Morfología Manual Piatti
Morfología Manual Piatti
Morfología Manual Piatti
Caracterización
De acuerdo con lo expresado anteriormente, una palabra como [des [cuid] ó]]
permite distinguir dos tipos de afijos: un afijo flexivo (el sufijo –ó que transmite
información de carácter gramatical: número, persona, tiempo, modo y aspecto)
y un afijo derivativo (el prefijo des-, que indica negación).
Por otra parte, des- se adjunta directamente a la raíz y forma el tema (descuid-
). El afijo –ó se incorpora al tema ya constituido y lo adapta para la expresión
de las categorías gramaticales que cada clase de palabras soporta. En
español, la distinción entre afijos derivativos y afijos flexivos es una distinción a
la vez distribucional y funcional: los primeros forman parte del tema y sirven
para crear (temas de) palabras relacionadas formal y semánticamente; los
segundos se adjuntan externamente al tema y crean diferentes formas de la
misma palabras, que sirven para expresar las distintas propiedades o
categorías gramaticales exigidas en las construcciones sintácticas.
1. Procedimientos de adición
La morfología flexiva
número también aparece, por concordancia entre sujeto y verbo, en las formas
verbales, como se observa particularmente en el contraste de las terceras
personas: el gato maúlla / los gatos maúllan.
En cuanto al género, tiene también dos valores básicos: masculino y
femenino, a los cuales puede sumarse el neutro de ciertos pronombres (esto,
eso, ello, aquello). Se expresa en forma distinta en los sustantivos, por un lado,
y los adjetivos, determinativos y pronombres, por el otro. Mientras que
adjetivos, artículos y pronombres se flexionan en género (lindo/linda, este/esta,
nosotros/nosotras), la mayor parte de los sustantivos pertenecen
inherentemente a un géner o, sin que e llo tenga alguna repercusión en s u
significado (mesa, silla, cajón, vaso), si bien algunos sustantivos que designan
entidades animadas pueden f lexionarse en género, en c uyo caso el sufijo
aporta información sobre género (maestro/ maestra, gato/gata).
El caso es en español una categoría muy restringida, que ha quedado reducida
al paradigma de los pronombres personales, al contrario de lo que sucedía en
las lenguas clásicas, como el latín y el griego. El caso proporciona información
acerca de la función sintáctica del pronombre: de esta manera, el caso
nominativo yo indica que el pronombre funciona como sujeto; el pronombre mí
está restringido a término de complemento preposicional (detrás de mí, para
mí, se acordó de mí), el acusativo me es un O.D; también puede ser dativo, ya
que ambas formas coinciden en la primera persona singular, no así en la
tercera persona: lo leí, le importa. La noción de caso explica por qué
secuencias como me estoy contenta o golpeamos vos están mal formuladas en
español.
El resto de las categorías morfológicas solo se aplica a los verbos, con la
excepción de la persona, que también se expresa (en forma inherente) en los
pronombres personales y posesivos. La persona indica si un pronombre o una
forma verbal incluyen al emisor (primera persona), al receptor (segunda
persona) o a ninguno de los dos (tercera): así, nosotros y yo son ambos
pronombres de primera persona y canto y cantás difieren únicamente en la
categoría de persona (primera y segunda, respectivamente).
La inmiscusión terrupta
Como no le melga nada que la contradigan, la señora Fifa se acerca a la Tota y
ahí nomás le flamenca la cara de un rotundo mofo. Pero la Tota no es inane y
de vuelta le arremulga tal acario en pleno tripolio que se lo ladea hasta el copo.
- ¡Asquerosa! – brama la señora Fifa, tratando de sonsanarse el ayelmado
tripolio que ademenos es de satén rosa. Revoleando una mazoca más bien
prolapasa contracarga a la crimea y consigue marivolarle un suño a la Tota que
se desporrona en diagonía y por un momento horadra el raire con sus
abroncojantes bocinomias. (De: Último round de Julio Cortázar).