Guia Parto Normal Ses

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Guía

de asistencia al parto normal


y recién nacido/a
Guía
de asistencia al parto normal
y recién nacido/a

Servicio Extremeño de Salud


Dirección General de Asistencia Sanitaria

JUNTA DE EXTREMADURA
Consejería de Sanidad y Dependencia
Edita
Servicio Extremeño de Salud.
Dirección General de Asistencia Sanitaria

JUNTA DE EXTREMADURA
Consejería de Sanidad y Dependencia

Grupo de trabajo
Agustina Almodóvar Arenas
Nieves Berjano Murga
José Luis Calderón Molina
Juan Luis Cordero Carrasco
Silvia González Ocaña
Isabel Manzano Alonso
José Ignacio Moríñigo Yagüe
Acilina Paramio Saldaña
Manuela Rebollo Vela
Francisco Solano López

Coordinación:
Manuela Rebollo Vela
Dirección General de Asistencia Sanitaria
(Subdirección de Atención Especializada)

Colaboración:
Javier Lorenzo Deira Lorenzo
Elvira Gómez de Tejada Moreno
Juan Luengo Álvarez
María Ascensión Olmo Vergel
Miguel Ángel Villalobos Ávila

Apoyo administrativo:
María Luisa Sánchez Jiménez
Dirección General de Asistencia Sanitaria

ISBN:

Depósito Legal:

Gestión editorial, diseño y maquetación: Imcrea diseño editorial

Impreso en España por Imprenta Moreno, S.L.

Este proyecto ha sido financiado a cargo de los fondos para las estrategias 2009 del Ministerio de Sanidad y Política Social que
fueron aprobados en el CISNS en octubre de 2007, como apoyo a la implementación a la estrategia de atención al parto normal.
Prólogo

El desarrollo social de los últimos años ha producido cambios profundos en


la relación entre profesionales sanitarios y usuarios/as. La opinión y participación
ciudadana es cada vez mayor en la toma de decisiones sobre las actuaciones en
salud. En el seno de este cambio social, las políticas de igualdad han adquirido un
papel prioritario, haciéndose necesaria su aplicación tanto en los ámbitos sociales
como sanitarios.

En el modelo social actual, hay corrientes de opinión que cuestionan determi-


nados aspectos de la atención al parto normal. Estas corrientes demandan cambios
en algunas cuestiones organizativas, como la intimidad y acompañamiento familiar,
posturas durante el parto, rasurado, vacunaciones, etc. Si bien en la actualidad
hemos alcanzado un alto nivel de éxito en nuestros paritorios, esta demanda social
y la evidencia científica hacen que sea el momento adecuado para replantearse algu-
nos aspectos de la actuación sanitaria en este campo.

El Servicio Extremeño de Salud, con esta Guía, pone a disposición de las profe-
siones sanitarias implicadas en la atención al parto una herramienta que intenta
compatibilizar, las máximas exigencias sanitarias con la posibilidad de elección por
parte de la embarazada en determinadas actuaciones. Creemos haber conseguido
nuestro objetivo gracias a un magnífico grupo de profesionales que han trabajado
con rigor, sentido común y gran generosidad en este proyecto.

Esta Guía pone en valor la importancia que para nuestro Sistema Sanitario tiene
la atención a la embarazada y que se suma a iniciativas recientes como la surgida en
las Áreas Sanitarias de Coria, Navalmoral de la Mata y Badajoz, donde se están lle-
vando a cabo actividades formativas dirigidas a conseguir en las parejas, una situa-
ción de plena corresponsabilidad en el proceso de embarazo, parto y puerperio y en
el compromiso y las tareas que suponen la crianza de los hijos e hijas.

Es nuestro deseo, que todos los paritorios de la red hospitalaria del SES, incor-
poren de forma progresiva las modificaciones estructurales y de equipamiento nece-
sarios que permitan ofrecer a las embarazadas tanto calidad como calidez en ese
momento único de parir.

D. Ceciliano Franco Rubio


Director Gerente del Servicio Extremeño de Salud

9
Índice

Introducción

Objetivos

Capítulo I. Atención en la fase prodrómica

1. Primera visita al hospital en la fase prodrómica


1.1. La historia clínica en la fase prodrómica
1.2. Exploración sistemática de la mujer en la fase prodrómica
1.3. Exploración sistemática del feto en la fase prodrómica
1.4. Pruebas complementarias de urgencia en la fase prodrómica

2. Reevaluación del riesgo y pronóstico en la fase prodrómica

3. Otros aspectos a tener en cuenta en la fase prodrómica

Capítulo II. Atención en el parto

1. Exploración sistemática de la mujer y del feto en el ingreso de parto

2. Periodo de dilatación
2.1. Exploración sistemática del feto durante la dilatación
2.2. Preparativos para el parto durante el periodo de dilatación
2.2.1. Asepsia
2.2.2. Rasurado
2.2.3. Enema
2.2.4. Colocación de una vía de perfusión intravenosa
2.2.5. Alimentación durante la dilatación
2.2.6. Bienestar de la mujer durante la dilatación
2.3. Seguimiento de la progresión de la dilatación
2.3.1. Tactos vaginales
2.3.2. Dinámica uterina
2.3.3. Constantes de la mujer
2.3.4. Rotura de la bolsa amniótica
2.4. Estimulación del parto
2.5. Manejo del dolor
2.5.1. Indicaciones de la analgesia
2.5.2. Métodos analgésicos farmacológicos
2.5.3. Momento de realización de la analgoanestesia
2.5.4. Complicaciones de la analgoanestesia
2.5.5 Métodos no farmacológicos para reducir el dolor
2.6. Complicaciones durante el periodo de dilatación
2.6.1. Fase de latencia prolongada
2.6.2. Fase de dilatación activa prolongada

3. Periodo de expulsión
3.1. Exploración sistemática del feto en el periodo de expulsión
3.2. Exploración sistemática de la mujer durante el periodo de expulsión
3.2.1. Exploraciones generales
3.2.2. Control de la dinámica uterina
3.2.3. Control de la progresión del periodo de expulsión
3.2.4. Pujos
3.3. Asistencia al parto espontáneo

11
Índice

3.3.1. La preparación
3.3.2 La posición
3.3.3 Protección del periné
3.3.4. La episiotomía
3.3.5. Extracción de la cabeza
3.3.6. Salida de los hombros
3.3.7. Equipamiento necesario
3.4. Complicaciones durante el periodo de expulsión
3.4.1. Anomalías de las fuerzas de expulsión
3.4.2. Anomalías secundarias a la presentación, posición o desarrollo fetal
3.4.3. Anomalías del canal óseo del parto
3.4.4. Anomalías del canal blando del parto

4. Periodo de alumbramiento
4.1. Pinzamiento y sección del cordón umbilical
4.2. Donación de sangre de cordón umbilical
4.3. Signos de desprendimiento de la placenta
4.4. Asistencia en el alumbramiento
4.4.1. Alumbramiento espontáneo o fisiológico
4.4.2. Alumbramiento dirigido
4.4.3. Alumbramiento manual
4.5. Revisión de la placenta y de las membranas
4.6. Revisión del canal del parto y cirugía reparadora
4.7. Complicaciones hemorrágicas durante el parto

5. Atención al recién nacido/a en la sala de partos


5.1. Pinzamiento del cordón umbilical
5.2. Identificación del recién nacido/a en la sala de partos
5.3. Primer contacto madre-hijo/a
5.4. Exploración sistemática del recién nacido/a en la sala de partos
5.5. Procedimientos preventivos en la atención del recién nacido/a en la sala de partos
5.5.1. Profilaxis de la oftalmia neonatal
5.5.2. Profilaxis de la enfermedad hemorrágica del recién nacido/a
5.5.3. Profilaxis de la infección por Streptococcus agalactiae
5.5.4. Profilaxis de la hepatitis
5.5.5. Profilaxis de la transmisión vertical del VIH

6. Otros aspectos a tener en cuenta en la atención en el parto

Capítulo III. Atención en el puerperio

1. Cuidado de la madre durante la estancia hospitalaria


1.1. Valoración inmediata del estado general
1.2. Control de las constantes vitales
1.3. Control de la pérdida hemática
1.4. Control de la involución uterina
1.5. Características de los loquios
1.6. Control de la micción y de la evacuación
1.7. Control del perineo y de la episiotomía
1.8. Control de las mamas y apoyo a la lactancia materna

12
Índice

1.9. Evaluación del dolor: analgesia


1.10. Control de las extremidades inferiores, movilización e higiene
1.11. Valoración de la dieta y suplementación
1.12. Incompatibilidad de grupo sanguíneo madre-recién nacido/a
1.13. Valoración del estado emocional

2. Cuidado del recién nacido/a durante la estancia hospitalaria


2.1. Comprobación de los controles hechos en la sala de partos
2.2. Exploración del recién nacido/a en la planta de hospitalización
2.3. Custodia del recién nacido/a durante la estancia hospitalaria
2.4. Higiene de la piel, vestido y posición en la cuna
2.5. Seguimiento y controles sistemáticos del recién nacido/a durante la estancia en el hospital
2.5.1. El cuidado del cordón umbilical
2.5.2. Detección precoz de la hipoacusia
2.5.3. La lactancia durante la estancia hospitalaria

3. Alta hospitalaria de la madre y del recién nacido/a


3.1. Exploración de la madre previa al alta hospitalaria
3.2. Atención al recién nacido/a en el momento del alta hospitalaria
3.2.1. Plan de detección precoz de metabolopatías congénitas
3.2.2. Alta precoz (entre las 24 y las 48 horas después del parto)
3.2.3. Alta hiperprecoz (menos de 24 horas después del parto)
3.3. Información a la mujer en el momento del alta puerperal
3.4. Informe de alta
3.4.1. De la madre
3.4.2. Del recién nacido/a

4. Visita de control posparto

5. Otros aspectos a tener en cuenta en el puerperio

Capítulo IV. Información a la mujer y a la familia. El consentimiento informado

1. El plan de parto

2. Cómo tiene que darse la información

3. A quién tiene que darse la información

4. Cuándo tiene que informarse

5. Quién tiene que informar

6. Qué información tiene que darse


6.1. Información a la mujer en el preparto
6.2. Información a la mujer durante el periodo de parto
6.3. Información durante el posparto y el puerperio

7. El consentimiento informado

8. Atención a la diversidad

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Índice

Capítulo V Identificación y custodia del recién nacido/a

1. Sistemas para la identificación de los recién nacidos/as

2. Identificación del recién nacido/a mediante brazaletes y pinza de cordón

Capítulo VI. Promoción de la lactancia materna

1. Recomendaciones para favorecer la lactancia materna en la sala de partos


1.1. Facilitar el contacto madre-recién nacido/a
1.2. Dar consejo y apoyo en la primera toma

2. Recomendaciones para favorecer el inicio de la lactancia materna durante la estancia hospitalaria


2.1. Mantener juntos a la madre y al recién nacido/a
2.2. Aprovechar las primeras tomas de calostro
2.3. Evitar la administración de suplementos de suero glucosado
2.4. Evitar la utilización de chupete
2.5. Vigilar la posición correcta
2.5.1. Posición de la madre
2.5.2. Posición del recién nacido/a
2.6. Flexibilizar la frecuencia y duración de las tomas
2.7. Dar apoyo profesional

3. Recomendaciones para favorecer la lactancia materna en el momento del alta hospitalaria


3.1. Valorar el estado nutricional del recién nacido/a
3.2. Dar pautas y continuidad asistencial
3.3. Dar información sobre lactancia

4. Contraindicaciones de la lactancia materna


4.1. Situaciones mas habituales
4.2. Inhibición de la lactancia materna

5. Recogida con extractor de leche y conservación de la leche materna


5.1. Situaciones más habituales en que está indicada
5.2. Métodos de recogida con extractor de leche
5.3. Métodos para la conservación de la leche materna

Capítulo VII. Antisépticos en perinatología.

1. Uso de antisépticos en el recién nacido/a

2. Uso de antisépticos en la madre

14
Índice

Capítulo VIII. La historia clínica hospitalaria perinatal

1. Apartados de la historia clínica hospitalaria perinatal

2. El partograma

3. El libro de partos

4. El informe de alta hospitalaria

5. La cartilla de salud de la embarazada

6. La cartilla de salud infantil

Anexo I. Reanimación del recién nacido/a

1. Reanimación del recién nacido/a. Consideraciones generales.


1.1. Recogida de datos
1.2. Personal
1.3. Material
1.4. Medidas generales

2. Técnica de Reanimación Neonatal


2.1. Evaluación Inicial
2.2. Estabilización inicial
2.3. Valoración
2.4. Oxigenación
2.5. Ventilación
2.6. Masaje cardiaco
2.7. Fármacos y fluidos

3. Situaciones especiales

4. Consideraciones éticas en reanimación neonatal

Anexo II. Plan de parto del Servicio Extremeño de Salud

Modelo del Plan de parto del Servicio Extremeño de Salud

Bibliografía

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Introducción

He aquí una herramienta de trabajo para aplicar en la Asistencia al Parto


Normal dirigida a profesionales de la Obstetricia en el ámbito de nuestra
Comunidad Autónoma de Extremadura, y con un único fin: acompañar y asistir a
nuestras mujeres embarazadas de la mejor manera posible, en un momento crucial
como es el de traer a la vida a un nuevo ser, su hijo/a, en el transcurso de un parto
normal.

Para poder llegar a esta guía que tienen en sus manos, han sido necesarias
muchas horas de trabajo, personal y en grupo, de numerosos profesionales actuan-
tes en los distintos niveles asistenciales del binomio madre-hijo/a. Se han revisado
multitud de textos, notas y referencias bibliográficas, no solo profesionales, sino
legislativas y de consenso de diferentes Sociedades y Asociaciones para la asisten-
cia a las mujeres gestantes y parturientas.

Pensemos entonces que, sin perder el rigor científico necesario para conducir estos
temas, no solo han intervenido profesionales de la ginecología, neonatología y matro-
nería, sino que se han tenido en cuenta las decisiones, opiniones y material bibliográ-
fico de los distintos foros en los que hoy en día la mujer tiene su representación y pro-
yección social. Era necesario tener en cuenta lo que anteriormente se ha comentado:
“acompañar y asistir”, “mujer”, “parto normal”, “la mejor manera posible”.

Lo que esta herramienta no pretende ser, es: un catecismo férreo del que no nos
separemos para nuestra labor asistencial y que pueda ser utilizado exclusivamente
como escudo defensivo de nuestra praxis individual. Ni mucho menos es esta la
pretensión. Para evitarlo, está nuestra ética profesional individual y nuestros cono-
cimientos, así como el sentido común.

Hace algunos años se escuchaba en una conferencia una pregunta hecha a dife-
rentes asistentes que rezaba: “¿cuál es el día más importante de sus vidas?”. Las res-
puestas eran muy variadas: “El día de mi boda”, “El día de mi comunión”, “El día
en que me licencié”, etc. Hasta que el conferenciante impuso su opinión: “Pienso
que el día más importante puede ser el de sus nacimientos ya que los condicionan-
tes físicos y psíquicos pueden marcar con mucha probabilidad el resto de sus vidas”.

Esperemos que para ello y en el ámbito de nuestra Comunidad Autónoma, este


trabajo pueda resultar de ayuda para lograr los mejores resultados para las madres
y los padres, así como para su descendencia y hacer posible que ese momento de
parir a un hijo/a sea el “día más importante” de sus vidas.

Francisco Solano López


Facultativo especialista en Ginecología y Obstestricia

17
Objetivos

Objetivo general
Mejorar la asistencia al parto normal y al nacimiento en el Servicio
Extremeño de Salud, ofreciendo a las mujeres y a las criaturas una
asistencia respetuosa con su fisiología, personalizada, basada en la
evidencia científica y sensible con los aspectos emocionales y sociales
de este proceso.

Objetivos específicos
· Fomentar la consideración del parto como un proceso fisiológico a la vez
que su reconocimiento como acontecimiento singular y único en la vida de
la mujer, su pareja y su familia.

· Contribuir a la adopción de prácticas basadas en la mejor evidencia


disponible en la actualidad:

· Promover el uso de tecnología apropiada a cada parto, evitando el uso


rutinario de determinadas prácticas asistenciales.

· Introducir nuevas prácticas como la ingesta de líquidos, la deambula-


ción, la libre elección de la posición en el expulsivo y el contacto piel
con piel durante la primera hora de vida de la criatura.

· Potenciar la participación de la mujer y su pareja en la toma de decisiones


informadas en la asistencia al parto.

· Sensibilizar al personal sanitario relacionado con la asistencia al parto


para que incorporen los contenidos de esta Guía en su trabajo.

· Promover, en la línea que marca el Ministerio de Sanidad, Política Social


e Igualdad, la atención al parto hospitalario de bajo riesgo por matronas o
matrones.

· Promover el desarrollo de investigación orientada a mejorar las prácticas


en la atención al parto y nacimiento, y en los proyectos de innovación.

19
Acercamiento a la Guía

Clínica

¿Qué entendemos por parto normal?


Desde un punto de vista clínico, podríamos definir el Parto Normal como
el proceso fisiológico que ocurre en la mujer al final de su embarazo no
patológico, entre las semanas 37 y 42. Su inicio es espontáneo, transcurre y
finaliza sin complicaciones, siendo su resutado el nacimiento de su hijo o
hija. Deben realizarse, por tanto, el menor número posible de
procedimientos activos, pero sin olvidar que como cualquier trabajo de
parto, obliga a una vigilancia exhaustiva del estado materno y fetal.

Emocional
Cualquier parto, normal o distócico, es en sí mismo un proceso emocional y
psicológico que marca la vida de la mujer, su pareja y/o su familia.
Quienes atendemos a la mujer durante su parto debemos respetar los
deseos y expectativas de la misma, teniendo en cuenta su voluntad,
mientras no suponga un riesgo para su salud o la de su futuro bebé, e
intentando establecer una relación de ayuda mutua. Una comunicación
fluida con la mujer permitirá que ésta adopte una participación activa y
responsable en la toma de decisiones durante el proceso de su parto.

Profesional
El Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad recomienda
promover la atención al parto hospitalario de bajo riesgo, y siempre que
transcurra dentro de la normalidad, por matronas/es.

En los hospitales con docencia para residentes de matronas/es y


obstetras, los partos de bajo riesgo podrán ser atendidos por
profesionales en formación, siempre con la correspondiente supervisión.

Contenido
El grupo de trabajo de esta Guía, considerando que en el trascurso de un
parto pueden darse circunstancias que lo desvíen de la normalidad, ha
incluido entre los contenidos de este documento, algunos aspectos clínicos
que en este sentido, pueden ser de interés para profesionales.

21
Capítulo I: Atención en la Fase Prodrómica

Hablamos de fase prodrómica, preparto o fase de latencia del parto cuando la mujer
gestante presenta dinámica uterina, sin cumplir las condiciones necesarias de parto.

Esta fase de preparto suele producirse entre la semana de gestación 37 completa


y 42 completa, y por lo tanto cuando el embarazo llega a término.

1. PRIMERA VISITA AL HOSPITAL

Cuando la gestante llega al servicio de urgencias del hospital con posibles sínto-
mas de parto, será atendida por la matrona o matrón, quien debe comprobar que
trae consigo la “cartilla de salud de la embarazada”. En el caso de que no sea así ten-
drán que ponerse al día los aspectos relacionados con la historia clínica, el plan de
parto, la reevaluación del riesgo y las actuaciones adecuadas destinadas a la evalua-
ción de la gestante y del feto para valorar la necesidad o no de ingreso inmediato.

Se recomienda que la admisión en maternidad se realice cuando se cumplan los


siguientes criterios: dinámica uterina regular, borramiento cervical>50% y una dila-
tación de 3-4 cm.

Igualmente sería recomendable tener en cuenta aspectos individuales de la


embarazada como: distancia desde su domicilio a su Hospital de Referencia,
ambiente familiar, disponibilidad de medio de transporte, etc.

1.1. La historia clínica en la fase prodrómica

En el caso de que la mujer que ingresa tenga “cartilla de salud de la embaraza-


da”, se revisará y se completará con las actualizaciones necesarias. Si no es así, se
abrirá la historia en el mismo momento que se realizan las exploraciones necesarias
para actualizar el nivel de riesgo y se revisará también el “plan de parto“ preparan-
do así la asistencia idónea a las etapas posteriores del parto.

Muchos de los datos de interés para iniciar y/o completar la historia clínica hos-
pitalaria provienen de la información aportada por la atención primaria donde se ha
controlado la gestación. Pueden obtenerse también a partir de la “cartilla de salud
de la embarazada”, que es el documento particular que lleva la gestante como resu-
men de los datos importantes del seguimiento del embarazo.

1.2. Exploración sistemática de la mujer en la fase prodrómica

Después de abrir la historia clínica de la mujer, y de informar a la gestante sobre


todos aquellos aspectos que puedan interesarle (capítulo IV), tiene que realizarse la
exploración física.

23
Capítulo I: Atención en la Fase Prodrómica

Procedimiento de exploración en el la fase prodrómica:

• Determinación de las constantes vitales y el estado general de la madre.

• Exploración de piel y mucosas (detección de edemas, etc.).

• Exploración abdominal:

- Inspección de cicatrices previas.

- Se precisará la situación, el tipo de presentación y la posición fetal.

- Medida de la altura uterina (nos puede hacer sospechar alteraciones en el


crecimiento fetal, el número de fetos, la edad de gestación o en el volumen
del líquido amniótico).

- Valoración de la dinámica uterina.

• Exploración genital:

- Inspección de los genitales externos (perineo y vagina).

- Tacto vaginal: antes de realizar el tacto vaginal convendría conocer la loca-


lización de la placenta, ya que la presencia de placenta previa condiciona
la realización de esta exploración. El tacto vaginal es útil para conocer las
características del cérvix y de la pelvis.

1.3. Exploración sistemática del feto en la fase prodrómica

• A través del tacto vaginal se comprueba una serie de parámetros del feto y de los
anexos, como:

- El tipo de presentación.

- La variedad y la altura de la presentación (planos de Hodge).

- Estado de la bolsa amniótica.

• Amnioscopia: Es un procedimiento que se practica con el fin de evaluar la canti-


dad y/o color del líquido amniótico. Es una intervención invasiva, no exenta de
complicaciones y con un gran número de falsos negativos1.

1
Grupo de trabajo de la Guía de Práctica Clínica sobre la atención al parto normal. Guía de Práctica Clínica sobre la aten-
ción al parto normal. Plan de Calidad para el Sistema Nacional de Salud del Ministerio de Sanidad y Política Social.
Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias del País Vasco. (OSTEBA). Agencia de Evaluación de Tecnologías
Sanitarias de Galicia (Avalia-t). 2010. Guías de Práctica Clínica en el SNS: OSTEBA Nº 2009/01.

24
Capítulo I: Atención en la Fase Prodrómica

En base a la evidencia científica actual no se recomienda la amnioscopia en la valo-


ración inicial de la mujer de bajo riesgo en trabajo de parto

• Frecuencia cardiaca fetal (FCF) basal y/o registro cardiotocográfico: En la fase


prodrómica y en embarazos de bajo riesgo no se aconseja el uso de cardiotocografía
de forma rutinaria ya que aumenta las posibilidades de intervencionismo obstétrico.

En aquellos casos en los que su uso está justificado debe quedar constancia por
escrito de todos los datos que puedan ser de interés, fecha y firma de quién hace las
anotaciones.

Clasificación de la CGT en función de la frecuencia cardiaca fetal2

Clasificación Frecuencia Variabilidad Desaceleraciones Aceleraciones


cardiaca (l/m) (l/m)
CGT
tranquilizador 110-160 l/m ≥5 Ninguna Presentes

- Desaceleraciones variables La ausencia de ace-


CGT típicas con más de 50% de leraciones transito-
no tranquilizador 100-109 l/m <5 durante contracciones (durante unos rias en un registro,
161-180 l/m 40-90 minutos 90 minutos) por otra parte nor-
mal, tiene un signifi-
- Desaceleración prolongada cado incierto
única (de hasta 3 minutos)

La combinación de varias observaciones no tranquilizadoras originan una CGT anormal


CGT
<100 l/m Desaceleraciones variables
anormal atípicas con más del 50% de
>180 l/m <5 durante más las contracciones o
de 90 minutos desaceleraciones tardías
(DIPII), ambas durante más
Patrón sinusoidal de 30 minutos
≥ 10 minutos
Deceleración prolongada
única de > 3 minutos

CGT
Ausencia total de variabilidad y reactividad con o sin deceleraciones o bradicardia
preterminal

Definición de las categorías del registro cardiotocográfico3

Registro normal: Registro de la FCF con los 4 criterios de lectura clasificados como
tranquilizadores
Registro sospechoso: Registro de la FCF con 1 criterio clasificado como no tranqui-
lizador y el resto tranquilizadores.
Registro Patológico: Registro de la FCF con 2 o más criterios no tranquilizadores o
1 o más clasificado como anormal.

2y3
Grupo de trabajo de la Guía de Práctica Clínica sobre la atención al parto normal. Guía de Práctica Clínica sobre la
atención al parto normal. Plan de Calidad para el Sistema Nacional de Salud del Ministerio de Sanidad y Política Social.
Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias del País Vasco. (OSTEBA). Agencia de Evaluación de Tecnologías
Sanitarias de Galicia (Avalia-t). 2010. Guías de Práctica Clínica en el SNS: OSTEBA Nº 2009/01.

25
Capítulo I: Atención en la Fase Prodrómica

1.4. Pruebas complementarias de urgencia en la fase prodrómica

Mediante la revisión a fondo de los datos disponibles sobre el seguimiento del


embarazo tendrán que valorarse las pruebas complementarias a que ha sido some-
tida la gestante y se harán las determinaciones que se consideren necesarias para
completar y/o actualizar las realizadas anteriormente.

Se recomiendan las pruebas siguientes:

• Actualización analítica del hemograma y pruebas de hemostasia (tiempo de pro-


trombina), si hace más de 1 mes que no se ha hecho.

• Grupo sanguíneo y factor Rh (si no consta en la historia clínica y/o “cartilla de


salud de la embarazada”).

• Proteinuria y cetonuria.

• Ph vaginal en los casos de sospecha de amniorrexis espontánea no evidente en la


inspección vaginal, y si fuese necesario algún otro test adecuado.

• Ecografía, que puede ser de utilidad en los casos siguientes:

- Siempre que haya dudas sobre la vitalidad fetal o la estática fetal.

- Sospecha de macrosomía o retraso del crecimiento fetal intrauterino.

- Sospecha de alteraciones en la cantidad de líquido amniótico.

- Incertidumbre sobre la localización de la placenta.

- Para valorar el grado de flexión-extensión cervical fetal en las presentacio-


nes pelvianas o de nalgas, si se decide intentar el parto vaginal.

• Serología del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH): es conveniente


determinarlo con carácter urgente en aquellos casos en que no se disponga de su
determinación con anterioridad (durante la gestación), ya que la positividad impli-
ca la posibilidad de tratamiento intraparto y la inhibición de la lactancia materna,
con el beneficio que estas medidas comportan para la salud del bebé nacido de
madre infectada por el VIH.

• Serología del HBsAg, en el caso de que no se disponga del resultado durante la


gestación, con el fin de poder realizar adecuadamente la profilaxis en el bebé en el
caso de madre seropositiva .

26
Capítulo I: Atención en la Fase Prodrómica

• Comprobación de la realización del cultivo vaginal y rectal en medio selectivo para


la identificación de Streptococcus agalactiae, en las semanas de gestación 35 a 37. La
positividad o la ausencia del cultivo implicarán el tratamiento intraparto adecuado.

2. REEVALUACIÓN DEL RIESGO Y PRONÓSTICO

En esta fase prodrómica, después de haber realizado las exploraciones necesarias


en la gestante y en el feto, y teniendo en cuenta el resultado de las pruebas comple-
mentarias realizadas, habrá que reevaluar este riesgo con el fin de confirmar si el
riesgo previsible está de acuerdo con el nivel hospitalario donde se encuentra la ges-
tante o bien derivarla a un nivel hospitalario adecuado.

Con toda la información mencionada tiene que establecerse un diagnóstico de


comienzo de parto o no, y hacerse una estimación sobre la duración y la vía de
parto, así como una estimación de las situaciones de riesgo previsible y las alterna-
tivas posibles.

Este diagnóstico a priori tiene que registrarse convenientemente en la historia clí-


nica hospitalaria y hay que tener en cuenta que es de primordial importancia infor-
mar convenientemente a la gestante y a su acompañante, siempre que la mujer lo
autorice, sobre el pronóstico, intentando no crear angustias innecesarias (capítulos
IV y VIII).

En el caso de que la gestante no cumpla los criterios de ingreso se le recomenda-


rá que vuelva a su domicilio. Previamente, se le dará información sobre todo aque-
llo que pueda ser previsible que ocurra durante las próximas horas, por ejemplo
orientación sobre algunos signos de alarma. Si la mujer cumple los criterios de
ingreso se pondrán en marcha los mecanismos necesarios para atender el proceso de
parto (capítulo II).

3. OTROS ASPECTOS A TENER EN CUENTA

• Información a la mujer, acompañante y a la familia en la fase prodrómica (capí-


tulo IV).

• Ambiente psicoafectivo en la fase prodrómica.

• Registro de datos en la fase prodrómica (capítulo VIII).

27
Capítulo II: Atención en el parto

El parto normal es el conjunto de fenómenos fisiológicos que se presentan en una


mujer embarazada y que tienen por objeto la expulsión, por vía vaginal, de un feto
viable a término, y de sus anexos.

Al mismo tiempo, el parto es una vivencia única en la vida de la mujer y de su


pareja, por eso se recomienda que, en los hospitales maternales, la atención en el parto
se lleve a cabo en condiciones asistenciales, posturales o ambientales que sean respe-
tuosas con el proceso fisiológico del parto y los deseos de la mujer (capítulos IV y V).

El parto es un fenómeno dinámico en el tiempo. Por motivos estrictamente descrip-


tivos se consideran tres periodos:

• Periodo de dilatación
• Periodo de expulsión
• Periodo de alumbramiento

Consideramos que una mujer está de parto cuando presenta contracciones uteri-
nas intermitentes involuntarias y regulares, que pueden ser dolorosas. Al mismo
tiempo tiene que constatarse el acortamiento del cuello uterino, seguido de la dila-
tación de su orificio cervical.

En la práctica, en primíparas el parto empieza cuando comienza la dilatación,


después de que el cuello uterino se ha borrado, y en multíparas ambas cosas acos-
tumbran a ser simultáneas. El diagnóstico de parto se basa en la presencia de contrac-
ciones uterinas regulares que provocan la dilatación progresiva del cuello uterino.

Se considera que se ha iniciado el parto cuando se cumplen estas tres condiciones:

• Hay actividad uterina regular con 2 o más contracciones en 10 minutos.


• Se ha iniciado la dilatación cervical.
• El cuello uterino hace cambios hacia la “maduración”.

1. EXPLORACIÓN SISTEMÁTICA DE LA MUJER Y DEL FETO EN EL


INGRESO DE PARTO

Hay que disponer de la historia clínica de la mujer (capítulo VIII) y completarla


en este momento con la información proporcionada por las exploraciones que se
recomiendan a continuación:

• Exploración general
- Frecuencia cardiaca materna
- Temperatura
- Tensión arterial
- Peso (si no se conoce)

29
Capítulo II: Atención en el parto

• Exploración abdominal

- Altura uterina
- Maniobras de Leopold
- Auscultación de la frecuencia cardiaca fetal

• Exploración genital

- Inspección de la vulva, vagina y periné

- Tacto vaginal para valorar:

- Situación, longitud, consistencia y dilatación


del cuello uterino
- Presentación y, a ser posible, variedad fetal
- Plan de la presentación
- Integridad o no de la bolsa de las aguas

- Características de la pelvis materna.

2. ATENCIÓN EN EL PERIODO DE DILATACIÓN

El periodo de dilatación comprende desde el comienzo de las contracciones uterinas


hasta la dilatación completa.

Signos y síntomas Periodo del parto Fase

Cuello uterino no dilatado Falso trabajo de parto Pródromos

Cuello uterino dilatado menos de 4 cm Primer periodo Latente

Cuello uterino dilatado 4-9 cm


Tasa de dilatación 1 cm/h
Comienzo del descenso de la cabeza fetal Primer periodo Activa

Cuello uterino dilatado (10 cm)


Sigue el descenso fetal
No hay deseo de empujar Segundo periodo Temprana no expulsiva

Cuello uterino dilatado (10 cm)


La parte fetal que presenta llega al suelo de la pelvis
La mujer tiene deseos de empujar Segundo periodo Avanzada expulsiva

FAME. Iniciativa Parto Normal. Documento de consenso.


Barcelona: Federación de Asociaciones de Matronas de España; 2007

30
Capítulo II: Atención en el parto

La duración de la fase activa del parto es variable entre las mujeres y depende
del número de partos previos. Por término medio en primíparas la duración es de 8
horas (es improbable más de 18 horas) y en multíparas la duración media es de 5
horas (improbable más de 12 horas).

2.1. Exploración sistemática del feto durante la dilatación

• Comprobación del bienestar fetal.

El control biofísico del feto es necesario en el curso del parto normal, ya que
durante los periodos de dilatación y de expulsión pueden producirse trastornos de
la oxigenación fetal más a menudo que cuando no hay contracciones.

La frecuencia cardiaca fetal (FCF) tiene que valorarse durante la contracción y en


periodos intercontráctiles.

La auscultación de la FCF puede hacerse de manera intermitente o continua y


realizarse mediante estetoscopio o bien mediante registro gráfico.

Si el control es intermitente, como mínimo es necesario:

• Con estetoscopio, control cada 15-30 minutos en fase activa.

• Con registro intermitente, ventanas de 20-30 minutos cada hora.

El control con estetoscopio puede ser un método de control suficiente siempre


que se garantice su continuidad durante el periodo de dilatación.

Cuando se detectan alteraciones de la FCF, el control tiene que ser continuo, y si


se puede hay que practicar microtomas de sangre fetal o de otras pruebas comple-
mentarias cuando sea necesario, para confirmar el bienestar del feto.

2.2. Preparativos para el parto durante el periodo de dilatación

2.2.1. Asepsia

Respetar las normas básicas de asepsia es un principio fundamental en la asis-


tencia al parto en todos sus periodos, para evitar contaminaciones en las maniobras
que se realicen durante la dilatación y/o durante la expulsión (capítulo VII).

2.2.2. Rasurado

No es necesario el rasurado sistemático de la zona genital, ya que no ha podido


demostrarse que esta práctica disminuya la incidencia de infecciones.

31
Capítulo II: Atención en el parto

En el caso que haya que practicar una sutura, el rasurado se limitará al perineo.

2.2.3. Enema

No son necesarios los enemas sistemáticos y no deben administrarse sin que la


mujer lo desee.

2.2.4. Colocación de una vía intravenosa

Aunque la evidencia científica desaconseja la utilización sistemática de perfusión


intravenosa, puede ser aconsejable tener una vía endovenosa profiláctica para admi-
nistrar fármacos por si fueran necesarios en una potencial situación de urgencia.
Antes de su colocación debe informarse a la mujer en este sentido y respetarse la
decisión que adopte.

2.2.5. Alimentación durante la dilatación

No restringir la ingesta de líquidos claros (agua, te, zumo,..) durante el trabajo de


parto, sobre todo en procesos prolongados. Se puede permitir que las mujeres con
trabajos de parto que progresan normalmente, ingieran comidas livianas si lo nece-
sitan. Para evitar la cetosis son eficaces las bebidas isotónicas. Se aconseja informar
a la mujer en este sentido.

2.2.6. Bienestar de la mujer durante la dilatación

Es necesario comprobar el estado anímico-emocional y la comodidad de la mujer.

2.3. Seguimiento de la progresión de la dilatación

Durante todo el periodo de dilatación, hay que mantener una observación dis-
creta pero continua, y darle todo el apoyo psicoemocional que necesite, así como
orientarla respecto de las medidas físicas para ayudarla.

2.3.1. Tactos vaginales

El número de tactos tiene que ser el mínimo que permita valorar con seguridad
la progresión del parto. En general, son necesarias al menos una exploración en el
ingreso, una después de que se haya roto la bolsa de las aguas, y después con la fre-
cuencia suficiente para poder valorar la progresión del parto. En condiciones nor-
males se recomienda que las exploraciones vaginales se realicen cada 4 horas.

Se garantizará la privacidad, intimidad y comodidad de la mujer. Se le informa-


rá de la razón por la que se practica y los hallazgos encontrados.

32
Capítulo II: Atención en el parto

En cada tacto vaginal hay que valorar:

• El cérvix (consistencia, posición, longitud y dilatación)

• La presentación (actitud, posición, variedad y altura)

El resultado de esta exploración tiene que ser anotado en el partograma. Eso per-
mite detectar anomalías en la progresión clínica normal del parto.

2.3.2. Dinámica uterina

Consideramos una dinámica uterina adecuada cuando permite la progresión del parto
sin efectos adversos en la madre o en el feto. El control de la dinámica puede hacerse
manualmente o con un registro tocográfico externo o interno, intermitente o continuo.

Si se hace control manual o registro cardiotocográfico externo, como no podrá


evaluarse la intensidad de las contracciones, tendrá que valorarse su duración (infe-
rior a 60 segundos) y la relajación clínicamente entre contracciones.

2.3.3. Constantes de la mujer

Control regular de temperatura, pulso y tensión arterial (TA). El pulso y la TA


tienen que medirse en periodos intercontráctiles.

2.3.4. Rotura de la bolsa amniótica

• Amniorrexis espontánea

Después de una amniorrexis espontánea es conveniente hacer un tacto vaginal


para valorar la dilatación cervical y la altura de la presentación y para comprobar
que no se haya producido un prolapso de cordón umbilical.

Hay que auscultar también la FCF y valorar el color del líquido amniótico. La pre-
sencia de meconio obliga a reevaluar el bienestar fetal. En presentaciones podálicas no
tiene el mismo significado, ya que la compresión del abdomen fetal durante el encaja-
miento produce meconio de manera casi constante, pero hay que estar atento a la FCF.

• Amniotomía electiva

No se debe realizar amniotomía de rutina en partos vaginales que progresan


de forma normal. Se recomienda respetar la integridad de las membranas hasta su
rotura espontánea o hasta llegar al periodo de expulsión, siempre y cuando la situa-
ción clínica de la embarazada y/o del feto no recomienden lo contrario.

33
Capítulo II: Atención en el parto

2.4. Estimulación del parto

• Considerar la amniotomía electiva.

• Se recomienda no realizar perfusión de oxitocina de forma rutinaria en partos


vaginales que evolucionan con normalidad.

La estimulación del parto mediante la administración de oxitocina está indica-


da sólo cuando la dinámica uterina es insuficiente para asegurar el progreso de
la dilatación y el descenso de la presentación.

Si se decide la administración de oxitocina, se hará siempre por vía endoveno-


sa y en perfusión continua, de manera que pueda ser suspendida de forma
inmediata en cualquier momento. Las dosis tienen que ser las mínimas suficien-
tes para conseguir el efecto deseado sin provocar hiperdinamia. Se recomienda
utilizar la bomba de perfusión; en caso contrario, es preciso un control continua-
do del ritmo de perfusión, para evitar que los cambios de posición produzcan
cambios en el ritmo de administración.

2.5. Manejo del dolor

2.5.1. Indicaciones de la analgesia

El alivio del dolor durante el parto contribuye a aumentar el bienestar físico y emo-
cional de la gestante y debe ocupar un lugar prioritario en los cuidados de la matrona/ón.

Actualmente, la obligación de ofrecer el tratamiento adecuado para el dolor, si se


produce, por sí misma está fuera de cualquier duda, siempre que la mujer no haya
expresado su voluntad de no utilizarlo. Antes, sin embargo, pueden utilizarse méto-
dos no farmacológicos con el fin de reducir la sensación de dolor.

2.5.2. Métodos analgésicos farmacológicos

• Epidural: De todas las opciones analgésicas existentes, las más adecuadas son las
técnicas espinales, y más concretamente la epidural y la técnica combinada intra/epi-
dural. No son tan sólo las más efectivas, sino también las más seguras, tanto para
la mujer como para el feto. Eso no descarta la utilización de otros métodos farmaco-
lógicos o no farmacológicos que se consideren idóneos en ciertas circunstancias.
Tiene que entenderse que las técnicas espinales las indica el equipo de obstetricia
conjuntamente con el de anestesia, que es el que las aplica y controla.

• Oxido nitroso: al 50%. No es un potente analgésico durante el trabajo de parto pero


sí una alternativa a la analgesia epidural que se ofrecerá a la mujer embarazada, siem-
pre y cuando el centro hospitalario disponga de ella y no exista contraindicación facul-
tativa. Puede provocar naúseas y vómitos, somnolencia y alteración del recuerdo.

34
Capítulo II: Atención en el parto

2.5.3. Momento de realización de la analgoanestesia

Siempre que la mujer esté en fase activa del parto, el factor que determina la apli-
cación de las técnicas espinales es la aparición de un dolor importante. Esta percep-
ción de la intensidad del dolor depende de la capacidad de la mujer para tolerar el
nivel de disconfort o incomodidad que supone, independientemente del grado de
dilatación que presente en aquellos momentos.

En general, resulta recomendable iniciar la analgesia cuando la mujer lo pide,


entre los 2 y los 5 cm de dilatación.

2.5.4. Complicaciones de la analgoanestesia

La más frecuente es la cefalea postpunción dural (CPPD), que resulta de perfo-


rar la duramadre.

Las dos complicaciones más graves, el hematoma y el absceso peridural, son de


muy rara aparición, siempre que se respeten las contraindicaciones de la técnica,
como los trastornos de la coagulación y sepsis, entre otros, y que la aplicación tenga
lugar en condiciones de máxima esterilidad.

Hay que controlar el estado materno-fetal con el fin de detectar y prevenir la


hipotensión materna, así como los efectos secundarios para el feto, mediante la per-
fusión adecuada de líquidos.

2.5.5. Métodos no farmacológicos para reducir el dolor

Existen diferentes técnicas que pueden aplicarse, según la disponibilidad de las


mismas en cada centro hospitalario, durante el parto con el fin de disminuir la per-
cepción dolorosa:

• Acompañamiento y apoyo continuo durante el proceso de parto.

• Libertad de movimiento.

Se debe alentar y ayudar a las mujeres, incluso a las que utilizan analgesia epi-
dural, a adoptar cualquier posición que encuentren cómoda y a movilizarse si así lo
desean, previa comprobación del bloqueo motor y propioceptivo.

Si el centro hospitalario dispone de pelotas grandes de goma, deben ser ofreci-


das a la mujer. Se animará a aquellas embarazadas que elijan hacer uso de las mis-
mas a buscar posturas confortables.

35
Capítulo II: Atención en el parto

• Estimulación cutánea

Suele disminuir la intensidad del dolor durante y/o después de la estimulación.


Forman parte de la estimulación cutánea: el masaje superficial, la presión/masaje
y la aplicación superficial de calor o frío.

• Uso del agua

La utilización del agua caliente durante la dilatación induce a la mujer a la rela-


jación y reduce la ansiedad.

La temperatura del agua no debe superar los 37ºC y no se aconseja la inmersión


durante más de 2 horas. La inmersión debe producirse cuando la mujer se encuentre
con una dilatación de al menos 5 cm, ya que la inmersión en una fase temprana del
parto puede inducir a partos prolongados y al uso de analgesia epidural y oxitocina.

• Inyecciones de agua estéril

Esta forma de analgesia consiste en la administración de agua estéril mediante


inyección intracutánea (0,1-0,5 ml).

Las inyecciones deben ponerse en la región lumbosacra dentro del área compren-
dida por el rombo de Michaelis. La analgesia se produce exclusivamente para el
dolor lumbar, pero no es efectiva para el dolor abdominal ni perineal. Se recomien-
da la aplicación temprana durante la fase de dilatación. Se debe informar que la
inyección intradérmica produce escozor y dolor intenso momentáneo.

• Técnicas de relajación

Permiten una disminución de la tensión muscular y proporcionan tranquilidad.

36
Capítulo II: Atención en el parto

• Técnicas de respiración

Bien utilizadas permiten una mejor oxigenación de la madre y del feto.

• Visualización de imágenes mentales

Permite controlar el dolor a través de su utilización.

2.6. Complicaciones durante el periodo de dilatación

2.6.1. Fase de latencia prolongada

• Concepto: Duración superior a 20 horas en las primíparas y 14 horas en las multíparas.

• Etiología: Falso trabajo de parto. Sedación o analgesia excesiva o precoz. Cuello


uterino inmaduro. Inercia uterina primaria. Desconocida.

• Pronóstico: Por si sola no incrementa la mortalidad perinatal o la incidencia de


cesáreas.

• Conducta: Según la valoración clínica, reposo y sedación o estimulación con oxi-


tocina.

2.6.2. Fase de dilatación activa prolongada

La decisión de intervenir ante una supuesta prolongación de la primera etapa del


parto se debe tomar en función del progreso de la dilatación y otros factores obsté-
tricos y no exclusivamente en base a la duración.

• Concepto: Progreso medio de la dilatación inferior a 1,2 cm/hora en primíparas y


1,5 cm/hora en multíparas.

• Etiología: Hipodinamia. Desproporción pelvi-fetal.

• Pronóstico: Incremento moderado de la morbilidad perinatal y del número de


cesáreas.

• Conducta: Según la valoración clínica. Si las membranas están intactas se proce-


derá a la amniorrexis. Se practicará el tacto vaginal 2 horas después. Si el progreso
de dilatación es <1 cm se ofrecerá estimulación con oxitocina. Se ofrecerá anestesia
epidural antes del uso de oxitocina.

Se practicarán tactos vaginales cada 4 horas desde el inicio de la perfusión de oxito-


cina, si el progreso de dilatación es >2 cm. En caso contrario se tomará en conside-
ración practicar una cesárea.

37
Capítulo II: Atención en el parto

3. ATENCIÓN EN EL PERIODO DE EXPULSIÓN

El periodo de expulsión se inicia cuando el cuello uterino llega a la dilatación


completa y acaba con la salida del feto.

Este periodo se divide en dos fases:

-Expulsivo pasivo: Dilatación completa del cuello, antes o en ausencia de con-


tracciones involuntarias de expulsivo.

-Expulsivo activo: Cuando el feto es visible o existen contracciones involuntarias


de expulsivo con dilatación completa o ante pujos maternos con ausencia de con-
tracciones de expulsivo.

La duración de este periodo clásicamente se ha considerado que tenía que ser


inferior a los 60 minutos en las primíparas y a los 30 en las multíparas. Actualmente
se considera normal hasta 2 horas en primíparas y hasta 1 hora en multíparas. A
partir de este tiempo se considerará periodo de expulsión prolongado, teniendo en
cuenta, sin embargo, que no hay que tener una actitud intervencionista cuando la
dinámica uterina es correcta y la tolerancia fetal es buena, sobre todo con anestesia
epidural.

3.1. Exploración sistemática del feto en el periodo de expulsión

Aunque el control electrónico de la FCF es la práctica habitual en la mayoría de


maternidades, no tiene que descartarse la utilización de los métodos clínicos, sobre
todo en gestaciones de bajo riesgo con control antenatal adecuado y evolución nor-
mal hasta el periodo de expulsión.

En estos casos la auscultación fetal intermitente durante y después de la contrac-


ción puede ser más aceptable para algunas gestantes, e igualmente segura para el feto.

3.2. Exploración sistemática de la mujer durante el periodo de expulsión

3.2.1. Exploraciones generales

Durante este periodo se seguirán las mismas pautas que durante el periodo de
dilatación, además de los signos vitales habituales (presión sanguínea, pulso y tem-
peratura). Si la vejiga parece distendida, y la mujer no puede orinar espontánea-
mente, tiene que realizarse un sondaje vesical.

También es necesario valorar en este periodo especialmente el estado anímico-


emocional y la comodidad de la madre.

38
Capítulo II: Atención en el parto

3.2.2. Control de la dinámica uterina

Puede realizarse mediante métodos clínicos y por tocografía electrónica.

• Mediante métodos clínicos: Se basan en la palpación abdominal. Se considera


normal cuando se observa una progresión adecuada del periodo de expulsión.

• Mediante tocografía electrónica: La tocografía es un método más objetivo de


valoración de la dinámica uterina. En los casos de progresión adecuada del parto, es
suficiente la utilización de tocografía externa, con la cual es posible valorar la fre-
cuencia de las contracciones.

Cuando la progresión no es adecuada es preferible el registro interno que, ade-


más de informar de la frecuencia de las contracciones, informa de la intensidad, de
la duración y del tono de base.

3.2.3. Control de la progresión del periodo de expulsión

Se realizará mediante la exploración vaginal, que se llevará a cabo mediante una


técnica aséptica. En la primera exploración se confirmará que la dilatación cervical
es completa y que la capacidad y configuración pélvica son suficientes. Asimismo,
se determinará la posición fetal y el plan de la presentación. En los casos en que la
bolsa amniótica esté íntegra, y no progrese el periodo de expulsión, se realizará una
amniotomía, valorando la cantidad y el color del líquido amniótico.

3.2.4. Pujos

Se recomienda el pujo espontáneo.

El origen es un reflejo, que se desencadena por la compresión que ejerce la cabe-


za fetal sobre el suelo de la pelvis. No tiene que intervenirse para dirigirlos.

En ausencia de sensación de pujo o mujeres con epidural, se recomienda no diri-


girlos hasta que haya concluido la fase pasiva del expulsivo.

Los pujos tienen que evitarse en los casos siguientes:

• Cuando la dilatación no es completa.

• Fuera de las contracciones.

• Cuando se sospeche una situación de riesgo de pérdida de bienestar fetal.

• Cuando estos esfuerzos supongan algún riesgo añadido para la madre (cardiopa-
tía, miopatía severa, etc.).

39
Capítulo II: Atención en el parto

3.3. Asistencia al parto espontáneo

En todo momento, se hará el máximo esfuerzo por preservar la intimidad de la


mujer, limitando la presencia de personal no autorizado en la sala de partos.

3.3.1. La preparación

La sala de partos en el momento del periodo de expulsión tendría que tener una
temperatura adecuada, en torno a 24ºC, así como un ambiente adecuado.

Las personas que atienden el parto es recomendable que sigan normas correctas
de higiene y asepsia; en este sentido, aunque en un parto normal no es necesaria la
asepsia quirúrgica estricta, se actuará en congruencia con las normas de cada centro
en lo que concierne a esterilidad y asepsia (capítulo VII).

3.3.2. La posición

FCF: Frecuencia cardíaca fetal; RCTG: registro cardiotográfico

FAME. Iniciativa Parto Normal. Documento de consenso.


Barcelona: Federación de Asociaciones de Matronas de España; 2007

40
Capítulo II: Atención en el parto

La mujer adoptará la posición más cómoda para ella teniendo en cuenta las dis-
ponibilidades del centro.

En un parto normal se debe alentar y ayudar a la mujer a escoger la posición que


le resulte más cómoda durante el periodo de expulsión y el alumbramiento. Se
informará sobre las diferentes posibilidades, ventajas, inconvenientes, etc. y consen-
suar en la primera visita al hospital el tipo de parto que desea (capítulo IV).

En cualquier posición que adopte la mujer durante el parto se tendrá cuidado de


preservar su intimidad y se evitará la incomodidad o frío.

3.3.3. Protección del periné

• El masaje perineal durante la gestación es efectivo para reducir el trauma perine-


al y las episiotomías.

• No se recomienda la realización del masaje perineal en el expulsivo.

• Se recomienda posibilitar la aplicación de compresas calientes durante el periodo


de expulsivo.

• Existen dos métodos de cuidado del periné en el expulsivo:

- La conducta de protección activa del periné: una mano ejerce presión sobre el
periné, mientras que la otra sujeta la cabeza para que ésta salga suavemente, y se
maneja de forma activa la salida de los hombros.

- La conducta expectante: se mantienen las manos preparadas, pero sin tocar la


cabeza fetal y se espera la salida espontánea de los hombros.

No existen diferencias en los resultados a excepción del incremento de episiotomías


en la conducta activa. Quien atiende el parto debería emplear uno u otro dependien-
do de su habilidad y de la elección informada de la mujer.

3.3.4. La episiotomía

La episiotomía es una ampliación quirúrgica del orificio vaginal mediante una


incisión en el perineo, que se realiza cuando la presentación fetal abomba el perineo.

No debe practicarse episiotomía de rutina en el parto espontáneo. Como en toda


intervención, su utilización tiene que valorarse esmeradamente antes de realizarla
y, en el caso de estar indicada, la incisión tiene que hacerse en el momento adecua-
do, tan pequeña y poco lesiva como sea posible.

41
Capítulo II: Atención en el parto

Cuando se realiza una episiotomía, la técnica recomendada es la episiotomía


mediolateral, comenzándola en la comisura posterior de los labios menores y diri-
gida habitualmente hacia el lado derecho. El ángulo respecto del eje vertical deberá
estar entre 45 y 60 grados de realizar la episiotomía.

La episiotomía tiene que realizarse con anestesia local o locorregional (salvo en


una emergencia) y asepsia quirúrgica, con un antiséptico no yodado (capítulo VII).

La experiencia clínica aconseja realizar un examen rectal tras la sutura perineal


para descartar una inserción del material de sutura en la mucosa rectal.

La sutura continua tiene más beneficios que los puntos sueltos. Deberían utili-
zarse siempre suturas de absorción rápida.

• Indicaciones de la episiotomía:

- En los casos de riesgo de desgarro importante/parto instrumental.

- Riesgo de pérdida del bienestar fetal.

• Uso restrictivo de la episiotomía: El uso selectivo de esta intervención ha demos-


trado un riesgo más bajo de morbilidad materna al eliminar la necesidad de sutura
sistemática y, por otra parte, no parece que haya diferencias en la incidencia de des-
garros vaginales o perineales de 3er grado ni en el dolor posterior. Tampoco se han
encontrado diferencias en lo que concierne a la aparición posterior de trastornos del
suelo pélvico ni incontinencia urinaria.

La única desventaja demostrada en el uso restrictivo de la episiotomía es el aumen-


to de laceraciones en la zona vulvar anterior, que acostumbran a tener menos secuelas.

3.3.5. Extracción de la cabeza

Cuando el vértice flexionado ha llegado a coronar, la salida de la cabeza tiene


lugar por deflexión. Este proceso tiene que intentarse que sea lento para evitar los
desgarros perineales.

Una vez ha salido la cabeza, tiene que comprobarse que no haya alguna vuelta
de cordón en el cuello. En el caso de que haya alguna, se intentará aflojarla hacien-
do deslizar el cordón por encima de la cabeza o sobre los hombros. En el caso de que
esta maniobra no tenga éxito, será necesario el pinzamiento y sección del cordón
antes de la salida de los hombros.

42
Capítulo II: Atención en el parto

3.3.6. Salida de los hombros

Una vez ha salido la cabeza en posición occipitopúbica, la rotación externa se deja-


rá que tenga lugar de forma espontánea o bien se facilitará. La extracción del hombro
anterior se efectúa con una tracción suave y continua de la cabeza fetal en dirección al
suelo. Una vez ha salido el hombro anterior, el posterior se saca haciendo una tracción
vertical hacia arriba. Esta maniobra tiene que hacerse sin prisas, evitando pujos exce-
sivos y tiene que asociarse con una protección del perineo para evitar desgarros. Una
vez han salido los hombros, el resto del cuerpo fetal sale sin dificultad.

3.3.7. Equipamiento necesario

• Cama o silla de partos

• Mesa lateral auxiliar con instrumental disponible:

-Tallas
- Valvas
- Pinza de cordón, brazaletes y etiquetas de identificación
- Tijeras
- 4 pinzas de Kocher
- Pinzas de disección
- 2 pinzas de Förster
- Portaagujas, material de sutura (agujas, hilos)
- Gasas y compresas
- Jeringa y aguja para infiltración con anestésico local, si es necesario
- Guantes
- Antisépticos (capítulo VII)

• Equipo mínimo preparado para la reanimación de la mujer y del recién nacido/a,


para el caso de que surja esta necesidad.

• Material necesario para la revisión del canal del parto, lo cual se aconseja hacer
después de cualquier intervención vaginal.

• Mesa de reanimación para el recién nacido/a, con el material necesario para rea-
nimación neonatal avanzada, en la sala de partos.

• Toma de oxígeno.

• Sistema de aspiración y aire comprimido.

• Equipamiento de anestesia adecuado y disponibilidad de anestesista.

43
Capítulo II: Atención en el parto

3.4. Complicaciones durante el periodo de expulsión

Las complicaciones o anomalías del periodo de expulsión son difíciles de sepa-


rar de las anomalías del periodo de dilatación, ya que comparten en una gran parte
de casos la misma etiología.

Las anomalías de este periodo, que pueden presentarse solas o en combinación,


pueden agruparse en cuatro grandes grupos:

3.4.1. Anomalías de las fuerzas de expulsión

• Disfunción uterina: distocia de descenso


• Pujos inadecuados
• Parto precipitado

3.4.2. Anomalías secundarias a la situación, presentación, posición o desarrollo fetal

• Situación transversal del feto


• Presentación de nalgas
• Presentación de frente
• Presentación de cara
• Posiciones occipito-transversas y posteriores persistentes
• Distocia de hombros
•Anomalías fetales: hidrocefalia, anomalías abdominales fetales, siameses, macro-
somía, etc.

3.4.3. Anomalías del canal óseo del parto

• Desproporción pelvi-fetal

3.4.4. Anomalías del canal blando del parto

• Anomalías vulvares y vaginales (condilomas gigantes, atresias congénitas o


adquiridas, septos vaginales, neoplasias, etc.)
• Miomas uterinos previos
• Tumoraciones ováricas
• Masas pélvicas de otros orígenes

44
Capítulo II: Atención en el parto

4. ATENCIÓN EN EL PERIODO DE ALUMBRAMIENTO

El periodo de alumbramiento, o tercer periodo del parto, corresponde al des-


prendimiento y a la salida posterior de la placenta y de las membranas ovulares.

Éste es un momento muy especial para la mujer y su acompañante, ya que es


cuando están iniciando el contacto con la criatura, pero también es el periodo que
puede tener más complicaciones para la madre. Por ello, es muy importante la
correcta asistencia y vigilancia con el fin de prevenir la hemorragia, la infección y la
retención placentaria y, en casos graves, el choque hipovolémico.

4.1. Pinzamiento y sección del cordón umbilical

Después del nacimiento se pinza el cordón umbilical. El momento en que se hace


puede variar en función de lo que se haya previsto en el plan de parto.

Dados los beneficios para el recién nacido/a, tanto el Ministerio de Sanidad1


como la OMS2 recomiendan, en situaciones de normalidad, el pinzamiento y sec-
ción tardía del cordón umbilical, a partir del 2º minuto o cuando éste cesa de latir.

El pinzamiento y sección precoz del cordón umbilical, de manera inmediata al


nacimiento, deberá practicarse con cautela y sólo en aquello casos en los que la
situación clínica de la madre o el bebé así lo aconsejen.

4.2 Donación de sangre de cordón

Si la embarazada ha expresado su deseo de donar sangre del cordón umbilical ,


reúne todos los requisitos necesarios para ello y el centro hospitalario donde es aten-
dida está autorizado para la extracción de este tipo de muestras, se procederá a la
toma de sangre de cordón para donación siguiendo los protocolos establecidos por
el Servicio Extremeño de Salud.

4.3. Signos de desprendimiento de la placenta

• Modificaciones del fondo uterino: el fondo uterino se hace globuloso y general-


mente más duro, se encuentra situado a nivel del ombligo.

• Pérdida de sangre oscura por la vulva procedente del hematoma placentario: esta
sangre puede estar mezclada con líquido amniótico y con sangre roja procedente
de desgarros y/o de la episiotomía.

• Visualización de la placenta en la vagina o comprobación mediante tacto vaginal.

1
Estrategia de Atención al parto normal en el Sistema Nacional de Salud. Ministerio de Sanidad y Consumo, 2007.

2
Cuidados en el parto normal: una guía práctica. Informe presentado por el grupo Técnico de Trabajo. OMS. Ginebra, 1996.

45
Capítulo II: Atención en el parto

4.4. Asistencia en el alumbramiento

4.4.1. Alumbramiento espontáneo o fisiológico

La expulsión de la placenta tiene que producirse de forma espontánea antes de los


60 minutos del nacimiento del bebé y con una pérdida hemática inferior a los 500 ml.

En los partos asistidos en posición de litotomía, aunque la placenta y las mem-


branas pueden salir espontáneamente al exterior, puede ayudarse el proceso pidien-
do a la mujer que empuje (habiendo comprobado que la placenta está desprendida).
Con esta presión intraabdominal muchas veces es suficiente para la expulsión de la
placenta; durante este proceso haremos tracción suave del cordón umbilical vigilan-
do que no se rompan las membranas.

Inmediatamente después, comprobaremos que el útero esté contraído y se forme


el globo de seguridad, si no es así haremos un masaje uterino a través del abdomen
hasta que se contraiga. Se ha comprobado que la profilaxis con oxitócicos reduce la
pérdida hemática posparto.

4.4.2. Alumbramiento dirigido o activo

El alumbramiento dirigido debe producirse antes de los 30 minutos y se realiza


administrando bolos (bolus) de oxitocina en el momento que se desprende el hom-
bro anterior, o acelerando el goteo de oxitocina si lleva.

Se recomienda el manejo activo del alumbramiento ya que la evidencia científi-


ca ha demostrado que este método es el más adecuado para evitar la hemorragia
posparto.

Se aconseja informar a las mujeres durante la gestación de las ventajas del mane-
jo activo del alumbramiento, aunque se respetará la decisión de aquella mujer que
opte por el alumbramiento espontáneo.

No tiene que hacerse con ergóticos por vía intravenosa, ya que podrían provocar
crisis hipertensivas, incluso en los casos sin hipertensión previa.

4.4.3. Alumbramiento manual

La duración de la tercera etapa del parto se considera prolongada si no se completa


en los 30 minutos posteriores al nacimiento del bebé con manejo activo y 60 minutos con
el alumbramiento espontáneo. El tratamiento es la extracción manual de la placenta.

El alumbramiento manual se realizará con la parturienta debidamente sedada


y/o anestesiada, y en condiciones de asepsia quirúrgica.

46
Capítulo II: Atención en el parto

En el alumbramiento manual aumenta el riesgo de infección y se recomienda el


uso profiláctico de antibióticos. También administraremos oxitócicos o ergóticos,
inmediatamente después del alumbramiento.

4.5. Revisión de la placenta y de las membranas

Cuando ya ha salido la placenta, y después de comprobar que el útero está con-


traído (se ha formado el globo de seguridad), revisaremos la placenta y las membra-
nas, así como el cordón umbilical, con el fin de comprobar que están íntegros y no
presentan ninguna anomalía.
Si después de la revisión tenemos dudas sobre la integridad de la placenta, se
practicará una revisión de la cavidad uterina.

Todos estos datos, junto con el peso de la placenta si procede, se anotarán en la


historia clínica.

4.6. Revisión del canal del parto y cirugía reparadora

Tiene que hacerse revisión del canal del parto cuando se haya hecho una inter-
vención instrumental y siempre que haya dudas de su integridad.

4.7. Complicaciones hemorrágicas durante el alumbramiento

Estas complicaciones hemorrágicas, que pueden ser muy graves y por lo tanto
hay que prevenirlas, pueden ser causadas por:

• Retención de placenta o de restos placentarios.

• Traumatismos del canal del parto.

• Atonía uterina.

• Problemas causados por ciertos anestésicos (halogenados) y otros medi-


camentos uterorrelajantes.

• Hemorragia por problemas de coagulación.

• Rotura uterina.

• Inversión uterina.

47
Capítulo II: Atención en el parto

5. ATENCIÓN AL RECIÉN NACIDO/A EN LA SALA DE PARTOS

Tiene que realizarse una valoración inmediata de la respiración, el latido car-


diaco y el color. También hay que hacer maniobras de reanimación según el esta-
do del recién nacido/a (anexo I), y facilitar el vínculo afectivo con la madre y su
pareja.

5.1. Pinzamiento del cordón umbilical

Se aconseja el pinzamiento del cordón umbilical a partir del 2º minuto o tras el


cese del latido. Tiene que utilizarse una pinza estéril de un solo uso (capítulo V), la
cual se colocará a 1-2 cm de la implantación del cordón umbilical, cortando después
por encima de la pinza y dejando aproximadamente 1 cm distalmente.
La sangre del resto del cordón se aprovechará para obtener sangre para el estudio
del equilibrio acidobásico, grupo sanguíneo, Rh, test de Coombs (madres Rh negativas).

5.2. Identificación del recién nacido/a en la sala de partos

Hay que tener un cuidado extremo para la identificación del recién nacido/a,
tiene que realizarse tan precozmente como sea posible con el sistema propuesto
(capítulo V), en presencia de la madre y antes de salir de la sala de partos.

5.3. Primer contacto madre-hijo/a

Durante el periodo de expulsión de la placenta, si el recién nacido/a es vigoroso


y aparentemente sano, será entregado a la madre envuelto en una toalla seca y tibia,
y se favorecerá el contacto piel con piel con la madre, con el fin de favorecer la cre-
ación de vínculos afectivos a través del contacto y el reconocimiento mutuo, así
como para evitar la pérdida de calor.

En los partos por cesárea con anestesia epidural y buen estado clínico de la
madre y del recién nacido/a puede facilitarse la interacción madre-hijo/a de forma
similar a la mencionada para los partos vaginales, con alguna modificación en las
posiciones. Se facilitará el contacto con el padre o acompañante en aquellos casos en
los que no sea posible con la madre.

En la sala de partos, o lo antes posible, tiene que favorecerse la lactancia mater-


na, teniendo en cuenta que la información y la actitud positiva del personal sani-
tario influyen mucho en el éxito de la lactancia natural (capítulo VI).

Según las indicaciones de la historia clínica, tendremos la información sobre la


voluntad de la madre de amamantar a su hijo/a o no, así como los antecedentes y
factores de riesgo para la lactancia materna. Esta información permitirá detectar a
aquellas mujeres que requieran apoyo especial al inicio de la lactancia.

48
Capítulo II: Atención en el parto

Se recomienda no separar a la madre del bebé dentro de la primera hora de vida


y hasta que haya finalizado la primera toma. Durante ese tiempo se mantendrán
vigilados los signos vitales, interfiriendo lo menos posible en la relación madre-
bebé.

5.4. Exploración sistemática del recién nacido/a en la sala de partos

• Tiene que realizarse la evaluación de Apgar al minuto y a los 5 y 10 minutos del


nacimiento, con el fin de evaluar el grado de riesgo del recién nacido/a y la adapta-
ción a la vida extrauterina y descartar malformaciones.

• La revisión sistemática normal, asintomática y sin factores de riesgo, no es preci-


so realizarla en la sala de partos, puede posponerse unas horas y realizarla en la sala
de puérperas, con el fin de no manipular en exceso al bebé, dando prioridad en estos
primeros momentos a proceder a la correcta identificación (capítulo VIII) y facilitar
la creación de los vínculos afectivos con la madre/el padre.

De forma rutinaria no es necesario hacer aspiración orofaríngea ni nasofaríngea.


Los estudios consultados al respecto han cuestionado su utilidad y han evidenciado
que los bebés no sometidos a estas prácticas presentan mejores resultados en el
Apgar a los 5 minutos.

5.5. Procedimientos preventivos en la atención del recién nacido/a

5.5.1. Profilaxis de la oftalmía neonatal

Para la profilaxis ocular se recomienda la utilización de pomada oftálmica de eri-


tromicina al 0,5% o de tetraciclina al 1%; solo en caso de no disponer de eritromici-
na o tetraciclina podrá usarse nitrato de plata. La administración puede demorarse
hasta 4 horas tras el nacimiento.

5.5.2. Profilaxis de la enfermedad hemorrágica del recién nacido/a

Para evitar la enfermedad hemorrágica neonatal se recomienda la administra-


ción de vitamina K en las primeras dos-cuatro horas de vida. No es recomenda-
ble el retraso de la mencionada administración más allá de las 6 a 12 horas de
vida. La dosis recomendada es 1 mg, una sola vez, por vía intramuscular en la
cara anterolateral del muslo, ya que este método de administración tiene mejores
resultados clínicos.

En caso de que la madre o el padre rechacen la vía intramuscular, puede ofer-


tarse la vía oral como segunda opción, informándoles que requerirá 3 dosis de 2
mg al nacer, a la semana, y al mes. Se administrarán dosis adicionales en caso de
bebés con lactancia materna exclusiva.

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Capítulo II: Atención en el parto

5.5.3. Profilaxis de la infección por Streptococcus agalactiae

Se recomienda la práctica de un cultivo vaginal y rectal en la embarazada duran-


te el tercer trimestre, y a ser posible entre las 35 y 37 semanas de gestación, con el
fin de detectar la población de riesgo.

La profilaxis de la infección por Streptococcus agalactiae (SA) está indicada cuan-


do se da una o varias de las siguientes circunstancias:

•Cultivo vaginal-rectal positivo para SA.


•Antecedente de bacteriuria por SA durante la actual gestación.
•Hijo/a previo infectado por SA.
•Resultado del cultivo desconocido.

Se recomienda administrar, al comienzo del trabajo de parto, una de las dos pau-
tas siguientes: a) 2 g de ampicilina i.v., seguidos de 1 g cada 4 h hasta su finaliza-
ción, y b) 5 MU de penicilina G i.v., seguidos de 2.5 MU cada 4 h, hasta el fin del
parto.

Si existe alergia a penicilina, la recomendación actual es administrar en caso de


bajo riesgo de anafilaxia cefazolina, dosis inicial 2 g, vía i.v.; después 1 g, vía i.v.
cada 8 horas hasta el final del parto. En mujeres con una hipersensibilidad de tipo
inmediato, la eritromicina (i.v. 500 mg/6h) o la clindamicina (i.v. 900 mg/8 h),
siguen siendo las alternativas de elección. Sólo en caso de resistencia a estos antibió-
ticos se recomienda la administración de vancomicina (1 g, vía i.v, cada 12 horas,
hasta el final del parto).

Si la profilaxis materna no se ha podido realizar y el recién nacido/a es asinto-


mático, se aconseja la administración de penicilina G i.m. al recién nacido/a duran-
te la primera hora de vida (50.000 UI en el recién nacido/a a término ó 25.000 UI en
el recién nacido/a pretérmino), siempre acompañado de una correcta vigilancia clí-
nica y analítica, si procede.

5.5.4. Profilaxis de la hepatitis B

En la historia clínica de la madre tiene que constar el resultado del cribado reali-
zado durante el seguimiento del embarazo con el fin de identificar a las madres
positivas al antígeno de superficie del virus de la hepatitis B (HbsAg).

• Si se desconoce la serología materna para HbsAg, se determinará durante su


ingreso con la mayor rapidez posible.

• Recién nacidos/as de madres con resultado positivo para HbsAg conocido antes
del parto tienen que recibir inmunoglobulina específica antihepatitis B y empezar la
vacunación en las primeras 12 horas de vida.

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Capítulo II: Atención en el parto

• Recién nacidos/as de madres de las que se desconoce el resultado de la serolo-


gía (HbsAg) tienen que recibir la primera dosis de vacuna dentro de las primeras
12 horas de vida, y tiene que determinarse el estatus serológico de la madre. Si la
madre da resultado positivo para HbsAg, su hijo/a tiene que recibir la gammaglo-
bulina específica lo antes posible, preferentemente dentro de las primeras 72 horas
de vida.

• Recién nacidos/as de madres seropositivas para HbsAg que hayan recibido la


profilaxis podrán seguir lactancia materna.

5.5.5. Profilaxis de la transmisión vertical del VIH

En la historia clínica de la madre tiene que constar el resultado del cribado reali-
zado durante el seguimiento del embarazo con el fin de identificar a las madres
VIH-1 seropositivas .

Si se desconoce la serología materna para el VIH-1, se determinará al bebé


durante la estancia hospitalaria con el fin de hacer la profilaxis en los casos que lo
requieran (antirretrovirales para reducir el riesgo de infección del recién nacido/a
expuesto al VIH, y en este caso desaconsejar la lactancia materna).

51
Capítulo III: Atención en el puerperio hospitalario

El puerperio es el periodo que va desde el final del parto hasta que el organismo
materno vuelve al estado anterior a la gestación y tiene una duración de 40 días. En
este periodo se inicia el proceso fisiológico de la lactancia.

En la atención hospitalaria y desde un punto de vista clínico podemos distin-


guir entre:

•Puerperio inmediato: Comprende las dos horas inmediatamente posterio-


res al parto.

•Puerperio precoz: Comprende los primeros 7-10 días desde el parto.

Desde un punto de vista funcional podemos distinguir entre:

• Puerperio hospitalario: Comprende el periodo de tiempo durante el cual


la puérpera es atendida en el hospital; habitualmente es de dos a tres días
en los partos normales. Por lo tanto, el puerperio hospitalario incluye el
puerperio inmediato y habitualmente una parte del precoz.

• Puerperio domiciliario.

1. CUIDADO DE LA MADRE DURANTE LA ESTANCIA HOSPITALARIA

Si la estructura física y la demanda lo permiten, la madre estará en la misma sala


de dilatación-parto durante las dos horas posparto inmediato, siempre con su hijo/a
junto a ella. De esta manera se facilita el vínculo con el recién nacido/a, la adapta-
ción a la nueva situación y el inicio de la lactancia materna en aquellas mujeres que
opten por esta forma de alimentación a su bebé.

Este apartado recoge las pautas y los controles más importantes que tienen que tener-
se en cuenta en la atención al puerperio hospitalario, que comprende desde el ingreso
de la puérpera en la unidad de hospitalización posparto hasta el alta hospitalaria.

Si bien el puerperio es un proceso fisiológico de la mujer en el posparto, tienen


que extremarse los cuidados para prevenir la aparición de complicaciones como:
Procesos hemorrágicos, infecciosos y tromboembólicos.

En este apartado se detallarán los controles recomendados en la asistencia al


puerperio normal durante la estancia hospitalaria de la puérpera, sin comentar la
conducta a seguir ante una patología puerperal.

53
Capítulo III: Atención en el puerperio hospitalario

Hay una serie de puntos que tendrán que valorarse después del ingreso en la
unidad de hospitalización y durante la estancia de la mujer en ésta:

• Valoración inmediata del estado general

• Control de las constantes vitales: tensión arterial, pulso, temperatura

• Control de la pérdida hemática

• Control de la involución uterina

• Características de los loquios

• Control de la micción y de la evacuación

• Control del perineo y de la episiotomía

• Control de las mamas y apoyo de la lactancia materna

• Evaluación del dolor: analgesia

• Control de las extremidades inferiores. Movilización e higiene

• Valoración de la dieta y suplementación

• Incompatibilidad de grupo sanguíneo madre-recién nacido/a

• Valoración del estado emocional

1.1. Valoración inmediata del estado general

Después del ingreso en la unidad de hospitalización postparto tendrá que reali-


zarse una primera evaluación del estado general de la mujer, empezando por una
adecuada valoración de la historia clínica, control de las constantes vitales, pérdida
hemática, contracción uterina, vejiga urinaria (globo vesical), estado del perineo y
presencia de dolor, así como del estado emocional. A partir de la información obte-
nida después de esta primera evaluación se procederá a sistematizar los controles
posteriores.

1.2. Control de las constantes vitales

Se recomienda controlar la tensión arterial, el pulso y la temperatura axilar dos


veces al día en condiciones de normalidad. La presencia de fiebre, es decir, tempe-

54
Capítulo III: Atención en el puerperio hospitalario

ratura axilar igual o superior a 38ºC, a partir de las 24 horas del parto, obligará a
investigar la posible etiología infecciosa y su tratamiento.

1.3. Control de la pérdida hemática

La succión del pecho en la primera hora de vida estimula la liberación de oxito-


cina de forma natural, favoreciendo la contractilidad uterina y un menor sangrado.

Durante las dos primeras horas después del parto es cuando se producen más
frecuentemente las hemorragias graves, por lo que es necesario vigilar que no se
produzcan y utilizar sustancias uterotónicas, manteniendo el control durante las
primeras 24 horas.

1.4. Control de la involución uterina

Se valorará la altura uterina y su consistencia en cada turno del personal de


enfermería el primer día y posteriormente una vez al día. La situación uterina anor-
malmente alta y desplazada lateralmente en las primeras horas del posparto nos
tiene que hacer pensar en una posible retención urinaria y hay que procurar que se
vacíe la vejiga urinaria espontáneamente o mediante una sonda vesical. La subinvo-
lución uterina tendrá que vigilarse adecuadamente con el fin de descartar la endo-
metritis o la retención de restos placentarios.

1.5. Características de los loquios

El aspecto de los loquios, su color, cantidad y olor será valorado por el personal
de enfermería cada 8 horas durante las primeras 24 horas y posteriormente una vez
al día. En condiciones normales, serán en principio de aspecto hemático y progresi-
vamente se irán aclarando y adquiriendo un aspecto serohemático, también dismi-
nuyendo en cantidad. La presencia de loquios purulentos o malolientes obligará a
descartar procesos infecciosos del tracto genital. La pérdida hemática superior a lo
normal, por otra parte, obligará a descartar la presencia de un globo vesical, la reten-
ción de restos placentarios o desgarros del tracto genital deficientemente suturados.

1.6. Control de la micción y de la evacuación

La utilización de la anestesia epidural, con la pérdida del reflejo miccional y la


sobrehidratación que comporta, son factores que inciden en el riesgo que la puérpe-
ra tenga dificultades en la micción y que presente un globo vesical. Por lo tanto, se
vigilará la evacuación vesical en las primeras horas del posparto de forma que, si la
mujer no puede miccionar espontáneamente, se procederá al sondaje vesical si se ha
apreciado la existencia de un globo vesical. Cuando hay una retención urinaria
superior a los 500 ml, tiene que valorarse si es conveniente dejar una sonda vesical
permanente.

55
Capítulo III: Atención en el puerperio hospitalario

Con respecto a la evacuación intestinal, se tendrá en cuenta si se administró un


enema de limpieza previo al parto y, en caso afirmativo, no es de esperar la evacua-
ción espontánea antes del segundo día del posparto. A partir de aquel momento, en
el caso de que sea necesario, puede favorecerse la evacuación mediante el uso de
laxantes locales (microenemas o supositorios de glicerina) preferentemente a laxan-
tes orales. Se recomendará la ingesta de una dieta rica en fibra y se procurará una
buena hidratación y movilización precoz.

1.7. Control del perineo y de la episiotomía

Es muy importante aconsejar a la mujer en el cuidado e higiene del perineo


durante los primeros días, que tendrá que lavarse con agua y un jabón neutro como
mínimo una vez al día. Diariamente se controlará la cicatrización del perineo y la
presencia de hematomas o de hemorroides, que se tratarán adecuadamente, y los
casos de trombosis hemorroidal, que requerirán su drenaje quirúrgico.

1.8. Control de las mamas y apoyo a la lactancia materna

Se vigilará el estado de turgencia de las mamas, la secreción de calostro y de


leche, la ausencia de signos inflamatorios y presencia de grietas en el pezón. La
ducha diaria es suficiente para la higiene de las mamas. No se recomienda limpiar
los restos de leche porque hidratan la areola y previenen la formación de grietas. Se
instruirá a la puérpera sobre las recomendaciones más apropiadas para la lactancia
materna (capítulo VI).

1.9. Evaluación del dolor: analgesia

El dolor en el puerperio hospitalario después de un parto normal puede ser a


causa de la episiotomía y el derivado de los entuertos, en pacientes multíparas. El
tratamiento del dolor se realizará mediante la administración de antiinflamatorios
no esteroides (AINE) por vía parenteral u oral, según la intensidad del cuadro.

Alternativamente, podrá utilizarse el paracetamol solo o asociado con codeína,


aunque ésta última puede favorecer el estreñimiento, ya de por sí frecuente en el
puerperio.

Hay que tener en cuenta que no tiene que administrarse de forma rutinaria nin-
gún tipo de medicación cuya indicación no haya sido esmeradamente valorada, ya
que puede pasar al bebé a través de la leche de la madre.

1.10. Control de las extremidades inferiores, movilización e higiene

Se valorarán diariamente las piernas para vigilar la aparición de edemas y/o sig-
nos de infección. En mujeres con riesgo elevado de enfermedad tromboembólica,
tendrán que adoptarse medidas profilácticas como el vendaje de las extremidades

56
Capítulo III: Atención en el puerperio hospitalario

inferiores, su elevación mientras la mujer esté acostada y la utilización de heparina


profiláctica por vía subcutánea.

La movilización precoz disminuye el riesgo de enfermedad tromboembólica. En


el caso de anestesia epidural en dosis bajas y de administración continua, la movili-
zación debe ser precoz. Si el parto fue asistido con anestesia local o sin anestesia,
podrá levantarse inmediatamente.

En lo que concierne a la higiene, se recomendará la ducha diaria.

1.11. Valoración de la dieta y suplementación

Después de un parto sin anestesia o con anestesia local, la ingesta de líquidos y


la dieta normal se iniciarán a demanda de la puérpera.

Después de un parto vaginal con anestesia epidural, se iniciará la ingesta hídri-


ca de forma inmediata y, si la tolerancia es adecuada, se continuará con una dieta
normal.

Después de un parto vaginal asistido con anestesia general, se iniciará la inges-


ta hídrica a las 4 horas y seguirá una ingesta progresiva, según la tolerancia, mante-
niendo la sueroterapia intravenosa hasta su comprobación. La puérpera tendrá que
seguir una dieta equilibrada y rica en fibra.

Se recomienda hacer un hemograma de control a las 24 horas del parto y se deci-


dirá tratamiento profiláctico o terapéutico con hierro, según el resultado. La suple-
mentación vitamínica dependerá del grado de nutrición de la puérpera, teniendo
especial cuidado que la aportación de yodo alcance los mínimos que recomienda la
OMS (200 μg/día).

1.12. Incompatibilidad de grupo sanguíneo madre-recién nacido/a

Se administrará una dosis estándar (300 μg) de gammaglobulina anti-D a todas


las puérperas Rh negativas que tengan un recién nacido/a Rh positivo y test de
Coombs directo negativo para el factor D, dentro de las primeras 72 horas del pos-
parto.

1.13. Valoración del estado emocional

La mujer después del parto pasa normalmente por una serie de cambios psicoló-
gicos y emocionales relacionados con el cansancio físico, el nuevo rol de madre,
molestias puerperales, etc. Hay que identificar el estado emocional y dar apoyo pro-
fesional cuando se requiera. En algunos casos en que se observa una adaptación
difícil, hay que identificar el problema.

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Capítulo III: Atención en el puerperio hospitalario

2. CUIDADOS DEL RECIÉN NACIDO/A DURANTE LA ESTANCIA


HOSPITALARIA

Al llegar de la sala de partos, la madre y la criatura han de ser ingresados juntos


en la misma habitación y continuar así durante toda la estancia en el hospital, las 24
horas del día.

Siempre que sea posible, el equipo de profesionales de obstetricia hará controles


y exploraciones de seguimiento del recién nacido/a en presencia de la madre, para
facilitarle la posibilidad de expresar las dudas y potenciar el aprendizaje de los cui-
dados de su bebé.

Se seguirán los procedimientos siguientes:

2.1. Comprobación de los controles hechos en la sala de partos

• Comprobar que se haya hecho la identificación de manera adecuada (capítulo


V), que se haya facilitado la creación de vínculos afectivos y el inicio de la lactan-
cia materna en la sala de partos de manera adecuada (capítulo VI).

• Comprobar si se han realizado las medidas preventivas sistemáticas en la sala


de partos. En caso negativo, tienen que administrarse después del ingreso en la
sala de puérperas (capítulo. II).

2.2. Exploración del recién nacido/a en la planta de hospitalización

Evaluación del aspecto y las características somatométricas: peso, longitud, perí-


metro craneal, temperatura axilar.

Exploración anatómica y funcional tan exhaustiva como sea posible. Tiene que
registrarse el resultado de esta exploración, haciendo constar también la valoración
de la madurez y el crecimiento intrauterino.

2.3. Custodia del recién nacido/a durante la estancia hospitalaria

Es responsabilidad del hospital maternal la salvaguardia de la identidad del


recién nacido/a y el mantenimiento del binomio madre-hijo/a, desde el momento
del nacimiento hasta el momento del alta hospitalaria (capítulo V).

2.4. Higiene de la piel, traje y posición en la cuna

Una vez pesado y explorado el recién nacido/a, tienen que limpiarse las zonas de la
piel sucias de sangre con agua y secarlas con una gasa no abrasiva. Se recomienda no
bañarle de forma rutinaria en las primeras horas tras el nacimiento. Si la madre lo deman-
da, se esperará hasta que el bebé haya alcanzado la estabilidad térmica.

58
Capítulo III: Atención en el puerperio hospitalario

Se informará a los padres de la forma adecuada de colocar al bebé en la cuna


(decúbito supino o lateral).

2.5. Seguimiento y controles sistemáticos del recién nacido/a durante la estancia


en el hospital

Durante la estancia en la maternidad, tiene que hacerse un seguimiento esmera-


do con el fin de preservar la buena salud del recién nacido/a, por eso es necesario
realizar de forma sistemática las actuaciones siguientes:

• Control del peso diario


• Control del estado general
• Control de las constantes vitales: frecuencia cardiaca y respiratoria, temperatura
• Control de la primera micción
• Control de la primera emisión de meconio
• Realización de los cuidados diarios del cordón umbilical
• Apoyo en la colocación en el pecho y en la buena marcha de la lactancia materna
• Adiestramiento en la preparación y la administración de biberones, en el caso
de que fuera necesario
• Cumplimiento esmerado de las normas para la adecuada custodia del recién
nacido/a hasta el momento del alta
• Cribados sistemáticos que sea conveniente hacer antes del alta hospitalaria
• Registro adecuado de toda la información:
- Rellenar la historia clínica
- Rellenar la cartilla de salud infantil

• Información y educación sanitaria adecuada a los padres del recién nacido/a

2.5.1. El cuidado del cordón umbilical

El cordón umbilical tiene que mantenerse limpio y seco, hecho que facilita su
necrosis.

- Procedimiento para el cuidado del cordón umbilical:

• Efectuar el lavado higiénico de manos.

• Impregnar una gasa con antisépticos no yodados (capítulo VII) y limpiar la


base del cordón eliminando los restos de sangre, aplicarlo 2-3 veces al día, hasta
la caída del cordón.

• No es necesario envolver permanentemente el cordón.

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Capítulo III: Atención en el puerperio hospitalario

- Control y cuidado del cordón umbilical:

• Valorar la presencia de signos inflamatorios, secreción y olor, y registrar la


información de esta exploración en la historia clínica.

• Tener presente que la infección de los restos de cordón umbilical (funicitis) y


de los tejidos adyacentes de la pared abdominal (onfalitis) pueden ser el inicio
de una infección neonatal grave.

2.5.2. Detección precoz de la hipoacusia

Convendría efectuar la detección precoz de hipoacusia a los recién nacidos/as


antes del alta hospitalaria, ya que la estrategia de iniciar el programa sólo en los gru-
pos de riesgo dejaría sin diagnosticar el 40-50% de las hipoacusias.

El objetivo del programa sería explorar el 100%, aceptando como mínimo una
cobertura del 95%.

Se utilizarán técnicas de OEA (otoemisiones acústicas). Las OEA pueden dar fal-
sos positivos en presencia de detritus o líquido en el oído externo y medio, y falsos
negativos en las lesiones retrococleares.

En caso de sospecha de lesión retrococlear o cuando las OEA sean repetidamen-


te anómalas, tendrán que practicarse PEATC (potenciales evocados auditivos de
tronco cerebral).
Grupos de riesgo de hipoacusia

• Historia familiar de hipoacusia neurosensorial congénita o instaurada en la


primera infancia.
• Infecciones intrauterinas.
• Malformaciones craneofaciales.
• Peso en el nacimiento inferior a 1.500 g.
• Hiperbilirrubinemia grave.
• Uso de fármacos ototóxicos.
• Meningitis bacteriana.
• Hipoxia-isquemia perinatal.
• Ventilación mecánica durante más de 5 días.
• Estigmas asociados a síndromes que cursan con hipoacusia.

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Capítulo III: Atención en el puerperio hospitalario

2.5.3. La lactancia durante la estancia hospitalaria

La lactancia tiene que iniciarse tan pronto como sea posible. Se favorecerá la lac-
tancia materna (capítulo VI), siempre respetando la voluntad de la madre y/u otras
circunstancias clínicas que puedan interferir.

La información y la actitud unánimes del personal sanitario influyen en la deci-


sión de la lactancia materna; sin embargo, tiene que respetarse la decisión que
tome la mujer sobre el tipo de lactancia y, en estos casos, el profesional debe tener
una actitud de ayuda y dar apoyo e información también a las madres que por razo-
nes diversas puedan optar por la lactancia artificial.

3. ALTA HOSPITALARIA DE LA MADRE Y DEL RECIÉN NACIDO/A

3.1. Exploración de la madre previa al alta hospitalaria

Antes de que la puérpera abandone el hospital tiene que realizarse una explora-
ción en la cual se comprobará la correcta involución uterina, la correcta cicatrización
del perineo y de la vagina, la normalidad de los loquios y el correcto estado de las
mamas y del estado general de la puérpera.

El resultado de la exploración se registrará convenientemente en la historia clínica y


se rellenará también la cartilla de salud de la embarazada y la cartilla de salud infantil.

3.2. Atención al recién nacido/a en el momento del alta hospitalaria

• Comprobar la identificación del bebé.


• Asegurar el cribado de metabolopatías congénitas, entre el 5º y 7º día en su
Centro de Salud.
• Rellenar la historia clínica.
• Comprobar que se haya cumplimentado correctamente la cartilla de salud de
la embarazada.
• Rellenar la cartilla de salud infantil (adjuntar la tarjeta de control radiológico
infantil: CRIE) y recomendar su uso.
• Entregar la información perinatal a las madres y padres en el alta hospitalaria:
- Informe sobre la asistencia que ha recibido el recién nacido/a.
- Otras informaciones o documentación propios de cada centro.
- Recomendaciones sobre próximas visitas al recién nacido/a.

61
Capítulo III: Atención en el puerperio hospitalario

3.2.1. Plan de detección precoz de metabolopatías congénitas

El programa de cribado de errores innatos del metabolismo (fenilcetonuria, hipo-


tiroidismo congénito, fibrosis quística, hiperplasia adrenal congénita, hemoglobino-
patías y aminoácidos en orina), se lleva a cabo en los Centros de Salud y tiene que
realizarse:

• A todos los recién nacidos/as. La prueba se realiza, independientemente


de la edad de gestación y del peso, y de su tipo de alimentación, o existen-
cia de patología o tratamientos, a todo recién nacido/a en la Comunidad
Autónoma de Extremadura, lo antes posible a partir del 5º día de vida.

• Antes de una transfusión de sangre, de plasma o de la realización de


diálisis. En los recién nacidos/as en los cuales se ha realizado una transfu-
sión de sangre total, plasma o diálisis, es conveniente esperar de 7 (periodo
mínimo) a 14 días (periodo idóneo), para obtener la muestra de sangre, es
decir, el tiempo necesario para que su plasma refleje los procesos metabóli-
cos y el fenotipo del recién nacido/a.

• Tiene que informarse a las madres y padres de forma adecuada sobre los
objetivos y la importancia del Programa de detección precoz.

3.2.2. Alta precoz (entre las 24 y las 48 horas después del parto)

En los casos en que el embarazo y el parto no han tenido ninguna complicación,


puede darse el alta precoz, siempre haciendo una esmerada valoración del estado
físico y emocional de la madre, así como de factores psicosociales que requieren un
control más grande: madres drogodependientes, antecedentes de maltrato infantil o
negligencia, historia de violencia familiar, particularmente durante el embarazo
actual, enfermedad mental del padre o la madre, madres adolescentes, inexistencia
de domicilio, etc.

Con respecto a los recién nacidos/as, es posible el alta si no existen los factores
psicosociales mencionados anteriormente y se cumplen todos los criterios siguientes:

- Recién nacidos/as a término de peso adecuado para la edad de gestación.

- Normalidad en el examen clínico antes del alta. El examen tiene que estar
registrado en la historia clínica.

- Capacidad de mantener la temperatura corporal normal.

- Capacidad de alimentarse por vía oral y coordinar adecuadamente la suc-


ción y la deglución.

62
Capítulo III: Atención en el puerperio hospitalario

- Que haya hecho al menos una emisión de orina y meconio.

- Ausencia de factores de riesgo de hiperbilirrubinemia o signos clínicos


patológicos.

- Facilidad de acceso de los padres al pediatra para resolver cualquier duda


con respecto a los cuidados del recién nacido/a.

- Evaluación del recién nacido/a entre el 3r y 5º día de vida, para control clí-
nico, y cribado precoz neonatal, asegurando la continuidad de la asistencia.

3.2.3. Alta hiperprecoz (menos de 24 horas después del parto)

Siempre de tipo voluntario. Tiene que seguirse los mismos criterios que en el
grupo anterior. Sin embargo, es necesario en este caso un examen pediátrico del
recién nacido/a, dentro de las primeras 48 horas después del alta.

3.3. Información a la mujer en el momento del alta puerperal

Antes del alta, se darán las recomendaciones pertinentes para los cuidados
domiciliarios maternos y del recién nacido/a.

3.4. Informe de alta

3.4.1. De la madre

Toda puérpera tiene que disponer de un informe de alta en que consten sus datos
administrativos, fecha de ingreso, parto y alta, y los datos básicos de las caracterís-
ticas de su embarazo, parto, recién nacido/a, lactancia y puerperio hospitalario.
Tendrán que constar los diagnósticos y procedimientos utilizados, así como las reco-
mendaciones y los tratamientos prescritos. Se hará constar la fecha en que tiene que
acudir a su revisión puerperal y el lugar donde se llevará a cabo. Hay que anotar
los datos en la cartilla de salud de la embarazada.

3.4.2. Del recién nacido/a

Tienen que constar todos los datos relevantes que permitan hacer una correcta
valoración y seguimiento posterior del bebé por pediatría. Hay que anotar los datos
en la cartilla de salud del niño/a.

63
Capítulo III: Atención en el puerperio hospitalario

4. VISITA DE CONTROL POSPARTO

La visita de control posparto se realiza en el ámbito de la atención primaria, en


su Centro de Salud o Consultorio y por su matrona o matrón.

En los casos que requieren un control más exhaustivo o un seguimiento después


del alta, atendiendo a la existencia de una patología, esta visita podrá realizarse en
el ámbito hospitalario.

5. OTROS ASPECTOS A TENER EN CUENTA EN EL PUERPERIO

• Información a la mujer y la familia en el puerperio (capítulo IV)

• Ambiente psicoafectivo en el puerperio

• Atención en el parto natural no medicalizado

• Registro de datos en el puerperio (capítulo VIII)

64
Capítulo IV: Información a la mujer y a la familia
El consentimiento informado

La información sobre la situación en que se encuentra y las diferentes etapas que


se irán sucediendo, debe trasmitirse de forma comprensible y completa. Se tiene que
informar a la mujer y a su pareja, de la forma más conveniente, sobre las diferentes
opciones que se pueden seguir, explicando de una forma veraz las ventajas y los
inconvenientes. De esta manera, podrán participar en la toma de decisión sobre su
parto y la atención que se ofrecerá a su hijo/a.

Es aconsejable, primero escuchar la percepción que tiene la mujer y su pareja


sobre este acontecimiento en su vida, sus expectativas, ideas, preferencias y su
visión cultural (sobre todo en los colectivos étnicos o culturales minoritarios). Al
mismo tiempo, es fundamental conocer la información que le han dado previamen-
te sobre el tema, durante el seguimiento del embarazo; por eso es muy conveniente
elaborar el plan de parto antes de que se inicie el parto.

Las necesidades de información que tienen las usuarias son habitualmente


superiores a lo que piensa el personal sanitario, empezando por la misma
identificación de este personal

1. EL PLAN DE PARTO (Anexo II)

Cada vez más a menudo podemos encontrarnos parejas que quieren comunicar
sus expectativas y muestran un gran interés en participar activamente en un “plan
de parto” con el equipo de sanitarios que les atienden. Este interés, sin embargo,
puede también reflejar el temor a que la asistencia sea inflexible y también el temor
a que se desprecie su deseo y sus necesidades individuales.

Por este hecho, es conveniente que durante el embarazo se elabore un plan de


parto a nivel de Atención Primaria o Atención Especializada según las característi-
cas de cada Área Sanitaria, y que en el primer contacto con el hospital, entre la sema-
na 34 y 36 de gestación, se revise este plan.

Plan de parto
• Explicación de manera fácilmente comprensible del desarrollo del proceso
natural del parto y las alternativas en el caso de que se presenten complica-
ciones o imprevistos que requieran atención sanitaria de urgencia.
• Diálogo con la mujer y su pareja sobre sus expectativas y deseos, y sobre
las posibilidades y opciones en la atención en el parto y puerperio, en el cen-
tro hospitalario concreto donde se haya previsto que tendrá lugar el parto.
• Reflejar en la historia clínica las pautas para la atención en el preparto,
parto y puerperio: acuerdos que se han adoptado con la mujer con respecto a
su acompañante, tipo de parto, posición, analgesia, primeros contactos con el
recién nacido/a, lactancia, etc.

67
Capítulo IV: Información a la mujer y a la familia
El consentimiento informado

Hay que revisar y comentar el plan de parto con la mujer en la primera visita al
hospital para el parto.

A las parejas que no expresen sus deseos y/o expectativas, se les informará
sobre la progresión previsible del trabajo de parto y del nacimiento de su hijo/a,
se les explicará los beneficios que aportará al proceso del parto su actitud positi-
va y la participación activa, también se les orientará con respecto a las conductas
a seguir, etc.

Mediante el diálogo con la mujer y su pareja sobre este plan de parto, el profe-
sional puede conocer el nivel de apoyo que puede necesitar cada mujer y/o pareja
en particular. Algunas mujeres desean controlar su proceso y, en este caso, si no se
presenta ningún riesgo, es mejor limitar la presencia del personal sanitario a una
vigilancia prudencial, tener previsto no hacer demasiadas intromisiones en el traba-
jo de parto, mientras que otras mujeres tienen más necesidad del acompañamiento,
del apoyo y de la intervención de los profesionales que las atienden.

En el plan de parto es aconsejable involucrar a la pareja en la toma de decisión


con respecto a las diferentes formas de conducir el parto.

Hay que identificar, sin embargo, el papel de la persona que acompaña a la ges-
tante y observar su interacción con la misma. La mujer tiene el derecho a tener con
ella, durante el proceso de parto, a la persona que haya elegido.

2. CÓMO TIENE QUE DARSE LA INFORMACIÓN

La información que se ofrece tendrá que ser siempre adaptada al nivel socio-
cultural e intelectual de la mujer y su pareja, ya que es muy importante establecer
una relación de empatía que facilite la asimilación de la información, por parte de
la mujer, así como la comprensión por parte del equipo sanitario de las expectati-
vas de ella.

Esta información se dará con un lenguaje claro, concreto y ordenado en el tiem-


po, cuidando la forma, el tono de voz y el clima creado. En todo momento tenemos
que transmitir mensajes positivos, de seguridad, tranquilidad y confianza a la mujer
y su pareja, los cuales están en una situación muy receptiva y, a menudo, con cierto
grado de angustia.

Tiene que informarse antes de aplicar las técnicas, de realizar las exploraciones
o de que sucedan los acontecimientos, siempre comprobando que nuestro mensaje
ha sido entendido y que la mujer nos da autorización para realizar las intervencio-
nes que le proponemos.

68
Capítulo IV: Información a la mujer y a la familia
El consentimiento informado

3. A QUIÉN TIENE QUE DARSE LA INFORMACIÓN

La información tiene que darse siempre a la mujer; sin embargo, debe ser en pre-
sencia de la persona/s que ella desee.

No tiene que olvidarse la figura del padre, ya que a menudo sus angustias son
diferentes de las de la mujer, sobre todo con respecto a la seguridad de ella y del
riesgo que comporta cada paso en la progresión del parto.

4. CUÁNDO TIENE QUE INFORMARSE

El proceso de informar es un proceso abierto y tiene que hacerse de forma pro-


gresiva para cada nuevo procedimiento. No es bueno informar de todo en el
momento del ingreso, ya que la mujer probablemente no podría asumir todos los
mensajes de una sola vez.

Hay que destacar que, durante todo el control de la gestación, se informará sobre todo
el proceso de embarazo, parto y puerperio, y que la mujer, en general, tiene que tener
conocimiento de las normas que sigue el centro de referencia donde irá para el parto.

5. QUIÉN TIENE QUE INFORMAR

La información previa al parto corresponde a las matronas/es en la Educación


Prenatal.

En el momento de la primera visita al hospital, será el equipo obstétrico que reci-


ba a la mujer quien le proporcione la información.

Después será el profesional que realice cada procedimiento el que informará de


los procedimientos y técnicas que utilizará. Durante el proceso de dilatación la matro-
na o matrón que cuida irá informando de todos los aspectos mencionados anterior-
mente. El/la anestesista informará de los procedimientos de analgesia o anestesia que
se utilizarán durante el periodo de dilatación y del parto, así como del posparto.

6. QUÉ INFORMACIÓN SE DEBE DAR

En general, tiene que facilitarse el diálogo con la mujer, ayudarla para que se
exprese, escucharla, y aclarar los puntos que más le preocupen. En cada caso pue-
den ser diferentes, pero en la práctica hay una serie de aspectos que a todas las
mujeres que empiezan el proceso del parto les interesa saber y que a veces no pre-
guntan abiertamente; por ello tienen que abordarse siempre, con el fin de tranquili-
zar el máximo posible.

69
Capítulo IV: Información a la mujer y a la familia
El consentimiento informado

Es bueno tener sistematizada la información adecuada para cada etapa del parto, con
el fin de informar adecuadamente sobre los servicios que ofrece el centro y sobre los pro-
cedimientos que se seguirán en el acompañamiento de las sucesivas etapas del parto.

6.1. Información a la mujer en el preparto

• Sobre el equipo obstétrico. En primer lugar, es preciso que la mujer conozca


las cuestiones básicas sobre los profesionales sanitarios que atenderán el parto:
quiénes son, cuántos son y la relación entre los profesionales que la valorarán en
el ingreso y los que la atenderán en el momento del parto, si son diferentes.

• Sobre quien podrá acompañarla. Hay que hablarle sobre las condiciones de la
presencia de la pareja y/o familiares durante la progresión del parto.
Habitualmente, el compañero/a está presente durante el parto; sin embargo, hay
mujeres que prefieren tener otro familiar en lugar de su pareja. En este caso, a ser
posible, respetaremos las preferencias de la mujer.

• Sobre el respeto a su intimidad. Se dará información selectiva sobre los aspectos


que para la mujer pueden suponer una agresión o vulneración de su intimidad, como
por ejemplo los enemas de limpieza. Hay culturas que no aceptan el enema como
una cosa normal y, en el caso de que sea necesario, hay que informar previamente.
Recordamos aquí que en esta guía no se recomienda su realización sistemática.

• Sobre procedimientos e intervenciones sanitarias. Se explicará a la mujer de


manera sencilla y comprensible los procedimientos previsibles que se seguirán
durante su proceso de parto.

• Sobre las exploraciones y pruebas complementarias. Descripción sencilla y


clara de la valoración inicial, tanto materna como fetal. Se explicará a la mujer que
los tactos vaginales se harán tan sólo cuando estén indicados, se le informará antes
de cada exploración y, mientras se van realizando, se le informará de los aspectos
básicos de la situación (dilatación, presentación fetal, bolsa amniótica, etc.).

• Sobre el pronóstico. Tiene que explicarse a la mujer de manera sencilla la evo-


lución más probable que seguirá el parto a la vista de la exploración realizada
inicialmente, la calificación del riesgo que le corresponde y los condicionamien-
tos que eso supone para una seguridad más grande de ella misma y de su hijo/a.

6.2. Información a la mujer durante el periodo de parto

• Sobre la conducta a seguir durante la dilatación. Nos adaptaremos a la capaci-


dad de comprensión de la mujer:

- Recordatorio de la preparación psicofísica que seguramente ya habrá recibido


durante el transcurso del embarazo (técnicas de respiración, movilización).

70
Capítulo IV: Información a la mujer y a la familia
El consentimiento informado

- Recordatorio del plan de parto, que seguramente ya habrá sido planificado


durante la fase final del embarazo (tipo de parto que desea, analgesia y aneste-
sia, si está indicada una anestesia epidural, momento de administración).

- Información previa a cada una de las exploraciones que se le harán.

- Información sobre la evolución de la dilatación y pronóstico.

- Información sobre el bienestar fetal (frecuencia cardiaca, valores dentro de la


normalidad).

- Información antes de hacer amniotomía, en el caso que esté indicada: utilidad


y descripción de la técnica.

• Sobre las normas de acceso al área obstétrica. Se informará a la mujer que, ade-
más del equipo obstétrico, no está permitida la entrada de otras personas que alte-
ren la intimidad (excepto la pareja o la persona que ella escoja), a menos que sea
necesario y, en todo caso, eso se explicará de forma conveniente a la mujer.

• Sobre la conducta a seguir durante el periodo de expulsión. También, segura-


mente, la mujer habrá recibido información durante el seguimiento del embarazo y
tendrá un plan de parto de acuerdo con el equipo obstétrico sobre el tipo de parto
que prefiere y sobre la evaluación del riesgo. Si no fuera así, se la informará de
manera sencilla y comprensible sobre las opciones disponibles, a fin de que pueda
tomar la decisión mas aconsejable.

• Sobre la posición durante el parto. Hay que intentar adoptar la posición más
fisiológica posible, que sea cómoda para la mujer y que, al mismo tiempo, se adap-
te a las condiciones y posibilidades de los centros. Se explicarán a la mujer las ven-
tajas y desventajas de las diferentes posiciones para las cuales está preparado el cen-
tro, ya que las instalaciones y el personal tienen que estar perfectamente coordina-
dos para poder atenderla de manera conveniente e integral.

En cualquier posición que adopte la mujer durante el parto, se tendrá cuidado de


preservar su intimidad y se evitará la falta de confort o frío.

• ¿Qué analgesia o anestesia utilizaremos? En este punto también hay que infor-
mar de lo que haremos, respetando siempre que sea posible las preferencias de la
mujer (capítulo. II).

• Sobre la cesárea, en el caso de que esté indicada. Se informará a la mujer, de


forma que sea comprensible para ella, las razones por las cuales está indicada esta
intervención quirúrgica, se le presentará el equipo que intervendrá (instrumentista,
anestesista, etc.).

71
Capítulo IV: Información a la mujer y a la familia
El consentimiento informado

También se le explicarán de manera sencilla los procedimientos que se seguirán


(sondaje vesical, colocación de placa de bisturí, sujeción, técnica anestésica, control
del bienestar fetal).

6.3. Información durante el posparto y el puerperio

• Sobre los primeros momentos del recién nacido/a. Se informará a la mujer y


a su pareja sobre los procedimientos sistemáticos que se le han realizado al recién
nacido/a. Si por circunstancias especiales del recién nacido/a no es posible,
desde la unidad de Neonatología se informará de su estado y del proceso de
ingreso en dicha unidad si fuera necesario.

Se informará a la mujer sobre las normas del centro en lo que concierne a la


estancia de su hijo/a, con ella en la habitación, siempre que sea posible, y tam-
bién tiene que mantenérsela informada de los cuidados, horarios, etc. que atañen
al recién nacido/a.

• Sobre el inicio de la lactancia. Información sobre el inicio de la lactancia (capí-


tulo VI). Si no se dispone del plan de parto o no ha quedado lo suficientemente
claro antes, no tenemos que olvidar ayudar a la mujer a expresarse y decidir con
respecto a si quiere iniciar la lactancia justo después del parto, y si es así hace
falta que se tenga en cuenta en el momento de nacer el niño/a. Se le informará
del apoyo que puede esperar del personal del centro en lo que concierne a las
dudas que se le puedan presentar sobre la lactancia natural.

• Sobre el cuidado del ombligo. Información sobre el cuidado del ombligo del
recién nacido/a mientras esté en el hospital y después en su casa (capítulo VII).

7. EL CONSENTIMIENTO INFORMADO

En base al Artículo 10.6 de la Ley General de Sanidad, toda paciente tiene el


derecho de escoger libremente entre las opciones terapéuticas presentadas por
el/la responsable médico/a de su caso y es necesario el consentimiento escrito
de las usuarias para cualquier intervención. Serán excepciones en este artículo:

• Cuando la no intervención suponga un riesgo para la salud pública.

• Cuando la paciente no esté capacitada para la toma de decisiones.

• Cuando la situación de urgencia no permita demora.

72
Capítulo IV: Información a la mujer y a la familia
El consentimiento informado

Según el Convenio de bioética del Consejo de Europa, firmado en Oviedo el 4


de abril de 1997 y en vigor desde principios de enero del año 2000, antes de
cualquier intervención de ámbito sanitario, la paciente tiene derecho a una
información comprensible y adecuada, incluyendo diagnóstico, pronóstico y
alternativas de tratamiento, además de sus riesgos y consecuencias.

De eso se desprende que esta información es un derecho exigible para los/las


pacientes, y su incumplimiento puede llegar a tener consecuencias legales.

Debe tenerse en consideración la dificultad añadida, en lo que concierne al con-


sentimiento, de la barrera idiomática en el caso de mujeres inmigrantes.

Teniendo en cuenta que una sala de partos es considerada como un área de


urgencias, exceptuando las inducciones programadas y las cesáreas electivas, no
tiene que considerarse necesario, en general, un documento de consentimiento
informado firmado; sin embargo, es aconsejable que quede constancia clara en el
documento de plan de parto, que la gestante ha recibido la información que desea
y que autoriza a ser atendida, según las normas establecidas en el hospital.

Siempre tiene que quedar constancia escrita en la historia clínica de la informa-


ción que hay que dar a la mujer y si ha dado o no su consentimiento.

8. ATENCIÓN A LA DIVERSIDAD

Aunque las diferencias socioculturales pueden determinar la manera en la que


una mujer vive todo el proceso de su gestación, parto y puerperio, sus miedos y
necesidades afectivas no son, en la mayoría de los casos, distintas a las de cualquier
otra mujer.

Estas diferencias pueden ayudarnos a comprender que nuestra manera de ver las
cosas no es la única ni tiene que ser la mejor.

Debemos establecer una atención sanitaria adecuada a las necesidades de cada


mujer.

Una adecuada información y un trato amable y respetuoso consiguen derribar la


mayoría de las barreras interculturales.

73
Capítulo V: Identificación y custodia del recién nacido/a

El hospital tiene que disponer de mecanismos o procedimientos que aseguren,


desde el mismo momento del nacimiento y durante toda la estancia hospitalaria, el
mantenimiento del vínculo madre-recién nacido/a. Los mecanismos de custodia del
niño/a en su estancia hospitalaria tienen que permitir, en todo momento, la com-
probación de la identidad del recién nacido/a.

OBJETIVOS

• Comprobar la identidad del recién nacido/a y de su madre durante la


estancia hospitalaria y al alta

• Evitar intercambios de recién nacidos/as tanto en la sala de parto como


durante la hospitalización.

1. SISTEMAS PARA LA IDENTIFICACIÓN DE LOS RECIÉN NACIDOS/AS

El sistema más seguro que presenta el mercado es la identificación cruzada con


la pinza del cordón y los brazaletes para el bebé y la madre.

2. IDENTIFICACIÓN DEL RECIÉN NACIDO/A MEDIANTE BRAZALETES Y


PINZA DE CORDÓN

Es el método que se recomienda en las maternidades para la custodia del recién


nacido/a.

2.1. Material necesario

Consta de un equipo que se compone de:

• Pulsera identificativa para la mujer


• Pulsera identificativa para el recién nacido/a
• Pinza umbilical
• Etiqueta para el partograma

Este equipo se presentará empaquetado en una bolsa de plástico transparente,


para poder distinguir el color del material. El material será del mismo color y ten-
drá el mismo código, la codificación estará grabada en todos los elementos. En la
medida en que sea posible, habrá equipos de colores diferentes.

Las pulseras tienen que ser de plástico flexible, sin bordes que puedan cortar, con
un cierre pequeño y seguro, que puedan mojarse sin que se altere la grabación del

75
Capítulo V: Identificación y custodia del recién nacido/a

código de identificación. Las pulseras tienen que medir aproximadamente un centí-


metro de ancho.

2.2. Procedimiento en la sala de partos

Después de nacer el niño/a, se abre la bolsa del material de identificación y se


coloca la pinza en el cordón, seguida de las pulseras, una en la muñeca de la madre
y otra en el tobillo del recién nacido/a, así como la etiqueta identificativa en el par-
tograma.

El brazalete tiene que quedar muy ajustado para evitar que pueda salirse, pero
evitando que la presión excesiva lesione la piel del recién nacido/a.

Tanto la madre como el recién nacido/a tienen que salir de la sala de partos con-
venientemente identificados. Antes de ello, se comprobará la identificación de la
madre y del recién nacido/a.

En caso de disponer de equipos de colores diferentes, se intentará que no coinci-


dan los colores de los equipos, si hay diversos partos simultáneos.

En caso de parto múltiple, se utilizará un equipo de identificación para cada


recién nacido/a; por lo tanto, la madre llevará un brazalete para cada hijo/a. Si se
da el caso de un feto nacido muerto, también tendrá que identificarse, siguiendo el
mismo procedimiento.

Si cayera accidentalmente un brazalete del tobillo del recién nacido/a, antes de


recolocarlo se tendrá que comprobar que coincide con el código de la pinza del cor-
dón umbilical y con el del brazalete de la muñeca de la madre. Una vez comproba-
do, se volverá a colocar una nueva pulsera, en la cual se anotará el número de códi-
go que tiene asignado el niño/a y la madre.

Todo esto se hará, a ser posible, en presencia de la madre.

2.3. Procedimiento durante la estancia hospitalaria

Al llegar a la habitación de la sala de hospitalización puerperal, se comprobará


que la identificación de la madre y el recién nacido/a sean correctos, y que la etique-
ta del partograma corresponda al del código único en todos los elementos utiliza-
dos para la identificación. Esta comprobación se repetirá en el momento del alta.

2.4. Precauciones a observar

Es importante explicar bien el proceso a los padres y qué objetivo tiene, ya que
el éxito dependerá en gran parte de su colaboración.

76
Capítulo V: Identificación y custodia del recién nacido/a

Es importante resaltar el estricto cuidado que se tendrá en el momento de colo-


car el brazalete de identificación al recién nacido/a, para que no quede excesiva-
mente holgado y se pueda caer.

2.5. Resumen de las recomendaciones más importantes para asegurar la identifi-


cación y custodia del recién nacido/a durante la estancia hospitalaria

• No separar, en la medida que sea posible, al recién nacido/a de su madre

• Realizar las primeras atenciones al recién nacido/a en la sala de partos

• Identificar al recién nacido/a y a la madre dentro de la sala de partos

• Utilizar ropa y objetos personales del recién nacido/a

• Trasladar conjuntamente a la sala de hospitalización al recién nacido/a y a


su madre

• Fomentar la estancia del recién nacido/a en la habitación de la madre

• Instruir y fomentar la autonomía de la mujer en los cuidados del recién naci-


do/a

• Comprobar la identificación a la salida de la sala de partos, durante la estan-


cia hospitalaria, en el momento del alta y siempre que se separe al recién naci-
do/a de su madre

• Dotar los nidos y salas de hospitalización de las medidas de seguridad per-


tinentes que permitan el control de la entrada de personas

• En el caso de sospecha o duda de intercambio de recién nacidos/as, podrá


verificarse la identidad del recién nacido/a mediante el estudio del ADN.

77
Capítulo VI: Promoción de la lactancia materna

Todas las organizaciones (OMS, UNICEF, Asociación Española de Pediatría,


Sociedad Española de Ginecología, etc.) coinciden en que la lactancia materna es la
forma ideal de aportar a los niños pequeños los nutrientes que necesitan para un
crecimiento y desarrollo saludables.

Prácticamente todas las mujeres pueden amamantar, siempre que dispongan de


la información y del apoyo necesario. No obstante, la decisión de amamantar o dar
el biberón a su bebé es una decisión muy personal. Los profesionales sanitarios que
atienden a la mujer deben informarla sobre las ventajas que tiene para su salud y la
de su hijo/a optar por la lactancia materna. Cuando aún así una mujer decide ali-
memntar a su hijo/a con leche artificial, debemos ser respetuosos con esta decisión
e intentar ayudarla en todo lo posible, facilitándole información sobre las cuestiones
que nos plantee e intentando resolver todas sus dudas.

1. RECOMENDACIONES PARA FAVORECER LA LACTANCIA MATERNA EN


LA SALA DE PARTOS

1.1. Facilitar el contacto madre-recién nacido/a

Inmediatamente después del nacimiento, tiene que favorecerse el inicio de la lac-


tancia materna, colocando al recién nacido/a sobre la madre piel con piel; así tam-
bién se favorece la creación de vínculos afectivos y ayuda a mantener la temperatu-
ra del recién nacido/a.

Es de gran importancia que el personal sanitario que interviene haga una esme-
rada observación y valoración del bienestar del recién nacido/a, al nacer y al iniciar
el primer contacto, así como del estado general de la madre y su deseo de amaman-
tar. Es muy importante que la mujer se encuentre cómoda, ya que la mayoría de
mujeres suelen estar cansadas después del parto, especialmente si ha sido largo, ins-
trumentado o se ha hecho por cesárea.

El hecho que el primer contacto sea satisfactorio influirá de forma muy positiva
a lo largo de toda la lactancia, favoreciendo el vínculo afectivo entre el hijo/a y su
madre, tan importante para el futuro de esta relación y en definitiva para la salud
del recién nacido/a.

1.2. Dar consejo y apoyo en la primera toma

La primera colocación en el pecho de la madre tiene que hacerse lo antes posi-


ble, dentro de la primera hora del posparto, que es cuando el recién nacido/a está
más receptivo a los estímulos que provienen del exterior, ya que su sistema nervioso
se encuentra en estado de alerta y es muy sensible a todo tipo de sensaciones, tanto
táctiles como olfativas y visuales; están acentuados también todos sus reflejos, por lo
que el reflejo de succión es más fuerte en la primera hora después del nacimiento.

79
Capítulo VI: Promoción de la lactancia materna

Se colocará al recién nacido/a cerca del pecho de la madre para favorecer el con-
tacto madre-hijo/a e iniciar la lactancia materna, en el caso del recién nacido/a en
perfectas condiciones de salud, y también en los recién nacidos/as que necesitan
previamente una reanimación superficial (de grado 1). Quedan fuera de esta situa-
ción todos los recién nacidos/as que requieren cuidados intensivos.

Después de un parto instrumentado o incluso por cesárea, el recién nacido/a se


colocará también en el pecho y se le dejará con la madre todo el tiempo que ella
desee, si las condiciones de analgoanestesia no lo contraindican.

Por otra parte, podemos encontrarnos con recién nacidos/as que buscan deses-
peradamente el pecho de la madre y succionan mientras tanto de manera vigorosa
sus manos. Se trata, pues, de dar una atención personalizada en cada caso y utilizar
la técnica más correcta.

Podemos alentar al padre o a la pareja de la madre a que adopte un papel prin-


cipal y no secundario, junto a ella y el recién nacido/a, en todo lo relacionado con
la crianza.

2. RECOMENDACIONES PARA FAVORECER EL INICIO DE LA LACTANCIA


MATERNA DURANTE LA ESTANCIA HOSPITALARIA

Durante los seis primeros meses de vida se aconseja la lactancia materna exclu-
siva, para ello es recomendable:

· Iniciar la lactancia durante la primera hora de vida.

· Se ofrecerá al bebé únicamente leche materna, sin otros alimentos o líquidos.

· Dar el pecho cuado el bebé lo reclame, ya sea de día o de noche.

· No utilizar biberones, tetinas o chupetes.

2.1. Mantener juntos a la madre y al recién nacido/a

Cuando el recién nacido/a llega con la madre de la sala de partos, en condicio-


nes de normalidad y si no hay contraindicaciones, empieza un periodo importantí-
simo para la instauración de la lactancia materna, que se prolongará hasta el
momento de darles el alta del hospital maternal donde ha tenido lugar el parto. Por
este motivo, se recomienda no separar al recién nacido/a de su madre, salvo que la
atención a la salud de alguno de ellos lo requiera.

80
Capítulo VI: Promoción de la lactancia materna

2.2. Aprovechar las primeras tomas de calostro

Se dará a la madre la información adecuada sobre las escasas cantidades de líquido y


nutrientes que el recién nacido/a necesita los primeros días de vida, y sobre las propie-
dades idóneas que tiene el calostro por su composición. La animaremos a poner al recién
nacido/a en el pecho, muy a menudo, y así esperar sin angustia la subida de la leche.

La OMS recomienda el calostro como el alimento perfecto para el recién nacido/a, y


su administración debe comenzar en la primera hora de vida.

La ingesta precoz de calostro ayudará al recién nacido/a a disminuir los riesgos de


sufrir hipoglucemia, evitando de esta manera tener que ofrecerle una alimentación suple-
mentaria que puede dificultar la siguiente toma, ya que puede generarle confusión.

2.3. Evitar la administración de suplementos de suero glucosado

Si el recién nacido/a toma pequeñas cantidades de calostro es innecesaria la admi-


nistración de suplementos de suero glucosado por vía oral; además, por su concentra-
ción, el suero glucosado puede ser mal tolerado y originar retenciones y distensiones
gástricas, regurgitaciones y vómitos, con el consiguiente peligro de aspiración.

Sólo en determinadas circunstancias patológicas estará indicada la administra-


ción de suero glucosado y, en estos casos, tiene que ser el/la pediatra quien tiene
que prescribir específicamente la administración de cantidades determinadas.

2.4. Evitar la utilización del chupete

La succión de objetos diferentes al pezón, por su elasticidad, forma, tacto o caracte-


rísticas, impiden al recién nacido/a reconocer el pezón materno como único elemento
para la succión. Por este motivo, no está recomenda la colocación del chupete durante
el periodo de instauración de la lactancia materna, sea cual sea su modelo, forma,
material o diseño (tetillas de biberón incluidas), en el recién nacido/a que tome lactan-
cia materna exclusiva (a no ser que haya una indicación médica específica).

2.5. Vigilar la posición correcta. (Fig.1)

Es muy importante explicar a la madre la importancia de una buena posición en


el momento de amamantar, que favorecerá una correcta tetada y prevendrá compli-
caciones. Para las primeras tetadas, la posición más adecuada es la que puede prac-
ticarse en la cama, estirada en decúbito lateral.

Esta postura lateral, facilitará la alineación de los dos cuerpos (ombligo contra
ombligo) con la boca del recién nacido/a a la altura del pezón de la madre, ligera-
mente mirando hacia la cara de la madre, a fin de que la boca del recién nacido/a
coja el pezón y la areola.

81
Capítulo VI: Promoción de la lactancia materna

El éxito de la lactancia materna dependerá, en gran medida, de una buena técni-


ca al dar el pecho al recién nacido/a, por lo que es muy importante que se ayude a
la madre a resolver cualquier duda con respecto a la posición más cómoda y reco-
mendable para una lactancia satisfactoria.

Posición de cuna Posición pelota de fútbol


Se sostiene al bebé Se sostiene la cabeza del
sobre el brazo del bebé con la mano del
mismo lado que el mismo lado que el pecho
pecho del que va a del que va a mamar. El
mamar. El vientre del cuerpo del bebé tiene que
bebé debe estar en estar apoyado sobre una
contacto con el almohada.
vientre de su madre.

Posición de cuna cruzada


Posición tumbada de lado Se sostiene la cabeza del
El cuerpo del bebé y de su madre deben bebé con la mano opuesta
estar enfrentados y cerca. La cabeza del al pecho que amamanta.
bebé se ubica bien para prenderse del pecho Con la otra mano se
a mayor altura del estómago. Útil en caso de sostiene el pecho del que
tendencia a regurgitar mama.

Figura 1

2.5.1. Posición de la madre (Fig. 1)

Durante los primeros días después del parto, si se encuentra en la cama, se pondrá
apoyando de lado la espalda en una almohada, si quiere, otra almohada entre las pier-
nas y el brazo doblado por encima de la cabeza. El recién nacido/a estará también de
lado y como punto de referencia su nariz tiene que estar a la altura del pezón. A veces,
es posible que necesite la ayuda de otra persona que le acerque el bebé.

82
Capítulo VI: Promoción de la lactancia materna

Cuando ya le sea posible sentarse para amamantar, dispondrá de una silla con
respaldo amplio, para apoyar bien el hombro, y preferiblemente sin reposa-brazos.
Puede utilizar alguna almohada en el regazo con el fin de elevar al recién nacido/a
hasta un nivel más cómodo para ambos. Puede ser útil poner los pies en un tabure-
te o similar, e incluso algunas mujeres encuentran cómodo amamantar sentadas en
una mecedora.

Hay que estimular la boca del recién nacido/a con el pezón y cuando la tenga
muy abierta intentar que coja la mayor parte de pecho posible, sujetándolo muy
cerca de la madre con una ligera presión en el hombro y en el cuello. En todo caso,
hay que tener en cuenta que es el recién nacido/a el que va al pecho y no al revés.

2.5.2. Posición del recién nacido/a

El bebé debe tener el cuerpo y la cabeza en línea recta, no estar girado, y total-
mente orientado hacia su madre, tanto si ella está sentada o estirada en la cama. La
boca del recién nacido/a tiene que estar muy abierta, ligeramente desplazada hacia
abajo respecto del pezón, es decir “cogiendo el pecho por debajo” y con la cabeza
ligeramente flexionada (Fig. 2). El labio inferior estará girado hacia fuera y el men-
tón tocando el pecho. Se debe ver más areola mamaria pegada por debajo que por
encima de la boca del niño/a.

Figura 2

2.6. Flexibilizar la frecuencia y duración de las tomas

La lactancia a demanda será beneficiosa tanto para el recién nacido/a, ya que


reducirá la incidencia de ictericia y mejorará el aumento de peso, como para la
madre, que establecerá una lactancia satisfactoria (porque no tendrá que esperar un
tiempo determinado entre tomas) y, además, previene la ingurgitación del pecho.

83
Capítulo VI: Promoción de la lactancia materna

2.7. Dar apoyo profesional

El personal sanitario de la sala de puérperas tiene que estar suficientemente for-


mado en el conocimiento de los aspectos básicos para la promoción de la lactancia
materna y participar activamente en la aplicación de sus pautas, siempre respetan-
do la decisión de la madre.

La matrona o matrón y los profesionales de enfermería tienen que dar asistencia


específica para la lactancia materna en las primeras horas después del parto,
mediante la información teórica y la ayuda práctica que la madre necesite de forma
individualizada, con el objetivo de conseguir la correcta instauración de la lactancia
materna, dando apoyo y solución a los problemas que puedan surgir durante el
periodo de puerperio hospitalario.

• Es muy importante vigilar los factores que influyen en el proceso de lactancia


especialmente en su inicio, como son el estado físico de la madre, la experiencia pre-
via, el dolor de los pechos y la existencia de alguna patología en el recién nacido/a.

• Es importante, para el éxito de la lactancia materna, que se tenga en cuenta la


predisposición de la madre para amamantar a su hijo/a y ayudarla en caso de
dudas. Muchas veces es la falta de información lo que determina la decisión de no
dar lactancia materna: el personal sanitario informará sobre la posibilidad de rea-
lización de la lactancia materna, ofreciendo ayuda y apoyo, y no interferirá en la
decisión de la madre.

• Se valorarán también todos aquellos factores sociales y familiares que puedan


incidir en el proceso de instauración o de mantenimiento de esta lactancia.

• También es básico que valoremos los aspectos relativos al recién nacido/a que
pueden incidir en el inicio de la lactancia, como son su estado de salud, la existen-
cia de factores de riesgo o su predisposición (niño/a “dormido”, etc.), con el fin
de orientar la conducta a seguir y mejorar su adaptación a la lactancia materna.

• Es importante la observación clínica de las primeras tomas, con la finalidad de


valorar y corregir la técnica, si hace falta (utilizar la gráfica de la OMS sobre obser-
vación de una toma).

• Tiene que hacerse la valoración continuada de la eficacia del proceso de instau-


ración de la lactancia, mediante el control del peso (teniendo en cuenta que siem-
pre pierden algo los primeros días), el control de la diuresis, el estado de confort
y la salud del recién nacido/a.

• Tiene que darse apoyo a la madre que empieza a amamantar ofreciéndole aseso-
ramiento individualizado sobre temores y dudas. Puede ser útil la realización de
alguna charla educativa sobre lactancia durante la estancia hospitalaria, dirigida a
grupos de puérperas y familiares de apoyo.

84
Capítulo VI: Promoción de la lactancia materna

Es importante para la instauración de la lactancia la información proporcionada


a los padres del recién nacido/a por parte del/la pediatra en el momento de la pri-
mera revisión, que habitualmente se realiza unas horas después del parto:

• Informar a la familia sobre el estado del recién nacido/a

• Dar apoyo individualizado a la lactancia materna, hablando de sus ventajas

• Asegurarse que el recién nacido/a se coloca correctamente en el pecho

• Resolver las dudas y problemas principales, habituales en las primeras horas

• Dar confianza y disponibilidad a la madre

También es importante para el éxito de la lactancia materna que el/la pediatra, en las
visitas posteriores, supervise el desarrollo normal del peso y resuelva los temores y las
dudas que pueda tener la madre y, básicamente, dé apoyo al personal de enfermería.

3. RECOMENDACIONES PARA FAVORECER LA LACTANCIA MATERNA EN


EL MOMENTO DEL ALTA HOSPITALARIA

3.1. Valorar el estado nutricional del recién nacido/a

Antes de dar el alta tiene que valorarse el peso del recién nacido/a. Si la madre
está muy angustiada o ha habido una pérdida importante de peso, sería aconsejable
ofrecerle la posibilidad de un nuevo control a las 24-48 horas.

3.2. Dar pautas y continuidad asistencial

Es importante dar pautas de orientación al dar el alta hospitalaria, recordando a


la puérpera que tiene que ponerse en contacto con la matrona o matrón de su Centro
de Salud. También es interesante la información sobre los recursos que la madre
tiene a su alcance.

Es muy útil dar información sobre asociaciones o grupos de madres de apoyo a


la lactancia, por si lo considera de interés.

3.3. Dar información sobre la lactancia

En el informe de alta se tienen que hacer constar los aspectos importantes para
la lactancia, tanto maternos como del recién nacido/a.

La valoración del proceso de lactancia en cada mujer tiene que registrarse en la his-
toria clínica en un apartado específico de la hoja del recién nacido/a, como también en
la cartilla de salud infantil que se entrega a la madre con los primeros datos del bebé.

85
Capítulo VI: Promoción de la lactancia materna

4. CONTRAINDICACIONES DE LA LACTANCIA MATERNA

4.1. Situaciones más habituales

• Medicación
Tiene que valorarse de forma esmerada los fármacos que toma la madre durante
el periodo de lactancia.

• Enfermedad materna
Si una madre enferma tiene intención de amamantar a su hijo o hija, tendrá que
extraerse la leche tan pronto como sea posible; sin duda, la separación madre-
hijo/a influye desfavorablemente. En todo caso, es recomendable valorar siempre
la relación enfermedad-medicación tomando la actitud pertinente ante el benefi-
cio-riesgo de acuerdo con las circunstancias. En nuestro medio tienen que excluir-
se a las madres portadoras de virus de la inmunodeficiencia humana (HIV).

4.2. Inhibición de la lactancia materna

Es la supresión farmacológica antes de que la lactancia se haya instaurado o ya


instaurada.

En el caso de que se suprima ya instaurada, el pecho debe ir vaciándose y tiene


que hacerse en un periodo largo de tiempo. La supresión brusca y total de las tomas
del niño/a puede producir un grado anormal de leche, con los riesgos de infección
que eso supone.

Inhibición de la lactancia materna

Indicaciones

• Muerte fetal

• Enfermedades graves de la madre

• Medicación materna (algunos fármacos)

• Adicción a drogas

• Alcoholismo materno

• Indicación de neonatología (enfermedades del recién nacido/a)

• Deseo materno expresado de no amamantar

86
Capítulo VI: Promoción de la lactancia materna

5. RECOGIDA CON EXTRACTOR DE LECHE Y CONSERVACIÓN DE LA


LECHE MATERNA

5.1. Situaciones más habituales en que está indicada

Hay diferentes ocasiones en las cuales tiene que extraerse la leche de los pechos.
A continuación se especifican los casos más habituales y el método más correcto por
hacerlo:

• Antes de iniciar la toma:


En el caso de pechos muy distendidos, el bebé tiene dificultades para cogerse. Si
se vacía un poco el pecho, se ablanda y el bebé puede cogerse con más facilidad.

• Después de una toma en que el pecho no se haya vaciado completamente.

• Cuando hay una separación temporal entre madre e hijo/a (como la incor-
poración al trabajo): sería bueno que la madre tuviera un poco de leche almace-
nada en el congelador antes de volver al trabajo. Allí puede sacarse la leche a
intervalos, cada 3-4 horas, para disminuir el volumen mamario y la incomodi-
dad que la plétora produce, después puede continuar dando el pecho cuando
está en casa.

5.2. Métodos de recogida con extractor de leche

• Recogida con extractor manual


Los extractores manuales han ido mejorando. Actualmente existen en el mercado
diferentes modelos manuales que son útiles, pero que requieren más tiempo para
la extracción de leche; se desaconseja el sacaleches tipo “pera”, ya que es lento, no
vacía bien el pecho y la bomba es difícil de limpiar.

• Recogida con extractor eléctrico


Los extractores eléctricos son las más recomendables, hacen la succión más fisio-
lógica sin cansar tanto a la madre. Pueden incluso alquilarse.

La recomendación para sacar la leche sería 10 minutos de cada pecho, seguido de


5 minutos intercalados. Antes de aplicar el sacaleches es recomendable que la
madre provoque el reflejo de salida de leche estimulándose los pezones y la areo-
la. La extracción se realiza cada 3-4 horas.

En ningún momento la extracción de leche tiene que ser dolorosa o molesta para
la mujer. Cuando la madre está separada del recién nacido/a es importante que
tenga alguna fotografía u objeto que le recuerde a su hijo/a.

87
Capítulo VI: Promoción de la lactancia materna

5.3. Método para la conservación de la leche materna

La leche materna, gracias a sus propiedades, se conserva bien 10 horas a tempe-


ratura ambiente, 48 horas en la nevera y 6 meses en el congelador.

Una vez extraída, la leche se guarda en recipientes herméticos y se pone en la


nevera (si la madre está en el trabajo puede transportarla con nevera portátil). Puede
ser utilizada durante las 48 horas siguientes o bien congelarla.

Hay que tener en cuenta una serie de consideraciones:

1. Tiene que guardarse la leche inmediatamente después de la extracción en reci-


pientes herméticos, esterilizados y de plástico.

2. Tiene que etiquetarse bien la leche, haciendo constar el día, el mes y la hora de
la extracción.

3. El recipiente no tiene que llenarse completamente, hay que dejar espacio para
la expansión del líquido al congelarse.

4. No tiene que apretarse la tapa hasta que la leche esté completamente congelada.

5. Media hora antes de la toma, tiene que sacarse el recipiente o bolsa que contie-
ne la leche congelada, ponerla bajo el grifo de agua tibia e ir aumentando la tem-
peratura del agua hasta que llegue a ser caliente. Hay que agitar la bolsa o reci-
piente suavemente, para que se mezcle homogéneamente la grasa con la parte
líquida de la leche materna; este proceso tiene que durar pocos minutos. No tiene
que descongelarse nunca la leche materna al fuego.

6. Una vez que se ha descongelado la leche materna, ya no puede volver a conge-


larse.

7. Puede mezclarse leche de la nevera con leche congelada, siempre que la can-
tidad que añadimos de leche de la nevera sea inferior a la cantidad de leche
congelada.

La leche materna procedente de extracción previa puede administrarse al recién


nacido/a de diversas formas. Los prematuros la reciben por sonda nasogástrica
hasta que aprenden a tragar. Desde este momento la jeringa, el vaso, el cuentagotas
y la cuchara pueden ser utilizados. Dar la leche con biberón puede interferir en el
proceso de lactancia, si se está instaurando.

Si la madre debe quedar ingresada, físicamente lejos del recién nacido/a, se


darán el máximo de facilidades y de apoyo para la extracción de la leche.

88
Capítulo VII: Antisépticos en perinatología

Es necesario que en los centros hospitalarios maternales se disponga de un pro-


tocolo por escrito sobre las condiciones de uso y manipulación de los antisépticos
que se utilicen. Este documento deberá estar a disposición de todo el personal sani-
tario que lo necesite.

1. USO DE ANTISÉPTICOS EN EL RECIÉN NACIDO/A

a) Profilaxis del cordón umbilical: Tiene que eliminarse el uso de antisépticos


yodados en los cuidados del cordón umbilical del recién nacido/a, tanto a nivel hos-
pitalario como domiciliario. Por este motivo, se informará a los padres sobre el anti-
séptico que tienen que utilizar, el tiempo de utilización y las normas que deben tener
en cuenta, haciendo especial hicapié en los efectos adversos que los productos yoda-
dos pueden tener sobre el funcionamiento de la glándula tiroides del bebé.

Opciones más recomendables:

-Alcohol de 70º

-Merbromina solución al 2%

-Clorhexidina alcohólica al 0,5%-1%

b) En la unidad de neonatología.

• Piel intacta: En caso de colocación de catéteres, toma de muestras en sangre,


etc. deben evitarse los antisépticos yodados, restringiendo su uso al máximo (cual-
quier aplicación tópica se absorbe fácilmente a través de la piel exponiendo al recién
nacido/a a un exceso de yodo).

Opciones más recomendables:

-Clorhexidina alcohólica al 0,5%-1%

• En heridas y mucosas:

-Clorhexidina acuosa al 0,5%

91
Capítulo VII: Antisépticos en perinatología

2. USO DE ANTISÉPTICOS EN LA MADRE

La evidencia científica nos dice que no se deben utilizar compuestos yodados


en gestantes ni madres lactantes (curas de episiotomía, incisiones de cesáreas, etc.)
por el potencial efecto sobre el tiroides fetal o del recién nacido/a.

a) Durante el parto:

•Campo perineal/tacto vaginal: Deben reducirse el número de tactos vaginales


a los estrictamente necesarios. Se recomienda utilizar agua corriente en el lavado
perineal previo al tacto vaginal, no siendo necesario el uso de antisépticos. Los estu-
dios realizados al respecto evidencian que el uso de cetrimida/clorhexidina no es
más efectivo que el agua corriente.

•Epidural: Se debe desinfectar un área amplia de la piel antes de la aplicación de


la técnica epidural, preferentemente con una solución de clorexidina alcohólica,1 que
se dejará actuar al menos dos minutos. Se debe realizar, antes de la punción, un
lavado quirúrgico de manos, así como la punción provisto de gorro y mascarilla.

b) Durante el posparto:

Limpieza con jabón neutro y mantener la piel seca.

1
Atención hospitalaria al parto, estándares y recomendaciones para Maternidades Hospitalarias. Informes, Estudios e Investigación.
Ministerio de Sanidad y Política Social, 2009. Información avalada por la Asociación Andaluza-Extremeña de
Anestesiología, Reanimación y Terapeútica del dolor (AAEAR).

92
Capítulo VIII: La historia clínica hospitalaria perinatal

Es de gran importancia clínica y legal disponer de información, tan completa


como sea posible, de todo el proceso de embarazo, parto y puerperio, así como
del estado del recién nacido/a al nacer y durante los primeros días de su vida
extrauterina.

La finalidad de esta historia hospitalaria perinatal es registrar toda la informa-


ción en torno al nacimiento, de forma clara e inequívoca, y ponerla al alcance del
personal sanitario que intervendrá y tendrá cuidado de la madre y del recién naci-
do/a durante todo el proceso del parto y puerperio. También es muy útil para la
obtención de indicadores de salud perinatal que posibilitarán el análisis con finali-
dades estadísticas y de investigación.

Es aconsejable abrir una nueva historia clínica obstétrica en el ingreso de cada parto.

Es de primordial importancia la buena coordinación entre el hospital y la aten-


ción primaria, con el fin de intercambiar información, preferiblemente por medios
informáticos, y así evitar duplicidad de apartados, preguntas a la embarazada y
exploraciones ya realizadas, etc., durante el seguimiento del embarazo.

La historia clínica debe cumplir estos requisitos:

1. APARTADOS DE LA HISTORIA CLÍNICA HOSPITALARIA PERINATAL

1.1. Datos generales y antecedentes

Antecedentes familiares: enfermedades hereditarias.

Antecedentes personales: enfermedades, intervenciones, medicación actual, aler-


gias, transfusiones, adicción al tabaco, alcohol o drogas.

Antecedentes gine-obstétricos: menarquia y tipo menstrual, paridad, evolución


de las gestaciones anteriores (duración, complicaciones, tipo de parto, intervencio-
nes obstétricas, peso, sexo y evolución del recién nacido/a, lactancia).
Analíticas y ecografías: grupo sanguíneo y factor Rh, hemograma, test de
O’Sullivan, serologías de lues, HBsAg y HIV, cultivo vaginal.

Ecografía de cribado de malformaciones congénitas en el segundo trimestre.


Biometrías normales en el tercer trimestre.

Debe:

• Estar correctamente identificada y ordenada

• Ser clara e inteligible

95
Capítulo VIII: La historia clínica hospitalaria perinatal

• Ser concisa, pero completa

• Constituir el guión del interrogatorio y de las acciones a desarrollar

• Garantizar los derechos de confidencialidad e intimidad

• Posibilitar la explotación bioestadística de los datos contenidos

• Cumplir los requisitos legales

1.2. Datos básicos del seguimiento del embarazo actual

Sería deseable que los sistemas informáticos y la buena coordinación facilitaran


el acceso inmediato desde el hospital a la historia clínica de la atención primaria. Sin
embargo, mientras eso no sea posible en todos los casos, se tendrá en cuenta que la
información básica del seguimiento del embarazo puede obtenerse de la cartilla de
salud de la embarazada, que toda mujer tendría que llevar, y del traspaso de infor-
mación entre el centro de atención primaria y el hospital maternal que tengan esta-
blecido, con el fin de facilitar la continuidad en la asistencia.

En todo caso, la información básica que tiene que registrarse es la siguiente:

• FUR (fecha de la última regla).

• FUR corregida (a partir de una exploración ecográfica practicada prefe-


rentemente en el primer trimestre del embarazo, siempre que la diferencia
entre la edad gestacional, calculada a partir de ésta, y la de la FUR sea igual
o superior a una semana).

• Curso de la gestación actual: número de visitas realizadas, resultados de


las analíticas y de las ecografías de rutina, síntomas del embarazo y datos
de cualquier patología que se haya detectado.

• Duración de la gestación en semanas completas y días (calculada a partir


de la FUR corregida mediante ecografía).

1.3. Clasificación del riesgo: reevaluación actualizada del riesgo

• Clasificación del riesgo del embarazo (bajo, medio, alto o muy alto) y del parto.

• Factor o factores de riesgo que han condicionado esta clasificación.

• Complicaciones previsibles en el proceso de parto.

• Condiciones que tiene que tener el hospital para atender este parto con garan-
tías para la salud de la madre y del recién nacido/a.

96
Capítulo VIII: La historia clínica hospitalaria perinatal

• Especificación del nivel hospitalario dónde tiene que derivarse la gestante para
el parto.

1.4. Plan de parto (Anexo II)

Se trata de registrar los aspectos referentes a las expectativas que la mujer y su


pareja tienen con respecto a la vivencia del nacimiento del hijo/a.

1.5. Datos del ingreso en curso de parto

• Motivo del ingreso.

• Fecha y hora del ingreso.

• Fecha y hora de la última ingesta de alimentos.

• Forma de iniciarse el parto: (espontáneo, inducción, cesárea electiva).

• Constantes maternas (temperatura corporal, tensión arterial materna).

• Edemas.

• Proteinuria.

• Frecuencia cardiaca fetal en latidos por minuto.

• Situación, presentación, posición del feto y el grado de encajamiento.

• Descripción del grado de borrado cervical, de la consistencia, de la posición y


de la dilatación cervical.

• Valoración clínica de la pelvis femenina: apta para el parto, probable despro-


porción pelvi-fetal.

• Dinámica uterina: número y duración de las contracciones en un periodo de 10


minutos.

• Fecha y hora del amniorrexis, si es espontánea o artificial, así como el aspecto


del líquido amniótico por amnioscopia o amniorrexis: claro, verde, meconio,
hemático, maloliente, otros.

• Pronóstico (nivel de riesgo basado en la valoración de las exploraciones y prue-


bas complementarias en el momento del ingreso en el curso de parto).

97
Capítulo VIII: La historia clínica hospitalaria perinatal

1.6. Datos de la evolución del parto

• Fecha y hora de la entrada en la sala de partos.

• En el ingreso, periódicamente y antes de cualquier intervención se hará constar:

- Encajamiento de la presentación fetal.

- Variedad de la posición de la presentación fetal, en relación con la pelvis


materna. Únicamente del primer feto en las gestaciones múltiples.

- Evolución de las características del cuello uterino y dilatación (en el


momento de la entrada en la sala de partos en los partos espontáneos, en
el momento de aplicar la instrumentación en los partos vaginales instru-
mentados o en el momento de indicación de la cesárea en las cesáreas rea-
lizadas durante el trabajo de parto o no electivas).

• Tipo de anestesia (local, epidural, intradural, endovenosa, general, otros) y


cuando se aplica cada una de ellas.

• Tipo de parto: espontáneo, fórceps, ventosa, espátulas (haciendo constar en


cada uno de ellos las condiciones de aplicación, en especial la altura y la posición
de la presentación), ayuda manual en nalgas, gran extracción de nalgas, versión
y gran extracción de nalgas, cesárea. En el caso de utilizar más de un instrumen-
to o procedimiento, en un mismo feto, en este apartado únicamente se consigna-
rá el último aplicado o el más resolutivo, y los otros utilizados se detallarán en el
apartado de ampliación de datos.

Tiene que especificarse el tipo de parto de cada feto en las gestaciones múltiples.

• En caso de instrumentación vaginal: indicación.

• Indicación en caso de cesárea realizada durante el trabajo de parto o no electi-


va, y si es urgente.

• Indicación en el caso de cesárea electiva o realizada antes del inicio del parto.

• Descripción de la intervención, tanto para cesárea como vaginal (tipo de inci-


sión cutánea y uterina, y si se han producido desgarros u otras complicaciones).

• Práctica de una episiotomía profiláctica: sí, no.

• Alumbramiento: espontáneo, dirigido, manual.

• Valoración de la pérdida sanguínea y de la aplicación de medidas profilácticas


de la hemorragia posparto.

98
Capítulo VIII: La historia clínica hospitalaria perinatal

• Nombre, apellidos y número de colegiado del profesional sanitario que asiste


el parto.

1.7. Datos del recién nacido/a

En el caso de partos múltiples, hay que especificar todos los datos para cada uno
de los recién nacido/as.

• Apellidos del recién nacido/a.

• Sexo del recién nacido/a.

• Fecha y hora del nacimiento.

• Índice de Apgar al 1er. minuto y a los 5 minutos.

• Peso en gramos.

• Talla en cm.

• pH de la arteria del cordón umbilical (si se ha determinado).

• Rh del recién nacido/a, en el caso de madre Rh negativa.

• Maniobras de reanimación: aspiración nasofaríngea, aspiración gástrica, aspi-


ración traqueal, ventilación con mascarilla de ambú, intubación, masaje cardia-
co, cateterismo umbilical. No son excluyentes entre ellas.

• Circulares del cordón umbilical y anomalías del cordón.

• Distocia de hombros: sí, no.

• Profilaxis ocular y con vitamina K: sí, no.


• Expulsión de meconio y micción espontánea: sí, no.

• Realización del protocolo de identificación del recién nacido/a: sí, no, apellidos
y nombre del profesional sanitario que realiza el procedimiento de identificación.

• Revisión por el pediatra: sí, no; fecha, hora y nombre del pediatra en caso afir-
mativo y motivo en caso negativo.

• En el caso de madre HBsAg+, inmunización del recién nacido/a contra la


hepatitis B: sí, no, y motivo en caso negativo.

• Ingreso del recién nacido/a en pediatría: sí, no, y motivo en caso afirmativo.

99
Capítulo VIII: La historia clínica hospitalaria perinatal

• En caso de muerte fetal:

• Fecha y hora de la muerte.

• Tipo de muerte: antes del parto, intraparto, posparto.

• Causa probable de la muerte(preferiblemente, codificada con el CIE-9- MC).

• Realización de necropsia: sí, no, y en caso afirmativo diagnóstico.

• Presencia de malformaciones: sí, no, y en caso afirmativo descripción(preferi-


blemente, codificada con el CIE-9-MC).

• Presencia de traumatismos: sí, no, y descripción en caso afirmativo.

• La madre ha visto y ha cogido a su hijo/a: sí, no.

• El padre ha visto y ha cogido a su hijo/a: sí, no.

• Apellidos, nombre y número de colegiado del profesional sanitario que firma


el certificado de nacimiento y/o defunción.

1.8. Datos del puerperio hospitalario

• Controles durante las 2 primeres horas de la tensión arterial, pulso, tempera-


tura y pérdida hemática (anotar en hoja tabulada cada 30 minutos); también de
la micción y de la aplicación de medicaciones.

• Complicaciones del puerperio que requieren tratamiento médico: sí, no, y en


caso afirmativo especificar las patologías y tratamientos médicos efectuados
ambos preferiblemente codificados con el CIE-9-MC.

• Complicaciones del puerperio que requieren tratamiento quirúrgico: sí, no, y


en caso afirmativo especificar las patologías y tratamientos quirúrgicos efectua-
dos ambos preferiblemente codificados con el CIE –9 MC.

• Transfusión de sangre o derivados, durante el parto o puerperio: sí, no, y en


caso afirmativo tipo de hemoderivado administrado y número de unidades.

• Lactancia del recién nacido/a: natural, artificial, mixta.

• Inhibición farmacológica de la lactancia materna: sí, no, y motivo en caso afir-


mativo.

• Administración de gammaglobulina anti-D en madre Rh negativa y recién


nacido/a Rh positivo o desconocido: sí, no.

100
Capítulo VIII: La historia clínica hospitalaria perinatal

•En el caso de muerte materna: fecha, hora, causa probable(preferiblemente,


codificada con el CIE-9-MC), resultado de la necropsia si se practica, apellidos,
nombre y número de colegiado del médico que firma el certificado de defunción.

• Fecha y hora del alta médica.

2. EL PARTOGRAMA

La evolución del parto quedará reflejada en el partograma, que consiste en


una hoja cuadriculada (cada cuadro pequeño corresponde habitualmente a 10-15
minutos) que permite la representación gráfica de la evolución, durante el curso
del parto, de la frecuencia cardiaca fetal, dinámica uterina, descenso y posición
de la presentación, dilatación y condiciones del cérvix uterino, constantes mater-
nas, controles fetales (pH, etc.), administración de analgésicos y medicamentos,
incidencias y anotaciones diversas. El partograma se inicia en el momento de la
entrada de la parturienta en la sala de dilatación y finaliza en el momento del
parto.

Este registro objetivo y sistematizado del trabajo de parto es fuente de informa-


ción para el análisis y toma de decisiones, así como un instrumento para la evalua-
ción de la calidad de la atención brindada por los Servicios Sanitarios.

El registro tococardiográfico constituye un elemento que muchas veces se añade


a la documentación de la evolución del parto; que complementa el partograma, pero
no lo sustituye.

3. EL LIBRO DE PARTOS

Aunque se rellenen correctamente las hojas de historia clínica del parto, en for-
mato papel o electrónico, es muy conveniente, atendiendo a la trascendencia legal
del proceso del parto, disponer de un libro de partos (ubicado en la misma sala de
partos), donde se anotarán los datos mínimos siguientes:

• Número de orden correlativo para cada parto

• Apellidos y nombre de la parturienta.

• Número de historia clínica o, si no hay, DNI o pasaporte.

• Edad de la parturienta.

• Semanas de gestación.

101
Capítulo VIII: La historia clínica hospitalaria perinatal

• Fórmula obstétrica.

• Tipo de parto: vaginal o cesárea.

• Presentación fetal: cefálica, podálica, transversa (de cada recién nacido/a en las
gestaciones múltiples).

• Fecha y hora del parto (de cada recién nacido/a en las gestaciones múltiples).

• Peso del recién nacido/a (de cada recién nacido/a en las gestaciones múlti-
ples).

• Sexo del recién nacido/a (de cada recién nacido/a en las gestaciones múlti-
ples).

• Apgar en el 1er y 5º minuto de vida (de cada recién nacido/a en las gestacio-
nes múltiples).

• Apellidos del recién nacido/a.

• Destino del recién nacido/a (de cada uno en las gestaciones múltiples).

• Destino de la madre.

• Registro de mortalidad perinatal (antes del parto, intraparto y posparto).

• Registro de mortalidad materna (antes del parto, intraparto y puerperio).

• Nombre del profesional sanitario que asiste el parto.

4. EL INFORME DE ALTA HOSPITALARIA

• Datos administrativos.

• Fecha de ingreso.

• Fecha del parto.

• Características básicas del embarazo.

• Características básicas del parto.

• Características básicas del recién nacido/a.

102
Capítulo VIII: La historia clínica hospitalaria perinatal

• Datos sobre la lactancia.

• Datos básicos sobre el puerperio hospitalario.

• Diagnósticos y procedimientos utilizados.

• Recomendaciones y tratamientos prescritos (Realización de las pruebas de


detección precoz de metabolopatías).

• Fecha en la cual tendrá que acudir para la revisión puerperal y lugar.

• Direcciones y teléfono que podrá utilizar si necesita atención.

5. LA CARTILLA DE SALUD DE LA EMBARAZADA

Tiene que rellenarse en todos su apartados, teniendo en cuenta que es el docu-


mento que quedará en poder de la mujer como resumen de los datos más relevan-
tes del seguimiento de su embarazo, así como del parto y puerperio.

6. LA CARTILLA DE SALUD INFANTIL

Tienen que registrarse en este documento, que quedará en poder de la madre, los
primeros datos del recién nacido/a y recomendarle que lo lleve siempre en las visi-
tas del pediatra, hasta que el niño/a tenga 14 años, ya que esta cartilla resume e irá
acumulando en el futuro los datos más relevantes de su historia clínica.

103
Anexo I: Reanimación del recién nacido/a

Este Anexo transcribe, en su mayor parte, el Protocolo de Reanimación del Recién


Nacido de la Asociación Española de Pediatría (A.E.P.) y de la Sociedad Española de
Neonatología (S.E.N.).

1. REANIMACIÓN DEL RECIÉN NACIDO/A

En todo hospital donde haya partos debe haber personal capaz de realizar todas
las maniobras de reanimación y la estabilización posterior del recién nacido/a para
el traslado a un centro adecuado.

1.1. Recogida de datos

El/la pediatra o neonatólogo/a que asiste al parto debe recabar información sobre:

1. Factores de riesgo de asfixia (tabla I).


2. Medicación administrada a la madre (sedantes, analgésicos, tocolíticos).
3. Estado del feto, valorando frecuencia cardiaca fetal (FCF), el pH fetal si el patrón
de registro de la FCF es difícil de interpretar, o por estudio del perfil de la onda de
velocidad de flujo (OVF) durante el ciclo cardiaco en diferentes vasos mediante flu-
jometría Doppler.

Tabla I. Factores de riesgo neonatal

Factores de riesgo prenatales Factores de riesgo intraparto


• Diabetes materna • Cesárea urgente
• Hipertensión arterial gestacional o crónica • Parto instrumental: venosa o fórceps
• Enfermedades maternas crónicas: • Presentación anómala
Cardiovasculares, renal, pulmonar, otras • Parto prematuro o precipitado
• Anemia o isoinmunización • Corioamnionitis materna
• Muertes neonatales o fetales previas • Rotura prolongada de membranas (>18
• Hemorragia en el 2º o 3er trimestre horas previas al parto)
• Infección materna • Parto prolongado (>24 horas o expulsivo
• Oligoamnios o polihidramnios >2 horas)
• Rotura prematura de membranas • Bradicardia fetal o patrones de frecuencia
• Gestación postérmino cardiaca fetal anómalos
• Gestación múltiple • Administración de narcóticos a la madre
• Discrepancia entre tamaño del feto y en las horas previas al parto
edad de gestación • Líquido amniótico teñido de meconio
• Tratamiento con fármacos: • Prolapso de cordón
litio, magnesio, otros • Desprendimiento de placenta o placenta
• Malformación fetal previa
• Actividad fetal disminuida
• Embarazo no controlado
• Edad materna <16 años ó >35 años

105
Anexo I: Reanimación del recién nacido/a

1.2. Personal

En todo parto debe haber al menos una persona responsabilizada de la atención


al recién nacido/a con capacitación en reanimación neonatal inicial y otra persona
localizable capaz de realizar la reanimación completa.

En los partos múltiples deben organizarse tantos equipos y puestos de reanima-


ción como fetos.

1.3 Material

En la tabla II figuran el material y fármacos indispensables en reanimación neo-


natal, así como material opcional. Después de cada reanimación el material debe ser
revisado y repuesto el que haya sido utilizado.

1.4 Medidas Generales

En los momentos previos al parto:

– Comprobar que la temperatura de la habitación es la adecuada.


– Encender la fuente de calor y precalentar toallas para secar al niño/a.
– Comprobar que todo el material esta listo para ser usado.
– Preparar la medicación que pudiera ser necesaria.
– Tomar las medidas de protección frente a posibles contagios (guantes, bata, gafas).

2. TÉCNICA DE REANIMACION NEONATAL

En la figura 1 se muestran los pasos a seguir en reanimación neonatal.

Cada medida debe ir seguida de evaluación de la respuesta, nueva decisión y


reevaluación.

2.1 Evaluación inicial

Está basada en la respuesta a 4 preguntas:

• ¿El líquido amniótico es claro?


• ¿La gestación es a término?
• ¿El recién nacido/a respira o llora?
• ¿Tiene buen tono?

Si todas las respuestas son afirmativas: el recién nacido/a puede ser colocado
piel con piel con su madre y si es necesario se puede secar con toalla y limpiar la

106
Anexo I: Reanimación del recién nacido/a

boca con una gasa. Los cuidados de rutina pueden esperar y no hay necesidad de
interferir el primer contacto con su madre. Si alguna repuesta no es afirmativa se
procederá a la estabilización inicial.

2.2. Estabilización inicial

Si la valoración inicial no es afirmativa, actuar en el orden que sigue (salvo en


caso de líquido amniótico meconial):

a) Evitar pérdida de calor: tras ligar y cortar el cordón umbilical, colocar al niño/a
bajo una fuente de calor radiante.

b) Optimizar la vía aérea: colocar al niño/a en decúbito supino con la cabeza en


posición neutra o ligera extensión. Si precisa, aspirar secreciones con una sonda de
8-10 F, primero boca y después nariz. La presión negativa no debe ser superior a 100
mmHg o 20 cmH2O. La succión debe ser en periodos breves y de forma superficial,
evitando introducir la sonda profundamente, ya que se puede producir un espasmo
laríngeo y bradicardia vagal.

c) Secar la piel con toallas precalentadas, retirando las toallas húmedas y cubrién-
dole con una seca. Se debe evitar tanto la hipertermia como la hipotermia.

d) Estimulación táctil: si tras la maniobras anteriores el recién nacido/a no inicia la res-


piración, estimularle con palmadas suaves en la planta de los pies o frotando la espalda.

e) Reposicionar. Estas maniobras se realizan en los primeros 30 segundos.

Tabla II. Material para la reanimación neonatal


Cuna de calor radiante u otra fuente de calor con: Equipo para canalización de vasos umbilicales
• Fuente de luz y reloj • Catéteres umbilicales 3.5 y 5 Fr y llave de 3 pasos
• Fuente de oxígeno con medidor de flujo • Bisturí, pinzas iris, pinzas Kocher, jeringas (1, 2, 5, 10,
• Fuente de aire medicinal (FiO2 21%) con medidor de flujo 20 y 50 mL)
• Mezclador de gases (recomendado)
• Aspirador con manómetro de presión Medicación
• Adrenalina (diluir al 1:10.000 con suero salino fisiológico)
Equipo de succión y ventilación • Bicarbonato 1 M (diluir al 50% con agua bidestilada)
• Sondas de aspiración (5 ó 6, 8, 10, 12 y 14 Fr) • Naloxona
• Bolsas autoinflables (250-500 mL) • Expansores de volumen (suero fisiológico, Ringer lactato)
• Mascarillas faciales (tamaño neonatal término y prenatal) • Glucosa 5-10%
• Laringoscopio con pala recta
(prematuros: 00.0; término: 1) Varios
• Tubos endotraqueales (2,5, 3, 3,5 y 4 mm) • Bolsas o envolturas de plástico (recomendado para pre-
• Tubos con conexión para aspiración de meconio (opcional) maturos)
• Cánulas orofaríngeas (tamaño 0,00) • Guantes y material de protección necesario para el personal
• Guías para intubación y Reston® (opcional) • Tijeras, esparadrapo, gasas estériles
• Pinzas de Magill (opcional) • Sondas gástricas de 5 y 8 Fr
• Ventilador automático/manual (Neopuff®) (recomendado) • Estetoscopio
• Mascarilla laríngea (recomendado) • Bombillas y pilas de repuesto para el laringoscopio
• Pulsioxímetro (recomendado), monitor ECG (opcional)
• Capnógrafo (Pedi-cap®) (recomendado)
• Agujas

107
Anexo I: Reanimación del recién nacido/a

Figura 1

2.3. Valoración

– Respiración: el llanto del niño/a es la confirmación del inicio de una ventilación


adecuada. Si no existe llanto se debe valorar la frecuencia y profundidad de los
movimientos torácicos, así como la existencia de patrones respiratorios anómalos
(respiración en boqueadas o “gasping”, excesivo trabajo respiratorio con tiraje a
diferentes niveles).

– Frecuencia cardiaca: auscultar el latido cardíaco o tomar el pulso en la base del


cordón umbilical.

– Color: observar si el niño/a tiene color sonrosado, está cianótico o pálido. La cia-
nosis periférica es habitual y no significa en sí misma hipoxemia.

La evaluación de estos 3 parámetros se debe realizar cada 30 segundos durante


el tiempo que dure la reanimación. Si la respiración es regular, la frecuencia cardia-

108
Anexo I: Reanimación del recién nacido/a

ca es superior a 100 lpm y el color es sonrosado, pueden aplicarse los cuidados de


rutina y pasar el niño/a a la madre. No se debe esperar al minuto de vida para
actuar según el test de Apgar, sino que el proceso de evaluación y estabilización
empieza cuando el niño/a nace. No está establecido el tiempo de ligadura del cor-
dón umbilical en recién nacidos/as que requieren reanimación (ILCOR-2005).

2.4. Oxigenación

Si el recién nacido/a está cianótico a pesar de una respiración y frecuencia car-


diaca adecuadas puede considerarse la administración de oxígeno libre. El oxígeno
puede administrarse mediante bolsa de anestesia, mediante una mascarilla facial
conectada a un mezclador aire/oxígeno, o colocando un tubo de mezcla aire/oxíge-
no entre dos dedos de la mano haciendo una mascarilla. El hecho de que el oxígeno
al 100% pueda ser perjudicial para el recién nacido/a, como han demostrado dife-
rentes estudios, nos obliga a revisar nuestras rutinas asistenciales. En las recomen-
daciones internacionales del 2005 (ILCOR, ERC) se admite como “razonable” el uso
de concentraciones más bajas de oxígeno en la reanimación en paritorio. En las reco-
mendaciones australianas del 2006 (http://www.resus.org.au) se afirma que el aire
debería ser usado inicialmente, reservando el O2 para aquellos neonatos que no
mejoran después de una ventilación efectiva. La monitorización de la SpO2 podría
ser útil para orientarnos sobre la concentración óptima de O2 a usar en cada
momento de la reanimación.

Estudios recientes demuestran que en recién nacidos/as sanos se alcanza una


SpO2 del 90% entre los 5 y 8 minutos de vida.

En base a todos estos conocimientos creemos que se debería iniciar la adminis-


tración de oxígeno, cuando sea necesario, a concentraciones bajas (O2: 30%-35%) y
que el aumento, el descenso o la interrupción posterior del mismo debería ser guia-
da por la valoración clínica de la respiración, la frecuencia cardiaca, el color, y por
la SpO2 cuando se disponga del dato. El objetivo de una SpO2 preductal (sonda en
mano derecha) de 93-97% en el neonato a término y del 85-92% en el pretérmino
puede ser aceptable actualmente.

Las modificaciones en la FiO2, salvo situaciones de extrema gravedad, se deben


realizar de forma gradual, como es habitual en el manejo respiratorio de estos
niños/as en las Unidades de Cuidados Intensivos Neonatales.

Esta práctica hace necesaria la incorporación de mezcladores aire- oxígeno al


material del paritorio. Mientras éstos no estén disponibles se debe tener en cuenta
que cuando se esté ventilando con bolsa las opciones son: ventilar con aire (bolsa sin
conexión a fuente de O2), con O2 al 40 - 60% (bolsa conectada a la fuente de O2, sin
reservorio) o con O2 al 100%. No se debe olvidar que el gas utilizado debe estar
húmedo y caliente. Si persiste la cianosis, se aplicará presión positiva intermitente.

109
Anexo I: Reanimación del recién nacido/a

2.5. Ventilación

Ventilación no invasiva y manual (mascarilla-bolsa autoinflable, mascarilla-tubo


en T, mascarilla laríngea).

Indicaciones:

– Apnea o movimientos respiratorios inadecuados.

– Frecuencia cardiaca inferior a 100 lpm a pesar de que el niño/a haya iniciado la
respiración.

Técnica:

Posición en decúbito supino, con la cabeza en posición neutra o ligeramente exten-


dida. Abrir la vía aérea (aspirar secreciones si precisa) y colocar la mascarilla. Esta debe
ser de tamaño adecuado, no debe apoyarse en los ojos y no debe sobrepasar el men-
tón (figura2), permitiendo el sellado total de la boca y la nariz. Debe ser transparente
y con rodete almohadillado que permita un buen sellado y evite lesiones en la cara.

Fígura 2. Posición y sellado de la mascarilla

Ventilación con mascarilla conectada a bolsa. La bolsa debe ser autoinflable con
un tamaño no superior a 750 ml (250 ml en los prematuros y 500 ml en el resto) y
con válvula de seguridad cuyo límite de presión esté prefijado a 30 cm H2O. La
bolsa se conecta a un flujo de gas, humidificado y caliente, entre 5 a 10 L/min.

Ventilación con tubo en T (tipo Neopuff) conectado a mascarilla facial (se puede
conectar en otros casos a tubo ET o gafas nasales). Este dispositivo manual permite
predeterminar el límite de pico (PIP) que es variable según la edad de gestación y la
causa de la reanimación; puede ser suficiente 20 cm H2O (algunos RN pueden pre-
cisar presiones más altas inicialmente, hasta 30 - 40 cm H2O) y de la presión al final
de la espiración (PEEP) de 4-5 cm H2O. Al ocluir con un dedo el tubo en T se produ-
ce la inspiración y al soltar la espiración. Se requiere cierta práctica para limitar el
tiempo inspiratorio y para establecer la frecuencia respiratoria adecuada.

110
Anexo I: Reanimación del recién nacido/a

La concentración de O2 del gas que se va a utilizar con cualquiera de los méto-


dos se determina en el mezclador aire/oxígeno (si se quiere usar una concentración
baja de oxígeno y no se dispone de mezclador, retirar el reservorio de la bolsa).

Para comenzar a ventilar, el reanimador se debe colocar a la cabecera o a un lado


del niño/a, abrir ligeramente la boca del recién nacido/a y aplicar la mascarilla.
Conectar la bolsa o el tubo en T y comenzar con las insuflaciones a un ritmo de 30-
60 rpm. (frecuencias más altas en niños/as prematuros).

La mejoría de la frecuencia cardiaca se considera el mejor indicador de estar rea-


lizando una ventilación correcta; la mejoría del color así como la visualización de un
correcto desplazamiento del tórax con cada insuflación indica que la ventilación se
está realizando adecuadamente.

Mascarilla laríngea: La mascarilla laríngea se ha mostrado eficaz para ventilar


niños/as a término, existiendo pocos datos en prematuros. Puede ser válida si la
ventilación con bolsa y mascarilla es ineficaz y fracasa la intubación. Por el momen-
to no se puede recomendar su uso rutinario.

Intubación endotraqueal

Debe estar disponible el material adecuado al tamaño del niño/a que vamos a
reanimar.
Tamaño del tubo endotraqueal

Edad gestacional (semanas) Edad gestacional (gramos) Diámetro de TET* (mm)

<28 semanas <1.000 gramos 2,5 mm

28-34 semanas 1.000-2.000 gramos 3.0 mm

35-38 semanas 2.000-3.000 gramos 3,5 mm

>38 semanas >3.000 gramos 3,5-4.0 mm

* Diámetro interno
Longitud tubo (cm)= peso (kg) + 6 (orotraqueal)
Longitud tubo (cm) = peso (kg) + 7 (nasotraqueal)

Indicaciones:

– Ventilación con bolsa y mascarilla ineficaz.


– Si se prevé un tiempo prolongado de ventilación.
– Cuando se requiera aspiración traqueal (líquido amniótico meconial).
– Situaciones especiales: hernia diafragmática y prematuridad extrema.

111
Anexo I: Reanimación del recién nacido/a

Técnica: Posición en decúbito supino con la cabeza en ligera extensión.


Introducir el laringoscopio por la derecha con la mano izquierda, desplazando la
lengua hacia la izquierda. Avanzar la hoja del laringoscopio (pala recta del 0 en los
prematuros y del 1 en niños/as a término), hasta situar la punta en la vallécula o
sobre la epiglotis. Al traccionar en la dirección del mango del laringoscopio se ven
las cuerdas vocales (una ligera presión externa sobre la laringe puede facilitar su
visualización). Con la mano derecha, introducir el tubo endotraqueal de tamaño
adecuado para la edad gestacional y peso (tabla III).

Se desaconsejan los tubos endotraqueales con diámetro inferior a 2,5 mm así


como los tubos con balón. Cada intento de intubación no debe durar más de 30
segundos, ventilando al niño/a con bolsa y mascarilla entre cada intento. Una vez
colocado el tubo se debe comprobar que el aire entra en ambos pulmones.

Si el tubo se introduce en el bronquio derecho, debe ir retirándose poco a poco


hasta comprobar que el aire entra en el pulmón izquierdo. La monitorización de
CO2 exhalado es efectiva aunque en nuestro medio no es de uso rutinario.

Una vez intubado el niño/a se puede ventilar con bolsa, tubo en T o un respira-
dor, usando la menor presión y la menor concentración de oxígeno posibles.

Actitud

Tras 30 segundos de ventilación con presión positiva evaluar nuevamente, la respi-


ración, la frecuencia cardiaca y el color:

– Si FC > 100 lpm, respiración regular y color sonrosado: cuidados de rutina.


– Si FC < 60 lpm: iniciar masaje cardíaco.
– Si FC > 60 lpm: continuar ventilando.

2.6. Masaje cardíaco

Indicaciones

– En cualquier momento si hay ausencia de latido cardíaco.

– Frecuencia cardiaca inferior a 60 lpm tras 30 segundos de ventilación con pre-


sión positiva.

Técnica: colocar los pulgares (uno al lado del otro en caso de recién nacido/a a
término o uno encima del otro si es pretérmino) sobre el tercio inferior del esternón,
por debajo de la línea intermamilar, y el resto de los dedos abrazando el tórax.

Otra forma consiste en comprimir en el mismo punto con dos dedos colocados
perpendicularmente al esternón (figura 3). Esta técnica puede ser más útil en caso

112
Anexo I: Reanimación del recién nacido/a

de un solo reanimador. La profundidad de la compresión debe ser 1/3 del diámetro


antero-posterior del tórax. El ritmo de compresión/ventilación debe ser 3/1: Tres
compresiones seguidas de una ventilación.

Fígura 3. Técnicas de masaje cardíaco en el recién nacido/a

Actitud

Después de 30 segundos de ventilación y masaje cardíaco valorar la frecuencia car-


diaca:

– Si FC < 60 lpm: administrar adrenalina y continuar otros 30 segundos ventilando


y con masaje cardiaco.

– Si FC > 60 lpm: continuar ventilando.

2.7. Fármacos y fluidos

Se requieren en pocas ocasiones en la reanimación neonatal.

Vías de administración

– La vena umbilical es la vía de elección para la administración de líquidos y fár-


macos. Tras seccionar el cordón umbilical introducir un catéter de 3.5 – 5 Fr (depen-
diendo de la edad de gestación) en la vena (el vaso de mayor calibre), hasta que
refluya sangre (aproximadamente a los 3 cm). Una vez administrada la medicación
se debe lavar la vía con 2 ml de suero fisiológico.

– La vía endotraqueal se reserva para los casos en que el niño/a está ya intubado y
se precisa administrar de forma rápida alguna medicación mientras se intenta la vía
venosa. Mediante una jeringa se administra la medicación directamente en el tubo
ET o a través de una sonda, y posteriormente dar 2-3 emboladas para favorecer la
difusión del fármaco.

113
Anexo I: Reanimación del recién nacido/a

El uso de tubos de doble luz evita la desconexión del sistema de ventilación.

– La vía intraósea así como las venas periféricas son de uso excepcional en la reani-
mación en paritorio.

Adrenalina

Indicación: FC < 60 lpm a pesar de ventilación adecuada con presión positiva y


masaje cardíaco durante más de 30 segundos.

Dosis: 0,01 a 0,03 mg/kg (0,1 – 0,3 ml/kg de la dilución 1:10.000, 1ml de adrenalina
al 1:1.000 más 9 ml de s. fisiológico). Si se administra
por vía ET la dosis es de 0.03 hasta 0.1 mg/kg (0.3 a 1 mL/kg de peso de la diluida)

Vía de administración: endotraqueal o endovenosa.

Si tras la primera dosis de adrenalina no se produce mejoría administrar nuevas


dosis cada 3-5 minutos.

Expansores de volumen

Indicación: sospecha de hipovolemia (antecedente de hemorragia materna, transfu-


siónfeto-materna o feto-fetal, rotura del cordón umbilical y mala respuesta a la rea-
nimación) y datos clínicos sugerentes (palidez, pulsos débiles, mala perfusión, mala
respuesta a la reanimación o acidosis metabólica).

Tipos:

– Cristaloides: suero fisiológico, el más utilizado, o Ringer lactato.


– Sangre: O Rh negativo si ha habido una pérdida de sangre importante.

Dosis: 10 ml/kg, a pasar en 5-10 minutos, a repetir según respuesta clínica.

Vías: intravenosa de elección, o intraósea.

Naloxona

Indicaciones:

– Depresión respiratoria en recién nacido/a con antecedente de administración de


narcóticos a la madre en las 4 horas previas al parto.

– No debe administrarse a hijos/as de madres adictas a opiáceos ya que puede pre-


cipitar un cuadro de abstinencia grave. En estos casos el tratamiento será sintomáti-
co, manteniendo el soporte respiratorio hasta que se inicie la respiración espontánea.

114
Anexo I: Reanimación del recién nacido/a

Dosis: 0,1 mg/kg de una solución con 0,4 mg/ml. Puede repetirse la dosis cada 2-3
minutos hasta lograr la revertir la depresión respiratoria.

Vías : intravenosa, intramuscular o intraósea.

Bicarbonato sódico

Indicaciones: su uso rutinario en reanimación neonatal está desaconsejado, y en nin-


gún caso se debe administrar sin asegurar una adecuada ventilación y perfusión.
Algunos autores lo recomiendan si fallan todas las medidas de reanimación y otros
sólo si existe y existe acidosis metabólica intensa con pH < 7,120.

Dosis: 1 - 2 mEq/kg de una solución que contenga 0,5 mEq/ml (bicarbonato 1 M


diluido al medio).

Vía de administración: intravenosa o intraósea. La administración debe ser lenta.

Efectos secundarios: Hipercapnia e hiperosmolaridad.

3. SITUACIONES ESPECIALES

Líquido amniótico meconial

El antecedente de líquido amniótico teñido de meconio es una situación de alerta.


Según datos actuales no se recomienda la aspiración de las vías respiratorias por
parte del obstetra cuando el recién nacido/a asoma la cabeza por la vagina, pues
esta maniobra no previene del síndrome de aspiración meconial

1º Si el niño/a nace vigoroso e inicia el llanto, se realizarán los cuidados de rutina y


en ningún caso se procederá a la aspiración de tráquea aunque el meconio sea espeso.

2º Aspiración endotraqueal: Se debe realizar si tras el nacimiento del niño/a está


deprimido, hipotónico, no inicia la respiración o ésta es ineficaz. Se le colocará bajo
una fuente de calor radiante, evitando el secado y la estimulación y mediante larin-
goscopia directa se procederá a aspirar hipofaringe, hipofaringe, intubar y succio-
nar la tráquea.

Tras la conexión directa del tubo endotraqueal a la fuente de aspiración (existen


diferentes dispositivos para efectuar esta conexión, algunos tubos ET los llevan
incorporados) se irá retirando el tubo lentamente mientras se continua aspirando.
Como alternativa, aspirar la tráquea con sondas de 12-14 F. Si el niño/a está muy
deprimido tras la 1ª o 2ª aspiración hay que iniciar ventilación con presión positiva
aunque haya algún resto de meconio en la vía aérea. Se debe aspirar estómago cuan-
do la reanimación haya concluido.

115
Anexo I: Reanimación del recién nacido/a

4. CONSIDERACIONES ÉTICAS EN REANIMACIÓN NEONATAL

Actualmente hay un amplio consenso de no iniciar la reanimación en:

• Prematuros con edad gestacional ≤ 23 semanas y/o peso ≤ 400 g (excepto si


vitalidad extrema o crecimiento intrauterino retardado).
• Anencefalia.
• Trisomía 13 ó 18 confirmadas.
• Fetos con signos de muerte (ausencia de respiración y latido, maceración).

Si se ha iniciado la reanimación, ésta se interrumpirá si:

• Se confirma la existencia de una enfermedad incurable (Ej. anencefalia).


• No hay respuesta tras 10 minutos de RCP.

Se sabe que la incidencia de secuelas neurológicas graves o muerte es elevada


si a los 10 minutos no se ha conseguido latido espontáneo.

En el caso de niños/as prematuros con peso < 750 g es controvertida la decisión


de interrumpir la reanimación en aquellos casos en los que el Apgar a los 5 minutos
es < 5 y/o hay necesidad de masaje cardiaco o administración de adrenalina. En
casos de duda (el niño/a parece más maduro, tiene latido, etc.) iniciar la reanima-
ción. Posteriormente replantear la situación y limitar el esfuerzo terapéutico de
forma individualizada al disponer de mayor información clínica al conocer la opi-
nión de la familia.

Desde un punto de vista ético la interrupción de la reanimación o el no iniciarla


son dos decisiones similares.

116
Anexo II: Plan de parto

119
Anexo II: Plan de Parto

120
Anexo II: Plan de Parto

121
Anexo II: Plan de Parto

122
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