2020 Braunstein La Ficcion Del Sujeto
2020 Braunstein La Ficcion Del Sujeto
2020 Braunstein La Ficcion Del Sujeto
Néstor A. Braunstein
¡Ojo! La condición es la de no abusar del truco. Pero siempre, para quien se dispone a
escribir, comenzar con un genitivo en el título del trabajo permite encaminar la escritura.
¿El discurso del método o el método del discurso? ¿La escritura de un trabajo o el trabajo
de una escritura? ¿La ficción del sujeto o el sujeto de la ficción? Veamos las dos
posibilidades: La ficción del sujeto, en sentido subjetivo. El sujeto, entendido como un yo
y no sólo como sujeto gramatical, hace o tiene una ficción; el sujeto finge: "Finjo, luego yo
existo", ¿cómo podría ex-sistir sino a partir de que me creo (doble sentido, crear, creer),
me creo, autor (activo) de mis reflexiones? Después de esta manifestación surge el genitivo
en su otro sentido, objetivo: la ficción es el sujeto de la oración y yo, supuesto sujeto, soy
el objeto (pasivo) de esa ficción. La oscilación de ambos sentidos, se ve por lo que está
enjuego, no es un juego. O, mejor,-es un juego de lenguaje, de esos que desmenuzaba
Wittgenstein al final de su vida, esos que constituyen el mundo como un mundo de
lenguaje. Y es en él donde las ficciones imperan y donde es, o al menos parece, imposible
desentenderse de ellas, de su omnipresencia. Son seres de ficción los que el lenguaje
impone y, entre ellos, el sujeto, autor y efecto de la ficción, se cree y se crea un yo ficticio,
ek-siste a su discurso. E insiste.
Tendremos que demostrar que la ficción de un sujeto es el sujeto de una ficción en los
dos saberes que se ocupan del sujeto: el derecho y el psicoanálisis. Bueno sería aclarar
desde ya que no consideramos que la ficción sea un ser jerárquicamente inferior a una
supuesta verdad pura y libre ded contaminaciones ficticias. Porque no la hay.
Porque el problema de una eventual depuración de las ficciones no se resuelve ni creencia en esa ficticia y siempre amenazada unidad. Reconocemos al sujeto porque
recurriendo a comprobaciones empíricas ni haciendo un análisis del lenguaje. Porque cuando habla de sí dice yo. Está seguro de su ego sum. Y el Otro, la sociedad, la cultura,
ficción, si la hubiese, sería la de una verdad libre de ficción. Veremos porqué. el derecho, el Estado, le confirman que sí existe. Con una condición: que cuando lo
¿Y fingo, ergo sum, no suplanta acaso al cogito sin que nada esencial cambie? ¿Cuál es llaman diga ¡presente! Como si, en efecto ahí estuviese. En cuerpo y alma. Como un solo
la sustancialidad, cuál la referencia, del ego, sino su posibilidad de hacer ficciones, hombre.
incluyendo la de sí mismo, y desde allí, por autoengendramiento, creer que, como el En palabras sacadas del vocabulario psicoanalítico (Lacan), el encadenamiento de lo
legendario barón de Munchhausen, puede salir del pantano en el que se ahoga tirando de real, lo simbólico y lo imaginario de un sujeto introducido, en y por, esa institución
sus propios cabellos? humana, institución de instituciones, que es el lenguaje. Sujeto, pues, sujeto del lenguaje,
Lo que es, finge, dijimos hace bastante tiempo. Hay ahí un misterio de esos de los hablente (parlétre), interpelado y reconocido como tal por el, socius, por la ley (con un
egipcios. El sujeto finge que es él, el sujeto de la ficción. A su vez, si no fuese él su propio pasaporte), súbdito de un estado, sujeto de derechos y deberes que le son fijados por el
autor, sería él una ficción, una invención, un sueño, ¿de quién?, ¿de alguien? ¿de otro discurso jurídico, y substancia "personal" a la que se atribuyen también, en nuestra época,
sujeto? (tema borgesiano de Las ruinas circulares). ¿Quién sería ese supersujeto -o, mejor, ciertos derechos del hombre que, por extensión y en medio de encendidas discusiones, se
ese no sujetado- que podría inventar al sujeto, a todo sujeto? Hay que recurrir a una acepta que pueden ser también derechos de la mujer. Sujeto sexuado, ciudadano de un
respuesta por el momento dogmática: hay sujeto en la realidad, pero no lo habría si no Estado, sujeto de un cierto número de predicados, objeto de la psicología, del psicoanálisis,
fuese impuesto en ella por el lenguaje, al que podemos llamar Otro, así, con mayúsculas. de las ciencias sociales, del derecho.
El sujeto es una criatura cuya carne es la palabra: la letra, el sonido y el sentido. No hay Fácil sería decir que este sujeto no es una realidad natural, que es una construcción de
sujeto sino por la oposición binaria que se entabla entre él y el Otro del lenguaje que es su los diferentes discursos que se ocupan de él. Fácil e indiscutible. Como también es posible,
casa y su causa. Es su morada, allí vive; de él depende. Para bien y para mal. esfuerzo de erudición y reflexión mediante, comprobar que, en tanto que categoría
Eso sí, una vez construido en medio del andamiaje de palabras consagradas en actas filosófica, se ha impuesto en la historia desde hace relativamente poco tiempo, que es un
notariales habrá de, le guste o no, intentar (y fracasar) de manera variable en el producto del clima intelectual propio del iluminismo y que, incluso, podemos asignarle un
cumplimiento del gnóthi seauton, del conocerse a sí mismo. Mandamiento imposible para inventor, dar el nombre de Emmanuel Kant como el filósofo que hizo al sujeto advenir al
el sujeto según se sabe tanto desde Kant que lo ubicó como fuente de todos los predicados mundo de las ideas. Vale decir que consideramos al sujeto como un invento condicionado
sin que nada pueda predicarse de él como desde que Freud propuso su inconsciente y por las necesidades históricas de la burguesía triunfante sobre la aristocracia en el siglo
planteó la paradoja: lo que de él se enuncie, por el hecho mismo de enunciarlo, ya no de las luces. A partir de esta promoción del individualismo y de la instauración
corresponde a él; siendo inconsciente es inefable. Cabe agregar a la lista de quienes presuntamente soberana del ciudadano es que puede retrasarse retroactivamente una
plantearon el conocimiento imposible de sí por sí a Fichte, Schelling, Nietzsche, Dilthey, prehistoria del sujeto y anotar su prefiguración entre los griegos o en Descartes (1)(2).
Wittgenstein, Heidegger. Surge ahora la tentación de negarle realidad al sujeto si sólo, consideramos como tal á
Echemos una mirada al andamiaje. Sujeto no es un viviente organismo humano si no la observable, mensurable, tangible. En tal caso, con esa actitud epistemológica,
en la medida en que a ese organismo corresponden un nombre, que el sujeto llama desaparecerían también de la "realidad" todos los conceptos utilizados por la ciencia, los
"propio" como si ignorara que le fue impuesto, de una imagen de sí, que el sujeto llama números, las fórmulas, las leyes inducidas a partir de regularidades, todo aquello que es
yo y que le permite reconocerse del otro lado del espejo o en una fotografía, y de un construcción lenguajera. Son, siempre, ficciones, producciones en el consabido reino de la
cuerpo que también es considerado como "propio, mío" en la medida en que acepte, por palabra de cosas y relaciones que están siempre imperfecta, arbitraria, retóricamente
una parte, las exigencias de ese organismo y, por otra, la responsabilidad de conducir tal traspuestas, transferidas a un mundo que no es el de lo real. El reino de la palabra es el
cuerpo según una normatividad variable que procede de los usos, costumbres y leyes del del "como si", el de metáforas consagradas por el usa, el del "semblante", el de un juego
entorno social. Dicho de otro modo ese cuerpo sólo le es "propio" en la medida en que no que todos jugamos: hagamos "como si" las palabras mesa, table, Tisch, fuesen muebles en
contravenga la ley vigente, bajo la revocable anuencia del Otro. El soporte de lo que torno a los cuales pudiésemos sentarnos para platicar o comer. Hagamos como si en la
llamamos sujeto es el anudamiento (mejor dicho, encadenamiento) de cuerpo, palabra e realidad hubiesen el uno y el dos, el triángulo y la velocidad. Representemos como repre-
imagen en una supuesta unidad. Tal unidad no existe sino como ficción, pero es una sentamos en el teatro o como nos hacemos representar por diputados o embajadores.
ficción salvadora. El sujeto se considera y se cuenta como uno; pretende tener una cierta Traigamos a los ausentes como si estuviesen presentes. Muchos se lamentan por esta
sustancialidad, una permanencia de esa sustancia a través del tiempo y de los dimensión fantasmática que nos incluye mas no tardan en advertir que sólo hay mundo a
desplazamientos en el espacio. Sólo hay el nombre propio para permitirle esa fantasía, través y por el lenguaje que establece en él las distinciones apalabradas que recortan y
esa ilusión que se llama sí mismo, self. La experiencia clínica muestra lo inestable de esa hacen aparecer lo real, que la realidad (agregar "humana" pasa a ser pleonasmo) es una
realidad trabajada (worked, werkt, de ahí la Wirklichkeit, palabra alemana que traduce que toda la historia religiosa de la humanidad se reconoce como historia de la superstición del alma"
nuestro término de realidad) por el lenguaje. (5).
Kant adelantó que el pensamiento funciona por medio de analogías, de observación de Se trata de una ficción en la que todos participamos, una necesidad. Alrededor de la imagen
regularidades, de borramiento de las diferencias entre los existentes singulares para especular, anudada a un cuerpo y a un nombre, nos establecemos como "unos", como unidades, como
extraer conceptos como si (ais ob, en alemán), como si existiesen sustancias, causas, polos de atributos, derechos y deberes. Que esta ficción sea necesaria y normal no quita que sea también
categorías, y como si el ser racional, es decir, nosotros mismos, fuésemos los legisladores fantástica. Tal unidad es fantasmática y allí están la locura y el sueño, la ilusión y el error, el arte y el
en el reino de los fines, en la naturaleza. O sea que el entendimiento interpreta el mundo psicoanálisis, la deconstrucción de las categorías del pensamiento y de la filosofía, para mostrar que,
por medio de intuiciones, metáforas, figuras retóricas, proyecta sobre él las formas y las por debajo de la proclamada unidad del sujeto, corren y transcurren disociaciones, esquizia, Spaltung,
categorías del pensamiento. Interpreta el mundo; no lo refleja ni lo reproduce ni da cuenta conflictos que enfrentan al sujeto consigo mismo. La S del sujeto sólo puede escribirse correctamente
si se la tacha, S, (*) marcando gráficamente su escisión.
de él.
Afirmar la condición ficticia de la subjetividad, mostrar las contradicciones inherentes al concepto
Nietzsche, supuestamente enfrentando a Kant, sacó las consecuencias necesarias del
y elaborar deconstructivamente la arqueología de la noción no significa que se pueda nomás, disipar
planteo del de Kónigsberg: sólo podemos comprender el mundo que nosotros hacemos, a
el fantasma y hacer reinar en su lugar la claridad de un concepto irrebatible. La nuestra no es la posición
partir de la proyección de nosotros mismos (490) y de nuestras propias categorías; lo
de la defensa de una verdad objetiva y luminosa a la cual las contaminaciones ficticias vendrían a
importante es que algo sea tenido por verdadero aunque no lo sea (502); la verdad es el
hacerle sombra. Estamos en contra de considerar a la artificialidad de las construcciones lenguajeras
error sin el cual la vida sería imposible (488); somos nosotros los que hemos creado la cosa,
aqui esta extraña palabra, este necesario neologismo, viene al caso para oponerse a la idea extendida
el sujeto, el atributo (515); "el pensamiento racional es una interpretación comandada por de que se trata de cónstrucciones o representaciones mentales como defectos. Mal podríamos denigrar
un esquema del que no podemos prescindir" (516); el mundo se nos presenta como algo a las ficciones después de haber sostenido que la mayor dé ellas sería la de defender o propugnar una
lógica "porque nosotros hemos comenzado por logificarlo y someterlo a nuestras categorías verdad que existía de hecho o como posibilidad más allá de las ficciones. Vaihinger en 1911, autor hoy
de lenguaje (515). Y, en la formulación más radical, la del aforismo 533 de La voluntad de olvidado y relegado a la exhaustividad de las enciclopedias, escribió un voluminoso tratado acerca de
poder: "Parménides dijo: 'No se puede pensar lo que nó es'; nosotros, en el otro extremo, la filoso- fía del "como si" (6) y estableció que estas "ficciones" no constituyen una anomalía o una
decimos: 'Lo que es pensado debe ser seguramente una ficción'" (3). patología del entendimiento sino que su uso es normal, que son instrumentos imprescindibles y que la
Vivimos en un mundo en el que sólo podemos orientarnos por medio de la actividad única alternativa abierta a la ciencia es la de utilizarlas tanto de modo informado, aceptando su carácter
interpretante (simbólica) y figurativa (imaginaria), del pensamiento. La condición humana se de artificios, como de modo astuto, al servicio de los fines cognoscitivos. Parece regirse por el principio
caracteriza por el hecho de que los cuerpos nacen en un terreno abonado por el lenguaje que preexiste diplomático: si no puedes derrotar a tu enemigo, hazte su aliado. Vaihinger agrega, bajo la forma de
a cada existencia singular. "El hombre habla, sí, pero porque el símbolo lo ha hecho hombre" (Lacan, un apéndice a su magna obra (7), un estudio de la evolución del concepto de "ficción" en Nietzsche y,
4); Estas variables configuraciones lenguajeras, variables en el tiempo histórico y en el espacio geogr puesto que parte, desde el título mismo de la noción kantiana de "como si", acaba por postular que hay
áfico, ofrecen determinados marcos de subjetivación, modelos para la constitución de ese alguien que mucho de Kant en Nietzsche", cosa que ciertamente hubiera escandalizado tanto a uno como a otro.
piensa y que se considera autor y dueño de sus pensamientos, un "yo" imaginario, imaginante, hablante, En su demostración de la importancia de las ficciones para la ciencia y para la vida recurrió en muchas
fuente y origen de sus frases. Esta idea de un "yo pienso", para Nietzsche -y rio podemos menos que oportunidades Vaihinger a argumentos que tomaba de la teoría y de la práctica derecho. No le fue
seguirlo- es una condición para la vida. "'Sujeto' es la ficción que pretende hacernos creer que muchos difícil porque la teoría de la fictitia persoiuigtk la construcción imaginaria de "personas morales" que
estados similares son en nosotros el efecto de un mismo 'substratum'; pero somos nosotros los que carecen de toda sustancia física, que son inmortales, que son sujetos derechos y deberes, que gozan de
hemos creado la analogía entre estos diferentes estados" (480). Y en el aforismo 482, siempre de La atributos imprescriptibles inalienables, era un lugar común de la teoría jurídica desde la alta Edad
voluntad de poder: "El deber de toda filosofía, ¿no es clarificar las suposiciones en que se funda el Media (8).
movimiento de la razón; nuestra fe en el 'yo' como en una sustancia, como en la única realidad respecto
a la cual nosotros atribuimos entidad a las cosas? De nuevo, aparece el viejo realismo, al mismo tiempo (*) S con barra(/) . Sujeto barrado