La Revelacion de Dios
La Revelacion de Dios
La Revelacion de Dios
En la tradición
helenística, aquel
Logos (sentido,
conocimiento) que
propusieron no sólo
los naturalistas y pre-
socráticos, sino
también los clásicos,
partiendo desde
Sócrates y pasando
directamente por
Platón y Aristóteles.
En esta tradición, se
ve reflejada la
necesidad de hallar un sentido que pudiera explicar el equilibrio del cosmos,
aquello que lo había hecho todo posible y que aún no era fácil de digerir por algunos
de los principales pensadores.
Es mediante estas tres fuentes en que podemos conocer a la Revelación como tal
sin llegar a agotar el misterio de Dios en sí mismo, pues eso es y seguirá siendo
Dios para todos nosotros: Un Misterio.
Sin embargo, a pesar de ser un Misterio y teniendo en cuenta de que el hombre ha
podido conocerlo – en parte – no pierde su condición de infinitud, es decir, el
Misterio de Dios no se agota. Cuenta la Tradición que un día, San Agustín de
Hipona, Padre y doctor de la Iglesia que vivió entre los años 354 y 430 después de
Cristo, se encontraba caminando por la orilla del mar, cuando vio a un niño que
intentaba llenar un pequeño agujero en la arena con el agua del mar. Dado que el
niño corría una y otra vez del mar a la arena y viceversa, Agustín decidió acercarse
y le preguntó:
El árbol se conoce por sus frutos, la fe se conoce por sus frutos y el fruto de la fe,
es el amor. Conocemos a un Dios que, como lo dice el apóstol Juan en su primera
carta, es Amor. Y nosotros hemos nacido de ese amor para amar.
Dios es amor, atrévete a vivir por amor.