Proteomica
Proteomica
Proteomica
PROTEÓMICA
CLÍNICA
Comité de Publicaciones de la
Sociedad Española de Bioquímica Clínica
y Patología Molecular
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Octubre 2006
Monografías del Comité de Publicaciones
de la Sociedad Española de Bioquímica Clínica y Patología Molecular
Director de la Serie: J.M. González de Buitrago
Coordinador de la edición: F. Antoja Ribó
Comité de Publicaciones
Felipe Antoja Ribó
Francisco Cañizares Hernández
José M. Egea Caparrós
Román Galimany Solé
Miguel García Montes
Luis Gregorio Gómez-Cambronero López
José M. González de Buitrago
José M. Hernández Pérez
Jordi Huguet Ballester (presidente)
Joan B. Ortolà Devesa
Anna Padrós Fluvià
Eulàlia Urgell Rull
ÍNDICE DE AUTORES
5
Índice
12
Capítulo 1
Introducción a la proteómica
Introducción
Orígenes de la proteómica
Los primeros estudios de proteínas a los que de alguna forma se les puede deno-
minar como proteómica comenzaron en 1975 con la introducción de los geles
bidimensionales por O´Farrel [3], Klose [4] y Scheele [5] que los utilizaron para
cartografiar las proteínas de E. coli, el ratón y el cobaya, respectivamente. Aunque
se pudieron separar y visualizar muchas proteínas, no pudieron identificarse. A
pesar de esas limitaciones, poco después se propuso un análisis a gran escala de
todas las proteínas humanas. El objetivo de este proyecto denominado Índice de
Proteínas Humanas [6] era utilizar la electroforesis bidimensional de proteínas y
otros métodos para catalogar todas las proteínas humanas. Sin embargo, este
proyecto no tuvo continuidad y se abandonó fundamentalmente por falta de finan-
ciación. Un problema importante en esa época eran las técnicas de secuenciación
de proteínas que requerían una cantidad muy grande de la proteína purificada. La
puesta a punto de métodos de microsecuenciación basados en la técnica de Ed-
14
man permitieron crear la primera base de datos bidimensional [7]. A principio de
los años 1990 se diseñaron métodos para ionizar péptidos y llevar los iones pep-
tídicos resultantes a los espectrómetros de masas. De esta forma se produjo un
avance espectacular al poder utilizarse la espectrometría de masas para la identi-
ficación de las proteínas.
Proteómica clínica
Marcadores biológicos
Cada biomarcador, igual que cualquier prueba clínica, posee unas características
determinadas de eficacia. Las medidas fundamentales de eficacia de todas las
pruebas clínicas son la sensibilidad y la especificidad. La sensibilidad refleja la
capacidad para identificar una enfermedad cuando está presente y la especifici-
dad refleja la capacidad para descartar la enfermedad cuando no está presente.
Tanto la sensibilidad como la especificidad varían en función del punto de corte
específico que se elija para dar la prueba como positiva o negativa. Para selec-
cionar el punto de corte que proporciona los valores más adecuados de sensibili-
16
dad y especificidad se utilizan las curvas ROC.
La sensibilidad y especificidad son propiedades del biomarcador. Si están bien
establecidos, estos valores son ciertos con independencia de la población que se
analiza. Sin embargo, lo que más interesa en la toma de decisiones clínicas no es
la sensibilidad y la especificidad, sino otras dos características que son el valor
predictivo de una prueba positiva (VPP) y el valor predictivo de una prueba negati-
va (VPN). A diferencia de la sensibilidad y la especificidad, los valores predictivos
dependen mucho de la población que se analiza.
El valor predictivo de una prueba positiva (VPP) indica la probabilidad de que la
persona tenga la enfermedad, mientras que el valor pedictivo de una prueba
negativa (VPN) señala la probabilidad de que la persona no tenga la enfermedad.
VPP y VPN varían dependiendo de la prevalencia de la enfermedad en la pobla-
ción que se analiza. Así, una prueba con una sensibilidad del 90% y una especi-
ficidad del 85% proporciona un VPP del 86% cuando la prevalencia es del 50%,
pero sólo da un valor VPP del 6% cuando la prevalencia es del 1%.
Cuando se estudia una enfermedad cuya prevalencia es baja, incluso una prueba
muy específica da lugar a muchos falsos positivos debido al gran número de per-
sonas sanas de la colectividad. En cambio, cuando la prevalencia es alta lo que
se obtiene es un número alto de falsos negativos. Así, pues, cuanto menor es la
prevalencia menor es el VPP y mayor el VPN y, al contrario, cuando la prevalencia
es alta.
Para eliminar la dificultad que surge al interpretar los valores predictivos como
consecuencia de su dependencia de la prevalencia se utilizan los cocientes de
probabilidad (likelihhod ratios). El cociente de probabilidad es el cociente entre la
probabilidad de un determinado valor de la prueba en presencia y ausencia de la
enfermedad. Los cocientes de probabilidad expresan cuantas veces es más pro-
bable que se encuentre un resultado de una prueba en las personas con la enfer-
medad que en las que no la tienen.
Los cocientes de probabilidad para las pruebas positivas y las pruebas negativas
pueden definirse en términos de sensibilidad y especificidad, uno asociado con un
resultado positivo de la prueba y el otro con un resultado negativo de la prueba.
LR+ = s/1–e y LR– = 1–s/e.
a) Proteómica estructural
Caracteriza las estructuras proteicas individuales y define sus contribuciones a
17
los grandes complejos con el objetivo de obtener una descripción completa de
todas las interacciones entre las moléculas [11]. Esta información puede ayudar
a situar cada una de las piezas de la arquitectura global de una célula y expli-
car cómo la expresión de determinadas proteínas proporciona a las células sus
características.
b) Proteómica de expresión
Estudio cuantitativo de la expresión proteica entre muestras que se diferencian en
alguna variable [12]. Puede compararse entre las muestras la expresión proteica
del proteoma completo o de subproteomas. Con estos estudios pueden identificar-
se proteínas específicas de una enfermedad.
c) Proteómica funcional
Elucida el papel de proteínas específicas en condiciones fisiológicas normales y
anormales.
Proteínas y enfermedad
Las proteínas son las principales moléculas funcionales de las células y participan
prácticamente en todas sus funciones y en el control de todos los procesos celula-
res. Asimismo, la expresión de los genes y la concentración de las proteínas celu-
lares se modifican en las enfermedades por lo que se pueden utilizar para evaluar
estos estados. También, es posible el análisis proteómico para valorar situaciones
como el momento del ciclo celular, la diferenciación, la función de la célula y las
respuestas a las agresiones que sufren las células, ya sean de forma aguda o de
forma crónica.
Las modificaciones de las proteínas inducidas por una enfermedad afectan sustan-
cialmente a la función, lo cual, a su vez, puede afectar a otras proteínas. Se pro-
duce un proceso dinámico de la expresión y modificaciones de las proteínas que
es el que trata de identificar y caracterizar la proteómica.
En general, las enfermedades no producen alteraciones de una única proteína,
sino de muchas proteínas celulares y, especialmente, los procesos agudos pro-
ducen variaciones de las modificaciones de las proteínas posteriores a la tra-
ducción. Los procesos crónicos, además de estas alteraciones de las modifica-
ciones de las proteínas posteriores a la traducción, producen también cambios
de la expresión de los genes y, como consecuencia, variaciones de las concen-
traciones de proteínas celulares. Por este motivo, es de gran utilidad el estudio
del proteoma.
18
Síntesis, estructura y función de las proteínas
Las proteínas son macromoléculas formadas por moléculas de bajo peso molecu-
lar: los aminoácidos. Las proteínas son la expresión de la información genética.
Con unos 25000 genes en el genoma humano y teniendo en cuenta que cada
gen puede dar lugar a muchas proteínas debido al corte y empalme alternativo y
a las modificaciones posteriores a la traducción, el número de proteínas diferentes
del ser humano puede considerarse al menos unas 10 veces mayor.
Las proteínas constituyen más del 50% del peso seco de las células y su abundan-
cia y diversidad son reflejo de la posición central que ocupan en prácticamente
todos los aspectos de la estructura y función de las células. La extraordinaria diver-
sidad de la actividad celular se debe a la enorme versatilidad de las proteínas,
cada una de ellas diseñada específicamente para la función que va a desempe-
ñar. Esta información se encuentra en los genes.
Síntesis
19
Los aminoácidos que van a incorporarse a la cadena polipeptídica que se está
formando se activan por su unión a un RNA de transferencia (tRNA) específico,
formando un aminoacil-tRNA. Durante la síntesis de proteínas, los aminoacil-tRNA
reconocen los codones mediante apareamiento de bases utilizando sus anticodo-
nes.
Los ribosomas son los lugares en los que se produce la síntesis de proteínas y están
formados por dos subunidades denominadas grande y pequeña. El proceso de
traducción tiene lugar en tres fases: iniciación, elongación y terminación. En la
iniciación se une el ribosoma a una zona específica del mRNA y se une también
el metionil-tRNA iniciador con el codón de iniciación AUG formándose el comple-
jo de iniciación 80S. Durante la fase de elongación se van leyendo los codones e
incorporándose los aminoácidos correspondientes. Cuando el ribosoma llega a un
codón de terminación se libera la cadena polipeptídica y se separa el mRNA y el
ribosoma.
Una de las primeras observaciones que se hicieron tras conocerse la secuencia del
genoma humano fue que el número de genes, que parece ser de unos 25000, es
mucho menor del que se había supuesto inicialmente de unos 100000. Sin em-
20
bargo, el número de proteínas parece ser bastante mayor. Esta disociación se
explica por los procesos que experimenta el mRNA recién sintetizado.
En los eucariotas, los genes están formados por fragmentos que se expresan (exo-
nes) interrumpidos por fragmentos que no se expresan (intrones). Tras el descubri-
miento en 1977 de los exones e intrones, Walter Gilbert propuso que podrían
cortarse y empalmarse diferentes combinaciones de exones a lo que llamó corte y
empalme alternativo, para dar diferentes isoformas de mRNA de un gen [13].
Parece ser que el 40-60% de los genes humanos experimentan procesos de corte
y empalme alternativo [14].
El corte y empalme alternativo puede afectar al mRNA de diferentes formas. Pue-
den incluirse exones enteros, alterarse las posiciones de los lugares 5´ o 3´ de los
lugares de corte y empalme o retenerse intrones que de otra forma estarían some-
tidos a escisión. El corte y empalme alternativo también puede influenciar el nivel
de la expresión proteica. Asimismo, la proteína puede truncarse por la introduc-
ción de un codón de parada.
Otra forma de generar un mayor número de proteínas es por la edición del
mRNA. Se trata de un proceso que modifica uno o varios nucleótidos de un
tránscrito de RNA por desaminación de una base, bien A → I (adenina a inosi-
na) o C → U (citosina a uracilo). Estas modificaciones alteran las posibilidades
codificadoras de un tránscrito ya que I se aparea con G (no con U como lo
hace A) y U se aparea con A (no con G como lo hace C). La edición del mRNA
aumenta la diversidad proteica alterando los aminoácidos codificados, introdu-
ciendo codones de parada prematuros o cambiando los lugares de corte y em-
palme de un tránscrito.
Estructura
Las proteínas están formadas por aminoácidos unidos por medio de un enlace
peptídico entre el grupo amino de un aminoácido y el grupo carboxilo de otro. En
la Tabla 1.1 se da una lista de los aminoácidos proteicos con sus abreviaturas de
tres letras y de una letra. Las proteínas son moléculas muy complejas y para su
estudio los bioquímicos consideran cuatro niveles de organización estructural (Figu-
ra 1.2). La estructura primaria es la secuencia u orden de los aminoácidos en la
cadena y está especificada por la información genética. La estructura secundaria
es el plegamiento localizado de la cadena polipeptídica debido a los enlaces de
Figura 1.2. Los cuatro niveles de estructura proteica
Funciones
Estrategias proteómicas
Los estudios proteómicos se han dividido en dos clases que se denominan «de
arriba-abajo» y «de abajo-arriba» de acuerdo con la estrategia empleada [15]. En
los planteamientos de arriba-abajo se intenta separar el mayor número posible de
proteínas intactas utilizando técnicas como la electroforesis bidimensional en gel o
los sistemas multidimensionales. Una vez separadas las proteínas se hidrolizan por
tratamiento con tripsina y se analizan los péptidos resultantes por espectrometría
de masas para tratar de identificar las proteínas empleando bases de datos pro-
teicas.
En el otro lado, los planteamientos de abajo-arriba, que también reciben el
nombre de proteómica de escopetazo (shotgun), separación multidimensional
MS/MS o tecnología multidimensional de identificación de proteínas (multidi-
mensional protein identification technology o MudPIT), comienzan con el trata-
miento de la muestra con tripsina para hidrolizar todas las proteínas. Los pépti-
dos resultantes se separan por cromatografía multidimensional y se secuencian
por espectrometría de masas tandem (MS/MS). Los péptidos secuenciados se
emplean para realizar búsquedas en bases de datos e identificar las proteínas
de la muestra original.
Ambos enfoques proteómicos tienen ventajas e inconvenientes. La ventaja principal
de los de arriba-abajo son que proporcionan información sobre las cantidades de
las proteínas y su estructura. La principal ventaja de los de abajo-arriba es la ma-
yor resolución de las separaciones cromatográficas de los péptidos comparado
con las proteínas.
Referencias
26
Capítulo 2
Introducción
Muestras de tejidos
Los tres pasos principales en la preparación de las muestras de tejidos son la rotu-
ra de las células, la inactivación o eliminación de las sustancias que interfieren y la
solubilización de las proteínas [1]. En muchas ocasiones interesa analizar el pro-
teoma de algún orgánulo, como el núcleo, las mitocondrias o el complejo de
Golgi. En estos casos hay que hacer un fraccionamiento subcelular de la muestra,
que se realiza principalmente por centrifugación diferencial.
Rotura de las células
Las proteasas de los tejidos deben ser desactivadas para evitar la degradación
proteica y la pérdida de proteínas de peso molecular elevado. Las proteasas pue-
den inhibirse utilizando en la rotura de las células desnaturalizantes fuertes como
urea 8M, ácido tricloroacético al 10% o dodecil sulfato sódico al 2%. También
debe realizarse la preparación de la muestra a bajas temperaturas en las que son
menos activas las proteasas. Esta estrategia suele proporcionar una protección
suficiente frente a la proteolisis. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que es bas-
28
tante difícil desactivar todas las proteasas. Algunas proteasas pueden retener su
actividad incluso en estas condiciones y en estos casos hay que utilizar inhibidores
específicos de las proteasas. Los inhibidores individuales de las proteasas sólo son
activos frente a clases específicas de proteasas, por lo que suelen emplearse di-
versas combinaciones de inhibidores. En la Tabla 2.1 se da una relación de los
principales inhibidores de las proteasas y las enzimas que inhiben.
Precipitación proteica
Los polisacáridos, especialmente los que tienen cargas, y los ácidos nucleicos
pueden interaccionar con los anfolitos portadores y las proteínas y dar lugar a
patrones 2D «rayados». Además, estas macromoléculas también pueden incremen-
tar la viscosidad de las disoluciones y obstruir los poros de los geles de poliacrila-
mida. Los polisacáridos pueden eliminarse con la precipitación con ácido triclo-
roacético, sulfato amónico o acetona y los ácidos nucleicos tratando la muestra
con una mezcla de DNasa/RNasa sin proteasas.
Tras la rotura de las células y/o la eliminación de los compuestos que interfieren,
los polipéptidos individuales deben desnaturalizarse y reducirse para romper las
interacciones intramoleculares e intermoleculares y hacerlos solubles al tiempo que
se mantienen las propiedades de carga propias.
La solubilización suele conseguirse empleando agentes desnaturalizantes, deter-
gentes y agentes reductores. A continuación se señalan algunas de estas sustan-
cias que se emplean en los estudios proteómicos.
Fraccionamiento subcelular
30
El fraccionamiento subcelular es un paso esencial en las técnicas proteómicas, de
especial importancia para el análisis de los orgánulos intracelulares y de los com-
plejos multiproteicos.
La centrifugación es el método más eficaz para el aislamiento de los orgánulos
subcelulares [3,4]. La pureza de los orgánulos aislados es esencial para el análisis
completo de los proteomas de los orgánulos. Los núcleos se obtienen por una
centrifugación a baja velocidad (600g) junto con residuos celulares, células intac-
tas y algunos componentes subcelulares más grandes. Los núcleos pueden purifi-
carse a partir del sedimento. El sobrenadante post-nuclear contiene el citosol y el
resto de los orgánulos en suspensión. Estos pueden separarse por centrifugación
en gradiente de densidad. Aunque las densidades relativas de las fracciones
dependen de las diferencias de composición de los componentes subcelulares, el
grado de separación obtenido depende también de la naturaleza del medio de
gradiente utilizado. La sacarosa es el medio más empleado, aunque también se
ha usado el Ficoll. También se han utilizado para estudiar los orgánulos otras
técnicas como la electroforesis libre de flujo o las técnicas inmunológicas.
Métodos para eliminar las proteínas más abundantes en los
homogeneizados tisulares
Debido al enmascaramiento que producen las proteínas más abundantes sobre las
menos abundantes, el análisis proteómico eficaz requiere la separación de las
proteínas abundantes para llevar a las menos abundantes al intervalo detectable.
Esto mejora la resolución cuando se analiza una fracción individual, proporciona
mapas 2D menos atestados de manchas, simplifica el análisis y la interpretación y
aumenta la probabilidad de descubrir proteínas nuevas de interés diagnóstico o
terapéutico.
La extracción secuencial de las proteínas de las células o los tejidos, de acuerdo
con su solubilidad es una posibilidad de enriquecer determinadas clases de pro-
teínas y simplificar el patrón de electroforesis bidimensional para el posterior análi-
sis de imagen e identificación proteica por espectrometría de masas. También se
ha empleado la cromatografía de afinidad para enriquecer las proteínas poco
abundantes.
Obtención de la muestra
Existen pocos estudios con relación a las condiciones de obtención del plas-
ma/suero para los estudios proteómicos. El Proyecto del Proteoma Plasmático
Humano de la HUPO estableció en 2002 un Comité de Especímenes para tratar
los temas del manejo de las muestras. Se ha publicado un informe con los resulta-
dos preliminares [5]. En él se señala la dificultad para definir una única lista de
estándares pre-analíticos para las muestras y su procesamiento, debido al amplio
espectro de técnicas analíticas que se utilizan en los estudios proteómicos. No
obstante, en el informe se indican algunos puntos observados, que son: (1) para
determinados estudios peptidómicos es preferible el plasma pobre en plaquetas al
suero; (2) las muestras deben repartirse el alícuotas y almacenarse preferiblemente
en nitrógeno líquido; (3) se recomienda la adición de inhibidores de las proteasas,
pero deben incorporarse pronto y de forma juiciosa, ya que algunos forman aduc-
tos proteicos inespecíficos y otros interfieren con los estudios peptídicos; (4) el
seguimiento diligente de las variables pre-analíticas y (5) se recomienda el uso de
materiales de referencia para el control de la calidad.
West-Nielsen et al [6] han evaluado el proceso de manipulación de las muestras
de suero para los estudios proteómicos. Sus resultados indican que son factores
importantes el tiempo y la temperatura de coagulación de la sangre. El suero se
afecta cuando se deja que coagule durante más de 3 horas a temperatura am-
biente o más de 24 horas a 4.ºC. Asimismo, el almacenamiento del suero es
perjudicial si excede de 4 horas a temperatura ambiente o 24 horas a 4.ºC. No
obtienen datos que indiquen que sea preferible almacenarlo a –80.ºC que a –
20.ºC, ya que sus experimentos duraron sólo 7-14 días. También, han observado
que los ciclos de descongelación/congelación tienen poco efecto sobre la
estabilidad del suero.
Eliminación/enriquecimiento
Pre-fraccionamiento
Muestras de orina
La orina normal tiene una concentración de proteínas muy diluida, con un alto
contenido de sales y otras sustancias de bajo peso molecular que interfieren con
los análisis proteómicos. La preparación de la muestra es por lo tanto un paso
crucial en los estudios proteómicos en orina, principalmente en aquellos estudios
que utilizan electroforesis bidimensional en gel de poliacrilamida para ais-
lar/concentrar las proteínas de la orina y para eliminar las sales que interfieren.
Pueden utilizarse varios protocolos para aislar/concentrar las proteínas de la ori-
na. Los que se utilizan con más frecuencia son la precipitación, la liofilización, la
ultracentrifugación y la filtración por centrifugación. La diálisis de las proteínas de
la orina y la concentración por liofilización mejora de forma significativa la repro-
ducibilidad y la resolución y probablemente refleja todas las proteínas de la orina
en los geles 2D [23].
Se ha publicado recientemente una evaluación sistemática de los métodos de
preparación de la muestra para los estudios proteómicos de la orina humana
35
utilizando geles bidimensionales [24], en donde se han analizado dos variables
principales: la cantidad (recuperación de proteína) y la calidad (patrones de man-
chas 2D o perfiles proteómicos). Las conclusiones alcanzadas son que no hay un
único protocolo perfecto que pueda utilizarse para examinar el proteoma completo
de la orina ya que cada método tiene ventajas y desventajas con relación a los
demás. Es necesaria la combinación de varios métodos de preparación de la
muestra para obtener la mayor cantidad de información cuantitativa y cualitativa.
Otro tema que hay que considerar en los estudios de proteómica de la orina es el
tiempo durante el que se recoge la muestra. Los especimenes de orina que se
utilizan en los laboratorios clínicos básicamente son de tres tipos: primera hora de
la mañana, aleatorio y de un tiempo determinado. Ha habido mucha discusión
sobre cual es la muestra más adecuada para estudiar las proteínas de la orina. En
la mayoría de los estudios de proteómica revisados, las muestras empleadas fue-
ron de primera hora de la mañana o aleatorias.
Enriquecimientos previos
Análisis de fosfoproteínas
Análisis de glucoproteínas
Referencias
40
Capítulo 3
Elctroforesis bidimensional
Introducción
Electroforesis en gel
Los geles de agarosa, almidón y poliacrilamida no son sólo soportes que evitan la
difusión, ya que al modificar la concentración de los componentes que forman el
gel, pueden conseguirse diferentes porosidades y la separación, además de por
diferencias de carga, se produce también por diferencias de tamaño.
Los geles de poliacrilamida se forman polimerizando el monómero acrilamida y el
co-monómero de entrecruzamiento bisacrilamida. Variando las concentraciones del
monómero y el co-monómero de entrecruzamiento se consiguen geles de poliacri-
lamida con poros de tamaño amplio, cuya amplitud puede ajustarse para optimi-
zar la separación de los componentes de la muestra. Los geles de poliacrimalida
pueden prepararse con un contenido de acrilamida entre el 3 y el 30%.
Figura 3.1. electroforesis bidimensional
43
Electroforesis bidimensional
45
Tiras IPG
Antes de utilizarse las tiras IPG se deben rehidratar hasta su grosor original con
una solución que contiene agentes desnaturalizantes (urea, tiourea), detergentes no
iónicos o iónicos dobles (Tritón X-100, NP-40, CHAPS), agentes reductores (nor-
malmente DTT al 0.4%) y amortiguador IPG. Las cantidades de cada componente
pueden variar dentro de unos intervalos y depende del tipo de muestra que se
pretende analizar. De esta forma puede incrementarse la tolerancia a las sales de
la muestra o mejorar la solubilización de la misma. El tiempo de rehidratación
46
recomendado suele ser de 10 horas como mínimo. La muestra puede estar ya
incluida en la solución de rehidratación, con lo cual se elimina la formación de
precipitados en el punto de aplicación de la muestra, que puede ocurrir cuando la
muestra se «carga en copas» tras una rehidratación previa de la tira. Sin embargo,
hay ocasiones en las que es preferible cargar la muestra posteriormente a la rehi-
dratación, como por ejemplo cuando existe riesgo de proteolisis o de modificacio-
nes de las proteínas.
La cantidad de proteína que puede cargarse en una tira de gel IPG para una
resolución óptima, el máximo número de manchas y el mínimo de rayo-
nes/suciedad de fondo depende de los parámetros como el gradiente de pH, la
distancia de separación y la complejidad proteica de la muestra. Con fines analí-
ticos suelen cargarse unos 100-200 µg de proteína en una tira IPG de gradiente
de pH de 18 cm.
Las tiras suelen desarrollarse a un amperaje de 50 µA por tira y 150 V para evitar
el calentamiento, ya que al comienzo la conductividad es elevada debido a las
sales. Al irse produciendo la separación, los iones salinos migran hacia los elec-
trodos, lo que hace que descienda la conductividad y que puedan aplicarse volta-
jes más elevados.
Los tiempos óptimos de enfoque deben establecerse de forma empírica para cada
combinación de muestra proteica, carga de proteína, intervalo de pH y longitud
de la tira IPG. Debe mantenerse la temperatura constante a unos 20.ºC. En la
actualidad, los equipos comerciales como el IPGphor (Amersham Biosciences) o el
Protean IEF System (Bio-Rad), contienen un soporte para la tira en el que se puede
rehidratar, cargar con las proteínas y realizar el enfoque isoeléctrico sin mover el
soporte.
Cuando no pueda realizarse la segunda dimensión inmediatamente tras el IEF, las
tiras de IPG deben congelarse y almacenarse a –70.ºC entre dos láminas de
plástico.
51
Referencias
Separaciones multidimensionales
Introducción
Técnicas cromatográficas
54
Bombas
Los sistemas de bombeo para impulsar la fase móvil son uno de los componentes
más críticos de los cromatógrafos HPLC. La bomba de los cromatógrafos líquidos
puede actuar de modo isocrático o de modo gradiente. En el primero, la compo-
sición de la fase móvil permanece constante durante todo el proceso, mientras que
en el segundo, va cambiando durante la cromatografía.
Las fases líquidas estacionarias son generalmente polares, mientras que las fases móvi-
les son apolares. En este sentido, los líquidos estacionarios más usados son el agua y
el etilenglicol y las fases móviles más típicas, el hexano, el metanol y las mezclas he-
xano/isopropanol. Esta combinación de una fase estacionaria polar y una móvil apo-
lar se llama cromatografía líquida «en fase normal» (normal phase, NP). Cuando la
fase estacionaria es apolar, como un hidrocarburo, y se utilizan como fase móvil siste-
mas acuosos, la cromatografía se denomina «en fase reversa» (reverse phase, RP).
Detectores
Los principales detectores que se utilizan en HPLC son los espectroscópicos y los
electroquímicos. Los detectores espectroscópicos más utilizados se basan en medi-
das en el UV/visible y de fluorescencia.
La HPLC ha tenido un gran impacto sobre la separación de péptidos y proteínas.
Los instrumentos dedicados a la separación de proteínas han dado lugar a la
técnica denominada fast protein liquid chromatography (FPLC, cromatografía líqui-
da rápida de proteínas). Este tipo de cromatografía puede emplear todos los me-
canismos de separación cromatográficos.
Electroforesis capilar
Separaciones multidimensionales
En los sistemas en línea se emplean válvulas para conectar la primera columna con
la segunda. Esta conexión puede dar lugar a tres tipos de problemas [8]:
1. Incompatibilidad del disolvente entre las fases móviles del primer y segundo
sistema.
2. Ensanchamiento excesivo de las bandas entre las columnas durante el paso
por las válvulas, los bucles o el detector.
3. Necesidad de una separación mucho más rápida en la segunda dimensión.
Sistemas comerciales
Referencias
Estectrometría de masas
Introducción
La espectrometría de masas es una técnica muy utilizada desde hace años para la
identificación de moléculas. Se trata de una técnica analítica cualitativa y cuantita-
tiva de gran capacidad que además permite elucidar las estructuras y las propie-
dades químicas de las moléculas. Su límite de detección se acerca a 10-12 gra-
mos, que equivalen a 10-15 moles de un compuesto con una masa molecular de
1000 Da. Estas cifran señalan que es posible la identificación de compuestos que
se encuentren en concentraciones de hasta 1 parte por billón (1012) en muestras 65
químicas complejas.
En este Capítulo se presentan las principales características de la espectrometría
de masas, fundamentalmente en lo relacionado con su aplicación a los estudios
proteómicos. En los últimos años se han publicado varias revisiones sobre este
tema en la literatura anglosajona [1-4].
Hasta la década de 1990 las proteínas se habían resistido a su análisis por es-
pectrometría de masas debido fundamentalmente a la dificultad de generar iones
a partir de estas moléculas grandes no volátiles. A finales de los años 1980 se
presentaron dos métodos que permitían la ionización de las proteínas. Estos eran
la ionización por pulverización eléctrica (electrospray ionization, ESI) [5] y la de-
sabsorción/ionización por láser con ayuda de una matriz (matriz-assisted laser
desorption/ionization, MALDI) [6]. Por estos descubrimientos Fenn y Karas recibie-
ron el Premio Nobel de Química de 2002.
La espectrometría de masas se ha utilizado mucho en el campo de la química
orgánica para el análisis de la estructura de moléculas complejas. Sin embargo, la
complejidad de las proteínas hace que su análisis por medio de la espectrometría
de masas sea más difícil. Inicialmente, esta técnica se ha aplicado al análisis de
proteínas aisladas previamente y estudiadas fundamentalmente desde un punto de
vista único o de unas pocas proteínas. Sin embargo, los objetivos de la proteómi-
ca son el análisis de grandes grupos de proteínas que se expresan en las células.
Esto último está siendo posible por los grandes avances que se han producido en
los últimos años, tanto de la instrumentación, como de los programas informáticos
de análisis de datos.
Espectrómetros de masas
La ESI es una técnica que al mismo tiempo que extrae las sustancias de la disolu-
ción, las ioniza. A presión atmosférica permite la rápida transferencia de las sus-
tancias desde la fase líquida en la que se encuentran a una fase gaseosa. Se
pulveriza una disolución con las proteínas en forma de gotitas desde un capilar de
vidrio bajo el influjo de un campo eléctrico fuerte. Las gotitas captan cargas positi-
vas al salir del capilar. La evaporación del disolvente deja moléculas con muchas
cargas. Una molécula proteica de unos 20 kDa capta entre 10 y 30 cargas posi-
tivas. El espectro de masas de esta proteína muestra todas las especies cargadas
en forma de un conjunto de picos agudos cuyos valores consecutivos m/z se
68
diferencian por la carga y la masa de un único protón. En la Figura 5.2a se mues-
tra el espectro de masas de la proteína citocromo c. Téngase en cuenta que los
valores m/z menores significan un número mayor de cargas por molécula. Las
cargas múltiples permiten el análisis de moléculas muy grandes que tienen un
intervalo m/z relativamente pequeño. Otra ventaja de las cargas múltiples es que
puede obtenerse un peso molecular más exacto a partir del análisis de la distribu-
ción de picos con varias cargas. La técnica ESI es fácil de acoplar a la mayoría
de los métodos de separación de sustancias en fase líquida como la cromatogra-
fía y la electroforesis.
69
70
Los analizadores de tiempo de vuelo (TOF) separan los iones de acuerdo con su
velocidad. Teóricamente, todos los iones se forman al mismo tiempo y en el mismo
lugar en la fuente de iones. Posteriormente, son acelerados por un potencial fijo (1-
20 kV) en el tubo de conducción. Como todos los iones con la misma carga ob-
tienen la misma energía cinética tras la aceleración, los iones con menor m/z
alcanzan velocidades mayores que los que tienen mayor m/z. Así, las velocida-
des de los iones están inversamente relacionadas con la raíz cuadrada de m/z.
Tras acelerarse, los iones viajan a través de una distancia fija (normalmente 0.5-2
metros) antes de llegar al detector. De esta manera puede determinarse m/z me-
diante la medida del tiempo que tarda el ión en alcanzar el detector. La técnica
TOF tiene un poder de resolución de masa mayor de 12000 Da y exactitudes de
masa de 10 partes por millón (ppm).
Analizadores cuadrupolo
Los analizadores FTICR operan atrapando a los iones en una célula con un campo
magnético estático. Bajo la influencia del campo, los iones describen un movimien-
to ciclotrónico circular en la célula alrededor del eje z del campo magnético. El
valor m/z puede determinarse midiendo la frecuencia del movimiento de los iones.
Este tipo de analizador es el más potente de los que se dispone en la actualidad
en términos de resolución de masas y exactitud de masas.
Espectrómetros de masas en tandem (MS/MS)
72
Con la excepción del FTICR, casi todos los espectrómetros de masas utilizan para
la detección de los iones multiplicadores electrónicos, que emplean placas multi-
plicadoras o dínodos. Todos se fundamentan en el principio de la multiplicación
de electrones, de forma que tras el choque del ión sobre el primer dínodo se am-
plía el número de electrones hasta generarse entre 104 y 108.
Existen varias estrategias para identificar las proteínas a partir de los datos de
espectrometría de masas. Las principales son la técnica de «huellas de masa» y la
segunda la secuenciación. La técnica de «huellas de masa» (mass fingerprinting)
utiliza fundamentalmente MALDI-TOF MS [7] y la secuenciación de péptidos es-
pectrometría de masas tandem [8]. La espectrometría de masas tandem normal-
mente se realiza en un espectrómetro de masas de triple cuadrupolo, un cuadrupo-
lo de trampa iónica o un híbrido cuadrupolo-TOF, frecuentemente con cromato-
grafía líquida en línea.
Huellas de masa
Las masas de los péptidos pueden calcularse para cada entrada de una base de
datos de secuencias proteicas (o de la traducción de una base de datos de se-
cuencias de nucleótidos) utilizando la especificidad de rotura de la proteasa que
se emplea en el análisis, generalmente la tripsina. Así pues, se determinan las
masas experimentales mediante MALDI-TOF tras la digestión proteolítica de la
proteína aislada, normalmente separada por 2D-PAGE. Se comparan las masas
observadas con el conjunto de masas peptídicas calculadas y se genera una
puntuación basada en el número de masas que coinciden con las calculadas.
Como se ha señalado, la tripsina es la enzima favorita para las huellas de masa.
Es relativamente barata, muy eficaz y genera péptidos con un tamaño medio de
unos 8-10 aminoácidos, muy adecuados para el análisis por MS. Los programas
74
de búsqueda accesibles en Internet para las huellas de masa que más se emplean
son Mascot [9], MS-Fit [10] y ProFound [11]. En principio, deben obtenerse los
mismos resultados con todos los programas cuando se emplean los mismos pará-
metros. Una descripción más detallada del análisis de las huellas de masa en los
estudios proteómicos puede encontrarse en el trabajo de Thiede et al [12].
Secuenciación
Referencias
Micromatrices proteicas
Introducción
1. Micromatrices funcionales
2. Micromatrices de detección (o matrices analíticas)
3. Micromatrices de fase inversa
Las micromatrices funcionales pueden utilizarse para analizar las propiedades bio-
químicas como la actividad enzimática y la especificidad de sustrato [1]. Las inte-
racciones enzima-sustrato pueden determinarse colocando posibles sustratos sobre la
micromatriz, incubándolas con la enzima y luego cuantificando la actividad enzimá-
tica de cada punto. Para determinar las interacciones proteína-proteína, se inmovili-
zan péptidos o proteínas sobre la micromatriz y esta se incuba con posibles compa-
ñeros de unión. Se detecta la interacción con marcajes fluorescentes. Otras
interacciones que pueden estudiarse son proteína-proteína, hormona-receptor o car-
tografiar epítopos.
En las micromatrices proteicas de detección se inmovilizan sobre el soporte diver-
sos reactivos de afinidad (antígenos o anticuerpos) que se utilizan para determinar
la abundancia de proteínas en una matriz compleja como el suero [2] (Figura
6.3). Las micromatrices analíticas pueden emplearse para determinar anticuerpos,
en el diagnóstico de la alergia o las enfermedades autoinmunitarias o para contro-
lar la expresión proteica a gran escala. En una tercera categoría de micromatrices
80
proteicas, que normalmente reciben el nombre de micromatrices en fase inversa
[3], los tejidos, los lisados celulares o las muestras de suero se colocan sobre la
superficie de la micromatriz y se analizan con un anticuerpo por analito para una
lectura múltiple.
81
Se han empleado diversos métodos para unir la proteína a la matriz, entre ellos la
adsorción pasiva de anticuerpos a membranas, los vidrios recubiertos de poli-L-
lisina, los hidrogeles, la unión covalente a vidrios recubiertos de aminas reactivas y
la unión de anticuerpos biotinilados a vidrios recubiertos de estreptavidina.
Aún no se ha determinado cual es la mejor elección de la superficie y depende de
la aplicación o del método de detección utilizado [4]. Los factores que hay que
tener en cuenta al evaluar las superficies son la reproducibilidad y la consistencia
tanto del fondo como de las señales, los niveles de las señales con relación a los
niveles de fondo y la capacidad de las superficies para mantener los anticuerpos
en unas formas reactivas plegadas adecuadamente.
La forma más simple de unir una proteína es la adsorción superficial. Esta estrate-
gia empleada durante mucho tiempo en los ELISA y las transferencias Western se
basa en la adsorción de las macromoléculas por medio de fuerzas electrostáticas
a superficies cargadas (portas recubiertos de poli-lisina) o por interacciones hidró-
fobas (membranas de nitrocelulosa o fluoruro de polivinildeno). Los portas recubier-
tos de nitrocelulosa muestran una capacidad de unión excelente y larga estabili-
dad de las sondas impresas. Sin embargo, la unión inespecífica a la nitrocelulosa
puede representar un problema significativo. A pesar de su simplicidad, el método
82
de adsorción tiene algunos inconvenientes, como son la separación de las proteí-
nas unidas con las condiciones severas de lavado, el fondo elevado debido a la
adsorción-desadsorción proteica inespecífica y a que las proteínas adsorbidas
sobre las superficies hidrófobas tienden a desnaturalizarse.
Una estrategia más fuerte es la unión covalente de proteínas y péptidos sobre la
superficie de una microplaca. El mecanismo covalente de enganche necesita la
presencia de grupos reactivos sobre el soporte, normalmente grupos electrófilos
como los epóxidos, los aldehídos y los ésteres/isotiocianatos de succimidilo ca-
paces de reaccionar con grupos nucleófilos (amino, tiol, hidroxilo) sobre las molé-
culas de ligando.
Una vía alternativa para inmovilizar las proteínas es utilizar una matriz que embe-
be la proteína en un entorno estructurado. Este mecanismo no implica el entrecru-
zamiento de las moléculas de captura con la superficie sino que se basa en el
atrapamiento físico de las proteínas en geles como la poliacrilamida o la agarosa.
Con independencia del sistema de unión, la inmovilización se produce con una
orientación aleatoria o inespecífica. Además de los métodos inespecíficos, las
moléculas sonda pueden marcarse e inmovilizarse por una interacción específica
no covalente entre la marca y las moléculas de captura inmovilizadas. Utilizando
estrategias de afinidad, la inmovilización tiene lugar de un modo orientado, uni-
forme y específico. La desventaja de esta estrategia es que las proteínas deben
biotinilarse o marcarse.
A pesar de la falta de una superficie ideal universal o de una estrategia de inmovi-
lización, los resultados publicados indican que está claro que los métodos existen-
tes son más que adecuados para muchas aplicaciones [5].
Ligandos de captura
La selección y producción de los agentes de captura son los puntos más críticos de
las macromatrices de detección de proteínas [6]. Existe una gran variedad de
ligandos de captura para su uso en las micromatrices proteicas. La clase principal
es la de anticuerpos, debido a su alta estabilidad, especificidad y afinidad para
las moléculas diana. Se han empleado micromatrices de autoantígenos para la
detección específica de autoanticuerpos y micromatrices de antígenos en estudios
de alergia.
Los péptidos sintéticos tienen características interesantes como ligandos de captu-
ra: pueden mimetizar las actividades biológicas de las proteínas, son fáciles de
sintetizar y manipular y son normalmente muy estables y baratos. Desgraciadamen-
te a veces carecen de una alta afinidad frente a las proteínas diana.
83
Detección
La detección puede hacerse utilizando métodos sin marcaje y métodos con sondas
marcadas [Espina, 2004]. Entre los métodos sin marcaje se encuentran la espec-
trometría de masas (MS), la resonancia de plasmón superficial (SPR), la microsco-
pia de fuerza atómica (AFM), los sistemas de «microvoladizos» (microcantilevers)
electromecánicos y el análisis con microbalanza de cristal de cuarzo (QCM). Entre
los métodos con sondas marcadas están la detección por fluorescencia, quimiolu-
miniscencia, electroquimioluminiscencia y radiactividad.
Fluorescencia
Se han empleado diversos compuestos fluorescentes como marcaje en los métodos
con micromatrices y en la actualidad son el método preferido de detección [8]. Se
utilizan mucho para la detección de proteínas los colorantes Cy3 y Cy5.
Una estrategia muy utilizada es la amplificación de círculo rodante (rolling circle
amplification, RCA) que mejora la sensibilidad de la detección de fluorescencia
para detectar antígenos por debajo de una concentración femtomolar [9]. El sis-
tema RCA utiliza un anticuerpo «reportero» conjugado con un oligonucleótido. El
anticuerpo reportero se une al analito de la muestra capturado sobre la superficie
sólida de la micromatriz. Un DNA circular hibrida con una secuencia complemen-
taria del oligonucleótido. El complejo resultante se lava para eliminar el exceso de
reactivos y se amplifica el DNA marcador mediante la DNA polimerasa. El pro-
ducto amplificado se marca in situ por hibridación con oligonucleótidos marcados
con fluorescencia.
Detección cromogénica
Los cromógenos son sustratos de una reacción enzimática que genera un producto
coloreado insoluble. Las enzimas más empleadas para las reacciones cromogéni-
cas en micromatrices son la fosfatasa alcalina y la peroxidasa de rábano picante.
Estas enzimas actúan sobre sustratos químicos incoloros generando productos
coloreados.
Quimioluminiscencia
La quimioluminiscencia, que es la luminiscencia generada por una reacción quími-
ca, normalmente se emplea en micromatrices para la detección de proteínas reco-
nocidas por anticuerpos secundarios marcados con fosfatasa alcalina o peroxida-
sa de rábano picante.
Radiactividad
85
El marcaje radiactivo se realiza principalmebte con isótopos como el 32P o el 3H
incorporados a las proteínas o por sondas de triyodotironina-125I. La detección de
la señal se visualiza por autorradiografía y se cuantifica con un densitómetro.
SELDI-TOF MS
Matriz proteica
Analizador de masa
Automatización
En los últimos años se han introducido algunos sistemas para automatizar los análi-
sis con micromatrices. Ciphergen (www.ciphergen.com) ha fabricado una plata-
forma que utiliza la tecnología SELDI para identificar biomarcadores. El Protein-
Chip System Series 4000, que integra instrumentación, programas informáticos y
matrices, puede funcionar de cuatro modos que son descubrimiento, purificación,
identificación y análisis de biomarcadores.
Referencias
Introducción
La medida de las proteínas del plasma se emplea desde hace mucho tiempo como
parámetro de utilidad para el diagnóstico y seguimiento de muchas enfermedades.
Desde hace unos pocos años la introducción de métodos potentes de separación
como la electroforesis bidimensional en gel o las separaciones multidimensionales,
junto con la identificación de las proteínas por medio de espectrometría de masas
han permitido la transición del análisis de proteínas desde las determinaciones una
a una al análisis simultáneo de mezclas muy complejas. 89
El plasma humano es un espécimen clínico primario fundamental en el diagnóstico
de enfermedades y el control terapéutico. El plasma es un gran depósito de pro-
teínas que contiene miles de proteínas diferentes, entre las que se encuentran las
proteínas sanguíneas clásicas y otras muchas proteínas secretadas, vertidas o
perdidas de células y tejidos de todo el cuerpo. Una vez identificados los biomar-
cadores proteicos en un órgano o tejido se puede analizar el plasma sanguíneo
para buscar esos marcadores biológicos en la circulación.
Dado que el plasma/suero sanguíneo puede contener alguna combinación resi-
dual y potencialmente detectable de todos los sub-proteomas diferenciados del
organismo, los análisis del plasma pueden proporcionar información sobre estos
tejidos y, además, pueden proporcionar información con relación a casi cualquier
estado de enfermedad. En concreto, el plasma humano es potencialmente la mues-
tra más informativa que puede recogerse de una persona y que describe su estado
actual de salud. Aunque el plasma sanguíneo parece ser ideal para el análisis
proteómico con aplicaciones clínicas casi ilimitadas, la investigación proteómica
del plasma humano es más complicada que otras aplicaciones proteómicas como
los estudios celulares y microbianos. En este Capítulo se describe el estado actual
de la proteómica del plasma sanguíneo. Como señalan Liotta et al [1] quizás
llegue un tiempo en el que una pequeña muestra de sangre revelará una imagen
de los estados fisiológicos y patológicos de cada uno de los tejidos del organis-
mo. Asimismo, se incluye la descripción de los estudios que se están realizando
sobre el proteoma de las diferentes células sanguíneas y su aplicación a las en-
fermedades hematológicas.
Proteínas plasmáticas
Marcadores tumorales
Figura 7.1. 2-DE de plasma humano. Imagen tomada del Swiss-2DE PAGE
(http://www.expasy.org/ch2d/)
95
La HUPO ha lanzado una fase piloto para: (1) evaluar las ventajas y limitaciones de
muchas vías de depleción, fraccionamiento y tecnología MS; (2) comparar los espe-
címenes humanos de referencia de suero y plasma anticoagulado con EDTA, hepa-
rina y citrato, y (3) crear una base pública de conocimientos. Enviaron datos 35
laboratorios participantes de 13 países y se identificaron 3020 proteínas con dos o
más péptidos [11].
En la Segunda Conferencia Anual de la HUPO celebrada en marzo de 2006, los
investigadores trataron los retos que quedaban al PPP de la HUPO una vez con-
cluida la fase piloto [12]. De acuerdo con Gil Omenn, co-director del PPP, el
proyecto continuará con varios grupos de trabajo. Éstos probablemente se centra-
rán en seis misiones:
El cáncer es una enfermedad del DNA que se origina en los genes mutados y que
conduce a una expresión proteica aberrante. De esta forma, se espera que los
estudios proteómicos del cáncer sean capaces de identificar marcadores biológi-
cos de la enfermedad que puedan emplearse tanto para el diagnóstico precoz
como para el seguimiento de la eficacia del tratamiento. Asimismo, pueden dise-
ñarse tratamientos a la medida de acuerdo con las expresiones proteicas.
Las micromatrices proteicas se han utilizado mucho para la detección precoz del
cáncer [15]. La tecnología SELDI-TOF MS utilizando muestras de suero se ha apli-
cado a los estudios del cáncer de ovario [16-18], mama [19-23], cabeza y cue-
llo [24], gastrointestinal [25], páncreas [26] y próstata [27].
Cáncer de ovario
Cáncer de mama
Cáncer de próstata
100
Cáncer colorrectal
Células sanguíneas
Plaquetas
Leucocitos
Referencias
Proteómica de la orina
Introducción
Enfermedades glomerulorrenales
El rechazo agudo del injerto renal es uno de los problemas principales del tras-
plante renal. En la actualidad, el diagnóstico del rechazo agudo se realiza me-
diante biopsia renal. Un marcador biológico no invasor de rechazo permitiría no
sólo el diagnóstico precoz, sino también un control frecuente del tratamiento inmu-
nodepresor. Se han intentado varias estrategias, como las medidas de mRNA en
los linfocitos de la orina, la citometría de flujo de la orina y las medidas de linfoci-
tos alorreactivos en sangre periférica, pero ninguna ha alcanzado una aplicación
clínica. En los últimos años se ha aplicado la proteómica para buscar marcadores
biológicos de rechazo agudo del injerto.
En un estudio inicial, Clarke et al [16] han utilizado la técnica SELDI-TOF MS para
evaluar el proteoma de la orina en los trasplantes rechazados. Encontraron varios
picos, pero no los pudieron identificar. Posteriormente, O´Riordan et al [17], utilizando
también SELDI-TOF MS, identificaron tres picos con masas de 4.7, 25.6 y 19.0 kDa
que diferenciaban a los pacientes con rechazo agudo de los pacientes estables.
En otro estudio inicial, Schaub et al [18], utilizando SELDI-TOF MS, encontraron
tres grupos de picos prominentes en los pacientes con episodios de rechazo agu-
do. En la mayoría de los pacientes la presencia o ausencia de estos grupos de
picos estaba correlacionada con la evolución clínico-patológica. Estas proteínas se
118
identificaron posteriormente por espectrometría de masas como derivadas de for-
mas fraccionadas de la β2-microglobulina no producidas por la tripsina [19]. Los
experimentos in vitro han revelado que las roturas de la β2-microglobulina intacta
requieren un pH de la orina de menos de 6 y la presencia de proteasas aspárti-
cas. Los pacientes con rechazos agudos tenían menores pH de la orina y mayores
cantidades de proteasas aspárticas que los pacientes trasplantados estables y las
personas normales. Estos factores conducen en última instancia a mayores canti-
dades de β2-microglobulina fraccionada en la orina.
En un trabajo reciente, Reichelt et al [20] han utilizado la técnica SELDI-TOF MS
para estudiar el rechazo del injerto renal. Identificaron varios picos proteicos en la
orina que diferenciaba el rechazo de su ausencia. Con dos biomarcadores a
25.71 kDa y 28.13 kDa obtuvieron una sensibilidad diagnóstica del 90% y 93%
y una especificidad del 80% y 85%, respectivamente.
Cánceres urológicos
Urolitiasis
123
Capítulo 9
Proteoma normal
Los primeros estudios del proteoma del LCR se realizaron empleando electroforesis
bidimensional en gel y espectrometría de masas para identificar las proteínas
separadas [1,2]. Con estas técnicas se identificaron unas 30 proteínas, las más
abundantes del LCR. Posteriormente, se ha analizado el proteoma del líquido
cefalorraquídeo utilizando electroforesis capilar [3] y enfoque isoeléctrico capilar
[4]. Wettherhall et al [3] acoplaron la electroforesis capilar (EC) a un espectróme-
tro de masas de resonancia de ión ciclotrón con transformada de Fourier. Primero
realizaron una digestión con tripsina de las proteínas y tras separarlas por EC
identificaron unas 30 proteínas con la espectrometría de masas.
Posteriormente, Ramstrom et al [5] comunicaron la combinación de cromatografía
líquida capilar con espectrometría de masas con transformada de Fourier para
analizar el proteoma del LCR. Identificaron 39 proteínas con sólo 32 µL de LCR.
Hu et al [6] han estudiado las variaciones intra-individuales e inter-individuales del
proteoma del LCR. Noben et al [7] han empleado sistemas multidimensionales de
separación de péptidos con posterior identificación por espectrometría de masas
126
para estudiar el LCR, identificando 148 proteínas, 60 de las cuales por vez prime-
ra en LCR por espectrometría de masas. Existe un mapa de referencia de las pro-
teínas del LCR al que se puede acceder en Internet en http://www.expasy.ch.
Plasma seminal
Líquido amniótico
El líquido amniótico (LA) es esencial para el desarrollo del feto durante el embara-
zo. Su producción varía a lo largo de éste y está relacionada directamente con la
integridad funcional de los compartimentos fetal, de la placenta y amniótico. Al
comienzo del embarazo, el LA es principalmente agua procedente de la madre,
pero tras la 12 semana, la orina fetal constituye casi la totalidad del líquido. Es
conocido que el líquido amniótico (LA) contiene muchas proteínas cuya expresión
refleja la constitución genotípica del feto y regula las interacciones fisiológicas feto-
128
maternas. La concentración de proteínas del LA es de 2-17 mg/mL al comienzo
del embarazo y de 2-7 mg/mL al final.
Proteoma normal
El primer mapa proteico bidimensional del líquido amniótico fue publicado por
Liberatori et al [22] en 1997. Posteriormente, se han realizado otros estudios. Más
recientemente, Tsangaris et al [23] han obtenido una base de datos proteica 2D
del sobrenadante del LA humano normal. La identificación proteica se realizó por
MALDI-TOF. Se han identificado 136 productos génicos diferentes. La mayoría de
las proteínas identificadas eran proteínas reguladoras, enzimas, proteínas secreta-
das, transportadoras e inmunoglobulinas. Michel et al [24] han comparado el
plasma sanguíneo con el LA y han encontrado que 26 proteínas estaban exclusi-
vamente en el LA y no en el plasma sanguíneo. Diez de ellas pertenecen a la
placenta o son específicas del embarazo.
Las vías aéreas y, especialmente, los alvéolos están recubiertas con una capa fina
de líquido que es una fuente importante de células y componentes solubles del
pulmón, que desempeñan funciones importantes protegiendo al pulmón de agre-
siones indebidas y conservando su capacidad de intercambio de gases. Varios
estudios recientes en BALF sugieren que la 2D-PAGE puede ser útil para investigar
las variaciones de la expresión proteica en los pacientes con diversas enfermeda-
des pulmonares.
Proteoma normal
Varios grupos han estudiado el proteoma del BALF. Magi et al [29] y Sabounchi-
Schutt et al [30] han sido los principales investigadores en obtener el proteoma
normal del BALF. Se han visualizado mediante tinción con plata más de 1200
manchas proteicas, identificándose un gran número de proteínas. Una compara-
ción entre los proteomas del plasma y del BALF revela que determinadas proteínas
se caracterizan por una mayor concentración en el BALF que en el plasma, lo que
sugiere que se producen de forma específica en las vías aéreas. Estas proteínas
son, por lo tanto, buenos candidatos como biomarcadores específicos del pulmón.
El cerebro es uno de los tejidos más complejos de los organismos superiores, que
se diferencia de los demás órganos debido a sus muchos tipos celulares diferentes,
130
su estructura a nivel celular y tisular y su capacidad restringida de regeneración.
Desde el comienzo de las investigaciones proteómicas se ha estudiado el cerebro.
Los primeros análisis se realizaron utilizando 2D-PAGE e identificación de las
proteínas por MALDI-TOF y más recientemente se han empleado sistemas de sepa-
ración multidimensional [32].
Entre las iniciativas de la Organización del Proteoma Humano (HUPO) se encuen-
tra el Human Brain Proteome Project (HBPP; www.hbpp.org), Proyecto del Proteo-
ma del Cerebro Humano, con los objetivos siguientes:
1. Analizar el proteoma del cerebro del ser humano y del ratón en situaciones
normales y en distintas enfermedades cerebrales y el envejecimiento. Entre las
enfermedades prioritarias están las enfermedades de Alzheimer y Parkinson.
2. Realizar estudios de proteómica cuantitativa y analizar la expresión proteica
de diferentes áreas cerebrales y de líquidos cerebrales, tanto en condiciones
normales de salud como en diferentes enfermedades.
3. Avanzar en el conocimiento de las enfermedades neurológicas y del envejeci-
miento para impulsar nuevos métodos diagnósticos y nuevos tratamientos.
4. Intercambiar conocimientos y datos con otros proyectos de la HUPO e iniciati-
vas nacionales/internacionales en el campo de la neuroproteómica.
5. Realizar investigación neuroproteómica y proporcionar los resultados a la
comunidad científica y la sociedad.
Uno de los objetivos del HBPP es la generación de un mapa proteico del cerebro.
Se han obtenido ya proteomas de diversos orgánulos y fracciones subcelulares del
cerebro humano, como las mitocondrias, los microsomas y la fracción citosólica.
Recientemente se han comunicado diversos trabajos dentro del HBPP. Park et al [33]
han utilizado métodos se separación multidimensionales (fraccionamiento bioquímico
de acuerdo con la solubilidad, 1D y RP-LC), antes del análisis MS/MS, para aumen-
tar el intervalo y número total de proteínas identificadas en el lóbulo temporal del
cerebro humano. Han identificado 1533 proteínas, que han clasificado de acuerdo
con su distribución en los componentes celulares. Mueller et al [34] han colocado en
el contexto biológico las proteínas identificadas en el HBPP. Estas proteínas se han
agrupado en diferentes clases: Proteínas del citoesqueleto, enzimas del metabolismo
intermediario, proteínas de señalización, proteínas antioxidantes, proteínas de ubi-
quitinación y relacionadas con el proteasoma, proteínas de unión al RNA y que
participan en la transcripción, corte y empalme y elongacion, proteínas de choque
térmico y chaperonas, proteínas neuronales y proteínas de la glia. Reidegeld et al
[35] y Hamacher et al [36] han resumido los logros obtenidos hasta ahora en el
HBPP.
132
Proteoma del hígado
Proteoma cardíaco
Proteomas subcelulares
Núcleo
Mitocondrias
Las mitocondrias son uno de los orgánulos subcelulares más complejos, donde
tienen lugar muchas funciones celulares como la producción de energía, el meta-
bolismo de los ácidos grasos, la síntesis de pirimidinas, la homeostasis del calcio y
la señalización celular.
Se han realizado varios estudios proteómicos con mitocondrias procedentes de
células humanas [64]. Uno de los primeros análisis se realizó en mitocondrias
purificadas a partir de placenta humana utilizando electroforesis bidimensional en
gel e identificación por espectrometría de masas [65]. Sólo se identificaron 46
proteínas y muchas de ellas no eran de origen mitocondrial, lo cual sugería una
contaminación significativa del citoplasma y otros compartimentos. Un estudio
posterior con mitocondrias de una línea celular de neuroblastoma identificó 80
135
proteínas con poca contaminación [66]. Lescuyer et al [67] utilizaron 2D-PAGE y
huellas peptídicas de masa para analizar el proteoma mitocondrial de placenta
humana. Identificaron unas 140 proteínas, aunque aproximadamente el 25% de
ellas eran contaminantes.
Utilizando un fraccionamiento en gradiente de sacarosa y métodos de secuencia-
ción de proteínas mediante MS se identificaron 615 proteínas diferentes [68]. Un
estudio posterior mediante técnicas cromatográficas multidimensionales de mito-
condrias cardíacas amplió el número de proteínas a 685 [69].
Una proporción significativa de las proteínas identificadas participa en la fosforila-
ción oxidativa, la señalización, la síntesis de DNA, RNA y proteínas, el transporte
iónico y el metabolismo lipídico [68]. El proteoma mitocondrial puede consultarse
en Internet en MitoProteome (www.mitoproteome.org) [70] y MITOP
(www.mitop.de) [71] donde se encuentran tabuladas las proteínas mitocondriales
y se dan asignaciones funcionales y categorías.
Lisosomas
Los lisosomas son orgánulos en los que tiene lugar la degradación de proteínas,
oligosacáridos, glucolípidos, glucosaminoglucanos y otras macromoléculas. En
1998, Chataway et al [72] presentaron una base de datos de electroforesis bidi-
mensional de proteínas lisosómicas de placenta humana. Un poco después, Jour-
net at al [73] analizaron el proteoma de lisosomas de monocitos y células de
cáncer de mama buscando nuevas hidrolasas. Utilizando 2D-PAGE, Wunderlich et
al [74] compararon los perfiles proteicos de los endosomas tempranos y tardíos y
encontraron que varias manchas proteicas estaban aumentadas en los endosomas
tardíos. Una de las proteínas que aumentaba denominada p14 actuaba como
proteína adaptadora esencial para el ensamblaje de un complejo crucial en la
transducción de señal [75]. El análisis proteómico de lisosomas purificados tam-
bién ha conducido a la identificación de proteínas del complejo γ-secretasa, pro-
porcionando datos para un mejor conocimiento de la enfermedad de Alzheimer
[76].
Peroxisomas
Los peroxisomas son orgánulos metabólicos presentes en casi todas las células
eucariotas que contienen enzimas implicadas en la respiración del peróxido de
hidrógeno y el metabolismo de lípidos. Se han realizado varios estudios proteómi-
cos que comparan el proteoma de células con y sin exposición a agentes de
proliferación peroxisómica [77]. Esta estrategia indirecta se utiliza debido a la
dificultad para aislar estos orgánulos. Kikuchi et al [78] han realizado un estudio
proteómico con peroxisomas aislados utilizando SDS-PAGE combinada con croma-
136
tografía líquida y espectrometría de masas. Identificaron 34 proteínas peroxisómi-
cas conocidas, además encontraron dos proteínas peroxisómicas nuevas muy
abundantes de función desconocida.
Exosomas
Referencias
143
TÍTULOS PUBLICADOS
INTERFERENCIAS ANALÍTICAS
Dirigida por N. Gascón, F. Antoja y R. Galimany 145
Interferencias analíticas y efectos biológicos. Interferencias endógenas. Revisión
crítica de los diversos protocolos para el estudio de las interferencias analíticas.
Criterios para la interpretación de interferencias analíticas. Estudio multicéntrico de
las interferencias analíticas producidas por diversos medicamentos.
96 páginas (1993).
AVANCES EN HORMONOLOGÍA
Dirigida por M.A. Navarro Moreno
Se destacan algunos de los aspectos más sobresalientes que han ocurrido en el
estudio de la patología relacionada con el análisis hormonal en los últimos años.
Existen capítulos que abordan este estudio con técnicas de biología molecular (hipó-
fisis, tiroides); otros recopilan la regulación general de órganos y sistemas (ovario y
crecimiento) a la luz de la implicación que los factores de crecimiento ejercen en
esta regulación. Otros capítulos describen marcadores óseos y regulación hormonal
del hueso y de las hipercalcemias, centrándose los restantes en aspectos tan nove-
dosos como el abordaje del estudio de tumores ocasionales suprarrenales, estudio
de proteínas en diabetes, la DHA como agente terapéutico y el tema siempre deba-
tido del uso de los llamados métodos de tercera generación para la tirotropina.
136 páginas (1996).
RECOMENDACIONES EN ENZIMOLOGÍA CLÍNICA
Dirigida por F. Canalias y F.J. Gella
La presente monografía es una recopilación de todas las recomendaciones defini-
tivas de la Comisión de Enzimas de la SEQC. Se tratan exhaustivamente las enzi-
mas con mayor aplicación en el campo del Laboratorio Clínico. Los documentos se
han agrupado en función de su temática, prescindiendo del orden en que fueron
publicados. Debe tenerse en cuenta que se ha respetado totalmente el contenido
original de cada documento, aunque incumplan alguna recomendación posterior
de la SEQC en aspectos de nomenclatura.
128 páginas (1997).
HOMOCISTEÍNA
Esta monografía el resultado de la 1.ª Jornada Nacional sobre Homocisteína que
se celebró en Segovia en el marco de las Jornadas del Comité Científico de la
Sociedad Española de Bioquímica Clínica y Patología Molecular, organizada por
el Grupo de Trabajo sobre Homocisteína.
Se revisan tanto los aspectos técnicos de la determinación de la homocisteína,
importantes en nuestra especialidad, como los aspectos clínicos. Desde la perspec-
tiva clínica se trató tanto la patología vascular en los distintos territorios, como otras
patologías, quizá menos prevalentes, pero no por eso menos interesantes. Otro
aspecto que se consideró muy de actualidad y también se presentó en la Jornada
fue los aspectos nutricionales y epidemiológicos de la homocisteína.
Finalmente, la monografía recoge los 24 pósters que se presentaron en la Jornada,
que ya se publicaron en el número 2004; 23 (3): 121-154 de la revista Química
Clínica.
151
164 páginas (2005).
VITAMINAS
Dirigido por: Ramón Deulofeu Piquet, M. Antonia Vilaseca y M. Cruz Pastor
La Comisión de Vitaminas Nutrición y Dietética, ha publicado la primera parte de
la Monografía de Vitaminas (volumen I) Hidrosolubles.
Hoy en día ha cambiado la perspectiva de estudio de las vitaminas, pues sabe-
mos que, en nuestro medio, tan importante es el déficit parcial como fue la caren-
cia absoluta en épocas anteriores. Los temas de nutrición son de gran actualidad
pues cada día tenemos más pruebas de que la calidad de la dieta está en rela-
ción directa a la salud. Esta monografía reúne las aportaciones de expertos de
diferentes áreas tanto de la universidad, como de los laboratorios clínicos e incluye
un prólogo del profesor Gregorio Varela-Mosquera, no olvida los aspectos meto-
dológicos y aporta información clínica y nutricional muy útil.
180 páginas (2005).