C. Banfi - Riesgos en La Interpretación de Un Contrato
C. Banfi - Riesgos en La Interpretación de Un Contrato
C. Banfi - Riesgos en La Interpretación de Un Contrato
DERECHO CONTRACTUAL
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Resumen: Los contratos entre partes sofisticadas deben ser interpretados con
apego a su letra, pues ésta refleja la intención de ellas, salvo evidencia conclu-
yente en contrario. Ello es coherente con el pacta sunt servanda y la estabilidad
contractual, reduciendo el riesgo de arbitrariedad o error judicial.
*
Profesor asociado de Derecho Civil, Universidad de Chile. Este trabajo integra el Proyecto
Fondecyt Regular Nº 1170094. Todas las traducciones son mías. Las referencias a artículos
se entienden hechas al Código Civil chileno.
206 Cristián Banfi del Río
2003, p. 447.
Véase, v. gr., Molina Molina, Ranfer, “La terminación del contrato ‘ad nutum’”, en
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Debe entenderse esta remisión al art. 1567 CC.
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Navia Arroyo, Felipe, “La terminación unilateral del contrato de derecho privado”,
en Revista de Derecho Privado de la Universidad Externado de Colombia, n. 14, 2008, p. 38.
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Sin dudas también podrá ser materia de la controversia la cuestión de si el demandado
ejerció su facultad de desistirse unilateralmente del contrato, sin abusar de tal derecho, esto
es, actuando de buena fe y notificando a la contraparte con la antelación prevista en el pacto.
Requisitos a los que no me referiré en este trabajo y sobre los cuales puede verse, v. gr., Molina,
R., “La terminación del contrato…” cit. (n. 1), pp. 146-153; Caprile, B., “El desistimiento
unilateral…” cit. (n. 1), pp. 288-295, y Pizarro Wilson, Carlos, “¿Puede el acreedor poner
término unilateral al contrato?, en Revista Ius et Praxis, n. 13, 2007, pp. 23-26.
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lución e indemnización de daños, Bogotá, Editorial Universidad del Rosario, 2010, pp. 49-50.
Coloma Correa, Rodrigo, “Interpretación de contratos: entre literalidad e intención”,
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Corte Suprema, 8 de agosto de 1956, Revista de Derecho y Jurisprudencia, t. 53, sec. 1ª,
p. 217.
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Claro Solar, Luis, Explicaciones de derecho civil chileno y comparado, T. XII, 2ª ed.,
Santiago, Editorial Jurídica de Chile, 1979, pp. 16-18.
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Diccionario RAE, 22ª edición.
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pretarán las cláusulas ambiguas a favor del deudor.// Pero las cláusulas ambiguas que hayan
sido extendidas o dictadas por una de las partes, sea acreedora o deudora, se interpretarán
contra ella, siempre que la ambigüedad provenga de la falta de una explicación que haya
debido darse por ella”.
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“El sentido en que una cláusula puede producir algún efecto, deberá preferirse a aquel
en que no sea capaz de producir efecto alguno”. Art. 1562 CC.
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“Las cláusulas de un contrato se interpretarán unas por otras, dándose a cada una el
sentido que mejor convenga al contrato en su totalidad”. Art. 1564 inc. 1º, CC.
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“O por la aplicación práctica que hayan hecho de ellas ambas partes, o una de las
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conducta sea defraudada por un obrar contradictorio”: Boetsch Gillet, Cristián, La buena
fe contractual, Santiago, Editorial Jurídica de Chile, 2011, p. 68.
Ekdahl Escobar, María Fernanda, La doctrina de los actos propios. El deber jurídico
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Publishing, 2010, pp. 67 y ss.; López Santa María, Jorge, Los contratos. Parte general,
Santiago, LegalPublishing, 2010, 5ª ed., pp. 337 y ss.
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Claro, L., Explicaciones cit. (n. 10), t. III, p. 20.
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Lyon Puelma, Alberto, “Integración e interpretación de los contratos”, en Alcalde,
Enrique, y Fábregas, Hugo (coord.), Estudios jurídicos en homenaje al profesor Pablo Rodrí-
guez Grez, Universidad del Desarrollo, Santiago, Facultad de Derecho, 2009, p. 186.
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Corte Suprema, 28 de noviembre de 1988, Revista de Derecho y Jurisprudencia, t. 85,
sec. 3ª, p. 183.
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La contradicción de los actos propios previos es sancionada con la negación de toda
eficacia a la conducta posterior, en la medida que se verifiquen tres requisitos, los que en mi
opinión concurrirían en el presente caso: “a) una conducta anterior, que revela una determi-
nada posición jurídica de parte de la persona a quien se le trata de aplicar este principio;
b) una conducta posterior por parte del mismo sujeto, contradictoria con la anterior; y c) que
el derecho o pretensión que hace valer la persona en quien incide el acto perjudique a la
contraparte jurídica”: Corte Suprema, 5 de octubre de 2006, rol Nº 1696-2005, cons. 13º.
“Así, se impide jurídicamente el que una persona afirme o niegue la existencia de un hecho
determinado, en virtud de haber antes ejecutado un acto, hecho una afirmación o formulado
una negativa en el sentido precisamente opuesto, pues de acuerdo a este principio, nadie puede
contradecir lo dicho o hecho por él mismo, con perjuicio de un tercero. De esta manera, los
actos propios encuadran el derecho de los litigantes, de forma que no puedan pretender que
cuando han reclamado o negado la aplicación de una determinada regla en beneficio propio,
puedan aprovechar instrumentalmente la calidad ya negada precedentemente, con perjuicio
de los derechos de su contraparte…”: Corte Suprema, 22 de junio de 2011, rol Nº 9430-2009,
cons. 11º.
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“… investigando acerca de los orígenes de este precepto prohibitivo de nuestra ley civil,
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se llega hasta el Derecho Romano en que hubo preceptos similares que dieron nacimiento al
conocido aforismo jurídico ‘nemo auditur propriam turpitudinem allegans’, esto es, en tér-
minos más simples, ‘que nadie puede ser oído cuando alega su propia torpeza’, máxima que
reproducida más tarde por Delvincourt y traducida del francés por don Andrés Bello bajo la
norma de que ‘nadie puede alegar su propia inmoralidad’, inspiró la nota marginal puesta por
éste como comentario al precepto análogo al artículo 1683 que se contenía en el ‘Proyecto
Inédito de Código Civil’, que figura en el tomo XIII de sus ‘Obras Completas’ y que revela el
pensamiento de nuestro Código. Y de estos antecedentes puede inferirse racionalmente que
esta prohibición, que es a la vez sanción del litigante inmoral, es de carácter restrictivo y
personalísimo en atención al móvil que la inspira y, por ende, no puede operar sino respecto
de la persona natural que celebró el acto o contrato a sabiendas del vicio existente”: Corte de
Apelaciones de Santiago, 21 de noviembre de 1952, Revista de Derecho y Jurisprudencia t. 51,
sec. 1ª, p. 48, cons. 6º, dejada afirme por Corte Suprema, 12 de enero de 1954. Similarmente,
se ha fallado que “un comerciante experimentado y exitoso que no podía ignorar, en caso de
haber existido el vicio que pretende, las circunstancias en que éste se fundaría, por lo que, a
la luz de lo que dispone el artículo 1683 del Código Civil, está privado de la titularidad de
la acción de nulidad absoluta dado que alega su propia torpeza”: Corte de Apelaciones de
Santiago, 1 de agosto de 1992, Gaceta Jurídica, Nº 146, p. 49.
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Art. 1683 CC.
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Art. 1468 CC.
“La ley, al establecer la prohibición del artículo 1683… tomó en cuenta considera-
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ciones de moralidad, y quiso sancionar la reticencia en que incurre una persona que celebra
un contrato, a sabiendas de que adolece de un vicio que acarrea su nulidad absoluta, porque
esto significa que lo está celebrando con plena conciencia de que está infringiendo disposi-
ciones de orden público y de interés general, que la ley tiene mucho interés en proteger, lo
que constituye una acción reprobable”: Alessandri Besa, Arturo, La nulidad y la rescisión en
el derecho civil chileno, Santiago, Editorial Jurídica de Chile, 2015, 3ª ed., t. I, pp. 542-543.
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Art. 16, letra a), Ley Nº 19.496, de 1997.
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Los elementos o factores que permiten establecer la presencia de partes sofisticadas
inciden “tanto en la naturaleza del negocio como en el nivel educacional formal e informal
y las habilidades y destrezas profesionales de los partícipes de la operación; en la dificultad
del análisis que debe tener lugar para avanzar en el proceso de contratación; en la capacidad
que se exige para diseñar soluciones creativas a las cuestiones que las partes deben resolver,
soluciones que, a su turno, no deben entrabar las negociaciones entre ellas; en el criterio y
buen tino del consejo legal y financiero y, en fin, en la rigurosidad con que el contrato debe
reflejar la intención de las partes contratantes”: Montero Iglesis, Marcelo, “Notas sobre
el impacto de la formación del consentimiento en la interpretación del contrato entre partes
sofisticadas”, en Cuaderno de Análisis Jurídico, n. 3, 2006, p. 119.
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planteado, sobre todo si ha sido pactado para tener una larga duración en el tiempo y en
que las partes tienen derecho a operar sobre la expectativa razonable de que el contrato se
cumplirá no obstante la variación de las circunstancias existentes a la época del contrato”:
Corral, Contratos y daños por incumplimiento, cit. (n. 18), p. 244.
De la Maza Gazmuri, Íñigo, “Buena fe y partes sofisticadas”, en El Mercurio Legal,
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8 de noviembre de 2013.
“It is presumed ex post that a sophisticated party was aware of what to bargain for
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and read (or should have read) and understood (or should have understood) the terms of a
written agreement. Sophisticated parties are expected to negotiate ably and order contract
risks sensibly”: Miller, Meredith, “Contract law, party sophistication and the new formalism”,
en Missouri Law Review, n. 75, 2010, pp. 495-496.
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Kraus, Jody S., y Scott, Robert E., “Contract design and the structure of contractual
intent”, en New York University Law Review, n. 84, 2009, pp. 1023-1104.
Schwartz, Alan, & Scott, Robert E., “Contract interpretation redux”, en Yale Law
33
WLR 896.
218 Cristián Banfi del Río
Atiyah, Patrick S., y Smith, Stephen A. Atiyah’s introduction to the law of contract,
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force.
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Corte Suprema, 9 de diciembre de 2008, rol Nº 6341-2007, cons. 4º.