Up From The Grave 7
Up From The Grave 7
Up From The Grave 7
Últimamente, la vida ha sido extrañamente tranquila para los vampiros Kim Taehyung y su
marido Jungkook. Deberían haber sabido que no podía bajar la guardia, porque una
revelación impactante los envía de vuelta a la acción para detener una guerra sin cuartel...
Un agente de la CIA está implicado en terribles actividades secretas que amenazan con
aumentar las tensiones entre los humanos y los no-muertos a alturas peligrosas. Ahora
Taehyung y Jungkook están en una carrera contra el tiempo para salvar a sus amigos de un
destino peor que la muerte... porque los secretos más escondidos son descifrados,
provocando la más mortal de las consecuencias. Y si no, su vida, y la de todo el mundo que
aprecian, se cierne sobre el borde de la tumba.
PRÓLOGO
Crunch.
―Estoy lista.
―¿Lo estás?
Se veía similar a los otros que había neutralizado, pero cuando saltó
encarándola, entendió, su nuevo oponente no tenía latidos de corazón.
Crunch
_____________________________
Mil gracias por acompañarme a lo largo de toda esta saga, tan entrañable
para muchos, incluyendome uwu
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CAPÍTULO 1
―De hecho, desde que ninguno de los dos se está haciendo más viejo,
puedo hacer esto para siempre ―anoté fríamente―. O desde que tú
apostaste todo lo que sabes sobre el hoyo de nuestro viejo equipo.
Yo creí que eran mis memorias lo que dictaba como se veía Namjoon
excepto por los cientos de otros cientos de fantasmas que conocí.
Ellos no podían comprar en centros comerciales en su vida anterior, pero
su propia imagen residual era suficientemente fuerte para hacer que otros
vieran fantasmas de la forma en que se ven a sí mismos. Namjoon ha
tenido la imagen de un perfecto arreglo, de un burócrata de sesenta y algo
en vida, así era como se veía en la muerte.
―Tres semanas y cuatro días ―replicó. Él podía tener faltas, pero Nam
era meticuloso―. Si solo uno de ellos ha estado fuera todo ese tiempo,
asumo que él está en un trabajo encubierto, pero, ¿todos ellos?
Sí, eso era extraño hasta para los miembros del equipo de Seguridad
Nacional encubierto del área que trataba con los miembros mal portados
de la sociedad no muerta. Cuando yo era un miembro del equipo, lo más
que había pasado encubierto fueron once días. Los vampiros y ghouls
renegados tendían a frecuentar los mismos puntos si eran lo
suficientemente tontos para actuar fuera lo suficiente para captar la
atención del gobierno.
―Muy bien. Ahora estoy preocupado también ―dije finalmente―. Tal vez
es tiempo de dejarme caer por la casa de Madigan para una pequeña
charla.
***
Yo amaba que pudiera sentir sus emociones como si fueran las mías. Si
me hubiera dado cuenta que esa era una ventaja de las cosas que me
animarían a convertirme en un vampiro completo, podría haber subido mi
estatus de mestizo hace años. Entonces él bajó su cabeza pero antes de
que sus labios rozaran los míos, yo me volteé.
La parte más vil de mí susurraba que podía posponer está charla por una
hora, pero la preocupación por mis amigos me dio un golpe bajo.
―Supo que sería una astuta cubierta. Dudo que sea un accidente que te
haya dado esta información mientras yo estaba fuera.
Ahora la preocupación por mis amigos no era lo principal en mi mente, ya
que también dudaba que fuera un accidente.
CAPÍTULO 2
Las maravillas nunca paran
Volviendo a donde yo trabajaba para el gobierno, diseñé el sistema de
seguridad que protegía la base de operaciones de nuestro equipo.
Y Madigan era aún más paranoico que yo. Eso era el por qué Jungkook y
yo estábamos seis kilómetros lejos, mirando la base a través de binoculares
desde nuestra posición en lo alto de un árbol. Desde el exterior, se veía
como un anodino aeropuerto privado que estaba en el borde cercano. Por
dentro contenía uno de los más rudos equipos tácticos en el país, sin
mencionar toneladas de información clasificada. La persona promedio no
tenía idea de que compartían el planeta con los no muertos, y así es como
nuestro gobierno intentaba mantenerlo.
―¿Qué es eso?
***
―¿Él está aquí? ―Fue casi gracioso escuchar el tono impresionado del
otro a través de la línea. No podía ver la cara del guardia a través de su visor
entintado, pero su voz también sostenía un distintivo tono de sorpresa.
―Sí señor, él y el otro vampiro. ―Jungkook sonrió, imperturbable por todas
las armas que apuntaban en su dirección, yo solo tenía algunas
apuntándome a mí.
―Déjenlos entrar.
Madigan no había perdido tiempo alzándose aquí una vez que tomó el
cargo.
El hombre cuyo pasado era tan turbio que mi tío se rehusó a divulgar lo que
sabía de él se levantó de su asiento en cuanto entramos. Madigan no era
educado, eso agregaba fuerza a las dagas que miraban en nuestra
dirección.
―Tú sabes que no podemos atenernos a ti, así que, ¿por qué pretender
que es una visita social?
Entonces con un brillo en sus ojos que parecía demasiado satisfecho para
mi gusto, él señaló las sillas que estaban opuestas a su escritorio.
―Te dije que tendría que arrestarte si volvías, pero mientras eso pasa,
tenemos algunos negocios que discutir.
―Ese fue el trato que Namjoon solicitó a sus superiores, pero su solicitud
fue rechazada. ―Madigan me dio una breve sonrisa engreída, mientras se
ponía sus lentes de vuelta―. De acuerdo con el gobierno de los Estados
Unidos, tú todavía tienes cinco años de servicio activo para completar, y a
diferencia de tu anterior tío, yo no voy a falsificar registros para dejarte salir
de esto.
Lo que sea que significó para él o para mí, no lo sé, y finalmente encontré
mi voz.
―Muertos.
Madigan enunció la palabra con algo cercano a la satisfacción esta vez. Yo
estaba de pie, colmillos aplomados para penetrar carne, cuando Jungkook
me arrastró hacia atrás con un agarre tan fuerte que no pude romperlo aun
con mi estado inducido de ira.
―Lo siento, pero no creo que tú y yo pudiéramos tener una sana relación
de trabajo, así que tengo que declinar la oferta de empleo.
No me molesté con ninguna amenaza, pero una simple mirada que le di dijo
que esto no había acabado.
Una vez que nos aseguramos de haberlo perdido, me lancé en picado hacia
un campo cercano, aterrizando con un resbalón sordo. Jungkook se dejó
caer cerca de mí sin siquiera doblar un tallo de pasto.
Un día seré un maestro aterrizando con gracia. Por ahora hice bien en no
dejar un pequeño cráter tras de mí.
―¿Por qué dejamos ir a Madigan tan fácilmente? ―Fueron mis primeras
palabras.
―¿Crees que los guardias podrían ser más rápidos que tú?
―¿Qué? ―Di un grito apagado. Entonces recordé que Madigan miró hacia
la derecha e izquierda de nosotros cuando estaba por ir tras él. Pensé que
estaba buscando alrededor alarmado. Obviamente no. No hay duda de por
qué no olía a miedo.
―El cuarto olía como a plata y pólvora aunque no podía ser visto, además
la textura de las paredes a través de su escritorio ha cambiado. Su mirada
hacia ellas cuando se sintió amenazado solo lo confirmó.
―¿Por qué no las usó?, siempre nos ha considerado una amenaza, y ahora
que sabemos que está mintiendo acerca de los chicos, está en lo cierto.
La expresión de Jungkook fue fríamente contemplativa.
―Tal vez no estaba seguro de que esas armas serían suficientes, pero lo
más revelador fue la forma en que trató de obligarte a trabajar para él. Te
quiere para algo, Gatito, lo que significa que te necesita vivo. Las nuevas
medidas de seguridad eran solo si no tenía otra opción. ―Yo estaba en
silencio mientras digería esto.
Desde que nos conocimos por primera vez hace meses, Madigan había
exhibido un interés inusual en mí, y no era de un modo halagador. Lo que
sea que él quería, podría terminar en mi muerte, de eso no tenía duda. La
única cosa de la que no estaba seguro era qué esperaba que lograra antes
de eso.
______________________
Qué suerte la mía que cuando no quería hablar con Namjoon, no pudiera
librarme de él. Ahora que necesitaba hablar con él, no le podía encontrar
por ningún lado.
Tyler echó sus hombros hacia atrás, estirando aún más la tensa tela de su
camiseta.
Levanté la vista.
―Trato.
―Taehyung. ¿Cómo...?
―¿Tu gente?
El aire no se movía a pesar del pesado suspiro que Namjoon dejó salir.
La mirada que me dio estaba tan llena de tristeza que casi me pierdo la
otra emoción que pasó por su cara. Vergüenza.
―Cuando Madigan me quitó mi viejo trabajo, temí que podría intentar
esto, pero no lo esperaba tan pronto. Lo siento, Tae. No hay nada que
puedas hacer. Ninguno de nosotros podemos. Sin duda Madigan ha
hecho a prueba de fantasmas ese edificio también.
―¿Qué edificio?
Las dos palabras hervían de amenaza. Así lo hizo la mirada que Jungkook
lanzó a Namjoon. Ambas deberían haber asustado a mi tío para decir la
verdad. En cambio, suspiró una vez más.
―¡Espera! ―grité.
Tyler murmuró algo sobre lo irrazonables que éramos los vampiros, pero
aun así, invocó el espíritu de Namjoon de vuelta. Lo hizo, pero después de
unos pocos segundos de silencio sepulcral en los que arremetí contra él,
mi tío desapareció.
Repetimos el mismo proceso una y otra vez con el mismo resultado. Fue
el equivalente sobrenatural a ser colgado repetidamente.
―¿No puedes hacer algo para hacer que se quede? ―dije enojado.
Tener línea directa con el otro lado era más poder del que nadie debería
tener. Jungkook me lanzó una mirada sombría.
―Lo que me preocupa es lo que pedirá a cambio. Marie no hace nada sin
pedir un precio.
―Espera un minuto.
―¿Qué pasa?
Tyler le miró como si pensara que él era el que había perdido la cabeza.
―No esperaba que ella hubiera pasado los últimos cien años tejiendo.
No era señor de una línea, pero estuve de acuerdo con cada palabra.
Ningún verdadero amigo abandonaría a sus amigos para morir, tampoco.
CAPÍTULO 4
¿A qué precio?
Las luces de Nueva Orleans brillaban como cristales contra las oscuras
aguas que rodeaban el largo puente que nos llevaba a la ciudad.
Los pedos del perro podrían considerarse arma química, y el espacio extra
me daba algo de lugar para correr.
―Ahí están.
―El poder de Marie atrae fantasmas hacia ella, y una vez que están
atrapados allí, como insectos en una red, la mayoría de ellos no son lo
suficientemente fuertes para salir.
En lugar de tomarlo como la advertencia que pretendía, Tyler sonrió.
―Maldita sea.
―Mierda ―susurré.
―¿En serio? Pensé que no la habías llamado para decirle que venías.
Tyler miró a Jacques otra vez antes de encontrar mi mirada. Están jodidos
entonces, ¿verdad?, pasó por su mente.
***
Todas las ofrendas que habían estado en esa área cayeron con un ruido
sordo en la negrura de debajo.
Ninguna voz nos dijo de entrar. Nadie tenía que hacerlo. Esta era toda la
invitación que alguien recibía de Marie. Tenía que concedérselo a la reina
vudú. Sabía cómo aprovechar al máximo su versión de la ventaja de
campo.
No tenía salida aparente aparte del camino por el que llegamos, pero una
vez más, las apariencias engañaban.
Lo más cerca que podía llegar a adivinar la edad de Marie cuando había
sido convertida en un ghoul era de los cuarenta a los cincuenta, pero no
había duda de los años en su mirada. Esos ojos avellana ocultaban un
conocimiento que intimidaría al más alabado de los sabios, y no dejé que
su suave sonrisa me engañara. Era más una advertencia que una
bienvenida, tan bonita como su labial de color concha podía ser.
Su acento era puro criollo sureño, más suave que la mantequilla y más
dulce que el pastel, pero como de costumbre, Marie no se molestó con
falsas cortesías.
―Ahora que eso está aclarado, ¿quiere ayudarnos? ―le pregunté sin
rodeos.
―Sí.
_______________________________
CAPÍTULO 5
Tu fantasma
La palabra "no" creció en mí, casi escaldando mis entrañas con la petición
de ser expresada. Otra grieta en sus escudos me permitió sentir la rabia
que se extendía a través de Jungkook, aunque el único signo visible fue
un músculo que se tensó en su mandíbula.
―Eso no es de tu incumbencia.
Kramer había hecho más, pero hacer una lista de todas sus malas
acciones llevaría demasiado tiempo. Había sido un cabrón asesino en
vida, y convertirse en fantasma no lo detuvo. Sólo le permitió continuar
con su reinado de terror durante siglos. Casi morimos atrapando a
Kramer, ¿y ahora Marie quería la dirección de su celda? Si alguna vez le
dejaba salir, Kramer vendría directamente por mí. En el mejor caso, un día
miraría hacia abajo para ver un cuchillo de plata saliendo de mi pecho. En
el peor... bueno, prefiero el cuchillo de plata.
Por el brillo en la mirada de Marie, lo sabía todo a pesar de que sus espías
fantasmales no habían encontrado la celda de Kramer, obviamente.
Aun así, lo que mis amigos estaban enfrentando en este momento podría
ser peor.
―Hecho.
―Ya conoces a las familias. ―Mi tono fue cortante―. Siempre un dolor
en el culo.
Una expresión de satisfacción brilló en los rasgos de Marie. Una vez más,
me preocupaba mucho lo que quería del fantasma. Con suerte, la reina
vudú sólo quería poseer uno de los más infames cazadores de brujas del
mundo; una ironía que podía apreciar considerando el odio de Kramer
hacia todas las cosas femeninas y mágicas.
Por otra parte, ¿cuándo fue la última vez que creí en algo tan simple como
la suerte?
***
―Tu casa tiene realmente estilo. ¡Y está justo en el corazón del Barrio
Francés!
Dime otra vez por qué vives en esa cabaña en los bosques...
―Bonjour.
―Tienes poder, así que debes ser el médium del que he oído hablar.
Tyler se irguió de inmediato.
―Considero mi obligación saber sobre todos los que pueden invocar con
éxito espíritus.
Si él ganara la lotería, no creo que Tyler pudiera lucir más feliz. Jungkook,
sin embargo, fue directo a los negocios.
―Eso no es necesario.
Tan pronto como sus dedos tocaron las cenizas, una corriente helada
atravesó la habitación, tan súbita y aguda como si hubiéramos caído en el
centro de una tormenta de nieve. Antes incluso de tener la oportunidad de
temblar, mi tío estaba en el centro de la habitación, lo suficientemente
materializado como para ver que su cabello gris estaba despeinado, como
si hubiera sido atraído tan fuerte de donde estaba que despeinó su estilo
marca registrada.
Un momento, Marie estaba sentada en el sofá rodeada nada más que por
seda. El siguiente, tenía una aureola de sombra que dejaba salir alaridos
de ruptura de huesos al convergir sobre mi tío. No la vi sacar la sangre
que era el catalizador para convocar a los Remnants, pero por eso tenía
una aguja oculta en su anillo. Una pequeña punción era todo lo que
necesitaba para empuñar su arma más letal. El poder que los Remnants
emanaban rasgó a través de mi piel, haciéndome dar un instintivo paso
hacia atrás. Apenas oí el jadeo de Tyler sobre los gritos de mi tío mientras
aquellas diáfanas formas comenzaron a deslizarse a través de él como si
fueran de acero y él fuera líquido.
―Ya está. ―La voz de Marie cambió, el acento sureño reemplazado por
un eco misterioso que sonaba como miles de personas hablando a la
vez―. Haz tus preguntas. Él no irá a ninguna parte con ellos
sosteniéndole.
Discutir más sería inútil. Ahora, la única persona que podría poner fin a
esto era Namjoon. Le lancé a mi tío una mirada suplicante mientras me
acercaba.
Eso era una mentira. No podías matar lo que ya estaba muerto, como a
menudo había lamentado mientras perseguía a Kramer, pero Namjoon no
sabía eso.
―Entonces moriré ―dijo con voz rasgada, las palabras rotas por el
dolor―. Mejor... así.
―Noooo.
Mi tío dejó salir la palabra con tal desesperación que mi control se rompió.
―¡Experimentos genéticos!
―Contéstale ―espeté.
―No sólo humanos ―dijo Nam antes de que otra expresión de ¿Qué
demonios? cruzara su cara.
―Ah, ya veo.
―¿Cómo puede ser que muchos de los míos te teman cuando eres tan
ingenuo?
―Y aun así aquí está ―replicó Marie con un gesto de sus dedos hacia
Namjoon―. Un fantasma. O más precisamente, tu fantasma.
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CAPÍTULO 6
Sesenta días
―¿Qué quieres decir con su fantasma?
Entonces encontré la mirada de mi tío. Aunque viviera hasta los mil años,
no olvidaría la angustia que vi ahí, o la ira.
Eso es por lo que mis siguientes palabras no fueron para rogar perdón y
también por lo que mantuve las lágrimas a raya.
Considerando lo que ellos habían hecho antes, sería sólo sal en la herida
ahora. En cambio, clavé los colmillos en mi labio inferior, contento del
dolor que permitió el instantáneo goteo de sangre.
―¿Qué más?
El ruido que hizo Namjoon fue más un ladrido agonizante que una risa.
―Nada. Todo.
―Te ordeno no irte hasta que haya acabado mis preguntas. ¿Entendido?
―¿Por todo te refieres a ghouls? ―preguntó ella a mi tío con voz sedosa.
―Probablemente.
―Era Madigan el que los hacía. Una vez que capturó vampiros y ghouls
para trabajar sobre ellos, su ámbito de aplicación se amplió, pero llegó a
un punto muerto intentando combinar códigos genéticos. Las células
humanas podían incorporarse a las de una especie o la otra, pero no a
ambas... hasta ti. Como mestizo, tus células eran las únicas compatibles
con ADN de vampiro y ghoul.
Namjoon pasó una mano por su cabello gris, pareciendo más cansado de
lo que nunca le había visto.
―O tú ―añadió Jungkook.
―No.
―Mentiroso.
Mi tío abrió la boca... y nada salió. Entonces, con un temblor final, cuadró
los hombros y extendió los brazos.
―Más bien raro cuando hace eso ―murmuró Tyler a nadie en particular.
―Hazle decirte dónde está, Gatito. ―El tono duro de Jungkook me sacó
de mis pensamientos.
Marie alzó las cejas, otro gesto de sus dedos hicieron que los Remnants
desaparecieran como succionados por un torbellino invisible. Entonces se
acercó, su movimiento de alguna forma más amenazante por lo relajada
que parecía.
―Oh, tengo intención de hacerlo ―dije, aún dividido por la culpa por lo
que le había hecho a Namjoon y la rabia por lo que él había permitido que
Madigan me hiciera.
Entonces apuntó hacia mí, y no creo que fuera un accidente que lo hiciera
con el dedo con el anillo de invocar a los Remnants.
―No soy la única que no tolerará a humanos intentando crear súper-
soldados mezclando nuestros códigos genéticos ―continuó Marie―. Si
no has destruido esta operación por completo en sesenta días, asistiré al
Consejo Guardián para eliminarlos por otros medios.
Y tal masacre podría provocar que los líderes mundiales que lo sabían
dejaran de hacer la vista gorda ante la existencia de ghouls y vampiros.
Marie sabía esto, pero ella y los Guardianes de la Ley se arriesgarían para
asegurarse que la fusión de especies cruzadas nunca se convirtiera en
una realidad. Después de todo, los vampiros y ghouls casi habían peleado
en dos ocasiones antes sobre la posibilidad de que una persona pueda
ser mitad vampiro y mitad ghoul al mismo tiempo. La última vez, esa
persona había sido yo, y sólo mi conversión en un vampiro completo
había impedido tal guerra. Madigan, el tonto arrogante, no tenía ni idea del
nido de avispas que había despertado, y si teníamos mucha suerte,
moriría sin llegar a saberlo.
CAPÍTULO 7
Genéticamente diferente
―Ni siquiera quiero saber qué significa eso ―fueron mis primeras
palabras cuando se metió a la caravana.
―Eso es por lo que puedes elegir a tus amigos pero no a tu familia, primo.
―No dijiste demasiado cuando me llamaste, ¿así que cuál es la crisis está
vez? ―dijo Jackson arrastrando las palabras, sonando aburrido.
Jackson gruñó.
No dije eso en voz alta, pero aun así quedó suspendido en el aire. De
repente, la fecha límite de sesenta días de Marie parecía generosa.
―Podría no llegar a eso, Gatito ―dijo Jungkook, expandiendo su aura
para envolver una suave banda alrededor de mis emociones―. Con suerte
Madigan está todavía en la etapa de ratas de laboratorio.
***
Crecí entre las suaves colinas de la rural Ohio, pero desde la primera vez
que vi las montañas, sentí que eran como un hogar para mí.
Allí es donde deseaba estar justo ahora. En casa con Jungkook, rodeados
de montañas que parecían mantener al resto del mundo aparte. Los
pasados meses de relativa tranquilidad me habían mostrado lo que la
mayoría de la gente llama una vida normal, y para mi gran sorpresa, me
encantó. En casa, los únicos objetos de metal afilados que manejaba eran
para el nuevo jardín que había plantado, y los únicos gritos que oía eran
los maullidos de Helsing si el gatito sentía que no estaba recibiendo
suficiente atención.
Solía tener prisa por ir de caza, pero por mucho que quería a Madigan
muerto, si hubiera podido matarle yo mismo para que todo esto acabara,
lo habría hecho. Sin dudarlo un segundo.
Quizás esto era lo que la gente llamaba volverse viejo. O quizás, después
de tantos años de "cazar, matar, reagruparse y repetir", me daba cuenta
de que no me quedaba nada más que probar, ni a mí ni a nadie más. El
odio a los vampiros ―y a mí mismo― me había puesto en este camino
letal a los dieciséis años. Gracias a Jungkook, todo ese odio se había ido
hace tiempo, y la existencia había sido reemplazada por una vida real.
―Parece que nadie ha usado este sitio durante años ―comentó Jackson.
―No tenemos tiempo para esperar hasta que Madigan finalmente salga
de su viejo recinto ―dijo Jungkook.
―Aunque disfrutaría atrapándole y torturándole hasta obtener de él la
verdad, tenemos una fecha límite, y podrían pasar semanas antes de que
deje la seguridad de esas instalaciones.
No, el elemento sorpresa era nuestra única ventaja. Gracias a Dios que
Madigan no sabía que Namjoon se había convertido en un fantasma. Por
lo que concernía a Madigan, no teníamos forma de descubrir sus
intenciones de mezclar especies, no dándole ninguna razón para ser más
paranoico sobre protegerse más de lo que ya estaba. Hasta el día en que
me mostrara para matarle, así es como pretendíamos mantenerlo.
silenciarme.
Envié mis sentidos hacia fuera. Ruido del tráfico cercano competía con
¿Yo? Qué podría yo oír que Jackson no pudiera... oh, cierto. Aparté los
sonidos audibles para concentrarme en el zumbido de pensamientos por
debajo. Después de un momento, trozos de oraciones se deslizaron en mi
mente. La mayoría de las áreas pobladas a lo largo de la calle, pero unas
pocas parecían ser transmitidas desde otro lugar.
Mantuve la cabeza baja para que el cabello ocultara mi cara. ¿Quién sabe
si Madigan había hecho circular mi foto entre sus empleados?
―Mi tobillo ―dije con voz agitada―. Cre... creo que está roto.
Eso es todo lo que dijo antes de que le golpeara con mi mirada, notando
con alivio que sus ojos se pusieron vidriosos inmediatamente. Había
estado medio preocupado de que Madigan hubiera adoctrinado a sus
empleados contra el control mental dándoles sangre de vampiro.
Unos jadeos sonaron de las personas que miraban este giro de los
acontecimientos, pero entonces Jackson se acercó furtivamente al grupo.
―Mío, mío, mío ―dijo mientras recogía los móviles de los espectadores,
mostrando su propia mirada hipnotizadora para detener las instantáneas
protestas.
Orientarse a vista de pájaro era difícil ya que las señales de la calle eran
ilegibles desde esta altura, pero después de un par de ajustes, aterricé en
el césped cerca de nuestra caravana, levantando sólo un poco de tierra
con el impacto.
―Estás mejorando, Reaper ―apuntó una voz con acento inglés detrás de
mí―. Aunque te ha llevado bastante tiempo.
―¿Te las arreglaste para participar en una lluvia dorada por el camino?
Qué lujurioso. Estoy impresionado.
―Cuando te haga una pregunta, contestarás con nada más que la verdad,
¿entiendes?
―James Franco.
―No hables a no ser que sea para contestar mis preguntas ―dije con voz
dura―. ¿Sabes lo que somos?
―Sí.
―No.
―No.
pregunta retórica.
James parpadeó.
***
―Eres famoso por tu honestidad, así que las cosas deben estar bastante
mal si me estás mintiendo para hacerme sentir mejor.
Mi pregunta fue brusca para cubrir la chispa que titilaba en mi interior. Por
favor, Dios, deja que esto funcione, no tenemos nada más... Jungkook
tomó la ropa que iba a ponerme y la echó a un lado.
Entonces me atrajo hacia él, con su boca inclinada sobre la mía. Uno a
uno, los botones de la camisa se abrieron hasta que nada más que dura y
lisa carne se frotaba contra mi piel desnuda. Mi gemido se convirtió en un
grito ahogado, en la demanda de un beso, y cuando sus escudos cayeron
y la lujuria se derramó sobre mis emociones como caramelo caliente, me
estremecí.
―Jackson ―dije.
CAPÍTULO 9
El punto es que soy impresionante
Tomó nota de sus alrededores con precisión militar al igual que yo trabajé
duro en mis hombres cuando lideraba mi antigua unidad.
Le di a la luz del sol una mirada frustrada. ¡Si solo hubiera caído la noche!
Con la cubierta de la oscuridad, podríamos raptarla y volar lejos con la
mínima oportunidad de alguien dándose cuenta. Pero revelar nuestra
especie a la humanidad con una salpicadura de secuestro sobrenatural en
medio de la luz del día haría nuestro actual predicamento parecer leve en
comparación. Había una razón por la que los vampiros permanecieron en
sus ataúdes metafóricos por milenios. Cualquiera que amenazaba el
secreto de nuestra existencia terminaba muerto de forma dolorosa y sucia
por los Guardianes de la Ley.
―No vive en los alrededores de aquí ―una voz ronca y espesa declaró
desde el asiento trasero.
Jackson miró hasta que desapareció dentro del elevador. Luego miró de
nuevo hacia mí.
Atrapado fuera de guardia, me ruborice. ¡Oye, había estado célibe por más
de cuatro años en ese momento, no estaba pensando con claridad!
Con eso, se bajó del auto y se acercó con su camisa abierta aleteando
detrás de él como mini capas gemelas.
―Deja que lo intente, Gatito. Los anzuelos funcionan mejor cuando están
cebados.
Lo hacían, pero la mensajera que salía era demasiado astuta para morder
este particular pedazo de cebo. Solo esperaba que Jackson no soplara
nuestra cubierta después de que su pecho desnudo pavoneándose
lograra barrerla.
―Para que conste, traté de detener esto ―dije sombríamente. Luego giré
mi atención de regreso a Jackson.
―Increíble .―Suspiré. Por solo caminar por la calle sin camisa, se las
había arreglado para reunir un harén.
Eso lo hizo. Ella cerró los últimos pocos pasos entre ellos sin duda,
sosteniendo su teléfono celular. Cuando sus dedos se curvearon
alrededor de los de ella mientras lo tomaba, manos frías, se deslizó a
través de su mente antes que la mirada de él se bloqueara en la suya y se
iluminara con un brillante verde hipnotizador.
Jackson iba a darle un servicio adicional, “Yo soy muchas cosas, pero un
bromista no es una de ellas”, había declarado, sin embargo, lo detuve
antes de que pudiera hacer valer su anterior y tácita oferta a Barbara. No
teníamos el tiempo, además, su atracción anterior no equivalía a un
consentimiento actual en mi libro. La mala noticia era, que no sabía cómo
podíamos entrar en la instalación sin ser descubiertos.
***
El área de Manejo de Vida Silvestre McClintic en el condado de Mason,
West Virginia, era más comúnmente conocida como el “área TNT”.
Durante la Segunda Guerra Mundial, fue un gran centro de fabricación y
almacenamiento de explosivos. Además de las decenas de refugios de
hormigón sobre tierra que albergaron el TNT antes mencionado, así como
los residuos radiactivos, había también una red de túneles y búnkeres
subterráneos construidos para resistir una explosión nuclear. Después de
la guerra, los planos de la enorme instalación subterránea desaparecieron
convenientemente, aunque los refugios superiores solo estaban sellados y
abandonados para que se pudrieran.
Hoy en día, unos pocos cientos de las vías de tres mil y más acres
estaban fuera del alcance del público debido a preocupaciones de
seguridad y ambientales. Incluso el espacio aéreo estaba cerrado sobre
una sección de lo preservado después de que uno de los búnkeres
explotó misteriosamente en 2010, pero mientras que el gobierno posee y
supervisa la zona, alguien como Bárbara podía entrar y salir sin despertar
las sospechas de los lugareños. Además de los cazadores que
frecuentaban la zona de Manejo de Vida Silvestre McClintic, en esta
también estaba la ubicación original de los avistamientos del hombre
polilla que además atrajo buscadores paranormales por miles.
―En pocas palabras ―le dije a Jungkook después de pasar varias horas
infructuosas recorriendo Internet para obtener más información―,
estamos jodidos. Barbara siempre recoge el maletín en la parte delantera
del depósito de almacenamiento S4-A, pero eso no significa que es la
entrada al complejo subterráneo. Esa podría estar en cualquier lugar por
debajo de las tres mil hectáreas de pantanos, bosques y maleza, y no
podemos ir allí nosotros mismos para reducir su ubicación escuchando
los pensamientos.
Después de todo, esto no estaba ubicado en una ciudad como el
laboratorio de Madigan en Charlottesville. Ahí, no sería raro para los
vampiros frecuentar los alrededores. Los cazadores y los aspirantes a
críptidos* podrían ser capaces de pasearse por la zona de Manejo de Vida
Silvestre McClintic sin levantar sospechas, pero nadie que se precie de
vampiro le dispararía a animales por deporte. Ninguno perseguiría a una
criatura sobrenatural que no existiera.
―Tú eres amigo del único vampiro en el mundo que puede vencer a los
sensores de infrarrojo, y él es a prueba de explosiones para comenzar.
Creo que murmuró “Es una lástima” después de esa declaración, pero
estaba muy entusiasmado para reprenderlo.
¡Vlad! Con su pirokinesis*, era más caliente que la mayoría de los seres
humanos, y esa misma capacidad también lo hacía a prueba de fuego.
Saqué el teléfono de mi bolso y marqué su número celular.
Daca nu este ceva important, nu lasati mesaj si nu sunati din nou, una voz
masculina grabada respondió, seguida de la traducción en inglés de: “Si
esto no es importante, no deje un mensaje y no vuelva a llamar”.
***
―En efecto, hay una gran y activa instalación muy por debajo de una
sección de la zona de Manejo de Vida Silvestre McClintic, pero no sé
dónde está la entrada. Toda la instalación está cubierta por una barrera
que no puedo penetrar y nadie la ha dejado en todo el tiempo que he
estado allí.
Él fue, como siempre, muy amable. Por milésima vez, deseé poder abrazar
a Minhyuk, pero en su lugar, hice lo único que podía hacer: levanté mi
mano y sonreí mientras sus dedos transparentes se curvaban junto, y a
través, de los míos.
―Es serio ―le dije, en caso de que pensara que estaba buscando a un
compañero de equipo para el competitivo limado de uñas.
―Sea lo que sea, no puedo ayudarte. Por otra parte, tú necesitas estar en
Rumanía esta noche.
―No podemos salir corriendo a Rumania, Gatito. Lo que sea que Vlad
piense que es tan importante puede esperar...
Pero en este caso, la paciencia no era una virtud. Era una necesidad.
Nosotros no podíamos engañar al sistema de seguridad, y con Vlad
seriamente no disponible porque se estaba casando, no tenía cómo crear
un camino alrededor de eso sin que terminara en una misión suicida. Parte
de mí odiaba volar cientos de kilómetros lejos, mientras nuestros amigos
estaban en peligro, pero el resto notó resignadamente que estando aquí o
allí, estábamos atascado en el modo espera.
A menos que...
Suspiré.
Era la única opción lógica, pero no presagiaba nada bueno para sacar a
mis amigos con vida. Intenté recordar la última vez que hablé con Hoseok.
¿Habíamos peleado? Posiblemente. Nuestra relación había ido
tensándose en los últimos dos años, pero las cosas habían empezado a
volver a la normalidad. Odiaba pensar que nunca tendría la oportunidad
de decirle lo que su amistad había significado para mí, a través de los
tiempos buenos y malos.
―¡Gracias!
―Fanfarrón ―murmuré.
―Llegamos.
Puede que no fuera el mayor fan de Vlad (está bien, la mayoría de los días
se odiaban mutuamente) pero claramente aprobaba la Drac-infusión de
plasma burbujeante.
El traje formal que me habían prestado era un poco estrecho, pero por la
forma en que los ojos de Jungkook, me invadieron, aprobó como la tela se
ajustaba a mi cuerpo y como el negro terciopelo me envolvía como si
estuviera pintado en mí. Mi cabello no estaba tan arreglado, pero su
profundo color carmesí combinaba con mi alianza. Era la única joya que
llevaba, aun así su magnificencia hacía que más de una invitada femenina
se detuviera a mirarla. Los diamantes se encontraban en un museo en
algún lugar. Resbalé mis brazos a su alrededor, aspirando su olor y
deleitándome con la dura sensación de su cuerpo presionándome cerca.
―Te dolerá algo más tan pronto nos encontremos solos ―le susurré.
―A ti también.
El bajo y grave tono causó un sensual temblor bailar sobre mí, pero luego
detrás de nosotros, alguien aclaró su garganta. Ya que estábamos en una
casa llena de vampiros, eso no fue un accidente.
***
Aproximadamente, había unas dos mil aquí, aun así, sólo necesitaba
ambas manos para contar el número de humanos. La novia, Leila, y el
hombre mayor que supuse era su padre, estaban entre las raras
excepciones mortales. Ella jadeó cuando entró al salón de baile, que bien
podría haber sido por las miles de personas que se levantaron cuando ella
apareció, o pudo ser por los gigantes pilares hechos de rosas blancas que
se alineaban en la ruta de acceso del altar, o por los antiguos candelabros
que ardían con más velas de las que podría contar. Esa no era la mejor
decoración de Vlad, sin embargo. Cuando Leila comenzó su descenso por
el pasillo, el dosel de hierro bajo el que Vlad esperaba estalló en llamas
que ardían con tanto ardor, al tiempo que ella llegaba junto a él que
parecía que estaba aureolado por una cubierta de oro.
―Wow ―susurré.
Una vez que Vlad tomó la mano de Leila, la ceremonia comenzó y resultó
ser sorprendentemente tradicional.
Mencheres entregó los anillos cuando llegó el momento y una morena que
se parecía a Leila aceptó el ramo. Vlad, además de dar sus respuestas en
inglés y rumano, y el rugido que dejó salir después de que él declaró que
iba a amar, honrar y apreciar a Leila como su esposa, fue textual al normal
libro de boda.
En mis treinta años en esta tierra, había visto y hecho más que muchos
harían durante su vida, pero no había llegado tan lejos si no fuera por el
amor. Esa había sido la tierra firme bajo mis pies cuando todo lo demás a
mi alrededor se había retorcido, y a pesar del peligro y de la incertidumbre
de lo que pasaría, sé que lo volvería a hacer.
Nos dio las gracias mientras se veía un poco abrumada, no podía culparla.
La primera vez que había estado en una habitación llena de miles de
criaturas sobrenaturales, me había asustado también, y era sólo mitad
humano en ese tiempo. Leila era totalmente humana, nueva señora
Drácula o no. Si hubiera tenido una bebida fuerte conmigo, se la hubiera
dado.
Dejé de caminar de forma tan abrupta que sólo los reflejos de un vampiro
permitieron que la pareja de detrás de nosotros no chocara contra
nuestras espaldas.
_____________________________________
12: Es momento de dejarme hacer lo mío
Las palabras eran graciosas, pero el tono de Spade era más cauteloso
que cordial. Le di al alto vampiro de cabello negro mi sonrisa ganadora,
que me ganó una mueca al instante.
Los seguí dentro, contenta de ver un rostro amigable venir por el pasillo.
―¡Jimin!
―Ella está bien ―dije, hice una nota mental para llamarla pronto―.
Estamos aquí por algo que mi tío comenzó hace un largo tiempo.
Los llenamos de los detalles mientras sorbíamos café en su sala de estar.
Los atractivos rasgos de Spade fueron asentados por duras líneas para el
momento en que terminamos.
―Él causará una guerra si tiene éxito ―declaró. Luego le dio una mirada a
Jungkook de acuerdo―. La respuesta es sí, Jungkook. Pelearé contigo
para prevenir una contaminación de cruce entre especies y para que no
vuelva a suceder.
Jungkook bufó.
―Nunca dudé eso, amigo, pero ese no es el por qué estamos aquí.
―Lo hago, querido, pero no puedes caminar por ese centro por tu cuenta.
Es demasiado peligroso.
―¿Qué?
***
―La distancia más corta entre dos puntos es una línea recta ―dije
cuadrando mis hombros―. Llamaré a Madigan y le diré que quiero
reunirme. Sabemos cuánto quiere capturarme, así que eso lo sacará del
compuesto.
―Sí, con el ejército más fuerte que pueda amasar para capturarte ―dijo
Jungkook, sus emociones parpadeando a través de las mías con la
intensidad de relámpagos―. Necesito recordarte la última vez que te
reuniste con tu adversario en sus términos, fuiste disparado y casi
quemado hasta la muerte.
Por reflejo, recorrí una mano a través de mi cabello. Incluso con las
habilidades de sanación vampira, aún no había crecido a la longitud en la
que había estado la noche en que Kramer me prendió fuego.
―¿Pero quién está aquí y quién está atrapado en una trampa fantasma?
―contesté―. Si el fantasma más poderoso de la historia no pudo
hacerme entrar, entonces el imbécil más grande de la humanidad no tiene
oportunidad.
―El día que tú ames a alguien además de a ti mismo, será el día que tome
en cuenta tu consejo marital, Jackson ―Jungkook mordió de regreso en
un tono helado.
Cubrió mis manos con las suyas, su carne vibrando con el poder que
mantenía tan apretadamente bajo control. Luego me besó, suavemente
pero aún lleno de abrasadora pasión.
Que fue el por qué, cuando se retiró y habló, no podía creer lo que dijo.
___________________________
13: Me mentiste
―Eso es cierto.
―El humor nunca fue tu punto fuerte, Jason. Quiero decir, cara a cara, y
más temprano que tarde.
La risa flotó a través de la línea, dura como vidrio siendo molido por
piedras.
―¿Harás lo mismo? Los dos sabemos que Jungkook está viendo por
encima de tu hombro en este momento, jurando en silencio acompañarte.
―Si él estuviera aquí, lo estaría haciendo ―le dije, y esa era la verdad sin
adornos―. Pero acabamos de tener una pelea, se enojó y se fue. Es por
eso que nuestra reunión tiene que ser esta noche. No se irá por mucho
tiempo y una vez que regrese, insistirá en ir.
El ruido que hizo fue demasiado bajo para determinar si fue una burla o
una risa.
Jimin me miró fijamente, con sus ojos color avellana abiertos de par en
par por la alarma.
***
Cosita.
―Tú eres cuidadoso. Ella no lo es. ¿Puedes creer que regresó a tu hogar
de la infancia en Ohio, como si yo no hubiera tenido el lugar vigilado
desde que la visitaste el otoño pasado? El sentimentalismo puede ser una
maldición, ¿verdad?
No sabía a quién quería estrangular con más ganas... si a Madigan por su
amenaza o a mi madre por volver a un lugar que ella sabía que había sido
comprometido. Espera, sin competencia. Madigan, pero no podía. No
todavía. Todavía no ha encontrado lo que estoy buscando.
Rápido como apretar un interruptor, apagué las luces en los ojos. Como
había sospechado, se había inoculado a sí mismo contra el control mental
bebiendo la sangre de vampiro.
―No, no lo creí. ―Entonces le di una sonrisa torcida―. Aun así, tenía que
intentarlo, ¿no?
Me devolvió la sonrisa.
Salté al aire, haciendo una mueca mientras las balas me atravesaban más
rápido de lo que podía volar fuera de rango. Ser baleado varias veces
duele, pero el dolor rápidamente se desvaneció, lo que significaba que las
balas no eran de plata.
Eso me sorprendió hasta que recordé que Madigan me quería vivo. Debe
pensar que tengo algo realmente especial en mi ADN para arriesgarse a
no utilizar fuerza letal para capturarme, pero se le volteó el chiste. Estaré
encantado de entregarle el remate una vez que lo tengamos en el
departamento, donde Jimin se transformaría en su gemelo no-malvado y
nosotros...
Espera, ¿por qué siguen los disparos allá abajo? ¿Acaso no se dan cuenta
las gentes de Madigan que ya nos hemos ido? Hablando de eso, ¿por qué
Jungkook no había llegado a mí todavía? Él era, por mucho, el volador
más rápido.
―¡Alto el fuego!
No.
―¡NO!
"¡Dije que munición de plata no! ¿Quién jodidos disparó esas rondas?",
antes de que todo se desvaneciera, excepto el dolor que irradiaba a través
de mí. Esto hizo que el dolor que sentí cuando estuve cerca de ser
quemado hasta la muerte, fuera un recuerdo feliz. Eso sólo había
destruido mi carne, pero esto rasgó a través de mi alma, tomando toda
emoción y destruyéndola con el conocimiento de que era demasiado
terrible de soportar.
Jungkook se había ido. Había muerto justo delante de mis ojos, porque
insistí en capturar a Madigan a mi manera. Me merecía todo lo que
obtuviera del retorcido burócrata por llevar a mi amado esposo a su
muerte.
***
Fue sabio al temer eso. La única cosa que me atraía más que la idea de mi
propia muerte, era la de llevar a Madigan y sus soldados conmigo. De
hecho, ahora que había tenido varias horas para procesar todo, me estaba
pateando a mí mismo por dejar que Madigan me atara con varias
restricciones, más una red llena de navajas de plata. Me podría haber ido
del muelle en una lluvia de disparos después de arrancarle la garganta, y
luego pisotear sus restos.
Rayos láser. Esta debía ser la forma en que había metido a Hoseok y los
demás en la instalación sin grandes pérdidas. Cualquier cosa que
traspasara esos rayos conseguiría ser rebanado, y mientras los miembros
de vampiros volvían a crecer, nuestras cabezas no lo hacían.
Mientras era llevada hacia uno de los antiguos iglús de municiones, una
voz masculina gritó mi nombre. Mi cabeza se levantó con sobresalto. A
través de la malla y los rojos rayos láser, vi a Minhyuk volando en círculos
frenéticos por encima del carrito.
Ninguno de mis guardias levantó la vista. No podían oírlo, así que cuando
dije: "No hagas nada. Vete a casa", varias cabezas con cascos se
volvieron en mi dirección antes de mirar alrededor con cautela.
―¡Tae...!
Su voz fue cortada mientras yo era empujado dentro del iglú de concreto y
una puerta oculta parpadeaba en la entrada. Mi carrito de láser se sacudió
cuando algo metálico se sujetó de las ruedas. Luego cuatro postes cortos
con forma de T se elevaron del manchado suelo de cemento. Los guardias
los agarraron justo cuando el suelo comenzó a vibrar, haciendo que la
vieja suciedad pegada a él temblara, antes de que repentinamente cayera
por debajo de nosotros.
Debía ser tecnología élite que sólo las unidades tácticas tenían.
Mis ojos se estrecharon, pero agaché la cabeza antes de que los guardias
pudieran captar algo sospechoso en mi expresión. Esa rata no sólo
acababa de vagabundear en el vehículo equivocado. Había estado dentro
de la red de plata, lo cual sólo sería posible si se hubiera ocultado en la
ropa de Jungkook durante el breve intervalo entre su muerte y nuestra
captura. Y las probabilidades de que un animal hubiera merodeado
alrededor después de un tiroteo tan intenso que mató a un maestro
vampiro eran casi nulas.
Era Jimin.
15: Agonizante
Y con Jimin aquí, ahora tenía una mejor oportunidad de tener éxito.
Dado que ninguno de mis amigos miró cuando yo pasé, ellos no debían
ser capaces de ver a través del cristal de sus celdas. Mi sospecha resultó
ser correcta cuando uno de mis guardias dijo: "Abre la celda ocho",
entonces mi carro fue empujado dentro sin contemplaciones. Cuando la
puerta de cristal se cerró, todo lo que vi fue mi propio reflejo debajo de un
montón de malla de navajas y plata.
―¿No olvidaste algo? ―grité, sabiendo que los empleados tenían estas
habitaciones supervisadas para el sonido, también.
Ninguna respuesta, aparte de los láseres desapareciendo en mi carro.
Suspiré y me apoyé contra uno de los postes, nuevas lágrimas
deslizándose mientras miraba al cuerpo de mi marido. Desde los huesos
me levanté y en Jungkook* me volví, él había dicho cuando me contó la
historia de cómo escogió su nombre después de despertarse como un
vampiro en un cementerio. Eso es todo lo que era ahora, huesos, y el
conocimiento hizo que mis lágrimas fluyeran rápidas y rojas.
Entonces el choque siguió los pasos del dolor mientras un clic sonó en mi
triple juego de esposas y varios cuchillos me apuñalaron a la vez. Cuando
ese dolor comenzó a deslizarse a través de todo mi cuerpo, quemando
mis terminaciones nerviosas mientras corría, me di cuenta de que no eran
cuchillos.
***
Cerré los ojos, una ola de dolor aplastándome bajo su peso. Cuando los
abrí, la hembra médico había desaparecido. Probé mis restricciones
aplicando presión en una extremidad a la vez. Nada. Entonces intenté
lanzarme contra ellas con todo lo que tenía, todo a la vez.
―Ahora que has conseguido que eso salga de tu sistema ―dijo la voz de
la doctora secamente―, ¿qué tal un poco de comida?
Ya que me sentía más débil que un vampiro bebé al salir el sol, cogí el
extremo del tubo entre mis labios y tomé un largo sorbo. Entonces hice
una mueca.
Ella tenía razón; estaba tan hambriento que me dolía, pero para mí, esto
no era comida.
―Estoy seguro de que Madigan te dijo que yo era un caso especial, pero
él no sabe tanto como piensa. Como el hecho de que bebo sangre de
vampiro, no humana.
Cerré mis ojos contra el resplandor de las luces del techo. No tenía nada
que hacer sino esperar, pero pronto, sería capaz de matar.
Y una vez que hubiera terminado con eso, yo sería capaz de morir.
―Taehyung.
Madigan se aseguró de inclinarse sobre mí, así pude ver cada matiz de su
petulante expresión antes de hablar.
―Ya no más, pero eso es tu culpa. Juraste sobre la vida de Jungkook que
habías venido solo, y no lo hiciste.
―Se supone que debes ser alimentado, no ponerte al día ―dijo Madigan
secamente―. Hazlo, o él se va.
Mientras tragaba, los labios de Hoseok rozaron mi oreja. Luego habló tan
bajo que ninguno de los humanos debía haber sido capaz de escucharlo.
Luego susurró algo más que hizo que mi garganta se cerrara a pesar de la
demanda sin conciencia de mi hambre.
16: Rabia
O hacer que Madigan pagara por lo que había hecho. Diablos, ni siquiera
podía evitar que la Dra. Obvia hundiera otra aguja en mi yugular para
poder extraer más sangre.
Nada.
Todavía nada.
¿La correa de metal vibró un poco? No podía estar seguro, pero me dije
que sí, que lo hizo. Entonces me concentré más duro, disponiendo que
esas vibraciones aumentaran hasta que se desprendiera.
Con un empujón de furia alimentada por mi mente, las otras seis correas
se abrieron de golpe con múltiples sonidos de clicks. Eso llamó la
atención de la Dra. Obvia, pero antes de que su mano pudiera volar a su
boca con incredulidad yo estaba al otro lado de la habitación y tirando de
ella hacia arriba por las solapas de su bata de laboratorio.
Los guardias se dejaron caer con múltiples golpes. Habían sido equipados
con chalecos kevlar y collares de malla de acero alrededor de sus
gargantas, pero mientras sus visores tintados eran a prueba del control
mental, no eran a prueba de balas.
Dejé caer las pistolas en mis bolsillos con los cargadores extras. Luego
arrebaté tantos de sus rifles de asalto como podía llevar.
Eso fue seguido por una réplica que no conseguí oír cuando tuve que
esquivar otra lluvia de disparos. Me puse a cubierto detrás de uno de los
refuerzos de acero, manteniéndome abajo mientras disparaba de regreso.
Solo un tercio de los guardias cayeron con sus vísceras hechas añicos, y
escuché más refuerzos viniendo.
Muy pronto, tuve que impulsarme a través del techo o arriesgarme a ser
explotado donde estaba agachado, y eso era solo si le ganaba a los
soldados que ya estaban de camino al subnivel sobre mí. Desde los
pensamientos que escuché, sin mencionar sus dispositivos de
comunicación inalámbricos, Madigan les había ordenado atacarme desde
el nivel superior también. Él podría querer más de mi sangre para sus
propósitos de prueba, pero no arriesgaría mi escape para conseguirla.
Madigan.
prueba de balas.
Con la velocidad sobrenatural que usé, hizo un fuerte sonido cuando los
golpeó, pero tristemente, solo a unos pocos de ellos. El resto se esparció
a través de la puerta mientras abrían fuego.
Traté de escapar a través de la pared más cercana y terminé
estrellándome contra ella como pensé que lo haría en una caricatura. La
habitación a la que había intentado forzar mi camino tenía paredes de
acero que debía ser de más de medio metro de espesor y una sola puerta
cerrada con el amenazador sonido de cerraduras pesadas. Cuando traté
de forzar el camino a través del techo siguiente, tuve el mismo triste
resultado, con un agregado perjuicio de agrietamiento de mi cráneo, con
suficiente fuerza para marearme.
Oh, oh, trate de atascar sus armas con mis habilidades telequinéticas
prestadas, pero no funcionó, probablemente porque mi cabeza todavía
realmente dolía. No creo que todas las fisuras de mi cráneo se hubieran
tejido uniéndose aún, y no quería saber qué era la cosa húmeda y
pegajosa que estaba cayendo por mi cuello.
―No hay forma de salir, cabeza de chorlito. ―El mismo guardia espetó―.
Ríndete.
¿Cabeza de chorlito? Eso me hizo reír, lo que envió alarmas a mi parte
que todavía podía pensar. Haz lo que dice, o te mataran, esa parte urgió.
No estás en forma para pelear, y te han arrinconado.
Cierto, y, cierto. Pero cuando hablé, no dije "Me rindo". En cambio, dije
otra palabra.
―Jódete.
¿No era yo el espécimen A1 como los otros me habían llamado? Eh, algo
como salsa de carne... sacudí mi cabeza empeorándola al tratar de
detener esa inútil línea de pensamientos. ¡Sana rápido, cerebro!
―No puede ser, el hijo de perra está aquí ―espetó mi chico, sonando
molesto.
Jimin estaba aquí, y por los gritos que venían a través de la siguiente
transmisión, estaba pateando algunos traseros.
No sabía quién era ese otro "hostil", pero conocía una buena distracción
cuando veía una. Me lancé arriba y me moví cerca del techo a máxima
velocidad mientras pasaba entre los guardias. El impacto mató a dos en
su lugar, pero los otros abrieron fuego. Llevé uno de los guardias muertos
encima de mí, utilizándolo como un escudo mientras me lanzaba hacia el
resto, rompiendo tobillos y luego cuellos cuando caían.
La habitación sellada que me había atrapado ahora los atrapó a ellos. Los
guardias más allá comenzaron a disparar a través del agujero, pero
golpearon a sus amigos más que a mí. Además, con los chalecos kevlar
que los guardias usaban, el escudo de cadáver mantenía las balas lejos de
cualquier lugar vital, aunque mis brazos y piernas crepitaban por toda la
plata bombeada en ellas. Ignoré el dolor, concentrándome en terminar mi
tarea. Por todo lo que sabía, uno de esos guardias había hecho el disparo
que mató a Jungkook, así que era inmisericorde en mis acciones.
Tal vez podía conseguir que alguien hiciera eso. Presa de una idea, agarré
el guardia muerto más cercano y hablé en su sistema de comunicación.
―Jimin ―grité―. ¡Tienes que encontrar una forma de abrir esta puerta!
Au, diablos, la sección 13 era donde yo estaba. Los guardias debían haber
llamado por el hecho de que había destruido a los soldados en la
habitación de pánico.
Pero eso no fue lo que me hizo congelar, mi M-4 vacilando medio camino
arriba en un arco. Fue la cosa en el otro lado de la puerta. Cabello blanco
enmarcando un rostro que mostraba más cráneo que piel excepto por un
juego de llameantes ojos esmeraldas. Ropas acribilladas colgando fuera
de un cuerpo que parecía como cuero viejo y carne seca envuelta
alrededor de hueso. Cuando desnudó sus dientes en una espantosa
versión de una sonrisa, instintivamente retrocedí.
Y entonces habló.
―Hola... Gatito.
______________________________
Más tarde había estado avergonzado de que no corrí a sus brazos cuando
me di cuenta de quién era, pero en ese momento, mi cerebro se negó a
conciliar al cuerpo medio podrido y caminante con el hombre que amaba.
Jungkook no notó mi indecisión. Tampoco tenía más del sesenta por
ciento de su carne, pero ese era el punto.
¡No pueden incinerar la sección 13! ¡Es posible que haya sobrevivientes!
Oh, Dios, voy a morir...
Todavía no abría los ojos. ¿No me escuchaba? Puede que no, no parecía
que algo de sus oídos quedara bajo esa mata de cabello blanco.
Asintió.
Hablar era claramente difícil para él, pero sus habilidades estaban a
niveles sorprendentes, a juzgar por lo que había hecho.
―Todas... ellas.
―Es posible que haya peleas, y tú luces como si una dura mirada pudiera
arrancarte una extremidad ―dije con exasperación.
Luego, otra cabeza se apuró hacia mí como si fuera una bola de bolos, y
mis piernas fueran los bolos. La esquivé solo para que se girara en el aire
y me golpeara en el culo.
Supongo que debería haberme dado cuenta de quién mató a todos esos
guardias para empezar, aunque con lo deteriorado que se veía Jungkook
la única amenaza que alguien asumiría que representaba era su apetito...
Me golpeó entonces. Todo. Tal vez debería haber sido obvio desde el
momento en que rompió la puerta de la habitación del pánico, pero la
impresión me había impedido poner las piezas juntas. Ahora sabía que
seguía vivo a pesar de que lo había visto morir, y por qué se veía de la
forma en que lo hacía. Y si no supiera que le quitaría un pedazo de su
carne, le habría dado un puñetazo justo en la cara.
―Eres un bastardo sin corazón. ―Me atraganté.
―¡Tae!
También había lesionado gran parte del resto de ellos ya que la mayoría
de los pensamientos que recogí eran desarticulados por el dolor. Los
pensamientos que todavía estaban claros parecían en pánico, ya que los
empleados de Madigan se dieron cuenta de que todas las puertas
interiores estaban abiertas, pero el ascensor principal a la superficie
estaba fuera de servicio. Bien. Ya era hora de que supieran lo que era
sentirse indefenso y atrapado en este infierno subterráneo.
Entonces pasé por otra forma abollada mientras entraba a lo que parecía
ser una sala de operaciones. Equipo médico colgaba del techo en varios
lugares, mientras que escalpelos, sierras para huesos y otros instrumentos
afilados descansaban en una mesa junto a una gran losa de metal con
correas de sujeción.
―Me da mucho gusto verte, Tae ―dijo, dándome un breve y fiero abrazo.
―La entendieron después de todas las veces que se había utilizado para
sacar la plata de ellos.
Hoseok murmuró algo que sonó como mi nombre, pero su voz era apenas
audible por encima del ruido que hacía la máquina.
―Tú no, querido ―dijo Daniel, levantando la vista antes de presionar más
botones―. Tenna. Corrió cuando las celdas se abrieron. ¿La has visto?
―¿Es una empleada? ―Si era así odiaba romperlos, pero estaba
probablemente muerta.
―La niña ―dijo Sehun, impacientemente.
Hice una mueca. Qué horror si alguien había traído a su hija al trabajo hoy
de todos los días.... espera.
―Iré por ella ―dijo Jimin de inmediato―. Prefiero hacer eso a lo que
ustedes tienen que hacer.
―Bien gracias.
―Eso no es...
―Madigan.
La áspera voz de Jungkook cortó cualquier cosa que JiHoon había estado
a punto de decir. Todos nos volvimos excepto Jimin, quien se fue con una
velocidad sobrenatural.
―Vivo.
―¿Dónde?
19: Jódanse
Jungkook redefinió el término "comida rápida" mientras corríamos por el
laberinto de pasillos y túneles en esta enorme instalación. Cada treinta
metros, más o menos, agarraba un cuerpo, lo exprimía hasta que ningún
pulso igualaba el bombeo natural de la sangre, chupaba duro, y luego lo
lanzaba para buscar uno nuevo. Tenía una gran cantidad para elegir, dada
la alucinante masacre en la que se debió de haber ocupado antes de
llegar a mí.
Mantuve los ojos bien abiertos ya que los pasillos laterales podrían
contener soldados esperando para emboscarnos, pero tampoco podía
dejar de mirarlo. Con cada cuerpo del que bebía, su estructura se llenaba,
y nueva piel volvía a crecer para cubrirlo. Pronto, todos los horribles
huecos estaban cerrados y los músculos sobresalían donde había tejido
seco y hundido. Era como ver a un vampiro marchitarse al revés mientras
la juventud y la vitalidad superaban todo vestigio de su desaprovechada
apariencia. Si no fuera porque su grueso y cabello seguía siendo blanco,
luciría exactamente a como había estado antes.
―Si podías regenerarte así de rápido, ¿por qué no bebiste sangre antes?
―No pude evitar preguntar.
Era su voz de nuevo, ese suave acento como siempre, aunque su tono
estuvo bordeado con algo que no podría nombrar.
No supe qué decir a eso. Todavía echaba humo contra él por llevar a cabo
el engaño más cruel posible, pero debajo de eso, estaba tan feliz de que
estuviera vivo, que quería abrazarlo y nunca dejarlo ir. Tal vez las ganas de
estrangularlo con una mano mientras lo acunaba con la otra, era cómo
había hecho sentir a Jungkook todos estos años. Si era así, se podría
argumentar que había visto esto venir.
―Cabrón ―lo escuché gruñir por encima del tiroteo―. Vamos a ver cómo
disfrutan de su propia trampa.
Cerró los ojos, sus cejas se juntaron por la concentración. Los láseres
desaparecieron momentos después. Negué, debatiéndome entre el
asombro y la irritación. No se había graduado en las habilidades de mega-
maestro durante la noche, lo cual significaba una sola cosa. Había estado
escondiendo su creciente poder de mí.
Arrastré a Jungkook hacia atrás antes de que pudiera dar un paso más.
Sus labios se curvaron. Luego apretó los puños y los dejó caer.
Guardias con cascos explotaron a través del techo para caer de golpe al
suelo. Los que sobrevivieron al violento impacto fueron fusilados mientras
el poder de Jungkook quitaba sus armas de sus manos y las giraba para
abrir fuego en sus viseras.
¡Mueran, monstruos!
―Salgan.
Su boca se torció, no con la sonrisa cruel que había brillado cuando sacó
a los guardias del techo, pero sí algo irónica.
Por primera vez, no cantó nada en su mente, así que lo escuché alto y
claro cuando pensó: Pruébame y ven, Kim.
No fue suficiente.
―No puedes permitirte el lujo de esperar. Con cada día, la sangre pierde
poder.
―Estuviste allí para ver esto puesto en mi pecho. Supongo que es lógico
que estés aquí para verlo fuera, también.
―Era de Jinyoung, luego, tuyo, así que es un buen corazón ―le contesté,
preparándome para lo que estaba por venir―. Él no lo merece.
JiHoon gruñó.
JiHoon clavó la hoja a través del centro del pecho de Madigan. Luego
cortó una sección de la caja torácica, dejando al descubierto el corazón
del ex operario. Unos pocos cortes más tarde, y JiHoon estaba
sosteniéndolo como un trofeo sombrío.
―Tienes que comer ―le dijo Jungkook―. Hay mucho aquí, así que
tómalo, y recuerda, lo crudo te reparará más rápido.
No se estaba refiriendo a la comida habitual de un ghoul de cortes de
carnicería sin cocinar. Me regañé a mí mismo por mi instantánea
sensación de náuseas, mientras JiHoon se iba para seguir esas
instrucciones. No podía evitar lo que necesitaba para sobrevivir, y como
Jungkook había señalado, había un montón de soldados muertos para
elegir. Además, la parte de JiHoon en esto podría estar terminada, pero la
nuestra no lo estaba.
Salí del pozo del elevador y fui a la otra habitación, donde los empleados
del complejo esperaban en silencio obediente. Luego seleccioné a dos de
los que se veían más sanos y los saqué del grupo. Antes de que vieran el
interior del pozo, miré fijamente a sus ojos con mi mirada iluminada.
―No tengan miedo ―les dije con voz resonante―. No serán lastimados.
―¿Más guardias?
Gemí.
Eso esperaba.
Se encogió de hombros.
Así, salpicados de sangre y cansados, los siete salimos del iglú que
contenía el conducto de elevación secreto. Spade estaba esperando
cerca ya que Minhyuk le dio el visto bueno para entrar al área de Manejo
de Vida Silvestre McClintic. El fantasma había estado muy contento de ver
que estaban todos vivos y bien, ya que, como yo, no había sabido que mi
llegada con el cadáver de mi marido había sido un montaje.
Eso era algo que tenía la intención de abordar tan pronto como estuviera
solo con Jungkook. En este momento, tenemos que salir de aquí sin ser
detenidos por refuerzos, luego teníamos que buscar a la diminuta,
multiespecie preadolescente que podría ser lo más mortífero sobre dos
piernas.
Lo que no necesitábamos era encontrar a un grupo de jóvenes, aspirantes
a cryptozoologitas que estaban vagando alrededor para preservar el
intercambio de historias del hombre polilla.
―Te lo digo ya, ahí vi algo ―dijo un muchacho pecoso que llevaba una
camiseta, quiero creer, estaba diciendo mientras señalaba a un iglú
sellado.
Dejó de hablar cuando nos vio. Las tres chicas y dos chicos que lo
acompañaban en un principio nos miraron, luego rieron nerviosamente.
―Ah.
―Estoy buscando por una niñita con cabello castaño quien podría haber
pasado por aquí hace una hora. ¿La viste? ―le preguntó Hoseok a
Jackson.
Él se encogió de hombros.
―Gracias aun así ―dijo Jungkook, aun con ese acero templado en su
voz. Luego se dio medio vuelta para encarar a Hoseok―. Hace años,
cuando querías que te convirtiera en un vampiro, te dije que un día
terminarías con tu trabajo pero aún vinculado por las reglas de mi mundo.
Hoy es ese día, compañero.
Hoseok miró hacia él, las líneas rugosas de sus rostros endureciéndose.
Jungkook suspiró.
―Pido una pistola con nadie más que él para el próximo vuelo ―dijo
cuando finalmente nos detuvimos.
―Es bueno saber que estás atrapado por tu palabra de permitir que su
asalto se deslice ―dijo Jungkook con sarcasmo.
La sonrisa se convirtió en una sonrisa lobuna.
La llegada de Spade con Jimin y Sehun cortó lo que fuera que Jungkook
había estado a punto de responder a eso.
―Él está muy débil ―anunció Spade, todavía aferrando a Sehun a pesar
de estar ya en el sólido suelo―. Le di sangre, pero los experimentos que
sea que han hecho con él le están matando.
―Síp, pero no funcionó. No conmigo ni con los dos mil hijos de puta con
mala suerte anteriores a mí. Madigan mantuvo la esperanza de otro golpe
de suerte como Tenna, pero debió de necesitar algo más de lo que tomó
de ustedes hace años para conseguir que funcionara. Eso, o esperar
hasta que Tenna se hiciera mayor.
Yo sabía lo que esa última parte quería decir, cría forzosa. Madigan había
tenido la intención de hacer lo mismo conmigo de una forma u otra, así
que aunque me sentir enfermo, no me impresionó el dato que Sehun había
transmitido.
Esto vino de Hoseok, que finalmente se había levantado del agujero que
había hecho al caer por el impacto. Sehun sacudió la cabeza en señal de
sombrío asentimiento.
Hoseok hizo una pausa para mirar a Jackson con el ceño fruncido una vez
antes de hablar.
―Gatito, detente.
Jungkook miró a la luz del sol que se desvanecía pintando los silos en
varios tonos de naranja, rosa y malva antes de hablar.
―Tal vez no, pero nos quedaremos con él esta noche para estar seguros.
Hoseok.
Se encogió de hombros.
―Tal vez. Con sus habilidades y sus ojos brillantes, supe de inmediato
qué era, pero Madigan no nos dejó relacionarnos. La única vez que
estuvimos juntos fue cuando recibió instrucciones de matarme. Al
principio ella era implacable al respecto. Entonces empecé a llamarla
Tenna y hablarle mientras luchábamos. Ella nunca lo dijo, pero le gustaba
eso.
Mis ojos ardían con las lágrimas no derramadas. La pobre chica había
permanecido en la forma más cruel de cautiverio desde que era un bebé.
Hoseok debía haber sido lo más parecido a un amigo que había tenido.
Spade se tensó ante eso. Jimin miró hacia otro lado con aire de
culpabilidad. Imagino que él no le había contado quien lo ensangrentó
hasta el máximo.
Hoseok resopló.
―No es por eso, cariño. Jackson colecciona lo raro e inusual y esa niña
es la persona más rara, más inusual en el mundo ahora mismo. Va a
rastrear el mundo con Hoseok y Minhyuk en busca de ella.
Esa idea fue casi tan inquietante como la primera. Entonces me consolé
con el conocimiento de que Jackson era muchas cosas, pero un pedófilo
no era una de ellas.
Ambos desaparecieron dentro del silo más alejado de nosotros. Con los
muros de hormigón y las paredes metálicas que subían hasta los treinta
metros de alto, apenas podía oírlos una vez que estuvieron en el interior.
Mi mandíbula se apretó. Tenía un par de cosas que discutir con mi
esposo, también, pero antes de que pudiera hacerlo, el estado de Sehun
todavía necesitaba ser atendido.
Oh, quería decir ese tipo de muerte. Mi tensión disminuyó. Madigan podía
ser comida para los gusanos, pero parecía que traeríamos a alguien de
regreso de la tumba esta noche después de todo.
―Gatito, haz que Yugyeom llame a Mencheres y dile que necesitamos un
vehículo seguro para transportar un nuevo vampiro ―indicó Jungkook, ya
que ninguno de nosotros tenía teléfono móvil.
Entonces empujó a Sehun hacia él, inclinando la cabeza hacia atrás casi
casualmente antes de golpear sus colmillos en la garganta del otro
hombre. Parecía que Spade tendría que hacer la llamada a Mencheres
justo en este momento.
―Jungkook. ―Mi voz era suave pero inflexible―. Tenemos que hablar.
23: Cualquier cosa para mantenerte a
salvo
Esto no era para nada como me había imaginado que esta conversación
iría.
―Tú sabías que pensaría que era real, ¡y lo hiciste de todos modos!
Él agarró mis hombros, pero golpeé sus manos lejos con un siseo
incoherente. Jungkook no trató de tocarme de nuevo. Sólo su mirada
sostuvo la mía mientras hablaba.
Las emociones estallaron en mí con tal fuerza, que retrocedí hasta que la
pared me detuvo. Entonces no había ningún lugar para ir cuando un géiser
de angustia atormentada me inundó, ahogando mi ira en sus
profundidades. Se convirtió en glaciares de determinación despiadada
que me heló, la sensación de traición que había cristalizado en mí se hizo
añicos. Por último, un infierno de amor barrió los restos, quemó del todo
mi dolor con sus abrasadora e insoportablemente hermosas llamas.
Sin querer, me deslicé por la pared. Yo había pensado que mis emociones
harían encorvarse a Jungkook si podía sentirlas, pero yo era el que se
había sacudido bajo el ataque de las suyas. No negó lo que había hecho.
En cambio, lo afirmó. Lo que sentíamos no podía ser razonado,
controlado, o domesticado, y con la vorágine todavía arremolinándose
dentro de mí, yo sabía que Jungkook haría lo mismo otra vez a pesar de
que estaría dando un golpe demoledor para los dos.
Yo no le dije que era imposible. Sabía que nuestras vidas eran peligrosas
incluso en un buen día. Era maestro de una enorme línea de vampiros; en
cualquier momento, podía ser llamado a arriesgar su vida por uno de los
suyos.
Algo podría suceder con Hoseok o Jackson esta noche donde tendría que
arriesgar la mía también, pero ahora sabía que no había límites a lo que
Jungkook haría para evitar eso.
Él tenía razón, que era quien era, y yo no podía esperar que él cambiara
cuando no podía alterar quién era yo, tampoco.
―Jeon.
―Vete, Yugyeom ―gritó con una que voz nunca le había oído usar con su
mejor amigo.
Esperaba no tener que llevar puesto esto nunca más, pero dado que no
tenía más opciones, me puse nuevamente el abrigo empapado de sangre.
Al menos tenía un cinturón ya que Jungkook le había arrancado todos los
botones. Sin embargo, su ropa estaba destrozada. Pero para un vampiro
centenario que había pasado sus años humanos como un gigoló no era
algo de lo que preocupase. Así que salió del silo tal y como Dios lo trajo al
mundo.
A pesar de que lamentaba su falta de modestia tenía que admitir que era
valiente por su parte, ya que yo no me atrevería a poner mis partes
colgantes delante de un recién renacido y malvado ghoul. Dado que me
llevó un rato vestirme, aún estaba en el silo cuando escuché a alguien
gritar con una voz cantarina.
―Hambre... hambre...
Me detuve un instante. ¿Era Madigan? Tenía que serlo aunque su voz era
como la de un niño, y no con la rabia que esperaba después despertarse y
darse cuenta que no nos había atrapado.
Salí del silo para ver a Jungkook, Jihoon, Spade y Jimin en círculo
rodeando a una tercera persona que supuse debía ser Madigan. Mientras
me acercaba, noté con cierta diversión que las mejillas de mi mejor amigo
estaban rojas y que estaba mirando hacia delante rígido.
No era su aspecto desaliñado, o más bien diría que "medio muerto" era la
frase apropiada, ya que nadie despertaba de la tumba viéndose fabuloso.
Y aun así su aspecto era mejor que el de muchos otros ya que había
muerto envenenado y no de una forma más sucia. Tampoco era su pecho
manchado de rojo, la camiseta abierta o el traje sucio lo que me
sorprendió.
Fue su mirada. Estaba acostumbrado a ver tantas cosas en esos ojos azul
cielo: desprecio, arrogancia, crueldad, fría satisfacción, ciega ambición...
pero ahora todo lo que podía ver era confusión y curiosidad, como si no
supiese quiénes éramos nosotros y estuviese algo interesado en
descubrirlo.
Este era solo el segundo ghoul que veía renacer pero las expresiones
tensas en los rostros de Jungkook y Spade me decían que esto no era
normal. ¿Qué le pasaba?
―Felicitaciones, colega. Muy inteligente por tu parte fingir que estás loco,
pero he hecho esto durante centenares de años por lo que sé que no lo
estás. Estas jodidamente asustado, y deberías de estarlo si no dejas de
fingir. Voy a lastimarte de formas que no puedes ni imaginarte.
Y con esto empezó a darle una paliza tremenda a Madigan. Hace una hora
tendría que haber confesado que me hubiese encantado presenciar algo
así, pero cuando los golpes empezaron a ser más fuertes y Madigan no
paraba de llorar dolorido y confundido, me empecé a sentir enfermo. Jimin
debía de sentirse así también ya que se marchó y no porque le
avergonzara que Jungkook estuviese dando una paliza desnudo. O bien
Madigan era el actor más convincente del mundo o bien no estaba
fingiendo. Pero cuanto más miraba, más me convencía de que este no era
el mismo frío empleado del gobierno que una década atrás había
planeado juntar tres especies distintas para crear un arma invencible. Sino
que era un niño pequeño atrapado en el cuerpo de un hombre adulto, y no
tenía la menor idea de por qué ese hombre malo no dejaba de lastimarlo.
Jungkook fue hasta el silo dónde habíamos hecho el amor. Su ropa estaba
aún en el suelo desgarrada, pero él siguió de largo como si no le
importase. Jihoon no dio señales de sentirse incómodo con la desnudez
de Jungkook. Nos siguió adentro y cerró la puerta.
―No, no lo es.
Además por supuesto, estaba el tema de qué íbamos a hacer con él. No
quería quedarme con el Madigan loco, pero me parecía cruel ejecutarlo
por crímenes que estrictamente hablando él no había cometido.
Jungkook se pasó una mano por el cabello, y por un momento bajó sus
barreras haciendo que una ráfaga de cansancio llegara hasta mis
emociones. Si aún fuese humano me hubiera desmayado, pero ahora era
demasiado fuerte. De todos modos, sus reservas de energía estaban casi
agotadas.
―Estás cansado ―dije, y esto debía de ser lo más inteligente que había
dicho en toda la semana―. Si Madigan nos está engañando, ya lo
descubriremos. Si no es así, va a seguir igual después de que nos
echemos una siesta.
―Es Mencheres.
Los tres salimos del silo, y una vez afuera vimos que Spade aún no se
había llevado a Madigan. Cuando el agente de la CIA vio a Jungkook, se
agarró de la pierna de Spade como si fuera su salvavidas. Spade trato de
quitárselo de encima pero Madigan se aferraba como un mono psicótico,
presionando el rostro contra su muslo para evitar mirar a Jungkook.
Tal vez lo más humano sería matarlo. En este estado no iba a ser capaz de
sobrevivir en el mundo de los no muertos y al ser un ghoul, tampoco
podría estar con los humanos. Con su nueva hambre sobrenatural no
pasaría mucho tiempo antes de que intentase comerse a la primera
persona que viera.
―Te dije que teníamos que traer una muda de ropa. ―Escuché decir a
Kira por encima del ruido de las hélices.
Parecía que Mencheres fuera a cuestionar el tema, pero tan pronto como
Jungkook se sentó en el helicóptero, los gemidos de Madigan se
convirtieron en sollozos.
Gracias a Dios que Mencheres era los suficientemente fuerte para manejar
a Madigan y a Sehun, si es que se despertaba durante el vuelo. Demonios,
la turbina podría romperse y aun así Mencheres sería capaz de llevarnos
volando a salvo a cualquier sitio. Así que aunque teníamos mucho por
delante, me permití relajarme durante un rato.
Aliento caliente sopló en mi cara antes de que mi mejilla fuera cubierta por
una larga y húmeda lamida. Eso me sorprendió llevándome a una posición
sentado, que fue cuando me di cuenta de que (a) había estado acostado
en una cama, y (b) que la cama debía estar en la casa de Mencheres. Solo
él tenía mastines ingleses de noventa kilos dando vueltas como si
poseyeran el lugar.
―No quiero otra lamida ―le dije a mi visitante de color leonado,
acariciando su enorme cabeza. Hizo caso omiso de eso, meneando la
cola mientras limpiaba mi otra mano. Miré alrededor, reconociendo la sala
ámbar y crema de la última vez que Jungkook y yo habíamos estado aquí.
Él se había ido, pero a partir de la muesca al lado de donde yo había
estado yaciendo, no se había ido hace mucho tiempo. Dado que todavía
estaba ensangrentado y sucio debajo de mis ropas prestadas, mi primera
tarea fue tomar una ducha. Si pudiera haberme quedado bajo esa gloriosa
y caliente pulverización durante horas, lo habría hecho, pero después de
limpiarme, salí y busqué algo más para ponerme. Mencheres siempre
mantenía sus habitaciones de invitados abastecidas. Una vez vestido, salí
de la habitación, sorprendido de ver la luz de la luna brillando a través de
una de las
Mencheres estaba con él, su largo cabello azabache recogido en una sola
trenza. Ninguna sorpresa, otro mastín estaba acurrucado a sus pies.
Obviamente, nadie le había dicho que los egipcios de su época se
suponían que fueran adictos a los gatos.
―¿Cómo está Sehun? ―Fue mi primera pregunta. Por favor, no dejes que
nada haya ido mal con su transformación...
―Jackson llamó hace unas horas, dijo que no la han encontrado todavía.
―Jungkook acarició mi brazo, viéndose reflexivo―. Hoseok no estaba
sorprendido. Dijo que ella evitaría a las personas y se escondería hasta
que hubiera evaluado totalmente su situación.
―¿Madigan?
―Igual.
―¿Quieres decir que Madigan pase el rato con un viejo amigo? ―No
pude contener mi carcajada―. Eso es imposible. Su único amigo era su
enfermo y retorcido trabajo...
No sabía si estaría enojado con mi tío para siempre, pero de seguro que
no había estado listo para verlo tan pronto.
***
Mencheres nos prestó su helicóptero, ya que tomaría demasiado tiempo
conducir todo el camino hasta D.C. Tuvimos que parar una vez para
repostar y luego una vez más fuera de la ciudad, porque esa era una zona
de identificación de defensa aérea. No estábamos a punto de anunciar
nuestra llegada a los funcionarios gubernamentales interesados. Así que,
cinco horas después decidimos involucrar a mi tío, estacionamos en la
parte trasera del edificio de Tyler en el Boulevard Macarthur.
―Entren. Quiero terminar con esto de modo que pueda volver a la cama.
Por su atuendo de pantalón de pijama y bata, eso era obvio. Dexter fue
más entusiasta en su bienvenida. Bailó alrededor de mis pies, oliendo
locamente donde los mastines de Mencheres se habían rozado contra mí.
Namjoon desapareciera tan pronto como nos vio. Todavía estaba enojado
con él, y no
estaba seguro de dónde sus acciones habían dejado nuestra relación,
pero parece que eso no me había detenido de extrañarlo.
La boca de Tyler cayó al oír esto. Tal vez él había pensado que quería que
levantara a mi tío solo para que pudiera quejarme de él de nuevo. La
expresión de Namjoon no cambió aunque su contorno vaciló por un
momento.
por no hablar de todas las veces que usó su influencia cuando los
conflictos de vampiros me pusieron en el lado equivocado de la ley.
Sus buenas obras no pudieron superar sus malas, pero los mayores
delitos de Namjoon ocurrieron cuando todavía estaba bajo la idea errónea
de que todos los vampiros eran malos. A través de mi adolescencia y
tempranos veinte, había hecho algunas cosas horribles bajo ese concepto
erróneo también. En los años posteriores, había tratado de compensar
eso, y así, a su manera, lo había hecho Namjoon.
Por encima de todo lo demás, Namjoon era familia. Imperfecto casi hasta
el punto de ruptura, pero familia. Podría no ser capaz de perdonarlo hoy,
pero con el tiempo, lo haría. La familia era demasiado valiosa para
apartarla si aún había una oportunidad para la reconciliación.
La realidad era que no tenía mucho más que hacer. Hoseok, Jackson y
Minhyuk no habían encontrado a Tenna todavía. Cómo una niña sin dinero
ni experiencia en el mundo normal podía evadir a dos vampiros y un
fantasma, no tenía ni idea, pero lo había hecho.
―¡Timmie! ―grité.
―¿En este sitio? Sí. Cualquiera que lo oiga no creerá ni una palabra
―replicó Jungkook despectivamente.
Cierto, además, solo había visto humanos aquí. Lástima. Los no-muertos
se estaban perdiendo un buen rato.
―Apestas, Taehyungie.
***
Lo que no esperaba era el mensaje de texto solo dos días más tarde.
―Vaya, Timmie piensa que tiene una pista, y está en algún sitio cerca de
donde Jackson y Hoseok han estado buscando ―dije a Jungkook.
―El lado este de Detroit es uno de los sitios con más crímenes en
América.
Por extraño que parezca, sonaba a que lo aprobaba, y matices de
admiración pasaron a través de mis emociones.
―¿Y por qué estás contento de que una niña pequeña esté sola en esa
área?
―Está más segura ahí ―replicó Jungkook, arqueando una ceja―. Tiene
miles de edificios abandonados para elegir en un área donde la gente no
se mete en los asuntos de los demás, y donde el cuerpo ocasional de
alguien que intente jugar con ella no elevará una protesta pública.
No tenía palabras para refutar eso. Demasiado bien, recordaba los cientos
que habían muerto cuando los ghouls empezaron a acabar con maestros
vampiros en las etapas iniciales de un levantamiento de especies.
Entonces los cientos más, de ambos bandos, que murieron sofocando
ese conflicto. Jungkook llevaba razón; solo mi transformación había
impedido que esos cientos se convirtieran en millones ya que el diez por
ciento de la población mundial era no-muertos. Eso, y nuestra frágil tregua
con la nueva reina ghoul, Marie Laveau, que ya había establecido que si
no acabábamos con esta nueva amenaza, ella lo haría.
Tomé un suspiro entrecortado, más por la familiaridad del acto que por la
esperanza de que eso me calmara.
27: Demonio
―La mayoría de los vampiros son más lentos para adoptar la tecnología
que los ciudadanos corrientes de la tercera edad. Tai es leal, y ha estado
escribiendo códigos desde antes de que aprendieras cómo mandar
mensajes de texto.
El chico me sonrió.
Jungkook elevó una ceja ante el comentario de, dulzura, pero lo dejó
pasar.
―Tuve que arreglar todo esto porque los discos estaban tan quemados,
que los archivos estaban fragmentados. Entonces pasé de lo que M me
dijo que no necesitaban, como los resultados del genoma y los registros
de los experimentos.
―La calidad del sonido es pésima, pero si lees sus labios, está diciendo
que no quiere dispararle ―dijo Tai.
Sabía que mataría gente, pero saberlo y verlo eran dos cosas diferentes.
No había dudado ni un segundo y nada cambió en la expresión de la
pequeña cuando dio un salto y se puso en posición de firmes, impávida al
cuerpo convulsionando en agonía a sus pies. Una niña que pudiera
mostrar tal desapego mientras quitaba una vida me heló el alma. Parecía
no tener conciencia de lo que había hecho.
Por otra parte, ¿cómo podría? Todo lo que recibió como respuesta fueron
unas pocas palabras de elogio de Madigan por su celeridad. Estaba en el
vídeo, también, mirando a Tenna desde detrás de una pared de cristal. Era
todo lo que podía hacer para no golpear la pantalla cuando la distorsión
se despejó lo suficiente para ver su expresión solapadamente complacida.
Dudamos de que hubiera alguien por encima de Trove, aunque para estar
seguros, Jimin cambió a una réplica de él y entró a la celda de Madigan.
Al igual que con Namjoon, Madigan le reconoció al momento y parecía
encantado de hablar con él.
―Sr. y Sr. Charles Tinsdale ―le dijo Jungkook al agente del servicio
secreto que comprobaba los invitados a la cena. Luego le entregó su
invitación y su cartera, el nuevo carnet de conducir mostrado hacia fuera.
Después de que fueran verificados, pasó a través del detector de metales,
la luz verde confirmando que no llevaba armas encima.
Las flores y los candelabros reflejaban los diferentes tonos de las luces
continuamente cambiantes, añadiendo una hermosa luminiscencia al ya
elegante ambiente.
―Demonio.
Cuando por fin arrastró su mirada hacia mi cara y vio que lo que estaba
haciendo había sido observado, sonrió con encantadora picardía del tipo
―me atrapaste―.
Kim.
Debajo de ese maltrato, todo el cuerpo vibró, Trove no debería haber sido
capaz de respirar, y mucho menos dar un paso. Sin embargo, hizo ambas
cosas, y su extraña expresión se convirtió en éxtasis.
―Todo está bien, amigos. Como solía decir cuando era joven, no es una
fiesta hasta que algo se rompe.
―Si no quieres que empiece a matar gente inocente, tienes que dejarme
ir.
―Jungkook.
Me levanté, tirando al camarero conmigo sin apartar los ojos de los dos
hombres.
―No.
Aparte que no todos los políticos merecen ese destino, sus familias
estaban aquí también. Eran personal del hotel, y además de eso,
periodistas. Si las cosas tomaran un letal giro sobrenatural, estaría en
todas las noticias antes de que pudiéramos contenerla.
―No aquí ―dije en voz baja, cuando Jungkook seguía sin moverse.
―Por supuesto.
Subimos las escaleras hasta el segundo nivel del gran salón de baile,
donde muchas menos personas estaban reunidas. Trove se removió con
un gesto de impaciencia cuando un escolta del servicio secreto trató de
acompañarlo, lo que aumento mi cautela. Claro, él no tenía ni idea de que
sabíamos cómo despachar un demonio, pero, ¿por qué lo hizo parecer
como si tuviera prisa por dejarnos a solas?
―Es por eso que mi poder no funciona en ti. Tu tipo absorbe energía y se
alimenta de ella.
Me pregunté por qué nos estaba diciendo esto. A los demonios no les
importaba si entendíamos sus motivaciones. ¿Qué esperaba?
Ahora me acordé de quién era Brad. El día que Jungkook lo asesinó fue
también el día que conoció a Namjoon y me reveló que mi jefe era
realmente mi tío. Después de eso, la muerte de un asistente de laboratorio
era casi incidental.
―La codicia de Parker sacó lo mejor de él, pero eso es común en su tipo.
Además, ya había servido a su propósito.
―¿Poner fin a una vida para salvar a millones de personas? Sin lugar a
dudas. La chica se muere.
―No lo creo.
―Oh, puedes no hacerlo―dijo Trove con desdén, con los ojos brillando
cada vez más―. Pero, sin embargo, A80 es tu hija.
29: Traición
Jungkook lo dejo caer. Trove se tambaleó ante un tirón agudo lateral que
chasqueo su cuello de regreso en su lugar.
―A80 cumplió siete años el mes pasado ―respondió Trove―. Solo tomó
las sustitutas de cinco meses para llevarla, y las hormonas de crecimiento
se encargaron del resto. Madigan quería ver lo que su nuevo juguete
podía hacer, y una vez que añadió ADN ghoul a su composición genética,
hizo nacer a A80.
Ese tornado volvió a arrasar mi equilibrio. Cinco meses. Ese fue el tiempo
que mi madre me había llevado, y había estado completamente
desarrollado al nacer. Si me hubieran dado hormonas de crecimiento y
una dosis adicional de ADN nomuertos, podría haber parecido años mayor
de los siete años, también.
―Es por eso que estás aquí, ¿no? ¿Para ver si sé dónde está? No lo sé,
pero no te voy a detener de buscarla. De hecho, quiero que la encuentres.
Una vez que lo hagas, por favor, ejecuta pruebas para verificar que todo lo
que he dicho es verdad.
Ahora que Tenna estaba fuera de su alcance, necesitaba que supiera que
era mi hija. Era su seguro de que arriesgaría todo para mantenerla con
vida, y junto a mí, Jungkook y sus aliados. El demonio quería guerra, y no
podía tener una si nadie estaba dispuesto a luchar. Bueno, Trove acababa
de darme algo por lo que me matarían y moriría, como él estaba
contando. Probablemente había estado esperando que nos mostráramos
esta noche, para que pudiera soltar la sopa. Si no lo hubiéramos hecho,
podría habernos buscado, sin saber que teníamos los medios para
matarlo.
Lástima que no habíamos traído el cuchillo de hueso. En este momento,
nada me encantaría más que empujarlo a través de su ojos para
regodearme sobre la manera horrible que había utilizado, y aún intentaba
utilizar, a una niña que podría ser mía.
***
―¿Qué tan malo es? ―Fueron las primeras palabras de Jungkook cuando
entró en la casa de su co-regente.
Para ilustrar su punto, Mencheres minimizó esa página y abrió una nueva.
Pero el problema no eran los humanos, quienes pensarían que todo esto
era un engaño. Eran todos los demás los que sabrían que no era así. Al
final, Jungkook devolvió la tableta a pesar de que todavía había estado
leyendo con una creciente sensación de perdición.
Ella le lanzó una mirada que decía que sabía que era tan bienvenida como
un caso de herpes enconado pero asintió en el saludo. La guapa rubia
podía aparentar tener la misma edad que Tai, pero era mayor que
Mencheres y casi tan poderosa. También tenía todo el peso del consejo
del gobierno vampiro detrás ella. Para que se presentara sin previo aviso
pocas horas después de la fuga significaba que estaban tan asustados
como Trove había esperado. Sin importar lo que pasó, tenía que matar a
ese demonio por todo lo que había hecho.
Incluso si no fuera mi hija, aunque le había sido lavado el cerebro más allá
de la reparación y que nunca tuviera éxito en ocultarse, no podía
condenarla a muerte por responder con la verdad.
―No lo sé.
Mi alma parecía aspirar una bocanada de aire temerosa. Haré lo que sea
para protegerte, había jurado. ¿Traicionaría la ubicación de Tenna con el
fin de detenerme de salvarla? Podría costarme la vida, y ambos lo
sabíamos.
―Si estás buscando a la niña ―dijo con una voz plana, su poder
congelando mi boca cuando comencé a interrumpirle―, comienza con
Richard Trove. Es el demonio que financió su creación. En cuanto a
Madigan, llévatelo contigo cuando te vayas. No hemos reunido nada útil
de él. Tal vez tengas mejor suerte.
Luego le dio la espalda, despidiéndola efectivamente.
Podría haber leído el miedo en mi mirada. O tal vez era mi olor lo que me
traicionó. Muy lentamente, trajo mis manos a su boca y las besó.
Por supuesto, eso significaba que sabía todo lo que no había que hacer.
Por ejemplo, nunca le diría a mi hija que ser diferente era algo de lo que
avergonzarse. Tenna podría tener que ocultarlo para sobrevivir, pero si de
mí dependiera, sabría que su naturaleza única no era el problema. Los
prejuicios de la gente lo eran. Y nunca, nunca tendría que temer que un
día haría algo que le hiciera perderme. Nunca había tenido esa seguridad
al crecer, y podría no saber mucho sobre la paternidad, pero sabía lo
mucho que duele cuando se siente que estás a un error de perder a tu
familia. Si tuviera algo que decir al respecto, Tenna nunca conocería ese
sentimiento.
Pero primero, tenía que asegurarme de que nadie la matara, mejor antes
que después de tener la oportunidad de conocerla oficialmente.
―Ahora, gatito. ―Salté del bote sin dudarlo. Los pesos que me había
atado me mantuvieron muy por debajo de la superficie, sin embargo,
como se pretendía, no eran suficientes para enviarme al fondo. Aun así, la
tormenta había vuelto el agua turbia. Incluso con la máscara que mantenía
el agua salada fuera de mis ojos, mi visión estaba limitada a solo unos
cuantos metros delante de mí, desorientándome.
La luz verde que emitía hacía juego con el brillo de mi mirada mientras
mostraba un mapa digital. Entonces di unas patadas experimentales con
mis nuevas aletas de buceo, complacido con lo bien que me impulsaron a
través del agua. Quería toda la ayuda que pudiera conseguir para
conservar mi energía.
Unas horas más tarde, trepé al dique que bordeaba el río Mississippi,
quitándome la máscara, el traje de buceo completo, y las aletas, una vez
que estuve de vuelta en tierra. Debajo de eso, vestía shorts y una
camiseta de mangas largas, ambos negros como mis zapatos de buceo y
mi cabello teñido.
Puede que no sea el equipo ideal para una noche húmeda en Nueva
Orleans, pero mi piel me anunciaría como un vampiro para los que
supieran qué buscar, y no quería que nadie supiera que estaba pagando
por una visita esta noche a los residentes de la ciudad más famosa. Marie
tenía espías en todos los aeropuertos, estación de tren, muelle, y carretera
en Nueva Orleans, pero ni siquiera el vudú ni la maligna reina podrían
tener cada metro cuadrado del río vigilado, por no hablar de los canales
que conducían desde el lago Pontchartrain al poderoso Mississippi.
Es por eso que había nadado por debajo del ocultamiento de las olas, y el
por qué ahora caminaba con lo que parecía agonizante lentitud a través
de la carretera hasta Fourth Street, en dirección hacia el Garden District.
Solo le hizo falta una mirada al collage de fotos en línea para que dijera
"Esa" al tiempo que señalaba con un dedo transparente hacia la pantalla.
Él había sido atraído a la casa de Marie cuando estaba buscándome y yo
tenía el poder de la tumba de ella. Por esa razón, la mayoría de los
fantasmas, probablemente, sabían dónde vivía Marie. Otros vampiros y
demonios lo hacían también, pero solo alguien con un deseo de muerte se
dejaría caer por ahí sin previo aviso.
Marie sonrió de esa graciosa manera que las mujeres del sur habían
perfeccionado, pero no dejé que su agradable expresión me engañara.
Ella no era una magnolia de acero. Era un tanque de ataque cubierto por
un velo de rosas.
Yo podía hacer aún menos con las habilidades de telequinesia que había
absorbido de él. Mi capacidad para mover brevemente objetos
inanimados era inútil contra un rival como Marie... a menos que su arma
más mortífera dependiera de algo pequeño.
Ella mordió con fuerza suficiente para aplastar los huesos, sin embargo, lo
mantuve metido entre sus dientes con determinación. Mejor que sangre
mi carne y no la de ella. Entonces lancé mi cabeza hacia abajo y hundí mis
colmillos en su cuello, chupando su sangre por todo lo que valía la pena.
Entonces recordé cómo hacer que se detuviera. Marie debió darse cuenta
de mi intención. Me agarró, tratando de meter sus manos en mi boca
como yo lo había hecho con ella. Sin embargo, mi necesidad de escapar
del dolor me hizo más fuerte, y aparté la cabeza de un tirón.
Los Remnants incrementaron su asalto, cada vez más fuerte a medida que
se alimentaban de mi dolor. En seguida, el rostro de Tenna cruzó por mi
mente, sus rasgos nebulosos porque la única vez que la había visto cara a
cara, no había tenido el interés suficiente como para memorizarlos. Una
nueva oleada de agonía me recorrió, pero esta no tuvo nada que ver con
los Remnants rasgándome desde adentro.
Ahora nunca sería capaz de decirle cuánto sentía haberme perdido los
primeros siete años de su vida. O hacerle saber que Madigan no podría
hacerle daño nunca más, y que había más... ¡mucho más! en este mundo
aparte de la fealdad que le habían mostrado. O decirle que mientras que
pudiera estar sola ahora, no había sido abandonada, y aunque era
diferente de todos los demás, para mis ojos, era perfecta en todos los
sentidos...
A pesar del dolor que amenazaba con romper mi mente, así como mi
cuerpo, aproveché la oportunidad, enviándome lejos de la maligna reina.
―Mátenlo ―rugió, con su brazo libre aún sangrando por causa de mis
colmillos.
Sabía de qué se trataba. Cuando hablé de nuevo, mi voz resonó junto con
muchos otros que habían sido consignados a la tumba.
―Re.tro.ce.dan.
No habíamos esperado que fuera una buena perdedora, así que no hice
comentarios sobre su mirada. O su tono venenoso.
Marie comenzó a reír, un sonido bajo y burlón que incluso contenía rasgos
de verdadera diversión.
Con los puños de Jungkook tan apretados que sus dedos se tocaban, ella
no podía reír, pero su boca se estrechó con una sonrisa dolorida.
―No puede hablar a menos que la sueltes ―dije con voz severa.
―¿Cuál es su oferta?
Las palabras no fueron una sorpresa; las emociones que agitaron sí. Los
colmillos que habían retrocedido saltaron mientras luchaba contra la fuerte
urgencia de desgarrar su garganta por atreverse a decir tal cosa.
―Yo no, pero Tenna lo tiene. Hasta que huyó, la cautividad era todo lo
que conocía, también, y ahora ha sido marcada de muerte por su raza.
―Mi voz se puso áspera―. O crees que eso está mal, o no.
―¿Por qué estás aquí? ―le solté de repente―. Acordamos que vendrías
sólo cuando te llamara y te diera el visto bueno. De esa manera, si las
cosas salían mal, aún estarías vivo para ayudar a Tenna.
Pensar en ella, ahí afuera sola, me dio la fuerza para sofocar el canto de
sirena de la tumba. Preparado o no, era padre ahora, y mi hija me
necesitaba. No podía decepcionarla. Demasiadas personas lo habían
hecho ya. No estaba por añadir mi nombre a esa lista.
―Si no quieres hacer esto por las razones correctas, hazlo por las
egoístas. Necesitamos que participes en esto tanto como nosotros, así
que o llamas a tu gente y les dices a todos que has matado a Tenna o te
matamos a ti.
Ella dejó escapar un suspiro que parecía contener todo el cansancio del
mundo, y cuando su oscura mirada encontró la mía, fue con resignación.
―Públicamente.
Marie nos miraba con el mismo grado de cautela, pero la curiosidad teñía
su mirada, también.
―De acuerdo ―dijo. Entonces aceptó el cuchillo que Jungkook le
extendía, cortando su mano con una sola dura tajada―. Lo juro por mi
sangre.
Esta sección del lado este de Detroit me recordaba a las fotos que había
visto de Alemania después de la invasión de los Aliados. Los edificios
abandonados se erguían maltratados, gigantes de concreto sobre las
calles que parecían vacías, hasta que los montículos de ropa a lo largo de
ellas se movían. La mayor parte de las farolas estaban apagadas, lo cual
podría explicar los cubos de basura en llamas, dado que la noche de
verano no estaba fría.
De vez en cuando, una sirena lejana se escuchaba por encima de los otros
sonidos, pero a pesar de las peleas, cristales rotos, y un disparo
ocasional, no había visto ni un sólo coche de la policía. Bien por nosotros.
Malo para aquel que llamaba hogar a este lugar abandonado de América.
―¡Taehyung!
Otra forma apareció detrás de él. En algún momento desde que había
visto a Hoseok por última vez, se había afeitado la cara y se había rapado
el cabello a su corte habitual a ras.
Entonces Hoseok frunció el ceño, mirando más allá hacia la vacía calle.
―Gracias.
―Necesito que encuentren a una niña por mí ―les dije―. Mide cerca de
metro y medio, cabello castaño rojizo, y sus ojos podrían brillar.
Probablemente se está escondiendo en uno de los lugares que mi amigo
acaba de mencionar. Si la ven, sólo díganmelo a mí o a este fantasma.
―Asentí hacia Minhyuk.
―Los registros que Trove publicó nunca dieron un nombre. Dado que la
donante de óvulo era cien por ciento humana, fue considerado... sin
importancia. Pero tomaron ADN de otros además de mi...
―No es definitivo ―dije en voz baja―. Podría haber sido uno de los otros
chicos, pero Hoseok... pero incluso si hiciéramos pruebas en ustedes dos,
no hay manera de estar seguros. Desde que te convertiste en vampiro,
cada célula de tu cuerpo cambió. También el de Tenna una vez que
añadieron ADN demoníaco a su composición genética.
―Si las pruebas son inútiles, ella nunca sabrá quién es su padre.
***
―Vine aquí antes, cuando era nuevo. Me encantan los libros, pero es muy
difícil para mí leer. Tengo que flotar detrás de la gente a medida que dan
vueltas a las páginas...
Salió de su evocación.
―Síganme.
El olor a humo antiguo estaba casi dominado por el olor del papel en
descomposición, orina, muerte y desesperación. Libros, revistas, y
manuales acolchonaban el suelo casi treinta centímetros de profundidad
en algunos lugares, la tinta era casi ilegible por el tiempo y la exposición al
agua. Pequeñas criaturas habían hecho nidos en los escombros literarios,
algunas de ellas seguían allí, aunque en diferentes estados de
descomposición.
Por el olor, no eran los únicos cuerpos en esa habitación, pero como
Minhyuk me hizo señas de avanzar, no me detuve ante el zapato que
sobresalía de una pila de pergaminos en ruinas. De todas maneras, esa
persona estaba mucho más allá de mi capacidad de ayudar.
Alcancé a ver una niña en cuclillas sobre un libro medio podrido, cuando
el derrumbe del yeso por mi cercanía la hizo levantar la cabeza. Nuestros
ojos se encontraron, y mientras yo la observaba, los ojos de ella
comenzaron a volverse brillantes, verde brillante. Mi dormido corazón
comenzó a latir en un errático staccato por la emoción que se apoderó de
no mí.
33: Cauteloso
―¿gatito?
Nuestra primera pelea sobre crianza. Sin imaginar que sería sobre alguna
amenaza de vida en lugar de cuán tarde ella podía quedarse viendo
televisión.
―Debería haberlo sabido mejor, en lugar de acercarme a ella cuando no
sabía quién era yo o si estaba allí para lastimarla. Esto no va a suceder de
nuevo.
Correcto. Puede ser que me tome días para estar de regreso con toda mi
fuerza, y Tenna era más rápida y más hábil de lo que me di cuenta. Si sólo
la parte lógica de mi cerebro no fuera tres pasos detrás de mis recién
despertados instintos paternales, yo actuaría con mucha más prudencia.
―Recuerda, no hay castigo por lo que ella hizo ―le advertí―. Es solo una
niña.
―Tú solo aprendiste de la manera difícil, cariño. Si ella está mostrando tus
tendencias, entonces, sólo hay una manera de manejarla.
***
―La estación de tren tendrá aún más túneles ―dije con una
preocupación creciente―. Podríamos perderla en el laberinto subterráneo,
lo cual debe ser el por qué está corriendo hacia allí.
―Tú eres más rápido. Déjame y ve a buscarla. Voy a estar justo detrás de
ti.
―Ah ―gemí antes de escupir lo que esperaba fuera suciedad. Luego, con
un ligero tambaleo, me levanté y comencé a correr en la dirección en que
Jungkook había desaparecido.
Tenna estaba suspendida en mitad del aire a unos quince metros de él,
sus piernas pateando la nada ya que el suelo no estaba en ninguna parte
cerca de sus pies.
Llegué más cerca, deseando saber de qué color eran sus ojos. Por el
momento, estaban iluminados con el verde vampiro, su brillo aterrizando
en mi cara mientras me acercaba.
―Ya que tengo este poder ―continuó Jungkook―, puedes confiar en que
nosotros no te haremos daño, por la simple razón de que si te quisiéramos
muerta, ya lo estarías.
Sin darme cuenta, me agaché hasta que estuvimos a la altura de los ojos.
―Tú sanas como ellos, pero no eres uno de ellos, porque tu corazón aún
late a veces. ¿Por qué?
Dejo que su voz fluyera por encima de mí, almacenándola en partes que
no había sabido que existían hasta ahora. Su vocabulario estaba a años
por encima de su edad, al igual que el resto de sus rasgos, pero su voz
mantenía el alto tenor y juvenil tono agudo de un niño.
―Porque una vez ―dije con voz ronca―, yo fui como tú: parte humano y
parte algo más. Especial.
―Tenna.
Hoseok se agachó junto a mí, sonriéndole con un brillo en sus ojos que no
trató de ocultar.
―Sé que me veo diferente ya que me afeité y corté mi cabello, pero me
recuerdas, ¿no es así? Aplastaste mi cuello cinco segundos después de
que nos conocimos.
Él sonrió.
―Muy bien, seis. La única otra persona que patea mi culo así de rápido es
Taehyung. Él me entrenó para pelear, ya sabes.
Por su tono, esa última parte fue un cumplido, aunque no estaba seguro
de cómo responder. La persona que ella recordaba tratando de
"neutralizar" en ese entonces había sido Jimin, cambió de forma para
parecerse a mí. En realidad,
Jungkook bajó su mano. El demonio sólo se volvería más fuerte con otra
explosión telequinética.
Ya que tenía que hacer eso antes que lo otro, esto me dio la fuerza para
dar la vuelta, enfrentar a mi enemigo en lugar de a mi hija.
―El anciano mintió. Yo soy tu padre, y no voy a dejarte otra vez ―le dije,
mi voz fuerte a pesar de las paredes emocionales rompiéndose por todas
partes dentro de mí.
Hoseok me dio un codazo, lanzando un vistazo a un lado. Seguí su
mirada, viendo una pequeña puerta en la esquina más lejana de la
habitación. Trove bloqueó el camino por el que habíamos entrado a la sala
de calderas, pero no estábamos atrapados. Esta debía conducir a los
túneles que Jungkook había mencionado. No creía que fuera un accidente
que su acercamiento hubiera colocado a Jungkook justo en el camino de
Trove. En caso de que el renombrado político intentara detenernos,
tendría que pasar través de Jungkook primero. Incluso si la telequinesis de
Jungkook era ineficaz contra él, eso aún le tomaría algún trabajo.
El líder del grupo, un hombre alto afro-americano con los bíceps más
gruesos que mi muslo, dio un paso adelante.
―¿Ella qué?
―Oh, ¿así que no nos seguiste cuando fuimos a ver a Marie? Nosotros
llegamos a un acuerdo. Todo lo que tenemos que hacer es mantener
nuestra parte del trato, y ella y los ghouls nos dejan solos.
Nuestro fin era lanzar un video de Tenna siendo supuestamente
asesinada, Marie había dicho que nada más que una ejecución pública
serviría, y el Internet era público, pero yo no estaba a punto de decirle eso
a Trove. O la otra sorpresa que teníamos reservada para él.
¿Puedo decir Demonios. Sí?, sonó en mi mente, aunque una vez más, me
quedé perfectamente tranquilo. Ni siquiera mostré una sonrisa: Me voy.
Trove, sin embargo, reaccionó como si hubiera tenido la cara llena de sal.
―¡Tienes que estar bromeando! ―El demonio hervía―. ¿Después de
décadas de planificación, lo mismo por lo que sus especies casi fueron a
la guerra dos veces está justo aquí, y están de acuerdo en alejarse en vez
de pelear?
―Lo he dicho siempre, si quieres que algo se haga bien, tienes que
hacerlo tú mismo ―continuó Trove con disgusto. Entonces se acercó a
los ghouls mientras su brazo se extendía en dirección de Tenna―. Incluso
si su reina es demasiado ciega para verlo, esa niña es su perdición. Los
vampiros ya tienen más habilidades que los ghouls, pero ustedes han
evitado que ellos los subyuguen porque ustedes son más difíciles de
matar. ¡Ella cambia esa dinámica de poder! A través de ella, los vampiros
pueden crear una nueva raza. ¡Una leal a ellos, con toda su inmunidad a la
plata y todos sus trucos de fantasía! Cuando eso suceda, ¿cuánto tiempo
creen que pasará antes que su pueblo esté encadenado? ¿Un siglo?
¿Dos?
Apollyon podría estar muerto, pero el daño que había hecho aún persistía.
Si representara a un político sería un experto en el uso de la retórica
distorsionada para su ventaja, sin importar cuán falsa o paranoica fuera.
Oh, mierda, pensé cuando varios cuchillos salieron de sus vainas ante
eso.
Con un chasquido, la red invisible que Jungkook había echado sobre los
ghouls se rompió. Sólo habían estado confinados por unos segundos, sin
embargo, eso pareció ser suficiente para llevarlos de enojo decidido a
rabia asesina.
―¡Vengan!
siguiente subidón, los Remnants desgarraron a los ghouls con más saña,
buscando los fragmentos de alivio que su dolor traía.
Eso me advirtió para luchar con todo lo que tenía, lo que resultó ser
terriblemente inútil.
Al mayor esfuerzo que ponía en liberarme, más vibraba Trove mientras
hacía ruidos felices. El demonio era como un Remnant de energía,
volviéndose más fuerte mientras me debilitaba bajo el asalto implacable
de su hambre.
Decir que eso enfureció a los ghouls era un eufemismo. Patearon a través
de las paredes, en sus intentos de usarlas como trampolines para atrapar
a Jackson durante sus intercambios en pleno vuelo. Yeso, madera
podrida, y polvo de hormigón pronto espesaron el aire, haciendo más
difícil ver. Pronto, solo las burlas de Jackson, más las amenazas de los
ghouls y los ruidos de cosas estrellándose me dejaron saber que la lucha
continuaba. Sin embargo, sus travesuras incendiarias los habían llevado
lejos de Jungkook, quien todavía era apenas capaz de moverse a paso de
tortuga.
Jungkook casi nos había alcanzado. Sentí más que vi a Trove mirarlo, tal
vez contemplando drenar el resto de lo que había dejado, o con intención
más siniestra.
―¿Ya vacío? Pensé que tendrías más lucha en ti ―dijo Trove, su tono
cargado con decepción.
Con ese comentario despectivo, me soltó, sin duda esperando que cayera
al suelo. No lo hice. Mis rodillas temblaron, pero se mantuvieron, y tan
pronto como su abrazo chupador de energía se había ido, el cuchillo de
hueso que Jackson había hecho hace meses a partir de la pierna de
Dense, brilló en un arco ascendente.
El demonio gritó, el sonido cortando a través del aire como si todos los
perros del infierno lo siguieran. Me di la vuelta, tratando el segundo y fatal
golpe, pero golpeó mi mano. Entonces su traje de Armani se dividió en las
costuras cuando su cuerpo comenzó a crecer a un ritmo increíblemente
rápido. Rojo apareció debajo de esos trozos de tela. No sangre. Piel,
mientras el demonio desgarraba su apariencia humana y se transformaba
en su verdadera forma.
Jungkook.
Traté de arrancar la hoja para otro golpe, pero el agarre de Trove era
demasiado fuerte. También había crecido medio metro durante nuestra
lucha, su forma ahora minimizada por el vampiro que se aferraba a él con
sombría determinación.
Esto no sería suficiente. Los dos estábamos demasiado debilitados para
contener a Trove el tiempo suficiente para golpear la hoja a través de su
otro ojo.
Teníamos que intentar algo más. Algo más para obtener una ventaja.
Trove soltó otro aullido y trató de arrojar a Jungkook. Solo tuvo éxito en
desgarrarse un canal de alimentación más grande cuando los colmillos de
Jungkook cortaron más profundo por los empujones. A pesar de los
esfuerzos frenéticos del demonio, Jungkook se mantuvo. Ante mis ojos,
sus movimientos se hicieron menos lentos y descoordinados. Pronto,
estaba agarrando a Trove con tal ferocidad que el demonio tuvo que
dejarme ir para evitar que Jungkook masticara su cuello.
Entonces Trove nos arrancó del laberinto de tuberías que nos había
atrapado brevemente. Por un momento, estuvimos en el aire, Jungkook
aferrándose a la parte posterior del demonio, todavía en lo alto con un
cuchillo sobresaliendo bajo el ojo del demonio. Como en cámara lenta, vi
el piso del sótano acercarse, y se apoderó de mí una idea.
Durante unos dichosos segundos, cerré los ojos, todos los músculos de
mi cuerpo aflojándose con un alivio tan profundo, que pensé que
realmente podría haberme desmayado. Entonces la voz familiar de
Jungkook penetró a través de mi agotamiento.
Nunca lo había visto peor... y nunca había estado más feliz de verlo.
―Así como tú, pero esto no ha terminado. Mencheres está aquí, y trajo a
Marie Laveau, a los Guardianes de la Ley, y al consejo de vampiros con él.
Sentí hasta los pies cómo mi sangre fue sustituida por combustible para
cohetes. Todos mis peores temores se hicieron realidad cuando Hoseok
apareció detrás de Jackson, y su expresión mostraba una mezcla de rabia
y desesperación. Ni un músculo en él se movía, y flotaba varios
centímetros por encima del suelo.
Marie estaba a un lado, su larga falda negra, y chaqueta sastre del mismo
color enviaban más destellos de temor a través de mí. Lucía como si fuera
a un
―¡No!
Miré a los ojos de mi hija y juré protegerla. Podría no creerme, pero con el
tiempo, se lo demostraría. Iba a tener todo el amor y la aceptación que se
le había negado antes, y para hacer mi promesa una realidad, lo único que
teníamos que hacer era irnos.
―¿Cómo pudiste?
Mis palabras eran ahogadas sobre todo por la dificultad de decirlas con
mi barbilla congelada. Marie y los otros vampiros no nos habían
encontrado por suerte. Solo Mencheres sabía a dónde íbamos.
Veritas dio un paso adelante, su túnica blanca crujía por toda la energía
sobrenatural en el aire.
―Por favor. Nos la llevaremos lejos. Nunca tendrán que volver a verla, y
no habrá ninguna guerra, ¡lo prometo!
―No hay otra manera ―dijo un miembro del consejo quien podría haber
sido el doble de Gandalf de El Señor de los Anillos. Luego sorbió mientras
se adentraba más en la habitación, acercándose al cuerpo de Trove.
―El hedor de azufre que emana de ese demonio está en todas partes.
El vampiro sacó una hoja curva de plata que era más larga que mi
antebrazo.
―No puedes llorar, Reaper ―dijo con la voz muy baja para que nadie más
que yo pudiera oírla―. Llevas mi poder. Si lloras, condenarás a tu hija a la
misma suerte que a tu tío. Debes ser fuerte ahora. Esa es la única cosa
que puedes hacer por ella.
Una loca esperanza me recorrió. Es verdad, si yo lloraba, ¡la sangre en mis
lágrimas regresaría a Tenna a ser un fantasma! Por un loco momento,
disfruté el pensamiento. Si era la única manera en que pudiéramos estar
juntos, lo tomaría.
―Gatito.
Fue entonces que el dolor estalló, tan sobrecogedor que casi se sentía
purificador. Por supuesto que no podía hacer eso. Estaría sentenciado a
Tenna a un destino más duro que el que estos bastardos despiadados
habían decretado, y peor aún, por la misma razón. El egoísmo.
El cual me dolería más a mí que a ella. Si tan solo pudiera ser un padre
para ella durante los próximos segundos, me aseguraría de no fallar.
Marie tenía razón. Era lo único que podía hacer por mi hija.
Con un sonido áspero, contuve mis lágrimas. Luego usé toda mi fuerza de
voluntad para mantener a raya las nuevas que querían salir. Cuando mis
ojos estuvieron finalmente secos, asentí tanto como pude.
―Lo tengo.
Algo se rompió dentro de mí. Me las arreglé para contener las lágrimas,
pero no pude detener el sonido que se me escapó. La agonía se convirtió
en mi aliento y rompió el silencio que se había apoderado de la habitación.
Confía en mí.
Mis ojos se abrieron de par en par. Mencheres era la única persona que
conocía que tenía la habilidad de comunicarse telepáticamente, sin
embargo, esa no había sido su voz.
Era la de Jungkook.
¡Confía en mí!
Rojos.
―Dejen el cuerpo.
Lo que vi me hizo jadear. Sin decir una palabra, se las arregló para
transmitir tanto admiración como una clara advertencia. A menos que
supiera más que los otros, ¿por qué haría eso?
Mencheres fue hacia el cuerpo del demonio, rompió uno de los brazos de
Trove como si no fuera más que una ramita seca.
―Servirá.
Entonces, para mi gran alivio, pasó por delante de la forma encorvada de
Tenna sin darle una sola mirada para unirse a los otros Guardianes de la
Ley.
Ninguno de ellos me miraba. Eso estaba bien. No quería ver otra vez a
ninguno de ellos.
Marie, los Guardianes de la Ley, y los miembros del consejo se fueron sin
decir nada más. Durante unos momentos, el ruido de sus pasos resonó en
el suelo ruinoso del depósito de libros; y luego se hizo el silencio. El poder
opresivo que habían emanado también se disipó, hasta que no quedó
nada, excepto la energía que irradiaba de Mencheres.
Con un chasquido tangible, el capullo en el que había estado encerrado
desapareció. Así como los de Jungkook y Hoseok. Ambos nos
apresuramos hacia el montón de ropa frente a Jackson, pero Hoseok fue
directo a Mencheres y lo golpeó tan duro, que escuché los huesos de su
mano hacerse añicos.
Nos apuramos a través de ellas hacia la noche, sin dejar nada detrás en el
edificio en ruinas, excepto sangre y el olor a azufre.
―Sí.
Temor por mi mejor amigo hizo que mi voz temblara, no preocupación por
la predicción de Jackson.
¿Al igual que pedí? Antes de que pudiera preguntarle a qué se refería,
Hoseok me pasó empujándome con los hombros, deteniéndose cuando
vio a Tenna. Por su expresión atónita, no había creído lo que le dije acerca
de Jimin hasta ese momento.
Sus ojos se abrieron, y ella miró hacia atrás. Sí, alarmada, como había
imaginado. Le di un codazo a Hoseok, susurrando:
Tan inquietante como la vista era, estaba más molesto de que no hubiera
ni un atisbo de regeneración en los tejidos expuestos. Jimin no se estaba
recuperando de la horrible lesión.
Contuve mi gemido. Había estado tan ansioso por Jimin que no había
pensado en proteger su mirada. Un día en el trabajo y ya era una mal
padre, dejando que mi niña mirara un cuerpo decapitado.
―Pero ahora eso está muerto, deberías llevarlo lejos antes de que
comience a oler.
―Y Jimin no está muerto ―añadí con una rápida oración de que estuviera
en lo correcto―. Regresará de esto.
Jackson bufó.
Algo onduló sobre los restos sin cabeza, de color grisáceo y tan rápido
que me recordó a los Remnants durante un frenesí asesino. Luego
cambió, convirtiéndose en un rosa más pálido en lugar de ceniza,
explotando sobre la pequeña forma sin vida como ola tras ola de golpes
de surf. En lugar de contraerse, el cuerpo de la no Tenna se hinchó,
incrementándose hasta ropas que se habían hundido del exceso de
material ahora estirado y apretado. No recuerdo moverme hacia ella, pero
de alguna forma estaba de pie sobre la banca, mirando abajo con
incredulidad como color caoba satinado parecía derramarse desde el
enorme agujero en su cuello. Un globo pálido siguió, expandiéndose
como un balón debajo de un grifo corriendo libremente. Otro borrón de
movimiento y se convirtieron en características distinguibles en medio del
lienzo de su nueva piel. Justo cuando el botón superior se desprendió de
su camisa manchada de sangre de su cuerpo para llenar sus proporciones
normales, pestañas oscuras se abrieron, revelando ojos color avellana
parpadeando hacia mí.
Todavía los miraba mal, sin embargo, y su brazo parecía estar soldado
permanentemente al costado de Jimin.
―Por milésima vez, estoy bien ―lo reprendió Jimin, apretándole la mano.
Entonces me dio una sonrisa torcida―. Aunque nunca quiero hacer eso
de nuevo. No fue realmente doloroso, pero, ¿sabes que todavía podía ver
por unos segundos antes de desmayarme? Si hubiera tenido pegado un
estómago, habría vomitado a ciencia cierta.
Si nunca había pensado en ser madre, ella realmente nunca pensó en ser
abuela, y parecía hacer su misión compensar los errores de crianza que
había cometido conmigo prodigando amor a Tenna.
Una vez que eligiéramos un lugar más permanente al que llamar casa,
podría colgar su ectoplasma cerca si quería. La familia era la familia, y
¿qué si algunos miembros no se llevaban bien? Bueno, queríamos darle a
Tenna una educación tan normal como fuera posible. No se volvería más
normal que eso.
―Escuché eso.
La mirada que le dirigió era tan amorosa, que no me importó que Spade
de alguna forma nos odiara en este momento. Él era maravilloso para mi
mejor amigo, que era lo importante. Además, no podía culparlo por estar
enojado, a pesar de que Jimin actuó por su propia voluntad. Cuando
amas a alguien, la idea de casi perderlos te volvía loco. ¿Quién era yo para
juzgarlo por eso?
―Vas a ser un padre maravilloso. ―Oí su susurro cuando Jin lo dejó ir.
―Ya lo es ―le dije, sonriendo a Jungkook. Luego abracé a Jin, queriendo
decir cuando dije―: Tuvimos un comienzo difícil, pero resultaste ser una
buena persona.
Solo tenía que ver el largo cabello negro azotado en el viento para saber
que era Mencheres. Le concedo al antiguo faraón el saber cómo hacer
una entrada. Cuando se dio la vuelta, esperaba que la mujer estrechada
contra su pecho fuera Kira. Cuando vi el corto y espeso cabello negro, y
un tono de piel decididamente más oscuro, me quedé atónito.
―Dijiste que tenías negocios críticos conmigo, Mencheres ―dijo ella, con
la voz más fría que la temperatura de la brisa de la tarde―. ¿En su lugar,
me has traído aquí por venganza?
¿Él iba a decirle que Tenna estaba todavía viva? Dios mío, ¿por qué?
Lo mismo que había hecho con todos los demás últimamente, y...
―Un demonio cambiaformas quien nos hizo un favor ―le informé―. Solo
puedes matar a los demonios de una manera, y la decapitación no lo es.
―Sí, vamos ―les dije a la vez―. En lugar de ello, ¿por qué no intentamos
algo que ninguno de nuestras especies ha sido capaz de hacer antes?
Vamos a confiar el uno en el otro.
―De vuelta en Nueva Orleans, juraste por tu sangre que si había una
ejecución pública, dejarías a Tenna y al resto de nosotros solos.
Conseguiste tu ejecución. Ahora danos nuestra paz, y vamos a prometer
hacer lo mismo contigo y tu gente.
Entonces Marie miró hacia mí. Con un atisbo de una sonrisa sardónica,
agarró mi mano.
Podríamos lograr cualquier cosa juntos. No había creído eso antes, pero lo
hacía ahora.
―No puedo esperar para averiguarlo, lo cual es por qué estoy empezando
ahora. ¿Jungkook?
Él soltó un bufido.
Fin
OUTTAKES FROM THE GRAVE
No adaptaré todo el libro ya que son más de 300 páginas, pero seleccioné
las mejores y más importantes escenas para ustedes
• ────── ✾ ────── •
Cuando dejé mi casa ese día, no tenía ninguna intención de matar a nadie.
Por supuesto, si comparas ser ilegítimo con que mi padre sea un vampiro,
apenas importaba.
No es que mis vecinos lo supieran. Tampoco lo hacían mis abuelos, con
los que vivíamos mi madre y yo. La gente no creía en vampiros. Solo mi
madre sabía lo que era. El hombre que la violó hace casi diecisiete años
había re-definido el término "besuqueo". Al menos eso explicaba su
naturaleza distante y recelosa hacia todo el mundo, especialmente hacia
mí. Mi madre odiaba a los vampiros con una pasión patológica, y yo era
medio vampiro, lo quisiera o no.
Pensaban que era demasiado joven para salir con alguien, así que no me
habría sorprendido. Para el jueves me imaginé todo tipo de cosas
horribles que podrían haberle pasado a Danny. Había sido víctima de
robo, o un accidente de coche, comida envenenada, en la cárcel por
conducir mientras estaba borracho. Mi mente era un suministro sin fin de
malas posibilidades. Cuando llegó el viernes, estaba casi enfermo de
preocupación. Sabía que había otras cosas más terribles que podían
haberle pasado a Danny. Cosas que ningún departamento policial común
sabría.
―¿Quién eres?
Le sonreí.
―Sí, Danny está bien. De hecho está en el Galaxy, el club donde fueron la
semana pasada. ¿Recuerdas dónde está?
• ────── ✾ ────── •
―Mierda ―murmuró.
―¡Taehyung! Esto... ¿qué haces aquí? ―Danny dio un paso atrás del
rubio, que me lanzó una mirada despectiva mientras se fijaba en mis
vaqueros, deportivas y camiseta.
―¿Este es el chico del que me hablabas, Danny? ¿Con el que acababas
de romper?
Danny se giró sin decir más palabra. Se fue hacia la barra, alzó un brazo
alrededor del rubio que sonreía satisfecho, y se fue. Los vi irse, paralizado,
mientras las emociones me golpeaban. Había sido utilizado, así de
sencillo. Usado como la estúpida paleta de granja que aparentemente era.
Durante toda la semana había estado preocupado por Danny.
Las lágrimas empezaron a bajar por mis mejillas. Cuando había empezado
a salir con Danny, había pensado que quizá había una posibilidad de vivir
una vida normal a pesar de lo que era. La imposibilidad de ello era mucho
más dura después de que me había permitido tener esperanza. Mi dolor
pronto fue sustituido por desesperación. Debía ser mi linaje. Quizá estaba
siendo castigado por el mal que había dentro de mí, no importaba que no
fuese mi culpa que estuviese ahí.
―No lo valía.
No sabía a quién pertenecía la voz detrás de mí, pero sin girarme asentí.
―Está bien.
Todavía no me giré, sino que mantuve mi mirada en Danny y su rubio
hasta que desaparecieron entre la multitud. Una mano fría tocó mi brazo,
haciéndome retroceder ante la punzada de electricidad estática. Dejé que
el chico me dirigiera hacia la barra más cercana y me senté en el taburete
como aturdido. Mi escolta desconocido pidió dos gin-tonic. Cuando un
vaso frío presionó mi mano, finalmente miré a mi nuevo acompañante.
Sí, se podría decir que supe de inmediato que el hombre que se sentaba a
mi lado era un vampiro.
―¿Tú no? ―deje escapar, después casi me ahogo. Muy listo, Taehyung.
―¿Cómo te llamas? ―Mi tono era firme, pero los nervios me hicieron
engullir mi segunda bebida tan rápido como la primera. Se me había
terminado antes de que me contestara.
―Anthony.
Sabía que era probable que me hubiese dado un nombre falso, y después
de Danny, no quería que ningún otro hombre me llamase Taehyung.
―Me llamo... Tae. ―Y tú eres mi ratón, o yo soy el tuyo. Que gane el
mejor.
―¿Taehyung qué?
Miré a su cabello. Era tan oscuro que podría haber pertenecido al ala de
un pájaro.
―Raven.
• ────── ✾ ────── •
Había filas de árboles delante de mí. Entre ellos, podía ver la plateada
línea de agua. Si quisieras chuparle la sangre a alguien y dejar su cuerpo
en un lugar retirado, este sitio era perfecto para ello.
―¿Dónde estamos? ―No tenía que fingir el temblor de mi voz. Estaba
completamente solo con un monstruo que seguramente iba a matarme.
―Quería salirme del camino y pasar algo de tiempo contigo. ¿No te gusta
como suena eso? ―Anthony hizo que su voz sonara vulnerable y sexy.
Toda una actuación, pero probablemente la práctica hacía la perfección.
Ahí estaba. Lo había dicho firmemente. Si estaba loco y solo era un chico
normal buscando un buen rato, encendería el coche y nos iríamos. Sin
daño no hay castigo.
Su voz descendió a una octava más baja y profunda. Suave como el aire
de fuera. No espero a mi respuesta, sino que me besó, con su boca
inclinándose sobre la mía. Los labios de Anthony estaban más fríos que
los míos, pero habría asegurado que se sentiría frío y asqueroso, y estaba
sorprendido de que no fuera así. También se me pasó por la mente que
era mejor besando que Danny. No obstante eso era totalmente absurdo
porque estábamos aquí para matarnos el uno al otro.
Una sonrisa cruel coronaban su cara, y sí, sobresaliendo por sus labios
había dientes puntiagudos con aspecto asesino.
―Tus ojos brillan ―susurré―. ¿Adivina qué? Los míos también pueden.
―¿Qué?
Aulló tan alto que sacudió las ventanas. Entonces se erigió hacia atrás,
intentando alcanzar el arma que había en su cuerpo. Resistí sabiendo que
si paraba se acabaría todo. Con una ferocidad que no sabía que residía en
mí, giré la cuchilla, torciéndola fuertemente de lado a lado. Anthony me dio
un revés tan fuerte que la ventana se agrietó cuando le di con la cabeza.
En el segundo que lo dejé, agarró el cuchillo.
• ────── ✾ ────── •
Eso me hizo abrir los ojos automáticamente. Lo primero que vi fue la cara
de Anthony. Su boca abierta, con la lengua colgando y sus rasgos que se
habían, de alguna forma, hundido y marchitado. Estaba encima de mí, y
yo estaba retorcido de forma extraña medio bajo la guantera. La sangre
que había sentido en mi boca era aparentemente suya, puesto que había
corrido en un sendero asqueroso de la hamburguesa de su espalda hacia
mi cara.
Tiré una vez y la puerta se abrió. Fui hacia atrás, retorciéndome, hasta que
hubo espacio suficiente entre nosotros para darle una patada a Anthony y
salir del coche. Desde mi punto de vista, en la suciedad, el coche parecía
la matanza de un cerdo. La sangre estaba esparcida por el parabrisas, el
salpicadero y los asientos.
Así que, a no ser que quisiera ir a prisión, tenía que deshacerme del coche
y el cuerpo. ¿Pero cómo?
Tuve náuseas. Anthony se veía incluso peor que antes. Su piel era como
cuero agrietado, sus labios estaban levantados sobre sus dientes, sus
manos como garras, su pecho parecía encogerse dentro de sí mismo. Si
no estuviera muerto, estaría haciendo una actuación digna de los Oscar.
Aun así, quería estar seguro, así que busqué en el asiento trasero otra
arma. Una parte de mí temía que si quitaba la daga, Anthony saltaría y me
atacaría.
Después de debatir conmigo mismo sobre qué hacer con el coche, decidí
limpiarlo lo mejor que pudiera con las toallitas. Entonces, abrí todas las
ventanas y lo empujé hacia la orilla del lago. Con suerte, se hundiría y no
volvería a ser visto.
No había herida. Bueno, aún estaba rojo de sangre, mía y del vampiro,
pero debería haber habido perforaciones desordenadas de los dientes de
Anthony, no había nada excepto piel suave. Presa de los recuerdos, toqué
mis costillas. Deberían doler. De hecho, no debería haber sido capaz de
hacer todas las cosas que había hecho en las pasadas horas, no con la
paliza que Anthony me había dado. Pero me sentía... bien.
Ya no dudaba por qué tenía Anthony las toallitas, servían muy bien.
Finalmente, metí el crucifijo en mi pantalón. Ya está. Me había desecho del
cuerpo y ocultado todo lo mejor que podía. Con suerte, nadie encontraría
nunca los restos del vampiro o el coche. Era el momento de irse. Me
quedaba un largo camino.
• ────── ✾ ────── •
uno por uno fue saliendo de la casa. Mis abuelos estaban en sus pijamas,
pero mi
madre llevaba el mismo vestido que el día anterior. Era obvio que no se
había ido a la cama. La expresión de alivio de su cara cuando me vio
cambió inmediatamente a
―¿Dónde has estado? ¿Tienes idea de qué hora es? ¡Casi me matas del
susto!
Igual que a tus abuelos. ¡Llamaron a la policía! ¿Qué...?
―¿Crees que puedes pasar por encima de todo y hacer solo Dios sabe
qué?
Paró cuando tomé sus manos y las alejé de mí. Por un momento
silencioso nos miramos, de manera agotada con enfado, y él sorprendido
por la fuerza de mi agarre. Después le di la espalda y fui hacia mi madre,
sujetándome el pantalón.
―Extiende la mano. ―Mi voz era dura, pero mis ojos no.
Las lágrimas también brotaron en mis ojos. Al menos había hecho que
estuviera orgullosa de mí.
Mi abuelo zapateó.
―Sí que lo has hecho. ―El tono de mi madre era tan vehemente que mi
abuelo la miró como si le hubiera salido otra cabeza. Ella acarició mis
hombros antes de volver a hablar―. Déjalo en paz, estaba haciendo algo
bueno. Soy su madre, soy su responsable y digo que está bien.
Más tarde esa noche, me levanté y tomé la cena como si nada hubiera
pasado, y mis abuelos nunca volvieron a mencionarlo.
Como mi madre antes que yo, conseguí una beca para la Universidad
Ohio State y utilicé el dinero de mi trabajo en la huerta para comprar mis
libros. A diferencia de ella, el resto de dinero que utilicé como depósito
para mi destartalado apartamento fuera del campus vino de los vampiros.
Más concretamente de vampiros muertos. Por puro sentido práctico, me
había acostumbrado a embolsarme su efectivo después de matarlos,
tomando la idea cuando uno de ellos me robó antes de intentar
morderme. Quien busca, encuentra, era su lema, y estaba convirtiéndose
rápidamente en el mío. En los tres años desde mi primero, había matado
otros cuatro. Me había hecho mejor en ello.
Casi di por sentado que lo había etiquetado mal hasta que llegamos a su
coche y me dio un revés tan fuerte que incluso perdí la consciencia. Me
puso en el asiento de atrás pensando que tendría una bonita y larga
siesta, y condujo hasta un estacionamiento vacío, Para mi fortuna, había
dejado de llevar mi estaca en el bolso y la llevaba guardada dentro del
bolsillo de los vaqueros que llevaba. Cuando se lanzó sobre mí en el
asiento trasero, se derrumbó en mi nuevo juguete. Estaba muerto antes de
que sus colmillos se extendieran por completo.
• ────── ✾ ────── •
Eso sonaba como algo trivial, pero Jungkook no podía recordar la última
vez que fue realmente feliz. Oh, había estado satisfecho, contento,
complacido, encantado, estimulado, impresionado e inclusive emotivo con
muchos de sus amantes en su
vida, pero este sentimiento de felicidad era tan ajeno a él que se preguntó
si alguna vez lo había sentido antes.
Cuando finalmente recordó la última vez que sintió algo cercano a esto, un
bulto se formó en su garganta.
Entonces, tendría que esperar más tiempo, sus ojos pesados pero su
corazón palpitando, preguntándose si su madre tendría moretones de
nuevo o si vendría a la cama siquiera.
Pero no hubo un castillo. Sólo un burdel que fue su hogar aun después de
que su madre muriera de sífilis. Entonces él sería la puta, usando la misma
belleza de la que su madre habló como moneda de cambio para cualquier
mujer y hombre con dinero que gastar y una picazón que rascar. No había
tenido más opción que venderse a sí mismo, así como ella tampoco la
tuvo. El convertirse en vampiro cambió todo eso. Después de todo, podía
escoger a quién dar placer y no había escasez de mujeres. Pero ellas no lo
habían hecho feliz. Nada pudo hacerlo... hasta esto.
contra su pecho como un pequeño pájaro tratando de salir libre. Sus ojos
seguían cerrados, y un pequeño estremecimiento lo atravesó. Sin la
pasión para calentarlo,
el frío en la cueva estaba haciéndose notar.
Te amo, Gatito.
Sonrió ante las palabras que aún no se atrevía a decir en voz alta. No
importaba que él fuera demasiado joven, demasiado terco, de mente muy
cerrada, muy temperamental... lo amaba. Si fuera práctico, hubiera elegido
a alguien mucho más compatible. Pero el amor no era algo que escogías.
Te escogía a ti, probando que ser práctico no tenía nada que ver con ello.
Todos esos siglos creyendo que a él le faltaba el ingrediente que le
permitía a la gente enamorarse locamente, y aquí lo había encontrado a él
cuando menos se lo esperaba. Era suficiente para hacerle creer que el
destino podía existir después de todo, incluso si Taehyung era demasiado
bueno para él, a pesar de sus fallas.
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¿No se mueren de amor por este Jk? Bueno, el siguiente extra será publicado
el martes
El gran error de Taehyung que fue editado y no logró aparecer en la
versión final. Esta muuy interesante.
Esta versión alternativa también contiene una pequeña parte de lo que hizo
en One Foot in the Grave porque el contexto es esencial para comprender
la mentalidad de Taehyung en el momento.
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Mi madre se sentó a la mesa, y vibraba con emoción. Yo estaba menos
entusiasta. Minjae y yo habíamos estado saliendo por dos meses ahora, y
el pobre idiota dijo que quería conocerla. Ella había estado sobre la luna
por averiguar que tenía un novio que estaba vivo y no en el ejército. Su
cabello castaño estaba peinado en un moño e incluso usaba un traje que
no era poco elegante. Para que ella tuviera cuidado con su apariencia
hablaba a gritos para mí. Aunque ella solo tenía cuarenta y cuatro, a
menudo se vestía como si tuviera ochenta y cuatro. Era un desperdicio
porque era una mujer atractiva. Que yo supiera, nunca había estado en
una cita desde la noche que fue violada. Lástima que tenía un duro tiempo
dejando atrás el pasado como yo lo hice.
―¡Taehyung, estoy tan feliz por ti! ―dijo por quinta vez.
Eso hizo mis labios curvarse. No, no debemos dejar a Minjae estar
confundido por el hecho que allí siempre estaban sucediendo cosas
extrañas.
No, Minjae era el caballero perfecto. Incluso Namjoon, quien corrió una
verificación completa sobre él sin mi conocimiento, estaba feliz con él.
Para darle crédito, Minjae quitó el borde de mi soledad. Era un tipo genial
y me gustaba tremendamente. Pero... todavía lloraba en la noche cuando
pensaba en Jungkook. Todos los cálidos, amigables sentimientos en el
mundo no podía sostener una vela por el hecho que mi corazón aún le
pertenecía solo a él. Tal vez continuaría sintiendo como si tuviera un
agujero en medio de mí por el resto de mi vida. Al menos podía decir que
lo intenté.
―¡Está aquí!
Le dije mentiras, por supuesto. Allí no había ni una pizca de verdad que
pudiera compartir con Minjae. Él pensaba que mi padre había muerto
cuando yo era un bebé y que el matrimonio de mis padres no había sido
uno feliz. En mi vida falsa, yo no era ilegítimo. Entonces de nuevo, no era
medio vampiro, tampoco. Él también pensaba que era irlandes. Diablos,
por todo lo que sabía, podría serlo. Con todos los recursos del gobierno
de los Estados Unidos a mi disposición, todavía no había sido capaz de
averiguar la identidad de mi verdadero padre.
Resoplo a eso pero se rindió. Todavía debía estar tratando de hacer una
buena impresión en Minjae, o me habría discutido por al menos otros
pocos minutos.
Le dirigí una mirada que decía que lo dejara estar. Ella me ignoró, como
siempre.
―Le di a Vante un collar para su gato en nuestra primera cita, pero nunca
recuerda ponérselo ―dijo Minjae con una sonrisa indulgente hacia mí. Era
imposible de enojarse.
Mi madre no lo era.
―¡Vante, eso es tan grosero! Cuando alguien te da un regalo, no lo dejas
languidecer. Que gesto considerado, Minjae. ¿Dónde está el collar? Lo
voy a poner en el felino sarnoso yo misma.
―Vamos a ver ahora ―murmuró para sí―. Aquí está la hebilla y aquí está
la correa. Oh mira, tiene su nombre en él. Vante, no sabía cómo lo llamas.
¿Qué...?
―Ves, algo malo siempre sucede cuando jodes con Jungkook. ¿Ese
rasguño duele? Espero que no deje una marca como la que conseguí la
última vez que acaricié a Jungkook. Prácticamente me mantuvo arriba
toda la noche lamiéndolo.
Minjae miró atrás y adelante entre nosotras, sintiendo la tensión, pero sin
saber el motivo. El rostro de mi madre llameó en furiosa vergüenza, pero
no me importaba. Un comentario bajo merecía otro.
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Le di una mirada.
―Ella estaba comportándose, Minjae. Créeme, puede ser una verdadera
perra, pero te amó. Estoy asombrado de que no agarrara tu trasero
mientras salía.
Él se rió.
―Eso habría sido diferente, pero entonces las cosas siempre son
impredecibles alrededor de ti. Es lo que más me gusta.
―¿Estás seguro?
Lo besé y me estiré hacia abajo, tirando su camisa fuera de su pantalón.
Jadeó
―Estoy seguro.
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―El desayuno está listo, Vante ―gritó―. Ven abajo antes de que se
enfríe.
El reloj mostraba las 9:00 a.m. nunca despertaba así de temprano si podía
evitarlo. Lo que un sádico de armario debe ser. Me dirigí directo al baño y
estaba ocupado cuando el teléfono sonó. Nadie me llamaba a esta hora a
menos que fuera problemas. ¿Ahora qué?
Hoseok era la única persona quien no parecía feliz con Minjae, incluso
aunque solo lo había visto dos veces.
―Sí, llamé por una razón. Necesitas venir en este momento. Namjoon
está
Hoseok vivía cerca, y mi casa estaba de camino al complejo, pero aun así
me molestaba. Minjae se quedó en la puerta y su rostro cayó cuando vio
mi expresión.
Era una que reconocía bien para ahora, la que decía que yo me iba.
―Correcto. ―Colgué sin decir adiós y comencé a sacar algunas ropas.
―Minjae, esta es la parte donde te recuerdo que no vivo una vida normal.
Si no puedes manejar eso, déjame decirte que deberías reconsiderar salir
conmigo.
Vino adelante cuando me dejé caer al piso para ponerme mis botas.
―Minjae, por favor... te dije que no soy normal. ―Mis botas estaban
puestas como mi ropa. Me eché agua en la cara y comencé a cepillarme
los dientes.
―Sé lo que me dijiste. Sí, recuerdo eso cuando estoy contigo. Pero no me
importa. Vante, ¿qué sientes por mí? ¿Es esto solo... casual para ti?
Parecía tan vulnerable con su cabello negro alborotado y sus ojos azul
grisáceo rogando. Me sentí como un idiota por utilizarlo para aliviar mi
triste existencia. Un golpe abrupto en la puerta me salvó de contestar.
Rocé a Minjae cuando lo pasé, corriendo escaleras abajo para responder.
―Te llamaré después, Minjae ―dije, y me fui sin una mirada atrás.
Él bufó.
Él solo tenía una llave en caso de que muriera, pero aun así.
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Minjae me llamaba cada día. No le llamaba de regreso. Las únicas dos
personas a las que hablaba fuera del trabajo eran Jimin y mi madre. Jimin
había conocido a Sehun en unas pocas ocasiones, y yo una vez incluso
me había entretenido con la idea de emparejarlos. Él declinó, declarando
que no podría manejar el estrés de estar con alguien quien arriesgaba su
vida cada vez que iba al trabajo. Desde que él estaba muerto ahora,
estaba contento que no habían estado involucrados. Al menos no había
contribuido a su miseria también. Cuando le dije que él murió, ahorrando
cualquier otro detalle, Jimin colgó el teléfono y vino directo.
Solo había tres personas quienes podrían venir sin llamar: Hoseok, Daniel
o Minjae.
No había razón por la que no debería quererlo. Era amable, gentil, sincero,
considerado, y guapo. Eso significaba, por supuesto, que no sentía nada
más allá del afecto benigno que le daba a Hoseok y Daniel. Menos que
eso, en realidad. Con ellos había un vínculo más profundo de enfrentar la
muerte juntos regularmente y el sentido acompañado de responsabilidad.
Minjae no tenía ninguna de esas ataduras
conmigo. En ese momento, como sea, me ofreció una cosa que ellos no
podían.
―Entra.
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―¿Tú qué?
Estúpido.
Otra pausa.
―Le diré a Minjae que ofreciste tus felicitaciones ―lo corté, luego colgué.
Por una vez, había sido más lindo hablarle a mi madre. Eso daba miedo.
Me incliné atrás.
―Sí, lo fue.
―¿Lo conoceré alguna vez? ―De nuevo, sonaba como si estuviera
eligiendo sus palabras.
Miré abajo a él y supe que no tenía que preocuparme sobre mis ojos
cambiando de color. Mi naturaleza vampiro no había sido llamada ni una
vez. Ves, allí había algunas ventajas de no estar satisfecho con mi nuevo
prometido. Solo tenía que mirar el lado brillante.
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―No tomo mucho tiempo para que Namjoon rastreara la llamada, eh?
―Sin sorpresa que él había revuelto para encontrar en qué hotel estaba.
―NO lo amas ―siguió Hoseok como si no hubiera hablado―. ¡Ni siquiera
lo conoces! Dudo que incluso sepas su jodido segundo nombre. Y él
seguro como el infierno no sabe el tuyo. Se cagaría en su pantalón si
conociera al verdadero tú.
Mira, todos estamos molestos sobre Sehun, pero no crees que Sehun
quería que tú fueras e hicieras algo estúpido como comprometerte a algún
tonto que ni siquiera conocería el lado peligroso de un arma si no fuera
empujada en su...
Colgué. De acuerdo, así que tal vez esto había sido precipitado, pero iba a
llevarlo a cabo. Después de todo, no podía ser el peor error que hubiera
hecho. Mi vida era una cuenta gloriosa de una mala decisión tras otra, y
normalmente esas decisiones terminaban con alguien muerto, como mis
abuelos. O Sehun. ¿Qué era un compromiso rápido comparado a eso?
Junto a mí, Minjae comenzó a estirarse. El sexo era como un sedante para
él.
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Cuando no pude soportarlo más tiempo, giré mi cabeza para enfrentar una
pared y hablar entre dientes así solo él podría escucharme.
―¿Celoso, amor? ―dijo él, cubriendo sus palabras con una tos falsa.
Caminé recto hacia la barra justo después del último clic de la cámara. Allí
solo había una cosa que podría ayudarme esta noche, y eso era ginebra.
Montones de ginebra. Bajé la primera copa sin moverme de enfrente del
camarero.
―Otro.
El camarero me dio una mirada inquisitiva pero sirvió otra ginebra y tónico.
―Dime, ¿por qué estás aquí? Es porque tú... ¿aún tienes sentimientos por
mí?
―¿Namjoon? ―suministró.
―Sí, Namjoon. Dijo que había buscado su vida entera por alguien quien
fuera lo suficientemente fuerte para luchar contra vampiros pero quien no
fuera uno de ellos. Y mi querida madre les informó que yo había estado
durmiendo con uno, así que ellos sabían sobre ti también. Namjoon me
ofreció un trato. Él nos recolocaría, y yo lideraría su equipo. A cambio, él
prometió dejarte solo. Entonces tú nos atrapaste en nuestro camino al
aeropuerto y demoliste quince kilómetros cuadrados de carretera. ¡Pusiste
cinco agentes en coma, Jungkook! Si no hubiera tomado el trato,
habríamos sido cazados como animales, y conoces a mi madre, preferiría
morir que ser protegida por ti. Ella también prefería verme muerto que
convertido en un vampiro, y seamos sinceros, ¡eso es lo que
eventualmente habrías querido que hiciera!
―¿Es eso lo que toda esta sangrienta cosa era? ¿Tu mamá diciéndote
que te convertiría en un vampiro? Sangriento infierno, Gatito, ¿cuándo
alguna vez te he forzado a hacer algo que no querías? Deberías haber
confiado en mí. Confié en ti. Nunca lo vi venir cuando huiste sin una
palabra.
Jungkook se enderezó.
Se encogió de hombros.
―No estoy de duelo por él. ―Mi voz estaba llena con auto
recriminación―. Perdí a un amigo ese día. Y para que conste, no supe
sobre Chicago hasta hace un mes. Namjoon me había dado algo de
tiempo fuera para tratar con mi culpa, así que envió a alguien más a
Chicago cuando Danny estuvo perdido. Sólo me dijo sobre ello cuando
Jackson se escapó. ―Di una risa seca, sin humor y lo miré―. Cuando
―¡Allí estás! ―gritó Minjae desde el otro lado del patio―. Precioso, las
personas están preguntándose dónde estabas. ¿Qué estás haciendo aquí
afuera?
Me alejé tan rápido que Minjae tuvo que trotar para alcanzarme. Incluso
así, la voz de Jungkook siguió tras de mí, demasiado bajo para que Minjae
escuchara.
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Está bien, así que tal vez soné como un sargento, pero estaba tratando de
mantener mi cabeza sobre el agua aquí.
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Cada cabeza giró. Jungkook sofocó una risa fingiendo una tos repentina.
―Estoy bien ―espeté con dureza. Su cara dolida me hizo encogerme con
culpa―. Solo avergonzado ―cubrí―. Primero el viaje, ahora rompo copas
y grito obscenidades. Estaré bien. Ve de regreso a tu asiento. No vamos a
hacerlo peor.
―Voy al baño para lavar esto y tirar los cristales ―le dije a Jimin.
Hice una parada en el bar primero. El camarero dio una mirada de ojos
abiertos a mi servilleta manchada de rojo.
Sin demora, una botella sin abrir fue empujada en mi aún sangrante mano.
—No.
Me dio una dura, breve risa y sus ojos brillaron verdes. Ira o pasión, no
estaba seguro.
Se movió a matar.
―Vamos a hablar sobre eso también. No es de extrañar que estás caliente
como un petardo a mi alrededor. La mejor noche que has tenido todos
estos años ha sido indudablemente contigo mismo. ―Entonces se inclinó
adelante hasta que su boca estaba a meros centímetros de mi oreja―.
Sabes, amor, he estado preguntándome algo desde que averigüe que
estabas comprometido. ¿Qué es más frustrante para ti? ¿Tener que
ocultar tus ojos cada vez que Minjae está dentro de ti así no ve su brillo...
o no necesitar cerrarlos en absoluto?
―He estado soñando con eso por años. Voy a mantener tu oferta.
―No para un vampiro, por respeto a Yoongi, dejaré ir esto por ahora. Tú y
yo terminaremos esto después.
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†††††††††††††
Se rió abiertamente cuando me bajé de mi coche. Está bien, así que tal
vez me había ido un poco sobre la borda en mi intento por lucir
desaliñado. Incluso debatí si bañarme o no lavarme los dientes, pero la
higiene había ganado. Tenía puesto un overol suelto, una camiseta con
cuello de tortuga y mangas largas. Mi cabello colgaba en hebras salvajes
después de que lo había secado duramente con la toalla después de mi
ducha. Ni siquiera me había molestado en peinarlo.
―Me arriesgaré.
Resopló rudamente.
Claro, no tenía idea de quién era yo. Solo me tomó otro minuto darme
cuenta que tampoco tenía una maldita idea de quién eras tú. Es por eso
que tu osito humano está a salvo de mí. Es demasiado blando, ingenuo,
idealista y débil. Te comprometiste con un hombre al que sabías que
nunca podrías amar verdaderamente, y Dios sabe que él tampoco te
amaría si tuviera idea de quién y lo que eres. El tipo de tu equipo tiene
más que temer de mí que de Minjae.
―Muy cierto que él quiere follarte, pero caminaría entre las llamas por ti.
―Yo no lo amo.
―Por supuesto que no. Sería demasiado peligroso para ti, ¿no es así?
―Por favor, tan solo vete. ―Forcé la respuesta a salir por pura fuerza de
voluntad―. Por favor, estoy diciéndotelo a la cara, como no pude hacerlo
antes.
―Encontré esos orbes café oscuro con los que soñaba incesantemente y
no flaqueé―. Adiós, Jungkook.
Partir como amigos, eso estaba mejor que antes ¿no es así? De hecho,
sería un total insulto si me negara a tan magnánima oferta. Todas esas
excusas pasaron volando en mi mente y anularon mis advertencias
internas que me decían que no
Di un paso adelante y puse mis brazos alrededor de él, pero tan pronto
como lo hice, supe que era un error. Uno colosal. Jungkook dobló sus
brazos a mi alrededor, y fue como una cerilla prendiendo a través de cada
terminación nerviosa. Su cuerpo parecía pulsar con voltaje rogando ser
liberado, y su abrazo era la única cosa que se había sentido bien en los
últimos seis años y medio. Nunca, jamás debí haberlo tocado. Siempre
había sido mi kriptonita.
Pude haber jadeado cuando mis manos tocaron su piel desnuda excepto
que en ese instante, sus labios cubrieron los míos. Devastó mi boca con
necesidad ciega, su lengua rastrillando duramente el interior. Su agarre en
mí se tornó inflexible, aplastante, y me levantó sobre mis pies mientras yo
enrollaba mis piernas alrededor de su cintura. Solo la presión de nuestros
cuerpos mantenía su suéter puesto. Había desgarrado el suéter en tiras en
mi avaricia por tocar su piel desnuda.
―No pares. ―Rastrillé mis uñas hacia abajo en su espalda por énfasis,
concediéndole nada en el gesto. La tormenta rompió alrededor de
nosotros, la lluvia despellejándose hacia abajo en hojas, me sentí más
salvaje que la lluvia, con
frenesí.
Lo sentí sonreír contra mi piel, y abrí los ojos. Su mirada color esmeralda
brillante sostuvo la mía y la realidad de él estando conmigo, yo estando
dentro de sus brazos, me golpeó con retraso. La angustia que había
cargado por tanto tiempo, se fue poco a poco, reacia a romper su
dominio. Lágrimas vinieron a mis ojos, y no pude mantener a raya la
verdad mucho más tiempo.
―Todo lo que te dije antes era pura mierda. Aún te amo. ¡No pude
detenerme, no importó cuán duro traté! Oh Dios, Jungkook, he estado tan
perdido sin ti... ―Ya no pude hablar. Traté de combatir las lágrimas, pero
vinieron como quisieron, y un sollozo ahogó mis palabras.
Justo como esa otra ocasión hace años cuando me había mordido; lo que
la lógica me decía que debía doler solo se sentía bien en cambio.
Realmente, realmente bien, e incrementando con cada succión de su
boca. Traté de hablar y no pude. Parecía que había una autopista
directamente conectando mi arteria con mis entrañas, y lo sentí ahí como
si estuviera dentro de mí otra vez. La última vez que me había mordido no
había sido así. Había sido rápido y explosivo. Esta vez era lento y
crepitante, alarmante y erótico. No me estaba drenando por centímetros,
lo estaba haciendo por milímetros.
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Lamento la espera he andado muy ocupada como siempre ;-; pero por fin
me di un tiempito para adaptar este capitulo espero que les haya gustado
tanto como a mi, les juro que grité de emoción mientras iba leyendo es uno
de los mejores extras!!
¿Qué tal les pareció? Les parece mejor este reencuentro que el de la obra
oficial publicada? A mi definitivamente me gustó mucho más, es más
crudo y ufff emocional.
Ambos llevábamos abrigos por decoro así como por aspectos prácticos.
Habría discutido, pero lo que Hoseok no sabía era que Jungkook tenía
que volar mañana temprano. Tendríamos que estar en el aeropuerto a las
nueve y media, y
―Llevo esperando toda la maldita noche para hacer esto ―gruñó él,
arrodillándose a mis pies. Me quitó la chaqueta, arrojándola a un lado.
Cerró sus labios sobre mi
A pesar del calor que aumentaba en mi interior, aún quedaba una punzada
de celos.
Arañé su espalda con las uñas mientras le rodeaba la cadera con mis
piernas.
―Ahora. Ya. Te quiero tanto.
―Ah, mascota, adoro lo ansioso que te pones. Sí, ahora, y tengo otra
sorpresa para ti...
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―Tu cuerpo envejeció casi al punto de estar realmente muerto. Es por eso
que tu cabello es blanco ¿verdad?
Jungkook dejó salir un aullido y me apretó más contra él. Líquido rosa se
derramaba de sus ojos, combinando con mis propias lágrimas en cantidad
si no en color.
―Si hubiera vuelto y visto eso, Gatito, me habría matado más eficazmente
que cualquier plata en mi corazón. Prométeme, prométeme, prométeme
que nunca harás una cosa así. Si muero, esperaré por ti, ¿entiendes? No
importa cuánto tome.
Te veré desde el más allá para asegurarme de que vives cada año que
tienes a todo lo que da y entonces tendremos mucho de qué hablar
cuando te vuelva a ver...Prométemelo ahora, Taehyung.
FIN
¡Gracias por quedarse hasta el final! Siempre les estaré eternamente
agradecida por todo el cariño que esta adapta** tuvo espero me sigan
acompañando en las siguientes. Los adoro y les deseo lo mejor a cada
uno de ustedes sean felices y apoyen mucho a Bangtan.