, ¿no?
- De acuerdo, diez hamburguesas dobles – le di un beso en la frente y me levanté. - Sí – asentí con una risilla.
- No tardes, ya te echo de menos – me dijo cuando estaba caminando hacia la carretera. - ¿Ves? – mordió otro trozo y se lo tragó -. Te gusto más de lo que crees – afirmó,
- Vuelvo enseguida – le calmé, satisfecha de que ya me echara en falta. mirándome con una gran sonrisa -. Estás loca por mí, lo sé.
- Sí, por favor. Estoy muerto de hambre – me contestó a mis espaldas. Genial. O sea, que - Cállate y come – le empujé la cara con la mano mientras yo también me reía. Se carcajeó
era sólo por las hamburguesas. Resoplé para mis adentros, un poco desilusionada. Aunque con satisfacción y se comió la última hamburguesa de dos mordiscos.
también entendía que tuviera hambre, con la donación que me había hecho… - Qué bien, también me has traído una botella de agua – dijo, sacándola de la bolsa. La
Crucé la calle y entré en el establecimiento. Nada más entrar, la gente ya se me quedó abrió y se bebió la botella entera de dos litros, de unos pocos tragos.
mirando. La camiseta de Jacob me quedaba muy grande, tenía los pantalones manchados - Hay que ver cómo engulles – me mofé.
de tierra y estaba despeinada. A saber lo que estaban pensando. Esperé, nerviosa, a que - Así, así es como tragabas tú – me contestó, burlándose y gesticulando con la botella. Me
prepararan mi enorme pedido, no quería dejar a Jake tanto tiempo solo. Por fin, me lo puse de pie para quitársela y le arreé con ella en la cabeza, entre risas. Cuando le iba a dar
entregaron, pagué y me fui por piernas de allí. Cuando llegué junto a él, tenía los ojos otro golpe, me sujetó otra vez por la muñeca y tiró de mí de tal manera, que me caí de
cerrados y me asusté. Tiré la bolsa al suelo y me arrodillé a su lado otra vez. nuevo espatarrada sobre él. Me arrimó tanto, que nuestras frentes se rozaban; me clavó su
- ¡Jake! ¡Jake! – voceé, dándole palmadas en la cara para que se despertara. Abrió los intensa mirada de siempre y la botella se me resbaló de la mano. Colocó mis brazos sobre
párpados poco a poco y me miró con los ojos apagados. Respiré aliviada. sus hombros y desplazó sus manos hasta mi cintura. Mi corazón ya no podía latir más
- Tengo mucho sueño y estoy muy cansado – balbuceó casi sin aliento. Cogí la bolsa, saqué deprisa, las mariposas aleteaban como locas y las cosquillas ya estaban instaladas en mi
una hamburguesa y le quité el papel que la envolvía. muñeca derecha. Empecé a hiperventilar cuando hundió su rostro en mi pecho y lo subió
- Toma, come – se la arrimé a la boca, sujetándola con las dos manos para que no se me para olerme el cuello. Mi alma entera se estremeció en el momento en que me apartó el
desparramase ni un trozo de lechuga. El pobre no tenía fuerzas ni para cogerla por sí solo, pelo y sus calientes labios rozaron mi piel. Sabía que debía pararlo, pero la atracción que
tenía los brazos extendidos sobre sus piernas como si no tuvieran vida. Le dio un gran sentía por Jacob era tanta o más que la que sentía por su sangre. Una vez que había probado
mordisco y apenas lo masticó, lo tragó casi entero. el roce de sus dedos, de sus labios, de su aliento, ya no me podía controlar. Nunca me había
imaginado lo mucho que me iba a costar no sucumbir a la tentación, el deseo que sentía por seguir. Hundí mi aterrorizada cara en la espalda de Jacob y éste aceleró. Los bramidos y
él era demasiado irrefrenable. Yo era una adicta y él era mi dulce y ferviente droga. Una aullidos se fueron alejando cada vez más, hasta que ya no pude oír ni oler nada.
droga imposible de rechazar, porque no podía ni quería hacerlo. Y ese era el problema, que El trayecto hasta mi casa se me hizo largo, a pesar de la gran velocidad a la que nos
aunque sabía que tenía que dominarme, no quería. Mi cuerpo y mi mente se negaban en desplazábamos. Durante el viaje por el sendero, se escuchó un estruendo que me asustó y
rotundo. Todo mi ser se moría por sentir sus tórridas manos, su abrasadora boca y su me hizo pegar un bote en el asiento. Al llegar por fin, Jacob me tomó en brazos otra vez y
ardiente piel sobre mi piel. Alcé un poco la barbilla para que pudiera recorrerme el cuello me llevó presuroso hasta el interior del edificio. Le dio una patada a la puerta para abrirla y
más fácilmente, y así lo hizo, rozando su boca con suavidad, casi como un susurro. mi madre vino tras nosotros inmediatamente, pero yo ni siquiera escuché lo que decía. No
Introdujo sus calientes manos por debajo de la camiseta y las deslizó por mi espalda para levanté el rostro de su cuello hasta que me dejó tendida en el sofá. Mamá se puso delante
acariciarla. El aire se me escapó audiblemente de los pulmones y metí mis dedos entre su de él y empezó a tocar mi cara frenéticamente con sus frías manos para verificar mi estado.
pelo para acercarle más a mí. Estaba angustiada, papá ya le había contado lo que había pasado.
- Me encanta tu olor de siempre – susurró en mi cuello. Entonces, cuando ya iba a - ¡¿Estás bien?! – me preguntaba, estudiándome con sus ojos dorados, ansiosos y afligidos.
entregarme a mis deseos, levantó el rostro para clavarme su mirada de nuevo. - Sí… De repente, se escuchó un portazo y mamá y yo nos volvimos a la vez,
- Dime la verdad – murmuró con el semblante serio. Me puse nerviosa, todavía no estaba sobresaltadas, en dirección a la puerta. Miré a mi alrededor, alarmada, y Jacob no estaba.
preparada para darle una respuesta respecto a mis confusos sentimientos. Comencé a En ese momento, recordé su frase y me di cuenta de su significado: primero te sacaré de
arrepentirme y a sentirme culpable por dejar que el ambiente se calentase -. ¿Te tocó? – me aquí. Me había traído a casa para ponerme a salvo y ahora se había ido tras ese monstruo.
preguntó de repente. Parpadeé, confusa. - ¡No! ¡Jake! – grité, levantándome para dirigirme a la puerta. Cuando la abrí y salí al
- ¿Qué? exterior, vi sus pantalones negros y sus deportivas destrozados en el suelo, delante del
- Quiero saber si ese hijo de puta te hizo algo – masculló, apretando los dientes con furia porche. Mamá me sujetó justo en el momento en que salté para perseguirle. Intenté
retenida. Sentí sus manos temblando en mi espalda y noté cómo le subía el calor por la zafarme, pero sus pétreos brazos eran demasiado compactos y fuertes para mí. Me abrazó y
columna vertebral -. Porque si a esa cosa se le ocurrió rozarte un solo pelo, le buscaré, le me eché a llorar en su hombro, atormentada, mientras ella me acariciaba el pelo para
perseguiré y le torturaré arrancándole cada parte de su asqueroso cuerpo para que se lo tranquilizarme.
trague él mismo. - ¡No puede ir! ¡Todavía está débil por salvarme! – sollocé, apretando mi abrazo con rabia.
- No, no me tocó – contesté con un susurro. No dijo nada, me llevó dentro de la casa. Al entrar de nuevo, me di cuenta de que faltaban
- Pero lo intentó, ¿no? – farfulló con rabia. Si le contestaba que sí directamente, sabía que todos. Giré la cabeza y vi el por qué de ese estruendo que me había asustado de camino. La
saldría corriendo para ir tras ese monstruo, le conocía demasiado bien. Tenía que suavizarle enorme mesa de cristal estaba hecha pedazos. Mi padre la había destrozado y la había
la verdad. reducido a miles de trocitos de vidrio, seguramente al ver las imágenes grabadas en mi
- Me transformé en vampiro y pude defenderme. Luego, la pulsera estalló a tiempo y mente de lo que había pasado.
conseguí escapar – le contesté con toda la tranquilidad que pude, intentando transmitírsela - Tu padre se puso como loco cuando vio lo que te había intentado hacer esa bestia –
a él. explicó mamá, aún consternada -. Salió en su busca para matarlo. Emmett, Jasper y Nahuel
- Estalló. ¿Como aquel día con tu madre? – quiso saber. le siguieron. Alice y Rose están de guardia en el bosque, por si se le ocurriera buscarte por
- Sí, pero esta vez lo hizo mucho más fuerte. Lo lanzó de espaldas y le quemó la cara y aquí - me quedé muda, mirando espantada a lo que quedaba de la mesa -. Carlisle y Esme
todo. Se quedó un rato pensativo, mirando a un lado con ojos incisivos. se han ido al aeropuerto para ver si pueden conseguir unos billetes a Paris y visitar a su
- Bien – asintió finalmente, con un movimiento de cabeza. De pronto, se enderezó; fue tan amigo Louis. Carlisle quiere averiguarlo todo sobre los licántropos.
repentino y tan rápido, que tuve que sujetarme a su cuello para no caerme hacia atrás. - Pero ahora… - murmuré, taciturna.
- Tenemos que irnos – advirtió con gesto grave, rechinando los dientes -. Viene hacia aquí, - Tranquila, todo va a salir bien – me calmó con voz serena -. Tu padre y tus tíos son
puedo olerle. fuertes, no podrá con ellos. Eso lo sabía de sobra, pero a mí quién más me preocupaba era
- ¡¿Viene… hacia aquí?! – mis manos temblorosas se aferraron a él con más fuerza. Jacob. Aún no se había recuperado del todo y él se había marchado en solitario. ¿Qué
- Tranquila. Primero te sacaré de aquí. Estaba tan asustada, que mis piernas ni siquiera me pasaba si se topaba con ese monstruo él solo? ¿Cómo iba a enfrentarse a él? Sabía que no
respondían. Se levantó, sosteniéndome en brazos, y echó a correr hacia el aparcamiento del llamaría a ninguno de sus hermanos, porque esto se lo tomaría como algo personal, no
instituto a toda velocidad mientras yo escondía el rostro en su hombro. Al minuto, querría poner en peligro a nadie más; se guardaría sus pensamientos para que no se
estábamos junto a su moto. Me dejó en el suelo y se montó. enteraran de nada o les daría una orden con su voz de máximo Alfa. Esas horribles
- Vamos, sube. Extendió su mano y me ayudó a sentarme tras él. Me agarré a su cuerpo lo pesadillas me vinieron a la cabeza y mis piernas empezaron a temblar. Tuve que apoyarme
más fuerte que pude y salimos a toda mecha de allí. en la pared cuando sentí en mi estómago el enorme pinchazo.
El repugnante olor a amoniaco me llegó enseguida y después escuché los gruñidos a
nuestras espaldas. Me negué a mí misma a mirar atrás, ya sabía de sobra que nos intentaría
ESPERA Mi cerebro no paraba de dar vueltas. Ya eran las cuatro menos veinte de la mañana, ¿por
qué tardaba tanto? Seguía fuera, bajo la lluvia, tal vez enfrentándose a esa cosa por mí. Me
La lluvia que había empezado a caer repiqueteaba contra el cristal del ventanal de mi dio otro agudo pinchazo en el estómago y apreté un poco más el cojín. No podía quitarme
habitación. Lo azotaba casi con rabia y angustia, como si el negro cielo se uniera a mis de la cabeza la ira que había experimentado cuando me encontré con él y se había fijado en
sentimientos y quisiera reflejar lo que pasaba dentro de mí. Todavía llevaba puesta su mi blusa rota. Sus ojos clamaban venganza. Yo le había dicho que no me había tocado, sin
camiseta; la despegué de mi pecho para levantarla un poco e inhalé su maravilloso olor. embargo, el hecho de que lo intentara, le había vuelto loco; había estallado, como yo al
Mientras esperaba al amparo de la oscuridad de la noche, sentada en el banco-arcón de la darme cuenta de lo que quería ese licántropo. Me acordé de lo que había sentido cuando la
ventana, mamá picó a la puerta y la abrió. pulsera había vibrado en mi horrible encuentro con ese engendro. Mi aro de cuero rojizo
- ¿Quieres que te prepare algo, cielo? – me preguntó, visiblemente preocupada. Esta era la me había revelado que, de algún modo, yo pertenecía a Jacob. No en un sentido literal ni
quinta vez que me lo había preguntado desde que mi familia había regresado con las manos posesivo, por descontado, puesto que nadie es propiedad de nadie, pero yo sentía que, de
vacías. No habían encontrado rastro del licántropo. Ni de Jacob. Parecía que se los hubiese alguna manera que no lograba comprender, sólo era suya. Y por eso me había transformado
tragado la tierra. Para encima, la lluvia había tapado cualquier pista de los dos. Aún así, en un vampiro, lo había hecho ante todo por defender esa idea. ¿Sentiría él lo mismo, que
papá y Emmett salieron a buscarle. era mío? ¿O tal vez también sentiría que yo era suya? ¿Por eso había reaccionado así? Y si
- No, gracias – murmuré sin ganas, inspirando su aroma de nuevo y apretando el cojín que lo sintiera, ¿sería únicamente porque estaba imprimado? ¿Por eso había ido tras él para
tenía en el estómago. Mamá se quedó en silencio, mirándome, y al cabo de un rato se matarle? Entonces, mi corazón dio un vuelco cuando recordé lo que me había dicho justo
acercó a mí para sentarse a mi lado. antes de desvanecerme. Todavía podía sentir su ardiente susurro en mis labios.
- ¿Sabes? Estamos muy sorprendidos por tu transformación – dijo, se notaba que para - Me quiere – me desvelé a mí misma con sorpresa, haciéndome eco de mis propios
distraerme un poco -. Es increíble. Nahuel dice que a él y a sus hermanas nunca les ha pensamientos, sin darme cuenta de la presencia de mi madre.
pasado eso. - ¿Qué? – preguntó ésta sin comprender. Empecé a sentir los fuertes latidos retumbando en
- ¿No? Bueno, siempre he sido un bicho raro – suspiré. mi pecho, lo hacían con tanto ímpetu, que mi madre probablemente también podía sentirlos
- No eres ningún bicho raro. Eres especial, y eso es bueno – apartó mi pelo hacia atrás y me reverberar. La pulsera comenzó a hacerme cosquillas, aunque no sabía qué intentaba
dio un beso en la mejilla -. Además, puede que los semivampiros reaccionéis de esa manera decirme en esta ocasión, ya que Jacob no estaba allí.
tan extrema y excepcional al veros en serio peligro. Seguramente la vida de Nahuel y sus - Me… me lo dijo – erguí la cabeza instantáneamente -. Y yo… no le pude contestar… No
hermanas nunca haya peligrado. me dio tiempo.
- Puede ser, no sé – volví a exhalar, desganada. No entendía por qué me había pasado eso, - ¿De qué estás hablando? Me levanté y me puse a pasear nerviosamente frente al largo
pero la verdad es que en estos momentos no me apetecía pensar en ello. Ni en eso, ni en arcón de madera, con mi madre mirándome confusa, aferrando la almohadilla contra mi
nada. Mi cabeza no estaba para otra cosa que no fuera esperar a Jake. pecho para calmar la taquicardia. La pulsera no paraba de hacerme cosquillas en mi
- Esta mañana tu padre regresó por segunda vez al claro, pero siguió sin encontrar tu muñeca.
chaqueta. Creemos que el licántropo pudo haberla robado para tener tu olor y poder - No se lo dije porque… yo no… – me paré y metí mis dedos entre mi pelo, mirando al
seguirte. suelo, reparando en lo idiota que había sido todo el tiempo por no ver lo evidente. Mi aro
- Eso demuestra que ese monstruo es muy hábil, si pudo robarla rodeado de vampiros – dejó de vibrar, esa era la prueba definitiva –. Dios, soy una estúpida – pensé en alto –. No
contesté sin dejar de mirar al exterior. me había dado cuenta de mis verdaderos sentimientos hasta ese momento…, y luego, todo
- Estábamos distraídos con el partido. fue tan rápido… Ahora está tras ese licántropo y no lo sabe… – un hilo de pánico dominó
- No es tan primario como decía papá. Tiene que ser más listo, ni siquiera detectamos su mi mente por un instante –. ¿Y si no le vuelvo a ver y no puedo decírselo? Tiene que
asqueroso olor – señalé -. Hasta sabe conducir. Y Jacob estaba ahí fuera solo con ese saberlo…
licántropo. Abracé más fuerte el cojín para que no saltara el nudo de mi garganta. - ¿Decirle el qué? – interrogó mamá con impaciencia.
- Volverá, ya lo verás – me susurró ella al darse cuenta, arrimando mi cabeza a su hombro - Que le quiero – confesé, casi haciéndolo para mí misma, al tiempo que levantaba la vista
para que la apoyara -. Jacob es más fuerte de lo que todos creen – afirmó, acariciándome la para mirarla con ojos clarividentes. Se hizo un silencio en la habitación en el que ambas
sien. sostuvimos nuestras pupilas.
- Lo sé. Pero todavía estaba débil por darme su sangre – sollocé. - Claro que le quieres – murmuró mi madre al fin -. Es tu mejor amigo, es normal que le
- Ha sido muy valiente – declaró con un murmullo –. Tu padre y yo le estaremos quieras. Me senté a su lado de nuevo.
eternamente agradecidos por salvarte la vida. - No, no es sólo eso. Es algo mucho más fuerte – afirmé con seguridad. Me giré hacia la
Nos quedamos mirando al exterior sin decir nada durante un rato, escuchando los golpeteos ventana y miré al bosque oscuro y lluvioso –. No entendía lo que me pasaba – admití entre
de la lluvia en el vidrio y escrutando las sombras de los árboles para ver si veíamos algo susurros –, creía que sólo era atracción y no quería hacerle daño, pero cuando me roza con
bermejo que se moviera. sus dedos, cuando siento sus labios cerca de los míos, con sólo mirarme… todo mi cuerpo
se vuelve loco; mi corazón late a mil por hora, siento las mariposas en mi estómago, me - Ese es el problema, que siempre estás muy ocupada cuando estás con Jacob. Todo tu
quedo sin respiración, no puedo apartar mis ojos de los suyos. Y ahora sé que la verdadera mundo gira en torno a él – argumentó, irritada.
razón es porque le quiero. Todo el deseo que siento por él no es sólo por atracción física, es - ¿Y en torno a quién gira el tuyo, mamá? – le critiqué de forma acerada -. Dime una cosa,
por amor. No deseo solamente su cuerpo, le deseo a él. A él – volví mi rostro y miré con ¿cómo supiste tú que papá era el hombre de tu vida, si sólo saliste con él? Tú no probaste ni
determinación a mi madre, que en ese momento estaba como atónita –. Cuando me iba a comparaste con nadie más. Pero, claro, me imagino que a ti no te hizo falta. Nada más
morir, en lo único que pensaba era en verle por última vez, en morirme en sus brazos, en verle, supiste que era tu amor eterno – le solté con ironía.
besarle… – roté la cabeza otra vez para mirar por el cristal –. Le amo con toda mi alma y, - Pues sí – me respondió sin un ápice de duda en su semblante de porcelana. Puse los ojos
cuando vuelva, se lo diré para que por fin estemos juntos para siempre. en blanco ante tanto amor perfecto.
- ¿Estás segura de que es amor y que sería para siempre? – me preguntó mamá de repente. - Pues yo también lo sé – le rebatí, molesta -. Amo a Jacob, y pienso decírselo en cuanto
- ¿Cómo? – volví el rostro hacia ella. No entendí su pregunta, ¿acaso no me había llegue.
escuchado? La vibración fuerte de mi pulsera me sobresaltó y me quedé perpleja. ¿Qué…? - No, no lo harás – me contestó con un aire imperativo.
- Eres muy impulsiva. Hace unas horas pensabas que sólo era… atracción – le costó soltar - ¿Es que me lo vas a prohibir? – le pregunté, incrédula y cabreada.
el vocablo – y ahora dices que le amas. ¿Y si se lo dices y luego todo se reduce a lo - Si tengo que hacerlo, lo haré – me advirtió en un tono monocorde -. Aunque preferiría
primero? Quiero decir, que a veces es muy fácil confundir los sentimientos, y a lo mejor lo que no me obligaras.
que te pasa es que te sientes muy atraída hacia él; eso sumado a que le quieres como tu - ¿Ah, sí? ¿Y cómo vas a impedírmelo?
mejor amigo y que ahora mismo estás muy preocupada. - Tengo varias opciones, no querrás oírlas – amenazó con expresión fría. Me quedé a
- Pero yo le… cuadros, observando su rostro de mármol en el que sólo se reflejaba la sombra de las gotas
- Tienes que tener muy en cuenta que Jacob está imprimado de ti – me cortó, cogiéndome de lluvia que rodaban por el cristal. La pulsera vibraba sin parar, igual que un móvil. Me
la mano -. Si empezarais una relación, no sería como con otro chico cualquiera. Si luego te levanté y me puse delante de ella, clavándole la mirada con firmeza.
dieras cuenta de que no era lo que tú pensabas y cortaras con él, le harías muchísimo daño, - ¿Qué problema tienes, mamá? ¿Por qué quieres separarnos? – le acusé, poniendo la mano
¿entiendes? – me acarició la cabeza y me metió el pelo detrás de las orejas -. Él no puede sobre mi aro de cuero.
alejarse y olvidarse de ti para seguir su vida como los demás chicos, siempre estará - ¿Cómo dices? – al parecer, ahora la incrédula era ella.
contigo, a tu lado. Y eso tiene que ser muy duro, sufriría muchísimo. Es como ofrecerle - No quieres que estemos juntos, ¿por qué? – exigí saber.
comida a un hambriento, dejar que la pruebe y después quitársela para que siga pasando - ¡No digas tonterías! – exclamó, enfadada, poniéndose de pie frente a mí -. Por supuesto
hambre por el resto de su vida. Por eso tienes que estar muy segura de tus sentimientos y, la que me gustaría que terminarais juntos, no hay nadie mejor para ti que él. Créeme, eso lo sé
verdad, despertarse pensando que te atrae y acostarse pensando que le amas, no me parece muy bien.
del todo fiable. - ¿Entonces? – me crucé de brazos para escuchar su contestación.
- ¿Y todo lo que siento cuando estoy con él? Eso tiene que significar algo, ¿no? – respondí, - Sabes que tú eres lo primero, pero Jacob es una de las personas más importantes para mí
un tanto ofendida por sus dudas y por seguir notando la vibración de mi aro de cuero. y, en este caso, está en desventaja. No quiero que sufra si luego es un mero capricho y
- Sí, ¿y cómo sabes que no lo sentirías con otro chico? – fruncí el ceño, desorientada. No cambias de opinión – iba a abrir la boca, pero ella alzó la mano para seguir hablando –.
sabía a dónde quería llegar mi madre, no obstante, el mensaje de mi pulsera era claro. Dejé Aunque ahora eres una mujercita, hace sólo dos meses eras una niña. No sé por qué tienes
que siguiera hablando para comprobarlo -. Tengo que reconocer que, aparte de ser muy tanta prisa. Los dos tenéis una vida muy larga por delante para tomar una decisión. Lo
buena persona, Jacob es muy guapo y tiene un cuerpo de escándalo, pero en realidad es el único que te pido es que esperes, que salgas con otros chicos, que te tomes tu tiempo y que
único chico al que conoces y no te despegas de él. Por eso te decía aquella vez que me compruebes bien esos sentimientos que tienes hacia él. Si después resulta que son
gustaría que salieras con otros chicos. Sería bueno que comprobaras si tus sentimientos son verdaderos, desde luego que me alegraré. Os quiero a los dos y deseo vuestra felicidad. La
los correctos, y si trataras con otros chicos, podrías compararlos, ¿no te parece? Levanté la pulsera dejó de vibrar, aunque yo cerré el puño con fuerza.
mirada de mi pulsera para observarla a ella. - Bueno, vale, lo que tú digas – resoplé, fingiendo hacer caso omiso a su discurso para
- Cuando dices otros chicos, ¿te refieres a Nahuel? – quise saber, un poco enfadada. zanjar el asunto de una vez -. ¿Puedo estar sola, por favor? En lo único que podía pensar mi
Mamáme miró fijamente. cerebro en ese momento era en esperar a Jake. No tenía fuerzas ni ganas para discutir con
- Cuando digo otros chicos, quiero decir otros chicos – me contestó con voz seca. Entonces, mi madre, y menos de este tema.
y para mi total asombro, empezó a regañarme -. Pero Nahuel me parece una buena opción a - Claro – suspiró. Me dio un beso en la frente y se dirigió a la puerta -. Piensa en lo que te
considerar, y es una pena que haya venido hasta aquí desde tan lejos para conocerte mejor he dicho, ¿de acuerdo? – y después cerró con un suave y casi imperceptible movimiento.
y tú pases de él. Lleva aquí varios días y no le has hecho ni caso. Le dijiste que saldrías otra Me senté, enfadada, en el banco-arcón para seguir mirando por la ventana y agarré mi
vez con él y no has vuelto a mencionarle nada. cojín. Me concentré en indagar entre las sombras de los árboles, buscando algún indicio de
- He estado muy ocupada estos días – le repliqué bruscamente. mi lobo pardo rojizo. Ahora la lluvia caía con más fuerza, vapuleando el vidrio con
desesperación. El agua arrollaba por la cristalera, formando pequeños meandros, y me - Gracias, tío. ¡Arg! Genial, están empapados – protestó.
tapaba algo la visión. Escuché la puerta de la entrada y las voces de mi familia hablando - Oye, encima no te quejes – le respondió mi padre -. Yo también estoy pillando una buena
con mi padre y con Emmett. Me levanté y salí de mi cuarto a toda velocidad para bajar al mojadura por traértelos, aparte de la que cogí antes junto con Em por ir a buscarte.
salón, casi volaba escaleras abajo. - ¿A buscarme? – Jacob apareció y me agarró de la mano para encaminarnos hacia la casa.
- ¡¿Lo habéis encontrado?! – pregunté con inquietud, antes de pisar el último escalón. Mi Aferré esos dedos como si fuese la primera vez que lo hubiera hecho en toda mi vida. No
padre me miró con el rostro frustrado y negó con la cabeza. pensaba soltarlos jamás.
- Esta lluvia ha borrado todo el rastro – se quejó Em, sacudiéndose el pelo empapado. - Sí, menudo susto nos has dado a todos – declaró papá mientras subíamos las escaleras del
Rosalie les dio unas toallas para que se secaran. Asentí, con un enorme nudo en la faringe, porche, que ya estaba vacío.
y me subí de nuevo a mi cuarto. Me volví a sentar en el largo arcón a esperar, con las - ¿A ti también? – se rió con incredulidad. Papá frenó en seco, obligándonos a parar a sus
lágrimas ya rebosando de mis ojos. Apreté el cojín contra mi estómago para amortiguar los espaldas, y se giró para mirar a Jacob.
cortantes pinchazos. Tic, tac, tic, tac, tic, tac… Cuando miré el reloj de mi mesilla, eran las - Aunque no lo creas, después de todos estos años aguantándote, te tengo un poco de
cuatro y media. Estaba agotada después de un día tan plagado de emociones, pero no tenía aprecio, como mascota, claro – Jake puso los ojos en blanco -. Y sobretodo está Renesmee;
ni pizca de sueño. Mis ojos no se despegaban del bosque, sólo querían estudiar los árboles sé que voy a tener que soportarte por muchos, muchos, muchos años, así que no me queda
entre la oscuridad. De pronto, se produjo un movimiento en las hojas de la espesa otro remedio que intentar que no me caigas tan mal – sonrió con una mueca forzada.
vegetación y mi alma resucitó de su angustia cuando mi impresionante lobo rojizo emergió - Sí, yo también te quiero – le contestó Jake con una sonrisa socarrona. Mi padre suspiró
de ellas. Antes de que a mi padre le diera tiempo de subir para avisarme, ya estaba en el con resignación y entró en casa. En el salón, tan sólo quedaba mi madre, Emmett y Rose.
salón abriendo la puerta de la entrada. - En fin, así que lo seguiste hasta las montañas de Olympic, ¿eh?
Salí disparada y salté las escaleras del porche para correr hacia Jacob, que estaba detrás de - Sí, pero esa cosa es muy rápida. Se colgaba de los árboles y acabé perdiéndole. Justo
un árbol bajo la densa capa de lluvia. cuando Jacob se iba a repantingar en el sofá, Rosalie extendió una toalla a la velocidad de
- ¡Jake! – chillé, llorando, lanzándome a sus brazos. la luz. Me arrastró con él y me senté a su lado.
- ¡Nessie! – exclamó, recibiéndome y abrazándome con fuerza. - ¿Fuiste hasta las montañas de Olympic? – le pregunté, sorprendida y un tanto asustada.
- ¿Estás bien? – me despegué un poco para observarle y tocarle la cara. Apoyó la cabeza en el respaldo y cerró los ojos.
- Sí – asintió, y me abrazo de nuevo -. Te estás mojando. - No pude pillarle…, pero lo haré… – masculló, durmiéndose.
Inspiré su maravilloso olor y empecé a darle efusivos besos en el cuello, en la mejilla, en la - Será mejor que duerma en tu cama – sugirió mi padre, para mi sorpresa.
frente, en la otra mejilla, en la barbilla y, cuando le tocaba el turno a sus labios…, me - ¿Puede? – interrogué, boquiabierta del regocijo.
detuve. Nos quedamos mirándonos a los ojos y, antes de que me atraparan los suyos, le - ¡Edward! – desaprobó mamá.
abracé otra vez. - Creo que, por todo lo que ha hecho hoy, se merece dormir en una cama, y no tenemos
- ¿Dónde has estado? Estaba muy preocupada por ti – sollocé, regañándole un poco. más que la de Renesmee, que es muy grande. También está la de Nahuel, pero, como
- Te lo contaré mañana – murmuró -. Ahora estoy hecho polvo y necesito dormir. comprenderás, no vamos a mandarle allí con lo mal que se llevan. Además, mírale, está
Me iba a separar de él para que pudiéramos marcharnos a casa, pero no me dejó. Entonces, exhausto. No se despertará hasta mañana por la tarde, seguro.
levantó su mano y me tapó los ojos. - ¡Pobre angelito! – se compadeció Emmett con una enorme sonrisa.
- ¿Qué pasa? – pregunté sin comprender nada mientras intentaba quitársela. - El muy idiota está poniendo el sofá perdido – añadió Rosalie.
- Tienes que girarte, estoy desnudo. - De acuerdo – cedió mi madre a regañadientes.
- Oh – mis mejillas se encendieron bajo su palma mojada. - Jake, Jake – le llamé para despertarle mientras le daba unos meneos en el brazo. Se
- No me habrás visto nada, ¿verdad? Si él supiera… levantó de un brinco sin soltar mi mano y, sin querer, me alzó a mí también.
- No, qué va…hoy no, pensé. La imagen de Jacob en el río se proyectó en mis párpados - ¿Qué? – murmuró, aturdido y algo desorientado. Miró su amarre y entonces se dio cuenta
cubiertos. Sonreí de satisfacción para mis adentros. de dónde estaba.
- Bien – me giró y retiró su mano mientras me alejaba de su escondite. Abrí los ojos y vi a - Vamos a la cama – le dije, sonriendo con intención a mi madre. Ésta se cruzó de brazos,
toda mi familia en el porche. La sangre ya no me entraba en la cara. Mi padre llevaba unos enfadada.
pantalones de Jacob y se empezó a acercar con el gesto tenso, seguramente al ver mis - Ah, sí – contestó con un bostezo.
pensamientos -. Le he pedido a tu padre mentalmente que me traiga unos pantalones para - Hasta mañana. Que lo paséis bien – soltó Emmett, riéndose, cuando nos dirigíamos a la
que no tuvieras que subir tú a por ellos. Me apoyé en el lado opuesto del tronco en el que se escalera. Jacob frunció el ceño sin comprender la broma y Rosalie le dio un codazo a su
ocultaba. novio para reñirle. Mi madre le miró cabreada.
- Buena idea – suspiré. Papá llegó y me echó una mirada de esas que dicen tenemos que - Renesmee – me llamó ésta. Nos giramos los dos -. Piensa en lo que hemos hablado,
hablar, jovencita. Carraspeó y le dio la prenda a Jacob. ¿vale? No le dije nada. Me volví y remolqué a Jacob, que ya se le cerraban los ojos otra
vez, para subir las escaleras. Cuando llegamos al vestíbulo de la última planta, escuché las - Jake, ¿estás dormido? – cuchicheé. Al no recibir respuesta, me incorporé y verifiqué que
protestas de Rosalie y me fijé en que iba descalzo. Tenía los pies llenos de barro y había ya lo estaba, profundamente. Observé su rostro entre la oscuridad y sonreí. Parecía tan
puesto la nívea alfombra del sofá perdida. En realidad, todo él estaba bastante sucio. relajado, tan vulnerable. No había rastro de preocupación en él. Sin embargo, la sonrisa se
- Será mejor que te des una ducha antes de echarte en la cama – le dije, entrando en mi me borró de sopetón cuando recordé el discurso de mi madre. Sus palabras rebotaban en mi
dormitorio. Jacob abrió los ojos de golpe. cabeza como una pelota de goma. Rechiné los dientes de la rabia. ¿Acaso me estaba
- ¿En la cama? – preguntó, estupefacto. diciendo que yo no sabría quererle? ¿Es que ella se creía la única que no quería que él
- Sí, mi padre te deja dormir en mi cama porque ha visto que estabas muy cansado, y como sufriera? Por supuesto que yo tampoco quería que lo hiciera, quería verle feliz. Mientras
mi cuarto es el único que la tiene… seguía mirando su rostro, se hizo un silencio en mi mente y la rabia se transformó.
- Un momento, un momento – me interrumpió, gesticulando con las manos -. ¿Edward me Comencé a sentirme rara, confusa; aunque había intentado evitarlas, sus palabras me
deja dormir en tu cama? ¿Seguro que se encuentra bien? habían hecho daño. Yo no quería que ese semblante cambiara nunca. Lo quería ver feliz
- Me has salvado la vida, dejarte dormir en una cama es lo mínimo que puede hacer – para siempre. Pero, ¿y si yo no podía hacerle feliz? ¿Y si yo no era suficiente para él? ¿Era
afirmé, metiéndome en el vestidor para cogerle otros pantalones secos. eso lo que mi madre había insinuado?
- Vale, guay – sonrió abiertamente -. La verdad es que me vendrá genial dormir en un Mirándole más detenidamente, me daba cuenta de que tal vez él era demasiado para mí.
colchón. Podía ser el sueño de cualquier chica. ¿Y qué pasaría si no sabía quererle y mis
- Toma – le entregué el pantalón y una camiseta -. Dúchate, no quiero que me la manches sentimientos cambiaban, como ella había dicho? Jacob estaba imprimado, sus sentimientos
de barro y tierra. siempre serían los mismos; no obstante, yo no dejaba de ser medio humana, imperfecta,
- A sus órdenes – bromeó, haciendo el saludo militar. Cogió las prendas y salió de la con sus dudas y temores. ¿Podía ser que acabase convirtiéndome en algo destructivo para
habitación. él? En realidad, ya lo estaba siendo. Había ido tras el licántropo por mi culpa, poniendo su
Mientras Jacob se duchaba, yo entré en mi vestidor. Me quité la ropa empapada y me sequé vida en peligro. Y también lo había hecho dándome de beber su sangre, ¿cuántas veces más
el cuerpo y el pelo con una toalla, para ponerme el camisón. Después, limpié con la misma iba a arriesgarse por mí? Ya tenía bastante con las docenas de vampiros que iban por sus
las zonas del suelo de la habitación que estaban manchadas de barro y la tiré en el cesto de bosques; y con los Vulturis, tendría que enfrentarse a ellos dentro de seis meses. ¿Qué
la ropa sucia. Me metí en la cama y me quedé sentada, esperándole. Empecé a acicalar mi pasaría si él se sacrificaba tanto por mí y luego yo no le correspondía como se merecía? Mi
pelo húmedo. Lo ponía de lado, luego lo cambiaba y ponía dos mechones hacia delante, amor por él podía apagarse, como ocurría en tantas parejas, por lo que fuera, a veces esas
hacia atrás, otra vez hacia delante… No entendía por qué estaba tan nerviosa, ya había cosas ocurrían sin motivo. Entonces él sufriría muchísimo, para siempre, y eso no podría
dormido con él dos veces, y solamente íbamos a hacer eso, dormir. Sólo que en esta soportarlo, no me lo perdonaría jamás. No podía permitirlo, de ninguna manera. No podía
ocasión… Pegué un pequeño bote cuando Jacob picó a la puerta. ser tan egoísta. Le amaba, sí, ahora lo sabía, le amaba con toda mi alma, y él era lo primero
- ¿Puedo pasar? – su voz salió de la fina rendija que había abierto. y más importante para mí, más que yo misma. Una sensación helada me atravesó el pecho
- Sí, claro. Entró y se quedó pegado a la puerta cuando la cerró, con su profunda mirada cuando mi mente vio la única salida, la más segura para él: si fuera su mejor amiga para
clavada en mí. Comencé a notar las taquicardias en mi pecho. siempre, él no sufriría nunca. Todo seguiría como antes. Nos habíamos acercado
- ¿Qué pasa? – pregunté, inquieta. Jacob salió de su nube y se rió. demasiado el uno al otro, ya estábamos rozando la frontera, y eso no era bueno para él.
- Nada, es que esta imagen la he soñado muchas veces y me preguntaba si no estaría Tenía que alejarme algo de Jake para no hacerle sufrir en el futuro. Si no le ponía el plato
durmiendo. Noté cómo mis pómulos se ruborizaban. Se acercó al lecho y colocó el edredón de comida, no sufriría. Mamá tenía razón, yo era demasiado impulsiva, tenía que
hacia arriba. Cuando vi que se disponía a tumbarse sobre la colcha, le interpuse mi mano. controlarme, aunque me costara infinitamente, y sabía que iba a ser así. Se me incrustó un
- ¿Qué haces? nudo gigante en la garganta y un agudo pinchazo se asentó en mi corazón ante semejante
- Echarme – respondió, extrañado -. ¿No habías dicho que dormía en tu cama? sacrificio, porque toda mi alma me pedía a gritos que le despertara y le confesara mis
- Ah… Sí, sí – murmuré, avergonzada. ¿En qué estaría yo pensando? ¿Por qué me había sentimientos, pero ya no podía hacerlo. Mi alma tendría que ser fuerte y sacrificarse por él.
imaginado que iba a dormir dentro de mi cama? Jacob se tumbó boca arriba, sobre la Tendría que renunciar a Jacob, a tenerle de esa manera. Tendría que renunciar a sus
colcha, y me extendió el brazo para que me acurrucara junto a él. caricias, a sus suaves dedos rozándome, a sus labios, a mis adorados e intensos ojos
Apagué la luz de la lamparita de mi mesilla y así lo hice. negros… Apreté la mano contra mi pecho cuando el dolor se intensificó y me dejó sin
- Buenas noches – susurró, dándome un beso en la cabeza. respiración. Tengo que ser fuerte, pensé, tengo que hacerlo por él. Pero tenía que decírselo,
- Buenas noches – le contesté con un bisbiseo, dándole un beso en la mejilla. Me quedé aunque sólo fuera una vez. Sería la única que mencionaría esas palabras en toda mi vida, y
clavada con el rostro arrimado a su cara. ¿Qué pasaba si me levantaba un poco y le daba un lo haría de la misma forma que lo había hecho él antes de que me desvaneciera en el
beso en los labios? En este momento estábamos solos, podría aprovechar para decirle lo aparcamiento. Acerqué mi rostro al suyo mientras las lágrimas ya se deslizaban por mis
que sentía por él y todo sería muy fácil. Cuando nos levantáramos, seríamos novios. Las mejillas.
mariposas empezaron a revolotear al evocar esa idea. - Te quiero – le susurré en los labios. Luego, tuve que obligar a mi boca a posarse en su
mejilla y hundí el rostro sobre la almohada para llorar en silencio mientras mis puños se exposición. ¿Has estado alguna vez allí?
aferraban a ella con fuerza. - Pues, no – reconocí.
- Bien. Entonces, después de que te acabes eso, iremos. Inmediatamente, pensé en Jacob.
CORAZA Volvería por la tarde de patrullar con las manadas, y tenía tantas ganas de verle… Pero
también recordé lo que me había propuesto de madrugada, y esta era una buena ocasión
Cuando me desperté, lo primero que hice fue tocar el otro lado de la cama, pero Jacob ya para alejarme un poco de él, así no le haría daño. Aunque el pinchazo en mi corazón
no estaba. Seguramente se había ido de patrulla. Miré mi despertador. Era la una y diez de volvió, me aferré a la bandeja y lo solté en contra de su voluntad.
la tarde. Por lo visto, mis padres me habían dejado dormir y no asistir al instituto ese - Vale – acepté, intentando sonreír -. Termino esto tan rico y me arreglo.
jueves. Me quedé mirando al techo con una enorme sensación de desazón en el pecho, - De acuerdo – él sí sonrió satisfecho mientras se levantaba y se dirigía a la puerta -. Te
todavía tenía resaca por lo que había decidido de madrugada. Me aovillé, mirando al hueco espero abajo, entonces. En cuanto cerró la puerta, me llevé la mano al pecho.
dejado por Jacob. Su efluvio había impregnado mi almohada y me llegaba. Me incorporé Cogí el vaso de agua de la bandeja y me lo bebí de unos pocos tragos. Empecé a comer
para olerla mejor y hundí el rostro justo en ese sitio. Cuando las lágrimas empezaban a impulsivamente el plato que me había preparado Nahuel, para que no me diera tiempo a
salirme de nuevo, alguien picó a la puerta. pensar. Después, y del mismo modo en que me metí la comida, me levanté, me duché y me
- ¿Se puede pasar? – preguntó Nahuel desde fuera. arreglé para salir. Lo hice todo con rapidez y sin dejar que mi cabeza rondase en nada más
- Sí, pasa – contesté, secándome las mejillas y sentándome. Nahuel entró portando una que en las simples acciones que estaba llevando a cabo. Bajé las escaleras a todo meter y
bandeja repleta de comida y la posó sobre mis piernas. llegué al salón, donde me esperaba Nahuel y mis padres. Nuestro invitado no era el único
- Te he traído algo de comer. Pensé que quizás tendrías hambre, ya que ayer no cenaste que sonreía de felicidad. Mamá estaba pletórica, había ganado en su discusión de anoche.
nada y hoy tampoco has desayunado. En cambio, me sorprendió el matiz que había en el rostro de mi padre. Detrás de su sonrisa,
- Oh, gracias. Siéntate, si quieres – le dije, señalándole el otro lado, pero mis ojos se había algo apenado y dolorido. ¿Sería porque sabía lo que me dolía a mí mi propia
dolieron cuando se sentó en el hueco de Jacob -. Tiene... tiene muy buena pinta, ¿lo has decisión? No pensar, no pensar, me dije mentalmente.
hecho tú? – le pregunté para distraerme, aunque era cierto. - Ya estoy, ¿nos vamos? – le dije a Nahuel con una sonrisa puesta.
- Sí, Huilen me enseñó a cocinar este plato. En realidad, es lo único que sé cocinar – - Claro. Después de dar un beso de despedida a mis padres, salí por la puerta con paso
reconoció, un poco sonrojado -. Espero que te guste. Le di un bocado y lo saboreé. diligente y él me siguió. Alice volvió a dejarle su Ferrari, aunque esta vez fuimos más
- Está muy rico – admití con una sonrisa un tanto desvaída, pues no tenía muchas ganas de rápido que la salida del domingo pasado. Me imaginé que se debía a que Seattle está más
sonreír. Me fijé en la rosa roja que había junto al plato -. ¿Y esto? – la alcé para olerla. lejos y había que apretar el acelerador para perder el menor tiempo posible. La imagen de
- Un detalle. Creí que te alegraría un poco, después de pasarte toda la noche llorando en Jacob conduciendo ese coche quería entrar en mi cabeza.
sueños… - ¿Te importa si pongo música? – solté de pronto.
- ¿Llorando en sueños? – repetí, sorprendida. - Como tú quieras. Abrí el departamento de CDs de Alice y rebusqué entre los discos.
- Sí, es que en esta casa todos tenemos muy buen oído y desde el salón se te escuchaba…, Encontré uno de ópera y lo puse en el reproductor.
bueno – carraspeó, visiblemente incómodo -, gimotear el nombre de tu pe… de Jacob – - ¿Te gusta Pavarotti? – me preguntó, extrañado -. Pensaba que ahora te gustaba más el
rectificó. Se me subieron los colores a la cara. rock.
- ¿Di-dije el nombre de Jacob mientras lloraba en sueños? – murmuré, avergonzada; si era - Bueno, este disco no está mal – le respondí. Pavarotti tenía el suficiente chorro de voz
así, él lo habría oído, por supuesto. para que mi cerebro no pudiera concentrarse ni pensar en nada más. Subí el volumen y
- Sí, en bastantes ocasiones – suspiró -. Tu padre estuvo apunto de subir un par de veces, miré por la ventanilla para centrarme en el paisaje. Una vez en el museo, Nahuel me
pero luego se quedaba quieto como esperando algo y al instante dejabas de llorar. Con eso explicó muchas cosas de arte mientras observábamos las obras. Sabía muchísimo, puesto
ya se quedaba más tranquilo. Me olí el camisón. Estaba empapado del efluvio de Jacob y que le encantaba, y en la selva tenía mucho tiempo libre para leerse montañas y montañas
era bastante intenso, por lo que deduje que si había dejado de llorar, era porque él me había de libros sobre pintores, estilos, esculturas… Eso me sirvió para mantener mi cabeza
consolado abrazándome o algo. Sin duda, me había llegado su aroma hasta en sueños y eso ocupada. Nos pasamos toda la tarde en el museo y salimos para tomar algo a una cafetería
me había calmado. cercana.
- ¿Qué te parece si salimos hoy? – me propuso de repente. Pestañeé, saliendo de mis - ¿Te ha gustado la exposición? – me preguntó Nahuel, después de pedirle a la camarera
pensamientos. nuestras bebidas.
- ¿Qué? ¿Salir hoy? - Sí, mucho. Pero no sabía que tenían tantas cosas expuestas.
- Así te animas un poco. ¿Te gusta el arte? - No se puede ver todo en una tarde. Podíamos volver otro día, si te apetece – sugirió con
- Bueno, mi padre me ha enseñado algo – le respondí, encogiéndome de hombros. una blanca sonrisa.
- Podíamos ir al Museo de Arte de Seattle. He leído en el periódico que tienen una nueva - El domingo – propuse automáticamente. El domingo era un día perfecto. Jacob patrullaba
por la mañana, si me pasaba todo el día con Nahuel, no tendría que estar a solas con él por las manos en los bolsillos, y parecía preocupado. Tuve que obligarme a mí misma a
la tarde. Así no le haría daño. cubrirme el corazón para no caer en la tentación de seguir mi impulso de ir corriendo a
- De acuerdo – su sonrisa se ensanchó -. Iremos este domingo. La camarera trajo las abrazarle, como si le vendase los ojos para que no tuviera que ver semejante agonía. Jacob
bebidas y las posó en la mesa. Nahuel extendió el dinero para pagar la consumición. extendió su mano para que se la cogiera, así tiraría de mí y me abrazaría, pero frunció el
- No, espera – saqué la cartera de mi cazadora, pero la camarera ya se había marchado -. ceño, extrañado, cuando pasé a su lado sin hacerlo.
Tienes que dejarme pagar algo, las entradas eran bastante caras – me quejé. - Hola, Jake – le saludé como si nada, aunque los pinchazos en mi estómago eran brutales -
- Hoy invito yo – contestó, poniéndome una pajita en mi vaso. ¿Qué tal? Nahuel entró detrás de mí con una sonrisa triunfadora y Jacob le gruñó a su paso.
- Vale, pero el domingo pago yo – agité mi refresco con la pajita y le di un sorbo. - Hola – saludé a Alice, Jasper, Emmett y Rosalie, que se encontraban en el salón viendo la
- Ok – se quedó un rato en silencio, mirándome -. Dime una cosa, ¿te ha pasado algo con tele. Me correspondieron saludándome con la mano.
Jacob? El último sorbo se me atragantó y me dio una pequeña tos. - ¿Dónde están mis padres?
- ¿Por qué lo dices? – intenté disimular. - En su cabaña – respondió Alice, sonriendo con picardía. Puse los ojos en blanco -. Tu
- Me parece raro que ahora accedas a salir conmigo sin tenerle en cuenta. Además, ayer madre parecía muy contenta hoy. Jacob traspasó la puerta como una exhalación y se colocó
llorabas… a mi lado.
- No me apetece hablar de eso – le corté tajantemente -. No hemos discutido, ni nada, si es - ¿Cómo que qué tal? – me preguntó, enfadado -. ¿Dónde has estado? Estaba muy
lo que quieres saber. No me apetecía nada hablar del tema. El dolor se aferró en mi pecho y preocupado por ti, ¿sabes?
tuve que volver a beber para mitigarlo un poco. - ¿A ti qué más te da? – le replicó Nahuel.
- Perdona, no quería ofenderte. Levanté la vista, sintiéndome culpable por contestarle de - Oye, tú no te metas en esto – le contestó Jacob, apretando los dientes -. Estoy hablando
esa manera, después de todo, había sido muy amable conmigo durante todo el día. con ella.
- No, perdóname tú. No quería ser tan brusca. - He salido con Nahuel y hemos ido a Seattle – le respondí lo más tranquila que pude, de
- No importa – se hizo otro mutismo en el que yo miré por la ventana -. Quiero que sepas camino a la cocina.
que quiero salir contigo, Renesmee – me soltó de repente -. Es decir, si tú quieres. Me - ¿A Seattle? – repitió, sorprendido, siguiéndome.
quedé un poco cortada. La verdad es que eso no estaba en mis planes. - Sí, al Museo de Arte, para más señas – apuntilló Nahuel con una sonrisita de
- Verás, yo no voy a salir con nadie – le respondí con educación. Le dio unos sorbos a su autosuficiencia, detrás de nosotros.
bebida tranquilamente. - ¿En qué estabas pensando, Nessie? – protestó, nervioso, con la mano en la cabeza -. ¿Y si
- ¿Puedo hacerte una pregunta? hubiera aparecido ese licántropo? Yo no estaba allí para protegerte.
- Claro – me encogí de hombros. - Estaba conmigo. Yo la hubiera protegido – intervino nuestro invitado.
- ¿Jacob y tú sois… novios? – le costó decir la palabra. La pregunta me pilló por sorpresa. - Venga ya – replicó Jacob, irritado, parándose en seco -. ¿Sabes cómo es ese bicho?
Tuve que beber para aplacar a mi pobre corazón. Sólo escuchar su nombre mezclado con - Perdona, pero yo también sé pelear. Estoy acostumbrado a matar animales de gran tamaño
ese vocablo imposible de realizar, me helaba el alma. en la selva y… Jacob le ignoró y se puso delante de mí.
- No – reconocí con un hilo de voz. - ¿Sabes lo preocupado que estaba por ti? – murmuró, cogiéndome por los hombros para
- Bien, entonces puedes salir con alguien, ¿no? forzarme a parar en la puerta de la cocina. Sus ojos reflejaban y verificaban lo que estaba
- No es eso. Es que a mí no me apetece salir con nadie – le expliqué. diciendo. Empezaban a llamarme, a decirme que le abrazara, que le acariciara, que le
- Que él esté imprimado de ti, no significa que no puedas quedar con otra gente. Él no tiene besara. Me pedían a gritos que le dijera que le amaba, que le necesitaba, que yo era suya,
ningún derecho sobre ti, así que no puede decir nada – me dijo muy cortés. Crucé los que siempre estaríamos juntos. Pero esto último no podía garantizarlo, ya que seguramente
brazos en el pecho para aliviarme. no era buena para él. Si terminaba haciéndole daño, sus pupilas volverían a estar
- No, no lo tiene… - murmuré, casi era un lamento dirigido a mí misma por no poder angustiadas, sólo que para siempre. Tenía que ser fuerte. Tenía que hacerlo por él. No
cumplir ese deseo. podía seguir mirando sus ojos, me dolía demasiado, el corazón se me encogía en el pecho.
- Entonces, ¿saldrás conmigo de vez en cuando? – me preguntó, sacándose una rosa de la Bajé la mirada y busqué una salida rápida, algo que me aportara valor y entereza, algo que
chaqueta y ofreciéndomela. Pestañeé, sorprendida, y sonreí, halagada. protegiera mi corazón para que estuviera resguardado y a salvo. Tenía que taparlo, no
- ¿Es que también sabes de magia? – cogí la flor y la olí. dejarlo al descubierto y que se viera vulnerable y débil, Jacob no podía verlo así o no sería
- Algo así – contestó con una sonrisa deslumbrante -. ¿Qué me dices? ¿Saldrás conmigo? capaz de llevar a cabo mi misión. Entonces, sólo encontré una coraza para envolverlo.
Me quedé mirando la rosa, pensativa. - Pues no tenías que estarlo – le contesté con rudeza, apartándole para que me dejara pasar
- Si salimos más veces, será solamente como amigos – le aclaré, por si acaso. -. No me imagino a un licántropo en el museo. Jacob se quedó parado en la puerta con la
- Por supuesto – aceptó, encantado. misma expresión que cuando entré por la de casa, pero enseguida se puso a mi altura.
Cuando llegamos a casa, Jacob me esperaba en el porche. Estaba apoyado en la pared, con - ¿Por qué estás enfadada conmigo? – me preguntó, molesto.
- No estoy enfadada – respondí sin mirarle. Saqué un vaso de tubo del armario y lo llené de con una fuerza bestial. Según los forenses, el torso fue abierto con un cuchillo o un bisturí
agua para meter la rosa. Jacob se quedó mirándola y frunció los labios con rabia. muy afilado, ya que fue rajado de un solo movimiento.
- ¿Qué le has dicho? – le gruñó a Nahuel, que estaba detrás de nosotros -. ¿Te has - Dientes aserrados, garras como cuchillas. Eso coincide con…
inventado alguna mentira para que salga contigo hoy? - Sí. Yo también estoy seguro de que fue ese asqueroso licántropo – me cortó -. Ayer,
- No me ha hecho falta – presumió éste con una sonrisa altiva -. Y tampoco para que salga cuando iba tras él, pude comprobar sus cuchillas.
conmigo el domingo, ella me lo ha propuesto. - ¿Cómo que pudiste comprobarlo? – no me gustaba nada esa frase.
- ¿Cómo? – se giró hacia mí, algo descompuesto -. ¿Le… le has pedido que salga contigo - Bueno, verás. Estaba persiguiendo a esa cosa, ¿no? – comenzó a gesticular con las manos
el domingo? Cogí otro vaso y también lo llené de agua, pero este para bebérmelo. para montar mejor su película. Rosalie ya estaba poniendo los ojos en blanco, desesperada
- Bueno, me apetecía – me encogí de hombros -. Hay muchas cosas que ver en el museo. por los rodeos que siempre daba Jake para contar algo -. Corríamos a toda velocidad entre
- Nessie, ya hemos hablado de esto – empezó a quejarse, otra vez nervioso -. Ya te dije que los árboles, porque ya te digo que es muy rápido, y entonces, de repente se gira hacia mí y
este tío… ¡zas! – hizo el gesto de un zarpazo -. Si no llego a saltar a tiempo, me raja en dos – mi
- Ay, Jake – suspiré, como cansada -. No empieces con tus cosas. Dejé el vaso en la meseta semblante se iba poniendo blanco a cada instante -. Menos mal que tengo buenos reflejos y
y me dirigí al salón. Jacob me siguió y me agarró del brazo para detenerme. sólo me tajó un poco.
- Quiero hablar contigo – me pidió, cabreado. - ¿Te… te tajó?
- ¿Por qué no la sueltas y la dejas en paz? – protestó Nahuel, cogiéndole del suyo. - Sí, nah, un poco aquí – se señaló el costado con la mano.
- ¡Ya te dije que no te metas! – rugió Jacob, soltándome para darle un empujón. Nahuel - ¿Dónde? – inquirí, asustada, mientras le levantaba la camiseta para mirarle.
salió disparado hacia atrás y se estampó contra la pared. Los paneles de madera que - Aquí – dijo, frotándose la zona con el dedo -, pero, ¿ves? Ya no tengo nada, así que no te
recubrían esa parte se quebraron con el choque. Éste se incorporó y se puso en posición de preocupes.
ataque, retirando el labio para enseñar los dientes. Jasper se levantó y, en una fracción de - ¿Que no me preocupe? – murmuré.
segundo, estaba entre los dos, utilizando su influencia mental para que se relajaran los - Eres un idiota, Jacob – le regañó Alice -. Podía haberte matado, lo sabes, ¿no?
ánimos. - Tenías que haber esperado por Edward y por mí – expuso Emmett -. Tres son mejor que
- Adelante, ¿por qué no intentas morderme? – le retó Jacob, gesticulando con los dedos uno.
para que se acercase -. Atrévete a tocarme otra vez, maldita garrapata. - Pues estuve apunto de pillarle – se defendió él -. Pero luego se subió a los árboles como
- ¡Chucho asqueroso! – masculló Nahuel, rechinando los dientes. un mono y se me escapó – resopló con chasco -. Podía haber cambiado de fase y seguirle
- Eso es, vamos, muestra tu verdadera personalidad – siguió él, provocándole. como humano – dijo, pensativo, como si lo estuviera teniendo en cuenta para futuras veces.
- ¡Basta! – ordenó Jasper. - ¡Ni se te ocurra! – le reñí, inquieta -. Además, no vas a volver a perseguirle, y menos tú
- ¡Jacob, te has pasado! – le di un pequeño codazo para apartarle y corrí hacia Nahuel, solo. Jake puso los ojos en blanco y suspiró.
verificando que no estuviese herido. - Bueno, tengo algo más – continuó, reprendiéndome con la mirada -. Al parecer, han
- ¡Ha empezado él! – protestó. aparecido más cuerpos descuartizados en los alrededores de Port Angeles y de Seattle –
- Pídele disculpas ahora mismo – le mandé, enfadada. recalcó, cambiando la vista hacia Nahuel. Acto seguido volvió a mirarme -, por lo que
- Ni hablar – contestó, riéndose con insolencia, mientras caminaba hacia el sofá. Se deduzco que su radio de acción es mucho más amplio de lo que pensábamos.
repantingó tan tranquilo, con chulería, y cogió el mando de la tele para poner un partido. - ¿Ta-también en Seattle? – tartamudeé.
- Eres igual que un crío – le criticó Alice. Jacob se cruzó de brazos y no le hizo ni caso. - Eso es muy lejos – afirmó Jasper -. Es raro, cambia de territorio muy deprisa.
Suspiré, cansada. - Está buscando una buena zona de caza – declaró Emmett.
- Lo siento, ¿te ha hecho daño? – le pregunté a Nahuel. - No lo entiendo – dijo Alice.
- No, no te preocupes. - Es un cazador, un depredador – aclaró él -. Seguramente está catando el tipo y número de
- ¿No vienes a sentarte conmigo, Nessie? – escuché que me demandaba Jacob. presas y valorando los posibles contrincantes que pueda tener, para fijar su radio. Actúa
- No, me voy a la cama – le respondí con voz seca. solo, no va en manada como los metamorfos, así que tiene que asegurarse un buen
- ¿No quieres oír lo que me contó Charlie del torso y la cabeza? – me pinchó, sonriente. territorio sin enemigos potenciales a la vista.
Eso había llamado mi atención, y la del resto de mi familia también. Todos se giraron hacia - Exacto – ratificó Jacob -. Por eso tenemos que estar en alerta hasta que se quede en un
él y yo me dirigí con rapidez al sofá. sitio. Después, podremos atraparle con más facilidad.
- ¿Ya se sabe algo? – quise saber, sentándome junto a él. Nahuel se acomodó en el sillón de - Aún no ha trascendido a la prensa. Eso nos facilitará las cosas – manifestó Jasper.
al lado y ambos se dedicaron unas miradas de advertencia. - Sí, pero tiene a la policía en jaque y están bastante mosqueados, habrá que ir con cuidado.
- La cabeza es de una mujer, así que eran dos personas – empezó a explicar -, y fueron Charlie hace lo que puede aquí en Forks, pero no tiene influencia en otros sitios – expresó
víctimas del mismo asesino. Los dos fueron descuartizados con algo dentado, serrado, y Jacob, pasándome el brazo por los hombros. Mi tío asintió con gesto reflexivo.
- Bueno, me voy a cenar – dije, retirando el brazo de Jake y levantándome para ir a la - ¡¿Entraste en su cuarto?! – bufé, enfadada. Para mi asombro, se rió con satisfacción -.
cocina -. ¿Quieres cenar algo, Nahuel? ¡Jacob, no se de qué te ríes! ¡A mí no me hace ni pizca de gracia!
Jacob se levantó como una exhalación y se quedó a mi lado, mirando a éste con desplante. - ¡Era una broma! – siguió carcajeándose.
- No, gracias – contestó el invitado -. Me reservaré para cazar algo mañana. - Eres un idiota – le recriminé, mirándole con cara de odio.
- Como quieras. Entré en la cocina, con Jake detrás de mí, y abrí la nevera. - Ese aceite creo que ya está caliente – señaló la sartén con el dedo sin dejar de sonreír. Me
- ¿Te apetece un plato combinado o algo así? – le pregunté mientras ojeaba el interior del giré hacia la vitrocerámica, airada, y bajé un poco la temperatura.
frigorífico. - Estaban todas tus amigas – me explicó, dejando la manzana en su sitio -. Brenda me dio
- Vale – aprobó, sacando el mantel del cajón de la mesa -. Ah, casi se me olvida. Esta tarde las cosas y me fui. Aunque no le miraba, podía notar sus penetrantes ojos clavados en mí y
me llamó Brenda. Uno de los huevos que llevaba en la mano se me cayó al suelo. empecé a ponerme nerviosa. Agarré un huevo y lo eché tan deprisa, que se me rompió en la
- Mierda – mascullé, posando el resto de los huevos en la meseta. Saqué un paño del sartén.
armario bajo el fregadero, lo mojé y lo escurrí. - Vaya, hombre – me quejé. Jacob cogió la espumadera y lo sacó, depositándolo en un
- Espera, ya lo limpio yo – me dijo, quitándome el paño -. Tú vete friendo eso. Tiró los plato. Se arrimó a mí por detrás y tomó otro huevo. Estaba demasiado cerca, tenía que
trozos de cáscara a la basura y empezó a pasar el suelo. Saqué la sartén, vertí aceite y alejarle, mi corazón ya empezaba a palpitar alocadamente. Me cogió la mano izquierda y
encendí la vitrocerámica. me lo pasó, rodándolo con delicadeza por mi palma. Colocó sus manos sobre el dorso de
- Me dijo que se te había olvidado la mochila y las compras en el coche de… ¿cómo se las mías, a modo de marioneta, y me hizo cascar el huevo dándole un golpecito con el
llaman? ¿Por qué sólo se acordaba del nombre de Brenda? borde de la sartén para abrirlo y dejarlo caer en el aceite. Las dos cáscaras acabaron sobre
- Alison y Jennifer – le recordé, aparentando normalidad. la vitrocerámica, se me resbalaron de las manos cuando acercó su frente a mi sien y
- Sí, eso – se acercó al fregadero para aclarar el paño -. Pero no te preocupes, ella se entrelazó sus dedos con los míos.
encargó de guardarlo todo y ya me lo dio. Lo tienes en tu habitación. Mi respiración se - Hoy te he echado mucho de menos – me susurró en el oído a la vez que cruzaba nuestros
contuvo automáticamente. brazos y me pegaba a él. Todo el vello se me puso de punta al sentir su ardiente aliento, y
- ¿Cómo que ya te lo dio? – mi voz empezó a sonar algo irritada. mi cuerpo y la pulsera comenzaron a reaccionar como siempre. Tenía que pararlo, tenía que
- Como tú no estabas – me echó en cara -, quedamos en el instituto y me lo dio todo – se pararlo. Si no, le haría mucho daño. Cerré los ojos y apreté los párpados con fuerza. Tenía
apoyó de lado en la meseta, con las manos en los bolsillos, y se quedó mirándome. que cubrir mi corazón otra vez con la coraza para que me fuera más fácil no sucumbir.
- ¿Te preguntaron por mí? – inquirí para intentar sonsacarle más información sin que se me Respiré hondo y me obligué a no pensar.
notara. - Se me está pasando el huevo – dije, soltándome bruscamente de su abrazo. Cogí la
- ¿Quién? espumadera y lo saqué para dejarlo en el plato -. Jake, si te quedas ahí, no puedo hacer la
- ¿Quién va a ser? Mis amigas – resoplé. cena – protesté, al ver que seguía detrás de mí.
- Ah, no estaban allí. Solamente vino Brenda – se encogió de hombros -. Le dije que - Perdona – contestó con gesto contrariado, poniéndose a un lado. Eché otros dos huevos;
estabas enferma, aunque no me preguntó nada, la verdad. huevos que también se me rompieron.
Desvié la mirada. Empecé a repiquetear los dedos en la encimera, esperando a que se - Creo que será mejor que los fría yo y tu vayas haciendo el puré de patata – señaló,
calentara el aceite de una vez. Sin embargo, lo único que se calentaba era mi cabeza. quitándome la espumadera.
Intenté no pensar en ello, pero la imagen de Brenda tonteando con Jacob se instaló en mi - Antes voy a poner la mesa – recogí el mantel y me dirigí a la puerta de la cocina.
cerebro sin poder evitarlo y todos mis celos estallaron. ¿Cómo es que Brenda le había - ¿A dónde vas? – preguntó, extrañado.
llamado? ¿Por qué tenía su teléfono? El aire se me salió sonoramente de los pulmones - Me apetece cenar en el salón.
cuando caí en ello. Esa descarada había rebuscado en mi mochila y había cotilleado en mi - Pero si no hay mesa – me recordó -. Tu padre se la cargó, ¿no te acuerdas?
agenda. Ahora tenía su número, seguro que le llamaba hasta la saciedad, hasta que - Ah, sí. Es verdad – me mordí el labio, pensativa. No me quedaba otro remedio que cenar
consiguiera su objetivo. Ya había logrado quedar con él a solas, a saber qué le había dicho. a solas con él.
Rechiné los dientes con rabia. Jacob cogió una manzana del frutero y empezó a jugar con Puse la mesa y terminamos de hacer la cena. Como siempre se sentaba junto a mí, no le
ella, lanzándola arriba y abajo. tenía enfrente y mis ojos no enfocaban a los suyos. La mesa era grande, así que ni siquiera
- Estuvimos charlando hasta que se nos hizo tarde, así que la llevé a casa en la moto – nos tocábamos, ya me había encargado de poner los platos lo suficientemente separados.
comentó tan tranquilo. No obstante, Jacob corrió su silla un poco para acercarse más a mí y no me quedó otro
- ¿Que la llevaste a casa? – le pregunté, sin poder ocultar mi molestia. Y encima, en la remedio que aguantar mi sufrimiento toda la cena para evitar sus atrayentes roces mientras
moto. Ya me la imaginaba bien amarrada a él, babeando, sobándolo entero. Mis muelas me contaba todo lo que había hecho en el día. Acabamos de cenar y fregué los platos a toda
estaban apunto de romperse. prisa para subir a mi habitación de igual modo. Le dije a Jake que estaba muy cansada y
- Tiene una casa muy bonita, su cuarto es una pasada. que quería dormir, para que no entrara en mi dormitorio, aunque no tenía ni pizca de sueño.
Él se limitó a asentir con un movimiento de cabeza. Me invadió el dolor en el pecho sonrisa se desvaneció.
cuando cerré la puerta y se quedó en el pasillo con el rostro insatisfecho y confuso. Me - Hola, ¿cómo te ha ido el día? – le pregunté, sonriéndole yo -. ¿Habéis despedazado a
apoyé en la puerta, pensando que esto me iba a parecer imposible. Odiaba verle así, tan muchos vampiros?
preocupado y confundido. Sabía que tarde o temprano tendría que aclararle las cosas, - A unos cuantos – volvió a sonreír, aunque esta vez su sonrisa era más apagada. ¡Cómo me
hablar con él para decirle que no podíamos ser más que amigos, pero también me daba apetecía lanzarme a sus brazos para que sonriera del todo! Me puse el casco para que no
cuenta de que todavía no estaba preparada para enfrentarme a eso. Si se lo decía ahora, él pudiera ver mi cara compungida.
no se rendiría tan fácilmente, intentaría convencerme y lo conseguiría. Eso era seguro, mi - ¿Nos vamos? – propuse.
corazón sucumbiría sin dudarlo, mi coraza aún no era tan fuerte como para soportar - Claro. Mientras él se subía a la moto, me fijé en mis amigas para despedirme de ellas con
semejante embiste. Tendría que esperar un poco hasta fortalecerme y después se lo diría. la mano. Brenda estaba disfrutando con esto. Se la veía contentísima con mi cambio de
Le mentiría, si era necesario, diciéndole que no le quería. Con el tiempo, él lo aceptaría, a actitud hacia Jake. Apreté los dientes de la rabia y me monté. Ni siquiera podía agarrarme a
mí se me pasaría y seríamos mejores amigos como siempre. Podríamos estar así toda la él como a mí me gustaba, solamente me sujetaba a su cintura, y eso me ponía más de los
vida y entonces él no sufriría por mí jamás, porque no le habría dado ningún plato a probar. nervios, porque la veía sonriendo con descarada satisfacción. Durante el viaje a casa, su
Toda la vida así, se me escapó pensar. Un nudo se aferró brutalmente a mi garganta y mi sonrisa desvaída me hizo pensar en que se lo tenía que decir ya. Jacob me notaba esquiva,
corazón sufrió un intenso pinchazo. Se me pasará, no pensar, no pensar, gritó mi mente rara, por supuesto, y eso le tenía preocupado. No podía dejar pasar más tiempo. Tenía que
mientras me llevaba la mano al pecho. aclararle las cosas, cuanto antes, mejor. Pasamos los últimos árboles del sendero y aparcó
Me separé con rapidez de la puerta y me dirigí al vestidor para ponerme el camisón con el la moto delante del edificio. Jacob se bajó después que yo y empezó a encaminarse hacia el
mismo impulso. Me metí en la cama y apagué la luz de mi mesilla. Obligué a mis ojos a porche.
cerrarse y a que se mantuvieran así, pero se abrieron de repente cuando percibí el efluvio - Espera – le llamé. Se dio la vuelta para mirarme -. Quiero… quiero hablar contigo.
de Jacob. Estaba por mi camisón, por mi edredón y por mi almohada. Mi cuerpo se giró ¿Podemos dar un paseo? Sus cejas se fruncieron para adoptar una expresión de extrañeza.
solo para echarse en su hueco y mi rostro se hundió en la almohada para inhalar su olor con - ¿Hablar? – inquirió.
añoranza. Se me pasará, me repetí, aovillándome para cubrir mi dolorido corazón. No - Sí. Vamos a dar un paseo, ¿vale? Se quedó un momento mudo, mirándome con igual
sirvió de nada. Mi mente pegó otro grito de rabia y el nudo reventó en mi faringe, dejando semblante.
escapar todas las lágrimas. - De acuerdo – contestó al fin. Se acercó a mí y comenzamos a andar para adentrarnos en el
bosque. Estaba tan nerviosa, que las manos me temblaban. Las metí en los bolsillos de mi
AGONÍA cazadora. Estuvimos caminando en silencio durante un rato, hasta que nos paramos en una
zona menos arbolada.
El final de esa semana y las dos y media siguientes pasaron extremadamente lentas, o eso - Bueno, ¿qué pasa? – preguntó, reposando la espalda contra un árbol para tenerme de
me pareció a mí. Las clases se me habían hecho eternas. Tal vez se debía a que esas frente. Todas las noches que había pasado en vela pensando en cómo decírselo, no
lecciones me las sabía bastante bien, aunque, en honor a la verdad, más bien se debía a que sirvieron de nada. Me quedé en blanco al tenerle delante y tuve que improvisar sobre la
me había pasado las horas pensando en Jacob. Jacob, Jacob, Jacob. Ese era mi único marcha.
pensamiento. Por la mañana, Jacob. Por la tarde, Jacob. Por la noche, Jacob. Jacob hasta en - Es sobre nosotros – murmuré, frotándome las manos con nerviosismo.
sueños. No sabía cuánto tiempo me iba a llevar olvidarme de él en ese sentido, pero tenía - ¿Sobre nosotros? – su rostro volvió a extrañarse.
que ser fuerte. Me pasé los días diciéndome eso. Tenía que hablar con Jake, y necesitaba - Yo no… - agaché la cabeza para no ver sus ojos. El corazón se me iba a salir del pecho,
ser de hierro. Sin embargo, era tan difícil. Tan sólo mantener las distancias, ya me parecía parecía que se negaba a que soltara las palabras -. Yo quiero… que seamos amigos… para
imposible, no solamente por él, sino porque yo misma le necesitaba. Adoraba sus abrazos, siempre. Su rostro se quedó pensativo durante unos segundos mientras me estudiaba con la
que me cogiera de la mano, que me acariciara… En la primera semana, ya echaba mirada.
muchísimo de menos todas esas cosas. Pero sabía que si me rendía a todo eso, mi corazón - Espera, espera. ¿Qué me estás intentando decir? – preguntó, despegándose del tronco -.
también lo haría. No podría resistir ni un roce de sus dedos, me lanzaría a sus labios sin Ya somos amigos. Le di la espalda, evitando sus ojos, exigiéndome a mí misma que fuera
pensarlo. Jacob era mi droga y no podía ni probarla. Se me pasará, no pensar, no pensar, fuerte.
me repetía una y otra vez. Cuando salí de clase, Jake me esperaba apoyado en su moto, - Sí, pero… lo que quiero decir es que… quiero que seamos amigos para siempre… Sólo
como siempre. Estaba guapísimo con esos vaqueros y esa camiseta negra, o eso me parecía amigos. Jacob se quedó en silencio, sin moverse.
a mí. El corazón ya me daba tumbos, así que respiré hondo, me despedí de mis amigas y - ¿Sólo amigos? – repitió, confuso -. ¿Eso quiere decir que… no quieres que seamos algo
me acerqué a él. más?
- Hola, preciosa – me saludó, sonriendo, cogiéndome la cintura con la mano. Él sí que era - Sí – susurré. Tragué saliva para retener el nudo gigante de mi garganta. Se hizo otro
guapo. Me separé disimuladamente para coger el casco, que colgaba del manillar, y su incómodo silencio.
- ¿Es que he hecho algo mal? ¿Te he agobiado o algo? – interrogó, ansioso, acercándose a apoyé en un pino, los clavazos se retorcían con saña. Eran tan insoportables, que comencé a
mí por detrás -. Lo… lo siento si te ha molestado alguna cosa. Me tomaré las cosas con más marearme, así que me eché en el suelo y me aovillé entre las húmedas hojas. ¿A dónde
calma, no me importa esperar lo que sea. Lo que me faltaba es que él se sintiera culpable. había ido? ¿Cuándo volvería? ¿Y si no regresaba nunca? No, eso no podía pasar. Él tenía
¿De qué? ¿De ser demasiado maravilloso? que volver, tenía que volver.
- No, no es eso – le contesté -. Yo no quiero que esperes por mí. No estaremos juntos Mi respiración se agitó de tal modo, que llegó un punto en el que me hacía daño inspirar el
nunca, no del modo que tú quieres – me obligué a decir con un murmullo. aire. Gemí de dolor y me llevé la mano al pecho. Nuestro vínculo era tan fuerte, que el
- ¿Qué estás diciendo? – cuestionó, dándome la vuelta por los hombros. Sus ojos estaban separarnos de este modo parecía que me matara. Va a volver, va a volver, me dije. Los
confusos, perdidos. Tuve que bajar la mirada para no echarme a llorar -. Creí que te gemidos pronto se transformaron en llanto y eso me alivió un poco. Lloré en voz alta, con
gustaba, tú me lo dijiste, ¿recuerdas? rabia y agonía. ¿Por qué lo había hecho tan mal? Ahora estaba por ahí, sufriendo por mi
- Te dije que me atraías, y me he dado cuenta de que sólo era eso – mentí como pude. culpa. Precisamente lo que yo no quería. Agarré un puñado de hojas y apreté el puño con
- No te creo – afirmó con seguridad, sujetándome por los brazos -. Creo que sientes lo furia. ¿Cómo podía ser tan mala persona? Deberíamos estar juntos para siempre. Si mis
mismo que yo cuando estamos apunto de besarnos, o cuando nos acariciamos o nos sentimientos cambiaran con el tiempo, tendría que aguantarme y seguir con él. Todo con tal
rozamos con los dedos. Tú también sientes esa energía, lo sé. No me creo que todo eso no de que Jacob no sufriera jamás. Si él era feliz, yo lo sería también, aunque ya no le quisiera
signifique nada para ti. Él sentía lo mismo que yo con todas esas cosas. Y la energía. Mi de esa forma. Pero, en el fondo, sabía que eso tampoco era justo para él. Porque se merecía
corazón ya empezaba a palpitar como un loco otra vez. Tenía que pararlo, tenía que usar mi a alguien mejor que yo, alguien que lo amase para siempre, alguien que supiera quererle,
coraza. Obligué a mi boca a calumniar. que fuera suficiente para él. Y yo no lo era. Acababa de quedar demostrado. Volví a gemir
- Yo no siento nada por ti de la forma que tú quieres. Te quiero como mi mejor amigo, pero de dolor al sentir otro punzón y lloré desconsoladamente. Unas manos me recogieron del
nada más, y no va a pasar nada jamás. Tendrías que buscarte a una buena chica que te suelo, arrastrándome a unos brazos y a un torso conocido pero no deseado. No eran mis
quiera. Me aparté de sus manos, pero cuando me disponía a girarme de nuevo, me agarró adoradas y cálidas manos, ni mi pecho caliente y cómodo. Aún así, hundí el rostro en el
por la muñeca y me pegó a él. pétreo hombro de mi padre.
- No – protestó, encarcelándome con su otro brazo para que no pudiera escaparme -. - Esto me recuerda a algo – oí que murmuraba mi madre.
Mientes. - Sí, a veces se parece tanto a ti – le contestó papá.
- Jake, por favor… - imploré con un murmullo, mandando a mis ojos que se apartaran de - ¿Qué ha pasado, cielo? ¿Y Jacob? – no dije ni una palabra. El dolor era demasiado
los suyos. profundo -. Edward, ¿qué le pasa? Sentí los fríos dedos de mamá acariciándome la cabeza.
- Estamos hechos el uno para el otro y tú también lo sabes, también lo sientes, lo sé – Papá no le respondió. Me imaginé que lo hacía por respeto hacia mí, lo cual me pareció un
declaró, apretando mi muñeca con ansia. buen detalle, aunque sabía que se lo acabaría contando sin mi presencia. En unos pocos
- Suéltame, me haces daño – le dije mientras intentaba zafarme. Me miró con ojos resueltos minutos, ya estábamos en casa. Mi padre me subió a mi habitación y me dejó aovillada en
y decididos. Ya sabía lo que iba a hacer. Mi pulsera me hacía cosquillas sin parar, sin la cama.
embargo, yo no podía corresponderle. Acercó su rostro con rapidez e intentó ensamblar sus - Cielo, ¿qué ha pasado? – insistía mamá, preocupada. Me tapé la cara con la almohada
labios a los míos. Mis buenos reflejos hicieron que sólo consiguiera besarme en la para seguir llorando sin control.
comisura. Aún así, noté los estremecimientos por todo mi cuerpo, mis labios se morían por - Es mejor que la dejemos sola, Bella – le cuchicheó él -. Déjala que se desahogue. No se
girarse y unirse a los suyos. Me enfadé conmigo misma por no saber pararle, por no poder oyó nada más, así que supuse que mi madre había asentido y que habían salido del
hacer las cosas mejor. Eso hizo que le empujara con rabia y él se apartó. dormitorio. Eché un ojo para verificarlo y volví a hundirme en la almohada. Me sentía tan
- ¡Te quiero solamente como un amigo, Jacob! – le escupí, furiosa, aunque el estómago mal, que si me hubiera caído un rayo encima, no me habría hecho ni cosquillas. ¿Es que
empezó a llenárseme de pinchazos -. ¡Tienes que aceptar que no vamos a ser nada más tenía que hacerle daño de todas, todas? Intenté consolarme a mí misma diciéndome que se
nunca! ¡¿Me oyes?! ¡Nunca! Me llevé un sobresalto cuando se volteó hacia un árbol y le le pasaría con el tiempo, que era por su bien, y era verdad, pero, ¿y si no volvía? El
dio un fuerte puñetazo a una rama. Ésta se rompió y salió despedida entre astillas. Pero los cuchillo que tenía clavado se hincó más profundamente y me encogí de los dolores. Me
pinchazos regresaron y se volvieron más agudos cuando se giró otra vez y vi su rostro. quedé sin respiración durante un instante. ¿Por qué me pasaba esto? ¿Por qué lo sentía tan
Algo se me clavó en el corazón cuando vi sus ojos llenos de dudas, confusos, dolidos, real? Parecía que alguien me agarrara el corazón con la mano y lo estrujara hasta dejarlo
heridos. Cada vista era una puñalada. seco. ¿Tan extremadamente fuerte era nuestro vínculo? ¿Estaría Jacob pasando por lo
- Jake, perdóname, yo… Jacob se alejó lentamente hacia atrás, con el semblante bañado en mismo? Se me pasará. Esa frase que antes me repetía tanto en mi cabeza, ahora me parecía
amargura y angustia, y se volvió para echar a correr a toda velocidad entre la espesura del tremendamente egoísta. Me merecía esto y más, cuanto peor lo pasara, mejor. Esta agonía
bosque. era poco castigo si él sufría por mi culpa. Sólo recordar su rostro lleno de angustia y
- ¡No, espera! – grité, corriendo detrás de él. Fue inútil. Cuando avancé un poco, sus ropas tristeza, me impedía respirar. No sé cuántas horas estuve llorando sobre mi almohada, pero
estaban hechas pedazos en el suelo. Ahora corría como lobo y ya no podía alcanzarle. Me cuando me calmé un poco, algo me hizo levantarme de repente y me dirigí al vestidor. Cogí
uno de sus pantalones y se los dejé doblados en mi puerta. Lo hice sin pensar, ni siquiera su mano en mi barbilla y me levantó la cara para que le mirase a los ojos. Mis pupilas no
sabía si iba a regresar, pero fue un acto reflejo de esperanza. Por alguna razón, seguía pudieron evitarlo.
notando mi enorme vínculo con él. Tenía que aferrarme a eso. Tenía que significar algo. Él - Sí, sí que te gusto – refutó, después de observarme durante un par de segundos.
volvería, sentía a Jacob dentro de mí, a mi lado. Me aovillé en la cama de nuevo, sin dejar - Jake… - intenté protestar, volviendo la vista hacia abajo.
de mirar a la puerta ni un instante, sin pestañear, por si se movía la manilla y entraba en mi - No entiendo por qué haces esto, pero no pienso rendirme – afirmó con ojos decididos -.
cuarto. Volverá, me dije. Sin embargo, cuando la media noche pasó y él no apareció por Lucharé por ti. No podía negar que en el fondo me moría de ganas de que lo hiciera. Sin
allí, mis ojos se rindieron y desbordaron sus lágrimas otra vez. embargo, no podía permitirlo. Él no tenía que sufrir.
- Nessie, Nessie – escuché el cuchicheo de una voz ronca mientras una mano me daba - Yo no quiero que luches, quiero que seas feliz – le confesé, siguiendo el hilo de mis
suaves meneos. Era mi voz favorita. Abrí los ojos de sopetón y le vi sentado en la cama, pensamientos.
junto a mí. - Soy feliz luchando por ti. Si no lo hiciera, sería un desgraciado, ¿entiendes? Tengo que
- ¡Jake! – me incorporé llorando y le abracé con fuerza. No pude remediar abrazarle, mi hacerlo.
cuerpo se lanzó a él automáticamente, aunque, dadas las circunstancias, podía permitirme - Te pasarás la vida esperando, Jake – le advertí -. No pierdas el tiempo conmigo, soy una
una pequeña licencia. En cuanto mis brazos rodearon su cuello y mi rostro se hundió en su causa perdida para ti.
hombro desnudo y caliente, todos los dolores y la agonía de mi corazón desaparecieron - No me importa esperar, tengo mucha paciencia y nada que perder. Además, me encantan
como por arte de magia. Aun así, me fue imposible no llorar. Casi me parecía un sueño los retos difíciles, ya lo sabes – aseguró, sonriendo a medias. Suspiré, cansada. En realidad,
tenerle conmigo y estar entre sus brazos. No me lo merecía. Inspiré su olor para no sé de qué me extrañaba. Sabía que él no se iba a rendir fácilmente. Tendría que
asegurarme de que no estaba soñando. Qué bien olía. resistirme y alejarme de él con todas mis fuerzas para que, con el tiempo, se diera por
- Nessie – murmuró, apretando su abrazo. Me separó, sujetándome por los brazos, para vencido.
secarme las lágrimas. Cómo me apetecía besar esos labios que tan cerca estaban. - ¿Vas a volver a salir con esa garrapata? – me preguntó de repente.
Solamente tendría que estirarme un poco y podrían ser míos. Pude contenerme cuando - Sí, este fin de semana – le contesté, un poco apurada.
empezó a hablar, sus palabras me distrajeron lo suficiente. - ¿Otra vez? – resopló –. Has salido con él los tres últimos fines de semana. ¿Cuándo vas a
- Lo siento – empezó a susurrar, mirándome fijamente a los ojos. Podía ver los suyos quedar conmigo?
perfectamente, puesto que esa noche había luna llena e iluminaba toda la habitación con su - A ti te veo todos los días.
luz. Ese iris negro tenía un brillo especial con ese reflejo blanco. Su rostro me pareció - Pero no son citas. Yo también quiero salir contigo.
todavía más hermoso y tuve que obligarme a respirar y a reprimir todos mis deseos. Ni qué - ¿Quieres una cita? – cuestioné, un tanto sorprendida.
decir tiene que la pulsera ya llevaba un rato vibrando suave –. Perdóname por lo de esta - Sí. Quiero que salgamos un día. O una noche, mejor – me contestó, sonriendo con esa
tarde, no tenía que haber reaccionado así, fui un bruto. No quería hacerte daño, sabes que sonrisa suya que a la luz de la luna todavía se veía más blanca. Era tan tentador y…
es lo último que haría, ¿verdad? Tampoco tenía que haberme ido de ese modo. Sé que has peligroso.
estado muy preocupada, lo siento. Me marché y te dejé sola. Si te llega a pasar algo yo… - Jake, no voy a salir contigo – le avisé con tono serio.
- No, perdóname tú – le interrumpí -, fui muy brusca contigo. - ¿Es que con ese tío sales en serio? – quiso saber, algo irritado.
- No importa. Lo único que quiero es decirte una cosa – cogió aire y siguió hablando -. He - No, solamente somos amigos – admití.
estado pensando en la conversación que tuvimos en nuestro tronco el día que te enteraste - Entonces, creo que tú y yo también podemos tener una cita como amigos, ¿no te parece?
de mi imprimación. Te dije que yo estoy en este mundo para ti de la forma que tú quieras – – rebatió –. Creo que yo me la merezco más que él.
me recordó –, y así será. Si lo que realmente quieres es que sea como tu amigo, lo respetaré - No creo que sea buena idea.
y seremos solamente amigos. Te prometí que siempre estaría a tu lado y lo voy a cumplir. - ¿Por qué no?
Pero también te digo que voy a esperar por ti. - Contigo es diferente.
- No, Jake. Ya te dije… Me silenció poniéndome los dedos en la boca. El vello se me puso - ¿Ah, sí? – enarcó las cejas para que le diera una respuesta.
de punta. - Después de lo que me has dicho ahora, ¿cómo voy a salir contigo? No quiero que te hagas
- Déjame terminar – bajó la mano y suspiró. Yo aproveché para tomar aire –. Estoy ilusiones en vano – le respondí con convicción.
imprimado de ti, ninguna otra podría sustituirte nunca. ¿Te acuerdas de lo que te conté de - ¿Y ese parásito no se hace ilusiones en vano, también? ¿O es que las suyas no van a ser
Sam y Emily? – asentí al recordarlo –. Si no fueran pareja, él seguiría a su lado como su en vano? – me preguntó con acidez.
amigo, pero jamás amaría a ninguna otra mujer. Sería imposible, ahora lo entiendo. Y eso - Sólo salimos como amigos y él lo sabe. Ya se lo dejé claro – le expliqué.
es lo que haría yo si lo que me dijiste fuera cierto, pero no soy idiota, sé que sí te gusto. Por - Sí, ya lo veo. Por eso te regala rosas y todo eso – rebatió con ironía.
eso no me voy a rendir, lucharé hasta el final. Esto no iba bien. - Bueno, me da igual lo que pienses – resoplé –. No voy a tener ninguna cita contigo.
- Me gustabas, pero ya no me gustas – le mentí con un susurro, bajando la mirada. Colocó Punto.
- Vale, vale. Nada de citas conmigo – aceptó a regañadientes, poniéndose en pie para enero en Forks es de lo más lluvioso y frío. Sonaba raro, pero no me gustaba nada que la
dirigirse al banco-arcón. Se sentó de lado, con la pierna doblada encima del asiento, y época de exámenes hubiera pasado. Antes podía ponerle eso de excusa para no quedarme a
apoyó su antebrazo en la rodilla. Estuvo un rato en silencio, mirando el bosque por la solas con él, se suponía que tenía que estudiar y necesitaba concentrarme. También habían
ventana. Sin darme cuenta, me quedé mirándole embobada. El blanco foco nocturno pasado El Día de Acción de Gracias y las Navidades, fechas en las que siempre habíamos
iluminaba su cuerpo sublime y lo llenaba de luces y sombras. Su rostro, su cuello, sus estado rodeados de gente. Este año la casa se había llenado, habían venido Tania, Kate y
hombros, sus brazos, su torso, sus piernas, hasta sus manos y sus pies, todo era perfecto y Garrett a visitarnos, aunque Carlisle y Esme se quedaron en París para pasarlas con Louis y
hermoso en él. Ni siquiera la nívea luz conseguía endurecer su tez sedosa y lisa, su piel su esposa, que habían insistido mucho. Mis padres, Jacob y yo pasamos la nochebuena en
suave y tersa. Podría quedarme así para siempre, observándole, y no me cansaría jamás. ¿O casa de Charlie, como todos los años, con Billy, la familia Clearwater, Sam, Emily y sus
sí? Ese hombre estaba imprimado de mí, podía ser mío si quisiera, tan sólo tenía que niños. Todos esos acontecimientos me habían tenido lo suficientemente distraída y había
levantarme, sentarme a su lado y besarle. Tres acciones que deseaba hacer con todas mis podido mantener las distancias con Jake, pero desde que habían pasado, tenía que buscarme
fuerzas. Y ahí estaba mi agonía, porque tenía esa ansiada opción, pero no podía escogerla. la vida. Los fines de semana no me preocupaban, ya los tenía ocupados, porque salía con
Mantener las distancias con Jacob iba a ser un calvario, todo me atraía hacia él, como la
Nahuel. Ya habíamos recorrido todos los museos de Seattle, me llevaba a comer, a visitar
fuerza de la gravedad atrae a cada uno de los elementos al centro de la tierra. Evitarle era
algo contra natura, como nadar contra corriente un torrente potentísimo que me arrastraba sitios paisajísticos; cualquier cosa servía para no pensar en Jacob.
hacia él, como intentar escalar una gigantesca cascada de agua. Nada más despedirme de mis amigas, me dirigí al vehículo y, como venía haciendo
- Esta noche hay luna llena – comentó sin dejar de mirar por el cristal, rompiendo el últimamente, me subí al coche, saludando a Jake sin abrazarle. Brenda estaba encantada al
mutismo y mis pensamientos. percatarse de mi alejamiento de Jacob. A éste, en cambio, no le hacía ni pizca de gracia mi
- Sí, ya… ya me he fijado – le contesté, recuperándome de la visión que tenía delante. repentino cambio de actitud de estos tres meses y medio. Como seguía poniéndome muy
- Me pregunto si esa cosa será un licántropo de verdad – murmuró –. Las veces que nos nerviosa cuando él se acercaba, siempre me pasaba el viaje en coche acribillándole a
encontramos con él no había luna llena. preguntas sobre las manadas. Ahora sabía los cotilleos de todos los miembros. El último y
- Si no lo es, se le parece bastante. Tendremos que esperar a que lleguen Carlisle y Esme de más sonado era el enamoramiento de Leah. Llevaba un par de meses saliendo con un chico
París – dije, levantándome. Entré en el vestidor y empecé a desnudarme. de la reserva de los makah, que por supuesto, no sabía que estaba con una loba. Ese era uno
- Espero que puedan averiguar algo. ¿Sabes cuándo van a volver? – escuché que me de los chistes malos que los chicos le hacían a la pobre. Cuando ya no había novedades de
preguntaba desde fuera. mi particular prensa del corazón, me dedicaba a contarle cada una de las cosas y detalles
- Ni idea – me puse el camisón –. Mi padre dice que se van a quedar una temporada larga que había hecho yo en clase. Así llegábamos al instituto o a casa, donde estábamos
con su amigo, puede que un par de meses – apagué la luz y salí del pequeño cuarto -. Al rodeados de gente, y no le daba opción a acercarse a mí demasiado.
parecer, tienen mucho que investigar. Jacob suspiró y volvió a mirar por la cristalera Hoy estaba muy contenta. Mis abuelos volvían de París, por fin. Cuando entramos en casa,
mientras me metía en la cama. Carlisle y Esme ya habían llegado. Venían repletos de regalos. Nos trajeron ropa para
- Estaremos vigilando, por si se le ocurre acercarse por aquí – dijo con el semblante serio. todos, incluidos Jacob y Nahuel. Esme me dio mi bolsa después de los saludos y efusivos
Doblé mis piernas y las rodeé con mis brazos. abrazos, eran modelos exclusivos de la última moda de Paris. A Alice casi se le salían los
- Bueno – se levantó y se acercó a mi cama -, te dejo dormir. Se inclinó hacia mí, ojos de las órbitas cuando vio la suya. Nada más abrirla, se subió volando a su habitación
apoyándose en el lecho con las manos, y acercó el rostro a mi mejilla. Aparté un poco el para probarse sus prendas. Jacob, en cambio, lo miró un poco por encima e hizo una mueca
mío antes de que sus labios la tocaran y se quedó quieto, hasta que trasladó su beso a mi de aceptación. Posó la bolsa en la nueva mesa de cristal y se dirigió hacia Carlisle, que en
coronilla. ese momento hablaba con mis padres.
- Hasta mañana – me susurró en el pelo. - ¿Qué habéis averiguado? – preguntó sin rodeos. Mis padres se miraron y suspiraron.
- Hasta mañana. Rozó su frente en mi cabeza al incorporarse y salió de la habitación. En - Jacob, podías ser más educado y dar las gracias primero, ¿no te parece? – le sugirió
cuanto cerró la puerta, me tumbé y me llevé la mano al pecho. El corazón aún me latía a mamá.
mil por hora y ni siquiera me había tocado. Sí, esto iba a ser toda una agonía. - Gracias. ¿Qué habéis averiguado? Mi madre puso los ojos en blanco. Carlisle y Esme, sin
embargo, se rieron. Parecía que lo hubieran echado de menos y todo. Me acerqué a ellos
para escuchar mejor la conversación. Alice bajó por las escaleras como una bala, señal de
GENES que lo había oído, y se puso a nuestro lado, junto con el resto de mi familia.
- Hemos descubierto cosas muy interesantes – dijo Carlisle -. Y tengo una sorpresa, pero
Ese viernes Jake me esperaba a la salida del instituto, como siempre. Hacía dos meses que primero tengo que explicar que esa criatura es un licántropo.
le había puesto la luna de atrás al coche; me traía y venía a recogerme casi todos los días en - Eso ya lo sabíamos – resopló Jake.
su Golf, a pesar de tener la parte trasera bastante destrozada. Yo prefería la moto, pues así - Sí, pero este es peculiar – contestó mi abuelo, sacando unos papeles de su maletín -, por
me era más fácil evitarle, podía mantener mejor las distancias agarrada a su espalda, pero
eso no nos encajaban algunas cosas. estos, además…
- ¿Peculiar? – pregunté. - ¡No! – exclamó papá, horrorizado, adelantándose a lo que Carlisle estaba apunto de decir.
- Mi amigo es científico – explicó, mirando los folios – y ha descubierto que ese licántropo - ¡Edward, ¿qué ocurre?! – voceó mamá.
sufre una mutación. Colocó las hojas extendidas encima de la mesa, tenían unos dibujos de - ¿Qué pasa? – exigió saber Jake, conteniéndose. Mi abuelo le observó como con cautela.
hombres lobo. - Estos licántropos son capaces de reproducirse y criar. Las manos de Jacob ya vibraban.
- ¿Una mutación? – Nahuel se unió a nosotros. Jacob le gruñó y se arrimó más a mí. - Explíquese – pidió, apretando los dientes.
- ¿A cuál de estos se parecía el que te atacó, Nessie? Me fijé en cada uno de los dibujos. El Sin duda, ya se imaginaba por dónde iban los tiros, y yo también. Esta vez no pude evitar
estómago se me retorció cuando lo vi. sacar la mano, sin embargo, logré controlarme un poco y me enganché a su brazo.
- A este… - afirmé, señalándolo con el dedo. - Lo siento Edward, pero tengo que explicarlo de este modo para que me entiendan todos –
- A lo largo de la historia se han hecho muchas barbaridades con la genética – empezó a papá asintió con el rostro grave y aferró la mano de mi madre con fuerza. Carlisle miró a
exponer, recogiendo el resto de folios para dejar solamente el que yo había señalado -. Los Jacob -. Estas criaturas no son del todo racionales, actúan movidos por sus instintos
humanos con los de su misma especie y los animales. Los seres como nosotros con los animales. Para él, Nessie es una hembra, una candidata para aparearse.
demás seres sobrenaturales. Todo para buscar criaturas perfectas que les fueran útiles, o - ¡¿Qué?! – gritó mamá, histérica. Esme se llevó la mano a la boca, horrorizada. Jacob se
simplemente para experimentar o crear nuevas especies, jugando a ser Dios. desprendió de mí de una sacudida y empezó a pasear nerviosamente, con las manos en la
- Venga, Doc. No se enrolle – protestó Jacob. nuca.
- Lo siento, es que este tema me apasiona – carraspeó y siguió hablando -. Ya sabéis que - Lo mataré – gruñó -. ¡Lo mataré! – bramó acto seguido, dirigiéndose ya a la puerta con el
los humanos tienen 23 pares de cromosomas, los vampiros tenemos 25 y los metamorfos cuerpo atacado de espasmos. Papá se lanzó como un rayo y se interpuso, sujetándole por
como vosotros – señaló a Jake con la mano – 24. Pues bien, los licántropos tienen 22 pares los hombros.
de cromosomas, pero este en concreto tiene 24, por una mutación genética. - ¡Jacob, contrólate! ¡Ya has oído qué pasará si te muerde!
- ¿Y eso que quiere decir? – quiso saber Jacob, impaciente. - Déjame pasar, Edward – ordenó éste con furia contenida, rechinando los dientes. Tenía
- Estos licántropos no se podrían considerar como Hijos de la Luna al pie de la letra. La una mirada amenazadora clavada en la salida, respiraba aceleradamente y apretaba los
transformación completa se lleva a cabo las noches de luna llena, pero siguen siendo puños con una fuerza brutal, probablemente para no explotar delante de mi padre y no
hombres lobo el resto del tiempo, aunque no del todo. Tanto de día como de noche son hacerle daño.
hombres lobo a medias, se podría decir. - ¡Jake, por favor! – le rogué, poniéndome junto a mi padre.
- Hombres gigantes cubiertos de pelo, con dientes afilados y garras como cuchillas – - Tengo que acabar con él – afirmó, siguiendo con su conducta -. Ya lo ha intentado. No
comenté, haciéndome eco del horrible recuerdo que tenía de aquella bestia. quiero que se acerque a ella lo más mínimo.
- Sí, exacto. Por eso nos despistaba que os hubiera perseguido aquel día sin haber luna llena - Y yo no quiero que mi hija se quede viuda antes de tiempo – declaró mi padre, mirándole
– confirmó Carlisle. Jacob intentó cogerme de la mano, pero la aparté y disimulé metiendo fijamente con convicción. Jacob trasladó inmediatamente su mirada a los dorados ojos de
las mías en los bolsillos de mi chaqueta. Se quedó con una expresión frustrada y yo miré a mi padre y su semblante cambió. Todo su cuerpo se relajó al instante. Los colores se me
otro lado para no verle ese rostro que me rompía el alma. subieron a la cara de sopetón. ¿Cómo que viuda? ¿Es que creía que Jake y yo…?
- Los Hijos de la Luna basan la continuidad de su especie en infectar a otros – siguió mi - Nosotros no… - intenté decir, pero no me dejaron.
abuelo -. Sus mordiscos son extremadamente venenosos. - Sí – mi padre contestó a la pregunta mental de Jake con la misma certeza -. Eso ya no te
- ¿Qué pasaría si me mordiera a mí uno de esos? – preguntó Jake con demasiada curiosidad lo puedo decir, no me está permitido – le volvió a responder, mirándome a mí.
-. Yo ya soy un lobo. - ¿De qué estáis hablando? – inquirimos mamá y yo a la vez.
- En tu caso es diferente – mi mejor amigo sonrió, pero enseguida le cambió la cara -. No te - Te tomo la palabra, no te olvides – le advirtió Jacob sin apartar los ojos de los suyos,
transformarías, desde luego, pero te transmitiría la rabia y morirías sin remedio alguno – haciendo caso omiso a nuestra pregunta. Papá asintió.
empecé a temblar al recordar mis horripilantes pesadillas. Mi mano reclamaba la suya, pero - Vamos, Jacob – le exhortó mi padre, haciéndole un gesto con la mano. Fruncí el ceño.
tenía que contenerme -. Su saliva es muy tóxica, el veneno se mezclaría con tu sangre y se ¿De qué iba todo esto? De lo que estaba segura, es que se trataba de mí. Regresamos junto
extendería por tu cuerpo rápidamente. Esta rabia es enormemente mortal y dolorosa. La al resto de mi familia para seguir escuchando a Carlisle. Nahuel tenía una expresión
muerte llegaría más tarde o más temprano, dependiendo de lo fuerte que fuera tu extraña, al parecer, no le había gustado nada el comentario de mi padre.
organismo, y... - ¿Y por qué Nessie? – preguntó Alice, poniendo un poco de orden después de la abrupta
- Vale, Doc. Creo que ya me ha quedado claro – interrumpió Jacob al ver mi cara de interrupción. Mi abuelo tosió para seguir su explicación.
espanto. Mi abuelo me miró, asintió y continuó su exposición. - Como ya he dicho, estos licántropos también se pueden reproducir para perpetuar su
- Pues bien, el licántropo del que hablamos también tiene otra peculiaridad que lo existencia. No obstante, no pueden hacerlo con cualquier especie. Tienen que hacerlo con
diferencia del resto. La continuidad de su especie no se basa únicamente en infectar a otros, la suya o, en su defecto, con otra lo más parecida posible, genéticamente hablando. Bien,
Nessie también tiene 24 pares de cromosomas. activos los varones, con algunas excepciones, como en el caso de Leah, debido a su
- Pero ella es mitad vampiro. No son compatibles – censuró Nahuel con cara de esterilidad, sin embargo, ellos se reproducen con humanas y su especie se mantiene sin
repugnancia -. Saldría una aberración, una mezcla, no otro licántropo. Jacob le miró de ningún problema.
reojo, con recelo. De repente, mi padre se adelantó a los próximos pensamientos de mi ››No obstante, en el caso de Nessie es diferente. Ella es una fémina, pero es igual que
abuelo y lo miró con los ojos como platos. Después, osciló la cara hacia Jake y yo, y nos Jacob: sus genes también están activos, son casi idénticos a los suyos y es completamente
observó con el mismo semblante. ¿Qué pasaba? Mamá también se percató de esto. fértil – toda mi familia, incluida yo, estábamos alucinando -. De hecho, su cuerpo puede
- Con Nessie sí podría reproducirse – qué palabra más fea me parecía, sobretodo hablando llegar a transformarse, como le pasa a él. Me di cuenta el día que se enfrentó a ese
de licántropos. Me dio un escalofrío del asco. Nahuel parecía estar pensando lo mismo que licántropo, cuando Edward me lo contó.
yo -. En la genética, prevalece el gen más fuerte; así se preserva la especie y se fortalece, - ¿Quiere decir que ella es una especie de metamorfo como yo? – interrogó Jake con ojos
aunque en esto todo son probabilidades y siempre hay excepciones, pero éstas son mínimas centelleantes.
– le aclaró Carlisle -. Bien, por alguna razón que no logro comprender, ella es más humana - Sin ninguna duda – confirmó mi abuelo. A todos se nos quedó la mandíbula colgando,
que vampiro. Sin embargo, aunque sus genes humanos son más numerosos, su organismo menos a Jacob, que sonreía maravillado -. Lo único que os diferencia es algún matiz. No sé
le daría preferencia a los de vampiro para la reproducción, porque, en la mezcla genética cómo explicarlo – mi abuelo se llevó la mano a la barbilla con gesto reflexivo y después
con su pareja, tendrían más posibilidades de ganar que sus genes humanos, hablando en siguió hablando -. Hay unas divergencias pequeñas, pero claras.
términos coloquiales, son más fuertes. Pero es que, además, sus genes de vampiro son… ››Primera divergencia: vuestros genes tienen una parte humana bastante fuerte, pero el
especiales – ahora mi padre no era el único con ese semblante -. No obstante, en la mezcla resto de tus genes van ligados al mundo lupino, mientras que los de ella lo están al mundo
con los que producen la licantropía, saldrían perdiendo, ya que siempre estarían en vampiro, por decirlo así. Por eso, cuando tú te transformas, lo haces en un lobo y cuando
desventaja por su menor porcentaje, por lo que podría nacer otro licántropo perfectamente. ella lo hace, se convierte en vampiro. Mis padres no daban crédito a lo que estaban
Lo mismo sucedería con un metamorfo. Si Jacob y ella se reprodujeran, podrían tener escuchando. Se miraban confusos y atónitos.
cachorritos metamorfos. La sangre se me volvió a subir a la cara. ¿Por qué había tenido que - Segunda divergencia: mientras que tú cambias de fase a tu antojo, ella sólo responde a
poner ese ejemplo? A Jake, en cambio, el semblante de antes le cambió de sopetón. Ahora estímulos muy fuertes, ya que su cuerpo necesita de mucho esfuerzo para la transformación
sonreía abiertamente, mirando a Nahuel con satisfacción y orgullo. y gasta mucha energía en el proceso. Aunque su mecanismo de metamorfosis es
- ¿No se puede equivocar, Carlisle? Ella es como yo, tiene que ser mitad humana y mitad prácticamente el mismo que el tuyo.
vampiro, al cincuenta por ciento – dijo nuestro invitado. ››Tercera divergencia: tú puedes transformarte en un…, permíteme que lo diga así, en un
- ¿No lo has oído? Ella no es como tú, estúpido – le increpó Jacob, mirándole de arriba animal de verdad, en un lobo completo, y puedes quedarte como tal el tiempo que quieras,
abajo con desprecio. puedes sobrevivir perfectamente viviendo como un lobo, porque es otro ser vivo de sangre
- Te aseguro que es así, mi querido Nahuel. Yo mismo analicé su sangre cuando nació, y caliente, tu organismo no soporta otro cambio que el de la transformación propiamente
comprobé sus genes. Tenía mucha curiosidad, porque me parecían fascinantes sus dicha. En cambio Nessie no llega a transformarse del todo, debido a lo que acabo de
coincidencias y semejanzas con Jacob cuando estaba en el vientre de Bella – la cara de comentar antes. Su organismo no soportaría un cambio íntegro, porque no se transforma en
Nahuel se puso pálida -. No obstante, me habían quedado pendientes cosas que no me otro ser vivo. El corazón de los vampiros no late, no tenemos sangre, no respiramos.
cuadraban, y su transformación también me sorprendió, así que me tomé la libertad de Cuando se transforma, una parte de ella no deja de ser humana. Su corazón no puede dejar
llevar las muestras de su sangre y las que tenía de Jacob a París para consultarlo con mi de latir, sigue llevando sangre en sus venas, sigue respirando. Esto produce cierto
amigo Louis – se dirigió a mi mejor amigo un tanto avergonzado -. Espero que no te antagonismo, porque, en el momento en que se transforma, su organismo demanda las
moleste. necesidades características de un vampiro. Si no bebe sangre, su cuerpo empieza a tomar la
- Para nada, siga – contestó Jake, sonriendo abiertamente; estaba disfrutando con esto. suya propia y podría morir, como bien sabes.
- Ahora viene la sorpresa de la que os hablaba al principio. Después de un primer estudio - Y en cuanto toma sangre, su organismo se estabiliza y vuelve a ser medio humana, ¿no es
de los genes de Nessie, del que obtuvimos pocas respuestas y muy confusas, nos pusimos a eso? – adivinó Jake con una sonrisa de alegría enorme.
investigar lo del licántropo, ya que era más urgente. Como no tenía muestras de éste, utilicé - Exacto – ratificó Carlisle -. Para que lo entendáis, la sangre le proporciona la energía
las de Jacob para comparar, para ver si eso nos daba alguna pista. Y lo que nos llevamos necesaria para que su organismo produzca su propio plasma, su corazón vuelve a latir con
fue una gran sorpresa con la que no contábamos. Esa respuesta que buscábamos para los fuerza y todo vuelve a la normalidad, aunque es un poco más complejo. No me podía creer
genes de Nessie. Estuvimos investigándolo a fondo, consultando con otros amigos lo que estaba escuchando. ¿Yo era un metamorfo? Bueno, ya tenía más que asumido que
científicos especializados en el mundo de la genética, cerciorándonos. Y nos quedamos aún era un bicho raro, así que pronto ese sentimiento empezó a transformarse en un cierto
más maravillados cuando descubrimos que los genes de Nessie eran más parecidos a los de alivio. Porque por fin entendía muchas cosas, como mi transformación. Claro, y según
Jacob que a los de cualquier semivampiro – todos nos quedamos de piedra, hasta Jake. Carlisle, yo era más humana que vampiro, por eso no era tan rápida y fuerte como Nahuel o
Carlisle volvió a carraspear para seguir -. Bien, los genes metamorfos solamente los tienen Jacob. De ahí que mi temperatura corporal fuera más baja que la de ellos.
- Pero aún así, ella siempre será más compatible con un semivampiro que con un licántropo - Eso todavía está por ver – intervino Nahuel con irritación.
o un metamorfo – debatió Nahuel. - Si Nessie y yo nos reprodujéramos y tuviéramos hijos, ¿qué tendríamos? – preguntó
- Se puede reproducir con los tres. Pero si tenemos que hablar de compatibilidad genética, Jacob, encantado de la vida, haciendo caso omiso al comentario de nuestro invitado.
he de decir que sería más compatible con un metamorfo que con ningún otro. Nahuel volvió a torcer el gesto. Mi cara sufrió otro colapso de sangre. ¿Por qué le daba
- Es imposible – discrepó Nahuel con el rostro desencajado. ahora por preguntar algo como eso? La comisura del labio de mi padre se elevó un poco, al
- Como dijo Jacob, ella es un metamorfo. En realidad, si aplicáramos un término justo, parecer, a él le hacía gracia. Seguro que se partía de la risa por dentro al escuchar todos
sería un semivampiro metamorfo, única en su especie – aclaró mi abuelo. Jake no cabía en nuestros pensamientos. Hoy tendría de qué cotillear con mi madre.
sí de gozo, a diferencia de nuestro invitado, que se iba poniendo verde por momentos. Mi - Veamos. Esto es como el color de ojos o las características que se heredan de los padres,
familia estaba muda de estupefacción -. Nessie es especial. Sus genes de vampiro son siempre ganan los más fuertes. En vuestro caso, si es un varón, prevalecerán los genes
metamorfos. Si hablamos de perpetuar su especie, el más compatible para ella sería otro paternos, y si es una hembra, los de la madre. Me explico. Si tuvierais un niño, los genes
metamorfo. Jacob se carcajeó y me elevó por el aire con un abrazo que me pilló paternos de metamorfo prevalecerían sobre los de metamorfo de vampiro, ya que estarían
completamente desprevenida y no pude evitar. Cuando por fin me dejó en el suelo, pude activos y serían más numerosos, luego saldría otro cachorrito de lobo – Jake sonrió
separarme de él. No le dio ni la más mínima importancia a mi gesto, de lo contento que satisfecho -. En cambio, si tuvierais una niña, los genes metamorfos paternos no estarían
estaba. activos, así que prevalecerían los metamorfos maternos de vampiro y saldría otra
- ¿Por eso no puedo verle el futuro? – preguntó Alice, pestañeando sin parar. semivampiro con las mismas características que Nessie, con igual proporción de genes y
- No lo sé – dudó mi abuelo -. Puede ser, aunque también puede ser porque, de algún modo, conservando la mutación genética que ella tiene. Aunque, además, esa niña también sería
está unida a Jacob de por vida. Eso seguro. portadora del gen paterno, que sólo se activaría en futuros descendientes varones.
- ¿Cómo es posible? Ella nació de una humana y un vampiro, como yo. Y yo no me - Tendríamos una niña preciosa – susurró Jacob para sí, mirándome embobado. Me
transformo en vampiro, siempre soy un semivampiro – Nahuel no daba crédito a lo que enganché a sus ojos durante un instante y tuve que obligarme a girar el rostro cuando las
estaba escuchando. mariposas querían echar a volar en mi estómago y mis mejillas se encendían.
- Ya lo dijiste tú una vez, la naturaleza es sabia – le recordó Jake con una sonrisa de - ¿Y si se reprodujera conmigo? – quiso saber Nahuel. ¿Por qué hablaban de reproducirse?
revancha. Yo no tenía pensado reproducirme con nadie. Ya me estaba cansando de tanta
- No sé por qué es así, Nahuel – le respondió Carlisle -. Es lo que nos dejó a todos atónitos reproducción. Jacob le miró con mala cara.
y desconcertados. Es el único caso que se conoce en el mundo. Solamente sabemos que sus - En este caso, tendríais solamente semivampiros, fuera niño o niña. Pero su especie única
genes sufrieron una metamorfosis cuando se formó el cigoto, que es cuando se hace el no se perpetuaría, ya que esos genes tan especiales nunca tendrían preferencia al ser
intercambio genético de los padres. Puede que interviniera la magia, como en el caso de inferiores en número a los tuyos; se quedarían en un punto muerto y se perderían.
nuestros amigos de La Push – mi abuelo sonrió a Jake. Mis padres seguían observándose ››Lo mismo sucedería con un humano. No sería igual que con la especie de Jacob; ellos
sin comprender nada. están adaptados para poder procrear con humanas y perpetuar su especie, porque el primer
- Es por nuestro vínculo – declaró Jacob con una enorme sonrisa -. Ya lo dijo el Viejo Quil, quileute que se transformó no nació como metamorfo, ocurrió después, y la metamorfosis
nuestro vínculo es increíblemente fuerte, y ya entonces era así. No pude evitar se adaptó a su morfología y genética. Pero no es ese el caso de Nessie. Ella nació con esa
corresponderle la sonrisa, ya que eso era una verdad como un templo. Aunque fuera como mutación. Si ella se reprodujera con un humano y se hiciera el intercambio genético,
amigos, siempre estaríamos juntos. saldrían ganando los genes humanos, al ser mayores en número, y nacería otro humano.
- Puede que ese viejo tenga razón – dijo Alice, mirando al techo, pensativa, con los brazos Podría nacer un semivampiro metamorfo, pero la probabilidad sería muy pequeña y sería
cruzados -. Cuando Bella estaba embarazada y tú no estabas cerca, me daban unos dolores menos vampiro, es decir, esos genes serían aún menos numerosos y se irían perdiendo con
de cabeza terribles. Pero entrabas por la puerta y se me pasaban de inmediato, eras como un las futuras generaciones, cada vez serían más débiles. Podría asemejarse a una persona
analgésico. Tal vez tenga que ver con esa conexión vuestra. mulata que se reprodujera con una persona blanca. Su hijo podría nacer con la piel oscura,
- ¿Sí? – miré a mi madre, gratamente sorprendida -. Nunca me lo habías contado. pero esos casos son excepcionales, lo más normal es que saliera más blanco y que las
- Bueno, es que nunca surgió el tema, y tampoco me parecía tan importante – mi madre se futuras generaciones terminaran siendo blancas del todo, si se siguen reproduciendo con
encogió de hombros. Pues a mí sí que me lo parecía. Ni siquiera había nacido y ya personas blancas, claro.
estábamos conectados. Me puse a pensar en ello un rato. ››En el intercambio genético con un vampiro, ganarían los genes vampiro por ser más
- Billy dice que la imprimación también tiene que ver con la reproducción y la genética – numerosos y más fuertes. La posibilidad de que naciera un semivampiro metamorfo sería
siguió Jake, todo orgulloso -. La chica de la que nos imprimamos es nuestra alma gemela imposible, ya que los genes de vampiro siempre serían más fuertes que los metamorfos
en todo - entonces, me miró con tanta intención, que no pude evitar ponerme roja de nuevo maternos de vampiro, así que nacería otro vampiro. En este caso, si naciera una hembra,
-, y eso incluye la reproducción. Ella lleva los mejores genes para perpetuar mi linaje y nacería estéril, como lo es cualquier mujer vampiro, por lo que ya no habría posibilidad de
fortalecerlo. línea sucesoria genética; y si naciera un varón, éste podría tener descendencia, siempre y
cuando se reprodujera con hembras que no fueran vampiro, por supuesto, pero esos genes monstruo. Todos nos quedamos expectantes, esperando a que hablara Carlisle. Todos
metamorfo de vampiro también se perderían. menos papá, que ya estaba recogiendo su bolsa de ropa del suelo.
››Sin embargo, con un metamorfo, sus genes siempre perdurarían, como habéis escuchado. - Ya he terminado – dijo mi abuelo por fín -. Es todo lo que he averiguado.
Por eso digo que, genéticamente y para conservar su especie, el más compatible es otro - Y ha sido bastante – le contestó Jacob con una amplia sonrisa -. La verdad es que ha sido
metamorfo – Carlisle sacó otro folio de su maletín y carraspeó -. Me he permitido hacer un muy aclarador, sobretodo para algunas personas – declaró, mirando a Nahuel con
esquema de todo esto para que lo comprendáis 1. Lo he simplificado todo lo que he podido. provocación. Éste le correspondió con hastío y cogió su bolsa para subirse a su habitación,
Jacob agarró el papel y lo observó. Sus cejas bajaron con extrañeza al ver tanto símbolo y enfadado.
nos lo pasó a los demás. Todos estudiamos el folio con detenimiento y asombro. La verdad - Seguiremos vigilando la zona, por si acaso quiere acercarse a Nessie – sentenció Jasper.
es que parecía un jeroglífico. Mi familia al completo asintió y empezaron a disgregarse por la casa. Unos subieron a sus
- ¿Y de qué serviría perpetuar eso? – cuestionó nuestro invitado cuando terminó de mirarlo dormitorios a probarse la ropa nueva y otros se quedaron charlando animadamente con
-. Quiero decir, que lo mejor sería encauzar las cosas a su estado normal. Carlisle y Esme.
- ¿Qué significa eso de normal? – inquirió Jake, enfadado. - Hace mucho que no vamos de caza, ¿te apetece ir? – me propuso Jacob. Ir de caza con él
- No está bien crear nuevas especies – contestó Nahuel, tajante. Jacob no fue el único al no suponía un riesgo, ya que no había peligro si le abrazaba o le acariciaba en su forma
que no le gustó ese comentario. Mamá tampoco parecía muy conforme. lobuna. Además, la verdad es que me apetecía bastante un poco de sangre.
- No es lo mismo que lo que hizo tu padre, si es eso a lo que te refieres – intervino ella, un - Sí – acepté con una sonrisa.
tanto ofendida -. No voy a negar que todo esto es muy raro, pero ha sido una selección - Genial – respondió con otra. Cómo me gustaba esa sonrisa. Aparté la vista de él y tragué
natural, sus genes cambiaron solos sin que nadie tomara parte. Si ha sido así, tiene que ser saliva cuando empezaba a quedarme sin aire. No pensar, no pensar, me dije.
por algo – y sus ojos se escaparon por un instante hacia Jake, como si viera en él algún tipo - Voy a mi habitación a ponerme algo más cómodo – conseguí murmurar.
de respuesta. Eso hizo que mis pupilas también me llevaran a Jacob irremediablemente y - Vale. Me acerqué a mis padres y les dije lo que íbamos a hacer. Subí a mi dormitorio y
mi mente empezara a enlazar las razones de mi mutación con él, con su imprimación, con me puse el primer chándal que encontré.
nuestro vínculo. Aparté la mirada rápidamente cuando mi corazón tembló. Ahora el Cuando bajé al salón, Jake estaba a los pies de la escalera, esperándome.
molesto parecía Nahuel.
- En la naturaleza a veces se producen este tipo de casos, aunque cuando se produce una LIBERTAD
anomalía genética, la criatura nace estéril. No obstante, lo extraordinario en este es que ella
se puede reproducir sin ningún problema, su sistema reproductivo está perfectamente – - ¿Ya estás? – me preguntó.
explicó Carlisle. - Sí.
- Volviendo al tema del licántropo – interrumpió Alice, poniendo orden de nuevo -. ¿A qué - Bien, vamos. Antes de que le diera tiempo a cogerme de la mano, me adelanté y salí
se debe su mutación genética? ¿También se produjo sola, como en el caso de Nessie? volando de la casa. Jacob me alcanzó enseguida, ni siquiera había entrado en el bosque.
- No, alguien tuvo que manipular sus genes para variarlos. Louis y yo estuvimos mucho - ¿Es que tienes prisa? – inquirió mientras corríamos.
tiempo metidos en su biblioteca, buscando información, y descubrimos varios tipos de - Sí, tengo hambre – disimulé.
experimentos con licántropos. Estos en cuestión se crearon en Suramérica. - Bueno, entonces voy a transformarme ya, espera. Nos paramos en una zona bien arbolada
- ¿En Suramérica? – interrogó Jacob, mirando con sospecha a Nahuel. y se ocultó tras un enorme abeto para cambiar de fase. No sé por qué las imágenes de Jacob
- A mí no me mires – contestó el aludido, irritado -. Jamás he oído nada de estos en el río me vinieron a la cabeza sin querer y no se querían marchar. Tuve que cerrar los
licántropos. ojos con fuerza y golpearme un poco con los puños para lograr que se fueran. Cuando paré
- De los licántropos que antes os he enseñado, estos son los más peligrosos – continuó mi y los abrí, Jake estaba sentado delante de mí, mirándome extrañado, con su enorme cabeza
abuelo -. Tanto, que sólo se les puede matar cortándoles la cabeza. ladeada. Emitió un gañido a modo de pregunta. Me había criado con él, así que entendía
- ¿Ya está? – se mofó Jake, enarcando una ceja -. ¿Sólo tengo que arrancarle la cabeza? totalmente su lenguaje, sabía de sobra lo que me quería preguntar: ¿qué estás haciendo,
- No es tan fácil, Jacob – le advirtió mi padre -. Los licántropos son muy escurridizos, loca?
impredecibles, son muy rápidos y agresivos. - Había… una mosca y la estaba espantando – mentí con el rostro algo enrojecido. Fue lo
- Bueno, me da igual. Acabaré con él en cuanto tenga oportunidad – afirmó mi mejor primero que se me ocurrió. Jacob profirió otros profundos gruñidos. Ahora se estaba
amigo con seguridad, cosa que a mí me daba mucho miedo. riendo. Se levantó y me hizo una señal con la cabeza para que empezáramos la caza.
- Acabaremos con él – le corrigió papá -. Tú no irás solo. Jake puso los ojos en blanco y - Sí, venga. A ver quién pilla la pieza más grande. Sólo fui capaz de ver un borrón rojizo
suspiró. que se alejaba de mí a toda velocidad. Aceleré el paso para ver si le alcanzaba, pero ya
- Sí, vale, vale. Mi padre no se quedó muy convencido, lo que me indicaba que Jake no lo había desaparecido. De pronto, salió de detrás de una roca, abalanzándose a mis pies. Había
iba a dejar así por así. Todavía quería vengarse por lo que me había intentado hacer ese estado agazapado, esperando la ocasión para saltar delante de mí. Pegué un brinco del
susto, pasándole por encima, y se puso a mi altura, carcajeándose. Le di un manotazo en la - Me rindo. Es imposible ganarte – admití, sonriéndole. Me acarició la cara con el hocico,
cabeza y galopamos juntos. Continuamos por el este y llegamos al río; avanzamos emitiendo su ronroneo lupino. Le abracé por el cuello y apoyé mi mejilla en su frente. Nos
siguiendo su cauce. Jacob lo atravesó, dando saltos en el agua, y siguió por la otra orilla. quedamos así un rato, hasta que detectamos otro efluvio y unos suculentos latidos de
Nos mirábamos, riéndonos, para ver quién lo cruzaba primero y perseguía al otro. Como yo corazón. Sus expresivos ojos negros y los míos se encontraron durante un instante y los dos
no cedí, mi lobo se metió en el río de nuevo y se puso junto a mí, chapoteando con las patas salimos despedidos hacia esa zona. La competición era la competición. Me alejé de Jacob y
para mojarme. nos dispersamos. Divisé el grupo de ciervos de cola negra. Le eché el ojo a uno de ellos,
- ¡Jake! – protesté entre risas -. ¡Ahora verás! Arranqué una rama corta y gruesa y se la era grande y parecía muy apetitoso. Me lancé a él con mucho sigilo, pero con igual fuerza.
lancé para darle en el lomo. Por supuesto, él también era rapidísimo de reflejos y la esquivó No tuvo tanta suerte como el resto de sus compañeros, que consiguieron escapar. El pobre
sin ningún problema. El palo acabó en la otra orilla. Jacob se alejó hacia allí, cogió la rama animal se retorció cuando le clavé los dientes en la yugular para asfixiarlo, sin embargo, lo
con la boca y me la trajo igual que si fuera un perro, sólo que, este, partiéndose de la risa. controlé sin problema y conseguí llevar a cabo mi objetivo sin hacerle sufrir más que lo
- ¿Ah, sí? ¿Quieres jugar? – le pregunté con provocación. Mi lobo se sentó, moviendo la justo. Me senté junto a un árbol con mi caza y, cuando estaba apunto de hincarle los dientes
cola, y profirió un ladrido. Sólo le faltaba levantar las patas delanteras y ponerse a saltar. de nuevo para beberme su sangre, Jacob llegó con otro ciervo bastante más grande que el
Se estaba quedando conmigo, el muy… mío.
- De acuerdo. ¡Tráemelo! – grité, a la vez que le lanzaba el palo a la otra orilla. El agua me - ¡No puede ser! – me quejé con frustración. Se rió con sus gruñidos guturales y se echó a
salpicó por todos sitios cuando Jake salió despedido a por él. Lo cogió, volvió a atravesar el mi lado. Le desgarró el abdomen con los dientes y empezó a comérselo. Estuvimos en
río y me lo dejó en el suelo. silencio hasta que nos quedamos saciados con nuestro plato y después él empezó a
- En la mano – le ordené -. Si no, no habrá premio. Jake empezó a dar vueltas a mi limpiarse la sangre. Yo no me había manchado nada, puesto que tenía mis trucos para
alrededor, esperando con ansia a que le lanzara el palo otra vez. Se lo lancé y, antes de que sujetar bien a la presa y beberme su sangre sin que derramara una gota. Apoyé mi espalda
el palo tocara tierra, lo atrapó al vuelo con un grácil y elevado salto. Regresó raudo a mi en el tronco y me quedé observando a Jake, pensando en lo rapidísimo que era. Aunque,
posición y me lo dejó en la mano. Se sentó, jadeando con la lengua fuera, esperando a su claro, él estaba hecho para poder perseguir vampiros.
premio. - Tiene que ser genial correr a esa velocidad – le dije al cabo de un rato -. Ojalá pudiera
- Está bien, te lo mereces. Metió la lengua en la boca con un gañido y acercó su enorme saber qué se siente. Jacob levantó su cabeza y se quedó mirándome un momento,
cabeza. Comencé a acariciársela entre las orejas y después seguí con los dedos para pensativo. Luego, se incorporó y se fue detrás de un árbol. Regresó a los pocos segundos
rascarle los laterales. Eso le encantaba. Empezó a prorrumpir su zumbido monocorde con como humano.
la garganta y ladeó la cabeza para que le rascara más a fondo. Solté una risilla cuando la - ¿Quieres probarlo? – me ofreció con una sonrisa.
levantó para que siguiera por su cuello, tenía una cara de felicidad… - ¿Podría hacerlo? – pregunté, sorprendida.
- Bueno, creo que ya está bien así, ¿no? – concluí, retirando mi mano. Jacob se levantó y se - Si me prometes que te agarrarás muy bien y que no te vas a caer, podrías montar sobre
echó sobre mí con tanta efusividad, que me caí en el suelo. No me hice daño, puesto que el mí.
terreno estaba lleno de hojas y era bastante mullido. Comenzó a darme lametones en la cara - Te prometo que me agarraré tan fuerte, que igual te dejo sin pelo – afirmé, emocionada.
mientras me encarcelaba con sus patas delanteras. - Bueno, tampoco te pases – se rió -. No hace falta tanto, con que te sujetes y no te caigas,
- ¡Aj, Jake! – me quejé, riéndome sin parar, intentando interponer mis manos -. ¡Te vas a bastará. ¿Te atreves?
enterar! Como era imposible zafarme de su lengua, rodeé lo que pude de su grueso cuello - ¡Sí! – exclamé, entusiasmada, poniéndome en pie. Se me escapó un pequeño abrazo que
con mis brazos y le intenté hacer una llave estilo lobuno, barriendo sus patas con mis enseguida solventé antes de que él pudiera rodearme con sus brazos. Jacob sonrió
piernas para que se cayera. Sin embargo, derribar cuatro poderosas patas es de lo más satisfecho al ver mi efusividad.
difícil, aparte de su enorme tamaño y su peso, aunque al final lo conseguí porque se dejó - Vale, voy a cambiar de fase y te montas. Volvió a esconderse y, en menos de un minuto,
ganar. Jacob se carcajeó cuando me eché encima de su costado y le agarré la mandíbula regresó otra vez en su forma lupina. Se echó delante de mí, invitándome a montar con un
con las manos. Abrió sus fauces para defenderse, dándome suaves mordiscos. Parecía que sonido de su garganta. Coloqué mi pie en su hombro para subirme, pero era tan grande, que
estaba jugando con un perro gigante. mi otra pierna no me daba para alzarme. Jacob me ayudó, empujándome con su hocico, y
No obstante, mi lucha era inútil. Se levantó, tirándome hacia atrás, y volvió a los por fín pude sentarme sobre su lomo. Gañó para decirme que me amarrara bien. Me puse
lametones. Me arrastré como pude y conseguí escaparme para esconderme detrás de los cómoda, agarré dos puñados de pelo entre sus paletas y me aferré con fuerza a ellos,
árboles. Jacob me perseguía y yo le esquivaba, metiéndome entre los pinos y abetos. Esto asegurándome de que no se me resbalaban de las manos.
me traía recuerdos de mi corta infancia, cuando jugábamos. Galopé lo más rápido que - Ya está. La sensación fue impresionante cuando mi enorme lobo se alzó y se puso en pie.
daban mis piernas para que no me cogiera, pero era imposible. En cuanto tuvo oportunidad, Estaba altísimo, o eso me parecía. Desde mis ojos al suelo, debía de haber más de dos
me alcanzó. Me empujó levemente con la cabeza hacia delante y se puso a trotar a mi lado. metros y medio. Recordé la única vez que me había subido a su lomo. Había sido hacía ya
Me paré de la risa y él se quedó frente a mí con una sonrisa lobuna muy típica en él. seis años, con la visita de los Vulturis. Mamá me había puesto sobre Jacob para que
huyéramos juntos, porque pensaba que no íbamos a salir de aquella. En aquel entonces, la - ¡Ha sido increíble! – exclamé, lanzándome a sus brazos.
sensación de altura también me había parecido extraordinaria, aunque no le había prestado Ésta vez, me abrazó con fuerza y no me pude escapar. Tampoco hice amago de apartarme,
mucha atención, dadas las horribles circunstancias. estaba tan excitada por la carrera, que me dejé llevar un poco y no fui capaz de evitar
Jake empezó a correr, primero con un trote y, cuando comprobó que estaba bien asegurada, arrimarme a su cuello para inhalar su fantástico efluvio. Era el de siempre, no había sudado
siguió al galope hasta que alcanzó muchísima velocidad. No sé qué marcaría un ni lo más mínimo, pero su aroma me gustaba tanto y echaba tanto de menos olerle así de
velocímetro, pero en un segundo íbamos tan deprisa, que el viento no azotaba mi pelo, cerca…
tiraba de él hacia atrás sin darle opción de chocar contra mi espalda. Si fuera una simple - Vaya, si llego a saber que ibas a reaccionar así, lo hubiéramos hecho antes – murmuró.
humana, no hubiera podido ni respirar. Los árboles se convirtieron en rayas marrones y Me aparté de él ipso facto. Jacob apoyó su espalda contra un árbol, con las manos en los
bermejas, pero Jacob los esquivaba con mucha habilidad y destreza, ni siquiera bolsillos, mientras se reía. De pronto, me clavó su profunda mirada y su rostro se puso más
chocábamos con las ramas. Tan sólo se escuchaba el zumbido de la vegetación a nuestro serio.
lado, las vertiginosas pisadas de sus patas y su respiración pausada y tranquila, constante. - ¿Qué opinas de lo que acaba de contarnos Carlisle? ¿No te parece increíble que tú y yo
No parecía que estuviese haciendo esfuerzo alguno. A pesar de la extremada velocidad, su seamos…? Sí, era increíble, ni yo misma entendía el por qué. Bueno, en realidad sí que lo
marcha era tan suave, flexible, amortiguada y plácida, que estaba comodísima. El viento no sabía, lo sabía perfectamente. Pero no quería pensar en eso, me daba miedo escuchar esas
le daba tregua a mi cara, pero la sensación de libertad era enorme; la moto, a su lado, se conclusiones tan evidentes que mi mente ya había empezado a fraguar antes y que ponían
quedaba en un mero triciclo. La altura, el vertiginoso aire, la velocidad. Me sentía libre, en peligro mi coraza. Era mejor no hacerlo.
como un pájaro que planea y, aunque ya lo estaba haciendo, quería volar más alto. Me - Son coincidencias, nada más – le corté con nerviosismo, bajando mis pupilas para no
incliné hacia delante para colocarme en una postura ecuestre, ergonómica. tener que toparme con las suyas. No sé qué sería peor -. ¿Y tu camiseta? – le pregunté,
- ¡Más deprisa! ¡Más deprisa! – grité, eufórica. Jake se carcajeó y aceleró aún más. Ahora apartando también la mirada del imán de su pecho desnudo.
no corríamos, casi volábamos de verdad. No entendía cómo sus patas todavía tocaban la - Ahí detrás – señaló con la cabeza el árbol donde había cambiado de fase.
tierra. Me sentía como si fuera sobre un caballo con alas, sólo que más grande e - ¿Y qué hace ahí? – le critiqué -. ¿Por qué no te la pones?
infinitamente e increíblemente más rápido. Mi adrenalina corría por mis venas tan veloz - ¿Es que te molesta que esté así? – se rió.
como nosotros, era tanta, que me reía de felicidad. En ese momento, sólo estábamos Jacob, - Me da completamente igual – mentí -. Por mí, como si vas desnudo – volví a mentir.
yo y el viento. La libertad. Sí, con Jacob siempre sería libre, con él podía escaparme y volar - Bueno, ya que lo dices…Sacó las manos de los bolsillos y se desabrochó el botón del
muy, muy alto. Casi podía tocar el cielo, si estiraba mi brazo. Llegamos a un acantilado pantalón. Mis ojos se abrieron como platos cuando comenzó a bajarse la cremallera, sabía
desde donde se veía el mar y lo recorrimos durante un rato a un paso algo más lento. El que no usaba ropa interior.
cielo se había despejado un poco, como si el astro rey quisiera mostrarnos toda su belleza. - ¡Jake! – protesté, roja como un tomate. Sus carcajadas retumbaron en todos los árboles
La puesta de sol se reflejaba en las nubes grises de alrededor, iluminándolas de distintas del bosque.
tonalidades azafranadas, y en el agua los destellos jugaban con las ondas y las olas. Jake - ¡No te rías! ¡Y ponte la camiseta, por favor! – le regañé, enfadada.
disminuyó la velocidad y se paró frente a las vistas para que pudiéramos observarlas. Fue - Vale, vale – aceptó, sin dejar de reírse. Se acercó al árbol, recogió la camiseta del suelo y
entonces cuando me percaté de que estábamos sobre la playa en forma de media luna de La se la puso.
Push. La puesta de sol y la playa me recordaron la boda de Paul y Rachel. Dentro de dos - ¿Mejor así? – me preguntó, dirigiéndose a mí con los brazos abiertos -. ¿Ya estás más
semanas, Jacob y yo estaríamos ahí abajo, siendo los padrinos de boda. Y yo todavía no me cómoda?
había comprado un vestido. El mar se veía grisáceo, con tintes brillantes y naranjas, - Sí, así mejor. Se rió de nuevo y reposó en el árbol otra vez.
precioso. El aire era una suave brisa helada, aunque yo no tenía ni gota de frío en el lomo - No sabía que me ibas a montar tan bien. ¿Pasaste miedo o algo?
de Jacob. El rojizo sol comenzó a esconderse en el horizonte marino, lentamente, parecía - ¿Estás de broma? Fue alucinante – le confesé, emocionada, descansando en el tronco de
que se hundiera en el agua, hasta que se sumergió del todo. Las patas de Jake iniciaron el enfrente -. La sensación de libertad es impresionante.
trote de nuevo, había que regresar antes de que anocheciera del todo. En dos segundos, - Y eso que no corrí a tope.
estábamos en el bosque volando otra vez y volvió a invadirme la adrenalina y la enorme - ¿No? – ahora sí que estaba alucinada.
sensación de libertad. Hasta que mi lobo empezó a aminorar la marcha gradualmente y - Claro que no, ¿crees que estoy loco? – se despegó de su árbol y se encaminó hacia mí -.
llegamos de nuevo al punto de partida. Si llego a correr a todo lo que dan mis patas, no podrías agarrarte y te caerías – aseguró con
Se volvió a echar en el suelo y me bajé de su lomo, aún desbordada de alegría. Se su sonrisa torcida. Se acercó a mí y apoyó la mano en mi árbol.
incorporó y se dirigió al árbol para cambiar de fase. En un abrir y cerrar de ojos, salió - ¿Y tú qué sabes? – cuestioné, girándome para ponerme detrás del tronco -. No me costó
exultante. nada montarte, y eso que ibas rapidísimo.
- ¿Te ha gustado? – me preguntó con sus ojos relucientes y brillantes mientras se acercaba - Eso no es nada comparado con lo que puedo hacer – presumió, dando la vuelta al árbol
a mí. para ponerse frente a mí -. Te caerías seguro. Me alejé de él y me puse en otro árbol que
había al lado de ese. - Está conmigo, ¿no? Sabes que está a salvo.
- Tendrás que demostrármelo – le reté con una sonrisa. - Sí, ya lo veo. Se te veía muy atento – replicó mamá con ironía -. ¿Qué pasa si hubiera
- Cuando quieras – aceptó con otra, aproximándose a mí. Antes de que consiguiera venido ese licántropo, Jacob? ¿Te has parado a pensarlo? – interrogó, nerviosa -.
cogerme la mano, volví a girarme y me escondí tras el pino. ¡Imagínate lo que hubiera pasado!
- Pero tendrás que correr todo lo que puedas – le indiqué, asomándome. - Tranquilízate, ¿vale? – bufó Jake -. ¿Crees que soy tonto? A ese bicho podría olerle a
- Ya veremos cómo se te da la cosa – contestó, sujetándose con la mano para dar la vuelta kilómetros de distancia y te aseguro que no está por aquí.
al árbol de un sólo balanceo -. Si veo que te manejas bien, puede que lo haga. - Bueno, da igual. Tampoco creo que un bosque por la noche sea el sitio más adecuado para
- Espero que luego no te rajes – dije, rotando el tronco otra vez. que retocéis, la verdad – espetó ella, furiosa.
- Espero que la que no te rajes seas tú – contraatacó con su sonrisa torcida, girando el pino - No estábamos haciendo nada – protesté con mi rostro enrojecido.
con rapidez para cogerme la mano -. No quiero que te pongas a chillar, ni nada por el - ¿Retozar? No estábamos retozando – alegó él, enfadado -. Solamente estábamos jugando,
estilo. Pasaría una vergüenza terrible. nada más. Me llevé un sobresalto cuando la pulsera empezó a vibrar fuerte.
- Descuida, eso no va a pasar – le anuncié, sonriente, soltándome con suavidad mientras me - ¡Una cosa lleva a la otra, Jacob! – gritó ella casi a la vez, moviéndose de aquí para allá.
alejaba unos pasos de él. ¿Qué le pasaba? ¿Por qué se ponía así de histérica?
- ¿Es que quieres jugar? – me preguntó, avanzando hacia mí con una sonrisa pícara. - ¡No iba a pasar nada! – exclamé, cabreada.
- No – respondí, riéndome, a la vez que retrocedía. - ¡No es eso lo que yo vi! – censuró, parándose en seco para mirarme. No me gustó nada su
- Entonces, ¿por qué no te quedas quieta? – inquirió, acelerando sus pasos -. ¿No sabes que expresión. Por alguna razón, me pareció que escondía algo, algo que no sabía lo que era,
si no quieres que te cace un lobo, lo peor que puedes hacer es echar a correr? Pero yo no lo pero que me chocó muchísimo. Además, la pulsera vibraba y vibraba.
pude evitar, fue dicho y hecho. En dos segundos, estaba corriendo entre risas con Jacob - Quiero hablar contigo a solas – le pidió ella, acercándose a él y agarrándole por el
persiguiéndome en ese bosque ya nocturno. antebrazo. Ese gesto de autoridad tampoco me gustó en absoluto.
- ¡No, Jake! – intenté protestar. - No tengo nada que hablar contigo – rechazó Jacob, soltándose de un solo movimiento -.
- ¡Pues no corras! – gritó detrás de mí -. ¿No ves que te voy a coger? Tienes que aceptar que Nessie es mayor de edad y punto.
- ¡Ni lo sueñes! Me adentré en una zona más arbolada y oscura y me fui metiendo entre los - Eso ya lo sé, pero quiero hablar contigo igualmente – le dijo, esta vez sujetándole por los
árboles para que no pudiera alcanzarme, aunque él los esquivaba con facilidad. Tenía hombros con ansiedad.
razón. Por mucho que corrí, me atrapó. En un parpadeo, se puso delante de mí para - ¿Por qué estás tan pesada? No tengo ganas de escuchar un sermón, así que no, gracias –
hacerme un placaje con uno de sus abrazos. La fuerza de mi carrera era tal, que, del volvió a rechazar él, intentando soltarse de sus frías manos. Pero ella no las apartaba.
empuje, nos caímos rodando sobre la mullida alfombra de hojas y terminé sobre él. Antes - Sólo será un momento – imploró mi madre. Estaba demasiado cerca de él, demasiado. La
de que me diera tiempo a levantarme, me dio la vuelta y me sujetó por las muñecas. pulsera vibraba tan fuerte, que parecía que tenía la muñeca dormida del enérgico
- Te atrapé, Caperucita – murmuró -. ¿Y ahora, qué haré contigo? ¿Te comeré? Aunque mi hormigueo. No me gustaba nada la forma en que le miraba y le tocaba, había algo raro. No
coraza era de hierro después de estos tres meses y medio, no pude evitar ponerme algo miraba de esa forma a Jasper o a Emmett. No lo hacía con ese… anhelo, sí, anhelo. Una
nerviosa. llama de fuego se clavó en mi columna vertebral, explotó en mi estómago y salió despedido
- Me soltarás y me dejarás ir – le recomendé con voz firme. por mi boca.
- ¿Tú crees? Pero yo soy el malo, no puedo hacer eso – me susurró, entrelazando sus dedos - No le toques – escupí con rabia mientras apretaba los puños. Mi madre y Jacob giraron
a los míos. Apenas le veía el rostro por la oscuridad, sin embargo, la pulsera empezó a los rostros para mirarme con expresiones diferentes. Ella con confusión, él sorprendido. No
hacer de las suyas. Empujé sus manos hacia arriba para intentar que me soltara, pero él no sé lo que vio mi madre. Se apartó de Jake al instante y yo corrí para ponerme delante de él.
me dejó, y yo tampoco lo hice con demasiado brío. - No le voy a hacer daño – murmuró ella, desconcertada. No, desde luego que no. Eso ya lo
- Ya es de noche. Tenemos que volver a casa – dije con un hilo de voz mientras mis dedos sabía yo. Me acerqué un paso a ella y le pegué la mano a la cara. ¡Es mío!, le chilló mi
se aferraban a los suyos inconscientemente. La silueta de su rostro empezó a acercarse. subconsciente sin que mi cerebro le diera orden alguna. Me la apartó de un manotazo y las
Tenía que detenerlo, aunque mi cuerpo se negara… dos nos miramos desafiantes.
- ¿Qué estáis haciendo? – preguntó de repente mi madre, con un tono de espanto. Jacob se - Te equivocas – me contestó ella con tono monocorde. ¡¿Que me equivocaba?!
incorporó inmediatamente de un salto y me ayudó a levantarme, murmurando algo - ¿Qué está pasan…? Jacob se quedó sin habla cuando vio mis manos temblorosas. Una
ininteligible, con cara de malas pulgas. enorme lengua de fuego recorrió mi espalda de abajo a arriba y empecé a notar cómo mi
- ¿Qué haces aquí? – protestó cuando terminó su listado de palabrotas y maldiciones -. ¿No sangre empezaba a enfriarse.
tendrías que estar con tu marido en la cabaña o algo? - Tú no los querías, pero yo sí. Por eso los cogí – soltó mi boca, sin saber por qué.
- He venido a buscaros – contestó ella, visiblemente molesta -. Ya es de noche y tardabais - ¿Cómo? – mamá parecía turbada por mi reacción y mis palabras. Ni siquiera yo sabía su
mucho. significado, ni la razón por la que lo había dicho. Jake se colocó entre nosotras y me sujetó
la cara entre sus ardientes manos. - Ah, ¿eso quiere decir que lo sigo siendo? – bromeé. Mamá fingió pensar y luego
- Nessie, mírame – pero yo no podía despegar los ojos de mi madre, que en ese momento respondió.
me miraba asustada y aturdida -. Mírame – me ordenó, dándome un suave meneo. Mis - Un poco, sí - la empujé en el brazo en broma y se rió con su risa celestial mientras
pupilas se movieron hacia las suyas -. Tienes que tranquilizarte, ¿vale? – murmuró -. empezábamos a caminar hacia casa -. Aunque, ahora, de pequeña no tienes nada – se rió,
Inspira profundamente y suelta el aire muy despacio. alzando la mano para comparar su altura con la mía –. Has vuelto a crecer otro poco.
El calor de sus manos y el que desprendía su cuerpo tan cerca del mío, me tranquilizó de - Mediré 1,73, no es para tanto.
algún modo. Hice lo que me mandó unas cuantas veces y los temblores cesaron. Mi sangre - 1,75, para ser exactos – me corrigió. Le dediqué una mueca a su perfeccionismo.
volvió a fluir caliente. - Desde luego, las mujeres sois muy raras – resopló Jacob a nuestras espaldas, un tanto
- ¿Se… se iba a transformar? – quiso saber mi madre, todavía sobrecogida. malhumorado -. Os ponéis como fieras y a los cinco minutos sois las mejores amigas del
- Sí, pero ya pasó todo, ¿verdad? – contestó él, acariciándome la mejilla. mundo. No entiendo nada.
- Sí – me aparté de él, un poco desorientada y abochornada -. Yo no… no sé qué me ha
pasado. ÉL
- Carlisle dijo que respondías a estímulos muy fuertes. Creo que ya sé qué estímulos son
esos – afirmó mamá con una especie de sonrisa de rendición. No sé por qué estaba tan nerviosa. Todo estaba bajo control. Mi familia al completo y
- ¿Qué estímulos, si no ha pasado nada? – interrogó Jacob, extrañado. Nahuel se iban a ir de caza por los alrededores para vigilar por si venía el licántropo, y
- Yo no… Jacob tenía patrulla con la manada. Miré el reloj por enésima vez y el timbre sonó. El aula
- Creo que has malinterpretado mi frase – me cortó ella con tono conciliador -. No te decía se convirtió en un jaleo de voces y de sillas arrastrándose. Contrastando con mi
que no fuera verdad, te decía que te estás equivocando sobre mí, en relación a lo que me nerviosismo, ese viernes todo el mundo estaba contentísimo. Por la tarde no había clase,
dijiste mentalmente. No sé cómo has podido pensar eso. porque había una feria de libros, aunque se veía que la gente iba a pasar de ir. Mis amigas y
- ¿De qué va esto? – inquirió él, molesto. ¿Podía ser? Pues claro. Era mi madre. Mi madre. yo habíamos decidido quedar para hacer un trabajo de Lengua juntas. Era un trabajo muy
¿En qué estaba yo pensando? ¿Cómo podía haberme puesto celosa de mi propia madre? Me importante que puntuaba para nota y las cinco teníamos el mismo profesor. Lo malo era
estaba volviendo loca, seguro. ¿Podía ser que fuera extremadamente celosa, tanto como que ninguna tenía la casa disponible, excepto yo. Por eso habíamos quedado en ir a mi
para volverse enfermizo? Estar celosa de Brenda ya era algo normal, pero ella se le enorme y desproporcionada casa, y tuve que hacerle un poco la pelota a mi familia para
insinuaba y todo eso. Sin embargo, mi madre… Por Dios, mamá estaba enamoradísima de conseguir que se fueran. Este fue el plan: El jueves le pedí a mamá, Alice y Rosalie que
mi padre. Nunca había visto a nadie quererse de ese modo. Jacob y ella eran amigos de vinieran conmigo a Port Angeles. Tenía que comprarme el vestido para la boda de Paul y
siempre. Y, aparte de eso, él no era mío, era libre, ¿no? ¿Por qué me ponía así, hasta el Rachel, que ya era ese sábado.
punto de casi transformarme? ¿Y si me pasaba algún día en el instituto con Brenda? Me arrepentí al poco tiempo de estar allí. Por mucho que le expliqué a la tía Alice cómo era
Aunque, nunca había estado celosa de Leah, por ejemplo, aun habiéndome contado que una boda quileute, estaba empeñada en que me llevara un modelazo ajustado que requería
Jacob le había gustado, y eso que patrullaban juntos. Si te parabas a pensarlo, se pasaba de mucha maña para metérselo y pedía unos zapatos con un altísimo tacón de aguja. Menos
más horas con ella que conmigo. No obstante, con Leah no me ponía nada celosa, ella era mal que mi madre salió en mi defensa. Quería algo bonito, pero cómodo, que me permitiera
su hermana de manada, como los demás chicos. Y mi madre también lo era, en cierto caminar bien por la arena, ya que todo se celebraba en ese medio, y que no tuviera que
modo. Ella misma me había dicho que Jacob era una de las personas más importantes de su estar pendiente del vestido toda la noche. Lo malo es que, a un par de días de la ceremonia,
vida. Pero es que, esa forma de tocarle y mirarle… es muy difícil encontrar justo lo que te gusta, quién me mandaría a mí esperar tanto.
- Perdóname si he hecho algo que te ha molestado – se disculpó ella con el rostro lleno de Pensaba que era más fácil encontrar algo sencillo para una boda en la playa, que algo más
arrepentimiento, rompiendo mi nube de reflexiones. Fantástico, ahora me sentía culpable. elegante para una boda convencional. Me equivoqué. Nos recorrimos casi todas las tiendas
- No, perdóname tú – le corregí, aún un poco desconcertada -. No sé por qué hice eso. de la ciudad – o eso me pareció a mí – y no encontraba nada. Rosalie insistió en
- Bueno, no ha pasado nada, cielo – dijo mamá con una sonrisa perfecta para quitarle hierro marcharnos a Seattle. Según ella, si me subía a la espalda de mamá, estaríamos allí en muy
al asunto -. A lo mejor tienes que aprender a controlarlo, como hace Jacob. poco tiempo. Sin embargo, pensar en que me tenía que recorrer más tiendas, ya me ponía
- Sí, puede ser – asentí. Mamá se acercó a mí, me dio un abrazo y se puso de puntillas para mala. Al final, entramos en una pequeña boutique, en la que Alice ni siquiera había
darme un beso en la frente. reparado, y vi mi salvación. Me llevé un vestido azul sin mangas, de corte sencillo, por
- Te quiero – me susurró -. Sé que a veces soy un poco pesada, pero no quiero que te pase encima de la rodilla y con un escote en pico, y una chaqueta de tela a juego, con una manga
nada. afrancesada que tenía un botón para que la pudiera desabrochar y alargar por si tenía frío.
- Lo sé – suspiré -. Yo también te quiero – admití, besándole también en la frente. Eso sí, Alice no se quedó con las ganas de comprarme unas medias con sus
- Siempre serás mi pequeña pateadora – me sonrió y me acarició la cara con sus gélidas correspondientes ligueros, unos zapatos de tacón y un bolsito de mano. Decía que, hasta
manos. que llegara a la playa, era imprescindible llevar estos dos últimos y que luego ya me los
podía quitar. Me lo llevé también para rematar mi faena de peloteo. Todo esto sirvió para pocos tragos. La verdad es que yo también tenía sed, y eso que el día era frío y húmedo.
que matara dos pájaros de un tiro. Conseguí mi vestido y me dejaron traer a mis amigas a - Bien, a trabajar se ha dicho – exhaló Helen, estirando los dedos hacia delante. Abrí el
casa sin que hubiera vampiros a la vista. Helen y yo salimos en busca del resto de las libro por el capítulo dedicado al trabajo y empecé a escribir el borrador en mi cuaderno.
chicas y, cuando nos reunimos con ellas, nos dirigimos al aparcamiento para ir en el Ford
Explorer de las gemelas. Llegamos a casa después de seguir mis indicaciones, estaban No llevaba ni medio párrafo, cuando la puerta de casa se abrió y Jacob pasó a la estancia.
alucinadas por el extraño y angosto trayecto, y se quedaron aún más atónitas cuando la Iba sin camiseta y entró tan tranquilo, mirando por la ventana distraído y caminando con
vieron, al pasar los últimos árboles. las manos en los bolsillos de sus pantalones cortos. Mis amigas levantaron la cabeza de sus
- ¡Es genial! – exclamó Helen, bajándose del coche. libretas y sus mandíbulas colgaron hasta la mesa. A Brenda se le cayó el bolígrafo, las
- Sí, demasiado – suspiré. Mientras subíamos las escaleras del porche, observé por el gemelas dejaron de escribir a la vez y el chicle de Helen fue a parar encima de su folio.
rabillo del ojo que mi padre estaba escondido detrás de un árbol, comprobando que todo iba Ninguna de ellas pareció reparar en que también iba descalzo. Yo me quedé sin respiración.
bien. Le dije mentalmente que era así cuando abrí la puerta de casa, asintió y se perdió ¿Es que por muy visto que lo tuviera, no me cansaría nunca de mirarle? En cambio, estaba
entre la espesura del bosque. Entramos y mis amigas se quedaron boquiabiertas. El enorme tan guapo, que parecía que se aproximase a cámara lenta, como uno de esos anuncios de la
piano de cola blanco que destacaba en la esquina del salón les encantó. Les dije que era televisión. Jacob se paró en seco cuando se percató de nuestra presencia. Luego, se acercó,
mi primo Edward el que tocaba y omití que yo también, si les decía que yo sabía, querrían sonriendo, y apoyó sus manos en la mesa para inclinarse un poco hacia nosotras.
que les tocara alguna pieza y, la verdad, no tenía ganas de hacerlo. Me vi obligada a - Hola, chicas. No sabía que estabais aquí. Ninguna pudo contestar. Todas nos quedamos
enseñarles toda la casa para que me dejaran tranquila. Helen se moría de curiosidad por ver absortas al tener ese cuerpazo tan cerca, y no le quitamos ojo.
el hogar del famoso y guapo Doctor Cullen. No tuve problema en disimular algunas cosas. - Te… te lo había dicho, ¿no te acuerdas? – conseguí murmurar, exigiendo a mi vista a
Se suponía que el despacho de Carlisle, que era donde ahora dormía Nahuel, era el bajar al libro para apartarse de su torso y de sus ojos.
dormitorio de mis abuelos, que para ellas eran mis tíos. Les pareció impresionante y les - Sí, pero yo creía que ibais a estudiar en tu cuarto.
expliqué algunos de los cuadros, omitiendo pequeños detalles, claro, como el cuadro de los - No entrábamos, así que nos bajamos al salón – cogí mi bolígrafo y me puse a garabatear
Vulturis y todo eso. Las demás habitaciones no tenían camas, así que dedujeron cual era mi para disimular.
dormitorio y estuvimos un buen rato en él. A Brenda le fascinó mi surtido vestidor, pero - Ah, ya.
cuando reparó en la ropa de Jacob, casi se le caen los ojos. Salió del cuartito y se quedó - ¿No tenías que… trabajar? – le pregunté.
observando mi colosal cama. No sé lo que pensó, pero me dio exactamente lo mismo, más - Hoy he terminado pronto.
bien me reí en mi fuero interno. Mi escritorio era grande, pero no entrábamos todas, así que - ¿En qué trabajas? – inquirió Brenda, mirándole de arriba abajo, deslumbrada.
las conduje de nuevo al salón y nos sentamos en la enorme mesa rectangular de cristal para - Soy… mecánico – respondió Jacob, hábilmente.
empezar el trabajo. Parecíamos una comitiva o un jurado, sentadas en la misma hilera a lo - Mecánico… - repitió ella, aún más fascinada. A saber qué se estaba imaginando esa
largo de la mesa. Para mi desgracia, Brenda se sentó a mi izquierda. mente calenturienta. Por el modo en que le miraba, podía imaginármelo. Mis dientes
- Voy a por un refresco, ¿queréis tomar algo? – les ofrecí. rechinaron involuntariamente.
- Sí, yo quiero otro. De lo que tengas, da igual – contestó Helen. - Bueno, os dejo trabajar – se despegó de la mesa y se encaminó hacia la cocina, seguido
- Nosotras también – dijeron las gemelas al unísono. por las miradas de mis amigas -. ¡Arg, qué sed tengo! – se quejó, entrando por la puerta -.
- Y yo – asintió Brenda. Me levanté de mi silla y me dirigí a la cocina. Abrí la nevera y Me bebería el río de ahí fuera… Vaya, aquí hay para un regimiento… Se oyó cómo abría
parpadeé de la sorpresa. Alguien la había rellenado de refrescos, cervezas sin alcohol y una lata. Poco después, salió de la cocina tranquilamente para subir por las escaleras. Todas
comida. ¿Es que se creían que iba a dar una fiesta o algo? Aún así, sonreí ante el esfuerzo y estaban atentas a sus movimientos, excepto yo, que intentaba concentrarme en hacer bien
la dedicación de mi familia. Me sentí un poco mal por haberles echado en cierto modo, mis garabatos, aunque ni eso era capaz de hacer. Las cabezas de mis amigas se giraron
aunque no podía ser de otra manera. A ver cómo les explicaba yo a mis amigas que súbitamente de las escaleras hacia mí.
mis tíos y mis primos no habían envejecido en seis años. Cogí cinco refrescos de limón y - ¡Está como un cañón! – exclamó Brenda en voz baja. La muy idiota ignoraba que por
volví al salón. muy bajo que lo dijera, Jacob la escucharía perfectamente desde mi cuarto. Después no
- Si alguien quiere comer algo, sólo tiene que pedirlo – les comenté mientras les ponía las habría quién le aguantase. Y lo peor es que lo usaría para quedarse conmigo. Intenté no
latas en la mesa -. Mis abue… Mis tíos – rectifiqué con rapidez – son unos exagerados y darle importancia para seguir con mi tarea.
han llenado la nevera. - Sí, bueno, no está mal – disimulé, escribiendo mi nombre en la libreta una y otra vez.
- De momento no, gracias – respondió Helen, abriendo su refresco. Jennifer y Alison - ¡¿Qué estás diciendo?! – ahora era Helen la que exclamaba -. O estás cegarata, o estás
negaron con la cabeza, sonriendo. Debían de estar sedientas, porque ya estaban bebiendo. loca, una de dos. Sí, estaba loca, eso seguro.
- Hay que guardar la línea, chica – suspiró Brenda -. Pero gracias igualmente. Bueno, por lo - No, simplemente estoy acostumbrada, eso es todo – me encogí de hombros.
menos era agradecida. Me senté en mi sitio y le quité la hebilla a mi lata para darle unos - ¿Es que se pasea por aquí siempre de esta guisa, aunque haga frío como hoy? – me
preguntó Brenda con ojos maravillados y expectantes. Sin duda, sería capaz de venir a mi triunfante y me sumergí en mi cuaderno mucho más relajada. El trabajo no era muy difícil,
casa todos los días con alguna excusa con tal de ver así a Jacob, ya la conocía bastante. así que no tardamos mucho en terminarlo. En un par de horas, ya lo teníamos pasado a
- Claro que no – le respondí. limpio y todo. Eso me venía de perlas, puesto que el día siguiente lo tenía bastante ocupado
- Entonces, ¿por qué dices que estás acostumbrada? – quiso saber, extrañada. Antes de que con la boda y el domingo quería descansar. Aunque insistí en que se quedaran un poco más
me diera tiempo a contestar, Jacob bajó por las escaleras, con camiseta y calzado, y entró – no quería quedarme a solas con Jacob - mis amigas decidieron que era hora de marcharse,
en la cocina de nuevo. Suspiré aliviada en mi mente al verle completamente vestido, sin las gemelas tenían que estar temprano en casa. Brenda era la única que quería seguir allí,
embargo, Brenda no le quitaba el ojo de encima en ningún momento, lo desnudaba con la por supuesto, pero no le quedaba otro remedio que irse, el coche era de Jennifer y Alison.
mirada. El resto de mis amigas volvieron al trabajo. También le echaban un vistazo de vez Además, tenía que trabajar en el Ocean. Hoy invitaban a licores o algo así y no se marchó
en cuando, pero por lo menos eran más discretas y se cortaban un poco. Mi mejor amigo tranquila hasta que le propuso a Jacob que fuera a verla. No hizo falta que éste contestara.
salió de la cocina con un refresco y se sentó a mi derecha para mirar una revista de Helen la arrastró hacia el exterior, me guiñó el ojo y cerró la puerta. Pudimos oír las
mecánica. protestas de Brenda desde el porche hasta el coche. Ahora estaba a solas con él. Los dos de
- No te molesto aquí, ¿no? pie, frente a la puerta, solos. Jacob giró el rostro para mirarme. Bajé mis pupilas al suelo y
- No, claro que no – le dije con una sonrisa que él correspondió con otra. Bajé la mirada me dirigí a la mesa. Empecé a colocar las sillas, que ya estaban en su sitio, nerviosamente.
hacia mi libro y volví al trabajo de Lengua. Copié las frases y procuré concentrarme para - Mañana te lleva Charlie, ¿no? – me preguntó.
empezar a analizarlas, pero mi aguda vista periférica me lo impedía. Apreté tanto, que mi - Sí.
bolígrafo se hundió en la hoja al ver a Brenda de reojo. Se había reclinado hacia delante - No creo que te vea hasta la ceremonia. Rachel me ha mandado hacer un montón de cosas
para observar mejor a Jacob y jugaba con su pluma, metiéndola en la boca, fingiendo una – resopló. Caminó en mi dirección, despacio, y se apoyó en la mesa.
insinuación inocente. La muy descarada… Era el colmo, hasta en mi propia casa. Vale que - No te preocupes. Estaré con Charlie y los Clearwater. Cogí mi cuaderno y mis cosas, pero
yo no fuera suficiente para él, pero ella mucho menos. Ahora se iba a enterar. noté su intensa mirada clavada en mí y mi nerviosismo aumentó. Mis torpes y medio
- Jake, ¿me puedes ayudar? – le pedí, poniéndole mi libro delante, sobre su revista. humanas manos perdieron reflejos y todo se me cayó. Los folios de mi trabajo se
- ¿Ayudarte? – miró el texto, extrañado -. ¿Con esto? dispersaron en el suelo.
- Sí, es que no lo entiendo – le dije, arrimándome bien a él. - Genial – me quejé. Metí mi pelo detrás de las orejas y me acuclillé para recoger aquel
- ¿Tú? – cuestionó con una sonrisa de incredulidad. desastre.
- Por favor – cuchicheé, mirándole con ojos suplicantes. - Espera, te ayudo. Se agachó y empezó a ayudarme con las hojas. Aunque no apartaba la
- Bueno…, vale – murmuró -. Lo que pasa es que no sé si me acordaré muy bien. Hace vista del suelo, podía sentir mi sien muy cerca de la suya. Cuando Jacob se estiró un poco
tanto de esto… Se inclinó un poco para leer la frase con atención y yo acerqué mi cabeza a para alcanzar un folio, se rozaron accidentalmente y el vello se me puso de punta. Intenté
la suya. Podía notar cómo Brenda ya echaba humo. evitarlo con todas mis fuerzas, pero ya sólo pude concentrarme en eso, hacía mucho que no
- ¿Cuál es el complemento indirecto? lo sentía. Mi mano buscaba las hojas como si lo hiciera a ciegas, hasta que la suya se posó
- Veamos… Bah, esta es muy fácil. En este caso es se – afirmó, señalando el vocablo con encima. Mis ojos se alzaron sin pedirme permiso y, por un instante, se engancharon con
el dedo. Vaya, había acertado. Al parecer, Lengua se le daba bien. anhelo en los suyos. Entonces, mi coraza de hierro vaciló un poco y me asusté. Me levanté
- Ah, claro. ¿Y el complemento… - me quedé sin respiración cuando alcé la vista y sus rápidamente, dejando caer todos los folios que había recogido, y me alejé de él. Jacob se
ojos negros se clavaron en los míos. Hacía cuatro meses que no los veía tan de cerca - … puso en pie con lentitud, estudiándome con la mirada.
directo? – conseguí musitar, después de tragar saliva. - Nessie, quiero hablar contigo – me pidió, dando la vuelta a la mesa para no pisar las hojas
- Lo – me contestó con un susurro. Esta era la primera vez en cuatro meses que le veía el y ponerse frente a mí.
rostro tan próximo y con tanta luz. En este momento, me parecía que había pasado - No – contesté con un murmullo, girándome.
demasiado tiempo, una eternidad. Sus ojos eran más preciosos y penetrantes que nunca. Él - Por favor – imploró con impaciencia, sujetándome el hombro por detrás. En ese
estaba más guapo que nunca. Él era más maravilloso que nunca. Bajé la mirada - esta vez momento, mi familia entró por la puerta como una estampida de vampiros y vi el cielo
con urgencia -, me alejé de su rostro, recogí mi libro y volví a mi posición. Tuve que hacer abierto. Me zafé de él y me dirigí a ellos para saludarles efusivamente. Jacob me miró
uso de toda la barrera de mi coraza de hierro para lograrlo. enfadado y entró en la cocina. Mi corazón se encogió bajo su coraza. Mi padre se acercó a
- Gracias – le dije sin mirarle. mí y me llevó detrás del piano.
- ¿Ya? – preguntó, sorprendido. - Sé que no es de mi incumbencia, pero creo sinceramente que te estás equivocando – me
- Sí, gracias – reiteré. susurró muy bajito, mirándome con sus dulces ojos dorados, tristes.
- Bueno, de nada. Si te ha servido de algo – declaró, levantando su revista para leerla. - Papá – suspiré a modo de queja.
- Sí. Cogí mi lata y bebí unos cuantos tragos. Miré a Brenda de soslayo. Ahora estaba - Yo pasé por algo parecido una vez y te digo…
concentradísima en su libro, con el ceño fruncido. Sí, sí que me había servido. Sonreí - No tengo ganas de discursos, ¿vale? – protesté, alejándome de él -. Ahora no, por favor.
- Está bien – exhaló, dejando caer la mano. Me aproximé a la zona de la mesa y recogí Nahuel se rió.
todos los folios del suelo. Antes de que me pusiera a ordenar mi trabajo, Jacob salió de la - ¿Y qué te parece si damos un paseo ahora? – me propuso.
cocina en dirección a las escaleras. - ¿Ahora? Vale – acepté -. Un paseo me vendrá bien para relajarme.
- ¿A dónde vas? – le pregunté con curiosidad. - De acuerdo – dijo, levantándose de su asiento -. Vamos, entonces. Me hizo un gesto con
- Me voy a dormir – contestó, aún enfadado. la mano para que yo pasara delante de él y salimos de la casa. Nos adentramos en el bosque
- ¿Ya? Pero si no has cenado… en silencio, con paso tranquilo. Arranqué una ramita fina y larga y la usé para entretenerme
- No tengo hambre – dijo, subiendo los peldaños. Me quedé mirando un rato la escalera con un poco con ella. Me salió una risilla interna cuando recordé el juego del palo con Jacob de
cara de tonta para ver si bajaba, mordiéndome el labio con inquietud. Giré mi rostro y me hacía dos semanas.
centré en ordenar mi trabajo, pero no daba pie con bola. Terminé tirando los papeles - ¿Por qué te pone tan nerviosa esta boda? – me preguntó de repente, trayéndome de vuelta
encima de la mesa, desesperada. Ya los ordenaría. a la tierra.
- Me voy a la cama – comuniqué a mi familia. - Bueno, en las bodas todo el mundo está un poco nervioso, ¿no? Además, en esta Jacob y
- ¿Ya? – interrogó mamá -. Si no has cenado. yo somos los padrinos. Supongo que también será por eso – me encogí de hombros.
- No tengo hambre – respondí, subiendo las escaleras. Cuando llegué al vestíbulo de la - ¿Es la primera vez que vas a una boda quileute?
tercera planta, Jacob estaba apoyado en la pared, esperándome, con la vista pensativa - No, qué va. Ya estuvimos en la de Sam y Emily hace tres años – sonreí al evocarla -. Son
clavada en el suelo. Se incorporó al verme y se quedó aguardando mi llegada con los unas ceremonias preciosas, al atardecer, con la luz del sol… No sé, tienen algo que me
brazos en jarra, moviéndose nervioso. Respiré hondo y me acerqué a él. parece tan mágico – confesé -. Siempre me han encantado estas bodas.
- Yo… sólo… Sólo quería darte las buenas noches antes de transformarme – murmuró. Él - ¿Tanto te gustan?
también odiaba estar enfadado, como yo. - Pues sí.
- Ah. Sí, claro – le sonreí mientras abría la puerta de mi dormitorio y la traspasaba hacia - ¿Más que las convencionales?
atrás -. Buenas noches, Jake. Asintió, suspirando por la nariz, no muy conforme, y cerré - Sí, mucho más.
suavemente. Me apoyé en la puerta, apretándome fuerte el pecho con la mano, y, como - ¿Cómo te gustaría que fuese la tuya?
todas las noches, me dirigí al vestidor apresuradamente y sin pensar para ponerme el - ¿Mi… mi boda? - me quedé un poco sorprendida ante su pregunta -. No sé qué decirte, la
camisón. verdad. Ni siquiera sé si me casaré algún día… Me dio un vuelco al corazón cuando vi que
A la mañana siguiente, respiré tranquila cuando miré por la cristalera de mi dormitorio y vi habíamos llegado a mi rincón favorito. Hacía mucho que no venía aquí con Jacob.
el día soleado. Había alguna nube, pero se veía el sol. Casi me parecía un milagro, con el Nahuel se paró en seco frente a mí. En su mirada había algo que me asustaba un poco.
día tan horrible y frío que había sido el anterior. Rachel y Paul habían tenido mucha suerte, - Renesmee, me gustaría que vinieras conmigo a Chile – me espetó de sopetón,
no iba a llover en su boda. Sí, aquí en Forks, eso era todo un prodigio. Jacob ya se había cogiéndome de la mano. La ramita se me cayó al suelo y me quedé sin habla. Esto no me lo
marchado. Hoy se iba de patrulla con su manada por la mañana, ya que por la tarde tenía esperaba para nada.
que ayudar a Billy y a Rachel con los últimos preparativos de la boda, así que no le vería - ¿Irme contigo? – murmuré.
hasta la ceremonia. Después de ducharme y adecentarme un poco, bajé a desayunar. Se me - Sí, allí podría enseñarte muchas cosas. Después podríamos viajar y nos podríamos instalar
hizo muy raro hacerlo yo sola y, como era para mí únicamente, no me preparé nada donde tú quisieras…
especial, unos pocos cereales. Recogí lo poco que había ensuciado de la cocina y me dirigí - Espera, espera – le corté, confusa -. ¿Qué me intentas decir? No… no te entiendo. No sé
al salón. Nahuel me esperaba sentado en el sofá. por qué lo pregunté. No quería oír la respuesta, ya me la imaginaba y no me hacía ni pizca
- Buenos días, ¿qué tal has dormido? – me preguntó, sonriente. Mal, como todas estas de gracia.
ciento veintinueve noches. - Quiero que seas mi esposa, Renesmee. Noté cómo me quedaba de piedra. ¿Por qué me
- Bien, aunque estaba un poco nerviosa, la verdad – mentí y después reconocí -. ¿Dónde pedía esto? Nos conocíamos de muy poco tiempo.
está todo el mundo? – quise saber cuando me percaté de que no había nadie en el edificio. - Yo no… Te dije que si salíamos, era solamente como amigos – intenté soltarme de su
- Se han ido… de excursión – respondió. mano con delicadeza, no quería herirle los sentimientos, pero no me dejó -. Creí que había
- ¿De excursión? Qué raro. Nadie me había dicho nada. quedado claro. Nahuel se aproximó un paso hacia mí y, cuando retrocedí, mi espalda se vio
- Sí, me dijeron que vendrían a mediodía. atrapada contra un árbol. Podía ver nuestro tronco enfrente de mí. Ese tronco en el que
- Ah. Jacob y yo habíamos pasado tanto tiempo juntos.
- ¿Te apetece hacer algo hoy? - Me gustas mucho, Renesmee – murmuró, acariciando mi mejilla. Mi cara reaccionó con
- Hoy será imposible. Tengo toda la tarde ocupada. Rosalie quiere hacerme un peinado retracción y la pulsera empezó a vibrar fuerte.
especial para la boda y tengo que dejar que Alice experimente con mi cara para - Pero yo sólo te veo como un amigo, Nahuel – afirmé.
maquillarme – resoplé -. Bueno, si llegan a tiempo, claro – fruncí el ceño, extrañada. - Los sentimientos aparecen con el tiempo – sostuvo con voz dulce -. Lo único que te pido
es que te vengas conmigo una temporada para conocernos más a fondo, en mi medio. Si no - Mi oferta sigue en pie – anunció con decisión, acercándose a mí otra vez.
te gusto, puedes volver cuando tú quieras. ¿Podía ser? Al principio, veía a Jacob como un - No me voy a marchar contigo, lo siento – le aclaré -. No puedo estar lejos de Jacob.
amigo. Aunque, claro, no era un simple amigo, era mi mejor amigo, y yo era una niña - Tú no tienes la culpa de que él esté imprimado de ti, tienes que vivir tu vida – afirmó,
pequeña. En cuanto crecí, lo empecé a ver de otro modo. alzando la mano para acariciarme la mejilla de nuevo; aparté el rostro para que no lo tocara
- Yo, no sé… y su mano quedo suspendida en el aire, hasta que la bajó.
- Con el tiempo, te gustaré – susurró, empezando a acercar su rostro al mío. Mi primera - No, no es eso. Soy yo la que no puedo estar sin él – le expliqué.
reacción instintiva fue de rechazo, pero, ¿y si era verdad? ¿Podía ser que me gustase algún - Sabes que nunca podréis estar juntos – me dijo con sobriedad -. Tú no eres adecuada para
día, como me había pasado con Jacob? No, Jacob era especial, él… Me regañé a mí misma. él, tienes que aceptarlo. Mi corazón se retorció al tener que escuchar tan amarga verdad. Yo
Jacob, Jacob, Jacob, otra vez ese goteo en mi mente. ¿Por qué me tenía que acordar tanto misma sabía que era así, sin embargo, fue especialmente duro oírlo en boca de otra
de él en un momento como este? Él y yo nunca estaríamos juntos, ¿qué tenía de malo si lo persona.
intentaba con otra persona? Es más, tenía que intentarlo, tenía que olvidarme de él de una - Lo sé… - reconocí con un nudo en la garganta -. Pero, aún así, estaré a su lado como su
vez por todas. mejor amiga para siempre.
El rostro de Nahuel cada vez estaba más cerca. Apreté los puños con fuerza, preparada para - Eso solamente te hará daño. Lo mejor es que te vengas conmigo – repitió con obstinación.
aceptar su beso, sin hacer caso de la pulsera. No pasaba nada por probar. Puede que me - Lo siento, Nahuel – murmuré, mirándole a los ojos con convicción -. Nunca le dejaré.
gustase. No obstante, mis ojos no podían apartarse de aquel tronco, ese rincón tan mágico y - Piénsatelo, por lo menos. Esperaré hasta entonces. Sabía que la culpa era mía, pero, por
especial. De repente, todo estaba oscuro y parecía que un foco iluminara ese rincón, como alguna razón, no me gustaba su tono de obcecado empecinamiento, ni la insistencia de mi
si fuera el escenario de un teatro esperando a que sus verdaderos protagonistas entraran en pulsera. Tendría que aceptar mi rechazo, le gustase o no.
escena. Ese sitio era una especie de santuario para nosotros. ¿Iba a besarme allí con otro? - No tienes que esperar. Mi decisión ya está tomada – le aseguré.
¿Con nuestro tronco como testigo de mi traición? Me volví a reñir a mí misma. ¿Qué - Está bien. Te daré más tiempo, entiendo que todavía es pronto – insistió, terco.
traición? No, yo no estaba traicionando a nadie. Nahuel pegó su frente a la mía. Me empecé - No, Nahuel. No voy a pensar nada. No me voy a ir contigo, lo tengo decidido – ratifiqué,
a poner nerviosa, pero no del modo que yo esperaba; me sentía muy incómoda. Esos labios un poco molesta por su insistencia -. Y ahora, si me disculpas, me quiero ir a casa. Tengo
no eran los suyos, no era su rostro, ni sus ojos negros que ayer me miraban tan de cerca. que preparar algunas cosas para la boda. Comencé a caminar.
Ahora mismo, no sentía absolutamente nada. No habían mariposas, ni energía, ni latidos - Renesmee – me llamó. Me paré y me giré -. Te acompaño, no quiero que vayas sola.
descontrolados, nada. Sólo contrariedad y desasosiego. Sí, había una traición, y era - Está bien – asentí, cansada. Esperé hasta que llegó a mi lado, y nos encaminamos hacia
conmigo misma; y un engaño hacia el chico que tenía delante en este instante y que mi casa con paso ligero y en un incómodo silencio. Cuando llegamos, fue un alivio ver que
tampoco se lo merecía. Nahuel no era él, era otro, como podría serlo cualquiera. Él era mi familia ya había regresado de su excursión. Saludé a todo el mundo y me subí a mi
Jacob. Sólo Jacob. Jacob, Jacob, Jacob. Infinitamente Jacob. Mi rostro se giró cuarto para poner a punto mi vestuario.
automáticamente antes de que esos labios extraños se arrimaran a los míos e interpuse mis
manos en su torso para pararle. Nahuel se quedó quieto con su boca a un palmo y me CRISTAL
escapé de sus brazos. Mi aro de cuero por fin me concedió una tregua y dejó de vibrar.
- Lo siento, no puedo – murmuré, llevándome la mano al corazón. - ¡No, eso no! – protesté enérgicamente -. ¡No quiero parecer un cuadro!
- Es por él, ¿verdad? – quiso saber, con el semblante claramente decepcionado. Al ver su - ¿Te quieres callar y dejarme trabajar? – resopló Alice, cansada de mis continuos
rostro, reparé en lo mal que lo había hecho todo. Estaba tan concentrada en olvidarme de movimientos faciales -. Ya verás cómo no pareces ningún cuadro, este maquillaje es muy
Jacob, que, sin querer y sin darme cuenta, le había utilizado durante estos cuatro meses. suave, casi no se nota.
Ahora me sentía tan culpable y tan mala persona, que me apetecía que cayera un rayo y me - Si no se nota, ¿para qué me lo voy a echar? – critiqué. Alice suspiró, frustrada.
fulminara de lleno. - Ya verás cómo te deja. Vas a estar preciosa – le apoyó mamá.
- Sí – admití con un susurro. Nahuel se apoyó en el árbol y suspiró con frustración. - Gracias, cielo – le agradeció mi tía con una sonrisa de satisfacción perfecta.
- Perdóname – intenté paliar, avergonzada por mi sucesión de errores -. No quería que te - Bueno, pero no me eches mucho – cedí a regañadientes.
hicieras ilusiones. Tenía que haber sabido que algo así podía pasar. - Que no… No seas pesadita, ¿quieres? – masculló -. Y ahora relaja la cara para que pueda
- Eso no me importa, sabía dónde me metía. Es sólo que no lo entiendo – declaró, serio -. extendértelo bien. Hacer eso con mi tía Rosalie dándome tirones supersónicos en el pelo,
¿Es que te vas a quedar toda la vida sola porque no puedas estar con él? Mi mano se aferró iba a ser un poco difícil. Ya la había avisado de que no quería recogidos ni nada
con más fuerza a mi sudadera y mi pulsera comenzó a vibrar otra vez, cosa que ya me complicado. A saber lo que me estaba haciendo, para encima, no me dejaban verme en el
desconcertó un poco. espejo. Suspiré para mis adentros y cerré los ojos, dejándome hacer sin remedio.
- No… no lo sé. De lo que sí estoy segura es que todavía no estoy preparada para estar con - Ya está – dijo Rosalie.
nadie – le confesé. - ¿Ya? – pregunté, sorprendida. Si sólo habían pasado cinco minutos.
- Yo también he terminado – anunció Alice, dando un último retoque como si de un pintor sonrieron al verme.
se tratase. - Vaya, estás realmente preciosa – me susurró papá cuando llegué a su lado, y me dio un
- Estás maravillosa, cariño – declaró Esme, dejando ver sus hoyuelos al sonreír. beso en la mejilla -. Espero que ese lobo sepa comportarse esta noche – dijo con el rostro
- Mírate, ya verás – dijo mamá, señalando el espejo con la cabeza. Me giré y parpadeé, más serio.
asombrada. Mi tía Alice no me había recargado para nada. Mi rostro ya lo era, para qué nos - Papá – protesté con un cuchicheo entre dientes, otra vez colorada. ¿Por qué les daba a
íbamos a engañar, pero ahora parecía de porcelana fina. Me había maquillado los párpados algunos por pensar que iba a pasar algo entre Jacob y yo?
con unos contrastes de azules que hacían resaltar el color café con leche de mis ojos, - Seguro que aprovecha que yo no puedo ir hasta allí – me contestó -. Menos mal que va
rematados solamente con un poquito de rimel, y en los labios me había puesto un sencillo Charlie.
brillo. - No va a pasar nada, entre otras cosas, porque estaremos rodeados de gente, así que puedes
- Me encanta, Alice – reconocí, sonriendo abiertamente. quedarte tranquilo.
- ¿Lo ves? – ésta pegó un saltito, dando palmaditas, y luego se inclinó, sujetándome por los - Como si eso fuera un impedimento para él – suspiró.
hombros, para mirarme a través del espejo -. No te he recargado nada. Además, pensé que a - ¿Qué quieres decir? – pregunté, extrañada.
Jacob le gustaría algo así. El maquillaje no fue suficiente para disimular el rojo súbito que - Nada – volvió a expirar -. Oh, Charlie ya está aquí. Acto seguido, se oyó el coche de mi
coloreó mi cara. abuelo pasando los árboles y aparcando frente al porche. Mamá fue a recibirle y le abrió la
- Eso no… puerta.
- Bueno, y ahora mírate el pelo – me cortó Rosalie, ansiosa porque viera su creación. Me - Hola, papá – le saludó, dándole un efusivo abrazo.
pasó el espejo de mano y me miré por detrás. Mi pelo lucía liso. No, lisísimo. Y capeado. - Hola, hija – mi abuelo le dio un beso y se quedó mirándome boquiabierto -. ¡Cariño, estás
Ahora se veía un poco más largo, me llegaba hasta la cintura. Brillaba como nunca antes, impresionante! Se acercó y me dio otro beso a mí. Casi parecía que tenía miedo a tocarme,
parecía bronce de verdad, y estaba mucho más sedoso y suave que normalmente. como si me fuera a romper o algo.
- ¡Está genial, Rose! – exclamé -. ¿Qué le has echado? ¿Cuándo me lo has cortado? - Gracias, abuelo – y le devolví el beso.
- ¿Te gusta así? Porque si no, te cambio el peinado. - Bueno, ya veo que estás lista. ¿Nos vamos ya? Me agarré de su brazo y sonreí.
- No, me encanta – reiteré con alegría, pasándome los dedos entre el pelo. Mi tía se rió con - Cuando quieras. El sol ya estaba bajo, preparado para su puesta en escena, como el
complacencia. director de una orquesta que espera quieto con la batuta hasta que da paso a la obra. Los
- No te corté mucho, sólo te arreglé un poco las capas, con el pelo liso se notan más. Te escarpados acantilados de las islas, que se veían algo más pequeñas debido a la distancia
eché mascarilla, un líquido alisador y, por último, un poquito de cera para un acabado que había desde el extremo sur de la medialuna de la playa en el que nos encontrábamos,
perfecto. estaban bañados por los rayos naranjas del astro rey, contrastando con las zonas oscuras
- ¿Te ha costado mucho alisarlo? – quise saber para futuras veces. que quedaban en sombra.
- Para nada – afirmó -. Tus rizos ya no son lo que eran. De pequeña lo tenías bastante Había un murmullo generalizado de excitación. Yo estaba hecha un flan. Estaba en mi
rizado, sin embargo, ahora tu rizo es mucho más abierto. Podrías llevarlo liso cuando puesto, junto a Paul, esperando a que llegara la novia. Charlie tenía mi chaqueta; me la
quisieras. había quitado, pues al lado de la enorme hoguera y del novio, que desprendía calor por los
- Qué guay – me sonreí ante el espejo. cuatro costados de lo nervioso que estaba, me estaba asando. Hasta que Rachel no llegara,
- Deja que te vea – dijo Alice, quitándome la toalla de los hombros y tomándome de las todos los ojos estaban puestos en nosotros y eso me hacía estar más intranquila. Jacob no
manos para ayudarme a ponerme de pie. Me alzó un brazo y me hizo dar una vuelta como estaba, porque era el encargado de empujar la silla de Billy por la pasarela de tablones de
si fuera una bailarina para observarme, mientras ambas nos reíamos -. Sí, estás preciosa – madera que habían colocado sobre la arena para que pudiera llevar a su hija hasta el altar.
entonces, levantó un poco mi vestido -. Y las medias y los ligueros son lo más. ¿Ves qué El Viejo Quil también esperaba de pie, apoyado sobre su bastón de castaño, frente a
bonitas hacen a tus piernas? nosotros. Iba ataviado con un traje tradicional quileute y no hacía más que mirar al
- Bueno, pero eso no se lo va a ver nadie. No sé por qué te has empeñado en que se lo horizonte del mar y a la puesta de sol con preocupación, seguramente estaba calculando el
pusiera, podía haberse puesto un panty – criticó mi madre. tiempo que tendría para dar su discurso nupcial. Una de las dos damas de honor,
- Nunca se sabe. A lo mejor Jacob… Alice cerró el pico en cuanto mamá le miró con cara encargadas de tirar pétalos ante el paso de la novia, era Rebecca, la otra hermana de Jacob
de asesina, así que no me hizo falta abrir el mío para protestar, aunque de poco me iba a y gemela de Rachel. Como estaba casada con un surfista samoano y vivía en Hawai,
servir, porque los colores me traicionaban. solamente venía una vez al año, en verano, con su marido y sus tres críos – según
- Charlie está apunto de llegar – anunció Esme -. Puedo oír su coche. Jake, monstruitos - a pasar un par de semanas a La Push para estar con su familia. Ella no
- Sí, es cierto – confirmó mamá -. Venga, cielo. Vamos abajo para recibirle, ya verás había sabido de mi existencia hasta hoy, ya que no sabía nada de lobos gigantes ni
cuándo te vea. Me atusé un poco el pelo y me eché un último vistazo. Salimos las cuatro vampiros. Ahora que mi crecimiento se había estabilizado bastante y ya no había peligro,
del baño y bajamos las escaleras hasta el salón. Mis tíos, Carlisle, mi padre y Nahuel Billy me había presentado como una amiga de Jacob. Tampoco le pudo decir que era la
nieta de Charlie, ya que se suponía que ella era un año mayor que mi madre y, claro, Mi aro de cuero vibró suavemente. Por un momento, me imaginé en el puesto de Rachel,
teniendo en cuenta que yo aparentaba casi veinte años y mi madre tendría que tener con Jacob haciendo el papel de Paul. Mi corazón pegó un salto al ver la película en mi
veinticinco, las cuentas no salían. Era un poco tímida, pero me cayó bien. Algunos cabeza y mi rostro se volvió hacia él para verla más nítida. Jake iba entero de un blanco
miembros de las manadas no estaban, tenían guardia por el bosque, aunque se habían roto, el color del lino resaltaba aún más su preciosa tez cobriza, y el níveo color de mi
repartido los relevos para que ninguno faltara a la boda. Miré a mi lado para ver cómo vestido y de mi corona de flores se reflejaba en la sedosa piel de su rostro y en sus ojos
estaba el novio. Paul rozaba el histerismo. Se balanceaba, impaciente, moviendo las manos cuando me observaban felices. Era la boda que yo quería, nuestra boda. Jacob se percató de
sin parar, sin saber qué hacer con ellas. Quitando eso, estaba muy guapo. Los novios mi cara atontada y giró la suya para clavar sus ojos en los míos con una mirada nueva. Mi
quileute también iban de blanco. Llevaba una camisa de lino color hueso, de manga larga, pequeño bolso se me cayó en la arena cuando adiviné que él estaba pensando lo mismo que
que caía sobre unos pantalones a juego, e iba descalzo, como todos los presentes. yo. Era como si me mirase en un espejo y saliera él. El sol se hundió del todo en el agua y
De repente, la pequeña orquesta empezó a tocar la marcha nupcial quileute – una sencilla las llamas permanecieron para hacer las veces de una vela colosal. Todo desapareció,
música tradicional india tocada con instrumentos típicos de viento y percusión – y el rostro quedamos Jacob y yo, los dos solos, con la danza de las luciérnagas de fuego rodeándonos,
de Paul se iluminó como si viera el sol por primera vez. Giré la cabeza para fijarme en la incitándonos a que nos acercáramos. Un golpe sordo me sobresaltó y regresé al planeta
novia, al igual que el resto de invitados, pero mis ojos tropezaron en el camino con otro tierra. Giré mi rostro súbitamente y las palabras del Viejo Quil sonaron altas y claras.
objetivo y se quedaron inamovibles en él. Mis pupilas no se apartaron en ningún momento Michael y Nathan, dos de los chicos de la manada de Sam, habían echado más leña y
de Jacob entre aquel reflujo de pétalos rojos y rosas, ni siquiera reparé en cómo iba Rachel, estaban azuzando el fuego para que no se apagase. Las chispas y cenizas volaron hacia
y mucho menos en sus damas de honor. Me pareció que estaba guapísimo. Iba igual que arriba, apagándose en su camino al oscuro cielo. Cuando terminé de despejarme del todo y
Paul, sólo que su camisa era marrón oscuro y sus pantalones eran de color crudo. Estaba volví a prestar atención a los novios, Rachel estaba acabando de ponerle el anillo a Paul en
elegante e informal al mismo tiempo. Noté que mi cara reflejaba mi deslumbramiento, sin el dedo – anillo que terminaría colgando de la cinta de cuero de su tobillo al día siguiente –
poder hacer nada para evitarlo. Tuve que recordarme a mí misma que tomara aire para no y él hizo lo mismo con ella.
ahogarme. Sin embargo, el oxígeno se me quedó en la mitad de la garganta en el momento - Yo os declaro marido y mujer. Puedes besar a tu esposa – concluyó el Viejo Quil. Paul y
en que Jacob me vio y clavó sus ojos en mí. Se quedó mirándome embobado, como yo a él, Rachel obedecieron encantados y todo el mundo aplaudió. Los integrantes de las dos
y hubo un momento en que se paró con la silla en mitad de la pasarela, hasta que su manadas también aullaban y se reían. Unos farolillos, extendidos sobre nuestras cabezas
hermana le dio un pisotón para que siguiera la marcha. Cuando llegaron al altar, solamente como una tela de araña que se sujetaba con una serie de postes de madera, se encendieron y
sé que Rachel iba de blanco, tenía muy cerca a Jake como para fijarme en nada más. Billy las chicas solteras empezaron a congregarse corriendo para el lanzamiento del ramo. Me
dejó a su hija con Paul, y Jacob lo condujo hasta la fila de invitados para colocarse después quedé mirando cómo se peleaban las unas con las otras para coger el mejor sitio. Al final,
en su puesto, junto a su hermana. Paul y Rachel se cogieron de la mano sin dejar de mirarse ya fuera en una boda convencional o en una quileute, las chicas solteras eran chicas
y nosotros nos quedamos un paso por detrás. Intenté dominarme, pero se me escapó una solteras.
mirada que planeaba fugaz y que Jacob atrapó sin ningún problema con la suya; otra vez - ¡Venga, Nessie! – me instó el Viejo Quil -. ¡Te vas a perder el lanzamiento! ¡Corre, corre!
me quedé sin respiración. El Viejo Quil carraspeó para llamar la atención de los cuatro y – me azuzó, empujándome hacia la muchedumbre. Sin quererlo, me vi entre todas esas
bajé de mi nube, apartando mis ojos rápidamente hacia el suelo, ruborizada. Aferré mi muchachas. Ahí estaba yo, en primer plano, en una situación que no me interesaba para
bolsito de mano con fuerza, como si así fuera a transmitírmela a mí. nada. Leah esperaba su momento con ansia, se notaba su reciente enamoramiento. Me moví
- Queridos hermanos y amigos – empezó el Viejo Quil, con su tono majestuoso -, estamos un poco y me puse en el extremo más alejado del tumulto. Rachel nos dio la espalda y
reunidos frente a esta hoguera y esta puesta de sol para dar paso al nacimiento de algo lanzó su ramo hacia atrás. Genial.
nuevo y maravilloso – hizo una pequeña pausa en la que se oyó el chasquido del fuego -. - ¡Demonios, qué suerte, Nessie! – exclamó Leah cuando vio el ramo en mis manos.
Desde el principio de los tiempos, todos los elementos de la tierra, el aire y el agua han - Ya te digo – suspiré. Rachel se giró y me guiñó el ojo. Me lo había lanzado a propósito.
tenido y tienen un ciclo. Con el sol como testigo y símbolo – alzó la mano para señalar el Estupendo, ahora estaba tan roja como la hoguera. Menos mal que parecía el reflejo de la
astro rey, que ya empezaba a ocultarse en el mar -, hoy se cierra uno para dar comienzo a misma y podía disimular. Jacob me sonrió y mi rostro se encendió aún más. Iban a salirme
otro más hermoso y prodigioso. Rachel y Paul van a iniciar una vida juntos… van a forjar chispas, también, como siguiera así. Esas chicas y las prometidas de los componentes
los cimientos de… que les dará… Sus palabras se iban apagando en mi cerebro conforme imprimados de la manada me rodearon para hacerme bromas y felicitarme. Lo que faltaba.
mis ojos se alzaban y miraban de reojo a Jacob; hasta que todo se quedó en silencio. Mi - Bueno, bueno, ¿puedo hablar con ella? – protestó Jake, haciéndose hueco entre la madeja
mente solamente se centró en la imagen que mis pupilas le proyectaban. Los leños que de cuerpos.
formaban la pira pertenecían al bosque, así que las llamas eran rojas. El enorme fuego y la - Sí, claro. Ahora tendréis mucho de lo que hablar – contestó Sarah con una risilla. Todas
puesta de sol creaban un ambiente mágico y romántico. Los reflejos naranjas de ambos se las chicas salieron en estampida, riéndose.
reflejaban en sus ojos negros y en su rostro perfecto. Con cada chasquido de la hoguera, - Toma, tu bolso.
salía una explosión de chispas, parecían luciérnagas bailando a su alrededor. - Ah, gracias. Lo cogí, otra vez ruborizada al recordar la razón por la que se me había
caído. que no se le pusiera delante -. ¡Seguro que si lo tuvieras que pagar…! Jacob consiguió
- No te lo he podido decir antes, pero estás… Estás preciosa – murmuró, mirándome ponerse a mi lado.
alelado. - Nessie, ¿quieres…
- Tú también estás muy guapo – reconocí, escapándoseme una sonrisa bobalicona. - …bailar? – le cortó Thomas. Éste agarró el vaso de cartón que me iba a pasar Shubael, se
- Sí, ¡si supieras qué calor tengo! – resopló, poniendo los brazos en jarra. lo dio a Jacob y me dirigió hacia la playa, empujándome suavemente con la mano en la
- Pues súbete un poco las mangas. A ver, cógeme esto – le di el bolsito y el ramo, y le así espalda.
una de las muñecas. Le fui doblando la manga para subírsela y repetí la acción con el otro - ¡Eh! – protestaron Jacob y Shubael a la vez. Jake miró a Thomas con cara de malas
brazo. pulgas y le devolvió el vaso a Shubael para iniciar la marcha hacia nosotros, que ya
- Qué bolso más pequeño, ¿te entra algo aquí? – se rió, levantándolo para mirarlo. estábamos bailando. Rachel le interceptó.
- El móvil y las llaves de casa. Escuché las risillas de las chicas al vernos y me separé de él. - Jacob, tienes que bailar esta conmigo.
- Bueno, chicos – irrumpió Charlie -. Tenéis que iros a la mesa, los novios ya se van a - Ah. Sí, claro.
sentar para cenar. La canción terminó y Jake se encaminó hacia mí. Nada más sonar la siguiente, vi que se me
- ¿Ya? ¿No se sacan fotos, ni nada? acercaba Cheran con los brazos extendidos y corrí hacia él para bailar. Jacob se paró en
- Cariño, han sacado fotos durante toda la ceremonia, ¿no lo has visto? – me informó mi seco y resopló. Poco le duró el descanso. Rebecca lo agarró y le obligó a danzar por la pista
abuelo. La verdad es que ni me había dado cuenta. Gemí para mis adentros cuando caí en la de arena con ella. No me costó mucho mantenerme ocupada bailando, los hermanos de
cuenta de que saldría mirando a Jacob con cara de atontada en todas las fotografías. Jake hacían cola para bailar con la madrina, aunque las chicas también se peleaban por
- Vamos… vamos a cenar – dije para cambiar de tema. Agarré a Charlie del brazo y los tres bailar con el padrino. Mientras bailaba con Jared, hubo un momento en que le perdí de
nos dirigimos a la pequeña carpa instalada en la arena. Jacob y yo nos sentamos en la mesa vista. La canción terminó y éste se marchó para bailar con Kim. Le busqué con la mirada
junto al reciente matrimonio. Yo junto a Paul y él junto a Rachel. La cena fue una sucesión en la zona de la barra, pero tampoco estaba. Me dio un escalofrío, la noche era bastante
de platos compuestos de salmón, mariscos y otro tipo de pescados, hechos por algunas fría. Bajé las mangas de mi chaqueta y me froté los brazos. Cuando estaba apunto de
mujeres de la tribu, entre las que destacaba Sue, que era muy buena cocinera. Charlie le comenzar otra canción, algo me sujetó por detrás, tapándome la boca, y me arrastró a toda
guiñaba el ojo, orgulloso, a su novia cuando ésta pasaba por su lado con algún plato. velocidad hacia los árboles que limitaban con la playa. Mientras intentaba proferir unos
Billy no hacía más que reírse de las anécdotas que Jake y Paul contaban de sus peleas y chillidos, el brazo que me aferraba me dio la vuelta para descubrirme la verdad.
luchas con vampiros. Yo no le veía tanta gracia, y Rachel tampoco. Después de que Billy - Soy yo, Nessie – cuchicheó Jacob, retirándome su mano de la boca.
diera unos golpecitos en su vaso y pronunciara un pequeño y emotivo discurso en el que no - ¡Jake, me has asustado! – grité en voz baja. Quil, Embry y Seth se asomaron para ver qué
faltaron los típicos besos y abrazos paternos a su hija, los novios procedieron a cortar la pasaba. Jacob les saludó con la mano y los tres asintieron sonrientes para volver al baile.
enorme tarta de cinco pisos y se pasó a la entrega de regalos. Cada uno dio lo que pudo. - ¿Qué pasa? – quise saber.
Unos entregaron sobres con dinero, otros regalaron objetos artesanales y otras cosas. - Nada, sólo quería bailar contigo. Aquí solos, demasiado peligroso.
Jacob y yo no nos complicamos, le dimos nuestro sobre con una suma de dinero que - ¿Y para eso me traes aquí? – suspiré y negué con la cabeza -. Podemos bailar ahí fuera,
pusimos entre los dos por partes iguales. Jake había insistido en que lo ponía todo él, pero pero ahora no puedo. Le he prometido un baile a Charlie. Me disponía a dar la vuelta, pero
me negué en rotundo. Le llegué a decir que si no era así, no iba a la boda. Así que no le Jacob me agarró de la muñeca para impedírmelo.
quedó otro remedio que aceptar. El momento del baile llegó pronto y la multitud salió a la - ¿Por qué huyes de mí, Nessie? – protestó, enfadado, obligándome a quedarme frente a él.
verbena. La pequeña orquesta empezó a tocar y Paul y Rachel abrieron el primer baile - No huyo de ti – afirmé con seguridad, deshaciéndome de su amarre -. Es que hay mucha
alrededor de la hoguera. Luego, se unió más gente. Había barra libre, así que Jacob y yo gente con la que tengo que bailar, soy la madrina de boda.
nos acercamos para tomar algo. Estaba abarrotada, lo cual era genial para mantener mis - No estoy hablando de eso y lo sabes – señaló, frunciendo el ceño -. Llevas huyendo de mí
distancias con él. Los chicos que estaban allí se juntaron a nosotros y me rodearon. Jake desde que empezaste a salir con esa garrapata. Ahora sí que se ponía peligroso. Tenía que
frunció el ceño y resopló. salir de allí ya.
- ¡Nessie, estás guapísima! – exclamó Seth con su sonrisa animosa de siempre -. Si fueras - No es verdad. Me parece que lo que te pasa es que estás celoso – le critiqué, girándome.
morena, ya serías perfecta. - Por supuesto que lo estoy – reconoció, impaciente. Se aproximó un paso y me sujetó por
- Gracias, vosotros también. Estáis todos muy guapos – admití. los hombros para ponerme otra vez delante de él -. Cada vez que te veo con ese tipejo
- Oye, ¿qué quieres, que te lo pido? – se ofreció Isaac. me muero de celos – reconoció, matizando la palabra con un rechinamiento de dientes -.
- Un refresco de limón. No lo soporto. Se acercó otro poco más a mí y yo retrocedí, quitando sus manos de mis
- ¡Uno de limón! – gritó la voz de Shubael, que estaba delante de Isaac. hombros. Miró a un lado, algo agitado, llevándose la mano a la nuca. De repente, volvió el
- ¡Eh, que se lo iba a pedir yo! – protestó éste, intentando apartarlo. rostro hacia mí y se quedó mirándome fijamente.
- ¡A ti qué más te da, si es barra libre! – le replicó su hermano de manada, forcejeando para - ¿Te gusta ese tipo? – me preguntó, decidido. Su actitud y su pregunta me pillaron por
sorpresa. mano, y clavó sus pupilas en las mías con determinación -. Mírame a los ojos y dime que
- No quiero hablar de esto – le dije, iniciando mi huida. no me quieres. Las mariposas que había enterrado todos estos meses resucitaron de repente
- Ah, no. Claro que sí – exigió, enfadado, abalanzándose hacia mí para cortarme el paso -. al volver a ver mis adorados y profundos ojos negros tan decididos y tan cerca. Salieron de
Vamos hablar de esto de una vez por todas. Me aferró por los brazos y tuve que poner mis lo más profundo de mis entrañas y explotaron, haciendo que cada una de ellas se
manos en su torso para mantenerle lejos. multiplicara por mil. Toda mi coraza de hierro se resquebrajó en pedacitos como un simple
- ¿Te gusta? – repitió. cristal.
- Es un chico muy agradable – contesté con voz segura, zafándome de sus manos. Ahora no tenía protección, mi blando corazón estaba al descubierto, se veía débil y
Por lo menos, antes lo era. vulnerable. Amarré mis manos al tronco para obligarlas a no rendirse mientras Jacob seguía
- Venga ya, Nessie – empezó a acercarse a mí despacio, con paso firme -. ¿Agradable? Ni con las suyas apoyadas para no dejarme escapar.
siquiera te atrae - llevé mis pasos hacia atrás, pero él no se detenía -. En cambio, yo sí te - Dime que no me quieres y no te molestaré más – murmuró al ver que yo no contestaba -.
gusto, ¿verdad? Lo aceptaré y seremos solamente amigos para siempre. Intenté decírselo, pero no fui capaz.
- Ya te dije que no – le respondí, retrocediendo. Me quedé muda, hipnotizada por sus resueltos ojos y por esa energía que ya empezaba a
- Mientes. Tienes miedo de algo, por eso no quieres estar a solas conmigo – adivinó -. No rodearnos y que tanto había echado de menos. La pulsera vibraba como loca, incitándome a
me dejas abrazarte, ni tocarte, ni mirarte a los ojos. ceder. Sus pupilas me llamaban, me reclamaban como nunca antes.
- Los amigos no hacen esas cosas – alegué. - Es mejor que no estemos juntos – me forcé a decir con un murmullo.
- Oigo cómo lloras por mí todas las noches – atestiguó -. Susurras mi nombre todo el - ¿Por qué piensas eso? – inquirió, confuso -. ¿Es que crees que no te haría feliz?
tiempo, y cuando entro en tu cuarto, siempre te veo agarrada a la almohada, llorando en - No, no eres tú. Soy yo – confesé -. No soy buena para ti. Soy destructiva, al final te haré
sueños. ¿Eso lo hacen las amigas? daño.
- ¿Tú… tú me oyes llorar? ¿Entras… en mi habitación? – interrogué, sorprendida y - ¿Qué estás diciendo? Eres lo mejor que me ha pasado en la vida. Lo único que me hace
ruborizada. daño es no estar contigo – garantizó con ojos seguros. Acto seguido, susurró -. Cada
- Todas las noches, cuando me llamas en sueños – mi cara se iba quedando a cuadros a minuto que estoy sin ti, me muero un poco.
medida que hablaba -. Entro, me siento a tu lado y te seco las lágrimas. Luego, parece que - Lo nuestro no puede ser… - contesté, convenciéndome a mí misma.
te calmas y dejas de llorar, así que me vuelvo al pasillo para que tu padre no me mate. No - Sí. Sí puede - acarició mi sien con su frente y empecé a hiperventilar sin poder evitarlo -.
sabes lo impotente que me siento. Mis pies se movían torpemente, de lo pasmada que Somos almas gemelas. Estamos hechos el uno para el otro, hasta eres un metamorfo como
estaba. Había entrado todas las noches para consolarme, sabía que lloraba por él. yo, ¿no lo ves? Hemos nacido para estar juntos.
Seguramente el roce de sus dedos y su olor era lo que me calmaba. - Si no sale bien, te haré mucho daño – le dije, intentando parecer convincente -. Yo no soy
- Dime la verdad, Nessie – se paró para mirarme a los ojos. Aparté la mirada y me fijé en la como tú, puede que cuando pase el tiempo, todo se acabe. Y entonces tú sufrirás, no puedo
espesura del bosque -. ¿En serio quieres que seamos solamente amigos? permitirlo.
- Sí – afirmé lo más segura que fui capaz. Frunció el ceño más profundamente y caminó - Si no sale bien, al menos lo habremos intentado – me susurró, volviendo a mis pupilas
hacia mí con voluntad y apresuramiento, tuve que dar marcha atrás con rapidez. Mis con determinación -, y a mí siempre me quedará eso. No estaré toda la vida preguntándome
piernas se detuvieron cuando se toparon con un árbol, y me quedé atrapada entre éste y qué habría pasado y qué podía haber hecho. Además, esto es algo que tenemos que decidir
Jacob, que ya me había encarcelado con sus brazos al apoyar sus manos contra el ancho los dos, ¿no te parece? No es justo que tomes esa decisión por mí. Tengo derecho a
tronco. Llevó sus dedos a mi mejilla para acariciarla y los bajó lentamente para rozarme el intentarlo - acercó su rostro a mi mejilla -. Y yo quiero intentarlo. Quiero que seas mi
cuello. chica. Las mariposas volvieron a volar histéricas por mi estómago.
- ¿Acaso no sientes nada cuando hago esto? – me preguntó en voz baja. Todo el vello se - No hagas esto… - le supliqué a modo de advertencia -. O acabaré haciéndote vivir un
me puso de punta con esa caricia. infierno.
- Jake, por favor… - imploré con un hilo de voz para que se alejara. - Me da igual. Si ese es el precio que tengo que pagar, aunque sea para estar contigo un
- Llevas cuatro meses rehuyéndome, ya me he cansado – murmuró con ansiedad, pegando solo día, lo pagaré con mucho gusto – el calor de su aliento hizo que todo el vello se me
su frente a la mía pusiera de punta otra vez y mis ojos se cerraron en respuesta -. Pero eso no va a pasar. No
Una fisura apareció en mi coraza y mi corazón sufrió un espasmo para latir alocadamente. tengas miedo, todo saldrá bien. Sé que tú también me quieres.
Lo hacía a trompicones, como si se hubiera olvidado de cómo tenía que palpitar y estuviera - No, no te quiero… - mentí con la poca voz que mi garganta me dejó proferir.
aprendiendo a hacerlo de nuevo. La pulsera cobró vida y empezó a hacerme cosquillas en - Sí, sí me quieres – me contradijo con confianza a la vez que besaba mi mejilla con sus
la muñeca, se notaba que había esperado este momento con ansia. Aún así, conseguí ladear calientes labios.
un poco la cara. - No… - intenté negar, aunque ya me deshacía. Empezó a bajar para recorrer mi mandíbula
- Siempre evitas mi mirada, pero hoy no te dejaré – me obligó a girar el rostro, con la y pasó a besarme el cuello. Toda mi alma se estremeció y aferré mis manos al tronco con
tanto ímpetu, que hice saltar unos trozos de corteza sin querer. besos cortos y dulces. Escaló sin prisa, hasta que por fin deslizó su labio inferior por los
- Entonces, dime que pare y te dejaré ir – susurró sin dejar de besármelo. Mi cabeza se alzó míos. Lo hizo una sola vez, lentamente, de abajo a arriba, elevando mi labio superior a su
sola cuando su boca siguió y se deslizó por mi garganta. El aire ya se me salía de los paso, deleitándose en ese primer contacto. Todo mi ser se estremeció, jadeé al sentir su
pulmones con audibles suspiros. abrasador aliento y el tacto de su labio, era extremadamente suave y muy ardiente. Las
- Te deseo, Nessie… - susurró con anhelo, metiendo su mano entre mi pelo para amarrarlo. revolucionadas mariposas hicieron explotar mi estómago y mi corazón, ahora estaban en el
Reptó por todo mi cuello con pasión. La agitada respiración de ambos pasó a ser jadeante y cielo. Sí, yo sería suya para siempre, ya no tenía ninguna duda. Mis manos se repartieron
mis uñas se clavaron en el árbol. entre su nuca y su espalda y me pegué más a él. En cuanto terminó, me moría por sentir su
Sabía que tenía que frenarle, pero no podía. No quería que parase. Yo también le deseaba boca otra vez. Acerqué mi labio para que hiciera lo mismo que había hecho el suyo. Lo
con toda mi alma. El deseo que sentía por él seguía siendo inmenso e incontenible y había deslicé por sus suaves labios, rozándolos muy despacio, de abajo a arriba. Algo centelleó
renacido fuerte; en realidad, nunca se había ido. Había intentado taparlo con mi coraza, en mi mente, como el flash de una cámara fotográfica que mostraba una serie de imágenes
retenerlo, pero todo había sido inútil. Yo siempre sería una adicta a mi droga, a mi Jacob, y que pasaban a una velocidad vertiginosa y que no conseguía ver bien. Nuestros ávidos
esta recaída era más intensa y dulce que nunca como para poder resistirme. Ahora que lo alientos estaban mezclados y se tocaban, ya se besaban con pasión. Mi corazón latía a mil
había vuelto a saborear, era muy tarde para echarse atrás y dejarlo otra vez. Por fin estaba por hora, anheloso, y la energía que nos atraía hacia el otro cada vez era más fuerte, más
con él, con sus labios, sus manos, sus ojos, su ardor. Quería sentirlo por todo mi cuerpo, lo intensa. Entreabrimos más nuestras bocas y nuestros labios empezaron a rozarse,
necesitaba como el oxígeno, lo había ansiado toda mi vida. En ese mismo momento, me di moviéndose juntos. Las imágenes desaparecieron súbitamente; un conocido y fuerte
cuenta de que yo sería suya hasta el fin de mis días y la mota que me quedaba de voluntad carraspeo, tan inesperado como inoportuno, nos hizo pegar un bote a los dos del sobresalto
se derritió como un trozo de hielo en llamas. Ahora lo quería todo para mí. Podía hacer y nos tuvimos que separar de inmediato. Me subí la cremallera de mi escote al instante y
conmigo lo que quisiera, yo me entregaría a él sin dudarlo ni un segundo. La pulsera dejó recogí mi chaqueta del suelo, completamente ruborizada. Charlie nos miraba visiblemente
de vibrar ante mi rendición. El frío que había tenido antes pasó a ser fuego, ahora todo mi enfadado y murmuraba algo ininteligible.
cuerpo ardía junto con el suyo. Quería que sus labios, su aliento y su lengua siguieran y - ¿Puedo bailar con mi nieta? – preguntó al fin.
quemaran mi cuello del todo. Me despegué del tronco, obligándole a retroceder un paso, y - Claro – contestó Jacob, sonriendo tan tranquilo. Mi abuelo se acercó y observó su camisa
me quité la chaqueta, dejándola caer al suelo. Mis manos también se aferraron con avidez abierta con expresión malhumorada. Resopló y me tomó de la mano, echándole una mirada
en su pelo y en su espalda para acercarle más a mí y él colocó las suyas en mi cintura más asesina. Mientras caminábamos, me solté de Charlie para ponerme la chaqueta y miré hacia
baja, apretándome contra su cuerpo. Me estremecí y exhalé audiblemente al notarle tan atrás. Jake estaba apoyado de lado en el árbol, con las manos en los bolsillos de su pantalón
adosado. Dejó mi garganta y subió su rostro para volver a pegarlo al mío. Nos clavamos la de lino color crudo, su camisa aún estaba abierta y me sonreía con esa sonrisa torcida suya
mirada el uno al otro, ambos estábamos hambrientos y respirábamos agitadamente. Intentó que me volvía loca. Mis mariposas revolotearon con ahínco, estaban impacientes por
abalanzar su boca a la mía, pero retiré mi cara un poco hacia atrás y no le dejé. Todavía no. rematar ese beso, me incitaban para que diera la vuelta y me lanzara a sus brazos. En
Antes quería hacer una cosa que llevaba ansiando demasiado tiempo. Arrastré mis manos cambio, le sonreí tímidamente y volví la vista al frente.
hacia su camisa, se la desabroché con agilidad y la abrí para dejar su impresionante torso a - Nessie – me llamó. Mi rostro se giró de nuevo antes de que terminara de pronunciar mi
la vista. Su respiración se aceleró aún más cuando deslicé mis palmas despacio, empezando nombre y me paré en seco. Charlie volvió a resoplar.
por abajo y subiendo con calma hasta su pecho, parándome a tocar cada músculo, sintiendo - Dime.
su ardiente y tersa piel. Alcé mis insaciables pupilas para que se volvieran a enganchar con - ¿Bailarás conmigo la próxima canción?
sus ojos y arrimé mi frente a la suya, acariciándosela con efusividad. - Bailaré contigo todas las que quieras – le contesté.
Lancé mis sedientos labios a los suyos, pero ahora fue él el que los apartó antes de que Nos sonreímos, mirándonos atontados durante unos segundos. Mi abuelo tuvo que cogerme
llegara a tocarlos. Era su turno. Bajó la corta cremallera de mi escote y comenzó a tocarme de la mano otra vez para reanudar la marcha. No dejé de mirarle hasta que salimos a la
el pecho con su ferviente mano. El tejido del sujetador era tan fino y su encaje tan playa y le perdí de vista. Charlie y yo nos adentramos un poco en la pista de arena y nos
transparente, que sentí sus caricias como si no lo llevara puesto. Mis bronquios se excitaron pusimos a bailar. Jacob salió de la arboleda, con la camisa ya abrochada, y se apoyó en otro
y mi cuerpo se arqueó, quedando mi cabeza hacia atrás, mientras él me sujetaba con la otra árbol para mirarme. En cuanto terminara mi baile con Charlie, iría corriendo a sus brazos
mano. Su palma se arrastró segura por mi pecho y mi garganta, y llevó sus dedos hasta mis para terminar ese beso. Mi cara se llenó de chasco cuando vi que las otras chicas lo
labios para rozarlos con las yemas. Las besé y las lamí con furor, igual que si fueran su rodeaban y se lo llevaban a la fuerza a la arena para bailar con él. Todas querían bailar con
boca. La mano que tenía en mi espalda me empujó hacia él con suavidad, aunque con el padrino de boda. Aquí era costumbre bailar con los padrinos para tener suerte en el amor
firmeza, y nuestros rostros se unieron de nuevo. Aflojó un poco su presa, colocando sus o algo así. Sin embargo, solté una risilla. Era gracioso ver cómo un chico tan alto y fuerte
manos en mi cintura, y me mordió el lóbulo de la oreja, a la vez que mis manos se perdían era dominado y reducido por unas cuantas muchachas sin poder hacer nada.
por su pecho y su cuello. Volví a palpitar cuando noté su tórrida lengua. Su boca se movió Lo malo es que tenía toda la pinta de que ya no habría remate de beso. Entre su fila de
hasta mi mejilla y me besó más despacio, para seguir por mi mandíbula y mi barbilla con chicas y la mía de chicos para bailar, y la más que posible vigilancia a partir de ahora de
Charlie, iba a ser misión imposible. Para encima, Jacob no dormía en mi casa esta noche.
Tenía que ayudar a desmontar todo y tenía patrulla por la mañana, así que ya se quedaba en CELOS
su casa a dormir; de paso, le hacía compañía a Billy, que últimamente siempre dormía solo.
Suspiré para mis adentros y me centré en el baile con mi abuelo. Charlie se fijó en que no Me dio exactamente igual cuando, desde mi cama, vi el cielo cubierto a través de la
le quitaba ojo a Jacob y volvió a murmurar. cristalera. Hoy no me hacía falta el sol para ser feliz, ya tenía el mío personal, con el que
- ¿Puedo preguntarte algo? – soltó finalmente. había quedado esta misma tarde. Al final, casi no me pude despedir de Jake, de tantos
- Claro – contesté, aunque no estaba tan segura, a juzgar por su expresión crítica. bailes que tenía que bailar con las chicas. Hablamos lo justo para decirnos que nos veíamos
- ¿Tu madre…? ¿Tu madre…? – de repente, la cara de Charlie confirió un tono enrojecido esta tarde y poco más. Charlie me trajo a casa. Esta noche fue la primera en cuatro meses
que iba pasando al rojo chillón por momentos -. ¿Tu madre te ha hablado de sexo? en la que dormí mejor, aunque tardé en hacerlo. Estaba tan emocionada por lo que había
- ¡Charlie, tú no, por favor! – exclamé, completamente avergonzada. pasado, que no paré de darle vueltas a la cabeza, las mariposas me invadían de vez en
- Está bien, está bien – refunfuñó -. Es sólo que antes… tú y Jacob…, bueno, ¿no iríais cuando y el sueño se iba. Estaba un poco muerta de miedo, la verdad, puesto que seguía sin
a…? saber si yo podía ser buena para él, pero aún así, me di cuenta de una cosa en la que no
- Mamá ya me ha hablado de todo eso – le atajé la frase y, de paso, me ahorré la terrible había reparado hasta ahora. ¿Qué pasaba con las parejas de La Push? Mientras bailaba con
vergüenza de escucharla al completo. los chicos y miraba a Jake para ver si tenía oportunidad de acercarme, me fijé en las novias
- Pero, ¿ya habéis…? Quiero decir, ¿alguna vez…? de los imprimados. Ellas estaban tan felices, estaban con ellos sin importarles el qué
- ¡Abuelo! – protesté, roja como el fuego de la hoguera, que seguía encendida. pasará, sabían que estarían juntos toda la vida. ¿Por qué no iba a hacer yo lo mismo?
- Lo único que quiero es que tengáis cuidado, eso es todo – respondió con un tono Estaba harta de nadar contra esa potente corriente que me llevaba hacia Jacob, harta de
pretendidamente tolerante. Luego, empezó a hablar con rapidez, atropellando las palabras -. intentar escalar esa enorme cascada. ¿Qué tenía de malo si me dejaba llevar hasta él? ¿Por
Sé que Jacob es un chico muy atractivo y también sé que está imprimado de ti, o como se qué iba a ser peor que Rachel, Kim, Emily, Ruth, Martha, Sarah, Eve o Jemima? Y ahora
diga, Sue ya me ha explicado todo eso de la… imprimación. Pero aunque ahora eres toda ya había probado el roce de sus labios, el tacto de sus manos en mi piel… Sólo de pensarlo,
una mujer hecha y derecha, no dejo de pensar que hace unos pocos meses eras una niña, y todo mi cuerpo se estremecía de nuevo. Era demasiado tarde para echarse atrás y renunciar
me cuesta, Nessie, me cuesta – murmuró algo que no entendí y resopló -. Bueno, prefiero a él. Me negaba en rotundo. Jake tenía razón, teníamos que intentarlo. Él quería hacerlo y
no pensar en tu crecimiento, no quiero saber nada de eso. yo no podía quitarle ese derecho. Además, también quería darme una oportunidad a mí
- No hemos hecho nada – confesé a regañadientes para que se quedara más tranquilo. misma. Lo necesitaba. Estos meses habían sido una época de oscuridad y ahora por fin
Suspiró, aliviado, y asintió. Entonces, me pilló mirando a Jake otra vez y, por alguna razón, volvía a ver el sol. Jacob y yo estaríamos juntos para siempre. Hoy remataría ese beso y
sonrió. sería su chica de todas, todas. Una sonrisa tonta curvó mis labios. Di la vuelta para
- Jacob te gusta mucho, ¿no? – me preguntó de repente, ya relajado. Mi cara sufrió otro ponerme boca arriba, me estiré y me levanté de un brinco. Dancé hacia el vestidor.
baño de sangre. - A ver…, qué me pongo hoy… - murmuré con voz alegre. Cogí mi blusa favorita, esa azul
- Sí – reconocí tímidamente, mirando a nuestros pies. Mi abuelo se rió entre dientes. claro que le encantaba a Jacob, unos vaqueros ajustados y una chaqueta azul marino. Abrí
- ¿Y estáis juntos? Me quedé un poco pensativa. ¿Lo estábamos? Bueno, después de ese el cajón de la ropa interior para tomar uno de mis conjuntos y salí del cuartito,
corto beso, era una tontería negar la evidencia de mi rendición. canturreando, para dirigirme al baño. Después de darme una relajante y cantarina ducha,
- Sí – asentí con una sonrisa tonta mientras seguía mirando al suelo. me vestí y me desenredé el pelo.
- Bueno, supongo que esto ya se veía venir, siempre habéis sido inseparables. Me alegro – - ¡Rosalie! – voceé, asomando la cabeza por la puerta del baño -. ¡Rose! Quería que me
declaró, sonriente -. Jacob es el hijo de mi mejor amigo, para mí es como un sobrino, casi peinara y me dejara el pelo perfecto para esta tarde.
un hijo. Es un gran chico – de pronto, su rostro cambió -. Aunque un poco avispado, por lo - ¡Rose! – volví a gritar. Resoplé al ver que no venía y me encaminé hacia las escaleras
que veo. Tu padre tenía razón cuando me dijo que lo tuviera vigilado. El aire se me salió para bajar al salón. El único que estaba allí era Nahuel, que estaba sentado en el sofá,
audiblemente de los pulmones. leyendo el periódico.
- ¿Papá te dijo que lo vigilaras? – quise saber, indignada. - Buenos días – me saludó, un tanto serio.
- Y creo que hizo bien – afirmó, más serio. En ese momento, la que resopló fui yo. La - Buenos días. ¿Has visto a Rosalie por algún sitio? – le pregunté desde el primer peldaño
música dejó de sonar y Charlie me soltó. de la escalera.
- Tenemos que irnos – me anunció. - Tu familia no está. Hoy también se han ido de excursión.
- ¿Ya? Miré a Jake, que correspondió mi mirada y me hizo un gesto con la mano para que - ¿De excursión? ¿Otra vez? – interrogué, extrañada. Qué raro. ¿Dos días seguidos de
me acercara. Pero en cuanto di un paso, otra vez fue rodeado por la masa de chicas excursión? ¿Y por qué no me habían dicho nada, ni se habían llevado a Nahuel? Suspiré
desesperadas por tener suerte en el amor. Y yo también me quedé desesperada, porque me audiblemente, enfadada. Ya lo entendía. Esto debía de ser alguna treta para que me quedara
parecía que no iba a tener la suerte de poder terminar ese beso. a solas con él. Ya era el colmo. Pues yo no tenía ninguna intención de darle baza, y menos
después de lo que me había dicho ayer y de su comportamiento obcecado. Me di la vuelta y parecía guapo en aquel entonces. Jacob, le dije. Fue mi primera palabra, pero la pronuncié
subí hasta mi dormitorio para hacer la cama. Después, me metí en el baño y empecé a a la perfección, llevaba mucho tiempo queriendo decirla. Bajó el rostro y me miró
secarme el pelo con el secador. Opté por secármelo agachando la cabeza, era más rápido. sorprendido, no se lo creía. ¿Qué has dicho?, me preguntó. Jacob, le repetí. Se emocionó y
Tenía demasiado pelo y no tenía la habilidad de Rose, si no lo hacía así, tardaría la mañana me levantó con los brazos mientras nos reíamos los dos y yo pataleaba entusiasmada en el
entera y no tenía tanta paciencia. Me doblé hacia delante y comencé a pasar el aire caliente aire. Luego, me dijo que tenía que ser un secreto, nuestro pequeño secreto, que tenía que
del secador por todo el cabello, dejando que se secara y tomara forma libremente. A aprender a decir mamá, para que ella creyera que era mi primera palabra y no se disgustara.
medida que lo secaba, iban apareciendo mis suaves rizos. Cuando me cansé y me parecía Así que se pasó toda la tarde repitiéndome mamá hasta que supe decirla bien – me reí al
que estaba suficientemente seco, me incorporé con un solo movimiento, llevando toda mi evocar la escena -. Sí, creo que me gusta desde siempre.
melena hacia atrás. La pulsera vibró fuerte casi a la vez. Pegué un bote del susto al ver a - ¿Pasó algo esta noche? – me preguntó, cambiando el ambiente por completo. La pulsera
Nahuel apoyado en la puerta del baño, mirándome. Tenía una mirada extraña. empezó a vibrar fuerte de nuevo.
- ¿Qué haces ahí? Me has asustado. - ¿Cómo? – entrecerré los ojos, confusa por su giro de conducta. ¿Qué era esto? Parecía el
- Has quedado con él, ¿no? – me preguntó de repente. Parecía irritado. La pulsera seguía Dr. Jekyll y Mr. Hide.
vibrando. - Bueno, he notado un cambio de actitud en ti con respecto a él, en comparación con ayer.
- Eso no es de tu incumbencia – le respondí, molesta por su actitud. Esta mañana te has levantado muy contenta – me dijo con un aire crítico.
- Por supuesto que lo es – me contradijo, indignado -. No me gusta que mi futura esposa… - Pues sí – le confesé, harta de sus giros de humor -. Y sí, estoy muy contenta por ello.
- Espera, espera – le corté, enojada -. Creí que ayer había quedado claro que no me voy a ir Jacob y yo…
contigo, y mucho menos casarme. - Jacob no es bueno para ti – me interrumpió con brusquedad -. En cambio, yo sí. No me
- Eso todavía está por ver – afirmó, para mi incrédulo asombro. ¿Qué le pasaba? ¿Estaba gustaba nada su tono, además mi aro vibraba, nervioso.
sordo o qué? - ¿Qué quieres decir? – le pregunté, enfadada por ese comentario.
- No hay nada que ver – le repliqué, cabreada y con seguridad. Ya me estaba molestando de - Él y tú sois de especies diferentes, por mucho que diga Carlisle – empecé a quedarme
verdad su terquedad -. No me voy a marchar contigo. No me voy a casar contigo, ¿te ha atónita conforme hablaba -. Tú eres un semivampiro y él…, bueno, él es un perro – dijo
quedado claro? – le reiteré, matizando las negaciones. Cogí el peine y empecé a pasármelo con cara de repulsión -. ¿Cómo vas a…? – hizo otra mueca de hastío -. Lo natural es que
por el pelo, airada. Mi aro de cuero rojizo seguía vibrando, cosa que no me gustaba nada. estés con otro semivampiro, hay que seguir el curso de la naturaleza. No puedes estar con
Eso significaba que Nahuel iba a seguir insistiendo. un animal, es asqueroso...
- No me gusta que salgas con otro, y menos con él – soltó por esa boquita. Expiré con - ¡Retira lo que has dicho! – espeté con rabia.
incredulidad por lo que mis oídos estaban escuchando. ¿Quién se creía que era, mi novio? - ¿Cómo? ¿Es que no quieres escuchar la verdad? – soltó, mordaz.
¿Cuándo le había dicho yo eso? Era increíble. - Jacob no es un perro – escupí, apretando los dientes -, pero si lo fuera, lo preferiría mucho
- ¿Otro? – me giré, enfadada, y le miré fijamente a los ojos con contundencia -. El antes que a ti.
único otro que hay aquí eres tú. Y yo puedo salir con quien quiera. Es más, creo que tú y yo - ¡Qué dices, insensata! – bufó, furioso, agarrándome por los brazos.
no vamos a quedar más, visto lo visto. De pronto, su semblante cambió. - ¡Suéltame! – gruñí con cólera retenida, clavándole mis ojos amenazadores en los suyos.
- Perdona, no quería parecer impertinente – dijo, ahora con voz arrepentida. Fruncí el ceño, Ya notaba el calor recorriendo mi espalda y mis manos temblorosas. Me soltó al percatarse
confusa por su repentino cambio de humor. de mi inminente y más que posible cambio de estado.
- Pues lo has sido, y mucho – le reproché. - Soy un semivampiro metamorfo, como puedes ver – le indiqué, por si no le había
- Perdóname – repitió. Le observé durante un instante, parecía arrepentido de verdad. quedado claro -. Y Jacob es un metamorfo, no somos diferentes en absoluto. Más bien todo
Incluso la pulsera dejó de vibrar. lo contrario. Estamos hechos el uno para el otro.
- Está bien – suspiré finalmente. Me miré en el espejo para seguir peinándome. - ¡No! – gritó, negándolo con la cabeza. Me volvió a agarrar de los brazos y me arrimó a él
- ¿Puedo hacerte una pregunta? – inquirió con voz tranquila. -. ¡Eres como yo! ¡Tienes que ser mía, llevo muchos años esperando a una semivampiro
- Depende – señalé. que no fuera mi hermana! ¡Ahora que te he encontrado, no pienso irme con las manos
- ¿Te gusta desde siempre? Me giré para observarle otra vez. Mi aro no me avisaba de nada vacías!
y su rostro parecía pacífico y sosegado. - ¡No me toques! – le chillé, empujándole contra la pared -. ¡Nunca seré tuya! ¡Yo siempre
- Solamente te voy a contar una cosa – me apoyé en la pared y comencé a hablar con calma seré de Jacob! ¡Solamente de Jacob!
-. Era muy pequeñita, todavía no hablaba, pero lo recuerdo muy bien. Jake me había - ¿Ah, sí? ¿Y crees que Jacob es sólo tuyo? – cuestionó con voz incisiva -. ¡Pobre infeliz!
llevado al bosque para enseñarme las flores y las ardillas, me encantaba verlas correteando - ¿Qué? – exclamé sin entender.
por los árboles. Estaba sentada en su regazo, en nuestro tronco, observando una. No sé por - ¿Por qué crees que Jacob se imprimó de ti, Renesmee? – siguió con la misma entonación
qué, me quedé mirándole fijamente y ya no le hice caso a la ardilla. Yo creo que ya me -. ¿Por qué crees que estaba aquí el día en que naciste? ¿Quieres saber la verdad? Apuesto a
que tu querido perro no te la ha contado. levantarse del sofá.
- ¡¿Qué estás diciendo?! – quise saber, muy irritada. - ¿Te apetece un oso? – le preguntó -. Con tanto ajetreo, estoy muerta de hambre.
- Tu perro estaba enamorado de tu madre – espetó con ferocidad. Las palabras hicieron eco - Sí, vamos – contestó él todo sonriente. Antes de que me diera tiempo a pestañear, salieron
en mi cerebro, rebotaron en las paredes de mi cabeza y retumbaron para volver a repetirse volando de la casa. Nahuel se levantó para hablarme otra vez, pero no le di oportunidad.
con furia. Mi corazón se quedó petrificado y me quedé paralizada en el sitio sin poder Me di la vuelta con rapidez y subí las escaleras corriendo hacia mi dormitorio. Cerré la
reaccionar. Nahuel se dio cuenta de mi expresión horrorizada y siguió su cruel discurso. puerta de un portazo y caminé nerviosamente por la habitación. No puede ser verdad, no
- En realidad, los dos estaban enamorados. Tu madre también estaba enamorada de él, pero puede ser verdad, me repetía en mi mente una y otra vez. Quería creer que eran trucos
lo estaba más de tu padre y al final escogió a este último. Cuando se casaron y Jacob se sucios de Nahuel, oscuras argucias para que me olvidara de Jacob. No obstante, mi cerebro
enteró de que tu madre estaba embarazada, se puso como loco. Vino para acabar con todos, seguía encajando cosas, sobretodo respecto a mi madre. Si era cierto que habían
incluida tú - mi semblante se iba tornando agónico conforme escuchaba su alocución y mi estado enamorados - tan sólo pensar en la palabra, ya me hacía daño -, ¿podía ser que
corazón se retorcía como si alguien intentara arrancármelo de cuajo -. Si no os mató, fue siguieran estándolo? Me llevé la mano al pecho. No, Jacob no. Él me quería. Me había
por proteger a tu madre de la otra manada, que querían acabar con ella por estar besado esa misma noche, y había sido tan mágico. Además, nunca le había visto mirando a
embarazada de ti. Cuando naciste y te vio, se imprimó de ti, pero sólo lo hizo porque te mi madre de otra forma que no fuera como a una hermana. Sin embargo, ella…
parecías mucho a Bella. Tus ojos son iguales a los de ella cuando era humana. Él sigue Recordé la forma en que le había mirado aquella noche en el bosque y el calor empezó a
enamorado de ella, y tu madre también lo está de él. Sin embargo, tu madre nunca dejará a subirme por la espalda. No había otra explicación. Ahora lo veía todo claro, todo cuadraba,
tu padre, éste siempre estará por encima de él. Por eso Jacob está contigo, le recuerdas a tu como las piezas de un puzzle. Se había arrimado demasiado a él, le había tocado y mirado
madre, es una forma de estar con ella. Todo mi cuerpo, incluida mi mente, se quedó en con anhelo. Un anhelo oculto y de añoranza. No había sido un brote tonto de celos míos, no
estado de shock y mudo, completamente vacío. En cambio, mi pulsera parecía que gritaba. había entendido mal su frase. Yo le había advertido que era mío y ella respondió con un
- Mientes – murmuré, intentando convencerme a mí misma de que eso era una horrible arrebato, se le había escapado. Te equivocas, me contestó. Sí, lo quería para ella. La que
mentira. tenía celos era ella. Por supuesto que no iba a dejar a mi padre, estaba demasiado
- Alice me lo dijo cuando vinieron a buscarnos hace seis años. Yo no entendía por qué se enamorada de él, pero todavía seguía estándolo de Jacob también. No había podido
había imprimado de ti uno de los enormes lobos que iban a estar en el claro con nosotros y olvidarse de él del todo. Por eso no soportaba verle conmigo. Por eso aparecía
ella me lo contó todo. Pregúntale a ella, si quieres – explicó, tajante. continuamente, en los momentos más oportunos. No era por casualidad. Nos espiaba.
No hubiera dudado nunca, sin embargo, había cosas que sí me encajaban y eso no hacía Me acordé además del episodio de la pulsera. Cómo me encajaba todo ahora. Apreté los
otra cosa que abrumarme más. Empecé a pasear, inquieta, metiendo los dedos entre el pelo. puños con fuerza. Le había enseñado las imágenes de mi mente y eso la había vuelto loca.
Mis ojos bajaron al suelo, confusos y dolidos, buscando una respuesta, una salida que no No era porque le preocupara mi abrupto paso de niña a mujer, era porque estaba celosa de
encontraban. mí. No soportaba que yo deseara a Jacob, que pudiera tocarle o besarle, que pudiera
- Todos los perros son fieles a su primer amo – apostilló con arrogancia -. Abre los ojos de tenerle. Por eso mi pulsera había vibrado primero fuerte y explotado después. Me había
una vez, Renesmee. Puede que tú le gustes, pero ellos siguen enamorados. Siempre que estado avisando todo este tiempo y yo no había entendido bien su mensaje. No quería
Bella quiera, él correrá a sus brazos. Mi cabeza y mi corazón ya no aguantaban más. alejarnos porque no aceptara que ya no fuera una niña, quería separarnos porque no
- ¡Cállate! – le grité a la vez que me llevaba las manos a los oídos. En ese momento, la aguantaba que yo estuviera con él. No estaba celosa de Jacob, estaba celosa de mí. El Viejo
puerta del salón se abrió y un jaleo de voces invadió la casa. Salí del baño a toda velocidad, Quil lo había dicho muy claro. La pulsera vibraba fuerte para avisar de que había algo o
empujando con el codo a Nahuel para que me dejara pasar, y bajé hasta el salón. Busqué a alguien que nos quería separar, y lo hacía impetuosamente, descargando su energía, cuando
Alice con la mirada, pero no estaba. Solamente se encontraba Emmett, que estaba sentado ya se convertía en un peligro inminente. La pulsera nunca se equivocaba. Mi aro de cuero
en el sofá. también había vibrado la noche en que le confesé que quería a Jacob. Me llevé la mano a la
- ¿Dónde está Alice? – le pregunté con nerviosismo. Nahuel apareció por las escaleras y se cabeza, exhalando enfadada. ¡Qué estúpida había sido! Apoyé las manos en el escritorio y
dirigió hasta el sillón contiguo para sentarse tan tranquilo a leer el periódico. Rechiné los arrugué unos folios al recordar la conversación que habíamos tenido. Por supuesto, mi
dientes con rabia al ver otra vez al Dr. Jekyll. Menudo hipócrita. madre tenía razón en todo lo que me había dicho, pero lo que no me gustaba nada era el
- Se ha ido con Jasper… de compras – me contestó. Se quedó mirándome, extrañado -. ¿Te trasfondo de sus palabras, el por qué me lo había dicho. Podía haberse alegrado y ya estaba.
pasa algo? Podía haberme dado ánimos, decirme que se alegraba por mí, decirme que yo era buena
- ¿Eh? No, no. ¿Y mis padres? para él, aunque me hubiera avisado de todo eso de la imprimación de Jacob y lo que
- Tu padre está con Carlisle en… - se paró a pensar durante una fracción de segundo -, suponía. O podía no haberse metido en nada y respetar el curso de las cosas, igual que
siguen de excursión. Esme está en su habitación y tu madre se fue a la cabaña, tenía cosas hacía mi padre. Jacob es una de las personas más importantes para mí, me había dicho.
que hacer. Me mordí el labio. ¿Y si se lo preguntaba a Emmett? Él tenía que saber algo. Rechiné los dientes con rabia. Y tanto que lo era.
Abrí la boca y Rosalie apareció de la nada para agarrar a su novio del brazo, obligándole a Agarré los folios y los lancé, furiosa, esparciéndolos por toda la habitación. ¿Cómo había
sido tan tonta y no haberme dado cuenta antes? Me senté en el suelo, rendida, y apoyé la de la esfera al estrellarse y romperse en pedazos me pareció ensordecedor. El agua de su
espalda en el escritorio. Me eché a llorar sin control, hundiendo mi rostro en los brazos. interior y los cristales se desparramaron por la superficie del forjado y la figurita se quedó
¿Por qué me hacía esto mi madre? Era mi madre, sabía que ella me quería. Tendría que sobre la superficie, sola, vacía, sin nieve. Me pegué a la ventana para ver mejor. Mi
haber otra explicación, pero no encontraba ninguna. Y el hecho de que fuera ella, mi propia respiración era tan agitada, que mi aliento empañaba el cristal. ¿Qué estaba pasando? No
madre, hacía que me doliera mucho más. Podía soportar que hubieran estado enamorados, conseguía ver bien. Me desplacé con inquietud a la esquina de la cristalera para ver desde
podía entenderlo, después de todo, eso era el pasado y ahora las cosas eran bien distintas. otro ángulo, sin embargo, no se podía ver nada. Sólo hojas, ramas y más vegetación. En ese
Sin embargo, que ella siguiera enamorada de él ahora y, además, estándolo también de mi momento, una pequeña brisa movió las copas de los árboles y conseguí ver algo. Era parte
padre, al cual no iba a dejar ni muerta, no lo comprendía. ¿Qué quería de Jacob, si no se iba de la espalda desnuda de Jacob y, sobre su hombro, la mano de mi madre. El viento colocó
a separar de mi padre jamás? Y pobre papá. ¿Sabría él algo de esto? Con lo bueno que era, de nuevo las hojas y la vista se tapó otra vez. Me caí sentada en el suelo, junto a la ventana,
seguro que lo pasaría por alto con tal de que ella fuera feliz. ¿Se podía querer a dos llevándome la mano al estómago de los brutales pinchazos que me daban. Esto no podía
personas a la vez? A mí me parecía imposible, yo solamente tenía ojos para Jacob. Abrí el estar pasando, no podía ser verdad. Jacob no… El destino no podía ser tan cruel conmigo.
cajón del escritorio que tenía a mi lado y saqué el guardapelo dorado que mi madre me
había regalado cuando era pequeña. Jacob y yo teníamos que huir y me lo había dado para FRÍO
que tuviera un recuerdo de ellos. Más que mi propia vida, rezaba en francés. Me quedé
mirándolo un buen rato, observando la foto de su interior en la que salía junto a mis padres. Mi rostro se volvió a girar hacia la ventana. Me levanté de sopetón cuando vi que Jacob se
Entonces, me di cuenta de una cosa, al recordar algo. Algo que ella me repetía hasta la dirigía a la casa mientras se iba poniendo la camiseta por el camino. Paseé, histérica, por la
saciedad. Mi madre me quería, yo era lo primero para ella. Sí, mi madre nos espiaba y habitación. ¿Qué iba a hacer? ¿Cómo iba a reaccionar? ¿Qué había pasado? Ni siquiera
aparecía de repente, no podía evitarlo, tal vez sus celos eran demasiado fuertes, pero al sabía a ciencia cierta lo que había pasado. Estaba muy confusa y aturdida. Alguien picó a la
final siempre había ese matiz de sincero arrepentimiento en sus ojos dorados. Lo último puerta y pegué un bote del sobresalto. Esme asomó la cabeza por la abertura.
que haría sería hacerme daño, sin embargo, sabía que me lo podía hacer si me alejaba de - Hola, cielo. He oído un ruido – sus ojos bajaron hasta el suelo -. ¿Qué ha pasado? –
Jacob, por eso se sentía fatal después de hacer esas apariciones o discutir conmigo. Esto era preguntó al ver los folios tirados y la bola de agua rota.
un shock para mí, pero tampoco debía de ser fácil ni plato de buen gusto sentirse celosa de - Na-nada – tartamudeé, llevándome la mano al pelo, nerviosa. Jacob iba a subir y yo no
tu propia hija sin poder evitarlo. También amaba a mi padre por encima de todas las cosas, sabía cómo iba a responder -. Se me cayó la bola al suelo y se rompió.
más que a su propia vida, de hecho, la había sacrificado para estar con él toda la eternidad. - Bueno, no tiene importancia, sólo era un souvenir. No te preocupes, te lo recogeré en un
Debía de estar pasándolo muy mal por esos sentimientos, debía de estar muy confusa. momento. ¡No! Podía escuchar a Jacob entrando por la puerta. Esme tenía que salir de allí
Aunque yo seguía sin comprender qué pretendía. ya.
Me puse en pie, un poco más tranquila, y guardé el medallón en el cajón. Cogí la bola de - Déjalo, abuela – le dije, empujándola lo más suave que pude hacia la salida -. Ya lo hago
agua que Carlisle y Esme me habían traído de París. Dentro, había una réplica de la Torre yo luego.
Eiffel en miniatura. La agité y las pequeñas bolitas blancas se revolvieron en el líquido, - Bueno, de acuerdo – contestó, algo extrañada. Cerré la puerta y resoplé. Abrí para
cayendo sobre la figurita como si fuera nieve. Me acerqué a la cristalera para observar el asegurarme de que se había ido, así era. Escuché su voz en el salón, estaba hablando con
frondoso bosque. ¿Qué iba a hacer a partir de ahora? ¿Debería hablar con mi madre? Eso Jacob. Salí de mi cuarto y me encerré en el baño. Abrí el grifo y me lavé la cara.
sería lo mejor, Jacob y yo íbamos a estar juntos y ella tendría que aceptarlo. Ella tendría Necesitaba un poco de frescor en mi rostro para aclararme las ideas. ¿Qué había pasado?
que olvidarse de Jacob para siempre. Y yo tendría que hacerlo con mucho tacto, tampoco ¿Podía ser que Jacob también siguiera…? Mi estómago sufrió un pinchazo de nuevo, mi
quería hacerla daño, aunque aún me sentía dolida y un poco consternada. Esto era tan mente no quería ni pronunciar la palabra.
difícil y extraño. Le di otra vuelta a la bola y la puse al trasluz para mirar el contraste de - Nessie – oí que me llamaba desde el pasillo. Parecía muy contento, demasiado -. ¿Dónde
reflejos que pasaban a través del cristal de la esfera. estás?
Mientras miraba cómo caían las bolitas, un movimiento captó mi atención en el bosque. - E-estoy en el baño – tartamudeé otra vez. Ni siquiera sé cómo pudo salirme la voz, del
Allí, no muy lejos, vi a mi madre. Paseaba nerviosamente de aquí para allá. Se paró al ver nudo que tenía en la tráquea.
algo y caminó hacia atrás, quedando oculta entre unos árboles que no me dejaban observar - Ah, te espero en tu habita… ¿Qué ha pasado aquí?
bien debido a sus copas. El coche de Jacob apareció y aparcó delante de la casa, mi corazón - ¡No! – exclamé, nerviosa, con las manos entre mi pelo una vez más -. Espérame en el
sufrió una descarga eléctrica. Salió del vehículo y se dirigía veloz en dirección al porche, salón, ya bajo yo ahora.
pero, entonces, se detuvo y se giró a mirar a donde estaba mi madre. Ella le había llamado. - Bueno, vale. Pero no tardes mucho. Esme se ha ido al despacho de Carlisle y no me
Estaba esperando por él. Jacob caminó hacia allí. No podía ver del todo, por culpa de esas apetece estar con esa garrapata a solas.
dichosas hojas y ramas. De pronto, mi corazón sufrió la caída de un rayo y la bola se me - Sí, no te preocupes. Escuché sus pasos por el pasillo y por las escaleras.
resbaló al suelo cuando vi que él se quitaba la camiseta y se acercaba a ella. El estruendo Me miré en el espejo sin fijarme en nada en particular y me volví a lavar la cara. Estaba tan
desconcertada, tan confusa, con tantos sentimientos embarullados, que no sabía qué hacer. cogí y esperé. Levantó la defensa y nos dirigimos a la parte trasera del coche. Me quité la
Me sequé el rostro, respiré hondo y salí del baño para bajar al salón. chaqueta y empezamos a trabajar. Esto no lo había hecho nunca, no obstante, se nos daba
Nahuel estaba en el sofá, seguía leyendo el periódico, mientras que Jake me esperaba en la muy bien hacer las cosas juntos, siempre nos compenetrábamos a la perfección. Parecíamos
puerta de la entrada. un equipo mecánico de Fórmula 1 en los boxes, todo lo hacíamos con rapidez y solvencia.
- ¿Ya estás? – me preguntó con sus ojos centelleantes. La verdad es que él parecía muy Con sólo mirarle, ya sabía lo que quería y cómo lo quería. Por eso le encantaba trabajar
tranquilo, aunque muy emocionado. ¿Sería por mí o… por mi madre? conmigo, además de que nos lo pasábamos muy bien. Sin embargo, en esta ocasión mi
- Sí – murmuré, confundida. Jake me dio un efusivo abrazo, me cogió de la mano con una diversión se vio muy empañada. Mi cabeza no hacía más que darme vueltas, no sé ni cómo
expresión triunfante y, sin dirigirle ni una palabra a Nahuel, salimos de la casa. Me condujo pude ayudarle. En poco tiempo, teníamos la defensa colocada.
a donde tenía el Golf estacionado y nos subimos.
- ¿Te apetece que vayamos a La Push? – me preguntó, poniendo el coche en marcha. - ¡Ha quedado genial! – exclamó, elevándome los pies del suelo con un abrazo de oso -.
- Sí, vale – acepté, aún hecha un lío. ¡Somos unas máquinas!
- Genial, así me ayudarás en el garaje – dijo, sonriéndome -. Tengo una defensa nueva y se - Sí – contesté, riéndome por su contagioso entusiasmo. Me dejó en el suelo y me arrimó a
la quiero poner hoy al coche. Es lo único que me queda para que mi Golf quede perfecto él. Mi corazón empezó a latir como loco cuando acercó su rostro al mío y me clavó sus
otra vez. Su maravillosa sonrisa también parecía sincera. Encendí el estéreo y puse algo de intensos ojazos negros. La pulsera empezó a hacer de las suyas.
música mientras le miraba de reojo. Parecía tan contento…, como si antes no hubiera - Hacemos un buen equipo, ¿no crees? – murmuró.
pasado nada malo. Estaba desconcertada y confusa. ¿Podía ser que me hubiera equivocado? - Sí – admití con un murmullo.
Sin embargo, lo que había visto, lo había visto. Jake se había quitado la camiseta y la mano - ¿Has pensado en lo que pasó anoche? – me susurró en los labios -. Porque yo no he
de mi madre… Cerré los ojos y miré por la ventanilla. Lo mejor era que hablara con él, podido dormir, me moría por volver a verte… Sus labios comenzaron a buscar los míos. Y
seguro que había una explicación para todo. yo me moría por besarle de nuevo, por rematar ese beso, pero lo que tenía en mi cabeza
El vehículo se movía con velocidad por el sendero, tanto, que llegamos enseguida a la reclamaba urgencia.
carretera asfaltada. Jacob se conocía bien el trayecto. El parabrisas empezó a llenarse de - Sí, he pensado mucho - aparté la cara ligeramente y me separé de él sin brusquedad -. Y
gotitas que pronto se convirtieron en una avalancha de agua. quiero hablar contigo de una cosa.
- ¡Uf! ¡Cómo se ha puesto a llover! – exclamó, activando los limpiaparabrisas. - ¿Qué pasa? – inquirió, algo confuso por mi comportamiento. No sabía por dónde
- ¿Qué… qué tal el día? ¿Ha pasado algo… fuera de lo común? – interrogué para ver cómo empezar, así que lo mejor era ir al principio, al origen de mis conclusiones. Así, todo
reaccionaba. saldría rodado por mi boca.
- ¿Algo fuera de lo común? – Jake se rió -. Sí, bueno. Que esta mañana Rachel y Paul se - Creo que mi madre está celosa – le solté de sopetón.
han ido de luna de miel y por fín me quitaré a esa bestia de encima, aunque solamente sea - ¿Es que te preocupa eso? – preguntó, aún confundido -. No tienes por qué, acabará
una semana. ¡Menudo descanso! – exclamó, riéndose. aceptándolo. Estoy acostumbrado, ha tenido celos de mí desde que naciste. No me había
- ¿Y nada más? – azucé. entendido.
- ¿Te parece poco? – se rió de nuevo -. Esto debería celebrarlo. ¡Una semana sin Paul a la - No. Está celosa de mí – le aclaré.
vista! – se carcajeó con satisfacción. - ¿Celosa… de ti? – su expresión cambió de la confusión a la incredulidad -. Venga ya – se
- ¿No te has encontrado con nadie? – le pregunté con segundas para ver si lo pillaba. No lo rió, sentándose en el banco formado por cajas de refrescos. Su risa me ofendió un poco, yo
pilló. no le veía la gracia.
- Bueno, hoy no han venido vampiros. Ha sido una mañana bastante aburrida, la verdad – - Es verdad, he visto cómo nos mira cuando estamos juntos – tragué saliva y seguí
resopló, casi decepcionado. De pronto, su rostro se iluminó -. Pero tenías que haber visto lo hablando -. Creo que todavía siente… algo por ti – mi voz se fue quebrando a medida que
de hace dos días. ¡Buf! Vinieron una docena de vampiros. Sam y yo estábamos en el pronunciaba esas palabras –. Sé que…estabais… enamorados. Jake se quedó paralizado
bosque con nuestras manadas y tuvimos que llamarlos a todos para emplearnos a fondo. No durante un momento, su semblante sonriente fue cambiando progresivamente hasta
por nada, sino porque no queríamos correr riesgos, ya sabes – se encogió de hombros y quedarse con una expresión seria. Después, se levantó lentamente, clavándome la mirada
siguió con su relato. Ya no pude hablar, su historia me enganchó tanto, que cuando me di para estudiarme el rostro.
cuenta, llegamos a su casa y estábamos aparcando el coche en el garaje. - ¿Quién te ha contado eso? – preguntó en tono monocorde. Así que era cierto. Un balazo
- Bueno, ¿me ayudas a colocarle la defensa nueva al coche? – me preguntó, cerrando la helado atravesó mi corazón y éste se rompió en mil pedazos, igual que le había pasado a mi
puerta del vehículo. bola de agua al estrellarse contra el suelo.
- Sí, claro. Salí del Golf y me puse detrás de él mientras recogía la pieza del suelo. ¿Qué - Ella… estaba… enamorada de ti… - casi me lo afirmaba a mí misma.
debía hacer? Estaba tan nerviosa. Ni siquiera sabía por dónde empezar a preguntarle. - Eso fue hace mucho tiempo – me contestó con cautela.
- Toma, sujétame esto un momento – me dijo, pasándome una caja de herramientas. Se la - Y tú… también… lo estabas… de ella – ni siquiera quería pronunciar la
palabra enamorado. Mis dolidos ojos bajaron al suelo, buscando respuestas Ya la cortaría o la arrancaría después.
desesperadamente otra vez, y las piernas me empezaron a temblar levemente. Un pinchazo - ¡Nessie, espera! Empecé a divisar la playa y me dirigí hacia allí. No sabía a dónde iba,
agudo me atacó al estómago. Me quedé tan pálida, que Jacob se dio cuenta. pero tenía que huir. Huiría lejos, muy lejos. Nadie sabría de mí jamás, no volverían a
- Eso ya no importa. Ahora… – intentó cogerme la mano, pero la aparté con brusquedad. verme. Ahora la lluvia la sentía caliente al contacto con mi helado cuerpo. Estaba tan
- Os… queríais – le corté. La imagen de detrás de los árboles empezaba a aparecer nítida y gélido, que el frío ya formaba parte de mí. Incluso la arena mojada, que ya empezaba a
clara ante mis ojos. Apreté los dientes y mi voz empezó a adquirir una nota de rabia -. Los pisar, me parecía un suelo lleno de brasas. Oí a Jacob a unos pasos detrás de mí, me estaba
dos estabais… Y ahora… seguís… alcanzando.
- Estaba más enamorada de tu padre. Lo escogió a él – me habló nervioso, como intentando - ¡Nessie, te quiero! ¡Te quiero a ti, sólo a ti, siempre has sido tú! ¡Estoy enamorado de ti!
convencerme de algo –. Tenía que ser así, ¿entiendes? Las palabras fueron de un impacto tal, que fui reduciendo la velocidad hasta pararme por
- No – negué con la cabeza -, no lo entiendo – apreté los dientes de nuevo. completo en mitad de la húmeda y blanda playa. Él también se quedó quieto a mis
- Nessie, si no me hubiera enamorado de tu madre, no me habría imprimado de ti. Intentó espaldas. Parecían sinceras, ya que habían sonado cálidas cuando se metieron en mi oído,
que sus palabras sonaran dulces, pero se clavaron en mi pecho una por una, como si cada pero no me deje engañar. Sabía que no me las estaba diciendo a mí. Sólo estaba fingiendo.
una de ellas me hubiera dado una profunda puñalada en el corazón, produciéndome una Me volví hacia él con rapidez y le siseé con rabia.
enorme herida. El dolor era tan intenso, que me dejó sin respiración y no podía ni hablar. - ¡Mentiroso! – gruñí entre dientes.
No quería ni mirarle, me hacía daño. Me di la vuelta y salí disparada del garaje hacia el - ¡Es verdad y lo sabes! ¡Si no, ¿por qué te has detenido?! – gritó, enfadado. ¿Es que no iba
bosque, sin rumbo ni dirección. Lo hice tan deprisa, que las playeras se quedaron por el a parar de mentirme? ¿Por qué no me dejaba en paz, sola con mi dolor? La ira tomó mi
camino. La lluvia caía con una fuerza brutal, me golpeaba, casi pinchaba, y el viento de la mente y quería hablar por mí. Mi cuerpo se negaba a soltar aquellas palabras, ni pensarlas
carrera azotaba mi pelo, pegándolo a mi rostro, pero yo sólo quería correr. Quería correr podía, pero me obligué a decirlas aunque me arrancaran las cuerdas vocales a su paso y no
para borrar esa imagen que ya había empezado a formarse en mi mente y que no se íba. pudiera volver a hablar en la vida. Sin saber cómo, las escupí con los dientes apretados.
La herida era tan grande, que hubiera salido la sangre a borbotones, pero, en vez de eso, - Te odio, Jacob Black. ¡Te odio! Su rostro se llenó de furia y empezó a caminar hacia mí.
entraba frío por ella. Un frío que congelaba mi corazón y empezaba a extenderse por los Cuando dio la segunda zancada, empecé a girarme. Me iría corriendo para siempre y no le
demás órganos. Oí sus pasos corriendo detrás de mí y aceleré. Él también lo hizo. volvería a ver jamás. Antes de que me diera tiempo a levantar el pie, me agarró de la
- ¡Nessie! ¡Nessie, espera! ¡No lo has entendido! ¡Ya no siento nada por ella! ¡Escúchame, muñeca y tiró hacia él, obligando a mi cuerpo a estamparse contra el suyo. Me sujetó la
por favor! ¡Deja que te lo explique! – gritó. Ya era demasiado tarde. Mi mente había cintura con una mano y la espalda con la otra, encarcelándome con sus enormes brazos
corrido una tupida cortina frente a mis ojos y ya no veía otra cosa. Lo único que veía era a para que no pudiera retroceder, y pegó sus labios a los míos sin que me diera tiempo a
mi madre y a Jacob juntos, abrazándose, besándose. El frío se apoderó de un ramalazo de reaccionar. Sus labios eran tan ardientes, que me abrasaban, pero los míos no hicieron
todo mi cuerpo, desde mi tronco hasta mi cabeza y mis miembros, como un latigazo, tan amago de apartarse de ellos. En vez de eso, mis brazos se lanzaron para rodear su cuello
helado, que parecía que quemaba y, aunque corría aún más rápido, la imagen no se iba. con una violencia inusitada y mis dedos se agarraron con avidez a su pelo mojado para
Podía sentir cómo mi parte de vampiro reclamaba su parte. Se hacía cada vez más fuerte. acercarle más a mí. Nuestros labios se movían juntos con ferocidad e intensidad mientras
Mi sangre se volvía gélida a cada instante, con cada latido de mi roto corazón. jadeábamos con la misma fuerza. Los suyos actuaban con furia, los míos con ira. Ira,
- ¡Nessie! La ira sustituyó al dolor. Así podía soportarlo mejor. Sentía odio. Odio por mi porque no me besaba a mí, quería besarla a ella, de ahí su enfado.
madre. No quería ni llamarla así. Porque tenía lo que yo más quería en el mundo. Sí, ahora Volví a ver la imagen de la cortina. Algo instintivo estalló celoso dentro de mí de repente.
lo sabía con certeza. Ya no había dudas. Yo amaba a Jacob, estaba locamente enamorada Un pensamiento, una certeza. La certeza de que él tenía que ser mío. No. Él era mío. ¡Mío,
de él, lo había estado desde que era una niña y lo estaría mi vida entera. Todas las neuronas mío, mío!, se repetía de manera enfermiza una y otra vez en mi cabeza. Estaba imprimado
de mi cerebro lo sabían. de mí, así que no lo dejaría para nadie. Podía tenerle, si quisiera. Podía pertenecerme. Pero
Pero el darme cuenta de eso sólo consiguió que el dolor resurgiera de nuevo, porque Jacob no así. Él tenía que amarme a mí. Tenía que corresponderme el beso a mí. Le obligaría, si
no podía ser mío. Nunca lo sería, porque él seguía enamorado de ella. Ella lo tenía. Volvió hacía falta. Seguí besándole con ira para llevar a cabo mi propósito. Se produjo un cambio
la intensa ira y un rugido retumbó en mi garganta al pensar esta última palabra, salió desde en mi cuerpo cuando algo caliente empezó a correr por mis venas. Me estremecí cuando lo
mi estómago hasta mi boca, raspándome la faringe y la lengua a su paso. Jacob me había sentí y, de pronto, helada como era mi piel en ese instante, tuve la sensación de que en
mentido todo el tiempo. No me quería a mí. Se había imprimado porque yo le recordaba a realidad tenía muchísimo frío. Sin embargo, ese calor no quemaba, me aliviaba. Sus labios
ella. Cuando me miraba a mí, la miraba a ella. Noté que la pulsera me llamaba. Otra vez. ya no se movían con furia, pero yo seguía viendo la imagen de la cortina delante de mis
Vibraba como nunca lo había hecho y ahora quemaba, ardía. Ardía como si fuera de fuego ojos y solamente ese calor la hacía vacilar. Anhelaba ese calor, lo quería, lo necesitaba, lo
y apretaba mi muñeca como si quisiera sujetarme. Intenté quitármela. El nudo parecía deseaba.
normal, sin embargo, fui incapaz de deshacerlo. Cuando tiraba de un extremo para Metí mi fría lengua en su boca, buscando con ansia algo más ardiente, y él no se opuso,
aflojarlo, el otro se apretaba solo, además, me quemaba los dedos. Lo dejé por imposible. sino que hizo lo mismo con la suya. Su lengua calentó la cavidad de mi boca y su aliento
abrasador se introdujo por mi laringe, llegando hasta mi estómago. Un gemido sordo salió tuviera celos al ver lo que podía haber sido suyo y no cogió. Paradojas de la vida, Jacob se
de mi garganta al notar el placentero calor. La cortina comenzaba a desvanecerse un poco. había convertido en su amor imposible al amar más a mi padre. Aunque escogió a este
Empecé a notar la calidez de su cuerpo adosado al mío. Bajé las manos hasta su cintura y último y ahora fuera la mujer más feliz del mundo, su amor imposible me lo había quedado
las metí por debajo de su camiseta empapada, las arrastré para tocar la piel de su espalda. yo.
Todo él estaba mojado, pero estaba muy caliente. Me pegué más a Jacob, apresándole con Seguí mirando la visión. Esta vez, me vi fuera del vientre. Mi padre me sujetaba para
mis manos, con tanto ímpetu, que le clavé las uñas sin darme cuenta. Aún así, no se movió llevarme a los brazos de mi madre. Por el camino, sentí el calor y vi al chico de la voz de
ni un centímetro. Metió sus manos bajo mi blusa y me estremecí cuando las deslizó con espaldas. Intenté cogerle el brazo para tocarle, pero no pude porque se apartó, tan sólo pude
suavidad, acariciando mi cintura y subiendo por mi espalda hasta que me apretó con fuerza inhalar su maravilloso olor. La visión volvió a cambiar de escena. Vi que estaba en brazos
contra él. Ya no había ni un milímetro entre nosotros, no podíamos estar más juntos. de Rosalie y que me elevaba por el aire. Me divertía, pero no era lo que buscaba, no era lo
El calor fue extendiéndose poco a poco, ganando la batalla al frío. Lo noté mezclándose que quería. Levanté la vista nada más detectar su efluvio, lo reconocí al instante, y, por fin,
con mi sangre, descongelándola, corriendo por mis venas, hasta que llegó al corazón, que le vi el rostro. Estaba agachado en las escaleras, preparado para saltar. Clavé la mirada en
era lo único que seguía helado. Mi corazón empezó a calentarse lentamente mientras nos él, en sus ojos. Esos ojos antes desconocidos que había anhelado ver desde el primer día en
seguíamos besando. Los labios de Jacob eran tan suaves como la noche anterior y se que escuché su voz y noté su calor. Sus grandes ojos negros me parecieron preciosos,
movían sin furia ninguna. No había rastro de ella. Ahora era otra cosa, algo muy cálido y brillantes, penetrantes y dulces al mismo tiempo. Él también se quedó mirándome y ya no
extremadamente placentero. La cortina empezó a ondularse, como queriendo abrirse. El pude apartar la vista. Quería que fuera mío, le amaba, lo sabía. Lo pensé con todas mis
calor llevaba algo consigo, un mensaje. Llevaba un sentimiento. Un sentimiento que era lo fuerzas.
único que podía curar a mi herido corazón. Eran los sentimientos de Jacob, lo que sentía De repente, vi con los ojos de Jacob. Vi cómo todas las cuerdas que lo ataban a este mundo
por mí. El calor se clavó en mi corazón, obligándole a sentir ese mensaje. La fina capa de - el amor por mi madre, el amor por Billy, el odio hacia sus enemigos, la manada, él mismo
hielo que quedaba se quebró y estalló en miles de cristales gracias al entendimiento. El - se cortaban y se elevaban por el aire como si fueran amarrados a muchos globos, y
sentimiento era amor. Amor verdadero. Jacob me amaba. Estaba imprimado, pero, además, quedaban flotando en el espacio. Vi cómo un montón de fuerzas, como un millón de cables
estaba enamorado de mí. De ti, repitió y recalcó el calor. En ese mismo instante, me di de acero, lo enganchaban a mí, haciéndole girar a mi alrededor como si yo fuera el centro
cuenta de que Jacob no era el que me correspondía el beso. Era yo la que le correspondía el de su universo. Y entonces, de pronto, vi cómo sucedía algo increíble, mágico y
suyo, porque había sido él el que lo había empezado. Retiré mis manos de su espalda y las maravilloso. Un clic se oyó en mi cabeza, como si este beso fuera la fuerza que girara la
subí a su cuello para abrazarle y acariciarle con deseo. Ahora nos besábamos con amor y llave que abría lo que había guardado estos años en mi corazón, y salieron todos esos
pasión. Esa energía mágica y hechizante que nos envolvía era intensísima. Nuestros labios sentimientos multiplicados infinitamente para mostrarse al fin ante mí. Vi cómo mis
se movían muy juntos, acompasados, entrelazados, sin errores ni dudas. Parecía que mi cuerdas también se habían soltado en aquel mismo instante en que miré sus ojos por vez
boca estuviera hecha para la suya, y viceversa. Mi cuerpo estaba invadido por las primera. Sentía su reclamo, quería hacerme suya. Vi cómo mis cables de acero se lanzaban
mariposas, que volaban histéricas, y ahora mi corazón latía con tanto furor, que mi pecho a él para engancharlo y yo también me ponía a girar a su alrededor. En ese momento, lo
palpitaba con cada acelerado latido. hacíamos los dos. Yo giraba a su alrededor y él, a su vez, al mío. Él también era el centro
La pulsera ya no me quemaba, dejó de vibrar y se aflojó. de mi universo. Dos constelaciones moviéndose unidas en un baile armónico, como si
La cortina de mis ojos se desvaneció y pude ver con suma claridad, con una vista cristalina, fueran una. Yo también me había imprimado, lo había estado toda mi vida, desde que le vi
la visión que mostraba al otro lado. Las imágenes se abrieron ante mí, retrocediendo en el por primera vez.
tiempo, como rebobinando hacia atrás a cámara rápida. Hasta que se pararon en una Abrí mis ojos llenos de lágrimas cuando se fue la visión y, a pesar de que mis labios no
escena. querían despegarse de los suyos, terminó el beso. Me perdí en sus profundos y brillantes
Era yo. Me vi a mí en el vientre de mi madre. Ella me daba cariño y calor acariciando su ojos negros y él en los míos. Nos quedamos mirándonos en silencio, con las frentes unidas.
barriga, pero, aún con todo, yo sentía frío. Me vi oyendo una voz cálida y ronca y cómo me Por su mirada lo supe. Mis pensamientos fueron de tal intensidad, los grité tan alto, que
hacía sentir. Mi corazón se aceleraba y se ponía como loco. Ya no tenía frío cuando esa voz esta vez no hizo falta el contacto de mi mano con su rostro, lo había visto todo con sólo
estaba cerca. La amaba, lo sabía. Tenía que ser mía. No, ya lo era. Era para mí. Vi cómo los rozarnos. Había visto cada uno de mis pensamientos y visiones desde que posó sus labios
sentimientos que mi madre tenía hacia esa voz pasaban a mí a través del conducto en los míos. Esto era un despertar. Mi despertar. Yo había estado dormida todos estos años
umbilical para albergarse en mi pecho y unirse a los míos. Ella parecía no quererlos, había y ahora me había despertado, había abierto los ojos y podía verlo todo con total lucidez.
escogido otros, y yo sí los quería, así que, en cierto modo, se los arrebaté, los hice míos Habíamos estado conectados toda la vida, los dos estábamos imprimados y nuestro amor
también. Yo amaba a esa voz y era mía. Guardé el resto de sentimientos que aún era era para siempre. Nuestro vínculo era infinitamente fuerte e irrompible, ya lo era incluso
incapaz de comprender bajo llave en mi pequeño corazón. Al ver esta imagen, desapareció antes de que yo naciera. Estábamos destinados, habíamos nacido para estar juntos. El uno
todo odio hacia ella, porque, sin darse cuenta, me había regalado lo mejor que existía en el había nacido para el otro, literalmente. Ambos nos pertenecíamos y nos amábamos, nadie
universo. Sólo sentía amor hacia mi madre, pero también pena. Pena, porque entendía que
nos separaría jamás. Susurramos nuestros nombres, maravillados por esta prodigiosa - Eso ya te digo que es imposible – afirmó con seguridad -. Tus padres están muy
revelación, y nos abrazamos, apretándonos con fuerza, bajo aquella intensa lluvia. enamorados. Tu madre está muy enamorada de tu padre.
- Sí, ya lo sé. Pero no se ha olvidado de ti del todo.
- Nessie, eso no…
NOTICIA - Mi pulsera vibra fuerte cuando ella se pone celosa – le corté con tranquilidad -. Mi
pulsera nunca falla. Jacob se quedó pensativo, sabía que eso era verdad.
Sí, sentada como las niñas grandes encima de Jacob, en el sofá de su casa, se estaba - No sé, yo no he notado nada – contestó con gesto extrañado.
comodísima. Y muy calentita. Mientras él me contaba y me explicaba todo lo que había - Cuando llegaste a casa, te vi desde la ventana – declaré -. Ella te estaba esperando en el
pasado años atrás con mi madre, nuestras ropas se secaban en la secadora del pequeño bosque – muy nerviosa, añadí en mi mente -, y después te llamó para que te acercaras.
cuarto de baño. Jacob se había cambiado y me había dejado unos pantalones de chándal y - Ah, sí – recordó.
una camiseta que me quedaban enormes, pero eran suyos y olían tan bien… - ¿Por qué te quitaste la camiseta? – quise saber, con el ceño un poco fruncido.
- Y eso es lo que pasó – dijo para concluir su explicación, metiéndome el pelo, todavía - ¿Cómo? – preguntó él sin comprender.
húmedo, detrás de las orejas -. Tu madre escogió a tu padre e hizo bien. Bueno, en realidad - Te acercaste a ella y te quitaste la camiseta. Observó mi expresión molesta y me sonrió
no lo escogió, porque tenía muy claro desde el principio con quién quería estar, yo no tenía con su sonrisa torcida, esa que me volvía loca.
nada que hacer. Pero tenía que ser así, ¿entiendes? Es el destino. Todo lo que hice me llevó - ¿Estás celosa? – agachó la cabeza y se empezó a reir. Cuando acabó, la levantó de nuevo
hasta ti. Por eso te dije que si no me hubiera enamorado de tu madre, no podría haberme para mirarme sonriente -. ¿Por eso te enfadaste tanto antes? ¿De verdad pensaste que yo y
imprimado de ti. No hubiera estado en tu casa para verte por primera vez y puede que tu madre…?
nunca nos hubiéramos encontrado. Las cosas tenían que suceder de ese modo para que tú y - Jake, hablo en serio – le corté, ahora enfadada. Suspiró con alegría.
yo termináramos juntos. Los dos hemos visto la prueba hoy – acercó su rostro al mío y me - Me estaba tomando medidas – respondió sin dejar de sonreír.
quedé sin respiración cuando clavó mis adorados y profundos ojos negros en los míos -. Ya - ¿Medidas? – inquirí, perpleja.
no siento nada por tu madre. Para mí es como mi hermana, la quiero igual que a Rachel o a - Rachel y Paul se han ido de luna de miel a México, y resulta que el inteligentísimo y
Rebecca, es el mismo sentimiento. Estoy más que enamorado de ti y tú eres lo que más me cultísimo de tu padre conoce un restaurante muy lujoso y guay allí – empezó a aclarar -. Tu
importa del mundo – me susurró. Sus labios y los míos se encontraron y se besaron con madre quería regalarles algo especial que ellos no se pudieran permitir, así que tus padres
efusividad. Me costó mucho, pero tenía que separarme de su boca para que la mía hablara. les han pagado una cena romántica a todo lujo para no sé qué día. Pero en ese restaurante
- Me lo tenías que haber contado antes – le regañé con un poso de reproche -. Nos no se puede entrar sin un traje de etiqueta y, como Paul no tiene y es imposible que
hubiéramos ahorrado esta mojadura – bromeé al final. encuentre uno de su talla en ninguna tienda, Bella lo va a encargar a un diseñador que
- Ya lo sé, pero no era fácil, ¿sabes? – me contestó con su tono burlón -. No es nada fácil conoce para mandárselo por correo urgente. Le corría prisa y Paul no estaba, así que me
coger a la chica que quieres que sea tu novia y decirle: “Hola, preciosa. Te quiero, estoy llamó y me dijo que me quitara la camiseta para tomarme unas medidas, quería hacerse una
locamente enamorado de ti. Ah, por cierto, primero estuve enamorado de tu madre”. idea y mandárselas hoy al modisto ese – se quedó mirándome con cierto aire triunfal.
- Dicho así, no, desde luego – me reí -. Hay otras formas de decirlo. Fruncí los labios, pensativa. Para tomar medidas, no hacía falta que se quitara la camiseta,
- Sí, sí, vale, lo siento – se rindió -. Tenía que habértelo contado antes, pero no encontraba no tenía por qué habérselo pedido. Y, además, a ella no le hacía falta medirle con un metro.
el momento ni la forma de decírtelo – entonces, me miró con preocupación -. ¿Me Suspiré para mis adentros. No quería pensar más en el tema, y tampoco estropear este
perdonas? momento tan dulce. Lo mejor era cambiar de conversación. Además, eso ya no importaba,
- No sé… - acerqué mi rostro al suyo y comencé a darle besos cortos que él correspondió por fin estábamos juntos y eso era lo importante.
de buena gana. Los besos pasaron a ser más largos y las mariposas de mi estómago - Así que se han ido a México – rodeé su cuello con mis brazos y me arrimé bien a él; esto
empezaron a agitarse de nuevo -. Sí, creo que te perdono… - ronroneé en sus labios, ya sin era el paraíso.
aire. Nos besamos durante un buen rato, hasta que los dos nos obligamos a separar nuestros - Pues sí. A Rachel le hacía mucha ilusión y Paul no le puede negar nada, ya sabes.
labios cuando la cosa comenzó a subir de tono. Billy estaba al llegar. Ambos respiramos - Sí, lo sé muy bien – afirmé con una abierta sonrisa. Jake me correspondió con otra.
hondo para recomponernos. - Todavía estoy flipando por lo de tu imprimación.
- Dime una cosa – murmuró, peinándome con los dedos -. Eso no te afectará, ¿verdad? - Ya ves, el Viejo Quil tenía razón en eso de nuestro vínculo. Por eso la pulsera vibraba
Quiero decir, que fue hace mucho tiempo y quiero que tengas muy, muy claro que ya no suave – manifesté, acariciando su frente con la mía -. Me estaba haciendo señales para que
siento nada por tu madre, sólo lo que te he dicho antes, que es como una hermana para mí. te besara y así me diera cuenta de que estaba imprimada de ti.
- No preocupes – le sonreí -. Sé que me dices la verdad. Sé que ya no la quieres en ese - Menos mal que soy un genio y creé una pulsera tan lista, porque si tengo que esperar a
sentido. Pero ella está celosa – le revelé, metiendo mis dedos entre su pelo, también que tú te lances… – bromeó.
húmedo, para acariciarle -. Mamá sí que siente algo por ti todavía – suspiré. - Muy gracioso – le contesté, pellizcándole la mejilla. Me quitó la mano y forcejeamos un
poco en broma mientras nos reíamos. Al final, mis manos terminaron apresadas en la parte contesté en mi mente. Papá suspiró, un tanto intranquilo, y asintió, serio.
trasera de mi cintura y Jacob me pegó a él. Nuestros rostros se quedaron juntos y mis Mamá se sentó en uno de los brazos del sillón pegado a nosotros, junto a mi padre, y éste le
mariposas volvieron a volar emocionadas. pasó el brazo por la cintura. Carlisle y Esme hicieron lo mismo en el otro sillón, donde
- Estos cuatro meses casi me vuelvo loco – me susurró en los labios -. Te he echado antes se había sentado Nahuel. Ahora éramos la comidilla de la casa.
muchísimo de menos. Su abrasador aliento ya se introducía por mi boca y mi respiración - Así que por fin sois novios – observó mi madre con una sonrisa. ¿Por fin? ¿Primero era
empezaba a acelerarse. que esperara y ahora era por fin? Mi padre me miró otra vez extrañado por mi pensamiento.
- Y yo a ti – confesé con un hilo de voz. ¡Ups! Tendría que tener cuidado delante de él con lo que pasaba por mi mente en relación
- Eso ya lo sabía – murmuró, sonriendo. Mis manos se soltaron de las suyas para regresar a al delicado tema de celos de mi madre.
su cuello. - Sí – reconocí abiertamente. Jacob y yo nos miramos sonrientes.
- Te quiero, Jake – susurré, rozando su boca con mis labios. Eso era decir poco, pero era la - ¿Qué ha pasado en esa boda? – preguntó ella, riéndose.
primera vez que se lo decía. - Lo que tenía que pasar. Nos besamos – contestó Jake sin cortarse un pelo. Mis mejillas se
- Te quiero, Nessie – me susurró también, besándome muy despacio. Otra vez estaba en el encendieron. ¿Realmente era necesario contarlo delante de todos? Me sentía como si
cielo, junto a las mariposas. La vuelta a casa se me hizo demasiado rápida, a pesar de que estuviéramos en uno de esos reality shows de la tele, sólo faltaban los vítores y los
Jake no pisó nada el acelerador para prolongar el viaje y estar más tiempo a solas conmigo. aplausos.
Jacob y yo entramos en la vivienda cogidos de la mano y saludamos como si nada. Pero no - ¡Ya era hora! – exclamó Em, carcajeándose. Bueno, estaba Emmett.
escapó a los ojos de nadie, y menos siendo vampiros, claro. Después de habernos visto - Pero lo fuerte ha pasado hoy – siguió Jake, haciendo caso omiso a la burla de mi tío.
durante estos meses agónicos de alejamiento, a ninguno de los allí presentes se le escapó - ¿Cómo que lo fuerte? – la cara de mi madre cambió de repente, casi parecía más pálida de
nuestro repentino apego y resplandor de felicidad. Nos sentamos en el sofá, donde, cómo lo normal.
no, se encontraba Emmett y su mando a distancia, Rosalie, Alice y Jasper. - No te asustes, ¿vale? No van por ahí los tiros – le aclaró él, antes de que empezara a
El primero en abrir la veda fue Emmett. ponerse histérica -. Lo fuerte es que ella también está imprimada de mí. Se hizo un corto
- Bueno, ¿ya es oficial? – preguntó con una sonrisa que se le iba a salir de la cara. Nahuel, silencio en el que todo el mundo parpadeó, perplejo y sorprendido. Al ver que nadie
que estaba sentado en el sillón contiguo a Jasper, se quedó mirando fijamente a Jacob, a la preguntaba, Jake siguió su explicación.
expectativa. Jake no dijo ni una palabra. Me agarró por la cintura y, pillándome totalmente - Lo descubrimos con el beso de hoy, que fue mucho más… - se paró a pensar dos
desprevenida, empezó a besarme delante de todos, aunque él sólo quería mostrárselo a segundos y me miró. Le hice una mueca para que no se pasase -, mucho más… largo –
Nahuel. Ni siquiera pude ponerme colorada. Todos mis sentidos estaban atontados por las suavizó -, y Nessie tuvo unas visiones que nos lo revelaron. Digo nos porque yo también
sensaciones que me producían sus labios y esa hechizante energía que siempre notaba las vi. El rostro de Jake era el vivo retrato de la satisfacción y la felicidad, con una motita
cuando nos mirábamos pero que ahora también sentía cuando nos besábamos, sólo que esta de orgullo personal. El mío iba a empezar a escupir lava de un momento a otro. Mamá me
era todavía más intensa. Hubo un carraspeo generalizado cuando el beso se prolongó miró atónita.
demasiado y no se terminaba. - ¿Estás… estás imprimada de Jacob? Aferré la mano de éste – cómo la había echado de
- Ya veo que sí – apuntó Emmett, riéndose. Jacob separó los labios de los míos y me miró, menos -, entrelacé sus dedos con los míos y me lancé, ya de tirados al río…
sonriendo con satisfacción. Después le dedicó una mirada orgullosa a Nahuel. - Sí – reconocí -. Sabía que lo que sentía por él era muy fuerte, pero no me di cuenta hasta
Éste se levantó airado y salió de la casa, enfadado. hoy de que era eso. Estoy imprimada de él desde el día en que nací y le vi por primera vez
- Adiós a la garrapata – soltó con regocijo, echándose sobre el respaldo con las manos en la – revelé con algo de timidez -. Bueno, en realidad, ya le quería cuando estaba en tu barriga.
nuca. No me preocupó nada que se fuera. Todo lo contrario. Después de cómo se había - ¿En mi barriga ya le querías? – mamá no daba crédito a lo que estaba escuchando, sin
comportado conmigo y de todas las cosas horribles que me había dicho sobre Jacob, embargo, y para mi asombro, parecía gratamente sorprendida.
debería de caerle la cara de vergüenza. Me reí para mis adentros con algo de malicia. El - ¿Quieres que te lo muestre? No sé cómo explicarlo con palabras. Le pregunté por si
tiro le había salido por la culata. Me recliné sobre el costado de Jacob y él me pasó el brazo acaso. Tampoco quería restregárselo, no dejaba de ser mi madre y la quería con locura.
por el hombro. Sabía que debía de tener un lío de sentimientos encontrados en la cabeza – por un lado, era
- Se ha ido el Dr. Jekyll – le dije a mi novio. Novio, qué bien sonaba. Se me escapó una feliz por mí, y por otro, estaba celosa -, lo tenía que estar pasando mal y me daba pena.
sonrisilla de felicidad. - Claro – aceptó, toda sonriente. Me despegué de Jake y ambas nos incorporamos para que
- ¿El Dr. Jekyll? – inquirió con un aire algo jocoso. Alice y Jasper me miraban sin pudiera ponerle la mano en la cara.
entender. Le mostré cuando notaba que ella acariciaba su vientre para darme cariño y calor, pero que
- Ya te lo explicaré – le cuchicheé al oído. yo seguía sintiendo frío. Entonces, oía la voz cálida de Jacob, ya no tenía frío y mi pequeño
- Y a mí también – intervino mi padre con el semblante extrañado por lo que había visto en corazón latía a mil por hora cuando estaba cerca. Ya le amaba, sabía que era mío. Omití
lo poco que yo había recordado, mientras se sentaba. Ya te lo contaré, pero ahora no, le ciertos detalles, no quería que viese todo lo que sabía sobre su amor imposible hacia Jake y
que se sintiese mal. Aparte de que mi padre también lo estaba viendo, claro. Por eso se la pasé, si no hubiera visto esa conexión entre ellos, esa especie de amor a
- Es increíble – exclamó papá, alucinado -. Es como ver una ecografía, pero en primera vista, no lo hubiera hecho, créeme – mamá asintió para tranquilizarla; tenía una de
movimiento, con sentimientos y sensaciones. esas sonrisas tontas cuando se escucha una historia bonita -. Además, la niña no paraba de
- Sí, es la primera vez que la veo en mi vientre – murmuró mamá, algo emocionada -. Qué llorar y yo no sabía qué hacer para que se callase; aparte de que el olor de tu sangre ya me
pequeñita eras. No sabía que ya sintieras todo eso – me dijo, acariciando mi mejilla. Sonreí estaba dominando otra vez y empecé a temer ser yo quien la hiciese daño.
al verla tan feliz y le cogí de la mano. ››Cuando Jacob la cogió, la niña dejó de llorar automáticamente. Se quedaron un rato
Seguí mi incursión mental, enseñándole el resto de mis visiones: cuando intenté tocar a mirándose atontados. Luego, ella le puso la manita en la cara y él se sorprendió, después se
Jacob y no pude, cuando estaba en los brazos de Rosalie y vi sus grandes e intensos ojos quedó más atontado todavía. Yo no entendía nada, todavía no sabía lo del don de Nessie.
negros por primera vez, la imprimación de Jake, hasta que terminé con la escena de la mía. Le debió de preguntar cómo se llamaba, porque él contestó: Jacob. No sé lo que le dijo
Yo giraba a su alrededor y él, a su vez, al mío. Mis padres sonrieron, sorprendidos y después, él le sonrió con su cara de idiota, se sentó y empezó a darle el biberón. Para mi
maravillados. No era lo mismo contarlo con palabras, que ver las imágenes y comprender asombro, la niña tragó como una loca y se lo terminó en poco tiempo. Vi que no había
los sentimientos. ningún peligro, así que me quedé un poco más tranquila y me marché volando de allí hacia
- No entendía muy bien cómo era esto de la imprimación, cómo ocurría y qué se sentía – el bosque, para saciar mi sed.
admitió mi padre, fascinado -. Es impresionante este nivel de conexión y adoración. ››A partir de ahí, ya sabéis el resto. No había forma de separarles, me era casi imposible
- Pues ahora ya lo sabes – le respondió Jake, sonriendo con satisfacción -. Y en nuestro estar con ella sin que él estuviera rondando alrededor – le dedicó una mirada de resquemor
caso es el doble. a Jacob y después sonrió al resto del público.
- ¡Yo quiero, yo quiero! – pidió Alice, dando palmaditas sin parar, de la emoción. - Me gustas – espetó Jacob.
Puse los ojos en blanco, preparándome para las reposiciones que tendría que hacer. Y así - ¿Qué? – bufó Rosalie con cara de asco. Jake puso los ojos en blanco.
fue. Tuve que ir uno por uno, mostrando el corto que mi mente ya había grabado. Empecé - Tú no, estúpida – replicó él con el mismo gesto -. Me gustas, eso fue lo que me dijo.
con Alice, pasando por Jasper, Carlisle, Esme, Emmett y terminé, al fin, con Rosalie. - ¿Te dije eso? – le pregunté, mirándole sonriente.
- Esto ya me lo temía. Ahora lo entiendo todo – suspiró esta última cuando retiré mi mano - Sí. Bueno, no con palabras, claro, no sabías hablar, pero me lo hiciste saber – me
de su rostro -. Yo ya sospechaba algo. respondió con otra sonrisa. Vaya, qué lanzada era yo entonces.
- ¿Tú? – cuestionó Jake -. Pero si tú no tienes ni idea de imprimaciones. Me senté junto a - Ahora comprendo la metamorfosis que sufrió Nessie cuando se formó el cigoto – habló
Jacob otra vez y nos cogimos de la mano. Carlisle, dirigiéndose a Jake -. Al final tenías razón, Jacob. Vuestro vínculo es tan fuerte,
- Ya lo sé, idiota – gruñó. Después, su rostro adquirió un tinte de petulancia -. No obstante, que la magia actuó y lo cambió todo.
sabía que había algo. - ¡Tachán! – exclamó Jacob, haciendo un gesto con los brazos -. ¡Magia de La Push!
- ¿Por qué lo dices? – quiso saber mi madre. - ¿Le ha pasado a alguien más? – inquirió mamá -. Quiero decir, que se hayan imprimado
- Yo fui la primera que lo vi todo – desveló mi tía. los dos.
- ¿Tú viste la imprimación de Renesmee? – le preguntó mamá. - No. Según mi viejo, es la primera vez que se da un caso como el nuestro – contestó él -.
- Más o menos. Cuando le estaba dando el biberón de sangre a Nessie, ella estaba bastante Tendremos que hacerle una visita al Viejo Quil para ver qué nos cuenta.
intranquila – empezó a explicar con una nota de resignación -. No lo tomaba bien, así que - Billy nos dijo que era una imprimación mutua o algo así – seguí yo. Todavía tenía
la levanté arriba y abajo varias veces para jugar un poco con ella, a ver si así se relajaba un grabado en la retina lo contentísimo que se había puesto cuando nos había visto juntos y se
poco – miró a Jacob y suspiró. lo habíamos contado hacía apenas un par de horas. Sólo le faltó saltar de la silla y ponerse a
››Entonces, en una de las veces que la levanté, la niña se quedó embobada mirando algo, bailar.
parecía maravillada, como si hubiera visto un diamante enorme y muy brillante. Me giré y - ¡Ua! ¡Vaya tapón! – gritó Emmett de repente.
vi que era él – señaló a Jacob con desdén -. Pensé que la reacción de Nessie se debía a la - Ponlo más alto, no se oye – protestó Jake, intentando cogerle el mando a distancia a mi
sed, que lo veía como un posible aperitivo, pues él estaba manchado con tu sangre por tío, cosa que era imposible. Em subió el volumen de la televisión para seguir viendo el
todas partes. Pero el muy tonto también la miraba de la misma forma y eso me chocó. Se partido de baloncesto. Al parecer, su nivel de atención hacia la conversación se había ido
acercó a ella sin dejar de mirarla y yo la aparté, no entendía nada, no sabía si la quería mermando a medida que avanzaba el juego.
hacer daño. En cambio, y para mi asombro, ella extendió sus bracitos hacia él y se me - ¿Cómo van? - ahora Jacob se le había unido.
revolvió un poco. Aún así, la mantuve alejada de él, seguía sin fiarme. - 57 a 60 – le contestó Emmett sin quitar ojo a la tele.
››Pero lo peor vino cuando él también los extendió hacia la niña. Nessie se puso a llorar - ¡Uf! Está muy ajustado. Jacob se inclinó hacia delante sin soltar mi mano para ver mejor
como una loca y empezó a agitar las piernecitas, desesperada, se inclinó con sus pequeños el partido, pero le pareció que estaba muy lejos de mí y volvió a apoyar la espalda en el
brazos abiertos para que la cogiera. En ese momento, me di cuenta de que había algo respaldo.
extraño, aunque no era malo, más bien al revés – miró a mi madre como defendiéndose -. - ¡Triple! – voceó Emmett, levantando los brazos en el aire.
- Mierda. Venga, venga – animó Jacob, como si los que salían jugando en la televisión me estaba esperando apoyado en su moto, con su camiseta marrón y sus pantalones
fueran a oírle. vaqueros cortos. Estaba tan guapo… Nada más verme, me enseñó su espléndida sonrisa.
- Acabaremos dándoos una paliza – se mofó Em. Ya no aguantaba más. Sin despedirme de mis amigas, salí disparada hacia él. Tuve que
- ¿Qué dices? Este año jugaremos los Playoffs - aseguró Jake. Emmett soltó una de esas frenarme para no correr como un semivampiro. Tiré mi mochila al suelo para abalanzar mis
carcajadas que retumbaban en toda la casa -. Ya lo verás. El que ríe el último, ríe mejor. brazos a su cuello y él me abrazó con vigor, apretándome contra su cuerpo. Nos
- ¿Quieres apostar? – le provocó mi tío. empezamos a besar con entusiasmo, habían pasado demasiadas horas sin vernos.
Me quedé mirándole embelesada durante su discusión de apuestas y baloncesto con Sus labios ya eran un afrodisíaco para mí, era imposible soltarlos. No podía creerme lo
Emmett. No me podía creer que por fin estuviéramos juntos, que pudiera coger su mano, tonta que había sido todos estos meses al evitarlos. Sólo sentir su tórrido aliento en mi
abrazarle y besarle siempre que quisiera, después de la agonía que había pasado. No boca, ya me hacía estremecer. Había desperdiciado mucho tiempo y me había perdido un
obstante, mi rostro de felicidad cambió cuando lo giré y pillé a mis padres observándome montón de besos. Bueno, todo era cuestión de recuperarlos…
con una expresión afligida, casi atormentada. Fue un instante, ya que sus semblantes se PELEA
transformaron inmediatamente y los dos me sonrieron con real regocijo. Sin embargo,
mamá seguía aferrando la mano de mi padre con fuerza. Mientras la señora Smith - Nessie… - me avisó entre susurros, sin dejar de besarme.
explicaba su larga y tediosa lección sobre la Guerra de la Independencia, yo pensaba en - ¿Qué…? – le contesté de igual modo. Apartó un poco su boca para hablar.
Jacob. Tenía unas ganas horribles de que sonara el último timbre para salir y lanzarme a - Tenemos que irnos.
sus brazos, y eso que acababa de estar con él. Lo malo es que todavía estaba en la primera - Espera un poco… – ronroneé, volviendo a sus labios.
clase. Suspiré y me dediqué a hacer garabatos en mi cuaderno. Helen me pasó una de sus - Ya no hay nadie… – murmuró. Abrí los ojos y me despegué de su boca. Pestañeé,
notitas, me la puso delante para que la viera bien, aunque ya me había percatado de sobra. atontada. ¿Ya estaba anocheciendo? ¿Tanto tiempo había pasado?
La abrí y leí: - ¿Cuánto llevamos aquí? – pregunté, sorprendida. A mí me habían parecido minutos, ni
Suspiros, suspiros y más suspiros. Bueno, ya me estás contando lo que ha pasado con Jacob siquiera había oído los coches de los demás estudiantes, pero ahora el instituto estaba vacío
este fin de semana. Y no me digas que nada, he visto cómo os besabais en el coche. Mi y ya era casi de noche. Para encima, con el beso, me había olvidado de Brenda por
rostro sufrió un tsunami de sangre. Cuando lo giré para mirarla, Helen tenía sus ojos completo y me había perdido su reacción.
dorados falsos clavados en mí, expectantes. Volví a suspirar, escribí en el mismo papel y se - No sé – se encogió de hombros, sonriente.
lo pasé. Está bien, Jacob y yo estamos juntos, ¿contenta? ¡Quiero que me lo cuentes todo! - Bueno, ahora ya no importa si nos quedamos un poco más, ¿no? – bisbiseé, besándole
¿Cómo fue? ¿Cuándo? ¿Es que terminasteis enrollándoos en la boda? Nos miramos y a las muy despacio.
dos se nos escapó una risilla tonta. Bueno, más o menos. El pase definitivo fue ayer. De - Si llegamos tarde, tu padre me va a matar… Pasé mis labios a su mandíbula y a su cuello.
tanto ver baloncesto el día anterior, ya se me había pegado algo. Ya verás cuando se entere - Podíamos ir a ese bosque… - le propuse, susurrándole al oído -. Allí estaremos a solas.
Brenda, ja, ja. No le digas nada. Podías darle una “sorpresita” al salir de clase. Me parecía Sabía que con él no iba a pasar ni una gota de frío, más bien todo lo contrario, que era lo
un poco maquiavélico, pero después de todo lo que se había alegrado cuando Jake y yo nos que yo quería. Mi boca se deslizó por su cuello de nuevo y él se estremeció otra vez.
habíamos alejado… Sí, puede que lo haga. Volvimos a reírnos, esta vez un poco más alto. - Qué demonios. A la porra tu padre – espetó. Sonreí. Le cogí de la mano y tiré de él para
La señora Smith se dio cuenta y paró su explicación. echar a correr hacia el bosque que había junto al instituto, el mismo en el que había
- Señorita Cullen y señorita Spencer – escondí la nota en el bolsillo de mi chaqueta. Toda la probado su suculenta sangre. Nos adentramos bastante, no queríamos que nadie pudiera
clase se giró para mirarnos -. ¿Tienen algo de lo que reírse? Porque si es así, podían molestarnos.
compartirlo con todos, ¿no les parece? - A ver si me coges, lobo – le reté con una risilla, descalzándome para ir más deprisa y
- No, no – respondimos a la vez. tirándole las playeras en broma. Salí disparada, a todo lo que daban mis piernas, dejándole
- Bien – se giró, mirándonos con advertencia, y siguió su aburrida explicación en la pizarra. atrás.
Nos miramos otra vez, mordiéndonos el labio, sonrientes, y nos concentramos en la - ¡Espera! ¡Eso es trampa! – gritó a mis espaldas mientras se quitaba sus deportivas sin
lección. El resto de clases pasaron excesivamente despacio. En el almuerzo no le dijimos ni desatarlas. Se lanzó como un bólido y se quedó detrás de mí para perseguirme. Los dos nos
una palabra a Brenda, y tampoco a las gemelas, para que no se les escapara. Cuando por fin movíamos a toda velocidad por ese bosque frondoso y lleno de vegetación, riéndonos y
sonó el último timbre, tuve que reprimir mis enormes ganas de salir corriendo por el pasillo jugando. Hasta que se cansó de fingir que no me alcanzaba y me cogió de la mano.
hacia Jacob. En vez de eso, me quedé con Helen, esperando al resto de nuestras amigas Entonces, reduje la velocidad y nos detuvimos del todo.
para que saliéramos todas juntas. Quería ver la reacción de Brenda. Podía olerle a medida Solté su mano y me di la vuelta para mirarle a los ojos con determinación. Se acercó a mí
que llegábamos a la puerta. Mis mariposas ya no podían más, iban a salir volando de un de igual modo y me cogió de las muñecas para ponerlas sobre sus hombros. Sus manos
momento a otro para llevarme junto a él. Nada más traspasar el umbral, Brenda ya se puso empujaron mi cintura, arrimándome más a él, y empezó a besarme lentamente,
en acción. Se abrió la chaqueta, tonteó con el pelo y le echó unas cuantas miraditas. Jacob entrelazando sus labios y los míos con suavidad. Su delicioso aliento se abría paso por mi
boca, podía saborearlo bien; todo el vello se me ponía de punta, mi corazón latía como loco Jacob se despegó de mí súbitamente, lleno de convulsiones y ya rugiendo. Se echó hacia
y las mariposas de mi estómago no paraban de volar. Bajé mis manos a su cintura y delante con rapidez, estirando los brazos, y su cuerpo explotó en el acto. Cuando se posó en
nuestros labios se separaron cuando le quité la camiseta con calma. Acaricié todo su torso el suelo, era un colosal y enfurecido lobo rojizo. El licántropo tuvo la osadía de acercarse,
con meticulosidad, pues era mío y podía tocarlo cuanto quisiera, quería aprendérmelo de eso sí, muy lentamente, fijando sus ojos obsesivos en mí. Jacob se envaró y se irguió,
memoria. Arrimé mi frente y la rocé contra su pecho, éste comenzó a moverse con más cubriéndome todo el tiempo, y le enseñó su implacable y letal dentadura mientras le gruñía
viveza. Deslicé mi boca por su piel muy despacio, quería sentir a fondo su terso, suave y con agresividad y le clavaba una mirada enormemente amenazadora. Cuando el licántropo
cálido tacto. Notaba cómo se estremecía a medida que mis labios y mis manos se retiró su labio y le volvió a mostrar sus dientes, me invadió una oleada de pánico. Si ese
deleitaban en su pecho, eso hacía que yo sintiera lo mismo. Toda su ardiente piel era mía, monstruo le mordía, Jacob sería infectado con la rabia y moriría. Mis puños se cerraron con
todo su cuerpo era mío. Arrastré mis palmas para desabrocharle el pantalón y se lo quité, fuerza. Mientras ambos fintaban, mis manos empezaron a temblar. No podía permitirlo,
tirando del mismo hacia abajo. tenía que hacer algo.
Dejé su torso para observarle bien. Ya le había visto desnudo aquel día en el río, pero no - ¡Es mía! – espetó, rabioso, el licántropo con un gañido profundamente gutural. Me
tan cerca, no de este modo. Otra vez todo su cuerpo me pareció fuerte y vigoroso, hermoso, sobresalté al oírle, no tenía ni idea de que pudiera hablar. Su voz sonaba extraña, oxidada,
perfecto. Mi encendida mirada se alzó para quedarse en sus intensos ojos y me arrimé más como si no la hubiera usado en mil años. La respuesta de Jacob no se hizo esperar, no
a él. Le besé muy despacio, aunque suspirando con desenfrenado deseo. Jacob dejó mis necesitaba hablar, ni traducción. Mi Gran Lobo mostró toda su majestuosidad y poderío al
labios y clavó sus hambrientas pupilas en las mías. Bajó la cremallera de mi chaqueta y me enderezarse, alzando su grandioso pecho con autoridad. Su tamaño se vio claramente
la quitó, arrastrándola para acariciar mis brazos hasta que la prenda cayó al suelo y sus incrementado, me pareció gigantesco, descomunal. Le mostró su despiadada y mortal
manos llegaron a las mías. Las separé con el fin de alzar mi camiseta y quitármela. Él dentadura de nuevo y profirió un potente rugido que salió de lo más profundo de su tórax y
también me observó durante un rato, rozándome con sus dedos, lo cual me provocaba que cuando salió por su garganta, retumbó en todos los árboles y en mis oídos, juraría que
taquicardias. Todo mi cuerpo era suyo y él lo sabía. Posó sus palmas en mi cintura y las se movieron hasta las hojas. El bosque se agitó y el cielo se llenó de aves y criaturas de
subió para acariciar mi espalda, después, me pegó a su cuerpo. Palpité alocadamente al diferentes especies y tamaños que escapaban a tal amenaza.
notar su tórrida piel pegada a la mía. Una de sus manos se aferró en el pelo de mi nuca, Los aullidos de veintidós lobos se escucharon a lo lejos. Para mi asombro, el licántropo se
instando a mi cabeza a inclinarse hacia atrás con suavidad. Toda mi alma se volvió a encaró con él. Se adelantó un paso y se puso en un cara a cara con mi lobo, gruñéndole y
estremecer cuando su ardiente boca y su tórrido aliento me rozaron sin prisa para besarme rugiendo con furia. Sin embargo, Jacob no se movió ni un centímetro. Siguió con la misma
el cuello y la parte superior de mi pecho. Me soltó el cabello y mi rostro se unió al suyo. actitud y postura, clavándole los ojos desde arriba, ya que era más grande y alto que el
Nos clavamos los ojos con deseo, expirando con impaciencia. monstruo. La mirada de mi Gran Lobo era de firmeza y supremacía, enseñaba sus inmensos
Nuestros labios se abalanzaron y nos besamos apasionadamente, entre jadeos. Mis manos y colmillos y tenía la cola erguida hacia arriba. No mostraba ni un ápice de titubeo o temor.
mis brazos pasaron a su cuello y a sus hombros y le empujé hacia mí, obligándole a El licántropo comenzó a recular, desconcertado, dio unos pasos hacia atrás y se quedó
caminar en mi dirección, hasta que mi espalda topó con el árbol que tenía detrás. Mi quieto, vigilante. Se notaba que no sabía qué hacer, oscilaba la vista entre Jacob y yo. Al
corazón y mis mariposas palpitaban con furor y mis pulmones ya no daban a basto. Ya no lobo lo miraba con recelo y desconfianza, a mí con obsesión y pretensión. Entonces,
podía frenarme. Lo único que quería era sentirle por todo mi cuerpo, sentirle dentro de mí, cuando decidió y avanzó un paso, se paró en seco con los ojos como platos. Dos enormes y
sentir su ardiente piel fundiéndose con la mía. Entonces, Jacob dejó mis labios por un cabreados lobos aparecieron de entre las sombras a ambos lados. Quil y Embry lo rodearon,
momento. gruñendo y enseñándole sus no menos peligrosas dentaduras. Ambos se quedaron a la
- ¿Estás segura de esto? – me susurró en la boca, respirando aceleradamente -. Si empiezo, espera de órdenes, con las colas hacia dentro, en señal de sumisión y respeto al Gran Lobo.
ya no podré parar. ¿Que si estaba segura? Yo le deseaba con toda mi alma y él a mí. Jacob dejó su pose y se agazapó para atacar, rugiendo con tanta cólera, que el bosque se
Estábamos imprimados y enamorados, y nos conocíamos de toda la vida, era como si volvió a conmocionar. Los dos lobos se unieron a él y también se inclinaron hacia delante.
siempre hubiéramos sido novios. Aferré mis manos a su pelo con fervor. Un gran grupo de lobos aulló, ahora se oían más cerca. Todo ocurrió en una milésima de
- No quiero que pares - le imploré con ansia, casi con exigencia. segundo. El licántropo me echó una última ojeada y salió disparado hacia su huída. Jacob
- Lo que tú digas, nena… - murmuró mientras su boca regresaba a la mía y sus manos me miró fugazmente para decirme que le esperase aquí y se impulsó con sus dos hermanos
empezaban a desabrochar mi sujetador. De pronto, nuestros labios y sus manos se pararon para irse tras él a la velocidad del sonido. En un abrir y cerrar de ojos, los perdí de vista
en seco cuando percibimos algo raro. Mi novio separó un poco su cuerpo del mío y nos entre la espesura de la vegetación nocturna. Estaba sola, pero no estaba asustada por mí. Yo
miramos a los ojos. ya no corría peligro. Paseé, algo nerviosa; lo estaba por los lobos. ¿Podrían con él?
- Es ese asqueroso olor a amoniaco – observé por los dos con miedo; su rostro se giró de De repente, una enorme manada de grandes lobos pasó a mis lados como una exhalación.
repente y el mío hizo lo mismo. Me quedé paralizada cuando vi al licántropo entre los No pude distinguir bien a ninguno, puesto que solamente conseguí ver unos borrones de
árboles. Nos estaba observando con sus ojos amarillos reflectantes. Resollaba furiosamente distintos colores que se adentraron en la boscosidad, pero me pareció contar hasta dieciséis
y sus fauces mostraban sus afilados dientes aserrados, entre gruñidos. manchas. Ni siquiera sé si ellos se fijaron en mí. Eso hizo que me quedara un poco más
tranquila. Eran muchos contra esa bestia, era muy difícil que le pasara algo a Jacob o a con las imágenes de la cabeza y el torso encontrados en el bosque de Jacob y con todas esas
alguno de sus hermanos. Estaban acostumbrados a luchar contra docenas de peligrosos y pobres víctimas que salían todos los días en el periódico. Todas esas veces que Nahuel salía
crueles vampiros, ansiosos por matarles. Yo sólo tenía que esperar a que Jake viniera a de caza… -. Por supuesto, yo sólo me alimento de la sangre, el resto es para él.
buscarme, seguro que no tardaría mucho. Me disponía a agacharme para recoger mi - Y… - pensé en mi próxima pregunta con rapidez, para tenerlo entretenido hasta que
camiseta y mi chaqueta del suelo, cuando la pulsera vibró fuerte, haciendo que me llegara Jake -, ¿Huilen nunca sospechó nada?
incorporara automáticamente, alarmada. Me quedé como una piedra al ver a Nahuel. - Claro que no – el dorso de su mano pasó a mi pómulo y mi rostro se separó
Estaba frente a mí, mirándome con reproche y condena. Después, sus ojos bajaron la vista instintivamente a la vez que mi mano liberada se ponía en su torso para apartarle de mí, sin
hasta mi pecho y su rostro cambió. Me miraba del mismo modo que el licántropo y había éxito. Se quedó mirándome un rato, irritado, y siguió hablando -. Lo tenía encerrado en una
un matiz de perversidad en sus pupilas. No me dio tiempo a coger mi camiseta para cueva para que ella no lo viera, solamente salía un par de horas para que me hiciera el
vestirme. Se abalanzó hacia mí y me sujetó por las muñecas, estrellándome en el mismo trabajo.
árbol en el que había estado hacía un rato con Jacob. - ¿Lo tenías encerrado en una cueva? – inquirí, espantada. Ese licántropo era un monstruo,
- ¡Suéltame! – le grité, apretando los dientes, mientras intentaba escaparme de su presa. pero lo que había hecho Nahuel me parecía abominable. ¿Cuántos años habría estado
Pero no era capaz de conseguirlo, me aferraba con tanta fuerza, que me hacía daño. encerrado? ¿A cuántos humanos le habría obligado a matar? Seguramente ese licántropo
Tampoco podía darle un rodillazo en su entrepierna, me tenía demasiado apretada contra el hubiera asesinado a otras personas si hubiera estado suelto, pero él le había reforzado esa
tronco y sus piernas obstaculizaban a las mías. conducta asesina sólo para conseguir su propósito, lo cual me parecía peor. Él se dio cuenta
- Es inútil que chilles o que intentes nada – resolló con ansia en mi mejilla -. Hoy serás mía de mi repulsa.
de una vez por todas. Mi aro de cuero vibraba como loco bajo su mano. - No me digas que también vas a defender a ese animal – me recriminó con acidez.
- Jacob va a llegar de un momento a otro – le advertí, apartando mi cara para no notar su Entonces, se apretó contra mí con violencia, poniéndome el brazo en el cuello
aliento. Se rió entre dientes con maldad. -¿Tanto te atraen los perros, que ibas a mancillarte con uno? – me acusó con un deseo
- No lo creo. Tengo a todos esos lobos muy entretenidos con mi licántropo. Mi cuerpo se rabioso en la voz. Sus palabras me dieron asco. Le escupí en la cara con odio.
quedó paralizado por un momento. - ¡Eres repugnante! – mascullé, iracunda. Se limpió y me miró furioso, respirando
- ¿Tu… tu licántropo? – farfullé, helada. Volvió a reírse. agitadamente.
- En realidad, no es mío del todo. Lo creó Joham, pero yo lo crié y lo adiestré – admitió con - Serás mi esposa, quieras o no – afirmó con convicción, apretándose contra mi cuerpo.
una serenidad que me espantó -. Es mi mascota, mi perro. Tragué saliva. Estaba más loco - Lo tenías planeado desde el principio, ¿no? – argüí, separándome como podía -. No sé
de lo que yo creía. cómo lo hiciste, pero engañaste a todo el mundo: a Alice y Jasper, incluso a mi padre…
- ¿Tu padre manipuló sus genes? – le pregunté para tenerle distraído. Jacob llegaría pronto. - Fue muy fácil – declaró con impaciencia -. He heredado algunos dones de mi padre, es lo
- Ese científico chiflado lo creó para mí – me contestó, volviendo a mi mejilla. La aparté único bueno que me dejó.
otro poco -. Fue un regalo de cumpleaños – me olió el pelo y comenzó a tocármelo con sus - Utilizaste a tu licántropo para que fuera a por mí – le acusé.
sucios labios -. Al principio no lo quería, no quería nada de ese degenerado, pero luego caí - No. Su misión era cargarse a tu querido perro, sin embargo, ese licántropo estúpido se ha
en la cuenta de que me podía ser de utilidad. Es mucho más cómodo cazar humanos con un obsesionado contigo desde que te vio en vuestro bosque – me quedé todavía más helada al
licántropo. Noté cómo mi cuerpo se petrificaba. recordar. Ahora caía. Lo que me había rozado en el bosque el día que me perdí en la niebla
- Creía que ya no tomabas… sangre humana – conseguí musitar. no había sido mi lobo. Nahuel consiguió bajar su rostro a mi cuello y jadeó, ansioso -. Lo
- Como ya te dije una vez, es difícil resistirse cuando ya la has probado y has comprobado que no entiende ese idiota es que eres mía. Posó sus labios en mi piel y mis manos
lo deliciosa y extremadamente placentera que es. consiguieron soltarse.
- Pero Huilen… - ¡Déjame! – chillé -. ¡Yo jamás seré tuya!
- Huilen es una ingenua y una cobarde – espetó con rabia -. Siempre vive pensando en el La pulsera reaccionó con ímpetu mientras le empujaba. Vibró sobre mi muñeca con un
pasado, no quiere afrontar la realidad: que es un vampiro y que necesita sangre humana golpe enérgico e impetuoso y, con una fuerza increíble, estalló su onda expansiva de fuego.
para vivir. Sigue aferrándose a esa idea absurda de la abstinencia, piensa que así es mejor Nahuel salió disparado hacia atrás, colisionando de espaldas contra el árbol de enfrente.
que los demás. Pero se equivoca – volvió a llevar su asqueroso y agitado aliento a mi Eché a correr, pero no me dio tiempo a llegar muy lejos. Se lanzó sobre mí, colérico, y
mejilla y ésta se apartó de nuevo -. Intentó llevarme a su terreno, pero no me dejé. La ambos caímos en el suelo. Consiguió ponerse encima de mí, jadeando salvajemente,
engañé, haciéndola creer que solamente me alimentaba de sangre animal, así me dejaba intentando llegar a mi cuello, a mi pecho. Mientras forcejeaba con él, empezó a
tranquilo y podía actuar a gusto. Cuando Joham apareció un día con el licántropo, vi el atravesarme el fuego por mi espalda. Yo no sería suya, jamás. Si tenía un dueño, ese era
cielo abierto. Lo adiestré para que cazara para mí. Deberías de ver la cantidad de humanos Jacob. Sólo Jacob. Antes prefería morirme, a que me tomara otro hombre. Mi sangre
que puede cazar un licántropo en un par de horas, sobretodo teniendo una ciudad como comenzó a volverse gélida y mi garganta prorrumpió un rugido. Sin embargo, mi cuerpo no
Seattle cerca – mi cerebro no daba crédito a lo que estaba escuchando. Mi mente se llenó pasó de ahí.
- ¡SUÉLTALA, HIJO DE PUTA! – rugió Jacob, encolerizado -. ¡NO LA TOQUES! rechinaban, mientras le clavaba una mirada que clamaba venganza. Me acerqué a él
Nahuel salió disparado de espaldas y se estrelló contra otro árbol. El crujido fue estrepitoso corriendo y le abracé por detrás.
cuando el tronco se partió en dos. La parte superior del pino se cayó encima de otro y fue - Por favor – le rogué con un murmullo -. Deja que se vaya. Sé que no se lo merece, pero él
arrastrándose, escurriéndose de rama en rama hasta que terminó en el terreno. Jacob se nos salvó la vida hace seis años, en cierto modo, estamos en deuda con él. Perdónasela tú
quedó frente a él, mirándole con combatividad, esperando a que se incorporase. Ni siquiera ahora. Así, ya no le deberemos nada. Mis palmas, que estaban sobre su pecho, podían notar
se había puesto los pantalones. su enojada respiración. Escuché otro rechinamiento de dientes y su torso comenzó a
- ¡Venga, levanta! – bramó -. ¡Lucha conmigo, si eres hombre! Lo levantó él mismo del relajarse poco a poco. Sus manos se fueron aflojando hasta que Nahuel cayó al suelo,
suelo con las dos manos y lo volvió a lanzar contra otro pino. Me puse en pie y me quedé tosiendo y llevándose las manos a la garganta.
contra el tronco de otro árbol. Nahuel se incorporó, rabioso, y se lanzó de cabeza contra él, - Tienes suerte de que ella me lo haya pedido – aseveró, mirándole con firmeza y severidad
haciendo que la espalda de Jacob se estrellara con un gran abeto. Embry y Quil aparecieron -. Ahora, vete de aquí y no vuelvas más. La próxima vez que te vea, te mataré – le advirtió
de entre el follaje y se quedaron paralizados al ver la escena. Quil giró el rostro para con igual tono. Nahuel se levantó y se quedó frente a él.
mirarme y el entendimiento le llegó cuando sostuve mi asustada mirada con él. Embry - Esto no quedará así – afirmó, dando unos pasos de espaldas. Se giró del todo y echó a
avanzó un paso para echarle una mano a Jake, pero fue bloqueado por el brazo de Quil y, correr sin mirar atrás.
entonces, él también se fijó en mí. Los dos volvieron la vista a la pugna con los semblantes - Bueno, ya puedes ir dándome los cinco pavos – le dijo Quil a su hermano, haciéndole un
severos. Jake empujó a Nahuel con un solo brazo y le propinó un puñetazo con el otro gesto con la mano para que le diera el dinero.
puño. El golpe fue tan fuerte, que Nahuel emitió un alarido y se cayó en el suelo de - ¿Qué dices? – protestó Embry.
espaldas. Cuando consiguió ponerse en pie, tenía la nariz rota y la cara ensangrentada. La - Ha huido. Los cinco pavos – solicitó de nuevo Quil.
piel de un semivampiro es impenetrable, a no ser que se encuentre con el puño de un - ¡Iba a matarle! – se quejó su amigo -. No huyó, le dejó escapar, que es diferente, así
hombre lobo encolerizado. que tú me tienes que dar los cinco pavos.
- Te apuesto cinco pavos a que la garrapata sale corriendo – le cuchicheó Quil a Embry. - Tú lo has dicho. Iba a matarle, pero no lo hizo – le corrigió -. Al final salió corriendo,
- Y yo a que Jake acaba con él – le respondió éste último. ¿no?
- Acepto. Los dos quileute chocaron los puños para cerrar la apuesta. - ¡Ni hablar, tío! – exclamó Embry. Mientras los dos quileute discutían sobre su apuesta,
¿Cómo podían estar tan tranquilos? Yo estaba temblando, Nahuel era venenoso, si me puse frente a Jake para abrazarle con fuerza.
conseguía morderle… Nahuel se limpió la sangre con la mano y le clavó una mirada de - ¿Estás bien? – me preguntó, apretando su abrazo.
odio a Jacob. Se movió hacia un lado y mi novio fintó hacia el otro. Entonces, con un - Sí, ¿y tú?
movimiento rapidísimo, Nahuel serpenteó y se escuchó un crujido cuando consiguió - No tenía que haberte dejado sola.
golpear a Jake en la cara. - No es culpa tuya – le contesté -. ¿Quién se iba a imaginar que Nahuel andaba por aquí?
- ¡Jake! – chillé, horrorizada, llevándome las manos a la boca. - Sí, ¿por qué estaría por aquí? Aparté mi mejilla de su pecho para mirarle.
- ¡Jo-der! ¡Le ha roto la nariz, tío! – exclamó Quil con una mueca de suplicio. - El licántropo es… Entonces, me quedé sin habla. Su nariz estaba perfecta, pero sus labios
- ¡Uf! Eso tiene que doler… - murmuró Embry como si estuviera viendo una lucha y su barbilla estaban bañados con su sangre, aún estaba fresca y olía muy bien. Muy, muy
de Pressing Catch tranquilamente en su casa. Quil se dio cuenta de mi cara de espanto. bien. No pude contenerme. Acerqué mi rostro al suyo y empecé a pasarle mi lengua por su
- Tranquila – me dijo -, dentro de dos minutos estará como una rosa. Jacob se recolocó la mandíbula y sus labios lentamente, saboreando ese delicioso e irresistible manjar.
nariz y se oyó otro chasquido. Sus dos hermanos pegaron un respingo con gestos de dolor y - ¿Qué estás haciendo…? – murmuró.
yo casi me desmayo. - Tu sangre está tan rica… – confesé con un murmullo -. Sólo un poquito más y ya paro, te
- Bueno, ya me he cansado de jugar – masculló, furioso, limpiándose la sangre de la nariz lo prometo – ronroneé.
con el dorso de la mano. Con un movimiento veloz, se lanzó hacia Nahuel y empezó a - Pues me está gustando… demasiado - admitió entre susurros -. Por mí, puedes seguir
asaltarle a puñetazos. Cuando éste se caía al suelo, lo levantaba por la solapa de su camisa haciendo eso…, me estás poniendo a cien… Quil y Embry carraspearon y respingaron con
para seguir su ataque. Mis piernas se aflojaron al ver cómo Nahuel se revolvía e intentaba cara de asco, interrumpiendo nuestra conversación. Me había olvidado de ellos por
morderle. Sin embargo, Jacob lo enganchó del cuello como si de una serpiente se tratase y completo. Al parecer, ya habían llegado a un acuerdo, lo habían dejado en tablas. Me
lo estampó contra el tronco de un pino. Lo levantó del suelo y Nahuel se quedó con las aparté de Jake, totalmente ruborizada.
piernas colgando, procurando soltarse de la guillotina de sus manos. Todo su esfuerzo era - Vemos que ya no nos necesitas, así que nos piramos – anunció Quil mientras los dos nos
en vano. La cólera de Jacob era tan grande, que estaba completamente cegado. Nahuel miraban, sonriendo con picardía.
empezó a quedarse sin aire cuando Jake apretó su presa con ira. De repente, me di cuenta de que Jacob seguía desnudo y que yo estaba en sujetador. Me
- ¡No lo hagas, Jake! – grité a modo de súplica. tapé con los brazos, como si ya no hubieran visto bastante, y mi cara sufrió un atracón de
- ¡Iba a…! – no terminó la frase. Gruñó, enfurecido, con los dientes tan apretados, que le sangre. Seguro que ya se imaginaban por dónde iban los tiros y dentro de un rato lo sabría
toda la manada. Genial. Jacob se percató enseguida de mi mal rato y se acercó corriendo a complicarla más. Recogimos nuestro calzado del suelo y emprendimos la marcha de nuevo,
donde estaban nuestras ropas para recogerlas del suelo. Regresó a mi lado para pasarme mi aunque esta vez corriendo.
camiseta y se empezó a vestir con agilidad. Me la puse ipso facto y cogí mi chaqueta para - ¡No puedo creerlo! – exclamó Alice, horrorizada, cuando terminé de contar todo lo
hacer lo mismo. ocurrido -. Yo… no vi nada… Mi padre seguía con el semblante grave, parecía de piedra
- Tienes que saber que Jake es el semental de las manadas – me informó Embry, casi serio de verdad. Yo no sabía si era por lo del licántropo, por lo de Nahuel, por lo de escaparnos
-. Por eso tiene ese… al bosque, o por todo junto.
- ¡¿Quieres callarte?! – le regañó Jacob, enfadado, antes de que acabara la frase y terminara - ¿Por qué no me dijiste que él estaba implicado en todas esas matanzas? – me echó en cara
de señalar con el dedo -. ¡¿No os ibais a largar?! Jake, enfadado.
- ¿El… semental? – inquirí, un tanto confusa y roja como un tomate, ya me había fijado - Si te lo hubiera dicho, no me habrías escuchado y le habrías matado. Y entonces nosotros
antes en ese detalle. nos hubiéramos igualado a él. No debemos de tomarnos la justicia por nuestra mano. La
- No la asustes, estúpido. La estás confundiendo – le reprendió Quil. Luego, se dirigió a mí vida misma ya le pondrá en su lugar, por algún sitio encontrará su merecido.
-. No te preocupes, Jake todavía es virgen. Los dos se empezaron a carcajear, dándose - Ya, pero hemos dejado escapar a un asesino, Nessie, no sé – resopló -. Ahora seguirá
codazos cómplices. Suspiré, resignada. Tendría que empezar a acostumbrarme a estas matando más gente inocente. Eso era verdad. Me mordí el labio, un poco arrepentida. Ya
bromas quileute producidas por tanta testosterona junta. no sabía si había hecho bien. Ahora iba a seguir asesinando por mi culpa. Jake se dio
- ¿Y qué pasa contigo, Quil? – le apuntó Jacob con sarcasmo ácido -. ¿Cuántos años más cuenta enseguida de mi malestar y, como siempre, parecía que me hubiera leído la mente.
tienes que esperar? El semblante de Quil cambió de repente. Le dio otro codazo a Embry, - Bueno, no te preocupes – ahora el arrepentido era él por decirme eso y me hablaba con
pero, esta vez, molesto porque se riera de él. voz dulce -. Ya encontraremos alguna solución para pillarle, ¿vale? No quiero que te
- Nos piramos – dijo Quil, enfurruñado. sientas mal. El único culpable es él – y me dio un beso en la mejilla, palabras y gesto que
- Ya hablaremos de vuestros turnos – amenazó Jake mientras me cogía de la mano. Los dos agradecí sonriéndole.
quileute se miraron con muecas de dolor y de arrepentimiento. Se dieron la vuelta, dándose - Jake tenía razón todo el tiempo – señaló Emmett con el semblante serio -. Hicimos bien
empujones, recriminándose el uno al otro, y desaparecieron entre el boscaje. en dejarle dormir en la puerta de Nessie, a saber qué se habría traído entre manos ese
- Vamos, te llevaré a casa – me dijo, a la vez que empezábamos a caminar en dirección al malnacido, de no ser así. Rosalie le dio un pellizco de reprimenda en el brazo mientras
instituto -. Tu padre sí que me va a matar cuando vea lo que ha pasado y por qué ha pasado miraba a mi enfrascado padre.
– resopló. Ahora era él el que tenía una expresión de dolor -. Da gracias si salgo con vida - Tendré que llamar a Eleazar para saber cómo lo ha hecho… - murmuró papá de repente,
de allí. con la mente sumida en sus pensamientos.
- Podíamos fugarnos juntos – bromeé, riéndome. Me pasó el brazo por el hombro y yo - ¡Edward, cariño! – le voceó mi madre, dándole unas palmaditas en la cara para ver si se
aferré su mano, entrelazando nuestros dedos. espabilaba.
- Nos encontraría, seguro – manifestó, sonriente, siguiendo mi broma. - Ese tío, Eleazar, es el que puede adivinar los dones de la gente, ¿no? – preguntó Jake,
- Sí – me reí, asintiendo con la cabeza -. Aunque lo de rastrear no es lo suyo… intentando recordar.
- Tranquila, a mí seguro que me rastrearía bien – aseguró. - Sí – le respondió mi madre, ya que mi padre seguía en estado de shock -. Fue el que
- Hablando de persecuciones, ¿habéis cogido al licántropo? La cara alegre de Jacob se puso descubrió mi escudo.
seria. - Yo le llamaré – dijo Carlisle, dirigiéndose a su despacho.
- No – suspiró, decepcionado -. Se colgó de los árboles como un mono y se nos escapó. Lo - ¡Hay que ir tras él! – bufó Emmett, apuntando la puerta con su enorme dedo y mirando a
siento, cielo – se excusó, mirándome un poco afligido. mi padre.
- Me gusta más nena – declaré. Sonrió al captar mi intento de animarle y quitarle hierro al - ¡Edward! – volvió a gritar mamá.
asunto. - Si ya parecía un zombie, ahora ni te cuento – se mofó Jake.
- Nena aquí no pegaba, nena – me respondió con su sonrisa torcida, acercando su rostro al Papá se levantó del sofá de sopetón.
mío. - Si no te mato ahora mismo, es por todas las veces que has salvado a mi hija – espetó con
- Pues a mí me vuelve loca cuando me lo dices… - admití entre susurros, hiperventilando, los dientes apretados.
ya notaba el ardor de su aliento en mis labios. - Tranquilo, tío. Era una broma – se defendió él.
- Entonces te lo diré siempre… - No me refiero a eso. Me refiero a lo del bosque – le corrigió de la misma guisa.
Su murmullo se apagó cuando sus labios por fin se encontraron con los míos. Habíamos - Ya decía yo que tardabas mucho… - resopló Jacob, cruzándose de brazos y mirando a
dejado de caminar y estábamos a mitad de camino hacia el aparcamiento del instituto. otro lado.
Ambos nos obligamos a separar nuestras bocas para seguir el trayecto, nos estábamos - ¡¿Te das cuenta de lo que ibais a hacer?! – bramó mi padre, encarándose con él.
retrasando bastante y la bronca ya iba a ser lo suficientemente grande como para Jacob soltó los brazos y se puso tenso.
- Lo sabemos de sobra, ya somos mayorcitos – declaró con voz firme. a que Alice tenga una visión. Bueno, eso si Nahuel le deja ver. Puede que él no haya
- Edward, ¿qué te pasa? – inquirió mamá, asustada, sujetándole por el hombro. decidido ni planeado nada todavía y esté con la alerta baja. Si tenemos suerte, tal vez se le
- ¡Papá! – protesté con energía, interponiéndome entre ellos. escape alguna decisión y Alice pueda verla.
- ¿Y no crees que vais un poco deprisa? – criticó éste. - Sí, si esperamos a que ella vea algo, podremos actuar con más eficacia – aprobó Jasper.
- ¿De qué estáis hablando? – quiso saber mi madre, mosqueada. - Estaré muy atenta – dijo Alice.
- No es asunto tuyo – le contestó Jake a mi padre en el mismo tono de antes. - Bien, entonces esperaremos – decidió mi abuelo.
- ¡Es mi hija! – voceó él.
- ¿Qué ibas a hacer con él? – me preguntó mi madre, furiosa, mirándonos nerviosa y LOCURA
visiblemente afectada. Mi pulsera comenzó a vibrar.
- Nada malo – respondí, cabreada -. ¿Y ahora podemos dejar este tema, por favor? Nuestra - Es un milagro que siga vivo – afirmó Jake, peinándome el pelo con los dedos. Habíamos
vida sexual es privada – protesté, para total asombro de los que estaban allí, que no subido a mi dormitorio después de cenar, para charlar un rato antes de dormir. Él se había
entendían nada. echado boca arriba en mi cama y yo me acurruqué a su lado.
Ni siquiera me ruboricé. Estaba empezando a hartarme de sus estúpidos y cada vez más - No les hagas caso – suspiré -. Tendrán que acostumbrarse. Sobretodo mi madre, pensé.
evidentes celos. Ya no de eso, sino de que siempre se pusiera de ese modo, como si tuviera Nos quedamos un rato en silencio, pensando. Se estaba en la gloria sobre su pecho calentito
algún derecho sobre él. Sabía que tenía que frenarme, sin embargo, aunque era mi madre, mientras me atusaba la melena. Alcé un poco la cabeza para darle un beso, pero me detuve
no dejábamos de ser dos mujeres. Y Jacob era mío, lucharía con cualquiera para que no nos al verle con el rostro preocupado.
separaran, incluso con ella. Las pupilas de mi madre adquirieron un pequeño matiz oscuro, - ¿Qué te pasa? – le pregunté -. No estarás preocupado por eso, ¿no?
no obstante, no me amilané, le clavé la vista, desafiante. Ella se percató de mi mirada y - ¿Por lo de tu padre? Qué va – aseguró.
apartó la suya al instante hacia el suelo. Mi aro de cuero dejó de actuar a la vez. Papá - ¿Entonces? Cogió aire lentamente por la nariz y lo soltó de sopetón, con desazón.
también sostuvo la mirada con Jacob durante un rato y después la llevó hasta la mía. Le - Es por Sam. Me incorporé un poco más y me eché boca abajo, apoyándome en su torso
miré enfadada, claro que no era asunto suyo. Y Jake tenía razón, yo ya era mayorcita, para verle mejor la cara.
incluso mayor que mis progenitores, aunque mi falso carné pusiera diecisiete. En ese - ¿Es que le ha pasado algo?
momento, Carlisle bajó como una exhalación por las escaleras. - No, no es eso – se quedó unos segundos mirando al techo y volvió a suspirar -. Quiere
- He hablado con Eleazar y me ha contado cosas muy interesantes. La atención de mi padre dejarlo – soltó al fin. Me quedé a cuadros.
se centró en mi abuelo. - ¿Sam dejarlo?
- ¿Qué te ha dicho? - Bueno, no del todo. Quiere seguir unos años más y luego envejecer junto a Emily.
- Al parecer, utiliza una especie de escudo – empezó a explicar -. Él se dio cuenta hace seis - ¿Y cuál es el problema? Ya sabías que eso tenía que pasar tarde o temprano – le dije,
años, cuando vio a Nahuel en nuestro peculiar encuentro con los Vulturis. No nos dijo pasándole los dedos por el pelo.
nada, porque no creía que fuera en nuestra contra. - Pues que no quiere seguir siendo un Alfa – empezó a explicar -, quiere pasarse a mi
- ¿Un escudo? – interrogó mamá. manada, como los demás, y ahí está el problema, que ya no habrá dos manadas.
- No es como el tuyo – siguió Carlisle -. Es como un espejo, sólo refleja lo que él quiere - ¿Los demás? – inquirí sin comprender.
que los demás crean y deja ver lo que él quiere que vean – nuestros rostros se quedaron - Mi manada ha crecido – anunció con resignación. En ese momento, me di cuenta de la de
perplejos a la vez, excepto el de Jacob -, por eso Edward veía otras imágenes y cosas que me había perdido estos cuatro meses. Me acordé de la gran manada que había
pensamientos y Alice solamente ve las partes de su futuro que él le deja ver. Es un pasado a mi lado en el bosque para perseguir al licántropo, había contado hasta dieciséis
ilusionista, un encantador, igual que su padre. borrones.
- Al único que no pudo engañar fue a Jacob – afirmé, agarrando su mano, orgullosa. - ¿Cuántos sois ahora?
- Por supuesto – ratificó éste con una sonrisa -. Tenía el alma negra como un tizón. - Diecinueve – resopló -. Estas dos últimas semanas han sido una locura – se quejó -.
- Lo que yo decía. El sexto sentido de los animales – bromeó Emmett. Primero fueron los más jóvenes: Cheran, Thomas e Ivah. Después, me vienen Jeremiah y
- Sí, claro. Muy gracioso – le contestó Jake con retintín. Aaron diciéndome que también quieren estar en mi manada – volvió a resoplar -. Y no veas
- Bueno, ¿y qué hacemos ahora? – quiso saber mi padre -. ¿Nos vamos a quedar de brazos qué jaleo se montó cuando llegó el resto – frunció el ceño al recordar -. Vinieron en tropel
cruzados y ya está? y tuve que reorganizarlo todo. Leah no hacía más que quejarse y, para encima, el lío de la
- Yo digo que vayamos a por él y a por su licántropo – propuso Em, sonriendo al pensar en boda de mi hermana a las puertas.
una pelea. - Entonces, la manada de Sam consta de cinco miembros, ¿no?
- Yo digo lo mismo – le siguió mi novio. - Sí.
- No sabemos a dónde han ido – respondió Carlisle con más mesura -. Lo mejor es esperar - Sam, Jared, Paul…
- Michael y Nathan – siguió él. la puerta y entró en el dormitorio con gesto serio. Me crucé de brazos y le miré con el ceño
- ¿Todos los demás se han pasado a la tuya? – pregunté, sorprendida -. ¿Por eso Sam no fruncido.
quiere seguir siendo un Alfa? ¿No le basta una manada de cinco miembros? - ¿Qué quieres? – le pregunté.
- No, eso le da igual. Podía haber seguido unos años más de Alfa tranquilamente con su - Solamente venía a comprobar cómo iba la cosa. Iba bien, hasta que llegaste tú, pensé. Mi
manada hasta que lo dejara, pero es por todo ese rollo del Gran Lobo – protestó con una padre sonrió con un poco de malicia, dándome a entender que por eso había venido.
mueca de disgusto -. No me deja de dar la brasa con eso de que soy Taha Aki, que tengo - No estábamos haciendo nada – resopló Jake.
que ser yo el jefe de la tribu y que sólo puede haber una manada. Jared, Paul, Michael y - Por cierto, Jacob. Ahora que Nahuel no está en esta casa, ya no hay motivo para que te
Nathan también piensan lo mismo, pero siguen con él por lealtad, ¿entiendes? Cuando él se quedes a dormir – le dijo mi padre.
pase a mi manada, ellos harán lo mismo encantados. Así que tendré que liderar a veintitrés - ¡Papá! – protesté.
lobos y, para colmo, ya me dirás en qué puesto pongo a Sam, porque Leah no está - A Carlisle no le molesta – replicó Jacob.
dispuesta a perder su posición de segundo al mando. Menudo marrón que me viene – - Pero a mí sí – le respondió él.
resopló por enésima vez -. ¿Te acuerdas cuando Emily dio a luz y tuve que encargarme de - ¿Por qué? Te recuerdo que tú te quedabas todas las noches con Bella mientras ella
las dos manadas? dormía.
- Sí, claro. - Exacto, mientras dormía – matizó mi padre.
- Por lo visto, era una prueba, ¿puedes creértelo? – suspiró con indignación -. Un ensayo o - Sí, porque no podíais hacer nada – rebatió mi novio. Entonces, esbozó una enorme sonrisa
algo así para ver si estaba preparado para llevar una manada tan grande. El muy cretino -. ¿Es por eso? ¿Es porque yo sí puedo tocar a Nessie?
habló con el Consejo y lo planearon todo. - Jacob, no te pases conmigo – le advirtió mi padre con su rostro de mármol todavía más
- Y, por supuesto, pasaste la prueba – declaré, sonriendo con orgullo, sin dejar de tenso -. Hoy no estoy para juegos, así que ya puedes largarte ahora mismo antes de que
acariciarle la cabeza con los dedos. te…
- Parece ser que sí – exhaló. Luego, se quedó mirándome, sonriendo con esa sonrisa que - Vale, vale, está bien – le interrumpió él, enfadado, levantándose de la cama -. Ya me voy,
me volvía loca -. Veo que a ti te gusta bastante mi asquerosa situación. tranquilo.
- No es asquerosa. Yo estoy muy orgullosa de ti y sé que lo harás muy bien – confesé, - ¡No! – me quejé, poniéndome en pie como un resorte y pegándome a Jake.
acercándome a su rostro -. Además – bajé mi dedo por su pecho -, es lo que tenía que pasar. - Ya está bien, Renesmee – me regañó papá -. Jacob tiene que irse a su casa. También tiene
Es un honor para ellos, es normal que todos quieran estar bajo tus órdenes, Gran Lobo – allí a su padre, que lleva durmiendo solo mucho tiempo. Me mordí el labio, pensativa. Eso
susurré en sus labios. era verdad.
- Bueno, si a ti te gusta tanto, puede que no esté tan mal, después de todo – murmuró. Le - No te preocupes – me susurró mientras me cogía por la cintura para arrimarme a él -.
besé muy despacio y metí la mano bajo su camiseta para acariciar su impresionante torso. Estaré aquí todas las mañanas a primera hora, cuando te levantes. Asentí con la cabeza y
- He estado pensando que podíamos tener esa cita que tanto querías – cuchicheé sin dejar rodeé su cuello con mis brazos para besarle. Escuché muy de fondo los irritados suspiros
de rozar su labio inferior con los míos. nasales de mi padre cuando nuestros efusivos labios no terminaban de despegarse.
- Menos mal – sonrió -. Creí que no ibas a tener una cita conmigo nunca. - ¡Jacob! – bufó papá de repente -. ¡Deja de pensar en eso! ¡Soy su padre, por el amor de
- Ya ves, he cambiado de opinión. ¿Qué te parece este sábado? Dios!
- No sé, tendré que mirar mi apretadísima agenda – bromeó, haciéndose el remolón. - Nadie te ha dicho que hurgues en mi mente – le respondió éste, dejando mi boca para ello.
- Sería por la noche – le señalé con intención. Jacob captó mi mensaje enseguida. Se giró e - ¡No juegues conmigo, perro! – voceó mi padre, exasperado -. ¡Vete de aquí ya, si no
invirtió nuestra postura. Ahora yo estaba boca arriba y él boca abajo, con la mitad del quieres que…!
cuerpo sobre mí. Mi corazón metió la quinta. - Vale, vale – le cortó de nuevo, separándose de mí -. Bueno, preciosa, hasta mañana – se
- Creo que podría hacer un hueco – murmuró, deslizando sus labios por mi mandíbula. despidió por el camino, a la vez que me daba besos cortos y me llevaba con él de la mano a
- Tú y yo solos… – seguí insinuando con un susurro. Bajó su caliente mano y empezó a medida que se acercaba de espaldas a la puerta.
arrastrarla por debajo de mi camiseta, provocando aún más a mi ya estremecida piel. - Hasta mañana – le respondí, sonriente, entre beso y beso.
- Tiraría la agenda por la ventana. Me muero por estar contigo… - me susurró, besándome - ¡Jacob! – rugió mi padre.
con suavidad. Sólo con esa ardiente caricia y el roce de sus palabras, todo mi cuerpo, - Vale, vale. Me dio un último beso y me soltó la mano para largarse por piernas de la
incluidas las mariposas, se puso a hiperventilar. Llevé mis manos a su nuca y a su espalda. habitación.
- Jake… - suspiré. Alguien picó a la puerta cuando nuestros labios se mezclaron con más Me asomé a la puerta para verle marchar por el pasillo y solté una risilla cuando le vi
efusividad. lanzándome besos al aire hasta que se perdió escaleras abajo. Le pedí a Rosalie que me
- Renesmee, voy a entrar – anunció mi padre, malhumorado. Nos separamos a peinara y a Alice que me maquillara un poco. No entendía por qué estaba tan nerviosa por
regañadientes y nos quedamos sentados en la cama, esperando a que pasara. Mi padre abrió esta cita, ya que veía a Jacob todos los días. Sin embargo, tenía la tonta intuición de que iba
a pasar algo especial, aunque todo me parecía especial a su lado. Habíamos hablado de mi cuerpo. Un molesto carraspeo me hizo bajar del cielo y me forcé a separar mi boca de la
nuestra cita toda la semana, pero Jacob no me quiso decir a dónde me iba a llevar. Lo único suya. Mi padre nos miraba con una mezcolanza de angustia, disgusto y enfado en su rostro.
que sabía es que era en Port Angeles, ya que mi padre no quería que fuéramos muy lejos Sin duda, estaba viendo nuestras mentes.
después de todo lo que había pasado con Nahuel y el licántropo, y que era un - Hice bien en no ponerle barra de labios – le cuchicheó Alice a Rosalie. Entonces, me dio
restaurante muy guay. Intenté averiguar algo preguntándoles a mis amigas, a ver si ellas por mirar a mi alrededor y me percaté de que estaba allí toda mi familia. Mi madre miraba
sabían de algún restaurante muy guay en Port Angeles, sin embargo, ninguna sabía nada. hacia otro lado y tenía los ojos fijos en el suelo.
Helen solamente iba a locales de comida rápida, las gemelas no conocían mucho mundo - Estás preciosa – dijo mi padre, sonriéndome. Luego, le cambió el semblante -.
debido a su estricto padre y Brenda llevaba toda la semana casi sin hablarme, del enorme Demasiado, demasiado preciosa – y miró a Jake con ojos disconformes. Mi novio despegó
disgusto que se había llevado con el beso del lunes, del martes, del miércoles... Me levanté la vista de mí, movió sus pupilas hacia papá y bajó la curvatura bobalicona de su labio,
y me eché un último vistazo en el espejo del baño después de mi sesión de maquillaje y carraspeando con disimulo.
peluquería. Mi pelo caía suelto con una cascada de suaves rizos y mi maquillaje era muy - Gracias. Bueno, ¿nos vamos? – le sugerí a Jake para salir de esa casa de una vez.
natural, tan sólo se notaba la sombra en tonos tostados y la línea negra bajo mis ojos. - Un momento – nos interrumpió Alice, parecía indignada por algo -. No iréis en ese coche,
- Muchas gracias, sois las dos geniales – felicité a mis tías, dándoles y beso en la mejilla y ¿no? – le preguntó a Jacob.
sonriendo abiertamente. - ¿Qué le pasa a mi coche? – protestó él con el ceño fruncido. Mi tía levanto la mano y a
- Me encanta cómo te queda este vestido rojo – me dijo Alice, toda emocionada. Entonces, Jake se le iluminó el rostro, como si el brillo de la llave que le mostraba ella se reflejara en
lo alzó y sonrió al ver las medias y los ligueros -. Los encajes de las medias son preciosos. él.
Y los zapatos son lo más. Deberías de ponerte tacones más veces. Los ligueros, las medias - Nada, pero es mejor mi Ferrari – le contestó con un aire presuntuoso.
transparentes, el pequeño bolsito y los zapatos me los había comprado ella en cuanto vio - ¿Me vas a dejar tu Ferrari? – inquirió él, sorprendidísimo.
que me iba a poner mi vestido rojo, no sé ni cómo le dio tiempo. - ¡Muchas gracias, Alice! – exclamé, lanzándome a ella para abrazarla. Era tan pequeña y
- Sí, claro – suspiré con una risa -. Ni siquiera sé si sabré caminar con esto. menuda, que no apreté mucho, daba la sensación de que se fuera a romper, aunque sabía
- Eres mitad vampiro, por supuesto que sabrás – alegó ella en un tono petulante. De pronto, que si la abrazaba con fuerza, lo más seguro es que la que acabara rota fuera yo.
me pasó el brazo por los hombros y su voz musical se tornó, además, sugerente -. Bueno, - Alice, si no fueras un vampiro quemanarices, te daría un beso – declaró Jake entre risas.
cuéntale a tu tiíta, ¿a qué se debe esta indumentaria tan sexy? ¿Es que quieres provocar a - Doy gracias a eso, entonces. Pero, bueno, me lo tomaré como un cumplido – suspiró ella
Jacob? Mis mejillas se encendieron, aunque esa era la idea. con una sonrisa, alzando más la llave para que él la cogiera. Y así lo hizo. Me tomó de la
- No creo que necesite eso para provocar a ese animal – exhaló Rosalie. mano y nos dirigimos hacia la puerta.
- ¡Rose! – le regañé. - Jacob – le llamó mi padre. Puso los ojos en blanco y se dio la vuelta, resoplando.
- Perdona, era una broma – se disculpó, al ver mi cara de enfado -. Quiero decir, que a él ya - Ten cuidado con ese coche. Ah, y a las doce en casa – le dijo en tono de advertencia.
le gustas igual – intentó arreglar. - ¡Papá! – protesté.
- Bueno, bueno – me animó Alice, empujándome hacia la puerta -. No le hagas esperar - ¿A las doce? Venga ya – se quejó -. ¿Te crees que es Cenicienta?
más. - A las doce – repitió mi padre con el semblante inflexible. Suspiramos y Jacob abrió la
- Sí, bajo ya. ¿Por qué estaba tan nerviosa? Qué tontería. Cogí aire y salí del baño. Caminar puerta para dejarme salir.
con esos tacones no se me daba tan mal como yo pensaba, hasta bajé muy bien las escaleras El Ferrari no corrió por la carretera hacia Port Angeles, voló como un cohete. Yo ni me
de las dos plantas y todo. imaginaba que podía llegar a esas velocidades. Jacob disfrutó como un niño, al volante.
Los nervios se transformaron en una enorme revolución de sentimientos cuando vi a Jacob Solamente disminuyó cuando empezamos a divisar la ciudad. Aparcó cerca del Erickson
en el salón. Mis piernas se quedaron tiesas en el primer escalón y mis embobados ojos se Play Field [1] y nos dirigimos al restaurante donde había hecho la reserva, dando un paseo.
clavaron en él. Me pareció que iba tan guapo como el día de la boda de Paul y Rachel. No quedaba lejos de allí. Aunque fuimos a paso lento, llegamos en diez minutos. Cuando vi
Estaba esperándome de pie, mirándome tan pasmado como yo a él. Me fijé en que los el establecimiento, me quedé boquiabierta.
pantalones de vestir marrones y la camisa azul eran parte de la ropa que Carlisle y Esme le - ¿Es aquí? – le pregunté, gratamente sorprendida.
habían traído de París. Y era la primera vez en toda mi vida que le veía con zapatos. Me - Sí – me contestó, sonriente. Era un restaurante de estilo moderno, con un cartel en tonos
obligué a tomar aire y avancé hacia él. negros y rojos con el dibujo de un lobo enorme que ponía: Wolf [2].
- Estás… estás… - balbuceó, mirándome de arriba a abajo como si no se lo creyese. - El nombre es muy apropiado – me reí -. Pero este sitio tiene pinta de ser un poco caro… -
- Tú también estás muy guapo – concluí yo con una sonrisa mientras rodeaba su cuello con opiné, más seria.
mis brazos. - Bah, un día es un día. Además, tengo enchufe – admitió, sonriendo de oreja a oreja.
- Impresionante, esa es la palabra… - me susurró en los labios. Me apretó contra él y - ¿Enchufe?
empezamos a besarnos con intensa animosidad. Su ardiente aliento ya empezaba a calentar - Ya lo verás – se rió -. Vamos – tiró de mi mano y empujó la puerta con la otra. Pasamos y
nos dirigimos a una pequeña barra que había en la entrada. El restaurante no era muy - Todo está al detalle – le dije para cambiar de tema. Mi cara empezaba a estar tan roja
grande, pero parecía muy acogedor. Estaba todo decorado en tonos negros, rojos y como mi vestido.
plateados, y era muy chic, a Alice le hubiera encantado, si pudiese comer, claro. El tema - ¿Te gusta? – me preguntó con sus ojos negros, centelleantes.
central en todo el comedor eran los lobos, había algunos cuadros de estilo vanguardista de - Me encanta – admití con una sonrisa -. Sobretodo la compañía. Nos cogimos de las
estos cánidos por las paredes. manos, entrelazando los dedos, y nos sonreímos. Estaba tan guapo… Si no hubiera sido
- Buenas noches – nos saludó el camarero de la barra. porque nos separaba la mesa, me hubiese lanzado a sus brazos para besarle.
- Hola, teníamos una mesa reservada – le indicó Jake. El camarero abrió un pequeño - Bueno, aquí tenéis las cartas – intervino Joseph, interrumpiendo mis pensamientos -.
cuadernillo por una hoja que tenía marcada con una cinta. Ahora os atenderá la camarera.
- ¿A nombre de quién? – preguntó, sin dejar de mirar a la libreta. - Gracias – contestamos los dos al mismo tiempo, cogiéndolas. El dueño se marchó de
- De Jacob Black. El chico de pajarita levantó la vista al instante y miró a Jake con nuevo para dejarnos mirarlas a gusto.
sorpresa. - Ahora entiendo tu enchufe – me reí -. ¿Cómo es que el padre de Cheran tiene este
- Esperen aquí un momento, por favor – dijo mientras se marchaba de la barra apurado y se restaurante?
perdía por una puerta. - Le tocó la lotería y lo puso hace poco – cuchicheó.
- ¿Qué pasa? – quise saber. - Vaya – exclamé.
- ¡Jacob! – exclamó un hombre que salía como una exhalación de la misma puerta con los - El tipo llevaba currando mucho tiempo de camarero y su sueño era poner un negocio
brazos extendidos. Parecía de la reserva. Era indio, y su pelo negro y liso estaba atado en como este – empezó a explicarme en voz baja -. Nunca había jugado, y el único día que
una corta coleta. juega, ¡toma! Va y le toca. Eso es tener suerte. Cuando Cheran me dijo que su padre
- Hola, Joe – le saludó él con una sonrisa. acababa de abrir este restaurante, creí que era mejor venir aquí que no dejar dinero en otro,
- Te estaba esperando. ¿Cómo estás? – le estrechó la mano con evidente respeto -. ¿Y tu ¿no te parece?
padre? - Sí – asentí, totalmente de acuerdo.
Sí, era de La Push. Miramos las cartas y, cuando decidimos lo que íbamos a cenar, apareció la camarera para
- Bien, estamos todos bien, gracias. tomarnos nota. Se puso roja como un tomate cuando Jacob empezó a hablarle, y se quedó
- ¡Oh! – volvió a exclamar, mirándome a mí de arriba abajo, deslumbrado -. Esta debe de atónita cuando vio todos los platos que él iba a comer. La cena fue deliciosa y la compañía
ser tu preciosa novia. Renesmee Cullen, ¿verdad? mucho mejor. Me pasé toda la velada riéndome de las anécdotas de la ahora enorme
- Sí – contesté con timidez, a la vez que estrechaba mi mano también con deferencia, cosa manada de Jake, aunque había algún detalle peligroso que se le escapó que no me gustaba
que me pareció un poco embarazosa. tanto. Cuando me percaté, ya lo habíamos terminado todo, postres incluidos, y Joseph le
- Yo soy Joseph Luta, el padre de Cheran – me aclaró -. Pero no os entretengo más. puso la cuenta a él. Alargué la mano para cogerla, sin embargo, él me la apartó, puso el
Seguidme por aquí, os sentaré en vuestra mesa. Ahora lo entendía todo. Por eso el nombre dinero y se la dio a la camarera con rapidez. Ni siquiera me dio tiempo a mirar el importe.
y tema del restaurante y su trato respetuoso, de ahí el enchufe de Jacob. Joseph se - ¡Jake! – protesté -. Creía que íbamos a pagar a medias.
encaminó hacia el comedor y nos condujo hasta un pequeño rincón. Por el camino, me - De eso nada, a esto te invito yo – me respondió, un tanto ofendido.
percaté de que la mayoría de los comensales eran gente joven acomodada. Nos miraban - Pero será caro – me lamenté.
con cierto asombro. Yo no sabía si era por mi atuendo o por mi alto y espectacular novio. - No te preocupes – se acercó a mí -. Además, ya te he dicho que tengo enchufe. Joe me lo
- Es esa mesa de ahí – nos anunció, señalándola con la mano -. Os traigo las cartas ahora ha dejado un poco más barato – confesó con un bisbiseo -. Hace tiempo le arreglé el coche
mismo. Se marchó raudo y nosotros nos sentamos uno enfrente del otro. gratis.
La mesa era para cuatro personas, aunque nos la habían preparado para dos con unos - Ah.
modernos manteles individuales de color rojo, al igual que las servilletas, sobre uno negro - Bueno, ¿nos vamos?
que la cubría entera. Los platos intercambiaban el negro y el rojo y tenían un ribeteo en - Sí – le contesté, poniéndome la chaqueta. Nos levantamos de la mesa y Jake me cogió de
plateado. Me volví para quitarme mi chaqueta negra y la dejé en el respaldo de la silla. la mano para dirigirnos a la zona de la barra. Joseph se despidió de nosotros efusivamente y
Cuando me giré de nuevo y Jake me vio, se le resbaló el tenedor de las manos, el cual cayó nos fuimos. Empezamos a caminar hacia el coche, aunque íbamos sin rumbo.
sobre el plato y produjo un ruido estridente. La gente se dio la vuelta para mirarnos, pero él - ¿A dónde vamos? – le pregunté, acurrucándome debajo del abrigo de su brazo.
ni se dio cuenta, lo único que hacían sus pupilas era repasarme, fascinadas. Me sentí - ¿Qué hora es? – quiso saber.
satisfecha de que mi vestido hubiera causado el efecto que yo esperaba, pero, aún así, se - No lo sé – me encogí de hombros -. No llevo reloj. Se quedó pensativo durante unos
me subió el color a las mejillas. segundos.
- Estás… estás… - balbuceó otra vez. - Podíamos ir a la playa a dar un paseo por la arena, ¿qué te parece? – propuso con una
sonrisa.
- Vale – acepté, encantada. Llegamos al coche en menos de diez minutos, nos subimos y - ¡Jake!
Jake se puso a calibrar el espejo retrovisor. - ¡Mierda! – gruñó. El pie de Jacob se clavó a fondo en el pedal y nuestro coche se separó
- No puede ser – exhaló de repente, mirando por el espejo con cara de malas pulgas. del de mi padre a gran velocidad. Nos reímos mientras él observaba por el retrovisor y yo
- ¿Qué pasa? – me giré para mirar. miraba hacia atrás, y luego nos dimos un beso, contentos. No obstante, la risa se nos apagó
- Es tu padre – resopló, enfadado -. Está detrás de aquel árbol. No podía creerlo. A lo lejos, cuando mi padre se volvió a pegar a nosotros. El móvil sonó en mi bolso.
mi padre nos observaba, escondido tras un árbol. Nos estaba espiando, increíble. Esto ya - Es él. ¡¿Es que no nos va a dejar en paz?! – protesté. Miré hacia atrás otra vez, con el
era el colmo. ¿Es que no podía confiar en nosotros? ¿No podía respetar mis decisiones? Era ceño fruncido. Mi padre estaba cabreadísimo, con su móvil pegado en la oreja. Alcé el mío
mi intimidad, o eso creía yo. El aire empezó a salirme por las narices cuando mi padre para que lo viera bien y le colgué delante de sus narices, lo apagué y lo tiré al asiento
comenzó a asomar de entre las sombras para acercarse, desde esa distancia ya podía trasero. El teléfono de mi padre quedó hecho añicos en su mano. Podía ver sus ojos
escuchar nuestros pensamientos y ya sabía que lo habíamos pillado. Lo hacía a un paso enfurecidos, regañándome y censurándome. Me giré para no ver ese rostro que empezaba a
humano, puesto que había gente por la calle. Rechiné los dientes. A mi padre le parecería darme miedo de verdad y me apreté a Jacob.
una tontería, pero para nosotros era importante. Habíamos estado esperando esta cita toda - ¡RENESMEE, JACOB! – se escuchó bramar a mi padre, tal era la potencia de su voz.
la semana, en realidad, toda la vida, y ahora venía él para estropeárnosla. Una luz roja Aún así, no me volví -. ¡SI NO PARAIS AHORA MISMO…!
parpadeó en mi cerebro como si de una alarma se tratase y, de pronto, se presentó ante mí - ¡Se va a enterar! – exclamó Jake, cortándole. Entonces, pulsó un botón rojo que había en
una idea tan disparatada e insensata, que se me antojó muy tentadora, tanto como la sangre el salpicadero y el Ferrari salió como un cohete hacia delante, dejando a mi padre con la
de Jacob. Mi corazón bombeó la adrenalina de mis venas con fuertes latidos, haciendo que palabra en la boca.
ésta se esparciera por todas las células de mi organismo, llenándolas de locura. Sí, era - ¡Sí! – grité, riéndome, mirando por la luna trasera. Los árboles de la carretera pasaban a
peligroso, y eso lo hacía excitante e irresistible, igual que el ardiente deseo que sentía en toda mecha, sin embargo, el motor apenas emitía ruido alguno. Mi padre nos seguía,
esos momentos por Jake. Jacob hizo amago de salir por la puerta para hablar con mi padre, aunque de más lejos. Continuamos así hasta que llegamos a Forks.
pero le agarré del brazo y no le dejé. Teníamos que huir de allí. Huir juntos. - ¡Nos va a perseguir hasta el fin del mundo! – me quejé -. ¡No hay forma de quitárnoslo de
- ¡Vámonos de aquí, Jake! – clamé, entusiasmada ante la alocada idea. encima!
- ¿Qué? Ya nos ha visto, ¿estás loca? – cuestionó, aunque podía advertir un matiz de - Hasta el fin del mundo, no – afirmó Jacob, sonriendo con seguridad -. Hay un sitio en el
excitación en sus ojos. que no puede entrar.
- Sí, estoy loca. Estoy loca por ti y por estar contigo – admití, nerviosa e impaciente al ver - ¡La Push! – adiviné entre risas.
que mi padre se acercaba. Lo hacía sigilosamente, como si estuviera esperando a la - Exacto.
respuesta de Jacob.
- ¡Huyamos juntos, Jake! – le imploré con entusiasmo. Me pegué a él y le acaricié la sien IMPROVISACIÓN
con mi frente efusivamente -. Quiero estar entre tus brazos ya – le susurré apasionadamente
al oído. Mi padre se abalanzó hacia el Ferrari a la vez que Jake ponía el coche en marcha y En cuanto pasamos la frontera quileute, mi padre frenó en seco y nosotros nos reímos con
metía marcha atrás. satisfacción. Me pegué a Jake y comencé a darle besos cortos en la mejilla y la mandíbula.
- Vámonos de aquí, preciosa – accedió, girándose y pisando el acelerador a fondo. Me El coche avanzó rapidísimo por la carretera de La Push y se desvió por la carretera de
agarré bien a Jacob para no estamparme en el salpicadero. El chirrido de los neumáticos fue Mora, hasta que llegamos al final de ésta y Jacob aparcó en el pequeño parking de Rialto
ensordecedor cuando el coche salió despedido hacia atrás, y todas las personas que pasaban Beach. La sensación de la adrenalina era tan fuerte, que nos bajamos del Ferrari, nos
por allí se quedaron mirando. Mi padre se detuvo a un palmo de la parte trasera del descalzamos por el camino, bajamos volando hacia la playa, saltando y sorteando los
vehículo y se marchó como una bala humana en la dirección opuesta. troncos blanquecinos de diferentes tamaños, y corrimos durante un rato por esa orilla de
- ¡Corre, se ha subido a su coche! – le avisé. El Ferrari se movió rápidamente por las calles arena oscura y piedrecillas, carcajeándonos.
de Port Angeles, sin embargo, no podíamos ir más deprisa por culpa de los peatones y - ¡Lo conseguimos! – grité, emocionada, lanzándome a sus brazos. Jacob me elevó por el
semáforos que no nos quedaba más remedio que respetar. Miré atrás varias veces, lo aire y dio unas cuantas vueltas mientras nos reíamos, hasta que me dejó en la arena.
teníamos a dos coches de distancia. En cuanto salimos de la ciudad, Jacob pisó el - Estamos locos, ¿lo sabías? – murmuró, acercando su rostro al mío con efusividad.
acelerador y en un segundo estábamos volando por la carretera. El Volkswagen marrón - Yo sólo estoy loca por ti – susurré, ansiosa, estampando mis labios en los suyos para
metálico de mi padre apareció enseguida, aunque no conseguía ponerse a nuestra altura. besarlos con avidez. Me pegué a él con tanto énfasis, que Jacob se vio obligado a
- Jake, está detrás de nosotros – anuncié, preocupada. retroceder un paso y terminamos cayéndonos en la blanda arena empapada de la orilla. Aún
- Tranquila, nena – me calmó con una sonrisa maliciosa -. Su coche no puede competir con así, no despegamos nuestras hambrientas bocas.
este. De repente, el vehículo marrón aceleró y se quedó casi pegado al nuestro. Se notaba Mientras estaba encima de él y le besaba, aproveché para desabrocharle la camisa. El agua
que lo conducía un vampiro, dada la precisión para no colisionar. que le llegaba no parecía molestarle en absoluto cuando deslicé mi boca y mi lengua por su
agitado pecho desnudo, ya mojado. La espuma de las olas bañaba su cobriza piel y la hacía los troncos más grandes que había esparcidos por la arena y que configuraban aquel rincón
más apetecible. Sus manos escalaron por la parte trasera de mis muslos, alzando la tan íntimo.
chorreante falda de mi vestido a su paso, y me estremecí. Volví a sus labios y me friccioné - Aquí no tendrás frío – me sugirió con una sonrisa, abriendo los brazos.Le correspondí la
hacia delante con su ayuda, a los dos se nos escapó un gemido sordo. Pasé a recorrer todo sonrisa y me senté sobre él, apoyando la cara en su amplio y cómodo hombro, con la frente
su cuello con mi boca y nuestros labios acabaron encontrándose de nuevo entre los jadeos. pegada a su cuello, y fundiendo mi cuerpo con su pecho seco y calentito. Su acogedor
Todo él sabía salado, su pecho, su cuello, su boca. Todo excepto su lengua, ésta era abrazo ya empezaba a calentarme.
húmeda, suave, tórrida y dulce, lo mismo que su aliento. Sus manos subieron y desataron - ¿Estás mejor? – murmuró, frotándome la espalda.
con facilidad el lazo de mi chaqueta, tirando de uno de los extremos. Me la quitó de un solo - Sí, así se está en la gloria – confesé, casi ronroneando -. Me quedaría aquí contigo para
movimiento y yo le ayudé, sacando mis brazos de las mangas. Se giró y se colocó sobre mí, siempre.
entre mis piernas. Ahora las olas bañaban mi cuerpo, sin embargo, y a pesar de que el agua Giré mi rostro e inhalé su maravilloso olor, ahora estaba mezclado con el salitre del mar.
estaba helada, no tenía ni una gota de frío. Yo ardía como una llama de fuego. Me despegué un poco de él, llevando mi cuerpo hacia atrás, y comencé a recorrer su
Nuestras bocas se movían ardientes, intercambiando bravías expiraciones. Bajó los gruesos increíble torso con mi boca y mi lengua para saborearlo. Pude notar cómo se estremecía
tirantes de mi vestido y dejó todo mi pecho al descubierto, tocándolo a su paso. Abandonó con mis caricias y todo mi ser palpitó alocado. Escalé su pecho y su cuello y lancé mis
mis labios para deslizar su boca y su lengua por el mismo, eso me excitó tanto, que me labios a los suyos.
aferré a su espalda y a su pelo y mi cuerpo se arqueó hacia atrás; mis piernas se abrieron - Espera – me paró de pronto, sujetándome con delicadeza por los hombros -. Tengo que
más en respuesta. El agua consiguió llegar a toda mi cabeza y mi pelo se mezcló con la decirte una cosa antes de que empecemos.
arena y la espuma de las olas que lo azotaban. Su palma reptó por mi pierna y volvió a - ¿Qué pasa? – pregunté, extrañada. Entonces, me acordé de las palabras de sus amigos en
arrastrar la falda hacia arriba, deslizándose por la media. Se topó con el liguero, pero eso el bosque -. Ah, ya sé. ¿Es porque eres virgen? – aventuré, sonriendo -. No te preocupes, a
no fue impedimento para él, metió la mano por debajo de la cinta roja y me acarició el mí no me importa – afirmé, besándole otra vez -. Si te digo la verdad, me encanta que
muslo. Volví a estremecerme al notar su ardiente tacto sobre la parte de mi piel desnuda. hayas esperado por mí - ronroneé en sus labios -. Me encanta ser la primera y única para
Sus labios empezaron a subir más despacio, parándose un rato en mi cuello, hasta que ti… Me despegó de nuevo con el mismo mimo.
regresaron a los míos. - No. Bueno, quiero decir, que sí, soy virgen, pero eso no me preocupa nada. Te he
- Espera – me susurró. Me subió los tirantes del vestido, se incorporó, cogiendo mi esperado todos estos años porque quería que fueras tú y sólo tú, jamás podría entregarme a
chaqueta empapada, y me levantó para tomarme en brazos. otra mujer, y esperaría otros cien, si tú quisieras. Quiero que esto sea muy especial para los
- No quiero que pases frío – murmuró. dos. Pero no se trata de eso - agachó la cabeza, parecía algo nervioso -. Lo que quiero… es
- No tengo nada de frío – susurré, besándole a la vez que me asía bien a su cuello. Jacob decirte algo. Me separé un poco más para verle mejor el rostro.
comenzó a caminar hacia un rincón escondido que había entre todos aquellos enormes - ¿Decirme algo?
trozos de árboles blanquecinos, en una zona donde la arena todavía era fina y no había esos - No tenía pensado decírtelo todavía, esto no lo tenía planeado, es totalmente improvisado,
cantos de piedra más grandes, propios de Rialto Beach. Volvió a soltar mi boca. ¿vale? No sé cómo me saldrá. Sé que sólo llevamos una semana como novios, pero es que
- Espera aquí – me dijo, dejándome de pie en el suelo, al borde de los pinos que si no te lo digo ya, reviento – quitó mis brazos de su cuello y me cogió las manos -. No
delimitaban la playa -. Vengo enseguida. Me dio un beso corto y salió como una bala hacia quiero que pienses que tengo prisa, ni nada de eso – le dio la vuelta a mi muñeca derecha y
el parking. Una pequeña brisa pasó a través del bosquecillo y me dio un respingo. Sí, la empezó a desabrocharme la pulsera. Le miré sin comprender -, aunque tampoco quiero que
verdad es que ahora tenía frío. Me froté los brazos con las manos, aunque estaba tan pienses que lo hago a lo loco, sé muy bien lo que hago y quiero hacerlo, le he estado dando
empapada, que poco podía hacer. Reuní todo lo que pude de la falda de mi vestido y la vueltas desde siempre – deslizó el aro de cuero por mi mano y mi muñeca quedó desnuda,
retorcí para escurrirla. Lo mismo hice con mi pelo. Jake llegó con una enorme manta que vacía, casi huérfana.
había sacado del maletero y volvió hacia mí corriendo. - ¿Por… por qué me quitas la pulsera? – inquirí, confusa. Jacob cogió mi mano derecha, se
- Es mejor que te sientes aquí – me aconsejó mientras extendía la tela de lana tratada en la inclinó un poco hacia mí y me clavó su intensa mirada con resolución. Entonces, todas mis
arena seca -, así no tendrás tanto frío. Se adentró un poco entre el boscaje a toda velocidad mariposas, más otras que creía que ni existían, se revolvieron por mi cuerpo cuando supe
y yo le hice caso. Me senté en la manta, sujetándome las rodillas con las manos. Regresó al con certeza lo que íba a pedirme. Mi corazón empezó a saltar como nunca y me quedé sin
poco con un montón de ramas secas y las apiló a nuestros pies para hacer una hoguera. aire.
- Es una suerte que Alice tuviera una manta y un mechero en el coche, ¿no crees? – - Renesmee Carlie Cullen, ¿quieres casarte conmigo? – murmuró con voz firme. Mis
declaró, sonriente, mientras encendía la madera. pulmones no pudieron reaccionar y me quedé sin habla. Jacob siguió con su improvisado
- Sí, si no fuera porque sabemos que no puede, creería que nos ha visto el futuro – me reí. discurso, clavándome la misma mirada.
Sopló un poco hasta que la hoguera prendió del todo, con una llama azul debido a la sal de - Sé que yo no tengo dinero, ni nada. No puedo ofrecerte una casa grande, ni cochazos, ni
los leños, se quitó la camisa mojada y se sentó a mi lado, descansando la espalda en uno de vestidos caros. Lo único que puedo ofrecerte, lo tienes delante. Pero yo te quiero con toda
mi alma, estoy imprimado y enamorado de ti, daría mi vida por ti sin pensármelo ni un a este punto, era una tontería cumplir su horario. Solamente nos acompañaba el sonido de
segundo y sé que te haría feliz, Nessie – abrí la boca para contestar, sin embargo, me puso las olas rompiéndose en la orilla, la brisa marina agitando las hojas de los árboles, el
el dedo en los labios y no me dejó -. Si aceptases, no digo que tuviéramos que casarnos chasquido de aquel mágico fuego azul verdoso y el calor, mucho calor. De repente, cuando
ahora, podríamos esperar el tiempo que tú quisieras, somos muy jóvenes y tenemos muchos Jake ya me estaba acariciando la espalda y estaba apunto de hundir su rostro en mi pecho,
años por delante, ya te digo que no tengo prisa; podrías ir a la universidad, trabajar o lo que me asusté y me volví a pegar a su torso ipso facto.
quisieras, yo te esperaría los años que hicieran falta. También sé que nuestro vínculo ya es - ¿Qué pasa? – preguntó, extrañado.
increíblemente fuerte y que no necesitamos hacerlo, pero yo querría casarme contigo, si tú - ¡Menos mal que te encuentro, tío! – exclamó Seth, parándose a nuestro lado. No sé la cara
me aceptas. Y si no me aceptas, no pasa… Le corté, abrazándole con fuerza y lanzándome que puso Jacob, puesto que yo la tenía fijada a su clavícula, tan roja, que hasta su piel me
a sus labios para besarle con entusiasmo. Tuve que obligarme a despegarme, para darle mi pareció fría en ese momento. Si lo del otro día en el bosque ya me había parecido
respuesta. vergonzoso, ahora esto. Otro cotilleo más para la manada. Jake me apretó contra su pecho y
- Sí – exclamé, frotando su frente con la mía. me tapó con sus brazos.
- ¿Sí? – preguntó sin creérselo -. ¿Te… te casarás conmigo? - ¡Maldita sea, Seth! – bueno, podía imaginarme su semblante perfectamente -.
- Sí, sí quiero – contesté con la voz rota, abrazándole de nuevo. ¡¿Qué narices estás haciendo aquí?! – gruñó, seguramente sustituyendo el vocablo que iba
- Nessie… - susurró con alegría. a utilizar por ese mucho más suave, ya que yo estaba delante -. ¡¿No ves que estamos muy
Hundí mi rostro en su hombro y me puse a llorar de felicidad como una idiota cursi ocupados?! ¡Mejor dicho, como hayas mirado algo, te juro que te despellejo vivo! – le
mientras él me rodeaba con sus impetuosos y cálidos brazos. Esto era algo que ni siquiera gritó, estrechándome aún más. Me subí el vestido como pude, sin despegarme de él, y reuní
se me había pasado por la cabeza, al menos, no tan pronto. Sin embargo, no lo dudaba ni un el suficiente valor para girar mi rostro rojo, pero enfadadísimo, con el fin de mirar
momento, lo tenía tan claro. Quería casarme con él. ¿Cómo no iba a querer? Le amaba con al oportuno de Seth.
toda mi alma, estaba locamente enamorada de él, desde el mismo día en que había nacido y - No he visto nada, lo juro – aseguró, un tanto amilanado, levantando las manos -. He
le había visto por primera vez. Recordé la boda de Rachel y Paul y lo que sentí cuando me venido porque tengo algo que decirte, y no veas cómo me ha costado encontrarte. He
vi en el altar junto a Jake. Sí, nuestro vínculo era irrompible, pero, aún así, quería casarme estado dando vueltas por toda la reserva, me he transformado para ver si habías cambiado
con él, quería ser su mujer y que él fuera mi marido. Aunque eso ya fuera dentro de unos de fase, me he vuelto a transformar, he ido hasta tu casa…
años, claro. Jacob me separó y me enjugó las lágrimas con los dedos. Metió la pulsera por - ¡Bueno, vale ya! – bufó Jacob -. ¡Suéltalo pronto y ve al grano, estoy muy ocupado!
mi mano y la volvió a anudar en mi muñeca derecha. El nudo se apretó él solo. - No os interrumpiría si no fuera algo importante – declaró Seth con el semblante serio.
- Guau – dijo, sorprendido. Jake también cambió el gesto y se incorporó un poco.
- Es una pulsera mágica – le recordé, sonriéndole. - ¿Qué pasa? ¿Es algo de la manada? ¿Ha pasado algo? Me separé de él, mirando a Seth,
- Ya, pero es que verlo tan directo… Subí mis brazos a su cuello y me arrimé a él. ahora con preocupación. Entonces, éste bajó sus pupilas de chocolate hasta las mías.
- Te quiero, Jacob Black. - Es tu padre. Me ha llamado. Jacob y yo nos quedamos inmóviles, mirándole.
- Y yo a ti, Nessie Cullen. - Bah, piérdete Seth – le exhortó Jake, apoyándose en el tronco otra vez.
- Llámame Nessie Black – le susurré en los labios. - Quiere que vayáis a casa ya, palabras textuales – siguió su hermano.
- Eso suena muy, pero que muy bien – murmuró, pasándome su labio inferior por los míos - ¿Es que ahora eres su recadero? – le criticó con sarcasmo -. Pues vete a llamarle y dile
–. Vuélvelo a decir. que en estos momentos no podemos atenderle.
- Nessie Black… – repetí, ya sin aire. - Alice ha tenido una visión. Nuestras miradas se encontraron con desasosiego y una mueca
- Sí, suena genial – susurró, besándome despacio. Volvió a reposar su espalda en el tronco de pesar se apoderó de nuestros rostros mientras suspirábamos con resignación. Lo que iba
blanquecino, llevándome con él -. Bueno, ahora ya podemos seguir. ¿Por dónde íbamos…? a ser una noche perfecta, se había terminado.
Me separé de sus labios, me arrastré un poco hacia atrás y comencé a recorrer su pecho con - ¿Una visión? ¿Te ha dicho de qué? – interrogué, levantándome. Jacob también se puso en
mi boca y mi lengua de nuevo. pie y echó arena sobre la hoguera para apagarla.
- Estaba saboreando tu piel… - No, sólo me ha dicho que vayáis a casa ya, palabras…
- Ah, sí… Y eso me volvía loco… - Vale, vale, palabras textuales – resopló Jake, recogiendo su camisa y mi chaqueta aún
- Luego, pasaba a tu cuello… mojadas y rebozadas en esa arena gris. Hice lo mismo con la manta, la sacudí y la doblé lo
- Eso ya me ponía a cien… mejor que pude. Jacob la cogió para llevarla y me tomó de la mano. Me percaté de que yo
- Y después, iba a hacer esto… Despegué mis labios de su cuello, me volví a arrimar bien a misma iba hecha unos zorros. Mi vestido rojo, al ser de gasa, estaba casi seco gracias al
él y me bajé el vestido poco a poco hasta la cintura. Jacob me observó, maravillado. calor de Jacob y la hoguera, pero estaba completamente arrugado y lleno de arena, eso sin
- Eso ya son palabras mayores, preciosa… Por fin estábamos solos, y teníamos toda la mencionar mi pelo. Mientras caminábamos hacia el parking, zarandeé mi vestido con brío
noche por delante, puesto que ya habíamos infringido muchas leyes de mi padre y, llegados y después agité mi enredado cabello. Lo dejé cuando vi que todo esfuerzo por mejorar eso
era inútil. pasado esta noche – admitió, mirándome con acusación -. El licántropo sigue matando en
- ¿Qué habéis hecho? – se rió Seth, mirándome de arriba a abajo -. Parece que vengáis de la Seattle y Port Angeles, no lo olvides, por lo que Nahuel también andará cerca. No me hizo
selva, como una de esas pelis de Indiana Jones – luego, se dirigió a Jake -. A ti sólo te falta falta ni quererlo para ver lo que gritabais en vuestras mentes cuando salíais de casa –
el sombrero y el látigo. aseveró con desagrado -. Era evidente que tú no ibas a prestar atención a otra cosa. Mi
- Muy gracioso – contestó éste en tono irónico mientras su amigo se reía. madre se cruzó de brazos, enfadada, mirando hacia otro lado.
- Bueno, ya me enteraré cuando patrullemos mañana. Mi rostro se giró súbitamente hacia - Eso te crees tú – se defendió Jake.
Jake y le hice un gesto de advertencia. - Te aseguro que lo sé muy bien – reiteró mi padre, enojado -. Sólo pensabas en eso, no lo
- Tranquila, me pondré los auriculares – me aseguró con un cuchicheo. niegues. Hasta ibas preparado.
- ¡Uah! ¡El Ferrari de Alice! – exclamó Seth, acercándose al coche con entusiasmo. Éste - Por supuesto, yo siempre llevaré protección, por si acaso surge – rebatió sin cortarse un
abrió la puerta y echó mi asiento hacia delante. pelo -. Así que puedes quedarte tranquilo en eso. Noté el rojo fuego llameando en mi rostro
- ¿A dónde vas? – quiso saber Jacob, mosqueado. y el rechinamiento de dientes de mi madre.
- Voy con vosotros – respondió Seth con un pie ya metido dentro. - Por lo menos, eres responsable en algo – exhaló mi padre, rindiéndose a disgusto.
- No, no, no. Tu misión acaba aquí – objetó él con reticencia, guardando la manta en el - Si venías para guardarnos las espaldas, ¿por qué no lo dijiste? – cuestioné a modo de
maletero. protesta, para cambiar de tema.
- Y luego dices que no te gusta mandar – se quejó Seth, saliendo del coche a regañadientes. - Intenté hacerlo, ¿recuerdas? – me recordó con tono inculpador -. Pero salisteis huyendo y
- Muérete de la envidia, chaval – le respondió Jacob, sonriente, subiéndose al Ferrari. Cerré después me colgaste el teléfono. Mi mente empezó a sufrir un ataque de arrepentimiento y
mi puerta y arrancó el coche, haciéndolo rugir un poco para ponerle los dientes largos a su culpabilidad.
hermano de manada. - Bueno, fue un malentendido y lo sentimos mucho. ¿Podemos irnos ya? – preguntó Jacob,
- No seas malo, Jake – le regañé con una risilla. cansado.
- Tengo que aprovechar mi momento – se defendió con su sonrisa burlona, dando marcha - No, hay otro tema que os queríamos comentar – intervino mi madre, agarrando la mano
atrás -. No creo que pueda volver a coger un Ferrari en mi vida. de mi padre. De repente, sus rostros cambiaron. Me recordaron a esos semblantes afligidos
Me despedí de Seth con la mano mientras Jake pisaba a fondo y salíamos disparados por la y casi atormentados que había visto el otro día.
carretera de La Push de regreso a mi casa. No me arrepentí de nada de lo que habíamos - ¿Qué ocurre? – interrogué con preocupación. Jacob frunció el ceño para estudiar sus
hecho hasta que pusimos los pies descalzos en mi casa. Me invadió un miedo terrible y expresiones y apretó mi mano. Mis padres se miraron y mamá le hizo un gesto con la
apreté los dedos entrelazados de Jake. Mis padres apartaron la vista cuando me vieron, cabeza para que hablara él.
exhalando audiblemente con desaprobación y crítica. Jacob sólo llevaba puesto el pantalón - Nos mudamos – anunció. Un glaciar gélido recorrió todo mi cuerpo -. Ya no podemos
y mi vestido era todo un cirio. Menos mal que el resto de mi familia no estaba. quedarnos aquí por más tiempo, nos han visto demasiado en este pueblo y Carlisle no
- ¿Qué habéis estado haciendo? – quiso saber mi madre, mirándonos con unos ojos llenos puede seguir en ese hospital, la gente empieza a sospechar. Además, estamos llamando
de condena. demasiado la atención de otros vampiros y ponemos en peligro a la gente de Forks y a los
- Es mejor que no lo sepas – suspiró mi padre, irritado, frotándose la frente con la mano. lobos, eso sin mencionar a los Vulturis.
- ¿Dónde están todos? – pregunté con aires de sospecha -. Alice ha tenido una visión, ¿no? - ¿Cuándo? – inquirí, con la mente embarullada de sensaciones y sentimientos.
¿O era una trampa para que viniéramos? - Cuando terminemos con el asunto de los Vulturis – contestó mi madre -. Nos
- No, es cierto. Alice ha tenido una visión – contestó mi padre con el rostro tenso -. Pero marcharemos a Alaska, quiero retomar mis estudios e ir a la universidad – empezó a
antes queríamos hablar con vosotros a solas. explicar, más relajada y alegre -. Bueno, tu padre también asistirá a las clases conmigo, y
- No tenemos nada de qué hablar – contesté, enfadada, tirando de Jake para subir a mi puede que tú coincidas con nosotros dentro de dos años, cuando también vayas a la
habitación. Mi padre se puso frente a nosotros y nos cortó el paso. universidad. A lo mejor nos toca en alguna clase juntos, ¿te imaginas? – se rió -.
- Os habéis comportado como críos – criticó, cabreado. Tendremos que decir que somos primos. Noté el temblor en la mano de Jacob. Nos
- ¡¿Cómo habéis podido huir de tu padre?! – voceó mi madre, furiosa, poniéndose junto a apretamos los dedos con tanta fuerza, que nuestras manos se podrían fundir perfectamente.
él. - Pero yo… no voy a ir…
- ¡No, ¿cómo ha podido él ir a espiarnos?! – rebatí. - Bueno, no importa. Lo que tú quieras – siguió ella con el mismo tono -. Todavía tienes un
- No fui a espiaros – afirmó, indignado -. Fui para protegeros. año de instituto para pensar en la universidad. Ya verás cómo te gusta el instituto de allí,
- ¿Protegernos? – exhaló Jacob, riéndose con incredulidad mientras negaba con la cabeza. está muy bien. Enseguida harás amigos, estoy segura. La gente de allí…
Entonces, se mordió el labio y se puso serio -. Me parece que lo que pasa es que la - Bella – le interrumpió mi padre, agachando la cabeza -. No la has entendido – anticipó.
quieres proteger de mí, ¿no es eso? - Yo no voy a ir a Alaska – afirmé con seguridad -. Me quedo con Jacob en La Push. Mamá
- No, Jacob. Ya me he dado cuenta de que eso es imposible, sobretodo después de lo que ha levantó el rostro con un movimiento casi imperceptible para mirarme con desconcierto.
- ¿Cómo? ¿No vas a venir? Pero nosotros somos tu familia. Mi padre se alzó con asombro, - Ya nos buscaremos un sitio – replicó él, frunciendo el ceño sin comprender.
adelantándose a las palabras que mi mente estaba mezclando. No parecía disgustado del - ¿Y eso es lo que le vas a ofrecer a mi hija? – le reprochó -. ¿Ese es el futuro que le vas a
todo. dar?
- Jacob me ha pedido que me case con él y he aceptado – anuncié. - ¡Ese es el futuro que yo quiero! – protesté, alzando la voz.
- ¿Qué? – murmuró ella, descompuesta. - ¿Ah, sí? ¿Y vais a vivir del aire? – continuó ella -. Porque para comprar cosas como una
- Aunque si no me lo hubiera pedido, me hubiese quedado con él igual – reconocí casa, hace falta dinero.
abiertamente. - Puedo trabajar en un taller hasta que ahorre lo suficiente para poner mi propio negocio –
- Bueno, era evidente, al ritmo que vais… – suspiró mi padre -. En fin, supongo que me alegó Jake, muy acertadamente -. Lo haría rápido, tengo muy buena reputación en La Push,
pedirás su mano como es debido. y ya sabes que salimos muy económicos en comida y calefacción – concluyó con una
- ¿Qué dices, tío? – se rió Jacob, frunciendo el ceño, alucinado -. Ni que estuviéramos en la sonrisa triunfal. El golpe que asistió Jake la dejó un poco K.O. y mamá tuvo que pensar en
edad media. su próxima embestida.
- Está bien, no quiero menospreciar su elección. Pero al menos podías pedirme mi - ¿Y qué pasa con Renesmee? – siguió al fin -. ¿Va a estar esperándote en casa toda la vida
bendición, ¿no? – le instó con educación. a que llegues de patrullar o de trabajar?
- Yo no necesito la bendición de nadie – le contestó, más serio -. Además, te recuerdo que - Si quiere, trabajaría conmigo en mi taller – empezó a exponer -. Le he enseñado todo lo
ya me diste tu palabra. que sabe de mecánica, además, se nos da muy bien trabajar juntos, nos compenetramos
- ¿Cuándo? – preguntamos mamá y yo a la vez, ella con enfado y yo con perplejidad. muy bien.
- El día que Carlisle nos explicó todo ese rollo de los genes – aclaró, sonriente -. Me - ¡Sí, me encantaría! – le miré emocionada, como si ya lo estuviera viendo.
acuerdo perfectamente de nuestra conversación mental. Yo iba a salir tras el licántropo y tú - ¿Qué taller? Todavía no lo tienes, Jacob – quiso hacernos recapitular.
me dijiste que no querías que Nessie se quedara viuda antes de tiempo. Así que te - Estaremos juntos mucho tiempo, nena, será genial – me dijo con sus ojos centelleantes
pregunté: No es que me importe, pero, ¿dejarías que se casara conmigo, aunque eso mientras me agarraba por la cintura, haciendo caso omiso a las palabras de mi madre.
supusiera que tuvierais que renunciar a ella para siempre?, así, con estas palabras – mi - Sí – le sonreí, mirando mis adoradas pupilas negras, embobada. Mi cerebro se vació de
padre suspiró con resignación -. Y tú contestaste que sí. Luego, te pregunté si creías que todo y actuó por su cuenta cuando Jacob acercó su rostro y nuestros labios empezaron a
ella se casaría conmigo, que si creías que ella me quería, y me dijiste que eso no me lo moverse juntos, esa hechizante energía era demasiado fuerte, aunque no pude evitar
podías decir, que no te estaba permitido. ¿No te acuerdas? Porque yo sí que me acuerdo, escuchar el suspiro desesperado de mi madre y el carraspeo de incomodidad paternal. En el
perfectamente. Lo tengo todo grabado aquí – se señaló la cabeza con el dedo -. Después, momento en que mi cuerpo se pegó al suyo y mi mano se aferró a su pelo, mi pulsera vibró
me diste tu palabra. Como ves, no se me ha olvidado. con más insistencia y un brazo pétreo y frío se interpuso para apartarle de mi lado. Jake
- Siempre me ha asombrado tu increíble memoria, Jacob – admitió a regañadientes. respingó por ese contacto helado.
- Tengo bastante coco, sí – respondió él con una amplia sonrisa de satisfacción. - Jacob, ven con nosotros – le imploró mi madre con impaciencia, arrebatándomelo por los
- Entonces, sólo me queda daros la enhorabuena – nos felicitó, aunque percibí un matiz de hombros. Mi novio la miró, sin comprender su reacción. Mis pestañas no dejaban de
amargura por la inminente pérdida de su hija -. Me alegro de que al menos hagas algo bien moverse, atónitas. Esto ya me superaba.
– le dijo. - Bella, por favor – le rogó mi padre, ahora interponiendo él su brazo para separarla de
- Hombre, gracias – le respondió Jacob con sarcasmo. Mi aro de cuero rojizo comenzó a Jacob.
vibrar. Por supuesto, no me fue difícil deducir el por qué. El rostro de mi madre reflejaba - Si él viene, ella vendrá y no la perderemos – manifestó con un nudo en la garganta. Mi
con claridad la decepción y la desesperación. Caminaba nerviosa, metiendo la mano entre padre la abrazó y ella hundió el rostro en su torso. Jake volvió a mi lado, me cogió de la
el pelo. mano y nos quedamos mirando la estampa, desconcertados y contrariados. Yo sobretodo,
- ¿Cuándo… cuándo os vais a… casar? – le costó decir la palabra. porque mi pulsera vibraba intermitentemente, como con dudas. Los sentimientos
- Todavía no tenemos fecha – admitió mi novio, encogiéndose de hombros -. Puede que encontrados de mi madre debían de estar haciéndola un lío a ella también. No pude evitar
dentro de unos años, no sé. En realidad, todo ha sido improvisado. No tenía pensado… sentir lástima por mamá.
Sólo vi un borrón moverse y mamá ya estaba frente a Jake. - Ya sabíamos que esto iba a pasar – le recordó mi padre entre susurros -. Era de esperar,
- O sea, que se lo has pedido y, ¿ya está? – desaprobó ella enérgicamente, interrumpiéndole sobretodo después de ver que ella también está imprimada.
-. ¿No tienes nada planeado? - Lo sé, pero si él se viene…
- No te sigo. - Mamá, mi sitio está con él, y Jake tiene que estar con su manada – le interrumpí -. Jamás
- ¿Dónde vais a vivir, Jacob? – le preguntó con acidez -. ¿Vais a ir a la pequeña casa de le pediría que dejara a su tribu para irse conmigo.
Billy? - Yo lo dejaría todo por ti, tú eres lo primero – afirmó Jacob.
- Bella – intentó calmarla papá, cogiéndola del brazo. - Lo sé. Pero tú eres el Gran Lobo y no puedes abandonar a tu manada, no lo permitiría.
Ellos te necesitan, y yo no seré tan feliz en ningún sitio como en La Push. Jacob me sonrió. pantalones vaqueros cortos -. Estoy tan acostumbrado a que me vean desnudo, que ya ni lo
- No quiero perderte – murmuró ella con un hilo de voz. Suspiré y puse los ojos en blanco. noto.
- Venga ya. No hagas un drama de esto – resoplé -. Podéis venir a vernos siempre que - Sólo he dicho que me pillaste desprevenida, no que no me guste o me sienta incómoda –
queráis. ¡Por Dios, sois ricos! – exclamé, harta, alzando mi brazo libre -. Podéis coger un confesé con una sonrisilla, apoyándome en el marco de la puerta. Jacob sonrió. Entonces,
avión cuando se os antoje, nos llamáis y quedamos en algún sitio. No es tan grave, no os reparé en algo en lo que nunca me había parado a pensar.
vais a Marte, ni nada de eso. Y a La Push también llega Internet, ¿sabéis? Hay una cosa - ¿Y… Leah también te ha visto desnudo? – quise saber, mordiéndome el labio.
que se llama Chat, Webcam y eso que está muy bien – dije con ironía para bromear un - ¿Es que te molesta eso? – y me miró con su sonrisa torcida.
poco. - Bueno, que otra mujer pueda ver a mi chico desnudo, no es que me haga mucha gracia, la
- Tiene razón – secundó mi padre, sonriéndola, mientras la sujetaba por la barbilla -. verdad – reconocí -. Y menos si a esa mujer le gustabas.
Podemos venir todos los fines de semana, si quieres. - Hace años que ya no le gusto – se rió -. Además, ahora tiene novio y te aseguro que está
- Tampoco os paséis, ¿vale? – reclamó Jake -. Nosotros también queremos nuestros muy enamorada de él.
momentos, ¿sabéis? - Mejor – se me escapó con una sonrisita un tanto maquiavélica. Su sonrisa se amplió.
- ¿Era por eso? ¿Por eso teníais esas caras el otro día? – interrogué con un poco de sorna. - No te preocupes, Leah nos ha visto a todos, está curada de espanto.
Mi madre sonrió un poco, y juraría que la vi algo ruborizada. - ¿Y vosotros también la habéis visto a ella?
- Vaya unos blandengues – me reí. - Sí, claro – se encogió de hombros -. Bueno, ella siempre se esconde, pero ya estamos muy
- ¡Jacob, ¿puedes dejar de recordar eso, por favor?! – protestó mi padre de repente -. ¡Soy acostumbrados. A estas alturas, ninguno se fija en que es una chica. Es uno más. Aunque
su padre! procuramos mirar hacia otro lado cuando no le queda otro remedio que cambiar de fase
- Pues deja de meterte en mi mente – se quejó éste -. Además, ahora ya no me puedes decir delante nuestro. Por respetar un poco su intimidad y todo eso, ya sabes.
nada, voy a ser su marido. La verdad es que sonaba tan bien. - Pobre Leah – me compadecí -. No me gustaría estar en su pellejo. Debió de pasarlo fatal
- ¿Qué está pensando? – quiso saber mi madre, molesta. al principio. Encima de haber tenido que enfrentarse a la tortura de estar con su antiguo
- Mejor no te lo digo – le previno. Luego, se dirigió a Jake con voz áspera -. Todavía no amor, escuchando y compartiendo los pensamientos de ambos, tuvo que soportar las
estáis casados, así que por supuesto que puedo. miradas y, en consecuencia, inevitables juicios de los chicos.
- Sí, sí, vale – replicó con pasotismo -. Bueno, ¿podemos hablar de la visión de Alice de - No te preocupes, ahora los tiene a todos a raya – aseguró, riéndose, mientras se ponía la
una vez? – resopló para cambiar de tema. camiseta. Parecía que me hubiera leído el pensamiento, como siempre.
- Primero creo que sería mejor que os ducharais y os cambiarais – sugirió mi padre -. - ¿Ya estás? ¿Podemos bajar?
Tenéis un aspecto horrible. Mientras, yo llamaré a los demás. - Sólo una cosa – dijo, cogiéndome del brazo. Tiró hacia él, haciéndome entrar en el
- Sí, buena idea – aprobé con las mejillas encendidas. vestidor, cerró la puerta y me empujó con suavidad para acorralarme contra la misma.
- Eso, vamos – me dijo Jake, sonriente, tirando de mí para subir las escaleras. Empecé a hiperventilar cuando se pegó a mí -. Sólo quiero besarte antes de bajar ahí abajo
- ¡Jacob! – bufó mi padre de nuevo -. ¡Para de una vez! – me susurró con su voz ronca, pegando la frente a la mía.
Los coloridos insectos de mi estómago aletearon con ímpetu cuando su abrasador aliento
CASTIGO empezó a acariciar mi boca. Frotó su suave y ardiente labio inferior con mucha calma por
los míos, cosa que me recordó a nuestro primer beso, y todo mi cuerpo se estremeció; mis
La ducha fue una maravilla. Parecía que me hubiera quitado un kilo de cemento de la pulmones no pudieron evitar soltar un estimulado suspiro. Deslicé la punta de mi lengua
cabeza y el cuerpo. Cuando me puse el chándal, me sentí limpia, calentita y cómoda. Salí con la misma lentitud por sus labios, saboreando y palpando su sedoso tacto, y mis manos
de mi vestidor y Jacob entraba por la puerta de mi dormitorio con la toalla puesta. Mis ojos empezaron a escalar hasta su cuello para arrojarme a él.
actuaron con descaro, ahora ya no había motivo para disimular. - ¡Renesmee, Jacob! – se oyó bramar a mi padre desde el salón.
- Se me olvidó coger la ropa – dijo, pasando al cuartito -. Todavía tengo algo aquí, ¿no? - Mierda, estamos vigilados – se quejó Jake con un murmullo. Dejé sus labios y retiré la
- Sí – contesté, asomándome por el marco -. Tienes ahí tus… Mis cuerdas vocales se cabeza hacia atrás.
ahogaron cuando Jacob se quitó la toalla, se secó el pelo y la tiró en el cesto de la ropa - Será mejor que bajemos – exhalé con resignación.
sucia. - Sí, creo que por hoy ya me la he jugado bastante – suscribió en mi mismo tono -. Vamos.
- ¿Qué pasa? – preguntó, riéndose, al ver mi cara de alelada -. Ya me has visto desnudo. Sí, Me tomó de la mano y salimos del vestidor para dirigirnos al salón. El murmullo de voces
y en varias ocasiones y situaciones. se hacía más fuerte a medida que bajábamos las escaleras, hasta que llegamos a la algarabía
- Es que me has pillado desprevenida – admití, un poco ruborizada, aunque no le quité la que se había montado.
vista de encima. - ¡Felicidades, cielo! – exclamó Alice, emocionadísima, pegando saltitos hacia nosotros.
- Perdona, no me di cuenta de que te podías sentir incómoda – declaró, poniéndose unos Oh, no. Mis padres ya habían dado la noticia. Jacob y yo nos miramos espantados. El resto
de mi familia asintió sonriente, secundando los vítores de mi tía. - ¿Qué quieres decir? – quiso saber Jacob. Mi padre cogió aire y lo soltó lentamente.
- Gracias – contesté con timidez. - Nos harán chantaje – afirmó con seguridad -. Querrán hacer un cambio, negociar. Aro no
- Nunca pensé que acabaría emparentada con un perro – dijo Rosalie, eso sí, sonriendo. querrá marcharse con las manos vacías y esta es una buena oportunidad para él. Nahuel se
- Ya ves. La vida da muchas vueltas, rubia – le contestó Jacob con ironía. Rose sonrió lo pondrá en bandeja. Jacob apretó mi mano.
mientras negaba con la cabeza y miraba hacia otro lado. - ¿O Nessie o mi manada? ¿Es eso?
- Enhorabuena, chicos – nos felicitó Carlisle junto a Esme -. Me alegro mucho, de verdad. - Seguramente. Conociendo lo cruel que puede llegar a ser, lo más seguro es que Aro te
Me congratula que formes parte de nuestra familia. haga escoger entre esas dos opciones. Se hizo un silencio en la estancia que se prolongó
- Gracias, Doc – le respondió Jake, sonriendo -. Aunque más bien ella formará parte de la más de lo que me hubiera gustado.
mía – su sonrisa se amplió aún más. Mis padres se limitaron a poner los ojos en blanco. - ¿Quién se creen que son, los dueños y jueces del universo? No pienso dejar ninguna de
- Tenemos que hacer una fiesta para celebrarlo antes de que nos marchemos – declaró las dos cosas, ellos no son nadie – aseguró Jacob finalmente con determinación -. No voy a
Alice, aplaudiendo con entusiasmo. entregar a mi manada y, desde luego, nadie me separará de ella, eso lo juro por mi vida –
- Todavía no nos vamos a casar – aclaró Jacob -. Vamos a esperar unos cuantos años. garantizó, apretando más mi mano.
- ¿Cuántos? – inquirió ella con expectación. - Lo sabemos – asintió papá -. Y estamos de acuerdo contigo, nosotros tampoco lo
- Pues, no sé. Todavía no lo hemos pensado. Puede que nos casemos dentro de cinco, diez permitiremos. Por eso tenemos que planear algo, y tendremos que hacerlo bien – dijo,
o cincuenta años, quien sabe; cuando nos apetezca – manifestó, encogiéndose de hombros. paseando pensativo.
- Cincuenta años pasan volando – afirmó Alice, pensativa -. ¿Y será una boda quileute en - Yo podría mostrarles lo que descubrí con mi amigo Louis sobre los genes de Nessie –
La Push? propuso Carlisle en su habitual tono comedido -. Tal vez si demuestro que ella también es
- Ya te he dicho que no lo hemos pensado – resopló Jacob, ya cansado de tantas preguntitas un metamorfo como Jacob, no puedan oponerse a su relación. Los ojos topacio de mi padre
-. Pero, sí, lo más seguro es que sea una boda quileute – entonces, me miró inseguro -. se iluminaron un poco más.
¿No? – me preguntó. - Necesitaríamos testigos para que estuvieran presentes, así no podrían alegar nada en
- Por supuesto – le sonreí. contra – empezó a bosquejar mi progenitor sin dejar de pasear -. Tendremos que llamar a
- Bueno, aunque sea en La Push, estaremos invitados, ¿no? todo el mundo.
- Veré lo que puedo hacer dentro de cincuenta años – suspiró -. Bueno, ¿podemos pasar ya - No creo que vengan para defender a los lobos – dijo Jasper.
al tema de la visión? Mi familia empezó a ponerse más seria. - Eso no importa. Lo harán por Renesmee, así que, indirectamente, lo harán por los
- He tenido una visión – anunció Alice, enigmática. Jacob puso los ojos en blanco. metamorfos – replicó mi padre.
- Sí, sí, ya lo sabía, te lo acabo de decir, ¿qué más? – azuzó. - ¿Pero los Vulturis no se opondrán a que Renesmee haya mutado? – preguntó mi madre,
- Nahuel va a ir a Volterra – declaró ella -. Le he visto sacándose un billete de avión y preocupada -. Quiero decir, que a ellos tampoco les gustan las especies nuevas ni únicas.
conduciendo hasta allí. - Ella no ha sido manipulada, ha sido algo de la naturaleza – fundamentó papá -. Y ellos
- ¿A Volterra? Ahí están… siempre están aludiendo a lo natural y a lo antinatural. Si Carlisle demuestra eso,
- Los Vulturis – se me anticipó mi padre con un semblante impenetrable -. Creemos que tendríamos esperanzas.
quiere ir a hablar con ellos de vosotros, puesto que Alice no ve el motivo por el que va ni la - Si Carlisle les enseña la peculiaridad genética de Nessie, verán que con Jacob ella puede
conversación que mantiene con ellos. perpetuar su propia especie. ¿No crees que aprovecharán para cortar eso de raíz? –
- Quiere vengarse, eso sí lo sé – siguió mi tía -, puedo percibir el sentimiento de venganza interrogó Alice -. Después de todo, Bella tiene razón. A los Vulturis les incomoda mucho
en su decisión. las especies nuevas y desconocidas. Jacob escuchaba la conversación con mucha atención,
- Tenía que haberle matado – gruñó Jacob, nervioso. mientras que yo le miraba de vez en cuando para ver la expresión de su rostro.
- Es raro que Nahuel dejara escapar esas partes de su futuro – intervino Emmett. - Me remito a lo que he dicho antes – reiteró mi padre -. Es algo de la naturaleza, no ha
- Sabe que hemos descubierto su verdadera personalidad, no tiene nada que perder – opinó sido manipulado con ningún fin ni con malicia, no pone en peligro nuestro mundo. No
papá -. Además, creo que lo está haciendo adrede para inquietarnos aún más. pueden alegar nada en contra, y menos delante de testigos. Además, Renesmee no es
- Maldito… - masculló Jake, apretando los dientes. desconocida ni peligrosa, ya lo visto todo el mundo hace seis años.
- ¿Y qué creéis que les va a decir? – inquirí con preocupación -. No hemos hecho nada - Llamaré a Louis para que me envíe algunos documentos y pruebas – declaró mi abuelo.
malo. - Todavía queda por arreglar el tema de los lobos – manifestó Emmett.
- Que estáis juntos – empezó a explicar mi padre, mirándome con cautela -. Los Vulturis no - Respecto a eso, seguiremos nuestro plan inicial – aclaró papá -. No podrán hacernos nada
aceptarán que un metamorfo esté con un semivampiro, piensan igual que Nahuel. Además, con el escudo de Bella, tendremos que tratar de convencer a Aro de que no puede ser.
él juega con ventaja. Sabe todo lo que hablamos de la visita de éstos para llevarse a los Seguramente, Cayo no estará muy de acuerdo con Aro y podremos servirnos de eso.
lobos y lo más seguro es que lo utilice en nuestra contra. - ¿Y si no se rinden? – preguntó mi madre.
- Entonces tendremos que luchar – declaró mi padre con tensión. - Hoy os habéis pasado y no tengo el cuerpo para bromas – aseguró mi padre con una
- Eso me gusta – dijo Em, sonriendo ante la idea. firmeza que daba miedo.
- Nosotros estaremos preparados – anunció Jacob -. No me fio de la garrapata ni de los Sabía que, en ese estado, iba a ser imposible debatir nada con él. Exhalé, cabreada, y tiré de
vejestorios esos. Jacob, que seguía con el ceño fruncido y boquiabierto, para estar a solas en un rincón lo
- Habrá que tener los ojos bien abiertos – observó Jasper -. Hasta que Alice no vea algo más escondido posible. Encontré uno bajo la escalera. Papá se sentó en el sofá a ver la
más, la única fecha que tenemos es primavera–verano. televisión junto a mi madre, aunque estaba vigilándonos.
- Estaré atenta – ratificó ella, asintiendo con la cabeza. - Creo que nuestra gran noche se ha terminado – cuchicheé, hundiendo el rostro en su
- Bueno, pues eso es todo – concluyó mi padre -. No nos queda otro remedio que llamar a pecho mientras rodeaba su torso con mis brazos e inhalaba su maravilloso efluvio. Jacob
nuestros aliados para que estén alerta y esperar. Es lo único que podemos hacer ahora. me rodeó con los suyos.
Hubo un asentimiento general y todo volvió a la normalidad en un abrir y cerrar de ojos, - Bueno, ya habrá más – aseguró, oliéndome el pelo. Levanté el rostro para mirarle.
como si no hubiera pasado nada. - El castigo durará siglos, ya lo verás – suspiré -. No vamos a poder estar a solas en mucho
- Bueno, a mí me ha entrado hambre, de las ganas que tengo de una buena lucha – dijo tiempo.
Emmett con una sonrisa de oreja a oreja. Luego, se dirigió a Rose -. ¿Nos vamos de caza? - Eso no quiere decir que no te pueda besar – afirmó. Después, miró a mi padre con
Ésta asintió con la cabeza mientras sonreía y se marcharon como balas por la puerta. provocación -. ¿No dice que quiere vernos? Pues nos va a ver. Ven aquí – me arrimó más a
- Tendrías que ver nuestra nueva casa, Nessie – parloteó Alice -. La he decorado de él y acercó su rostro al mío.
maravilla, me ha quedado estupenda. - ¿Qué haces? – bisbiseé, riéndome.
- ¿Ya tenéis casa? – inquirí, sorprendida -. ¿Pero cuándo la habéis comprado? - Tendremos que hacer que se arrepienta de no dejarnos a solas – me susurró en los labios;
- ¿Te acuerdas de aquellas excursiones? sonreí ante la idea. Mi padre no dijo nada, no obstante, los dos sabíamos que nos estaba
- Ah, claro – caí. Ahora entendía esas salidas que habían hecho el día de la boda y el escuchando perfectamente y que nos estaba leyendo la mente. Aún así, empezamos a
domingo siguiente, sin decirme nada. Podían haber ido a Alaska en avión tranquilamente besarnos despacio, recreándonos en cada beso.
de madrugada, ver casas a su velocidad de vampiro y regresar a medio día. Hasta podían - Jacob, no me hace gracia – habló por fin papá -. Además, no va a servir para que le quite
haber ido en un vuelo privado. el castigo, ¿me oyes? Exhaló, cansado, cuando vio que no le hacíamos caso, y subió el
- Es una pena que no la puedas ver – suspiró Alice. volumen de la televisión. Ya no le oíamos ninguno de los dos. Nuestros cerebros se habían
- Puedes mandarme fotos por Internet – propuse -. Y también iremos a veros alguna vez, no desconectado de todo y solamente se centraban en los besos.
te preocupes. Tienes tiempo de enseñarme hasta el más mínimo detalle. Que seguro que lo Yo no podía sentir otra cosa que no fuera Jacob. Sólo podía notar la energía que emanaba
hacía. de nosotros y fluía a nuestro alrededor, esa energía que nos rodeaba y nos atraía el uno
- ¡Sí, será estupendo! – exclamó. hacia el otro como si de un hechizo de hadas se tratase. Y cada vez se sentía más fuerte,
- Podíamos ir con Em y Rose – intervino Jasper. más viva, más activa. Me dejé llevar, sin poder evitarlo. Entreabrí más mis labios y
- Buena idea – le respondió ella -. Nos vemos luego – se despidió mientras ya traspasaban conseguí introducir mi lengua en su boca para que jugara con la suya. Él aceptó mi juego,
la puerta como fantasmas. encantado, y movimos nuestras lenguas juntos, muy despacio. Sabía deliciosa, dulce,
- Vamos con ellos – dijo Esme, tirando de mi abuelo para ir tras ellos; y también salieron húmeda, caliente… De repente, mi aro de cuero vibró fuerte y abrí los ojos al instante. Mi
disparados. Le eché un repaso a Jacob con disimulo y carraspeé. aguda vista ni siquiera pudo captar cómo sucedió, tan sólo vi un borrón que se acercó a
- ¿Te vienes un rato a mi habitación antes de que me eche a dormir? – le pregunté. nosotros como un tornado. En una milésima de segundo, Jacob fue despegado de mí y mi
- Eso no hace falta ni que me lo pidas – me sonrió. Se la correspondí y empezamos a madre estaba delante de él, observándome airada.
caminar hacia las escaleras. - ¡Bueno, ya está bien! – protestó con una octava más alta de la cuenta -. ¡¿Es que no
- Un momento, ¿a dónde creéis que vais? – nos paró mi padre, poniéndose delante, con una podéis ser menos descarados?! La miré con rabia. Mi padre se plantó a su lado con la
cara de piedra que no me gustaba nada. misma rapidez.
- A mi cuarto – respondí sin comprender. - Estábamos bajo la escalera – me defendí.
- De eso nada, estás castigada hasta nuevo aviso – decretó con dureza. - Por Dios, ¿cuántos años tenéis, diecinueve o setenta? – se quejó Jake -. Sólo ha sido un
- Pero… beso.
- Jacob tendrá que traerte directamente a casa en cuanto terminen las clases – siguió en el - Jacob, es mejor que te marches – le recomendó mi padre, serio. Mi prometido suspiró,
mismo tono, silenciando mi protesta y dirigiéndose también a mi novio -. Los fines de cabreado, y bordeó a mi madre para acercarse a mí.
semana también los pasaréis aquí. Y nada de subiros a tu dormitorio los dos solos, estaréis - Bueno, preciosa – dijo, cogiéndome de la cintura -. Ya ves que me tengo que ir – asentí
en el salón, donde pueda veros. Cuando te vayas a la cama, él se marchará a su casa. con la cabeza, fastidiada -. Mañana estaré esperándote aquí abajo – matizó, mirando a mi
- ¿Qué es esto? – protestó Jake. padre -, a primera hora, ¿vale?
- Sí. Acercó su rostro y… pudimos evitar mantener nuestros rostros unidos durante un rato. Su estimulante y agitado
- A ver lo que vas a hacer – le advirtió mi padre con cara de pocos amigos. …empezó a aliento incitaba a mi boca a que regresara a la suya, pero con el castigo, teníamos que
besarme despacio, como antes. reprimirnos. Mamá terminó carraspeando para recordárnoslo.
- ¡Jacob, si no te marchas ahora mismo de esta casa…! Despegó sus labios de los míos para - Será mejor que nos pongamos a hacer el desayuno – volvió a susurrarme en los labios.
que mi padre no continuara con su amenazadora frase. - Sí. A los dos nos costó separarnos. Finalmente, Jake me cogió de la mano y nos dirigimos
- Hasta mañana – me susurró, besándome en la frente. a la cocina. Acabamos el ritual de cada mañana y nos marchamos con rapidez de la casa
- Hasta mañana – le sonreí. Cuando pasó por su lado, le dedicó una mirada de enfado a mi para subirnos al Golf e irnos al instituto. Por el camino del sendero, me fijé en el bosque
padre y otra a mi madre. Ésta agachó la cabeza y miró para otro lado. Mi padre se cercioró que lo limitaba.
de que el Golf ya estaba lo suficientemente lejos como para que Jake no pudiera escuchar - Ya casi es primavera – le comenté, mirando por mi ventanilla los árboles que ya habían
nada y se dirigió a mí con su semblante de mármol impoluto, tirante. florecido. De pronto, me invadió una sensación de temor -. Se acerca la fecha… - murmuré
- Y tú, jovencita, vas a estar castigada mucho tiempo. Y tanto. Ya estábamos a mediados de con inquietud.
marzo, y mi padre aún no me había levantado el castigo. - No te preocupes. Todo saldrá bien, ya lo verás.
Me duché y me arreglé lo más deprisa que pude. Salí del baño y bajé las escaleras Me quedé mirándole mientras conducía. Parecía tan tranquilo… ¿Cómo podía estarlo? Vale
corriendo. Jacob todavía no había llegado, pero quería esperarle en el porche para, por lo que las manadas fueran muy fuertes, pero los Vulturis tenían un enorme ejército de
menos, poder darle un beso de verdad, llevaba un mes sin poder saborear bien sus labios. vampiros, a cada cual más cruel y peligroso, y algunos de ellos con dotes que los confería
Sin embargo, mis piernas disminuyeron la velocidad hasta que se pararon en seco, y me de mucho más poder asesino. Era mejor no pensar demasiado en eso, mis piernas ya
quedé clavada en el primer escalón, al ver la imagen que tenía delante. Mi madre estaba flaqueaban; si no hubiera estado sentada, puede que incluso me hubiese tenido que sujetar.
sola, sentada en el níveo sofá, mirando ensimismada la pulsera que Jacob le había regalado Giré mi manivela y bajé la ventanilla un poco para que me diera el aire, que ya comenzaba
el día de su graduación. La sostenía con una mano y hacía girar el lobito de madera, a ser algo templado.
acariciándolo con el dedo de vez en cuando. Estaba tan absorta y abstraída, que ni siquiera - Papá ya está ahí, como siempre – suspiré, al ver el Volkswagen marrón metálico
se dio cuenta de mi presencia en la escalera. Mi mano se aferró con tensión en la siguiéndonos, por el espejo de mi puerta.
barandilla. De repente, mamá guardó la pulsera en el bolsillo de su chaqueta, lo hizo tan - ¿Hasta cuándo piensa tenernos así? – resopló, echando una ojeada por el retrovisor -.
rápido, que apenas se vio un movimiento, y se puso de pie, paseando nerviosa. La puerta de Llevamos un mes con vigilancia, sólo le falta ponernos un cinturón de castidad.
casa se abrió y Jake entró en el salón. Mi reacción fue la de subir unos peldaños y - No lo digas muy alto, por si acaso – me reí. No tardamos mucho en llegar al aparcamiento
esconderme. Me sentía tan incómoda y estaba tan desconcertada, que no sabía qué hacer. del instituto, custodiados por mi padre. Jake aparcó donde solía hacerlo y el coche marrón
- Hola, Bells – saludó él con una sonrisa -. ¿Nessie ya está lista? lo hizo a su lado, como ya venía siendo habitual.
- Pues, todavía no ha bajado – contestó ella sin dejar de mover las manos. - Podía venir con nosotros en el coche, total – volvió a resoplar.
- ¿Y Edward? Qué raro que no esté por aquí. - Bueno, no te enfades – le calmé, arrimándome a él.
- Tenía algunas cosas que hacer. Vendrá dentro de un rato. Jacob se sentó en el sofá y cogió - Tu padre está disfrutando con esto, pero yo estoy harto de esta chorrada.
el mando a distancia para encender la televisión. - No puede tenerme castigada para siempre. Ya verás cómo me lo quita pronto.
- Vaya porquería de programación – se quejó sin dejar de hacer zapping -. Bah, voy a ir - Eso espero, porque esto de no poder darte un beso como es debido, es una mierda –
haciendo el desayuno. Mamá lo sostuvo por los hombros y no dejó que se levantase. Mi murmuró, pegando su frente a la mía con vehemencia -. ¿No se da cuenta de que lo que
pulsera empezó a vibrar. está haciendo es contraproducente? Lo único que está consiguiendo es que te desee cada
- No, espera un poco – le dijo, sentándose a su lado -. Este concurso es bueno. día más.
- ¿Este? – cuestionó Jacob, sonriendo con cara de sorpresa -. No me digas que te gusta este - Calla, o no me levantará el castigo en la vida – bisbiseé.
concurso. - Es que no te imaginas lo mucho que me cuesta – susurró, mientras empezaba a besarme
- Está muy bien, ya lo verás – le contestó ella, riéndose, mientras se agarraba de su brazo. con brío -. Me vuelves loco, Nessie…
Mi madre se quedó un momento mirando a Jake de reojo. No me gustaba su mirada, era de - Jake… - suspiré entre los besos, llevando mi mano a su nuca para acercarle más a mí. El
anhelo, como aquella vez en el bosque. Después, lo repasó de arriba a abajo de igual modo. repiqueteo en el cristal no se hizo esperar nada. Papá nos sonreía con malicia debajo de la
Un rayo de fuego me atravesó de la cabeza a los pies y salí de mi escondite ipso facto. capucha de su sudadera. Jacob bajó su ventanilla a regañadientes.
- Vaya un rollo – se burló Jake. - ¿Qué te pasa ahora? – protestó con cara de malas pulgas.
Entonces, sus ojos me vieron y salió despedido del sofá para abrazarme con una sonrisa - Renesmee tiene que entrar en clase, ya es la hora – respondió mi padre con la misma
enorme, dejando la mano de mi madre colgando en el aire. expresión.
- Buenos días, preciosa – me susurró en los labios. - Sí, sí, ya lo sabíamos, ¿vale? – replicó Jacob, cabreado -. Solamente nos estábamos
- Buenos días – le sonreí. Nuestros labios se acariciaron con un corto beso, aunque no despidiendo. Papá corrió a velocidad humana hasta mi puerta y la abrió.
- Ya os habéis despedido bastante – declaró, sonriente, sosteniendo la puerta abierta para - Se la ve muy baja, ¿no? – dijo Jennifer.
que yo saliera. - Es por Jacob. Al parecer, era su chico ideal – afirmó Helen. Después, le dio un sorbo a su
- Te veo al salir de clase – exhalé. refresco tan tranquila, mientras que yo me sentía culpable y todo.
- Mejor di que nos ves – bufó, irritado. - ¿Su chico ideal? Yo… no lo sabía… Si lo llego a saber, no hubiera…
- Por supuesto. Yo también estaré aquí – afirmó mi padre con su sonrisa, tendiéndome la - Tú no tienes la culpa – me interrumpió Alison, echándole ketchup a sus patatas fritas.
mano para que saliera del coche. Suspiré, cansada, y salí del Golf, mirando a mi padre - Sí, fue ella la que se encaprichó con él sabiendo que estaba loco por ti – siguió su
enfadada. hermana.
- Te estás pasando con este castigo – le reproché al pasar a su lado. Caminé enrabietada por - Le pudo más su ego personal y ahora lo está pagando – declaró Helen.
el aparcamiento hasta que me reuní con mis amigas y nos metimos en el centro. Desde el - Bueno, aún así…
vestíbulo, pude escuchar y distinguir con total claridad el rugido del motor furioso de Jacob - Una cura de humildad de vez en cuando, no le viene mal a nadie – intervino Jennifer -.
saliendo del instituto. No te preocupes, ya verás cómo se le pasa.
- Sí, dentro de una semana la tendremos tonteando con otro y volverá a ser nuestra Brenda
AVISO de siempre – continuó Alison entre risas. Las demás se rieron, pero yo sólo me limité a
sonreír por educación. La verdad es que había pasado más de un mes desde que Jacob y yo
- ¡¿Lo dices en serio?! – exclamé, gratamente sorprendida. estábamos juntos, y Brenda seguía decaída. ¿Sería cierto eso de que era su chico ideal? Y
- ¿No te acordabas? Hoy es el examen de recuperación del señor Varner – me empezó a yo restregándoselo en la cara. Ahora tenía el alma en los pies. Brenda apareció por la
recordar Helen -, y resulta que la señora Smith no puede venir, le ha surgido un imprevisto. puerta que llevaba a los aseos y se sentó de nuevo en la mesa.
Un imprevisto que a mí me venía que ni pintado. Ahora tenía las dos últimas horas de clase - ¿Ya quedaste con Jacob? – me preguntó.
libres. Libres para estar con Jacob sin que mi padre pudiera estar al acecho. Libres para - Sí – le respondí con cautela.
estar SOLOS. Me daba igual que después de regresar mi padre se enterase de todo, ya no - ¿Le dirás que se pase esta noche por el Ocean? – quiso saber, toda sonriente. Mis pies le
habría podido evitarlo. dieron un puntapié a mi alma y la pusieron de nuevo en su sitio.
- Vengo enseguida – dije, levantándome de la mesa -. Tengo que hacer una llamada. - Por supuesto… - dejé la frase en el aire un segundo con intención - …que no. Se dedicó a
- ¿Vas a llamar a Jacob? – quiso saber Helen con una voz pícara. poner una mueca mientras le daba un sorbo a su bebida. El resto me miró y nos echamos a
- ¿Tú qué crees? – le contesté con el mismo tono. reir, negando con la cabeza. Cuando terminamos de almorzar, nos volvimos cada una a sus
Brenda se limitó a mirar hacia otro lado mientras se comía su lechuga sin ganas. aulas. Helen tenía que hacer el examen de recuperación de Trigonometría después de esta
Últimamente parecía bastante decaída, la verdad. Tampoco la hice mucho caso, me dirigí clase, pero a mí sólo me quedaba esta hora. Una hora y estaría con Jacob. El timbre tardó
rauda hasta la puerta de la cafetería y salí de ese barullo para llamarle por mi móvil. en sonar, como no podía ser de otra manera. Sin embargo, en cuanto lo hizo, me levanté
No tardó mucho en cogerme el teléfono. casi a la vez de mi silla, le deseé suerte a Helen y salí por piernas de la clase con las
- ¿Diga? Sólo escuchar su voz, ya me elevaba por los cielos. miradas de mis compañeros clavadas en la espalda.
- Jake, soy yo. Fui guardando las cosas en mi mochila mientras corría a velocidad humana por el pasillo,
- ¿Pasa algo? – preguntó, alarmado. de camino a la calle - lo cual me costó un triunfo, al oler ya el efluvio de mi chico -, y por
- No. Bueno, sí. Pero es algo muy bueno – le informé con alegría. fin salí al exterior. Una mano me agarró de la muñeca en la puerta y me llevó hacia un
- ¿Tu padre te ha levantado el castigo? – inquirió con entusiasmo. lado. Jacob me arrimó a él y empezó a besarme con entusiasmo. Tiré la mochila al suelo
- No, ojalá – suspiré, él hizo lo mismo -. Es algo un poco menos bueno. Tengo las dos para rodear su cuello y su espalda con mis manos y lo pegué más a mí. Mis palmas se
últimas clases libres y había pensado… movían ansiosas, buscando las caricias que habían perdido todo este tiempo de castigo.
- Estaré allí – se me adelantó. Parecía que se hubieran liberado de alguna cadena y se movieran con más agilidad al
- Genial – sonreí -. Entonces, te veo luego. sentirse libres. Él también acarició mi espalda con efusividad, por debajo de mi cazadora.
- Sí, hasta luego. Finalmente, no me quedó otro remedio que despegar mis labios de los suyos, con desgana.
- Te quiero – le susurré muy bajito para que la gente de alrededor no pudiera oírme. - Sólo tenemos dos horas – le avisé, frotando nuestras frentes.
- Y yo a ti. Sonreí de nuevo y colgué el teléfono. - Conozco un sitio al que podemos ir – murmuró -. Vamos.
Me dirigí casi danzando hasta la mesa para seguir almorzando, aunque se me habían Se separó de mi cuerpo, recogió mi mochila del suelo y me tomó de la mano para caminar
quitado todas las ganas de comer, las mariposas ya ocupaban todo mi estómago. Me senté juntos.
en mi silla y me metí una patata en la boca. Me percaté de las atónitas miradas de los pocos estudiantes que andaban por las afueras del
- ¿Dónde está Brenda? – pregunté al ver que no estaba. centro, entre ellos, algunos de mis compañeros de clase, aunque bastante me importaban en
- Ha ido al baño – me contestó Alison. ese momento.
Nos dirigimos al vehículo y Jacob metió mi mochila en el maletero. Levanté el pie hacia mi - Vaya si me acuerdo – contestó -. Hubo una temporada que no hacías otra cosa. Casi dejas
puerta, pero él me desvió de ese camino. el bosque sin flores.
- ¿No vamos en el Golf? - Fue por la boda de Sam y Emily – confesé, pasando las flores rápidamente por el tallo -.
- Allí no se puede ir en coche. Además, llegaremos más rápido si me transformo y me Lo que más me gustó fue la corona que llevaba ella.
montas. - Ya me lo imaginaba yo – sonrió -. A todas las crías siempre les llama la atención eso.
Entonces, me fijé en que iba descalzo. Anudé la corona y se la puse en la cabeza.
Salimos del instituto y de las vistas curiosas de la gente y nos encaminamos al bosque de - Estás muy guapo – me reí con una risilla.
las proximidades. - Muy graciosa – dijo con retintín, quitándosela. Me la colocó en la mía y se quedó
Una vez que nos adentramos, Jacob empezó a desnudarse. Mis ojos se quedaron clavados mirándome embobado, clavándome sus intensos y brillantes ojos negros.
en su cuerpo, como si hiciera siglos que no lo hubieran ojeado. Se anudó la ropa a la fina - Te queda mucho mejor a ti – murmuró.
cinta de cuero de su tobillo y mi novio se convirtió en mi lobo, explotando delante de mí. Mi corazón empezó a bombear la sangre a toda mecha cuando acercó su rostro al mío
Se sacudió un poco y se echó en el suelo para que me subiera. lentamente y lo pegó para besarme con calma. Mis mariposas ya no podían dar más de sí.
Esta vez, di un paso atrás para coger impulso y brinqué sobre él, cayéndome sentada en su Su aliento era más tórrido que nunca y consiguió abrirse paso por mi faringe hasta que
lomo. Jacob se rió con su risa lupina y se incorporó cuando terminé de aferrarme bien a su llegó hasta mi estómago, caldeando todo mi cuerpo.
pelo. Solté su boca para quitarle la camiseta, arrastrándosela hacia arriba, y acaricié su pecho con
En un latido de corazón, estábamos volando, casi literalmente, por el bosque. Ni siquiera las dos manos, dejando que mis pupilas lo observaran bien.
me daba tiempo a ver por dónde íbamos, dada la increíble velocidad, aunque tampoco le - Eres tan perfecto – revelé con un murmullo, pasando mis dedos por su torso.
presté demasiada atención. Tenía bastante con disfrutar de la enorme sensación de libertad - ¿Y me lo dices tú? – me susurró con una sonrisa.
que me invadía y de sentir la adrenalina quemándome las venas. Levanté la mirada para fijarla con determinación y deseo en sus ojos y mi palma ascendió
No sé cuánto tiempo tardamos, a mí me pareció muy poco. Jacob redujo la velocidad y por su pecho y su cuello para posarse en su mejilla. Le mostré lo mucho que le deseaba, lo
siguió al trote. Llegamos a una zona menos boscosa, donde predominaban más las rocas, y mucho que ansiaba que me hiciera suya completamente, todo lo que le amaba. Jacob jadeó
salimos a una despejada pradera con una verde hierba llena de flores silvestres, delimitada al sentir la fuerza de mis pensamientos y pegó su frente a la mía, bajando los párpados.
por un gran lago que reflejaba las montañas de Olympic con el bosque que había en sus Cuando tomó aire para hablar, deslicé la mano y posé los dedos sobre su boca. No me hacía
faldas y el cielo medio descubierto. falta escucharlo, sabía que él sentía exactamente lo mismo que yo.
- ¡Jake, esto es precioso! – exclamé al ver el paisaje. Retiré la mano de sus labios y me tumbé en el mantón de hierba y flores a esperarle,
Mi lobo se rió con satisfacción y se agachó para echarse sobre la hierba. mientras mis ojos le reclamaban y los suyos ya me respondían.
Me bajé de su lomo y me quedé observando la estampa, boquiabierta. No se hizo esperar y se inclinó sobre mí.
El lago estaba lleno de vida. Había bandadas de diferentes aves migratorias chapoteando Comenzó a besarme sin prisa, eso sí, entrelazando con ímpetu y empeño nuestros ansiosos
sobre el agua, seguramente acababan de terminar su viaje hasta estas tierras con el fin de labios. Mis palmas se arrastraron por su espalda con avidez y continuaron lo que
procrear en esta casi entrada primavera. Los pájaros cantaban alegremente desde los empezaron en la salida del instituto, aunque esta vez tocando por fin su ardiente y tersa
árboles que habíamos dejado atrás, la pradera estaba envuelta por el sonido de los grillos y piel. Nuestros labios pasaron a moverse con más pasión, jadeando con intensidad, y su
la dulce fragancia de las flores, y se podía escuchar el murmullo del agua de un riachuelo mano se deslizó por mi torso para desabrochar los botones de mi blusa.
cercano. Todo rebosaba paz y tranquilidad. - Vaya, vaya, ¿qué te parece? – intervino una voz desconocida.
Jacob se colocó detrás de mí, ya como humano, y me rodeó con sus brazos. Dejamos de besarnos, sobresaltados, y Jacob se giró para mirar.
- ¿Te gusta? – murmuró en mi pelo. Tan sólo me dio tiempo a notar las primeras convulsiones de su cuerpo. Jake se incorporó
Me di la vuelta para mirarle y mis brazos se alzaron para envolver su cuello. de un salto y se cayó a cuatro patas en su forma lobuna, tras una explosión que dejó sus
- Me encanta – admití -. ¿Cómo sabías de este sitio? pantalones hechos jirones encima de mis piernas.
- Lo encontré cuando volvía de perseguir al licántropo hasta las montañas aquella vez. Mi colosal lobo rojizo se agazapó hacia delante, protegiéndome, y arrugó el hocico para
- Pues es un sitio precioso – susurré, llevando mis labios a los suyos para que bebieran un mostrar su implacable dentadura mientras su garganta soltaba un rugido estremecedor que
rato. Saciamos un poco nuestra sed y nos separamos para dar un paseo por la pradera bajo hizo eco en la cordillera rocosa y provocó que las aves del lago salieran espantadas hacia el
aquel inusitado sol que había que aprovechar. cielo, así como las del bosque a nuestras espaldas y el que descansaba en las faldas de las
Cogí unas cuantas flores por el camino, nos sentamos sobre la hierba, me quité la cazadora lejanas montañas.
de pana y me puse a trabajar con ellas. Me retiré hacia atrás, asustada, al ver a los dos vampiros, me quité la corona de flores y me
- ¿Te acuerdas hace unos años, cuando hacía coronas de flores? – le pregunté mientras puse en pie, en la retaguardia de mi Gran Lobo.
pasaba la corola de una flor por el fino y largo tallo de otra. Los dos vampiros nos miraban con sus ojos color escarlata, pero había diferencias entre
ellos. Uno era moreno y el otro pelirrojo. El moreno tenía una media melena que le llegaba Caí sobre la hierba y rodé dos vueltas sobre mí misma. Mi cara se levantó de sopetón,
hasta la barbilla, la cual estaba rodeada por una cuidada perilla, era bastante fuerte y su horrorizada, cuando escuché el crujido de un hueso y el lamento ahogado de mi lobo.
rostro perfecto esbozaba una sonrisa arrogante. El pelirrojo llevaba el pelo muy corto y en Mi instinto me hizo levantarme de un salto para buscarle. Jacob caminaba cojo, aunque
punta, era delgado y nervudo, y tenía una mirada fría, sin brillo alguno, que no apartaba de seguía fintando su ataque.
nosotros. Su semblante no mostraba ningún tipo de expresión, parecía una estatua. - Ríndete, lobo – le exhortó Moïse con una voz de ultratumba mientras echaba su labio
- Qué pena, Enguerrand. Teníamos que haber esperado un poco más, tal vez hubiéramos hacia atrás -. No puedes hacer nada. Acabaré llevándote ante Aro y después saciaré mi sed
tenido un buen espectáculo – se lamentó el vampiro moreno con su voz clara y perfecta de con ella – sus ojos color escarlata me miraron sedientos -. Sólo con olerla, se me hace la
antes y un acento marcadamente francés. boca agua… Jacob prorrumpió otro rugido estremecedor y se envaró, agazapándose con
Jacob volvió a rugir con rabia, sin moverse ni un ápice de su posición y actitud sus cuatro patas ya perfectas. Mi Gran Lobo se abalanzó hacia el vampiro y éste hizo lo
amenazadora. mismo. Se enzarzaron en una enérgica pelea en la que el vampiro trataba de romperle otro
Su compañero ni siquiera le miró. hueso y Jacob intentaba clavarle sus fauces en algún miembro para arrancárselo del cuerpo;
- Resulta que eras tú, el chico que siempre estaba con la niña. Me habían dicho que el líder los rugidos y los chasquidos de su mandíbula al cerrarse con furia chocaban con las
de los lobos como caballos era enorme, el más grande, pero he de reconocer que me he montañas y eran ensordecedores. Durante un fugaz segundo, mis pupilas cambiaron de
quedado impresionado – dijo el mismo, dirigiéndose a Jake -. Eres realmente descomunal, posición para controlar al vampiro pelirrojo. No se movía de su sitio, estaba completamente
ahora entiendo que mi maestro esté tan interesado en ti. quieto y observaba la pugna con suma atención, con esos ojos fríos y secos,
- ¿Quiénes sois? ¿Qué queréis? – interrogué lo más firme que fui capaz. imperturbables. Me invadió el terror cuando, entre ese caos, escuché otros crujidos y un
- Renesmee, ¿no te acuerdas de mí? – me preguntó ese vampiro, fingiendo decepción. alarido mezclado con otro lamento lupino. El vampiro se retiró hacia atrás, llevándose la
Le observé durante unos segundos. Su rostro marmóreo, impoluto, me sonaba de algo, mano a su muñeca, pero Jacob volvía a cojear, y esta vez era más pronunciadamente. Aún
aunque no lograba conectarlo en mi memoria. así, él seguía luchando, se movía a tres patas, protegiéndome en todo momento, pelearía
- No. por mí hasta la muerte.
- Soy Moïse, estuve en tu casa hace algunos años. Es increíble lo bien que has madurado – ¿Y yo? ¿Tenía que quedarme de brazos cruzados mientras atacaban a mi lobo? Jacob
afirmó, bajando la mirada mientras tragaba saliva. estaba herido y querían llevárselo delante de mis narices. No. La mano de Moïse yacía en
El rugido de Jacob volvió a retumbar en las montañas y comenzó a moverse nerviosamente el suelo a mi lado y continuaba moviéndose. Le di una patada con furia, alejándola de su
de lado a lado. dueño. No, no se lo llevarían. Algo saltó dentro de mi cerebro, un interruptor que ponía en
Me abroché con rapidez los botones que le había dado tiempo a desabrochar a Jake. marcha mis sentimientos más sádicos. Mis manos ya temblorosas se me cerraron en puños,
- No me acuerdo, han pasado muchas visitas por esa casa y yo era muy pequeña – admití tan apretados, que me restallaron las falanges de los dedos. Un sentimiento parecido a la
con sobriedad. cólera y a la ira se apoderó de mí y pude sentir con total claridad cómo mi espalda y todo
- Bueno, en realidad, eso no importa. Hemos venido a comprobar si lo que dice ese mi cuerpo era arrasado por una lengua de candente lava. Mis venas y arterias se quemaban
mediovampiro es verdad – su sonrisa desapareció de repente y su cara adoptó una mueca de lo gélida que ya era mi sangre en un abrir y cerrar de ojos. Mi corazón apenas bombeaba
de nostalgia. La mía se había quedado de piedra -. Me da mucha pena, la verdad, le tenía y mis músculos se volvieron duros como el acero. No se lo llevarían nunca, antes tendrían
aprecio a tu familia. Nunca comprendí vuestra filosofía de vida, no obstante, los Cullen me que acabar conmigo, pero a ellos también les costaría la vida. Lucharía junto a Jacob con
acogisteis bien los días que estuve en vuestra casa – suspiró intencionadamente alto, uñas y dientes. Nadie iba a separarnos jamás, nadie iba a tocarle otro pelo más. A mi
simulando desconsuelo -. Aro va a estar muy decepcionado, Renesmee. Un híbrido como tú cerebro no le hizo falta dar ninguna orden para que mi labio superior dejara ver mi severa
con un metamorfo – negó con la cabeza. dentadura. Mi caja torácica sacó el aire con fuerza y el rugido que salió me raspó la
El movimiento de Jake terminó y se colocó en su posición inicial, emitiendo amenazantes garganta, tanto, que lo sentí escaparse como una lija. Escuché un zumbido en mi cabeza
gruñidos y resollando furioso. que me extrañó, pero no le hice caso. Moïse giró el rostro con desconcierto para mirarme.
Mi respiración quiso acelerarse, pero fui capaz de controlarla. El pelirrojo seguía con su perdida mirada clavada en nosotros, sin levantar siquiera un
Alice y mi padre tenían razón. Nahuel ya había visitado a los Vulturis y les había hablado dedo. De un salto, en el que tuve que girar en el aire porque había calculado mal, de lo
de nosotros dos. potente que me salió, me planté al lado de mi lobo para protegerle mientras terminaba de
- ¿Os… ha enviado Aro para verificarlo? – inquirí. curarse.
- Sí – sonrió con unos dientes blancos como la cal -, y para llevarnos a tu… - chasqueó los - ¿Qué es esto? – se burló Moïse, moviéndose lentamente hacia un lado. Por Dios, Jake,
dedos como pensando. De pronto, sus ojos subieron para clavarse en los de Jacob con cúrate pronto, pensé, a la vez que fintaba con mi labio retirado. ¿Nessie?, escuché en mi
extremada agresividad - ¡mascota! mente. Mi rostro se giró repentinamente para mirar a Jacob boquiabierta. ¡No le quites ojo!,
Un borrón se lanzó sobre mi lobo, fue tan rápido, que ni siquiera me dio tiempo a gritó. Me volví hacia Moïse y esquivé el puñetazo que tenía preparado para mí, curvando
asustarme. Jacob consiguió esquivarle y me empujó con su enorme cabeza para apartarme. mi columna vertebral y mi cabeza hacia atrás con más elasticidad de la normal, mientras
Jacob saltaba hacia él para derribarlo. El vampiro consiguió apartarse con rapidez y mi respondió a su sobrecogedora voz de Alfa. Mis rodillas se doblaron y lanzaron a mi cuerpo
lobo aterrizó en el suelo sin problemas. El vampiro volvió a quedarse frente a nosotros, hacia arriba como si de un muelle me tratase, jamás había saltado tan alto. La percepción
moviéndose hacia los lados, buscando un hueco para atacar. Jake, puedo… puedo oírte…, de mi visión en mi estado de vampiro era tal, que aunque todo ocurría a una velocidad de
balbuceé. Lo sé, esto es muy raro, pero ahora no tenemos tiempo para pensar en ello. vértigo, podía apreciar cada movimiento con total claridad. Mientras me parecía estar
- ¿No eras un híbrido de vampiro y humana? ¿Por qué ahora pareces un vampiro? – quiso suspendida en el aire, miré hacia abajo y vi cómo mi Gran Lobo se arrojaba con ferocidad
saber Moïse -. Aunque hueles diferente – afirmó, arrugando la nariz. sobre el distraído Moïse, llevándose su brazo a su paso. El alarido del vampiro fue
Yo también arrugué la nariz ante su olor. Me extrañó, aunque enseguida comprendí que se atronador, se llevó la mano a lo que quedaba de extremidad, encogiéndose de dolor. Mi
debía a que mi olfato estaba todavía más desarrollado y que era mi falta de costumbre. cuerpo comenzó a descender y, cuando estaba apunto de echarme a reir, el vampiro se
- No tengo por qué darte explicaciones – le contesté con un siseo. incorporó y saltó hacia Jacob, que todavía estaba aterrizando en el suelo.
Buena respuesta, nena. ¿Ya estás bien?, le pregunté, vigilando a Moïse. ¡Jacob, cuidado!, lo pensé, puesto que era más rápido que pronunciarlo.
Sí, aunque estaría mejor si no te hubieras metido en esto, ¿por qué demonios te has Pero no le dio tiempo. Una vez que mis pies tocaron tierra, el vampiro le propinó una
transformado?, gruñó. No puedo evitarlo, ¿recuerdas? Además, creo que fue porque estabas durísima patada en el costado y, aunque consiguió esquivarlo un poco, Jake cayó tumbado
en apuros. Mi lobo protestó con un gañido en voz alta. De repente, me volví a sobresaltar. en el terreno, desplazándose varios metros de donde yo estaba, mientras su mente profería
Jake, ¿me oyes? ¿Cómo va?, escuché que preguntaba otra voz. De momento, bien. No hace todo un rosario de palabrotas y maldiciones.
falta que vengáis. ¿Seth?, pregunté, perpleja. ¿Nessie? ¿Eres tú? Podía imaginarme la cara - ¡Jake! – chillé, esta vez en voz alta.
de Seth con sus ojos tan abiertos como los míos. Una algarabía de voces de diferentes El sentimiento de su dolor se me clavó en el pecho y casi me pongo a gemir como él. Mi
miembros de la manada de Jacob empezó a mezclarse en mi cerebro, todos alucinados. ira explotó como si de un volcán se tratase y mi garganta emitió otro rugido raspante y
¿Qué está pasando, Jake?, inquirió Leah. ¡Es Nessie!, exclamó Isaac. ¿Cómo estás, abrasador.
guapísima?, me saludó Shubael. ¿Cuándo vienes por la Push?, quiso saber Quil. ¿Cómo es Corrí hacia el vampiro con cólera y, con un giro inusitadamente vertiginoso, le pegué una
que podemos oírte?, se sorprendió Embry. patada con una de las llaves que mi padre me había enseñado, para apartarle de mi lobo.
No tenemos tiempo de charlas ni de explicaciones, contestó Jacob. Os lo contaré todo más Moïse no se lo esperaba y salió despedido hacia un lado. Ahora el que se cayó al suelo con
tarde. Voy a volver a desconectarme, ya os aviso si os necesito. Estaremos por aquí, le dijo la mano que le quedaba en las costillas era él.
Leah. Entonces, las voces se oyeron más bajas, como murmullos lejanos. ¿Era eso el Guau, Nessie, no sabía que peleabas tan bien, me dijo Jacob, incorporándose de nuevo. Me
zumbido que escuchaba en mi cabeza? has dado miedo hasta mí.
- Es mejor que no os resistáis – nos advirtió Moïse -. Aro nos pidió que le lleváramos al Sí, debí de heredarlo de mi padre, le contesté, un poco aliviada por mi desahogo, aunque
líder de los lobos en buenas condiciones, no quiero hacer un escarnio. De momento, a ti te sin quitarle ojo al vampiro, que ya se estaba levantando. ¿Estás bien?
falta una mano y yo estoy entero, replicó Jacob mentalmente con enfado. Bueno, luego igual tienes que darme un masaje, bromeó, pero sí, estoy recuperado. Por
- Él no se va a mover de aquí, te lo aseguro – le garanticé, apretando los dientes. suerte, solamente me fracturó una costilla.
Moïse siseó y retiró su labio hacia atrás.¿Ves a la sanguijuela con el pelo de zanahoria?, me Jacob se colocó a mi lado y le miré por el rabillo del ojo para comprobar que eso era así.
señaló Jacob. No se ha movido ni ha hablado en ningún momento. Solamente se limita a Agarró el brazo del vampiro con la boca y lo lanzó al lago con un meneo de cabeza.
mirar, parece un robot. Sí, ya me he dado cuenta. ¿Crees que es más peligroso que este? ¡Puaj!, exclamó con un respingo.
No lo sé. Tendremos que estar muy alerta. - ¡Bâtard! – le chilló el vampiro, acercándose a nosotros.
El vampiro moreno fintó hacia su derecha y nosotros hicimos lo propio. ¿Qué me ha llamado?, quiso saber mi lobo, un tanto ofendido. Eso es “bastardo”, en
Fíjate en la posición de sus pies, me indicó, y así lo hice. Va a desplazarse en zigzag. Estate francés. Qué lista es mi chica. Si no fuera un lobo, te daría un beso ahora mismo.
atenta, no sabemos a quién va a atacar, pero lo más seguro es que sea a ti. Tú no te Después.
preocupes, dedícate a protegerte y defenderte. Yo aprovecharé su distracción para - ¡Te vas a arrepentir de esto, Renesmee! – voceó Moïse mientras respiraba enfurecido -.
quitártelo de encima, ni siquiera te tocará. ¿Y si es al revés? Será a ti, respondió con ¡Es una pena que des la vida por tu mascota!
seguridad. ¿Cómo lo sabes? Este chupasangres es fuerte, pero no tiene cabeza para la - ¡Es mi macho! – escupió mi boca con furia. ¿Tu macho?, preguntó Jake, gratamente
lucha. No es como Jasper o tu padre, no usa ninguna estrategia. Se limita a atacar sin sorprendido. No… no sé por qué lo he dicho. Me ha salido así, ha sido una respuesta
control y sin miras. Puedo adivinar todos sus movimientos, ni siquiera se molesta en instintiva, confesé. Si no fuera porque casi era un vampiro, me hubiera puesto roja como el
disimular. Sé que le has dado una buena sorpresa y está deseando medir sus fuerzas fuego. Bueno, que no te de vergüenza admitirlo, nena. Claro que soy tu macho. Casi podía
contigo. Tragué saliva. Todo saldrá bien, tranquila. Tan pronto como escuché su último imaginarme su sonrisa torcida. ¿Cómo podía estar tan tranquilo, con lo que teníamos
pensamiento, Moïse hizo un movimiento en zigzag a una velocidad vertiginosa, que no encima?
hubiera podido ver si no fuera un vampiro casi completo, y se lanzó hacia mí como una - ¡Tu macho! – repitió el vampiro con desagrado - Eso le encantará a Aro. Jacob se inclinó
bala. ¡Salta!, me ordenó Jacob con firmeza. Sin saber por qué, mi cuerpo lo sintió y de nuevo hacia delante y le mostró su poderosa y letal dentadura, emitiendo unos
amenazantes gruñidos. El vampiro pelirrojo por fin se movió. Estate atenta, me dijo Jake. soltaste sin querer, el instinto lo hizo por ti.
Mi Gran Lobo y yo nos agazapamos, a la espera. De pronto, los ojos del vampiro pelirrojo - Pero si yo me transformo en un vampiro. Pues hueles como nosotros, afirmó. ¿No te das
cambiaron totalmente. Ahora eran brillantes, rojos, vivos, y nos miraban con una dureza, cuenta? ¿No viste cómo arrugó la nariz el chupasangres? Acerqué mi nariz a mi brazo y me
que dejó mi cuerpo todavía más helado. Sí, sin duda, este era más peligroso que su olí. La fascinación se hizo cargo de mi cerebro. No olía igual que Sam, ni que Seth o Quil.
compañero. Los gruñidos de Jacob se oyeron más altos. De repente, el rostro de este No. Mi efluvio tenía exactamente los mismos matices que el de Jacob, abarcando todos los
vampiro se giró con precipitación hacia Moïse, le hizo una señal con la cabeza y se retiró, espectros que conformaban su fragancia, podía distinguirlos perfectamente.
echando a correr por la pradera hasta que desapareció entre los árboles. ¿Se van?, inquirí, - Huelo igual que tú – le maticé, deslumbrada. Por supuesto. Todo es por nuestro vínculo.
sorprendida. Eso parece. Los lobos también nos distinguimos y nos identificamos por nuestro olor, podemos buscar
- No te creas que se ha terminado. Esto sólo ha sido un aviso, lobo – amenazó Moïse con o rastrear a uno de los nuestros casi en cualquier parte. Tú tienes mi efluvio porque eres mi
resquemor - . Volveremos a por ti y yo terminaré saciando mi sed con tu… hembra. hembra, pequeña. Tu olor dice: “eh, cuidado. Esta es la chica de Jake”.
Mi Gran Lobo se reclinó aún más y prorrumpió otro rugido de esos que hacía temblar hasta - Me encanta oler igual que tú – reconocí, sonriente. Pues a mí, ni te imaginas, afirmó con
la nieve de las montañas. El vampiro nos echó una última mirada de odio y se escapó, su sonrisa torcida, imaginada por mí. Aunque me gusta más tu olor de siempre, convino.
metiéndose en el agua primero para recuperar su brazo y cogiendo después su mano; se - La primera vez que me transformé no me di cuenta de mi olor – desvelé, casi
marchó a la velocidad de la luz por donde su compañero. El murmullo de voces se volvió a diciéndomelo a mí misma -. Estaba tan absorta luchando con ese licántropo... Y después,
escuchar con total claridad. Ya se ha terminado todo, chicos, avisó Jacob. Seguid con lo me empecé a sentir tan agotada y tan mal, que ni me enteré.
vuestro. De acuerdo, respondió Leah. Y las voces se apagaron de nuevo en un murmullo. A mí me pasó algo parecido. Cuando me abrazaste, noté que tu olor era diferente, pero
¿No vamos a seguirles?, quise saber. luego todo pasó muy rápido y no tuve tiempo de pensar en otra cosa que no fuera salvarte.
Bueno, aparte de que también olías a ese asqueroso licántropo y ya me cegué, claro.
GRITOS - ¿Y con las demás chicas también pasa? Ellas no se transforman en nada, siempre son
humanas, además, no tienen el vínculo que tenemos nosotros, con sus imprimados.
¿Seguirles? Tú estás loca, no pienso ponerte en más peligro. ¿Y qué…? - Sí, es cierto. Siendo casi un vampiro, mi efluvio tendría que disgustarme, sin embargo, mi
- ¿Y qué hacemos? – terminé de preguntar en voz alta. Mi lobo me empujó con el hocico. olor me encantaba, como siempre me había encantado el de Jacob. Sonreí, satisfecha, e
De momento, ir a cazar, ¿no tienes sed? inhalé mi propio olor unas cuantas veces más. Era como tener un pañuelo impregnado de la
- No. Ahora mismo puede que no, pero dentro de un rato la tendrás y paso de ser tu comida colonia de tu chico.
otra vez. - Lo que me quemaba la nariz era el olor del vampiro, no el mío – me revelé a mí misma
- Muy gracioso – contesté con ironía mientras él se reía. En serio, tienes que beber sangre con sorpresa. ¿Ves? Eso son instintos y conductas de lobo.
para volver a transformarte. - Claro, por eso sentí tu voz de Alfa. ¿También has sentido mi fuerza de mando?, me
- Oh, es verdad – dije al darme cuenta. Recogí mi cazadora, me la puse y Jacob se echó en preguntó, exultante.
el suelo. Venga, sube. Seguro que ahora corres más que yo, pero es mejor que guardes - Sí, y es increíble. No pude evitar saltar – mi rostro no podía ocultar la excitación que
energías para la caza. sentía por dentro -. ¿Cómo es que también funciona conmigo? No tengo ni idea, no te lo
- Sí, tienes razón – asentí. Iba a pegar un brinco otra vez, sin embargo, me acordé de que en grité con esa intención, reconoció. Bueno, supongo que si puedes oírme, también te afecta
este estado no me era necesario. Apoyé la mano en su hombro y, de un ligero y alto salto, mi voz de Alfa.
me senté sobre su lomo. Vaya, vamos mejorando, se rió. - ¿Por qué crees que pude oír al resto de la manada? Es por lo mismo. Tú y yo estamos
- Sólo es porque casi soy un vampiro, la próxima vez tendré que coger impulso y brincar de vinculados, y como yo estoy conectado con mi manada, tú también.
nuevo. ¡Ay, Nessie! Esta vez sí que me vas a arrancar el pelo de verdad. - ¿Y cuando te desconectas? ¿Por qué los demás no pueden oírte y yo sí? Eso es porque yo
- Lo siento – le contesté con pesadumbre, metiendo los dedos entre su pelambrera para te dejé conmigo.
frotarle y aliviarle el tirón -. Es que no mido bien las fuerzas. Ya veo, ya, se rió. Se alzó y - ¿Y puedes hacer eso? – le pregunté, maravillada. Claro. Puedo meter a quien yo quiera.
empezó a correr por el bosque, alejándose de la floreada pradera del lago. Miré hacia atrás - Qué guay – respondí con una risa. Entonces, recordé otra cosa -. Aquella vez en el
para ver el hermoso paisaje por última vez y suspiré para mis adentros. Dos horas que bosque, cuando me donaste tu sangre, cambiaste de fase para buscarme presas y yo no te
teníamos para estar solos, y nos las habían estropeado, otra vez. Ya te digo, resopló al hilo escuché.
de mi pensamiento. Aquel día me desconecté automáticamente en cuanto cambié de fase, y te quedaste fuera;
- Se me hace raro que podamos oírnos – confesé -. ¿Por qué habrá ocurrido esto? Me no sabía que podías oírme, por eso no te metí conmigo. Verás, esto es como un círculo. Yo
imagino que será por nuestra conexión. Es todavía más fuerte de lo que nos imaginábamos, estoy dentro, y solamente pasa el que yo quiero que pase, ¿entiendes? Vale, y ahí va mi
hasta el punto de que tienes conductas e instintos lupinos. Parpadeé, perpleja. teoría: en aquella ocasión, tú ya te habías transformado antes que yo, así que, al
- ¿Instintos lupinos? Sí, eso de “macho” y “hembra” es un lenguaje muy de lobos. Lo desconectarme, al crear mi círculo, te quedaste fuera. Podía haberte dejado entrar después,
pero como ya te dije, no sabía que podías escuchar mis pensamientos. En cambio, ahora, al Le eché el ojo a uno bien grande y me lancé sin contemplaciones a su yugular. El animal ni
transformarte después que yo, lo hiciste directamente dentro del círculo, porque estás unida se dio cuenta de mi ataque, lo maté en el acto al clavarle los dientes y partirle el cuello en
a mí, tu alma complementa a la mía y juntas hacen un solo ser, siempre tienen que estar dos. Los demás ciervos se fueron en estampida. Me senté para estar más cómoda y Jacob
unidas, y mi círculo siempre estará abierto para ti. Eres la única que puede hacer eso. Nadie llegó enseguida. Qué manera de tragar, me recuerda a algo, se burló, respingándose. Está
más podría entrar así en mi círculo, aunque, bueno, sólo pudiste quedarte conmigo porque más rica la tuya, reconocí mientras seguía tragando. Ya, pero mejor toma esa. Mi lobo se
yo te dejé. echó a mi lado a esperar a que terminase mi tentempié.
- Es increíble – murmuré, alucinada. Me quedé pensando un rato en lo ocurrido y en las Sentí cómo la sangre caldeaba mi estómago, aunque no era tan caliente como la de Jacob y
voces. tuve que beber más para que mis células empezaran a llenarse de energía y mi corazón
- ¿Siempre oyes ese murmullo tan bajo cuando te desconectas? – quise saber por comenzase a bombear con brío mi plasma, que se templaba poco a poco. Mis músculos se
curiosidad. Lo gradúo a mi gusto. Mi cara no dejaba de asombrarse. fueron ablandando paulatinamente y todo mi cuerpo recuperó su estado normal. Dejé caer
- ¿También puedes hacer eso? Al principio no me salía muy bien, pero ahora ya le tengo el el ciervo en el suelo y me apoyé en el tronco que tenía detrás, llena y saciada. Jacob arrimó
tranquillo pillado. Es muy útil cuando quiero concentrarme en otras cosas. el hocico para olerme y me lamió la cara con ternura para limpiarme los restos de sangre.
- Nunca me lo habías contado – le reproché un poco. Bueno, nunca salió el tema, se - Ya no puedo oírte – me lamenté, pasando los dedos por la pelambrera de su cuello con el
excusó. fin de acariciarle. Mi lobo se levantó de repente y volvió a transformarse en mi novio
- ¿Y cómo sabes si te necesitan, teniendo el volumen tan bajo? – utilicé una metáfora, ya delante de mí.
que no sabía cómo preguntárselo. A Jacob le hizo gracia. No está tan bajo, se rió. Puedo - Mejor así, ¿no te parece? – afirmó con una sonrisa, sentándose a mi lado.
distinguir sus voces perfectamente. - Sí, mucho mejor – le respondí, sonriéndole, mientras le rodeaba el cuello con mis brazos
- Pues yo no – admití, pasmada. Eso es porque yo tengo mucha práctica y tú no, se volvió a -. Por cierto, me debes un beso por ser una chica lista, ¿recuerdas? Me abarcó con los suyos
reir. y me arrimó tanto a él, que nuestros rostros se unieron. Empecé a hiperventilar al notar su
- Sí, será – contesté, aunque no muy convencida. Lo más seguro es que fuera porque él era ardiente aliento.
el Gran Lobo y yo no. El bosque pasaba rápidamente, aunque ya no me parecía tanto como - Tranquila, te daré muchos más – murmuró en mis labios. Me dio una serie de besos cortos
en mi estado normal. Aún así, me encantaba galopar en el lomo de Jacob. y dulces a la vez que mis mariposas y mi corazón se aceleraban y se ponían como locos.
- ¿Ya estás curado del todo? – le pregunté. Como un roble. Lo peor fue sentir tu dolor, Para mi desgracia, tenía que cortar mi entusiasmo.
admití mentalmente con voz queda, al recordar el horrible puntazo en mi pecho. Sí, eso es - Jake… - le llamé con un susurro entre beso y beso.
lo peor de todo. Aunque nosotros ya estamos acostumbrados. ¿Tanto os hieren? - Dime…
Luchar con vampiros no es fácil. Son muy rápidos y cuando te toca uno estratégico como - Tenemos… - otro beso -, que irnos.
Jasper o tu padre, la cosa se complica mucho. Lo bueno es que no se esperan que nosotros - Espera un poco…
también somos muy estratégicos, aparte de más numerosos, claro. - Se nos… hace tarde. Jacob se despegó de mi boca para mirarme.
Menos mal que os curáis tan rápido. A lo mejor a mí me pasa lo mismo. - ¿Qué hora es? – me preguntó.
Desgraciadamente, no lo creo. ¿Por qué lo dices? Bueno, la verdad es que eres como una - Tenemos veinte minutos para llegar al instituto – le confirmé después de mirar mi reloj.
loba en un cuerpo de vampiro. Me estoy dando cuenta de que eres un poco “bicho raro”, - Pues primero tendría que ir a tu casa a por ropa – me avisó con una media sonrisa –. No
bromeó. Muchas gracias, le respondí con sarcasmo. Va en serio. Quitando lo de “bicho querrás que me plante en tu instituto de esta guisa, ¿no?
raro”, lo demás es cierto. ¿Crees que soy una loba encerrada en un cuerpo de vampiro?, - Vaya, tu camiseta – me mordí el labio -. Se me olvidó cogértela y se quedó en la pradera.
cuestioné, sorprendida. - No importa, tampoco iba a arreglar nada con ella – se rió.
Algo así. Pero lo de curarse rápido no funciona en ti porque eso es exclusivo de la - ¿Nos dará tiempo a ir a casa y volver al instituto?
morfología lupina, y tú no dejas de ser un vampiro cuando te transformas. Tu cuerpo no - Lo mejor sería que nos quedáramos en tu casa – declaró -. Total, tu padre ya se va a
está hecho como el nuestro, ¿entiendes? Ah, claro. Qué pena, me lamenté. Empezaba a enterar de todo, y seguramente todavía esté allí y no haya ido al instituto, por lo que nos va
gustarme esto de pelear. Yo prefiero que no te pongas en peligro, aunque reconozco que a pillar seguro. Yo no puedo entrar en tu casa desnudo, tendrías que hacerlo tú para
está bien que sepas luchar. Nunca se sabe. Jake, ahora sí que tengo sed. Espera, huelo una cogerme la ropa, y tu familia o tu padre te verían, así que estamos pillados por todas partes.
manada de ciervos por aquí cerca. Sí, por eso lo decía. - Espera, ¿y si vamos a tu casa y te vistes allí? – se me ocurrió.
Sólo oler la sangre próxima, ya había desatado mis ganas de beber. Aunque olía muchísimo - Da lo mismo, tu padre se va a enterar en cuanto pase revista a nuestras mentes.
mejor la que tenía justo debajo, la boca ya se me hacía agua. Ya voy, ya voy, dijo, - Sí, tienes razón – suspiré.
apresurando el paso. Mi extremado sentido del olfato localizó al grupo cérvico de - Además, tendremos que contarles lo de esos chupasangres – manifestó, poniéndose de pie
inmediato. No esperé a que Jacob se detuviera. De un acrobático salto, me bajé de su lomo -. Ese Zanahorio me ha dejado un poco descolocado.
y volé entre los árboles. Te sigo, Nessie, escuché en mi mente. Ya los veo. - ¿Zanahorio? ¿Ya le has puesto mote? – me reí mientras cogía su mano y me levantaba.
- ¿A que le queda bien? – dijo, riéndose -. Soy un hacha poniendo motes. impeló hacia la cama.
- Sí, ya lo veo – admití. Caí boca arriba y le ayudé a quitármelos del todo, sacando mis piernas. Nuestras bocas
Jacob volvió a cambiar de fase delante de mí y se echó en el suelo para que le montara; otra volvieron a jadear juntas en silencio cuando se recostó encima de mí. Me arrastré hacia
vez tuve que dar un paso atrás para coger impulso, y pegué un brinco. Tomé aire, abrí la atrás y Jacob reptó conmigo hasta que mi cabeza se apoyó en la almohada y él reposó entre
puerta y entré en casa. En el salón solamente estaban Emmett y Rosalie. Él estaba viendo mis piernas.
un partido en la televisión y ella se pintaba las uñas a su lado. Acaricié su espalda con la misma avidez con la que él acarició mis muslos y mis caderas.
- Hola – saludé rápidamente con disimulo mientras me dirigía a las escaleras. Se friccionó varias veces contra mí y nuestras bocas y mis manos enloquecieron, tuvimos
- Hola – me respondieron. Se miraron el uno al otro con extrañeza. que hacer uso de todo nuestro autocontrol para no gemir, aunque se nos escapó algún jadeo
- Nessie – me llamó Rose. Me paré en el tercer escalón y me giré para mirarla. en voz alta, y eso que todavía no lo sentía dentro de mí, no quería ni imaginarme cómo
- ¿Sí? sería entonces, puede que no fuera capaz de reprimir a mi garganta.
- ¿Ha pasado algo? ¿Dónde está ese… Jacob? – corrigió a tiempo. Todo mi ser temblaba de excitación, su aliento abrasador y su ardiente lengua contribuían a
- No, tenía libre esta última hora – medio mentí -. Jake está fuera, pero viene ahora. Se subir más la temperatura de mi cuerpo ya candente. Pasé mis manos a su pecho y las bajé
quedaron un poco pensativos, aunque ninguno dijo nada. Me volví de nuevo y seguí mi lentamente hasta el cierre de su pantalón para desabrochárselo. Unos puñetazos en la puerta
trayecto hasta mi dormitorio. nos hicieron pegar un pequeño bote.
Una vez dentro, me metí en el vestidor, me quité la cazadora y cogí unos pantalones y una - No puede ser… - me quejé en los labios de Jake, aún respirando con agitación.
camiseta de Jacob. Salí de mi dormitorio y entré en el baño con sigilo. Cerré la puerta, me - ¡Jacob, quítate ahora mismo de ahí! – bramó mi padre, furioso -. ¡Y Renesmee, vístete!
acerqué a la ventana y la abrí. Pude ver a Jake esperando abajo cuando me asomé, y le tiré Aunque ya te he visto más de lo que quisiera – refunfuñó con disgusto.
la ropa. La cogió con rapidez y se escondió tras un árbol. Salí del baño y bajé al salón otra - Dios… - se lamentó Jacob, hundiendo la cabeza en mi hombro.
vez. A ninguno de mis tíos les extrañó que Jake fuera descalzo. Entró tan tranquilo en la - ¡Jacob, ¿me has oído?! – volvió a bufar papá -. ¡Voy a entrar!
estancia y se puso a mi lado. - ¡Sí, sí! – protestó, enfadado -. Lo siento, preciosa – me susurró -. Vamos a tener que
- ¿Dónde está todo el mundo? – preguntó mi novio, mirando alrededor. esperar.
- Se han ido todos de caza – nos aclaró Rose -. Bueno, todos no. Edward y Bella están en - Esto es el colmo – resoplé, irritada -. Es mi habitación. Me dio un beso corto y se
su cabaña – nos desveló con una risilla tonta. incorporó para ponerse en pie. Mientras se abrochaba el pantalón, me pasó mi ropa y me
- Bueno, nosotros nos vamos arriba – anuncié -. Tengo deberes que hacer y con la tele no levanté de la cama, cabreada e indignada. Mi padre traspasó la puerta en cuanto terminé de
me concentro – mentí. Mi tía sonrió como si supiera más que yo. Tiré de Jacob, antes de vestirme, y me crucé de brazos.
que mis mejillas empezaran a traicionarme, y subimos las escaleras hasta mi habitación. - ¡¿Por qué…?! – papá enmudeció cuando bajó la mirada a la entrepierna de Jacob, y se le
En cuanto él entró en el cuarto detrás de mí, cerré la puerta y lo aprisioné contra ella para quedó una cara de impacto, que me dio una vergüenza terrible.
besarle con efusividad. Jake agarró un cojín de mi cama con celeridad y se tapó. Mi padre se giró, llevándose la
- Nessie… - intentó llamarme, sorprendido. No teníamos mucho tiempo. Me separé de su mano a la cabeza, y se volvió de nuevo, pasándosela por la barbilla.
cuerpo sin dejar sus labios y comencé a desabrocharme la blusa apresuradamente, me la - ¡¿Os dais cuenta de lo altísimo que estabais gritando?! – nos increpó, airado. Jacob y yo
quité de un bandazo y la tiré en el suelo. Metí mis manos bajo su camiseta y abandoné su nos miramos extrañados.
boca para alzarla y dejar su torso libre. - Pues debían de ser otros, porque nosotros no hicimos ningún ruido – contestó mi novio.
- Tus tíos están abajo – consiguió musitar antes de que volviera a besarle, aunque sus - ¡Sí, ya lo sé! ¡Pero en vuestras mentes gritabais tan alto, que os escuchaba perfectamente
manos ya se deslizaban por mi espalda con deseo. desde la cabaña! – voceó con la mirada enervada.
- Me da igual… - ronroneé mientras bajaba mis labios hasta su cuello y mis palmas se - ¿Y qué quieres que hagamos? – replicó Jake, molesto.
volvían locas acariciando su pecho, sus hombros y su nuca. Me apreté contra él y seguí - ¡Quiero que me respetes, soy su padre!
recorriendo fervientemente su cuello con mi boca y mi lengua. - No sabíamos que nos podías oír – rebatió en el mismo tono -. Si llego a saberlo, no nos
- Sí, a mí también… - susurró con ansia, bajando sus manos hasta mi espalda más baja y hubiéramos quedado aquí, eso te lo aseguro.
atrapando después mis labios con los suyos. Me despegué de su boca para hacerle la señal - No, no me has entendido. Para respetarme, primero tienes que respetar a mi hija. Así que
de silencio con el dedo y lo comprendió perfectamente. Nuestras bocas volvieron a ni aquí, ni en ningún sitio – matizó, siguiendo con su exasperación.
moverse juntas con pasión, expirando nuestros alientos con el mayor mutismo posible. - Sabes que la respeto – contestó Jake, tenso por la ofensa -. Tú mejor que nadie sabes lo
Emmett estaba demasiado concentrado en el partido y Rosalie estaba muy ocupada con sus enamorado que estoy de ella. Mi padre y Jacob se quedaron quietos, mirándose a los ojos
uñas, eso nos lo ponía un poco más fácil, pero, aún así, tendríamos que ser muy silenciosos. fijamente.
Se apartó de la puerta sin dejar de besarme, haciéndome caminar hacia atrás mientras - Ya está bien, papá – me quejé, indignada -. Fui yo la que empecé.
llevaba sus manos al botón de mi pantalón para desabrochármelo. Me lo bajó un poco y me - Me da igual quién haya empezado – me respondió sin apartar la vista de Jake -. Él debería
controlarse. - Bueno, ¿podemos dejar el tema ya, por favor? – propuse con irritación.
- Sabes que tarde o temprano Jake y yo… - En realidad, también quería hablar de tu castigo y de lo que ha pasado hoy – me
- No estais casados – me cortó en el mismo tono. respondió con una mirada intransigente. Me mordí el labio, temerosa.
- ¡Venga ya, Edward! – criticó Jacob con enfado -. ¡Estamos prometidos! - Te lo íbamos a contar, ¿vale? – habló Jake en nuestra defensa -. Por eso vinimos aquí.
- Te repito que no estais casados. - Sí, porque os iba a pillar, ¿no es eso? – replicó papá en un tono ácido -. Habéis
- ¡Tampoco lo están Alice y Jasper, ni Emmett y Rosalie! – intervine. incumplido el castigo.
- Emmett y Rosalie sí lo están, y Alice y Jasper no son mis hijos – argumentó. - Si te paras a pensar, no lo hemos incumplido del todo – manifestó Jacob, tirando el cojín a
- ¡Es absurdo! – protestó Jake enérgicamente -. ¡¿Por qué haces una cruzada de esto?! mi cama -. Yo tenía que llevarla a casa cuando terminaran las clases, no hablaste de horas
¡Vosotros os marcharéis dentro de unos meses y Nessie y yo viviremos juntos! ¡¿Crees que sueltas, ni nada de eso.
vamos a esperar entonces?! - Las excursiones tampoco estaban permitidas – debatió mi padre con una voz tan calmada,
- Por supuesto que no. No espero eso de ti – le reprochó mi padre con acidez. que daba miedo.
- Dices que tengo que respetarte, pero tú también tienes que respetarnos a nosotros – - Bueno, como no dijiste nada de excursiones…
manifestó Jacob con firmeza -. No puedes obligarnos a vivir como tú quieres, Edward. - Jacob, deja de tomarme el pelo, ¿quieres? – bufó, enfadado -. Habéis incumplido el
Nosotros hemos nacido en este siglo, ¿recuerdas? Las cosas no son como cuando tú naciste. castigo y, para encima, os habéis puesto en peligro.
- Eso ya lo sé, he vivido todos los cambios – le recordó con ironía -. Sin embargo, mi deseo - Era un sitio muy tranquilo, ¿cómo iba yo a imaginar que iban a aparecer esos
como padre sería que Renesmee llegara virgen al matrimonio. chupasangres por allí? – refutó, frunciendo el ceño, cabreado -. Nosotros no tenemos la
- ¡Papá! – me quejé con la cara encendida. culpa de todo lo que pasa alrededor, ¿sabes? Y tampoco podemos escondernos todo el día
- Nessie y yo tenemos un vínculo mucho más fuerte que el matrimonio, lo sabes en esta madriguera, ¡no me da la gana! – se rebeló enérgicamente -. Siempre estás
perfectamente. Ahora bien, si ella me dice que quiere esperar, esperaré lo que haga falta, vigilando, a todas horas, y hablo de mi cabeza, Edward. Y siempre juzgándome, es como
pero no porque me lo digas tú. si, a estas alturas y sabiendo todo lo que siento por tu hija y lo que ella significa para mí, no
- Creo que ha quedado claro que no quiero esperar – admití de mala gana. te fiaras de mí. Es absurdo. Pues te voy a decir una cosa. Es mi novia, mi prometida, mi
- He dicho que es mi deseo, no que no sepa que no lo vais a cumplir – alegó a imprimada; diablos, ¡voy a ser su marido!, y tenemos derecho a estar solos, a tener
regañadientes -. Y tenéis que comprender que yo lo veo todo en vuestras cabezas, no es intimidad de vez en cuando, y es lo que vamos a hacer, te guste o no. Así que ya puedes
algo que pueda controlar, sobretodo si gritáis de esa manera, y para mí, como padre, es meterte tu estúpido castigo por donde te quepa. ¡Estoy harto! – gritó al final.
muy difícil de asimilar – confesó finalmente. Se hizo un silencio muy incómodo en el que ambos mantuvieron sus miradas, Jacob con
- Bueno, nos controlaremos cuando andes cerca o por los alrededores, ¿te parece mejor? – determinación y exacerbación, mi padre con tensión.
le propuso mi novio. - Quiero que me respetes – volvió a decir mi padre, con una voz tan tirante como su cara -.
- No me queda otra opción, ¿no? – gruñó, cansado. Aunque físicamente aparente menos edad que tú, soy mucho mayor, no lo olvides.
- No – afirmó Jacob con una sonrisa insolente. - Sí, eso ya lo sé – resopló Jake -. Sobretodo mentalmente, hasta el abuelo de mi
- Es nuestra vida privada, papá, nuestra intimidad – declaré, enfadada -. Esta es mi tatarabuelo era más moderno que tú. Estás muy chapado a la antigua, tío, deberías abrir tu
habitación, mi espacio privado. Me vine a vivir a esta casa para tener mi intimidad y algo mente un poco más y no juzgar tanto. Mi padre volvió a observar a Jacob durante un rato,
de independencia, y lo único que hacéis tú y mamá es vigilarme a todas horas. Ya sé que pensativo.
sois mis padres y que sólo os preocupáis por mí, pero esto ya se pasa de la raya. Aunque mi - De acuerdo, le quitaré el castigo – cedió por fin, aunque no de muy buena gana. No pude
carné pone que tengo diecisiete años, ya soy mayor de edad, lo sabéis de sobra, soy evitar mi enorme sonrisa.
totalmente capaz de tomar mis decisiones, y tienes que aceptarlas, te gusten o no. Entiendo - ¿Dejarás de seguirnos y todas esas cosas? – inquirió Jacob, tan firme como antes -.
que para ti es especialmente difícil porque puedes ver nuestras mentes, y lo siento. Pero, al Porque si no lo haces, será peor para ti. No pienso cortarme un pelo con ella.
igual que tú, pensar es algo que nosotros no podemos controlar, y nuestros pensamientos - Ya me lo imagino – le contestó mi padre a modo de reproche. Luego, exhaló con
forman parte de nuestra intimidad, por mucho que gritemos, como dices tú. Mi padre rendición -. Está bien, tienes razón. Supongo que no puedo evitarlo, ella ya no me
suspiró, llevándose la mano al pelo. pertenece a mí. En realidad, nunca me ha pertenecido, ni siquiera a Bella. Siempre ha sido
- Nos casaremos. Si es por eso, no te preocupes – garantizó Jake, ahora más serio. tuya… - aseguró con pesadumbre.
- Sí, lo sé, lo sé – transigió mi padre, protestando -. Sé lo vinculados que estáis, aunque he - Papá… La enorme pena que teñía sus ojos me flageló como un latigazo en el corazón. El
de reconocer que me quedaría más tranquilo si me dierais una fecha o un plazo, algo a lo rostro de Jacob reflejaba el choque que sus palabras le estaban produciendo, no se creía que
que agarrarme. mi padre estuviera reconociendo eso. Papá caminó hasta el ventanal y se quedó mirando el
- No te la puedo dar. Nessie y yo ni siquiera hemos hablado de eso. paisaje, con la mirada perdida.
- Ya lo sabía – reprochó otra vez, descontento. - Naciste para estar con él, cada día que pasaba me daba más cuenta, pero no quería
aceptarlo – confesó con melancolía -. Mi enemigo de sangre, y mi única hija nace para él, - En realidad, uno y medio – apuntilló Jake -, porque uno de ellos ni se movía, era igual que
una mutación genética, una imprimación mutua – se rió con amargura -. La vida me da un un poste. Mi padre salió de su nube para mirarle.
regalo que ya creía perdido, y él me lo quita – me aferré a la mano de Jacob y él entrelazó - ¿Cómo?
sus dedos con los míos -. Debería estar enfadado, sin embargo, no puedo. No puedo porque - Había uno pelirrojo que solamente miraba – le contesté yo. Mi mente comenzó a recordar
todos los días veo lo que sentís el uno hacia el otro, eso también lo gritáis – su semblante las imágenes de lo ocurrido para que él las viera. El semblante de mi padre se iba
cambió y se tornó un tanto encandilado -. Siento esa energía que desprendéis cuando os endureciendo más conforme veía a través de mi cabeza.
miráis y os besáis, es como si os quedaseis hechizados, y yo mismo me quedo embaucado, - Enguerrand y Moïse – señaló con gesto grave.
nunca en mi vida he visto cosa igual. Lo que sentís es tan fuerte, que a veces me abruma, - ¿Los conoces? – preguntó Jake.
estáis conectados de una forma increíble, es casi magia – hizo una pequeña pausa y, - Moïse estuvo en casa hace unos cuatro años.
entonces, giró el rostro hacia Jacob con entereza -. Ella te pertenece, y hubo un tiempo en - Eso dijo, pero yo no me acuerdo de él y Nessie tampoco. Aunque, claro, venían tantos y
que eso me dolía como si me arrancaran una mano, pero ya me he dado cuenta de que no todos eran tan raros, que ya no me molestaba ni en intentar distinguirlos.
habría nadie mejor para ella que tú, mal que me pese reconocerlo. Llegados a este punto, sé - No se dejó ver mucho – aclaró mi padre -. Estuvo una semana y se marchó sin apenas
que es una tontería totalmente innecesaria, no obstante, sigo siendo su padre y, aunque no despedirse.
me lo has pedido ni me lo vas a pedir, os doy mi bendición. Jacob se quedó callado durante - ¿Y el Zanahorio? Mi padre puso los ojos en blanco, sin embargo, no pudo evitar que se le
un momento, mirando a mi padre con respetabilidad. escapara una sonrisilla. Se aclaró la voz y habló con sobriedad.
- Te lo agradezco, Edward – le contestó finalmente en un tono formal -. Te doy mi palabra - No sé mucho acerca de él – confesó -. Es uno de los pupilos más preciados de Aro, él
de que siempre cuidaré de ella, la protegeré con mi vida, si hace falta. mismo lo creó hace unos siglos. Le es muy útil porque es capaz de grabar imágenes en su
- Sí, eso ya lo sé – afirmó con integridad -. Lo único que os pido es que me deis tiempo mente, como si filmase una película. Aro lo envió a muchas batallas para que se las
para asimilar ciertas cosas – enfatizó. grabase, luego, él las veía mirando en su mente. Eso le divertía.
- Sin problema – asintió Jake. Era la primera vez que los veía mirándose con ese respeto - ¿Quieres decir que nos estuvo grabando en vídeo? – Jacob no salía de su asombro.
mutuo, aunque sabía que no iba a durar mucho. - Sí.
- ¿Ves qué fácil era? – apuntó mi novio con una sonrisa triunfal -. Tenías que haber - ¿Y para qué? – inquirió, extrañado.
empezado por ahí, y no entrar aquí como un loco. - No lo sé – mi padre comenzó a pasear nerviosamente otra vez -. Eso es lo que me tiene
- No te emociones – le avisó mi padre -. Eso no quiere decir que yo no quiera que mi hija desconcertado. Aro sólo mandó a dos vampiros para llevarte con ellos, sin embargo,
llegue… aunque Enguerrand es muy inteligente y es un gran luchador, solamente se limitó a grabar,
- Vale ya, por favor – le corté, harta del tema -. ¿Podemos dejarlo ya? y Moïse es fuerte, pero no lo suficiente como para vencerte solo y poder llevarte vivo hasta
Mi progenitor carraspeó. Volterra. Normalmente, Aro enviaría un séquito preparado con jaulas y cadenas, como se
- Bien, y ahora contadme eso de los vampiros de Aro. hizo con la caza de licántropos.
- Nahuel ya se ha chivado – empezó a explicar Jacob, medio sentándose en mi mesita y - ¿Ja-jaulas y cadenas? ¿Caza? – repetí con un murmullo, asustada. Jake me dio un beso en
cogiéndome por detrás para que me apoyara en él, entre sus piernas -. Aro mandó a esos la sien para tranquilizarme.
dos para comprobar si era verdad. Puse mis palmas sobre el dorso de sus manos y entrelacé - Pues no envió nada de eso, solamente a ese estúpido sin cabeza de Moïse y al cinéfilo
mis dedos con los suyos. pelirrojo. Papá siguió su paseo, frotándose la barbilla y la cara sin parar, con la vista en el
- Y también querían llevarse a Jacob – declaré, todavía con el susto en el cuerpo. suelo, reflexionando.
- Sí, qué idiotas – se rió con desdén -. Como si pudieran llevarme tan fácilmente. - No sé qué es lo que pretende – expresó del mismo modo.
- ¿Querían llevarte ante Aro? – preguntó mi padre, muy sorprendido -. ¿Vinieron para - Cuando se marcharon, Moïse dijo que no se había terminado, que sólo era un aviso –
llevarte con ellos? Mis dedos apretaron mi amarre. El semblante de Jacob volvió a ponerse recordé, mordiéndome el labio con preocupación. El semblante grave de mi padre se
serio. levantó de sopetón.
- Sí, ¿por qué? ¿Qué pasa? - Eso quiere decir que volverán, y lo más seguro es que la próxima vez vengan
- Es muy raro – afirmó papá, paseando por la habitación -. Alice no ha visto que Aro acompañados. Hablaré con Carlisle. Tendremos que estar muy atentos y vigilantes. Su voz,
cambie su decisión. ¿Para qué querría llevarte? – se paró, frotándose la cara, pensativo -. que reflejaba fielmente lo expresado por su rostro, hizo que mi estómago pegara un salto y
Sin embargo, solamente mandó a dos vampiros. Dos vampiros para llevarse al enorme e mis manos volvieron a apretar su amarre inevitablemente.
impresionante Gran Lobo…
- Hombre, gracias por el cumplido – sonrió abiertamente -. Hoy estás del todo, tío. LLAMADA
- Aro sabe que eres muy fuerte… - siguió cavilando mi padre, sin hacer caso del
comentario de Jacob -. Es raro que sólo haya mandado a dos vampiros para llevarte… Me pasé el viaje de vuelta a casa pensando en el tema, aunque Jacob ya había hablado con
Seth y éste le había dicho que no nos preocupáramos, que aún era pronto, pero que cuando - Sí, mañana no puedo venir a buscarte – empezó a aclararme -. Tengo una reunión muy
se lo contara, no iba a comentarle nada de lo mío, ya que no era asunto suyo y no tenía por importante con el Consejo a primera hora. Me han dicho que quieren ultimar algunos
qué. Eso me alivió un poco, sin embargo, el riesgo de que Brenda se enterase estaba ahí, y detalles de la visita de los Vulturis y de los vampiros que me persiguen, aunque sé que lo
cuando supiera de la existencia de lobos gigantes y vampiros, mucho más. Además, sabía que realmente quieren es darme otro discursito sobre ese rollo de ser jefe de la tribu –
que tarde o temprano, aunque fuera sin querer, a Seth se le acabaría escapando algo. resopló -. No me pude negar, lo siento.
Cuando me di cuenta, Jacob estaba aparcando delante del porche. Habíamos llegado más - No importa – le sonreí -. Ya me llevará alguien, no te preocupes. Lo primero es lo
pronto de lo previsto, ya que Brenda se había quedado con Seth y él se iba a encargar de primero – dije, orgullosa. Jacob puso los ojos en blanco y suspiró -. Bueno, tengo que irme.
llevarla a su casa. Hasta el día siguiente no me enteraría de si a ella le interesaba él de Mi madre ya está en la ventana – declaré con pesadumbre.
verdad o era un simple capricho, porque pensaba preguntárselo, vamos. - Entonces, te veo por la tarde a la salida de clase, ¿vale? – me confirmó con su preciosa
- No te preocupes – me animó Jake, adivinando mis pensamientos, mientras acariciaba mi sonrisa, metiéndome el pelo detrás de la oreja.
nuca -. Seth sabe que es tu secreto, no se meterá. - Vale – sonreí yo también. Nos dimos otro beso, un poco menos largo y efusivo, y salí del
- Ya, pero, ¿y si se le escapa? coche para meterme en mi casa. Bajé las escaleras después de lavarme los dientes y me
- Si Brenda supera que su chico sea un lobo, no creo que ya se asuste mucho de que su dirigí al salón, donde me esperaba Emmett.
amiga sea mitad vampiro – alegó, riéndose. - ¿Ya estás? – me preguntó, tirando la revista de caza que estaba leyendo encima de la
- No te rías, a mí no me hace gracia – suspiré -. Además, de momento, no es su chico, eso mesita.
también me preocupa. - Sí. Mi tío se levantó del sofá y salimos al porche para dirigirnos al garaje.
- Seth es mayorcito para saber lo que hace, y creo que a Brenda le ha gustado de verdad – Aunque hoy no hacía calor, en cuanto me dio la brisa, me entró un sofoco terrible, y eso
afirmó con una sonrisa -. Vamos, no niegues que es gracioso. Si ya le tenía miedo a ese que era más bien fría y se suponía que tomando el aire uno se refresca. No obstante, a mí
perro que se nos cruzó cuando llegamos a la playa, imagínatela cuando Seth se transforme me estaba pasando justo lo contrario, cuanto más aire, más sofoco. Empecé a sentirme rara.
delante de ella la primera vez – se carcajeó. Su risa me contagió y la sonrisa se me dibujó Me abaniqué con la mano, pero al final me tuve que quitar la chaqueta. Me subí al Jeep de
sola en la cara en cuanto mi mente se inventó la imagen de la escena. Emmett, tiré la mochila y la chaqueta en el asiento trasero y puse el aire acondicionado de
- La verdad es que sí, le va a dar un patatús – asentí entre risas, hundiendo mi rostro en su inmediato, sin embargo, el calor no se me iba y acabé subiéndolo casi a tope. El coche
pecho. Jacob me abrazó y yo le rodeé con mis brazos, apoyando mi mejilla. parecía un congelador, pero Em no era el único que no lo notaba, parecía que mi cuerpo
- Me gusta verte reír – manifestó, ahora más serio, pasándome los dedos por el pelo -. No tampoco respondía al frío. Después de despedirme de mi tío, salí del vehículo y me dispuse
quiero que te preocupes por eso, ¿vale? Si Seth se ha imprimado de ella, es porque es la a dirigirme a la entrada del edificio, donde me esperaban mis amigas.
persona adecuada para él, ya lo verás, es su alma gemela. Aceptará nuestros mundos, y a ti Entonces, mientras caminaba acalorada por el aparcamiento, pensando en lo que tenía que
también. Eres la persona más maravillosa del universo, ¿cómo no va a hacerlo? Me separé hablar con Brenda, me paré en seco y comencé a olisquear el ambiente con entusiasmo sin
de su torso para mirar a mis adorados ojazos negros y pasé mis brazos a su cuello. ser capaz de reprimirme, delante de las miradas atónitas de los demás estudiantes y del
- Tú sí que lo eres – afirmé con un murmullo -. Siempre consigues animarme. propio Emmett.
- Solamente digo la verdad. Le sonreí y uní mis labios a los suyos. - ¿Pasa algo, Nessie? – me preguntó desde el coche, extrañado de no oler nada raro.
De pronto, volvió a darme un golpe de calor enorme y me pasó lo mismo que en la Al parecer, Em no percibía nada, pero yo sí podía oler y distinguir perfectamente el efluvio
hoguera. Sólo que, esta vez, mi lengua se unió a mi boca y ambas se movieron de Jacob que el viento del oeste me traía desde lejos, y olía algo diferente, pero muy, muy
frenéticamente entre jadeos, sin que pudiera reprimirme. Lo que encontraban era mejor que bien. Demasiado bien. Tanto, que mi cuerpo se estaba encendiendo como una llama. ¿Qué
beber su sangre. Mi cuerpo se incorporó para pegarse y llegar mejor a él, tanto, que Jacob me estaba pasando? Inhalé más profundamente y mis ojos se cerraron cuando todo el vello
tuvo que apoyar su espalda en la puerta del coche. Y entonces, el calor se fue otra vez de se me puso de punta, el aire me rozaba como si de una caricia se tratase.
repente y ya pude controlarme. Separé mi boca de la suya, exhalando con dificultad. - ¿Nessie? – volvió a interrogar mi tío con preocupación, apunto de salir del vehículo.
- Hoy estás especialmente efusiva – me susurró, respirando agitadamente, mientras Abrí los ojos de sopetón, parpadeando de lo confusa que estaba. Mis amigas me
acariciaba mi espalda por dentro de mi camiseta. Sólo esa caricia ya me hacía estremecer. observaban desde la entrada sin comprender nada. Yo estaba igual que ellas.
- Es que tenía mucho calor – le confesé. - No, nada – le contesté por fin a mi tío -. Sólo estaba respirando el aire de primavera.
- Pues el que tiene calor ahora soy yo – me sonrió. Me salió una risa tonta que intentó disimular mi enorme vergüenza y me acerqué con paso
- Lo siento – murmuré, completamente ruborizada, apartándome un poco de él y volviendo diligente a mis amigas. El sofoco seguía, el aroma seguía, y ya ni siquiera me acordaba de
a mi sitio. lo que tenía que hablar con Brenda.
- ¿Por qué? Me ha encantado – admitió con su sonrisa torcida, despegando su espalda de la - ¿Quién es ese? – interrogó Helen con curiosidad.
puerta – Además, como despedida hasta mañana por la tarde está muy bien. - ¿Eh? Ah, mi primo.
- ¿Mañana por la tarde? - Es enorme – murmuró ella con asombro.
- ¡Tía, lo de ayer fue increíble! – exclamó Brenda nada más llegar a su lado, recordándome El timbre sonó y me levanté de mi silla con celeridad. Metí mi chaqueta en la mochila y
lo que tenía que comentarle. recogí el resto de mis cosas. Helen iba hablando mientras caminábamos por el pasillo de
Se arrimó a mí y se pasó todo el recorrido del pasillo contándome lo maravilloso y perfecto camino a clase de Historia. Estaba comentando el examen de Cálculo o algo así. Ya ni
que era Seth. Helen y las gemelas tenían cara de resaberlo todo, Brenda ya se lo había siquiera la escuchaba. Tenía que ir a verle. La llamada era muy fuerte. Ya no podía seguir
contado unas quinientas veces, seguro. evitándola.
- Entonces, ¿Seth te interesa? – quise saber, abanicándome con uno de los cuadernos que - Esto… tengo que irme – la interrumpí -. No me encuentro muy bien. Helen me miró
había sacado de mi mochila. preocupada.
Parecía que dentro del centro no se olía tan fuerte, aunque el calor no se iba. - ¿Qué te pasa? Se te ve muy sofocada. ¿Tienes fiebre? ¿Fiebre? ¡Buf! Mi cuerpo ardía.
- ¿Bromeas? ¡Es mi hombre ideal! – volvió a exclamar. Puse voz pusilánime para terminar de rematar mi actuación.
Sí, en cuanto te enteres de lo otro…, pensé. - Sí, creo que sí – me toqué la frente con la mano -. Oye, ¿le dirás a la señora Smith que me
El timbre sonó y la gente comenzó a meterse en sus aulas. encontraba mal?
- Tenemos que entrar, Nessie – me exhortó Helen. - Claro.
- Bueno, ya hablamos en la cafetería – le dije a Brenda, que asintió, toda sonriente. - Gracias.
Suspiré para mis adentros. Parecía emocionada, pero, claro, el día después era lógico. Me despedí con la mano y salí lentamente por el pasillo, con la cabeza gacha, fingiendo mi
Habría que esperar a que Seth le contara su secreto. Mi compañera de pupitre y yo malestar.
entramos en clase de Trigonometría. Helen se pasó toda la hora dándome notas con el fin En cuanto salí por la puerta, miré al frente y aceleré el paso. No sabía cómo, pero tenía que
de saber qué había ocurrido en la fiesta para que Brenda hubiera cambiado de ánimo tan de ir a su casa como fuera. Sabía que estaba allí.
repente. Me quité los zapatos y avancé al trote por la carretera del pueblo. La gente que me
Tuve que explicárselo - a medias, por supuesto - para que me dejara tranquila. La verdad es encontraba a mi paso se quedaba mirando como si vieran a una loca o algo así. No debe de
que no estaba nada concentrada, las hojas de mi mano ya no calmaban mi gran sofoco. En ser muy normal en Forks ver a una chica con falda y descalza galopando como si estuviera
cuanto el señor Varner terminó su clase, salimos y nos cambiamos al aula de al lado. en una maratón. En cuanto vi la linde del bosque, tiré los zapatos al suelo y eché a correr lo
Alguien había abierto la ventana, al parecer, yo no era la única que tenía calor. Sin más rápido que pude.
embargo, eso no hizo otra cosa más que empeorar mi situación. Ahora el aroma que traía el La falda se me enredaba en las piernas conforme éstas se movían y la mochila iba a
aire entraba a sus anchas en el recinto al haber corriente y mi cuerpo empezó a sentirse raro trompicones en mi espalda. El aire azotaba mi cara, agitando mi pelo hacia atrás, y los
de nuevo. Sí, olía muy bien. Era extremadamente tentador, como el olor de su sangre árboles pasaban a mi lado como borrones de color bermejo, verde y marrón. Sin embargo,
fresca. No, mucho más fuerte. El señor Berty entró y posó su maletín en la mesa. No sé lo ese viento no era suficiente para apagar mi fiebre, sino más bien todo lo contrario, la
que hizo después. avivaba mucho más, porque me servía su magnífico olor en bandeja. Esa llamada salvaje y
Una ráfaga de viento entró con brío, agitando las cortinas a su paso, y su incitante olor primitiva me reclamaba, me dominaba, hacía que ya no fuera la dueña de mi cuerpo.
penetró por mi nariz hasta clavarse en mi cerebro como un punzón candente. Un inmenso Me crucé a toda velocidad con algunos lobos que estaban de patrulla, pero ni siquiera pude
deseo se apoderó de mi cuerpo y de mi mente, hasta el punto de que me costaba muchísimo ver de quiénes se trataban, ni si se habían fijado en mí. No me importaba. Seguí por el
controlarlo, notaba mi piel ardiendo. Ahora no era una llama, mi organismo era un bosque hasta que divisé la casa de Jacob. Moderé el paso y fui hasta allí. La puerta estaba
fogonazo continuo. Mi cerebro captó por fin el mensaje, descifró el código de barras que abierta, como siempre. Entré en la vieja casa roja sin llamar, tiré la mochila al suelo y
conformaba su excitante aroma. La mayoría de las barras eran las de siempre, sin embargo, apoyé la espalda en la puerta para cerrarla. Jacob estaba de pie, cambiando de canal en la
había otras que tenían algo añadido, eran señales, y cada vez las sentía más claras y con tele, o tal vez encendiéndola. Acababa de llegar de patrullar con la manada, porque estaba
más intensidad. Esa afrodisíaca fragancia me llamaba, era un antojo apasionado que descalzo. Se quedó mirándome con una mezcolanza de sentimientos en su rostro,
necesitaba saciar YA. encantado y a la vez extrañado de verme allí a esas horas.
Ahora no tenía calor, estaba en combustión. Di gracias de haberme puesto falda, así pude - ¿Qué haces aquí, es que no tenías clase? ¿Cómo has venido? ¿Por qué no me llam…?
levantarla un poco. También me desabroché dos botones de mi blusa y me abaniqué con Demasiadas preguntas y yo ya no tenía tiempo. Se quedó mudo en cuanto pasé a su lado
energía. Vi por el rabillo del ojo cómo me miraban algunos compañeros, pero estaba tan despacio, rozándole lentamente y mirándole con ojos hambrientos mientras me dirigía a su
ocupada intentando refrenarme, que me dio completamente igual. Lo único que quería con cuarto. Crucé su pequeño dormitorio – casi no había espacio, ya que la cama doble ocupaba
ansia era una cosa y tenía que esperar, aunque, ¿podría esperar hasta por la tarde? Mi mente casi toda la estancia - y me quedé esperándole al fondo, con el lecho delante de mí. No tuve
estaba completamente obsesionada, cegada, solamente estaba concentrada en eso, no había que esperar nada. Entró en la habitación, raudo, con ojos más que decididos, cerrando la
sitio para nada más. Las cortinas se agitaron otra vez. No, no podía esperar. La atracción puerta de un portazo detrás de él, sin mirar atrás. Me pegó a su cuerpo, cogiéndome por la
era demasiado intensa y poderosa. Ya me tenía poseída del todo. Tenía que ir a ver a Jacob, parte más baja de mi cintura, para besarme con deseo y yo lancé mis ansiosas manos a su
tenía que contestar a la llamada como fuera, donde fuera, eso no importaba en absoluto. cuello.
No podía más. De dos impetuosos tirones, le rasgué la camiseta de arriba abajo y se la quité completamente desbocada. Tiró de mi cabello hacia atrás, obligándome con ello a levantar
con un arrebato más que desmesurado; él me ayudó, sacando los brazos. Sus manos la barbilla, para mover su boca por mi cuello y mi garganta mientras su otra mano se
regresaron a mi espalda baja y yo empecé a acariciarle el torso con efusividad. Llevé mi deslizaba por mi pecho y bajaba para acariciar el interior de mi muslo. Todos sus ardientes
boca y mi lengua por su cuello y las bajé para que jugasen con las formas de sus contactos me estremecían y los jadeos se volvieron bestiales. Coloqué mi mano sobre la
impresionantes músculos. La vaga luz del sol que entraba por las cortinas iluminaba su que estaba en mi pelo y entrelazamos los dedos. Regresó a mis labios, ya sedientos, y su
cobriza piel y los hacía destacar más. Su pecho era tan grande, que me podía perder en él, otra mano se movió justo hasta donde yo quería. Esta vez gemí, acompasando sus
hoy me parecía más terso, cálido y sedoso al tacto que nunca. Mi mano descendió, movimientos con mi cuerpo, y él se excitó más, apretándose contra mí. Con un movimiento
palpando bien sus abdominales, hasta que llegó al cierre de su pantalón y, cuando lo abrí, la rápido y apasionado, me giró de nuevo y me volvió a aprisionar, sujetándome por las
deslicé al interior del mismo. Comprobé que él ya estaba tan encendido como yo. Un muñecas. Nuestros labios se movían bravíos y hambrientos, acompasados y sin errores,
gemido sordo salió por su boca y su respiración se intensificó con entusiasmo; arrastré porque él sabía lo que querían los míos y yo sabía lo que querían los suyos. Ya no teníamos
después las dos manos por detrás para quitárselos. tiempo para ir la cama. Una vez que me soltó, llevé mis manos a su cuello y a su espalda
Mis caricias parecieron excitarle sumamente y me aprisionó contra la pared que tenía para agarrarme a él en el momento en que me levantó y me sujetó contra la pared sin
detrás. Los besos pasaron a ser mucho más ardientes y dinámicos. Nuestras lenguas se ningún esfuerzo.
encontraban y se perdían fervientemente mientras jadeábamos con pasión. Sus palmas se - Jake… - suspiré con placer cuando empecé a sentirle dentro de mí. Aunque los dos
deslizaron por mis muslos con avidez y alzaron mi falda en su ascenso. Pasé mi tacto a la teníamos mucha prisa, se unió a mí muy despacio, con mucha delicadeza, complaciéndose
espalda, complaciéndome en sus amplios hombros y bajando hasta el final de ésta para en ese primer roce; y sirvió una sola vez, nuestros cuerpos estaban hechos el uno para el
adosarle más a mí. otro, éramos dos piezas bien engranadas que encajaban a la perfección, y yo llevaba
Intentó desabrocharme el tercer botón de mi blusa, pero sus dedos eran demasiado grandes esperándole con ansia toda mi vida, mi cuerpo estaba más que receptivo.
para unos botones tan pequeños, así que terminó abriéndomela de un sólo tirón, haciendo Otro gemido rozó sus labios al salir por mi boca cuando por fin se unió a mí del todo, y mi
que éstos salieran despedidos por toda la habitación. Me la quitó con un movimiento mano se asió a su pelo con un anhelo desmedido, como si todo lo juntos que ya estábamos
enérgico y comenzó a besarme y a lamerme con hambre por el cuello. Todo mi ser se aún no fuera suficiente. A él también se le escapó un gemido sordo.
estremeció al sentir su aliento ardiente en mi piel y metí mis dedos entre su pelo. Mi Entrelazó del todo sus labios con los míos, con dulzura, aunque respirando con furor.
lengua, mis dientes y mis labios recorrieron el suyo cuando les llegó su turno, parándome a Ahora éramos uno solo. No hacía falta explicaciones, ni ataduras, ni matrimonio, ni
morderle el lóbulo de su oreja, y bajé de nuevo por su garganta hasta que llegué a su papeles, nada. Nuestro vínculo era muchísimo más fuerte que todo eso junto. Él ya era mío
hombro. Sus manos se movían con entusiasmo por mi espalda, mi nuca y mi cintura. Volví y yo ya era suya. Por fin era suya del todo.
a su cuello e inspiré profundamente para olerle. Esa era la voz de la llamada. Su aroma era Comenzó a deslizarse muy lento, sin apartar su rostro del mío, mientras nuestras bocas
el de siempre, sólo que ahora estaba mezclado con algo, algo salvaje, casi animal, que me seguían rozándose, besándose, lamiéndose, aunque la mía también volvió a suspirar su
excitaba muchísimo. nombre de nuevo, y con movimientos rítmicos, fue aumentando la velocidad poco a poco
Me lancé a su boca, jadeando indómitamente, igual que él. Me quitó el sujetador, conforme se incrementaba nuestra excitación, hasta que se convirtió en algo activo y
arrancando el cierre de cuajo sin ninguna dificultad, y yo me deshice del resto de mi ropa, dinámico; la energía mística que nos rodeaba era realmente inmensa, electrizante, todo mi
dejándolo caer todo en el suelo. Mientras nuestros labios se movían con ferocidad, sus interior se estremecía con elevado entusiasmo y los jadeos ya eran fervientes.
dedos se deslizaron delicadamente por mi garganta y bajaron hasta mi pecho. Me acarició Su piel se humedeció y ese aroma que me llamaba se intensificó al máximo. Por primera
con su palma suave y caliente y después bajó su boca y su tórrida lengua para recorrerlo vez en mi vida, la mía también empezó a sudar, tal era el ardor que corría por mis venas.
bien. Me estremecí de nuevo con intensidad y mi cabeza se apoyó en la pared. Aferré mis Nuestros intensificados efluvios se mezclaban al rozarse, aunque yo solamente estaba
dedos a su pelo ansiosamente para que su boca no parase nunca, a la vez que mi torso ya se hechizada con el suyo, el olor de su sudor me volvía completamente loca y mi cuerpo se
movía apasionado, en total colaboración con ella; sus dedos subieron hasta la mía, los besé estremecía cada vez más con su apasionada actividad.
y los lamí con auténtico fervor. Dejó mi pecho y sus labios volvieron a los míos mientras Su mirada estaba llena de fuego, como la mía. Una llama flameaba, reflejándose en los
resbalaba sus manos hasta mi espalda más baja y se friccionaba contra mí con avidez. Ésta míos. Su cuerpo me quemaba, todo él me quemaba. Lo notaba, lo sentía, por todas partes.
vez me excité el triple al notar su piel y expiré audiblemente. Al abrir nuestras bocas, su Lo único que quería era notar ese fuego dentro de mí. Clavé mis sedientos dedos en su piel
aliento abrasador se abría paso por mi garganta, haciendo que me sintiera arder entera. Pero para que aumentara el ritmo aún más y me uní a sus irrefrenables movimientos de una
quería más, quería quemarme por completo. forma frenética. Yo ya era fuego como él, y el fuego sólo provoca más fuego. Nuestra
Me dio la vuelta con arrebato y se pegó a mí por detrás, arrinconándome contra el cadencia se volvió salvaje y espasmódica y todas las sensaciones se multiplicaron por mil.
paramento. Acarició mis caderas y arrimó su frente a mi sien al olerme. Metió su mano por Sentí cómo nuestra electrizante energía se mezclaba a la vez con el inmenso placer que
mi pelo y lo encerró con fuerza en un puño para hacerme girar el rostro hacia el suyo. Eso empezaba a extenderse por todo mi organismo, y por fin se descargaba del todo, soltando
me encendió enormemente y arrojé mis labios contra los suyos para morderlos y lamerlos, toda su magia. Entonces, otra energía, diferente a la anterior, atravesó mi cuerpo
completamente; ésta era tan cálida, prodigiosa, maravillosa e indescriptible, que me poseyó tocamos el infierno, porque nuestro amor era así, tierno, dulce, infinito, y de pronto se
entera, haciendo que mi ser ya no fuera mío y se fundiera con el de Jacob. Sí, lo noté y lo volvía indómito, bestial, salvaje. Jacob era pura raza y pasión, pero también muy cálido,
supe perfectamente, era su alma, que se unía a la mía para fundirse en una sola, y el enorme dulce, delicado, y su entusiasmo era muy contagioso. Además, nuestra piel mojada
placer que ya sentía, de repente se volvió infinitamente más inmenso y duradero, impregnaba el ambiente de ese aroma que nos llamaba y nos volvía completamente locos, y
transformándose en un clímax que tomó todo mi cuerpo, recorriéndolo como la lava de un esa locura nos prendía una y otra vez, hasta que el fuego se apoderaba de los dos y de la
volcán que explosiona. La mezcla de sensaciones fue tan poderosa, espiritual, mágica e pequeña habitación, arrasando con todo a su paso.
intensa, que mis ojos no pudieron evitar cerrarse y dos lágrimas rodaron por ambos lados
de mi rostro. Gemimos más fuerte y me aferré a su cabello y a su espalda con ansia, tanta, TENSIÓN
que mis uñas se clavaron en su piel, aunque el olor de la sangre desapareció enseguida, las
heridas se cerraron casi instantáneamente. Por fin me sentía quemar por su fuego, por fin Mi cuerpo dejó de moverse sobre el suyo cuando apagamos nuestra última llamarada, y mi
había respondido a su llamada. frente reposó en su frente mientras nuestros pulmones trabajaban sin cesar, intentando
Nos quedamos quietos, mirándonos maravillados, todavía unidos, respirando agitadamente. recuperarse. Jacob acarició mi nuca y mi espalda y nos besamos con dulzura durante un
Mis dedos continuaban en su espalda y entre su pelo, no quería separarme de él jamás. Las rato, más tranquilos.
palabras sobraban, ya nos lo habíamos dicho todo, y decir que nos amábamos con locura se Por primera vez, parecía que mi fuego se había calmado un poco, y me encontraba
quedaba demasiado corto. Sabíamos que eso tan mágico que acababa de ocurrir se debía a totalmente relajada. Aunque aún sentía el calor y la llamada de su efluvio, me sentía
nuestro extraordinario vínculo, nuestras almas habían nacido para estar juntas. Además, no satisfecha, y el inmenso e incontenible deseo había disminuido algo de intensidad, poco,
teníamos tiempo, en nuestros ojos seguía flameando la llama con viveza. pero lo suficiente como para ser capaz por fin de controlarme. A Jacob parecía pasarle
Volvió a deslizarse muy, muy despacio, concienzudamente, clavando sus intensas y igual que a mí.
apasionadas pupilas en las mías. En ese momento, mi cuerpo y mi epidermis estaban tan Me bajé de mi maravilloso y perfecto pedestal y Jake levantó su brazo para que me
hipersensibles, que mis piernas reaccionaron inmediatamente a la excitación de su roce y acurrucase a su lado a descansar. Lo hice encantada, sonriendo de felicidad, que era lo que
todo mi ser palpitó de nuevo como antes sin que hiciera falta nada más; la energía explotó sentía en esos momentos. Mi mano y mis dedos empezaron a jugar con las curvas de su
y su alma se fundió con la mía, la lava me recorrió entera otra vez, dominándome por increíble y aún húmedo torso; sí, no había mujer más feliz en el universo que yo, no había
completo, haciéndome gemir en sus labios y aferrarme a su piel una vez más. nada ni nadie mejor que Jacob. Giró su rostro y lo acercó hasta que nuestras frentes se
Pegó del todo su boca a la mía, expirando con ímpetu, y comenzó a besarme lentamente rozaron. Sus ojos y los míos se engancharon por un instante y ya nos lo dijimos todo. Aún
con sus ardientes y suaves labios, introduciendo su abrasador y delicioso aliento por mi así, alcé la mano y la puse en su mejilla, dejándole ver todo lo que sentía mi alocado
garganta mientras mis palmas acariciaban su espalda con mucha calma, palpando su piel corazón. Jake jadeó y pegó su rostro del todo.
minuciosamente. Me dejó en el suelo y, sin dejar de besarnos, lo impelí hacia la cama. - Acabas de describir lo que yo siento – susurró en mis labios; nos sonreímos y después los
Caímos conmigo encima. Me dio la vuelta con cuidado y me colocó la cabeza en la unimos por unos minutos. No hubo más palabras, ni preguntas, nos conocíamos tan bien,
almohada. A partir de ahí, todo fue muy fácil. Nuestras mentes ya sabían dónde había que que no hacía falta. Ambos sabíamos lo que pasaba por la mente del otro en estos
besar, lamer, acariciar y tocar al otro, era como si alguien lo hubiera grabado en ellas para momentos. Nuestros rostros de felicidad plena y absoluta lo decían todo. Describían
que lo utilizáramos en este momento. Mi cuerpo estaba hecho para el suyo y el suyo estaba perfectamente lo especial, increíble, mágica y maravillosa que había sido nuestra primera
hecho para el mío. Nuestra completa sincronización casi telepática se hizo patente más que vez, no habían suficientes adjetivos para calificarla. Jake me apartó el pelo mojado de la
nunca. Esta vez hicimos el amor despacio, disfrutando de cada beso y de cada caricia, de cara y me dio un beso en la frente.
nuestra unión, sintiéndonos bien el uno al otro. Ahora ya no había prisa. Por fín sentía su - ¿No tienes hambre? – inquirió, pasando sus dedos por la maraña de mi cabello.
piel pegada a la mía, sus manos, su lengua, sus labios, Jacob recorriendo todo mi cuerpo. Y Levanté un poco la barbilla y comencé a besarle por la mandíbula.
yo también hice lo propio con el suyo. Todas las veces que había soñado que hacía el amor - Sí, todavía tengo hambre – ronroneé, bajando a su cuello -, pero de otra clase… ¿Tú no?
con él, que estaba entre sus brazos, que sentía sus manos acariciándome con deseo y - Uf. Si yo te contara – afirmó con un murmullo -. Tu olor me vuelve loco.
pasión, que sus ardientes labios me recorrían entera, que su piel se rozaba con la mía, que Me separé para mirarle con sorpresa.
lo sentía dentro de mí, todo, se había quedado muy corto comparado con lo que sentía en - ¿Mi olor?
esos momentos, porque, desde luego, era algo físico, pero también había algo espiritual que - Es muy fuerte. Tu olor es inconfundible, nada más que pasaste por mi lado, pude sentir la
lo intensificaba al máximo y lo volvía mágico y maravilloso, increíble. pulsión y ya no me pude resistir.
Pude comprobar cómo la hechizante energía que giraba a nuestro alrededor siempre Mis párpados se abrieron y se cerraron con alegría. Él había sentido lo mismo.
explotaba del todo para elevarnos aún más y su alma se unía a la mía, haciéndonos sentir - Yo también sentí la llamada, pulsión o como se llame – le confesé -, por eso vine hasta
un placer inmenso e indescriptible, lleno de magia. Y era tan fácil. No me hizo falta aquí sin poder evitarlo.
morirme para que mi alma supiera qué era alcanzar el cielo junto a la suya, aunque también - Por supuesto, ya te dije que tienes instintos lupinos – declaró con una enorme sonrisa.
- ¿Esto es un instinto lupino? Jacob bajó su rostro para mirarme. labios. Había venido a su casa sin reparar en Billy para nada y, después, ni me había
- ¿No te has dado cuenta? – me preguntó. acordado de él.
- ¿De qué? – quise saber, sin entender. - ¡Billy! ¡¿No habrá estado por aquí?!
- Bueno, suena fatal, pero estás en celo, Nessie – me reveló con su sonrisa torcida. - No. Hemos tenido suerte – me calmó -. Resulta que, justo hoy, Charlie tenía el día libre
- ¿En celo? ¿Me tomas el pelo? porque se lo debían o algo así, y se fueron a pescar. Suspiré, aliviada.
- Te lo aseguro – asintió con convicción. Mi boca se quedó abierta, sin embargo, algo - No sabía que era tan tarde. En realidad, se me ha pasado el tiempo volando – reconocí,
dentro de mí sintió como si le hubieran quitado un peso de encima al saber por fín qué me sonriéndole.
pasaba. Ahora todo encajaba. - Sí, a mí también – se unió a mi sonrisa. Me percaté de que ahora nos podíamos controlar
- ¿Y cómo lo sabes? porque mi celo había bajado un poco, al haberlo saciado algo, aunque me asusté de que
- Ya te he dicho que noté la pulsión al instante – me recordó, volviendo la vista al techo -. para ello hubiéramos tenido que emplear casi todo el día y, aún así, yo seguía sintiendo su
Nunca lo había sentido, pero mi instinto supo enseguida lo que era y lo que tenía que hacer. llamada.
Tus señales son tan fuertes, que podría olerte a kilómetros de distancia. - Va a ser un problema, si esto dura demasiado – declaré, siguiendo el hilo de mis
- Pues tú también debes de estarlo, porque yo te podía oler desde el instituto, creo que pensamientos, recostándome a su lado otra vez -. No sé cómo vamos a hacer, pero yo no
incluso desde mi casa, y sentí tu llamada perfectamente – expuse con una sonrisa. puedo salir corriendo de clase todos los días, y tú tienes tus responsabilidades, no puedes
- Los machos estamos en celo todo el año, nena – manifestó con otra sonrisa torcida -. Aquí dejar de patrullar de repente y dejar tirados a tus hermanos.
la que manda es la hembra. Seguro que yo estoy llamándote todo el año como un idiota – - Sí, vamos a tener que aprender a controlarnos – suscribió él con un suspiro -. Aunque yo
se rió. Me incorporé para echarme boca abajo y apoyarme en su pecho, así le veía mejor el diría que va a ser imposible, ahora mismo me está costando un triunfo, y eso que tu olor ha
rostro. bajado de intensidad. Creo que será mejor que me de una ducha fría o algo, mi padre no
- Pero si hueles distinto – alegué. tardará mucho en llegar – anunció.
- Eso es lo que te parece a ti, pero mi olor te aseguro que es el mismo de siempre. Lo que - Y yo creo que primero voy a comer algo, la verdad es que tengo un poco de hambre –
pasa es que ahora estás en celo y notas otros matices que normalmente no puedes. reconocí.
Me acordé del código de barras y de los matices diferentes que había percibido. - Espera, prepararé unos bocadillos para los dos, entonces – me dio un beso y se incorporó
- Sí, debe ser verdad, porque tu olor me vuelve completamente loca – ronroneé, besando su para levantarse. Se puso los pantalones, se quedó mirándome fijamente, repasándome de
cuello con ansia y acariciando su torso de igual modo -. No puedo resistirme… arriba a abajo mientras se mordía el labio, y se recostó a mi lado para darme otro beso.
- Nessie… - me llamó con un susurro mientras su respiración empezaba a aumentar de - ¿Te he dicho que te quiero? – me susurró en la boca.
intensidad -. Nada me gustaría más, te lo aseguro, pero vamos a tener que dejarlo por hoy. - Sí, unas mil veces – sonreí, rodeándole con mis brazos.
Levanté la vista para mirarle extrañada y, por qué no decirlo, un poquito decepcionada. - Y… ¿que eres preciosa? – murmuró, deslizando su labio inferior por los míos con mucha,
- ¿Por qué? ¿Ya no te apetece? mucha calma.
- ¡Uf, ¿que si no me apetece?! – exclamó en voz baja, recuperándose -. Soy el semental de - Unas quinientas… - jadeé ya.
la manada, ¿recuerdas? – me dijo con una sonrisa un poco fanfarrona -. Mientras estés así, - Nena… - susurró, acomodándose entre mis piernas mientras me besaba con pasión.
puedo pasarme las veinticuatro horas haciéndote el amor. No te imaginas lo que me está - Jake…, tenemos que controlarnos – conseguí decir entre jadeos cuando soltó mis labios
costando ahora mismo no abalanzarme sobre ti. La sábana había terminado por los suelos, para reptar por mi cuello, aunque mis manos no podían dejar de palpar su espalda y su nuca
así que mis pupilas enseguida lo comprobaron. -. Billy va a venir… Le dije eso como última opción, porque si él no paraba, desde luego
- Sí, ya lo veo – sonreí satisfecha. Luego, alcé mi hambrienta mirada hacia la suya y pegué yo no iba a hacerlo tampoco. Y pareció funcionar. Jacob dejó mi garganta y hundió el
nuestros rostros -. Veo que Quil y Embry no lo decían en broma – murmuré en sus labios. rostro en la almohada, junto a mi cabeza, respirando a mil por hora.
- Soy el Gran Lobo, nena – presumió con un susurro mientras acariciaba mi espalda -. Soy - Sí, es verdad, perdona. Me he dejado llevar un poco – alzó la cara y me miró durante un
el que tiene los mejores genes y mi cuerpo está preparado para transmitirlos bien. rato, mordiéndose el labio otra vez-. Esto me va a costar muchísimo, creo que me voy a dar
- Sí, ya he comprobado que está muy, muy preparado… - bajé mi mirada de nuevo y sonreí esa ducha fría ahora mismo. Me dio otro beso corto mientras le sonreía, se levantó y salió
en su boca otra vez con satisfacción -. ¿Y por qué no seguimos aprovechando eso ahora? – corriendo del pequeño dormitorio para meterse en el baño.
le insinué, dándole besos cortos y descendiendo la mano por su pecho. Me abaniqué con la mano para relajarme un poco y también me levanté de la cama. Recogí
- Bueno – su boca se torció en una sonrisa -, no sé si te has dado cuenta, pero ya está mi sostén y mi blusa del suelo. Alcé mi sujetador y vi que el cierre estaba destrozado y que
anocheciendo y mi viejo está al caer. Además, llevamos todo el día en la cama, ni siquiera no se podía arreglar. La blusa ni siquiera tenía botones, estaban desperdigados por toda la
hemos comido, y aunque soy un hombre lobo, no soy Superman, preciosa. Necesito habitación. Eran tan pequeños, que como para ponerse a buscarlos. Seguramente,
meterme algo en el estómago y descansar para recuperar fuerzas. terminarían en la bolsa del aspirador de Billy. La camiseta de Jacob había quedado
Mi rostro sufrió un colapso de sangre cuando analicé todas sus palabras y me separé de sus reducida a un trapo. Me puse lo que quedaba de mi ropa interior y abrí el pequeño armario
de Jacob para cogerle una de sus camisetas. Como todavía tenía bastante calor, escogí una hembra que pasa por esto – interpreté a modo de queja, cogiendo mi vaso de agua para
sin mangas. Me quedaba enorme, pero por lo menos me tapaba. beber.
Abrí la ventana para que ventilara un poco la habitación, recogí y organicé un poco aquel - Vamos, es muy guay – sonrió con satisfacción, pegándole otro bocado a su tercer
desastre y me dirigí a la pequeña cocina. Cogí el pan de molde y lo que encontré por el sandwich.
frigorífico para preparar unos sandwiches rápidos. - Sí, sobretodo para ti, no te fastidia – bromeé -. No es que no me guste, pero no sabes el
Unos brazos fuertes me rodearon por detrás y Jacob se pegó a mí, besándome en la sien. apuro que tuve que pasar en el instituto. Si esto sigue así, tendré que faltar unos días, no
Todo mi cuerpo se estremeció y una de las láminas del pan que estaba untando de manteca quiero parecer una loca otra vez.
de cacahuete se me cayó en la encimera. - Tal vez tengas que quedarte aquí mientras tanto, ya sabes, para aliviarte y eso – sugirió,
- Menos mal que se quedó boca arriba. sonriendo otra vez.
- ¡Qué hambre! – exclamó, metiendo el dedo en el tarro. - Sí, claro – me reí -. A mi padre le iba a encantar. Ya me lo imagino: Oye, papá, que me
- ¡No seas guarro, Jacob! – le regañé, riéndome, pegándole un manotazo en la mano. quedo con Jacob en su casa unos días porque estoy en celo – teatralicé, gesticulando con la
Jacob la retiró, carcajeándose, no sin haber conseguido antes su botín. mano como si hablara por teléfono. Jake se carcajeó con malicia y satisfacción,
- Espera, ya sigo yo – me dijo, chupándose el dedo. Jake untó el resto de los sandwiches, ya seguramente se estaba imaginando la cara de angustia y horror de mi padre -. No te rías – le
que él no se conformaba con uno solo, y me pasó el mío. Nos sentamos en la mesa libro y regañé, dándole un manotazo, aunque yo tampoco podía evitar una sonrisilla -. Si el pobre
empezamos a comer. ya tenía bastante con la mutación de mis genes, con mi imprimación, con enterarse de que
- Dices que me podrías oler a kilómetros de distancia, pero la que te olí fui yo – le piqué su hija tiene parte de lobo por mi vínculo contigo y con tener que escuchar nuestros gritos,
con una sonrisa, después de tragarme mi primer bocado. ahora esto.
- El viento soplaba del oeste, en tu dirección, por eso no me llegó tu efluvio. Si no, ya te - No lo puedo evitar – siguió riéndose -. Tiene su punto cómico, reconócelo. Todavía me
diría yo. Te habría sacado del instituto en volandas – aseveró. acuerdo de la cara que puso cuando le contamos lo de tu parte lobuna, ya verás cuando se
- ¿Y cuánto me va a durar esto? ¿Toda la primavera? Di por hecho que mi celo era en entere de esto – y le dio un mordisco a lo poco que quedaba de su comida, alegremente -.
primavera, ya que normalmente es la época de reproducción de la mayoría de las especies, Lo más seguro es que me mate.
y como era mi primera primavera como adulta, era evidente por qué no me había pasado - No te creas, puede que a mí también – gemí al imaginar la situación que me esperaba en
nunca. casa.
- No tengo ni idea. Puede que solamente sea hoy, o que dure unos días, una semana, dos…, - Bueno, nosotros no tenemos la culpa de que nos pase esto – alegó, poniéndose en pie y
quién sabe – se encogió de hombros -. Nunca le había pasado a nadie – admitió, dándole un recogiendo los platos -. Es la naturaleza, el instinto de reproducción, no lo podemos evitar.
mordisco a su sandwich. - Las otras veces, si no llega a ser por las dichosas interrupciones, lo hubiéramos hecho, y
- ¿No? ¿No le ha pasado a ninguno de tus hermanos con sus chicas? yo no estaba en celo – le recordé -. Así que no creo que eso le sirva mucho a mi padre –
- Ellas son humanas, no tienen instintos lupinos – me explicó -. Tú, en cambio, sí los tienes. suspiré, levantándome para ayudarle a recoger -. Y ni se te ocurra decirle eso del instinto de
Es lo que hablamos aquella vez de nuestro vínculo, ¿recuerdas? reproducción, se pondría malo.
- Dios, cuando corría por el bosque de camino hacia aquí, me crucé con algunos de los - Sí, tienes razón – se rió. Entonces, me miró de arriba a abajo mientras yo retiraba las
chicos – me acordé, un tanto asustada -. Los demás no podrán olerme, ¿no? cosas de la pequeña meseta -. ¿Sabes que estás muy sexy con esa camiseta?
- ¿Te persiguieron o algo? – quiso saber. - Claro, es tu camiseta – contesté con una sonrisa.
- No. Se quedaron mirándome, extrañados, eso sí – le dije, mordiéndome el labio. De repente, el calor y el deseo que me producía su efluvio subió hasta lo incontenible otra
- Entonces no. vez y mi cuerpo se encendió al instante como la mecha de un explosivo. Era como si todo
- ¿Seguro? lo de antes hubiera sido un terremoto y ahora se produjera una réplica.
- Sí, no te preocupes – se rió -. Si no te han seguido ni han tirado la puerta abajo, es porque - No, eres tú – afirmó con un arrebato de pasión, tirando de mi brazo para pegarme a él.
tu olor no les atrae. Sólo me atrae a mí, porque eres mi hembra, solamente estás vinculada a - Jake…, ha vuelto – fue lo único que pude decir con un murmullo entre nuestros
mí, sólo estás en celo para mí – su sonrisa se amplió, como si esto último acabara de irrefrenables besos, aunque él me entendió perfectamente.
descubrirlo para él también y eso le satisficiera enormemente -. Seguramente, ellos ni - Sí, ya lo he notado… - susurró con ansia, llevando sus manos hasta mi espalda más baja
siquiera pueden notar nada diferente, te huelen igual que siempre, excepto cuando te para friccionarme contra él.
transformas, claro, que hueles como yo. Se me escapó un gemido sordo.
Respiré tranquila. - Vamos a la ducha – propuse con su mismo afán, empujándole hacia la puerta de la cocina
- ¿Y a Leah? ¿A ella no le pasa? -. Así, matamos dos pájaros de un tiro y nos da tiempo a todo antes de que vuelva Billy.
- Es estéril. - Buena idea.
- Oh – ya no me acordaba. Claro, si era una loba, era por eso -. O sea, que soy la única Salimos con rapidez de la cocina, sin dejar de besarnos alocadamente. Nuestras ropas se
fueron quedando esparcidas por el suelo mientras nos dirigíamos al baño. - Ya era hora – protestó, girándose con precipitación.
Allí, nos metimos en la ducha y terminé ardiendo entre sus brazos, suspirando su nombre Entonces, se fijó en la camiseta de Jacob que me había puesto – ésta con mangas – y le
de nuevo bajo el agua tibia. rechinaron los dientes.
Conseguimos marcharnos de su casa antes de que llegara Billy, no sin algún apuro ni La verdad es que debía de tener un aspecto de lo más desastroso, con aquella camiseta que
prisas. Tuvimos que ir corriendo hacia el garaje y salir con el Golf vertiginosamente, ya me quedaba enorme, mi falda y descalza.
que podíamos escuchar el coche de Charlie acercándose. - ¿Dónde está papá? – quise saber a la vez que dejaba la mochila en el suelo, intentando no
Después de esa réplica, ambos volvimos a quedarnos relajados y mi celo bajó de intensidad hacer caso de su reacción. Fue peor.
de nuevo, otra vez lo justo como para poder controlarnos. Aún así, bajamos las ventanillas - ¡Tu padre se ha tenido que marchar lejos para no tener que escuchar ni ver vuestras
para que entrara el aire exterior y el vehículo se llenase de otros olores. No lograba tapar calenturientas mentes de la que veníais! – nos recriminó, cabreada, acercándose a nosotros
nuestros efluvios del todo, pero por lo menos los disimulaba un poco. El aire fresco de la como una exhalación -. ¡¿En qué estabas pensando, Renesmee?! ¡¿Qué es todo eso de
noche azotaba mi pelo mojado y ayudaba a que me refrescase algo. vuestro vínculo, instintos lupinos y tu… celo?! – escupió el vocablo con trabajo.
- ¿Qué tal la reunión con el Consejo? – le pregunté después de poner música en el estéreo. - Por lo visto, papá ya te lo ha contado – observé, enfadada -. Así que creo que ya no tengo
De paso, me distraía. que explicarte nada.
- Pues, como te dije ayer, fue más bien para convencerme de ser el jefe de la tribu – - Jacob, ¿puedes dejarnos a solas? – le pidió, no de muy buenas formas.
suspiró. - Creo que esto también me concierne a mí – contestó él, molesto -. Esto es cosa de los dos.
- ¿Y tú qué les has dicho? - Muy bien, ya veo que la quieres defender – le achacó con rabia.
- Que me lo tenía que pensar – volvió a suspirar. - Esto no es asunto tuyo – le reprobé a mi madre.
- ¿Vas a aceptar? – interrogué, gratamente sorprendida. Mi rostro alegre se apagó cuando - Por supuesto que lo es, sobretodo si faltas a clase – me respondió, irritada. Después, su
observé el suyo. estado de ánimo subió hasta el histerismo -. ¡¿Cómo se te ocurre marcharte del instituto
- No me queda otro remedio – resopló con evidente disgusto -. Sam ya les ha dicho hoy que para… para…?!
su manada se va a disolver porque se pasan a la mía y que va a dejarlo dentro de unos años. - ¡Para irme con Jacob, dilo! – voceé, ya harta.
- Entonces, ¿ya es oficial? ¿Sam y los otros se pasan a tu manada? ¿Y cuándo se van a - ¡Para acostarte con Jacob! – gritó, furiosa, apretando los puños -. ¡¿En qué estabas
pasar? pensando?! ¡¿Y si te quedas embarazada?! Jake miró a otro lado y resolló, ofendido.
- Mañana ya seremos una sola manada – me contestó con la misma pesadumbre, apoyando - No somos tontos, ¿sabes? – le contestó él.
el codo en la ventanilla para revolverse el pelo. - Por eso no te preocupes, estoy tomando la píldora – me vi obligada a confesar para que se
- ¿Y cómo vas a hacer con el puesto de segundo al mando? relajara un poco, aunque muy enojada. Relajar, lo que se dice relajar, no fue lo que le
- Le he estado dando muchas vueltas y al final he decidido que, como es una manada produjo exactamente. Más bien se quedó patidifusa.
demasiado grande, voy a organizarla en dos grupos – me empezó a explicar -. Uno lo - ¿La píldora? ¿Y cómo…?
supervisará Leah y el otro Sam, así no habrá problemas. Pero tampoco quiero que haya - Carlisle me las consigue – reconocí a regañadientes -. Fui a verle poco después de que
separaciones, preferencias o diferencias entre los miembros, ni que se convierta en una papá me pusiera aquel castigo, para consultarle – y buena vergüenza que pasé -. Me dijo
competición, tenemos que mantener la unidad de la manada, así que intercambiaré los que mi sistema reproductivo funcionaba como el de una humana, así que me hizo una
lobos entre un grupo y otro todos los días. Cada día serán dos grupos completamente analítica y me las consiguió – suspiré con cansancio.
diferentes. - Jacob, ahora sí que quiero que me dejes a solas con mi hija – declaró, apretando los
- Es muy buena idea – reconocí con una sonrisa de orgullo por lo listo que era mi chico. dientes. Mi cuero vibró más fuerte.
Jacob por fin sonrió. - No creo que…
- ¿Verdad que sí? Me arrimé a él, le di un beso en la mejilla y le cogí del brazo para apoyar - ¡Que te vayas! – repitió con una octava más alta de la cuenta, mirándole con fiereza.
mi cabeza en su hombro. - ¡Mamá, te estás pasando! – me quejé.
- Sí. Y mi macho Alfa liderará a los veintitrés. Jake sonrió de nuevo y me dio un beso en el - Quiero hablar con mi hija a solas – fue diciendo cada palabra una por una, con una calma
pelo. malamente pretendida. Jacob le clavó una mirada crítica y de clara censura y apretó la
No tardamos mucho más en llegar hasta mi casa. Mi novio aparcó delante del porche, como mandíbula.
siempre, y nos bajamos para atravesar juntos, cogidos de la mano, el umbral hacia el - Te veo mañana – me dijo. Me dio un beso corto, volvió a mirar del mismo modo a mi
terrible escenario que nos esperaba en el salón. madre y se marchó cabreado, pegando un portazo. Ni siquiera me había podido despedir de
Nos sorprendió encontrar solamente a mi madre. Estaba mirando por la ventana, con los él como es debido, después del maravilloso día que habíamos pasado juntos. Las dos
brazos cruzados y una expresión de enfado y contrariedad. Mi pulsera comenzó a vibrar, esperamos a que el rugido del coche se alejara lo suficiente.
mala señal. - ¡Muy bien, mamá! – bufé, caminando enrabietada por el salón -. ¡Esta vez te has lucido!
- ¡¿A dónde te crees que vas?! – me paró, interponiéndose en mi camino como un rayo -. - Tu olor… - reparó, extrañada – es igual que el suyo… A mí el de ella me quemaba al
¡Todavía no hemos terminado! pasar por mi orificio nasal, en realidad, todo apestaba por todas partes, pero mi cerebro
- ¡Yo creo que sí! ¡Me voy a mi cuarto! – contesté, bordeándola para pasar. Tampoco me estaba demasiado ocupado ahora mismo como para pararse a hacerle caso a esa sensación.
dejó. - Él nació para mí y yo nací para él – seguí, calcando las muelas con rabia -. Eres tú la que
- ¡Claro que no! ¡Tenemos que hablar de muchas cosas! Me crucé de brazos, exasperada. no tiene ni idea de nada. Nuestro vínculo es infinitamente fuerte y poderoso, nadie nos
- ¿Como por ejemplo? separará jamás. Estamos imprimados y enamorados, y lucharía por él con quien fuera,
- ¡¿Por qué estás tomando la píldora?! ¡¿Es que no os servía con otro método incluso contigo, aunque no me haría falta, porque no habría lucha, él ya es mío, así como
anticonceptivo?! – interrogó, enervada. Esto era el colmo. Yo ya era adulta y era mi yo de él.
intimidad, ¿hasta en eso se tenía que meter? - Las personas no pertenecen a nadie – rebatió con enfado.
- No creo que los condones nos fueran muy útiles – le respondí con insolencia, ya estaba - Eso ya lo sé, sabes perfectamente a qué me refiero.
más que harta -. Y ahora, si me disculpas, me voy a dormir, estoy agotada. - Yo no quiero separaros, si es eso lo que insinúas – alegó, irritada.
Cuando me disponía a avanzar hacia las escaleras, mi madre me sujetó de la muñeca y me ¿No? Pues mi pulsera no dejaba de decir lo contrario.
dio la vuelta con fuerza para ponerme frente a ella. Sus ojos se habían oscurecido y me - ¿Y por qué no puedes alegrarte por nosotros? – le acusé -. ¿Por qué cuando te dije que nos
miraban con una furia nerviosa, ansiosa. Mi aro de compromiso aumentó su intensidad, íbamos a casar, no pudiste alegrarte por mí y darme la enhorabuena? Soy la mujer más feliz
hasta que su vibración se convirtió en algo alocado. del mundo con él, ¿no te hace feliz eso a ti también?
- ¡¿Que estás agotada?! – me voceó, lanzando mi brazo hacia atrás al soltar su amarre con - Por supuesto. Eres mi hija y ante todo quiero tu felicidad, eso es lo más importante para
rabia -. ¡¿Tanto lo habéis hecho, que estás agotada?! mí – me aclaró, ahora más calmada -. Y te doy mi enhorabuena sincera. Siento no haberlo
- ¡No es asunto tuyo! ¡Es mi vida privada! hecho antes, pero tienes que entender que las cosas han pasado muy deprisa y que me ha
- ¡Contesta! – me gritó. Su ira me contagió y la mía salió de lo más profundo de mi ser para chocado, eso es todo. Quiero lo mejor para ti y sé que no hay nadie mejor que Jacob.
presentarse con contundencia. Ya no soportaba sus estúpidos y más que evidentes celos, Sí, seguro que eso lo sabía muy bien.
éstos también me estaban infectando, se metían por mis venas como un corrosivo veneno y - Si lo que dices es verdad, no comprendo por qué te molesta tanto que esté con él – le
hacían que yo misma comenzara a ponerme celosa. achaqué sin cortarme un pelo.
- ¡¿Qué es lo que quieres saber exactamente, mamá?! – le espeté, en un tono mordaz -. Me entendió mal, o tal vez se hizo la tonta.
¡¿Que Jacob es todo un semental?! ¡¿Que hicimos el amor todo el día y que fue más que - No me molesta, es que lo abarcas todo para ti sola – me criticó, malhumorada -. ¿No te
increíble?! ¡¿Que un solo roce suyo me vuelve completamente loca?! ¡¿Es eso lo que das cuenta de que Jacob es una de las personas más importantes de mi vida? A mí también
quieres saber?! – sus ojos no se movieron de los míos cuando sus dientes chirriaron -. ¡¿O me gustaría pasar tiempo con él.
quieres saber todo lo que me hizo sentir?! ¡¿Quieres que también te ponga la mano para - Podemos pasar tiempo juntos, solamente tienes que decirlo.
que lo veas tú misma?! - la alcé para fingir que se la iba a plantar en la cara y me la apartó - Me refiero a solas. Mis cejas se arquearon y mi boca se quedó colgando cuando mis
de un manotazo. pulmones exhalaron el aire sin poder creérselo.
- ¡Basta, cállate! – me chilló acto seguido -. ¡Eres una descarada! - ¿Cómo dices?
- ¡Y tú una caprichosa que no sabe lo que quiere! – le solté. El calor comenzó a recorrer - Ya sé que tú quieres estar con él a todas horas, pero podrías sacrificarte un poco y dejar
toda mi espalda y no pude evitar el temblor en mis manos -. ¡No te basta sólo con papá! ¡A algo para mí – propuso sin pestañear.
él también lo quieres para ti, pero no te lo dejaré! ¡Ya hiciste tu elección, ahora déjale en - ¿Y entonces qué quieres, que lo compartamos? – interrogué, indignada.
paz! Mi madre se quedó más de piedra de lo que era, aunque su actitud no cambió para - Pues sí – reconoció.
nada. ¿Compartirlo? ¿Me estaba tomando el pelo? Que me llamasen ultraegoísta, pero no, no
- ¡¿Quién te ha contado eso?! ¡¿Jacob?! estaba dispuesta a compartirlo con nadie, y mucho menos dejarle a solas con Jacob,
- ¡Eso no importa! ¡Jacob no es para ti, nunca lo ha sido! – escupí con ira. sabiendo que todavía sentía algo por él. Ni qué decir tiene que me fiaba de Jake al cien por
- ¡Tú no tienes ni idea! – me echó en cara, furiosa -. ¡Jacob es mi mejor amigo, siempre lo cien, sin embargo, no podía decir lo mismo de ella, algo, incluida mi pulsera, me decían
ha sido y siempre lo será! ¡Es mi Jacob! Mis puños se cerraron con tanta fuerza, que me que no lo hiciera. Además, me negaba a perder ni un minuto más del necesario de mi larga
crujieron los huesos incluso de las muñecas. Mi sangre ya era azul, fría como un glacial. vida sin él, para mí era imposible. Ya había tenido suficiente con aquellos agónicos cuatro
- ¡Jacob es mío! – el rugido que escapó al morir la frase retumbó en las paredes de la casa e meses.
hizo vibrar los cristales del salón -. ¡Ya te lo dije aquella vez que intentaste atacarle, - Sabes que no voy a hacer eso – le contesté con severidad.
cuando te enteraste de que se había imprimado de mí! ¡Te lo dejé bien claro! El rostro de - Es mi mejor amigo, yo también tengo derecho a estar con él – me estampó en la cara.
mi madre se convirtió en un collage de expresiones, al ver mi transformación. Seguía - Es mi prometido, yo tengo más derecho – le repliqué, molesta.
enervada, sin embargo, sus pies empezaron a recular un tanto cautos. Usé el vocablo prometido, que sonaba más contundente.
- Era mi mejor amigo incluso antes de que tú nacieras – rebatió con obstinación. Mis nudo a la garganta. Sí, la echaba mucho de menos. Me hubiera gustado llegar a casa y
pulmones volvieron a hacer lo mismo que antes. poder contarle mis confidencias, como hacíamos no hace tanto tiempo, contarle lo mucho
- ¿Para qué quieres estar a solas con él? No lo entiendo – exigí saber, observándole que amaba a Jacob, lo feliz que era a su lado, lo importante que había sido este día para mí,
enojada. Me dio la callada por respuesta y su mirada osciló del suelo a la ventana. Apreté incluso lo increíble y mágica que había sido mi primera vez. Pero no podía hacerlo.
los puños de nuevo -. Las cosas han cambiado, mamá. Jacob es mío, tienes que aceptarlo de - Tienes que perdonarme por enfadarme tanto antes – murmuró en mi hombro, sacándome
una vez. de mis pensamientos -. Ya sé que siempre te digo lo mismo, pero has crecido tan rápido…
- Te repito que las personas no pertenecen a nadie, por muy imprimadas que estén – - Mamá… - resoplé.
aseveró, mirándome fijamente a los ojos. - Sí, lo sé, lo sé – suspiró -. Ya eres toda una mujer, de eso no hay duda.
- Y yo te repito que no te lo dejaré – reiteré, rechinando los dientes mientras también le Se quedó un minuto en silencio y, entonces, para mi disgusto y el de mi aro de cuero,
clavaba la mirada con desafío. inspiró el efluvio que emanaba mi cabello disimuladamente. Se suponía que mi olor tendría
- Tranquila, no te lo voy a quitar – se defendió ella, riéndose, en un tono irónico que no me que parecerle muy desagradable, como a mí me lo estaba pareciendo el suyo en estos
gustó nada. momentos, en cambio, lo inspiraba con ganas, creyendo que yo no me estaba percatando de
- Desde luego que no, de eso estoy completamente segura – le respondí, levantando la nada. En lo que no caía ella es que, con mi transformación, todos mis sentidos estaban
barbilla con convicción. La sonrisa se le borró de la cara al instante. todavía más agudizados, incluido el oído. Después, tomó aire y habló de nuevo.
- Yo estoy muy enamorada de tu padre. Jacob sólo es un amigo para mí – declaró. - Sobre lo de compartir a Jacob… - notó cómo mi cuerpo se ponía tenso entre sus brazos -.
- Entonces, ¿por qué me das explicaciones? – le imputé. Se quedó en silencio una vez más. Lo comprendo – se limitó a manifestar. No dije nada. No quería volver a la discusión de
Resollé por la nariz y empecé a caminar hacia las escaleras, cansada del tema. Era una hacía un rato, y se me había acumulado tanta tensión por lo de antes, que empezaba a tener
tontería seguir discutiendo con ella de este asunto, igual que rebotar una pelota en la pared sed. Además, ya no podía seguir soportando aquella peste por más tiempo, tenía que
sin parar. Ella no iba a reconocer nada y, a decir verdad, yo tampoco quería que lo hiciera. transformarme y volver a mis olores de siempre. Ahora me daba cuenta de lo mal que lo
- ¿A dónde vas? – me preguntó con el ceño fruncido. Me paré en el segundo escalón y me tenía que pasar Jacob al tener que estar en esta casa tanto tiempo, no sé cómo había podido
di la vuelta para mirarla sin ganas. soportarlo todos estos años. Lo que hace el amor…
- Tengo que beber sangre para volver a transformarme – le expliqué de igual modo -. El día - Bueno, me voy a cenar mi sangre – aproveché para usar de excusa, y me separé de ella
que hablé con Carlisle también me enseñó las reservas de sangre que tiene guardadas, por por fin -. Empiezo a sentirme algo débil.
si acaso había una emergencia como esta. - Lo siento – murmuró con voz queda y sus ojos, otra vez dorados, rebosantes de tanta
- Ah. culpabilidad, que se me clavaron en el corazón.
- Así que si me disculpas, me voy a cenar – exhalé, inapetente. Mi pulsera de color rojizo dejó de vibrar otra vez, iba a terminar loca perdida, como yo. En
Mi pie subió otro peldaño, pero de repente me acordé de algo y volví a girarme. ese instante, supe con certeza que no me estaba pidiendo perdón por haber provocado mi
- Por cierto, estos días faltaré a clase. Mientras me dure esto del celo, no puedo ir. transformación, que era lo que ella quería fingir - mamá mentía realmente mal -, lo estaba
Para mi asombro, parece ser que le hizo mucha gracia. haciendo por seguir sintiendo algo hacia Jacob. Toda mi alma se llenó de un sentimiento
- ¿Tan fuerte es? – se rió, sin poder disimularlo. agridulce. Estaba muy enfadada, dolida e indignada por eso, sí, y por sus celos sin sentido;
Desde luego, yo no estaba de humor para bromas, estaba muy enfadada y disgustada, pero sin embargo, también sabía que estaba luchando consigo misma para evitarlo y eso me
su risa sincera y descontrolada me contagió sin querer y terminé sonriendo un poco yo hacía tener lástima por ella. No, no podía contarle ninguna confidencia respecto a Jacob.
también. Además, mi pulsera había dejado de vibrar. Aleluya. No quería herirla, era mi madre y la quería con locura. Ella había entregado su vida por mí,
- No te rías, no tiene gracia – le regañé con el labio inevitablemente curvado hacia arriba -. había luchado contra viento y marea para tenerme, a pesar de la oposición de todo el
No veas qué mal lo he pasado hoy en clase. mundo, incluidos mi padre y el propio Jacob. Empecé a sentirme muy incómoda, culpable
Mamá carraspeó para ponerse seria. y todo. Muy bien, Nessie…
- Lo siento, ya me lo imagino – se le escapó la risa otra vez y puso la mano en la boca para - No importa – le contesté con una sonrisa, en un intento de quitarle hierro al asunto para
disimular -. Otra vez, llévate una bolsa con hielo en la mochila. ambas -. Yo también tengo la culpa, soy muy impulsiva – la suya fue un tanto desvaída,
- Muy graciosa – le respondí con retintín. Subí otro peldaño y mi madre apareció a mi lado reflejo fiel de sus sentimientos encontrados -. Bueno – carraspeé -, voy a cenar y después
como por arte de magia. ya me voy a la cama, así que hasta mañana.
- Espera – me paró, cogiéndome del hombro. Me giró y me dio un fuerte abrazo que me - Hasta mañana, hija – me sonrió de igual modo. Mis piernas empezaron a subir las
pilló totalmente desprevenida y que me dejó fuera de combate por completo, tanto, que por escaleras.
un instante volví a notar esa complicidad que siempre había tenido con mi madre y que ya - Cielo – me llamó. Me di la vuelta para mirarla, preguntándome qué era lo que quería
empezaba a echar de menos cada vez con más frecuencia, aunque no soportaba su olor y el ahora -. Me alegro mucho por ti – y me mostró una de las mejores y más sinceras sonrisas
de la casa, seguían quemándome la nariz. Aún así, no pude evitar que se me aferrara un de regocijo que había visto nunca en su impoluto rostro.
que sufrirlo iba a ser yo. Porque siempre di por hecho que mi hija y yo – y Edward, por
(PARÉNTESIS) supuesto – íbamos a estar juntas para siempre, y jamás se me pasó por la cabeza que ella
BELLA pudiera estar imprimada también y que se fueran a quedar en La Push. Yo entendía su
decisión perfectamente, claro está, Jacob también se debía a su manada, a su tribu, él era el
A medida que mi hija iba subiendo las escaleras, mi terrible angustia y tormento iban jefe de la tribu legítimamente, y la decisión de Renesmee me parecía la más adecuada.
aumentando. Esperé hasta que ella entró en el despacho de Carlisle y escuché la puerta Además, cuando me había dado la noticia, se me había venido el mundo encima, pero
cerrarse, para sentarme en el sofá. Era una estupidez, pero necesitaba hacerlo, como si esa ahora, pensándolo más en frío, me daba cuenta de que el querer que ella se viniera era algo
necesidad típicamente humana también quisiera acompañar al resto de sensaciones egoísta por mi parte. Porque nosotros teníamos que mudarnos continuamente para evitar las
mortales que me invadían y se empeñara en hacer acto de presencia. ¿Por qué había hecho sospechas, pero ella podía llevar una vida más normal, en un sitio fijo, en el que formara un
eso tan horrible? ¿Por qué no había podido detenerlo? ¿Es que esto no iba a parar hasta que hogar, una familia. Sin embargo, y a pesar de todos mis intentos, no podía evitar que el
no terminase de destruir todo lo que más amaba? ¿Es que tenía que herir a todo el mundo? tema me afectase. Egoístamente, sí, me resultaba muy duro el entregársela a Jacob y tener
¿A mi marido? ¿A mi propia hija? ¿Incluso a Jacob? que separarme de ella. Esto era una de las elipses de la espiral.
Odiaba este absurdo comportamiento, pero era incapaz de pararlo, no podía detenerlo ni Otra elipse era mi madre. Renée me llamaba todos los días y no hacía más que preguntarme
controlarlo, era imposible. Era peor que la sangre. Ese fuego rabioso explotaba y me por qué no nos veíamos, por qué no iba a verla en el Día de Acción de Gracias, o en
dominaba. Su olor aún estaba por la estancia. Esa nube invisible flotaba con un movimiento Navidad, por qué no íbamos a pasar unos días con ella y Phil en verano, por qué siempre le
imperceptible, casi se había quedado estanca en el ambiente. Di gracias a Dios de que mis ponía excusas para que ellos no vinieran por aquí, por qué no sabía dónde vivíamos. Y esto
ojos estuvieran exentos de la obligación de ser tapados por los párpados, porque si los me dolía profundamente, porque la añoraba, la echaba muchísimo de menos, pero no podía
bajaba ahora mismo, todavía podía verlos a ellos dos, juntos. Juntos. No pude evitar que acceder a sus peticiones. Y desde que Renesmee había crecido y me había dado cuenta de
me rechinaran los dientes. Me incliné hacia delante y mis manos se mezclaron con mi que nos íbamos a tener que separar, no podía evitar sentirme identificada con mi madre,
cabello para encerrarlo entre sus dedos. No podía salir de esta espiral en la que me veía con lo que ella tenía que estar sufriendo, con la de preguntas que debía de estar haciéndose,
encerrada, me sentía completamente perdida. Era un agujero negro que me envolvía, un con lo que me tenía que estar echando de menos. Me sentía tan culpable por eso…
pozo oscuro lleno de miedos, confusión, dudas, y esos recuerdos de mi vida humana, vagos Y no sólo por ella. Ahora también tenía que dejar a Charlie atrás y eso me producía una
aunque dulces recuerdos, que me flagelaban y me sumían más en ese pozo. Dulces desazón enorme, otra elipse más. Sabía que Sue cuidaría muy bien de él y que lo haría
recuerdos. Mi infancia junto a Renée, mis días de vacaciones en Forks con Charlie, y feliz, desde que estaban juntos, mi padre era otro. Sin embargo, también sabía que él me
Jacob, mi Jacob… Mi sol… Sumida en esta oscuridad, ahora necesitaba ese sol más que echaría mucho de menos y que siempre se estaría preocupando por mí. Y el hecho de que
nunca, necesitaba su luz y su calor. Cómo lo echaba de menos. Creía que esa dependencia supiera tantas cosas, aunque no del todo concretas, no ayudaba nada, encima, eso le ponía
se había esfumado, pero desde que Renesmee había crecido, desde que me había envuelto en peligro.
esta repentina y negra espiral, esa dependencia había regresado con más fuerza que nunca. Últimamente, mi mente no hacía más que pensar que mi tiempo con ellos se agotaba cada
Todo había regresado. No entendía por qué era así, qué me estaba pasando. Esta espiral era día sin que yo pudiera hacer nada para remediarlo. Cada día, cada hora, cada minuto, los
como una regresión al pasado, me envolvía y me llevaba hacia atrás una y otra vez, como perdía un poco más. Porque ellos seguían envejeciendo y algún día dejarían este mundo.
una ola que te sumerge continuamente y no te deja salir a la superficie. Llenaba mi cabeza Por supuesto, ellos iban a hacerlo igualmente siendo yo humana o vampiro, pero todo
de interferencias, unas interferencias que traían los recuerdos de mi vida humana, adquiría un matiz diferente. De Charlie sí podría despedirme, decirle todo lo que le quiero,
clavándomelos a fuego para obligarme a sentirlos de nuevo. Y todo había empezado hace cuidarle si se diera el caso, incluso pedirle perdón por haber hecho esta elección. Sin
seis años, después de la visita de los Vulturis, cuando Renesmee me había dejado ver sus embargo, tal y como estaban las cosas, no podría hacer eso con Renée. Algún día yo
verdaderos sentimientos hacia Jacob, aun siendo tan pequeñita. Yo no le había hecho tendría que dejar de contestar a sus llamadas, llegaría un momento en que no podría
mucho caso, lo cierto es que en aquel entonces no me afectó lo más mínimo. Lo que no me disimular mi joven voz, evitar sus peticiones de fotos y de webcam, ya no me quedarían
imaginaba es que eso sólo habían sido unas pequeñas gotas, había sido la primera chispa coartadas, y tendría que desaparecer para ella. Renée se pasaría toda la vida buscándome,
del rayo. La verdadera tormenta había estallado ahora, cuando ella había crecido y me de eso estaba completamente segura, yo era su hija, su única hija. Yo haría lo mismo con la
había dado cuenta de lo que eso suponía; de lo que eso suponía a todos los niveles, porque mía. Y yo ni siquiera iba a poder despedirme de ella cuando se fuera de este mundo, pedirle
no era solamente estos extraños sentimientos hacia Jacob lo que me perturbaba y me perdón. Esto flagelaba mi corazón profundamente.
angustiaba. Todo se me había juntado. Para empezar, estaba eso mismo, el crecimiento de Ya sabía que no iba a ser fácil, pero con la madurez de Renesmee empezaba a ver de
mi hija. Siempre habían existido otras posibilidades, desde luego, pero yo sabía que Jacob verdad las consecuencias de mi elección, de mi transformación, eso de lo que Edward me
y ella terminarían juntos cuando eso sucediera. Y siempre me había preocupado Jacob en había advertido tanto y de lo que había querido alejarme. Sin embargo, esta elección me
este asunto, en cómo le afectaría a él una separación de Renesmee, porque algún día había hecho feliz, porque, aun con todas estas cosas, dudas, temores y confusiones, era lo
íbamos a tener que marcharnos de Forks. Lo que no me imaginaba es que la que iba a tener que quería y seguía siendo feliz. Y no sólo por eso. Si yo no hubiera hecho esta elección,
me hubiera muerto, no hubiera podido vivir sin Edward, lo sabía, habría acabado camino para mantenerlo vivo. Creía que al transformarme todo sería fácil, que ya no habría
volviéndome loca, o habría terminado muerta en vida, y eso les hubiera hecho más daño a ninguna barrera entre nosotros, pero me equivocaba. La vida iba a estar llena de obstáculos
ellos. que tendríamos que sortear juntos. Sin embargo, todo esto no hacía más que afianzar mi
Pero otra elipse más se sumaba a las anteriores. Y esta era terrible. Mi hija, mi propia amor por Edward, porque, aun pasando todo esto, aun sintiendo todo esto, lo tenía tan
hija, fallecería algún día. Tan sólo pensar en la palabra, ya helaba a mi pobre corazón. No claro. Si me dieran a escoger mil veces, mil veces que le escogería a él, un millón de veces,
sabía si eso podría soportarlo. Sobrevivir a un hijo es lo más duro que puede pasarte en la un billón de veces. Siempre a él. Para siempre. Eternamente. Y sabía que esto que me
vida, aunque en este caso fuera una muerte natural. Otra vez mi corazón sufrió un estaba pasando, esta espiral, esta caída a este agujero negro, era temporal. Otra prueba más,
calambre. Y no sólo eso. Jacob, mi Jacob, ¿qué haría él cuándo eso ocurriese? Se quedaría otra prueba que venceríamos juntos. Y otra vez mi hija. Renesmee. La otra razón de mi
destrozado, puede que él… No, no quería ni pensarlo tampoco. existencia, ella era parte de mí. Mi única hija.
Jacob, él era el núcleo de la espiral. Y esto era lo peor de todo, porque ya se veían A ella también la echaba tanto de menos. Mi pequeña, mi niña. ¿Cómo podía hacerle algo
implicadas directamente las dos personas que más amaba del mundo. Edward y Renesmee. así a mi niña? Era una persona horrible, una mala madre. Extrañaba tanto esa complicidad
Creía que todo aquello que había sentido hacia él en mi vida humana sólo había sido fruto que siempre había existido entre nosotras, y todo lo estaba estropeando yo. Si supiera lo
de mi debilidad como mortal. Pero ahora no sabía lo que me estaba pasando, esta espiral feliz que me sentía por ella, verla a ella feliz, me hacía feliz a mí también. Y por Jacob. Él
me hacía sentirlo de nuevo, no podía evitarlo. Me sentía como si hubiera estado enferma, seguía siendo mi mejor amigo, sabía que no habría nadie mejor para él que ella, ni nadie
me hubiese curado, y ahora la enfermedad me hubiera hecho recaer de nuevo. En él se mejor para ella que él, nadie iba a amarla como lo hacía él. Ellos habían nacido para estar
había centrado toda esta espiral, y eso sí sabía a que se debía. A Renée no la veía, sólo juntos, eso lo sabía yo mejor que nadie. Y después de todo lo que había sufrido él, me
hablaba conmigo unos minutos al día por teléfono, eso hacía que lo sobrellevara mejor, y sentía feliz porque por fin hubiera encontrado su alma gemela, su amor verdadero. No sé si
Charlie no parecía estar llevándolo tan mal por el momento; pero a Jacob tenía que verle hubiera soportado que se hubiese imprimado de otra, pero con Renesmee era distinto.
todos los días, y tenía que enfrentarme a esos sentimientos de frente, y sin quererlo, sin Porque ella sí se lo merecía, se merecían mutuamente, estaban hechos el uno para el otro,
poder evitarlo, tenía que soportar estos estallidos continuamente, haciendo que me hundiera sólo había que ver cómo se miraban, con esa adoración mutua. Verlos juntos me hacía
más en ese pozo oscuro. Que Jacob fuera el núcleo de la espiral hacía que se produjera un feliz. Sí, realmente me hacía feliz.
bucle extraño. Por una parte, él estaba dentro de ese pozo, junto al resto de sentimientos; Entonces, ¿por qué me comportaba así? ¿Por qué estaba feliz por ellos y a la vez no podía
sentimientos humanos que me hacían sentir esa dependencia hacia él, Jacob era una de las evitar sentir esto otro? Siempre me daban esos ataques repentinos que no era capaz de
razones de esta negra espiral, pero por otra, a su vez, esa misma dependencia hacía que le controlar por culpa de esta oscura espiral que me atacaba; me cubría esta nube negra que
necesitara junto a mí para salir de esta oscuridad. Era la pescadilla que se muerde la cola. llenaba mi cerebro de interferencias y hacía regresar todos mis recuerdos de mi vida
Me odiaba a mí misma, sí, me asqueaba todo lo que sentía, por muchas razones, pero humana, me obligaba a sentirlos, a añorarlos…, y cuando eso sucedía, mi rabia estallaba y
sobretodo por Edward y por mi hija. Edward. Mi marido, el amor de mi vida, una de las lo estropeaba todo. Todo.
razones de mi existencia. Cuando esa bomba explotaba, yo no era yo. Era como si saliese otra personalidad distinta
No podía seguir ocultándoselo, eso me estaba matando. Odiaba esconderle nada. Lo había de lo más profundo de mis entrañas y dominara a mi verdadero yo, haciéndome actuar de
hecho para que él no sufriera, para evitar que su mirada se tiñera de angustia y tristeza esa forma tan extraña y horrible sin que pudiera hacer nada para evitarlo. Me sentía como
innecesariamente, para no tener que enfrentarme a unos ojos llenos de desengaño que si estuviese poseída, como si me estuviese volviendo loca. A veces creía que me lo estaba
helarían mi alma y la dejarían aún más desolada. Porque yo no quería verle sufrir. Él no se volviendo de verdad. Todavía no entendía por qué era así, pero esto sí lo veía: ese yo
merecía eso. Pero esto ya se estaba alargando más de la cuenta y Edward ya empezaba a extraño era mi yo humano, sólo que mezclado con otros ingredientes que lo hacían más
sospechar algo, y yo no podía más. En realidad, creo que ya lo sabía todo, me conocía egoísta y rabioso, y este yo humano hacía que lo que había sentido por Jacob en aquel
demasiado bien. Y aún así, seguía sin decirme nada para no herirme a mí. En vez de eso, entonces regresara ahora. Era como si estuviese reviviéndolo de nuevo, sólo que peor,
me alentaba con sus silencios respetuosos, con sus abrazos de comprensión, con sus tiernos porque al verle junto a Renesmee saltaba la hebilla de la granada y explotaban todos esos
besos, y esas preciosas pupilas que siempre me observaban sin un atisbo de rencor, enfado celos absurdos y miserables, inexplicables, deplorables. Ahora también me daba cuenta de
o dudas hacia mí, sino que desbordaban confianza, alianza y amor, antetodo amor. Amor las barbaridades que había hecho en estos meses. Mis absurdos y egoístas celos habían
sin reservas, sin condiciones. No me lo merecía. No me merecía ese amor. llegado a un punto tal, que incluso había intentado separarla un poco de Jacob. ¿Cómo
¿Es que mi sino era el terminar haciéndole daño siempre? Él no se merecía esto. Otra vez. había hecho algo tan ruin y mezquino? Me sentía tan mal, tan culpable por eso, porque
Otra vez le estaba haciendo daño, otra vez tropezaba con la misma piedra. Y todo era por ellos sufrieran por mi culpa. Por supuesto, nunca había querido que se separasen
esta espiral que había desempolvado esos sentimientos de nuevo. Pero esto no dejaba de ser físicamente, ni como amigos, sabía que eso era imposible, y yo jamás había quería eso,
otra prueba más del destino, otro examen a nuestro infinito amor. Una prueba de tantas a pero tenía que reconocer que sí evitar que Renesmee estuviera con él, que llegaran a algo
las que nos tendríamos que enfrentar, porque nunca me había dado cuenta de que el amor más. Aquella vez había sido la primera que había escuchado de su boca que lo quería, que
no sólo cuesta conseguirlo, también hay que superar los obstáculos que se presentan en el lo amaba con toda su alma… No sé qué me había pasado, supongo que la granada explotó
un poco en cierto modo. ¿Por qué me daban esos arrebatos incontrolados? ¿Por qué antes Tenía que salir de esta espiral. Y solamente había una manera.
me había detenido a oler a mi hija cuando le iba a pedir que me lo contara todo, como (FIN DEL PARÉNTESIS
hacíamos no hace tanto tiempo? Me hubiera gustado saber lo feliz que se sentía, lo mucho
que amaba a Jacob, lo feliz que era a su lado, lo importante que había sido este día para
ella, incluso que me contara cómo había sido su primera vez… Y no sentir todo esto que HUÍR
me estaba torturando. Esto que también la dañaba a ella y que nos alejaba cada vez más.
No podía dejar de sentir que la estaba fallando, ahora que más me necesitaba, en su Estaba agotada, sin embargo, me costó mucho conciliar el sueño. Aparte del tema de mi
adolescencia, esa época de su vida tan importante que no volvería jamás…Otro recuerdo se madre, sufrí unas cuantas réplicas y tuve que levantarme varias veces para darme unas
clavó en mi mente, pero este no era dulce, este se insertó con ferocidad y dejó mi alma duchas bien frías y, aún así, no era a quitarme el calor del cuerpo. No obstante, eso no hizo
congelada. Ese recuerdo no era sino ese espantoso recordatorio que últimamente se repetía que mi felicidad se borrase de mi cara. Me pasé ese desvelo pensando en Jacob, en el día
en mi cerebro una y otra vez. Nunca le había dado importancia, pero ahora tenía tanta. Ese tan increíble que habíamos pasado juntos, en su poderoso cuerpo perfecto, en todo lo que
recordatorio me decía que yo no volvería a tener más hijos, nunca más, jamás. Nunca más me había hecho sentir… Creo que eso también contribuyó a que mi celo regresara con
tendría otra oportunidad en toda la eternidad. Ahora comprendía a Rose, aunque mi caso ganas. Tanto, que hasta en mis sueños era incapaz de reprimirme. Me desperté
era diferente al suyo, ya que, por lo menos, yo había tenido una hija. Sin embargo, sofocadísima, me destapé del todo y agarré la tapa que había arrancado de una libreta y que
Renesmee había crecido tan extremadamente rápido, que había disfrutado muy poco de había dejado en la mesilla, para abanicarme. La agité con brío, intentando lanzar el poco
ella, no lo había saboreado, no me había dado tiempo a nada, a nada. aire que provocaba hacia la cara. La fuerte lluvia repiqueteaba en la cristalera, eso, y la
Ese fuego incontrolado comenzó a quemarme las venas, como ya venía siendo habitual. monótona música que provocaba al chocar contra la vegetación y la tierra de fuera, era lo
Sentí envidia de ella. Ella sí podía tener hijos, su parte humana hacía que su sistema único que se oía. Entonces, la tapa se me resbaló de la mano y cayó sobre el colchón
reproductivo funcionara bien. Y ella los tendría, con Jacob… Algún día ella y Jacob cuando escuché un portazo y las alteradas voces de mis tías.
serían… papás… Todas las veces que quisieran…, niños, varones, que crecieran a un ritmo - ¡¿Qué haces aquí?! – protestó Rosalie.
humano…, y niñas que lo harían rápidamente, pero podían tener tantas…, las que - ¡No, Jacob! – gritó Alice.
quisieran… Y yo… Yo no… Yo sólo había tenido seis cortísimos años… - ¡Maldito chucho! ¡¿A dónde te crees que vas?! ¡¿Es que quieres que Edward te mate?!
Ese violento vértigo se apoderó de mí y me vi inmersa en esa negra espiral de confusión, No escuché su voz. Lo siguiente que sonó fueron unos pies descalzos subiendo los últimos
dudas, aturdimiento, angustia, recuerdos y caos. Casi me parecía que era literalmente, tal escalones a toda prisa y acercándose por el pasillo, mezclados con los pasos y las quejas de
eran los mareos que me daban. Mis dedos oprimieron mi cabello todavía con más fuerza y mis tías. Mi aliento comenzó a salir agitado y emocionado. Me levanté de un salto y no me
un leve gemido de dolor se escapó por mi garganta. dio tiempo a más. La puerta se abrió con un movimiento enérgico y Jacob apareció tras
¿Cómo podía tenerle envidia a mi hija? ¡A mi propia hija! A lo que más quería del mundo, ella. Estaba completamente empapado, esos pantalones cortos de color gris claro que le
por la que daría mi vida sin pensarlo ni una décima de segundo. ¿Cómo podía hacerle esto había regalado hacía un mes ahora eran de un gris oscuro, y el agua le goteaba de los
a Edward? ¿Cómo podía amar a Edward como lo amaba, y a la vez seguir teniendo estos mismos y del pelo. Su mirada era más penetrante que nunca y su olor era tan fuerte como
estúpidos sentimientos hacia Jacob? ¿Por qué me invadían esos sentimientos, si ya no era por el día. No vaciló en ningún momento, y yo tampoco. Antes de que a mis tías les diera
humana? Yo era un vampiro. ¡Un vampiro! tiempo a levantar otro pie para detenerle, cerró de un portazo y dio una zancada en mi
Me odiaba, me odiaba. No me reconocía, no me encontraba, ¿dónde estaba yo? Yo no era dirección; yo me abalancé a sus brazos, con tanto empeño, que estampé su espalda en la
esa. ¡No era esa! Odiaba esta espiral. La odiaba con todas mis fuerzas. Basta, basta, pared. Mientras nos besábamos con auténtico ardor, sus manos se pegaron a la parte
¡BASTA! Alcé mi cabeza con determinación. No volvería a hacerle daño a Edward, ni a posterior de mis muslos. Estaban mojadas, como todo él, pero eran tan calientes como
Renesmee, JAMÁS. Tenía que acabar con esto de una vez. Y solamente había una manera. siempre. Escalaron hacia arriba con ansia, levantando mi camisón de algodón, y cuando
Ya lo había intentado, pero Renesmee no me había dejado. Sin embargo, no había otra llegaron a su objetivo, me friccionó contra él. Ninguno de los dos pudo evitar que su
forma. Aunque los métodos fueran un poco sucios y dolorosos, tenía que hacerlo, por ella y garganta dejara escapar un gemido sordo. Pero yo quería más, me pegué bien a él y volví a
por Edward. friccionarme varias veces, completamente desbocada. Los fuertes jadeos se escaparon de
Jacob era el núcleo de la espiral. Si liberaba todos estos sentimientos y emociones, podría nuevo y sus dedos se clavaron en mi piel con avidez. Mis manos soltaron su pelo y
dejarlo todo atrás, me desbloquearía y podría empezar a escalar hacia fuera del pozo. descendieron por su pecho, acariciándolo con vehemencia a su paso, hasta que llegaron al
Necesitaba sacarlo todo fuera. TODO. No sabía si sería capaz de mantenerme entera, de cierre de su pantalón. Entonces, se separó de mis labios.
controlarme, de detener esta explosión de fuego que sacaba a ese yo extraño y me obligaba - Espera – me paró, respirando a cien por hora -. Aquí no. Me tomó de la mano y se
a hablar y actuar con arrebato, pero tendría que ser fuerte, tenía que hacerlo. Por Edward y despegó de la pared, llevándome con él. Abrió la puerta con el mismo brío que había
por Renesmee. puesto para abrirla y la atravesamos a toda velocidad. Mis tías, que todavía se encontraban
en el pasillo, se habían quedado totalmente desconcertadas, bloqueadas, no sabían qué
hacer. Hasta que Alice reaccionó y comenzó a seguirnos por las escaleras. tronco, llevándome con él, y terminamos liberándonos el pelo para acariciarnos un poco
- No vayas – me pidió, poniéndose a mi lado e implorándome con sus ojos dorados muy más. Había dejado de llover y el único agua que caía de arriba eran las enormes gotas que
abiertos -. Les prometí a tus padres que te vigilaría y que no saldrías de esta casa. resbalaban de las hojas del árbol bajo el que estábamos sentados. Me desprendí de él y me
- Lo siento, Alice. Tengo que ir – y la esquivé para seguir avanzando por el salón con aovillé sobre su caliente cuerpo, acurrucándome en su pecho y apoyando la cabeza en su
Jacob. hombro, bien pegada a su cuello. Sus cálidos brazos me rodearon y me arroparon con
En cuanto atravesamos la puerta, Jake me soltó, pegó un salto hacia delante, salvando los mimo, apretándome un poco más contra él.
escalones del porche, y se transformó en pleno vuelo, dejando sus pantalones hechos trizas. Estaba tan a gusto ahí, que mis párpados comenzaron a cerrarse, y después de todo el día
Aterrizó en el suelo y se echó para que le montara. Moví el pie y Alice me agarró del brazo anterior y de esta larga réplica que por fin habíamos saciado, la verdad es que estaba
para detenerme. agotada, satisfecha, sí, muy satisfecha, pero agotada, muy agotada. Jake se dio cuenta
Mi Gran Lobo se levantó y se agazapó para colocarse en una postura amenazadora mientras enseguida.
ya profería un rugido estremecedor que agitó hasta las hojas de los árboles. Se quedó - Debería de llevarte a casa ahora mismo para que te metieras en la cama.
observándola, resollando por la nariz con furia y mostrando su implacable y mortífera - No, espera un poco – ronroneé, achuchándole más.
dentadura diseñada para matar vampiros. Su mirada era tan agresiva, que hasta Alice - Vas a coger frío – murmuró, pasando los dedos por mi pelo mojado.
prefirió no jugársela y me soltó. - Sabes de sobra que aquí no tengo nada de frío – y volví a estrujarle otro poco.
- Lo siento – repetí, y salté las escaleras del porche a la vez que él se echaba de nuevo en el - Sí, ya lo sé – sonrió -. Bueno, pero a lo mejor estarías más calentita si te vistieras, ¿no
suelo para que le montase. crees? Me despegué de su cuello para poder verle el rostro.
- ¡Nessie! – gritó a mis espaldas con lamento. Pegué otro brinco y me subí a su lomo, - Te recuerdo que me has roto el camisón y el culotte – sonreí.
agarrándome bien a su pelaje empapado. - Es verdad. Mierda, perdona. Mierda, y mis pantalones – lamentó, apoyando la cabeza en
- ¡No puedes hacerme esto! – se quejó cuando Jake ya iniciaba la carrera -. ¡Tus padres me el tronco.
van a matar! - No importa, ya te regalaré otros – me arrimé de nuevo a él y empecé a darle besos por el
Pero ya no la escuché. La tremenda velocidad ya hacía que el viento y la lluvia me azotaran cuello y la mandíbula -. Te compraría todos los pantalones del mundo, ha sido tan
por todas partes y no podía oír otra cosa que su zumbido y el del paso de los árboles a increíble… - susurré -. ¿Cómo se te ocurrió venir a buscarme?
nuestro lado. Me incliné sobre Jake y él aumentó el paso. - Tu olor estaba por toda mi cama y me estaba volviendo loco, ya no aguantaba más –
Nos escapamos del territorio de mi familia y respiré tranquila cuando por fin pasamos a los murmuró, girando el rostro para que mis labios alcanzaran a los suyos -. Me escapé por la
límites del bosque de La Push, ya que, seguramente, mis padres habrían oído el rugido de ventana para que mi padre no me pillara. Sonreí al principio, pero su frase me hizo caer en
mi lobo. Jacob continuó corriendo durante otro rato, hasta que disminuyó la velocidad y se algo en lo que no me había parado a pensar y me despegué de su boca.
detuvo en un rincón que parecía bastante apartado y escondido. - Mis padres – gemí con penitencia, pensando en las más que posibles consecuencias de mi
Me bajé de su lomo y me quedé de pie, esperando a que adquiriera su forma humana, bajo escapada con Jacob -. Nos van a matar – resumí.
aquella intensa lluvia. Lo hizo rápido y no perdió el tiempo. - Pues vente conmigo – propuso con un murmullo, regresando a mi boca para darme besos
Hicimos el amor con ganas, allí mismo, sobre ese lecho de hierba, hojas y tierra mojada, cortos.
con el agua chorreando sobre nosotros. No me importaba nada más, no había nada más, lo - ¿A dónde? – cuestioné con una risilla.
único que podía sentir era a Jacob, su ardiente cuerpo moviéndose sobre el mío con pasión, - No sé, a cualquier sitio donde no puedan encontrarnos jamás y podamos ser libres de una
con deseo, con amor. Mis manos y mi garganta suplicaban que no parase jamás; las vez – murmuró con su sonrisa torcida, sin dejar de besarme -. Podíamos huir juntos y
primeras, deslizándose frenéticamente por todo su cuerpo, por su pelo empapado y casarnos en secreto.
escurridizo, clavándose en su piel con ansia; la segunda, implorándolo a cada instante en su Solamente con oír eso, mis mariposas ya iniciaban el vuelo, dispuestas a todo. Entonces,
boca, pegada a la mía unas veces, recorriéndome entera otras. Sólo quería seguir algo saltó en mi cabeza como un resorte. La palabra libres resaltó en mi mente como si
sintiéndole dentro de mí, seguir sintiendo sus manos acariciando todo mi cuerpo y tuviera luces de neón y parpadeara sin cesar. Libres, libres, libres…
aferrándose a mi pelo, su piel de fuego prendiendo la mía también candente, su ardiente e - ¿Y por qué no lo hacemos de verdad? – mi voz ya salía con nervio. Dejó mis labios para
impetuoso aliento mezclándose con el mío, sus besos, la hechizante y vertiginosa energía observarme con esos ojazos negros suyos.
bailando a nuestro alrededor, creciendo a cada instante, guiándonos, atrayéndonos aún más, - ¿Lo harías? ¿Te marcharías conmigo?
la magia, su alma y mi alma uniéndose de nuevo por fin, las lágrimas, el clímax… - Sí – afirmé sin un atisbo de duda, entusiasmada. Luego, pegué mi frente a la suya y le
Sus manos aflojaron el amarre de mi cabello y las mías hicieron lo mismo con el suyo de miré fijamente -. Estoy harta de los celos de mamá, de la continua vigilancia de mi padre y
un modo totalmente sincronizado, aunque no lo soltamos. Nuestros rostros habían estado de que siempre nos estén juzgando. Quiero irme contigo ahora, quiero estar junto a ti para
unidos todo el tiempo y seguían estándolo ahora, así que pegué mi boca a la suya y siempre, sin tener que dar explicaciones a nadie, es lo que más deseo del mundo…
seguimos besándonos, todavía exhalando con dificultad. Jake apoyó su espalda contra el - ¿De verdad quieres hacerlo? Porque a mí no me importa dejarlo todo por ti, pero tú tienes
que pensar en tu familia. Ahora, si es lo que quieres, si estás completamente segura, me - Dirás, mejor, que me tendré que preparar – le corregí con un suspiro de resignación -. Tú
levanto y partimos ya mismo. no vas a poner un pie en mi casa, bueno, si no quieres morir de verdad, claro.
Mi corazón no podía latir más deprisa, hasta mi aliento se agitó, impulsivo, ansioso porque - Ni hablar, yo jamás me escondo. Te he sacado de tu casa por la noche en volandas, como
me levantara y partiera con Jacob ya. Pero la pequeñísima parte de mí que todavía tenía uso quien dice, así que tendré que dar la cara, ¿no te parece?
de razón, esa minúscula porción de mi cerebro que se encargaba de enfriar mis emociones - De eso nada – le regañé mientras me despegaba de él y me ponía de pie -. ¿Es que quieres
para hacer de mí un ser un poco más racional, y del que normalmente no hacía mucho caso, que mi padre te mate? Su sonrisa volvió, aunque esta vez más amplia.
se encargó de estamparme en la cara la imagen de mis padres, en cómo se iban a quedar si - Eso me gustaría verlo – y se levantó.
yo huía y, esta vez, consiguió sosegarme un poco, lo justo para no estar corriendo ya sobre - Ni lo pienses. No vas a entrar y punto – recogí mi camisón del suelo. El escote estaba roto
el lomo de Jacob, aunque no lo suficiente como para convencerme de lo contrario. hasta la cintura y, encima, estaba mojado y sucio. Se me escapó una mueca de dolor al
- Tú eres lo que más me importa del mundo y te amo por encima de todo. Si tú quieres, me levantarlo y verlo, sobretodo al pensar en la imagen que iban a ver mis padres cuando
voy contigo ahora mismo, a donde sea. Y mi familia, mis padres… - susurré con un hilo de entrara en casa. Entonces, miré a Jake -. Además, estás desnudo.
voz que me salió más quebrado de lo me hubiera gustado -, bueno, tal vez me perdonen - Eso no importa. Mira, tú entras, subes a tu habitación y me pillas unos pantalones. Me los
algún día… tiras por la ventana del baño y luego entro yo en escena, ¿qué te parece?
- Para, no sigas – me cortó con un murmullo, poniéndome las yemas sobre los labios -. No - Que no. Me puse el camisón y le hice tres nudos para coser el escote de alguna manera.
se trata de lo que yo quiera, Nessie. Se trata de lo que realmente queramos los dos. No - Estás preciosa – se burló.
quiero que hagas algo que no quieres hacer. - Sí, gracias a ti – le contesté con retintín.
- Sí, sí que quiero – acaricié su frente con la mía efusivamente -. Quiero estar contigo, vivir - No, en serio – se acercó a mí y me arrimó a él -. Estás muy, muy sexy, ¿lo sabías? – me
contigo, quiero que seamos libres… susurró al oído, provocando al vello de todo mi cuerpo -. Bueno, quiero decir, es que… - se
- Sí, ya lo sé, y yo también - bajó la cabeza y suspiró -. Pero no puedes hacerlo, no quiero despegó de mi oreja y bajó la vista a mi pecho – este camisón, así, mojado, pegadito a tu
que lo hagas. cuerpo, todo se nota más… - me miré y los colores se me subieron a la cara -. Nena, ahora
- Pero, Jake… mismo sólo me apetece volver a arrancarte el camisón – susurró, pegándome a él.
- Yo jamás permitiría que sacrificases nada por mí – me volvió a cortar, alzando el rostro - Jake… - le regañé con una risilla mientras me despegaba la tela del pecho -. Pero si
de nuevo para mirarme -. Te amo, y quiero lo mejor para ti, no quiero que renuncies a nada acabas de verme desnuda.
ni a nadie, quiero que lo tengas todo. Antes, renuncio yo a ti. - No, no hagas eso… - protestó, implorándome con los ojos y llevando mi espalda contra el
- Entonces, sabes que me moriría – alegué -. Y ya estaría sacrificando algo, lo más tronco en el que habíamos estado sentados -. Mejor no te lo quites, no hace falta –
importante. murmuró mientras ya empezaba a besarme con pasión. Fui capaz de apartarme de su boca,
- Bueno, vale. Eso no podría hacerlo – aceptó -. Pero sí que puedo esperar lo que haga falta, lo justo para poder hablar.
ya te dije que no tengo prisa. Lo mejor es aguantar unos meses más y esperar a que tu - Creía que ibas a llevarme a casa… - bisbiseé con una sonrisa, en sus labios.
familia se mude, entonces, podremos tener vía libre para hacer lo que queramos y todos - Bueno, total, ahora ya no tenemos prisa, ¿no? – susurró con deseo, y siguió besándome
estaremos contentos, habremos hecho las cosas bien. Desde luego, yo me iría contigo ahora por el cuello a la vez que sus manos acariciaban mis muslos para levantar el camisón.
mismo, al Polo Norte, si fuera necesario, pero esto es lo mejor para ti, no tendrías que dejar - No… – jadeé ya, llevando mis manos a su nuca y a su espalda.
así a tu familia, ni les harías daño a ellos, ni a ti misma. Me costó un triunfo, pero conseguí convencerle para que no se acercara a la casa y me
- Jake… dejara en los árboles que la bordeaban. Mi padre no iba a ser un problema, si no había
- Esperaré – aseveró, clavándome esa mirada brillante y penetrante que me volvía loca. salido ya, era porque se había vuelto a marchar lejos, eso me tranquilizó, pero mi madre era
Después, su sonrisa se dibujó otra vez en su cara -. En realidad, no tenemos prisa, ¿verdad? tema aparte. No sabía cómo iba a reaccionar, viendo lo furiosa que se había puesto hacía
Podemos aguantar la vigilancia de tus padres unos pocos meses más, no es tan grave, no unas horas. Eso también preocupaba a Jacob, por eso quería entrar y dar la cara, sin
nos vamos a morir, ni nada de eso. embargo, era mejor que no lo hiciera, puede que hasta lo quisiera agredir o algo.
- Tienes razón – suspiré -. Además, tú también tienes a tu padre y a tus hermanas, aparte de No fue nada fácil despedirme de él. Ya que no le dejé entrar, Jake quiso quedarse allí para
la manada, claro. Pero es que tengo tantas ganas de vivir contigo – declaré, acercándome a vigilar y comprobar que todo iba bien, así que las dos veces que me giré y le vi con medio
su boca. cuerpo asomando del tronco en el que se ocultaba, para verme partir hacia el edificio, no
- Sí, ya lo sé, preciosa - sonrió en mis labios -. Yo también – y unió su boca a la mía para pude reprimirme y di la vuelta corriendo para besarle. Cuando por fin lo conseguí y entré
besarme durante un rato. Me hubiera quedado así el resto de mi vida, si no llega a ser en casa, vi a mi madre sentada en el sofá. Como supuse, papá no estaba, y ella se
porque soltó mis labios de nuevo, y, encima, para nada bueno -. Hablando de cosas graves encontraba sola, con los brazos cruzados y el ceño tan fruncido, que hasta afeaba su
y de muertes, será mejor que te lleve a casa ahora. Vamos a tener que enfrentarnos a la hermoso e impoluto rostro de porcelana. Sin embargo, no pronunció ni una palabra, se
cruda realidad y prepararnos para una buena. limitó a mirarme con la censura y la furia saliéndole por los ojos, observando mi camisón
mientras le rechinaban los dientes. Creo que no me dijo nada porque sabía que Jake estaba alivio para él cuando se lo pedí, así me lo hizo notar su voz, y Jake y yo pegamos un salto
fuera y no quería que él pasase, más bien para evitar atacarle y después arrepentirse que por de alegría cuando colgué. A mi madre, en cambio, no le gustó mucho la idea, sin embargo,
otra cosa. Yo tampoco hablé, no sabía qué decirle. Agarré la parte de tela de mi pecho para avisó a Seth para que me fuese a buscar algo de ropa y me la trajera.
mantenerla lo más despegada posible, avancé por el salón con celeridad y subí las escaleras El paciente y más que atento Billy nos había dejado la despensa y la nevera llenas, al
hacia mi habitación. parecer, no quería que a mí me faltase de nada – siempre me había tratado como a una hija,
pero desde que le habíamos anunciado nuestro compromiso, estaba encantado y me tenía
REGALOS como a una reina, y eso que le dijimos que todavía no había fecha -, quería que me sintiese
como en mi casa, aunque ya le dije a Jacob que todo eso no hacía falta, puesto que yo me
Por la mañana me tuve que duchar con agua fría otra vez, aunque de poco sirvió. Aunque sentía en mi hogar. Con Billy todo era muy fácil, no hacía falta darle ninguna explicación,
había estado con Jake hacía sólo unas horas, el recipiente que contenía la gasolina que todo le parecía bien. Solamente nos llamaba algún día para ver si necesitábamos algo.
simbolizaba mi celo estaba lleno hasta arriba de nuevo y seguía subiendo, y hasta que no le Desde luego, tendríamos que pagarle este enorme favor con creces cuando todo terminase.
prendiéramos fuego y se consumiera, no iba a haber forma de parar aquello. Cuando bajé al Por supuesto, toda la manada se enteró. Se podía escuchar de vez en cuando algún aullido
salón, Jake no estaba y mi padre tampoco. Al parecer, y según Alice y Rose, que seguían socarrón que otro cuando pasaban cerca de casa de Jacob. Si bien Paul no había aguantado
enfurruñadas conmigo, mi progenitor no le había dejado entrar en casa y él se había ido con la boca cerrada, Jake tenía que cambiar de fase todos los días sólo para dar
muy lejos de nuevo para no escuchar nuestros gritos. Aún así, el efluvio de Jacob estaba tan instrucciones, con lo que se habrían enterado igualmente, así que lo ratificó para que se
cerca, que conseguía penetrar por las rendijas de la puerta y de las ventanas, clavándose en quedasen tranquilos. Nadie hubiese entendido entonces por qué su líder no podía aparecer
mi cerebro para poner en marcha el botón que activaba la alarma, porque ya no era una por allí durante tantos días y habrían pensado que le había pasado algo, por lo que Jacob
llamada, era una alarma. Ni siquiera desayuné. Salí volando del edificio y me abalancé tuvo que explicarlo. Les pareció que era una más que buena razón para ello.
como una posesa sobre Jacob, que me esperaba apoyado en su moto. Por poco la tiramos Esa semana fue la mejor semana de toda mi vida, y eso que apenas salimos de la casa, tan
abajo. sólo para pasear por la playa al atardecer, que era cuando controlábamos un poco mejor el
- Dios, Nessie… - susurró entre los jadeos, sin dejar de besarme alocadamente -. Vámonos desmedido deseo y, aún así, alguna vez no pudimos llegar a la vivienda. Por las noches
de aquí ya… Nos costó lo nuestro despegarnos, pero al final lo conseguimos. Nos subimos parecía bajar algo el apetito y dormíamos bastante bien, pero siempre había alguna que otra
a su Harley Sprint y nos largamos con urgencia. Fue una buena idea que viniera a buscarme réplica. Me encantaba despertarme entre sus brazos por la mañana y descubrir su rostro
en moto; esta vez no me puse el casco para que me diera bien el aire en la cara. El vehículo encandilado observándome desde hacía ya rato. Fue una especie de luna de miel para
se desplazó a todo lo que daba por la carretera de La Push hasta que, por fin, llegamos a su nosotros, aunque mucho más intensa, salvaje y desenfrenada, y decidimos que, a partir de
garaje. Dejamos la moto y Jacob me cogió de la mano para dirigirnos prestos hacia la casita ese momento, llamaríamos así a mi temporada de celo. A mí me sonaba muchísimo mejor,
roja. no me parecía tan explícito e incómodo.
- ¿Billy se ha ido a pescar otra vez? – le pregunté, extrañada, por el camino, al percatarme Mi celo fue constante durante siete días, hasta que al octavo, tal cual vino, se marchó.
de adónde íbamos. Podíamos haber prolongado un poco más mi estancia – parece mentira, pero todavía nos
- Se ha ido unos días a casa de Rachel y Paul para dejarnos a solas. quedaban ganas de seguir, y eso que todo había terminado -, sin embargo, nos pareció que
- ¿Se lo has contado? – quise saber, con una vergüenza horrible. ya habíamos abusado bastante de Billy y que el pobre tenía que volver a su casa; aunque
- No pude evitarlo, tu olor está por toda la casa y se me notaba muchísimo – confesó ese octavo día lo aprovechamos para comprobar que no nos hacía falta mi celo para
escuetamente, acelerando el paso. prender llama y arder juntos, todo era igual de increíble, mágico y maravilloso, sólo que el
- Pero ahora Paul también se va a enterar – me lamenté. Eso significaba que la manada deseo que sentíamos el uno por el otro era… dominable.
acabaría sabiéndolo. Horror. Jacob abrió la puerta de su casa y me metió dentro, tirando de Cuando anocheció, ya lo teníamos todo recogido, y en cuanto Billy entró por la puerta, nos
mí para pegarme a su cuerpo. encontró en el sofá viendo la tele como dos niños buenos. Todo iba muy bien, hasta que no
- Nena…, tenemos la casa para nosotros solos durante días – me reiteró al ver que no me me libré de tener que escuchar cómo mi futuro suegro me decía un bromista aunque
había fijado en lo importante, exhalando con intensidad mientras ya me besaba sin freno. orgulloso: un Black siempre cumple, cosa que me dio tanta vergüenza, que me apetecía
¡La casa para nosotros solos durante días!, repitió mi acalorada mente. llenar el lavabo de agua y meter la cabeza dentro. Aún así, asentí y aguantamos el
Cerré la puerta con el pie, de un portazo, y ya no me importó nada más. Descubrimos que chaparrón, era lo menos que podíamos hacer después de que nos dejara su hogar.
mi celo duraba una semana. Al principio, me pareció sorprendente que mi padre aceptara Jacob me llevó a mi casa en el Golf y aparcó delante del porche. Tuvimos que aguantar las
de buen grado mi estancia en casa de Jacob durante la duración del mismo cuando ese día correspondientes y esperadas bromas de Emmett, como la típica se os ve más delgados y de
le llamé por teléfono para pedirle permiso, aunque luego comprendí que lo hacía más bien esa clase, las miradas aliviadas, aunque no por ello menos censuradoras y doloridas, de mi
por él y por su propia salud mental. Según mi madre, esa noche mi mente también había padre y las sonrisillas del resto de mi familia, a excepción de mi madre, como era de
gritado a todas horas, hasta en sueños, y mi padre estaba al borde del colapso. Casi fue un esperar. A mis tías parecía habérseles pasado el enfado.
Después de cenar y recoger la cocina, nos subimos a mi ahora extraño dormitorio y nos terminaron volando.
tumbamos en la cama para charlar un poco. No tuve que inventarme ninguna excusa que darles a mis amigas, Seth ya lo había hecho
- Te voy a echar muchísimo de menos – murmuró Jake mientras me pasaba los dedos por el por mí. Al parecer, le había dicho a Brenda que había tenido fiebre. Por supuesto, todas me
pelo -. Toda mi casa huele a ti. preguntaron que a qué se había debido y si ya estaba bien del todo. Les dije que se había
- Y yo a ti – contesté, abrazándole más fuerte -. Se me va a hacer muy raro no dormir debido a una reacción de la primavera. Si yo les contara mi semana de placer y lujuria…
contigo. Me pase la mayor parte de las clases mirando por la ventana, pensando en Jacob. Lo echaba
- Esto es una mierda – se quejó -. Es como si nos hubiésemos ido a vivir juntos y de tanto de menos. Después de pasarnos ocho días pegados a todas horas, esto iba a ser un
repente tuviéramos que volver a vivir con nuestros padres. suplicio. Como por la noche, la despedida de la mañana había sido larga y nos costó
- Sí, no sé si no habría sido mejor que no hubiésemos pasado nuestra luna de miel juntos. decirnos hasta luego, aunque conseguí tener fuerza de voluntad y salir del coche gracias a
Nos miramos el uno al otro durante un segundo. Brenda. Me esperaba después de despedirse de Seth para que nos reuniéramos con el resto
- No – afirmamos los dos con una sonrisa. Volvimos la vista al techo y nos quedamos un de mis amigas.
rato en silencio. No me sorprendió ver el coche de Seth en el aparcamiento del instituto por la mañana y por
- ¿Tu familia se va a marchar justo después de la visita de los Vulturis, o va a esperar un la tarde, un Volvo azul metalizado de segunda mano que Jake le había reparado hacía un
poco? - quiso saber, pensativo. par de años. Cuando mis amigas y yo salimos del centro, Jacob y Seth estaban apoyados en
- No lo sé, ¿por qué? el vehículo de este último, charlando animadamente. En cuanto nos vieron a Brenda y a mí,
- No, por nada. Por saberlo – me respondió, encogiéndose de hombros. Unos nudillos dejaron de hablar para sonreírnos.
pegaron unos toques en la puerta. Yo fui la primera en salir corriendo para abrazar y besar a mi novio, Brenda no estaba
- Nessie, Jacob, ¿podemos pasar? – preguntó Carlisle desde fuera. Mi novio y yo nos imprimada y no sentía esa necesidad tan fuertemente. Y más después de todo lo que le
incorporamos para quedarnos sentados en la cama. había echado de menos. El beso se prolongó durante un rato y cuando mis alocadas
- Sí, claro – consentí. Mis abuelos entraron en la habitación, sonriéndonos. mariposas empezaron a agitarse más de la cuenta, me obligué a despegarme de él, si no, ya
- No queremos molestaros mucho, solamente veníamos a daros nuestro regalo de boda – no habría manera.
dijo él, entregándome un sobre alargado y blanco. Jacob se puso de pie. - ¿Qué pasa, no habéis tenido bastante esta semana? – se burló Seth, con la consecuente
- ¿Nuestro regalo de boda? – murmuré, mirando el sobre con sorpresa. cara de no entender nada de Brenda. Jacob le dedicó una mirada de reojo enfadada y yo me
- No teníais que haberos molestado, Doc – declaró Jake, rascándose la nuca, un tanto puse como un tomate.
apurado -. Todavía no tenemos fecha, teníais mucho tiempo para pensároslo. - Piérdete, Seth – le contestó, cogiéndome de la mano para dirigirnos a la moto. Me despedí
- Lo sabemos. No obstante, nos apetecía dároslo antes de que nos mudáramos, por si no de ellos y del resto de mis amigas haciéndoles señales.
queríais esperar – mis abuelos se miraron y se sonrieron -. Aunque ya os habéis adelantado. - ¿A dónde vamos hoy? – le pregunté.
Abrí el sobre y mi cara se iluminó como si el interior del mismo proyectara un halo de luz. - A La Push, tengo una sorpresa para ti – me contestó, desplegando su blanquísima sonrisa.
- Son unos vales canjeables por un viaje de quince días a donde queráis – le aclaró Esme a - ¿Una sorpresa? ¿Qué es? – quise saber, tirando de su brazo, toda emocionada.
Jacob -. Era vuestro viaje de luna de miel, pero… - Carlisle y Esme se volvieron a mirar - Ah, ya lo verás – me dijo, pasándome el casco. Me lo puse y me monté en la moto negra
sonrientes. con Jake, agarrándome y arrimándome bien a él.
- ¿Quince días…? – mi mente ya empezaba a vagar ella sola, sumergiéndose en mis Los árboles que bordeaban la carretera pasaban a toda velocidad, cuando los acantilados y
recientes y fantásticos recuerdos. Jacob me quitó los vales de la mano para mirarlos con la playa en forma de media luna se dejaron ver. No tardamos mucho más en llegar a casa
una sonrisa enorme. de Jacob; nos bajamos de la moto y la llevamos hasta el garaje para aparcarla. Jake me
- Bueno, eso sólo fue un ensayo – afirmó -. Tendremos que repetir. cogió de la mano y empezamos a caminar en dirección a la playa.
- ¡Muchas gracias! – exclamé, abrazando a los dos. - ¿A dónde me llevas? – quise saber, con mucha curiosidad.
- Sí, gracias – secundó Jake, sonriéndoles -. Esto es demasiado, yo no… - se le escapó una - Ten paciencia – me respondió, tocándome la punta de la nariz con el dedo -. Lo verás
risa nerviosa -. Bueno, Doc, no tengo palabras, de verdad. ahora mismo. Mordí mi sonriente labio, nerviosa.
- De nada – asintió Carlisle, complacido. - Dame una pista, por lo menos – le imploré.
- Caducan dentro de seis meses, así que deberíais ir pensando el sitio – nos informó Esme. - No puedo. Con lo lista que eres, si te la doy, seguro que lo adivinas. Ten paciencia –
Cualquier sitio con Jacob a mi lado sería el paraíso. repitió con una sonrisa. Volví a morderme el labio.
- Bien, ya os dejamos – anunció Carlisle, dirigiéndose a la puerta con Esme de la mano. - ¿Qué tal en clase? – preguntó para distraerme -. ¿Te han dicho algo por faltar toda la
- Gracias otra vez – les agradeció Jacob, levantando los vales con su maravillosa y semana?
deslumbrante sonrisa dibujada en la cara. Mis abuelos se despidieron con la mano y - No, con el justificante de Carlisle fue suficiente. El apuro lo he pasado con mis amigas –
salieron de la habitación, y Jacob y yo nos fundimos en un abrazo de oso en el que mis pies confesé -. A Seth no se le ocurrió otra cosa que decirle a Brenda que había tenido fiebre.
- ¿Fiebre? – se rió -. Bueno, visto así… - ¿Nuestra? – mis párpados se movieron con rapidez y asombro -. ¿Pero, cómo…?
- Por cierto, ¿Seth ya le ha contado a Brenda vuestro secreto? – interrogué. - Era la casa de soltera de mi madre – empezó a explicarme -. Aquí nació y creció hasta que
- No, todavía no. Entonces, de repente, se echó a reir con ganas. se casó con mi padre. Mi abuela se la dejó en herencia cuando murió y ella hizo lo mismo
- ¿Qué pasa? – pregunté con mi labio curvado por el contagio de su risa. con Rachel, Rebecca y conmigo. Como mis hermanas ya están casadas y tienen su propia
- Al parecer, Seth ha visto que Brenda le tiene miedo a los perros y ahora no sabe cómo casa, les compré su parte.
decírselo – no pudo evitar carcajearse otro rato -. ¿Te lo puedes creer? Tanto reírse de mí - ¿Que les compraste su parte? ¿Cuándo? ¿Cómo? – mi rostro no dejaba de sorprenderse.
porque tardaste en ser mi chica, y la suya le va a tener pavor. Por lo menos, a la mía le - Bueno, en realidad, todavía no se la he comprado, solamente he hablado con ellas y nos
gustan los animales. venden su parte encantadas - confesó -. Queda firmar algunos papeles, pero ya está casi
- Claro, por eso estoy contigo – bromeé. hecho.
- Ja, ja – articuló con ironía. Se colocó detrás de mí y me abrazó por la cintura para caminar - ¿Y el dinero…? – mi voz ya quería quebrarse.
juntos -. Estoy seguro de que eso es lo que más te gusta de mí – afirmó con segundas en un - He juntado unos ahorrillos todos estos años gracias a chapuzas que me han ido saliendo –
tono pícaro mientras me daba unos suaves mordiscos en el cuello para hacerme cosquillas. admitió, encogiéndose de hombros como si nada -. Aunque te confieso que me salió muy
- No seas bruto – le regañé, riéndome, empujándole la cabeza hacia atrás. barata, porque esta casa no vale nada, es tan vieja… A mí eso no me importaba en
Se carcajeó durante un rato y, de pronto, se paró en seco, obligándome a mí también a absoluto.
detenerme. Entonces, me puso las manos sobre los ojos. - ¿Has estado… ahorrando estos seis años… para comprar esta casa para nosotros? –
- Ya hemos llegado – me anunció, girándome hacia un lado -. Bueno, no te asustes ni nada inquirí, embargada por la emoción. La casa estaba apagada, como si se hubiese quedado
cuando lo veas, ¿vale? – me avisó -. No está muy bien, pero tiene arreglo. suspendida en el tiempo y fuera una foto en blanco y negro, pero aún así, mis ojos
- Jake, por favor – le rogué con nerviosismo. empezaron a mostrármela completamente diferente, colorida, llena de vida, alegre,
- ¿Estas preparada? perfecta. Era el hogar que siempre había soñado para vivir con Jacob, mi casita de cuento.
- ¡Jake! – protesté entre risas. Jacob se rió y por fin me despejó los ojos. Cuando los abrí, Entonces, se giró para ponerse frente a mí y me cogió por la cintura.
tuve que pestañear para aclarármelos un poco, ya que lo que tenía delante no sabía si era de - Sé que es poca cosa y que tú te mereces algo mucho mejor – murmuró, clavándome sus
verdad o era un efecto óptico. intensos y profundos ojos negros en los míos -, pero no me ha dado tiempo a ahorrar más y
- Una… una casa… - mascullé. tenía que buscar una casa rápido, porque tu familia se marcha dentro de unos cuatro o cinco
- Sí, ya sé que no está muy bien – me repitió a modo de lamento, al ver mi cara meses, como mucho, y se me terminaba el plazo.
boquiabierta. Se desplazó a mi lado y me volvió a coger de la mano. - Jake… - intenté hablar, con un nudo en la garganta.
Lo cierto es que la casa estaba bastante envejecida, se notaba el abandono al que había - Espera, déjame terminar – me cortó, rozando mis labios con los dedos.
estado expuesta durante años, sin embargo, no se veía en mal estado. - Pero a mí me…
Era una casita humilde de dos plantas, más rectangular que cuadrada, típica construcción - No sabes lo que me gustaría ofrecerte una casa más grande y bonita - me volvió a
de madera de La Push. Las fachadas apenas tenían restos de pintura, no se distinguía interrumpir -, pero creo que podemos ser muy felices aquí unos años, hasta que podamos
ningún vestigio del color que las había vestido en su pasado, y algunas de las ventanas – comprar otra. Los chicos van a ayudarme a arreglarla y la tendremos lista a tiempo, te lo
también de madera - ni siquiera tenían cristales y estaban tapiadas con tablones. Un prometo. Sé que parece una birria, pero ya verás qué bien queda cuando la rehabilitemos
reducido porche presidía la edificación, albergaba la puerta de entrada y una ventana a la y… Su voz se quedó por el camino cuando le abracé y hundí mi rostro en su pecho,
derecha de ésta, y estaba cubierto por un tejadillo a dos aguas, apoyado en dos estrechos llorando.
pilares situados en los extremos. - Te quiero… - sollocé como una idiota.
La casa estaba ubicada en un claro rodeado de árboles, y frente al porche se abría un hueco - Nessie… - me susurró en el pelo, apretando su abrazo.
entre ellos en el que quedaba a la vista First Beach, con sus troncos color ahuesado - Me encanta… - le dije, levantando la cara para quedarme en sus pupilas -. Es la casa de
esparcidos y los cantos de rocas de diferentes tamaños cubriendo la arena grisácea como si mis sueños y quiero vivir aquí contigo para siempre. Jacob me miró maravillado y me
fuera una enorme alfombra, el mar y la Isla de James. La parte posterior de la vivienda limpió las lágrimas con el dorso de la mano.
dejaba ver el bosque a unos metros, se podía escuchar el sonido del río Quillayute cerca, y - ¿Te gusta de verdad? – inquirió con ojos centelleantes.
el manto que cubría todo el prado estaba cubierto de flores silvestres. Me pareció un sitio - Sí – le sonreí y le abracé con efusividad. Nos quedamos abrazados unos minutos, sin decir
privilegiado, precioso. nada. Si me pidiera que viviera con él debajo de un puente, lo aceptaría encantada con tal
- ¿Por qué me enseñas esta casa? – le pregunté, observando la misma sin entender muy de estar a su lado para siempre. Seguiría siendo feliz. Sin embargo, ya no podía pedirle más
bien la razón. ¿Acaso quería que la comprásemos en un futuro? a la vida, todo era perfecto. Podía escuchar los felices latidos de su corazón, más lentos
- Porque es nuestra – afirmó con una sonrisa. Mi rostro se giró súbitamente para mirarle pero totalmente acompasados con los míos, el sonido de las olas rompiendo en la orilla un
sorprendida. poco más allá y la corriente del río siguiendo su camino hacia el mar, el sonido de las hojas
de los árboles al agitarse con la suave brisa primaveral, los pájaros cantando, las gaviotas… - Pues ya ves, me encantan los retos difíciles y los líos. Y resulta que estamos hechos el
Sí, era la mujer más feliz del universo y lo sería toda la vida junto a Jacob. uno para el otro – le respondí, siguiendo su juego -. Además, eso lo hace todavía más
- Es un poco pequeña, pero cuando la pintemos y eso, quedará muy guay, ya lo verás – excitante.
declaró, observando la casa. - Sí, estoy de acuerdo – asintió, sonriendo en mi boca. Y volvimos a besarnos durante un
- Roja – afirmé, animadísima, separándome para mirarle. largo rato, aunque esta vez la energía y el beso fueron un poco más efusivos. Al final,
- ¿Qué? – bajó sus ojos hacia los míos. Jacob tuvo más voluntad que yo y soltó mis labios.
- Quiero que sea roja, como la de Billy – le sonreí, acercando mi rostro al suyo -. Siempre - ¿Quieres ver nuestra casa por dentro? – me propuso, después de tomar aire. Cómo me
me imaginé viviendo contigo en una casita roja. gustaba ese término.
- Vale, pues será roja – sonrió en mis labios. Y nos besamos muy despacio, dejándonos - ¿Tienes la llave? – le pregunté, gratamente sorprendida. Jacob soltó mi cintura, metió la
llevar durante un rato por la energía y la magia que siempre notábamos fluyendo a nuestro mano en su bolsillo derecho y alzó la llave, meneándola para que la viera.
alrededor; podíamos estar horas solamente sintiéndonos el uno al otro, atraídos por ese - ¿Y por qué no lo has dicho antes? – me quejé con una risa, dándole un manotazo. Me
hechizo. Esas mariposas que danzaban sobre las flores podrían ser las que se habían tomó de la mano para acercarnos a la casa.
escapado de mi estómago y mi corazón sin ningún problema. - Te entretuviste hablando, abrazándome y besándome, ¿recuerdas? – replicó con su sonrisa
Nos forzamos a deshacer el encantamiento y despegamos nuestras bocas. Jacob sujetó mi burlona.
rostro entre sus manos, después de meterme el pelo detrás de las orejas, para mirarme - Fuiste tú – objeté, dándole otro manotazo en el brazo. Mi novio se rió y me condujo hasta
absorto. Creo que yo debía de tener la misma cara que él. el pequeño porche.
- Eres tan especial, todo te vale – me susurró, acariciando mis mejillas con los pulgares. - Bueno, te advierto que está todo sucio y hecho un desastre. Puede que una pija como tú,
- Todo es perfecto, si estoy a tu lado. Nos sonreímos y nos dimos otro beso, esta vez más acostumbrada a vivir en esa mansión, no lo aguante – se mofó.
corto y dulce. - Te recuerdo que he vivido en una cabaña mucho más pequeña que esta casa. Lo soportaré
- ¿Sabes una cosa? – pasó sus manos a mi cintura otra vez -. Aunque no me hubiese – respondí con ironía. Una vez en el umbral, nos paramos frente a la puerta principal, la
imprimado, me hubiera enamorado de ti igualmente – aseveró con convicción. abrió con la llave y entré detrás de él.
- Sí, si antes no hubieses conseguido matarme, ¿no? – bromeé, riéndome. El pequeño vestíbulo diáfano que daba al saloncito apenas estaba iluminado por la poca luz
- Bueno, no creo que hubiese podido. Tu tía la Barbie es bastante fuerte, a lo mejor no que penetraba por las ventanas de este último, ya que estaban tapiadas con tablones.
hubiera podido con ella – dijo para seguir mi broma. - Todavía no hay luz, pero Isaac y su padre son electricistas y se van a encargar de la
- Deberías ser mi enemigo número uno sólo por haberlo pensado – manifesté, instalación eléctrica, así que no tardaremos en tenerla – me anunció.
entrecerrando los ojos -. Aunque creo que, aún así, yo también me hubiera enamorado de ti - No importa, se ve de sobra.
igualmente – le sonreí. A la izquierda de la entrada nacía una escalera recta que daba al piso superior, pero Jacob
- En aquel momento, estaba muy equivocado con respecto a ti. No te conocía – alegó con siguió de frente y me llevó hasta el saloncito. Éste era rectangular y enfrente de nosotros,
un tinte de remordimiento en las pupilas. en la pared más larga de la estancia, se disponían dos ventanas que supuse que daban al
- Era una broma, Jake – le contesté, ahora preocupada por si le había ofendido -. Sabes que bosque, ya que esa era la fachada posterior de la casa. Fui girando la cabeza hacia la
no te culpo por nada. Es más, después de todo lo que tuviste que pasar, lo entiendo derecha y vi que en la esquina había una chimenea sencilla hecha de ladrillo rojo y a su
perfectamente. Yo hubiera hecho lo mismo, créeme. lado, en una de las paredes cortas, se disponía otra ventana.
- Nunca te he pedido perdón por eso. Si te hubiese hecho daño, yo no… - apretó los dientes - Tenemos chimenea – exclamé, maravillada.
con rabia y bajó la mirada al suelo. - Sí – se rió -. Está todo muy viejo y sucio, ¿a que sí?
- Basta, Jake – le regañé, cogiéndole la cara para que me mirase a los ojos; y así lo hizo -. - La verdad es que pensaba que iba a estar peor – admití.
No tengo nada que perdonarte. Las cosas tenían que pasar de ese modo. Si no hubieses - Lo bueno es que la estructura está perfectamente y sólo hay que reforzar algunos
notado la pulsión de acercarte a mí creyendo que querías matarme, no me hubieras visto elementos. Por precaución y todo eso, ya sabes.
nunca; habrías salido corriendo de la casa para vivir como lobo para siempre y no Irremediablemente, mi mente empezó a divagar ella sola, imaginándome con Jacob junto a
estaríamos aquí ahora los dos juntos. la chimenea, y mi estómago se llenó de su cosquilleo habitual. Ya sabía lo que iba a poner
- ¿Ves lo que te digo? – se rió -. Todo te vale. en ese rincón, dos butacones modernos y una enorme y mullida alfombra. Mi boca no pudo
- Todo no – le corregí con una sonrisa, volviendo a rodearle el cuello con mis brazos -. Te evitar curvarse hacia arriba ante tal visión.
repito que sólo si estoy a tu lado. - Aquí está la cocina – me indicó, sacándome de mis dulces pensamientos. Nos dirigimos
- Eso que has dicho antes de tu enemigo, ¿sabes que en realidad tendríamos que ser hacia una puerta que estaba en la pared siguiente a la de la ventana única, frente a la
enemigos por naturaleza? – señaló, todo sonriente. Me encantaba verle así -. No deberías chimenea.
de estar conmigo, nena, podrías meterte en líos – chanceó con mi adorada sonrisa torcida. La cocina era de planta cuadrada y la meseta, en ele, se disponía en el paramento donde
estaba el hueco de entrada a la estancia y en el de la izquierda. Frente a la puerta, se situaba - Bueno, como ves, es pequeña.
la ventana, que daba al porche, aunque también había otra un poco más pequeña en la pared - Es muy acogedora. Y quedará preciosa cuando la reformemos.
de la meseta, sobre el fregadero. - Entonces, ¿te gusta? – sonrió.
- Ahí podemos poner la mesa – me dijo Jake, señalándome la esquina libre que quedaba - Mucho – admití, correspondiéndole con una sonrisa aún más grande.
bajo la ventana -. Y, bueno, esto habrá que quitarlo todo y ponerlo nuevo – siguió, - Genial. Me dio un beso corto, volvió a sonreírme y me tomó otra vez de la mano.
apuntándome los muebles -. Los azulejos y el suelo, también. El padre de Jeremiah es - El baño está aquí, ven – me dijo, llevándome hasta la puerta situada al fondo del pasillo,
fontanero y tienen que arreglar toda la instalación. junto a la de nuestra habitación -. Éste sí que lo hay que arreglar de cabo a rabo.
- ¿Es que vas a poner a toda la manada y a sus familias a trabajar aquí? – me reí. La estrecha ventana, al fondo del baño rectangular, era lo único que quedaba sano.
- Somos una gran familia, nos ayudamos los unos a los otros, ya lo sabes – se defendió -. - ¿Jeremiah y su padre? – aventuré con segundas para quedarme un poco con él.
Todos quieren hacer algo, aquí siempre se hace así. Ayudar a otro quileute es un regalo y - Sí, ¿cómo lo sabes? – me respondió con sarcasmo para seguir mi broma. Nos reímos y
nosotros lo tenemos que tomar como un honor para con la tribu, ¿entiendes? Además, está nos pasamos todo el camino hasta el vestíbulo de abajo jugueteando un poco.
mal que yo lo diga, pero muchos de ellos me deben algunos favores con sus coches, así - ¿De dónde vamos a sacar los materiales de la obra? – quise saber mientras salíamos de la
que… casa.
- Yo también quiero ayudar – me ofrecí -. Quiero hacer algo, ya que no voy a poner un - Ya te he dicho que tengo algunos ahorros – me recordó, cerrando la puerta con llave -, y
centavo… hay gente que me lo puede conseguir a mitad de precio, ya sabes – reconoció con una
- Venga ya – protestó con una sonrisa mientras salíamos de la cocina hacia las escaleras -. enorme sonrisa de complacencia, rodeándome los hombros con su brazo.
No me digas que te preocupa lo del dinero – y se rió como si nada. - Ya. Ventajas de ser el Gran Lobo, ¿no?
- No quiero que lo pongas todo tú – me quejé, haciéndole pararse en el vestíbulo -. Me - ¿Cómo lo sabes? – admitió en el mismo tono que antes.
sentiré mucho mejor si me dejas poner algo de mi parte, ¿no crees que es justo? ¿Has Nos miramos, sonrientes, y nos dimos un beso.
ahorrado durante seis años y yo no voy a hacer nada? - Mira – me aferró la mano y me condujo hasta el hueco que había entre los árboles que
- Tú vas a escoger todos los materiales – me anunció -. Eso también lleva trabajo. bordeaban la playa -. ¿Ves quién va a ser nuestro vecino? – y me indicó con el dedo una
- Eso lo haremos los dos – discutí -. Me refiero a que quiero trabajar en la casa. Se quedó casa conocida a unos cuantos metros más allá, junto a la arena.
un momento mirándome, pensativo. - El Viejo Quil – exclamé.
- Bueno, vale – accedió al fin -. Hay que ver qué carácter. Ya te buscaré alguna tarea. - Y mi padre, por donde vinimos – señaló.
- Así me gusta. Le sonreí, él puso los ojos en blanco y comenzamos a caminar de nuevo. - Ya tengo a quién pedirle la sal – me reí -. Una cosa, ¿y tu garaje?
- Ten cuidado, ya ves que no tiene barandilla – me avisó cuando su pie pisó el primer - De momento, tendré que seguir con el que tengo en casa de mi viejo – suspiró.
peldaño. La escalera recta era de madera y estaba tan vieja, que crujía. Seguramente, ese Me gustó esa referencia, esta ya era nuestra casa. Luego, reflexionó durante un momento,
era uno de los elementos estructurales a los que se refería Jacob cuando hablaba de observando la edificación con los ojos entrecerrados.
reforzar. - Más adelante, lo montaré allí atrás, ¿qué te parece? Miré a donde me apuntaba. Al fondo,
Subimos a otro pequeño vestíbulo, que tenía una ventana con vistas al bosque, y a un corto a la izquierda de la vivienda, cuya fachada no tenía ventana alguna, quedaba un espacio
pasillo, con dos puertas a lo largo y una al fondo. bastante grande, cerca de los árboles de la parte de atrás.
- Este es un dormitorio – me enseñó, después de abrir la primera de las puertas -. Como Mi imaginación empezó a dibujar el garaje de paneles de chapa junto a nuestra preciosa
ves, no es muy grande. El susodicho cuarto era rectangular y tenía la ventana frente a la casa roja, todo colorido y alegre, y a Jacob merodeando por allí con alguna pieza.
puerta, en la fachada corta. - Sí, allí quedará bien – asentí, rodeándole con mis brazos mientras observaba la estampa.
- ¿Era el de tu madre? - Sí – sonrió, satisfecho -. Bueno, ¿qué? ¿Damos un paseo por la playa?
- Sí, y el otro el de mi abuela. - Vale, te echo una carrera. Y salí disparada en dirección a la arena de First Beach, con
Salimos de allí y entramos en el dormitorio de al lado, también de planta rectangular. Era Jacob persiguiéndome, ya pisándome los talones.
más amplio, y la ventana se ubicaba en el mismo sitio que el anterior, solo que ésta era más
grande y la fachada que quedaba frente a la puerta no era de las cortas, sino que era una de PLAYA
las paredes largas.
- Y este será el nuestro, ¿no? – auguré, sonriente. Bajé un poco más la ventanilla del Golf para que me diera el aire caliente más propio del
- Exacto – ratificó con otra sonrisa, pasándome el brazo por los hombros -. ¿Qué te parece? verano que del mes de mayo en el que aún estábamos. Según la previsión metereológica, la
Ya estaba viendo la enorme cama… Me giré para ponerme frente a él y rodear su cuello ola de calor que invadía el noroeste de Estados Unidos en este final de mes iba a durar una
con mis brazos. semana, así que, ya que era sábado y que no era época de turistas ni surfistas,
- Me gusta mucho – afirmé, sonriéndole -. Toda la casa me encanta. aprovechamos para pasar el día en la playa con algunos de los chicos de la manada que no
tenían que patrullar hasta por la noche. Además, Jake quería darles un pequeño descanso caderas sin parar, hablando de los chicos que se había ligado en el Ocean. Se había
como agradecimiento por su ayuda en la rehabilitación de nuestra casa, que iba viento en convertido en una chica muy agradable con la que se podía hablar, o tal vez había salido la
popa. Ya tenía luz, agua y saneamiento, y se iban notando los progresos día a día. Nuestra verdadera Brenda, quién sabe. Lo cierto es que mi amiga me sorprendió mucho, nunca me
preciosa casita ya iba tomando forma. Eso me recordó mi pequeño accidente del día había imaginado que hubiera la posibilidad de que formase parte de mi gran familia de
anterior y me miré el dedo, aún algo dolorido. lobos, ni que se fuera a integrar tan bien. Sin embargo, había una cosa que me preocupaba,
- ¿Todavía te duele? – quiso saber Jake, echándome un vistazo mientras conducía. dos, en realidad. La primera era que Seth todavía no le había contado su secreto y nadie
- Un poco. sabía cómo iba a reaccionar cuando supiera que el chico de sus sueños podía transformarse
- Menos mal que tienes la piel dura, si no, te habría traspasado todo el dedo y te lo hubiese en un enorme lobo; la segunda era que podía enterarse del mío en cuanto lo supiera.
clavado en el tablón – entonces, me miró con su sonrisa torcida -. ¿Cómo diablos harías ¿Seguiría con Seth entonces? ¿Qué pensaría de mí? ¿Sería capaz de mantener la boca
para incrustarte un clavo en el dedo con la pistola de clavos? – se burló -. ¿A dónde estarías cerrada? Nos acercamos a ellos y extendimos las toallas junto a la suyas. Jake ya venía
mirando? descalzo y sin camiseta, sólo llevaba su bañador tipo bermudas de diferentes tonos
- A ningún sitio – repliqué, girando mi rostro de mejillas ruborizadas hacia la ventanilla -. azulados. Yo me descalcé, poniendo las playeras al lado de una de nuestras mochilas.
Fue un accidente. - ¡Te gane otra vez! – gritó Claire, alzando los brazos al aire.
En realidad, le estaba mirando a él cuando trabajaba sin la camiseta encaramado en una de - Te está dando una paliza, chaval – se burló Aaron, secundado por las risas de Eve.
las ventanas del pequeño salón. - Acabamos de empezar – se defendió Quil.
Se carcajeó durante un rato, seguramente sabiendo toda la verdad, y mi cabeza asomó otro - Si, claro – siguió Brady, que ya se estaba comiendo un bocadillo junto a Ruth -. Siete
poco por la ventanilla. partidas y ninguna ganada, ¡vaya un empiece! Las risotadas fueron amortiguadas por el
Enseguida llegamos a La Push y Jacob aparcó el coche en la que seguía siendo su casa, sonido de las olas del mar.
desde allí, se llegaba en un momento hasta First Beach. Entramos para que yo saludara a Me quité mi camiseta de tirantes naranja y marrón y mis pantalones piratas blancos. Los
Billy y que él se pusiera el bañador, y nos marchamos cargando con las mochilas llenas de colores se me subieron enseguida a la cara cuando vi cómo me observaban todos, incluida
los artilugios necesarios para un día de playa más todos los bocadillos que te puedas Brenda, hasta se hizo un silencio durante dos breves segundos que a mí se me hicieron
imaginar. eternos. El rubor de mis mejillas pasó a ser rojo fuerte al escuchar el silbido de Isaac y el
Nos dirigimos dando un tranquilo y largo paseo al extremo sur de la medialuna de la playa, comentario que Shubael le decía al oído creyendo que yo no podía escucharlo.
donde estaban todos esparcidos en sus toallas. Había algunas personas tomando el sol al Jacob se repantingó en su toalla, mirándome y sonriendo con satisfacción, y dio unas
norte, cerca del espigón de madera, pero el más de kilómetro y medio de distancia que nos palmaditas en la mía para que me echase a su lado. Así lo hice. Metí mi ropa doblada en la
separaba hacía prácticamente imposible que esos ojos humanos pudieran distinguir nada. mochila y me tumbé junto a él con rapidez para no seguir en ese incómodo escaparate.
- ¿Cómo va eso? – saludó Embry cuando llegamos, chocando el puño con Jacob. - ¿Y ese bikini? – inquirió, repasándome con la vista sin cortarse un pelo.
- ¿Qué tal? – le correspondió mi novio, incluyendo también a Quil. - Sí, ya lo sé – cuchicheé, avergonzada -. Era el más decente que encontré en mi vestidor,
- ¿Esta es Nessie? – le bisbiseó Claire a Quil al oído. ya sabes: Alice. Creo que será mejor que me ponga la camiseta – dije, metiendo la mano en
- Sí – le respondió él del mismo modo. la mochila.
Claire estaba con su imprimado, jugando a las cartas. Me miraba un tanto asombrada, y - No, así estás muy bien – me paró.
casi diría que con un matiz de admiración que me ruborizó un poco, aunque tampoco me - Entonces, ¿no te molesta?
extrañó. Claire me había visto crecer a la velocidad del rayo, mientras que ella lo hacía a un - ¿Molestarme? ¿Estás de broma? – se rió -. Me encanta presumir de chica. Déjales que te
ritmo normal. La última vez que nos habíamos visto había sido hacía unos meses y yo era miren un poco y se mueran de la envidia – fanfarroneó con una sonrisa enorme.
una niña de doce años. Ahora se encontraba con una chica adulta y, a sus nueve años, eso ¿Y me lo decía él? Porque yo, por mucho que mirase a mi alrededor, no encontraba a
le encantaba, porque veía en mí lo que ella ya tenía ganas de ser. Por supuesto, estaba al ninguno tan perfecto como Jacob. Le sonreí y me estiré para darle un merecido beso. Acto
tanto de todo, por eso no se asustaba, sabía a qué se había debido mi apresurado seguido, me incorporé para coger el bronceador de mi mochila.
crecimiento. - Tienes una piel súper luminosa… - me dijo Brenda, con la boca casi colgándole de verdad
Saludamos al resto y sacamos las toallas de las mochilas. -. ¿Cómo lo consigues? ¿Te echas alguna crema especial?
- ¡Nessie, poneros aquí! – exclamó Brenda, que estaba tumbada boca abajo mientras Seth le - No. Bueno, como no sea mi bodymilk… – mentí, otra vez ruborizada y algo apurada por
ponía crema en la espalda encantado de la vida. su observación un tanto peligrosa -, pero no recuerdo la marca – disimulé rápidamente para
- Claro – le dije. Brenda estaba batiendo su propio récord al llevar más de un mes con un que no siguiera preguntando. El rostro de mi amiga se desfiguró con una mueca, pero sirvió
chico, cosa que me alegraba. La verdad es que se la veía muy enamorada, siempre me para que no preguntara más sobre ese tema y desviara la atención a otro.
estaba hablando de Seth en la cafetería del instituto, y había cambiado mucho. Ya no se - ¿Cómo llevas el trabajo de Historia? – me preguntó.
maquillaba tanto – aunque seguía siendo muy coqueta -, ni iba por ahí meneando las - Bueno, ahí está – me eché un poco de crema en la mano y comencé a extendérmela por
las piernas. Jacob no me quitaba el ojo de encima, lo hacía con tanto descaro, que mis - En nuestra primera cita no te quejaste nada, y te recuerdo que era invierno y de noche –
mejillas se encendieron sin poder evitarlo -. Me… me quedan los dos últimos temas. siguió con la misma sonrisa.
- Pues ya vas mejor que yo – suspiró ella. - Era una situación muy diferente – alegué -. Yo estaba… Tenía… - su sonrisa se amplió -.
- Espera, ya te echo yo por la espalda – se ofreció Jacob cuando terminé de echarme el Bueno, vale – accedí, colorada. Me quité la goma del pelo, me la puse en la muñeca
bronceador por el resto del cuerpo. izquierda y me revolví un poco el cabello para soltarlo del todo.
Le pasé la crema y me giré para que pudiera hacerlo. Apartó mi coleta hacia delante y - Venga, vamos – me animó, cogiéndome de las dos manos para empujarme hacia el agua
comenzó a extendérmela por la espalda, la nuca y los hombros. Sus manos eran tan mientras él avanzaba de espaldas.
grandes, que podía haber terminado de dos caricias perfectamente, sin embargo, aprovechó - ¡Ay, está fría! – me quejé cuando una ola se estampó hasta mis rodillas. Jacob se carcajeó
y me dio unas cuantas más. y tiró de mí para pegarme a él y seguir adentrándonos en el mar. El truco pareció funcionar
- ¿Ya? y el agua ya no se sentía tan fría. Ocho grados de diferencia, son ocho grados. Sin darme
- No, todavía te queda algo aquí – disimuló, deslizando su mano de mis riñones a mi apenas cuenta, el líquido ya me cubría el pecho.
vientre. - No te metas más, te recuerdo que no sé nadar – le avisé, agarrándome a su cuello al ver
- ¡Jake! – le regañé entre risas, pegándole un manotazo en el dorso de la mano. que él no se detenía.
- Vale, vale – se rió. - Pues mira a ver cómo te las arreglas – me respondió con una sonrisa golfa.
- Ahora te toca a ti. No me quedó más remedio que encaramarme a él, rodeándole con mis piernas, cuando el
- ¡Puaj, qué asco! – protestó, apartándose cuando vio que le iba a echar crema -. Yo no me agua ya me tocaba la barbilla y continuaba subiendo. A él, sin embargo, todavía le llegaba
echo eso ni de coña. por el pecho. Sonrió satisfecho y me sujetó sin ningún problema a la vez que seguía
- Tú también tienes que protegerte la piel – le reñí, forcejeando con él. avanzando otro poco. Las ondas del mar que aún no se transformaban en olas nos
- Mi piel ya está bastante curtida – replicó. balanceaban arriba y abajo, y la costa se veía bastante lejos, con lo que nos encontrábamos
- ¡Hey, Jake! – le llamó Jeremiah desde la orilla con un balón en las manos -. ¿Te apuntas? casi a solas. Los quileute que no habían dejado de jugar en el agua estaban en la orilla y sus
- Vuelvo enseguida. Y me dio un beso rápido para salir pitando hacia la orilla con el resto voces formaban un griterío de fondo.
de sus hermanos. - Vaya morro que tienes – le acusé.
- Tendrás morro… - resoplé para mí, aunque luego no pude evitar que se me escapara una - Venga, no me digas que no estás en la gloria – se rió. Pues sí, pero no pensaba
sonrisilla. Mientras los chicos jugaban con el balón en el agua, nosotras nos juntamos para reconocérselo.
charlar. Teníamos que tener pies de plomo, puesto que Brenda no sabía nada y no - Eres un granuja. Me has engañado de mala manera – le achaqué, sonriéndole.
podíamos comentar ciertos temas, pero nos las arreglamos. Fue suficiente para percibir la - Yo no tengo la culpa de que no sepas nadar – se defendió -. No me voy a quedar ahí como
preocupación que había entre nuestras filas con todo el tema de los Vulturis, a pesar de que los niños pequeños, ¿no te parece?
ellos siempre nos estaban diciendo que todo iba a salir bien. La pequeña Claire ya estaba en - Ja, ja. Y yo no tengo la culpa de que seas tan alto – repliqué.
esa edad en la que comienzas a enterarte de las cosas y Brenda empezaba a poner caras - Tendré que enseñarte a nadar. Es una vergüenza que un semivampiro como tú no sepa –
raras al no comprender nada de nuestro lenguaje en clave, así que terminamos cambiando se burló.
la conversación a una más alegre. Jacob, Seth y Quil salieron del agua y se acercaron hasta - Muy gracioso – le contesté con sarcasmo -. Dudo que puedas enseñarme. Además – me
nosotras. Quil y Seth se sentaron en sus toallas y Claire corrió sin pensárselo dos veces arrimé a él hasta que nuestras frentes se tocaron -, me da igual no saber nadar, no se está
junto a su imprimado. Me recordó a cuando yo era pequeña y me hizo gracia. Cómo habían nada mal así – reconocí al final.
cambiado las cosas desde entonces. Era imposible no hacerlo, con lo que tenía delante. Su sonrisa se amplió, la mía también y
- Ven, vamos a bañarnos – me propuso Jake, cogiéndome de la mano. empezamos a besarnos. Un agudo aullido, a una frecuencia lo suficientemente baja para
- ¿A bañarnos? Pero el agua estará helada, ¿no? – objeté mientras él me ayudaba a ponerme que un oído humano no lo escuchara, hizo que nuestros labios se separaran con brusquedad
de pie. y que la energía y mis mariposas se detuvieran de sopetón.
- Qué va, está muy bien – me dijo, tirando de mí hacia la orilla. - ¡Mierda! – masculló Jake con los dientes apretados. Fue lo único que me dio tiempo a oír
- Para ti, que estás a 48 grados, seguro que sí, pero para mí… antes de hundirme en el agua cuando me solté de su cuerpo debido al susto y me caí hacia
- Bueno, y tu temperatura corporal es de 40, tampoco hay tanta diferencia. Además, estos atrás. Jacob me sujetó al instante, subiéndome a la superficie, y me tomó en brazos.
días estoy en menos. En cuanto mis pies sintieron el agua que azotaba la orilla, reculé. - ¡¿Qué pasa?! – quise saber, asustada.
- No, sólo son ocho grados – le rebatí con ironía. - Vampiros – anunció con el semblante grave mientras comenzaba a avanzar hacia la orilla
- Si te pegas bien a mí, seguro que no pasas nada de frío – afirmó con una sonrisa pícara. todo lo rápido que le dejaba el agua.
- Ahora lo entiendo todo – y le eché una mirada acusadora sin poder impedir que mi labio De repente, algo salió disparado a una velocidad vertiginosa del líquido salino,
se curvase. abalanzándose sobre nosotros y atacándonos de costado, y volví a hundirme bajo el mar
junto a Jacob. Jacob, que lo arrastró por un brazo, yo cargué con la cabeza, agarrándola por los pelos, y
Noté cómo sus brazos eran apartados de mí, y mis ojos se abrieron de inmediato. No podía empezamos a correr hacia la playa. Quil y Embry paseaban nerviosamente en la orilla,
ver nada, no podía oír nada, excepto el murmullo alocado del revuelo formado por las corriendo de lado a lado con sus cuatro patas sumergidas en el agua. Seguramente habían
burbujas y el sonido del fondo marino, y encima no sabía nadar, me ahogaba. estado observando lo poco que se veía de la pugna desde allí con desasosiego. Jacob no
Sin embargo, no tenía tiempo para pensar en mí. ¡Jacob! ¡Jacob! Mis escocidos ojos esperó a salir del agua. Cuando le llegaba por la cintura, lanzó el cuerpo hacia la orilla con
pudieron captar un movimiento entre aquella algarabía y mi angustia aumentó el triple un movimiento ágil y los lobos comenzaron a desmembrarlo.
cuando vi cómo Jake era arrastrado y alejado de mí súbitamente hacia la profundidad como - Sujétame esto – me pidió. Y sacó su bañador del agua para depositarlo en mi mano libre.
si un tiburón tirase de él. Pero no era un escualo. La mujer vampiro lo sujetaba por detrás, De un salto, en el que creí que se iba a volver a sumergir, su cuerpo explotó y cayó a cuatro
aferrando su cuello con su brazo de hierro, y lo zarandeaba hacia los lados para asfixiarle. patas, salpicándome entera cuando su colosal cabeza se irguió.
Mi alma se estremeció al verle en serio peligro; era totalmente vulnerable, no podía ¡Por ahí! ¡Mío! ¡Ni lo sueñes! Un jaleo de veintitrés voces diferentes, del que apenas
cambiar de fase en el agua, ya que estaría en más desventaja. distinguía ninguna oración, se instaló de pronto en mi cabeza. Leah, ¿cómo vais?, le
Mi cerebro y mi cuerpo no se lo pensaron dos veces. Busqué la lengua de fuego en mi preguntó Jacob. Son muchos, tenéis que venir. Mi lobo y yo salimos del agua, tiré la cabeza
interior para que me quemara la espalda y me transformé sin vacilación ninguna en el junto a lo que quedaba del cuerpo y nos reunimos con el resto de los chicos que habían
mismo elemento acuoso. En ese momento, el agua pasó a ser caliente. Me percaté de que venido con nosotros a la playa. ¿Dónde están Shubael e Isaac?, quiso saber Jake. Ya se han
en esa zona hacía pie y subí a la superficie durante una milésima de segundo para tomar reunido con la manada, le informó Brady. Bien. Todos los presentes estaban en su forma
una sola bocanada del aire que ya me urgía. Con eso era suficiente para un buen rato, mi lobuna junto a sus parejas. Fue entonces cuando reparé en Seth y Brenda.
corazón latía muy despacio, ya que no tenía que bombear tanto mi sangre casi inerte. - ¡Brenda! – grité cuando la vi tumbada en la arena, boca arriba, con Seth gimoteando y
No sé cómo lo hice, ni si sería capaz de repetirlo en otra ocasión, pero mi instinto hizo que lamiéndole la cara. Me acerqué a ella con paso presto y me arrodillé a su lado para
mis brazos y mis piernas se movieran solos, y me arrojé hacia ella como un torpedo atenderla junto a él.
rabioso. El estruendo del choque retumbó en las rocas submarinas próximas y mi cuerpo - Tranquila, sólo se ha desmayado – me comunicó Jemima. Tenía que habérselo dicho
cayó en la arena del fondo, sobre el de la mujer. Mis pupilas sólo se distrajeron lo justo antes, lloriqueó Seth. ¡Son unos cincuenta!, se distinguió el grito de Sam desde la batalla.
para ver que Jacob se podía poner en pie y subía a la superficie para tomar oxígeno. ¿Cincuenta? ¡¿Cincuenta vampiros?! Tenemos que irnos, Seth, le dijo Jacob con
No obstante, eso fue suficiente para ella. La mujer vampiro me propinó una patada en mi premura. Nessie cuidará de ella. Sus enormes ojos negros se movieron y se clavaron en
estómago, ahora de mármol, y mi cuerpo salió despedido, estrellándose en una enorme mí. Escóndete con el resto de las chicas en aquella cueva. Embry se quedará con vosotras
piedra. Mientras los trozos de la misma rebotaban en la arena, Jacob me agarró del brazo y para protegeros. El mencionado se desplazó a nuestro lado sin rechistar.
tiró hacia él con potencia. En el mismo instante en que mi cuerpo se apartó del todo, el - ¡No! – protesté, poniéndome en pie -. ¡Yo quiero ayudar! Es muy peligroso, Nessie. No
puño de la mujer se estampaba en la roca. pienso dejar que vayas allí.
La vampiro se lanzó de nuevo hacia nosotros con un ansia desmedida, con sus despiadados - ¡Lo mismo puedo decir yo! – me quejé con energía.¡No te lo estoy pidiendo! No llegó a
ojos clavados en él, pero yo, lejos de esquivarla, me solté de Jake, lo aparté a un lado de un ser un grito, sin embargo, su voz de Alfa hizo tambalear mis piernas y no me caí sentada en
empujón, del que salió dando vueltas, y arremetí contra ella con furia. Las dos chocamos y la arena de puro milagro gracias a que me apoyé en Seth.
colisionamos en la misma roca de antes, solo que, ésta vez, la que tenía la espalda Venga, vámonos, les ordenó a los demás, después de echarme un último vistazo; Seth se
incrustada era ella. La ira inundó mi mente, rayando el sadismo. NADIE tocaría a Jacob, y fue tras ellos, sollozando.
menos delante de mí. Rechiné los dientes con rabia, pero no me quedaba otra opción que obedecer. La coacción
Mis pies se colocaron en su estómago a una velocidad de vértigo - y eso que era bajo el que ejercía su mando era demasiado fuerte como para poder rebelarme y, además, una
agua -, y a la vez sujeté su cabeza entre mis brazos. Sus manos se aferraron a la mía, pero angustiosa preocupación ya se había hecho con toda mi mente, tapando cualquier otra
no le di opción a que se moviera, pegué un tirón con fuerza hasta que la desmembré, y sus sensación; a su lado, eran simples estupideces.
manos cayeron sobre mis hombros, sin vida. Dejé caer la cabeza al fondo. El resto del Ten mucho cuidado, le imploré mientras se alejaba con el grupo por el bosque que limitaba
cuerpo se deslizó y reposó en la arena, balanceándose a merced de la corriente, cuando con la playa. Tranquila, estaremos en contacto todo el tiempo. Podemos oírnos, ¿recuerdas?
Jacob regresó a mi lado. Salimos a la superficie para tomar aire y nos abrazamos. Te quiero.
- ¿Estás bien? – me preguntó, examinándome la cara. Se escucharon unos silbidos y unas risillas burlonas que no provenían de los imprimados,
- Sí, ¿y tú? sino que procedían del resto de la manada que se encontraba en el bosque luchando.
- Sí, gracias a ti – me sonrió, y yo le correspondí la sonrisa. No había tiempo para nada ¿Cómo podían estar atentos a todo? Yo casi no distinguía las conversaciones
más, el aullido había dado la voz de alarma y teníamos que volver a tierra cuanto antes. entremezcladas. Las voces se apagaron hasta que solamente fueron un zumbido muy bajo y
- Tenemos que recoger el cuerpo para quemarlo – me avisó -. Si no, volverá a juntarse y monocorde.
revivirá. Dicho y hecho. Me sumergí en el agua y recogí las partes. Le pasé el cuerpo a Yo también te quiero, cielo, contestó finalmente. ¿Estamos solos?, le pregunté.
Podía ver a través de sus ojos. Ya se estaban adentrando en lo más profundo del bosque. embarullada del que no distinguía casi nada, tan sólo tensión y más tensión.
Sí, pero no por mucho tiempo, me reveló. Escucha, vas a oír muchas voces y gritos en tu Estaba tan preocupada por Jake y sus hermanos, tan nerviosa, que no sabía qué hacer con
cabeza, pero no te asustes, ¿vale? Esto es lo normal. No te puedo aislar conmigo, necesito las manos, incluso me dio un escalofrío, con el calor que hacía. Y lo peor es que no podía
comunicarme constantemente con la manada. Céntrate en escucharme solamente a mí avisar a mi familia. Ellos no podían saltarse el tratado, así que si los llamaba, solamente iba
cuando yo hable contigo, no hagas caso de todo lo demás, ¿de acuerdo? Y no te preocupes a conseguir que se preocuparan. Además, confiaba en el buen hacer de Jake y la manada.
por mí, estaré bien. Eso último ya era más difícil. Las chicas ya se habían vestido y Ellos estaban acostumbrados a luchar con grupos grandes de vampiros y nunca habían
comenzaron a guardar las cosas en las mochilas con rapidez, incluidas las nuestras. ¿Por necesitado de la ayuda de nadie, ¿no? Intenté aferrarme a esa idea. Saqué mi ropa de la
qué tuviste que dejar aquí a Embry y no te quedaste tú?, le reproché un poco. mochila para vestirme. Mis pantalones piratas blancos no subían bien debido a que todavía
Nada me gustaría más que estar ahí a tu lado, ya lo sabes. A mí también me cuesta mucho estaba mojada, así que me los embutí como pude. La camiseta fue mucho más fácil de
dejarte, pero si yo me quedo, todos los demás imprimados querrán hacer lo mismo y ellas poner. Escurrí el bañador de Jacob todo lo que dio de sí, lo sacudí y lo metí en su mochila,
igual, no puede ser. Son muchos vampiros y la manada nos necesita, y yo soy el primero doblándolo bien. Me arrodillé junto a mi amiga a esperar a que se despertase del todo y le
que tengo que dar ejemplo. Embry no está imprimado de ninguna y no habrá problemas, di aire con una revista que me pasó Eve. Claire se arrodilló frente a mí, dejando a Brenda
¿entiendes? Además, Embry os cuidará bien, confío en él. Sé que estaréis a salvo, si no, no en el medio de las dos, y me observó con sus dulces ojos marrones, absorta.
te dejaría ahí. - ¿Ahora eres un vampiro? – me preguntó de repente. Miré a Brenda para cerciorarme de
Sí, tienes razón, perdona, suspiré con remordimiento. No tenía que haberte dicho eso. Es que seguía desmayada.
que me he puesto un poco nerviosa. Llévalas a la cueva, allí estaréis bien. Ah, y cuida de - Casi. Nunca me transformo del todo – le aclaré.
Brenda, que este Seth me va a volver loco. Ve retransmitiéndole el parte médico de vez en - ¿Y no quieres chuparnos la sangre? Todos los rostros, incluido el lobuno de Embry, se
cuando, se rió. giraron para mirarme con un matiz de cautela.
De acuerdo, sonreí. Voy a meter al resto, me avisó. Sus ojos seguían mostrándome su - No. Como no soy un vampiro completo, tengo sangre en mi cuerpo – empecé a aclararle,
avance por el bosque, y no me gustaba nada lo que estaban viendo. Ten mucho cuidado, lo más sencillo que pude para que una niña de nueve años lo entendiera -, así que mi
repetí, temerosa. Un montón de voces y gritos aparecieron de repente. Ya estoy con organismo la coge de ahí, ¿entiendes?
vosotros, anunció. Embry, Nessie también puede oírte. Vale, le respondió él, mirándome y - ¿Quieres decir que chupas tu propia sangre? Era una niña muy lista, enseguida lo pilló.
asintiendo con su gran cabeza lobuna. - Sí, visto así… - me reí.
- Jake me ha dicho que vayamos a esa cueva – les retransmití a las chicas. Todas asintieron - ¿Y qué pasa si se te acaba tu sangre? Sí, era muy, muy lista. Todos volvieron a mirarme,
sin decir ni pío, era el Gran Lobo quien daba la orden. expectantes.
Ruth encendió una cerilla, la lanzó sobre el cuerpo mutilado de la mujer vampiro, que - Pues… que tengo que beber la de otros seres – pude percibir el salto de los corazones que
estaba medio escondido entre los primeros árboles de la playa, y recogieron las mochilas de me rodeaban -, pero sólo la de los animales – maticé. A Embry le dio un respingo.
la arena para iniciar la marcha. Los restos se inflamaron en una alta llamarada y una - La de los lobos tampoco – apuntillé con una sonrisa. Escuché su risa en mi mente.
humareda púrpura empezó a invadir el cielo, sobre nuestras cabezas. Claire corrió para - ¿Y por qué puedes oír a los chicos? Ups, a ver cómo le explicaba yo eso…
ponerse a mi lado y agarró mi mochila. Me puse la de Jacob a la espalda, cogí a Brenda en - Claire, deja a Nessie en paz, ¿quieres? – le regañó Eve. Menos mal… Mi amiga empezó a
brazos, que estaba más despierta aunque seguía en estado de shock, y nos encaminamos a reaccionar. Brenda se está despertando, pensé para que lo oyera Seth. ¿Cómo está?, quiso
la caverna custodiadas por el lobo gris plateado. saber, angustiado. Creo que bien. Ya te lo diré cuando lo haga del todo, no te preocupes.
Céntrate, Seth, le dijo Jake. Los ojos de Brenda se abrieron de sopetón y se incorporó con
LUCHA precipitación.
- ¿Dónde estoy…? – preguntó, parpadeando con confusión y mirando a los lados.
¡Quil, Aaron, cubrid ese flanco!, mandó Jacob a la vez que nosotras llegábamos a la Entonces, su mirada se quedó fija en el enorme lobo que estaba sentado en la boca de la
cueva. ¡Jeremiah, ayuda a Seth en esa emboscada! ¡Brady, tú ven conmigo! La cueva, en caverna y se tornó del desconcierto al terror en un segundo. Me vi obligada a taparle la
realidad, era un enorme hueco sin salida en los acantilados – salpicados de caprichosa boca para acallar sus gritos, si seguía chillando así, llamaría la atención de todos los
vegetación y coronados con enormes abetos – que lindaban con esa zona de la playa y el vampiros del mundo, eso sin mencionar que Seth podía oírla a través de mí y de Embry.
mar, que tendría unos cinco metros de fondo por unos tres de ancho. Las chicas se ¡¿Qué ha pasado?! Sí, Seth ya la había oído. Está todo controlado, ella está bien, le
acomodaron repartidas por las paredes de piedra, con las caras intranquilas, y Embry se contesté para sosegarle. Es una chillona. Cállate, Embry, replicó Seth con acidez. Es que
sentó en la entrada, vigilante. Dejé a Brenda con cuidado en la arena, estaba húmeda de la eres muy feo, tío, se burló Isaac, refiriéndose al lobo que nos hacía compañía. Ja, ja,
pleamar que la había inundado hacía unas horas, pero no podía hacer otra cosa. Por lo respondió Embry irónicamente.
menos, la superficie estaba blanda. Claire me ayudó, sujetándole la cabeza para apoyarla - Tranquilízate, Brenda – le calmé, hablándole bajito y con pausa para causar más efecto
con suavidad. Jacob tenía razón. Mi mente estaba repleta de voces y gritos, una maraña sobre ella, sin quitarle la mano de la boca -. No nos va a hacer nada, es de los buenos, ¿ves?
– sus asustados ojos se desviaron para fijarse en los míos y después la osciló de nuevo afirmó, relamiéndose mientras miraba a mis amigas. ¡No, no, no…!
hacia Embry, que sacó la lengua y le dedicó una sonrisa lobuna para hacer la gracia -. Está - ¡No! – grité al hilo de mis pensamientos. Antes de que el vampiro se arrojase hacia ellas,
vigilando la cueva para protegernos. Retiré la mano con cautela y dejé que recuperase el me abalancé sobre él con una implacable rabia; la fuerza de mi impacto fue tal, que los dos
aliento. salimos disparados de la cueva y caímos sobre la arena.
- ¡¿Protegernos de qué?! – inquirió, todavía horrorizada -. ¡¿Y por qué estás tan… ¡¿Qué está pasando, Nessie?!, reclamó saber Jake. Claro, él también podía ver a través de
gélida…?! – su voz se quebró, sobrecogida. ¡Mierda!, masculló Embry, levantándose con mis ojos. Pero ahora no podía ni contestarle. Ambos nos pusimos en pie de inmediato y nos
presteza, antes de que me diera tiempo a responderla. Las demás solamente escucharon el agazapamos uno frente al otro, fintando entre los leños empujados por la marea. La luz del
gañido. Brenda pegó un brinco del susto y su espalda se apretó contra la roca, sin apartar sol hacía destellar su nívea piel, creando reflejos en la mía. Parecería angelical, si no fuera
sus sobresaltadas pupilas del lobo. Por lo menos, no se había desmayado otra vez. por sus pupilas encarnadas y despiadadas. ¡Nessie!
¡¿Qué pasa, Embry?!, exigió saber el Gran Lobo. Las voces de los imprimados de las - Es inútil que luches. Terminaré con esas humanas y contigo y me llevaré a los lobos para
chicas que estaban conmigo irrumpieron en mi mente sobre las demás con sendas entregárselos a Aro – amenazó Moïse.
preguntas. Apesta a vampiros por aquí, le avisó, asomando la cabeza al exterior. Voy a - Tendrás que pasar por encima de mi cadáver – le advertí, rechinando los dientes.
echar un vistazo, no quiero que descubran la cueva. De acuerdo, aceptó Jake. Nessie, no os - Como quieras. ¡Nessie, contesta!, volvió a pedirme mi novio.
mováis de ahí hasta nuevo aviso. Vale, asentí con miedo. Es Moïse, está aquí, le desvelé, moviéndome hacia un lado para no dejar que el vampiro
La peste no tardó en entrar en la caverna cuando Embry dejó la entrada libre al marcharse encontrara un hueco por donde entrar a la cueva.
con diligencia. ¡Hijo de…! ¡Aguanta, ya vamos!, me dijo. Sin embargo, sus pupilas me mostraban el
- ¿Qué pasa? – preguntó Ruth con preocupación, por boca de todas. Miré a Brenda y a intenso acoso al que estaban siendo sometidos todos los lobos en el bosque, por lo que
Claire con precaución y cambié hacia las otras. No podía engañarlas, ellas también sabía que tardarían más de lo que quisieran. ¡Embry, ¿dónde diablos estás?!
comprendían muy bien el lenguaje corporal de los lobos y sabían que pasaba algo malo. ¡Estoy en ello!, protestó. ¡Este chupasangres se me está resistiendo!
- Embry ha ido a echar un vistazo – fluctué mis pupilas hacia mi amiga y la niña durante un Por el rabillo del ojo podía ver a Embry. Estaba peleando con un vampiro enorme, era tan
segundo, frotándome las manos nerviosamente, y las envié de regreso a las demás -, ha fuerte como Emmett.
detectado… un olor. ¡Tranquila, Nessie! ¡Acabaré con él enseguida!, afirmó Embry. ¡Sigue fintándole!
- ¿También los hay por aquí? – adivinó Jemima, siguiendo mi juego del disimulo. Brenda ¡No te preocupes por mí, sé defenderme! ¡Tú no te distraigas y céntrate en lo tuyo!
me miraba sin entender nada y Claire entendiendo demasiado. Asentí con la cabeza y se ¡Cuidado!, escuché que me gritaba Jake.
hizo un silencio tenso en el que podía distinguir mejor la lucha que estaba teniendo lugar en Sin darme tiempo a reaccionar, Moïse se lanzó hacia mí vertiginosamente, empujándome al
el bosque. Mis puños se cerraban cada vez que veía a través de los ojos de mi lobo cómo fondo de la cueva. El impacto de mi espalda hizo un enorme boquete en la pared de piedra
algún vampiro se abalanzaba sobre él, aunque también descubrí con mucho agrado y alivio y mis amigas gritaron, sobresaltadas. Antes de que pudiera incorporarme, sus manos de
lo bien que se defendía de los ataques. Los demás parecían estar bien, tampoco se protegían hormigón se aferraron a mi cuello y me levantaron del suelo. ¡NESSIE!
nada mal. Las imágenes de mi cabeza del bosque me mostraron la cólera que se desató en mi Gran
¡Hay uno por aquí!, gritó Embry de pronto. ¡Ha detectado los efluvios de la cueva y quiere Lobo, le arrancó la cabeza a varios vampiros casi a la vez con una saña increíble, mientras
ir! ¡Voy a por él! ¡No le dejes!, le ordenó Jacob. Mis manos volvieron a frotarse, nerviosas. escuchaba toda una lista de insultos inconfesables. El rugido que siguió retumbó hasta en la
¡¿Qué son estas jaulas?!, exclamó Cheran en el bosque. roca en la que nos alojábamos.
- ¡¿Jaulas?! – no pude evitar decirlo en voz alta. Todas mis amigas, excepto Brenda, que no - Parece que tu lobo ya se ha dado cuenta – manifestó Moïse en un tono mordaz,
se enteraba de nada y seguía arrinconada en la pared, abrieron los ojos como platos con presionando mi cuello.
horror. Intenté romperle los dedos, como había hecho aquella vez en Port Angeles con el
- Sí, jaulas. Nuestras cabezas se giraron súbitamente hacia la entrada de la caverna, licántropo, pero estaban demasiado apretados en mi garganta, no los podía separar, y
espantadas. En cuanto escuché ese acento francés, olí su asqueroso efluvio y le vi, mi además eran rígidos y duros como el acero.
cuerpo se puso rígido y me puse en posición de ataque automáticamente. ¡Ya voy, aguanta!, bramó Jacob, apretando la dentadura, mientras los árboles que pasaban
- ¡Un vampiro! – gritó Eve. a toda velocidad a su lado ya eran borrones verdes y marrones y no se distinguían.
- ¡Moïse! – mascullé con los dientes apretados. A Brenda se le pusieron los ojos en blanco ¡Te seguimos, Jake!, le comunicó Seth.
y se desmayó de nuevo. Moïse sólo le dedicó una mirada curiosa, para retornarla a mí. - ¡Suéltala! – voceó Claire, pegando puñetazos en la espalda de Moïse.
- ¿Creíais que iba a marcharme con las manos vacías? – se rió con arrogancia -. Ya os dije - ¡No, Claire! – la reñí para que no provocase más al vampiro y no la hiciera daño a ella.
que aquello solamente fue un aviso – entonces, su semblante marmóreo de mofa se - Tranquila, la siguiente serás tú – la amenazó, y de un manotazo la lanzó hacia la pared.
transformó y sus ojos escarlata adquirieron un color más oscuro, volviéndose ¡Claire!, gritó Quil con agonía.
extremadamente agresivos -. Vengo a terminar lo que empecé, y comenzaré por aquí – ¡Sólo era una niña! ¡¿Sería miserable?! Afortunadamente, Ruth, Eve y Jemima pudieron
cogerla a tiempo y no se dio un golpe fuerte. ayudarle. No obstante, algo no me cuadraba, Moïse no me parecía tan listo como para
- ¡No la toques! – gruñí -. ¡Y nunca le quites la vista a los pies! Le propiné una férrea y planear algo así. No me hizo falta pensar mucho. Algo naranja resaltó en mi fotografía
enérgica patada en sus partes nobles - aun siendo dura como el mármol, me hice daño - y mental de entre los árboles limítrofes, a unos metros más atrás de la línea de diez vampiros,
sus manos me soltaron instantáneamente. ¡Muy bien, Nessie! ¡Ahí, donde más duele!, como el General que observa la batalla de sus filas. Enguerrand. Él lo había organizado
aclamó Quil, riéndose con malicia. La siguiente patada que le pegué fue con una llave y le todo. Él era el jefe. Probablemente, nos había estado espiando, esperando a un día de
di en el estómago, lanzándole al exterior. distracción como este, o tal vez lo había planificado sobre la marcha, quién sabe. Mi padre
¡Guau, qué tía!, exclamó Jeremiah. ¿Qué puedo decir? Es mi chica, declaró Jake con ya nos lo había dicho, era muy inteligente, y seguramente tenía muchos años de experiencia
orgullo. Dale las gracias a mi padre, recuerda que fue él quién me lo enseñó todo en en guerras, había estado grabando muchas para Aro y había participado en otras tantas.
defensa personal, intervine. Enseguida le cambió el tono y el humor. ¡Bueno, eso ha estado Moïse se encaramó al tronco del árbol y lo agitó hacia los lados para hacerme caer.
muy bien, pero no te confíes! ¡Ten cuidado! ¡Ya vamos! ¡Jake, no vengáis! ¡Es una trampa!, le advertí con urgencia, aunque ya lo debían de haber
- ¡Eres uno de ellos! – chilló Brenda, que debía de haberse despertado. Los gritos histéricos visto todo en mi cabeza. Pero ya era demasiado tarde. Mi lobo apareció raudo y veloz a mi
de mi amiga sonaron a la vez que el vampiro rugía con furia desde la boca de la cueva. rescate junto con el resto de lobos imprimados que tenían a sus novias en la caverna.
Claire le dio una bofetada y Brenda se calló ipso facto. ¡Ay!, lamentó Seth. Vaya, además ¡Nessie!, gritó al verme, con un rugido. El vampiro logró quebrar el árbol y, con la
de lista, una niña muy madura y efectiva. ¿Ves?, es una chillona, reiteró Embry mientras distracción, me precipité hacia el vacío. No llegué al terreno, mi cuerpo chocó con sus
estaba fintando con el vampiro gigante. Cállate, Embry, repitió Seth en el mismo timbre de brazos duros como el hierro y fue como caer en una losa de hormigón, aunque no me hice
antes. daño, mi cuerpo también era duro. La copa arbórea verde se quedó atravesada, las ramas de
- ¡Desgraciada! ¡Pagarás por esto! – berreó Moïse. Se precipitó hacia mí de nuevo e dos árboles contiguos impidieron su caída.
iniciamos una pelea consistente en forcejeos, en sus embustes y mis bloqueos, hasta que - ¿La quieres, lobo? – le provocó Moïse a la vez que reculaba hacia atrás, poniéndome
nos separamos de un brinco para quedarnos frente a frente. como escudo y sujetándome el cuello con su brazo. Por mucho que intentaba zafarme, me
Sus ojos se apartaron de mí durante una milésima de segundo en la que miró a su alrededor, tenía completamente inmovilizada. Él sólo escuchó el potente rugido que atronó por todo el
hambriento. La sed hacía mella en él y pronto comenzaría a dominarle. Tenía que sacarle pueblo y se perdió en el horizonte marino, yo y el resto de lobos escuchamos y sentimos su
de la cueva, alejarle de las humanas, o terminaría lanzándose hacia ellas sin cuartel y sería ira y su cólera enloquecida.
una carnicería. Jake y los chicos ya estaban muy cerca. - ¡Pues ven a por ella! ¡Es una trampa, no te acerques!, le avisé. ¡Hay más vampiros por
- ¡No te distraigas! – vociferé, empujándole hacia la salida -. ¡Ven a por mí! ¡No, Nessie!, aquí, Jake!, reveló Embry, poniéndose a su lado. ¡Los he visto mientras machacaba a ese
me regañó Jake, cabreado, cuando vio mi plan. chupasangres! ¡Me importa una mierda!, bramó, ya lanzándose a por Moïse con arrebato.
Salí disparada de la cueva y me arrojé a su cuello para morderle, sin embargo, seguía - ¡No! – chillé, horrorizada, cuando vi salir a los diez vampiros con la red desplegada,
siendo más rápido que yo y, de un manotazo, me mandó volando hacia los árboles cogiendo impulso con los árboles para volar por encima de él.
lindantes. ¡NESSIE!, bramó Jacob, acelerando el paso todavía más; podía escuchar hasta el Sus hermanos saltaron instintivamente para protegerle y alzaron momentáneamente la
chirrido de sus dientes. Por suerte, fui capaz de sujetarme y ponerme de pie sobre una enorme y gruesa malla de acero, dándole una fracción de segundo extra que le permitió
rama. Como si fuera un cohete, el vampiro arremetió contra mí; yo no era tan fuerte, pero escapar por debajo, aunque los que quedaron atrapados fueron ellos y las que se
era rápida y ágil. Le esquivé con unos reflejos sobrenaturales, me enganché a otra rama y sobresaltaron acto seguido fueron sus novias, que miraban aterradas desde la cueva. Jacob
me balanceé para dar una vuelta a la velocidad de la luz, pateándole de nuevo. se quedó a un metro de nosotros, inclinado hacia delante mientras profería unos rugidos
Entonces, me quedé como una piedra de hielo cuando mis ojos aprovecharon el momento estremecedores y mostraba sus implacables colmillos. ¡Suéltala, hijo de puta!, fue lo más
de su caída para mirar hacia abajo. Lo hicieron en un segundo, puesto que Moïse cayó de suave que le dijo. Enguerrand salió de entre el arbolado para colocarse frente al escenario
pie como un gato, dispuesto a atacar de nuevo, y no podían distraerse demasiado, pero la que había preparado y su boca se torció en una sonrisa orgullosa y costosa, parecía que no
imagen se quedó grabada en mi retina como una fotografía a todo color, lo suficiente para hubiera sonreído en mil años. Sus ojos no eran mates, eran de un escarlata brillante,
que se fijase en mi cerebro. sagaces, perspicaces, por lo que Jacob y yo dedujimos que no estaba grabando.
Pasé la mirada al vampiro que tenía debajo mientras mi cerebro me plantaba la foto para - ¿Qué vas a hacer ahora? – interrogó Moïse con el labio curvado con prepotencia -. A tu
que la viera y la asimilara bien. hembra, la tengo yo, y a tus lobos, mis compañeros -. La cabeza de Jacob se giró un poco
Entre los árboles que limitaban la zona de la caverna, se encontraban diez vampiros a la para mirar a sus espaldas de reojo -. ¿No crees que un intercambio sería justo? Te devuelvo
espera, con una inmensa jaula y una red de cables de acero en las manos. a tu hembra y a tus lobos si te metes en la jaula y te vienes con nosotros.
Moïse había venido a por los lobos, sí, cogería a todos los que pudiera, si podía, pero - ¡No le hagas caso! - protesté con energía. ¡Que se vayan al infierno!, bramó Jeremiah.
sobretodo estaba interesado en uno solo, el mayor de todos, el líder, quería llevarse su ¡Sí, no se te ocurra meterte ahí, o te daremos una paliza!, siguió Embry.
mayor botín: Jacob. Y para ello había preparado toda esta farsa con el fin de atraerle, me ¡Mierda! ¡Callaros todos!, gruñó. ¡¿Qué otra cosa puedo hacer?!
había utilizado como cebo y tenía bien entretenidos al resto de lobos para que no pudieran - No tengo mucho tiempo, lobo – le advirtió Moïse, apretando su brazo contra mi garganta
-. Si no lo haces, le partiré el cuello en dos. ¡Pesa mucho!, me quejé, haciendo caso omiso a su comentario, tirando de la puerta con
- ¡Jake, no lo hagas, por favor! - le supliqué mientras las lágrimas ya rebosaban por mis todas mis fuerzas.
ojos. Las pupilas negras y brillantes de mi lobo se clavaron en mí durante un instante. Cuando conseguí alzarla unos quince centímetros… ¡Salta!
- ¡NO! – chillé con una voz que hizo eco en los acantilados, estirando el brazo para Eso sí fue una orden en toda regla, decretada con su voz de Alfa, y mis piernas lo hicieron
alcanzarle, cuando Jacob se giró y empezó a caminar lentamente hacia la jaula. La sonrisa sin que hiciera falta que mi cerebro actuase. Sin embargo, mi salto no fue suficiente, o
de Enguerrand se amplió. Los lobos comenzaron a aullar y a gimotear, intentando puede que Moïse ya se conociera el truco, y me atrapó en el aire, cogiéndome por los pies.
escaparse de la malla sujetada con solidez por ocho de los fulgentes vampiros, relucían Me estrellé de morros en el suelo y Moïse cayó encima de mí. ¡NESSIE!, gritó Jacob.
tanto con el sol, que cegaban. Los otros dos, una mujer de largo cabello rubio y un rostro Escuché su escalofriante rugido y unos estrepitosos y ensordecedores golpetazos metálicos.
más pálido que la porcelana, y un corpulento hombre moreno de pelo muy corto, Cuando Moïse me giró y me quedé boca arriba mientras forcejeábamos para que no me
aguardaban junto a la jaula. mordiera, lo vi. Mi Gran Lobo estaba dando golpes con la cabeza al hueco que había
- Así me gusta, lobito. La dicción de Moïse sonó despreciativa y me hizo rechinar los quedado al levantar la puerta, con una potencia bestial, para tratar de salir, y se meneaba en
dientes. Si se llevaban a Jacob, yo me iría con él. Sí, yo tenía que estar con él, aunque fuera su cárcel como si de un tiburón blanco se tratase, cuando atacan a las jaulas de los
en el mismísimo infierno. Tenía que convencer a Enguerrand y a Moïse como fuera para buceadores.
que me llevaran también. Mis manos trataban de apartar al monstruo sediento que tenía encima, pero él era más
¿Cómo va todo por ahí, Sam?, quiso saber Jake de repente, sin dejar de andar. Oh. fuerte que yo y estaba fuera de sí, sus ojos rojos se clavaban devoradores en los míos, y yo
El viento bochornoso que llegó desde el mar me trajo consigo una nota de esperanza, junto empezaba a estar algo débil, necesitaba sangre. La lucha era muy dura y mi transformación
a las imágenes de Sam y los otros lobos, que corrían hacia aquí. Jacob estaba fingiendo y ya había durado demasiado. El agotamiento y la debilidad que se habían hecho cargo de mi
tenían una emboscada preparada. cuerpo hicieron que el vampiro consiguiera aferrarme contra el suelo por las muñecas y me
Ya estamos de camino. Lo del bosque está hecho, solamente quedan ocho, así que Leah y inmovilizara. Sam se deshizo de uno de los pocos vampiros que quedaban y se lanzó en mi
yo hemos dejado a un grupo allí. ¿Qué está pasando por ahí, Jacob?, preguntó. ayuda, pero no llegó, otro se interpuso en su camino.
¡Quieren llevarse a Jake!, le informé. - ¡Ya eres mía! – afirmó Moïse con ansia, preparando los dientes para morder mi cuello.
¡Tienen la jaula preparada, y nosotros estamos atrapados en esta maldita red!, continuó ¡NOOOOO!, bramó Jacob. El grueso metal produjo un ruido estridente y atronador al salir
Seth. ¿Os queda mucho?, quiso saber Jacob. Estamos ahí en un minuto, afirmó Sam. volando y, antes de que la verja tocara el suelo, el cuerpo de Moïse fue alzado de mí y
Bien. ¿Y vosotros qué hacéis ahí parados? Haced un poco de teatro, diablos, les dijo a los balanceado con furia, cayendo troceado y ya sin vida. La reja se estampó en el piso
lobos atrapados. estruendosamente a la vez que la cabeza del vampiro rebotaba y rodaba unos metros.
Y así lo hicieron, continuaron revolviéndose y gimoteando bajo la espesa red de acero. ¡¿Estás bien?!, me preguntó Jacob con preocupación, metiéndome el hocico con ansiedad
- Entra ya – le atosigó Moïse, nervioso, al ver que Jacob se tomaba su tiempo. para olerme e inspeccionarme la cara y el cuello.
Jake llegó sosegadamente a la jaula y les dedicó un sonoro y torvo gruñido a los dos Me levanté con rapidez y abracé a mi lobo con vehemencia. Sí, ¿y tú?, el olor no me
guardianes mientras entraba. La mujer le siseó con rabia y bajó la reja, quitando la tranca engañaba, mis manos se toparon con sangre al acariciar su cabeza y me separé de su cuello
que la sostenía en alto. para mirarle. ¡Jake, estás sangrando!, exclamé, apartando la pelambrera de su frente para
No les dio tiempo a poner el pestillo. verle mejor la herida. No es nada, se curará rápido. Lo importante es que tú estás bien.
¡Ahora!, escuché que gritaba Sam. Sus enormes ojazos negros se clavaron en mí, todavía con el susto reflejado en ellos. Ven
Éste, Paul, Leah y Jared salieron de la nada y se abalanzaron sobre ellos con una fuerza aquí. Y me empujó con el hocico para llevarme detrás de un árbol.
brutal mientras los demás se arrojaban a por los vampiros que sujetaban la malla. Adquirió su forma humana y se pegó a mí rápidamente para besarme con pasión, lo hizo
Aproveché el momento de confusión y sorpresa en el que se encontraban Moïse y con tanto ímpetu, que mi espalda se apoyó en el tronco. Ahora sus labios me quemaban,
Enguerrand para hacerle una llave evasiva al que me apresaba y le estampé la espalda en el pero no me importaba en absoluto, también eran más sedosos que nunca. Mis manos
suelo. Mi lobo seguía enjaulado, dando vueltas, tratando de encontrar una solución para enseguida rodearon su cuello y su nuca para corresponderle como se merecía, aunque lo
salir. ¡Te sacaré de ahí!, le dije. ¡No, ve a la cueva a refugiarte con las demás! No fue una hice con más cuidado que normalmente, para no hacerle daño. Aún así, sentir sus labios
orden, más bien una advertencia. moviéndose con los míos, sus manos acariciándome y la energía de siempre, hizo que las
De un elevado salto, llegué hasta la jaula y me planté frente a la puerta. Tiré hacia arriba de lágrimas, fruto de toda la tensión, la preocupación y la angustia acumuladas, brotaran de
la reja que la cerraba, pero estaba hecha de un material muy fuerte y pesado, los barrotes mis ojos sin que pudiera evitarlo. Pero él estaba conmigo, sano y salvo, y eso me hizo
tenían diez centímetros de grosor, por lo menos, y no era capaz de levantarla. La jaula sentir una felicidad inmensa e indescriptible. Cuando logramos que ese intenso beso
estaba hecha a conciencia, preparada para aguantar la letal mordedura de los colosales terminara, llevó sus manos a mi rostro, sin despegar nuestras caras.
lobos. Ve a la cueva, por favor, no me obligues a ordenártelo, me avisó nerviosamente, - Tengo que volver a transformarme – susurró en mis labios, secando mis lágrimas con los
aunque con voz dulce. pulgares. Asentí y me dio dos besos cortos y muy, muy dulces, hasta que separó su cálido
rostro del mío. Cambió de fase otra vez y salimos de nuestro escondite para reunirnos con vampiros y lobos monstruosos. Estará muy confusa y asustada, como las otras chicas de
el resto. ¡Esa sanguijuela se ha escapado, y ni siquiera sabemos por dónde!, anunció Sam los imprimados cuando se enteraron de todo, supuso Jacob, haciéndose eco de mis
con mal humor, poniéndose a nuestro lado. Es muy bueno, no ha dejado ni un rastro que reflexiones. Pero te conoce, sabe que eres buena, y no creo que pueda odiarte después de
podamos seguir. que las hayas defendido tan bien de esa sanguijuela. Lo aceptará, no te preocupes, igual
Jacob y yo giramos las cabezas para mirar alrededor. Todo había acabado, los tres que acaba de hacer con Seth. Creo que tu amiga no le volverá a tener miedo a los perros
vampiros que quedaban no tenían nada que hacer contra catorce enormes lobos; los ocho nunca más, se rió. Sus palabras me calmaron y yo también me reí. Sí, pero tendré que
que faltaban se habían quedado en el bosque para acabar con el resto. explicárselo todo más tarde, suspiré, mordiéndome el labio con resignación. No obstante,
Mierda, Enguerrand ha huido, lamentó Jacob con desagrado. Se ha ido con el rabo entre estaba feliz. Tenía la intuición de que iba a comprenderlo todo, en realidad, creo que ya lo
las piernas, se rió Leah. ¿Crees que volverá con más ayuda?, inquirí con temor. Seguro, había hecho. Sí, Leah y Jake tenían razón. Si Seth se había imprimado de ella, era por algo.
afirmó Jacob. No creo que se rinda tan fácilmente. Estaremos preparados, declaró Sam. Esa Brenda que se veía en el instituto era una fachada que ella misma se había puesto por
¿Cómo va todo por el bosque?, quiso saber. Esto está limpio, le contestó Nathan. Estamos alguna razón que también me tendría que aclarar algún día. Y Seth le había hecho mucho
quemando la porquería. La columna de humo púrpura ya empezaba a asomar por el follaje bien, la había ayudado, como una terapia personal, había hecho que ella exteriorizase su
de las copas de los árboles. Bien, quedaros ahí para vigilar, por si acaso. De acuerdo. verdadera personalidad. Brenda iba a formar parte de mi gran familia de lobos y, aunque
Jake, tengo sed, le dije. Todos los lobos, excepto los que estaban terminando con los dos pareciera increíble e inédito hacía unos meses, eso me hacía feliz, porque ahora empezaba a
vampiros que se resistían, se giraron para mirarme con cautela. Vamos a cazar algo, me conocerla de verdad y lo que estaba descubriendo me gustaba. Me gustaba mucho. Y
propuso mientras iniciaba la andadura hacia el bosque. Seth, le llamó. Pero Seth no también estaba alegre por ella, porque hubiera encontrado su camino junto a Seth.
contestaba. Seth, le volvió a llamar. Isaac carraspeó. Está un poco ocupado, manifestó - ¡Nessie! – gritó Claire.
Shubael. ¿Ocupado?, se extrañó Jacob. Nos volvimos para buscar a Seth con la mirada, - ¡Bravo, Nessie! – vitorearon el resto de mis amigas, excepto Brenda, que seguía junto a
hasta que lo encontramos en la entrada de la cueva con la cabeza agachada. Me había Seth, luchando contra su miedo para que triunfase el amor. Todas habían salido de la cueva
olvidado de ella completamente. y, después de sus respectivos abrazos a sus lobos, se acercaron a mí corriendo para hacer lo
- ¡Brenda! – exclamé en voz baja, llevándome las manos a la boca sin creerme lo que mismo conmigo. En un santiamén, me vi rodeada de brazos y cabezas, como los jugadores
estaban viendo mis ojos. Mi amiga estaba acariciando a su lobo del color de la arena entre de un equipo cuando celebran un tanto.
las orejas, eso sí, sus dedos temblorosos lo hacían con mucha reserva y precaución, y su - ¡Has estado genial! – aclamó Eve.
cuerpo se mantenía alejado por si tenía que echar a correr de un momento a otro, aunque - ¡Menuda patada! – siguió Ruth.
noté un matiz de fascinación en su mirada que su novio también debió de percibir. - En realidad, no ha sido para tanto… - murmuré, un poco sobrepasada por todo esto.
Seth se acercó otro poco a ella, la miró a los ojos durante un instante y le dio un pequeño y - Eres muy buena – y Claire se enganchó a mí para darme un abrazo fuerte.
suave lametón en la mejilla. Brenda puso un poco de cara de asco, pero cuando miró a los - Sí, gracias por salvarnos – secundó Jemima, con los posteriores asentimientos y sonrisas
ojos a su lobo y éste le sacó la lengua contentísimo, su labio se curvó hacia arriba y lo de las demás. Claire levantó el rostro y me sonrió mientras me miraba con sus infantiles
acarició con más ánimo. Jacob suspiró. Shubael, encárgate tú de quemar todo esto, anda. ojitos marrones llenos de admiración. Oh, no, esto ya me superaba. Como siguieran así, iba
¡A la orden! a ponerme a llorar. Ya notaba el incómodo nudo en mi garganta.
Supe el momento en que Jacob se desconectó de todos al oír el zumbido monocorde en mi - De… de nada – musité con voz queda. Bueno, ¿qué? ¿Vamos?, me azuzó Jacob. No tengo
cabeza. El interpelado se alejó para recoger los restos de los cuerpos desmembrados y ganas de que te lances a mi yugular, bromeó. Sí, contesté, aliviada, aunque en honor a la
comenzó a apilarlos en una zona un poco más apartada. Mientras lo observaba, mis ojos se verdad, también contenta por la reacción de mis amigas, incluida Brenda. Me despedí por
toparon con los de Brenda. Su mirada me sorprendió tanto como su reacción con Seth. el momento de ellas, después de explicarles que me tenía que marchar para reponer sangre
Tenía el ceño fruncido sobre sus ojos entornados y los labios arrugados, sin embargo, no – instante en el cual Claire se separó de mí ipso facto -, y me reuní junto a Jacob. Se echó
era una mirada de odio o de repulsa. Era una mirada de enfado, más bien de reproche, en el suelo, me subí a su lomo de un ágil salto y nos alejamos al trote hacia el bosque.
seguramente por no haberle contado yo misma mi secreto con anterioridad.
Junté mis palmas como pidiéndole perdón y ella se cruzó de brazos, girando el rostro al LUCHA
otro lado, enojada. Bueno, era una actitud muchísimo más buena de lo que me había
imaginado, más de lo que hubiera podido pedir, y muy valiente por su parte, nunca lo ¡Quil, Aaron, cubrid ese flanco!, mandó Jacob a la vez que nosotras llegábamos a la
hubiera dicho; sí, se había desmayado, pero no había salido corriendo espantada, ni nada de cueva. ¡Jeremiah, ayuda a Seth en esa emboscada! ¡Brady, tú ven conmigo! La cueva, en
eso. Y parecía que no me odiaba por lo que era, aunque probablemente seguía sin entender realidad, era un enorme hueco sin salida en los acantilados – salpicados de caprichosa
nada. Ojalá mi padre hubiera estado aquí para saber qué le estaba pasando por la cabeza en vegetación y coronados con enormes abetos – que lindaban con esa zona de la playa y el
estos momentos. mar, que tendría unos cinco metros de fondo por unos tres de ancho. Las chicas se
Lo más seguro es que se esté haciendo un montón de preguntas sobre la existencia de acomodaron repartidas por las paredes de piedra, con las caras intranquilas, y Embry se
sentó en la entrada, vigilante. Dejé a Brenda con cuidado en la arena, estaba húmeda de la feo, tío, se burló Isaac, refiriéndose al lobo que nos hacía compañía. Ja, ja, respondió
pleamar que la había inundado hacía unas horas, pero no podía hacer otra cosa. Por lo Embry irónicamente.
menos, la superficie estaba blanda. Claire me ayudó, sujetándole la cabeza para apoyarla - Tranquilízate, Brenda – le calmé, hablándole bajito y con pausa para causar más efecto
con suavidad. Jacob tenía razón. Mi mente estaba repleta de voces y gritos, una maraña sobre ella, sin quitarle la mano de la boca -. No nos va a hacer nada, es de los buenos, ¿ves?
embarullada del que no distinguía casi nada, tan sólo tensión y más tensión. Estaba tan – sus asustados ojos se desviaron para fijarse en los míos y después la osciló de nuevo
preocupada por Jake y sus hermanos, tan nerviosa, que no sabía qué hacer con las manos, hacia Embry, que sacó la lengua y le dedicó una sonrisa lobuna para hacer la gracia -. Está
incluso me dio un escalofrío, con el calor que hacía. Y lo peor es que no podía avisar a mi vigilando la cueva para protegernos. Retiré la mano con cautela y dejé que recuperase el
familia. Ellos no podían saltarse el tratado, así que si los llamaba, solamente iba a aliento.
conseguir que se preocuparan. Además, confiaba en el buen hacer de Jake y la manada. - ¡¿Protegernos de qué?! – inquirió, todavía horrorizada -. ¡¿Y por qué estás tan…
Ellos estaban acostumbrados a luchar con grupos grandes de vampiros y nunca habían gélida…?! – su voz se quebró, sobrecogida. ¡Mierda!, masculló Embry, levantándose con
necesitado de la ayuda de nadie, ¿no? Intenté aferrarme a esa idea. Saqué mi ropa de la presteza, antes de que me diera tiempo a responderla. Las demás solamente escucharon el
mochila para vestirme. Mis pantalones piratas blancos no subían bien debido a que todavía gañido. Brenda pegó un brinco del susto y su espalda se apretó contra la roca, sin apartar
estaba mojada, así que me los embutí como pude. La camiseta fue mucho más fácil de sus sobresaltadas pupilas del lobo.
poner. Escurrí el bañador de Jacob todo lo que dio de sí, lo sacudí y lo metí en su mochila, Por lo menos, no se había desmayado otra vez. ¡¿Qué pasa, Embry?!, exigió saber el Gran
doblándolo bien. Me arrodillé junto a mi amiga a esperar a que se despertase del todo y le Lobo. Las voces de los imprimados de las chicas que estaban conmigo irrumpieron en mi
di aire con una revista que me pasó Eve. Claire se arrodilló frente a mí, dejando a Brenda mente sobre las demás con sendas preguntas. Apesta a vampiros por aquí, le avisó,
en el medio de las dos, y me observó con sus dulces ojos marrones, absorta. asomando la cabeza al exterior. Voy a echar un vistazo, no quiero que descubran la cueva.
- ¿Ahora eres un vampiro? – me preguntó de repente. Miré a Brenda para cerciorarme de De acuerdo, aceptó Jake. Nessie, no os mováis de ahí hasta nuevo aviso. Vale, asentí con
que seguía desmayada. miedo. La peste no tardó en entrar en la caverna cuando Embry dejó la entrada libre al
- Casi. Nunca me transformo del todo – le aclaré. marcharse con diligencia.
- ¿Y no quieres chuparnos la sangre? Todos los rostros, incluido el lobuno de Embry, se - ¿Qué pasa? – preguntó Ruth con preocupación, por boca de todas. Miré a Brenda y a
giraron para mirarme con un matiz de cautela. Claire con precaución y cambié hacia las otras. No podía engañarlas, ellas también
- No. Como no soy un vampiro completo, tengo sangre en mi cuerpo – empecé a aclararle, comprendían muy bien el lenguaje corporal de los lobos y sabían que pasaba algo malo.
lo más sencillo que pude para que una niña de nueve años lo entendiera -, así que mi - Embry ha ido a echar un vistazo – fluctué mis pupilas hacia mi amiga y la niña durante un
organismo la coge de ahí, ¿entiendes? segundo, frotándome las manos nerviosamente, y las envié de regreso a las demás -, ha
- ¿Quieres decir que chupas tu propia sangre? Era una niña muy lista, enseguida lo pilló. detectado… un olor.
- Sí, visto así… - me reí. - ¿También los hay por aquí? – adivinó Jemima, siguiendo mi juego del disimulo.
- ¿Y qué pasa si se te acaba tu sangre? Sí, era muy, muy lista. Todos volvieron a mirarme, Brenda me miraba sin entender nada y Claire entendiendo demasiado. Asentí con la cabeza
expectantes. y se hizo un silencio tenso en el que podía distinguir mejor la lucha que estaba teniendo
- Pues… que tengo que beber la de otros seres – pude percibir el salto de los corazones que lugar en el bosque. Mis puños se cerraban cada vez que veía a través de los ojos de mi lobo
me rodeaban -, pero sólo la de los animales – maticé. A Embry le dio un respingo. cómo algún vampiro se abalanzaba sobre él, aunque también descubrí con mucho agrado y
- La de los lobos tampoco – apuntillé con una sonrisa. Escuché su risa en mi mente. alivio lo bien que se defendía de los ataques. Los demás parecían estar bien, tampoco se
- ¿Y por qué puedes oír a los chicos? Ups, a ver cómo le explicaba yo eso… protegían nada mal. ¡Hay uno por aquí!, gritó Embry de pronto. ¡Ha detectado los efluvios
- Claire, deja a Nessie en paz, ¿quieres? – le regañó Eve. Menos mal… Mi amiga empezó a de la cueva y quiere ir! ¡Voy a por él! ¡No le dejes!, le ordenó Jacob. Mis manos volvieron
reaccionar. Brenda se está despertando, pensé para que lo oyera Seth. ¿Cómo está?, quiso a frotarse, nerviosas. ¡¿Qué son estas jaulas?!, exclamó Cheran en el bosque.
saber, angustiado. Creo que bien. Ya te lo diré cuando lo haga del todo, no te preocupes. - ¡¿Jaulas?! – no pude evitar decirlo en voz alta. Todas mis amigas, excepto Brenda, que no
Céntrate, Seth, le dijo Jake. Los ojos de Brenda se abrieron de sopetón y se incorporó con se enteraba de nada y seguía arrinconada en la pared, abrieron los ojos como platos con
precipitación. horror.
- ¿Dónde estoy…? – preguntó, parpadeando con confusión y mirando a los lados. - Sí, jaulas. Nuestras cabezas se giraron súbitamente hacia la entrada de la caverna,
Entonces, su mirada se quedó fija en el enorme lobo que estaba sentado en la boca de la espantadas. En cuanto escuché ese acento francés, olí su asqueroso efluvio y le vi, mi
caverna y se tornó del desconcierto al terror en un segundo. Me vi obligada a taparle la cuerpo se puso rígido y me puse en posición de ataque automáticamente.
boca para acallar sus gritos, si seguía chillando así, llamaría la atención de todos los - ¡Un vampiro! – gritó Eve.
vampiros del mundo, eso sin mencionar que Seth podía oírla a través de mí y de Embry. - ¡Moïse! – mascullé con los dientes apretados. A Brenda se le pusieron los ojos en blanco
¡¿Qué ha pasado?! Sí, Seth ya la había oído. Está todo controlado, ella está bien, le contesté y se desmayó de nuevo. Moïse sólo le dedicó una mirada curiosa, para retornarla a mí.
para sosegarle. Es una chillona. Cállate, Embry, replicó Seth con acidez. Es que eres muy - ¿Creíais que iba a marcharme con las manos vacías? – se rió con arrogancia -. Ya os dije
que aquello solamente fue un aviso – entonces, su semblante marmóreo de mofa se enérgica patada en sus partes nobles - aun siendo dura como el mármol, me hice daño - y
transformó y sus ojos escarlata adquirieron un color más oscuro, volviéndose sus manos me soltaron instantáneamente. ¡Muy bien, Nessie! ¡Ahí, donde más duele!,
extremadamente agresivos -. Vengo a terminar lo que empecé, y comenzaré por aquí – aclamó Quil, riéndose con malicia. La siguiente patada que le pegué fue con una llave y le
afirmó, relamiéndose mientras miraba a mis amigas. ¡No, no, no…! di en el estómago, lanzándole al exterior.
- ¡No! – grité al hilo de mis pensamientos. Antes de que el vampiro se arrojase hacia ellas, ¡Guau, qué tía!, exclamó Jeremiah. ¿Qué puedo decir? Es mi chica, declaró Jake con
me abalancé sobre él con una implacable rabia; la fuerza de mi impacto fue tal, que los dos orgullo. Dale las gracias a mi padre, recuerda que fue él quién me lo enseñó todo en
salimos disparados de la cueva y caímos sobre la arena. defensa personal, intervine. Enseguida le cambió el tono y el humor. ¡Bueno, eso ha estado
¡¿Qué está pasando, Nessie?!, reclamó saber Jake. Claro, él también podía ver a través de muy bien, pero no te confíes! ¡Ten cuidado! ¡Ya vamos!
mis ojos. Pero ahora no podía ni contestarle. Ambos nos pusimos en pie de inmediato y nos - ¡Eres uno de ellos! – chilló Brenda, que debía de haberse despertado. Los gritos histéricos
agazapamos uno frente al otro, fintando entre los leños empujados por la marea. La luz del de mi amiga sonaron a la vez que el vampiro rugía con furia desde la boca de la cueva.
sol hacía destellar su nívea piel, creando reflejos en la mía. Parecería angelical, si no fuera Claire le dio una bofetada y Brenda se calló ipso facto. ¡Ay!, lamentó Seth. Vaya, además
por sus pupilas encarnadas y despiadadas. ¡Nessie! de lista, una niña muy madura y efectiva.
- Es inútil que luches. Terminaré con esas humanas y contigo y me llevaré a los lobos para ¿Ves?, es una chillona, reiteró Embry mientras estaba fintando con el vampiro gigante.
entregárselos a Aro – amenazó Moïse. Cállate, Embry, repitió Seth en el mismo timbre de antes.
- Tendrás que pasar por encima de mi cadáver – le advertí, rechinando los dientes. - ¡Desgraciada! ¡Pagarás por esto! – berreó Moïse. Se precipitó hacia mí de nuevo e
- Como quieras. ¡Nessie, contesta!, volvió a pedirme mi novio. iniciamos una pelea consistente en forcejeos, en sus embustes y mis bloqueos, hasta que
Es Moïse, está aquí, le desvelé, moviéndome hacia un lado para no dejar que el vampiro nos separamos de un brinco para quedarnos frente a frente. Sus ojos se apartaron de mí
encontrara un hueco por donde entrar a la cueva. ¡Hijo de…! ¡Aguanta, ya vamos!, me durante una milésima de segundo en la que miró a su alrededor, hambriento. La sed hacía
dijo. Sin embargo, sus pupilas me mostraban el intenso acoso al que estaban siendo mella en él y pronto comenzaría a dominarle. Tenía que sacarle de la cueva, alejarle de las
sometidos todos los lobos en el bosque, por lo que sabía que tardarían más de lo que humanas, o terminaría lanzándose hacia ellas sin cuartel y sería una carnicería. Jake y los
quisieran. ¡Embry, ¿dónde diablos estás?! ¡Estoy en ello!, protestó. ¡Este chupasangres se chicos ya estaban muy cerca.
me está resistiendo! Por el rabillo del ojo podía ver a Embry. Estaba peleando con un - ¡No te distraigas! – vociferé, empujándole hacia la salida -. ¡Ven a por mí!
vampiro enorme, era tan fuerte como Emmett. ¡Tranquila, Nessie! ¡Acabaré con él ¡No, Nessie!, me regañó Jake, cabreado, cuando vio mi plan. Salí disparada de la cueva y
enseguida!, afirmó Embry. ¡Sigue fintándole! ¡No te preocupes por mí, sé defenderme! ¡Tú me arrojé a su cuello para morderle, sin embargo, seguía siendo más rápido que yo y, de un
no te distraigas y céntrate en lo tuyo! ¡Cuidado!, escuché que me gritaba Jake. manotazo, me mandó volando hacia los árboles lindantes. ¡NESSIE!, bramó Jacob,
Sin darme tiempo a reaccionar, Moïse se lanzó hacia mí vertiginosamente, empujándome al acelerando el paso todavía más; podía escuchar hasta el chirrido de sus dientes. Por suerte,
fondo de la cueva. El impacto de mi espalda hizo un enorme boquete en la pared de piedra fui capaz de sujetarme y ponerme de pie sobre una rama. Como si fuera un cohete, el
y mis amigas gritaron, sobresaltadas. Antes de que pudiera incorporarme, sus manos de vampiro arremetió contra mí; yo no era tan fuerte, pero era rápida y ágil. Le esquivé con
hormigón se aferraron a mi cuello y me levantaron del suelo. ¡NESSIE! Las imágenes de unos reflejos sobrenaturales, me enganché a otra rama y me balanceé para dar una vuelta a
mi cabeza del bosque me mostraron la cólera que se desató en mi Gran Lobo, le arrancó la la velocidad de la luz, pateándole de nuevo. Entonces, me quedé como una piedra de hielo
cabeza a varios vampiros casi a la vez con una saña increíble, mientras escuchaba toda una cuando mis ojos aprovecharon el momento de su caída para mirar hacia abajo. Lo hicieron
lista de insultos inconfesables. El rugido que siguió retumbó hasta en la roca en la que nos en un segundo, puesto que Moïse cayó de pie como un gato, dispuesto a atacar de nuevo, y
alojábamos. no podían distraerse demasiado, pero la imagen se quedó grabada en mi retina como una
- Parece que tu lobo ya se ha dado cuenta – manifestó Moïse en un tono mordaz, fotografía a todo color, lo suficiente para que se fijase en mi cerebro.
presionando mi cuello. Intenté romperle los dedos, como había hecho aquella vez en Port Pasé la mirada al vampiro que tenía debajo mientras mi cerebro me plantaba la foto para
Angeles con el licántropo, pero estaban demasiado apretados en mi garganta, no los podía que la viera y la asimilara bien. Entre los árboles que limitaban la zona de la caverna, se
separar, y además eran rígidos y duros como el acero. ¡Ya voy, aguanta!, bramó Jacob, encontraban diez vampiros a la espera, con una inmensa jaula y una red de cables de acero
apretando la dentadura, mientras los árboles que pasaban a toda velocidad a su lado ya eran en las manos. Moïse había venido a por los lobos, sí, cogería a todos los que pudiera, si
borrones verdes y marrones y no se distinguían. ¡Te seguimos, Jake!, le comunicó Seth. podía, pero sobretodo estaba interesado en uno solo, el mayor de todos, el líder, quería
- ¡Suéltala! – voceó Claire, pegando puñetazos en la espalda de Moïse. llevarse su mayor botín: Jacob. Y para ello había preparado toda esta farsa con el fin de
- ¡No, Claire! – la reñí para que no provocase más al vampiro y no la hiciera daño a ella. atraerle, me había utilizado como cebo y tenía bien entretenidos al resto de lobos para que
- Tranquila, la siguiente serás tú – la amenazó, y de un manotazo la lanzó hacia la pared. no pudieran ayudarle. No obstante, algo no me cuadraba, Moïse no me parecía tan listo
¡Claire!, gritó Quil con agonía. ¡Sólo era una niña! ¡¿Sería miserable?! Afortunadamente, como para planear algo así.
Ruth, Eve y Jemima pudieron cogerla a tiempo y no se dio un golpe fuerte. No me hizo falta pensar mucho. Algo naranja resaltó en mi fotografía mental de entre los
- ¡No la toques! – gruñí -. ¡Y nunca le quites la vista a los pies! Le propiné una férrea y árboles limítrofes, a unos metros más atrás de la línea de diez vampiros, como el General
que observa la batalla de sus filas. Enguerrand. Él lo había organizado todo. Él era el jefe. - ¡NO! – chillé con una voz que hizo eco en los acantilados, estirando el brazo para
Probablemente, nos había estado espiando, esperando a un día de distracción como este, o alcanzarle, cuando Jacob se giró y empezó a caminar lentamente hacia la jaula.
tal vez lo había planificado sobre la marcha, quién sabe. Mi padre ya nos lo había dicho, La sonrisa de Enguerrand se amplió. Los lobos comenzaron a aullar y a gimotear,
era muy inteligente, y seguramente tenía muchos años de experiencia en guerras, había intentando escaparse de la malla sujetada con solidez por ocho de los fulgentes vampiros,
estado grabando muchas para Aro y había participado en otras tantas. Moïse se encaramó al relucían tanto con el sol, que cegaban. Los otros dos, una mujer de largo cabello rubio y un
tronco del árbol y lo agitó hacia los lados para hacerme caer. ¡Jake, no vengáis! ¡Es una rostro más pálido que la porcelana, y un corpulento hombre moreno de pelo muy corto,
trampa!, le advertí con urgencia, aunque ya lo debían de haber visto todo en mi cabeza. aguardaban junto a la jaula.
Pero ya era demasiado tarde. Mi lobo apareció raudo y veloz a mi rescate junto con el resto - Así me gusta, lobito. La dicción de Moïse sonó despreciativa y me hizo rechinar los
de lobos imprimados que tenían a sus novias en la caverna. ¡Nessie!, gritó al verme, con un dientes. Si se llevaban a Jacob, yo me iría con él. Sí, yo tenía que estar con él, aunque fuera
rugido. en el mismísimo infierno. Tenía que convencer a Enguerrand y a Moïse como fuera para
El vampiro logró quebrar el árbol y, con la distracción, me precipité hacia el vacío. No que me llevaran también. ¿Cómo va todo por ahí, Sam?, quiso saber Jake de repente, sin
llegué al terreno, mi cuerpo chocó con sus brazos duros como el hierro y fue como caer en dejar de andar. Oh. El viento bochornoso que llegó desde el mar me trajo consigo una nota
una losa de hormigón, aunque no me hice daño, mi cuerpo también era duro. La copa de esperanza, junto a las imágenes de Sam y los otros lobos, que corrían hacia aquí. Jacob
arbórea verde se quedó atravesada, las ramas de dos árboles contiguos impidieron su caída. estaba fingiendo y tenían una emboscada preparada. Ya estamos de camino. Lo del bosque
- ¿La quieres, lobo? – le provocó Moïse a la vez que reculaba hacia atrás, poniéndome está hecho, solamente quedan ocho, así que Leah y yo hemos dejado a un grupo allí. ¿Qué
como escudo y sujetándome el cuello con su brazo. Por mucho que intentaba zafarme, me está pasando por ahí, Jacob?, preguntó.
tenía completamente inmovilizada. Él sólo escuchó el potente rugido que atronó por todo el ¡Quieren llevarse a Jake!, le informé. ¡Tienen la jaula preparada, y nosotros estamos
pueblo y se perdió en el horizonte marino, yo y el resto de lobos escuchamos y sentimos su atrapados en esta maldita red!, continuó Seth. ¿Os queda mucho?, quiso saber Jacob.
ira y su cólera enloquecida. Estamos ahí en un minuto, afirmó Sam. Bien. ¿Y vosotros qué hacéis ahí parados? Haced
- ¡Pues ven a por ella! ¡Es una trampa, no te acerques!, le avisé. ¡Hay más vampiros por un poco de teatro, diablos, les dijo a los lobos atrapados. Y así lo hicieron, continuaron
aquí, Jake!, reveló Embry, poniéndose a su lado. ¡Los he visto mientras machacaba a ese revolviéndose y gimoteando bajo la espesa red de acero.
chupasangres! ¡Me importa una mierda!, bramó, ya lanzándose a por Moïse con arrebato. - Entra ya – le atosigó Moïse, nervioso, al ver que Jacob se tomaba su tiempo. Jake llegó
- ¡No! – chillé, horrorizada, cuando vi salir a los diez vampiros con la red desplegada, sosegadamente a la jaula y les dedicó un sonoro y torvo gruñido a los dos guardianes
cogiendo impulso con los árboles para volar por encima de él. mientras entraba. La mujer le siseó con rabia y bajó la reja, quitando la tranca que la
Sus hermanos saltaron instintivamente para protegerle y alzaron momentáneamente la sostenía en alto. No les dio tiempo a poner el pestillo. ¡Ahora!, escuché que gritaba Sam.
enorme y gruesa malla de acero, dándole una fracción de segundo extra que le permitió Éste, Paul, Leah y Jared salieron de la nada y se abalanzaron sobre ellos con una fuerza
escapar por debajo, aunque los que quedaron atrapados fueron ellos y las que se brutal mientras los demás se arrojaban a por los vampiros que sujetaban la malla.
sobresaltaron acto seguido fueron sus novias, que miraban aterradas desde la cueva. Jacob Aproveché el momento de confusión y sorpresa en el que se encontraban Moïse y
se quedó a un metro de nosotros, inclinado hacia delante mientras profería unos rugidos Enguerrand para hacerle una llave evasiva al que me apresaba y le estampé la espalda en el
estremecedores y mostraba sus implacables colmillos. ¡Suéltala, hijo de puta!, fue lo más suelo.
suave que le dijo. Enguerrand salió de entre el arbolado para colocarse frente al escenario Mi lobo seguía enjaulado, dando vueltas, tratando de encontrar una solución para salir. ¡Te
que había preparado y su boca se torció en una sonrisa orgullosa y costosa, parecía que no sacaré de ahí!, le dije, ¡No, ve a la cueva a refugiarte con las demás! No fue una orden, más
hubiera sonreído en mil años. Sus ojos no eran mates, eran de un escarlata brillante, bien una advertencia. De un elevado salto, llegué hasta la jaula y me planté frente a la
sagaces, perspicaces, por lo que Jacob y yo dedujimos que no estaba grabando. puerta. Tiré hacia arriba de la reja que la cerraba, pero estaba hecha de un material muy
- ¿Qué vas a hacer ahora? – interrogó Moïse con el labio curvado con prepotencia -. A tu fuerte y pesado, los barrotes tenían diez centímetros de grosor, por lo menos, y no era
hembra, la tengo yo, y a tus lobos, mis compañeros -. La cabeza de Jacob se giró un poco capaz de levantarla. La jaula estaba hecha a conciencia, preparada para aguantar la letal
para mirar a sus espaldas de reojo -. ¿No crees que un intercambio sería justo? Te devuelvo mordedura de los colosales lobos. Ve a la cueva, por favor, no me obligues a ordenártelo,
a tu hembra y a tus lobos si te metes en la jaula y te vienes con nosotros. me avisó nerviosamente, aunque con voz dulce.
- ¡No le hagas caso! - protesté con energía. ¡Que se vayan al infierno!, bramó Jeremiah. ¡Sí, ¡Pesa mucho!, me quejé, haciendo caso omiso a su comentario, tirando de la puerta con
no se te ocurra meterte ahí, o te daremos una paliza!, siguió Embry. ¡Mierda! ¡Callaros todas mis fuerzas. Cuando conseguí alzarla unos quince centímetros… ¡Salta! Eso sí fue
todos!, gruñó. ¡¿Qué otra cosa puedo hacer?! una orden en toda regla, decretada con su voz de Alfa, y mis piernas lo hicieron sin que
- No tengo mucho tiempo, lobo – le advirtió Moïse, apretando su brazo contra mi garganta hiciera falta que mi cerebro actuase. Sin embargo, mi salto no fue suficiente, o puede que
-. Si no lo haces, le partiré el cuello en dos. Moïse ya se conociera el truco, y me atrapó en el aire, cogiéndome por los pies.
- ¡Jake, no lo hagas, por favor! - le supliqué mientras las lágrimas ya rebosaban por mis Me estrellé de morros en el suelo y Moïse cayó encima de mí. ¡NESSIE!, gritó Jacob.
ojos. Las pupilas negras y brillantes de mi lobo se clavaron en mí durante un instante. Escuché su escalofriante rugido y unos estrepitosos y ensordecedores golpetazos metálicos.
Cuando Moïse me giró y me quedé boca arriba mientras forcejeábamos para que no me se rinda tan fácilmente. Estaremos preparados, declaró Sam. ¿Cómo va todo por el
mordiera, lo vi. Mi Gran Lobo estaba dando golpes con la cabeza al hueco que había bosque?, quiso saber. Esto está limpio, le contestó Nathan. Estamos quemando la
quedado al levantar la puerta, con una potencia bestial, para tratar de salir, y se meneaba en porquería. La columna de humo púrpura ya empezaba a asomar por el follaje de las copas
su cárcel como si de un tiburón blanco se tratase, cuando atacan a las jaulas de los de los árboles. Bien, quedaros ahí para vigilar, por si acaso. De acuerdo. Jake, tengo sed, le
buceadores. Mis manos trataban de apartar al monstruo sediento que tenía encima, pero él dije. Todos los lobos, excepto los que estaban terminando con los dos vampiros que se
era más fuerte que yo y estaba fuera de sí, sus ojos rojos se clavaban devoradores en los resistían, se giraron para mirarme con cautela. Vamos a cazar algo, me propuso mientras
míos, y yo empezaba a estar algo débil, necesitaba sangre. La lucha era muy dura y mi iniciaba la andadura hacia el bosque. Seth, le llamó. Pero Seth no contestaba. Seth, le
transformación ya había durado demasiado. El agotamiento y la debilidad que se habían volvió a llamar. Isaac carraspeó. Está un poco ocupado, manifestó Shubael. ¿Ocupado?, se
hecho cargo de mi cuerpo hicieron que el vampiro consiguiera aferrarme contra el suelo extrañó Jacob. Nos volvimos para buscar a Seth con la mirada, hasta que lo encontramos en
por las muñecas y me inmovilizara. Sam se deshizo de uno de los pocos vampiros que la entrada de la cueva con la cabeza agachada. Me había olvidado de ella completamente.
quedaban y se lanzó en mi ayuda, pero no llegó, otro se interpuso en su camino. - ¡Brenda! – exclamé en voz baja, llevándome las manos a la boca sin creerme lo que
- ¡Ya eres mía! – afirmó Moïse con ansia, preparando los dientes para morder mi cuello. estaban viendo mis ojos. Mi amiga estaba acariciando a su lobo del color de la arena entre
¡NOOOOO!, bramó Jacob. El grueso metal produjo un ruido estridente y atronador al salir las orejas, eso sí, sus dedos temblorosos lo hacían con mucha reserva y precaución, y su
volando y, antes de que la verja tocara el suelo, el cuerpo de Moïse fue alzado de mí y cuerpo se mantenía alejado por si tenía que echar a correr de un momento a otro, aunque
balanceado con furia, cayendo troceado y ya sin vida. La reja se estampó en el piso noté un matiz de fascinación en su mirada que su novio también debió de percibir. Seth se
estruendosamente a la vez que la cabeza del vampiro rebotaba y rodaba unos metros. acercó otro poco a ella, la miró a los ojos durante un instante y le dio un pequeño y suave
¡¿Estás bien?!, me preguntó Jacob con preocupación, metiéndome el hocico con ansiedad lametón en la mejilla. Brenda puso un poco de cara de asco, pero cuando miró a los ojos a
para olerme e inspeccionarme la cara y el cuello. Me levanté con rapidez y abracé a mi su lobo y éste le sacó la lengua contentísimo, su labio se curvó hacia arriba y lo acarició
lobo con vehemencia. Sí, ¿y tú?, el olor no me engañaba, mis manos se toparon con sangre con más ánimo. Jacob suspiró.
al acariciar su cabeza y me separé de su cuello para mirarle. ¡Jake, estás sangrando!, Shubael, encárgate tú de quemar todo esto, anda. ¡A la orden! Supe el momento en que
exclamé, apartando la pelambrera de su frente para verle mejor la herida. Jacob se desconectó de todos al oír el zumbido monocorde en mi cabeza. El interpelado se
No es nada, se curará rápido. Lo importante es que tú estás bien. Sus enormes ojazos alejó para recoger los restos de los cuerpos desmembrados y comenzó a apilarlos en una
negros se clavaron en mí, todavía con el susto reflejado en ellos. Ven aquí. Y me empujó zona un poco más apartada. Mientras lo observaba, mis ojos se toparon con los de Brenda.
con el hocico para llevarme detrás de un árbol. Adquirió su forma humana y se pegó a mí Su mirada me sorprendió tanto como su reacción con Seth. Tenía el ceño fruncido sobre
rápidamente para besarme con pasión, lo hizo con tanto ímpetu, que mi espalda se apoyó sus ojos entornados y los labios arrugados, sin embargo, no era una mirada de odio o de
en el tronco. Ahora sus labios me quemaban, pero no me importaba en absoluto, también repulsa. Era una mirada de enfado, más bien de reproche, seguramente por no haberle
eran más sedosos que nunca. Mis manos enseguida rodearon su cuello y su nuca para contado yo misma mi secreto con anterioridad.
corresponderle como se merecía, aunque lo hice con más cuidado que normalmente, para Junté mis palmas como pidiéndole perdón y ella se cruzó de brazos, girando el rostro al
no hacerle daño. Aún así, sentir sus labios moviéndose con los míos, sus manos otro lado, enojada. Bueno, era una actitud muchísimo más buena de lo que me había
acariciándome y la energía de siempre, hizo que las lágrimas, fruto de toda la tensión, la imaginado, más de lo que hubiera podido pedir, y muy valiente por su parte, nunca lo
preocupación y la angustia acumuladas, brotaran de mis ojos sin que pudiera evitarlo. Pero hubiera dicho; sí, se había desmayado, pero no había salido corriendo espantada, ni nada de
él estaba conmigo, sano y salvo, y eso me hizo sentir una felicidad inmensa e eso. Y parecía que no me odiaba por lo que era, aunque probablemente seguía sin entender
indescriptible. Cuando logramos que ese intenso beso terminara, llevó sus manos a mi nada. Ojalá mi padre hubiera estado aquí para saber qué le estaba pasando por la cabeza en
rostro, sin despegar nuestras caras. estos momentos. Lo más seguro es que se esté haciendo un montón de preguntas sobre la
- Tengo que volver a transformarme – susurró en mis labios, secando mis lágrimas con los existencia de vampiros y lobos monstruosos. Estará muy confusa y asustada, como las otras
pulgares. Asentí y me dio dos besos cortos y muy, muy dulces, hasta que separó su cálido chicas de los imprimados cuando se enteraron de todo, supuso Jacob, haciéndose eco de
rostro del mío. Cambió de fase otra vez y salimos de nuestro escondite para reunirnos con mis reflexiones. Pero te conoce, sabe que eres buena, y no creo que pueda odiarte después
el resto. ¡Esa sanguijuela se ha escapado, y ni siquiera sabemos por dónde!, anunció Sam de que las hayas defendido tan bien de esa sanguijuela. Lo aceptará, no te preocupes, igual
con mal humor, poniéndose a nuestro lado. Es muy bueno, no ha dejado ni un rastro que que acaba de hacer con Seth. Creo que tu amiga no le volverá a tener miedo a los perros
podamos seguir. Jacob y yo giramos las cabezas para mirar alrededor. Todo había acabado, nunca más, se rió. Sus palabras me calmaron y yo también me reí. Sí, pero tendré que
los tres vampiros que quedaban no tenían nada que hacer contra catorce enormes lobos; los explicárselo todo más tarde, suspiré, mordiéndome el labio con resignación. No obstante,
ocho que faltaban se habían quedado en el bosque para acabar con el resto. estaba feliz. Tenía la intuición de que iba a comprenderlo todo, en realidad, creo que ya lo
Mierda, Enguerrand ha huido, lamentó Jacob con desagrado. había hecho. Sí, Leah y Jake tenían razón. Si Seth se había imprimado de ella, era por algo.
Se ha ido con el rabo entre las piernas, se rió Leah. Esa Brenda que se veía en el instituto era una fachada que ella misma se había puesto por
¿Crees que volverá con más ayuda?, inquirí con temor. Seguro, afirmó Jacob. No creo que alguna razón que también me tendría que aclarar algún día. Y Seth le había hecho mucho
bien, la había ayudado, como una terapia personal, había hecho que ella exteriorizase su dichosa lluvia, aunque ya la habíamos probado en una ocasión y había sido increíble, la
verdadera personalidad. Brenda iba a formar parte de mi gran familia de lobos y, aunque verdad, digno de repetir. El bosque ofrecía muchos sitios y escondites perfectos, pero
pareciera increíble e inédito hacía unos meses, eso me hacía feliz, porque ahora empezaba a cuando el sol por fin se dignaba a salir, a donde más nos gustaba ir era a la floreada pradera
conocerla de verdad y lo que estaba descubriendo me gustaba. Me gustaba mucho. Y del lago. Ese sitio nos encantaba. La hierba era tan alta, que hacía de ese pequeño rincón en
también estaba alegre por ella, porque hubiera encontrado su camino junto a Seth. el que estábamos tendidos un lugar más oculto e íntimo, solamente estábamos ella y yo, en
- ¡Nessie! – gritó Claire. un lecho formado y rodeado de flores silvestres por todas partes, y el agua del lago cubría
- ¡Bravo, Nessie! – vitorearon el resto de mis amigas, excepto Brenda, que seguía junto a lo justo para que Nessie se atreviera a meterse conmigo. Sin embargo, como ya dije, estos
Seth, luchando contra su miedo para que triunfase el amor. Todas habían salido de la cueva momentos no eran muy comunes. Para empezar, mi, por ahora, casa, mi cómoda cama, no
y, después de sus respectivos abrazos a sus lobos, se acercaron a mí corriendo para hacer lo solía estar disponible, y eso que ahora que llegaba el verano Billy se iba a pescar con más
mismo conmigo. En un santiamén, me vi rodeada de brazos y cabezas, como los jugadores frecuencia, aunque no demasiadas veces, para mi gusto. Y cuando no era una cosa, era la
de un equipo cuando celebran un tanto. otra. Cuando no eran mis largas horas de patrulla, estaban las clases de Nessie y todo eso.
- ¡Has estado genial! – aclamó Eve. Gracias a Dios, le quedaba una semana para terminar el dichoso curso y yo podría
- ¡Menuda patada! – siguió Ruth. organizarme mejor para estar con ella más horas.
- En realidad, no ha sido para tanto… - murmuré, un poco sobrepasada por todo esto. Ni siquiera tuve que entrar en la mansión de La Familia Addams. Genial. Mi chica ya me
- Eres muy buena – y Claire se enganchó a mí para darme un abrazo fuerte. esperaba en el porche, así que me paré junto a ella y se subió al coche con rapidez.
- Sí, gracias por salvarnos – secundó Jemima, con los posteriores asentimientos y sonrisas - Hola, preciosa – le saludé con una sonrisa, incorporándome sobre ella.
de las demás. Claire levantó el rostro y me sonrió mientras me miraba con sus infantiles - Hola – me sonrió, arrimándose a mí.
ojitos marrones llenos de admiración. Oh, no, esto ya me superaba. Como siguieran así, iba Nos dimos uno de esos besos larguísimos que no se terminaban nunca y que tenían de todo
a ponerme a llorar. Ya notaba el incómodo nudo en mi garganta. menos de inocentes y castos - toda la noche sin vernos era demasiado tiempo y, como
- De… de nada – musité con voz queda. Bueno, ¿qué? ¿Vamos?, me azuzó Jacob. No tengo siempre nos pasaba, nos cogíamos con ganas -, hasta que noté la mirada cabreada de
ganas de que te lances a mi yugular, bromeó. Sí, contesté, aliviada, aunque en honor a la Edward en mi cogote como una puñalada trapera, era tan fría y mustia como él. Me hubiera
verdad, también contenta por la reacción de mis amigas, incluida Brenda. Me despedí por dado igual y habría seguido, si no fuera porque los dos ya teníamos prisa por llegar a mi
el momento de ellas, después de explicarles que me tenía que marchar para reponer sangre casa, así que terminé siendo yo el que se obligó a despegarse de su boca antes de que me
– instante en el cual Claire se separó de mí ipso facto -, y me reuní junto a Jacob. Se echó lanzara sobre ella en el mismo coche.
en el suelo, me subí a su lomo de un ágil salto y nos alejamos al trote hacia el bosque. Mi brazo y mi hombro fueron suyos durante todo el trayecto y cuando mi Golf empezó a
avanzar delante de mi casa para aparcar, sus labios también comenzaron a hacerlo por mi
cuello. Finalmente, terminé dejando el coche atravesado, total, no pasaban vehículos por
 LIBRO DOS = allí, no hacía falta aparcarlo.
Solamente nos despegamos un momento para salir del coche. Lo bordeé para llegar a
JACOB
Nessie y arrojé mis labios a los suyos otra vez mientras nos estampábamos en el Golf, de lo
fuerte que tiró de mi camiseta con el fin de pegarme a ella.
PREFACIO Mi Nessie, mi ángel. Escuché un aullido agudo y estremecedor dentro de mí,
¡Uf! Tenía que llevarla dentro o se lo haría allí mismo.
un aullido que reclamaba una liberación. Sentía cómo mi alma se revolvía en mi interior
- Vamos dentro, cielo… – la exhorté como pude, ya que ella no quería dejar mi boca.
como si estuviese atrapada, se agitaba desbocada, intentando salir de alguna cárcel. Mi
- Sí – aceptó, encantada.
Nessie, mi ángel, eso era lo único que ocupaba la poca razón que me quedaba, y ella no
Y yo lo estaba más.
estaba allí, la habían apartado de mi lado. La ira volvió a darme un latigazo desgarrador y
La cogí de la mano y empecé a caminar presto hacia la casa, llevándola de remolque.
profundo y, sin saber cómo, algo cambió dentro de mí.
- Jake, ¿cómo va eso?
Mis pies se pararon en seco al oír esa inesperada y molesta voz y giré mi rostro
MALDITA SEA. visiblemente e intencionadamente irritado para que lo pillase.
¡SÍ, MALDITA SEA! - Piérdete, Seth.
No lo pilló.
En cuanto le dije a Nessie que mi viejo tenía reunión con el Consejo, no hubo más que - Espera, vengo a decirte algo – me paró cuando ya iniciaba la marcha.
decir. Teníamos toda la mañana del domingo para nosotros y había que aprovecharla bien, - ¿Es sobre la manada? – quise saber, con suspicacia.
estos momentos no eran muy habituales, por desgracia. Hasta que nuestra casa no estuviera - No, pero…
terminada, teníamos que buscarnos la vida como fuera, cosa bastante difícil debido a la Nessie tiró de mí y yo pasé a ser el remolque.
- Entonces, adiós. especialmente adaptado para mi cuerpo, y volvimos a besarnos con desenfreno. Nos
- ¡Jake! – protestó. giramos un poco para que pudiera desabrocharle el sostén - ahora que ya le había pillado el
- Vete a buscar a Brenda o algo – le recomendé, cerrando la puerta con el pie a mis tranquillo, me resultaba muy fácil – y Nessie lo cogió para tirarlo en el suelo.
espaldas. Dediqué un instante para mirarla bien, por si estaba soñando y no me había dado cuenta. Sí,
No sonó el clack y la pasión se desató. Continuamos los besos que habíamos empezado en era preciosa, una diosa, perfecta, hecha a mi medida. Como si Dios me hubiese preguntado
el coche y esta vez fui yo quien la estampó en la pared de la sala, después de que Nessie me cuál era la mujer de mis sueños y la hubiera plantado en la tierra sólo para mí. Hala, un
quitara la camiseta con energía y empezara a tocarme todo el torso como sólo ella sabía ángel para Jacob. Y esa mujer, de la que yo estaba imprimado y enamorado, lo estaba
hacerlo. Yo ya estaba como una moto, sus besos, sus caricias, su jadeo incesante, me también de mí, e iba a estar entre mis brazos, suspirando mi nombre con placer y deseo…
ponían a cien. Pero ahora era mi turno. Este vestido era mi preferido. Sólo había que bajar Repasé su cuello y su pecho con mis dedos, acariciando bien su piel tan
la cremallera…y al suelo. Sus manos se aferraron a mi espalda y a mi nuca cuando mi boca extraordinariamente sedosa, y luego lo hice con la boca y la lengua. Eso no me lo perdía ni
comenzó a recorrer todo su cuello y… aunque se viniera la casa abajo. Lo hice lentamente, como a ella le gustaba y a mí me
- ¿Jake? Jake, abre, por favor. Intenté pasar de sus mamporrazos en la puerta y de su encantaba. Su respiración y sus manos ya empezaban a volverse locas, notaba cómo se
estridente voz, pero llegó un momento en que me fue imposible concentrarme con tanto estremecía con mis caricias y eso me encendía a mí el triple. ¡Piiii, piiii! Seth no se había
barullo, además, a Nessie ya le estaba poniendo nerviosa. Ahora sí que me estaba pirado y estaba tocando el timbre. Mierda.
empezando a mosquear de verdad. ¡Pom, pom, pom! - Jake, no pares… - me suplicó con un ronroneo, amarrándome el pelo con fervor. No
- ¡Jake! Seth no se callaba ni aunque le cortasen la lengua y le hicieran un nudo en las estaba tan chiflado.
cuerdas vocales con ella. - Claro que no, nena… - susurré con entusiasmo y convicción, sin dejar de besarla y
- Mierda, espera… - me paré con delicadeza, aunque lo que me apetecía hacer en esos tocarla. Regresé a sus labios entre nuestros resuellos ardientes y empecé a bajarle la parte
momentos era lanzar el sofá contra la puerta y echarla abajo junto con Seth. Tuve que inferior de su conjunto mientras ella desabrochaba el botón de mis pantalones. Sí, sí,
respirar hondo para recuperar el aliento y la cordura -. Voy a quitarme a este plasta de nena… Los dos pegamos un bote en la cama cuando Seth comenzó a repiquetear con
encima. fuerza en el cristal de mi ventana, y Nessie se tapó con la sábana.
- Te espero en la cama – me susurró en los labios antes de mirarme con sus sensuales ojos, - ¡Jake, tienes que ir ahora! ¡Arg! ¡Esto ya era el colmo! ¡Era un grano en el…!
hambrientos, y se girase para dirigirse a mi cuarto. Gruñí entre dientes mientras me daba la - ¡Lárgate ya! – bramé, provocando sin querer que Nessie se sobresaltara -. Lo siento,
vuelta hacia la puerta de la casa, enrabietado. Más le valía que fuera algo importante. Abrí preciosa – le susurré.
la hoja de un movimiento brusco y apoyé mi brazo en el marco de la puerta, resoplando con - ¡El Consejo quiere verte! Vale, estaba muy chiflado, o mejor dicho, me lo estaban
irritación. volviendo: tuve que parar. Me levanté como un resorte cabreado y me abroché el pantalón.
- ¡¿Qué diablos quieres?! - ¡Ve a la puerta! – le voceé con ganas. La sombra de la figura que aparecía tras la cortina
- El Consejo quiere hablar contigo ahora – me anunció, un tanto temeroso. se movió a un lado con rapidez hasta que desapareció.
- Diles que ahora no puedo, estoy muy ocupado – afirmé sin cambiar de actitud. El muy - Vengo ahora – le murmuré a Nessie. Me incliné sobre ella y le di un beso corto en los
imbécil bajó la vista y se quedó mirándome a la entrepierna con cara de lerdo. labios. Ella frunció el ceño y se cruzó de brazos. Genial. Como Seth me estropeara el día,
- Sí, ya lo veo – murmuró. Y le di con la puerta en todos los morros. la íbamos a tener… Me encaminé como un toro bravo hacia la entrada y abrí la puerta de
Mis pies llegaron de tres zancadas a mi habitación. Abrí la puerta y los ojos casi se me caen igual modo.
de su sitio cuando vi a mi chica tumbada sobre la cama, esperándome. - ¡Deja de tocarme las narices! ¡Ya te he dicho que se esperen! – le grité en todo el careto.
Ese conjunto de ropa interior era mi favorito y ella lo sabía, por eso se lo había puesto. Se - No te molestaría si no fuera importante – se defendió él. Ya, eso decía siempre y, luego,
lo había puesto para mí. Esa mujer que había estado esperando durante tanto tiempo, a la nada de nada.
que amaba con toda mi alma, maravillosa, perfecta, de curvas que quitaban el hipo y un - ¡¿Tanto lo es, que no puede esperar?! – bufé.
cuerpo de escándalo, con su melena larga y preciosa, y un rostro deslumbrante y divino, me - Es Sam. Lo ha dejado. El latigazo me azotó tan fuerte, que se llevó toda mi furia por
esperaba a mí. ¡A mí! Desde luego, era el hombre más afortunado del mundo. Pena que lo delante, arrastrando también a mi pobre lívido.
poco que llevaba puesto no fuera a durar mucho. Bueno, no, de pena nada. Porque lo que - Pero no puede ser… No me ha dicho nada.
había debajo era infinitamente mejor, me volvía completamente loco; si no fuera porque ya - En estos momentos, mi madre, Billy y el Viejo Quil están tratando de convencerle para
le había destrozado varias prendas de su ropa íntima y ya me daba vergüenza quedar como que espere un poco más, pero el muy terco no da su brazo a torcer – dijo con la cara llena
un auténtico animal, me abalanzaría sobre ella y me desharía de todo en un tris. Bueno, y de intranquilidad.
porque el conjunto merecía la pena, la verdad. - ¿Qué mosca le ha picado?
Me descalcé con los propios pies y me acerqué a la cama con celeridad. Enseguida me - No sabemos. Por eso los miembros del Consejo quieren que vayas tú. Tal vez puedas
acomodé entre sus largas piernas sin pensárselo dos veces, parecía que ese rincón estuviera hablar con él y convencerle. Mis sesos no lo veían nada claro.
- Tú mismo lo acabas de decir, es muy terco. Si ha tomado la decisión, yo no voy a poder - Hola – saludó Nessie en general, con una sonrisa.
hacer nada. Además, no tengo nada que alegar, es su vida. - Bueno, ¿qué pasa aquí? – quise saber, sentándome con ella. Todos hicieron lo mismo
- Ya, pero, ¿no te parece muy raro todo esto? No pude evitar que mi cerebro se parase un después de mí, menos Seth, que se apoyó en la pared junto a su madre, y Billy, que se
minuto a pensar en ello. Lo cierto es que sí que lo era. Se supone que yo tenía que ser el colocó en su sitio, dándole a las ruedas con brío -. ¿Qué es todo eso de que lo has dejado? –
primero en saberlo, y él no me había dicho nada, ni siquiera había visto una pizca de su mis ojos se clavaron en el protagonista del culebrón con un pelín de reproche y éste los
intención en su mente mientras patrullábamos el día anterior. Si lo había decidido, había apartó hacia el suelo. Raro, raro…
sido cosa de horas, y eso era lo raro. Él me había dicho que quería dejarlo más adelante, - No vais a convencerme de lo contrario. Su voz quiso sonar convincente, intentando soltar
dentro de unos años. Todo el mundo sabía lo importante que era esto para él y que si lo una advertencia, pero había un matiz derrotista, insólito en él, que percibí a las claras. Mi
dejaba, era por Emily, porque quería envejecer a su lado. ¿Y ahora quería dejarlo de mirada se encontró con la de Seth y supe que él estaba pensando lo mismo que yo.
repente y, sin consultármelo ni decírmelo a mí, iba y se lo decía al Consejo? - Piénsatelo un poco más – le instó mi padre -, aún eres muy joven.
- ¿Qué pasa? – preguntó Nessie a mis espaldas. Mierda. Ya se había vestido y todo. - No.
- Sam lo ha dejado – le notificó Seth. - Esto es tan repentino… ¿por qué no estás una temporada más hasta que lo decidas
- ¿Que lo ha dejado? – me miró con sorpresa -. ¿Por qué? definitivamente? – le propuso Sue.
- Ni idea – le contesté, alzando mis hombros. - Todavía tienes unos años por delante para envejecer junto a Emily – insistió el Viejo
- Tal vez si Jake habla con él, pueda convencerle. Quil, pausadamente.
- Sí, tienes que hablar con él – me dijo con sus dulces ojos llenos de preocupación. Guay. - ¡He dicho que no! – voceó Sam, levantándose de su silla con nerviosismo. Sí,
Ahora la otra. definitivamente, aquí pasaba algo raro. Me puse en pie y los miembros del Consejo
- A ti te escuchará, tú eres el Gran Lobo y sabes que te tiene mucho respeto – aguijoneó hicieron lo propio. Hasta Nessie se vio obligada a levantarse ante tanto circo, aunque ella
Seth. Nessie se colocó a su lado y se apoyó en su hombro. parecía fascinada con todo esto; me miraba alucinada, y noté que lo que ella sentía no era
- Sí, es verdad – secundó mi novia, asintiendo con la cabeza. Lo que faltaba. Con lo que le solamente ese absurdo respeto hacia mí, también había orgullo en sus pupilas. Aunque
gustaba a ella todo este rollo de Taha Aki y lo orgullosa que estaba de mí por eso, como tengo que admitir que el que ella estuviera orgullosa de mí me hacía sentir bastante
para decir que no. Bueno, por lo menos, se le había pasado el enfado. Si iba y lo halagado, no terminaba de acostumbrarme a este rollo. Puse los ojos en blanco y suspiré.
solucionaba con rapidez, tal vez nos diera tiempo a aprovechar un poco la mañana. - Sam, ¿podemos hablar un momento a solas? – le propuse. Él me miró un poco dudoso,
- Está bien – accedí a regañadientes -. Lo voy a intentar, pero si empieza a decirme que no, pero asintió con un simple movimiento de cabeza.
no pienso insistirle, ¿vale? Que haga lo que le de la gana – avisé. - Vengo enseguida, ¿vale? – le dije a Nessie.
Entonces, Nessie dio con algo con lo que yo no había contado ni me había parado a pensar, - Sí, vete tranquilo – me sonrió. Le di un beso corto y, cuando me iba a girar para largarme
y me pinchó más con eso. con Sam, me acordé de aquella treta que nos había armado el Viejo Quil el día que vinimos
- Recuerda que si Sam lo deja, tú serás el jefe de la tribu automáticamente. Ay. Me había a contarle lo de la pulsera. Recordé lo que se había reído por no atreverme a besarla en
dado donde más duele. Mi boca se frunció y el virulento suspiro salió directamente por mis condiciones y, después, me había dejado con la miel en los labios cuando ya estaba apunto
narices. ¡Maldita sea! Ahora no me quedaba más remedio que convencerle como fuera. No de conseguirlo. Siempre estaba recordándomelo, pinchándome como un chinche. Bien.
tenía intención de ser el jefe de la tribu todavía. Aún no estaba preparado, ni tenía ganas. Este era mi momento para vengarme y hacerle callar. Agarré a Nessie por la cintura,
- Venga, vamos – farfullé, recogiendo mi camiseta del suelo. Cerré la puerta de un portazo clavándole los ojos con decisión. Ella me miró un tanto desconcertada y avergonzada, pero
y me la fui poniendo por el camino. Agarré la mano de Nessie y nos encaminamos hacia la tampoco protestó ni hizo amago de separarse, así que la pegué a mí y empecé a besarla
casa del anciano. despacio, aunque con entusiasmo. Sus manos, que estaban posadas en mi pecho, lejos de
No hacía falta ser muy avispado para adivinar que pasaba algo en casa del Viejo Quil, las apartarme, me rodearon el cuello. Ya la tenía en el bote.
voces se oían desde el porche. Di dos toques a la puerta, como siempre, y entré con Nessie Y entonces, me evadí del todo. Sus labios sedosos y cálidos eran como una droga, una vez
de la mano y con Seth detrás de nosotros. Nada más pasar del enano vestíbulo, ya que los probaba, ya no había manera de soltarlos. La energía, que ya comenzaba a
empezaron con toda esa monserga del respeto y todos se callaron y se pusieron de pie; envolvernos, me atraía hacia ella sin remedio, igual que esas estúpidas moscas que van a la
excepto Billy, claro, él se limitaba a apartarse hasta aplastarse en la pared para abrirme luz violeta y se chamuscan. Y yo siempre me chamuscaba.
paso, sólo le faltaba tirarse de la silla y lanzarla por la ventana para dejarme más espacio. - ¡Bueno, bueno, hijo! – nos interrumpió el Viejo Quil, refunfuñando, mientras nos metía el
Era una chorrada, puesto que en casa se comportaba como una persona normal, pero, bastón por el medio para separarnos -. ¡Hay que ver, qué juventud más descarada!
bueno, fuera había que seguir este estúpido protocolo y no me quedaba más remedio que Misión cumplida. Este ya no me iba a volver a decir nada de nada en la vida. Mi padre se
hacer la vista gorda. rió entre dientes, Seth nos miraba pasmado y Sue se había metido en la cocina. Le di un
- Hola, chicos – nos saludó el Viejo Quil, haciéndome un gesto con la mano para que nos último beso a mi chica, que volvía a estar ruborizada, y me di la vuelta, riéndome por mi
sentáramos en el sofá -. Jacob, me alegro de que hayas venido. Como si no se lo esperase… triunfo, acompañado por Sam. Cerré la puerta cuando nos piramos de la casa y bajé a la
arena de la playa con él, salvando los dos peldaños del pequeño porche de un salto. años que podíamos vivir sin envejecer.
Se le notaba tenso, así que comencé a caminar hacia el norte, en dirección al malecón, para - Con el poco dinero que tenemos, no nos llega ni para cubrir la quimioterapia – su voz se
dar un paseo por la playa, a ver si se relajaba un poco, y esperé a que él iniciase la quebró al final de la frase, pero fue capaz de mantenerse entero. Entonces, giró la cara para
conversación, no quería atosigarle a preguntas. Además, se me hacía muy raro el tener que mirarme con determinación -. Tengo que estar a su lado, Jacob. Por eso no puedo seguir,
hablar con él, siempre había sido al revés. Incluso yo, que ahora era el Alfa, le pedía tengo que quedarme con ella todo el tiempo que pueda. Tuve que apartar la mirada de sus
consejo a Sam. Sin embargo, viendo que pasaban los minutos, que habíamos avanzado un ojos para que no se me humedecieran a mí también.
cacho por la orilla, mirando al mar como dos idiotas incómodos, y Sam no abría la boca, la A veces la vida era un asco, e injusta. Te ofrecía lo mejor y, cuando lo probabas y lo
exasperación me dominó y pudo conmigo. disfrutabas un poco, te lo arrebataba con crueldad. Yo ya lo había sufrido en mis propias
- Bueno, ¿qué? ¿Me vas a contar qué diablos te pasa? – acabé preguntándole finalmente. carnes con mi madre, aunque ella no se había muerto de cáncer. No pude evitar el pensar
- No me pasa nada – declaró sin quitarle ojo a las islas. en Nessie de nuevo y me estremecí, aunque sería casi imposible que ella cayera enferma de
- No me mientas, Sam – le critiqué, enfadado -. Aunque no pueda ver tus pensamientos algo así, por su condición de semivampiro. Casi. Porque seguía siendo medio humana y,
ahora, sé que te pasa algo. Suéltalo ya y acabemos con esto, ¿quieres? aunque también era un metamorfo, ella no se curaba como nosotros. Sin embargo,
Entonces, y para mi total asombro, se paró en seco y se echó a llorar como un niño poniéndome en lo peor, ella sí podría curarse. Su familia estaba podre de dinero y ellos
mientras se tapaba los ojos con la mano. Ugh, esto era más grave de lo que pensaba. Me podrían pagarle un buen tratamiento si algo malo le pasara. Me sentí un poco culpable por
quedé atónito, mirándole con cara de tonto, sin saber cómo reaccionar. ¿Qué debería hacer? notar un cierto alivio por eso, viendo el caso contrario a mi lado. De pronto, un chispazo
¿Le tenía que dejar que llorase un rato para que se desahogase a gusto? ¿O era mejor darle encendió una mecha en mi cabeza. ¿Por qué tenía que ser el caso contrario?
un abrazo y una palmada en la espalda para consolarlo? Pero es que no era uno de mis - Yo podría hablar con Carlisle – empecé a proponerle con la voz llena de esperanza -. Él
colegas, no era Quil o Embry. Era mi amigo, claro, pero, bueno, es decir, era Sam. El duro podría enchufaros en algún hospital, o incluso pagaros el tratamiento – Sam ya empezaba a
y fuerte, el inquebrantable e íntegro Sam. El hermano mayor, el maestro de todos nosotros. ponerme caras raras, pero no le dejé que hablara -. Escucha – le sujeté por los hombros con
Y verle así me chocaba un montón. firmeza y le clavé los ojos con autoridad, eso echaría al traste su afán de oposición -. Este
- ¿Ha pasado algo malo? – fue la única estupidez que se me ocurrió, pues era evidente que no es el momento de ponerse orgulloso. La vida de Emily está en juego, y eso es lo más
sí. importante. Los Cullen son buenas personas, o… lo que sean – nunca creí que iba a
- Emily tiene cáncer de mama – soltó por fín entre sollozos. Si me hubieran disparado a reconocer esto delante de nadie -, y tienen dinero a raudales. Y el doctor es el mejor de
bocajarro en el estómago y éste se hubiera quedado esparcido por las rocas de la arena, ni todos ellos, estoy seguro de que os ayudará encantado, en cuanto se lo mencione, se
me habría enterado, no creo ni que hubiese sangrado. En ese momento, entendí su ofrecerá sin que me haga falta más.
comportamiento. Que le pasara algo malo a Emily o a los niños era lo único que podría - No lo dudo, pero, ¿cómo les iba a devolver el dinero? – vaciló -. Tendría que trabajar toda
hundir a Sam. No pude evitar el ponerme en su lugar por un instante y tuve que dejar el la vida para poder pagarles.
pensamiento colgando. Sólo imaginar que a Nessie le pudiera pasar algo como eso, ya me - Carlisle lo hará de una forma totalmente altruista, créeme. Aunque si tú te empeñas en
hacía temblar, y eso que solamente era un amago de pensamiento. pagarle, sólo tendrías que llegar a un acuerdo con él. Todo sería hablarlo, ¿no crees?
- ¿Cuándo… cuándo te has enterado? - No sé, Jake…
- Emily me lo dijo ayer por la noche – declaró, un poco más tranquilo, secándose las - Vamos, Sam – me quedé en silencio para ver si él decía algo, pero sólo se limitó a mirar
lágrimas con las palmas de las manos -. La semana pasada se encontró un bulto en el al mar con las pupilas llenas de dudas. Suspiré -. Mira, yo también lo pasé un poco mal
pecho, pero no me dijo nada para no preocuparme. Hasta que ayer le dieron los resultados cuando me imprimé de Nessie. No fue nada fácil tener que aceptar que unos vampiros a los
de las pruebas que se hizo – cogió un canto de la arena y lo lanzó al mar con rabia -. que odiaba iban a formar parte de mi vida, ¿sabes? Tan sólo tener que entrar en esa casa
Cuando llegué a casa, la encontré llorando y me lo contó. No he parado de darle vueltas al maloliente todos los días, me daba náuseas – Sam curvó la comisura del labio durante un
asunto durante toda la noche. instante, aunque luego se le volvió a caer de golpe -. Pero me centré solamente en Nessie y
- ¿Ya le han dado un tratamiento o algo? Sam cogió aire y lo soltó de sopetón por las fosas me olvidé de todo lo demás, porque ella era lo importante. Ya sé que es un poco raro
nasales. pedirle ayuda a unos vampiros, pero si yo fuera tú, me tiraría de cabeza. Además, te deben
- Bueno, sí, a medias – recogió otra piedra y la lanzó también al agua -. Tendría que una por ayudarles hace seis años, ¿no?
tratárselo con quimioterapia y, en caso de que no sirviese, tendrían que extirpárselo. Si se - Aquello lo hicimos por ti, lo sabes – rebatió. Se quedó mudo un momento, pensativo, y
lo cogieran a tiempo, no perdería el pecho. No me gustó nada ese tiempo verbal. tomó aire para seguir hablando -. No digo que no sean… buenos, pero es que son vampiros,
- ¿Tendría? Jake, ¡vampiros!
- El tratamiento es muy caro, y nosotros no tenemos seguro médico, como comprenderás. Me dio un ramalazo de esos que te salen de las entrañas y te van raspando por dentro hasta
Sí, claro. Ningún metamorfo podría hacerse uno, a ver cómo se iba a explicar que no que salen. ¿Cómo podía dudar todavía? Yo pagaría con mi vida, si hiciera falta, la vendería
caíamos enfermos nunca y que nos curábamos con esa rapidez, eso sin mencionar todos los al mismísimo diablo para salvar la de Nessie. No me importaba ordenárselo si volvía a
ponerse idiota. con Nessie. La piedra salió volando y se estrelló contra uno de los troncos blanquecinos,
- ¡No seas estúpido, ¿vale?! – le regañé, uniéndome a su manía de coger piedras de la quebrándose en dos. La casa de Quil Ateara se divisaba a unos cuantos metros. Aceleré un
arena, para lanzar la mía con saña al mar -. ¡No es un accidente de tráfico o algo así que no poco y me dirigí allí.
tiene remedio! ¡Esto tiene cura, y tienes la oportunidad delante de tus narices! ¡Sería una Nessie y Seth estaban sentados en el escalón del porche, charlando. Su rostro perfecto
pena que Emily no lo superara por no querer aceptar un poco de ayuda solamente por un sostenía esa preciosa sonrisa suya todo el tiempo, era tan hermosa. Me volví a sentir el
orgullo personal contra vampiros! hombre más afortunado del mundo al tenerla a mi lado. Y entonces, me vio. Sus ojos
La mandíbula de Sam se cerró con un chasquido y sus manos se encogieron en puños dulces se quedaron mirándome mientras me aproximaba y, conforme lo hacía, su sonrisa se
apretados mientras miraba al horizonte grisáceo del mar con contrariedad, aunque la fue apagando poco a poco. Me conocía demasiado bien. Se puso en pie y esperó a que
resignación también se dejaba ver en sus ojos entornados. llegase, con la cara desbordando preocupación. No pude contenerme.
- Está bien – asintió por fin, estrujando los párpados -. Emily es lo más importante. La agarré por la muñeca, tiré de ella para pegarla a mí y me fundí con su cuerpo para
- Menos mal, ya pensaba que te lo iba a tener que ordenar – mascullé, enfadado. Suspiré abrazarla con fuerza a la vez que mi rostro se giraba un poco y se hundía en su pelo para
otra vez para relajarme -. Bueno, hablaré con Nessie y se lo comentaremos a Carlisle esta inhalar su olor con profundidad. Lo inspiré hasta que mis bronquios se llenaron del todo,
misma tarde, cuanto antes empiece el tratamiento, mejor. Tú tómate el tiempo que quieras para que su maravilloso efluvio se me quedase un poco más de tiempo en la nariz.
para estar junto a ella y los niños, van a necesitarte los tres. Vete a casa, ya me encargo yo - Esto… bueno, tíos. Creo que os voy a esperar dentro – apenas escuché a Seth. La puerta
de todo. se cerró y yo apreté más mi abrazo. Los brazos de Nessie correspondieron de igual modo.
Y eso incluía algo que no me apetecía nada, pero que no me quedaba más remedio que - Te quiero – le susurré con efusividad.
aceptar: ser el jefe de la tribu. ¡Maldita sea! Y sabía con certeza que una vez que me dieran - Yo también te quiero – murmuró con la voz frágil -. ¿Qué te pasa?
el cargo, no me lo iba a quitar de encima nunca más. ¡Maldita sea! ¡Sí, maldita sea mil - Nada. Sólo quiero estar así un rato. Y nos volvimos a apretar más el uno al otro.
veces!
- Gracias, Jake – murmuró, llevándose la mano a los ojos y colocando la otra en su cintura. ¿QUÉ? ¿CÓMO?
Sólo fui capaz de asentir con la cabeza y darle una palmada en el brazo. Después de un ¡¿POR QUÉ NO ME LARGARÍA DE ALLÍ?!
momento en silencio, carraspeé.
- Voy a hablar con el Consejo y con Nessie – le anuncié, señalando en esa dirección con el Jake, el señor Berty no ha venido y he salido primero.
dedo. No he podido avisarte, porque estabas patrullando,
- ¿Puedo pedirte un último favor? así que Emmett me ha venido a buscar. Voy a hacer un
- Claro – me encogí de hombros. recado y luego te espero en nuestro tronco.
- Emily no quiere que se sepa todavía, está un poco agobiada por todo esto y no tiene ganas Te quiero.
de ver a nadie. ¿Podrías guardarte esto para ti y no enseñárselo a la manada? Sólo hasta que Nessie.
ella esté mejor y quiera recibir visitas. Volví a releer la nota que me había traído Seth. ¿Por qué demonios no me había llamado a
- Sí, claro, no hay problema. Lo guardaré junto con mis pensamientos íntimos – le sonreí, y mí para que fuera a buscarla? Me hubiera dado tiempo de sobra. Además, le había dicho
me di dos golpecitos en la cabeza con el puño. A ver cómo me las arreglaba con la manada que hoy por la tarde iba a estar en nuestra casa, ¿es que no se acordaba? Y encima, en vez
para tapar el asunto, tendría que inventarme una excusa o algo. La comisura del labio de de llamarme, me mandaba una nota.
Sam volvió a inclinarse hacia arriba, aunque esta vez la mantuvo durante más rato. - ¡Qué chica! – resoplé. Inserté el papel en el bolsillo de mi pantalón y tiré el serrucho en el
- Gracias otra vez. ¡Uf! Sus ojos llorosos iban a hacerme llorar a mí también. suelo mientras miraba el teléfono que habíamos instalado en el salón, con irritación. ¿Para
- Venga, nos vemos – me despedí, dándome la vuelta para dirigirme a casa del Viejo Quil -. qué lo habíamos puesto?
Te veré pronto, cuando todo se arregle y vuelvas con la manada. - Oye, Jake, ¿dónde ponemos esto? – me preguntó Shubael, portando una de las ventanas
- Sí, te mantendré informado – le escuché decir a mis espaldas. nuevas, junto a Nathan y Cheran.
Me giré para despedirme con la mano, sonriendo con una mueca, sin dejar de caminar, y - Ah - tuve que bajar de mi nube negra -, dejadlas ahí, al lado de la chimenea.
volví el rostro al frente, hundiendo las manos en los bolsillos de mi pantalón, al igual que - Vale. Los tres las dejaron en su sitio y empezaron a medir los huecos de las ventanas. Me
lo había hecho mi ánimo. Mientras paseaba, mi pie se tropezó con un canto que sobresalía acerqué a la silla, que hacía las veces de mesita para poner el teléfono, y miré si había
sobre los demás y comenzó a darle puntapiés en mi recorrido por la orilla. Ahora estaba alguna llamada registrada. Nada de nada. Suspiré por las narices.
hecho polvo. Lo que prometía ser una mañana de fábula, se había convertido en una - Tíos, lo dejamos por hoy – anuncié -. Tengo que ir a buscar a Nessie. Pasé de dar más
mierda. No sólo por tener que ser el jefe de la tribu, que ya era bastante malo, sino por explicaciones, no me apetecía.
Emily, Sam y los niños. Esperaba que no fuera demasiado tarde y no tuvieran que - No te preocupes, márchate tranquilo – me dijo Nathan -. Nosotros nos quedamos a
extirparle nada, y mucho menos perder el pecho. Otra vez mi mente vagó sola y se topó terminar esto y nos vamos.
- Sí, ya que hemos cargado con las ventanas… - siguió Cheran. arriba y abajo con rapidez.
- Bueno, vale. Como queráis – acepté sin problemas -. Gracias, tíos. Nos vemos mañana. - Casi preferiría que me la enseñarais cuando esté terminada.
Ya ni me escuchaban. Estaban sumergidos en una conversación de carpintería parecida a - Como quieras. Ya te mandaremos las fotos por Internet. Estaba tardando demasiado. Esto
las salen en esos programas de la televisión. Sólo les faltaba el peto y la gorra. ya no me gustaba ni un pelo. Nessie solía ser puntual, además, en la nota me había puesto
Me hicieron un gesto de despedida con la mano y me giré sin más para dirigirme al que me esperaba y, ¿dónde estaba? ¿Y si le había pasado algo? Ese asqueroso licántropo
vestíbulo. seguía por ahí…
Me di cuenta de que mi camiseta negra estaba hecha un asco, llena de serrín, polvillo y - Renesmee no va a venir – soltó, interrumpiendo mis agitadas cavilaciones. Giré mi careto
virutas, así que me la quité y la dejé en el pomo de la recientemente puesta barandilla de la de confusión para mirarla y metí la mano en el bolsillo de mi pantalón.
escalera. Total, tenía que cambiar de fase para ir a casa de los Cullen, porque ya era - Yo escribí la nota – me confesó, agachando la mirada mientras volvía a frotarse las manos
bastante tarde y no me daba tiempo a llegar con el coche. Si me hubiera llamado, habría sin parar -. Llamé a Seth para que viniera. Le dije que Renesmee había estado por casa y
tenido más tiempo… Salí de la casa y fui a la parte posterior. Me escondí detrás de un árbol que me la había dado para que él te la entregase. Saqué el papel y lo leí de nuevo.
para desnudarme, sacudí los pantalones y los até a mi cinta de cuero, dejé las deportivas - Pero… es su letra… - musité sin dejar de observarlo.
junto al tronco y me transformé. - La copié de uno de sus cuadernos. Se me da bastante bien, por lo visto. Noté cómo las
Mientras volaba a cuatro patas, le pedí el informe a Leah para ver cómo iban las cosas por cejas se me caían poco a poco hasta que se me incrustaban sobre los ojos.
el bosque. Todo estaba tranquilo, al igual que por la mañana, cuando estaba Seth. Ahora - Ya lo veo – mascullé entre dientes. Arrugué el papel y lo guardé de nuevo en el bolsillo.
que Sam estaba con lo que estaba, él ocupaba su lugar. No hubo protestas, el linaje es el Lo hubiera tirado al suelo, pero no me gustaba dejar basura por el bosque -. ¿Dónde está
linaje, y Emily había terminado por contar lo de su enfermedad – no sé por qué me molesté Nessie? – interrogué, levantando la vista para clavársela a ella con irritación.
en soltar aquella trola que toda la manada se había creído -, así que todos habían aceptado - Está en clase, no te preocupes – me respondió con una sonrisa, en un intento de
el nuevo y temporal cargo de Seth sin rechistar, él incluido. calmarme.
Enseguida divisé el bosque de los Cullen y apreté el galope. En dos minutos, me planté en - ¿Y por qué has hecho esto, Bella? Me has engañado – le acusé, indignado.
el árbol donde siempre me vestía y cambié de fase otra vez. No sabía si Nessie ya estaría - Quería quedar contigo a solas y esta era la única manera de que vinieras – se defendió,
esperándome, así que, por si acaso, corrí entre el follaje para llegar lo antes posible, no mirando al suelo.
quería que me esperase sola. Aminoré el paso cuando por fin llegué a nuestro tronco y vi Iba a decirle que podía quedar conmigo cuando quisiera sin que hiciera falta ningún truco
que aún no había llegado, aunque sí que había alguien sentado. barato, pero yo mismo me di cuenta de que la estaría mintiendo. Además, algo en su frase
- Hola, Bells, ¿qué haces aquí? – saludé, sonriente. captó más mi atención.
- Estaba dando un paseo y me senté un rato – explicó con una sonrisa mientras se frotaba - ¿A solas?
las manos sin parar -. ¿Y tú? - Sí, hace mucho que no estamos a solas para charlar, ¿no te parece? Aquí había gato
- He quedado aquí con Nessie – le contesté, sentándome a su lado -. ¿Dónde está Edward? encerrado. Algo me decía que tenía que pirarme de allí ya. Cuanto más observaba sus
– mis ojos no pudieron evitar clavarse en el neurótico movimiento de sus dedos -. ¿Por qué inquietas manos y su rostro enfrascado en el mío, más me lo parecía. Pero el imbécil de mi
estás tan nerviosa? ¿Es que ha pasado algo? – quise saber, poniéndome en pie -. ¿Alice ha siguió sentado, con los brazos cruzados.
tenido una visión? Sus pupilas me miraron un tanto sorprendidas y luego sonrió. - Antes hablábamos mucho – empezó ella, al ver que yo no decía nada -. Y ahora apenas te
- No, no – se rió con una voz cantarina -. Sólo me frotaba las manos, eso es todo – y las veo – murmuró.
guardó en los bolsillos de su chaqueta -. Edward ha ido a cazar, pero a mí no me apetecía - Bueno, las cosas han cambiado un poco, Bella.
mucho, así que me quedé por aquí – aclaró. Suspiré y me volví a sentar en el tronco, junto a - Sí, ese es el problema – musitó con los ojos cerrados -. Desde que apareció Renesmee, ya
ella. Eché un vistazo a los árboles para ver si veía llegar a Nessie, pero nada. Ya se estaba no me haces caso, siempre estás con ella. ¿Qué? ¿A qué venía eso?
retrasando, ¿qué recado iría a hacer? - ¿Qué te pasa? – inquirí, frunciendo el ceño otra vez. Nada más hacer la pregunta, me
- ¿Qué tal tu tarde de patrulla? – me preguntó, mirando mi torso -. ¿Has matado muchos arrepentí. Sus ojos intentaban encontrar una correspondencia en los míos de una forma
vampiros? desesperada.
- Ah, no vengo de patrullar. - No sé qué me pasa – declaró nerviosamente -. Sólo sé que tú y yo teníamos una conexión,
- ¿Ah, no? y cuando Renesmee nació, todo se acabó. Es como si se lo hubiese quedado todo para ella.
- No. Vengo de chapucear en nuestra casa. Estamos poniendo las ventanas y eso – le aclaré, Lo había estado eludiendo todo el tiempo, no quería verlo, me lo negaba a mí mismo, pero
escudriñando otra vez el boscaje. ¿Por qué tardaba tanto? todo era verdad. Nessie tenía razón desde el principio. La pulsera nunca fallaba. Bella
- ¿Está quedando bien? estaba celosa. Celosa de ella. Y todas esas cosas que me contaba de su madre eran ciertas.
- ¿Eh? Ah, sí – mi vista no encontraba nada entre los árboles -. Nessie está sacando muchas Ahora que lo tenía delante, lo veía con claridad. Empecé a sentirme realmente incómodo y
fotos de la obra. Ya te las enseñaremos para que veas la casa. Mi rodilla empezó a moverse la sensación de que debía marcharme de allí aumentó el doble.
- Creo que es mejor que no sigamos con esto – le interrumpí, poniéndome de pie -. Me voy evitaba imaginarlo constantemente, me decía a mi misma que era demasiado pronto para
a buscar a Nessie. pensar en eso, y era cierto, ella todavía era una niña. Así que no le di importancia, y la
- Te quiero, Jake – espetó, levantándose detrás de mí. verdad es que pasó a un segundo plano. Además, la visita de los Vulturis me tuvo bastante
- Sí, yo a ti también, Bells – le dije, echando el pie hacia delante para comenzar a andar. Ni distraída y preocupada, en lo único en lo que pensaba era en que Renesmee y tú os
siquiera me enteré. En un plis, la tenía enfrente de mí y tuve que pararme de sopetón. salvarais y en estar junto a Edward hasta el final. Sin embargo, los Vulturis se fueron y la
- No me has entendido – musitó con impaciencia, continuando con esa obsesión por sus calma, la rutina, llegó a casa. Tú venías todos los días para estar con Renesmee, y yo seguía
manos -. Sigo… Sigo enamorada de ti. Me quedé paralizado, mirándola estupefacto. ¿Qué? evitando el tema. Todo iba muy bien, por primera vez, las cosas parecían estar en el sitio
¿Cómo? ¿Que ella seguía qué…? ¿De mí? que les correspondía. Hasta que un día Renesmee me confesó una cosa. Esa fue la primera
- ¿Qué estás diciendo? – murmuré sin creérmelo. Bella empezó a pasear delante de mí, vez que noté algo raro en mí.
inquieta. ››Fue un mes después de que los Vulturis se marcharan, y fue la época en la que empezaron
- ¿Recuerdas cuando me dijiste que eras capaz de manejar las sombras, pero no de luchar a venir todos aquellos vampiros a visitarnos para conocer a la niña. Renesmee te estaba
contra un eclipse? ¿De qué iba todo esto? esperando en el porche, sentada en uno de los escalones. Estaba muy preocupada porque
- Sí, bueno, ¿y qué pasa? De pronto, se paró y se quedó a un paso, mirándome fijamente. estabas tardando más de la cuenta, sabía que esos vampiros no eran vegetarianos, que iban
- Que haya un eclipse, no quiere decir que el sol no siga ahí – manifestó con certidumbre -. por La Push y que vosotros les estaríais dando caza, así que salí y me senté con ella para
Y tú siempre estás ahí, Jake. No consigo quitarte de la cabeza. jugar y tenerla entretenida. Pero todo lo que hacía era inútil, ella seguía con la mirada
- Oye, sé que estás pasando un mal momento porque no puedes ver a Renée y todo eso – clavada en el bosque, esperando a que aparecieras de entre los árboles. Le dije que no se
reseñé -. Y ahora te viene el golpe duro de tener que alejarte también de Charlie y de preocupara, que todo iba a salir bien, y ella por fin reaccionó. En aquel entonces, seguía sin
Nessie… hablar demasiado y me colocó la manita en la mejilla para dejarme ver. Yo estaba
- Y de ti – añadió, cortándome. acostumbrada a verte en su mente todo el tiempo, pero lo que vi en esa ocasión me dejó
- Bueno, vale, y de mí – asentí -. Es evidente que eso te preocupa, sería muy fácil confundir completamente atónita, no me lo esperaba para nada. En las imágenes que me mostraba,
los sentimientos, ¿no crees? – argumenté. salías tú, como siempre, pero ella estaba tan preocupada, que también me dejó ver un
- Esto no viene de ahora, Jacob. sentimiento diferente al de normalmente. Aquel sentimiento que percibí era amor, no podía
- Pues no te sigo – admití. creerlo, ella estaba enamorada de ti, sólo que era tan pequeña, que ella era incapaz de
- Al principio, cuando me enteré de que te habías imprimado de Renesmee, me enfadé reconocer ese sentimiento. ¿Cómo podía estarlo? Era tan sólo una niña. Entonces, todo
mucho contigo, estaba celosa de ti porque, de alguna manera, me robabas mi papel – aquello en lo que no había querido pensar se me vino encima a la cabeza como un jarro de
empezó a explicar, moviéndose sin parar -. Pero no era sólo eso y, con el tiempo, me he agua helada y me hizo sentir extraña, desconcertada.
dado cuenta de la verdad. ››Después, llegaste tú. En cuanto Renesmee te vio, se puso de pie y saltó a tu cuello. Tú
››También estaba enfadada contigo por haberte imprimado de ella, no porque fuera mi hija alzaste los brazos y la levantaste mientras dabais vueltas y os reíais. Luego, te dio un beso
y fuera un bebé, aunque he de reconocer que al principio eso también me chocó, sino y te abrazó muy fuerte. Me fijé en su rostro mientras estabais abrazados e inspiraba tu
porque, de algún modo, me habías cambiado por ella. Resulta que me despierto en mi efluvio. Su carita era el reflejo de la felicidad absoluta, como la tuya, y volví a sentirme
nueva vida, y mi mejor amigo ya no está enamorado de mí, de repente, su único mundo es rara, confusa. Sin embargo, no quise darle importancia. Volví a achacar esos sentimientos a
mi hija. Solamente tenías ojos para ella, siempre pendiente de ella, a todas horas con ella. Y mis celos hacia ti, a una sobreprotección maternal, y me empeñé en verte como un primo,
entonces, me encuentro con que la que me había robado el papel era ella, ¿no es irónico? – un hermano mayor para Renesmee. Todo iba muy bien, ya que actuabas así. La cuidabas,
se rió con amargura -. Nunca he soportado que ella se quedara contigo, es como si me jugabas con ella, la ayudabas con los deberes, la llevabas de caza..., todo funcionaba.
hubiera robado mis sentimientos y los hubiese hecho suyos. ¿A dónde quería llegar? Mi Durante estos años, mi vida ha sido absolutamente perfecta, y las cosas parecían estar en su
boca hubiera chocado con el suelo, si no fuera porque tenía los dientes apretados. Y, sitio. Pero todo cambió hace unos meses, cuando ella se hizo mayor.
además, no sabía si quería seguir escuchando su historia. Bella seguía paseando con ››Tu manera de mirarla se transformó por completo. Empezaste a mirarla de una forma
inquietud, gesticulando con las manos y los brazos sin parar. diferente que trastocó el velo que me había puesto a mí misma. Ya no la mirabas como a
- En aquel entonces, yo no me daba cuenta de eso, claro. Cuando me convertí, me creía una prima o una hermana pequeña. La mirabas como a una mujer, la tratabas como a una
perfecta, tenía el ejemplo de la perfección en Edward, y había esperado tanto para esto, lo mujer. Y fue peor cuando ella empezó a mirarte del mismo modo, con esa adoración
había deseado tanto, para estar con él para siempre sin que nada se interpusiera entre mutua, ese amor, ese deseo…
nosotros. Todo era tan nuevo y maravilloso para mí, que, sin darme cuenta, yo misma ››Y entonces, todo lo que había sentido aquel día en el porche con Renesmee resurgió sin
eclipsé otras cosas que ya no me parecían tan importantes, y, sin saber por qué, me empeñé que yo pudiera hacer nada para evitarlo. No sabía qué me pasaba, pero cada vez que os
en hacerlo sobretodo contigo. Pero contigo no ha funcionado del mismo modo, ahora lo sé. veía, me sentía extraña, enfadada, y, sobretodo, desconcertada, me sentía como si me
››Cada vez que me venía a la cabeza que algún día tú y Renesmee podríais estar juntos, faltase algo. Hasta que Renesmee me enseñó aquellas imágenes tuyas durmiendo en su
cama. Cuando vi cómo te acariciaba, cómo te miraba, cómo te deseaba, me volví - ¿Y cómo lo sabes?
completamente loca y me sorprendí a mi misma sintiéndome celosa. Mis celos y mis - Porque lo que yo siento por Nessie va más allá, ¿entiendes? – suspiré para tomarme un
verdaderos sentimientos estallaron como una bomba. tiempo, a ver si se lo podía explicar bien, era bastante difícil hacerlo con palabras sin
››Intenté darle una explicación, puesto que creía que ya no sentía nada por ti, que eso era hacerla daño -. Los dos estamos imprimados, pero no es sólo eso. También estamos
una debilidad humana que se había curado con mi transformación y que solamente te enamorados, no podríamos vivir el uno sin el otro. Y además estamos conectados, tenemos
quería como a mi mejor amigo, pero no la encontraba. Hasta que me di cuenta del por qué, un vínculo muy fuerte.
de por qué siempre me empeñaba en verte como a un hermano para Renesmee, de por qué - Tú y yo también estábamos conectados – objetó.
evitaba pensar en vosotros cuando ella creciera, de por qué te había eclipsado desde el - Sí, pero no de este modo, esto es totalmente diferente, es… literal – empecé a aclararle -.
principio, de por qué estaba celosa. Era porque seguía sintiendo algo por ti. Algo que no Mi vínculo con Nessie es algo físico y espiritual. Ella es mi complemento, mi compañera,
era sólo amistad y que no quería aceptar. ¿Cómo iba a sentirlo después de haberme somos dos piezas exclusivas que encajan a la perfección. Y no habría otra pieza para mí,
transformado en un vampiro por Edward? Él era todo lo que quería, lo amaba con toda mi ¿comprendes? Podría existir una pieza parecida, pero no sería la perfecta, como ella. Yo
alma, era la mujer más feliz del mundo a su lado, ¿cómo iba a querer otra cosa? Era estoy hecho para ella y ella está hecha para mí. Incluso es un metamorfo como yo y tiene
imposible. Pero no me quedó más remedio que admitir la verdad. Yo no soy perfecta, instintos lupinos por nuestro vínculo, ¿no lo ves?
porque la perfección no existe, y los sentimientos no se pueden resetear. Cada vez que te - Pero eso no quiere decir que no puedas sentir algo por otra persona, y tú y yo estábamos
veo con Renesmee, me doy cuenta – su mirada se alzó para clavarse en la mía -. Te sigo conectados, éramos almas gemelas – insistió. Arg. Esto era más complicado de explicar de
amando, Jake. Sigo enamorada de ti, siempre lo he estado. lo que pensaba. ¿Cómo podía hacerlo sin herir sus sentimientos? Eso iba a ser misión
Me volví a quedar atónito, con la mandíbula colgando y las cejas hundidas sobre los ojos. imposible.
Esa mujer que había amado con toda mi alma hace unos años, por la que habría dado mi - Sí, pero no del todo. Nos faltaba un poco para serlo completamente, y ese poco lo tiene
vida sin pensarlo – de hecho había estado apunto de darla -, y que me había hecho tanto Nessie. Ella es mi alma gemela de verdad, literalmente – maticé otra vez -. Enamorarnos
daño, ahora me venía y me decía que seguía enamorada de mí. Hace siete años habría dado fue tan fácil y tan natural como respirar. Por eso todo sucedió como sucedió, era el destino.
mis riñones por escuchar eso, incluso después de su boda, pero ahora… Las cosas tenían que pasar de ese modo para que yo la conociera. Tú amabas más a
Ahora yo ya no estaba enamorado de ella, no la amaba, al menos no de ese modo. La Edward, ¿no lo ves, Bella? Lo escogiste a él porque no éramos almas gemelas del todo, tú y
quería, sí. Igual que quería a Rachel, Rebecca, incluso a Leah, era el mismo sentimiento de yo no estábamos destinados de ese modo. Lo vi todo claro cuando nació Nessie. Cuando la
amistad o hermandad. Ni siquiera se parecía a aquella chica que había conocido. Era Bella, vi y me imprimé, todo encajó en su sitio.
sí, pero sin serlo. Esos ojos ambarinos que ahora me miraban buscando una respuesta, no - ¿Quieres decir que yo sólo fui un mero instrumento para ti? – quiso saber, un poco
eran sus ojos. Su rostro, del que ella se sentía tan orgullosa creyendo que era tan hermoso, decepcionada. ¿Cómo podía dudar de mí, después de todo lo que había pasado por ella?
no era el suyo, no del todo. Ni su olor. Ahora era un zombie, un muerto viviente Opté por recalcarle lo que ella ya sabía de sobra, no me gustaba andar con medias tintas.
maquillado con esa tez blanca e impoluta, pero muerto viviente al fin y al cabo. Incluso su Cuanto antes cortara esto de raíz, mejor.
personalidad había cambiado un poco. - No, claro que no. Yo te quería, en aquel momento lo sentía de verdad y lo sabes. Pero en
Aunque no había dejado de amarla por eso. Era por Nessie. Yo amaba a Nessie. No era algo tienes razón, cuando Nessie nació, sólo tenía ojos para ella, la imprimación es algo
sólo la imprimación, estaba locamente enamorado de ella, más de lo que lo había estado de muy fuerte, la pulsión que te atrae hacia esa persona es muy potente. Por supuesto, podía
Bella en aquellos tiempos. Mucho más, infinitamente más. Porque sin Bella habría haber elegido pasar de mi imprimación y largarme, aunque eso me hubiera matado, pero
sobrevivido tarde o temprano, mejor o peor, habría aprendido a vivir sin ella, aunque me decidí quedarme con ella. Además, cuando despertaste, tú ya no eras la Bella que yo
hubiese costado. Pero no sin Nessie. Ella era lo más grande que me había pasado nunca, era conocía y amaba, eso también contribuyó un poco, la verdad. Sin embargo, no fue sólo por
mi ángel, el amor de mi vida, mi mejor amiga, mi compañera, su alma era el complemento mi imprimación, ni por tu cambio. Cuando Nessie creció, me enamoré locamente de ella,
de la mía para que fuéramos una sola. Estar separado de ella me hacía daño, tanto, que lo como nunca antes lo había hecho, nunca he sentido esto tan fuerte por nadie, ni siquiera por
sentía físicamente. Ya lo había comprobado aquellos cuatro meses en los que ella se había ti. Noté que mi respuesta había sido un golpe duro para ella. Pero, ¿qué se esperaba? No
empeñado en alejarse de mí. Sin embargo, ¿qué se supone que tenía que hacer? Vale, era entendía nada.
mi amiga y no quería herirla, pero, ¿qué la podía decir? Tenía que decirle la verdad, ¿no? - Sin embargo, si te hubiese escogido a ti, Renesmee no habría nacido y tú y yo estaríamos
- No… no sé qué decir, Bella – murmuré, rascándome la nuca, incómodo -. Bueno, quiero juntos – murmuró, bajando la mirada con rabia. Sabía que no lo decía en serio, que era
decir, que me siento halagado y eso, pero yo no siento lo mismo por ti – reconocí, fruto de la impotencia o lo que fuera, pero que ella hablara así de Nessie me dolió.
intentando darle a mi voz un tono suave que no lacerara sus sentimientos -. Mi corazón - No digas eso – no pude ocultar mi molestia.
sólo le pertenece a Nessie, lo sabes. - Yo podría haber sido esa pieza parecida y hubiéramos sido felices, porque ella no habría
- Y tú sabes que se puede querer a dos personas a la vez – afirmó con convicción. existido, nunca hubiera habido pieza perfecta – espetó, arrastrando las palabras con coraje.
- No es mi caso – le aseguré. - Basta – gruñí.
- Si ella no hubiera nacido, tú habrías seguido luchando por mí, es la verdad, Jake – soltó - Sabes que eso no es posible, Bella.
como alegato. Me rechinaron los dientes. - ¿Por qué?
- Si ella no hubiera… existido – mi boca se negaba a mencionarlo -, tú habrías elegido a - Mi vida sin ella ya no tendría sentido – declaré -. No ahora que he experimentado lo que
Edward igualmente, te hubieras convertido en un vampiro y yo estaría vagando por ahí es la felicidad a su lado. Además, tendremos una vida plena, con hijos, nietos y eso.
como un lobo para siempre, Bella. Subió su rostro de piedra para mirarme con sorpresa y Cuando fallezcamos, ya habremos cumplido con nuestro ciclo en este mundo y estaremos
después sus ojos se entornaron suspicaces. juntos en el otro. Eso pareció ofenderle también.
- Lo habrías hecho para olvidarte de mí – afirmó, curvando su labio hacia arriba con - Yo ya no podré tener más hijos… - murmuró para sí misma con una mezcolanza de
petulancia. ¿Es que eso le hacía gracia? pesadumbre y rabia, cerrando los ojos. Entonces, los abrió de repente -. ¿Y si fuera todo lo
- Sí – reconocí -, pero no habría seguido luchando por ti, ni siquiera seguiríamos siendo contrario? ¿Y si tú envejecieras antes que ella? – interrogó a modo de queja -. ¿Dejarías
amigos. La sonrisa se le quedó despanzurrada en la cara. que ella se quitara la vida por ti? ¿Por qué me hacía tantas preguntas sobre esto? Ya estaba
- A lo mejor a mí me hubiera gustado que lo hubieras hecho – susurró. Mejor dejarlo aquí. empezando a cansarme.
Era una tontería seguir hablando de esto. Yo iba a terminar haciéndola daño, o peor, puede - ¿Es una prueba? – le pregunté.
que incluso peligrara nuestra amistad. - ¿Cómo? – sus ojos se entrecerraron, confusos.
- Es mejor que no sigamos con esto – afirmé, dando un paso al frente para esquivarla. - Que si es una prueba. Porque yo estoy locamente enamorado de Nessie y no creo que
- ¿Por qué? – me detuvo, poniéndome su mano congelada en el pecho, lo cual me hizo tenga que demostrártelo – le advertí.
pegar un pequeño bote. - No. No es ninguna… prueba. Eso ya lo sé…
- Porque no vas a escuchar la respuesta que quieres oír – le contesté, apartándole la mano. - ¿Es que estás pasando una mala racha con tu marido? Utilicé el término marido para que
- ¿Cuál es? le diera un repaso a su estado civil, por si se le había olvidado.
- No quiero hacerte daño – le avisé. - Edward y yo estamos muy bien, mejor que nunca – me respondió, un tanto molesta por
- ¿No sientes nada por mí? – insistió, estudiándome con la mirada -. ¿No queda nada de mi intencionada terminología -. Estamos tan enamorados como siempre, y no pienso
aquello? abandonarle, si es eso lo que te preocupa. ¿Y entonces para qué me decía que seguía
- No. Se hizo un silencio incómodo. enamorada de mí a estas alturas de la vida? ¿Qué quería de mí?
- Pues yo no quiero perderte – murmuró, apretando los párpados. ¿Por qué me venía con - Bueno, pues ya está – volví a levantar el pie -. Voy a buscar a Nessie. No me dejó avanzar
estas ahora? Sabía que yo estaba enamorado de Nessie. Estaba diciéndole eso al novio de otro paso.
su hija, ¿no se daba cuenta de lo violento que era esto para mí? Yo era… bueno, es decir, - Espera, no te vayas, por favor – imploró con ansiedad, sujetándome por los hombros. Sus
sonaba muy raro, pero ella era mi suegra, prácticamente, y yo su futuro yerno. Además, manos estaban tan heladas, que me dio otro respingo. Ella se dio cuenta y las apartó, o tal
también estaba Edward, al que no tenía intención de dejar, o al menos, eso me parecía. vez mi piel estaba demasiado ardiente para la suya.
¿Qué se proponía entonces? - ¿Qué te pasa? No te entiendo – admití, entornando los ojos con extrañeza -. ¿Por qué me
- Sabes que no va a durar para siempre – espetó de repente. dices esto ahora?
- ¿Qué? – mis ojos se entornaron sin comprender, sombreados por mis cejas. - Porque te echo muchísimo de menos, Jacob, no sabes cuánto – confesó, caminando con
- Bueno, no me gusta pensar en eso todavía, pero ambos sabemos que ella… no es inmortal nerviosismo -. Creía que al transformarme me olvidaría de ti, pero me equivoqué.
– le costó terminar la frase -. ¿Qué vas a hacer cuando Renesmee envejezca? - Pero tienes todo lo que querías, ¿no? – intervine -. Esta es la vida que querías, la que
- Lo mismo que si fuera humana del todo. Dejaré de transformarme y envejeceré junto a escogiste. Tú querías que sólo fuéramos amigos, que yo formara parte de tu familia, y lo
ella – le aclaré -. Yo también puedo ser mortal. somos. Además, tú misma lo has dicho antes, estás enamorada de Edward, le quieres.
- Pero no sabemos cómo lo hará, Jake – murmuró con desazón. Sin duda, también estaba - También estoy enamorada de ti – afirmó, implorándome con los ojos. La misma historia
preocupada por eso -. Su crecimiento fue muy rápido, ¿qué pasará si su envejecimiento es de siempre. Qué cansancio.
similar? Cuando tú dejes de transformarte, envejecerás a un ritmo humano y ella… - ¿Y qué pasa con Nessie? – mi indignación iba subiendo conforme salían mis propias
- No sé qué pasará, Bella – le corté, un poco incómodo por tener que pensar en esa palabras -. ¿Es que no te importa lo que le estás haciendo?
situación que esperaba tan lejana y que no sabía por qué venía al caso -. Sólo sé que yo - Ella es lo más importante para mí, jamás le haría daño – me contestó con firmeza. Luego,
moriré junto a ella – afirmé con firmeza -. No pienso vivir en este mundo sin Nessie. bajó la mirada -. Por eso estoy pasando este calvario, no sabes lo mal que lo estoy pasando,
- ¿Te… quitarás la vida? – musitó con horror. No sé de qué se sorprendía tanto, ella habría Jake. Cada vez que te veo y me invaden estos sentimientos, me odio a mí misma – admitió
hecho lo mismo por Edward. con pesadumbre, escudriñando el suelo como si hubiera perdido algo -. No te imaginas lo
- Sin ninguna duda – confirmé. mucho que me odio por tener celos de mi propia hija, por desear lo que ella tiene, por saber
- Yo…, bueno, había pensado que tú quizás… podías venirte con nosotros cuando que nunca lo podré tener porque es para ella, por estar feliz por ella y, a la vez, envidiar lo
Renesmee… - se negó a decir la palabra -. No tendrías que envejecer nunca… que es suyo… - izó sus ojos hacia los míos con un matiz que juraría que era anhelo -. Pero
no puedo evitar sentir todo esto por ti, cada vez que te veo, me invaden los recuerdos… cuenta de mi pregunta.
- ¿Y Edward? Ahora que me has dicho esto, sabes que se va a enterar cuando me lea la - Me gustaría que me dieras una cosa para llevarme conmigo, para guardarla en mi corazón
mente, ¿acaso no te importa que sepa que me quieres a mí también? Aunque ese – anunció con un murmullo mientras sus ojos bajaban hasta el suelo -. Ya sé que vamos a
chupasangres era tan idiota, que era capaz de enterarse y pasar del tema sólo por verla feliz. volver a vernos, no obstante, quisiera algo de ti de recuerdo, como despedida del Jacob que
- Edward lo sabe todo desde hace tiempo, pero lo único que quiere es verme feliz – yo amaba. Bueno, podía tallarle un colgante de recuerdo. Si así se quedaba a gusto y era
murmuró, agachando la mirada -. Sabe lo mal que lo estoy pasando, ya hemos hablado de feliz…
esto. Yo misma le he contado lo que iba a venir a hacer aquí, no quería engañarle. - Sí, claro, lo que quieras – acepté sin problemas, encogiéndome de hombros -. ¿Qué
Sí, definitivamente, era idiota, tonto de remate. O era demasiado bueno, o simplemente quieres?
sabía que yo sólo amaba a Nessie y estaba tranquilo, yo qué sé. ¿Es que ese tipo no tenía - Quiero recordar el pasado, aunque sólo sea una vez…
sangre en las venas o qué? Bueno, en realidad, claro que no la tenía. - ¿Recordar el pasado? ¿A qué te refieres? No debí de haberlo preguntado. Lo mejor habría
- También me odio a mí misma por fallarle otra vez, aunque él sabe que jamás le dejaría, sido que me hubiera largado de allí de una vez.
jamás me iré de su lado. Le amo por encima de todo, como a Renesmee. Hacerle daño a - No tengo muchos recuerdos de mi vida como humana… - sus manos volvían a retorcerse
Renesmee o a Edward sería lo último que haría en mi vida. la una con la otra -. Pero hay una cosa de la que no consigo olvidarme, Jake. La tengo
- ¿Y qué es lo que quieres, Bella? – no pude evitar conferir una nota de cansancio a mis grabada en la memoria, puedo verla hasta con los ojos cerrados, clara y nítida – sus pupilas
palabras, ya hartas de todo esto -. ¿Para qué me lo dices, si tú quieres más a Edward y sabes se clavaron en las mías con una determinación que no me hizo ni pizca de gracia -. Nuestro
que yo amo a Nessie? No te entiendo – reprobé. beso. No puedo quitármelo de la cabeza.
- Tenía que decírtelo – empezó a dar paseíllos otra vez sin parar -, necesitaba desahogarme,
sacar todo esto que llevaba dentro antes de que nos marcháramos a Alaska, tenía que EN BOCA CERRADA
despedirme de ti, de lo que significas para mí. Es como si sacándolo todo fuera, lo dejara NO ENTRAN MOSCAS.
aquí y me librara por fin, ¿comprendes? Algo me decía que eso no le bastaba y que era BUENO, VALE, A VECES
mejor que me fuera de allí. ES INEVITABLE
- Bueno, pues ya me lo has dicho, ¿no? Ahora ya te has desahogado y está todo aclarado –
manifesté un poco más alegre para quitarle hierro al asunto -. Ya puedes irte tranquila a ¡Uf! Ahora sí que me piraba.
Alaska. Además, ya os hemos dicho que iremos a visitaros, y vosotros podéis venir cuando - Me voy – declaré, dando un paso al frente.
queráis. - Jake, por favor… - me rogó con un timbre pretencioso, poniéndome sus pétreas y frías
- Sí, pero aún así, no me voy tranquila – objetó -. Me falta una cosa… Lo sabía. manos sobre los hombros -. Sólo será un beso, Renesmee no se enterará, te lo prometo.
- No veo qué problema hay, ya tienes todo lo que quieres. Tú eres feliz, yo soy feliz… - ¡¿Qué?! – mi voz reflejó lo atónita que se había quedado mi sesera.
- No, no tengo todo lo que quiero – me contradijo -. Me gustaría tenerte a ti también, pero - Dicen que los besos que no se olvidan son los que nunca se han dado. Si me besaras
eso es imposible, eso es lo que me mata – manifestó sin dejar de mover sus pies -. Edward ahora, sería feliz, me quedaría eso y podría olvidarme de ti.
es el amor de mi vida, siempre lo será, pero, por eso, tú eres mi amor imposible. Porque - ¡¿Te has vuelto loca?! – protesté con indignación, procurando separarme de ella -. ¡¿Crees
siempre amé y amaré más a Edward, y por eso tuve que escogerle a él. No pude escogerte a que yo le haría algo así a Nessie?! Esto ya pasaba de castaño a oscuro, pero, mierda, sí, era
ti, porque yo le amaba más y no podía vivir sin él, en cierto modo, no tuve alternativa. Y un imbécil, no quería herir sus sentimientos. Estaba claro que Bella no estaba pasando por
porque ahora perteneces a Renesmee… Sin embargo, tú siempre seguirás en mi corazón…, un buen momento, si me pedía esto ignorando a Edward y a su propia hija. Esto tenía que
una parte de él se quedó contigo el día en que te dejé en tu cuarto… y no podré tenerte ser una locura transitoria vampírica o algo así. Tendría que ser delicado con ella, aunque lo
nunca… ¿Por qué seguía haciéndose esto? ¿No veía que iba a acabar haciéndose más daño? que en verdad me apetecía era transformarme y salir por patas de allí. Intenté despegarla de
- No se puede tener todo en la vida, Bella. A veces no queda más remedio que escoger y mí, interponiendo mis manos lo poco que me dejaba, pero era tan dura como una roca y
dejar atrás ciertas cosas, olvidarlas. Sabes de sobra que a mí no me puedes tener, tienes que estaba obcecada, ni siquiera yo era capaz de conseguirlo.
olvidarte de mí en ese sentido o acabarás haciéndote daño – le aconsejé -. A ti y a Edward. - Por favor. Será un beso de despedida y ya no te molestaré más, te lo prometo – insistió
Tienes que centrarte sólo en él, no se merece esto. En mi vida pensé que iba a decir esto de con ansiedad manifiesta. Sus ojos bajaron a repasar mi torso mientras sus manos
ese chupasangres. congeladas empezaban a magrear mis hombros -. Si es por ella, no te preocupes, no se
- Sí, lo sé – asintió, cerrando los ojos -. Esta será la última vez que me verá sufrir por ti, me enterará, porque solamente será un beso inocente de despedida y luego seguiremos con
olvidaré de esto para siempre y no le volveré a hacer daño jamás. Pero me gustaría tener un nuestras vidas, no le haremos ningún daño – continuó con su afán, rodeándome el cuello
trocito de ti antes de que nos marchemos de Forks – añadió, parándose a un paso de mí con sus muñecas de acero. Sí, se había vuelto loca de verdad, chiflada.
para mirarme de frente -. Entonces, lo habré dejado todo aquí, me podré ir tranquila y no le - Aún así, yo jamás le haría eso a Nessie – repetí, ahora mosqueado de verdad -. Además,
haré más daño a Edward. Fruncí el ceño, extrañado. Fue suficiente para que ella se diera
no es sólo por ella, Bella – afirmé, tratando de quitar sus manos de granito ensambladas en Edward hubiera permitido que ella viniera a confesar sus sentimientos por mí con tal de
mi cuello -. Yo no quiero besarte. No te quiero a ti. No estoy enamorado de ti. Quiero a que ella se sintiera mejor, sobretodo conociendo la personalidad de ese idiota.
Nessie, ¿no lo entiendes? Seguramente, él tenía que estar pasándolo mal también, ya me lo imaginaba mirando a
Comprobé que se le había ido la olla del todo cuando mi negación rotunda rompió la poca Bella con su cara de lánguido. Sin embargo, yo estaba hecho un lío, ya no sabía cómo tenía
cordura que le quedaba y fue dominada por la desesperación. Me empujó con tanta fuerza, que reaccionar, si tenía que enfadarme o qué, ya no sabía qué decirle para hacerla entrar en
que me estampó contra un árbol. Lo hizo con tanto ímpetu, que el tronco se quebró, aunque razón sin herirla.
no llegó a partirse ni me hizo daño, y me quedé espachurrado entre su cuerpo de mármol y - Bueno, está bien – suspiré, un poco ofendido todavía, poniendo los brazos en jarra -.
la madera. Empecé a sentirme como una presa atrapada, acorralada, no podía ni moverme. Ya… ya pasó. No pasa nada, no te preocupes.
Si no fuera mi amiga, habría cambiado de fase delante de sus narices y le hubiera arrancado - Debes odiarme por esto.
la cabeza de cuajo de una dentellada. - Yo no te odio, ¿cómo iba a odiarte? – le corregí.
- Déjame – le exigí con voz fuerte y contundente, alzando la cara para que no llegara la - Pero tampoco me quieres – señaló.
suya -. Ya te he dicho que no. Le dio lo mismo. Tiró de mi cuello hacia abajo con una de - Claro que te quiero, pero no como tú deseas – maticé -. Mira, Bells, tienes que entenderlo,
sus manos y obligó a mi cuerpo a inclinarse sin que yo pudiera hacer nada por evitarlo. ¿vale? Lo siento mucho, de verdad, no sabes lo mal que me siento por ti, pero tienes que
Comencé a sentirme un poco frustrado y avergonzado por no ser capaz de parar a una aceptarlo. Para mí eres como una hermana, y siempre podrás contar conmigo para lo que
chica, aunque ésta fuera un vampiro, pero por más que empujaba sus hombros, era inútil, sea – menos para darme un beso, por supuesto -. Pero yo estoy enamorado de Nessie, ya no
igual que tratar de mover a una montaña. te puedo decir más.
- Por favor, Jake… - imploró con un susurro a la vez que pegaba su frente gélida como el - Si supieras que intenté separaros, sí que me odiarías – desembuchó, cerrando sus abatidos
hielo a la mía, que ya estaba sudando del mal rato. ojos -. Soy una egoísta, no sé cómo pude – sollozó.
- Apártate de mí – mascullé, más cabreado. - ¿Cómo? – mis cejas bajaron a la altura de mis párpados.
- Te has hecho todo un hombre, y eres tan fuerte… - susurró, deslizando su mano por mi - Fui yo quien le dijo a Renesmee que no te dijera que te quería…
pecho. Genial. ¿Por qué no me habría dejado puesta mi camiseta llena de virutas? Pasó su - ¿Qué me estás contando, Bella? – si mi ceño ya estaba bien fruncido, terminó por
mano hasta mi espalda y volví a sacudirme. inyectarse en mis ojos.
- Cuando era neófita, tu efluvio no me gustaba. Debería seguir disgustándome, como al - La convencí para que no te dijera nada. Le dije que tú estabas imprimado y que ella podía
resto, pero no lo pude evitar, eras tú, y no me costó nada acostumbrarme, tanto, que a mí hacerte mucho daño si luego no resultaba bien – reconoció, visiblemente arrepentida,
ahora me encanta – murmuró mientras inhalaba el olor de mi cuello. Pues para mí el suyo frotándose las manos otra vez -. También le dije que tenía que salir con otros chicos para
apestaba. Su aliento glacial y su efluvio me quemaban la nariz, aunque sus manos ya no comprobar si sus sentimientos eran de verdad, aunque lo que realmente quería era
estaban tan frías, el contacto con mi piel las había templado. Aún así, cada vez que las despegarla de ti un poco. En ese momento me apetecía arrearla un puñetazo en todas las
arrastraba, me daba un respingo. napias, pero me contuve porque era mi amiga, mi futura suegra y porque no me gustaba
- ¡Suéltame, Bella! – repetí, apretando los dientes -. ¡No voy a besarte! Como una serpiente pegar a una mujer, aunque fuera un vampiro y pudiera romperme la mano.
cuando ataca, lanzó su boca a la mía con furia, pero tuve reflejos, suerte, ¿o fue un - ¡¿Te das cuenta de lo que sufrimos esos cuatro meses?! – le eché en cara, mascullando
milagro?, y me dio tiempo a girar el careto para que sólo la aplastara en mi mejilla. Fue entre dientes, mientras paseaba con las manos aferradas en mi nuca para centrar la ira en mi
igual que si me hubiesen dado una pedrada, más bien, con una bola de nieve. ¡Plaf, bolazo pelo.
en toda la jeta! No quería hacerla daño, era mi amiga, pero el instinto es el instinto, y ella - ¡Yo no sabía que ella también estaba imprimada de ti – lloriqueó -, si lo hubiera sabido,
no dejaba de ser un vampiro que me estaba agrediendo. Todo mi organismo la rechazaba, no le habría dicho todo eso, te lo juro! ¡Sólo quería protegerte!
no pude evitar que el fuego empezara a recorrerme la columna vertebral y que mi cuerpo se - ¡¿Protegerme?! – exclamé, parándome en seco para mirarla enfadado -. ¡Pues casi nos
llenara de convulsiones. Bella se dio cuenta y se apartó ipso facto - ¡uf! -, se quedó a un matas, Bella! ¡¿No te das cuenta de que estar separados nos hace mucho daño?!
metro de mí, mirándome con un rostro inescrutable. - Entonces eso no lo sabía. Pero al final salió todo bien, ¿no? ¿Ves? No sirvió de nada,
- ¡¿Qué coño te pasa, Bella?! – grité con indignación, desencajándome del tronco por fin -. estáis juntos. Eso es lo que importa – razonó ella solita para calmarme. Resollé por las
¡¿Se te ha ido la pinza o qué?! narices, harto de todo este tema. Bella se quedó mirándome, mordiéndose el labio,
- Lo… lo siento – musitó, paseando nerviosamente mientras se pasaba la mano por el pelo penitente.
y observaba los helechos del suelo -. No sé qué me ha pasado… Supongo que tenía que - Lo siento mucho – murmuró, compungida -. Por mi culpa, lo habéis pasado muy mal, soy
intentarlo – me dijo con un hilo de voz. una persona horrible…
Estupendo. Lo peor es que me daba pena de ella, y ahora me sentía culpable por no haber - Bueno, déjalo ya – resoplé -. Ahora ya no tiene remedio, lo hecho, hecho está. Además,
sabido parar esto a tiempo para que la cosa no llegara a estos límites. Bella lo estaba por mucho que lo hubieras intentado, Nessie y yo estaríamos juntos, nadie puede
pasando realmente mal, tanto, que se la veía desconcertada, perdida. No me extrañaba que separarnos – le restregué en todo el morro, dándome una pequeña licencia como venganza.
- Sí, ahora me doy cuenta – asintió en voz baja, observando la espesura del bosque, yo también al recordar aquello. Me sorprendía que todavía se acordase de cuando yo se lo
cabizbaja -. Quiero que sepas una cosa - ¡¿más?! -. Quiero que sepas que mi hija es lo había dicho el día que estaba hecho polvo en mi cama tras la batalla con los neófitos para
primero para mí y que soy muy feliz por ella, porque se lleva a la persona más maravillosa decirle que me iba a rendir y que no iba a seguir luchando por ella.
del mundo – musitó con un nudo en la garganta, girando el rostro para mirarme con - Seréis muy felices en Alaska y todo se arreglará, ya lo verás – la animé -. Dentro de unos
convicción -. Y ella también lo es, realmente estáis hechos el uno para el otro. Guay. Lo años, esto solamente será un capítulo más y te reirás al recordarlo. Como me había pasado
que faltaba. a mí.
- Bells… - intenté quejarme para que lo dejara ya. - No sé, Jake. Puede que sí – me contestó, aunque no parecía muy convencida.
- No, déjame terminar – me interrumpió, levantando la mano -. No puedo desear a nadie - Bueno, hasta luego – me despedí, ofreciéndola una media sonrisa para que se sintiera
mejor para ella que tú, no hay nadie mejor que tú, no habría nadie que la cuidase mejor que mejor. Pareció funcionar.
tú, eso lo sé muy bien, por eso te la entregué hace seis años para que la salvaras, y por eso - Hasta luego – me sonrió también. Volví a girarme y eché a correr hacia la casa de los
me marcharé tranquila por ella, no se la podría confiar a nadie más. Y sé que seréis muy Cullen, sin mirar atrás. No tardé en llegar hasta allí. Entré en el salón. Genial, Edward no
felices, eso también me hace feliz a mí, aunque yo te siga queriendo y no pueda tenerte. estaba. No era por nada, pero lo que menos me apetecía en esos momentos era toparme con
Mierda. Al final iba a hacerme llorar y todo. un marido vampiro en estado agónico. El resto de los Cullen que allí estaban casi ni me
- Pero la quieres a ella y eso me hace feliz. No sé si soportaría que te hubieras imprimado miraron, tan sólo una mirada fugaz, excepto Carlisle y Esme, que también me sonrieron.
de otra – se rió forzadamente -, porque todas me habrían parecido poco para ti. En cambio, - Hola – saludé en general, subiendo las escaleras a toda mecha. Atravesé el pasillo y pasé
con Renesmee es distinto. Ella es la única que te merece, ni siquiera yo te merezco. En a la habitación de Nessie para coger una camiseta. Entrar en ese dormitorio era como un
realidad, nunca te he merecido, te he hecho mucho daño, no sabes cuánto me arrepiento de oasis en medio del desierto. Era la única estancia en toda la casa que olía bien. Olía a
eso. Nessie.
- Eso es agua pasada, no merece la pena recordarlo. Salí de allí con la prenda en la mano y bajé las escaleras de tres en tres, apoyándome en la
- Aún así, te pido perdón, aunque fuera cosa del destino, como tú dices – me sonrió, otra barandilla para ahorrarme los cambios de sentido de los descansillos de un salto.
vez una sonrisa desvaída. - Adiós – me despedí, trotando por el salón hacia la puerta.
- No importa, Bells, de verdad. Y cerré con un portazo detrás de mí. Me oculté detrás de uno de los árboles que estaban
- Supongo que no puedo evitar que Renesmee termine sabiendo todo esto, ¿verdad? – frente a la casa e hice todo el ritual con la ropa para poder entrar en fase. Trum, trum, trum,
lamentó, girando el rostro para mirar al horizonte con preocupación -. Sé que los trum. Ya estaba volando a cuatro patas. Salí de la propiedad de los Cullen para adentrarme
imprimados no podéis guardaros ningún secreto, aunque he de confesarte que me gustaría en el bosque contiguo y aceleré.
que no le dijeses nada, no quiero que ella sufra por algo que ya terminó y que no es ¡Buf! Menos mal que no estaba Edward. A ver qué cara le hubiera puesto yo después de
necesario que sepa. ¿Algo que ya terminó? No dije nada para no hurgar más en la todo el marrón que se me había plantado delante. Como para aguantar otro. Vale, vale, yo
supurante herida, pero esto era algo que ni siquiera había existido, al menos para mí. no tenía la culpa, por supuesto, pero no creía que él contara con que Bella también quisiera
- Bueno, ya es tarde para eso. Ella ya lo sabe – le revelé. besarme. Ya debía ser bastante chungo saber que tu mujer iba a decirle a otro que seguía
- ¿Ya lo sabe? – me preguntó con los ojos abiertos como platos. enamorada de él para desahogarse y despedirse, sin embargo, por muy comprensivo que
- A Nessie no se le escapa una – me reí, porque era cierto. fuera, enterarse de que tu mujer también le quiso besar y tener a ese otro delante… a tiro…
- Sí, no sé de qué me sorprendo, debería habérmelo imaginado. Siempre ha sido una niña No pude evitar que se me erizara la pelambrera del lomo al recordar el mal rato que había
muy lista – sonrió con añoranza. Entonces, su rostro se tornó en tristeza -. Ahora me odiará. pasado. En ese momento, me di cuenta de lo irónica que era la vida. Jamás me hubiera
Odiarla no, pero querer pegarla un puñetazo como yo antes… Puede que ella sí lo hiciera. imaginado que yo iba a terminar rechazando a Bella después de tantos años, y menos
Bueno, no. Era demasiado buena. ahora, que ella era una mujer felizmente casada y yo era tan feliz junto a Nessie.
- No, no te preocupes. Ella te quiere con locura, jamás te odiaría – afirmé. Lo malo es que me había quedado un regusto horrible en la cabeza con todo este asunto.
- ¿Ni siquiera por querer lo que ella más ama del mundo? – murmuró, sonriéndome sin Me sentía mal por Bella, aunque sabía que ella iba a ser feliz igualmente. Sin embargo,
ganas. parecía que lo estaba pasando tan mal… A mí no me da ninguna pena, intervino Embry de
- Ni siquiera por eso – ratifiqué sin ningún atisbo de duda. Su rostro volvió a fijarse en el repente. ¿De qué va?, siguió Quil. Mierda. Se me había olvidado desconectarme del resto.
suelo y se hizo un mutismo que me pedía a gritos que me largara de allí de una maldita vez. Esos capullos estaban tumbados a la bartola sin hacer nada y se habían quedado en silencio
- Bueno, voy a ir a buscarla – anuncié, empezando a caminar hacia el boscaje -. Se me ha para ver todos mis recuerdos. Ahora ya tenían algo con lo que entretenerse.
hecho tarde. Y estaba deseando abrazarla y besarla. ¿No tenéis nada que hacer?, resoplé. Estamos trabajando, tío, ¿no lo ves?, alegó Isaac.
- Sí, claro – murmuró a mis espaldas - ¡Jake! – me llamó de pronto. Me paré y giré la mitad Podía ver cómo azotaba el rabo contra la hierba. Sí, claro, ya lo veo, contesté con
del cuerpo para mirarla. sarcasmo. ¡Puaj! ¡Casi te besa un vampiro, tío!, exclamó Paul. Y encima, tu futura suegra,
- No te preocupes. Seré buena – me dijo con una sonrisa cómplice. No pude evitar sonreír comentó Jared. Qué fuerte, continuó Jeremiah. ¿Se lo vas a contar a Nessie?, inquirió
Embry. - Hasta luego – correspondieron Seth y Brenda. Volví a caminar por detrás de los coches y
Sí, claro, se lo tiene que contar, afirmó Quil. Yo que él, no lo haría, advirtió Collin. Sólo le salimos del aparcamiento, en dirección al bosque.
traerá problemas. Pero ella tiene derecho a saberlo, opinó Brady. Pobre Nessie, lamentó - ¿A dónde vamos? ¿Y por qué vas descalzo, no has venido en coche o en moto?
Isaac. Pobre marido, añadió Paul. ¡Uf! Pobre Jake cuando ese se entere, siguió Jared. ¡Esa - No, he venido a cuatro patas.
tía es una…! - Ah. Pasamos la primera línea de árboles y la adentré un poco más en la frondosidad, hasta
Clic. Desconecté antes de que Leah terminara su frase y bajé los murmullos a un volumen que me pareció que ya teníamos suficiente intimidad para que nadie pudiera vernos y Seth
muy bajo para ignorarlos con más facilidad. Entre todos iban a freírme los sesos. Sin no pudiera oírnos. Me paré, tirando la mochila, llevé su espalda hasta el tronco de un árbol
embargo, ahora me habían dejado en duda. ¡Maldita sea! Ya no sabía si era mejor para besarla…y entonces, cuando sus ojitos se clavaron en los míos, no pude evitarlo.
contárselo a Nessie o pasar del tema. ¿Era mejor que lo supiera y se enterara de lo que su - Tengo que contarte una cosa – solté. Vale, sí, tanto comerme el tarro por el camino, para
madre me había dicho y había estado apunto de hacer, o era mejor ocultárselo como una esto. Pero una cosa era hablar, o pensar, y otra tener a tu chica mirándote con esa carita de
rata y ser un mentiroso para que ella no tuviera que pasar el mal trago? inocencia pura. No podía ocultarle nada a Nessie, odiaba mentirle. Prefería que supiese la
Desde luego, si fuese al revés, a mí me gustaría saber la verdad…, pero tampoco quería verdad, además, ya sabía la mitad.
causarle más problemas a Bella, ni que Nessie se enfadara con su madre, eso también la - Has estado con mi madre, ¿no? – adivinó antes de que yo abriera la bocaza para continuar
haría sufrir a ella. Aunque, por otra parte, Nessie ya sabía que su madre sentía algo por mí, hablando.
ella misma me había contado todos los brotes de celos que Bella había tenido y que yo no - Sí… – asentí, sorprendido de que lo supiera -. ¿Cómo lo sabes?
había querido creerme, no era nada nuevo para ella. ¿Contárselo o no contárselo? - Porque mi pulsera no dejaba de vibrar mientras estaba en clase, y, bueno, cielo, es que
¿Contárselo o no contárselo? ¿Contárselo o no contárselo? Me pasé todo mi galope en hueles a ella – señaló.
dirección al instituto de esa guisa, hasta que, sin darme apenas cuenta, ya estaba en la linde - Ah, claro… - murmuré, oliéndome.
del bosque que limitaba con el grupo de edificios que lo conformaban. Cambié de fase otra - Te ha confesado sus sentimientos, ¿verdad? – suspiró, visiblemente molesta.
vez y me vestí. Mientras caminaba para salir del boscaje, pisé una rama y me di cuenta de - Pues…, sí. A veces, esta chica me daba miedo.
que no llevaba las deportivas. Genial. Bueno, por lo menos, había llegado a tiempo. La - Y… ha intentado algo más… - cerró los ojos. Tragué saliva.
gente empezaba a salir de clase. Corrí un poco, hasta que llegué al aparcamiento, y caminé - Ajá… - me mordí el labio, temeroso.
por detrás de los coches para ocultar mis pies descalzos. Divisé a Seth, que esperaba a - Ha intentado… besarte – acertó, pronunciando el último vocablo con rabia.
Brenda en el mismo sitio de siempre, y me acerqué a él. Su agudo oído le hizo mirar atrás y - Sí – le confirmé con un murmullo. Sus párpados no fue lo único que apretó. Sus puños
me vio. estaban tan cerrados, que le temblaban, y sus dientes chirriaron, de lo que calcaba su
- Jake, ¿cómo va eso? – me saludó con su alegría típica. mandíbula. Mis manos, que estaban en su cintura, notaron cómo la lengua de fuego
- Hola, ¿qué tal? Me quedé detrás de él y apoyé mi trasero en el lateral de su coche. empezaba a recorrerle la espalda.
- Hoy ha sido un día muy aburrido, tío, no ha venido ni un triste vampiro – suspiró. Ojalá lo Pasé mis manos a sus mejillas, ya algo frías, y le acaricié el rostro para tranquilizarla.
hubiera sido para mí también. - Cálmate, pequeña, respira hondo – le sugerí para que se sosegase -. No ha pasado nada,
- Sí, ya me lo ha dicho Leah. ahora te lo explico todo, ¿vale? Asintió con la cabeza, respiró muy hondo unas cuantas
- Mira, ya salen. Me incorporé al instante y, entonces, por fin la vi. Su fantástico efluvio ya veces y finalmente abrió sus adorables ojos para engancharlos con los míos.
me llegaba desde su posición. En cuanto sus dulces ojos se encontraron con los míos, echó - Te quiero, lo sabes, ¿no? – le recordé sin dejar de acariciar sus mejillas, ahora cálidas
a correr hacia mí. Cómo me hubiera gustado no estar descalzo para correr hacia ella como siempre.
también, tenía muchas ganas de abrazarla. Aún así, no tuve que esperar mucho. Nessie - Sí, y ella a ti también – resopló con inquina.
llegó hasta mí en dos segundos y pude estrecharla entre mis brazos. Por fin. Inhalé el olor - No quiero que te enfades con ella ni le guardes rencor – declaré, cambiando mis manos de
de su pelo profundamente. Qué bien olía. nuevo a su cintura -, lo está pasando fatal por todo esto. Por ti, por tu padre…
- Hola, preciosa – le sonreí, separándola de mi cuerpo para ver su rostro perfecto. Sí, era - Lo sé – suspiró, mirando a un lado con resignación -. Sé que está hecha un lío. Pero el que
preciosa. ¡Preciosa! Era un ángel, mi ángel. lo haya intentado…
- Hola – me sonrió también, apretando su abrazo para acercar su cara a la mía. - Pero no pasó nada – le corté -. Mis labios siguen siendo de tu propiedad y uso exclusivo –
Dios. Me moría por comerme esos labios. Me costó un triunfo, pero me obligué a sonreí. Eso pareció gustarle.
contenerme; sabía que si empezaba, ya no podría parar, y no quería dar un espectáculo allí. - Bueno, sé que no lo ha conseguido, porque el olor se concentra aquí – afirmó, hundiendo
Era mejor ir al bosque, había más intimidad. el dedo índice en mi mejilla con una sonrisa de satisfacción enorme -. Así que el hecho de
- Espera, vamos a otro sitio – le cuchicheé, despegando sus brazos de mi cuello para que no haya podido besarte y que se haya llevado una buena lección, puede más, ahora
cogerla de la mano -. Hasta luego, chicos – me despedí mientras recogía su mochila del mismo, que mi gigantesca rabia porque lo haya intentado, y me hace muy, muy feliz – y su
suelo e iniciaba la marcha, tirando de Nessie. sonrisa se amplió mientras llevaba sus brazos a mi cuello.
- Quiero explicarte todo lo que pasó parte por parte – empecé a aclarar -. No sabía que ella ser así, las había esperado, y sabía que me iban a doler por esta estúpida espiral que hacía
estaba allí, y mucho menos que quería… regresar a mis sentimientos del pasado, sin embargo, oírlas de su boca directamente y con
- Lo sé – me interrumpió, poniéndome el dedo en el pico para que lo cerrase -. Ya me lo ese convencimiento, me habían resultado especialmente duras. Eso había sido el chispazo.
explicarás luego. Ahora quiero que me des ese beso que ibas a darme antes – reclamó con No obstante, algo había salido bien. Esa niebla que cubría mi mente empezaba a abrirse
un murmullo, pegando su rostro al mío. algo, despejando mi cerebro poco a poco, quedando solamente ese vacío; un vacío que era
- Eso no hace falta que me lo pidas, nena – susurré. lo que yo había estado deseando durante todo este tiempo, porque significaba que había
Y comencé a entrelazar mis labios con los suyos. Empecé a hacerlo lentamente, dedicando liberado todos esos sentimientos, para que desaparecieran, y por fin comenzaba a ver una
tiempo al deslizarlos para sentirlos bien. Sí, qué labios tan sumamente sedosos, tiernos, luz en ese túnel oscuro lleno de interferencias en el que me veía atrapada. Sabía que
dulces y cálidos. Cuánto los había echado de menos. Sus suaves manos, que acariciaban mi todavía me quedaba mucho, pero este era mi comienzo para salir de la espiral. No me lo
nuca con delicadeza, también eran tan cálidas…, tenían ese tacto tan placentero, y su pensé dos veces. Lo único que me apetecía ahora era una cosa: ver a Edward. Eché a correr
cuerpo, pegado al mío, era tan ligero, tan femenino… que, claro, me evadí del todo. por el bosque, con tanta velocidad, que la hierva de mis pies apenas se movía por mis
Después de ese beso interminable e intensísimo que tuvimos que forzar a terminar, para imperceptibles y vertiginosas pisadas.
que no desembocara en algo más y no estuviéramos allí hasta la noche, la cogí de la mano No tardé mucho en llegar a donde había quedado con mi marido. En cuanto pasé el río,
y nos sentamos sobre el terreno, en una zona que me pareció bastante mullida y cómoda. percibí su efluvio y lo seguí. Estaba apoyado en un árbol, con los pulgares metidos en los
Le expliqué todo lo sucedido con su madre, aunque le suavicé algunas cosas para no bolsillos de su pantalón. Su cabeza reposaba en el tronco, ligeramente elevada hacia arriba,
alterarla demasiado, como lo del intento del beso. Simplemente le dije que había intentado y la suave brisa casi veraniega parecía entretenerse con su cabello broncíneo, jugueteando
besarme, omití que me había estampado en aquél tronco y todo eso que me había dicho de con los mechones a su antojo. Sus ojos estaban cerrados y la expresión que dominaba su
que le gustaba mi olor y que le parecía muy fuerte mientras me sobaba. Eso no hacía falta rostro era la reflexión. Me paré a unos metros de él, y en cuanto oyó el ligero movimiento
que lo supiera, sólo iba a causarle más dolor y más rabia. También le aclaré que era una de la hierba bajo mis pies, su cabeza se movió en mi dirección para mirarme. Solamente
despedida, que ella sólo pretendía desahogarse para terminar con todo eso de una vez, y le hizo falta que viera mi rostro. Los dos corrimos el uno hacia el otro, y en menos de un
conté lo feliz que se sentía por nosotros, porque lo más importante que había en el mundo latido de corazón, ya nos habíamos fundido en un abrazo. Ese abrazo fue tierno, intenso y
para Bella eran ella y Edward. Añadí lo arrepentida y angustiada que estaba por intentar conmovedor. Sí, habíamos superado esta prueba, juntos habíamos saltado este obstáculo,
separarnos un poco; no lo iba a mencionar, pero Nessie lo sacó a colación, al parecer, ya uno de tantos a los que nos tendríamos que enfrentar. Me sentí tan bien, que me dieron
estaba al tanto de eso. Por último, le expuse lo mal que lo estaba pasando su madre con ganas de llorar de felicidad. Edward consiguió separarse de mí y observó mi rostro como si
todo este asunto, por ella y por Edward, y que ya lo iba a olvidar para siempre. hiciera mil años que no lo hubiese visto.
Cuando terminé de soltar toda la parrafada, Nessie se quedó en silencio, mirando al suelo, - ¿Cómo te sientes? – me preguntó. ¿Que cómo me sentía yo?
pensativa. No sabría decir si estaba enfadada o triste, solamente se limitaba a observar la - Edward, acabo… acabo de confesarle mis sentimientos a Jacob – le recordé, pues ya
hierba, sumida en sus pensamientos. Me pareció que lo mejor era dejarla reflexionar un habíamos hablado de esto. Para mi asombro, él sonrió.
rato antes de irnos a su casa, sin embargo, salió de su mundo e insistió en que la llevara, no - Sí, unos sentimientos fantasma – dijo, acariciando mi mejilla con dulzura. Pestañeé,
pude convencerla de lo contrario. Entré en fase y la llevé hasta allí. perpleja.
(PARÉNTESIS) - ¿Sentimientos fantasma?
BELLA - Bueno, he de admitir que esa denominación me la acabo de inventar, pero, sí, podrían
llamarse así.
Ya llevaba un buen rato sentada en ese tronco desde que Jacob se había perdido entre la - No… no te entiendo.
vegetación con celeridad. Me había quedado sola, con la única compañía de un vacío - Lo que sientes por Jacob no es real. No quería herirle más profundamente de lo que ya
interior que invadió mi mente y que comenzó a ser cubierto por una densa niebla. No sabía debía de estarlo, lo odiaba, y sabía que cuando le había revelado que estos sentimientos
cómo me sentía. Me veía completamente acechada por unos sentimientos encontrados que hacia Jacob habían vuelto y le dije que necesitaba confesárselos para olvidarme de él de
chocaban unos con otros. Bueno, eso no era nada nuevo para mí últimamente. Todavía me una vez por todas, sería muy duro para él, pero odiaba aún más mentirle o engañarle.
sentía profundamente arrepentida, horrorizada e incluso avergonzada por intentar besarle. Además, él tenía derecho a saber la verdad. Lo que no comprendía era su actitud relajada y
¿Cómo podía haber hecho eso? ¿Cómo podía haberle hecho eso a mi hija? ¿A Edward? diría que incluso aliviada.
Cerré los ojos y un suspiro de profunda desazón salió involuntariamente por mi boca. No - Edward…, mis sentimientos… son reales.
había podido evitarlo, esta explosión de fuego que sacaba a ese yo extraño me había - Claro que son reales, tú los sientes reales; pero ahora, en este momento, al igual que te lo
dominado por completo. Me sentía fatal por no haber sabido controlarlo, por no haber sido parecieron cuando eras humana.
capaz de pararlo, pero resultaba imposible, imposible. Era peor que la llamada de la sangre. - ¿Cómo?
La cosa había empezado a ir mal cuando escuché esas palabras de rechazo. Sabía que iba a - Todo esto te lo está produciendo la turbación que te está afectando. ¿Recuerdas lo que
hablamos? ¿Lo que me contaste? Tú misma me la definiste como una regresión al pasado, desalojaras todo de tu cabeza, todo eso que sientes en estos momentos, que te desahogases
y dijiste que llenaba tu cabeza de unas interferencias que traían los recuerdos de tu vida del todo, a modo de terapia psicológica. Si te hubiera dicho esto, tú no hubieras podido
humana, obligándote a sentirlos de nuevo. La turbación es algo muy fuerte, esa pulsión es evitar contarle a Jacob que todo era fruto de la turbación y que era pasajero. Ya sabes lo
incontrolable, y es lo que hace que tu cabeza reviva todos esos sentimientos de tu vida que hubiera pasado si él hubiese sabido eso. No me hizo falta pensar mucho.
humana hasta tal punto, que los sientes como reales. Tú has tenido suerte de que sólo sea - Sí, él me habría parado para aliviarme el sufrimiento, me habría dicho que no tenía
eso. Conozco casos realmente trágicos, en los que se han llegado a quitar la vida. Tú no has importancia, querría zanjar el asunto lo antes posible sin dejarme terminar y yo no hubiera
llegado a ese extremo, afortunadamente, y te ha afectado de manera diferente por todas las desalojado mi cabeza del todo – le dediqué una especie de mueca burlona por su metáfora.
circunstancias que te rodean. - Exactamente. O tú habrías pensado que podías superarlo sin su ayuda, sin que hiciera
- Pero lo que le dije a Jacob es verdad, me he dado cuenta de que sigo sintiendo algo por él falta decírselo, y no lo hubieras desalojado – ahora fue él quien me la dedicó -. Tal vez lo
– reiteré, hundiendo mi rostro en su torso con pesadumbre -. Me he dado cuenta de que hubieses conseguido, pero habrías tardado mucho más, puede que incluso años, y tengo que
también estaba enfadada con él por haberse imprimado de Renesmee, por haberme admitir que esta situación no es nada agradable para mí, sinceramente. Tú me contaste tus
cambiado por ella de algún modo y... planes, y yo sólo tiré un poco para quitar el tapón. Le sonreí la metáfora de nuevo, si bien
- Claro, esa es tu verdad, la que sentiste entonces y sientes ahora, porque la turbación por la pronto se me borró de la cara.
que estás pasando te hace sentir eso – me cortó, alzándome la cara con dulzura -. Según lo - Siento haberte hecho pasar por esto – murmuré, acariciando su rostro.
que me contaste, los primeros síntomas empezaron hace seis años, pero tú conseguiste - No hubiera podido soportarlo si no fuera porque esto es totalmente ajeno a tu voluntad,
amortiguarlos de alguna manera. En aquel entonces, ya estabas preocupada por Renée, sin creo que me volvería loco e iría detrás de ese lobo para matarle – aseguró –. Pero sé que
embargo, todavía era pronto para que su ausencia te perturbara; Charlie acababa de iniciar esto es algo que no puedes controlar, y también sé que Jacob está demasiado enamorado de
su relación con Sue, cosa que te tranquilizó; y Renesmee aún era una niña como para Renesmee como para... – entonces, su boca se silenció y frunció los labios con pesar -. Lo
preocuparse por nada. Pero cuando Renesmee creció, y además tan deprisa, tu siento.
subconsciente sacó a la luz todo lo que llevabas guardado dentro y los síntomas regresaron - No, puedes decirlo tranquilamente – afirmé, y con una sonrisa, ya que, aunque seguía
con fuerza, haciéndote caer del todo en la turbación. Y repito que la turbación hace que sintiendo esos celos absurdos, por primera vez parecía que los podía controlar -. Ya no me
revivas esos sentimientos de tu vida humana y los sientas como reales. Eso es lo que te hizo afecta tanto. Creo que estoy empezando a salir de esta espiral – manifesté, ilusionada.
llegar a conclusiones equivocadas. Por supuesto, todo eso lo sientes así en este momento, - Turbación – me corrigió él con otra sonrisa, la suya de alivio puro y duro al darse cuenta
pero son conclusiones equivocadas al fin y al cabo. de lo mismo que yo.
- Entonces, ¿esto que siento por Jacob es real pero no es real? - Bueno, yo lo llamo espiral. Turbación suena como si estuviera loca.
- Lo sientes como real, pero no es real del todo – matizó -. Ahora mismo lo sientes como - En realidad, es una especie de enajenación transitoria – le dediqué un mohín de odio,
real porque estás bajo la influencia de esta turbación, pero en cuanto pase, en cuanto te entrecerrando mis ojos, y él sonrió -. En fin, la terminología da igual. Lo último que querría
cures, todo eso volverá a desaparecer y las aguas volverán a su cauce. sería provocar otro ataque que te hiciera sufrir – subió su mano y me sujetó por el mentón
Volví a parpadear. Ahora sí que estaba confusa. Porque yo seguía enamorada de Jacob, le -. Me alegro de que eso haya funcionado. Recordé algo de su locución anterior.
amaba, le necesitaba, quería tenerle a él también, no podía quitármelo de la cabeza ni - Antes has dicho que yo habría pensado que podía superarlo sin su ayuda. ¿Sin la ayuda de
sacarle de mi corazón, y, ya siendo sincera del todo conmigo misma, tenía que reconocer, Jacob? – resalté.
muy a mi pesar, que incluso le deseaba. O eso creía, eso sentía. Sin embargo, todo lo que - Bueno, sin darse cuenta, Jacob te ha ayudado.
me acababa de explicar mi esposo tenía sentido. Yo misma me había dado cuenta de que lo - Sí, pero ahora me siento un poco mal, es como si le hubiésemos utilizado en cierto modo.
que explotaba dentro de mí hacía salir a ese yo extraño, humano, que hacía que esos ¿Qué pensará? Y encima, le he hecho pasar un momento realmente malo. Eso me hizo
sentimientos que había tenido hacia Jacob en aquel entonces regresaran ahora. Lo que no recordar de nuevo lo que había estado apunto de hacer, y todos los remordimientos y
sabía es que esto que sentía no era real del todo y que era una especie de enfermedad que se sensaciones de horror regresaron.
curaba. Sentí cierto alivio – poco, puesto que aún estaba confusa –, aunque enseguida se - Era imprescindible para iniciar tu curación. Además, ya se lo explicaremos todo, no te
desvaneció al recordar a Jacob y todo lo que le solté. preocupes. Eso ya tenía pensado hacerlo, pero lo que me atormentaba ahora era lo que le
- ¿Y por qué no me dijiste esto antes? – no estaba en condiciones, pero no pude evitar había hecho a mi hija, a mi marido.
reprochárselo un poco, porque ahora lo que sentía era una vergüenza y un remordimiento - Lo que he hecho es horrible… - murmuré, cerrando los ojos, siguiendo el hilo de mis
horribles -. Ahora Jacob piensa… Yo le he dicho… Alcé la mano para frotar mi frente pensamientos.
mientras mordía mi labio con rubor. - No te preocupes, cariño, lo comprenderá – me alentó, cosa que me dolió mucho más, por
- Tenías que iniciar tu curación, y cuando me contaste tus planes, me pareció la mejor él, por supuesto.
forma de empezar. Como me dijiste, tenías que confesarle todo a Jacob para despedirte de - No, no lo entiendes. Me refiero a lo que os he hecho a Renesmee y a ti.
él, para dejarlo todo atrás, para quitarte ese peso de encima. Y la única manera era que lo - A Renesmee también se lo explicaremos, y yo siempre he confiado en ti, no tienes de qué
preocuparte – me calmó de nuevo, susurrándome con dulzura. Fruncí los labios, - Bella – me cogió de la mano y me detuvo; después, se puso frente a mí y colocó sus
compungida. manos en mi cintura -. Ella no está sufriendo. Por supuesto, no lo está pasando bien, ve tus
- He intentado besarle – le confesé, totalmente arrepentida. Abrí los ojos de sopetón cuando ataques de celos y no los soporta, eso le afecta; pero ella está más preocupada por ti, que
escuché su respuesta. otra cosa. Sabe que tú lo estás pasando mal y que tu cabeza está llena de sentimientos
- Ya lo sabía – afirmó con una sonrisa sorprendentemente comprensiva. encontrados, que te encuentras mal porque te sientes culpable. Lo que no sabe es que todo
- ¿Ya lo sabías? ¿Y cómo…? No lo habrás visto, ¿verdad? Mi tono se tornó un tanto lo que sientes por Jacob es producto de la turbación que estás atravesando. Tenía que
horrorizado y angustiado, porque yo no quería que él tuviera que pasar por nada como eso, hablar con ella, pero me daba tanto miedo.
no quería que él sufriera más. No, ya no más. Ya había tenido bastante con tener que - Llevo tiempo queriendo hablar con ella, pero no puedo – exhalé con desazón -. Sé que
soportar que yo fuera a confesarle mis sentimientos a Jacob. esto le está afectando y sé que, ahora que yo misma comprendo lo que me está pasando y
- Bueno, cielo, es que apestas a él – declaró, arrugando la nariz -. Sobretodo aquí – y rozó puedo explicárselo, debería aclararle muchas cosas. Pero todavía no estoy preparada. Todo
mis labios y los alrededores con su suave dedo para señalarlos. Ahora lo que sentía era una esto está demasiado reciente y aún me dan estas explosiones o ataques incontrolados. Ya
vergüenza horrorosa. exploté una vez con ella, no quiero que me vuelva a ocurrir. No quiero hacerle más daño.
- Ah – y pasé mi mano por mi boca varias veces para mitigar el olor de alguna manera. Necesito esperar hasta que me sienta más fuerte, entonces se lo contaré todo.
- Deja, conozco otro modo mucho mejor de eliminar ese olor – declaró, curvando su boca - Puedo contárselo yo, si quieres. Me quedé pensativa un momento.
hacia arriba. Y unió sus labios a los míos con un beso apasionado, si bien podía percibir un - Sí, está bien – asentí -. Creo que ahora será mejor que hables tú con ella y le aclares las
viso de reclamación un tanto territorial típicamente masculino que, por qué no decirlo, me cosas. Pero cuando me sienta con fuerzas, cuando me cure, quiero decírselo yo, explicarle
gustó. cada detalle, aclarárselo todo de primera mano. Además, yo misma lo necesito. Me siento
- Ahora ya hueles mucho mejor – susurró en mis labios con una sonrisita de autosuficiencia tan mal por todo lo que le he hecho pasar, por dañarla de algún modo…
que también me encantó. Le sonreí, aunque se desvaneció de mi cara enseguida. Porque su - De acuerdo – consintió él, acariciando mi mejilla. Observé a mi esposo durante un
reacción territorial me recordó a la muy posible de Renesmee, y eso volvió a azotarme el instante y otra vez volví a sentir que no me lo merecía. Era tan comprensivo conmigo.
alma. Su madre había intentado besar a su novio, a su futuro marido, y eso le iba a flagelar Demasiado. Alcé mis brazos y rodeé su cuello para acercarme más a él.
profundamente, le iba a herir…, le iba a enfadar, y con razón. Edward se dio cuenta de mi - Siento todo esto – murmuré con desazón.
malestar. - Y yo te repito que es algo que no puedes controlar. Se pasará más pronto de lo que crees y
- ¿Qué ocurre? – preguntó, separándose un poco de mí para ver y analizar mejor mi rostro. todo volverá a la normalidad. Pero la próxima vez que te pase algo, cuéntamelo enseguida,
- Renesmee – murmuré, bajando los párpados -. Jacob se lo contará en cuanto la vea, ya si no, no podré ayudarte. Tenemos que superar los problemas juntos.
sabes que los imprimados no pueden guardarse ningún secreto. Aunque él me dijo que ella - Sí, tienes razón – asentí, cerrando los ojos y suspirando después, con arrepentimiento.
ya lo sabe todo. Mi angustia crecía por momentos, cuanto más lo pensaba, más aumentaba. Luego, los abrí y clavé mi mirada en la suya de color topacio -. Superaremos esto juntos.
- Sí, ella ya lo sabe hace tiempo – ratificó él, para mi asombro -. Aunque lo que no conoce - Siempre juntos – recalcó.
es la razón. - Te quiero – le susurré con una sonrisa.
- ¿Y tú lo sabías? ¿Por qué no me dijiste nada? – otra vez, no pude evitar reprochárselo un - Yo también te quiero – murmuró él. Y nos volvimos a fundir en un beso apasionado,
poco. aunque, esta vez, fui yo la que reclamó su sitio. Mi único y verdadero sitio.
- Por la misma razón que tú me ocultaste todo esto que te estaba pasando – ahora el que
hablaba con un hilo de reproche era él -. Para no hacerte sufrir más. (FIN DEL PARÉNTESIS)
- ¿Y por qué no le dijiste a ella lo que me estaba pasando? – me separé de él y empecé a
pasear nerviosamente -. Ella… ella no hubiera tenido que sufrir tanto. - ¿Seguro que estás bien? – le volví a preguntar mientras me vestía detrás del árbol.
- Hace muy poco que lo sé – alegó, observándome mientras yo daba mis paseíllos -. - Sí – contestó escuetamente sin quitar ojo a su casa. Pero yo sabía que no era así. Desde
Renesmee es una experta ocultándome sus pensamientos, te lo aseguro. A pesar de gritar que le había contado toda la historia, no había abierto la boca. Me hubiera arrepentido, si
tanto como Jacob, es realmente buena. Siempre piensa en otras cosas cuando estoy yo, no fuera porque ella ya lo había adivinado y no había tenido opción. Aunque se lo hubiese
tiene una facilidad increíble – si no fuera porque había un hilo de arrepentimiento en su contado igualmente, ella también tenía derecho a saberlo. Terminé de ponerme la camiseta
timbre de voz, juraría que lo decía hasta con orgullo paternal -. Tengo que admitir que hubo y la tomé de la mano.
un par de ocasiones en que se le escapó algo, pero enseguida pensaba en otra cosa, y yo - Si quieres, damos un paseo antes de que entres en casa – le propuse.
creía que sólo estaba disgustada contigo por ponerte como te ponías, que era un acto - No, estoy bien – aseguró, tirando de mí para que caminase con ella -. Vamos.
rebelde típico de su adolescencia. Iniciamos la marcha despacio, sin embargo, a medida que nos acercábamos a la casa, su
- No te hecho la culpa a ti, toda la culpa es mía, pero es que, ella lo habrá pasado tan ceño se iba frunciendo y sus pasos se iban acelerando, hasta que llegó un momento en que
mal…, estará sufriendo tanto…, y todo por mi culpa. casi era arrastrado por ella. De pronto, su mano, que aferraba la mía con fuerza, se soltó y
echó a correr hacia el porche, enfurecida. Mierda. ¿Por qué era siempre tan impulsiva? fuerza, para ser un semivampiro.
Bueno, aunque yo tampoco estaba para hablar, y, sinceramente, para otras cosas bien que - Te lo tienes merecido – le echó Nessie en cara, achuchándome más.
me gustaba, la verdad. - La verdad es que sí – aceptó su madre, poniendo la mano de su hija entre las suyas como
- ¡Nessie! – grité, persiguiéndola -. ¡Nessie, no! No me dio tiempo a alcanzarla. Abrió la si de un sandwich se tratara para calmarle el dolor con su frío. En ese momento, la puerta
puerta tan bruscamente, que la hoja chocó con la pared y rebotó, casi se me estampa en las de la casa se abrió y Edward y Carlisle entraron apresuradamente.
narices cuando entré tras ella. - Deja que te la examine – le dijo el doctor, cogiéndole la mano.
En el salón solamente se encontraban Bella y Edward. Mala señal. Eso quería decir que su - ¡Ay, ay! – se quejó Nessie mientras Carlisle le tocaba los nudillos y las falanges con su
padre ya había escaneado su mente y había desalojado la estancia porque sabía lo que se dedo pulgar.
avecinaba. Intenté cogerla del brazo, pero se me escapó, parecía que estuviese cazando - Tenga cuidado, Doc – no pude evitar protestar al ver que la estaba haciendo daño. Sabía
moscas. Nessie se abalanzó hacia Bella y, entonces, cuando vio su cara atormentada, se que era por su bien, pero es que, aún así…
paró de sopetón frente a ella. Tuve que calcar los dedos de los pies de golpe para frenarme - No la tienes rota. Lo más seguro es que tengas una pequeña fisura – diagnosticó,
detrás de ella y no chocar con su espalda. soltándole la mano con delicadeza para depositarla en las de Bella de nuevo. Volví a
Edward tenía el brazo delante de Bella, por si tenía que apartar a Nessie o agarrarla, y acercar su rostro a mi pecho y le di otro beso en la cabeza.
levantó los ojos para mirarme fijamente. Ugh. Me había preocupado tanto por Nessie, que - Ven a mi despacho. Te la vendaré y te pondré un cabestrillo para que no la muevas.
me había olvidado por completo de mi propio pellejo. Aunque no parecía cabreado - Vamos, cielo – la exhorté, cogiéndola de la mano sana.
conmigo. Más bien me miraba como si estuviese… ¿Qué? ¡¿Agradeciéndomelo?! - Sí.
Increíble… - Voy con vosotros – se ofreció Bella, poniéndose al otro lado de su hija y pasándole el
- Como hija, voy a hacer como que no ha pasado nada, porque eres mi madre y te quiero – brazo por la espalda.
Nessie empezó a hablar en un tono pausado, aunque extrañamente rabioso -. Sé que lo estás - Ay, eres igual que una piedra… Cómo me duele… - murmuró con un gemido.
pasando muy mal y no quiero verte sufrir, así que te perdono – su mano se cerró en un - Lo sé, lo sé – asintió su madre con preocupación -. Lo siento tanto… Y los tres subimos
puño -. Pero como mujer, zanjaré este asunto… ¡de una vez por todas! las escaleras con Carlisle para dirigirnos a su despacho.
- ¡No, hija! – gritó Edward a modo de aviso.
A mí tampoco me dio tiempo a pararla. Sin haberse transformado, no sé cómo lo hizo a esa ¡NO! ¡NO! ¡NO!
velocidad tan vertiginosa. Giró la mitad del cuerpo hacia atrás para coger impulso y… ¡SEGURO QUE ES UNA PESADILLA!
¡Plaf! …le arreó un potente derechazo en la cara. A Edward y a mí nos dio un respingo
cuando escuchamos el chasquido, en cambio Bella ni se movió, cerró los ojos y casi diría Salí de nuestra casa en rehabilitación silbando alegremente mientras lanzaba la llave del
que recibió el puñetazo con gusto, como redención. coche arriba y abajo, con un único pensamiento rondándome por la cabeza: hoy por fin era
- ¡Ay! ¡Uf! Me hubiera dolido hasta a mí… Nessie se quejaba y se retorcía mientras se el último día de clase de Nessie. Eso implicaba más horas para vernos, más horas para estar
agarraba la mano y los tres nos echamos encima de ella para socorrerla. juntos, más horas para estar a solas… Sí, la vida es bella. Me subí al coche, arranqué, puse
- ¡Cielo, ¿te has hecho mucho daño?! – inquirió Bella, tocándole el rostro con impaciencia. música en el estéreo e inicié la marcha.
- Déjame ver – le pedí, sujetándole la muñeca para verle la mano. Tenía pensado hacer un picnic nocturno en Rialto Beach, con una manta, una hoguera y
- ¡Mierda, creo que me la he roto! – lloriqueó. todo eso, para celebrarlo, pero con este tiempo se me habían chafado todos los planes. Aún
- Iré a buscar a Carlisle para que te la examine – anunció Edward, ya saliendo por la puerta. así, la débil llovizna me hizo poner los limpiaparabrisas, pero no salpicó a mi entusiasmo.
- No creo que esté rota – le calmé, acercando su rostro a mi pecho para besarla en la cabeza También podíamos ir al cine a ver esa película de vampiros y hombres lobo de la que tanto
-. Menos mal que eres mitad vampiro, si no, la tendrías destrozada. Pero no tienes ningún me hablaba. ¿Qué tendría esa película, que volvía locas a todas las chicas? Y más a ella,
dedo torcido. Puede que tengas una fisura o algo así. que estaba acostumbrada a verlos en carne y hueso todos los días. Bah. No tardé mucho en
- Genial – masculló, apretando los dientes del dolor y aferrando la mano sana a mi espalda. llegar al aparcamiento del instituto y estacioné donde siempre. Me bajé del Golf y me
Entonces, se fijó en su madre, que la miraba preocupada, aturdida y confusa. acerqué a ese más que conocido para mí Volvo azul metalizado.
- Y encima, tú no tienes ni un rasguño – protestó con el ceño tan fruncido, que me pareció - ¿Qué tal, Seth?
hasta adorable. No pude evitarlo. De pronto, me entraron unas ganas de reir enormes y - ¡Hey, Jake!
exploté en un ataque de risa. Ambas pestañearon sin entender al principio, pero, poco a - Vaya ojeras que tienes, tío – me burlé. Más que ojeras, parecían socavones.
poco, fueron contagiándose de mi carcajada sin querer y empezaron a reírse también. - Es que ayer estuve en el Ocean esperando hasta que acabase Brenda – me explicó.
- Lo siento… - dije entre risas -. Es que esto es tan cómico… - ¿No lo iba a dejar? – pregunté, apoyándome en el capó, con los brazos cruzados, junto a
- Qué gracioso – contestaron con retintín las dos a la vez, cosa que les hizo volver a reírse. él.
- Pues me has hecho daño – reconoció Bella, acariciándose la mejilla -. Tienes mucha - Sí, pero la pagan bien – se encogió de hombros.
- Ah, ya. golpe de vista se veía que estaban vacíos. Además, el olor me llevaba a la ventana y ésta
La gente empezó a salir del edificio y Seth y yo desviamos toda nuestra atención a la puerta también estaba abierta. Me acerqué con ansiedad y me asomé para ver a dónde daba. Todo
del mismo. Se notaba que era fin de curso, muchos ya estaban tirando los apuntes por el el bosque se veía desde allí, estaba a dos palmos. ¡No! ¡No! ¡No! ¡Nessie! No pude evitar
aire. Fruncí el ceño, extrañado, cuando vi salir a las amigas de Nessie y ella no estaba, ni proferir un rugido que me salió de lo más profundo de mi caja torácica. Mi cuerpo se llenó
siquiera podía olerla. ¿Se habría puesto mala o algo? Pero, de ser así, me habría llamado… de convulsiones y el fuego empezó a recorrerme por dentro, preparado para explosionar de
Brenda no tardó mucho en despedirse de Jennifer, Alison y Helen y empezó a acercarse a un momento a otro. Sin embargo, algo captó mi atención en el suelo y detuve el proceso
nosotros. Mientras se aproximaba, se quedó mirándome con cara de sorpresa. Volví a momentáneamente. Una jeringuilla. ¿Qué mierda era eso? ¿Es que la había dormido o
fruncir el ceño igual que antes y me incorporé. Algo iba mal… Seth ya no se enteraba de algo? Sí, claro, eso tenía que ser. Nessie se sabía defender, no se la hubiera podido llevar
nada, se abalanzó sobre ella para abrazarla y besarla. así por las buenas por una ventana sin que ella no ofreciera resistencia. Pero, ¿cómo sabía
- ¿Qué haces aquí? – quiso saber, extrañada, apartando la cara del cegato de su novio, que que ella podía defenderse?
ya no veía otra cosa que su boca. - ¡Jake! – gritó Seth, entrando en el aseo con Brenda, seguramente alarmado por mi rugido
- ¿Que qué hago aquí? ¿Dónde está Nessie? – inquirí, nervioso. -. ¡¿Qué ha pasado?! ¡Has asustado a todo el mundo ahí fuera!
- Se fue… contigo… – respondió, mirándome estupefacta -. ¿No? - ¡Se la han llevado! – le contesté, quitándome la camiseta.
- ¿Conmigo? – mi voz no daba crédito -. ¿Cómo… cómo que conmigo? ¡Yo estoy aquí, - ¡¿Han secuestrado a Nessie?! – Brenda estaba horrorizada.
acabo de llegar! – contesté con inquietud. - ¡¿Quién?! – preguntó Seth.
- Pero… si estábamos en el pasillo… - empezó a explicar con nerviosismo -, y tú… te - ¡No lo sé! – bramé, ya con frenetismo -. ¡Escucha, coge esa jeringuilla de ahí con papel
acercaste a nosotras…, la cogiste de la mano… y os marchasteis deprisa… ¡No! ¡Mierda! higiénico, envuélvela y guárdala en la mochila de Nessie! – le lancé la susodicha y mi
Eché a correr hacia el edificio como una exhalación, entre aquel tumulto de gente, y camiseta a los morros -. ¡Luego vete a casa de los Cullen para avisarles y dásela a Carlisle
empujé la puerta para abrirla con un golpe seco. Todavía quedaban algunos alumnos para que la analice! ¡Quédate por allí para estar en contacto!
rezagados por los pasillos, pero no veía a Nessie por ninguna parte. Empecé una búsqueda - ¡Sí! Me encaramé a la ventana y salté hacia el exterior. Me descalcé con los propios pies,
neurótica y frenética por todas las aulas, una por una, asomándome puerta por puerta. Ni sin desatar los cordones, y me quité el pantalón con rapidez; até este último a mi cinta de
rastro de ella. ¡Nessie! ¡Nessie! Me llevé las manos a la nuca con desesperación y, cuero en dos segundos, dejé las deportivas ahí tiradas y entré en fase en plena carrera. De
entonces, vi a un chico que llevaba su mochila en la mano. Era su mochila, sin duda, cuatro zancadas, me planté en el bosque.
llevaba ese colgante que Bella le había regalado cuando era pequeña enganchado en la ¡Embry, Quil, os necesito en el bosque que hay junto al instituto de Forks!, demandé
hebilla de la cremallera. Mi mandíbula se cerró audiblemente. mientras rastreaba el suelo con la nariz.
- ¡Tú, espera! – le llamé. El chico se giró y llegué a él en un parpadeo. Mi olfato solamente detectaba el olor del vampiro, eso ratificaba mi teoría de que Nessie
- ¡¿De dónde has sacado esta mochila?! – exigí saber, acosándole contra la pared para que había sido dormida y llevada en volandas. ¿Qué ha pasado?!, interrogó Embry. ¡Se han
no tuviera oportunidad de escapar. llevado a Nessie! ¡¿Quién?!, preguntó Quil. ¿Por qué todos me hacían esa estúpida
- Es mía… - respondió, temeroso, mirándome desde abajo. El tipejo era bastante bajo, no pregunta? ¡No lo sé! ¡Es un vampiro desconocido que no sé cómo narices se ha hecho pasar
me llegaba ni al pecho. No estaba para contemplaciones, así que lo agarré por el cuello de por mí, pero no tengo tiempo de explicároslo ahora, ya lo haré! ¡Oíd, necesito que vengáis
su camisa con una sola mano y lo alcé como si fuera un espantapájaros de paja para unos cuantos! ¡Leah, tú quédate ahí con el resto! ¡Sí!, obedeció ésta.
ponerlo a mi altura, a lo mejor es que no me había visto bien la cara. Ya se escuchaba la algarabía de voces que se apuntaban. ¡Ya está!, anunció Embry,
- ¡Más te vale que me digas la verdad, maldita sabandija, si no quieres que te aplaste como corriendo junto con Quil, Jared, Paul, Collin, Isaac y Shubael. ¡Estamos ahí en dos
a una cucaracha! – gruñí. Su mano soltó la mochila y ésta cayó en el suelo. minutos! ¡Bien! Continué con mi exacerbado rastreo y seguí el camino oloroso dejado por
- La… la en-encontré… en… en el ba-baño… - tartamudeó. el vampiro desconocido. No sabía a dónde iba a ir a parar, no sabía qué me iba a encontrar,
- ¡¿Y dónde está el baño?! ni quién se la había llevado, ni si ella estaría bien… Agité la cabeza para quitarme las
- Por… e-este pasi-sillo… a la… iz-izquierda… Mi mano lo soltó a él y éste cayó en el malas ideas que ya empezaban a clavarse en mi cerebro como una flecha envenenada.
suelo. Cogí la mochila y salí disparado. Los pasillos ya estaban casi vacíos, tan sólo Tenía que hacerlo o no sería capaz de concentrarme para buscarla, y eso era lo más
quedaba algún que otro estudiante empollón que estaba haciéndole la pelota a los importante. Tenía que encontrarla, tenía que llegar a su lado.
profesores para tener asegurado su puesto en los Olimpos al año siguiente. Giré a la Y también tenía que acabar con ese chupasangres que había osado a separarla de mí.
izquierda y enseguida vi el letrero que ponía aseos. Me abalancé hacia allí y me metí en el La ira comenzó a correr por mis venas, hirviendo mi sangre hasta convertirla en puro fuego
baño femenino sin vacilar. En cuanto entré, ya percibí el olor de Nessie. Había una chica líquido. Mis muelas chirriaron. Sí, tenía que terminar con él, torturarlo poco a poco y
mirándose en el espejo; nada más verme, desalojó la estancia. También apestaba a vampiro, despedazarlo hasta reducirlo a migajas, hasta que nadie fuera capaz de encontrarle ni un
pero mi suspicaz sentido del olfato enseguida detectó que no era unos chupasangres pedazo de diente. Intenté olvidarme de esa idea momentáneamente, al menos mientras
conocidos. No me hizo falta abrir las puertas de los inodoros, ya lo estaban y de un solo durara mi búsqueda, no quería que nada me entretuviese, quería concentrarme bien. Tenía
que encontrarla. ¡Nessie! ¡Nessie! Pero entonces, de repente, el rastro se perdió en los pies detrás, en formación. Parece que viene solo, detectó Jared. ¡¿Es que quiere palmarla?!,
de un pino enorme. Esa alimaña había trepado por el árbol para huir por los aires como los rezongó Quil. ¡Si eso es lo que quiere, no le dejaremos con las ganas!, siguió Paul. El
monos, con mi ángel colgando a las espaldas. La cólera me cegó. Mi rastreo aumentó de pelirrojo no se hizo esperar demasiado. Apareció de entre la frondosidad como por arte de
ritmo y comencé a moverme de una forma obsesiva y neurótica entre los árboles, apoyando magia, aunque con ese pelo rojo chillón se le veía a kilómetros de distancia. ¡No le matéis,
las patas para alzarme y olisquear las ramas superiores. ¡No encontraba nada! ¡Maldita sea! quiero ver qué quiere!, les ordené. Tal vez él supiera algo del asunto de Nessie, si no, ¿por
¡Jake!, me llamó Quil. Mis compañeros ya me habían encontrado. qué iba a venir solo? Seguramente, era un mensajero o algo. Nos limitamos a esperarle, a la
¡Ha escapado por los árboles!, les avisé. ¡Tenemos que desplegarnos y rastrear cada rincón defensiva. Nos observó durante un rato mientras se acercaba, ahora más despacio, puede
del bosque, en algún sitio ha tenido que bajarse! ¡Pillad bien ese asqueroso olor! ¡Ya lo que con precaución, la sorpresa de la última vez no parecía haberle gustado mucho y
tenemos!, respondió Paul por todos. Los siete lobos y yo nos abrimos como un abanico y actuaba más precavido. Emití un gruñido amenazador, mostrándole mi dentadura, cuando
comenzamos a olisquear cada palmo de la espesura, centrándonos especialmente en los me pareció que ya estaba lo suficientemente cerca, y se paró.
troncos y en las zonas que delimitaban los árboles. No fue difícil repartirnos las zonas, todo - Saludos, Gran Lobo. Su voz era tan extremadamente grave, profunda y vieja, que todos
salió automáticamente, estábamos muy acostumbrados a trabajar juntos y cada uno de nos estremecimos, pude notar cómo el lomo de Paul se ponía de punta. Sin embargo, algo
nosotros sabíamos la parte que habían rastreado los otros, podíamos verlo en nuestras más captó mi atención. ¿Cómo sabía que yo era el Gran Lobo?
mentes y si alguno se despistaba, era avisado por otro. Jake, me llamó Seth. Dime. - Vengo a traerte un mensaje. Ya lo sabíamos, imbécil, respondió Embry. Venga,
Ya he avisado a los Cullen y le he dado la jeringuilla a Carlisle, como me dijiste. Dios, desembucha, acompañó Isaac. Asentí levemente para que siguiera, sin cambiar de postura
todos podíamos escuchar los gritos histéricos y desesperados de Bella. ¡Haz el favor de ni actitud.
alejarte un poco de ahí, ¿quieres?!, le regañé. Se me estaba atragantando un nudo en la - Tu compañera está bien, pero si quieres volver a verla, tú y los Cullen tendréis que estar
garganta y la ira estaba apunto de volver a dominarme. Perdón, no me di cuenta. en este sitio mañana a las doce del mediodía – anunció, estirando la mano para ofrecerme
Mantenles informados, le dije. Sí, lo haré con los que están aquí, porque Edward, Emmett, un mapa doblado -. Como verás, está bien señalizado. ¡¿Se cree que somos tontos o qué?!,
Rosalie y Alice están de camino, van hacia allí. Jasper se ha quedado para calmar a Bella. gruñó Quil. Le hice una señal con los ojos y la cabeza para que lo tirara en el suelo y así lo
Está muy nerviosa, tío. Quería ir también, pero Edward no la dejó, según él está un poco… hizo. Entonces, dio unos pasos hacia atrás con precaución, retirando su labio, se dio media
¿cómo dijo? Ah, sí, enajenada. Ya podía imaginármelo, y más con los gritos que había vuelta y se piró a toda mecha, tanta, que solamente se veía una raya naranja alejándose.
escuchado antes. Bien. Bueno, supongo que Edward podrá encontrarnos de sobra. Tú no Cambie de fase, me puse los pantalones con prisa y agarré el mapa para verlo. Mis
cambies de fase y estate atento. Cuida también de Bella, ¿vale? Mantenla informada, compañeros hicieron lo mismo después que yo.
reiteré. Vale. - Conozco este sitio, queda cerca del Lago Pleasant [1] – señalé.
Mejor. Los Cullen también podían moverse por los árboles y nos sería más fácil encontrar - Pues vaya un sitio que han escogido para este asunto tan agradable – protestó Shubael.
pistas. Aunque no hizo falta. ¡Jake, aquí vuelve el rastro! Seguí el olor de Shubael con más Guardé el mapa en mi bolsillo y mi mano empezó a rascarme la nuca con nerviosismo.
que diligencia. Enseguida vi el árbol que me mostraban sus ojos y me apresuré a donde se ¿Ya estaba? ¿Esto era lo único que podía hacer? ¿Esperar hasta mañana para recuperarla,
encontraba. En pocos segundos, me planté a su lado para olisquear la zona. El resto de mis para verla, para estrecharla entre mis brazos?
hermanos hicieron lo mismo que yo y comenzaron a seguirme por el camino que mi hocico - Tranquilo, tío – me dijo Embry, dándome una palmada en la espalda para calmarme -.
iba descubriendo. Hasta que mis patas se pararon en seco y tuve que recular a toda Todo saldrá bien, ya lo verás.
velocidad, empujando a los otros hacia atrás. ¡Brooooom! - No…, no puedo esperar hasta mañana – gruñí, yendo de aquí para allá con ansiedad -.
Un camión no me llevó la mollera por delante de milagro. ¡Mierda!, mascullé, Esto es cosa de los Vulturis, esa sanguijuela trabaja para ellos. Ni siquiera nos ha dicho qué
moviéndome con nerviosismo. La pista se pierde aquí, eso quiere decir que se la llevaron es lo que quieren, ni qué buscan, ni si van a venir ellos… ¡ni nada! ¡Y ella va a estar
en coche, dedujo el listo de Collin. ¡Eso ya lo sé!, gruñí. ¿Y qué hacemos ahora?, preguntó rodeada de esos vampiros que olerán su sangre! ¡Va a estar con ellos toda la noche, ¿y yo
Quil con preocupación. ¡No tengo ni idea! ¡No tengo ni idea!, clamé sin dejar de pasear ni tengo que esperar?! – grité, desahogando mi enorme rabia pegándole un puñetazo a una
mover el rabo con inquietud. ¡¿A dónde se la habían llevado?! ¡¿Qué iba a hacer?! ¡Mi rama que salió volando en cuatrocientos mil pedazos.
Nessie! ¡Mi ángel! ¡¿Quién se la había llevado?! ¡¿Estaría bien?! - ¡Tranquilízate, Jacob! – voceó Edward a mis espaldas -. ¡No conseguiremos nada
A medida que mi sesera se iba haciendo más y más preguntas, notaba cómo mi sangre se dejándonos llevar por el pánico! Lo que yo sentía precisamente no era pánico…, era odio.
transformaba en fuego de nuevo. ¡Si a alguien se le ocurría tocarle un solo pelo…! Un Un odio agudo y profundo. Un odio que empezaba a clavárseme en el estómago como si
apestoso olor conocido que se acercaba a toda velocidad nos hizo ponernos en alerta al fuera una estaca de hierro candente y que se retorcía por dentro con saña. Sin embargo,
instante y mi cola se irguió automáticamente. tampoco tenía tiempo para sentir ese odio, ni éste era suficiente para paliar el revoltijo de
¡Atentos! ¡Ese asqueroso efluvio es el de Enguerrand!, advertí con un gruñido, sentimientos que me aguijoneaban el cerebro. Porque sobretodo estaba Nessie, mi Nessie, y
encrespándome y agazapándome a la espera. ¿Tendría él algo que ver con esto? Me quedé no podía evitar sentirme impotente, desesperado y frustrado por no poder hacer nada.
a la cabeza, Quil y Embry enseguida me flanquearon y el resto ocupó sus puestos por - Tenemos que esperar hasta mañana – me dijo Edward con un rostro que rallaba la agonía,
aunque intentaba disimularlo poniendo una nota de entereza en la voz -. No tenemos otra - ¡¿Es que sólo va a venir el aquelarre de Denali?! – sollozó con desesperación.
opción. No tenemos más pistas, ni siquiera sabemos su paradero para poder actuar. - Tranquilízate, Bella – le repitió Edward. Su voz sonaba tan agónica, que era incluso
- Por lo menos, sabemos que la tienen los Vulturis – añadió Emmett. ridículo esperar que ella le hiciera caso.
- Eso es lo que me da un poco de sosiego – declaró Edward -. Ellos no la tratarán mal, son - Jasper, haz algo – susurró Esme.
muy corteses. - Esto es todo lo que puedo hacer – lamentó él -. Hago todo lo posible, pero ella está
- ¡¿Corteses?! – protesté con incredulidad, sin dejar de moverme -. ¡Por Dios Santo, demasiado alterada.
Edward, la han secuestrado! - ¡Han drogado a mi hija y se la han llevado, ¿cómo quieres que esté?! – replicó ella,
- ¡Ya lo sé! – bramó, sacando fuera toda la desesperación que él también sentía -. ¡Pero furiosa. Sus duras palabras me lo recordaron. Drogado. La habían drogado. Eso era peor de
ellos la tratarán bien, como a una invitada! Apreté los dientes con fuerza, cerré los ojos e lo que yo había supuesto al principio. La jeringuilla contenía una droga que la había
intenté aferrarme yo también a esa estúpida idea. paralizado y la había dejado grogui. No habían podido dormirla para que no se enterara de
- ¿Queréis dejar de gritar, por favor? – se quejó Alice, llevándose las manos a las sienes -. nada y sufriera lo menos posible, no, la habían tenido que meter eso en el cuerpo,
Me duele mucho la cabeza. ensuciándolo, mancillándolo con esa mierda sin que les importara un comino las reacciones
- Es mejor que vayamos a casa – intervino Rosalie, que estaba un poco más atrás, con los que eso pudiera provocar en su organismo medio humano.
brazos cruzados -. Aquí ya no hacemos nada, y Alice estará mejor allí. Va a tener muchos No me pude contener. Me había pirado de la casa cuando el doctor me había desvelado eso,
dolores de cabeza mientras el chucho y Nessie estén separados. Mi gruñido fue secundado pero ahora ya no era suficiente. Mi cabeza bajó hasta mis manos para que aferraran mi
por el resto de mis hermanos. pelo, encerrándolo entre los dedos con ira. Me tenía que ir. Tenía que largarme a otro sitio
- ¡Hoy no estoy para bromas, rubia! No dijo nada, se limitó a alzar la cabeza hacia un lado donde no escuchara más lamentos ni más impotencia. Ya tenía bastante con soportar la mía
con petulancia. propia y este horrible dolor de estómago que ya comenzaba a ulcerarme por dentro. Podía
- Pero tiene razón – suspiró Edward con una resignación nerviosa -. Vayamos a casa, no notar la acidez de éste regurgitándome por la garganta.
tenemos más remedio que esperar. Pues yo no pensaba quedarme con los brazos cruzados. Me levanté de mi oscuro rincón y salté la barandilla del porche para correr hacia la
- Id vosotros, Bella te necesita a su lado. Yo me voy a la Push – le anuncié -. Quiero espesura del bosque nocturno. Ni siquiera me molesté en no hacer ruido. Seguramente los
organizar bien a mi manada. Cullen podían escuchar perfectamente las pisadas de mis pies descalzos sobre el terreno
- Bien, como quieras – aceptó. Hundí la mano en mi bolsillo y saqué el plano. mojado. No corrí en mi forma lobuna, pero adquirí gran velocidad, esquivando todo
- Toma. Este es el mapa con el sitio al que hay que ir – le dije, entregándoselo -. Nosotros aquello que se plantaba a mi paso, y lo que osaba a interponerse, lo quitaba del medio de
iremos a inspeccionar la zona para estudiar las posibles emboscadas, por si tenemos que una patada o a puñetazo limpio. El desbordante odio que sentía y que perforaba mi
atacar. Me pasaré por vuestra casa cuando terminemos, ya te contaré. Me fijaré bien en estómago cada vez con más rabia iba en incremento por cada minuto que la mantenían
todos los detalles de los alrededores para que los veas. retenida, drogada. Apreté los dientes al pensar en esa sucia palabra.
- De acuerdo – volvió a asentir -. Carlisle ya ha empezado a llamar a nuestros aliados, así Tenía que ir allí, al único sitio que rebosaba paz. Era una paz dolorosa, sin embargo,
que no estaremos solos. Nosotros también idearemos algo. necesitaba ir allí y flagelarme. Sí, era un poco masoquista, pero me urgía. Era el único
- Bien. Les hice un gesto con la cabeza a los chicos y nos perdimos a toda velocidad por el lugar en el que podía estar cerca de ella y sentirla conmigo, el único sitio en el que podía
bosque. estar a su lado, apoyándola, como si de un santuario se tratase, solo que no de muertos, un
santuario para estar cerca de su alma viva, un centro de comunicación a distancia. Sabía
ESTÚPIDOS CHUPASANGRES. que era algo muy estúpido, pero me pareció que Nessie a lo mejor podría notarme con ella
MENOS MAL QUE ESTAMOS LOS LOBOS si iba allí.
La fina capa de llovizna cubría el bosque de neblina, pero eso no impidió que divisara el
- ¡Es mi hija, yo también iré! – bramó Bella en el interior de la casa. lugar que buscaba sin problemas, sería capaz de llegar allí hasta con los ojos cerrados.
- Está bien, cariño. Tranquilízate, por favor – murmuró Edward -. Te necesitamos, pero Disminuí la velocidad y me paré cuando por fin llegué a nuestro tronco.
tienes que calmarte, aún no sabemos lo que quieren. Me quedé estancado como un imbécil, mirándolo durante un buen rato. La bruma y la
Aunque estaba sentado en el suelo del porche intentando huir de todo ese caos, todo mi lluvia enmugrecían el lugar, haciendo que el tronco se viera vacío, fosco, sin vida. Casi
cuerpo estaba en tensión, y cada vez que oía las voces del interior de la casa, mis manos se parecía tétrico entre tanta oscuridad y tanta humedad. Aún así, decidí sentarme.
transformaban en puños rabiosos. Apoyé la cabeza en la fachada y cerré los ojos, apretando Por fin sentía algo de paz. El lugar estaba rodeado de los sonidos nocturnos del boscaje: los
los párpados igual de fuerte que mis dedos. grillos, los búhos, el ruido de la corriente del río que corría no muy lejos de allí, los sapos y
- ¿Qué te ha dicho Amun, Carlisle? – exigió saber ella con ansiedad, después de que se ranas que lo habitaban; y nada de lamentos, ni lloros, ni desesperación, que ya me iban a
escuchara el clic de la tecla del teléfono móvil. Me imaginé que el doctor había negado con volver loco. Por supuesto, ese lugar estaba lleno de recuerdos que me flagelaban como
la cabeza cuando Bella volvió a chillar histérica. latigazos, éstos me cizañaban diciéndome que Nessie no estaba allí, pero también me
aferraban a ella, me avisaban de que jamás la podrían separar de mí, por mucho que la se entrelazaban para unirse en una sola. Nunca pensé que iba a ser así, ni en mis mejores
alejasen físicamente. sueños con ella, ni en aquellas tantas veces que la imaginaba entre mis brazos cuando aún
Eso me tranquilizó un poco durante un instante, sin embargo, mis agitadas neuronas no no estábamos juntos y ya soñaba con tenerla…
podían dejar de darle vueltas al por qué se la habían llevado a ella y no a mí, que era el que ¿Cómo iba a ser eso algo aberrante? Aunque, claro, eso ellos no lo iban a ver, con que
Aro quería. Y la respuesta era más que evidente. Los Vulturis sólo vendrían hasta aquí con supieran todo ese rollo de los genes bastaba. Intenté tranquilizarme un poco aferrándome a
todo su séquito y dejarían Volterra para llevarse una adquisición muy preciada, tal y como esa idea, a que cuando esos viejos decrépitos y pasados de rosca vieran las pruebas de
nos había dicho Eleazar años atrás, ese vampiro capaz de ver los dones que había formado Carlisle mañana, ya no podrían alegar nada y tendrían que pirarse con el rabo entre las
parte de su guardia en el pasado y que los conocía tan bien. Aro me quería a mí, estaba piernas, como habían hecho hacía seis años, y recuperaríamos a Nessie sana y salva. Todo
encaprichado conmigo, e iba a hacerme chantaje, porque no había conseguido atraparme iba bastante bien, hasta que mis dedos palparon un relieve extraño por detrás del tronco y,
con aquellos sucios trucos. Querían un cambio, yo era el precio por su rescate y, desde no sé por qué, me dio por mirar ahí. Me giré y me incliné hacia atrás para poder verlo
luego, me entregaría sin pensármelo dos veces para que ella estuviera a salvo. mejor y, cuando lo hice, la bilis de mi estómago volvió a revolverse al sentir el enorme
Pero eso también suponía separarme de Nessie para siempre y sabía que ella, al igual que pinchazo que me taladró de nuevo. Era una inscripción con una letra torpe e infantil. Nessie
yo, no podría superarlo, no podríamos vivir separados. Mi estómago se retorció de nuevo, y Jake, rezaba, junto a un corazón mal hecho y la fecha en la que ella lo había grabado a
secretando sus fluidos gástricos con cólera. Los Vulturis estarían encantados de separarnos, pulso en la corteza a sus casi cinco añitos. Jamás lo había visto antes, nunca me había
claro. Para ellos nuestra relación era una aberración, así mataban dos pájaros de un tiro. Y fijado y llevaba ahí todos estos años. Todos los recuerdos se insertaron en mi cerebro a
usarían eso delante de los testigos para conseguir atraparme sin que se notase. Un castigo al fuego, pasando lentamente, flagelándome otra vez, solo que, esta, los latigazos se
depravado lobo por enamorarse de una semivampiro, o tal vez un compasivo indulto a incrustaban como si llevasen clavos y me desgarraban con ensañamiento.
cambio de que les sirviera. ¡Aj, me daban asco! Su forma de actuar no era sincera, no iban Mientras mis dedos lo repasaban, me acordé de ese día y caí en la cuenta. Lo vi nítido y
de frente, eran unos hipócritas sin agallas que no podían quedar mal delante de las demás cristalino como el agua. Hacía poco que había empezado la espera para nuestro primer
sanguijuelas idiotas que los seguían, no podían permitir que su imperio se tambalease. encuentro con los Vulturis y la casa de los Cullen estaba llena de todos aquellos
Volví a sentir la urgencia de ir tras esos decrépitos chupasangres para terminar con ellos de vampiros friquis aliados. Nessie estaba esperándome en este sitio con sus padres y cuando
una vez por todas, aunque eso me costara la vida. Con liquidar a ese chiflado de Aro, me yo llegaba de la Push, de coordinarme con Sam para lo que esperábamos iba a ser una
conformaría. No entendía por qué Nessie y yo teníamos que aceptar sus estúpidas y batalla, la veía haciendo algo detrás del tronco. Entonces no le di importancia, pensaba que
absurdas leyes. Después de todo, nosotros no pertenecíamos a su mundo, no tenían derecho estaba jugando con algo. Luego, nada más verme, se incorporaba y corría hacia mí para
a meterse en nuestras vidas como si fuesen los dueños del universo. Nosotros no éramos abrazarme… Había grabado esto en nuestro tronco para que quedase en el recuerdo por
vampiros, y no tenían que meter sus asquerosas narices donde nadie les llamaba. Bueno, siempre, o tal vez para que yo lo viera y me animase…
vale, Nessie era medio vampiro, pero también era un metamorfo, como yo, nuestra relación Todo aquello lo había soportado porque ella estaba a mi lado. Todas las miradas por
ya no sería una extravagante aberración para ellos. Estúpidos chupasangres con prejuicios. encima del hombro, todas las veces que me habían ignorado como si fuera el incordiante
Bueno, vale, Carlisle tenía que demostrarles eso con las pruebas que ese tal Louis le había perro de la familia, todos los comentarios humillantes sobre los lobos, lo había aguantado
enviado desde París. Bueno, vale, para que el doctor pudiera demostrarlo, no me quedaba gracias a Nessie, porque ella era lo más importante. Y ella siempre sabía lo que me pasaba,
más remedio que dejarles con vida, al menos de momento. me comprendía, me calmaba, me alentaba colocándome su manita en la mejilla,
Entonces ya no podrían alegar nada en nuestra contra delante de los testigos para conseguir diciéndome que no me preocupara, que yo era mejor que todos ellos juntos. Aun siendo tan
su objetivo, porque no les quedaría otro remedio que ver la verdad. Que Nessie y yo pequeñita, ya me entendía y me apoyaba… Sin poder evitarlo, mi mente proyectó el rostro
estábamos hechos el uno para el otro, que éramos totalmente compatibles. De hecho, angelical de Nessie, su risa, su largo y brillante cabello broncíneo, su voz dulce, sus
genéticamente yo era el más compatible con ella para la reproducción, más incluso que otro preciosos ojos castaños, su maravilloso aroma, sus caricias, sus besos, su cuerpo sublime y
semivampiro o cualquier otro metamorfo. Una prueba de ello era su semana de celo. Ella perfecto, su coraje, su pasión, su bondad, su amor… Evocó la primera vez que mis dedos
sólo estaba en celo para mí, porque, aparte de nuestro vínculo, que era la causa que lo sintieron su luminosa y sedosa piel y mi piel sus dedos, la calidez de su aliento en mis
provocaba, sólo yo era el más idóneo para concebirle un hijo. Sólo mis genes eran los labios, nuestro primer beso, los besos que estuvimos apunto de darnos, el beso eterno bajo
perfectos para mezclarse con los suyos. Bueno, no tenía nada que ver, pero solamente había la lluvia que nos hizo darnos cuenta de su imprimación, sus labios tiernos, cálidos y suaves,
que ver nuestras relaciones sexuales. El sexo entre nosotros era increíble, tan fácil y la primera vez que los sentí sobre mi piel, la primera vez que vi su deslumbrante cuerpo
natural, tan intenso y sentido, mágico. Esa energía que sentíamos fluir a nuestro alrededor desnudo, nuestra primera, apasionada e intensa vez, aquella escapada de noche bajo la
al besarnos, explotaba del todo cuando hacíamos el amor y lo convertía en algo más lluvia… La enorme impotencia y esa desesperación que llevaba toda la tarde
inmenso que eso. Era mágico y especial, nos envolvía y nos llevaba a otro mundo martilleándome se instalaron otra vez en mi cabeza, clavándose con inquina en mis
completamente diferente. Por supuesto, era algo físico, para qué lo íbamos a negar, pero torturados sesos como si de una aguja fina y afilada se tratara. Cerré los ojos para ver si me
también espiritual. Nuestro enorme vínculo se hacía notar y sentíamos cómo nuestras almas aliviaba un poco, pero otro recuerdo saltó en mi cerebro como un resorte. Nessie y yo
estábamos en la pradera del lago, dentro del agua cristalina de ese estanque natural. Ella se creerlo.
encaramaba a mí, rodeándome con sus largas piernas, se doblaba hacia atrás con esa - Si vieras la crisis que está pasando Bella, no pensarías eso – declaró, mirando al horizonte
flexibilidad y agilidad suya mientras yo la sujetaba, y se balanceaba de un lado a otro para con sobriedad -. Lo que viste el otro día sólo es la punta del iceberg.
mojar su preciosa y tupida melena. Siempre que hacía eso, me volvía loco. Sus - ¿Crisis? Ella me dijo que estabais mejor que nunca – respondí, volviendo la vista a mi
kilométricos cabellos se alisaban y su color broncíneo adquiría un tono más oscuro, aunque izquierda.
seguían brillando como un espejo, quedaban flotando en el agua y bailaban al son de su - Sí, nosotros estamos bien – ratificó -. Sin embargo, ella está pasando por la típica
suave movimiento. Mientras, el sol hacía que su piel se volviera aún más luminosa y turbación por la que tenemos que pasar todos los vampiros cuando transcurren ciertos años
especial, haciendo que su hermoso rostro y su espectacular cuerpo desnudo fueran todavía desde la transformación.
más angelicales, divinos. Sí, era una diosa. Yo notaba cómo mi cara se iba quedando más - ¿La típica turbación? – le miré de nuevo.
embobada por momentos, seguro que ahora mismo también la tenía por sólo recordarlo. La - Todos nosotros pasamos una época bastante mala cuando te das cuenta del estancamiento
imagen parecía tan real, que si estiraba la mano, casi podía tocar su pecho de verdad… al que tienes que estar sometido mientras el mundo sigue girando a tu alrededor – empezó a
- ¿Qué tal lo llevas? El impacto que esa inesperada voz le estampó a mi distraída sesera explicar pausadamente -. Es una época de muchas preguntas y mucha confusión en la que
provocó un acto reflejo que me hizo pegar un bote en el tronco y me puse de pie, a la tienes que encontrarte a ti mismo de nuevo, y no es fácil. Normalmente, tarda unas
defensiva. décadas, cuando la gente que conocías y que querías fallece y te das cuenta de que tú
- ¡Mierda, Edward, me has asustado! – gruñí cuando vi su pálido rostro entre las sombras, continúas en el mismo estado, petrificado, ni siquiera puedes despedirte de ellos, decirles
incorporándome. El color de su cara no era lo único que palidecía. adiós, ni siquiera puedes ir a su funeral o a su entierro; entonces añoras todo lo que tenías
- Lo siento - se disculpó -. ¿Puedo sentarme a tu lado? La verdad es que no me apetecía en el pasado o todo lo que podías haber tenido y te preguntas si merece la pena vivir
nada tener compañía, y menos a él, que podía ver todo lo que pasaba por mi mente. Prefería eternamente. Sin embargo, a Bella parece que se le haya adelantado, aunque no a tal
pasar mi calvario personal en soledad, sin tener que compartirlo con nadie ni tener que extremo. Para empezar, hecha mucho de menos a Renesmee. Ellas estaban muy apegadas,
juntarlo con el de los demás para llevar todo el lote encima, el mío ya pesaba bastante. pero a medida que la niña iba creciendo, se iba alejando más de ella para unirse a ti. Y por
- No te molestaré mucho tiempo – se adelantó a decir, después de escanear mi recalentado supuesto, también influye el hecho de que no puede ver a Renée, a la que estaba muy
cerebro. Suspiré y me volví a sentar. unida, pero ahora, además, se ha sumado el repentino alejamiento al que se tiene que
- Haz lo que quieras, estamos en un país libre – le contesté con desgana, cruzándome de someter de Charlie, de Renesmee y de ti…
brazos y mirando hacia otro lado. Tampoco necesitaba ver su semblante atormentado, eso, - ¿Crees que se arrepiente de haberse transformado?
además, haría que me sintiera culpable y egoísta. El vampiro tomó asiento a mi lado y se - No sé qué decirte, la verdad – se quedó pensativo durante dos segundos -. Sí, en parte,
quedó mudo. Hubo un instante en el que tuve que mirar de reojo para ver si seguía ahí, ya pero no. Me explico. Sí, porque creo que ahora que Renesmee ha crecido y está contigo, ha
que no se escuchaba ni su respiración, aunque me imaginé que delante de mí no le hacía visto la vida que podía haber llevado ella como humana a tu lado y sabe que hubiera sido
falta tomar aire para disimular. Al hacerlo, vi de nuevo su cara de sufrimiento y empecé a muy feliz. Contigo, no hubiera tenido que renunciar a nada, incluso podía haber tenido
sentirme un poco mal por ser tan cortante. Justo lo que no quería. Mierda. muchos hijos, cosa que ahora es imposible. Sé que ella piensa en esto a menudo y que es
- ¿Cómo está Bella? – le pregunté para quitarme ese peso de encima, aunque lo cierto es uno de los motivos que la afligen y la aturden. Renesmee ha crecido demasiado deprisa y
que también me preocupaba su estado mental, en las últimas horas no había hecho más que no le ha dado tiempo a saborear la maternidad. Ella no me dice nada, por supuesto, ya la
chillar y llorar como lloran los vampiros, sin lágrimas. conoces, pero yo sé que le gustaría tener más hijos, niños que crecieran a un ritmo humano,
- Se ha calmado un poco y parece que Jasper ya puede hacer su trabajo con más facilidad – y, como dije antes, eso ahora es imposible. Y no, porque estar conmigo eternamente era lo
me contestó -. Ahora está más tranquila, por eso he venido hasta aquí. Quería ver cómo que más deseaba del mundo y sé que es más feliz a mi lado, aun con todo a lo que ha tenido
estabas tú, me pareció que estabas pasando un mal rato en el porche. que renunciar. En realidad, no creo que tenga que ver con la transformación en sí, más bien
- Bueno, aquí estoy – manifesté, encogiéndome de hombros. Se hizo un silencio bastante con las cosas y las personas a las que tiene que renunciar y que nunca volverán a estar ahí.
incómodo en el que a mí me hubiera gustado seguir a solas, saboreando a mis anchas mi Como tú. Inevitablemente, en estos momentos, por la turbación que la afecta, Bella sigue
enorme rabia e impotencia sin que nadie pudiera meterse en mi cerebro para chafarme el amándote, pero sabe que no puede tenerte porque tú perteneces a Renesmee y porque me
plan. ama más a mí. El sentimiento de culpabilidad y el darse cuenta de que te tiene que dejar
- Sobre el tema de Bella y su declaración del otro día… - habló finalmente. ¡Uf! Lo que me para siempre añade otro peso a la báscula, también se suma a todo lo anterior para hacerla
faltaba. No estaba de moral para peleas. sufrir.
- Mira, no tengo muchas ganas de hablar de eso ahora, la verdad – le espeté, cansado. - Así que todo se debe a una turbación que os da a los vampiros. Ya me olía yo que le
- Solamente quería darte las gracias por haber sido tan comprensivo con ella – me soltó de pasaba algo raro, aquella reacción no era normal.
sopetón. No quería, pero mi rostro se giró él solo para mirarle con sorpresa e incredulidad. - ¿Lo dices porque también intentó besarte? – me quedé paralizado durante dos segundos y
Sí, su mirada del otro día no me había engañado. Me lo estaba agradeciendo. No podía le miré con precaución. Su blanca cara estaba seria, pero no parecía enfadado. Edward
radiografió mi mente llena de preguntas y suspiró – Bella me lo contó, por supuesto, entre - En fin, ya te dejo solo – dijo, levantándose -. Deberías dormir un poco, Jacob, ya son las
nosotros no hay secretos – declaró, mirando al frente. Genial. tres de la mañana. Si quieres, puedes hacerlo en la cama de Renesmee.
- ¿Y a ti no te importa que intentara besarme, que ella siga queriéndome, aunque sea por - ¿Para ponerme a llorar cuando huela su efluvio? No, gracias. Lo dije tal cual lo sentía,
una turbación? – le pregunté con escepticismo. total, podía verme la mente.
- Sí, claro – admitió -, pero sé que, aún ahora, me quiere más a mí y que esto sólo será un - Entonces, deberías ir a tu casa y procurar descansar – me aconsejó.
minúsculo capítulo oscuro en nuestra vida eterna juntos – agregó -. Además, yo no soporto - ¿Es que ahora eres mi padre? Dormiré aquí, si veo que me entran ganas – le contesté,
verla así, quiero que sea feliz, por eso me pareció bien que te lo dijera, para que se malhumorado.
desahogase y se olvidara de ti de una vez por todas. - ¿Vas a pasarte aquí toda la noche? – preguntó, preocupado. Genial. Ahora ya me estaba
- Vamos, no seas cínico. Sabías de sobra que yo ya no siento nada por ella y que la iba a haciendo sentir culpable otra vez por ser tan borde.
rechazar, por eso lo permitiste - le achaqué, negando con la cabeza al ver lo evidente que - No te preocupes, ¿vale? Soy mayorcito, sé cuidarme solo – repliqué, un poco más suave.
era. - Está bien, como quieras – por fin se giraba para largarse, pero entonces, algo se le debió
- Bueno, tampoco soy tonto, ¿sabes? – reconoció, soltando una pequeña risita apagada por de pasar por la cabeza, porque se dio la vuelta y se quedó frente a mí, mirándome durante
la situación en la que nos encontrábamos en estos momentos -. No soy tan patoso como un rato -. Quiero que sepas que te aprecio, Jacob – me confesó de repente. Guay. Otra cosa
para entregarle la mujer que amo a otro hombre así por las buenas, y mucho menos a ti. más que añadir a mi larga lista de culpabilidad -, aunque siempre hayas sido
- Sí, ya lo sé… - murmuré. Ambos nos miramos y nos sonreímos con una camaradería que un incordio para mí – minimizó, sonriéndome con malicia -. Pero sé todo lo que amas a mi
me pareció hasta extraña, aunque esa sonrisa solamente duró un par de segundos, puesto hija, sé que incluso darías la vida por ella, y eso puede con todo lo demás. Ya te dije una
que mi mente estaba centrada en otro asunto muchísimo más importante. vez que pienso que no habría nadie mejor para ella que tú, y cuando nos marchemos, lo
- ¿Cuántos aliados van a venir? – quise saber, cambiando de tema. haré tranquilo y satisfecho, porque se queda contigo. Que no salga de aquí, pero estoy muy
- De momento, el aquelarre de Denali – suspiró -. Alice está con Rosalie en el aeropuerto, orgulloso de que mi hija se haya enamorado de un hombre como tú. Eso último no me lo
esperándoles. Aunque ha alquilado un avión privado para ellos, no llegarán hasta por la esperaba y me dejó completamente K.O. Pude notar cómo mi rostro dejaba ver mi estado
mañana, pero prefiere estar allí, se encuentra mejor lejos de ti. atónito y me quedé planchado en el asiento sin poder decir nada. Edward se giró otra vez y
- ¿Y qué pasa con el resto de vuestros amigos? se piró como una exhalación, mezclándose con el espeso y oscuro follaje del bosque. Seguí
- Amun se ha negado. Ya sabes que tiene a Benjamín, que es capaz de manejar los en estado de shock durante unos minutos, intentando rumiar sus últimas palabras. Jamás en
elementos de la tierra – me miró para ver si yo me acordaba y siguió hablando cuando vio mi vida me hubiera imaginado que Edward iba a decirme algo así a mí, y menos después de
que de algo -. Pues bien, no quiere volver a exponerlo ante los Vulturis, por miedo a que se lo ocurrido con Bella el otro día. ¡Arg! Tenía tantas cosas acumuladas en la cabeza, que ya
lo quiten. la sentía como un bombo. Puede que Edward tuviera razón y fuera mejor que durmiese un
- Menudo idiota – murmuré, girando la cabeza hacia el otro lado. poco, por lo menos intentar descansar. Después de todo, necesitaba estar fresco y despejado
- Kachiri, Senna y Zafrina han dicho que sí, pero tienen que venir desde las Amazonas y es para lo que me esperaba al día siguiente. Para recuperar a Nessie. Me puse de pie, me quité
evidente que no les va a dar tiempo a llegar, aunque nos han dicho que harán todo lo los pantalones, los até a mi cinta de cuero y entré en fase, desconectándome
posible. Y lo mismo pasa con Maggie, Siobhan y Liam. Irlanda no queda cerca, tampoco. automáticamente del resto de la manada. Me fui a la parte trasera del tronco y me eché allí,
- ¿Y esos dos tan espeluznantes? Ya sabes, los rumanos. Esos dos tienen muchas ganas de donde podía ver la inscripción que había grabado mi pequeña Nessie para darme ánimos.
acabar con los Vulturis, ¿no? Nessie y Jake. Por supuesto, no pegué ojo en toda la noche, así que me levanté al alba y me
- ¿Stefan y Vladimir? Sí, pero no hemos sido capaces de contactar con ellos y no nos da puse en contacto con la manada para que se dirigieran al sitio comunicado por el vampiro
tiempo a ir a avisarles. pelirrojo. Ya habíamos estado el día anterior, así que no hizo falta que les explicara nada,
- Ya, supongo que esas momias están un poco anticuadas y no usan teléfono y esas cosas. todos sabían lo que tenían que hacer. Podía haber ido directamente hacia allí, pero rodeé un
Mi estúpida frase le debió de parecer un chiste, porque se le curvó la comisura del labio y poco para poder pasarme por delante de casa de los Cullen, así Edward leería mi mente,
no pudo reprimir una risa entre dientes. sabría mis planes y podríamos encontrarnos en ese sitio más tarde. Estaba tan nervioso,
- Sí – dijo. cabreado y ansioso por encontrarme con Nessie, que mis patas corrieron más rápido de lo
- Bueno, ¿y todos aquellos nómadas? ¿Qué pasa con ellos? habitual para llegar a ese lugar cercano al Lago Pleasant. Había desconectado mi mente
- Peter y Charlotte no quieren inmiscuirse en nada, creen que es demasiado peligroso, y el otra vez de la manada para poder pensar tranquilamente, así que cuando llegué al sitio y vi
resto no es posible localizarlos, no sabemos ni dónde están. a Sam, me sorprendí.
- Así que solamente contamos con vuestros amigos de Denali – farfullé con enfado. No le dije nada, él seguía formando parte de la manada y sabía que sentía el deber de
- Sí – asintió, observando el bosque con amargura. ayudar. Todos hubiéramos hecho lo mismo en su lugar. Cuando me vio, asintió con la
- Estúpidos chupasangres – mascullé, enrabietado -. Nunca confíes en una sanguijuela – me cabeza a modo de saludo. Le respondí con otro movimiento de tarro y volví a conectarme.
murmuré a mí mismo. ¿Qué tal está Emily?, le pregunté al llegar a su lado. Bueno, gracias al doctor Cullen,
empezó con la quimioterapia el martes. El oncólogo que la trata es muy optimista, según él, Thomas e Ivah en la Push para que vigilen la zona, pero tengo a diez repartidos, escondidos
lo hemos cogido en una fase muy primaria y cree que se recuperará pronto. Me alegro. Sí, entre los árboles, por si acaso hay que darles una sorpresita, le revelé. No me gusta enseñar
lo sé. Y quiero agradecerte todo lo que has hecho por nosotros, Jake. Si no llegas a hablar todas las cartas en la primera mano, ya sabes.
con el doctor Cullen… No empieces con eso otra vez, ¿quieres?, le regañé. Ya te dije que - Buena idea – aprobó. Luego, le explicó a Bella lo que yo le había dicho con una voz tan
no me costó nada convencer a Carlisle. En cuanto se lo mencioné, se ofreció él solo. baja, que tuve que mover la oreja en su dirección y agudizar mucho el oído para
Tengo que reconocer que es un buen tipo. ¿Y qué tal lo lleva Emily? En fin, no es un escucharlo. Leah y Sam me flanqueaban un poco más retrasados y los otros nueve se
camino de rosas, pero, de momento, lo lleva bastante bien. Aunque todavía es pronto, lo distribuían por detrás, en formación. Sin embargo, no eran sus miradas lo que notaba
peor está por llegar. Su madre se ha quedado con ella para cuidarla. pinchándome en mi nuca lobuna. Giré un poco la cabeza para mirar atrás y los de Denali
No tienes por qué estar aquí, le dije. Si quieres, puedes irte para estar con ella. Quiero pegaron un pequeño bote cuando los pillé observándome. ¿Qué les pasaba? ¿Es que no me
ayudarte a ti y a la manada, afirmó con firmeza. Vale, pero si esto se pone feo, márchate, le veían guapo o qué?
ordené. No dijo nada, se limitó a asentir con la cabeza otra vez. Era una orden y tenía que - Están impresionados – me reveló Edward con un cuchicheo también muy bajo. ¿Cómo?,
acatarla. Lo mismo le digo al resto, anuncié para todos. El que quiera irse, es libre de giré la cabeza hacia él, mirándole extrañado.
hacerlo. Un lobo nunca abandona a los suyos, declaró Leah. Somos una familia, estaremos - La última vez que te vieron, no eras tan enorme – explicó, echándome un vistazo desde
contigo y con Nessie a muerte, siguió Embry. El silencio del claro se vio roto por los abajo -. Están realmente deslumbrados, sobretodo Eleazar. Ha visto que tienes una especie
aullidos de apoyo. ¡Esos chupasangres se arrepentirán de esto!, aulló Paul. ¡Esto no nos lo de don espiritual o algo así. ¿Yo un don espiritual? Le miré bien para ver si me estaba
perdemos ni locos!, exclamó Isaac. Recuperaremos a Nessie, no te preocupes, me alentó tomando el pelo, pero su cadavérica cara no me mostraba nada de eso, más bien todo lo
Seth. Está bien, está bien, gracias a todos. contrario.
Carraspeé y me puse a comentar y a consultar con Sam las posibles opciones que teníamos - Sí. Piensa que lo tenías aletargado porque en aquel tiempo eras muy joven y que por eso
si al final había que luchar. A medida que pasaba el tiempo y se acercaba la hora, más se no te lo había visto. Eleazar nunca se equivoca – sentenció. Por supuesto, Jake. Eres Taha
notaba la tensión en el ambiente. Los chicos estaban ansiosos por luchar, aunque ya les Aki, el Gran Lobo, aclamó Seth, todo orgulloso, que le había dejado el puesto a Sam y se
había advertido que eso sería como ultimísima opción, y yo sólo lo estaba por recuperar a encontraba detrás de éste, junto a Quil y Embry. Bella me sonrió, aunque su sonrisa estaba
Nessie sana y salva, por volver a estrecharla entre mis brazos, por besarla. degradada por la preocupación y el nerviosismo que sentía en esos momentos. Iba a
Empecé a ponerme un poco nervioso cuando ya casi era la hora y la familia de Nessie no discutir eso, pero mi mente se centró en lo importante cuando percibí un movimiento
aparecía. Ya estábamos todos en nuestros puestos, esperando, y ellos sin aparecer. ¿Es que rapidísimo en las hojas, a lo lejos. ¡Atentos!, avisé.
Edward no me había leído la mente cuando pasé junto a su casa? Por fin, los Cullen - ¡Ahí vienen! – lo hizo Edward para el resto. Todos nos envaramos, Bella y Edward
salieron con rapidez de entre los árboles que bordeaban el pequeño claro, junto a sus amarraron sus manos con fuerza y nos quedamos a la expectativa.
amigos de Denali – Tanya, Eleazar y Carmen, Kate y Garrett -, y se pusieron a nuestro lado
en un abrir y cerrar de ojos. QUE ME ARRANQUEN
LOS OJOS SI ESTO
Sam hizo un movimiento de cabeza para saludar a Carlisle y éste le correspondió con otro. ES CIERTO
Entendí entonces que, aparte de a mí y a la manada, también había venido para ayudar a los
Cullen, después de todo, se sentía en deuda con ellos. Tanya y los suyos nos miraron un La caja torácica de Bella no fue la única que empezó a vibrar con un rugido. Mi tórax
tanto cautelosos, ellos no estaban acostumbrados como los Cullen a nuestra presencia, pero también retumbó con contundencia cuando vi que los individuos que salían de la primera
me llamó la atención la forma en la que me miraron a mí. Abrieron los ojos como platos y línea de árboles que bordeaban el claro no eran los Vulturis con su séquito y que Nessie no
Eleazar le sopló algo a Carlisle en la oreja, algo a lo que éste le respondió. estaba. Los cinco espectros encapuchados caminaron con sincronización total y arresto. Se
Me fijé también en aquél vampiro nómada llamado Garrett. Ya no era nómada, puesto que acercaron a un paso tan marcado y cadencioso, que ya empezaban a desesperarme, y se
había venido en las Navidades con Tanya y Kate y estaba junto a esta última, cogidos de la quedaron a unos metros de nuestra posición cuando por fin llegaron. El más bajo de ellos,
mano. No me había fijado mucho en aquellas fiestas, la verdad, tenía otras cosas en la el que llevaba la capa más oscura, casi negra, alzó sus diminutas manos y retiró la capucha
cabeza, pero al parecer, seguían juntos y se había unido al aquelarre. Alice seguía con sus hacia atrás. Era esa tal Jane. Sus ojos rojos se clavaron en mí y en mis hermanos en primer
jaquecas, tenía los dedos puestos sobre las sienes y su menuda cara estaba retorcida en una lugar y después dirigió su petulante mirada hacia Edward y Bella.
mueca. Eso me mosqueó un poco, ya que significaba que Nessie seguía lejos de mí. Todos - ¡¿Dónde está mi hija?! – exigió saber Bella con furia, quitándome la palabra de la boca.
se quedaron detrás de nosotros, excepto Edward y Bella, que se pusieron a mi lado, ambos Edward la mantenía agarrada, sujetándola por la mano con firmeza. Un rayo gélido me
con expresiones graves. Ya era hora, resoplé. atravesó de cabo a rabo cuando uno de los espectros levantó la cabeza y vi que era Nessie.
- Perdonad, es que el avión de Denali sufrió un pequeño retraso – se excusó con un bisbiseo Mis rótulas empezaron a temblar del shock y no pude ni moverme. El semblante de Bella
-. ¿Estáis todos? – quiso saber, mirando a su alrededor. Bueno, he tenido que dejar a
reflejaba los mismos sentimientos que el mío y se hizo un murmullo lupino consistente en dijo. Era ella, su rostro perfecto de porcelana, sus mejillas sonrosadas, su melena larga de
gañidos y gimoteos. ¿Por qué vestía igual que esos chupasangres? Era imposible que ella color bronce, sus preciosos y sedosos labios, sus dulces ojos que me suplicaban…
estuviese de ese lado, tenían que tenerla engañada con algún truco o algo, Nessie no… - Jake… - sollozó, estirándome su brazo de nuevo. ¡Arg! ¡¿Es que nos habíamos vuelto
- Jake… - murmuró con sus dulces ojos llenos de tristeza, alzando la mano hacia mí. locos?! No podía más, verla llorar era lo último. Ya tenía mi medio plan pensado. Era un
¡Nessie!, gimoteé a la vez que mis patas ya corrían hacia ella. No entendía cómo la guardia poco chapuza, pero en ese momento no se me ocurría otra cosa. La cogería con la boca por
de los Vulturis podían retenerla de ese modo sin que pudiera ofrecer resistencia alguna, la capucha y la lanzaría a los brazos de su madre lo más rápido que pudiera, dentro del
pero el impulso de ir junto a ella era más fuerte que cualquier otra cosa. Me la llevaría de amparo de su escudo. Si me daba tiempo y tenía suerte, saltaría yo también hacia este lado,
allí en volandas, si hacía falta. eso si antes la rubia enana no me dejaba hecho polvo con sus torturas mentales. Me
- ¡Espera! – me paró Edward, interponiéndome su brazo. ¡¿Qué coño estás haciendo?!, importaba un bledo. Lo más importante era ponerla a ella a salvo.
protesté enérgicamente. Mi pata se adelantó sola para empezar a trotar hacia ella.
- ¡Hay algo raro! – afirmó, nervioso, entrecerrando los ojos como si buscase algo en Nessie - ¡Jacob, no! ¡Es una trampa! – voceó Edward, poniendo sus heladas palmas sobre mi
-. No es ella. ¡¿Cómo dices?! pecho peludo. ¡Quítame las manos de encima!, bramé con un rugido furioso, esquivándole.
- ¿Acaso dudas de tu propia hija? – refutó la tal Jane sin ninguna expresión en el rostro. - Jake, ven conmigo… - me suplicó Nessie -. Podremos estar juntos. Un momento. Las
- Papá… - exclamó Nessie, sorprendida y dolida por la reacción de él. Mis afanosos y almohadillas de mis patas delanteras se hundieron en la tierra y se pararon en seco. ¿Cómo?
desquiciados ojos no podían despegarse de ella. ¿Ir con ella? ¿A dónde? Fruncí mi ceño lobuno para mirarla extrañado. Algo no encajaba.
- ¡¿Qué estás diciendo, Edward?! – chilló Bella con las pupilas llenas de contrariedad, - No es ella, Jacob – repitió Edward, observándola con un profundo odio -. Sabes que
oscilándolas de su hija hacia su marido sin parar. Renesmee nunca se uniría a los Vulturis.
- No puedo leerle la mente – reveló, llevándose la mano a la cabeza con inquietud. - No tenía elección – alegó ella con voz queda -. Aro me ha dicho que si te unes a él, nos
- ¡¿Qué quieres decir?! dejará estar juntos. Esto es lo mejor para los dos.
- Hay interferencias, como si la tuviera codificada. ¡¿Y si es la influencia de alguno de esos - Miente, no la escuches – rebatió él -. No es Renesmee. Un murmullo generalizado de
chupasangres con poderes?!, discutí con ansiedad. confusión se plantó en mi, ya de por sí solo, frito cerebro, debido al intenso debate que se
- El guardia del extremo derecho debe de estar bloqueándola – intervino Eleazar desde abrió entre mis hermanos. Hazle caso a Edward, me decía Seth. Él sabe lo que hace. ¿Y si
atrás, ratificando mis pensamientos. Y eso que él no podía escucharlos. El aludido sonrió es Nessie?, refutaba Leah. ¿La vas a dejar ahí tirada? De repente, el debate subió de
bajo su capucha gris oscuro, tan sólo se le veía la boca -. Es capaz de crear una barrera volumen y se convirtió en una algarabía de voces. ¡Callaros!, ordené con un gruñido, y así
individual que aísla al sujeto que protege de otros poderes mentales, aunque no es opaca lo hicieron. Volví a mirar a la presunta Nessie.
del todo, tiene algunas fisuras – explicó. Luego, se llevó la mano a la barbilla con el gesto - Jake… - me llamó, llorando. ¡Dios! ¡Presunta Nessie! ¿Cómo podía dudar de ella?
pensativo. ¿Lo ves? ¿Estaba majareta o qué? Sin embargo, Edward estaba tan seguro, hasta Bella ya no sabía
- Aún así, hay algo que no encaja – siguió Edward, empecinado. ¿Y qué hay de los demás qué hacer. Y la verdad, para ser sinceros, había algo en ella que no…
chupasangres? ¿Es que tampoco ves lo que están pensando ellos?, le azucé, nervioso. Entonces, me di cuenta de una cosa. Giré mi cabeza para mirar atrás y todas mis dudas se
- Los demás guardias me están confundiendo con sus distintos pensamientos – dijo esto disiparon como el humo que se lleva el viento. Alice se frotaba las sienes sin parar. Esa
dedicándole una mirada de odio a la rubia canija. Ésta sonrió con petulancia -. Han venido Nessie, no era mi Nessie. Edward suspiró tranquilo, pero a mí la quemazón me invadió el
bien entrenados. ¡¿A qué demonios están jugando?!, gruñí con furia. estómago. Ahora lo veía todo claro. ¡Qué estúpido había sido, dejándome engañar de esta
- ¡Mamá, papá, soy yo! – alegó Nessie en un tono tan suplicante, que se me clavaba en el forma! ¡Por poco había vuelto a caer en su trampa! Y decía había vuelto porque esto
alma -. ¡Jake, tú me crees, ¿verdad?! – declaró, reclamándome con la mirada mientras solamente tenía una explicación…
echaba hacia atrás su capucha también gris oscuro. ¡Mierda, Edward! ¡Claro que es ella!, - ¡Ya sé qué está pasando aquí! – exclamó Eleazar a la vez que yo hacía mi descubrimiento
ladré, levantando las patas de nuevo. por mi cuenta. Me volví para clavarle una mirada de aguda inquina a la falsa Nessie. Ese
- ¡Escúchame! – reiteró, poniéndose frente a mí para detenerme -. Puede que tenga esa disfraz estaba tan logrado, que me resultó hasta duro mirarla así. Su precioso rostro de
barrera, pero ya has oído a Eleazar, tiene fisuras, y hay algo en su mente que no me cuadra. ángel empezó a desfigurarse por una maldad espeluznante. Se quedó clavada frente a mí,
Además, ¿no es un poco raro que la hayan puesto una barrera para que yo no pueda leer su mirándome con arrogancia y, de pronto, me esbozó una sonrisa despectiva y de
mente? ¡Lo han hecho para confundirnos!, argumenté. ¡¿No lo ves?! ¡Quieren que autosuficiencia que me dejó completamente helado. Ya sabía que no era ella, pero no
acabemos a palos! Desde luego, la canija rubia estaba disfrutando de lo lindo con nuestra estaba acostumbrado a ver semejantes gestos en su verdadero rostro y, aunque éste no era
discusión. el de verdad, me chocó muchísimo. A Bella parecía estar pasándole lo mismo.
- ¡Edward, por favor, ¿estás seguro?! – quiso saber Bella, que ya estaba al borde del - ¡Zhou! - desveló Eleazar con una entonación de evidente disgusto. El farsante cambió de
histerismo. forma sin dejar de sonreír con altivez. El largo y ondulado cabello castaño rojizo pasó a ser
- ¡No es ella, confiad en mí! – insistió él con ahínco -. ¡Miradla bien! La miré, como él una melena lisa bastante más corta de color negro que nacía de una frente con entradas. El
rostro de Nessie se fue transformando ante nuestros atónitos ojos, hasta que el vampiro - Paz – habló ella, observándome con un matiz de cautela -. No venimos a luchar. En
mostró su verdadera cara: un semblante pálido y ambarino, con rasgos asiáticos y unos ojos realidad, ese percance no estaba en el guión – su cabeza se volvió hacia ese tal Zhou y éste
rasgados, pequeños y rojos como los de una rata. Bella rugió rabiosa, mostrando sus le miró con sorpresa -. Era una pequeña travesura, pero te aseguro que Aro le dará el
colmillos, nuestras filas de atrás sisearon y mi manada se agitó y gruñó con furia casi a la castigo apropiado.
vez. Ni su voz, ni su semblante de niña pequeña se inmutaron lo más mínimo, sin embargo, la
- Cuánto tiempo, Eleazar – le dijo con un acento marcadamente oriental -. Veo que cara del vampiro chino juraría que había adquirido un color verdoso. ¡¿Nos está tomando el
continúas en el bando incorrecto. pelo?!, protesté con ganas. ¡Ella estaba en el ajo! La mano de Edward me instó a la calma.
- Y yo veo que no has cambiado nada. Sigues siendo tan mezquino y retorcido como ¿Cómo podía tener tanta sangre fría? Bella le miraba no muy conforme, pero le seguía la
siempre – le respondió el ex-miembro de la guardia de los Vulturis con rabia. Sí, era él. Ese corriente, acatando todas sus decisiones con confianza ciega.
malnacido era el que se había hecho pasar por mí y la había drogado para poder llevársela. - ¿Dónde está mi hija? – quiso saber Edward, apretando los dientes y la mano de Bella a la
Era el que me la había arrebatado, y ahora estaba frente a mí, riéndose con chulería y vez. Bueno, él también se estaba conteniendo lo suyo. Rugí.
soberbia. Y no sólo eso, había utilizado su precioso y angelical rostro, contaminándolo y - Ella está bien. La rubia enana levantó la mano y uno de los espectros que estaba detrás de
desfigurándolo de crueldad y falsedad para engañarnos y hacernos más daño. ¡¿Cómo se su formación avanzó un paso para ponerse a su lado. El pelo rojo chillón se dejó ver del
atrevía?! Edward me interpuso su brazo de nuevo, adelantándose a lo que mi mente todavía todo cuando retiró su capucha. ¡Enguerrand!, gruñí. Todos los lobos me siguieron y
no había fraguado del todo. gruñeron al unísono, agazapándose y mostrando sus dentaduras.
Aún así, no pude evitarlo. La cólera empezó a hacerse cargo de mi mente y noté cómo mis El pelirrojo me miró durante un fugaz segundo. Intentó disimularlo poniendo cara de
bronquios se llenaban de un aire rabioso y enajenado mientras resollaba por las narices con póquer, pero se notaba que estaba incómodo. Se adelantó otro paso con precaución hacia
odio. Mi cola se irguió a la vez que mi columna y mis patas me obligaban a inclinarme Edward y cerró los ojos. De pronto, su semblante se sumió en una intensa concentración, y
hacia delante. Mi labio se retiró hacia atrás, toda la pelambrera de mi lomo se erizó y solté cuando abrió esos párpados casi transparentes en los que se veían sus repugnantes y
todo el aire de golpe, profiriendo un rugido tan potente, que me ensordeció incluso a mí. muertas venillas, sus ojos aparecieron vidriosos, estáticos, mates, sin vida. Le estaba
Los pájaros de los alrededores salieron en bandadas, espantados, y mis hermanos me mostrando la película que había grabado su mente cinéfila. El rostro de Edward cambió de
acompañaron, agachando las orejas hacia atrás y doblando las colas hacia dentro golpe. Pasó de la furia al dolor en un latido de corazón, y eso hizo que Bella y yo nos
automáticamente, en señal de sumisión y obediencia ciega. El antes osado vampiro cambió pusiéramos más nerviosos.
su asquerosa cara al instante. Mis fauces salivaban y mis colmillos se mostraban con ansias - ¡¿Qué estás viendo?! – quiso saber ella, adelantándose otra vez a mis pensamientos.
de venganza, la clamaban a gritos. ¡Si no quieres que te deje sin brazo, más te vale que lo - La tienen en un habitáculo. Parece el interior de uno de esos carruajes que se usaban en la
quites de ahí ahora mismo!, avisé a Edward con furia retenida mientras mis patas traseras antigua Roma para transportar a la gente poderosa – empezó a explicarnos -. Está echada
se tensaban para coger impulso. en una especie de camastro, durmiendo. Está bien, no tiene rasguño alguno. Por un
No podría retenerla mucho más tiempo. Si luego quería recuperar su brazo, tendría que instante, sentí un cierto alivio. Por lo menos, ya no la tenían drogada. Estaba dormida, no
pegarlo con pegamento. se enteraba de nada y no había sufrido ningún daño.
- No creo que eso fuera buena idea, Zhou – empezó a hablar Edward, dirigiéndose a ese - Está en buenas manos – declaró la enana rubia en un tono petulante -. Aro se está
maldito con contundencia. Al parecer, ya no tenía esa barrera -. Si huyes, será peor. Te encargando personalmente de que esté en las mejores condiciones.
atrapará. ¿Qué estaba haciendo? ¿Acaso quería darle una oportunidad a ese desgraciado? - Eso espero, por vuestro bien – amenazó Bella con una furia que se notaba que la sujetaba
Los ojos de la rubia canija se entornaron, y el careto del chino se llenó de injustificación y con alfileres. La canija la miró con los ojos entrecerrados y chasqueó los dedos para que
culpabilidad cuando ella se giró súbitamente para mirarle con imputación y censura. Enguerrand se retirara. El pelirrojo volvió en sí, se puso la capucha y se colocó otra vez
- Veo que también sigues siendo tan cobarde como siempre – observó Eleazar. Encima, era detrás de la formación.
un cobarde de mierda. Mi tórax comenzó a vibrar de nuevo. ¡Le mataré!, grité a la vez que - Aún así, eso no le exime de su secuestro – siguió Edward, imperturbable.
el rugido me raspaba la garganta. - No ha sido un secuestro – afirmó Jane, dejando caer una expresión grave en su semblante
- ¡Tranquilízate, Jacob! – me pidió Edward con firmeza. Empecé a sentirme extrañamente infantil. Sus pupilas escarlata se movieron hacia mí para clavarme una mirada claramente
más relajado. Miré hacia atrás, cabreado, pero sin poder estarlo del todo, ese rollo me censuradora -. Las relaciones entre distintas especies son aberrantes, los Vulturis solamente
desesperaba. La media sonrisa de orgullo de Jasper firmaba su autoría. Le dediqué un se han limitado a hacer su trabajo para salvarla del mal. Os han hecho un favor, deberíais
gruñido de reproche y miré hacia delante otra vez. Edward se dirigió a la vampiro de estarles agradecidos. ¡¿Un favor para salvarla del mal?!, chillé mientras me envaraba y
pequeñaja y le habló con una voz calmada, aunque extraordinariamente amenazadora. Me le gruñía con rabia. El sentimiento de grave ofensa de mi manada se hizo notar con
pregunté si a él también le estaría afectando la influencia de Jasper. amenazadores rugidos y gruñidos. Para ellos, mi espíritu de Gran Lobo era antónimo total
- Será mejor para vosotros que no nos provoquéis más con trucos sucios y baratos, era del mal. En fin.
totalmente innecesario, ¿no crees? Más bien se habían pasado de la raya. - ¡¿Agradecidos?! ¡A mi hija no hay que salvarla de ningún mal, porque no hacen nada
malo! – voceó Bella, indignada. Edward levantó más su brazo para contenerme a mí y - Hola. ¿Puedes repetir eso que acabas de decir? – le pedí a Eleazar nada más llegar. Su
apretó su mano para calmarla a ella. forma de mirarme, cuando giró el semblante hacia mí, me recordó a la del resto de mis
- Tranquilos – nos susurró. Otra vez vino a mí una extraña sensación de involuntaria compañeros de manada, cosa que me extrañó y me jorobó bastante. Intenté no darle
tranquilidad. En cuanto esto terminase, iba a tener unas cuantas palabritas con Jasper. importancia, aunque no escapó a ojos de los demás. Tanya, Carmen, Kate y Garrett
Me sentí como un estúpido, haciéndole caso. Cuando mis ojos se encontraron con los de también se unieron a esa pejiguera absurda, debían de creer a pies juntillas todo lo que el
Bella, supe que ella se sentía igual. ¿Por qué no podíamos aniquilarlos allí mismo? Esos chupasangres adivinador de dones decía. Edward mecía levemente las pupilas de Eleazar a
con poderes mentales no tenían nada que hacer contra el escudo de Bella y, mientras éste mí, y de mí a Eleazar, analizando y comparando lo que veía en mis sesos con cada
nos protegiera, teníamos ventaja sobre ellos, ya que eran inferiores en número. Y desde pensamiento de éste para ver si era cierto, Bella tenía la vista clavada en Edward para
luego, anulados los dotes sicóticos de la canija esa, ya no tenía competencia conmigo, analizarle a él a su particular manera y los otros Cullen observaban el espectáculo sin
podía arrancarle la cabeza de un sólo mordisco. entender nada. Se me escapó un suspiro nasal.
Edward me hizo un gesto de súplica para que me relajara y después se volvió hacia la - Ah, hola, Jacob. No hemos tenido tiempo de saludarte antes – me contestó al fin -. Estaba
vampiro enana. Gruñí y eché pestes en mi fuero interno para quejarme. Bella tuvo que comentando con Edward y Carlisle el don que tenía el guardia de la derecha.
respirar bien hondo, se notaba que la tenía muchas ganas. - Varick, se llama – me informó Edward -. Se lo oí pensar a Enguerrand cuando Eleazar
- ¿Para qué nos habéis hecho venir? – le preguntó, más que enfadado. nos reveló su don. Es una adquisición nueva de Aro, de hace un par de años.
- Los Vulturis están realmente molestos con todo este asunto – expresó ella, levantando la - Les estaba diciendo que puede causarle algún problema a Edward esta noche – continuó
barbilla con una arrogancia que me sacaba de quicio -. Sin embargo, Aro desea solucionar el adivino de dones.
este problema de la manera más pacífica posible por el bien de vuestra hija, por eso quiere - ¿Crees que Aro lo utilizará para que no puedas leerle bien la mente? – le pregunté a
concertar un encuentro con el lobo y con vosotros. Sí, solucionar el problema que ellos han Edward.
creado. ¡Serán hipócritas!, mascullé, furioso. ¡Dile que sí, ya me estoy cansando de todo - Probablemente, sí.
esto! ¡Quiero que la suelten ya! - ¿Y qué pasa con la que le cubre las espaldas? Ya sabes, esa tal Regina. ¿Aro puede usar
- Me imagino que ellos llevarán a unos pocos amigos, así que no les importará que nosotros dos escudos al mismo tiempo?
también llevemos a los nuestros, ¿verdad? – le dijo, señalando al grupo de Denali y a mi - Renata – me corrigió.
manada con la mano. La rubia canija le observó durante un rato sin expresión alguna y - Sí, sí, bueno, Renata, o como diablos se llame – protesté con prisas.
después levantó el labio con altanería. - Bueno, el escudo de Renata repele cualquier ataque físico, los desvía, y eso no es
- El encuentro tendrá lugar a media noche en este sitio – sonrió presuntuosamente y tendió incompatible con la barrera que proyecta Varick, que se centra más en proteger la mente
la mano para ofrecernos un mapa. ¡Estoy hasta las narices de mapas!, resollé con rabia. del individuo al cual protege – explicó -. Además, a Varick no le hace falta tocar a Aro
Edward se adelantó hasta donde estaba Jane, me imaginé que custodiado en todo momento como a Renata, para poder defenderle.
por el escudo de Bella, y cogió el plano. - Malditos chupasangres – me murmuré a mí mismo con rabia mientras paseaba con
- Sed puntuales – apostilló ella con la misma actitud. La vampiro hizo una señal con la inquietud.
cabeza para que sus cuatro secuaces hicieran mutis por el foro junto a ella. Les dediqué una - ¿Por qué no vendrían los Vulturis para terminar con esto de una vez, y harían venir a Jane
última mirada de afecto y un par de gruñidos de recuerdo al pelirrojo y al chino antes de y a parte de su guardia? – interrogó Bella, visiblemente cabreada y dolorida -. ¿Es que
que se dieran la vuelta para largarse a la velocidad del rayo con el resto de encapuchados, y tienen que torturarnos hasta el final?
en un abrir y cerrar de ojos, nos quedamos solos en el claro. - Aro quiere a Jacob, y este ha sido su último intento – afirmó Edward -. Por eso ha
Sin que apenas me diera tiempo a pestañear, Edward estaba rodeado por los dos clanes de enviado a Zhou. Ese impresentable fue el que se hizo pasar por Jacob para que Renesmee
vampiros, excepto por Alice, que seguía con los dedos en las sienes. Abrió el dichoso mapa se fuera con él – sus dientes chirriaron, sin duda, al recordar lo que había visto en la mente
y todos le echaron un buen vistazo. Ya podéis dejar vuestros puestos, anuncié a mis de ese desgraciado -. Sin embargo, ella enseguida lo descubrió por su temperatura y su
hermanos que estaban entre los árboles. olor, así que la llevó al baño a la fuerza para drogarla y sacarla por la ventana – en ese
Resoplé por las narices con indignación y frustración. Habíamos venido para nada, instante, los dientes que rechinaron fueron los míos -. En esta ocasión, se han puesto con el
teníamos que seguir esperando para recuperar a Nessie. Doce horas más. Doce horas más viento a su favor para mitigar todo efluvio y Zhou se ha hecho pasar por nuestra hija para
de angustia. Gañí. Corrí hacia una de las hileras de árboles y adopté forma humana. El engañar a Jacob y llevárselo. Una vez que él hubiera salido de la línea de tu barrera, se iban
resto, menos Seth y Sam, que también cambiaron de fase, continuaron como lobos. Aunque a adelantar dos de ellos para que no pudieras envolverle de nuevo e iba a ser bloqueado por
la mayoría ya había trabajado con los Cullen en aquella ocasión de hacía seis años, no Jane.
tenían confianza suficiente en ellos y se sentían más cómodos así. Me puse los viejos - Ese malnacido… - mascullé, casi decepcionado conmigo mismo por ser tan idiota -. Por
pantalones y salí de mi escondite para reunirme con los vampiros. Hablaban intensamente poco consigue engañarme.
de algo. Agucé el oído y me acerqué con celeridad, ya que el tema me interesaba. - Era idéntica, yo también hubiera caído – admitió Emmett para consolarme.
- Aparte de su habilidad para la transformación, Zhou es muy buen actor – reveló Eleazar bocaza.
con una voz acerada -. Le encanta meterse en el papel de sus imitados. - ¿Cómo? – inquirió ella con extrañeza. Yo también bajé las cejas sin entender nada.
- Pero a Jacob no le había visto en la vida – repuso Bella -. ¿Cómo pudo hacerse pasar por - Chelsea no es capaz de romper todos los lazos emocionales – empezó a exponer, juraría
él? que con una media sonrisa de complacencia -. Hay uniones que no puede deshacer.
- Le basta con un retrato o una fotografía para copiar los aspectos físicos – declaró, - Los lazos muy fuertes, como el sentimiento que une a las parejas – acompañó Eleazar con
cruzándose de brazos. el rostro lleno de grata sorpresa -. Jacob y Renesmee son pareja, es cierto. ¿Es que acaso lo
- Cuando secuestró a Renesmee, también imitó su voz – señaló Edward. Cada vez me había dudado?
estaba poniendo más malo. - Exacto. Pero hay algo más. ¿Os acordáis cuando os contamos que Jacob estaba
- Entonces, eso nos indica que los estuvo espiando, puesto que ha imitado la voz de ambos imprimado de Renesmee? ¿Cuándo os explicamos de qué se trataba?
– siguió el de Denali -. Le es suficiente con echar un vistazo y escuchar una sola frase. Mi - Sí, claro – asintió Tanya, todavía sin comprender a dónde quería ir a parar.
rabia saltó como un resorte. - Pues bien. Ese vínculo por sí solo ya sería totalmente irrompible para Chelsea, eso es algo
- ¡¿Por qué no me dejaste matar a ese asqueroso impostor?! – le eché en cara a Edward con con lo que nunca se había tenido que enfrentar, pero es que resulta que, además, Renesmee
indignación -. ¡Hubiéramos podido quitarnos de encima a esos cinco en un santiamén! Mi también está imprimada de él. Los ojos de los de Denali se abrieron tanto, que se podían
manada coreó un aullido al unísono para apoyarme, se habían quedado con las ganas de ver hasta las cuencas oculares en las que se incrustaban.
hacerlo. - ¿Renesmee también esta… imprimada de Jacob? – exclamó Carmen sin creérselo.
- ¡¿Estás loco?! – criticó él, poniéndome una cara que me decía que yo no veía lo evidente - Así es. El vínculo entre ellos es extraordinariamente fuerte e irrompible – confirmó
-. ¡Si los hubiéramos aniquilado, los Vulturis se tomarían la justicia por su mano y matarían Edward con satisfacción -. Chelsea no tiene nada que hacer. Aro no conseguiría dominar a
a Renesmee! La voz se me quedó atascada en el gaznate y los aullidos también cesaron. Jacob jamás. Eleazar y los suyos me miraban atónitos.
- ¿Y por qué quiere Aro a Jacob? – preguntó Tanya -. ¿Por qué esa obsesión por él, hasta el - Y eso no es todo – intervino Emmett con una sonrisa enorme -. Ya veréis cuando Carlisle
punto de dejar Volterra, venir con sus esposas, su séquito y toda su guardia? os cuente lo de los genes, y cuando os enteréis de los instintos lupinos de Nessie y todo lo
- Creo que es evidente, ¿no? – contestó Garrett -. ¿Has visto lo enorme que es? Es muy demás. ¡Vais a alucinar! Las pestañas de los vampiros aliados no paraban de subir y bajar a
fuerte, además de inteligente, y a la vista está que tiene mucho potencial. Si no fuera por la una velocidad de vértigo. Edward carraspeó.
situación en la que estábamos, me hubiera sentido halagado y todo. - Sí, eso después, Em – el mencionado dejó de sonreír cuando Edward le lanzó una mirada
- Y sabe que si consigue a Jacob, podría tener a muchos más lobos que le seguirían a su de regañina por irse de la lengua en esos temas que a él tanto le incomodaban y que ahora
disposición – continuó Bella, mordiéndose la uña del dedo pulgar con preocupación. no le iba a quedar más remedio que explicar -. Lo que quiero decir es que Aro no sabe nada
- Y sobretodo y antetodo sabe que le sería muy leal – añadió Eleazar -. Desgraciadamente, de eso. Él cree que Chelsea puede usar su influencia, porque no piensa que la relación entre
eso no abunda mucho entre los de nuestra especie. un metamorfo y un semivampiro sea de amor puro y verdadero, por eso solamente se ha
- ¿Yo leal a ese chiflado decrépito? – objeté con incredulidad y un tanto ofendido. preocupado de intentar cazar a Jacob.
- Con la influencia de Chelsea, le sería leal hasta su enemigo más acérrimo – aseguró. - ¿Cazar? – protesté.
- ¿Y quién es esa Chelsea? – quise saber; mi entonación tiñó la frase de un matiz sarcástico - Bueno, era un símil – se defendió.
que me salió involuntariamente, pero que no pude evitar. - ¿Quieres decir que si le hacemos ver que Jacob y Renesmee tienen ese vínculo tan fuerte,
- ¿No lo recuerdas? Estuvimos hablando de eso hace seis años. Chelsea tiene el don de unir se rendirá y se marchará? – quiso saber Bella con el rostro lleno de esperanza.
y deshacer los lazos emocionales de las personas – me aclaró Bella. - Él sabe de sobra que los lobos actúan por su cuenta, pero no le importa en absoluto, ya te
- Lo único que recuerdo es que hablabais sin parar de muchos vampiros y que tenía un lío digo que confía en el poder de Chelsea y cree que, teniendo a Jacob, podría dominarles
enorme en la cabeza con tantos dones y tantos nombres – refunfuñé, rascándome la nuca como ha hecho todos estos siglos con su guardia. Sin embargo, no cuenta con esto. Si
con nerviosismo. demostramos que no puede tener a Jacob porque no puede dominarle debido a su enorme
Ya estábamos perdiendo demasiado tiempo allí parados y yo cada vez sentía más la vínculo con Renesmee, más todo lo relacionado con los genes de nuestra hija y que ella es
necesidad urgente de estar junto a Nessie. La echaba terriblemente de menos, la necesitaba como él, ya no tendrá nada que argumentar delante de sus testigos. No podrá alegar nada en
como el oxígeno, eso unido a mi desesperación y mi preocupación porque se encontrara contra de su relación y ya no tendrá excusa alguna. Pero, además, tendrá que aceptar que es
bien. El ácido que llevaba hurgándome el estómago desde que se la habían llevado, me inútil intentar apoderarse del resto de los lobos. Sin Jacob, sabe que no puede dominar al
estaba produciendo un hueco vacío y hondo. Me sentía como un toxicómano que está resto de la manada, porque los lazos con su líder también son muy fuertes. Bella sonrió y
buscando su droga. abrazó a su listísimo marido, más animada. Yo también me sentí un poco más aliviado,
- Una vez que Aro consiguiera atraparte, le dejaría el resto a Chelsea – aseguró Kate -. En pero ansioso de que llegara la media noche y todo terminara para poder tener a Nessie entre
un abrir y cerrar de ojos, te encontrarías a ti mismo haciéndole reverencias. mis brazos, a salvo.
- Eso es lo que piensa Aro – rebatió Edward antes de que me diera tiempo a mí a abrir la - ¿Qué es eso de que Renesmee es como Jacob? – interrogó Kate sin salir de su asombro.
- Venid, os lo explicaré todo – les exhortó Carlisle, abriendo una carpeta que tenía en las con la mano -. Edward me ha dicho que no crees en tu enorme poder, que no quieres verlo.
manos preparada pensando que íbamos a encontrarnos con los Vulturis. Pero ellos no - ¿Poder? ¿De qué me estaba hablando? ¿Y por qué demonios se había tenido que chivar
habían venido, y yo estaba frenético por ir en busca de mi ángel. Edward?
- Bueno – resoplé con el ceño todavía incrustado en los ojos -. ¿A dónde diablos hay que ir Eché un vistazo hacia atrás, donde caminaba éste junto a Bella, Tanya, Carlisle y Esme. El
ahora? Edward me pasó el mapa abierto y lo ojeé por mi cuenta. muy idiota fingía que no estaba atendiendo, pero ya le conocía bastante bien como para
- ¿Tan lejos? – exclamé. saber que podía mantener una conversación a la vez que cotilleaba en las mentes ajenas.
- Sí, hay que ponerse en marcha ya. Por supuesto, esto también lo escaneó y me dedicó una ligera sonrisa que delataba su
confesión. Claro. Edward había enviado al adivinador para que hablase conmigo. Genial.
CUANDO UN VAMPIRO SE PONE PESADO, ¿Qué estaría tramando…?
NO HAY QUIEN SE LO QUITE DE ENCIMA, DE VERAS - Tu don es increíblemente poderoso – siguió el pesado vampiro, interrumpiendo mis
pesquisas.
El camino cada vez se hacía más duro, no sólo por el paso tan estrecho que dejaban los - Ah, ya. Mi… don espiritual – vocalicé con burla.
apretujados y amontonados árboles por el que mi manada y yo casi no cabíamos, sino - Veo que Edward tenía razón. ¿Por qué no quieres creerlo?
porque los pinchazos que perforaban mi estómago me atacaban con más frecuencia y ya - Pues, porque no lo tengo – dije, alzando los hombros.
eran insoportables. El odio y la rabia, la desesperación y la angustia, estaban haciendo - ¿Nunca te has parado a pensar por qué eres diferente al resto de tu manada?
mella en mí. La incertidumbre de no saber si Nessie estaría bien o no y de no poder hacer - Hombre, gracias por llamarme raro – me reí, otra vez sin ganas.
nada para remediarlo me estaban volviendo loco. - No, eres especial, Jacob – recalcó, en un intento de arreglar el asunto -. Tienes un gran
Miré por enésima vez a la luna llena que reinaba en el cielo completamente despejado para don que nunca le había visto a nadie, algo muy poderoso, aunque he de confesarte que no
cerciorarme de la hora. Ojalá mi cabeza también lo estuviera. La media noche ya estaba consigo verlo bien del todo.
cada vez más cerca y eso incrementaba mi nerviosismo. Intenté concentrarme solamente en - ¿Será porque no lo tengo? – repetí con sarcasmo -. Si nunca ha aparecido, será por algo,
la simple acción de esquivar los troncos y las pesadas ramas de los árboles para aligerar ¿no?
mis refritos sesos, pero escuché un zumbido casi sordo a mi derecha y mi cabeza se giró - Nunca lo ha hecho porque tú mismo lo estás bloqueando – afirmó, mirándome con
súbitamente y automáticamente, a la defensiva. convicción. Yo fruncí el ceño, extrañado -. No lo dejas salir. Tu negativa a ver la realidad,
- Perdona, ¿te he asustado? – se disculpó Eleazar. Un poco, la verdad. Mierda. Si él no a aceptarla, lo tiene encerrado en algún sitio dentro de ti. Estoy seguro que, cuando lo
podía oírme. Le hice un gesto con la cabeza para que no le diera importancia y siguiera su aceptes, se evidenciará del todo.
camino, lo que pasa es que no se piró. Se quedó caminando a mi lado, mirándome de reojo - ¿Del todo?
con aquella molesta expresión en la cara y unos ojos llenos de preguntas. Ya estábamos - Eres el único de tu manada que puede bloquear sus pensamientos de cara a los demás. Y
otra vez con esa estupidez de mi don espiritual. El vampiro adivinador se llevó la mano no sólo eso, Edward también me ha dicho que puedes meter en tu mente a todo aquel que
cerrada a la boca y su carraspeo ya fue todo un interrogatorio. No, vamos, date el piro… quieres. Ese es parte de tu don, Jacob.
- Debe ser difícil liderar a veintitrés lobos – empezó a hablar, para mi desgracia -. Y más - Solamente me transformo en un animal, Eleazar. En un lobo grande y fuerte, nada más –
con esa telepatía de la que gozáis, que sin duda tiene que ser muy incómoda algunas veces. le respondí, un poco cansado -. Los lobos no tenemos dones como vosotros.
Aunque ya me ha dicho Edward que tú eres el único que puedes desconectarte del resto - ¿Y qué hay de esa telepatía de la que gozáis? ¿No es eso un don? – rebatió -. Y no eres
cuando te apetece – me miró para ver si yo le indicaba algo, cosa que no hice, y volvió a solamente un lobo. Eres el Gran Lobo. Genial. Resoplé.
carraspear -. Bella y Edward me han contado la historia y algunas de las leyendas de tu - Vaya, Edward también te ha contado eso – murmuré, echándoselo en cara al mencionado,
tribu. Me han parecido muy interesantes. Resoplé. No me apetecía nada charlar, pero iba a que seguro que estaba poniendo la oreja.
ser la única manera de quitármelo de encima. Cuanto antes le contestara a lo que quería - Es fascinante toda la historia de vuestra tribu y las leyendas sobre vuestros orígenes, no
saber, antes me dejaría tranquilo. Así que me desvié del camino, dejándole con la siguiente pude evitar hacerle muchas preguntas – admitió, un tanto avergonzado.
palabra en la boca, cambié de fase detrás de uno de los tantos árboles y regresé para - Si te gustan las leyendas de mi tribu, hay muchas tiendas de recuerdos en La Push – le
caminar a su lado, a dos piernas. sugerí. El vampiro adivinador se rió durante unos segundos y luego carraspeó para ponerse
- Sé que quieres preguntarme algo, así que, venga, desembucha ya – le insté nada más serio.
llegar. Eleazar se rió entre dientes. - La telepatía también es un don – afirmó, continuando con su obcecado discurso -.
- A diferencia de Zhou, la interpretación no es lo mío. Solamente tienes que fijarte en Edward.
- Ya lo veo, ya – sonreí con una mueca, que era lo único que la angustia y el terrible dolor - Nuestra telepatía es algo que llevamos en los genes – discutí -, ha ido pasando de
de estómago me dejaban sacar en esos momentos -. Bueno, ¿qué quieres saber? generación en generación hasta hoy. No es ningún don.
- Más que preguntar, quería decirte lo que veo en ti – manifestó mientras apartaba una rama - Sí, pero no deja de ser un don, heredado, de acuerdo, pero don al fin y al cabo – refutó -.
El primero en tenerlo fue Taha Aki, ¿no es cierto? El primer Gran Lobo. Sus genes fueron asombro.
transmitidos hasta nuestros días, sin embargo, el único que ha activado todos sus genes y - ¿Cómo? – ahora había captado mi atención.
todos sus dones eres tú. Tú eres el Gran Lobo ahora. - No estoy hablando de vuestra imprimación, aunque eso ya es algo mágico de por sí. Esto
- ¿A dónde quieres ir a parar? – inquirí sin entender. A ver si así terminaba rápido y ya me va desligado a eso, creo que aunque no hubierais estado imprimados, habría sucedido
dejaba en paz. igualmente. En realidad, es algo que creáis los dos al estar enamorados, pero tú lo cierras
- Piénsalo, Jacob. Vosotros estáis creados para luchar contra vampiros, vampiros de toda del todo. A ver cómo lo explico – se llevó la mano a la barbilla y reflexionó durante un rato
clase, es la razón de que seáis metamorfos. El primer Gran Lobo fue Taha Aki, él fue el -. El don de Renesmee no se limita solamente a dejar ver sus pensamientos con el contacto
primer metamorfo, de ahí descendéis todos vosotros, y él estaba bien preparado para de su mano – empezó a explicar -, ella es capaz de envolver a los demás de tal modo, que
aniquilar a cualquier vampiro, fuera cual fuera su poder. Y ahora el Gran Lobo eres tú. es imposible no rendirse a sus encantos, todos lo comprobamos hace seis años, cuando la
Contigo, disponéis de más armas para combatir a los vampiros de las que creéis. Según las conocimos. Sin embargo, los dos estáis tan enamorados, que Renesmee te envuelve a ti con
leyendas de tu tribu, vuestro antepasado Taha Aki tenía una gran fuerza espiritual y era más intensidad que a cualquier otra persona y hace que tú no puedas resistirte a su
capaz de dominar su mente y sus pensamientos como nunca antes había visto nadie. Era el atracción, y ahí es donde entras tú y tu poder espiritual para cerrar ese círculo perfecto. Tu
único que podía ocultar los pensamientos que no quería que los demás espíritus guerreros amor por ella es tan profundo, que tu fuerza espiritual se descarga y tú también la
oyeran – me miró, esperando a que yo dijera algo. Sí, claro. Esas eran las palabras exactas envuelves a ella con tu energía, haces que ella tampoco pueda resistirse a ti, pero, además,
que yo había utilizado para empezar a explicarle a Nessie lo de mi supuesta reencarnación. haces que esa parte de su don crezca cada vez más y ella te envuelva con mucha más
Y Edward las debía de haber extirpado del cerebro de ella en algún momento y las había intensidad sin que pueda evitarlo – empezó a gesticular con las manos, haciendo arcos -.
memorizado bien. Me limité a asentir, suspirando, para que siguiera y terminara de una vez Renesmee te envuelve a ti con su don y tú, a su vez, la envuelves a ella con tu fuerza
-. Eso es una especie de escudo – continuó -, podía bloquear lo que él no quería que saliese espiritual. Sois como dos imanes que no se pueden despegar, uno atrae y envuelve al otro.
ni entrase en su mente. Y lo mismo te pasa a ti, puesto que eres idéntico a él, lo has Eso crea una energía espiritual tremenda que os vincula de una forma extraordinaria y
heredado. mágica. Mi boca se quedó colgando, pasmada.
- Venga ya. ¿Crees que yo tengo un escudo? – pregunté, riéndome con escepticismo -. ¿Es - Pero eso no es por mi fuerza espiritual – casi me costaba pronunciar esos vocablos que
que está de moda o qué? me parecían hasta absurdos -, es por nuestra imprimación mutua – alegué -. En eso consiste
- No es un escudo exactamente. Va más allá – declaró muy serio -. Creo que a ti no te la imprimación. Es una pulsión muy potente que te atrae hacia la otra persona.
afectarían los dones relacionados con la influencia mental, los bloquearías con tu fuerza - La atracción sí, pero la energía que os envuelve es algo espiritual que generas tú – rebatió
espiritual, al igual que hacía tu antepasado. Estas influencias atacan a las partes débiles de -. Apuesto a que ninguno de los demás chicos imprimados de tu manada siente esa energía
nuestra mente, se aprovechan de nuestros miedos más profundos e inconfesables que ni que sentís vosotros. Además, otra prueba es Alice. Ella siempre ha percibido la atracción
siquiera nosotros mismos conocemos, pero tu fuerza espiritual, tu aura, es tan grande, que causada por vuestra imprimación, incluso antes de que Renesmee naciera, tal era vuestro
creo que no te afectarían en absoluto. No sé cómo funcionaría exactamente, pero los vínculo ya entonces. La percibe a su manera, ya que únicamente la siente cuando estáis
bloquearías y eso te daría un poder inmenso. Un poder inmenso, sí, claro. separados, que es cuando las cosas no están como tienen que estar. No se trata de una
- Puede que yo no haya heredado todo eso que dices – objeté -. Puede que algunas cosas separación física únicamente, sino de una separación impuesta, ya sea por parte de alguien
solamente sean leyendas, y uno no puede creérselas todas, ¿no te parece? ajeno o por vuestra propia voluntad, si se diera el caso. Un ejemplo de eso lo tenemos
- Bueno, hasta ahora han sido todas ciertas, ¿no? ¿Por qué no iba a ser esto verdad? – cuando Bella estaba embarazada. Según Edward, tú no querías tener nada que ver con el
insistió -. Tus antepasados eran capaces de extraer su alma de su cuerpo para luchar, feto, sin darte cuenta, tú mismo estabas imponiendo una separación con Renesmee, por eso
vuestro comienzo fue gracias a eso, la magia corre por vuestras venas. Taha Aki fue capaz Alice tenía esas jaquecas, aunque vuestro vínculo era tan fuerte, que sólo con que tú
de interactuar con un lobo, con su espíritu, dado que su fuerza espiritual era inmensa. Y tú entraras en la casa, ella ya se aliviaba. Alice nota la fuerza que tira de vosotros para que os
has heredado todos sus genes, eso incluye sus dones. Además, punto aparte es tu vínculo juntéis, por decirlo de alguna manera, por eso le dan esas tremendas jaquecas. Sin embargo,
con Renesmee. Eso es otra muestra de tu don espiritual. su increíble sensibilidad para lo espiritual percibe tu energía desde que Renesmee y tú os
- ¿Qué tendrá que ver ella con esto? – cuestioné como contradicción. enamorasteis, por eso sus dolores de cabeza son todavía más intensos ahora que os han
- Edward ya me ha explicado el enorme vínculo que os une. Es tan grande, que ella hasta separado, yo mismo lo vi cuando vino a recibirnos al aeropuerto con Rose. Aun estando tan
tiene instintos lupinos, y está tan ligada a ti, que incluso puede comunicarse contigo y lejos de ti, no podía separar los dedos de las sienes. Si te fijas, sus dolores de cabeza son
adquiere tu olor cuando se transforma. Es algo inédito. más constantes y no puede controlarlos.
- Veo que Edward te ha contado muchas cosas – me quejé, echando un vistazo con cara de Me fue imposible no quedarme con esa cara de idiota. Lo cierto es que eso de la energía era
malas pulgas a mis espaldas. verdad, no lo podía negar. Siempre que nos besábamos, la sentíamos fluir a nuestro
- Vuestro vínculo es algo espiritual – siguió, sin importarle un bledo mis intentos de alrededor, y cuando hacíamos el amor, cuando nos entregábamos el uno al otro
terminar con el tema -. Y ese vínculo lo has creado tú, Jacob – reveló, para mi total completamente, ya se desataba del todo, para unir nuestras almas.
En ese momento, no pude evitar recordar las palabras del Viejo Quil el día que se me ya harto de todo esto.
ocurrió llevar a Nessie a su casa para comentar lo de la pulsera. La alocución que había Además, no tenía tiempo de pensar en este tema absurdo. Mi aturullado cerebro solamente
escuchado por boca del vampiro adivinador ahora mismo no distaba mucho de lo que me se podía concentrar bien en pensar en una cosa: salvar a Nessie. Eso era lo único que se le
había dicho Ateara cuando había estado apunto de besar a Nessie para que comprobara si la daba bien en estos momentos. Mi Nessie, mi ángel. Eso era lo único y más importante. Le
pulsera vibraba, y había acabado descubriendo nuestro enorme vínculo: “nunca he visto eché un vistazo a la luna otra vez. Ya era casi media noche, quedarían unos cinco minutos,
nada igual en toda mi vida. Es cierto, no vibra a ojos de los demás, nosotros no la hemos más o menos. Giré mi cabeza hacia atrás sin dejar de caminar. Oye, ¿falta mucho para
visto, pero todos hemos observado cómo tú sí la sientes – había dicho, dirigiéndose a llegar a ese sitio?, le pregunté a Edward con ansiedad.
Nessie - y, sobretodo, hemos notado la energía que desprendéis. Es increíble, esto último es - Estamos llegando – respondió, haciendo que todos los que le rodeaban le mirasen -. El
impresionante, nunca había percibido una energía igual”. El vampiro adivinador de dones claro está al final de esta pendiente.
se percató de mi desconcierto y aprovechó la oportunidad para embestirme de nuevo. Le eché un vistazo a Alice, que iba agarrada del brazo de Jasper. Al parecer, su tremendo
- Eres el Gran Lobo, lo sabes, ¿por qué te cierras a aceptar la realidad y no dejas que tu don dolor de cabeza no se había ido. Eso me mosqueó y me desquició todavía más. ¿Es que
se libere? Resoplé, ya cansado de todo este rollo de dones y poderes. Además, la noche Nessie no estaba cerca ahora tampoco? Edward se dio cuenta y también torció el gesto.
avanzaba tan rápido como mi nerviosismo. Estaba frenético perdido por ver el rostro de Ya se veía el final de la dichosa pendiente arbolada. Mi inquietud y mi tensión iban
Nessie, por recuperarla sana y salva. Todo este asunto de mi don espiritual o lo que diablos aumentando conforme la línea de la terminación del camino se acercaba. Ya olía bastante,
fuera me traía sin cuidado. por culpa de los Cullen y del aquelarre de Denali, pero el hedor a chupasangres comenzó a
- Mira, puede que sea el Gran Lobo, sí, y puede que tenga un mínimo de espiritualidad – invadir toda la zona, mis hermanos y yo arrugamos la nariz, de lo fuerte que era la peste,
admití, tiñendo la última palabra de ironía -, pero yo no he heredado todo ese poder que quemaba como el ácido.
tenía Taha Aki, te lo aseguro. Y ahora, si no te importa, voy a entrar en fase – tajé de un Edward me hizo la señal y me conecté con el resto de mi manada. Di instrucciones para
ramalazo -. Ya falta muy poco para llegar y quiero concretar ciertas cosas con mi manada – que hicieran lo que habíamos acordado con los Cullen, así que mis veintiún lobos dejaron
mentí para quitármelo de encima. paso libre a los dos clanes de vampiros y se colocaron detrás de mí, en formación.
- Claro, por supuesto – asintió -. Pero piensa en lo que te he dicho, ¿de acuerdo? Deberías Caminamos en un completo y tenso silencio unos cuantos metros más, hasta que, por fin,
dejar salir todo ese poder que llevas dentro. Volví a resoplar. llegamos al final de la cuesta y salimos al claro.
- Sí, sí, vale – acepté con el mismo fin de antes -. Me lo pensaré. No sé si se lo tragó del El lugar tenía alguna pequeña arboleda que otra y se ubicaba entre las verdes bases de dos
todo, pero el caso es que se alejó para caminar con el grupo de Edward y me dejó solo. ¡Uf! montañas que se abrían formando un valle en forma de U y que estaban coronadas por un
Lo que se había liberado por fin era mi tranquilidad, por lo menos, la poca a la que podía espeso manto de nieve en las cumbres.
aspirar. Me desvié otra vez del camino y entré en fase de nuevo, sin conectarme con mi La estampa que se abrió ante nosotros era la misma que hacía seis años, solo que, en esta
manada para poder romperme la sesera a gusto. ocasión, los que esperaban eran ellos. Ya estaban desplegados, así que me dio tiempo de
Sin embargo, esta simple acción volvió a traer de regreso las palabras de Eleazar a mi sobra a contarlos. Un regimiento de treinta y dos apestosos chupasangres encapuchados,
recalentado cerebro. cuyas capas entrelazaban un único tejido en tonalidades grises que empezaban más claras
¿Podía ser verdad? Todo esto de ser capaz de desconectarme de la manada lo había en los flancos y que se iban oscureciendo a medida que llegaban al centro y al meollo de la
heredado de Taha Aki, no podía negarlo. Pero, ¿era yo el Gran Lobo de verdad? ¿O era formación, donde se encontraban los Vulturis agarraditos de la mano. Éstos lucían sus
simplemente que se me había activado a mí ese gen que a los demás no se les había capas negras, como sus oscuras almas, al igual que los dos espectros de aspecto débil: las
activado? Unas veces, una parte de mí me decía: ¿por qué no podrías serlo?, sin embargo, esposas de Aro y Cayo, que permanecían en la retaguardia, junto con los numerosos
otra me decía enseguida: ¡venga ya, estúpido! ¿Y qué significaba realmente ser el Gran testigos de éstos. Los semblantes de los Vulturis no mostraban emoción alguna.
Lobo? Estaba claro que para los demás yo era alguien espiritual, alguien casi sagrado, Los Cullen y los de Denali salieron al campo abierto y se distribuyeron en una línea que
alguien a quien seguir y obedecer les llenaba de honra. Para mí solamente significaba que lideraban Edward y Bella, situándose al centro y al frente, un poco más adelantados que los
tenía la mejor genética de todos, era el más grande y fuerte, y, vale, podía desconectarme demás.
de la manada, pero era otra virtud más, como nuestra rápida curación o la telepatía que Se armó un revuelo bastante importante cuando los lobos comenzamos a salir a escena;
teníamos todos, solo que, esta virtud, solamente la disfrutaba yo por tener activado ese gen. unos sonoros murmullos provocados por los testigos de los viejos decrépitos, que
Taha Aki era el mayor de los Espíritus Jefe, él sí que era el Gran Lobo de verdad, él sí que asomaban la cabeza por detrás de la formación de la guardia, escondiéndose al amparo de
tenía una fuerza espiritual inmensa, en cambio, yo, tan sólo era un chico normal, o medio su protección. También se escuchó algún siseo y gruñido de desaprobación, aunque pronto
normal, vamos. Sí, bueno, vale, tampoco podía olvidar el poder que tenía la pulsera de todos se callaron al observar nuestro elevado número de efectivos.
compromiso que le había hecho a Nessie, mis revueltos sesos nunca habían encontrado Me adelanté sin contemplaciones para ponerme junto a Bella y Edward y mi manada me
explicación para eso, y tampoco para la energía que nos rodeaba cuando estábamos siguió incondicionalmente para quedarse detrás de mí, también en formación.
juntos… ¡Arg, mierda! ¿Por qué habría escuchado a ese pelmazo? Resollé por las narices, Lo primero que hicieron mis ojos fue recorrer la fila de vampiros para buscar a Nessie, sin
embargo, ella no estaba allí. Miré a Alice y ésta no se frotaba las sienes, aunque podía ser echarme un fugaz vistazo y volvió su vista al frente. Sin embargo, el ahora osado chino –
una fachada ante los Vulturis para que no la vieran tan vulnerable. Iba a preguntarle a ahora osado porque estaba bien respaldado por los suyos - me sonrió con arrogancia y su
Edward, pero parecía muy concentrado en leerle la mente a los chupasangres que teníamos semblante se transformó durante un segundo en Nessie a modo de burla. Eso me cabreó
delante y en controlar su rabia. El hecho es que mi Nessie no estaba allí. ¿A qué estaban enormemente y el rugido que había soltado antes se multiplicó por dos. La guardia volvió a
jugando? Un latigazo de ira me invadió de repente y me hizo pensar por un instante en la ponerse en alerta y los dientes de Cayo chirriaron de nuevo.
posibilidad de aniquilar a Aro de una vez por todas, lo tenía tan a tiro. Pero, - Te pediría que controlases a tu guardia, Aro – empezó a hablar Edward con sobriedad,
desgraciadamente, no podía hacerlo, porque él tenía a Nessie, y quería recuperarla sana y señalando con la cabeza al despreciable de Zhou -. Esto, junto con lo de esta mañana, es
salva, así que me contuve lo suficiente para no abalanzarme sobre él, aunque sí que le una provocación, ya se pasa de la raya. Te aseguro que no seremos nosotros solos los que
dediqué un rugido que me raspó la garganta y que retumbó en las cercanas montañas que se no vamos a tolerar que se hagan pasar más por nuestra hija. El viejo me miró,
veían a nuestros lados, creándose un eco insistente. Los testigos se sobresaltaron, el caduco comprendiendo a qué se refería él, se giró y miró al eludido con irritación.
Vulturis de pelo negro, el tal Marco, ni se inmutó, parecía que todo esto fuera un - ¡Sí, desde luego! – exclamó, fingiendo disgusto -. Eso ha sido un incidente intolerable que
aburrimiento para él, Cayo apretó los dientes y la guardia se puso en alerta. Sin embargo, a sin duda tendrá su justo castigo – declaró, entrecerrando sus nebulosos ojos. Cínico,
Aro no pareció importarle en absoluto. Sonrió como el chiflado que era y se quedó mascullé con rabia. El semblante del vampiro chino se volvió más pálido todavía y el
mirándome sin tapujo alguno con ese repugnante rostro suyo maravillado, el muy imbécil. Vulturis se giró hacia nosotros de nuevo.
Volví a sentir la urgencia de lanzarme a su yugular y terminar con él allí mismo, aunque - Perdonad este pequeño percance – dijo a la vez que palmeaba sus manos una sola vez -.
eso probablemente me envenenara. No pude evitar enseñarle un poco los dientes y gruñir. Ha tenido que ser muy desagradable.
Edward me puso el brazo delante para que me tranquilizase, mientras que Bella apretaba su - Tanto como el secuestro de nuestra hija, Aro – le echó en cara Edward con el rostro lleno
mano para calmarse a ella misma. Entonces, Aro soltó las manos de los otros vejestorios, se de tensión. Los murmullos volvieron otra vez, aunque en esta ocasión eran más suaves.
giró hacia sus subordinados, levantó el brazo y la quietud volvió a invadir el claro. - Me duele que pienses así, mi querido amigo – afirmó con una voz ostensiblemente
- Paz – les dijo con esa voz etérea. Avanzó un paso, seguido por una mujer envuelta en una sufridora -. ¿Cómo piensas que hemos secuestrado a vuestra preciosa Renesmee? ¡¿Y cómo
capa de un color gris oscuro que no dejaba de tocarle la espalda como si estuviese pegada. lo llamarías tú, asqueroso y viejo decrépito?!, gruñí.
No hacía falta ser muy listo para percatarse de que esa era su guardaespaldas personal, - ¿Es que hay otra palabra para definirlo? – me copió Edward, utilizando esos estúpidos y
Renata. flojos vocablos.
Dedicó una mirada a Edward y a Alice que decía a gritos lo mucho que ansiaba tenerlos - Edward – exclamó, oscilando su mirada hacia mí y llevándola después de nuevo hacia él
entre sus filas, al igual que había hecho hacía seis años, solo que, en esta ocasión, también -, solamente nos hemos limitado a protegerla, a apartarla del mal camino – se defendió,
añadió a Bella. Se quedó mirándola durante un instante, sin cortarse un pelo. La vibración alzando las cejas y abriendo sus legañosos ojos como si eso fuera algo evidente. La
de mi tórax se vio tapada por el gruñido que retumbó en la garganta de Edward. Mientras reacción de mis lobos no se hizo esperar y el silencio del claro se vio interrumpido por sus
Aro empezaba a evaluar nuestras filas, me fijé en el chupasangres de manto oscuro que ladridos y gruñidos. ¡Vale ya!, les regañé. Si no, esto se iba a alargar más de la cuenta, y lo
permanecía a la derecha de los otros Vulturis, otra vez tan sólo se le veía la boca. Varick que más importaba era que nos devolvieran a Nessie de una vez. Mi manada se calló ipso
debía de estar bloqueando el mugriento cerebro de Aro a la vez que Renata lo protegía de facto.
los ataques físicos. La cara de Edward lo decía todo. Eleazar tenía razón. - Eso es algo que tenemos que aclarar, pero ahora queremos ver a nuestra hija – pidió
Otros dos vampiros, más bajos que el resto y cuyas capas tenían el gris más oscuro de Edward con un tono de reclamación. Bella apretó su mano y sus dientes.
todos, se disponían al lado del canoso Cayo. Era la enana rubia y su hermanito gemelo - Me temo que eso va a tener que esperar. ¡¿Cómo?!, mi tremenda indignación se hacía
Alec, otro canijo, aunque había que tener cuidado con ese. Bella ya me había explicado que patente con la respuesta encrespada de todo mi cuerpo. Mis lobos gruñeron de nuevo y
era capaz de quitarte todos los sentidos sólo con mirarte. Estos dos estaban acompañados nuestras filas se unieron a nosotros.
por ese grandullón de Demetri - esa sanguijuela rastreadora les sacaba setenta centímetros - ¡Quiero ver a mi hija ya! – exigió Bella con un grito furioso. Edward le pasó el brazo por
por lo menos y era incluso más alta que Emmett, el cual ya me superaba a mí en mi forma la cintura para contenerla y pude ver por el rabillo del ojo cómo Jasper ponía cara de
humana - y por el otro no menos gigante, ese tal Félix. concentración.
La canija rubia me miró con sus aires petulantes y me dedicó una sonrisa de igual modo. - Mi querida Bella – lamentó Aro, frunciendo aquellos delgados y pálidos labios mientras
Iba a gruñirle, pero pensé que era mejor ignorarla. Ya sabes, no hay mayor desprecio que negaba con la cabeza -. No te imaginas lo que me duele esto, pero te aseguro que es por su
no hacer aprecio, y pareció funcionar. Noté cómo mi pasotismo la ofendía en el alma. bien, créeme. Sólo pienso en el bien de esa hermosa y delicada flor. No entiendo cómo
Por más indicios que busqué, no fui capaz de distinguir a la famosa Chelsea, ya que todos habéis permitido semejante desvío.
los vampiros que formaban la guardia se escondían bajo sus capuchas de distintas - ¡¿Estás llamando a mi hija desviada?! – bramó ella, apretando los dientes al pronunciar
tonalidades grises. Pero hubo dos rostros que no escaparon a mis avispadas pupilas. esa palabra. Me uní a Bella, agazapándome y rugiendo, y mi manada gruñó a mis espaldas.
Enguerrand tenía la misma cara de póquer que por la mañana, solamente se limitó a Edward me interpuso su brazo a la vez que noté cómo mi cuerpo se iba tranquilizando poco
a poco. ¡Jasper…! oído? ¡Dile que sí!, repetí, furioso. ¡No lo hagas, Jacob!, insistió Sam. El nerviosismo de
- ¡Su relación es una aberración! – voceó Cayo desde su posición -. ¡Un metamorfo con un mi manada se hizo evidente.
semivampiro! – censuró. Los testigos se unieron a su desaprobación con agitados - ¿Qué pasa? ¿Acaso nos teme? – inquirió Aro con una risa burlona. ¡¿Temer?! No me hizo
murmullos. Rugí con fuerza, aunque me hubiera gustado hacerlo con más si no fuera por la falta ni buscar el fuego en mi interior. La llama recorrió toda mi columna vertebral y la dejé
influencia de ese idiota de Jasper. fluir por todo mi cuerpo; éste se sacudió con ímpetu y mis patas delanteras se alzaron a la
- Paz, hermano – volvió a pedir Aro, alzándole las manos. El anciano de melenas blancas vez que explotaba, para erguirme del todo y quedarme sobre dos piernas.
resopló y frunció el ceño, enfadado.
- No nos malinterpretes, Bella. Lo que Cayo intenta decir es que no debemos jugar con la VENGA, VENGA, QUE EMPIECE EL
naturaleza juntando dos especies diferentes – siguió Aro, hablando en un tono tranquilo -. ESPECTÁCULO DE UNA MALDITA VEZ
Y mucho menos tratándose de alguien de nuestro mundo. Eso está totalmente prohibido, lo
sabéis. Se armó un revuelo bastante gordo cuando aparecí en mi forma humana ante los ojos de
- Si nos dejaras explicarte ciertas cosas, verías que te estás equivocando, mi querido amigo todos los presentes. Y no solamente por los testigos y la guardia de los Vulturis, que
- intervino Carlisle, actuando como el Vulturis -. No obstante, creo que primero tenemos estallaron en exclamaciones de asombro y desconcierto, mi manada estaba con los nervios
derecho a verla, ¿no te parece? Aunque sabemos de tu gran hospitalidad, estas horas han de punta y los Cullen, más nuestros aliados, no se podían creer lo que acababa de hacer.
sido muy largas para nosotros, compréndelo. ¡¿Gran hospitalidad?!, mi mandíbula no daba Todas las féminas de mi alrededor, y también Leah – cosa estúpida por su parte, porque ya
crédito a lo que estaba escuchando. Edward alzó la vista para mirarme con unos ojos que nos tenía muy vistos a todos nosotros -, giraron los rostros hacia otro lado, un tanto
me pedían a gritos paciencia, cosa de la que yo no gozaba en estos momentos. avergonzadas. En cambio, la rubia canija no se cortó un pelo. Alzó una ceja, sorprendida, y
- Lo comprendo, mi apreciado Carlisle – qué falso había sonado eso -, pero has de me echó un buen vistazo de arriba abajo. La comisura de su boca se elevó levemente como
comprender tú también que ante todo está el bienestar de la joven, y no quiero exponerla aprobación, seguramente no había visto a un hombre desnudo en su vida.
más a este descarrío hasta que todo esto se arregle como es debido – sus adjetivos Sam, Seth y Leah – ésta con su afilado hocico todavía ladeado - corrieron enseguida para
descalificativos ya me estaban hartando, mi rugido sordo hizo vibrar mis cuerdas vocales. rodearme y cubrirme con sus cuerpos y pude agacharme tranquilamente para desatar mi
A Carlisle no le quedó más remedio que asentir, dado que el viejo hipócrita y chiflado cinta de cuero, resultaba un poco humillante tener que hacerlo delante de toda esa chusma.
estaba claro que no iba a dar su brazo a torcer -. Además, antes quisiera hablar con el Me puse los raídos pantalones y me libré por fin de tener que alargar la bochornosa
implicado – manifestó, mirándome a mí. El implicado…, chisté. Sus lechosos ojos se exhibición más tiempo. Cuando terminé, mis compañeros volvieron a sus posiciones y me
dirigieron de nuevo hacia el doctor y abrió su bocaza maloliente una vez más. coloqué junto a Edward, que me echó una bronca con la mirada, cosa que me importó un
- Como de seguro también sabrás, me gusta escuchar todas las alegaciones, soy conocido bledo. Aro alzó la mano para que se callasen todos sus secuaces y se quedó mirándome otra
precisamente por ser bastante indulgente – afirmó, haciendo gala de su inmodestia, vez alucinado. Cayo cambió la expresión inicial de asombro para fruncir de nuevo su
girándose hacia atrás para mirar a su público. Luego, se volvió para dirigirse hacia nosotros blanco y poblado ceño y el otro viejo seguía con cara de aburrimiento total, si no fuera
otra vez -. Tal vez haya una solución pacífica a este desagradable asunto – insinuó, porque tenía los ojos abiertos, juraría que estaba durmiendo.
echando un vistazo a toda mi manada sin cortarse un pelo. Nuestra hilera siseó en protesta - Celebro conocerte al fin, Jacob Black – me dijo Aro finalmente, con una amabilidad
y nosotros gruñimos con rabia. Estaba claro que no nos habíamos equivocado. Todo esto excesiva -. Me refiero en persona, por supuesto – volvió a bromear, y posó con una sonrisa
solamente era un guión para tener una excusa y llevarme a mí junto con mi manada. Ahora mal simulada. No me sorprendió que supiera mi nombre. Tenía esos vídeos grabados por el
lo que teníamos que hacer era seguir el nuestro para destrozar su película, y cuanto antes, Zanahorio, en alguno habría salido, seguro. O tal vez se lo hubiese dicho esa garrapata de
mejor. Antes nos entregaría a Nessie. Venga, dile que me pregunte lo que quiera, azucé. Nahuel. No le dije nada, me limité a levantar la barbilla para mirarle con desprecio.
- Está bien – accedió Edward, aunque no muy conforme por no poder ver aún a su hija, y - Para ser mitad hombre, mitad animal, eres un joven muy apuesto. No me extraña que
con el evidente disgusto dibujado en la cara de Bella por la misma razón -. ¿Qué quieres nuestra hermosa Renesmee se confundiera y cayera en la tentación – genial, ahora me
saber? Yo puedo retransmitirte. peloteaba, si es que a eso se le puede llamar así. La enana rubia volvió a levantar las cejas y
- No, no. Quiero hablar con él en persona – matizó con segundas, como si no se creyese el labio mientras me daba otro repaso descarado. Pude escuchar el involuntario rechinar de
que yo lo fuera. Los ojos de Edward se abrieron como platos y pude oír a la perfección el dientes de Bella, aunque creo que le salió más en honor a Nessie, que por ella misma -.
rechinar de la fila de muelas que me escoltaban más todas las de mi manada. Ni se te Desde luego, he de perdonarle ese fallo. Pasé de su estúpido comentario, no tenía tiempo
ocurra, me advirtió Sam. Si traspasas el escudo de Bella, serías totalmente vulnerable. para discutir.
Pero yo no tenía ni pizca de miedo, más bien todo lo contrario. Estaba deseoso de - Ve al grano y dime lo que quieres – le apremié hoscamente. Se hizo otro runrún de voces
enfrentarme cara a cara con ese senil perturbado para mirarle a sus asquerosos ojos y al fondo de sus filas y Edward volvió a matarme con la mirada.
decirle cuatro cosas. Dile que sí, le pedí a Edward. - Es tu alegato, debes hablar tú – me instó con la mano.
- No creo que eso sea posible, Aro… ¿Qué diablos estaba haciendo? ¿Es que no me había - Yo no tengo nada que alegar, porque no hemos hecho nada malo – le respondí sin
cambiar de actitud. Edward ya empezaba a resoplar por las napias, nervioso -. En realidad, trastoco de sus planes.
no tengo por qué darle explicaciones a nadie. - ¿Vosotros? – y su vista bajó a la carpeta del doctor -. ¿Qué tenéis que alegar? Carlisle
- ¡Entonces, ¿no te arrepientes?! – se indignó el vejestorio canoso. carraspeó y empezó con su interpretación personal.
- Te repito que no hemos hecho nada malo, así que por supuesto que no – contesté sin - Si me dieras tu consentimiento, y sé que lo harás, dada tu generosidad y benevolencia –
dudas, molesto. Los murmullos subieron de volumen, condenándome automáticamente al eso sí que era pelotear -, me gustaría enseñarte los resultados de unas investigaciones
infierno. genéticas que he realizado junto a nuestro querido amigo Louis.
- ¡Ya está todo dicho! ¡Este salvaje debe ser castigado! – exigió Cayo, haciendo - ¿Louis? ¿Qué tiene que ver él con esto? – quiso saber, torciendo el gesto sin comprender.
aspavientos con los brazos. Vaya, al parecer también lo conocía -. ¿Y qué son esas investigaciones genéticas de las que
- ¡¿Qué me has llamado?! – protesté, cabreado, echando el cuerpo hacia delante. Estaba hablas? Doc abrió la carpetilla y sacó unos cuantos folios. Aro cruzó una fugaz mirada con
que botaba a la mínima. Encima que la habían secuestrado, que me la habían arrebatado de Cayo, que observaba atento y desconcertado.
mi lado sin ningún derecho, nos trataban como a dos depravados. Y, además, ya estaba más - Cuando nuestra pequeña Renesmee nació, me permití tomarle unas muestras de sangre
que harto de todo este circo absurdo. Edward me interceptó, a la vez que mis hermanos para analizarlas – comenzó a explicar -. No pude evitarlo, ya sabes cuánto me apasiona el
gruñían sin cesar. mundo de la genética.
- ¡Tranquilízate, Jacob! – me pidió -. Por favor – me cuchicheó entre dientes -, hazlo por - Sí, lo sé – asintió Aro sin cambiar la expresión de su asqueroso semblante de papel
Renesmee. En cuanto vi el temor de que le hicieran daño, en sus ojos, mi cuerpo se paralizó cebolla.
y no me quedó más remedio que hacerle caso. Tuve que respirar bien hondo para relajarme - Bien. Hace unos meses tuvimos un problema con un licántropo.
un poco. - ¿Con un licántropo? – repitió el viejo chiflado. Los ojos de Cayo se abrieron como platos.
- Paz, hermano – solicitó Aro una vez más, dirigiéndose a la momia de greñas blancas, que - Sí, estaba… obsesionado con Renesmee. No hacía más que perseguirla.
ya estaba resoplando de nuevo -. Todavía queda mucho por platicar. Tenemos tiempo de - ¿Cómo que obsesionado? – interrogó Cayo.
sobra para impartir justicia. Además, siempre se puede llegar a un acuerdo para no - Eso no es relevante ahora – objetó el doctor -. Solamente lo mencioné para explicar el
condenarle. ¿No es cierto, Jacob? – sugirió, girándose hacia mí. resto de mi alocución.
- ¿A qué te refieres? – pregunté, aunque ya lo sabía de sobra. - Explícate, amigo mío – le rogó Aro -. Todo puede ser importante. Carlisle tomó aire y lo
- Estaría dispuesto a hacer una excepción, si tuvieras a bien hacer un trato conmigo. soltó con el semblante lleno de disconformidad. Yo resoplé, preso de mi desquicio. Esto se
- Nosotros no hacemos tratos con vampiros. Nos los cargamos – declaré, mirándole otra iba a alargar más de la cuenta y necesitaba ver a Nessie ya, comprobar que estaba bien,
vez con desplante. Edward ya se estaba llevando la mano a la cabeza. estrecharla entre mis brazos, olerla, besarla...
- ¡Esto es inadmisible! – condenó Cayo -. ¡Asesinan a vampiros y lo dice tranquilamente! - Como ya sabéis, los Hijos de la Luna basan la continuidad de su especie en infectar a
Los testigos rompieron otra vez el silencio de la noche con sus protestas y sus demandas otros – empezó a aclarar -, pero ese licántropo fue creado con una manipulación genética
para que me echasen a la hoguera directamente. que, además, le permite reproducirse para perpetuar su existencia – los párpados
- ¡Oye, sois vosotros los que venís a nuestro territorio! – repliqué enérgicamente mientras semitransparentes de los dos Vulturis se levantaron casi hasta las cejas. El doctor volvió a
la mano de Edward ya le caía sobre la cara -. ¡Sois vosotros los que os metéis en nuestros mirar a Edward con la misma prudencia que en aquella ocasión en la que nos había
bosques para…! explicado todo esto a nosotros y éste asintió con resignación -. Es decir, él la veía como
- Lo que Jacob quiere decir – me cortó Edward, para mi enorme disgusto -, es que ellos no una posible hembra con la que aparearse.
van buscando vampiros para matarles. Esos vampiros invaden sus bosques continuamente y - ¡Es repugnante! – bramó el vejestorio canoso con cara de asco mientras se levantaba otra
los lobos solamente se limitan a defender su territorio. Son una especie pacífica, ellos más polvareda de murmullos entre sus filas.
que nadie desearían la paz. Paz no es la palabra que yo hubiera escogido, más bien su - Desde luego, hermano – apoyó Aro. Entonces, clavó sus gelatinosos ojos en mí con una
extinción, a excepción de los chupasangres como los Cullen o los de Denali, claro, que no fingida inocencia que me sacó de mis casillas -. Renesmee tiene muy mala suerte. Parece
tomaban sangre humana. que tiene algo especial que atrae a las bestias. Me envaré y le gruñí, furioso, tapando un
- No te creería si no fuera porque tengo la prueba delante, mi estimado Edward – manifestó poco los gruñidos de Bella y Edward y las protestas a mis espaldas. Jasper tuvo que hacer
Aro -. No estaríais todos en el mismo bando si eso no fuera así – admitió. Luego, osciló su uso de toda su influencia para que pudiéramos controlarnos.
traslúcido semblante hacia mí una vez más -. Por eso creo que podríamos llegar a un - ¿Y dices que fue creado con una manipulación genética? – preguntó el Vulturis canoso en
acuerdo, ya que no tienes alegaciones que te salven – insistió, y sus ojos volvieron a un tono de reprobación total.
Edward -. Si no fuera porque sois vosotros, impartiría justicia ahora mismo. Sin embargo, - Así es – asintió Carlisle.
me da mucha pena toda esta situación y me veo obligado a ser indulgente en este caso. - Tendremos que hacerle una visita a quien a creado a semejante engendro – determinó
- En realidad, nosotros sí que tenemos nuestras alegaciones – apeló Carlisle, haciendo que Aro, girando la cara hacia Cayo, que aprobó con un movimiento de cabeza -. ¿Quién habrá
el vampiro chiflado se volviera para mirarle a él con una cara que delataba a las claras el sido?
- Ya le conocéis – informó Edward -, y ya le habéis visitado. compostura.
- ¿Sí? ¿Quién es? – quiso saber el decrépito chiflado, arrugando las cejas con extrañeza. - Parece que vamos a tener que esperar un poco para impartir justicia con ese traidor, mi
- Joham – reveló Carlisle. querido hermano – le dijo, poniendo una mueca a modo de sonrisa.
- Ya sabes, el papaíto de tu querido soplón Nahuel – intervine, con una voz que me salió - ¡Cuanto antes, mejor! – voceó la momia de pelo blanco.
más áspera de lo pretendido -. Ese científico tarado lo creó para regalárselo a la garrapata - No hemos de preocuparnos – le calmó Aro -. Seguro que Demetri hará bien su trabajo y le
de su hijo. No me molesté en mirar a Edward, por la vibración de su tórax, supe que no le encontraremos, ¿verdad? – dijo, dirigiéndose al mencionado.
habían gustado nada mis formas. - Por supuesto, maestro – le respondió él, asintiendo bajo su capucha.
- ¿Joham se lo regaló a Nahuel? – exclamó Aro, visiblemente sorprendido. - Bueno, ¿por dónde íbamos? – siguió para desviar la atención de su evidente y ridículo
- Hicimos bien en acabar con ese Joham – determinó el viejo chupasangres de pelo blanco descuido, mientras juntaba las manos.
-. Me imagino que Nahuel lo rechazaría – bufó, enfadado, a modo de pregunta. - Estábamos hablando de ese Hijo de la Luna depravado. Ese engendro no hubiera existido
- Desgraciadamente, se lo quedó. Él mismo lo crió y lo adiestró, y lo utilizó después para nunca si no hubiera sido creado a partir de los experimentos y juegos genéticos – criticó
intentar matar a Jacob y hacerse más fácilmente con nuestra hija – manifestó Edward, Cayo con manifiesta intencionalidad.
apretando la mano de Bella para que ésta se relajara a la vez que yo lo hacía con mis - Ah, sí. ¿Veis por qué hay que evitar la mezcla de especies diferentes, mi adorable pareja?
dientes al recordar -, pero no contó con que el licántropo se obsesionara con ella. Se hizo – continuó Aro, hablando para Edward y Bella -. ¿Comprendéis ahora por qué tenemos que
un silencio teñido de confusión. prohibir estas aberraciones, por qué hemos tenido que salvar a vuestra hija? No pude evitar
- Eso no es lo que nos contó Nahuel – cuestionó el Vulturis después de un par de segundos. gruñir por lo bajo.
- Os ha engañado, Aro – aseguró Edward con firmeza -. Lo único que buscaba era - Si no te importa, todavía no he empezado con mi alegación – le interrumpió Carlisle,
venganza ante la negativa y el rechazo de Renesmee. trayendo un poco de cordura en ese ambiente tan tenso.
- Es imposible, yo mismo vi su mente – dudó. - Oh, por supuesto – aceptó, tapando su disgusto con una sonrisa falsa, al contrario que
- También yo se la había visto cuando vino a visitarnos a nuestra casa, y me parecía Cayo, que no lo disimulaba nada.
completamente de fiar, pero, al parecer, utiliza una especie de escudo. - Como intentaba explicar antes, el problema con ese licántropo me llevó a tener que
- ¿Un escudo? – Aro no podía creérselo. En ese momento, sus ojos se encontraron con los investigar más sobre ellos, así que llamé a Louis para comentárselo y él me desveló que
de Eleazar y su mirada dejó entrever que no le quedaba más remedio que aceptar la podía tratarse de alguna manipulación genética, ya que había visto numerosos casos en
revelación de Edward. algunos libros de su amplia y antigua biblioteca. Se ofreció a ayudarme y yo partí junto con
- Sí, es como un espejo, solamente refleja lo que él quiere que los demás crean y deja ver lo mi esposa a Paris para visitarle.
que él quiere que vean. La propia Alice sólo ve las partes de su futuro que él le deja ver. Es ››Ahora bien, hace casi siete años, cuando Renesmee estaba en el vientre de Bella,
un ilusionista, lo ha heredado de su padre – declaró Edward con dureza -. Os ha utilizado. descubrimos muchas coincidencias y semejanzas con la especie de Jacob – los ojos de los
- ¡Es intolerable, Aro! – gritó Cayo, muy mosqueado - ¡Es un traidor! dos Vulturis casi se vuelven a salir de sus órbitas, de la sorpresa -. Así que, como ya
- ¡Sin duda! – protestó el vejestorio chiflado, ofendido -. ¡Bien, que lo traigan ante mí! – comenté, analicé la sangre de mi nieta en cuanto nació, ya que todo eso me parecía
ordenó, haciéndole una señal con la mano a su guardia. Dos de los encapuchados salieron realmente fascinante. No obstante, mis conocimientos de genética no abarcan todo lo que a
de su formación para dirigirse como proyectiles a una de las zonas arboladas que estaría a mí me gustaría y me habían quedado muchos puntos sin resolver, así que aproveché para
un par de kilómetros de sus espaldas, distancia suficiente y deliberadamente estudiada para llevarme sus muestras más unas que tomé de Jacob para consultarlo con Louis.
que Edward no pudiera escanear nada. ››Primero hicimos un estudio de los genes de Renesmee, pero obtuvimos pocas respuestas
- ¡¿Nahuel está aquí?! – gruñí, envarándome. La sed de venganza empezó a llenar mi y muy confusas, así que nos pusimos a investigar lo del Hijo de la Luna, puesto que nos
cuerpo de convulsiones, preparadas para estallar en cuanto lo viera. parecía más urgente, y utilicé las muestras de Jacob para comparar, ya que no tenía del
- Contrólate – me cuchicheó Edward con una voz extremadamente baja, interponiéndome licántropo. Entonces, mientras lo investigábamos, hicimos un descubrimiento asombroso:
su brazo otra vez -. Lo habían traído para declarar en nuestra contra, pero esto ha trastocado los genes de Renesmee eran más parecidos a los de Jacob que a los de cualquier
todos sus planes. Es un punto a nuestro favor. Aún así, la tentación era muy fuerte… Las semivampiro – el careto de los Vulturis delataba el mismo asombro que los murmullos que
cejas se me bajaron hasta los ojos cuando los espectros regresaron tan rápidos como generaron sus testigos. Aún así, Doc no se amilanó y siguió con su exposición -. Para
flechas, sin la compañía de Nahuel. cerciorarnos, estuvimos investigándolo a fondo, consultando con otros amigos científicos
- Ha huido – desveló Edward antes de que a uno de los chupasangres le diera tiempo a especializados en el mundo de la genética. Bueno, tengo aquí todos los datos, por si te
cuchichearle lo mismo a Aro al oído. Los testigos de los Vulturis se agitaron con asombro interesa estudiarlo – le ofreció para atajar, levantando un grueso de hojas.
y protesta, y yo tuve que hacer acopio de toda mi fuerza de voluntad para tragarme mis - Más tarde – rechazó Aro, todavía con el careto perplejo.
ansias de venganza, la engullí tan fuerte, que me hizo hasta daño. Cayo y Aro se quedaron - Como quieras – Carlisle volvió a meter los folios en la carpeta y siguió con su alocución
con cara de idiotas durante un par de segundos, aunque el último enseguida recompuso la -. Los genes de Renesmee son casi idénticos a los de un metamorfo. De hecho, su cuerpo
puede llegar a transformarse, como le pasa a Jacob, solo que ella lo hace en un vampiro Vulturis ya volvían a delatar su chasco. Doc siguió hablando, aunque esta vez casi lo hacía
casi completo y él en un lobo. Puedes comprobarlo en la mente de Enguerrand, él grabó dirigiéndose a la chusma que se escondía tras la retaguardia -. Además, ha sido una
algunos episodios de su transformación – se me escapó una ligera sonrisa de satisfacción, selección natural, como pudo haber sido la de nuestra propia especie. ¿Quién fue el primer
de lo bien que lo estaba haciendo Doc. Las caras de Aro y Cayo eran todo un poema -. Es vampiro? ¿O cómo llegó a serlo? Nadie lo sabe. No obstante, aquí estamos. ¿Quiénes
decir, Renesmee y Jacob no son especies diferentes, más bien todo lo contrario. Renesmee somos nosotros para ir contra la propia naturaleza y extinguir algo que ella ha creado? Los
es un metamorfo, como él, en realidad, un semivampiro metamorfo. Los testigos, e incluso Vulturis torcieron el gesto, intentando buscar unas excusas que no encontraban.
la guardia de los Vulturis, estallaron en rumores y cuchicheos, atónitos. - ¿No tienes nada que decir a esto, Edward? – quiso saber Aro, agarrándose a un clavo
- ¡¿Qué estás diciendo?! – chilló Cayo con desagrado -. ¡Eso es imposible, ella nació de un ardiendo -. Es de tu hija de quien se está hablando. ¿No te preocupa que tu preciosa flor se
vampiro y una humana! una a un lobo? – siguió censurando. Resoplé por las narices, ya harto de todo este teatro.
- Te aseguro que es así, Cayo – continuó Carlisle con tranquilidad -. No me quiero extender - Ellos se aman, Aro – le respondió con serenidad -. ¿Quién soy yo para objetar nada,
demasiado, pero sabemos que los genes de Renesmee sufrieron una metamorfosis de una cuando yo mismo me enamoré de una humana? – Bella y él se miraron con complicidad
forma completamente natural – matizó - cuando se formó el cigoto. Aquí tengo todas las durante un fugaz instante.
pruebas que lo demuestran y un informe mucho más detallado – dijo, sacando otra vez un - ¿Es cierto eso? ¿Os amáis? – me preguntó, alzando las cejas y sonriendo con un
cuadernillo de la carpetilla -. Todo está firmado y certificado por todos los prestigiosos entusiasmo forzado. Vi por el rabillo del ojo cómo Cayo ponía los ojos en blanco y volvía a
científicos especializados en genética que participaron en la investigación. Las resoplar, exasperado. Aunque no tenía por qué darle explicaciones, le contesté con
exclamaciones y los cuchicheos subieron de tono, a la vez que los vejestorios se determinación.
observaban el uno al otro totalmente perdidos. Carlisle miró a Bella para acercarse al límite - Sí, estamos muy enamorados – le dije con una voz alta y clara -. Y no le hacemos daño a
de su escudo y se detuvo cuando ella se lo indicó con un movimiento de cabeza. Entonces, nadie. Lo único que quiero es que la sueltes y nos dejéis vivir en paz.
estiró el brazo y le ofreció el cuadernillo a Aro. Éste se aproximó al doctor, custodiado en - Pareces sincero…
todo momento por su guardaespaldas Renata, y cogió la documentación con pocas ganas. - Lo es, están enamorados – secundó Edward -. Además, Jacob y Renesmee están
Se hizo otro mutismo mientras lo leía a toda velocidad en el que se podían oír hasta el vinculados de una manera muy especial.
agitar de las hojas de las arboledas próximas. Sus ojos se movían vertiginosamente de - ¿Vinculados? – Aro frunció el ceño, extrañado. Ahora venía la segunda parte de nuestro
izquierda a derecha con impresión a la vez que su mano pasaba las hojas casi sin descanso. guión.
Se quedó tan de piedra, que si un trailer le hubiera pasado por encima, éste se hubiese - Es difícil de explicar con palabras – se llevó la mano a la barbilla, reflexivo -. Su vínculo
hecho trizas. Entonces, cerró el cuadernillo de un golpetazo seco y levantó la vista para es algo… espiritual y mágico – dijo finalmente -. Renesmee nació para estar con Jacob, y
mirar a la momia canosa con un rostro…, cómo lo diría, conmocionado, sí, esa es la Jacob nació para estar con Renesmee, literalmente. Una prueba de ello ya lo acabamos de
palabra, conmocionado. explicar, ella es un metamorfo, como él. Sabes que la magia corre por las venas de los
- Parece que nuestro querido amigo Carlisle tiene razón, hermano – tuvo que reconocer, metamorfos, su propio origen fue debido a esto. ¿Cómo iba a producirse esa metamorfosis
apretando los dientes de la rabia. Un ¡Ooooooooooooooh! rompió el silencio del claro, en del cigoto, si no es porque ya estaban destinados espiritualmente desde el principio de los
el que Cayo también hubiera participado si no fuera porque se había quedado patidifuso. tiempos? Y nadie los puede separar, su vínculo es extremadamente fuerte e irrompible –
- Sin embargo – interrumpió Aro de pronto, devolviéndole el cuadernillo a Carlisle -, apuntilló con intención.
tampoco son iguales – señaló, sonriendo con suficiencia -. Ella se transforma en un - No sé, Edward. Me cuesta creerlo – cuestionó.
vampiro, mientras que él lo hace en un lobo. - Pues es así – le aseguré, ofendido de que lo dudara.
- Como has visto en el informe, no habría ser más apropiado para ella genéticamente que - ¿Y cómo sé que no es un subterfugio para engañarnos? Para esto no hay pruebas ni
un metamorfo - atacó Doc, cogiendo el cuaderno -. Ni siquiera lo sería otro semivampiro. documentos que puedan corroborarlo – refutó con una sonrisa de arrogancia que anunciaba
Si hablamos de compatibilidad genética, Jacob sería el más compatible para perpetuar la su triunfo en esta partida.
especie de Renesmee. El claro volvió a llenarse de murmullos. - Estoy yo – afirmé con firmeza. Edward ya estaba poniendo cara de desaprobación antes
- ¡¿Y para qué queremos perpetuar esa especie?! – intervino Cayo con enfado -. ¡Es una de que a mi lengua le diera tiempo a articular lo que pasaba por mis sesos. Le ignoré -. Yo
mutación, deberíamos cortar eso de raíz! Mis dientes, los de Edward y los de Bella puedo ser la prueba. Sólo tienes que hurgar en mi mente. Los gruñidos de Sam podían oírse
chirriaron al mismo tiempo. por todo el claro, aunque él no fue el único que protestó. La manada al completo se
- Ha sido una metamorfosis natural – alegó Carlisle con su tono comedido de siempre. A alborotó y Bella me miró con el temor rebosándole por los ojos.
veces, admiraba su tranquilidad y su autocontrol, de veras -. No ha sido manipulada por El viejo chupasangres se quedó un rato en silencio, observándome, sopesando mi oferta, y
nadie con malicia ni con ningún fin, como en el caso de ese licántropo. Renesmee y su después se giró hacia su chusma para fijarse en los caretos que estaban esperando ansiosos
especie no pone en peligro nuestro mundo, ella también pertenece a lo sobrenatural y tiene su consentimiento. Se les veía realmente interesados, aunque más por curiosidad que por
que protegerse, al igual que nosotros y los lobos – los decrépitos semblantes de los dos otra cosa.
- Está bien – accedió finalmente -. Acércate, chico. Cayo volvió a bajar el entrecejo y cualquier persona de mi tribu. Así que se me ocurrió que si pensaba en lo que quería que él
resolló irritado. Sabía que si me arrimaba a él, ya no estaría protegido por el escudo de viese, tal vez esas cosas se vieran un poco tapadas, como había hecho con mi manada
Bella, pero tampoco era tan estúpido como para exponerme de ese modo tan gratuito, así cuando empecé con las desconexiones. Bueno, vale, no era lo mismo; ahora no estaba en
que les hice un gesto a mis lobos más grandes para que se vinieran conmigo. Paul y Quil mi forma lobuna, él era un chupasangres y la técnica de ocultar mis pensamientos con mi
acataron encantados; daba la casualidad de que, aparte de ser los más grandes y fuertes manada consistía en otra cosa – porque ahora no me hacía falta pensar en nada para
después de mí y de Sam, eran los más peleones. Paul casi venía riéndose, sólo le faltaba taparlos, simplemente me desconectaba -, pero si pensaba mucho en otros recuerdos..Bah,
sacar esa babosa lengua suya y jadear. por intentarlo no se perdía nada.
Excluí a Sam, para evidente disgusto de él. ¿Pero qué iba a hacer? Vale, no quería que Cerré los ojos y me concentré en pensar en Nessie, que era de lo que se trataba esto.
ninguno de mis hermanos sufriera daño alguno si algo salía mal, pero mucho menos Sam, Aunque la situación no era muy relajante que digamos, no me costó nada, la verdad. Estaba
viendo lo que tenía en casa. Tenía que regresar para estar junto a Emily y yo no quería que tan ansioso de que me la devolvieran, tenía tantas ganas de verla, que las imágenes se
se arriesgase. Se notaba que a la guardia y a los testigos de esos fósiles no les hizo ni pizca plantaron casi solas en mi cerebro. Primero empecé por lo físico, que era lo más fácil.
de gracia mi decisión. Pasé de ellos olímpicamente. Evoqué su precioso rostro de porcelana, con esos grandes y dulces ojos color café con
- ¿Es que desconfías de mí? – se rió Aro. leche, esa sonrisa blanca y perfecta, esas mejillas sonrojadas y esos labios carnosos y
- Tú tienes tu guardaespaldas y yo tengo los míos – respondí. rosáceos, suaves. Después, recordé su larga melena broncínea, con sus ondas graciosas,
- Me parece justo – aceptó. Aún así, los dos chupasangres grandullones se adelantaron un sueltas y sedosas. Y su cuerpo… No, eso no hacía falta que lo viera. Me dejé llevar un
paso y se colocaron uno a cada lado de Aro, por detrás. poco más, por si acaso, para seguir con cosas más profundas y… entonces, no sé cómo
Mis piernas empezaron a avanzar con zancadas seguras en su dirección y comencé a sucedió. Solamente sé que, cuando acababa de empezar a recordar todo lo que sentía por
aproximarme, flanqueado por mis dos lobos, hasta que quedamos fuera del amparo del Nessie, el vejestorio pegó un bote hacia atrás, soltando mi mano de sopetón como si ésta le
escudo que nos protegía y nos pusimos frente a frente. hubiese dado una descarga eléctrica, y yo abrí los ojos, extrañado y un tanto a la defensiva
del susto.
CUIDADO, QUE VIENE EL GRAN LOBO ¿Qué le había pasado? ¿Acaso mi mano estaba tan caliente, que le había quemado de
verdad? Los testigos exclamaron sorprendidos ante la reacción de Aro y la guardia se
Su asqueroso semblante me pareció todavía más acartonado y momificado, al tenerlo tan envaró, al tiempo que los dos matones se adelantaban para encararse conmigo y mis lobos.
próximo. Paul, Quil y yo nos miramos y supe que ellos estaban pensando lo mismo, se Paul y Quil no se quedaron atrás. Mostraron sus colmillos, pegaron bien las orejas a la
podía ver cómo ambos arrugaban el hocico como repulsa. La guardia y los dos matones se cabeza y les dieron el aviso con sus gruñidos. Los Cullen y el resto de mi manada
inclinaron hacia delante, nerviosos, aunque la enana rubia también aprovechó para flexionaron las rodillas y sus patas desde su posición, preparados para saltar en cualquier
observarme más de cerca; otra vez pude escuchar el chirrido de los dientes de Bella. momento. Sorpresa, Aro no parecía molesto. Un poco trastocado sí, pero no mostraba
- Amo – murmuró la tal Renata con temor cuando nos vio a mí y a mis enormes lobos enfado ni ofensa. Más bien parecía deslumbrado, con esos ojos de loco abiertos de par en
delante. Las puntas de sus dedos temblaban levemente al tocar la espalda del viejo, aunque par y una sonrisa de ido desfigurando su careto de cartón todavía más.
no los despegaba, seguramente le temía más a él. Miré a Edward, a ver si éste me delataba algo de lo que estaba pasando, sin embargo, su
- No pasa nada, calma. – los tranquilizó. Entonces, extendió su arrugada y transparente rostro no se diferenciaba mucho del viejo chupasangres. No tenía esa cara de tarado, pero
mano, donde sus abultadas venas sobresalían como ramificaciones secas, y la volteó para también me miraba completamente alucinado. Fruncí el ceño. ¿Qué demonios pasaba?
dejar la palma hacia arriba -. Dame tu mano, muchacho. Se me escapó una pequeña mueca - Calma – dijo Aro, girándose hacia las masas.
de asco cuando la deposité en esa superficie dura y helada. Parecía ese mármol frío y - ¿Qué ha pasado? – quiso saber Cayo, quitándome la palabra de la boca.
sobado de las pilas de agua bendita que hay en las iglesias. ¡Puaj! - Es demasiado intenso para mí – declaró, volteándose otra vez en mi dirección mientras se
- Oh, tu mano está tan caliente, que quema – señaló, al tiempo que la cubría con su otra llevaba la mano al pecho con ese semblante de chiflado.
palma. ¡Puaj otra vez! Todo fuera por Nessie y por recuperarla sana y salva. El Vulturis - Su vínculo es extremadamente fuerte. Algo espiritual. Lo he sentido. Todo se paralizó
cerró los ojos con fuerza y se encorvó para comenzar a fisgar en mi mente y mis recuerdos. cuando la momia adormilada habló de repente, y lo hizo con los ojos tan abiertos y en un
Quil y Paul fijaban su vista en él con los labios despegados, atentos a cualquier movimiento tono de sorpresa tal, que hasta a Cayo y a Aro les extrañó. No debía de ser muy hablador,
amenazante por mínimo que fuera. Y así mismo, la guardia y los dos gigantes. Caí en la por lo visto. Su voz era tan grave y vieja, casi rasgada, que a mis hermanos y a mí nos dio
cuenta de que ahora podría ver cada uno de mis pensamientos y recuerdos, desde el juego grima.
más inocente con mi Nessie niña, hasta otro tipo de juegos mucho menos inocentes con mi - ¿Cómo dices? – inquirió el vejestorio canoso con los globos oculares apunto de salírsele
Nessie ya adulta. Y peor, Edward también los vería al escanear mi mente a la vez que el de sus órbitas. El senil aburrido no dijo nada más, sólo se limitó a extender su rugosa mano
viejo. Pero eso no era todo. Al husmear en mi cerebro, el Vulturis iba a ver todo lo hacia Aro y éste se acercó para espachurrársela y leerle la mente. Como ya no me
relacionado con mi manada, técnicas, estrategias, hasta el chisme más insignificante de necesitaban, aproveché ese momento para retirarme con mis hermanos, aunque no sin antes
dedicarles una miradita a los dos matones. pusiéramos un símil, el Gran Lobo sería un rey. Mi manada y yo nos miramos los unos a
- Cubridme, voy a entrar en fase – les indiqué. No era por nada, pero mi manada se sentía los otros sin entender nada. ¿Cómo demonios sabía todo eso?
más cómoda teniéndome en esa forma y, la verdad, yo también. Además, así me podía - ¿Quieres decir que él es el Rey de los Lobos? – interrogó la momia de pelo blanco sin
comunicar con ellos. Sam se unió a Paul y Quil para rodearme de nuevo, me quedé en poder disimular su pasmada voz, mirándome.
bolas – esta vez sin que me viera nadie –, até mis pantalones a mi cinta y me transformé, - Sí, maestro. El Rey de los Lobos, chisté. Intenté protestar con un gruñido, pero las
provocando otro estallido de exclamaciones mientras aquella muchedumbre levantaba la exclamaciones de los testigos me lo pisaron.
cabeza para ver mejor. Guay. Ahora era la atracción mayor de la feria. Las voces de mi - El Rey de los Lobos – resaltó el vejestorio chiflado -. Claro, ahora entiendo ese poder. ¿Y
manada invadieron mi cerebro, todos alucinados, preguntándome qué es lo que había hecho cómo sabes tanto sobre el tema, mi querido Enguerrand? – preguntó sin apartar su
para que el viejo se asustase. Yo no he hecho nada, solamente he pensado en Nessie, eso es fascinada mirada de mí -. Cuéntanoslo. El aludido asintió bajo su capucha. ¿Por qué
todo, les aclaré. ¡Pues no sé en qué has pensado, pero lo has dejado flipado!, exclamó Seth. teníamos que perder el tiempo con esto que no venía a cuento? Ya empezaba a
Seguramente, en aquella semana de celo de Nessie, se burló Isaac. Mis lobos corearon sus desesperarme con tantas tonterías. Me importaba un bledo toda esta historia. Ya habíamos
risas en una serie de aullidos que alarmó un poco a la guardia de los Vulturis. Estúpidos demostrado que Nessie y yo éramos metamorfos, ¿por qué no la traían de una maldita vez?
chupasangres, no tenían ni idea del lenguaje lupino. ¡Claro que no he pensado en eso, - Hace unos siglos me encontraba por estas tierras en una misión que me habías encargado,
capullos!, resoplé. Más te vale, siguió Shubael, mofándose. Porque si nos enteramos de que maestro – comenzó a explicar el pelirrojo con una entonación de sumisión -. Estaba en una
a esa sanguijuela le dejaste ver algo y a nosotros nada, te ibas a enterar. ¡Mira que sois batalla inevitable que no nos quedó más remedio que ejecutar para impartir justicia y yo era
burros!, les riñó Leah, haciendo gala de camaradería femenina, mientras los demás el encargado de verificar que se impartía correctamente.
continuaban riéndose. - Ah, sí, ya recuerdo – afirmó Aro -. Era un ejército de vampiros incivilizados que se
Estos idiotas… Encima, Edward podía escucharlo todo, serían retrasados. Dejadlo ya, negaban a cumplir las reglas necesarias para la buena convivencia – aclaró para su público,
¿queréis?, les regañé, y así lo hicieron, poco a poco, pero lo hicieron. Carraspeé para mis no fuera a ser que quedase en mal lugar. Sí, ya, claro, puse en duda.
adentros y empecé a caminar. ¿Qué les pasa a estos ahora?, le pregunté a Edward cuando - Así es, maestro – verificó el Zanahorio -. La batalla se tornó muy dura, como bien sabes.
me coloqué a su lado, refiriéndome a los vejestorios. ¿Qué hacen? Nuestro ejército tuvo dificultades y se vio envuelto en una emboscada que nos puso en
- Marco ve las relaciones – me explicó escuetamente. Sí, su cara lo decía todo. Lo que verdadero aprieto. Nuestros enemigos también gozaban de múltiples dones que eran muy
había escuchado no le había gustado ni un pelo. No le hacía mucha gracia recordar esa difíciles de combatir y ya no podíamos contrarrestarlos.
particularidad de Nessie, ni aquella semana tan mágica y especial para nosotros, pero ››Sin embargo, llegaron tres lobos enormes y nos vimos obligados a paralizar la lucha, al
tan trágica para él, en la que yo había hecho que su pequeña se transformara en toda una parecer, estábamos en sus bosques. No lo hubiéramos hecho, si no fuera porque uno de
mujer sin que hubiera papeles matrimoniales de por medio. ellos era mucho más grande que los otros dos, y lo cierto es que había una majestuosidad
- Así es – confirmó Aro, separándose del adormilado con una expresión de diversión. Pues en él que nos dejó un tanto aturdidos – el pelirrojo dirigió su mirada hacia mí -. El
sí que estaba chiflado de verdad -. Y ha visto lo mismo que yo. gigantesco lobo clavó sus ojos en los míos y mi mente no pudo seguir grabando. Lo mismo
- ¿Y qué es lo que has visto? – interrogó Cayo con una mezcolanza de expresiones en la pasó con el resto de vampiros que gozaban de dones, sus ataques no parecían hacer efecto
cara que pasaban del fastidio al desconcierto total. alguno en él, ni en los otros dos lobos. Después de eso, ninguno quiso luchar con ellos, no
- Lo que él me ha dejado ver – afirmó, llevando la vista hacia mí. dejábamos de estar en su territorio y ellos solamente se limitaban a defenderlo, así que nos
- ¿Cómo? – Cayo no entendía nada, al igual que todos nosotros. retiramos a otra zona para seguir la batalla, la cual terminamos ganando. Se impartió
- Querido hermano, hay cosas que no alcanzan a nuestro entendimiento, y una de ellas es justicia.
esto. Parece ser que este joven tiene algo… espiritual y místico que me ha rechazado y ››No volvimos para reclamar nada, pues, indirectamente, nos habían ayudado, pero yo sentí
solamente he visto lo que me ha dejado ver – reiteró. curiosidad y me quedé una temporada más por esa zona para investigar. Fue cuando
- Jacob tiene un don – medió Edward -. Un don espiritual. ¿Otra vez con ese rollo de mi descubrí que él era el Gran Lobo y todo lo que eso significaba. No me parecieron
don espiritual? Fruncí mi ceño de lobo y suspiré, cansado. Para encima, ya me había peligrosos para nosotros, sólo eran tres lobos y nunca salían de su territorio, por eso nunca
transformado y no podía protestar en voz alta. Los ojos de Cayo casi se le caen de las le di relevancia. Además, unas décadas más tarde me enteré de que ese lobo había
cuencas y los murmullos de los testigos, más la agitación de la guardia, se hicieron con el fallecido, por lo que me olvidé del asunto.
claro. ››Hasta que le vi a él – declaró, señalándome con la cabeza -. Se parece mucho a ese lobo;
- Es el Gran Lobo – intervino Enguerrand, hablando con voz solemne, para asombro de su pelaje es exactamente igual y su mirada es la misma. Al principio pensé que solamente
todos los presentes, incluidos nosotros, los lobos. Hala, otro, venga. ¿Algún chupasangres era un parecido físico, después de todo, habían pasado varios siglos y no sería difícil que se
más? diera una coincidencia genética que terminase en un lobo tan parecido y, además, no influía
- ¿El Gran Lobo? – repitió Cayo con sorpresa -. ¿Y eso qué quiere decir? poder ninguno en mí. Pero cuando le vi en nuestro último encuentro, ya no me quedó
- Es el primer lobo de los lobos – empezó a explicar -, y el líder de todos los líderes. Si ninguna duda. Tiene esa fuerza en la mirada, esa misma majestuosidad, tiene ese aura que
me embaucó cuando vi a su antepasado. Suspiré. Cuidado, creo que se ha enamorado de ti, - Es asombroso – exclamó el chiflado una vez más, retirando sus manos de la del pelirrojo,
Jake, se burló Jared. Sí, ya, muy gracioso, le contesté, resoplando por las napias mientras el mientras me estudiaba con la mirada -. Realmente es muy parecido a ti.
resto se reía en su fuero interno, aunque no tardaron nada en centrarse de nuevo en ese - ¿Podemos volver al asunto por el cual estamos aquí? - refunfuñó la momia canosa, que
absurdo tema. también debía de estar hasta el gorro de toda esta pérdida de tiempo. Eso, eso.
- ¿Y dices que vuestros ataques no hacían efecto en ese lobo? – quiso saber Aro, - Sí, cómo no, hermano – aceptó Aro, aunque a regañadientes.
observándome con demasiado interés. Genial. A ver si ahora, con toda esa monserga, se - Como has visto, su vínculo es extremadamente fuerte – participó Edward por fin -. Así lo
iba a encaprichar aún más conmigo. ha visto Marco y así lo has visto tú. Y, además, ambos están muy enamorados, yo mismo
- Así es, maestro – confirmó el pelirrojo. doy fe. El senil tarado se quedó un rato pensativo, mirando el suelo como si éste le fuera a
- Tu historia es impresionante, ciertamente – manifestó el viejo decrépito chiflado sin desvelar algo.
quitarme ojo -. Tu relato ha despertado verdadera curiosidad en mí, ¿puedo ver las - Sí, lo sé – respondió finalmente, alzando sus pupilas hacia mí -. Tu preciosa Renesmee no
imágenes de ese Gran Lobo? deja de llamarte en sueños - ¡¿que me llamaba en sueños?! Mis patas comenzaron a
- Por supuesto, maestro – consintió el pelirrojo, ya acercándose a él con la mano extendida. agitarse, nerviosas -. No obstante, no sé si entregártela sería lo correcto. ¡¿Qué está
Aro se la aplastó entre las suyas y volvió a cerrar sus asquerosos párpados para empezar el diciendo ahora?!, ladré.
escaneo mental. Resoplé por enésima vez. ¿A dónde nos llevaba esto? Lo único que yo - Ya has visto todas las pruebas – señaló Bella, apretando los dientes de la rabia -. Ellos se
quería era que me trajeran a Nessie ya. ¡¿Y ahora qué narices le está enseñando?!, quise aman, pertenecen a la misma especie y están fuertemente vinculados.
saber, ya exasperado por todo este circo que nos estaba haciendo perder tanto tiempo. - No del todo, mi querida Bella. Vuestra hija es un semivampiro metamorfo. Única en su
- Está mostrándole las pocas imágenes que pudo grabar de tu antepasado – me cuchicheó, especie – recalcó -. ¿Está bien que permitamos la proliferación de una especie nueva?
tan bajito, que tuve que mover la oreja en su dirección para que me llegase su murmullo - Ya te he explicado antes que la naturaleza y la magia han sido las que han hecho esta
apenas perceptible -. Es increíble. La verdad es que es igual que tú, aunque todavía más selección, Aro – apeló Carlisle con su típico discurso discreto -. Nosotros no somos quién
grande. Es como verte a ti en el pasado. Genial, protesté. Mi manada se mantenía en para detener el mundo natural y espiritual, y hay que añadir que ella no es peligrosa en
silencio, estaban atentísimos y parecían algo impresionados por todo este rollo. Genial, absoluto.
repetí para mí. ¡Bueno, qué! ¡¿Cuándo diablos le vas a decir que nos devuelvan a Nessie?!, - Ella sola no, pero, ¿qué hay cuando se multipliquen? – rebatió el vejestorio -. Esta especie
azucé, harto. es capaz de reproducirse, al igual que las humanas. Puede que dentro de unas décadas
- Esto va bien, espera – bisbiseó. ¿Que iba bien? Volví a resollar por las napias. Si fuera quieran adquirir poder y pongan en peligro todo nuestro mundo – alegó. ¡¿Qué coño está
bien, ya estaría junto a Nessie correteando o lo que fuera por La Push, porque, eso sí, diciendo este chiflado?!, protesté con un gruñido.
cuando me la devolvieran, nadie iba a ser capaz de despegarla de mi lado nunca más. Ya se me estaban hinchando las narices. Estaba claro que no quería devolvérnosla y que iba
Mire a Alice. Sus manos no estaban pegadas a sus sienes, sin embargo, su semblante no a buscar cualquier excusa estúpida para salirse con la suya. Empecé a notar cómo el aire
mostraba ninguna emoción, estaba tan concentrada, que parecía que estuviese en una sesión entraba furioso y llenaba mis pulmones con ímpetu.
de yoga o algo por el estilo. - Sabes que eso sería imposible – objetó Edward con firmeza -. Ya has visto que su especie
- Tiene una jaqueca horrible, solamente está fingiendo – me desveló Edward igual de bajito solamente afecta a las mujeres, los varones serían hombres lobo, y por mucho que se
que antes. ¡¿Cómo?!, mis patas se pusieron en tensión. ¡Eso significa que Nessie no…! multiplicasen, ellas nunca llegarían a ser tan numerosas como nosotros, los vampiros
- No sé a qué se debe eso, pero te aseguro que la tienen aquí – me interrumpió para completos. Además, son muy fuertes cuando se transforman, pero su fuerza sigue sin ser
calmarnos a mí y a Bella, que también se había puesto en alerta -. No puedo ver la mente equiparable a la nuestra y su transformación no es continua como en el caso de los lobos.
de Aro, pero sí la de Cayo y Marco – siguió -. Al segundo le da exactamente lo mismo, sin Necesitan de sangre para no fallecer y cuando la toman, vuelven a ser semivampiros. Tú
embargo, Cayo está deseando que esto se termine. Todo esto ha sido idea de Aro para mismo has leído el informe. Los murmullos volvieron a revolotear por el claro.
conseguirte a ti y a tu manada, y a Cayo no le atrae nada que esté relacionado con el mundo - Sin embargo, siempre estarían unidas a los metamorfos – discrepó el Vulturis -. Y ya lo
lupino, ya sean los licántropos o vosotros. En cierto modo, está deseando que ganemos para has oído antes, ellos se dedican a asesinar vampiros, es su naturaleza. ¿Por qué no se iban a
que Aro ya no insista más con el tema, aunque, en realidad, lo que más le agradaría sería dedicar ellas a hacer lo mismo? Harían una alianza. Lo que antes eran murmullos, ahora
que terminasen con vosotros aquí mismo. Él os ve como una amenaza lo suficientemente eran cuchicheos, unos a favor y otros en contra.
potente como para producirle temor, por eso insiste tanto en lo de impartir justicia, y se ha Mi rabia iba en aumento, en consonancia con el volumen de los chismorreos cada vez más
tomado esto como una buena ocasión para deshacerse de vosotros. No obstante, ha visto altos. Mi tórax comenzó a vibrar levemente. Ya empezaba a darme igual todo. Lo único
que ya no tienen alegatos de cara a los testigos para hacerlo y ahora, por mucho que le que ocupaba mi mente era mi ángel. Y mi ángel me llamaba en sueños para que fuera en su
irrite, no puede esperar otra cosa que no sea nuestra victoria. Bueno, con que me hubieras busca mientras yo estaba aquí perdiendo el tiempo con toda esta farsa. La ansiedad se hizo
dicho que ella estaba aquí, me hubiera bastado. No sé por qué te has enrollado tanto. cargo de todo mi cuerpo de un latigazo para exigirme que actuara ya. Edward se dio cuenta
Edward suspiró con resignación. y me miró por el rabillo del ojo con precaución.
- Ya he explicado que los lobos no van en busca de vampiros para asesinarlos, sólo se de las venas. Mi estómago se llenó de una sensación extraña, parecía que tuviera una bola
limitan a defender su territorio – volvió a aclarar Edward, un tanto preocupado por mi de fuego en su interior dando vueltas sin parar, chocando con las paredes de éste,
estado mental, que se acercaba cada vez más a la locura. Bella también me miraba con intentando encontrar una vía de escape que no hallaba. La imagen de Nessie llamándome
desasosiego -. Y ahora lo único que piden es que nos devuelvas a nuestra hija para vivir en se proyectó en mi cabeza y, entonces, la bola de fuego explotó, extendiendo su contenido
paz. ¡No le des más explicaciones y vamos a buscarla!, rugí, moviendo mis patas con abrasador por todo mi cuerpo como un fogonazo. Empecé a sentir una corriente ardiente
agitación. Mi manada también comenzó a inquietarse. que me recorrió de la cabeza a las patas, un ciclón que removió cada uno de los átomos de
- Aún así, no creo que eso sea lo más adecuado, Edward – insistió el viejo decrépito, mi cuerpo hasta que llegó a mi cerebro, y vi una luz cegadora que relampagueó una sola
echándonos un vistazo vigilante a mi manada y a mí. vez. Sentí cómo todas mis neuronas se llenaban de electricidad y el discernimiento absoluto
- Sabes que Chelsea no tiene nada que hacer – declaró él ya sin rodeos, mostrando su se plantó en mi sesera ante mis perplejas pupilas.
enorme cabreo sin tapujo alguno -. Nunca conseguirás dominar a Jacob y, por tanto, a la Cuando la luz dejó de brillar, comencé a verlo todo con una nueva visión y yo mismo me
manada tampoco. Los testigos agitaron sus murmullos a la vez que mi manada gruñía para quedé patidifuso. Se abrió ante mí una percepción nueva e increíble en la que era capaz de
confirmar las palabras de Edward. Aro y Cayo se miraron y éste último resopló por las ver y distinguir toda energía que fluía a mi alrededor, incluida la mía, con absoluta nitidez;
narices con enfado. y sabía perfectamente qué era cada cosa, como si llevase grabado en mi cabeza toda la vida
- ¡Devuélvenos a nuestra hija ya! – reclamó Bella con una rabiosa desesperación que y fuera lo más normal del mundo. Nada parecía nuevo a mis ojos, mi cerebro lo descifraba
apunto estaba de hacerla llorar. Se acabó. Fin de la película. Clavé mis pupilas furiosas en fácilmente y lo asumía con total naturalidad. Mis hermanos podían ver perfectamente lo
Aro y le mostré mis sedientos colmillos a la vez que el resoplido me salía con virulencia que veían mis ojos y percibí cómo el ambiente se transformaba en uno perplejo y atónito.
por las narices y mi cuerpo se agazapaba, preparado para saltar en cualquier momento. Mis Me di cuenta enseguida de a qué se debía todo esto y, para mi desgracia, no podía seguir
veintiún lobos acompasaron mis gruñidos y también se inclinaron hacia delante, con las renegando de ello más tiempo, era una estupidez seguir negándomelo a mí mismo. Era una
orejas gachas y el rabo completamente hacia dentro, esperando a una sola orden mía. Mis bomba de relojería que tenía que explotar de un momento a otro y esto había sido la chispa
bronquios se llenaron del todo y el aire me raspó las cuerdas vocales cuando el larguísimo que la había prendido. Sí, mierda, yo era el Gran Lobo. La clarividencia se había
rugido salió con cólera por mi garganta, rebotando varias veces otra vez en las montañas presentado en mi sesera con contundencia para clavárseme bien en el cráneo, ya no tenía
que nos rodeaban. escapatoria. Taha Aki me había encomendado a mí el relevo de su reinado, ahora lo sabía
La guardia de los Vulturis se envaró al tiempo que Cayo apretaba los dientes, visiblemente con absoluta certeza, todo mi ser lo sentía, palpitaba dentro de mí con ansia desmedida,
incómodo, y Aro me observaba atentamente mientras los temblores de su guardaespaldas pidiéndome que le dejara salir de la jaula que yo mismo le había creado. Y no lo pude
aumentaban. Aún así, no se despegaba de él, parecía uno de esos frágiles pececillos que contener. Una vez que el discernimiento se apoderó de mis pobres sesos, ya no había
están pegados a su tiburón todo el tiempo. Los dos matones flexionaron sus rodillas, remedio. La pulsión era demasiado fuerte e intensa como para poder retenerla, me atraía,
mostrando sus colmillos con aires amenazantes, y la rubia canija junto con su hermano me llamaba desde lo más profundo de mi ser, así que me dejé llevar del todo, esperando a
enano entrecerraron los ojos, listos para atacar en cuanto me descuidase lo más mínimo. ver qué más me iba a pasar.
Bella, Emmett y Rosalie hicieron exactamente lo mismo que los gigantones y mi amiga Las cadenas que la mantenían amarrada se rompieron con furia y toda mi alma empezó a
añadió un potente rugido. Edward apretó la mano de Bella para calmarla y a mí me volar con libertad. Mi espíritu de Gran Lobo salió de lo más profundo de mis entrañas para
interpuso su brazo para contenerme y seguir con ese estúpido e inútil debate que no llevaba apoderarse de todo mi ser como si de una mecha de fuego se tratase y me hizo explosionar
a ninguna parte. igual que un volcán en erupción. Para mi asombro, no estuvo nada mal. Lo que sentí
Pero yo no me amilané. La imagen de Nessie era lo único que ocupaba mi tarado cerebro, y cuando todo mi espíritu consiguió salir, fue lo más parecido a un orgasmo, una liberación,
si no querían devolvérmela, iba a recuperarla como fuera, eso lo juraba por mi vida. Solté una bocanada de aire fresco. Era como si hubiese estado encogido en una caja durante años
otro rugido que hizo vibrar hasta la nieve de las cimas de las montañas, con tanta cólera y y luego me hubieran dejado salir para estirarme a gusto.
tantas ansias de sangre, que ya rozaba el sadismo puro y duro. Mi Nessie, mi ángel. Ellos Noté cómo mi cuerpo se incrementaba en tamaño, mi cabeza se alzó unos sesenta
me la habían arrebatado. centímetros por encima de lo que estaba, mis zarpas y mis patas aumentaron el doble y mis
Escuché un aullido agudo y estremecedor dentro de mí, un aullido que reclamaba una músculos adquirieron más fortaleza y potencia. También sentí cómo cada célula de mi
liberación. Sentía cómo mi alma se revolvía en mi interior como si estuviese atrapada, se organismo se impregnaba de magia, ésta corría por mis venas a sus anchas, libre por fin,
agitaba desbocada, intentando salir de alguna cárcel. Mi Nessie, mi ángel, eso era lo único llegaba a mi cerebro, llenándolo de poder, de distintas, indescriptibles y nuevas
que ocupaba la poca razón que me quedaba, y ella no estaba allí, la habían apartado de mi sensaciones. El claro se llenó de fuertes y sorprendidas exclamaciones.
lado. La ira volvió a darme un latigazo desgarrador y profundo y, sin saber cómo, algo - ¡Es increíble! – exclamó Eleazar a mis espaldas.
cambió dentro de mí. Edward giró su rostro para mirarme con asombro, pero no le hice ni - Lo sabía, es él. Es el Gran Lobo – siguió Enguerrand, abriendo sus rojos ojos, como
caso, en lo único que podía pensar era en Nessie. platillos volantes. Mis compañeros cayeron irremediablemente sobre sus cuartos traseros y
Mi sangre empezó a hervir, tanto, que podía notar las burbujas de la ebullición por dentro comenzaron a aullar al cielo, mostrándome su acatamiento y su profundo sentimiento de
respeto y honor. ¡Mierda, levantaros!, les ordené, y así lo hicieron, sin un solo fleco de más potente y poderoso que el anterior que apunto estuvo de desgarrar mi ancha garganta.
dudas ni quejas. La vampiro rubia me miró con sus ojos escarlata abiertos como platos y Esta vez, la potencia de mi rugido hizo que parte de la nieve de las montañas se
después miró de reojo a su hermano, que tenía la misma expresión en su cara de niño desprendiera y cayera por las laderas de las mismas. Mi majareta y furibundo cerebro
pequeño. No eran los únicos. El Vulturis adormilado incluso jadeó de la impresión, la cara empezó a ver cómo los cuerpos de los encapuchados desprendían un vaho húmedo, frío y
de Cayo mostraba un asombro que rozaba el terror y Aro, como chiflado que era, me azulado y supe sin ninguna duda que se trataba de temor. Percibí el miedo de todos los que
miraba absolutamente flipado. Bella y Edward se quedaron petrificados, observándome con allí estaban, incluidos nuestros aliados y todos los que se encontraban detrás de mí, aunque
una expresión que casi diría que era fascinación. Lo que me faltaba. Aún así, él no retiró su no les viera los rostros y fuese más bien respeto. Podía olerlo, lo intuía, notaba su
brazo, aunque no sabría decir si es que no se había dado cuenta de que seguía allí. Los emanación flotando a mis espaldas. El antes flipado vampiro cambió su asquerosa cara al
vampiros que tenía enfrente me miraban escondidos tras sus capuchas con unos ojos que instante. Vi el miedo en sus ojos, su mugriento vaho era más intenso que el del resto,
casi se les salían del sitio y mis hermanos permanecían en un silencio sepulcral cargado de incluso más que el de Cayo, y eso incrementó más mis ganas de atacarle y aniquilarle. Era
ese absurdo respeto mientras veían y sentían cada uno de mis cambios, atónitos. como ofrecerle agua fresca a un sediento. Seguramente, nunca se había enfrentado a un
Mi nueva visión me permitió ver todas las energías que fluían en el claro nocturno. Era monstruoso lobo chiflado. Mis fauces salivaban y mis descomunales y feroces colmillos se
igual que si me hubiera puesto una de esas gafas para ver las imágenes en 3D. Todo mostraban con ansias de venganza, la clamaban a gritos.
aparecía ante mí como una nueva dimensión, cosa que me resultó un tanto extraño, aunque - ¡No, Jacob! – gritó Edward.
me lo tomé con una naturalidad sorprendente. El escudo de Bella se veía claramente. Era - ¡Jake! – chilló Bella casi a la vez. No les dio tiempo a terminar la frase. Mis patas
como una fina y elástica capa de acero líquido que chispeaba en el núcleo y que se extendía cogieron impulso y saltaron fuera del amparo del escudo de Bella para quedarme frente a
hasta el límite en el que se encontraba el eje entre nuestros adversarios y nosotros, frente con ese asqueroso vejestorio decrépito y mi manada me siguió incondicionalmente,
cubriéndonos por completo. La tela era tan flexible, que llegaba a proteger hasta a los lobos quedándose a un paso detrás de mí, gruñendo y mostrando sus armas, esperando a la orden.
más alejados distribuidos en hilera, era increíble. Edward le sonrió a Bella, sin duda era la Aro retrocedió a la vez que la guardia tomaba sus puestos al frente. No hubo gesto ninguno,
primera vez que veía su impresionante escudo, y ella le miró de reojo sin comprender. fue algo sincronizado y automático que seguramente llevaban haciendo durante siglos.
También notaba la energía que desprendía el cuerpo de Kate, no me hacía falta ni darme la Noté el temor que desprendía Bella, pero este era diferente al respeto que emanaba el resto.
vuelta para detectarla. Eran pequeñas descargas eléctricas de un color verde azulado que Por el rabillo del ojo pude ver que era de un rosa pálido, y no indicaba miedo de mí, sino
acariciaban su piel, preparadas para atacar en cualquier momento. más bien miedo por mí. Sí, temía por mí y por mi manada, y aunque su escudo era muy
Aquella vampiro que había buscado al principio y de la que no había obtenido indicio elástico, tampoco podía cubrirnos y arriesgarse a que Jane o Alec pudieran traspasarlo para
alguno, ahora resultaba un faro en la oscuridad. Se podía ver cómo la tal Chelsea emanaba acribillarlos a todos con sus dones.
una especie de neblina blanca que cubría a toda la guardia Vulturis. Ésta se les metía hasta Estaba realmente preocupada, pero yo no podía echarme atrás. Tenía que recuperar a
por los ojos, penetraba por sus narices e incluso por sus oídos, manipulando los lazos Nessie fuera como fuera. Ella era lo más importante para mí. Los Cullen iban a adelantarse
emocionales de todos ellos para que se sintieran unidos. para acompañarnos, pero Eleazar agarró a Edward del brazo para impedírselo mientras
También observé a Varick. Éste manejaba unos finos hilos con las manos que se negaba con la cabeza con seguridad, y todos los demás también se detuvieron. La rubia
concentraban en la cabeza de Aro, formando una especie de madeja semitransparente, se canija entrecerró los ojos y me miró fijamente durante una fracción de segundo, que fue lo
parecía a la escafandra de un buzo. Aro, junto a esa barrera, estaba envuelto a su vez por la que tardó en lanzar su ataque.
burbuja traslúcida de color azulado que creaba Renata con el contacto de su mano. Sin En ese instante, me di cuenta de que si me torturaba a mí, llegaría al resto de mis hermanos
embargo, su escudo no tenía nada que hacer contra el de Bella, ya que su diámetro si seguía conectado con ellos. Lo mejor era desconectarme en el momento en que me
solamente alcanzaba unos pocos metros y parecía mucho más frágil que el de mi amiga. llegara su ataque y que ellos asaltaran a la guardia, sobretodo a Jane y a Alec. Tal vez
Pero no sólo veía eso. Podía distinguir a la perfección cada alma, cada aura que me pudiéramos matar a unos cuantos más. No me hizo falta comunicarles esto, con pensarlo
rodeaba. Eran como una gruesa segunda piel que nos envolvía y que relumbraba a nuestro fue suficiente para que lo vieran.
alrededor, envolviéndonos con su luz. Unas eran de color malva y otras de color dorado. Pude ver cómo por sus pupilas escarlata salían dos rayos de infrarrojos semejantes a esas
Enseguida me di cuenta de cuáles eran las buenas y cuáles las malas. Mientras yo mismo y luces que desprenden las armas de larga distancia que salen en las películas cuando el malo
todos aquellos que estaban conmigo refulgíamos en un dorado luminoso, los espectros que quiere matar al bueno desde la ventana de un edificio y se sabe que le apunta en la frente
tenía enfrente rezumaban un apestoso y apagado color malva oscuro. Sus almas ya estaban porque aparece un puntito rojo. Ahora las dos luces se juntaban para hacerse una en mi
condenadas al infierno incluso antes de morir.Edward no salía de su asombro con cada frente lobuna y yo me preparé psicológicamente para soportar lo mejor posible su tortura.
visión que escaneaba, pero a mí me daba completamente igual todo esto, yo solamente ¡Atentos!, avisé a mi manada, para que saltaran hacia ella en cuanto yo me desconectara y
pensaba en una cosa, Nessie, mi Nessie, mi precioso ángel. empezara a retorcerme. Entonces, mis perplejos ojos vieron algo alucinante, pero que
No olvidé mi rabiosa ira, ni a quién iba dirigida especialmente. Me enderecé, hinchando mi descifré con total facilidad, estaba grabado en mi cerebro a fuego. En cuanto el punto rojo
gigantesco pecho, para clavarle la mirada con inquina a Aro y proferí un rugido todavía tocó mi pelambrera, el destello dorado que radiaba de mí se extendió súbitamente desde mi
cuerpo, hasta que me vi rodeado de un círculo de luz brillante que abarcaba bastantes pestaña. Si no fuera porque lo que ocupaba mi cerebro era Nessie, me hubiera mofado de
metros. Sí, estaba completamente seguro. Era mi fuerza espiritual, y ésta empezó a ellos y todo.
resplandecer con tanta intensidad, que cegaba. La centelleante luz deshizo los rayos rojos Mis lobos alzaron los hocicos y aullaron a la luna, como símbolo de orgullo y victoria.
como si fueran un ligero humo soplado y no pasó nada. Ni siquiera noté un cosquilleo, y mi Algunos de los testigos que se escondían tras la retaguardia empezaron a mirarse los unos a
manada tampoco, ya que seguía conectado y ellos se encontraban bajo mi protección. Mi los otros con inquietud manifiesta – sus vahos así me lo mostraban - y sus pies
poder espiritual fue menguando, hasta que volvió a su sitio y mi segunda piel brilló igual emprendieron la huída para abandonar esos puestos que antes creían tan seguros. En cuanto
que las demás almas. Las miradas pasaron de unos a otros entre la guardia con desconcierto uno inició la marcha, comenzaron a unirse más chupasangres. Era lógico. Sin los dones de
y la chusma murmuró en voz alta. Por supuesto, ellos no habían visto nada de esto, los Pitufos y del resto, los Vulturis no tenían nada que hacer. Nuestro bando les superaba
solamente habían observado cómo ese ataque no había servido para nada. La rubia enana en número y los que disponían de poderes en nuestras filas podían utilizarlos a sus anchas
entornó sus desquiciados ojos aún más y los rayos salieron con más vigor. contra ellos. Los Vulturis habían perdido esta particular batalla. La Pitufina se ofendió y se
Nada. La acción se repitió ante la maravillada mirada de mis hermanos, que podían verlo adelantó un paso, envarándose y retirando su labio hacia atrás, preparándose para otro
todo a través de mis pupilas. Paul hasta se dedicó a calcular el diámetro del círculo. ataque inútil. Tenía que reconocer que valor y perseverancia no le faltaba.
- ¡Es impresionante! – exclamó Edward, llevándose las manos a la cabeza con un rostro - Basta – intervino Aro, saliendo de su madriguera, alzando la mano en son de paz. La
tan alucinado, que parecía que hubiese visto una visión o algo. guardia se abrió para dejarle paso y el muy desgraciado se plantó delante de mí, aunque eso
- Es el Gran Lobo, sin duda – añadió Emmett con una sonrisa de oreja a oreja, cruzándose sí, a un par de metros de distancia. Su vaho todavía rezumaba por encima de su cabeza.
de brazos, ahora totalmente relajado. Volví a agazaparme y a rugir para reclamar lo que era mío y la nieve de las cimas se
Bella se carcajeó con una malicia tal, que me dio hasta miedo. En cambio, ella ya no desprendió de nuevo en pequeños aludes que recorrieron las faldas de las montañas. No
rezumaba ningún tipo de vaho, tan sólo ese respeto que humeaban los demás Cullen, mis hizo falta que Edward le tradujera.
lobos y nuestros aliados. - Traed a Renesmee – ordenó a dos de los encapuchados con ese momificado semblante
- Podéis seguir atacando, ninguno de vuestros dones le va a hacer efecto alguno – anunció rebosando resignación y claudicación. No hubo deliberaciones ni petición de consenso. El
Eleazar con una sonrisa un tanto chulesca -. Y a su manada tampoco, ya que todos están Vulturis aburrido asintió con sus ojos muy despiertos y Cayo hizo lo mismo con su vaho
conexionados telepáticamente a él. Bueno, tampoco hacía falta que lo comprobasen todos. saliéndole por las orejas. Edward y Bella – ésta trayendo consigo su magnífico escudo para
Seguro que yo no era invencible, alguno habría que pudiera hacerme algo. cubrirnos a todos de nuevo, por si acaso - se adelantaron y se pusieron a mi lado. Tampoco
Los semblantes de los espectros lo decían todo. Estaban tan aturdidos y desorientados hubo ninguna protesta. El claro se llenó de un mutismo absoluto mientras los dos espectros
como Aro, Cayo e incluso Marco, que en estos momentos observaba todo con suma se dirigían como rayos al mismo sitio en el que se suponía que antes iba a estar Nahuel.
atención. Incluso nosotros mismos estábamos un poco perdidos, la verdad. La rubia canija ¡¿No la habrán dejado sin vigilancia junto a esa garrapata, verdad?!, protesté con energía.
rechinó los dientes con ofensa personal y osciló la mirada hacia su hermano, pasándole el La imagen de aquella vez en el bosque en la que ese degenerado estaba encima de mi chica
relevo. intentando forzarla vino a mi mente por sí sola y mi tórax comenzó a vibrar con ira. Con
Mis lobos y yo volvimos a ponernos en alerta y el enano entornó los ojos, al igual que tan sólo pensarlo, ya se me erizaba el lomo para atacar a lo que fuera. Pero ese asqueroso
había hecho su hermana, para empezar a atacar. Solo que, en esta ocasión, su mirada no se recuerdo se marchó de repente cuando Edward se inclinó hacia delante y soltó un rugido
centró en mí. Lo hizo en otro de mis lobos para probar por otro flanco, y el lobo que que también retumbó en las montañas, mientras ya se veía a los dos guardias regresando,
escogió no fue otro que el negro, el segundo más grande, Sam. ¡Mierda, Sam!, rugí, cargando con una especie de carruaje dorado sin ruedas que parecía muy antiguo. No me
agazapándome hacia delante. Tranquilo, me calmó él, hablándome con total serenidad. dio tiempo ni a emocionarme. Su cara retorcida de angustia y furia al mismo tiempo no me
¿Tranquilo? Todos mis hermanos me importaban, pero había elegido precisamente al gustó ni un pelo. ¡¿Qué pasa?!
menos indicado, y encima, yo no sabía cómo había hecho lo que había hecho para evitar el - ¡¿Qué pasa?! - preguntamos Bella y yo a la vez.
ataque anterior, no sabía cómo tenía que hacer para pararle los pies. Antes de que me diera - ¡Alguien se la ha llevado! – bramó, haciendo que los Vulturis se giraran para mirarle
tiempo a reaccionar ni a ordenarle huir, dos rayos salieron también por los ojos del vampiro completamente perdidos.
Pitufo, pero estos no eran rojos, eran de un color azul brillante y se clavaron en la frente de
Sam, en un único punto, intentando traspasarla. UNA PROMESA ES UNA PROMESA Y TIENES
Tampoco lo consiguieron. Mi espíritu desplegó él solo su poder y volvió a extenderse para QUE CUMPLIRLA
brillar con ímpetu y deshacerse de los rayos sin esfuerzo alguno. El Pitufo dio un paso
hacia atrás, totalmente sorprendido, y miró a su boquiabierta hermana La Pitufina con el ¡¿Cómo?! ¡¿Qué era esto?! ¡¿Que Nessie no estaba?! En ese mismo momento, los dos
mismo gesto. Pero entonces, igual que si se hubiesen leído la mente, los dos se giraron espectros terminaron su rapidísimo viaje de vuelta, posaron el carruaje y se acercaron con
hacia mí y unieron sus fuerzas para apuntarme con sus rayos a la vez. Nada. Mi particular precaución a los viejos decrépitos para darles la misma noticia.
escudo destructor se encargó sin problemas de ellos y yo ni siquiera tuve que mover una - ¡¿Quién habrá osado a llevársela?! – voceó Aro, indignado, abriendo la cortina del
habitáculo para comprobar su interior. mis cuatro patas, y continué en mi ascenso hacia la luz.
Actué sin pensar. Me acerqué como una exhalación, provocando un susto en el Vulturis y La nieve se derretía bajo las almohadillas de mis patas en el momento en que alcancé la
en toda su guardia – aunque tampoco se atrevieron a moverse -, y metí mi enorme cabeza cima, y salí a un pequeño redondo completamente llano en el que la luminiscencia que
en el carruaje con ansiedad para verificarlo. Dentro había un camastro, como había dicho perseguía se hizo presente. Y entonces, mi corazón pegó un salto para latir con locura
Edward; vacío. Sin embargo, el habitáculo estaba lleno de su maravilloso olor, y era cuando por fin la vi, y ya no me fijé en nada más.
reciente. Su vaho aumentó de intensidad cuando saqué la cabeza y me incliné para rugirle Estaba sola. Su delicado cuerpo yacía sobre la helada nieve, desprotegido, y sus largos y
casi en la cara. ¡Idiotas! ¡Se la ha llevado Nahuel!, grité, aunque ellos solamente me vieron abiertos rizos estaban extendidos sobre el hielo, destacando y haciendo contraste con la
rugir con cólera. nívea superficie. Me acerqué inmediatamente y arrimé el hocico a su precioso rostro para
- ¡Ha sido Nahuel! – repitió Edward, rechinando los dientes con furia. Bella se quedó tan comprobar su estado. Olí ese aroma que tanto había echado de menos y lamí sus mejillas
paralizada por el shock, que no pudo ni moverse; si no fuera un vampiro, se hubiera mientras gimoteaba ansioso. Sufría algunos síntomas de hipotermia: temblaba, su carita
desmayado. estaba fría y sus labios estaban morados, pero estaba viva, su dorada aura refulgía con
No sé por qué me dio por ahí, pero mi cabeza se alzó instintivamente para mirar a lo alto y ímpetu. Miré sus ropas, todo en su sitio, y no tenía ni un arañazo. Solamente estaba
mis ojos casi se salen de su sitio cuando lo vi. Allí, en la cima nevada de una de las profundamente dormida. O eso creía.
montañas, brillaba una luz brillante y fulgurante, tan alta como una hoguera gigantesca. Lo - Jacob… - susurró a duras penas. ¡NESSIE!, lloriqueé como un blandengue. Pero seguía
supe en cuanto lo vi. Era el aura de Nessie, que parpadeaba, llamándome para que fuera en dormida. Seguía llamándome en sueños. Mi Nessie, mi dulce y preciosa Nessie. Ya estoy
su busca. Había estado tan concentrado en querer cargarme a la momia chiflada, que no me aquí, mi amor, le dijo el estúpido de mí, como si fuera a oírme o algo.
había fijado en ese enorme fogón. ¡¿Sería estúpido?! No lo dudé ni un momento. Mis patas Seguí desconectado de mi manada. No era por nada, pero quería disfrutar de un poco de
tomaron impulso para salir volando en dirección a la luz, dejando atrás todo lo demás. intimidad en este momento, tenía muchas emociones acumuladas, y también cuando se
- ¡Jacob! – gritó Edward a mis espaldas. ¡La traeré, te lo prometo!, juré con determinación. despertase, porque tenía pensado besarla como nunca antes. Me conectaría lo justo para dar
Vi por el rabillo del ojo cómo Edward asentía con confianza. ¡Vosotros quedaros ahí para la noticia de que la había encontrado y que estaba bien, con el fin de que sus padres se
ayudar a los Cullen!, ordené a mi manada mientras seguía galopando a todo lo que daban tranquilizaran, y después volvería a desconectarme para seguir besándola.
mis patas. Acto seguido, me desconecté. No quería que nada me desconcentrase, tenía que Sin embargo, lo que urgía ahora era su hipotermia. Tenía que darle calor para que se
poner todos mis sentidos en mi búsqueda. recuperase antes de iniciar el descenso y llevársela a sus padres. Me moría de ganas de
La potencia de mis músculos era superior y eso se notó en mi velocidad, los árboles que cambiar de fase para besarla y estrecharla entre mis brazos, pero era mejor seguir en mi
pasaban por mi lado eran rayas rectas y el aire zumbaba en mis oídos como si de un fiero forma peluda para acurrucarme a su lado y proporcionarle más calor. No me dio tiempo ni
huracán se tratase. Comencé a subir por una pendiente parecida a la que habíamos a doblar una pata.
atravesado para llegar al claro, llena de árboles que hacían el camino muy estrecho. Ahora En cuanto noté el maloliente efluvio y esa emanación de color malva, me giré ipso facto
era mucho más angosto que antes, puesto que mi tamaño se había incrementado y me hacia atrás para protegerla.
costaba más pasar entre ellos. Llegué a una bifurcación, así que miré a través de las copas Mis pupilas casi se caen de sus cuencas cuando vi al licántropo sujetando la cabeza de
de los árboles para ver el aura de Nessie y orientarme en la dirección correcta, ella era mi Nahuel por su coleta en una de sus manos, con la sangre todavía fresca chorreando de la
brújula. Seguí por el trayecto que daba a la luz de mi ángel. sección de su cuello y una expresión de horror en el rostro. Aún tenía los ojos abiertos.
Sólo esperaba que no fuera demasiado tarde, que ella estuviese bien, que no tuviera ningún No me había hecho falta vengarme, el licántropo se había tomado su revancha personal.
rasguño. Eso parecía, su alma refulgía con vigor Mi Nessie, mi ángel. Mi corazón latía a Ese monstruo era más monstruoso todavía. Había luna llena y su transformación era
mil por hora, frenético por encontrarse con ella, pero también ansioso y rabioso por completa. Su tamaño era superior y su cuerpo, musculado y totalmente cubierto de un pelo
terminar de una vez por todas con ese Nahuel. Esta iba a pagármela. Si se le ocurría tocarla largo marrón oscuro, se asemejaba más a un lobo de pie, solo que sus patas delanteras eran
un solo pelo, o hacerla un solo arañazo... Las imágenes del bosque volvieron a mi chalada manos descomunales que estaban dotadas de unas poderosas garras afiladas como
cabeza para estamparse con saña. Aplasté unas muelas contra las otras para controlar mi cuchillas. Su cabeza también estaba desfigurada por completo, ahora tenía una fisonomía
enorme sed de venganza hasta que me encontrara con él. No tenía que desperdiciar ni un lupina, con un hocico lobuno, aunque más redondeado, y su babosa boca estaba provista de
ápice de fuerzas, tenía que gastarlas todas con ese malnacido. unos grandes colmillos no menos afilados que sus garras.
El camino empezó a volverse más rocoso y más frío conforme me acercaba a la cima y la Se quedó quieto, mirándome con sus ojos amarillos bien abiertos, con la luz de la luna
luz se veía muy próxima, casi podía tocarla. Ya no había tantos árboles, lo cual me aportó reflectaban todavía más. Él también vio el cambio en mí. Después, osciló su hambrienta
un poco más de libertad de movimientos y mi carrera se benefició de ello. Seguí subiendo a vista hacia Nessie. Ya sabía lo que quería, y no se lo iba a permitir.
toda mecha por ese sendero, ya únicamente de piedra cubierta por algo de nieve, y me topé No tuve ni que pensarlo, mi fibra lupina actuó por sí sola. Mi cuerpo y mi cola se
con un río que descendía por la ladera en un torrente continuo lleno de saltos y pequeñas enderezaron bien, al tiempo que mi lomo se erizaba y mi pecho se hinchaba, y le advertí
cascadas provocadas por los salientes rocosos de la montaña. Lo atravesé, escalando con que ella era mi chica con una serie de gruñidos y una exhibición de mis colmillos, que no
tenían nada que envidiar a los suyos. El licántropo me miró sorprendido, no se creía que su ataque no me hubiera afectado y que
Entendió a la perfección mi lenguaje, pero, como me temía, no estaba dispuesto a rendirse ya no tuviera herida alguna. Seguramente nunca había oído hablar de la rápida curación de
tan fácilmente. Tiró la cabeza de Nahuel a un lado y se acercó a mí, eso sí, lentamente y a los metamorfos. Aún así, no me confié. Si me clavaba sus colmillos, era hombre muerto.
la defensiva, mostrándome su dentadura de nuevo mientras gruñía. Seguí cubriendo a Y eso intentó de repente. Arremetió su boca contra mí con tanta violencia, que tuve que
Nessie, agazapándome para clavarle la mirada con odio a ese asqueroso licántropo, y le recular y dejar a Nessie entre mis patas, mirándola por el rabillo del ojo para no pisarla.
gruñí con más contundencia, levantando mi labio hasta arriba con rabia. Fue entonces cuando me percaté de que su hipotermia se había agravado. Sus temblores
Caminó a mi alrededor en círculos y yo me moví para fintarle y no dejar que llegase a eran más fuertes y su piel estaba adquiriendo una tonalidad que no me gustaba nada.
Nessie. Antes muerto. Hizo un amago de acercamiento cuando una de sus piernas se El licántropo aprovechó esa pequeña distracción de décimas de segundo para embestirme
adelantó para tratar de agarrarla por el brazo, y yo me interpuse de inmediato, envarándome de nuevo y me lanzó varios metros en los que mi cuerpo derrapó hacia atrás.
frente a él. Rasgó el viento con su garra al intentar llegar a mi cuello, que se apartó con Agarró a Nessie por su delicado brazo y la arrastró como si de un saco se tratase. Eso me
unos reflejos mucho más sobrenaturales que los que tenía antes de mi cambio. Mi tórax se encolerizó hasta tal punto, que me cegué. No. No iba a tocarla nunca más.
llenó de aire y lo expulsé con furia, produciendo un rugido prolongado y estremecedor que Me levanté a una velocidad vertiginosa, rugiendo, y corrí hacia él para saltarle encima.
hizo eco en las montañas lindantes, reclamando mi supremacía y dominio, y él retrocedió Soltó a Nessie, que quedó tendida sobre la nieve otra vez, y caímos dando vueltas el uno
un par de pasos con un ligero vaho rezumando de su cabeza. sobre el otro.
Pero sabía que ni mucho menos iba a dejarlo ahí. Sus ojos se movían hacia Nessie Empezamos una lucha encarnizada en la que consiguió tajarme por varios sitios, él jugaba
continuamente con una ansiedad obsesiva y no iba a parar hasta conseguirla. con ventaja al disponer de más armas, pero yo no me rendí, ni mucho menos. Me rajaba
O hasta que yo le parase los pies de una maldita vez, e iba a hacerlo fuera como fuera. Esa con sus cuchillas en un sitio, pero la otra herida anterior ya estaba casi curada. Eso hacía
bestia no iba a tocarla ni uno solo de sus brillantes cabellos. Volví a rugir con cólera que no perdiera mucha sangre y pudiera mantenerme con fuerzas suficientes para hacerle
cuando estos pensamientos se hicieron cargo de mi sesera. frente. Gimió cuando le hinqué bien los dientes en la clavícula, aunque lo que había
El licántropo se acercó con rapidez a mí y se puso en un cara a cara conmigo, levantando intentado era llegar a su cuello, puesto que tenía que arrancarle la cabeza para acabar con
su asqueroso labio mientras resollaba por las narices y emitía amenazadores gruñidos. Su él. Lo que no sabía es que él también llegaba a mi paletilla. Me clavó los colmillos con
mensaje era claro. Me estaba desafiando. Nada pude hacer para refrenar a mis instintos, la tanta saña, que noté cómo se incrustaban, igual que si fuera a cámara lenta.
llamada de la lucha era demasiado fuerte, mis colmillos ya se alzaban solos y mi caja Gañí con potencia y dolor a la vez que un acto reflejo hizo que me despegara de él y me
torácica ya estaba respondiendo a su petición. Tenía que defender lo que era mío por levantara sobre mis cuatro patas. El licántropo también se puso en pie y nos quedamos
derecho: mi chica y mi supremacía. Sabía que esto iba a ser una batalla a muerte, pero no frente a frente, observándonos, todavía a la defensiva. Su asquerosa boca se torció en una
me quedaba más remedio que pelear con él si quería proteger a Nessie, ella era lo primero y especie de sonrisa arrogante, me había herido de muerte y ahora solamente tenía que
más importante. Me centré en esto último. Con una fuerza brutal, respondí a la pulsión que esperar a que su repugnante veneno hiciera efecto en mí.
me llamaba desde lo más hondo de mi ser y me abalancé sobre el licántropo con la Enseguida lo noté, sus efectos no se hicieron esperar. Sentí cómo su ponzoña se extendía
dentadura por delante. por todo mi organismo a través de mis venas, ésta quemaba al pasar igual que si fuera
Por supuesto, esa bestia no se quedó parada. Justo en el momento en que mi cuerpo hizo ácido, y una fiebre extraña se instaló en mi cuerpo, haciéndolo arder. La vista comenzó a
contacto con el suyo, me rodeó con sus brazos para bloquearme, sin embargo, la potencia nublárseme intermitentemente y mi respiración empezó a ser dificultosa y pesada. Mis
de mi embuste fue tal, que los dos nos caímos sobre la nieve y rodamos unos cuantos patas estaban débiles y querían tambalearse para tumbarme definitivamente.
metros. Ambos nos pusimos en pie de inmediato y yo me apresuré a escudar a Nessie, Miré a mi Nessie, a mi ángel. Si yo caía aquí, ese monstruo… No, no iba a hacerlo, no iba
fintando con él para que no encontrara ni un solo hueco por el que pasar. No quería ni que a rendirme, ni hablar. Esa bestia repulsiva no iba a tocarla ni un solo milímetro de piel.
la oliese. Eso le enfureció enormemente y el que se arrojó hacia mí entonces fue él. Ahora ya tenía firmada mi sentencia de muerte, ya no tenía nada que perder si me volvía a
Clavé las patas traseras en la nieve, aguanté su empuje y nos enzarzamos en un forcejeo en morder, ahora podía ir a por todas, e iba a hacerlo. Yo moriría, pero él se iba a venir al
el que los dos chasqueábamos las mandíbulas para tratar de clavarle los dientes al otro y en infierno conmigo. Daría mi último soplo de vida por ella, la protegería hasta la muerte. Ella
que también terminamos contorneándonos por el hielo. Los restallidos de nuestros dientes era lo único y más importante. Mi Nessie, mi ángel.
y los rugidos resonaban en las cordilleras que nos rodeaban, hasta que también se escuchó Mi aura estalló con furia y mi fuerza espiritual se extendió hasta donde se perdía la vista;
el gemido que salió por mi garganta cuando una fila de cuchillas se clavó en mi costado. un círculo de luz brillante y cegador que cubrió las montañas y se expandió más allá. Todas
Me retiré hacia atrás, al tiempo que ese sucio licántropo sacaba las garras de su mano de las células de mi organismo se llenaron de esa energía, que traspasó mi cuerpo como si de
mis carnes. El dolor era penetrante, pero no me achiqué. Seguí protegiendo a mi chica, electricidad se tratase, y las cargó de adrenalina. La suficiente para aguantar hasta que me
caminando en eses delante suyo para que ese monstruo no se acercara a ella lo más lo cargase de una vez por todas. Me erguí de nuevo y aullé a la luna con poder y autoridad,
mínimo. Además, ya empezaba a notar cómo mi herida se estaba curando, parecía que lo anunciando lo que iba a hacer a los cuatro vientos. Cuando bajé la cabeza para clavarle la
hacía más rápido de lo normal. mirada con inquina, su vaho llegaba hasta el cielo, aunque no me hacía falta ver eso para
adivinar que estaba desconcertado y acobardado, su nauseabunda cara lo decía todo. No se - Jake… Aunque todavía estaba adormilada, nuestros labios volvieron a encontrarse para
podía creer que su sucio veneno no me hubiera tumbado todavía. besarse con una pasión cargada de emoción y entusiasmo. Por fin sentía otra vez esa
Me agazapé, tensé todos los músculos de mi cuerpo y escupí un rugido tan estremecedor energía mágica que nos envolvía siempre, cuánto la había echado de menos. Sus ojos no
como amenazante. No le dio tiempo a huir. Me abalancé sobre esa masa peluda sin fueron los únicos que desbordaron lágrimas, los míos no pudieron evitar que éstas saltaran
pensármelo dos veces y me enganché a su cuello para hincarle la dentadura. Ahora el que y rodaran por mi cara hasta terminar fundiéndose con sus mejillas.
gemía con potencia y dolor era él. Mi mente se llenó de todos los recuerdos preciosos y felices junto a ella, esos casi siete
Se revolvió y me cortó de nuevo con sus afiladas cuchillas. Me importaba un bledo. Mi años maravillosos pasaron como si de una película se tratase. Sin embargo, mi felicidad era
cólera era tal y mi muerte estaba tan cercana, que no solté su gaznate. Siguió rodando por amarga. Este beso era un reencuentro y una despedida. Nuestro último beso. Pronto me
la nieve conmigo colgando para tratar de desengancharme, pero resistí. Como si de una tendría que ir de este mundo y tendría que dejarla sola. Y sabía qué tenía que hacer antes de
presa se tratase, hundí más los colmillos y mi mandíbula presionó con todas sus fuerzas, irme. Nessie tendría que ser fuerte. Esperé hasta que terminamos de besarnos. El dolor ya
hasta que escuché un crack. empezaba a ser inaguantable y ella seguía con síntomas de hipotermia, así que tenía que
Su cuerpo quedó flácido encima del mío, sin embargo, seguía vivo. Solamente le había roto hacerlo rápido para que me diera tiempo a bajarla de la montaña para llevársela a sus
el cuello y lo había dejado parapléjico. Aunque no permanentemente. Eso no bastaba, con padres. Pegué nuestras frentes y clavé mis pupilas en las suyas con determinación.
el tiempo se regeneraría y seguiría con vida. Sólo había una manera de matar a un - Quiero que me prometas una cosa – le dije.
licántropo: arrancándole la cabeza. Me volteé sin soltar a ese despojo, lo sujeté por el - ¿Qué? – preguntó sin comprender; todavía estaba medio dormida y hablaba con
pecho con mis patas y tiré de su cabeza hacia arriba sin ningún atisbo de dudas ni dificultad.
compasión. - Quiero que me prometas que vivirás.
Casualidades de la vida, su cabeza rodó hasta que quedó junto a la de Nahuel. Las dos - ¿Cómo? No… no te entiendo… - frunció su adorable ceño con extrañeza. Tenía que
tenían el mismo semblante horrorizado. Después de este esfuerzo, mis patas doblegaron y conseguir que me lo prometiera, si antes sospechaba que algo no iba bien, no lo haría. Y
caí encima del cuerpo del licántropo. El dolor y la quemazón de mis venas volvieron a sabía que si no me lo prometía, no cumpliría mi deseo, éramos almas gemelas.
sentirse con intensidad y la fiebre de la rabia que me había sido contagiada comenzaba a - Prométemelo, por favor – insistí con un murmullo -. ¿Verdad que vas a vivir? Esto era
hacer arder todo mi ser. trampa, pero era la única manera.
Pero no podía quedarme allí. Todavía no. Mi ángel. Nessie me necesitaba. Tenía que - Claro, ya no tengo… tanto frío – afirmó en una voz muy baja, aún bajo los efectos del
sacarla de allí o se moriría de frío, tenía que llevársela a Bella y a Edward para que sedante que le hubiesen dado.
estuviese a salvo. Entonces podría morirme en paz. Además, se lo había prometido a - Prométemelo. Prométeme que vivirás.
Edward y yo era un hombre de palabra. Su rostro era precioso, aun estando algo azulado - Está bien – murmuró a duras penas, con los ojos cerrados -. Te… te lo prometo. No se
por la hipotermia. El mirárselo me dio fuerzas para levantarme y adoptar forma humana. imaginaba lo feliz que me hacía.
Era mi último chute de adrenalina. - Gracias – susurré con otro nudo en la garganta, y la besé. Ya no había tiempo que perder,
Arranqué los pantalones de la cinta de cuero sin ni siquiera desabrocharla y me los puse lo la vista empezaba a nublárseme por momentos y la fiebre estaba aumentando. Tenía que
más rápido que mi dolorido organismo me permitió. Me arrodillé con prisas a su lado, metí bajarla antes de que la rabia se apoderara de mí del todo. La arrimé más a mí y apoyé su
las manos bajo su cuerpo y la levanté como pude para tomarla en brazos. Me costó mejilla en mi pecho para iniciar el descenso.
ponerme en pie, pero lo logré sólo con mirarla. Corrí lo más rápido que fui capaz por el sendero que discurría por la ladera de la montaña,
Estaba congelada, sus temblores ya eran más parecidos a convulsiones y sus labios estaban procurando no tropezarme con los salientes de la superficie rocosa.
amoratados. Apoyé su cabeza con cuidado en el pliegue interior de mi codo y la arrimé Llegué a la zona arbolada. Ahora podía pasar mejor entre los árboles, pero éstos aparecían
bien a mi pecho, estrechándola entre mis brazos para darle más calor. Acerqué mi rostro al ante mí como dibujos nublados y no me quedó más remedio que ir un poco más despacio
suyo y la besé, dejando nuestros labios entrelazados para que se le calentasen un poco. para poder esquivarlos, mis reflejos iban con efecto retardado.
Puede que ese fuera mi último beso. Los solté cuando me pareció que ya estaban más Todos mis músculos parecían agarrotados y el dolor ya era insoportable, me sentía arder
cálidos, en realidad, todo su cuerpo pareció caldearse algo con el contacto del mío y ya no por dentro, igual que si me estuviese quemando con ácido. Mis pulmones se afanaban en
tiritaba tanto. respirar a toda velocidad y sentía un nerviosismo desmedido. La rabia hacía presencia cada
- Jake… - masculló con un frágil hilo de voz, abriendo ligeramente sus dulces ojos. Un vez más en mi organismo y eso era peligroso para Nessie. Si perdía la razón del todo,
nudo gigantesco se agarró a mi garganta, de las emociones indescriptibles que sentí en ese puede que terminara haciéndola daño. Tenía que sacar fuerzas de donde fuera para ponerla
momento. a salvo.
- Ya estoy aquí, preciosa – le susurré en la boca con tranquilidad para que no se asustara. Comencé a descender por la pendiente que daba al valle donde nos habíamos reunido con
Su todavía helada mano se aferró a mi nuca débilmente para acercarme más a ella y sus los Vulturis.
dulces ojos me reclamaron como nunca. Mi vista se topó de frente con los Cullen, con mi manada y con los de Denali, que
esperaban mi llegada unos metros más allá. No había ninguna duda. Edward ya estaba al
tanto de todo. Su semblante dejaba ver una mezcolanza de sentimientos que iban desde la
alegría por ver a su hija hasta una extraña expresión de amargura y tristeza mezclada con
integridad y respeto. Asintió para darme las gracias con el mismo rostro.
Nessie pareció despejarse algo más y rodeo mi cuello con sus brazos para incorporarse un
poco y abrazarme. Aproveché para inhalar su maravilloso efluvio, eso me daba las últimas
fuerzas. Aun medio anestesiada, no se le escapaba nada.
= LIBRO TRES =
- ¿Qué te pasa? Tu piel está ardiendo – advirtió, tocando mi mejilla con el dorso de su RENESMEE
mano -. Parece que tengas fiebre, y estás sudando… Sus dulces ojos se toparon con los PREFACIO
míos cuando levantó la cabeza de mi hombro, y su mirada lo dijo todo. Sí, me conocía
demasiado bien. - Quiero que me prometas una cosa – me dijo con firmeza.
- ¡Renesmee! ¡Gracias a Dios! Unas manos heladas la despegaron de mí. Ella las tendió en Su voz todavía sonaba con eco en mis oídos y aún estaba algo desorientada. No sabía si
mi dirección mientras Bella la tomaba en brazos para abrazarla entre sollozos. seguía soñando con él o esto era real, aunque ese beso había sido tan intenso.
- ¡Jake! ¡¿Qué te pasa?! – gritó, tratando de zafarse de su madre para alcanzarme con los - ¿Qué? – pregunté sin comprender.
brazos. Pero yo apenas podía moverme y hablar. Mis piernas me sostenían en pie de pura - Quiero que me prometas que vivirás.
inercia. Bella se dio cuenta enseguida y su semblante rebosante de felicidad cambió de - ¿Cómo? No… no te entiendo… Estaba entre sus brazos, ¿cómo iba a morirme?
repente. Dejó a su hija en el suelo, desconcertada, y Edward corrió para ponerse a su lado. - Prométemelo, por favor – murmuró con insistencia -. ¿Verdad que vas a vivir? Los ojos
Toda mi manada se acercó, gimoteando, y el resto de los Cullen y nuestros aliados se se me cerraban sin poder evitarlo, pero solamente era sueño, ya casi no temblaba. Su calor
apresuraron para aproximarse con preocupación. Nessie se abalanzó a mis brazos y me arropaba, por fin me envolvía su maravilloso efluvio de nuevo y me sentía en el cielo.
comenzó a tocarme el rostro con ansiedad y angustia. - Claro, ya no tengo… tanto frío – le dije con un murmullo, que era lo único que mi
- ¡Jake, ¿qué te pasa?! garganta podía proferir.
- Ne… Nessie… - murmuré con una voz que me salió más débil de lo que quería -. Te - Prométemelo. Prométeme que vivirás – volvió a repetir. No entendía tanta insistencia.
quiero – y alcé mi mano para acariciarla el rostro con la poca fuerza que me quedaba -. ¿Tan mal aspecto tenía? Sin embargo, yo no me sentía mal. Lo único que tenía era sueño.
Siempre… te… querré. Ahora estaba colmada de felicidad, y pegada a su pecho entraba en calor con cada segundo
- ¡¿Qué quieres decir?! que pasaba. Lo hice para que se quedara más tranquilo.
- Me lo… prometiste… Tú vivirás… - Está bien – mis párpados terminaron cediendo del todo -. Te… te lo prometo.
- ¡No, por favor! – lloró -. ¡Dime que ese licántropo no te ha mordido! Bella se llevó las - Gracias – susurró. Entonces, noté cómo me besaba otra vez con sus ardientes y suaves
manos a la boca, horrorizada, y se giró para llorar en el hombro de Edward. Los gimoteos labios y mis mariposas volaron de nuevo hacia el cielo estrellado.
de mi manada se hicieron más fuertes. La oscuridad empezaba a vencerme.
- ¡Jake! ¡Jake! – chilló mientras me daba palmadas en la cara para que abriera los ojos. PROMESAS
- Velaré… por ti… Siempre estaré… contigo…
- ¡No! ¡No puedes hacerme esto! ¡Me prometiste que nunca te irías de mi lado! – declaró Oscuridad. Mi cuerpo inerte flotaba en un mar negro de profundidad infinita. La nada.
entre lloros desesperados -. ¡Tú también tienes…! ¡Prométeme que lucharás hasta el final Me dejaba llevar por una marea invisible, iba a la deriva hacia ninguna parte, tan sólo se
por mí! ¡Prométeme que no te rendirás y que vivirás! ¡Jake, por favor, no me dejes! – veía un horizonte oscuro, interminable, vacío…Pero yo seguía notando mis cables de acero
sollozó, pegando su frente a la mía con ímpetu -. ¡Vive por mí! bien atados a él, sin embargo, por más que tiraba de ellos para encontrarle, él no aparecía…
- Nessie… Jacob. Mi Jacob. El final de los cables no aparecía nunca, parecía que fueran inacabables.
- ¡Prométemelo! Tirar, tirar. La nada. Ahora me encontraba bailando sola un baile de dos, sin música, daba
- Te lo… prometo… No me dio tiempo a más. La oscuridad se cernió sobre mí y mis vueltas en un estado agónico, perdida, sin ritmo ni cadencia. Vueltas, vueltas, vueltas,
piernas cedieron, desplomándome en el suelo como un árbol caído. vueltas… Jacob. Mi Jacob. Apenas se oían las voces tan lejanas que me rodeaban, mis
- ¡NOOOOO! – chilló Nessie. sentidos se negaban en rotundo a llevar a cabo su trabajo. Todo mi ser se negaba a vivir.
- ¡JACOB! – gritó Bella. Las voces, los gimoteos y los gritos se oían lejanos, cada vez más. No, sin él, no. Soledad.
- ¡JAKE, NO ME DEJES! ¡TE QUIERO! – fue lo último que escuché. Te quiero, mi Jacob. Mi Jacob.
Nessie, mi ángel. No quiero dejarte. Perdóname. Mi dulce y precioso ángel. No, no quiero Mi despedazado corazón no quería latir, ya no tenía motivos para hacerlo. Estaba
irme. Mi promesa. Soy un hombre de palabra. Oscuridad y silencio. completamente desolado, vacío como el espacio en el que me encontraba. El dolor que
Nessie, Nessie…Mi espíritu. Mi alma se va… sentía era demasiado desgarrador como para poder soportarlo.
Mi alma seguía con vida, aunque se movía en penitencia por la nada, llorando, chillando de acariciarme el brazo.
rabia y de dolor. - Gracias a Dios – la acompañó Jasper.
Luto. Jacob. Mi Jacob. Frío. Mucho frío. Jacob. Mi Jacob. ¡Jacob! ¡Jacob! ¡JACOB! - ¿Cómo se encuentra? – quiso saber mi abuelo, abriendo mis abatidos párpados para
Una brisa prodigiosa y cálida pasó a mi lado, rozándome. Era tan fuerte, que hizo que mi mirarme las pupilas con una cegadora luz. No sé qué le respondió mi madre.
pelo se elevara y, entonces, todos mis sentidos despertaron de su letargo como si les Tres semanas. Jacob llevaba muerto tres semanas. Mi mente se negaba siquiera a sugerir tal
hubiesen puesto una inyección de adrenalina. palabra. Mis manos aferraron la sábana bajera en puños cuando un agudo pinchazo me
Su olor. La brisa trajo consigo su olor. Su maravilloso efluvio me recorrió de la cabeza a atravesó el corazón y el dolor se volvió brutal e insoportable. Todavía tenía su olor en la
los pies cuando lo inhalé, tomando todo mi cuerpo, haciéndome sentir un placer nariz y su voz había sonado tan alta y clara… Pero Jacob no iba a volver jamás. Las
indescriptible, haciéndose cargo de cada una de mis células. Todos los recuerdos de mi lágrimas volvieron a rodar por mis mejillas con desolación. Hubiera sido mejor seguir
vida junto a él comenzaron a desfilar por mi mente, pude incluso sentirlos como si los inconsciente de por vida hasta que mi machacado corazón decidiera dejar de latir de una
estuviese reviviendo de nuevo. Nuestros juegos cuando era pequeña, sus calientes dedos vez por todas.
rozando y estremeciendo mi piel, sus labios ardientes y sedosos deslizándose por los míos - ¡NOOOOO! – grité con una voz desgarradora que apunto estuvo de dejarme sin cuerdas
por primera vez, su preciosa y deslumbrante sonrisa, sus bromas, su entusiasmo, su entrega vocales. Mis uñas se aferraron con tanto dolor, que terminaron rasgando la sábana inferior.
en todo, mis adorados e hipnotizadores ojos negros clavados en mis cautivadas pupilas, su - ¡Cálmate, hija, por favor! – suplicó mamá, desesperada.
poderoso cuerpo perfecto saliendo del río, la primera vez que noté su piel pegada a la mía, - ¡JACOB! – lloré, desconsolada, girándome para ponerme boca abajo y hundir la cara en
su donación de sangre, sus manos deslizándose por mi espalda, por mi pecho, sus caricias, la almohada. La mano de mi madre me acariciaba la cabeza en un intento inútil de
sus dedos jugando con mi pelo, su intensa pasión, su fuego, su abrasador y delicioso consolarme.
aliento, aquel eterno y definitivo beso bajo la lluvia por el cual descubrimos mi - Cielo… - sollozó. Jacob. Mi Jacob. Mi amor, mi mejor amigo, mi ángel de la guarda, mi
imprimación, nuestra intensa, maravillosa y mágica primera vez, su increíble forma de alma gemela, mi compañero, mi vida, mi todo. El inmenso dolor era insoportable y
hacerme el amor, nuestra escapada de aquella noche lluviosa y salvaje, nuestra desgarrador. Parte de la almohada se quedó encerrada en mis manos apretadas cuando mi
alucinante luna de miel, su tersa y tórrida piel, su contagiosa alegría, su bondad, su lealtad, corazón se encogió del enorme calambre. La peor y más horrible de mis pesadillas se había
su generosidad, su carácter impulsivo y apasionado, su raza, su coraje, su ternura, su hecho realidad. Viuda. Ahora era viuda. Apenas habíamos empezado a vivir lo nuestro y
inteligencia, su verdad, su honestidad, su poderosa fuerza interior, mi espectacular Gran ahora era viuda…
Lobo protegiéndome, su inmenso e infinito amor por mí... Mis maravillados ojos se - Renesmee, cariño – me llamó mamá, continuando con su afán de acariciarme la cabeza -,
cerraron en respuesta y las lágrimas empezaron a descender por mis mejillas. Mi pulsera de Carlisle tiene que tomarte la tensión.
cuero rojizo vibró y… Nessie… Mis párpados se abrieron de sopetón al escuchar su ronca - Quiero estar sola, por favor – les rogué.
voz llamándome. - Solamente será un momento – siguió, hablándome con una voz dulce y arropadora -.
- ¡Jacob! – grité entre lloros. Pero lo único que encontraron fue la vista granulada y nublada Luego te dejaremos un ratito tranquila, ¿de acuerdo? Asentí, después de todo, me daba
de un techo. Unas manos heladas comenzaron a acariciarme el rostro con ansiedad. completamente igual lo que me hicieran. Mi cuerpo no era mío y se había muerto con su
- Ya está, hija, ya pasó todo. Estoy aquí – susurraba mamá sin dejar de tocarme la cara -. verdadero dueño. Me di la vuelta y me quedé boca arriba para que Carlisle hiciera lo que
Gracias a Dios – sollozó -. ¡Carlisle! quisiera con mi inerte organismo. Mamá se empeñó en intentar secar las lágrimas que no
- ¿Dónde estoy? – pregunté, totalmente desorientada y confusa, mientras me incorporaba dejaban de rebosar por mis ojos. Me di cuenta de que mi repentina tranquilidad se debía a
para mirar a mi alrededor -. ¡Jacob! Sin embargo, mi Jacob no estaba. la participación de Jasper, que me sonrió aliviado. También me percaté de que todos tenían
- Tranquila, cariño – me calmó, mirándome con sus pupilas oscurecidas por la sed, tristes -. su iris oscuro, probablemente no habían saciado mucho su sed desde que Jacob...
Estás en tu cuarto. - ¿Dónde están papá y los demás? ¿Se han ido de caza? – le pregunté sin brío a mi madre,
Noté un tirón en mi muñeca y me fijé en el tubo que estaba enganchado a ésta y que para que no vinieran a mi mente mis últimas y horribles imágenes, mientras Carlisle
llevaba a un gotero de suero. Mamá se encontraba en la cama, a mi lado. Tuve que volver a trabajaba con mi brazo con el fin de tomarme la tensión.
echarme cuando me mareé. - Tu padre está con Alice – comenzó a aclararme, hablándome con dulzura -. Ella sufre
- Llevas tres semanas inconsciente – me explicó, frotando mi frente con la mano. unas jaquecas horrorosas y tiene que irse lejos de vez en cuando para poder soportarlo; y tu
- ¿Tres semanas…? – mi voz se apagó y no pude terminar la frase. padre lo estaba pasando fatal con tus pensamientos, no aguantaba más, así que le convencí
- Te desmayaste cuando Jacob… Su frágil oración también se quedó en el aire al ver cómo para que esta mañana se fuera con Alice y se despejase un poco. Vendrán después, no te
mis ojos se cerraban con amargura y desbordaban más lágrimas. Carlisle entró en mi preocupes.
habitación con celeridad y apartó una silla que había junto a la cama. Detrás de él entraron - ¿Y Em y Rose? Mis abuelos, mi tío y mi madre se miraron con cautela.
Jasper y Esme. - Bueno, Emmett va todos los días hasta el límite fronterizo con La Push, es su manera de
- Renesmee, cielo – exclamó ésta última, sentándose en la cama junto a mi madre para estar cerca de Jacob… - su voz se quebró y sus pupilas bajaron a sus manos. Esta vez no
pude reprimir a mi mente y las lágrimas rodaron por mis mejillas con más insistencia. descenso no duró mucho. Mientras se deslizaba por mi mano de camino al suelo, mi palma
Emmett no podía entrar en La Push y no podía ir al cementerio para visitar su tumba. Me se cerró con fuerza, maravillada, deteniendo la caída del abridor, y la afilada hoja me
llevé la mano a mi roto y dolorido corazón sólo con pensar en esa tétrica palabra. Éste se produjo un corte en la palma, pero ni siquiera lo noté. Una oleada parecida a una cálida
retorció como si alguien lo estuviese estrujando con rabia. Y yo ni siquiera había ido a su caricia recorrió mi organismo una vez más y su maravilloso efluvio impregnó todo mi ser,
entierro. Era su viuda y ni siquiera sabía dónde estaba su lápida… e incluso el dormitorio. Sentí un conocido e inmenso placer cuando esa brisa traspasó mi
- Tranquila, respira hondo – procuró calmarme Carlisle cuando su tensiómetro empezó a cuerpo, indescriptible, infinito, intenso, mágico, que me hizo soltar el abridor de nuevo, y
volverse loco. mi garganta jadeó con entusiasmo. Era esa energía…
- Jacob… - lloré, llevándome el brazo libre a la cara. - Jake… - le llamé con un susurro, maravillada, mientras mis lágrimas mojaban mi rostro
- Le voy a administrar un calmante, tiene la tensión muy alta – diagnosticó mi abuelo, por enésima vez y mi mano todavía colgaba en el aire. La puerta se abrió de golpe.
quitándome la goma. Mamá asintió con preocupación y Carlisle se levantó de la silla para - ¡RENESMEE, NO! – gritó mi padre, aferrándome por los brazos. Mamá entró junto a él y
dirigirse a su despacho. se horrorizó cuando vio mi muñeca ensangrentada.
- Te prepararé una tila, cielo – me dijo Esme -. Ya verás qué bien te sienta. Y se unió a - ¡HIJA, ¿QUÉ HAS HECHO?! – chilló, histérica, llevándose las manos a la cabeza.
Carlisle para marcharse como una exhalación. - Jacob… - exclamé, deslumbrada, oliéndome. Su fantástico olor se había quedado
- Quiero estar sola, por favor – repetí. prendado en mi piel, en mi pelo, hasta en mi camisón.
- Claro – aceptó mamá con un murmullo -. Llámame si me necesitas, ¿vale? Me dio un Se escuchó un portazo abajo y acto seguido vi el borrón de Jasper dirigiéndose como una
beso en la frente y salió con Jasper. En cuanto mi tío se fue, todas mis emociones fueron auténtica bala hacia el bosque, el olor de mi sangre debía de ser demasiado tentador para él.
liberadas y pude dar rienda suelta a mi agonizante angustia. Mis abuelos, en cambio, no tardaron el llegar, a la vez que mi padre me examinaba la
Otra vez mi almohada fue objetivo de mi interminable ira y rabia y hundí mi rostro en ella muñeca con nerviosismo. Esme tragó saliva audiblemente, pero parecía estar controlándolo
para mitigar el grito desgarrador de dolor que salió por mi garganta. bastante bien, eso de ser la sangre de su nieta influía bastante en ella.
¿Por qué él y no yo? ¿Por qué se había tenido que enfrentar a ese licántropo? ¿Por qué - No tiene nada, sólo es un corte en la palma – anunció, exhalando con descanso. Se
había tenido que ir él solo? ¡Idiota! ¡Idiota! ¡¿Por qué me había dejado sola?! ¡¿Por qué se arrancó con facilidad un trozo de su camisa y vendó mi mano con ella.
había muerto?! ¡Me lo había prometido! ¡Me había prometido que lucharía por mí y que - Traeré mi botiquín para curárselo – declaró Carlisle, ya saliendo por la puerta.
viviría! ¡¿Y yo tenía que cumplir esa estúpida promesa ahora?! ¡No! - Gracias a Dios – suspiró mamá, bajando los párpados, aliviada.
Alcé mi cara de la almohada, me quité la vía de la muñeca con furia y me incorporé para - ¡¿En qué estabas pensando?! – me regañó papá, abrazándome con fuerza, aunque era más
levantarme de la cama. Yo no podía vivir sin Jacob, esto era demasiado para mí. Más de la preocupación lo que salía por su boca y sus pupilas ennegrecidas, que el enfado -. Menos
ciento cincuenta años sin él era una tortura, no podría superarlo jamás, lo sabía con mal que piensas a voces y pude oírte desde tan lejos – reveló, apretándome, todavía con el
absoluta certeza. Acabaría volviéndome loca, en realidad, ya comenzaba a estarlo. Todavía susto en el cuerpo.
notaba nuestro enorme vínculo, ni siquiera la muerte podía separarnos. Tenía que reunirme - Lo siento – susurré, hundiendo el rostro en su torso.
con él ya, allí, en el más allá o donde fuera. Lo buscaría hasta en el mismísimo infierno, si - No lo vuelvas a hacer nunca, ¿me oyes…? – entonces, se quedó rígido y me separó para
hacía falta. mirarme -. Renesmee, Jacob no… Se quedó mudo cuando seguí inhalando la fragancia de
Repasé neuróticamente la habitación en busca de algo, algo que pudiera ayudarme a dejar Jake con insistencia, sin hacerle caso.
este mundo con rapidez. Si tardaba demasiado, Carlisle podría reanimarme, o tal vez mi - ¿Qué te hueles? – inquirió mi madre, sin comprender mi comportamiento.
familia vampiro llegaría en un parpadeo para evitarlo. Tenía que ser muy silenciosa y, - Es su efluvio, ¿no lo oléis? – les dije, inspirando el olor de un mechón de mi pelo -. Está
sobretodo, muy veloz. No me importaba el dolor, el que sentía en estos momentos era por toda la habitación.
insuperable, ningún dolor físico sería más insoportable y horrible que éste. - Aquí sólo huele a ti – manifestó ella con extrañeza. Pero si su efluvio era muy fuerte,
Y entonces, vi algo que me podía ayudar. Mi abridor de cartas reposaba sobre mi escritorio, ¿acaso me estaba volviendo loca?
esperando a que alguien le diera una buena utilidad. A mí me iba a hacer un gran favor. - Él… ha estado aquí… - mascullé con voz frágil -. Ahora mismo… Todavía tengo… su
Me acerqué hasta allí y lo agarré con firmeza por la empuñadura. Lo más rápido era olor… - y extendí mis brazos con el mechón para que lo olieran. Carlisle llegó con prisas,
cortarme la yugular. Un solo movimiento y en pocos segundos ya estaría a su lado. Aunque posó el pequeño maletín blanco en mi escritorio y lo abrió para empezar a curarme.
mi familia oliera la sangre y subieran como rayos, ya no les daría tiempo a pararlo. Subí el - ¿Qué estas diciendo, cielo…? – murmuró mi madre, visiblemente afectada, mirándome
fino puñal y me lo pegué al cuello. Adiós, mamá, papá. Os quiero. Perdonadme, pensé, como si yo hubiera perdido el juicio -. Es tu olor…
cerrando mis lacrimosos ojos con fuerza. - Cariño… - gimió Esme, llevándose las manos a la boca. Mi padre se quedó callado, con
Un solo movimiento. Jacob, mi amor, ya voy. Te amo. Nessie… un rostro lleno de confusión mientras estudiaba mi mente, y mamá se acercó a mí con sus
Su voz volvió a sonar a la vez que mi pulsera vibraba con mucho ímpetu. Al escucharle, ojos llorosos.
separé el abridor de mi cuello súbitamente y lo solté como si éste quemase, aunque su - ¿Por qué has hecho eso, hija? – lloriqueó, envolviendo mi cara con sus heladas manos -.
¿Qué ibas a hacer? Papá abrió la boca para hablar. mordiera…
- Lo siento, mamá – sollocé, interrumpiendo lo que él fuera a decir -, pero mi vida sin - ¿Sufre…?
Jacob no… - Renesmee, por favor, no creo que sea necesario que escuches todo esto – me rogó mamá,
- Ánimo, cielo – me cortó con un susurro -. No te rindas tan fácilmente. No hay que perder en un intento de protegerme del dolor. Era inútil. Sólo la recuperación de Jacob podía
la esperanza. Mi abuelo retiró el vendaje hecho por mi padre y comenzó a curarme el corte. aliviar esta tortura, y necesitaba conocer toda la verdad para saber a qué me tenía que
Esme volvió a tragar saliva. enfrentar, si no, sería incapaz de ayudarle.
- Yo ya no tengo esperanza… - seguí, llorando más fuerte -. Mi vida se terminó cuando lo - Jacob va a ser mi marido, quiero saber toda la verdad – declaré con determinación -. Creo
hizo la suya… Se hizo un extraño silencio en el que mis padres y todo el mundo se miró – que tengo más derecho que nadie a saberla. Y quiero saber si está… sufriendo. Mi abuelo
hasta Carlisle dejó de pegar la gasa en mi palma -, y papá asintió para que fuera mamá la sacó el aire por la nariz con preocupación y asintió para confirmar mis horribles sospechas.
que hablase. Tragué saliva para poder soportar el gigantesco atasco de mi garganta.
- Cielo…, Jacob no ha muerto – desveló ella con una voz de sorpresa. Mis pulmones - Le administro morfina, pero la elevada temperatura de su cuerpo la quema rápidamente y
dejaron de respirar y mi corazón se paró por un momento para, de pronto, comenzar a latir no parece hacer mucho efecto en él.
atolondradamente. Un chute de adrenalina me atravesó las venas, del impacto que esas - ¿Saldrá… de esta? – susurré casi muda mientras mis lágrimas volvían a recorrerme el
palabras le provocaron a mi alma, y las lágrimas se me quedaron cortadas en la garganta. rostro. Carlisle y mamá se volvieron a mirar con pesadumbre.
Mi rostro se alzó para mirarla con impresión y confusión. - No estoy seguro – admitió con sinceridad. Las pronunció con delicadeza, pero sus
- ¿Qué? palabras me sonaron especialmente duras e hirientes. Aún así, agradecí que fuera sincero
- Lleva tres semanas en coma, luchando contra la rabia que el licántropo le contagió al conmigo. Tenía que saberlo.
morderle – me aclaró. - Pero tengo que reconocer que su aguante y su resistencia me tienen realmente
- ¡¿Jacob está… vivo?! – mi semblante se iluminó de esperanza y mi corazón latió todavía impresionado. Jacob es muy fuerte, nunca había visto algo igual, si hubiera sido otro, no
más alocadamente -. ¡¿Dónde… dónde está?! ¡JACOB, MI JACOB, MI AMOR! ¡Tenía hubiese aguantado todo este tiempo y ya hubiera fallecido – me llevé la mano al corazón
que ir a verle YA! Mi abuelo y mis padres se miraron con gravedad y cautela, y Esme se cuando el pinchazo se clavó con saña -. No obstante, no pierdo las esperanzas – mi abuelo
marchó vertiginosamente escaleras abajo. se aproximó a mí y me sujetó por los hombros, mirándome a los ojos con seguridad -.
- En su casa – respondió Carlisle. Jacob se está aferrando a la vida con uñas y dientes, está luchando con todas sus fuerzas
- Tengo que ir a verle – declaré con convicción, llevando ya mis pies hacia el vestidor. para regresar a tu lado. Eleazar tiene razón, todos lo hemos visto. Su poder espiritual es
Mamá se movió con rapidez y en un parpadeo la tenía delante de mí, sujetándome por los extraordinariamente fuerte, si no, no seguiría en coma. Y sabe que tiene aquí lo que más
hombros para impedirme el paso. ama del mundo esperándole. Estoy seguro de que usará todo su poder para vencer a la rabia
- Es mejor que no vayas – me dijo con suavidad. ¡¿Qué estaba diciendo?! ¡¿Se había vuelto y volverás a tenerle a tu lado. Tienes que tener fe. Créeme, he visto miles de casos en los
loca?! que el paciente estaba muerto y su corazón volvía a latir de repente milagrosamente. Ten fe
- ¡Jake me necesita y pienso ir! – afirmé, enfadada, quitándole las manos. – repitió.
- No… no se puede ir – manifestó ella con nerviosismo, sin dejar de echar miraditas a - Está cumpliendo su promesa – declaré con voz rota, bajando mis ojos con culpabilidad
Carlisle y a papá. por haber estado apunto de no cumplir yo la mía; si no llega a ser porque él me lo había
- ¿Cómo que no se puede ir? – mis ojos oscilaron extrañados de unos a otros. Enseguida impedido…
llegó Esme con una taza de tila en las manos que posó en mi escritorio con discreción. Eso me hizo caer en algo que estalló en más preguntas. ¿Por qué le había sentido conmigo,
- El coma de Jacob no es el típico coma – empezó a aclararme Carlisle, hablándome con si seguía con vida? Era su energía, su voz, su efluvio. Y era real, eso lo juraba por mi vida,
prudencia -. El veneno es muy fuerte y, como ya expliqué en una ocasión, le ha contagiado todavía tenía su olor en mi piel, lo estaba oliendo en ese mismo momento. Sin embargo,
la rabia. Eso hace que aunque esté inconsciente, le den brotes de violencia y sea ¿cómo es que solamente podía olerlo yo? No, no estaba loca, no era un sueño, era real. Le
extremadamente agresivo. Hemos tenido que… - sus ojos fluctuaron hacia los de mis había notado dentro de mí, acariciándome con su energía, llamándome… Mi pulsera vibró
padres y después se fijaron en los míos con dudas. Apreté los dientes para soportar el resto con insistencia……..Llamándome… Poder espiritual…
de la dolorosa historia con entereza y asentí -. Hemos tenido que sujetarle a la cama con - ¿Dónde está Eleazar? – pregunté.
cintas de cuero para que pudiera tratarle, ya que, involuntariamente, ataca a todo aquel que - Él y su aquelarre se marcharon a Denali la semana pasada, no podían quedarse más
se le acerca. tiempo – contestó papá -. Pero llaman todos los días para saber de ti y del estado de Jacob.
- ¿Está… está atado a la cama…? – mi frágil voz dejó ver el enorme nudo que se acababa - Por cierto – intervino Esme -. Voy a llamarles para decirles que te has despertado. Están
de romper en mi garganta al imaginármelo en ese horrible estado. tan preocupados. Y salió volando de la habitación.
- Hemos tenido que atornillar la cama al suelo, dada su desmedida fuerza. Es peligroso. - Eleazar ha dicho que Jacob tiene un poder espiritual increíblemente fuerte, ¿no? –
Podría morder e infectar a alguien más – aseguró mi abuelo -. Por eso no debes ir. Si te recordé.
- Sí – me confirmó mi padre -. Fue él quien vio que tenía ese don. Jacob no quería verlo y y ansiedad -. Tengo que ir a verle ahora mismo.
él mismo lo bloqueaba, puesto que no se creía del todo que fuese el Gran Lobo – me - Espera – me paró mi padre -. ¿Cómo que te está llamando?
empezó a explicar. Sí, eso era tan típico de él -. Pero en cuanto no le quedó más remedio - No sé cómo lo ha hecho, pero he oído su voz y he sentido su alma – le dije igual de
que aceptarlo, su espíritu de Gran Lobo al completo se liberó y todo ese poder salió a flote. nerviosa, esquivándole para pasar al cuartito de ropa -. Me está llamando. Puedes mirar en
Todos lo vimos. Hasta su tamaño se vio incrementado, si antes era enorme, ahora es mi mente, no tengo tiempo de explicarlo.
gigantesco. - Ya lo estoy haciendo, cariño, y no veo nada de eso en tus recuerdos de hoy… Me detuve
››Su don es increíble. La guardia de los Vulturis con dones no podría hacer nada contra él, y me giré para mirarle sorprendida.
desharía todos los ataques con su poder espiritual. Incluso antes de que liberara todo su - ¿Qué estás diciendo? Ahora mismo estoy pensando en ello. Todavía puedo sentir su
espíritu, Aro sólo pudo ver en su mente lo que él le dejó ver, y fue tan intenso, que el efluvio y esa brisa traspasándome… Es su alma… Mi familia me observaba con esos
Vulturis tuvo que retirar su mano. Notó su fuerza espiritual y se asustó. Y después de semblantes de antes, que reflejaban a las claras sus pensamientos de que yo me estaba
liberarlo, ni siquiera Jane o Alec, que son los pilares de su ejército, pudieron hacer nada. volviendo loca. Excepto mamá. Ésta me estudiaba con sus pupilas, mordiéndose el labio,
Bloqueó sus poderes sin mover un dedo. pensativa.
Mi boca comenzaba a quedarse colgada. Sabía mejor que nadie que Jacob era especial, que - Lo único que veo es lo que piensas de nosotros – insistió él, visiblemente preocupado por
era el Gran Lobo y que tenía un poder espiritual oculto, mi pulsera era una prueba de ello. mi estado mental. No me lo podía creer. ¿Qué estaba pasando? Yo no estaba loca, había
Pero que destruyera los ataques de esos vampiros despiadados como si nada… sido real.
- Es capaz de ver toda energía que fluye a su alrededor, el escudo de tu madre, la - Pero cuando yo iba a… Cuando llegasteis… ¿no lo viste en mi cabeza?
electricidad de Kate, la barrera de Renata… Todo. Incluso puede ver sentimientos fuertes - ¿Ver el qué, hija? – cuestionó él. Empecé a ponerme nerviosa. Me sentía como si
como el miedo o el respeto, y también las almas que le rodean. A ti te encontró gracias a estuviera contándole una abducción o algo así a un agnóstico.
eso. Tu alma relumbraba en lo alto de la montaña, llamándole, y él fue en tu busca – se - Tire el abridor de cartas porque él me llamó, la pulsera vibró y su alma me acarició… - no
hizo un silencio en el que tuve que sujetarme el corazón. Allí había luchado contra el sabía cómo explicarlo con palabras, había sido tan intenso y especial… -. Me… traspasó,
licántropo, allí lo había mordido… Mi padre carraspeó para que evitara pensar en eso y creo…
siguió con su explicación -. Después de eso, los Vulturis vieron que no tenían nada que - Lo único que vi en tu mente eran esos gritos horribles planeando tu muerte – le costó
hacer, así que se rindieron. Querían marcharse, Aro estaba realmente preocupado por tu soltar el vocablo -, y lo que pensaste justo antes de que entráramos en tu dormitorio –
seguridad, más bien por temor a que Jacob y su manada quisieran vengarse si algo malo te declaró con la agonía dibujada en el rostro. Mamá cerró los ojos y respiró hondo al
pasaba, pero no les dejamos. Luego, escuchamos los rugidos y chasquidos de la pelea que recordar lo ocurrido.
retumbaban en las montañas, aunque en ese momento no sabíamos que era con el - Puede ser un shock postraumático – intervino Carlisle, intentando justificar mi delirio con
licántropo con quien Jacob estaba luchando, puesto que se había desconectado de la argumentos médicos -. Te has despertado muy de repente y llevas tres semanas solamente a
manada – mi pecho volvió a sufrir un aguijonazo y mi padre me pidió perdón con la mirada suero, tu cuerpo y tu mente aún están débiles. Además, has sufrido un golpe muy duro con
por tener que contar eso -. Los lobos empezaron a inquietarse y Aro se puso nervioso, si lo de Jacob. Pensabas que estaba muerto y eso pudo hacer que tu cerebro se imaginara
bien no pudieron moverse de su sitio, ya que Jacob les había ordenado que se quedaran con cosas para…
nosotros y tenían que acatarlo. Cuando vi que él bajaba contigo de la montaña y que - ¡Él me llamó, lo juro! – repliqué, indignada -. ¡¿Por qué no me creéis?! Sentí la urgente
estabas bien, lo comuniqué y permitimos que los Vulturis se fueran. Aro se quedó necesidad de mostrárselo con el contacto de mi mano, pero enseguida mi idea desistió.
tranquilo. Se disculpó unas cien veces con nosotros y se marcharon con el rabo entre las Aunque les enseñase mis sentimientos y ese reciente e intenso recuerdo, todos pensarían
piernas. Pestañeé, un poco conmocionada por tanta información. Mi mente se encontró que era producto de mi imaginación, gracias a lo que acababa de decir ahora Carlisle. Sería
llena de sentimientos mezclados, encontrados. Aunque estaba desolada y angustiada por la un acto inútil y una pérdida de tiempo.
situación de Jacob, no podía negar que también me sentía deslumbrada y maravillada por - Yo la creo – afirmó mamá, colocándose a mi lado. Antes de que a mi padre le diera
su enorme poder. Me sentía tan orgullosa de él. Entonces, me percaté de algo de su tiempo a abrir la boca, ella alzó su mano para callarle -. No sé por qué no puedes verlo en
explicación que me llamó la atención de una manera especial. Si mi alma le había su mente, pero todos vimos el poder espiritual de Jacob. ¿Por qué no puede ser esto
llamado… Y él me había llamado… Sí, había escuchado su voz… Y lo que noté fue su verdad? – empezó a alegar a mi favor -. Además, Aro tampoco pudo ver todos los
alma…, su espíritu…, no tenía ninguna duda. Mi aro de cuero rojizo vibró con fuerza para pensamientos y recuerdos de Jacob, sólo los que él le dejó. Puede que ahora también esté
ratificar mi descubrimiento. bloqueando esto de algún modo, o puede que tu don tampoco funcione contra su poder
- ¡Claro, ¿seré estúpida?! – exclamé, llevándome la mano al pelo con nerviosismo. Papá espiritual. Cogí a mi madre de la mano y la sonreí con complicidad. Ella correspondió mi
frunció el ceño sin entender. sonrisa y apretó mi amarre.
- ¿Qué ocurre? – quiso saber mamá. - ¿Y por qué en el claro sí que funcionó? – apeló él -. Pude verlo todo con total claridad.
- Me está llamando – solté de sopetón, iniciando mi andadura hacia el vestidor con decisión - Lo sabes perfectamente, su don no atacó al tuyo – respondió ella con un poco de retintín -.
Tú mismo me lo contaste. Su poder espiritual solamente ataca selectivamente. Mi escudo - No necessssittas pfotegelmme… - intenté quejarme con ganas, pero el sedante ya
funcionaba a la perfección y el don de Kate también, así como el de Jasper, Eleazar y comenzaba a hacerme efecto. Me sentí igual que cuando aquel vampiro que se había hecho
Alice, aunque ésta última no pudiera usarlo bien debido a su enorme jaqueca. Parece pasar por Jacob me había clavado la jeringuilla para drogarme. Vulnerable, débil, frágil,
mentira para ti que no creas a tu hija, ella siempre dice la verdad – le achacó. Mi padre impotente.
suspiró con irritación. Mis piernas cedieron y caí en los brazos de mi padre, que caminó con mi cuerpo medio
- Por el amor de Dios, Bella. No estoy diciendo que mienta, puedo ver que ella sí lo cree. colgando y me metió en la cama sin que yo pudiera hacer nada para remediarlo.
Además, yo vi lo que pasó en el claro de primera mano. Pero esto es muy raro, y hasta que Todas las protestas de mi madre sonaban con eco en mi cerebro y los párpados querían
no averigüe de qué se trata, no pienso dejarla ir. Es demasiado peligroso. cerrárseme. Luché con todas mis fuerzas para mantenerlos abiertos. Era difícil.
- Jacob no la hará daño – defendió mi madre. - Edward, a ella no le hará daño – escuché que decía mamá, intentándolo por la vía del
- Jacob no está consciente, y ya has escuchado antes a Carlisle. Ataca a todo aquel que se le diálogo.
acerca, involuntariamente, no lo puede evitar porque está inconsciente. Y aunque está - ¿Y cómo lo sabes? – replicó él, molesto. Era difícil, los párpados pesaban demasiado y
atado, tiene la rabia y es muy agresivo - mi corazón volvió a sentir un enorme pinchazo de cada vez había más eco…
dolor -. Ni siquiera distingue a las personas, ya te contó Carlisle lo que pasó con Sam, por - No lo sé, pero estoy segura de que a ella no la hará daño – repitió.
poco le muerde – otro pinchazo -. Podría soltarse por cualquier motivo y morderla a ella. - Lo siento, pero eso no es suficiente para mí. Y mis ojos se cerraron del todo, sumiéndome
- ¡Pues yo voy a ir, me dejes o no! – aseguré, más que enfadada, liberando a mi madre para en un profundo sueño.
entrar en el vestidor. Papá se puso delante de la puerta en un abrir y cerrar de ojos.
- No, no vas a ir. No hasta que yo averigüe de qué se trata todo esto. GUÍA
- ¡Si no me dejas ir, me transformaré! – amenacé -. ¡Y después haré una huelga de sangre!
Sus ojos oscilaron hacia los de mamá con exigencia. No podía más. Mis brazos ya no daban a basto. Oscuridad. Jacob. Mi Jacob. Remaba y
- Yo la apoyo – declaró ésta con firmeza. Gruñó. Entonces, sus pupilas cambiaron hacia mi remaba sin cesar por ese mar de la nada, sobre una lancha de goma frágil e inestable que se
abuelo. Carlisle comenzó a rebuscar algo en el botiquín y mamá frunció el ceño. Yo iba deshinchando poco a poco. ¡Jacob! ¡Jacob! ¡Ya voy, aguanta! Pero no lo encontraba.
resoplé y giré la cara de nuevo para entrar en el cuarto de ropa, pero mi padre no se movió. Mis ojos lo buscaban, desesperados, pero había demasiada oscuridad. ¡Jacob! ¡Jacob!
- Su estado es horrible, yo mismo lo he visto en la mente de Carlisle – continuó para tratar ¡JACOB! La brisa que traía su maravilloso efluvio llegó hasta mí, alzando mi cabello hacia
de convencerme -. No quiero que lo veas así y tengas que enfrentarte a eso. Sólo atrás. Su espíritu atravesó todo mi ser y ese inmenso placer se apoderó de mi cuerpo una
encontrarás sufrimiento. Volví a tragar saliva para poder proseguir. vez más, haciéndome jadear en voz alta. Nessie…
- Pero es que tengo que enfrentarme a eso, tengo que ir, me está llamando – insistí - ¡Jacob! – sollocé, a la vez que mis párpados se abrían. Las lágrimas rodaron a ambos
ansiosamente. lados de mi rostro, hasta que se encontraron con mi cabello y la almohada. Inhalé el olor de
- Renesmee, por favor, no me pongas las cosas más difíciles – imploró con dolor -. No me mis brazos y mi pelo. Su efluvio seguía grabado en mi piel. Mi pulsera no dejaba de vibrar.
obligues a forzarte a que te quedes. Lo hacía intermitentemente, a intervalos más o menos cortos durante todo el día, desde que
- Y tú no me obligues a que tenga que enfrentarme a ti – le rogué con mi perseverante nudo me levantaba hasta que me acostaba. La notaba vibrar incluso en sueños, diciéndome que
en la garganta -, porque voy a ir de todas, todas. tenía que correr junto a Jacob… Mamá picó dos veces y abrió la puerta.
- Soy tu padre y no voy a permitirlo – reiteró con inflexibilidad. - Buenos días, cielo – saludó, y se quedó en el umbral -. ¿Va todo bien?
- ¡Jake me necesita y pienso ir! – aseveré con rabia, empujándole para apartarle. - He tenido el mismo sueño, eso es todo – revelé, desvaída. Un sueño muy real. Mamá se
- Bien, tú lo has querido – bufó, enfadado, mientras me encarcelaba con sus brazos. quedó un rato en silencio, mirándome.
- ¡Edward, esto no me gusta! – se quejó mamá. - Te prepararé el desayuno, ¿de acuerdo? – dijo finalmente.
- ¡Suéltame! – protesté, llorando, intentando zafarme con todas mis fuerzas. - No tengo hambre – objeté, girándome para ponerme de lado.
- Es la única manera. Si se transforma y no toma sangre… Busqué el fuego en mi interior y - Te lo traeré igualmente, por si acaso – insistió, cerrando la puerta al salir. Exhalé.
lo llevé a mi columna vertebral. Me levanté de la cama sin brío alguno y me dirigí al vestidor para coger lo primero que
- ¡Rápido! – voceó. No me dio tiempo a más. Sentí un pinchazo en el trasero y un líquido encontré. Salí de mi dormitorio y me metí en el baño. Me duché por inercia, me vestí
frío comenzó a penetrar por mis vasos sanguíneos. desganada y me peiné de igual modo sin secarme el cabello. Lo que menos me apetecía era
- ¡¿Qué es eso?! – exigí saber, mirando la jeringuilla que sostenía Carlisle en la mano. hacer todo esto, pero tenía que estar preparada por si por fin me dejaban salir de mi cárcel y
- Solamente es un sedante – me aclaró papá con el rostro angustiado -. Perdóname, no me podía ir a La Push. Sí, era una cárcel. No estaba encerrada bajo llave, sin embargo, escapar
has dejado opción. Yo sólo quiero protegerte, lo hago por tu bien. Te prometo que irás a de esa casa rodeada de vampiros en constante alerta era algo imposible.
verle cuando todo se aclare. ¡No! ¡Tenía que ir a ver a Jacob ya! ¡Me necesitaba! ¡Me Salí del baño y regresé a mi habitación, que era mi celda particular. Me senté en el banco-
estaba llamando! arcón, cogiendo mi cojín, y miré por la ventana para ver pasar esas insoportables horas
hasta que llegaran Emmett y Rosalie. Em era el único que me mantenía informada de las los demás. Mi madre me miró con manifiesto escepticismo.
últimas noticias, aun con la total oposición y reprobación de mi padre. Se pasaba el día en - ¿Tú crees que ibas a poder quedarte fuera? Mis ojos se movieron en su dirección de reojo
el límite fronterizo de La Push, donde se encontraba con Seth. Éste íba y venía para y volvieron al árbol otra vez. Suspiré.
contarle la situación de Jacob, que no había variado nada, por otra parte, y todos los - Bueno, vale, no podría – admití -. Pero tampoco tiene derecho a hacerme esto. Ya soy
comentarios de la manada y el Consejo. mayor de edad.
Por eso sabía que todos estaban esperando a que yo fuera, ya que Jacob no hacía más que - Lo hace porque cree que es lo mejor para ti – reiteró.
pronunciar mi nombre en su agónico coma. Tuve que llevarme la mano al pecho al sentir el - Pues se equivoca. El ambiente se llenó de otro mutismo.
desgarrador puntazo sólo con recordarlo. El dolor y la interminable angustia que me - Ha vuelto a llamar Charlie – dijo, rompiendo el silencio para cambiar de tema, cosa que
provocaban era una de las razones de mi padre para que estuviera en contra de las agradecí. Mi abuelo estaba muy preocupado, como no podía ser de otro modo. Andaba
informaciones de Emmett, pero yo quería saber la verdad, tenía que saberla, tenía todo el intercalando sus viajes de La Push a esta casa entre turno y turno, al salir de la comisaría y
derecho, y mi tío estaba de acuerdo conmigo. en sus ratos o días libres. Y cuando no podía ir a alguno de los dos sitios, siempre llamaba
La manada y el Consejo ya sabían de mi encarcelación y también recibían mis particulares para saber las novedades del estado de Jacob o del mío propio.
informaciones. Todas las veces que había sentido su espíritu, todas las veces que me había - ¿Le has dado un beso de mi parte?
llamado en sueños o cuando había estado apunto de quitarme la vida, todo, se lo había - Sí – me contestó con un susurro apagado. Mamá volvió a mirarme y exhaló, sacando el
contado a Emmett para que les diera el mensaje. Ellos eran los únicos que podían aire lentamente.
ayudarme. Tenía que hacerlo de ese modo, puesto que mi padre ni siquiera me dejaba - Jacob también ha puesto la casa a tu nombre – me reveló de repente con un murmullo
llamar por teléfono. Por supuesto, él estaba al tanto de todo, pero eso no podía roto. Me quedé sin aire por un momento y, cuando regresó, lo hizo trayendo consigo un
prohibírmelo, y mucho menos a mi tío. enorme nudo que se quedó atravesado en mi faringe. Apreté mi cojín contra el estómago
Mientras miraba por la ventana sin fijar mi vista en nada en particular, mamá volvió a picar para mitigar el dolor.
y entró en mi dormitorio. Se detuvo para observarme un momento. Portaba uno de esos - ¿Qué? – susurré a duras penas.
vasos enormes lleno de sangre que me hacía beber varias veces al día. - Los quileute metamorfos no pueden hacer… - se quedó muda un segundo y tragó saliva
- Toma – me lo ofreció cuando echó a andar y se acercó a mí. para poder seguir hablando -, testamento, así que Jacob lo dejó todo bien atado por si
- No tengo hambre, gracias – repetí con inapetencia, aunque con gratitud. alguna vez le pasaba algo… Mi mano ya apretaba mi pecho otra vez.
- No has comido nada sólido desde que te despertaste de tu shock. Entiendo que no te entre - ¿Bien… atado? – mascullé mientras mis lágrimas se escapaban sin remedio.
en estos momentos tan duros, pero tienes que alimentarte – argumentó, sentándose a mi - La casa es de los dos, pero si él no consiguiera… - su murmullo se cortó y yo apreté los
lado -. Bébete esto por lo menos, te aportará mucha vitalidad. dientes para soportar mejor la intensa angustia. Mamá se giró hacia mí y me habló con
- No vas a parar hasta que me lo beba, ¿verdad? – me quejé. dulzura -. Quiero decirte algo, cielo. Nosotros nos marcharemos cuando esto termine, no
- No – me sonrió y alzó el vaso para ponérmelo en las narices. Suspiré y lo cogí sin ganas. podemos quedarnos más tiempo. La gente ya empieza a sospechar de Carlisle y Charlie ya
Me lo bebí de unos cuantos tragos. No tenía ni pizca de hambre, pero era mejor sabe demasiadas cosas, cada vez está en más peligro. A nosotros no nos queda más
terminárselo lo antes posible, si no, estaría toda la mañana con el vaso en la mano. Lo remedio que irnos, pero quiero que sepas que tú tienes más opciones – sujetó mi
acabé y se lo pasé. Ella lo posó en el suelo. martirizado rostro entre sus manos y me miró a los ojos con seguridad -. Si Jacob no lo
- Llevas toda la semana encerrada en tu habitación, sentada aquí y mirando por la ventana, superase…
¿por qué no bajas un rato con nosotros? – me propuso con voz dulce mientras me acicalaba - No… - lloré, negando con la cabeza.
el pelo húmedo. - Escúchame, cielo. Sé fuerte – intentó calmarme, acariciándome la cabeza -. Tengo que
- Estoy mejor aquí. decirte esto para que decidas por ti misma – esperó a que la contestase y yo terminé
- Em y Rose no llegarán hasta por la noche. asintiendo -. Nada me gustaría más que te vinieras con nosotros, pero también sé que
- Lo sé. Se hizo un silencio en el que mi madre dejó mi pelo para llevar su vista al paisaje siempre estarás vinculada a La Push por Jacob. Sé que no será así, que Jacob no te dejará
exterior. en este mundo sola, pero si por alguna razón él… falleciera – le costó soltar el vocablo y yo
- Sabes que no estoy de acuerdo con tu padre, pero también entiendo que lo hace para apreté más mi cojín -, la casa sería tuya y podrías quedarte, si quisieras. Sólo es una opción
protegerte – excusó. que quiero que tengas en cuenta. Tu padre y yo jamás te lo impediríamos, siempre te
- Jake no me hará daño – afirmé con convicción, clavando mi vista en un árbol por el mero apoyaríamos.
hecho de fijarme en algo. - Jacob no va a morir – declaré, rechinando los dientes con rabia. Iba a contestarme, pero,
- Sí, ya lo sé. He intentado hablar con tu padre para hacerle ver, aunque no he conseguido de repente, se puso de pie, poniendo atención a algún ruido exterior.
nada. Sigue creyendo que es demasiado peligroso. - ¿Qué pasa? – quise saber. No me respondió. Sin darme tiempo ni a pestañear, me
- Por lo menos, podía dejarme ir a La Push – protesté -. Podría estar fuera de la casa, con encontré sola en mi habitación y la puerta se cerró.
Entonces, escuché el ruido de un motor viejo que se aproximaba, que estacionaba después - ¿Estás diciendo que el espíritu de Jacob salió de su cuerpo, estando vivo? – cuestionó
en la parte delantera de la casa y el portazo del vehículo al cerrarse. No hubo sonido del papá con sorpresa.
timbre, ya debían de estar esperando con la puerta abierta. Una algarabía de voces invadió - Es un quileute, un espíritu guerrero, lo lleva en la sangre – le respondió ella, un tanto
el salón, donde pude distinguir la de mis padres y Esme. Mi corazón pegó un salto cuando ofendida -. Y no he terminado con mi explicación – le regañó. Mi padre se llevó la mano a
escuché la de Sue llamándome. la nuca, un poco avergonzado, y Sue volvió la vista hacia mí otra vez -. Si su espíritu
- ¡Sue! – grité, tirando el cojín mientras me levantaba de sopetón y salía por la puerta hubiera dejado su cuerpo del todo, éste yacería sin vida, como pasaba con nuestros
volando. A medida que bajaba las escaleras a toda velocidad, la discusión se hacía más antepasados. Sus esposas eran las encargadas de cuidarlos y mantenerlos en buen estado
legible. para cuando regresaran los guerreros. Pero éste no es el caso.
- ¡Tengo que hablar con ella! – voceaba Sue, enfadada, con autoridad -. ¡Es muy ››Jacob estaba abandonando su cuerpo, dejando que su enorme alma saliera, pero, entonces,
importante! Sue tenía un carácter muy fuerte, incluso para un vampiro, vegetariano, claro, algo hizo que se diera cuenta de que se podía curar y paró el proceso a medias – comenzó a
si fuera de otra clase, ya se la hubiera cargado. Aunque con ese temperamento, no la paraba explicar para mi completo asombro y de los allí presentes -. Cuando quiso regresar, no
ni un camión. pudo hacerlo del todo, sin embargo, su espíritu es tan grande y tan poderoso, que consiguió
- ¡No puede ir, es demasiado peligroso! – objetaba papá. que una parte se quedara en su cuerpo para combatir la rabia y mantenerle con vida.
- ¡Sue! – volví a gritar al llegar al salón. - ¿Quieres decir que él ha retenido parte de su espíritu en su cuerpo? – pregunté con un hilo
- ¡Nessie! – exclamó ella. Nos fundimos en un abrazo animoso y ella me separó por los de voz -. ¿Jacob… se ha dividido… en dos? ¿Está… en dos sitios… a la vez?
hombros para hablarme y mirarme con decisión. - Sí, eso es. Pero Jacob no estará completo hasta que las dos partes de unan, y no se
- Escúchame, cariño. Ya sabemos por qué le oyes y le sientes, el Viejo Quil, Billy y yo lo despertará – mi mano se asió, asustada, a la zona de mi pecho que albergaba mi corazón -.
hemos averiguado. Y Carlisle nos ha ayudado con el resto. He venido yo en persona para Además, la parte que se quedó no es lo bastante fuerte como para destruir el veneno del
explicártelo bien. todo, su cuerpo necesita de todo su espíritu para que acabe con la rabia. En cuanto la otra
- ¡Dime, dime! – azucé, ansiosa. El rostro de papá frunció el ceño, extrañado, pero en parte de su espíritu entre en su cuerpo, su organismo será purificado y quedará
cuanto escuchó el nombre de Carlisle, no se opuso más. completamente limpio.
- Jacob te está buscando. ››No obstante, hay un problema – siguió antes de que a mi rostro le diera tiempo a
- ¿Buscando? – musité con voz rota. iluminarse algo de esperanza. Lo poco que se había levantado de mi labio volvió a caer
- ¿Recuerdas las leyendas de los espíritus guerreros? Ellos abandonaban sus cuerpos para hacia abajo en picado -. Jacob es inexperto. Hace poco que descubrió todo el poder de su
luchar, antes de que comenzaran las transformaciones. Nuestra historia comenzó así, ¿te espíritu de Gran Lobo, todavía no lo controla bien, y es la primera vez que abandona su
acuerdas? cuerpo, aunque no lo haya hecho del todo. No sabe cómo tiene que hacer para que esa parte
- Sí – asentí, nerviosa. de su espíritu regrese a su cuerpo para juntarse con el resto, nadie se lo ha enseñado. Desde
- Ahora escucha con atención lo que te voy a contar. Tienes que ser fuerte, no tenemos que nuestros antepasados dejaron de hacerlo para transformarse en lobos, esa técnica se ha
tiempo para que me ande con lindezas – me advirtió con suavidad. ido perdiendo.
- De acuerdo – y tragué saliva para prepararme. ››Ahora esa parte de su espíritu está vagando, perdida, buscando la forma de regresar a su
- Cuando el licántropo mordió a Jacob, el veneno comenzó a hacer efecto en su organismo. cuerpo, al igual que le pasó a Taha Aki cuando Utlapa le robó el suyo. Solo que, en esta
Todos los metamorfos tienen esa cualidad regenerativa que permite que se sanen con ocasión, Jacob no lo encuentra, no sabe dónde está su cuerpo, repito que nadie le ha
mucha más rapidez que cualquier otro ser del planeta, excepto en el caso de la ponzoña de enseñado a encontrarlo, y si esa parte de su alma no da con el modo de regresar, la otra no
los vampiros y los licántropos, éstas son muy tóxicas, de acción muy rápida y resultan podrá vencer a la rabia y terminará abandonando su cuerpo para reunirse con el resto.
mortales. Pero Jacob es especial. Él es el Gran Lobo, y su poder de regeneración y curación ››Jacob está al límite de la muerte, se encuentra entre este mundo y las puertas del otro –
es mayor debido a su fuerza espiritual. Ésta es capaz de purificar cualquier cosa, por eso no respiré hondo y tragué saliva para aguantar con entereza el resto de la alocución -. Su
le afecta ningún ataque sobrenatural, por maligno que sea – mi corazón latía a mil por hora, cuerpo no está sano, como en el caso de nuestros antepasados, y si toda su alma lo
de lo expectante que estaba -. Ahora bien, para que su organismo, junto con su poder abandona, la rabia lo destruirá rápidamente – volví a tragar saliva -. Su espíritu al completo
espiritual, pudiera limpiar ese veneno tan tóxico, necesitaba concentrar toda su energía ya no podría volver, porque no existiría cuerpo que lo albergase. Entonces habría dos
solamente en esa acción, por lo que su cerebro tenía que minar cualquier otra actividad que opciones. Una: Jacob podría hacer como Taha Aki y utilizar otro cuerpo, pero tendría que
requiriese un desgaste de fuerzas. Por eso cayó en coma, fue un mecanismo de su cerebro ser el de un animal que lo compartiera, puesto que el alma de un animal es mucho menor
para iniciar su curación. Pero todo esto Jacob no lo sabía y cuando se desplomó y cayó que el de un humano - mi mano se amarró al estómago, a falta del cojín -. Un cuerpo de
inconsciente, debió de creer que se moría, y sólo tenía una cosa en la cabeza: estar contigo hombre no puede albergar dos almas, es imposible; si quisiera ocupar un cuerpo humano,
– mi pobre corazón sufrió un espasmo y mis lacrimales ya estaban a rebosar -. Entonces, tendría que robarlo. Segunda opción: si no aceptara la primera, vagaría hasta que acabara
empezó a abandonar su cuerpo para estar junto a ti, que era su último deseo. volviéndose loco o hasta que terminara sintiendo la llamada del más allá. Todos sabemos
qué opción escogerá él, Jacob morirá. Tuve que tomar aire cuando me empecé a marear, y bolsillo de su pantalón. Mis padres se despegaron por fín y se cogieron de la mano para
mamá se agarró a mi padre. Sue me aferró por los hombros con firmeza. echar a andar.
- Tú eres la única que puede ayudarle a encontrar su cuerpo, y él lo sabe, ya está actuando – - Nosotros tenemos que respetar el tratado, Jacob es el único que puede romperlo o
aseveró con convicción. modificarlo y no le ha dado tiempo a hacerlo – habló de nuevo mientras salíamos de la casa
- ¿Yo? ¿Cómo? -. Así que cuando lleguemos al límite fronterizo con La Push, tendrás que apearte y seguir
- Sólo hay un motivo por el que Jacob se ha aferrado a la vida: para estar a tu lado, y eso es por el bosque. Aunque tengas que ir corriendo, llegarás antes que Sue.
lo que hace que siga luchando. Sabe que su alma y la tuya han nacido para estar juntas. - Sí – acepté.
Nada las puede separar, ni siquiera la muerte podría. Vuestro vínculo es tan fuerte, que esa - En fin – resopló ésta a nuestras espaldas -. Ya te veré allí, Nessie – y se subió a su
parte de su espíritu se ve atraída por el tuyo, es lo único que encuentra por el camino, es la destartalada furgoneta.
única luz que ve en esa oscuridad. Jacob sabe que tu alma atrae a la suya como un imán, Nos dirigimos a toda velocidad al garaje, donde nos montamos en el Volkswagen marrón
por eso lo notas, por eso le oyes. Te está buscando constantemente, te llama en espíritu y metálico, y salimos disparados hacia el sendero que conducía a la carretera.
también desde su cama para que vayas. Tienes que ir junto a él, Nessie. Papá adelantó a Sue por ese angosto camino con total facilidad, esquivándole con unos
- Sí, tengo… tengo que estar con él – repetí nerviosamente, rodeando mi insistente aro de reflejos de vampiro, y en pocos minutos, nos plantamos en la calzada asfaltada que llevaba
cuero con la mano - ¿Y qué tengo que hacer? – interrogué, empezando a caminar hacia la a Forks.
puerta. El tubo de escape rugía con furia por el pueblo, pero no me dio tiempo a ver si la gente se
- Tienes que guiarle – manifestó, acompañándome. había quedado mirando. Forks pasó vertiginosamente por mi ventanilla y el coche se desvió
- ¿Guiarle? ¿Cómo? a la carretera que daba a La Push. Los árboles eran unos borrones verdes y marrones que
- ¡No! – protestó papá, adelantándose a lo que iba a decir Sue. nos flanqueaban, hasta que el dibujo se fue haciendo más nítido conforme mi padre
- Jacob tiene que notar que estás junto a él para que sepa que estás con su cuerpo - continuó disminuía la velocidad. Frenó en seco cuando su coche llegó justo al límite del tratado.
ella, hablando rápidamente, haciendo caso omiso de la voz de mi progenitor -. Tu presencia Emmett y Rosalie estaban apoyados en un árbol, esperando las continuas llegadas de Seth,
le servirá de guía. En cuanto la parte de su espíritu que está vagando vaya hacia ti, verá su y nos miraron sorprendidos. Se acercaron en un latido de corazón.
cuerpo y entrará en él. Mi padre se interpuso en nuestro camino a la velocidad de la luz. - ¿Ya has hablado con Sue? – me preguntó mi tío en cuanto abrí la puerta para salir. Por
- ¡Es muy peligroso! ¡Si la mordiera…! supuesto, ya estaba al corriente de todo.
- Edward – imploró mamá, poniéndose a su lado. - Sí.
- Por favor, papá – le supliqué, llorando con desesperación -. Tengo que ir, tengo que estar - Bien – sonrió con confianza y un alivio claramente esperanzado.
a su lado. Jake me salvó, por eso está así, ahora me toca a mí salvarle a él. Si no voy, se - Bueno, tengo que darme prisa – declaré, mirando al bosque.
morirá, le fallaré, y yo me moriré con él, no puedo vivir sin Jacob, lo sabes. Por favor, - Ánimo cielo – me alentó mamá, rodeándome con sus brazos -. Sé que todo saldrá bien.
papá. Por favor, no me hará daño, confía en mí. Se quedó mirándome con un rostro Papá se unió a nuestro abrazo.
dolorido, aunque reflexivo. - Confío en ti – me dijo.
- Me lo prometiste – le recordé -. Me prometiste que me dejarías ir cuando todo se aclarase - Gracias – susurré con un nudo en la garganta -. Os quiero.
– entonces, le miré con tristeza -. No puedes impedírmelo, papá. Aunque seas mi padre, ya - Y nosotros a ti – contestó ella -. Tu felicidad siempre será la nuestra. Me separé un poco
soy adulta y voy a ir de todos modos. Mi sitio está junto a él, siempre estaré con él. Cuando para darles un beso en la mejilla.
vaya, sé que Jacob se despertará y yo seré feliz. Pero lo sería aún más si me apoyases en - Gracias – repetí, sonriéndoles con los ojos colmados de lágrimas. Mis padres también me
estos momentos y estuvieses de mi lado. sonrieron con dulzura. Sus manos me acariciaron el rostro mientras me apartaba de ellos,
- Si no la dejas tú, lo haré yo – decidió mamá con una convicción triste -. Sé que Jacob no hasta que me dejaron libre y salí como una bala hacia la frondosidad, sin mirar atrás.
la atacará, jamás la haría daño. Y no voy a permitir que él muera, es mi mejor amigo - Moví mis piernas lo más rápido que pude. No sé si eran mis nervios, mis ansias de
aferramos nuestras manos con fuerza, haciendo piña -. Él siempre ha estado a nuestro lado reencontrarme con Jacob, o mis cuatro semanas y media de nulo o escaso ejercicio, pero
en los momentos difíciles, no pienso abandonarle ahora. Hubo otro pequeño silencio en el me parecían pesadas y anquilosadas. En ese momento, agradecí a mi madre su empeño en
que el segundero del reloj del salón me parecía que retumbaba en las paredes. que me tragase la sangre durante toda esta semana, si no llega a ser por eso, no tendría
- Iremos en mi coche, la furgoneta de Sue es una tartana – dijo finalmente, alzando los pies energías para correr.
para iniciar la marcha hacia la puerta. ¡Jacob! ¡Mi Jacob! Mi pulsera ya no vibraba. Ya iba junto a él. Mi pelo azotaba con
- Pues nunca me ha dado problemas – replicó ella, un poco molesta. inquietud mi espalda. Esa camiseta de tirantes dejaba la mitad de mi piel al descubierto y
- ¡Gracias, papá! – sollocé, abrazándole con fuerza. En cuanto le dejé, mamá también se parecía que mi cabello fuera un enorme látigo que me fustigaba para que aumentara la
abalanzó a sus brazos con una enorme sonrisa y le dio un efusivo beso. velocidad, como un domador que estimula a su caballo. Le hice caso y apreté los dientes y
- Llamaré a Carlisle para avisarle de que vas – manifestó Esme, sacando su móvil del el ritmo.
Por mi camino entre los árboles me topé con unos cuantos lobos de la manada. No tenía darme la vuelta y apoyarme en el marco cuando le vi y mi corazón pasó a latir sin control,
tiempo de ver quiénes eran, ni cuántos. Se pusieron a aullar al cielo conforme pasaba a su bombeando un montón de emociones y sensaciones mezcladas. Dolor desgarrador, inmensa
lado, uno a uno, y comenzaron a galopar tras de mí del mismo modo. En unos segundos, alegría… Me recordé a mí misma a qué había ido. Respiré hondo para reponerme y me giré
me encontré volando con un grupo de lobos enormes siguiéndome. de nuevo hacia él. Mi visión no podía ser más dolorosa.
No tardé en divisar la casa de Billy. El mero hecho de verla y saber que Jake estaba allí me Estaba atado de pies y manos al somier de la cama con unas gruesas y anchas cintas de
dio fuerzas para acelerar más, pero también aumentó mi nerviosismo. cuero marrón claro que tenían unas hebillas para graduar el amarre. Las patas de la cama
La parte delantera de la casa estaba rodeada de gente, parecía la sala de espera de un estaban bien aseguradas, les habían colocado unas bases metálicas atornilladas por mil
hospital. Mi corazón latía a todo lo que daba, ansioso por llegar a su lado. Los demás sitios que a su vez estaban clavadas al suelo con remaches. Su muñeca izquierda estaba
chicos de la manada que no estaban de patrulla esperaban mi llegada con ganas, los conectada a un tubo que llevaba a un gotero de suero. Solamente vestía unos pantalones
aullidos debían de haberles avisado y me observaban expectantes. Todas sus parejas cortos mojados de color caqui y todo su cuerpo y su pelo estaban bañados en sudor.
también estaban allí. Los lobos que me seguían se dispersaron entre los árboles para Temblaba levemente como si tuviera frío y la expresión de su ojeroso rostro estaba
cambiar de fase y yo llegué por fin a la pequeña edificación de madera roja, donde desfigurada por el rechinamiento continuo de sus dientes y el apretamiento de sus párpados
disminuí de velocidad y me aproximé a la gente, caminando con diligencia. cerrados.
Según me acercaba a la puerta, todo el mundo me hizo un pasillo para que pudiera pasar y - Ne… Nessie… - masculló de pronto con una voz muy baja y ronca. Mi corazón volvió a
mi trayecto se llenó de saludos y palmadas de ánimo. Me sobrecogió ese recibimiento que palpitar impetuosamente.
no esperaba y el nudo de mi garganta saltó sin remedio. Brenda estaba con Seth y Leah. - ¡Jacob! – rompí a llorar, corriendo hacia a él. Me arrodillé junto a su cama y le toqué su
Dio un paso al frente y nos abrazamos. No me había visto desde el día del secuestro, y rostro empapado, éste ardía de la intensa fiebre. Nada más notar un contacto, su cuerpo
luego todo había pasado tan rápido. Me soltó, me secó las lágrimas con una sonrisa y convulsionó. Me sobresalté y un acto reflejo me hizo retirar la mano hacia atrás. Comenzó
volvió hacia atrás para dejarme paso. Mi amiga no fue la única que me abrazó; Seth, Leah, a agitarse con una furia desmedida, gruñendo y tirando de las cintas hacia arriba para
Embry y Quil también lo hicieron, y Claire se lanzó a mis brazos para darme un cariñoso soltarse. La rabia estaba haciendo su trabajo. No pensaba rendirme, yo iba a hacer el mío.
beso. Emily estaba con Sam y sus dos hijos. Tenía un pañuelo que le cubría la cabeza, pero Volví a llevar la mano a su cara, sin dudas.
tenía buen aspecto. Me sonrieron para infundarme confianza mientras ella sostenía a Ethan - Jake, soy yo – murmuré, tratando de acariciar su mejilla -. Soy Nessie. No me reconocía.
en los brazos y lo balanceaba para que no llorase. Billy - flanqueado por Rachel y Paul -, Tenía que hacer algo más para que me reconociera y me notase con él. Ahora entendía por
Carlisle y el Viejo Quil se encontraban junto a la puerta. Este último se levantó con torpeza qué habían fijado el lecho al suelo. Sus sacudidas y tirones eran tan potentes, que, incluso
de su silla para recibirme, ayudado por su bastón. Faltaba Charlie, que debía de estar en clavada, la cama se levantaba un poco. Podían verse las marcas donde habían estado
comisaría o patrullando. Cuando Billy me vio, su cobrizo rostro se iluminó y me acerqué a insertados algunos clavos que habían sido arrancados de cuajo.
él con premura. Pero yo no tenía miedo. Jacob no iba a hacerme ningún daño. Así que, en vez de apartarme,
- Billy – sollocé, agachándome para abrazarle. me tumbé en la cama, a su derecha, y conseguí echarme sobre su agitado pecho para
- No te preocupes, ahora que estás aquí, se recuperará – dijo, separándome y rodeando mis arrimarme más a él. Su cuerpo ardía mucho más que normalmente, casi quemaba. Si fuera
manos con las suyas. Asentí y me secó las lágrimas. humana del todo y tuviera una temperatura corporal normal, me hubiera abrasado. Dejé
- Ahora ve, te está esperando. caer parte de mi melena a un lado y acerqué mi rostro al suyo para que me oliera mejor.
- Sí. Dejé sus manos y me alcé. Me fundí en un abrazo con Rachel y Paul y me arrimé a la Sus espasmos y gruñidos parecieron bajar algo de intensidad.
puerta para entrar. - Jake, soy yo – hablé entre susurros entrecortados, acariciando su cara -. Ya estoy aquí.
- Nessie – me llamó Carlisle. Giré la cara para mirarle con la manilla ya girada -. Estaré Entonces, se paró. Su cuerpo se quedó quieto, tenso, durante un instante. Después lo relajó
aquí por si Jacob… del todo, incluido su rostro, reposándolo en la cama, y acercó su nariz a mi mejilla. Todo el
- No te preocupes – le corté con una sonrisa llena de confianza -. Jake no me hará daño - y vello se me puso de punta cuando ésta comenzó a recorrer toda mi cara despacio,
pasé el umbral, accediendo al interior. arrastrando sus labios, y siguió para oler mi cabello.
Por alguna razón, nada más cerrar la puerta, sentí un enorme miedo. Mi corazón latía tan En ese momento estaba totalmente relajado y mi mano llegaba a la cinta que sostenía su
fuerte, que seguramente podían escucharlo todos los que se habían quedado fuera. No era muñeca izquierda, así que la desabroché y se la liberé. Sin medir sus fuerzas, y todavía
por mí, desde luego, Jacob no iba a hacerme nada malo. Pero no sabía qué me iba a inconsciente, la llevó hasta mi pelo con un afán desmesurado y lo aferró con tanto ímpetu
encontrar al traspasar la puerta de su cuarto. Mi padre me había dicho que su estado era en la nuca, que me hizo daño. Pero no me importó en absoluto.
horrible y no sabía cómo iba a reaccionar al verle así. - Nessie… - murmuró, empezando a oler mi cuello.
Sin embargo, no tenía tiempo que perder. Jacob, mi Jacob. Él estaba allí, esperándome. Él - Sí, cielo, soy yo – susurré -. Ya estoy contigo…
era lo más importante. Me acerqué con apresuramiento, entré en su dormitorio sin Sus labios rozaban mi piel casualmente durante su suave rastreo. Todo mi cuerpo se
pensármelo dos veces y cerré la puerta. Mis peores pensamientos eran ciertos. Tuve que estremecía con cada tórrido roce, con cada abrasadora expiración. Era una locura, lo sé, él
estaba inconsciente y no sabía lo que hacía, pero no podía evitarlo, eran sus labios, su dulce nuestro alrededor con aires renovados y más fuerte que nunca. Mis mariposas y nuestras
aliento, su afrodisíaco sudor que me volvía completamente loca, era él. Y llevaba tanto lágrimas dieron libertad a sus emociones y salieron al exterior, rebosantes de felicidad.
tiempo sin sentirle por mi piel… Tragué saliva y respiré hondo para recomponerme y Jacob estaba vivo, su espíritu estaba completo y había purificado su cuerpo. Ya estaba
controlarme. Llevé mi otra mano hacia su hebilla derecha y lo solté. Esta vez me dejó totalmente sano. Ahora nadie ni nada nos separaría jamás, ni siquiera la muerte podría
sujetar su muñeca y acerqué su palma para que sintiera la textura de mi cara. Dejó de oler hacerlo. Nuestras almas siempre estarían juntas, unidas por nuestro enorme vínculo, en este
mi cuello y empezó a deslizar la punta de sus dedos por mis facciones, examinando mi mundo o en el más allá. Toda la eternidad.
semblante como si de un ciego se tratase. Acarició mis mejillas y se entretuvo un rato con
mis labios. Las besé con dulzura para ver si eso le traía algún recuerdo. Siguió la línea de ETERNIDAD
mi mandíbula y sus dedos se arrastraron por el cuello hasta que también terminaron en mi
nuca. - Entonces, ¿os gustaron los butacones? – preguntó Alice con unos ojos muy abiertos que
- Mi Nessie… - susurró, pegando mi rostro al suyo. Empecé a hiperventilar como una esperaban una respuesta positiva.
tonta, ni que nunca hubiera rozado su boca. - Claro, son muy anchos, perfectos para… Jake cerró su sonriente pico en cuanto le
- Sí, Jake, ya estoy aquí – le dije con un murmullo roto, en sus labios. pellizqué en el brazo.
- Mi ángel… - susurró de nuevo. No me dio tiempo a contestarle. Una conocida y - Sí, muchas gracias, Alice – seguí yo -. Es justo lo que buscábamos para ese rincón de la
prodigiosa brisa cálida acarició mi espalda de repente, agitando mi pelo, y comenzó a chimenea.
traspasar mi cuerpo. Sentí cómo esa parte de su espíritu perdido pasaba a través de mis - De nada. Espero que los disfrutéis – y me guiñó el ojo como si ya supiese de qué iba el
tejidos, órganos y músculos, empapando cada una de mis células con su magia y su asunto. Mi cara sufrió un baño de sangre y mi padre suspiró con resignación. Se hizo un
energía, y un placer inmenso, infinito, se apoderó de todo mi ser cuando su alma se unió a silencio bastante incómodo en el que la brisa de primeros de septiembre aprovechó para
la mía por un instante. Era lo más parecido a lo que sentía cuando hacíamos el amor. Mis hacerse de notar y agitó las hojas de los árboles de los alrededores del límite fronterizo de
ojos se cerraron, derramando lágrimas al sentirlo, y sus labios fueron testigos directos de La Push.
mi intenso jadeo. - Bueno, así que os vais la semana que viene – intervino Carlisle, sonriente, para iniciar
- Jake… - suspiré, aferrando mi mano a su pelo húmedo. otra conversación -. Por fin utilizaréis los vales y os vais de luna de miel.
- Nessie… - jadeó él también, en mi boca. - Sí – afirmó Jake con alegría manifiesta, girando el rostro para mirarme -, antes de que
Entonces, su alma soltó a la mía súbitamente y terminó saliendo con rapidez por mi pecho Nessie empiece las clases. Y también queríamos aprovechar para celebrar su cumpleaños
para traspasar el de Jacob. Su cuerpo se arqueó hacia arriba durante un segundo - en el que de una manera especial. Le sonreí abiertamente y apreté el amarre de su mano. Menudo
sus manos soltaron mi nuca para caerse a los lados y tomó aire igual que si hubiera estado cumpleaños iba a pasar, y ya tenía el mejor regalo del mundo.
ahogándose y ahora pudiera respirar - y volvió a descansar en la cama completamente - ¿Y a dónde vais? – quiso saber.
echado. Se quedó inmóvil y esperé, pero a medida que pasaban los segundos, me fui - A la isla de Santa Lucía – reveló Jake -. Bueno, en realidad, a un islote que está a unas
poniendo más nerviosa. cuantas millas más allá. Emmett sabe dónde está – y le dedicó una sonrisita cómplice al
Su pecho se movía arriba y abajo, respiraba con normalidad, y su temperatura parecía estar mencionado.
bajando, ¿por qué no abría los ojos? ¿Acaso no había entrado todo su espíritu? ¿Habría - Es un sitio solitario y paradisíaco en el nos perdemos yo y Rose de vez en cuando –
hecho algo mal? explicó Em con una sonrisa de oreja a oreja mientras observaba a su novia de reojo, que le
- ¡Jake! ¡Jake! – sollocé, asustada, mientras acariciaba su rostro con inquietud. Mi corazón dio un codazo, riéndose con vergüenza -. La única casa que hay allí es nuestra, así que
saltó de su sitio, desbocado, cuando sus párpados se movieron y, poco a poco, fueron pensamos que, como vosotros les pagabais el viaje como regalo de boda, nosotros
abriéndose hasta que mis adorados ojos negros se encontraron con los míos. Esos grandes y podíamos regalarles el alojamiento.
brillantes ojos negros, penetrantes y dulces al mismo tiempo, que me volvían - Qué buena idea – observó Carlisle con agrado -. Así que el Caribe, ¿eh?
completamente loca, se quedaron maravillados mirando a los míos durante un instante, en - Sí, nos apetecía ir a un sitio cálido y soleado, y como Emmett y Rosalie se empeñaron en
el que mi corazón ya no daba a basto, y después sus labios se curvaron hacia arriba con hacernos ese regalo y conocían ese sitio – declaró mi novio -. Además, tengo que enseñarle
satisfacción. a Nessie a nadar. Es un poco bochornoso que no sepa, cuando va a vivir al lado de una
- Hola, preciosa… - murmuró con una sonrisa muy saludable. playa – bromeó.
- Jake… - Muy gracioso – le contesté con retintín, aunque era cierto.
Una retahíla de emociones y sensaciones indescriptibles y maravillosas invadieron mi - Ya verás qué pronto aprendes allí, sobretodo cuando los tiburones vayan a por ti y tengas
pecho y me lancé a sus labios. Nos besamos con una pasión desmedida, casi exagerada, que salir corriendo del agua – siguió, mofándose.
moviendo nuestros labios con un entusiasmo rayano en la locura mientras nos aferrábamos - ¿Tibu… tiburones? – espeté, asustada.
el uno al otro por el pelo para que no hubiera ni un átomo entre nosotros. La energía fluyó a - ¿No lo sabías? Las aguas caribeñas están infestadas de tiburones – afirmó con su sonrisa
burlona. Abrí los ojos como platos -. Pero no te preocupes, yo los agarraré por la cola y los ladeando la cara hacia mí -. Hasta podremos ir a cenar algún día y regresar por la noche.
lanzaré mar adentro para que no te rocen – dijo, gesticulando con el brazo suelto como si Asentí, aunque para ser sincera, no me habría importado nada si nos tuviéramos que quedar
estuviera haciéndolo -. O también puedo interponerme, total, si me muerden, me curaré en los quince días en el islote sin salir de allí.
dos segundos… - mi rostro palideció y Jake alzó la mano hacia su barbilla, pensativo -. - La casa está provista de una piscina exterior que parece que se une al mar, otra cubierta,
Aunque, bueno, si me arrancan una pierna o algo… una zona de spa y un jacuzzi - continuó Rosalie, haciéndole la competencia a Alice. Ésta le
- ¡No! No nos meteremos en el agua – sentencié con temor. Jacob se empezó a carcajear. dedicó un mohín y le sacó la lengua.
- ¡Era una broma! – se rió. Fruncí mi ceño al principio, pero terminé contagiándome por su - Oh, es estupendo – exclamó Carlisle. Sí, sí que lo era. Mi cabeza no hacía más que
risa y le pegué un tortazo en el brazo, mordiéndome el labio, sonriente -. Hay tiburones, llenarse de imágenes maravillosas… Por la mirada que tenía Jake y su media sonrisa, no
pero no son como los de las películas, son pequeños – me aclaró, más serio -, y no son una me fue difícil deducir que la suya también. Los dos apretamos nuestro amarre,
plaga como las medusas. Tendremos suerte si vemos uno o dos. verificándolo.
- Mejor si no los vemos. - Sí, ahora sólo queda que se casen de una vez – refunfuñó mi padre en voz baja. Ups. No
- No te preocupes, preciosa – me calmó, sonriente -. El único que te va a comer es tu lobo pensar, no pensar.
feroz – y abalanzó su boca a mi cuello para morderme en broma. - Edward… - le regañó mi madre con un cuchicheo, meneando su mano.
- ¡Jake! – intenté regañarle, aunque la risa que me producían sus cosquillas le quitó - Disfrutar de la luna de miel antes de celebrar la boda, ¿dónde se vio? – masculló entre
intención. dientes, como protesta. Luego, murmuró algo ininteligible que solamente entendió mamá y
Le aparté la cara, empujándole la cabeza hacia atrás, y Jacob se despegó, carcajeándose. yo miré a Jake de reojo.
Me puse roja como un tomate cuando vi a toda mi familia observándonos sonrientes. - Fue idea nuestra, Edward – le recordó Carlisle. Papá volvió a farfullar algo que no se
Después de lo mal que lo habíamos pasado con mi secuestro y con el coma de Jacob, a entendió.
todos les gustaba vernos así de bien, sobretodo a Alice, que ya no sufría más jaquecas. - Bueno, también podían ir a visitar Europa, ¿no? – añadió, irritado -. Hay muchos sitios
Bueno, excepto a mi padre, que también estaba feliz por nosotros, desde luego, pero, por que ver, y para una vez que salen de aquí…
supuesto, ahora mismo podía más su censura por todo esto de la luna de miel y estaba un - Edward, tienen muchos años para viajar – nos defendió mamá, riñéndolo un poco por su
poco molesto. actitud -. Y este viaje tiene que ser mágico e inolvidable para ellos. Sin duda, iba a serlo.
- Allí no tendréis problemas, estaréis a solas todo el día. Tenéis todo el islote para vosotros Y la boca de mi padre se llenó de nuevo de palabras no legibles.
solos, para hacer lo que queráis – dijo Emmett en un tono pícaro, dirigiendo su mirada de - En fin – resopló acto seguido -, nosotros no os daremos nuestro regalo de boda hasta que
igual intención a mí. Mis mejillas volvieron a encenderse un poco, pero Jake sonrió de no haya boda – recalcó. Mi madre puso los ojos en blanco.
felicidad sin cortarse un pelo. Mi padre, en cambio, se dedicó a mirar a un lado con el ceño - Me parece bien – aceptó Jake.
tan fruncido, que casi le tapaba los ojos -. La única compañía que tendréis será un barco - Espero tener que empezar a buscar el Ferrari pronto – insinuó papá, tirándoselas a Jacob.
que va todas las mañanas, provisto de abastecimiento y personal de servicio que se - ¿El Ferrari? – los ojos de mi novio se abrieron como platos. Pude percibir cómo el labio
encargará del mantenimiento de la casa y la cocina, pero éste solamente estará un par de de mi padre se elevaba un milímetro con un poco de astucia pícara. Mamá se cruzó de
horas y se marchará. brazos y le miró boquiabierta, con enfado.
No pude evitar que mi labio se elevara. Todo el vello se me ponía de punta solamente con - Le he estado echando el ojo a unos cuantos modelos exclusivos, por Internet, pero ya veo
imaginarlo. Tan sólo pensar en esos maravillosos quince días disfrutando de un islote para que tendré que esperar para comprártelo, así que no miraré más, de momento – matizó, otra
nosotros solos, de esa casa, de sus aguas caribeñas, de su playa de arena blanca… Sí, esa vez con insinuación.
arena blanca resaltaría aún más sobre la hermosa piel india de Jacob, envolviendo su - ¿Estás intentando comprarme con un Ferrari? – se rió Jake.
cuerpo sublime y perfecto... Las imágenes de aquel arrebato de pasión en la playa de La - Exclusivo – reiteró mi progenitor.
Push, en nuestra primera cita de verdad, vinieron a mi cabeza sin remedio y mi cerebro - Es muy tentador… - Jacob dejó la frase en el aire -, pero no, gracias. Me gusta mucho mi
empezó a montar su película él solo. Esta vez, la espuma de las olas de esas aguas tan Golf – terminó, sonriendo.
cálidas acariciaba nuestra piel desnuda bajo la luz de la luna, acompañando a las de - ¿Prefieres una Harley?
nuestras manos y nuestros labios, y, esta vez, podríamos terminar lo que habíamos - ¡Edward Cullen! – le regañó mamá, dándole un manotazo en el brazo.
empezado en aquella ocasión… - Tranquilo, tío, nos casaremos – aseguró Jacob.
- También tenéis pagada una avioneta privada que os llevará a la isla de Santa Lucía para - Sí, dentro de un siglo… - farfulló mi padre con disgusto.
que podáis visitarla cuando queráis – añadió Alice, haciéndome bajar de mi nube perfecta, - Tenemos que irnos, o perderemos el avión – advirtió Jasper. Todos los semblantes que
señalándose a ella y a Jasper toda orgullosa -. Dispondréis de ella las veinticuatro horas del antes estaban alegres – quitando el de mi padre, claro – se transformaron rápidamente.
día para ir y para volver. - Sí, es cierto – murmuró mi madre con una cara tan triste, que casi le llegaba al suelo.
- Eso está genial, así iremos de vez en cuando a Santa Lucía, ¿verdad? – afirmó Jake, - Bueno, no empecéis, ¿vale? – se quejó Jake -. Nosotros no nos vamos a mover de aquí, y
podéis venir a Forks cuando queráis. ¡Pues vaya un problema que tenéis vosotros! – chistó. palmada en la espalda incluida, y Rose hasta le dio un beso en la mejilla, eso sí, con sus
- Jacob tiene razón – secundó Jasper -. No hagamos un drama de esto. respectivos:
- Sí, será lo mejor – aceptó mi madre. - Luego me lavaré la boca, chucho.
- Ya sé que es una tontería, porque sería imposible que os pasara algo, pero llamad cuando - Ya, bien que te ha gustado, rubia. Y Rosalie no pudo evitar que se le escapara una risilla.
lleguéis, ¿vale? – les dije. Mi madre se quedó frente a Jake, mirándole visiblemente afectada por su separación.
- Vale, mamá – bromeó ella con una risilla. Le sonreí con los ojos en blanco y me cogió - Anda, ven aquí – y Jacob estiró su mano para atraerla hacia sus brazos.
por la mano para estrecharme con fuerza entre sus brazos. Ella le rodeó con los suyos con fuerza y hundió el rostro en su pecho para sollozar. Sus
- Te quiero – susurró con la voz rota.- Y yo a ti – le contesté de igual modo -. Te voy a dedos se aferraron con tanto ímpetu a la espalda de Jake, que casi parecía que se los estaba
echar mucho de menos. Me separó, cogiéndome por los hombros, para mirarme. clavando. Él también estaba triste, sus ojos se humedecieron, aunque lo asumió con
- Eso lo dudo – llevó sus ojos hacia Jacob, sonriendo, y luego los volvió hacia mí -. Te entereza y las lágrimas no llegaron a desbordarse. Mi padre bajó la mirada al suelo y
quiero más que a mi vida, no lo olvides nunca – repitió con un murmullo y los ojos aguantó estoicamente, pero yo no era tan altruista. Mi cabeza casi podía hacer un cóctel
vidriosos -. Yo sí que te voy a echar mucho de menos. con la de sentimientos mezclados que albergaba. Aunque sabía que era su momento de
- Y yo también – sollocé, abrazándola con fuerza. Me había propuesto no llorar, al menos despedida y que era muy egoísta por mi parte, no podía evitar sentirme un poco incómoda,
delante de mis padres para que no les costase más el dejarme aquí, pero el abrazo después de todo, ella todavía no se había olvidado de él del todo debido a esa turbación que
impetuoso de mi madre, contrastado con su estado emocional frágil y vulnerable, me padecía. Sin embargo, tampoco me molestaba, Jacob siempre había sido su mejor amigo y
contagió e hizo desbordar mis lágrimas sin remedio. yo respetaba eso. Habían estado muchos años juntos y ahora tenían que separarse. Eso me
Nuestro abrazo se prolongó durante un buen rato, hasta que me separé un poco para apenaba mucho y hacía que comprendiera perfectamente todos los sentimientos que tenían
hablarle. que estar pasando por la mente de ambos en estos momentos.
- No os preocupéis por mí, ¿vale? Aquí seré muy feliz – le dije. - Ay, Bella, me estás espachurrando – se quejó Jake finalmente cuando ella volvió a apretar
- Lo sé – me sonrió -. Y nosotros somos felices por eso. Le correspondí la sonrisa y le puse su torso con sus brazos.
la mano en la cara para que mis padres vieran todo lo que sentía por ellos – ya que papá - Oh, perdona – se disculpó mamá, algo avergonzada, separándose un poco de él.
también podía verlo -, más la infinita felicidad que sentía por quedarme con Jacob. - No importa – sonrió.
- Yo siento exactamente lo mismo – declaró cuando terminé. Volvió a sonreír con sus ojos - Te echaré mucho de menos – musitó mi madre con un hilo de voz.
colmados de alegría y me apretó en otro abrazo. Nos dimos un beso en la mejilla la una a la - Venga, que no os marcháis a Marte, ni nada de eso – la animó -. Nos veremos más de lo
otra y nos separamos para que pudiera abrazar a mi padre. que crees. Y nosotros también iremos a veros alguna vez. Mi madre sonrió y lo abrazó de
Así lo hice. nuevo.
- Yo también te quiero – me recordó, secándome las lágrimas con el dorso de su mano fría - Te quiero, Jake.
y pétrea pero tierna a la vez -. Bueno, por muy disgustado que esté ahora, tengo que admitir - Y yo a ti, Bells.
que te dejo en buenas manos y que me voy tranquilo – añadió con un cuchicheo tan bajo, - Siempre serás mi mejor amigo – sollozó. Jacob la despegó con delicadeza, sujetándola
que me costó escucharlo hasta a mí -, pero atrévete a decirle eso ya, hija. por los brazos, y le dio un beso muy dulce en la mejilla que mi madre sintió en lo más
Me sorprendí un poco al escuchar esto último y mi mano se fue al bolsillo de mi chaqueta profundo de su ser e intentó retener cerrando los ojos. Cuando los abrió, se quedó un
instantáneamente. No sé por qué me extrañaba, él podía verlo todo, cómo no iba a saber instante mirándole y le acarició la mejilla.
eso. - Adiós, Jake – susurró sin apenas voz. Supe, sin ninguna duda, que ese adiós era otro tipo
- Gracias, papá – le besé en la mejilla -. Te quiero – y me desprendí de sus brazos para no de despedida. Una despedida simbólica para siempre. Mi padre y yo nos miramos, ambos
agrandar más el enorme y frágil nudo de mi garganta. La frontera quileute se llenó de con una chispa de alivio en las pupilas. Eso nos hizo gracia a los dos y nos reímos entre
abrazos y mensajes de despedida un poco más desenfadados y alegres que nos dieron un dientes. Por fin, mi madre se separó de mi chico para colocarse junto a papá.
respiro. - Cuida bien de Renesmee – le dijo, casi parecía una orden.
- No dudéis en llamarme cuando necesitéis de mis servicios – le recordó Carlisle a Jake, - Eso ni lo dudes – le contestó él, mirándome sonriente mientras entrelazaba sus dedos con
después de abrazarse. los míos para aferrar mi mano. Le sonreí, apreté su mano y me dio un beso corto en los
- Sí, lo sé. Gracias, Doc. Emmett se acercó a Jacob rápidamente con una enorme sonrisa. labios.
- Llámame de vez en cuando, ¿de acuerdo? – le dijo. - Bueno, Jacob. Por fin me voy a librar de ti – manifestó mi padre con una sonrisa de
- Sí, y tú procura no cazar ningún lobo por allí – bromeó Jake. satisfacción enorme, dándole una palmada en el brazo.
- Descuida. Seguro que vería tu tierna carita y no podría – se rió. - Lo mismo digo – le contestó éste con otra sonrisa mayor, pasándome el brazo por los
- Ja, ja – articuló Jake con retintín. Luego, cambió el rostro a uno un poco más serio -. hombros. La boca de mi padre bajó de sopetón para adoptar una expresión de resignación.
Bueno, tío. Gracias por todo. Se dieron un abrazo de esos que se dan los chicos, con - Acuérdate de mandarme las fotos de vuestra casa por correo electrónico – me recordó
Alice por enésima vez, dándonos otro abrazo más a los dos. Mientras paseábamos tranquilamente, arropados por los relajantes sonidos típicos del
- Que sííííí – respondí, alargando la sílaba con una risilla. bosque, me acordé de una cosa. Teníamos planeada una cena al aire libre en el amplio
- Llamadnos cuando os metáis en algún lío – siguió Jake, todo sonriente, volviendo a coger jardín de nuestra casa para agradecer a toda la manada su enorme ayuda en la
mi mano -. Ya sabéis que siempre podéis contar con nosotros para una buena pelea. rehabilitación. Las obras se habían paralizado desde mi secuestro y no habían sido
- Esperemos que eso no pase más – respondió mi madre, riéndose. reanudadas hasta que Jacob se había despertado del coma hacía un mes. Estos últimos
- Tenemos que irnos – reiteró Jasper, que ya estaba sosteniendo la puerta del Jeep de treinta días habían sido una locura. Mi familia se tenía que marchar en septiembre, ya que
Emmett con un pie dentro. las clases de mis padres en la universidad de Alaska empezaban a mediados, y la casa tenía
- Sí – asintió mamá. Se notaba que ya había pasado el mal trago de las despedidas, incluida que estar lista para estas fechas. Alice me fue de gran ayuda para la elección del mobiliario.
la de Charlie, y que ahora estaba mucho más tranquila -. Bueno, os llamaremos cuando Aparte de su gusto, el cual no se podía negar, se conocía al dedillo todas las tiendas de
lleguemos – anunció mientras nos dábamos un último abrazo corto y un beso en la mejilla. Forks, Port Angeles, Seattle y alrededores. Eso me ahorró muchísimo tiempo. Además, me
- Hasta pronto – se despidió papá, con lo mismo -. Vendremos antes del Día de Acción de dejó escoger a mí todos los muebles - aunque más bien era porque no podía mangonear por
Gracias. la casa y se tenía que fiar de mis gustos -, solamente se dedicó a asesorarme de vez en
- Vendremos a haceros una visita cuando regreséis de vuestro viaje de novios – le corrigió cuando, cosa que agradecí, y nos había regalado esos butacones a los que yo había echado
mamá -. Ya que no podemos estar juntos el día de tu cumpleaños, al menos queremos darte el ojo hacía tiempo. Todos los chicos de la manada se habían empleado a fondo en la
los regalos en persona. restauración de nuestra casa. Al día siguiente del despertar de Jacob, ya estaban todos
- Era una sorpresa… - protestó mi padre. trabajando, turnándose y relevándose en las distintas tareas; y estaban tan contentos y tan
- Lo siento, pero no pude contenerme… - se defendió ella, juntando las manos para pedir orgullosos de su Gran Lobo y jefe de la tribu, que le hicieron hasta el garaje. Entre la
perdón. Papá suspiró con una sonrisa mientras negaba con la cabeza. terminación de la reforma y la decoración posterior, no habíamos tenido tiempo para
- Genial, así nosotros también te daremos los nuestros. nosotros. Este era el primer paseo a solas que dábamos en todo este tiempo. Eso sí, nuestra
- Eso espero – bromeó de camino al vehículo -. ¡Entonces, esto es un hasta luego! casa había quedado preciosa. Mi casita de cuento había quedado de cuento de verdad.
- ¡Sí, hasta luego! – contesté, sonriendo -. ¡Llamadnos al llegar Incluso Rachel, Emily y el resto de las prometidas de los chicos nos habían regalado
Mi familia comenzó a repartirse por los coches. Em, Rosalie, Jasper y Alice se subieron al plantas y flores para que las pusiéramos en las ventanas, nos habían dado utensilios y
Jeep del primero y los demás se repartieron en el Volkswagen marrón metálico de mi menaje de cocina y nos habían hecho las cortinas. Nosotros queríamos agradecerles todo
padre. Mamá se asomó por su ventanilla para lanzarnos besos, toda sonriente, mientras el ese esfuerzo con esa multitudinaria barbacoa en el prado delantero de la vivienda, pero
vehículo arrancaba y comenzaba a moverse. había un detalle que no quería pasar por alto. Tenía que organizarme bien para
- ¡Estudia mucho! – le grité. que todos estuvieran contentos.
- ¡Lo mismo digo! – voceó ella -. ¡Vendremos para ver esas notas! Y nos despedimos con - ¿Sam y Emily van a venir a la cena de inauguración de mañana con los niños? –
la mano, sonriéndonos, a la vez que los dos vehículos corrían por la carretera de La Push. interrogué.
Se alejaron a toda velocidad y los perdimos de vista cuando pasaron la curva. - Creo que sí, ¿por?
Me quedé quieta, en silencio, observando la calzada vacía con mil sentimientos - Bueno, es que había pensado hacerles una especie de menú infantil con algún juguete y
encontrados revoloteando por mi pecho. Hasta que unos brazos cálidos y fuertes me eso, ya que Quil, Embry y tú os encargáis de la barbacoa…
rodearon la cintura por detrás y Jake me arrimó a su cuerpo. Entonces, las únicas que - Buena idea, no se me había ocurrido.
revolotearon fueron el millón de mariposas de mi estómago. - Me alegro tanto por Emily y Sam.
- ¿Estás bien? – me preguntó, preocupado. ¿Que si estaba bien? Me giré y rodeé su cuello - Sí, es genial que no tengan que extirparle el pecho – secundó él.
con mis brazos. - Emily me ha dicho que en cuanto se recupere, irán a por el tercero – revelé -. No van a
- Les echaré de menos, claro. Pero soy la mujer más feliz del mundo, porque me quedo con parar hasta que tengan una niña.
la persona más maravillosa del universo – afirmé con convicción. - Pues, como se descuiden, van a tener una manada completa, porque al paso que van con
- No. La persona más maravillosa del universo se queda conmigo – invirtió -. Y yo soy el tanto niño… - se rió.
hombre más afortunado del mundo. Nos sonreímos y nuestros labios se unieron para Entonces, giró el rostro y se quedó un rato observándome fijamente mientras caminábamos
besarse con dulzura durante unos segundos. Los despegamos y nos quedamos alelados, con entre los árboles.
las frentes pegadas. - ¿Qué pasa? – quise saber, un poco ruborizada por su penetrante mirada.
- ¿A dónde te apetece ir? – inquirió él al final. - No, nada – y volvió la vista al frente, alzando el brazo para tocar una rama alta -.
- A casa – le respondí con una enorme sonrisa. Qué bien sonaba. Por fin. Solamente estaba pensando en cosas mías, eso es todo.
- A casa – aprobó, sonriendo con complacencia. Nos dimos otro beso, me tomó de la mano - ¿En qué? – inquirí, sonriéndole.
y empezamos a caminar, internándonos en la frondosidad arbórea. - Me preguntaba… Bueno, me estaba imaginando cómo estarías embarazada – confesó con
timidez. Los colores se me subieron al rostro rápidamente. - ¿Nuestra niña? – me reí -. Ya hablas como si la fuéramos a tener.
- Pues, gorda – respondí para quitarle importancia. Jacob se rió y se colocó detrás de mí. - Sí, nuestra niña – sonrió, dando otro golpecito con su palo -. Tu cuerpo está
- Estarías preciosa – me susurró al oído, acariciando mi vientre sin dejar de caminar. perfectamente preparado para soportar un embarazo como ese, ya que tú eres tan fuerte
- Jake… - le regañé con una risilla. Ya no sabía si las mariposas que volaban a nuestro como lo sería ella y puedes alimentarte de sangre sin problemas, que es lo que nuestro bebé
alrededor eran reales o eran las que se habían escapado de mi estómago. Mi tensión arterial necesitaría – siguió. No pude evitar soltar una risilla al ver su cara de felicidad mientras se
subió cuando entrelazó sus dedos con los míos, cruzó nuestros brazos para pegarme a él y imaginaba la escena -. Tendrías un embarazo normal, aunque mucho más corto. En lo
comenzó a besarme en la sien. único en lo que nos tendríamos que fijar es en tu barriga. Si vemos que en una semana ya
- Estarías realmente preciosa – volvió a cuchichear. tienes tripita y que crece rápidamente, sabremos que es una niña; y si es un embarazo a un
- ¿Es que quieres que tengamos un hijo ya? – interrogué en broma con un murmullo, que ritmo humano, será un niño. Una niña son todo ventajas, piénsalo, en unas pocas semanas,
era lo único que me salía. Sus pies se pararon, obligando a los míos a hacer lo mismo, y ya la tendríamos en los brazos.
ambos ladeamos la cara para vernos los rostros. - ¡Jake! – me reí, dándole un manotazo en el brazo para regañarle.
- ¿Tú? – me preguntó. Sus intensos ojos se clavaron expectantes en los míos y mis insectos - Que sí, que sí, dentro de unos años – se rió él también, clavando su bastón improvisado en
volvieron a hacer de las suyas. Lo cierto es que, por apetecer, no podía negar que sí que me la tierra para marcar el paso -. Primero tendríamos que casarnos y todo eso, ¿no? Y para
apetecía llevar un hijo suyo en mi vientre. Algunas veces, a mi mente se le había escapado eso todavía queda. Mi mano volvió a meterse automáticamente en el bolsillo de mi
algún pensamiento fugaz a ese respecto. Nuestro bebé… Un niño moreno que fuese igual chaqueta y cogió un tanto dubitativa lo que había guardado en él hacía dos semanas.
que él, con sus ojos grandes, negros y brillantes, con esa tez cobriza, aunque un poco Recordé las palabras de mi padre: atrévete a decirle eso ya, hija. Sí, tenía que atreverme de
clareada por la mezcla de la mía, y su hermoso rostro… Pero dentro de unos cuantos años. una vez. Tragué saliva y respiré hondo.
Todavía no me veía preparada para tener un hijo. Hace poco más de un año era una niña, - Jake… - le llamé, parándome. Sus pies se vieron sorprendidos por mi parón en seco y
hacía unos meses que acababa de salir de mi adolescencia y ahora que por fin se había cuando quisieron darse cuenta y se detuvieron, su mano tiró un poco de la mía. Giró medio
estancado mi crecimiento, primero quería disfrutar bien de Jake a solas. cuerpo para mirarme.
- Quiero tener hijos contigo, pero ahora es muy pronto. Todavía soy demasiado egoísta. - Dime.
Prefiero esperar y disfrutar de ti a solas unos cuantos años más – admití, acariciando sus - Yo…
brazos. - ¿Qué pasa? – preguntó, extrañado por mi rostro lleno de nerviosismo, a la vez que se
- Sí, yo también lo prefiero, la verdad – convino con una amplia sonrisa mientras iniciaba giraba del todo y se ponía frente a mí para estudiármelo. Apreté el contenido de mi bolsillo,
la marcha de nuevo -. Además, antes tendrás que terminar tus estudios, y todavía somos tragué saliva y respiré bien hondo otra vez para soltarlo todo lo más relajada posible.
muy jóvenes, tenemos muchos años por delante para tener los críos que queramos. Aunque - He… pensado mucho mientras estabas en coma – volví a tragar saliva -. Cuando creía que
tengo que reconocer que si ahora me dijeras que estás embarazada, no me disgustaría nada estabas… muerto, yo me sentía como una viuda, para mí lo estaba de verdad – sus atentas
– confesó -. Me encantaría tener una preciosa niña que se pareciera a ti – y me dio un beso pupilas me ponían más nerviosa, así que mis piernas iniciaron una marcha de un lado a otro
en la mejilla. y las palabras comenzaron a atropellarse en mi boca, peleándose por salir todas a la vez -.
- Afortunadamente, estoy tomando medidas para que eso no pase y no es el caso, pero si lo Sé que es una tontería, porque ya vamos a vivir juntos y es como si lo estuviéramos, pero
estuviera, sería mejor un niño – opiné -. Las niñas, en nuestro caso, dan muchos problemas también es una tontería no hacerlo, por esa misma razón. Jake me sujetó por el brazo para
en el embarazo. Mira mi madre, la pobre – entonces, me dio un escalofrío al darme cuenta que parase de una vez y se acercó a mí, clavándome su intensa e hipnotizadora mirada.
de algo en lo que nunca me había parado a pensar -. ¿Y si a mí me pasa igual que a ella? – - ¿Qué me intentas decir? – interrogó, llevando la mano que no portaba el palo a mi cintura.
la voz me salió tan helada como se había quedado mi cerebro -. ¿Y si me hiciera las Mi corazón latía tan deprisa, que estaba apunto de salírseme por la boca. No entendía por
mismas barbaridades que yo le hice a mi madre? Jacob soltó mi cintura y me cogió de la qué estaba tan nerviosa. Tomé aire de nuevo y me lancé a la piscina de cabeza.
mano para caminar a mi lado. - Te quiero, tú eres lo más importante y especial para mí, lo eres todo: mi mejor amigo, mi
- Eso no pasará – afirmó con seguridad -. No te preocupes. compañero, mi alma gemela, el amor de mi vida… – empecé a hablar con determinación -.
- No lo sabemos, Jake. Sé que no tenemos prisa por casarnos, porque nuestro vínculo ya es muy fuerte, y sé que te
- Yo sí. Le pregunté a Carlisle un día y me lo explicó – declaró, sonriente. pareceré muy cursi y ñoña – rodeé su cuello con mis brazos y acerqué mi frente a la suya
- ¿Le preguntaste a Carlisle? – inquirí, sorprendida -. ¿Cuándo? con vehemencia -, pero tengo que reconocer que yo me muero por ser tu mujer ya, Jake, lo
- Un día, ¿qué más da? – cogió un palo largo del suelo y empezó a dar golpecitos en los deseo con todas mis fuerzas – el palo se le cayó al suelo y su rostro se iluminó como si el
troncos según caminábamos -. El caso es que me dijo que tú no tendrías ningún problema mío refulgiera y le reflejara -. Quiero llevar tu apellido lo antes posible, que todo el mundo
en el embarazo. Bella era humana cuando te llevaba en su vientre. Su organismo no estaba sepa que soy tu mujer y tú mi marido, quiero entregarme a ti del todo, quiero ser tuya del
preparado físicamente para un embarazo así. Pero tú eres un semivampiro, como lo será todo.
nuestra niña. - Nessie… - sonrió.
Se lanzó a mis labios con tanto entusiasmo, que me costó un triunfo volver en mí cuando ahí, solamente me faltaba ronronear…
los despegó al cabo de un rato. - Me muero de ganas de que llegue tu graduación – declaró, separándose un poco de mí
- ¡Nessie! – se carcajeó después, elevándome por el aire y dando vueltas. Su risa me para mirarme sonriente -. Tendremos que empezar a avisar a todo el mundo para darles la
contagió y nos reímos un rato de esa guisa hasta que me dejó en el suelo. noticia.
- Entonces, ¿tú también quieres? – le pregunté, contenta. - Mañana en la barbacoa se va a armar una buena cuando lo digamos – manifesté del
- ¿Estás de broma? Fui yo quien te lo pidió, ¿recuerdas? ¿Cómo no voy a querer? – sus ojos mismo modo -. Y ya verás cuando llamemos a mi familia y se entere Alice. Si ya se
se pararon un segundo para estudiar los míos -. ¿Era eso? ¿Creías que yo no quería emocionó montando esa fiesta de despedida la semana pasada, no quiero ni pensar cómo
todavía? – se rió y pegó su rostro al mío con animosidad -. Nena, si fuera por mí, me será mi despedida de soltera – me reí.
casaba contigo ahora mismo. - Espero que no se pase demasiado – bromeó.
- Bueno, yo había pensado en hacerlo después de mi graduación – manifesté, sonriéndole -. - No te preocupes, no creo que pierda el tiempo llevándome a un club
Helen y las gemelas ya van a alucinar cuando les cuente que vivo contigo. Aunque aparente de streeptees masculino, viendo lo que ya tengo delante… - levanté un poco su camiseta y
veinte, se supone que todavía tengo diecisiete años, ¿recuerdas? No me puedo casar hasta sonreí con satisfacción.
los dieciocho. - Pues a mí mucho menos – metió el dedo por el escote de mi camiseta de tirantes para
- Después de la graduación estará bien – susurró, premiando a mi boca con dos besos abrirlo y mirar el interior – Sí, son impresionantes – pensó en voz alta con su sonrisa
dulces, muy dulces -. Un momento, ¿y la universidad? torcida.
- ¿Hay alguna ley que prohíba estar casada para ir a la universidad? – ironicé. - ¡Jake! – le regañé con las mejillas sonrojadas, apartándole la cara mientras me reía.
- No, supongo que no – se rió. - ¡Has empezado tú! – se defendió entre risas, levantando las manos.
- Además, había pensado en sacarme una carrera de esas a distancia desde casa. Si voy a la - Idiota – y enganché su cuello con mis brazos otra vez para darle un beso. Jacob se rió y
universidad, tendría que desplazarme todos los días a otra ciudad y perdería mucho tiempo. me sujetó por la cintura.
- Yo te enseñaré a conducir y te sacarás el carné enseguida – me dijo -. Aquí vas a - Ahora entiendo esa insistencia de tu padre. Ya había escaneado tu mente y, como tú no te
necesitarlo. Y arreglaremos algún coche para ti, no quiero que tengas que depender de mí atrevías a decirme que querías casarte ya, intentó apretarme a mí para que me lanzara.
para todo. Así podrás salir con tus amigas de compras o lo que sea cuando quieras, y Bueno – suspiró con alegría -, ahora se pondrá muy contento, pero yo lo estaré más cuando
también podrás ir a la universidad. Aunque yo te llevaré y te iré a buscar todos los días, si me regale esa Harley el próximo verano – y sonrió de oreja a oreja, mirando al infinito,
quieres. seguramente imaginándose subido en ella. Me reí y me acordé de una cosa.
- Sí, cielo, eso ya lo sé – le sonreí y le di un beso corto -. Pero no es por eso. Prefiero - Hablando de regalos – metí la mano en el bolsillo de mi chaqueta -. Tengo uno para ti.
sacarme una carrera desde casa. Quiero estar contigo todo el tiempo que pueda, y con la - ¿Más? – me sonrió. Le correspondí la sonrisa y saqué la mano con la cinta de cuero.
universidad estaría supeditada a horarios fijos que me tendrían muchas horas ocupada – - Toma – aparté una de sus manos de mi cintura para extendérsela y se la deposité en la
empecé a explicar -. Con la carrera a distancia no tendré horarios, podré estudiar a mi palma -. No sabía si dártela, por eso no la he envuelto – admití, un poco colorada.
manera las horas que yo quiera y cuando quiera, y aunque tarde más tiempo en sacármela, - ¿La has hecho… para mí? – preguntó con un murmullo, mirándola detenidamente.
no me importa. Tengo muchos años por delante para sacarme las carreras que quiera, no Sí, se notaba muchísimo. Podía verse perfectamente dónde me había confundido con el
tengo ninguna prisa, al fin y al cabo, voy a trabajar contigo cuando montes tu taller. horrendo trenzado de las cuatro finas fibras de cuero, que había pretendido apretado para
- Pero tú querías ir al instituto para no ser una niña de cristal, como tú decías. Querías vivir que fuera lo más delgado y fuerte posible y me había quedado más bien flojo y chungo.
tu adolescencia como otra chica normal, sin tener que estar encerrada en casa – rebatió -. - Billy intentó enseñarme, pero, como verás, aunque sea mitad vampiro, trenzar no es lo
No quiero que te sacrifiques por mi culpa y te pierdas la experiencia de ir a la universidad. mío – confesé, ruborizada -. Eso sí, se lo pasó muy bien a mi costa - Jacob empezó a
Yo no pude ir, solamente pude graduarme en el instituto, pero tú sí puedes. Y a lo mejor el recorrer la delgada cinta de cuero, acariciándola con su dedo índice -. Está fatal, lo sé, pero
día de mañana prefieres trabajar en algo que te guste más que la mecánica. quería regalarte algo que simbolizara lo mismo que mi pulsera… - mi voz se aflojó cuando
- Con estos dos años de instituto me es suficiente, ya no me siento como una niña de cristal. alzó los ojos con rapidez y se encontraron con los míos - y…, como no puedes llevar
He hecho amigas, he asistido a las clases, he conocido a profesores raros… Eso es lo que pulseras, ni anillos, ni nada…, pensé en la cinta de cuero de tu tobillo… Pero si no te gusta,
quería vivir y lo he vivido – argumenté -. Y la mecánica me encanta, me encanta trabajar no tienes por qué llevarla… Reconozco que es muy cutre… Sus brazos me estrecharon con
contigo en tu garaje, es lo que más me gusta del mundo y es lo que quiero hacer. No me fuerza y mi mejilla se vio pegada a su pecho en un parpadeo.
pierdo nada por tu culpa, tú me lo das todo. Ahora quiero vivir esto – afirmé, poniendo la - Me encanta – susurró, algo emocionado -. Es perfecta – afirmó. Aflojó un poco su abrazo
mano sobre su corazón y el mío -, y quiero vivirlo para siempre. No quiero perderme ni un y clavó sus pupilas centelleantes en las mías -. Es perfecta porque la has hecho tú y por
minuto más de mi vida sin ti. todo lo que simboliza. No me la quitaré nunca.
- Nessie… - murmuró, sonriendo con dulzura. Nos sonreímos y nos fundimos en un beso, que no lo fue, pero que me pareció más corto de
Me besó y me estrechó entre sus brazos con fuerza durante un buen rato. Se estaba tan bien lo que quisiera. Tuve que obligarme a respirar cuando las mariposas ya volaban demasiado
alocadas. Mi corazón palpitaba con furor, hacía más de dos meses que no estábamos juntos, - Podemos estrenar… las dos cosas… - sugirió, sonriente, entre beso y beso. Le demostré
a solas – quitando aquella vez que Billy tenía reunión con el Consejo y teníamos su casa lo mucho que me encantaría intercalando mis maravillosas fantasías entre el butacón y la
para nosotros toda la mañana de ese domingo, pero nos había interrumpido el alfombra, junto al fuego de la leña.
siempre oportuno de Seth, aunque había sido por un buen motivo – y hoy era el primer día - Nena, podías hacer esto más a menudo… Su ardiente boca y su abrasador aliento
de nuestra nueva vida, en nuestra casa, donde por fin podríamos disfrutar de intimidad, comenzaron a reptar por mi cuello con excitación y mis pulmones pasaron a suspirar
estaríamos a solas todo el tiempo que quisiéramos… audiblemente con cada estremecimiento. Mi mente le mostró ella sola otras imágenes en la
- Es del mismo color que tu pelo… - se percató, alzando la cinta trenzada para compararla enorme cama de nuestro dormitorio.
con mi cabello. Sus palabras me hicieron descender al planeta tierra -. ¿Cómo has hecho - Eso por la noche… - susurró con ansia, subiendo por mi mandíbula y volviendo a mis
para encontrar el color exacto? No tuvo que ser fácil, tu pelo tiene un color muy particular. labios. Me cogió en brazos sin dejar de besarme y empezó a caminar con diligencia.
- Bueno, recorriéndome todas las tiendas de La Push habidas y por haber – suspiré -. Seguí tocándole el rostro con mi palma, confesándole una multitud de fantasías que tenía
Brenda conocía algunas en Port Angeles, pero a mí me hacía ilusión que el cuero fuera de escondidas en lo más recóndito de mi cerebro. Sus labios se encendieron un poco más
aquí, así que insistí y al final di con una tiendita muy pequeña que tenía las fibras así de durante un instante y los soltó para hablar otra vez.
finas y de ese color. - Tranquila, pequeña… - volvió a acariciar mi boca con su labio inferior -, tenemos una
- Me encanta – repitió con una sonrisa enorme, mirándola otra vez -. Voy a ponérmela vida muy larga para estrenar cada rincón de la casa – y sus ardientes labios regresaron a los
ahora mismo – y se agachó. Se quitó su vieja cinta de cuero negra, la guardó en el bolsillo míos para besarlos con una pasión y un deseo tan tórridos, que podían prender fuego hasta
de su pantalón y se puso mi cutre cinta trenzada, haciéndole un nudo marinero de esos que al mismísimo bosque, mientras mi mano se unía a la otra y se volvían tan locas como mis
se aprietan solamente con tirar de uno de los extremos y se aflojan de igual modo. mariposas y mi corazón, moviéndose por su nuca y su pelo con ardor.
- Guay, y además es más larga – alabó desde abajo. Nuestra preciosa y alegre casita roja apareció tras los árboles que daban a la fachada
- Como ahora eres un lobo más grande y tus patas son más anchas… posterior y Jacob aceleró. Los traspasó con rapidez, dio la vuelta a la casa y, sin dejar de
- Genial, porque la otra me quedaba demasiado apretada – dijo, ya incorporándose. Luego, besarnos en ningún momento, abrió la puerta, la empujó de costado y me llevó al interior,
me cogió por la cintura y me pegó a su cuerpo. Las alas de mi estómago se agitaron de cerrando con el pie a nuestras espaldas, de un portazo.
nuevo -. Has acertado de pleno con esta cinta de compromiso – bautizó. Llevé mis brazos a Sí, teníamos muchos, muchos años felices por delante para disfrutar de nuestro amor
su cuello y me arrimé más a él. infinito y nuestro fuerte y mágico vínculo en esta vida. Y después de eso, la eternidad
- Se lo tendré que decir a las otras chicas, a lo mejor empieza aquí otra tradición – aventuré, esperaba a nuestras almas para que la vivieran con la misma intensidad y siempre
sonriente. estuvieran juntas, moviéndose como dos constelaciones unidas e inseparables. La leña de la
- Puede ser. Es muy buena idea – aprobó con una sonrisa -. Seguro que a los demás les chimenea no fue lo único que empezó a arder en el saloncito de nuestra casa.
gusta.
- Sólo espero que a ellas se les de mejor que a mí – señalé, riéndome. Toda la eternidad…
- Para ser la primera que haces, no está tan mal – aseguró.
- Bueno, esta no es mágica, ni nada.
- Sí, sí que lo es – contradijo, acercando su rostro al mío -. Tus manos la han trenzado…
Mi pecho comenzó a palpitar ansioso en cuanto su dulce y abrasador aliento acarició mis
labios con fervor.
- Te quiero – conseguí susurrar cuando sus labios rozaron a los míos.
- Te quiero – murmuró él también, juntándolos del todo.
Nuestras bocas comenzaron a moverse con efusividad, a la vez que mis manos se perdían
por su nuca y su pelo y las suyas se metían por debajo de mi camiseta para acariciar mi
espalda con entusiasmo. Ya empezaba a estar en el cielo, pero esa energía hechizante que
emanaba de nosotros me elevaba aún más. Jacob bajó el movimiento impetuoso de sus
labios para poder hablar.
- ¿Qué te parece si encendemos la chimenea y estrenamos uno de esos butacones que nos
regaló Alice? – susurró, deslizando después su labio inferior por los míos. Mientras le
besaba muy despacio, coloqué mi mano en su mejilla y le mostré las fantasías que mi
cabeza ya empezaba a proyectar en las que aparecía esa alfombra tan mullida y cómoda
que habíamos puesto frente a la chimenea.

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