Lisa Helen Gray - Carter Brothers 3.5

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~1~

ÍNDICE

SINOPSIS CAPÍTULO DIEZ

CAPÍTULO UNO CAPÍTULO ONCE

CAPÍTULO DOS CAPÍTULO DOCE

CAPÍTULO TRES CAPÍTULO TRECE

CAPÍTULO CUATRO CAPÍTULO

CAPÍTULO CINCO CATORCE

CAPÍTULO SEIS CAPÍTULO QUINCE

CAPÍTULO SIETE CAPÍTULO

DIECISÉIS
CAPÍTULO OCHO

EPÍLOGO
CAPÍTULO NUEVE

~2~
SINOPSIS
Evan Smith ha tenido su vida planeada desde los doce años. Sabía lo que
quería y sabía cómo conseguirlo.

Sólo cuando su hermana es secuestrada se da cuenta de que la vida que tiene


no es la que realmente quiere.

Quiere más.

Evan empieza a echar raíces y todo parece ir bien hasta que una morena
diminuta y caliente con ojos marrones redondos aparece en la puerta de su casa.
Su belleza no sólo hace que Evan se desquicie, sino que lo que ella viene a
decirle altera toda su vida.

Puede que Kennedy le haya dado una noticia que lo sacudió, pero también
le dio lo que él había deseado.

Pero cuando alguien amenaza con romper la vida que siempre ha deseado,
¿cómo lo hará? ¿Será capaz de mantenerlos a salvo o llegará demasiado tarde?

~3~
CAPÍTULO UNO

EVAN

Averiguar que tu madre no es tu madre y que tu madre biológica murió a


manos de la mujer que se hizo pasar por tu madre durante veintiocho años,
realmente apesta.

Siempre supe que era adoptado. Me acuerdo de una antigua pareja antes de
irme a vivir con mi padre. Eran cariñosos y amables, y nada como la madre con
la que crecí. Recuerdo que siempre pensé, 'llevadme de vuelta a ellos'. No fue
hasta que me dejaron acercarme a mi hermana que supe que necesitaba
quedarme. Alguien tenía que protegerla.

Fallé.
De muchas maneras.

No sólo de mi madre, sino del mal fuera de las cuatro paredes en las que
vivimos. Cuando fallé en protegerla de una de las pandillas de nuestro pueblo,
sabía que tenía que dar un paso adelante. Necesitaba tomar las decisiones
correctas en lugar de tomar siempre las equivocadas.

Eso es lo que me llevó a ahora.

- ¿Estás seguro de que no podemos convencerte para que te quedes? - ahora


mi antiguo jefe, William, me pregunta. Sólo está enfadado porque no tiene a
nadie de mi edad en su equipo para ir de encubierto. Después de hacerlo durante
los últimos nueve años y de estar a punto de perder mi hermana, luego de
descubrir que estaba embarazada y así sucesivamente, necesito conseguir una
vida. En el sentido literal también. Quiero lo que ella tiene. Se está casando
pronto y tiene un bebé. Quiero eso. No, necesito eso en mi vida. No estoy
diciendo que estoy listo para los niños, estoy muy lejos de listo, pero la parte
casarme, establecerme es lo que quiero. Estoy listo.

- No señor. Necesito hacer esto - le digo por décima vez esta tarde. Acababa
de terminar de empacar las cosas de mi oficina cuando me llamaron a la suya.
Ha estado sobre mí durante un mes desde que entregué mi renuncia. Tenía que
acabar con los pocos casos que había dejado abiertos antes de irme. No se me
exigía, pero me sentiría como si dejara el trabajo sin hacer si los dejara abiertos.

~4~
- Bien, estoy triste verte ir, pero, hijo, si alguna vez, y quiero decir, alguna
vez, quieres volver, siempre habrá un trabajo aquí esperando por ti.

- Gracias, señor, pero estoy invirtiendo en el nuevo negocio.

- Ah, el trabajo de guardaespaldas.

Me río. Él no lo entiende. No se trata sólo de seguridad para los ricos y


famosos o que estaré instalando sistemas de seguridad, es el hecho de que es
algo que me gusta hacer. Siempre he querido estar en este lado del trabajo. Sí,
todavía tendré el trabajo ocasional donde lo más probable es que tenga que ir a
espiar a la pareja infiel de alguien, pero todo es de buena fe. Algún día llevaré el
negocio a donde sea necesario. Tal y como están las cosas, nos va mejor que a la
mayoría de las empresas en los primeros meses de empezar. Tenemos algunos
clientes que pagan bastante bien, algunas cuotas de seguridad alineadas y
algunos trabajos aquí y allá.

- Sí. Mira, necesito ponerme en marcha, pero ¿nos vemos esta noche? - le
pregunto recogiendo mi caja con mis pertenencias.

- ¿Lo haremos? - Él pregunta confundido. El tipo no podría ocultar un


secreto aunque su vida dependiera de ello. El cómo se las arregló para manejar
este trabajo es un misterio.

- Te he oído decirle a los chicos que te encontrarás con ellos en el Cavan a


las diez - le digo con sequedad.

- ¡Mierda! No hagas ver como que lo sabes - se encoge de hombros,


frotándose las manos grandes por su rostro. El tipo realmente necesita hacer más
ejercicio.

- Nos vemos más tarde - Me río, mientras salgo. Todo el mundo mira desde
sus escritorios, dándome elevaciones de la barbilla. Le devuelvo el gesto a cada
uno de ellos hasta que llego a la recepción y mi cara cae. Esta es la parte del
trabajo que nunca echaré de menos. Odio entrar y ver su cara todos los días.

- Evan - ella arrulla, sonriendo. - Te vamos a echar de menos por aquí. ¿Qué
tal si nos vemos esta noche y te doy una despedida adecuada? Ya no hay nada se
interponga entre nosotros.

~5~
Me estremezco. La mujer es una muñeca Barbie de tamaño natural y no
estoy bromeando. De hecho, parece ser más de plástico que una Barbie.

- Sí, tampoco tengo que preocuparme por perder mi trabajo ahora, así que
puedo decir lo que me gustaría. Vete a la mierda y ve a molestar a alguien más
para obtener sus bolas - La dejo de pie en su escritorio con la boca colgando
abierta. Sin embargo, estoy bastante seguro de que está acostumbrada a que su
boca se abra así. No me extrañaría si ella tuviera todas las enfermedades de
transmisión sexual conocidas por la humanidad. Ella es la definición de la
palabra 'puta'.

*** *** *** *** *** *** *** ***


La vuelta a mi casa no es mucho mejor que mi tiempo con Sally en la
recepción. Lexi está esperando y ella trajo a su cita con ella.

Desde el secuestro de mi hermana la mujer ha cambiado. Pensé que éramos


cercanos, ya sabes, cerca de convertirnos en algo más que amigos. Pero cuando
intenté besarla ella se apartó y me dijo que estaba viendo a alguien.

Habla sobre patear a un hombre cuando está con la guardia baja.

Nunca me di cuenta hasta entonces de que mis sentimientos por Lexi


vinieron sólo de mi necesidad de sentar la cabeza. Y porque creía que Lexi era la
persona más fácil con la que hacerlo. Todo con ella parecía fácil. Yo realmente
nunca parecía lo suficientemente profundo. A veces, la forma en que me miraba
me hizo preguntarme si me veía como algo más que un amigo. Todos los signos
estaban allí. Ella me llamaba constantemente, hablando conmigo hasta altas
horas de la mañana algunas noches y siempre me traía comida cuando sabía que
volvía a casa de un trabajo.

Obviamente, mi radar está apagado porque, en sus palabras exactas, me ve


como a un hermano.

Un jodido hermano.

De ninguna manera Denny me mira como ella lo hace cuando yo entro en


una habitación, o cuando me pongo mis pantalones cortos de gimnasio.

Necesitando terminar con este intercambio incómodo salto del coche y


agarro mi caja del asiento trasero. Ella acaba de subirse a la acera cuando los

~6~
alcanzo.

-Hey, - ella susurra en voz baja y noto que la mano del imbécil se aprieta
alrededor de la suya. Mis ojos se estrechan en su mano. Pero conozco a Lexi. Si
este gilipollas le hiciera daño, me lo diría. Su ex-marido la golpeaba mucho, así
que sé que no caería en la misma trampa. Le costó mucho salir cuando lo hizo.

Yo había vivido junto a ella cuando trabajaba en un caso, antes de que


surgiera el tema de la pandilla Davis. Estuve en ese caso durante un año antes de
que se terminara. Fue el peor puto trabajo de mi vida. Es otra razón por la que
quería salir de la fuerza.

Terminé siendo drogado y una de las putas que andaba por la unidad lo usó
como una invitación para acostarse conmigo. Era la última noche que yo
también tenía que estar allí. Cómo coño me puse duro es algo que nadie sabe.
Me hicieron pruebas de todas las enfermedades de transmisión sexual y todas
dieron negativo.

- Oye, - asiento con la cabeza, mirando fijamente al imbécil que está a su


lado.

- Recuerdas a Simon, ¿verdad? - pregunta ella, presentándonos de nuevo.

- Hey, sí. Me alegro de verte de nuevo, Steve. Estaba apurado la última vez,
- miento. No quería tener una presentación incómoda. Desde el casi beso mi ego
ha recibido un golpe. Un enorme y jodido golpe.

- Es Simon, - gruñe. No respondo. En vez de eso, miro a Lexi y le hago una


seña con la cabeza antes de mirar a la casa.

- Mejor me voy. Tengo que reunirme con los muchachos en una hora, -
miento. No tengo que reunirme con ellos hasta dentro de cuatro o cinco horas,
pero ellos no lo saben.

- Bien, te dejaré ir y te veré más tarde. Oh, antes de que me olvide,- ella
empieza cuando paso a su lado para caminar por el camino. Dejo de caminar y
me doy la vuelta para enfrentarla. - Hace unos meses me enviaron una carta
dirigida a ti por error. Lo puse en tu cocina. Me olvidé de ella hasta hoy cuando
clasifiqué mi correo, - sonríe.

~7~
- Gracias.

- ¿Tienes una clave de su apartamento? - Steve pregunta.

- Sí, cuido de su lugar, - ella comienza a explicar, pero interrumpo, sin


querer entrar en el medio.

- Te veré más tarde, - asiento con la cabeza de nuevo. - Nos vemos más
tarde, Steve.

- Es Simon, - gruñe de nuevo.

Bueno, mierda. ¿A quién carajo le importa? Podría ser el maldito Peter, por
lo que me importa. Todo lo que sé ahora es que quiero entrar y alejarme de ellos.
Así que eso es lo que hago. Los dejo hablando al final del camino y me dirijo a
la puerta.

La carta es lo primero que veo cuando entro, pero en lugar de ir a recogerla


decido sentarme en el sofá. Enciendo el televisor, pasando a Sky Sports.

~8~
CAPÍTULO DOS

KENNEDY

¿Por qué estoy tan fudging nerviosa? Es un policía. Uno encubierto. Él no se


va a enojar. Tomó un juramento de servir y proteger, no de culpar y avergonzar.

Tal vez se alegrará mucho. Sí, podría ser eso.

O no.

Me quejo. Estoy sentada afuera en mi golpeado Rover rojo. Todavía estoy


sorprendida de que se las arreglara para hacer el viaje de media hora hasta aquí.
Necesita un poco de trabajo. Vale, mucho trabajo, pero me costaría más arreglar
el antiguo pedazo de caca que lo que gastaría comprando uno nuevo.

Golpeando mi cabeza en el volante trato de calmar mis nervios.

Puedo hacerlo. Puedes hacerlo. Podemos hacerlo. No tienes otra opción


que hacer esto.

Me digo a mí misma que estoy haciendo lo incorrecto, que debo dar la


vuelta, pero después de semanas sin respuestas o llamadas telefónicas exijo una
razón para ello. Imogen merece respuestas.

La ira que he estado reprimiendo desde que todo comenzó comienza a


liberarse. Al salir del coche me estremezco cuando la puerta oxidada protesta
con fuerza, despertando a algunos niños en Australia. Dios, realmente debería
tratar de hacer algo sobre eso pronto. Consigue un poco de WD40 o algo así.
Eso debería hacer el truco.

Al cerrar la puerta, me doy cuenta de que olvidé subir la ventana. Había


estado tan nerviosa que empecé a sudar de camino hacia aquí. Gruñendo, abro la
puerta otra vez, haciendo un gesto de dolor al escuchar el sonido. Empiezo a
subir la ventana, pero como siempre, se atasca. No queriendo ser vista al lado
del coche golpeado, rápidamente uso una mano para levantar el vidrio, mientras
la otra sigue enrollando la ventana. En poco tiempo la ventana está arriba y soy
libre de cerrar y moverme en la acera.

Caminar hasta la puerta es fácil. ¿Golpear? Eso es sólo otra historia.

Fudging: el personaje lo utiliza para evitar


~ decir
9 ~ fucking.
Mordiendo mi labio inferior hasta saborear la sangre, finalmente encuentro el
coraje de llamar a la puerta, el sonido que resuena en mis oídos.

Cualquiera pensaría que estoy caminando hacia mi propia muerte, y no lo


que estoy a punto de realmente hacer.

Cuando nadie contesta, vuelvo a llamar a la puerta. Sé que está aquí. Lo he


estado esperando a unos cuantos coches de distancia para que vuelva a casa.

Mis nervios sólo se han disparado porque pensé que era esta otra persona.
Llegó poco después de que yo llegara. Lo escuché hablando por teléfono
mientras salía de su coche, hablando de que esta noche era la noche y algunos
otros comentarios groseros. Cuando el hombre comenzó a caminar en dirección
a donde yo necesitaba ir, mi estómago se derrumbó en el suelo. Entonces noté
que una mujer bonita que venía de al lado le sonreía y comencé a relajarme.
Pero no duró mucho cuando otro coche se detuvo. Supe tan pronto como salió
que era él.

- ¿Sí? - pregunta una voz profunda y ronca. Ni siquiera me di cuenta de que


la puerta se había abierto. Tampoco esperaba que se viera así. Sí, cuando salió
del coche, mi estómago dio una vuelta, pero no pude verlo bien. Pero ahora...
Santas jodidas bolas. ¿Qué demonios hizo mi hermana? ¿Drogarlo? Sé que es
malo hablar mal de los muertos, pero con toda honestidad, morir había sido lo
mejor que le había pasado a mi hermana, Vicky. Ella nunca había sido capaz de
hacer frente a la situación desde que mis padres murieron. Bueno, incluso antes
de eso. Se tomaba una pastilla o dos si fallaba en una lección, y lo hacía mucho.
Después de mis padres ella se puso peor. Se mezcló en cosas que no debería
haber hecho, y estaba fuera de control. No había forma de salvarla y, créeme, lo
intenté

- ¿Puedo ayudarle? - La voz vuelve a preguntar y me doy cuenta que estoy


mirando. Lleva una camisa blanca, la corbata suelta alrededor de su cuello, con
la camisa fuera del pantalón y desabotonada en la parte superior con las mangas
enrolladas. Se ve jodidamente comestible.

- Ella es suya, - se me escapa. Entonces, cierro los ojos de vergüenza. Ella es


suya, ¿en serio? ¿Qué demonios está mal conmigo?

- ¿Disculpe? - Él pregunta, mirándome como si yo fuera un paciente con


una enfermedad mental. Lo que podría ser totalmente con la forma en que estoy

~ 10 ~
actuando. Tengo la locura de ello.

- Yo... yo... um ... soy Kennedy Wright, - Me presento, olvidando mi ira


hacia el ángel divino y todo el discurso que ensayé durante toda la semana.

- Hola, soy Evan, pero sigo sin entender. ¿Quién eres? - Una pequeña
sonrisa juega con sus labios y mis ojos se ven atraídos por ellos. Mi vientre hace
un giro y mi cuerpo comienza a calentarse mientras miro sus labios. Son
carnosos, rojos y totalmente besables. Creo que besarlo sería como los besos de
las películas. ¿Sabes cuando los labios del tipo se quedan, con aspecto de estar
llenos contra la tuya?

Su lengua se extiende sobre su labio superior, y yo suspiro. Sí, besarlo sería


como besar a una estrella de cine.

Tose, rompiendo el hechizo que sus labios me hicieron, y me ruborizo


furiosamente. Sacudo mi cabeza ignorando lo increíblemente sexy que se ve
cuando sonríe y cómo sus músculos se ven flexionados en su camisa blanca.

- Recomponte, - susurro.

- Lo siento, no entendí eso.

- Lo siento. Mira, ¿puedo entrar?

- No quiero sonar grosero, Kennedy, pero todavía no sé por qué estás aquí o
por qué estarías llamando a mi puerta. Recordaría haber visto una cara bonita
como la tuya antes.

¿Él piensa que soy bonita? Inserta 'suspiro' justo aquí.

Le doy una sonrisa lenta pero pronto la pierdo cuando recuerdo por qué
estoy aquí.

- ¿Recuerdas a Vicky Wright?, - pregunto.

- ¿Vicky Wright? Vicky... Vick…, Vicky. ¡Joder! - dice, con los ojos muy
abiertos. Supongo que la recuerda. - Lo que sea que esa maldita perra quiera, no
quiero saber nada de eso, - dice, y me cierra la puerta en la cara. Mi mano se
mueve rápidamente, evitando que me cierre la puerta en la cara. Me sorprende

~ 11 ~
mi brusquedad, pero ahora me ha hecho enojar.

- Aguanta un maldito minuto, - digo bruscamente, empujando su duro


pecho. Incluso a través del fino material siento el calor que desprende. - No voy
a dejar que hagas esto. Me has ignorado durante semanas. Tuviste la
oportunidad de hacer esto por teléfono o por correo y no cara a cara, así que me
escucharás.

- Estás tan loca como ella, eres... espera... Wright. Dijiste que eras Kennedy
Wright. Por favor no me digas que es tu hermana y que te hizo venir aquí para
hacer su trabajo sucio.

- Bueno, ya que ella está muerta diría que es un asombroso no, - suelto de
repente.

- ¡Mierda! Lo…

- Por favor, no digas que lo sientes cuando ambos sabemos que no es así, -
digo, sintiendo que mi temperamento se eleva. Él sólo levanta las manos y
retrocede un poco, abriendo la puerta un poco más.

- Si ella está muerta entonces no veo por qué estás aquí. Si fue asesinada, o
si quieres que alguien investigue sobre su muerte, tienes que presentar un
informe, - me dice y yo giro la cabeza hacia un lado, estudiándolo. Él realmente
no lo sabe. Tenía la esperanza de que ella hubiera estado mintiendo cuando me
dijo que sabía. Que no le importaba.

- Tú no lo entiendes. Yo... um... ¿tenemos que hacer esto afuera? - pregunto


nerviosa. Mi ira hierve a fuego lento. Si no fuera por Imogen no estaría aquí. Por
su reacción supongo que no sabe y que fue bueno que haya venido.

- Entra, pero si no te apuras y me dices qué coño está pasando, voy a echarte
de nuevo a patadas.

- Imogen, - dejo escapar nerviosa. Cierro los ojos otra vez deseando tener
algún tipo de control cuando se trata de mi boca. Realmente sé cómo dar
noticias a la gente, lo juro.

- ¿Disculpa?

~ 12 ~
- Imogen. Ella es una bebé de cinco meses de edad, - le digo de forma
directa.

- Eso es... genial, - me dice con sequedad. Todavía me está mirando como si
me hubieran crecido dos cabezas y, para un detective o lo que sea, seguro que no
sabe cómo conectar los puntos.

- Ella es de Vicky, haz los cálculos.

Me mira durante unos segundos, sólo mirando. Entonces sus ojos se


agrandan, volviéndose de un color gris tormentoso y causando un escalofrío
correr por mi espina dorsal. Doy un paso hacia atrás, golpeando la espalda de la
puerta principal.

- Que mierda... Si estás insinuando lo que creo que es entonces necesitas una
prueba de ADN, ya que la perra abrió las piernas por peniques.

- Deberías saber, - chasqueo, odiando el recuerdo de cómo era ella. La


mayoría de la gente no veía lo mal que estaba, pero yo lo hice.

- ¿Yo debería saber? Quisiera saber, - ruge, tirando de sus cabellos rubios.
Yo no lo entiendo. ¿Por qué está tan enfadado? ¿Estaba realmente tan
enamorado de ella? Supongo que ella estaba bien mirando en cierto modo. No lo
sé. Todo lo que vi cuando la miré fue a una drogadicta de bajo peso que no tenía
respeto por sí misma ni se preocupaba por su propia vida y bienestar. - Esa puta
me drogó. Vale, no sé si fue ella la que me puso las drogas en la bebida, pero
seguro que fue la puta que me montó en la polla mientras estaba inconsciente, -
grita.

Mis ojos se agrandaron. Oh Dios mío. ¿Está diciendo lo que creo que está
diciendo? No es de extrañar que tenga problemas y que se haya ido cuando
escuchó su nombre. Él fue violado. Por mi hermana. ¡Oh Dios mío! La madre
de Imogen era una violadora, una consumidora de drogas, una puta, y lo peor de
todo, ella iba a vender a su bebé por dinero.

- Siento lo que ella te hizo, - le digo en voz baja, mi voz poco más que un
susurro, no queriendo asustarlo. Él parece sumido en sus pensamientos en el
momento, su cara roja de ira.

Se burla, mirándome. "No soy una víctima. Ella estaba tan mal como yo, si

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no peor. Pero estaba acostumbrada, mientras que yo nunca había tomado una
droga en mi vida. ¿Cómo sabes que es mía?

Sus ojos se llenan de lágrimas mientras se sienta en el borde de un grueso


sillón acolchado. Dios, te perderías en esa cosa. Casi quiero sentarme en ella
para ver si lo haces, pero no estoy aquí para ponerme cómoda.

- Ella nunca me habló de ti. Lo averigüé. Ella dijo que le había dicho al
padre, que era un pez gordo, pero era una rata, - me encojo de hombros,
avergonzada de tener que repetir esas palabras. - Ella dijo que sabías y aunque
yo no le creí, yo no la cuestioné. Cuando murió me entregaron sus pertenencias.
En su bolso estaba tu número escrito como el padre de Imogen, Evan.

- Joder. Necesito procesar esto. ¿Dónde está la niña? ¿Qué edad dices que
tenía?

- Tiene cinco meses. Ha pasado por mucho. Nació como adicta. Tuvo suerte
de que cuando Vicky descubrió que estaba embarazada redujo el consumo de
drogas, pero no lo suficiente. Así es como murió. Ella firmó unos papeles que la
entregaron a mi cuidado y se fue de juerga por las drogas. Ella murió dos días
después.

Todavía me siento mal pensando en ello. Abandonó a un bebé enfermo, su


bebé, para ir a buscar su próxima dosis. Nunca lo entenderé. Ni siquiera miró
atrás o dudó. En todo caso, parecía aliviada de haber salido de allí.

- ¿Está bien la bebé? - pregunta, pero suena raro, incluso robótico.

- Ella lo está ahora. Le dieron el alta seis semanas después de nacer. Ella está
saludable. Fue destetada de las drogas tan pronto como nació. Le faltaba el
aliento. También fue seis semanas prematura pero estaban seguros de que se
recuperaría completamente. Me advirtieron sobre los problemas de desarrollo,
pero hasta ahora no han surgido. Ella está bien.

- Bien. Bien, - me dice, todavía dando vueltas. - ¿Cuándo podremos tener la


prueba de ADN hecha?

En realidad estoy en shock. Pensé que me llevaría más tiempo para


convencerlo a verla, para tomar una prueba de ADN, pero parece ser que lo
manejó bien. Hasta ahora, de todos modos. No sabía qué obtendría hoy, pero el

~ 14 ~
hecho de que Evan fuera tan sensato no estaba ni siquiera en mi radar.

- En realidad pedí uno para ti. Ya tengo listo el de Imogen, pero tú tendrás
que hacer el tuyo. Todo lo que tienes que hacer es tomar una muestra de la parte
interior de tu mejilla.

Reviso mi bolso hasta que encuentro el sobre blanco con la dirección en la


parte inferior y se lo entrego.

- Mira, tengo que irme. Sé que esto ha salido de la nada y que necesitarás
algún tiempo para digerir todo. Sólo tenía que conocerlo para obtener
respuestas. Como tutor legal de Imogen, quería ser capaz de mirarla a los ojos
un día y decirle que lo intenté, - le digo, mis ojos llorosos. Agarro el otro sobre
del bolso y se lo entrego. - Son unas cuantas fotos, mis números de teléfono y mi
dirección para que te pongas en contacto. Por favor, envíalo lo antes posible y
asegúrate de hacerlo bien. Si lo haces, pero no quieres tener nada que ver con la
vida de Imogen, lo entenderé. Lo que Vicky hizo, quién era, no es algo de lo que
estar orgulloso, pero esa niña, es todo lo que hay de luz en el mundo. Ella no
sabe cómo era su madre y nunca le diré. No necesita escuchar que las peores
partes de su madre son las únicas partes de ella.

- Los haré, - dice con voz ronca, con los ojos llorosos. - Yo sólo... yo
necesito algo de tiempo. Haré lo que quieras, pero necesito tiempo para procesar
esto. Si ella es mía...

- Está bien. Podemos hablar más cuando tengamos los resultados, ¿vale?

- Bien.

Asiento con la cabeza y me giro, abriendo la puerta. Lo escucho golpear el


sofá y cuando me giro para cerrar la puerta detrás de mí lo encuentro sentado en
el sofá abriendo el contenido del sobre que le di. No el que tiene el kit de ADN
dentro, sino el otro, el que tiene fotos de Imogen dentro. Me paro mirando
fijamente durante unos minutos más, absorbiendo completamente la enorme
carga de un hombre que comienza a llorar mirando las fotos de la débil bebé
conectada a una incubadora

Algo me dice que tendré noticias de Evan y que el resultado será favorable
para Imogen.

~ 15 ~
CAPÍTULO TRES

EVAN

Aaron se sienta de nuevo en el taburete frente a mí, entregándome otro


trago. He perdido la cuenta de cuántas bebidas he tomado desde que llegué hace
una hora. Todo lo sigo haciendo es reproducir las palabras de Kennedy en mi
mente.

Soy padre de una bebé de cinco meses.

Me quedé mirando las fotos que me dio durante horas antes de que me diera
cuenta de que se había ido y el sol se había puesto. Llamé a Aaron enseguida y
le dije que necesitaba que se reuniera conmigo.

Cuando nos encontramos le expliqué todo lo que había sucedido desde el


momento en que Kennedy llegó hasta el momento que salí de mi trance.
Bebimos. Hablamos. Bebimos un poco más. Y ahora estoy listo para dirigirme
hacia Kennedy y demandar respuestas, pero no quiero asustarla. Necesito saber
por qué no vino antes. ¿Qué le dijo su hermana sobre mí? ¡Mierda! Mi cabeza
está girando simplemente pensando en todo.

- Joder, tío. No sé qué decir.

- Un bebé. Un jodido bebé. Ni siquiera sé si quiere que me la lleve. Ella dijo


que vino por respuestas, pero que si no se trataba de respuestas en absoluto. No
sé cómo cuidar de un bebé. ¿Y si ella es mía y estoy perdiendo más semanas
hasta que lleguen los resultados por no estar con ella? Deambulo, frotando mis
manos en mi cara. Todavía tengo la ropa con la que salí del trabajo esta tarde.
Después de la visita de Kennedy todo parece ir cuesta abajo. Mi mente está
desgarrada sobre qué hacer. ¿Me mantengo alejado hasta que lleguen los
resultados o voy a verla? Es más tiempo que perderé si espero, pero no quiero
encariñarme para que me lo arranquen en un segundo.

Por el amor de Dios. Pensé que la mujer estaba allí coqueteando conmigo o
que era alguna clase de stripper que los chicos habían contratado. No me
extrañaría que mis ex compañeros de trabajo hicieran algo así. Se veía tan linda,
toda nerviosa y tímida, mirándome como si tratara de encontrar el primer lugar
para lamer. Era la única pista que me había dado que me hizo pensar que no era
una stripper. Parece prudente, es un jodido knockout.

~ 16 ~
Luego se puso muy agresiva, empujándome con su delicado dedo. Es como
un duendecillo, pequeñita y toda esa mierda. Sus malditos ojos eran del color de
chocolate derretido. Eran profundos, ricos y tan jodidamente sexys que me
hicieron querer arrastrarla a mi habitación y hacerle cosas indescriptibles.

- Hombre, ya te las arreglarás. Probablemente no sea tu hija de todos modos,


- me dice. Juro que ha tenido ese mismo discurso en repetición desde que le di la
noticia. Aaron es mi mejor amigo; me pondría delante de una bala por él. De
hecho, él haría lo mismo por mí. Pero cuando se trata de consejos, realmente
apesta.

Habría ido con mi hermana, pero ella todavía no me habla después de todo
el asunto de mantener mi trabajo en secreto. Lo había hecho por algunas
razones, pero sobre todo porque no se nos permitía decir a la gente lo que
hacemos.

Tampoco ayuda que podría haber impedido que Carl la secuestrara. No


sabía que iba a hacerlo, pero sabía que estaba tramando algo. Estábamos
esperando a que bajara. Si hubiera sabido que ella estaba involucrada, le habría
puesto fin antes.

Le he enviado a su chico, Mason, un mensaje esta noche pidiéndole que


hable con ella en mi nombre. La necesito ahora más que nunca. Es egoísta de mi
parte porque desde que me uní a la agencia no he hecho nada más que evitar
cualquier cosa relacionada con la familia. Cuando los he visto he mantenido
todo embotellado.

De todos modos, finalmente me contestó hace media hora diciendo que


hablaría con ella por mí, pero que necesitaba darle tiempo.

Nunca pensé que dejaría que mi hermanita saliera con un cabrón como él. El
chico se ha acostado con más gente que toda la policía de mi departamento
junta. Es un maldito animal. O lo era. Lo he estado vigilando cuando no está con
Denny y, hasta ahora, el muchacho ni siquiera parpadea en dirección a otra
chica.

Es un jodido milagro teniendo en cuenta todos los rumores que he oído de


él.
Mi hermana, sin embargo, ella cambia las reglas del juego. Ella es amable,

~ 17 ~
dulce, amorosa, y no quiere cambiarte. Todo lo que quiere es honestidad, amor y
compromiso. Así que puedo ver por qué Mason sólo la ve a ella. Es el tipo de
chica que te encuentras una vez en la vida.

- No tengo puta idea, - gimo, y mis pensamientos se dirigen de nuevo a


Kennedy y la niña. Mi pequeña niña. Había algo en la forma en que me miraba
Kennedy, su manera de hablar acerca de Imogen, que me hace creer que la niña
es mía. Una fuerte sensación me invadió cuando anunció que tenía una hija. Se
metió en mi cuerpo y lo supe. No lo sé, carajo. Por lo que sé, la mujer podría ser
como la puta de su hermana. Lo más probable es que lo sea. Pero recordando la
forma en que se veía, se vestía y hablaba, sé de inmediato que es el lado
cabreado de mí hablando. Ella no se parece en nada a su hermana.

¡Oh, bueno! Las pruebas se harán y finalmente sabré las respuestas que
pueden tranquilizar mi mente. Una parte de mí espera que sea mía. No quiero
imaginar quién es su padre. Conocí a la mayoría de los tipos de esa unidad a
través de mi trabajo, conociéndolos, y digamos que son lo peor de lo peor. Esa
niña merece más que un padre y una madre que vienen de un mundo así.

- Bueno, apura el último trago. Todo el mundo acaba de entrar, - Aaron


anuncia y se endereza en el taburete.

- Se supone que debía ser una puta sorpresa. Dijimos a las ocho, pedazo de
mierda, - dice William, mi antiguo jefe, mirando a Aaron. Me río pero es
forzado. No voy a ser muy divertido esta noche, pero sé que los chicos querían
darme una despedida adecuada, así que por ellos puedo fingir y beber hasta que
mi mente esté en blanco.

- Me llamó, - Aaron se defiende con sus manos en el aire.

- Pedazo de mierda inútil, - murmura William, y luego se aparta cuando


Dave se acerca con una bandeja de Jagerbombs.

- ¡Tragos!, - grita y me estremezco. El ruido ya era lo suficientemente fuerte


aquí, pero ahora que este montón de cabrones se han unido a la fiesta, se ha
vuelto ensordecedor.

Joder, si eso no es un signo claro de que me estoy haciendo viejo, no sé qué


es.

~ 18 ~
Justo cuando pensaba que la noche estaba mejorando la zorra de la
recepción entra con uno de los muchachos nuevos. Mikey creo que escuché que
se llamaba. Se está aferrando a cada palabra de ella. El pobre cabrón se va a
arrepentir una vez que la conozca mejor, o peor, se acueste con ella.

Aaron se da cuenta de dónde estoy mirando y se queja.

- Lo juro, no invité a la perra, pero si ayuda, apuesto veinte a que no durarán


ni una hora más. El pobre diablo se ve miserable.

Miro de nuevo y me doy cuenta de que se ve jodidamente miserable. Ël está


mirando a una de las mujeres que ha estado de pie junto a la barra toda la noche.

- Media hora y que sean treinta, - me río, estrechando su mano. Se ríe


conmigo, y tomamos nuestros tragos, ignorando a Dave mientras cuenta hacia
atrás desde tres.

- ¿Se cree que estamos en la escuela?

Cuando aparece otra bandeja de tragos sé que esta será una larga noche.
Riñones, descansen en paz, mis amigos.

*** *** *** *** *** *** *** ***


La noche se aventura y es la una de la mañana cuando los chicos finalmente
me sacan del pub.

- No volveré a beber nunca más, - gimoteo, arrastrando las palabras.

- Eso es lo que dijiste la última vez que salimos, - uno de los chicos se ríe,
pero no lo encuentro gracioso. La habitación está girando, o yo estoy girando.
No lo sé. Estoy demasiado borracho para notar la diferencia.

- Vamos a llevarte a casa, - resuella William, su voz suena peor que la mía.
Me meten en un taxi y Aaron se sube a mi lado y le da al conductor mi
dirección.

Debo haber dormido porque me despierto cuando nos detenemos en mi


casa. - ¿Vas a pasar la noche? - Me pregunta Aaron.

- Sí compañero. No quisiera que te ahogaras en tu propio vómito ¿verdad?

~ 19 ~
- Si él se enferma en mi taxi, tú pagas, - grita el conductor, su voz sonando
extranjera.

- Estoy bromeando.

- Él no lo está. Me siento verde, - bromeo, pero termino ahogándome.

- Tú, sal de mi taxi, - Lo oigo gritar mientras Aaron me saca. La puerta se


cierra detrás de nosotros y el taxi acelera, los neumáticos chirriando sobre el
asfalto.

- Ja, la broma es para ese cabrón. No hemos pagado, - alardea Aaron.

- Toma eso, cabrón, - grito a la carretera vacía. El taxi ni siquiera está a la


vista pero no me importa.

- Vamos, Rocky, - se burla Aaron.

Él me arrastra por el camino de entrada al mismo tiempo que Lexi abre la


puerta. - ¿Está todo bien?, - pregunta con timidez, sus ojos escaneando a Aaron
de arriba a abajo. Se han visto unas cuantas veces, así que estoy acostumbrado a
esta interacción, pero que me jodan si no pongo los ojos en blanco.

- Peachy, vuelve con Steve, - le digo, siendo sarcástico, y preguntándome


por qué su vida se volvió tan perfecta mientras que la mía se jodió tanto.

- Um, es Simon y rompimos - me dice en voz baja. Me siento como una


mierda. Incluso si Steve era un idiota, ella no se merece esto. Caminamos por la
puerta principal, tambaleándome sobre mis pies.

- Lo siento. El tipo era un idiota.

- Sí, él lo era, - sonríe, mirándome con preocupación.

- Bueno, me voy a la cama. Ustedes dos pórtense bien, - frunzo el ceño y


luego camino de cabeza hacia el marco de la puerta, golpeando mi cabeza contra
él.

- ¡Joder! - Rujo. Mierda, eso dolió. - ¿Quién puso eso ahí?

~ 20 ~
- Cuidado, compañero, - se ríe Aaron y me vuelvo hacia él, dándole una
mirada de odio. Me muevo a través del bungalow, por el pasillo y hacia mi
dormitorio.

Los resultados tienen que darse prisa y llegar ya. Necesito saber. Y necesito
saber ahora. De lo contrario, voy a terminar borracho todas las noches hasta que
lleguen.

Oigo voces que vienen del pasillo y gimoteo en mi almohada. Parece que
Lexi no se va a ir pronto. La puerta de mi habitación se abre, dejando entrar la
luz, y una risa profunda hace eco en la habitación.

- Vete a la mierda, - refunfuño, mi cara metida en la almohada. El hijo de


puta enciende la luz, y sé que lo hace apropósito.

Lo que sea que vea debe satisfacerlo porque lo siguiente que oigo es a él
apagando la luz y cerrando la puerta detrás de él. Le oigo dirigirse a Lexi,
preguntándole si quiere quedarse a tomar un café.

Mi cabeza da vueltas, pero me las arreglo para ahogar sus ladridos y termino
a la deriva en un sueño profundo, mis pensamientos consumidos por una bebé
que ni siquiera he conocido.

~ 21 ~
CAPÍTULO CUATRO

KENNEDY

- Vamos pequeña, duérmete, - arrullo suavemente en la oreja de Imogen. Le


están empezando a salir los dientes. No importa cuántos malditos libros he leído
o mirado en línea formas para ayudarla, nada está funcionando. Mi corazón está
literalmente rompiéndose al escucharla con tanto dolor. Sólo se me ha tomado
cinco meses para descifrar sus gritos. Cada llanto suena diferente y por motivos
diferentes.

Ella llora intensamente en mis brazos. Su grueso y saludable puño está


tirando de sus ahora rojas orejas. Me siento en la mecedora y tomo su
temperatura. Sólo está un poco más alta de la temperatura normal, pero todavía
no alivia mi preocupación.

Sabiendo que no voy a ser capaz de dormir mucho esta mañana empiezo a
balancearme hacia atrás y hacia delante. Mi boca se abre y la letra de la canción
All About That Bass de Meghan Trainor se desliza. Es la primera canción pop
que se me viene a la cabeza. Lo más probable es porque está siempre sonando
en la radio.

Después del primer verso empieza a tranquilizarse. Su pequeño pero gordito


puño está en su boca, el otro todavía lo mantiene sobre su oreja.

Afortunadamente no pasa mucho tiempo antes de que se quede dormida y la


coloco suavemente en su cuna. Estoy contenta de no tener que trabajar esta
semana. Me quedaban algunas vacaciones anuales. Sentí que era correcto
usarlas con Imogen estando tan indispuesta. No puedo permitirme el lujo de
tener tiempo libre no remunerado.

Salgo de puntillas de su diminuta habitación para no despertarla, camino por


mi pequeño piso de dos habitaciones hacia la cocina. El lugar no es ideal, pero
es el único lugar que pude encontrar que era asequible.

Está situado en uno de los lugares más duros de la ciudad y odio este lugar.
Nunca puedo dormir toda la noche debido a la música alta que viene de los otros
pisos, o porque alguna pareja decidió que esta noche es noche de pelea. Imagina
el eco rebotando alrededor de tu piso hasta Dios sabe qué hora de la noche.
Unos fuertes golpes en la puerta me hacen saltar. Rápidamente dejo caer el

~ 22 ~
detergente y corro hacia la puerta antes de que puedan despertar a Imogen.

Si es mi vecino espeluznante del pasillo, voy a llorar. Estoy bastante segura


de que consume drogas y, lo juro, cuando llama a mi puerta convenientemente,
siempre es por azúcar. Estoy bastante segura de que es para ver si tengo algún
objeto de valor por ahí que pueda robar cuando yo no esté aquí. Por suerte, no
soy de las que gastan mucho en las cosas. Tengo artículos de segunda mano de
tiendas de caridad y guardo las joyas de mi madre bajo llave en una caja debajo
de mi cama.

-No tengo nada... - Me cortan cuando una mano grande se envuelve


alrededor de mi garganta, empujándome de nuevo al piso. Me aprieta tanto que
no tengo oportunidad de respirar y gritar. La puerta se cierra de golpe y mi
primer pensamiento es esperar que Imogen no se despierte. No quiero que
quienquiera que sea sepa que está aquí. Estoy temblando incontrolablemente
mientras le araño las muñecas.

Mis ojos se abren de par en par cuando el desaliñado hombre me golpea


contra la puerta, sus ojos rojos y furiosos.

- ¿Dónde está mi puto dinero, perra?

Intento hablar, de verdad, pero su mano está cortando el aire que me


quedaba en los pulmones. Le araño frenéticamente las muñecas para liberarme
de su agarre, pero nunca pasa. Silbidos comienzan a salir de mi boca causando
que me entre el pánico.

- ¿Qué demonios está pasando? ¿Quién es él? ¿Qué dinero? ¿Piensa que soy
otra persona? Miro alrededor, pero no sé para qué. No es como si pudiera
alejarme de él para conseguir algo. Su agarre es demasiado fuerte.

Mi visión comienza a ser borrosa justo cuando me deja caer al suelo. Me


tambaleo hacia atrás unos pasos, mi mente se congela. Ni siquiera tengo la
oportunidad de pensar, hablar o recuperar el aliento antes de que su mano
choque con mi mejilla. El dolor se irradia por mi cara, las lágrimas finalmente se
liberan, y grito de dolor.

- Por favor, - suplico sin estar segura de por qué. Sólo espero que entienda
que no soy quien cree que soy.

~ 23 ~
- Levántate perra - se burla.

Cuando no me muevo lo suficientemente rápido, me agarra por el pelo, me


levanta y me sujeta de nuevo contra la puerta. La fuerza con la que mi cadera
golpea la manija de la puerta me hace gritar de dolor.

Sus dedos se clavan en mis mejillas haciendo que la palpitación de su revés


sea más fuerte. Siento como si tuviera una naranja pegada en la parte interior de
mi piel, se siente así de apretada e hinchada. El dolor es algo que nunca antes
había sentido.

Nunca en mi vida he estado tan asustada. Mi cuerpo entero está temblando


por ello. ¿Cómo puede alguien hacerle esto a otra persona?

- Por favor, no sé quién eres, - grito suplicándole, pero en cambio termina


sonando como un chillido.

- Tu hermana me debe tres de los grandes, y quiero mi jodido dinero, perra.

¿Qué? Oh, Dios mío. Las cartas. Unos meses después de que mi hermana
muriera empecé a recibir cartas pidiendo dinero. Pensé que era para uno de los
vecinos y, como no estaba dirigida a nadie, las tiré. Ni siquiera pensé mucho en
ello. Estaba demasiado preocupada por Imogen estando en el hospital.

- Ella… ella está muerta, - resuello, mi voz se agita.

- Lo sé, maldita puta. Tú eres mi pago. Eras lo que tu hermana anotó como,
digamos, un aval, - se ríe.

- No lo entiendo, - jadeo. No tengo esa cantidad de dinero. Vivo de mis


cheques mensuales y eso es todo. No tengo ningún tipo de ahorros en ningún
sitio.

- Déjame poner esto en claro. Básicamente estás jodida si no pagas.

Miro en sus ojos muertos y puedo sentir que está mortalmente serio. ¿Qué
hice para merecer esto y por qué mi hermana me haría esto? Antes de que tenga
la oportunidad de explicar la situación, me tira al suelo con fuerza y aterrizo en
la mesa de café, la madera barata rompiéndose bajo mi peso.

~ 24 ~
Tosiendo, ruedo sobre mi lado sólo para que su bota aterrice en mi costado.

- Por favor para. ¡Alguien ayuda! Grito, mi cuerpo tiembla con más que
miedo. Una sensación de asco se apodera de mi cuerpo y cuando termina de
darme otros dos golpes en el estómago, se inclina sobre una rodilla, su cara a
sólo pulgadas de la mía.

Estoy completamente sin aliento y un dolor insoportable se extiende por


todo mi cuerpo. Una horrible sensación de calambres y tensión revuelve mi
estómago y tengo que tragar la bilis.

- Si no consigo ese dinero en un mes, ese mocoso de ahí va a ser vendido al


mejor postor, - se burla y antes de que pueda defenderme, o llegar a Imogen, o
incluso suplicarle, su puño se posa en mi cara, y todo mi mundo se vuelve
negro.

*** *** *** *** *** *** *** ***


Algo de tiempo después me despierto con suaves manos que sacuden mis
hombros. Todo mi cuerpo está palpitando; un dolor agonizante atraviesa mi
cuerpo.

Abro lentamente los ojos y cuando veo a mi vecina que vive al otro lado del
pasillo, todo lo que pasó lentamente se me echa encima de una vez.

- Imogen, - grito, escuchando su llanto.

- No te muevas. La cargaré, Kennedy.

No podría estar más agradecida por Melanie de lo que estoy en este


momento. No sólo es la única vecina con la que me llevo bien, sino que también
es una salvavidas y una amiga.

Entra con Imogen todavía llorando en sus brazos. Cuando levanto mis
manos hacia ella, grito de dolor.

- La tengo, ¿qué pasó? ¿Debo llamar a la policía? - pregunta preocupada, sus


palabras precipitadas.

Sacudo mi cabeza sin saber que hacer o decir. ¿Empeorará el hecho de ir a


la policía? Por supuesto que sí. ¿Y qué puede hacer la policía? No es que tenga

~ 25 ~
pruebas. Diablos, ni siquiera sé quién es ese hombre. Podría ser cualquiera.
Todo lo que sé es que mi hermana estaba conectada con él.

-¿Qué estás haciendo aquí? - Pregunto, tratando de mantener las lágrimas a


raya. Melanie dijo que se iba por unas semanas a un trabajo. No se supone que
vuelva hasta dentro de una semana.

- Te lo diré más tarde. Vine porque esto debe haber llegado durante la
semana, - dice, entregándome un sobre blanco. Se lo quité de la mano. Estoy a
punto de tirarlo a un lado y tomar a una Imogen todavía llorando de Mel, cuando
la parte superior del sobre me llama la atención.

- Oh Dios, - jadeo, abriendo la carta. Mis ojos parpadean sobre los números,
las palabras, y no es hasta que llego a la página central que las palabras que he
estado esperando están escritas en negrita.

- ¿Qué es? - Melanie pregunta preocupada, todavía meciendo en sus brazos


a una Imogen que llora.

- Es su padre, - jadeo, y luego me pongo a llorar. Él puede protegerla. Pero


entonces la perderé. El pensamiento tiene bilis subiendo por mi garganta. ¿Y si
no la quiere? ¿Qué voy a hacer?

Levanto mis manos, mis lágrimas corren libremente por mi cara. La


necesito. Sólo necesito abrazarla, para asegurarme de que está bien. No sé si él
la tocó. Mi cuerpo adolorido grita en agonía cuando Mel finalmente se rinde y
me entrega a Imogen. Finalmente la tengo en mis brazos. Tan pronto como
respiro su olor a bebé, me dan ganas de llorar.

Mis lágrimas sólo hacen que Imogen llore más fuerte y, aún con mi cuerpo
adolorido, me esfuerzo por calmarla.

- Está bien, cariño. Todo va a estar bien. Te protegeré, lo prometo, - le


prometo a ella. Y lo haré. Incluso si eso significa que tengo que entregarla a su
padre para poder hacerlo. Me matará, pero lo haré.

- ¿Qué está pasando Kennedy? - Melanie pregunta, sentándose a mi lado. -


¿Quién te hizo esto? Corrí a buscar un poco de hielo a mi piso antes de que te
espabilaras, pero parece que ninguna de las dos tiene nada congelado. - Su tono
suena ligero, pero puedo oír la preocupación subyacente escondida debajo.

~ 26 ~
- Alguien… alguien me atacó. Él quiere dinero. Dinero que no tengo. Él va
a llevarse a Imogen si no pago. - lloro. El miedo paralizante al pensar en ese
hombre me golpea una vez más y empiezo a temblar.

- ¿Tiene esto algo que ver con tu hermana? - Melanie pregunta. Ella sabe
todo sobre mi hermana y mi familia. No sé qué habría hecho sin su ayuda
cuando llegué a casa con Imogen. Mel tiene dos hijos ya crecidos que se han
mudado y tienen sus propias familias. Su consejo ha sido un regalo de Dios.

- Estoy asustada, - admito llorando. - Tranquila, Imogen. Te prometo que


todo estará bien, - le digo rogando a Dios por tener razón.

- ¿Qué carajos ha sucedido aquí? - ruge. Todo mi cuerpo se cierra con


fuerza, pensando que ha vuelto para terminar lo que empezó. Cuando mis ojos
llenos de miedo miran hacia arriba, me golpea algo mucho, mucho peor.

- Evan, - respiro.

~ 27 ~
CAPÍTULO CINCO

EVAN

Han pasado semanas desde que envié la prueba de ADN y aunque sabía que
tomaría algún tiempo, nunca pensé que sería tanto tiempo.

- Tienes que salir de esto, amigo. Has estado con las hadas durante semanas,
- me dice Harris, otro de mis mejores amigos.

Ni siquiera se da cuenta de lo cerca que está del comentario de las hadas. No


he podido evitar pensar en Kennedy o Imogen desde que me lo dijeron.

- Sólo voy a ir a casa, lo siento.

- Está bien. Puedes tomarte la semana libre de todas formas. Lo arreglaré


todo. Sólo asegúrate de tener la cabeza despejada antes de volver.

Voy a interrumpirlo pero él me detiene, levantando la mano. - Así es como


ocurren los accidentes, Evan. Tu cabeza no está en el juego.

- Lo sé. Sólo dame unos días, - me quejo y luego lo dejo para que rellene el
papeleo del expediente de la Corte.

Estoy llegando al exterior de mi casa y una sensación de déjà vu me golpea


cuando veo a Lexi caminando por el camino, de la mano de un nuevo individuo.
Me sorprende que no sea Aaron. Después de la noche en que me emborraché
completamente, pensé que los dos se habían puesto en marcha. Obviamente no.

Salto del coche levantándole la barbilla, no querer pasar por las mismas
bromas que la última vez.

- Oye, - sonríe, y me doy cuenta de que el individuo me mira como si fuera


competencia. No te preocupes, perdedor, ya tengo suficientes problemas.

- Oye, - asiento con la cabeza.

- Este es Steve, nos presenta, y quiero gemir y mirar al cielo. ¿Por qué me
hace pasar constantemente por esta mierda?

~ 28 ~
- Necesito ir a buscar un archivo, pero me alegro de verte, y a ti, Simon, -
asiento y me voy.

- Es Steve, - me grita y sacudo la cabeza confundido. Asiento con la cabeza


hacia él antes de dar la vuelta y entrar. La puerta se atasca y noto que el correo
se atasca debajo de la puerta. Al sacarlo, entro echándole un vistazo.

- Facturas, basura, facturas, facturas, basura, dirección equivocada, basura,


basura, oh mierda, - jadeo cuando llego a la última. La abro pero cuando estoy a
punto de sacarla me congelo. No estoy preparado para leer lo que dice esa carta.
Estoy confundido por lo que quiero que diga. Por un lado quiero que sea mía,
pero por otro lado no quiero que lo sea. Yo quería tener hijos cuando finalmente
me hubiera establecido con una mujer que amara, y no con una mujer que se
aprovechó de mí.

Cerrando los ojos, agarro la carta y la abro. Cuento hasta diez antes de
volver a abrirlos y miro hacia abajo. Nada tiene sentido para mí hasta que lo veo
escrito en negrita. Soy el padre biológico de Imogen Wright.

- ¡Joder!

Necesitando conocerla, corro rápidamente a mi habitación, sin querer perder


ni un minuto más de no conocer a mi hija. Agarro el sobre con las fotos de
Imogen y la dirección y corro a la puerta, agarrando mis llaves en el camino.

*** *** *** *** *** *** *** ***


Hasta ahora me las he arreglado para dar la vuelta sólo dos veces. La
primera fue porque no llamé antes y la segunda porque no le traje un regalo.

En el momento en que dejé que mi mente se centrara en lo que estaba


sucediendo, finalmente me di cuenta de lo mucho que quiero esto. Puede que
Imogen no fuera concebida con la mujer que amo, pero sigue siendo mi carne y
mi sangre.

Soy un maldito padre.


Un maldito padre.

No voy a terminar como mi padre, descuidando a mi hija, así que le compro


el osito de peluche rosa más esponjoso que pude encontrar. Luego de darle mil
vueltas en mi mente, sé que necesito parar y agarrar algo.

~ 29 ~
Después de conseguir el peluche de Imogen, vuelvo al coche y me dirijo
hacia la casa de Kennedy. Cuando me detengo en su propiedad agradezco que
Imogen sea mía. La mujer vive en un lugar de mierda. Es el peor lugar de la
zona para vivir. Debo haber estado despistado, porque no me mi cuenta de su
dirección hasta que llegué aquí.

Salgo de mi Audi y agarro el peluche del maletero antes de cerrar el coche y


activar la alarma. Miro a mi alrededor, esperando que no haya nadie mirando.
No confío en que nadie intente robarlo. El coche es un caramelo. También es mi
bebé.

Basta ya, mi cerebro grita, acordándome de Imogen.

Estoy a punto de pulsar el timbre de su puerta cuando alguien sale, dejando


la puerta abierta para mí. Me dirijo al ascensor tratando de no atragantarme por
el pestilente olor a pis rancio.

Me apresuro a entrar en el ascensor, no es que sea mucho mejor, pero joder


si me acerca a donde quiero estar. Tal vez puedo convencer a Kennedy para que
venga a dar un paseo. Tomar un poco de aire fresco. Tal cosa como inhalar el
aire tóxico que nos rodea puede ser clasificada como saludable. Me preocupa
contagiarme con algo por sólo venir de visita.

Mirando los números de las puertas veo que la puerta de Kennedy está
abierta de par en par y me dirijo a ella. Lo que esperaba no es nada comparado
con lo que me encuentro. En el suelo, sosteniendo a una bebé gritando, está
Kennedy. El lugar es un desastre. Hay una mesa rota en medio del piso, pero lo
que me enfurece son los moretones que cubren su pálido rostro, lleno de
lágrimas.

- ¿Qué carajos ha sucedido aquí? - Rujo, entrando en la sala. Veo como el


cuerpo de Kennedy se tensa visiblemente, sus manos temblando de miedo. La
señora mayor junto a ella se mueve para protegerlas, mirándome con miedo.

- Creo que tienes que irte. He llamado a la policía, - grita la señora que no
conozco. La miro con curiosidad y me pregunto quién demonios se cree que
soy.

- Mel, éste es...

~ 30 ~
- Alguien que quiere saber qué demonios ha pasado - interrumpo, entrando
más en la habitación. Desde la puerta su cara se veía mal, pero al mirarla más de
cerca luce peor, y por la forma en que hace una mueca de dolor mientras acuna
al bebé de un lado a otro, puedo decir que le duele algo más que la cara.

- ¿Quién eres? Mel, la señora, pregunta. Qué pregunta tan capciosa. ¿Quién
soy yo?

- Este es el padre biológico de Imogen, - susurra Kennedy, su voz sonando


cansada. Me acerco, ignorando la mirada de muerte que Mel me está dando, y
me arrodillo al lado de Kennedy. Mis ojos miran su cara y no puedo evitar
apretar los puños. ¿Quién carajo hizo esto?

- ¿Qué pasó? - Pregunto con una voz más suave.

En lugar de contestarme, se pone a llorar, entregándome a Imogen. Al


principio no sé qué hacer y la sostengo a distancia.

Joder, tiene unos buenos pulmones.

La sostengo más cerca, con su cabeza apoyada en mi hombro, y hago lo que


he visto hacer a Denny con Hope y empiezo a hacerla rebotar y a darle palmadas
suaves en el trasero.

No pasa mucho tiempo antes de que deje de llorar y sólo suelta ruiditos
bonitos. Es entonces cuando empiezo a disfrutar del momento.

¡Soy padre!

La sostengo un poco más fuerte y es en este momento en el que sé que


nunca seré capaz de dejarla de nuevo. Ni siquiera por una noche. Pero al diablo
si sé lo que voy a hacer cuando su madre, por así decirlo, está muy buena y está
obviamente en algún tipo de relación abusiva.

- Tienes que llevártela, para protegerla, - suelta en un sollozo estrangulado, y


miro a Kennedy confundido. Mel comienza a frotarle la espalda con cariño pero
pronto se detiene cuando se da cuenta de que sólo está lastimando más a
Kennedy.

~ 31 ~
- Tienes que decirme qué ha pasado aquí. ¿Tu novio te hizo daño?

Me mira con los ojos abiertos. - No. No tengo novio, - llora, poniéndose
histérica. - Alguien vino aquí. Me hizo daño. Dijo que mi hermana le debía tres
mil dólares. No tengo esa cantidad de dinero. Dijo que soy el seguro que ella le
dio para recuperar su dinero si no podía. Si no se lo devuelvo, tomará a Imogen
y la venderá. Tienes que llevártela y alejarla lo más posible de mí, - solloza. Su
expresión se rompe por completo y sé que el solo hecho de pedirme que me
lleve a Imogen le rompe el corazón. Sus palabras me golpean el corazón, al verla
tan rota, y desencadenan algo dentro de mí. Por primera vez en mi vida quiero
ocuparme de alguien que no soy yo.

- Dime exactamente lo que dijo, - exijo, poniéndome en modo de trabajo.

- Eso es todo más o menos. Oh, y tengo un mes. - Ella trata de limpiar sus
lágrimas, pero siguen llegando más. Me mira, con los ojos muy abiertos. - Oh
Dios, la hiciste dormir, - dice suavemente antes de estallar en más lágrimas.

- Oye, no llores.

- No quiero perderla, pero tengo que hacerlo. No puedo protegerla.

- ¿Y qué hay de ti? ¿Quién te va a proteger? - le pregunto a ella.

- Nadie.

Ella parece cansada y agotada, así que hago lo único que puedo hacer. -
Levántate y vete a empacar tus cosas y las de Imogen.

- ¿Eh? - Ella respira, mirándome confundida.

- Sólo hazlo. Necesito hacer una llamada, - le digo, con más dureza de lo
que pretendía.

- Vamos, te ayudaré - ofrece Melanie, ayudando a Kennedy a levantarse.


Miro su cara y puedo decir que está en un mundo de dolor. Me dan ganas de
cazar a este cabrón aún más. Nadie amenaza a mujeres o niños inocentes y se
sale con la suya.

¿Qué demonios me está pasando?

~ 32 ~
Una vez que están fuera de la vista, miro a Imogen apropiadamente por
primera vez y sonrío. Ella tiene mi nariz de botón, la pobre. No sé de qué color
tiene los ojos porque está durmiendo, pero recuerdo que Vicky tenía los ojos
azul claro, mientras que yo los tengo marrón oscuro.

Es tan pequeña, tan inocente, acurrucada en mi pecho, que la idea de que


alguien la haya lastimado me hace querer cumplir una sentencia de cadena
perpetua por asesinato.

Marco el número de William sabiendo que voy a necesitar ayuda con esto, y
mis viejos archivos. Responde en el tercer toque.

- Hola, ¿ya me extrañas?

- Imbécil, y no. Mira, necesito un favor.

Una risa estruendosa estalla a través del teléfono y tengo que alejarlo de mi
oreja por un segundo. - Has estado fuera unas semanas y ya quieres un favor.

- Vale, ¿puedes revisar mis viejos archivos, por favor? Necesito todo lo que
tenemos sobre la redada de drogas que hicimos en lo de los Carmack. No puedo
soportar sus bromas en este momento. Necesito respuestas. Necesito saber quién
está haciendo esto y por qué. Lo único que se me viene a la mente es el pasado
de Vicky. Esa unidad era su pasado.

- ¿Qué? ¿Por qué? Cerramos ese caso.

Como si necesitara recordar que cerramos ese caso. Fue el peor trabajo de
encubierto en el que he estado y nunca me sentí tan aliviado como cuando
finalmente lo cerramos.

- Mira, sé que hay mucho que necesito explicar, pero ahora mismo todo lo
que necesitas saber es que alguien de ese caso ha amenazado a alguien... cercano
a mí, - dudo, la palabra amor casi sale de la boca. Pensando, sólo le eché un
vistazo a la pequeña rufián y ya me he enamorado. Imogen se mueve en mis
brazos y la acuno suavemente para que no se despierte.

- Vale, ¿hay algo que necesites que haga? - pregunta sin vacilación. Es lo
único que he echado de menos hasta ahora de mi antiguo trabajo. Cómo te

~ 33 ~
cubren las espaldas. No es que Harris no lo haga, es sólo que hace las preguntas
primero, no después. Supongo que tenemos mucho que descifrar antes de que
lleguemos a ello.

- Todavía no, pero te mantendré informado. Dame una hora y estaré en casa,
- le digo antes de terminar la llamada. Camino hacia las voces de fondo y entro
en la habitación de Kennedy. No se parece en nada a lo que me había
imaginado. Es sencillo, aburrido, y apenas decorado. Esperaba color, mucho
color. Pero entonces, no la conozco realmente y obviamente está batallando si
está viviendo en este agujero de mierda.

- ¿Puedes cargar a Immy para que pueda ir a buscar su cuna y sus cosas?
Llamaré a un amigo para que venga y se lo lleve todo. A menos que quieras que
le compre unos nuevos. - Pregunto, sin pensar en lo que Immy podría no tener.
Por lo que sé, ella podría tener lo básico, pero qué sé yo. Ni siquiera sé lo que
necesita un bebé y por lo que sé hasta ahora sobre Kennedy, no parece ser la
persona que descuida a un niño.

- ¿Qué? ¿Qué es lo que pasa? ¿Te la llevas?, - pregunta, con la cara arrugada
y lista para explotar. Incluso después de pedírmelo, la idea de que le quiten a
Immy la está matando por dentro. Puedo decir oficialmente que sé cómo se
siente porque el solo hecho de pensar en no ver nunca al lindo y pequeño bulto,
que ha capturado mi corazón con un segundo de conocerla, me está matando.

- No, - empiezo y veo su cuerpo relajarse. - Me las llevo a las dos. Te vienes
a vivir conmigo, - le digo. Ni siquiera sé de dónde salió eso, pero ahora que las
palabras salen de mi boca me doy cuenta de que las digo en serio. Cuando le dije
por primera vez que empacara sus cosas, las iba a enviar a la casa de un amigo,
o a un lugar seguro.

- ¿Qué? No. No puedes hacer eso.

- ¿Quieres protección? ¿Quieres que Immy esté a salvo? ¿Quieres estar a


salvo?

- Por supuesto…

- Entonces, ahí lo tienes. Ahora toma a Immy, por favor.

- ¿Immy? -pregunta, su cara se arruga, se ve linda. - Su nombre es Imogen.

~ 34 ~
- Lo siento, supongo que se me escapó, me estremezco, preguntándome si
ella piensa que me estoy haciendo cargo. No quiero quitarle a Imogen, solo
quiero estar con ella en todo momento. De Imogen, quiero decir. No es que me
moleste la compañía de Kennedy. Es entonces cuando me quejo por dentro.
Tengo que vivir con ella ahora. Tengo que verla desnuda, medio desnuda, y
vestida a diario. Ella va a estar en mi espacio todo el tiempo. Nunca he tenido
eso antes.

Cálmate, ella podría tener un montón de malos hábitos. Es verdad. Ella


podría. Mi hermana tenía un millón de ellos.

- No, está bien. Me gusta, - sonríe, pero no le llega a los ojos.

*** *** *** *** *** *** *** ***


Una hora más tarde llegamos a mi casa. Después de hablar con Harris sobre
lo que estaba pasando, me dijo que dejara toda la ropa y la mierda que pudiera
en el apartamento. Así que lo hice, y en lugar de traer su cuna con nosotros
como estaba previsto, llamé a Baby Care y pedí todo lo que un bebé de su edad
necesitaría. Incluso pagué por la entrega rápida de hoy y también montarán
todos los muebles. Esa es otra cosa que me permite concentrarme en averiguar
quién le hizo esto a Kennedy. Todavía está bastante conmocionada y cuando
entramos la acompaño por el pasillo hasta mi dormitorio.

- Aquí. Necesitas acostarte. Iré a buscarte un poco de Ibuprofeno.

- No, debería estar despierta para cuando Imogen se despierte, - argumenta,


pero noto que sus manos siguen temblando.

- Ve a prepararte un baño. Tengo uno al final del pasillo. Por favor, ve a


darte un baño. Cuando salgas, miraré los moretones que tu camisa ha estado
ocultando.

-¿Cómo...?

- Puedo decirlo por la forma en que caminas. Déjame comprobar que no


necesitas ir al hospital, entonces puedes tomarte algunos analgésicos e ir a
dormir un poco. Te sentirás mucho mejor por ello.

- Pero Imogen tiene que tomarse un biberón en media hora.

~ 35 ~
- Sólo ve, - le digo, dándole un suave empujón en dirección al baño.
Rápidamente le digo dónde están las toallas de repuesto y luego vuelvo a la
cocina y empiezo a desempacar las bolsas que sé que tienen todos los biberones
y cosas de Imogen. Puse la sillita del coche, con Imogen todavía dentro, junto a
la puerta y me puse a trabajar antes de que uno de los chicos trajera los archivos.

Poniendo todo lo que puedo en la encimera de la cocina, me quedo atónito


ante todo lo que tengo delante. Hay una máquina redonda que tiene estas tetinas.
Un montón de biberones de diferentes tamaños, tapas, y más cosas de tetinas.

Localizo un tarro de plástico con fórmula para bebés a un lado y sonrío.

Puedo hacer esto.

¿Qué tan difícil puede ser preparar un biberón?

Diez minutos más tarde Kennedy sale del baño con aspecto caliente.
Literalmente caliente. Parece que ha estado sentada en una sauna durante la
última hora en lugar de tomar un baño durante los últimos diez minutos.

- ¿Estás bien? - Pregunto, pero termino ahogándome con mis palabras


cuando ella camina alrededor del mostrador usando una camiseta holgada que
apenas cubre su trasero. Lleva pantaloncillos debajo pero no hacen nada para
evitar que mi mente vagabundee.

Joder, para ser una persona pequeña tiene unas piernas increíbles y no puedo
evitar imaginar cómo se sentirían envueltas a mi alrededor.

- ¿Estás bien?, - pregunta con curiosidad, y luego empieza a reírse. - Tienes


leche de bebé en tu camisa.

Miro hacia abajo para ver que tiene razón. Maldición. - Sí, sólo estoy
tratando de entender esta mierda, - le digo, asintiendo a la leche en polvo.

Aquí, te mostraré, - me dice, su cara se arruga de dolor cuando se mueve


hacia mí. Sabiendo que necesito aprender, ignoro su dolor por un segundo y
observo cómo arma la botella, empieza a hervir un poco de agua y luego arma la
máquina con las tetinas dentro.

~ 36 ~
- Este es el esterilizador. Los biberones necesitan ser esterilizados después
de cada uso para mantenerlos limpios. Sólo preparo un biberón más durante la
noche, así que sólo dejo el agua hervida en el biberón hasta que ella se despierte.
Luego añado la leche así, - comienza, y me muestra cómo poner la cantidad
correcta de polvo en la biberón. Estoy tan sorprendido por todo que no puedo
quitarle los ojos de encima.

Cuando me doy cuenta de que ya no se mueve, me giro para mirarla, y la


encuentro mirándome fijamente con sus mejillas sonrojadas.

- ¿Qué? - pregunto confundido.

- Dije: ¿Dónde guardas las jarras?

- Oh, aquí, - le digo, señalando sobre su cabeza. Me acerco al armario y


agarro una jarra de plástico para ella. La llena con agua fría y luego deja caer la
biberón dentro de ella.

- Todo listo, - sonríe. - Deja que se enfríe hasta que esté tibio para que
Imogen no se queme la boca y ya está.

- Puedo hacerlo.

Ella me da una sonrisa cegadora y los dos nos quedamos ahí parados
mirándonos torpemente. Entonces Imogen rompe el silencio al despertarse, y
sacudimos la cabeza. Los dos nos movemos al mismo tiempo, y hacemos una
pausa antes de ir a por ella otra vez.

"Vamos, ve tú. Yo iré... um... a acostarme. ¿Tienes esos analgésicos?, -


pregunta tímidamente, pareciendo cohibida como el infierno.

- Sí, toma, - le digo y me acerco a las pastillas que había preparado antes de
parecerme al monstruo de la leche en polvo.

Me los quita y se los traga en seco. Observo como su garganta se balancea


arriba y abajo y termino tragándome la saliva. Mi cerebro piensa en cómo se
vería su garganta al tragar otra cosa, pero lo descarto enseguida.

Joder, esto me va a matar. Rápidamente saco a Imogen de la sillita del coche


y le sonrío. Es tan malditamente linda. Incluso tiene mis ojos.

~ 37 ~
Mi corazón se calienta y por una vez en mi vida siento que estoy justo donde
necesito estar. Sé de hecho que nunca la voy a decepcionar, nunca.

En el corto tiempo que he sabido que era padre, me las he arreglado para
moverla y prepararle un biberón yo mismo. Vale, no por mí mismo, pero el
pensamiento estaba allí.

- Necesitará que la cambien y el biberón está listo. Sólo asegúrate de que


cuando compruebes la temperatura, hazlo en la parte interior de tu muñeca, - me
dice Kennedy antes de salir lentamente de la habitación. Miro a Imogen con los
ojos muy abiertos.

Una parte de mí espera que se refiera a un cambio de ropa. Pero luego


acerco más la cara y tomo una gran inhalación y sé que está hablando de su
pañal.

Gruño y agarro la bolsa que noté que Kennedy llenaba con pañales y un
cambiador y camino hacia el cuarto de enfrente, asegurándome de agarrar el
biberón.

- Vamos, pequeña. Ayuda a un hombre, ¿de acuerdo?- Le pregunto a


Imogen que ahora está desnuda salvo por su pañal. Quienquiera que haya hecho
esta ropa no pensaba en niños cuando la diseñó. En un momento pensé que le
iba a romper el brazo para sacarlo de la cosa.

A la izquierda tengo toallitas para bebés, bolsas de pañales y un broche. Ya


está. A la derecha tengo el pañal y una bebé en crecimiento limpia. Es increíble
lo que se aprende estando cerca de tu hermana. Gracias que ella tuvo un hijo a
los dieciocho años o yo estaría jodido ahora mismo.

No es que vaya a ser difícil, pero, por si acaso algo sale mal, tengo un pañal
de repuesto en espera.

Respiro profundamente antes de empezar lo que ahora será mi vida.

~ 38 ~
CAPÍTULO SEIS

KENNEDY

La cama incluso olía a él. No podía escapar de su embriagador olor y casi


me vuelve loca. Doy vueltas y vueltas, y no soy capaz de ponerme cómoda,
cuando empiezo a oír a Imogen quejándose.

Todavía no puedo creer que ya esté tan involucrado. Ni siquiera se ha


cuestionado a sí mismo y lo ha tomado todo con calma. Realmente lo admiro
por eso. La mayoría de los hombres usarían la excusa de que no saben lo que
hacen para salir de todo, pero Evan no. Parece que realmente sabe lo que hace o
al menos lo intenta.

Todavía estoy en shock porque se ofreció a mudarnos. Sé que sólo me invita


por Imogen, pero de cualquier manera estoy agradecida. Sé que no me sentiría
segura durmiendo en ese piso después de todo lo que ha pasado.

Sólo con recordar la presión de sus patadas y la fuerza de sus puñetazos se


me escapan las lágrimas. No puedo creer que alguien pueda ser tan cruel como
para hacerme lo que me hizo hoy. No parece real. Nada de esto parece real. Las
amenazas, las palizas y la mudanza, todo parece demasiado. Incluso que Evan
sea tan comprensivo con todo es demasiado. Tiene todo el derecho a odiarme
ahora mismo. He puesto a su hija en peligro. Mi hermana la puso en peligro.
Pero parece que él está lidiando bien con todo.

Escucho a Imogen quejándose de nuevo y sabiendo que no seré capaz de


dormir por todo lo que está pasando, sin importar lo agotada que me sienta, me
levanto y salgo lentamente por la puerta del dormitorio. Camino la corta
distancia por el pasillo y miro hacia la sala de estar. Allí, en el piso de la sala,
está Evan, con una Imogen irritada que se contonea.

Me cubro la boca para amortiguar mi risa cuando lo atrapo. Tiene una pinza
en la nariz, guantes para lavar, y tiene arcadas mientras limpia los restos de caca
del trasero de Imogen.

- Nooooo, - grita y doy un paso adelante; preocupada. Ignorando el dolor en


mi costado me inclino un poco hacia adelante para mirar más de cerca y estallo
en risa. Su cabeza se eleva y sus hombros se desploman con la derrota.

~ 39 ~
- Se acaba de mear sobre mí.

- Está marcando su territorio, me río. - Confía en mí, es cuando hace caca en


la bañera cuando tienes que preocuparte, - le digo, esperando que se sienta
mejor.

- ¡No lo hace! - Él jadea, horrorizado.

- Oh, sí lo hace, - me río.

- ¿Cómo le pongo esto? - refunfuña.

En lugar de hacerlo, me siento a su lado y señalo las etiquetas adhesivas al


final del pañal. - Ese extremo siempre va debajo del trasero.

Sigue mis instrucciones y en poco tiempo tiene puesto el pañal y, por alguna
razón, la ropa de cama. - Sabes que tendrás que vestirla de nuevo después de
bañarla.

- Dijiste que la cambiara. No sabía si te referías al pañal o a la ropa y, como


ella hizo caca, pensé en hacer ambas cosas. - Se encoge de hombros como si no
fuera gran cosa. Voy a decirle lo agradecida que estoy cuando un fuerte ruido de
golpes me asusta e inmediatamente me acerco a Evan. ¿Sabe el tipo que me he
mudado y que tengo ayuda? ¿Va a tomar Imogen? Un chillido se me escapa de
la garganta.

Asustada, no noto que Evan se mueve hasta que se arrodilla delante de mí,
sosteniendo a una Imogen inquieta.

- Oye, está bien. Es un amigo del trabajo. Me ha traído todo lo relacionado


con el caso de tu hermana. ¿Vale?

Mis hombros tensos se relajan y le hago una seña con la cabeza. Sé todo
sobre el caso en el que trabajó. Vicky lo llamó rata y no hizo nada más que gritar
sobre él después de ser arrestada. Me sorprende que no la haya acusado de
violación. Eso es lo que había sido desde mi punto de vista. Violación. Estoy a
punto de preguntar qué tiene que ver ese caso cuando se mueve, levantándose
para abrir la puerta.

Sintiéndome cohibida, me levanto y me siento en la silla. Es tan cómoda

~ 40 ~
como imaginé la primera vez que la vi. Sintiéndome audaz, levanto los pies, los
meto debajo de mí y apoyo la cabeza en el respaldo.

Al oír voces en la puerta cierro los ojos e intento relajarme, pero el


cansancio me invade y caigo en un sueño profundo.

*** *** *** *** *** *** *** ***


Algún tiempo después me despierto en una cama y no en el sofá donde
estaba la última vez que recuerdo estar despierta.

¿Qué carajos?

Al levantarme me doy cuenta de que estoy de vuelta en la habitación de


Evan y empiezo a sonrojarme. Ni siquiera nos conocemos y me deja tomar su
espacio. Gimoteo cuando me doy cuenta de que estoy medio desnuda usando
una camiseta grande que nunca había visto antes. Al oler la camiseta me siento
mareada. Huele a masculinidad, a sexo y a Evan.

Apenas me doy cuenta de que debe haberme desnudado, me levanto de la


cama y me doy cuenta de que afuera está oscuro. No puedo ver un reloj en la
habitación, pero parece tarde. Salgo de la cama, tomo un par de pantalones de
pijama sueltos y salgo a buscar a Evan. Cuando no está en la cocina o en la sala
de estar, empiezo a sentir pánico.

Cuando vuelvo corriendo al dormitorio, noto un suave resplandor que viene


de otra habitación. Al acercarme, escucho un zumbido de voz.

- Puede que no nos conozcamos desde hace mucho tiempo, pero te prometo
que no habrá nada que no sepas de mí. Me tienes ahora, - oigo a Evan susurrar
con una voz suave que aún no le había oído usar.

Me acerco en silencio a la puerta y, al asomarme por el hueco, jadeo. La


habitación es hermosa. En un rincón hay una cuna con un toldo rosa de princesa.
Tiene una nueva mecedora en la que está sentado actualmente, sosteniendo un
biberón en la boca de Imogen. Mirando más de cerca diría que ha estado aquí un
tiempo. Tiene una taza de algo caliente en la mesa de al lado junto con una pila
de carpetas y papeles.

¿Qué diablos es todo eso? ¿Y por qué los está leyendo en este momento?

~ 41 ~
- Oye, estás despierta.

Salto escuchando su voz ronca y profunda. - Lo siento. No quise quedarme


dormida. No puedo creer que haya dormido durante todo esto, - susurro
avergonzada.

- ¿Tienes hambre? Pedí comida para llevar. Está en el microondas. Siento no


haberte despertado, pero parecía que necesitabas dormir. Además, cuando
intenté despertarte no te moviste ni un centímetro, - me dice y siento que el
rubor me sube por las mejillas.

¡Puñetazos de azúcar!

Qué vergüenza. - Supongo que tampoco me moví cuando me cambiaste.

- Sobre eso, - dice tímidamente. - Lo siento. Es que mi hermana odia dormir


con la ropa puesta. Una vez nos fuimos de vacaciones y se olvidó de su pijama.
Pasamos toda la noche tratando de encontrar un lugar que estuviera abierto
porque se negaba a dormir con sus camisetas.

- Oh, está bien, - sonrío y miro hacia abajo a Imogen que está chupando
profundamente su biberón y mirando a Evan con grandes ojos de ciervo. -
¿Cómo ha estado?

- Ella ha sido muy buena. Antes estaba un poco quejumbrosa, pero la


levanté y se calmó, - susurra mirándola. Se ve muy lindo sosteniéndola. Imogen
es una bebé diminuta, pero mirarla en los brazos de Evan la hace parecer aún
más pequeña. Y, si soy honesta, se ve muy sexy abrazándola.

- Voy a llevarla de nuevo al médico, - suspiro, preguntándome si es algo


más que la dentición. Le ha estado subiendo y bajando la temperatura. En
momentos como éste, desearía que mi madre estuviera aquí para recibir
consejos, pero no lo está.

- ¿Qué? ¿Por qué? ¿Hice algo mal?, - pregunta asustado, con sus ojos
escaneando a Imogen de pies a cabeza.

- ¡No! No. Ella ha estado así desde hace una semana. Ha estado tan apagada.
Normalmente es un bebé feliz y tranquilo, pero últimamente ha estado tan
alterada, como si le doliera. La llevé el martes pasado y me dijeron que le están

~ 42 ~
saliendo los dientes, pero no sé, - me encojo de hombros y le paso el dedo por la
mejilla. Sus ojos se enfocan en mí y comienza a agitar sus brazos con
entusiasmo. Me río junto con Evan.

- Creo que alguien está emocionada de verte, - se ríe.

La tomo de él y le sonrío ampliamente. Ella lo es todo para mí. Ella es mi


mundo y en los días en que todo me supera, ella es mi razón para seguir
adelante. La quiero como si fuera mía. De hecho, cuanto más crece, más quiero
llamarme su madre. Unas cuantas veces se me ha escapado y cada vez me he
sentido culpable de alguna manera. Ella merece tener eso en su vida, llamar a
alguien mamá. Pero ahora con Evan en la foto, y siendo él el padre biológico,
necesito saber qué pensará de esto primero.

- Hazme saber cuando quieras ir al médico. Iré contigo, - sonríe, recogiendo


una carpeta grande.

- ¿Qué es todo eso? - Pregunto y me doy cuenta de lo grosera que estoy


siendo. Ni siquiera nos conocemos. - Lo siento, eso fue grosero. No tienes que
decirme nada.

Miro hacia abajo y encuentro a Imogen durmiendo profundamente en mi


hombro, un fuerte eructo se le escapa de la boca. Me río en silencio mientras
Evan responde.

- No te preocupes por eso, está bien. Si quieres meter a Immy en la cuna,


podemos hablar en la habitación del frente. Se levanta, recogiendo la pila de
archivos con él, y camina los dos pasos hacia mí, besando a Immy en la cabeza.
Su olor abruma mis sentidos y mis rodillas comienzan a temblar. - Estoy tan
contento de que me hayas encontrado y me lo hayas dicho.

- ¿Por qué no lo habría hecho?

- No quiero hablar mal de los muertos, pero considerando la reputación de tu


hermana, me sorprende que no te preocupara que yo fuera como ella.

- ¿Honestamente?

- Por supuesto, - sonríe.

~ 43 ~
Lo miro a los ojos para que vea que digo la verdad. Trago profundamente,
quedando cautivada por sus ojos. Dios, son hermosos. Sacudiendo mi cabeza de
mis pensamientos comienzo. - Al principio no quería encontrarte. Me
preguntaba sobre todo lo que estaba pasando en tu vida y si todavía estabas
haciendo el trabajo que haces. No quería que Imogen se viera atrapada en eso.
He visto "La Jungla de Cristal" y otras películas en las que los hijos son usados
para la venganza. Pero me di cuenta de que sólo estaba poniendo excusas.
Supongo que al final sólo quería lo mejor para ella. Imaginé cómo sería mi vida
sin ella y eso me mató. Entonces me pregunté cómo sería para ti. Sé que no la
conocías, pero es especial, es una luchadora, y se merece lo mejor de todo. Te
merecías conocerla.

- ¡WOW! No esperaba que fueras tan honesta.

- No quiero secretos ocultos. Tenemos que llevarnos bien por Imogen.


Tenemos que hablar de todo. No sé nada de ti, y viceversa.

- Llegaremos a eso, lo prometo, pero primero, acostemos a Immy y


hablemos de lo que pasó esta mañana, ¿vale? - dice golpeándome la barbilla con
el puño. Lo miro a los ojos, dándole una sonrisa acuosa. Nunca he tenido a nadie
que me dé lo que él me está dando ahora. Lo que ha pasado esta mañana me ha
asustado de verdad. No quiero ser una de esas mujeres asustadas, pero sé que si
no hubiera sido por Evan que nos acogió, todavía estaría en casa asustada por el
fin de mi ingenio.

- Vale, - asiento y me encargo de Imogen. La acuesto en la nueva cómoda


cuna y la envuelvo bien, pero no tan bien como para que se sobrecaliente. Las
noches son cada vez más frías, pero, afortunadamente, Evan puede permitirse
tener la calefacción encendida, a diferencia de mí. No es un lujo que estaba
acostumbrada a tener.

Es otra razón por la que me va a matar cuando llegue el momento de irme


de aquí. No quiero dejar a Imogen, ella es mi vida, pero viendo lo que Evan
podría darle en un día me pregunto si está mejor sin mí.

~ 44 ~
CAPÍTULO SIETE

EVAN

Tuve que salir de allí. La habitación me estaba sofocando, y con ella usando
mi camiseta y la imagen de su cuerpo de antes todavía persiguiéndome, no podía
soportar estar tan cerca. Nunca ha habido una mujer que me afecte de la manera
que lo hace.

Me alegré de que estuviera muerta para el mundo cuando la desnudé porque


la hubiera odiado al ver mi reacción. Primero fue el deseo que me había
golpeado mucho al verla tan vulnerable, tan pacífica. Su cara estaba relajada,
libre de cualquier confusión que tuviera dentro de su cabeza. Pero luego había
visto los moretones que ese cabrón le había infligido. Tuve que salir y patear la
mierda del basurero para sacar mi frustración. Odio a los hombres que ponen sus
manos sobre las mujeres. Es débil, insultante para otros hombres, y está mal.

No me malinterpreten, he visto a mujeres golpear a hombres e incluso he


estado en situaciones en las que he tenido que impedir que una mujer hiciera
daño a su hombre. Pero aún así, los hombres que se aprovechan de mujeres
débiles e inocentes, o de cualquier mujer, me enfurecen, y por el aspecto de los
moretones de Kennedy no tenía ninguna posibilidad de defenderse. El tipo que
lo hizo no se contuvo. Es una cosa tan pequeña y delicada que es difícil imaginar
que alguien quiera hacerle daño.

Al entrar en la cocina, saco los recipientes del microondas y los coloco a un


lado. Sacando un par de platos limpios, comienzo a agarrar algunas cosas para
mí cuando Kennedy entra.

- Huele delicioso.

¿Veis? Tan jodidamente linda.

- Toma, coge lo que quieras. Te lo calentaré. Lo pedí hace una hora más o
menos.

- ¿Qué hora es?, - pregunta mirando el reloj.

- Acaban de dar las once.

~ 45 ~
- ¡Oh Dios! No puedo creer que haya dormido tanto tiempo, - jadea,
agarrando comida. En realidad me sorprende que esté tirando la comida en su
plato de la forma en que lo hace. No parece el tipo de persona que se llenaría la
cara delante de un hombre. Por otra parte, no estamos saliendo. Todas las demás
chicas con las que he salido han comido como si les preocupara que alguien se
diera cuenta. Eso me cabrea. Todo el mundo come para sobrevivir, no es que lo
que hacen sea raro.

- Como dije, debes haberlo necesitado, - le digo sonriendo. Entro en la sala


de estar después de terminar de calentar la comida, ella me sigue.

- Me siento mal. Quiero decir, dejé a Imogen contigo y acabáis de


conoceros. Luego me quedo en tu cama como si fuera el dueño del lugar.
Simplemente no se siente bien. Yo estando aquí y todo eso.

- No me habría ofrecido, Kennedy, si no fuera en serio. Quiero ayudarte y


tenerte aquí ayudará a mantenerte a salvo. No voy a dejar que te hagan daño.
Otra vez.

De hecho, tenerla aquí se siente bien de alguna manera y no sólo por


Imogen. Algo acerca de verla acostada en mi cama durmiendo me hizo algo.
Pero sé que con todo lo que está pasando, si empiezo algo con ella lo más
probable es que termine mal.

- Gracias, - susurra, y por la forma en que mira su plato me imagino que no


tiene este tipo de ayuda todo el tiempo.

- ¿A qué te dedicas? - Le pregunto, queriendo conocerla.

Levanta la vista de su plato y cuando termina de masticar me mira nerviosa.


- Trabajo en un café de la ciudad. Espero conseguir algo mejor, pero no hay
muchos trabajos en marcha.

Es linda cuando divaga.

- ¿Cuánto tiempo llevas trabajando allí?

- Cuatro años, - me dice vacilante. - ¿Qué hay de ti, cuánto tiempo has
estado trabajando para la policía?

~ 46 ~
- No estoy trabajando para ellos ahora. De hecho, he empezado mi propio
negocio con un buen amigo mío, Harris.

- Suena interesante. ¿Qué harás ahora?, - pregunta, tomando otro bocado de


su comida.

- Un poco de todo, supongo. Instalaremos sistemas de seguridad para la


gente, investigaciones privadas y seguridad para la gente que nos contrate.
Variará. Todavía tendremos que investigar a los cónyuges infieles, pero
mejorará.

- Suena muy bien. Si no te importa que pregunte, ¿qué pasó con mi


hermana? La noche en que, ya sabes, Imogen fue concebida. Aunque sé que era
una p.e.r.r.a. nunca pensé que sería capaz de eso, - me dice, susurrando cuando
deletrea la palabra "perra".

Entonces se me ocurre. Nunca la he escuchado jurar. Me río y me mira de


forma extraña, lo que me hace sonreír.

Dejando el plato, terminada mi comida, miro a Kennedy con una expresión


seria. - Se supone que no debo hablar del caso ni de nada que tenga que ver con
él, pero como no puede hacer ningún daño, te lo diré. Tu hermana estaba
mezclada con algunas personas de mierda. Había estado encubierto durante un
año. Tu hermana siempre se me insinuó, pero yo siempre la alejé. Y antes de
que preguntes, no fue porque estuviera en un trabajo; fue porque no me gustaba
tu hermana. Sé que está mal, es tu hermana y todo eso, pero...

- Entiendo, no necesitas disculparte, nunca ha sido la chica más amable, así


que lo que tengas que decir lo puedo aceptar.

Le doy una sonrisa amable y guardo esa información en mi mente para más
tarde. Quiero saber cómo los dos podrían ser completamente opuestas.

- Bueno, ella básicamente se vendió a los hombres si se ofrecían y se acostó


con los que pensaba que podía sacar algo. Ella se quedó en la unidad más que
cualquiera de los hombres que trabajaban allí.

- Supongo que en la última noche, antes de que ocurriera la redada, me


deslizó algo en la bebida, aunque nunca podré probarlo. No había bebido nada
hasta esa noche. Quería mantener la cabeza nivelada, pero mi jefe dijo que

~ 47 ~
necesitaba asegurarme de que me mezclaba, que necesitaba estar relajado.

- Empecé a sentirme raro, mareado, y mi visión se volvió borrosa. Lo


siguiente que supe fue que me desperté desnudo en una de las literas de la parte
trasera de la unidad con tu hermana a mi lado. Cada día después recordaría algo
más de esa noche, de ella, - le digo, manteniendo mi voz indiferente. No quiero
que sepa cuánto me molestaba saber que mi pene había estado dentro de su
hermana.

- Oh, Dios mío, jadea, sus ojos lloran. -No puedo creerla. ¿Sabías que
estaba embarazada?

- ¿Qué? ¡No! ¿Por qué lo preguntas?

- Porque me dijo que te lo había dicho, pero algunas cosas se interpusieron


en el camino.

- No. Si lo hubiera sabido me habría llevado a Imogen muy, muy lejos de


ella, - le prometo, y me da una pequeña sonrisa.

- Se fue la noche en que dio a luz, - dice de golpe, y siento que mis ojos se
abren mucho.

- ¿Qué?

- Sí. A ella no le importó. Después de una semana, el hospital me ayudó a


obtener la tutela de Imogen para que yo pudiera dar permiso para las pruebas
que necesitaban hacer. Encontré a Vicky, conseguí que firmara la cesión de sus
derechos. Me concedieron la custodia completa cuando Vicky murió.

- ¿Cómo es que ustedes dos son totalmente diferentes? - Pregunto en voz


alta y veo un leve rubor rosado en sus mejillas.

- No lo sé, - susurra. - Siempre fue así. Incluso cuando era niña. Soy la más
joven, mi hermano, que murió de muerte súbita cuando tenía seis meses, habría
sido el mayor. Mi madre siempre atribuyó su actitud a ser la hija mediana, pero
yo siempre vi algo oscuro dentro de ella, ¿sabes?

- Siempre se estaba metiendo en problemas, incluso antes de que todo


sucediera. Cuando nuestros padres murieron ella empeoró. Nos separamos por

~ 48 ~
un tiempo antes de que nos encontraran un hogar que nos acogiera a los dos,
pero incluso entonces ella lo arruinó. Al final me pusieron con una buena
familia, una que estuvo de acuerdo en dejarme verla, pero no vivir con ella.
Creo que ella estaba resentida conmigo por eso.

- ¿No se llevaban bien? - Le pregunto a ella. No me sorprende escuchar


nada de esto. Sabía que Vicky tenía un pasado difícil y que sus padres
murieron. También sabía que tenía una hermana, pero nunca fue investigada.
Pero supongo que siempre supuse que era igual que ella. No podría estar más
equivocado.

- No desde la primera vez que puedo recordar. Ella se llevaba todo lo que
mis padres me habían comprado. Ya sea un par de calzones que nunca le
hubieran quedado bien, los tomaba. Causaba discusiones, peleas y nunca le
importó a quién hacía daño. Me intimidaba sin parar, - se encoge de hombros.

Dios mío. Su hermana era realmente una maldita perra. Y crecer con ella
como su única familia debe haber apestado.

Al menos ahora nos tiene a mí y a Imogen.

¡Mierda! ¿De dónde diablos salió eso? Necesitando un trago me levanto


rápidamente, asustándola. - Voy a por una cerveza. ¿Quieres una o quieres algo
más? Le pregunto mientras tomo su plato vacío.

- Um, tomaré agua o té, gracias, - sonríe, sentada en la silla. Se ve tan


perdida y pequeña en esa silla. Abarca completamente su pequeña estructura.

*** *** *** *** *** *** *** ***


Al regresar, le entrego a Kennedy su té y vuelvo a sentarme en el sofá.
Kennedy se ha puesto cómoda y ha metido los pies debajo de ella y ha
conseguido una almohada acurrucada en su vientre con su taza de té caliente en
la mano.

- Así que, - comienzo. Recogiendo los archivos me acerco a ella. - He


estado revisando estos archivos toda la noche y hasta ahora no puedo captar
nada de lo que me dijiste. He hecho que me traigan una carpeta de fotos de
todos los que están conectados con el caso. ¿Puedes echar un vistazo y ver si lo
reconoces?

~ 49 ~
Asiente con la cabeza firmemente, pero con la forma en que sus manos
tiemblan puedo decir que está recordando todo lo de esta mañana y está muy
nerviosa.

- ¿Estás bien? - Pregunto mientras ella los revisa.

- Supongo. Todo parece haber sucedido tan rápido. Todo mi cuerpo se


siente hinchado y me duele. Pero aparte del hecho de que no entiendo lo que
está pasando, estoy bien.

- Prometo que no volverá a tocarte, - le digo con fuerza, necesitando que


escuche la verdad en mis palabras.

Ella levanta la vista de la carpeta y mantiene mi contacto visual. - Sé que no


lo hará. - La forma con la que lo dice tiene mi corazón latiendo a toda marcha.
Ella está poniendo su confianza en mí tan voluntariamente y ni siquiera me
conoce. Pero no puedo evitar sentirme orgulloso de oírla poner tanta fe en mí.
Ni siquiera se cuestionó a sí misma.

Sin saber qué más decir, la dejé hojear la carpeta en silencio. Mientras
tanto, me mantengo ocupado y hojeo los momentos más importantes del juego
de esta noche que me perdí.

Media hora más tarde oigo un chillido de Kennedy. Volviéndome hacia


ella encuentro lágrimas corriendo por su cara, su mano sobre su boca, y sus
ojos abiertos de miedo y reconocimiento.

- ¿Lo has encontrado? - Pregunto, arrodillándome delante de ella y


tomando sus dos manos en las mías. - Mírame.

- Es él, - susurra. Soltando una mano de mi agarre, señala una foto. Le quito
la carpeta y miro la foto que tengo delante.

- ¡Joder!

- ¿Qué?, - pregunta asustada. - Me siento en los talones y me paso una


mano por el pelo.

El maldito Damon White. Uno de los más grandes y despiadados


proveedores de drogas de la ciudad. Nadie ha sido capaz de hacer que ese

~ 50 ~
cabrón sea acusado de nada. Incluso con las pruebas que teníamos en su contra,
le dejaron libre.

- ¡Dime! Me estás asustando, - declara Kennedy, y le doy una caricia en la


cabeza. Al ver que se veía tan asustada me hizo querer abrazarla.

- ¿Estás segura de que es él? - Pregunto en voz baja.

- Sí. Nunca olvidaré esos ojos o esa cicatriz, - me dice. Su cuerpo está
temblando incontrolablemente y está empezando a ponerse histérica.

- Mira, todo va a estar bien, pero este tipo... Este tipo es una mala noticia en
serio. Lo que sea que tu hermana estaba mezclada con él es malo. No es
conocido por dar segundas oportunidades. También exige tener un plan de
respaldo para la gente que lo compra.

- Por eso me amenazó con pagar o se llevaría a Imogen, - ella tiene hipo, le
caen las lágrimas por la cara. Las limpio, pero siguen fluyendo. Verla así me
rompe el corazón.

- Nena, no te volverá a tocar, - le prometo. Agarro mi teléfono de la mesa y


marco el número de William.

- Será mejor que tengas una razón para interrumpir mi tiempo de televisión,
- gruñe y en cualquier otro momento me burlaría de él, pero esto es serio.

- Necesito la ayuda que me prometiste, - le digo con voz seria.

- ¡Joder! ¿Quién es?

- Damon White.

- ¡Mierda!

~ 51 ~
CAPÍTULO OCHO

KENNEDY

Anoche no pude dejar de dar vueltas en la cama después de escuchar la


forma en que Evan habló con su antiguo jefe por teléfono. Intentó no parecer
preocupado, pero pude verlo en sus ojos.

La forma en que trató de consolarme anoche todavía me pasa por la mente.


Todavía puedo sentir sus suaves dedos corriendo por mis mejillas, secando mis
lágrimas y la forma en que me sujetaba las manos. La forma en que su voz se
expresaba con cierta dulzura, pero aún así sonaba tan segura y firme al mismo
tiempo.

No tengo ganas de que llegue el día de hoy y cuando digo eso, lo digo en
serio. No sé qué va a pasar.

Evan me dijo que han puesto una orden de arresto contra este tipo Damon
pero, sin testigos, su abogado lo sacará en poco tiempo. Le pregunté por qué se
molestaba en hacer que lo arrestaran si no iba a suceder. Explicó que quería
asustar a Damon, para hacerle saber que lo están vigilando con la esperanza de
que eso lo haga retroceder. Personalmente, no creo que él realmente crea que lo
hará. Ni siquiera pudo mirarme a los ojos cuando me lo dijo.

Después de alimentar a Imogen y vestirla, la puse en su silla de actividades


Bumbo y le preparé el desayuno a Evan. Me sentí mal porque tuviera que
dormir en su sofá. Aunque es grande, con su gran estructura debe haber sido
incómodo para él.

Un golpe en la puerta me distrae de lo que estoy haciendo. Dejo caer el paño


de cocina y me muevo al pasillo para ver si Evan ha oído. Después de comer,
fue a ducharse y a vestirse. Aún oyendo la ducha, camino hacia la puerta,
esperando que sólo sea el cartero o un vendedor.

- Hey... Oh hola, um... está... ¿está Evan aquí? -pregunta una bella mujer.
Recuerdo haberla visto la primera vez que la visité. Vive en la puerta de al lado,
creo.

Me ruborizo cuando la idea de que sea la novia de Evan entra en mi mente.


¡Azúcar! ¿Sabe lo de Imogen? ¿O de mí? ¿O por qué estamos aquí? ¿Se volverá

~ 52 ~
loca conmigo?

- Sí, está... um... está en la ducha. ¿Te gustaría entrar y esperar?

Antes de que responda, Imogen empieza a llorar a mares desde su asiento


Bumbo y yo salgo corriendo dejando la puerta abierta para poder ir a verla.

Escucho a la mujer entrar y cuando me doy la vuelta me doy cuenta de que


ha dejado la puerta abierta detrás de ella.

- Si está ocupado puedo volver, - me dice con tristeza, sin mirarme. ¿He
hecho las cosas más difíciles?

¡Azúcar! ¿Se separaron por Imogen?

- Estará fuera...

- Oh, hola, Lexi. Me pareció oír la puerta, - dice y me doy vuelta y casi me
ahogo con mi propia saliva. Mojado, bronceado y tatuado, Evan está parado con
sólo una toalla. Un tatuaje tribal corre desde su pecho y baja por sus costillas.
Otro tatuaje de un dragón cubre la mitad superior de su brazo. ¿Cómo es que no
sabía que tenía tatuajes? ¿Cómo no me di cuenta?

Lo que me tiene apretando mis muslos y tomando un gran trago es su


abdomen. Es delgado, esculpido y digno de baba. Cada músculo está definido
por profundas crestas, y anhelo pasar mis dedos por ellas.

Me atrapa mirando fijamente y sus ojos se vuelven más oscuros. Doy


vueltas para evitar su intensa mirada, meciendo a una Imogen llorona en mis
brazos.

- Quería hablar contigo, pero veo que es un mal momento, - dice y se da


vuelta para irse, pero la voz profunda y ruidosa de Evan la detiene.

- Espera. Déjame ir a ponerme algo de ropa y hablaremos, - le dice. No le da


la oportunidad de responder, no dejando espacio para la discusión, lo cual
teniendo en cuenta que lo he conocido durante un día, lo hace mucho. Se
apresura a por el pasillo a su dormitorio, dejándome aquí de pie sintiéndome
incómoda.

~ 53 ~
- Soy Kennedy, - me presento, maniobrando a Imogen con mi otro brazo
para poder estirar la mano y agitar la suya.

- Soy Lexi, - sonríe pero no le llega a los ojos. Ella me da la mano y nos
saludamos rápidamente, dando un paso atrás. Tratar de calmar a Imogen ha
hecho que sea difícil estudiar a Lexi, pero por lo que puedo decir, parece una
buena persona. No se muestra distante, incluso con su incómodo silencio. Una
cosa que tengo clara es que no le gusta que esté aquí.

- ¿Quieres un trago? Evan pregunta al volver a entrar, ahora con vaqueros y


una camiseta negra de manga corta.

- ¡NO! - Lexi suelta abruptamente pero luego tranquiliza su voz. - Lo siento.


No. No puedo quedarme mucho tiempo, - sonríe y frunce el ceño cuando Evan
se acerca a mí y le extiende las manos a Imogen. Le doy una sonrisa, amando la
facilidad con la que ya se ha enamorado de ella. Es un padre práctico, eso es
seguro.

- Vale. Me gustaría que conocieras a alguien, esta es Kennedy, - empieza, y


Lexi sonríe.

- Ya nos conocemos.

- Y esta pequeña calabaza de aquí es, Immy, la abreviatura de Imogen. Es


mi hija, - sonríe con orgullo. Está tan ocupado mirando a una Imogen
quisquillosa que no se da cuenta de cómo se le cae la cara a Lexi. Quiero
tenderle la mano y consolarla, pero algo en su lenguaje corporal y en su
expresión me hace quedarme fuera.

- ¿Hija? - se ahoga. La forma en que dice "hija" hace que mi sangre bombee.
Es como si la palabra sonara amarga en su boca.

El tono de su voz hace que Evan mire hacia arriba y frunza el ceño a Lexi,
confundido.

- Oye, es mi hija.

- ¡Oh, joder! Olvidé que tengo una cita con el médico. Será mejor que me
vaya antes de que llegue tarde, - afirma rápidamente. Quiero regañarla por jurar
maldecir de un bebé, pero sobre todo por maldecir. Es una cosa que me vuelve

~ 54 ~
loca. Las mujeres que insultan se hacen oír muy mal. Sé que no tengo espacio
para juzgar, es sólo una molestia para mí y las mujeres que se parecen a Lexi no
deberían usar ese tipo de lenguaje. Hace que suenen común.

Observo como Evan abre la boca y se mueve hacia ella, pero Lexi sale por
la puerta antes de que pueda dar otro paso. Miro como un ciervo atrapado en los
faros y me pregunto qué debo hacer.

- ¿Quieres que me lleve a Imogen para que puedas ir tras ella? - Pregunto en
voz baja, sintiéndome mal, porque mi presencia y la de Imogen ha causado esto.

- ¿Por qué? - Él pregunta tan simplemente que empiezo a preguntarme si


realmente está calificado para ser un policía. Ya debería saber por qué. No hace
falta ser un genio para averiguar lo que le pasaba.

- Porque no quiero que ustedes dos rompan, - empiezo, pero la risa de Evan
me interrumpe. - ¿Qué? - Frunzo el ceño, no me gusta el hecho de que se ría de
mí.

- ¿Crees que estamos juntos?, - pregunta sonando divertido.

- Está enamorada de ti, eso se ve claramente y cuando abrí la puerta parecía


que todo su mundo se había desmoronado, - le digo.

- Mira, sé que estaba mintiendo sobre la cita con el doctor. Sólo que no sé
por qué. Pero puedo asegurarte que nunca hemos estado juntos.

- ¿Por qué tengo la sensación de que hay un pero? - Pregunto pero luego
sacudo la cabeza avergonzada. - Lo siento, no es asunto mío.

Sus ojos se suavizan y da un paso más hacia mí. - Vas a estar en mi vida por
mucho tiempo, Kennedy. Mereces saberlo.

- Bien, - susurro, tratando de ignorar la forma en que sus palabras están


haciendo locuras en mis entrañas en este momento.

- Pensé que teníamos algo hace un tiempo, pero no era nada. De hecho, me
rechazó.

- ¡Pero estás caliente! - Grito, me indigno, y luego termino gimiendo.

~ 55 ~
Necesito un filtro antes de hablar. ¿Por qué siempre me hago esto a mí misma?
No ayuda que sea tan guapo. Me pone más nerviosa de lo normal.

- Gracias, tú también, - guiña el ojo y me hace sonrojar. - Me llevó un


tiempo darme cuenta de que nunca habría funcionado entre nosotros. Esperaba
algo que no hubiera existido entre nosotros.

- ¿Qué quieres decir? - Pregunto con curiosidad, sonriendo cuando veo a


Imogen acostada en el hombro de Evan, con la boca abierta en forma de O,
durmiendo.

- Quiero sentar cabeza. Muchas cosas habían pasado el año pasado con mi
hermana y cuando me dijeron que tenía un bebé y un prometido, me di cuenta
de lo que me había estado perdiendo, - se encoge de hombros pero puedo ver
que todavía le importa. Todavía quiere eso.

- ¿Estás seguro de que no es una rivalidad entre hermanos? - Me burlo.

Se ríe, el sonido hace temblar mi columna vertebral. - No. Amo a mi


hermana y le daría el mundo si pudiera porque se lo merece. Pero al verla ahí,
justo delante de mí, me golpeó. Quería establecerme en una casa familiar y no
en un bungalow de tres camas. Y algún día tenerla llena de niños.

- Tienes uno de esos, - le recuerdo, sonriendo a una Imogen roncando.

- Sí, lo tengo, - sonríe, pero cuando lo miro, me sonríe a mí y la mirada en


sus ojos es algo que nunca he visto antes.

- Entonces... um... ¿había algo que necesitabas hacer hoy antes de que
tuvieras que estar en la estación? - pregunto. Mi estómago ha estado revuelto
desde que me dijo que tendría que dejarnos hoy cuando hayan arrestado a
Damon. Dijo que quería estar allí para ver por sí mismo lo que pasa y cuál será
la reacción de Damon. Por suerte, su antiguo jefe está de acuerdo con que lo
haga siempre y cuando no cause una escena.

- Es gracioso que preguntes eso. Todo lo que pasó con mi hermana el año
pasado hizo que se peleara conmigo. Su novio me acaba de enviar un mensaje
para decirme que ya ha superado su problema y que vaya a visitarla cuando
quiera. Ahora que sé que Immy es realmente mía, me preguntaba si podríamos ir
a verla. Quiero que sea la primera persona que la conozca.

~ 56 ~
Hago una pausa para pensar en ello. Nunca he dejado a Imogen con nadie
más que con el personal de la guardería y, en alguna ocasión, con Melanie.
Aspirando, le doy a Evan una sonrisa.

- Claro. Voy a lavar la ropa y esas cosas. Limpiar el desastre que Imogen y
yo hemos hecho. Es lo menos que puedo hacer porque nos dejes quedarnos.

- No, Kennedy, no lo entiendes. Quiero que tú también vengas.

- ¿Para conocer a tu hermana? - Pregunto, mi voz aguda.

- Sí, - se ríe, pero le doy un vistazo.

- No puedo conocer a tu hermana. Puede que me odie o que se haga una


idea equivocada. Mi hermana era una... ya sabes, y tu hermana podría pensar
que yo también soy... ya sabes.

- Nadie te acusaría nunca de ser una perra, - me dice suavemente y mis ojos
se encuentran con los suyos y se ablandan. Todo mi cuerpo se hunde y me
encuentro asintiendo con la cabeza cuando por dentro estoy sacudiendo mi
cabeza 'no'. ¿Conocer a la familia? No está en lo alto de mi lista de cosas que
hacer. La gente se entera de dónde vengo, con quién estoy emparentada y me
juzgan. Me juzgan por lo que mi hermana ha hecho y tan pronto como Denny se
entere de lo que mi hermana le hizo a su hermano me va a odiar. No hay manera
de que no lo haga.

- Está bien... pero no me dejes, - añado rápidamente, realmente no quiero


que me dejen sola. No sé nada sobre su familia o cómo son. Jesús, es su
hermana, ¿qué tan difícil puede ser?

Resulta que es más difícil de lo que imaginaba.

~ 57 ~
CAPÍTULO NUEVE

EVAN

Llamando a la puerta de mi hermana empiezo a sentirme muy nervioso. No


soy un tipo nervioso. Siempre estoy tan calmado y tranquilo. Joder, es mi trabajo
estar tranquilo y en alerta. Pero hasta ahora no me había dado cuenta de cuánto
quiero la bendición de mi hermana, su aprobación. Sé que se enojará cuando se
entere de lo de Vicky, pero quiero que acepte a Kennedy e Imogen en nuestras
vidas.

- Muy bien, amigo. Sólo está vistiendo a Hope, - nos dice Mason abriendo la
puerta. Mira a Kennedy con curiosidad y luego a Imogen. Noto que su cabeza se
mueve rápidamente en mi dirección y me hace preguntarme si ha aceptado que
Imogen sea mía. Ahora que he tenido tiempo de mirar realmente a Immy puedo
verme en ella.

- Gracias, - asiento con la cabeza.

Lo seguimos hasta el cuarto de enfrente donde pongo la sillita del coche


junto al sillón de un solo brazo, señalándole a Kennedy que se siente. Ella ha
estado extrañamente callada desde el momento en que le dije que venía con
nosotros. No sé por qué, pero el hecho de que no estuviera conmigo me hizo
sentir inquieto. No se sintió bien dejar que la familia conociera a Immy y no a
ella. Es como si ella perteneciera a mi lado.

Los pasos de las escaleras me hacen levantarme del sofá. Cuando Denny
entra, parece sorprendida de verme, pero más sorprendida y curiosa en cuanto a
quién es Kennedy. Ella le da una mirada rápida a Imogen y yo ignoro la punzada
de decepción en mi pecho al no ver que Imogen es mía como lo hizo Mason.

- Hola, - saluda lentamente, entregando a una feliz Hope a Mason.

- Hola, hermanita, - sonrío y luego sigo adelante para envolverla en un


abrazo. - Lo siento, por todo, - le susurro al oído.

- No es tu culpa. Yo era demasiado terca para ver eso.

Sacudo mi cabeza listo para discutir pero luego su cabeza se inclina en


dirección a Kennedy. Mierda. Aquí va.

~ 58 ~
- Esta es Kennedy y esta pequeña es Imogen, mi hija.

No dice nada por un segundo y empiezo a preocuparme. Mi hermana tiene


una opinión sobre todo y cualquier cosa.

- ¿Perdón?

- No sabía nada de ella, no hasta hace un mes, pero luego estábamos


esperando los resultados del ADN, - exhalo.

- ¿Resultados de ADN? - No lo entiendo. - ¿Cómo sucedió esto?

- Estoy bastante seguro de que deberías saberlo, - bromeo ligeramente,


tratando de aliviar el estado de ánimo.

- Pero, no creí que estuvieras viendo a nadie. Dijiste que no tenías tiempo... -
empieza y puedo ver a dónde va con esto. Después de todo lo que pasó cuando
la secuestraron, le expliqué que nunca tuve tiempo de hacer nada. Lo cual era
cierto. Nunca tuve tiempo de echar un polvo, y mucho menos de visitar a la
familia.

- Es una larga historia. Me drogaron, se aprovecharon de mí y no supe de


Imogen hasta hace un mes, - empiezo a frotarme la cara. No puedo creer que
tenga que explicarle esto a mi hermana. Quería más tiempo antes de tener que
hablar de las cosas profundas.

- ¿Estás jodidamente bromeando? Traes a una puta a mi casa, cerca de mi


hija. FUERA, - le grita Denny a Kennedy, ella se levanta, sus ojos llorosos, su
cuerpo visiblemente tembloroso.

- ¿Qué? - Pregunto mirando entre ellas, preguntándome por qué tiene un


arrebato tan fuerte hacia Kennedy. Los ojos de Kennedy se llenan de lágrimas y
como hago todos los días, me acerco a ella y envuelvo mis brazos alrededor de
sus hombros. Ella trata de empujarme pero yo no la dejo.

- Cuida tu boca, Denny, - chasqueo y veo a Mason moverse para poner a


Hope en su balancín.

- ¿Hablas en serio ahora mismo, Evan? Ella te violó, te asaltó y mantuvo a

~ 59 ~
tu bebé alejado de ti, - dice mirando entre Kennedy y yo.

- Denny, - comienzo, maldiciendo para mí mismo. - Kennedy no es la


madre biológica de Imogen. Imogen ha sido dejada al cuidado de Kennedy. Ella
es la hermana de la madre biológica de Imogen.

Se detiene, las lágrimas llenan sus propios ojos. - ¿Qué?

- Ella no es la persona que hizo lo que estás acusando, - afirmo, no


queriendo usar el término violación.

- Sólo me dejaste hablarle así, - jadea.

- No pensé. Joder, estoy muy nervioso. No todos los días te enteras de que
eres padre y luego mudas a la madre y al niño, - le digo, levantando las manos.
Honestamente se siente bien sacar toda esta mierda.

- ¿La mudaste? - Denny respira pero sus ojos se estrechan en el último


minuto. - ¿Estás seguro de todo esto? ¿Cómo sabes que no te está usando?

Su actitud está empezando a molestarme. - ¿En serio vas a ir allí? Según


recuerdo, tú y Mason no tuvieron el mejor comienzo. Por lo menos cuando
Kennedy me encontró no se anduvo con rodeos para decirme que soy el padre
de Imogen, - me quebré, sintiendo mi sangre hervir. ¿Cómo se atreve?

Sus ojos se abren mucho. Mason da un paso adelante, su postura es rígida,


con ganas de luchar. - Creo que deberías irte, - gruñe y mis ojos se estrechan en
los suyos.

- No te preocupes, lo haré, - me echo hacia atrás y luego miro a mi hermana.


- Quería que fueras la primera en saberlo, la primera en conocerla, pero me
equivoqué. De todos modos, nunca esperé que reaccionaras así. Si no puedes
aceptar a Kennedy e Imogen en tu vida, en la mía, entonces no quiero saberlo.
Tú puedes ser la que le explique a Hope por qué no ve a su prima y a su tío', -
digo bruscamente, agarrando la sillita del coche y la mano de Kennedy. No me
molesto en parar para consolar a Denny cuando la oigo llorar o cuando Mason
me gruñe algo. Sólo sigo caminando.

- Oye, amigo, - llama uno de los hermanos de Mason caminando hacia la


casa de Mason. Cuando ve mi expresión facial, frunce el ceño, pero no dice nada

~ 60 ~
más. Me alegro de que no lo haga porque estoy listo para explotar. Después de
meter a Imogen en el coche, me muevo al lado del pasajero del coche, abriendo
la puerta para Kennedy. Una vez que está dentro, empiezo a abrocharle el
cinturón como un idiota, pero su mano que alcanza la mía me detiene. Mi
cabeza se levanta mirando sus ojos marrones oscuros y tristes. Están llenos de
lágrimas y sé que ella está luchando por contenerlas.

Sin poder evitar lo que estaba a punto de hacer, mis manos se extienden
hacia sus mejillas, mis pulgares corren ligeramente bajo sus ojos mientras caen
las primeras lágrimas. Nos miramos a los ojos, ninguno de los dos pudo
encontrar la fuerza para mirar hacia otro lado. El silencio muerto en el aire se
vuelve demasiado y me encuentro parpadeando, alejando mis manos de su cara.

Lo que acaba de pasar entre nosotros es algo para lo que ninguno de los dos
está preparado.

Conducir en silencio comienza a afectarme después de cinco minutos de


viaje. Estoy a punto de romper el silencio cuando la dulce y pequeña voz de
Kennedy se extiende por todo el coche.

- Lo siento, lo siento mucho. - Un suave sollozo se le escapa de la boca y me


acerco a la consola, agarrando su mano en la mía, preguntándome qué le pasa.
Siento frío bajo mi cálido tacto y veo su escalofrío por el rabillo del ojo. Lo que
me desconcierta es el hecho de que ella siente la necesidad de pedir perdón. No
tiene la culpa. No debería haber llevado a ninguna de las dos. Debí hablar con
Denny por mi cuenta primero y explicarle todo, no dejárselo saber todo de una
vez.

- No, lo siento. No sabía que ella sería tan crítica. Debí explicárselo por
teléfono o ir por mi cuenta a verla primero. No debería haberte sometido a eso.

- No quiero que te pelees con tu familia, susurra. - No por mí, no por lo que
hizo mi hermana. Imogen no se lo merece.

- Oye, - digo en voz baja, apretando su mano con la mía. - Tienes razón. No
se merece esto; se merece una familia que la acepte por lo que es y no por su
origen o por su concepción. Por mucho que odie lo que hizo Vicky, tengo a
Imogen. Te tengo a ti, - le digo, y la última parte es más bien un susurro. Su
respiración me dice que me ha escuchado, pero algo dentro de mí no puede
importarme. Es la verdad. Hay algo en ella que me hace sentir sobreprotector,

~ 61 ~
que quiere conocerla. No se trata sólo de su aspecto, porque está muy buena.
Sino por la forma en que ama y adora a Imogen. Es la forma en que
voluntariamente puso a Imogen en primer lugar, a pesar de que eso significaba
que estaría en peligro. También es increíblemente dulce. No maldice y la forma
en que me mira. ¡Mierda! Sólo recordar la forma en que me miró cuando salí
con sólo una toalla esta mañana hace que mi polla se mueva. Quería doblarla
sobre el sofá y tomarla justo ahí.

- Lo sé. Siento que esto es mi culpa de alguna manera. Pero entonces, no


importa cómo lo mire, siempre me habría presentado en tu puerta y te habría
hablado de Imogen.

- Y nunca entenderás de verdad lo agradecido que te estoy por eso.


Tampoco entenderás lo contento que estoy de que seas quien eres.

Kennedy se ríe, sorprendiéndome con la guardia baja, y no puedo evitar


sonreír al escucharla. Es la primera vez que la veo reír y su cara... Dios, es
jodidamente hermosa.

- Realmente quieres decir que te alegras de que no sea como mi hermana.

- También está eso, - me río de acuerdo. - Pero en serio, me alegro de que


seas tú la madre de mi hija, - lo admito, al llegar a la puerta de mi casa.

Paro el coche, me bajo y dejo a Kennedy sin palabras. Camino alrededor del
auto justo cuando Lexi sale de su casa con la misma cita con la que la vi la
última vez. Cuando me ve me da una pequeña sonrisa antes de reírse a
carcajadas de algo que dice su cita. Los ignoro y abro la puerta de Kennedy,
arrodillándome para hablar con ella.

- ¿Estás bien?

- ¿Quieres que sea su madre? - pregunta y cuando se da la vuelta su rostro se


empapa de las pesadas lágrimas que caen de sus ojos.

- No, nena, ya eres su madre, - le digo sinceramente.

Solloza antes de lanzarse a mis brazos. Me alegro de que haya podido


quitarse el cinturón de seguridad antes de hacerlo, de lo contrario lo más
probable es que se hubiera hecho daño en los moretones.

~ 62 ~
Se aferra a mi camiseta sollozando, sus lágrimas empapan el material. Le
froto la espalda y le digo que todo va a estar bien. Cuando mira hacia arriba su
cara está cerca de la mía.

Todo se congela a nuestro alrededor y sólo estamos nosotros en ese


momento. Me inclino en un toque para medir su reacción. Cuando ella no se
aleja, tomo eso como mi señal y presiono mis labios contra los de ella. Son
suaves, llenos y no puedo tener suficiente. Es cuando siento su lengua correr a lo
largo de mi labio inferior que todo en ese momento cambia, y en lugar del beso
lento y suave, se vuelve caliente y agresivo. No puedo sostenerla lo
suficientemente cerca. Ella gime dentro de mi boca y yo gimo con fuerza, con la
cremallera de mis vaqueros clavándose en mi erección.

Un grito fuerte llena el coche y nos saca a ambos de nuestro abrazo. La


lujuria y el deseo que sentía hace un minuto se evaporan un poco.

Giramos ligeramente la cabeza hacia Imogen, como si acabáramos de


darnos cuenta de que está en el coche, que es un factor importante en nuestra
relación, antes de volvernos el uno hacia el otro. Abro la boca, pero no sale
nada. Toda su cara está pálida, lo que hace que sus labios llenos se vean más
llenos y rojos. Sus lágrimas se han secado, pero sus ojos todavía brillan con
lágrimas.

Ella es hermosa.

Me levanto sin saber qué decir. Toso una, dos veces, antes de encontrar el
valor para decir algo y cuando lo hago, - Voy a buscar a Immy, - es lo primero
que sale de mi boca. Me quejo por dentro de lo estúpido que parezco. Soy un
hombre adulto que no tiene problemas para hablar con un cuarto lleno de gente,
hacer nuevos amigos o cualquiera de esas tonterías. Nunca he tenido problemas
para ligar con las chicas, de hecho, ellas suelen acudir a mí, pero con Kennedy,
me doy cuenta de que todo lo que he aprendido de la experiencia se ha borrado
de mi memoria. Es como si todo fuera nuevo para ella, incluyendo los
sentimientos que evoca en mí.

Ella asiente con la cabeza y yo me quito de en medio abriéndome paso hasta


el lado del conductor de atrás para sacar a Imogen. Cuando lo hago, mis ojos
llegan a los de Kennedy y la mirada de dolor por haber conocido a mi hermana
aún está escrita en su expresión. No siento ni un poco de pena por haberle

~ 63 ~
hablado así a mi hermana. Necesitaba que supiera que Kennedy e Imogen están
ahora en mi vida.

Abriendo la puerta, Imogen se queja en su asiento y se tira de las orejas


cuando la miro. Mis ojos se dirigen a los de Kennedy con preocupación y su
cara se vuelve pálida.

- ¿Qué pasa?, - pregunta, corriendo alrededor del coche.

- Estaba haciendo eso esta mañana, - le digo cuando se da cuenta de lo


mismo.

- Sí, los médicos dijeron que le están saliendo los dientes. Todo lo que he
leído dice lo mismo, pero aún me preocupa, - me dice, apartándome para
desabrochar a Imogen.

- Aquí, la tengo, - le digo, apartándola del camino, con mi mano en su


cadera. Ella se pone rígida bajo mi toque y probando las aguas me presiono
contra ella, amando la sensación de su trasero presionado contra mí. Se derrite
en mi cuerpo como la mantequilla y no puedo dejar de sonreír ante el hecho.

Después de uno o dos segundos de disfrutar de ella presionada contra mí,


Imogen empieza a llorar de nuevo y ambos nos movemos hacia la izquierda
para dejarnos pasar, sólo que terminamos chocando el uno con el otro.
Volvemos a hacer lo mismo, sólo que esta vez los dos nos movemos a la
derecha. Riéndose, agarro las caderas de Kennedy y la levanto, girando y
poniéndola detrás de mí como si no pesara nada. Sus ojos están muy abiertos y
llenos de deseo y su deliciosa boca está abierta en estado de shock.

Agarro a Imogen y su bolso cambiador de la parte trasera del coche antes de


cerrar y caminar hacia la casa. Kennedy ya tiene la llave de repuesto lista y está
abriendo la puerta cuando llego.

Veo su trasero balanceándose de lado a lado en sus jeans ajustados y me


deseo a mí mismo no tener otra erección con mi hija en mis brazos. Miro hacia
arriba y rezo como el demonio para poder pasar la noche sin abalanzarme sobre
ella y tomarla, haciéndola completamente mía. Ahora que he probado el sabor,
mi cuerpo ya está deseando más de ella.

En el momento en que la puerta se cierra detrás de mí, mi teléfono empieza

~ 64 ~
a sonar en mi bolsillo trasero. Agarrándolo, miro la pantalla y me quejo.

No podía mantener la boca cerrada.

- Oye, Nan, - respondo, sin poder ocultar mi malestar.

- ¿Tienes algo que decirme, jovencito?

- No puedo creer que haya tenido el valor de llamarte. Quería decírtelo yo


mismo.

- Ella me llamó en un mar de lágrimas. Ahora quiero oírlo de ti, - dice con
severidad, no en el tono que estoy acostumbrado a que mi abuela use conmigo.

- En resumen, en mi último trabajo, antes del caso de Denny, me drogaron y


usaron. Hace poco más de un mes, la hermana de la mujer que me usó vino a mi
puerta a contarme sobre Imogen, mi bebé de cinco meses. No la creí al
principio, pero vino con una prueba de ADN. La enviamos y boom, la bebé es
mía. Ambas viven conmigo, y la madre biológica está muerta, - suelto
corriendo, odiando tener que repetirme. Todavía tengo que decírselo a mi padre,
pero sé que Denny ya lo habrá llamado. La idea me enfurece. Sabía que querría
decírselo a los demás, pero después de su reacción iba a posponerlo hasta que se
calmara.

- Oh Dios, cariño. Te violaron, - jadea y oigo lágrimas en su voz.

- No, Nan. No lo veo así. Sí, se aprovecharon de mí, pero no me siento


como una víctima, - le digo, mirando a Kennedy y poniendo los ojos en blanco.
Me da una pequeña sonrisa antes de sentarse en el sofá con Imogen y un biberón
recién hecho. Me siento como una mierda porque sea ella quien tenga que
alimentarla. Necesita un descanso. Todavía se ve cansada, desgastada y dolorida
como la mierda por el ataque. Incluso después de dormir la mayor parte del día
ayer.

- ¿Me estás escuchando? - dice bruscamente mi abuela, causando que mi


cuerpo se sacuda.

- Lo siento, yo... mira, tengo que irme, tengo otra llamada, - miento.

- Voy a ir de visita en la semana. No pienses en poner excusas. Iré cuando

~ 65 ~
menos te lo esperes, - advierte. Sí, lo más probable es que aparezca a las cinco
de la mañana para que no nos escapemos o inventemos una excusa tonta.

- Bien, te quiero, - le digo.

- También te quiero y ¿Evan?

- ¿Sí?

- No puedo esperar a conocer a Imogen, - dice suavemente. Una sonrisa se


dibuja en mi cara al tener su aprobación. Ella termina la llamada y yo miro el
teléfono, todavía sonriendo. Sólo mi Nan podría hacerme sonreír cuando todavía
estoy enojado por Denny y la mierda que salía de su boca.

Cuando mi teléfono suena de nuevo, creo que es Nan otra vez, pero cuando
miro el teléfono es William y mi corazón se detiene.

- ¿Sí?

- ¡Tienes que venir, ahora! - es todo lo que dice antes de terminar la llamada.
Mis ojos inmediatamente miran a Kennedy. Está aquí y está a salvo. Pero la
sensación en la boca del estómago me tiene retorcido por dentro dándome un
mal presentimiento sobre todo este asunto de Damon.

~ 66 ~
CAPÍTULO DIEZ

KENNEDY

La casa está tranquila ahora que Imogen está durmiendo una siesta y Evan
ha ido a la estación para resolver todos los asuntos en los que mi hermana me ha
involucrado. No voy a mentir; estoy muy asustada. Tengo miedo de que esto
empeore las cosas para mí e Imogen, pero luego me doy cuenta de que nada
podría ser peor que él me la quitara. Quienquiera que sea Damon White está
claro que es una mala noticia y si Evan está preocupado, entonces estoy
aterrorizada. No parece la persona que se preocupa por nada. Es fuerte, guapo y
un fantástico besador. También es increíblemente atento con Imogen y ha sido
generoso y amable conmigo. ¿Mencioné que es un gran besador?

Santas-bolas es un gran besador. Todavía puedo sentirlo en mis labios. Es


increíble que en un momento, un beso, todo mi mundo pueda cambiar en un
instante. Supe en ese momento que Evan significaba algo para mí, más que el
padre de mi sobrina, no, el padre de mi hija.

Todavía estoy en shock por toda la conversación que tuvimos antes en su


coche. Sus palabras, el significado que hay detrás de ellas, quedarán grabadas
para siempre en mi memoria. Para que él piense ya en mí como su madre es
sólo... Digamos que nunca me he sentido tan abrumada en toda mi vida. Estoy
extasiada y quiero gritar "ella es mía" con todas mis fuerzas, pero por otro lado
quiero esconderme en la habitación de Evan y llorar hasta que salga el sol por la
mañana. Todo parece estar sucediendo tan rápido y me aterroriza.

Mi vida era aburrida antes de que Vicky apareciera embarazada. Apenas nos
hablábamos antes. La única vez que ella respondía a mis llamadas o me llamaba
ella misma era cuando estaba en problemas y necesitaba mi ayuda. Nunca le
daría dinero. Sabía a dónde iría. No quería ser parte de su suicidio.

Nos preparé a Evan y a mí una cena mientras lo esperaba. Cuando no


aparece a las seis como dijo que haría, empiezo a comer sola, pero mi apetito
parece perdido al preocuparme por él.

Son las ocho y media cuando la puerta finalmente se abre y él entra con un
aspecto sombrío. Inmediatamente me siento en el sofá donde he estado
descansando durante la última hora viendo algunos jabones.

~ 67 ~
- ¿Está todo bien? - Pregunto, mi corazón late rápido. La mirada que me da
me dice todo lo que necesito saber. Esta no va a ser una buena noticia.

- Tengo algo que necesito decirte, - me dice con tristeza, sentado en el sofá a
mi lado.

- ¡Oh, no! ¿Qué es? ¿Qué ha pasado?

- A Damon lo dejaron salir. Tiene una coartada que la policía comprobó y


sin más pruebas no pueden retenerlo.

- Oh, Dios mío. ¿Qué va a pasar? No te mentí, Evan. Fue él, - lloro,
sintiendo que las lágrimas me pican las mejillas. Estoy harta de llorar. Es todo lo
que parece que hago últimamente.

- Oye, nena, sé que no estás mintiendo. La policía sabe que estás diciendo la
verdad, pero Damon, es un conspirador. Sabe cómo manipular a todos a su
alrededor. Siempre se las ha arreglado para estar un paso por delante de la
policía. Creo que él sabía que irías a la policía.

- Entonces, ¿qué pasa ahora? ¿Espero a que me haga algo a mí, a Imogen?
Lloro. - ¿Podría hoy ponerse peor el día?, - sollozo en mis manos.

- Um, sí, puede. Eso no es todo lo que necesitaba hablar contigo. Puede que
me haya vuelto loco o no, y él sabe que estás aquí, conmigo.

Mi cabeza vuela hacia Evan y jadeo. Parece que se disculpa y sé que es


sincero, pero tengo que llevar a Imogen a un lugar seguro.

- Tengo que llevar a Imogen a un lugar seguro. Puede hacerme lo que


quiera, pero no puedo arriesgarme con Imogen, Evan, - le digo frenéticamente.
Me levanto lista para irme, pero él me tira de nuevo hacia abajo y aterrizo en su
regazo. Al principio no lo noto, estoy demasiado ocupada teniendo un ataque de
pánico por este tipo Damon y por poner a salvo a Imogen. Así que cuando siento
que se endurece debajo de mí me retuerzo, mi respiración se entrecorta, jadeo
rápidamente. - Oh Dios, - susurro, pero sale como un gemido.

Evan hace un ruido en la parte posterior de su garganta, el sonido envía un


cosquilleo entre mis piernas. Hace tanto tiempo que no estoy con nadie
sexualmente. Tenerlo tan cerca, tan excitado, no hace nada para mantener mi

~ 68 ~
mente concentrada.

- No voy a dejar que te haga daño a ti o a Imogen. Creo que él lo sabe y


espero que se retire. Ya debería saber que no debe joder con nadie de mi equipo,
- dice con convicción.

Me giro, mirando sus hermosos ojos. - Pero, ¿y si no puedes? Sinceramente,


no me importa lo que me pase, pero si algo le pasara a Imogen, nunca sería
capaz de vivir conmigo misma.

Su cara se acerca, su aliento se abanica a través de mi cara causando que mi


aliento se debilite. - No sé lo que nos depara el futuro, Kennedy, pero tú e Immy,
ya habéis llegado a significar algo para mí. Puede que no te importe lo que te
pase, pero a mí sí.

Me siento en su regazo aturdida completamente sin palabras. Nunca he


tenido a nadie que me hable así, o que me diga que se preocupan por mí de la
manera en que él lo hizo.

- No nos conocemos, - susurro honestamente. Aunque no puedo negar el


hecho de que siento que lo conozco de toda la vida. El hombre robusto, tatuado
y guapo me ha puesto de rodillas. No debería estar tan sorprendida. Me llamó la
atención en el momento en que le puse los ojos encima.

- Sabemos lo suficiente, eso es todo lo que importa, - me dice, pero luego


hace otra cosa que me sorprende más, me besa. Y al igual que antes, mi cuerpo
se hunde en su abrazo y se aferra a él con un apretón de muerte. Sus labios están
más llenos que los míos y los cubre con un beso duro y profundo, su lengua se
mueve sensualmente en sincronía con la mía.

Mi cuerpo gira cuando sus manos en mis caderas me mueven, y ahora en


vez de sentarme sobre su regazo, estoy a horcajadas sobre él, con ambas piernas
dobladas a cada lado de él. Él se recuesta contra el sofá y yo lo sigo, mis labios
nunca se separan de los suyos. Se siente tan bien.

Mis manos se mueven hasta sus fuertes y anchos hombros y no puedo evitar
admirar la fuerza y la dureza mientras lo hago. Está hecho de piedra, lo juro. Ya
sabía que estaba bien definido en el área muscular, pero sentirlo con mis propias
manos hace que se acumule un flujo de humedad entre mis piernas.

~ 69 ~
- No deberíamos hacer esto, - murmuro cuando me alejo, mis ojos nunca se
mueven de sus labios hinchados. Se ven atractivos y me encuentro
acercándome, mis labios una vez más tocando los suyos. No puedo tener
suficiente. Nunca he sentido tanta satisfacción por el simple hecho de besar a
alguien, no es que haya tenido una gran experiencia, pero lo cuando lo he hecho,
besar siempre me ha aburrido. Hasta ahora.

Mi último novio fumaba y sabía cómo supongo que sabría un cenicero. Así
de mala es mi experiencia con los besos.

Se aparta, sus ojos se llenan de deseo y se nublan de lujuria mientras me


mira. - Esta es una idea brillante, - sonríe justo antes de entrar, capturando mis
labios de nuevo. Sus manos en mis caderas se deslizan bajo mi camiseta, las
ásperas almohadillas de las puntas de sus dedos corren contra mis costillas, hasta
que sus pulgares tocan ligeramente debajo de mis pechos. Mi espalda se arquea
al tacto, queriendo que baje las copas de mi sostén para liberar el dolor que ha
causado en mis pechos.

Imaginarlo tocándome tan íntimamente causa un chorro de humedad entre


mis piernas, y comienzo a frotar mi sexo contra su dureza cuando el dolor ahí
abajo se vuelve demasiado para soportar.

- Tenemos que pensar en Imogen. Si sale mal podría causar una ruptura
entre nosotros, - le digo a través de sus labios. Él se aparta y siento que mis
hombros se hunden. Aunque sé que está haciendo lo correcto con Imogen, no
puedo dejar de sentir la tristeza que se desliza. No nos conocemos desde hace
mucho tiempo. Me pregunto quién se acuesta con alguien que apenas conoce,
pero luego pienso en las personas que tienen relaciones de una noche. Quiero
decir, la mayoría de las parejas no se conocen cuando se juntan por primera vez
románticamente, así que lo que estoy diciendo es que no empezaron tan rápido
al principio. Todo el mundo tiene que empezar su relación en algún sitio.

Sí, tenemos a Imogen y como te dije antes, no puedo predecir el futuro, pero
puedo prometer que, pase lo que pase, ambos estaremos en la vida de Imogen.
Estás pensando demasiado. Sólo siente lo que sientes por mí, Kennedy. No
juegues a "qué pasaría si", porque te devolveré algo más. ¿Qué pasa si esto
sucede y sucede porque estaba destinado a suceder? ¿Y si pasa y todo sale bien?
Siempre hay otras opciones, Kennedy, pero necesito que tomes tu decisión y la
tomes en serio. Estoy duro como una roca y lo he estado desde el momento en
que llamaste a mi puerta hace más de un mes, - sonríe, mirándome.

~ 70 ~
Lo miro fijamente, sorprendida por su honestidad. Quién lo hubiera
pensado, sí, Evan, queriendo una chica como yo. Pero es más que eso. Está
dispuesto a trabajar por nosotros. Puedo decir que lo dice en serio cada palabra.
La mirada en sus ojos es de pura honestidad. Y tiene razón. Podría elegir no ver
a dónde nos lleva nuestra atracción y perder lo que podría ser lo mejor que me
ha pasado, o podría perderme en nuestra atracción y terminar con todo lo que he
querido.

Asiento con la cabeza al estar de acuerdo con él y rezo con fuerza para no
estropear esto, sea lo que sea lo que se está construyendo entre nosotros. No es
que él haya mencionado una relación, pero no puedo pensar en nada. Mi
necesidad de él está aumentando con cada roce de sus dedos.

Besándome profundamente, suspiro en su boca. Necesito más. Pensando


que íbamos a ir más allá de un beso, me sorprende cuando Evan se aleja de mí,
mirándome con una expresión suave. Él besa la punta de mi nariz antes de
tirarse hacia atrás para mirarme.

- ¿Cómo te sientes?, - pregunta con preocupación.

- Cachonda, - le digo de golpe, y luego gimo, inclinándome hacia adelante y


escondiendo mi cara en el cuello. - No puedo creer que haya dicho eso en voz
alta.

Todavía se ríe cuando levanta la mano, golpeándome la barbilla para que


pueda mirarlo. - Nunca seas tímida para decirme lo que pasa por tu mente. Pero
por mucho que me guste que te excite, - se ríe, y mi cara se calienta. - Estoy
hablando de todo el asunto de Damon.

- Oh... - Me río, sintiendo mis mejillas enrojecidas. - Supongo que estoy


bien. Estoy enojada y asustada de que se salga con la suya en lo que ha hecho y
me preocupa lo que hará después, pero también sé que no hay nada que pueda
hacer. No tengo el dinero que él quiere, no importa si vendo todo lo que tengo.
Todo lo que puedo hacer es esperar y ver qué pasa. Si es tan malo como dices
que es, entonces esperemos que lo atrapen por otra cosa y lo encierren por
mucho tiempo.

- Sólo prométeme que hagas lo que hagas, mantén un ojo en todo lo que te
rodea. No has ido a trabajar los últimos días, así que supongo que tienes que

~ 71 ~
volver pronto.

- Oh, tengo la semana libre. Pensé que te lo había mencionado, - le digo,


recordando algunas conversaciones, sin poder recordar lo que le dije.

- Oh, ¿entonces te tengo para mí por unos días más? ¿Quieres hacer algo
con Immy? Sé que es joven, pero tomaremos fotos para que las vea cuando sea
mayor, - sonríe como un niño y no puedo evitar sonreírle. Asiento con la cabeza
'sí', pero antes de que tenga la oportunidad de hacer algo más, me agarra por las
caderas y me mueve para que ambos estemos acostados de lado frente al
televisor. - Ahora, veamos algo antes de que Immy se despierte.

En silencio, porque estoy demasiado aturdida por estar en una posición tan
íntima, agarro el mando a distancia, haciendo clic en el menú para ver lo que
hay. Cuando me encuentro con C.S.I. hago clic en el canal. Evan me da un
apretón en las caderas, se inclina y me besa en el cuello antes de apoyarse en el
sofá.

Puede parecer extraño para algunos, pero holgazanear y ver la televisión así
con Evan podría ser mi nueva cosa favorita. Su gran cuerpo rodeando mi
pequeña estructura me hace sentir pequeña, segura y protegida. Se siente como
un gigante envuelto a mi alrededor. Es una sensación a la que podría
acostumbrarme después de vivir sola durante años sintiendo miedo de lo que me
va a pasar. El vecindario en el que vivo-viví no era el más seguro. Causó cierta
ansiedad a lo largo de los años.

*** *** *** *** *** *** *** ***


Tres días después, a falta de sólo un día más antes de que tenga que volver al
trabajo, hay otro golpe en la puerta.

Me quedo atónita por un segundo, preocupada porque alguien saldría de


buena gana con este tiempo. Ha estado lloviendo, tronando y con relámpagos los
últimos dos días. Es por eso que no hemos podido ir al zoológico con Imogen
como planeamos. Se había cerrado debido al clima.

No es que yo la sacara así, ella se moriría estando afuera. Hacía mucho frío
y el viento era terrible. Los cubos de basura han volcado y la basura está
volando por toda la calle.

Evan ha ido a la tienda para abastecerse de pañales, toallitas y otros artículos

~ 72 ~
esenciales que necesitaremos para los próximos días, así no tengo que salir.

Alguien llama a la puerta otra vez y con Evan fuera soy yo la que tiene que
abrir la puerta, algo que no me alegra hacer mucho después de todo lo que pasó
con Lexi.

Cuando la abro, una pequeña mujer de pelo blanco está ahí de pie con un
puñado de bolsas. Se está empapando y me siento mal, pero no sé quién es.

- Um, ¿puedo ayudarte? - pregunto amablemente.

- Vaya, eres una pieza caliente, - me dice dejándome aturdida. ¿Qué


demonios está pasando? Miro alrededor para ver si hay alguna cámara oculta, o
tal vez Damon. Él podría usar a esta linda viejita para atraerme, y funcionaría
porque sé que no le diría que no. ¿Pero su actitud? Me hace querer reírme.
Nunca esperarías que una mujer de su edad saliera con un comentario tan
contundente.

- ¿Perdón? - Pregunto sobre la lluvia torrencial. Imogen empieza a llorar


desde su cuna y me vuelvo hacia la mujer, desgarrada por lo que tengo que
hacer. No quiero cerrarle la puerta con este tiempo. Pero como dije, no sé quién
es ella para dejarla entrar.

- ¿Es esa mi nieta?, - dice ella, pasando a mi lado. La pila de bolsas que lleva
me golpean en el estómago, donde todavía me duele del ataque de Damon y me
estremezco de dolor.

- Lo siento, pero ¿quién eres? - Luego hago una pausa, sus palabras me
golpean como un camión. Es la abuela de Evan. Oh, Dios mío. Y no la invité a
entrar. Qué terrible de mi parte. Ella me va a odiar más ahora, pensando que soy
maleducada.

- Déjame ir a buscar... - Empiezo, pero deja caer sus bolsas y se vuelve hacia
mí.

- No, cariño, ve a sentarte, levanta los pies y yo iré a buscarla. Apuesto a que
mi nieto te ha agotado en el dormitorio, - guiña un ojo antes de dejarme para que
le mire la espalda.

¿Acaba de decir lo que creo que dijo?

~ 73 ~
¡Dios mío! Ella cree que me estoy acostando con Evan. Caramba. Cree que
soy una libertina. Me arreglo la ropa y deseo haberme esforzado más esta
mañana al vestirme. Sólo llevo unos leggings y mi jersey crema extra grande
que cuelga de un hombro. Mi cabello está recogido en un moño desordenado y
no me he molestado con nada de maquillaje. Apenas lo uso de todos modos.

Caramba.

Incluso ha visto los moretones que todavía son evidentes en mi cara. Evan
juró que se desvanecerán pronto, pero aún me parecen irritados. El color es lo
único que ha cambiado. Me alegro de que la hinchazón haya disminuido. Me
hace sentir algo mejor.

Cuando la oigo hablar con Imogen, me olvido de mis pensamientos y corro


hacia el sofá. Evan y yo estábamos viendo algunas películas y comiendo comida
chatarra antes de que él saliera, así que todos los envoltorios todavía están
esparcidos por el piso.

Rápidamente recogí los envoltorios vacíos y los metí en el paquete vacío de


Doritos. Luego agarro los vasos vacíos antes de llevarlos a la cocina. Llego justo
a tiempo para que la señora baje al pasillo llevando a Imogen. Me sorprende que
haya dejado de llorar. Hace media hora que le toca el biberón, pero no quise
despertarla. Además, he aprendido en el tiempo que he pasado aquí que a Evan
le encanta alimentarla. De hecho, le encanta hacer todo, pero veo esta mirada en
sus ojos cuando piensa que no estoy mirando cuando la alimento. Parece como
si quisiera arrancarla de mis brazos, pero sobre todo es como si se sintiera vacío
al no tenerla en sus brazos. Me río sólo de pensarlo.

Rápidamente pongo el biberón en el agua hirviendo para calentarlo cuando


la puerta de entrada suena de nuevo. Miro a la señora que todavía no sé con
seguridad si es la abuela de Evan y sonrío.

- ¿Puedes cuidar su biberón por un segundo, por favor? - Pregunto


tímidamente.

- Por supuesto, - me sonríe y empieza a hablar con Imogen sobre algo.

Al abrir la puerta, encuentro a la vecina de Evan de pie bajo un paraguas. No


es la primera vez desde el día en que se enteró de lo de Imogen que ha pasado

~ 74 ~
por allí. De hecho, si fuera honesta, pensaría que lo estaba haciendo a propósito.

- Um, hey, - sonrío, no estoy segura de qué decirle. Siempre ha hablado con
Evan cuando se ha pasado, así que me siento incómoda estando aquí.

- ¿Está Evan aquí?, - pregunta, y parece preocupada, lo que me da


curiosidad.

- No, él acaba de salir. ¿Hay algo que pueda hacer? - Pregunto, y luego miro
hacia abajo para encontrarla usando un vestido de algún tipo. No quiero sonar
como una P.E.R.R.A. pero, ¿por qué demonios llevarías un vestido con este
tiempo? Tendrías suerte de no resfriarte, y mucho menos de tener una neumonía.

- No. ¿Puedes decirle que necesito que venga en cuanto vuelva, por favor?
Es una emergencia, - pregunta amablemente, y yo sonrío asintiendo con la
cabeza. Cuando se da la vuelta, grito su nombre y la llamo. En vez de volver,
siendo educada, se detiene y se gira, mirándome con curiosidad.

- Si es una emergencia, ¿estás segura de que no puedo ayudar? Estoy segura


de que hay algo que pueda hacer.

- Créeme, no puedes, - es todo lo que responde antes de irse.

- Yo me vigilaría el culo con esa. Obviamente está tratando de robarte a tu


hombre, - dice la señora que está detrás de mí y yo salto chillando.

- Lo siento, me has asustado. Por cierto, soy Kennedy, - le digo,


presentándome, esperando que me devuelva el favor.

- Soy la abuela de Evan, - me dice y yo gimo por dentro. No puedo llamarla


la abuela de Evan. Necesito saber su nombre. Estoy a punto de preguntarle cuál
es cuando levanta la vista de Imogen y sonríe. - Puedes llamarme Nan, o Mary.
Ambos están bien para mí.

- Encantada de conocerte, Mary, - me ilumino, agradeciendo a Dios por


responder a mis plegarias. Cierro la puerta detrás de mí y me muevo a la
habitación delantera, siguiendo a Mary.

- No quiero parecer grosera, cariño, pareces una chica dulce y todo eso, pero
¿estás usando a mi Evan?

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- ¿Qué? ¡No! ¿Por qué piensas eso? - Pregunto, sintiendo mi garganta
cerrarse. ¿Toda su familia hará suposiciones sobre mí sólo por mi hermana?

- Porque, cariño, tienes moretones en la cara que me dicen que estás en


problemas y parece demasiada coincidencia que sea al mismo tiempo que Evan
se entera de lo de Imogen.

- Oh... um...¡ no! No soy de las que hablan fuera de plazo, pero siento que
tengo que sacar esto a la luz, - le digo con firmeza. Me tiemblan las manos pero
me aclaro la garganta y sigo adelante. - Cuando Imogen nació no sabía nada
sobre Evan, quién era, dónde vivía ni nada. Lo único que mi hermana dijo de él
fue que era una rata y que no quería tener nada que ver con el bebé. No tenía
ninguna razón para dudar de mi hermana, - medio miento. Todo lo que salía de
la boca de mi hermana lo tomaba con una pizca de sal. - No fue hasta que mi
hermana murió que descubrí su nombre y lo busqué. Tan pronto como estuve
libre para hacerlo, le envié una carta. Imogen todavía estaba en el hospital, así
que todo mi tiempo estaba centrado en ella. Le escribí más de una vez, sin
obtener nunca una respuesta. Luego me presenté aquí. Ya sabes el resto. Hizo la
prueba de ADN por mí, la cual, debo añadir, pagué. Cuando apareció en mi piso
fue el día en que me golpearon, amenazaron y asustaron no sólo por la vida de
Imogen, sino también por la mía propia. Parece que mi hermana me dejó más
que Imogen cuando murió y ahora estoy pagando una deuda que ella tenía con
alguien. Si no pago entonces va a vender a Imogen. Esa es la razón por la que
estoy aquí, y la única razón, - le digo, pero incluso cuando las palabras salen de
mi boca sé que son una mentira. Puede que el hecho de que yo esté aquí haya
empezado porque quería proteger a Imogen, pero ahora también me quedo para
averiguar adónde va esto entre Evan y yo.

Me gusta mucho. Y pasar los últimos dos días con él sólo ha intensificado
ese sentimiento.

- Bueno, no creo que sea la única razón por la que estás aquí, - guiña un ojo
y así como así, me pone de nuevo en guardia.

¡En serio! Básicamente me acusó de estar aquí por razones alternativas, pero
cuando le explico, ¿me responde con eso? Está fuera de control.

Afortunadamente la puerta suena de nuevo, pero esta vez se abre segundos


después. Me giro en mi silla para ver entrar a un Evan empapado. No llego más

~ 76 ~
lejos que eso porque estoy demasiado ocupada mirándolo. Su pelo negro está
empapado y gotea por su cara, a lo largo de sus labios antes de caer al suelo. Mis
ojos son capturados por una sola gota que gotea de su labio superior. Tengo que
luchar contra las ganas de acercarme a él y lamer las gotas de lluvia que caen
sobre él. Se ve muy caliente y no puedo dejar de mirarlo.

Tose, llamando mi atención, y me hace una sonrisa y un guiño. Abre la boca


y espero que diga algo sexy, que diga algo, pero luego se da vuelta y frunce el
ceño al ver a su abuela sentada alimentando a Imogen.

- Nan, ¿qué estás haciendo aquí? - le pregunta, pero no espera una respuesta
antes de volverse hacia mí. - Y yo quería alimentar a Immy, - hace pucheros. Sí,
haciendo pucheros. Tan malditamente lindo.

- Bueno, Evan, es bueno verte también.

- ¿Y quién es éste?, - pregunta, señalando con el pulgar detrás de él. Mis


ojos miran detrás de él para encontrar a un hombre parado junto a la puerta con
un aspecto tímido. Tiene una sonrisa en su rostro, sus ojos mirando fijamente a
Mary.

- Somos compañeros de sexo, - se ríe y Evan gime cubriéndose la cara con


las manos.

Miro con la boca abierta hacia Mary para ver si está bromeando, pero la
mirada en su rostro mientras mira al caballero detrás de Evan me dice que no lo
está.

Quiero estar enferma por él. Ninguna persona de su edad debería tener sexo.
No está bien. Odiaría ser Evan ahora mismo. Es su abuela. Pero aún así, no
puedo evitar la risa que se me escapa de la boca. Evan me envía una mirada de
advertencia que me hace sonreír.

- Por favor, Nan. No hables de nada que tenga que ver con otros hombres.

- Bueno, sólo tuve una aventura con una mujer una vez, pero estaba
demasiado borracha para recordarlo, así que no puedo hablar de mujeres, - se
encoge de hombros.

- Jesús. Joder, Nan, baja el tono antes de que asustes a las pobres Immy y

~ 77 ~
Kennedy.

- Está bien. Ahora puedes sentarte y decirme cómo vas a ayudar a mi chica,
- exige con toda seriedad.

- ¿De qué diablos estás hablando?, - pregunta quitándose la chaqueta y


sentándose en el brazo de mi silla. Me acerco y él se da cuenta. En lugar de
sentarse a mi lado, se desliza, me levanta y me coloca sobre su regazo. Al
principio soy tímida. Quiero decir, su maldita abuela está justo delante de
nosotros.

- Peter, ven, cariño, siéntate, - le dice ella dando golpecitos en el sofá. El


hombre, que debe tener la misma edad que Mary, si no más joven, se sienta a su
lado y pone su mano en su pierna.

- Oye, guarda las manos para ti, - Evan ladra y hace que Mary se ría. Me
quedo callada, fascinada por todo el asunto. Esto es tan raro y no es para nada
como las familias con las que crecí.

Peter mueve sus manos con el ceño fruncido y las coloca en su propio
regazo. Mary le da a Evan una mirada pero no discute con él.

- Ahora, Nan, explícate, - le exige.

- Bueno, estaba hablando con Kennedy aquí y ella explicó su situación.


Ahora quiero saber cómo vas a mantener a nuestra niña y a mi nieta a salvo, -
explica y mi pecho se expande. ¿Está montando un espectáculo para Evan
porque hace unos minutos no estaba segura de que le gustara, y ahora me llama
su chica?

- Estamos lidiando con ello, - gime, y me mira con una mirada que no puedo
entender. Probablemente es él diciéndome en silencio que debería haberme
callado, pero si supiera lo que ella me ha preguntado, probablemente lo
entendería. No es que yo se lo dijera. Ya ha discutido con un miembro de la
familia por mí, no voy a causar otra discusión. Lo creas o no, en realidad quiero
que Imogen crezca con una familia cariñosa a su alrededor. Es algo que nunca
tuve. La familia con la que crecí después de que mis padres murieron fue
bastante agradable. Pero en el momento en que cumplí dieciséis años estaba
sola.

~ 78 ~
CAPÍTULO ONCE

EVAN

De todos los días en los que mi abuela puede que aparecer, tiene que ser el
día que decido hacer un movimiento sobre Kennedy. Inventé una excusa para ir
a buscar mierda a la tienda, lo cual necesitábamos, pero necesitaba más
condones.

Ella me ha estado volviendo loco lentamente durante los últimos días con su
cuerpo curvado y apretado, sus tetas, su pelo, la forma en que habla tan
suavemente y la forma en que ejerce de madre con Imogen. Algo sobre verla
atender a Imogen me excita. Me da ganas de verla con el estómago redondo, los
pies descalzos y cocinando en nuestra cocina.

Oficialmente me he vuelto loco.

Es la única explicación lógica que se me ocurre para todos estos


pensamientos que pasan por mi mente.

Estaba preparado para saltar sobre ella tan pronto como entrara por la puerta,
sin poder contenerme ni un segundo más. Pero luego volví a la casa y todo salió
directamente por la ventana. Un hombre había llamado a la puerta cuando me
acerqué. Estaba allí por la abuela. Pero aún así, al principio me preocupé
preguntándome quién era y por qué estaba allí.

Luego, para colmo, mi abuela no sólo arruina mi momento de seducir a


Kennedy, sino que también arruina mi vida sexual cuando menciona la suya.
Ella siempre ha sido así. La mujer no tiene filtro. La evitaría a toda costa, pero es
la persona más amable, cariñosa y leal que puedas conocer y la amo. Siempre ha
estado ahí para nosotros, especialmente para Denny, desde que éramos
pequeños. Siempre podía ver a través de todo lo que pasaba en casa y sabía que
hacían de la vida de Denny un infierno y, aunque vivía a horas de distancia, aún
así se esforzaba por hacer las cosas mejor para ambos.

- ¿Así que él no la lastimará? Porque te lo digo ahora, Evan Smith, si ella


sale herida... otra vez, me matará. Mi corazón no puede soportarlo más. Después
de la agresión s Denny no he sido la misma, - me dice Nan con cara triste, y
oficialmente me siento como una mierda. Siempre esperé que mi Nan nos
sobreviviera a todos.

~ 79 ~
- Nan, te lo prometo, lo tengo controlado. ¿Y te has hecho revisar el
corazón? - Le pregunto con suavidad, y Kennedy me da un apretón de manos en
el muslo. Me giro dándole una sonrisa de ánimo antes de volver a mi Nan.

- Confía en mí, a tu abuela le quedan años de vida, hijo. Tiene más


resistencia que cualquier mujer de tu edad, - Peter se jacta, guiñándome un ojo.

Me guiñó un puto ojo.

Es mi abuela, imbécil.

Gruño con rabia, pero la abuela se ríe y pone su mano en el maldito muslo
de Peter, dándole un apretón. - ¿Por qué no coges las bolsas, cariño, están en la
puerta?, - le dice sonriendo.

Él se levanta como un buen perro faldero, agarrando cien bolsas del pasillo.

- ¿Qué demonios? - Pregunto, al ver marcas comerciales de bebés en la


mayoría de las bolsas.

- ¿Por qué no terminas de alimentar a Imogen mientras te muestro lo que


conseguí? Necesita que le den cuerda", pregunta Nan, sonriendo a Kennedy.
Kennedy se pone de pie y yo la sigo, agarrándola rápidamente por las caderas
para sentarla de nuevo. Le doy un empujón al carrito que está junto a la silla en
la que ella está sentada antes de pasar por encima, agarrando rápidamente a
Immy.

- Hola, princesa, ¿disfrutaste conociendo a tu Nana? - arrullo, sonriéndole.

No hace ningún ruido, pero eso no me molesta. Todavía es muy pequeña y


sé que está atrasada en su desarrollo. Pero no me importa; sé que tendrá éxito en
el futuro. Con trabajo duro y buenos padres ella lo hará. Estoy seguro de ello.

- Ahora, tengo esto para Kennedy, - Nan empieza a sacar unos tapones para
los oídos.

- ¡Nan! - Grit ofendido. - No va a ignorar a Immy cuando llore.

- No es por eso que los tengo. Son para que no pierda el sueño escuchando

~ 80 ~
tus ronquidos, - dice, pero parece divertida. Busco a Kennedy para que me
ayude. Para que le diga a mi abuela que no ronco, pero se ríe más fuerte. Le
envío una mirada y me vuelvo hacia mi abuela. No puedo evitar preguntarme si
lo hago. No es como si lo supiera. Pero aún así, Kennedy y yo tuvimos que
compartir la cama las últimas dos noches por el frío que hacía en la habitación
de enfrente. El radiador se rompió, así que sólo funcionan los del dormitorio.

- Y esto es para ti, gruñón. Con suerte te animarán, - Nan guiña un ojo y me
lanza una caja a los pies. Me veo horrorizado y deseo a Dios poder esconderlos
antes de que Kennedy los vea. Sé que es demasiado tarde cuando se ahoga en la
risa.

- Me alegra que alguien lo encuentre divertido, - refunfuño mirando


horrorizado la caja de condones, pero sólo la hace reír más fuerte.

- Peter dijo que te consiguiera un poco de lubricante. A los jóvenes de hoy


en día les encantan los negocios clandestinos, - afirma y me ahogo con mis
palabras. Me ahogo tan fuerte que Kennedy tiene que quitarme a Immy para
terminar de alimentarla.

- Jesús, Nan. ¿No podías haberme comprado un reloj? - Me quejo. Ella me


los compraba cuando era niño e incluso cuando era un exitoso detective, todo
malote, si soy sincero, todavía me los regala para los cumpleaños y las
navidades. Y cada uno de ellos tenía algún estúpido personaje de caricatura o
algún sabio dicho en la cara o en la parte posterior del reloj.

- Lo siento. Denny me ha dicho que baje el tono, pero sólo quiero estar en la
onda. No quiero ser uno de esos mocosos, tejedores, flojos, empujadores de
carros que necesitan ayuda para limpiarse el culo y averiguar qué hay de nuevo
en el mundo leyendo un periódico aburrido.

Ella es jodidamente franca, lo reconozco. Quiero reírme, pero sólo le dará


más munición, como está haciendo Kennedy ahora mismo al reírse. Le doy un
vistazo pero se ruboriza, mirando hacia abajo a su regazo.

- Nan, un día estarás en un hogar… - Empiezo, necesitando que ella lo


entienda.

- Jovencito, ve a lavarte la boca. Si voy a un hogar, tus nietos se mudarán


conmigo y tus esposas, y tus hijos, y todos los demás cabrones que conozco. La

~ 81 ~
única forma en que me meterán en una de esas casas de mala muerte es cuando
mi cuerpo esté frío como una piedra y a dos metros bajo tierra, e incluso
entonces será contra mi voluntad.

- En serio, sólo, sólo detente, - suplico, sintiendo que se está formando un


dolor de cabeza. La escucho hablar de todo lo que ha comprado, explicándonos
cada traje y cada juguete. Me vuelve loco, pero a Kennedy no parece importarle.
Cuando empieza a hablar de bautizar a Imogen, sé que es hora de decir adiós.

Cuando decidamos bautizar a Imogen, quiero que sea una decisión mía y de
Kennedy, no porque mi abuela nos obligue a hacerlo.

- Fue un placer conocerte, cariño. Prometo ponerme en contacto con Denny


y explicarle todo, - le susurra a Kennedy, pensando que no puedo escuchar. Le
doy un gruñido y suavemente la empujo más allá de la puerta.

Cuando se van, cierro la puerta detrás de nosotros y me recuesto en ella,


respirando profundamente. Siento como si hubiera estado conteniendo la
respiración desde que salió la caja de condones.

La puerta suena detrás de mí y miro a Kennedy con los ojos abiertos.

- Tal vez si fingimos que no estamos aquí, ella se irá, - le susurro a Kennedy,
preguntándome qué la traería de vuelta aquí.

Kennedy se ríe y me empuja para abrir la puerta, pero pronto se detiene


cuando ve quién está al otro lado.

¿Qué carajos?

Asomándome por el marco de la puerta, mis manos van automáticamente a


la cintura de Kennedy. Lexi está ahí de pie bajo una lluvia torrencial. Se ve
triste, perdida, y no puedo evitar no sentir lástima por ella. Siento que me apartó
como amigo cuando empezó a salir. Desde que Kennedy se mudó, Lexi ha
estado viniendo más y más, pidiéndome que arregle algo en su apartamento.
Aunque no fuera su casero, lo haría, no soy un completo imbécil, pero ya es
suficiente. ¿Cuánto más podría irrumpir en su casa?

- Oh, hola, Lexi.

~ 82 ~
- No viniste, - afirma con tristeza, y la miro confundida cuando escucho un
susurro de "caramelo" que viene de Kennedy. El hecho de que ella no diga
palabrotas es muy caliente, pero las palabras con las que las reemplaza son muy
graciosas. Cuando ella dice "ohmigosh" tengo que luchar contra las lágrimas de
risa.

- Lo siento, tuvimos visita. Estaba a punto de decírselo, - explica Kennedy


brillantemente, pero puedo escuchar la mordida en su tono.

¿Mi chica está celosa? Estoy sonriendo por dentro sólo de pensarlo.

- No hay problema, - responde Lexi, miro hacia ella para percibir la mirada
graciosa que le había echado a Kennedy. Parece que me he perdido algo la
semana pasada que no debería haber hecho.

- ¿Qué necesitabas? - Pregunto, manteniendo mi voz agradable incluso


cuando quiero gritarle que se vaya. Conseguimos que Immy se durmiera diez
minutos antes de que Nan y su chico se fueran, así que tenemos un par de horas
como mucho antes de que se despierte. No quiero tener que pasar ese tiempo
arreglando el maldito cerrojo de la ventana. Quiero pasarlo con mi mujer debajo
de mí gritando mi nombre.

- El..., um..., el lavabo tiene una fuga. No puedo hacer que se detenga, - me
dice sonriendo, pero parece más bien un encogimiento.

Su cambio de humor me sorprende y rápidamente miro mi reloj y me doy


cuenta de que todavía faltan cinco minutos para las cinco. Ellos estarán abiertos.
- Tengo el número de un plomero local. Llámalo y yo pagaré la cuenta, - le digo,
a punto de girar para tomar la tarjeta de mi billetera.

- Estoy segura de que no es nada, - dice apresuradamente. - ¿Puedes tomarte


cinco minutos para mirarlo?, - pregunta, con un tono suplicante. Miro a
Kennedy y ella me mira encogiéndose de hombros.

No es de maldita ayuda.

Gruño.

- Está bien, pero si necesita trabajo tendré que llamarlo yo mismo, - le digo.
Me alejo de la puerta dejando a Kennedy ahí parada mientras tomo mi abrigo y

~ 83 ~
mi cartera, por si acaso necesito llamarlos. Cuando vuelvo, Kennedy sigue de
pie junto a la puerta y me inclino para darle un beso en la frente antes de
agacharme bajo la lluvia y correr a la casa de Lexi.

Entramos en el apartamento, la lluvia ya me empapaba la piel. No queriendo


hacer bromas, me acerco al fregadero de la cocina y me doy cuenta de que no
hay ninguna fuga.

- Lexi, no hay nada malo con el fregadero, - le digo girándome. - ¿Qué


demonios? - Grito, me doy la vuelta y me cubro los ojos. Lexi está de pie
delante de la puerta cerrada en nada más que sus bragas. Sí, me di cuenta,
demándame, soy un tipo.

Lo que no esperaba era este tipo de audacia viniendo de ella.

Especialmente de ella.

Esta no se parece en nada a la Lexi que he llegado a conocer. Si esto hubiera


pasado hace unos meses, probablemente estaría duro como una roca ahora
mismo y saltando a la oportunidad, pero ahora no. Ahora tengo a Kennedy en
mi vida y no soy tan tonto como para poner eso en peligro. Ella es especial,
pero, más importante aún, es alguien con quien me veo teniendo un futuro. Es
sólo un bonus que sea la madre de mi hija, la haya dado a luz o no.

- ¿No me sigues queriendo? Cometí un error, Evan. Te quiero, - dice


seductoramente, su voz sonando más cerca. Me muevo alrededor del mostrador
hacia la puerta principal. Me sorprende haber llegado allí a salvo con las manos
todavía cubriéndome los ojos.

- Lexi, no me quieres. Hiciste tu elección muy clara. Ahora tengo a Kennedy


e Imogen.

- Entonces, ¿por qué no puedes mirarme? Si me quieres, admítelo, - grita en


voz alta y me doy vuelta sintiéndome enojado.

¿Cómo se atreve?

Mirándola directamente a los ojos me pongo mi máscara de interrogación,


queriendo que sepa que hablo jodidamente en serio. - Lexi, no te miro por
respeto a ti y a Kennedy, que por cierto está al lado con mi hija. No sé por qué el

~ 84 ~
cambio repentino, pero no me quieres, y si soy honesto, nunca te quise. Quería
lo que tenía mi hermana. Ahora lo tengo. Con Kennedy. Tienes que dejar lo que
sea que sea esto y seguir adelante.

Suspiro, sintiendo asco por quedarme tanto tiempo como lo he hecho.


Girando, me voy, dando un portazo detrás de mí y bloqueando los sollozos de
Lexi. Hay una cosa por la que tengo una gran debilidad y es por las mujeres que
lloran. Odio verlas alteradas y heridas. Siempre quiero intentar arreglarlo.

Volviendo a la mi casa, miro a Kennedy que está acurrucada en el sofá y se


desploma con alivio. Aquí es donde quiero estar, donde necesito estar y con
Kennedy, sé que estaré aquí hasta que ella me diga que me vaya.

- Oye, ¿qué pasa?, - me pregunta con preocupación cuando me siento


después de quitarme el abrigo mojado.

-Lexi, - me quejo, preguntándome cómo decírselo.

- Supongo que te dijo que te quería, - dice, sorprendiéndome.

- ¿Qué? ¿Eh?

- Oh vamos, la mujer ha estado suspirando por ti desde que llegué. Quiere


que me vaya, eso es obvio. Entonces, ¿cómo fue?, - pregunta ella, con su voz y
expresión facial cayendo hacia el final.

- Se desnudó, - le digo de golpe.

Kennedy se levanta del sofá y yo la sigo.

Mierda.

Cuando sus ojos empiezan a lagrimear me siento como una mierda y


empiezo a desear no haber dicho nada. Como dije, odio que las mujeres lloren,
pero ver llorar a Kennedy me rompe el corazón.

- Por favor, no llores. No la quiero a ella, te quiero a ti. Te prometo que ni


siquiera la miré. Salí de allí tan pronto como pude, - le digo rápidamente,
necesitando que ella supiera cuánto significa para mí.

~ 85 ~
- Así que no... ¿No pasó nada?, - dice ella.

- No. ¡Nunca! Lo prometo. Nunca te haría eso, nena.

- ¡Dichoso infierno! ni siquiera hemos estado dando vueltas a esto entre


nosotros durante una semana y ya me he vuelto territorial por tu trasero, - dice
gimiendo y haciéndome reír. Si tan sólo supiera lo increíblemente caliente que
es verla enfadada por todo esto.

- Creo que es brillante, y caliente, y sexy, - le susurro, agachando la cabeza


para darle un beso. Ella se pone de puntillas, y se reúne conmigo para el beso.

En el momento en que mis labios tocan los suyos estoy perdido. Perdido en
ella y perdido en el beso. Maldita sea esta mujer. Puede ponerme de rodillas con
un simple toque.

Mis manos alcanzan su jersey y me alejo lentamente cuando empiezo a


levantarlo por su cuerpo. Ella está temblando y puedo ver la piel de gallina que
le está saliendo por toda la piel y el pecho.

En el momento en que su jersey toca el suelo, mi boca vuelve a alcanzar la


suya con un beso apasionado y caliente.

Estoy a punto de agarrar mi propia camiseta, que está húmeda por haber
caminado hasta la casa de Lexi y volver, cuando Imogen empieza a llorar.
Gruño en el beso esperando que ella pare, pero cuando sus llantos se hacen más
fuertes me alejo de Kennedy sintiéndome muy frustrado. Nunca he querido estar
dentro de una mujer tanto como lo hago con ella.

- Creo que mi hija es una bloqueadora de polla, - me quejo.

Kennedy se ríe, sus mejillas se ruborizan y sus labios se hinchan. Se agacha


para coger su jersey y trato de impedir que se lo vuelva a poner.

- Iré a calmarla.

Se ríe mirando mi entrepierna. - Um. Creo que deberías calmarte tú primero.


- Con eso camina por el pasillo hacia el cuarto de Imogen, todavía riéndose.

Pequeña descarada.

~ 86 ~
CAPÍTULO DOCE

KENNEDY

Servir mesas era lo último que quería hacer cuando me desperté esta
mañana. Especialmente porque podía estar en casa con Imogen y Evan, pero mi
tiempo libre, incluyendo el de Evan, había llegado a su fin.

Pasar tanto tiempo juntos durante la semana pasada nos ha acercado a los
tres. Sé que Imogen es demasiado joven para darse cuenta de que algo ha
cambiado, pero incluso ella se ha apegado a todo lo que es Evan.

Evan ya ha captado lo que las indicaciones de Imogen quieren decir, lo que


le gusta y lo que no le gusta y cómo tranquilizarla. Se han unido de la manera
que yo esperaba que lo hicieran. No debería haberme preocupado.

Evan y yo también hemos llegado a conocernos a un nivel más profundo.


Hablamos sobre nuestro pasado, nuestras familias y el crecimiento. Hablamos
de lo que nos gusta y lo que no nos gusta y nos hemos acercado más durante la
semana. Se siente como si nos conociéramos desde hace mucho más tiempo e
incluso admitió que yo sabía más de él que cualquiera de sus amigos.

Pensar en Evan, su cuerpo y su personalidad, me recuerda lo afortunada que


soy de tenerlo en mi vida. Ni en un millón de años habría pensado que un
hombre como él me miraría dos veces. Pero por alguna razón lo ha hecho.
Nunca lo entenderé y, si soy honesta, no lo creo del todo, pero por alguna razón
sé que viviré con ello. Él es todo lo que una chica podría desear en un tipo.

Evan es el primer hombre con el que he vivido íntimamente y me ha costado


mucho acostumbrarme a él. No en la forma en que puedes pensar. Supongo que
estoy acostumbrada a mi privacidad, a mi propio espacio. Cuando tuve un
malestar estomacal por la cena que pensé que él había cocinado, pero en vez de
eso la había pedido, yo había tenido tanto dolor que sabía que necesitaba ir al
baño. Estaba completamente mortificada. No sé de nadie más pero esa es la peor
parte de una relación para mí. Pero demuestra lo cómoda que estoy con él
porque me excusé e hice mi trabajo. Eso sí, sólo he estado en esa situación una
vez antes y fue cuando estaba en la casa de mi ex-novio. Había cogido un virus
estomacal y necesitaba desesperadamente ir al baño. Aunque habíamos estado
saliendo por más de un año, todavía no me sentía lo suficientemente cómoda
para ir al baño cerca de él, así que terminé saliendo apresuradamente para llegar

~ 87 ~
a casa.

Supongo que lo que trato de decir es que no me siento indeseada, me siento


cómoda. Sé que él no actuaría de manera inmadura y haría un problema o una
escena sólo para avergonzarme. No es que las mujeres no vayan al baño, es sólo
que no es muy femenino o seductor. La otra parte es que no me importa pasar
por cosas cuando limpio, o sentirme como en casa. De hecho, parece que
trabajamos juntos como si lo hubiéramos hecho durante veinte años.

La única cosa a la que todavía no me he acostumbrado es a tener que volver


a bajar el asiento del inodoro cuando él lo ha dejado levantado. No es bueno ir al
baño a primera hora de la mañana, medio dormida, sólo para caer en él porque
se olvidó de bajar el asiento del inodoro.

Otra cosa importante es su idea de la limpieza. Mete las cosas en los


armarios sin ninguna preocupación, nunca pule y estoy bastante segura de que
no sabía que tenía una aspiradora. Pero la peor manía es pasar horas planchando
su ropa, para que simplemente la tire en su armario, sin molestarse en colgarla o
doblarla en sus cajones. Tuvimos unas palabras sobre esto. Fue más o menos
como yo pensaba que sería. Me besó haciéndome olvidar lo que estábamos
hablando en primer lugar.

Pero lo que más me ha costado acostumbrarme es a compartir la cama.


Aunque no hayamos hecho nada sexual, la tensión está ahí y es sofocante. Me
ha costado mucho dormir por ello, pero también hay otras razones. La razón
principal es que me gusta dormir en el medio. Estoy acostumbrada a dormir
como una estrella de mar, sin importarme si tengo la boca abierta o si estoy
babeando mientras duermo. Ahora, tengo que renunciar a la mitad de la cama y
estoy constantemente tratando de cubrirme la boca con la manta en caso de que
accidentalmente la aleje y tenga la boca abierta como un matón.

- Oye, eso pasa.

- Pedido listo, - grita Howard desde la cocina, sacándome de mis


pensamientos. Me apresuro con las bebidas que estaba llenando hasta una mesa
antes de pasar al puesto de la placa de cocción. Arranco el número de la mesa y
me quejo cuando encuentro que la comida es para la mesa cuatro. Tres hombres
entraron hace más de una hora y acaban de pedir comida. Cuando llegaron por
primera vez algo en el ambiente cambió. No suelo ser de las que juzga, pero los
tres hombres parecían tener serios problemas. Y ya sabes lo que dicen; si huele a

~ 88 ~
problemas, parece que son problemas, entonces lo más probable es que sean
problemas, y estos tres hombres eran definitivamente problemas. Es como si
estuvieran esperando algo o a alguien y eso me pone nerviosa, especialmente
cuando me he encontrado al más grande de los tres mirándome fijamente más de
una vez. Cada vez que he sentido sus ojos sobre mí, un escalofrío ha corrido por
mi espalda.

Si están aquí para venderle drogas a alguien, se sentirán muy decepcionados.


Mark, el co-propietario de Molly, solía ser un policía. Todavía se toma en serio
el término "servir y proteger", incluso si está retirado. No tolerará... ya sabes...
un lío como ese en su café.

Por suerte, salgo en un par de horas y no tendré que preocuparme por ellos.
He estado de pie desde las nueve de esta mañana. Ahora son las cinco de la tarde
y pronto tendré que recoger a Imogen de casa de Melanie. Con el tiempo tan
malo, su guardería me llamó esta mañana diciéndome que estaba cerrada por
hoy. Aparentemente la mayoría de su personal viaja desde un pequeño pueblo a
media hora de distancia y está todo inundado. Se disculparon profusamente y
me explicaron que era muy poco tiempo para conseguir profesores sustitutos
que los cubrieran.

- ¿Puedo ofrecerle algo más? - Pregunto mientras dejo caer los tres platos,
tratando de no maldecir. Normalmente sólo llevo dos platos a la vez, pero como
no quería quedarme alrededor de ellos más tiempo del necesario, he colocado
uno de los platos a lo largo de mi brazo, y el plato caliente ha quemado mi
pálida piel, dejando una marca roja.

- Sí, ¿qué tal tu número?, - el más grande de los tres se ríe abofeteándome el
trasero. Yo grito, saltando y enviándole una mirada, aunque el corazón me late
en el pecho.

- Si eso es todo, te dejo con tu comida, - me largo, sin importarme si me


meto en problemas. No merezco que me acosen. Los clientes siempre tienen la
razón mi trasero.

- Oye, no tan rápido. ¿Qué tal si te unes a nosotros? - El más pequeño de los
tres guiña haciéndome temblar.

- No, gracias, - le digo severamente antes de alejarme. De regreso al


mostrador dejo unas servilletas extra a una familia cuando escucho a los tres

~ 89 ~
hombres diciendo algo grosero sobre mi trasero.

- Oye, Kennedy, tienes una llamada, - grita una voz fuerte y estruendosa por
todo el restaurante. Salto de donde estoy parada antes de mirar para encontrar a
Molly agitando el teléfono en el aire. Me acerco a él quitándole el teléfono,
dándole una sonrisa engreída.

Siempre se está quejando de que nadie le llama. Cada vez que suena el
teléfono es para hacer una reserva o para alguien del personal. Por supuesto, sólo
me han llamado unas pocas veces debido a emergencias, una de ellas fue cuando
mi hermana fue encontrada muerta. Así que recibir una llamada hace que se me
ericen los pelos de la nuca. Nada bueno viene de tener una llamada telefónica en
el trabajo.

- ¿Hola?

- ¿Kennedy?

- ¿Melanie? ¿Eres tú? ¿Imogen está bien? - Pregunto con pánico, un


sentimiento horrible se instala en la boca del estómago.

- Sí, está bien. Fui a tu casa a buscar su corral para calmarla un poco. Ha
estado gruñona toda la tarde. Creo que son sus dientes otra vez. Pero cuando me
acerqué, - dice haciendo una pausa, como si estuviera debatiendo si decirme o
no.

- ¿Qué es, sólo dímelo? - Le digo necesitando que lo deje salir. Sea lo que
sea, puedo manejarlo. Nada podría ser peor que lo que me pasó la semana
pasada o la amenaza a la vida de Imogen.

- Tu casa está completamente destrozada. Lo siento, cariño.

Jadeo al teléfono, las lágrimas me llenan los ojos. No quiero llorar hasta
saber cuánto daño hay, me enderezo, no quiero romperme en el trabajo. Pero no
importa cuánto lo intente, el nudo en mi garganta crece. Todo lo que puedo
pensar es en cuánto dinero costará. No importa cuántas horas de trabajo haga,
nunca podré reemplazar todo lo que hay en mi piso. Ya tengo la suerte de tener
lo que hago allí. No es mucho, pero lo compré todo con dinero ganado con
esfuerzo. Ahora parece que tendré que hacerlo todo de nuevo. No puedo esperar
que Evan nos mantenga a mí y a Imogen para siempre. El tipo ni siquiera me

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deja comprar comida por el amor de Dios. Si se entera de esto, sé que exigirá
reemplazarlo todo y no puedo... no, no tendré eso. No necesito un hombre que
me cuide. Vale, eso es una media mentira. Puede que no necesite un hombre que
me cuide, pero quiero que Evan cuide de mí.

- Déjame hablar con Mo. Voy a intentar ir allí lo antes posible. Está bastante
ocupado aquí hoy. - Tampoco es una mentira. Mis pies me están matando de
estar sobre ellos todo el día y después de tener la semana libre sin hacer casi
nada, no están acostumbrados a estar en movimiento tanto. Supongo que una
semana libre realmente hace maravillas a una persona.

- ¿Quieres que llame a la policía?

Lo pienso por un segundo antes de responderle. Honestamente, no podría


importarme menos el piso. Sé que nunca atraparán a nadie o pagarán para que lo
reemplacen, pero aún así, era mi casa. - Déjame ir a evaluar los daños, de lo
contrario nunca entraré allí si la policía está involucrada. Llamaré a Evan en el
camino, a ver qué dice.

- Bien, cariño. Veré si su corral es utilizable antes de cerrar detrás de mí. Ten
cuidado en la carretera, el tiempo está empeorando ahí fuera. Antes pensé que la
ventana se iba a romper, estaba lloviendo mucho.

- Lo haré, - me río. - Te veré en un rato, - le digo. Espero a que se despida,


pero la línea se corta. Pensando que debe haber sido cortada por el tiempo me
dirijo a la cocina de Mo.

- ¿Mo? - Llamo cuando llego a la cocina. Me echa una mirada que dice que
sé lo que quieres. Le doy una amplia sonrisa, sabiendo que no puede resistirse o
decirme que no.

Mo es un hombre grande y adorable y sin él nunca hubiera podido criar a


Imogen por mi cuenta, especialmente sin tener que depender del apoyo del
gobierno. Se aseguró de ser justo en lo que respecta a mis horarios y siempre,
siempre, me deja llevar mis propias propinas a casa. El resto del personal pone
las suyas en una olla y al final de cada mes se reparte equitativamente. Traté de
rehusar, no queriendo que se me señalara, pero como todos los demás miembros
del personal son viejos o no tienen familia, dijeron que era justo. Incluso me dan
un porcentaje de sus propinas si mis propias propinas son bajas al final de cada
semana.

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- Ve. Haz lo que tengas que hacer, pero chica, me debes horas. Dios, eres un
dolor en mi trasero, - regaña sosteniendo una espátula.

- Vale, realmente me quieres, - me río.

- Vete, - grita, con los labios temblorosos.

Riéndome, me muevo a la sala de personal para tomar mis llaves y sacar mi


abrigo de mi casillero. Por una vez, estoy agradecida de tener mi pedazo de
coche de caca. Evan me había llevado a buscarlo esta mañana cuando vino
conmigo a dejar a Imogen con Melanie.

Recordar esta mañana cuando dejamos a Imogen me lleva de vuelta a Evan


yéndose a trabajar. Encontró difícil dejar a Imogen, fue lindo. Unas cuantas
veces incluso pensó en llamar y quedarse en casa con Imogen. Incluso trató de
sobornarme para que llamara para avisar que estaba enfermo, pero yo sabía que
no podía permitirme más tiempo libre. Sin embargo, no le dije eso. No quiero
que sepa lo mucho que lucho. Probablemente ya tenga una idea, pero no quiero
agitar la pobre bandera frente a su cara. Sigo olvidando que él ha visto este
desastre en el que vivo. Nadie con dinero elegiría vivir allí.

Me despido cuando me voy, caminando de vuelta por la cocina. Hoy había


estacionado mi auto en la parte de atrás, no queriendo tener que estacionarlo a
varias millas de distancia como normalmente lo hago.

Corriendo a través de la lluvia hacia donde está estacionado mi auto,


termino empapada. La lluvia está cayendo más fuerte y comienzo a sentirme
preocupada por conducir en ella. Mi piso está a sólo quince minutos como
máximo en coche, pero con este tiempo, tendría suerte si llego allí en treinta
minutos. Mi coche no es el mejor para manejar y el viento no está exactamente
de mi lado esta noche tampoco.

Con escalofríos, arranco el coche, encendiendo el calentador a toda


potencia. Cuando el frío viento sopla a través de los conductos de ventilación,
tiemblo incontrolablemente. Debería empezar a ahorrar para un coche nuevo.
Me siento unos minutos más esperando que el calentador se caliente.

Cuando está lo suficientemente caliente, salgo de mi sitio con facilidad. Las


carreteras están resbaladizas cuando salgo a la carretera principal. No hay

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muchos coches alrededor, lo que me alivia la preocupación de conducir. No me
sorprende en absoluto que nadie esté conduciendo en esto. Tendrías que estar
loco. Como yo.

Tomando mi teléfono del bolsillo, marco el número de Evan para ponerlo al


día sobre lo que está pasando. Evan parece un hombre que se enfadaría si no le
dijera algo tan importante como esto. El teléfono suena y suena y dejo que suene
el buzón de voz antes de terminar la llamada. Decidí dejarlo unos minutos más y
puse la radio para distraerme del desastre en el que estoy a punto de entrar.

Mi única preocupación al aparecer en mi piso es que descubrir que tiene


algo que ver con Damon. Tal vez él sepa que no estoy viviendo allí en este
momento y lo destroce. En realidad, podrían ser sólo algunos chicos punk que
viven en el mismo bloque de pisos que yo los que se han dado cuenta de que no
estoy allí y han decidido ver qué podrían robar. Estoy rezando por esto último,
pero por mucho que me diga a mí misma que es sólo un montón de niños, una
sensación de hundimiento en la boca del estómago me dice que es Damon, y
tengo que estar preparada para lo que está por venir.

Llamando a Evan otra vez, espero que me conteste, pero suena directamente
el buzón de voz. Esta vez decido dejar un mensaje esperando que lo escuche
antes de que llegue al piso.

- Hola, Evan, soy yo, Kennedy, - empiezo, gimiendo por lo tonta que sueno.
Odio dejar mensajes de voz. Mi voz nunca suena como yo y la odio. Sueno más
como una niña pequeña chupando helio. - Me dirijo a mi casa. Melanie llamó y
dijo que hubo un robo y el lugar está destrozado. Llámame cuando escuches
esto.

Tan pronto como termino la llamada mi teléfono comienza a vibrar en mi


mano causando que salte. Normalmente no hablo por teléfono cuando estoy
conduciendo, pero cuando veo que el nombre de Melanie está parpadeando en la
pantalla, respondo.

- ¡Oh, Kennedy! Kennedy, - solloza y mi corazón se detiene. - Lo siento


mucho.

- ¡Melanie! ¡Melanie! Cálmate, - grito, la señal se debilita mientras


conduzco por un pequeño túnel.

~ 93 ~
- Se ha ido, - grita por el teléfono, su voz se quiebra.

- ¿Quién se ha ido? - Pregunto, el miedo es evidente en mi voz. En mi


corazón sé a quién va a nombrar, mi corazón ya se está rompiendo, pero mi
cabeza se niega a creer que esto esté sucediendo.

- Imogen, - solloza, sus gritos resonando en la línea. Y mi mundo entero se


detiene. Mirar hacia adelante a nada es todo lo que hago por un instante; ni
siquiera tomo un respiro. Mi mente está gritando 'no, no es verdad, esto no
puede estar pasando'. Es un bebé. Con manos temblorosas termino la llamada
sin decir una palabra, ni siquiera para consolar a Melanie o hacer alguna
pregunta. Nada parece real. Ni el golpeteo de la lluvia en el parabrisas, ni el
sonido de mis neumáticos salpicando a través de la lluvia. Incluso la radio que
sigue chisporroteando es como el ruido blanco.

Otro conductor me toca la bocina, y el sonido me saca de mi confusión. El


coche se ha desviado hacia la derecha, así que lo enderezo rápidamente antes de
respirar profundamente.

- Imogen, - lloro, un sollozo que se desata, las lágrimas fluyen libremente


por mi cara. Me las limpio con furia. Ahora no es el momento de enfadarse. Ella
me necesita.

Mi corazón se quiebra un poco más y sé que no puedo hacer esto por mi


cuenta. Necesito a Evan. Él es la única persona que puede ayudarme, que puede
salvar a Imogen.

Oh, Dios. Acaba de conseguirla, y ahora alguien se la ha quitado por mi


culpa. Por culpa de mi maldita hermana. Debería haber sabido que algo iba a
pasar. No debería haber ido a trabajar como Evan me pidió. Todo esto es culpa
mía.

Golpeando mis manos en el volante, grito en frustración y dolor. Al pisar el


acelerador el coche empieza a acelerar lentamente, el motor gimiendo en señal
de protesta. Mi mente me grita que vaya más despacio, que piense claramente,
pero necesito llegar a Imogen. Necesito hacer algo. Ella no se puede ir. Ella es
mía. Es mi bebé. No es verdad. No puede serlo.

Agarrando mi teléfono de nuevo, volví a llamar a Evan, necesitándolo más


de lo que he necesitado a nadie en toda mi maldita vida. Si alguien sabe qué

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hacer es él. Sólo marcar su número me relaja un poco. Sé que hará todo lo que
esté a su alcance para recuperar a Imogen. Sólo espero que no me odie cuando
descubra que se ha ido.

- Maldita sea, Evan, - grito, escuchando su buzón de voz una vez más. -
Evan, - sollozo, esperando que pueda oírme ya que mi teléfono no deja de sonar,
alertándome de que estoy perdiendo señal. Siento que estoy a punto de perder la
cabeza. Mis manos tiemblan salvajemente mientras conduzco tan rápido como
puedo por las calles. - Es Imogen, se ha ido… - El teléfono se me escapa de los
dedos porque me tiemblan mucho, así que no puedo terminar lo que iba a decir.
Cae contra mi muslo antes de chocar contra algo cerca del freno de mano, un
ruido de asfixia se escapa de mi garganta al oírlo.

Asustada, desesperada y necesitada de él, trato de agarrar mi teléfono, no


estoy lista para rendirme. Ahí es cuando todo sucede. Es cuando toda mi vida
pasa ante mis ojos y grito con pánico.

El coche se desvía hacia el lado izquierdo de la carretera y, en un momento


de pánico para tratar de controlar el volante, accidentalmente presiono más el pie
en el acelerador. Todo sucede tan rápido y antes de que tenga tiempo de
reaccionar siento el impacto colosal. El sonido del crujido del metal, el vidrio
que se rompe y el sonido de mis propios gritos llenan el coche. Fragmentos de
vidrio cortan mi cara y brazos. En un momento de pánico, veo la sangre que
gotea en mi regazo. Esto causa otro ataque de pánico leve. Lentamente, con
manos temblorosas, las levanto hacia mi cabeza, haciendo un gesto de dolor
cuando siento un corte allí.

De repente, todo lo que me rodea se detiene, el ruido ensordecedor de las


bocinas y los gritos de la gente se detienen. El único sonido que oigo es la lluvia
que golpea el techo del coche.

Mirando a mi alrededor con aturdimiento trato de pensar en lo que pasó.


Todo parece moverse lentamente. Mis ojos se mueven hacia el parabrisas,
entrecerrando los ojos cuando unas luces brillantes me ciegan.

Me lleva un par de segundos darme cuenta de lo que va a pasar, mis ojos se


abren por una fracción de segundo y me preparo para el impacto, cubriéndome
la cabeza con los brazos. Apenas tengo tiempo de levantar la mano antes de que
el espeluznante crujido del metal golpee mis oídos. Todo mi cuerpo es sacudido
hacia el lado derecho del auto, mi cabeza choca contra la puerta. Las imágenes

~ 95 ~
de Imogen y de nuestra vida pasan por mi mente como una presentación de
diapositivas justo antes de que todo se vuelva negro, silenciando todo el caos
que está sucediendo a mi alrededor.

~ 96 ~
CAPÍTULO TRECE

EVAN

- Realmente necesitas sacar la cabeza de tu culo, - gruñe Harris a mi lado.


Actualmente nos estamos escondiendo bajo unos arbustos de espinas y hace un
frío infernal. Sin mencionar que está lloviendo a cántaros y los dos estamos
empapados. Me dice que saque la cabeza de mi culo pero lo que realmente
necesito son mis chicas, una cena caliente dentro de mí y una cerveza fría. Pero
en este momento no me negaría a una taza de chocolate caliente.

- Vete a la mierda, - suelto bruscamente, mis dientes chocando entre sí.


Joder, hace frío.

- Vamos, cabrón. Muestra tu cara, - murmura Harris mientras desliza su


cuerpo hacia el extremo más alejado del arbusto. Una vez que está en posición,
saca la cámara por detrás de su espalda. Yo sigo el ejemplo agarrando la mía.
Esperamos que esta nueva posición nos permita finalmente tener una visión
clara de quién es el traficante.

Un padre nos ha contratado para conseguir pruebas contra la persona que


asesinó a su hija de trece años que murió de una sobredosis. Apareció en
nuestras oficinas dándonos toda la información que pudo conseguir sobre quién
es el traficante, diciéndonos que la policía necesitaba más pruebas antes de hacer
un arresto. La mayor parte de la información que tenía era sólo de oídas, pero
nos ayudó a orientarnos en la dirección correcta. Después de todo, podíamos
hacer cosas que la policía no podía.

Tenemos un equipo de agentes en espera para cuando saquemos la foto del


dinero, pero hasta entonces nos estamos congelando el culo en el frío glacial. Si
no conseguimos esta foto del dinero entonces estamos básicamente jodidos.

- Entonces, ¿cuándo conoceré a este nuevo pedazo de culo? - Harris sonríe y


yo me giro dándole una mirada.

- Nunca, maldito pajero. Y no es un pedazo de culo, gilipollas, - le susurro.


Apretando los dientes, le advierto. - Y si la vuelves a llamar así, te meteré los
dientes en la garganta.

Se ríe, no le molesta mi arrebato. - ¿Ah, sí? ¿Así que no hay posibilidad de

~ 97 ~
hacer equipo?, - pregunta y yo pierdo mi mierda. Estoy a punto de ponerlo en su
trasero, bien en pie para poder ponerlo en su trasero, cuando me da la señal, sus
rasgos se vuelven serios. Mirando a través de la lente de mi cámara aspiro un
aliento audible antes de tomar una foto tras otra, queriendo asegurarme de que
tengo todo el encuentro.

- Jódeme, - respiro.

- ¡Mierda! - Harris maldice. No pierde tiempo en coger su teléfono y llamar.


Justo cuando deja el teléfono, mi propio teléfono vibra en mi bolsillo,
recordándome que tengo un correo de voz que no ha sido contestado. Fue
dejado hace media hora. Había estado demasiado ocupado con el trabajo como
para siquiera mirar la pantalla para ver quién era, así que espero que no sea nada
importante.

- Lo tengo, - sonrío mientras tomo otra foto del tipo al que el padre acusa de
venderle drogas malas a su hija.

Estoy a punto de dar la vuelta para llamar a Harris pero el pequeño cabrón
se me ha acercado sigilosamente en su lugar. Terminamos golpeando nuestros
nudillos y sonriendo como dos malditos idiotas. Son trabajos como este los que
me ayudan a recordar por qué hago lo que hago para ganarme la vida. Odio a las
escorias como este vago que vende drogas a los niños como si fuera una vida
respetable. Sin importarle las consecuencias de sus acciones o si el comprador es
menor de edad. Son lo más bajo de lo bajo.

- Vamos, - sonríe.

Yo sonrío a cambio, agradecido de poder volver a casa con mis chicas.


Pensando en mis chicas saco el teléfono de mi bolsillo.

Nunca he tenido que tener en cuenta a nadie cuando estoy trabajando.


Siempre que he recibido llamadas telefónicas o mensajes durante un trabajo
siempre he supuesto que era mi jefe o alguien más en el caso. Con la mudanza
de las chicas, se me debería haber pasado por la cabeza que podría ser Kennedy
quien me llamara.

Mirando mi teléfono, parpadea con dos llamadas perdidas de Kennedy y


una de un número desconocido. Por el amor de Dios. La primera vez en el
trabajo, ella me llama y yo no contesto, carajo. Podría necesitar algo y yo no

~ 98 ~
estaba allí para ella. Qué manera de demostrarle que soy confiable.

Caminando hacia el auto hago clic en el correo de voz que Kennedy me


dejó, sonriendo cuando escucho su voz. Mi sonrisa pronto cae cuando escucho
lo que ella dice.

- Hola, Evan, soy yo, Kennedy, - dice haciendo una pausa y tengo que
reírme de lo incómoda que suena. - Me dirijo a mi casa. Melanie llamó y dijo
que hubo un robo y que el lugar está destrozado. Llámame cuando escuches
esto.

- ¡Joder! - Siseé. Más vale que no haya ido allí. Podría ser una trampa o
peor, podría ser una advertencia. No necesita ver el lío en el que está su casa, ni
ver las sorpresas que podrían quedar. Me siento más idiota ahora por no
responder.

- ¿Qué? - pregunta Harris, mirándome con curiosidad.

- Tenemos que irnos. La casa de Kennedy ha sido asaltada y ella se dirige


hacia allí, - le digo rápidamente. Estoy dividido entre escuchar el siguiente
mensaje de voz o llamarla de regreso y decirle que espere a que yo llegue allí.
Pero entonces ella podría haber dejado otro mensaje de voz diciéndome que
todo está bien.

La sensación de malestar que ha estado agitándose en mis entrañas toda la


maldita mañana regresa, así que le doy al número uno de mi teléfono para
escuchar el siguiente mensaje.

- Evan, - Kennedy llora frenéticamente por teléfono y mi corazón se detiene.


Corro hacia el auto tan rápido como mis piernas me permiten cuando sus
próximas palabras me hacen caer al piso. - Es Imogen, se ha ido. Melanie dijo
que se ha ido, - es todo lo que logra decir antes de que las bocinas suenen, me
ensordezcan, los vidrios se rompan y los neumáticos chillen a través del
teléfono.

¡No, carajo! Por favor, ¡no!

- ¡Kennedy! Joder, Kennedy, - grito, sin importarme que no pueda oírme. El


buzón de voz se corta dejándome sin nada más.

~ 99 ~
Levantándome del suelo corro hacia el coche, agradeciendo a Harris que no
hubiera visto mi caída y se hubiera subido al coche. El auto está corriendo
cuando salto al asiento del pasajero. No es hasta que estoy sentado en el frente
que me doy cuenta que no tengo idea de qué carajo estoy haciendo.

Kennedy ha tenido un accidente, si es que fue un accidente, e Immy ha


desaparecido. Ojalá pudiera partirme en dos. Entonces uno podría correr hacia
Immy y uno podría llegar a Kennedy.

- Tenemos que ir al hospital, - le digo intentando mantener la calma. Siento


sus ojos sobre mí, así que me giro para ver su mirada de preocupación. Él debe
ver que estoy muy serio porque me sacudo en mi asiento mientras él acelera.

Me alegro de haber programado el número de Melanie en mi teléfono esta


mañana. Quería asegurarme de que tuviera una forma de contactar conmigo o
con Kennedy si algo pasaba. En realidad, sólo quería ver cómo estaba Immy
durante el día, pero no he podido conseguir ni cinco minutos. Ojalá hubiera
hecho que esos cinco minutos pasaran, al menos entonces podría haber sido
capaz de hacer algo.

Sólo espero que Kennedy se equivoque y que Immy no se haya ido, pero en
mi interior sé que es verdad. De alguna manera puedo sentirlo. Es la misma
sensación que he tenido desde que me desperté esta mañana. Pensé que era por
el trabajo que sabía que haríamos hoy. Si hubiera sabido que mis chicas estarían
en peligro, no habría dejado que ninguna saliera de casa.

- Oh Dios mío, Evan. Kennedy no ha llegado todavía y estoy empezando a


preocuparme. Debería estar aquí. La policía sigue haciéndome todas estas
preguntas y yo no sé nada, - llora Melanie, con la voz ronca. - Lo siento mucho.
Lo siento mucho, carajo.

- Señorita, necesitamos que responda algunas preguntas más, - alguien en el


fondo pregunta con dureza.

Pendejo.

Podría ser más comprensivo. Se han llevado a un niño y está claro que
Melanie está histérica y necesita calmarse. Hacer que responda las mismas
preguntas una y otra vez sólo hará que su ansiedad aumente.

~ 100 ~
- No, no lo hago. Necesito responder a las preguntas del padre. Necesita
recuperar a su niña, - dice lloriqueando. Me encuentro respetándola en ese
momento, pero oírla decir 'padre' y 'su pequeña' hace que se me apriete el pecho.

Estoy intentando con todas mis fuerzas mantener la calma, de verdad que sí,
pero joder, es mi niña pequeña y la acabo de encontrar. Ella está ahí fuera con
completos extraños y están haciendo mierda sabe qué. Esta mañana no estaba de
muy buen humor porque sus dientes le molestaban. El hecho de que esté de ese
humor y con gente que no sabe nada de ella me hace enojar.

- Melanie, necesito que te calmes por mí. ¿Qué ha pasado?

- Fui a casa de Kennedy a buscar el corralito musical de Imogen, esperando


que la calmara, y cuando llegué allí la casa de Kennedy era un completo
desastre. La llamé rápidamente y me dijo que estaba en camino. Iba a ver si el
corral seguía funcionando. Lo juro; me fui dos minutos como mucho. Cuando
volví a casa, Imogen se había ido. Simplemente se había ido.

Mi corazón se hunde y mis manos se aprietan en puños. Quiero matar a


alguien. Sé quién lo hizo, pero necesito tener algún tipo de prueba. Empiezo a
golpear el tablero, no puedo contener mi ira por más tiempo. El dolor en mi
puño no hace nada para liberar la agresión dentro de mí, sólo la alimenta más.

- ¡Evan! ¡Mierda! Cálmate, carajo, - grita Harris a través del auto, con su
brazo golpeándome en el pecho y sosteniéndome. Respiro con fuerza, mi pecho
se agita. Melanie dice algo por teléfono que no oigo bien, pero que es suficiente
para devolverme al presente.

- Está bien. Bien, - digo sacudiendo la cabeza y pasando las manos por mi
pelo mojado. - ¿Viste a alguien inusual? ¿Alguien que no hayas visto antes que
pareciera curioso contigo o con la casa de Kennedy? - pregunto, mi
entrenamiento en la academia finalmente hace acto de presencia.

- Yo... No... Oh, no, espera. Ayer hubo un tipo que llamó a su puerta durante
unos buenos veinte minutos. Tenía una cicatriz en la cara. También lo noté esta
mañana afuera justo antes de que ustedes aparecieran. No pensé nada de eso.
Dios, todo esto es mi culpa. Ese pobre bebé. ¿Qué he hecho? - solloza y mi
corazón se rompe sabiendo muy bien de quién se trata.

- Esto no es culpa tuya, Melanie. Tienes suerte de no haber estado ahí para

~ 101 ~
interponerte. Te habría matado, - le digo honestamente, pensando en sus
antecedentes penales. Es brutal. Aunque nunca hemos podido conseguir que se
presenten cargos contra él. Cuando fui a la comisaría era un engreído. Sabía que
no podíamos acusarlo por su coartada sólida.

- ¿Le conoces? ¿Puedes recuperarla? ¿Dónde está Kennedy?, - pregunta


algo más tranquila.

- Creo que ha tenido un accidente, - le digo, pellizcándome el puente de la


nariz. Estoy indeciso sobre qué hacer. Encontrar a mi chica o ver a mi mujer.
Tan pronto como me asegure de que realmente tuvo un accidente y que está
bien, me iré a casa y encontraré todo lo que pueda sobre este hijo de puta. Va a
desear no haberse metido con Kennedy o Imogen cuando termine con él.

- Oh, Dios mío. ¿Dónde? Estaré allí...

- Señorita, no puede irse, - le dice un oficial.

- Melanie, tengo que irme. Estamos llegando al hospital. Quédate donde


estás y te llamaré cuando sepa algo, - le digo.

- Vale, vale, dice corriendo y termino la llamada. Harris se vuelve hacia mí


con ojos preocupados, pero no espero a que me interrogue. El coche sigue
moviéndose cuando me quito el cinturón y salgo del coche. Harris toca la bocina
y grita obscenidades por la ventana pero yo lo ignoro, saltando sobre el capó y
corriendo a través de las puertas de emergencia.

- Hola, soy el detective Smith. Mi prometida, Kennedy, creo que tuvo un


accidente hace media hora. ¿Puede decirme si está aquí? - Le pregunto a la
recepcionista frenéticamente. Ella me mira con una sonrisa triste y yo quiero
darle una buena reprimenda para que se apure, no tengo tiempo que perder.

- ¿Cómo se llama, señor?

- Kennedy. Kennedy Wright.

Ella escribe rápidamente en la computadora pero luego un hombre con una


bata de laboratorio blanca camina alrededor del escritorio mirándome. Mis ojos
se encuentran con los suyos y en mi interior sé que está mal.

~ 102 ~
- ¿Es usted un pariente de la señorita Wright? - pregunta, levantando la
mano a la recepcionista para detener su búsqueda.

- Sí, soy su prometido. - Miento fácilmente y lo hago porque sé que no


pasará mucho tiempo hasta que ella tenga un anillo alrededor de su dedo y esté
tomando mi apellido.

- Su prometida fue traída no hace mucho tiempo con un severo traumatismo


de cabeza y múltiples lesiones, - comienza y yo lo sigo mientras me lleva por un
largo pasillo. De la nada, Harris está parado junto a mí y, si soy honesto, estoy
agradecido de que esté aquí. No hay mucho que pueda soportar antes de que
vuelva a explotar.

- ¿Está bien? - Pregunto cuándo se para de repente.

- Es demasiado pronto para saberlo. Tiene una pierna rota, costillas


fracturadas y muchos cortes y moretones. En este momento nos estamos
concentrando en su lesión en la cabeza. No le pondrán un yeso en la pierna rota
hasta que la hinchazón se reduzca considerablemente. Hemos logrado limpiar
todos sus rasguños y envolver sus costillas. Su cabeza es otro asunto ahora
mismo. Estamos esperando que la sala de tomografías se abra para poder
enviarla abajo. Una vez que tengamos los resultados, podremos decirle más
sobre su diagnóstico.

Gimo en mis manos de repente sintiéndome enfermo. Necesita estar bien.


Tiene que estarlo. Tiene que cuidar de Imogen. La necesito. Imogen la necesita.

¡Maldición! Imogen.

El doctor abre la puerta de una habitación privada y me hace señas para que
entre. Ojalá me hubiera preparado más para lo que estoy a punto de ver, porque
en cuanto veo su pequeño y frágil cuerpo acostado en la cama, roto y magullado,
me derrumbo de rodillas en el suelo. He visto crímenes que harán que la gente
se enferme del estómago, he sido llamado a escenas que han sido horribles, pero
nada podría haberme preparado para ver a alguien que he llegado a amar
acostada indefensa en la cama, sin saber si va a estar bien.

Nunca la había visto tan vulnerable. Ni siquiera la vez que aparecí en su piso
y fue atacada.

~ 103 ~
Su cabeza está hinchada, cortes y moretones hinchan aún más su cara. Está
irreconocible. Mi pecho se aprieta y siento que me estoy asfixiando.

- ¿Le duele? - Susurro, me duele el corazón por ella.

- La hemos puesto cómoda, - responde el doctor desde el final de la cama de


Kennedy.

Sin importar quién me vea, sollozo en mis manos, con la cabeza baja
sintiéndome derrotado. Dejé que esto sucediera. Debería haber estado ahí para
ella. Debí dejarla conducir mi auto de mierda sabiendo que sólo necesitaba
llegar a nuestro edificio. Debería haber hecho las cosas de manera diferente esta
mañana, pero mi mayor arrepentimiento fue no decirle a Kennedy que la amo.
En solo una semana, le he dado a la mujer mi corazón y mi alma. Moriría por
ella.

¿Por qué coño está pasando esto? Ella es una buena persona. Se merece una
vida larga, plena y feliz. No merece la vida que le han dado, para nada. Es
injusto.

De pie camino hacia el borde de la cama, mi ira hierve a fuego lento cuando
la veo de cerca. Tomando su delicada mano en la mía, le prometo en silencio
hacer todo esto bien. Alejándose, mis manos se aprietan en puños y mi
mandíbula se traba.

- Amigo, tienes que mantenerte firme por un poco más de tiempo, - exige
Harris, sacándome de mis pensamientos.

Limpiando las lágrimas de mis mejillas, lo miro sabiendo que tiene razón.
No tiene sentido que me quede parado sintiéndome enojado y esperando que los
médicos me digan algo cuando tengo que encontrar a mi pequeña. Y sé que si
Kennedy se despertara conmigo al lado de su cama e Imogen todavía
desaparecida, me odiaría para siempre. No puedo permitir eso.

- Doctor, necesito que me haga un favor. Sé que está ocupado pero nuestra
hija, ha sido secuestrada. Así es como Kennedy tuvo el accidente. Necesito ir a
buscar a nuestra pequeña, pero no me gusta dejarla sola. ¿Puede llamarme a este
número si hay algún cambio, por favor? - Le pido mientras le entrego mi tarjeta.
- Cualquier cambio, no importa cuán pequeño sea.

~ 104 ~
Se acerca a mí con una expresión seria. Me da una palmadita en los
hombros y me responde: - Por supuesto. Tengo algunos otros pacientes que
necesito ver, pero te mantendré informado.

- Gracias. - Susurro, sintiendo gratitud.

Caminando de vuelta hacia Kennedy mi corazón comienza a latir


frenéticamente al verla. Su cara está pálida, con moretones y cortes que marcan
su rostro. Me inclino, mis labios hacia su oído antes de susurrar, - La encontraré,
lo prometo. Asegúrate de luchar y estar despierta cuando regresemos. Te quiero,
Kennedy. - Levanto mi cabeza, dándole un suave beso en los labios antes de
salir. Harris sale detrás de mí sin dudarlo. No ha hecho ninguna pregunta. Me ha
seguido a ciegas, cuidando de mí y esperando mi palabra. Supongo que se ha
dado cuenta de lo que está pasando, y por eso no ha hecho preguntas.

- ¿Cuál es el plan?, pregunta una vez que estamos en el coche, haciendo la


primera pregunta desde que escuché el buzón de voz de Kennedy.

- No hay ningún plan. Lo encuentro y le hago pagar.

Por la cara de Harris, no le gusta mucho la idea. Su cerebro prácticamente se


está desbocando en cómo evitar que haga una estupidez. Lo que sea que esté
pensando no funcionará. Estoy decidido a encontrar a ese cabrón y hacerle
pagar.

*** *** *** *** *** *** *** ***


En el bungalow no pierdo el tiempo al entrar corriendo a través de la puerta,
no cerrándola detrás de mí. Harris está al teléfono ladrando órdenes a la gente.
Le habíamos puesto un contratista independiente a Damon, queriendo atraparlo
en el acto la próxima vez que hiciera algo, pero por alguna razón el tipo decidió
tomarse el día libre. Hoy de todos los malditos días.

No me importa quién carajo esté fuera en un trabajo. Quiero a todos los que
conozco en este caso. Necesito traer a mi chica a casa. Llevarla de vuelta con su
madre, de vuelta a mí, es mi principal prioridad.

Los papeles están esparcidos por todo el suelo y por una vez me alegro de
haber ganado la discusión con Kennedy por mantenerlos aquí. Al no tener la
habitación en mi oficina tuve que mantenerlos en la habitación delantera detrás
de la silla. Cuando se enteró de lo que eran los quería fuera de la casa. No podía

~ 105 ~
culparla. Si supiera la mitad de la mierda que está escrita en estos archivos se
pondría enferma del estómago. También estoy dispuesto a apostar que la luz
inocente que brilla constantemente en sus ojos cada día desaparecería
lentamente. Ella es pura, inocente, y no merece enfrentarse a la mierda que hay
en estas cajas. Las fotos de los archivos no son mucho mejores. La mayor parte
es sobre el caso de su hermana, pero una vez que descubrí quién había lastimado
a Kennedy, también hice que se copiara y se me enviara todo lo que la policía
tenía sobre Damon White. Una de las ventajas de seguir teniendo compañeros
dentro.

- Joder, - grito sintiéndome frustrado. El tiempo está corriendo y cuanto más


tiempo tarde en encontrarlo, encontrar a Imogen, más tiempo pasa Imogen lejos
de su mamá y su papá.

- Hola, Evan. ¿Tienes un minuto? - La voz de Lexi pregunta dulcemente.

- Vete a la mierda, Lexi. No tengo tiempo para tu mierda, - grito, tirando un


archivo a la pared cerca de donde ella está parada. - ¡Joder!

- ¿Qué pasa?, - pregunta ella no dándose por vencida.

- Lexi, en serio, mi mujer está en el hospital y mi niña ha sido secuestrada


por un maldito psicópata. Realmente no tengo tiempo para tus mierdas ahora
mismo, - grito, mirándola. La veo estremecerse, su cuerpo tenso como si acabara
de golpearla. Nunca le he gritado a una mujer como lo acabo de hacer y me
siento un poco mal por ello, o lo haría si no estuviera tan jodidamente
preocupado por Kennedy e Imogen.

Por el amor de Dios. Está sola en ese hospital sin familia a su lado o para
mostrar su apoyo. Mi hija está ahí fuera, Dios sabe dónde, y me da miedo pensar
en la situación en la que está.

- Oh, Evan. ¿Qué ha pasado? ¿Quién está con Kennedy?'', pregunta, notando
la preocupación en su voz.

- Nadie, - susurro y me desplomo por el suelo.

No hay nada en estos archivos que me diga algo que no sepa ya.

Él se mudó con su padre y su madrastra cuando cumplió catorce años por

~ 106 ~
culpa de su madre drogadicta. Son los únicos parientes vivos que tiene. La
policía y mis compañeros de trabajo ya han comprobado sus lugares habituales
de reunión y tienen gente preguntando por ahí. Pero no ha surgido nada. No hay
ninguna relación romántica o encuentros regulares y durante la última semana
de nuestro contratista siguiéndolo sabemos que no tiene una rutina establecida.

- Iré al hospital y me sentaré con ella. Les diré que soy su hermana, - dice
Lexi, pero la ignoro cuando la oigo hablar con Harris. Algo en este archivo tiene
que ayudarme a encontrar adónde carajo se llevó a mi hija. Tiene que tener otro
lugar a donde ir, un lugar que no visite regularmente o que no esté en el radar de
la policía.

Harris le dice a Lexi que es una buena idea, pero no tengo ni idea de qué
están hablando. Pero entonces un nombre se destaca en un archivo. La madre
biológica. Entonces me doy cuenta. Hemos estado visitando la casa de su padre
y su madrastra cuando deberíamos haber investigado a su madre y sus
antecedentes. Por lo que dice, ella no tenía derecho de visitas sobre Damon, pero
cuando él cumplió 18 años la encontró y formaron una relación. La especulación
en el archivo dice que ella es la razón por la que se metió en la venta de drogas
para empezar. El veneno de su madre es la heroína, que es lo que la policía cree
que Damon vende, entre otras cosas. También es conocido por otros crímenes,
cualquier cosa para conseguir dinero.

- ¡Joder! - Grito, levantándome del suelo. Aaron entra en ese momento


mirando los papeles tirados por la habitación.

- ¿Tienes algo?, - pregunta con cara de preocupado por mí. Lo más probable
es que por mi cordura. Siento que estoy perdiendo la cordura, pero si pierdo a las
dos personas más importantes de mi vida, mi cordura será la menor de sus
preocupaciones.

- Sí. ¿Estaban todos estos archivos actualizados cuando los hiciste copiar y
enviar? - Pregunto, señalando hacia el desorden.

- Sí, ¿por qué?

- Creo que sé a dónde la ha llevado. Harris, ¿vienes conmigo? - Vocifero


antes de volverme hacia Aaron, preguntándome por primera vez quién le dijo
que viniera aquí. Lo último que oímos fue que enviaron la foto de Damon a las
comisarías locales. - ¿Cómo es que estás aquí? No es que me importe, me

~ 107 ~
vendría bien toda la ayuda que pueda conseguir.

- Voy a recoger a Lexi para llevarla al hospital, - me dice, mirando a su


derecha, donde Lexi ha preparado una bolsa de cosas. ¿Por qué coño está
empaquetando sus cosas? Mi ira aumenta de nuevo, pero entonces me doy
cuenta de que ella también ha empacado algunas de las pertenencias de Imogen.
La miro confundido, preguntándome qué diablos está tramando. Debe haber
sentido mi mirada porque deja de hacer lo que está haciendo y se vuelve hacia
mí.

- Vas a encontrarla. La vas a recuperar y cuando lo hagas, ella necesitará el


consuelo de sus propias cosas. Yo también tengo algunas cosas para Kennedy.
Sé que he sido una amiga de mierda y que he hecho las cosas difíciles entre
nosotros. Vine a decir que lo siento. Pero entonces pasó esto, y yo... sólo quiero
estar aquí para todos vosotros.

Le doy una pequeña sonrisa, agradecido de que esté aquí y haya pensado en
todo esto. Kennedy no tiene a nadie, igual que Lexi. Toda su familia la repudió o
falleció. Su ex no era la mejor de las personas, y su familia tampoco era la más
brillante. Kennedy, sin embargo, me tiene a mí. Siempre me tendrá. No me voy
a ir a ninguna parte.

- Gracias, - me ahogo. - Por favor, llámame si averiguas algo, - le digo. Me


acerco y le beso la sien antes de quitarme las llaves del costado.

- Yo conduciré, - grita Harris. Me detengo, me doy la vuelta, no tengo


tiempo para esta mierda.

- El mío tiene la sillita del coche de Imogen, - le grito.

- También estás bloqueado, - me dice, y es entonces cuando me doy cuenta


de que un coche se ha acercado a mi coche, sin dejarme espacio para salir.

- Joder, - gruño, pateando la rueda del coche de los infractores. El maldito


imbécil necesita lecciones de aparcamiento.

~ 108 ~
CAPÍTULO CATORCE

EVAN

El viaje a la casa de la madre de Damon parece que va a durar una eternidad.


Con el tiempo tan jodido como está, no es la razón principal para retrasarnos.

Cada semáforo que encontramos se pone en rojo, cada cruce ha tenido niños
u otras personas cruzando. Finalmente, llegamos al camino rural que lleva a la
casa de la madre. Estoy literalmente rebotando en mi asiento listo para derribar a
este cabrón.

Tomando una curva cerrada, el coche patina hacia un lado. Harris endereza
el coche pero es demasiado tarde. El coche termina en el lado de la carretera.
Intenta dar marcha atrás, pero los neumáticos patinan, el barro salpica los
neumáticos. Poniendo el coche en marcha intenta avanzar pero el coche hace lo
mismo.

Estamos jodidamente atascados.

- Esto es jodidamente genial, - grito, golpeando con las manos en el


salpicadero.

Las ruedas traseras giran como locas, el barro vuela por todo el lateral del
coche. Harris y yo intercambiamos miradas antes de saltar a la lluvia, corriendo
por la parte trasera del coche.

- Uno, dos, tres, - grita Harris, acelerando el coche. El barro sale de debajo
de los neumáticos y me salpica por todas partes. Así que no sólo estoy
empapado sino que ahora estoy cubierto de maldito lodo.

Empujo con fuerza, la fuerza viene de toda la rabia reprimida que he estado
albergando durante el último par de horas. Estoy cerca. Tan jodidamente cerca
de recuperar a Imogen y sucede esto.

Mi corazón se acelera cuando el coche se mueve hacia delante, el


movimiento casi me hace volar hacia delante. Me pongo en pie antes de que mi
cara se encuentre con el suelo y me lanzo, saltando de nuevo al asiento del
pasajero.

~ 109 ~
Mi pie golpea nerviosamente el piso del auto y estoy a punto de saltar
cuando llegamos a su calle. La tensión en el coche es sofocante, pero no me
importa, sólo quiero a mi chica de vuelta.

- Tranquilízate. Si ella está ahí dentro no querrás irrumpir y ponerla en


peligro. Echemos un vistazo a la parte de atrás. Los refuerzos están en camino.
Están a cinco minutos, - me advierte Harris. Conozco todas las reglas, todas las
pautas, y tengo mi propia manera de hacer mierda, pero esta noche... Se ha ido a
la mierda. El cielo se ha oscurecido completamente, la luna se ha cubierto de las
nubes negras mientras la lluvia sigue cayendo con fuerza. Encaja perfectamente
con mi estado de ánimo.

Hay un coche en el camino de entrada cuando bajamos unas cuantas casas.


Hay más en la calle, pero no se sabe si son para la casa de la madre. Cuando
echo un vistazo a la casa, las luces brillan con fuerza en cada ventana.

- Bueno, definitivamente están dentro, - murmuro.

- ¿Qué quieres hacer? - Harris pregunta echando un vistazo al tosco barrio.

- Espera, - le digo, levantando la mano. Leo el mensaje en mi teléfono,


dando un golpecito para obtener una respuesta rápida antes de volver a ponerlo
en mi bolsillo. - Andrews está aquí. Va a vigilar el frente. No queremos correr el
riesgo de que se escape.

- Así que vamos por la parte de atrás. Vamos.

Saltamos del coche, caminando hasta la entrada del vecino. Espero que el
cabrón esté demasiado borracho para estar vigilando. No quiero que se dé cuenta
hasta que sea demasiado tarde. No quiero que lo vea venir.

Nos deslizamos por la parte de atrás de la casa hasta el jardín trasero. El


jardín está vallado, así que saltamos la valla y entramos en lo que tiene que ser el
vertedero. No, hablo en serio. Cualquier cosa y todo llena el jardín: carritos de la
compra, frigoríficos-congeladores, sofás, un horno y otras basuras y trastos.

- La mujer necesita un viaje al basurero, - murmura Harris con asco.

- Creo que este es el basurero, - respondo antes de avanzar lentamente hacia


la puerta trasera.

~ 110 ~
Nos acercamos a la puerta trasera; los dos nos agachamos bajo la ventana de
la cocina. Lentamente me deslizo por la pared para echar un vistazo, pero el
llanto de un bebé me hace detenerme.

- Joder, - susurra Harris. Justo entonces empiezan los gritos en la casa y mi


columna vertebral se endurece.

- Calla a ese maldito niño, - una mujer grita por encima de la música y otras
voces.

- Cállala tú de una puta vez. Si toco la cosa le estoy arrancando sus


pulmones, - ruge un hombre, ganándose la risa de quien sea que esté en la casa.
No me paro a pensar. Estoy levantado, con la pierna levantada y dando patadas
en la puerta de atrás.

Lo primero que veo cuando irrumpo en la cocina es que la habitación está


llena de humo. Hay algunos otros tipos parados alrededor, pero una mirada a mi
expresión y están saliendo por la puerta de la cocina.

Lo que pasa después sucede rápidamente. En un momento Damon está


parado frente a mí en la mesa de la cocina, y al siguiente está saltando sobre ella.
Ambos nos atacamos con toda la fuerza y terminamos chocando contra la mesa,
la madera se rompe a nuestro alrededor.

- ¿Dónde está mi maldita hija? - Grito, levantando mi puño a su cara. Su


sonrisa maliciosa alimenta mi rabia y la sangre roja que cubre sus dientes no
hace nada para satisfacer mi necesidad de hacerle daño, de hacerle pagar.

Puñetazo tras puñetazo, levanto mi puño, queriendo matar al maldito. Todo


lo que veo es rojo. No me importa mi trabajo, ni ir a la cárcel, ni nada. Sólo
quiero que pague por lo que ha hecho.

- Vas a morir, carajo, - ruge Damon escupiendo la sangre a sus pies.

Una patada en el estómago me hace volar hacia atrás y Damon está sobre mí
en un segundo. Bloqueo cada golpe como estoy entrenado, pero eso no le
impide acertar unos cuantos golpes.

Me llega más ruido de la casa pero no le hago caso. La única persona que

~ 111 ~
puedo ver ahora es él, la única persona en mi mente es él, y no voy a parar hasta
que me pida misericordia.

Patearle las piernas desde abajo me da una ventaja. Estoy sobre él en un


segundo y lo agarro fuerte alrededor del cuello.

- No soy yo el que va a morir esta noche, - saco agallas, sintiendo mis manos
apretarse. Su cara comienza a ponerse roja, y encuentro satisfacción en esa
décima de segundo. Luego me agarra alrededor de la cintura con sus piernas, su
brazo agarrando mi propio cuello y girándonos a un lado. Aterrizo con un golpe
contra un armario, un ligero dolor se dispara en mi costado.

Más gritos llenan la cocina junto con el sonido de vidrios rotos y otros
ruidos. Trato de escuchar a Imogen pero Damon toma esa fracción de segundo
de distracción para golpearme en el oído, enviándome fuera de balance por un
segundo.

Levantando la mano, golpeo la palma de mi mano tan fuerte como puedo en


su nariz. La sangre sale a chorros por todas partes y él aúlla de dolor antes de
patearme de nuevo, conectándose con mis espinillas. Sus gritos resuenan en mis
oídos mientras intento mantenerme firme.

Maldito marica.

De repente alguien salta sobre mí, mis piernas me llevan hacia atrás por el
repentino peso. Quienquiera que esté sobre mí me da unos cuantos golpes en la
cabeza antes de que le golpee la espalda contra el fregadero, sus gritos de agonía
aullando por toda la cocina. Lo tiro por encima de mi hombro, golpeando a
Damon, que acaba de saltar a sus pies, y los golpeo a ambos en el suelo. Mi
respiración es errática, el sudor me recorre la frente y el cuerpo.

Cuando Damon aparta de una patada al tipo, estoy listo para él. Me las
arreglo para dar unas cuantas patadas a las costillas, antes de que algo me deje
sin aliento. En su mano, Damon sostiene la gruesa y rota pata de la mesa,
apuntando a mi lado. Mis reflejos se vuelven lentos y se las arregla para
derribarme al suelo.

Se pone de pie de un salto justo cuando el sonido de más voces llena la casa.
Sus ojos asustados saltan hacia mí antes de saltar a la puerta trasera. Puedo ver la
decisión en sus ojos, y antes de que pueda correr, me pongo de pie de nuevo,

~ 112 ~
tirándolo al suelo.

Acostado de espaldas, levanto los brazos sobre mí, las palmas de las manos
tocando el suelo antes de levantar las rodillas lo más cerca posible de la cabeza.
Doblándome un poco sobre mi espalda dejo que mis pies se balanceen con
fuerza antes de balancear la parte superior de mi cuerpo hacia adelante, los
músculos de mi estómago y la espalda se tensan. Una vez que estoy en posición
vertical y parado sobre mis pies de manera estable me muevo hacia la izquierda,
rodeando a Damon. Él no se queda parado. Tan pronto como las plantas de sus
pies tocan el piso de la cocina, trata de pasar a través de mí hacia la puerta
trasera. No llega muy lejos antes de que yo saque el brazo y lo agarre por el
pecho. Gruñe al contacto y le doy una sonrisa.

- Jugando con fuego, cerdo, - saca coraje. Con una fuerza que no creía que le
quedara, me tiene por los hombros y me está arrastrando por la cocina, mi
cuerpo golpeando con fuerza contra el fregadero de la cocina. Los cubiertos se
estrellan a mi alrededor, los platos y las tazas se rompen en el suelo.

Rodando hacia un lado, me bajo del fregadero de la cocina y me enderezo.


Gruñendo me precipito hacia adelante, balanceando mis puños en el lado de su
estómago. Sufre un dolor al mismo tiempo que me da otro golpe en la
mandíbula, haciéndome retroceder unos cuantos pasos. Pronto recupero la
compostura y lo empujo contra el banco de trabajo al otro lado de la cocina, con
mis manos agarrando su cuello en otro apretón. Sólo que esta vez no tengo
piedad con él.

Ver su cicatriz rugosa en su cara es otro recordatorio de lo asustada que


estaba Kennedy de él. Las imágenes de su cara y cuerpo magullados parpadean
en mi mente y eso sólo hace que mi ira se eleve.

- Pagarás por lo que le hiciste a mi mujer e hija, - gruño. El sabor metálico


de la sangre invade mi boca y es peor que el olor a sangre que llena el aire en la
pequeña cocina.

- Jódete... tú, - se ahoga tratando de escupirme.

Me río echando la cabeza hacia atrás y sé que sueno maniático. Estoy loco.
Debo estarlo. Escucho a Harris gritarme algo pero el zumbido en mis oídos no
ha parado, mis sentidos de audición, control y razonamiento están borrosos.

~ 113 ~
Cuando vuelvo a mirar a los ojos del desalmado que le hizo esto a mi vida, a
mi mundo, finalmente lo suelto. Necesita pagar. Y con pagar no me refiero a que
yo termine con su vida. Eso es demasiado fácil para él. Sólo hará que me
castigue por sus malas acciones. Ir a la cárcel por un maldito perdedor como él
no me ayudará a devolverle a Imogen a su madre. No va a cambiar lo que ha
pasado y, como dije, es demasiado fácil para él si lo dejo morir.

Me deshago de Damon, empujando su cuerpo flácido al mostrador con un


fuerte golpe. Dando la vuelta estoy a punto de interrogar a Harris cuando veo
algo plateado reflejado en la luz de la cocina. Me ciega momentáneamente, el
tiempo suficiente para darme cuenta de que Damon levantó la mano.

Incluso exhausto, emocionalmente agotado y sólo cargado por mi ira, me


muevo rápidamente. Mi mano sale corriendo y se agarra a su muñeca con un
apretón de manos. Me muevo hacia adelante, empujándolo hacia atrás antes de
tomar su mano y golpearlo contra el alto armario de la pared. Me lleva unos
cuantos intentos antes de que el cuchillo caiga al suelo. Una vez que es seguro
me muevo hacia atrás y antes de que él pueda darme otro golpe, echo el puño
hacia atrás, dando un último golpe, dejándolo inconsciente.

Él cae al suelo y no me molesto en moverme para comprobar si está bien.


Me giro para buscar a mi hija.

Harris está ahí, con su pie en la espalda de una dama mientras sostiene a una
Imogen gritona en sus brazos. Se ve sucia. Los malditos ni siquiera se han
molestado en cambiarla. Tiene el pañal lleno de mierda, el hedor casi me hace
vomitar. Se siente empapado a través de su ropa, las manchas son visibles y mi
corazón se aprieta.

Todavía está gritando a todo pulmón, su cara es de color rojo brillante,


bordeando el púrpura, pero aparte de eso, no puedo ver ningún corte o moretón.
Dicho esto, no significa que no haya algunos en ella o que no la hayan
lastimado.

Mantengo mis ojos fijos en los de Harris mientras le quito a Imogen. En el


momento en que la tengo en mis brazos, la sostengo con fuerza en mis brazos.
Ella llora más fuerte, el sonido me rompe el corazón. La reviso visualmente y no
veo señales de ninguna lesión, lo que hace que me relaje un poco. Pero el olor de
la hierba en su ropa hace que mi cuerpo se vuelva a tensar.

~ 114 ~
Necesito saber si la ambulancia está en camino, así que cuando abro la boca
para preguntar, una riña en el suelo me hace mirar hacia abajo. Harris todavía
tiene su pie presionado firmemente sobre quien presumo es la madre. Lo miro
de forma extraña antes de que mis ojos vayan de vuelta a la mujer que lucha en
el suelo.

- Ella se resistió al arresto, - se encoge de hombros y me doy cuenta de que


no me dice nada cuando sus ojos se dirigen hacia la izquierda.

- ¿Qué hizo ella? - Escupo, deseando poder desechar mi política de no


golpear a las mujeres sólo por un segundo. La mujer lleva ropa sucia y
mugrienta que es demasiado grande para ella. Puedo ver huesos sobresaliendo
por todas partes, y cuando mis ojos llegan a los suyos se ven tan fríos y
desarrapados como su expresión.

- Mira, la ambulancia debería estar afuera en un segundo, - dice, justo


cuando oigo sirenas acercándose. Me muevo hacia la puerta justo cuando él
habla. - No pierdas la cabeza ahora. Te lo dirán eventualmente o me escucharás
informar al paramédico, pero ella tenía sus manos envueltas alrededor del cuello
de Immy, así que asegúrate de que los paramédicos la revisen apropiadamente, -
agrega rápidamente, pareciendo listo para retenerme si es necesario.

- Joder. - Estoy indeciso sobre si golpear o no a una mujer por primera vez
en mi vida, pero tener a Imogen gritando en mis brazos me recuerda que
necesita ir al hospital. Necesita que la revisen y ciertamente sus necesidades son
más importantes que un maldito pedazo de basura. La madre de Damon pagará
por lo que hizo, igual que su hijo.

Saliendo por la puerta dos oficiales vienen corriendo por el jardín delantero.
- Están en la cocina. Uno está noqueado, el otro está siendo retenido, - les digo
mientras camino directo a la ambulancia. Estoy a punto de entrar por la parte de
atrás cuando el paramédico varón me detiene.

- Lo siento, señor, pero tendrá que esperar. Tenemos un paciente


inconsciente que debemos atender primero, - dice, y lo veo todo rojo.

- No, no lo haré, - escupo. - Tienes a una bebé de cinco meses sucia que fue
secuestrada y estrangulada; está cubierta de mierda y orina. Ahora sube al
asiento delantero y llévanos al puto hospital.

~ 115 ~
Abre la boca y, aunque parece arrepentido, parece el tipo de persona que
odia que le toquen las pelotas. Gruñe en voz baja.

- Voy a llamar a otro paramédico pero iré a chequear cómo está antes de
volver, - nos dice el paramédico masculino. Quiero traerlo de vuelta, decirle que
ese cabrón merece pudrirse.

La paramédica mujer extiende los brazos hacia Imogen y yo dudo por un


segundo antes de entregarla. Todavía se retuerce, sus pulmones protestan por sus
gritos roncos. Cuando me enteré de lo de Imogen supe que me preocuparía cada
segundo de cada día. Sería ese padre que sería sobreprotector, no la dejaría salir
y le daría un toque de queda. Estaría en todas las obras de la escuela, en todas las
actuaciones de baile y en todos los días de deporte. Pero ni una sola vez, cuando
pensé en nuestro futuro, consideré sentir este tipo de dolor. Perderla nunca se
registró en mi cabeza, nunca me preparé para ello porque nunca se sintió como
una posibilidad. Moriría antes de dejar que algo o alguien la lastimara.

Pero hoy he fallado.

No la protegí.

Ahora está herida, está gritando y pasando por Dios sabe qué y no hay nada
que pueda hacer.

Ni siquiera una semana como su padre y ya he fallado de la peor manera


posible.

- ¿Puede decirnos si tiene alguna condición médica? - pregunta la


paramédica suavemente, acostando a Immy en la cama.

Mi mente está en blanco. No sé nada. No sé nada sobre sus condiciones


médicas aparte de lo que Kennedy me ha dicho sobre su nacimiento. No ha
dicho nada sobre ninguna condición de larga duración.

Mirando a la paramédica, me froto las manos en la cara antes de


responderle, diciéndole todo lo que sé. - Ella nació adicta. Sé que tuvo algunos
problemas después de nacer, pero no creo que sean continuos. Sólo llevo poco
tiempo en su vida, - miento, no quiero parecer un imbécil. Me preocupa que si
les digo que sólo llevo una semana en su vida, no me dejen quedarme con ella.

~ 116 ~
- ¿Es usted el padre de la niña?

- Sí, - asiento observándola cuidadosamente en busca de cualquier señal de


que me está juzgando, pero cuando no veo nada me relajo un poco. Es obvio que
estoy involucrado con la ley y el hecho de que acabo de anunciar que Immy
nació adicta, sólo puedo imaginar lo que están pensando.

Le tiendo la mano a Imogen y enseguida me rodea el dedo con su mano y le


sonrío, con el corazón abierto de par en par.

- ¿Puedo cambiarla? - la mujer me pregunta y yo asiento con la cabeza,


sintiendo que los ojos se me llenan de lágrimas. Podría haberla perdido. Podría
haberla perdido a ella y a su madre en el mismo día. Todavía no sé qué está
pasando con Kennedy en el hospital, nadie se ha puesto en contacto conmigo
desde que me fui y no sé si eso es bueno o malo. El solo hecho de pensar en
Kennedy sola, sufriendo en ese hospital, hace que mi corazón lata más rápido y
hace que la preocupación se forme en la boca del estómago.

Observo cómo la desnuda suavemente, usando toallitas húmedas para


limpiar su cuerpo. Cuando empieza a pegar tiritas en su pecho, hago un sonido
de asfixia y se me cierra la garganta.

- Necesito que le sostengas el brazo por mí...

- ¿Qué? ¿Por qué? - Pregunto con pánico.

- Necesito ponerle a su hija una intravenosa. Necesita líquidos, - explica


mientras se ocupa de su equipo.

Tomando un gran respiro, tomo el pequeño brazo de Immy en mi mano,


sintiéndome mal del estómago cuando ella grita cuando la aguja perfora su piel.
La paramédica trabaja rápidamente y con fluidez. Cuando termina se mueve
hacia la parte delantera de la ambulancia.

Me giro en la misma dirección al notar por primera vez que el otro


paramédico ha regresado.

- Estamos listos para irnos, - grita, agarrando algunas otras cosas del lateral.

- ¿Se va a poner bien? - Le pregunto una vez que la ambulancia empieza a

~ 117 ~
moverse.

- La voy a dejar sin ropa por el momento y la voy a envolver en una manta.
Espero que ahora que no tiene la ropa sucia y que está recibiendo algunos
fluidos dentro de ella, pueda calmarse. Tiene algunos moretones en un lado del
cuello, las marcas de dedos son claramente visibles. Los médicos del hospital las
revisarán cuando lleguemos. Su ritmo cardíaco es un poco alto en este momento,
pero lo más probable es que se deba al estrés al que está sometido su cuerpo.
Una vez que la hayamos acomodado y relajado, podremos decirle más. No hay
otros signos claros de lesión, pero tenemos a los mejores médicos esperando en
la sala de emergencias.

Gracias, - me asfixio, viendo cómo se mueve sin esfuerzo cuidando a


Imogen mientras la ambulancia se mueve constantemente a través del tráfico.

Nos acercamos al hospital cuando Imogen finalmente se duerme por el


agotamiento, su pequeña mano todavía me agarra el dedo con todas sus fuerzas.

Cuanto más nos acercamos, más rezo para que cuando entre en el hospital,
Kennedy esté despierta y lista para saludarnos. La necesitamos. Imogen la
necesita.

De una forma u otra, no me iré de este hospital sin mis dos chicas en mis
brazos. De hecho, una vez que estemos en casa, no hay forma de que vuelva a
dejarlas que me abandonen.

~ 118 ~
CAPÍTULO QUINCE

KENNEDY

Santas panteras, me duele la cabeza. ¿Qué es lo que está pasando? ¿Qué es


ese ruido? Abro los ojos con mucho esfuerzo. Se sienten pesados como si
estuvieran de alguna manera pegados. Por dentro me entra el pánico,
preguntándome por qué no siento que tengo control sobre mi cuerpo. Levanto
mi mano pero eso también se siente pesada. Mis ojos se humedecen detrás de
mis párpados. Mis lágrimas parecen facilitarme el abrir los ojos y cuando lo
hago me sorprendo cuando descubro que estoy en una cama de hospital, con
tubos que salen de mis brazos y manos.

Mi cabeza se vuelve demasiado pesada para moverse más, y miro hacia


arriba al techo de color crema sin brillo preguntándome por qué estoy aquí.
¿Qué es lo que he hecho? Un montón de escenarios pasan por mi cabeza, pero
ninguno tiene sentido para mí. Mi imaginación se desborda con explicaciones
horribles pero el dolor de cabeza que me golpea la cabeza impide que se forme
algo real.

Es entonces cuando el dolor comienza a registrarse. Al principio es sólo el


golpeteo en mi cabeza, como si alguien tuviera un martillo en el interior tratando
de abrirse paso. Mi pierna, mi pecho, el infierno, todo mi cuerpo late con un
dolor insoportable. Al tocar mi mano con la cabeza siento una venda que me
envuelve y empiezo a entrar en pánico. Necesito levantarme, me giro en la
cama, gritos de dolor salen de mi boca.

Aunque mi cuerpo está a punto de rendirse, yo no. Necesito respuestas.


Justo cuando estoy a punto de abrir la boca, para gritar, la puerta se abre y una
chica que reconozco entra. Ella debe escuchar el sonido que se escapa de mi
boca porque su cabeza se mueve apresuradamente y jadea. Me mira con una
mezcla de horror y preocupación.

En pánico abro la boca para pedir respuestas. Pero en un momento cegador,


todo regresa dolorosamente.

Imogen.

Mel me había llamado. Hubo un robo. Entonces Imogen fue tomada.


¿Alguien lo sabe? ¿Mel ha llamado a la policía? ¿La tienen? ¡Oh no! ¿Y si ella

~ 119 ~
sigue ahí fuera y nadie lo sabe? Un grito estrangulado sale de mi boca.

Me quito las mantas, ignorando el dolor que asalta a mi cuerpo magullado y


dolorido. En cualquier otro momento me sentiría avergonzada, apenada,
sabiendo que ella me está viendo en mi punto más vulnerable. No es un
sentimiento al que yo también estoy acostumbrada. Especialmente con alguien
que no me gusta.

Sentarse se siente como una tarea, una tarea dolorosa y miserable. La bata
con la que me han vestido tiene la espalda abierta y siento que la brisa golpea mi
piel desnuda y me hace temblar. Nada me va a impedir llegar a mi hija. Incluso
si tengo que vagar por estos pasillos o las calles vestida sólo con esto.

- Hola, Kennedy, soy yo. ¿Te acuerdas de mí? Es Denny, la hermana de


Evan, - dice la chica dulcemente y miro hacia arriba para encontrar lágrimas en
sus ojos. ¿Por qué está llorando? ¿Le ha pasado algo a Imogen? ¿Sabe ella algo?

- Necesitas... necesitas ayudarme. Imogen... necesito encontrar a Imogen, -


lloro. El dolor en mi garganta se siente tan crudo, tan doloroso, que está más allá
de cualquier dolor de garganta que haya sufrido en el pasado.

- Cálmate, Kennedy. Vamos, vuelve a la cama. Necesitas descansar. Sé lo


de Imogen. Evan va a recuperar a tu hija, te lo prometo, - dice con convicción,
su voz severa y llena de promesas.

- ¿Por qué estás aquí? - Pregunto desinflada. Hago lo que me dice, me


acuesto en la cama. La mirada en sus ojos no deja espacio para la discusión y no
hay manera de que tenga la fuerza para luchar con ella. No cuando necesito
guardar mi fuerza para Imogen. Ella me necesitará.

- Lexi, la vecina de al lado de Evan, me llamó. Está afuera. No pensó que la


querrías aquí, pero no se ha ido. Está preocupada por ti, - me dice Denny. ¿Lexi?
¿Afuera? Y Denny está aquí. Qué caramelos está pasando. Nada de esto parece
real. Ni Denny, ni Lexi, ni estar en el hospital.

- ¿Esto es real o estoy soñando? - Se lo pregunto seriamente. Se ríe justo


cuando la puerta se abre.

- ¿Hay alguna señal de que se vaya a despertar...? Oh, oye, yo esperaré


fuera, - murmura Lexi en voz baja, con la cara sonrojada.

~ 120 ~
- ¿Lexi? - la llamo, preguntándome qué está haciendo aquí. ¿Sabe lo de
Imogen o dónde está Evan?

- Hola, - me saluda caminando hacia mí lentamente. Se ve cansada y


preocupada y su preocupación me sorprende después de lo que hizo con Evan.
Pero sé que si alguien tiene respuestas, ella las tendrá.

- ¿Dónde está Evan? - pregunto, con voz desgarrada.

- Ha ido a buscar a tu niña, - dice ella dándome una pequeña sonrisa.

- ¿La ha encontrado? - pregunto, mi corazón recibiendo esperanza.

- No estoy segura. Cuando me fui, él se mantuvo firme en que ella estaba en


casa de la madre de Damon, - me dice honestamente.

Jadeo. Mi preocupación en el auto por Damon había sido correcta. Ese


asalto fue una trampa para atrapar a mi niña. ¿Pero cómo sabía que ella estaría
en casa de Mel? No es como si Mel y yo saliéramos de fiesta juntas. Todo lo que
sé es que si ella está con ese monstruo no está a salvo.

Sus palabras se repiten una y otra vez en mi cabeza, la promesa que hizo de
vender a Imogen y mi visión se vuelve borrosa.

Intento levantarme de nuevo sabiendo lo que Damon planea hacerle. Dijo


que la vendería. Sólo le importa recuperar sus pésimos tres mil dólares. Tres mil
que le dio voluntariamente a una drogadicta en primer lugar. No le importa por
lo que mi bebé va a pasar. Que está arruinando su vida o la mía, está
destruyendo la vida de dos personas inocentes.

- Oye, él la encontrará. Él te ama, Kennedy, las ama a ambas. No se


detendrá hasta encontrarla, - me dice ella y puedo oír la sinceridad en su voz. No
parece triste por ello, sólo segura de ello.

- La va a vender, - grito, el dolor en mi cuerpo se vuelve demasiado. Denny


me ayuda a recostarme, pero mi cuerpo permanece rígido, y mis lágrimas siguen
fluyendo por mi cara.

- ¿Quién, Evan? - Denny pregunta confundida.

~ 121 ~
- No. Mi hermana estaba metida en cosas malas. El hombre al que le debía
dinero vino a mi casa y me golpeó. Amenazó con llevarse a Imogen y venderla.

- Oh, Dios, - Denny llora, cubriéndose la boca. - Has pasado por mucho. No
lo sabía. Siento mucho la forma en que actué. Estaba siendo terca y estúpida.
Nunca quise decir ninguna de las cosas que dije. Nada de esto fue realmente
sobre ti. Mis estúpidos celos se apoderaron de mí. Sólo extraño a mi hermano, -
admite y yo extiendo la mano y tomo la suya.

- Está bien. Entendí de dónde venía. No quería que os pelearais por mi


culpa, - le digo, sintiendo que se me humedecen los ojos. - Te quiere.

- Lo sé. Sólo que desearía haber tratado todo ese día de una manera muy
diferente. Ser madre me ha cambiado de muchas maneras, pero supongo que, en
el fondo, todavía tengo ese infantilismo dentro de mí. Tengo mucho que
aprender, - admite con tristeza.

- Estabas siendo una hermana sobreprotectora, - sonrío, pero se tambalea


mientras más lágrimas caen. - Yo también lo siento, por haberte soltado todo eso
sin avisar.

- Ya que todos estamos en el tren de las disculpas, quiero pedirte perdón


también, Kennedy. Lo que hice estaba fuera de lugar, pero sobre todo, lo siento
porque me equivoqué. Lo vi feliz y supongo que me afectó porque no pude
encontrar mi felicidad. En el fondo sabía que nunca la encontraría con él, pero
cuando me di cuenta de que él la tenía, creí que también podría tenerla con él.
Estuvo mal por mi parte. Sólo lamento haberte lastimado. No has hecho nada
más que ser amable conmigo, si yo fuera tú, ya me habría cerrado la puerta en la
cara, - se ríe, pero es forzado, la sonrisa no le llega a los ojos.

Recuerdo todas las veces que ella juzgaba cuando yo abría la puerta. La
mirada que ponía en sus ojos. Ni una sola vez pensé que estaba celosa de la
situación. Sólo la vi celosa de mi relación con Evan.

Saber que se desnudó delante de Evan todavía me enfurece un poco. Pero al


ver a Lexi ahora me doy cuenta de que no la he conocido realmente. Parece
sinceramente preocupada por mi bienestar y parece una persona genuina. Tal
vez si no hubiera aparecido, ella y Evan podrían haber resuelto algo. El
pensamiento causa un dolor agudo en mi corazón. Pensar en él con otra mujer

~ 122 ~
me hace sentirme mal. Pero la idea de que estaría mejor sin mí se me ha pasado
por la cabeza más de una vez desde que Lexi entró en la habitación.

- Por favor, no lo hagas. No lo puedo soportar más. A veces pienso que todo
el mundo estaría mejor sin mí, - lloro, sintiendo lástima de mí misma. La vida de
Imogen está arruinada y la de Evan se destruirá si no la recupera, ¿y la mía? La
mía estaba condenada en el momento en que recibí esa llamada diciéndome que
había desaparecido. La única razón por la que Evan está interesado en mí es por
Imogen. Sin ella no hay duda de que estaría con otra persona ahora mismo.
Nunca miraría dos veces a una persona de bajos fondos como yo.

Mis sentimientos por Evan han crecido a lo largo de la semana y con cada
día se han hecho más fuertes. En el fondo sé que si no fuera por Imogen no
estaríamos juntos.

Denny debe ver la duda escrita en mi cara porque ella aprieta su mano
alrededor de la mía.

- No. No hagas eso. Pensé que Mason estaba conmigo sólo por Hope, pero
me equivoqué. Tan jodidamente equivocada, - suspira, sonriendo
melancólicamente. - Él me amaba por mí; Hope era sólo un bono añadido. Evan
te ama. Nunca ha traído a una chica a casa para conocernos antes... nunca. Ni
siquiera en la escuela. No dejes que tu cabeza te lleve allí, Kennedy. Puede que
no te conozca, pero por lo que ha dicho Nan, eres lo mejor desde el pan de
molde, - se ríe guiñándome un ojo.

- Gracias, - grazno, antes de volverme hacia Lexi. - Y gracias. Por venir aquí
y quedarte, - le digo, y entonces se me ocurre un pensamiento. - ¿Cómo supiste
que estaba aquí? - le pregunto a Denny.

- Lexi me llamó. El año pasado me quedé en casa de Evan y Lexi limpió la


casa antes de que yo llegara. Todavía tenía mi número en sus contactos. Mi Nan
también está en camino. Se quedó atascada en algún puente. El río se ha
desbordado o algo así, así que estaba esperando a que todo el mundo diera la
vuelta antes de poder hacerlo. Llamó hace veinte minutos diciéndome que
estaba en camino.

- No me merezco a ninguno de ustedes, - le digo, justo cuando la puerta se


abre de nuevo.

~ 123 ~
Un hombre que no conozco entra, seguido por otro que sé que es Mason.
Nadie podría olvidar esa cara. Sigue siendo tan guapo como cuando lo vi por
primera vez. Recuerdo que Evan me dijo que tenía cuatro hermanos, pero
mirando al hombre que estaba delante de él sé que no es uno de ellos. Tiene el
pelo rubio arenoso, es desordenado y desarreglado. Es más grande que Mason
pero sólo por un poco. También trasmite importancia, una confianza que no se
ve en mucha gente. También tiene una energía letal a su alrededor. Algo me dice
que no quieres estar en su lado equivocado. Por la mirada de Lexi cuando se
acerca, diría que no le importa de qué lado está. Tengo que reprimir una risa.
Quiero decir, ¿cómo de inapropiado sería si me echara a reír ahora mismo? Mi
hija se ha ido, Evan se ha ido, y no tengo ni idea de qué azúcar está pasando.

- Hola, soy Aaron. Soy el antiguo compañero de Evan... - El hombre de


delante se presenta. Lo miro y asiento, mordiéndome el labio. Deben ser las
drogas que me han dado porque no puedo evitar que lo siguiente se me escape
de la boca.

- No sabía que era gay, - murmuro en voz alta. Cuando me doy cuenta de
que lo he dicho en voz alta, empiezo a reírme. Me río tan fuerte que empieza a
dolerme los costados. Mis risas se convierten en risas altas e histéricas.

Un minuto estoy riendo, riendo tan fuerte que todo lo que me rodea
desaparece. Entonces se convierten en sollozos. El primero que escapa es
doloroso y hace eco alrededor del ahora silencioso cubículo del hospital.

Denny me toma en sus brazos, dejándome sollozar en su pecho. - La


necesito de vuelta, - lloro, mis emociones por todas partes. Trato de
recomponerme. Estar en este estado no va a ayudar a nadie.

- Quise decir compañero de trabajo, - oigo a Aaron murmurar antes de oír a


Lexi reírse.

- ¿Dónde está? - le pregunto girando la cabeza, aún resoplando. No me


muevo, manteniéndome encerrada en los brazos de Denny, necesitando su
comodidad.

Mason camina alrededor de la cama mirando entre nosotros y cuando


vuelve a mirar a Denny, sus ojos se vuelven suaves.

Es tan dulce, pienso cuando la alcanza y se inclina para besar su frente. Si

~ 124 ~
tan sólo tuviera a Evan aquí. Aún mejor, Imogen. Se me rompe el corazón al no
tener a ninguno de los dos aquí conmigo. Los necesito. Siempre los necesitaré.

- Está abajo haciendo que revisen a Imogen, - afirma Aaron y no debo


haberle oído bien, así que me siento mejor, haciendo un gesto de dolor cuando el
dolor es demasiado. Lo que más me duele es la pierna. Sólo tengo que girar la
cabeza y el dolor se irradia por la pierna, hasta los dedos de los pies.

- Lo siento, pero ¿podría repetirlo, lentamente?, - le digo, mirándole la boca,


asegurándome de que no se me escapa ni una palabra.

- Está abajo haciendo que revisen a Imogen, - dice, y sus labios se mueven
nerviosamente al ver mi estado de inmovilidad.

- Ohmigosh, - grito, mis manos volando hacia mi boca. - ¿Está bien?


¿Dónde estaba ella? ¿Está herida? ¿Se va a poner bien? ¿Dime? - Le grito,
sintiéndome histérica, haciendo que una enfermera entre corriendo.

- ¿Qué está pasando aquí?, - pregunta con severidad, mirando con recelo a
los hombres de la habitación.

- Estamos bien, - le dice Aaron guiñándole el ojo antes de volverse hacia mí.
- Ella está bien. Sólo necesita esperar a que el médico le dé el visto bueno para
poder salir y subir. Quiere subir a verte pero no quiere dejar a Imogen. Me ofrecí
a cuidarla pero casi me noquea, - se burla.

La enfermera se acerca y empieza a revisar las máquinas. Creo que estoy en


shock porque no hay nada que pueda decir. La han encontrado. Está a salvo.
Está bien. Evan está a salvo. Mi corazón late rápidamente y la máquina a mi
lado empieza a pitar como loca. La enfermera se acerca y dice algo, pero mi
mente está en una cosa.

Mi hija.

Mi hija está a salvo.

- Señorita, necesito que se calme.

- Ella está a salvo. Está a salvo, - lloro y Denny me abraza. Sollozo en su


hombro justo cuando la puerta se abre de nuevo.

~ 125 ~
Esperando que sea otra enfermera o tal vez un médico, me retiro. Pero
cuando una forma grande se asoma por la puerta, me falta el aliento.

- Evan, - exhalo, y todo lo que estaba sintiendo hace unos segundos empieza
a hervir a fuego lento.

~ 126 ~
CAPÍTULO DIECISÉIS

EVAN

Los doctores finalmente le dan el visto bueno a Imogen.

- Sólo mantén un ojo en ella. Si algo cambia, no dudes en llamar al número


del folleto que te di, - me dice el médico.

- ¿Estás seguro de que está bien? - Pregunto de nuevo. Si hay una


posibilidad de que no esté bien, ¿por qué no la hacen quedarse en observación?

- Sí. Su presión sanguínea ha vuelto a la normalidad y está hidratada. No hay


hinchazón dentro de su garganta, pero la hinchazón alrededor de sus moretones
tardará unos días en desaparecer. Puede llevarse a su hija a casa, Sr. Smith.

Asiento con la cabeza, sosteniendo una Immy dormida en mis brazos.


Después de estar aquí unas horas, por fin puedo ver a mi mujer. Nadie ha sido
capaz de darme ninguna información nueva. Todo lo que han dicho es que está
estable pero aún inconsciente.

Como si eso me hiciera sentir mejor.

Aaron vino hace poco para mantenerme al tanto. Se ofreció a cuidar a Immy
mientras dormía, pero la mirada en mis ojos debe haberle dicho que eso no iba a
suceder. Siento que he tenido que elegir entre la mujer que amo y la chica que
amo, y he odiado cada segundo de ello. Incluso pregunté en un momento dado si
podían tratar a Immy arriba donde estaba su mamá, pero me dijeron que no.

Imbéciles.

Caminábamos por el pasillo cuando oí pasos que se acercaban a nosotros


por detrás.

- Oh, Dios mío, ahí estás. Mi pequeña, - mi abuela llora y yo miro alrededor
preguntándome de dónde coño ha salido. El pasillo estaba despejado cuando
doblamos la esquina. Debe haber corrido rápido para alcanzarnos tan rápido.

- Hola, Nan, - la saludo, sintiéndome agotado. Estoy muy preocupado por


Kennedy y aún no estoy seguro de que debí dejar que dieran de alta a Immy. No

~ 127 ~
importa lo sincero que el doctor parecía cuando me habló.

Estamos en el piso en el que está Kennedy ahora, que es una sala diferente a
la que estaba antes. Cuando dejo de caminar para saludar a mi abuela, ella
levanta las manos para Immy, pero yo la sostengo más fuerte contra mi pecho.
Todavía está envuelta en una manta, pero por suerte ahora tiene puesto un pañal
gracias a una de las enfermeras.

Recordé a Lexi empacando ropa para las dos chicas. Sólo espero que sea
algo cálido porque no quiero que mi chica tenga frío. Ya ha sufrido bastante por
hoy.

- Oh, vamos, Evan. He estado atascada en el maldito tráfico sintiéndome


enferma de la preocupación por mis dos chicas. Déjame sostenerla.

- Lo siento, Nan, y no quiero hacer daño cuando digo esto, pero no voy a
dejarla ir. La próxima vez que esté fuera de mis brazos sólo será para ponerla en
los de su madre, - le digo y sus ojos se suavizan una fracción más antes de que
estalle en lágrimas.

- Eres un buen chico, Evan. Vamos. Vamos a ver cómo está mi nuera, -
sonríe. - ¿Has oído algo ya?, - pregunta, pero mi mente sigue centrada en
"nuera".

- ¿Qué? - pregunto asombrado, mis ojos se dirigen a los suyos con asombro.
¿Cómo demonios sabe que planeo pedirle a Kennedy que se case conmigo? No
es que le esté dando a Kennedy muchas opciones. Después de hoy sé que no
podré vivir sin ella o Imogen. No hay manera de que los deje ir.

- Oh, calma tus caballos, mi muchacho. Vi la forma en que la miraste


cuando fui a conocerla. Pero en ese entonces no tenías campanas de boda
brillando en tus ojos. Ahora las tienes, - me dice. Le doy un encogimiento de
hombros, sin molestarme en negarlo. Me casaré con ella aunque se niegue.
Arrastraré su flaco y fino trasero por el pasillo pataleando y gritando.

Llegamos a la puerta de la habitación de Kennedy e instantáneamente oigo


voces que vienen de adentro antes de que los fuertes sollozos resuenen por el
pasillo. Sus gritos me golpean el pecho con un dolor agudo y tengo que
componerme antes de empujar la puerta para abrirla. Kennedy está llorando en
el pecho de mi hermana. La imagen me impacta. Cuando me preparé para entrar

~ 128 ~
en esta habitación me imaginé que iba a encontrarla sola. De todas las personas,
no puedo creer que ella esté aquí, consolando a mi chica. Mason está al lado de
Denny luciendo incómodo y me reiría si no fuera por el hecho de que mi chica
ahora me está mirando como si hubiera visto un fantasma.

- Evan, jadea.

- Hola, nena, - sonrío y me acerco. Lexi y Aaron se apartan, Aaron la abraza


mientras se acercan a la ventana.

Ella estalla en lágrimas otra vez, sus ojos se fijan en los míos, y su mano
alcanza a Immy.

- Tienes costillas fracturadas, cariño. Ten cuidado, - le advierto y mi


hermana se aparta del camino pero no se mueve mucho. Miro hacia arriba y le
doy una sonrisa de agradecimiento. Supongo que Aaron la llamó.

- Lexi me llamó, - susurra, leyendo mi mente. Ella mira hacia abajo a


Kennedy que ahora sostiene a una Immy dormida en sus brazos mientras
solloza. Los ojos de Denny se ablandan, sus ojos lagrimean mientras mira a
Kennedy en comprensión, de la única manera que otra madre podría entender.

Mirando a Kennedy, revisándola para ver si está bien, puedo decir que le
duele sostener a Immy, pero también sé que caminaría sobre el fuego para estar
con ella.

Volteo mi cabeza hacia Lexi y digo 'gracias' antes de acariciar la cara de mi


chica, la parte que no está estropeada por los cortes y moretones.

- ¿Cómo te sientes? - digo, encantado de ver a mis chicas juntas de nuevo.

- Mucho mejor ahora que ambos están aquí, donde pertenecen, - me dice,
dándome una sonrisa acuosa. Me inclino hacia abajo besando la parte superior
de su cabeza.

- ¿Está bien? ¿Qué ha pasado?

- Ella está bien. La han revisado y le han dado el visto bueno.

- Está magullada, - se ahoga, las lágrimas siguen rodando por su cara

~ 129 ~
mientras acaricia ligeramente la mano de Immy donde se había puesto la
intravenosa.

- Sí, nena, - le digo, sin saber qué más decir. - Los paramédicos tuvieron que
conectarla a una intravenosa, - empiezo, pero me detengo sin saber cómo decirle
sobre los moretones en el cuello de Imogen. La mano de Kennedy se extiende
para apretar la mía y le doy una pequeña sonrisa.

- ¿Qué pasó?

- Ella fue tomada por Damon. La encontramos en la casa de su madre.


Ambos han sido arrestados y no se librarán de los cargos. Hay demasiados
contra ellos.

- ¿Es por eso que estás cubierto de moretones y tienes un labio gordo? -
pregunta, sin quitarle los ojos a Immy.

- Sí, - me río y cuando ella mueve la manta nota los moretones en el cuello
de Immy. Ella jadea, mirándome horrorizada.

- ¿Qué ha pasado? Oh Dios mío, ¿por qué la han dejado salir? ¿Está bien?
¿Estás seguro? - llora, frotando ligeramente sobre los moretones.

- Sí, es una luchadora. Me aseguré de que otro médico le hiciera un doble


chequeo de sus heridas. Creo que hacia el final querían sedarme, - me río,
tratando de calmar los ánimos.

Todo el mundo escucha atentamente en la habitación pero yo los ignoro, mi


principal foco de atención son mis dos chicas.

- ¿Por qué está desnuda?, - pregunta preocupada, con la nariz arrugada.

- Estaba sucia por no haberle cambiado el pañal, nena. No nos preocupemos


por eso ahora. Ella está a salvo, de vuelta con nosotros donde pertenece. Ya no
pueden hacernos daño, ¿vale?

Ella sonríe, pero no le llega a los ojos y puedo ver la preocupación que brilla
en sus ojos por su hija. Me inclino a darle otro beso cuando la enfermera habla.
Ni siquiera la había visto en la habitación.

~ 130 ~
- Lo siento pero las horas de visita han terminado. Sé de su situación, así que
hablé con la enfermera de la sala y me dijo que estaba bien que dos personas se
quedaran. Pero me temo que tendré que pedirles a los demás que se vayan, - nos
dice con tristeza.

Asentimos con la cabeza, Aaron, Lexi, Mason y Denny dicen que ellos se
irán para dejarnos. Necesitando hablar con mi familia un segundo, miro a
Kennedy antes de hablar. - Déjame ir a hablar con ellos afuera, y luego volveré.
Nan, ¿puedes quedarte aquí un segundo y vigilarlas?

- Por supuesto, - dice, moviéndose al final de la cama.

Denny se inclina susurrando algo a Kennedy antes de abrazarla suavemente.


Mason se mueve y el pobre chico ni siquiera sabe cómo dirigirse a ella. Termina
dándole unas palmaditas en el hombro antes de inclinarse y besarle la mejilla.
No voy a mentir, sea el novio de mi hermana o no, quiero apartar su cara de la
de ella.

Denny debe haber notado mi expresión porque empieza a reírse. Tomando


la mano de Mason ella da un paso atrás antes de salir de la habitación, dejando a
todos los demás que se despidan. Yo sigo detrás de ellos oyendo a Lexi
despedirse junto con Aaron, antes de que ellos también nos sigan.

Cuando todos estamos fuera me dirijo a Lexi primero. Sus ojos se abren
cuando siente mi atención sobre ella. Antes de que pueda abrir la boca, avanzo
rápidamente, tirando de ella contra mí para darle un fuerte abrazo. Sé que ella no
se lo espera cuando siento que su cuerpo se tensa, pero necesito que sepa lo
agradecido que estoy. Lo feliz que estoy de que ella haya puesto todo lo que está
pasando a un lado y haya sido una amiga para mí. La amiga que he extrañado
los últimos meses. Sin su ayuda hoy, Kennedy estaría acostada en esa habitación
por su cuenta, fuera de su mente por la preocupación. Por eso, estaré
eternamente agradecido.

- Estoy tan jodidamente agradecido, Lexi. Por todo, - susurro con voz ronca.
- Me mata saber que ella estaba sola. Lo sabías y viniste. Incluso después de
todo.

- No te preocupes por eso, - me dice ella, quitándole importancia. Le doy


otro apretón antes de alejarme. Me mira con una sonrisa triste. - Espero que todo
vaya bien con todos ustedes. Sólo estoy al lado si necesitan algo, alguna vez.

~ 131 ~
Siento mucho la forma en que he estado actuando. No he sido yo misma y estoy
tan avergonzada.

- No nos preocupemos más por nada de eso. ¿Un nuevo comienzo? -


Pregunto, dándole una sonrisa genuina.

- Sí. Me gustaría eso. Oh, y las bolsas de cosas que traje para Imogen y
Kennedy están en los armarios al lado de la cama. La enfermera dijo que las
dejara allí. Si hubiera sabido que estabas en el hospital antes, te las habría
llevado a ti y a Imogen.

Asiento con la cabeza. - Gracias. Por todo.

- Llámame si necesitas algo, - me dice.

- Prometido, - sonrío, me inclino y le beso la sien. Ella me sonríe antes de


pasar a un lado. A continuación, Aaron se adelanta y me da una palmadita en el
hombro. - Necesitas más tiempo en el gimnasio, amigo. Realmente te hizo un
numerito, - se burla, pero me doy cuenta de la forma en que sus ojos se
oscurecen.

- No has visto al otro cabrón, - me río.

- Esperemos que le hayas hecho un buen número, - guiña, antes de asentir


con la cabeza. Ya sabes, el que dice, 'Me alegro de que tu señora y tu hijo estén
bien'.

Se va y sus palabras juegan en mi cabeza. Damon realmente me hizo un


número. En más de un sentido. Pero una cosa que no consiguió hacer es
quebrarme. Todo lo que tengo que hacer ahora es asegurarme de que no rompió
a mi mujer. Pero no importa la respuesta a eso, me aseguraré de pasar el resto de
mi vida recomponiéndola.

Observo como toma el brazo de Lexi antes de caminar por el pasillo. Verlos
juntos es otro recordatorio de que tengo que ponerlos a los dos juntos. Si es que
no se han conectado ya, es decir. No es la primera vez que los veo juntos y no se
me ocurre la misma idea.

Girando mi cuerpo me enfrento a mi hermana. La culpa y la vergüenza me


golpean cuando miro su cara llena de lágrimas.

~ 132 ~
- Lo siento, - le digo a Denny al mismo tiempo que ella dice: - Lo siento
mucho. - Ambos comenzamos a lanzarnos el uno al otro antes de ponernos
serios. Sin esperar, la envuelvo fuertemente en mis brazos, exprimiéndole la
vida. La he echado tanto de menos. Siento como si me hubiera distanciado de
ella desde que me mudé. Una de las razones por las que lo hice fue por nuestra
"mamá". Me sentí culpable dejándola allí sabiendo el monstruo que era nuestra
madre. No fue hasta el secuestro, sabiendo la parte de nuestra madre en ello, que
me sentí realmente avergonzado. Había estado tan concentrado en mi trabajo, en
seguir adelante, que no me acercaba a ella a menudo. Me alegro de que
tengamos esta segunda oportunidad.

- Gracias por venir, - le digo a través de la sequedad de mi garganta. Debe


haberle costado mucho venir aquí con lo que siente por Kennedy. - Sé lo que
sientes por Kennedy, pero aún así viniste, - comienzo.

- Ella es de la familia, - dice deteniéndome. -Estaba siendo egoísta e infantil


y nunca debí haber reaccionado de la manera en que lo hice. Fue desafortunado.
Le dije a Kennedy que lo sentía y lo siento. Pero también lo siento por ti. La
forma en que me comporté, - dice moviendo la cabeza como si estuviera
recordando su comportamiento.

- Está bien. Ya se ha acabado. Me alegro mucho de que estés aquí, - me


ahogo antes de abrazarla de nuevo.

Ella se ríe en mi oído antes de susurrar: - Cuídalas.

- Lo haré, para siempre, - sonrío, besando su mejilla y retrocediendo.

- Nos quedamos en un hotel no muy lejos de aquí. El puente está todo


inundado y las carreteras siguen estando mal. No quiero arriesgarme a que nos
estrellemos, - me dice, y empiezo a sentirme mal de que tenga que pasar la
noche lejos de Hope. Sé que debe ser difícil para ella. Me mataría pasar una
noche lejos de Immy ahora que la tengo en mi vida. Ahora puedo entender por
qué mi hermana luchó tan ferozmente para mantener a Hope. Yo haría
exactamente lo mismo por Imogen.

- Ve a descansar. Hablaré contigo mañana, - sonrío, listo para volver a entrar


con Kennedy e Immy.

~ 133 ~
La veo caminar por el pasillo en los brazos de Mason. Es entonces cuando
me doy cuenta de la suerte que tengo de tener la hermana que tengo. Ella podría
ser molesta como otras hermanas que conozco a través de mis compañeros, pero
no lo es. Es todo lo contrario. Siempre ha sido comprensiva y más vieja que sus
años. Se ha abierto camino a través de algunos tiempos difíciles y realmente la
admiro por ello.

Cuando ya no están a la vista me vuelvo a la puerta que guarda mi futuro.

Entrando en la habitación, Nan ha encontrado la bolsa de ropa que Lexi


empacó y actualmente está en medio de cantarle a Immy mientras la cambia al
final de la cama de Kennedy. Ninguna de ellas me escucha entrar, así que me
tomo tiempo para asimilarlo todo. Cómo mi vida se convirtió en esto en tan
poco tiempo es una locura, pero una cosa es segura, no lo cambiaría por nada en
el mundo.

La puerta se abre detrás de mí y me saca de mis pensamientos. Nan y


Kennedy se sobresaltan al oír el sonido y al verme ya de pie allí. Sonrío
tímidamente antes de apartarme del camino de la enfermera. Ella entra cargando
una botella y empujando una cuna y yo sonrío.

- He cogido esto de la sala de maternidad. Está bien que Imogen se quede


aquí contigo y tu prometido, - la enfermera sonríe y yo miro a Kennedy,
preocupada por cómo reaccionará al oír que me llaman prometido. Está a punto
de abrir la boca para decirle a la enfermera que no nos vamos a casar, ya lo veo.
Así que antes de que pueda soltar algo, interrumpo groseramente.

- Gracias. Es muy amable y comprensivo de tu parte. Lo apreciamos,


¿verdad, cariño? - digo que antes de avanzar hacia Kennedy. Me está mirando
con la boca abierta, pero no se puede negar la chispa en sus ojos al oír que la
llaman mi prometida. Me hace muy feliz ver que no está disgustada por ello.

Tomando asiento en la silla junto a la cama, la acerco lo más posible a


Kennedy, tomando su mano en la mía. Cuando Nan camina alrededor de la
cama y me da una Immy vestida, sonrío. Ella está completamente despierta
ahora y sus grandes ojos azules me miran fijamente.

- Tengo que ir a registrarme a un hotel. La radio ha estado dando avisos de


inundación todo el día, así que no creo que vuelva esta noche. Voy a hacer la
reserva y luego a buscar algo de comida. ¿Quieren que les traiga algo? La

~ 134 ~
comida del hospital no es tan buena. Mi amiga Doris se sacó la vesícula biliar no
hace mucho tiempo aquí, y dijo que la comida era suficiente para poner a
alguien en el hospital, - dice, sonando disgustada con la comida.

- Por favor, - sonrío, agradecido de que lo haya pensado. Ignoro su


comentario sobre la comida del hospital, no queriendo escucharla entrar en otro
de sus despotriques. En cambio, tomo el biberón que la enfermera dejó en el
regazo de Kennedy y comienzo a alimentar a Immy.

Ahora, lavada y vestida con ropa limpia, Immy está más feliz. Se traga el
biberón como si no le hubieran dado de comer, pero luego aprieto los dientes
cuando me doy cuenta de que no lo han hecho. La única fuente de alimento que
ha tenido es lo que tenía en casa de Mel, y la intravenosa que le pusieron. Podría
haberse muerto de hambre.

¡Mierda! Podríamos haberla perdido hoy. La idea me da coraje.

La puerta se cierra detrás de la enfermera y miro a Kennedy preguntándome


si se ha dormido. Ha estado muy callada desde que volví a la habitación y me
pregunto si me culpa de todo, pero en cambio, la encuentro mirándome con una
mirada que no puedo descifrar.

- ¿Por qué creen que soy tu prometida?, - pregunta en voz baja. Un rubor
rosado se eleva en sus mejillas y ella mira hacia otro lado por una fracción de
segundo antes de que sus ojos lleguen a los míos nuevamente.

- Porque lo eres, nena. No tienes elección en este asunto: sería enormemente


apreciado si estuvieras de acuerdo, y tan pronto como estés lo suficientemente
bien, nos casaremos.

- ¿Nos casaremos? - ella respira y sus ojos empiezan a lagrimear.

- Sí, nena. Nos estamos casando, - le digo más suave esta vez, dejándole ver
lo jodidamente honesto que estoy siendo ahora mismo. Quiero que me
pertenezca de todas las maneras posibles.

- Pero... Pero no nos conocemos desde hace tanto tiempo, - me dice,


tratando de protestar. Sus palabras no tienen ningún peso, así que sé que ella
quiere esto tanto como yo.

~ 135 ~
- Nena, sabía desde el día que te conocí que me iba a casar contigo. Sólo que
me tomó hasta hoy para darme cuenta de eso.

- Te amo, - dice ella, soltando un sollozo mientras trata de darme una


pequeña sonrisa.

- Yo también te amo, nena. Ahora descansa un poco. Tenemos una


eternidad.

~ 136 ~
EPÍLOGO

KENNEDY

Aquí hay un adelanto de lo que vendrá en la novela de Max, el cuarto


libro de la serie Carter Brothers, pero desde el punto de vista de Kennedy.

¿Qué demonios es ese horrible sonido? Me zumban los oídos, o podría ser
un teléfono, no estoy segura.

Lo que sí sé es que no volveré a beber nunca más. ¡Nunca! Y quiero decir


nunca, nunca. Odio el alcohol y a partir de hoy no volveré a beberlo ni a
socializar con él. El alcohol y yo no somos amigos, en absoluto.

Lo de anoche está completamente borroso. Me vienen a la mente pequeñas


partes, pero nada que explique por qué siento que me estoy muriendo. Me siento
como si me hubiera atropellado un camión otra vez.

- Nena, vas a despertar a Immy con tus gemidos, - mi marido se ríe, y yo me


escondo más en la almohada. Y sí, dije marido.

Evan cumplió su palabra y tan pronto como estuve mejor me llevó a una
oficina de registro donde nos casamos. Todavía tengo el yeso en las fotos de mi
boda, pero no me importa. Lo único que me importaba ese día era casarme con
Evan. También conseguimos su nombre en el certificado de nacimiento de
Imogen y nos las arreglamos para cambiarle el apellido.

Todo es perfecto.

Nunca he estado tan enamorada de alguien como lo estoy de él.

Pero ahora mismo quiero echarlo de la cama. En realidad me falta mi yeso,


me vendría bien ahora mismo para echarle a patadas.

- Deja de hablar, - refunfuño, haciendo pucheros en la almohada.

- Nena, - se ríe, sacudiendo mis hombros. Eso causa una ola de náuseas que
asalta mi estómago y yo gruño.

Después de que todo se arreglara entre Denny y yo, y Evan y Denny, se

~ 137 ~
convirtió en un nuevo elemento de mi vida. Me ha declarado su hermana, pero
por cómo me siento esta mañana, no es mi hermana.

Anoche fue la despedida de soltera de Denny, de ahí la razón de mi gran


resaca. Evan se saltó la despedida de soltero porque no quería que nadie más
vigilara a Imogen.

Aunque ninguno de los dos culpamos a Melanie de que se hayan llevado a


Imogen, ambos acordamos cuidarla nosotros mismos. Sólo hasta que el recuerdo
de lo que le pasó a Immy no esté tan fresco en nuestras mentes y nos sintamos
cómodos dejándola con otra persona. Melanie siente remordimiento por lo que
pasó, pero está de acuerdo en que no podría manejar el cuidarla de nuevo. Lo
que pasó la asustó más de lo que pensábamos. Ahora está mejorando, pero aún
así, después de ocho semanas, esperaba que nos visitara más o que nos dejara
visitarla.

El timbre empieza a sonar de nuevo y yo gruño en la almohada, deseando


que el ruido se detenga.

- Nena, es Denny. Ya ha llamado mil veces esta mañana.

Moviendo la cabeza me estremezco ante la luz de la habitación y entrecierro


los ojos en Evan mientras me da el teléfono. Se ríe, besando mi frente.

- Te traeré un café, - susurra antes de levantarse de la cama. Observo


distraídamente mientras se aleja, con su culo apretado tensándose en sus
calzoncillos.

Infiernos, mi marido está caliente.

- Ya no somos amigas, - refunfuño al teléfono, sintiendo que la habitación


sigue girando a mi alrededor.

Denny grita al teléfono y yo me lo quito de la oreja, haciendo un gesto de


dolor por el sonido. - Cálmate y deja de gritar, - grito, pero me estremezco ante
el dolor que se dispara en mi cráneo.

- Necesito tu ayuda, o la de alguien. Creo que engañé a Mason, - grita.

Al principio mi mente se sorprende de que ella lo engañara, pero luego

~ 138 ~
recuerdo vagamente que el propio Mason se la llevó a algún lugar.

- No, no lo has hecho. Te llevó a casa, ¿no?

- No lo sé. No está aquí. Estoy caminando hacia la casa de Joan ahora. No


puedo creer que lo haya engañado. Nunca haría esto. Ni siquiera puedo recordar
la última noche. ¿Qué demonios pasó? ¿Por qué me desperté usando la mitad de
un traje de prostituta de cuero, y cómo diablos me hice un maldito tatuaje? -
llora histéricamente.

Gimoteo por el teléfono, sin recordar nada. Cada vez que una imagen
aparece en mi mente es borrosa. No sé qué es real y qué no.

- ¿Tienes un tatuaje? - grazno, mi voz está seca y ronca.

- Sí, en realidad es realmente impresionante, pero ese no es el punto. No


recuerdo haber recibido la maldita cosa. Por favor, ¿qué hicimos anoche?

- Honestamente no lo sé, Denny. Recuerdo los desafíos, - le digo y no puedo


evitar reírme de su declaración de prostituta. - ¿De verdad te has puesto un traje
de prostituta?

- Kennedy, no es gracioso, - llora. - Llevo cuero. Maldito cuero. Soy una


madre, por el amor de Dios. ¿Qué demonios hemos hecho? Espera, tengo un
mensaje.

La oigo apretar los botones de su teléfono antes de que se ría a carcajadas.

- Oh, Dios mío. Nunca vas a creer esto, - se ríe.

- ¿Qué? pregunto, preguntándome qué podría ser peor que hacerse un


tatuaje y despertarse usando cuero.

- Max... - se ríe, luchando por respirar. - Ha sido arrestado... otra vez. Lo


encontraron caminando desnudo por la granja Hawthorn, - se ríe y yo empiezo a
reírme con ella.

¿Qué demonios hicimos anoche?

~ 139 ~
Otros libros de Lisa Helen Gray

Si te gustó la historia de Evan, asegúrate de revisar los otros libros de la serie


Carter Brothers.

‒ Malik ~ Libro uno (libro de Malik y Harlow)


‒ Mason ~ Libro dos (libro de Mason y Denny)
‒ Myles ~ Libro tres (libro de Myles y Kayla)
‒ Evan ~ Libro 3.5 (libro de Evan y Kennedy)
‒ Max ~ Libro cuatro (libro de Max y Lake)
‒ Maverick ~ Libro cinco (libro de Maverick y Teagan)

~ 140 ~
Notas de la autora
Nunca tuve la intención de escribir el libro de Evan. Cuando empecé a
planear la serie de Carter Brothers, Evan ni siquiera se me pasó por la cabeza.

Luego publiqué Mason y tuve a mucha gente preguntándome si Evan iba a


tener su propio libro. Me hizo pensar de inmediato. Ya habíamos descubierto
que había algo entre Evan y su vecina de al lado, Lexi, pero yo quería algo más
para él.

Llegó Kennedy.

Ella vino a mí en un sueño y yo amaba tanto su personaje que decidí


dársela a Evan.

Después de eso, toda la historia se unió por sí sola.

No quería escribir una novela completa para Evan debido al hecho de que
esta es una la serie de los hermanos Carter, así que terminé yendo por una
novela.

Honestamente espero que mis lectores disfruten de su libro, y estén


deseando leer el de Max. Estos personajes se han convertido en una parte tan
importante de mi vida que siento que a veces vivo con ellos. Incluso mis hijos
me preguntan qué es lo que he planeado para ellos.

Quiero agradecer a todos los que me han apoyado, que me ayudaron a crear
este libro. Charlotte por quedarse a mi lado, y siempre escuchar todo lo que
tengo que decir.

Quiero agradecer a mi equipo beta por siempre leer y darme algunos


consejos fantásticos. Ustedes han estado conmigo casi desde el principio, y son
tan parte de este viaje como cualquiera. ¡Ustedes son lo máximo!

Y gracias al miembro más nuevo del equipo, Elisia Goodman. Ella

~ 141 ~
literalmente me salvó el culo en más de una ocasión desde que la contraté en
diciembre. Trabajó todo el día para ayudarme a conseguir que Myles y Evan
terminaran a tiempo. Tuvimos algunos reveses pero todos han sido realmente
comprensibles.

Entonces a mis compañeros lectores...

No sé ni por dónde empezar. Un minuto estaba escribiendo por diversión...


y luego al siguiente, me auto-publico... y tengo tantos seguidores que ni
siquiera sé qué hacer conmigo misma.

Muchos autores estarán de acuerdo y dirán que nunca esperaron llegar tan
lejos, pero con la mano en el corazón, honestamente no creí que vendería diez
libros y mucho menos la cantidad que hago. Ha sido tan abrumador que a veces
nada de esto se siente real. Tengo lectores que me envían un correo electrónico,
diciéndome que los he hecho llorar, que les encanta mi trabajo y no pueden
esperar a que el próximo libro de la serie sea publicado. Hago todo lo posible
por responder a todos los que me escriben, y a reconocer a todos los que
escriben una crítica, buena o mala. Es increíble que se tomen ese tiempo de sus
vidas, para escribir una reseña sobre mí, es increíble. Es surrealista.

Así que gracias. Han hecho mi sueño realidad y continúan dejando que se
haga realidad con cada libro mío que compran y leen. Significa todo para mí.

~ 142 ~
Sobre Lisa

Lisa Helen Grey es una de las autoras más vendidas de Amazon con las
series Forgotten y Carter Brothers.

Le encanta pasar el rato, pero sobre todo, acurrucarse con un buen libro o
ver películas. Cuando no está siendo madre, es escritora y bloguera.

Le encanta escribir novelas románticas, las que tienen un "felices para


siempre" y tiene una cosa por los machos alfa.

Sólo una chica ordinaria rodeada de libros extraordinarios

Oye, si no lo has hecho ya, asegúrate de ir a sus redes sociales y dales un


like.

~ 143 ~

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