Derecho Penal - Compendio
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Derecho Penal - Compendio
Derecho Penal
Introducción
El Derecho, como mecanismo de control social busca regular la conducta de los gobernados en un contexto social e
histórico determinado. En particular, el Derecho Penal, como una rama del Derecho ubicada en el ámbito
público regula las conductas antisociales que hoy consideramos como delitos y que tienen prevista una pena o una
medida de seguridad.
Ante los retos que representan en la actualidad, por un lado la Criminalidad (común y la organizada), así como el
respeto a los Derechos Humanos de los gobernados frente al arbitrio punitivo del Estado, es importante tener muy
claro cuál es el papel que juega el Derecho Penal, pues como ya lo han advertido penalistas de la talla de Francisco
Muñoz Conde (España) o Eugenio Raúl Zaffaroni (Argentina), estamos viviendo un momento de expansión del Derecho
Penal bajo la tentación del populismo penal, es decir, querer usar al Derecho Penal como prima ratio (primera
solución), en lugar de usarlo (como debe ser) como ultima ratio (última instancia). De ahí la importancia de conocer
el surgimiento y evolución del Derecho Penal y los perfiles que debe tener en el contexto de un Estado Democrático y
de Derecho.
En esta unidad se revisarán los aspectos generales del Derecho Penal, su conceptualización, su ubicación y relación
con el Derecho Público y con otras ramas del Derecho, así como su evolución, desde la venganza privada hasta el
llamado período científico, con sus manifestaciones en particular en algunas sociedades antiguas, así como en México,
específicamente en la creación de los diversos códigos penales que fueron creados en 1871, 1929 y 1931. Con ello
pretendemos usted adquiera un conocimiento muy claro y preciso de este proceso de surgimiento y desarrollo del
Derecho Penal.
Luiggi Ferrajoli menciona que “el Derecho Penal, define lo que no es lícito lesionar, ni con el delito, ni con la sanción”
(Cfr. Sarre y Manrique, 2017: 6). Es por lo anterior que conocer la evolución y desarrollo del Derecho Penal, debe
servirnos para evitar cometer los errores del pasado, al igual de valorar los aportes de quienes han pretendido hacer
de éste, una herramienta útil para racionalizar la reacción social hacia aquello que denominamos delito y de qué forma
lo castigamos.
¡Adelante!
Objevo parcular
El alumnado aprenderá los diversos conceptos, denominaciones, caracteríscas y fines del Derecho Penal.
Temario
Unidad 1. El Derecho Penal
Complete el cuadro Mis conocimientos y expectativas, responda de manera honesta a las preguntas que se le plantean
en la columna “Lo que conozco” y redacte en la úlma columna, uno o dos párrafos expresando lo que le gustaría aprender al
estudiar esta unidad.
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Creando conciencia
Método de lectura
La lectura influye de manera directa en su proceso de aprendizaje, ya que en la formación profesional en Derecho una
habilidad crucial es la de leer de manera eficiente y eficaz.
Revise la lectura
Analice las partes en las que se divide su lectura.
Lea
Que su objetivo principal sea profundizar en el tema.
Pregunte
Generalmente cada párrafo contiene una o varias ideas principales; al leer responda: ¿Cuál es la idea que se
desarrolla?
Anote
Lleve un registro de las ideas principales, hechos o detalles de la lectura.
Esquematice
Utilice sus anotaciones y construya un esquema para tener una visión global y concreta del tema.
Parafrasee
Escriba las ideas principales con sus propias palabras. Evite plagiar ideas.
Reflexione
Plantee preguntas sobre las ideas anotadas para ayudarse a introducir nuevas ideas a las planteadas.
La norma penal y en particular el Derecho Penal juegan un papel muy importante en la regulación de la conducta
social. Rafael Ruiz Harrell fue un criminólogo mexicano, quien mencionaba que si queremos saber los valores que una
sociedad tutelaba en un lugar y tiempo determinado, debemos revisar sus Códigos penales, debido a que lo que una
sociedad castiga, nos habla a contrario sensu de los valores que tutela.
Así pues, hay que entender al Derecho Penal como ese sector del Derecho Público que se encarga de determinar las
conductas que son consideradas como delitos y, en consecuencia, la sanción o medida de seguridad que,
eventualmente se pueda imponer a quien se ha comprobado judicialmente que ha realizado dicha conducta tipificada
en el ordenamiento legal como delito.
Lo que hoy conocemos como el Derecho Penal, deviene de un proceso muy largo de evolución respecto de la facultad
del Estado denominada Ius puniendi, es decir, el derecho a castigar.
La concepción del Derecho Penal puede partir de dos aspectos (Díaz Aranda, 2014: 3):
Derecho penal
subjetivo
El derecho penal subjetivo es sinónimo del “derecho a penar” que tiene el Estado, el cual es conocido por su
denominación latina: ius puniendi, y se puede definir como la facultad del Estado para prohibir las conductas
consideradas como delitos e imponer las sanciones penales a quienes las realizan.
Derecho penal
objetivo
Cuando el Estado ejerce la facultad de emitir normas penales da origen al llamado derecho penal objetivo, el cual
podemos definir como el sistema de normas contenidas en las leyes emitidas por el Estado para dar a conocer a los
miembros de la sociedad las conductas prohibidas y establecer los requisitos para sancionarlas como delitos con penas
o como injustos con medidas.
Como podemos apreciar, el Derecho Penal moderno se basa en la premisa de la legitimidad del Estado para castigar
las conductas consideradas como delitos, pero que en la actualidad dicha facultad igualmente se encuentra acotada a
ciertos límites como lo son los Derechos Humanos, esto se convierte en un elemento muy importante al momento en
que el Estado, en ejercicio de ese derecho a castigar o ius puniendi, determine a través de la creación de normas
penales, la(s) conducta(s) que sea(n) considerada(s) como delito(s), o bien, las condiciones que debe asegurarse al
gobernado antes de aplicar ese derecho a castigar, para que éste no resulte injusto, arbitrario o desproporcionado,
respetando en todo momento, los derechos fundamentales reconocidos y establecidos en nuestra Constitución.
Concluimos este apartado con el siguiente pensamiento de Luiggi Ferrajoli, que refleja las ideas que hemos compartido
para su consideración (Cfr. Sarre y Manrique, 2017: 6):
“El Derecho Penal define lo que no está permitido lesionar ni con el delito ni con la pena”
Concepto
Mencionamos anteriormente, las ideas sobre lo penal han atravesado por un largo proceso de evolución, reflejando
la ideología y valores de las diversas sociedades, lo que se ha reflejado en las diversas definiciones que se han generado
con el tiempo. Sería prolijo enumerarlas todas y hacer justicia a todos quienes han realizado un esfuerzo por brindar
una definición satisfactoria o universalmente aceptable.
Partiendo de lo expresado, consideramos que puede tener un valor ilustrativo y reflexivo el simplemente proponer
algunas definiciones para que, al leerlas, se pueda comprender el proceso del que hemos hablado y, por otra parte,
dar cuenta de la importancia de entender al Derecho Penal en su contexto y en su tiempo. A continuación,
compartimos algunas definiciones sobre el Derecho Penal:
Von Liszt
El autor nos dice…
Derecho Penal es el conjunto de las reglas jurídicas establecidas por el Estado, que
asocian el crimen, como hecho, a la pena, como legitima consecuencia.
Edmund Mezger
El Derecho Penal es un conjunto de normas que regulan el ejercicio del poder punitivo del
Estado, conectando al delito, como presupuesto, a la pena como su consecuencia jurídica.
Relaciones del Derecho Penal con otras ramas del Derecho y Ciencias auxiliares
Como se ha comentado en los apartados anteriores, el Derecho Penal surge y ha evolucionado derivado de la
necesidad de tutelar, bienes jurídicos fundamentales para la vida social a través de la regulación de conductas
consideradas como antisociales, o mejor dicho como delitos.
Derivado de lo anterior, entendemos que el Derecho Penal debe atender a las necesidades sociales y los valores que
en cada sociedad y momento histórico prevalecen, así como reconociendo algunos que son permanentes como la
vida. De este modo, a través de la norma penal, se ha buscado regular las conductas delictivas y a la vez establecer un
estándar de comportamiento adecuado para lograr dicho propósito.
Es importante señalar que el Derecho Penal se ha nutrido de un continuo esfuerzo reflexivo para comprender de mejor
manera y justificar la imposición de las penas a lo largo del tiempo. Hoy la reflexión penal constituye un conjunto
sistematizado, organizado y correlacionado de conocimientos que pretenden establecer de manera objetiva las bases
de la organización penal, pero igualmente se reconoce que esta reflexión no se ha generado exclusivamente desde el
derecho penal como tal, el conocimiento humano sobre el delito se ha venido gestando en los últimos siglos de una
diversidad de orígenes y perspectivas de conocimiento que han venido a enriquecer la reflexión punitiva.
Podemos decir que, en el ámbito jurídico el Derecho Penal guarda relación con otras ramas del Derecho como las
siguientes: derecho constitucional, derecho civil, derecho laboral, derecho administrativo, derecho fiscal, derecho
mercantil, etcétera. Asimismo, el pensamiento penal ha sido enriquecido con las aportaciones de otras ciencias o áreas
del conocimiento como: medicina legal, criminalística, criminología, victimología, política criminal, dogmática penal,
entre otras.
Cada una de ellas ha hecho contribuciones importantes que han coadyuvado a ampliar la comprensión del fenómeno
delictivo, la concepción del delito, del delincuente y los fines de la pena, para que éstos estén más acordes con los
tiempos en que vivimos.
Evolución histórica
Parafraseando un conocido refrán: “El Derecho Penal, no siempre fue lo que hoy es”, es común caer en el error de
considerar que la reflexión penal y la regulación del arbitrio punitivo del Estado siempre han sido reguladas de la forma
y bajo las bases y fundamentos que hoy tenemos, nada más alejado de la realidad. Como ya hemos mencionado, el
Derecho Penal es el resultado de un largo proceso de evolución y desarrollo que nos ha llevado siglos, incluso eones.
Tener en cuenta esos aspectos, previo al estudio de la evolución del Derecho Penal nos permitirá poner juntas ideas
y conceptos como delito/pecado, venganza/justicia, libertad/control social, pena/medida de seguridad,
acción/omisión, etcétera.
La mayoría de quienes han escrito sobre esta evolución coinciden en que este proceso puede quedar establecido o
comprender los siguientes momentos o estadios:
Reflexión…
Previo al estudio de esta evolución histórica, es preciso mencionar que los estadios señalados, no constituyen
momentos precisos o tajantes en este proceso de evolución, sino que tratan de dar cuenta de grandes momentos
cualitativos dentro de la reflexión penal que, incluso es posible entender que se traslapan, en algunos casos, unos con
otros, por lo que su valor es simplemente ilustrativo de un proceso largo y complejo, pero a la vez fascinante.
Venganza privada
Nos refiere evidentemente un momento histórico muy temprano en la historia de la humanidad en la que la
organización social es incipiente y por ende no es posible pensar en encontrar instituciones, legislación penal o
funcionarios judiciales que pudiesen resolver los conflictos que surgían en aquellas épocas.
La idea de la venganza privada está relacionada con lo que se conoce comúnmente como justicia por propia mano.
Ante la ausencia de mecanismos formales para la resolución de los conflictos sociales (tribunales, códigos, jueces,
etcétera), este primer período se caracteriza por que son las partes las que lo gestionan (resuelven), generalmente
por conducto de la violencia (razón del más fuerte).
Es así como eran las partes (hoy diríamos víctima y delincuente) quienes, por sus medios solucionaban el conflicto,
naturalmente entendemos que en ello habría precisamente mucho de venganza y poco de justicia. Nos encontramos
en los albores de la regulación de la vida social y por lo tanto del Derecho Penal.
El periodo de la venganza privada no corresponde propiamente a un estadio de evolución del Derecho Penal,
tratándose de un antecedente en cuya realidad hunden sus raíces las instituciones jurídicas que vinieron a
substituirlas.
Pensamiento que aclara Castellanos Tena al observar que no toda venganza puede considerarse antecedente de la
represión penal, sino la actividad vengadora apoyada por la colectividad misma, al reconocer el derecho del ofendido
a ejercitarla, proporcionándole la ayuda material o el respaldo moral necesario (Cfr. Pavón Vasconcelos, 2004: 46).
Particularmente encontramos que en este período se atiende a los conflictos, los cuales más adelante llamaremos
delitos, que implicaban un daño material y constituían la base de la venganza (la generación de un daño similar o
equivalente al causado). Entre los Babilonios encontramos la llamada Ley del Talión: ojo por ojo, diente por diente,
que remite y resumen de manera muy gráfica el sentido de justicia característico de este estadio, más tarde se dará
paso a las llamadas composiciones (arreglos económicos entre las partes), para evitar mayor generación de violencia
e intentar una suerte de autocomposición entre las partes.
(1) Ley del Talión
Venganza privada
En este estadio, llama la atención que comienza a generarse la idea de que el daño causado (delito/pecado) se refiere
sobre todo a un mandato divino o a una deidad. El castigo se da, no en función al daño que se genera a otro individuo
miembro de la comunidad, sino que se ha infringido un mandamiento, un dogma, de origen divino, así que el castigo
busca, sobre todo castigar la falta de cumplimiento al mandato divino, más que a la tutela de algún bien jurídico en
particular.
Este periodo, en el progreso de la función represiva, constituye una etapa evolucionada en la civilización de los
pueblos. Los conceptos Derecho y religión se funden en uno sólo y así el delito, más que ofensa a la persona o al grupo
lo es a la divinidad.
Una época histórica que puede ubicarse en este contexto es la que históricamente hemos estudiado como la Edad
Media (algunos lo han denominado también oscurantismo), en el que se gestó y actuó el llamado Tribunal del Santo
Oficio; mejor conocido como la Santa Inquisición que, bajo una concepción religiosa, detuvo, procesó, enjuició y
ejecutó a miles de personas por delitos/pecados “cometidos en contra de la fe”, lo que sin duda constituye una página
muy oscura y triste en la historia de la humanidad.
Venganza pública
Durante este momento histórico, encontramos que se reivindica el llamado interés público, es decir, la base para el
castigo por la violación a la norma penal tiene su base en la restitución del orden social. Se podría decir que la víctima
no era quien había sufrido el daño, sino la sociedad, lo que funda y motiva, en ciertos casos la expropiación del
conflicto del ámbito particular (venganza privada) al ámbito público, en esta época podemos presenciar intentos más
formales y acabados para formalizar y organizar la respuesta penal (normatividad, tribunales, división de funciones
públicas penales, etcétera).
En esta etapa de la evolución de las ideas penales, se transforman los conceptos de pena y de función represiva,
dándoseles un carácter eminentemente público. Se caracteriza, al decir de Cuello Calón, por la aspiración de
mantener, a toda costa, la tranquilidad pública.
“Este es el ciclo en que aparecen las leyes más severas, en que se castigan con más dureza no sólo los crímenes más
graves, sino hasta hechos hoy indiferentes... reinaba en la administración de justicia la más irritante desigualdad, pues
mientras a los nobles y a los poderosos se les imponían las penas más suaves y eran objeto de una protección penal
más eficaz, para los plebeyos y siervos se reservaban los castigos más duros y su protección era en muchos casos tan
sólo una caricatura de la justicia...; los jueces y los tribunales tenían la facultad de imponer penas no previstas en la
ley, incluso podían incriminar hechos no penados como delitos, y de estos poderes abusaron con exceso, pues no los
pusieron al servicio de la justicia, sino al de los déspotas y tiranos depositarios de la autoridad y el mando” (Cfr. Pavón
Vasconcelos, 2004: 51).
Así pues, la venganza pública, diríamos que constituye un primer intento por dotar de objetividad y racionalidad el ius
puniendi del Estado, que, dicho sea de paso, también comienza a consolidarse como idea política, social y jurídica.
En los siguientes apartados, vamos a conocer algunos aspectos de la organización penal de algunos pueblos de la
antigüedad en relación con este estadio.
Oriente
Babilonia llegó a ser una potencia comercial y militar asentada entre los ríos Tigris y Éufrates, es considerada por
algunos la verdadera cuna de la civilización occidental. Fue una sociedad teocrática que comenzó a organizar los
aspectos penales por primera vez en una codificación conocida como Código de Hamurabi, en honor al rey
Hamurabi, quien la encomendó, y que contiene las primeras reglas de corte, diríamos “penal y procesal”
(aproximadamente 282 reglas), ya que aún no se lleva a cabo una distinción entre ambos aspectos.
En la antigua Babilonia, una potencia militar y comercial, se establecieron reglas para llevar a una persona a
juicio. La Ley del Talión señalaba: “Si el acusador no probaba la acusación sufría la pena que hubiera
correspondido al delito acusado”. Lo que implicaba que no podía activarse la maquinaria estatal para caprichos o
falsas acusaciones. Asimismo, se permitía la acción popular en delitos considerados como públicos (homicidio,
fraudes en pesas y medidas, delitos militares). Al margen del juicio existía la posibilidad de la composición
privada.
También, se emitieron una serie de recomendaciones a los jueces en lo que es considerado como el primer Código
Penal de la historia, nos referimos al Código de Hamurabi. En él se encuentran escritas casi 282 leyes con objeto de
regir las decisiones de los jueces.
Grecia
Sin duda, otro de los referentes obligados para conocer y estudiar la incipiente organización penal es en la antigua
Grecia. Cuna de filósofos y del pensamiento occidental, incluso los griegos reconocían la necesidad de generar
normas de carácter penal para regular y sancionar determinadas conductas, basados en una peculiar forma de
entender la vida y las relaciones; tanto humanas como divinas. El siguiente pasaje nos muestra algunos aspectos
de su organización penal a través de uno de los juicios históricos más famosos: el de Sócrates.
En la antigua Grecia encontramos el típico proceso de corte acusatorio, en el que el particular debía llevar al
acusado ante los dikastae (especie de jueces jurado), y exponer la acusación ante ellos, asimismo, el acusado
debía tratar de defenderse como pudiera. Es célebre entre los juicios griegos el proceso seguido en contra de
Sócrates el cual exponemos de manera sucinta a continuación: el más famoso de los juicios celebrados en Atenas
fue el de Sócrates que promovieron tres ciudadanos como acusación particular: Ánito, Meleto y Licón. La
acusación, recogida por los discípulos de Sócrates, rezaba así: se acusa a Sócrates porque no honra a los dioses
que la ciudad honra y porque introduce nuevas divinidades. Se le acusa también porque "corrompe a los jóvenes”.
En el juicio se puso de manifiesto la compleja idiosincrasia del sistema judicial ateniense, donde solía haber de por
medio motivaciones políticas, económicas o de otra índole. Sócrates, ciudadano ejemplar pero incómodo, se
defendió brillantemente y con fina ironía: a la hora de elegir la pena, le dieron la consabida opción de proponer
una alternativa a la muerte, y él sostuvo que debía ser mantenido de por vida a costa del erario. Su condena no se
hizo esperar, y con una copa de cicuta puso término a su vida. Platón, en su Apología, hace figurar al maestro
despidiéndose de los jueces y de la vida con unas palabras que se han hecho legendarias: “Pero ya es hora de
marcharnos, yo a morir y vosotros a vivir. Quién de nosotros se dirige a una situación mejor es algo oculto para
todos, excepto para los dioses”.
Roma
Roma sin duda es un referente obligado, debido a que nuestro sistema legal cuenta con una impronta muy
importante derivada de este pueblo. Al igual que pueblos como los griegos o los babilonios, los romanos se
caracterizaron por ser un pueblo conquistador y comercial, pero encontraron la base para afianzar su dominio en
las leyes. En el caso de la legislación penal, se basa sobre todo en delitos cometidos por extranjeros (no
ciudadanos romanos), así como un proceso de corte inquisitivo, que con el tiempo se nutrirá de otras formas de
organización penal, particularmente de los llamados pueblos bárbaros, de quienes retomaron instituciones muy
interesantes como: las ordalías, el combate judicial y las conjuras, entre otros, como formas de solucionar los
conflictos generados por el delito.
En Roma encontramos que su proceso, en un principio era típicamente inquisitivo y con el tiempo y la influencia de
los pueblos germánicos adquirirá aspectos de un sistema acusatorio.
En un principio fue un proceso inquisitivo puro, en el que no había partes ni procedimiento legal específico. En la
época arcaica los delitos públicos eran castigados por el magistrado (sin proceso) basado en simples indagaciones,
que se aplicaba a los no ciudadanos por delitos en contra de la comunidad.
El proceso poco a poco fue derivando hacia el sistema acusatorio, el cual alcanzó su esplendor en la época
republicana. Con la Ley Calpurnia, puede decirse que se establece el proceso típicamente acusatorio. El proceso
iniciaba con la acusación, el acusador debía sostener la acusación durante todo el proceso y aportar pruebas de
cargo.
Con la invasión germánica, se introdujo al sistema romano un nuevo proceso, también de carácter acusatorio,
basado en ordalías o juicio de Dios. Se citaba testigos, se convocaba a reunión de la asamblea, se formulaba la
acción, se buscaba la posible confesión o, en caso contrario, la prueba de expurgación a cargo del acusado,
ordalías o conjuradores que apoyasen la versión del acusado e incluso el duelo o combate judicial.
En referencia a otros aspectos penales que vale la pena destacar, se encuentra la regulación que realizaron en las
llamadas Doce tablas, el cual era un texto muy simple que contenía los delitos públicos y privados, así como las
penas previstas a los mismos. Entre algunos de los principios que se establecieron en estas doce tablas
encontramos los siguientes:
Otras leyes romanas
Canónico
Como se mencionó ut supra, en el seno de la iglesia (específicamente la iglesia católica), se va a dar un desarrollo
importante de los que será conocido como el Derecho Canónico. Éste tiene sus orígenes en la doctrina establecida
por los llamados padres de la iglesia Patrística, a través de los llamados cánones (reglas), ya que la finalidad de
ello era: la salvación de las almas.
Con el tiempo, se va a desarrollar más este derecho canónico, incluso todo un procedimiento judicial que debían
observar los tribunales eclesiásticos.
A inicios del siglo XX (1904), el Papa Pío X creó una Comisión que se encargara de la redacción del Código de
Derecho Canónico, la cual se promulgó hasta 1917.
Periodo humanitario
Este período se enmarca en un contexto histórico, social, político y filosófico en el que se recupera al hombre como
centro de la reflexión y del quehacer político y social.
Se busca superar las limitaciones que se generaron durante el llamado oscurantismo, bajo el predominio de las ideas
religiosas. En el ámbito penal esta tendencia se hará más patente bajo las reflexiones de autores como César
Bonesana, marqués de Beccaria, quien con su obra “De los delitos y las penas”, generará toda una revolución en
cuanto al castigo introduciendo conceptos e ideas innovadores para la época. Otro tanto harán en Inglaterra autores
como John Howard, en Inglaterra tras haber estado privado de la libertad, dedicó su existencia a hacer lo que se ha
llamado la geografía del dolor, reflexión sobre lo que hoy llamaríamos Derecho penitenciario. Así pues:
Aunque es notable la influencia humanitaria de la obra de César Bonesana, Marqués de Beccaria, la doctrina del
Derecho natural había con anterioridad pretendido afirmar los derechos del hombre frente a la razón del estado. Las
obras de Grocio, Pufendorff, Tomasius, Lock y otros, integraron una corriente de doctrina que cumplió una misión
histórica frente a la monarquía absoluta.
Según Novoa, iba a ser el movimiento ideológico del siglo XVIII, promovido por “el despertar intelectual y libertario”,
el que habría de señalar las pautas, haciendo accesible el camino, hacia una total reforma penal. Dentro de este
movimiento destacan, fundamentalmente, las obras de Montesquieu (el espíritu de las leyes), Voltaire (sobre la
tolerancia) y Rousseau (el contrato social), en las cuales se denuncian la excesiva crueldad de las penas y lo irregular
de los procesos, señalándose, como fundamento de la pena, el contrato social (Pavón Vasconcelos, 2014: 53).
Las reflexiones de este período humanista sembrarán los cimientos para un período que buscará consolidar los
avances en los campos del conocimiento humano con una base científica, reflexión que buscará llevarse al
delincuente, al delito y a la pena, lo que igualmente constituirá todo un hito en la historia de la reflexión penal.
Periodo científico
Sin duda, la inercia generada desde el Renacimiento y el Iluminismo, vendrán a coronarse en la inauguración de toda
una época en lo penal, que busca generar explicaciones racionales y científicas respecto del delito y el delincuente,
con bases objetivas y métodos basados en la ciencia. Esto traerá como consecuencia una maduración de ideas y
consolidación de muchos aspectos que hoy en día resultan relevantes para nutrir y fundamentar al Derecho Penal.
A partir de Beccaria, a quien algunos erradamente señalan como un clásico, principió a cobrar auge en Europa el
estudio del Derecho Penal. Pablo Juan Anselmo Von Feuerbach, considerado en Alemania el padre del derecho penal
moderno, siguiendo en esencia la doctrina de Kant, crea el criterio de que la pena es una coacción psicológica, dando
así nacimiento a la teoría de la prevención general. Aferrado al principio de la legalidad, que proclama la existencia
previa de la ley penal para calificar el delito un hecho e imponer una pena, se le atribuye la paternidad del principio
“nullum crimen sine lege, nulla poena sine lege”, aceptado en forma unánime en todos los países cuyo Derecho positivo
penal sigue una trayectoria liberal (Pavón Vasconcelos, 2004: 55).
Asimismo, vemos que, en el aspecto penal, se nutren y desarrollan varias ideas que resulta interesante considerar
(Cruz Cruz, 2004: 30):
¿Sabía que…?
Uno de los representantes más destacados del periodo científico fue Von Feuerbach, considerado en Alemania el
padre del derecho penal moderno. Siguiendo en esencia las doctrinas de Kant, Feuerbach crea el criterio de que la
pena es una coacción psicológica, con lo cual da origen a la teoría de la prevención general.
Historia del Derecho Penal mexicano
Como es de suponer, la evolución del derecho penal se ha proyectado igualmente en nuestro país. Tanto en el período
antes y después de la Colonia e incluso hasta ahora, hemos presenciado una historia de la evolución del Derecho Penal
en nuestro país que es importante conocer, es por ello por lo que en los siguientes apartados vamos a llevar a cabo
una somera revisión de este proceso histórico que nos muestra esa trayectoria: época precortesiana, Colonia,
Independencia y codificación penal de 1871, 1929 y 1931.
Época precortesiana
Aunque en una forma incipiente, encontramos que en varios pueblos mesoamericanos ya se encuentran aspectos de
regulación de conductas que podemos identificar con el Derecho Penal, naturalmente desde su cosmovisión y valores,
cada uno de los pueblos que habitaron lo que hoy es México, regulaban ciertas conductas como delitos y
contemplaban alguna sanción o castigo. Tal y como comentamos en el apartado de evolución del Derecho Penal, en
algunos pueblos de la antigüedad, encontramos que muchos de nuestros pueblos originarios igualmente sostenían
ideas entre la llamada venganza privada y la venganza divina, naturalmente el castigo era aplicado por una autoridad
diríamos estatal y se buscaba algún efecto preventivo en la sanción, pero, como hemos mencionado, de forma muy
primitiva.
Los delitos considerados como tales y los castigos reflejan la idiosincrasia de estos pueblos precortesianos que nos
muestra y habla de la sus valores y filosofía.
Por ejemplo…
Un ejemplo lo encontramos en la siguiente narración de Díaz Aranda (2014: 7). Teja Zabre nos ilustra
sobre los delitos y las sanciones que se imponían en el territorio de la Triple Alianza (México, Texcoco
y Tacuba):
Por ejemplo… A, C, D, E
Por ejemplo… F, H, I, M
Por ejemplo…P, R, S, T
Aunque se considera que la aportación a la reflexión penal por parte de estos pueblos pueda ser escasa, sirve de
testimonio sobre la preocupación prácticamente universal por las cuestiones penales.
Época colonial
En la llamada época colonial, vamos a ver cómo se van a proyectar la cultura, religión y en este caso la legislación, en
general y en particular la penal de España hacia lo que entonces se denominaba la Nueva España, como podremos
constatar a continuación, en lo que hace a las normas penales, vamos a ver que se van a aplicar disposiciones como
la Novísima recopilación, las Siete Partidas y otras que tenían como objetivo, generar la aplicación de la ley en casos
de los denominados delitos cometidos en esa época, aunque hay que decir que se aplicaba bajo ciertos raceros
(criterios), de manera clasista y desigual a los habitantes de la Nueva España, tal y como Enrique Díaz Aranda detalla
a continuación.
Después de la conquista fue necesario establecer las instituciones jurídicas que regularían la vida en los nuevos
territorios españoles; por ello, la Novísima recopilación de 1805 y las Siete Partidas fueron ordenamientos aplicados
frecuentemente en la Nueva España. Las últimas se integraban con una serie de ordenamientos sustentados en la
tradición romano-canónica-germánica y son, por tanto, el origen de nuestro actual sistema jurídico. El delito se
concibió desde una perspectiva religiosa y política como “un acto peligroso que infringe los cánones de la religión ya
como infidencia al Estado, o como una agresión perjudicial a la seguridad y armonía de los individuos asociados. La
penalidad, es una expiación, una vindicta o una forma de escarmiento” (2014: 9).
¿Sabía que…?
Durante la época colonial, tanto las leyes aplicables como las penas a imponer se determinaban atendiendo a la raza
del condenado, por lo cual a los conquistadores se les aplicaban las leyes que regían en la península, mientras que a
los indígenas y negros se les aplicaban las leyes emitidas para la Nueva España.
De acuerdo con lo anterior, las sanciones impuestas podían ser: pena de muerte, horca, prisión, azotes, destierro,
trabajos forzados en arsenales o en obras públicas, relegación, proscripción, multa, confiscación, castración de negros
cimarrones, trabajo para los indios en los conventos, etcétera (Díaz Aranda, 2014: 9).
En resumen, la legislación española era heterogénea y caótica, desde el punto de vista legislativo; desigual, injusta,
arbitraria y cruel para el individuo; y se aplicaba mediante un procedimiento, secreto e inquisitivo, que ignoraba las
garantías de defensa y de la persona humana (Díaz Aranda, 2014: 9).
(10) Novísima recopilación de las
(8) Leyes Indias (9) Leyes de Toro
Leyes de España
La época colonial supuso un momento histórico en el que simplemente se traslapaban las instituciones europeas, en
este caso de España, en las colonias americanas, por lo que podemos decir que con pocas diferencias, eran las mismas,
por lo que no será sino hasta que se logre la independencia de nuestro país, que se gestará un esfuerzo para dotar a
México de una legislación penal propia, lo cual, como veremos en los siguientes apartados no fue un proceso fácil.
Época independiente
Lograr la independencia solamente fue el inicio de un largo proceso de consolidación de la Nueva España en lo que
hoy son los Estados Unidos Mexicanos. Como veremos a continuación, muchos fueron los temas y avatares que
tuvieron que enfrentarse, debido a que la diversidad de criterios e ideas sobre la construcción de la nueva nación;
lejos de unificarnos, nos dividieron en más de un sentido, lo que indudablemente influyó en el desarrollo de las
instituciones nacionales, incluida la parte penal.
Como veremos a continuación, este proceso estuvo lleno de vicisitudes que implicaron que, al principio, se siguiera
con cierta inercia sobre las instituciones de origen europeo, sobre todo español. Poco a poco se fueron consolidando
esfuerzos para lograr en la parte penal, dar a luz nuestros primeros intentos de legislación penal, como se muestra a
continuación (Díaz Aranda, 2014: 10):
Las ideas del siglo XIX y las propias dinámicas internas de nuestro país influyeron en los primeros intentos de
organización penal que fueron poco viables, sin embargo, como veremos en el siguiente apartado, también se llegará
a consolidar los primeros esfuerzos de codificación penal, desde una perspectiva nacional que, con sus aciertos y
errores, constituye un primer y logrado esfuerzo en ese sentido.
Código Penal de 1871
El Código penal de 1871, mejor conocido como Código Martínez de Castro, de corte liberal (de acuerdo con la época)
es un primer logro de legislación penal, aunque de inspiración ibérica, pero que ya igualmente mostraba la forma en
que las ideas de corte liberal (como las de la ilustración y de la Revolución Francesa) habían arraigado en nuestro país.
Su mérito está sobre todo en tratar de romper esa impronta y dar a la luz un documento nacional en ese sentido, la
siguiente reseña nos habla de ese proceso.
Díaz Aranda (2014: 10-11) menciona que el Código Penal para el Distrito Federal y territorio de la Baja California sobre
delitos del fuero común y para toda la República sobre delitos en contra de la Federación fue elaborado por la comisión
integrada por Antonio Martínez de Castro, José María Lafragua, Manuel Ortiz de Montellano y Manuel M. de
Zamacona tomando como modelo el Código penal español de 1870. Este código fue promulgado el 7 de diciembre de
1871, es más conocido como Código Martínez Castro y en él se adoptó la ideología liberal proveniente de la
Declaración Universal de los Derechos del Hombre. Asimismo, reunió y sistematizó por primera vez las normas
penales, dando certeza jurídica a los ciudadanos, aunque los 1151 artículos que lo conformaban lo llevaron a un
casuismo extremo, propio del positivismo de la época y una concepción retribucionista de la pena.
Si bien el Código de 1871 tuvo sus admiradores y detractores, se le reconoce como la primera legislación penal
auténtica que rigió en nuestro país en las postrimerías del siglo XIX.
Pero de igual manera hay que reconocer que esa legislación pronto se vio rebasada por la realidad y la necesidad de
estar acordes con las nuevas ideas que se estaban generando, sobre todo en Europa, en particular, a partir de las
críticas al Positivismo y la llamada Escuela clásica del Derecho Penal, por lo que estas alcanzarán al Código de 1871 y
darán la pauta para realizar un nuevo esfuerzo que fue conocido como el Código Almaraz de 1929.
Las modernas ideas sobre la Política Criminal, al casuismo y falta de sistematización adecuada del Código de 1871, así
como las reflexiones sobre la prevención del delito y la responsabilidad penal, fueron solamente algunos de los
aspectos que dieron pauta al inicio de los trabajos para modernizar nuestra legislación penal. La comisión encargada
de dicho proyecto, encabezada por José Almaraz buscará posicionar la reflexión penal en México a la altura de la que
se vivía en Europa, sin embargo, las críticas a estos trabajos y su resultado concreto, conocido como el Código Almaraz
de 1929, fueron tales que el proyecto no llegó a ver la luz (legislativamente hablando), sin embargo, se trata de un
esfuerzo loable que debe ser considerado, sobre todo por sus intenciones, tal y como se expone en las siguientes
líneas.
Terminada la revolución y emitida la Constitución de 1917, Emilio Portes Gil comisionó a José Almaraz, Luis Chico
Goerne, Ignacio Ramírez Arriaga, Antonio Ramos Pedrueza, Enrique C. Gudiño y Manuel Ramos Estrada, para la
elaboración de un código penal acorde con la situación del país. Los trabajos concluyeron con el llamado Código de
Almaraz de 1929. Sobre la política criminal adoptada por la comisión, llama la atención los pronunciamientos de Luis
Chico Goerne sobre la concepción del delito, ya que con ello quedaba clara la concepción del bien jurídico tutelado
como sustento del Derecho Penal (Díaz Aranda, 2014: 12):
El autor nos dice…
Luis Chico Goerne
El delito es un acto social que daña al hombre y a los agregados sociales, reconocidos expresa o implícitamente por la
ley fundamental, en cualquiera de sus valores esenciales reconocidos por la misma ley como derechos, y en forma tal,
que el daño no pueda ser reparado por la sanción civil.
De ahí que "tan pronto como entraron en vigor las flamantes leyes, se vio que eran obra de gabinete, que no reflejaban
las ideas expuestas por el licenciado Chico en sus conferencias, adoleciendo de graves omisiones, de contradicciones
notorias, de errores doctrinarios" (Díaz Aranda, 2014: 12) y debido a esto fue necesario emprender de inmediato
nuevos trabajos de reforma que culminarían con un nuevo código penal.
A veces es necesario fracasar para poder alcanzar el éxito. Consideramos que esa puede ser la reseña del Código de
1929 que, aunque no llegó a entrar en vigor, supuso una serie de reflexiones que sirvieron para intentar una nueva
legislación que se concretará en 1931, tal como se expondrá en el siguiente apartado.
Diríamos que la ventaja de mirar hacia atrás es que nos permite ver el camino que hemos recorrido. El Código penal
de 1931 es heredero de un proceso de reflexión que ya venía de tiempo atrás y que permitió consolidar y unificar las
visiones que en esa época pugnaban por manifestarse.
Las reflexiones sobre el delincuente, la pena como mal social, los fines de la pena, se proyectarán en el Código de 1931
como avances importantes, por otro lado, conceptos como la peligrosidad, la defensa social y la expiación, son
ejemplos de debates que no necesariamente se resolvieron sobre lo mejor o lo más conveniente, sin embargo, lo que
se aplaude es la riqueza conceptual y de posturas que se encuentran en este código y que se muestran en las siguientes
consideraciones:
La Comisión redactora del código penal se conformó por José Ángel Ceniceros, José López Lira, Alfonso Teja Zabre,
Luis Garrido y Ernesto Garza, quienes no publicaron la exposición de motivos del código penal, por lo cual resulta muy
importante lo contenido en las actas, dado que nos pueden orientar sobre los lineamientos que los guiaron y como
interpretación auténtica del mismo (Díaz Aranda, 2014: 13-14):
Díaz Aranda (2014: 13-14) menciona que de este modo se publica el Código penal para el Distrito y Territorios
Federales en Materia de Fuero Común y para toda la República en Materia de Fuero Federal el 14 de agosto de 1931,
el cual dejó de ser aplicable para el Distrito Federal con la reforma del 23 de diciembre de 1974, y con la reforma del
18 de mayo de 1999 quedó como Código Penal Federal (CPF). Posterior a la emisión del CPF de 1931 se han elaborado
diversos proyectos, a saber: anteproyecto de Código penal de 1949, ante proyecto de Código penal de 1958. Sin
embargo, ninguno de ellos ha llegado a tener vigencia.
Múltiples han sido las reformas al Código Penal Federal de 1931, pero las más relevantes son las de 1984 y 1994, las
cuales han tratado de ajustarlo a los parámetros de un Estado social y de derecho.
Sin duda, esta legislación penal nos muestra la consagración de un largo camino que sin embargo no ha concluido,
como se dio cuenta, el Código de 1931, pese a sus innegables avances ha tenido que sufrir ya varias modificaciones
desde su emisión a la fecha. Hoy en día hay propuestas sobre una legislación penal única para todo el país, al igual que
ya existen en la materia procesal penal, esto nos indica que la evolución del Derecho Penal es permanente, ya que
está en función de las necesidades y retos que se deban enfrentar en cada época y lugar.
Para consolidar su aprendizaje respecto de los contenidos de esta asignatura le sugerimos que procure vincular lo
aprendido con las temáticas de otras asignaturas, en especial con Introducción a la Teoría del Derecho,
específicamente, con el tema características y elementos de la norma jurídica, y el tema de derechos subjetivos, pues
esto le permitirá entender mejor que se trata de una facultad o prerrogativa establecida a favor de las personas
previstos en Leyes, Código, Reglamentos, Constitución, y en Tratados e Instrumentos Internacionales.
Asimismo, le recomendamos tener presentes los temas de las asignaturas Derecho Romano, Acto Jurídico y Derecho
de las Personas y Sociología Jurídica.
Fuentes de consulta
Bibliografía
Imágenes
Mi experiencia de aprendizaje
Como ha podido constatar de la revisión de esta unidad, el Derecho Penal ha evolucionado de manera muy importante
a lo largo del tiempo. Desde la venganza privada hasta el ejercicio de un ius puniendi del Estado perfectamente
delimitado, tanto para el infractor, como para el propio Estado.
Asimismo, ha podido apreciar esa evolución en diferentes referentes históricos y culturales, y particularmente en
nuestro país como hemos recibido y construido un Derecho Penal acorde con nuestras necesidades.
Con base en lo estudiado en la unidad, elabore una línea del tiempo en la que se reflejen los períodos históricos de
evolución del Derecho Penal y la evolución penal en México.
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Unidad 2. La Ley Penal | Contenido · Actividades
Introducción
Para su estudio, el Derecho penal se subdivide en dos partes; una parte general y una
parte especial. La parte general es la más abstracta, en cuanto expone al Derecho
penal en un sentido amplio y la parte especial consiste en el estudio específico de
determinados delitos, referidos a una legislación en particular.
En esta unidad, vamos a analizar la teoría de la ley penal, lo que nos permitirá entender,
entre otros aspectos; sus características, sus fuentes, ámbitos de validez e
interpretación, lo que permitirá comprender la trascendencia de su aplicación en la
práctica para la resolución de casos penales.
¡Adelante!
Objetivo particular
El alumnado localizará los rasgos que caracterizan a la ley penal y comprenderá sus
principales aspectos técnicos, entre otros.
Temario
Creando conciencia
En la década de 1960, tres meses después de que Adolf Eichmann fuera sentenciado a
muerte en Jerusalén por crímenes contra la humanidad durante el régimen nazi, el
psicólogo Stanley Milgram llevó a cabo una serie de experimentos que cambiaron para
siempre nuestra percepción de la moral.
¿Hasta dónde sería capaz de llegar por obedecer a una figura de autoridad?
La Ley Penal
Definición
Definamos…
Ley penal
Tipo
Definamos…
Tipo penal
Elementos
“[...] consiste en la fría descripción, los elementos están presentes en la redacción del
tipo… el proceso de percepción llega a través del conocimiento, los sentidos como la
vista, que cuando se da lectura al tipo hace que conozcamos sus requerimientos”
(Pérez, 2009: 49). Es decir, son elementos que son simplemente percibidos por los
sentidos, sin involucrar cuestiones valorativas sobre la intención del sujeto activo.
Entre estos elementos encontramos: referencias temporales, referencias espaciales,
calidad específica del sujeto activo, calidad especifica del sujeto pasivo, medios
comisivos, nexo causal, bien jurídico tutelado, etcétera.
Elemento subjetivo
Así pues, el elemento subjetivo del tipo representa la parte interior del sujeto activo,
es decir, el contenido de voluntad con el que se realizó la conducta, si ésta se realizó
dolosa o culposamente; o bien, si el tipo penal introduce una finalidad específica, por
lo que si el resultado obtenido con la conducta fue derivado de la voluntad del sujeto,
se considerará dolo; en cambio, si no existe coincidencia con la voluntad de desplegar
una conducta específica y el resultado obtenido, se considerará culposo; mientras que
encontraremos tipos penales que especifiquen finalidades exclusivas o elementos
subjetivos específicos diversos al dolo o a la culpa, por ejemplo, el delito de abuso
sexual que indica que las conductas deben tener una carga sexual, pero que el sujeto
que las efectúa no tenga finalidad de copular con la víctima.
Elementos normativos
Son aquellos términos que encontramos en el tipo penal que requieren una valoración
cultural o jurídica para su entendimiento, es decir, palabras que requieren
interpretarse para llegar a dimensionar la finalidad del tipo penal. Por ejemplo,
dentro del delito de aborto encontramos diversos términos que hemos de definir,
entre ellos, "producto", "fecundación" o "gestación".
El tipo Penal
Para hablar de la historia del tipo penal hemos de remontarnos al siglo XVIII,
cuando Cesare Bonesana, Marques de Beccaria, publicó su famoso “Tratado de los
delitos y de las penas”, donde se asientan las primeras bases de un derecho penal
moderno, con grandísimas contribuciones como lo es el establecimiento de la
importancia de las conductas sancionadas, de manera que los juzgadores no las
pudiesen determinar a su albedrío, o bien, que se impusieran límites a las sanciones
que se podrían imponer.
Pero no es sino hasta inicios del siglo XX, cuando el famoso Ernst Von Beling aportó la
idea de que el tipo penal es una mera descripción de diversos elementos, separados,
completamente, de la antijuridicidad y la voluntad del sujeto (Von Beling, 2002: 78).
Posteriormente nos trasladamos a las ideas de Max Ernst Mayer y de Binding,
consistente en que el tipo penal es un elemento indiciario de la tipicidad, que ya
indicaba un elemento de contradicción a la expectativa normativa, pero seguía sin
valorar los elementos internos del sujeto.
No podemos omitir que la construcción de toda norma y, aún más, de cualquier tipo
penal, gira en torno a la protección de bienes jurídicos tutelados; esto es, el tipo penal
debe, por fuerza, construirse alrededor de la protección de bienes estimados de tal
importancia por el Estado y la sociedad, que serán velados por el poder punitivo del
Estado mismo en caso de su alteración o destrucción. Así pues, a la par de que el tipo
penal señale las conductas prohibidas para las personas, las garantías en el ejercicio de
la potestad punitiva del Estado también hace las veces de determinante sobre los
valores que, por sobre toda cuestión, deben ser respetados por los gobernados, y
protegidos por el Estado mismo.
Existen grupos de delitos que están integrados por el tipo fundamental del delito
correspondiente conforme a sus elementos y atendiendo a su estructura, esto
es calificativas o agravantes, típicas o no típicas. Además de existir una ulterior
formación legal de delitos independientes, autónomos respecto de su tipo básico, que
siguen jurídicamente sus propias reglas y se juzgan, en consecuencia, por separado.
Si nos trasladamos al delito de homicidio, el tipo base establece que comete el delito de
homicidio al que prive de la vida a otra persona, pero si concurre alguna circunstancia
adicional, se estará frente a un homicidio calificado, como lo es que dicho homicidio se
cometa con ventaja, traición, alevosía, retribución, saña, estado de alteración voluntaria u
odio, tal como lo prevé el artículo 138 del Código Penal para el Distrito Federal.
Especiales
Los que además de los elementos propios del básico, contienen otros nuevos o modifican
requisitos previstos en el tipo fundamental; por eso se aplican con independencia de éste.
Subordinados o complementados
Los que refiriéndose a uno básico o especial, señalan determinadas circunstancias o
aspectos que cualifican la conducta, los sujetos o el objeto descrito en éstos; por esta razón
no se pueden aplicar de manera independiente; su vida jurídica depende de la del tipo
básico o especial al que se refieren.
Tipo compuesto
Es aquel que tiene pluralidad de conductas, cada una de las cuales puede conformar un
tipo penal distinto, aunque referido al mismo bien jurídico, se identifican sin mayor
dificultad porque tienen varios verbos rectoras.
Autónomos
Los que describen un modelo de comportamiento al cual puede adecuarse directa o
inmediatamente la conducta del actor, sin que el intérprete deba aludir al mismo o a otro
ordenamiento jurídico para completar su significado; de esta especie son, entre otros,
el secuestro y el aborto.
En blanco
Aquellos cuya conducta no está integralmente descrita en cuanto el legislador se remite al
mismo o a otro ordenamiento jurídico para actualizarla o precisarla; mientras tal
concreción no se efectúe, resulta imposible realizar el proceso de adecuación típica.
Abiertos
Dentro de las leyes penales existen casos en los que el legislador adopta una concepción
abierta en torno al tipo penal, esto es, la descripción sólo es comprensible a partir del
complemento que realice otro texto legal, les falta una guía objetiva para completar el tipo,
de modo que en la práctica resultaría imposible la diferenciación del comportamiento
prohibido y del permitido con la sola ayuda del texto legal.
Cerrados
Resultan suficientes en todos y cada uno de sus elementos por sí mismos, como el delito de
homicidio, que es clara la conducta sin tener que remitirnos a otra norma para
comprender el contenido de dicha prohibición.
El tipo objetivo y el tipo subjetivo
En los delitos dolosos, el dolo de tipo determina la dirección y el fin de la acción. Como
núcleo de lo injusto personal de la acción, forma la característica general del tipo
subjetivo y la base para la imputación subjetiva del resultado típico. Solo es punible la
acción dolosa si la ley no amenaza con pena de manera expresa, la acción
culposa. Por lo tanto el dolo es, como situación psíquica, la voluntad de realizar un
tipo penal conociendo todas sus circunstancias objetivas de hecho. La fórmula
abreviada corriente “conocimiento y voluntad de la realización del tipo” es, desde el
punto de vista idiomático, menos precisa, pero prácticamente lo mismo. El momento
decisivo para la existencia del dolo de tipo es la comisión del hecho, a saber, la
ejecución de la acción típica.
La intención
Es la forma más intensa del dolo directo, se da cuando al autor le interesa producir el
resultado típico o realizar la circunstancia para la cual la ley presupone una acción
intencional. Es la voluntad dirigida al resultado, que puede ser al mismo tiempo, motivo de
la acción. Si al autor le interesa la producción del resultado, es indiferente que se presente
la realización del tipo como segura o solamente como posible. Un resultado que en el
momento de actuar le interesa al autor, es siempre objeto de la intención, no importando
que “considere la realización como segura o tan sólo como posible, o que la desee
internamente”. En caso de que la producción del resultado sea incierta, sólo es necesario
que el autor cuente, en general, con una posibilidad de influir sobre el suceso real.
Dolo directo
Si el autor sabe o prevé como seguro que su acción conduce a la realización del tipo
legal. Quien, a pesar de este conocimiento o previsión, actúa voluntariamente, da cabida en
su voluntad de realización a todo lo que se representa como consecuencia necesaria y
segura de su conducta, aunque uno u otro efecto de su acción pueda no ser deseado por él.
Por ejemplo, si A incendia un granero, sabiendo que B se encontraba ahí dentro, entonces
A considero que B moriría como consecuencia segura del incendio.
Dolo eventual
Cuando el autor considera seriamente como posible que su conducta ha de producir la
realización del tipo legal y se conforma con esta posibilidad. Constituye un problema en
extremo discutido establecer en que forma el dolo eventual se diferencia de la culpa
consciente. En ambos casos, el autor se representa como posible la producción del
resultado; la diferencia reside en que en el dolo eventual toma a su cargo el resultado y se
conforma con el riesgo que la realización del tipo representa, en tanto que en la conducta
conscientemente culposa confía en la no producción del resultado.
No se exige que el autor subsuma bajo la ley, con exactitud jurídica, la situación que
conoce; de lo contrario sólo podrían actuar dolosamente los juristas. Si existen
características normativas como lo sería “ajeno” o “apoderamiento”, no basta el simple
conocimiento de los hechos que corresponden al concepto; el autor debe haber
concebido exactamente el sentido jurídico-social de la circunstancia del hecho, a la
manera de un profano.
Todo hecho punible es una conducta humana socialmente relevante; este criterio es
válido tanto para delitos culposos como para delitos dolosos. No obstante, mientras el
hecho doloso le corresponde la voluntad de realizar el tipo conociendo las
características objetivas del tipo, para el hecho culposo es esencial la realización no
querida del tipo legal, al desatender contrariamente al deber de cuidado. La
causación de un resultado socialmente perjudicial. Es inobservar un cuidado
objetivamente necesario y el cuidado que el autor estaba en condiciones de observar.
Así entonces, la culpa no es una simple forma de culpabilidad, sino un tipo especial de
conducta punible que reúne elementos del delito y de culpabilidad. La culpa tiene
como forma de conducta y culpabilidad una doble naturaleza.
Culpa consciente
Actúa con culpa consciente (o con representación) quien considera como posible la
realización del tipo penal, pero, contrariamente al deber y en forma reprochable,
confía que no lo realizará.
Culpa inconsciente
Tipo de injusto
A diferencia el tipo de lo injusto, reside en la síntesis de las características que
fundamentan el contenido típico de injusto de la conducta prohibida (sentido de la
prohibición) y confieren al especial tipo delictivo forma y figura. El legislador tiene la
función de escoger, entre las diversas acciones que pueden ser objeto de un juicio de
disvalor, conductas que, por ser socialmente perjudiciales y reprochables desde el punto
de vista ético-social, prohíbe con la pena. La formación asociada, cumple así una doble
finalidad, por un lado, da a cada ciudadano la posibilidad de orientarse por sí solo, dado
que comprueba, con una exacta descripción de la conducta desaprobada, que es lo ilícito y
hasta dónde la prohibición general limita la libertad social de actuar. El tipo de lo injusto
abarca todas las características de la disposición penal que fundamentan, elevan o
disminuyen lo injusto penalmente relevante; se hace cargo de separar las conductas
típicas de los sucesos penalmente irrelevantes; a esto también se le conoce como función
de selección del tipo. La realización del tipo de lo injusto “indica” la antijuridicidad de la
conducta. Esta formulación significa que la tipicidad propiamente dicha sólo hace posible
un juicio general y transitorio, no aún definitivo acerca de la antijuridicidad y el carácter
material de lo injusto del hecho; el indicio puede resultar eliminado por una causa de
justificación (tipo permisivo). De esta manera la tipicidad es si un elemento de lo injusto,
pero solamente es un elemento del injusto a lado de otros.
Dentro del tipo de lo injusto hay que hacer una distinción entre características del tipo
descriptivas y normativas, objetivas y subjetivas.
Características descriptivas
Son las que expresan precisamente con una simple descripción, lo que pertenece
concretamente a la prohibición o al precepto típico. (cosa, mueble, sustraer, etc.)
Características normativas
Se habla de características normativas (que necesitan ser llenadas de valor) cuando
se trata de circunstancias de hecho que sólo pueden pensarse dentro del presupuesto
lógico de una norma y que el juez puede comprobar recurriendo exclusivamente a
un juicio complementario de valor, por ejemplo en el delito de robo, el carácter de
ajeno de la cosa o con ánimo de dominio.
Características objetivas
Por características objetivas (externas) del tipo se entienden circunstancias que
determinan la manifestación externa del hecho; pueden ser descriptivas o
normativas, referirse al hecho o al autor. El concepto de “objetivo” en el tipo de lo
injusto no corresponde, sin más, a los objetos del mundo exterior, perceptibles por
los sentidos, sino que se realiza con frecuencia con elementos subjetivos, en
consecuencia, no existe un límite rígido entre el tipo objetivo y el subjetivo.
Características subjetivas
Características subjetivas (internas) del tipo son las circunstancias que corresponden
al ámbito psíquico y al mundo de representaciones del autor, debe considerarse
como tipo de lo injusto todos los elementos subjetivos del tipo que caracterizan el
disvalor de la acción y señalan en detalle especial forma del acto de lesión o de
puesta en peligro.
Las excusas absolutorias son ciertas situaciones en las que por razones de política
criminal se considera pertinente no aplicar una pena en concreto; en consecuencia,
si el Estado establece en ciertas circunstancias no aplicar la pena establecida para
cierto delito, la conducta o hecho será típica, antijurídica, culpable, pero no
punible, lo que dará una inexistencia del delito.
Definición
Definamos…
Punabilidad
• Merecimiento de penas.
• Conminación Estatal de imposición de sanciones si se llenan los presupuestos
legales.
• Aplicación fáctica de las penas señaladas en la ley.
Finalidad
Es no dejar impune la conducta reprochable por el derecho penal, aunado a que si falta
punibilidad en una conducta no se puede hablar que esta sea delictiva, pero
principalmente es la prevención general del delito, encaminada a que el sujeto activo
del delito no vuelva a reincidir.
Comenzaremos con la pena, la cual en fase administrativa cuenta con tres instancias y
se lleva a cabo por el poder ejecutivo, y se refiere a la privación o restricción de bienes
jurídicos del autor del delito, con la finalidad de cumplir con una prevención especial
y justificada al impedir mediante esta pena que vuelva a delinquir, la ejecución de la
pena comienza luego de la punición realizada por el juzgador, mientras que la punición
es la fijación de la particular y concreta privación o restricción de bienes del autor
del delito, realizada por el juez para reafirmar la prevención general y determinada
cuantitativamente por la magnitud de la culpabilidad (Ramírez, 2000:17).
A pesar del inequitativo trato de los juristas entre el precepto penal y la sanción
jurídico penal, la importancia de ambos elementos de la norma jurídico penal es
indiscutible.
Fuentes de consulta
Bibliografía
• Calderón Martínez, Alfredo, “Teoría del delito y juicio oral”, en Serie juicios
orales, núm. 23, Instituto de Investigaciones Jurídicas, México UNAM, 2017.
• Castellanos Tena, Fernando, Lineamientos elementales de Derecho penal,
parte general 38. ª ed., México, Porrúa, 2000.
• Fletcher P. George, Conceptos básicos de Derecho penal, España, Tirant Lo
Blanch, 1997.
• Muñoz Conde, Francisco y García Arán, Mercedes, Derecho penal, parte
general, 8.ª ed., México, Tirant Lo Blanch, México, 2012.
• Muñoz Conde, Francisco, Teoría general del delito, 3.ª ed., Bogotá, Colombia,
Themis, 2017.
• Plascencia Villanueva, Raúl, Teoría del delito, Instituto de Investigaciones
Jurídicas, México – UNAM, 2004.
• Ramírez Delgado, Juan Manuel, Penología, México, Porrúa, 2000.
• Von Beling, Ernst, Esquema de derecho penal, Buenos Aires, Argentina,
Librería “El Foro”, 2002.
• Wessels, Johannes, Derecho penal parte general, 6. ª ed., Buenos Aires,
DePalma, 1980.
Legislación
Por ejemplo…
En el artículo 302 del Código Penal Federal se establece qué el homicidio es el que priva de
la vida a otro, lo que no dejaría lugar a dudas saber que privar de la vida a otro es un delito,
no obstante, debe hacerse una interpretación del tipo penal para evitar alguna confusión,
como sería interpretar qué se entiende por “privar”, o cuál es el concepto de vida. Por ello,
deberemos hacer uso de otras ciencias para poder hacer una interpretación correcta de la
ley, en el caso concreto, de una opinión médica que nos establezca cuándo comienza y
cuándo termina el concepto de vida, así como sus alcances.
Interpretación de la Ley
“Interpretación de la Ley. Instrumentos al alcance del órgano jurisdiccional para hacerla”.
La labor de interpretación de una norma no puede realizarse atendiendo únicamente a la
letra del precepto (método gramatical) o significado estrictamente técnico de la expresión
(como el proporcionado por los peritos al desahogar el cuestionario de la actora), pues no
es inusual que el legislador emplee términos o palabras con el mismo sentido, alcance o
significado con los cuales éstas se emplean en otras disposiciones legales atinentes a la
misma materia, o a otras materias pero del mismo ordenamiento jurídico. Por lo tanto,
cuando se plantea un conflicto sobre la significación que debe asignarse a un término o
palabra empleada en alguna disposición legal, de la que no exista una interpretación
auténtica, es decir, elaborada por el propio legislador, es deber del tribunal servirse de
todos los métodos -gramatical, lógico, sistemático o histórico- reconocidos por nuestro
sistema jurídico, en cuanto le puedan servir en su tarea (Tesis aislada común).
El ámbito de validez de la ley penal se refiere a la aplicación del Derecho Penal, el cual
abarca tres aspectos:
Espacial
¿Dónde van a aplicar las leyes penales?
Temporal
¿Cuándo van a aplicar las leyes penales?
Personal
¿Sobre quién van a aplicar las leyes penales?
¡Adelante!
Objetivo particular
Temario
Creando conciencia
Si su respuesta fue no, ¡cuidado!, una mala postura al sentarse puede provocar lesiones en
la columna vertebral, como desviaciones o encorvamiento.
• Espalda recta
• Hombros hacia atrás y hacia abajo
• Las plantas de los pies apoyados en el suelo.
Con estos sencillos puntos, lograremos la postura adecuada para realizar nuestro estudio.
La interpretación penal
¡Importante!
Se interpreta una ley cuando se busca y esclarece o desentraña su sentido mediante el
análisis de las palabras que la expresan.
Doctrinal o privada
Judicial
Auténtica
Gramatical
Lógica
Sistemática
Analógica
Histórica
Extensiva
Restrictiva
Ámbitos de aplicación
Como sostiene Gerardo Armando Urosa, solamente verificando el alcance o radio de acción
de la norma penal, se justifica la jurisdicción del Estado y la aplicación de determinada ley
punitiva en un caso concreto. De aquí la importancia del tema, pues permite resolver
problemas relativos a conflictos de leyes.
Por eso mismo se considera como tarea ineliduble de todo abogado averiguar el sentido y
alcances de la ley, por lo que deberemos tomar en cuenta que la interpretación no es un fin en
si mismo, sino un instrumento para la aplicación de la ley a casos concretos (Mezger, 1990:
61).
Ámbito personal de la ley penal
Este ámbito de validez sólo se aplica a la persona a quien va dirigida, teniendo como
presupuesto fundamental el principio de igualdad de todos los hombres ante la Ley, es decir,
ninguna condición personal puede oponerse a la aplicación de la ley.
El principio de igualdad ante la ley penal y ante los tribunales deriva de nuestra legislación del
artículo 13 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Nuestra constitución establece…
Artículo 13. Nadie puede ser juzgado por leyes privativas ni por tribunales especiales. Ninguna
persona o corporación puede tener fuero, ni gozar más emolumentos que los que sean
compensación de servicios públicos y estén fijados por ley. Subsiste el fuero de guerra para
los delitos y faltas contra la disciplina militar; pero los tribunales militares en ningún caso y
por ningún motivo podrán extender su jurisdicción sobre personas que no pertenezcan al
Ejército. Cuando en un delito o falta del orden militar estuviese complicado un paisano,
conocerá del caso la autoridad civil que corresponda.
Hay que precisar que aun cuando la ley penal es obligatoria para todos los individuos, hay
casos en que los tipos únicamente los pueden realizar aquellas personas que llenen las
exigencias del mismo tipo respecto a los sujetos, es decir, se trata de delitos especiales, propios
o exclusivos; hipótesis que no tienen que ver con la observancia de la ley que es
indudablemente de carácter general.
Por ejemplo…
Aquellos delitos que solamente pueden ser cometidos por ciertos servidores públicos, aquellos
delitos que tienen que ver con el fuero militar en donde la norma exige que el activo del delito
cubra una serie de requisitos que el tipo penal enuncia.
La excepción a este principio sería a favor de los soberanos y Jefes de Estado extranjeros,
personal diplomático pues se les considera el órgano más alto del Estado, aunque quedan
sometidos a la ley penal de su país, de igual forma los navíos de guerra y los buques mercantes.
El principio Leges non obligant extra territorium (las leyes no obligan fuera del territorio), se
basa en dos aspectos: el positivo el cual establece que la ley se aplica a todos los habitantes de
una nación y el negativo en donde la norma no se aplica a nadie fuera de dicho territorio. Esto
tiene relevancia pues se concatena con el principio de territorialidad consagrado en el artículo
1º del Código Penal para el Distrito Federal. Para efectos de derecho penal el territorio no es
una expansión geográfica meramente, es el límite espacial de la soberanía de un Estado y
principio de la soberanía de otro o mar libre, tal como lo establece Nuestra Constitución en su
artículo 42.
La Ley establece…
Artículo 3. Las leyes, reglamentos, circulares o cualesquiera otras disposiciones de observancia
general, obligan y surten sus efectos tres días después de su publicación en el Periódico Oficial.
En los lugares distintos del en que se publique el Periódico Oficial, para que las leyes,
reglamentos, etc., se reputen publicados y sean obligatorios, se necesita que además del plazo
que fija el párrafo anterior, transcurra un día más por cada cuarenta kilómetros de distancia o
fracción que exceda de la mitad.
Artículo 4. Si la ley, reglamento, circular o disposición de observancia general, fija el día en
que debe comenzar a regir, obliga desde ese día, con tal de que su publicación haya sido
anterior.
Por consiguiente en nuestro país el Código Penal Federal y los Códigos Penales de cada
entidad, aplican a todos los delitos ejecutados desde la fecha de su vigencia, pero no a todos
los ejecutados con anterioridad; es decir, que rige, por regla general, sólo para el presente y el
porvenir.
Negando efectos retroactivos a la ley penal, convirtiéndose en un derecho que tiene la persona
a ser juzgada conforme a las leyes vigentes en el momento de delinquir. Así tenemos que el
Estado puede ordenar o prohibir alguna conducta bajo la amenaza de pena, pero no menos
justo es que el gobernado antes de actuar sepa cuáles son los actos ordenados, cuáles las
acciones permitidas y cuáles las prohibidas. Este principio se encuentra adoptado por la
Declaración de los Derechos Humanos de 1948. El principio de la irretroactividad de las leyes
penales. No es absoluto en las legislaciones; pues admite excepciones, pero sólo en cuanto se
refiere a las leyes penales sustantivas, pues en cuanto a las procesales o adjetivas se aplican
inmediatamente y para todos los casos, salvo que sus disposiciones sean menos favorables que
las de la ley derogada.
Para saber más…
Lea los siguientes materiales:
Una de las instituciones de más interés y utilidad para la aplicación de las normas penales la
constituye el concurso aparente de leyes o normas, también llamado conflicto de leyes o
concurrencia de normas incompatibles entre sí. Se afirma la existencia de un concurso
aparente de normas penales cuando a la oscilación de un caso concreto parecer concurrir
dos o más normas de uno o varios ordenamientos vigentes en un mismo lugar y tiempo. El
problema consistirá en determinar qué norma debe aplicarse.
La hipótesis que presenta la concurrencia de normas incompatibles entre sí puede ser del
tenor siguiente:
Al respecto el Código Penal Federal en su artículo 6 establece que cuando se cometa un
delito no previsto en este Código, pero sí en una ley especial o en un Tratado Internacional
de observancia obligatoria en México, se aplicarán éstos, tomando en cuenta las
disposiciones del Libro Primero del Código y, en su caso, las conducentes del Libro Segundo,
evidenciándose fácilmente que no se trata de un concurso aparente de leyes, ya que no es
el caso de aplicación de dos normas, una general y otra especial, sino de una, ya que el delito
cometido no está previsto en el Código Penal sino en una ley especial.
Por último, para resolver el problema del concurso aparente de normas, el Código Penal
para el Distrito Federal ha establecido, en sus artículos 13 y 70, la forma de resolverlo
mediante los siguientes principios:
b) Principio de
a) Principio de c) Principio de d) Principio de
consunción o
especialidad subsidiariedad alternatividad
absorción
a) Principio de especialidad
c) Principio de subsidiariedad
Supone una situación de conflicto entre dos tipos penales que prevén el mismo supuesto de hecho,
de tal suerte que el juzgador, frente al mismo tratamiento punitivo está en posibilidad de aplicar
cualquiera de ellas, empero deberá inclinarse por aquella que tenga mayor entidad punitiva.
Por ello, es de suma importancia conocer que tipo de criterio deberá ser aplicado para que
prevalezca la exacta aplicación de la Ley y no se hagan interpretaciones de manera
subjetiva, y en su momento brindar una argumentación adecuada. Además, no basta
recurrir a la costumbre para dirimir controversias, sino que se debe recurrir a la
interpretación jurídica con el fin de garantizar resultados aceptables y sostenibles que
brinden una solución a dicha controversia encontrando el propósito común de las partes.
Bibliografía
• Mezger, Edmund, Derecho Penal: Parte General, 2.ª ed., trad. de Ricardo Núñez,
México, Cárdenas, 1990.
Legislación
Interpretación de la Ley
Mi experiencia de aprendizaje
Este caso práctico tiene por objetivo resaltar la importancia de dominar los ámbitos de
validez de la Ley Penal, ya que ese es el primer caso para ganar un asunto, ya sea que se
encuentre como acusador, defensa o en su caso como persona que juzga.
Es por ello, que esta actividad está encaminada a desarrollar su capacidad analítica,
argumentativa, y pragmática, en la resolución de casos prácticos.
Descargue el archivo farmacodependencia, léalo con detenimiento, para que pueda darle
solución al problema que le plantea su cliente, el médico Guillermo López Roa. Al concluir
responda a las preguntas que se plantean.
Con base en las respuestas que dio a las preguntas anteriores, y en el mismo archivo Word,
redacte la explicación que le daría a su cliente para dar solución a su caso.
Recuerde incluir en el documento que elabore todos los elementos necesarios para
fundamentar su asesoría legal, citar las fuentes de información y agregar sus datos de
identificación a la actividad.
A manera de apoyo para realizar su actividad, se le sugiere revisar los siguientes materiales:
• Asamblea Legislativa del Distrito Federal, Código Penal del Distrito Federal, Título
segundo, capitulo V. Causas de exclusión del delito.
• Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión, Ley General de Salud, Título
tercero, capítulo VII. Salud mental y Título décimo octavo, capítulo VII. Delitos
contra la salud en su modalidad de Narcomenudeo.
• Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión, Código Nacional de
Procedimientos Penales, artículos 1, 2, 3, 20 a 29.
• Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión, Código Penal Federal, Título
primero, capítulo IV.
Tiempo estimado: 3 horas.
El Delito
Introducción
Comenzaremos con el concepto sustancial del delito, las tesis de los presupuestos del
delito como las condiciones estructurales del mismo, los delitos generales y delitos
especiales, asimismo, los presupuestos del hecho, que son los antecedentes jurídicos
o materiales indispensables para la existencia de un delito.
Continuaremos con las corrientes teóricas que estudian los elementos del
delito: teoría atomizadora y bitómica a heptatómica; el delito instantáneo,
permanente o continuo, eventualmente permanente y continuado, así como, delitos
consumados y delitos de tentativa. Finalmente, analizaremos los diversos tipos de
autoría y participación, concluyendo con los delitos de acción, de omisión; delitos
dolosos y culposos.
¡Adelante!
Objetivo particular
El alumnado explicará el concepto jurídico del Delito y los elementos que lo
conforman, sus presupuestos, distinguiendo los delitos consumados y de tentativa, así
como los delitos con las diferentes formas de autoría y participación.
Temario
Unidad 4. El Delito
Creando conciencia
A muchas personas no les agrada realizar exámenes; mucho de esto se debe a que
tienen miedo de no poder responderlos de manera correcta, lo cual provoca ansiedad.
Para evitar que la ansiedad afecte su rendimiento en este tipo de pruebas, siga las
siguientes recomendaciones:
Y lo más importante de todo: tenga confianza en usted y despeje su mente de
pensamientos negativos.
De acuerdo con Fernando Castellanos (1978: 125), la palabra delito deriva del verbo
latino delinquere, que significa abandonar, apartarse del buen camino, alejarse del
sendero señalado por la ley.
Por lo tanto, el delito, a lo largo de los tiempos, ha sido entendido como una valoración
jurídica, objetiva o subjetiva, la cual encuentra sus precisos fundamentos en las
relaciones necesarias surgidas entre el hecho humano contrario al orden ético-social
y su especial estimación legislativa. Por ello, un concepto sustancial del delito sólo
puede obtenerse, dogmáticamente, del total ordenamiento jurídico penal. De éste
desprendemos que el delito es la conducta o el hecho típico, antijurídico, culpable y
punible (Pavón, 2006: 194-195).
Noción Jurídica
Para definir el delito, revisaremos la parte general del Código Penal que se refiere al
delito, al delincuente, a la pena, y en su parte especial hace un estudio de los delitos en
particular. A través de la historia los Códigos Penales incluyen una definición del
delito:
El concepto de delito lo podemos estructurar como la acción u omisión dolosa o
culposa que se encuentra adecuada a la descripción legal como constitutiva de un
delito (Aguilar López, 2018: 23).
Interpretación de la Ley
Vaya a la página del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta y lea la
jurisprudencia penal, “Delito. Elementos del tipo penal que deben analizarse en la
sentencia definitiva”.
Por otro lado, en su parte general, el Libro Primero del Código Penal Federal versa
sobre todas las cuestiones generales acerca del delito, el delincuente y la pena.
Así, definiremos el delito de una manera muy sencilla, “la acción antijurídica, pero al
mismo tiempo y siempre típicamente antijurídica” siendo su fundamento el ya
anotado artículo 7 del Código Penal Federal vigente.
La tesis de presupuestos del delito es una propuesta de Vincenzo Manzini, quien los
define como “aquellos elementos jurídicos anteriores a la ejecución del hecho,
positivos o negativos, a la existencia o inexistencia de los cuales está condicionada la
existencia del título delictivo de que se trata” (1981: 37). Por su parte, Celestino Porte
Petit Candaudap define los presupuestos del delito como “aquellos antecedentes
jurídicos, previos a la realización de la conducta o hecho descritos por el tipo, y de cuya
existencia depende el título o denominación del delito respectivo” (1969: 258).
Del delito
Los presupuestos del delito son aquellas condiciones estructurales del delito que, sin formar
parte de los elementos del delito, son necesarios para que una conducta sea considerada
típica, antijurídica, imputable, culpable y punible, es decir, para que una conducta sea
considerada como delito. Los presupuestos del delito se dividen en generales y especiales.
Generales
A los primeros pertenecen la norma penal, el sujeto activo y pasivo del delito, la
imputabilidad, el bien tutelado y el instrumento del delito (Urosa, 2006: 61-62).
Especiales
Los segundos se refieren a la calidad específica, ya sea del sujeto activo o sujeto pasivo
del delito, por lo que para determinar cuáles son los presupuestos especiales se deben
relacionar con el delito en concreto.
Del hecho
Los presupuestos del hecho también son denominados presupuestos de la conducta. Se
definen como “aquellos elementos jurídicos o materiales, anteriores a la ejecución del hecho,
cuya existencia es exigida para que el hecho previsto por la norma constituya delito” (Manzini,
1948: 38).
Para Celestino Porte Petit Candaudap, los presupuestos del hecho o de la conducta “son
aquellos antecedentes jurídicos o materiales previos y necesarios para que pueda realizarse
la conducta o hecho típicos” (1969: 261). Los presupuestos del hecho se dividen en jurídicos y
materiales.
Jurídicos
Son las normas de derecho y otros actos jurídicos, de los que la norma incriminadora
presupone la preexistencia para que el delito exista (Manzini, 1948: 39).
Materiales
Son las condiciones reales preexistentes en las cuales debe iniciarse y cumplirse la
ejecución del hecho (Manzini, 1948: 39).
En resumen, como sostiene Celestino Porte Petit Candaudap (1969: 261), los
requisitos del presupuesto de la conducta o del hecho son:
Por su parte, la prelación lógica se refiere a que los elementos del delito llevan un
orden lógico, es decir, un elemento del delito tiene prioridad lógica con respecto a otra,
no obstante, todos los elementos del delito se encuentran unidos entre sí, por lo que
un elemento es fundante de otro.
Desde el punto vista lógico, primero se debe observar si hay una conducta calificada
como delito, luego verificar su amoldamiento al tipo legal, posteriormente se debe
constatar la tipicidad, después constatar si dicha conducta típica está o no protegida
por una justificante y, en caso negativo, llegar a la conclusión de la antijuridicidad;
enseguida investigar la presencia de la capacidad intelectual volitiva del agente
(imputabilidad) y, finalmente, indagar si el autor de la conducta típica y antijurídica, la
realizó con dolo o culpa (culpabilidad).
Ahora bien, fue Laureano Landaburu, primer jurista que estudió a fondo el tema de la
prelación temporal y lógica, quien llegó a la conclusión de que no hay prioridades
lógicas ni prioridades temporales, pues las relaciones de fundamentación que pueden
encontrarse entre los elementos son recíprocas. Al respecto afirma:
Lo correcto es afirmar, como sostiene Celestino Porte Petit Candaudap, que hay una
prelación lógica “habida cuenta de que nadie puede negar que, para que concurra un
elemento del delito, debe antecederle el correspondiente, en atención a la naturaleza
propia del delito. Las circunstancias de que sea necesario que exista un elemento para
que concurra el siguiente, no quiere decir que haya una prioridad lógica, porque
ningún elemento es fundante del siguiente, aun cuando si es necesario que el otro
elemento exista” (1969: 261).
En la teoría del delito, de manera general, podemos sostener que existen dos grandes
corrientes teóricas que estudian los elementos del delito:
Esta teoría establece que el delito es un solo ente abstracto indivisible, y por lo mismo
está compuesto por un solo elemento.
Teoría pentátoma
Ernst Von Beling fue el máximo exponente de esta postura, para este
jurista el delito “es la acción típicamente antijurídica y
correspondientemente culpable, siempre que no se dé una causa legal
(objetiva) de exclusión de pena” (Cfr. Hernández Islas, 2006: 47). De esta
forma, los cinco elementos son acción, típica, antijuridicidad, culpabilidad
y condiciones objetivas de punibilidad.
Teoría hexátoma
Teoría heptátoma
II. Continuado: En este delito se dan varias acciones y una sola lesión jurídica. Es
continuando en la conciencia y discontinuo en la ejecución. Se dice que el delito
continuado consiste en que se presenten los siguientes elementos:
III. Permanente: Se presenta cuando la acción delictiva permite, por sus
características, que se la pueda prolongar voluntariamente en el tiempo, de modo que
es idénticamente violatoria del derecho en cada uno de sus momentos. Porte Petit
enumera como elementos del delito permanente a los siguientes:
Interpretación de la Ley
Inducción
Son aquellos que determinen —induzcan— dolosamente a otro a cometer un
delito. Asimismo, cuando al proyectarlo provoca o induce a otro a la ejecución.
Complicidad
Son aquellos que dolosamente presten ayudan o auxilien al delincuente, en
cumplimiento de una promesa anterior al delito.
Encubrimiento
Los partícipes de esta modalidad son aquellos que con posterioridad a la
ejecución de un ilícito auxilien al delincuente, en cumplimiento de una promesa
anterior al delito.
Complicidad correspectiva
Son aquellos que, sin acuerdo previo, intervengan con otros en su comisión,
cuando no se pueda precisar el resultado que cada quien produjo.
Los delitos de acción son aquellos en los que ante todo se requiere de un acto humano,
una modalidad jurídicamente trascendente de la conducta humana, una acción.
Por su parte, los delitos de omisión son la inactividad voluntaria. Así, pues, la omisión
es una manifestación de la voluntad que se exterioriza en una conducta pasiva, en un
“no hacer”. Pero no toda inactividad voluntaria constituye una omisión penal, es
preciso para que ésta exista que la norma penal ordene la ejecución de un hecho
determinado, y que el sujeto activo tenga la capacidad para ejecutar un hecho
determinado. Entonces, podemos sostener en la omisión tres elementos: un acto de
voluntad, una conducta inactiva y un deber jurídico de obrar.
(2) Omisión
(3) Dolo
Ahora bien, los delitos dolosos, previstos por el artículo 9 del Código Penal para el
Distrito Federal se presentan en dos supuestos:
Por último, los delitos culposos son el acto u omisión que produce un resultado
descrito y sancionado en la ley penal, que se presenta en dos supuestos:
Se ha afirmado que, con la entrada del nuevo sistema penal acusatorio, el estudio de la
teoría del delito, ha llegado a ser obsoleto, sin embargo, después de haber analizado
los conceptos doctrinales de esta unidad, se dará cuenta que un profesional en
Derecho dentro de su formación requiere los conocimientos jurídicos necesarios para
argumentar eficazmente en la construcción de una teoría del caso, por ello, es
importante que vaya ligando todas las unidades de esta asignatura.
Fuentes de consulta:
Bibliografía
Publicaciones periódicas
Legislación
Interpretación de la Ley
• “Delito. Elementos del tipo penal que deben analizarse en la sentencia
definitiva”, [tesis jurisprudencial penal], XXVII.3o. J/5 (10a.), Semanario Judicial
de la Federación y su Gaceta, reg. 2007869, Décima Época, t. IV, noviembre de
2014, p. 2711, disponible en https://bit.ly/2Unp3RW, consulta: 03/04/2019.
• “Tentativa y delito consumado. Diferencias”, [tesis aislada penal], Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, reg. 220336, Octava Época, t. IX, marzo
de 1992, p. 315, disponible en https://bit.ly/2HX1CJq, consulta: 03/04/2019.
Imágenes
Las dos únicas formas de manifestación de la conducta humana que pudiera constituir
un delito, modalidad de acto u omisión; siendo el acto o acción en estricto sensu un
aspecto positivo y la omisión el aspecto negativo. Por ello, resulta relevante analizar:
la conducta, el hecho o la acción (lato sensu), la omisión (propia e impropia), el resultado
material y nexo de casualidad en la acción y en la omisión.
Recuerde que…
Los conceptos mencionados, son importantes para precisar que, el derecho penal, se
ocupa de elementos psíquicos solamente en la acción externa, y que resulte afectado
el sujeto pasivo por esas manifestaciones externas de la voluntad humana.
Nunca se dará un delito con el solo pensamiento de quebrantar una norma, sino por la
acción conforme al pensamiento.
¡Adelante!
Objetivo particular
Temario
Creando conciencia
El consumo de alimentos altos en grasa o azúcar puede estar asociado con un estado
de inflamación en la región cerebral relacionada con el establecimiento de la memoria
a corto plazo, es decir, el hipocampo, el cual al someterse a una dieta de estas
características, sufre alteraciones bioquímicas estructurales significativas.
Sin embargo, existen muchos alimentos que favorecen el funcionamiento del cerebro,
el cual suele ser muy cambiante y plástico como respuesta a situaciones del medio
ambiente, de ahí surge su capacidad de recordar y aprender, aspecto que se conoce
como plasticidad cerebral.
Es el primer elemento básico del delito que, de acuerdo con Roxin, es la expresión de
la personalidad del autor y abarca todas las formas en que se manifiesta la conducta
delictiva y además aquello que en el campo prejurídico tiene sentido calificar como
acción, por lo que las acciones dolosas e imprudentes, constituyen manifestaciones de
la personalidad, al igual que las omisiones, incluyendo la omisión por imprudencia
inconsciente, imputable al sujeto como obra suya (Roxin, 1997: 226).
Francisco Vasconcelos
Hecho
Edmundo Mezger
Hecho punible
Es por ello que para que se configure el primer elemento del delito, es decir, para que
se configure la conducta en su modalidad de acción (stricto sensu), se deben acreditar
tres elementos:
A. Simple
También denominada omisión propia. Celestino Porte Petit Candaudap la define como “el
no hacer, voluntario o involuntario (culpa), violando una norma preceptiva y produciendo
un resultado típico, dando lugar a un tipo de mandamiento o imposición (1969: 305). Por
lo que sus elementos son:
a. Voluntad o no voluntad (culpa)
Consiste en querer no realizar la acción esperada y exigida, es decir, en querer la
inactividad, o bien en no quererla (culpa).
b. Inactividad o no hacer
Es una abstención o inactividad voluntaria o involuntaria (culpa), violando una norma
preceptiva, imperativa; no se hace lo que debe hacerse.
c. Deber jurídico de obrar
Consiste en una acción esperada y exigida, contenida en una norma penal.
d. Resultado típico
Es únicamente típico, al existir un mutamiento en el orden jurídico y no material, ya
que se consuma el delito, al no con cumplirse con el deber jurídico ordenado por la
norma penal.
B. Impropia
También denominada por comisión. En esta modalidad hay una doble violación de deberes:
de obrar y de abstenerse, y por ello se infringen dos normas: una preceptiva y otra
prohibitiva (Castellanos, 1978: 152).
El delito de omisión por comisión se presenta cuando el agente (sujeto activo del delito) llega
a producir un resultado material típico a través de una inactividad o no hacer voluntario o
culposo, con violación de una norma preceptiva, y de una norma prohibitiva (Pavón
Vasconcelos, 2006: 227). Por lo tanto, sus elementos son:
a. Inactividad o no hacer
Cuya relevancia jurídica se encuentra en la acción esperada y exigida.
b. Un deber de obrar y un deber jurídico de abstenerse
Que resultan violados.
Una de las grandes contribuciones de la teoría del causalismo es el nexo causal, pues
esto permitió determinar cuándo una conducta, ya sea por acción u omisión,
constituye un delito.
Problema jurídico
Tratándose de una conducta por acción, podemos plantear el siguiente caso:
Si Juan Pérez con el ánimo de dominio se apodera de $200 (doscientos pesos 00/100 M.
N.), que estaban en poder de José Suárez, que había cobrado su quincena, sin el
consentimiento de éste (José Suárez), comete el delito de robo.
De esta forma, la conducta por acción es la actividad desplegada por Juan Pérez para
apoderarse, sin el consentimiento de José Suárez, de $200 (doscientos pesos 00/100 M.
N.). Por su parte, el resultado material es el detrimento patrimonial de José Suárez, pues
hay una afectación directa en el patrimonio del sujeto pasivo del delito (José Suárez). El
nexo causal es la relación que existe entre el apoderamiento de los $200 (doscientos pesos
00/100 M. N.) y el detrimento patrimonial de José Suárez, ya que sin la conducta
desplegada por Juan Pérez no habría un daño patrimonial en la persona de José Suárez.
Problema jurídico
Ahora bien, la conducta de omisión se encuentra prevista por el artículo 193 del Código
Penal para el Distrito Federal. Veamos el siguiente caso:
Si Juan Pérez no proporciona una pensión alimenticia a su hijo José Pérez, a pesar de que
existe una sentencia que lo condena a pagar un salario mínimo mensual, comete el delito
de incumplimiento de obligaciones alimentarias.
En este caso se trata de una conducta por omisión, donde Juan Pérez tiene la obligación
de proporcionar alimentos a su hijo, y al no hacerlo se produce un daño material, que se
ve reflejado en la falta de alimentos para el menor y, en consecuencia, en su vida y salud.
El nexo causal es la relación que existe entre la conducta desplegada de Juan Pérez, que
consiste en la falta de observancia a lo dispuesto por los artículos 193, en relación con el
197, del Código Penal para el Distrito Federal, y resultado material es el daño producido
en la vida y salud del menor, por el incumplimiento de su papá al no proporcionarle
alimentos, ya que si el sujeto activo del delito proporcionará alimentos al sujeto pasivo
del delito no habría un daño en sus bienes jurídicos protegidos.
En ambos casos, se tratan de delitos que son cometidos con dolo, es decir, con la
intención de realizarlos. Esta información nos sirve para afirmar que tanto los delitos
de acción como de omisión, pueden ser cometidos con dolo o culpa.
In summa, “en la conducta hay un deber de abstenerse, así como en los delitos de
omisión hay un deber jurídico de actuar" (López Betancourt, 2006: 88).
¿Sabía que…?
Como afirma Jean Pradel, “en el siglo XIX, se negaba la idea de una responsabilidad
penal de las agrupaciones, no fue sino hasta finales del siglo XIX, y a lo largo del siglo
XX, cuando se produce un fenómeno nuevo: El desarrollo de la economía, y en
consecuencia, el desarrollo del derecho penal económico” (1996: 1-2).
En este sentido, hablar de derecho penal económico es hablar de globalización, y por
lo mismo, se vuelve una necesidad regular a las empresas, ya que éstas se convierten
en el medio idóneo para cometer conductas ilícitas, lo que lleva a la necesidad de
establecer consecuencias legales directamente aplicables a las mismas empresas. Por
ello, en la actualidad es posible hablar de la responsabilidad penal de las personas
morales.
En México, el Código Penal Federal prevé la responsabilidad penal de las empresas
(personas jurídicas), en su artículo 11, al establecer que:
Para que exista una responsabilidad penal de las empresas es necesario que se
cumplan dos requisitos:
Este tipo de conducta es castigada de manera distinta a los delitos cometidos por
personas físicas, pues las sanciones son la suspensión o su disolución de la persona
moral.
La ausencia de conducta
Nota jurídica
Conforme a la fracción I del artículo 15 del Código Penal Federal, así como el artículo
29, fracción I, del Código Penal del Distrito Federal, indican que es causa de exclusión
del delito cuando el hecho se realice sin la intervención de la voluntad del agente.
Así, de esta forma, la generalidad de la doctrina ha expuesto que los casos de
ausencia de conducta son:
El caso fortuito
Compuesto por la vis absoluta y la vis mayor.
vis absoluta
También se le conoce como fuerza física irresistible; supone, por tanto, ausencia del
coeficiente psíquico (voluntad) en la actividad o inactividad, de manera que la
expresión puramente física de la conducta no puede integrar por sí una acción o una
omisión relevantes para el derecho (Pavón Vasconcelos, 2006: 333-334). Entonces,
tiene como requisitos:
vis mayor
Es la actividad o inactividad involuntarias por actuación sobre el cuerpo del sujeto, de
una fuerza exterior a él, de carácter irresistible, originada en la naturaleza o en seres
irracionales (Pavón Vasconcelos, 2006: 333-334).
Sueño
Es el estado fisiológico normal de descanso del cuerpo y de la mente consiente, puede originar
movimientos involuntarios del sujeto con resultados dañosos.
Sonambulismo
Similar al sueño, pero se distingue de éste en que el sujeto deambula dormido. Hay
movimientos corporales inconscientes y por ello involuntarios.
Movimientos reflejos
Ocasionan resultados lesivos a bienes jurídicos, no son punibles, ubicándoseles dentro de los
aspectos negativos del delito y particularmente de la conducta en que está ausente de la
acción, a virtud de ser ajenos a la voluntad del individuo.
Otros
El hipnotismo, consiste en una serie de manifestaciones del sistema nervioso producidas por
una causa artificial. Se identifica por la ausencia del dolor y el olvido de lo sucedido durante el
sueño hípnico, cuando se despierta de él.
Fuentes de consulta:
Bibliografía
Legislación
Decreto
Para recordar…
Aspecto negativo de la conducta
Completar arrastrando
Unidad 5. La Conducta y su Aspecto Negativo | Contenido · Actividades
Mi experiencia de aprendizaje
Conducta y su aspecto negativo
Esquema
Siendo la conducta el primer elemento del delito, sus efectos pueden observarse
desde la perspectiva del acto u omisión, y que pueden constituir un delito,
dependiendo su modalidad, por ello, es importante distinguir la forma de
manifestación de la conducta, el resultado y su relación de causalidad.
La presente actividad está encaminada a que ponga en práctica sus habilidades de
analizar, mentalizar y organizar la información relacionada con la unidad. Para ello,
elabore un esquema por cada uno de los puntos solicitados a continuación. No olvide
realizarlos con argumentos claros y fundamentados; realice los seis esquemas en un
único archivo.
Realice su actividad en un procesador de textos > Guárdela > Una vez que concluya,
pulse Añadir envío > Arrastre y suelte el archivo en el recuadro de
carga > Pulse Guardar cambios.
Unidad 6. El Delito como Comportamiento Típico y Aspectos
Negativos | Contenido · Actividades ·
Introducción
Desde ese momento, podemos concluir que la tipicidad se compone por dos
elementos, la tipicidad como idea central, y la conducta como presupuesto de la
tipicidad. Pero eso no es todo, al acudir al artículo 29 del Código Penal para el Distrito
Federal, nos percatamos que se incluye un tercer elemento de la tipicidad, se incluye
el Dolo neutro, y la Culpa. Esto es así, porque el dolo neutro está directamente
vinculado con la conducta.
¡Adelante!
Objetivo particular
• 6.1. La tipicidad
o 6.1.1. Noción
o 6.1.2. Elementos
• 6.2. Atipicidad
o 6.2.1. Atipicidad por ausencia de conducta (involuntariedad)
o 6.2.2. Atipicidad por falta de elementos del tipo
o 6.2.3. Consentimiento del interesado
o 6.2.4. Error de tipo invencible
o 6.2.5. Caso fortuito
Creando conciencia
Esto es, en la actualidad la tipicidad debe ser estudiada bajo los criterios establecidos
en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, tutelando los Derechos
Fundamentales, y bajo los criterios establecidos por la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, tutelando los Derechos Humanos. Dicho de otra forma, la
tipicidad tiene dos garantías procesales: El Control de la Constitucionalidad
(Derechos Fundamentales), y el Control de Convencionalidad (Derechos Humanos).
¿Había pensado que usted como representante de nuestra máxima casa de estudios y
futuro profesional en Derecho debe ser garante del respeto irrestricto a los Derechos
Fundamentales y a los Derechos Humanos?
La tipicidad
Artículo 14. En los juicios del orden criminal queda prohibido imponer, por simple
analogía, y aún por mayoría de razón, pena alguna que no esté decretada por una ley
exactamente aplicable al delito de que se trata.
No obstante, se suele confundir los términos tipo y tipicidad como sinónimos. Lo cual
no es correcto debido a que son conceptos diferentes, aunque relacionados.
Noción
A partir del 18 de junio de 2018, la teoría causalista se ha dejado de utilizar para los
procedimientos penales para delitos comunes, pero aún sigue utilizándose para
delitos federales. Esto significa que en un futuro inmediato la teoría del delito prevista
en el Código Nacional de Procedimientos Penales es la que se utilizará tanto del Fuero
Común como del Fuero Federal.
Es por ello, que para abordar esta unidad utilizaremos la Teoría del Delito prevista en
el Código Nacional de Procedimientos Penales, específicamente, el artículo 405, que
a la letra reza:
La Ley establece…
Artículo 405. Sentencia absolutoria
Del artículo anterior se advierte que los elementos positivos del delito son la tipicidad,
la antijuridicidad, y la culpabilidad, una vez configurados estos, es posible hablar del
último elemento positivo del delito, la punibilidad.
En este sentido, la atipicidad como elemento negativo del delito nos proporciona
elementos suficientes para determinar cuáles son los elementos de la tipicidad, siendo
estos:
Adicionalmente, debemos decir que la teoría del delito que se sigue en la actualidad es
el post-finalismo, le explicaré por qué. Para que exista un delito es necesario que
primero se dé una conducta humana, la cual puede presentarse mediante
una acción u omisión. Es aquí donde la teoría post-finalista adquiere importancia.
Por ejemplo…
La conducta cometida por los huachicoleros es sancionada por la Ley Federal para
Prevenir y Sancionar los Delitos cometidos en materia de Hidrocarburos, que en
su artículo 8, establece el delito de Sustracción de Hidrocarburos, lo que
coloquialmente se le conoce como “robo de combustible,” esta acción nos permite
explicar cómo el dolo está implícito desde el momento en que el sujeto activo se
plantea sustraer hidrocarburos, sin derecho y sin consentimiento de asignatarios,
contratistas, permisionarios, distribuidores o de quien pueda disponer de ellos con
arreglo a la ley, es decir, la finalidad de conducta desde un inicio es la sustracción de
hidrocarburos, por lo que el dolo no puede separarse de la acción, el dolo está
implícito en la acción.
Sin embargo, la teoría finalista es incapaz de explicar la culpa, ya que en una conducta
culposa no existe una finalidad de cometer un delito, sino una imprudencia. Para ello,
son las teorías post-finalistas las que explican mejor la culpa. De modo que, el dolo y
la culpa las estudiaremos dentro de los elementos subjetivos generales del tipo penal.
En palabras de Raúl Plascencia Villanueva (2004: 40), la acción presenta dos fases. La
fase interna de la acción se plantea con los siguientes elementos:
Fase externa
Fase interna
La conducta
a. La acción
Por ejemplo…
En el delito de Robo, el agente asocial tiene que realizar un movimiento
físico para apoderarse de una cosa mueble ajena con ánimo de dominio,
por lo que será sancionado penalmente si realiza ese movimiento físico
de apoderamiento con ánimo de dominio, con independencia de que se
haya consumado o no el delito (tentativa).
b. La omisión
En los delitos de omisión, se castiga al sujeto pasivo del delito debido a que no
realizó la conducta que obligatoria y objetivamente debía cumplir. Se divide en
dos:
i. Omisión simple
Por ejemplo…
El caso más representativo es el delito de incumplimiento de la
obligación alimentaria, pues para iniciar el procedimiento penal,
no es necesario acreditar un detrimento patrimonial de los
acreedores alimentarios, o un daño en su alimentación, en su
vestido, en su hogar, en su salud derivados del incumplimiento
del pago de la pensión alimenticia, sólo basta acreditar que el
deudor alimentario no ha cumplido con su obligación de dar
alimentos, para que éste sea sancionado penalmente, es decir, es
suficiente demostrar sólo el incumplimiento a su obligación
alimentaria.
Por ejemplo…
En el delito de homicidio culposo derivado de una
responsabilidad profesional médica (lo que coloquialmente se le
conoce como negligencia médica), es necesario, que la víctima
pierda la vida, y que ese resultado sea atribuible a un médico que
teniendo la calidad de garante no dio una atención médica
adecuada, ya sea por imprudencia, impericia o negligencia.
En este sentido, la acción u omisión están implícitas desde el principio. De aquí, que, al
pertenecer a la conducta, es natural que el dolo y la culpa se consideren como elementos
subjetivos generales del tipo penal. Empecemos este análisis.
Dolo
La figura del dolo se encuentra prevista por el artículo 18 del Código Penal para el
Distrito Federal, al considerarlo como aquella conducta que cumple con tres
requisitos:
I. Conocimiento de los elementos objetivos del hecho típico de que se trate: Este es
el elemento intelectual del dolo, significa que el agente asocial desde antes que realice
la conducta sabe que ésta se considera como un delito. Por ejemplo, cuando un sujeto
activo del delito quiere privar de la vida a otra persona sabe que esa privación de la
vida se considera como homicidio.
II. Previsión posible del resultado típico: Este elemento forma parte del elemento
intelectual del dolo, pues una vez que el sujeto activo del delito sabe que la conducta
que pretende desplegar es considerada como delito, tiene conocimiento de que si
ejecuta la conducta delictiva es probable que ésta se consume, y de esta forma, se
produzca el resultado típico. Por ejemplo, cuando el agente asocial decide privar de la
vida a otra persona, y esta ejecuta la acción, sabe que existe una probabilidad de que
se consume la privación de la vida a la otra persona.
Cabe precisar, que en la teoría del delito causalista que funcionaba en el sistema
tradicional mixto (comúnmente conocido como inquisitivo) se utilizaba el dolo malo,
que se encontraba constituido por tres elementos:
a. Dolo directo
El sujeto se representa el resultado penalmente tipificado y lo quiere. Hay
voluntariedad en la conducta y querer del resultado. El resultado coincide con el
propósito del agente. Por ejemplo, decide privar de la vida a otro y lo mata.
b. Dolo indirecto
El agente se propone un fin y sabe que seguramente surgirán otros resultados
delictivos. Por ejemplo, para dar muerte a quien aborda un avión, coloca una bomba
cerca del motor, con la certeza de que, además de morir ese individuo, perderán la vida
otras personas y se destruirá el aparato.
c. Dolo indeterminado
Intención genérica de delinquir, sin proponerse un resultado delictivo en especial. Por
ejemplo, un anarquista que lanza bombas
d. Dolo eventual
Se desea un resultado delictivo, previéndose la posibilidad de que surjan otros no
queridos directamente. Por ejemplo, un incendio de una bodega, conociendo la
posibilidad de que el velador muera o sufra lesiones.
Culpa
Definamos…
Culpa
Cuello Calón (1975: 325) sostiene que existe culpa cuando se obra sin intención y sin
la diligencia debida, causando un resultado dañoso, previsible y penado por la ley.
Fernando Castellanos (1978: 247) sostiene que existe culpa cuando se realiza la
conducta sin encaminar la voluntad a la producción de un resultado típico, pero éste
surge a pesar de ser previsible y evitable, por no ponerse en juego, por negligencia o
imprudencia, las cautelas o precauciones legalmente exigidas.
El artículo 18 del Código Penal para el Distrito Federal, establece que obra
culposamente el que produce el resultado típico, que no previó siendo previsible o
previó confiando en que no se produciría, en virtud de la violación de un deber de
cuidado que objetivamente era necesario observar.
Con base en este artículo podemos distinguir dos clases de culpa: con y sin
representación.
a. Con representación
Se presenta cuando el sujeto activo del delito previo el resultado típico, pero
pese a ello, se confío en que no se produciría, en virtud de la violación de un
deber de cuidado que objetivamente era necesario observar, por lo que el
resultado típico pudo haberse evitado. Fernando Castellanos (1978: 247)
denomina a esta clase de culpa como “culpa consciente, con previsión o con
representación”, sosteniendo que existe cuando el agente ha previsto el
resultado típico como posible, pero no solamente no lo quiere, sino que abriga
la esperanza de que no ocurrirá.
Por ejemplo…
Durante un robo a una casa-habitación la intención de los agentes asociales es
apoderarse de cosas muebles ajenas, con ánimo de dominio y sin el
consentimiento de los propietarios, pero para evitar que los detengan durante
la ejecución del delito, privan de la vida al policía que pretendía frustrarlo, en
este caso, el robo se comete con dolo directo, y el homicidio con dolo eventual.
b. Sin representación
Se presenta cuando el sujeto activo del delito no previó el resultado típico, siendo éste
previsible, en virtud de la violación de un deber de cuidado que objetivamente era
necesario observar, por lo que el resultado típico pudo haberse evitado. Fernando
Castellanos (1978: 247) denomina a esta clase de culpa como “culpa inconsciente, sin
previsión o sin representación”, sosteniendo que se presenta cuando no se prevé un
resultado previsible (penalmente tipificado).
Con base en lo anterior, tenemos que admitir que el tipo penal es un presupuesto
general de la conducta, y por lo mismo, es el fundamento de la antijuridicidad, siempre
y cuando, no se configure algún elemento negativo del delito (causa de exclusión del
delito). Esto significa, que el tipo penal cumple como una función de garantía de la
libertad, pues en nuestro país está prohibido imponer, por simple analogía, y aún por
mayoría de razón, pena alguna que no esté tipificada alguna ley penal.
Además de que el tipo penal cumple con una función de garantía de libertad, el tipo
penal cumple con una función de seguridad jurídica, pues al describir
normativamente que conductas son consideradas como ilícitas, las personas saben
que comportamientos están prohibidos y cuáles no, y simultáneamente, se sabe con
anticipación que bienes jurídicos se están protegiendo. Lo que consecuentemente
facilita la convivencia social.
Elementos objetivos
De acuerdo con Pavón Vasconcelos (2006: 360), los elementos objetivos son aquellos
susceptibles de ser apreciados por el simple conocimiento y cuya función es describir la
conducta o el hecho que pueden ser materia de imputación y de responsabilidad penal. Se
encuentra conformado por los siguientes elementos.
Sujetos
En todos los tipos penales siempre deben existir dos partes: Sujeto activo, y sujeto pasivo del
delito.
Es la persona sobre la cual resiente la conducta del sujeto activo del delito. Desde el
punto de vista procesal, el artículo 112, del Código Nacional de Procedimientos
Penales lo denomina victima u ofendido. Será considerado como víctima a la persona
que resiente directamente sobre su persona la afectación producida por la conducta
delictiva; será considerado como ofendido a la persona física o moral titular del bien
jurídico lesionado o puesto en peligro por la acción u omisión prevista en la ley penal
como delito. El sujeto pasivo del delito se divide en dos: con y sin calidad específica.
Constituyen los pilares del idioma, en ellos se sujeta todo. Nos dan la idea de la
acción, de las nociones en desarrollo, de las transformaciones, del ser y el estar de las
cosas, los animales y las personas (Grijelmo, 2006: 178).
Los verbos describen la conducta que se considera como delito, se clasifican en dos:
núcleo (s) y auxiliar (es).
Otro tipo penal especifico puede ser: “Al que, por cualquier motivo, teniendo (verbo
auxiliar) a su cargo la administración, con ánimo de lucro perjudique (verbo núcleo) al
titular de éstos, alterando (verbo auxiliar) las cuentas, haciendo (verbo auxiliar)
aparecer gastos inexistentes, se le impondrán (verbo auxiliar) las penas previstas para
el delito de fraude.”
Por ejemplo…
Tratándose del delito de administración fraudulenta, el tipo penal general es todo el
artículo 234, del Código Penal para el Distrito Federal, que a la letra reza:
Describen la conducta principal que debe realizar el agente asocial, para que dicha conducta
sea considerada como delito. Es la esencia de la conducta delictiva. En todos los
procedimientos penales, sin excepción alguna, siempre se debe utilizar un solo verbo núcleo.
Auxiliar (es)
Describe las conductas secundarias que debe realizar el sujeto activo del delito para que se
configure un delito. Se puede utilizar un solo verbo auxiliar, o en su caso, varios verbos
auxiliares, de manera simultánea. La función de los verbos auxiliares es darle sentido a la
oración (al tipo penal), para que se transmita con claridad cuál es la conducta que se prohíbe
por considerarse delictiva.
Referencias
Las referencias se refieren a las características que son necesarias que se presenten
en la conducta, para que sea considerada como delito. Estas se refieren a
características relacionadas con el tiempo, el lugar, medios comisivos, objeto material,
y objeto jurídico.
Cabe precisar, que no es necesario que todas las cinco referencias sean necesarias en
la descripción de la conducta, pues todo depende del delito que se analice. Por lo que
podemos clasificarlos en referencias indispensables, y referencias no indispensables.
Empecemos.
Temporales
Es una referencia no indispensable, ya que sólo en algunos tipos penales es necesario que la
conducta esté relacionada con el tiempo, para que sea considerada como delito, por ejemplo,
para que se configure el delito de allanamiento de establecimiento mercantil abierto al
público, previsto en el artículo 211, del Código Penal para el Distrito Federal, es necesario
que la conducta se realice fuera del horario laboral del establecimiento mercantil.
De lugar
Es una referencia no indispensable, ya que sólo en algunos tipos penales es necesario que la
conducta se realice en lugares en específico, así, por ejemplo, para que se configure el delito
de allanamiento de establecimiento mercantil abierto al público, previsto en el artículo 211,
del Código Penal para el Distrito Federal, es necesario que la conducta se realice en un lugar
en específico, siendo este, el establecimiento mercantil abierto al público.
Por ejemplo, para que se configure el delito de violación, previsto por el artículo
174, del Código Penal para el Distrito Federal, es necesario que la conducta del sujeto
activo del delito se realice por medio de la violencia física, o en su caso, por medio de
la violencia moral.
La Ley establece…
Artículo 174. Al que por medio de la violencia física o moral realice cópula con
persona de cualquier sexo, se le impondrá prisión de seis a diecisiete años.
Se entiende por cópula, la introducción del pene en el cuerpo humano por vía vaginal,
anal o bucal.
Se sancionará con la misma pena antes señalada, al que introduzca por vía vaginal o
anal cualquier elemento, instrumento o cualquier parte del cuerpo humano, distinto
al pene, por medio de la violencia física o moral.
Al objeto material
Es una referencia indispensable, ya que todos los tipos penales requieren de un objeto
material. Este tipo de referencia se refiere al objeto sobre la cual recae la conducta, es decir, al
objeto material o corporal de la acción (Pavón Vasconcelos, 1999: 309 y 310). Pudiendo ser:
sellos, marcas, cuños, documentos públicos, títulos de crédito, moneda, inmueble ajeno,
etcétera.
Al objeto jurídico
Es una referencia indispensable, ya que todos los tipos penales requieren de un objeto jurídico.
El objeto jurídico es el bien jurídico tutelado por la Ley penal. El bien jurídico es aquello que el
tipo penal está protegiendo que puede ser la vida, la libertad, el patrimonio, la salud, el medio
ambiente, etc. (Calderón, 2015: 16).
Tipo de resultado
Formal
Se sostiene que un delito es de resultado formal, cuando sólo se pone en peligro al
bien jurídico tutelado, sin que se haya causado un daño al derecho subjetivo del sujeto
pasivo del delito, protegido por la ley penal.
Material
El delito es de resultado material, cuando se causa un daño al bien jurídico tutelado,
por lo que la exteriorización de la conducta delictiva si produce un cambio en el mundo
fáctico. Luego entones, para que un delito sea de resultado material es necesario que
exista una conducta delictiva del agente asocial, la producción de un daño al bien
jurídico tutelado, y el nexo causal entre la conducta desplegada por el sujeto activo del
delito, y el daño generado al bien jurídico tutelado.
Forma de consumación
De acuerdo al artículo 17 del Código Penal para el Distrito Federal, atendiendo a su
momento de consumación, el delito puede ser: instantáneo, continuado o permanente.
Instantáneo
Es aquel cuya conducta destruye o disminuye el bien jurídico tutelado en forma instantánea, en
un solo momento, pero permanentes las consecuencias nocivas del mismo.
Continuado
En este delito se dan varias acciones y una sola lesión jurídica. Es continuando en la conciencia
y discontinuo en la ejecución. Se dice que el delito continuado consiste en que se presenten los
siguientes elementos:
Permanente
Se presenta cuando la acción delictiva permite, por sus características, que se la pueda prolongar
voluntariamente en el tiempo, de modo que es idénticamente violatoria del Derecho en cada uno
de sus momentos.
Porte Petit (1969: 387 y 388) enumera como elementos del delito permanente a los siguientes:
Una conducta o hecho;
Una consumación más o menos duradera. A su vez, esta se divide en:
Un momento inicial identificado con la comprensión del bien jurídico protegido por la ley;
Un momento intermedio, que va desde la comprensión del bien jurídico hasta antes de la cesación
del estado antijurídico; y,
Un momento final, coincidente con la cesación del estado comprensivo del bien jurídico.
Modalidad de la conducta
Los elementos de la conducta son las características que deben poseer las conductas
que se estiman como delitos. Estas características deben ser necesarias, ya que, si al
momento de realizar el razonamiento lógico se concluye que falta un elemento de la
conducta, entonces, se considera que la conducta es atípica.
Por ejemplo…
El artículo 220, del Código Penal para el Distrito Federal, que prevé el
delito de robo, establece literalmente: “Al que con ánimo de dominio y sin
consentimiento de quien legalmente pueda otorgarlo, se apodere de una
cosa mueble ajena…”
Por ejemplo…
El artículo 30, fracción VI, del Código Penal para el Distrito Federal,
establece el delito de lesiones, en los siguientes términos: Al que cause a
otro un daño o alteración en su salud, se le impondrán:
…
VI. De tres a ocho años de prisión, si producen la pérdida de cualquier
función orgánica, de un miembro, de un órgano o de una facultad, o causen
una enfermedad incurable o una deformidad incorregible; …”
El número de elementos de la conducta dependerá del tipo penal general. Con este
subtema terminamos los elementos objetivos del delito.
Subjetivos
Subjetivos
generales: dolo y Normativos
específicos
culpa
Subjetivos específicos
Los elementos subjetivos específicos son las especiales cualidades internas, intelectuales o
intangibles que exigen el tipo penal al sujeto activo, en algunos casos de necesaria presencia
como es el caso de la voluntabilidad y la imputabilidad, y en otros con un carácter variable
siendo tal el caso del dolo o la culpa, y el animus en el sujeto activo (Plascencia Villanueva, 204:
106).
De acuerdo con Calderón Martínez (2015: 16 y 17), los elementos subjetivos específicos se
refieren al motivo y al fin que persigue el sujeto activo y se expresan a través de palabras como:
“el fin de”, “para lograr”, “con el deseo de”, “con el objeto”, “con el ánimo de”, “con el
conocimiento de”, etcétera.
En efecto, los elementos subjetivos específicos son diferentes al dolo y a la culpa, nos ayudan
a identificar cuando una conducta debe ser considerada como dañina para la sociedad, y por
lo mismo, como delito.
Cabe precisar, que no todos los tipos penales tienen elementos subjetivos específicos, sólo
algunos tendrán elementos subjetivos específicos, y los identificaremos a través de alguna de
las siguientes palabras “a fin de”, “con el fin de”, “para lograr”, “con el deseo de”, “con el objeto”,
“con el ánimo de”, “con el conocimiento de”, “a sabiendas” “sabiendo”, entre otras.
Los elementos subjetivos específicos están estrechamente vinculados con el dolo, si un tipo
penal requiere de un elemento subjetivo específico, entonces, ese tipo penal sólo admite el
dolo, debido a que no se puede separar de la finalidad de la conducta delictiva. Si el tipo penal
no requiere elementos subjetivos específicos, entonces, el tipo penal admite tanto el dolo,
como la culpa.
Normativos
Los elementos normativos son presupuestos del “injusto típico” que sólo pueden ser
determinados mediante una especial valoración de la situación de hecho. Tal
valoración se reputa necesaria para poder captar su sentido, pudiendo ser
eminentemente jurídica, de acuerdo con el contenido del iuris del elemento
normativo, o bien cultural, cuando se debe realizar de acuerdo a un criterio
extrajurídico (Pavón Vasconcelos, 1999: 309 y 310).
Por ejemplo…
En el delito de robo, para determinar el contenido de la palabra “apoderamiento” se
tienen dos opciones, acudir al Código Penal Federal, y determinar si tiene un capítulo
específico de definiciones, y a partir de ello, saber que significa “apoderamiento” (a
esto se le denomina valoración normativa), y en caso de que no tenga la definición, será
necesario acudir a un diccionario de la lengua española, para saber el significado de la
palabra “apoderamiento”, y esta última se denomina valoración cultural.
El razonamiento lógico
Una vez que ya hemos realizado el análisis de la conducta y del tipo penal sólo resta
realizar el razonamiento lógico, cuya conclusión será si la conducta que cometió el
agente asocial es o no un delito.
Para entender mejor el silogismo jurídico vamos a poner como ejemplo el siguiente
caso:
Problema jurídico
En la Ciudad de México, a las 12:00 horas, del día 01 de enero de 2019, Mario Calderón
compró una navaja de la marca “Victorinox Swiss” modelo “Army Ranger”, con el
objeto de privar de la vida a Javier Gallardo. Siendo las 15:00 horas del mismo día,
Mario Calderón se encontró de frente a Javier Gallardo, y sin decir nada lo apuñala 7
veces en diferentes partes del cuerpo, por lo que logró privarlo de la vida. Pero ante la
intervención inmediata de la policía lo detienen y lo ponen a disposición al Ministerio
Público más cercano.
Premisa mayor: Artículo 123, del Código Penal para el Distrito Federal, que
literalmente establece: “Al que prive de la vida a otro, se le impondrá de ocho a veinte
años de prisión.”
Premisa menor: Mario Calderón privó de la vida a Javier Gallardo con un arma blanca
punzo cortante de la marca “Victorinox Swiss” modelo “Army Ranger.”
Atipicidad
Recuerde que…
Como afirma Muñoz Conde (2012: 39) ningún hecho, por antijurídico y culpable que
sea, puede llegar a la categoría de delito si, al mismo tiempo, no es típico, es decir, si no
corresponde a la descripción contenida en una norma penal.
El error de tipo invencible que recaiga sobre algún elemento del tipo penal que no admita la
forma culposa
Caso fortuito
Compuesto por la Vis Absoluta, y la Vis Mayor. A la primera (vis absoluta), también se le
conoce como fuerza física irresistible, supone por tanto ausencia del coeficiente
psíquico (voluntad) en la actividad o inactividad, de manera que la expresión
puramente física de la conducta no puede integrar por sí una acción o una omisión
relevantes para el derecho (Pavón, 2006: 333 y 334). .
Hipnotismo
Consiste en una serie de manifestaciones del sistema nervioso producidas por una causa
artificial. Se identifica por la ausencia del dolor y el olvido de lo sucedido durante el sueño
hípnico, cuando se despierta de él.
Sueño
Es el estado fisiológico normal de descanso del cuerpo y de la mente consiente, puede originar
movimientos involuntarios del sujeto con resultados dañosos.
Sonambulismo
Similar al sueño, pero se distingue de éste en que el sujeto deambula dormido. Hay
movimientos corporales inconscientes y por ello involuntarios.
Movimientos reflejos
Ocasionan resultados lesivos a bienes jurídicos, no son punibles, ubicándoseles dentro de los
aspectos negativos del delito y particularmente de la conducta en que está ausente de la
acción, a virtud de ser ajenos a la voluntad del individuo.
En este sentido, la ausencia de conducta se presenta cuando en la comisión de un hecho
delictivo, el sujeto activo actúa sin dolo o culpa, en virtud de una fuerza exterior material,
física, producida por hechos externos, a la cual no puede resistirse y se ve obligado a ceder
ante ella.
La atipicidad por falta de elementos del tipo se configura cuando falta alguno de los
elementos que integran la descripción legal del delito de que se trate, ya sea que
formen parte de los elementos objetivos, subjetivos generales, subjetivos específicos,
o normativos.
Dicho de otra forma, Calderón (2015: 19) menciona que la hipótesis de atipicidad se
origina cuando:
A B C D E F G
A
Falta la calidad del sujeto activo o del sujeto pasivo.
F
Están ausentes los elementos subjetivos específicos, requeridos expresamente por el
tipo legal.
Están ausentes los elementos normativos, requeridos por la descripción legal del
delito.
Esta causa de atipicidad se presenta cuando el agente actúa con el consentimiento del
titular del bien jurídico afectado, o del legitimado legalmente para otorgarlo, siempre
y cuando se cumplan con los siguientes requisitos:
Los efectos del error vencible o invencible son diversos, ante la presencia del primero
desaparece la posibilidad del dolo, pero queda subsistente la posibilidad de la culpa, en
el caso del segundo no existe la posibilidad que el dolo o la culpa puedan presentarse
(Plascencia, 2004: 109), de aquí que sólo el error de tipo invencible excluya la
responsabilidad penal.
Cómo excluyente de responsabilidad está compuesta por vis absoluta, y la vis mayor,
las cuales las estudiamos como primera causal de atipicidad. No obstante, lo anterior,
podemos señalar que, en términos coloquiales, el caso fortuito hace alusión a
accidentes, provenientes de la naturaleza, o del propio ser humano.
Fuentes de consulta
Bibliografía
Legislación
Interpretación de la Ley
• “Tipicidad y ausencia del tipo”, [tesis aislada penal], Informes, reg. 813043,
Sexta época, 1959, p. 66, disponible en https://bit.ly/2TplIBt, consulta:
05/03/2019.
Unidad 7. Antijuridicidad y su Aspecto
Negativo | Contenido · Actividades · Autoevaluación · Materiales
Introducción
Lícitas
Cuando se trate de conductas desarrolladas conforme a derecho, pues se tratan de
conductas que no producen una sanción penal, ya sea prisión o medida de seguridad.
Ilícitas
Cuando el sujeto activo del delito desarrolle una conducta prohibida por la Ley Penal,
es decir, despliega una conducta contraria a derecho.
Para que una conducta sea considerada antijurídica es necesario que previamente se
hayan acreditado dos requisitos:
Primero
Primero
Segundo
Segundo
La ausencia de alguna causa de justificación de la conducta típica.
Hasta este momento, sabemos que el delito es una conducta típica, y ahora
antijurídica. Es por ello que, dentro de esta unidad, estudiemos más a fondo este
elemento, en su dimensión positiva y negativa.
¡Adelante!
Objetivo particular
Temario
Antijuridicidad y licitud
La antijuridicidad es el elemento positivo del delito, y la licitud de la conducta es el
elemento negativo del delito, ya que una conducta es antijurídica cuando no existe
alguna causa de justificación (licitud).
El penalista Muñoz Conde, en su libro Teoría general del delito, sostiene que la
antijuridicidad "es un juicio negativo de valor que recae sobre un comportamiento
humano y que indica que ese comportamiento es contrario a las exigencias del
ordenamiento jurídico" (2012: 82).
Por su parte, Juan Andrés Hernández Islas afirma que doctrinalmente se ubica a la
antijuridicidad en un doble aspecto: uno formal y otro material. "El primero se refiere
a la contradicción entre el hecho y la norma, o mejor dicho, esa contradicción entre la
conducta humana y la prohibición o mandato contenido en la ley penal. Por su parte,
el segundo existe cuando esa transgresión de la ley afecta los intereses de la sociedad;
esa exteriorización de la conducta, que lesiona, que agrede a la colectividad" (2006:
100).
Recordemos, que la antijuridicidad se refiere a todas las acciones u omisiones que son
contrarias a derecho, y debido a ello, se aplica la sanción prevista en la norma jurídica.
En esta época, existen dos corrientes teóricas que estudian el carácter objetivo de la
antijuridicidad:
Surge a partir del sistema doctrinal del finalismo. Desde este momento se reconoce
que la antijuridicidad tiene también un carácter subjetivo. Por lo que la antijuridicidad
es objetiva (resultado) y subjetiva (anímico).
Welzel (1993: 61) explica el carácter subjetivo, pues sostiene que la antijuridicidad es
un juicio de valor objetivo, en tanto se pronuncia sobre la conducta típica a partir de
un criterio general: el ordenamiento jurídico. El objeto que es estimado como
antijurídico, es decir, la conducta típica de un hombre, constituye una unidad de
momentos del mundo externo (objetivos) y anímicos (subjetivos).
Para que exista antijuridicidad es necesario, además del resultado, el carácter anímico
de la conducta, es decir, es antijurídica porque el agente asocial tiene la actitud de
producir el daño o puesta en peligro del bien jurídico tutelado.
En esta tesitura se encuentra Aldo Moro, quien afirma que en la antijuridicidad “el
acatamiento lo mismo que la violación son necesariamente procesos de voluntad”
(1949: 30).
CLASIFICACIÓN DE LA ANTIJURIDICIDAD:
Atendiendo a:
• LA NATURALEZA:
o General
o Penal
• EL CONTENIDO:
o Formal
o Material
El contenido material de la antijuridicidad consiste en la lesión o puesta
en peligro de los bienes jurídicos o de los intereses jurídicamente
protegidos, o en el solo atentado contra el orden instituido por los
preceptos legales (Pavón, 1999: 335). En este sentido, la antijuridicidad
se constituye con la ofensa al bien jurídico tutelado por las normas, se
concibe al delito como socialmente dañoso.
o Objetiva
o Subjetiva
Por cada elemento positivo del delito existe su elemento negativo. Normalmente, cada
elemento negativo es exclusivo, es decir, no se repite en algún otro elemento.
Se debe acreditar que antes de que se desplegara la conducta que encuadra en un tipo
penal, existió el consentimiento del sujeto pasivo del delito, por lo que no debe
considerarse como delito, pese a que se presenta el exacto encuadramiento de la
conducta del agente social en la descripción legal considerada como delito. En este
tipo de casos, el consentimiento como excluyente del delito se denomina
“consentimiento de la víctima que recaiga sobre algún bien jurídico disponible”. Su
fundamento legal se encuentra en el artículo 405, fracción II, del Código Nacional de
Procedimientos Penales, en relación con el artículo 29, apartado A, fracción IV, del
Código Penal para el Distrito Federal.
Cada persona tiene derechos subjetivos que se encuentra respaldados en una norma
jurídica, que, en materia penal, esos derechos subjetivos se encuentran protegidos por
el bien jurídico, es por ello, que todas las personas pueden disponer de sus bienes
jurídicos, pero no todos los bienes jurídicos pueden ser disponibles, dependerá de cada
situación.
Por ejemplo…
En el delito de estupro el bien jurídico es el normal desarrollo de la sexualidad, el cual
es un bien jurídico no disponible porque un menor de edad no tiene capacidad de
ejercicio, eso significa que su consentimiento no excluye la responsabilidad penal.
Caso diferente es el supuesto de una relación sexual sostenida entre mayores de edad
con consentimiento, ya que, en ese supuesto, se trata de una relación sexual
consensuada, pues de no existir el consentimiento se configuraría el delito de
violación.
¡Importante!
La diferencia entre una y otra forma de terminación del procedimiento penal es
la naturaleza del delito, atendiendo a su culpabilidad. Pues para delitos culposos es
procedente el acuerdo reparatorio y para los delitos dolosos es procedente
la suspensión condicional al proceso.
Acuerdo reparatorio
La suspensión será procedente una vez dictado el auto de vinculación a proceso hasta
antes de acordarse la apertura de juicio, en los siguientes casos:
Recuerde que…
La diferencia entre el consentimiento y las formas de terminación de un
procedimiento penal es el tiempo: si el consentimiento se dio con anticipación la
realización de la conducta, o se deduce fundadamente por el contexto en que se dio la
conducta, entonces, se trata de una causa de licitud, en cambio, si una vez que se ha
consumado la conducta o se ha puesto en peligro un bien jurídico tutelado, se puede
dar el consentimiento para terminar con un procedimiento penal.
Es por ello, que Gerardo Armando Urosa Ramírez afirma "que las causas de
justificación son permisos, autorizaciones, o excepciones que la ley contempla para
eliminar el carácter antijurídico de la conducta, bajo determinadas circunstancias"
(2006: 194). Como señala Eduardo López Betancourt, "dentro de las causas de
justificación el agente obra con voluntad consiente, en condiciones normales de
imputabilidad, pero su conducta no será delictiva por actuar conforme a derecho, y por
ello, no puede lesionar ningún bien jurídico" (2006: 153).
Legítima Defensa
Se presenta cuando se repele una agresión real, actual o inminente y sin derecho, en defensa de bienes
jurídicos propios o ajenos, siempre que exista necesidad de la defensa empleada y no medie provocación
dolosa suficiente e inmediata por parte del agredido o de su defensor. Lo que nos permite deducir que
sus elementos son:
Se presume que existe legítima defensa, salvo prueba en contrario, cuando se cause un daño a quien por
cualquier medio trate de penetrar o penetre, sin derecho, al lugar en que habite de forma temporal o
permanente el que se defiende, al de su familia o al de cualquier persona respecto de las que el agente
tenga la obligación de defender, a sus dependencias o al sitio donde se encuentren bienes propios o
ajenos respecto de los que exista la misma obligación.
Igual presunción existirá cuando el daño se cause a un intruso al momento de sorprenderlo en alguno
de los lugares antes citados en circunstancias tales que revelen la posibilidad de una agresión.
Estado de necesidad
Es una excluyente de delito, específicamente, una causa de justificación. Se encuentra previsto en el
artículo 405, fracción II, del Código Nacional de procedimientos Penales, y en el artículo 29, Apartado
B, fracción II, del Código Penal para el Distrito Federal.
Es importante precisar que existen dos tipos de estados de necesidad, y la diferencia que existe entre
uno y otro está relacionada con el valor del bien jurídico tutelado.
Esto es, si el bien jurídico lesionado es de menor valor que el salvaguardado, se trata de una causa de
justificación (estado de necesidad justificante); pero si el bien jurídico lesionado es de igual valor que el
salvaguardado, se trata de una causa de inculpabilidad (estado de necesidad disculpante o exculpante).
Dicho lo anterior, el estado de necesidad Justificante se presenta cuando el agente obra por la
necesidad de salvaguardar un bien jurídico propio o ajeno, de un peligro real, actual o inminente, no
ocasionado dolosamente por el sujeto, lesionando otro bien de menor valor que el salvaguardado,
siempre que el peligro no sea evitable por otros medios y el agente no tuviere el deber jurídico de
afrontarlo.
Como puede percatarse, el estado de necesidad justificante es una causa de licitud establecida a favor
de los gobernados cuando el sujeto activo del delito no es un servidor público, pero dadas las
condiciones existe un peligro real, por lo que ante ello, el sujeto activo del delito se ve obligado a lesionar
otro bien jurídico de menor valor.
Ejercicio de un derecho
El ejercicio de un derecho es una excluyente de delito, específicamente, una causa de justificación. Se
encuentra previsto por el artículo 405, fracción II, del Código Nacional de Procedimientos Penales , y
en el artículo 29, Apartado B, fracción IV , del Código Penal para el Distrito Federal.
El ejercicio de un derecho se presenta cuando el agente realice una acción o una omisión atendiendo a
su derecho, siempre que exista necesidad racional de la conducta empleada para ejercerlo. Lo que nos
permite deducir que sus elementos son:
1. Como elemento adicional previo, que el agente tenga a su favor un derecho subjetivo, previsto en
un ordenamiento jurídico.
2. Que el agente realice una acción o una omisión atendiendo a su derecho.
3. Que exista necesidad racional de la conducta empleada para ejercerlo.
Esto significa que pese a que una conducta sea típica, ésta es desplegada conforme a derecho, en virtud
de que el agente tiene a su favor un derecho subjetivo previsto en una Ley, Código, Reglamento,
Constitución, Tratado o Instrumento Internacional, mismo que está ejercitando. Por lo que no es ilícito
que una persona ejercite un derecho.
Cumplimiento de un deber
Esta es una excluyente de delito, específicamente, una causa de justificación. Se encuentra previsto por
el artículo 405, fracción II, del Código Nacional de Procedimientos Penales , y en el artículo 29, Apartado
B, fracción III, del Código Penal para el Distrito Federal.
Por ello, el cumplimiento de un deber se presenta cuando el agente realice una acción o una omisión
atendiendo a su deber jurídico, siempre que exista necesidad racional de la conducta empleada para
cumplirlo. Lo que nos permite deducir que sus elementos son:
Por ejemplo…
Si durante un robo a un vehículo automotor, un policía se percata de esa conducta delictiva, y con el fin
de evitarlo se ve obligado a disparar su arma de fuego, y como producto de ello, se priva de la vida a uno
de los sujetos activos del delito, entonces, opera a favor del policía la causa de justificación de
cumplimiento de un deber.
Consentimiento presunto
Esta es una excluyente de delito, específicamente, una causa de justificación. Se encuentra previsto por
el artículo 405, fracción II, del Código Nacional de Procedimientos Penales, y en el artículo 29, Apartado
B, fracción V, del Código Penal para el Distrito Federal.
Fuentes de consulta
Bibliografía
• Calderón Martínez, Alfredo, Manual de Teoría del Delito y Juicio Oral, México,
Centro de Investigaciones del Sistema Acusatorio A.C., 2015.
• Hernández Islas, Juan Andrés. Mitos y realidades de la teoría del delito, México,
Jahi, 2006.
• Jiménez de Asúa, Luis. Tratado de derecho penal, 5.ª ed., Buenos Aires, Editorial
Losada, 1963, t. III.
• López Betancourt, Eduardo, Teoría del delito, 13.ª ed., México, Porrúa, 2006.
• Moro, Aldo, La antijuridicidad penal, Buenos Aires, Bibliográfica Argentina,
1949.
• Muñoz Conde, Francisco, Teoría general del delito, 3.ª ed., Bogotá, Temis, 2012.
• Plascencia Villanueva, Raúl, Teoría del delito, México, UNAM-IIJ, 2004.
• Pavón Vasconcelos, Francisco, Derecho penal mexicano, México, Porrúa, 2006.
• Urosa Ramírez, Gerardo Armando, Teoría de la ley penal y del delito, México,
Porrúa, 2006.
• Welzel, Hans, Derecho Penal Alemán, 4.ª ed., trad. de Juan Bustos Ramírez y
Sergio Yáñez Pérez, Chile, Jurídica de Chile, 1993.
Documento institucional
Legislación
Audiovisual
Introducción
¡Adelante!
Objetivo particular
Temario
• 8.1 Culpabilidad
o 8.1.1. Noción
o 8.1.2. Elementos
▪ 8.1.2.1. Imputabilidad
▪ 8.1.2.1.1. Noción
▪ 8.1.2.1.2.Imputabilidad disminuida
▪ 8.1.2.1.3.Acciones libres en su causa
o 8.1.2.2. Conocimiento de la antijuridicidad
o 8.1.2.3. Exigibilidad de otra conducta
• 8.2. Aspectos Negativos
o 8.2.1. Inimputabilidad
▪ 8.2.1.1. Causas
▪ 8.2.1.2. Efectos
o 8.2.2. Error de prohibición
o 8.2.3. No exigibilidad de otra conducta
Creando conciencia
Culpabilidad
La culpabilidad es la posibilidad de elección entre cometer un delito o no. Es por ello,
que si el sujeto activo del delito decide cometer un delito en acción u omisión,
entonces, es posible atribuirle esa conducta delictiva.
Noción
José María Rodríguez Devesa (1982: 416) sostiene que la culpabilidad se funda en la
idea de libertad humana, ya que sin libertad humana resulta imposible construir el
concepto mismo de delito. Bajo esta tesitura, si una persona no puede decidir,
entonces, es un instrumento que es utilizado; de aquí que sin libertad no pueda existir
la culpabilidad.
Esta aportación demuestra con total claridad que si una persona no tiene libertad
prácticamente se convierte en otro ser viviente regido por leyes de la naturaleza, lo
que justificaría hechos ilícitos penales como la copula sin consentimiento (violación),
apoderamiento de cosa mueble con ánimo de dominio (robo), el aprovechamiento de
un error o de un engaño para obtener un lucro indebido (fraude), privar de la vida a
otra persona (homicidio), o producir una alteración física en el cuerpo de otra persona
injustificadamente (lesiones), entre otras.
Ahora bien, como afirma el jurista Eduardo López Betancourt (2013: 63), el concepto
de culpabilidad dependerá de la teoría que se adopte. En este sentido, podemos
identificar a las siguientes posturas teóricas:
Concepción
Concepción Concepción
normativista-
psicológica finalista
psicológica
Concepción psicológica
Concepción normativista-psicológica
Concepción finalista
Por su parte, Juan Andrés Hernández Islas (2006: 122-124) define a la culpabilidad
con base en la teoría causalista y finalista. De esta forma, tenemos:
Elementos
Esta postura post-finalista fue adoptada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
incluso antes de la entrada en vigor en todo el país del Código Nacional de
Procedimientos Penales, pues en su Manual del Justiciable en Materia Penal, define a
la culpabilidad "como el elemento del delito mediante el cual es posible reprochar a un
sujeto la ejecución del hecho ilícito" (2003: 8).
Imputabilidad.
Definamos…
Imputabilidad
Noción.
Para el jurista Francisco Muñoz Conde, en su teoría general del delito, afirma que “a la
imputabilidad también se le puede denominar capacidad de culpabilidad, en virtud de
que la culpabilidad se basa en que el autor de la infracción penal, del hecho típico y
antijurídico, tenga las facultades psíquicas y físicas mínimas requeridas para poder ser
motivado en sus actos por los mandatos normativos" (2012: 129), esto es, la
imputabilidad es la esencia de la culpabilidad .
Por ello, el penalista Gerardo Armando Urosa Ramírez afirma, en su teoría de ley penal
y del delito, que "la imputabilidad es el mínimo de capacidad y desarrollo intelectual
exigido por la ley, para que determinada persona responda penalmente por su
conducta" (2006: 118).
El jurista Alfredo Calderón Martínez (2015: 29) sostiene que las acciones libres en su
causa regulan ciertos estados o situaciones en que el sujeto activo se coloca
voluntariamente en un estado de inimputabilidad, situación que disminuye su
capacidad de comprensión y su voluntad al momento en que comete la conducta o
hecho típico y antijurídico. Luego entonces, si el sujeto activo del delito decidió
colocarse voluntariamente un estado de inimputabilidad, entonces, sí se produce una
sanción, por lo que deberá imponérsele una pena o medida de seguridad.
Tipos de capacidades.
La imputabilidad se basa en un reproche personal al sujeto (atribuibilidad), porque al
estar en pleno uso de sus facultades mentales tomó la decisión de cometer un delito,
de aquí que se le pueda atribuir esa comisión del hecho delictivo. Es por ello, que se
sostiene que la imputabilidad contiene dos tipos de capacidades (Calderón, 2015: 29):
capacidad de entender y capacidad de querer.
Podemos afirmar, que una persona es imputable porque tiene la capacidad de
entender y querer la comisión del hecho delictivo, es decir, con base en a su libre
albedrió ha tomado la decisión de cometer un delito porque quiso y entendió la ilicitud
de su acción u omisión.
La ley establece…
CPF
Articulo 15. El delito se excluye cuando:
VII. Al momento de realizar el hecho típico, el agente no tenga la capacidad de
comprender el carácter ilícito de aquél o de conducirse de acuerdo con esa
comprensión, en virtud de padecer trastorno mental o desarrollo intelectual
retardado, a no ser que el agente hubiere provocado su trastorno mental dolosa o
culposamente, en cuyo caso responderá por el resultado típico siempre y cuando lo
haya previsto o le fuere previsible
CPDF
Artículo 29. (Causas de exclusión). El delito se excluye cuando concurra una causa de
atipicidad, causas de justificación o causas de inculpabilidad.
Conocimiento de la antijuricidad
La idea central del conocimiento de la antijuridicidad radica en que el sujeto activo del
delito está consciente y sabe que su conducta es un delito. Por esa misma razón, se le
reprocha la comisión del delito, y por tanto, sí es imputable, tiene el conocimiento de
la antijuridicidad de su conducta, y le es exigible otra conducta, entonces, es culpable.
Lo cual nos lleva a la “exigibilidad de otra conducta”.
¿Sabía que...?
Antes de la entrada en vigor del Código Nacional de Procedimientos Penales en todo
el país, el dolo formaba parte de la culpabilidad, y tenía tres elementos: 1)
representación del hecho típico, 2) voluntad de realización de lo representado y 3)
conocimiento de la antijuridicidad. Estos tres elementos son los que en la doctrina
penal se conocen, en su conjunto, como dolo malo.
El último elemento que forma parte del juicio de reproche es la exigibilidad de otra
conducta. Consiste en reprochar al sujeto activo la comisión de un delito porque le es
racionalmente exigible una conducta diversa a la que realizó, en virtud de haberse
podido determinar a actuar conforme a derecho.
La exigibilidad de otra conducta se funda en la idea del libre albedrío porque el sujeto
activo del delito tiene la posibilidad de elegir libremente si comete o no un hecho
delictivo.
Por ejemplo...
Si un sujeto activo del delito decide, libremente, privar de la vida a otra persona,
entonces, habría que preguntarse si el sujeto activo del delito podía racionalmente no
privar de la vida a esa persona. Si la respuesta es sí, entonces, racionalmente sí le era
exigible que no privará de la vida a esa persona, es por ello, que se le reprochará la
comisión del delito de homicidio.
Aspectos negativos
Error de prohibición
Porque la
Porque la
Porque la persona
persona
persona actúa
desconoce
desconoce pensando
que existe
el alcance de que está
una ley que
la ley justificada
lo prohíbe
su conducta
En estos casos, estamos ante la presencia de un error de prohibición directo.
Invencible
Este es el único que permite excluir la responsabilidad al sujeto activo del delito. Se
presenta cuando el error en que incurrió el agente asocial es insuperable, ya sea
porque la conducta esté relacionada con cuestiones culturales, sociales, formación
educativa, y económicas del individuo.
El jurista Arturo García Jiménez (2003: 395) sostiene que un error invencible es
cuando, por las condiciones personales del sujeto o por las circunstancias en que se
desarrolló el hecho, el sujeto no podía superar el error, lo que provoca que actúe en
forma inculpable por estar frente a lo invencible del error.
Vencible
Sólo permite atenuar la pena, por lo que la penalidad que se le aplique al sujeto activo
será de una tercera parte del delito que se trate.
La Ley establece…
CPF
CPDF
Artículo 29. (Causas de exclusión). El delito se excluye cuando concurra una causa de
atipicidad, causas de justificación o causas de inculpabilidad.
b) El alcance de la ley; o
Dicho de otra manera, en la no exigibilidad de otra conducta, el sujeto activo del delito
no está en posibilidad de elegir libremente que conducta desarrollará, por lo que no se
le puede reprochar el resultado producido por una conducta típica y antijurídica. Es
por ello, que el estado psicológico de miedo grave, temor fundado producido por
amenazas, e incluso la obediencia jerárquica, se consideran como supuestos de no
exigibilidad de otra conducta (Tesis aislada penal, VIII.3o.10 P).
CPDF
Artículo 29. (Causas de exclusión). El delito se excluye cuando concurra una causa de
atipicidad, causas de justificación o causas de inculpabilidad.
Obediencia Temor
Miedo grave
jerárquica fundado
Nota: imperium se utiliza para evocar que una persona tiene el poder de mando sobre sus
subordinados. Esta palabra es de origen militar, utilizada en la antigua Roma.
Elementos
CPDF
Artículo 29. (Causas de exclusión). El delito se excluye cuando concurra una causa de
atipicidad, causas de justificación o causas de inculpabilidad.
Por otro lado, son dos los supuestos que configuran el elemento negativo de la
exigibilidad de otra conducta: a) la inexigibilidad de otra conducta; y, b) el estado de
necesidad disculpante. Ambos supuestos excluyen la responsabilidad penal del sujeto
activo del delito.
Fuentes de consulta
Bibliografía
• Calderón Martínez, Alfredo, Manual de Teoría del Delito y Juicio Oral, México,
Centro de Investigaciones del Sistema Acusatorio A.C., 2015.
• Castellanos, Fernando, Lineamientos elementales de derecho penal, México,
Porrúa, 1978.
• García Jiménez, Arturo, Dogmática Penal en la Legislación Mexicana, México,
Porrúa, 2003.
• García Ramírez, Sergio, La imputabilidad en el Derecho Penal Mexicano, 2.ª ed.
México, IIJ/UNAM, 1981.
• Hernández Islas, Juan Andrés, Mitos y realidades de la teoría del delito, México,
Jahi, 2006.
• López Betancourt, Eduardo, Teoría del delito, 13.ª ed., México, Porrúa, 2013.
• Muñoz Conde, Francisco, Teoría general del delito, 3.ª ed., Bogotá, Temis, 2012.
• Rodríguez Devesa, José María, Derecho penal español, Madrid, Artes Gráficas
Carasa, 1982.
• Urosa Ramírez, Gerardo Armando, Teoría de la ley penal y del delito (legislación,
doctrina, jurisprudencia y casos penales), México, Porrúa, 2006.
Legislación
• Asamblea Legislativa del Distrito Federal, Código Penal para el Distrito Federal,
última reforma publicada en la Gaceta Oficial del Distrito Federal 22/12/2017,
disponible en https://bit.ly/1DcrebK, consulta: 12/03/2019.
• Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión, Código Nacional de
Procedimientos Penales, última reforma publicada en el DOF 17/06/2019,
disponible en https://bit.ly/1PhhfZl , consulta: 12/03/2019.
• Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión, Código Penal Federal, última
reforma publicada en el DOF 05/11/2018, disponible
en https://bit.ly/2DpaxBx, consulta: 12/03/2019.
• Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión, Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, última reforma publicada en el DOF 27/08/2019,
disponible en https://bit.ly/1iXRdq5 , consulta: 12/03/2019.
• Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión, Ley Nacional del Sistema
Integral de Justicia Penal para Adolescentes, última reforma publicada en el DOF
16/06/2016, disponible en https://bit.ly/2VBol06 , consulta: 04/03/2019.
Interpretación de la Ley
Documento Institucional
Suprema Corte de Justicia de la Nación, Manual del justiciable materia penal, Dirección
General de la Coordinación de Compilación y Sistematización de Tesis, México,
2003, disponible en https://bit.ly/2Vu438S., consulta: 04/03/2019.
Introducción
Definamos…
La punibilidad consiste en la imposición de una pena o medida de seguridad en función de la
realización de cierta conducta, considerada como delito. En este sentido, la punibilidad es considerada
como la consecuencia jurídica del delito, que se impone a la persona responsable que cometió el hecho
ilícito.
Es oportuno señalar que, para algunos estudiosos de la teoría del delito, aún se discute si la punibilidad
posee o no el rango de elemento esencial del delito. No obstante, es menester mencionar que las
condiciones de punibilidad son aquellas circunstancias objetivas y subjetivas establecidas en la Ley, que,
sin pertenecer al tipo, tienen relación directa e inmediata con éste y son necesarias para la existencia o
modificación de la pena o medida de seguridad.
Luego entonces, la punibilidad la entenderemos como la amenaza de pena que el Estado asocia a la
violación de los deberes consignados en las normas jurídicas, dictadas para garantizar la permanencia y
el orden social (Pavón, 1999: 497).
Recuerde que…
Las penas son las consecuencias del delito, y su imposición, modificación y duración son propias y
exclusivas de la autoridad judicial.
La presente unidad tiene como objetivo que conozca y reflexione los conceptos necesarios para
entender las nociones acerca de las penas y medidas de seguridad, es decir, tomar en cuenta la
tipificación de las conductas que se consideran ilícitas, también la determinación de las sanciones
que correspondan a la descripción de una conducta típica.
Junto con la pena se aplican medidas de seguridad, las cuales tienen como finalidad la prevención
del delito, siendo un medio para combatirlo. Las garantías que envuelven los fundamentos y
aplicación de las medidas de seguridad son las mismas que rigen las penas, para entender estas
precisiones, iniciaremos con el análisis de las condiciones objetivas de punibilidad, tratando su
historia, su concepto y la ausencia de condiciones objetivas.
Entrará al apasionante mundo de la punibilidad y las penas, que abarca la prisión, reparación del
daño, la pena de muerte, otras penas y las medidas de seguridad. Asimismo, se analizará el aspecto
negativo de la punibilidad, la ausencia de punibilidad, excusas absolutorias, el perdón judicial,
extinción de la responsabilidad penal, tentativa, autores, partícipes, y reglas de punibilidad. Como
último tema, se abordará el concurso ideal y sus reglas de punibilidad.
En este sentido, usted como estudiante de la Licenciatura en Derecho, tendrá una sólida formación
basada en los conocimientos obtenidos, con un gran compromiso social para apoyar o ayudar a
quien requiera de sus servicios y proporcionar una adecuada defensa o en su caso, una correcta
imposición de penas, basada en principios fundamentales del derecho.
Objetivo particular
El alumnado proyectará cuáles consecuencias son penales y cuáles son medidas de seguridad;
tendrá conocimiento de lo que es la punibilidad, la punición y la pena, así como distinguirá cuándo
se presenta la concurrencia de eventos delictivos y qué formas existen, así como las reglas con las
cuales se sancionan.
Temario
La teoría tetrátoma, así como la pentátoma, sostiene que la punibilidad es un elemento esencial
del delito. De acuerdo con Hernández Islas, las condiciones objetivas de la punibilidad fueron
estudiadas, por primera vez, por Ernst von Belling, quien definió al delito como “la acción
típicamente antijurídica y correspondientemente culpable, siempre que no se dé una causa legal
(objetiva) de exclusión de pena” (Cfr. Hernández, 2006: 137).
No es fortuito que el artículo 7 del Código Penal Federal establezca que el delito es el acto u
omisión que sancionan las leyes penales. Esto es, a pesar de que la definición legal del delito no
mencione directamente cuáles son todos los elementos del delito, sí establece que la punibilidad
es un elemento esencial de éste.
Por ello, no es posible hablar de la existencia de un delito sin que éste sea punible, pues una
conducta típica, antijurídica, imputable, culpable y no punible, no es un delito.
Esta postura es compartida por Cuello Calón, quien define al delito como “la acción punible” (1964:
281), y por Luis Jiménez de Asúa, quien sostiene que “sólo es delito el hecho humano que al
describirse en la Ley recibe una pena” (2003: 458).
Las posturas anteriores son de suma importancia, ya que, al reconocer a la punibilidad como
elemento del delito, da pie a profundizar sobre tema. De tal forma, que, siguiendo la tesis de Juan
Andrés Hernández Islas, es posible hablar sobre cinco tipos de condiciones de punibilidad, que
constituyen, aumentan o disminuyen la pena (2006: 141-144), resultando en lo siguiente.
Son aquellas circunstancias materiales, humanas o anímicas, que son necesarias para que el
hecho delictivo sea punible, y por lo mismo, que pueden traer o no como consecuencia directa un
perjuicio o daño.
En este sentido, el perjuicio, o en su caso el daño, son circunstancias objetivas que pueden existir
en el delito, para que proceda la aplicación de una pena. Esto es, existe una relación directa e
inmediata con el tipo penal.
Por ejemplo, en el delito del hostigamiento sexual, el segundo párrafo del artículo 259 bis, del
Código Penal Federal, señala que solamente será punible el hostigamiento sexual, cuando se
cause un perjuicio o daño.
Condiciones Objetivas de Punibilidad que aumentan la pena (Agravantes objetivas)
Se denominan así a aquellas circunstancias materiales o humanas concurrentes, fuera del tipo,
que hacen que se incremente la pena. Esto existe cuando la ley describe el tipo penal, pero
independientemente existe una circunstancia o característica material, que hace que se eleve la
pena. Por ejemplo, algunos delitos incrementan su pena cuando es cometido por algún servidor
público o familiar.
Condiciones objetivas de punibilidad que disminuyen la pena (Atenuantes objetivas)
Son aquellas circunstancias anímicas extras, que no pertenecen al tipo, que originan el
incremento de la sanción penal. Por ejemplo, cuando en la comisión de un delito se utilice la
violencia moral.
Son aquellas circunstancias anímicas que no pertenecen al tipo, que traen como consecuencia un
decremento en la sanción penal. Tal es el caso que se da en el tipo de Encubrimiento, cuando el
sujeto desconozca la procedencia ilícita del objeto recibido en prenda, beta o bajo cualquier
concepto.
Ahora bien, existe unanimidad doctrinal en considerar a la punibilidad como un elemento del delito
que no pertenece al tipo penal, que no condiciona la antijuridicidad, ni a la culpabilidad. Por ello, no
es de extrañar que la Suprema Corte de Justicia de la Nación, considere a la punibilidad como “la
particularidad que surge por tener previsto un castigo en la ley”.
Cabe considerar los razonamientos que realizan los tratadistas Pannain, Florian y Battaglini,
quienes sostienen que cuando no se requieren o no está presente la punibilidad, no es posible
considerar como ilícita una conducta humana. Lo anterior, se puede formular como una máxima
jurídica de acuerdo con López Betancourt: “No hay delito, cuando no hay punibilidad”(2006:
263). autor nos dice…
La punibilidad consiste en una amenaza de privación o restricción de bienes, que queda plasmada
en la Ley para los casos de desobediencia al deber jurídico penal.
La punibilidad es, por lo tanto, la posibilidad de sancionar al sujeto que realiza algo prohibido o que
deja de hacer algo ordenado por la ley penal (2012: 88).
Si bien las condiciones objetivas de punibilidad son aquellas circunstancias materiales, humanas o
anímicas que son necesarias para que el hecho delictivo sea punible y, por lo mismo, que pueden
traer o no como consecuencia directa un perjuicio o daño. La ausencia de condiciones objetivas de
punibilidad se refiere al aspecto negativo de la punibilidad, es decir, a las excusas absolutorias.
Si se admite lo anterior, entonces se está aceptando que son un presupuesto necesario para la
configuración de la punibilidad, de tal suerte que su ausencia impide que se inicie un procedimiento
penal en contra del sujeto activo del delito, a pesar de que todos los demás elementos del delito se
encuentren acreditados.
De acuerdo con Fernando Castellanos, la pena es definida por Bernaldo de Quirós como “la
reacción social jurídicamente organizada contra el delito”; mientras que Eugenio Cuello Calón
advierte que es “el sufrimiento impuesto por el Estado, en ejecución de una sentencia, al culpable
de una infracción penal”; por su parte, para Franz von Lizt se trata del “mal que el juez inflige al
delincuente a causa de su delito, para expresar la reprobación social con respecto al actor y autor”
(Castellanos, 1978: 305).
La Ley establece…
El artículo 30 del Código Penal para el Distrito Federal señala que las penas que pueden
imponerse son:
I. Prisión;
II. Tratamiento en libertad de imputables;
III. Semilibertad;
IV. Trabajo en beneficio de la víctima del delito o en favor de la comunidad;
V. Sanciones pecuniarias;
VI. Decomiso de los instrumentos, objetos y productos del delito;
VII. Suspensión o privación de derechos; y
VIII. Destitución e inhabilitación de cargos, comisiones o empleos públicos.
La Ley establece…
El artículo 25 del Código Penal Federal establece que la prisión consiste en la pena privativa de
libertad personal.
Cabe señalar que en toda pena de prisión que se imponga en una sentencia, se computará el tiempo
de la detención o del arraigo. Aunado a lo anterior, es menester señalar que, de acuerdo con
los artículos 26, 27 y 28 del Código Penal Federal existen otras tres formas de privación de la
libertad:
Semilibertad
Se aplicará, según las circunstancias del caso, del siguiente modo: externación durante la semana
de trabajo o educativa, con reclusión de fin de semana, salida de fin de semana, con reclusión
durante el resto de ésta, o salida diurna, con reclusión nocturna. La duración de la semilibertad no
podrá exceder de la correspondiente a la pena de prisión sustituida.
Al atender a su derecho humano y fundamental al trabajo, esta pena se llevará a cabo en jornadas
dentro de periodos distintos al horario de las labores que representen la fuente de ingreso para la
subsistencia del sujeto y de su familia, sin que pueda exceder de la jornada extraordinaria que
determine la ley laboral y de acuerdo con la orientación y vigilancia de la autoridad ejecutora.
De esta forma, el trabajo en favor de la comunidad puede constituir una pena autónoma o
sustitutiva de la prisión o de la multa; sin embargo, en cualquiera de los dos casos, implica
directamente la privación de la libertad temporal, al estar el sentenciado dedicado,
exclusivamente, a trabajar durante cierto tiempo en favor de la comunidad.
El confinamiento
Como podemos advertir, la prisión es la única pena que requiere que el sentenciado cumpla su
condena en un Centro de Readaptación Social a tiempo completo, lo que significa que las demás
formas de privación de la libertad se refieren a que los sentenciados pueden no estar recluidos en
un Centro de Readaptación Social de manera permanente, pero eso no implica que gocen de su
libertad de forma total, pues cierta parte de su tiempo la destinarán a cumplir su pena.
La sanción pecuniaria
De acuerdo con el artículo 37 del Código Penal para el Distrito Federal, la sanción pecuniaria
comprende la multa, la reparación del daño y la sanción económica, que son impuestas a causa de
la comisión de un ilícito.
La multa, por lo tanto, consiste en el pago de una cantidad de dinero al Estado fijada por días multa.
Los mínimos y máximos atenderán a cada delito, en particular, los que no podrán ser menores a un
día ni exceder de cinco mil, salvo los casos señalados expresamente en el Código Penal.
Ahora bien, la sanción económica se aplica a aquellos delitos cometidos por los servidores
públicos a quienes se refieren los Títulos Décimo Octavo y Vigésimo del Libro Segundo de este
Código, ésta consiste en la aplicación de hasta tres tantos del lucro obtenido y de los daños y
perjuicios causados.
Por su parte, la reparación del daño comprende, según la naturaleza del delito que se trate:
UNO
DOS
TRES
La reparación del daño moral sufrida por la víctima o las personas con derecho a la
reparación, incluyendo el pago de los tratamientos curativos que, como consecuencia del
delito, sean necesarios para la recuperación de la salud psíquica y física de la víctima.
CUATRO
CINCO
Otras penas
Hasta este momento hemos hablado de la prisión, semilibertad, trabajo en favor de la comunidad,
confinamiento, sanción pecuniaria y la reparación del daño; sin embargo, no son las únicas penas
que se pueden imponer a la persona sentenciada. De esta forma, tenemos que las demás penas son:
Decomiso de los instrumentos, objetos y productos del delito: el Tribunal de Enjuiciamiento (en
el proceso ordinario) o juez(a) de Control (en el procedimiento abreviado), mediante sentencia en
el proceso penal correspondiente, podrá decretar el decomiso de bienes que sean instrumentos,
objetos o productos del delito, con excepción de los que hayan causado abandono en los
términos de las disposiciones aplicables o respecto de aquellos sobre los cuales haya resuelto la
declaratoria de extinción de dominio.
La amonestación: consiste en la advertencia que el Tribunal de Enjuiciamiento (en el proceso
ordinario) o juez(a) de Control (en el proceso abreviado) dirige a la persona sentenciada,
haciéndole ver las consecuencias del delito que cometió, excitándola a la enmienda y
conminándola a que se le impondrá una sanción mayor si reincidiere. Esta amonestación se hará
en público o en lo privado.
El apercibimiento: consiste en la conminación que el o la juez de Control (en el proceso
abreviado) o Tribunal de Enjuiciamiento (en el proceso ordinario) hace a una persona cuando ha
delinquido y se teme con fundamento que está en disposición de cometer un nuevo delito, ya sea
por su actitud o por amenazas, de que en caso de cometer éste, será considerada como
reincidente.
Caución de no ofender: se impondrá cuando el o la juez de Control (en el proceso abreviado) o
Tribunal de Enjuiciamiento (en el procedimiento ordinario) estime que no es suficiente el
apercibimiento y, por ello, exigirá además al sentenciado una caución de no ofender, u otra
garantía adecuada que asegure su cumplimiento.
Suspensión o privación de derechos: esta pena puede ser de dos clases:
• La que por ministerio de la ley resulta de una sanción como consecuencia necesaria de ésta.
La suspensión comienza y concluye con la sanción de que es consecuencia.
• La que por sentencia formal se impone como sanción. En este caso, si la suspensión se asigna
con otra sanción privativa de libertad, comenzará al terminar ésta y su duración será la
señalada en la sentencia.
Las penas que se pueden imponer pueden ser más de dos, de manera simultánea, la única limitación
será la solicitud de aplicación de penas que realice el Ministerio Público.
La pena de muerte
En la actualidad, la pena de muerte no se encuentra dentro del catálogo de penas que pueden ser
impuestas en territorio mexicano, ya que existe prohibición constitucional al respecto. Esta
prohibición se encuentra establecida en el artículo 22 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, que a la letra dice:
Artículo 22. Quedan prohibidas las penas de muerte, de mutilación, de infamia, la marca, los
azotes, los palos, el tormento de cualquier especie, la multa excesiva, la confiscación de bienes y
cualesquiera otras penas inusitadas y trascendentales. Toda pena deberá ser proporcional al
delito que sancione y al bien jurídico afectado.
Aunado a esta prohibición, se debe resaltar el hecho de que nuestro país ha firmado diversos
tratados internacionales en donde se compromete a no aplicar la pena de muerte en sus diversas
autoridades de procuración e impartición de justicia. Un ejemplo claro es la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, ratificada por los Estados Unidos Mexicanos en 1981, que
en su artículo 4, punto tres, prescribe: “No se restablecerá la pena de muerte en los Estados que la
han abolido”.
De esta forma, el compromiso internacional de no aplicar la pena de muerte en México implica que,
bajo ninguna circunstancia, se puede restablecer, aplicar o ejecutar en territorio mexicano la pena
de muerte.
El jurista Vincenzo Manzini (1981: 213) sostiene que las medidas de seguridad son providencias
de la policía, jurisdiccionalmente garantizadas, con las cuales el Estado persigue un fin de tutela
preventiva de carácter social.
Normalmente, las medidas de seguridad se imponen a sujetos inimputables, ya sea que se traten
de menores de edad o de personas disminuidas cognitivamente. Sin embargo, si la persona
sentenciada infiere amenazas, se comporta agresiva con la víctima u ofendido(a), se pueden
imponer una o varias medidas de seguridad, en virtud del nivel de peligrosidad mostrado antes o
durante el procedimiento penal, sin perjuicio de la pena impuesta. De esta forma, se protege
también a la sociedad.
De acuerdo con Urosa Ramírez (2006: 285), las medidas de seguridad tienen las siguientes
características:
En conclusión, las medidas de seguridad son “especiales medios de prevención del delito o de
corrección del delincuente, que se imponen con apego a la Ley por el órgano jurisdiccional
competente, a individuos imputables o inimputables, para la protección de la sociedad” (Plascencia
Villanueva, 2004: 203).
La Ley establece…
El Código Penal para el Distrito Federal señala, en su artículo 31, que las medidas de seguridad
son:
I. Supervisión de la autoridad;
II. Prohibición de ir a un lugar determinado u obligación de residir en él;
III. Tratamiento de inimputables o imputables disminuidos; y IV. Tratamiento de deshabituación o
desintoxicación.
V. Prohibición de comunicarse por cualquier medio, por si o por interpósita persona con la víctima
u ofendido, o con las víctimas indirectas.
VI. Cuando se trate de delitos que impliquen violencia contra las mujeres, quien juzgue podrá
imponer además las siguientes:
En ambas definiciones se hace hincapié en que las excusas absolutorias tienen su fundamento
racional en el carácter humano del derecho penal, pues de esta forma es posible sostener que, por
razones de justicia, equidad, o por política criminal, es mejor no aplicar o ejecutar una pena.
De lo anterior, resulta trascendente establecer que existen dos momentos procesales en los que
se puede utilizar una excusa absolutoria:
Es menester aclarar que existe unanimidad en considerar que las excusas absolutorias se
establecen en el mismo precepto legal que el tipo penal. Así, por ejemplo, el artículo
333 del Código Penal Federal estipula que no es punible el aborto causado sólo por
imprudencia de la mujer embarazada, o cuando el embarazo sea resultado de una violación.
No obstante, es posible considerar a la amnistía e indulto como excusas absolutorias que impiden
la aplicación de una pena, en virtud de que por cuestiones de política criminal el Poder Ejecutivo o
Poder Legislativo consideran mejor no ejecutar la sanción. Si bien extinguen la pena, y se
encuentran contemplados en el Título Quinto, de las Causas de Extinción de la Acción Penal, éstas
representan dos causas que por su estructura interna significan una excusa absolutoria que impide
la ejecución de la pena.
Ante estas causas que impiden la aplicación o ejecución de la pena, Hernández Islas sostiene que
las excusas absolutorias pueden revestir dos aspectos: uno de carácter sustantivo y uno
de aspecto adjetivo (2003: 156).
Aspecto sustantivo
Se rompe con la lógica y se atiende al sentido humanista del derecho penal, estableciendo en qué
supuestos la persona que juzga puede prescindir de la pena, los cuales son:
Consecuencias graves
Que el agente al momento de cometer el delito haya sufrido consecuencias graves en su persona.
Aspecto adjetivo
Se encuentra más relacionado con las razones de utilidad pública, como causas absolutorias. De
esta manera, tenemos:
Se da ante la ausencia de la pena, cuando en el proceso penal el Ministerio Público formuló sus
conclusiones, pero se equivoca sobre la sanción que debe imponer el o la juez; luego entonces,
ante esta falla técnica, el juez no podrá aplicar sanción alguna.
Amnistía
Es el olvido de la comisión de delitos políticos, otorgado por la Ley, a cuantas personas hayan
tenido responsabilidad penal.
El perdón de la persona ofendida o legitimada para otorgarlo, elimina la acción penal respecto de
los delitos que se persiguen por querella; también extingue la ejecución de la pena, siempre y
cuando se otorgue ante el o la juez o magistrados de la segunda instancia o en forma indubitable
ante la autoridad ejecutora.
El indulto
Reconocimiento de inocencia
Aunado a la existencia de las excusas absolutorias, existe otra posibilidad legal de impedir la
aplicación o ejecución de la pena por haberse extinguido la responsabilidad penal de la persona.
Desde esta perspectiva, es posible hablar de dos grupos de causas que extinguen la
responsabilidad penal:
Causas sustantivas
Son causas que por su propia naturaleza extinguen la responsabilidad penal desde un inicio. Por
ello, desde el momento en que el Ministerio Público abre una carpeta de investigación a fin de
procesar y sancionar la conducta delictiva se configura una causa de extinción de responsabilidad
penal.
Causas adjetivas
Extingue la acción penal, así como las sanciones que se le hubieren impuesto, a excepción de la
reparación del daño, providencias precautorias, aseguramiento y la de decomiso de los
instrumentos, objetos o productos del delito.
La amnistía
Extingue la acción penal y las sanciones impuestas, excepto la reparación del daño, con todos sus
efectos en relación con todos los responsables del delito.
Extingue la acción penal sólo cuando se hayan reparado la totalidad de los daños y perjuicios
ocasionados por la comisión del delito, respecto de los delitos que se persiguen por querella,
siempre que se conceda ante el Ministerio Público, si éste no la ha ejercitado, o ante el órgano
jurisdiccional antes de dictarse sentencia de segunda instancia.
Prescripción
Extingue la acción penal por el simple transcurso del tiempo señalado por el Código Penal.
El indulto
Extingue la responsabilidad penal, a pesar de que ya existe una sentencia ejecutoriada. Esta es
una facultad discrecional del titular del Poder Ejecutivo para atenuar o suspender total o
parcialmente la pena impuesta.
Reconocimiento de sentencia
Extingue la responsabilidad penal, a pesar de que ya existe una sentencia ejecutoriada, pero,
posteriormente, se presenta información mediante la cual aparece que el sentenciado es
inocente.
Existencia de una sentencia anterior dictada en proceso seguido por los mismos hechos
Extingue la acción penal debido a que ninguna persona puede ser juzgada dos veces por el mismo
delito, ya sea que en el juicio se le absuelva o se le condene.
Es importante resaltar el hecho de que, a pesar de que se configure una causa de responsabilidad
penal, es deber de la o el abogado que defienda invocarla, ya que, si no se hace, existe el riesgo de
que su cliente sea sentenciado.
Extingue la acción penal o la sanción correspondiente, debido a que el tipo penal fue suprimido o
modificado.
La Ley establece…
El artículo 94 del Código Penal para el Distrito Federal señala que las causas de la extinción de la
pretensión punitiva y la potestad para ejecutar las penas y medidas de seguridad se extinguen
por…
entativa, su concepto
La tentativa del delito es una figura jurídica que está íntimamente relacionada con el iter criminis.
Hablar de tentativa es tratar de una serie de conductas que están encaminadas a producir el
resultado típico penal, sin llegar a su consumación.
Bajo esta tesitura, la tentativa representa la fase externa del iter criminis, en la etapa de ejecución,
pero que dadas las circunstancias no se produce una lesión o daño en el bien jurídico tutelado; no
obstante, dada su ejecución, sí existe puesta en peligro del bien jurídico tutelado, esto último es
precisamente la causa mediante la cual una conducta merece una pena.
Legalmente, la tentativa es definida por el artículo 12 del Código Penal Federal de la siguiente
manera: “Existe tentativa punible cuando la resolución de cometer un delito se exterioriza
realizando en parte o totalmente los actos ejecutivos que deberían producir el resultado u
omitiendo los que deberían evitarlo, si aquél no se consuma por causas ajenas a la voluntad del
agente”.
Reglas de punibilidad
La punibilidad de la tentativa
La punibilidad aplicable a la tentativa será de entre una tercera parte de la mínima y dos
terceras partes de la máxima, previstas para el correspondiente delito doloso consumado que el
agente quiso realizar. En la aplicación de las penas o medidas de seguridad, quien juzgue tendrá
en cuenta los siguientes aspectos:
¿Recuerda qué entendemos por autores y partícipes del delito? Pues bien, en este tema trataremos
las reglas de punibilidad aplicables a dichas figuras.
Empezaremos por decir que los autores responderán cada uno en la medida de su propia
culpabilidad, es decir, si el grado de culpabilidad (si cometieron el hecho ilícito) es de dolo o culpa.
La regla general es que por cada conducta se genera un delito, es decir, por cada acción u omisión
se concreta un tipo penal; sin embargo, existe la posibilidad de que exista una pluralidad de
acciones o una unidad de acción con pluralidad de resultados. A este fenómeno se le llama
concurso de delitos.
Ahora bien, si tomamos en cuenta que partimos de una pluralidad de acciones o una unidad de
acción con pluralidad de resultados, podemos ingresar en esta clasificación al delito continuado,
que por su propia naturaleza no es un concurso de delito, trayendo como resultado la siguiente
clasificación:
Ideal
Cuando con una sola conducta (unidad de acción) se cometen varios delitos (pluralidad de
resultados), estamos ante un concurso ideal, también denominado “concurso formal”. El artículo
69 del Código Penal Federal prevé que se impondrán las sanciones correspondientes al delito
que merezca la mayor penalidad, las cuales podrán aumentarse sin rebasar la mitad del máximo
de la duración de las penas correspondientes de los delitos restantes, es decir, sin que pueda
exceder de la mitad que represente la suma de las demás penas correspondientes por los demás
delitos.
Esta regla general se utiliza siempre que las sanciones aplicables sean de la misma naturaleza,
cuando sean de diversa, podrán imponerse las consecuencias jurídicas señaladas para los
restantes delitos, con excepción de los casos en que uno de los delitos por los que exista concurso
ideal sea de los contemplados en la Ley General para Prevenir y Sancionar los Delitos en Materia
de Secuestro, así como la Ley General para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en Materia
de Trata de Personas y para la Protección y Asistencia a las Víctimas de estos Delitos, ambas
reglamentarias de la fracción XXI del artículo 73 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, supuestos en los cuales se aplicarán las reglas de concurso real.
Real
Existe concurso real cuando, con pluralidad de conductas (pluralidad de acciones), se cometen
varios delitos (pluralidad de resultados). Un ejemplo de ello sería que Alejandro primero debe
allanar la morada de Pedro para lesionar a Andrés, hijo de Pedro.
En estos supuestos, rige la regla general de la acumulación material de las penas. De esta forma, se
impondrá la sanción del delito más grave, la cual podrá aumentarse con las penas que la Ley
contempla para cada uno de los delitos restantes.
Delito continuado
Se presenta cuando con unidad de propósito delictivo, pluralidad de conductas y unidad de sujeto
pasivo, se viola el mismo precepto legal. En este caso, se aumentará la sanción penal hasta en una
mitad de la correspondiente al máximo del delito cometido.
En cualquiera de los tres supuestos, la pena de prisión no podrá rebasar los 70 años, tal y como lo
prescribe el artículo 25 del Código Penal Federal; no obstante, existen dos posibilidades que
permiten rebasar este límite:
• Podrá imponerse una pena adicional al límite máximo cuando se cometa un nuevo delito en
reclusión.
• Cuando se trata de delitos que se sancionen con lo estipulado en la Ley General para
Prevenir y Sancionar los Delitos en Materia de Secuestro, reglamentaria de la fracción XXI
del artículo 73 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, cuya duración
máxima será la que marque dicha ley.
Con los temas analizados en la presente unidad, usted ha obtenido un mejor panorama de cómo se
aplican los conocimientos de manera eficaz en el área del derecho penal, de manera diligente, leal
y trasparentes en la defensa de las personas a las que representará.
Bibliografía
• Castellanos, Fernando, Lineamientos elementales de derecho penal, México, Porrúa, 1978.
• Cuello Calón, Eugenio, Derecho penal. Parte general, 18.ª ed., España, Bosh, 1964, t. I.
• Hernández Islas, Juan Andrés, Mitos y realidades de la teoría del delito, México, Jahi, 2006.
• Jiménez de Asúa, L., Introducción al derecho penal, México, IURE, 2003.
• López Betancourt, Eduardo, Teoría del delito, 13.ª ed., México, Porrúa, 2006.
• Manzini, Vincenzo, Trattato di Diritto Penale Italiano, 4.ª ed., Italia, UTET, 1981, t. III.
• Rodríguez Manzanera, Luis, Penología, México, Porrúa, 2012.
• Urosa Ramírez, Gerardo Armando, Teoría de la Ley Penal y del Delito (legislación, doctrina,
jurisprudencia y casos penales), México, Porrúa, 2006.
Legislación
• Asamblea Legislativa del Distrito Federal, Código Penal para el Distrito Federal, última
reforma publicada en la Gaceta Oficial del Distrito Federal 22/12/2017, disponible
en https://bit.ly/1DcrebK, consulta: 08/05/2019.
• Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión, Código Penal Federal, última reforma
publicada en el DOF 12/04/2019, disponible en https://bit.ly/2DpaxBx, consulta:
08/05/2019.
Documento institucional
Suprema Corte de Justicia de la Nación, Manual del Justiciable en Materia Penal, México,
Dirección General de la Coordinación de Compilación y Sistematización de Tesis, 2003.
• Plascencia Villanueva, Raúl, “Teoría del delito”, México, IIJ-UNAM, 2004, disponible
en https://bit.ly/2Va9vgH, consulta: 08/05/2019.
• s.a., “Tutorial de estrategias de aprendizaje”, CCH/UNAM, disponible
en https://bit.ly/2U4DjQk, consulta: 26/03/2019.
Imágenes
Mi experiencia de aprendizaje
Penas y Medidas de Seguridad
Explicación propia
El legislador, al tipificar las conductas que se consideran ilícitas, también determina la sanción que
corresponderá a quienes adecúen su conducta a la descripción típica. La prisión, por ejemplo,
consiste en la privación de la libertad personal y, por tanto, un castigo corporal.
Las medidas de seguridad son providencias de la policía, jurisdiccionalmente garantizadas, con las
cuales el Estado persigue un fin de tutela preventiva de carácter social y, son privativas de libertad
y no privativas de libertad.
Para esta actividad tome en cuenta los artículos 25, 26, 27 y 28 del Código Penal Federal y los
contenidos de la unidad para:
• Explicar con sus propias palabras, en un máximo de dos cuartillas, qué entiende por pena y
punibilidad.
• Analizar otras formas de privación de la libertad que se mencionan los artículos citados.
• Describir las características de las medidas de seguridad, según Urosa Ramírez.
COMPONENTE VALOR
Introducción
En términos prácticos, la teoría del delito nos permite mediante un análisis científico
de la conducta humana determinar la existencia o no de un delito, la acreditación de
los elementos que la integran, así como aclarar todas las cuestiones referentes al
hecho punible que se investiga. La instauración en México del sistema penal
acusatorio y oral, hace imprescindible conocer los sistemas doctrinales que estudian
al delito, en virtud de ser la base teórica con la que el Ministerio Público (Fiscal)
sustenta la acusación, ya que, conforme a los principios de este nuevo sistema, le
corresponde la carga de la prueba, o bien para el adecuado ejercicio de la defensa
técnica del imputado.
Es importante tener claro que esta teoría es independiente de la llamada teoría del
caso, ya que, procesalmente, ésta última permite al Ministerio Público (Fiscal) o
abogado defensor establecer una idea central del caso y estructurar una estrategia
que articule los elementos para acreditar la acusación ante el órgano jurisdiccional o
permitan demostrar la inocencia del imputado.
Por ejemplo…
La Sala Penal Especial de la Corte Suprema de Perú condenó a Alberto Fujimori
(expresidente de Perú) por los graves delitos contra los derechos humanos. De esta
manera, tenemos: homicidio calificado, con el agravante de alevosía contra las 25
víctimas de Barrios Altos y La Cantuta; lesiones graves contra cuatro víctimas de
Barrios Altos, y secuestro agravado, con trato cruel, en agravio del periodista Gustavo
Gorriti y del empresario Samuel Dyer, por lo que le ha impuesto el máximo de la pena
prevista por la ley penal: 25 años de pena privativa de la libertad. Basándose para ello,
en la teoría del dominio del hecho de Claus Roxin específicamente, sostuvo que
Fujimori tuvo el dominio por organización.
A lo largo de esta unidad usted estudiará los diferentes sistemas doctrinales que
explican la evolución de la teoría del delito, desde su surgimiento en Alemania, hace
ya más de un siglo, hasta la actualidad. Estudiará el causalismo, la acción social, el
finalismo, el modelo lógico-matemático en derecho penal, y el funcionalismo, siendo
todas éstas, las que, en conjunto, forman la teoría del delito.
¡Adelante!
Objetivo particular
Creando conciencia
Se ha afirmado que “el delito es tan antiguo como la aparición del ser humano sobre la
tierra” (Hernández Islas, 2006: 33). Por ello, el derecho penal, prima facie es un
sistema normativo contra instintivo, prescribe conductas que deben seguir los seres
humanos para convivir en sociedad. En esta tesitura, todos los seres humanos
obedecen a lo establecido en la ley porque así fue convenido. Obligación que debe
cumplirse aun en contra de su voluntad, ya que de lo contrario se harían acreedores a
una sanción, en virtud del carácter coactivo del propio derecho.
Por ello, para que las relaciones sociales funcionen adecuadamente, cada sociedad
considerará ciertas conductas como delitos, los cuales pueden volver a determinarse
en la medida en que así lo requiera la sociedad conforme a su evolución, esto es, su
contenido puede variar en el tiempo y espacio. De acuerdo con este argumento,
conforme al artículo 7 del Código Penal Federal, el delito "es el acto u omisión que
sancionan las leyes penales".
Debemos saber que a las teorías que estudian el delito se le denomina sistemas
doctrinales. En este sentido, como sostiene García Jiménez, “la teoría del delito se
caracteriza por ser, en principio, un conjunto de conceptos que se desarrollan en torno
a la naturaleza, conformación, existencia, inexistencia o formas de aparición del delito,
como realidad jurídica y social” (2003: 31).
No sólo eso, la definición de delito también dependerá del modelo conceptual que se
utilice, es decir, la definición del delito depende si éste es considerado como un ente
monolítico−modelo conceptual unitario o totalizador−, formado por un solo elemento,
o como una serie de elementos que conforman al delito (modelo conceptual analítico
o atomizador), lo que implica descomponerlo, fraccionarlo en partes, es decir, que pasó
del todo a fragmentos, que, en su conjunto, conforman al delito.
Sin embargo, para fines pedagógicos, lo mejor es estudiar al delito bajo los sistemas
doctrinales. Al respecto, es importante aclarar que todos los sistemas doctrinales que
estudiará en esta unidad coinciden en sostener que el delito está compuesto por más
de un elemento, es decir, utilizan el modelo conceptual analítico o atomizador.
Por último, podemos sostener, como afirma Urosa Ramírez (2006: 321), que la teoría
moderna del delito inicia con el sistema doctrinal del causalismo, cuyo principal
expositor es Franz von Liszt, y es a partir de este momento, cuando se empieza a
hablar de dogmática jurídica. En este sentido, para Franz von Liszt, la dogmática
penal es el estudio de los dogmas, estimando con tal carácter a la norma jurídico penal,
enfocándolo en las normas del Código Penal Alemán de 1871 (García Jiménez, 2003:
32).
El causalismo
El método natural consiste en sostener que para que exista un delito es necesario que
se configure una relación de causalidad, es decir, una relación de causa-efecto. Donde
la causa es el acto o acción humana, y el efecto el resultado que se produce en el mundo
material, específicamente, éste es el daño producido en la esfera jurídica del sujeto
pasivo (víctima y ofendido del delito).
Este daño en la esfera jurídica del sujeto pasivo puede ser en su patrimonio, vida,
personalidad, libertad, en general, en sus bienes jurídicos tutelado por el Código Penal
y por las leyes generales y federales que establezcan un capítulo de delitos. De esta
forma, si la acción del sujeto activo del delito no produce un daño en los bienes
jurídicos protegidos de la víctima u ofendido no hay delito.
Dicho de otro modo, este sistema doctrinal se encuentra caracterizado por concebir a
la acción de una manera simple y clara, lo cual tiene términos totalmente
naturalísticos, como es el caso de una acción compuesta por un movimiento corporal
(acción en sentido estricto) y la consecuencia, modificación del mundo exterior
(resultado), unidos por la relación de causalidad (nexo causal) (Plascencia, 2004: 54).
De esta forma, como sostiene Alberto Orellana Wiarco (1998: 9-10), la explicación
naturalística del acto o acción humana, se basa en las relaciones de procesos causales.
La acción nace de un movimiento corporal, un proceso que va a producir un cambio en
el mundo exterior, es decir, un efecto, y entre una u otro se da una relación.
Ahora bien, cuando ese movimiento corporal (acto o acción humana) produce un daño
en el bien jurídico tutelado del sujeto pasivo, se configura el segundo elemento del
delito: la tipicidad.
Por ejemplo…
El artículo 302 del Código Penal Federal prevé el tipo penal de homicidio, conforme
al cual está prohibido privar de la vida a otro, pues el bien jurídico tutelado es la vida.
En este sentido, la antijuridicidad es la transgresión al deber jurídico de no privar de la
vida a otra persona, ya que dicha conducta está prohibida.
Asimismo, otro de los elementos del delito para el causalismo es la imputabilidad, que
se refiere a la capacidad del sujeto activo del delito de ser responsable por la comisión
de un hecho delictivo por reunir las condiciones psíquicas y legales.
Las condiciones psíquicas se refieren a que el sujeto activo del delito esté en pleno uso
de sus facultades mentales, es decir, que no tenga capacidades diferentes que le
impidan comprender las consecuencias legales de cometer un delito; y las condiciones
legales, se refieren a que sólo se someterán a un proceso penal las personas que tienen
la mayoría de edad. Lo anterior, no significa que una persona disminuida
cognitivamente, o en su caso, una menor de edad, no se someta a un procedimiento
penal, sino que será juzgada conforme a procedimientos especiales previamente
establecidos.
No es extraño que Luis Jiménez de Asúa (1958: 326) sostenga que el concepto clásico
de la imputabilidad se basa en la existencia del libre albedrío y de responsabilidad
moral.
En esta teoría, una vez que se sabe que el sujeto activo del delito reúne las condiciones
necesarias (psíquicas y legales) para responsabilizarse por la comisión de un hecho
delictivo, lo siguiente será saber en qué grado se cometió el delito, si fue con dolo o con
culpa, éste es precisamente, el último elemento del delito, la culpabilidad.
La acción social
Este sistema doctrinal introduce la dimensión fáctica del derecho para el estudio del
delito. Utilizando, básicamente, dos conceptos jurídicos fundamentales: sentido
social y dañosidad social.
Los teóricos más representativos de esta postura son Eberhard Schmidt, Werner
Maihofer, Hans-Heinrich Jescheck y Niese (Polaino, 2013: 283). En este sistema
doctrinal se estudia, en específico, el concepto social de la acción.
De acuerdo con el jurista Miguel Polaino Navarrete (2013: 283-284), los postulados
científicos esenciales de este sistema doctrinal son:
A
Al derecho penal únicamente le interesan las acciones con sentido social, lo que
supone una limitación frente al causalismo naturalista anterior.
B
El parámetro de valoración no es propiamente jurídico sino social, en la que la
antijuridicidad material se rige por la dañosidad social.
C
El ordenamiento jurídico sólo puede prohibir lo que ya tiene previamente significación
social: ello constituye la materia de prohibición penal.
Asimismo, en la tesis del jurista Polaino Navarrete (2013: 285), este sistema doctrinal
puede dividirse en dos corrientes:
El finalismo
De acuerdo con el jurista Raúl Plascencia Villanueva (2004: 40), el finalismo concibe a
la acción como el ejercicio final de la actividad humana, constituida por la fase interna
y externa.
De acuerdo con el jurista Raúl Plascencia Villanueva (2004: 41), las aportaciones de
este sistema doctrinal son:
a b c
La coexistencia de la antijuridicidad tuvo que separarse del dolo, una vez entendido éste como
pura realización de la voluntad, y convertirse en factor central del concepto de culpabilidad.
Se distinguieron los supuestos de error de tipo y error de prohibición. Para esta doctrina, el
error de tipo, que excluye el dolo, y con él, la punibilidad, porque sin éste no se realiza el tipo.
En este error existen tres supuestos. Primero, la ilicitud de la conducta porque el sujeto
desconoce que existe una ley que lo prohíbe; segundo, se presenta cuando el sujeto desconoce
el alcance de la ley; y, tercero, cuando el sujeto actúa porque piensa que está justificada su
conducta. Por otra parte, el error de prohibición, que elimina la conciencia de la antijuridicidad.
En términos más simples, Francisco Muñoz Conde define a la acción como “todo
comportamiento dependiente de la voluntad humana. Sólo el voluntario puede ser
penalmente relevante y la voluntad implica siempre una finalidad. No se concibe un
acto de la voluntad, es siempre algo que se quiere alcanzar, es decir, un fin. De ahí que
la acción humana regida por la voluntad sea siempre una acción final, una acción
dirigida a la consecución de un fin” (1991: 238).
El modelo lógico del derecho penal representa para la teoría del delito lo que la teoría
pura para la teoría general del derecho, es decir, un modelo conceptual que delimita
los elementos fácticos (hechos) y los normativos, tanto en la teoría del delito como en
la de la pena.
De acuerdo con este sistema doctrinal, el delito se considera como un hecho y, por lo
mismo, pertenece al mundo fáctico. Por su parte, el tipo penal es una descripción
general y abstracta, pertenece al mundo normativo. Nótese que no se habla de que el
tipo penal sea una descripción normativa de la conducta delictiva, pues sería mezclar
lo fáctico con lo normativo.
1° nivel
2° nivel
3° nivel
4° nivel
5° nivel
Por último, para una mejor comprensión sobre la teoría del delito, se le sugiere que
vincular lo aprendido con Procedimientos del Fuero Común, Procedimientos del
Fuero Federal, y Juicios Orales en Materia Penal, ya que le permitirán estudiar las
formas anticipadas de terminación del procedimiento penal así como saber la
aplicación práctica de la teoría del delito.
Fuentes de consulta
Bibliografía
Legislación
• Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión, Código Penal Federal,
última reforma publicada en el DOF 05/11/2018, disponible
en https://bit.ly/2DpaxBx, consulta: 11/02/2019.
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