Signos Vitales

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Signos Vitales

Introducción

Los signos vitales son parámetros clínicos que reflejan el estado fisiológico del organismo humano, y
esencialmente proporcionan los datos (cifras) que nos darán las pautas para evaluar el estado
homeostático del paciente, indicando su estado de salud presente, así como los cambios o su evolución,
ya sea positiva o negativamente. Los signos vitales incluyen: Temperatura, frecuencia respiratoria,
frecuencia cardiaca y presión arterial.

Principios

La temperatura normal es el equilibrio entre el calor producido y el calor perdido.

La temperatura puede variar de acuerdo con la edad, (es más baja en pacientes de edad avanzada), la
hora del día, (es menor en la mañana y más alta a mediodía y al anochecer), depende de la cantidad de
ejercicio o extremos en la temperatura ambiental.

El aire inspirado que penetra en los pulmones: El organismo toma el oxígeno y elimina bióxido de
carbono

El pulso varía según la edad del individuo, el sexo, la talla, el estado emocional y la actividad.

Conceptos

Temperatura

Se refiere al grado de calor o de frío, expresados en término de una escala específica. La temperatura
corporal representa un equilibrio entre el calor producido por el cuerpo y su pérdida. Cuando la
producción de calor es equivalente a la pérdida de temperatura corporal, ésta última se mantiene
constante en condiciones normales. El control de la temperatura del cuerpo está regulada en el
hipotálamo, que mantiene constante la temperatura central. La temperatura normal media de un
paciente adulto está entre 36.7 y 37ºC.

Hipertermia: Incremento importante de la temperatura corporal (más de 39ºC).

Hipotermia: Temperatura corporal menor de la normal (menos de 36ºC).

La temperatura corporal se puede medir de cualquiera de las siguientes formas:

Por vía oral. La temperatura se puede medir por la boca con un termómetro digital, que utiliza una sonda
electrónica.

En el recto (vía rectal). Cuando se mide por vía rectal, la temperatura suele ser entre 0.5 y 0.7 grados
más alta que cuando se toma por vía oral. Esto se realiza más frecuentemente con bebés porque su
cuerpo no regula la temperatura de la misma manera en que lo hace el cuerpo de un niño más grande o
un adulto.

En la axila. Se puede medir debajo de la axila con un termómetro digital. Cuando se mide por esta vía, la
temperatura suele ser entre 0.3 y 0.4 grados más baja que cuando se mide por vía oral.

En el oído. Con un termómetro especial, se puede medir rápidamente la temperatura del tímpano, que
refleja la temperatura del centro del cuerpo (de los órganos internos).

En la piel. Con un termómetro especial, se puede medir rápidamente la temperatura de la piel de la


frente. Algunos termómetros ni siquiera requieren contacto con la piel para medir la temperatura.

Internamente. Este método es frecuente para personas que tienen enfermedades graves y están en una
unidad de cuidados intensivos. La temperatura se puede medir con sondas colocadas en el esófago, el
corazón o la vejiga.

La temperatura corporal puede ser anormal si tiene fiebre (temperatura alta) o hipotermia (temperatura
baja). De acuerdo a la Academia Estadounidense de Médicos de Familia (American Academy of Family
Physicians), se considera que una persona tiene fiebre cuando la temperatura corporal se eleva
aproximadamente 1 grado o más de la temperatura normal de 98.6 °F (37 °C). La hipotermia es el
descenso de la temperatura corporal por debajo de los 95 °F (35 °C).

Presión arterial

La presión arterial se define como la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes arteriales. Depende
de la fuerza de contracción ventricular, elasticidad de la pared arterial, resistencia vascular periférica,
volumen y viscosidad sanguíneos. El corazón genera presión durante el ciclo cardiaco para distribuir la
sangre a los órganos del cuerpo. Existen siete factores principales que afectan a la presión arterial: Gasto
cardiaco, resistencia vascular periférica, elasticidad y distensibilidad de las arterias, volumen sanguíneo,
viscosidad de la sangre, hormonas, enzimas y quimiorreceptores.

Hipertensión: Presión arterial mayor a los límites normales. En el paciente adulto se puede considerar
hipertensión cuando la presión sistólica es igual o mayor de 140 mmHg y la presión diastólica es igual o
mayor de 90 mmHg.

Hipotensión: Disminución de la presión arterial sanguínea. En el paciente adulto de peso promedio se


considera una presión sistólica menor de 90 mmHg, sin embargo, ésta debe relacionarse con signos y
síntomas o con alguna enfermedad como la enfermedad de Addison.
¿Qué es la presión arterial?

La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes arteriales mientras el corazón se
contrae y se relaja. Cada vez que el corazón late, bombea sangre a las arterias. La mayor presión arterial
se produce cuando el corazón se contrae. Cuando el corazón se relaja, la presión arterial disminuye.

Cuando se mide la presión arterial, se registran dos números. El número más alto se denomina presión
sistólica. Se refiere a la presión dentro de la arteria cuando el corazón se contrae y bombea sangre a
todo el cuerpo. El número más bajo se denomina presión diastólica. Hace referencia a la presión dentro
de la arteria cuando el corazón está en reposo y se llena de sangre. Ambos números se registran en mm
Hg (milímetros de mercurio).

La presión arterial alta aumenta directamente el riesgo de tener un ataque al corazón, insuficiencia
cardíaca y un ataque o derrame cerebral. Con la presión arterial alta, es posible que las arterias opongan
mayor resistencia contra la circulación de la sangre. Esto provoca que el corazón se esfuerce más para
hacer circular la sangre.

La presión arterial se clasifica en normal, elevada, o presión arterial alta de etapa 1 o de etapa 2:

· La presión arterial normal es sistólica menor que 120 y diastólica menor que 80 (120/80).

· La presión arterial elevada es sistólica si es de 120 a 129 y diastólica si es menor que 80.

· La presión arterial alta en etapa 1 es sistólica entre 130 y 139 o diastólica entre 80 y 89.

· La presión arterial alta de etapa 2 es sistólica de 140 o superior o diastólica de 90 o superior.

Estos números se deben utilizar únicamente a modo de guía. Una única medición de la presión arterial
que es más alta de lo normal no necesariamente significa que hay un problema. Su proveedor de
atención médica querrá revisar varias mediciones de la presión arterial tomadas a lo largo de varios días
o varias semanas antes de diagnosticar presión arterial alta y dar comienzo de un tratamiento. Pregunte
a su proveedor cuándo debe comunicarse si las lecturas de la presión arterial no están dentro de los
valores normales.

Pulso

El pulso es la expansión transitoria de una arteria y constituye un índice de frecuencia y ritmos cardiacos.
La frecuencia cardiaca es el número de latidos del corazón por minuto. Por cada latido, se contrae el
ventrículo izquierdo y expulsa la sangre al interior de la aorta. Esta expulsión enérgica de la sangre
origina una onda que se transmite a la periferia del cuerpo a través de las arterias.

Las cifras normales de la frecuencia del pulso en el paciente adulto hombre es de 70 por minuto, y en la
mujer adulta es de 80 por minuto (oscila entre 60 y 80 por minuto).

Bradicardia: Disminución de los latidos cardiacos con una frecuencia menor de 60 por minuto.

Taquicardia: Frecuencia cardiaca superior a los 100 latidos por minuto.

¿Qué es la frecuencia del pulso?


Es la medición de la frecuencia cardíaca. Es la cantidad de veces que el corazón late por minuto. A
medida que el corazón bombea la sangre a través de las arterias, estas se expanden y se contraen con el
flujo de sangre. Al tomarse el pulso no solo se mide la frecuencia cardíaca. También puede indicar lo
siguiente:

· Ritmo cardíaco

· Fuerza del pulso

El pulso normal para un adulto saludable oscila entre los 60 y los 100 latidos por minuto. La frecuencia
del pulso puede variar y aumentar con el ejercicio, una enfermedad, una lesión y las emociones. En
general, las mujeres de 12 años y más suelen tener una frecuencia cardíaca más rápida que los varones.
Algunos atletas, como los corredores (que hacen grandes cantidades de actividades de entrenamiento
cardiovascular), pueden tener una frecuencia cardíaca de casi 40 latidos por minuto sin sufrir ningún
problema.

Cómo tomarse el pulso

A medida que el corazón fuerza el paso de la sangre a través de las arterias, puede sentir los latidos si
presiona con firmeza las arterias, que están cerca de la superficie de la piel en determinados puntos del
cuerpo. Puede encontrarse el pulso al costado del cuello, en la cara interna del codo, en la muñeca o en
la ingle. Para la mayoría de las personas, es más fácil tomarlo en la muñeca. Si lo hace en la parte inferior
del cuello, asegúrese de no presionar demasiado. Nunca presione el pulso a ambos lados de la parte
inferior del cuello al mismo tiempo. Esto puede bloquear la circulación de sangre hacia el cerebro.

Para tomarse el pulso, haga lo siguiente:

· Con la punta del dedo índice y mayor, presione con firmeza (pero sin hacer fuerza) las arterias
hasta que sienta el pulso.

· Comience a contar el pulso cuando la segunda manecilla del reloj esté en el número 12.

· Cuente el pulso durante 60 segundos (o durante 30 segundos y multiplique la cantidad de latidos


por 2 para obtener los latidos por minuto).

· Mientras esté contando, no mire continuamente el reloj; concéntrese en los latidos del pulso.

· Si no tiene claro el resultado, pídale a otra persona que cuente por usted.

· Si su proveedor de atención médica le pidió que se mida el pulso y no puede encontrarlo,


consulte al proveedor o al personal de enfermería para obtener instrucciones adicionales. Hay
muchos tipos de dispositivos de monitoreo que lo pueden ayudar a tomarse el pulso. Estos
incluyen los medidores de actividad que ayudan a controlar la frecuencia del pulso.

¿Qué es la frecuencia respiratoria?


Es la cantidad de respiraciones por minuto. Generalmente, se mide al estar en reposo. Simplemente
implica contar la cantidad de respiraciones durante un minuto contando la cantidad de veces que el
tórax se eleva. Es posible que la frecuencia respiratoria aumente cuando hace ejercicio, tiene fiebre, está
enfermo o tiene otras afecciones médicas. Cuando controle la respiración, también es importante
prestar atención a si tiene dificultad para respirar.

La frecuencia respiratoria normal para una persona adulta es de entre 12 y 20 respiraciones por minuto.

¿Qué es la frecuencia cardiaca?

La frecuencia cardiaca es el número de veces que se contrae el corazón durante un minuto (latidos por
minuto). Para el correcto funcionamiento del organismo es necesario que el corazón actúe bombeando
la sangre hacia todos los órganos, pero además lo debe hacer a una determinada presión (presión
arterial) y a una determinada frecuencia. Dada la importancia de este proceso, es normal que el corazón
necesite en cada latido un alto consumo de energía.

¿Cuál es la frecuencia cardiaca normal?

Por regla general, la frecuencia normal en reposo oscila entre 50 y 100 latidos por minuto (lpm). Sin
embargo hay que detallar algunos aspectos que alteran su estado:

· Cuando nacemos tenemos una frecuencia cardiaca elevada porque la actividad del organismo es
muy intensa. A partir del primer mes de vida, va disminuyendo hasta llegar a la edad adulta,
manteniéndose estable después de los 20 años.

· Varía a lo largo del día y la noche y en respuesta a diversos estímulos, por lo que su medición
tiene gran variabilidad.

· Al realizar ejercicio físico el corazón produce una respuesta normal que es la taquicardia (la
frecuencia cardiaca en reposo está por encima de 100 latidos por minuto -lpm-).

· También puede producirse bradicardia (la frecuencia cardiaca está por debajo de 50 lpm).

¿Por qué hay que controlarla?

Algunos estudios realizados en poblaciones sanas, así como en pacientes hipertensos, con cardiopatía
isquémica o con insuficiencia cardiaca, demuestran una asociación entre la frecuencia cardiaca y el
riesgo de muerte. Según esto, cuanto mayor es la frecuencia cardiaca, menor es la expectativa de vida.

Esta relación también se ha observado en los animales. Los mamíferos que presentan un mayor número
de pulsaciones por minuto tienen una expectativa de vida corta:

Ratones: 500-600 latidos por minuto: esperanza de vida de uno o dos años.

Ballena y elefante: 20-30 latidos por minuto: esperanza de vida de unos 60 años (a esta edad los
animales son considerados longevos).
Hombre: 70 latidos por minuto: esperanza de vida actual mayor de 70 años.

¿Cómo mantener una frecuencia cardiaca normal?

Practicando ejercicio físico de forma regular. Se estima que cada 1-2 semanas de entrenamiento
aeróbico podríamos conseguir una reducción en la frecuencia cardiaca en reposo de un latido por
minuto.

Existen fármacos que son capaces de reducir la frecuencia cardiaca. Algunos de ellos también se utilizan
para el tratamiento de la cardiopatía isquémica (infarto o angina de pecho) o la insuficiencia cardiaca.

SAT

Se conoce como saturación de oxígeno a la medida de la cantidad de este gas (O2) disponible en la
sangre que, generalmente, se mide a través de la sangre.

La oxigenación se produce cuando las moléculas de oxígeno entran en los tejidos del cuerpo. Es decir, la
sangre se oxigena en los pulmones donde las moléculas de oxígeno viajan desde el aire hacia la sangre y
gracias al bombeo del corazón, la sangre con los glóbulos rojos unidos al oxígeno, se reparte por todo el
cuerpo, asegurando de esta manera que se recibe la cantidad de oxígeno adecuada.

La saturación de oxígeno en sangre (Sao2) es un parámetro muy importante para poder evaluar la
función respiratoria y actividad pulmonar. La prueba de oxígeno aporta datos como:

· Cantidad de oxígeno en sangre

· Cantidad de hemoglobina que hay en la sangre

· La presión con la que el oxígeno pasa de los pulmones a la sangre

· Cantidad de dióxido de carbono presente en sangre

· pH, es decir, el equilibrio ácido-base en la sangre

¿Cuáles son los valores de saturación de oxígeno y cómo medirlos?

Los seres humanos dependen del oxígeno para vivir y todos los órganos requieren de oxígeno, pero el
cerebro y el corazón son particularmente sensibles a su disminución o falta.

Una escasez seria de oxígeno puede ser mortal en pocos minutos.

Los valores que se consideran normales y saludables cuando se mide la saturación de oxígeno en sangre
oscila entre 95% y 100%. Cuando la saturación de oxígeno se encuentra por debajo de 90%, se produce
la hipoxia y, si el porcentaje es inferior a 80%, se considera hipoxia severa.

Cuando los niveles de oxígeno no son los normales puede significar lo anteriormente dicho:

· No se recibe suficiente oxígeno


· No se elimina suficiente dióxido de carbono

· Hay desequilibrio en el pH (ácido-base)

Para medir la saturación de oxígeno se emplean varias técnicas:

Análisis de sangre: se trata de una técnica invasiva y, en algunos casos, dolorosa. Se trata de realizar un
análisis de gases sanguíneos, que pueden medir la cantidad de oxígeno arterial y venosa dependiendo de
si la punción se hace en una arteria o en una vena.

Pulsioximetría: es una técnica no invasiva y se trata de colocar un dispositivo en el dedo llamado


pulsioxímetro. Se trata de un aparato de alerta precoz que tiene una pantalla y un sensor que detecta el
pulso. La pantalla refleja el nivel de la saturación de oxígeno en la hemoglobina de la sangre arterial y,
también nos indica la frecuencia cardiaca por minuto.

El pulsioxímetro se debe colocar en cualquier dedo de la mano, del pie o en la oreja y la medición se la
conoce como saturación periférica de oxígeno.

¿Por qué se baja la saturación en sangre?

La bajada de la saturación normal de oxígeno en sangre se la conoce como saturación o hipoxemia y esto
se puede deber a que:

· No hay suficiente oxígeno en el aire que respiramos

· Los pulmones nos son capaces de inhalar oxígeno y exhalar dióxido de carbono

· El torrente sanguíneo no es capaz de transportar el oxígeno por todo el cuerpo

Como consecuencia de esto se produce la hiperventilación, que es el aumento de la frecuencia


respiratoria y la disminución de oxígeno en sangre y que causan dificultad para respirar, dolor de cabeza,
confusión o agitación.

Entre las causas más frecuentes de hipoxia están:

Anemia

Insuficiencia respiratoria como asma y EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica)

Neumonía

Enfisema (daño en los alvéolos pulmonares)

Síndrome de dificultad respiratoria aguda

Enfermedades pulmonares

Enfermedades cardiacas congénitas, tanto en niños como en adultos


Neumotórax (pulmón colapsado)

Edema de pulmón (líquido en los pulmones)

Embolia pulmonar (coágulo en una arteria pulmonar)

Fibrosis quística (cicatriz o lesión pulmonar)

Apnea del sueño

Saturación de oxígeno en ancianos

A medida que vamos cumpliendo años, se producen cambios físicos y fisiológicos es el sistema
respiratorio se produce una rigidez en la caja torácica por la unión de los cartílagos costales a las costillas
y la columna vertebral se debilita por la pérdida de mineralización y se va curvando, favoreciendo dicha
rigidez de la caja torácica.

A ello hay que sumar la pérdida de fuerza de la musculatura respiratoria, disminuyendo su capacidad
pulmonar y una disminución de la cantidad máxima de aire expulsado.

Como consecuencia de este hecho se debilita la capacidad de oxigenar órganos y tejidos de todo el
cuerpo con respecto a una persona más joven.

Por lo tanto, los niveles normales de saturación de una persona entre 70 y 80 años son
aproximadamente de 95% a 97%.

¿Por qué medir la saturación de oxígeno?

Porque la cantidad de oxígeno en nuestro cuerpo es muy importante, nuestra saturación de oxígeno
arterial normal es entre 95-100%. Diversas patologías pueden reducir la saturación de oxígeno en sangre,
tales como insuficiencia cardíaca, enfermedad pulmonar crónica o apnea del sueño. Normalmente,
cualquiera que tenga una saturación de oxígeno inferior a 89-90% requerirá oxígeno suplementario en el
hogar para elevar los niveles de oxígeno en sangre a los 90. Si los niveles de oxígeno disminuyen a los 80
o 70 se producirán síntomas graves, incluyendo cambios visuales, mareos, cambios en el estado mental,
falta de conciencia, problemas para pensar, y otros. Las saturaciones de oxígeno por debajo de eso
durante tiempo prolongado, son mortales.

La insuficiencia cardíaca, enfermedad pulmonar crónica y la apnea del sueño pueden monitorearse
siguiendo la saturación del oxígeno a lo largo del tiempo, así como midiendo otros parámetros
disponibles en el CSMW, tales como la frecuencia del pulso y la frecuencia respiratoria. Juntas, estas
medidas pueden ayudar a diagnosticar nuevos problemas, así como detectar exacerbaciones de estas
enfermedades antes de que se agraven. Una cosa es poder comprobar la saturación de su oxígeno de vez
en cuando con un oxímetro de pulso, si recuerda tomar la pinza de dedo y si recuerda ponérselo; pero
otra muy distinta es tener la seguridad de saber que puede verificar su saturación en cualquier momento
que lo desee sin ningún equipo adicional que no sea el reloj en su muñeca, y que la información pueda
automáticamente enviarse a su médico personal para revisión.

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