Devocional Cuarto de Guerra - Semana 4 Día 6
Devocional Cuarto de Guerra - Semana 4 Día 6
Devocional Cuarto de Guerra - Semana 4 Día 6
Vivir al ritmo que los sentimientos tocan se torna una experiencia muy difícil de
sobrellevar. Porque en ese sube y baja de amores imposibles y pasiones encontradas,
pareciera que la vida misma ha perdido su valor y todo se ha reducido a la concreción
– o no – de una relación amorosa.
Hoy quiero decirte que estés tranquilo (a), no te desesperes, no eres el único ni
tampoco lo serás, han existido hombres de Dios que han pasado también por es5tos
estados
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¿Hasta cuándo, SEÑOR, he de pedirte ayuda
sin que tú me escuches?
¿Hasta cuándo he de quejarme de la violencia
sin que tú nos salves?
Habacuc 1:2
Nueva Versión Internacional (NVI)
Las circunstancias que desencadenan estas emociones pueden ser inevitables, pero
nuestra manera de responder la decidimos nosotros.
Podemos dejar que la tristeza abrume nuestras almas, o enfrentar la situación con
valentía y someterla a Aquel que puede ayudarnos.
He conocido personas que parecían estar en una situación irremediable. Pero unos
años más tarde, estaban en una situación excelente, ya fuera en términos de sus
circunstancias o de sus emociones. ¿La razón? Nunca se dieron por vencidas. En vez
de entregarse a la autocompasión, optaron por creerle a Dios, dar un paso de fe, y
salir del foso emocional.
Nehemías es un buen ejemplo. Tenía todas las razones para sentirse derrotado, pues
su gente estaba en aprietos. Después de recibir la noticia de que el muro de la ciudad
estaba destruido, este varón de Dios se sintió profundamente triste y desanimado.
Y aunque el dolor inundaba su alma, clamó a Dios buscando su dirección. Si lees el
libro de Nehemías Cap 2: 1-8, te darás cuenta que aun cuando estaba muy triste
por la situación «irremediable» que vivía, clamó a Dios.
La tristeza en la presencia del rey se castigaba con la muerte. Pero el Señor contestó
la oración de Nehemías con un poder grandioso, lo que llevó al rey a notar el
semblante triste de su siervo, y a preguntarle después qué podía él hacer para
ayudarlo. Este milagro dio lugar a la reconstrucción del muro y a la liberación del
pueblo de Dios. El Señor puede tomar una situación irremediable, sea cual sea, y
cambiarla de maneras mucho más maravillosas de lo que usted pueda imaginar.
¿Vive usted en una espera ansiosa de lo que el Señor hará? ¿O ha decidido
permanecer en las profundidades de la desesperación? Al igual que Nehemías,
convierta su desánimo en una petición de ayuda a Dios. Él puede renovar sus
esperanzas y evitar que las emociones negativas dominen su vida.
Oración:
① Oremos al Padre para que tome nuestras angustias y las lleve a los pies de Cristo,
que la tristeza se convierta en gozo, que la angustia en paz, que el desánimo en
fuerzas y que podamos remontar nuestra mirada al Cielo.
③ Hoy quiero invitarte para que, confíes plenamente en Jesús, que durante todo
este día siempre estés pensando que eres un vencedor, no le des cabida al desánimo.
«Con la mirada siempre en alto, eres del Cielo, trabaja para el Cielo, que el Cielo está
trabajando para ti.»