La Ciudad de México se abastece de 32,100 litros de agua potable por segundo, pero esta cantidad no es suficiente para satisfacer las necesidades de sus más de 21 millones de habitantes. Los acuíferos de la cuenca del Valle de México se recargan a una tasa de 25 metros cúbicos por segundo, pero se extrae el doble, lo que genera un déficit anual de 800 millones de metros cúbicos. Además, el cambio climático, la contaminación y la mala gestión del agua empeoran la escasez, a
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La Ciudad de México se abastece de 32,100 litros de agua potable por segundo, pero esta cantidad no es suficiente para satisfacer las necesidades de sus más de 21 millones de habitantes. Los acuíferos de la cuenca del Valle de México se recargan a una tasa de 25 metros cúbicos por segundo, pero se extrae el doble, lo que genera un déficit anual de 800 millones de metros cúbicos. Además, el cambio climático, la contaminación y la mala gestión del agua empeoran la escasez, a
La Ciudad de México se abastece de 32,100 litros de agua potable por segundo, pero esta cantidad no es suficiente para satisfacer las necesidades de sus más de 21 millones de habitantes. Los acuíferos de la cuenca del Valle de México se recargan a una tasa de 25 metros cúbicos por segundo, pero se extrae el doble, lo que genera un déficit anual de 800 millones de metros cúbicos. Además, el cambio climático, la contaminación y la mala gestión del agua empeoran la escasez, a
La Ciudad de México se abastece de 32,100 litros de agua potable por segundo, pero esta cantidad no es suficiente para satisfacer las necesidades de sus más de 21 millones de habitantes. Los acuíferos de la cuenca del Valle de México se recargan a una tasa de 25 metros cúbicos por segundo, pero se extrae el doble, lo que genera un déficit anual de 800 millones de metros cúbicos. Además, el cambio climático, la contaminación y la mala gestión del agua empeoran la escasez, a
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ESCASEZ DE AGUA EN LA CDMX
El Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACMEX) abastece 32,100 litros de
agua potable cada segundo, de los cuales el Sistema Cutzamala provee al Valle de México 32%; el otro 68% proviene de vías subterráneas y pozos. A pesar de que 32 mil litros es una gran cantidad, en realidad no es suficiente para abastecer a más de 21 millones de habitantes que requieren agua diaria para sus necesidades básicas de higiene y alimentación.
La recarga total de agua de los acuíferos de la cuenca del Valle de México es
aproximadamente de 25 metros por segundo; sin embargo, lo que se extrae en realidad equivale a 55 metros cúbicos por segundo. Esto quiere decir que lo que se recarga es menos del 50% de lo que se usa, lo que genera un déficit de 800 millones de metros cúbicos de agua por año para la población. La sequía ocurre cuando las lluvias son significativamente menores a los niveles normales registrados, lo que ocasiona graves desequilibrios hidrológicos.
El incremento de la temperatura global altera el comportamiento de los océanos y
los ciclos de agua. En el último decenio, más del 90% de los grandes desastres naturales se produjeron a causa de inundaciones, tormentas, olas de calor, sequías y otros fenómenos meteorológicos, de acuerdo con la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres. Se prevé que por cada grado de calentamiento global, aproximadamente un 7% de la población mundial estará expuesta a una disminución de por lo menos 20% de los recursos hídricos renovables, de acuerdo con el Informe de políticas de ONU- AGUA sobre el Cambio Climático y el Agua de la organización Un Water. Además, varios Estados del país han registrado temperaturas superiores a los 40 grados, principalmente en las regiones normalmente húmedas de Campeche, Chiapas, Michoacán, Quintana Roo, Veracruz y Yucatán. La escasez de lluvia es importante pero no es el único factor que provoca la escasez de agua potable en los hogares del Valle de México. Mala calidad, acceso inequitativo, construcción de infraestructura en áreas de recarga o conservación y mala gestión son algunos de los otros muchos factores que inciden. La mayor parte del agua que se utiliza en la CDMX se extrae de pozos, sin embargo, no toda la que se extrae es apta para consumo, ya que, en algunos casos, el agua del subsuelo ha presentado un incremento en su concentración de metales como arsénico, boro, fierro, manganeso y plomo, así como compuestos químicos, fármacos, antibióticos y otros contaminantes emergentes. Además en México no sólo hay poca agua sino que está distribuida bajo criterios desiguales. Mientras que en alcaldías como Benito Juárez, Coyoacán, Cuauhtémoc y Miguel Hidalgo, en las que predominan viviendas de nivel socioeconómico medio- alto, sólo el 0.1% de estas no disponen de agua entubada, en alcaldías como Milpa Alta, esta cantidad se eleva al 11%. En la Ciudad de México hay territorios de alcaldías como Tláhuac, Xochimilco, Milpa Alta y Tlalpan, que cuentan con bosques, zonas agrícolas, chinamperas y zonas de humedales donde las personas de los pueblos barrios originarios y comunidades indígenas residentes han visto disminuir sus espacios productivos por los cambios en los usos del suelo, la venta de sus terrenos y la contaminación de los recursos. Las posibles soluciones a la necesaria redistribución del agua en cuencas o acuíferos en donde ya no existe disponibilidad son mucho más complejas. En los próximos años, probablemente se transformará el patrón de distribución de agua con la incorporación de usuario ambiental ya que se requiere reconocer también un volumen de agua para la naturaleza y conservación de ecosistema. Otro de los aspectos que seguramente estarán en controversia en las próximas décadas es la de la calidad del agua y la ingente necesidad de reutilizar las aguas residuales, para lo cual no sólo se requerirán criterios de calidad sino de la flexibilidad desde los aspectos sociales y económicos. La problemática del saneamiento es un problema que cruza por diferentes aspectos. La percepción de la población respecto al manejo del agua residual, a su rehúso con fines agrícolas o la aguda competencia que ya existe por el agua residual, hacen que se tenga que asumir una política de gestión del agua residual a nivel de cuenca, y no queden las acciones deshilvanadas a las capacidades municipales para acceder a créditos o financiamientos que continúa concentrándose a nivel federal. Otra solución al problema de escasez de agua dulce y potable es el proceso de desalinización. (La denominación más correcta para el proceso es desalinización, puesto que desalación se define más genéricamente como el proceso de quitar la sal a algo, no sólo al agua salada). Este proceso puede deducir de la siguiente manera, El agua del mar es un ejemplo de mezcla homogénea. Es salada porque contiene sales minerales disueltas que precipitan cuando el agua entra en estado de evaporación. Debido a la manifestación de estas sales minerales, el agua del mar no es potable para el ser humano y su ingestión en grandes cantidades puede llegar a provocar la muerte. El 97,5% del agua que existe en nuestro planeta es salada y sólo una cantidad inferior a 1% es adecuada para el consumo humano. Conseguir potabilizar el agua del mar es una de las posibles soluciones a la escasez de agua potable. A través la desalinización del agua del mar se obtiene agua dulce apta para el abastecimiento y el regadío. Las plantas desalinizadoras de agua de mar han producido agua potable desde hace muchos años, pero el proceso era muy caro y hasta hace relativamente poco sólo se han utilizado en condiciones extremas. Referencias Agua, C. N. (2010). El agua en Mexico: causes y encauses. Ciudad de Mexico: Academia Mexicana de Ciencias. Camargo, I. (2012). Economia Informa. Obtenido de http://www.economia.unam.mx/publicaciones/econinforma/374/03ismael.pdf
Rediseño Del Sistema de Alcantarillado Sanitario, Alcantarillado Pluvial y Propuesta de Diseño de La Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales para La Ciudad de Armenia.