Las Almas Del Purgatorio
Las Almas Del Purgatorio
Las Almas Del Purgatorio
pues por esas faltas expían allí con tan terribles castigos: infidelidades a la gra-
cia, descuidos y negligencias voluntarias, faltas cometidas por apego a las crea-
turas, ausencia de la debida vigilancia…
• Una tercera lección: las almas del Purgatorio nos están estimulando a amar Sed imitadores míos 5. Fiestas del Santoral
a Dios con todo nuestro corazón, con toda nuestra mente, con todas nuestras
fuerzas, como lo hacen ahora ellas que se dan cuenta que Dios lo es todo, y lo
demás no es nada.
• Cuarta lección: el amor de la cruz y de los sufrimientos, que nosotros evi-
tamos tan cuidadosamente. ¡Qué gracia nos hará Dios aceptándonos en el Pur-
gatorio, permitiéndonos en él sufrir algo por El, ya que tan cobardes habremos La Iglesia, durante todo el mes de noviembre, después de haber honrado y
sido para sufrir algo en esta vida! ensalzado a sus hijos del cielo, e invocado su intercesión, no quiere olvidar a sus
• Quinta lección: obligación en que estamos de socorrer a estas pobres almas. hijos del Purgatorio. A ello dedica la Conmemoración de los Fieles Difuntos, y
Santo Tomás dice que la práctica de las obras de misericordia se regula en fun- da indulgencias especiales durante los primeros ocho días de noviembre, y con-
ción de dos principios: el primero, la unión de un alma con Dios; el segundo, la sagra todo este mes a rogar por las almas de los difuntos. Por lo que a nosotros
necesidad a que esta alma se encuentra expuesta. Pues bien, las almas del Pur- se refiere, tres motivos nos han de llevar a interesarnos por estas santas almas:
gatorio, que reúnen las dos condiciones, son las más dignas de nuestra miseri- 1º Ante todo, porque son almas necesitadísimas de nuestra misericordia y de
cordia, de nuestra ayuda, de nuestros sufragios. nuestros sufragios: «Estaba en la cárcel, y me visitasteis».
Pidamos a las almas del Purgatorio la gracia de aprender todas estas leccio- 2º Luego, porque un día nos tocará encontrarnos con ellas en el Purgatorio
nes, para que, pensando frecuentemente en ellas en esta vida, y practicando con (si así nos lo concede la bondad de Dios), razón por la cual nos interesa enorme-
ellas una misericordia generosa, recibamos del Señor el mismo trato cuando nos mente saber qué es de esas almas, cuál es su estado, cómo las trata Dios…
toque estar en ese lugar de purificación.1 3º Finalmente, porque muy a menudo imaginamos el Purgatorio como el lu-
gar de la justicia de Dios, de una justicia inflexible, de una justicia sin miseri-
cordia: cuando, en realidad, es al contrario una invención de la misericordia de
No me mueve, mi Dios, para quererte Dios, aunque se trate de una misericordia en la que el hombre ya no puede me-
El cielo que me tienes prometido; recer y debe reparar por todos los pecados de su vida.
Ni me mueve el infierno tan temido
Para dejar por eso de ofenderte. Detengámonos en este último punto, considerando las tres razones por las
que en el Purgatorio se manifiesta la misericordia divina: • primero, en el amor
Tú me mueves, Señor; muéveme el verte que las tres divinas Personas tienen a esas benditas almas; • segundo, en el amor
Clavado en una cruz y escarnecido; y conformidad que esas almas tienen para con Dios; • tercero, en el mismo su-
Muéveme ver tu cuerpo tan herido; frimiento que tienen que soportar estas almas.
Muévenme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera, 1º Amor de Dios por las almas del Purgatorio.
Que aunque no hubiera cielo te amara
Y aunque no hubiera infierno te temiera. Ante todo, la misericordia de Dios para con esas almas se manifiesta en la
predilección que la divina Providencia manifestó para con ellas. El Señor se las
No me tienes que dar porque te quiera; eligió de tal manera, que les concedió la gracia de la perseverancia final, y se las
Pues aunque cuanto espero no esperara, adquirió para siempre: son almas definitivamente salvadas. Y por eso, ahora en
Lo mismo que te quiero te quisiera. el Purgatorio, la Santísima Trinidad mira a cada una de estas almas sufrientes
con un inmenso amor:
© Seminario Internacional Nuestra Señora Corredentora • Dios Padre las contempla resplandecientes de la Sangre de su Hijo, precio único
C. C. 308 – 1744 Moreno, Pcia. de Buenos Aires y preciosísimo de su salvación, y las mira y ama infinitamente en su Hijo crucificado
FOTOCÓPIAME – DIFÚNDEME – PÍDEME a: [email protected] y glorioso.
Hojitas de Fe nº 11 –2– FIESTAS DEL SANTORAL FIESTAS DEL SANTORAL –3– Hojitas de Fe nº 11
• Dios Hijo se alegra de verlas sumergidas en la voluntad de su Padre, en un con- tencias en la leña: echa humo, la llama chisporrotea: son las almas del Purgatorio,
sentimiento total al amor del Padre. que son progresivamente asimiladas por la caridad de Dios, hasta que desaparezcan
esas resistencias.
• Dios Espíritu Santo realiza en ellas los últimos toques del trabajo de santificación
y perfeccionamiento sobrenatural, a través de la dolorosa purificación a que las • Y si las almas se mantienen tenazmente aferradas a su pecado, entonces el fuego de
somete: las mira con una infinita complacencia, y se derrama abundantemente en la caridad divina trabaja sobre ellas como sobre leña incombustible: con violencia
ellas con sus dones y gracias. suprema, sin lograr transformarlas en Dios: son las almas del infierno.
En definitiva, las almas del Purgatorio son hijas queridísimas de la Miseri- Así, pues, las almas del Purgatorio sufren inmensamente. Su misma vida es-
cordia divina: están destinadas a ser las joyas eternas de la Jerusalén celestial. piritual les inflige este sufrimiento. En efecto, para almas que aman perfecta-
mente a Dios, que están perfectamente limpias y abrasadas por la caridad divina,
2º Amor que estas almas tienen a Dios. totalmente entregadas al amor que las posee, que las atrae y que quiere darse en
plenitud, verse impedidas de alcanzarlo y de poseerlo plenamente es un sufri-
El segundo efecto de la misericordia de Dios con las almas del Purgatorio es miento indecible; es una dolorosa languidez de amor, un exilio lejos del Amado,
el don de una intensa y perfecta vida espiritual, cual no podríamos imaginarla en un devorante deseo de poseerlo; es igual que una espera infligida por su misma
esta tierra, salvo en los santos más grandes. Y es que, a diferencia de nosotros: conducta: llegó el Amado y no estaba lista…
• Su fe no es como la nuestra, vacilante y frágil, que se deja tan fácilmente seducir A ello vienen a añadirse otras penas secundarias, según la condición de cada
por las creaturas: esas almas se encuentran fijas en Dios, sólo lo miran y consideran alma, como pueden ser: conocimiento perfecto de sus faltas e infidelidades, que
a El, y su fe llega, a través de las pruebas del Purgatorio, a los mayores desprendi- mucho deploran; remordimientos por las gracias desaprovechadas o despilfarra-
mientos y renuncias de sí. das; sufrimiento de estar allí olvidadas y separadas de sus parientes; espera an-
• Su esperanza es firmísima: saben que se han salvado para siempre, que ciertamente siosa de su liberación del Purgatorio, que no saben cuándo tendrá lugar.
poseerán el cielo, y que ya no pueden perder a Dios por el pecado. Pero, entendámoslo bien, a causa de su perfecta conformidad con la voluntad de
• Y su caridad es ardentísima, hasta el punto de convertirse en la principal actitud Dios, las almas del Purgatorio agradecen a Dios (¡y cuánto!) estos sufrimientos, y
de esas almas, por la que son purificadas: suspiran por Dios, lo aman como su todo, los aman para abandonarse a la voluntad de Dios. Dos son los motivos de este amor:
y con todas las energías de su ser. • El primero es que las almas del Purgatorio no querrían por nada del mundo pre-
Esta vida espiritual es tan perfecta, que produce en ellas una conformidad sentarse ante Dios en el estado en que se encuentran; y si Dios no les diese la opor-
perfectísima con las voluntades de Dios: su abandono en Dios es perfecto, y tunidad de purificarse en el Purgatorio, jamás se atreverían a comparecer en su
presencia, conscientes como son de su indignidad; y por eso, viendo cómo estos su-
produce en ellas un ordenamiento de todos sus anhelos, de todos sus afectos, de frimientos las limpian, las purifican, las hermosean, los aman con todo su corazón,
todos sus deseos. como puede un santo en esta vida amar la cruz.
3º Sufrimientos de estas almas. • El segundo es que las almas del Purgatorio quieren adquirir la semejanza con
Jesús Crucificado que no supieron adquirir en esta vida.
El tercer efecto de la misericordia de Dios para con estas almas son los mismos
sufrimientos con que las purifica. Por decirlo de algún modo, Dios es un fuego Conclusión.
devorador, y este fuego, por misericordia, quiere comunicarse a las almas para
convertirlas en Sí mismo; y las almas son como la madera que ese fuego enciende. Muchas son las lecciones que nos dan las almas del Purgatorio. No olvidemos
Según la condición de las almas, este fuego tendrá diferentes acciones y efectos: que si ellas están en ese lugar de purificación, es por no haber cumplido obliga-
ciones que también nos incumben a nosotros.
• Si las almas son ya perfectas, y son en todo semejantes a Dios, el fuego de la caridad
divina trabaja en ellas como sobre leña ya perfectamente consumida: se ha conver- • Y primero es corresponder al amor que Dios nos tiene a nosotros. Si tantas
tido en brasa, en la que el fuego ejerce su acción silenciosa y calmamente, como iden- veces ofendemos a Dios, es porque no somos conscientes, por nuestra culpa, ni
tificándose con ella: son las almas glorificadas. del amor que Dios nos tiene, ni de la majestad inmensa de Dios, a quien toda
• Si las almas son santas, pero tienen cosas que purgar, el fuego de la caridad divina
culpa ultraja.
trabaja en ellas como sobre leña húmeda: le va comunicando progresivamente sus • Por eso, otra lección que nos dan las almas del Purgatorio es comprender la
cualidades de fuego, pero con violencia, con dolor diríamos, porque encuentra resis gravedad del pecado, incluso en sus manifestaciones más chicas, «veniales»,