El Protestantismo y La Franc Masonería

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EL PROTESTANTISMO

y la

FfiANC-IASONERIA. OBRA ESCBíTA

Por uno de los colaboradores de la


Biblioteca Religiosa,
En la qne en forma da diálogo demuestra lo que es
- «J protestantismo, loque es la Iglesia Católica,
Ja parfidia de la Frac-Maasnería y la
Divinidad de Jesucristo.

\'í

MÉXICO: 1370.

imp. *ZL.imoaA, oau.s on santa olaba. nbm. 1G.


IH. TORNER Y COMF.
>
i.-
t

8S. GG.

Un colaborador de la Biblioteca Religiosa nos ha


remitido la siguiente obritar El Protestantismo y
hFranc-Masonería on laque demuestra, en forma
de dialogo lo que es el Protestantismo, lo que es la
Iglesia católica la perversidad diabólica de lafranc
• masonería y la divinidad da N. 8. J; C, y para
poderla dar á luz en la referida Biblioteca suplico
Íá TV. 88. bu superior aprobacion.
B»qb"S. S. guarde á TV. SS. muchos años. Se
tiembre 21 de 1869.—SS. GG. de esta sagrada mi-
. tn Dr. D. Manuel Moreno y Jove y Dr. D. Eulo
gio M. Cárdenas. —Por loa editores, Miguel Ttr-
^ntr.

México, Enero 11 de 181».—Visto el parecer del


reverendo padre censor concedemos nuestra li-
' cencía para la impresion y publicacion de la obra
íH tit»lada XI ProUitantiimoy la Franc-Masonería, coa
calidad de que antes de darse á la luz publica
sea cotejada por el censor y de que se inserte este
Muerdo. Lo decretaron y firmaron loa señores
grteroadoreB de la mitra. —M- Moreno.— Carde
nal."Dr. Tomás Baron, secrotario.

335735
PROLOGO*
En nuestros dias, en los que vemos á la
sociedad sumirse vergonzosamente en un
abismo de errores teórico-práctico* en ma
terias religiosas; que se abrazan unas ideas
que & fuer de avanzadas, nos conducen al
verdadero letroeeso; que se habla de religion
exivado» muchas veces por bastardas pasio-
nes, ó por crasos errores; que se burla de lo
mas sagrado y se le compara con avilantez
inaudita con lo profano; que se considera á
la religion segun las miserables luces de la
razon humana; que se aprueba ó rechaza lo
que piden lo que se llaman ideas de nuestro
siglo, que con tanto empeño se quiere hacer
protestante; y que con el grito de adelanto y
progreso, se intenta arrebatarnos la fe cató
lisa y hacernos racionalistas y materialis
tas: «a nuestros malhadados dias, repetimos
ni.
debe el «acordote poner un dique á ese tor
rente debastador, y puede hacerlo admira
blemente, mediante los recursos que pone
en sus manos la ciencia eclesiástica. Noso
tros liemos deseado iniciarlo por medio del
presente diálogo entre un sacerdote católi
co romano, un católico á la moderna, y un
ministro protestante, en el que demostra
mos lo que es el protestantismo, lo que es
la Iglesia Católica Romana, la falsedad y
tiranía de la Fpanc-masonería, y la divini
dad de Nuestro Señor Jesucristo.
E¿ AUTOR.
CAPITULO I.
Falsedad del protestantismo en sí mismo
y en sus obras.

1. ORIGEN DEL PROTESTANTISMO.

Cat. Mucho me alegro Señor Padre, (en


tono de burla) que Vd. haya llegado tan á
tiempo, porque el señor que es ministro pro
testante, casi acaba de hacerme suyo: tan
bien me está explicando los primores y
ventajas de la religion protestante. (1)
(1) El saoerdote católico romano desempeña el
papel del verdadero sacerdocio de Jesucristo, quo
ha ido siempre y va aun ahora á la vanguardia de
la verdadera ilustracion y santidad; ya que el sa
cerdote es el custodio de la ciencia sogun la expresion
de líalaquías y puede decir a los fieles sed mis imi-
Min. Y con razon, porque el prote»tanti*-
mo es la religion de la época; se estiende (1)
por todas partes, y hace tan admirables pro
gresos que se apodera de los corazones y
esto prueba su verdad de una manera emi
nentemente práctica.
tadorts como yo lo soy de Cristo, oomo lo hacia el apó«
tol San Pablo: porque á la manera que los sacerdo
tes de la primitira Iglesia dectan & los fieles que les
daban ejemplo en la praetioa de toda virtud, así
•1 sacerdocio de ahora puede decir lo mismo ya
que hay en su seno las virtudes de los apóstoles:
y así como no fué impedimento para aquellos el que
Judas hubiese vendido a su Maestro, y Pedro lo
hubiese negado tres veces con juramento, y los de
mas lo hubiesen abandonado; así tampoco puede
serlo por el sacerdocio actual, el que alguno de
sus miembros no ebre conforme a los sagrados cá
nones on materia do santidad y de ciencia.
(1) El ministro protestante es nno do esos hom
bres que venidos de los Estados-Unidos ó de otra
parte traicionan su conciencia apellidandose mi
nistros protestantes: hombres venales, porque
con el dinero que reciben de su propaganda man
tienen holgadamente su casa, su mujer, sus hijos
y sus criados, j venden con esto su alma a Sata
nás como Lutero: y hombres de la mayor mala fé,
porque no teniendo creencia fija, como no puede
tenerla ningun ministro protestante, tienen el do
ble descaro de vilipendiar el catolicismo, y de
anunciar lo que ellos llaman religion protestante,
que oiertamdnte no es otra cosa que una vil secta.
Sac. Bellísimo modo da -discurrir (Sr.
Católico 6. la moderna) (1) pues estraño que
ocupando Vd. en la sociedad un lugar tan
distinguido, y teniendo tan fino tacto para
muchos negocios, estraño digo, que en ma
teria de relig'on, hable Vd. con tan poco
acierto; y se muestre en cierto modo infe
rior en instruccion religiosa aun á las senci
llas viejas que solo saben rezar el rosario;
porque ellas saben, que siendo la religion ca
tólica \a verdadera, no puede haber otra re
ligion «¿he tenga la v»rdad: y por tanto que
el protestantismo es falso: y estraño tam
bien que V. señor ministro se atreva, á es
tender su propaganda, porque esto prueba
permítame la espresion, ó una ignorancia
suma, 6 un corazon qu« obra con mucha
matocia.
(1) Est» gsflor representa uno de tantos malos
erisii'snos que pervertidos por bus costumbres 6
par fus ideas, ó tal vez por ambas cosas, quisieran
protestantizar á la Iglesia católioa, y no se aver
güenzan en ciertos casos de decir, que los católi
cos debiéramos obrar á lo protestant». Semejantes
hombres aunque pudiesen ser sabios en todos los
ramos del saber humano, manifiestan no obstante
que no están instruidos en materia do religion.
Triste estada á que quedan reducidos porlas pa
siones vergonzosas que anidan en su corazon! por
que jamas, jamas seha visto que una persona cas
ta se haya hecho protestante.
Min. Y por qué todo esto? No, no puede
ser: nuestros fundadores aseguraron lo con
trario, Por que sino . . . .1
Sacer. Porque Vd. no enseñala religion
verdadera, sino una vil secta: por mas que
digan Lutero y Calvino. y por este solo ha
cho se hace Vd. reo de eterna condenacion, „
tanto si lo hace por malicia, como si lo eje
cuta por ignorancia: terrible castigo, que no
solo caerá sobre Vd. si que tambien sobre
todos aquellos que Vd. hubiere engañado.
Y para que no crea que solo digo, vqy & de
mostrárselo con claridad y evidencia,
Cat. Cómo! el protestantismo falso, ¿aca
so no acaba de decirme lo contrario el señor
ministro? Sí: y aun me aseguró que no te
nia ,'os abusos de la Iglesia católica, que es
ta religion es como un viejo que ya chochea;
al paso que el protestantismo es la religion
propia del progreso que es por autonoma»ia
la religion de la época, y la dignísima d«
las luces del Siglo XIX.
Sacer. Cuanto me acaba de decir Vd. con
tiene mucha palabrería y nada de verdad:
son palabras no de Vd. sino de los iucrédu-
los del pasado siglo. ¡Oh efectos del progreso
protestante! Pero á mi toca demostrarle la
falsedad del protestantismo, y lo haré aho
ra mismo contando con m benevolencia,'
» 6
y con la de su nuevo maestro el señor mi
nistro protestante. Comienzo, pues:
1? El ptotestantiamo es falso, porque es
una secta inventada y propagada por un
hombre llamado Martin Lutero, nacido en
el siglo XV, de padres católicos, y católi'
eos sus antepasados, y él mismo fué católi
co hasta los 35 año* je edad: luego el pro*
testantismo no puede ser verdadero, luego no
puede denominarse religion, luego no es
otra cosa que una vil secta; y secta inven
tada por el miserable Lutero, y seguida de
sus adeptos, ya con el fin de enriquecerse
adjudicándose lo que no es suyo, ya para
entregarse vergonzosamente al desarreglo
de todas 1-is pasiones.
2o. Martin Lutero, como consta de su vida,
dejó de ser católico no por ideas ó convic
cion qua tuviese, sino por haberse dejado
arrastrar de las pasiones vergonzosas que
anidaban en su corazon; poique fué un des
honesto, y como tal quebrantó el voto da
castidad, que voluntariamente y con toda
deliberacion habia hecho á los 23 años de
su edad^ porque fué un sacrilego dejando
de observar su voto, ap^-sar de que David
Uceen el Salmo 75 v. YíCumplid los votos
que hiciereis al Señor; porque fué un escan
daloso, atreviéndose á casarse con la mon
ja Catalina de Boré, apostatándo ante? aei
catolicismo y facilitándo y aconsejando á
no pocos la apostasía, é induciendo á mu
chos frailes y monjas á que se casaran, sin
respetar los santos votos de pobreza, cas
tidad y obediencia que habian hecho á
Dios; porque fué un envidioso, levantán
dose contra la religion católica; por la rabia
que le causó el que Leon X por medio de
sus legados ó del arzobispo de Mayenza,
hubisse concedido la predicacion de las in
dulgencias á los dominicos y no a los agus
tinos que era bu religion. Esta fuéla causa
de su condenable conducta, conducta ne
fanda bajo todo punto de vista! y conducta
propia, de un soberbio, de un orgulloso y de
un enemigo de Jesucristo Nuestro Señor!

2.—CULTO DE L08 SANTOS Y SU


INVOCACION.

Mifi. Pero Lutero hizo un gran bien qui


tando la idolatría de la Iglesia romana,
porque Dios quiere ser adorado, en espíritu
y verdad, y prohibiendo toda otra adoracion,
que no sea la de sí mismo, prohibe [por con
siguiente la adoracion de los santos.
7'
Sao.—Tiene vd. razon en afirmar que
Dios prohibe la adoracion do los santog con
la misma adoracion que adoramos á El;
pero la Iglesia al dar culto á los santos, al
venerar sus imágenes, bus sagradas reli
quias y las cosas que les han pertenecido,
no adora á los santos con la adoracion que
se debe á Dios, sino que les da el culto y
adoracion que es propia suya y que la Igle
sia y los fieles conocen con el nombro de
latría: adoracion que al paso que vene
ra ,honra, glorifica y adora' al santo, adora
glorifica y venera á Dios, y Dio3 y solo
Dios es el que por medio de la adoncion
de los santos, y aa ferviente invocacion
recibe todo honor, toda gloria, toda bmidi-
cion por los siglos de los siglos. Siendo
esta la conducta del católico claro está que
no úene motivo el protestante para acusarlo
de id6\avra, ya que esta adoracion, este
culto de que hablamos dirigido á los san
tos, á sus imágenes y á sus reliquias, está
destinado para adorar principalmente á Dios
conforme la escritura que dice: Alabad al
Señor en sus santos, y la que declara: Tus
amigos oh Dios han sido glorificados. Ade
mas, los protestantss segun sus principios
admiten un culto civil- para honrar las vir
tudes nacionales y driles, luego es nece
sario admitir un culto religioso y sobrena
tural para honrar las virtudes religiosas ds
los santos, y tanto es mas necesario cuanta
que está mandado por Dios en los pasajes
de la Biblia ó sagrada escritura que acaba
mos de citar hace, muy poco. ¿Cuándo
lo comprenderen los pobres protestantes?
Cat. Segun esto señor padre que dirá el
mexicano autor del folleto Esclavitud del
Alina, cuando recuerde estos pasajes de su
tan malhadada, impía, herética y vergonzo
sa obra: Se permite alpuebto y se le ordena
que invoque á los santos, rindiéndoles ho
menaje y adoracion contra lo expresamente
prohibido en las escritura?; y en otro lugar
Tended la vista hacia esos pueblos envileci
dos por el error y enseñados á practicar los
actos de la mas vergonzosa idolatría. Os
parece que agradará al Señor que prohi
bio el culto de las imágenes, ver los templos
llenos de ídolos como en la época del paga
nismo! Y en otro, los servidores de ídolos
no se avergüenzan de obligar 6 las masas
á que incensen estatuas y emblemas ....
y en otro, desde la fachada de las iglesias
hasta el altar, se advierte el empello de
obligar á los pueblos á la adoracion de to
do lo que les envilece. . . .y en otro, fuerte
03 la tentacion y grande el peligro cuando
9 l
el hombre se ha acostumbrado á adorar lo
que di.bia quemar .... y en otro, téngase
presente qtt.e la idolatría ha disgustado
siempre al Señor, y que los israelistas fue
ron castigados por ella; y en otro, que idea
puede dar un pueblo de su cultura creyen
do como verídicas las relaciones de los mi
lagros ejecutados por estatuas y pinturas?*.
y en otro, quién no oye con positivo dis
gusto esas predicaciones en favor de los
santos en que apenas se hace mencion de la
muerte de Jesus? qué dirá, repito viendo
que vd. de una sola plumada se los declara
falsedades calumniosas? que declara á él
mismo como á un falsario de primer órden,
y que se metio en escribir lo que ciertamen
te no entiende ó que escribio con la mali
cia refinada de calumniar á toda la Iglesia.
'Sae. Dirá lo que le dé su santa gana,
pero nosotros tenemos un derecho posiüvo
de decirle, que recuerde mejor lo que le en
señaron sus padres desde sus mas tiernos
años: y que si lo olvidó como parece, que
tome en este caso el catecismo del padre
Ripalda y allí aprenderá lo que es el culto
y adoracion que damos á los santos, á sus
reliquias y á sus imágenes, y aprenderá por
consiguiente á no mentir, á no calumniar,
y á no forjarse falsas acusacion*» contra
10
los católicos que de hecho adoran al eterno
Padre en espíritu y verdad.
Cat. Pero señor padre ¿cqmo envia vd. al
autor de la Esclavitud del Alma con el pa
dre Ripalda? no sabe vd. que los libres pen
sadores le han arrojado mas anatemas que
letras con tiene?
S,ac. Tiene vd. razon, respetemos por un
momento las ideas de nuestro librecul lista
sobre el padre Ripalda; pero es necesario
al menos hacerle aprender la leccion qué
le da un juicioso é ilustrado protestante,
que en sustancia dice asi en el tomo I, pa
labra Adorar, de la Enciclopedia de Iver-
dum. Lot adoi'a á dos ángeles que.le visitan
prosternándose ante ellos, Jacob se proster
na ante Esau, Salomon ante Betsabee. Na
tan ante David.... Mas si un hombre se
. prosterna ante Dios es la criatura la q«e
adora verdaderamente á Dios. Y así como
á un israelita prosternado ante su rey nadie
le acusa de idólatra; y prosternado ante un
idolo con aquel acto corporal, ya se le acu
sa de haber hecho un acto de idolatría por
que su accion ante el idolo es considerarlo
como una verdadera divinidad, y que posee
para con él los sentimientos propios de ado
racion: así los católicos postrados ante los
santos, sus reliquias, imágenes y cruces no
11
se les puede calificar de idólatras; porque
al paso que les dan un culto estcrno que
conviene á Dios, sin embargo, no consideran
como una divinidad ni á las cruces, ni á las
imágenes, ni á los santos, ni á sus reliquias;
y al contrario declaran expresamente y del
modo mas formal, y lo atestiguan con toda
clase de pruebas, que iolo adoran á Dios con
el culto que es propio á la divinidad. Como,
pues, se podrá acusar á los católico» de ido-
iríaí No, no se puedo sin hacerse reo de la
mas absoluta contradiccion.
Min. A la verdad mucha mella me hace
lo que vd. acaba de decirme del culto de los
santos, y temo que somos unos verdaderos
calumniadores, acusando de idólatra á la
Iglesia católica, y aunque ya me hace mu
cha autoridad el razonamiento del pro
testante, con todo, para quitarme de una
vez isa falsos errores deseo que me de
muestre por la escritura el culto de los san
tos, y que me pruebe, ademas, que la Igle
sia siempre ha hecho lo mismo sobre su culto
al menos en la sustancia.
Caí. Es mucho pedir señor ministro por
que es lo mismo que pedirle una demostra
cion teorico-práctica del culto que dan los
católicos á los .santos; sin embargo, como de
eiia puede depender un grande bien tanto
12
para vd. como para mí; yo seíjoi' padre ha--
go mias las súplicas del señor, y quisiera
que cumpliese vd. »us deseos en cuanto
pueda. .
Sac. Este es mi objeto y mi deber tam
bien, paso por tanto á satisfacer su gustó.
Deseo que note en primer lugar que Vig i-
lancio y Fausto Maniqueo impugnaron el
culto de los santos como idolátrico, impíoy
superticioso, pero San Gerónimo y San
Agustín los refutaron tan bien que quedó el
culto de los sanios libre de las calumnia!
de aquellos hereje». El protestantismo en
fuerza de las brillantes luces de su tun de
cantado progreso ha vuelto á la carga con
tra los católicos y todos los dias los mi
nistro* protestantes nos repiten lo mismo en
sus folleto». Voy á demostrar á vdes. su
falta de razon.
1 Dios ordena el culto de los ángeles y
de los santos. En el Exod. 23, v. 20, Dios
dice á su pueblo: Ea ahí que yo enviaré A
mi átigel que te precederá. . .obsérvalo. . .
oye su voz.... no lo desprecies poique mí
nombre está en él. En el libro de Josué
vemos que el ángel que lo acompañaba hi
zo que adorara al Príncipe (era un ángel)
del ejército del Señor, y le mando, ademas,
que se quitara el zapato de sus piés porque
1S
»i lugar santificado por su presencia «-«
santo y sagrado. Dios queria que recibiera
el debido culto su profeta Elias, mas como
los soldados iban á burlarse de él y aun á
prenderlo, por esto descendio fuego del cielo
y consumio á todos. Dios queria ¡que Elí
seo su profeta fuese reverenciado con el
culto que damos á los santos, mas como
una multitud de jóvenes hiciesen lo contra
rio, hizo Dios que salieran de aquellos bos
ques béstias fieras que en un instante aca
baron con todos: tan cierto es señores que
Dios manda el culto ds los ángeles y de los
santos, que castiga su f sJta atrozmente aun
en este mundo.
2 Dios dispone que desde el principio
del mundo reciban los ángeles y sanies el
debido culto. En' efecto Abraham, Lot y
Jacob adoraron á los ángeles prosternándo
se ante ellos y manifestándoles todo afecto
y deferencia. Dios quiso que sus santos
fuesen honrados glorificándolos él mismo,
apellidándose Dios de Abraham, de Isaac y
de Jacob. El profeta Balaam, Námeros 22,
v.31, habiendo visto á un ángel postrándose
lo adoró. . . .Josué 5 v. 15 habiendo visto al
ingel que era el príncipe del ejército del
Señor postrándose lo adoró . . .en el apoc. lt
▼- 10 E<i encuentra el modo con que los he
14
breos adoraron á los ángeles. La mujer su-
naraita despues que EligQo le hubo resuci-
citado á su hijo postrada en tierra adoró al
hombre santo que acababa de entregarle á
su hijo vivo: asi es verdad que desde el prin
cipio del mundo quiso Dios que los ángeles
y los santos fuesen adorados con el culto
que les es propio.
3 Dios hace que la Iglesia desde su cu
na adore á sus santos. La Iglesia entiendo
por santos á los cristianos que tuvieron la
dicha inefable de morir en el amor de Dioa-
con la práctica de heroicas virtudes que fue
ron la edificacion de los fieles: ó que derra
maron su sangre en defensa de la religion ó
de alguna verdad ó virtud: y existen docu
mentos oiertísirnos y hechos los mas in
negables que demuestran que la Iglesia des
de su cuna los ha adorado, modiante el cul
to que les es propio. ¿Qué más podia espe
rar señor ministro? Reflexione un poco so-
bre las razones que acabo de alegar, y con
vendrá- conmigo que los protestantes se ha
cen muy poco favor cuando atacan el culto
de los santos; y que no hay remedio, ó con
vienen que obran dirigidos por una ignoran
cia la mas crasa, ó que obran movidos pol
la mayor mala fé: y que obran excitados por
ambas cosas á la vez, todos aquellos que
15
siendo católico» se convierten en miserables
defensores del Protestantismo, por la razon
clara y sencilla de que en la sola lectura del
Padre Ripalda han debido aprender, lo que
la Iglesia entiende por adoracion de los san
tos y su invocacion. Así so ha acreditado
de nécio, al estampar sus falsedades el au
tor de la "Esclavitud del alma y medios de
salir de ella. ¡Cuánto sentimos que sea un
mexicano!
Cat. Si mal no recuerdo, este buen señor,
en su folleto no se contenta con clamar con
tra el culto de los santos, sino que lo ha<-,e
de una manera especial contra su invoca
cion, cuando pone como una aberracion no
table de la iglesia Romana, permitir, y en
ciertos casos ordenar la invocacion de los"
santos, pues asegura que está ella severa
mente prohibida por las Escrituras.
Min. Yo no tengo dificultad sobre este
punto, habiéndose demostrado la legítimi-
daddel culto de los santos: porque así como
en los negocios materiales nos servimos de
abogados é intercesores para lograr nuestros
deseos, es evidente que podemos hacer lo
mismo coa los negocios eternos.
Sac. Ha discurrido muy bien el señor
ministro; y solo en gracia de mayor clari
dad digo: Q.ue la invocacion de los santos
(
16
es una fosa buena y ütil: que no espéramos
la gracia directamente de los santos, sino da
Dios, mediante su intercesion: y que las ora
ciones é intercesion de los santos, recono
cen por punto de partida los méritos de Je
sucristo-, que es nuestro Redentor y Salva
dor, y por tanto, nuestro verdadero y solo
mediador con su Padre Celestial Esta es la
doctrina católica sobre la invocacion de los
santos, la que siempre se ha profesado, y la
que se profesa aán ahora.
Min. Estoy convencido que Ja Iglesia
Católica'no es culpable de idolatría, y que
puede, sin menoscabo del honor que se de
be á Dios, honrar los santos, venerarlos
estimarlos glorificarlos y adorar los con eí
culto que les es propio; pero yo n» puedo
decir lo mismo sobre las indulgencias, y an
tes bien, estoy en la conviccion que Lutero
hizo un grande bien clamando contra ellas,
como contra uno de los mayores abusos que
ha tenido la Iglesia Romana.

3. — INDULGENCIAS.

Cat. En efecto, así lo declaran las luces


de nuestro siglo, y aseguran lo mismo los li

brea pensadores y los libres cultistas en lo»
diarios que redactan.
Sac. ¿Pero saben vdes. la historia de ,1a
predicacion de las indulgencias en Witem-
berg y demás puntos del Arzobispado de
Mayenza? ¿Saben la historia de Tetzel
monge dominico, predicador de las indul
gencias? ¿saben vdes. la creencia de aque*
líos tiempos sobre las indulgencias ¿y sa
ben en suma lo. que hizo Lutero en este ne
gocio?
Caí. Convengo con vd. que no he exa
minado esta cuestion á fondo, y que solo la
conozco por los dichos protestantes en los
libros que nos han impreso, y en los que he
aprendido de Tiva voz por medio de lo se
ñores ministros.
Sac. Y vd. señor ministro está al tanto de
\o ocurrido en aquellos tiempos sobre las
indulgencias,!- Sospecho que no, ya que cla
man de un modo tan irracional contra ellas
los fatales folletos que vdes. hacen circular;
y por esto me permitirá, lo mismo que el se
ñor católico, que ponga á su vista, con tbda
claridad, la realidad de las cosas que suce
dieron, porque como digo á vdes. voy á ser
virme de la vida de Lutero, escrita por Au-
dfn, obra queco puede refutarse, porque está
•nrita coa documento» justificativos.
18
Leon X, para la'conclusion del Vaticano,
que es por decirlo así, la Iglesia de todos los
católicos, y en la que ahora mismo se está
celebrando el Santo Concilio Ecuménico,
quiso que todos los fieles contribuyesen con
sus limosnas para su conclusion: y á es
te fin dispuso una cuesta general, en la
que el Romano Pontífice concedia cier
tas indulgencias k todos los que dieren sus
limosnas. Esta conducta no es mala, es si
muy buena, y el Papa obraba segun su de
recho; supuesto que se dirigía á los fieles de
todo el mnndo, y que á nadie se obligaba á
dar limosna. Vemos además la indulgencia
instituida y aplicada por el mismo Jesucris
to; vemos á los Apóstoles concediéndola tam
bien; y a los demas romanos pontífices sin
interrupcion. En el tiempo de San Gregorio
el Grande, vemos á toda la Iglesia univer
sal recibiendo las indulgencias; los Conci
lios generales la» aprobaron, el Concilio
Lateranense, celebrado bajo el pontificado
de Inocencio III, puso limites á la autori
dad de los prelados menores para conceder
las indulgencias. El Santo Concilio de Vie-
na en los dias de Urbano IV, las aprobó: y
¡odas las iglesias de Alemania, Francia, Es
paña, Italia, Inglaterra, Hungría, Polonia,
Dinamarca.... recibieron reverentemente
19
los jubileos eelebrado» en Roma con sus in
dulgencias: tal es el orfgen de las indulgen
cias y su práctica constante en toda la Igle
sia universal. ¿Tiene algo que oponer se
ñor ministro?
Min- Lutero nos ha dicho que las indul
gencias no sirven; que producen muchos
males y ningun bien; que es la causa de los
grandes abusos de la Iglesia romana y que
no hay necesidad de ellas.
Cat. Tal es mi creencia tambien, y por
•sto me rio a carcajada llena cada vez que
oigo hablar da indulgencias, y esto solo me
basta para que me forme una idea muy tris
te de todos los católicos que creen en ellas.
Sae. Lástima me causan al observar tan
ta superficialidad on el punto de las indul
gencias, en unos hombres cerno vdes., que
por Aa posicion social que ocupan, debieran
examinarlo como se merece. Pero al menos
que oigan la doctrina católica. Un pecado
mortal trae consigo la culpa y la pena: la cul
pa, es decir, la ofensa que se hace A Dios: la
pena, á saber: el castigo que merece la culpa.
La Iglesia en el Sacramento de la Penitencia
perdona la culpa y la pena eterna; pero por
no tener el penitente las debidas condicio
nes para recibir con toda perfeccion tan gran*
de sacramento, no siempre se le perdona 10-
29
da la pena temporal: y la indulgencia su
puesta la buena confesion, y casi siempre la
buena comnnion, redime esa pena temporal;
en todo si la indulgencia es plenaria, y en
parte, si solo es parcial: y este- efecto de la
indulgencia se funda, en los méritos infini
tos de Jesueristo; de su Santísima Madre la
Inmaculada y Divina María, y de todos los
santos; y tambien en el poder de atar y desa
tar que Jesucristo ha concedido á Ja Iglesia.
La fé católica nos enseña, que no puede en
trar en el cielo ninguno que esté manchado,
y como el que peca venialmente está man
chado, de ahí resulta que no puede entrar
en el cielo; y de ahí la necesidad de un lu
gar donde los fieles se purifiquen de estas
manchas, y ese lugar es el que se llama
Purgatorio. ¿Y cómo salir de él? La fé nos
ensena que puede verificarse por medio de
obras satisfactorias, y por las indulgencia».
Estu es la creencia católica de todos loa si
glos de la Iglesia, y de toda la Iglesia uni
versal: y la iglesia, como tierna madre de
sus hijos, por una parte los exhorta a las
obras satisfactorias, y por otra, dejándes»
llevar de la ternura de Madre, les concede
innumerables indulgencias. Tal es la doc
trina católica desde los Apóstoles hafcta Lu
lero, y desde Lutero hasta nuestros días.
ai
Cat. Pues, entonces ¿por qu^ clamó Lu-
tero contra las indulgencias?
Sae. Porque fué un soberbio, un^orgu-
Uoso, un altanero; pues habiendo visto co
mo dice Audin que Leon X en la persona
de Alberto arzobispo d« Mayenza-, habia
concedido la publicacion de las indulgen
cias á Tetzel dominico y no i Lutero agus
tino: por esto predicó y publicó despuesjsu
folleto contra las indulgencias.
Min. Pero vd. no podrá negar que hubo
entonces grandes abusos con motivo de las
indulgencias y que ellos dieron lugar & Lu
tero para que clamara contra ellos, puos es
cierto como los leemos tambien en la histo
ria de aquellos dias.
Sacer. Hubo abusos como los hay en to
das las co»as. humanas, pero fueron mucho
menore» de lo que ordinariamente se indi
ca. Lo» protestantes nos hablan del domi
nico Tetzel predicador.de las indulgencias,
como de un ignorante, sin prudencia, lleno
de falsedad, dotado do una imaginacion
desgraciada mente exaltada: y hombre an
cho de abdomen, rostro avinado y gloton.
Pero nada mas falso, porque á Tetzel ja
más se le tuvo que echar en cara ninguna
reconvencion de libertinaje. Ademas, Tet
zel no engañó a nadie y en sus sermones
22
hablaba así: QtiS os causa rubor el acer
caros al tribunal de la penitencia? Aquí
solo se trata de la salvacion de vuestra al
ma. . . .hoy vivís y mañana podeis morir. . .
Ahora bien, tenedlo entendido: Cualquiera
que confesado y contrito trajera la limosna
que su director espiritual le prescriba,
puede estar seguro que obtendrá la eterna
y plena remision de síis culpas. Fuimos
concebidos en pecado, nacimos en pecado,
y nos hamos abrazado con el pecado, y co
mo no podemos salvarnos por obra de jus
ticia, sino por los dulces efectos de la mi
sericordia divina, de ahí la necesidad ab
soluta de la proteccion de Dios para sal
varos. Puede haber ca su obrar algunas
imprudencia; pero si hubiese propalado en
«1 ptlpito las palabras de que le acusa Lu-
tero y los protestantes, clara está que el arzo
bispo de Maguncia le hubiera impuesto si
lencio, preciso es confesar que ese hom
bre que los protestantes nos lo presentan co
mo sacerdote ignorante, embaucador, men
tiroso, y que engallaba á las almas prome
tiéndoles el reino los cielos, era un predica-
dar que gozaba de la justa reputacion de
orador, era un hombre docto y esperimen-
tado y que resplandecía en la doble ciencia
teológica y jurídica y que en 1487 habia
23
recibido el grado de bachiller en filosofía,
en Leipzig, siendo de los veintiseis candi
datos el sesto; en suma no solo era consi
derado como una de las lumbreras mas
brillantes de la orden de los dominicos, sino
que tambien confiesan algunos protestantss
que su palabra elocuente arrastraba las po
blacion? s. Ahora bien Lutero que se creia
e\ único orador, que andaba tras la gloria
mundana, que se solazaba con el incienso
de h adoracion al saber que el dominico
Tetzel predicaba en Juterbock ciudad dis
tante ocho millas Witemberg; que los habi
tantes de esta la dejaron tony en breve casi
desierta para ir á escuchar al sacerdote, y
que no obstante sus esfuerzos no podia con
tener á sus penitentes, y que su confesona
rio y eí d» lo» demas padres agustinos esta
ba caí/ desierto, en uno de esos primeros
momentos de arrebato, anuncia que dentro
d» pocos dia» predicaría sobre las indulgen-
ci»«ry así lo hizo predicando el sermon de
loi t5 artículos.
Cat. Pues por este sermon que contiene
toda Ja doctrina de Lutero ssbre las indul
gencias, ke oide decir que hizo un gran bien
y que así lo declara la razon, y los libres
cultistas en log diarios que redactan, y aun
ie vez oh euand'i vem»s algunos periódicos
42
que se burlan de las indulgencias claman
contra ellas, y tienen por ilusos á los que les
hacen caso.

3.—CARÁCTER DE LTJTERO.

Sacer. Permítanme Vdes. haga la debida


distincion para que noten bien que la razon
jamás podrá aprobar la conducta del refor
mador, ni tampoco lo harán con razon los
periodicos de nuestros dias ni mucho me
nos las luses del siglo podrán apoyarlo, á
no sef que las supongamos mas negras qu»
las tinieblas de Egipto.
Porque si Lutero hubiese clamado contra
los abusos da las indulgencias, y lo hubiese
hecho con la caridad cristiana que reclama
ba su estado religioso, habria obrado como
debia, y tal vez habria hecho el grande bien,
que Vdes. nos dicen; pero como clamó con
tra el dognfa de las indulgencias, por esto
sumodo de obrar fué criminal, y lo fué tanto,
quecatólicos tan sabios comodantes, contes
taron su escrito de los 25 artículos, y conclu
yeron condenando su fatal conducta y de
clarándolo herege. Entre los cuales, debe
contarse á Tetzel, que en una sola noche
compuso la refutacion de la falsa doctrina
25
de Lutero", y este no solo no quiso admitir
la polémica, sino que le respondio en estos
términos: Yo me burlo de tus gi'ilos como
de los rebuznos de un asno: en lugar del
agua, te aconsejo que hagas uso del buen,
vino; y en lugar del fuego, puede* sorberte
el olor de tin ganso asado. En Witember
me. encuentro, y yo, la persona de Mar
tin Lutero, te hago saber, que me trago el
hierro hecho ascua, qu* hiendo y tajo de un
solo mandoble una montaña; y que aquí se
encuentra muy buena hospitalidad, mesa á
pedir de boca y manjares esquisitos: no ha
bía en el mundo mas que un monje que pu
diera hablar de esta manera, y este infeliz
desgraciado, era Martin Lutero. Qué modo
de responder tan' soez! Aquí ne hay mas ra
zon que la burla, el sacrasmo y la maledi
cencia. Ojalá qiíeno fuera imitado por mas
de cuatro señores protestantes! ¡Como ma-
niñestan con semejante conducta su sinra
zon y su culpabilidad!
Lutero, soberbio y orgulloso, no quiso re
conocerse, antes bien, se hizo heresiarca
publicando sus errores, y desde ese momen
to se portó como un falsario dé primer or
den, como el hombre mas inconstante, como
extremadamente testarudo, y como que des-
comfiaba de su misma doctrina.
Bfl2.—Protest 3
26
Cat. Jamás habia oído decir que Lutero
hubiese obrado como falso, inconstante, tes*
tartido y embaucador. Como! tales son, se
ñor ministro, los epítetos que convienen á
Martin Lutero? A Martin Lutero el padre
de los protestantes que inauguró la reforma,
la tan celebrada reforma?
Min. Estas son calumnias: calumnias
con las que los romanistas intentan denigrar
la fama de Lutero; pero calumnias atro
ces, como que parten del espíritu de par
tido y de la falsedad.
Sac. Un sacerdote católico romano, en
semejantes circunstancias jamas obra moti
vado por ,bastardas pasiones, es siempre ve
ridico, no calumnia sino qiu demuestra; y
mucho menos podrá denigrar la fama de un
hombre que hace mas de tres siglos y me
dio que la tiene perdida. Probemos lo dicho
1* Lutero fué unfalsario. En efecto: no
puede darse mayor falsario que una per
sona que anuncia por. verdadero lo que elJa
sabe que es falso: y Lutero instruido en la
religion católica, necesariamente debia sa
ber que era falso lo que él enseñaba; y tan
to sabia que era falso, que confiesa que no
estaba seguro en lo que decia; y quo muchas
cosas se las dijo Satanas que es padre de
la mentira. Es un falsario, pjrque como
,27
hombre falso prometio que solo enfeñana
la doctrina de las sagradas escrituras, la do
los santos padres y la de la Iglesia romana;
mas como hombre falso enseñó todo lo con
trario. Es un falsario, porque escribiendo al
obispo de Brande-burgo, le dijo que sujeta
ría su doctrina al juicio de la Iglesia; y d«s-
pues no lo hizo: escribiendo á Leon X lo
reconocio su autoridad diciéndole: que su
decision seria el oráculo que saliera de la
boca de Jesucristo; y despues no le hizo
caso: y á sus superiores les prometio que
callaría, y poco despues hizo lo contrario.
Que prueba esta conducta? Prueba que Lu
lero es un falsario; porque como hombre
falso hacia lo contrario de lo que antes habia
prometido de un modo el mas espreso y so-
¡«mne: y lo hacia, no obstante los crueles
remordimientos de su conciencia criminal.
Latero es un falsario porque habia en él
dos individualidades; la una que debia pre
sentarse ante el publico es dulce, respetuosa
y tan rastrera, que dice al enviado del obis
po de Brande-bingo; &'u grada quedará
satisfecho de mí, porque mas bienquiero
obedecer que hacer milagros: disputo y n»
«firmo y si la Iglesia pronuncia me some
teré ásu fallo. La otra individualidad, el
Yo soberbio, escribia al mismo tiempo: Atí
38
Spalatino y á todos nuestros amigos decla
ro que las indulgencias no son otra cosa que
una estafa. Con la primera decia al arzo
bispo de Maguncia: Padre venerable en Je
sus, perdonadme príncipe ilustrísimo, »i
me atrevo yo barro y polvo á levantar rnis
ojos ante vuestra tublimidad y dirigirle es
ta carta: y con la segunda arrastrado de
cólera en otra que escribe á su amigo
Lauges, trata ft cuantos atacan »u doctrina
de momos, de despreciables críticos, de ma
las alnfas, y entre ellos al mismo arzobis
po de Maguncia y d todo el episcopado sa
jon: a»l ha»ta este punto fué Lutero un fal
sario.
S.— Lutero fué un inconstante. El pro
metio mucho y no cumplio nada, pues ha
biendo prometido que sujetaría su» escrito»
á la decision de la Iglesia, no quiso retrac
tarse no obstante las exijencias del carda-
nal Cayetano; como inconstante, del carde
nal Cayetano apeló á las universidad*» mas
célebres da Europa; como inconstante, ha-
bi»ndo sido condenado por estas apeló á
Leon X.\ como inconstante, siendo conde
nado por éste, apeló del Papa mal informa
do al Papa mejor informado, como incons
tante, condenado por el Papa mejor infor
mado apeló al Concilio general, y como in
2D
constante, se hizo deBpnes Hereciarca: tanta
fué la inconstancia de Lutero!
3? Lutero estremadamente testarudo.
Como tal, no quiso nunca sujotai su propio
juicio; dijo que su doctrina estaba en la Bi- '
biia, y por no desdecirse la falsificó en "la
traduccion que hizo de ella, y como testa
rudo y falso, nada quiso admitir de aque
llos libros, capítulos y versos que á su modo
de ver se oponian á sus planes de refor
ma* A falta de razones se levantó contra
los que lo condenaron, deshaciéndose en in
vectivas y calumniosas injurias contra las
universidades, y en vez de retractarse pop
la Bula del Papa que le condenó todos sus
errores, escribio contra elía, y la quemó en
públieo juntamente con las Decretales: y el
hombre que antes con tanta sujecion habia
escrito al Romano Pontífice, diciéndole
del modo mas sumiso qua se sujetaría á su
fallo, al verse condenado cambio tanto de
tono, que dijo, que no era bastante quemar
la Bula: sino que era preciso quemar tam
bien al Papa* tomar las armas contra los
cardenales y obispos, y no parar hasta
livars». las manos con su sangre. Tales
Lutero señor ministro! tal es el origen del
protestantismo señor católico! tal es el Pa
ngarea de la reforma! y tal es por tanto el
30
primer argumento para que Vd. no se haga
protestante, y para que el Señor ministro
no vuelva á predicar sus falsas doctrinas,
porque ser protestante es una cosa mala
muy mala; así como es bueno, muy bueno
ser católico, y es mejor cumplir con los de
beres que el catolisismo nos impone.
Min. Pero padre: me permitirá diga á
vd, que no acertó en lo que nos .ouiso probar
porque qué tiene qué ver la doctrina de Lu-
tero con su conducta/ La doctrina es buena,
porque está fundada en la Escritura, y sien
do la doctrina buena, bueno es el protestan
tismo. Qué nos impona por tjinto lo que ha
ya sido Lutero? hablamos de buenas doctri
nas, y poco nos hace al caso la bondad de
los homtíres que las han enseñado, ó su
poca hombría de bien.
Sac. Mucho importa señor ministro, por
que Jesucristo nos enseña que del árbol ma
lo, no pueden salir buenos frutos; y siendo
Lutero el árbol malo que hemos presenta
do, es evidente que no puede dar el fruto de
la buena doctrina, y es evidente que hada
do sí una doctrina mala, muy mala, pési
ma, muy pésima. En efecto, como hombre
malo, la potestad secular quiso castigarlo;
pero él se ocultó en el castillo de Varteinbur-
go, y allí escribio unos libros tan pernicio
31
sos como falsos. Fueron tan ptmiciosos, que
estallo por su medio la guerra de los cam
pesinos, queriendo que todos los bienes fue
sen comunes: y son tan falsos, que Lutero -
confunde el precepto con el consejo, y lo
que solo es practicable en las comunida
des, quiso estenderlo á todos. Lutero como
árbol malo, dio el fruto de una doctrina mala
que sus mejores amigos la abandonaron: y
Carlostadio, Zwinglo, Calvinp y otros se hi
cieron cabeza de secta, añadiendo y quitan
do á las doctrinas de su maestro, lo que ere-
yeron oportuno conforme sus planes: dio el
fruto de una doctrina tan mala, que ella es
el germen de todas las discordias y desunio
nes, que hay entre los protestantes, y son
tantas, que la doctrina de Lutero ha cambia
do -ya su taz mas de mil veces; dio el fruto
de una doctrina tan mala, qua hizo creer á
á sus secuaces que todos eran sacerdotes,
quedándose |'or lanío sin sacerdocio, y sin
verdadero sacrificio, pues como él mismo
refiere, abolió la sant,a misa, por instiga'
don del demonio. Así es la doctrina de Lu
tero, mala, muy mala; así e3 el mismo Lute
ro pésimo muy pésimo: tales el protestantis
mo, la mayor de las plagas que puden caer
sobre un pueblo. Oh desgraciados! sí, desgra
ciados protestantes! y cien veces mas desgra
32
ciados porque fueron la nodriza de la sierpe
cruel y zañuda de la franc-masonería. Oh!
cuántos, cuántos malos son los que hacen los
masones en todo el mundo: solo en eldia del
juicio podremos apreciarlo debidamente. Oh!
desgraciada México! todos los males cae
rán sobre tí, si no sacudes pronto, muy
pronto semilla tan maligna.
Min. Esto no puede admitirse, porque
Lutero afirmó muchas veces, que era lla
mado de Dios, para quitar los abusos, y que
su obra no era mas que la reforma de la
Iglesia Católica.
Sac. A la manera que del dicho al hecho
hay grande trecho, como dice el probervio,
así mucha es la diferencia que media entre
los dichos de Lutero y sus hechos: por esto,
paso á demostrar áVd. que Lutero no fué
llamado de Dios, y que su reforma no «s
obra ne Dios.
Io Lutero no fué llamado de Dios para
reformar la Iglesia, porque fué un malvado
segun toda la estencion de la palabra; y
Dios se ha servido siempre de hombres bue
nos cuando ha querido hacer alguna refor
ma: es un malvado, porque su doctrina es
una continua serie de contradicciones, por
que sus escritos son en gran manera vitu
perable», y contienen espresiones indeceu
33
tes, palabras chocarreras que tienden al
menosprecio de las cosas santas, y un sin
numero de torpísimas injurias dirigidas á
toda clase de personas. Y un hombre en
viado de Dios obraría de este modo? Jamás
se ha visto: y se ha visto siempre que así
han obrado los emisarios de Satanás.
2? La reforma de Luterono fué obra de
Dios, porque quiso reformarla Iglesia que
por las palabras de Jesucristo es irrefor
mable en sus dogmas, en su moral y en la
disciplina general; y Lutero quiso refor
marla, dándole nuevos dogmas, nueva mo
ral, y negándole la facultad de gobernarse;
no es obra de Dios, porque con la reforma
hizo Lutero un cisma, y San Pablo escri
biendo á los fieles de Corintio, prohibe, á
los cristianos que formen cismas: no es
o\'ra de Dios, porque por establecer su re
forma, se sirvio de medios reprobados ha
lagando las pasiones; y á este fin permite
que se casen los que han hecho voto de cas
tidad, permite álos gobiernos que se tomen
los bienes de la Iglesia; quita la confesion,
la abstinencia, los ayunos y toda clase de
obras buenas; imagina una fé qne justifica
sin necesidad de buenas obras, lisonjea el
orgullo de los ignorantes y presumidos, po
niendo la Biblia en su mano, y haciéndoles
34 «
jueces en todas materias, y permite á Fede
rico de Hesse tener á la vez dos mujeres á.
fin de alcanzar por este medio' su protec
cion.
No es obra de Dios, porque Lutero obra
ba en un iodo con tanto cinismo, que él
mismo se gloriaba de haber sido el autor
de la sangre derramada, en la guerra crue
lísima de los Campesinos, en la cual segun
varios autores, perecieron mas de cien mil
de aquellos infelices. Oh triste gloria la de
Lutero! Los protestantes aprendieron de
su maestro este modo de obrar tan maléfico
y. lo han puesto e» práctica haciéndose reos
de los mayores crímenes. Pero cómo nu
merar siquiera las horribles carnicerías que
hicieron los protestantes contra los católicos
y de las cuales ellos mismos se han jactado
muchas vece?? Cómo referir los padeci
mientos de los católicos de Irlanda é Ingla
terra en los reinados de Enrique VIII,
Eduardo é Isabel? La reforma protestante
cometio contra los católicos una série tan
denigrante de iniquidades, injusticias, opre
siones, carnicerías, ysaciilegios, que segun
afirma el protestante Cobbet llenan los ana"-
rles de la Inglaterra de lo mas triste y
lamentable. Cronrvvell cometio tantas atro
cidades y torturój quemó y degolló á tantos
35
«católicos que pasan los límites dejo creible
Y algunas provincias, quedaron casi despo
bladas segun nos refieren los historiadores.
Por orden de la reina Juana de Albret á
sangre fria y con toda deliberacion, se ma
quinaron y ejecutaron las mas horribles
carnicerías en innumerables sacerdotes y
religiosos; y tambien en una multitud de
seglares, que no tenian otro delito que ser
católicos, lo cual se verificó principalmente
en los lugares populosos de Bearn, Nimes,
Montauban, y Alais. Los hugonotes obraron
contra los católicos con una barbarie tan
sangrienta que ocasionaron cinco guerras
civiles, saquearon los monasterios, incen
diaron las iglesias y degollaron una multitud
de sacerdotes, religiosos, monjas y demas
clérigos. En solo el Delfinado fueron de
gollados 250 sacerdotes y 112 religiosos,
y puede conocerse por lo dipho lo que
harían en las domas partes: hasta este pun
to es perjudicial el establecimiento del pro
testantismo! Oalvino en Ginebra á cuan
tos católicos no encarceló, desterró y quemó!
¿Quién podrá contar las matanzas de cató
lieos que se hicieron en Suecia, Noruega y
Dinamareal Por consiguiente, la reforma
de Lutero no fué de Dios; ni fué él ni pudo
ser él un hombre llamado por Dios.
35

5. —LA INQUISICION.

Min. Si de las muertes qne han hecho


los protestantes con bu conducta y las que
ocasionó Lutero con lajs obras que publicó y
con bus declamaciones quiere vd. probar
que el protestantismo nos es de Dios; este
mismo argumento me probará ó mí que el
catolicismo tampoco es de Dios y que el
catolicismo es falso poique á todos es bien
conocido en nuestros dias, las víctimas de
la Inquisicion, la horrible matanza de San
Bartolomé, la revocacion del Edicto do
Nantes y las persecuciones de Galiteo: por
consiguiente, ó retira vd. su argumento ó
concluyo tambien que el catolicismo es fal
so y que no es de Dios.
Sac. No puedo retirar el argumento, por
que es cierto que los protestantes obrando
segun su doctrina hicieron todos los estra
gos que referí en Inglaterra, Francia, Suo-
cia, Dinamarca y Alemania: y porque e¡
falso que la Iglesia católica tenga que ru
borizarse y confundirse con las acusaciones
que se le hacen sobre la Inquisicion, matanza
de San Bartolomé, revocacion del Edicto
de Nantes y las persecuciones de Galileo.
Cat. Govengo que los protestantes han
37J
derr»mado mas sangre católica, que la que
se necesita para flotar todo un Leviathan
y nos lo prueba entre otros autores el pro
testame Wiliam Cobbeten su historia de la
reforma, en Inglaterra, y todos convienen
que la sangre se derramó sin haber respe
tado á sacerdotes, ni á religiosos, ni'á mon
jas, ni á mujeres, ni á niños; pero que la
Iglesia" se hizo en gran manera culpable
cuando dejando la cruz empuñó su espada
para establecer la Inquisicion y llevar á
cabo sus innumerables víctimas, y las que
trajo consigo la matanza de San Bartolomé
las que ocasionó la revocacion del Edicto
de Nantes y las que no» descubren sus in^
justas persecuciones del famoso astrónomo
Galileo es una cosa para mí tan cierta, que
no se puede negar.
Sac. Leí he dicho geñor católico y señor
ministro que no podía retirar mi argumento
y por eso voy á patentizar la inocencia de
/a Iglesia, en los hechos aducidos, así como
he demostrado tambien la culpabilidad pro
testante en los malos tratamientos, destierro
y degüello de tantos millares de católicos
inocentes, que no tenian mas crimen, que
no querer apostatar de su fé. l?Q,ué cosa
•s la Inquisicion? Es un tribunal eclesiás-
co que tiene por objeto descubrir, juzgar y
38
condenar u los católicos que corromptn ,é
impugnan lafé'ó vician y adulterak la
moral. Esa ¡nstitucion'no es injusta, pirque
como sociedad, la Iglesia tiene derecho dé
conservarse y de reprimir y castigar á sui
miembros que quieren destruirla; del mismo
modo que lo hacen en lo civil cualquier
gobierno constituido y aun mientas s¿3 cons
tituye; luego en cuanto fué erigida nada
tiene de malo como tampoco lo tienen los
tribunales civiles. Ademas, todo católico
es hijo de la Iglesia, y ella como verdadera
madre suya, le enseña lo que debe hacer, y
si no le hace caso lo castiga como una ma
dre castiga á su hijo rebelde. Por otra parte,
si Dios mandaba en la antigua ley que los
que aconsejaran la apostasia fuesen sujetos
ajuicio, y convencidos del atentado, que
fuesen apedreados, claro está que la Iglesia
que es mas que la sinagoga, tiene el poder
de establecer un tribunal que vele sobre sus
creencias, y que descubra, juzgue y con
dene á los católicos culpables en materias
de fé y de moral.
(Sat. No condenamos el principio; pero sí
la tiranía y la crueldad con que se ha aplica
do y condenamosfde un modo el mas espreso
por la sangre inocente que se ha derramado
á torrentes y de-unos modos los mas horribles
39
y atroces. Oh Inquisicion! ¡Oh Inquisicion!
Saz. La Iglesia, pues, segun lo que vd.
acaba de concederme con justicia no fué
ciüpabg en establecer la Inquisicion, porque
es lícitoveprimir con la fuerza á los que
esparcen doctrinas erroneas como lo ha
hecho la Luropa en todos tiempos, y como
¡o hacen aun hoy dia los Estados-Unidos,
pues reprimet con la fuerza de las armas
losexesos de \o¡ Mormones; pero á mí toca
probar ademas, ^we fué menos culpable
todavía en los exeses que se atribuyen á la
Inquisicion, que en sj establecimiento.
Min. Es imposible, poique los misterios
de la Inquisicion son bien conocidos, y las
obras de Llorente han declarado todo lo
oculto, y nos. han narrado lo que ella es;
asi como uno de nuestros escritores en las
novelas que ya vd. conoce nos descubrio
muchas de las víctimas de la Inquisicion
de México: sí señor de México.
Sac. Muchas de las víctimas forjadas en
la imaginacion es cierto; víctimas reales y
verdaderas no es cierto; por esto el autor
que vd. conoce citado ante el tribunal del
público para que declarase el tiempo fijo de
sus víctima's, confesó que se lo habiandicho;
pero que no tenia los documentos fehacien-
tes"-tomados de los archivos mismos de la
40
Inquisicion, como antes habia aseguradí; y
como las obras de Llorente son del miím0
jaez que las de nuestro autor, por esto solo
prueban que tanto ellos como los que lot han
imitado han tenido la tnste gloria efe ca
lumniar A la Iglesia católica su mphe: fa
tal gloria! gloria fatalísima de un Újo des
naturalizado y mas triste todavía para un
hijo rie la católica México.
Cat. Esto mismo desearía cue vd. nos lo
demostrase; porque he leidoy oido decir lo
contrario, absolutamente lo contrario; en
muchos libros é innutrerables veces en
conversaciones particulares.
Sac. Contando, pues, con su atencion les
digo: 1? Que la Inquisicion no debe conde
narse por los abusos que se le atribuyen; por
que en este caso debieran condenarse todas
las instituciones humanas, porque el hombre
de todo abusa; pero sí debe tenerse por cri
minal aquella institucion, cuyo abuso pro
viene de ella misma como ¡os efectos de
su causa, como acontece con el Protestantis
mo y la Franc Masonería, cuyos males son
efecto de sus fata'es principios; mas no se
encuentra esto en la Inquisicion, siendo ella
un tribunal cuyo objeto es descubrir, juzgar
y condenar a los católicos que corrompen é
impugnan la fe, O vician y adulteran la
41
moral; por consiguiente la Inquisicion en
&í misma, nada tiene de malo. 2a. La In
quisicion guardaba las siguientes reglas pres
critas por la silla apostólica. 1" No encar
celar á nadie sin pruebas jurídicas de su
culpabilidad. 2* Tratar bien á los acusados
sin prolongar al juicio. 3* Oir á los testigos
con la-' mayor atencion. 4* Castigar con
grande severidad á los testigos falsos 5*
Facultar á los acusados para la apelacion
del juicio particular, al tribunal del Santo
Oficio de Roma: 6* Secuestrar sus bienes y
no adjudicárselos. 7a No fallar la sentencia
sino previa la consulta de los diocesanos.
8* Ofrecer el perdon al culpado que se re
tractaba dentro de un espacio de tiempo
prefijado y otras muchas precauciones en
favor de los acusados y de sus hijos.
Caí. Pero cómo! este modo de obrar era
eJ de h inquisicion? No nos dicen lo con
trario Jas obras que nos explican sus miste- '
rios? Hágame vd. el favor señor padre de
darme las razones de su acerto, porque co
mo algo he leido los misterios de la Inquisi
cion, apenas-puedo creer lo que vd. me dice
y aun me parece ver á los mismos frailes
aplicando los tormentos del fuego, de la
garrucha, de los emparedados, del agua, y
demas que vd. sabe.
4
42
Sac. Pero señor católico ¿hace vd. caso
de novelas y de folletos? Si yo tuviera que
hacer caso de ellos le debería hablarle de la
Inquisicion del modo mas atroz, porque
siendo jóven todavía me hallaba en cierto
punto de España, en aquellos dias en que
la guerra civil hacia mayores estragos y
/.qué hizo entonces uno de los partidos?
Entre varios folletos incendiarios publicó
uno contra la Inquisicion, y figuraban co
mo es de suponer, los mismos frailes domi
nicos aplicando unos tormentos los mas
horribles y atribuyéndolo todo como con
secuencia á la corrupcion, . . .y concluía así:

Aquí españoles teneis


Vuestra suerte venidera, .
Y este regalo oa espera -
Con los tormentos que veis:
Entre ellos perecereis
Por la necia obstinacion,
Todos sereis acusados
Y justamente juzgados
Por la santa Inquisicion.

Y añada vd. que estos versos los ponian


los liberales en boca de D. Cárlos; 'para
desprestigiarlo por medio de calumnias, ya
que no podian vencerlo con las armas en
43
la mano. Y vd. querrá ser del numero de
los infelices que usan en ia lid gloriosa de la
verdad las armas prohibida! de la calum
nia?
Cat. No señor padre, ya vd. me conoce
que me gusta la razon, y deseo obrar segun
su dictamen; por esto suplico á vd. otra
vez, que me dé las razones de su acerto,
para que en adelanta juzgue .bien de la
Inquisicion, si es como vd. acaba de indi
carme.
8ac. Qué tal eir. la conducta de los jue
ces de la Inquisicion es una cosa tan cierta#
que ni siquieTa deja lugar á la duda por
que esto es lo que consta por el bula
rio de los sumos pontífices en cuyas bulas
se ve la ereccion del tribunal de la .Inquisi
cion y las reglas que los jueces debian guar-
dar-, todo lo demas que se dice son calumnias
inventadas, pero sin que se pueda pro
bar su acerto. Por otra parte, el tribunal
de la Inquisicion era mas moderado que los
demas tribunales de Europa, porque estos
encerraban sus presos en albañales tenebro
sos que mas bien parecían tumbas, y aquella
por testimonio del mismo Llorente, los
encerraba en cárceles cómodas, bien ilumi
nadas y espaciosas; y mientras los.tribunales
civiles usaban todavía la tortura, la Inqui
u
sicion hacia ya mucho tiempo que no la
usaba: y si alguna vez se sujetó á algun
acusado con cadenas, fié para impedir que
atentase contra su vida. '
Cat. Sea esto así ya que tal «s el testi
monio de la historia. Pero cómo se concilia
esta conducta con los autos de fé?
Sac. Expliquemos lo que er un auto de
fó. Sogun el diccionario es: El acto y efecto
de sacar la Inquisicion sus reos con hórrido
aparato, para quemarlos páblicamente des-
pues de leer sus causas ante el pueblo.
Pero quién hacia esto? Veámoslo: El
tribunal de la Inquisicion examinaba log
acusados, definia su culpabilidad hasta que
grado, y despues consignaba los reos al
brazo seglar. Ahora bien, qué mal hay en
esta conducta de la Inquisicion.!' Ninguno
ciertamente: pues entonces ¿quién les apli
caba la pena? El tribunal civil, el que te
niendo en consideracion el honor que se
debe á la divinidad, y que aquellos desgra
ciados habian blasfemado, apostatado y
profanado con horrendos sacrilegios las
cosas mas sagradas, y viendo que continua
ban hollando y vilipendiando al mismo
Dios, para impedir el samo mal de que
arrastrasen con su conducta á otros Ji co
meter semejantes desórdenes, por esto era a
45
condenados segun las leyes de aquellos
tiempos. Q,ue mal hay en este modo de
obrar? Luego la Inquisicion es un tribunal
inocente, luego nada tiene que ruborizarse
la Iglesia en su institucion; luego merecen
el nombre de calumniadores cuantos escri
ben, dicen 6 publican tantas falsedades
contra et tribunal' d<* la Inquisicion y contra
la Iglesia.
Cat. Pero al menos la Inquisicion en
España y en México trastornó todos los
Jimites de la justicia, y la Iglesia tiene mu
cho que avergonzarse por semejantes he
chos, ya que están patentes, sus víctimas y
son conocidas de todos.
Sac. Cabalmente sucede lo contrario: y
\a Inquisicion de España y de México es
la que presenta la mas bella página de la
historia: en favor de la Iglesia. Ella en los
dos reinos no ,fué solo un tribunal eclesiás-
tico sino que se convirtio en tribunal político
y por esto hubo que deplorar algunos exesos
que no se vieron en otras partes. La Igle
sia de su parte siempre seguia las mismas
reglas; mas si el gobierna político lo impe
dia, qué culpa pudo haber en ella^? La santa
Sede, figura de un modo tan honorífico en
todos los hechos de la Inquisicion de Espa
ña y de México, que siempre aparece co

rao la protectora d» las acusados y persegui
dos; por esto ella por cartas privadas y por
medio de publicas constituciones, mitigaba
el rigor de aquel tribunal. Sixto IV reclamó
con tanta energía que se enemistaron las
dos cortes; quiso, que los inquisidores no
pudiesen juzgar sin la intervencion de los
obispos, nombró al arzobispo de Sevilla
Manrique, juez pontificio de aper&cion y
después de algunos años, quiso que los
acusados, acudiasen directamente á 61, y en
consecuencia, suprimio muchos procesos,
mitigó varias sentencias, hizo que fuesen
tratados los que se arrepentían con mas
benignidad y pidió al rey y á la reina por
las entrañas do Jesucristo, que fuesen mas
benignos con sus subditos. Los Papas hicie
ron muchos esfuerzos para que se volviese
ol honor civil y los bienes temporales a los
acusados, insistieron para que no se siguiese
ningun perjuicio en favor de sus hijos, y
recomendaban á los inquisidores que los
absolviesen secretamente en circunstancias
dadas, J nlio II y Leon X nombraron jueces
en favor de ios apelantes para sacarlos de
las manos de la Inquisicion y para que
pusiesen en libertad á los" menos culpables.
Leon X quiso hacer una reforma de la Iiv
quisicion de España, y no habiéndolo podido
47
conseguir, declaró qne cansaba grave daño;
y Paulo III y Pio IV y otros papas obraron
del mismo modo. Ahora bien, siendo esto
así, como se prueba por la historia, ¿en qué
es culpable la Iglesia? No, lo repetimos,
en nada es culpable; al contrario, ha obrado
siempre como la protectora de los persegui
dos. Ojalá qué se hagan cargo de nuestras
razones cuantos han mirado hasta ahora á
la Inquisicion como lo mas fatal y cuantos
han tenido la debilidad da condenar á la
iglesia sin antes haberla oido.
Cat. Si tal fue la conducta de la Iglesia,
si nadá tuvieron que ver los jueces eclsiásti-
eos ¿por qué razon los reyes de España
obraban de este modo? porque el pueblo
español mantenia en su seno y respetaba
. aquella institucion?
Sac. Porque acababan de sufrir una lu
cha de s/etecientos años contra los moros,
porque aun estaban patentes la desolacion
da provincias enteras, el saqueo de ciudades
tomadas y recobradas muchas veces por
asalto, la cruel carnicería do inumerables
hijos suyos que inmoló en las aras de - su
furor la bastarda media luna, la escla
vitud de tantos siglos, y los mil y mil azotes
que llevaba consigo el gobierno de los bár
baros, todo, todo lo sufrieron para conse
48
var su íé y su religion. Por esto el pueblo
español y los que lo gobernaban eran tan
celosos de su fé, por esto no quisieron vw-
la comprometida nuevamente y por esto,
castigaban como merece al herege ya que
de su parte y con su conducta, se oponía
directamente á la conservacion de aquella
religion santa, que para conservarla habian
derramado tanta sangre y tantas lágrimas.
Cat. ¿Entonces quién es el culpable de
tanta sangre derramada? No el pueblo es
pañol por las razones que acaba de alegar
me; no sus gobernantes porque era un go
bierno justo conforme las ideas de aquellos
tiempos; no la Iglesia porque la Inquisicion
no condenaha á los hereges, contentándose
solo con declarar si eran culpables y hasta
qué grado; y mucho menos los Papas que
empleaban -todo su influjo en favor de aque
llos presos: jpues quién es el culpable de
tanta sangre derramada? ¿quién es el cul
pable de los dolores todos que sufrieron las
víctimas todas de la Inquisicion?
Sac. El protestantismo, la francmasone
ría, la revolucion son los grandes culpables,
porque ellos ya de por sí, ya mancomuna
dos son la causa de tantos errores como
polularon por toda la Europa; y los espa
ñoles se sirvieron de la Inquisicion, como
49 . •. .
de un instrumento práctico para conservar
la unidad de sus creencias. Con la Inquisi
cion la conservaron y habiéndola conserva
do, economizaron mas sangre, mas ruinas y
mas estragos que todos los monarcas juntos.
No, no hubo en España las guerras de los
campesinos y anabaptistas, ni las ¡guerras
de Francia, de Inglaterra y de Flandes, ni
el degüello de San Bartolome, ni la matan
za de Merindol, ni las carnicerías de las
CevenasJ ni la muerte de los reyes como
María Estuard, Enrique III, Enrique IV
Carlos X y otros muchos estragos: en su
ma, esclama el conde de Maistre: La In
quisicion ha derramñdo la sangre de al
gunos -pocos criminales; pero vosotros no-
vadores, habeis derramado tanta sangre
que 'podría flotar sobre ella un navio de
guerra.

6. —DEGÜELLO DE SAN BAHTOLOME.

Min. Pero la Iglesia al menos no puede


negar que fué la causa del degüello de
San Bartomé, degüello en el que aseguran
algunos,, que perecieran cien mil hugonotes
ó calvinistas y es tan culpable la Iglesia en
este punto, que el mismo Gregorio XIII
50
tan pronto como tuvo noticia del hecho en
Roma, mandó cantar un Te Deum: tan
cierto es que este hecho es propio de la
Iglesia y principalmente de la Iglesia Ro
mana:
Sac. Confieso que la matanza de los hu
gonotes, efectuada en Francia por Carlos
IX, en la noche de San Bartolomé de 1572,
es ciertamente una de las páginas mas tris
tes de la historia; pero tambien es cierto que
nada tuvo que ver en este suceso la Iglesia.
Los hugonotes en los lugares donde entra
ban tenian la costumbre de incendiarlo to
do, arrasaban los monasterios, quitaban la
vida á los sacerdote», deshonraban las vír
genes del Señor, y ejercían todo su furor y
crueldad contra los católico» que no querían
renegar de su fé. Siguiendo su resolucion,
se apoderaron de varias ciudades y* casti-
,llos, recurrieron á los príncipes protestantes
de Alemania, y ala reina de Inglaterra, de.
los cuales obtuvieron los auxilios de hom
bres y armas. Sabiendo el rey además, que
existia una conspiracion contra su propia
persona, y contra los individuos de !a fami
lia real decretó su muerte, y en un momento
dado, se verificó la gran matanza. Inmedia
tamente la Corte de Fraiicia escribio á Su
Santidad el Papa Gregorio XIII, anuncian-
51 '
'iole que el rey se habia visto obligado á
prevenir el golpe, quitando la vida á los hu
gonotes-, porque hab'ia llegado milagrosa
mente á su noticia, la conspiracion que te
nían fraguada, de matarlo juntamente con
la reina madre y á la demás familia real.
Entonces el mansísimo Pontífice hizo cantar
un Te-Deum, no por la muerte de los hugo
notes, sino por haberse conservado la vida
de la familia real. Este es el hecho, segun
nos dicen las historias: y ¿qué culpa tiene la
iglesia en la matanza que ordenó CávIo3 IX?
En el consejo de! rey no entró el Nuncio,
ni ningun arzobispo, ni obispo, ni eclesiás
tico, ni siquiera fraile, ¿pues porqué acusa
ría ala Iglesia Romana y aun á toda la
Iglesia Católica? Lo único que hicieron los
obispos y sacerdotes, fué salvar á muchos '
de aquellos infelices: y Gregorio XlIIdecia
suspirando... ¡¡¡Quién me asegura que entre
los culpables no hayan perecido muchos ino
centes!!! Pues entonces qué culpa tiene la
Iglesia? Ninguna absolutamente: 'así como
ei protestantisríTb es del todo culpable, por
que sus principios produjeron los hugonotes
y estos con su modo de obrar pésimo, se
h/cielon reos del castigo.
Cat. 'Mucho me admira lo quc¡ vd. Padre
nos está diciendo; porque las Vísperas do
I 62.

San Bartolomé yo creía que eran efecto del


clero, y de un modo especial de la Santa
Sede, y por esto ho podia menos de conde
narlo; pero con la esplicacion que vd. nos
hizo, el clero no solo no es culpable, sino
que hizo un grande bien á los mismos hu
gonotes, ya que por su medio salvó la vida
á muchos; pero desearía una prueba mas po
sitiva de este modo de esplicar la gran ma
tanza de las Vísperas de San Bartolomé,
porque me siento del todo confundido, vien
do la inocencia de la Iglesia, y la culpabili-
dad.siempre creciente del Protestantismo.
Sac. Como se trata de hechos históricos, -
es muy fácil dar á Vd. nna prueba la mas
concluyente, como sacada del historiador
Dávila, con el cual convienen todos los de-
mas historiadores protestantes y católicos
que hacen mencion del hecho: El rey (dice)
se presentó en el parlamento á los tres dias
de la matanza y allí descubrio claramente
sus designios, manifestando las razones
que le habian inducido á quitar la vida á
aquellos subditos rebeldes, y á esterminar á
unos perpetuos conspiradores de su vida y
de su reino: los cuales aunque tantas veces
habian sido perdonados, con todo siempre
volvían con una obstinada perfidia á con
jurar y d rebelarse de nuevo. Por tanto que
53
da otra vez probado que la Iglesia no tuvo
ninguna parte en la matanza de San Barto
lomé, así que el protestantismo fué la cau
sa de todas esas muertes, porque la prácti
ca de sus principios hizo á los hugonotes, y
estos con su modo de obrar pésimo, ge hi
cieron reos del castigo.

7 REVOCACIÓN DEL EDICTO DE NANTES.

Min. Pero al menos fueron lo» sacerdo


te» la cama de la revocacion del edicto de
Nantes, y de todos los males quede ahí se
siguieron contra los pobres protestantes.
Sac. La Iglesia no fué la causa de la re
vocacion del Edicto de Nantes, sino que así
como Enrique IV en gratitud á los hereges
que le habian ayudado en sus empresus mi
litares, y en consideracion á las personas
cuya religion antes el mismo habia profesa*
do, determinó otorgarles por medio de un
Edicto algunas concesiones civiles, junta
mente con la de profesar publicamente bu
religion; así como, apaciguadas ya las tur
bulencias en los reinados siguientes, creyó
Luis XIV que habia llegado el momento de
54
revocar aquellas concesiones: concesiones
que como dice Grocio y otros protestantes,
no fueron un tratado de alianza, sino un
decreto dado por un rey para el bien publi
co, y que otro rey pudo quita;- cuando el
bien publico así lo exigia. Pues entonces,
¿quién causó tantos trastornos? No el rey,
porque estaba en su derecho: y como dicen
los historiadores era opinion general de que
habia llegado el momento de reunir á toda
la Francia envina sola religion: no el clero
6 la Iglesia, porque no tuvo mas parte que
suavizar la ejecucion da aquellas medidas
por todos los medios posibles. Esta conduc
ta hacia decir á Fenelon dirigiéndose A sus
curas: ¡Oh pastores. . .. sed padres délos
desgraciados . . . . y sed madres de manera
(pite sufriendo por ellos los dolores y angus
tias del parto, formeis á Jesucristo en sus
corazones. Esta conducta hizo, que los mi
nistros enviados para instruir á los hereges,
lio diesen principio á sus tareas, sino des
pues de haberse retirado los soldados com
pletamente.... Esta conducta hizo, que
Bossuet en su diosesis se opusiera energica
mente á toda coaccion contra los hereges.
En una palabra, la Iglesia, en este hecho
no tuvo mas parte que la de ejercer su in
fluencia en favor de los hereges, moderan-
55
m
do con prudencia y benignidad la fogosidad
de aquellos católicos. . Pues entonces quien
lo hizo? El protestantismo, porque él armó
á los hugonotes con sus maléficos principios,
y él fué lacausa que el gobierno obrase se
gun su poder; y sin embargo ese mismo
protestantismo, con un descaro inmedible,
comete la vergonzosa felonia de acusar á
Ja Iglesia católica de sus progios crímenes
y hacerla responsable do todos ellos

8 — SOpuE GALILEO.

Cat. Pero al menos señor padre no podrá


Vd. negar que la Iglesia condenó al famoso
astronomo Galileo, y que el santo oficio en
vez de tener alguna consideracion á un
hombre tan insigne, falló su terrible senten
cia contra él: y mucho menos podrá negar
que es un exeso cuteramente inescusable
haberlo encerrado en las cárceles de la ln-
quisision, haberlo tratado bárbaramente.....
y haberle sacado los ojos, y otra multitud
de barbaridades que tuvo que sufrir.
Sac. Voy á responderá sus nuevos car
gos, y la Iglesia aparecerá tan limpia de
56
ellos, como en los que se le han dirijido pol
la Inquisicion, por las vísperas de San Bar
tolomé y por el Edicto de Nántes.' Conve
nimos que lacondenacion de Galileo ha si-
de siempre una serie de acusaciones contra
la Iglesia; y no solo se complacen lo» in
crédulos en pintarnos á ese hombre incom-
parable, enmedio de los mayores sufrimien
tos padecidos por causa de la Iglesia, si
que tambien la tachan de rehogada y sin
amor á las ciencias; pero lo que hay de po
sitivo es lo siguiente. Que. los sábios pen
saban de un modo contrario á Galileo; que
este se vio atacado por Cartesio, Bacon y
otros sabios; que era considerada su doctri
na como repugnante á la filosofía natural;
que las mismas razones de Galileo eran fal
sas é incompletas; que la santa sede recono
cio la probabilidad del sistema, y que se ha
bia concedido al cardenal de Cusa que de
fendiese elmovimieuto de la tierra y á Co-
pérnico que publicase la misma teoria en
una obra dedicada al Papa. Luego no hay
cosa alguna en contra de la Iglesia, y nO se
le puede tratar de amante de oscurantismo;
ya que por el contrario, permititio el Papa
que le fuesen dedicados semejantes descu
brimientos. Por tanto, ¿e« qué es culpable
la Iglesia?
57
Min. Pero Vd. no puede negar que Ga-
lileo fué acusado al tribunal del Santo Ofi
cio y sumido en lo? subterraneos de una
cárcel tenebrosa con cadenas en todo su
cuerpo y aguardando por lauto la fatal sen
tencia.
Sac. Galileo fué acusado al Santo Oficio
lio romo astrónomo, sino como teólogo, por
que quiso haberse intérprete de la santa es
critura, y sostener que de ningun modo po
día esplicarse diversamente de lo que él la
esplicaba; poique afenándose en sus opinio
nes despreciaba con grande exaltacion las
desus amigas, hasta' el pumo de querer
probar que hasta entonces se habta explica
do mal la Santa Escritura. El Santo Oticio
condenó el sistema de Galil o no como uh
hecho puramente astronómico, sino como
enlazado con la verdad de las Escrituras y
como fondado sobre ^1 las: y en este sentido
cJaróesiá que 1.0 podia admitirse; porque
en aqtirl os tiem| o- no podia sostenerse co
mo cosa probable, por no haberse descubier
to todavia los fenómenos que le dan « n nues
tros días una irrecusable evidencia. Fué
condenado con las consideraciones mayores
que pueden guardarse á un reo; fué condo
nado, pero con tanta confianza, que Urba
no VIH le comunicó confidencialmente las
Bfl4.— Protest 5
58
acusaciones de sus rivales, fué condenado,
pero antes se nombró una comision especial
«para que examinara de nuevo sus doctrinas,
fué condenado, pero en vez de ia cárcel del
Santo Oficio, sele señaló por habitacion el
Palacio del ministro de Toscana y en los
diasque duró su examen se le cedio en
el Santo Oficio una de las habitaciones de
sus principales empleados donde pudo vivir
con su criado; fué condenado, pero porqué?
porquese defendio segun su método y su
acostumbrada mania, no ya de demostrar á
susjueces la* realidad del movimiento' de la
tierra, sino de que i a Santa Escritura se
habia interpretado mal hasta entonces, de
todo lo cual da fé su apología manuscrita.
Y Galileo se quejó de la conducta de la
Iglesia? En una de sus cartas en que re
fiere minuciosamente todo este negocio se
lee lo siguiente: "Fui sometido (en 10 de
Febrero de 1622) á la suma clemencia del
tribunal del Santo Oficio y del Sumo Pon
tífice Urbano VIII el cual me creia digno
de su aprecio. . ..fui detenido en el delicio
so palacio que está contiguo aj del embaja
dor de Toscana. . ..fui presentado en ple
na congregacion para que alegase mis ra
zones, y que se tomarían en cuenta mis
disculpas en caso de que fuese hallado <Je"
59
Iincuente....fuí obligado á retractar mi
opinion ... fué prohibido mi diálogo. . .des-
pedido de Roma cinco meses despues, me
fué destinada por cárcel la habitacion del
mejor amigo que yo tenia en Siria el arzo
bispo Píceo Iomini. . . .y despues su santidad
permutó la estrechez de aquella casa con la
libertad del campo que me es tan sagrada-
ble." Ahora pregunto ¿dónde etán los hor
ribles malos tratamientos que el Santo Oficio
dio á Galileo? en qué debe avergonzarse la
Iglesia en es'e negocio importante? Siendo
esto que hemos espuesto la verdad desnuda
¡por qué se clamará todavía sobre la conduc
ta de la Iglesia contra Galileo? Ah! no hay
otra razon que la ignorancia ó la malicia
de los protestantes, y de los escritores que
los han copiado.
•Con lo dicho, señor ministro, y señor ca-
tóVico á la moderna, queda plenamente de
mostrado que el Protestantismo, obra ds
Martin Lutero, es falso en sí mismo y en
sus obras, es un cisma fatal, condenado ya
desde antes por el Apóstol San Pablo, y es
una secta diabólica, qu« pone en estado de
condenacion á cuantos lo profesan; porque
(l autor de esta pretendida reforma no vino
de Dios, ni su empresa fué de Dios, ni los
medios de que se sirvio para establecer?-
60
fueronde Dios. De ahí se signe, que cuan-
tos se han separado de la Iglesia Ca'ólica,
están en un cisma condenable, que no tie
nen legít mo sacerdocio, que no se confiesan,
y que no alcanzan el perdon de sus pecados.
De ahí se sigue, que se condenan irremisi
blemente lo- que conociendo la verdad, no
la abrazan haciéndose católicos romanos; y
los que no lo hacen porque no se atreven,
pues Jesucristo ha dicho por San Lúeas:
Quie?i se avergonzare de Mí y de mis pa
labras, de ese tal se avergonzará el Hijo
del Hombre ante su Padre Celestial: de ahí
se sigue que se condenan^ los que teniendo
deseos de hacerse católicos, no lo hacen por
consideraciones de familia, porque Jesucris
to ha dicho por San Mateo, cap. 10. El que
ama á su Padre y á su Madre mas que a
Mí, no es digno de Mí: y de ahí se sigue
que se condenan los que continuan en el
Protestantismo, por temoi de perderlos bie
nes temporales, ya que Jesucrislo nos dijo:
¿De qué servirá C un hombre ganar todo
el mundo, si pierde su alma? Deseamos
que consideren bien estas razones los seño-
T--í jninistros protestantes y católicos á la
uawfaíaj y deseamos que pesen un poco las
razones que hemos alegado, ya que justifi-.
can completamente á la Iglesia católica y al
61
elero romano, y la justifican rd« un modo
especial no solo én lo que se llama víctimas
de la inquisicion, sino tambien en Ja ma
tanza de la víspera de San Bartolomé, de
la revocacion del edicto de Nántes, y de la
condenacion de Galileo, y demás vulgarida
des por el estilo.
CAPITULO II.
La Iglesia de Jesucristo es la Terdader»..

Caí. Pero de que la religion protestante


no sea Ja verdadera, no se sigue que lo sea
k católica: en este casó, hemos de creer que
ninguna es verdadera. No la del protestan
te por los argumentos que vd. señor padre
acaba de presentarnos; y mucho menos lo
será la religion católica, cuyos abusos die
ron lugar á la reforma protestante. En este
supuesto, deberemos decir que no hay nin-
{¡una religion verdadera, que todas las re
gionés son lo mismo, y que lo propio será
profesar una religion, que profesar otra, 6
no profesar ninguna.

1. —EXISTENCIA DE LA VERDADERA
IGLESIA.
Sac. "Vamos por partes, señor católico y
atendiendo bien vd. y el señor ministro, de
mostraré la existencia de una iglesia ó re
ligion verdadera, y que esta es la Católica
Romana; y por lo tanto, que no es lo mismo
profesar una religion ó profesar otra; sino
que es de necesidad profesar la verdadera
para salvarse. ¿Jesucristo prometio fundar
una Iglesia, señor ministro?
Min. Sí, señor, pues nos dice por San
Mateo, ltí. 18. Yo edificaré mi Iglesia.
Sac. Estas palabras, dichas absolutamen
te por Jesucristo debieron cumplirse, porque
nadie puede oponerse á la voluntad absolu
ta de Dios. Por esto, como nos dice la Es
critura, de hecho la edificó sobre la piedra
de Pedro, y señaló la víctima, el altar, el
sacerdocio y todo lo necesario para que hu
biese verdadera Iglesia, y como de una co
sa hecha, y que tuvo el mas esapto cumpli
miento nos hablaron los santos Apostole»
65
al decirnos Creo en la Santa Iglesia Cató
lica. ¿Puede decir algo señor ministro sobre
esta demostracion?
Min. No señor padre: y creo además que
Jesucristo fundó su Iglesia porque El mis
mo así lo dijo, y lo hizo.
Oat. 'Tamoieu lo creo yo; pero mi dificul
tad estriva en conocer la Iglesia verdadera,
porque la Ca.tólica tiene tantos abusos, que
no puede serlo; no, es imposible que la Igle
sia Católica sea la verdadera.
Sac. Vamos por partes, señores, y Dios
mediante, daremos solucion cumplida á to
dos sus argumento-; ya que la verdadera
religion, fundada por Jesucristo ha de te^
ner sii cuna, en su fundador,, y ha de durar
mientras dure el género humano. E ta es
mi demostracion. Aquella religion es la ver
dadera Iglesia de Cristo, que cuenta mas de
IB36 años d<3 establecida, y que desde su
establecimiento lia subsistido siempre. Na
da mas cierto que debe contar al menos 1836
años de existencia, porque hace todo este
tiempo que Jesucristo, su fundador, subio á
los cielos; y nada mas cierto que ha de sub
sistir siempre, porque así nos lo prometio
El mismo por San Mateo, al decir: Las
puertas del infierno no prevalecerán contra
mi Iglesia. Mat. 16 18. Yo estare con va-

'
68
sotros hasta lo consumacion de los siglos;
Mat. 28 20. Ahora bien, ¿cuál es la Iglesia
que tiene estas dos condiciones; ó lo que es
lo mismo, la Iglesia fundada por Jesucristo,
que es y ha de ser la Iglesia verdadera? Es
la Iglesia Católica Romana, y solo la Igle
sia Católica Romana.

V 2.—SOLO LA IGLESrA ROMANA ES LA

VERDADERA.

1 Hace mas de 1836 años que murio su


fndador Jesucristo, y que despues de resu
citado subió á los cielos y nadie puede decir
que la iglesia de Jesucristo se haya funda
do en una época posterior, y todos deben
confesar que al salir de este mundo la dejó
establecida, como consta de la Biblia y del
Símbolo de los apóstoles: pues esta iglesia
que dejó establecida es la Iglesia católica
romana.
2? Esta misma iglesia goza de la perpe
tuidad, pues vemos que ha subsistido desde
entonces hasta ahora sin ninguna inte rup-
cion, y á la manera que San Agustín proba
ba que la Iglesia de su tiempo tenia la anti
güedad necesaria unida á la perpetuidad, y
<¡7
lo probaba con la sucesion no interrumpida
de 39 papas que habian ocupado la Billa
apostólica en la ciudad de Roma desde su
tiempo hasta San Pedro, asi nsootros pode
mos probar ahora que la misma Iglesia ca-
tólicj es la que siempre ha existido desde
su fundacion señalando 262 papas que se han
succedidoen la Iglesia romana desde San
Pedro hasta Pio IX; luego la Iglesia cató-
tica romana, es la iglesia verdadera, porque
es la que existe desde Jesucristo, es la fun
dada por el mismo Jesucristo, y es la única
que siempre ha existido: luego toda, otra
religion que no eea la católica romana es
una religion falsa, es una vil secta, es un
engañabobos y 'es un precipitar á sus sec
tarios á la eterna condenacion.
Caí. Pero el protestantismo tiene igual
mente estas dos condiciones como publican
sus ministros que la conocen; por consi
guiente, el protestantismo será tambien la
iglesia de Jesucristo.
Sac. Mucha es la diferencia que media
entre decir y probar señor católicoí con
tengo que así lo dicen los señores minis
tros protestantes; pero vd. tendrá de con
venir tambien que no pueden probarlo, y
para su instruccion y bien espiritual, se lo
v°y á demostrar con la historia en la mano
68
siguiendo en un todo las ieglas que nos ha
dejado nuestro divino Fundador.
Cat. Ojalá que lo hiciera á mi satisfac
cion! pues así concluirían de una Vez mis
crueles remordimientos y las terribles dudas
que me horripilan. ¡Oh cuánto padece un
espíritu que quiere creer y teme no creer
bien! ¡Ojalá que logre vd. disipar todas mis
dudas ¡Oh! se lo confieso, son muchas, mu
chísimas y muy crueles.
Sac. La iglesia protestante ó mejor dicho,
la secta del protestantismo no puede ser la
.iglesia verdadera, porque solo hace unos
350 años que Lutero comenzó á dogmatizar,
y despues de él los demas sectarios sus dis
cípulos: luego su secta que falsamente ape^
llidan iglesia, no es la de'Jesucristo: luego
no es la, iglesia verdadera, luego es tan solo
la secta que por las causas ya espresadas
inventó Lutero. No puede decirse que la
iglesia luterana y calvinista Inyan existido
antes de Lutero y Calvino, del mismo modo
que jamás serán primero los hijos y despues
los padres. Ademas, la verdadera historia
nos señala que la cuna del potestantisrno
fué en los dias de sus padres Lutero y Cal-
vino; y en los anales de la iglesia no se en
cuentra doctrina como la suya sino desde
síhíienipo, y ni siquiera entra los heregea se
69
encuentra nna sociedad que haya abrazado
la doctrina del protestantismo. Ni respon
dan los adversarios que la iglesia ha creido
lo mismo que ellos durante loa 'cuatro pri
meros siglos, y que por esto fué necesario la
venida de Latero y de Calvino para que le
reformaran, porque en esto mismo confesa
rían que ellos no forman la iglesia verdade
ra; porque e-ta ha de existir siempre sin
ninguna interrupcion, segun la promesa de
Jesucristo. Por otra parte, qué mayor fal
sedad podría estamparse? Él prote tantis-
mo desconoce la palabra de Dios no escrita,
y aun una pirte de la escrita, y el sacrificio
de la misa, y a c.onve sion del pan y del
vin' en «rcu-^rpo y sangre de Jesucristo, y
la mayor parte de los sacramentos, y la in
falibilidad <le la iglesi-i, y el lugar que lia—
marnns purg itorio. y l.i diferencia entre «1
pecado mortal y venial y ot a multitud, de
cosas es-mciale , to lo lo cual fo ;iii ba en el
CU trto siglo U creencia de ' la iglesia, así
comt, es también la creenci i de ahora: y
d'.'puit- de e<io ¿se q ierra llamar á la* sec
tas protestar. tes l-i iglesia de los cuatro pri-
meros'si^los? Tampoco p'iede decirse que
la creencia protestante es la de. Juan Hus y
de Pedro Val lo, poique la historia nos dice
que sus creencias eian muy distintas: y
70
ana cuándo esto así fuera, su existencia
habría comenzado á principios del siglo
XII, y toda iglesia que no date de diez y
nueve siglos no puede ser la iglesia verda
dera. Menos puede decirse que la iglesia
estuvo oculta hasta la venida de Luteio,
porque esto es contra la Biblia que nos ase
gura que la iglesia siempre sera visible^ ya
que Jesucristo la fundo como una casa
edificada sobre soberbios cimienlos. Ni pue-
dnu .contestar que la Iglesia católica era
la verdadera hasta el tiempo de Lute-
ro, pero que sus «rrores y abusos hicieron
necesaria la reforma; porque decir esto es
afirmar que no era verdadera iglesia, porque
la que tiene errores jamás lo lia sido ni lo
será: además, ó los errores eran esenciales
ó no? si lo fueron, no íué iglesia de Cristo,
y si no lo er¡.n, no tuvieron los señores
protestantes los necesarios motivos de se
pararse de la verdadera iglesia. Qué le
parece á vd. de esta demostracion? qué
mas podria vd. esperar? puede imaginarse
otra mas concluyeme?
71

3 .EL PROTESTANTISMO NI ES NI
PUEDE SER. LA REFORMA DE LA
IGLESIA CATÓLICA.
Min. Convengo en lo que acaba de expo
ner; pero nosotros decimos que laT iglesia,
tiene necesidad de reforma, y que el protes
tantismo es la reforma de la Iglesia cató
lica. , ,
Sac. El protestantismo no es 4a reforma
de la Iglesia católica, ni lo ha sido nunca
ni jamás podrá serlo; porque la Iglesia ca
tólica resplandece con tanta luz, que no pue
de menos que ser conocida como per la
fuente de la luz de toda verdad, mientras
que el protestantismo trae consigo el mayor
námero de errores que pueden imaginarse:
etta tiens todo el conjunto de unidad per-
fectísimaque le dio su fundador; mssél
apenas nacido se dividio en nuevas sec
tas y todos los dias se subdivide mas: aque
lla tiene por fundador al mismo Dios hecho
hombre, mientras que aquel trae <u origen
de los hombres mas escandalosos y malva
dos de sobre la tierra; esta tiene la perfecta
santidad y los dones estraordinanos de los
milagros, y las gracias sobrenaturales que
la distinguen, al paso que éste -sla sin mi
lagros qre confirmen su doctrina, y sin las
gracias gráiis dadas que la ilustre»; esa ha
visto ci-er á sus p éá una ira< otra todas las
heregí s quese h n lev, ntado contra ella;
y ese á trueque de contervar el número de
sus secuaces, permite que cada uno piense
como quisiere: y la Iglesia en fin, no obstante
de hallarse combatida por todos los poderes
de la tierra, tantas persecuciones no han
logrado jesterminarla, mientras que el pro
testantismo que engrosó sus filas derraman
do sangre y cansando todos los estragos, des
aparecerá muy pronto como á los ciernas
nectarios. Tal es el protestantismo, lo con
trario de la Iglesia católiea: y habrá todavía
quien diga que es su reforma? Ah! jamás,
jamás: porque la Iglesia es como el sol de
medio dia, y el protestantismo como las ne
gras tinieblas de la noche. Y habrá todavía
quien afirme que el protestantismo es la re
forma de la Iglesia católica? ¿Quieren vdes.
convencerse mas y mas que 1 1 reforma pro
testante es todo lo malo, y que nada tiene .
de bueno? Aprendedlo del mismo Lutero,
el cu;il dijo así: Desde que liemos predicado
nuestra doctrina, el mundo se hace coda
dia mas malo, mas implo y mas descara
do. Los diablos se precipitan en legiones
sobre los hombres, los cuales a la luz del
73
evangelio Son mas ambiciosos, mas impádi
cos, y mas detestables de lo que eran en
otros tiempos bajo el papado. En nobles y
'plebeyos, grandes y rusticos, iw se encuen
tra sino avaricia, intemperancia, crápula,
desórdenes vergonzosos y pasiones abomi
nables.
Min. Pero señor ¿cómo puede ser esto?
yo siempre habia creido que el protestan
tismo era la reforma de la Iglesia romana.
Cat. Así lo he creido yo tambien, y así
lo he ojdo repetir á personas muy respeta
bles.
Sac. A psrsonas muy respetables por su
falla de catolicidad bien puede ser; pero ár
yersojias respetables por su santidad é
instruccion religiosa, esto jamás se ha oido
decir ni á una sola. Por consiguiente, la
creencia de vd. sobro este punto es falta,
porque nada mas fai o señor ministro, que
presentar el protestantismo como la reforma
de la iglesia católica. Es difícil señores
contar las arenas de las mares, de los ríos
y de las fuentes; mas difícil todavía redu
cir á guarismos las hojas de los árboles, de
los arbustos y de las plantas; y sumamente
mas difícil señalar el numero fijo de las es
trellas: pero todavía es mas difícil que el
protestantismo pueda ser la reforma de la
6
74
igleBia católica. Reforma?!! palabra la mas
cacareada de los protestantes, y tambien la
mas peormente aplicada, y. la mas necia
mente entendida.

4. ELPR.0TESTANTISM0 ES
UNA VIL SECTA.
Min. Pues ojalá señor padre que vd. nos
lo demuestre, -porque si el protestantismo no
es la iglesia de Cristo, ni es la reforma de
la Iglesia católica, se sigue entonces con
toda certidumbre, que no es otra cosa que
una vil secta y en este caso que ningun pro
testante puede salvarse.
Cat. Pero la dificultad está en probarlo,
porque los errores de la Iglesia católica son
muchos, y muy graves y gravísimos como
he leido en algunos autores.
Sac. A esto ultimo respondo que ó estos
errores son esenciales ó no; si lo son el pro
testantismo ya no es iglesia de Cristo y
solo es la triste reforma de una iglesia falsa;
y si los errores no son esenciales, en este
caso ella sola, y solo ella es la verdadera
iglesia de Cristo porque el -protestantismo al
separarse hizo una accion tan indigna co
mo crimifial, porque tuvo la avilantez de
75
hacer lo que prohibe el apóstol 8an Pablo
al decir que nadie formas» cismas.
Por otra parte eL protestantismo no pue
de ser la Iglesia de Cristo ó la reforma de
la Iglesia verdadera, como las tinieblas no
pueden ser la reforma de la luz, porque es
y no es otra cosa que una vil secta:
Cat: Pues entonces ¿quién es la reforma
de la Iglesia católica.
La Iglesia romana señor católico, la Iglesia
romana señor ministro, y no mas que la
Iglesia romana; porque ella es la que se ha
reformado asimisma, como consecuente en
obrar siempre conforme con la doctrina de
sn divino fundador. En electo, Bossuet nos
ha dicho con toda verdad, que en los
tiempos de Lutero, pacíficos y verdaderos
hijos de \a Iglesia deploraban sus males sin
acrimonia: proponian con respeto su refor
ma, cuya demora la gemían con humildad,
7Jejosde quererla procurar por medio de la
violencia, miraban por el contrario á esta
como el mayor de todos los males En me
dio de los abusos admiraban la Divina Pro
videncia, que sabia segun sus promesas con
servar la fé de la Iglesia, y si parecía que,
se les negaba la reforma de las costumbres,
sin exasperacion ni acritud se juzgaban
bastante felices a.1 yer que nadie les impe-
76
dia realizarlas en sí mismos. Estos eran los
valuartes de la Iglesia cuya fé no podia ha
cer vacilar uinguna tentacion, ni arrebatar
les la unidad. Leon X, á ejemplo de sus
gloriosos predecesores Gregorio, Leon el
grande, Silvestre y Julio II y Alejandro
III por medio de un concilio celebrado en el
granBacilicade Letranen Roma, emprende
la verdadera reforma, mandando 1. c 'Que
en lo sucesivo solo sean elevados al sacer
docio hombres de edad madura, de costum
bres ejemplares y que hubiesen estudiado
largo tiempo en los bancos de las escuelas.
2.° Q,tie la teología que es la reina de las
ciencias era preciso que volviese á florecer
y que en lo sucesivo, el que quisiera dedi-
carreal servicio de los altares debería cono
cer los Santos Padres y lo¿ cánones: 3. °
due para ser recibido á los sagrados órde
nes no bastaría la ciencia, sino que á ella
debia añadirse Inconducta ejemplar; de stter
te que una vez recibido del ministerio sagra
do viva ei sacerdote no solo >in hacer mal,
sino que aun se le juzgue incapaz de poder
lo cometer; viva casto y piadoso, y sea como
una lámpara encendida ante los hombres y
que honre á Dios con sus obras. 4. ° Quie
re que la habitacion del cardenal, sea una
especie de puerto para todas las familas,
77
honradas, para todos los hombres doctos y
para todo sujeto de buena conducta. 5. °
Q,ue la mesa de un prelado sea sencilla, fru
gal y modesta, y que en su casa no reine el
lujo ni la avaricia; que sus criados sean po
cos; vigilados, y recompensados segun su
buena conducta; que los sacerdotes que ha
ya á su servicio los concideren como hués^
pedes dignos de toda consideracion; que re
huse ser abogado de aquellos que soliciten
puestos y honores y como el defensor nato
de la causa del pobre y del huérfano; y si tie
ne padres necesitados los socorra segun su
justicia,
Es preciso
pero nunca
leer cada
á espensas
renglondéla
de este
Iglesia,
de

creto pontificio relativo al cardenalato, para


ver con cuanta solicitud desciende Leon X
alosmas pequeños pormenores pertenecien
tes á \a vida íntima de los prelados en su-
palacios, con sus criados, con sus deudos,
con sus clientes en la Iglesia, en la diocesis
y en la misma mesa; loque hace ver con
toda claridad que Papa no solo exijia una
reforma particular, sino que era tan general
que se estendia á los mismos cardenales,
porque como decía el mismo Papa en 1514
el campo del Señor necesita ser removido
radicalmente paja que dé nuevos frutos. En
una palabra, á todas las quejas contra los
78
desórdenes del clero, Leon X contestó de
clarando una reforma, porque las altas in
teligencias reunidas en Letran, compren
dieron los males de la Iglesia, y se sintieron
animados de un ardiente deseo de reme
diarlos; pero un fraile, un fraile debia de
impedir tanto bien, y ese fraile era Martin
Lutero. Considérese ahora de buena, fe si
el protestantismo fundado por Mariin Lute-
ro podrá apellidarse jamas la reforma de la
Iglesia católica. Martin Lntero no reformó
la Iglesia calólica, sino que dejándose ar
rastrar de sus pasiones, se hizo todos los
dias mas soberbio, orgulloso y altanero; y
fué formando su plan de ataque contra el
catolicismo segun las circunstancias- Por
esto,- la conducta de Lutero fué una contra
diccion continuada: y sus hijos tambien se
habian pegado á las lecciones de su padre
en Satanás, que dieron hartos materiales al
gran Bossuet, para que compusiera su íh-
mortal obra de las Variaciones de los Pro
testantes, y concluyendo de ellas de la ma
nera mas lógica la falsedad del protestan
tismo.
79

5.—NOTAS DE LA VERDADERA IGLESIA.

No, no puede el protestantismo ser la Igle


sia de Cristo ó la reforma de la Iglesia ver
dadera, porque esta, segun testimonio de los
apóstoles, debe ser una, santa, católica, apos
tólica y romana, Debe ser una, porque los
apóstoles nos enseñaron á creer, no muchas
iglesias sino una sola Iglesia con unidad de
fé, y todos los católicos de un modo tan es
preso están de acuerdo, que deja de ser ca
tólico el qu? no udmite la esplicacion de la
Iglesia: mas como los protestantes no for
man una sola iglesia, sino tantas sectas
cuantas son las cabezas; y como los após
toles no nos enseñaron á creer muchas igle
sias, es claro y evidente que el protestantis
mo que es un conjunto de sectas de creencias
distintas, no puede de modo alguno ser la
iglesia verdadera, y tanto menos lo puede
ser, cuanto que entre ellos no hay unidad
de fé, sino que unos quieren que se adore á
Jesucristo Sacramentado, y otros lo prohiben;
sostienen estís que la humanidad de Jesu
cristo está en todas partes, y aquellos lo nie
gan absolutamente, unos admiten tres sa
80
cramentos, otros dos, otros ninguno: en al
gunas partes dicen misa y se confiesan, y
en otras no. ¿Y una religion con tantas va
riaciones y fal edades podia ser la Iglesia
verdadera? Evidentemente que no, y evi.
dentemente que solo es una secta y de nin
gun modo la reforma déla Iglesia Católica.
Lo que se ha llamado reforma fué una re
volucion, y los que se levantaron con
tra la autoridad de la iglesia fueron revolu
cionarios. ¿Qué significa sino este hermoso
nombre de reforma? Mejora sin duda; pues
bien la historia nos asegura que sucedio to
do lo contrario; porque ella se llenó de los
bienes que quitó al catolisismo, y derramó
torrentes de sangre: y en cambio del amor
cristiano, nos dejó la disencipn, el resenti
miento y la discordia. La reforma no fué
una era de paz y de felicidad como se decia,
y sí lo fué de confusion y de anarquía la
mas completa. Lutero para justificarse ale
ga lus escándalos del Clero: esto no es ra
zon porque el Papa habia decretado su re
forma; y porque en Alemania habia muchos
obispos católicos cuya piedad era admirable
aun ante los mismos reformadores. Lutero
con su reforma tuvo que llorar la sangre de
mas de cien mil alemanes: á la guerra de
los paisanos siguio la espoliacion de los con-
81,
ventos, á este atentado del mas sagrado de
recho, todos los males en la moral, sin es-
ceptuar siquiera, la autorizacion del Lan-
dgrave de Hesse para que casara con dos mu-
geres á la vez: la reforma en suma, lo que
ha producido, segun su historia, es la ciencia
del orgullo, predicar la comunidad de bie
nes y dé *mugeres por Munster; enseñar por
Melanchthon que el dogma de la Trinidad
quita la libertad á nuestra inteligencia y se
guir los errores de Calvino, Carlostadio,
Henrique VIII: y lo que enseñaron los We-
ter, los Angustí, los Geissí y Ctra multitud
de novadores. Y esa obra, esa inmunda y
fatalísima obra apellidada reforma, sería la
Iglesia verdadera? No, no; mil veces no.
Por otra pa-rte, los apóstoles nos enseñaron
quela iglesia verdadera debia ser santa, y
los abales déla iglesia católica nos enseñan
que en todos tiempos ha tenido ¡numera
les santos; y los protestantes en la confe
sion de Ausbnrgo se vieron obligados á
concederlo, y de hecho admitieron por san
tos á San Bernardo, San Francisco y- San
Buenaventura etc. . . . con lo cual reconocen
que la iglesia católica es santa, y tambien
confiesan que es santa en cuanto San Fran
cisco Javier hizo grandes milagros.
De esta confesion se sigue, que si en la
82
iglesia hay santos, clarcfestá que'todos pué.
den serlo; porque todos tienen los mismos
auxilios y los mismos ejemplos; claro está
que todos pueden salvarse, y claro está
tambien, que ninguno puede salvarse en
ninguna otra iglesia; porque profesando doc
trinas contrarias no puede ser la Iglesia ver
dadera que es una y santa, sino que nece
sariamente debe ser una vil secta.
Ha de ser católica, porque la verdadera
iglesia debia estenderse por todos los luga
res de todo ek mundo, y de hecho lo hizo el
catolicismo: es eatólica porque así nos lla
man los hereges, y ellos señalan nuestros
templos declarando que son de los católicos
al paso que sus templos siempre han toma
do el nombre del que los fundó ó simple-
menté el de templo de los protestantes ó
templos evangélicos.
Debe ser apostólica porque los apóstoles
estendieron con autoridad de Jesucristo á
la iglesia por todo el mundo, y esa misma
iglesia mediante sus obispos sube por me
dio de una sucesion no interrumpida hasta
los apóstoles; al paso que el protestantismo
solo llega hasta sus patriarcas Lutero y
Calvino.... cosa tan cierta y clara es que
la secta del protestantismo no es una, ni es
santa ni es católica, ni apostólica!
83
La verdadera iglesia de Jesucristo debe
ser romana, porque en Roma colocó su sede
San Pedro y su sucesor en la dignidad de
pontífice romano, ha sido considerado siem
pre como sucesor del santo apóstol y bajo
este punto de vista es y debe ser romana
porque as! lo quiso Jesucristo su fundador.
CAPITULO III.
La Iglesia Terciadora ha de ser romana.
Min. Permítame vd. señor padre. . . .há
game e\ favor de que le diga lo que siento,
porque segun me parece, con lo ultimo que
nos ha dicho ha echado á perder todos sus
argumentos. Cuánto lo siento! Ya me pa
recía que me iba convenciendo, y con esto
último, repito, todo lo echó á perder.
Sac. Por qué señor ministro?
Min. Hablando á vd. sencillamente diré:
que me convencio lo que nos dijo sobre las
cualidades que debe tener la iglesia ver
dadera, y como sin ninguna duda es necesa
H
rio que sea una, Santa, católicay apostolica:
una, porque es claro que Jesucristo no t'un
dó mas que una iglesia; santa, porque así
nos lo enseñaron los apóstoles y Jesucristo
su fundador es santo, los sacramentos' son
santos, la doctrina es santa, y hace santos
á cuantos cumplen sus preceptos; catolica,
porque solo una iglesia que se estienda pot
todo el mundo podría satisfacer las necesi
dades de la humanidad, y cumplir con los
altos fines que se propuso Jesucristo; apos
tólica, en fin, porque la estension de la Igle
sia se verificó por medio de los apóstoles.
Pero que esta Iglesia verdadera que es una
santa, católica y apostólica haya tambien
de ser romana, esto jamás, jamás.
Sac. Pero por qué señor ministro? Yo de
searía de vd. no palabras y dichos, sino
hechos y pruebas que me manifestasen qmj
la verdadera iglesia no puede ser. romana,
ó lo que es lo mismo; que la iglesia de Ro
ma no puede ser la cabeza de toda la cris
tiandad.
Min. El señor católico hará por mí cuan
to vd. desea, y lo hará tanto mejor, cuanto
que acaba de llegarnos un libro que es una
de las piezas literarias mas recomendables;
pero lo es prine!m>'">ente por la materia
qué trata.
87
Cat. Tiene razíon el señor ministro; pop
que es un libro que bien entendido está des
tinado á regenerar el país; y él solo hará
mas que mil otras producciones de diferente
especie.

1. REFUTACION DEL FOLLETO


DESPERTADOR DE LOS FANÁTICOS.

Sac. Gtué libro es este'1


Cal. Este libro sé titula: Despertado?- de
las fanáticos ó sea estrado de los retratos
ie varios papas, obra de gran mérito y de
profunda erudicion, escrita por el distingui
do literato, el Sr. I). Juan Amador, obra en
fin que demuestra hasta la evidencia, que
la iglesia verdadera no puede ser la iglesia
romana.
«SÍjc. Y qué dice esta obra, señor católico
moderno?
Cat. Oreia' que ya vd. la habia leido, y
que por tanto no habría hecho romana á la
iglesia verdadera; tan lógicas exactas y
concluyentes considero las pruebas del Sr.
Amador!
Sac. Pero qué es lo que dice, señor? De
seo saberlo de vd.
Gat. Esta obra es lo mejor que puede
/ 88
haber en su cíase, porque ataca al papado
y atacando al papado, ataca ?un abuso sa
crilego, que por su enormidad pesa omino
samente sobre todos los pueblos católicos:
ataca al papado que se diferencia 'absoluta
mente de la religion como el cielo de la
tierra; ataca al papado en su misma infali
bilidad y en todos sus abusos; ataca al pa
pado y muestra que 114 papas han vivido
inf¡i rnemente, que unos han sido ateos como
Bo lifacio VIH y Leon X, que otros han
sido idólatras como Marcelino ó Inocencio
I, que muchos han sido hereges como Libe-
rio, Honorio, Siiveiio y otros, y que la ma
yoría se compone de sodomitas, incestuo
sos, lascivos, parricidas, asesinos, envene
nadores, ambiciosos, simoniácos, usurpa
dores y por decirlo en una palabra, se han
hecho, reos de las mayores faltas, y de
los crímenes mas inauditos. Y esta ca
dena de malvados serian los sucesores de
San Pedro? ¿La iglesia verdadera residiría
en semejantes hombres? Concluyamos pues,
señor ministro, que la iglesia verdadera debe
ser una, santa, católica y apostolica, como
nos demostró el padre; pero concluyamos
tambien que la Iglesia verdaderajamás po
drá ser romana y que jamás la iglesia de
Roma podrá considerarse como la cabeza
del catolicismo. Sí señor Padre, esta es
nuestra conclusion: la Iglesia verdadera ja
más, jamás será ia Iglesia romana.
Sac. Que mas me dice vd. señor católico?
Caí. Nada mas, porque lo dicho basta
para mi conclusion y para la tranquilidad de
nn conciencia, y he visto que pesadas conve
nientemente sus razones puedo vivir én paz.
Sac Y vd. señor ministro qjié mas alega/
Miu. Que cuanto ha dicho ei señor ra-
l6lioo os'verdad, porque ambis hemos leido
¡a obra del Sr. I). Juan Amador; y por tan
to. que la Iglesia verdadera no puede ser de
mudo alguno la Igtesia romana.
Sac. Es cierto y me consta, que se ha di
fundido bastante un folleto titulado: Des
pertador de los fanáticos o sea extracto de
los retratos de varios Papas; pero desde la
primera vez que io vi, me parecio tan in
sulso, tan falso, tan escandaloso y liberti
no, que no creia que un hombre del saber
de vd. y de su notoria hombría de bien, no
creia digo, hiciera caso de semejantes pa
trañas. Permítanme pregunte á vdes. £si
han visto la refutacion que hace del fol'eto
de D. Juan, el Presbítero D. Florencio
Parca?
Min. y Cat. No señor, no la hemos visto,
ni tenemos noticia de ella.
7
90
Sac. Ya lo supongo, y por esto hablaron
como hablaron; y esta es una de las des
gracias mas lamentables de ciertos católicos
y de los ministros protestantes. Cojen lo
malo, lo devoran con avidez, y no leen las
refutaciones qué hacen los verdaderos cató
licos, y que hacen principalmente los sacer
dotes. Pero ya que vdes. no la leyeron, me
permitirán que les indique algunas de sus
ideas para que concluyan conmigo, que la
misma Iglesia que es la verdadera Iglesia de
Cristo, y que es una, santa, católica y apos
tólica, puede ser al mismo tiempo la Iglesia
romana; y que de hecho lo es, como ya lo
hemos demostrado, porque la'Iglesia de Ro
ma, y solo la Iglesia de Roma es la cabeza
de toda la cristiandad.
Min. y Cat. Ojalá que lo haga como aca
ba de prometernos, y nos muestre ademas
la falsedad del libro de D. Juan Amador;
pues nosotros lo teniamos como el non plus '
ultra en su género.
Sac. Supongamos lo que no es verdad;
pero demos por concedido al menos por un
momento, que entre I03 Papas ha habido
tantos que han sido malos, cuantos nos se
ñala en su tétrico humor el fantástico y
falsario Sr. D. Juan. Q,ué se sigue de todo
esto contra el Papado? Nada de lo que
91
vdos. han asegurado: porque así como de
que haya abogados venales no se sigue que
la abogacía eea mala, ni de que haya mé
dicos ignorantes nadie concluye que la me
dicina no sirva; asi tampoco de que haya
habido Papas malos, nada puede seguirse
contra el Papado, ni nada puede concluirse
contra la verdadera Iglesia; y tanto mas na
da puede concluirse cuanto que el Papado
es ]a Iglesia católica, la Iglesia católica es la
religkn fundada por Jesucristo; la religion
fundada por Jesucristo es la religion verda
dera, y Ja religion verdadera como he de
mostrado á vdes., es una, santa, católica,
apostólica y por voluntad de Jesucristo es
tambien romana.
Es falso cuanto el Sr. Amador ha dicho
de losPapas: falso porque se ha tomado la li
bertad iafame de adulterar la historia, pre
sentándonos á hombres santos que la Igle
sia ha canonizado, y todo el mundo venera,
y que tres de los principales escritores pro
testantes han respetado; y sin embargo el
Sr. Amador en su diabólico frenesí, nos
los presenta como una cadena de malvados.
Es falso, porque la historia de los papas que
se han esejito^n los tiempos contemporá
neos á cada Papa, é historias escritas á la
faz de los mismos que los conocieron, dicen
92
lo-contrario de lo que infame y calumniosa
mente asegura el Sr. Amador. Es falso, por
que además de la historia general, hay his
torias particulares de cada Papa, en las
que se pintan tales como fueron y ellas ase
guran tambien lo contrario de lo que nos
dice nuestro pobre Amador. Es falso, por
que de la mayor parte de los Romanos Pon»
tífices se ha escrito sn vida muy estensa-
mente, y no dicen ellas loque de un modo
tan magistral como falsificado nos vende el
Sr. Amador.
Pues de dónde lo ha sacado? es un sue
ño que ha tenido? es un corazon malo que
se propuso calumniar? es falta de conoci
mientos históricos? es tal vez un puro fir-
mou nuestro buen Amador como aseguran
muchas personas que conocen los estudios
de. nuestro pobre hombre? Nosotros no que
remos determinar su causa; porque nos bas
ta haber probado que su escrito es un teji
do de falsedades, de calumnias y de infa
mias que el infeliz arrojó sobrela San
ta sede, que arrojó sobre la verdadera Igle
sia de Cristo y que arrojó sobre cada uno
de los verdaderos católicos. Si: tal es la
obra del Sr. Amador que en su funesta me-
'"fíuoria puso sus glorias en declararse ene
miga del Papado. Pobre hombre! pobre
93
hombre, es tres veces nn pobre hombre.
Es falso lo que nos ha dicho el Sr. Ama
dor, porque mas de la tercera parte de los
Romanos Pontífices han sido hombres san
tos, han sido tan fieles á Jesucristo que han
derramado su sangre en defensa de su doc
trina, han poseido las virtudes en grado he
roico, han tenido la fé, esperanza y caridad
en grado heroico, ha brillado en ellos la
prudencia, la justicia, la fortaleza y la tem
planza en grado heroico; todas las virtudes
morales las practicaron en grado heroico;
y todo lo cual Dios mismo para confusion
de falsarios y perpetuo anatema de ignoran
tes atrevidos, ha querido demostrarlo por
medio de milagros, y milagros claros, paten
tes y minuciosamente examinados. A vista
de estos datos que los hemos sacado todos de
¡os hechos del Pontificado y de las historias
eclesiásticas ¿qué conclusion sacaremos? La
única y esacta conclusion es, que la Iglesia
fondada por Jesucristo que es la verdadera
asi como es una, santa, católica y apostólN
ca, así tambien es romana: y es romana por
que la Iglesia de Roma es la cabeza de todo
el catolicismo, porque es la Iglesia mas- san
ta, porque es la madre de todas las iglesias,
porque es la columna y fundamento de toda
verdad y porque Jesucristo así lo quiso ha
u
tiendo qué la cabeza de la Iglesia residiese
en Roma.
Min. Pero el Papado se ha hecho reo de
grandes crímenes.
Oat. Y no crímenes comunes, sino que
segun el opásculo publicado en México por
por un mexicano, son crímenes los mas atro
ces.
¿Sac. En efecto, me consta que se ha pu
blicado un folleto sin nombre de autor ni
de imprenta, conocido con el título de Es
clavitud del alma y medios de salir de ella,
folleto que es tan insulso, que sin hacerle
agravio alguno, y conservándole todas las
ínfulas propias de un autor, que se apellida
el enviado por el espíritu de Dios, se le pue
de llamar; digo: Elhazmereir protestante:
ó bien en otro sentido, que al darlo á luz
nuestro Tan, Tan, en un modo semejante
y aun del todo exacto á D. Quijote de la
Mancha, cuando empuñando su adarga y
calada su visera arremetio á los molinos
del viento, así nuestro nuevo caballero an
dante, sin soltar ni por un momento su es
clavitud del alma y medios para salir de
ella, atacó al catolicismo, y á todos los ca
tólicos, por medio de sus embustes contra el
papado, y como es de suponer quedó tan
mal parado como el héroe de la Dulcinea
95
del Toboso, aunque de su pa»te haya teni
do la noble intencion de hacerle una de pó
pulo bárbaro. ¡Pobre hombre! Lo unico
que debe consolarnos es que no es mas que
un Tan, Tan.
Min. Pero por qué señor Padre?
Sac. Porque nuestro buen hombre como
novel escritor protestante, hace de evangé
lico, y tan evangélico se presenta ante Tos
mexicanos que hace una profesion de fé y
asegura además, que es el autor de la Ver
dad y del error el autor de las bue*
ñas nuevas « el autor de la igles»a de
Roma y la evangélica el autor de
h esclavitud del alma y medios de salir
de ella el autor, etc., etc., etc, y
despues, con una impiedad suma, con una
imipudéncia incalificable, y con un orgullo
el irías refinado, tiene la osadia increíble de
aplicarse 'as palabras de Isaías dirigidas á
Nuestro Señor, teniendo el Espíritu de
Jehová, y como el ungido por Jehová
y por consiguiente, con la mision de traba
jar en su santa causa. Pues ese hombre que
se dice enviado de Dios, á predicar á los
abatidos, á curar las Hagas de los quebra
dos, a publicar la libertad de los cautivos y
darles gloria en lugar de luto, es el que tro
cándose en. el mas fiero basilisco clava su
.96
diente al papado, y dice.... pero qué no di
ce de Juan VIII, de Jirio II y de Virgilio,
de Gregorio IV y de Tormoso, de Estéban y
Bonifacio? qué no dice de los Juanes X, XI,
XII, XIV, XVI. XVII, XVIII, XIX, y aun
de Juan XXII? qué no dice de Bonifacio
VII, de Benito VI, de Benito VIII y Cle
mente II? qué no dice de; Leon X, de Ale
jandro V, de Pablo II, de Sixto IV y de Ino
cencio VIH? qué no dice de Alejandro VI.
de Julio II, de Clemente VII, de Gregorio
XIII y de Paulo V? ¡Ali! parece increíble
que haya en el mundo tan mala fé? Senti
mos en el alma tener que-arrojar un solem
ne mentís á un mexicano, pero preciso es
confesarlo: dice una solemne mentira, y que
remos que sea conocido su autor por calum
niador de los Papas, y estafador ante to
do el linaje humano mientras que con la
historia en la mano no nos pruebe la ver
dad de su folleto, cien y cien veces digno
de la hoguera; pero dejémoslo, porque nada
es tan vergonzoso para un escritor, como ha
ber calumniado, y calumniado á los Roma
nos Pontífices, á los Vicarios de Jesucristo
ah! qué verguenza, ¡qué verguenza para un
cristiano! Vea vd. ahora señor ministro si
un folieto que ha calumniado á la Silla de
San Pedro, y que es un tejido de falsedades
97
y de engaños, un folleto en que él autor se
viene á burlar de nosotros hacinando en él
cien mentiras, un folleto en el que á la bue
na ó á la mala, por ignorancia ó por mala
fé nos falsifica la moral y el dogma del.
Evangelio, un folleto que nos llama venal y
corrompida á la Iglesia Romana, no obstan
te de que la historia de diez y nueve siglos
dos la presenta la mas santa; un folleto
que llama pueblos envilecidos, á cuantos
han existido hasta ahora; un folleto que se
burla de Jesucristo,, y lo trata peor que un
infame, y llaman á la mesa de la Sagrada
Comunion mesa de los demonios; un fplleto
que apellida á la Esposa de Jesus iglesia
inmoral y corrompida; un folleto que alaba
doctrinas subversivas, inmorales, infames,
heréticas, impías y escandalosas; y un folle
to sémejante en que su autor dizque nos ha-
^a en nombre de Dios, ¿cómo lo, llamare
mos? No le conviene otro, que el hazme
reir protestante ó bien que el autor como
si primero entre los Tan Tañes al trabajar
lo intentó hacer al catolicismo una de pópu
lo bárbaro: ¡lastima que no se haya acorda
do que rebuznos de asno no suben al cielo!
no obstante, bueno será que todos aquellos,
uecomo nuestro autor, toman la defensa
e semejantes causas lo recuerden.
98
Min. Pero vd. no podrá negar que el pa
pado está lléno de abusos.

3.—abitsos'del papado y su
infal»bilidad.

Sac. Abuso? propios de hombres no ne*


gamos que haya habido algunos, porque los
hombres aunque sean coronados con la tiara
son hombres; pero hay infinitamente menos
de los que se encuentran en los demas tro
nos ó cortes, pues en la serie de doscientos
sesenta y dos Pontífices1 que ha habido en
Roma desde San Pedro hasta Pio IX solo
se encuentran seis ó siefe que hayan des
honrado aquella dignidad, Y si aparecieron
tan criminales fué por hallarse sentados so
bre aquel trono, que una pequeña mancha
la hace luego muy grande, cuando si hu
biesen sido reyes temporales nadie habría
hecho caso como lo atestigua la esperiencia
tratándose de Enrique el grande: Luis el
grande, Pedro el grande, Napoleon el gran -
de, los cuales apesar de su disolucion, de sus
injusticias y de su política maquiabélica,
con todo no han perdido el dietado de
grandes.
Caí. Pero el papado no es infalible?
99
-JSac. Como hombre es cierto que el Papa
no es infalible, pero oblando como Romano
Pontífice si lo es, porque así lo ha querido Je
sucristo. Tal vez le parecerá á vd. que esto
es dar mucho á un hombre: mas quiénes
somos nosotros para examinar los actos de
Dios? .y porqué los protestantes se apropian
así mismos sin prueba alguna esta infalibili
dad que los católicos Jamos solamente ai
Papa y al Coneilio general, y se la damos
despues de las palabras mas terminantes
del Salvador?
Sae.. Como recuerdo señores mios, las pa
labras que sobre la materia nos dice el folle
to Esclavitud del alma, me permitirán que
le haga otra vez el honor de la refutacion,
aunque en pocas palabras. Dice en tono
magistral. La Iglesia de Roma declara infa-
\rtAe al hombre que ocupa la silla romana,
í... sabemos que todos los Papas han erra
do.... que han ejecutado las obras mas
inicuas. . . .y que son tan atrevidos que
toman el blasfemo título de Cabeza dt la
Iglesia. .. y un poco despues. . de aquellos
que en su loro orgullo se han llamado infa
libles ¿qué dice la historia? Señor autor de
la Esclavitud del alma, dice la historia,
que vuesa merced merece otra vez sor con.
decorado con el título de Tan, Tan, por
100
que usted en todo esto, como acostumbra
en su foWeto, no hace otra cosa que pro
palarnos, mentiras. Porque la historia no
dice qúe la Iglesia de Roma declare infali
ble al hombre que ocupa su silla; no dice
que los Papas hayan errado hablando como
Romanos Pontífices nodice que ellos hayan
tomado el título de cabeza de la Iglesia, y
mucho oienosdico, que en su loco orgullo
se hayan liamado infalibles. ¿Pues qué es
lo que dice la historia de la vida y muerte
de Nuestro Señor Jesucristo escrita por los
cuatro evangelistas? Ella nos dice: que El
establecio su Iglesia para que en su nom
bre continuara aquella mision divina, que
habia recibido de su Padre celestial; y d este
fin la adornó con todas las prerogativas para
que pudiera alcanzarlo y la fundo sobre
una piedra inmoble, es decir, sebre Pedro
y sus sucesores, á quienes aseguro su pj-o.
teccion y asistencia para que nunca errasen
en sus decisiones doctrinales, y afirmó que
El mismo siempre estaría con su Iglesia,
yquele enviaría al Espíritu Santo. Luego
dirigiéndose á los hombres les encargó que
era su voluntad que obedeciesen u la. Igle
sia, y para que la escuchen, les asegura que
ella es la maestra, que es la columna yfunda
mento da toda verdad; que escuchen siem-
101
pre su saludable voz como su propia voz,
y que aquellos que no escuchan á la Iglesia
sean considerados pnr los fieles como verda
deros gentiles y publicanos: c<n esta aclara
cion queda por tierra todo cnanto ha dicho
nuestro autor, y que los dotes que el pobre-
ton bautizó con el nombre de atroces escán
dalos, horrendos crímenes, orgullo atrevido
de loa que se atreven á llamarte infalibles,
son nada menos que el cump'imientode la
voluntad divina que así le plugo enriquecer
á- sir esposa la Iglesia, que es una, santa,
católica apostólica y romana. Pobre autor!
El'áí que tiene su alma sujeta á la osclari-
tud del error, y (.jala que aplique á sí mis-
•jbjo los verdaderos' medios para salir de é!.
Pobre hombre! con un poco mas de estudio
•sobre la Santa Escritura liabria encontrado
euanto acabarnos de decir, y no liabria ca- .
lumtuauo á la Iglesia su mism - madre.
: Oat. Pero el papado siempre será un
abuso sacrí lego que pesa ominosamente so
bre los pueblas como asegura el Sr. D. Juan
asi como tambien que del papado no puede
aguardarse cosa buena y si mucho malo.
Sac. Verdaderamente causa vergüenza
que haya protestantes ó católicos que pro*
nuncieti la infamante doctrina de que el
Papa tiraniza á sus subditos. Cómo Pio IX
102
tiranizar á sus subditos/ El inauguró su
reinado con una amnistía general, y se hizo
desde aquel glorioso acto, digno de ser c»m-
parado con los Pontífices mas bondadosas y
mansos; consagró sus esfuerzos en promo
ver el progreso civil, fomentó las artesy el
comercio y todas las ciencias; refortró las
cárceles, los hospitales y todas las casas de
beneficencia, ha hecho cuanto ha podido
para mejorar el estado de sus subditos; y es
tos del todo agradecidos en el viaja en. que
visitó sus provincias recibio de ellos un
aplauso no interrumpido. Y esté Pontífice
tiraniza á sus subditos? ese Pontífice os una
carga que pesa ominosamente sobre los pue
blos? ese Pontífice es el que oprime á sus
tres millones de italianos'» Oh que bien de
cía el conde de Montalembert. Vosotros
sois unos calumniadores: y si no justificaos;
mostrad el derecho que ha violado, el ciuda
dano que arruinó, y los tratados que holló.
Contadnos las violencias y los fraudes co
metidos, las propiedades robadas, las con
fiscaciones huchas, y la sangre que ha der
ramado. Dónde están los males que el ve
nerable Pio IX ha hecho sufrir á sus pue
blos? Su gobierno es el mas económico y el
mas justo, sus subditos tienen impuestos in
feriores á los que pagan las otras naciones
103
ce primer orden, las escuelas son mas nu-
nurosas y concurridas, los hospitales y ca
sas de beneficencia abundan mas que en
otras partes, y las naciones mas libres é
ilusradas tienen tres veces mas pobres que
los qie se encuentran en Roma. Pues hasta
cuanto se calumniará al inmortal Pio IX?
Hastacuando habrá hombres que pongan
su trise gloria en calumniar á los demas?
Caí. Pero esto lo diria el Sr. D. Juan tra
tándosele los Papas en general, sin negar
que hayi habido algunos que hubieren
cumplido -;on sus obligaciones.
Min. 1\\ es su intencion sin duda, y por
esto cabalmente clamó Lutero tanto tanto
contra el Pipado.
Sac. Muihas gracias, señores, muchas
gracias. Yoles suplico que sean un poco
mas lógicos y exactos, para que vean la fal
sedad de su nuevo acerto, y brille con ma-
jor claridad la f,ónteria del Sr. Amador y
su grande culpabilidad. Si el Papado es un
abuso que pesa ominosamente sobre los puc
blos, cómo es que aun subsiste? cómo es que
cuenta ya de existencia 19 siglos? cómo es
que nada han podido contra él todos los fi
lósofos y los impíos y los incrédulos delo
dos los tiempos? cómo es que aun hoy dia
se encuentra joven, robusto, y en ademan
104
de durar otros tantos siglos? Y al contrario
cómo e%que un gobierno político, desde qií
se convienen sus hechos en un abuso qe
pesa ominosamente sobre sus subditos, en
tonces ]a tea de la revolucion lo incendia y
lo hace desaparecer para siempre? Ta es
la historia señores, tal es la historia. Liego
el Pontificado, no es un abuso sacrílegcque
pesa ominosamente sobre los pueblos; -liga
mos mas bien que el Pontificado es tdo lo
contrario de lo que con tanta falsedal y ci
nismo asienta el Sr. Amador. En efccto, él
es la antorcha de la verdadera liberad; por
que él'ha civilizado á las nacionesqüe han
f>rofesado á la verdadera Iglesia, r la civi-
izacion es la libertad verdadera.y la ver
dadera libertad es el verdadero pr»greso. El,
el Pontificado es el padre de lospueblos; él,
el que los considera teórica y p-actieamente
hijhs suyos; él, el que les hace tida especie de
beneficios; él, el que conserve las ciencias y
las artes en tiempo de los bárbaros; el, y
principalmente él; y siempre él, el mas
amante de la verdadera libertad. Por esto el
Pontificado fué el primero que combatio la
esclavitud: por esto dio sumas muy cuantio
sas para el rescate de los esclavos; por esto
estableció órdenes religiosas cuyo objeto
principal fuese redimirlos; por esto permitio
105
que muchos de sus mas caros hijos derrama
sen su sangre á trueque de hacer libres á los
que yacían en la esclavitud; y por esto en
suma, cuando los conquistadores quisieron
hacer esclavo al pueblo mexicano, qué hizo
entonces ei Papado? Declara que la reli
gion se opo?ie á ¿a esclavitud, que la natura
leza se opone á la esclavitud; y que siendo
preciso civilizar á los mexicanos debian ser
tratados con dulzura, indulgencia y bon
dad. Pero cuando aparece mejor lo que es el
Papado es cuando uno lo considera como el
Rey, Padre y Pontífice de los tres millones
de habitantes; porque su gobierno es suave
y paternal, las cargas de los ciudadanos li-
jeras, los pobres en muy corto numero, su
administracion la mas económica, la instruc
cion gratuita y adelantada para toda clase
de personas y las instituciones de benéfica
caridad son en el mayor número y con el
mejor orden. Pues cómo se atrevio el Sr.
D. Juan á llamar al Papado un yugo que
pesa ominosamente sobre los fieles? Un es
critor respetable nos ha dicho que en solo la
ciudad de Nueva- York se pagan mayores
contribuciones, hay mas infidelidad en la
administracion, mas pobres que socorrer,
mai/or námero de ignorantes, de ociosos, de
criminales en todo ginero de depravacion
8
106
moral que en los tres millones de habitan'
tes de los Estados pontificios. Pues siendo
esto así, á qué se reduce la acusacion de
tiranía lanzada contra el Sumo Pontífice?
A mostrar ánicamente la estrema iniquidad
del Sr. Amador y de todos aquellos que in
tentan arrojarle ese dardo: pues es una ver
dad histórica y que puede palparse, que nin
gun país esta gobernado con leyes mas sá
bias y justas, en ninguno se respeta tanto
la libertad del hombre, en ninguno se en
cuentra tanta unidad de accion en la multi
tud de consejeros, en ninguno están mejor
constituidos los municipios y provincias, en
ninguno se castiga con mas equidad, y en
ninguno se ven gobernantes que ofrezcan
mayores garantías. Pues siend) esto asi,
como puede demostrarse con los hechos en
la mano, y como puede palparlo cualquiera
oon solo visitar esas provincias, porqué con
tinuar calumniando á la Santa Sede? Y
porqué señor ministro no obra vd. al menos
como su padre y fundador Lutero? En
efecto, en el viaje que hizo Lutero á Roma
apenas la vio, cuando su corazon comenzó
á latir violentamente y de rodillas, con las
manos elevadas al cielo é inclinada la ca
beza en tierra, saluda á la ciudad eterna
con toda clase de nombres de 'amor y de
107
respeto, y en medio de su entusiasta gxal-
tacion. ¡Salve Roma santa, exclama, tres
veces santificada por la sangre vertida de
tus mártires! Oh cuánto conviene ser justo!
cuánto convieneáun ministro no vender ga
to por liebre como dice el proverbio! y cuán
to conviene señor católico á la moderna no
dejarse alucinar por los diebos de ciertos
hombres! Lutero, el mismo Lutero aun des
pues del viaje á Roma á los 34 años de su
edad, como se lee en el prefacio tle sus
obras, estaba de tal manera anegado y su-
merjido en las cosas del papismo, que hu
biera matado desde luego, ó al menos ayu
dado á matar, á cualquiera que en una sola
sílaba hubiera negado la obediencia al Ro
mano Pontífice.

4.—PRIVILEGIOS Y GLORIAS DEL PAPADO

A vista do lo referido, bien podemos con


cluir que es fitlso y falsísimo cuanto nos ha
propinado el I5r. Amador en su retrato infi
delísimo de los Papas, y afirmamos sí, co
mo hemos demostrado, que el Papado es
una institucion divina que se funda en las
palabras de nuestro Divino Maestro Jésu
108
cristo Nuestro Señor; que corno tal es aman-
tísimo de la verdadera liburtad, que ha lle
vado por do qui«?ra el saludable estandarte
de la civilizacion y del progreso, que los
beneficios que ha hecho á la humanidad son
tantos y tales que esta debe mas al Papado
que á todos los tronos juntos, y que todos
los grandes santos y los mayores talen
tos han prodigado los títulos mas honorífi
cos al Papa y aun á la Sede de Roma de
clarando por este hecho á la Iglesia verda
dera, Iglesia romana: declaracion que sien
do muy sencilla es al mismo tiempo muy
práctica.
Caí Esto es lo que desearía que vd. me
probara, porque una demostracion semejan
te me poniria en claro que cnanto dicen. los
protestantes y los falsos católicos contra el
Papado, no es otra cosa que un conjunto de
calumnias las mas atroces.
Min. Yo tambien desearía lo mismo, por
que soy ministro protestante da buena fé y
temo de que haya en mi la grande falta «ie
no haber examinado convenientemente lo
que es la Iglesia católica, y los libros que la
explican debidamente
Sac. Procurando cumplir los deseos de
ambos digo á vdes: Que es cierto y está
fuera de toda duda, que el Romano Pontífice
109
ha sido considerado en todo tiempo como
cabeza de toda la Iglesia católica, y además,
como su principio, su raiz, su fuente y
su centro de unidad: luego es una cosa la
mas patente, que la Iglesia católica ha de
ser romana, ya que el Pontífice de Roma
es su centro, su manantial, su raiz, su prin
cipio, y su cabeza. Porque así como no
puede existir un cuerpo sin cabeza que lo
rija, sin principio que lo conduzca, sin raiz
que lo alimente, sin manantial que lo man
tenga lozano, y sin centro que le conserve;
181 no puede existir el cuerpo de la Iglesia
católica sin el Papa que es su centro, su
manantial, su raiz, su principio y su ca
beza.
Caí. Estoy convencido de su argumento
y lo encuentro concluyeme; mas deseo sa-
W quiénes dan al Romano Pontífice los tí
tulos que roe ha indicado.
Sae. San Ireneo dice así: Es necesario
que toda la Iglesia y todo» los fieles que
residan en cualesquiera partes del mundo,
acudan á la Iglesia romana por la supe-
Twridad extraordinaria que la determina.
Tertuliano apellida al Romano Pontífice el
Obispo de los Obispos, porque esta de-
terminacion era conocida en toda la Iglesia;
Y porque ya era admitida en toda ella la su
uo
prema autoridad sobre todos los fieles y
obispos. Orígenes afirma que el Roma-'
no Pontífice y la Iglesia verdadera son
uno mismo; porque si ¡sobre Pedro edifi
ca Cristo su Iglesia; en favor de esta de
clara que las puertas del infierno nada po
drán contra ella. San Cipriano ea tan es-
presivo que no deja mas que desear, pues
llama á la Iglesia romana la madre y la
raiz de la Iglesia católica, y en otra parte
la apellida Iglesia principal y centro de la
unidad del sacerdocio. San Ambrosio coi)
unas palabras tan sencillas como exactas
nos ha enseñado una sentencia tan corta
como verdadera y que entraña toda la ver
dad de lo q\ie es el Papa y la. Iglesia: En
donde está Pedro, dice, allí está la verda
dera Iglesia. San Optato nos ensena que
la Cátedra de San Pedro es la ánica y la
primera en sus privilegios, y que todo el
orbe católico está formando con ella una
sociedad de comunion. San Agustin para
confundir á los cismáticos y donatistas nos
afirma en el mismo sentido que la Cátedra
de Roma, que es una piedra que no será
gastada por las puertas soberbias del in
fierno. San Pedro Ciisólogo dice que San
Pedro vive en su propia Sede, que la presi
de y que da verdad ü cuantos ¡a buscan. A
111
la autoridad de los santos y sapientísimos
obispos que hemos citado en comprobacion
de nuestra asercion, añadiremos la sentencia
de los Concilios los cuales han definido lo
mismo, y han condenado con anatema á los
protestantes que dicen lo contrario. El Gon-
cijio ecuménico de Calcedonia en la seccion
segunda dijo: Pedro es el que ha hablado
por Leon. El sexto Concilio general hablan
do de la epístola del Papa San Agaton, en
serio: Que Pedro ha hablado por medio de
Agaton. Los obispos de Oriente escribien
do al Pontífice San Símaco, le decian: Apa
rentas á las obejas esparcidas por todo el
mundo, por -medio de la enseñanza que re
citas del sagrado Dr. Pedro. En41213 el
cuarto Concilio ecuménico de Letran den
se: Que la Iglesia de Roma por disposi
ción del Señor tiene sobre todas las demás
Iglesias el principado de la potestad ordi
naria, corno madre y maestra que es de
todos los fieles de Cristo. El Concilio ecu-
ménicocelebrado en 1274 declara.- que la
Iglesia tiene el Primado sumo y completo
s°bre toda la Iglesia Católica y que lo re
cibió por medio de San Pedro. Definio en
fin el Concilio ecuménico de Florencia: Que
la Santa Sede apostólica y el Romano Pon
tífice tiene el primado sobreí toda la tierra
112. '
que es el sn&mor de Nún Pedro, príncipe
de los apostote?, que es el verdadero Vicario
de Cristo, la cabeza de toda la Iglesia, el
Padre y el Doctor de todos los fieles cris
tianos y que recibid de Nuestro Señor Je
sucristo lafacidtad mas omnímoda y ab
soluta de apasentai , regir y gobernar á
toda la Iglesia. Tal es la Iglosia de Ro
ma señor católico y señor ministro! tales
son los títulos con que la han condeco
rado los hombres mas sabios y santos de la
Iglesia/ así ha sido respetada durante diez
y nueve siglos/ Y por qué los protestantes
clamaron contra ella? por qué ciertos ca
tólicos tienen la fatal gloria de imitarlos? .
Ah! concluyamos que el Papado es una
institucion divina, que es la infabilidatl y di
vinidad de Jesucristo, y que es el único que
consérva toda su doctrina que le confiara
su Fundador, .:
Concluyamos que el Papado es la ins
titucion mas visible, que se compone de un
sin numero de verdaderos santos, de hom
bres muy instruidos en todos los ramos del
saber, de protectores de todas las ciencias,
y que aun hoy dia despues de la existencia
de diez y nueve siglos, es como un joven
en la flor de sus años.
En conclusion á nuéstra controversia se
113
flores ministro y católico i la moderna, y •
reasumiendo para mayor claridad nuestros
argumentos digo á vdes.: qus Ja religion
verdadera es la Iglesia fundada por Jesu
cristo; y por tanto la iglesia que al menos
tiene de existencia 1836 años, la Iglesia %
que siempre ha sido desde su fundacion, y
la Iglesia que por su constitucion misma
siempre ha de ser. Ya ven vdes. que esta
Iglesia no son las miserables sectas pro
testantes, porque estas cuentan de existen
cia un poco mas da tres siglos; y no solo no
han sido siempre las mismas, siuo que han
cambiado de faz mas de mil veces, ya que
las sectas en las que está dividido el pro
testantismo pasan de mil. Y podría ser la
Iglesia verdadera la que tiene en su misma
constitucion el nocivo gérmen de toda fal
sedad?
Concluyamos que la obra de Lutero es
una obra de hombre, que es la reforma que
entraña el orgullo de todo el género humano,
qne no os de Dios por su fundador, ni es
de Dios por su doctrina, ni es de Dios por
la sangre que ha derramado en Inglaterra,
en Irlanda, en Francia, en Dinamarca, en
Alemania y en la Prusia; y no es de Dios
porquo á ella solo á ella, y no mas que
a ella, se deben las víctimas de la ln
114
quisicion, las del degüello de San Bartolo
mé, las qiid ocasionó la revocacion del Edic
to de Nantes y de todas las revoluciones
que ha habido en Europa desde cien años
acá: ni es de Dios por los medios vedados
de que se sirvio, ni es de Dios por el abu
so que hicieron de sus principios, y mucho
menos es de Dios en nuestros dias que el
protestantismo abriga en su eeno á todas
las heregias, y de un modo especial al ma
terialismo, al racionalismo, la impiedad, la
incredulidad, al espiritismo y hasta toda la
diablura de la Franc-masonería.
Concluyamos en fin, que el Papado es la
obra de la fundacion de la Iglesia de Jesu
cristo, que la Iglesia de Jesucristo es la de
los Apóstoles, que la de los Apóstoles es
la de los tres primeros siglos, que la' de
los tres primeros siglos es la de los Santos
Padres, que la Iglesia de los Santos Pa
dres es la de los doctores escolásticos, y
que esta es la del Concilio de Trento, que
es la que profesamos ahora mismo; en una
palabra, el fundador del protestantismo es
un hombre, y el fundador del catolicis
mo es Dios: verdad luminosa que es el pun
to de apoyo de la religion verdadera; y ver
dad que demostraremos teológica y racional
mente patentizando qué Jésucristo es Dios.
IV V .1.

CAPITULO IV.

íl protestante no puede continuar en su sec¡a.

Caí. faites de pasar á la. demostracion


de la Divinidad de Jesucristo, Señor Padre,
yo tendría, mucho gusto que sacara algunas
consecuencias de la doctrina que nos haes-
plicado; porque si el protestantismo es falso,
si el catolicismo es verdadero y divino, y si
el Papado es el mavor délos beneficios que
Dios ha hecho á los católicos y aun á todo
el' género humano, clavo está que ningun
ministro protestante puede continuar en su
secta so pena de eterna condenacion: y co
mo el señor ministro es mi amigo, no puedo
116
menos que interesarme en gran manera pa
ra su salvacion eterna; por esto le suplico á
vd. me haga este favor.
$ac. Hacer esto es una cosa muy facil,
y aun si el señor admite con la debida de
cencia pienso darle algunas razones que le
demuestrenla necesidad de ser católico, y
como por ningun título puede continuar
siendo protestante, y mucho menos minis
tro protestante.
Min. Esto si que es imposible, señores,
porque el protestantismo, como dije á vdes.,
- es la reforma de la Iglesia Católica: y este
parecer es el de Lutero, Calvino, Enrique
VIH, Zuinglio, y demás reformadores.
Con. Convengo que esos señores lo dije*
ron, y que tambien vd. nos lo ha dicho; pe
ro tambien deberá convenir, que ni aque
llos señores lo probaron, ni vd. tampoco lo
probó, al paso que yo demostré á vd. la di
vinidad del catolicismo, y la falsedad delas
sectas protestantes: luego no puede vd. se*
guir en conciencia viviendo en una falsa
secta, luego debe vd. abrazar la religion
verdadera, que es el catolicismo, so pena de
eterna condenacion; luego mucho menos
puede vd. continuar siendo ministro protes
tante, porque en este caso, no solo tendrá
vd. que dar cuenta de sí mismo, sí que
117
tambien le hará Dios fuertes cargos por to
dos aquellos que por vd. continuaron en la
secta.

1.—LIBERTA» DE CU1T«S.

Min. Yo nací protestante, poí tanto pue


do continuar en el protestantismo, y tnnto
mas, cuanto que tenemos ya establecida en
México la aurora hermosísima de la verda
dera civilización, la libertad de cultos.
Sac. Querrá vd. decir, la siniestra auro
ra de la verdadera corrupcion, y con ella la
condenacion eterna de todos aquellos que
tomo vd. continuan siendo protestantes ó
dejan de ser católicos.
Min. Pero que ¿acaso el congreso no ha
hecho á la libertad de cultos ley de la Re-
púWica? por ventura no está sancionada?
no hemos oido á muchos periódicos presen
tarla como la mejor obra de nuestro siglo?
los libres pensadores no la han aclamado
como el mayor de los adelantos? no la ve
mos tambien en todo su vigoren las prime
ras naciones de Europa'?
Sac. Sancionada y establecida por los
hombreSj-es verdad, pero Dios jamás la san
^ 118
cionará, ni puede aprobarla; porque ella es
en sí mí8ma y en sus consecuencias, el con
junto de todo mal y perdicion. Además,
quién ha de juzgar á vd., señor mio? .No, no
ciertamente, no serán los diputados que die
ron la ley, ni los ministros que la aproba-.
ron, ni el presidente que la proclamó, ni
los periodistas que la aplaudieron, ni los
desgraciados que la abrazaron: sino que juz
gará áyd. el Dios Omnipotente, Jesucristo
Dios y Hombre verdadéro, y El, El es, el
que condenará á eternas llamas á cuantos
destruyeren su Iglesia; y de un modo espe
cial, á todos los que procuran establecer la
libertad de cultos, porque esos desgraciados
son los que tiran contra ella los dardos en
venenados de la mayor ruina. No puede vd.
por tanto continuar siendo protestante, y
mucho menos siendo ministro protestante so
pena de eterna condenacion: y esto se veri
ficará tanto si lo cree, como si no lo cree.
Min. Hablando con toda franqueza, diré
ávd. que no lo.creo; y además le diré tam
bien estoy convencido que todas las religio
nes son buenas; y que yo puedo vivir y mo
rir en cualquiera de las establecidas, y aun
dé las que no establecieren en lo futuro.
Sac. No dudo que vd. es libre para vivir
y morir eu la secta que quisiere, pfc¡ro tarn
119
poco podrá vd. negar que Jesucristo es libre
para no darle el cielo, y para precipitarlo al
íondo de los infiernos: y tanto mas, cuanto
que El mismo nos dice que aquel que no
cree ya está condenado: pero nunca podré
concederle que vd. esté convencido de que
todas las religiones son buenas. Cómo pue
de estar convencido que dos y dos hacen
cinco? De ningun modo: pues asi, siendo vd.
hombre de luces, de manera alguna puede
creer que el protestantismo es una religion
verdadera, porque ya demostré á vd. que es
falsa/ así como tambien, que los desgracia
dos que la abrazaren, serán condenados sin
remision á padecer los tormentos dol infier
no: y sucederá así por mas que ellos digan
qóe no lo creen, y aun que ni siquiera pien
san en ello, porque Jesucristo que es la ver
dad eterna, que no puede engañarse ni en
gañarnos, es el que lo ha dicho.
Min. Efto no puede admitirse, porque es
condenar de una sola plumada á millares
de personas.
Sac. Es condenar á los calumniadores,
porque Jesucristo manda no levantar fal
sos: es condenar á los blasfemos, porque Je
sucristo manda respetar á las cosas sagra
das; es condenar á los hipócritas, anatema
tizados por Jesucristo que es la verdad y
120
Ja vida; es condenar á los iracundos, pon
que Jesucristo manda amar á los enemigos;
es condenar á ios ingratos, porque Jesucris
to manda el amor mutuo como El nos ha
amado: y porque calumniadores, blasfemos,
hipócritas, iracundos é ingratos se manifies
tan en sus folletos incendiarios los infelices
protestantes cuando atacan á los católicos,
Mire. Esto son calumnias que nos levan
tan, porque á mí me ha gustado la disputa
pero sin faltar á nadie.
Sac. Supongamos, que dirigiéndome á
vd:, señor miuistro protestante, le digo: qu«
es el aborto del templo, de los esclavos, de
los tiranos; el sacnficador de la béstia color
de escarlata, llena de nombres de blasfe
mias, el hijo de Cain y de Judas, que llevó
la guerra y el esterna inio.... el sacrificador
de la ramera del Apocalipsis. . . .que enseña
á venerar los ídolos. . . .el que merece estar
lejos de nuestras familias, ya que negocia
con los bienes del cielo. ... el hombre que
enseña el error. ... el profesor del fraude y
de la hipocresía.... pueblos/ quebrantad
los grillos, y romped las cadenas de los sa-
crificadores de la béstia. . . . abajo Iqs ído
los que ban reemplazado á los de los anti
guos aztecas.... miradlos!. .. .son los que
compran los beneficios pingues de la Igle
121
sia.... fuera los perros y los hechiceros, los
lascivos y los homicidas,ios que sirven á la
idolatría y aman la mentira.... el los no son
verdaderos' discípulo* de Oristo....es ya
tiempo que «despierte la generacion encade
nada.... fuera, y para siempre fuera los
prestidigitadores. . . .- .apóstoles traficantes
con las cosas espirituales. . ..declaraos d#
una vez sectarios de otra religion porq-ne
vuestra impostura está manifiesta.... la hu
manidad flaca y corrompida no puede puri
ficarse, aun cuanJo»e envanezca con pompo,
sos títulos. . ..pera para qué me canso en
pruebas? qué me diría si yo le insultara de
este modo'/ qué me diria si yo le aplicara &
vd. semejen tes escuditosí
Min. Que su religion era falsa, porque en
vez de razones me prodigaba vd. insultos.
Sac. Pues bien, señor mio, esto es lo que
hacen los protestantes: así tratan a los caló
ñeos en sus libros: y así lo aprendieron de
su padre y maestro en la maldad, Martin
Luiero: y esto es lo que hace de un modo
el mas infame y escandaloso, el rnalvadado
folleto titulado:. La verdad y el Error. El
sacerdote católico no obra así: él establece
no lo que él quiere, 6íno la religion de Je
sucristo, los dogmas que nos ha enueñado,
122
la moral que siempre se ha practicado, y la
admirable conducta de los sabios y de los
santos. Anuncia la verdad, la prueba por la
Escritura, la demuestra por laB sentencias
de los Santos Padres, la patentiza con el
consentí miento unánime de los Doctores, y
coirla creencia universal de todos los pue.
blos. Y qué hace un ministro protestante ó
un católico á la moderna? Empuña armas
prohibidas, trunca textos, falsifica á los pa
dres, numera sus antiguos descreidos.... y
acaba haciendo caer una lluvia de insultos
contra el católico, y se burla, mofa y escar
nece á los sacerdotes, á los Obispos y al
Papa: á los santos, á la Virgen y á Dios
mismo. Ahora puede apreciar debidamen
te por qué razon de una sola plumada con
denamos á los incrédulos y á los impíos.
Nuestra conducta por tRnto es condenar á
todos ros malos que no qnieren hacer lo
que Jesucristo les manda, es verdad: es
eondenar á muchos inocentes, y ni siquiera
á un solo inocente, esto no es verdad, por
que los protestantes serán juzgado» no por
su inocencia, sino por sus obras, y como las
obra* que les inspira el protestantismo son
malas, de ahí la necesidad de que sean
condenados por malos y no por protestan -
tas inocentes.
123
¡din. Esto son calumnias que uos levan
tan los católicos.
Sac. Voy á demostrarlo á vd. y verá con
toda claridad como no puede en conciencia
continuar en el protestantismo so pena de
eterna condenacion. Las mil Sectas que
componen el protestantismo, tienen por orí-
gen los Luteranos ó Calvinistas, ó los Ana
baptistas ó los Socinianos, mas como cada
uno quiere que su secta sea Iglesia evan
gélica, es decir, que su doctrina esté sobre
todos jos puntos conforme con el evangelio,
Y esto necesariamente ha de ser imposible
poique esas sectas profesan doctrinas con
trarias, y á veces contradictorias; luego es
imposible que todas sigau. al Evangelio;
luego es posible que ninguna de ellas lo
•-l'.ilhl!"

&—LOS *ROTESTA»TES CONDUCIDOS


POK SI MISMOS.

Min. Jamás, jamás será esto posible por


que siendo el protestantismo la reforma de
la Iglesia Católica, si esta tiene el evange
lio, con mucha mas razon aquel que es su
reforma.
124
S*c. No solo no es posible que ninguna
de las sectas protestantes sea conforme con
•1 Evangelio, sino que es la realidad de los
hechos; y es así por confesion de los mis
mos protestantes. En efecto, los Luteranos
y Calvinistas no querían que los Anabap
tistas y Socinianos hiciesen parte de su doc
trina evangélica, y k renglon seguido los
Socinianos,y los Anabaptistas aseguran que
su doctrina es la evangélica, y qué de nin
gun modo lo es ni lo podrá ser la de los.
Luteranos y Calvinistas. ' Por consiguien
te, por confesion de los mismos sectarios,
resulta que la doctrina de los protestantes,
no es la doctrina del Evangelio; por consi
guiente que no hacen las obras del. Evange
lio, que no hacen las obras buenas que man
da Jesucristo, y que loque hacen son obras
malas: por tanto señor, ministro, ó sale vd.
de su secta ó.se condena irremisiblemente
porque sus obras son malas.
Min. Ya dije á vd. que hay libertad de
cultos, y que soy libre para permanecer en
la religion que quiero: por qué me ha de ser
vedado obrar conforme una ley? Repito
que soy amante del progreso: me gusta ser
de los libres pensadores, y aun de los libre-
cultistas. ¿Por qué me ha de ser prohibi
do permanecer en la religion que quiero?
125
8ac. Jamás lé he negado yo que vd. pue
da permanecer enla secta que quisiere y
aunque pueda profesar ninguna haciéndo
se indiferente en materia de religion, pero
este abuso de su libertad, mucho menos im
pedirá qne sea condenado en el tribunal de
Dios, ya que segun San Pablo, vd. tendrá
fue dar cuenta de lo que ha pensado, dicho,
6 hecho, y será absuelto ó condenado cow
forme sus pensamientos palabras y obras,
sin que en la presencia de Dios, se tenga en
cuenta en lo mas mínimo las leyes del go~
hierno que admiten la libertad de cultos, y
leyes que quizá y sin quizás burlan y mo
fan y vilipendian la religion catolica que
es la verdadera.
Min. Pero estando yo en el protestantis
mo tengo y profeso una doctrina buena que
es la del Evangelio, y obrando yo segun
eiJa puedo salvarme, sin tener necesidad de
/Dudar de religion.
Sac. Yo debo notificarle, Señor mio, que
San Pablo nos dice lo contrario de lo que
vd. afirma, pues escribiendo á los fieles de
Efeso, se espresa así: No hay mas que una
solafé y una sola doctrina; y en la carta
que envio á los romanos les asegura Que
su fé 6 su doctrina es la verdadera, y como
vdes. señor ministro profesan una doctrina
12S
contraria y aun contradictoria & la doctrina
de la Iglesia Romana, claro y evidente es
que siendo esta verdadera como afirma San
Pablo, la del protestantismo es falsa. Por
esto es que todos los católicos estamos
acordes en afirmar, que jamás se ha salva
do un verdadero protestante, y los protes
tantes confiesan que los católicos pueden
salvarse, y que de hecho muchos ee han
salvado: luego no puede vd., en conciencia,
continuar en el protestantismo, ya que en él
ni hay ni puede haber salvacion: luego de
be vd. hacerse católico para 'que se pueda
salvar. En suma, señor ministro, para no di
latarme tanto, voy á presentar á su consi
deracion una série de razones para que deje
de ser protestante sea cualquiera la secta á
que pertenezca, así como otra multitud de
razones para que ingrese en el catolisismo
lo mas pronto posible.
Min. Ojalá que lo hiciera vil! pero ojalá
que sus razones me convenzan del todo! oja
lá que convencido obre coa tanta fidelidad
' á la gracia, que dejando el error comionze á
seguir el camino de la verdad, como hacen
en nuestros dias muchos protestantes! y oja
lá que lo haga con tanta fidelidad como el
ministro ingles llamado Kenri, el Reveren
do Ilenrí el yerno del obispo de Oxfor que
127
por hacerse católico renunció un beneficio
de veinte mil francos. Oh! si en este mo
mento comenzara á ser tan afortunado! Pe
ro estoy resuelto, diga vd. y con su fervor
encomiéndeme á Dios, y ^uin á María que
vd. tanto la llama Inmaculada y Div¡na» por
que desde este momento no sé cómo es que
y a comienzo á quererla con verdadero amor

3. —DlEZ Y «EI3 RAZONES


PARA ADJURAR El PROTESTANTISMO Y
HACERSE CATÓLICO.

Sac. Con la bendicion de Nuestro buen


Dios, y confiado en el patrocinio de la In-
maciúada y Divina María, y en el valor del
Santísimo ¡Sacrificio de la Misa, voy á co
menzar á referir á vd. las poderosas y efi
caces razonas que tiene de su parte.
1. rf Debe vd. hacerse católico, porque el
católico es romano, y porque la Iglesia de
Roma es la cabeza de toda la cristiandad y
de todos los católico,*. Por esto vemos á la
Iglesia de Roma en el primer siglo regida
for San Pedro, San Lino y San Clemen
te, y por consiguiente sin ningun error, y
vamos á San Pablo declarándola columna
128
de toda verdad: en el siglo II decía Tertu
liano, Roma nos comunica toda su autori
dad, ya que es la Iglesia afortunada en cu
yo seno derramaron los apóstoles su sangre
en defensa de su doctrina: en el siglo III
San Ireneo aseguraba, que la Iglesia Ro
mana ha conservado siempre la tradicion
?ue viene desde los apóstoles: en el siglo
V San Gerónimo, sabed que la Iglesia ro
mana que está, fundada por los apóstoles
y se conserva hasta hoy, ha sido fortificada
por la autoridad de San Pablo; por esto es
necesario permanecer en ella: en el siglo V
decja San Agustín, dejé mi heregia para
convertirme á la fé de la Iglesia Romana,
porque ella tiene en su favor el consenti
miento de los pueblos y de las nacio?ies,
porque su autoridad descansa en prodigios
los mas estupendos, porque el Romano
Pontífice que la gobierna ocupa la misma
silla del apostol San Pedro, f porque ha
confundido en todos tiempos á todas las he-
regias, tanto con la gravedad de sus con—
ciliosy como con la majestad de sus mila
gros. Tal es el testimonio que nos dan in
numerables santos y sabios de primer orden
en favor de la Iglesia Romana, y testimonios
que llegan sin ninguna interrupcion hasta el
siglo XIX. Luégo séñor mio debe vd. ha
129
cerse católico; luego no puede vd. conti
nuar siendo protestante, porque sufé es una
novedad, es una falsedad verdadera, yaque
en ninguna historia de los pueblos se habla
de las sectas protestantes, y ya que hace
muchos siglos que todos sus errores han si
do condenados por los concilios, y de un
modo especial por la Iglesia Romana.
2.a Debe vd. hacerse católico, porque
cerca de 20.000,000 de mártires, de ancia
nos y niños, ricos y pobres, sabios é igno
rantes, hombres y mujeres, en todo tiempo
y en todos los países han derramado su san
gre, sufrido los tormentos mas duros, tole
rado los destierros y los suplicios mas horri-
Ues y las privaciones mas largas por la
doctrina que profesa la Iglesia católica ro
mana-, \ucgo debe vd. hacerse católico: y no
puede continuar siendo protestante, porque
en eJ espacio de 350 aCos que tiene de exis
tencia su secta, aun no puede enumerar ni
siquiera un solo mártir.
3.a Debe hacerse católico porque mus
chos millones de obispos, sacerdotes, solita
rios, monges, confesores y vírgenes han
practicado las mas heroicas virtudes, y se
han salvado en la fé de la Iglesia romana:
y no puede ser protestante, porque no se ha
salvado uno solo que haya vivido segun
130
las reglas y principios del protestantismo«
4. * Debe hacerse católico porque la Igle
sia de Roma tiene los mandamientos de la
ley de Dios, y el que los observa, y solo el
que los observa irá al cielo; y no puede ser
protestante, porque segun su doctrina no se
pueden guardar los mandamientos, ni pue
de haber buenas obras, y toda accion es un
pecado necesario, y tan pecado es robar co
mo no restituir lo hurtado.
5. «* Debe hacerse católico, porque Dios
que es infinitamente santo, aborrece infini
tamente al pecado, ama infinitamente la vir
tud, y premia infinito á los que le han sido
fieles: y no puede continuar en el protes
tantismo, porque los luteranos y calvinistas
aseguran que Dios quiere el pecado, que lo
manda, que lo obra, y que dirije al malvado
én sus perversos designios.
6. * Debe hacerse católico porquolas na
ciones pn ganas han abrazado al catolicismo,
. como religion que es verdadera; y no puede
vivir en el protestantismo, poique él solo ha
sido abrazado voluntariamente' por católicos
malos ó indiferentes al menos, con ol fin
criminal de obrar conforme la licencia de
costumbres, y por consiguiente conforme. la
malicia y culpabilidad de sus depravadas
pasiones.
131
7. a Debe hacerse católico, porque los
apóstoles que han convertido á los pueblos
han sido santos, y han probado su misioH
curando toda enfermedad, y aun resucitan
do á los muertos, porque en su favor favore
cía Dios su obra, confirmando con milagros
su doctrina; y no puede continuar en el pro
testantismo porque los que lo enseñaron y
profesaron, han sido apóstatas de la fé, es
clavos de su carne, violadores de los votos,
impíos hasta mas no poder, orgullosos coro o
un demonio, blasfemos como Senaqueri>, y
prácticamente enemigos del género hurnano.
8. a Debe hacerse católico, porquo empe
radores, reyes, príncipes, ministros, condes,
marqueses, barones y aun loa ma& grande»
sábios abandonaron al mundo, y s'a consagra-
ion á Dios pasa llevar en la religion una vi
da mas perfecta, mediante la práctica de los
consejos evangélicos; y no puede vivir mas
tiempo siendo protestante, porque todos los
dias se ve á muchos que dejando su patria,
sus padres, sus amigos, las posesiones y co
modidades abandonan el protestantismo lle
vando entre \o* católicos una vida de santos.
9 o3 Debe hacerse católico, porque los
católicos creemos lo que siempre se ha creí
do, que es lo que Dios ha revelado, y la
Iglesia propone como cosa de fé; y no pue
132
de ser protestante, porque como secta falsa
y maldita, reforma la biblia quitándole ver
sos, capítulos y aun libros enteros; reforma
sus profesiones de fé, añadiendo y quitando
lo que segun ella se llama artículos esen
ciales, reforma el mismo catecismo de Lu-
tero, y muda de símbolos á su antojo segun
los tiempos y lugares: y á la verdad sólida
del católico, contesta con la calumnia quu
siempre es mentira y perdicion.
10. rt Debe hacerse católico, porque la
Iglesia en nombre de Jesucristo, establece y
manda la penitencia, so pena de excluir del
reino de los cielos y condenar á los infier
nos á todos los que no la hicieren; y no pue
de ser protestante, porque ello8 enseñan el
camino ancho en vez del estrecho, hasta el
punto de decir que para salvarse, no solo
no debe hacerse penitencia, mas ni siquiera
obras buenas, ni guardar los mandamien
tos, ni redimir los pecados con limosnas, ni
frecuentar los Sacramentos de la Penitencia
y Eucaristía.
II.03 Debe hacerse católico, porque no
sotros entendemos la Biblia como los san
tos padres de la Iglesia cien y cien veces
mas recomendables por su santidad, solidez
de doctrina y extraordinarios talentos, que
todos los reformistas; y porque su inteipre
133
4acion siendo anterior á las controversias
habidas, está exenta de toda parcialidad: y
no puede continuar en el protestantismo,
porque loa modernos novadores son hom
bres lijeros, disidentes en sus opiniones par
ticulares, violentan el sentido délas Escri
turas para acomodarla á sus caprichos, y
soio tienen por objeto dar mas libertad á la
carne y destruir la Iglesia con el vano pro
testo de reformarla.
12. * Debe hacerse catolico, porque los
santos padres que han escrito en diferentes
épocas y lugares, todos han escrito ense
ñando la misma té que ahora tiene la Igle
sia romana; y 1<<s doctores católicos en me
dio de sus encarnizadas disputas sobre las
materias no definidas, con todo reina entre
ellos la mas perfecta armonia en todos los
puntos del dogma, y casi todos y cada uno
prueba la verdad de su doctrina, partiendo
sus argumentos de los tiempos apostólicos'.
y no debe continuar en el protestantismo
porque sus escritores se diferencian entre
sí como lo blanco de lo negro; y no solo los
Luteranos y Calvinistas condenan la doc
trina de los Puritanos, Anabaptistas y Soci-
niano*; sí que tambien se condenan entre sí
los Luteranos y Calvinistas; y aun ni si
quiera convienen los mismos Calvinista».
134
13, * Debe hacerse católico, porque la
Iglesia Romana no obstante las persecucio
nes airosísimas de los tres fprimeros si
glos, y las que sufrio de parte délos maho
metanos, sismáticos, hereges de toda espe
cie, y particularmente de los llamados franc
masones y protestantes, con todo la Iglesia
se ha mostrado en todos tiempos del todo
insuperable, sufrida, visible, y todos los dias
con nue\ " aumentos: y no puede ser pro-
lestan:", porque así como í.-das las here-
gías han caido, y soiose encuentra do ellas'
el recuerdo de su existencia, así tambien
caerán un dia todas las sectas protestantes
conforme la palabra del Salvador, qne di
jo: Todo árbol que mi Padre no haya plan
tado serA arrancado de raiz.
14. * Debe hacerse católico porque los
c tóbeos tenemos ¿numerables vidas de san
tos de todo estado, secso y condicion, donde
se vé la heroicidad de su virtud, los motivos
por los que obraban, y los medios que pro
curaron adoptar, tenemos multitud de libros
de teología ascética y moral, en los que se
enseña no solo el modo de salvarse, si qae
tambien los medios que se deben practicar
para llegar a la verdadera perfeccion, y
aun para saludar alguna vez lomas sublime
de lw santidad perfectísima: y no debe de
135
ser protestante, porque ellos no tienen ni
«quiera una vida edificante, ya que no hay
entre todos ellos ni un solo santo, ni se ha
lla ea sus bibliotecas un solo tratado de
moral supuesto que enseñan que los man
damientos no se pueden cumplir; y mucho
nienos tendrán jamás ni un opusculo de per
feccion, ya que ni siqniera puede salvarse
ni un solo protestante.
15. a Debe hacerse católico, porque él
obrando segun su conciencia, evita el pe
cado con el auxilio de la gracia, teme que
puede ser eondenado por un solo un pecado
grave, recuerda que ha de dar cuenta á
Dios h»sta de una palabra ociosa, procura-
indemnizar todos los daños causados, y de
clarando sus pecados al confesor com el de-
bido arrepentimiento logra un dia la eterna
gloria: y no debe continuar en el protes
tantismo, porque el protestante, obrando
seg-un sus principios no cumple la ley de
Dios, cree que para salvarse basta creer que
Uios no te imputaTá otro pecado que el 3e
la infidelidad, que las buenas obras no son
meritorias por la vida eterna, que no está
en nuestra mano evitar el pecado, y no tie.
ne obligacion de confesarse y ni siquiera de
hacer penitencia, y como toda esto es con
trario á lo mandado por Jesucristo, por es-
136
to necesariamente el protestante ha do con
denarse, y tenga vd. entendido que no pue '
de salvarse ni un solo protestante que viva
conforme las reglas del protestantismo; que
no puede salvarse ni un solo ministro pro
testante, porque en ellos no cabe ni escusa
ni ignorancia, y que si se salva algun protes
tante será solo aquel que ha vivido como
oatólico.
Hasta este punto es necesario y suma
mente necesario señor ministro, que vcT. se
haga católico despues de haber adjurado to
dos sus errores.
16.—Debe hacerse católico, porque en
el catolicismo los tibios y aun los malos
siempre cumplen sus deberes en una gran
parte, y son todavía mejores que los mis
mos protestantes, y por otra parte, siem
pre será verdad, que el peor católico será
un perfecto Luterano, el peor Luterano un
perfecto Calvinista, el peor Calvinista un
perfecto Soeiniano, el peor Sociniano un
perfecto Mahometano, el peor Mahome
tano; un perfecto Espiritista, el, peor Espi
ritista; un perfecto Fraric- mason, y el peor
Franc-mason, tiene la malicia del demonio,
como que ha sido conducido por él en per
sona en sus principales recepciones; y tanto
es así, que los católicos que se hacen pro-
137
testantes, se entregan desaforados y perdi
dos al goce brutal de los placeres de los
sentidos, mientras que los protestantes que
se bautizan, no hacen adjurando sus errores
para emprender una vida cristiana, y aun
muchas veces una vida de perfeccion. Por
esta misma razon se han visto á muchos
protestantes, que no obstante de haber sido
muy adictos á su secta durante toda su vi
da, han dejado su obstinacion en la hora de
su muerte para hacerse católicos; al paso
que en esa hora que es la hora de los com
promisos verdaderos, no sé de ningun ca- >
tólico que se haya hecho protestante.
4. — SE PRUEBA POE LA ESCRITURA
Y LOS SANTOS PADRES LA NECESIDAD DE
ADJURAR EL PROTESTANTISMO
Y HACERSE CATÓLICO
Qué mas, desea vd. señor católico y señor
ministro?
Min. Verdaderamente confieso á vd. que
estoy muy confundido, que tengo dudas po-^
sitivas sobre mi eterna salvacion, y que con-*
vengo coia vd. que no es lícito ser protes
tante, y mucho menos me es lícito á mi
continuar siendo ministro; pero no me pue
do determinar del todo, porque como vd. sa
be, Lutero hizo su reforma mediante la san
io
13S
ta Biblia, y vd. no me ha citado los textos
en que se funda, y estoes lo que me detiene.
Cat. Aunque señor padre ha demostrado
vd. al señor ministro de un modo el mas
victorioso que por ningun título le es lícito
continuar siendo ministro de las sectas pro<
testantes, y aunque en realidad de verdad no
hay mas que desear, con todo, yo espero
que le demostrará vd. con textos de la Es
critura que si no deja el protestantismo no
puede salvarse.
Sac Ya vd. sabe señor mio que las indi
caciones de vd. son mandatos para mí y
tanto mas cuanto que en lo sucesivo veré
en vd un 'buen católico; así como hasta
ahora lo era á la moda y no mas.
Caí. El hombre debe obrar siempre se
gun sus creencias y teniendo una idea tan
grandiosa del catolicismo como la tengo
ahora, espero cumplir con los deberes que
me impone, y espero que los dos tendremos
el consuelo de ver en nuestro amigo el se-
ttor ministro, un buen católico tambien.
Min. Si señores, se lo prometo, si el señor
padre como espero, me manifiesta por la
Escritura, que no hay salvacion para los
protestantes, y mucho menos para un mi
nistro protestante-
Sac. Con satisfaccion verdadera y con-
139
tando otra vez con su grata benevolencia,
voy á probar á vd. que no hay salvacion
paralos que mueren voluntariamente en el
cisma, en la heregía ó en el protestantismo
' y por tanto que mucho menos la podrá ha
ber para un ministro protestante, que es el
propagador del cisma, de la heregía y del
protestantismo, y la causa de la perdicion
de innumerables almas. En efecto un ver
dadero cismático, un verdadero herege, un
verdadero mason, y de un modo especial un
verdadero protestante no puede salvarse, ya
que vemos á Nuestro Divino Maestro que
siendo la sabiduria infinita los condena per
petuamente al infierno. Jesucristo por San
Mateo 18, 17.^os dice: ^S¿ no oyere á la
Iglesia sea tenido para Mí como un gentil
y publicano: y así como el que voluntaria
mente muere siendo gentil y publicano no
sesa!'7!¡, sino que se condena, así mismo,
s¿|'iín lá sentencia de Jesucristo, se conde
narán y no so salvarán los que mueren sien
do voluntariamente cismáticos, hereges ó
protestante--. Jesucristo por San Lucas:
10, 16 nos hace saber: Que el que despre
cia á sus ministros á El desprecia, y quien
desprecia a El, desprecia igualmente á su
Padre que lo envio. Claro está que no irá
al cielo el que desprecia á Jesucristo y á su
140
Eterno Padre: así es claro que segun la sen
tencia de Jesucristo no irá al cielo ni el
cismático, ni el herege, ni el mason, ni el
protestante, porque despreciando á los sa
cerdotes, desprecian á Jesucristo y á su
Eterno Padre. Jesucristo por San Marcos
en el áltimo capítulo nos dice; Que aquel
?ue no creyere ya está condenado y por San
uan 3, 18. Que aquel que no cree ya está
juzgado. Con lo cual nos indica que el
que no tiene la verdadera fe, y por sus prin
cipios no puede hacer ni siquiera un acto
de fé divina, y de ahí se sigue que no irán
al cielo, sino que están juzgados en el tribu
nal de Jesucristo y aun condenados. Por
esto San Pablo en su Epístola á Tito 3, 10,
11. llama á los que no oyen á la Iglesia, á
los que menosprecian á los ministros de Je-
. sucristo, y á los que no creen los dogmas de
nuestra santa fé, los llama digo: hombres
subversivos y condenados por su propio
juicio. San Pedro en su carta segunda 2,
1, los apellida: maestros de la mmüir» que
introducen las sectas de perdicion, niegan
al Señor y se pierden miserablemente. San
Juan en sus epístolas los denomina 'inti-
cristos y seductores y para que sus dísci-
pulps no fuesen presa de semejantes lo,
boa les escribió así: Vigilad, no sea que
Ul
perdais cuanto habeis obrado hasta ahora,
porque todo aquel que se separa.de la doc
trina de Cristo no tiene á Dios, 2, 8, 9, y
San Júdas los llama falsarios cuya confu
sion que tendrán que sufrir será la eterna.
Ahora bien, ¿cómo podrá salvarse un cis
mático, un herege, un mason ó un pro
testante? No, no; para semejantes personas
no hay salvacion, porque muriendo sin la
fé de la verdadera Iglesia, no pueden agra
dar á Dios y ya están juzgados y condena
dos. Los padres apostólicos partiendo de
estas verdades obraron como los apóstoles:
y así como estos condenaron á los Sinconia-
nos, Nicolaitas, Cerintianos, Fantasiá&tico»
y Evioninistas, y los condenaron echándo
los de la Iglesia, y amenazándolos con las
Íenaa eternas; así aquellos condenaron á^
o»hereges y sectarios de Menandro, Basi-
lides, Saturnino, Marcosio, Valentiniano y
los Gnosticos, y los condenaron arrojándolos
de la Iglesia en este mundo y con las per.as
del'in fiemo en el otro. Así obraron San Ig
nacio mártir, San Policarpo, San Ireneo, San
Justino, San Teófilo. . . . etc., y los llama
ron hereges, ateosy impíos, injustos, y per
versos, y los llamaron: lobos vestidos con piel
de oveja, falsos cristos, falsos profetas, se-
ductores de los fieles y sectarios de Satanás
142
y los llamaron pes»e, béstias, ladrones, crimi
nales, infames, y causa y origen de todas
las heregíás y de todos los males. La Iglesia
católica con la historia en la mano prueba
que siempre ha obrado del mismo mod©
condenando á los hereges para que conser
var la única fé que recibiera de su DivffVo
Salvador: y que al condenar a los cismáti
cos, hereges, masones, y protestantes de
nuestros dias, y calificarlos con el dictado
denigrativo de hereges, ateos, impíos, in
justos y perversos; de lobos vestidos de piel
de oveja, falsos cristos, falsos profetas, se
ductores de los fietes y sectarios de Satanás,
y de peste, bestias, ladrones, criminates,
infames y causa y origen de todas las he
regías y todos los males, y presentarlos co
mo tales ante todo el mundo ha obrado co
mo debia, porque !a historia patentiza que
ha obrado como los padres del primer si
glo de la Iglesia, oomo Ioj apóstoles y como
Nuestro Divino Salvador: luego así como
aquellos hereges fueron condenados sin re
mision, así sin remision serán condenados
los protestantes y los masones, y los here
ges y los cismáticos de nuestros dias que
voluntariamente murieren separados de la
verdadera Iglesia que es una Santa, Católica
Apostólica y Romana.
143
Cat. Ya lo ve vd. señor ministro, como
en conciencia no puede nadie continuar
siendo herego, cismático, mason ó protes^
tarite, so pena de perderse para siempre; y
esto aunque no tnbiese otro pecado que mo
rir voluntariamente separado de la verdade
ra Iglesia fundada por Jesucristo Nuestro
Señor y que como hemos demostrado, es una,
santa, católica, apostólica y romana, y vd.
mismo ha podido observar que la Iglesia
católica enseñando esta doctrina, obra como
los santos apóstoles y como Jesucristo Nues
tro Señor. Cuide pues su alma, porque no
tiene mas que una, y si la pierde todo lo
pierde: reflexione lo que le ha dicho el se
ñor padre, y espero que dentro de poco me
dará el gusto de anatematizar á todos sus
errores ¿ ingresar en el gremio de la Iglesia
católica,
jBjSae. Yo tambien lo espero así, y para
animarlo mas voy á notar la siguiente doc
trina de sus sectarios. Starkio asegura que
entre los protestantes, solo en su propia sec
ta hay salvacion, y que los demas sectarios
se condenan:- Sulzer atestigua que en 1740
la secta teformada de Helvecia publicaba,
que solo en ella habia salvacion; los protes
tantes episcopales enseñan que solo sus sec
tarios podrán alcanzar la eterna gloria: y
144
todos los reformados nuevamente (pasan de
mil las nuevas reformas) y cada una de
ellas asegura, que sus sectarios se sal
van y condena á todas las demas sectas:
Los anglicanos retienen el símbolo de San
Atanasio, y condenan al infierno á los uni
tarios, metodistas, racionalistas, masones,
griegos cismáticos y demas sectarios que
no tienen sus creencias. En una pala
bra, unos á otros se condenan, unos á otros
so escluyen del reino de los cielos, y unos 4
otros se escandalizan y enseñan nuevos
errores. Y será posible señor ministro que
un hombre de los tamaños de vd. continué
en el protestantismo? No lo creo, antes es
toy persuadido, que una poca de reflexion y
suplicas fervientes á la Inmaculada y Divi
na María le harán conocer la verdad, y
abrazar un dia los dogmas y verdades de
nuestra santa Madre la Iglesia. Dejando
señor ministro á su consideracion las razo
nes que acabo de exponerle, paso á hacer
me cargo de la Divinidad de Jesucristo, para
que viendo que es el Dios verdadero de Dios
verdadero, trabajemos con todas nuestras
fuerzas para adorarlo y amarlo con todo
nuestro corazon.
CAPITULO V.
Los Protestantes y la Biblia.

Caí. Muchas veces he dado gracias á Dios


ssfioT padre, en el decurso de esta conferen
cia, porque mediante las luces recibidas, es
pero en adelante portarme como buen cató
lico, y espero ademas quedar suficientemen
te instruido para defender mi religion; pero
confieso á yd. que me encuentro con no po
cos apuros con ciertos protestantes que tie
nen la humorada de negar casi todos los
dogmas del catolicismo, y en prueba de la
verdad de su acerto citan muchos textos de
la escritura. Qué remedio para salir airoso
146
de esas polémicas como conviene á un ca
tólico que aefiende su religion?
Min. No, no hay modo de salir airoso,
porque la palabra de Dios siempre es pala
bra de Dios y necesariamente ha de decir lo
que dice, y eu esto me he fundado yo siem
pre paro creer que la Iglesia católica tiene
muchos abusos.

1.—IOS PROTESTAKTES NO PUEDEN


RECIBIR EL CANON DE LAS SAGRADAS
ESCRITURAS.

Sac. Bues muy mal fundamento ha es


cogido vd., y ya debo decir al señor católi
co que hay un medio muy propio y acomo
dado para poner un tapabocas á los protes
tantes y tatito es así, que I03 ministros del
protestantismo no tienen la Biblia, no cono
cen la Biblia, no les consta los libros de la
Biblia, ni la inspiracion particular de la Bi
blia, ni la fidelidad dé la traduccion, y lo que
es mas,que ignoran el sentido que le ha dado
el Espíritu Santo i»caal hace que loque en
sí mismo es paiabra de Dios ellos lo hagan
palabra de Satanás; y vea vd. como de una
sola plumada quedan por tierra todos lo» ar
gumento? de los protestantes.
Min. Pero señor padre se chansea vd?
Como no tenernos la Biblia si es el libro fa-
vorjto de la reforma; no sabe vd. que hay
sociedades á propósito para su propagacion
en todos los idiomas conocidos?
Sac. Es verdad lo que vd. me dice; pero
cómo me prueba vd. que el libio que vd.
llama Biblia., es verdaderamente la Biblia?
cómo me prueba vd. que los libros que
tiene son los que componen la Biblia? cómo
me asegura que son inspirados en todas sus
partes? cómo rae demuestra que no han sido
alterados? cómo me demuestra tambien el
sentido de cada libro, ya un de cada fraso?
Ciertamente que todo esto debe sabor vd. de
ellos para que pueda dogmatizar, y lo sabe?
No, no lo sabe vd. ni puede saberlo, porque
negando la autoridad de la Iglesia que lo
determina se queda como un libro cualquie
ra. Usted no sabe que es la Biblia, por
que quién se lo ha dicho? No la Iglesia
porque vd. dice que no tiene autoridad; no
la tradicion porque vd.. tampoco la admi
te; no la autoridad de los concilios, porque
los trata de fanáticos; no los Santos Padres
porque los protestantes los han visto como
unos nécios. Pues quién se lo ha dicho?
143
Nadie y por esto obran los protestantes con
la mayor mala fé, y como unos ignorantes de
primera, cuando toman lo que ellos llaman
Biblia para citar unos libros que no saben si
son inspirados, traer pasages que no les cons
ta su traduccion y alegar sentencias que ig
noran el sentido que les dio el Espíritu San
to. Pobres hombres! son á la verdad unos
incensatos, porque partiendo de unos princi
pios tan falsos, tienen la avilantez insufri
ble de dogmatizar. Qué crimen tan horri
ble/ qué orgullo tan sin segundo! qué im
pudencia tan marcada! Ah! este modo de
obrar es lo mas abominable.
Min. Pero padre ¿no está vd. instruido
en la Biblia' no conoce sus libros/ no los
ama como se merecen? '
Sac. £1 católico ama la Biblia y mejor
que los protestantes: y el católico la ama
tanto mas, cuanto que sabe de cierto que es
la palabra de Dios, mientras que el pro
testante uó lo sabe, y ni jamás podrá sa
berlo. El católico vé en la Biblia un libro
sagrado que el Espíritu santo inspiró á los
autores, que dice la Iglesia: y libro que jun
tamente con la tradicion, contiene todo el
dogma, toda la moral, los consejos evangé
licos, y aun lo mas perfecto de la mas en
cumbrada santidad y "ve que cuanto hay
149
«'en él es ntil para enseñar, para argüir, pa-
" ra defender, y para que seamos buenos
"delante de Dios." Así amamos los cató
licos la Biblia! asi conocemos sus libros! así
estamos instruidos en ellos.
Min, Pero no puedo comprender como
los católicos pueden estar ciertos de la Bi
blia, y nosotros los protestantes que no po
damos estarlo, cuanto que hemos adoptado
sus traducciones.
Caí. Mucho deseo señor padre que expli
que el punto muy bien; porque á la verdad
riel protestantismo no tiene la Biblia es ia
mayor victoria contra él, es cortar junta
mente con el árbol su^ raíz maléfica y de-
prabada.
Soc. Una poca de atencion señores, y ella
hará ver la conducta iniqua de los protes
tantes y como se portan en la práctica co
mo Jos primogenitos de Satanás, y la con
ducta razonable de un católico al citar la
Biblia.
El católico sabe que lo que el llama Bi
blia es la verdadera Biblia porque así se lo
dice la Iglesia: sabe que el antiguo Testa*
mento lo componen, El Génesis, Éxodo,
Levitico, Numeros, Denteronomio; Josué,
Jueces, Rut, cuatro de los reyes, dos de ios
Paralipomenon, dos de Esdras, Tobias, Ju
160
dit, Ester, Job, Salterio, Parábolas, Eccle-
siastés, Cántico de los cánticos, Sabiduría,
Ecclesiastico, Isaias, Jeremías con Baruc'
Ezequiel y Daniel; y los profetas menores-
Oseas, Jcel, Amos, Abdias, Joñas, Miqueas'
Nahum, Abacuch, Sofonias, Ageo, Zacarías
y Nlalaquias; y el primero y segundo de los
Macabeos, El católico sabe que los del
Nuevo Testamento son los cuatro Evange
lios segun San Mateo, San Lucas, San Mar,
oos y San Juan; los actos de los apóstoles,
catorce epístolas de San Pablo, á saber, la
de los Romanos, dos á los Corintios,' la de
los Galatas, Efesios, Fifipenses, Colocenses;
dos á los de Tesalonica, dos á Timoteo, una
á Tito, otra á Filemon y otra á los Hebreos;
dos epístolas de San Pedro, tres de. San
Juan, la de Santiago, la de San Judas Ta-
deo y el Apocalipsis. Pues estos libros con
todas eus ps.rtes, ni mas ni menos es lo que
compone la verdadera biblia católica.- Y
cómo sabemos los católicos que estos libros
componen la verdadera Biblia? Porque asi
lo definio el santo Concilio de Trento y ful
minó anatema á cuantos dijeren lo contrario;
y así lo habia declarado Eugenio IV en
1439, así lo habia dicho el Papa Ge lacio en
494/ asi lo confesaban San Inocencio y San
Agustiu en el año de 400; asi lo detennin&
151
el Concilio de Cartago y el de Hipona, de
manera que San Agustín tenia la Biblia co
mo la tenemos los católicos ahora. Por con
siguiente nosotros los católicos sabemos que
lo que llamamos Biblia es la Biblia verda
dera porque asi lo ha definido la Iglesia
nuestra Madre; y sabemos que es la Biblia
verdadera poique hace 19 siglos que la
Iglesia tiene el mismo Canon. Pero como
puede probarse esto? Así nos lo ha demos
trado San Inocencio I afirmándonos que &
ultimos del primer siglo de la Iglesia, ó al
menos al principio del II, ya la Iglesia afrix
cana habia recibido de la Iglesia de Roma
el Canon de los libros santos, como lo tene
mos ahora, como San Agustín lo ha inser
tado en sus obras, y como consta ademas
por epístola del Papa San Clemente diriji-
da «tos Corintios. Mas ved ahí que viene
í/D protestante, que se burla de la tradicion
que ridiculiza á los santos padres, nue niega
1* autoridad de la Iglesia, y que se mofa dé
su infalibilidad; y nos afirma que tiene la
Biblia. Pero pregunto ¿quién se la ha da
do? cómo se ha hecho de ella? en dónde la
habrá encontrado? Nadie ¿e la ha dado, ni
ningun doctor,' ni Concilio, ni Iglesia parti
cular, y mucho menos la Iglesia católica.
Luego obran los protestantes como unos fal-
152
- sarios cuando imprimen las Biblias las re
parten y se sirven de sus textos para com
probar sus errores, supuesto que ni saben,
ni pueden saber por ningun camino si lo
que ellos llaman Biblia, es ó no es la sagra
da Biblia.
Min. Pero padre nuestra Biblia es su BN
blia y por esto hemos adoptado las traduc
ciones del padre Scio, y de Amat que son
sus principales traducciones: y estas mismas
son las que repartimos en español.
Sac. Si asi es admiten vdes. la autoridad
de la Iglesia: si admiten la autoridad de la
Iglesia admiten su infalibilidad: ahora bien
si admiten una Iglesia divinamente autori
zada por Jesucristo, é Iglesia con la infali
bilidad que le ha comunicado sn divino
Fundador ¿cómo vdes. se han separado de
ella? cómo la han acusado de error? cómo
la han calumniado diciendo que estaba llena
de abusos? cómo han establecido en su con
tra lo que falsamente han llamado reforma?
y como continuan todavía declarándole la
mas cruda guerra.
Min. Pero señor nosotros no admitimos
su autoridad, y mucho menos su infalibili
dad: por cuya causa nos hemos levantado
contra ella para reformarla y de ahí el glo
153
rioso nombre de reforma que voló por todas
partes.
Soc. Sea así; convengo en ello; así lo
creo: pero en este caso tendrá vd. que con
venir, que no puede admitir la Biblia como
Sagrada Escritura, porque no tiene autori
dad ninguna, supuesto que la Iglesia católi
ca que es la ánica que se la puede dar, vd.
no quiere recibirla. Luego los protestantes
se acreditan de utios falsarios, y tan falsos
que dan como Escritura Sagrada unos libros
que no les consta que lo sean; dan como au-
téntie is unos libros que no saben si han si*
do falsificados, dan como exactas unas tra
ducciones que ao saben quien se las ha da
do y cuyos originales ni siquiera han podi
do consultar, y dan por verdadero un sen
tido qtte ellos no saben que sea el que quiso
darles el Espíritu Santo: tan grande es el
crimno áe un ministro protestante/ tan dig-
oo de ser despreciado por todo hombre de
bien! tan culpable se hace ente Dios en cuyo
tribunal ha de presentarse un dia!
Oat. No tendría señor padre otro argu
mento para demostrarme que el ministro
protestante no puede servirse en conciencia
do la Biblia, y que se hace culpable del de
lito de confianza, y que es un verdadero
embaucador?
11
154
Sac. Sí señor católico, y argumento que
me presenta la historia del protestantismo:
Los Luteranos toman la Biblia de los cató
licos; y le quitan el libro de Baruch, Tobías,
Judit, Sapiencia, Ecclésiástico y ios dos de
los Macabeos: y del Nuevo Testamento
quitan la epístola de San Pablo á los he
breos, dos de San Pedro, las dos ultimas de
San Juan, la epístola de Santiago, la de
San Judas y el Apocalipsis. Y porqué qui
taron estos libros déla Biblia? porque en
ellos se encuentran muchos pasages que
condenan su doctrina. Dios mio! Dios mio!
cuánta maldad y mala féV A los pocos afios
de haber adulterado la Biblia los Luteranos,
vienen los Calvinistas y piensan de otro
modo, y admiten muchos libros que los Lu
teranos habian rechazado; de manera que
la Biblia de los protestante^ tiene mas 6
menos libros segun la sociedad bíblica que
la ha impreso. Puede asegurarse con los
hechos en la mano, que todos los libros de
la Biblia han sido declarados por los secta
rios como apócrifos y de ningun valor; al
paso que por otros han sido todos admiti
dos. Y esta es la razon porque algunos mi
nistros protestantés afirman que su Bibl'a
es la católica; pero no lo es, sino que está
mas ó menos falsificada, segun la secta ala
155
•uní pertenecen: al menos uo hemos enoon-
trado ninguna edicion, que estuviese del
todo exacta. Siendo esto asi como lo prue
ban los hechos del protestantismo cómo se
atreven sus ministros á tomar en sus manos
la Biblia? No hay medio: cuando ellos to
man la Biblia para repartirla á sus sectarios
ó dogmatizar con ellos entre los católicos
se arceditan de la mayor ignorancia, ose
hacen reos de la mayor mala fe, porque di
cen quo es buena una Biblia, que los cató
licos la declaramos como palabra de Sata
nás, y por consiguiente prohibida, y que
aun los mismos protestantes de otras sectas
condenan como mala.
Mitu Es tanta verdad que no puedo de
cir lo contrario, pue* me consta haber leido
«i Rosenmuller, que muchos han rechazado
los cinco primeros libros de la Escritura
queson el Génesis, Éxodo, Levítico, Nume-
108, j Deuteronomio, y no pocos consideran
ej libro de Job uo como una historia, si-
do como uua fábula; unos consideran el
Cantar de los Cantares como un cántico im
puro y obseno, otros niegan que San Mateo
San Lucas, San Marcos y San Juan sean
los autores de los cuatro evangelios... .y así
puede discurrirse sobre los demás libros que
componen 1ü Biblia. A esto debe añadirle
15$
que Straus en su vida de Jesus, niega la
realidad de la historia evangélica, y dice
que todo es una fábula que con el decurso
del tiempo se hizo ereible: y los racionalistas
acaban por negar toda la Biblia, de modo
que segun ellos todo es una farsa: tal es la
conducta protestante en fuerza de sus prin
cipios.
Cat. Siendo esto así ¿qué confianza pue
de tener un ministro protestante con su Bi
blia? Ninguna ciertamente; supuesto que
sus mismos correligionarios no la quieren
admitir. Y por qué, pues esos hombres im
primirán la Biblia? ¿porqué la presentarán
ante un católico como un libro divino? y
porqué en las disputas la citarán? Ah! qué
maldad la de un corazon semejante! qué
negrura la de una alma tangvil, qué infamia
la de un espíritu tan protervo con razon di
ce el sabio de ciertas personas que han
llegado al colmo de la maldad, y que como
impíos serán vilmente menospreciados.

2—LOS PROTESTANTES NO PWEDEN


RE«IBIR NI LA MISMA BIBLIA PORftUE NO
SABEN Q.UB SEA DIVINA.
Sac. Yo debo hacer notar á vd. señor
católico, que los protestantes no pueden ad
157
mitir la Biblia, porque perdieron el único
medio de reconocerla como libro divino,
mientras que el sacerdote católico no tiene
ninguna duda sobre ella; porque admite la
tradicion la cual le enseña que son divina
mente inspirados todos los libros que la
componen y puede por tanto con toda se
guridad ponerla en manos de los fieles, al
paso que los protestantes no pueden hacerlo
sin hacerse reos de mentira y perversidad;
y esto aunque les fuese dado conocer los
libros santos, y aunque por su medio erra
do pudiesen adquirir la certidumbre.
Min. En realidad de verdad señor Padre,
ni siquiera podemos admitir la Biblia; por
que habiéndose perdido, no hay mas que
un modo para conocerla y esta es la tradi
cion ó la autoridad de la Iglesia; y como Jos
protestantes no admitimos ni á una ni á
otra, por esto no pedemos recibir la- Biblia.
Cat. Ahora comprendo las tristes anoma
lías de los protestantes, porque aun supo*
niendo el cánon de los libros como saben
que la Biblia es exacta si se perdieron los
originales, ¿cómo admiten como partes ca
nónicas lo que escribierou San Marcos y
S3n Lueas que no eran apóstoles, y nos re
chazan pasaies de San Juan que era el dis-
eipulo amado del Señor] No pueden pro
158 '
bario; y como el dicho de los protestantes no
tiene autoridad, ya que todos se contradicen
unos á otros, de ahí la necesidad de confe
sar que el protestantismo no puede recibir
la Biblia, y que si la enseña se hace reo de
una falsedad inaudita. Y porqué los protes
tantes repartirán Biblias en México? Qué
impudencia tan grande! qué modo de obrar
tan escandalosol Deseo que me aclare un
poco mejor, que los protestantes no pueden
recibir la Biblia, y que los católicos la reci
bimos con entera y cabal seguridad, para
que á su tiempo ayude á mis amigos.
Sac. Cómo saben los protestan tes que la
Biblia que ellos tienen impresa es exacta?
No lo saben sino admiten la autoridad de la
Iglesia, y si admiten é;-ta ya son católicos
porque dejan de ser protestantes admitién
dola: y si ellos no la admiten, deben convenir
que son valientes engañadores. El rninistjo
que rechaza la tradicion de la Iglesia como
le consta la autenticidad de las copias de
la Biblia? cómo le consta que no han sido
alteradas? ¿cómo puede atestiguar que lo
que llama Biblia lo es verdaderamente? co-
jmo entre la multitud de variantes podrá fi
jar la que es conforme al Espíritu Santo? '
loí, protestantes no pueden hacerlo, y que-
riéndoíd\Xaccf convierten la palabra de Dios

)
159
en trapipas del demonio; pero los católicos
le sabemos en fuerza de la tradicion, de los
concilios y del Papa que así lo han defini
do. Pues porqué enseñarán la Biblia? por
qué procuran estenderla? ¡Oh refinada ma
licia ¡oh completa ignorancia! Hasta cuando
oh protestante seguirás la senda de las ti-
nieblas? cuándo conocerás lo horrible de
la cuenta que tendrás que dar á Nuestro
Señor? Y como te atreviste á asentar tu in
munda planta en México, en la priviligia-
da México, cuyas antiguas glorias la decía--
ra la nacion de María? Feliz el dia en el
cual todos sus hijos estarán tan bien unidos
con su Dios y señor, que barrerán de su se
no la inmundicia de las doctriuas anticató
licas. 1
Min. Como en cada momento se en
cuentran en mí los justos deseos de hacer-
mecatólico, y adjurar para siempre la ma
léfica doctrina del protestantismo, desearía
otras pruebas que me demostraran mejor
que el católico tiene verdaderamente la Bi
blia.
Caí. Me parece que ya nos ha probado
con toda claridad, porque en sustancia nos
¿a hecho el siguiente argumento. La Biblia
«• el libro mas antiguo de cuantos se co
nocen, cuyas originales se han perdido y
160
cuya garantía de que el libro que los ca
tólicos llaman Biblia, lo es verdaderamente
en todas sus partes consta tan solo por la
tradicion declarada como cierta y legíti
ma, y pur la autoridad de la Iglesia; mas
como no hay otro medio para conocer la
autenticidad de la Biblia, que la tradicion
y la autoridad de ia Iglesia, y los protestan
tes no lo admiten; claro está que tomando
la Biblia no les consta que lo es en realidad,
y mucho menos les consta cada una de sus
partea. De ahí la tontería inmedible de un
ministro protestante cu <ndo se sirve de la
Biblia: y de ahí la mala fé de aquellos qué
conociendo el estado de la cuestion, no obs
tante por miras particulares signen con su
tráfico tan crimina! como escandaloso. Ape^
Bar de lo dicho, deseo señor padre que des
cubra un poco mejor como la Iglesia católi
ca siempre ha tenido por divinos los libros
que componen la Biblia,. con lo cual quedarí
mas y mas asegurada la conversion de nues
tro señor ministro.
Sac. En gracia de un fin tan noble leñor
católico voy á hacer lo que me insinua.
Así como los protestantes desde el origen
de la reforma comenzaron á dudar de los li
bros que componen la Biblia, y & rechazarlos
mas o menos segun convenia á los nuevos
161
lectarios, hasta que hoy dia, ya muchos la
consideran como una fábula; asi los católicos
desde el principio consideraron la Biblia co
mo una cosa divina en todas eus partes; y to
dos los libros que 1 a componen, los considera
ron como divinamente inspirados: de mane
ra que cuanto ellos contienen al menos en
la esencia de la cosa y en sus sentencias,
confesamos que fueron movidos sus auto
res por Dios, y fueron ademas ayudados
y socorridos con una asistencia positiva,
para que tuese verdadera palabra de Dios
y de ningun modo palabra Je los hombres.
El católico considera á la Biblia como pa
labra de Dios, porque sabe por el testimo
nio de San Pedro que sus autores escrw
bieron inspirados por el Espíritu Santo, y
sabe por el apóstol San Pablo que ella es
divinamente inspirada. Ademas, el santo
Concilio de Trento dirigido por el Espíritu
Santo deñnio: que el mismo Dios era el au
tor del antiguo y nuevo testamento. El
obispo que se consagra al hacer la profesion
do fé; afirma que Dios el Señor. Omnipoten
te es el autor del antiguo y nnevo testa-
mento, es decir de todos los libros de la BU
bita. San Agustín llama á las escrituras
sagradas divinas: el Tercer concilio de Car
ago las llamó divinas: Clemente romano,
"182
Í>apa en su célebre epístola las llama oréen
os del Espíritu Santo. Orígenes afirma.
que el Espíritu Santo nos ka hdbladoimj)or
medio de las escrituras. San Juan Criaos-
tomo, que ellas corno inspiradas por el Es-
?íritu Santo contienen el mayor tesoro:
'eodoreto llama á los sagrados escritores
plumas del Espíritu Santo. San Gregorio
las apellida una carta que el Dios Omni
potente envia a su a-iatura . . . ..pero para
qué cansarnos si toda la tradicion y todos
los santos padree son un público testimonio
que nos demuestra que las escrituras son
divinamente inspiradas; así como la histo
ria del Protestantismo nos publica que con
sideran á las escrituras como un libro cual
quiera, como una fábula, como un conjunto
de engaños. Dios mio, Dios mio, qué fero
cidad, qué malicia, la de un ministro protes
tante, que siendo conocedor de estos argu
mentos toma en sus manos la Biblia/ manos
sacrilegas que trasforman la palabra de Dios
en dichos de Satanás. Dios mio, Dios mio,
qué cuenta tan horrible tendrá que dar en tu
divino tribuual un ministro protestante! Oja
lá que meditara nuestros argumentos! tal vez
los comprenderia: quizas una gracia pode
rosa volaría en su auxilio. Oh cuanto de
seamos su, conversion!
163
«%*—LOS PROTESTANTES NO PUEDEN
ADMITIR LA TRADUCCION DE LA BIBLIA.
Caí. Desearía saber de vd. qué juicio se
forma de la propaganda bíblica protestante,
ya que estos señores que se llaman minis
tros Jas expenden en gran námero junta
mente con otra multitud de folletos de dife
rentes especies. /
Sac. Esto nos lo dirá el señor ministro,
así como el estado actual de las sociedades
bíblicas.
Min. .Nada tengo que decir, sino que es
la mayor sin razon, porque si no estamos
seguros do los libros que componen la Biblia
ni menos estamos seguros de que ella es ins
pirada; es evidente que mucho menos lo
estaremos de la traduccion: tan mala causa
tenemos entre manos los ministros protes
tantes! La propaganda bíblica protestante
«efundo en 1S04: en el espacio de treinta y
seis años, es decir, en 1840 tenia distribui
dos 12.000,000 de ejemplares traducidos en
148 idiomas, y aunque es verdad que en
nuestros dias ya ha cesado el furor de dis
tribuir Biblias, ya porque los fieles cató
licos queman cuantas pueden alcanzar, y
aun en esto hacen muy bien, y aun les su
plicamos que quemen ademas todos los fo
164
lletos que pudieren, ya porque muchos otros
las empleau en envolver objetos, ya en su
ma, porque en algunos casos es una ar
ma contra nosotros mismos como me su
cede ahora, pues me han demostrado por
la misma Biblia, qne yo era un falsario y
un solemne embaucador, lo cual me ha
hecho tomar la resolucion de abominar los
errores de mi secta y hacerme católico. Es
ta propaganda eH su origen, naturaleza, ele
mentos y obras es contra el catolicismo;
porque desean los protestantes por medio
de ella arruinar á la Iglesia calólica, y ele
varse sobre sus ruinas. Los frutos de esta
sociedad biblica, y confesando la verdad
como católico, que ya soy, son nada, son de
tanto valor como un cero á la izquierda: y
ningun ministro protestante instruido en su
historia puede decir lo contrario. Cuentan
los misioneros protestantes sus conversiones
por el numero de las biblias y folletos dis
tribuidos; pero es pésima cuenta, pues se
olvidan que á los pocos dias todos sus li
bros están ya quemados: y hay pueblos aun
en la Republica mexicana, quffnan apedrea
do á los ministros protestantes, y han pe
gado fuego á todos sus libros: y estraño có
mo en México ha permitido el pueblo que
•e hubiese establecido una librería proter
165
tante, porque si el pueblo es soberano como
lo es, claro está que la soberanía del pueblo
podia acabaren un solo dia con todos esos li
bros y estoy en la persuacion que no haria
mal, sino un grande bien, ya que las Biblias
protestantes en vez de ser palabra de Dios,
son palabra de Satanás, j sus folletos son
•subversivos, inmorales y escandaloSog.
Sac. Es verdad que^el pueblo mexicano
podría acabar en un solo dia con todos los
libros protestantes, pero nosotros jamás da
remos seméjate consejo porque nuestro mi.
nisterio es de paz: pero tambien nos guarda-
raimos mucho de condenarlo si lo hubiere
hecho, porque nadie está obligado á admitir
en su misma casa una piedra de escándalo
destinada á hacerle perder su fé, y mucho
menos, y mucho menos está obligada la
soberania del pueblo mexicano. En este
caso llenos de afliccion lamentaríamos las
pérdidas, las desgracias, los disgustos y
derxias males causados, como lamentamos
lo que sucedio en Ouxaca cuando entregaron
á las llamas á todos los libros protestantes.
La Sociedad bíblica es mala muy mala, y
como tal ha sido condenada por la Iglesia
muchas veces como una sociedad mala, per
versa, perniciosa y herética; fué cendenada
por los Romanos Pontífices, y en esto se fun-
166
da la obligacion que tienen los fieles de que
mar todos los libros protestantes, no solo las
Biblias sino que tambien todos los folletos.
Cat. Pero señor padre no le parece una
especie de rigor redueir á cenizas tantos
libros.
Sac. No es rigor, sino deber yjusticia: ya
porque el apóstol San Pablo y demas discí
pulos del Señor quemaban los libros malos:
ya porque el clero anglicano representado
por sus órganos los obispos Pretissman y*
Carlisle los condenaron igualmente y prohi
bieron á sus subditos su lectura. El obispo
Marsh en el distrito de Nueva-York las
prohibio en los mismos términos y asi mu
chos otros. Comprende ahora un poco se
ñor católico lo que son los libros protestan
tes? Son tan malos, tan pésimos, tan falsos,
tan erroneos y tan peligrosos que los prin
cipales obispos protestantes han prohibido
sus Biblias y sus folletos. Cuanto mas ten
drán que prohibirlo los Romanos Pontífices?
Cat. Y porque nunca habrán dicho esto
en México los ministros protestantes? Será
su silencio otro- modelo perfecto de su buena
fé? Q,ué modo de engañar tan pórfido! Pe
ro continué vd. señor padre pues me da
mucho coraje solo con pensar en una con-
uucta tan pérfida como infame. Ellos son
16T
verdaderamente tinos embaucadores; y son
ademas la abominacion de la desolacion.
Peto continue vd. señor padre.
S(?c. P*tn concluir la materia solo rc?.m-
dhié, que la Biblia ha sidb e: ta *:>. g¡H'£o
y en hebreo, y como los minisi. .>s protestan-
ta» no poseen «ste idioma, es evidente que
no pueden estar ciertos de su traduccion.
Convengo que muchos protestantes se han
dedicado á traducirla, y aun diré mejor que
* corromperla, porque desde que Lutero
cambiando una sola coma, intentó probar
Suc Jesucristo no habia resucitado, todos sus
ijos se han tomado talesfibertades, que to
dos los errores del protestantismo han que
rido autorizarlos con la Biblia, y han queri
do ademas condenar á los demas sectarios.
Siendo esto así, es cierto que los ministros
protestantes se hacen reos de grandes peca
dos, ya que en vez de dar á sus seguidores
Japalabra de Dios, les propinan atrevidos
la palabra de Satanás. Dichoso católicolá
elle consta la traduccion de la Biblia, y sa
be que es exacta en fuerza de la tradicion,
de los Concilios universales, del juicio de
"ida la Iglesia y del Romano Pontifioe, _
168

4.—LOS PROTESTANTES NO PUKDBN


ADMITIR Sü INTELIGENCIA.

Cat. Pero supongamos lo que vd. no con


cede ni se les puede conceder; pero supon
gamos que el protestante estuviera cierto de
la revelacion de los libros de la Biblia, de
su número y de su traduccion; en este caso
podrían los señores ministros servirse de ella
para establecer su fé y su moral? Ya vd.
supondra que me refiero al folleto titulado
los libros apócrifos por el Sr. Presbítero
D. David Trumbul, impreso en Nueva-
York y espendido en México.
Sac. Si señor mio, adiviné su pensamien
to, pero dejando para una ocasion mas opor
tuna la refutacion de dicho folleto, contesto
á vd. que aun en este caso, no puede el
ministro protestante servirse de la Biblia,
porque ignora su sentido.
Caí. Pero padre como puede ser esto? los
ministros protestantes me han asegurado
que es muy fácil, y que toda ella es muy
clara é inteligible, y que por esto es palabra
de Dios puesta en manos de todos.
Sac. En efecto: admito que la Biblia sea
muy fácil, muy clara é inteligible, no en fa
vor de las cosas pertenecientes á la fé y á
169
la moral; sino para caer en toda especie da
errores y contradicciones: y espero señor
ministro que va á contarnos vd. la historia
de las variaciones fundadas en la Biblia, que
se acercan á mil, y nos prueban evidente
mente que la Escritura no es fácil, sino que
es tan difícil é inteligible en ciertos pun
tos, que los protestantes no pueden convenir
entre sí; sino, que unos niegan lo que otros
afirman; y lo hacen con tanto coraje y de
nuedo, que hasta se anatematizan mutua
mente. Oh que confusion/ Bajo este punto
de vista puede decirse que el protestantismo
en el negocio de la Biblia, así como en casi
todas las demas cuestiones, es la nueva Ba
bel que han fabricado las luces del siglo
XIX: tristes luces que son mas espesas que
las tinieblas de Egipto.
Min. Estoy un poco al tanto de seme
jantes variaciones, y reasumiendo la materia
lo mas que me sea dable digo á vd.: que
Lutero es el fundador de la reforma: á Lu-
tero siguieron Calvino, Zuinglio y Enrique
VIII. Los cuatro monstruos parten de la
Biblia, y desde el año 1517 que dio el grito
Lutero hasta el año 1595, se habían levan-,
tado ya 270 sectas: y desde Í595 hasta no-
«otros pasan de 700 sectas. Tan cierto es lo
que dicen las católicos que la Biblia no es
12
179
clara, sino que tiene necesidad de un tribu
nal que determine su sentido/ Sobrelos Sa
cramentos son tantos pareceres cuantos son
los sectarios que han querido' tratar la ma
teria, 16 nuevos pareceres sobre el pecado
original; 20 nuevos pareceres sobre la sa
tisfaccion; y pasan de 200 los que ha moti
vado las palabras de la Consagracion y se
conocen con el nombre de panarios, acá
dentales, corporales, arrabonarios, trofis-
tas, metamorfistas, iscariotistas. . . . hasta
este punto es oscura la Biblia como lo prue
ba la historia del protestantismo/ tan cierto
es que el ministro protestante aun teniendo
la Biblia no puede servirse de ella para dog
matizar, sino que es necesario fijar el sen
tido conforme el tribunal de la Iglesia. Por
otra parte los protestantes no podemos dis
tinguir lo que es precepto y lo que es con
sejo, lo que debe tomarse en sentido meta
forico, y lo que ha de ser literal; lo que solo
obligaba en la antigua ley, y lo que debe
obligar aun ahora, y de estas ignoraneias
han brotado la multitud de sectas. Carlos-
tadio primero fué catolico segun la Biblia
en su pureza; 2. ° después se hizo luterano;
3. ° despues anabaptista; 4. ° despr.es sa
cramentarlo; 5 c despues se casó; 6. c y
despues se hizo panadero y como se supone
171
pattia de la Escritura que dice: comerás el
pan con el sudor de tu rostro. Tan ciarlo
es que la Escritura no es fácil/ tan cierto es
que hacen al pueblo la mayor burla cuando
se la entregan para que la interprete! Ah
señores, ya no soy ministro protestante por
que sus ministros soío tenemos la falsedad
y ¡o prueban nuestros hechos; al paso que
el catolicismo tiene la verdad y lo prueba la
historia de sus acontecimientos.
Sac. A lo dicho voy á añadir otras prue
ba» que manifiesten que las Escrituras Sa
gradas 6 la Biblia no es clara, sino que
necesitan interprete, y que este no puede ser
otro que la Iglesia romana. 1.° Por con
fesion de Lutero que afirma que la palabra
de Dios es inescrutable y que apenas los
mayores escriturarios saben de ella el a, b,
c..tt que ni los mayores teologos son ca
paces de escudriñar debidamente ¡apalabra
de la Biblia que sus p t labras son
dH Espíritu Santo y ellas son superiores
al hombre .... Jamas he podido entender
«i siquiera la primera palabra del Yo soy
el Señor tu Dios.... luego la Biblia es tan
difícil que los protestantes no pueden partir
de ella para la enseñanza, sino que necesi
tan el tribunal de la Iglesia, que les deter
ja su sentido. 2.° Jeremías Taylorcé
172
lebrj entre los ministros protestantes ase
gura que lleva consigo nna dificultad suma
la interpretacion de la Biblia. 3. ° El sábio
Prancowitz nos ha dado 151 argumentos
para demostrar la oscuridad que acompaña
á la Sagrada Escritura. Pero para que alar
garnos con razones si el mismo Espíritu
Santo nos lo dice en la Sagrada Biblia? Nos
lo enseña por David que pide á Dios luz
para conocer sn santa ley; nos lo dice San
Lucas que nos refiere que abrio el sentido
de los apóstoles para que entendiesen las
Escrituras, y nos lo dice por San Pedro
que nos confiesa que en las epístolas de
San Pablo hay cosas rnuy difíciles de en
tender. Si un profeta como David no entien
de, sino que pide luz y confiesa las tinieblas
de su ignorancia, si un San Gerónimo tem
blaba en la interpretacion de la Escritura,
si San Agustín declara que es mucho mas
lo que ignora de ella que lo que sabe ¿qué
deberemos decir nosotros?
Cat. Me dispensa vd. señor padre, pero
dicen los protestantes que tienen la inspira
cion particular, y que por ella, con ella y
en fuerza de ella, están ciertos de los libros
santoá. Deseo que el señor ministro nos la
esplique.
Min. Yo señores mios no los quiero en-
173
ganar, sino confesar sencillamente que nun
ca la he sentido: con todo hablando com»
protestante les diré, "que es una luz con la
" que se distinguen los libros santos, de los
" libros no santos; un sabor que se disfruta al
-' leer las Escrituras, con el que conocen las
" copias exactas de las no exactas; una sua
vidad que lea cerciora que las traduccio-
"nes son buenas ó son malas; un impulso
"que les indica la inteligencia de todos los
" lugares, y un conocimiento que de hecho
''esperimentan sobre la verdad 6 falsedad
"de lo que leen." Esto es lo que apellidan
inspiracion particular que segun mi parecer
no existe, ó al menos ningun ministro ha
demostrado su existencia y de mi mismo ha
blando ingenuamente les confieso que ja
mas la he sentido.
Soc. Puede ser que tengan la inspiracion
de que se jactan, mas no una inspiracion
divina cuyo resultado sea lo que nos dicen
los ministros; sino una inspiracion que tiene
su origen en causas humanas ó diabólicas,
y cuyo resultado sea el caer en todos los
errores posibles. Pero concedamos la inspi
racion como ellos la definen, y con los re
sultados que les señalan: en este supuesto,
"o los protestantes la tienen ó no la tienen;
11 ú tto la tienen son completamente culpa
174
" bles, merecen la nota de mentirosos, debe
" aplicarseles el dictado de perversos y de
" altamente criminales, porque en uuacosa
"de ¡a mayor cuantía fingen tener lo que
" en realidad no tienen; y si acaso la tienen
" son mas culpables todavía, porque de ella
" han nacido todos sus errores, todas sus
" falsedades y todas sus variantes, y de ella
" han nacido cerca de mil sectas con creen-
" cias particulares, con dogmas contrarios y
" con una moral infame: y de ella en fin el
" que hayan divinizado todos los vicios:'*
Y quién podrá ser el autor de semejante
inspiracion.' El espíritu no santo, el espira
til de Satanás! , \.' ,. ,ll|? ^

''»!
5 SE REFUTA E» FOLLETO TITULADO LO»
LIBROS APÓCRIFOS.
.1

Caí. Espero señor padre que me tendrá


una poca de paciencia, puesto que voy ft
impartirle á vd. otra molestia suplicándole,
que me refute directamente el folleto titula
do Libros apócrifos. Es cierto que ya ésta
refutado y muy victoriosamente en la de
mostracion que nos hizo, manifestando que
175
los protestantes no podían recibir el Canon
de las Escrituras; ni podian recibir las Es
crituras mismas, ni podian recibir las tra
ducciones, y que eran completamente inca
paces de entenderlas, y que nada, nada sirve
para ello lo que llaman inspiracion parti
cular pero, como repito á vd., tengo deseos
de que lo haga directamente, porque sospe
cho que no sea otro hazme reir.
Sac. Poco á poco señor mio, poco á poco:
poique segun las ínfulas con que se presen
ta, el carácter dogmático que adopta, y la
serie de citas que hacina; no solo se ha con
vertido en' un hazme reir, sino que fueron
sus miras hacerle al catolicismo una depó-
fndo bárbaro: porque á la manera que Lu-
tero con un golpe de mandoble quéria tajar
|\ mundo; asi el autor de nuestro folleto,
con el mandoble de los libros apócrifos ha
querido dar un tajo tan descomunal al cato-
Jicismo que lo hiciera de una vez protestan
te: dignos deseos de un fidelísimo discípulo
?e Martin Lutero. Pero dejemos las rizas y
vamos á las veras, analizando aunque de
corrida el folleto titulado Los libros ap6-
tófos por el Sr. Presbitero D. David
Trumbull, impreso en Nueva York, obra
malísima, falsa, calumniosa, herética, per
versa é infame como todas las obras publr
175
cadas por la Sociedad americana de Tra
tados,
Cat. Pero padre bajo qué punto de vist»
es malísima?
Sac. Es tan mala que engaña á los cató
licos en la parte mas esencial, haciéndole!
desconfiar de la Iglesia Romana su ma
dre y causándoles el ánico y solo mal que
es el pecado, y el mal eterno que es el in
fierno, j,
Cat. Y cómo es calumniosa?
Sac. Porque calumnia á la Iglesia Ro<
mana, y en ella á todos los católicos, dicien
do que la causa porque admitio los dos li
bros de los macabeos, es porque en ellos se
habla del purgatorio, y de la utilidad de las
oraciones de los vivos para con los difuntos
dos fuentes, dice el calumniador, de lucro v
de riqueza para ella.
Cat. Y cómo es herética?
Sac. Porque niega un dogma de nnestra
santa fé, no admitiendo por libros sagrados
los que el santo Concilio legítimamente con
gregado en el Espíritu Santo en la ciudad
de Trento, decretó que siguiendo el ejem
plo de los padres ortodoxos los recibia y
reverenciaba con igual piedad y venera*-
cion, ya que el mismo Dios es el autor de
todos*
177
Cat. Y cómo es perversa é infame?
Sac. Porque los católicos han refutado
cien y cien veces su proceder, haciéndoles
palpar sus errores, sus estravíos, su sin ra
zon y sus contradicciones, al paso que ellos
con una perversidad increíble, y con una
infamia la mas atroz, contináan dogmati
zando el error y victoriando el vicio.
Cat. Y cómo es una doctrina falsa, su
puesto que pone sus citas bajo el amparo
de los judíos, de Jesucristo y sus Apóstoles,
y de algunos padres de la primitiva Iglesia,
y dice que el concilio de Tremo fué una
farsa?
' S^c- Voy señor mio á hacerme cargo de
ras citas, haciéndole notar primeramente
que si Jesucristo, como dicen los evangelis
tas, dio á los apóstoles las luces necesarias
para interpretar el sentido de las criaturas,
elaro está que debio darles especialmente la
Juz divina para poder conocer lo que era
sagrada éscritura y lo que no lo era: y á
este fin de un modo especial les prometio el
Espíritu Santo y de hecho se lo envió.
Primero: Convenimos con el dicho de
San Agustín que hablando de la Biblia afir
ma que los judíos son nuestros biblioteca
rios y lo son verdaderamente mas no en el
sentido de que solo hayamos de admitir los
178
£n°^UeeIl0Snenian «ciados, sino tam*
bien todos aquellos qne tenian como dudo-
lüJJUe n° IosJhaIbian P»^to en el Canon
¡o $ % 7 ? >ando° k Iglesía cat61ica regida
por el Espíritu Santo conociera que Iran
£223?'e ',1SPirad^'s: y co™ de hecho
lo conoció en fuerza de las luces de Dios
por esta causa formuló el decreto en Tren-'
o definiendo cuáles eran los libros santos,
incluyendo á los que hasta entonces no h¿
bian, «do tenidos por todos los católicos co-

7 íos Matbeo8^'1"3' ^'^ B™*<


Segundo. De que Jesucristo y los anós-
toles nada hayan dicho de los liWdJK.
I?' íudl : Sabiduría, Eclesiástico, Baruch
7 los dos Ubros de los Macabeos, no puede
concluirse que no los tubiesen por CanonU
SoP6ÍT Tamp°C° nada nos^ijeíon di
del cuar o°HJTCeoy de Rat' del P™™ y
2un^TpeJ°S R?yeS> del Primero y sel
gundode Esdras, de Ester, Eclesiasíesv
Canticos, m de Abdías y SÓfonias v si J
once libros que acabamos de notar lo» £
Xur?íC0S ^«-««teV no JE
ím» ^ Je!u«="sto ni los Apóstoles los ci-
5iosZW„é 7 2uer¿an admitir co™ «*»
de Tobías, Judit, Sabiduría, Eolesiástí-
17t
eo, Barueh. y los dos Macabeos? No hay
otra razon que el no quiero, y la mala fé.
Tercero. Tampoco prueba nada contra
la Iglesia católica el testimonio separado de
algunos padres primitivos, ya porque en
muchas cosas nuestro candido Trumbull
los ha falsificado; ya porque la Iglesia Roma
na no ha de ir á beber las aguas de su doctri
na; sino que ellos son los que la han de reci
bir de la Iglesia que es su madre y su maes
tra; ya porque su argumento es tan falso
que prueba tambien que muchos otros li
bros que los protestantes tienen por canóni
cos, no pueden ser recitados como tales por
que los testimonios de los padres indicados
tampoco los admiten. Hagamos, pues el
argumento protestante: Los libros que no
admite Meliton, Orígenes, Atanacio y Ciri
lo, ¡E]>ifanio -y el concilio de Laodicea, Gre
gorio Nacianeno y Anfiloquio, Gerónimo y
Rufino, Hilario, Agustín y Juan Crisósto-
rnOj Gregorio, Leoncio y Juan Damasceno
deben ser tenidos por apócrifos; es así que
el libro de Tobias, Judit, Sabiduría, Ecle
siástico, Barueh y los dos libros de los Maca
beos, que han recibido los eatólicos, no son
admitidos por dichos padres, luego deben
ser tenidos por apócrifos, luego no son di
vinamente inspirados. A este buen- señor
íeo
conviene contestarle; es asi que Meliton
tampoco admitid á Ester, ni Orígenes, la
historia de Job y los doce profetas menores,
ni el concilio de Laodicea admitio á Rut, ni
Anfiloquio admitio á los cuatro profetas ma
yores que son ísais, Jeremías, Ezequiel y
Daniel; luego segun su argumento deben
ser tenidos por apócrifos los cuatro pro
fetas mayores, los doce profetas menores,
Ester, Job y Rut. Tan falso como especioso
y miserable es el pobre argumento protestan
te! tanta mala fé la que presenta por toda»
partes/ Y porque se servirán de este proce
der tan indigno?
Cuarto. Mucho menos prueba nada el
testimonio de los autores ó escritores mo
dernos contra la Iglesia católica; porque na
da dice ó tiene de particular que Beda no
hubiese recibido como canónicos los libros
de los Macabeos; que Alenino hubiese con
tado al- Eclesiástico como libro dudoso: que
Rodulfo, monge frances, hubiera afirmado
que Tobias, Judit y los Macabeos, no pose
yesen completa autoridad; que Niceforo pa
triarca de Jerusalem hubiese dicho que tre
ce de los libros de lá Biblia eran objeto de
controvercia y aunque algunos otros fuesen
del mismo parecer. La razon es muy obvia
porque como la Iglesia no habia determina*
1S1
do el canon todavía, por esto sin faltar á la
fé, cada uno podia seguir la opinion que la
pareciera mas probable y mas cierta; así
como despues que el santo Concilio de Tren-
to definio cuales eran los libros divinamen
te inspirados que componian la Biblia, no
admitirlos es hacerse herege, é incurrir en el
anatema de la Iglesia. Lo que nos dice del
cardenal Cayetano es una de las acostum
bradas falsedades, porque jamás ha dicho
tan sabio cardenal que las decisiones tanto
de los concilios, como de los doctores debian
ser sometidas á la correccion de Gerónimo
puesto que vemos al mismo Geronimo su-
jetando sus trabajos al papa Dámaso: y
mayor falsedad es todavía las gentencias
que atribuye al cardenal Belarmino,' porque
¿cómo podria decir que el Santo Concilio de
Trento no podia determinar como determi
nó cuáles eran los libros divinamente inspi
rados? La Iglesia obró en este caso no te
meraria ni arbitrariamente como afirma con
torpeza inaudita el autor de los. libros apo>
crifos. sino que obró como regida por las
luces del Espíritu Santo.
• Quinto. La Iglesia en el concilio de Tren
to despues de haber puesto el canon de las
escrituras, dice: ''Quien quiera que no res
"cibiere como sagrados y canónicos todo
182
-' estos libros y toda parte de ellos, tales co-
" mo son comunmente leídos en toda la Igle-
" s¡a católica y cómo se hallan en la anti-
"gua version latina llamada vulgata, ó des-
" preciare á sabiendas y deliberadamente las
" susodichas tradiciones sea excomulgado:"
y con razon obró así, como fundada en el
testimonio de Jesucristo, de los Apóstoles y
de la tradicion. No creo conveniente dar
al párrafo VI del pobre Trumbull que tu
vo la desfachatez de apellidar la Igiesia
romana, no creo conveniente digo, darle
los honores de la refutacion porque es un
enlace de mentiras las mas manifiestas. Di
ce pues que el canon del Nuevo Testamen
to protestante es lo mismo que el católico, y
sin embargo los luteranos no admiten la
epístola de San Pablo á los hebreos, ni las
dos de San Pedro, ni las dos ultimas de San
Juan, ni la canónica de Santiago, ni la de
San Judas Tadeo, ni el Apocalipsis. Otra
falsedad mas enoorme es cuando suelta en
sentido patético y compungido esta esela-
maoion: "Y los cuarenta y tres obispos ita-
ll líanos de que fué compuesto el concilio
í- Tridentíno, uno ingles, dos franceses y seis
" españoles, erigidos por sí mismos en árbi-
'- tros infalibles, se lanzan temerariamente
" á establecer semejante innovacion!" Sepa
183
señor autor de los libros apocrifos¿qne este
Easage es el apocrifo, y todo lo demás que
a dicho vd. en su folleto; porque el Conci
lio de Trento fué compuesto de mas de tres-
cientos entre cardenales legados, cardenales
no logados, arzobispos, oradores y no oras
dores, obispos, generales de las religiones
y Abades- y sepa vd. que ademas de los
obispos italianos, franceses, españoles é in
gleses; los habia tambien germanos, lucita-
nos, griegos, poloneses y hungaros; y los
habia tambien de Hibemia, de Flandes, de
Croato, de Morabia y de Ilirico. Y qué dk
remos de mas de ciento cincuenta teologos
que examinaban todos los puntos.... no, ya
no tengo paciencia para seguir á semejan
te embaucador.
Caí. A la verdad me parece imposible lo
que vd. acaba de decirme, y jamás habría
creido que un escritor publico tuviera atre
vimiento de ensartar tamañas mentiras, por
que esto señor mio es mentir del modo mas
descarado, Dios mio/ qué infamia, qué mala
fé, qué impudencia! Y no seria posible que
vd . nos indicata las razones que tuvo el
santo Concilio de Trento para formar el ca
non de la Biblia.
Sac. Me es muy fácil, señor mío, pero
pienso hacerlo de un modo tan reducido co
184
rao claro, porque ya es mucho el tiempo
que estamos ocupados en este asunto de la
Biblia. 1. ° Todos los católicos, entre los
grandes beneficios que recibieron del Santo
Concilio de Trento fué la declaracion que
hizo de que los libros que componen nues
tra Biblia eran todos divinamente inspi
rados. Sí. ° Que entre las muchas biblias
ó índices de la Sagrada Escritura que en
tonces se conocían, escogio el Santo Conci
lio la mas comun y la mas antigua, tal co
mo la habia conservado la mas esacta y
cuidadosa tradicion, y la que era tenida co
mo verdadera palabra de Dios: 3. ° Los
libros que ella contienen son parte de la
trauslacicn y enmienda que hizo San Geró
nimo de los libros por orden de los Roma
nos Pontífices, y parte de la edicion mas
anticua y autorizada, llamada por San Gre
gorio antigua translacion, por San Agustín
la Itálica; y por Gerónimo la Comun y la
Vulgaia; 4. ° El mérito de los trabajos de
San Gerónimo sobre la Biblia, es de tal na
turaleza, que es llamado por toda la Iglesia
el doctor máximo: llamado expresamente
por Dios para interpretar y traducir las San
tas Escrituras, y la otra parte es la que era
conocida por la mas esacta y de mayor au
toridad entre los Santos Padres; 5. ° En
185
tre la multitud de códigos que habiaen uso
en la Iglesia, el Sauto Concilio adoptó el
mas antiguo, el mas esacto y el mas autori
zado; de ínanera que fué la Biblia adoptad»
durante novecientos años por los hombres
mas sábios que han'brillado en la Iglesia de
Dios, y entre los cuales figuran de un modo
especial, Remigio, Beda y Rábano; Eutimio
y Pedro Damiáno; Ricardo, Hugo y Ber
nardo; Ruperto, Pedro Lombardo y Alejan
dro, Alberto, Tomás de Aquíno, Buenaven
tura y demás sabios; y a^ebo hacer particu
lar mension d« Sofromo Isidoro, Gregorio,
Agustín y Gerónimo. Fundado pues, el San
to Concilio en estas razones, y en la tradi
cion tan exacta como cuidadosamente reco
gida, y en las luces del Espíritu Santo que
tenia en fuerza dé la promesa del mismo Ja-
sucvisto dio el decreto sobre las Santas Es
crituras, y lanzó anatema á cuantos dijeren
6 enseñaren lo contrario: tal íué la conduc
ta de la Iglesia, conducta admirable bajo
todo punto de vista, y conduela que mani
festó una vez mas que la Santa Iglesia que
ti Una, Santa Católica Apostólica y Roma
na, esta regida y gobernada por ol Espíritu
Sauto.

13
186

6 SE KF.FUTAH LOS FOLLETOS


LA VERDAD Y EL ERROR Y LA CONVERSION
¡JE ANDRÉS DUNN.

Cat. Mucho me place Señor Padre no


solo el ataque certero y furibundo que ha di
rigido contra los protestantes, obligándoles
á confesar que no tienen la Biblia, que no
pueden establecer sus doctrinas, y que el
conjunto de todas ellas no es mas que el
eíror; sí que tambien la refutacion tan bella
corno esa'-ta, que nos ha héchodel folleto
Los libro* apócrifos: y debo representar á
vd., que toda el conjunto me ha inspirado
tal confianza, que me anima h suplicarle
que nos diga cuatro cosas sobre el incendia
rio escrito titulado: La Verdad y el Error,
y sobre lo que se llama conversion de An
drés Dunn, al menos en la parte de las Sa
gradas Escrituras.
Sac- No tengo dificultad en prestar á vd.
este nuevo servicio, haciéndome vd. mismo
el favor de recordarme lo que ellos dicen,
pues hace ya algun tiempo que no los he
leido, y quiero refrescar las ideas.
Cat. En la página 13 del folleto La Ver -
dad y el errer se lee lo siguiente: Los esclcu
187
vos de la Iglesia de Roma prohiben la lee- .
tnra de la Sagrada Escritura, porque si
permitiesen, que el pueblo la escudriñara co
mo Dios manda.. ..Dos páginas despues
añade: La Biblia es un fanal que describe
un círculo de oro en las naciones en. que se
lee.... en la página 18 sigue: Padres defa
milia, educad ü vuestros '¿lijos por la Bi
blia, y en vez de esclavos del error, tendreis
criaturas libres y verdaderamente virtuo
sas. ...y finaliza su folleto diciendo: Dios
os ha mandado escudriñar las Escrituras,
estando en un estilo sencillo y claro, como
lo es el lenguaje de ¡a Verdad no necesitais
de traductores ni de intérpretes.. Con rela
cion á lo que nos dice el Sr. Andrés Dunn,
creo que lo hará mejor el señor ministro,
porque como se trata de un irlandés, tendrá
presente la historia de su conversion.
Min. Segun mi modo de ver, señores, no
existe la conversion circunstanciada del ir
landes del papismo ála religion de Jesucristo
sino que es como una de tantas ficciones
para propinar el error. Cuanto nos dice so
bre la Biblia, puede reducirse á lo siguiente:
"que solo admite la Biblia como palabra de
'' Dios," y saca las consecuencia» que se
aoohtuiubran: "que la Biblia á todos inteie
"fia, y por tanto, que es sencilla y de fácil
1S8
"Inteligencia; que los pobres á quienes pre
dicaba Jesucristo lo entendian; que bien
"pueden entender la Biblia los ignorantes
de nuestros dias.... y que la Iglesia prohibe
" su lectura, con locual obra contra lo man-
" dado por Nuestro Señor Jesucristo.
S"C. Reasumiendo los argumentos de las
dos obras en cuestion, resulta contra la Igle
sia los siguientes cargos: 1. ° "Que la Igle-
" sia prohibe la lectura de la Biblia: 2. ° Que
" Jesucristo manda leerla: 3. ° Que es-sen-
" cilla y fácil su inteligencia: 4. ° Que de
" su lectura puede esperar la sociedad todos
" los bienes, así como unos ciudadanos tan
"entendidos como virtuosos." 1.° Al pri
mer cargo, de que la Iglesia prohibe la lec
tura de la Biblia, puede responderse; que
es una especie tan falsa como calumniosa;
porque la Iglesia no solo no la prohibe, sino
que re alegra de que la lean en muchas oca
siones, la autoriza en alguna? otras, y en no
pocas lo manda. La lectura de !a Biblia tu'
hebreo, caldeo y demás lenguas orientales,
jamás lo ha prohibido la Iglesia; en idioma
latino siempre la ha autorizado; y sí en
idioma vulgar prohibio en el Concilio de
Tolosa (1229) á los legos que tuviesen ejem
plares de los sagrados libros, fué para ocur
rir á los males que causaban los hereges val-
189
denres. Ademas cuando aparecieron par
todas parteé versiones deUa Biblia inexactas,
falsificadas y corrompidas, entonces apare
ció la regla 4* del índice que dice así: Cores'
tando por experiencia que de la lectura de
la Biblia en lengua vulgar, hecha general
mente sin discrecion, resulta mas daño que
Provecho, por la ligereza é indiscrecion de
tos lectores prohibimos y cuando hubo
calmado un poco el furor protestante, Bene.
dicto XIV. Mandó poner esta adicion. Que
generalmente se conceden semejantes ver-
nones de la Biblia en lengua vulgar, si
fueren aprobadas por la silla apóstolioa, 0
>t publicaren con notas de los Santos Pa
pas de la Iglesia ó dé interpretes doctos ó
católicos. Ya ven vdes. señores míos cuáles
*on los sentimientos de la iglesia sobre la
leciurade la Biblia cómo los Protestantes la
calumnian atrozmente cuando afirman que la
prohibe/ 2" Cargo: Jesv cristo "manda leer
las. No sabemos fen doade nuestros protes
tantes habrán encontrado que Jesucristo
manda la lectura de la Biblia, al menos no
recordamos por ahora ningun pasaje que lo
dl8a)i y sí recordamos y tenemos por cierto,
Pe Jesucristo mandó á los judios, á los gen
tiles y á toda criatura que oyesen la santa
Ptedicacion. Por esto nos refieren los San-
190
tos Evangelistas que dijo á sus Apóstoles.
Id por todo el mundo, y predicad el Evan
gelio á toda criatura; y de ningun modo
dijo; es necesario leer la Biblia, y el que la
leyere y se bautizare se salvará. Dicen algu
nos que Jesucristo dijo: escudriñad las .es
crituras: pero esto lo dijo, no en el sentido
de los protestantes, ni mucho menos á toda
especie de gente, ni cuando ya existia toda
la escritura, sino que lo dijo, segun el sentir
de la Iglesia, á los escribas y fariseos y de-
mas sabios de la ley, y cuando solamente
existia el Antiguo Testamento, porgue el
nuevo aun no lo habian escrito los cuatro
Evangelistas y demas Apóstoles Pedro, San
Pablo, Santiago y Judas Tadeo: 3* Cargo:
que es sencilla y clara su inteligencia. Las
Santas Escrituras no son faciles, son ai con
trario tan difíciles que cada siglo apenas pro
duce un escriturario capaz de traducirla é
interpretarla debidamente; tan difíciles que
los cuatro mas afanados doctores ó minis
tros protestantes, no son capaces de inter
pretar legítimamente las cuatro primeras pá.
ginas del Antiguo Testamento; tan difíciles
quelosjudios ñola entendian, y muchas
veces tomaban la á, por la b, Y si aun los
mismos Apóstolesequivocaban su inteligen
cia y necesitaban que Nuestro Señor 6e la
191
explicara cuanto mas la equivocaran, los
protestantes sean ricos ó pobres, sean in
glésese alemanes? Para librar á los fieles de
tanto peligro, Jesucristo mandó ásus Após
toles que fuesen á predicar el Santo E van*
geiio á todas las naciones; y estableció la
iglesia, como depositaría fiel de su palabra,
7 les encargó el deber de conservarla. Lue
go no es una cosa tan sencilla la lectura de
ja Biblia. Ojala pudieramos oir disertar á
los autores de los folletos sobre las cuatro
primeras páginas de los libros santos/ cuán
tas cosas nos diñan/ como se contradijeran
unos á otros/ cómo á poco rato llegarían á
no entenderse! Tales son las fatales conse
cuencias de los principios protestantes/ 4?
Cargo, de su lectura puede esperarse todos
los bienes. Suponemos que nuestros autores
entenderán por bienes los puramente mate
riales, lo cual es indigno do un buen cristia
no, que solo se sirve de los bienes materia
les, en cuanto lo conducen al cielo: y enten
derán igualmente las muchas guerras, y re
voluciones, y muertes, y miserias y demas
trabajos, que han causado al mundo, el fa
tal establecimiento de las ideas protestan
tes. La lectura de la Biblia puede producir
muchos bienes, á saber, todos aquellos bie
nes que recibiría un pueblo en el orden ma
192
teriál y civil, si las Ieye9 civiles faesen la
unica regla de los ciudadanos, siendo em
pero cada particular el dueño de explicar
su texto como mejor le agradare, y sin que
hubiese tribunales encargados de explicar
mi sentido, y aplicarle en los casos particu
lares: y así como semejante pueblo á poco
tiempo seria una monstruosidad, así el pro-
te8tantismo se convierte en el monstruo mas
horrible en el orden religioso. Estos son los
bienes que ha sacado el protestantismo de
lalectura de la Biblia/ Oh felicidad suma
la que promete á los pueblos el protestan
tismo!

T. — DIFICULTADES dUE PONE If LO»


PROTESTANTES.

Caí. Por lo que vd. me ha dicho Sefior


Padre, he comprendido con toda clarid»d
que la Iglesia católica es la que tiene la ra
zon en el negocio de las Santas Escrituras; y
que los Protestantes segun su costumbre, no
tienen mas armas que la calumnia, y la men
tira, como vd. nos lo ha demostrado en lo»
libros apócrifos del Sefior Trumbull: obra
que hace mas de treiaa años que loe ingle

M 7 otro* ministros protestantes la introdu
jeron en España. Desearía en conclusion,
que nlgo nos dijera vd. sobre el tema pro-
teetante de examinar las escrituras, y espero
que lo hará con la claridad que vd. acostum
bra, -
Sac. Cumpliendo su deseo afirmo: que di
ciendo el protestante examinad las Escritu
ras se condena á sí mismo, 1? porque ese
roigmo texto supone la autoridad é infalibi
lidad de la Iglesia que debe entregarte á ti
oh protestante, de un modo cierto é infalible
las Santas Escriturais: y si instas que no ad
mites, tampoco tienes Sagrada Escritura
3uc examinar: 2 f porque Jesucristo al man
ar examinar las Sagradas Escrituras no
Podo tener la intencion que le atribuyen
los protestantes, porque entonces solo exis
tia el Antiguo Testamento y nada habia es
crito del Nuevo: 3.° porque Jesucristo
*>Jo inundó el exámen de las profecía» y
demas puntos que demostraban su divini-
<*«d; y de ninguna manera podia autorizar
un examen que neutraliza la obra de la Re
dencion y condena al infierno á in numera-
Mes almas: 4. ° porque nada mas falso que
8' sentido que se le quiere dar, porque ve-
■Wfe á los apóstoles y á sus discípulos ha
ciendo lo contrario de lo que afirman los
IM
protestantes, no solo en este texto, si que
tambien en el de San Pablo á Timoteo y
en los de San Lucas; de cuyos pasajes tam
bien abusan: 5. ° porque Jesucristo no dijo
á sus Apóstoles estended la Biblia, sino que
les mandó que predicasen el Evangelio, á to
da criatura y esto es lo que ha hecho siem
pre la Iglesia romana: tí. ° porque nada es
tan absurdo y tan diabólico como este prin
cipio protestante, porque en este caso no haj
Iglesia que esencialmente es Una; ni Iglesia
que esencialmente es Católica, ni Iglesia
que es esencialmente es Santa, ni Iglesia
que esencialmente- es Apostólica: ni Igle
sia que es tambien Romana en cuanto la
Iglesia de Roma es la cabeza de toda la
cristiandad: en este caso, no hay dogma, ni
moral, ni disciplina, ni Sacramentos; ni pre
ceptos de la Iglesia, ni virtud. Desgracia
dos protestantes/ Ellos no están ciertos en
la verdad de su secta, ellos viven llenos á»
dudas, ellos.... ojala que buscaran la ver
dadera Iglesia porque no haciéndolo peligra
su salvacion/
,;*;„

'-'> «

CAPITULO VI.
Gomo no es lícito & un católico hacerle
franc-mason.
Coi. Padre si vd. me permite le haré una
pregunta, que espero rae contestará categó
ricamente: y lo espero con tanta mas razón
cuanto que acabo de ver lo bien que ha de
mostrado vd. al señor ministro, que por nin
gún título podia servirse de la Biblia: y he
visto con gozo mio que hay sacerdotes que
saben su deber, cuando se trata de obrar en
defensa de la religion verdadera que es una,
Santa, Católica, Apostólica y Romana.
Sac. Es favor que vd. me hace seíior
mio, y que ciertamente no merezco; pue§
196
estoy persuadido, que soy cortísimo en m»-
teria de ciencia, y que la mayor parte délos
sacerdotes no solo habrían ejecutado lo pro
pio, sino que tambien lo habrían hecho con
mas acierto, exactitud, buen modo y elo
cuencia. \
Cat. Como quiera que sea; yo confieso á
vd. que he quedado muy convencido, y es-
Eero tendrá á bien iluminarme en las time-
las de mi ignorancia: en consecuencia, su
plico á vd. ine diga si es lícito ser masonl
ó lo que es lo mismo, afiliarse en alguna d«
las logias de la franc-masoneria.

1.—NO ES LICITO POR CONFESIOW DI


ELLOS M1SM03.

Sac. Mucho estraño la pregunta de vd.


eefior mio; y casi me inclino á creer que m»
la hace, no porque la necesite; sino cbn ei
fin de conocer si estoy al tanto de los infa
mes secretos delafianc-masoneria: tan cla
ro es lo que vd. me propone. Sin embargo(
voy á contestar á vd. asegurándole, que por
ningun título es licito ser mason, que nin
gun cristiano puede afiliarse á la masone
ría sin hacerse un culpable descreído, y un
197
hombre sin religion, sin moral, y aun sin
principios de orden. Y para que vd. conoz
ca que no quiero exajerar, voy á responder
directamente á su pregunta, con lo que dice
un periodico que redactado por la masone
ria, se titula el Mundo Masónico, pues en
sus producciones do Mayo de 1866 decia:
no se puede ser al mismo tiempo franc-ma-
»on y católico: luego está claro que no es
licito ser mason. Aqui no hay dudas, no
hay evasivas, sino que los mismos maso
nes, al hacerse cargo de los deberes de su
propia secta, y de los que impone elcatoli-
cismo, concluyen y determinan y decretan,
que no se puede ser al mismo tiempo franc
mason y católico: tan cierto es que un ca
tólico no puede al mismo tiempo ser franc
mason!

2—NO ES LICITO APE3AR DE SUF1LAN-


TROPIA Y BENEFICENCIA.

Caí. Mucho me llama la atencion lo que


vfl. acaba de decirme, cuando es bien sabi
do que muchos en México solo veri en la
masonería una sociedad filantrópica, ocupa
da en comer, beber, cantar y hacer obras
do beneficencia: y segun me han asegurado
198
algunas personas respetables, no falta quien
se sirva de la Pranc-Masonería como de un
pedestal para subir al poder y ya obtenido
conservarlo. Ahora bien, ¿siendo esto así,
cómo puede ser tan mala la órden masóni
ca? cómo puede ser tan malo ser mason?
cómo es posible que hacerse mason sea lo
mismo que apostatar de la religion católica?
Señor Padre, no comprendo esto, y tengo
necesidad de que vd. mismo me lo demues
tre.
Sac. Esta sociedad no es como las otras
que son de ordinario lo que dicen, sino que
ella es lo contrario de lo que aparenta. Su
nombre de Pranc- Mason, es como si dijera,
francos albañiles; y á la manera que por
mas que usen de la escuadra y del compás,
es cosa cierta que no son albañiles; así por
mas que ellos quieran pasar por almas cán
didas y columbinas, es cosa igualmente cier
ta, que ellos no son francos; y está fuera de
toda duda, que la órden masónica descansa
sobre tales secretos que á nadie pueden re
velar bajo pena de muerte: y que son cien y
cien veces mas horribles y satánicos que
(os que ocultaba la órden de los Templa
rios: y esto es así por mas que tengan sus
reuniones, en las que no solo se coma, beba
y cante, y aun se den disposiciones para
199
practicar á su modo lo que ellos denominan
Beneficencia. '
El malogrado Illmo. Sr. Obispo de Ve-
rac»uz, que en paz descanse, y por cuyas
virtudes se habia hecho acreedor al ho
norífico título de Venerable, dccia así en
su carta pastoral del año próximo pasa
do. Los nombres de filantropía, beneficen
cia y auxilio al moribundo; los recursos pe
cuniarios y los fraternales convites, las vo
ces de fraternidad é igualdad y los proyec
tos de ilustracion y de progreso, son las flo
res con las que ocultan el puñal masónico,
son esa piel ele obeja con que se encubre el
lobo¿ y son los velos con que aparece públi
camente la reunion masónica: aunque en
realidad de verdad tiene consigo la masone
ría la mira esencial de destruir la religion
católica, la única religion revelada, y la
creencia y el amor de Jesucristo Dios y
Hombre verdadero.
Cat. Pues siendo Los masones como vd.
me acaba de referir, y como acaba de acla
rarme un obispo tan instruido y tan santo ya
me dan mucha materia para sospechar, por
que es evidente que no puede ser una cosa
buena aquella reunion que comienza enga
ñando á los individuos que quiere admitir; y
lo que es peor segun he oído decir, haciéndolés
200
hacer un Juramento tan hacinado de ímpre-
caciones, que el que no lo hace ócnmpleen
todas suspartes lo matan. Estoes hnrriblel
es la misma maldad personificada/ es toda
la malicia del infierno sobre la tierra! Pero
deseo que me demuestre cnanto me dijo pa
ra mi gobierno, y tambien para alguno»
amigos mios, que aunque ya afiliados en Ja
masonería, con todo no están atados con el
diabólico juramento. En primer lugar ¿la
Franc-Masonería tiene su origen en el par
raiso terrenal?

3^—NO ES LICITO POR BU ORIGEN.

Sac. Esta es l<tprimera falsedad: la llamo


la primera, porque es de las mas claras, ya
que puede ser conocida hasta de las perso
nas mas ignorantes. 1 . ° Es una cosa abso
lutamente cierta que la Franc-Masoneiía
jamás estuvo en el paraíso terrenal: 2.°
Q,né no existio antes del diluvio, ni tampo
co despues, y ni siquiera en la torre de tía.'
bel: 3. ° Que no existió tampoco en el tem
plo de Salomon, ni en sus dias, y esto por
mas que usen de la escuadra y del compás;
para indicar que ya existían entre los obre*
201
ro* que fabricaron el templo de Jeni»aleurf
y afirmo esto con tanta mas seguridad,
cuanto que en tod«s las historia» de los pue
blos de es03 tiempos no se encuentra el me-
ñor rastro de la masonería: hasta este punto
publican mentiras y falsedades los señores
venerables hermanos masones por mas que
<e cubran con el ropage de sublimes maes
tros.
Caí. Pues en este caso cuál e» el origen
de la masonería.
Sac. Fundaron la Franc-Masonería en el
principio del siglo XIV algunos templarios
verdaderamente criminales, que perseguidos
como convenia por Felipe el Hermoso, rey
de Francia y por el Papa, se salvaron en
Escocia; y allí constituyéndose en sociedad
secreta, profesaron desde el principio un odio
implacable y una eterna venganza, tanto al
Papado como á la monarquía; en fin, quedó
la masonería perfectamente organizada á
principios del pasado siglo.
Esto ea lo quehizo decir al Venerable Sr.
Obispo de Jalapa, que las sociedades ma
sónicas no son reuniones de católicos que
reconocen su f<5, sino que son catolicos á la
moda, que no obedecen á la autoridad de la
Igiesia establecida por Dios, ni tienen por
objeto el bien y la felicidad que nos enseña
14
202
nuestra santa religion; sino que con una apa
riencia que halaga, y con Io<¡ nombres de
filantropía y beneficencia, ocultan un vene
no tan activo y mortal, que cuando sa cono
ce ya hizo el daño.
Cat. Si lo que vd, acaba de decirme Sr.
Padre es la verdad histórica, si su origen y
sus principios son tan escandalosos y tan
horribles, y si un obispo tan venerable con
palabras tan espresivas declara lo mismo,-
¿cómo es que cuenta en sus filas unos ocho
millones de afiliados?

4—NO ES LICITO POR LA CLASE DE OEKTE


Q.ÜE LO COMPONE.

Sac. Tiene vd. razon en afirmar que ia


fracmasonería tiene ocho millones de adep
tos, segun nos dicen los diarios y revistas
délos masones; pero esto debe entenderse
como conviene, ya que ellos mismos nos des- '.
cubren que son muy pocos los que están al
corriente de todas las diabluras masónicas.
De los ocho millones, segun sus periodicos
solo quinientos mil son miembros activos:
y los demas, es decir, los siete millones y
quinientos jnil, son llamados masones por-
203
qué asistieron algunas veces, y siempre sin
que hayan sido ocupados por la sociedad, de
los quinientos mil ño obstante de ser los ma
sones selectos, son muy pocos los que quie
ren deliberadamente la destruccion del cris
tianismo de la Iglesia y do la sociedad. Pe
ro sj Jo quieren y con toda malicia los maso
nes ocultos que forman las sociedades secre
tas, porque estas trabaja» con todo empeño
para sustituir á los decretos de Dios y su rei
no, los derechos del hombre tales como ellos
se los han forjado. Los restantes de los ma
tones son como máquinas que obedecen una
orden sin saber ni siquiera quien los manda:
y ellos se componen de ciudadanos buenos
segun el mundo, pero hombres sin fé ni reli
gion, hombres ambiciosos, abogados sin ne
gocios ni conciencia, médicos materialistas
y sin clientela, filósofos á la ultima moda que
correa tras lo desconocido, militares con mas
ambicion que valor verdadero, y tantos li
bertinos que ponen su gloria en vivir comien.
do, bebiendo, cantando y prodigándose toda
especie de placer. A vista da lo dicho, no
ha de estrañarvd. los progresos de la maso
nería ya que se compone de semejantes per
sonas; y desgraciadamente podríamos auto
rizarle con una lista no pequeña de ma
sones que conocemos, y que nos han hecho

,
conocer nuestros amigos. Es verdad n„p,i
gunos conceden que Ly entre* o mTsonL
hombres de bien, aunque estraviadS ñero
esmasacertado no concederles ni SS
esos pocos, al menos asi nos lo i
horribles misterios, sus nefandos hechos »
ÍJrdteT10n mas univeis«' «e la Jg,e'6ií
contra todo mason: en suma si alguno '
es lo que decimos, es porque solo ££ ms
son de nombro y no habra obrado todavía
.egun las fatalísimas leyes de la 6rde„ ma.
£* asf ta" P/rfida, tan nefanda, tai ma-
qmavélica es la francmasonería! Añora £
siendo esto así ¿cómo hade ser líe fo 2
mason teniéndose que asociar con seme
lanteg individuos? eme'
Cat. A la verdad, señor Padre, no puedo
convencerme que la minería se S
como vd. d,ce, y como ya se lo sup Im, ¡
deseo las pruebas de su acerto, ya Z?X
ellas á au tiempo en íavor de mis amigos

P—NO ES LICITO, PORQUE RECLCTA SUS


ADEPTOS ENGAÑÁNDOLOS.

Bao. Voy pues & complacer a vd. dicién-


20»
la; porque recluta la gente engañándola y á
este fin se presenta como una institucion fi
lantrópica cuyos miembros viven bajo el
nivel de una dulce igualdad, que sus indivi
duos se encuentran bien recibidos en todas
partes por sus hermanos que en todos tiem
pos y en todos lugares serán bien asistidos en
caso de necesidad: que frecuentarán ban
quetes en los que los buenos manjares y
vinos generosos los estrecharán en los vín
culos de una Intima fraternidad, que llega
ran & poseer los grandes secretos de los ma
sones, que siendo artesanos ó comerciantes
estenderán el circulo de sus relaciones en
m provecho y que la masonería no escluye
ninguna religion, que varios sacerdotes ha
cen parto de ella y que no solo son masones
muchos obispos y cardenales, sino que tam
bien el actual Papa I'io IX. (1) Tales
(I) Ni Pio IX, ni los cardenales, ni los arzobis
pos ni los obispos, ni aun entre los sacerdotes,
n»y un solo mason, á no ser que supongamos que
semejante sacerdote es un infame y un traidor,
como el infame y traidor Judas. Pio IX dejaría de
ser Papa si fuese mason, y debeiia ser condenado
por el Concilio general.
Meses pasados algunos mal intencionados pu
blicaron en el periodico llamado la Orqvata una
noticia tomada de un diario francés en que se su-
|«w que «1 nombre del gran Pió IX •• habí» en»

I
206
son los arbitrios criminales con que la ma
sonería realiza su recluta, y arbitrios que
en su mayor parte nosotros mismos hemos
oido de boca de los masones. A los ya Te-
feridos debe añadirse otro que es de los
mas diabólicos, á saber la corrupcion de cos
tumbres á la ejue procurar sumir todos sus
reclutas. Puede darse conducta tan satáni
ca como infame? Ciertamente que con sola
ella ya puede apreciarse cual conviene lo
que es la orden masónica, y concluir con
oontrado en los registros de la masonería de los
Estados Unidos, mentira y calumnia con que pre
tendían manchar la conducta del Sumo Pontífice y
con la que quisieron alucinar a muchos ignorantes
para hacerlos afiliar en las sociedades secretas.
Los periodicos impíos tan faltos de criterio como
el inventor de semejante nueva, la reprodujeron
con aire de triunfo y la prensa católica se confor
mó por entonces con negar tan ridicula mentira,
reservándose para dar despues las pruebas que no
le hicieron esperar mucho. Un periodico de los
Estados^Unidos publicó una certificacion del se-
cretario"general de las logias que habiendo regis:
trado los archivos de ellas no encontró el nombre
de Juan Jlastai Ferreti, sino uno parecido;pero
que este individuo fue de la Isla de Cuba. Con es
tos documentos incontestables quedaron en su lu
gar' Jas cosas, y los ligeros periodistas que con
tanta-.formalidad creyeron la patraña francesa, han
eehado 'sabre eí tanto ridículo cuanta infamia
quisieron' arrojar al venerable Pontífice Romano.'-
207
toda certidumbre que no 69 licito ser ma
son.
Sobre este punto tan delicado quiero ha
blarle otra vez, sirviéndome de au misma
dignidad, para que aprecie mejor hasta qué
punto es un pecado enorme el hacerse ma
son. De tal suerte no es lícito ser mason, ó
alistarse á algunas de las logias, que el que
lo hace pierde toda autoridad humana, se
contamina con los mayores crímenes que pue
den cometerse, y deja de ser hijo de ia Igle
sia. Tanto no es lícito el ser mason, que el
que se alista pierde toda su dignidad porque
en fuerza del infame juramento la renucia
del todo; y renunciando á su propia voluntad,
renuncia á la primera de sus prerogativas qut
es ser libre, renuncia á su propia inteligencia
Y aun á su corazon, y por no ser llamado es
crupuloso, retrógado y de ánimo pusilámine
«aerifica al respeto humano la paz, los re
mordimientos, su alma, su religion y Dios
mismo. Tanto no es lícito ser mason, que
el desgraciado se hace reo de los mayores
crímenes, no solo cometiéndolos de hecho,
sino con solo estar en la disposicion de co
meterlos: y crímenes como el de homicidio
que es el mas grave y el mas infame, y crí
menes como el del revolucionario, que oca
siona la pérdida de los bienes, de los em
IOS
pleoa, y de los medios de subsistencia, quita
la paz, la salud y aun la vida á innumera
bles, hace que se extienda la irreligion, la
blasfemia, la indiferencia religiosa, Toa nae-
sinatos y toda clase de crueldades. Tanto
no es lícito ser mason, que el infeliz qoe se
recibe deja de ser hijo de la Iglesia, porque
os Santos Pontífices han iulminado contra
las sociedades secretas, y contra ios ma*o<
nes I03 rayos del Vaticano, porque como reoí
de la impiedad mas desenfrenada, intentan
destruir toda religion, todo orden y toda la
ley. Tanto no es lícito ser mason, que no
solo no se contentan con no tributar á Dioa
el honor que le es debido, siuo que niegan
que se le deba dar, y aun trabajan para que
desaparezca de la tierra. Que delito nen-
tralizar la venida de Jesucristo, su pasion y
su muerte/ que delito confirmarse con una
voluntad tan infame por medio de un ju
ramento/ Ah/ nada mas impío, ni perverso,
ni satánico que hacerse masou.
Caí. Ahora comienzo á ver señor padre qoe
vd. tiene razon, pues á mi mismo mehan con-
vidado ala masonería como si olla fuere un
medio poderoso para hacer el bien á la hu- -
manidad, y tambien para salir de mis apuros
que vd. sabe que no son pequeños, y aun para
conseguir un buen empleo que proporcionara
200
i mi y & mí familia, todo lo necesario para
vivir desahogadamente. Pero de lodo esto,
yoiWeaedo concluir cosa alguna en con
tra dé la masonería, á no ser que vd. me
demuestre, que obra ella lo contrario de lo
qne-pnedica y promete y que obra lo que dice
tan santo obispo.
Sae. Voy á probará vd. que de hecho los
infelices masones obran lo contrario de lo
que prometen, y esto por confesion de la
misma franc masonería ya que segun ella
es esencialmente impía, descreida, anticris
tiana y jatea. La razon de esto es, porque
ll Dios que afecta, venerar bajo el nombre
del Grande Arquitécto de todos los mundos,
no es el Dios de los cristianos cuya creen
cia profesamos en el Credo; no es Dios Pa
dre, ni Dios Hijo, ni Dios Espirita Santo,
ni Jesucristo Dios y Hombre verdadero; si
no que es el Dios de los impíos, un Dios
fin religion, un Dios que no existe, y ade
mas ún Dios tan falso que les hace recha
zar la venida da Nuestro Señor Jesucristo.
De ahí es que la franc-masoneria solo habla
de Dios para engañar á sus reclutas, y á los
masones que son todavía medio profanos,
al paso que los masones puros niegan abier
tamente la ezisteucia de Dios. Y no debé
admiran* vd, porque ella profesa el deísmo,
210
el ateísmo y la negacion absoluta de toda
religion, y aun de todo elemento relig»oso.
Ella ya no quiere Dios, ni religion: y sus
escritores mas sabios y respetables, están á
la cabeza del odioso materialismo, ateísmo
é indiferentismo que se nota hace ya algu*
nos años; ella aclama las mas audaces y
anticristianas producciones; ella ha hecho
que en nuestros dias se publicara casi en
todos los idiomas, la obra nefanda é infer
nal de Ernesto Renan, titulada Vida de Je
sus; (2) y una secta masónica que se cono
ce con el nombro de solidarios, se^ compro
meten sus adeptos á vivir sin religion, y á
morir sin el auxilio de los sacerdotes: es de
cir á vivir y morir como brutos. Tales son
las ideas de la franc-masoneria en materia
de religion/ ideas que son altamente impías,
anticristianas y ateas: tan cierto es que una
cosa dicen y otra hacen/ (an cierto es que
por ningun título es lícito ser mason/ Esta
conducta tan infernal nos obliga á. decir que
¡as sociedades masónicas no son hijas de

- (2) Renan, es gran canciller de la masonería


francesa, y como su obra la Vida de Jesus, es la
produccion mas impía, y mas bacinada de blasfe
mias, nos hace conocerlo que será la fVañe-ma-
sonería que produce semejantes monstruos", y qu»
los coloca en sus primero e lugares . í
211
Dios, ni déla Iglesia, que en medio de ellas
no se encuentra á Jesucristo y que no tienen
siquiera la promesa de la vida eterna. Ade
mas debe saberse que todos los masones
incurren en ia mas tremenda excomunion
lo cual nos hace conocer como por ningun
título podrá ser lícito á un católico hacerse
mason y que debe dejarlo de ser, si por ven
tura ya lo fuese; como que es su deber im
portantísimo; que debe cuidarsetmucho de
la sed uecion de la masoneria, y apartarse de
la lectura de los malos libros, que ellos pro
curan estendei, para engañar por este modo
á los hombres con mas facilidad..

6.—NO ES LICITO POR SU MALICIA IMPIA T


POR LO SUMO DK SU MALDAB.

Cat. Qué horror padre mio, que infernal


conjunto de ideas tan impías! Deseo que
me demuestre mejor cuanto me acaba de
decir, para quu con datos mas positivos me
convenza mejor cuanta es la maldad y ma
licia de la franc-rnasoneria. Claro está, es
evidente, que jamás, jamás será lícito ser
mason.
111
Sao. Esa» ideas que acabo de presentan
le, la» ha profesado abiertamente la maso-
nena en los periodicos que redacta, y prin
cipalmente en el Mundo Masónico, corres
pondiente á los meses de Agosto, Setiembre
y Noviembre de mil ochocientos sesenta y
seis, y en la de Febrero de mil ochocientoi
sesenta y siete; sin contat con las muchas
impiedades que contra Nuestro Señor Je
sucristo tiene en muchas partes el ritual ma
sónico: y la Gaceta de los franc-masones de
Diciembre de 1866 aparece deista, con la
libertad de cultos y del todo atea. Veamos
ahora si son lo mismo en la práctica. La
masonería se gloria do haber tenido por sus
principales órganos a Voltaire, Helvecio,
Rouseau, Diderol, D. Alambert, Oondorcet,
Mirabeau, Sieyes, Desmoulins, Robespier
re, Marat y demas impíos y descreidos del
siglo pasado. Toda lu revolucion sangrienta
de 1789 y 1792 con todas sus consecuen
cias, no solo fué acordada en las logias, si
no que tambien fué el resultado de sus ju
ramentos. Ademas los revolucionarios tan
profundamente impío» de 1830 y 1848 eran
franc-masones, los principales impíos de
nuestros dias como Mazzini y Garibaldi
pertenecen á la masonería, los escritores
mas soeces y perversos, y los que hacen pro*
213
fesion de areos, materialistas, éspiritualistas
y comunistas como Renan y otros ocupan
los altos grados entre los masones: y la ma
soneria en fin es la que prepara la destruc
cion del catolicismo en Europa y en Méxi
co. Y. quien no sabe que su palabra infa
me es abajo la Iglesia! abajo la autoridad!
nada de sacerdotes! nada de Cristo! nada
de Dios! A vista de esto y de los docu
mentos fehacientes en que se fundan, he
mos de concluir que la masonería es la
conclusion de todo b¡en, y la reunion de to
da la malicia humana y diabólica contra
Dios, contra Cristo y contra su Iglesia.
Comprende vd. ahora señor católico con
cuanta razon he dicho que no era lícito afi-
liarse á la masonería? y con cuanta razon
los mismos masones han proclamado que no
era dable á un mason ser al mismo tiempo
católico?
Cat. Ahora venero cuanto vd. mo ha di
cho, y seré el primero en proclamar que no
es lícito á un católico hacerse mason. Pero
me ocurre uria dificultad, á saber: si la ma
sonería es mala en todos sus grados, de
suerte que no pueda uno iniciarse á ella sin
pecado grave, ó bien si solo es mala tratán<
dose de los masones que forman las socie
dades secretas y que han recibido ios altos
214
grados, 6 es mala hasta en el primer grad"oj
que se llama de aprendiz mason.
Sac. Es cierto que los que forman las so
ciedades secretas, conocidos con el nombre
de Carbonarios, son los mas criminales, pero
tambien es cierto que el católico no puede
recibir ni siquiera el primer grado, que es
el de aprendiz, sin hacerse ante Dios y an
te el catolicismo en gran manera culpable:
y es cierto igualmente,' que ni siquiera es
lícito asistir á semejantes reuniones: tan con
denable es la masonería á los ojos de la fé.'
tan peligrosas son sus operaciones para la
moral! hasta este punto es una cosa ilícita
hacerse mason/
Caí. Estoy convencido que son en grau
manera culpables los masones que forman
las sociedades secretas, pero no me parece
que lo sean los masones páblicos, aunque
ellos ocupen el primer lugar en la3 logia»,
pues tratan, segun ellos dicen, de obras de
beneficencia y de hacer bien al prójimo.

7,—NO ES LICITO EN 8U PRIMER GRADO


Q.UE ES EL DE APRENDIZ.

Sac. Voy á demostrar á vd. que todo


mason es siempre en gran manera culpablei
215
y para que vea vd. que lo es en todos sus
grados y en los altos puestos, voy á comen
zar por el inferior de todos, que es el de
aprendiz. Digo, pues, que no es lícito á un
católico hacerse aprendiz mason, porque no
es recibido en este grado, sino despues de
haber prometido que está pronto á derra
mar hasta la ultima gota de su sangre en
favor de la sociedad masónica á la cual va á
pertenecer de un modo especial desde aquel
momento, y se le hace ver que es necesario
estar pronto á sacrificar la vida á la prime
ra señal del que manda. No le es lícito,
porque es necesario que contribuya en la
necia supersticion de dejarse imprimir en
su pecho el sello masónico: no le es lícito,
porque debe contribuir con una cantidad de
dinero para los masones indigentes, y para
ciertos individuos qne han sido admitidos
en Jos altos puestos, y que viven con toda
opulencia mediante los fuertes donativos de
sus hermanos. No le es lícito, poique es ne
cesario prestar el terrible juramento que di
ce así en sustancia: Juro u nombre del Su
premo Arquitecto de todos los mundos, no
revelar jamás los secretos, los signos, los
tocamientos simbólicos, las palabras, las
doctrinas y los usos de los franc-masones;
y guardar además un eterno silencio. Pro
216
meto y juro & Dios no traicionar jamás ni
'por escrito, ni por signos, ni por palabras,
m por gestos: juro que no haré escribir, ni
litografiar, ni imprimir, ni publicar cosa
alguna de lo que se me ha confiado, O se
me confiare en lo sucesivo. Y si falto, me
comprometo á que me quemen los labios con
un hierro ardiente, que se me corte la ma
no, que se me arranque la lengua, que se
me tronche la garganta, que mi cadáver
sea colgado en LOgia, que sea quemado y
sus cenizas arrojadas al viento. (Ritual
masónico.) Tal es el juramento, el diabóli
co juramento, el terrible é infame juramen
to con el que es necesario atarse, solo por
ser introducido en el primer grado de los
masones, que es el de aprendiz., iY como
podrá ser esto una cosa lícita? Ya lo dije:
hacerlo es hacerse reo de un grande crimen,
y hacerse culpable de los horribles resulta
dos de la mayor impiedad.
Estas reflexiones nos exitan poderosa
mente á exclamar: Desgraciados los que «e
hacen masones! porquo despues de haberse
revelado contra la autoridad de la Iglesia,
caen bnjo el yugo de hierro de las socieda
des secretas de los franc-masones, carbona
rios, iluminados, solidarios.... y quedando-
pendientes de una autoridad tan tíescaaocU
. 217
da, como déspota y tiránica. .Desgraciados!
son los mayores esclavos, y han de apelli
darse libres, se hallan oprimidos y deben
asegurar que eslán muy bien: y los infelices
que se avergonzarán de ser llamados cris
tianos é hijos de Dios y de María, hoy se
conocen entre los masones como adeptos,
asociados, compañeros, maestros, y demas
nombres que llevan hasta lo sumo, lo serio
y lo ridículo, lo. pueril y lo atroz. ¿Cómo
podrá sei lícito á un católico hacerse mason?
Gat. Dios mio! qué horror! Segun eslo,
en fuerza de tau detestables juramentos, el
desgraciado se entrega atado de piés y ma
nos á una potencia oculta que puede orde
narle que asesine y aunque viole todas las
leyes humanas y divinas, y tendrá que ase
sinar, tendrá que violarlas, porque no hay
remedio, obedecer ó morir. No, jamás será
lícito á un católico prestar semejantes jura
mentos: abura comprendo cuán poderosas
son las razones que tiene vd. para prohibir
el ingreso h la masonería. Ay/ qué atadu
ra tan infernal/ qué cadenas tan vergonzo
sas/ qué esclavitud tan infame/ Sin embar
go, esto es lo que vemos tolerado por per
sonajes que se llaman libres, y eminente
mente liberales. Ellos han clamado fuerte,
mente contia los votos monásticos; dizque
15
218
poique quitan al hombre la libertad; y en la
masonería tienen el juramento que sume á
la mas abyecta esclavitud al infeliz que lo
hace, y con todo ellos son tolerados, ellos
son admitidos; ellos son protejidos. Oh glo
rioso resultado de las luces del siglo XIX.'

8.—NO ES LICITO EN RL DE SEGUNDO GRADO


Ó COMPAÑERO MASON
NI EN EL TERCERO DE MAESTRO.

Sac. No haga caso de semejantes anoma-


malias, y déjeme vd. seguir mejor con los de
más errores de los otros grados y digni
dades masónicas, para que conociendo bien
á la Franc-Masonería; huya todos los dias
mas y mas de diablura tan culpable, y tan
perversa, criminal é infame. El segundo
grado es ei que se apellida de Compañero
Mason;, así como el tercero se denomina de
Maestro Mason. No puede el aprendiz re
cibir el segundo sin prestar de nuevo el ju
ramento de fidelidad nit¡sónic;<: ese horri
ble juramento condenado con (¡'lita razon
por todas las leyes divinas y humanas. Pero
antes de hacerlo, se le exphea el significado
de una estrella pintada en un lieuao ¡endido
219
sobre la tierra, ya que segun la palabra del
venereble mason significa: ese fuego sa
grado, esa porciofi de luz divina con que
el Grande Arquitecto del universo ha for
mado nuestras almas. Esta explicacion en
traña una gran heregía y aun huele á pan-
taismo; porque nuestra alma no es formada
de materia, ni es materia, ni se compone de
fuego, ni de luz; sino que es un destello de la
Divininad como efecto de1 soplo divino que
infundiera el Criador á nuestro cuerpo para
comunicarle la vida. El tercer grado de
Maestro Mason se confiero en la Logia de
en Medio. A la pregunta de la' edad que
tiene, responde siete años, edad del candor
y de la inocencia á la que se supone que
entra, y de la cual nunca pasa: luego se ha
cen las informaciones mas sórdidas y detes
tables para impedir que sea un traidor, es
decir, uno de esos miserables que por haber
traicionado ó no obedecido, hacen ssntir so
bre él todo el rigor de su venganza diabó
lica. Despues de algunas ceremonias tan
tontas, como imprudentes y satánicas, con un
compas abierto sobre el pecho, é incado de
rodillas presta otra vez el mismo juramen
to. Luego para hacerle comprender la gra
vedad de sus juramentos, y el castigo que se
le espera si los quebranta, recibe tres gol
220
pea á saber: uno en el cuello con una regla
de fierro, otro en el corazon con una escua
dra, y el ultimo en la frente con un mazo;
en suma, concluye la ceremonia recibiendo
el catecismo masónico y el signo de maes
tro: signo que con toda propiedad han apet
llidado signo de honor.
Cat. Qué ceremonial tan sombrío! y
qué terrible y amenazador1. Aquí comienza
á descubrirse toda la perversidad de las so
ciedades secretas—y como se sirven de las
Logias de compañeros y aprendices para
perpetuar sus nefandos crímenes, y críme
nes tan horrorosos bajo todo punto do vista
que tal vez en el infierno ni los mismos de
monios los cometen mayores. Siempre el
mismo silencio! siempre las amenazas mas
terribles/ siempre el no poder volver á
atras, so pena de ser asesinado de un modo
el mas cruel! Ah! ahora veo que laFranc-
Masonería toda es en gran manera culpable:
y que no solo los maestros y compañeros
masones, si que tambien aun los aprendices
son todos grandes culpables, imprudentes
hasta lo sumo, y del todo nécios: ahora veo
con cuanta razon asienta vd. que de ningun
modo, y por ningun título será lícito al ca
tólico hacerse mason. Y qué dice vd. de
los altos grados de la masonería?
221

9.—IfO ES £3 IIC1TO EN SUS ALTOS G1ABOS.

Soc. No cabe duda que ella en sus altos


gradases mas culpable y criminal, porque
profesa doctrinas mas perversas y pernicio
sas, se compromete á obrar mayores infa
mias y aun perpetrarlas de un modo mas
escandaloso; poique segun el libro titulado,
"Ortodoxia Masónica'' escrito por el H.
Ragon, necesitan tener el corazon prepara
do para la venganza, y profesar un odio
implacable contra el Papa y contra toda
la lg, esia, contra los reyes y contra todo
gobierno que no obra segun los sentimien
tos masonicos y aun contra las fuerzas mi
litares: y deben estar dispuestos á empren
der el crimen y aun el asesinato, y á prac
ticar como buenas costumbres lo que piden
lo* instintos de la naturaleza. Ése hombre
asi dispuesto queda colocado al nivel de los
celosos masones: ese hombre es el que se
consagra con ellos para la venganza comun:
ese hombre es el que recibe un puñal por
insignia, y por trabajo. la mayor venganza.
Que le parece á vd. señor mio? Así, asi
queda consagrado el juez filósofo ó Gran
Comendador: y aun habrá quien pregunte
»i es lícito ser mason?
222
Oh con cuanta razon clamaba el obispo
úa Veracruz contra la masonería diciendo:
Los masones son semejantes á aquellos
hombres á quienes el apóstol San Juan en
el verso 10 de su carta segunda, manda que
no se les dé hospedaje, que ni siquiera se les
salude, y á los qne nuestros mayores no
dudaron en llamar primogenitos del diablo.
Guardaos de sus halagos, y tened por cierto
que los masones por- sus grandes maldades
se hallan comprendidos en la sentencia de
San Pablo, que escribiendo á los romanos
dice: Los que hacen tales cosas, son dio-nos
de la muerte, y no solo los que, las hacen,
si que tambien los que consienten que las
hagan.
Cat. No me diga vd. juez filóeofo, por
que le viene mejor el dictado de juez 'diabó
lico, ni tampoco Gran Comendador, sino el
mayor arrastrador de almas al infierno: Ah!
qué doctrina tan infame! ¡qué ideas tan pé
simas é inicuas! ¡qné hechos tan horribles!
y qué castigos tan horrendos los que tendrán
que sufrir por toda la eternidad en los cala
bozos del infierno! Y habrá todavía quien
pregunte si es lícito hacerse masón? Claro
está que jamás será lícito y que uno de los
mayores crimines que un católico puede
cometer es entrar en la masonería: jamás
223
jamás hacerse mason! jamas, jamas hacerse
mason!
Sac. Pero subamos mas arriba y contem
plará vd. abominaciones mayores. Para re
cibir e! alto grado de caballero Kadosch, es
necesario renovar todos los juramentos ya
prestados en los grados inferiores, asesinar
á los reyes al menos en estátua y á este fin
dar de puñaladas á un maniquí coronado,
herir á una serpiente de tres cabezas, á saber:
á los Papas, á la monarquía y al ejército.
¿Q,ué declaracion tan espresa? ¿cómo se van
aclarando las cosas! cómo han desapareci
do los banquetes y los cantos! eomo se va
descubriendo la muy refinada' malicia de
b franc-masunería!
Caí. Jamás, jamás señor padre, habria
cretdo que hubiese entre los masones tanta
nvaldad! con razon los ha condenado ya la
iglesia católica, con razon ha fulminado
un anatema y maldicion sobre todos los ma
sones: con razou los ha separado de su se
no. Ah! nada mas maligno y satánico que la
conducta de los masones! nada mas crimi
nal para un católico que hacerse mason!
Sac- Aunque el conjunto de todos los ri
tos masónicos casi suben á mil grados, con
todo solo nos hemos hecho cargo del grado,
de Juez filósofo y Caballero Kadosoh, por
224
que ellos solos nos descubren suficientemen,
te lo que es 'a masonería, mas para cono
cerla con mas exactitud, añadiremos iadoc
trina que debe profesar el que intenta Ini-
ciarse en el alto grado de Rosa-Cruz la que
consiste en profesar vn odio verdadero á
Nuestro Señor Jesucristo. Para esto el que
va á recibir el grado de Rosa-Cruces ó Ro
sa Cruz vomita la, blasfemia mas horriblt
contra el Salvador, ; quema las cuatro letras
que forman la célebre inscripcion I. N. £L
I. pone sus cenizas en un cáliz, y arroján
dolas despues al viento, indica que ha de
trabajar asiduamente hasta hacer desapare
cer del mundo la doctrina de Jesuct isto. En
otro de los ritos, el iniciado de Rosa-Crú-
ces, en vez de leer en las cuatro letras lo
que quiso Pilatos, á saber Jesus Nazareno
Rey de los Judios, lee en sentido mason;
Que el Judio Jesus de Nazaretfué condu
cido por el Judio Rafael ü la Judea, para
ser allí castigado por sus crímenes. Inter
pretacion sacrilega/ pero de las diabólicas
entrañas de un mason. ¿Cómo habia de ser
lícito a un caiolioo entrar á la masonería?
Caí. ¿Qué doctrina tan horible! segun esos
perversos malvados. Jesucristo no es Dios.
Ellos se hacen reos del mayor contrasentido
ya que su doctrina fundamental, la qua »m
225
esencialmente anticristiana atea y aun Bata*
nica. Y aun dirán que en la masonería cada
uno puede conservar sus creencias ¿Qué con
trasentido! ¿cómo un católico que reniega de
Jesucristo podrá conservar sus creencias?
No, no hay medio, el católico no puede
ser mason. Por lo que me ha dicho, ya me
parece que puedo juzgar á los publicos ma
sones y aun sobre todos sus grados; 'mas no
puedo hacer lo mismo acerca los masones
que componen las sociedades secretas, y co
mo segun díceres, de sur seno salen los que
van á predicar por todas partes la Libertad,
Igualdad. Fraternidad y Progreso, y aun
toda revolucion con sus consecuencias, por
esto desearía que tambien me instruyera un
poco sobre la doctrina, principios y misterios
de esas sociedades.

10.—KÜ ES LICITO POR LAS SOCIEDADES


SECRETAS.

Sac. Con mucho gusto cumpliré con su


deseos, y comenzando desde luego digo á
vd. A la franc masonería oculta se la llama
carbonarismo, y este es uno y universal ce»
mo aquella: los dos forman una misma cosas
226
con la diferencia que los masones obedecen
como los soldados, al paso que los carbona
rios mandan como gefes. Estos desgra
ciados arrojan ya la máscara, desdeñan y
rechazan las ridiculezas de las iniciaciones
primeras, y van derecho á su infame objeto
con este diabólico grito de accion: guerra ó
Dios! guerra á s?i Cristo! guerra á su
Igtesia! guerra u los reyes y á toda poten
cia humana que no esté con nosotros! Y e\
mason Luis Blanc celebra en documr ntos
oficiales la organizacion del carbonarismo:
tan cierto es su existencia/ tan malvados
sus fines/ tan sacrilegas sus operaciones.
Gat. No podría vd. referirme sus obras
ó al menos algunos de sus principales he
chos?
Sac. Inmediatamente voy á hacerlo, y
solo le suplico una atencion especial. Como
sociedad secreta, cuyos miembros están ata
dos con los mas horribles juramentos, bien
podemos deducir que se hacen reos de toda
maldad, de toda infamia, y de todo lo mas
perverso y criminal: y tanto mas cuanto que
los deberes de un carbonario son tener un
rifle bien -provisto de cartuchos, y un puñal
bien ajilado, y los venenos bien preparados
y estar .dispuesto á obedecer las ordenes de
sus gefesi superiores-
227
Cat. Pero esto no será mas que amena
zas, y nunca se habrá visto que los masones
lleven á cabo tamaña maldad, que se hagan
reos de crimen tan infame como escanda
loso. • ui.
Sac. Al contrario, todo esto se verifica coa
tanta escrupulosidad, que si algun mason
Jfega á traicionar el secreto que la franc
masonería le ha confiado, esta lo persigue
hasta los confines del mundo, y le hace
desaparecer por medio del puñal ó del ve
neno masónico: no, no hay remedio en lo
humano para esos desgraciados.
Cat. Dios mio! qué infamia! qué diablura
tan satánica/ y esos señores son los que se
llaman libres pensadores y los que procla
man la libertad, la igualdad y la fraternidad?
Sí, libertad, igualdad y fraternidad que lle
van consigo la mayor esclavitud, la mas
grande anomalía y un odio y venganza que
no llega á satisfacer sino lavando sus manos
con la sangre de sus contrarios. Estoy hor
rorizado de tan infames consecuencias: y
deseo de vd. pruebas las mas convincentes
de esta conducta de las sociedades secretas
ó de los masones.
Sac. Para que conozca á fon dolo q ue vd
tanto desea, quiero referirle cuatro artículos
da la constitucion oculta redactada por el
228
descreido é infame revolucionario Mazzini,
y que rige en la sociedad secreta- Artículo
XXX. Los que no obedecieren las órdenes
de la sociedad secreta ó que revelaren sus
misterios, serán asesinados sin remision:
igwú castigo sufrirán los traidores. Artícu
lo XXXI. El tribunal secreto pronunciará
la sentencia, y designará uno ó dos afilia
dos para su inmediata ejecucion. Artículo
XXXII. Si algnnoreusare ejecutar esta or
den, será considerado como perjuro, y como
tal muerto al momento. Artículo XXXIII.
Si el culpable se escapa, será sin dilacion
perseguido por todas partes, y deberá ser
castigado, aun cuando esté sobre el seno de
sil madre ó en el tabernáculo de Cristo!.'!
Con solo estos cuatro artículos puede vd.
concluir lo que es la masonería no solo con
tra la sociedad en general, y contra los in.
dividuos en particular, si que tambien con
tra los mismos masones. Ah! nada tan ter
rible, ni t ¡n perverso, ni tan infernal. Estos
artículos se reducen á la práctica, no solo
en Europa, y en los Estados -Unidos, sino
que tambien en México: y podríamos referir
lo que acontecio con N. el cual quedó 'loco
merced al véneno que le fué propinado, de
orden del tribunal mason. Un jóven dejó de
ser mason para casarse, porque como exco
229
mulgado la Iglesia no podia administrarle
el sacramento de/ matrimonio, y su novia
como fiel católica no quiso desposarse con
él, sino despues de haberse retractado. He
cha la retractacion, confesó sus pecados, re
cibio la absolucion de todos, se casó y vivia
coa su muger con una paz completa; mas
he ahí que á los diez meses en el saguan de
su propia casa, el puñal de la masonería le
clavo el corazon y quedó muerto en el acto,
Un joven decente, engañado por falsos ami
gos se inicio en la masonería; pero su cora
zon católico lo llenaba de espantosos remor
dimientos, «e puso triste y melancólico y
casi en vísperas de perder la salud. Su bue
na madre le arranco la causa de su cambio,
prte de su casa para hacerlo borrar ... y
si bien es verdad que vio borrar su nombre
del fatal libro, mas tambien es cierto que al
'legar á su casa encontró á su hijo muerto,
7 nadando en su propia sangre que habia
derramado el puñal masónico. El primer
caso acontecio á una persona que conocía
mos hace mucho tiempo; mas el segundo y
el tercero no* lo han referido dos mexicanos
del todo verídicos.
Caí. Estoy horrorizado! no ci eia que hu
biese entre los hombres tanta mald; d! Aho
ra veo que ia masonería es una sociedad
230
que justifica todos los crímenes y que entra,
ña en su seno toda la malignidad é infamia
de las demas heregías. Y habrá todavía
quien pregunte si es licito hacerse mason?
Con razon, con razon se ha dicho que un
católico no puede recibirse de mason.

...i

11. NO ES LICITO POR SU MISA. DEL


DIABLO V DEMÁS IMPIEDADES.

Sac. Para que conozca mejor el terreno


que pisa voy á decirle cuatro palabras so
bre lo que ellos llaman misa del diablo. "Se
"presentan ante el altar adornado con seis
"cirios negros, un copon y un crucifijo. In-
" mediatamente uno por uno despues de ha-
" ber escupido á la sagrada imágen y haber-
" la hollado con sus piés, pone en el copon
" una hostia consagrada que por la mañana
" ha recibido en alguna Iglesia, ó que ha
" comprado á algun infeliz que como otro Já-
•' das se lo vendio á precio de oro. Despues
" comienza cierta ceremonia diabólica y con-
" cluida, sacan sus puñales, suben al altar, y
"con ellos dan repetidos golpes al Santísimo
" Sacramento que está colocado dentro del
"copon." Cosa horrible la de esta secta
231
infernal! cada adepto debe llevar el dia de
su iniciacion una hostia consagrada y piso
tearla en presencia de sus, nuevos herma
nos.
Caí. Qué conjunto de prácticas tan im
pías! parece que los demonios solo son ca
paces de cometer semejantes pecados, por
que ahí se vé el odio formal y verdadero
contra Dios y contra su Cristo. Será posi
ble que haya católicos que tengan á la franc
masonería por una cosa buena ó al menos
indiferente? Hacerse mason es uno de los
mayores crímenes que puede cometer un
católico; porque sus pecados son de tal na*
turaleza que parece que colocan sobre la
tierra, aquellas horribles infamias que solo
se cometen en las cabernas infernales, No,
no hay medio entre ser católico y ser ma
son/ Jamás, jamás entrar en la masonería.
Sac Permíteme vd. que le acabe de ma
nifestar la exactitud de su sentencia. El
mason no puede ser catolico, ni el católico
puede ser mason. Y para demostrarnos es
ta verdad, el ritual masónico, hace que el
muy Respetable diga al mason que va á re
cibirse del grado de Maestro: que el Dios
de la Franc-masofieria, es una de las mil
personificaciones del sol; por esto celebran
la fiesta de su santo patron con un ceremo
232
nial todo astronómico; por esto el mason
Rebol d dice: qxie los milagros y hecho? de
Jesus, deben explicarse por las apariew.ias
solares; por esto el mason Kenan. declara
en la revista de los Dos Mundos del 15 de
Octubre de 1863: que el culto del sol es el
ánico culto razonable y científico, porqv.eel
sol es el Dios particular de nuestro plane
ta. Asi vemos á la franc-masoneria tenien
do el culto del sol, como si dijéramos, o-
paso que prescinde del verdadero Dios, se
entrega al degradante culto de la materia.
Qué impiedad! qué hipocrecia! Yesos ma
sones se atreven á llamarse el origen, la
fuente y el manantial de todas las virtudes
sociales, y el místico pozo á donde se ha
refugiado la verdad! Será mas bien la ver*
dad pestilencal del infierno que es todo
error; y e¡ error que forma el alimento de
aquel os desgraciados que por su culpa, se
ran para siempre eternamente Infelices. No,
ni uno solo de los que mueren masones, de
jará de ser de este námero!
Caí. Ahora comprendo que esa secta in
fame y la mas inicua es lo horrible, que no
solo se opone al catolicismo, si que tam
bien á la hombría de bien; y que, del pozo
de la orden masónica han salido todas las
armas para combatir á Roma, al Papado y
333
aun al mismo Jesucristo; ya que hemos vis
to al infeliz y descreido Renan en su fa.
talicima obra Vida de Jesus, prorrumpir
en todas las blasfemias contra el Hijo de
Dios, en todas las blasfemias digo, de las
que es capaz un hombre y todo el infierno
coligados. Cómo ha de ser católico u hom
bre de bien el ateísta, el deísta, y el mate
rialista ya que tal es la doctrina de los ma
sones segun vd. acaba de indicarme? .
Sac. Para que vd. conozca mejor hasta
que punto los verdaderos masones son ateos,
deístas y materialistas, y aun algunos coa
cierto tinte de comunismo, examinémoslos
en los periodicos que están publicando, y
euyas doctrin s vienen espresadas por sus
principales órganos. Toda la prensa masó-
nica es en primer lugar anticatólica y anti-
ciistiana. poniendo~Su lectura por de conta
do, en gran peligro la fé de ios pueblos. En*
tre ello« hay redactores que son racionalis
tas reconocidos, otros abiertamente hereges;
esos se manifiestan con toda la impudencia
y el cinismo de un ateo, y estos 6in buena
fé, sin candor y cubiertos con el velo de la
hipncrecia, tienden á publicar por todos la
dos, l.i s diabólicas doctrinas de Ta masone
ría. Con esta noticia podrá vd. apreciar á
que órden pertenecen los autores de ciertos
16
234
artículos, con que intentan regalarnos^ cier
tos periodiquillos: ahora comprenderá vd. la
conducta misteriesa de algunos de ellos,
que cubiertos con las palabras mágicas de
Libertad, Igualdad, Fraternidad y Pro
greso, vomitan cien y cien blasfemias con
tra Dios y su Cristo, contra la religion y sus
ministros. Atienda vd. que semejantes indi
viduos son armados caballeros de la orden
de la masonería; gracias señores masones,
muchas gracias por su regalo de Libertad.
Igualdad, Fraternidad y Progreso.
Caí. Creo que seria mas exacto decir: de
la pésima orden de los demonios y que en
vez de darles gracias, toda la humanidad
entera tiene derecho de formular contra ella
los mas terribles cargos. Pero al menos se
rá verdad su tan cacareada candad y bene
ficencia en favor de los pobres? Por otra
parte oí decir que el mason Clavel dirijién-
dose á los que trata de catequizar les dice:
que la masonería es una institucion filan
trópica .... que en todo lugar sus herma'
nos los acojeran benignamente, bastándoles
para toda recomendacion la presentacion
del título y los signos y palabras miste
riosas.
235

12. NO ES LICITO PORQ.UB LO


Q.I3E LLAMA BENEFICENCIA ES EL VELO
DE SUS CRIMENES.

Sac. Véannoslo en la práctica, porque su


conducta es lo que mas deba servirnos. Es
cierto que la francmasoneria ha logrado
hacerse pasar en muchas partes por una
institucion caritativa, buena, benéfica, y del
todo filantrópica, hasta el punto de decir á
voz en grito: la Iglesia se llama Madre de
los pobres-, pero yo lo soy realmente. Y co
mo entienden ellos la práctica de la benefi
cencia? Voy á demostrarlo citando sus
propias palabras. El mason Ragon que nos
ha hecho conocer mas que otro cualquiera
el espíritu de la masonería llama á los pov-
bres la odiosa lepra, como si dijera qne los
masones aborrecen á los pobres no solo co>
rno los sanos aborrecen á la lepra, sino que
los masones aborrecen á los pobres como
una lepra, que por s malignidad merece de
nn modo especial el dictado de odiosa: per
fecta declaracion de lo que es en realidad la
beneficencia de un mason. Luego el mismo
recomienda esa regla ele caridad dada por
236
el mason Beurnonville: "No presenteis ja-
" mas á la órden, sino hombres que os pue-
"den prestar la mano, en vez de que voso-
" tros so la estendais, lo cual prueba que
" entre los masones no hay el espíritu de
"caridad ó beneficencia, sino que ¡os altos
" funcionarios se sirven de los pobres, para
" esplotarlos del modo que mejor les con-
" viene." El mason Barot despues de haber
dicho muchas cosas contra los masones po
bres, los define de esta manera: "un mason
" pobre os un .genio maléfico que pide en
" todas partes á sus hermanos." Y en el
código de los franc-masones se lee lo si
guiente: "si en las logias soto se recibieran
" personas que tuviesen una posicion inde-
" pendiente, no se tendría que aliviar mas
" que infortunios pasajeros, pero como Be
" reciben casi á cuantos se presentan, por
" esto tenemos tantos génios maléficos que
" obran contra nosotros como la mas odiosa
" lepra;" asi son bautizados los pobres/ tal
es la caridad masónica para con los pobres!
Desgraciados pobres sino tuviesen mas re
cursos que los provenientes de la franc- ma
sonería. A la réplica que hacen algunos de
que el fin de la masonería no es otro que el
de ejercitarse en el amor recíproco, y coli
garse para socorrerse mutuamente debe rea
237
ponderse: 1. ° Que los mismos masonescli -
cen lo contrario con sus juramentos y secre
tos, porque ni la Iglesia ni el Estado prohi
ben amar al prójimo y ayudarse mutua
mente; luego si se esconden, es por lo malo
que tienen escondido bajo el velo de la be
neficencia. 2- ° Que los libros que han im
preso los masones tanto en materias religio-
shs como políticas, así como sus estatutos,
catecismos, periodicos y otros documentos
nos dicen que existen entre los masones y
en su práctica la mayor impiedad y que se
hacen reos del mayor numero de atrocida
des. 3. ° Porque la conversion de muchos
masoues que ha divulgado sus fraudes y
errores, aseguran que entre ellos el indife
rentismo en materia de religion es lícito,
que profanan y escarnecen la pasion de
Nuestro Señor Jesucristo, que desprecian los
líete Sacramentos que El mismo instituyó,
que se burlan de los misterios de nuestra
santa religion, profesan un odio singular á
la Iglesia católica y traman contra ella to
da suerte de iniquidades. 4. ° Porque lo
q«e enseñan sobre las costumbres es lo mas
'ilysoez, protéjen las pasiones mas asque
rosas b;*jo el rublo de práctica de la virtud,
7 fuga de vicios, enseñan que es licito
Blktar al que no guarda su secreto, 6 no
238
cumple su mandato, enseñan que no debe
respetarse á los reyes, emperadores y á los
príncipes, claman contra su gobierno, nie
gan la existencia de la divinidad, enseñan
que el alma muere con el cuerpo, que no
hay mas vida que esta, y llaman á Jesu
cristo escándalo y locura: tales son los
franc-masones/ tal es la masonería? y ha
brá quien vuelva á preguntar si es lícito ser
mason?
Caí. Siendo esta la conducta de los ma
sones, claro está que no aman cordialmente
á los pobres, claro está que no hay entre
ellos verdadera fraternidad, que su filantro
pia es estéril, que solo obran por las cir
cunstancias, y que no tienen mas ley que su
capricho y lo que ellos llaman beneficen
cia, significa en su lenguaje propia conve
niencia. Pero esa conducta es general? será
tal vez solo particular de algunos masones?
Sac. Vd. señor mio, no debe perder de
vista, que es tan general que la carencia de
toda caridad constituye el espíritu masóni
co, y así nos lo han dicho los masones reves
tidos de los mas altos grados, y principal
mente en sus escritores públicos, como son
los Barot, los Beurnonville, los Rayon, etc.
Puedo á vd. probar prácticamente que -en
México no tienen amor para con los pobres,
f239
pues recuerdo cierto hecho de una persona
muy necesitada por razon de las circunstan
cias, y habiéndose presentado á uno de loa
masones iniciado en los altos grados, no re
cibió de él ni un socorro siquiera; aunque
sufrio mucha vergüenza por razones que es
mejor callar. Tampoco son amantes de los
pobres aunque ellos sean masones, pues re
cuerdo un easo acontecido en la misma ciuí
dad de México, en que el Señor N. N. con
todas las glorias de maestro mason y aun
con los despachos del décimo grado ó del
undécimo, se presentó al Señor N. N. que
es el principal de las Logias de México pi«
diéndole prestado de doce á quince pesos,
añadiéndole que en llegando al punto N, se
los devolvería; pero la beneficencia, la filan1
tropía, y el amor hacia un mason necesitado,
le hizo responder en la práctica, que no
obstante sus bienes particulares, con todo no
podia socorrerle, y el H. enmedio de sus
infidas de maestro mason, y de su undécimo
grado, recibió un perfecto desengaño de la
beneficencia y filantropía de sus hermanos
masones. Tan extraños son los efectos de
la realidad de la masonería/ Diga ahora si
se atreve, que la Iglesia católica se llama
Madre de los pobres, pero que ella lo es en
realidad.
140
ffat. Paro como puede ser estosablend»
tono sabemos de hecho qne la masonería
recoge á niños y niñas, cuida en cierto modo
de su sustento, y aun les suministra gran
des cantidades para vestidos é instruccion,
Sac. Es verdad que hace cuanto vd. aca
ba de decirme, al menos en otras partes; pero
lo hace no con espíritu de caridad, sino con
la obligacion de que desde niños sean mawn
nes, ó det-de luego comienzen á serlo: á esta
fin pues da grandes limosnas, abre escuelas
erige talleres, y pone en juego todos estos
medios para estenderse en la práctica y si-
ser conocida' Declara que son suyos seme
jantes Niños y Niñas por medio de la meda
lla de la masonería, con la que los reviste/
siu hacer mencion ciertas ceremonias que
indican toda su malicia y libertinaje. La
persona del Sr. N. que ocupaba en tiempo
del Imperio un lugar muy distinguido, es
una nueva prueba de lo que estamos di
ciendo; esiá en la miseria y llega muchas
veces en su mas alto grado; le han ofrecido
los Señores N. y N. masones, grandes recur
sos, pero con la condicion de que se hiciera
mason; mas como buen católico ha rechaza
do siempre proposicion tan infame, y prefie
re mas bien la vida miserable que le recuér
da á Jesucristo que siendo rico se hizo po-
241
bre, que nadar en la abundancia masónica.
No, la masonería no tieno caridad, no tiene
beneficencia, tiene sí, propia conveniencia.
Aun dejamos otros casos para no alargarnos
demasiado, y porque ya está bastante de
mostrado que entre los masones no hay,
mas caridad que el propio egoísmo.

13 NO ES LICITO EN LAS MUGERES.

Co». Y que me dice vd. de la Franc-ma-


sonería de las mugeres.
Sac. Es cierto que ella existe aun en Mé
xico, y ya que se compone de Señoras que
por desgracia no se distinguen por el amor
y aprecio al culto católico; es cierto que tie
nen su ritual, sus grados, sus oradores, y
todo cnanto puede contribuir al estableci
miento de la verdadera masonería; pero pre
ciso es confesar que hasta ahora mas bien se
ve en las mugeres masonas ó libres que los
hombres masones quieren formar, los prin
cipios de la mas grande corrupcion, porque
«n sus infames misterios no se sostiene" el
caito de la verguenza y del odio, pero si se
presenta extraordinariamente el culto mfa
na da la voluptuosidad mas vil y abyeata.

.,
Í42
En confirmacion de lo cual solo diremos que
en sus logias, están acompañadas al menos
de dos masones, y al preguntarles la edad
que tiene, responden: Tengo la edad, de
agradar y de amar. Por esto y por lo de^
mas que se observa se vé, que la Franr>-
masonería se sirve de ellas para corromper
de una vez á los espíritus y á los corazones
para separarlas mas y mas de la piedad y
de la religion, y para que lleguen á ser poco
a poco mugeres libres, mugeres libre enlu
tas, mugeres eminentemente mundanas y
corrompidas.
Cat. Querrá vd. decir mujeres irreligio
sas, y descreidas, y libertinas, porque seme
jantes polvos naturalmente habían de produ
cir esos lodos. Y es posible que haya mu
geres que desbarren hasta este punto? mu
geres que hechen á un lado su pudor y
expongan su joya mas preciosa7 Ojala que
no hubipre ni una sola! Ojala que volvieran
atras todas las que se han iniciado! Pero
dejando á un lado mis deseos, suplicó á vd.
me'esplique hasta que punto es condenada
la Frahc-masonería, por nuestra Madre la
Iglesia que es Una Santa, Católica, Apostó
lica y Romana.
243

14: NO ES LICITO POR Q.ÜE SEIS PAPAS


HATS EXCOMULGADO A TODOS LOS MASONES.

Sac. Seis Papas han fulminado grandes


- penas contra las masones, contra los que
asisten á sus reuniones, contra los que los
admiten en sus casas, y contra todos aque
llos que da álgun modo los protejen; tan
cierto es, que no es licito al católico hacerse
mason/ tan cierto que no es lícito continuar
en la masonería/ tan cierto es que todos
hemos de trabajar de comun acuerdo para
dar á conocer lo que ella es/ El primero
fué Clemente XII, en su Bula de 27 de
Abril de 1738, en la cual dice: Que consi
derando sobre lo.? grandes niales que esas
sociedades clandestinas dan lugar á temer,
ora para la tranqilidad de los estados, ora
para la salud de las almas.. . . Nos, cow
denamos y prohibimos perpetuamente por
la presente Constitucion las sociedades
secretas asambleas 6 reuniones de les Franc
masones, cualesquiera que se» su denomi
nacion A estos fines y en virtud de
santa obediencia prohibimos á todos los fie
les cristianos, y á cada mto en particular,
que establezcan, propaguen 6 favorezcan
IM
la lociedad dicha da Franc-maaonarta baja
pana de excomunion.... especialmente re
servada á Nos, y á nuestros sucesores. El
segundo Papa fué el sapientísimo Benedic
to XIV en cuyo tiempo algunas personas,
ma! intencionadas hicieron creer que ya no
estaba en vigor ia Constitucion de Clemente
XII contra ios masones, y que todos los que
se agregaran no incurrirían en excomunion;
pero el sábio Pontífice en sti Bula, de 18
de Mayo de 1751 dice: La Constitucion it
nuestro Predecesor, con todas sus penas y
disposiciones contra los masones, la confir
mamos, la veneramos, y queremos y decre
tamos que de nuevo sea puesta en vigor.
El Venerable Pío VII en 13 de Setiembre
de 1S21 considera á !a sociedad llamada de
los carbonarios como una ramificacion de la
orden masónica, y despues de haber indica
do los graves males que hace, decreta la
misma pena de excomunion contra los que
se agregan al carbonarismo 6 favorecen di
cha seda da cualquier modo que sea. Leon
XII en 13 de Marzo de 1825 considerando
con sumo dolor los crímenes é infamias de
los Franc-ma8ones y de las sociedades se*
cretas, renueva todas las penas y disposi
ciones de Pio VII de Benedicto XIV y de
Clemente XII y prohibe á todos los fieles
[ttó
que se asocien á ellas de cualquier modo
que sea bajo pena de excomunion que se
»ncurre en el mismo momento. Pío VIH. en
su ^iiveicliea dirijida á todos los Pairiarcas,
Primados, Arzobispos y Obispos con fecha
24, de Mayo de 1829 les encarga con todo
encarecimiento: Que vuelvan todo su cui
dado hacia esas saciedades secretas, que en
su odio contra Dios y los Príncipes traba
jan con ardor en, la destruccion de la Iglesia
en la ruina de los Estados y trastorno del
universo, rompiendo el freno de la fé, para
abrir el camino a todos los crímenes, reno
vando ademas todos los mi atemosfulmina
dos contra ellas por sus predecesores. Pio
IX el sexto y último Papa, que felizmente
reina, en 25 de Setiembre de 1865 duspue»
de haber deplorado todos los males c.aiif-a-
dos por los masones en particular, y por las
sociedades secretas en general, renueva tu
das Jas disposiciones contenidas en las Bulas
de Clemente XII. Benedicto XIV, Pio VII,
Leon XII. y Pio VIII ''Exhorta á los demas
"fieles que hubieren tenido la desquicia de
;' afiliarse á ellas, que se separen slb dila-
'' cion, y á los que se hayan conservado le-
" jos de ellas que no se dejen precipitar á
"tan peligroso abismo: tan horrible cosa es
" la masonería á los ojos de la Iglesia tan
246
"cierto es que ningun católico puede reci
" birse de mason! no, no hay medio, ó mason!
" 6 católico"/
Ya ve vd. á los miserables é infelices nis
sones excomulgados por seis Papas, y como
antes tenia vd, afecto al protestantismo, es
muy factible que él presentará á vd. las ex
comuniones como una arma tan gastada
que ya no surte ningun efecto á lo cual res
pondo: I. Que Jesucristo ha dado el podei
de excomulgar ó la autoridad con que se
fulmina la excomunion á los Romanos Poc-
tífices, y que ahora está en todo su vigor
como lo estuvo en tiempo de los Apóstoles
II. Que en todos los siglos de la Iglesia se
ha visto á muchos heridos por la mano de
Dios con penas temporales, y por esto, no
solo es conocida en la historia de la Iglesia
la condncta de los Enriques y Federicos.
por su felonia contra la Iglesia, sino que lo
es mucho mas, por el trágico fin que time-
ron. III. Q,ue debe afirmarse porque Ja ex
periencia y la historia lo dicen, que entrelas
excomuniones fulminadas por los romano1
Pontífices á emperadores, reyes, príncipes y
densas gente notable desde mucho tiempo á
esta parte, ni una sola fué echada en vano,
sino que tarde ó temprano produjeron su
eíecto, inclusa la que fulminó Pio VII á Na
247
poleon que le hizo acabar bus dias sepulta
do en la roca de Santa Elena. IV. Q,ue el
efecto espiritual de las excomuniones siem
pre se verifica: y así apenas ella se pronun
cia, cuando luego quedan separados del
cuerpo de los fieles de la Iglesia, quedan
arrojados d¿ su seno, ya no son miembros
de la Iglesia católica, quedan privados de
los derechos adquiridos por el bautismo, no
participan de las gracias de Jesucristo como
si fueren gentiles, no gozan del fruto de los
Sacramentos, no tienen parte en !a preciosa
oferta que se hace al Eterno Padre del In
maculado Cordero, y la sangre de Jesús ya
no los purifica, ni les alcanza la vida eter
na. Desprecien las excomuniones, rianse de
ellas, burlense hasta mas no poder, que sus
efectos siempre serán los que acabamos de
indicar, y si ellas no alcanzan á los masones
en este mundo no podrán escapar sus rigo
res en el otro.
Cat- Segun lo que acabo de oir, la franc
masonería en todos sus grados, y de un mo
do especial todavía, las sociedades secretas,
inclusa la llamada de Libres Pensadores
están condenadas por seis romanos Pontífi
ces, y todos los individuos de esas sectas, y
los que los protejen de cualquier modo que
sea, y los que asistan á sus juntas, están
248
formalmente excomulgados por seis roma
nos Pontífices á saber: Clemente XII, Be
nedicto XIV, Pio Vil, Leon XII, Pio VIII,
y por el actual Pio IX de feliz recordacion;
de suerte que la Iglesia católica ya no cuen
ta en el número de sus hijos á los masones,
y es cosa cierta que muriendo en este esta
do necesariamente han de condenarse. Oh
terrible efecto el de la excomunion/ Todo
me parece muy justo y necesario; mas pata
mi inst/uccion, desearía saber de un modo
mas expreso y positivo, las graves razones
que ha tenido la Iglesia, para condenar á
todos los masones en general y particular.

15.^-NO ES LICITO PORQUE TIENEN


LA MALDAD Y LA MALICIA EN EL MAS
ALTO ORADO.

Sac. Las justísimas y muy graves razo-


nes que ha tenida la Iglesia están fielmente
numeradas en las Bulas de los Papas, los
cuales antes de fulminar las penas, nume
ran los considerandos que las han motivado
foro como haeer esto, á vd. y á muchos se
e» haría, algo difícil, voy á referirle algu-
24ít

nos, epilognndo al mismo tiempo cuanto


hemos dicho en la presente conversacion y
muy larga conferencia.
La masonería está condenada p»)r la ígle
sia como la secta mas mala, mas impía y
mas herética.
1. * Porque se sirve de modos falsos y
engañosos y de maneras pérfidas é inicuas
para reclutar prosélitos, ya que no, les des
cubre sus impiedades y heregías, sino á me
dida que los tiene suyos, mediante el jura
mento mas terrible y diabólico, despues em
pero ae haberles asegurado que la masone
ría era una cosa buena, en gran manera útil,
propia para vivir bien y sin dejar uno su
religion; es asi que tal conducta observada
por la masonería, es mala, infame y propia
de gente perversa; lupgo con razon ha con-
denado, la Iglesia á los masones que tales
principios profesan y tan diabólicamente
practican, porque son condenados como ma
los, infames-y perversos, como hereges des
creidos y en gran manera peligrosos.
2. * Porque los masones son culpables de
insurreccion, de impiedad, de heregi'a y de
blasfemia: son culpables de insurreccion por
que ellos no se someten á la autoridad divi
na del Romano Pontífice y se hacen reos de
infernal felonia »\ atacarlo con las armas
ir
(250
prohibidas de la calumnia: son culpables de
impiedad, porque los masones no creen en
Dios Padre, ni en Dios Hijo, ni en Dios Es
píritu Santo, y cometen la avilantez osada
mente atrevida de comunicar semejantes
doctrinas asimples iniciados: son culpables
de heregía porque no admiten que Jesucris
to sea Dios y Hombre verdadero, sino que
intentan explicarlo como una de tantas per
sonificaciones del sol: son culpables de blas
femia porque despues de haber renegado de
todos los dogmas de la Iglesia católica nues
tra Madre, dan culto al sol al que apellidan
la divinidad de la tierra; es así que los ma
sones que profesan semejantes principios,
sotj revolucionarios, impíos, blasfemos y
hereges, luego eon razon ha condenado la
Iglesia católica á unos hombres que profe
san unas doctrinas tan pérfidas.
3. * Porque la orden masónica" es una
institucion ó soeiedad peligrosa, perversa
inmoral y contraria á la leyes divinas y hu
manas, pues por medio del juramento quita
al hombre la libertad y le obliga á sacrifi
car su conciencia ó á sufrir la pena de muer
te en castigo de su violacion. Por esto el
venerable presidente de la logia en el mo
mento de dar el grado de aprendiz mason
que es el primero dice al iniciado; Si lie
251
gais atraicionar á lafranc-masonerta nin-
fun lugar de la tierra os ofrecerá abrigo
mtra sus armas vengadoras: amenaza la
ffias terrible y criminal que no es otra cosa
que la amenaza del homicidio y del asesina
to; és así que los masones obrando de esta
suerte obran como hombres peligrosos, per
versos, inmorales y quebrantadores de las
leyes divinas, luego con razon han sido con
denados por seis romanos Pontífices y por
toda la Iglesia. Debo advertir á vd. que en
semejantes decisiones, la Iglesia no puede
engañarse y justamente ha excomulgado á
todo mason: y están ciertamente condenados
los simples aprendices lo mismo que los gran
des Orientes, los supremos maestros y gran
des personajes, lo propio que los simples ini
ciados: los afiliados en las logias comunes
como los que componen las sociedades secre
tas, así como las masonas, como los franc
masones: tan horrible, tan horrible como in
fame cosa es ser mason/
Ved ahí señor mio en pocas palabras lo
que es la fi anc-masone^i. y cuánto nos con
viene huir absolutameme de ella y de todo
cuanto le pertenece, y cuánto nos conviene
unirnos con la Iglesia que es Una, Santa,
Católica, Apostólica y Itomana; y cuánto
nos conviene unirnos con Jesucristo Señor
252
Nuestro su Fundado^ cuya divinidad va
mos á demostrar por medio de las Santas
Escrituras, ya que ellas nos refieren sus di
chos y hechos como Dios y Hombre ver
dadero; demostracion que será al propio
tiempo un condenar de nuevo á todos los
masones, ya que los infelices dicen en su ne
gro y torpe frenesí que Jesucristo no es
Dios.
CAPITULO VIL
Refutacion de la respuesta á la brillante obra de
Monseñor de Seg-ur.

Caí. Antes de comenzar su importante


asunto deseo que me diga algo del nuevo
triunfo de los masones en México; porque
segun he oido decir, han refutado á Monse
ñor de Segur, y han demostrado que la
masonería es una cosa buena: al menos asi
se ha anunciado con grandes carteles en
casi todas las esquinas, y asi lo platican en
publico y en privado; mas como vd. nada
me ha dicho de ello, temo que sea como una
de tantas falsedades; deseo por consiguien
te que me diga lo que hay de verdad.
2S4

1.—TRISTE IDEA DK LA REPUTACIÓN DEL


DOCTOR ALEMÁN.

Sac. No se me oculta que la franc-maso


neria en México acaba de publicar un es
crito que apellidó: Respuesta á un folleto
de Monseñor de Segtir, escrito por el doctor
y profesor Bluntshli, traducido del origi*
nal por C. O. é impreso en México: mas yo
debo notificar á vd. que no cumple en él lo
que promete, porque no se hace cargo de
los argumentos que con tanto tino como
acierto, presenta en su obra Monseñor de
Segur, y ni siquiera los toca, ni en general
ni en particular, de manera que no es res
puesta, y si es respuesta no sabemos á qué
pregunta se refiere. Por tanto, muy mal la
denominan respuesta ó refutacion; y tan
solo se le podria conceder que tiene quizá
el carácter de una disertacion trabajada allá
en Alemania para probar que la masonería
no es una cosa mala, tal como allá está es
tablebida ó se la imagina establecer nuestro
buen doctor con el doble influjo de sus gra
dos y de sus borlas.
Caí. Pero cómo puede ser esto? No ha
oido decir lo mismo que yo, que han ingre
sado en la masonería de México hombres
255
muy eminentes en saber? Mucho me ad
mira lo que vd. dice; por esto, y porque ya
vd. conoce que no me contento con palabras,
deseo las razones que demuestren su aser
to: por esto le inñero la molestia de que me
esplique algo de este nuevo escrito. Ah!
cuántas veces he sido engañado de seme
jantes personas!
Sae. Lo haré con mucho gusto, ya que
este es su deseo; y comienzo con decir á vd.
que la sobredicha respuesta no puede lla
marse nuevo escrito, porque es muy viejo,
y se ve que está destinado á explicar un
poco de la masonería tal como se la forjara
en su fantasía el nuevo señor doctor; pues se
observa por su contesto que no ha sido elabo
rado, para refutar la sólida y admirable
produccion de Monseñor de Segur, tan há
bilmente traducida por el P. Fr. Pablo del
"Niño Jesus: aunque por otra parte trae con-
sigo ese escrito mas de 10 suficiente para
asegurar que la esencia de laifranc-masone-
ria, es anticatólica, antisocial, atea, mate
rialista, deista, y aun con algunos puntos de
comunismo y racionalismo.
Caí. Convengo en afirmar con vd. que
la fra no-masonería esplicada por nuestro
doctor y pjofesor aleman, no es ni ha sido
jamás la respuesta conveniente al importan
256
te escrito del Ilustrisimo señor de Segur, y
es esto tan claro, que para convencerse no
se necesitan otras pruebas que la simple
lectura de ambas producciones: más como
vd. ha visto en ella toda maldad, deseo qué;
me haga notar sus ideas, para que me cOñf-
venza una vez mas, que no es lícito á rnja¿-
gun católico hacerse mason, y trabaje con
doble empeño para que los mexicanos huyan
de la masonería. 7Jn
Sac. Note vd. en primer lugar la mala ft
de nuestro profesor no obstante los brillan.
tes títulos de todo un doctor aleman, porque
nada nos dice del juramento terrible que re
piten los masones en la recepcion de los
grados, en fuerza del cual se ven en la dura
necesidad, no pocas veces, de quebrantar
todas las leyes divinas y humanas, so pena
de morir bajo la mano masónica del puñal
homicida: y juramento que hacen en Méxi
co los masones por confesion de ellos mis
mos, y juramento declarado de una manera
especial por iniciados ó presentados que por
fortuna suya aun no habian sido recibidos
en logia. Qué prueba lo dicho? prueba sin
duda que la respuesta del doctor aleman no
lo es del luminoso escrito de Monseñor de
Segur, sino que es tan solo un engañabobos,
es una respuesta pero sin saber á qué pre
257
gunta se dirije; será respuesta; pero sin
prueba alguna de lo que asienta, y respuesta
cuyo objeto ha sido no cantar la palinodia
deque estaban vencidos por el claro descu
brimiento de sus ideas, principios y hechos;
dftsus con&ituciones, régimen y práctica.
Caí. Siendo esto asi, la franc-masoneria
a),,quererse defender ha hecho un papel
muy ridículo, y acabó de manifestar á la
faz del mundo lo que ella es; pero deseo
que continué con la espücacion de la res
puesta haciéndome un exámen algo analíti
co de las sentencias del buen doctor; por
que, como vd. conoce, me intereso mucho
por mis amigos y ansio por descubrirles
tanta patraña.

2.—ACERTADA CONDUCTA DE LA IGLESIA.

Sac. Lo haré segun sus deseos: y co


menzando á responder á sus dos primeros
párrafos, contesto: que la Iglesia al conde
nar la masonería do todas las partes del
globo, y en todos sus grados incluso el de
aprendiz, y aun el simple iniciado sin ju*
ramento, no escuchó su imaginacion, sino
que con las pruebas en la mano, ha hecho
• 258
el examen mas concienzudo de las obras de
los masones, y de un modo especial de los
documentos oficiales que nos dicen lo que
es lamasoneha, y ademas de los hechos de
sus adeptos obrando como masones; y* ha
visto "que la masonerta es esencialmente
'' anticatólica, antisocial, atea, herética, re
volucionaria y aun materialista y comu-
" nista." Luego con mucha razon ha con
denado la Iglesia católica, no solo á la
masonería, si que tambien á todos los ma
sones, y con mucha razon los ha condena
do por el solo hecho de ingfesar, ó de asis
tir á sus juntas. Por otra parte ¿cómo ha
tenido valor nuestro doctor aleman de lla
mar juicio precipitado al juicio déla Iglesia
que tiene cerca de ciento cincuenta años?
Pues si el juicio de ciento cincuenta años de
Roma, que es el de Pio IX y de los otros
cinco Papas sus predecesores al condenar á
toda la franc- masonería, es un juicio pre
cipitado ¿qué diremos de los juicios de
nuestro buen doctor? Los suyos sí que son
muy precipitados é irreflexivos, porque nos
dio gato por liebre con malicia y buena vo
luntad, y con toda la ciencia de un hombre
borlado, porque la franc-masoneria de hoy
es tan onulta en sus manejos como lo ha
sido siempre, y porqué lo que nos'dirán los
259
autores que nos cita en su respuesta, será
algo de lo exterior; pero nada, nada absolu
tamente de lo que constituye la materia de
nn juramento mason que al paso que es de
lo mas terrible entraña el mayor secreto.

, -ih.'t

«2¿ PRIMERA FALSEDAD DE NUESTRO


.JO Ai
DOCTOR Ó EL SECRETO.
í ,
Caí. Pero yo oí decir~y;un recuerdo que
leí en la respuesta del señor doclor que el
secreto de la masonería, es el que tienen
comunmente las otras asociaciones priva
das; y aun el que guarda. la misma Igleoia
en lo que llama sigilo de la confesion.
Sac. Debe saber vd. qué el secreto de los
masones es tan particularmente suyo, que
no se encuentra en ninguna otra asociacion;
que su falta en la compañía de Jesus y en
las demas comunidades podrá castigarse á
lo sumo con algunas horas de penitencia
que casi nunca será muy grave, al paso que
los masones lo castigan con la pena de la
vida^ Por otra parte es tanta la diferencia
que media entre el secreto mason y el sigilo
de la confesion sacramental, que no tienen
otro punto de contacto que llamarse uno y
260
otro secreto, aunque absolutamente distintos
en sus motivos, fines y efectos. Por consi
guiente el secreto de ia masonería es un se
creto malo, su juramento es inicuo, y nadie
está obligado á guardarlo, como no lo esta
ba Heredes á dar la cabeza del Bautista á la
infame Saltatriz, no obstante de haberle
prometido con juramento darle cuanto le
pidiese, aunque fue>.e la mitad de su reino;
y es la razon porque las cosas malas nadie
está obligado á cumplirlas, aunque sean de
cosas juradas.

4. — SECHÍNDA FALSEDAD-ÜE
NUESTRO DOCTOR Ó LA COMPAÑIA DE JESDS.

Cal Tambien recuerdo que el señor doc


tor de la respuesta dice en ella, que algunos
escritores han puesto en paralelo la franc
masonería con los jesuítas, y con esta com
paracion quieren sacar por consecuencia que
así como la Compañía de Jesus es una or
den muy buena util y provechosa, así de un
modo semejante lo ha de ser la masonería.
Sac. Tanta diferencia como hay entre la
noche y el dia, entre lo negro y lo blanco, en
tre la espina y la flor, tanta es la que media
261
entre la masonería y la compañía de Jesus:
porque así como en esta todo es olor de
virtud, hermosura de edificacion, y belle-
za y utilidad del dia espiritual de la gracia;
asi en aquella todo es espina de escándalo,
negrura de infames crímenes y noches de
fatales producciones, de todos los vicios é im
piedades. Por otra parte, la Compañía de
Jesus jamás fué inspirada por ideas mundas
ñas, ni ha dedicado sus fuerzas al restable
cimiento de Roma en sentido masónico; si
no que ella fué fundada por San Ignacio de
Loyola para la mayor honra y gloria de
Dios, para la salvacion de los hombres, per
feccion de los justos, y difusion prodigiosa
de las luces de la verdad; al paso que la
masonería inspiró desde su cuna las ideas
de la venganza, del materialismo y aniqui
lacion del género humano en este mundo, y
su eterna perdicion en el otro. La Compa
ñía de Jesus, hace santos á cuantos hijos
suyos son fieles á sus reglamentos; y la ma
sonería hace librecultistas, impuros, incré-
dulosf^naterialistas, ateos, deistás, raciona
listas y algo comunistas á los desgraciados
que tienen la fatalidad de obrar segun sus
reglamentos. La Compañía de Jesus se apo
derará de la vida entera de sus miembros,
proporcionándoles en recompensa la vida
262
de los justos en este mundo, y una eterna
gloria en la vida eterna; mientras que la ma
sonería se apodera de la vida de sus adep
tos, les obliga á obedecer aun en lo mas in
justo y criminal y sin respeto á las leyes
divinas y humanas, y despues de una vida
pasada bajo las latales influencias del de
monio, los arroja á una eterna perdieion en
los-formidables tormentos del infierno. Tan
cierto es que no hay puntos de contacto- en
tre los masones y la Compañía de Jesús/
Mas por qué, nuestro buen doctor así lo
dirá en su respuesta? Porque ella, como di-
jimos, no eg otra cosa que un engaña-bobos.
Pobre doctor! aquí perdio sus grados y sus
títulos y sus borlas.

5.-^-TERCERA FALSEDAD DE NUESTRO


DOCTOE Ó EL PROFESOR UNIVERSAL.

Oat. Yo n ' sé señor padre si habrá ob


servado la grande alaraca de) auto» ^e ja
respuesta, cuando nos presenla á los franc
masones acusados, acusados sí, m illo tempo-
re de magos y aun de brujos por sacerdotes,
abades y auq obispos. Me pareciá verlo
constituido profesor universal de todos los
sirnií* , 263-
obispos para que aprendieran de él "que
"les masones no eran magos, ni tampoco
"brujos." Qué me dice vd. de este punto?
porque ya na me fio de la enseñanza de
nuestro doctor y profesor, porque como ale
man es tan sublime que uno no lo alcanza;
y por otra parte se parece mucho á aquello
tan sabido, honor de la Alemania masona:
'* Yo la persona de Martin Lutero, doctor de
" Witemberg etc., etc."
Sac. Comenzando con sentar algunas ba
ses digo á vd. que la existencia de los de^
monios es cierta: que la facultad del hom^
bre para tener tratos con él es cierta tam
bien; y segun las santas escrituras que ad
mite nuestro doctor en la respuesta, en los
dias de Jesucristo y de los apóstoles exis
tían magos y aun brujos. De ahí es que
los maeones pueden ser magos y aun brujos
si tienen pacto con el demonio: y está fuera
de toda duda que lo son los masones que pro
fesan la masonería bajo el rito de Misrhaim
J esto tanto es así, que ellos mismos se glo
rian en ciertas ocasiones de ser conducidos
por el demonio en persona. Temos pues
"á una parte de los masones con el vergon-
t( zbso título de magos ó de brujos " Ade
mas, se dan casos entre los masones en los
que manifiestan el conocimiento de ciertos
hechos, que no pndiendo saberlos natn raí
mente, ni por medio de Dios, ni por medio
de los ángeles, hemos de concluir que lo ad
quieren por medio del demonkí, que es «1
finico que puede darles la noticia; luego por
mas que diga el doctor aleman, -hay que
temer lo que malas lengua* afirman, que al
gunos masones son magos y aun brujos. Ya
ve vd, señor mio qué horrores los que en
traña la masonería! finé crimen tan gran,
de ser conducido por el demonio en per
sona! qué infamia tan atroz celebrar pac
tos con el demonio! Diga lo que quisiere
nuestro cándido doctor, que la conducta de
los masones siempre os mala porque desi
obedece á la Iglesia; y es por consiguiente
^anticatólica, antisocial y conducente al ateís
mo, dei^mo, materialismo y aun comunismo.

6. — CI'ARTA FALSEDAD DE
NUESTRO DOCTOR Ó LA FRANC- MASONERIA
ES ANTICATÓLICA,

Gat. Seria muy conducente que vd. me


.probara la consecuencia qué acaba de sacar,
y me la probara vd. por partes, comenzando
en demostrarme que la conducta de un ma
265
son es anticatólica, porque ya vd. compren
derá que es necesario armarse de piés á ca
beza, pues tiene que habérselas coa todo un
doctor que ha dicho que no.
/Seje. Convengo que lo ha dicho, pero no
Jo ha probado: y voj á démostrar que la
Fraac -masonería de hecho es anti-católi-
ca; y dejando el exámen circunstanciado,
que podria hacerse de la constitucion masó-
»)jf..a, d.e su régimen, de sus grados de sus
frjerzus Y de la publicacion de sus misterios
ydejanol.0 aparte sus estatutos, sus iniciacio
nes, sus disx?ur80S y sus confesiones forma
les, entresacar£mos las 'deas religiosas de
una de las principú'lesobras de ,a masonería
que se conocen con ei nombre de El orador
mason; ya porque el com'.'ene una confesion
clara y espiesa de la fé masoínica> ya porque
se ve que en la sustancia no eV otra cosa
qne un símholo de irreligion; ya porq,!16 es"
(amos convencidos de que nuestro doe¿Pr
no se atreverá á refutar al orador mason.
Cómo/ Todo un doctor aleman. refutar una
de las principales obras de la masonería!
veíemos pí lo hace.
Gat. Mucho me admira lo que vd. me ha
dicho, porque he oido decir muchas veces
*los que trabajan en afiliarme entre los ma
sones, que cada uno puede conservar sus
18o-r
., t, .,• .. .i.. *" . •', ?,'» aupw** *'"

ideas religiosas: deseo por tanto que me


hable con la claridad y acierto que acostum
bra, para poder arrojar á su tiempo un s*>
lemne mentís á tantos embaucadores*rioqo-
Sac. Nada mas claro que patentizar «ste
engaño, ya que la masonería está díame-
tralme'nte opuesta al catolicismo.
1. ° Porque el Dios de los masones es la
naturaleza misma toda entera, y el Dios de
los cristianos es el que nos enseñan los libros
santos, y cuya creencia la profesamos en
el Credo que nos enseñaron los apóstoles.
2. ° Porque segun los masones Jesucris
to no es Dios y hombre verdadero, sino que
sostienen como dogma propio que no es
otra cosa que un emblema del sol o su per
sonificacion.
3. ° Porque la masonería afirma que ella
es la ánica religion verdadera, y la deposi
taría de la religion revelada y sobre la cuaJ
hace reposar el dogma de su creencia; y con
cluye diciendo que la religion católica es
una secta como todas las demas.
4. ° Porque el Dios y la virtud de los ma
sones es el Dios de los impíos, y la virtud
de los ateos y epicureos; y no es el Dios
de los cristianos, ni sus virtudes son la» vir
tudes católicas de los Santos que venera-
mos, .
267
5* Porque sus dogmas son el secreto y el
valor, y sus misterios la luz de la razon, en
vez del admirable conjunto de las verdades
que Dios nos ha revelado y la Iglesia nos
propone como cosa de fé.
&t° Porque los preceptos de la masone-
rtaVno son los mandamientos de la ley de
Dios, ni los de la Iglesia, ni las obligaciones
propias del estado; sino que son una filan
tropía sin candad, y un amor material que
debe obrar siempre segun la carne y nunca
conforme al espíritu.
7. ° Porque los ministros de la masone
ría no poseen las virtudes cristianas que Je
sucristo nos ha enseñado con su doctrina y
con sus ejemplos; sino la virtud masónica
que no tiene fé, ni esperanza, ni caridad, m
prudencia, ni justicia, ni fortaleza, ni tem-
planza; y afirma que fuera de esta vida na
da hay.
Tal es la Franc-masonería en materias
religiosas entresacada cuidadosamente! de
un caballero Kadosch, que como sabe el
Señor Doctor, la palabra Kadosch, en senti
do masónico, es sinónimo de Santo/ tal es
la veneracion que profesan los masones al
catolicismo/ tal es la doctrina que descubren
los periodicos masones de nuestros dias, cui
dadosamente redactados por sus principales
268
órganos/ tan cierto es que no es lícito ser
mason/ tan ciertos estamos que él católico
por ningun título puede afiliarse á la maso
nería/ Y será posible que haya todavía
quien pregunte si es lícito ser mason/ Hasta
cuándo, oh pueblo mexicano, te dejarás en
gañar de esa turba de embaucadores. Acuér
date que por espacio de mas de trescientos
años fuiste eminentemente católico. No psr-
mitas, no permitas de modo alguno qué te
arrebaten la fé y la Religion católica que es
la Religion verdadera, en cuyo seno puedes
salvarte.
Caí. No tendría vd. un hecho histórico
que nos ejemplificara todo lo dicho? No ex
trañe Señor Padre que le hable así, porque
me parece imposible que haya tanta mali
cia en el mundo, y como he oido decir tan
tas cosas en favor de la Pranc-masonería,
deseo, repito, un hecho que sea la demos
tracion de lo que vd. me dice.
Sac. Voy á dárselo á vd.; pero un hecho
que reuna todas las circunstancias, que no
admita ni la posibilidad de la duda, y hecho
que como vd. desea, vaya á descubrir hasta
qué punto es anticatólica la Franc-masone-
ría. Por mucho tiempo llamó la atencion
la América-con la nueva secta rongista, es
decir, por un nuevo conjunto de fabulas y
269
ei-rores que ha publicado un tal Ronge en
tre los americanos. Y despues de su muer
te .quién continuará su obra? quién alimen
tará este nuevo enemigo de la Iglesia? Los
masones se encargan de hacerlo; abren sus
cajas, reparten enormes sumas y el sacerdo-
te Ignacio Gutner es el enviado #ara que
coocluya la obra del embaucador. Pero
Dios Nuestro Señor hizo lo contrario, me
diante una série de circunstancias, las que
obraron tan poderosamente sobre el apósta
ta, que éste, llorando amargamente, entra de
nuevo al gremio de la Iglesia de la que se
habia separado. Un rayo de luz divina des
cubrio al desgraciado Gutner su onimoso
fin, por esto corrió á postrarse á los piés del
Venerable Obispo de Spira, quien le acon
seja que el retiro de la Trapa es el mas
á propósito, para recibir la reintegracion en
las funciones sacerdotales. Entre tanto, en
el silencio de su retiro, compendió una; de
claracion de las circunstancias y seducciones
que lo precipitaron en el cisma. 'Esta decla
racion ha circulado rápidamente por toda la
Alemania, en donde ha hecho una sensacion
tanto mas profunda, cuanto que en ella se
patentiza con hechos indestructibles "que el
'* rongismo es una emanacion de las logias
" masónicas de la Alemania:" ya que, las
270
sumas enormes con qne ha sido sostenida
han salido de las cajas de su Franc-maso-
nería. Y por. qué no nos referia este hecho
nuestro doctor aleman! y por qué diría lo
contrario asegurando, que no se opone /a
masonería á la creencia religiosa? A la ven
dad, ó nuestro doctor es muyeándido, 6 fí*
querido engañarnos; pero sea lo^que fuere;
el hecho es que ha obrado como hemos JdH
cho, ya que ha convertido su respuesta éh
miserere mei.
Caí. Si tal es la doctrina masónica en
materia 'de religion segun vd. nos la acaba
de entresacar de sus obras, bien podemos
asegurar, que si le damos la publicacion
conveniente, ya se acabó el tiempo de las
ilusiones, y que la conciencia publica, y
mucho menos los particulares, no se dejarán
seducir por protestaciones hipócritas de los
falsos masones. Podra vd. probarme del
mismo modo que la Frane-masonería es
antisocial?
•|. ' . ¡.-• * '-• *'i '•*
7.— QUINTA FALSEDAD DE
..." c i . . i ' • ''' ™'.-;'
NUESTRO DOCTOR, Ó LA FRAN-GMASONERU
'«•' - ES ANTISOCIAL.
¡Sac. Puedo hacerlo, y de hecho lo haré
con tanta mayor satisfaccion cuánto que voy
Í71
t- tll/iti,!-'' ' ' -
á entresecar las pruebas de sn modo de obrar
y de la historia, con cuya conducta puedo
ser ávd. mas util.
, l* La Francmasonería bajo el punto de vis
ta político, social y civil, es en gran manera
perjudicial á los gobiernos, porque en fuer
za del juramento que hacen los masones,
anteponen el bien de la sociedad á la cual
son admitidos, al bien comun y del estado,
de suerte que consienten sufrir la pena de
muerte si hicieren lo contrario; muerte que
les será dada por los masones, como perju
ros á los juramentos que hizo, y como tiai-
dor á su nueva patria. .
2? La Francmasonería, por el conjunto de
sectas que la forman, no solo es ofensiva al
catolicismo, si que lo es tambien al estado,
por esto vemos á ella misma gloriaree en sus
produciones masónicas, que las revolucio
nes habidas en el espacio de un siglo, han
sido dirigidas y fomentadas por ella; por
esto vémos que eran masones los principa
les revolucionarios del siglo pasado, los re
volucionarios de 1830 y aun los de 1844.
Por otra parte, masones eran los iluminados
de Baviera del siglo pasado, y masones los
carbonarios de Italia en nuestros dias: y ma
nes nuestros actuales libres pensadores pues
está fuera de toda duda que la sociedad de
272
los libres pensadores, es una ramificafeion, d«
la masonería; tan subversivfls son sus idea»/
tan criminales sus estatutos/ tan diabólica
sus mira,s! y tan satánicos todos sus planes!
en sume„Jnuestro doctor concluye su primera
parte, motándonos que la libertad de corfeien-
cia, la «stima mutua, el respeto á las correc
ciones religiosas y positivas son ideas que por
su esencia son masónicas; é ideas qué'son
anticatólicas, antisociales, ateístas, deístas,
materialista , espiritistas y aun comunistas.
Sí, á esto conduce ''la tan decantada libertad
«'de cultos, igualdad, fraternidad, progreso,
"y tolerancia." Ya nuestro doctor ha de-
mostradocon toda claridad y sin embozo que
la libertad de cultos es doctrina esencial de la
masonería, por esto voy atacarla otra vez ba
jo otro punto de vista, asegurando queel ma- .
son representa al librecultista, qne así consi
derado solamente, es malo y muy malo ser
mason; porque el ataca al catolicismo sm
violencia y sin coacciones aparentes, va
liéndose de la astucia, desacreditando al
Papa, á la Iglesia, á los Obispos, á Jos Ca
nónigos, á los Curas, á todo Sacerdote, al
culto y fé de las creencias católicas siempre
que se ofrece ocasion; alabando por otra
parte la tolerancia, la libertad de cultos/ y
lo que se llama progreso, igualdad, fraterni-
2Í3
dad. Es malo y muy malo hacerse mason,
por que él en fuerza de sus mismos estatu
tos es librecultista verdadero. Aquí reclamo
la atencion de ciertos individuos, que siendo
por otra parte católicos honrados, y dejan
do 1» doctrina de los Santos Padres, de todos
los téologos, de los Papas, de los concilios
y de toda la Iglesia, se declaran sin embar
go por la libertad de cultos: á la yerdad
semejantes hombres hacen una triste elec
cion*,*- tanto quieren las doctrinas protestan
tes/ tanto caso hacen de los enemigos de la
Iglesia/ tan poco aprecian á su tierna Madre
la Iglesia católica! tan poco les falta para
ser masones/ tan poco les falla pitra ser
del numero de aquellos desdichados que
eran ciegos aduladores de las doctrinas de
Martin Lutero.
3. ° La Frane-masonería es en . gran
maucia perjudicial al estado, porque reco
noce poi' punto de partida, las mágicas pa
labras de Libertad, Igualdad y Fraterni
dad y partiendo de ellas, por medio de una
serie de contradicciones, declara la guerra
á toda obediencia. Libertad general, como
si dijera, exencion de todo cargo y de todo
deber: Igualdad prefecta, haciéndose una
misma cosa con toda clase de personas, y
dándoles en la práctica el dictado de tu y
274
no el de usted para mostrar que viven en
la posicion de la verdadera fraternidad. Así
dice el mason en su lenguaje: el gobierno
es lo mismo que yo: los Alcaldes son lo mU-
mo que yo: los Prefectos son lo mismo-qué"
<yo: los individuos de la Suprema Gorte son'
¿o mismo que yo: los Ministros qué éatHP
ponen el gabinete son lo mismo que ytíif
el Presidente de la Republica y los Reyes
y Emperadores son lo m»smo que yo: Péiir-'
tiendo de éste infernal principio profesan
un odio tan perfecto como perpetuo á todo
gobierno, á los superiores subalternos y
aun á toda autoridad, sin eseptuar siquiera
lapaterna. Esos hombres así libres, y que
se apropian denominarse libres pensadores,
son en la práctica aun mas esclavos que los
mismos africanos que se compran y venden
en las Américas; y lo son tanto, que un ac-'1
to dé libertad que lleva consigo, una mí- '
nima infraccion con la cual descubren el3'
secreto de la masonería, ha de ser eastf-"
gadas, conforme su ley penal, con la p£^
na de muerte; bonita libertad, pero es U'
escogida por el franc-mason/ Fundándose
en las palabras, Libertad, Igualdad y Fra
ternidad, quieren hacer desaparecer del-
mundo toda idea importuna y humillante
de superior, quieren que el hombre vuel-
va i entrar en eli B°^
„npP desus
de sus fantásticos de-
re(jonoss.
redros, y qmeren jJ««J¿ * yft vistaofen-
ca ya m ?las;nf/ f0que á su amor pro-
da s«s miradas y choqu & ^ .
pio¡ y al mTS°«S de todos los medms

mina á «n franc-mason. dre most me


Caí. P°d;Vn' me acabad, decir,
la práctica de lo We™°\ que estoy plati-
Sac. Sí señor porque to ^-obraron en
candoe^^urmofdeípS0^lo;asíobra-
Franca a ultimos aei y d José Na_
ron en España desde o. dm ^
poleon usurpador del t ion i ione8 de
procurado obrar e, . toda* £ actualmen-
Vopay A^roue7 A confesion de los
t» en México; ya que P° ^ > Ah, S1 no
mismos masones,jos se e jamas
fnera por no -ndi^^, \tl seflor
haremos, notariamos w ^ ^^ OCHpo
mason S. N. *™ ^Sioe....eto.Pue.
el puesto de . . . y "°£ lo demueatra
siendo est° aSsCSones, y los hechos
la historia de'dfm„ST)odiamos atestiguar, a
276
y Fraternidad si hacen'lo contrario de loque
significan estas palabras? Este modo de
obrar es el mas hipócrita é inconsecuente,
porque queriendo sujetar h todo el género
humano, tienen el descaro de llamarse hom
bres libres que abogan p»r la Libertad,
Igualdad y Fraternidad de todo el género
humano.
La masonería publica la igualdad y sin
embargo todos sus miembros ño son iguales,
ni en sus haberes, ni en sus negocios, ni en
su3 grados, ni en su luz masónica; y pot su
propia confesion, entre ellos, unos son eré-
dulos y superticiosos, otros son genios ac
tivos é inquietos, y otros espíritus pene
trantes y profundos, Ademas, los que po
seen de lleno y como en su foco la luz ma
sónica, la comunican poco á poco á los de-
mas, por medio de ciertos modos tan hipó-
cutos como engañosos, supuesto que deben
ocultarles el verdadero significado délas
palabras Libertad, Igualdad y Fraterni
dad. Por otra parte, por confesion de ellos
mismos, una gran parte de los masones, pa
rece que solo ha nacido para hospedar á la
ignorancia, los cuales deben seguir sin re
serva el espíritu de su doctrina, abrazarla
con todo zelo, sostenerla con brio y esquisi-
to cuidado, y estar inviolablemente adherí
277
dos á ella, por temor de la violacion del ju
ramento sagrado y de los castigos á los que
voluntariamente se han obligado si lo que
brantan. Ah/ nada mas contrario á la Li
bertad, Igualdad y Fraternidad que el des-
graciado é infeliz estado de la mayor parte
de los masones! Qué aviso para tantos in
felices seducidos que dan su nombre y su
dinero á tantos charlatanes que tan vergon
zosamente los insultan y desprecian. Oh!
cuáatas historias podríamos referir de per
sonas á quienes ha quitado la vida el terri
ble puñal mason? cuántas han acabado su
existencia despues de haberles propinado el
veneno nías activo y diabólico? cuántos ma
ridos han sido violentamente separados del
lado de sus mujeres? cuántos hijos han sido
osadamente arrebatados de la casa paterna?
Y quién ha hecho todo eso? Hombres in
felices y desgraciados que para llevar á ca
bo semejantes designios perversos y desas
trosos, han formado y seguido el conjunto
de sectas que se llaman francmasonería .
Ah! jamás, jamás será lícito hacerse ma
son.
Cat. Basta, basta señor mio, nada mas
horrible y vergonzoso que hacerse mason.
Pero es así en México?
Sac. Así es en México, así es en Euro
278
pa y así es en todas partes del mundo; poi
esto ha sido prohibida en tantos lugares; y
lo será ciertamente en todos tan pronto como
sea conocida. Oiga la lectura del siguieéte
documento en el que uno do sus pFincfpüte
representantes nos describe la franc-ftíáso»
nería, no como nos la vende nuestro Cándi
do é infiel doctor, sino como ella' éSÍ;,TEl
documento emana de la alta Logia y/sir di
rige á todos sus esclavos libres, dicfgftfkrtes:
"Debemos dirijirnos á la juventud, seducirla,
y luego despues alistarla en nuestras baiide
ras, y debemos hacer todo esto casi sin que
lo perciba. Q.ue nadie penetre nuestros de
signios como masones; no os ocupeis de la
vejez, ni de la edad madura, id á la juven
tud, y si es posible, apoderaos de la infan
cia. Nunca digais una p'alabra impía o li
cenciosa en su presencia, pues conviene ob
servar ante ella todas las apariencias dé «n
hombre grave y moral. Una vez hecha hues-
tra reputacion en los colegios y gimnasio?,
universidades y seminarios, una vez adqui
rido la confianza de los profesores y estu
diantes, acercaos principalmente á los qHe
quieren ordenarse. . . .y obrad de modo con
ellos, que os formeis una reputacion de buen
católico y de patriota puro, porque esta re
putacion facilitará la propagacion de nues-

-';
279
tras doctrinas entre el clero jóven y en el
fondo de los conventos. Dentro de algunos
años, y como por la fuerza de los aconteci
mientos, este mismo clero ocupará todos los
puestos, y no solo gobernará, administrará,
juzgará y formará el consejo de los sobera
nos, si que tambien será llamado á elegir .el
Pontífice que habrá de reinar, y Pontífice que
como la mayor parte de sus contemporáneos,
estará imbuido en los principios italianos
que estamos poniendo en circulacion. P»ca
lograr este fin, despleguemos al viento to
das nuestras velas.... Ahora bien, e) señor
doctor ¿porqué no dice de una vez lo que es
la franc-raasoría? por qué querer engañará
¿us lectores? ha olvidado que lo peor en que
puede caer un escritor es cuando escribe
falsedades? y qué mayor falsedad que la
estampada por vd. en su fatal respuesta? No
negamos que se concibe que el hombre pue
de nó ser veraz; pero faltar á la verdad con
tanto descaro, faltar á la verdad echan
do por tierra á documentos del todo inne
gables y los mas justificativos, faltar á la
verdad dirigiéndose á un pueblo católico, y
faltar á la verdad queriendo refutar un es
crito, esto solo es propio de nuestro doctor
aleman para dar á luz su obra.
Caí. Basta, basta señor mio: ya compren
280
do un poco lo que son los masones; y veo
tambien que son el ídolo fatal de ia abomi
nacion, de la desolacion, colocado en medio
de la sociedad religiosa y civil: ahora com
prendo en fin que la orden masónica, no
solo entraña todo desorden sino que es ade
mas la sociedad mas criminal, mas perversa,
mas anticatólica, mas antisocial, mas peli
grosa: y es ademas, atea, materialista, 'deís
ta, comunista, racionalista, espiritista y tie
ne ademas, todo lo malo, todo lo perverso,
todo lo criminal y cnanto han tenido de in
fame todas las heregias y todos los cismas.
Esto es la franc-masonería, esto es. Basta
ya del primer párrafo, deseo que me diga al
go del segundo en el cual el señor doctor
;aleman nos regala con una parte histórica,
y .dssearia que vd. tambien respondiera á
ella.

8.—SEXTA FALSEDAD, Ó HISTORIA BE LA


' FRANC-MASONKBIA.

Sac. Nada mas difícil que lo que vd. me


pide, porque si ellos mismos no convienen
entre sí sobre fijar el origen de su secta, y por
otra parte, si siendo ellos sagrados no pue-'
den ¿ctímo ha de poderlo hacer un profano?
281
Pero con las historias en la mane suplire
mos lo que nos falta de consagracion masó
nica y diré á vd. lo que hay de verdad. Está
fuera de toda duda que los escritores masó
nicos han trabajado con todas sus tuerzas
para ennoblecer el origen de la masonería,
y i ejando aparte las anteriores noticias que
sobre este punto le tengo dadas, solo añadi
ré que todos ellos están de acuerdo en darle
antigüedad é importancia/aunque ocultan
do en realidad su verdadero principio. Así
vemos á unos que examinando la masone
ría discurren, así: Las columnas de Joaquín
y de Booz, el nombre de Jehova escrito en
el triángulo y colocado en el fondo del pa
bellon, que decora el oriente, el deletreo y
la Biblia colocada sobre el ara ó masa del
venerable y otras varias prácticas masó
nicas, todas son de origen israelítico, y por
consiguiente que la franc-masonería está
fundada desde el tiempo de los judios; pero
fa consecuencia es completamente falsa, por
que su origen es del tiempo de los templa
rios, como demostré en otro lugar. Tanto
el mason Clavel en su historia pintorezca
sobre la franc-masoneria, como Krause y
otros, pretenden que los masones tuvieron su
origen en una época mas reciente en Lom-
bardia, donde edificaron grandes iglesias;
19
282
y que esos trabajadores reunidos en socieda
des favorecidos por los Papas, construyeron
grandes edificios religiosos, en los cuales
poniañ estatuas indecentes y aun los signos
masónicos para que fuesen adorados de los
cristianos. Pero para no desairar á tanto
trabajo, y suponiendo, lo que no es en rea
lidad, admitiremos por un momento, que
ellos fueron los fabricadores de nuestras
basílicas, poique este solo hecho ya reve
la demasiada impiedad en los constructo
res: y ciertamente que se hacen sospecho
sos en la í'é, los arquitectos, los escultores
y los trabajadores que ponian en los templos
aquellas impias é indecentes esculturas, por
tanto si tal es el origen de los masones,
claro está que se reconocían impíos, y que
dejaban en los templos mismos las huellas
de su impiedad. Este hecho nos da motilo
á concluir otra vez que la franc- masonería
e<? anticatólica, antisocial, impía, atea, deis-
ta, materialista y comunista. Cómo ha de
ser lícito ser mason? No, no hay medio: o
católico ó mason. Pero qué tiene que ver la
parte histórica del folleto de nuestro bueno
y pobre doctor con la magnífica obra de
Monseñor de Segur. No, lo repetimos otra
vez. esa respuesta no ha sido escrita en
México, so pena de convenir que al profe-
283
sor aleman se le fueron, al escribirla, los es
tribos de sus grados y de sus títulos: porque
'tío se escribe da este modo cuando todo un
doctor refuta una obra; y obra dada á luz
por un obispo tan benemérito y eminente
como Monseñor de Segur.

9. SÉPTIMA FALSEDAD DE
NUESTRO BOCTORÓ PRINCIPIOS Y OBJETO
DE LA FRANC-MASONERIA.

Cat. El tercer párrafo del folleto ale


man lo tituló: -principios y objeto de la
franc-masoneria, mas como en tantas co
sas me ha mostrado vd. que la malhadada
respuesta no es exacta, ni cumple lo que
promete; á la verdad sospecho tambien de
esta última parte, y tengo positivos deseos
' ¿¡Efe que vd. me la explique.
Sac. Lo haré con tanto mas gusto, cuan*
to que puedo asegurarle que toda ella es un
conjunto de falsedades, y aun de ideas satá
nicas y comunistas. Ahí, ahí .va á parar la
fatal corriente de la masoneria. Y porqué?
1 . ° Porque la secta masónica es una
asociacion de libres pensadores y libres cul
tistas, que por voluntad y por el abuso de
284
»u libertad se hacen réprobos ya que no
profesan la verdadera religion, por mas que
diga lo contrario la respuesta, y presente á
los vicios como virtudes: tan lindo maestro
es nuestro doctor aleman.
2. ° Porque no es verdad que el mason
pueda vivir fiel á sus convicciones civiles y
religiosas, pues el terrible juramento las
neutraliza del todo. Esta tercera parte de
la respuesta ni una palabra nos dice del ju
lamento ¿será para presentarse ante lo» ca
tólicos como modelo de candidez? Otra ra
zon que demuestra que la respuesta no se
escribio en México, y que en la travesía de
los mares perdio hasta el juramento, ya. que
es cierto que los masones lo hacen.
3. ° Porque el principio fundamental de
union masónica, rechaza completamente la
fidelidad á la fé religiosa, lo cual consta por
sus ideas del todo impías, y ateas, y deis-
tas y materialistas, publicadas sin rebozo
pOr los periodicos masones en las produc
ciones de 1866 y 67. Y porqué el señor
doctor tampoco lo dirá/ Porque es mason
y esto basta.
4. ° Porque jamas ha tenido la mision
de impedir las discordias que se producen
en la Iglesia, ni reconciliar á los hombres
divididos por la religion: al menos ignora
285
mos que haya recibido sus credenciales, ni
que las haya empleado ni. siquiera una vez
en favor de los católicos. No, ningun cató
lico ío traga aunque lo haya estampado to
do un doctor.
5.° Porque las tendencias déla íianc-
mssoneria tanto en el fondo como en la for
ma, no se dirijen sino á la perdicion de todo
el género humano, ya que le arranca su fé,
y con ella toda felicidad temporal y eterna.
6. ° Porque no tiene' ningun respeto á
Dios, supuesto que emplea su santo nom
bre para pronunciar el mas horrible y ne
fando juramento; porque en los primeros
grados solo lo admiten los masones como el
Arquitecto de los mundos; y en los altos
grados ó perfectos masones reniegau de
Dios, publican su ateismo y deísmo, y nie
gan la divinidad de Jesucristo y de la reli
gion católica.
. 7. ° Porque la masoneria segun nuestro
doctor considera á la Sagrada Biblia, como
símbolo de una gran luz, y de ningun mo
do como palabra de Dios, oomo debe admi
tirla todo buen católico.
8. ° Porque su principal accion esterior
que consiste en la Beneficencia, nada tiene
de católico, supuesto que limita sus operacio
nes al miserable cuerpo, presindiendo com
286
pletamente de la salvacion de su alma: bajo
este punto de vista tienen sus colegios, asi
los, establecimientos, talleres é instituciones
aumentando de este modo el número de sus
adeptos ó afiliados que han de condenarse.
9. ° Porque su accion interior por medio
de la comunicacion recíproca, hace que los
católicos pierdan poco á poco sus creencias,
y que se hagan indiferentistas, ateístas, dc/*-
tas, materialistas y aun comunistas; ypot-
que obrando segun sus estatutos redactados
por Mazzini, hacen cosas buenas y justas, lo
mas injusto é ilegal sin retroceder siquiera"
ante el asesinato y envenenamiento.
10. ° Porque la Iglesia considera á la
franc-masonería como sospecha de here-
gía, ora porque reune en su seno á hombres
de todas las creencias, ora porque las pro
ducciones de sus principales prohombres así
lo publican, ora porque ademas son reos de
insurreccion y de blasfemia: y admitir se
mejantes doctrinas, jamás será lícito á na
católico
11. ° Porque muchos de los Estados y
Naciones civilizadas coartan la libertad de
accion á la sociedad masónica: en Rusia y
en Polonia formaron los procesos mas ver
gonzosos y terribles contra ella; una cosa
semejante hizo en España Fernando VII,
287
haciendo ademas suya la Bula del Santo Pa
dre Leon XII; lo mismo obraron en diferen
tes ocasiones los Emperadores de Austria-
y aun 'lo propio hizo el gobierno de Fran
cia en otras épocas. Y la razon de to
das las razones es porque la Santa Sede que
la estuvo examinando desde que aparecio \
con toda formalidad, que fué á principios del
pasado siglo por medio de Clemente XII,
Benedicto XIV, Pio VII, Leon XII, Pio VIH
y el actual Pio IX, que felizmente dirige á
la Iglesia católica, condenó la masonería,
así como á todos los masones, y los conde
no en todos sus grados, y ademas á todos
los que les presten auxilio ó proteccion; y
estas condenaciones subsisten porque hace
cuatro años que fueron renovadas pqr el
Pontífice actual Pio IX. Con estas razones
queda bien contestado cuanto nos ha queri
do decir el doctor mason en lo que apellida
Principios y objetos de la Franc-masonería.

10.— OCTAVA FALSEDAD


DE NUESTRO DOCTOR Ó FELICIDAD
MASONICA.

Cat. Estoy satisfecho señor padré, y solo


suplico á vd, me diga algo de la felicidad
masónica con motivo de su libertad.
288
Sac. Es cosa digna de notarse, y es ade
mas lo que descubre mejor la malignidad ma
sónica, el contemplar á hombres que come
ellos dicen, viven bajo la egida de la verda
dera libertad, y que se condecoran con el re-
tin-tin de Libres Pensadores, verlos digo sin
libertad de escribir contra la masoneria, ni
contra sus principales gefes, ni contra sus
altos grados y ni siquiera contra el mas in
ferior: y ver proclamado entre ellos que to
da traicion en esta parte, es tan severamen
te castigada, que muchas veces los sobera
nos señores señalan la pena de muerte: ó al
menos suplicios terribles y socretos, prontos
y espantosos, atroces y eficaces, sin masfor
malidad de proceso que la terrible orden, y
sin otra defensa que la pronta ejecucion. Y
por qué tampoco no habrá dicho esto el
doctor aleman? Ah señor doctor! no, no, no
hay conjunto de males en la historia tau
terribles y espantosos como los que obra Ja
franc-masonería frecuentemente.
Caí. Y qué le parece á vd. de las utilida
des que reportan los señores masones tan
cacareadas principalmente en México!
Sac. Dejando aparte que los pueblos di-
rigido? únicamente por el buen sentido al
«aber que un mexicano es mason, huyen de
el como de un demonio y hacen muy bien:
289
al saber que uno es mason le niegan hasta un
vaso de agua, y hacen muy bien: al s&ber
que un artesano es mason le niegan todo
- trabajo y hacen muy bien: y porqué hacen
muy bien? Porque á semejantes personas se
¡es debe negar hasta él saludo como dice
el evangelista San Juan: dejando aparte
todo esto, y mucho mas que podría añadir
digo á vd. que sacarán dos grandes utili
dades: la primera es condenarse sufriendo
eternas penas por. toda una eternidad, y es
to será así aunque nuestro buen doctor no
lo crea, porque ia voluntad de Dios no está
pendiente de su miserable criatura; y la se
cunda es que en este mundo tendrán la
utilidad de ser soldados y obreros, pero de
Bu género tan particular, que no tendrán
sueldo ni extipendio, ni salario antes tie^
nen la obligacion de dar una cuota para
alimentar y enriquecer á los señores gefes
que no conocen; pero, que han querido ser
apellidados los muy sublimes maestros ma
sones. Fuera de esto serán un vil instru
mento, no serán libres, jamás participarán
del poder, y en su enfermedad y en la
indigencia serán abandonados. Así lo di
cen ellos mismos: no debemos perder de vis
ta siendo inalterables en este principio sa
grado de nuestra orden, que todos los her
'290
manos masones no deben ser jamás otra,
cosa que unos soldados ú obreros^ pero que
los grandes arquitectos somos nosotros los
sublimes maestros masones: tan cieito es
que trae ninguna utilidad el ser masonl Yes
tan eierta la condenacion de los masones que
no hay ni la menor duda, porque su mo»
ral no es la del Evangelio, sino la de los
impios é incrédulos como Rouseau, Voltai-
re, Diderot, D'Alambert, Raynal, Helvecio,
Espinosa, Lodos, Renan y demas filósofos
que como los indicados, han abusado hor
riblemente de la filosofía, de la moral, del
dogma y de todo el catolicismo.
Baste lo dicho pava que huya siempre y pa
ra siempre de la masonería, y sea lo que se
dice un fiel hijo de la Iglesia católica, ya que
esta, está fundada en la obediencia de la ley.
divina; y aquella en la independencia, la
una sobre «1 orgullo y soberbia, la otra so
bre la humildad y abyeccion, la una sobre
el egoísmo, la otra sobre la abnegacion pei-
sonalj la una sobre el amor de Dios y del
prójimo, la otra sobre el amor de sí mismo
y el odio á Dios; la primera es una fuente,
un venero, un manantial de verdad y de
amor, la segunda un principio de error y de
odio, aquella junta y une á los hombres, es
ta los aisla y los dispersa; la una edifica, la
291
otra destruye; la una deja á cada uno lo su-
yo; la otra se lo quita y arrebata, la una es
justa y compasiva; la otra dura é implaca
ble; en fin, la una es publica, la otra secreta;
la una esta investida de un título incontes
table, la otra no tiene mision alguna; launa
cuenta con superiores conocidos, y la- otra
con tiranos ocultos. Escoja vd. señor cató
lico, porque de grado ó por fuerza es nece
sario seguir á una de estas dos sociedades,
y obedecer por tanto á la la autoridad legí
tima compasiva y maternal de la iglesia que
es Una, Santa, Católica, Apostólica y Roma
na, ó bien obedecer á una autoridad usur
padora, durísima, eruel, satánica y pernicio
sísima que es la Franc-xnasonría.
CAPITULO VIII.
Los frailes y las monjas.

Sac Nadie absolutamente puede poner en


duda que la franq-masoneria establecida en
México es altamente irreligiosa, inmoral,
impía é incrédula; digan io que quisieren
algunos corifeos de ella y oculten cuanto
puedan sus intenciones con el velo de la
beneficencia y de la política.
Caí. Pero señor padre, tiene vd. datos
fehacientes de lo que acaba de decirnos?

1. DOCTRINA MASÓNICA PROCLAMADA EN


LA MUERTE DEL MASON MORIS.

Sac. Si señor: y datos positivos, que nos


han dado los mismos franc-masones, y que
f2U
voy a presentárselos á vd. Recuerda por
ventura la fecha de la muerte del célebre
mason el Sr. Moris. Pues bien, una persona
intimamente unida con el difunto, (que no.
descanza en paz, ni la tierra le ha sido li
gera sino al contrario bien pesada,) en el
mismo dia que era conducido el cadáver en
el panteon, estaba publicando la doctrina
masónica en unos cuarterones de papel, en
donde decia contra el catolicismo, contra la
moral, contra la piedad y contra la fé, todo
cuanto puede decir un mason.
Caí. No tengo noticia de lo que vd. me
indica, ni recuerdo haber oido la especie á
ninguno de mis amigos.
Sflc. No lo tendrá tan olvidado el señor1
ministro, porque á mí mismo, en la calle
misma me fué entregado dicho cuarteron,
juntamente, con unas canciones dizque eran
de la reunion de.... que se ha nombrado
iglesia evangélica.
Min. Tiene razon el padre y vd. lo ha
de recordar y sabe vd. que la imprenta N.
nos los imprimio; y que comenzaban: Mue-^
ran los frailes, etc., etc.
Sac. Exactamente, aquel cuarteron de
papel demuestra toda la doctrina masónica,
y como de hecho es eminentemente irreli
giosa, inmoral, impía é incrédula. Estas
295
eran sus primeras palabras: Mueran los frai
les.... y luego seguían tales espresiones
tan indecentes, chocarreras, calumuiosas y
libertinas, que indican hasta la evidencia,
quienes son los infelices que las adoptan y
que son de hecho irreligiosos, inmorales,
impíos é incrédulos.
v Gat. Pero señor padre vd. no ignora los
hechos de las monjas y de los frailes y con
cuanta razon el gobierno los arrojó desus
claustros.-
Min. Y tampoco debe ignorar que es
contra la ley natural el obligar tanto á los
hombres oomo á las mujeres á vivir célibes;
porque esta vida es contraria á las leyes de
la naturaleza.

2. JIEPUTACION DE LA. PRIMERA


CALUMNIA.

Sac. Señores, me dispensarán; pero debo


decirles que me consta todo lo contrario;
pues me consta qué no es contra la ley na
tural el celibato, asi como me consta tam
bien que fueron arrancados de sus conven
tos contra toda razon. Comienzo mis prue
bas contra lo alegado por el señor ministro.
296
Min. Tendré mucho gusto que sus razo
nes justifiquen su causa, para que yo mismo
pueda seguirla si es verdadera, porque ja
mas me ha gustado ser terco é irracional
y mucho menos desde que ya soy católico
por principios y por conviccion bien preme
ditada. .. •»
Sac. No es contra la ley natural, porque
la concupiscencia es una pasion como todas
las demas, y está en nuestra mano obrar
apesar de ella siempre que queramos: por
que asi como no obstante la soberba, la
avaricia, la ira, la gula y la peieza, podemos
ser diligentes, sobrios, pacientes, liberalesy
humildes; asi tambien podemos ser castos
no obstante .la lujuria. Y tanto mas cuanto
que es de fé católica que la gracia de Dios
no nos falta; y que de hecho seremos castos
si queriéndolo ser, aplicamos los mismos
medios que nos da el Espíritu Santo. El ser
castos ó vivir célibes no es un estado supe
rior á nuestras fuerzas; porque vemos á
muchos que con los mismos años, inclina
ciones y peligros, lo fueron ayudados de-la
gracia; luego asistidos nosotros de la misma
gracia podemos serlo tambien. El vivir cas
tos ó célibes no se opone ni al antiguo ni
al nuevo Testamento; pues vemos entre los
Profetas que los mas principales como Elias,
291
Daniel y Juan Bautista no solo vivian céli
bes, sino que ademas eran vírgenes; vemos
á Jesucristo Nuestro Señor predicando la
vitginidad, pero de un modo tan vehemente
que los apóstoles esclamaban, si así es,
mpjor es do casarse; vemos á los apóstoles
absteniéndose de todo contacto con muje
res; vemos á los apóstoles vírgenes como el
discípulo amado, y á San Pablo, conservarse
inmaculados y aun exhortar á otros para
que conserven su virginidad; y vemos desde
la cuna del cristianismo á innumerables
vírgenes que morían mártires, para conser
var su pureza virginal, y vemos en suma
á nuestra Madre la Iglesia que no solo
venera á millones de santas vírgenes, sino
que venera tambien la castidad y aun la
virginidad de millones d^ confesores y de
mártires. Luego no es superior á las fuer
zas de la naturaleza socorrida oon la gracia,
ya que vemos que asi han obrado tantos
millones de cristianos: luego no se opone á
la Santa Escritura ya que el celibato y aun
H estado virginal siempre ha existido en Ja
Iglesia, y nos lo enseñaron y ratificaron los
santos apóstoles, San Juan Bautista, San
José, la Santísima Virgen y el mismo Je
sucristo Nuestro Señor; luego se acreditan
de ignorantes y aun de necios los que cla-
20
298
man contra la práctica de esta virtud. Ojalá
que al menos lo hicieran con tales palabras
que no indicarán que su corazon no es casto.
Min. Pero en este caso cómo es que Lu-
tero al grito de reforma añadió la exclaus
tracion y el casamiento de los írailes y de
las monjas, afirmando que es contra la ley
natural?
Sac. Así lo hizo porque quizo hacerlo y
no porque asi hubiere de ser en realidad.
Por otra parte él mismo hizo voto de casti
dad y lo guardó por muchos años, así lo
hicieron y lo guardaron los demas conven
tos de Alemania, y asi lo guardaron de he
cho las órdenes monásticas, asi lo estable
cieron sus fundadores como Santo Domin
go, San Francisco de Asis, San Bonito,S9n
Agustín, San Ba»ilio, y aun todos los mon
jes que poblaron los yermos de Ja Tebaida
y aun de todo el Egipto. Luego Lutero lo
hizo sin mas razon que el yo lo quiero: \aego
la exclaustracion de los frailes y monjas,
fué uno de los actos mas irracionales: y po
demos decir que ella fué uno de los medios
de que se sirvio para asegurar las conse
cuencias de la reforma, pues con la práctica
de estos medios caminales es comíí logró
engrosar sus filas.
Cat. Yo nunca he creido que el celibato
299
fuese contra la ley natural ó superior á
nuestras fuerzas el conservarse uno ffisto;
pero al observar la gran desmoralizacion que
reinaba en los conventos, creí que la ex
claustracion era una medida altamente de
política.

3 REFUUTACION DE LA SEGWNDA
CALUMNIA. .
'..
Sac. Ni aun esto señor mio, porque la
desmoralizacion tan cacareada mas bien
existía en el fatal telescopio de los ojos^de
los oidos, de la lengua de los que así lo pu
blicaban; pero en realidad no es así. Para
probarle á vd. mi asercion, reflexione sobre
la conducta de los frailes y monjas echados
de sus conventos, por que si fuese verdad
lo que de ellos se publicaba, habríamos visto
sus consecuencias, habríamos visto innume
rables escándalos, y habríamos tenido noti
cia. de su apostasía. Mas como nada de esto
se verificó, si no que vemos á unas y á otros
edificando y dando á luz los actos de virtu
des mas heroicos, todo esto nos demuestra
de\ modo mas evidente, que lo que se decia
de los' conventos mas bien eran calumnias
<\ue realidad, No negamos que hubiese ha
300
bido algunos casos porque en todas partes
el hombre conserva sus pasiones; pero esto
mismo n<<s hace afirmar que entre algunos
granos de zizaña se encontraban grandes
haces del mejor trigo; y por consiguiente que
fué una medida altamente impolítica la es-
claustraeion, así como tambien que fué la
grande obra de los enemigos del catolicismo,
d» los protestantes, de los masones, y de los
católicos de nuevo (Miño, los cuales tuvieron
cuidado de ocultar su infernal malicia, con
el grito deReforma. Pobres señores! cómo
lo i hechos les hitn arrancado la careta de
su perfidia! cómo se han mostrado mas cie
gos que un topo en medio de lo que*ellos lla
man luces del siglo! Sí señores mios, por
que los hechos, los hechos claros, patentes
y de mayor bulto nos presenta á las mon
jas y á los frailes lanzados de sus conven
tos por la fatal mano de la revolucion, <^
miendo el pan del destierro y en medio de
mil privaciones; pero estos mismos hechos
nos loa presentan con una conducta edifi
cante, castos y puros como el caliz de la
flor; pobres, sumamente pobres, privados de
toda conveniencia, y aun mas todavía po
bres de espíritu; y tan obedientes que reco
nocen á sus prelados como el todo del con
vento. Y si á esta regla general puede dar-
301
sele alguna escepcion, solo puede señalarse
la de cuatro granos de zizaña, con una car
ga de buen trigo.
Cat. Pero Señor Padre si esto así como
se explica los terribles gritos, de abajo los
frailes, y abajo las monjas de todo el pue~
Mol El pueblo sabe lo que le conviene, el
pueblo estaba al tanto de sus procederes, el
pueblo vio que no cumplían, y por consi
guiente ese pueblo soberano los echó de sus
conventos.
Sac. Y por qué los hecho ¿quizás porque
no eran observantes?
Uaí. Si señor, por esto mismo; porque no
cumplian con sus deberes.
Sac. Y asi lo cree vd./
Cat. Tanto lo creo que lo he dicho y lo
digo otra vez; y asi concibo yo cómo la ex-
cluastracion ha sido una medida de alta po-
líficaydel gobierno.

4.,—REPUTACION DE LA TEHCEXA
CALUMNIA.

Sac. Permítame vd. que me haga cargo de


su doctrina, y le demuestre al mismo tiempo
la verdad de lo sucedido: porque me da mu
cha pena, ver á una persona de las recomen
302
dables prendas de vd. verla repito tan com
pletamente engañada. No fué el pueblo me
xicano el que echó á las monjas y á los frai-¡
les, porque se acuerda que sus padres y -.sus
abuelos habian fabricado los conventos,, que
habian depositadoen ellos grandes limosnas
para su subsistencia, que habian dotado de
un modo tan expléndido como regio, el culto
que se debe á Dios, que les habia dado un
sobrante magnifico que veiari con sumo
gusto aplicado en favor de los pobres, y
veinn ademas que algunos conventos eran
un banco pata el pobre labrador, donde en
contraba la suma que necesitaba con un
rédito insignificante, y muchas veces de bal
de: todo esto lo veía el pueblo y lo palpaba;
luego no es el pueblo el que echó abajo los
conventos; y mucho menos el pueblo me
xicano que es en gran manera y casi por
naturaleza eminentemente católico.
Cat. Convengo en cuanto vd. dice, pero
se echaron á las monjas y á los frailes pov
que no vivian bien, y por los escándalos
que daban.
Sac, Tampoco es esta la causa, porque
ya espliqué á vd. el estado del clero, y que
en medio de las miserias propias de la hu
manidad , abriga todavía en su seno las
grandes virtudes del Evangelio. Pero como
803
habia de ser así si vemos demostrado todo
lo contrario? Sí señores: lo vemos demostra
do porque nunca se ha visto en México la
corrupcion de ahora, despues de la esclaus-
tracion merced u los nuevos frailes y á las
monjas de nuevo cuño fundadas por los
-protestantes, por los masones, malos cato
licos, libres pensadores y demas caterva de
impíos incrédulos é indeferentistas. . .Salo
nes de Baile del Beaterío, de laConcepion,
de Santa Clara, de San Juan de- la Peni
tencia etc. etc. cuál ha sido la conducta de
vuestros nuevos habitantes? Pero callad...
nunca, nunca se habia visto esta ditolueion
é indecencia tanta, parece increíble que la
humanidad se abata hasta este punto
parece increíble que la muger pueda llegar
á prostituirse hasta tal grado . . pues
si tal es el estado de la sociedad que con
curre á dichos salones; si en los bailes de
semejantes lugares se ve lo mas indecente:
cómo quiere vd. hacerme creer que las mon
jas y los frailes fueron exclaustrados por
que no vivían segun el rigor de todas sus
reglas?
Cat.. A la verdad Señor Padre estoy con
vencido de ambas cosas, á saber, que no es
el pueblo el que echó á los frailes, y que
no fueron echados por falta de observancia;
304
pero desearía saber de vd. cual fué la legí'
tima causa.
Sac Con mucho gusto señor mio; pero
antes la indicará á vd. nuestro amigo el
señor ministro.

5.— CAUSAS DE LA EXCLAUSTRACION.

Min. Segun mi sentir diré á vd. que las


monjas y los frailes necesitaban reforma, y
que esto fué la causa de todo: así discurren
tambien los libres pensadores.
Sac. Y lo que acabu vd. de decir, lo di
ce con seriedad ó bien se chancea vd. Re
forma! qué reforma es esta que todo lo des
truye? cómo puede reformarse una cosa co
menzando por quitarle su existencia? Claro
está que obrar de este modo es destruir, y
de ningun modo es reformar. Mas supuesto
que vd. no nos la dice, yo se la indicaré á
vdes. Los protestantes, los racionalistas,
todos los libre cultista?, los masones y Vw
malos católicos, aunque se odian entre sí y
se consideran como enemigos, con todo se
mancomunan cuando tratan de destruir la
Iglesia; y como han observado que las
monjas y los frailes, no solo son su adorno-,
sí que tambien un conjunto de columnas que
305
la sostienen y la ayudan admirablemente
para que no se desmorone; de ahí ese odio
cruel que los protestantes, los racionalistas,
los masones, los librescultistas y los malos
católicos les han profesado; y se lo profesan
todavía en tanto grado, que procuran siem
pre, y en todas ocasiones, su destruccion.
Caí. Segun su nuevo descubrimiento, se
ñor Padre, el pueblo no verificó la exclaus
tracion de las monjas ni de los frailes, ni
tampoco lo verificó el gobierno ni el congre
so; sino esa turba de impíos, descreidos li
bres pensadores y malos católicos; pero yo
desearia de vd. una prueba demostrativa.
Sac. No fué el pueblo, por las razones
arriba indicadas, ni fué el gobierno ni el
congreso; sino que los malos cristianos, los
descreidos, los impíos y los masones esca
laron los primeros puestos los poseyeron de
echo, 6 al menos con 6U influjo; y despues,
olvidados hasta de su honor, calumniaron
hasta «las no poder á todas sus víctimas,
las presentaron como es de suponer, hosti
les al gobierno, forjaron lo que solo sabe
hacer gente perdida, y á las buenas y á las
malas, de grado ó por fuerza arrancaron el
decreto de la esclaulracion: y al publicarla
prometieron en su diabólico frenesí una era
& paz y ha sido de guerra sangrienta;
306
una época de abundancia, y la miseria in
vade todas las clases de la sociedad; y unos
tiempos de progreso é ilusti,acian> y tan
solarse progresa en la maldad y en les vi
cios. Tal es la historia de todas las nacio
nes/ y tal es lo que se ha verificado en Me-
xico de un modo muy señalado.
Cat. Pues siendo esto así, siendo tales
los autores de la esclaustracion religiosa ¿cuai
será el sentido de mueran los frailes pro
nunciado en la muerte del mason Morís?
Sac. Esta idea es la misma que pronun'
cian los malos cristianos al decir: mueran
los ociosos y corrompidos; y la que expre
san los protestantes ni afirmar ?nueran los
romanistas; y la qu-j presentan los masones
cuando en su loco orgullo exclaman: Abafo
la Iglesia! Abajo el Papado! Guerra u
su Dios y a su Cristo! Dios mio/ Dios mio/
qué horror! qué malignidad/ ttii es el sen
tfdo de mueran los frailes y mueran las mon
jas del folleto indicado.
Cat. Segun esto, un buen católico no pue
de clamar contra los frailes y los monjas, so
pena de hacerlo contra su propia madre la
Iglesia?
307

6. —RELIGIÓN BE SAN BENITO.

Sac. En efecto es así; y para que se con


venza mejor, examinaremos no los Francis
canos ni los Dominicos, no los Agustinos ni
los Carmelitas y demas religiones y congre
gaciones; ya por fortuna bastante conocidas
en la católica México; nos fijaremos tan so
lo en la de San Benito que al paso que es
délas mas antiguas no es conocida entre
nosotros y por ella verá vd. el espíritu que
anima á los sacrilegos declamadores de los
frailes y de las monjas.
Caí. Esto es lo que me conviene, verlo
todo en la práctica, para que de este modo
pueda concluir su verdad, y robustecer un
poco mas mi fé.
Min. Ojalá señor padre que nos diera á
conocer bi«n lo que son las comunidades re
ligiosas; á fin de que viendo yo que ellas son
como vd. nos ha dicho, en adelante las ame
y me declare su defensor, así como hasta
ahora he procurado perderlas completamen
te por haberlas creido inutiles y perjudi
ciales.
Sac. Fijándome, pues, en la religion de
San Benito, pregunto ¿qué cosa e» esta reli
308
gion? Respondo: Que despues de los mis
terios de nuestra fé, no hubo cosa mas util
que ¡a regla é instituto de San Benito, por
esto "San Bernardo asegura: que esta orden
" es la principal de la Iglesia, y Santa Mee-
'' tildes afirma que es el centro de la Iglesia:
" y que mantiene todo su edificio como ro-
"bustísima columna, porque sobre ella des-
" cansó la navedeSan Pedro por espacio
" de muchos siglos." Respondo: que esta
religion cuenta con 40 Romanas Pontífices y
25 de ellos canonizados; mas de 201) carde
nales, 50 patriarcas, 1,600 arzobispos, y mas
de 4,000 obispos. Respondo que esta reli
gion es la que ha mantenido la Iglesia pur
gándola de las heregías, convenciendo sus
errores en publicas disputas y con milagros,
y dando á la Iglesia mas de 1,500 escrito
res como un San Leandro, San Ildefonso,
etc., y dándole ademas 200 apóstoles que
se repartieron al mundo y anunciaron por
doquiera su inmensa utilidad conforme la
Iglesia. Respondo que esta religion es pot
antonomasia la religion de los santos; y lo es,
no solo por la promesa que la hizo el santo
patriarca, no solo por los muchos santos que
dló en sus felicísimos dias, no solo porque á
un mismo tiempo llegó á tener 37,000 aba-
días, 15,000 monasterios|de monjas, 14,009
309
prioratos; si que tambien por el numero de
sus santos, el cual es tan extraordinario, que
como dicen los padres de la Iglesia, pobló el
cielo de monjes que vivían en este mundo
tan puros como unos ángeles, y pasan de mil
santos para cada uno de los dias: que es
como si dijéramos que ha dado á la Iglesia
366,000 santos. Ahora bien; si tal es loque
nos dice la historia de la religion de San
Benito, y que cultivó ademas los bosques de
la Europa, y nos conservó (odas las obra-
de los santos padres ¿qué idea nos debere
mos formar de uno de esos inermes mente
catos? miserables, nacidos de ayer, que tal
^z ni siquiera aciertan á hacer la señal de
la cruz, y con todo se los ve tan atrevidos
como sin razon, exclamar mueran los frailes.
Miserables/ en verdad, en verdad os digo,
que por un buen espacio de tiempo temis
Necesidad de ser encerrados en la casa do
los orates y alli comenzar recitando de me.
™oria las primeras líneas de Todo fiel cris
tiano.
Min. Cómo? ¿esto son los frailes? ¿cómo-'
es que no los pintan con colores tan distin
tos? cómo es que nos dicen de ellos que sen
«nos ociosos, que solo sirven para comer, que
'a. ignorancia es su distintivo y que son el
escándalo del cristianismo? Así los habia
310
yo considerado siempre, y por esto clama
ba contra ellos; mas siendo lo que vd. .nos
acaba de decir debo confesar que sin haber
lo querido he sido no obstante su calum
niador. ,-.!,,.

7. — PARA Q.UE SIRVEN LOS FRAILES


Y LAS MONJAS.

Gat. Pero señor padre seamos justos; pa


ra qué sirven tantas mugeres y tamos hom
bres encerados, y con tantas privaciones?
No seria mejor que se casaran, y de esta ro
nera serian mas útiles á la sociedad. . „..,
Sac. Serian mas utiles á la sociedad en
cuanto le daiian triplicado numero de "es
cándalos de los que reciben ahora, como
vemos que sucede con el clero protestante.
Seamos justos, y diré á vd. que cada uno
es libre ptfra vivir como le de su santa gana,
y que así como vd. pondrá su dicha en ca
sarse, al contrario otro la pondrá en no ca
sarse y quién es vd. para despojarlo de su li
bertad? si en vez de irse á paseo quiera mejor
encerrarse dentro de cuatro paredes ¿quién
es vd.' para disponer lo contrario? Ademas,
las monjas y los frailes sirven principalmen
te en sus conventos guardando los santos
311
votos de pobreza, castidad y obediencia,
porgue en su cumplimiento consiste la per
feccion del Santo Evangelio tal como nos
la ha enseñado Jesucristo: porque han reci
bido la vocacion de Dios que les dice: no
sois vosotros los que me habeis elegido á
mí, sino que yo soy el que os elegí á voso
tros; y están obligados extrictamente á vi
vir en comunidad, y en suma, sirven las
monjus y los frailes para que dirijan sus
oraciones á Dios en favor nuestro; porque
siendo muchos de ellos en gran manera
santos, detienen el brazo de.Dios justamen^
te irritado por tantos pecados, y en vez de la
perdicion eterna quedemos todavía en cami
no de salvacion Sirven para dar limosnas
porque aun los mismos que viven de limos
na, separan una parte de lo suyo para darlo
á los pobres: tanta es su caridad/ Sirven
para instruir a los pueblos; y los varones
apostólicos han salido principalmente de los
frailes, ó al menos de varones educados por
las comunidades religiosas, como lo vemos
con San Vicente de Paul, que si en sus pri
meros años fué educado por los francisca
nos, ya varon perfecto era dirijido por íeli-
penses. Sirven para el confesonario, porque
un convento de frailés, luego introduce la
frecuencia de los Santos Sacramentos. Sir-
312
ven para dar ejercicios y misiones como
pueden atestiguarlo todavía todas las ciadas
des y aun los pueblos, villas y aldeas santa
mente cambiadas por el ejercicio de tan san
to ministerio. Sirven para componer obras
piadosas, porque sin duda alguna ellos son
los que las han compuesto en mayor Ha
rnero, y las que han producido mayores
frutos de salvacion. Sirven para la edifica
cion religiosa, porque en medio de uno quo
otro escándaloso, brillan muchos con la luz
del buen ejemplo. Sirven. ... pero para qué
no sirven las monjas y los frailes? Digá
moslo de una vez; son almas privilegiadas
llamadas por Dios á una vida mas santa y
perfecta que la comun, porque están desti
nados a imitar en la práctica las admirables
virtudes de Jesucristo Nuestro Señor. Ve
vd. ahora para qué sirven los frailes y las
monjas? Ve vd. ahora el glorioso resultado
de sus privaciones? Ve vd. como cumplir
con todo esto es cien veces mejor que estar
casado?

8.—INFLUENCIA DEL CELIBATO EN JLOS


FRAILES Y MOKJAS.

Caí. Ahora comprendo la grande utilidad


del celibato en favor del clero católico y
313
como si lleva á cabo sus grandes obras, en
parte y aun en su totalidad deben atribuirse
á que él no es casado; poique no siéndolo,
no conserva su corazon dividido y puede
entregarlo todo á Dios, y puede dedicarse
con toda exactitud al cumplimiento de los
deberes y ministerios apostólicos.
Sac. Tiene vd. mucha razon, y siguien
do las luces que nos da la historia contem
poránea, vemos á los misioneros protestan
tes teniendo en todas sus misiones el resul
tado de la mas vergonzosa esterilidad, así
cdrfio el clero católico y de un modo espe
cial los frailes, sí señor, los frailes han evan
gelizado al mundo; y particularmente á ellos"
se debe, es decir, á los mercedarios, á los
agustinos, á los dominicos, á los francisca
nos, á los carmelitas, á los jesuítas y demas,
comunidades, la total conversion de todas las
Axnérieas y de Nueva Nurcia. Y limitándo
nos en México ¿quién no sabe que los frai
les la convirtieron? quién no recuerda los in
mensos servicios que prestaron á la religion?
La historia no puede engañarnos: y á la ma
nera que los santos apóstoles se dividieron
el mundo y lo hicieron cristiano, así los
frailes franciscanos, los dominicos, los agus
tinos, los mercedarios, los carmelitas, los je
suttas .... se dividieron las Américas, las
21
su
evangelizaron; arrancaron de su faz la ido
latría, y convinieron á sus habitantes a!
cristianismo.
Esto dice i a historia de México, esto di
cen las parroquias que estaban á cargo de
las diferentes órdenes religiosas, y esto dice
la vida admirable de tantos varones apos
tólicos, que con su sabiduría, sus sudores,
y sus milagros, obraron la conversion de
tantos millones de habitantes. Ahora bien,
supongamos que esos hombres insignes no
hubiesen vivido célibes, supongámoslos ca
sados con muger, con hijos y con el cargos
demás solicitudes del matrimonio ¿cuál ha
bría sido su resultado? habrían convertido
á México al cristianismo? Ciertamente que
no: y á la manera que los ministros protes
tantes no obstante sus Biblias, no han con
vertido ni á un solo pueblo de infiel; así
. igualmente habría sucedido con el clero
católico: tan necesario es que viva célibe!
tan indispensable que se abraze con las
privaciones que le imponen sus reglas, y
ios Santos Concilios/ Ve vd., ahora señor
mio. y señor Católico, para qué sirven los
frailes? comienza á apreciar las grandes uti
lidades que trae consigo su establecimiento?
siendo esto así, se ve con toda evidencia
que la ley de exclaustracion fué altamente
315
injusta, completamente impolítica, la mas ti
ránica porque coarta espresamente y del mo
do mas claro la libertad individual, la mas
antilógica, porque la ley fué dada por los
que se apellidaban restauradores de la li
bertad, la mas antirreligiosa y anticatólica,
porque ataca la religion de nuestros padres,
en sus principales defensores, y es tambien
eminentemente impía como lo publican sus
defensores, haciendo un vano alarde de su
impiedad é irreligion: tal es la idea que tie
ne todo católico verdadero de la exclaus- <
tracion. ^
Cat. Ya estoy persuadido de que un buen
católico romano no puede clamar contra los
frailes sin faltar á sus deberes religiosos, ya
que los frailes han sido el principal apoyo
de la Santa Sede, y entre los frailes hemos
visto el mayor numero de Santos, de sábios
de teólogos, de moralistas, de escriturarios,
de históricos y aun los diversos ramos de to
das las ciencias, han sido en todos tiempos
admirablemente cultivados por los frailes.
Siendo esto así, como nos lo demuestra la
historia de todas las religiones, es evidente
que somos injustos, altamente injustos cuan
do clamamos contra los frailes; ya que una
poca.mas de instruccion sobre la historia
de las comunidades religiosas, haria que en
316
vez de clamar contra los frailes, procura-
riamos su estencion. Pero con las monjas
no seria así, al menos yo no. lo creo.

9. —PARA G.UE SIRVEN LAS MONJAS.

Min. Tiene vd. razon, señor catolico, por


que Ihs monjas forman el objeto de mi com
pasion, y siempre he tenido yo por suma
iniquidad encerrar las monjas en sus con
ventos y obligarles á guardar la clausura y
la cantidad.
Stc. Pero porqué señor ministro? -
Min. Porque la mujer, es la compañera
inseparable del hombre, y quitarle de su
elemento es hacerla del todo desgraciada.
Sac. Vamos por partes santas y una lógica
razonada contestará á vd. Es libre la mujer
Señor protestante? Dirá que es tan ubre
como el hombre: luego si el hombre en fuer
za de su libertad puede conservarse en su
convento, claro está que tambien lo puede
hacer Ja mujer. ' Y si ella usando de los sa
crosantos derechos de su libertad quiere ha
cerse religiosa, ó entrar en una comunidad;
por qué razon no se lo han de permitir? Por
otra parte, si el hombre puede abstenerse de
317
la muger, la muger tambien puede abste*
nerse del hombre, y si el hombre puede vi
vir célibe, virgen puede conservarse la mu'
ger. Luego es una injusticia, injusticia la
mas atroz, no permitirle vivir como le pide
su corazon, como desea, y conforme la gra
cia de la vocacion que recibe de Dios!
Cat. Pero tambien es una injusticia en
cerrarla por fuerza en los conventos, ó bien
sin conocer todavía el mundo; porque no
teniendo experiencia se arrepiente despues.
Min. Esto atestigua la reforma, y por es
to Lutero recibia muchas cartas de monjas
que querían casarse.
Sac. Convengo con vd. que es una injusti
cia encerrar por fuerza una jóven en un con
vento, y la Iglesia tan no lo quiere de esta
manera que ha fuminado excomunion á cuan
tos lo hicieren, y ha declarado además nulos
los votos de las que hubieren entrado de este
modo; pero no puedo convenir con vd. que
sea necesario conocer al mundo, sino que al
contrario, estoy en la firme persuacion, que
en igualdad de circunstancias será mejor la
religiosa que tuviere mas inocencia. Y debe
vd. saber tambien que las que se arrepienten,
no lo hacen porque hayan entrado inocentes
ó sin conocer el mundo, sino porque se ol
vidaron de su cumplimiento en ios deberes
318
religiosos, no cumplieron con las reglas,
quebrantaron los santos votos, y la infide
lidad á la gracia es la causa del arrepenti
miento. Claro está ademas, como lo atesti
gua la experiencia, porque ni de cada cien
religiosas hay una que abandone volunta
riamente su convento, como lo vemos en
México mismo; pues podemos presentar el
número de las religiosas que fueron arroja
das de sus conventos, y tiabajos tendrán
vdes. de presentarnos una que ha sido in
fiel, de cada cien que se han conservado ñ'
delisimas esposas de Jesus.
CaL Pero al menos no podrá vd^ negai
que son unas ociosas, que no hacen na
da, y que son del todo inátiles á la socie
dad. -
Mí», En efecto así es: y por esto como'
gente inutil fueron suprimidas todas las co
munidades religiosas.
Sac. Estos nuevos cargos son igualmemíe
falsos, como lo veremos dentro de poco; pe
ro supongamos por rm momento que son ver
daderos, que viven"en la ociosidad, que pa
san el dia mano sobre mano, y que absolu
tamente no prestan á la sociedad ningun
servicio. Aun siendo así? que le importa al
gobierno? qué razon tkne para aplicarles el
mayor castigo que es la exclaustracion? No
319
hay medio, ó el gobierno tiene razon ó no
la tiene: si la tiene, debe aplicar misma la
ley á cien y cien mugeres que de hecho vi
ven en la ociosidad, que de hecho están ma
no sobre mano, y mugeres, digo, que no solo
no prestan ningun servicio, afino que además
son la piedra del escándalo de innumera
bles, y como el gobierno no toma semejan*
tes medidas, esto nos hace ver que no tuvo
razon, y que fué dado el decreto de exclaus
tracion no por las razones que alegan, sino
por el manejo innoble de los protestantes,
de los masones, y de los católieosde nuevo
cuño. Qué conducta tan débil la de un hom
bre que intenta habérselas con uria muger
que es la misma debilidad. Por otra parte, no
solo no viven ociosas, sino que trabajan mas
que la mayor parte de las jóvenes en las fa
milias de su rango; no están sin hacer nada,
sino que cada una desempeña en el monas
terio los oficios que le son señalados, oficios
que la tienen ocupada muchas horas de'
dia, y mucho menos son inutiles ala socie
dad, antes son sumamente úiiles, ya por el
buen olor de sus virtudes, ya por la oracion
ferviente que siete veces al dia dirijen á
Dios, en fuerza dé la cual, al paso que hon
ran y glorifican al Ser Supremo, nos libran
de innumerables males que merecíamos por
J320
nuestros pecados: tan cierto es que las mon
jas ea sus conventos son utiles, edificantes
y laboriosas.
Gat. Siendo esto así, seúor ministro, he
mos de confesar que hemos sido injustos al
aprobar la exclaustracion de las monjas, y
tanto mas injustos cuanto que si bien se con
sidera; cada monja con su dote compró la
celda en su convento, con la obligacion de
que habian de cedérsela durante su vida, y
darle ademas sus alimentos; pero alimentos
tan moder.idos, que se comprometio á ayu
nar b, mitad de su vida. Y no le parece á
vd. que podenlos decir que la- ley de ex
claustracion, les robó la única habitacion i
qus tenían, les robó los alimentos que te
nian depositados en las fincas de la comu
nidad; les robó lo necesario para vestirse, y
las dejó en la calle privadas de todo auxi
lio. Y cómo aprobar semejante medida señor
ministro?
Sac. Concluyamos pues ^eñor protes
tante y señor Católico, que entre las obras
malas y muy pésimas que han dado á
luz la sin razon, el libertinaje la injus
ticia, el crimen, el protestantismo, y la
franc-masonería es la mas mala y la mas
pésima, haber dado á luz el aborto fatal
de la exclaustracion de ios frailes y de las
321
monjas; porque con el se atacó directamen
te y en lo mas sagrado la libertad individual,
porque se tuvo el atrevimiento de calum
niarlos del modo mas vil y soez, porque se
hizo la mas grande injusticia en lo civil y
religioso, porque juntamente con ellos se
atacó á la religion, porque se privó a los
pueblos de bus padres, de sus mediadores y
de sus consejeros, y porque se quitó el con
suelo á los moribundos, la instruccion reli
giosa á los pueblos, y el alivio á los pobres y
á cien y cien necesidadesque los frailes y las
monjas socorrían con su ardiente caridad.
Tales el resultado de la exclaustracion/ Es
peramos en la Divina Providencia que cal
madas las pasiones se veran las cosas como
son y entonces se remediarán debidamente.
CAPITULO IX.
Reglas y Constituciones de los Frailes.

1. —EL POR CIUE DE LOS FRAILES Y LAS


MONJAS.

Caí. Por lo que vd. nos aoaba de decir,


señor padre, he podido apreciar bien que no
hemos de juzgar de una institucion por lo
que actualmente ella presenta ó por lo que
otras personas quieren decirnos de ella; si
no que es necesario examinar la institucion
misma y la historia de sus hechos, obrando
conforme sus principios, pues por haberfal-
tado yo á esta sabia regla, me hice reo de
una grande injusticia y he calumniado ade^
mas á una clase por cien y cien títulos res
petable. Estoy convencido de cuanto nos
ha dicho, porque contra las razones verda
deras, exactas y concluyentes, no hay ar-
323
gumentos que valgan; pero desearía de vd.
un trabajo un poco mas extenso, explicán
dome la naturaleza y las constituciones de las
comunidades religiosas; pues estoy en la
conviccion que lo hará con el tino que le es
propio y dará unos resultados tan sólidos
como magnificos, tanto para mi, como para
el señor ministro.
Min. Dice mucha verdad el señor cató*
lico, porque yo confieso en mí mismo, que
no conozco á fondo las comunidades reli
giosas, y que semejante á cabra mas bien
que á hombre, he hecho lo que hacían los
demas sin cuidarme de examinar las co
sas como debia. Y cuánto hay de esto
aun entre las personas que se llaman ilus
tradas! Créame vd., señor padre, que son
muchas mas que las que vd. puede figurarse
pues la mayor parte por no decir todos, co
nocemos á los frailes y á las monjas por el
dicho de cuatro novelas cuyos autores va
ciaron en ellas todo su odio. Pero qué ra
zones nos han dado? Ni una señor mio:
la burla, la mofa, el escándalo, la inutilidad
mezclada con la calumnia han sido sus ar
mas de mala ley, por esta causa estoy en la
conviccion que si vd. nos tratara el estado
religioso como es en sí mismo, haría una
grande obra de caridad en favor de una cía
324
se tan benemérita, y á no pocos mal dispuss-
tos y calumniadores les sucedería lo pro
pio que á mi y al señor católico,- pues los
amamos ahora ya tanto, cuanto antes los
aborrectamos.
Sac. Siempre lo he creido así, y tanto
mas, cuanto que el diario A, B, C. .... .no
revelaban otra cosa que prevenciones, igno
rancia, sed de oro y calumnias: tan mi?era-
bles, tan insulsas, tan irracional, han sido
las producciones con que nos han hablado de
los frailes, porque como vdes. saben, aun las
obras de mérito literario tornan á cero, des
dé el momento que se demuestra la false
dad de su argumento. Pero dejémoslas, que
harto desgraciadas son, para fijarnos en la
esencia del estado religioso, conforme vdes.
desean.
En los tiempos apostólicos, mientras el
fervor era el alimento cuotidiano de los cris
tianos, todos eran como religiosos; mas
cuando el lugar del fervor se vio asaltado de
la tibieza y la caridad fué resfriandose, en
tonces los fervorosos, por no dejarse arrastrar
de la corriente del mal ejemplo, se separa^
ron del comun de los demas, se sepultaron
en los montes, para trabajar alli con mas
seguridad en su perfeccion, mediante la
práctica de los consejos evangélicos.
325
Los solitarios, fijos todos en el único fin
de irritar á Jesucristo, adoptaron ciertos me
dios que la gracia y la experiencia trans^
formaron dentro de poco en verdaderas re^
glas ó constituciones, y una de ellas, que es
como el origen de todas las demas, íue bus
car un gefe ó superior que los condujera, y
de ahí la unidad de preces, de ocupaciones
y de oficios. Esos hombres se sujetaron á
sus superiores no como qiuiera, sino con la
sencillez de un niño y con la mayor vo-
Juntad.
Creciendo el numero de esos venturosos,
fué necesario una regla que le indicara á
cada uno lo que debia de hacei, y esta se
compuso de las máximas, consejos y órde
nes de los monjes mas santos é inspirados
de Dios; pues asi como tenian por fin la
propia perfeccion, así tambien estaban en>
tregados á la práctica del amor de Dios yx
del prójimo, á la oracion continua, á la mor
tificacion incesante y á la. práctic» de la
humildad. Hé ahí lo que es un religioso,
es un hombre que á la práctica de los man
damientos ha querido juntar lo. de los con
sejos evangélicos. Oh cuan tenebrosas son
las luces de nuestro siglo, ya que ha trata
do con tanta injusticia á unos hombres tan
to mas beneméritos, cuanto que estaban
:-m;
consagrados á Dios¡con los santos votos, y
consagrados tambien á la utilidad de sus
semejantes.

2. —VOTOS DE LA RELIGION.

Miú. Pero padre, ¡santos votos/ .... ¿qué


es .esto? A la verdad despues de haber let
do lo que dice Lutero contra los votos mo
násticos, yo no se lo que experimento en su
contra, por esto espero que me sacará de
mis errores, y tanto mas, cuanto que los li
bres pensadores y los libre cultistas han di
cho contra los votos cnanto puede decirse.
Cat. Tiene vd. buena dosis de razon se
ñor ministro, porque los votos, son á la ver
dad insufribles; me parece que es lo mas
cruel que puede imaginarse, y sobre todo
que quita la libertad, y en nuestro siglo, en
el siglo llamado por antonomasia de los li
bres pensadores, quiere vd. defender '.os vo
tos monásticos/
Sac. No señor, no quiero hacer esto: pa
ra qué meterme yo en defender los votos?
Ellos tienen mayor defensor,, y este es el
mismo Dios, y esta circunstancia me hace
327
espsrar de vdes. que no querrán habérselas
conra todo un Dios.
Qí. y Min. Pero dónde consta.
&e. En las Sagradas Escrituras; y por
de fonto me ocurre el voto de Jacob
despiss-de la vision que tuvo del Señor; el
voto <e todo el pueblo de Israel cuando
presentí la batalla al rey Arad, el voto de
Jepté cinsagrando al Señor lo primero que
se le presentara; el voto de Ana, la madre
de Samtel, ofreciendo su hijo al Señor; los
totos de Ábsalon, no obstante haber sido
un hijo tai malo pero para qué alargar
nos, si el Sspíritu Santo nos dice por Da
vid haced votos al Señor y cumplidlos. Lue.
go no tienen ni un ápfre de razon para ela-
rnar contra los votos, supuesto que el mis-
nio Dios los ha autorizado. Por otra parte,
qué cosa es mi hombre con votos? Es un
cristiano que ademas de practicar los man-
dwmhf-ntos de la ley de Dios, voluntaria
mente se obligó á cumplir los consejos, del
Santo Evangelio bajo una regla aprobada
por la Iglesia. Qué tiene esto do malo'?
Nada absolutamente, antes por el contrario,
es una cosa muy buena.
Caí. Pero en nuestros dias no pueden ad
mitirse porque quitan la libertad del hom
bre.
323
Sac. No quitan la libertad, sino qtí la
dirijen, á no ser que vd. quiera ser el pne-
girista del vicio. Quita la libertad; pero
como la quitan las demas cosas de la nda.
Asi el que hoy hizo un contrato no erlibre
para no observarlo: el que se casa na de
continuar casado por mas que le 'ese, y
asi sucede con todas las cosas de a vida.
A qué viene pues decir, que los v/os qui
tan la libertad humana?
En los primeros siglos de la vira monás
tica, se contentaban con hacer <n general
el voto de ser perfecto, y de conformarse con
las prácticas religiosamente admitidas: San
Benito espresó de un- modo especial el voto
de obediencia, el cambio de costumbres y la
estabilidad; San Francisco de Asis, hizo
ha"er á sus hijos los tres votos de pobriza.
castidad y obediencia; porque en su curipli-
miento está la esencia de la vida religiosa.
Todos los frailes hacen los tres votos¿ y as/
tambien lo guardan ahora los indiv/duos de
las congregaciones religiosas, á lis cuales
añaden de ordinario su cuarto voto que las
determina juntamente con el de estabilidad
en la congregacion, con el cual parece que
los votos simples quieren revestirlos en cuan
to es dable, de la solemnidad religiosa. Esto
es consagrarse á Dios con votos: es practicar
329
lo que nos enseñó Jesucristo, que adoptaron
los apóstoles y lo estendieron por toda la
Iglesia.

3. VOTO DE OBEDIENCIA.

Cat. Pero no ve vd., señor padre, que es


una cosa indignisima de la especie humana,
hacer voto de obediencia? Esto es señor
mio asemejarla á los brutos, y asi lo dicen
los libre cultistas, y de ahí ese tolle, tolle
contra este voto.
Min. Mas hay todavía; porque el voto de
obediencia es hasta inmoral, es sumamente
dañi so, es el causador de innumerables crí
menes, es la causa de todos los males.
Sac. Saben vdes. por qué han pronun
ciado mas blasfemias y mas disparates que
palabras? Es porque ignoran lo que es voto
de obediencia, una pequeña explicacion re
formará todas sus ideas. En este mundo to
do está sujeto á la obediencia de Dios, el cual
nos obliga á obedecerlo por medio de sus
leyes, Ademas de esta ley general, cada
hombre está obligado á sujetarse á las leyes
particulares, propias de los lugares en don
de vive, y esta sujecion no solo forma la fe
22
330
licidad del individuo, sino de toda la comu
nidad en general. De ahí se sigue que as!
como el que vive en Francia debe sujetarse
á las leyes que están allí vijentes, del mis.
mo modo el que vive en México debe ob
servar las de México, así el que quiere vi
vir en un instituto religioso, debe sujetarse
á toda su observancia religiosa: y como la
observancia religiosa manda el voto de obe
diencia, luego está obligado á observarlo
todo el qne quiere profesar ó ser miembro
de aquella comunidad. Qué cosa hay indig
na de la especie humana? qué cosa hay in
moral ó dañoso ó causador de crímenes ó
de grandes males?
Por otra parte, el que llama á las puertas
de una comunidad, antes de ser recibido, pa
sa uno ó dos años de prueba, se le da cuenta
de todas las prácticas, ve y observa sus de
beres, se le lee y aun se le explican las re
glas ó constituciones que ha de observar, y
no es admitido á formar parte de ¡a comir-
nidad, sino despues que él mismo ha pedido
la admision como uno de los mayores favores
que puede recibir. Volvamos á preguntar?
qué bay en esta conducta i :digno de la es
pecie humana? Además ¿qué cosa es el re-
.gimen que reina en un convento? es el más
racional, el mas conveniente, el mas justo; y
331
es ademas verdaderamente un gobierno to
do paternal, porque los superiores no tratan
á sus subditos como los cabos á sus soldados
sino como un padre á su tierno hijo. Y para
esto le manda no conferme á sus caprichos,
sino conforme á las reglas santas de la pru-N
dencia cristiana; frecuentemente solo le in
dica su voluntad, y en muchas otras, se
contenta con descubrirle que hacer aquella
cosa es voluntad d-i Dios, y que agradaría
en gran manera á nuestro Padre que está
en los Cielos.
. Caí. Pero cómo señor Padre! es posi
ble que los religiosos sean tratados de este
modo/ Yo siempre oi decir que los frailes
eran otros tantos esclavos que obedecían
ciegos los caprichos de los que les mandan,
y que el voto de obediencia era una arma
tan peligrosa en manos de los superiores,
como vergonzosa é infamante para los sub
ditos. Er. una palabra, que la profesion re-
ligiosa, mediante e¡ voto de obediencia, era
la quinta esencia del amor piopio, el abu
so de los intereses mas preciosos y la reu
nion de todas las abominaciones. Por esto
clamaba yo contra los frailes, y deseaba de
mi parte aniquilarlos de todas partes y de
un modo muy especial de México.
Min. Estas eran mis creencias, y esta la
332
causa de cuanto he hecho para acabar con
ellos en esta revolucion.
Sac A las razones indicadas añadiré el
testimonio de l^s primeros fundadores, los
cuales trat-indose del voto de obediencia,
anuncian á los subditos, que deben ser pru
dentes como las sei pientes, y todos están
de acuerdo en afirmar que un fraile no de
be ser mas obediente, qnii lo que conviene á
su estado: que si un superior por ignoran
cia ó por malicia mandara algo contra la
ley de Dios, t»ene el deber de resistirlo, y
que se haria reo de un grande crimen si
en este caso lo obedeciera: que la obediencia
que se profesa, no debe ser omnímoda bajo
todo punto de vista, sino determinada á
la regla porque como dice San Bernardo,
San Gregorio Magno y San Basilio, á un
subdito no se le puede exijir mas que lo
que prometio: y eomo lo que promete es
la observancia de las reglas, y estas están
aprobadas por la Iglesia y aun por el Esta
do, luego nada tiene que temer el Estado
ni la Iglesia de la práctica del voto de obe
diencia que hacen los frailes, supuesto que
solo prometen obedecer segun sus reglas.
333

.4 —VOTO DE POBREZA.

Cat. Siendo esto así, como lo recuerdo


por confesion de los mismos frailes, porque
todos haceu voto de obedecer en todo lo que
no es pecado, ó contrario á su instituto, ya
observo que no son malos, ni temibles por
su voto de obediencia ; pero no puede
decir-e lo mismo tratándose del voto de po
breza, porque este voto acumula bienes in
numerables en los monasterios, los hace te
mibles por su influencia, y de ahí todo los
estragos que se siguen, como la miseria
del país, el retroceso y las venganzas cleri
cales.
Min. Por esto Lutero trabajo tanto pa
ra exclaustar á los frailes, y hacerlos pro
pietarios,
Sav. Lutero trabajó tanto para exclaus
trar á los frailes, porque él fué mal fraile,
y esta es toda la razon;-mas por lo que mi
ra al voto de pobreza, no solo no dañan al
estado, sino que poi su práctica les son en
gran manera utiles y les hacen uno de los
mayores beneficios. Primero: no puede de
cirse que los bienes do.l clero sean bienes
de manos muertas, porque ni el gobierno ni
los particulares reciben tantos beneficios y
334
utilidades de ninguna otra clase de bienes,
como los que recibe de las propiedades del
Clero. Q,ué cosa mas frecuente en la histo
ria, que ver á los gobiernos en sus mayores
apuros aprontar grandes cantidades de dine
ro, mediante las ofrendas del Clero? qué co
sa roas comun que ver á los artesanos y á
los labradores remediar sus desgracias con
los bienes de los monasterios? No, no son
las riquezas las que hacen respetables y te
mibles á los frailes, sino su virtud: su vir
tud y su perfeccion los hace respetables á
los buenos, y poderosamente temibles á to
dos los malos. Por otra parte, una de las
principales causas de iodos los males es la
codicia, como nos dice el Apóstol San Pa
blo, y un pueblo se hace reo do mayores
crímenes, á medida que es mas codicioso.
Luego es un grande bien para un pueblo al
tener muchos individuos, que en vez de ser
codiciosos hagan pi.of'esion de ser pobres,
porque la pobreza lo llenará de bendiciones,
así como ¡acodicia, dt¡ todos los males. Es
te h«cho lo han reconocido ¡os mas anti
guos legisladores, y si Minos establecio en
Creta la comunidad de biene*, Licurgo la
formuló entre ¡os Lacedumonios, y á ella
se debe la felicidad proverbial de ambas
naciones: tan cierto es que los frailes con
335
su voto de pobreza no causan ningun daño/
Aparece Jesucristo enmedio de loe hom
bres, y nos declara, que siendo El rico se hi
zo pobre: que los ricos se hallan rodeados
de peligros y que es muy difícil su salva
cion; así como que los pobres de espíritu,
5011 tan bienaventurados que es de ellos el
reino de los Cielos. Los discípulos siguie
ron á la letra á Jesucristo en la práctica de
la pobreza que formuló así: si quieres ser
mi discípulo, vé, vende lo que tienes, dalo
dios pobres y sigueme; y de hecho se des
pojaron de sus bienes, y poniéndolos á los
piés de los apóstoles, dieron principio al pa
trimonio de la Iglesia. Desde entonces co
menzó el voto d§ la pobreza, es decir, de
un conjunte de personas que no tenían mio
ni tuyo: que se sujetaban gustosas á expe
rimentar los efectos de la pobreza, que no
les era lícito poseer cosa alguna como pro-
fia, y que si algunas han conservado con el
tiempo la. propiedad de sus, bienes propios,
han quedado sujetos d las demas conse
cuencias, y ü no poder usar ni de un cen
tavo sin la debida licencia. Estos son los
religiosos eti fuerza del voto de pobreza,
tinos verdaderos pobfes de espíritu, que vi
ven pobres, comen pobremente, están aloja
dos como pobres, y distiibuyen á sus seme
336
jantes, lo que ellos han ahorrado con la prác
tica de la pobreza. Tanta es la utilidad
del voto de pobreza que hacen los reli
giosos.

5. VOTO DE CASTIDAD.

Cat. Aunque ha defendido de un modo


el mas victorioso la conducta de los con
ventos, y ha demostrado que es una injus
ticia atroz oponerse á su apertura, porque
el hombre es libre, y no puede razonable
mente ser despojado de esta libertad: aun
que probó con tanta razon la justicia de sus
votos en general, y aun de los votos de obe
diencia y de pobreza en particular; pero co
mo no podrá hacer lo mi-mo con el voto
de castidad, creo que perderemos de un solo
golpe todo lo que hemos ganado hasta aho
ra, y me fundo en las razones siguientes: el
hombre ha de procurar la propagacion de
su especie: y de no hacerlo disminuye la
poblacion.
Min. Yo soy del mismo parecer Señor
Católico, y tunto mas cuanto que recuerdo
los muchos frailes y monjas que acudieron
á Lutero para que les permitiese casarse:
luego es evidenté que el estado religioso es
337
male, al menos, bajo este punto de vista, y
fundados en estas razones nos hemos casa
do los ministros protestantes.
Sac. La razon es la misma, señores, y tan
calumniados son los religiosos respecto al
♦oto de castidad como lo fueron con los de
mas votos; porque no es verdad que cada
individuo esté obligado á la propagacion de
la especie, ya que algunos tanto hombres co
mo mugeres, son inutiles ó no hábiles para
el acto de generacion: y ademas la repros
ducciou es solo efecto de un apetito sen
sual, de ningun modo puede ocupar el
puesto de una ley universal. Han sido ca
lumniados, porque el celibato es de todos
los países, y de todos los tiempos, y ahora
mismo en México tenemos innumerables
célibes. Han sido calumniados, poique el
matrimonio es un nudo sagrado que lo for
ma la religion y el estado, es un contfato
que impone inmensas obligaciones, y es una
union de tales consecuencias, que cuando
no es acertada, es el suplicio de los esposos,
la turbacion de la familia, y el escándalo
de la sociedad; y claro está que no pueden
abrazar tan difícil estado todos los indivi
duos. Han sido calumniados, porque el ce
libato religioso aumenta la poblacion con
su buen ejemplo; moralizando á los pueblos,
338
dándoles nuevos medios de subsistencia y
haciendo que los casados tfivan segun las
reglas del matrimonio, y que tengan, por
tanto, mayor numero de hijos y que los edu
quen bien. Han sido calumniados, porque
la historia nos presenta los aumentos de la
poblacion, conforme el mayor numero de
monjes. Vol taire nos dice: que en Francia,
en los tiempos de las cruzadas, cuando sin
duda alguna habia mayor námero de frai
les, entonces habia una poblacion mucho
mas numerosa. Vease en el Diccionario
enciclopédico, artículo population. Han si-
do calumniados, porque los matrimonios no-
pueden ser en mayor numero, que confor
me á los medios de su subsistencia, y los
frailes como que gastan mucho menos, y
trabjan mucho mas, dan al pobre sus ahor
ros y le ceden una plaza que ellos habrían
ocupado, y asi es como contribuyen al au-
mento'de la poblacion, bajo este nuevo pun
to de vista. Han sido calumniados, porque
lo que ge nos dice de los aumentos de la po
blacion en los reinos protestantes, no pue
de consistir en los frailes; porque la ¡Sue-
cia ha disminuido en la poblacion y ha cre
cido en la miseria desde que se hizo pro
testante: la Holanda protestante, ya no es
la rica Holanda de cuando era ciistiana,
339
sino que ha disminuido en riqueza, en po
blacion y en Menester; y el juicioso ingles
David Hume, nos ha demostrado á la In
glaterra creciendo en miseria y disminu
yendo la poblacion, no obstante el no tener
monjes, haberse aplicado todos sus bienes, y
haber vendido sus abadías. Concluyamos
que el hombre, en fuerza del voto de casti
dad, se separa del mundo, no es pesado á
nadie, trabaja para perfeccionarse, practica
actos heroicos de virtud, y se hace seme
jante á I03 ángeles. Hasta este punto han
sido calumniados y atrozmente calumnia
dos los frailes, y calumniados por los fun
dadores de un celibato absolutamente per
judicial; y lo han sido euantas veces han
clamado contra ellos por su voto de casti
dad, y cuantas veces han alegado la sin ra
zon de que los frailes disminuyen con su
castidad la poblacion.

6. OTEAS OBSERVANCIA» REGULARES.


Gat. Estoy muy agradecido á los bue
nos oficios que me ha hecho vd., razonando
con tanto aplomo como acierto sobre la na
turaleza del estado religioso y he, visto que
S;lu un protestante, un mason, un herege,
un impío, un incrédulo ó un mal católico
340
pueden ser los enemigos de los frailes. Con
el señor ministro nos hemos dicho: qué bien
se conoce que vd es fraile/ qué bien sabe
defender su estado/ Y esto mismo nos está
animando á suplicarle & vd. que nos expli
que, aunque sea muy concisamente, las de-
mas observancias regulares.
Min. Sí señor, yo también lo deseo, porque
en realidad ya no soj ministro protestante,
y he comenzado á retractarme muchas ve
ces en esta misma conversacion, y lo hago
. expresamente ahora otra vez, por mi con
ducta necia, atolondrada é irracional con
relacion á los frailes.
Sac. No, señores mios, no^'yo no soy frai
le: no soy fraile poique no ha convenido
que lo fuese, ó porque no he sido digno de
serlo; pero mi estado de sacerdote, de cuyos
labios debe brotar la ciencia, me pone el de
ber de conocer mis obligaciones y. de exa
minar los santos votos y las demas obser
vancias regulares. Por lo mismo, con la
misma facilidad que hablé ya de los santos
Votos, les diré cuatro palabras de las obser
vancias de la religion, las cuales pueden redu
cirse á la clausura, al trabajo, al ayuno, á
la oracion, al hábito religioso y á su trato.
I. La clausura ha obligado siempre en
su esencia; por esto se separaban del mun
341
do los monjes para no tener trato con los
demas, por esto fundaban los monasterios
no solo en lugares desiertos, sino tambien
inhabitables; por esto ponían en los conven
tos lo necesario para la vida, para que no hu
biesen de salir de ellos para subvenir á sus
necesidades, por esto los fundadores han
mandado que no salgan los frailes de sus
conventos sin la debida licencia de sus su
periores, y aun sin avisar debidamente al
que tiene cuidado de la puerta: y nada mas
justo, porque viviendo en la clausura, no
ven malos ejemplos, no son escandalizados,
pueden darse mas á la oracion, observan el
buen ejemplo de sus hermanos, y asi andan
con facilidad por el camino de la virtud.
Er? suma, la clausura es tan necesaria para
un monge. que raras veces debe aparecer en
el mundo: y cuando lo verifique, debe persen-
tarse con tanta modestia y edificacion que
todas sus maneras sean una predicacion fer
vorosa.
II. El trabajo es otra de las observan«
cias religiosas puesto que los antiguos mon.
jus no tenian otro modo de subsistir que
el trabajo de sus manos. San Benito ya su
pone sus conventos y abadías con la renta
suficiente al numero de individuos que con
tenian, y se daban al trabajo mas bien para
342
huir de la ociosidad, que es la enemiga de
de toda virtud, y la madrasta de todos los
vicios. La Iglesia, despues de haber alaba
do convenientemente el trabajo de manos
que practicaban *los santos rmonjes á imi
tacion de Jesucristo, de los apóstoles y de
los primitivos cristianos, se los prohibio, or
denándoles que lo sustituyeran con el re
zo de cierto námero de salmos, y con el es
tudio. De ahí especialmente la obligacion
que tenemos los sacerdotes de rezar el ofi
cio y de estudiar; y de ahí los deberes de
las comunidades religiosas de dar ejerci
cios, de hacer misiones, de confesar, predi"
car y demás ejercicios que forman en nues
tros dias el ministerio eclesiástico.
III. La oracion, señores mios, es el to
do de los frailes, y ocupa entre ellos el mis
mo lugar que la espada al soldado en los
momentos de la guerra, y oracion que obli
ga á todos bajo graves penas. Esta oracion
es casi continua, orando como dice el pro
feta ocho veces al dia, sin contar la santa
misa y las oraciones acostumbradas en el
monasterio y' las particulares de cada uno.
Los monjes de San Benito, á las doce de la
noche comenzaban sur maitines, lo propio
hicieron casi todos los religiosos, y aun es
la práctica del mayor numero de monaste-

V.
343 .
rios. Qué bienes para el pueblo y para to
das las naciones los que reciben por medio
de la oracion de los religiosos! Bien pode
mos afirmar, que hace años, que las ciuda
des cristianas habrian sido arruinadas eomo
Jas de Sodoma y Gomorra, si no hubiera
sido la ferviente oracion que hacen los frai
les en favor del pueblo cristiano.
IV. El ayuno y la abstinencia es otra de
las grandes observancias regulares, y cada
religion á su modo, y segun los fines que
se propuso ha sido mas ó menos abstinen
te y ha establecido mas ó menos ayunos.
Los monges de Egipto llevaban la abstinen
cia á una perfeccion, tal que solo se alimen-
taoan de pan y agua. San Benito permi
te. á sus monjes dos platos y un poco de vi
no: los mínimos hacen el voto especial de
no comer nunca carne, alimentándose tan
solo c»n yerbas, legumbres y pescado; otros
ayunan medio ano entero y muchos dias con
abstinencia de carne; otros hacen dos ó tres
cuaresmas, estableciendo en cada semana
uno ó dos ayunos. En una palabra, todos
los fundadores han establecido el ayuno y
la abstinencia, mas ó menos, conforme al
género de ocupacion que desempeñan sus
hijos en la Iglesia de Dios: y todos han en
cargado en sus reglas que comieran los pro-


344
ductos de cada país y tomasen de ól los
alimentos mas comunes, y loa menos costo
sos, ó bien un término medio entre lo mai
caro y lo mas barato. Y esta conducta en
el modo de comer y beber, no acababa las
naturalezas, sino que hemos visto entre las
monjas y los frailes una multitud numerosa
que pasaban de cien años, y nosotros he
mos visitado un monasterio donde tuvimos
el gusto de pasar ocho dias de retiro, y eu el
espacio de mas dc'doscientos años sus indi
viduos unos con otros pasaban de sesenta
años de vida; tal es el resultado del ayuno,
de la abstinencia, del trabajo y de la cas
tidad.
'Min. Muy bien padre: ya conocemos lo
que son los frailes, ya no clamaremos con
tra ellos, antes bien, dando á cada uno* io
que es suyo, seremos sus defensores; pero
nos llama mucho la atencion el hábito reli
gioso, porque segun hemos visto en el dic
cionario de las órdenes religiosas, son nada
menos que seiscientos noventa y ocho (698^
el numero de hábitos, y á la verdad esto rae
parece muy chocante porque supone que
hubo de hecho otras tantas instituciones mo
násticas ó religiosas.
Gat. Lo mismo he dicho yo muchas ve
ces, señor padre, y cuando los veo me parece
345
un carnaval ambulante. A la verdad rae
repugna el hábito de los frailes y deseo sa
ber la razon.
Sac. Pues señores voy á darles una del
todo concluyeme. Los frai¡es visten el há
bito propio de su instituto porque quieren
vestirse así y no de otro modo. Y vd.. e-
ñor ministro, por qué se ha puest? este pan
talon de paño negro' y por qué el de aver
era azul yelde hace un mes de rayas ne*
gvas? liespóndame vd. señor ministro ¿por
qué'! Dirá vd. que porque le da la gana,
pues esta misma es la «razon que tiene el
fraile para vestir el hábito de su religion, es
tablecido por su santo fundador. Y vd, se
ñor católico, por qué lo veo hoy vestido de
levita, ayer con el saco nuevo que estrenó,
y el oiro dia con su vesiido de casa? Haber,
señor católico, por qué? Pues bien, la misma
tazon que tiene vd. para vestirse como le
¿'lisia, la tiene el religioso [¡ara vestir el há
bito que usa.
Otra razon hemos de sacarla de la con
ducta general de los hombres, ya que ve
mos que visten todos seguir su clase, y. asi
°e un modo viste un paisano y de otro el
soldado; y aun entre los paisanos, de un
¡nodo vistea los pobres, de otra los1 artesa
nos acomodados y de olta los señora; del
23
346
mismo modo que uno es el vestido del sol
dado, otro el que lleva el capitan y otro el
general: pues bien, todas las razones que tie
nen los señores para llevar los vestidos que
usan, las tienen los frailes para llevar los
suyos: y así como seria una majadería po
nerse á oriticarel por qué del vestido seglar,
asi tambien se acreditan de solemnes maja
deros los que se entrometen en los hábitos re
ligiosos: vaya una cosa singular, por qué vis
ten los frailes de este modo y no de otro!
Oüa razon la sacaremos déla naturaleza
de las cosas, porque así como el carácter
del militar requiere el porte de|sus armas,
y aun empuñarlas en determinados tiempos,
así el carácter del religioso requiere el há*
bito que señaló su santo fundador, porque
está lleno de recuerdos que le indican su
fin; del mismo modo que la espada indica
el deber del soldado. Esto hacia decir á San
Gerónimo á los frailes: hablad conforme
vuestro vestido, y vestid como habeis de /¿a"
blar: y Casiano afirmaba que los frailes de
Egipto indicaban con su hábito la modes
tia y la sencillez de su conducta.
Otra razon que tienen los frailes para ves
tir su propio hábito y no otro, es porque el
mismo vistio su santo íhndador, porque el
mismo han vestido los hombres mas céle
347
bres que ha tenido su religion, porque su
vestido les basta para conservar la decen
cia y librarse de la intemperie del tiempo,
que es lo unico porque se ha establecido el
vestido; y en suma, usan su hábito tosco en
espíritu de penitencia, y por ser mas con
forme con el voto de pobreza que han hecho.
Cat. A la verdad, padre, tiene vd. razon,
solo un majadero y tan solemne majadero
q\te le convenga habitar unos cuantos dias
p.n San Hipolito, es capaz de hablar centra
el hábito religioso: tan justas y económicas
son las razones en que lo funda; pero en
conclusion suplico á vd. me diga el porqué
de su paternidad, vuestra reverencia, etc.,
etc. de los frailes.
Sac. A la misma pregunta debe contes
tarse con una misma sentencia: por qué lla
man á vd. el C. Señor D. N. N. pues por una
razon análoga llaman á los frailes padres, y
de ahí su paternidad: son llamados padres,
porque lo son de hecho de cuantas almas
han sacado del pecado, y lo son de urrtnodo
especial, los frailes antiguos, de los novicios;
y en suma, porque reside entre ellos la ver
dadera caridad y el amor mutuo de los dis
cípulos del Salvador. Tan falsa es la máxi
ma de los impíos y malos cristianos que ha
blando- de los frailes dice:
348

Entran sin conocerse,


Viven sin amarse,
Mueren sin llorarse.
Como es cierto que un fraile en fuerza de
su instituto, está llamado á la práctica de
los consejos 'evangélicos, por esto es un
hombre que combate la codicia y el egoís
mo con el voto de pobreza^ el desarreglo de
las pasiones, con el voto de castidad; el or
gullo y la soberbia con el voto de obedien
cia; un hombre que es sencillo contra la do
blez, que trabaia de continuo para hacerse
manso y humilde de corazon, que al próji
mo lo ama verdaderaniprne como á sí mis-
»no.y semejante al Salvador, lo ama ntas que
á sí misino; un hombre qne es util ni estado
y columna firme de la Iglesia, que procura
sin cesar hacerse perfecto, que ha merecido
ser honrado por muchos príncipes, reyes y
emperadores, qne ha dado á la Iglesia in
numerables santos, y hombre en fin, que ha
merecido las alabanzas de los Gerónimos y
Basilios, de los Agustinos, de los Crisosto-
mos y Gregorios, de todos los sanios padres,
y aun ds lodos los santos: esto es un fraile
señores mios, esto es un fraile en su misma
naturaleza, y lo demas que dicen los impíos
es mentira, pasion, calumnia.
CAPITULO X.
Fundadores de los frailes y de las monjas y
sus ocupaciones.

1. EL PORQ.UE DE KSTE CAPíTULO.

Caí. Aun deseo, señor padre,, adquirir de


vd. otras noticias sobre los frailes y las
monjas, porque como los he oido ridiculizar
como si fuesen la hez del pueblo, y he leido
en algunos periodiquillos que no tenian mas
ocupacion que darse buena vida, por esto
espero de vd. que me hablará ds sus funda
dores, y de las ocupaciones que deben cum
plir en fuerza de su regla.
Min. Pensamiento es este, señor católico,
que solo Dios se lo pudo haber inspirado á
vd ; porque asi como yo me avergüenzo de
haber sido protestante, desde que tupa 'a
criminal conducta de Lutero, el fundador
350
del protestantismo; asi al considerar sobrela
conducta admirable de loa fundadores de los
frailes, será para mí otro motivo poderoso
para que en adelante me declare eu su fa
vor: tanto mas cuanto que he 0M0 decir que
casi todos son santos. Con cuánto gusto oiré
tan deseada instruccion!
&ac. Es cierto cuanto han dicho á vd. de
los fundadores de los frailes, y es aun mu
cho mas de cuanto le han indicado. Pablo,
el grande Pablo, es el primer monje que
abandonando el mundo, se sepulta en las
soledades, y vive tan abstraido de las cria
turas, tan perfecto en la práctica de toda
virtud y tan Unido con Dios, que se queja
del »ol porque con su luz, como que le im
pedia Ja oracion que habia comenzado al
anochecer.

2.—aioio iv.
Sac. En el siglo IV aparece San Anto
nio, Antonio que vencía á los demonios en
singular batalla, Antonio con sus instruc
ciones y sus milagros, se ve colocado en po
co tiempo al frente de una familia inmensa
dé, frailes. San Pacómio traza una regla
351
para los monjes, los reune en congregacion
y santifica á millares. Los dos Macarios se
entregan á£!a práctica de las mayores aus
teridades y comunican su espíritu á innu
merables hermanos. Hilarion lleva la vida
monástica en la Palestina, en la Siria y en
la Mesopotamia, y despues Ue ciento cinco
años de haber servido á Jesucristo y dejan
do por sucesores de sus virtudes á millares
de hijos, parte al cielo á recibir su corona.
Basilio, Basilio el grande, se hace gefe de
innumerables monjes y religiosas, y con su
prudencia, con su sabiduría y su perfeccion
les da una regla que hace santos.... y de
esos frailee salieron los Gregorios de Nacian-
zo y los Efrens; los Amolaos, los Moises y
los Atanaeios; los Eusebios de Vercellee, los
Martínez, los Vicentes de Lerins y otros
mil: tales fueron los héroes del siglo IV/ á
tantos millares ascendio el numero de los
frailes/ tan perfecta y heroica fué su san*
tidad!

3.-—SIGLO V.

En el siglo V aparecen los frailes con ma


yores glorias si cabe, y dan á la Iglesia los
héroes de su siglo. San Ambrosio engendra
352
ia piedad en Milan y da á luz al Dr. Máxi
mo San Agustín. Este, colocado al frente
de la Ig'esia de Hipona, sujeta al clero á la
vida comun y convierte su obispado en un
gran monasterio. San Juan Ciisóstomo es
arrancado de entre los monjes, y se porta en
Alejandría como un apóstol, y muere en de
fensa de la causa de Dios. Gerónimo el hé
roe del desierto, el doctor de la Escritura,
dehnismo modo que Agustín lo es dé la gra
cia, all;i~en las grutas de Belen emprende
uno de los trabajos mas átiies para la Igle
sia; y Gerónimo es el director de Paula, la
madre de innumerables religiosas, y de una
vida tan perfecta, que sus fal tas eran las vir
tudes de muchos otros. En el mismo tiempo
allá en la Siria, en las ribetas de Eufrates,
estableeia la vida comun S in Alejandro, y
sus numerosos discípulos, se ocupaban noche
y dia en las alabanzas do Dio*. San Seve
nano abandona la soledad, llevando empe
ro consigo la naturaleza en su mano; tantos
y tales eran los milagro- que hizo en Aus
tria al predicar la fé á Sus habitantes....
Comp enden ahora quiénes son los funda
dores de los frailes en el siglo Y'J A vista
de esto ¿quién será capaz de medir la mala
fé de nuestros reformadores? Pobres hom
bres! sí: «on unos pobres hombres.
353

4.— Siglo vi.


En el siglo VI, San Columbario y San
Benito fueron los erandes legisladores del
estado religioso. Hasta entonces los. monjes
obraban segun el Evangelio, los cánones de
la Iglesia y los escritos de los Padres, y se
guían indistintamente las reglas de los San
tos Pacomio, Basilio, Macario, Agustín y
Casiano; pero sin que hubiese la menor de
pendencia entre unos y otros monsaterios.
Pero estos Santos, con sus nuevos regla
mentos, que solo respiraban una prudencia
divina, fijaron los deberes de los superiores
y de los subdito.--, el buen empleo del tiem
po y aun la práctica de la mam acendrada
virtud. En aquel siglo de barbarie la virtud
y la ciencia solo encontro asilo en los mo
nasterios, y de los monasterios salieron los
Santos Obispos que florecieron en toda la
Iglesia.

5.—SIGLO VII.

En el siglo VII, el fraile San Gregorio


daba á luz en Roma á San Agustín, y crea
do Papa, lo esiviacon otros monjes á Ingla.
terra: y los ingleses por su predicacum abra.
354
zaron el cristianismo, y se fundaron en
aquella iglesia tantos monasterios, y eran
tan numerosos y con tanta observancia,
que era llamada la Isla de los Santos.
En Francia, San Eloi y San Oven mul
tiplican los monasterios. En España los
frailes que se habian establecido desde
principios del Siglo IV, reciben los mas sá
bios reglamentos de los Santos Isidoro y
Fructuoso y los estienden por toda la Pe-
nínsula, y lo mismo acontecía en otras par
tes del Oriente.

6. —SIGLO VIII.

En el siglo ylll reinó la mas profunda


ignorancia en todas partes, merced a lairup-
cion de los bárbaros y de los serracenos, á
la. debilidad y poco acierto de los reyes J
emperadores, á la .violencia que hacian los
legos para apropiarse las abadías de los mo
nasterios, y la aplicacion de los eclesiás
ticos en los negocios regulares, y lo conce
demos en aquella época, los frailes nece
sitaban reforma. Dos grandes emperadores
Alfredo de Inglaterra, y Cario Magno de
Francia', la emprendieron y la llevaron á
355
cabo. Alfredo, uno de los grandes héroes
que ha tenido el género humano, busca en
todas partes aquellos.religiosos, que aun. se
distinguían por su ciencia y por su virtud,
y al paso que á unos los coidea á su lado, á
los otros los pone al frente de los nuevos
monasterios. Cario Magno hace lo propio,
-traza su plan de reforma, .dá á luz las mas
prudentes y juiciosas medidas, prepara una
verdadera restauracion en los monasterios,
y Benito de Aniana la lleva á cabo despues
de su muerte.

7.—SIGLOS IX y x.

En los siglos IX y X brillaron las grandes


lumbreras de San Benito de Aniana y Gui
llermo, fundador del Cluni. San Benito, au
torizado por un Concilio, pone en todo su
vigor las reglas.de lo* benedictinos, desapa
recen los abusos, se reanima la virtud, apa
recen grandes modelos de edificacion, y en
medio de los mayores desórdenes, Guiller-
yino, conde de Tolosa, se declara fundador
de Cluni presenta á los pocos dias un es
pectáculo edificante, restablece la disciplina
eclesiástica, renueva otra vez la observancia
356
de los cánones y se estiende rápidamente por
toda la Francia, la Italia, la España y la
Alemania. En Inglaterra, San Dunstan
obraba al mismo tiempo la reforma en el
mismo sentido, y San Romualdo y San Nil
se presentan ante todos los frailes como unos
modelos acabados de perfeccion.

8.— SIGLOS XI Y xn.

En los siglos XI y XII aparecen unos san


tos de primer orden, y tan sábios, que fue
ron el adorno de su siglo; como San Gual-
berto, San Eslévan de Muret, San Bruno,
Roberto de Molesme, San Bernardo y San
Norberto; y nos dieron las fundaciones de
Valle .Hiuubrosa, de Grammon, de la Car
tuja y del Claraval. Las reglas que se die
ron fueron tan perfectas, la virtud de los re
ligiosos tan grande, el námero de vocacio
nes tan extraordinario, la proteccion de los
grandes tan activa, que en menos de cien
años se fundaron en la cristiandad irias de
dos mil monasterios del Cister; yCalistoII,
por me lio de un Breve consolido esta union.
¡Oh cuántos sabios y cuántos santos los quo
dieron á la Iglesia estas fundaciones/ sus
357
virtudes eran de ángeles, y convento hubo
que dio á la Igesia los Papas, los doctores,
los escritores y los sabios de cieti años, y
fueron adema . dirijidos y edificados por mas
de cuatro uní santos. Esto fueron los frailes,
señores míos, esto fueron los frailes en los
siglos que encabezan este párrafo, y aun no
contamos las órdenes militares de los caba
lleros de San Juan, los Templarios, los de
San Lázaro y los de Calatraba, de Santiago
de Alcántara y otras muchas.

a.—SIGLO XIII

El siglo XIII .fué solemnemente ennoble


cido por los héroes Juan de Mata, Pedio de
Valoís, Pedro Nolasco, Alberto, patriarca de
Jerasalem, Alejandro IV, con Francisco de
Asís y Domingo de G'izrnan. Juan de Ma
ta y Pedro de Valois, fundan en Francia la
orden de Trinitarios, y Pedro Nolasco con
Raimundo de Poñafort establecen en Espa
ña los mercedarios. y ambas comunidades
tienen 'por objeto redimir los cautivos cris
tianos que tcuian aherrojados los Sarrace
nos. Alberto, patriarca de Jerusalem, habia
dado una regla á los monjes que habitaban
358
el monte Carmelo, y dio orinen á los céle
bres carmelitas, tan encomiados en la Igle
sia de Dios. Alejandro IV reune en uii solo
cuerpo muchos monasterios que seguían la
regla de San,Agustin, y obedientes, puros,
castos, con una pobreza absoluta y aplica
dos al estudio, dio por resultado los Agus
tinos. Mientras Francisco, sepultado en
Asi?, pobre y fervoroso, fundaba la orden
de los Franciscanos; Domingo, trazaba eu
España losciiuientos.de los frailes predica
dores, y los hijos de ambos paires eran hu
mildes, pacientes, celosos infatigables, y pre
sentaban á los pueblos una perfeccion des
conocida y unos trabajos apostólicos; y s!
Francisco dio á conocer á Jesus, de quien
fué una copia perfectísima, Domingo daba
á conocer á la Santísima Virgen, y estable
cía por doquiera el Santo Rosario. Ambos
institutos fueron utilísimos á la Iglesia, y
dieron muchos Papas á la Santa Sede, y
muchos cardenales, innumerables arzobis
pos y obispos, y sabios de primer orden y
doótores consumados, que nos dieron á luz
innumerables obras de todo género y muy
útiles á la Iglesia.
359'

10.—SIGLOS XIV Y XV.

En los siglos XlV'y XV florecieron los mí


nimos: y Francisco de Paula, su fundador,
hace un milagro ante el Pontífice, con el
cual le manifiesta la voluntad del cielo en
favor de su nueva regla, no obstante de ser
tan estrecha y de tanta austeridad, que los
que la profesan se condenan á no comer car
ne. Y en la misma época se dejaron ver
muchas congregaciones de segando orden,
haciendo empero en la Iglesia los mas gran
des bienes.

11.,—SIGLO XVI.

En los siglos XVI fué Lutero y Calvino,


y ambos hereges se vieron cien y cien vetees
atacados y vencidos, nu solo por las anti
guas religiones y otras reformas; sino que
lo fueron de un modo especial por los Tea-
tinos. Bernabitas, Jesuitas y congregaciones
hospitalarias. San Cayetano con sus com-
pañeros funda los teatinos y combate á los
hereges, haciendo rrvivir el espíritu de los
Apóstoles, renunciando á toda propiedad,
renunciando además aun el pedir limosna y
, j . ,. . *i de sus de-
consagrándose al cumplimiento -^ .
beres eclesiasticos. A estas ohIi<*aciit.. ' ,
clérigos regulares de San Pablo, llamaos
Bernabitas, juntaron la de dedicarse á Ja
instruccion de la juventud eclesiástica y ha
cerla apta para las misiones. Ignacio de'
l.oyola funda la celebérrima Compañía dé
Jesus, le da unas reglas tan propia» á sus'
deberes como á los tiempos que atravesaba,
muy pronto la componen grandes hombres
en todos los ramos del saber, dá á la Jg'esia
escritores dogmáticos, moralistas ascéticos,
místicos; historiadores y escriturarios, re
siste frente á frente á la impiedad, y la com
bate hasta en sus áliimos atrincheramientos;
se apodera do Ja juventud, la instruye, la
hace sábia y la moraliza: parte hácia el
Nuevo Mundo y consolida en todas las
Aniéncas las fundaciones mas importantes,
y sale de su seno rin conjunto de hombres
tan sabios y tan santos, que su memoria no
perecerá jamás. En el mismo sigo se operan
grandes reformas á que fueron llamadas, los
capuchinos, los recoletos, los alcantarinos,
los carmelitas descalzos y el Ciaraval re
formado: y todos obran do cnmnn acuerdo
contra los protestantes. San Junn de Dios
funda su orden hospitalaria, y beeho él un
gran santo, santifica á innumerables. Es-
361
to, señores mios, etfo eran los frailes en los
tiempos de Lutero y Calvino, y por e-o sa
lieron délos monasterios innumerables sár
bios, é innumerables santoáV

12.;— SIGLO XVII.

El siglo XVII fué el de San Vicente de-


Paul, forma la historia de las órdenes reli
giosas, ya por los establecimientos propios
de los misioneros y hermanas de la caridad
que fundó, ya por la parto importante que
luvo en todas las reformas de su tiempo, ya
porque fué el hombre de la religion, de la hu
manidad y de la Patria. Por el mismo tiem
po San José de Calazans completaba en Es
paña la obra de !a generacion religiosa; por
que é¡ educa á los niños en susescuelas pias,
como los jesnita-i en sus colegios hacen sa
bios, 3' los hijos de San Vicente dan á la Igle
sia sacerdotes y moralizan á tos habitantes
de las aldeas, como canta 1&. Iglesia en el
dia de su festividad.

13. — SIGLOS XVIII Y XIX.


Durante el siglo XVIII y todo el XIX
quién podrá contar las reformas religiosas
24
362
que se han llevado á cabo y la multitud de
congregaciones religiosas tanto de hombres
como mugeres qne se han fundado7 Esto
puede y debe leerse en la historia de cada
pueblo, y nosotros expresamente no, que
remos decir nada, porque por mucho que
dijéramos disminuiríamos el cuadro de la
realidad. Solo flotaremos que en el momen
to de la esclaustracion habia en solo Espa
ña mas de ochenta mil frailes, y de una vi
da tan santa y edificante, cual lo publican
las obras que nos han dejado. Y qué dire
mos de los monasterios de toda especie es
tablecidos en Francia, en los Estados-Unidos
y aun en Inglaterra? Tal es la historia de los
frailes: tales son sus fundadores, los hombres
mas santos, los santos mas estraordinarios,
los de mayor ingenio, los mas amantes de los
hombres, los verdaderamente pobres, los ver
daderamente padres de la humanidad do
liente, esos son los hombres que han soste-
nido la Iglesia de todas maneras, en toda
circunstancia y siempre de un modo el mas
victorioso. Ahora bien ¿qué idea nos for
maremos de los enemigos de los frailes? No
hay otra respuesta que abandonarlos á su
propia confusion.
Caí. Padre, ahora sí que me ha puesto
un dedo en la boca: ahora veo que es impo
363
sible hablar razonablemente contra los frai
les: ahora veo que son el todo de la Iglesia
y que solo un corazon injusto es capaz de
calumniarlo^? ahora concibo toda la impor
tancia d(; los frailes y su inmenso saber;
ahora recuerdo todos los santos padres grie
gos y htinos; mas de trescientos volumenes
en foleo, todos corregidos y copiados por los
frailes, ahora recuerdo tantos comentarios
de la escritura escritos por los frailes, tanta
multitud de innumerables escritores de toda
especie que han salido de los frailes; ahora
recuerdo pero para qué extenderme?
lo confieso señor padre, lo confieso; yo he
sido el calumniador de los frailes y de las
monjas: digo de las monjas, porque tambien
han hecho a honra y gloria de Dios y en
favor de la humanidad lo propio que los
fraites.
Mhi. Pero señor católico ¿qué es lo que
acabamos de oír? es posible 'que háyamos
vivido en tanta ignorancia congelacion á los
frailes y á las monjas? es posib!e\que sedu
cidos de un hablador nos háyarhos dejado
arrastrar de sus pésimas ideas? es posible
que por la necia y pedante voz de un pe-
riodiquillo, apesar de nuestras canas, haya
mos sido unos viles calumniadores de la gen
te mas respetable por su sabiduría y-santi
364
dad? Lo confieso y lo confesaré por toda
mi vida, yo he sido el calumniador, eJ ne
gro calumniador de los frailes.
C'at. En conclusion, siñor J^adre, y como
por corona de su bella obra, deseamos saber
de vd. el importante papel que han desem
peñado los frailes en los demas ramos del
saber humano-
Sac. Ya suponen, y con razon, que el ma
yor numero de obras las mas sábias, acer
tadas y elocuentes en todos los ramos de la
ciencia eclesiastica, es decir, en la Sagrada
Escritura, Patricia y Patrologia, Teologa
dogmática y moral, ascética y mística, cá
nones, rubricas, hisioria eclesiástica y vida
de los santos, ya suponen que estas obras
hau sido dadas á luz principalmente por los
írailes; que los frail.'s desde su cuna diri
gieron sus trabajos á la conversion de los
infieles, que han convertido naciones ente
ras al catolicismo, como lo hicieron con Mé
xico y demas pueblos de las americas, que
la han sostenido y afirmado en los otros que
ya la habtan recibido, que sirvieron con
brillo y lucimiento las principales universi
dades, seminarios y colegios de ambos mun
dos, y que ellos y principalmente ellos, van
á la vanguardia en los adelantos de la cien
cia eclesiástica.
365
Los frailes, despues de haber dado á las
ciencias eclesiásticas toda la importancia
qua requieren, como por via de recreo, se
han dedicado á otros estudios con un re
sultado el mas feliz: ellos inventaron el Ar
te de verificar las datas, obra de una ne
cesidad absoluta y de una gr.mde cornos
didad, pues por medio de una tabla cronoló
gica se entra en|conocinnento de una mul
titud de hechos históricos de los mas im
portantes, señalándonos con toda exactitud
su era: ellos han dado á luz diversos trata
dos de fítica y de matemáticas con una
exactitud admirable, el arte de hacer los
cuadrantes solares con la mayor perfeccion,
y el medio de encontrar el meridiano de un
punto dado; ellos han hecho muchos viajes
con observaciones físicas, matemáticas y
botánicas; ellos nos descubrieron que la voz
ó el sentido se comunicaba á muy larga dis
tancia por medio de un tubo; ellos en el si
glo XVII, mediante tres frailes, nos dieron
la primera idea de los viaje? por el aire, y
el jesuíta Pedro Bartolomé de Guzman fué el
primer areonauta, elevándose por el aire en el
afiode 1720 en Lisboa, ante toda la corte de
Portugal: el padre L'hoste, jesuíta frances,
enseñó a la Inglaterra la táctica naval, y en
el piimer tetcio de este siglo, el abat de San
366
Pablo de Barcelona, en España, inventó una
máquina con la cual reproducía casi todos
los fenómenos celestes, y por la que ofrecían
los ingleses algunos miles. Ese fraile que
era como el prior de cien frailes en su coo-
vcnto, ese físico universal, profundo geo
metra, maquinista inteligente, y excelente
matemático, supo que por una serie de in
trigas se vería dentro de poco obligado á
entregar su invencion á la Iglaterra, y en
touces dando oido á sus sentimientos patrios,
y acordándose que cumplido- sus deberé*
como fraile, el era español sobre todo, no
quiso vender su invencion sino que la se
pultó en el olvido mediante la destruccion
de su máquina: máquina admirable á quien
los españoles que tubierou la dicha de verla
funcionar, al contemplar la reproduccion de
los fenómenos celestes, esclamaban cien y
cien veces marabillados; Esta máquina sa
be lo que Dios sabe. Y. en 1835, durante /a
triste noche de Santiago, cuando aquellos
impios revolucionarios empuñando sus teas
encendidas iban pegando fuego á los con
ventos, uno de sus geíes, en medio de su im
piedad, cuando vio que se dirigían furiosos
al convento.de San Pablo, detiene aquellas
hordas salvajes diciendo; No vayais, no va
yais, porque hay una máquina que sabe
367
mas que Dios y salva de las llamas tan so
berbio edificio. Pues bien, señores mios, el
inventor de esta máquina fué un fraile, el
que no quiso vender á otra nacion las glo
rias de su patria, fué un fraile, y un fraile el
que dio á los españoles el acto mas heroico
de amor patrio; porque lo daba en aquellos
momentos en que se veia perseguido á muer
te por sus conciudadanos.
Otra invencion debida á los frailes de
seo que noten, y es la enseñanza de los
sordo-mudos; no tanto porque durante una
serie de años los frailes dirigían sus escuelas,
no solo porque aun en nuestros dias de lu
ces los hemos visto al frente de los principa-
les colegios de esta clase, sino que tambien
porque principalmente ellos fueron los in
ventores de este importante estudio.
En efecto, ya en el siglo XVI, Ponce de
Leon, benedictino español del monasterio de
Óña, instruia^sordo-mudos con un método
casi igual al del Abad l'Epée, y un siglo
despues, el ingenioso jesuíta Lana, dioá luz
un método,de un alfabeto para los mudos.
San Francisco de Sales, instruyó á un.mu-
do, y logró un buen resultado. El doctrinario
padré Famin logró, aunque sin método, dar
alguna instruccion á aquellas dos niñas que
368
determinaron al Abad l'Epée á consagrarse
á este género de enseñanza.
'Pero para qué r-itar invenciones! lean vdes.
las historias, consulten la esperiencia y ob
servarán que la mayor parte de los benefi
cios legados á la humanidad, en todas Jas
partes del inundo, se deben á los frailes, y
observaran tambien que nadie como ellos
se presta á hacer el bien á los mismos que
los detestan. Sí, ios- frailes y las monjas,
aun hoy mismo , recejen al recien nacido
arrojado en las tinieblas de la no'ehe, y dan
al estado, todos los años, mas de 200,000 ciu
dadanos; ellos libran de una infamia cierta y
de una muerte probable á los niños que iban
á ser mutilados; ellos se apoderan de una
niña que por su pobreza y mala educacion
iba á prostituirse, la purifican y la tornan á
la sociedad, buena madre de familia; ellos
se encargan de la educacion de un jóven tan
miserable como dotado de un ingénio feliz,
y queda destinado á un ranoo noble; ellos
libian y realzan á otro vicioso que por sus
costumbres se habia colocado al nivel de
las béstias, y sofocando sus pasiones fogozas
se hace util á sus semejantes y á sí mismo;
ellos salvan al otro, que envejecido en lá
inquietud y teniendo hasta, los tuetanos la
gangrena del vicio, iba á librarse de sus mi-
369
serias con un cobarde suicidio; ellos nivelan
al pobre con el rico, abnjando á éste, y su
biendo á aquel, y declarándolos cristianos, les
hacen dar el abrazo de la verdadera caridad;
ellos visten de una tunica rasgada y oeu.
pan en plantar coles á los que dueños de
casi todo el mundo corrían el peligro de aca
bar s'is dias con la suerte de Nabucodono
sor; ellos rescatán y vuelven al seno de sus
familias á millares de esclavos que habrían
muerto en medio de ios mayores tormentos, y
iogran por este medio hacerlos átiles y tam
bien el que algunos deellos fueran autores de
escritos inmortales; ellos al encontrar un co
lérico que ya padece horribles convulsiones,
á un hidrófugo que asusa con solo su pre
sencia, y aun á toda clase de enfermos, los
recejen en un hospital, los curan, salvan á
ranchos, y á todos les endulzan sus ultimos
instantes, ellos.... pero qué no han hecho
los frailes y las monjas en favoi de la hu
manidad?. Cuando los romanos atollados en
el fango del ateísmo y de la obcenidad aja
ban de raiz la dignidad humana, los frailes
llamaron á las Tebaidas á los inocentes y
penitentes, y la realzaron: cuando los bárba
ros ésterminaban á los vencidos, ellos se
pusieron de por medio como un baluarte
impenetrable; cuando la ignorancia se es-
370
tendía por todo el mundo, los frailes conser--
vaban la luz del saber enmedio de los bos
ques, grutas y arenales, y cuando la bruta
lidad feudal invadia la Europa, y la Esposa
de Jesucristo casi sucumbia á la simonia y
al concubinato, los frailes la proveyeron de
defensores teóriro^prácticos. En una pala
bra, no ha habido infieles que los frailes no
procurasen convertir, ni llaga moral o física
sobre l¡i cual no hayan derramado el bálsa
mo saludable; ya que los frailes y las mon
jas siguen al hombre desde la cuna al se
pulcro, y en cada una de las edades les pro
diga toda especie de socorros.
Ahora bien ¿por qué nuestros ciegos re
formadores han despreciado á los frailes
y á las monjas? por qué los han odia
do como si fueran lo peor de la sociedad?
por qué los han calumniado del modo mas
atroz? por qué los han presentado ante el
pueblo como unos individuos inutiles, ocio
sos, corrompidos, escandalosos y dañosos á
la sociedad? Ah.' Dios mio, Dios mio! ¿cuán
do se hará justicia? Pero no la quieren los
frailes en este mundo, ellos viven con ente
ca paz, y les basta saber que son bienaven
turados los que padecen persecucion por la
justicia, y que han sido lanzados de sus con'
ventos, porque era necesario adjudicárseles
371
sus bienes, muebles é inmuebles, y aun la
facultad de poseer. Mucho mas podría
mos decir sobre el asunto patentizando, por- '
que existen otra multitud de invensíones
que se deben al cuidado y aplicacion de los
frailes: tan léjos estan de ser ignorantes! Pe
ro no queremos hacerlo, ya porque lo dicho
hasta ahora es mas que suficiente, ya por
que nos hemos Ajtretenido en este asunto
mucho mas de lo que habiamos pensado,
ya porque existe una relacion que determi
na y esplic& bastante bien semejantes in
venciones, ya en fin, porque todos tenemos
á la~ vista grandes monumentos, elevados
por la ciencia y aplicacion de loa frailes.
CAPITULO XI.
En donde se refiere lo que pasó en la condenación
do esta obra á peticion
y merced de los libres pensadores.

Cat. Buenos dias señor Padre ¿No ha


llegado todavía el señor ministro?
Sr/c. No todavía, aunque ayer que lo en
contré en mi acostumbrado paseo, despues
de haberme saludado con la finura que le
es propia, me notificó, que habia recibido
una esquela de vd., en la que le suplicaba
que entre diez y cnce de lo mañana del dia
de hoy se hallase en esta su casa, para tra
tar los asuntos importantísimos que les ha
bian ocurrido. En este momento ha sonado
la campanilla, y casi no dudo que será él,
tan cumplido es en todo!
373
Min. Buenos dias nos de Dios señores.
No creiaque hubiesen madrugado tanto,
principalmente en una mañana tan nebulos
sa, y que podria dañar la quebrantada sa
lud de vdes.
Cat. El tiempo urge señor mio, y vd. ya
sabe la-razon^ y á buen seguro que nada
sabe el padre, á no ser que vd. ayer se lo
hubiese indicado: con tanta puntualidad le
cumplimos lo prometido!
Sac. Señorea nada se y tengo necesidad
de sus explicaciones, pues ni siquiera por
pienso puedo barruntar á qué negocios se
referiran vdes.
Cat Nos referíamos señor padre, á la con
denacion de su obra titulada: El Protestan
tismo y la, ¿Vane-masonería, y condenacion
que ha salido oe las grandes capacidades de
México, á saber: de los protestantes, de los
ma*ones% de los libres pensadores, y de los
/ibrecul listas.
Sac- Cómo señor, mi obra está condena
da y condenada por gente de Pro? Deseo
señores que expliquen bien toda su idea,
para que sabiendo cuanto ha sucedido, me
sirva de instruccion para lo venidero, y á
ver si al menos con sus consejos puedo li
brarla del réquiem oetemám.
374
Min. Ah/ señor, imposible, imposible,
porque segun informes, ha sido condenada
al fuego por unanimidad de votos.
Cat. Tan pronto señor padre como los
suscritores se hicieron cargo de su diálogo,«
y sin haber recibido ni siquiera el índice,
que como vd. sabe es el todo de la obra,
principalmente para esos señores, cuando
la gente timorata y todo católico de buen
sentir, dieron gracias á Dios, por haberles
proporcionado, por medio de vd., una obra
tan sencilla como importante, y concluyen-
te. Pero al mismo tiempo en el lugar er.
que despues diré, se reunieron, exprofeso se
supone; á saber, lo» protestantes, los ma
sones, los libre pensadores, los libres cultis
tas, los hereges, los impios, los incrédulos,
los ateistas, los deístas, los materialistas los
comunistas y demás caterva de abajo. Se
dio lectura á su obra, y luego clamaron to
dos. Que se arroje á la hoguera por mano
del verdugo', y que se prohiba su ¿ectura
en cualquier idioma.
Sac. Pero señor mio? es posible lo que
vdes., acaban de decirme? Es posible que
esos señores hayan caido en contradiccion
semejante? si estamos en tiempo de liber
tad ¿por qué emplean sus iras en la conde
nacion de un diálogo? Acaso no pueden em
375
plear sus facultades condenadoras para pros
cribir al error?
Señores, estoy apesadumbrado, y deseo
que me insinuen las razones que motiva
ron tan terrible como inaudita condenacion.
Quién sabe si ellas algo me consolarán.

1. POE QUE TAN JUSTOS


JUECES, CONDENARON NUESTRA OBRA.

Cat. En pocas palabras diré á vd. lo que


los buenos soííores apuntaron. Represén
tasé en primer lugar un gran salon cuyo
nombre indicaré despues; pero ocupado to
do, todo lleno y»aun repleto de ios jueces y
no jueces: y sentados en bancos, en sillas
de primera, en grandes sillones, propios pa
ta dormir, y aun en escaños presidenciales.
A) frente estaban colocados todos los cató
licos, de nuevo cuño, al lado derecho los ma
sones ó los franc-masones con todos sus
grados, al lado izquierdo los protestantes con
sus hijos mimados los libre cultistas, y una
turba de muchachos que poseía la gran
ciencia, no obstante de ser barbilampiños,
de ser llamados espiritistas, ateistas, deistas,
incrédulos ó mejor dicho libres pensadores;
376
y aun los habia tan impíos que en su cara
llevaban su distintivo, que decia: estos son
los que robaron los vasos sagrados de las
Iglesias; y son ademas los héroes de etc.
etc. etc.
Sentado el lector en el lugar mas oportu
no, y teniendo todos en donde convenialas
botellas que dentro de poco habian de aca
barse, se oyó el campaniHazo pre^id^nciül, y
derecho e! lector como un cartel de convo
catoria, vacio de cabo á c-abo toda su obra;
pero al fin de cada capitulo, y muchas ve
ees al finalizar el primer párrafo, y caá
siempre al comenzarlo interrumpían al que
no tiene orden de la Iglesia como vd. su
pondrá, no obstante que fungia entre los
señores el gran ministerio de lector. En
resumidas cuentas diré á vd., cómo fué tes
tigo el 3eñor ministro, que no se ieyó ni la
centésima parte de su obra, y ni' siquiera la
milésima, dizque como suscritores de la li
brería religiosa ya la habian leido en sus
casas, y porque eí deseo, el vehementísimo
deseo de condenarla hacia que á tiempo y
extra-tempora se oyese 1 1 terrible condena-
cion de al fuego. ..."que sea quemada por
mano del verdugo. . . . que sus cenizas searj^
dispersas en Veracruz cuando soplare el
norte en toda su violencia, y lo sean en me-
377
dio de la plaza con las formalidades pro
pias del estilo, y reclamadas por la ley déla
libertad.
Min. Pero señor católico, vd. nada dice
al padre del fabuloso paradero de las bo*
tel I as
Cat. Ya lo supondrá que tanto, tanto le
vantaron sus lámparas aquellos devotos, tan
antiguos como sus días, que las vaciaron, y
tanto llenaron sus estómagos, que á poco ra
to todos se la habian puesto.... y todos por
consiguiente, se durmieron Serian las
cuatro de la madrugada cuanto vuelto en
sí el venerable presidente, comenzó á dar
campanillazos, y parte por el ruido, parte
por el frio que comenzaba á sentirse, y par
te porque el vino estaba ya dijerido, lo cierto
es,que sentados nuestros jueces comenza
ron excatedra la condenacion de la obra.
Los protestantes, la condenamos al fuego,
dijeron, porque ha dicho lo que era Martin
Lutero y demas reformadores, porque nos
ha tratado de falsos reformistas y embauca
dores, porque ha hecho trizas todos nuestros
principales argumentos, sin darnos tiempo
ni siquiera para respirar, y porque ha pro
bado de un modo tan claro como lógico, que
no podiamos servirnos de la Biblia, ni con
tinuar en el protestantismo so pena de éter
25
378
na condenacion: por estas causas, pues, con
denamos la obra titulada: "El Protestantis
mo y la Franc- masonería."
Los franc-masones esclamaron: la con
denamos al fuego, porque es una de las
obras que nos ha hecho mas daño, por ha-
bernoa quitado el velo con que hasta ahora
nos habiamos ocultado, por haber patenti
zado con la mas horrible desnudez todos
nuestros planes, por habernos presentado
ante el catolicismo como la mas fatal entre
todas las sectas, y haberlo probado de un
modo el mas concluyente; y sobre todo, por
haber cojido la respuesta de nuestro doctor
aleman, haberle quitado todo embozo, y ha
ber hecho que fuese apreciada como la pro
duccion mas insensata. Por estas razones
que son otras tantas causas que nos deter
minan, condenamos la obra titulada "El
Protestantismo y la Franc-masonería."
, Los libre pensadores, los libre cultistas,
los ateos, los deístas, los panteistas, los ra
cionalistas, los materialistas, los comunistas,
los espiritistas. . . . todos á una voz dijeron,
la condenamos al fuego por mano del vei-
dugo, porque es la obra mas atrevida de
cuantas se han publicado en México contra
nosotros, y porque está llena de espresiones
picantes, palabras de sarcasmo y frases iró
379
nicas, hasta el punto de bautizar á una de
nuestras mas caras producciones, con el
dictado de hazme reir protestante: por es
tas razones condenamos de nuestra parte la
obra titulada '.'El Protestantismo y la franc
masonería.

2.—FORMALIDADES NECESARIAS. ,

Sac. Pero señores ¿acaso no hubo una


poca mas de formalidad en la condenacion?
es posible que unos hombres de tantas lu
ces no hayan formulado la sentencia? Yo
señores así lo creia, y por tanto que habrían
estendido de un modo enérgico la senten
cia definitiva.
Cat. No podia esperarse otra cosa de se
mejantes talentos; por esto concluidos los
alegatos que todos fueron en contra, ae ahí
de los escaños presidenciales se levantó el
hombre de las barbas largas que parecía un
magnetizador, alegando que habia fungido
muchos años como Secretario de Estado,
que era doctor en ambos derechos, y por
tanto, que á él le pertenecía formular tan
importante sentencia. Se hizo la votacion,
fué hallado no bastante sabidor, y en vez
del honorífico pláceme que esperaba, le fu*
380
entregado el sentidísimo -pésame. Entonces
el señor de los mostachos largos, (que nun
ca se los habia cortado por haber oido decir
á un lampiño que todos 4os hombres gran
des eran de bigotes) y que habia algun tiem
po que se los habia hecho bigotes á la íer-
nandiua, y los llevaba por consiguiente tan
largos y retorcidos que le llegaban á la ore
ja, y le servian ademas de ... ya se entiende:
ese hombre, pues, era el antagonista del señor
de las barbas largas, recibio todos los votos, y
mojada la pluma puso el borrador de la sen
tencia.

3—SI ES LICITO EMPLEAR EN LA


POLÉMICA EL ESTILO IRÓNICO.

Min. Mientras escribe la sentencia qui


siera proponerle la dificultad siguiente: vd.
señor padre comenzo su diálogo con un es
tilo tan serio que se hacia fastidioso; y sin
mas ni mas, y como por encanto le ha comu
nicado un no se qué, que atrae tanto, que
uno no puede abandonar su lectura, y ha se
guido vd. su polémica con espresiones pi
cantes, palabras sarcástocas y frases tan iró
nicas, que despues de haber batido á sus
contrarios, y tenerlos postrados á sus piés '
381
les ha hecho sentir todo el alma del cáustico,
cáustico, cáuBtico. ¿Es lícito señor padre,
obrar de este modo, ó ha sido arrebato de
usted?
Sac. Es una cosa lícita siempre y cuan
do no se use en la polémica de armas pro
hibidas, como son la mentira, la calumnia,
la indecencia, la personalidad, etc. y voy á
darle mis razones. I.05 Porque el protestan
te, el frano-mason, el ateo, el deísta, el ma
terialista, el libre cultista, el libre pensador,
. el hereje, el impío y demas caterva, cuando
se salen de la vida privada, y optan por el
de escritor para comunicar sus ideas, ó al
menos por medio de sus conversaciones, cla
ro está que semejantes hombres se someten
á la crítica de sus contrarios, y q nedan su
jetos á todas sus consecuencias. Y porqué?
porque ellos así se lo quieren y así se lo
buscaron, metiéndose en lo que no debian
ni podian. Por tanto, sus contrarios, por
medio de los periodicos, ó de obritas tra
bajadas exorofeso, pueden y deben en mu
chos casos hacerse cargo de sus sistemas,
de las razones que alegan, de las conse
cuencias que se siguen, y patentizar por tan
to su irreligion y su inmoralidad, su inge
nio, su capacidad, las garantías que ofrecen,
los temores que inspiran y las mentiras tan
382
garrafales que han producido, y ademas to
do cuanto hay en ellos de bueno y de malo,
sin descender nunca á la vida privada, por
que esto en todo caso está prohibido.
2. * Es lícito emplear el estilo irónico
en la polémica, aunque se rebaje su buen
nombre, y aunque se les cause á reces
un grave daño, mientras que no se diga si
no la verdad; y en esto no se falta á la jus
ticia, porque él, de su propia voluntad se es
puso á semejantes daños, y ni siquiera se
falta á la caridad porque primero es el bien
comun que el particular, y tanto el bien so
cial como el religioso, exigen que los gran--
des ititereses de la religion ó del Estado no
se fien á hombres incapaces o perversos,
aunque de ahí resulte á estes tales algun
perjuicio.
3 f No es obligatoria desterrar de la polé
mica todaespresion picante, toda palabra de
sarcasmo, porque como dice San Agustin,
aun la misma caridad tiene sus saetas y
sus espadas. Por otra parte, el Evangelio no
prohibe que las usemos, y hemos visto en
las divinas escrituras frases tan irónicas que
contienen el modo de hablar mas sarcástico
y picante.
4 f5 Porque nuestros contrarios, cuando ha
blan, no saben escribir sino oon la pluma te
383
ñida de hiel, y añaden ademas el uso indig
no de armas prohibidas, porque en sus es
critos mienten, calumnian, blasfeman, es
candalizan, se burlan de lo mas santo y sa
grado, y dan por única razon un chiste sa
crilego, todo lo cual es malo y muy pé
simo.
5 * Esta conducta no es lícita; pero si es
lícito, mal que les pese á nuestros fariseos
hipócritas, el no escribir con una seriedad
fastidiosa y mezclar en la polémica alguna
expresion picante, palabras de sarcasmo,
fraces irónicas, y hacerlo hasta hacer sen
tir á nuestros contrarios las consecuencias
del cáustico, cáustico. ¿Pues qué hemos de
ser tan bobos que dejemos de usar una ar
ma tan al acaso ya que Dios lo permite,
y que la Iglesia lo autoriza? Scav. Vini
Trat. 111.
Min. Muy bien, señor padre, si señor ca
tólico, es lícito servirse de las gracias del
estilo para refutar á los enemigos de la re
ligion, y lo es tanto mas, cuanto que la Bi
blia nos presenta unos modelos perfectísi-
mos en todo género, Dios lo permite, la
Iglesia lo autoriza, y la razon natural lo pro
clama.
m
4. SENTENCIA CONDENATORIA DEL

PROTESTANTISMO Y LA FRANOMASONERIA.

Cat. En este momento una lluvia de


campanillazos indicaba que el sañor de los
bigotes habia hecho señal al presidente de
que habia concluido. Apenas habia comen
zado con la palabra Nos .... cuando fué
obligado á ocupar la tribuna, no obstante el
sudor de un trabajo tan difícil como ímpro.
bo desempeñado en tan pocas horas, y de
recho como una vela, sus cansados ojos au
xiliados con los vidrios, y limpia su gar
ganta para que se apreciara cual convenia
su voz sonora.
Señores, comenzó nuestro orador; Co
mo deseo acertar en una materia tan de
licada, y dar muerte, si fuese posible, u
la obra titulada Jül Protestantismo y la
Franc -masonería, por medio de un de''
creto de condenacion el mas apropiado,
y no fiándome de mis luces, no obs
tante de habérmelas concedido vdes. por
unanimidad de votos, tan superiores aun á
las del señor de las barbas largas, he crei-
do que seria lo mas conveniente, la copia
del decreto que voy á leerles, se entiende,
mutatis mutandis, á no ser que vdes. de-
S85
terminen que sirva en un todo el mismo,
sin añadirle ó quitarle una jota.
Nos, el Dr. D- Sinapismo de la Manteca,
Marqués del Quinto Tono, Conde de la
Corchea, condecorado con la Gran Banda
del Diapente, llamado exprofeso para pre
sidir la Honorable junta de todos los pre
sentes y ausentas, con todos los derechos pro-
pios de Padre de la Mentira y de la Ca
lumnia, del Escándalo y de la Maledi
cencia &fc. fyc. éfc. á todos nuestros libres
sabed:
Que habiendo llegado á nuestra noti
cia la obra titulada, El Protestantismo y
la Franc-masonería, obra publicada, en
la librería religiosa, por todas las causa
les tan sabiamente , alegadas por todos
nuestros sabios, los señores circunstan
tes, hemos determinado condenar, y de
hecho condenamos dicha obra á ser que?
tnada en la Ciudad de México, ante todos
los nuestros, y es nuestra voluntad que
sean recogidas todas sus cenizas, para
esparcirlas por el aire en la plaza de
Veracruz en lo mas fuerte del primer nor
te que soplare.
Dado en San Hipólito, en la Sala Prin
cipal de los Orates, á los tres dias despues
38S *
de haberse publicado en México el Índice
de dicha obra.
El Presidente: una rubrica.—El señor
de los bigotes á la fernandina: una rúbrica.
—El señor de las barbas largas; antiguo se
cretario: una rubrica.
Es inútil decir que esie decreto fué de)
gusto de todos, y que en medio del mayor
entusiasmo se levantó la sesion á las diez
de la mañana, despues de unos debates de
quince horas: tatito es el celo que muestran
los enemigos de la religion/ De qué no es
capaz el mosto cuando se sube!
CAPITULO XII.
Condenacion de las futuras obras contra
la presente.

Min. Pero señor padre, yo debo decir á


vd. que ya es tiempo de pasar otra vez de
las burlas á las veras, y que así como ellos
han condenado su obra, así haga vd. lo pro-
(lio, condenando á todas las obras que han
de venir contra su Protestantismo y la
Franc-masonería.
Sac. Señor mio, vd. me está pidiendo un
imposible. Cómo sabré les argumentos de
que se servirán? A la verdad no se me
ocurre el modo, no señores, no me ocurre.
Cat. Sí, señor padre, vd. es capaz de e»-
ta refutacion, dando desde ahora pitazos &
todas las obras en las que usen sus contra
388
rios anuas pohibidas, y condecorando por
decontado á sus autores con el título sin se
gundo en su clase de Tan, Tan; y determi
nando mas ó menos pitazos, y campanilla!
. zos, y tan tañes, conforme sea mas o me
nos su culpabilidad. Con esta conducta
hará un gran servicio no solo á los católicos
á la antigua, si que tambien á tantos hom
bres y mugeres de toda edad, de toda lige
reza, de toda vanidad, de toda ignorancia y
de todas costumbres, que están siempre
pronto- á leer lo malo, y completamente
descuidados para la lectura de lo bueno, y
que de buenas á primeras se han firmado
Libres pensadores.
Sac. Ya concibo señor mio su idea. Oh/
qué hermosa es.' que galana! Segun ella, al
modo que el Omnipotente hizo salir en otro
tiempo torrentes de luz de las mismas tinie
blas; así con la refutacion que vd. me in-
dicr, hecha como se supone muy bien, ca
da impío lo trasformaria vd. en un apolo
gista del catolicismo, y cada argumento en
contra, producida un nuevo tr»unfo de la
fé. No es esto lo que vdeg. quieren decirme,
6 bien no los comprendí todavía?
Cal- y Min. Sí señor mio, esta es nues
tra idea, y deseamos verla hábilmente plan
teada por vd., y con aquel acertado orden
389
que lo ha distinguido en toda su obra. _Co'
mienze vd. pues su primera condenacion,
pero no se olvide de los pitazos y del Tan,
Tan; porque ya vd. sabe lo que uno j otro
significa, y es ademas el medio mas exce
lente para poner un tapabocas á tantos, tan
tos que por hacerla de sabios y alimentar
su amor propio, intentan hacerse notables,
al menos por sus blasfemias, impiedades y
fanfarronadas. Comienze vd. señor padre
condenandolos chistes extraños al fin pro
puesto, y que se alegan en vez de prue
bas.

1 — CONTRA LAS OBRAS Q.UE EN VEZ DE


RAZONES EMPLEAN EL CHISTE.

Sac.—Toda obra, todo capítulo, todo ar


tículo, toda poesía contra la obra titulada:
El Protestantismo y la Franc-masonería,
que en vez de razones destinadas á probar
la proposicion que asienta, emplea el chiste,
la chanza, el ridículo, la bufonada, la bur
la, el sarcasmo, la ironía, la sátira, ó la
zumba, merece nuestra condenacion,, y la
condenamos u sufrir la pena ds cien pita
zos, y á sus autores el merecido título de
Tan, Tan.
390
Cat. Bravo padre, muy bien hecho; por
que semejantes hombres ridiculizan la vir
tud y ésto es horrible; ridiculizan la religion,
y esto es efecto de un corazon corrompido;
ridiculizan las verdades que deben labrar
nuestra eterna felicidad, y esto es propio de
una alma perversa; ridiculizan la virtud
personificada en el individuo, y esto descu
bre un espíritu ^an falso como maléfico, ri
diculizan principios tan verdaderos como
necesarios, y esto es declararse los mas
crueles enemigos del género humano. Bra
vo, bravo; muy bien, muy bien. Adelante
señor, adelante.
Sac. Considerando que el ridículo no es
otra cosa, que la razon de los necios, que
el tono burlesco es propio de jóvenes ato
londrados, y que la chanza aun malea á los
objetos mas respetables: considerando que
al examinar un artículo contra la religion,
en general ó en particular, y de un modo
especial contra el Protestantismo y la Franc
masonería, debe echarse á un lado toda jo
cosidad, las pasquinadas irreligiosas, los ar
ranques de chulada,añejary demas produc
tos de espíritus frivolos, porque los chistes
en vez de razones nada prueban, condeco
ramos á semejantes autores con el mérito,
de un bufon; y como tales señores, ciegos
391
por el odio que profesan á la religion, en vez
de filósofos se-íornan en momos, y son co
mo unos pasquines ambulantes que no tie
nen mas filosofía que la zumba y la bufona
da, por estas razones, a todos y á cada uno
de semejantes autores den pitazos para ca
da obra, los títulos de Tan, Tan, y el dé
bajo, y grosero bufon.

2. COKTRA LAS OBRAS QUE EN VEZ


?J»E LA RAZÓN
SOLO HACINAN VANAS DECLAMACIONES .

Cat. Bien señor padre, muy bien; pero


abrigo terribles temores, y no sé lo que se-
rá: pues me parece que tan pronto como ha
ya publicado la obra del Protestantismo
y la Franc-masonería, me parece digo, ver
que salen contra vd. unos artículos fu
riosos contra los frailes, porque lo tienen á
vd. por fraile; contra los sacerdotes, porque
ya saben que es sacerdote, y despues de ha
berse burlado, mofado,- enfadado, y puestos
de mal humor, tomarían entonces la inju
ria, y no le dejan parte sana en todo su
cuerpo.
392
Min. En efecto, todo es de temer, por*
que lo han aprendido de su ma estro Martin
Lutero, y porque lo han repetido y lo repi
ten hasta el fastidio todos los dias. ¿Pero
quién hace caso de semejantes locos?
Sac. Recuerdo que Voltaire se levantaba
furioso contra Rousseau su antagonista, y lo
llamaba unferoz misántropo, escapado de
Ginebra, un cierto personaje que ha hecho
muchas de las suyas: un tunante, un des
camisado y un criado de una charlatane
ría atroz, que á las mugeres parece elocuen
cia, un hipócrita, un impío, un patan. . . .
y asi continuó denigrándole por medio de
una calumnia atroz, terriblemente infame y
del todo extravagante. Quieren vdes. decir
señores mios que así me van á tratar? No
lo harán señores, no lo harán; poique ha
cerlo, sería lo mismo que declararse venci
dos: hacerlo, seria acompañar la chanza con
lo mas horrible de la farza y del horror
hacerlo, seria no haber meditado el ataque,
manifestarse Arrastrados por la pasion vio
lenta, publicar á la taz de todos que el amor
propio los ha cegado; por que ¿quién no sa
be que responder con invectivas, es confe
sarse vencido, es confesar que no hay razon
sólida que oponer, es confesar en fin, que
si las bufonadas nada prueban, prueban to-

x
393
davía mucho menos las injurias. Si me res
ponden de esta manera me prueban de un
modo cierto que estoy en posesion de la ver
dad, y que ellos son los maestros del error,
Cat. 5T si algun periodico lo ataca así,
que hará vd
iSac. A la dignidad de un sacerdote de la
religion, no le conviene ocupaise en refutar
las injurias disolventes de semejantes ora
tes, porque ellas, que solo se apoyan en he
chos falsos ó en razonamientos injustos,
y. en la malignidad propia de un corazon
dañado, pero tan dañado que miente y ca
lumnia; por esto dejándolos en toda su ma
licia, les damos ya desde ahora su merecido
formulando su condenacion por esto prefiero
formular ahora la condenacion. Si algu
no en vez do razones emplea la menti
ra, la calumnia, la injuria en las obras, ca
pítulos, artículos ó párrafos que publica
re contra el Protestantismo y la Fran-
Masonería, lo condenamos desde ahora á
cien pitazos; si esto no bastare, serán añ»-
didos cien campanillazos, y á tan distin
guidos autores, los titulamos de Tan, Tan
como tres veces merecidos, á saber: por el
chiste, la mentira y la calumnia.

26
394

3 —CONTRA. LAS OBRAS aUE


SOLO PRESENTAN OBJECIONES PUERILES E
INDECENTES.

Cat. Muy bien, señor Padre, su obra va


saliendo perfecta, y no habrá quien la ata
que ni siquiera con la esperanza de la victo
ria: pero supongamos que quienes dirijenel
ataque son los llamados reidores, los chis
tosos, los preguntones y los raciocmadores:
¿cómo se librará vd. de semejantes enemi
gos?
Sac. Cómo? con cien pitazos á cada uno,
docena y media de campaniliazos, y con los
títulos no ya de Tan, Tan, sino de solem
nes hombronazos: y á los que se resienten
del modo, es necesario decirles que ellos
tienen la culpa, porque en la lid gloriosa de
las letras cometen la bajeza de servirse de
armas de mala ley.
No se me^oculta que hay hombres quefl"
sabiendo formar la O ni con un vaso, tienen
el descaro de oir á carcajadas los razona
mientos mas esactos, y mas de una vez su
risa desdeñosa ha desconcertado a I pensa-
dor mas profundo; mas nosotros que ya es
tamos al tanto, y del todo prevenidos, claro
está que á semejantes personas las recibiré
395
mos á pitazos. Otros, que aun entienden
menos que los primeros, todo lo niegan,
todo lo hacen chiste, todo casualidad, y todo
lo bautizan con el baño del sarcasmo, pues
semejantes héroes no son acreedores ni á
una razon, y solo deben resistirse á campa-
nillazos, mal que les pese y avergüenze el
re. . . .tin....tin. Otros, que son pregunto
nes, no tienen mas ciencia que la volubili
dad de su lengua, el flujo de sus palabras
aturde, pasan sin cesar de objecion á obje
cion, y sin dar lugar á responder, dicen:
que. . ..... ganaron, sí, ganaron en pala
bras, porque dijeron tantas, y las dijeron
tan sin sentido que no saben ni lo que se han
dicho; pues á semejantes momos conviene
cargarles un hombronazo, para que apren
dan á disputar y á proponer dificultades;
veremos entre tuno si encontramos uno de
diez y nueve arrobas, poique todo este peso
es necesario para que sean aprendices. Los
otros, raciocinan, pero de un modo tan pro
fundo, tan vago, tan indefinido, que uno
acaba con no entenderles; pero se curan muy
bien, dándoles por unica respuesta el solo
fijar ¡as ideas y aclarar lo que ellos embro*
Han y confunden. Otros, en fin, semejantes
á Rousseau, que en el prefacio de la Eloísa
dice: que cualquiera joven qu(¡ se atreva á
396
leer una sola página es perdida, ponen ob
jeciones indecentes. Semejantes enemigos
deben despreciarse, dejarles con la palabra
en la boca, hacerles ver que nos disgustan
hasta lo sumo, y preparar en su contra to
dos loa companillazos habidos y por haber,
por los siglos de los siglos. En una pala
bra, se les presenta la religion con todaevi
dencia, se patentizan los hechos en que se
apoya y se desprecia to Jo el fárrago de ob
jeciones pueriles; porque por ellas se acre
ditan de -tan nécios como el que tratara de
emplear todo el tren de artillería para derri
bar una choza. ¡Oh qué cosa tan pueril se
ria esto! Asi tan menguados se presentan
los enem'gos de la Iglesia Católica, cuando
á la solidez de la santidad de diez y nueve
siglos, le oponen que en algun tiempo no
todos sus individuos anduvieron con todo
fervor:

4— CONTRALLAS OBRAS Q.UE SOLO


ALEGAN OBJECIONES IMAGINARIAS DISFRA
ZADAS COS EL ESTILO.

Min. Ahora me toca hablar á mí señor


Padre; porque como antiguo ministro pro-
397
testante, recuerdo que presentábamos al ca
tolicismo una gran série de objeciones que
solo existen en nuestra imaginacion, aunque
procuramos cubrir la falta de razon y de
verdad con la magia del estilo, producida
por un lenguaje puro y una edicion elegan
te. Para esto obligamos á los católicos á
discurrir á nuestro mcdo,v componemos un
símbolo forjado en nuestra fantasía, y sepa
rándonos con destreza de la enseñanza pú
blica de la Iglesia, nos fijamos en opiniones
particulares que ella no adopta, y en ciertos
hechos, que aun suponiéndolos verdaderos,
no son admitidos por la Iglesia, y por tan
to, que nada concluyen: y admírense vdes.
que despues de haber empuñado unas ar
mas de'tan mala ley, y que nada pruéban
ni concluyen, con todo, nosotros nos gloria-
mes de haber vencido y derrotado á nuestro
contrario 'con solo haberle impuesto un pa
sagero silencio.
iSac. Tiene vd. mucha razon, señor mi
nistro, que á esta clase de objeciones pue
den reducirse todas las del protestantismo,
pues no son otra cosa que objeciones imagi
narias que eolo existen en su pueril imagina
cion. Pues como !os católicos somos los
primeros en admitir la palabra de Dios, en
obrar conforme la enseñanza de Jesucristo,
398
y segun su santo Evangelio, en condenar la
idolatría, en no dar jamás á los Santos ó á
la Virgen lo que es propio de Dios, etc., etc.,
es evidente que cuanto dicen los protes
tantes contra los católicos, no es mas que
calumnia, débil base pai a sostener su falso
edificio, que se desploma ciertamente sobre
sus temerarios arquitectos.
Los protestantes nos atacan; pero corno
sus objeciones no son irtas que imaginarias,
resulta, que nos atacan en vano, que lanzan
sus dardos contra un fantasma de religion,
y contra unas dificultades que ellos se han
forjado. Esos hombres, confiados en los
adornos que prodigan á sus escrisos, ejerci
tan su furor impío contra lo que ellos lla
man los abusos de la Iglesia Romana, y co
mo cada golpe les parece una herida mor
tal contra la estabilidad del catolicismo, allá
en su necio frenesí aseguran su ruina, y
afirma?i que dentro de pocos años . . . ¡vana
esperanza! porque como sus objeciones solo
existen en su imaginacion febril, no le llega
al c Uolicismo ni uno solo de los cien dar
dos qae le arrojan.
Caí. ¿Y- qué remedio, señor Padre?
Sac. No dejarse seducir del arte encanta
dor del poeta, quitar los ornatos estraños
que adornan la frase, eohar á un lado todo
399
el colorido de las figuras, porque ni la armo.
nía de los sonidos ni la riqueza de ¡as pala
bras podrán suplir la pobreza de las ideas.
A lo cual añadiría yo, traspasar á un estilo
sencillo tanto discurso pomposo, y desde
luego patentizar, que lo que se habia pre
sentado magestuoso, por su rico vestido, no
es otra cosa que un esqueleto horrible y mi
serable, porque sus objeciones imaginarias
solo habian parecido algo á los que sensibles
á la armonia se hablan dejado fascinar; pe
ro en realidad de verdad, todo es nada.
Pues bien, á los que atacasen nuestra obra
titulada El Protestantismo y la FrancMa-
nería por medio del periodismo, de folletos,
de poesias, y en vez de razones solo presen
ten objeciones imaginarias, no les contestare
mos, porque ya desde ahora colocamos en lu
gar seguro cien pitazos, cien campanillazos,
y cuantos hombronazos fueren necesarios; y
si todo esto- no bastare, haremos lis debi
das diligencias para hacernos de un cabes-
trazo.
400

5.— CONTRA LAS OBRAS EN QUE SUS


AUTORES SE ACREDITAN DE
KECIOS NO OBSTANTE SU TONO MAGISTRAL.

Cat. Estoy aguardando mi señor padre h


condenacion de aquellos que amontonan
objeciones que son las hijas legítimas de su
necedad. Poique ¿qué tiene que ver un dis
curso cuyas dificultades y objecicnes no
reconocen otro principio que la tontería de
quien lo escribio? Oh/ cuánto hay de esto
entre ciertos periodiquillos, que á trueque de
querer hablar de todo, saben de nada/ To
do les suministra materia de objeciones,
porque como son tan miopes que no ven la
punta de su nariz, un grano de arena, les
parece la cordillera de montanas que atra
viesa al mundo, y una gota de agua, las
inmensidades del mar pacífico. En una pa
labra, semejantes autores, como vulgo ignb-
rante,de todo se asombran; mientras que sus
grandes dificultades al ojo del sabio no son
mas que un raton. Deseo saber señor pa
dre cómo se desembarazará vd. de semejan
tes enemigos?
Sac. Convengo que lo peor de todo es ha
blar con hombres que no entienden, y que
hablan de todo porque han leido uno que otro
401
artículo de alguna enciclopedia; pero nada
profundizan poique nada hun estudiado. Ha
blan de todo porque se tragan cuantos pe-
riodiquillos llegan á sus manos; pero solo
adquieren una instruccion tan superficial,
cual es la que aparece en los anuncios.
Cuántos ataques no se han dirigido contra
la-narracion de Moises en la que describe la
obra de los siete dias? incontables, y todos
hijos de la ignorancia, porque asi como el
telescopio demostró que no solo eran mil
las estrellas, como se vanagloriaban los ne
cios, sino que como dice la Escritura, su nú
mero lo componen millones de millones de
cuentos; asi una gran parte de las objecio^
nes contra el catolicismo, no tienen mas orí '
gen que la tontería de los que las proponen
en sus miserables escritos, porque una poca
de mas instrucion, unos estudios mas bas
tos, un ingenio mas penetrante, les habría
hecho comprender que la dificultad no es
taba en la cosa misma, sino en los pocos es
tudios, ó en su inaplicacion ó falta de ge
nio.
Pues si alguno de semejantes autores, to
ma á nuestro Protestantismo y á la Franca
Masonería, y los artículos, los capítulos, ó
las obras con que nos atacare, en vez de
razones y pruebas nos presenta objeciones
402
despreciables porque nacen de su ignoran<
cia, á ese atrevido le contestaremos ya no
con pitazos, ni campanillazos ni con hom-
bronazos sino que -pondremos á su disposi
cion luego que se ofrezca, toda la media
docena de cabeztrazos.
A esos señores juntaremos tambien lua
espíritus limitados, porque es bien sabido
que las ideas mesquinas son. una fuente de
incredulidad, de objeciones de toda eUse
de falsos razonamientos y de las m>s dispa
ratadas concluciones. El remedio lo encon
traran en la instruccion sólida de las cosas
sobre las que quieren disertar; mas si no lo
hacen así. ¿cuántas veces juzgarán atrevida
mente sobre el plan del universo muñelo y de
la religion? Verdaderamente son unos mise
rables infelices, porque aprobando, refor
mando, y condenando segun su capricho, se
hacen semejantes al insecto que sube arras
trandose por las columnas de un soberbio
edificio, y que quisiera formar juicio de él: 6
diiemos mejor con San Justino al filósofo
Trifon: se hacen semejantes á las moscas
que dejando la parte súna del cuerpo, solo
se pegan d las álceras, porque los pobreto-
nes con su espíritu limitado y la mezquin
dad de sus ideas, ven á toda la religion he
cha una álcera.
403

6. — CONTRA LAS OBRAS GlUE EN VEZ


DE PRUEBAS SOLO PRESENTAN LOS ABUSOS A
QUE HA SERVIDO DE PRETESTO
LA RELIGION

Cal. Cuanto mas va, mi señor padre, su


Protestantismo y Pranc-Masonería, se hace
mas util, porque pone en las manos de los
cristianos armas poderosas, para librarse de
sus enemigos; pero falta uno que es tanto
mas terrible y especioso, cuanto es mas co
mun. Q.ué remedio contra aquellas obras
que fundan sus acertos en los abusos á que
ha servido de pretexto la religion y en los
excesos cometidos en su nombre? Ahí el
asunto es formidable, y lo es tanto mas,
cuanto que hacen aparecer á la religion con
los ojos vendados, teniendo en una mano la
tea de la discordia, y en la otra el incendio,
ios envenenamientos, el derramamiento de
sangre, y dejando por do quiera las honibles
asañas del furror mas desmedido? qué re
medio, repito, para poner un tapabocas á
tanto falsario y á tanto fanático impío'
Sac. El remedio ha* de ser hacerse cargo
de la historia de la Iglesia, tanto en gene
ral, como la particular del asunto que se
404
tratare, juzgar de la religion por los princi
pios y acciones de los que se han penetrado
de su espíritu; no confundir los apóstoles
con los hereges, ni la enseñanza particular
de un quidam, con la enseñanza páblica de
la Iglesia; luego leer^el evang-elio, notar
la inteligencia que le han dado los doctores
y santos padres de diez y nueve siglos, y
examinar las resoluciones de todos los con
cilios generales, desde el primero que cele*
braron los apóstoles de Jerusalem, hasta el
que actualmente se verifica en el Vaticano
presidido por Pio IX.
Y cuál es el resultado de semejante estu
dio? Es presentar á la Iglesia como siempre
ha 'sido, como es en la actualidad, como se
rá siempre hasta su fin, y apreciarla de un
modo del todo diverso al que la han pinta
do sus enemigos y los nuestros. La Iglesia
en vez de la venda de la ignorancia tiene
las luces del que no puede engañarse, ni sei
engañado; y la sangre de los cristianos es la
derramada á torrentes en el espacio de mas
de tres siglos; á ellos no se ha cesado de
atormentar: ellos oponen á las persecucio
nes la mansedumbre, sus manos no empu
ñan espadas, sino que las presentan atrave-
zadas por ellas, y si estienden su imperio y
triunfan de todos sus enemigos, es con la
405
paciencia, con el sufrimientoj con los con
sejos y con la persuacion.
El estudio no nos presenta á millares de
americanos, asesinados bajo el pretesto de
religion, ni á millares de valdenses extermi
nados por la misma causa, ni á cien hogue
ras de la Inquisicion devorando á muche
dumbre de pecadores y criminales, ni á las
vísperas de San Bartolomé, etc., etc. Por
que todos estos hechos bien examinados y
con los cuales nos dan en cara nuestros
contrarios ¿quién los produjo? No la reli
gion, no el Evangelio, no la Iglesia, por
que todas estas cosas las detesta, las con
dena, y clama con mas energia contra ellas
que sus mismos contrarios.
El estudio enseña que todas las guerras
llamadas de religion, reconocen unas causas
enteramente contrarias á ella; puej su úni«
co origen no es otro que las pasiones huma
nas, las falsas razones de Estado, la políti
ca abominable y maquiavélica de unos
cuantos, los intereses de los gobiernos y la
ambicion de las cortes. La Iglesia por tanto
jamás ha sido el foco de las guerras, este foco
es el corazon de algunos ambiciosos, y los
eclesiásticos no atizaron su fuego como pre
tende hacer creer la ignorancia y la malafé,
406
sino que los príncipes y los ambiciosoa pro
dujeron el incendio.
La Iglesia salva á las Américas por me
dio de los Sumárragas, de los Bartolomés de
las Casas y demas prelados y santos misio
neros, la Inquisicion fué inventada por los
legos, y las manos eclesiásticas se apode
ran de ella para desnudarla del grado de
furor, de crueldad y de estravagancia que
habia adquirido, y trasformarla en una ar
ma util como la Inquisicion de Roma: las
ejecuciones sanguinarias ordenadas en In
glaterra en el reinado de María, la Iglesia
no las aprueba, y así como ningun sacerdote
puede mostrarse cómplice de los torrentes de
sangre que fueron derramados en la matan
za de San Bartolomé; asi el Emperador Si
gismundo, que era el único que tenia dere
cho á la espada, fué el autor de las hogueras
que se levantaron contra Juan Hus, y no
las decisiones del concilio de Constanza.
Para condenar á la religion con funda
mento, no basta citar hechos cuyos autores
sean algunos individuos del clero, sino que
es necesario que una-junta religiosa ó un
concilio, hubiese enseñado que era lícito de
gollar al hereje y que podia verificarse con
seguridad de conciencia; pero ninguno hay
que haya dado decision tan horrible; P'"'
407
siendo esto así, \k qué vienen todas esas
obras cuyas, objeciones están fundadas en
los abusos cometidos bajo el pretesto de re
ligion? Sí, los eclesiásticos pueden levan
tarse y probar á la faz del universo, que en
todas las escenas de horror que han deshon
rado al género humano, solo han asistido á
ellas para mitigar y suavizar sus rigores y
prueban por de contado la sin razon de 'se
mejantes autores que las escriben con tanta
mala fé, como cinismo criminal.
Por otra parte, de qué no ha abusado el
hombre? No hay cosa inocente, que no la
haya convertido en crimen, ni arte tan sa
ludable que no kaya maleado, ni objeto tan
bueno que no haya hecho mal uso de el; y
si la medicina Ja ha convertido á veoes'en
arte de envenenar, la filosofía la ha emplea
do en sostener ideas impías, la piedad obran-
do indignamente obras criminales; la juris
prudencia produciendo los mas fatales em
brollos; y las ciencias engendrado tantas im
piedades heregias, errores, sistemas, absur
dos y contrariedades, ¿á qué viene cla
mar contra la religion por el abuso que el
hombre ha hecho de ella? Es preciso pues
amarla no obstante la superticion y el fana
tismo, como amamos las ciencias, la juris
prudencia, la medicina, la filosofía y demás

f
408
cosas buenas y optimas, no obstante el abu
so que los hombres han hecho de ellas.
Mas si alguno no recordando estos argu
mentos, esgrime la espada de sus artículos
contra "El Protestantismo y la Franc-maso-
nería." y las razones que alega están funda
das en los abusos que hombres apasionados
y iitrévidos han llevado á cabo bajo el pre-
testo de religion, á semejantes obras diez
pitazos, veinte campanillazos, docena y
media de hombronazos, otros tantos, y la
mitad mas de cabestrazos, y dejarle entre
ver que e! unico remedio es que se curé á sí
mismo, procurándose voluntariamente y á
su debido tiempo la cuarta parte de botella-
zos. Si la Iglesia católica ha clamado siem
pre, y siempre clamará contra tales abusos
¿á qué viene pues calumniarla? Semejantes
autores son almas bajas que juzgan á las
otras por sí mismas, almas vulgares inca
paces de sentimientos nobles, que para de
primir las acciones virtuo as les basta su
poner en ellas las intenciones bajas y los
motivos sin virtud que ellas entrañan: á la
verdad es bien débil de talento el que mues
tra su indigna destreza en producir seme
jantes obras!
Caí. • Muy bien, señor padre, muy bien:
ya veo su obra del Protestantismo y la
409
Franc- masonería asegurada completamen^
te, y veo á sus mismos enemigos ponién
dose un tapabocas, mal que les pese, ó
arrojando sobre su propia cabeza toda la des
honra que eHos mismos inspiran.
Veo á unos ligeros y ansiosos de hacer
daño, pero incapaces de ello por su debili
dad, y porque tto tienen mas razon que el
chiste, la zumba, la calumnia, la maledicen
cia; pues 6í se atreven á levantarse coutra
bu obra, por el mismo hecho quedan encer
rados por algunos meses en la casa de los
Orates. Veo á otros incrédulos, pero son en»-
migos tan imperceptibles, que su misma in
credulidad forma para un hombre de luees
una nueva razon para creer. Y esos igno
rantes mal intencionados, qué podrán hacer
contra su obra? Lo que el arador de la fa
bula, cuando creia cansar á un elefante con
el peso de su imperceptible existencia. E¡n
fin, los mas dignos de compasion son los in
crédulos á la moda, es decir, los libres pen
sadores esa turba de barbilampiños, dignos
de ser llamados necios, enemigos de Dios,
porque son impíos unicamente por aire, por
moda y por ligereza: y como son incapaces
aun de una mala lógica, tratan al menos de
ser peores de lo que pueden serlo. En una
palabra, señor padre, como su obra es la de
27
410
fenza de la religion, bajo este punto de vista,
yo la considero como un edificio que no
hubieran podido ni siquiera conmoverlo
los esfuerzos hechos por los hombres en
el espacio de diez y nueve siglos, porque
aun el lugar que lo amuralla, se encon
trare defendido |por lozas capaces de re
sistir las pisadas y los choques de todo el
género hnmano. Por tanto, á todos los con
trarios de su obra que se levantaren contra
elia, no con razones, sino con el chiste y la
zumba, con las vanas declamaciones, con
objeciones pueriles é indecentes, con obje
ciones imaginarias ocultas, empero con la
mágia de un estilo pomposo, con objeciones
que paiten de la fatal ignorancia y necedad,
y con aquellas objeciones que tienen su
asiento en los abusos cubiertos con el pie-
testo de religion, yo considero á semejantes
contrarios, repito, como otros tantos mucha-
chos que hubiesen formado el proyecto de
derribar tan soberbio edificio con pellas de
nieve arrojadas desde la parte opuesta. Qué
locura la de seméjantes muchachos! pues
así son de locos los sábios de nuevo cuño,
ya que se olvidan, ó al menos no tienen en
cuenta, que la piedra de que está hecho el
edificio de su obra, la solidez de su asien
to, y las argamasas que lo enlazan le pro
411

meten una eterna duracion. Asi es su obra


señor padre, porque es la defensa de la reli
gion, de la Iglesia, del catolicismo, del Pa
pa y de Dios mismo: y por tanto, -nada, ab
solutamente nada podrán contra ella, Ios-
protestantes, los franc-masones, los libres
pensadores, los impíos, los incrédulos, los
herejes, los ateos, los deístas, los materia
listas, los comunistas, etf-., etc., etc. porque
á todos y á cada uno en particular le con
viene aquello de la fabula que dice asi:

Sobre uua torre elevada La de su orgullo.


De pie estaba un rapazuelo Así son todos los in
crédulos.
Y á la caterva de abajo Ellos sabefi a quien
entienden.
Menospreciaba soberbio. Quién como yo? di
cen.
El simplecillo creia Tal es su ignoran
cia y necedad.
Al verse en tan alto suelo De la impiedad y
masonería.
Ser uno de aquellos hombres Los libres pensadores
y libre cultistas.
Que gigante» llama el pueblo. Sí, quién come Yo?
i
412
Adios, señor padre: nada tema vd., yo lo
tendré al tanto de lo que digan los periódi-
quillos.
Min. Adios Padre, le hago las mismas
ofertas que mi compañero: Si algo dijeren
contra su obra, se lo notificaremos á vd, y
tendremos el gusto de dar al público una
segunda parte.
CAPITULO XIII.
Delos libres pensadores, y modo de resistir BUS
ataques contra el catolicismo.

Cat. Buenos dias le de Dios, señor padre


¿cómo ha seguido en su salud?
Sac. Muy bien gracias á Dios. Pero vd.
está enfermo señor mio? Q,ué tiené vd?
Min. Nada señor. Estoy bueno, pero en
gran manera afligido, y aun sumamente
afligido. Nos hemos hablado muchas veces
con el señor católico, y nuestro corazon des
maya. Ah eeñor mio! qué enemigos tan fu
ribundos y tan diestros los que acaban de
levantarse contra la religion católica
Me parece que dan con la campanilla?....
Será á no dudarlo el señor católico.
Cat. Buenos dias, señores. Cuánto gusto
tengo de encontrarlos ya reunidos/ Mi pena
414
es grande, muy grande, y tenga necesidad
señor padre, de las luces de vd., para que
mi fé no desmaye.
Sac. Pues qué ha sucedido? Cuál es la
causa que tanto, tanto los ha llenado de
afliccion?

I- —«OCIE DAD DE LOS JLIBRES PENSADORES,


SU OBJETO Y SU REFUTACION.

Caú. ¡Pues qué/ acaso no tiene vd. cono


cimiento de ello? Sí señor mio: yo estoy
muy apesadumbrado, el señor ministro es
tá Heno de afliccion, y una gran parte de
México se encuentra desconsolada, y con
razon, porque nunca jamás, jamás se habia
visto cosa semejante.
Sac. ¿Qué cosa es esta, que tanto les ha
llenado de terror? Yo veo que los dos están
poseidos de un terror pánico, y esto no es
bueno, ya porque no hay razon, ya par que
hay otros modos, de hacer frente á las difi
cultades, sean estas las que fueren, y tanto
mas, cuanto que las del impío, siempre son
como nada.
Cat. [Hablamos del establecimiento de
los libre pensadores, cuyo objeto ya losa-
415
be vd. ¡Ah qué será de México/ que será
de la fé, de la gente sencilla! qué será de
tantos que tienen una fé no tan bien arrai
gada como debieran?
Sac. Sabe vd. lo que seria? Q,ue estos
buenos señores se afirmarán en la fé, y que
la de Jos otros, sin perder un ápice de su
sencillez, se hará mas ilustrada por las obras
buenas que procurarán leer, Üe modo que
en. cnanto es dable, yo doy gracias á estos
señores, por el establecimiento de la socie
dad, aun por su solemne establecimiento, y
aun por las sucursales anunciadas. Tan
lejos estoy de apesadumbrarme por este
hecho!
Min* Pero señor padre, por ventura no
está vd. al tanto de su fin, no sabe quiénes
son en México, los tibie pensadores? no sa
be quiénes figuran en las sucursales? no
sabe quiénes tomaron las riendas de la so
ciedad en general?
"Sac. Todo lo sé, y se tambien que es una
obra mala, que ningun católico puede alis
tarse á ella, que estos señores, quedan vo
luntariamente excomulgados; y que van á
llenarse de tanta gloria, que vivirán como
unos brutos, y morirán como unos anima
les. Yo siento su desgracia, porque son
hermanos mios, pero no siento el temor de
416
vdes., al contrario, veo en cada uno de ellos
un defensor de la fé, y en cada uno de sus
artículos una nueva prueba en favor de la
religion.
Caí. Pero señor padre, se chancea vd., ó
lo han informado mal.
Sac. Digo señor mio, lo que siento, y lo
que es no se pu-de dudar que esos infelices
se separan de la religion católica, que son
unos verdaderos apóstatas, que reniegan de
Jesucristo, que ap recerán en sus produc
ciones como hereges,' cismáticos, impíos, in
crédulos, ateos, deístas, comunistas, mate
rialistas, espiritistas y muchas veces en una
seman. , y aun quizás eo el artículo de un
solo dia, lo cual nos indica, que hemos de
hacer tanto caso de sus dichos, como si fue-
reti de los orates de San Hipólito. Siendo
esto así, ¿á qué vienen señores á apesadum
brarse.
Min. Ya respifo.... me parece queme
encuentro en una n<¡eva atmósfera; pero sus
artículos?
Site. ¿Y qué, tan pronto se han ol vi lado
vdes. de mi recetalJío saben que lo que di
je contra los que'atacaran mi obra del Pro
testantismo y la Franc-masonería, deDe es-
teriderse á toda obra dispuesta contra la reli
gion en general, y en particular? Señor ca
411
tólico sírvase vd. formular mi recota, y por
partes, y bien explicada. '
Cat. Voy á hacerlo con toda puntualidad,
segun me acordare:
1. <° A los quo empleen el chiste, la bur
la, ó la zumba, en vez de razones, para pro
bar lo que ellos intentan, como malos lógi
cos y peores filósofos, cien pitazos para cada
artículo, los títulos de Tan, Tan, y el de
bajo, grosero y bufon.
2. re A los que empleen la mentira, la
calumnia y la vana declamacion, en vez de
razones, para probar les que ellos intentan,
como malos lógicos, peores filósofos, falsos,
y depravados cristianos, para cada artículo
cien pitazos, otros tantos campanillazos, y
tres veces el merecido título de Tan, Tan.
3 f A los que en vez de pruebas para asen
tar sus falsedades y herejías, se porten en la
disputa ó en descrito de modo que puedan
iíamarse reidores, chistosos, preguntones
y falsos racisinadares, por cada artículo,
cien pitazos, docenay media de campanilla
zos, y con los títulos no ya de Tan, Tan;
sino de solemnes hombronazos.
4. rt A todos aquellos, que cubiertos con
el bien decir, en vez de razones que prue^
ben ¡o que ellos intentan emplean objecio
nes imaginarias, por cada artículo, despues
418
de haberlo examinado bien, y encontrado
fallo, cien pitazos, cien campanillazos, cuan
tos hombronazos se necesitaren, y si todo
esto aun no bastare, le procuraremos un
buen cabestrazo.
5. a A todos aquellos que en los ataques
que dirijen contra la religion, sé acréditen
de necios, á pesar de su tono magistral, por
que en vez de razon no se ve otra cosa que
la tonteiia del que escribio, y que su espíri
tu limitado no le deja ver ni las estrellasen
una noche serena, para semejantes atrevi
dos están destinados, no ya los pitazos, ni
los campanillazos, ni los hombronazos, sino
que es necesario poner á su disposicion, to
da la docena de cabestra zos.
6. a A todos aquellos que en vez de ra
zones, solo alegan las objeciones de los ma
les que se han hecho con el pretesto de la
religion, como la tontería de esos es sin rae-
ilida, dejando aparte los pitazos y los cam
panillazos, y los hombronazos, y los ¡abes-
trazos, hacerles ver que ellos mismos de su
propio movimiento su curen, tomando la
cuarta parte de' los botellazos, porque la
Iglesia, siempre ha-cUmado, y siempre cía
mará contra los abusos, por esto como fu
turo habitante de la casa de los orates, he
419
mos creído, que solo él mismo podria curar
se á botellazos.
Sac. Muy bien, señor católico, veo que
aprendio vd. la leccion como era de espe
rarse; ahora solo falta, que los jóvenes, y no
jóvenes, y aun todos los que saben leer,
aprendan el modo de examinar los escritos,
y señalarles luego la receta conveniente, y
con esto tiene vd. convertidos todos los ar
tículos de los libre pensadores en otras tan
tas armas que defienden la religion, y los
liene vd. por do quiera refutados en pú
blico y enjsecreto como solemnes majaderos
y verá vd. eomo por encanto que los repar
tidores, y aun los ciegos lo publican así:
Yace el libre pensador
En pensamiento de palo:
Y acabó no por ser malo,
Sino por pensar mejor.

2. — LOS LIBR.I PENSADORES CLAMANDO,


CONTRA LA SUPERSTICIÓN.

Min. A la verdad padre mio, ya no temo


la falsedad de cuanto pueden decirnos tan
pobres señores, porque con su receta en la
420
mano, se verá que son como un cero á la
izquierda; pero supongamos que nos atacan
llamándonos supersticiosos, y nos llaman
así porque cumplimos con una práctica re
ligiosa que nos ha impuesto el mismo Dios,
ó la Iglesia nuestra madre, ¿cómo nos de
fenderemos? ¿cómo trocaremos sus armas en
ventaja nuestra? ^
Sac. Trocaremos sus argumentos en ven
taja nuestra, poniendo en claro la cuestion,
y despues de haber examinado sus escritos,
y sujetados á sus recetas; hacer toda la con
cesion inmaginable y sacar la consecuencia
que ellos no esperan, aunque es la legítima
y la mas exacta.
Para que lo vea vd. claro, voy á ponerlo
en práctica coa el asunto que me ha indi
cado que es la supersticion. Convengo con
vd. señor libre pensador, en afirmar que la
supersticion es el mas terrible azote del gé
nero humano, ella la que embrutece los es
píritus débiles, la qua ciega los sencillos, y
la que causa por toda» paites niales espan
tosos. La supersticion hace incapaz á un
gobierno de regir á un pueblo y aun de co
municarle un medio bienestar, y cuando el
pueblo es supersticioso, se levanta contra el
gobierno, sofoca todos los bienes naturales,
endurece los corazones para la caridad y aun
421 .
loa cierra á todo sentimiento de compasion
y ternura. La supersticion siembra el espí-
tu de disputa, atiza la discordia, esparce por
todas partes el incendio, anima al asesinato
y á la camiceria mas atroz. La supersticion
en fin, tiene por compañeros inseparables
á la perfidia y traicion, todos los vicios
forman su acompañamiento, la alimentan
con sus furores, sus victimas son millares
de hombres, torrentes de sangre inundan
ios lugares donde reina, y siendo ademas
el mas horrible monstruo, es la mayor pesa
dilla de todas las que gravitan sobre el gé-
ñero humano.
Convengo que es todo esto y mucho mas
la supersticion, ¿pero quién es el superticio-
so? No, no lo es ciertamente la religion ca
tólica, sino que al contrario ella la ha des
terrado de sobre la tierra por medio del
ministerio sacerdotal; y nosotros los sacerdo
tes podríamos ser los defensores de la su
persticion? El género humano es deudor al
sacerdocio de haber desterrado la idolatría
de todo el mundo, la cual no es otra cosa
que el conjunto de todas las supersticiones.
Pedro, Pablo, todos los apóstoles, todos los
obispos y los sacerdoies han destruido mil
y mil cultos tan absurdos como inhumanos;
ellos han arrojado del cielo ese vil rebaño de

s
422
dioses que habia introducido en él la tan
poderosa é ilustrada GreGia; ellos desterra-
ron de la antigua Roma todas las supersti
ciones del mundo que se habian refugiado
en ella; y ellos han dejado á la tierra con
una nueva religion, que abomina y odia á
los supersticiosos;
Ahora pregunto ¿la religion cristiana que
esencialmente es antisupersticiosa, podrá
decirse que enseña la snpérsticion? De nin
gun modo, en ningun tiempo, y por ningun
título. Quiénes sonólos supersticiosos? No
la religion que la abomina, no los sacerdo
tes que la combaten sin cesar en sus ins
trucciones y enseñanza publica, y procuran
abolir las supersticiones groseras y ridiculas
que se hallan establecidas entre los pue
blos.
Ahora bien, ¿quiénes son los supersticio
sos? los libres pensadores. Quiénes son los
padres de la arraigada supersticion de nues
tros dias? los libres pensadores. Quiénes
son los que la defienden bajo el título de li
bertad de conciencia? los libres pensadores.
En efecto, esos hombres pon los que han
adoptado las supersticiones, y como Juliano
el apóstatn, en todo creen menos en Dios y
en su Iglesia; ellos son los supersticiosos,
porque desterrada de su corazon la fé, ad-
423
miten una credulidad pueril de cuanto les
dicen sus adeptos; ellos han renunciado á
las prácticas de la Iglesia, y siguen sus pro
pias y fantásticas prácticas; en una palabra,
los libres pensadores son supersticiosos en
sumo grado, porque creen en todo menos
en Dios, en el. Evangelio y en su Iglesia.
Miserables incrédulos! Miserables protes
tantes! Miserables masones/ Miserables li
bres pensadores! Como Saul, abandonan á
Dios y á su religion y consultan á una pi-
toniza, es decir, al demonio llamado Piton!
No creen en el ministerio del sacerdote que
funge en nombre de Jesucristo, y tienen la
debilidad de evocar á los muertos y aun de
conservarlos! No creen áDios ni en Dios,
y son tan crédulos que consultan á los de
monios. Tal es la historia del espiritismo,
el conjunto de las mas horribles snpers li
ciones! tal es la historia de los incrédnlos ó
impíos como lo dicen sus mesas parlantcsl
Tal es la historia de ios libres pensadores
como nos lo demuestran las mugeres que
aparecen feniendo á Piton/ Por consiguien
te, condenamos, odiamos y detestamos á to
da supersticion: suplicamos álos libres pen
sadores que clamen contra la supersticion
hasta mas no poder, y les suplicamos que
se acuerden que ellos son los supersticiosos,
424
y de ningun modo el catolicismc ó sus mi
nistros o los católicos que cumplen con el
Evangelio: y que son supersticiosos en tanto
grado, que son ya dos muertos los que con
servan sin enterrar en solo la ciudad de Mé
xico. Es probable que ni los antiguos in
dios les ganarían en esta clase de sopers-
ticion.

3.—LOS LIBRES PENSADORES CLAMANDO


CONTRA ÉL FANATISMO.

Caí. Animado me tiene su conducta, se


ñor padre. Yo habia pensado mas de una
vez que los católicos no podian llamarse su
persticiosos, porque cumplen lo que Dios
manda y lo que manda la Iglesia en nombre
de Dio¡>, pero jamás me ocurrio plantear la
cuestion de un modo tan claro como esac-
to; pero lo dicho ahora por vd. me ha hecho
ver con toda claridad lo que.solo habia vis
lumbrado, y le aseguro á vd. que ya no te
mo á los libres pensadores en esta materia.
Min. Señor Padre, me place del todo su
discurso: es una verdad cuanto nos ha di
cho, y no son los católicos, y mucho menos
los ministros de la religion católica los su
persticiosos; pero sí lo son, y de una mane
425
ía horrible los libres pensadores. Si no fue
ra por no entretenernos, contaría á vd. los
actos de supersticion á que se entregaron
esos ciegos en la enfermedad y muerte del
S. N. Ese infeliz era católico, creyó por
mucho tiempo como buen mexicano; mas
despues se hizo tan supersticioso, que de
jando á Dios, se dejó conducir por el demo
nio y por toda la série de las mas viles y
nefandas supersticiones. Sus admiradores
dieron todavía un paso mas, porque habien
do muerto como un malvado, y hallándose
de. seguro recibiendo e! horrible castigo de
sus crímenes, no se contentaron con alzar
las cosas de su uso y admirarlas, y aun
dar les cierto género de adoracion, sino que
se quedaron hasta con su cuerpo, no lo en
tinaron, y lo guarda todavía el S. N., que
vive en México, on la calle.... pero para
(|tié decirlo? el individuo es bien conocido,
y ostenta de una manera tan clara como
enérgica hasta qué punto los libres ppnsa-
dores son supersticiosos: y no podia ser de
otro modo, ya que son los hijos mimados de
la francmasonería.
Caí. Todo esto señor mio han hecho en
México? Verdaderamente solo un orate de
San Hipólito es capaz de semejante proce
der. Pero cómo defendernos del fanatismo?
28
426
Sac. Siguiendo el mismo camino, y ha
ciéndolo prácticamente, diré al libre pensa
dor. Convengo con vd. que el fanatismo
deshonra la religion, y que es un monstruo
tan abominable que es su mejor contrario;
el fanático es tan enemigo de la verdad, que
mira como un ultraje los pormenores que
le demuestran; y el fanático, en fin, es el
primo hermano del supersticioso. Pero
quién es el fanático? Jamás lo será un buen
católico, del mismo modo que no puede ser
supersticioso; porque si el uno es el frenesí
del celo, el otro es el delirio de la piedad; y
porque si el primero es la enfermedad de
los espíritus violentos, el segundo es la en
fermedad de los débiles: y ambos á dos ultra
jan la religion. ¿Cómo pues un católico po
drá ser fanático? No se concibe, porque la
Religion Católica lo detesta, y ella misma ae
junta con vdes, para declamar con el fana
tismo. Pero quién es el fanático? Un buen
católioo jamás lo ha sido, ni lo puede ser.
Convengo que es intolerante en cuanto no
tolera que ninguna otra secta mezcle su
cieno impuro eon su doctrina sin mancilla.
Convengo que se niega á admitir en su co
munion á los que quieren mezclar sus razo
nes humanas, con el depósito de la fe; pero
esta intolerancia no es fanatismo, porque
427
ella no persigue, no castiga, no destruye.
¡Ojalá que se conozca bien esta verdad! mu
cho se dice contra esta doctrina, pero son
otras tantas calumnias. Por otra parte, el
Evangelio nos garantiza que Jesucristo to*
leraba á los saduceos, recibia con bondad á
la adúltera, perdonaba á una pública peca^
dora, y aun defendía á la Magdalena, y co
mía con los publícanos y daba el beso á Ju
das. Pero qué hace contra los fanáticos de
su tiempo? Multiplica los anatemas contra
ellos, los llama serpientes, raza de vívoras
los mas culpables de entre los hombres, y
los que debian temer un juicio el mas rigu-
ioso: ¡uego está claramente demostrado que
un buen católico no puedo ser fanático.
Pues quiénei son los fanaticos? los pro
testantes, los masones, los impíos, los incré
dulos, los materialistas, los ateos, los deis-
tas, los libro cultista- y de un modo especial
los libre pensadores; por esto les damos las
gracias, porque clamando contra el fanatis
mo, nos ayudan á arranca:- del campo de la
Iglesia, semilla tan criminal y nos justifican
ante la sociedad, üllos atizaron el fanatismo
para acabar con lo mas santo y sagrado de
la religion: ellos como perseguidores no son
creyentes sino fanáticos: alborotan al mun
do á nombre de la religion y no solo no
428
quieren creer, sí que tambien con su fana
tismo no dejan en paz á los que creen. Qué
cosa es sino un fanático? Es aquel que se
deja llevar de un arrebato ciego, y de opi
niones que abraza temerariamente. Esto
no lo hace un buen católico; y nunca jamas
lo ha hecho, y mucho menos lo puede hacer
un buen sacerdote, porque esta conducta es
propia de los protestantes, de los masones,
de los libres pensadores y demas caterva de
ciegos. Sí, semejantes hombres son los
fanaticos mas sanguinarios, y se hacen reos
de los odios mas ocultos y envenenados, de
venganzas bajas é indignas tramoyas. Ellos
matan á los católicos religiosamente enve
nenándolos con el error, género de muerte
cien veces peor que el asesinato; porque
gritando contra el fanatismo y la supersti
cion, rompen el freno saludable de la re
ligion católica, y quieren hacerlos protes
tantes, masones, impíos, incrédulos, ma
terialistas, libres pensadores, libre cultistas
y demas monstruos horribles de la humani
dad. Ellos en fin, hacen correr la sangre de
todos aquellos que les son contrarios en cir
cunstancias dadas. Convenimos que seme-
jantes fanáticos predican desde luego la
dulzura y la paciencia, pero es cuando son
débiles; mas cuando son fuertes, qué no han
429
hecho en todas partes? En México mismo
qué no han hecho? Oreemos mejor echar un
velo á esa turba de fanáticos que en los íjl-
timos diez años han hecho toda especie de
mal, y de un mo Jo el mas terrible y aterra
dor. Tan cierto es que nuestros prohombres
en vez de levantar el grito contra el fana
tismo debieran cerciorarse de que ellos son
los fanáticos y son cien veces mas fanáti
cos contra la verdad que nosotros contra el
error/

4. —LOS LIBRES PENSADORES CLAMANBO


CONTRA EL CLERO.

Caí. Ahora si que no temo á los libres


pensadores tanto si dicen contra la supersti
cion, como si claman contra e! fanatismo;
pero segun estoy informado clamarán tam
bien contra los escándalos de los ministros
del santuario: y cómo nos defenderemos?
Sac. Casi siempre podrí« hacerse per me
dio de un solemne mentís, pues la mayor
parte de dichas declamaciones no tienen
otro fundamento, que la mentira y la calum
nia: y porque como malos filósofos y peo-
íes lógicos, de las faltas de un sacerdote,
430
claman contra todos los sacerdotes, contra
los curas, contra los canónigos, contra los
obispos, contra los Papas y contra toda la
religion. Ademas conviene recordarles las
siguientes verdades.
1. * Q,ue la inocencia de costumbres no
debe hallarse necesariamente en los predi
cadores de la verdad; la tuvo Jesucristo, la
tuvieron los apóstoles, la han tenido millo-
neis de santos, la tienen igualmente un ná
mero tan crecido como respetable; pero no
es necesario que la tengan todos; y es una
cosa muy vana hacer servir de argumento
contra Dios, el escándalo dado por los hom
bres ministros del aliar, y escándalo que es
necesario que le baya, como dice el mismo
Jesucristo.
2. tó Acusa al clero diciendo que no ha
ce lo que dice. Y vd. señor libre pensador
¿qué es lo que hace? cómo tiene su corazon?
cuales son los remordimientos de su con
ciencia? Examínese, y si acaso se encuen
tra sin pecado, arrójele vd. la primera pie
dra; Ah/ tiemble vd., porque si la verdad
no debe hallarse sino en boca de la virtud,
es bien claro que nuestros libres pensadores
no dicen comunmente la verdad. No temer;
semejantes hombres que el clero se mueva
á resucitar contra ellos acusaciones mucho
431
mas graves, y cien y cien veces mas ter- -
ribles/
Min. Señor padre, sobre los libres pen
sadores piense vd. y diga ademas cuanto
quiera; poique en verdad puedo asegurarle
que reunen en sí mismos todas las blasfe
mias de todos los tiempos y de todos los
individuos: y aun me atreveré á decir que
han hecho ellos lo que nadie habia hecho
hasta ahora. Vd, señor católico que tendrá
presente la conducta de Josué Carducci,
hágame el favor de referírsela al señor pa
dre, al menos en la sustancia,
Cat. Ese libre pensador, que es un franc
mason do la peor especie, pagado por el go
bierno italiano, para enseñar la literatura,
ha hecho lo que nadie habia hecho hasta
ahora. Los masones se habian contentado
con clamar contra el catolicismo, habian
dicho: abajo Cristo, abajo los Papas, abajo
¿a religion, abajo el catolicismo, abajo los
sacerdotes, abajo los frailes; pero el profe
sor Carducci, como príncipe entre los libres
pensadores compuso un himno á Satanás, y
permitio á un amigo suyo que lo publicase
con motivo de la inauguracion del Concilio
Ecuménico. No solo le dice tu, Satanás eres
ei señor de la Italia, sino que le invoca:
Principio inmenso del ser, tnateria y espí
432
ritu razon y sentimiento. Solo Sitan vive,
suyo es el poder.... Levántate materia.
Satanás es el vencedor .... Finalmente, in
vita á los pueblos á que se postren ante él..
Ya pasa oh pueblos Satanás el grande-
Pasa bienhechor montado en un carro de
fuego. ¡Salud Satanás! ¡Oli rebelion! ¡Oh
fuerza vengadora de la razon! Suban &
tí el incienso y los votos! . ...tu has vencido
al Jehová de los clérigos.
Sac. Verdaderamente nos hemos sentido
horrorizados.... pero de qué no es capaz un
libre pensador! ¿cuánto no podiamos decir
en sn contra para justificarnos? Mas no lo
haremos, pues no basta condenar á semejan
tes estraviados, á esos misántropos, que
siendo en la práctica la hez de las costum
bres, pasan toda su vida en decir mal de
las personas mas respetables. Mas no abu
saremos de nuestras fuerzas, porque segun
maestros principios, no debemos responderá
injurias mas que coa beneficios, y á calum
nias, solo con bendiciones.
/Pobres libres pensadores cuando claman
contra el clero/ Le exijeu lo que Jesucris
to no ha prometido; porque si las puertas
del infierno no prevalecerán contra la Igle
sia; pero no prometio que todos los sacerdo
tes siempre serian buenos, inmaculados y
433
sin tacha. El hombre de bien vive sin cri
men; pero no sin debilidad: vuestra crítica
no es justa, y la de un libre pensador debie
ra serlo. Vosotros reclamais contra los es
cándalos del clero, y no decís cosa alguna
de sus buenas obras: ponderais su debilidad,
y no decís una palabra de su virtud: llenais
el aire de declamaciones contra uno que
otro mal sacerdote, y dejais á infinitos que
han vivido y vivirán como unos santos.
A la verdad, vuestra conducta solo es
propia de un libre pensador; y como tales,
os haceis el grande honor de pegaros á las
álceras del enfermo, dejando en un todo su
par.te sana, y como animales carnívoros, de
jais las azucenas y los Uros, y encontrais
pasto delicioso, en un lugar inficionado, y
cubierto de cadáveres. ¿Y por qué? por que
al contemplar al sacerdote, no os fijais, en
sus grandes virtudes, sino que como enemi
gos crueles, os deteneis con placer, en las
obras de iniquidad que triunfan del hombre.
Así es el hombre que se apellida, el libre
pensador, así le conviene; que reflexione so
bre sua hechos!
, 434

5. -LOS LIBRE PENSADORES CONDENANDO

AL CLERO.

Cal. Yo observo señor padre, que los li


bre pensadores hacen mas, por que no se
contentan con declamar contra el Clero, si
que tambien lo condenan, lo cual me hace
ver la necesidad, de no ser tan humanos
contra unos hombres, que se hacen un de
ber de ser crueles, principalmente contra los
ministros del altar.
Sac Yo señor mio, deseo ser tan huma
no, que voy á darles las gracias del oficio
que han tomado, pues veo que es servir util
mente á la religion, hacer justicia, y ven
garla de los ultrajes que recibe de los malos
ministros, y aun me quedo obligado, á los
señores que se atreven á ridiculizarlos. Pero
quién se encargará de un oficio tan degra
dante ¿habrá libre pensador, de alma tan fir
me, y tan baja que lo adopte? obrar de e»ta
manera, no es obrar un triste ministerio y
casi degradarse al par del vicioso? Será él,'
el que ponga sus glorias en buscar los reos
y denunciarlos? será él, el que emprenda,
del ignominioso cargo de castigarlos? tendrá
bastante valor, para sacrificarse á la utili
435
dad pública? será la vara que castigue á los
hijos rebeldes? Muchas gracias, señores li
bre pensadores, porque pretenden un empleo
honorífico, y nosotros no podemos envidiár
selos: vahemos pensado estenderles los tí
tulos de verdugos de los ministros del Hijo
de Dios.
De hoy en adelante, que hasta el soplo
de su boca, cual viento impetuoso, purifique
el campo de la Iglesia, de los insectos que
roen sus frutos; que con sus manos hagan
retirar á sus cuevas esas bestias feroces, que
destruyen ¡a viña del Señor! ojalá que como
perros del abismo no cierren su boca contra
los prevaricadores! ojalá que como esclavos,
de los mas abyectos, limpien las cloacas y
los albañales de la casa de Dios! y plegué
al Señor tres veces Santo, que contribuyan
á sü modo, á la limpieza y adorno del San
tuario/ Ellos con su censura, vigilante é in
flexible, nos limpian del lodo que se nos
pega, vierten amargura saludable, sobre los
dias del voluptuoso levita, y le ponen en
claro la infamia de su conducta. Cómo no
dar ¡as gracias mas espresivas á nuestros
libres pensadores ¿Q,ué concierto tan admi
rable! que armonía tan extraña, como átil!
Nos odian, nos aborrecen, nos abominan, y
su abominacion, su aborrecimiento, su odio,
436
se convierte en nuestro mayor bien. Mu
chas gracias señores libres pensadores. Creed-
lo, os las damos de corazon: tan difícil y tan
bajo es el cargo qne habeis elegido!
/Q,ué contraste/ ellos sin amarnos ensan
grientan sus manos arrancando la zizaña,
las espinas y los cardos, que sofocaran la
mala semilla; ellos truenan contra aquellos
ministros, que hacen verter á la Iglesia,
amargo llanto, ellos se desatan en publico,
contra la corrupcion del género humano,
ellos declaman contra los que ostentan un
fausto que los envilece, ellas en suma, ejer
citan esa censura ríjida y severa cual con
viene á libres pensadores que, semejantes
á los escribas y fariseos, condenan á nuestro
Señor en la persona de sus ministros. Lo
repetimos, muchas gracias, muchas gracias
señores libres.
Con todo, nosotros los exhortamos para
que armen la opinion publica contra el vi
cio, lo ataquen con escritos llenos de fuego
y de luz, sienten á su Jado la ignominia, su
bleven contra él el universo entero, y con
tra él exitan un grito, general y duradero:
tan lejos están de perjudicarnos ios libres
pensadores en sus escritos contra el Clero/
Ojalá que adopten por fin ser el delator de
los malvados/ ojala que no se detengan has
437
ta subirlos a) patíbulo y degollarlos en é\!
Ojalá que con su mano atrevida, agarren
de una vez á todos los criminales! ojalá que
ellos mismos se tomen el trabajo de senten
ciarlos á muerte/., ojalá que ellos mismos
los arrastren al cadalso y á nombre del pue
blo, los degüellen con la espada de su len
gua, ó los marquen con el hierro de una in
famia eterna, y de un oprobio taíi ridículo
como indeleble; ¿Pero qué habrá entre los
ubres pensadores una alma degradada que
cumpla con este deber? /Ah! ejecutores de
altas obras! vuestro oficio es bajo, es degra
dante, y una alma bien nacida, no puede
llenarlo sin envilecerse. Pero de qué no es
capaz un libre pensador? Tan solo os reco
miendo que vuestras censuras sean pruden
tes, sabias y juiciosas y tan severas como
justas, que rijan las reglas de la equidad,
y nunca las arbitrarias de la pasion: hacién
dolo así, os hacemos la entrega in perpe-
tuum, de condenadores del Clero.

6c LOS LIBRES PENSADORES CLAMANDO


CONTRA LA IGLESIA.

Cat. Aunque me place mucho cuanto vd.


me ha dicho sobre los libres pensadores pe
438
ro debo advertir á vd. que semejantes per
sonajes nos dirigen otras objeciones que á ve
ees nos hacen callar; mas como yo he obser
vado que parace que vd. tiene un talisman,
que trasforma en pruebas que favorecen su
causa las mismas objeciones de sus contra-
rios, yo desearía que me lo indicara vd. de
modo que pudiera hacerlo despues. Cómo
responder, por ejemplo, á los libres pensado
res que dicen que los primeros discípulos del
Evangelio eran por lo comun personas vU
les, gente pobre y sin ningun hogar, sin li
teratura y sin talento; y sacan por conse
cuencia las supersticiones de aquellos tiem
pos, el fanatismo que los dirigía, y otras co
sas de este jaez?
Sac. Nada hay en todo esto que no sea fa
vorable al catolicismo, porque de lo dicho se
sigue, que los apóstoles y sus discípulos no
sedujeron con los artificios de una elocuen
cia engañadora, pue>to que por confesion
de los contrarios no la tenian; y que 1«
religion no debe sus progresos al génio, m
al talento, ni á las riquezas, ni al crédito,
ni á la consideracion de los que la adop
taron en el principio: luego esta objecion
hace brillar mas y mas que el dedo de Dios
fué el único operador de tantas glorias, y
que la ciencia de unos pescadorés conven
\ 439
cio de locura la ciencia de los filósofos, per
suadio á los sabios, convirtio á los empera
dores, y arrojó del mundo las tinieblas del
error. Ya vé vd, señor mio cómo la obje
cion del incrédulo puede convertirse en prue
ba que demuestre la divinidad de la re
ligion.
Cat. Y qué se responde á los que niegan
la conversion del emperador Constantino, y
aseguran que solo se hizo cristiano por po
lítica?
Sao. Se le prueba lo contrario por la apa
ricion que tuvo de la Santa Cruz y por los
documentos antiquísimos en los que cons
ta sn conversion, señalando si es necesario
quién lo bautizó, y las innumerables obras
que hizi<, las cuales revelan que era un fer
viente cristiano. Pero si Constantino solo
se convirtio por política á fin de autorizar
sé con los cristianos contra Maxencio bu ri
val, mejor para nosotros; porque en este ca
so se debe convenir que los cristianos eran
muchos y tan poderosos que Constantino
los creyó capaces de sostenerle contra un
príncipe tan terrible: luego los cristianos
formaban ya un todo tan numeroso y acre
ditado, que era capaz.de contrabalancear
el partido de la idolatría^ luego el dedo de
Dios lo hizo todo; luego el catolicismo no es
440
una religion humana sino divina; luego la
objecion del descreido se convierte en prueba
que demuestra la divinidad de la religion.
Caí. Y cuando ataque» los milagros di
ciendo que tambien los hizo Apolonio ¿qué
se responde?
Seca Que no es cierto que Apolonio de
Tianea haya hecho milagros, porque solo
consta por Filostrato que lo escribio cien
años despues de la muerte de su héroe. Es
tos milagros no tienen testigos que se de
jen degollar; á no ser que vd. presente á un
libre pensador; pero los católicos decimos
que es imposible que hayan sido, porque
debieran haberse hecho en favor de la ido
latría, lo cual es absurdo. Pero supongá
moslos: en este caso se multiplican ios obs
táculos á los apóstoies: y se asegura que
habiendo convertido el mundo al cristianis
mo, ellos hicieron mayores milagt»s\ y mi
lagros que tuvieron tal superioridad sobre
!os del impostor que hace muchos siglos que
nadie piensa en él; mientras que el mundo
cristiano, publica por todas partes los mi
lagros de los apóstoles.
Caí. Y sobre lac contradiciones de la Bi
blia qué me dice vd?
Sac. El señor ministro contestará á vd
441
muy bien, porque está al tanto de semejan
tes objeciones.
Min. No señor mio, en !a escritura no
hay contradicciones reales, solo son aparien
cias, porque conservando la realidad de los
hechos caen tan solo sobre sus circunstan
cias. Esto que presenta el incrédulo como
un triunfo, es á la verdad su verdadera der
rota; porque estas contradicciones ligeras,
aseguran la sinceridad de los testigos evan
gélicos, y dest.ierra tod t sospecha d« man
comunidad. Pero señor padre, he Sido de--
cir á los señores libres pensadores que la
fuerza del cristianismo está en las preocu
paciones de la educacion? Deseo que me
aclare bien este punto.
Bac. Convengo que de hecho es así, y por
tanto, yo tambien lo digo; convengo que las
preocupaciones son humanamente' invensi-
bles, y que se necesita un milagro para
triunfar de ellas; convengo que las primeras
impresiones son las mas profundas, y du
rables, que el ejemplo y la autoridad pro
ducen grandes efectos, y que solo Dios pue
de borrar estos sentimientos. Ma* todo es- '
to prueba la divinidad de la religion, porque
ella tuvo que luchar con semejantes esfuer-
»os, y los apóstoles á pesar de las preocu
paciones que autorizaban la idolatra, el
29
442
libertinajejr el placer, hicieron al mundo
cristiano. Luego este obra es la del Omni
poténte que hizo el gran milagro de borrar
de los hijos la creencia que habian recibido
de sus padres: así es cierto que toda objecion
puede convertirse en argumento en favor
del cristianismo.' así es cierto que lo que
parece un golpe mortal, se convierte en su
mayor gloria!

7.,—RFUTACION BE LAS OBRAS DE LOS


LIBRES PENSADORES.

Gat, Como he observado que los enemi


gas de la religion no dicen cosas nuevas,
sino que son unos viles plagiarios de loque
han dicho otros impíos, yo desearía que dos
notara vd. las principales objeciones ense
ñándonos el modo de convertirlas en nues
tra utilidad.
Sac. Esto es fácil, sin embargo como uno
se las ha de haber con libres pensadores que
traen ideas nuevas, como esta de cantar ib
himno á Satanás, tal vez no será tan fácil
que digamos; con todo creo que puede ase
gurarse que prensando sus escritos para es
443
primir su veneno, no se hallará cosa algu
na que no pueda reducirse: á los apóstoles,
á las escrituras, profesias> milagros, miste
rios, moral impracticable ó abusos, Pues
todas estas objeciones pueden reducirse á
polvo, siguiendo el método anunciado.
Convenimos que los apóstoles están des
acreditados, que no tuvieron el apoyo de las
Escrituras, ni la fuerza de los milagros, ni
el instrumento de las profecías, y que si
los misterios nos enojan, el yugo del evan
gelio y la moral cristiana son pesados; pero
también debe convenirse que han sido católi
cos los mayores génios, los hombres mas sa
bios, los talentos mas privilegiados como
Orígenes, Tertuliano y Cipriano; Agustín,
Gerónimo, Ambrosio y Crisóstomo; los Basi
lios, los Gregorios, los Eusebios...y por decir-
loen una palabra, la lista de hombres gram
dea que han mirado á la religion católica co
mo de Dios, es capaz de conmover, aun antes
del exámen á los mejores espíritus, porque
figura') en ella tambien Galileo que la amó,
Pascal que la defendio, Newton que, creyó,
Descartes que la respetó .... y por decirlo
en una palabra, lantos hombres célebres en
todos los ramos del saber humano. Cómo
se explica este hecho? Luego es falso cuan
to nos dicen los libres pensadores; luego los
444
apóstoles son lo que dijimos, y tuvieron todos
los medios propios para una obra tan colo
sal, y si no ¿cómo la hicieron? Aguardamos
su respuesta.
Recorriendo todos los climas y'*pregun-
tando á todas las naciones sobre su creen
cia, nos dicen: nosotros creemos lo que voso
tros creeis, y esto lo hizo la religion católica,
y lo hizo en poco tiempo, ó mejor diremos, lo
hicieron doce apóstoles, y como dicen los
libres pensadores, sin profecías que hayan
piecedido, sin milagros que hayan obrado,
y sin medio alguno de ningun género: por
otra parte, misterios increíbles, moral incó
moda y toda clase de obstácuLos. Y cuál
es la conclusion? Que á pesar de todo esto
el mundo es cristiano. Y quién lo ha hecho?
quién lo ha convertido? Luego como dice
San Agustín: El mayor de los milagros, es
que el mundo se haya convertido sin mila
gros, sin profecías y con todos los obstá
culos indicados. Pobres libres pensadores/
Sus objeciones se han convertido en una
serje de argumentos que demuestran la di
vinidad del cristianismo: porque la conver
sion del mundo se verificó, y negando á los
apóstoles todo socorro, han de convenir qu»
la obró directamente el mismo Dios: tan ma.
- avilloso así es este hecho/ tan grande» d»
445
bieron ser los prodigios! Los apóstoles ig-
norantes, sin talento, sin el poder del oro y
del hierro, y aun sin los recursos de la po>
lítica, se alzaron contra la creencia univer
sal, vencieron á todos, á todos anonadaron,
arrancaron las antiguas creencias, las su
persticiones y el fanatismo, y el mundo fué
cristiano, continuó siendo cristiano, y hoy
es cristiano mas que nunca; tan patente es
el brazo del Omnipotente obrando en sn
favor.
Cal. Si los libres pensadores reflexiona
ran nn poco mas, no hablarían tanto contra
la religion, porque cuanto mas claman contra
los apóstoles, contra la Iglesia, contra su
gerarquia, contra los milagros y profecías,
tanto mas multiplican los obstáculos que los
apóstoles tuvieron que vencer, y tanto mas
■e multiplican las pruebas de la divinidad
de la religion católica; porque á pesar do
todo, el mundo es cristiano.
Sac. Como en conclusion de todo lo di
cho, y eterno baldon de libres pensadores,
deseo que vdes. en el establecimiento del
cristianismo noten lo que puede llamarse
el grande milagro, el prodigio sin segundo
y la maravilla continnada de diez y nuevo
siglos, á saber: que la religion fué abraza
da por ?nillares d» hombr»a y de mujeres
446
/fe niños y de ancianos, de sabios é igno
rantes, de sacerdotes idólatras y de segla
res .... y fué abrazada á costa de la pér
dida de todos los bienes y de la propia vi
da; de cubrirse de infamia y siendo el epro-
i bio del universo .. . . y fué abrazada cuan-
I do solo mostraba trabajos, mortificaciones,
destierros, cadenas, tormentos, hog?ieras y
los mas acerbos suplicios ....y fué abra
zada á pesar de que la enorme masa del
imperio romano cayó sobre ella como un
rayo para aplastarla con su peso irresisti
ble. ... . yfué abrazada no obstante de que
todas las naciones se arrojaron sobre los
apóstoles y primeros fieles para aniquilar
los.... Y cómo se verificó? Esto era real
mente dificultosísimo, y era humanamente
imposible, y sin embargo, se ha verificado.
Cómo pudieron doce ignorantes poner la
ley á todo el universo? No pudieron hacerlo
humanamente; lo hicieron sí divinamente:
lo hicieron, porque Jesucristo Dios y Hom
bre verdadero fundó la religion cristiana, y
como esta era divina, y los apóstoles obraron
divinamente, por esto triunfó su poder de
las rebeldías do la carne y de la sangre, del
cuerpo y del espíritu, y él mundo Fe hizo
cristiano: con este argumento quedan refu
tadas todas las ideas de los libres pensado
447
res contra la religion que miran á los ap6s-
toles, á los primitivos cristianos, á la fuerza
de 1a educacion, á los milagros, á las pro
fecías y á la moral.
Min. Señor padre estoy admirado de la
conducta de vd., y veo que colocado frente
á frente con los libres pensadores les dirá:
señores, tomen vdes. testimonios de mis con
fesiones, y no las retracto; sino que admito
que los apóstoles y milagros, los misterios
y la moral, todo es vil 6 imposible, absur
do ó impracticable; pero no obstante de to
das mis confesiones, cada uno de vdes.
debera convenir conmigo que el universo es
cristiano, que el universo cree estos misterios
incomprensibles, que el universo se ha so
metida á la ley severa del Evangelio, y que
honra todavía á esos Gaüleos groseros é ig
norantes. Verdaderamente la conversion del
mundo, es un milagro de primer orden, y
,eomo«l conjunto de los demas milagros.
Caí. Ahora comienzo á aprovechar el
valor de las dificultades de los libres pensa
dores/ ahora comienzo á estimar sus teme
rarias negaciones! ahora le agradezco infi
nito á vd., señor padre, el que haya puesto,
á mi disposicion una prueba tan concluyen-
te! Porque uno puede decirse, el universo
es cristiano y esto es lo que_ se trata de espli-
448
carme, porque la cansa de esta docilidad de
¿ todo el mundo no puede ser efecto sinodel
milagro, y se necesita una série de milagros,
y milagros tanto mayores y di primer or
den, cnanto que segun asientan los libres
pensadores la religion era una farza, los
apóstoles unos embaucadores, la moral se-
verísima, el proyecto era inaudito y si»
ejemplo; y no obstante tanta dificultad y re
sistencias hurcanas invencibles, todo se ha
superado, la religion ha quedado fundada,
y el mundo es cristiano.... Ahora com
prendo señor padre, por qué vd. se alegraba,
pues veia vd. ya, que nunca se tiene mayor
fé, que cuando bla fema el impío, porque
con mis negaciones ilustra mas el hecho, y
comunica mas luz que la manifestacion y
argumentos de muchos doctores. Muchas
gracias, mueho se lo estimamos señores li
bres pensadores.

8. —UNA PALABRA A TODOS LOS IMPIOs


Y DESCREIDOS.

Sijc. Ya veo señores que se han aprovc


chado bien, y que han encontrado el modo
de convertir en pruebas de la divinidad del
catolicismo á todas las objeciones de la im-
449
piedad y principalmente de los libres pen-x
sadores, como que piensan tan á la moda que \
hasta dedican himnos á Satanás. En suma
para refutar de una vez á todos los libres
pensadores y demas descreidos, practiquen
lo siguiente:
1. ** Convengan que los apóstoles eran
groseros y poco instruidos, hombres sin le
tras y personas viles y despreciables; gente
de mar, idiotas y estupidos; porque mal que
les pese deben confesar que la religion es
divina, ya que una gente tan inutil y pobrí-
sima triunfó de toda la tierra, de los mejo
res talentos, de toda la astucia y aun de las
persecuciones. Puede darse mayor milagro?
Y milagro tanto mas patente cuanto que
los libres pensadores con sus raudales de
instruccion no han triunfado ni siquiera del
mas estúpido pordiosero. Y sino preséntese
nos uno solo que esté dispuesto á seguir sus
doctrinas hasta morir, no obstante de con
tar setenta y ocho- corresponsales. Pero
quién como el libre pensador?
2 f Convengan con semejantes pirrónicos
que el cristianismo 'no tiene milagro», por
que negarse á creerlos es multiplicarlos, ya
que los apóstoles se dividieron el mundo y
lo hicieron cristiano. Ellos atacan á un tiem
po todos los errores, echan por el suelo
450
fk supersticiones, sacan la divinidad del pro-
/ecto de su propia humillacion, crian un
pueblo nuevo, ejercen sobre los corazones
un poder divino, se atreven á decir verdades
nuevas, fuertes, severas y misteriosas y así
dominan al pueblo soberano que dominaba
al mundo. Y cuáles fueron sus medios?
Nosotros decimos que fueron los milagros;
pero negándolos con losübres pensadores, es
preciso decir que no tuvieron ningun medio,
que no hubo medios humanos, y que lo hizo
todo la accion visible de Dios. Cómo lo hi
cieron? No humanamente, porque nada te
man que pudiese favorecerles, segun el li
bre pensador; no divinamente, porque segun
él, dos veces nécio y temerario y no menos
favorable á nuestra causa, los apóstoles no
tuvieron el don de milagros: luego no pu-
diendo negar la. conversion del mundo al
cristianismo, ha de confesarse que esta obra
la hizo Dios. Cuánto aumentan los señores
libres pensadores la gloria de los triunfos de
la religion/ cuan sensible y presente osten
tan la accion formal del dedo de Dios! cómo
hacen nacer mayores prodigios que los que
ponen en duda! Tan cierto es que negarse
á recibir los milagros es multiplicarlos/ Gra
cias, mil y mil gracias señores, porque su
condueta es una prueba de las mas convin
451
cente» de la divinidad de la religion catós
lica.
3, <* Convengan que los misterios, son'
increíbles, que los apóstoles estaban desti
tuidos de todo auxilio humano, y sin lá
fuerza de la elocuencia en el decir, porque
eran pescadores, y no retóricos; convengan
que anunciaron á todo el inundo no solo las
verdades palpables, como la unidad de Dios,
y la inmortalidad del alma, si que tambien
las grandes verdades misteriosas, que nin
gun razonamiento puede aclarar, como la
Trinidad de personas en Dios, una muger
concebida sin pecado, una Virgen Madre
de Dios, y demas Verdades del cristianismo:
y noten de paso al libre pensador, que hw
do esto ha sido creido por el universo. Mas
¿corno lo hicieron? No humanamente, por
que los apóstoles ño tenianla autoridad que
da el talento conocido, ni la estimacion pu
blica, ni la fuerza y dulzura de su elocuen.
cia, y sin embargo, los ídolos cayeron de to
das partes. ¿Cómo lo hicieron? No hay otro
medio que acudir á los milagros, pues se
mejantes á Jesucristo decían a las turbas
incrédulas: si no creeis nuestra doctrina,
creed las obras que hiciéramos en su confir
macion y todo el universo ha, creido. Se
clama que los misterios, irritan y aterran y
452
ue son una necedad y un escándalo; mas
sin embargo, el sábio sometió á ellos su ra
zon, el filósofo sus esperanzas, los grandes su
orgullo, los pueblos siíS preocupaciones, y
todo el universo, apesarde sin revoluciones
adora el escándalo, y la necedad dé la Cruz,
el Misterio de la Trinidad, una muger Víiv
jen y Madre, un Dios oculto bajo las espe
cies de pan, y demas misterio» del cristia
nismo; y lo que es mas, que por esta religion
misteriosa y severa, abandonaron k los dio
ses del Imperio, y las dmnidades del «api
tolio. ¿Pues cómo sa ha verificado todo es
to? Por medio del milagro; y si no hay mi
lagros como dice el libre pensador, y nopu-
diendo nesgar la conversion del mundo por
mediode los apóstoles, ha «le convenirse que
lo hizo la mano visible de Dios, y por con
siguiente que la religion es divina: tan cier
to es que los misterios del cristianismo, en
vez de ser su paite débil, forman por lo con
trario su fuerza y su demostracion.
4. rt Contengan en la severidad del
Evangelio, para sacar de ella misma, una
nueva prueba de la divinidad de la religion
que la enseña. Es penoso adorar la Cruz, y
es mas penoso llevarla todavía, y es mas pe
noso aun, seguir á Cristo sin abandonarla.
Pues esta moral tan difícil y que irrita á
453
los impíos, es la que los apóstoles hicieron
adoptar á todas las naciones infieles; y esa
ley tan sublime y tan pura del Evangelio,
ha sido abrazada por unos pueblos, muelles
por el lujo, y dejando las risas y alegrías del
teatro, se cubrieron del manto de la peni
tencia. Y ¿cómo se verificó, un cambio tan
inaudito? Solo con milagros, ó con la ope-
r&cion visible de la omnipotencia de Dios.
5. Convengan que la moral del Evangelio
es difícil, pero para que convengan que es
mas difícil, la de los impíos: pues es cien
vetes mas difícil y costoso ser casto enme-
dio de las ocasiones próximas, como quiere
el impío, que conservar la pureza, aplicando
los medios que nos da el cristianismo: y si
al justo se sacrifica, encuentra grandes in
demnizaciones en las recompensas que su
le prometen, mientras que la moral del libre
pensador, es tan sombría y tan desesperan
te, inspira tal disgusto de la vida, y sumer-
f;e en tan negras ideas, que no pocas veces
a pone fin, por medio de un pistoletazo.
6. rt Convengan que es dilícil vencer
nuestras pasiones; pero saquen de esta difii
cuitad un grande argumento de la divinidad
de la religion: poique si es difícil á los jóve
nes, preservados de una corrupcion antici
pada, si es mas difícil aun á los que no su
454
jetaron sus pasiones á su debido tiempo, si
sienten mayor dificultad los que se han su
mergido en los abismos del vicio y del error,
¿qué dificultad tendrían que hacerse todas
las naciones paganas, que se hicieron cris
tianas? Si á nosotros instruidos en la religion,
ilustrados con grandes luces, rodeados de
buenos y cercados de medios de salvacion,
nos parece aun difícil . ¿qué dificultades de
bieron encontrar los paganos, que teman
necesidad de vencer vicios hijos del hábi
to, y autorizados por el ejemplo, y por el
ejemplo de los mismos dioses? Sin embargo,
el mundo es cristiano, y los apóstoles otra-
ron el milagro que supera á todos los de-
mas milagros. Pobre libre pensador' se
muestra en realidad un verdadero- pigmeo,
cuando intenta combatir á la Religion. Sí,
que reflexione, y podrá exclamar: que ilu
sion es esta que embauca á mí y á unos po
cos que profesan las mismas ideas! es oosi-
ble que todas las generaciones pasadas, se
hayan engañadores posible que toda la ge'
neracion presente esté sumergida en el er
ror? con qué yo soy el ánico sábio sobre la
tierra? Ah! me he creido sábio hasta ahora,
y yo no soy mas que un alucinado mártir de
un vano error.
La religion, la religion fundada por Jesu
455
cristo, la religion que es Una, Santa, Cató
lica Apostólica y Romana, es la única Re
ligión verdadera, es la Religion que consta
de diez y nueve siglos de antigüedad, que
tiene en su favor la voz poderosa de cien y
cien millones de hombres, y que nos viene
persuadida con la autoridad del mundo ente
ro. Sus dogmas y su moral son las del Evan-
re'lio, sus misterios los tnas profundos, sus
nilagros los mas patentes, y tiejie y tendrá
sempre e' continuado milagro de que el
traverso postrado á los piés de Jesus lo ado-
rt. Demos gracias al Dios de verdad, que
Ikma tan fuertemente al rededor de nuestro
co-azon, repasemos continuamente por nues
tra memoria este prodigio que es sin segun
do baKen las buenas obras esta primera se
mita de salvacion, para que creciendo fe-
liznente dé frutos dignos de una felicidad
eterna.
CAPITULO XIV.
Condenación - de los protestantes, de ¡os masones, d» lista
pensadores y de sus doctrinas, por el Concilio Ecuménico del Yaticana,

1.—CONDENACIÓN DE LOS PROTESTANTE).

Cat. Mil gracias señor padre, mil gracns;


quedo bien impuesto de lo que son las d<c-
trinas que profesan los protestantes, los na-
sones y los libre pensadores, y que absdu-
tamente y con toda certidumbre debe je-
cirse, que todas son malas, impías, heéú-
cas, racionalistas, materialistas, ateístas,
deístas, espiritistas, ó comunistas: que iin-
gun católico puede profesarlas, y que nin
gun padre puede permitir que sus hijos las
profesen; porque los que murieren profesán
dolas, pereceián sin remedio. Pero no dirá
algo sobre' estos puntos la constitucion pu-
4S7
blicada por N. S, P. *l S. Pio IX. el dia
14 de Diciembre de 1869, y los cánones
sobre la fé que acaba de publicar el Conci«
lio Ecuménico Vaticano, en la tercera con
gregacion general?
Min. Segun díceres todos están conde
nados al anatema, es decir, los protestan
tes, los mason«s, los libre pensadores y sus
doctrinas. Pero señor padre, nosotros queria<
mos quo vd. nos señalare los cánones y las
excomuniones segun las palabras con que
han sido formuladas por el Santo Concilio
del Vaticano, para que sabiéndolo obremos
segun su intencion.
Sac. Es verdad señores, es verdad, que el
Santo Concilio del Vaticano, ha condenado
cuanto vdes. acaban de decir, y lo sabemos
no por diceres, sino por haber vuto una co
pia exacta y auténtica de las doctrinas de
finidas: y ya que vdes. me lo ruegan, voy. á
clasificarlas para su mayor utilidad y apro
vechamiento de los demas.
Los protestantes no admiten la escritura
como la definio el Santo Concilio de Tren-
to, sino como se la forjaron los diferentes
sectarios, pues bien, contra ellos dice el cá
non 4. (De la revelacion): Si alguno no tu
viere por canónicos y sagrados los libros
de la Sagrada Escritura, íntegros con to
30
4íS8

das sus partes, segun los registro el Santo


Concilio de Trento, ó negara que hayan si
do inspiradas por Dios, sea anatematiza
do. Por consiguiente los protestantes están
condenados en este canon, así como todas
sus biblias porque no son íntegras en todas
sus partes: vienen condenadas en él todas las
doctiinas protestantes ya que se fundan en
sus biblias mutiladas; y quedan anatemati
zados todos los sectarios del protestantismo,
con todo sus libros, y excomulgados tam,
bien todos aquellos que á sabiendas los le -
yeren sin la respectiva licencia.
Min. Muy agradecido estoy á vd. señor pa
dre, porque en sus conferencias me ha de
mostrado la falsedad del protestantismo y ha
sido al medio de que Dios se ha servido pa
ra que lo adjurase con todos sus errores, y
para que entrara al seno del catolicismo:
convengo y acato pues, cuanto acaba de
decir, y lo condeno juntamente con la Igle
sia.

2. —condenacion de los masonjis


y libre pensadores.
Cat. ¿Y sobre los masones que me dice
vd. señor padre?
459
Sac. Ni mas ni menos, que lo que publi
có la segunda Congregacion general del
Concilio Ecuménico Vaticano en la cual fue
ron condenados los masones, los carbona
rios y demas sectas de este género como los
libres pensadores; y fueron tambien conde
nados los que les prestan algun favor ó au
xilio, y á los que no denuncien á sus cori
feos ó gefes mientras ,no los denunciaren.
E ahí sus palabras: Declaramos sujetos d
excomunion reservada al Romano Pontífi
ce (que se incurre inmediatamente que se
ha comettdo el crimen) á los que se llaman
masones 6 carbonarios, ó pertenecen a sec
tas de este género que maquinan contra la
Iglesia o contra las potestades legítimas,
abierta ó clandestinamente, como á aquellos
que prestan algun favor ó auxilio , á las
mismas sectas y no denuncien ú sus cori
feos 6 gefes mientras no los denunciaren.
Caí. Ya no hay lugar á la duda, que los
masones y todas sus sectas están formalmen
te excomulgados por esta declaracion; pero
no habria otra declaracion mas particular,
que atacase directamente al racionalismo.
ó si vd. gusta mejor, la» doctrinas que en
nuestros dias publica un periodico titulado
el Libre -pensador, q,ie comenzó á ver en
México ia luz publica el dia 5 de Mayo.
460
Sac. Si señor; peo antes desee que nos
indique el señor ministro, el origen de esas
doctrinas libre pensadoras.
Min. JR\ origen de ellas es el protestan
tismo, porque nosotros comenzamos no ad
mitiendo la autoridad de la Iglesia; pero re
teniamos absolutamente la biblia; mas es -
tos señores siguiendo nuestros principios han
negado la divinidad de la Biblia y la cuen
tan entre las invenciones de la mitología ó
de las fábulas; y por consiguiente echando
.á un .lado á Jesucristo intentan establecer
'entre los ánimos y las costumbres el reina
do de la naturaleza; y retrocediendo cerca
de un siglo se apellidan los adoradores de
la dio.-a razon: pobres libres pensadores!
quisieron hacerla da sabios y se han acredi
tado de nécios. Por esto, lo mismo que el
señor católico, deseo saber hasta qué. punto
son condenados los libres pensadores por el
Concilio Vaticano.
1. ° Los libre pensadores no admiten la
Biblia, como un conjunto de libros sagrados
y divinamente inspirados en todas sus par
tes, no obstante de que tienen en su contra
las autoridades de los hombres mas sábios
que han vivido en diez y nueve siglos, sin
contar con la autoridad de los judíos, por es.
to como hombres sin seso, ó completamente
461
ignorantes, ó del todo maléficos (os ha ex
comulgado la Iglesia, y están de hecho ana
tematizados por el cánon 4. De la revela
cion, que dice: Si alguno no tuviere por ca
nónicos y sagrados los libros de la sagrada
escritura íntegros com tedas sus partes, se
gun los registró el Santo Concilio de Trento,
6 negare que hayan sido inspirada» por Dios,
sea anatematizado.
2. ° Los libre pensadores niegan los mi
lagros, apesar de venirnos comprobados por
millones de testigos oculares, pues semejan
tes señores como incrédulos y protervos han
sido anatematizados, por el canon 4. D» la
fé que dice así: Si alguno dijere que todos
los milagros son imposibles, y que pdr lo
mismo todas las relaciones acerca de ellos,
aun las que la Sagrada Escritura contiene,
han de ser relegadas entre las fábulas ó
mitos; ó bien que los milagros nunca pue
den ser conocidos con certeza, ni puede
por ellos probarse bien el divino origen de
la religion cristiana, sea anatematizado:
pues con este canon se fulmina anatema á
los que niegan la posibilidad de los milagros,
á los que dicen que los milagros que nos re
fiere la escritura son mithos ó fábulas, álos
que afirman que nunca podernos cerciorar
nos de los milagros coii toda certeza, ó que
462
no sirven para probar la divinidad del cato,
licismo, cosas que dicen y enseñan los libre
pensadores, y que por tanto están exco
mulgados.
3. Los libres pensadores niegan que Ja
divina revelacion debe enseñar al hombre
en lo que mira á Dios y al culto que debe
dársele, afirman que el mismo y solo hom
bre, jior medio de su razon, con solas sus
fuerzas y con el progreso continuo puede
y debe llegar finalmente á la po/esion de la
verdad; mas como esta doctrina es contra
ria á la realidad de los hechos de los filóso
fos, á la doctrina que nos legaren los mayo
res sabios, y está diumetralmente opuesta
á la que profesamos los católicos, por esto
el concilio condenó estos errores y á sus
autores en el canon 2 y 3 (de la revelacion)
que dicen así: 2. iSi alguno dijere que es
imposible 6 que no conviene que el hombre,
con respeto á Dios y al culto que ha de
dársele sea enseñado por la divma revela
cion: sea anatematizado. 3. Si alguno di
jere que el hombre no puede ser elevado por
Dios d un conocimiento y á una, perfeccion
que exceda á la natural, sino que por sus so
las fuerzas, con el progreso continuo, pue
de y debe llegarf»nalmente á la- posesion de
la verdad y del bien: sea anatematizado.
463
4. Los libres pensadores todo lo dan á
la razon pero á la razon, sin fé; todo quie
ren sujetarlo á su falso tribunal, y niegan
ser verdadero todo lo que ellos no alcanzan,
basta el punto de decir; que no invocan la
fé, ni admiten la infalibilidad y que solo
la razon será el manantial inagotable de
st»s inspiraciones, la discusion filosófica su
medio, el progreso, su fin, y su ideal el per
feccionamiento de la humanidad; (símbolo
de los libres pensadores) y como todo esto
son otros tantos errores contrarios á las Sa
gradas Escrituras, á las obras de los santos
padres, al depósito de la fé, y á la doctrina
que nos enseñó de viva voz nuestro divino
Maestro como consta por los santos Evan
gelios y aun á la historia de la razon hu
mana, por esto el santo Concilio Vaticano
los ha condenado en el 1 y 6 canon (de la
fé) que dicen así: Si alguno dijere que la
razon humana es tan independiente que
Dios no puede prescribirle la fé, sea anate
matizado: y el 6. Si alguno dijere que se en
cuentran enigual condicion los fieles y los
que aun no han llegado, á tener la ánicafé
verdadera, de suerte que los católicos pue
den tener justos motivos, para dudar de la
fé que recibieron bajo el magisterio de la
Iglesia, suspendiendo el asentim»ento hasta
464
que hayan demostrado científicamente la
credibilidad y verdad de lafé: sea anate
matizado.
5.. Los libres pensadores no admiten la
divina revelacion, ni verdades misteriosas,
ni dogmas de nuestra santa fé, sino que
apellidan dichas verdades, supersticion, fa
natismo, y mythos ó fábujas; y como las
Sagradas Escrituras nos enseñan la posibi
lidad de li revelacion y su existencia, y nos
patentizan ademas la existencia de verda
des misteriosas y do verdaderos dogmas; por
esto el santo Concilio Vaticano los ha con
denado diciendo: Si alguno dijere que en
la divina revelacion no hay verdaderos
misterios, que con propiedad pueden lla
marse tales, sino que la razon bien ilustrada
puede demostrar todos los dogmas defé por
principios naturales, sea anatematizado,
canon 1 de la fé y de Ja razon.
6. Los libres pensadores se encuentran
todos heridos por el anatema del Concilio
General Vaticano que fulminó en el canon
2 de lafé y de la razon que dice así: Si
alguno dijere que las ciencias humanas han
de tratarse con tanta libertad que sus afir
maciones aun cuando sean contrarias á la
doctrina revelada, pueden retenerse como
verdaderas, y que ni la Iglesia puede pros
465
cribirlas; sea anatematizado. Y el canon
3 que dice: Si alguno dijere que puede
acontecer que los dogmas propuestos por
la Iglesia, deban u veces segun los adelan
tos de la ciencia, ser entendidos en un ¿en-
tido diferente de aquel en que los entendio
y entiende la Iglesia: sea anatematizado.
La Iglesia jamas h > prohibido los adelan.
tos de la ciencia, al contrariola siempre
ha ido á la vanguardia del progreso cientí-
fleo casi en todos los ramos del saber hu
mano. Pues. qué es lo que condena? Con
dena la ignorancia que génios maléficos que
todo lo embrollan, logran por algunos mo
mentos presentarla como un adelanto en la
ciencia: condena las falsedades que espíri
tus protervos por una serie de manejos pro
hibidos llaman á lo falso verdadero, á lo
malo lo presentan como bueno, y bautizan
con el carácter de supersticiones á los gran
des misterios de la religion; y condena de
una manera especial la falsa ciencia de los
libres pensadores de México, y condena no
solo lo que han apellidado su símbolo, si
que tambien las consecuencias que tan tris
temente y de tan funesta memoria han sa
bido marcaren las entregas de su referido
periódico.
466

3. —CONDENACIOl* DE LA PRIMERA Y
■EGTfNDA ENTREGA DEL LIBRE PENSADOR.

Condena su entrega primera y segunda,


porque entre los mucho» errores que abri
ga, contiene los siguientes mas abultados y
que expresamos en sus propias palabras:
La leyenda de Jesus.... el espíritu déla
Grecirt creó la divinidad de Cristo. . . .hizo
carne el Verbo. ... la Virgen Madre de Dios
es la Grecia . . . .ei mezquino espíritu de los
Apóstoles.... Pablo olvidaba que Jesus era
Hijo de la ley.... el mytho de Esaá y Ja
cob no es mas que la alegoría de las luchas
sostenidas entre dos pueblos .... Moisés no
prohibio adorar otros dioses, sino simple
mente adorarlos delante de Jehová. . . .sean
pruebas de la popularidad de Jehová becer
ro la idea de Moisés de revestirse de dos
cuernos de luz .... pues estas proposiciones
todas son falsas, heréticas, impías, escanda
losas, mal sonantes, chocareras y del todo
contrarias á las Sagradas Escrituras: por
lo cual el Santo Concilio Ecuménico Va
ticano ha condenado]! sus dos primeras en
tregas en el canon 4 de la revelacion. Y
las ha condenado con razon, porque el
467
nacimiento, pasion y vida de Nuestro Se
ñor Jesucristo jamás será una leyenda;
porque la divinidad es increable y es el
mas abultado absurdo afirmar que el es^
pirita de la Grecia creó la divinidad de
Cristo; porque el Verbo se hizo carne por sí
mismo y á sí mismo y no el espíritu de la
Grecia; porque la Santísima Virgen María
es la Madre de Dios, y no la nacion apelli
dada la Grecia; porq+ie el espíritu de los
Apóstoles está tan lejos de ser mezquino,
que hicieron al mundo cristiano; porque
Pablo jamás se olvidó de lo que era Jesus y
lo conocía mejor que los libres pensadores?;
porque Esaá y'Jacob eran dos hijos de Re
beca y no una fábula; porque Moisés prohi
bio adorar á otro Dios ante Jeková que
existe en todas partes por esencia, presen
cia y potencia; poique los cuernos de luz
de Moisés no fueron su idea, sino uno de
los efectos de la comunicacion con Dios: así,
así han engañado al publico. . . .
Caí. Pero señor padre ¿y es posible
que en el siglo XIX se atrevan á mentir
de un modo tan descarado? es posible que
quieran burlarse de sus crédulos lectores
hasta tal grado? es posible que intenten en
gañar á todos diciendo que solo raciocinan?
Ah! con razon han sido condenados, porque
4(3
lo que ellos apellidan raciocinios es la ma
yor tontería que pudo ser llevada á cabo en
su mas alto grado por el mas solemne ma
jadero. Ah señor padre/ mucho deseo que
dentro de algun tiempo nos juntemos otra
vez para que con la historia en la mano les
demuestre vd. lo que es la razon, lo que es
la fé, y el glorioso enlace que existe entre
la razon y la fé; y trabaje vd. esta obra, co
mo supongo, contra los libres pensadoras.
Sac Lo haremos Dios mediante, dentro
un poco de tiempo: y entre tanto quedan
vdes. autorizados para recogerme las entre
gas del Libre Pensador; para ver si le ha
cemos el importante servicio de enseñarleí
pensar bien. Qué vergüenza verse uno obli
gado á enseñar á pensar al que mientras
vivia entre los orates, y haciendo la de ór
gano de las luces del siglo XIX se bautizó
con el re....tin tin....de Lihr» Pen
sador!

4. — CONDENACION DE L,A
TERCERA ENTREGA DEL LIBRE PENSADOE

Min. Desearía saber dé vd. si está con


denada igualmente la tercera entrega del
Libre Pensador^
469
Sac. Está condenada lo mismo que la
primera y la segnnda porque la componen
una multitud de proposiciones en las que s«
falta á la verdad, á la fé, á la piedad, á la
decencia, á la religion, al catolicismo, y á
las luces de la razon natural; por esto están
condenadas dichas doctrinas y aun sus au
tores. Examinemos algunas de ellas no
tando en seguida su falsedad: No es el pue
blo griego el que concibio el Mesías, sino
la Virgen María por obra del Espíritu
Santo: el Evangelio de San Juan no es obra
griega, sino del santo Evangelista que lo
escribió como nos dice toda la tradicion: la
fecha del nacimiento de Jesas no es entera
mente gratuita, sino que estabafija por las
profesias y nacio en la época exacta que
ellas decían. Es falso decir que Jesucristo
no es Dios y que no es hijo de la Virgen,
ya que leemos en el símbolo que Jesucristo
es Dios verdadero de Dios verdadero y que
nacio de Santa María Virgen: es fal»o
presentar como texto adulterado el de Isaias
que dice: una Virgen concebirá y parirá
un hijo y se llamará Emmanuel, porque ve
mos á los misrhos apóstoles presentándonos
dicho texto despues de haber recibido el Es
píritu Santo: y para concluir diremos que
el Evangelio de San Mateo jamas ha sido
470
compuesto por hombres que hayan adulte
rado las profesias, sino por el mismo San
Mateo; la historia de la teología no lo es de
los absurdos, sino de los misterios y dog
mas que Dios ha revelado, los milagros y
profesias del antiguo y nuevo Testamento
son verdaderos milagros y verdaderas pro
fesias, y de ningun modo rnythos ó fábu
las ... . pero cuándo acabaríamos de citar
los errores que componen la tercera entre
ga? Pero para que se vea de una vez mas
hasta qué punto es una sociedad peligrosísi
ma la de Los libres pensadores, notaré á vdes.
que despues de haber ella afirmado con
todos bus cinco sentidos que su doctrina es
la verdad, se hace reo de la avilantez insu
frible de renegar de Dios diciendo que los
milagros son un mytho, y pasa en seguida
á deificar la razon diciendo: el Dios visible
de la humanidad es la razon, es el lábaro
de la paz que conduce á la tierra prometida;
debemos obedecerla é inclinarnos ante ella,
dejando á un lado los dogmas/para la hora
de los sueños.
Min. Qué es esto señor padre! qué modo
tan escandaloso de blasfemar/ esto es men
tir ha«ta mss no poder. Ah! En el siglo de
las luces no hay ningun sectario que sea ca
paz de discurrir de un modo tan falso y blas
¿71
femo! pero que él fuese el distintivo de un
libre pensador no lo sabiamos hasta ahora.

5.—CONDENACION DE LA COARTA ENTREGA


DEL LIBRE PENSADOR.

üat. Y qué me dice vd. señor padre de


la cuarta entrega que vio la luz publica el
26 del mes pasado?
Sac. Hay tanto que decir que no sabe
uno por donde empezar;- y toda ella es un
conjunto de blasfemias de primera magni^
tud, y la reunion de los mas crasos errores
que se registran en la historia. Así se lee:
la fé es la negacior. de la razon humana. . .
la definicion que la Iglesia da de la-íé es
absurda. ... no hay mas Evangelio que el
de la naturaleza. ... los primeros apóstoles
carecieron de fé. . .. los que creen se con
funden con los animales. . . . notamos en la
Iglesia contradicciones y no creemos en lo
que nos propone, ni creemos en luz sobrena
tural, ni en aquello que no vemos, ni en lo
que Dios dice por medio de intérprete, ni
en los milagros; ni en la infalibilidad de
nadie.... y ni siquiera en la Trinidad, pre
472
destinacion, gracia y penas eternas. ... y
mucho menos creemos en el pecado original,
ni en el misterio de la Encarnacion y me
nos todavía en Jesus porque queremos des
pojarlo. . ..
Caí. Basta señor padre; no se qué decir
me de los libres pensadores.... qué modo
de blasfemar!....
Sae. Pero note vd. qué modo de mentir:
el cristianismo, dicen, no solo no esplica la
creacion, sino que la falsea y miente (pri
mera mentira)] el pecado original es una
doctrina odiosa y repugnante (segunda
mentira); la predestinacion y la gracia nie
gan poi su base la libertad humana (tercera
mentira); las nociones de la ley hacen á
cualquier hombre de bien infinitamente mas
justo que el Dios de los cristianos (cuarta
mentira); el hombre es un baso de barro sin
libertad y sin alma (quinta mentira); Ioj
concilios dicen que en Ciisto habia una so
la voluntad y dos personas [sexta mentirá);
Jesucristo no tenia mérito ni podia aplicar
noslo (septima mentira); la redencion es in
suficiente é inútil (octava mentira); la Tri
nidad es un dogma panteista (¿novena men
tira), Jesus es un genio, un apóstol, un
martir (décima mentira); la infalibilidad
deificaria a los Romanos Pontífices (undéci
473
ma mentira); contra el infierno han protes
tado santos canonizados (duodécima men
tira); las decisiones de los concilios gene
rales chocan con infinitos puntos ....
Mm. Basta señor padre.... no rae diga
mas....con razon puso vd. su tribunal conde
natorio en San Hipólito, y en la sala princi
pal de los orates .... Y esos señores que así
dicen, se llaman libres pensadores?
Cat. Pero qué modo de mentir tan infer
nal! ó qué ignorancia tan supina/

6. —CONDENACION DE LA QUINTA
Y SEXTA ENTREGA DEL LIBRE PEJtSADOR.

Sac. Las ignorancias parece que deter


minan la entrega quinta, que como vd. sabe,
se publicó el juéres 2 del corriente Ju
nio de 1870, de feliz recordacion. Los Papas
han inventado los evangelios (primera ig
norancia); han intercalado palabras en los
textos sagrados (segunda ignorancia); Six
to V. hizo siete mil correcciones á los libros
sagrados (tercera ignorancia); Clemente
VIH la espurgó de dos mil faltas mas, no
obstante de que citaba mandado lo contra
rio (cuarta ignorancia); los cristianos cono-
81
474
cjeron como verdaderos evangélicos los que
despHes los declararon apócrifos (quinta ig
norancia); el sacerdote dio un soplo, y de
aquel soplo salio la fé (sexta ignorancia);
Ceres cambio de nombre y de sexo, y se lla
ma hoy San Isidro (sétima ignorancia);
los frailes inventaron esa caja de tablas, que
se llama confesonario (octava ignorancia) ;
los mártires de los tres primeros siglos eran
uno6 demócratas (novetia ignorancia); de
clarar á un hombre infalible es idolatrarlo,
(décima ignorancia); la infalibilidad es el
absurdo llevado hasta lo infinito, por el or«
guilo humano, (undécima ignorancia); Je
sus habia establecido la igualdad, (duodéci
ma ignorancia); los sacerdotes ....
Min. Ya comprendo señor padre, que si
los libres pensadores hubieran saludado si
quiera la ciencia eclesiástica, no habrían He
nado de ignorancias su entrega quinta, han
intentado hacerlo de gigantes, por su saber;
pero sus ignorancias garrafales, les ha mere
cido el título de pigmeos. Y si no ¿porqué se
meten en lo que no entienden?.... ¡Pobres
hombres/ pobres lampiños! Pero pasando
á otro asunto? no ha recibido, señor padre,
la entrega sexta que salio el jueves de la se
mana pa»ada? Supongo que sí, y desearía
por tanto saber su contenido.
475
Soc. Sepa vd. pues que toda ella es un
brusco y furibundo ataque contra la reli
gion, con la diferencia que en vez de balas
de razones, envía de sus cañones rayados
los proyectiles de la necedad. Óigalas vd.
gino: La razon natural es la unica diosa que
tienen los hombres para distinguir lo bueno
de lo malo (primera necedad); la fé sigue á
la razon recogiendo sus migajas, (segunda
necedad); la religion católica se compone de
apariencias engañosas y e» una gastada
vieja que ya chochea (tercera necedad); sus
elementos son miihos, y admitir el poder dog
mático, como principios incontrovertibles es
una de esas aberraciones que no tienen
nombre (cuarta necedad); desde el Génesis
hasta el Apocalipsis es una mentira ridicu
la, (quinta necedad); el Budismo es una re
ligion mucho menos disparatada que la ca
tólica, (sexta necedad); la Trinidad cristiana
es enteramente griega, [sétima ?ieced*d]:
los Sacramentos existían con mucha ante
rioridad al establecimiento de la religion
católica, (octava necedad); la religion ver
dadera no es el catolicismo, ni siquiera exis
te publicamente (novena necedad); sacudi
das las cadenas de la fé, el pensamiento hu
mano es el águila de lo infinito (décima ne
cedad); los datos que peseemos sobre Je
476
sus eon absolutamente falsos, ó al menos
tienen un fondo vago é incoherente, {undé
cima necedad); Ja forma del bautismo en
nombre, del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo es correccion posterior á los hechos
de los apóstoles, (duodécima necedad); el ca
tolicismo.

7, —POR GBE HAN SIDO CONDENADAS.

Cat. Pero cuando acabaronlas neceda


des de la entrega sexta. ¡Dios mío, Dios mio!
qué /nodo de disparatar! qué blasfemias tan
horribles! qué necedades tan vergonzosas!
que ignorancias tan -crasas! y qué modo de
mentir tan audáz y calumniador/
Min. En efecto, señor padre, son nece
dades porque solo un hombre néoio bauti
zado de libre pensftdor, es capaz de escribir
ssmejantes aberraciones; son ignorancias,
poique sin profundizar ningun punto han
estampado viles plagios de cuatro filósofos
cien y cien veces refutados; son mentira»,
porque ciegos de cólera contra el catolicis
mo lo difaman proclamando contra él toda
especie de calumnia, en una palabra, son
blasfemias que una mí»era criatura que ras-
477
trea por el sucio ha tenido la osadia crimi
nal de levantarse contra Dios y sus «amos.
Sac. Siendo la sociedad de los libres pen
sadores lo que acaban de oir; siendo una
reunion de hombres que se han propuesto
burlarse de todo el género humano; siendo
por confesion de ellos mismos unos indivi
duos sin fé, sin esperanza y sin caridad,
siendo como ellos hacen gala, unos incrédu
los, unos impíos, unos revolucionarios y uros
blasfemos; siendo en suma los libres pensa
dores, los enemigos irreconciliables del ca
tolicismo, del Papa y todo el clero; y los
enemigos irreconciliables de los Santos, de
la Virgen Madre de Dios, de Jesucristo
Nuestro Señor y de Dios mismo, es claro y
evidente que sus obras ó. escritos son malos,
pésimos, peligrosos; es claro y evidente que
ningun católico puede leerlos, sin exponer
se á graves males; es claro y evidente qu»
todos estos escritos que examinamos son
condenados por la Iglesia; y es claro y evi
dente que la misma excomunion cae igual
mente sobre tes libres pensadores, sobre los
que mandan imprimir obras tan fatales co
mo falsas, y sobre los mismos que las im
primen.
Concluyo, señores católico, y ministro re
cordándoles que hemos de trabajar todos
478
con empeño, como nos dice Pio IX, en
apartar y eliminar de la Iglesia santa estos
errores, y en mostrar la iuz de la fé pura
de la verdad; teniendo ademas presente que
no basta evitar la heregía, sino que debe
huirse con toda diligencia de aquellos erro
res que mas ó menos se le acercan: y re
cordando ademas que á la pregunta que
hizo Pio IX á los padres del concilio de si
aprobaban los cánones que condenan á los
libres pensadores, " todos sin escepcion res
pondieron afirmativamente," y Pio IX
obrando como Vicario de Jesucristo añadio:
"Nos, definimos en el mismo sentido, las
" verdades contenidas en estos decretos y
" cánones, que Nos confirmamos con nues-
" tra autoridad apostólica.
CAPITULO XIV.
Divinidad d» Jesucristo.
1.—KL CRIMEN INFAME.

Cat Ahora si señor Padre que ha llegado


el momento feliz de que corone su obra ha-
blándonos de la' Divinidad de Jesucristo,
patentizando con unos modos, los mas cla
ros y sencillos que Jesucristo es Dios: ya
que segun me ha indicado el señor ministro
estos son sus deseos.
Min. /Oh señor Padre!¡ oh señor católico/
yo no sé cómo descubrirles el gozo de que
reboza mi corazon cuando pienso que ya no
soy protestante. No, señores, yo estoy per
suadido que el protestantismo os un conjun
to de sectas, al paso que el catolicismo es
la ánica religion verdadera, la unica Iglesia
480
fundadapor Jesucristo Nuestro Señor, é
Iglesia que es Una, Santa, Católica, Apos
tólica y Romana; poro al mismo tiempo de
bo decirles que tengo una pena, pena cruel
que despedaza mis entrañas y mi corazon,
porque observo en nuestros dias tristísimos,
que unos pocos se levantan contra Jesucristo
intentan probar que no es Dios; tan desgra
ciados, tan miserables, tan ciegos son!! En
estos dias, pues quizá mas que en ningunos
otros estoy en la firme persuacion de que he
mos de levantar nuestra voz para honrarlo
y glorificarlo de un modo semejante á San
Pablo, cuando decia: Todo honor, toda glo
ria sea dada á Jesucristo Rey de los siglos
el Inmortal y el Invisible por toda eterni
dad de siglos. Amen.
Cat. Les confieso, señores, que mi aflic
cion sube tambien hasta lo sumo, y no tanto
por las guerras, el pillaje y la mala fé que se
estiende como un torrente devastador, notan-
to por la miseria, que toma el fatal dominio
sobre muchos pueblos, y ni siquiera porque
Teo que todos los dias la buena íé desapa
rece, lajurentud se corrompe y los ancia
nos desvirtuan sus largos años; cuanto por
que almas abyectas, mentes incrédulas, co
razones corrompidos, ánimos soeces, espíri
tus malignos y toda la fatal caterva de
¿81
descreidos que polulan en nuestro siglo,
tienen el descayo de negar la Divinidad de
Jesucristo, y de presentárnoslo como un
hombre. A vi«ta de esto, señor padre, yo
desearía que nos demostrara vd. cómo Je
sucristo realmente es Dios, y así lo glorifi
caremos como se debe.
Sac. Convengo con vdes. señores, y soy
el primero en desear, honrar y adorar á
Cristo Jesus, y convengo que hemos de ha
cerlo, porque en nuestros dias es blasfema
do, no solo por las guerras religiosas, y por
los escándalos, sacrilegios y slemás horro
res que se cometen contra lo mas santo y
sagrado, y por el trastorno de ideas que cun.
de entre los cristianos; sino que lo es prin
cipalmente por el crimen que se eomete,
crimen que es el mayor de los crímenes, y
crimen que debe obligarnos á honrar y glo
rificar á Jesucristo Nuestro Señor, y ojalá
pudiéramos hacerlo comjo su Divina Madre
cuandp exclamaba divinamente: mi alma
engrandece á Diosl Espantoso crimen! y
crimen que entraña la causa de todas las
miseras del tiempo y de la eternidad; de
las guerras mas sangrientas y dilatadas, y
la malicia toda de todos los escándalos, y
la infamia de todos los sacrilegos; y cri
men.... ¡Imposible anunciarlo! la lengua
482
no encuentra palabras para decirlo, y el en
tendimiento no presenta las ideas para es
presarlo, y aun teniéndolas, la voluntad no
quisiera emplearlas. Crimen que es el in
fame, y crimen que desgraciadamente se ha
perpetrado en nuestros infaustos dias. Ha
blode aquel crimen que cometio aquel in
fame en su corrupcion monstruosa cuando se
atrevio á publicar en su fatalísima obra
que Jesucristo no era Dios. ¡Desgraciado
Ernesto Renan! has tenido la fatal gloria
de imitar á Satanás cuando en su orgullo
inmedible dijo de Jesucristo: tio lo serviré.
Ciertamente has obrado conforme sus dia.
bélicas luces: tu obra es nn modelo del ma-
Íror numero de contradiciones, de errores
os mas abultados, de infamias las mas atro-
ees; y parece que en ella quisiste encerrar
el gérmen maléfico de todo error. Tu obra
es una continuada contradiccion: con h
mayor mala fé abusas de la Escritura, ha
ces decirla lo que nunca podrá decir, y al
paso que en cinco lugares distintos de tu
obra dices que Jesucristo es Dios, que pieri'
sa como Dios, que habla como Dios y que
obra como Dios; con todo, el objeto que te
propusiste en ella es presentar á Jesucristo
como un hombre no mas. ¡Ojalá que te
sirvieras de las pocas palabras que voy á
483
aducirte para probarte teológicamente que
Jesucristo es Dios! Estaría contentísimo
poique te pondrías en estado de salvacion
así como ahora, con esta maldita doctrina
necesariamente debes condenarte. -Ojalá
que sirva nuestro escrito á cuantos hayan
leido tu obra fatal, y por este medio se que
den como verdaderos católicos! /Ojalá, en
fin! que convencidos todos que Jesucristo es
Dios, lo reconozcan y lo amen, y lo adoren
por los siglos de los siglos.
Caí. Como el asunto es tan importante
en sí mismo, y tan necesario para evitarlos
escándalo», y tan querido señores, de nuestro
piadoso corazon, y tan á propósito para es
tablecer el gérmen de la ilustracion verda
dera, y aun los mas bellos resultados de la
ilustracion misma, por esto deseo que nos
trate inmediatamente el asunto, demostran
do del modo mas claro y. esacto, que Jesu
cristo es Dios.
Sac. Obrando en conformidad con sus
deseos, establezco mi proposicion, diciendo:
Es cosa cierta, ciertísima y que no admite
siquiera la menor duda, que Jesucristo es
Dios, si Jesucristo es el Dios Hombre de
que nos habla San Juan en el principio de
su evangelio, si el mismo Jesucristo que
nos dice ¡que es Dios, lo dice con tanta
484
claridad, que sus apóstoles, sus discípulos
y sus mismos enemigos asi lo entienden;
si hace obras admirables' propias de Dios,
y las hace espresamente para probar que es
Dios: es asi que todas estas cosas brotan
de los Santos Evangelios, como los torren
tes de claridad déla luz del Sol, luego Je
sucristo es Dios.
Min. Muy bien, señor Padre.
Cat. Nada mas esacto ni mas lacónico.
Sac Comienzo con mis pruebas.

2.—JESUCRISTO ES EL DIOS HOMBRE DE dVt

NOS HABLA SAN JUAN.

Entre los santos Evangelistas es el glorio


so San Juan el mas privilegiado; porque si
uno nos presenta á Jesucristo como hom>
bre, y otro nos lo retrata como sacerdote, y
«1 teicerocomo víctima destinada al sacri
ficio, él tiene la indecible ventura de presen
tárnoslo como Dios. Para esto nos descubre
un conjunto d» verdades hasta entonces in
conocibles, comenzando su santo Evangelio
diciendo así: en el principio era el Verbo,
y el Verbo no solo era ante Dios, sí que
tambien el Verbo era Dios mismo. Palabras
4K5
exactísimas que nos dicen admirablemente
que el Verbo es Dios.' y ese Verbo Dios he-
cho carne que habitó entre nosotros es el que
se llama Jesucristo Para hacérnoslo com
prender mejor, nos señala alguno de sus
principales atributos, y en consecuencia, ora
nos lo presenta eterno diciéndonos que era
antes de todo siglo, que era en el principio;
ora nos describe su Poder Omnipotente,
afirmándonos que hizo todas las cosas de un
modo tan absoluto, que sin él nada se hizo
de cuanto fué hecho; ora nos declara su vir
tud conservadora, hasta tener en si mismo
-Ja vida que era la luz del hombre. Esta luz
divina que nos libra de las tinieblas de la
ignorancia y del pecado, es el mismo Verbo
Dios, y Verbo que se hizo carne, que habita
entre nosotros, y que se llama Jesucristo.
Luego Jesucristo es Dios. Este argumento
tan claro como conciso no tiene réplica:- y
tanto menos la puede tener, cuanto que la
idea de San Juan al escribir su Evangelio
fué demostrarnos que Jesucristo es Díoé;; ya
que Jesucristo es e\ Verbo Dios, que tomó
nuestra carne en las purísimas entrañas de
la Inmaculada y divina María. Este argu
mento no puede entenderse de otro modo;
porque en este caso el hombre mas sábio
entre los mismos apóstoles, habrta trabaja
486
do una obra tan imperfecta, que seria en la
práctica un absurdo; porque su Evangelio
no se esphca si Jesucristo no es Dios, asi
como siendo Jesucristo Dios verdadero de
Dios verdadero, es la obra mas admirable
d* cuantas posee la religion cristiana, y
cm aun el escrito mas sublime y perfecto, de
cuanto se ha e»crito en todos los siglos. Es
te argumento ha sido entendido del mismo
modo por los discípulos de los apóstol»!,
por los santos padres, y por toda la Iglesia
católica, y por esto todos los concilios de la
Iglesia, y aun toda la Iglesia docente y aun
todos los fieles, ó han definido que Jesucris
to era Dios, ó han supuesto como indudable
la divinidvd de Jesucristo; ó han hecho sus
obras para ofrecerlas á Jesucristo verdadero
Dios. Concluyamos que el Verbo es Dios;
que ese Verbo Dios tomó nuestra carne;
que este Verbo Dios que tomó nuestra carne
es Jesucristo; y por tanto, que Jesucristo es
Dios.

3. —JESUCRISTO ES DIOS, PORftlfE EL SE

HIZO HIJO DE DIOS.

La existencia de Dios, es la verdad pri


mera, y es por tanto la que está mejor gra^
487
bada en el corazon de los hombres. Pero
ved ahí que Jesucristo rasgando el velo de
las-profecías del antiguo Testamento, no so
lo nos presenta la existencia de un Dios, si
no que nos habla de un Dios que tiene tres
personas en una sola naturaleza divina, y
que se llama Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Ademas que Jesucristo nos enseñó cosas im
portantísimas, y aparece en todas sus ins
trucciones contales caracteres de verdad,
que no solo convence á los mas incrédulos, y
sino que avergonzándolos en su ignominia
convierte a muchos. En todos sus actos se
presenta como un Hombre Dios, y como el
que conoce todas las cosas, y al que las tiene
ante sus ojos. Sus palabra sindican que sabe
cuanto puede saberse, cuanto hay criado
fuera de Dios, cuanto es posible criar, cuan
to pasa en lo mas secreto de nuestro corazon,
y aunque sabe cuanto Dios sabe. El se pre
senta como el inventor de toda ciencia, co
mo el que dispone de los acontecimientos
del mundo segun su voluntad, y que obra
coa una sabiduría tal, que el saber de los
mismos ángeles es como la ignorancia, y se
presenta en fin, conociendo todas las cosas
que fueron, que son y que serán; y cono
ciéndolo en todo tiempo, lugar y circuns
tancia. Y cuando se presentó de esté modo?
488
en todas las acciones de bu vida. Y cuando
dijo que El era Hijo de Dios? lo dijo ea ei
santo Evangelio, porque todo El se presen
ta diciendo en cada una de sus página; que
Jesucristo es Dios.
Pero todo esto lo dijo de un modo maB
luminoso, arando se hizo con su Eterno Pa
dre tina misma cosa, una misma susta?icia,
un mismo ser, tina misma divinidad, uno
mismo; luego siendo el Padre Dios, claro,
está que Jesucristo que es su Unigenito y
una misma sustancia 6 uno mismo, claro
está que es Dios lo mismo que su Padre.
De qué mejor modo podria mostrarnos su
divinidad? Este lenguage fué daro, y fué
tan seucillo y categórico, que sus enemigos
entendieron, que se decia verdadero Hijo
de Dios. Y para que nadie pudiera dudar
lo, quiso ser condenado por haber dicho en
pleno juici- que eraverdadero Hijo de Dios.
N<< sdIo dijo que era verdadero Hijo de Dios
á sus discípulos, sino que hizo que todos lo
creyesen verdadero Hijo de Dios, y que los
mismos demonios lo publicasen el Hijo de
Dios. Por esto no solo era confesado co
mo profeta, si que tambien como el que
ilumina á los profetas, y como el hijo de
Dios vivo: verdad que fué revelada á Pe
dro no por la carne ó por la sangre; sino
48D
por las luces del Padre Celestial. Está por
tanto demostrado que Jesucristo se hizo Hi
jo de Dios; que afirman sus enemigos que
él se hizo Hijo de Dios; que los apóstoles lo
confiesan Hijo de Dios, y que los mismos
demonios lo proclaman Hijo de Dios; y co
mo sus dichos y sus hechos eran otras tan
tas pruebas de su divinidad; por esto ó se
niega la verdad del evangelio, 6 se concede
que Jesucristo es Dios: y como el evange
lio no puede negarse porque cien y cien ve
ces se ha demostrado que es verdadero; de
ahí la necesidad absoluta de admitir que Je
sucristo es Dios.

4 —JESUCRISTO ES DIOS PORQUE EN VIDA


PROBÓ QUE ERA DIOS.

81 Jesucristo hizo obras de Dios, quere


mos decir, obras tan superiores á los hom
bres, á los ángeles y á los demonios, qu*. no
puedan atribuirse á ninguna criatura, y sí
las hizo para probar que era Dios, es claro
y evidente que Jesucristo es Dios. Pu.es
Jesucristo viendo que los émulos de sus glo
rias no admitían su mision divina, ni la di
vinidad, de su persona, les dice: ya que no
32
490
quereis creer en mi doctrina, creed en miv
obras. Reto divino que arrojó á sus mas
encarnizados enemigos para probar que era
Dios. Y quién duda que las obras de Je^
sucristo prueban que es un hombre Dios?
Como hombre, quiere ser hijo del hombre; y
como Dios, se presenta como el objeto de las
profecías de todos los siglos; como hombre,
quiere tener madre, como Dí03 es concebido
en las entrañas de una Virgen, por obra del
Espíritu Santo; como hombre, nace en un
pesebre, como Dios cria un nuevo astro para
que anuncie á los reyes su nacimiento; co
mo hombre, nace en unos pobres pañales,
como Dios, descienden los ángeles del cielo
para entonarle honor, gloria y bendicion;
como hombre, se amamanta en los pechos de
su madre, como Dio», es El el alimento de
todas las criaturas; como hombre, es ofreci
do al templo y declarado objeto de ruina;
como Dios se le pre»enta como la salud de
todos; como hombre. .'. .pero cuándo acaba
ríamos? Digámoslo de unajvez para siempre,
que todas las operaciones de Jesucristo indi
can de un modo el mas cierto y absoluto que
es hombre y qu« »s Dios. Además, para
probar que es Dios, y probarlo con testi
monios los mas irrecusables, habla como
Dios, enseña como Dios, reprende como
491
Dios, juzga como Dios, castiga como Dios,
y como Dios, al eco de su voz omnipotente
los ciegos ven, los cojos echan á andar, los
tullidos se levantan, los sordos oyen, loa mu
dos hablan, los endemoniados se ven libres,
los muertos resucitan á la vida, y aun resu
citan aquellos que enterrados ya d* cuatro
dias echaban de sí mal olor. Jesucristo ha
cia todos estos milagros, no como un médi
co que cura aplicando las admirables reglas
del arte, sino como el Señor de la naturale
za que hace nuevas creaciones; y así hacia
ojos nuevos que daba á los ciegos de naci
miento; fabricaba nuevas lenguas y oidos,
para los mudos y sordos; á los leprosos en un
momento les ponia una piel tan limpia como
de un niño recien nacido; y á los muertos,
con la putrefaccion de cuatro dias los resu
citaba, 'haciendo en este acto la nueva crea
cion de todo el hombre: y todo esto lo ha
cia con rostro sereno, con igualdad de áni
mo, como el arbitro de la naturaleza, y para
probar que era Dios.
Por esto hacia los milagros El mismo, y
por sn propia virtud, y no los hizo como un
comisionado, que pende de la virtud de
Dios, por esto El habla, y todo obedece, El
llama á Mateo, y Mateo el publicano deja los
sacoa de moneda y lo sigue: por «ato El Ha
492
ma á Pedro, á Juan, á Andres; y hace pes
cadores de hombres, á los que antes pesca
ban peces, en el lago de Genesaret; por esto
El manda al mar alborotado, y los vientos
se apasiguan, el mar se despoja de su fu
ria, y reina la mayor calma, y todo se efec
tua en un momento; por esto maldice á la
higuera y esta se seca, por esto. . . pero pa
ra qué cansarnos? Todas, absolutamente to
das las obras de Jesucristo nos prueban que
es Dios; y nos lo prueban con la mayor evi
dencia que podemos imaginarnos, porque
nos lo prueba con un conjunto tan admirable
de obras, que solo pudo haberlas hecho
Dios; y obras que Jesucristo las hizo expre1
samente para probar que es Dios. i

5. —JESUCRISTO ES DIOS PORQ.UE


CON SU MUERTE Y RESURRECCION PRUEBA
ftUE ES DIOS.

Solo Dios conoce los pliegues del corazon


humano y cuanto harán los hombres en to
dos los momentos de su vida. Pues Jesucris
to nos mostró que poseía este conocimien
to en esta ocasion; y nos probó de esta ma
nera que era verdadero Dios. Jesucristo
493
mostró que conocía cuanto pasaba en el co
razon de los judíos, cómo lo tratarían en su
pasion, en su muerte de Cruz, que estaba cer
ca apesarde que sus enemigos no querían con
denarlo, Binodespues de Pascua, y conoceen
suma su resurreccion gloriosa. Hablando con
los discípulos de su pasion, les anuncia que
lo abandonarán, que uno lo venderá, que
otro lo negará, y que todos huirán: les dice
que El será preso, azotado, escupido, abo
feteado, tratado con la mayor ignonna y
que morirá en Cruz. Todo esto se verifica,
y se verifica en el tiempo señalado por Jesu
cristo, y se verifica no obstante el parecer
del todo contrario de los escribas y fariseos.
Jesucristo anuncia á los apóstoles, y de un
modo espncial á sus enemigos, que resuci^
taria al tercero dia, y lo verifica; Jesucristo
muere con la muerte mas ignominiosa, y en
su muerte hace temblar toda la tierra, y ras
ga de arriba abajo todo el monte Calvario,
y hace que el sol oculte sus luces durante
tres horas, y sepulta á la tierra en espesas
tinieblas desde las doce del dia hasta las
tres de la tarde, y resucita á muchos muer
tos. Jesus ya murió; y aun ya muerto, es
atravesado con una lanza su corazon, para
que derrame hasta la áltima gota de su san
gre. Los soldados, y el Centurion dan tes
494
timonio jurídico de su muerte;. José y Nico-
demus lo bajan de la Cruz, lo ungen con
aromas, lo envuelven en una sábana limpia,
lo colocan en un sepulcro« nuevo, y cierran
su entrada con una gran piedra. Entretanto
los escribas, farisaos y sacerdotes, temen que
resucite como lo habia anunciado, y para im
pedirlo sellan el sepulcro, y colocan en él una
guardia esforzada, numerosa y de toda su sa
tisfaccion. Así pasó el viérnes, todo el sába
do y una parte del domingo; mas en el do
mingo resucita, se aparece á si? Madre, á los
apóstoles, á las Marías, á todos sus discípu
los que eran mas de ciento veinte; está con
ellos cuarenta dias, habla con ellos, come con
ellos, los reprende, los instruye, los fortalece,
les promete al Espíritu Santo, los bendice
por áltima vez, y por su propia virtud su
biendo á la gloria, se sienta á la derecha de
Dios Padre: tan clara, tan cierta, tan incon
testable, es fa verdad que nos asegura que
Jesucristo es Dios/ ¿Cómo pudo saber todo
cnanto habia de sucederle si no fuese Dios!
¿Cómo podría portarse en toda su pasion
de un modo tan digno, tan noble, tan perfec*
to si no fuese Dios? ¿Cómo podria resucitar
se así mismo, dar nueva vida ñ sus ojos,
á sus oidos y á todos los miembros de su
cuerpo si no fuese Dios? ¿Cómo pudo veii
495
ficar la union del cuerpo con su alma; si no
fuese Dios? ¿Cómo en el espacio de tres dias
pudo curar todas sus heridas, y andar bue
no y sano, si no fuese Dios? ¿Cómo pudo
aparecerse á sus discípulos, alentar aquellos
tímidos corazones, y esforzarlos hasta poner
sus glorias, en morir por El si no fuese Dios?
Concluyamos que habiendo hecho Jesucris
to todas esas cosas es Dios; y que es Dios
verdadero de Dios verdadero; porque es el
hombre de Dios de que nos habla San Juan,
poique El dijo que era Dios, y lo probó, y lo
probó no solo en vida por medio desus obras,
sino que lo probó singularmente mediante
su gloriosa resurreccion , despues de su
muerte.

6.— ERNESTO RENÁN CONFIESA EN SU OBRA


IMPíA VIDA DE JXSUS, QUE JEBUCRISTO
ES DIOS.

Ernesto Renan es quizás el hombre


mas impío de cuantos ha sostenido la tier
ra: y en su obra que diabólicamente apelli
do Yida de Jesus ensartó todos los errores
de todos los que se han pronunciado contra
la divinidad de Jesucristo. Pai tiendo de los
496
cuatro Evangelios, ha tejido la obra qne de
nomina Vida de Jesus, pero truncando tes
tos, ca lando otros, dando falsas interpreta
ciones á muchos, y suponiendo sin probar
cuanta le ha dado la gana, ha querido con
cluir que Jesucristo no es Dios, que es un
filósofo de los mayores que ha habido, aun
que en otras ocasiones nos dice que fué un
ignorante, un fanático. Pobre libre pensador!
Ha pensado tan libremente en su obra, y tan
mal ha dijerido sus conceptos, que contra
su propia voluntad, él mismo nos confiesa
en su obra la divinidad de Jesucrito: y así
como el impío Rousseau despues de haber
impugnado el catolicismo, nos asevera la
divinidad de Jesucristo diciéndonos: si la
vida y muerte de Sócrates son de un sabio,
la vida y muerte de Jesucristo, son de un
Dios: así el impío Ernesto Renan en su mis
ma obra contra la divinidad de Jesucristo
nos dice: que Jesucristo es Dios', y cuyos
pasages vamos á aducir para que aparezca
con toda claridad la mala fé del autor, la
pesada burla que hace de sus crédulos lec
tores, y hasta que punto brillan los santos
Evangelios, la divinidad de4Jesucristo; por
que mal de su grado, y contra su propia vo
luntad, se ve obligado á confesar que Jesu
cristo es Dios. Así se expresa en el ^capítu
497
lo 28. Cualesquiera que sean los fenóme
nos inesperados del porvenir, Jesus no se
rá sobrepujado, su culto se rejuvenecerá sin
cesar, la lectura de sus hechos provocará
lágrimas sin fin, stts sufrimientos enterne-
rdn los mejores corazones, y todos los siglos
proclamarán, que no ha nacido uno mas
grande que Jesus. Y porqué? qué es lo que
ha visto el Sr. Renan en Jesucristo? qué vé
en sus palabras y en sus obras, que le obli
ga á darle el primer lugar? ¿cómo asegura
que nadie podra sobrepujarlo? en que se
funda para afirmar, que su culto se rejuve
necerá sin cesar ¿qué vislumbra en su con
ducta tan magnánimo y digno de admira
cion? Ya nos lo ha dicho en el capítulo
5. ° con estas palabras, tanto mas notables
cnanto que son la confesion de un des
creido: Jesus no tuvo visiones; Dios no
le hablaba como tm extraño, sino que Dios
está en El, El se sienta con Dios, saca
de su corazon lo que dice de su Padre, y
vive en el seno de Dios, por una comu--
nicacion continua: confesion la mas exp í-
cita de la divinidad de Jesucristo de cuán
tas han salido de la boca de un impío/ El
Sr. Renan en el capítulo 3, nos presenta á
Jesucristo como un rudo, un ignorante, im
político, y sin conocimientos filosóficos. A
498
esto preguntamos ¿cómo un hombre sin sa
ber, pudo variar la faz de las creencias, de
la moral, de la religion, de la sociedad, de
la familia y aun del individuo? En el ca
pítulo 14 por m adio de una serie de contra
dicciones que tanto abundan en su obradnos
da la razon afirmándonos otra vez que Je
sucristo es Dios. Nos refiere que Jesucristo
dijo á la Samaritana, que los verdaderos
adoradores adorarían al Padre en espíritu y
verdad, y como espantado de la doctrina
sublime del Salvador, exclama: El dia en
qiw Jesusristo pronuncio estas palabras,fué
verdaderamente Hijo de Dios; porque en
aquel dia,fundo el culto pi imitivo sin fecha
y sin patria, porque es el culto que practi*
carán las almas elevadas hasta el fin de
los tiempos, y porque planteó la religion ab
soluta de la humanidad. En efecto, fundar
la verdadera religion; religion absoluta que
debe durar hasta el fin de los tiempos, son
actos propios de aquel hombre, queal mismo
tiempo era Dios. En el capítulo 12 nos dice
que los profetas anunciaron al Mesías, que
ya habia venido Elias, que lo habia de pre
ceder, y que este era Juan: confiesa los mi
lagros que hacia Jesus, en comprobacion de
que El era el verdadero Mesías; anunciado
por los profetas: en el cap, 15. La antigua
499
ley debe ser abolida, Jesus la abolirá: el
Mesías ha venido y el Mesías es El. El
reino de Dios se ha de establecer aunque El
sea víctima de su empresa; pero despues
de su muerte vendrá acompañado de le
giones de ángeles, y aquellos que lo recha
zaron serán confundidos. Cuatro veces nos
prueba en tan pocas palabras la divini
dad de Jesucristo porque dice que es el
verdadero Mesias: dice que hizo milagros;
dice que en El se cumplieron las profecías;
y dice que vendrá despues de su muerte á
confundir dios culpables. En el capítulo
16 asienta, que los que rodeaban á Jesus, se
admiraban mas de sus milagros, que de su
doctrina. Aquí admite que Jesucristo hizo
verdaderos milagros, y por consiguiente que
era Dios, ya que El mismo los hacia por su
propia virtud, y no como un enviado que los
hiciera en nombre de Dios, y como se trata
de milagros contados con minuciosidad por
testigos oculares, y contados cuando aun
vivían muchas de las personas en cuyo fa
vor se hicieron, y milagros ejecutados con
linuamente; de lo dicho brota con toda cla
ridad, que Jesucristo es Dios, supuesto que
hacia milagros propios^ y sin depender de
nadie, porque esto solo Dios puede hacer
lo. En otro lugar dice: Jesus era el Creador
500
de la religion eterna de la humanidad, por
cuya razon cada uno de nosotros debe á
El lo que tiene de mejor; porque El ha per
feccionado á la humanidad con su doctrina,
y nadie ha podido igualarle, desde el prin
cipio del mundo h ista nuestros dios: con
lo cual afirma, que Jesucristo es verdadero
Dios, porque solo el Ser supremo es el que
puede establecer una religion que por su
verclnd, elevacion de ideas, y santidad de
preceptos, no esté sujeta á cambios; con lo
cual afirma repito, que el que esto hizo era
un hombre tan superior á todo otro hom
bre, que al mismo tiempo era Dios. Y esta
idea es de tal suerte la delSr. Renan, que
hablándonos de lo mucho que se opuso á la
hipocresía exclama: ''obra excelente de alta
'- burla, rasgos escritos en líneas de fuego
"sobre la carne del hipócrita, y del falso de-
" voto. Hasgos dignos de Dios/ Solo un
" Dios sabe matar de esta suerte.'"
Min. Bien señor padre, muy bien esto
es demostrar que Jesucristo es Dios esto e«
haber presentado una demostracion de la
divinidad de Jesucristo tan sencilla como
exacta r absoluta.
Cat. En efecto no» ha dado una serie de
pruebas las mas lógicas y convincentes; y
todo hombre que vaya de buena fé, nece-'
501
sanamente ha de sacar de su lectura que
Jesucristo eg Dios. Pero señor padre, vd.
habrá notado que he sido un mal cristiano,
y que tenia tiempo y voluntad para todo
menos para cumplir los deberes de mi san
ta religion; sin embargo, no soy lo mismo,
desde que vd. me ha convencido que los
protestantes, los masones y los libre pensa->
dores solo tienen el error, la mentira y todos
los vicios; y por consiguiente que ni uno so
lo de ellos puede salvarse, sino que vivien
do y muriendo con estas sectas, necesaria
mente han de condenarse todos ellos; pues
desde entonces, por la gracia de Dios, y por
la intercesion de la Inmaculada y Divina
María, he sentido en mí un cambio sa
ludable, y por tanto he comenzado á orar;
pero fe digo á vd. con tanta vergüenza como
verdad, que no entiendo lo que me digo
al rezar "Creo en Jesucristo su Unico Hijo
y Señor Nuestro," desearía pues que vd. me
lo esplicase para Que reze en lo sucesivo
con mas devocion.
Min. Esta misma sáplica se la hago >o
tambien, pues necesito una instruccion de
las palabras dichas aun mas que el señor
católico, por haber pasado mi vida en ca
lumniar á los católicos y á la Iglesia R o
mana, y no en servirme de la Escritura
502
para conocer un poco mas lo que es Jesu
cristo.
Sac. Con mucho gusto voy á satisfacer
sus deseos, esponiéndoles con la doctrina
católica las palabras que rae han indicado.
" Creo en Jesucristo su Unico Hijo y Señor
" Nuestro." Pero no lo haré de modo que
vdes. comprendan tan grandes misterios por
que si no podemos comprender lai cosas visi
bles, obras que vemos y palpamos, es evi
dente que menos hemos de poder compren
der lo que es Jesucristo, Hijo único de Diosy
Señor Nuestro; pero sí tendrán el consuelo
de saber lo que saben los buenos cristianos, y
podrán rezar mejor y con gran consuelo
de su espíritu.
Cuando dicen: "creo en Jesucristo su Uni-
"coHijo y Señor Nuestro," hablan de la se
gunda persona de la Santísima Trinidad;
confiesan que el Eterno Padre tiene un Hi
jo tan eterno como El, y en todo igual á El;
creyendo en el Hijo, como creen #d Dios
Padre, confiesan que es engendrado de su
sustancia; pero de tal modo, que conocién
dose á sí perfectísimamente, produce una
vira imágen de sí mismo, imagen de infi
nita perfeccion, como que es engendrado
por Aquel que es infinitamente perfecto.
P ues esta imagen de la sustancia de Dios cb
503
el Hijo Eterno y Unico; y, tan Santo, tan
Perfecto, tan Infinito tan Inmenso como el
Padre.
Por tanto, cuando vdes. estén arrodillados
en la Iglesia ó en el retrete de su casa rezan
do el Credo, cuando dicen.- "creo en Jesucris-
" to su Unico Hijo y Señor Nuestro," creen
y confiesan que Jesucristo es natural Hijo de
Dios, que es del todo consustancial al Pa»
dre, que todas las cosas las sustenta y rije
con la palabra de su virtud, que «s »i here
dero universa! de cuanto existe, y que siem
pre ha obrado de manera que es el objeto de
sus complacencias.
Creen y confiesan que se llama h»jo, y
debén entender entonces que es d« la mis
ma sustancia del Padre, y tan Dios como el
Padre, y de ningun modo que es un Hijo
adoptivo por la gracia, como lo son todos
los buenos.
Creen y confiesan que este Hijo se llama
el verbo y deben entender que esta gene
racion aunque sustancial, no es material co
¡no las otras, sino espiritual por vía del
entendimiento.
Creen y confiesan que este, Hijo ademas
'de llamarse el verbo, es con toda verdad
la imagen y figura de la sustancia del Pa
dre, porque es viva y verdadera represen
604
tacion de todo aquello que hay en la sus
tancia del Padre.
Creen y confiesan que e] Hijo de Dios se
llama Jesús y que el Padre Eterno quiso que
este fuese su nombre, porque Jesus quiere
decir Salvador, y le fue dado este nombre
porque El habia cíe salvará su pueblo del cau
tive rio del pecado, y habia.de volver á to
dos los hombres á la gracia y amistad de
Dios, y para que pudieran recibir un dia la
herencia de los bienes de la gloria.
Creen y confiesan que el Hijo de Dios se
llama Cristo, y que 'fué coronado y. ungí
do sobre todos los reyes, sacerdotes y pro
fetas, porque El es el rey de los reyes, y
señor de los señores; porque es el sacerdote
eterno segun el orden de Melquisedech, y
porque El es por antonomasia el que iluaii
nó á todos los profetas.
Creen y confiesan que ( se llama Señor
Nuestro, porque no obstante de ser el Se
ñor de todo, porque todo lo hizo con solo su
palabra; sin embargo, se llama principal-i
mente y con toda propiedad el Señoi de
todos los que ha salvado y redimido, pues
como nos dicen San Pedro y San Pablo, nos
ha comprado no á precio de oro, ó de plata,
6 de piedras preciosas, sino pagando por
505
nuestro rescate eP* recio infinito de su san
gre divina.
Observan señores lo que es Jesucristo
Nuestro Señor? observan el conjunto de mis
terios que creen? observan cuán digno es
de nuestro amor? observan la justicia de
San Pablo cuando fulminaba anatema con
tra todos aquellos que no aman á Jer.ucris-
to? Pero observen sobre todo cómo Jesu
cristo Nuestro Señor nos ama verdadera
mente; nos rije,Hnos defiende, nos favorece, y
nos ampara contra todos nuestros enemigos
que son el pecado, el demonio, el infierno,
la carne y la muerte y nos ama en tanto
grado, que dio su vida por nosotros en una
cruz. Ojalá señores que estos recuerdos pro
dujeran en nosotros obras dignas de tan
gran Sefior!
Cat. Qué grande es pues Jesucristo/ qué
excelso y cuán digno de nuestro amor!
Sac. Para que conozcan mejor á Jesu
cristo y para que en adetante lo amen mas
y mas, consideren los nombres que le con
vienen/como Dios le conviene ser llama,
do Hijo de Dios, é Hijo Unico de Dios ó
su Unigénito, y como hombre le convie
ne el nombre glorioso y sacratísimo de Je
sus, Cristo y Señor Nuestro. Consideren
ademas, que en Jesucristo confesamos do»
33
506
naturalezas, y dos generaciones: dos natu
ralezas, la divina y la humana en una sola
persona y esta divina: y dos generaciones,
una eterna por haber sido engendrado antes
de todo tiempo y desde toda la eternidad, y
la otra temporal, como que nacio en el tiem
po de la Santísima Virgen María su Madre-
Por la primera es Dios verdadero de Dios
verdadero, y por la segunda es verdadero
hombre, como formado de la sustancia de
su Madre: la primera generacion oxcede todo
ingenio, no se nos manda entenderla; pero
sí creerla, adorarla y reverenciarla; y la
segunda generacion que es del todo mila
grosa hemos de creerla, adorarla y reveren
ciarla, y aun en cierto modo podemos re
ferirla: sí, tal es Jesucristo Dios y Hombre
verdadero.
Min. Estoy admirado sefior padre por la
declaracion que acaba de hacernos de tan
grandes misterios, y no puedo menos que
adorarlos con toda reverencia. Sí, señor
padre, ahora conozco á Jesucristo como
nunca; ahora me formo de El una idea, algo
exacta y al mismo tieropa tan consoladora
cual nunca me la habia formado. Oh qué
ignorantes son los protestantes en materia
d« religion! cuán poco conocen á Jesucristo
los mismos que aparentan defenderlo! Pero
507
con lo que vd. nos ha dicho conozco que es
verdadero Dios y verdadero hombre, y como
no repugna el que dos naturalezas subsistan
bajo una sola porsona divina. Pero desea
ría de vd. corno en complemento de nues
tras importantes conferencias dos cosas im
portantísimas, á saber: qué debo hacer para
no pecar contra este artículo de nuestra san
ta fé y qué debo hacer para honrarlo y ado
rarlo como conviene.
Sac. Dos preguntas acaba de hacerme
que me placen mucho y que las contestaré
con dos respuesta-; y lo haré con tanto ma
yor gusto, cuanto que ellas acabarán de ma
nifestarles lo contenido en el artículo que
dice: "Creo en Jesucristo su Unico Hijo y
"Señor Nuestro."
1. rt Pecan contra este artículo los que
buscan el remedio de sus pretenciones fuera
de Dios, y que se fian de otra cosa mas que
de su Único Hijo y Señor Nuestro: y pecan
contra él todos los masones y libres pensa
dores puefen su ' loco frenesí han intentado
despojarlo de la divinidad.
Pecan contra este artículo los que creen
alennzar el perdon de sus pecados por toe
dio de asperezas, rigores, vigilias, ayunos,
y demás penitencias; sin contar en los mé^
ritos de Jesucristo, olvidándose que todas
508
las oraciones, tanto de la Iglesia como de
los fieles en particular, todo está fundado
en los merecimientos de Nuestro Señor Je
sucristo. Y así hemos de decir todos, la ora
cion de Jesucristo dio valor á la mia, el ayu •
no de Jesucristo á los mios, y por consiguien
te todas nuestras obras en tanto son meri.
torias, en cuanto están unidas á los méritos
de Jesucristo de quien reciben todo su valor"
De ahí es que todos los fieles unidos con
la Iglesia deben decir: Gracias á Dios por
Jesucristo; gracias al Padre que nos dio
á su Unigénito; gracias al Hijo que nos
dio todos los méritos de su vida y de su
muerte: y millones de gracias le sean dadas
porque por El valen nuestras obras, por
El, se nos dio virtud para practicarlas, y
por El, que es nuestra justicia y nuestra
santificacion hemos de pedir »i don de la
perseverancia. Pasemos á la segunda res
puesta.
2. w Qué hemos de hacer par* honrarlo,
reverenciarlo y adorarlo? Cuatro cosas voy
á indicarles admirablemente utiles I. No pe
car contra este artículo! y este es el primer
acto de honor, de reverencia y de adoracion.
. II. Hacer actos positivos de amor de Dios,
viendo que el Señor Dios Nuestro lío se con
tentó con criarnos, y con llenar el mundo de
509
dones para nuestra conservacion, sino qvte
dio al hombre cuanto pudo darle, supuesto
que como nos dice San Juan entrególe su Hi
jo con todo su poder y eternas riquezas; y
entrególe para librarnos de todo mal, y para
que entráramos á la posesion de todo bien.
III. Ponerse en disposicion de hacer siem
pre y en cualquiera ocasion toda especie
de sacrificios por Dios, porque obró con un
amor tan singular, que para curarnos de
los males de nuestras culpas, nos dio á su
mismo Unigénito, y nos lo dio para que
cada uno de nosotros pudiera decir con to
da verdad: El es realmente todo mi re
medio, mi rescate, mi sacerdote, mi sacrifi
cio, mi cordero, mí santificacion, mi justicia,
mi Señor, mi amparo y mi guia. IV. Con
fiar en Jesucristo, no mas que en Jesucris
to, y solo en Jesucristo, y con una confian
za tal; que nos parezca que El mismo nos
toma de la mano, y nos lleva delante del
Eterno Padre, y que allí responde por nos
otros, y que por lo que nos faltare El mis
mo ofrece la mas sobrada y copiosa reden
cion. Ah! divino artículo que trueca la des
confianza en esperanza firme, la pesada
tristeza en suave alegría, y el formidable
desasociego en tranquilo reposo.
Min. Gracias señor padre, mil gracias.
510
Ahora conozco lo que es Jesucristo en la
religion católica ó en la Iglesia que es Una.
Santa, Católica, Apostólica y Romana; Je
sus es todas las cosas, es verdaderamente
Nuestro Redentor, es el fundador del cris
tianismo: con Jesus todo es y sin Jesus na
da es. Gracias señor padre, por el señala^
do beneficio que nos ha hecho hablándonos
de Jesus.
Cat. Yo tambien se las doy y mas es-
presivas si cabe que las del señor ministro.
Yo he sido mas culpable, porque siendo hijo
de la Iglesia católica he obrado hasta ahora
como un hombre sin creencias; mas en ade
lante seré un hombre nuevo con la espe
ranza que tengo en Jesucristo en su Inma
culada y divina Madre la Santísima Vir
gen María, en el patrocinio de todos los
santos, y el magisterio acertadísimo de la
santa Iglesia. Ah/ ahora si que me pare
ce que comienzo á amar á Jesucristo Se
ñor Nuestro, á Jesucristo Dios y hombre
verdadero, á Jesucristo que es mi Redentor,
mi Salvador, mi Dios, mi Maes-tro, mi Pa
dre, mi Hermano y en suma á Jesucristo
que es para mí todas las cosas.
Sí, señor padre, se lo prometo a vd. como
ya lo he prometido á mi Dios: voy a obrar
en adelante como buen católico, voy á amar
511
á Jesucristo corno á mi padre, y voy á res
petar, reverenciar y amar efectivamente y
con el afecto que debo á la Iglesia verdade
ra, á la Iglesia fundada por Jesucristo Se
ñor Nuestro, á la Iglesia ea cuyo seno hay
salvacion, á la Iglesia que es Una, porque !a
verdad es una, y la Iglesia verdadera, nece
saria y absolutamente ha de ser Una, ha de
ser Unica, porque solo es propio del error el
ser múltiple: voy á respetar, reverenciar y
amar efectivamente y con el afecto, á la
Iglesia que es Santa, y esta es la verdadera
Iglesia en cuyo seno hemos nacido; y es
Santa porque Jesucristo su cabeza es santo,
los Sacramentos son santos, los Mandamien-
tos son santos, todas sus disposiciones son
'santas, y hacen santos á cuantos la obede^
cen: voy á respetar, reverenciar y amar
efectivamente y con el afecto á la Iglesia
que es católica, porque e3tá estendida por
iodo el mundo, y es católica en -especial por
la doctrina, porque todos los católicos ahora
creemos lo mismo, y lo mismo han creido
siempre los católicos de todos los tiempos,
y lo mismo creerán durante todas las eda
des de todos los siglos: voy á respetar, reve
renciar y amar efectivamente y con elafec^
to á la Iglesia que es Apostolica porque los
apóstoles la fundaron con la autoridad de
612
Jesucristo: y en suma, voy á respetar, reve
renciar y amar á la Iglesia que siendo la
Iglesia verdadera, es esencialmente y abso
lutamente Una, Santa, Católica y Apostóli
ca, y es al mismo tiempo por voluntad de
Jesucristo tambien Romana.
Min. Muy bien señor católico: sus senti
mientos son igualmente mis sentimientos, y
estoy en la conviccion que no puede tener a
Jesucristo por Padre, aquel que no tiene á
la Iglesia por Madre.
Sac. Muy bien señores: apruebo sus sen
timientos, y los «pruebo tanto mas cuanto
que veo que han brotado tan espontánea
mente de bu corazon. Ustedes, han con
cluido, y es un deber mío concluir tam
bien. Pero que haré yo al finalizar nues
tra conferencia ó mejor dicho, nuestro con
junto de conferencias. Dar la honra y glo
ria á Dios, de quien es todo don perfecto,
suplicar á vdes. que se embeban bien de la
doctrina que espusimos sobre cada uno de
los puntos que hemos tratado, y dejarme
conducir de los sentimientos de San Pablo,
cuando maldecía á los que no amaban á Je-
eucnsto; y aun espero de la religiosidad de
vdes. que se reunirán conmigo para la hon
ra y gloria de Dios, á fin de maldecir á todos
513
los que niegan que Jesucristo es Dios. Sí:
digamos con verdadero celo: maldicion y
anatema, á los que niegan que Jesucristo es
Dios; maldicion y anatema, á los que dicen
que Jesucristo no es Dios; maldicion y ana
tema á los que escriben que Jesucristo no
es Dios; maldicion y anatema, á los que vo
luntariamente oyen conversaciones en las
que se dice que Jesucristo no es Dios; mak
dicion y anatema á los que maliciosamente
hacen correr libros en los que se intenta
probar que Jesucristo no es Dios; maldicion
y anatema á los que imprimen libros en los
•que se asegura que Jesucristo no es Dios;
maldicion y anatema á los hereges, á lo*
incrédulos, á los masones, á los libre pen
sadores y á los malos católicos que dicen
qué Jesucristo no es Dios; y digamos aun
como San Pablo. ''Maldicion y anatema, a
" los que no aman á Jesucristo verdadero
" Dios" De nuestra parte amemos teorica y
prácticamente á Jesucristo, y mostrándole
nuestro amor, y creyéndole verdadero Dios,
demos público testimonio de esta creencia,
mediante el exacto cumplimiento de todas
nuestras obligaciones; con esta conducta
creeremos prácticamente en Jesucristo ver
dadero Dios; no caerá sobre nosotros la mal
dicion que fulmina el Apóstol contra los que

'V
•14
no aman á Jesucristo sino que entraremos
en la posesion de las bendiciones de JeBus,
que con el Padre y el Espíritu Santo vive y
reina por los siglos de los siglos. Amen
Jesus.

FIN.
CONCLUSIÓN.

El colaborador de nuestra Biblioteca


Religiosa que nos ha proporcionado la pre
sente obrita, nos ha remitido el siguiente
trozo, para que sus lectores vean de un solo
golpe de vista las horribles tendencias de la
Frane-masonería.
He ahí nuestra divisa/ exclaman los franc
masones en sus correspondencias oficiad
les, aniquilamiento y destruccion completa
del catolicismo y hasta de la idea cristiana...
es preciso descatolizar el mundo.... conspire
mos solo contra Roma... contra Roma deben
dirigirse todos los esfuerzos de los enemigos
de la humanidad.... con tal de destruir á Ro
ma, todos ios medios son buenos. . . .en nues
tro consejo está decidido que no consint.!-
nios mas cristianos Mirabeau y casi todos
lo« hombres que formaron la revolucion de
1789, Danton y Robespierre, y con ellos los
malvados del 93 pertenecían á las socieda^
des masónicas.'. . . no conspiremos mas que
contra Roma y aprovechemos las circuns
516
tancias .... es necesario ahogar el gérmen
católico y aun cristiano .... popularizemos
el vicio en las masas para que lo respiren
por todos sus cinco sentidos .... formad co
razones viciosos y no tendreis católicos ....
lo que imporla es destruir la moral. . . .lo que
hemos emprendido es la corrupcion en gran
de escala de todo el pueblo por medio del
Clero, y del Clero por medio de nosotros,
corrupcion que nos permitirá llevar un dia á
]a Iglesia al sepulcro.... sin esto nos lison-
jeariamos de haberla vencido. los caba
lleros masones prestan el juramento de mi
rar siempre con horror á los reyes, á los fa
náticos y al Clero.
Tan horrible, tan monstruosa es la Franc
masonería.

Tenemos el gusto de ananciar a todos nuestros


lectores que el Illmo. Si-, De. D. Jose Vicente Sa
linas, dignísimo Obispo de Durango, manifestó tan
grande aprecio á la Biblioteca Religio-ta, que se
dignó conceder 40 dtas de indulgencias por cada
Eagina de todas las obras que ella ha publicado
asta ahora, y publicare en adelante, con las debi
das licencias de la autoridad eclesiastica. Por
consiguiente disfrutan do las referidas indulgen-
gencias las obras de ¿Quién es María la Aladre de
Dios? i Quién es Jesucristo') Confesion o Condenacion
y la de. Protestantismo ydeM Franc-masonería?
Pags.

Capítulo /.—-Falsedad del protestan


tismo en sí mismo y en sus obras. 1
1. Su origen. 2. Culto de los san
tos y su invocacion. 3. Indulgen
cias. 4. Caracter de Lutero. 5. La
Inquisicion. 6. Degüello de San
Bartolomé. 7. Revocacion del Edic
to de Nantes. 8. Condenacion de
Galileo.
Capítulo 11.—La Iglesia de Jesucristo
es la verdadera 63
1. Existencia de la verdadera Igle
sia. 2. Solo la Iglesia católica es la
verdadera. 3. El protestantismo ni
es, ni puede ser la reforma de la
Iglesia católica, 4. El protestantis
mo es una vil secta. 5. Motas ó
distintivos de la verdadera Iglesia.
Capítulo 111.—La Iglesia verdadera
ha de ser romana 8*
1. Se refuta el folleto llamado Des-
pertador de los fanáticos. 2. Se re
futa el que se apellida, Esclavitud
del alma y medios de salir de ella.
3. Refutacion de lo que se llama
Abusos del papado ysu infalibilidad.
4. Privilegios" y glorias del Papado.
Capítulo IV.—Él protestante no pue
de continuar en su. secta 115
1. Libertad de cultos. 2. Los protes
tantes condenados por sí mismos. 3.
Diez y seis razones para adjurar el
protestantismo y hacerse católico.
4. La misma verdad .*e demuestra
por las Escrituras.
Capítulo V. —Los protestantes y la Bi
blia 145
1. Los protestantes no pueden reci
bir el canon de las Sagradas Escri
turas. 2. Los protestantes no pue
den recibir ni la misma Biblia por
que no les consta que sea divina.
3. Ni pueden admitir la traduccion
de la Biblia. 4. Ni pueden conocer
bu verdadero sentido. 5. Se refuta
el folleto titulado Los libros apócri
fos. 6. Se refutan los folletos la
Verdad y el error, y la conversion de
Andrés Nunn. 7. Dificultades.
Capítulo VI.—Cómo no es lícito é un
católico hacerse mason 195
1. No es lícito á un católico por con
fesion de ellos mismos. 2. Ni apegar
de su filantropía y beneficencia. 3. ,
Ni por su origen. 4. Ni por la clase
de gente que la compone. 5. Porque
recluta la gente engañándola. 6. Por
su malicia impía y por lo sumo de su
maldad. 7. No es lícito en su pri
mer grado que es el de aprendiz. 8.
Ni en el segundo que es de compa
ñero mason, ni en el tercero de maes
tro. 9. Ni en sus altos grados. 10.
Ni por las sociedades secretas. 11.
Ni como dirigidos por el diablo en
persona y demas impiedades. 12.
Que es lo que encubre el velo de la
beneficencia. 13. No es lícito á las
mujeres. 14. No es lícito porque
seis Papas han excomulgado á los
masones. 15. Porque tienen la mal
dad y la malicia en su mas alto grado.
Capítulo Vil.—Refutacion de la res
puesta á la brillante obra de Monse
ñor de Segur 253
1. Triste idea de la refutacion del
Dr. Aleman. 2. Acertada conducta
de la Iglesia. 3 Primera falsedad
de nuestro doctor ó sea el secreto
mason. 4. Segunda falsedad ó sea
la compañía de Jesus. 5. Tercera
falsedad ó sea el profesor universal.
6. Cuarta falsedad, la franc-masone-
ría es anticatólica. 7. Quinta fal
sedad, la franc-masonería es antiso
cial. 8. Sexta falsedad, historia
de la franc-masonería. 9. Séptima
falsedad, principios y objeto de la
franc-masonería. 10. Octava false
dad, felicidad masónica.
Capttuto VIII.—Loa frailes y las mon
jas 293
i. Doctrina masónica publicada en
la muerte del mason Moris. 2. Re
futacion de la primera calumnia. 3.
Refutacion de la segunda calumnia.
4. Refutacion de la tercera calum
nia. 5. Causas de la exclaustracion.
6. La religion de San Benito. 7.
Para qué sirven los frailes. 8. In
fluencia del celibato en los frailes y
monjas. 9. Para qué sirven las mon
jas.
Capítulo iX—Reglas y Constitucio»
nes de los frailes... 322
1. El porqué de los frailes y monjas.
2. Votos de la religion. 3. Voto de
obediencia. 4. Voto de pobreza; 5. Vo
to de castidad. 6. Otras observancias
regulares.
Capítulo X. — Fundadores de los frai
les y de las monjas, y de sus ocupa
ciones 349
1. El porqué de este capítulo. 2. Si
glo IV. 3. Siglo V, 4. Siglo VI. 5. Si
glo VIL 6: Siglo VIH 7 Siglos IX y
X. 8. Siglos XI y XII. 9. Siglo
XIII. 10. Siglos XIV. y XV, 11. Si
glo XVI. 18, Siglo XVII. 13. Siglos
XVIII y XIX.
C»püulo XI.—En donde se refiere lo
que pasó en la condenacion de esta
obra & peticion y merced de los libres
pensadores 372
1. Porqué tan justos jueces condena
ron nuestra obra. 2. Formalidades
necesarias. 3. Si es lícito emplear en
la polémica el estilo irónico. 4. Sen
tencia condenatoria del Protestantis
mo y la franc-masonería.
Capítulo XII.—Condenacion de las fu
turas obras contra la presente 287
l. Contra las obras que en vez de ra
zones emplean el chiste. 2. Contra
las obras que en vez de la razon solo
hacinan vanas declamaciones. 3.
Contra las obras que solo presentan
objeciones pueriles é indecentes. 4.
Contra las obras que solo alegan ob
jceiones imaginarias disfrazadas con
el estilo. 5. Contra las obras en que
sus autores se acréditan de necios no
obstante su tono magistral. 6. Contra
las obras que en vez de pruebas solo
presentan sus abusos á que ha servi
do de pretesto la religion.
Capitulo XIII.—De los libres pensa
dores, y modo de resistir sus ataques
contra el catolicismo 413
1. Sociedad de los libres pensadores
su objeto y su refutacion. 2. Los li^
bres pensadores clamando contra h
supersticion. 3. Los libres pensadores
clamando contra el fanatismo. 4. Los
libres pensadores clamando contra el
Clero 5. Los libres pensadores claman i
do y condenando al Clero. 6. Los li
bres pensadores clamando contra la
Iglesia. 7. Refutacion de las obras de
los libres pensadores. 8. Una palabra
á todos los impíos y descreidos.
Capítulo X.IV. —Condenacion de los
protestantes, de los masones, de los
libres pensadores y de sus doctrinas;
por el Concilio Ecuménico del Vati
cano 456
1. Condenacion de los protestantes.
2. Condenacion de los masones y A-
bres pensadores. 3. Condenacion de
la primera y segunda entrega del li
bre pensador. 4. Condenacion de la
tercera entrega del libre pensador. 5.
Condenacion de la cuarta- entrega
del libre pensador 6. Condenacion
de la quinta y sexta entregas del li
bre pensador. 7. Por qué han sido
condenadas
Capitulo X V— Divinidad de Jesucris
to «- 479
1. El crimen infame. 2. Jesucristo
es f 1 Dios hombre de que nos habla
San Juan. 3. Jesucristo es Dios, por
que El se hizo hijo de Dios. 4. Jesu
cristo es Dios, porque en vida probó
que era Dios. 5. Jesucristo es Dios,
porque con su muerte y resurreccion
prueba que es Dios. 6. Ernesto Re
nan confiesa en su obra impía, vida
de Jesus, que Jesucristo es Dios.
Conclusion 615
BIBLIOTECA RELIGIOSA.
Como tenemos ofrecido al fin del tomo
III de esta Biblioteca, el tomo V lo formará
la obrita titulada:
LA EDUCACIÓN

DE LA JUTEXrTTO
POR MEDIO DKL CUARTO

MANDAMIENTO UK LA LEY BE OIOS.

y cuaudo esta obra concluya, foriuarA el lo


mo VI la obra titulada:

EL MANUAL DE LA CARIDAD.
y cuyo autor es el sabio y ti>gllísimo sacer
dote francés Mr. Mulois
Para manifestar á nuesaus suscritores el
acierto que nos ha acompañado en su elec
cion, tan solo les suplicamos que reconcen
trándose un poco dentro de sí mismos se
piegunten qué es lo que vemos? qué es lo
que pasa en el seno de nuestra sociedad?
qué es lo que desgarra nuestra afligida y an
gustiada patria? Y verán el triste espectáculo
de ricos sin caridad y de pobres sin paciencia;
de opulentos á quienes néciamente llama el
mundo dichosos, y de verdaderos pobres de
Jesucristo segun son apellidados por la ca
ridad.
La obra que ofrecemos á nuestros lecto
res, traducida de la décima edicion francesa
es el remedio eficaz para todos estos males,
porque no solo manifiesta que los ricos sin
caridad son cristianos olvidados de sus her
manos los pobres, y que los pobres sin pa
ciencia no son otra cosa que cristianos ol
vidados de Dios su Padre Celestial; no solo
manifiesta que la caridad es paciente, es
benigna, no es envidiosa, no obra precipita
damente, no se ensoberbese, no es ambiciosa,
no piensa mal y que todo lo espera, todo lo
Boporta y todo lo cree; sino que como ver
dadero manual, pone por decirlo así, en las
manos de sus lectores, un modo sencillo,
ütil y meritorio de practicar la caridad con
todos los pobres de todo sexo, edad y con
dicion.
Los mexicanos ciertamente no somos de
lo menos caritativos, porque no obstante las
continuas revueltas que sin ceear paralizan
las obras buenas, con todo brilla, nuestra pa
tria en el firmamento de la caridad como
una estrella de primera magnitud; lo cual
nos ha obligado á publicar por vía de apén
dice un estado de los trabajos de la Socie
dad Católica; de la Sociedad de San Vicen
te de Paul, y de la Asociacion de las seño
ras de la caridad, para que se vea de un
modo claro y exacto lo que es la caridad
cristiana en la práctica, quedando así el
Manual de la Caridad, como una obra emi
nentemente mexicana, producirá en nues,
tro país los frutos que de su lectura se han
recogido en otras partes.

*'-
LA EDUCACIÓN

ptt radio ¿el cuarto mandamiento de ia Ity di Sin.

MATERIAS QUE COKTIENE.

Capitulo I.—Constitutivos de una educa


eion cristiana. 1. Obligaciones de los padres.
2. La madre debe alimentar á su hijo. 3.
La madre debe educarlo con alegría, agra
do y prudencia. 4. La madre debe cuidar
de la salud de su hijito. 5. Los padres de
ben procurar á sus hijos la conservacion de
su inocencia. 6. Los padres deben apartar
a sus hijos de lo que es capaz de corrom
perlos. 7. Los padres deben alabarles lo
bueno y castigarles lo mulo. 8. Malísima
educacion de L. aimé Martin. 9. Idea ge
neral de la educacion que debe darse á lts
niñas.
Capítulo II.—Los padres deben alimen^
tar á sus hijos. 10. Qué cristianos niegan la
fé. 11. Los padres deben alimentar á sus
hijos. 12i Deben enseñarles los deberes de
cristiano.
Capítulo III.—Los padres deben corre
gir á sus hijos. 13. Vehemente inclinacion.
14. Deber que tienen los padres de corre
gir á sus hijos. 15. Qué ha de corregirse
en los hijos. 16. Continua el mismo asun
to. 17. Los padres deben corregir aun á los
hijos grandes y casados. 18. Cuándo deben
corregirse los hijos. 19. Modo con que
deben corregirse. 20. Modelos de correc
cion.
Capítulo IV. —Los padres deben apartar
á sus hijos de las ocasiones de pecado y edi
ficarlos. 21, 22, 23, 24, 25 y 26. Por qué
se condenan muchos padres de familia.
Capítulo V.—Se señalan las causas ordi
narias que hacen á los hijos malos ó buenos.
27. Los hijos son malos porque lo son los
padres. 28. Se prueba la misma verdad
con ejemplos. 29: Se prueba la misma
verdad con otros ejemplos. 30. Los hijos
son buenos porque ío son sus padres. 31.
Se prueba la misma verdad con casos prác
ticos;
Capítulo VI.—Deberes de los hijos para
con sus padres. 32. Enlace del tratado. 33.
Los hijos deben amar á sus padres. 34. Con
diciones de este amor. 35. Conducta pésima
de algunos hijos.
Capítulo VIL—Obediencia de los hijos
á sus padres. 36. Primer medio. 37. Los
hijos deben obedecer á sus padres. 38. En
qué cosas deben los hijos obedecer á sus pa
dres. 39. En qué cosas deben negarles la
obediencia.
Capitulo VIH,—Eeverencia de los hijos
á sus padres. 40. Segundo medio. 41. Los
hijos deben respetar á sus padres. 42. En
qué cosas deben los hijos mostrar el respeto
á sus padres. 43. Ejemplos sacados de los
libros santos.
Capítulo IX.—Los hijos deben asistir á
sus padres. 44. Tercer medio. 45. Los
hijos deben asistir á sus padres en su esta
do erdinario. 46. Los hijos deben asistir á
sus padres en la vejez. 47. Deben asistirlos
en su enfermedad y despues de su muert e
Capítulo X.—Premio que da Dios á los
buenos hijos. 48, 49, 50 y 51. Cómo pre
mia Dios á los buenos hijos.
Capítulo XI.—Castigos de Dios contra
los malos hijos. 52. Palabras del Espíritu
Santo contra los malos hijos. 53, 54, 55 y
56. Cómo castiga Dios á los hijos re
beldes.
Capítulo XII.—Santidad del matrimo
nio y medios para lograrla. 57. Grandeza
del matrimonio. 58. El matrimonio es san
to porque Dios es su autor. 59. Ed santo
por lo que significa. 60. I3s santo por su
esencia. 61. Por qué algunos casados no son
santos. 62. Igualdad en el matrimonio. 63.
Consentimiento de los padres. 64. Cómo
deben celebrarse las bodas.
Capítulo XIII.—Deberes generales y
particulares de los esposos. 65. Los casa
dos deben amarse. 66. Los casados deben
guardarbe mucha fidelidad. 67. Deberes
particulares del hombre casado. 68. Debe
res particulares de la mujer casada. 69. Me.
dios prácticos.
Capítulo XIV.—Sobre el adulterio. 70.
Juicio de Dios contra los adulteros. 71. Q,ué
es el adulterio segun la razon. 72. Qué es
el adulterio segun las leyes humanas y di
vinas. 73. Por qué el adulterio reune »n sí
mismo tod«s los pecados. 74. Medios para
guardarse la fidelidad conyugal.
Capítulo XV.—Del sacramento del or
den. 75. Transicion. 76. Quién instituyó
el sacramento del orden. 77. En qué con
siste el orden sagrado. 78. Poder <le con
sagrar el cuerpo y sangre de Jesucristo. 79.
Poder de perdonar los pecados.
Capítulo XVI.—Lo que es un fraile ó
una monja. 80. Consagracion á Dios. 81.
Cómo se consagran á Dios por el voto de
pobreza. 82. Cómo se consagran á Dios por
el voto de castidad. 83. Cómo se consagran
& Dios por el voto de obediencia. 84. Idea
del cuarto voto.
Capitulo XVII.— Deberes de los fieles
para con los sacerdotes y demas personas
consagradas á Dios. 85. El sacerdote re
presentante de Jesucristo. 86. Primera
obligacion, el respeto. 87. Segunda obliga
cion, la obediencia. 88. Tercera obligacion,
los fieles deben alimentarlos.
Capítulo X VIII. —Deberes de los súbdi
tos para con sus soberanos y magistrados.
89. Origen de toda potestad. 90. El súb
dito debe respetar á sus soberanos. 91. De
be obedecerlos. 92. Debe rogar por ellos y
pagarles tributos ó contribuciones. 93. De
be guardar fidelidad á su gobierno.
Capítulo XIX.—Los criados y los amos.
94. Un criado. 95. Virtudes inconcusas á
los señores. 96. Igualdad entre los amos y
los criados. 97. Obligaciones de los amos.
98. Conclusion.
OBRAS DE YEWTA
si bailan en la encuademación di la calle de Santa Clara
nám, 15, despacho di la Biblioteca Religiosa,

Quién es María la Madre de Dios,


un tonr' 16. ° de '¿12 páginas, 25
centavos en carton, y en holande-
za fina I) 37
Confesion o Condenacion, un tomo
10. = de 480 páginas, holandeza
fina 0 62
Quién es Jesucristo, un tomo 16. °
holandeza fina 0 37
El Protestantismo y la Franc-Ma-
' sonería con la condenacion de los
libres pensadores y sus escritos,
por el Concilio Ecuménico Vatica-
no, un tomo 16. ° holandeza fina.. 0 68
Devocionario al Señor San José, un
tomo 16. ° holandeza fina ...... 0 5i>
El Ave Marta y la Salve, espüca
das, un tomo 8- ° en carton 0 87"
El Credo esplicado, un tomo 8. ° en
carton 0 'SI
Coronilla á María Santísima de Gua
dalupe, docena. 0 12
Oraciones para la mañana al levara
tarse y antes de acostarse, una
mano 0 25
X
Y
Jjí«Uj<ffJ,:.

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DATE BORROWED DATE DUE □ ATE BORROWED DATE DUE

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lili

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