Villalobos-Vida Fronteriza en La Araucanía
Villalobos-Vida Fronteriza en La Araucanía
Villalobos-Vida Fronteriza en La Araucanía
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VIDA FRONTERIZA EN LA ARAUCANIA
EL MITO DE LA GUERRA DE ARAUCO
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© SERGIO VILLALOBOS R.
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Inscripción N® 93.692, año 1995
Santiago - Chile
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de 2.000 ejemplares en el mes de noviembre de 1995
IMPRESORES: Antartica S.A.
IMPRESO EN CHILE / PRINTED IN CHILE
ISBN 956-13-1363-4
SERGIO VILLALOBOS R.
VIDA FRONTERIZA
EN LA ARAUCANIA
EL MITO DE LA GUERRA
DE ARAUCO
Introducción
LA HISTORIA DE LAS FRONTERAS ................................................ 9
EL AMBIENTE NATURAL......................................................................... 19
Comarca de lluvias y selvas ...................................................................... 19
Un río y una frontera................................................................................. 19
El sector litoral ............................................................................................ 22
Los llanos del centro ................................................................................. 23
Las montañas de los Andes ...................................................................... 25
PROTAGONISTAS ABORIGENES......................................................... 27
Los araucanos: agricultores del neolítico.............................................. 27
Organización social y creencias............................................................... 29
Los pehuenches: indios de la cordillera................................................ 32
7
INDICE
CONCLUSION............................................................................................. 207
8
INTRODUCCION
9
INTRODUCCION
10
INTRODUCCION
11
INTRODUCCION
12
INTRODUCCION
13
INTRODUCCION
14
INTRODUCCION
15
INTRODUCCION
16
INTRODUCCION
17
INTRODUCCION
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EL AMBIENTE NATURAL
Tan pronto el otoño avanza sus primeras hojas secas, las lluvias
pasan a dominar el ambiente con sus fuertes descargas o su caída
suave prolongada por días y días. La temperatura desciende, las
nubes y la humedad marcan la tristeza en la vida vegetal y animal.
También en la humana, que se recoge sobre sí misma a la espera
de un nuevo despertar allá por octubre o noviembre.
Es la mala estación -bendición del cielo- que acumula nieves
en la cordillera, hincha los lagos, desborda ríos, acuna pantanos y
traspasa la tierra hasta las raíces más profundas, creando las condi
ciones de una riquísima vegetación que se prodiga para el hom
bre y los animales.
La selva de variados árboles, entretejida de arbustos y enreda
deras, en muchos lugares cerrada al sol y a quien desee atravesar
la, es el aspecto dominante del paisaje, aunque cede espacios a
llanos de ricos pastos, formaciones de arbustos con pretensiones
arbóreas y lagunas pobladas de totorales en las depresiones del
terreno.
La región ha sido denominada Araucanía o la Frontera, en
términos que evocan reciedumbre y belleza.
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\1DA FRONTERIZA EN L\ ARAU(LANIA
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EL AMBIENTE NATURAL
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VIDA FRONTERIZA EN LA ARAl'CAMA
EL SECTOR LITORAL
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El. AMBIENTE NATURAL
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VIDA FRONTERIZA EN LA ARAl'CANIA
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EL AMBIENTE NATURAL
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VIDA FRONTERIZA EN IA ARAUí LANIA
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PROTAGONISTAS ABORIGENES
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VIDA FRONTERIZA EN LA ARALCANIA
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PROTAGONISTAS ABORIGENES
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VIDA FRONTERIZA EN LA ARAUCAN1A
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PROTAGONISTAS ABORIGENES
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VIDA FRONTERIZA EN I.\ ARAUCANIA
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PROTAC CONISTAS ABORIGENES
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EL ESTREPITO DE LA LUCHA INICIAL
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VIDA FRONTERIZA EN LA ARAlCANIA
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El. ESTREPITO DE LA LUCHA INICIAL
1600
1605
O PARLAMENTO
1560 1610
SIN ACTIVIDAD BELICA
1565 1615
HOSTILIDADES AISLADAS
■ I
1570 1620
ATAQUES PARCIALES
■O 1575 1625
INCURSIONES IMPORTANTES
■n 1580 1630
REBELION PARCIAL
1585 1635
REBELION GENERAL
'/////,
1590 1640
REBELION INDUCIDA
1595 1645
1546
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VIDA FRONTERIZA EN LA ARAlCANIA
1700
1850
O NEGREIE
—
1705 1855
1710
1860
1715 1865
/////a
1720 V////.1 1870
7////1
7////1
VA
1725
1875
NEGRETE
1730
1880
1735
TANIIUE
1740
1745
TANIIUE
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EL ESTREPITO DE IA LUCHA INICIAL
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El. ESTREPITO DE LA LUCHA INICIAL
PROSIGUE LA CONQUISTA
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El. ESTREPITO DE IA LUCHA INICIAL.
' Ixi época de la rebelión de 1598 y las primeras décadas del siglo XVII han
sido tratadas con notable erudición por Crescente Errázuriz en las siguientes
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\ IDA FR( )N I ERIZA EN l.\ ARA! (.AN1A
obras. Seis años de la historia de Chile; Historia de Chile durante los gobiernos de García
Ramón, Merlo de la Fuente y Jaraquemada. En estas materias, como en tantas otras,
la Historia jeneral de Chile, de Diego Barros Arana, constituye una excelente fuente
de información.
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EL ESTREPITO DE LA LUCHA INICIAL
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EL ESTREPITO DE IA LUCHA INICIAL
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El. ESTREPITO DE IA LUCHA INICIAL
sino las virtudes que desarrolla todo pueblo cuando tiene que
defender a sus mujeres, sus hijos, sus tierras, sus bienes, sus cos
tumbres y su concepción del mundo y de la vida. Es lo que con
intención un poco romántica se denomina la libertad.
Pensar que los araucanos constituían una excepción es un
error. El mismo ardor y astucia encontramos, por ejemplo, en los
otros indios de Chile, que lucharon duramente hasta el límite de
sus posibilidades. Los atácamenos, escasos en número, se parape
taron en sus pucaras y combatieron con denuedo hasta ser venci
dos por las armas de acero y de fuego; pero más que nada, la
estrecha dependencia del agua y los alimentos tenían que doble
garlos fatalmente.
Los diaguitas, relativamente sumisos en un comienzo, opta
ron por ocultar los alimentos para impedir el avance de la colum
na de Pedro de Valdivia, y luego, concertados en secreto, cayeron
sobre la Serena y la arrasaron por completo. Pero, igual que los
atácamenos, debieron someterse por la escasez de los recursos.
Mayor fue la resistencia que opusieron los picunches desde
el valle de Aconcagua al de Cachapoal, que hasta hace poco se
conocía de manera muy imperfecta, pero que ahora, gracias a la
crónica de Jerónimo de Bibar, aparece muy detallada. Además del
ataque a Santiago, que estuvo a punto de acabar con los castella
nos, hubo muchos otros encuentros que probaron la valentía y el
ingenio desarrollado en su desesperada resistencia. Durante cua
tro años mantuvieron a los conquistadores en duros aprietos, sor
prendiendo a sus cuadrillas, espiando sus movimientos y
atacándolos en las oportunidades favorables. Rápidamente se adap
taron a las nuevas condiciones de lucha: perdieron el temor a los
caballos y limitaron sus movimientos inundando los campos de
batalla. Aprovecharon también los bosques para impedir la perse
cución de los jinetes y, en fin, practicaron la entrada sucesiva de
masas de combatientes, táctica cuya invención se ha atribuido a
Lautaro, pero que fue puesta en práctica por los mismos arauca
nos en Andalién, antes que éste los dirigiese, en Quillota trataron
de desviar las acequias para que el agua socavase las paredes de
adobe de la casa fuerte erigida allí por los españoles.
Bibar, que los califica de gente “guerrera y cautelosa" nos ha
dejado magníficas descripciones de sus obras de defensa que, en
algunos casos, constituyeron verdaderas fortificaciones. En cierta
ocasión, para impedir el paso de un grupo de soldados en el valle
de Aconcagua, hicieron un fuerte con gran presteza, apoyándose
en una laguna, un riachuelo y un bosque:
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VIDA FR( )M ERIZA EN 1A ARAl ( LANIA
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EL ESTREPITO DE IA LUCHA INICIAL
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LA GUERRA DE ARAUCO
LA LINEA DE LA FRONTERA
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LA GUERRA DE ARAUCO
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IA GUERRA DE ARAUCO
EL MITO DE LA GUERRA
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l-\ GUERRA DE ARAUCO
3 Fray Juan de Jesús María, Memorias del reino de Chile..., pág. 60.
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VIDA FRONTERIZA EN L\ ARAUCANIA
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1A GUERRA DE ARAUCO
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LA PICARESCA EN ARAUCO
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LA PICARESCA EN ARAUCO
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LA PICARESCA EN ARAUCO
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Esa gente, según sus palabras, era inútil para la guerra; no sabían
tomar un arcabuz ni otra arma y sólo gastaban los recursos, resultando
tanto daño que parecía más conveniente expulsarlos del país.5
Los mestizos peruanos eran los peor considerados, de acuer
do con la opinión del capitán González de Nájera:
Entre la gente del Pirú que suele traerse de socorro a Chile, acos
tumbran a venir algunos mestizos, hijos de españoles e indias, y
aun hijos de otros mestizos, gente casi toda inútil para el servicio de
Su Majestad, por ser tan floja y de pocos bríos, cuanto de poca
estimación. A esta causa, viéndose en algunos trabajos de la guerra,
como son hambres y otras fatigas, sucede que cuando los demás
soldados donde ellos se hallan, lo pasan con tolerancia, valor y
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VIDA FRONTERIZA EN IA ARAlCANIA
VIDA MILITAR
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LA PICARESCA EN ARAUCO
14 Carta de Juan de Canceo a S.M., marzo de 1620. BN.BM., ms. vol. 121,
foja 54.
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VIDA EROM ERIZA EN LA ARAl (LANIA
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1A PICARESCA EN ARAUCO
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\ IDA FRONTERIZA EN LA AR UCANIA
IK Diego de Rosales, Historia jeneral del reyno de Chile, tomo III, pág. 289.
80
LA PICARESCA EN ARAUCO
19 Ibidem.
20 Sesiones del 12 de febrero de 1637 y del 6 de mayo de 1639. CHCh,
tomo XXXI.
21 Los antecedentes en las actas del Cabildo, CHCh, tomo XXXI, págs. 407
a 414.
81
VIDA FRONTERIZA EN L\ ARAl'íLANIA
22 Citado por Barros Arana, Historia jeneral de ('.hile, lomo V, pág. 71.
23 Carta de la Audiencia al rey, de 1610, citada por Errázuriz., Historia de
Chile durante los gobiernos de García Ramón, etc., tomo II. pág. 96. Informe del
oidor Gabriel de Celada, 1610, en Gay, Historia física y política de ('.hile. Documentos,
tomo II. pág. 198. Tribaldos de Toledo, Vista jeneral..., CHCh, tomo IV, pág. 80.
24 “Tasa y ordenanza para el reino de Chile”, en Fuentes para la historia del
trabajo en el reino de Chile, de Alvaro jara y Sonia Pinto, tomo I, pág. 137.
25 Carta de la Audiencia al rey. Santiago, 30 de marzo de 1637. BN.BM. ms.
vol. 134, foja 99.
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LA PICARESCA EN ARAUCO
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LA PICARESCA EN .ARAUCO
LOS MOTINES
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1A PICARESCA EN zXRAUCO
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EL NEGOCIO DE LA GUERRA
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EL NEGOCIO DE IA GUERRA
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senir con sus armas y caballos, y el que no los tenía adecuados, los
tomaba en arriendo, interesando a los que daban".6
Los fuertes se convirtieron en base de operaciones, en los
cuales se organizaban incursiones según las noticias que hubiese
de las parcialidades cercanas. Algunos de ellos, que carecían de
valor estratégico, eran mantenidos únicamente para salir a captu
rar indígenas, anota el maestre de campo Jerónimo de Quiroga
en su Memoria de los sucesos de la guerra de Chile, para recordar luego
que el gobernador Merlo de la Fuente, reconociendo “la inutili
dad de los fuertecillos y que la codicia de las piezas los mantenía,
despreciando las vidas de aquellos pocos soldados, los muchos
interesados que había en las malocas, les retiró la guarnición y
demolió las plazas.7
Algunos fuertes llegaron a ser verdaderas ferias de esclavos,
por su situación, el brío de los soldados “maloqueros” y porque los
tratantes tenían organizado el negocio. Así ocurría con Boroa ha
cia 1650:
Como el provecho es el título más principal, y el mayor interés la
mayor honra -escribe Rosales- no había puesto como el de Boroa,
por ser en estos tiempos otra Guinea y estar allí la casa de la contra
tación y todo el trato de las piezas y esclavos con que enriquecían
los cabos y gobernadores de Boroa y hacían ricos a otros; porque
allí acudían de Santiago, de la Concepción, de Chillán y de todas
partes a comprar esclavos, y rodaba la plata y los géneros, pasando
los de aquel fuerte, con estar tan retirado y en el riñón de la
guerra, con grandísima abundancia de todo, porque al señuelo de
las piezas iban las arrias con la provisión de cuanto era menester
para pasar la vida con abundancia.8
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EL NEGOCIO DE 1A GUERRA
9 Diego de Rosales, Historia general del reyno de ('.hile, tomo III, pág. 399.
10 Op. cit., pág. 382.
11 Luis Tribaldos de Toledo, Vista jeneral de las continuas guerras: difícil con
quista delgran reino, provincias de Chile. En CHCh, tomo IV, pág. 47.
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EL NEGOCIO DE LA GUERRA
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VIDA FRONTERIZA EN l.\ ARAUCANIA
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El. NEGOCIO DE 1A GUERRA
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Los jefes militares solían vender los esclavos que les caían en
suerte por sí mismos o interpósitas personas, o simplemente co
braban comisiones sobre las otras ventas. También utilizaban a los
esclavos para sus granjerias.
Lo que hacían los maestres de campo y cabo -indica Tribaldos de
Toledo- de la parte que les cabía de prisioneros, era que con ocho
o diez soldados enviaban las piezas a sus casas y estancias ocupán
dolos en esto por tenerlos seguros y dejando algunos de guardia
con ellos.
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EL NEGOCIO DE LA GUERRA
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VIDA FRON TERIZA EN I.\ ARAt CANIA
2,1 Diego de Rosales, Manifiesto apolojético de los daños de la esclavitud del reino
de Chile, 1670. Publicado por Domingo Amunátegui Solar, en Las encomiendas de
indígenas en Chile, tomo segundo, pág. 244.
Crescente Errázuriz, op. cit., lomo 1. págs. 223 y 258.
28 Vista jeneral..., CHCh, tomo IV', pág. 105.
29 Santiago de Tesillo, Guerras de Chile..., CHCh. tomo V. págs. 53, 57. 71 y 83.
30 Diego de Rosales, op. cit., pág. 222.
31 Las cifras que suelen señalar los cronistas y los documentos representan,
por lo general, casos excepcionales, (pie llamaban la atención por ello mismo.
Deben acogerse con prudencia, en cuanto había interés, por parte de algunos,
en dar mayor realce a las campañas de tal capitán o gobernador y, por parte de
otros, de exagerar los daños causados por la esclavitud.
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EL NEGOCIO DE IA GUERRA
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EL NEGOCIO DE LA GUERRA
bien sostuvo que los indios del interior de la Araucanía, que ha
bían tomado las armas en esa oportunidad, no eran merecedores
de la esclavitud, porque estando de paz desde hacía tiempo, ha
bían emprendido la lucha a raíz de las tropelías y vejámenes de los
cristianos y, por lo tanto, no eran propiamente rebeldes.34 Ese fue
el parecer de la junta, pero no hubo una resolución inmediata,
hasta que una real cédula dirigida al virrey del Perú, conde de
Lemos, ordenó poner en libertad a las piezas obtenidas después
del levantamiento y prohibió la esclavitud “para en adelante”. El
documento real debió llegar a Santiago a mediados del año 1668,
pero se mantuvo oculto, hasta que fue publicado en Lima el 22 de
enero de 1670.
Con todo, la voluntad real no logró imponerse: en el hecho,
por razones y sinrazones, siguió practicándose la trata de nativos, y
llegó a pensarse en dar la autorización oficial para la remisión al
Perú de los capturados, tal como se venía practicando desde hacía
tiempo. Si no se concretó la medida fue porque los intereses chile
nos gravitaron más.
La dura experiencia de años había acumulado muchas críti
cas contra la esclavitud de los araucanos, y si tanto en Santiago
como en Lima y Madrid había preocupación por el problema, era
porque la situación se había hecho insostenible. La principal pre
ocupación era la guerra con su secuela de peligros, muertes, des
trucción, gastos e inestabilidad en el área fronteriza.
Las Memorias del reino de Chile..., escritas por fray Juan de Jesús
María, son claras para referirse a la esencia de la cuestión:
Cosa es digna de toda ponderación que pague el rey un Ejército y
gaste su real patrimonio en sustentarle sólo para provecho de los
gobernadores y de aquellos cabos que manejan las armas, y que los
soldados, a fuerza de galgos, anden continuamente a caza de estas
liebres, o como suelen los cazadores, siguiendo las huellas por las
selvas y montes, cazar y perseguir las fieras, sin que se atienda al
servicio del rey, a la conveniencia pública, sino el particular de
cada uno. ¿Habrá, pues, quien niegue en Chile, si tiene celo cristia
no, que la cédula de esclavitud ha perdido al reino y que la codicia
de las malocas ha perpetuado la guerra? Todos lo confiesan por
máxima irrefragable.35
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El. NEGOCIO DE LA GUERRA
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EL NEGOCIO DE 1A GUERRA
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VIDA FRONTERIZA EN IA ARAUCANIA
reino de ('.hile, Santiago de (.hile?, pág. 99. Es la edición de la parte chilena del
Compendio y descripción de las Indias Occidentales. Carta del Gobernador Pedro
Osores de Ülloa a S.M. Concepción, 10 de abril de 1623. BN.BM., ms. vol. 125,
foja 266. “Expediente sobre el real situado correspondiente al año 1642”. BN.BM.,
ms. vol. 303, tojas 124 a 200. “Instrucción y orden que se ha de observar precisa e
inviolablemente en el pagamento de los soldados y distribución del situado..."
1687. BN.BM., ms. vol 309, toja 265.
*■’ Carta del presidente Pedro Poner Casanate a los oficiales reales de
Santiago, 4 de agosto de 1659. BN.BM.,«ms. vol. 334, foja 17.
13 A. de Ramón. Historia urbana, Una metodología aplicada, pág. 122.
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El. NEGOCIO DE IA GUERRA
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VIDA FRONTERIZA EN 1A ARAUCANIA
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EL NEGOCIO DE LA GUERRA
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VIDA FRONTERIZA EN l.\ ARAU( 1AN1 A
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El. NEGOCIO DE LA GUERRA
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VIDA FRONTERIZA EN L\ ARAl CANIA
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EL NEGOCIO DE LA GUERRA
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LAS RELACIONES FRONTERIZAS
EL CONTACTO COMERCIAL
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VIDA FRONTERIZA EN 1A ARAUCANIA
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I AS RELACIONES FRONTERIZAS
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VIDA FRONTERIZA EN l.\ ARAt'CANl \
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LAS RELACIONES FRONTERIZAS
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VIDA FRONTERIZA EN l.\ ARAUCANIA
■ Recopilación de leyes de los rey nos de las Indias, libro VI. título I, ley xxxvi.
8 Carta del gobernador Acuña y Cablera al Virrey del Perú, sin techa,
aunque posterior a 1653. BN.BM., ms. vol. 143, toja 480.
9 Información levantada de orden de la Real Audiencia y Expediente levan
tado por el Pdte. don Tomás Marín de Poveda; ambos documentos del año 1694.
BN.BM., ms. vol. 315.
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LAS RELACIONES FRONTERIZAS
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\11)A FRONTERIZA EN LA ARAt CANIA
10 Citado por Barros Arana, Historia jeneral de Chile, lomo VII, pág. 26.
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I AS REI ACIONES FRONTERIZAS
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VIDA FRONTERIZA EN LA ARAUCANIA
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IAS RELACIONES FRONTERIZAS
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VIDA FR( )N 11 RIZA EN 1-A ARAl (AMA
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LAS RELACIONES FRONTERIZAS
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FRONTERIZA EN I.A ARAUCANIA
EL PROCESO DE MESTIZAJE
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LAS REIACIONES FRONTERIZAS
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VIDA FR( )NTER1ZA EN 1A ARAl (AMA
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1AS RELACIONES FRONTERIZAS
21 Diego de Rosales, Historia general del rey no de Chile, tomo II, pág. 384.
22 Diego Rosales, op. cit., tomo II, pág. 387.
23 Diego de Rosales, op. cit., tomo II, pág. 659.
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VIDA FRONTERIZA EN IA ARAUCANIA
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LAS RELACIONES FRONTERIZAS
26 Jerónimo de Quiroga. Memoria (le los sucesos de la guerra de Chile, pág. 284.
27 Quiroga, op. cil., págs. 284, 286, 369, 370 y 402.
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LAS RELACIONES FRONTERIZAS
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VIDA FRONTERIZA EN 1A ARAUCANIA
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LAS RELACIONES FRONTERIZAS
55 Juan Bell (sendo Olivares), op. cit., en CHCh, tomo VII, pág. 396.
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VIDA FRONTERIZA EN l.\ ARA! CANIA
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LAS RELACIONES FRONTERIZAS
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VIDA FRONTERIZA EN l.\ ARAUCANIA
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LAS RELACIONES FRONTERIZAS
contra araucanos. Sólo que los indios amigos eran menos que los
enemigos.
La fidelidad que, en general, mostraron los amigos a los inva
sores es sorprendente, aunque tiene explicación. Sobre el punto,
González de Nájera es quien entrega sólidas apreciaciones. Se
admira el cronista de que
haya parte dellos que de su voluntad, no sólo se contente de pasar
se de nuestra parte, pero tan en nuestro favor y ayuda, que negan
do su misma nación, amigos y palíenles, les hagan tan cruel guerra...
y sobre todo, es mucho más de considerar que siendo aquella na
ción de su natural, en todo extrema, falsa y engañosa, sin honra y
sin palabra, y tan traidora a los suyos mismos... guardarnos tanta
lealtad y fe, que con haber habido de nuestra parte destos amigos
tan grande número que excedía con gran demasía al de nuestros
españoles, no se sabe hasta ahora que haya vuelto las armas contra
los nuestros, acompañándolos en la guerra, donde ven cada día mil
ocasiones de descuidos en nuestra gente cansada y dormida, con
fiada en su lealtad, así de noche como de día, entre sus espesos
montes de las tierras de guerra, donde podían, muy a su salvo, en
un repentino acontecimiento, hacer la suerte que quisiesen en los
nuestros.42
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LAS RELACIONES ERONTERIZAS
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VIDA FRONTERIZA EN L\ ARAUÍ LANIA
Yumbel 300
San Cristóbal 600
Talcamávida 100
Santa Juana 60
Santa Ee 40
Angol 100
Purén 400
Repocura 300
Boroa 800
Total 2.700
4 Juan E. Vargas Carióla, Financi amiento del Ejército de Chile en el siglo XVII,
en revista Historia, núm. 19, pág. 184.
48 Juan E. Vargas Carióla, El Ejército de Chile en el siglo XVII, pág. 238. Tesis
inédita.
49 Citado por Patricia Cerda, Frontera y sociedad en Hispanoamérica. La región
del Biobío, Chile, 1604-1883. Tesis inédita, Universidad Libre de Berlín.
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LAS RELACIONES FRONTERIZAS
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VIDA FRONTERIZA EN LA ARAl'CANIA
51 Publicado por Ricardo Donoso en Un letrado del siglo XVIII, el doctor José
Perfecto de Salas, tomo I, pág. 120.
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1 AS REI ACIONES FRONTERIZAS
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VIDA FRONTERIZA EN IA ARAL'CANIA
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LAS RELACIONES FRONTERIZAS
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VIDA FRONTERIZA EN 1A ARA! (ANI A
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LAS RELACIONES FRONTERIZAS
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VIDA FR( )NTE RIZA EN LA ARAl (LANIA
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LA ACCION OFICIAL
EL TRABAJO MISIONERO
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VIDA FRONTERIZA EN I.-\ ARAICAN1A
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LA ACCION OFICIAL
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LA ACCION OFICIAL
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Vamos ya, dijeron los mensajeros, allí con el padre estarás feliz;
cada día comerás carne y pan y te pondrás bonitos vestidos; pala
bras que aumentaban más mi alegría. Luego me llevaron. Regala
ron a mi madre una capa, comprada en la tienda para que no se
afligiese y acto seguido me subieron al caballo... Yo tendría catorce
años de edad en aquel tiempo. Al llegar nosotros fuimos conduci
dos a una casa que se llama cocina. Allí vino a verme el P. Constan
cio y hablé) un rato conmigo... Mientras estaba allí me sirvieron
comida y al acercarse la noche me dieron cama; dormí allá. El otro
día me despertaron y equiparon con ropaje y todo lo necesario;
además me enseñaron lo que hacían los niños en casa del padre.
Yo me esforcé a imitar todo eso. Luego entré a la iglesia para oír
misa tal vez; no me di cuenta porque nunca había visto semejante
función. En seguida me llevaron a la casa donde se lee y escribe:
escuela se llama. El libro en que se aprenden las primeras letras (el
silabario) sólo me lo entregaron unos dos días después... Pasadas
las horas de clases salimos de la escuela para comer; ¡Verdadero
caldo con carne era lo que comimos y esto todos los días!... Los
indígenas, hombres como mujeres, se presentaban todos los días
ante el padre. En aquel tiempo no había huincas en esta región y
en ninguna parte había ocasión de comprar las cosas necesarias. Al
llegar donde el padre algunos se portaban con mucha torpeza,
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Levantando a su divina Majestad los ojos, hice llegar las madres con
sus tres hijos: los dos de pecho, y el uno tomo de dos años. H íceles
mis requeiimienlos sobre criar cristianamente, y dar buen ejemplo
a estos inocentes, y que los tuviesen prontos para entregar al Padre
(pie los enseñase cuando viniese. Referíles la ley de Dios a (pie se
obligaban los bautizados, y saqué la imagen de María Santísima
Señora Nuestra, y horrorosa pintura del alma condenada, con (pie
tuvieron por algún ralo indios e indias mucho (pie admirar y enten
der. 1 biné luego un instrumento músico, (pie llevo a fin de mover
los más, y entrarles por el sentido del alma... y encendida luz nos
arrodillamos todos hacia la Pintura de la Virgen (pie pusimos pen
diente de la ramada, y a este ejemplo se arrodillaron también (cosa
en ellos difícil, y poco vista), y así estuvieron sin quitar de la Virgen
sus ojos, oyendo descubiertas al sol las cabezas, la salve todo el
tiempo que nos detuvimos cantándola y finalizada (pie fue, para
(pie la novedad y grandeza del aparato les infundiese conocimien
to, hice sacar y traer estola y cruz. Prevínose el vaso con agua en un
plato, todo muy limpio, y allí parados ante la Virgen y sus luces los
padrinos, y entregados de los párvulos, hechas varias oportunas
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Informe del 12 de agosto de 1767. BN.BM., ms. vol. 194, foja 41.
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nes. Este plan fue aprobado por real orden del 12 de enero de
1767, pero su implantación debió postergarse a causa de la rebe
lión indígena que comenzó aquel año.
El gobernador Francisco Javier de Morales, que sucedió a
Guill y Gonzaga, removió, al parecer, a algunos capitanes de ami
gos y designó provisoriamente a otros a raíz del parlamento de
Negrete del año 1771 y del apaciguamiento de la Frontera.
Al año siguiente, una junta de jefes militares con los oficiales
de la Real Hacienda celebrada el 12 de diciembre, determinó un
plan ambicioso para aumentar el número de capitanes de amigos
y de tenientes, señalando los que estaban designados y las plazas
que deberían crearse.
En total había 22 capitanes y se proponían otros 11, había 8
tenientes y se proponían 4.
En 1774 se celebró el parlamento de Tapihue y a él concu
rrieron los capitanes de amigos, sus tenientes y los caciques con
sus capitanejos y mocetones. Con ese motivo se elaboró un docu
mento que consigna los datos respectivos y que ofrece interés para
conocer la organización y distribución de los oficiales fronterizos y
también la organización de los indígenas.27 En el documento apa
recen 40 capitanes de amigos y 25 tenientes, cantidades que supe
ran en mucho las cifras habituales.
Esa situación debió ser modificada y el I" de marzo de 1775,
se dispuso la siguiente planta y su personal:
Butalmapu de los Llanos, don Juan Rey.
Butalmapu de Angol, don Gabriel de Sosa.
Butalmapu de la Costa, don Tomás Santibáñez.
Butalmapu de los pehuenches, don Francisco Pulgar.
Cada uno de ellos tendría una dotación anual de 144 pesos.
En las reducciones se designó a quince oficiales con sueldo
anual de 96 pesos. En esa forma, todo quedó regularizado y la
planta se mantuvo invariable por muchos años.
En las últimas décadas del XVIII y las primeras del XIX,
había 19 capitanes de amigos, establecidos en Arauco, Tucapel
Tirúa, Cholchol, Boroa, Angol, Que< heregua, Santa Fe, Ranquil-
hue, I,oleo, San Carlos de Pitrén, Rucalhue, Requén, Lululmahui-
da, Mulchén, Truftruf, y uno en el territorio de los pehuenches.28
El rango de los capitanes de amigos, a pesar del título, era
muy modesto. Por lo general, eran soldados hábiles y de carácter,
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" Infórme cronológico sobre las misiones del reino de Chile hasta 1789.
Gay, op. cit., pág. 364.
'-'Jerónimo de Quiroga, op. cit., págs. 196 y 337.
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Por cuanto de los conchavos nacen los agravios que han dado moti
vo en todos los tiempos a los alzamientos por hacerse éstos clandes
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Diego Barros Arana. Historia jeneral de ('.hile, lomo VI, pág. 49.
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ABREVIATURAS
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