Dejamos aquí, para descargar, este interesante artículo del maestro Jorge Basadre, publicado en 1929, en el que refuta la tesis del “imperio socialista de los Incas” que algunos sostenían en su época. La “propiedad colectiva”, en general, no es un criterio valido para hablar de “socialismo”. Muchas sociedades despóticas, incluida la sociedad incaica, la han tenido, y eso no las hace "socialistas".
Dejamos aquí, para descargar, este interesante artículo del maestro Jorge Basadre, publicado en 1929, en el que refuta la tesis del “imperio socialista de los Incas” que algunos sostenían en su época. La “propiedad colectiva”, en general, no es un criterio valido para hablar de “socialismo”. Muchas sociedades despóticas, incluida la sociedad incaica, la han tenido, y eso no las hace "socialistas".
Dejamos aquí, para descargar, este interesante artículo del maestro Jorge Basadre, publicado en 1929, en el que refuta la tesis del “imperio socialista de los Incas” que algunos sostenían en su época. La “propiedad colectiva”, en general, no es un criterio valido para hablar de “socialismo”. Muchas sociedades despóticas, incluida la sociedad incaica, la han tenido, y eso no las hace "socialistas".
Dejamos aquí, para descargar, este interesante artículo del maestro Jorge Basadre, publicado en 1929, en el que refuta la tesis del “imperio socialista de los Incas” que algunos sostenían en su época. La “propiedad colectiva”, en general, no es un criterio valido para hablar de “socialismo”. Muchas sociedades despóticas, incluida la sociedad incaica, la han tenido, y eso no las hace "socialistas".
NUEVA REVISTA PERUANA
TOMO I
(Nos. 1 a 3 — Acosto a DiciemMpre pe 1929)
TABLA DE MATERIAS
Pac:
Articulos, cuentos, poestas.
Nueva Revista Peruana, por la Direccién..........+- 3
La Psicologia segiin Aristételes, por Honorio Delgado... 5
Marx y Pachacutec, por Jorge Basadre . . 16
La inquietud religiosa de Miguel de Unamuno, por Mariano
periedaas tun sien Sita oes
Cuadernio de Arte Nuevo, por Aurelio Miré Quesada $ eee
El mal dela luz, por Luis France ........+++++ ease eos
Armonia, por-Alejandro Manco Campos .........:..++. 71
Un castillo de cart6n, por Estuardo Niifiez 72
Las irregularidades del movimiento de rotacién de la tie-
tra, por Cristobal de Losada y Puga Stet eeelad
Nuestro “Ano terrible", por Luis Alberto Sanchez ...... 171
La erganizacién federal y la Constitucién de Weimar, por
José Leén Barandiaran. .. 187
La Centroterapia bulbar y las curaciones por el trigémino,
por Carlos Bambarén Sas Sie oS
Hora, por Martin Adan ...... 203
Aspectos de la huachaferia, por Jorge Patron . 206
scensién, por E.A. vor’ Westphalen 209
federalismo territorial y federalismo sindical, por César
Antonio Ugarte $0) ..o5.2.0- Tete
Wiese, internacionalista, por Alberto Ulloa . . 322
8 estudiantes y don Carlos Wiesse, por Luis Alberto
SAnchiee ssh sop wiv tgs xe so 956
«Sin novedad en el frente», por Fernando Rondén ....... 345
Vidal, el inquieto Vidal, por J. Gmo. Escobar 354
Oposiciones, par | Aven eure i, eee ean “210 y 405
Consideraciones actuales, por Mariano Iberico. . 402
Crénicas literarias.
Jules Benda, Armando Godoy e Historia y ficcién, por
MibettomUretmicce sy conben Cope sw eke 78, 213 y 359
‘s
:
pe442 NUEVA REVISTA PERUANA
Pacs.
Informaciones y Comentarios ae
Pinillos y Zegarra . . Rol te
Centenarios de J. Casimiro Ulloa y de José A. Barrenechea 118
La bibliografia peruana en Sevilla... weeIts
EI gobierno de Inglaterra............... eee mS
Keyserling eta +. 120 y 300
Nueva Revista Peruana .......0.....5 ee 299
La entrega de Tacna eee
Gonzalo Zaldumbide 2. 300
La Iglesia y el humorista Bernard Shaw. .............. 301
El Perd, miembro del C. delaL.deN. ............... 302
Don Carlos Wiesse ...... nae perce
Waldo Frank pee 5 eee 43Z
Concurso Histérico . Reh ce 437
Peligros de la Arqueologfa ace sierncaes 43%
eleccier® od cw tet oe 438
Documentos.
La Constitucién del Kuo-Min-Tang. 143
Decreto disponiendo que en los establecimientos de edu-
cacién que funcionan en el pais no podrén ensefiarse
doctrinas que se opongan a la religion del Estado 148
Decreto creando y organizando la Biblioteca de la Rept-
blica +. 149 y 150
Programa Politico del Partido Laborista Inglés 304
Manifiesto electoral del mismo. i 307
as INDICE ALFABETICO
Addn, Martin
Hora
_Alzamora, Mario
Arguelles, Manuel
Notas ...... i To eae 410 y 419
Bambarén, Carlos
La Centroterapia bulbar y las curaciones por el trigémino. 195
Barboza, Enrique
Nota
Basadre, Jorge.
Marx y Pachacutec.
Comentario de un comentarioiad ste
PTF ln Do ft 1g
Marx y Pachacutec
dores brillantes han hecho, estan haciendo. digresio-
nes sobre. el socialismo peruano prehispAnico.a pro-
pdsito del socialismo doctrinario de nuestra época. Pacha-
cutec que segiin dicen unos cronistas aunque otros lo
nieguen, reglamenté definitivamente, afianzé en sus for-
mas postreras el imperio venerable y tutelar del Ta-
huantisuyo, da a través del tiempo y del espacio,
la mano al senor don Carlos Marx. Y lo curioso es que
tal enlace sugiere, en unos, opiniones optimistas y, en
otros, opiniones pesimistas; y sirve como tesis favora-
ble o desfavorable, segiin los casos, al socialismo en ge-
Secs: sagaces, historiadores eruditos, agita-
neral.
El caracter del Estado y de la sociedad que los espa-
fioles encontraron en el Pert, puede diffcilmente ser ne-
gado. En lo que respecta al reparto de la propiedad de
las ¢osas entre la coléctividad y el individuo, ‘la. propie-
dad de explotacién representada casi exclusivamente por
el suelo aprovechable era colectiva en la persona de la
comunidad o ayllu administrado por los incas; pero la
propiedad de uso representada por los frutos de la tierra
necesarios para el consumo de cada familia y los objetos
de uso personal, era individual”. (Salvo el patrimonio
particular de los incas, los curacas y la nobleza en general;
y salvo los bienes muebles que podian ser hereditarios).
i En lo que respecta a la distribucién de la riqueza, los fru-
, tos que el pueblo consumia ordinariamente, apenas re-
presentaban ‘“‘el equivalente de los gastos o trabajo de cul-
tivo’ y el resto servia para el sostenimiento particularMim Ror a SaivAsciu PEG. 371 7
del Inca y dela nobleza o se guardaba en los depésitos o
almacenes de las ciudades o de los tambos y subvenia en
aso necesario a la colectividad. En lo que respecta al
elemento productor de la riqueza, el pueblo, estaba sujeto
a la obligacién general del trabajo y la pereza era un cri-
men severamente castigado; aparte de las tarees cam-
Pestres que comprendian el laboreo de las tierras del Sol,
de los anicianos, enfermos, soldados, etc. de la colectividad
y-de los Incas, tenia la obligacién de hacer ciertos articu-
los para cuya fabricacién el Estado suministraba les ma-
terias primas y tenia asi mismo la obligacién de las obras
Pablicas y otros servicios de la religién o del’ gobierno:
pero los miembros de la nobleza imperial, los euracas,
los sacerdetes, los soldades y los empleados estaban cxen-
tos de dichas obligaciones. Ademas de todo esto, el Es-
tado realizaba una labor patriarcal de tutela y de benefi-
cencia, ahorrando a los siibditos las tareas excesivas, dan-
doles cierto minimum de bienestar, creando un ‘status”
de abundancia y de orden.
La opinién hostil ante el Incario con vistas a una de-
duccién general sobre el eccialismo y sus efectos, fué in-
sinuada hace muchos afics por Pareto. Los hombres,
como el semidios del mito griego, adquieren fuerzas
siempre que estén én contacto con la tierra. Si los meji-
canos resistieron a la invasién espafnola, fué, en parte,
Porque tenian propiedad privada, fuente de energia y de
iniciativa; si los peruanos dieron lugar a una’ victoria
inaudita y vergonzosa de les conquistadores, fué porque
estaban bajo el yugo de la propiedad colectiva. Idea que.
més tarde, ha sido desarrollada mas extensamente por
un eminente erudito peruano, el Dr. José de la Riva-Agiie~
ro, a quien tanto deben todos los que se dedican a
estudiar nuestro pasado.. Aquel régimen. comunista’-y
despético fué deprimente y, por ello, sus efectos resulta-
ton desastrosos siendo responsable en mucha parte de
los males que.todavian afligen.al Pert: y es una deagracia
que la sociedad en nuestra época tienda otra vez a la so-
_ cializaci6n>. La experiencia del: Per incaico ha sido con-18 NUEVA REVISTA PERUANA
cluyente. “La tutela del Estado enriquecié y enervé a las
naciones que componian el Imperio del Sol. Llegé este a
la misma senilidad apatica por la que con tanta facilidad
han sucumbido todas las sociedades de tipo an4logo, co-
mo los imperios indostano y egipcios, el chino, el persa
aqueménide, el romano y el ruso. Mucho més que ellos,
el del Tahuantisuyo para obtener el sosiego y el bienestar
material, ignoré toda libertad, desarraigé toda iniciativa,
comprimié toda espontaneidad y todo arranque: e hizo
aSi, de uma de las razas mejor dotadas de la América
indigena, una timida grey de esclavos taciturnos. Como
siempre sucede, las virtudes viriles se refugiaron en la
aristocracia politica o guerrera’’. Por eso el estudio de
este proceso histérico “es tan atil y sugestivo en los dias
presentes’’,
La opinién optimista es, en cambio, mas reciente.
“La organizacién social incaica — acaba de decir Haya
de la Torre, —es la experiencia econémica y politica mas
extraordinaria de todo el pasado. Elevar el comunismo
primitivo sin destruirlo, del tipo tribal al de un vasto
Estado, es la misma obra que realiza la naturaleza al
unir las células sin matarlas para constituir tejidos y
érganos’’. De otro lado, Valcarcel en sus admirables libros
“Del ayllu al Imperio” y “De la vida inkaika”’ presenta el
cuadro eglogico e idilico del Incario e, inevitable sugiere
la nostalgia. En todo caso, ha dicho José Carlos Marié-
tegui que no adopta ante esa época una actitud absor-
bente pero si una actitud unciosa, la comunidad indigena
dota al Perti de una base autéctona para las posibilidades
futuras del socialismo.
Optimistas y pesimistas tienen razén, posiblemente,
y al mismo tiempo no la tienen. Esto de decir que las cosas
son en parte buenas y en parte malas est desprestigiado
porque en ello se basan los que no tienen ninguna opinién,
los que quieren esconderla y los que quieren estar bien
con Dios y con el diablo. Pero desde el punto de vista
realista (y, todo realismo, es enel fondo relativismo) ofre-
ce la Gnica férmula acertada en determinados casos.MARX ¥ PACHACUTEC 19
Seguramente el imperio incaico fué, al mismo tiempo,
admirable y nefasto. Sorprenden y maravillan la organiza-
cién administrativa, el proceso de expansién y el sentido
de orden que los Incas implicaron; pero un criterio justi-
ciero sin necesidad de que adolezca de los prejuicios libe-
rales o burgueses, un criterio inclusive socialista — el
socialismo es ]a suprema reivindicacién del derecho a la
vida — tiene que mirar con desapego el hecho de que
entonces. los hombres, aparte del Inca, y de los suyos.
fueran apenas “‘piezas de la m&quina econémica, nameros
de la estadistica gubernativa’’. ;
En el llamado comunismo incaico hay que distinguir
dos aspectos: el aspecto econémico y el aspecto politico
y administrativo. El aspecto econémico —la comunidad
de tierras — fué anterior al Incario, como por otra parte
fué anterior o extrafio a él el apogeo de las artes cerémicas
y textiles nuevamente comprobado con los recientes y
maravillosos descubrimientos de Paracas. Ello es ya
inobjetable, sobre todo después de los trabajos de Cunow,
proseguidos recientemente por cl Dr. Hermann Trim-
born. La economia local o regional quedé, con el adveni
miento de los Incas, intacta en muchas partes del terri-
torio. Los Incas aprovecharon de la comunidad de tierras
y la extendieron; pero alli no esta su caracteristica, su
mensaje. El funcionarismo, la estadistica, la utilizacién de
cada hombre para los fines estatales, cl sentido de expan-
sién sagaz: eso fué lo que trajeron de nuevo. En conjunto,
resultaron creando politicamente y adaptando econémi-
camente una organizacién social que tiene semejanzas
con la que propugna el soclialismo moderno (propiedad co-
lectiva de las fuentes de produccién, distribucién equita-
tiva de los productos, obligacién general de trabajo, bie-
Nestar generalizado); pero esas semejanzas son mAs bien
aparentes, parciales ode nombre. El socialismo — consi-
derando aqui sus principios generales tinicamente — es
lucha contra la explotacién y, en una u otra forma, aun-
que nose acepte la rigidez marxista, es lucha de clases: y
explotacién y castas — ni siquiera clases — hubo en el20 NUEVA REVISTA PERUANA
Imperio incaico. Desconociéronse les zanganos cn el
pueblo — aunque existieron en gran numero en la casta
de la familia real, de los orejones, de los: curacas,’ de los
sacerdotes — peroha dicho muy bien quien dijo que
la pereza era castigada porque implicaba una defraudacién
al Estado, es decir al Inca; no hubo hambrunas ni empo-
brecimientos, pero ello era-producto de conveniencias
administrativas y no de una norma genérica de justicia
y la desigualdad efectiva estaba implicita en el hecho de
que el incaico era un gobierno de una casta reducida, a
base de diferenciaciones. infranqueables, mientras el s6-
cialismo en sus mas extremas formas apenas si quiere crear
un gobierno de clase aunque con el propdsito de destruir
todas las diferenciaciones sociales. Los Ilacte-runas o
tributarios trabajaban bajo condiciones permanente-
mente fijadas por la costumbre, pareciéndose en algo a
los artesanos y los siervos de la Edad Media; pero el
modo de produccién en nuestra época es inestable, se
challa en incesante progreso, se produce casi exclusiva-
mente para el cambio y el cambio est entregado a la lla-
-mada libre competencia que tantos beneficios acarrea al
capitalista mas poderoso o que mas ha reducido el coste
de produccién. El socialismo postula la libertad del indi-
viduo para escoger su trabajo pues su ideal de igualdad,
se refiere, sobre todo; a la iniciacién, al punto de partida;
~y en el Imperio incaico el individuo tenia su faena prefi-
-jada. El socialismo es producto esencialmente técnico y
cientifico; y los Incas ungieron su poderfo a base de una
mentalidad colectiva que era tipicamente semiprimitiva,
segan la acepcién que a este término da Levy-Bruhl; por
ello se explican la unidad que para los indios habia entre
el mundo visible y el invisible, el animismo, los brujos,
las ceremonias rituales, las conopas 0 amuletos, las apa-
‘chetas: mentalidad semiprimitiva que permite la iden
ficacién entre la_religién y los Incas, el conformismo obli-
“gatorio ante ese cardcter divino de los jefes, la falta de
diferenciaciones en el pueblo, el no hacer sino lo que hi-
cieron los antepasados: mentalidad semiprimitiva queoe
MARX Y 'PACHACUTEC oA}
en cl Pera, como en Polinesia, hace ver en el desembarco
de los blancos, la aparicién de diosés- omnipotentes.
El Incaric fué una expansién pclitica y militar; el socia-
lismo debe ser cenciencia, conviccién,» idea. Tales dife-
rencias junto con el hecho en si de que nuestra sociedad
sea ‘industrial y diferenciada:y la-incaica fuera rural,
teocratica, indiferenciada, abren entre el socialismo doc-
trinario actual y aquel socialismo, diferencias funda-
mentales.
Lo politico, lo administrativo, fué casi integramente
derruido con la Conquista: pero antes, quiza la favorecié
implicitamente. A esa mentalidad semiprimitiva de las
masas indigenas y a las ventajas obvias que tuvieron los
espafiles, débese la facilidad de la Conquista en gran par-
te: y, en parte, también, al caracter absorbente del Esta-
do, a pesar del cual y quiz4 a causa'de él mismo no logré
crearse no ya el vinculo colectivo de adhesiér patriética
pero ni siquiera la mera conciencia de la vinculaci6n racial.
Si el aspecto politico y administrativo del Imperio
incaico, és decir lo tipicamente incaico, fué fugaz-en con-
junto, el aspecto econémico cuyas raices eran antiquisi-
mas, supervivié: fué un factor de resistencia a la coloni-
zaci6én, segunda etapa de la Conquista y tinica em la que
dicho factor econémico pudo influir. El ayllu ha sido, asi
siempre el testigo de todas las evoluciones por las que ha
atravesado el Pert. Pero no en vano pasan los afos, los
siglos, y con ello, los aluviones de nuevas culturas. El
ayllu fué, en gran parte, suplantado y modificado con la
Conquista, con el Virreinato con la Independencia y con
la Repiblica. En la costa casi integramente y en sectores
de la sierra, especialmente al Norte, ha desaparecido. Adn
en las partes en que supervive, es necesario un laborioso
esfuerzo para convertirlo en ‘‘cooperativas de produccién
y de consumo”.
En resumen, pues, muy poco o nada tiene que hacer
el socialismo doctrinario de nuestros dias — o mejor di-
cho de los dias del futuro — con el socialismo peruano
pre hispanico, La comparacién, arma éficaz y clegante en22 NUEVA REVISTA PERUANA
la poesia que no es sino un salto acrobatico sobre el
Universo violando a veces las leyes fisicas y légicas, es
muy peligrosa en cuestiones cientificas, pues la ciencia cs,
esencialmente, diferenciacién, individualizacién, preci-
sién. Las caracterfsticas tipicas del Incario, sobre todo
desde el punto de vista estatal, politico y administrative
favorecierona la Conquista pero ello nada prueba con-
tra el socialismo en general, porque la comparacién no
viene al caso. Si la comunidad ha de servir al socialismo
peruano, ha de ser en pequefia escala, y sufriendo trans-
formaciones fundamentales. La obra spengleriana—mas
aceptable en su sentido formal y parcial que en su rigida
armaz6n de conjunto— puede contribuir con su tesis
bre la repeticién de las culturas, a poner de moda las equi-
valencias histéricas reforzando los argumentos de quienes
se fijan en el socialismo moderno para hablar del im-
perio incaico, Pero es preferible creer que si bien el pro-
greso intelectual y moral no existe sino en el sentido
de que nucleos hurarios cada vez mayores se estan uni-
formando: bajo reglas genéricas, hay, en cambio, pro-
greso material en la civilizacisn misma aunque el dolor
y el mal sean algo fatal; y que, producto de diversas evolu-
ciones ‘sin precedentes, la época individualista 0 capita-
lista. (como aquel aprendiz de brujo que invocé a los de-
monios y luego quedé sometido a ellos), creé un poder
econémico insospechable lo organizé pero cayé bajo su
masa, debiendo por eso al cabo de dilaciones y crisis que
acaso sean el patrimonio de nuestra generacién, asumir
algun dia este poder por vez primera en el mundo, la
colectividad, el Estado para, ensanchandolo y robuste-
ciéndolo, realizar una labor social. Pero atin entonces
seguirén siendo extrafios, como ahora, el sefor don Car-
los Marx y Pachacutec.
Jorce BASADRE
Arturo Manrique Guzmán - La Violencia de Género y Los Feminicidios, Dentro y Fuera de La Familia, Como Violencia de La Negatividad o La Pandemia en La Sombra