Capacitación Obreros Rutas

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Bosquejo del contenido de este manual

Módulo I EVANGELISMO

1. Cuide su vida espiritual


2. Cuide sus motivos
3. Tenga metas
4. Sea organizado
5. Sea constante

Módulo II DISCIPULADO

1. Lleve un registro de sus convertidos


2. Consiga un manual adecuado para discipular
3. Tenga fuentes adicionales de estudio personal
4. Involucre a sus convertidos en todo el proceso

Módulo III PROGRAMA EN EL AUTOBÚS

1. Sea organizado
2. Tenga un plan y manténgase en el plan
3. Sea amable y respetuoso
4. Prepare el corazón de la gente para la predicación
Módulo I
EVANGELISMO

1. Cuide su vida espiritual

2. Cuide sus motivos

3. Tenga metas

4. Sea organizado

5. Sea constante

Cuide su vida espiritual

La tarea que Dios nos puso a hacer, como ganadores de almas


(Mateo 28:18-19, Proverbios 11:30) es una labor espiritual y el
fruto debe ser de acuerdo al Espíritu Santo, no según la carne.

Cada ganador de almas debe cuidar su vida espiritual; mantener


una correcta comunión con su Dios y Salvador, para mantenerse
siempre con el fuego de predicar el evangelio.

Un ganador de almas que descuida su vida espiritual, fácilmente


cae en desánimo, en tropiezos o en tentaciones que le desvían de
cumplir con la Gran Comisión.

Todos los días pídale a Dios la llenura del Espíritu Santo. Todos los
días lea y estudie la Biblia, pero no para ganar los debates o
simplemente para saber más; sino para conocer más
personalmente a Dios y para obedecerle en su voluntad.

Cuide sus motivos

En Monte Sión nos anima tener campañas y competencias;


también es muy motivador que haya premios para los obreros
que tengan más resultados. No hay nada malo en eso, pero lo
malo es cuando un ganador de almas hace trampa para ganar el
premio.
El motivo no debe ser llevar tantos premios como sea posible, sino
animarnos unos a otros para hacer más para Dios y entre todos
obedecer a Dios en llevar el Evangelio a tantas personas como sea
posible.

De la misma forma que usted debe cuidar su caminar con Dios,


también debe cuidar que cada cosa que haga para llevar el
Evangelio a más gente sea para agradar a Dios y para que Cristo
sea exaltado.

Haciendo lo correcto, usted mismo y su trabajo en el Señor serán


beneficiados. Cuando su caminar con Dios y sus motivos están
bien, será capaz de amar a la gente que usted guió a Cristo y
tendrá la paciencia necesaria mientras les ayuda a crecer
espiritualmente. Además, su actitud será la correcta sin importar
las circunstancias.

Todo ganador de almas enfrenta dificultades, pero la diferencia


entre superar la dificultad y aparterse de Dios será si sus motivos
eran los correctos.

Tenga metas

“Si sales corriendo a ningún lado, ahí vas a llegar”… La mejor


manera de tener resultado es tener metas y luego salir a ganar
almas buscando cómo llegar a esas metas.

Tenga metas en cuanto a las colonias y áreas que quiere alcanzar.


Tenga metas acerca de cuántas puertas necesita tocar para tener
gente salva. Tenga metas acerca de a cuántas personas quiere
presentar el Evangelio. Tenga metas acerca de cuántos invitados
quiere llevar el siguiente día a la iglesia. Tenga metas acerca de
cuántos bautizados quiere tener en el siguiente culto. Tenga
metas acerca de la asistencia en cada vehículo que usted trae en
su ruta. Tenga metas para el crecimiento espiritual de cada
persona que viene en su ruta. Tenga metas acerca de cuántos
obreros quiere producir cada año.

Ponga metas razonables, es decir, lo suficientemente altas para


que requieran un esfuerzo extra, pero lo suficientemente
alcanzables, para que usted mismo no se desanime si ve que no
alcanza sus propias metas.

Sea organizado

La organización comienza con la planificación. Se desarrolla con la


disciplina y trae mucho mayor beneficio que solamente trabajar
duro.

Decida qué se va a hacer y cómo se va a hacer. Piense de manera


previsible, tanto en las cosas que se quieren lograr, como en las
soluciones a los imprevistos, en caso de que haya.

Si usted lo necesita, ponga por escrito cada cosa importante que


está involucrada en su plan. Por ejemplo: en una campaña al aire
libre, apunte la hora en que se llevará a cabo y haga volantes con
suficiente anticipación. Apunte cuáles obreros ayudarán con cada
área que se tenga que cubrir (por ejemplo, repartir juguetes,
llevar a bautizar a la gente, tomar las fotos, predicar, dirigir los
cantos, etc.). Apunte el presupuesto y revise si le alcanza, etc.

Ore y haga un plan para realizar cada evento (ganar almas,


campaña, etc.) y también haga uno o varios planes para
situaciones que usted espera que no sucedan (mal clima, una
persona conflictiva, despensas insuficientes, falta de obreros, un
accidente, etc.)

Siempre verifique (aunque ya estaba organizado), que cada


persona que participará está capacitada y estará presente. Aún
así, siempre tenga un plan de respaldo (obreros extra, programa
alternativo, segunda ubicación, etc.)

Sea constante

En cualquier proyecto o plan que usted realice, decida que no


será temporal. Ninguna cosa que sea temporal puede dar
resultados permanentes.

La Gran Comisión requiere ganadores de almas que sean


constantes. Permanezca en lo que está bien. No se cambie a otra
ruta. No cambie su caminar con Dios. No cambie el plan de
salvación. No se cambie de iglesia. Manténgase haciendo lo que
es correcto.

El mejor ejemplo que usted puede dar a sus convertidos, es que


aprendan a ser constantes y sobre todo, ser fieles a Dios.
Módulo II
DISCIPULADO

1. Lleve un registro de sus convertidos

2. Consiga un manual adecuado para discipular

3. Tenga fuentes adicionales de estudio personal

4. Involucre a sus convertidos en todo el proceso


Lleve un registro de sus convertidos

No confíe en su memoria. La manera más eficiente de recordar


cualquier cosa, es haciendo una nota de ello.

Consiga una pequeña libreta y haga un formato que le facilite


llevar un registro de cada puerta que toca, si alguien en ese
domicilio fue salvo, si está interesado en asistir a la iglesia o en
tomar un discipulado (también puede anotar el nivel de interés
que tenga la persona).

Siempre tenga con usted un lápiz o un bolígrafo (o varios de ellos,


porque a veces se pierden).

Apunte los nombres, las direcciones, las edades (si el caso lo


amerita) y usted mismo irá descubriendo qué otros detalles le
ayudan a cumplir su trabajo de manera más eficiente.

En la medida en que sus convertidos vayan avanzando en el


aprendizaje del discipulado, vaya anotando ese progreso.

Haga también una lista de oración con los nombres de las


personas que usted vaya ganando a Cristo y escriba con cada
nombre las necesidades por las cuales usted va a orar.

Consiga un manual adecuado para discipular


Usted se dará cuenta que consigue mejores resultados en su ruta
cuando trabaja de manera organizada. Todos hemos discipulado a
alguien que ganamos a Cristo, pero no todos hemos tenido
buenos resultados. La diferencia consiste en utilizar un buen
método para discipular.

Utilizar un manual de discipulado es uno de esos métodos


(probablemente el más popular), pero el manual por sí solo no
garantiza un buen resultado. Tenemos que entender que la obra
la hace Dios, por medio de su Espíritu Santo; y el Espíritu Santo
usa la Palabra de Dios (la Biblia) para edificar a los convertidos.

Lo que caracteriza a un buen manual es que tenga los principios


bíblicos claramente explicados, que no sea demasiado sofisticado
y que incluya herrramientas de aprendizaje (por ejemplo tareas
de memorización de versículos o preguntas de repaso). Usted elija
el que le parezca más apropiado para el trabajo que usted hace.

Pero lo más importante acerca de utilizar un manual no es


“catequizar” a los convertidos, sino que aprendan a conocer a
Dios por medio de su Palabra y a tener comunión con Dios para
obedecer a Dios y hacer la voluntad de Dios para honrar a Dios.
De manera que, lo más importante no es el manual sino la Palabra
de Dios.

Tenga fuentes adicionales de estudio personal


Una vez que usted comience a discipular a otros, se dará cuenta
que tienen preguntas (usted también tenía preguntas cuando
recién aceptó a Cristo).

Las preguntas son una gran herramienta para discipular, porque


generalmente aprendemos más de aquello que nos interesa, que
lo que se nos impone a estudiar o a aprender.

Por supuesto que la Biblia es la respuesta para todas esa


preguntas y usted debe conocer la Biblia. Pero incluso en la Biblia
hay temas que podemos conocer más, si nos ponemos a
investigar o estudiar; y las respuestas serán de mejor ayuda para
los convertidos que hayan hecho las preguntas.

Si está en sus posibilidades, consiga libros de respuestas bíblicas,


una Biblia de Estudio, mapas con explicaciones de los tiempos
bíblicos, manuales de genealogías, etc. Cualquier material que le
ayude a comprender mejor el contexto de los pasajes bíblicos
(Antiguo o Nuevo Testamento).

Preparar usted mismo las lecciones que usted llevará a sus


reuniones de discipulado (en vez de simplemente conseguir un
material ya establecido), también es una buena forma de
aprender más de la Biblia, pues le obligará a aprender justamente
lo que usted va a enseñar o a explicar.

Involucre a sus convertidos en todo el proceso


Desde el día 1 en adelante, hay muchas cosas que el nuevo
convertido puede hacer y que le ayudará a participar en su
aprendizaje y en su crecimiento espiritual.

Cuando lo visite por primera vez (después del día en que le


testificó para salvación) pregúntele si conoce a alguien que
necesite escuchar el plan de salvación: de esa forma ya está
participando en el evangelismo.

La primera vez que asista a la iglesia, ayúdelo a participar en el


programa del autobús y hasta donde sea posible, asígnele una
responsabilidad (por ejemplo: acompañarle a recoger a otro
visitante, ayudar a repartir el refrigerio, cuidar de los niños
pequeños, etc.) de acuerdo a sus capacidades o su edad.

Durante el tiempo que dure el discipulado (semanas o meses),


ayúdele a aprender a traer invitados a la reunión de discipulado y
luego a llevar a sus invitados a la iglesia.

Ayúdele a sentirse parte del grupo de obreros de la ruta,


involucrándolo en tareas de organización (por ejemplo: ayudar a
hacer los gafetes para el día grande, conseguir el pan para los
emparedados, ayudar a armar las despensas, sellar folletos, ser
ujier en los cultos en casa, etc.)

El sentido de pertenencia desarrolla en cada uno de nosotros una


responsabilidad equivalente y proporcional a éste. Por eso los
convertidos que son inmediatamente incluidos e involucrados en
las actividades de la ruta, desarrollan su vida espiritual más
rápido.
Módulo III
PROGRAMA EN EL AUTOBÚS

1. Sea organizado

2. Tenga un plan y manténgase en el plan

3. Sea amable y respetuoso

4. Prepare el corazón de la gente para la predicación



Sea organizado

Consiga un mapa grande y marque el perímetro que abarca toda


su ruta. Enseguida divida por áreas según su plan de trabajo
(mencionado en el módulo I “evangelismo”).

Asigne obreros para cada una de esas áreas y explíqueles cómo


quiere usted que trabajen (también deje algún margen para que
puedan usar su propia iniciativa)

Proponga metas razonables para cada área y en general para la


ruta y ponga un plazo. Haga lo mismo para las campañas o las
Escuelitas.

En cuanto al transporte, no deje todo para la última hora. La


razón por la que algunas rutas siguen trayendo el mismo chofer
grosero o problemático, es porque el responsable de conseguir el
transporte no se da a la tarea de ir a buscar una mejor opción
entre semana… y por eso el sábado no tiene otra opción que
“contratar al mismo de siempre”

Tenga los números telefónicos de cada persona con alguna


responsabilidad en la ruta. Siempre verifique que estará
disponible para ir a la ruta (o cualquier otro evento que la ruta
organice) Tenga un registro escrito de cada integrante de la ruta.
¡Algunos capitanes de ruta no saben cuántos obreros tienen!

Para recoger la ruta, haga un trazo del recorrido que hará el


autobús, pero no “al azar”. Haga un cálculo de cómo debe ser el
recorrido para ahorrar tiempo y esfuerzo (eso se llama optimizar).
Dependiendo de la ubicación y la disposición de su ruta, en
algunos casos se puede asignar obreros a cada área y el
transporte pasa por una avenida principal (de esta forma no tiene
que entrar a todas las calles).

Desde la puntualidad hasta la planificación, el desarrollo de un


evento o la solución de un imprevisto, todo éxito y todo fracaso
está directamente relacionado con la manera como usted esté
organizado.

Tenga un plan y manténgase en el plan

Con suficiente anticipación designe quién va a realizar las


actividades durante el recorrido del transporte hasta la iglesia.
Algunos ejemplos:
• cantar en el transporte o enseñar himnos
• enseñar el versículo de memoria
• hacer los anuncios o explicar el programa del culto
• presentar a los visitantes y darles la bienvenida
• Indicaciones para llevar a los niños a las clases y cunas
• recolectar la basura o enseñar buenos modales

Sea amable y respetuoso

Recuerde que cuando usted fue salvo y comenzó a asistir a la


iglesia, hubo alguien (o más de una persona) que tuvo paciencia
con usted y le ayudó a sentirse parte de esta familia en la fe.
Ahora le toca a usted ser paciente con otros y ayudarles mientras
aprenden la Biblia y los mandamientos de Dios. En su ruta ponga
en práctica el mandamiento de amar al prójimo y hágalo
desinteresadamente.

¿Cómo mostrar amor a los convertidos que vienen en la ruta?


• Aprenda los nombres de cada persona que viene en su ruta.
• Ore por ellos (pregúnteles a menudo por sus peticiones de
oración) y también hágales saber que ora por ellos.
• Visítelos regularmente.
• Anímelos a que sigan asistiendo a la iglesia.
• Muestre interés en su aprendizaje (pregúnteles qué han
aprendido de la Biblia)
• Si está en sus posibilidades, organice algún convivio con los
obreros de la ruta y hágalos sentir importantes.
• Tenga apuntadas las fechas importantes para ellos
(cumpleaños, aniversarios, etc.) y felicítelos.

Al mismo tiempo, sea respetuoso de todo asunto personal que los


convertidos desean mantener personal (no ser “metiches”) y sea
respetuoso de cada persona. Algunas personas son muy sociables
y extrovertidas, otras personas son tímidas o introvertidas y no es
correcto tratar a todos con exceso de confianza.

No haga bromas pesadas en ninguna circunstancia que pueda ser


interpretada como falta de respeto, especialmente en el
transporte o en las reuniones de de trabajo para obreros.
Prepare el corazón de la gente para la predicación

Durante el trayecto a la iglesia, en el transporte (autobús,


microbús, urban, etc.) tenga preparado un programa que sea de
bendición a los hermanos y manténgase en el programa. De
preferencia no predique, ni ponga a ningún obrero a predicar.

Pero si usted prefiere incluir predicación en el programa, por lo


menos tome la responsabilidad de supervisar el contenido que
será predicado. Eso también requiere que no se improvise al
predicador. Si por alguna razón no hay conocimiento previo de lo
que será predicado, o faltó la persona que iba a predicar, mejor
cancele la predicación, pero no ponga alguien de improviso.

El riesgo con la predicación en el transporte, es que deriva en


ataques personales, regaños indebidos, insultos, avergonzar a
algún obrero, exponer algún problema o tema delicado, doctrina
incorrecta y muchos otros errores posibles.

Si un nuevo convertido (o cualquier hermano) escucha en el


transporte una “predicación” con las características negativas
mencionadas, en vez de llegar a la iglesia preparado para
escuchar la predicación de nuestro pastor, probablemente ya
venga enojado o por lo menos en actitud defensiva o crítica… y la
predicación no será bien recibida.

Por el contrario, cuando usted elabora un programa bien definido


durante el trayecto a la iglesia, usted prepara el corazón de la
gente para poner atención a la predicación del Pastor y para
tomar decisiones importantes en su vida, que agraden a Dios.

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