Himnos Hispanomozárabes

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1.

In adventu Domini

Gaudete flores martyrum

¡Alegraos, primicias de los mártires; salud, pueblos


de la tierra! Dirigid vuestra vista por entre las
estrellas, esperad la señal de la gloria 1.

Resuenan ya las voces de los profetas que anuncian la


llegada de Cristo, preludio de la redención, de la
gracia que nos ha redimido.

Ved que resplandece nuestra aurora y nuestros


corazones se desbordan de alegría, al son de una voz
fiable que anuncia a quien es nuestra gloria.

Que la alegría de salvación tan grandiosa que fue la


redención del mundo nos inspire un cántico sublime
de acogida.

Esta fue la primera venida y no para castigar al


mundo sino para sanar sus heridas y salvar lo que
estaba perdido.

Y ahora la segunda venida nos advierte que Cristo


está a las puertas, para entregar a los santos la corona
y abrir los umbrales del reino de los cielos.

Ya aparece el astro salvador, promesa de una luz


perpetua y un fulgor deslumbrante nos convoca a la
herencia celeste.

Nuestro único deseo es contemplarte a Ti, Cristo,


Dios tal como eres, a fin de que esta visión dichosa
nos arrebate del abismo del infierno.
Para que cuando, oh Redentor, regreses rodeado de
los mártires con sus túnicas blancas, nos incorpores
plenos de gozo a esta dichosa asamblea.

2. Dominica prima adventus


Ad Laudes

Cunctorum rex omnipotens

Cuando el todopoderoso rey del universo vino para


salvar al mundo se revistió de un cuerpo mortal a
nuestra imagen.

Quien reina con el Altísimo se recluye en el vientre


de una Virgen para nacer en un cuerpo mortal y
romper las ataduras de la muerte.

Cuando llegó el salvador a redimir a quienes había


creado, los pueblos que estaban sumidos en las
tinieblas vieron el resplandor de la luz.

Aquel a quien en otro tiempo predijeron los profetas


en sus oráculos vendrá ahora en gloria a sanar
nuestras heridas.

Alegrémonos ahora en el Señor y también en el Hijo


de Dios, dispuestos a recibirlo el día de de su
advenimiento.

3. Dominica prima adventus


Ad Vesperas
Christi caterva clamitet

Estallen en cánticos los fieles cristianos en su


asamblea y entone las más grandes alabanzas en
honor del creador del universo por las gracias que ya
presiente próximas.

Cuando vino a redimirnos, el Unigénito del Creador


llevó a cumplimiento los oráculos que en otro tiempo
por inspiración divina anunciaron los profetas.

El Verbo, que vino a nosotros tomando nuestra


humana condición cargó con la culpa de nuestros
pecados y derrotó al príncipe de la muerte.

Nacido de mujer en el tiempo pero eterno por su


Padre, es persona única, la del Verbo, con naturaleza
dúplice.

Llega Dios hecho hombre para que el hombre viejo


renovado, renacido con el Dios que nace,
resplandezca con fe renovada.

Por el gozo de tal nacimiento las naciones renacidas


por la gracia celebran estas fiestas anuales con
desbordante alegría, orgullosas de su trofeo.

Que todos los aquí congregados celebren este


advenimiento con solemnes preces en espera del
triunfo de un día tan grande.

Para que cuando llegue el día del segundo


advenimiento y el orbe entero quede sumido en el
espanto, esta acogida humilde pero digna nos sirva de
esperanza.
4. Infra hebdomadam primam Adventus
Feria secunda ad Vesperas

Verbum supernum prodiens

Palabra procedente de lo alto que emergiste del Padre antes del


tiempo y nacido en el discurrir de la historia vienes para salvar el
mundo.2

Ilumina ahora nuestros corazones, inflámalos en tu amor y al


escuchar que tú llegas desechemos cualquier maldad.

Cuando llegues más tarde como juez a escudriñar lo íntimo del


corazón darás lo merecido a lo que ha estado oculto y el reino de los
cielos a los buenos y a los justos.

Que no nos dejemos oprimir por el mal debido a la gravedad de


nuestros pecados y que con los bienaventurados seamos partícipes de
la vida eterna.

Alabanza, honor, poder y gloria a Dios padre y al Hijo y con ambos


al Paráclito por los siglos de los siglos.

5. Infra hebdomadam primam Adventus


Feria IV ad Vesperas

Vox clara, ecce intonat

Ved que una voz resuena nítida y sacude la oscuridad; fuera las
quimeras porque Cristo ya brilla desde el cielo.

Que se recupere nuestro corazón entumecido por las heridas del


pecado. Resplandece un astro nuevo que va a borrar toda culpa.
Un cordero nos es enviado desde lo alto para saldar
desinteresadamente nuestras deudas. Unamos cánticos y lágrimas
implorando el perdón.

Para que cuando por segunda vez aparezca refulgente y el horror


envuelva el mundo entero, no nos castigue por nuestros pecados sino
que benigno nos proteja.

6. Infra hebdomadam secundam Adventus


Feria secunda ad Vesperas

A Patre unigenite 3

Hijo único del Padre, tú vienes a nosotros por mediación de una


virgen para santificarnos a todos con el rocío del bautismo y
regenerarnos por medio de la fe.

Descendió del cielo donde estaba y adoptó forma humana para


rescatar de la muerte al hombre que había creado y ofrecernos los
gozos de la vida eterna.

Te suplicamos, Redentor, que penetres propicio en nuestros


corazones y los ilumines con la resplandeciente luz divina.

Quédate con nosotros, Señor, y aleja la obscuridad de la noche;


limpia todos nuestros delitos y concédenos, piadoso, tus remedios.

Sabemos que tú ya viniste y creemos que volverás de nuevo.


Defiende con tu escudo tu reino glorioso.

Cristo, tú que eres la vida, la salvación y la verdad, protégenos a


quienes te suplicamos y que entonando con júbilo este himno,
derrotemos las pulsiones de la carne.
7. Infra hebdomadam secundam Adventus
Feria secunda ad Laudes

Ecce, salvator omnium

Ved que el salvador del mundo, el más deseado, cuyo natalicio que
ya fue anunciado por los profetas llega enseguida.

Limpiemos de inmundicia nuestros corazones, preparemos los


caminos del Señor, gritemos desde lo más profundo del alma: Ven,
Redentor, y sálvanos.

8. In Circuncisione D.N.
Ad Vesperas

Sacer octavarum dies 1

Hoy brilla el día santo de la Octava en el que como


dice la Escritura fue circuncidado Cristo según la
carne, que es eterno como el Padre e Hijo suyo por
generación y no por adopción.

Por obra del espíritu el vientre inmaculado de una


virgen se torna grávido, encinta se mantuvo virgen y
tras el parto permaneció intacta; el casto hijo escogió
por madre a una virgen sin tacha.

Luego el anciano Simeón lo tomó en sus brazos lleno


de alegría y al abrazarlo percibe gozoso la salvación
de Dios: puedes ya dejar que estos miembros
agotados descansen en paz.

Y también Ana, mujer ejemplar, que vivió en castidad


tras quedar viuda en sus años de juventud proclama
que aquel que lloriquea va a ser el rey del mundo.

En él llegó a cumplimiento la circuncisión de la Ley


antigua para mostrar que aquel que permaneciendo en
el seno de la Trinidad y fue creador del universo es
quien lleva a plenitud ambos testamentos.

9. Dominica ante Epiphaniam

Agni genitor Domine / Unigenite Domine 2

Señor, Hijo único del Padre, Verbo nacido de una


Virgen, concebido sin concurso de varón, señor de la
luz y fuente de la vida.

Sé nuestro salvador, hijo único de Dios; Cristo, tú que


eres nuestro guía atiende nuestras súplicas.

Fuiste enviado al mundo para salvarnos, para redimir


a los cautivos, para iluminar a los ciegos y desatar la
lengua de los mudos.

No nos abandones, Señor y creador del universo;


compadécete propicio de nosotros, tú que no quieres
que nadie se pierda.

Señor, tú que riges el mundo, salvador unigénito,


protégenos de la muerte presa de tus dulces lazos.

Que el Señor Jesús cuide de nosotros, que arraigue


nuestra fe; lejos el poder de Satanás; que no sea capaz
de arrastrarnos con él.
10. Primo die Ieiuniorum
Kalendis Ianuariis

Benignitatis fons, Deus

Dios fuente de bondad, bondad sin


límite que supera todo mal, siempre
misericordioso y bondadoso y bondadoso
por siempre.

Fustigamos nuestros atribulados


corazones, nos damos lastimeros golpes
de pecho, derramamos lágrimas y
hacemos palidecer nuestras mejillas.

Mucho nos arrepentimos de nuestros


pecados infames y abominables
Confesamos todos nuestros delitos,
nuestras miserias y maldades

A voz en grito te lo pedimos diciendo:


perdónanos, Señor, y gimiendo te lo
suplicamos: perdona nuestros pecados.

Que tu ira no consuma a los afligidos ni


tu castigo abrume a los abatidos. Corre en
consuelo de los contritos y concédenos la
alegría.

Gloria y copiosas gracias a Dios eterno,


que gobierna el devenir del tiempo y
reina desde antes de los siglos.
11. Feria secunda post Oct.
Epiphaniam
In Laudibus

Fulgentis auctor aetheris

Creador del cielo resplandeciente que


con criterio preciso fijaste que fuera la
luna la lumbrera de la noche y que el sol
rigiera el curso de los días.

Desaparece ya la obscuridad de la noche


y el mundo recobra su claridad; un ánimo
renovado va a guiar nuestras tareas
haciéndolas gratas.

El día que recién llega nos advierte que


han de resonar tus alabanzas y el aspecto
del cielo más benigno sosiega nuestros
corazones.

Evitemos cualquier desliz, rehúya el alma


la maldad, que nuestro actuar no mancille
nuestras vidas ni la culpa comprometa
nuestra lengua.

Y mientras el sol va forjando el día, que


rebose la fe que nace interior, que la
esperanza en las promesas nos anime y
que nos mantengamos unidos a Cristo por
la caridad.
Hymnodia Gotica, p. 69; Breviarium Gothicum, f.
96.
12. Feria secunda post Oct Epiphaniae
Ad Vesperas

Christe, salvator omnium

Cristo, salvador universal y Dios


glorioso de los cielos, ahora que declina
el día a ti que eres glorioso, te
suplicamos.

Ya el sol al venirse la tarde avanza hacia


poniente y siguiendo su órbita establecida
va cubriendo el mundo de tinieblas.

Que el sosiego de la noche, Dios excelso,


nos acoja a nosotros tus siervos
suplicantes, agotados como estamos por
el esfuerzo del día.

Que la luz del siglo 6 no nos ofusque la


mente sino que protegidos por tu gracia
lleguemos a ver la luz de la felicidad.

 
Hymnodia Gotica, pp. 69-70; Breviarium
Gothicum, f. 97.

13. Feria tertia post Oct, Epiphaniae


In Laudibus
Deus aeterni luminis 7

Oh Dios, claridad inefable de la luz


eterna, que vendrás como juez en el
último día y escrutas lo que está oculto en
el corazón,

Tú sostienes el reino de los cielos y estás


entero en el Verbo; por medio de tu Hijo
todo lo gobiernas y de ti procede el
Espíritu Santo.

Tu nombre es trino, profundo misterio,


eres el único todopoderoso y por el signo
admirable de la cruz gobiernas la
inmensidad del cielo.

Tú eres el hacedor del mundo, sentado


como juez en el séptimo trono, que
abajándote viniste a padecer por nosotros.

Tú eres el omnipotente señor de los


ejércitos, tú el Hosanna en las alturas,
admirable es tu alabanza, tú eres rey, la
resurrección primera.

Tú alientas nuestra fe y miras la


pequeñez. Tu trono está en lo alto y se te
prestan honores divinos.

A Cristo y a Dios padre eterno con el


Espíritu Santo cumplamos nuestros votos
por los siglos de los siglos.
 
Hymnodia Gotica, p. 70; Breviarium Gothicum, f.
98.

14. Feria quarta post Oct. Epiphaniae


In Laudibus

Deus, pater ingenite

Dios Padre increado y tú, su Hijo


Unigénito, que junto con el Espíritu
Santo configuráis la unidad en la
Trinidad.

A ti nadie te invoca en vano y quien ama


la claridad de tu luz nunca eleva al cielo
su rostro sin que se escuchen sus
súplicas.

Tú, oh Dios, mira siempre benigno a


quienes por ti suspiran, bien sean las
súplicas de quienes te invocan bien los
corazones de quienes en ti confían.

La salida del sol nos recuerda que hemos


de darte las gracias que mereces y
proclamar tus alabanzas porque la noche
oscura quedó atrás.

Te suplicamos que el día sea favorable y


que tú que eres piadoso, Salvador
nuestro, alientes sin cesar nuestros actos
en la verdad.
Hymnodia Gotica, p. 71; Breviarium Gothicum, f.
101.

15. Feria quinta post Oct. Epiphaniae


In Laudibus

In matutinis surgimus

Al alba nos levantamos y cantamos


alabanzas a Dios y a Jesucristo el Señor
en la unidad de la gloria.

Unimos nuestros cánticos al coro de los


santos, humillamos nuestras cabezas,
doblamos la rodilla y confesamos
nuestros pecados.

Oremos a Dios sin tregua, derrotemos al


mal con el bien para mantener por
siempre la promesa con el fruto de la
penitencia.

Roguemos a Cristo y al Padre y al


Espíritu de ambos; que nos preste su
ayuda y rechace la perfidia del maligno.
Hymnodia Gotica, p. 71; Breviarium Gothicum, f.
103.
16. Dominica prima post Epiphaniam
In Laudibus

Altissimi verbum patris 8

Oh Cristo, Palabra del Altísimo hijo de


una virgen, dos veces nacido para nuestra
dicha, creador del hombre y tú mismo
hecho hombre.

Ya va discurriendo el día, envíanos tu luz


desde el cielo y al atardecer acepta
propicio y satisfecho nuestra acción de
gracias.

Al caer el sol te ofrecemos este sagrado


incienso para que tu luz celeste
resplandezca en nuestras tinieblas.

Mientras el sopor de la noche se apodera


de nuestra mente fatigada, lejos las
fantasías pecaminosas, que nuestro
corazón brille en su pureza.

Que la tentación de la carne no nos


arrebate el sosiego sino que nuestra
mente sólo a Ti te haga objeto de sus
sueños y sólo en Ti piense nuestro sereno
corazón.

Unamos las voces y los corazones y


cantemos a coro un himno a Cristo, al
Padre y al Espíritu y en su honor
entonemos una melodía que no tenga fin.
Hymnodia Gotica, pp. 71-72; Breviarium
Gothicum, f. 94.

17. Dominica secunda post


Epiphaniam
Ad Vesperas

O lux, beata trinitas

Oh Trinidad, luz dichosa y unidad


esencial, ahora que se desvanece el sol
resplandeciente, derrama tu luz en
nuestros corazones.

Llegan ya las horas de la noche,


concédenos el descanso y cuando el día
despunte pon en nosotros tus ojos,
Salvador Unigénito.

Desata, oh Cristo, nuestras ataduras;


limpia nuestras culpas, perdona en tu
piedad nuestros pecados y no tengas en
cuenta nuestros delitos.

Cristo Jesús todopoderoso, te pedimos


que nos escuches, te rogamos que nos
atiendas: líbranos de todo mal.

De mañana te alabamos con nuestros


cánticos, también te alabamos al caer la
tarde. Que nuestra sencilla alabanza sea
en tu honor por los siglos.
Hymnodia Gotica, p. 72; Breviarium Gothicum, f.
113.

18. Dominica secunda post


Epiphaniam
Ad Vesperas

Christe, lux mundi, salus et potestas 9

Oh Cristo, luz, salvador y señor del


mundo que colmas el día con los rayos
del sol y haces que la noche brille
pintando en ella un astro reluciente,

Para ajustar con pauta estable al mundo


entero forzado a alternar uno y otra y
hacer que desaparezcan todas las fatigas
con el don del descanso.

Ved que es la hora en que el sol declina y


que vuelve otra vez el ocaso y surge
desde el alto cielo el coro entero de las
estrellas.

Y nosotros cantándote con nuestras voces


en el fervor de esta liturgia entonamos
sagrados himnos y con todos nuestros
sentidos nos animamos a entonar
alabanzas en tu honor.

En honor a ti que todo lo gobiernas


ofrecemos este incienso y hacemos
resplandecer para el Señor esta sagrada
antorcha que desde lo más alto va
destilando como un néctar sus gotas
ardientes y perfumadas.

Para que atienda nuestras súplicas y nos


ofrezca remedio; que otorgue el perdón a
nuestros pecados, reponga nuestros
sentidos, apacigüe nuestros miembros
con el sosiego del descanso.

Y aunque se deslice la profundidad de la


noche cubierta de las espantosas tinieblas
del siglo, que nuestra mente resplandezca
pues que brilla en ella el amanecer de la
fe divina.

Que cesen nuestras culpas, que nuestro


frágil ánimo permanezca siempre
vigilante no sea que el tropel de
poderosos espíritus sin rumbo seduzca
nuestros sentidos.

Que nuestro corazón siga atento en el


letargo, que Cristo sea el objeto de
nuestros sueños, que siempre entone
salmos en honor del Señor y atienda
noche y día al canto de los himnos.

Gloria sea dada al Padre Eterno, gloria al


Hijo e igualmente al (Espíritu) Santo y
que entone por siempre con voz piadosa
el nombre de la trinidad.
19. Dominica prima Quadragesimae
Ad Vesperas

Alleluia, piis edite laudibus 1

Ciudadanos del cielo cantad aleluya en


vuestras santas loas, cantad a coro: por
siempre aleluya.

Vosotros, los habitantes de la luz eterna,


entonaréis también a coro: por siempre
aleluya.

Os acogerá la ciudad santa de Dios que


estalla en júbilo y hace resonar un
cántico: por siempre aleluya.

Estad alegres por su retorno y ofreced a


Dios cantos de gloria: por siempre
aleluya.

Tomad posesión victoriosos de la gloria


de la patria celestial donde sin cesar
suena una melodía: por siempre aleluya.

Allí con voz sublime resuena sin pausa


un himno gozoso en honor de su rey: por
siempre aleluya.

Es reposo para los fatigados, es alimento


y es bebida que mana sin cesar para
deleite de quienes regresan, el aleluya
perpetuo.

A ti, creador de todas las cosas, cantamos


con voz melodiosa un himno de alabanza:
aleluya por siempre.

Nuestras voces, Cristo que todo lo


puedes, celebran tu gloria diciendo en tu
honor: aleluya por siempre.
Hymnodia Gotica, pp. 74-75; Breviarium
Gothicum, ff. 137-138.

20. Infra hebdomadam primam


Quadragesimae
Feria tertia ad Vesperas

Christe, lumen perpetuum

Oh Cristo, luz perpetua de los astros y


brillo de las estrellas, ilumina nuestra
noche y conserva puros nuestros
corazones.

Que no caigamos en trampa alguna ni


sintamos el acoso del enemigo, que a
causa de la modorra no se emponzoñen
nuestros cuerpos.

Guarda, oh Cristo, con el mayor celo los


corazones de todos tus fieles y protégelos
con tu poder.

Para que nuestra alma te de gracias por


haber visto la luz propicia y por haber
cumplido en tu honor las promesas que
mereces, oh Trinidad.
Hymnodia Gotica, p. 76-77; Breviarium
Gothicum, f. 100.

21. Infra hebdomadam primam


Quadragesimae
Feria quinta ad vesperas

Christe, qui regis omnia

Oh Cristo, que todo lo gobiernas, con tu


Palabra alimentas nuestra carne e
iluminándola con la cruz, la guías hasta
Dios Padre.

Dando ejemplo a sus discípulos, desde el


árbol de la cruz hizo florecer la redención
del cuerpo. Sé tú, señor, nuestra alegría.
Hymnodia Gotica, p. 77; Breviarium Gothicum, f.
168.

22. Infra hebdomadam primam


Quadragesimae
Feria sexta in Laudes

Aeternae lucis conditor


Oh Creador de la luz eterna, tú que eres
todo claridad y todo día y que no percibes
la noche por ser tu naturaleza luz
perpetua.

Ya se retira la pálida noche ante la


llegada del nuevo día. Ved cómo el
lucero matutino cubre con un velo la luz
de las estrellas.

Con alegría abandonamos el lecho y te


agradecemos con nuestros cánticos que el
sol haya vencido la oscuridad de la noche
y el sol nos devuelva otro nuevo día.

Y ahora te suplicamos que los placeres de


la carne no se nos insinúen con la
blandura de sus arrebatos, que nuestro
corazón no sucumba ante las trampas del
siglo.

Que la ira no genere disensiones ni la


gula azuce nuestro vientre; que no nos
pueda el ansia de riquezas ni se apodere
de nosotros la torpeza de la lujuria.

Sino que durante todo el día actuemos


con sobriedad de mente, castidad de
cuerpo y fidelidad de espíritu, oh Cristo.
Hymnodia Gotica, p.77; Breviarium Gothicum, f.
170.
23. Infra hebdomadam primam
Quadragesimae
Feria sexta ad Vesperas

Christe, precamur, annue

Te suplicamos, oh Cristo, que atiendas


nuestra voces unidas a las lágrimas y
ahora que llega la noche acógelas
siempre benigno en tu piedad.

Que nuestros corazones te perciban en


sus sueños y que en su letargo te sientan
presente, que cuando claree el día puedan
cantar tu gloria eterna.

Concédenos una vida saludable, renueva


nuestro fervor y que tu claridad ilumine
las negras sombras de la noche.

Con himnos cumplimos nuestras súplicas


y pedimos una santo atardecer que salde
nuestras culpas y nos muestre tus
mandatos.
Hymnodia Gotica, p. 78; Breviarium Gothicum, f.
173.

24. Infra hebdomadam primam


Quadragesimae
Sabatto in Laudes
Deus, creator omnium / Lucis auctor et
diei

Oh Dios creador de todas las cosas,


autor de la luz y el día, purifica, buen
Jesús, los corazones de todos tus fieles.

Que resplandezca, oh Cristo nuestro


cuerpo que es tu habitáculo, obra de tu
diestra y cobijo del alma.

Y que Tú mismo compraste al precio de


tu propia sangre y con tu muerte
voluntariamente aceptada ganaste las
almas para Dios.

Alégrese la debilidad de nuestra carne y


también el hombre interior de haber
vencido las tinieblas de la noche con el
resplandor de la luz eterna.

Por la gracia de este día concédenos,


Señor, que disfrutemos sin tacha de tu
perenne protección.

Gloria sea dada al Padre y a su único


Hijo con el Espíritu Santo Paráclito por
los siglos de los siglos.
Hymnodia Gotica, p. 78; Breviarium Gothicum, f.
175.
25. Dominica secunda Quadragesimae
Ad Vesperas

Auctor luminis, filius Virginis 2

Creador de la luz, hijo de una Virgen,


Padre de tu madre e hijo del Padre que
devolviste la vista a un ciego que sentado
pedía unas monedas.

Sentado estaba el ciego agobiado por las


tinieblas. Fue designio de Aquel que
naciera ciego a fin de que todos los
creyentes constataran su poder.

Feliz está el ciego de recobrar la vista


tras recibir la visita de sanador tan
sublime, aquel que había sido enviado
por el Padre a limpiar el pecado del
mundo.

Los judíos dijeron a coro: Que vengan


sus padres. A ellos preguntaron: ¿Quién
le devolvió la vista a este que era ciego
de nacimiento?

Sus padres manifiestan ante los judíos


que era ciego desde el vientre de su
madre, que ya tenía edad, que le
preguntaran a él y que diría la verdad.

El ciego que había sido curado da fe de


que se le había acercado un gran profeta
que con su poder le había iluminado la
vista y el corazón.

Que había hecho un poco de barro con su


saliva santa y con él untó lo que le cubría
ojos: me ordenó que fuera a lavarme a la
piscina de Siloé y allí recobré la luz.

Gloria eterna a la Trinidad, gloria al


Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Que
nuestras piadosas voces entonen por
siempre el nombre del dios trino.
Hymnodia Gotica, p. 79; Breviarium Gothicum, f.
178.

26. Dominica secunda Quadragesimae


In secundis Vesperis

Deus, qui certis legibus

Oh Dios que con pauta estable separas


el día de la noche para que el sueño con
su sosiego libere nuestro cuerpo de sus
preocupaciones.

En medio de la esquiva noche te


suplicamos que la luz de la fe ilumine
nuestra mente mientras la domina el
sopor.

Que el artero enemigo no importune


nuestros corazones con deleites lascivos
recurriendo a la intimidad de la noche
para las lisonjeras pasiones de la carne.

Que ningún temor ni inquietud se insinúe


en nuestros sentidos a fin de que
imágenes engañosas no se burlen de
nuestra mente distraída.

Que cuando nos rinda el profundo sueño


que desconoce preocupaciones, no se
duerma la fe y que nuestros sentidos en
vela hagan de ti el objeto de sus sueños.
Hymnodia Gotica, p. 80; Breviarium Gothicum, f.
182.

27. Dominica tertia Quadragesimae


Ad Vesperas

Christe inmense, dominator sancte /


Custodi plebem, quam tu redemisti 3

Dios infinito cuyo señorío es santo, vela


por el pueblo que tú redimiste y que tú
mismo salvaste con tu preciosa sangre.

Bien resplandece lo que el Señor hizo en


Betania. Se llegó a casa de Lázaro a
quien resucitó y así manifestó su gloria.

María quedaba en casa a la espera; fue su


hermana Marta cuya piedad no conocía
límites quien salió a su encuentro y se lo
dijo.

Se presenta el maestro, las hermanas se le


acercan llorosas y manifestado su fe en
Cristo se hacen merecedoras de ver a su
hermano otra vez vivo.

Junto al sepulcro gritaba Cristo con


fuerza: Sal fuera, Lázaro, el Señor está
aquí. Él resucitó y toda la muchedumbre
allí presente se convirtió.

En Samaria sintió sed pues era hombre y


perdonó los pecados de la mujer. El ciego
de nacimiento vio en Siloé una luz
grande.

En Samaria logró que creyeran en él, en


Betania resucitó a Lázaro e hizo que los
sordos que le presentaban oyeran y los
mudos hablaran.

Gloria al Padre, trino y sempiterno, gloria


a Cristo y al Espíritu Santo: que su divino
trino nombre sea proclamado por siempre
con santas voces.
Hymnodia Gotica, pp. 80-81; Breviarium
Gothicum, f. 214.

28. De mediante Quadragesima


Favens redemptis voto abstinentiae 4

Oh Emmanuel nuestro auténtico faro, se


propicio con quienes redimiste agotados
como estamos por la observancia de la
abstinencia. De todos es sabido que
santificaste los ayunos que son preludio
de la gloria venidera, obra celestial y
puerta del cielo.

Y si a ella va pareja la virtud de la


limosna, lámpara encendida vinculada al
ayuno, sustentándonos en ambas nobles
conductas todos podemos, como dotados
de alas, internarnos cual raudas avecillas
en las profundidades del cielo.

La Palabra del Verbo, mensajera de la


verdad, ilustra esta singular certeza por la
que Moisés se convirtió en amigo de
Dios, Elías fue arrebatado al cielo en un
carro de fuego y con cuyo apoyo se
salvaron Nínive y los ninivitas.

Luego tú, maestro de quienes se


conservan castos, en el transcurrir de
estos cuarenta días triunfas victorioso
destruyendo con el ayuno aquel mordisco
del pecado que sucedió en la soledad del
paraíso y sosteniendo luego los embates
del astuto tentador.
Nosotros siguiendo la costumbre te
entregamos como ofrendas al menos el
diezmo de cada día. Tú, siempre manso,
haz que estas ofrendas nos sean muy
provechosas para expiar así la
abominación del corazón.

Sé tú copa de vida para los sedientos,


fuente de agua viva, lote del reino y
retribución. Y que quienes caímos por la
gula en el pecado de Adán, nos
levantemos en ti privándonos de alimento
y seamos recompensados con los
habitantes del cielo.

Tú, Señor, que atendiendo al sacrificio de


de los arrepentidos, acudes en ayuda del
ladrón en el patíbulo de la cruz, acude
también desde el cielo en nuestra ayuda.
Acuérdate de nosotros, ampara desde tu
trono a quienes redimiste con tu sagrada
sangre.

Para que cuando vuelvas, juez tremendo,


la cruz delante a hombros de los ángeles,
y hagas estremecer al mundo al son de la
trompeta, situados a tu diestra, evitemos
los infiernos, transformados con tus
santos en la gloria.

Concédenos, Trinidad poder supremo


que todo los gobiernas por los siglos de
los siglos, que disfrutando de ti sin
término, imperes sobre nosotros por
siempre tú que eres luz de los ángeles,
claridad del día y sol que no se pone.
Hymnodia Gotica, pp. 81-82; Breviarium
Gothicum, ff. XCVII-XCVIII.

29. Dominica quarta Quadragesimae


Ad Vesperas

Verbum patris, quod prodidit factum caro


5

Palabra del Padre que se nos entregó


hecha hombre, cordero de Dios que
quitas el pecado del mundo, ante ti
venimos de hinojos para beber la gloriosa
sangre de vuestra pasión santa.

Muéstranos los estigmas de tus heridas


sagradas; álcese la señal vigorosa de la
cruz eximia, que por su fuerza
permanente otorgue la salvación a los
creyentes.

La caña, los clavos, los salivazos, el


brebaje de mirra, la corona de espinas, el
látigo, la lanza, los azotes del castigo
marcados en tu cuerpo: por todo ello
destruye todos nuestros pecados.

Que la fuente de tu herida sagrada inunde


nuestros corazones, purifique tu sangre
los venenos del mal. Que la vida de aquí
esté libre de pecado y en la venidera
merezcamos el premio de la
bienaventuranza.

Para que cuando brille el día de la


resurrección y la claridad del reino todo
lo ilumine, tomemos el camino del cielo
que nos lleve donde ya viven los que han
sido recibidos como sus habitantes..

El honor y la gloria al Dios eterno, al


Padre que es uno y al Unigénito con el
Espíritu Santo, Trinidad que vive y reina
poderosa por los siglos de los siglos.
Hymnodia Gotica, p. 83; Breviarium Gothicum, f.
252.

30. Dominica quarta Quadragesimae


In Laudibus

Noctis tempus iam praeterit

Pasó ya el momento de la noche, canta


el gallo con todas sus fuerzas y a su canto
se recupera la esperanza y recobran los
enfermos la salud.

Levantaos los somnolientos, manifestad


vuestras culpas ocultas, cantad alabanzas
a Jesucristo que nos redimió con su
sangre.

No hagáis lo que el mendaz discípulo que


ofreciendo con su beso una paz que era
en su corazón un engaño entregó al
maestro a las turbas.

Jesús es prendido por los malvados, se


dispersan los discípulos tal y como lo
había dicho el Señor alterando la paz de
la noche.

Cuando Jesús predice su pasión a los


discípulos, advierte que uno de ellos le
negará mas Pedro afirma que él no lo
hará.

Pedro impetuoso va tras él al pretorio


pero reconocido como su discípulo
reniega de Cristo el Señor.

Pedro jura ante todos no reconocer a tal


persona pero suena el canto del gallo y
Pedro reconoce su pecado.

En estas Jesús pone los ojos en Pedro


cuya fidelidad recibe y Pedro recupera
entre sollozos lo que recién había
perdido.

Y nosotros te pedimos, oh Señor,


recuperar la fe de Pedro y la confesión de
los apóstoles y llorar por nuestros
pecados.
Hymnodia Gotica, pp. 83-84; Breviarium
Gothicum, f. 257.

31. Dominica quarta Quadragesimae


In Laudibus

Gallo canente venimus

A la hora en que canta el gallo venimos


a cumplir con nuestras alabanzas al Señor
dándole fiel testimonio de nuestra fe.

Aléjate con tus perniciosas ensoñaciones,


príncipe de los demonios; ya nos ha
purificado la verdad, ya nos ha limpiado
la virtud de la caridad.

De ahí que te supliquemos, oh Dios, que


destruyas con la señal de la salvación a
los demonios que nos acosan librándonos
de su espanto.

A esta hora de la noche David,


vaticinador de la gloria futura, redobla
sus preces al Señor velando al alba.

A esta hora hemos de levantarnos con tal


vigor de cuerpo y animoso espíritu que
quedemos libres de nuestras culpas.

Álzate con nosotros, Señor, y acepta las


loas de los tuyos; limpia nuestros lascivos
corazones con la gracia de la luz que
emerge.
Hymnodia Gotica, p. 84; Breviarium Gothicum,
ff. 257-258.

32. De Quadragesima

Christe inmense, dominator sancte /


Conserva gregem quem tu redemisiti 6

Dios infinito cuyo señorío es santo,


guarda el rebaño que has redimido y que
tú mismo salvaste con tu preciosa sangre.

Guarda tu rebaño y hazlo entrar en tu


herencia. Asístelo por siempre para que
permanezca fiel a ti y cante siempre tus
alabanzas.

Escucha las oraciones de tu pueblo


suplicante que a ti se adhirió con sincero
corazón a fin de que estemos
perpetuamente contigo en tu reino.

Donde todos los ángeles cantan gozosos a


coro: Gloria por siempre sea dada a
Cristo, rey eterno.

Te damos gracias a ti que eres nuestro


santo valedor y buen pastor y que eres
inconmensurable. Que tu diestra nos
guarde siempre por los siglos.
Hymnodia Gotica, p. 85; Breviarium Gothicum, f.
214.

33. Dominica in Ramis Palamarum


Ingrediente Vespera

Vocaris ad vitam, sacrum Dei genus 7

Estás llamado a la vida, pueblo santo de


Dios. El creador ama con ternura a todas
sus creaturas y el redentor con espíritu
bondadoso lo atrae hacia sí. “Venid”,
dice,” yo soy vuestro único Dios”.

Cayó sobre vuestros el pesado yugo de la


condena, quedó vuestro cuello bajo el
peso de la maldad, la desgracia os asfixió
la garganta y todo aquello que era vuestro
sustento se ha venido abajo.

Os abandonó la claridad de la luz y un


caos inmenso os cercó. Ya no había lugar
para la felicidad; la tierra se hizo sangre
porque en ella se había introducido la
muerte.

Ved que yo, Dios todopoderoso, que he


creado y vuelto a crear y que he venido
en humildad haciéndome partícipe de
vuestra debilidad, os traeré hacia mí con
mi poder. Venid a mi corriendo que para
que os acojan mi redil y mi gozo

Márquese vuestra frente con la señal de


la cruz, derrámese la unción para signar
vuestras orejas y vuestra boca, prestad
atención con los oídos del corazón a estas
palabras, entonad animosos el cántico de
la fe. .

Alegraos del nuevo nombre, os alienta la


herencia de vuestro nuevo destino. Nadie
quedará como esclavo sometido al
enemigo, seréis el reino eterno del único
Dios.

El honor y la gloria al Dios eterno, al


Padre que es uno y al Unigénito con el
Espíritu Santo, Trinidad que vive y reina
poderosa por los siglos de los siglos.
Hymnodia Gotica, pp. 85-86; Breviarium
Gothicum, f. 334.

34. Post Dominicam Palmarum


Feria quarta ad Vesperas

Iam legis umbra clauditur

Ya se consuman las sombras de la ley


antigua para dar paso a una nueva
situación, la luz verdadera emerge
luminosa en el momento en que la luz del
mundo declina

Mañana, Cristo Rey, te sacrificarás en el


banquete de la cena y en ella la pascua en
otro tiempo mística se convierte en
nuestra pascua.

Escucha las súplicas de tus fieles. Tú que


sufriste traición, ilumínanos esta noche,
purifica nuestra carne y dispón nuestro
espíritu.

Que el anhelo de tu bondad nos estimule


internamente, que la fe renueve a quienes
encontró dispuestos y que nuestras obras
nos abran el camino del cielo.

Para que convocados el día venidero por


la suavidad de tu gracia nos
embriaguemos del cáliz de tu sagrada
sangre.
35. In Resurrectione Domini
Ad Primam

Te, lucis auctor, personant

En tu honor, autor de la luz, resuenan los


cánticos de esta asamblea que tú colmaste
de tu gracia con la fuerza de la
resurrección.

Este día nos indica que ha llegado la


fecha señalada en el que por voluntad
divina los muertos van a resucitar y van a
ser devueltos a la vida.

Regresa aquel primer sábado, día en el


que la muerte es arrasada por el agua, se
produce en nosotros la circuncisión de
corazón y nacemos, en fin, para una
nueva vida.

Cuando vemos que, derrotados nuestros


enemigos, ha regresado nuestra mañana,
desdeñamos las seducciones del mundo y
recibimos el pan de la salvación.

Hemos castigado nuestros cuerpos


ofreciéndote pesados ayunos y en nuestra
devota abstinencia hemos saciado la sed
con la víctima sagrada.

Que sea una solemnidad dichosa, que sea


una fiesta radiante, que sea un día gozoso
y alegre, una fecha recuperada del mundo
de los muertos.
Hymnodia Gotica, p. 87; Breviarium Gothicum, f.
XCVIII.

36. In Resurecctione Domini


Ad Vesperas
Ad cenam agni providi

Dispuestos para la cena del cordero,


vestidos de blancas túnicas, tras el paso
del mar Rojo, cantemos a Cristo, nuestra
cabeza.
Hymnodia Gotica, p.88.

37. A Resurrectione Domini usque ad


Ascensionem
Sabbatis ad Vesperas

Te centies mille legionum angeli

A ti Cristo Jesús, alfa y omega, señor


omnipotente otrora en el sepulcro y vivo
para siempre, testigo fiel y origen
verdadero, innúmeras legiones de ángeles
te celebran a coro alabándote con sus
cánticos.

Que te deshiciste del príncipe de este


mundo redimiendo al mundo con tu
sangre santa. Tú eres santo y realmente
hijo del Ingénito que franqueas lo oculto
y ocultas lo manifiesto y haces de
nosotros sacerdocio del reino de Dios.

Tú, dado en prenda por Dios e hijo del


hombre, fuiste hallado digno de desatar
los precintos del libro sellado con los
siete sellos. Eres el poderoso cordero
inmolado de siete cuernos, brillante con
siete llamas.

Tú eres el verdadero cordero, el único sin


mancha que está situado en el trono a la
diestra del Padre y el único que dejó el
tabernáculo paterno, como el jaspe y las
ágatas, nimbado por el arco iris, orlado
de esmeraldas

De tu trono emanan rayos y truenos, ante


él arden siete lámparas y allí están los
siete ángeles enviados de Dios; siete
estrellas brillan a la diestra del cordero y
ante él siete candelabros de oro.

Delante del trono brilla un mar de vidrio,


cuatro esforzados y otros tantos animales.
Uno tenía aspecto de hombre, otro
bramaba como un león, el becerro con su
hocico significa el sacerdocio y otro
volaba como un águila en dirección a los
astros.

Cuatro seres con seis pares de alas cada


uno, llenos de ojos por delante y por
detrás, siempre vigilantes y sin reposar
nunca proclaman a coro sin cesar: “santo,
santo, santo” a quien era, al que es y al
que vendrá.

Sentados en su torno veinticuatro


ancianos, revestidos todos de túnicas
blancas y coronados con diademas de oro
que llevan vasos de oro con perfumes y a
ritmo entonan salmos con las cítaras.

Gloria al padre, alabanza y sabiduría al


Cordero que se sienta en los cielos sobre
el trono y que reina con el Padre y con el
Espíritu Santo, Dios que es uno y trino
por los siglos de los siglos. Amén.
Hymnodia Gotica, pp. 88-89; Breviarium
Gothicum, ff. 382-383.

38. In diem sanctae Crucis 1

Dulce carmen lingua promat

I. Texto en el Codex Toletanus

1. Entone nuestra lengua un dulce


cántico y suene una grata melodía que
celebre las alabanzas y el triunfo de cómo
el redentor entregó al mundo el madero
de la cruz.

2. Temeroso está Constantino del ataque


de los bárbaros cuando observa que una
cruz brillante resplandece en el cielo
empíreo y una indicación que viene de lo
alto le advierte que con esa señal vencerá.
3. Al ver que tales signos se producían en
el cielo, da orden de que el iría al frente
pero la cruz le precedería, la señal del
cielo descollando sobre la dignidad
imperial.

4. El emperador Constantino, iniciada la


batalla, se cubre con la enseña de la cruz
que los astros le habían mostrado y salió
airoso de la guerra, vencedor en la lid.

5. Helena, madre del rey convoca a la


asamblea de los judíos y les pidió
explicaciones sobre la cruz de Cristo:
dónde está enterrada; que su virtud
derrotó al enemigo en la batalla que
emprendió el Augusto.

6. Escogió a unos sabios, doctores de la


ley y amenazó con mandarlos a la
hoguera si no le decían la verdad. Les
sobrecoge un miedo enorme y le
presentan a un tal Judas.

7. Ordena al punto este Judas que habían


traído a su presencia, quede preso. Que le
arresten y con las manos atadas a la
espalda le torturen en prisión hasta que
indique exactamente el lugar sagrado.

8. El sol recorre su órbita por siete veces.


No se le da de comer y le quitan de qué
beber. Les promete entonces ir presto al
lugar del Calvario.

9a. Excarcelado al punto prorrumpe en


súplicas al Señor, qué le indique el lugar
donde se halla la cruz, el signo de nuestra
salvación. Ved que la tierra exhala un
suave olor a mirra, fragancia de néctar.

10a.Y es que Cristo omnipotente todo lo


concede al creyente si observa que con fe
se le pide. Todo se otorga a quien con fe
lo demanda.

11. Cavan una fosa, profunda veinte


pasos, y él mismo saca a la luz las tres
cruces que en sus súplicas había pedido.
Y comprueba cuál de las tres es la del
salvador poniéndolas en contacto con un
cadáver.

12. La cruz que fue del Señor brindó un


signo maravilloso ya que su virtud
eminente resucitó al muerto y ante a caso
tan prodigioso el mundo entero se llenó
de alegría.

13a. Pero susurraba la voz de la serpiente


gritando al aire, emulando los dardos del
veneno antiguo que otrora tejiera: Yo
instigue a un Judas y otro Judas me
despacha

14a. Judas suplicó al Señor y lloroso le


rogaba que hiciera aparecer los clavos de
su cuerpo. Y hete aquí cómo relucen cual
si fueran de oro bien acrisolado

15a. Forjó con ellos un bocado que


adaptó al freno del caballo imperial de
modo que la paz fuera compañera de la
guerra tal y como el profeta había
vaticinado . El caballo incorporó al freno
lo que había santificado el Señor.

16. Así Cristo, redentor del mundo, que


ha de venir como juez, después de
doscientos cincuenta años, pone a vista
de forma milagrosa el leño de la cruz que
estaba oculto bajo tierra.

17. Gloria y honor a Dios, fuerza y poder


a una al Padre, al Hijo y al Espíritu
consolador, a él la alabanza y el dominio
por siempre 2.

II. Texto en el Codex Londinensis

1. Entone nuestra lengua un dulce


cántico y suene una grata melodía que
celebre las alabanzas y el triunfo de cómo
el redentor entregó al mundo el madero
de la cruz.

2. Temeroso está Constantino del ataque


de los bárbaros cuando observa que una
cruz brillante resplandece en el cielo
empíreo y una indicación que viene de lo
alto le advierte que con esa señal vencerá.

3. Al ver que tales signos se producían en


el cielo, da orden de que el iría al frente
pero la cruz le precedería, la señal del
cielo descollando sobre la dignidad
imperial.

4. El emperador Constantino, iniciada la


batalla, se cubre con la enseña de la cruz
que los astros le habían mostrado y salió
airoso de la guerra, vencedor en la lid.

5. Helena, madre del rey convoca a la


asamblea de los judíos y les pidió
explicaciones sobre la cruz de Cristo:
dónde está enterrada; que su virtud
derrotó al enemigo en la batalla que
emprendió el Augusto.

6. Escogió a unos sabios, doctores de la


ley y amenazó con mandarlos a la
hoguera si no le decían la verdad. Les
sobrecoge un miedo enorme y le
presentan a un tal Judas.

7. Ordena al punto este Judas que habían


traído a su presencia, quede preso. Que le
arresten y con las manos atadas a la
espalda le torturen en prisión hasta que
indique exactamente el lugar sagrado.

8. El sol recorre su órbita por siete veces.


No se le da de comer y le quitan de qué
beber. Les promete entonces ir presto al
lugar del Calvario.

9b. Excarcelado al punto al séptimo día


presto se dirige suplicante al lugar
sagrado de Dios. Del suelo emergió la
visión resplandeciente de la cruz.

10b. Y es que Cristo omnipotente todo lo


concede al creyente si observa que se le
pide con fe y humildad. Todo lo otorga
para mostrar su divinidad.

11. Cavan una fosa, profunda veinte


pasos, y él mismo saca a la luz las tres
cruces que en sus súplicas había pedido.
Y comprueba cuál de las tres es la del
salvador poniéndolas en contacto con un
cadáver.

12. La cruz que fue del Señor brindó un


signo maravilloso ya que su virtud
eminente resucitó al muerto y ante a caso
tan prodigioso el mundo entero se llenó
de alegría.

13b. Les susurraba la voz de la obscena


serpiente privada y expulsada de su
guarida: Yo instigué a un Judas y otro
Judas me despacha.

14b. Judas suplico al Señor y lloroso le


rogaba que le entregara los clavos, don de
nuestra salvación. Y ved que el suelo
exhaló un perfume dulcísimo de néctar.

15b.Enseguida las manos de Judas


palparon los clavos de nuestra salvación
que fijó al bocado para triunfar sobre los
enemigos en la guerra. El caballo
incorporó al freno las heridas sagradas de
la pasión.

16. Así Cristo, redentor del mundo, que


ha de venir como juez, después de
doscientos cincuenta años, pone a vista
de forma milagrosa el leño de la cruz que
estaba oculto bajo tierra.

17. Gloria y honor a Dios, fuerza y poder


a una al Padre, al Hijo y al Espíritu
consolador, a él la alabanza y el dominio
por siempre 2.
Hymnodia Gotica, pp. 94-95.

39. In Ascensione Domini


Ad Vesperas

Aeterne rex altissime

Rey eterno, señor de lo alto y redentor


de quienes en ti creen, por quien la
muerte ha muerto destrozada; es el
triunfo de la gracia.

La ley del tártaro quedó sometida a él y


desarmada lo hizo salir del reino de los
muertos y sin espada lo devolvió al trono
de su padre.

Ascendiendo hasta el trono a la diestra


del padre, le fue otorgada a Jesús el poder
sobre todo, poder que es del cielo y no de
obra humana.

Para que la tríplice maquinaria del


mundo, las cosas celestes, las terrestres y
el abismo, la creación entera se postre de
rodillas ante ti.

Y que no exista salvación alguna si no es


en su nombre, por quien todas las cosas
fueron creadas y renovadas para la
santidad.

La gracia de Cristo fue tan grande que


pudo con las ataduras del pecado y
asumiendo la naturaleza humana domina
ahora el cielo entero.

Tiemblan los ángeles al ver cómo se ha


trocado la suerte de los mortales. La
carne es pecadora, la carne es
purificadora, el Dios que se hizo carne
reina como Dios.

Una carne que supera con mucho a los


más nobles ángeles del cielo, Dios que es
carne y es espíritu, enteramente Dios y
verdadero hombre.

Desde los astros dicen los ángeles que así


retorna aquel cuyo regreso nosotros
conocemos por la fe quien y que ha de
reinar en lo sucesivo.

Tú, Cristo, nuestro gozo, llamado a


permanecer en el Olimpo, gobiernas la
maquinaria del mundo y triunfas sobre
los mundanos deleites.

Desde aquí te suplicamos que perdones


todas nuestras culpas y por tu divina
misericordia, eleves nuestros corazones
hacia ti.

Para que cuando te hagas visible como


juez en la nube rojiza, apartes de nosotros
el castigo merecido y nos devuelvas las
coronas que perdimos.

Concédenos que con atenta dedicación


nos encaminemos al regio alcázar donde,
según la fe nos dicta, estás sentado con el
Padre.

Gloria a Ti, Señor, que asciendes por


encima de los astros, con el Padre y el
espíritu santo por los siglos eternos.
Hymnodia Gotica, pp. 96-97; Breviarium
Gothicum, f. 395.
40. Dominica post Ascensionem
Ad Vesperas

Sacrata Christi tempora

La verdad de la fe que reafirma los


corazones en la virtud ha llevado a
cumplimiento los tiempos sagrados de
Cristo anunciados por los profetas.

Que el señor del mundo vino en el


templo de su santo cuerpo para salvar al
hombre que él había creado y que estaba
perdido.

Dios, creador de todas las cosas, por ser


pasible padece y muere al asumir la
condición humana para luego resucitar
impasible.

Y él tras la resurrección, en las fechas


anunciadas y durante cuarenta días hizo
públicas las obras de la salvación.

Y cuando todo estaba cumplido,


ascendiendo al cielo llevó consigo
cautiva a la cautividad y ofreció sus
dones a los hombres,

En presencia de sus discípulos a quienes


advirtió que iba a volver para que
estuvieran al tanto de su regreso cuando
llegara el momento oportuno.

Tiempo que sólo el Padre conoce pero no


el Hijo y que en modo alguno está
permitido conocer a sus turbados
discípulos.

Pero por indicación de Cristo se les


ordena permanecer en Jerusalén hasta
que reciban la virtud del Espíritu Santo
enviada de lo alto.

Y nosotros jubilosos por tal gracia que es


el precio de nuestra salvación, entonamos
un himno unidos a las alabanzas de todos
los santos.
Hymnodia Gotica, pp. 97-98; Breviarium
Gothicum, ff. 398-399.

41. In sancto Pentecoste


Ad Vesperas

Sacrate veni Spiritus

Ven, Espíritu santo, paráclito, prometido


por la palabra del Padre, que tiempo ha
fue prometido por el profeta Joel.

Que dijo que en los tiempos venideros se


colmarían de Dios los corazones de todos
y anunció las gratas señales que se
producirían.

Nuestro Dios este día derramó el Espíritu


sobre los discípulos, tal y como había
prometido, una vez que subió al cielo tras
vencer a la muerte.

El pueblo judío ciego y hostil afirma al


verlos que están hartos de vino y no creen
en estos signos sobrenaturales.

Pedro con firmeza les increpa: “No están


hartos de vino, como pensáis, sino del
espíritu del que el profeta habla”.

Luego son muchos los que tras aceptar


sus palabras, abren sus corazones y se
incorporan a la milicia de Cristo,
acrecentando la comunidad.

Y el misterio en otro tiempo reservado a


Israel, ahora se celebra revelado,
manifestado en los apóstoles.

Este día es el quincuagésimo,


considerado día jubilar, día solemne de
gozo y propio para el perdón.

Entonemos un himno al Padre,


entonemos un himno al Hijo junto con el
Espíritu santo con entusiasmo de voz y
de corazón.
Hymnodia Gotica, pp. 98-99; Breviarium
Gothicum, ff. 419-420.

42. In sancto Pentecoste


In Laudibus

Beata nobis gaudia

El rodar del año nos ha traído de nuevo


el gozo santo, cuando el Espíritu
consolador resplandeció sobre los
discípulos.
Hymnodia Gotica, p. 99; Breviarium Gothicum, f.
422.

43. In sancto Pentecoste


In Laudibus

Anni peractis mensibus

Cumplidos los meses del año regresan


otra vez tan grandes alegrías y llega el día
largamente deseado en nuestras confiadas
súplicas.

Día en el que el Espíritu del Señor llenó


de gozo la tierra y las celestiales lenguas
de fuego se desparramaron por el mundo.
Y ello quedó probado por el testimonio
de las voces de los apóstoles que
hablaron en diferentes lenguas a gentes
diversas.

Recobrados con don tan grande, el


Espíritu del Padre y del Hijo, demos
gracias sin pausa al Dios eterno por los
siglos.

Gloria a ti, Dios que eres trino en la


unidad antes de todos los siglos, ahora y
por siempre.
II. COMMUNE DE TEMPORE

44. Diebus dominicis


Ad Vesperas

Intende nostris precibus

Atiende a nuestras súplicas, asístenos


propicio, oh Cristo prez del mundo,
derrama tu luz gozosa.

Que te celebre la oración de la tarde, que


la oración de la mañana te celebre y que
un himno melodioso resuene en tu honor
sin pausa.

Que te celebre al caer la tarde la alabanza


que mereces y que al amanecer te cante
nuestra voz. Que en toda ocasión resuene
en tu honor un himno perenne de gloria.
Hymnodia Gotica, p. 100; Breviarium Gothicum,
f. CXIV.

45. Diebus dominicis

Lux vera, lucis claritas

Luz verdadera, resplandor de la luz,


heredero por siempre de la luz, tu
alabanza surge en las tinieblas y los que
te suplican logran tu resplandor.

Que te alaben todos los momentos del


día, que te alabe cuanto de valioso hay en
nosotros por todos los siglos eternos.
Hymnodia Gotica, p. 100; Breviarium Gothicum,
f. CXIV.

46. Feria Tertia

Te perfruamur, Domine

Gocémonos en ti, Señor piadoso y


misericordioso, y se propicio, oh Dios,
con nosotros por causa de tu nombre.
Sobre ti cargamos nuestros agobios pues
en vano nos esforzaremos si tú no te
compadeces de nosotros.

Que con tu ayuda seamos capaces de


vencer cuanto te desagrada. Nos salvaste
estando despiertos, vela por nosotros
cuando dormimos.

Seguros y en tu paz descansemos ahora


tranquilos y que cuando al alba nos
levantemos, te adoremos con
recogimiento.

Limpia nuestras culpas y ten piedad, oh


Dios, de nosotros. Tú que reinas por
siempre, atiende nuestras súplicas.

Tú, cuyo poder es único, revoca nuestra


sentencia a fin de que alabemos tu gloria
siempre por los siglos.
Hymnodia Gotica, pp. 100-101.

47. Sabbato
Ad Nocturnum

Tu, rex, redemptor omnium

Tú, oh rey, redentor universal, que


gobiernas y dispones con leyes precisas y
estables en el tiempo todo cuanto has
creado:

Nos levantamos a estas horas de la noche,


confesamos nuestros pecados y nuestra
garganta te alaba con melodiosos himnos,

A fin de que con tu perdón sanes todo lo


que emponzoñaron los espíritus malignos
con la astucia que les es propia y nos
otorgues los dones de la vida.

Y que aquella caterva infame e


instigadora de toda maldad no nos
arrastre al fuego eterno para que nos
abrasemos con ellos.

Y ahora sollozando te pedimos, Dios


omnipotente, que presto nos liberes de
cualquier desgracia.
Hymnodia Gotica, p. 101; Breviarium Gothicum,
f. CXX.

48. Sabbato
Ad Vesperas

Rerum deus fons omnium

Oh Dios, fuente de todo cuanto existe,


que tras crear todas las cosas, llenaste el
orbe entero con el legado de tus dones.
Y sin cansarte de cuanto hiciste ni
agotarte por aquellos afanes, ofreces tu
reposo a todos los dolientes para que no
caigan en cuitas insanas.

Concédenos ahora a los mortales,


sabedores de nuestras miserias, ir en pos
de las virtudes y alcanzar el premio de la
felicidad.

De modo que cuando aparezca el espanto


último del juez terrible, todos a una nos
alegremos, rebosantes del don de la paz.
Hymnodia Gotica, p. 101; Breviarium Gothicum,
ff. CXV-CXVI.

49. De Prima Vigilia

Obsidiones obvias

Dispongámonos con nuestros cánticos


frente a todas las emboscadas que el
príncipe de las tinieblas y sus repulsivos
secuaces nos tienden en el camino.

Que la fe y la esperanza nos armen de


pies a cabeza, que la cruz vigorosa cubra
nuestras espaldas; ciñámonos con la
espada del espíritu para hacer frente a los
temores nocturnos
Jesús, salva por la fe con tu mano
poderosa a quienes en ti creen, abate con
la cruz a los enemigos y guarda todas las
cosas en la paz.
Hymnodia Gotica, pp. 101-102; Breviarium
Gothicum, f. CXVI.

50. Media Nocte

Quod convolutis artubus

Porque, tórpidos nuestros miembros por


la pesadez del sueño, la mente quedó
seducida y embotada en sus visiones por
la torpe emisión de flujos seminales,

Gimiendo te pedimos, padre


clementísimo, que se alejen ya de
nosotros los fantasmas repugnantes de las
pasiones de la carne.

Purifica lo que el enemigo mancilló,


restaura lo que emponzoñó y que todos
nuestros espíritus obligados a cargar con
el peso de la carne queden limpios de
inmundicia.
Hymnodia Gotica, p. 102; Breviarium Gothicum,
f. CXVIII.
51. Ad Auroram

Iam meta noctis transiit

Hemos superado el término de la noche,


atrás quedó el sosiego del sueño, ya
despunta brillante la aurora, una luz
renovada se derrama por el cielo.

Y desde que contemplamos el primer


rayo de sol, reconocemos que hemos de
elevar preces en tu honor, lucero
matutino.

Tú, Espíritu Santo, por difundes tu gloria


gracias al efecto de tu luz y de tu amor,
renuévanos.
Hymnodia Gotica, p. 102; Breviarium Gothicum,
f. CXXIV.

52. Ad Secundam

Iam nos secundae praemonet

Superado el discurrir de la hora segunda,


ella nos advierte que hemos de entonar
un himno de gloria eterna en honor de
Dios.

Álzate, oh Jesús, y alivia el hastío del


alma y que cante nuestra lengua con voz
clara maravillas en tu alabanza.

Infúndenos la luz de tu espíritu y concede


claridad a nuestros corazones a fin de que
siempre te alabemos a ti, oh Dios, por los
siglos eternos.

 
Hymnodia Gotica, pp. 102-103; Breviarium
Gothicum, f. CXXVI.

53. Ad Tertiam

Certum tenentes ordinem

Respetando el discurrir establecido de


ldía, supliquemos con piadoso corazón en
esta la tercia hora al poder de la Trinidad
gloriosa,

El convertirnos en morada de aquel Santo


Espíritu que en otro tiempo y a esta hora
se posó sobre cada uno de los apóstoles.

Acomodándose a estas pautas del tiempo


el creador del reino de los cielos
recompensó generosamente con todo tipo
de bienes y con el premio de la vida
eterna.

 
Hymnodia Gotica, p. 103; Breviarium Gothicum,
ff. CXXVIII-CXXIX.

54. Ad Quartam

Qui amne nunc quadrifluo

Tú que riegas los cuatro quicios del orbe


con las corrientes de agua de los cuatro
evangelistas, atiende, te lo pedimos, a
quienes te suplican.

Perdona nuestros delitos, aleja de


nosotros la apatía de la mente y haz que
todos nosotros seamos dignos del don de
la aflicción.

Que la pasión de la carne no destroce


nuestros cuerpos y que la ira no se
insinúe en los abatidos; que la verdad dé
forma a nuestros actos y que la castidad
salvaguarde el pudor.

 
Hymnodia Gotica, p. 103; Breviarium Gothicum,
f. CXXI.
55. Ad Quintam

Qui tot libris per Moysen

Tú que por medio de Moisés narras el


devenir de la historia con tantos libros
cuantos son los sentidos corporales con
los que dispones que nos gobernemos.

Haz que siempre permanezcamos fieles a


tu ley para que en cuerpo y alma
entonemos con entusiasmo cánticos en tu
honor.

Aleja de nosotros lo que tememos,


concédenos lo que te pedimos para que te
alabemos por siempre a ti que eres
piadoso y muy indulgente.

 
Hymnodia Gotica, pp. 103-104; Breviarium
Gothicum, ff. CXXI-CXXII.

56. Ad Sextam

Dicamus laudes Domino

Entonemos con fervor y disposición de


espíritu alabanzas al Señor, pues la hora
que por sexta vez vuelve nos invita a la
oración,

Porque a esta hora quedó restablecida


para los creyentes la gracia de la
verdadera salvación por el sacrificio del
Cordero bendito, por el poder de la Cruz.

A su luz brillantísima se oscurece el


mediodía. Aceptemos con todo nuestro
corazón la gracia de resplandor tan
grande.

 
Hymnodia Gotica, p. 104; Breviarium Gothicum,
ff. CXXXIII-CXXXIV.

57. Ad Septimam

Auctor perennis gloriae [luminis]

Creador de la luz eterna que otorgas a


los creyentes tu espíritu con sus siete
sagrados dones, vela benigno por todos.

Aleja las enfermedades del cuerpo, aparta


los tropiezos de la mente, destruye el
veneno de los delitos y ahuyenta el dolor
de los corazones.

Para que al aceptar, benigno, las preces


de tu pueblo, te glorifiquemos todos a ti,
Dios trino, por siempre.

 
Hymnodia Gotica, p. 104; Breviarium Gothicum,
f. CXXII.

58. Ad Octavam

Octavus horae circulus

Ya está de vuelta la hora octava y su


número nos indica que hemos de llorar y
suspirar pensando en el día del juicio que
ha de venir

Ahora el tiempo entero se mide en


círculos de siete días porque el día octavo
será el último, el día del juicio.

En tal día, redentor del mundo, no nos


acuses en tu ira mas líbranos de estar a tu
izquierda y sitúanos a diestra.

 
Hymnodia Gotica, p. 105; Breviarium Gothicum,
f. CXXII.
59. Ad Nonam

Perfecto trino numero 1

Cumplido por tres veces el período de


tres horas entonamos el oficio de Nona
cantando las alabanzas que te son
debidas.

Guardando con limpia conciencia el


sacrosanto misterio de Dios y el modo de
comportarse del maestro Pedro que se
nos dio como signo de salvación.

Cantemos también nosotros, sumándonos


de corazón a los apóstoles, para que con
la fuerza de Cristo se enderecen nuestros
pasos aún vacilantes.
Hymnodia Gotica, p. 105; Breviarium Gothicum,
f. CXXXVII.

60. Ad Decimam

Iam dena nos praeceptio

Ya nos advierte el décimo precepto de la


ley divina que no hemos de servir al
pecado en las tinieblas del mundo.

Por tal, oh Dios, te pedimos que benigno


nos endereces, laves nuestros pecados y
alejes de nosotros cualquier adversidad.

Tú, que has de ser nuestro premio futuro,


sé nuestro gozo; en ti nuestra gloria
siempre por todos los siglos.
Hymnodia Gotica, pp. 105-106; Breviarium
Gothicum, ff. CXXII-CXXIII.

61. Ad Undecimam

Horis peractis undecim

Cumplidas ya once horas, va cayendo el


día hacia su ocaso, paguemos nuestra
deuda, el cántico de un corazón generoso.

Ya acabó el quehacer del día que tú, oh


Cristo, nos has encomendado. Otorga a
quienes fueron a trabajar a la viña los
dones de la gracia que prometiste.

Llamas a recibir su recompensa a quienes


luego retribuirás. Ayúdanos en nuestros
trabajos y repara luego nuestras fuerzas.
Hymnodia Gotica p.106; Breviarium Gothicum f.
CXXIII.
62. Ad Duodecimam

Quotquot diem determinant

Cumplidas ya las horas que determinan


el día, oh Dios clementísimo, cumpla esta
asamblea con los cantos de alabanza que
te son debidos.

Ya concluye el día cayendo hacia su


ocaso. Levántate tú, excelsa estrella de la
mañana y renueva nuestras mentes con la
gracia del Espíritu.

Lejos de nosotros la visión de los


pecados, lejos la ira de los demonios.
Visita nuestro aposento y sé, oh Dios,
nuestro custodio.
Hymnodia Gotica p.106; Breviarium Gothicum f.
CXXIII.

63. Ante Completam

Cibis resumptis congruis

Tras tomar los alimentos ajustados a lo


que es usual en la cena, venimos a
proclamar tus alabanzas, redentor
excelso.
Sal deprisa a nuestro encuentro
aligerando la pesadez del estómago para
disponer a la plegaria nuestro cuerpo
dispuesto a confesar la fe.

Para que lo que con nuestros labios


proclamamos en sagrada alabanza tuya
nos otorgue a nosotros la corona y sea
para exclusiva gloria de Dios.
Hymnodia Gotica p.106; Breviarium Gothicum f.
CXXXVII.

64. Ad Completam

Noctis taetrae primordia

Dedicamos el arranque de la noche


sombría a entonar tus alabanzas. Y ahora
te suplicamos, oh Trinidad, que escuches
a quienes te cantan.

Concede a todos tu gracia y alivia a los


exhaustos; destruye los extravíos de los
pecados y cierra el paso a cualquier
escándalo.

Para que nos ilumine la luz verdadera


que aleje las tinieblas de la mente y
rebose la paz en todos los que creemos en
ti, nuestro creador.
Hymnodia Gotica p.107; Breviarium Gothicum f.
CXL.

65. Ad Primam
Tempore Paschali

Aurora lucis rutilat

Resplandece la luz de la aurora, el cielo


rompe en cánticos de alabanza, el mundo
exulta de júbilo y el infierno gimiendo
prorrumpe en alaridos.
Hymnodia Gotica p.107; Breviarium Gothicum f.
CXXVI.

66. Ad Tertiam

Te maiestatis Domine

A ti, Señor de majestad, a quien


celebramos bajo un nombre trino te
suplicamos tus siervos que nos escuches
complacido.

Borra nuestros pecados, escucha la voz


de nuestro clamor y concede a quienes te
confiesan los premios del reino celeste.
Hymnodia Gotica p.107; Breviarium Gothicum f.
CXXIX.

67. Ad Tertiam
De Resurrectione Domini. Infra
heddomadam

Iesu, redemptor omnium

Jesús, redentor de todos, que


destruyendo la muerte con la muerte al
tercer día resucitas de las entrañas del
infierno.

Nosotros desgraciados por quienes


derramaste tu sangre te pedimos que
limpios del cieno de los pecados nos
conduzcas a la sede celeste.

Donde unidos en el cielo a los que


jubilosos te cantan un cántico nuevo,
gocemos de ti copiosamente.
Hymnodia Gotica pp.107-108; Breviarium
Gothicum f. C.

68. Ad Tertiam
Tempore Paschali

Iam surgit hora tertia


Se inicia la hora tercia y nosotros nos
afanamos en cumplir con el oficio divino:
alabemos a Cristo Señor.

También a esta hora tercera Cristo fue


colgado de la cruz y cumpliendo la
voluntad del Padre acabó con el pecado
del mundo.

Sube luego a un trono que es el suyo y


está sentado a la derecha del Padre donde
los coros de los ángeles alaban al Señor a
quien otros ángeles malvados habían
negado.

Nosotros honramos a Cristo a quien


esperamos como juez, aquel al que
habían anunciado los profetas y tras
quien fueron los apóstoles.

El buen padre de familia salió a la hora


tercia y contrató jornaleros a denario por
cabeza.

En tu viña, oh Cristo, cuya recompensa


ya vislumbramos, continuemos con el
oficio divino por causa de tus
inigualables promesas.

Ved que ya arranca la hora en la que el


Espíritu Santo embriagó con su Palabra
las entrañas de los Apóstoles.

Inspira en nosotros, Señor, disposición


para loarte con nuestros cantos. Oh
Cristo, redentor de todos, bendice a esta
comunidad que te canta.
Hymnodia Gotica p.108; Breviarium Gothicum ff.
CXXXI-CXXXII.

69. Ad Sextam

Iam cursus horae sexies

Al discurrir el día por sexta vez vuelve


el curso de la hora y nos advierte que
siempre debemos ofrecerte las loas que te
son debidas.

Es la hora en que Pedro dirigiéndose a


los gentiles les anticipa la fe que luego
aceptarán; ahora Cristo nos apremia a
transmitir la simiente que es fuente de
vida.

En este momento del paso del sol


místicamente acoge el patriarca a los tres
enviados que bajo aspecto humano
prefiguran la Trinidad.

[falta traducción estrofa 4]

[falta traducción estrofa 5]


Hymnodia Gotica pp.108-109; Breviarium
Gothicum f. CXXXIV.
Ver traducción completa de Castro Sánchez.

70. Ad Nonam
Per annum

Fundere preces tempus est

El transcurrir del día nos advierte de que


es llegado el momento de derramar
nuestras súplicas y de cantar un himno de
alabanza en tu honor, redentor de todos.

Haz que nuestra mente sea serena y que


nuestro actuar sea virtuoso, acepta las
preces de quienes te suplican y
concédenos la vida eterna.
Hymnodia Gotica p.109; Breviarium Gothicum f.
CXXII y f. CXXXVI.

71. Ad Nonam
In Quadragesima

Convexa solis orbita

Girando por la órbita celeste y tras rodar


nueve vueltas, se ha cumplido por tres
veces el tránsito de tres horas.
Es el momento en el que el creador del
universo culminó su pasión y es la hora
en la que envío al tajo a los jornaleros
que contrató para su viña.

En esta hora Pedro ve en una visión


cómo se anudaban los cabos de un lienzo
y que quien conoce sus significados
vuelve por tercera y última vez.

En esta hora cantemos por siempre con


voz limpia y corazón puro la gloria de
Dios que otorga su felicidad a los justos.
Hymnodia Gotica p.109; Breviarium Gothicum  f.
CXXXVI.

72. Ad Completorium
In Quadragesima

Assunt tenebrae primae

Ya está aquí la oscuridad primera,


avanzadilla de la horrenda noche,
momento es de que te honremos todos
con cánticos y con himnos.

Esta es la hora de la que nos habla


Jeremías: ¡pongámonos en vela ahora que
arranca la noche!

Protégenos con tu espíritu, raíz invicta de


David; haz saltar las cadenas de la noche
y concédenos el brillo de la salvación.

Que el reposo del sueño sea grato, que


atenta despierte la mente, que no
cometamos inmundicias ni carguemos de
culpas nuestras almas.

Sino que con espíritu ferrvoroso y


caminado intachables lleguemos hasta ti,
oh Cristo, con todo nuestro ser.
Hymnodia Gotica p.110; Breviarium Gothicum f.
CXVII

73. Ad Completorium

Quieti tempus adest

Ya llega la hora del reposo, con él el


limpio sosiego se apodererá de nuestros
agotados miembros y nuestra mente
estará vigilante en Cristo.

Te suplicamos, oh Dios, que apartes de


nosotros cualquier desverguenza y el
veneno mortífero de la maligna serpiente
originaria.

Para permanecer seguros a la sombra


protectora de tus alas y así nos
levantemos para cantar tus alabanzas.
Gloria y honor sean dados al Padre y al
Hijo y al Espíritu, igual a ambos, por los
siglos de los siglos.
Hymnodia Gotica p.110; Breviarium Gothicum f.
CXVII.

74. Ad Completorium

Sol Angelorum, respice 2

Sol de los ángeles, mira; A aquel que la


pureza de nuestros corazones apenas
vislumbra desea contemplar a quien
reside en lo alto.

De ti reciben su poder todas las cosas del


cielo con su favorable ir y venir, en ti se
asienta la vida de todos, atiende el
agradecimiento de quienes te invocan.

Concede a tus siervos protección para


con ella compaginar lo útil, evitar lo
pernicioso y que no se corrompan
nuestros corazones.

Sé tú la moderación de los sentidos,


sembrador, salvación y alimento; bebida,
comida y gozo; luz y vigor del alma.

Aleja de nuestros miembros la lascivia,


que no los manche. Que la funesta pasión
no nos desasosiegue ni nuestros
pensamientos nos hagan caer en la culpa.

Danos valor suficiente con el que


merecer tu clemencia, para olvidarte de
nuestros pecados y concedernos una vida
serena.

Paz celeste, te suplicamos con nuestros


cánticos que penetres en nuestros
corazones para que todo lo guardes por
siempre evitando disensiones.
Hymnodia Gotica pp. 110-111; Breviarium
Gothicum f. CXVI; f. CXXXVIII.

75. Ad Completorium

Christe, qui lux est et dies

Cristo, que eres la luz y eres el día,


disipa las tinieblas de la noche; tú que
eres luz portador de claridad que anuncia
la luz dichosa.

Te pedimos, oh Señor, que nos protejas


durante esta noche, que seas tú nuestro
reposo y nos concedas una noche
tranquila.

Que no nos agobien las pesadillas y que


no nos sorprenda el enemigo, que nuestra
carne no ceda ante él y nos haga
culpables ante ti.

Que nuestros ojos se abandonen al sueño


y nuestro corazón esté siempre vigilante,
que tu diestra proteja a los siervos que te
aman.

Escúchanos tú que eres nuestro defensor,


mantén a raya al tentador, guía a tus
siervos a quienes redimiste con tu sangre.

Acuérdate de nosotros que cargamos con


este cuerpo mortal; mantente a nuestra
vera, Tú que eres quien protege nuestras
almas.

Líbranos de las asechanzas y los temores


nocturnos e ilumina con las maravillas de
tu luz a quienes cantamos tus alabanzas.

Gloria al Padre eterno, a Cristo Rey y


Señor y al Espíritu Santo por los siglos
eternos.
Hymnodia Gotica p.111; Breviarium Gothicum f.
CXL.

76. Ad Completorium
In Quadragesima
Lucis auctor clemens, lumen immensum

Creador misericordioso de la luz,


claridad sin límites cuyo fulgor que es
Cristo brilla santo y eterno, con quien
reinas en unidad y Espíritu Santo que con
aquel configuras un unitario poder,

Aparta de nosotros la oscuridad de esta


horrenda noche; aleja de nuestro lado, te
pedimos, el fraude de la serpiente,
sálvanos defendidos por el signo de la
cruz y haznos ricos con tu nombre
sacrosanto,

A quienes agobiados por el enorme peso


del pecado fuimos engañados por las
múltiples artimañas del tentador que
entonces se alegró de su victoria y que
ahora habrá de reconocer su derrota por
la virtud de Dios omnipotente.

Padre inmortal, pastor universal, aniquila


al odioso enemigo sombrío y otórganos la
luz eterna que viene de lo alto y que no
nos asustemos del sendero tenebroso.

Redentor excelso, rey del universo,


atiende en tu piedad los lamentos por
nuestros delitos; derrota, salvador
nuestro, al enemigo que nos acecha, y
concédenos la felicidad de la vida eterna.

Concédenos que esta sea una noche


tranquila, ahuyenta de nuestro lado al
enemigo, que la señal de la cruz derrote
cualquier maldad. Te pedimos, oh Cristo,
que te quedes con nosotros.

Gloria, honor, poder y virtud a Dios


Padre Ingénito y a Cristo el Unigénito a
una con el Espíritu Santo Paráclito por
cuya palabra brillan los siglos todos.
Hymnodia Gotica p.112; Breviarium Gothicum ff.
CXVII-CXVIII; f. CXL

77. Hymnus ad Quietem

Tempus sopori congruum

Ya está próximo el momento propicio


para el descanso; que se sosiegue nuestro
cuerpo, reguemos de lágrimas nuestro
lecho, limpiemos el jergón con nuestro
llanto.

Entonemos primero el símbolo de la fe,


oremos luego y compartiendo el abrazo
de la paz pertrechémonos con el signo de
la cruz.

Y así entreguemos al descanso nuestros


miembros bajo la mirada de aquel juez
que vela por quienes descansan para
proteger su sueño.

Id lejos, hatajo de demonios; disuélvanse


tus secuaces en el nombre de la cruz
santa que os desbaratará a ti y a los tuyos.

Y tú, creador del universo, expulsa lejos


al enemigo, desbarata a quienes nos
acechan y concédenos sosiego.
Hymnodia Gotica p.113; Breviarium Gothicum f.
CXVIII.

78. Hymnus Mediae Noctis I

Surgentes ad te, Domine

En pie ante ti, Señor, en el silencio de la


noche oscura nos entregamos a nuestras
vigilias según dispusieron nuestros
hermanos

De quienes recibimos por herencia el


pasar la noche en vela ante ti, Espíritu
consolador.

Glorioso como el Padre, perfecto como el


Hijo, Espíritu multiforme, eres conocido
como rey místico.

Mira la debilidad de nuestra carne y atrae


hacia ti por tus méritos a todos a los que
la vieja serpiente engañó con sus
artimañas.

Que el rebaño que se te encomendó y que


con tu sangre quisiste redimir no sufra
daño ninguno.

Atiende a las ovejas descarriadas,


piadoso buen pastor y llévalas sobre tus
hombros al redil celeste.

Aléjese el príncipe de los demonios,


tullido y maltrecho; que hambriento y
furioso suelte la presa de sus fauces.

Alégrese Cristo Señor, entonen himnos


los coros de los ángeles, suene la música
y bendiga al Señor diciendo: Santo,
Santo, Santo.
Hymnodia Gotica p.113; Breviarium Gothicum f.
CXVIII.

79. Hymnus Mediae Noctis II

Iesu, defensor omnium

Jesús, valedor de todos y protector


excelente, [incompleto].
En tu santo nombre, que eres guardián y
valedor, mantengamos en vela nuestro
espíritu para ser merecedores de portar
las antorchas.

A quienes cantan en tu honor que de ti


reciben orden de levantarse en la noche
para invocar tu nombre que bien
consideramos digno de alabanza.

Y continuemos alabándote a ti a quien


teme la tierra toda por tu inmenso poder,
porque ese es tu santo y piadoso
mandato.

Resuene el canto de los himnos que surge


del corazón de los creyentes y sigamos
todos las dichosas promesas del Espíritu
Santo.

Un alboroto surge en medio de la noche,


es Jesús que entra por la puerta e invita a
los que están en vela a entrar en sus
santos palacios.

Se alegra el esposo de las vírgenes al


entrar en el tálamo, allí las coronas de los
mártires brillan ante el Señor.

Que va a dar a los creyentes el don de


gloria tan grande. Que seamos
merecedores de alcanzar aquello de lo
que está sedienta nuestra alma.
Hymnodia Gotica p.114-115; Breviarium
Gothicum ff. CXVIII-CXIX (primeras ocho
estrofas).

80. Hymnus Mediae Noctis III

Mediae noctis tempus est

Ahora que es la media noche nos


advierte la voz del profeta de que
entonemos sin cesar alabanzas al Padre y
al Hijo

Y también al Espíritu Santo, pues


siempre hemos de alabar a la Trinidad
perfecta cuya única es la sustancia.

A esta hora de la media noche el ángel


exterminador recorrió el país de Egipto
provocando la muerte y matando a sus
primogénitos.

Es hora de salvación para los justos, a


quienes no se atrevió a castigar el ángel
derrotado temeroso ante el signo de la
sangre,

Grande era la aflicción de los egipcios


por tanta muerte cruel, sólo se alegraba el
pueblo de Israel, protegido por la sangre
del cordero.

Nosotros somos Israel. Alegrémonos en


ti, Señor, batiendo al malvado enemigo,
defendidos por la sangre de Cristo.

A la media noche nos dice el Evangelio


que es cuando llega el esposo, el creador
del reino celestial.

Saldrán a su encuentro las santas


doncellas, pendientes de que llega. Portan
lámparas encendidas, gozosas y
exultantes.

Las necias, las de las lámaparas


apagadas, quedan fuera. En vano pulsan
la puerta; el palacio del rey permanecen
cerradas.

Por ello hemos de estar sobrios y


vigilantes y hemos de mantener lúcidas
nuestras mentes para con la mayor
diginidad salir al encuentro de Jesús que
llega.

También a eso de la media noche Pablo y


Silas que sufrían cadenas por Cristo
rompieron a cantar himnos.

Cárcel es este mundo para nosotros.


Rompe, Cristo, nuestras cadenas, y
perdona nuestros pecados, de los que
cremos en ti.

Haznos dignos, rey santo, de la gloria del


reino futuro y ser merecedores de cantar
por siempre tus alabanzas.
YMNI DE TOTO CIRCULO ANNI
HIMNOS PARA TODO EL AÑO LITÚRGICO

Himnos del Oficio monástico (I) (1)

ÍNDICE

Te lucis ante terminum / Antes de que la luz llegue a su


término
Civis [cibis] resumtis congruis / Tras tomar los
alimentos ajustados
Sol angelorum respice / Mira por nosotros, sol de los
ángeles
Cultor Dei memento / Adorador de Dios, recuerda

Ymnus de duodecima / Himno de


duodécima (2)
   Te lucis ante    Antes de que la
terminum luz llegue a su
Rerum Creator término,
poscimus Te pedimos, Autor
Ut solita clementia de toda cosa,
Sis presul ad Que con el bien de
custodiam tu habitual
clemencia
   Procul recedant Nos prestes tu
somnia asistencia y tu
Et noctium custodia.
fantasmata
Hostemque    Aleja de nosotros
nostrum comprime los fantasmas
Ne polluantur Nocturnos y el
corpora. engaño de los
sueños,
Y líbranos de
nuestros enemigos,
Para que nada
manche nuestros
cuerpos.

Ymnus ante completa / Himno de


Antecompletas (3)

   Civis [cibis]    Tomados los


resumtis congruis, alimentos
Cene peractis convenientes,
usibus, acabados los
Ad te Redemtor hábitos de la cena,
inclite venimos a ti,
Laudes venimus redentor glorioso,
promere. a decir tus
alabanzas.
   Occurre nobis
ocius    Ven pronto a
Tollas civi [cibi] nuestro encuentro,
gravedinem quita la pesadez de
Corpus parandum la comida
ad precem a fin de preparar el
Confessionis dans cuerpo para la
fidem. oración,
dándote la fe de la
   Ut quicquid ore confesión,
promimus
Tuis sacris in    Para que por todo
laudibus, lo que decimos
Nobis coronam con la boca en tus
conferens santas alabanzas
Soli Deo dans nos concedas la
gloriam. corona,
dando gloria a Dios
   Presta [Pater solo.
piisime,
Patrique compar    Concédenoslo,
Unice, [Padre piadosísimo,
Cum Spiritu
Paraclito, y tú, unigénito igual
Regnas per omne al Padre,
seculum. que reinas con el
Amen]. Espíritu Paráclito
por todos los siglos.
   Amén].
Ymni de completa / Himnos de
Completas (4)

   Sol angelorum    Mira por


respice nosotros, sol de los
Quem concupiscit ángeles,
mentium a quien nuestras
Intento visu castitas almas puras
desean
Sursum manentem ardientemente
cernere. contemplar c
on mirada atenta
   Quo cuncta eternamente en las
pollent celitus alturas.
Cursu recursu
prospero,    Tú, por quien
Quo vita constat todo cobra vigor
omnium, desde el cielo en su
Intende gratis feliz ir y venir,
supplicum. por quien se
mantiene la vida de
   Da servulis todos,
custodiam, atiende a las gracias
Quo temperentur de los que te
commoda, suplican.
Adversa sint
innoxia,    Da tu custodia a
Corrupta ne sint tus humildes
pectora. siervos
para que su
   Frugalitas tu prosperidad sea
sensuum moderada,
Sator, salus, la adversidad sea
refectio, inofensiva
Potus cibusque, y sus pechos no se
gaudium, corrompan.
Lux adque virtus
cordium:    Tú, moderación
de los sentidos,
   Repelle membris sembrador, salud,
lubricam, alimento,
Ne polluat bebida y comida,
lasciviam, gozo,
Ne feda vexet luz y fuerza de los
passio, corazones,
Culpetque mentis
actio.    Aparta de
nuestros miembros
   Virtutis infer la tentación de
copiam, lalascivia para que
Qua conferas no nos manche,
clementiam, para que no nos
Oblitis ut veje la sucia pasión
peccaminum ni nos inculpe
Dones quieti la conducta de
temporum. nuestra alma.

   Votis rogamus    Derrama sobre


affatim nosotros abundante
Superna pax fuerza
inlabere, y concédenos con
Quo cuncta tuta ella tu clemencia
perpetim para que,
Serves subactis olvidándote de
scandalis. nuestros pecados,
nos des un tiempo
   Gloria [Patri tranquilo.
ingenito,
Gloria Unigenito,    Con súplicas te
Una cum Sancto rogamos sin cesar,
Spiritu paz celestial,
In sempiterna desciende para que,
saecula.
   Amen.] dominadas las
ocasiones de caída,
lo guardes todo
seguro
perpetuamente.

   Gloria al Padre
ingénito,
gloria al unigénito,
junto con el
Espíritu Santo
por los siglos
eternos.
   Amén.

Alius / Otro (5)

   Cultor Dei    Adorador de


memento Dios,
Te fontis et lavacri recuerda que has
Rorem subiisse recibido
sacrum el sagrado rocío de
Te crismate la fuente y el baño,
innobatum. que estás marcado
por la unción.
   Fac cum vocante
somnum    Cuando, al
Castum petens llamarte el sueño,
cubile vas a tu casto lecho,
Frontem locumque
cordis haz que la señal de
Crucis figura la cruz
signet. marque tu frente y
el lugar de tu
   Crux pellit omne corazón.
crimen,
Fugiunt crucem    La cruz repele
tenebre, toda falta,
Tales dicata signo de la cruz huyen las
Mens fluctuare tinieblas,
nescit. un alma consagrada
a tal signo
   Proculo procul jamás va a la
vagantum deriva.
Portenta
somniorum,    ¡Lejos de aquí, oh
Procul esto lejos,
pervicac engendros de
Prestigiator estu. erráticos sueños!
¡Lejos de aquí el
   O tortuose impostor
serpens, de empecinada
Qui mille per astucia!
meandros,
Fraudesque    ¡Oh retorcida
flexuosas sierpe
Agitans quieta que a través de mil
corda. meandros
y sinuosos engaños
   Discede, Christus desazonas los
hic est, corazones
Hic Christus est,
liquesce: tranquilos,
Signum quod ipse
nosti    Márchate, Cristo
Damnat tuam está aquí!
caterbam. Aquí está Cristo,
¡esfúmate!
   Corpus licet La señal que bien
fatescens conoces
Iacet reclinet condena a tus
paululum, hordas.
Christum tamen sub
ipso    Por más que el
Meditabimur cuerpo agotado
sopore. yazga reclinado
sólo un rato,
   Gloria Deo Patri, sin embargo en el
Et Christo vibo sueño mismo
regi, en Cristo estaremos
Paraclitoque sancto pensando.
Et nunc et in
eternum.    Gloria a Dios
   Amen. Padre,
y a Cristo que vive
y reina
y al Espíritu Santo
Paráclito
ahora y por
siempre.
   Amén.

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