Adorno: pensar contra el todo. La dialctica negativa.

Theodor W. Adorno desarrolla en su libro Dialctica negativa una versin de la dialctica

hegeliana tradicional en la que resalta la negatividad, entendiendo por sta, la impugnacin
de toda identidad desde un no-ser disolvente que no admite integracin de la contradiccin
en una nueva identidad superior, como s ocurra en Hegel. Esto implica que en Adorno se
da una especie de agitacin constante que marcha contra corriente, a contrapelo, en medio
de paradojas y anttesis en las cuales su pensamiento fluye como dando saltos de un
extremo a otro, afirmando lo que al siguiente momento niega, y viceversa. La prosa de
Adorno es como un cauce de aguas que se arremolinan, de fuertes corrientes, en un ro que
nos obliga a una navegacin en perpetua alerta, en medio de zarandeos. No es el elegante
fluir de la prosa y el pensamiento hegeliano, sino un atormentado trasiego que sin embargo
deja un cierto regusto placentero. El pensamiento dialctico de Adorno busca no detenerse
nunca, no paralizarse ante la supuesta opacidad de las cosas. Recuerda enormemente al
Lukcs de Historia y conciencia de clase, por su crtica al pensamiento cosista. De hecho,
gran parte del libro de Adorno que nos ocupa, es una contundente impugnacin de lo que l
llama filosofas de la identidad. El pensamiento de la identidad obra identificando
identidades, es decir, totalizando, dotando de unidad consistente y subsumiendo lo
particular en el todo. As han operado, por ejemplo, el platonismo, el hegelianismo, el
idealismo subjetivista, el objetivismo positivista. Es lo que lleg a su culminacin con la
Modernidad, aunque Adorno seala que en la Ilustracin, dentro de la cual y a pesar de
haberse dedicado a dinamitarla (Dialctica de la Ilustracin) creo que se considera. La
Ilustracin es, para l, adems de identidad, su contrario: disolucin, acidez disolvente. Es
el aspecto de la misma que conecta con el afn que gua al alemn en su Dialctica
negativa, un afn, tambin, demoledor y disolvente. Lo que ocurre con la Ilustracin ha
sido una oscilacin de la razn que para cuestionar al mito ha acudido a un pensamiento de
la identidad, naturalista, de fenmenos y cosas, que ha acabado incurriendo en nuevas
mitologizaciones modernas, es decir, en una nueva cosificacin (reificacin) estabilista del
mundo, en una nueva opacidad en la que la sociedad y el pensamiento que piensa la
sociedad se topan, de nuevo, con insuperables opacidades.

Adorno va desarrollando las consecuencias de las distintas formas de subjetivismo y de
objetivismo no dialcticos. Todas acaban tropezando, segn l, de nuevo con la identidad.
Esto mismo se ha dado tambin en el pensamiento dialctico de Hegel o en ciertas
deformaciones de la dialctica en el marxismo del socialismo real. Todas ellas son formas
coactivas de pensar porque acaban oprimiendo lo particular, invisibilizndolo. Contra esto,
Adorno fija la mirada en lo que justamente ha carecido de importancia para la filosofa de
todos los estilos: lo carente de concepto, lo singular y lo particular. Para esto hay que
forzar, en cierto grado, la inercia identificadora del pensamiento: Lo urgente para el
concepto es aquello a lo que no llega, lo que su mecanismo de abstraccin excluye, lo que
no es ya un ejemplar de concepto (p. 19). Pero frente a la acusacin de que esto pudiese
conducir a formas de irracionalismo, Adorno se proclama amigo de la razn y contrario a
estas formas irracionalistas subjetivistas que se dan en la filosofa. Para l, la filosofa no
debe renunciar a la captacin racional del mundo mediante un continuo forzar los
conceptos de los que se sirve la razn. Esto es necesario debido a que la cosa es
contradictoria realmente, en su realidad (p. 21). Lo conceptual es un momento en la
captacin del todo y est siempre enredado en un todo no conceptual. La dialctica negativa
de Adorno trata de, como hemos dicho, reventar la inercia del concepto a subsumir el todo
como uno ordenado mediante un dinamitarlo con aquello que no cabe en el concepto, con
lo diferente y no captable por el mismo pero que en la realidad est ligado a lo s captable.
Adorno busca eliminar la ilusin de unidad y de todo integrado de una fe ingenua en los
conceptos con los que obra el pensamiento. Busca impedir su propagacin y desencantarlo.
La filosofa debe renunciar a su vieja pretensin de disponer de lo infinito encorsetndolo
en lo finito del concepto.

La consecuencia de la dialctica negativa es una perspectiva en la que la filosofa juega de
un modo antes artstico que causal-metdico cientificista. As sera el movimiento,
dialctico, de un pensar libre que combata a las ideologas que intentan transmitir una
visin unitaria de lo real y de la sociedad. Se evita toda trascendencia, lo que no sea la pura
inmanencia de lo particular. As, para Adorno cuenta el sufrimiento como la manera en la
que el sujeto concreto tiene de expresar la violencia del todo que lo oprime, de la
imposicin ideolgica (p. 28). El filsofo debe aunar el rigor con la expresin, en una
constante bsqueda expresiva que haga y rehaga el cuadro que pinta, como nico modo de
pensar con rigurosidad, porque slo as se va captando el flujo y la interaccin de lo real. El
sujeto pinta pero sabindose parte de lo que l mismo pinta. Hay una interconexin
dialctica entre el sujeto y el objeto que Adorno va trazando al tiempo que polemiza con los
excesos de la filosofa tradicional que consisten en una mala conexin entre ambos
extremos o la ceguera ante uno de ellos. En la filosofa tradicional, incluido Hegel, sendos
extremos resultan irreconciliables. Es por eso que se ha dado en la teora del conocimiento
el idealismo, en cuanto se tiende a concebir la realidad como una proyeccin del sujeto. El
trascendentalismo kantiano e incluso un Heidegger que Adorno cuestiona ferozmente son
recadas en la filosofa del sujeto. Tal vez aqu Adorno se asemeje a lo que dcadas despus
diagnosticara su discpulo Habermas en su excelente libro El discurso filosfico de la
Modernidad. Habermas opondr un paradigma intersubjetivo frente al predominio de lo
subjetivo en toda la filosofa anterior, incluida la de Adorno, del que considera que no
acab de escapar de la trampa del sujeto moderno y que por eso su pensamiento, junto con
el de Horkheimer, terminan en aporas irresolubles, en callejones sin salida (ver aqu).

En general Adorno ostenta un materialismo que aplica a la hora de combatir las distintas
formas de subjetivismo. As, desmenuza la filosofa heideggeriana y su Dasein, sealando
que incurren en aquello que dicen no incurrir. Hay en el filsofo alemn del Ser la
contradiccin de una historicidad del Dasein que no es apropiadamente histrica, que no
arraiga realmente en el suelo del ente (mundo, tiempo). El ah del Ser-ah no es un
verdadero ah, segn Adorno. Adems, el Ser parece ms bien una sublimacin o hipstasis
de situaciones sociales que son elevadas y desde las cuales se dirige el curso del Dasein.
Heidegger es vctima de un mundo social al que legitima. As, introduce la materialidad en
su pensamiento pero sin ser consciente de ello ni consecuente con ello.

La ceguera ante el mundo del objeto tambin conlleva otras filosofas, como las que
monadizan al sujeto o, curiosamente, las sistemticas que proyectan la ilusin del orden en
el todo, ante las cuales, la dialctica negativa debe introducir la negacin como cuas. Se
cree capaz al sujeto de ser libre, de tener voluntad libre y de crear el mundo con su
pensamiento. Es lo que tambin vemos en el existencialismo. Adorno arremete desde esta
perspectiva contra Sartre y Jaspers, acusando de filosofa burguesa a aquella que es incapaz
de ser receptora de la materialidad del sujeto, aquella que es ciega para los elementos
objetivos y materiales que nos constituyen (no que nos condicionan, sino que, insisto, nos
constituyen). Frente a estas formas de ser arrastrados por una materialidad justo por no
hacerla consciente o visible, Adorno propugna el poder de la teora para obrar con la
distancia necesaria pero sabindose constituida por aquello sobre lo que se teoriza. Teorizar
es mantener una perpetua rebelin contra lo reglamentado, para captar el movimiento de lo
real desvelando los velos que la ideologa fosilizante ha colocado ante nuestros ojos.
Dialctica negativa es un pensar que da vrtigo. Hay una especie de desfondamiento de
mundo y de sujeto, un ataque tanto a lo noumenista como a lo fenomnico representativista
en filosofa, que son enfrentados a un movimiento dialctico consistente en la separacin de
lo diferente, en la constante escisin de partes y disgregacin de lo unitario. Adorno
desmembra la realidad y se centra en lo no central, en los fragmentos, en lo carente de
importancia, como hizo Benjamin en su pstumo Libro de los pasajes. Slo que la tensin
en Benjamin era ms fuerte por estar menos resuelta, por no haber mediaciones entre
extremos yuxtapuestos. Benjamin arranca las citas y los detalles del Pars burgus del siglo
XIX y nos los pone, desnudos y como un catico collage, ante las narices. Pero slo as es
como Benjamin logra que lo concreto, donde se halla el todo, exprese al todo que contiene.
Esto es similar a las constelaciones de Adorno que tambin saben arrancar este lenguaje de
lo concreto. Adorno, sin embargo, tiende a un pensamiento ms tpicamente dialctico
debido a su mayor componente marxista, tal como seala Susan Buck-Morss. Esto dota a
los textos de Adorno de un movimiento que es como lo describ lneas arriba, como un
engaoso ro de discurrir turbulento, frente a los relmpagos que repentinamente expresan
el todo a partir de los fragmentos en Benjamin.